Arte/s, Salud y Política. Experiencias y aportes transdisciplinares y decoloniales.

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arte/s salud y polÍtica

EXPERIENCIAS Y APORTES TRANSDISCIPLINARES Y DECOLONIALES Coordinación, compilación y edición Valeria Cotaimich

Equipo de trabajo Carlos Álvarez, Natalia König, Karina Generoso, Judith Bersano, Daniel Martinez Leonardo Cagliero, Norma Pellegrino, Lucía Castellano, Esteban Morales Enela Pontnau, Darío Ávila, Elba Mosso, Gabriela Cervato, Sabrina Garribia M. Angelina Vreys, Gabriela Lorenzatti, Pedro Oliva, Verónica LLanos Lucía Rodriguez, Marianella Lecrerc, Elina Sasoni y M. Emilia Ojeda



ARTE/S, SALUD Y POLÍTICA Experiencias y aportes transdisciplinares y decoloniales

Valeria Cotaimich (coordinación/compilación/edición) E.L.A.P.S./ U.N.C. Espacio Laboratorio de Arte/s, Performace/s y Subjetividad/es Facultad de Psicología Universidad Nacional de Córdoba Córdoba, agosto de 2016

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Ediciónes ELAPS (Espacio Laboratorio de Arte/s, Performance/s y Subjetividad/es) Facultad de Psicología. Universidad Nacional de Córdoba Coordinación, compilación y edición general de textos e imágenes Valeria Cotaimich Colaboración en edición de textos Carlos E. Álvarez, Elba Mosso, Lucía Castellano. Diseño gráfico, fotografías y montajes Leonardo Cagliero, Judith Bersano, Valeria Cotaimich, Natalia König, Carlos Álvarez, Agostina Rosso, Mariana Carmona, y Lucía Castellano con colaboración de otros integrantes del ELAPS Contacto http://blogs.psyche.unc.edu.ar/elaps/ valeriacotaimich@gmail.com Este libro se imprimió en la Imprenta de la Universidad Nacional de Córdoba y se financió con dos subsidios otorgados por la Secretaría de Ciencia y Tecnología y la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba.

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Agradecimientos A Zusana Boneu y Alejandro Alekseiuk por la valoraciĂłn, confianza, aportes y apoyo al trabajo del ELAPS A todas y cada una de las personas que han participado en los proyectos y experiencias que presentamos aquĂ­

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ÍNDICE Prólogo (E. Mosso ) .................................................................................................. 8 Introducción (V. Cotaimich) ................................................................................ 15

PARTE I Poéticas y políticas entre las artes y las ciencias (Des) montaje transdisciplinar Sacudidas y movimientos en (y de) las fronteras entre las artes, las ciencias y la política (V. Cotaimich) ....................... 27 Montaje de citas audio-visuales. Fotografía, cine, animación y video en el marco de un (des) montaje transdisciplinar (N. König, V. Cotaimich) .......................................................................................... 41 Cuerpo, anatomía, montaje y capitalismo. Bases conceptuales y relatos sobre tres (des) montajes transdisciplinares realizados en museos de Córdoba (V. Cotaimich) ........................................................................ 49 Apuntes para pensar la relación entre artes y politica (D. A. Martínez)............. 97

PARTE II Políticas públicas, salud, trabajo y educación ¿Hospital escuela u hospital empresa? La historia puede repetirse... Ecos de una investigación sobre el proceso de transformación institucional del Hospital Nacional de Clínicas de la de la UNC (C. E. Álvarez) ........................................................................................................ 107 “Me quieren lastimar despacio”. Efectos disciplinarios y biopolíticos en el cuerpo que trabaja. El caso de los trabajadores en el Hospital Nacional de Clínicas de la UNC (P. Oliva) ........................................ 127 Experiencias de investigación sobre el trabajo de enfermerxs en el Hospital E. Vidal Abal y el Hospital Nacional de Clínicas (V. Cotaimich)......................................................................................................... 147 Prácticas Sociales y producción de subjetividades en el campo sanitario. Aproximación a un dispositivo de atención primaria y formación en salud vinculado con la Medicina Familiar (L. Rodríguez y V. Llanos)..................................................................................... 169 Artes y salud. Taller de montajes artísticos para la promoción 6


de la salud orientado a jóvenes internos del Hogar Estudiantil Agustín Tosco (G. Cervato, J. Bersano) .............................................................. 181

PARTE III Salud ambiental, colectiva y territorial Movimientos sociales, justicia ambiental y transdisciplina. Puntualizaciones en torno al caso de Madres de barrio Ituzaingó (V. Cotaimich, D. Ávila) .......... 193 Formas transdisciplinares de ejercicio de la ciudadanía que contribuyen a la salud ambiental, colectiva y territorial (L Cagliero, L. Castellano, V. Cotaimich y E. Pontnau) .................................. 217 Proceso/salud/enfermedad y problemáticas ambientales. Un conflicto en torno al uso y cuidado del agua en la zona de Candonga de las Sierras Chicas de Córdoba. (S. Garribia Mildemberger, G. Lorenzatti y A. Vreys) ....................................... 225 Elementos para pensar la relación entre psicología, ambiente, territorio y comunidad (M. E. Ojeda) ..................................................... 239 El mural de Los Wachos del Trope. De “Trasladan la Villa El Tropezón” a “El Trope no se va!”.(E. Morales) .......................................................................... 247

