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Maltrato Animal
Proteger los animales que están en peligro de ser maltratados o que son tratados con crueldad, sea física, sexual o sicológicamente, más que un acto de piedad es una obligación moral que tienen todos los seres humanos. Según el sargento Franchesca Pabón Sandoval, jefe del grupo de protección animal de la
Policía Metropolitana, Cúcuta no es ajena a los casos de maltrato animal que se registran a diario en todo el país y el mundo.
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Desde esa óptica, algunos animalistas y fundaciones protectoras de animales, con la compañía de las autoridades, intentan proteger a las mascotas o las especies silvestres que habitan en Cúcuta. Indicó que las autoridades atienden, al menos, 20 casos graves al mes en la capital de Norte de Santander y el área metropolitana. Los caninos son los más victimizados.
Indicó que las autoridades atienden, al menos, 20 casos graves al mes en la capital de Norte de Santander y el área metropolitana. Los caninos son los más victimizados. La cifra de animales rescatados es mínima, afirma la oficial, debido a que decenas de casos de maltrato, que pueden ocurrir en un día, no son denunciados.
“La gente no denuncia por no meterse en problemas con el vecino” Fundación Manantial
Gatos, caballos, aves, entre otras especies, incluso silvestres, también llegan a diario a las clínicas veterinarias y a las cuatro fundaciones protectoras de animales de caridad que hay en Cúcuta, luego de encontrarse abandonados o en condiciones de desnutrición o de salud agudas.
Sólo existe la ley 84 de 1989 que adoptó el Estatuto Nacional de Protección de los Animales y para ello se crearon unas contravenciones, así como se reguló lo referente a su procedimiento y competencia.
La ley señala que toda persona está obligada a respetar y abstenerse de causar daño o lesión a cualquier animal. Igualmente debe denunciar todo acto de crueldad cometido por terceros del que tenga conocimiento. Para Diego Morales, director de la Fundación Manantial, una de las organizaciones animalistas de la ciudad, la ley colombiana trata a los animales como bienes inmuebles y no como seres vivos.
“Pegarle a un perro, si no sale herido, puede valer $15.000. Pero si no se comprueba quién le pegó no pasa nada. Vale más un ‘rayonazo’ a la pintura del carro”
En su fundación ha atendido unos 1.500 perros y gatos, y con la ayuda de las redes sociales e interesados en el tema logra promover atención a las mascotas o animales silvestres en estado de indefensión.
¿Es un delito?
“Cualquiera que esté acostumbrado a menospreciar la vida de cualquier ser viviente está en peligro de menospreciar también la vida humana”
Albert Schweitzer, premio Nobel de la Paz 1952
Un refugio cerca a la cárcel de Cúcuta es el hogar de unos 130 perros y otras especies. Allí se curan, alimentan y rehabilitan en la actualidad. El polémico tema ha sido estudiado desde todos los ángulos posibles, al punto de que los activistas piden que se elimine la tauromaquia o las peleas de gallos, por considerarse un trato cruel y no un arte como lo sostienen los aficionados a las corridas de toros. En la actualidad vivimos, de manera constante, en un clima de inseguridad e incertidumbre. La violencia se expresa de formas relacionadas entre sí. Diariamente nos vemos sacudidos por hechos dramáticos que nos preocupan y conmueven. El maltrato animal es, a la vez, un factor que predispone a la violencia social y, al mismo tiempo, una consecuencia de la misma. Forma parte de la cascada de la violencia que nos va alcanzando a todos como individuos y como sociedad. La violencia es “un acto inten cional que puede ser único o recurrente y cíclico, dirigido a dominar, controlar, agredir o lastimar a otros. Casi siempre es ejercida por las personas de mayor jerarquía, es decir, las que tienen el poder en una relación, pero también se puede ejercer sobre objetos, animales o con tra sí mismo”. La violencia inhibe el desarrollo de las personas y puede causar daños irreversibles, adopta diferentes formas de expresión que pueden variar desde una ofensa verbal hasta el homicidio. La crueldad es “una respuesta emocional de indiferencia o la obtención de placer en el sufrimiento o dolor de otros, o la acción que innecesariamente causa tal sufrimiento; ha sido considerada un disturbio psicológico. La crueldad de los niños, que incluye a los animales, es un signo clínico relacionado a desórdenes antisociales y de conducta”. Salvo algunos casos en específico relacionados con la explotación comercial de la fauna silvestre, en el país aún no es considerado un delito castigar hasta la muerte a otro ser vivo, si se trata de un animal. La Fiscalía General de la Nación no cuenta con la normatividad prevista para sancionar penalmente el maltrato animal.
