Explicar lo que se siente al ver una foto es difícil. Darle forma a esa masa que aparece dentro del pecho, para eventualmente guardarla en el lugar que parezca indicado, es un proceso confuso y -a veces- cansado, pero lindísimo. Hábito es así, hay que manosearlo, dejarlo reposar, y retomarlo para entender que está cargado de imágenes que la mayoría guardaríamos en un rincón debajo de la cama, o en alguna carpeta dentro de otra carpeta. Aquí Leo nos las regala. Nos enseña lo que él en algún momento vio, y nos invita a ser parte de esa historia por unos instantes.
Hábito es íntimo, personal y, por alguna razón que solo se le puede atribuir al fotógrafo, Hábito es nostalgia.
- Roberto D’Ambrosio