PARTE IV Aportes decoloniales para el abordaje de prácticas artísticas, comunitarias y universitarias Investigación implicada y decolonial ante la fumigación del cuerpo, la salud y la subjetividad

(N. Pellegrino, V. Cotaimich, K. Generoso, C. Álvarez) ................................... 273 Las nociones de pensamiento abismal y punto cero para abordar el estudio del cuerpo y la antomia en la universidad (K. Generoso)................. 285 Proceso/salud/enfermedad/atención de la comunidad Qom que habita el barrio Namqom de la ciudad de Formosa-Argentina (M. Leclerc y E. Sasoni) ........................................................................................ 299 Performances teatrales que abordan problemáticas ambientales. Análisis desde una perspectiva decolonial (N. Pellegrino) ............................ 307 7


PRÓLOGO

En este mismo instante. hay un hombre que sufre, Un hombre torturado, tan solo por amar la libertad. Ignoro. dónde vive, que lengua habla, de que color tiene la piel, como se llama, pero, en este mismo instante, cuando tus ojos leen mi pequeño poema, ese hombre existe, grita. Se puede oír su llanto de animal acosado mientras muerde sus labios para no denunciar a los amigos ¿oyes?. Un hombre solo. grita maniatado Existe en algún sitio. ¿He dicho solo? ¿No sientes, como yo, el dolor de su cuerpo, repetido en el tuyo? ¿No te mana la sangre bajo los golpes ciegos? Nadie está solo. Ahora, en este mismo instante, también a ti y a mi, nos tienen maniatados José Agustín Goytisolo Es altamente gratificante para mi prologar esta publicación que es una muestra de las tareas (y sus resultados) realizadas en el ELAPS. Y lo es porque, si bien no fui parte del grupo fundador, siento este espacio como una prolongación, como la continuidad de aquel proyecto que iniciáramos allá por el año 2000 con la creación de la cátedra paralela Psicología Sanitaria que posteriormente se denominó “B” Ya entonces pensábamos otra docencia, otra relación estudiante- profesor, otro modelo de investigación con fuerte énfasis en el trabajo de campo que se diferenciara del clásico, hegemónico y que permitiera romper la asimetría en la relación entre los sujetos de la educación, al tiempo que creaba la exigencia mutua de actualización constante en los contenidos teóricos. Así como, en el campo sanitario entendíamos la relación médico – paciente en un espacio intercultural de construcción cooperativa de saberes y acciones acerca de la salud colectiva, la generación de bienestar y la prevención de enfermedades. 8


Hoy el ELAPS, en la Facultad de Psicología, es un espacio académico que con pasión propone y desarrolla una tarea colectiva, innovadora, superadora de la interdisciplina. La idea-fuerza es la transdisciplina que, como tal, transgrede límites, se cuela en los intersticios de ciencia, arte y política. Se interroga acerca de las relaciones entre las tres dimensiones y, especialmente, se pregunta si hay un modo único de pensar, hacer ciencia. Así, como no podía ser de otra manera, en este espacio se tensiona fuertemente al positivismo al oponerle la metodología de Investigación-acción participativa cargada con el modelo praxiológico propuesto por el razonamiento dialéctico materialista. Ya está suficientemente mostrado que fue el pensamiento positivista, el que dio origen a la ciencia como hoy se la conoce, también que se escaparon a sus explicaciones algunos fenómenos, sobre todo de carácter social, apareciendo nuevos objetos de conocimiento en el universo científico que hicieron necesarios otros métodos y dieron lugar a la emergencia del concepto de “paradigma científico”. Y de eso se trata. De operar académicamente en el marco de un paradigma diferente En el ELAPS se propone una acción innovadora, casi vanguardista, que intenta mostrar algo, más allá de las fronteras fijas del modelo hegemónico, burocratizado, de “hacer ciencia” en la institución, mostró la “locura” de osar “conocer haciendo”. Se transforma la clásica relación entre sujeto cognoscente y objeto cognoscible, el primero poseedor del poder que da el saber y el segundo, objeto al fin, inmutable, pasivo, a la espera de ser descripto, analizado, conocido. El conocimiento así producido puede ser aplicado a otros objetos semejantes en circunstancias semejantes y llegar a establecer la regularidad que permite enunciar una ley científica. Cuando el objeto de conocimiento es una población, un grupo de personas ¿cómo someterlos a la pasividad, a la permanencia en un estado determinado? La respuesta, para los miembros del ELAPS, deviene ruptura. Sujeto y objeto interactúan, se establece una relación dialéctica de mutuas modificaciones produciendo una transformación en los dos términos de la relación que es conocimiento de otro orden. 9