En las familias en las que hay violencia, ésta es más frecuentemente dirigida hacia los más débiles, lo que incluye ancianos, mujeres, niños y animales de compañía. El maltrato hacia los animales es tolerado por aquellos que lo observan; se minimizan sus causas y sus efectos, y los padres, maestros y comunidades que no dan importancia al abuso animal en realidad incuban una bomba de tiempo. Debe hacerse énfasis en que la detección, prevención y tratamiento de la violencia hacia los animales es un acto de humanidad en sí mismo. Los animales son criaturas que se encuentran, en relación al ser humano, en un nivel de inferioridad dentro de la escala evolutiva; esto nos hace responsables de su bienestar, ya que tener supremacía lleva consigo una obligación, una responsabilidad, que es la de cumplir como guardián de las especies inferiores en términos intelectuales. Si realmente queremos combatir la violencia, una parte de nuestra lucha consiste también en erradicar el maltrato a otros seres vivos. El segundo punto que quiero destacar es el que esta violencia hacia los animales nos puede servir como detector y señal de alerta hacia la violencia intrafamiliar, ya que la crueldad hacia los animales y la violencia humana tienen una relación directa. Debemos saber que los niños que maltratan a sus animales de compañía pueden ser testigos de actos crueles contra seres humanos o ellos mismos ser víctimas de abuso por alguien mayor y con más poder. Estos niños, a la vez abusados y abusadores, están aprendiendo e internalizando la violencia que ellos mismos perpetuarán al ser mayores y al tener sus propias familias.
“Cuando hay un caso de estos y el maltrato es comprobable. Se instaura una denuncia en la inspección de la Policía. Luego, esta dependencia decide si se los dejan al dueño o se los quita”
Si un niño nos habla sobre el maltrato a su animal de compañía, podría estar hablándonos también de su propio sufri miento. Amenazar con lastimar al animal de compañía puede ser una forma de violencia sicológica que se utiliza contra el niño para que se “porte bien” o como una forma de mantener en secreto algún tipo de abuso al que éste está siendo sometido. Según los especialistas, pro tagonizar u observar actos de crueldad pude llegar a ser tan traumático como ser víctima de abuso físico y, por lo tanto, es altamente probable que el niño Este maltrato puede ser el único signo visible de una familia en la que existe el abuso, y esto puede ayudar a descubrir al responsable de la violen cia en esa familia. Una persona que abusa de un animal no siente empatía hacia otros seres vivos y tiene mayor riesgo de generar violencia hacia otras personas. La Asociación Siquiátrica Americana lo considera como uno de los diagnósticos para determinar desórdenes de conducta.
Ley contra el maltrato animal en Colombia
El abuso hacia los animales es más frecuente en hogares en los que existen otras formas de violencia, el alcohol o abuso de drogas. La crueldad origina violencia, y la violencia, delincuencia. En un estudio hecho en Estados Unidos se comprobó que no todos los maltratadotes de animales se convierten en asesinos en serie, pero todos los asesinos en serie tienen antecedentes de maltrato a animales (Gena Icazbalceta). La gran mayoría de los niños puede vivir una etapa en la cual pueden lasti mar insectos como parte de la exploración del mundo; sin embargo, con el correcto asesoramiento de sus padres, consiguen comprender que los animales son sensibles al dolor. La educación que se les da a los niños les ayuda a establecer sus valores y patrones de comportamiento. Ellos adquieren sus principios morales y éticos imitando a los modelos que tienen a su alrededor. Tomando en consideración todo lo anterior, solamente podemos llegar a la conclusión de la imperiosa necesidad que existe del esfuerzo integrado de padres, profesores, trabajadores sociales, veterinarios, pediatras, asociaciones de protección animal y sicólogos para prevenir el maltrato a los animales y su posterior transformación en violencia social. Así funciona la ley contra el maltrato animal en Colombia La norma afirma que proteger a ani males es responsabilidad del Estado y la sociedad.
La norma dice que los animales son seres sintientes no son cosas, recibirán especial protección contra el sufrimiento y el dolor, en especial, el causado directa o indirectamente por los humanos. El responsable del animal debe garantizar: Que no sufran hambre ni sed, que no sufran injustificadamente malestar físico ni dolor, que no les sean provocadas enferme dades por negligencia o descuido, que no sean sometidos a condiciones de miedo ni estrés y que puedan manifestar su comportamiento natural. La ley afirma que proteger a animales es responsabilidad del Estado y la sociedad. Todos, tienen la responsabilidad de tomar parte activa en la prevención y eliminación del maltrato, crueldad y violencia contra los animales. También deben abstenerse de cual quier acto injustificado de violencia o maltrato contra estos y denunciar aquellos infractores.
Sanciones: Multa de 5 a 50 salarios mínimos legales mensuales vigentes. Prisión de 12 a 36 meses, e inhabilidad especial de uno (1) a tres (3) años para el ejercicio de profesión, oficio, comercio o tenencia que tenga relación con los animales y multa de cinco (5) a sesenta (60) salarios mínimos mensuales legales vigentes para quien maltrate a un animal causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud o integridad física. La pena aumentará a la mitad a tres cuartas partes si se actúa: con sevicia, cuando una o varias de las conductas mencionadas se perpetren en vía o sitio público, valiéndose de inimputables o de menores de edad o en presencia de aquellos, cuando se cometan actos sexuales con los animales y cuando alguno de los delitos previstos en los artículos anteriores se cometiere por servidor público o quien ejerza funciones públicas.