Se sacude el árbol del dogma, peligra la legalidad académica. Donde lo percibo más claramente es en el campo de la salud, tradicionalmente tutelado por la medicina. En una publicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 1975 se muestra la evolución de la atención médica desde la era empírica, 1850 aproximadamente. Para el momento de la publicación, el organismo entiende que se ha ingresado en la era de la Ciencia Política, es decir, de la atención orientada a las poblaciones, no sólo a los individuos. La Biología es insuficiente para interpretar los fenómenos colectivos de salud y enfermedad y debe integrarse a la experiencia social, conocimientos de Sociología, de Economía, de Psicología y de C. Política, que generan aptitudes para la gestión y la programación. Significa que la salud de las poblaciones se ha transformado en cuestión de Estado, como tal amerita la decisión de desarrollar acciones orientadas a los colectivos humanos para la protección y promoción de la salud, la prevención de las enfermedades y la inclusión social de quienes padecen sus secuelas o accidentes. Este cambio de paradigma político erige al Estado responsable y garante de la salud de sus ciudadanos, responsabilidad que realizará implementando políticas públicas específicas, de cobertura universal. Este fue el sustractum del Movimiento de Salud Mental (MSM) emergente en la segunda post Guerra Mundial, nutrido, además, por el Psicoanálisis, el movimiento mundial de Derechos Humanos,el estructuralismo francés de mayo del 68, la reforma sanitaria italiana, los cambios en las terapéuticas institucionales en el sector en Francia, el giro hacia modalidades grupales y comunitarias, solidarias, de la psiquiatría en Inglaterra (se lo considera el origen de la Antipsiquiatría) y los Centros Comunitarios de Salud Mental en EEUU. Este movimiento pretendía dar voz a los pacientes, los locos sujetos del tratamiento terapéutico que pueden interactuar con el médico de manera más simétrica y que reclaman y merecen atención a su condición humana, condición que nunca perdieron pero de la que fueron desposeídos por la psiquiatría. . La nueva ubicación del loco en relación con el terapeuta necesita un nuevo tipo de institución cuya existencia es posible sólo si el Estado lo garantiza con políticas de salud pertinentes, legitimando una nueva representación del loco, la locura y sus instituciones. Es necesario el Estado agente de salud. 10


El MSM se instaló en Argentina en la década de los 80, cuando se recuperó el orden constitucional y se plasmó, entre otros, en la creación de la cátedra Psicología Sanitaria en la Facultad de Psicología de la UNC. en 1986. Fue un hecho político, el que creó, no sólo la cátedra, sino una nueva especialidad de la Psicología bastante difícil de sostener epistemológicamente. Pero esta nominación puso en claro que la presencia sustantiva es de la disciplina subordinando el amplio campo de la salud pública en el que, a partir de ese momento, empieza a desempañarse. Sin embargo emergió y permaneció la pregunta ¿existe Psicología Sanitaria o es Psicología Social en el campo de la salud? El interrogante sigue abierto. Al debate sobre la posibilidad de existencia de una psicología que fuera sanitaria se sumó otro más conflictivo acerca de la pertinencia de otros títulos académicos que el de psicólogo. La tensión entre el saber propio de la academia y la exigencia gremial de colegialidad se instaló con fuerza en la institución, se impuso entre los profesores generando situaciones entre absurdas y tragicómicas (por ejemplo, en un concurso para cubrir cargos de jefe de trabajos prácticos podía quedar primero en orden de mérito una persona que no contara con título de psicólogo/a, pero no se planteaba lo mismo para el caso del titular de cátedra). El detonante fue el concurso para seleccionar profesor encargado de la cátedra de Psicología Sanitaria que dividió las aguas en forma definitiva y, después de varias controversias irritantes, creamos la cátedra que, orgullosamente calificamos de paralela y, oficialmente, nominaron como “B”. La paralela se inscribió en la corriente ideológica conocida como Medicina Social Latinoamericana que tuvo sus desarrollos más importantes en México, Ecuador y Brasil, cuyo eje epistemológico fundamental es la determinación social de los procesos de salud enfermedad, focalizando, o poniendo especial énfasis en el carácter colectivo de esos procesos. El desarrollo del programa se estructuraba en tres niveles: el ontológico, el punto de vista materialista dialéctico; el epistemológico, constituido por el método dialéctico y las categorías de análisis propias del MD y el nivel metodológico, el paradigma praxiológico que evita la escisión de la teoría y la práctica. 11


Era un proyecto político que destacaba la importancia de pensar la salud como fenómeno singular, particular y general poniendo en el eje de la toma de decisiones a las comunidades en interacción con los profesionales y las autoridades políticas de la zona, la provincia o el país y la universidad como el centro de formación profesional accesible a todos los ciudadanos, abierto a la incorporación de nuevos saberes, garante de las libertades de pensamiento y de expresión. En ese camino participamos activamente en la lucha que se planteó desde la UNC en la oposición al proyecto de Ley de Educación Superior (LES) aprobada duranteel gobierno menemista de los años ´90. Cuando esa lucha se perdió, se dividieron otra vez las aguas entre quienes querían adaptarse y adaptar la universidad a las condiciones de la nueva ley y quienes sosteníamos que la lucha debía seguir hasta conseguir la derogación de la misma. A partir de entonces, en algún momento en la institución se empezó a “sentir” este proyecto como “otro” muy diferente del hegemónico, que aparecía con opiniones fundadas, discutiendo las propuestas académicas tanto como las gremiales docentes. Sanitaria “B” devino piedra en el zapato de la conducción institucional y urticaria insidiosa entre muchos colegas.Y otra vez la acción política fue definitoria de la decisión institucional. Si bien las autoridades académicas resolvieron hacer desaparecer la “B”, no transparentaron su intención inmediatamente. Transcurrieron tres o cuatro años hasta que, sin haberlo reconocido jamás, es más, habiéndolo negado públicamente, ejecutaron su decisión. Fue en marzo de 2016. La tragedia, en el sentido griego, fue en marzo de 2016, cuando la sociedad argentina conmemoraba 40 años del golpe de estado en manos de quienes “desaparecieron” 30.000 argentinos. En la facultad “desaparecieron” la B. Entre la paralela y el ELAPS no hay solución de continuidad aunque son estructuras diferentes dentro de la misma facultad: la primera es, digo era, cátedra y materia del plan de estudios, el segundo es espacio de formación curricular y extra-curricular. También difieren en el punto de partida para interpretar la realidad, en la cátedra desde el fenómeno salud-enfermedad avanzamos hacia otras dimensiones, en el segundo desde distintas dimensiones se llega 12


a salud. Comparten, si, la adherencia a pensamientos innovadores, multiplicidad de enfoques, relevancia del trabajo de campo, necesidad de contenidos teóricos epistémicos y, fundamentalmente, la praxis como rectora del quehacer científico. Destaco especialmente el continuum en la formación de estudiantes que se inclinen por el sanitarismo que se inician en los conocimientos del campo en la materia de tercer año, siguen con prácticas de investigación de grado prácticas supervisadas de investigación en el tramo final de carrera, así como se han planteado otra clase de trabajo finales, requisito para su egreso. El ELAPS ofrece la hermosa posibilidad de compartir entre estudiantes, docentes de esta y otras facultades, profesionales diversos, universitarios o no, personas de distintos lugares y procedencias, la producción de saberes, la camaradería y, ¿por qué no? el humor. Escribir este prólogo movilizó muchas emociones. Agradezco que me hayan dado esta oportunidad porque pude aplacar muchas broncas y re-sentir muchos afectos. Elba Mosso Abril 2016

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INTRODUCCIÓN

Madre de la vida, por favor ilumina a la gente, o todo verdor y creación y tu amor se perderán... Quieren imitar al sol, que se escapa en espectro dorado, y la lejanía dice adiós hasta estallar. Vuelve y siembra en su vientre una plegaria. Sube y vuela tu mirada hacia el mar. Y es que nada, nada cambiará mi amor. Y hay que impedir que juegues para el enemigo L. A. Spinetta “El enemigo” en “Silver Sorgo”

Ese enemigo es, para mí, el conjunto de decisiones y acciones fallidas, realizadas bajo el deseo explícito del enriquecimiento personal; traicionando los fines más sagrados, envileciendo la lealtad de la palabra. Creo que hay que volver para sembrar algo mejor que esto. L. A. Spinetta. Diario Los Andes 11/8/2001. Vaya esta cita a Spinetta para introducir una compilación y un montaje de textos e imágenes realizados en el marco de proyectos de investigación, producción artística, extensión universitaria y divulgación científica, radicados en el Espacio-Laboratorio de Arte/s, Performance/s y Subjetividad/es (ELAPS) de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba. Espacio propuesto por quien escribe ante esta institución con el objetivo de generar un área de pensamiento, formación y producción transdisciplinar que implicara instancias de docencia, investigación, extensión, divulgación científica y realización artística, a partir de la puesta en tensión y en diálogo de aportes del campo de las artes y las ciencias (sociales, políticas y de la salud). La idea inicial se planteó en el año 2006, a través de un proyecto que fue cobrando forma y se consolidó, formalmente, entre los años 2008 y 2009. La intención aquí es socializar algunos de aportes y experiencias transdisciplinares más relevantes del ELAPS desde su creación, así como promover un espacio de formación y elaboración de publicaciones en el cual tengan oportunidad de participar estudiantes, egresadxs, docentes, investigadorxs formadxs y en formados. Tarea nada fácil, en tanto implicó una dedicación especial a cada integrante partícipe de este libro. 15


Algunos artículos presentados son de orden epistemológico, otros dan cuenta del abordaje de problemáticas vinculadas con la salud (en sus dimensiones pública, ambiental, colectiva y comunitaria), haciendo hincapié en el análisis de las determinaciones sociales, consecuencias, enfermedades y padecimientos que implican las lógicas capitalistas contemporáneas, así como en el estudio y fortalecimiento de diversas formas colectivas de resistencia que surgen ante estas lógicas. Como coordinadora de este trabajo me propuse el desafío de acompañar cada proceso de escritura, buscando que quede plasmada, en la medida de lo posible, tanto la diversidad, cómo las afinidades entre las diversas experiencias. Cada uno de los trabajos presentados cuenta con una historia particular, signada por encuentros entre reflexividades, trayectorias socio-culturales, conocimientos, perspectivas, sensibilidades y proyectos de quienes presentan y quienes protagonizan las prácticas que procuramos conocer, comprender, acompañar y/o fortalecer. En la mayor parte de los casos se plantearon encuentros entre lxs autorxs y quien escribe, en torno a cuestiones de orden epistemológico (conceptual y metodológico) y a otras vinculadas con la escritura, edición y comunicabilidad de ideas y resultados. Colaboraron con esta tarea integrantes del equipo que cuentan con mayor formación en docencia, investigación y comunicación. Tal fue el caso de Elba Mosso, Lucía Castellano y Carlos Álvarez. Esta publicación, en consonancia con la propuesta del ELAPS, parte del montaje (en tanto puesta en tensión y en diálogo) de aportes epistemológicos de autores como G. Bachelard, M. Foucault, M. De Certau, P. Bourdieu, W. Benjamin, R. Schechner, R. Williams, G. DidiHuberman, J.Rancière, D. Haraway, J. Butler, J Breilh, S. H. Cusicanqui, entre otros; a sabiendas que cuentan con afinidades y diferencias, discusiones y potenciales articulaciones que aún no han sido realizadas. Por otra parte, se recuperan conocimientos construidos en encuentros con sujetos activos, protagonistas y hacedores de las realidades que buscamos conocer y/o acompañar. Encuentros entre necesidades, intereses, búsquedas, objetivos, metas, deseos, obstáculos, incertidumbres, rupturas, disputas, descubrimientos e invenciones. 16


Es de allí que emergen las producciones científicas y/o artísticas que cobran formas de montajes conceptuales, artículos científicos y de divulgación general, montajes textuales (narrativos y/o poéticos), visuales, fotográficos, escénico-performático y/o audiovisuales, que denotan tránsitos en las fronteras entre las artes, la salud, las ciencias y la política. Este trabajo se asienta sobre: procesos de enseñanza-aprendizaje singulares y colectivos; encuentro con tradiciones, paradigmas y debates científicos de carácter crítico y propositivo; lecturas, re-lecturas y resignificaciones de aportes de antaño y contemporáneos (procurando trascender modas epistémicas y fascinaciones con novedades vacuas). En estos caminos se generan preguntas movilizadoras, atentas escuchas, obstáculos y rupturas epistemológicos, discusiones, intercambios y maravillosos instantes de descubrimiento y producción subjetivante. La propuesta, precisamente, es la de promover un espacio para hacer/nos haciendo, producir/nos produciéndo, procurando una resistencia activa ante formas de alienación de un sistema asentado en la dominación, explotación y expropiación de cuerpos, bienes comunes y conocimientos. Ante ello buscamos desarrollar estrategias que promuevan pensamiento y reflexión, más que reproducción acrítica de conocimientos, de los cuales emanen palabras, imágenes, escenas, acciones, que interroguen formas instituidas de producción de subjetividades y corporalidades, pilares de la vida cotidiana. Ello a modo de resistencia activa que poética y política mente combina saber, invención, praxis y poder (poder potencia). Siguiendo esta línea, gran parte de lo presentado en este libro res fruto de laboratorios político-epistémicos, científicos y artísticos, subjetivos y subjetivantes, en los cuales se ponen en juego dimensiones sigulares, particulares y generales, implicando instancias que buscan la desnaturalización de formas hegemónicas que los sectores dominantes presentan como imposibles de cambiar. Pero la realidad es eminentemente dinámica y susceptible de ser transformada, a partir de abordajes complejos, dialécticos y dialógicos. Para ello, quien escribe, ha propuesto una modalidad de trabajo considerada como (Des) montaje transdisciplinar, basada en el desmontaje de formas instituidas y la identificación, fortalecimiento y/o montaje de instancias instituyentes de creación, producción, empoderamiento y subjetivación. 17


Un desafío transdisciplinar El abordaje transdisciplinar que aquí proponemos emerge de aquello que, parafraseando a M. Foucault, consideramos como una epistème de frontera entre las artes, las ciencias y la política, de la cual han emergido propuestas como la Antropología Teatral, los Estudios Culturales, los Estudios de la Performance y toda una serie de Estudios en torno a la configuración de discursos y subjetividades. En estas fronteras nos desafiamos transdisciplinarmente a poner en tensión y en diálogo aportes disciplinares vinculados con las ciencias sociales y políticas, las humanidades, las artes, el Derecho, el Diseño, la Psicología y el Psicoanálisis y aportes no disciplinares e indisciplinados construidos por sujetos, colectivos, organizaciones y movimientos que protagonizan las practicas, conflictos, performances, y/o montajes que abordamos en cada caso. Se trata de asumir una posición trans que implique también partir del reconocimiento, valoración e impulso del movimiento permanente de la historia. Historia que, a nivel local, nacional e internacional es preciso y urgente que cobre un giro sustancial en favor de la vida, si es que deseamos sobrevivir como especie ante la depredación y explotación de toda clase de seres y de bienes comunes. Explotación que se encuentra en manos de un pequeño sector de la población, el más ambicioso y cruel, aquel que incrementa sus arcas con capitales manchados de codicia, enfermedad, sufrimiento, sangre, destrucción y muerte. No estamos exagerando, en estos momentos existen millones de refugiados en el planeta, seres que de un día para el otro ven bombardeadas sus casas, sus hijos y sus sueños; observamos morir y desaparecer especies bajo supuestos desastres ecológicos causados por decisiones y actividades humanas, obsevamos la destrucción de millones de hectáreas con venenos que pululan por el aire; observamos mares de nylon y cadáveres de peces en costas que, hasta hace no mucho tiempo, constituían paraísos terrestres. Esto está poniendo en vilo nuestra condición humana y la supervivencia de todo ser vivo, y nos compele hoy, más que nunca a procurar avanzar en favor de prácticas “biofílicas” que contribuyan a formar para y por el cuidado de la vida. 18


Este libro ha sido pensado en ese sentido, como fruto y como semilla para diversos procesos de investigación, arte, acción y transformación, tomando la posta de muchos miles de otrxs que nos preceden y conviven con nosotrxs para seguir pasándola hacia otrxs que leerán sus páginas hoy o en veinte años, quien sabe1. Constituye una producción académica, pero fundamentalmente un trabajo humano que busca sumar esfuerzos a la imprecindible humanización de las ciencias y de las artes, y a la resistencia ante la alienación, el individualismo y la tristeza. Se trata de un desafío que busca conocer, re-conocer, construir, fortalecer, montar otros escenarios y espacios posibles, encendidos, de resistencia pensante, activa y colectiva, espacios de sutiles y grandiosos empoderamientos, de bienestar y creatividad, de salud y de vida. Dicho esto, a continuación presentamos sintéticamente su contenido Acerca de la forma y contenido de este libro De las producciones realizadas en los casi diez años de existencia del ELAPS, aquí solo se presenta una selección que incluye las experiencias más recientes, vinculadas con los proyectos de investigación y extensión con los cuales se financia esta publicación2 y con otros proyectos desarrollados en años anteriores, cuyos ecos se hacen presentes. El libro se organiza en cuatro partes. La primera de ellas incluye artículos que poética y políticamente han sido planteados en las fronteras entre las artes, la salud, las ciencias y la política. Se incluyen cuatro artículos. El primero, a cargo de quien escribe, presenta sintéticamente las bases de una modalidad de trabajo considerada como (Des) montaje transdisciplinar que ha signado transversalmente, de modo directo o indirecto, el resto de los trabajos realizados. El segundo artículo, escrito conjuntamente con Natalia König implica, en el marco de esta modalidad de trabajo, un modo específico de producción de video que consideramos como 1

A lo largo del libro se emplea la x o el par de vocales “o/a” para hacer referencia al reconocimiento de diversos géneros. Este uso depende de la decisión individual o colectiva de cada autor/a.

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Nos referimos a un proyecto titulado: “Investigación-Acción y (Des) Montaje Transdisciplinar en torno a experiencias vinculadas con la Salud (pública, ambiental, comunitaria y colectiva)” (20142015) financiado por la Secretaría de Ciencia y Tecnología y un proyecto de extensión universitaria titulado “Salud pública, ambiental y colectiva en las sierras chicas. Una propuesta de Investigaciónacción-participativa” (2014-2016), aprobado y subsidiado por la Secretaría de Extensión Universitaria, ambos de la Universidad Nacional de Córdoba

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Montaje de citas audiovisuales. Esta propuesta incluye aportes planteados en la tesis de Licenciatura de Cine y TV de König y aportes empíricos, fruto de procesos de realización audiovisual generados colectivamente en el ELAPS. La intención con ambos artículos no es presentar “recetas metodológicas” sino más bien, líneas de pensamiento y acción que se plantean a lo largo de momentos mas lógicos que cronológicos y que se orientan a promover reflexiones y prácticas transdisciplinares de carácter crítico y propositivo. Para finalizar se incluye un texto de Daniel Martínez que presenta algunas reflexiones y datos que hacen a la relación entre Arte y Política. La segunda parte, incluye una serie de artículos que refieren a procesos de investigación y /o extensión realizados en instituciones públicas vinculadas con la salud y la educación. El primer artículo, a cargo de Carlos Álvarez recupera planteos realizados en su tesis de Maestría en Administración Pública orientada al análisis del proceso de transformación que sufriera el Hospital Nacional de Clínicas, a partir de la implementación de políticas neoliberales de autogestión y/o gestión descentralizada, invitando a reflexionar en torno al impacto de estas políticas en los trabajadores y la situación que padece actualmente la institución. Le sigue un artículo escrito por Pedro Oliva, que remite a una práctica de investigación desarrollada en el mismo hospital, en el cual presenta reflexiones en torno a los efectos disciplinarios y biopolíticos que tienen las instituciones hospitalarias y sus repercusiones en la salud de los/las trabajadores/as. Continúa un texto de Verónica Llanos y Lucía Rodríguez que emerge de una práctica supervisada de investigación realizada en ese Hospital, en relación con un dispositivo de atención primaria y formación en salud vinculado con la Medicina Familiar. El cuarto artículo constituye una reflexión de quien escribe en torno a la experiencia de dirección y acompañamiento docente en dos experiencias de investigación en torno al trabajo de enfermerxs en dos hospitales públicos: el hospital psiquiátrico Colonia Dr. Emilio Vidal Abal y el Hospital Nacional de Clínicas. En ambos sebordan, de diversa manera la relación entre cuerpo, trabajo, subjetividad e institución.. El apartado finaliza con un artículo escrito por Gabriela Cervato y Judith Bersano que relata una experiencia emergente de una investigaicón y una beca de extensión universitaria, que derivó en un taller de montajes artísticos orientado a promover la salud de jóvenes internos del Hogar Estudiantil Agustín Tosco, institución educativa de Córdoba. 20


En la tercera parte se socializan experiencias relacionadas con con la salud ambiental y colectiva protagonizadass por organizaciones y movimientos que luchan por derechos ambientales y territoriales. El primer artículo, a cargo de Darío Ávila y quien escribe, presenta una serie de cuestiones vinculadas con el contexto, dimensiones y estrategias desarrolladas por organizaciones socio-ambientales de alcance local, nacional y latinoamericano. Luego se alude a un caso paradigmático de la ciudad de Córdoba, protagonizado por Madres de barrio Ituzaingó, organización de vecinas creada para abordar las consecuencias que ocasionaron la fumigaciones de campos de soja ubicados junto al barrio. El segundo texto, a cargo de Leonardo Cagliero, Lucía Castellano, Elena Pontnau y quien escribe remite a un abordaje transdisciplinar que se viene llevando a cabo en torno a una problemática socio-ambiental y territorial planteada en dos zonas de las sierras chicas de Córdoba conocidas como Candonga y Canteras el Sauce. El tercer artículo escrito por Angelina Vreys, Sabrina Garribia M. y Gabriela Lorenzatti, aborda esta misma problemática, pero aludiendo específicamente a la zona de Candonga y al trabajo que viene realizando la “Asamblea de Vecinos del Chavascate”, organización social que lucha por la defensa de bienes comunes como el agua, la tierra y el patrimonio arqueológico. El cuarto artículo, a cargo de M. Emilia Ojeda, presenta reflexiones conceptuales en torno a la relación entre ambiente, territorio, psicología y comunidad, planteadas en el marco de una práctica supervisada de investigación que viene desarrollando en Canteras El Sauce de la localidad de El Manzano. Finalmente se incluye un artículo a cargo de Esteban Morales, quien socializa una experiencia de acompañamiento en la organización de vecinos que vienen luchando para evitar su desalojo de Villa El Tropezón, ante el desarrollo de emprendimientos urbanos e inmobiliarios. Esta experiencia emerge de una práctica pre-profesional de la Facultad de Psicología, una serie de talleres posteriores a esa práctica y un proyecto becado por el Colegio de Psicólogos de la provincia de Córdoba. La cuarta y última parte está integrada por tres artículos que ponen en juego aportes de los Estudios Decoloniales en el abordaje de prácticas comunitarias, artísticas y universitarias. En el primero de ellos, Karina Generoso presenta avances de su tesis de Maestría en Antropología orientada al análisis de las formas de enseñanza-aprendizaje en torno al 21


cuerpo, planteadas en la cátedra de Anatomía Normal y el Museo “Pedro Ara” de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC, situados ambos en el Hospital Nacional de Clínicas. El segundo artículo, escrito por Marianella Leclerc y Elina Sasoni alude a una práctica supervisada de investigación llevada a cabo con integrantes de la comunidad Qom que habita el barrio Namqom de la ciudad de Formosa-Argentina. El apartado finaliza con un texto de Norma Pellegrino en el cual presenta avances de su tesis de Doctorado en Artes centrada en el análisis de performances teatrales que abordan problemáticas ambientales3. Tanto la portada como las carátulas de cada parte de este libro, constituyen montajes realizados desde el ELAPS, como parte de su producción académico-artística. Estos montajes integran citas visuales significantivas que se combinan con registros, fotografías y diseños que han sido generados en los procesos de investigación y producción artística presentados. La portada, por ejemplo, remite al albún The Wall de Pink Floid e integra parte de la cuarta crátula, citando un dibujo anatómico de Leeonardo Da Vinci de un feto para aludir, decololnialmente, a la vida latente de regiones como Latinomerica. La carátula de la primera parte es la portada de un (Des) montaje transdisciplinar realizado en el Museo Científico Tecnológico de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC bajo el título “Cuerpo, Montaje y Capitalismo” y estuvo a cargo de Judith Bersano, Carlos Álvarez y quien escribe. La segunda carátula es un montaje realizado por Judith Bersano. El diseño final de la tercera y cuarta carátula y de la portada del libro estuvo a cargo de Leonardo Cagliero y quien escribe. Las experiencias y aportes presentados aquí constituyen partes de procesos más amplios que nos exceden y cuyo gran desafío radica, parafraseando el lema de los foros sociales mundiales, en dar cuenta, visibilizar, valorar, participar y potenciar de la construcción de otros mundos posibles. Valeria Cotaimich Abril 2016 3

Todos los artículos han sido pensados no solo en el marco de este libro, sino también para que puedan ser socializados por separado, motivo por el cual el lector encontrará que, en cada caso se explicitan las referencias institucionales correspondientes a los proyectos que permitieron su realización.

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PARTE I PoĂŠticas y polĂ­ticas entre las artes y las ciencias

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(Des) montaje transdisciplinar sacudidas y movimientos en (y de) las fronteras entre las artes, las ciencias y la política Valeria Cotaimich

¿Qué hace el montaje sino perturbar el sentido de las obras

de arte por una invasión de fragmentos salidos de la realidad empírica –invasión sustraída a la legislación del sentido- y, a la vez infligir un desmentido al sentido?… Ernst Bloch no dice otra cosa, me parece, cuando hace del montaje una máquina de producir polvo en el espacio y viento en el tiempo, en resumen, una máquina de soltar espectros de la memoria y del deseo inconsciente, siguiendo un ritmo de “intermitencia fantasmagórica” (…). El montaje es una exposición de anacronías por que precisamente procede como una explosión de la cronología (…) el montaje corta las cosas habitualmente reunidas y conecta las cosas habitualmente separadas. Crea por lo tanto una sacudida y un movimiento. (Didi-Huberman: 2008)

El presente artículo constituye una introducción a una modalidad de trabajo que, quien escribe, ha propuesto considerar como (Des) montaje transdisciplinar -(D)MT-. Esta modalidad, epistemológicamente, emerge de la puesta en tensión y en diálogo de aportes provenientes de las ciencias sociales y políticas, las artes, los Estudios de la Performance, los Estudios Culturales y otros estudios del campo de la psicología y el psicoanálisis que aluden a la configuración de discursos y subjetividades. Metodológicamente, la propuesta implica una vinculación entre investigación científica y producción artística, a través de un proceso de reflexión crítica y propositiva basado en una vinculación dialéctica y dialógica entre: -instancias de indagación, comprensión y análisis de recortes de la realidad considerados en términos de montajes instituidos- e -instancias de producción de montajes orientados a generar procesos instituyentes-. Técnicamente, se plantea un primer momento lógico de observaciones, entrevistas, rastreos, registros y análisis fotográfico, fílmico y documental, acompañado de aproximaciones auto-socioanalíticas y un segundo momento de producción de textos científicos, 27


literarios y/o poéticos, fotografías, performances, instalaciones, y videos (siguiendo una modalidad que consideramos como “montaje de citas audiovisuales”)4. Estas producciones luego forman parte de un montaje transdisciplinar más amplio de carácter inter-activo. A través de un (D)MT , se propone conocer, comprender y analizar una realidad, identificando montajes instituidos que contribuyen a generar inequidad y malestar, y montajes instituyentes que promueven equidad y bienestar. A partir de allí, se busca promover interrogantes, dislocaciones, re-combinatorias y resignificaciones de estos aspectos, a los fines de contribuir a procesos de transformación social y cultural. El carácter transdisciplinar de esta propuesta reside en la puesta en tensión y diálogo de aportes disciplinares, no disciplinares e indisciplinados, provenientes de las ciencias, las artes y de conocimientos de sujetos, grupos, organizaciones y movimientos sociales. Ello supone la interacción entre académicos, profesionales, intelectuales, artistas y personas que protagonizan las prácticas abordadas. Entre los principales aportes conceptuales que retomados, provenientes de las ciencias sociales y políticas, las humanidades, las artes y el psicoanálisis se encuentran las nociones de performance y performatividad; cultura, discurso, relaciones de poder, saber y verdad; campo, habitus, capital, estrategia, práctica, agenciamiento, interés y magia social; proceso de salud/enfermedad/atención; sujeto, cuerpo y subjetividad; creatividad, comunicación y aprendizaje; emoción; vida cotidiana, naturalización/desnaturalización, proceso de institucionalización, carácter instituído e instituyente de las prácticas sociales; metáfora/metonimia y/o condensación/desplazamiento, pulsión; textualidad, escena, dispositivo y montaje. Nos detendremos a profundizar en esta última noción. 4

Montaje de citas audiovisuales es el nombre que hemos otorgado, junto con Natalia Konig, a un modo de producción audiovisual que venimos desarrollando bajo la lógica de un (Des) Montaje Trandisciplinar. Su particularidad radica en la vinculaciónque supone entre producción académica y artística, así como en la puesta en tensión y en diálogo de citas audiovisuales de films y documentales que no forman parte del circuito comercial con registros y ediciones audiovisuales producidos en el marco del ELAPS. En el capítulo siguiente desarrollamos una síntesis de las implicancias de esta forma de trabajo que König tomó como eje principal de su teis de Licenciautra en Cine y Tv.

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Acerca del significante montaje La Real Academia Española define el montaje como: 1-Acción y efecto de montar (armar las piezas de un aparato o máquina; 2- Combinación de las diversas partes de un todo; 3- Cureña o armazón a la que se ajustan las piezas de artillería; 4- En el cine, ordenación del material ya filmado para constituir la versión definitiva de una película; 5- En el teatro, ajuste y coordinación de todos los elementos de la representación, sometiéndolos al plan artístico del director del espectáculo; 6- Aquello que solo aparentemente corresponde a la verdad; 7- Ajuste y acoplamiento de las diversas partes de una joya; 8. Acústica. Grabación compuesta conseguida por la combinación de dos o más grabaciones5.

A este listado de acepciones, se agregan dos apartados vinculados con las nociones de montaje fotográfico y cadena de montaje. La primera es definida como fotografía conseguida con trozos de otras fotografías y diversos elementos con fines decorativos, publicitarios, informativos, y la segunda es considerada dentro del rubro tecnológico como proceso de fabricación desarrollado en etapas sucesivas y continuas. A continuación se retoman y resignifican algunas de estas acepciones. Dela cadena de montaje al montaje como sacudida y movimiento

La cadena de montaje ha constituido uno de los dispositivo más eficaces para el desarrollo y consolidación del capitalismo, ya que, ha implicado una base tecnológica no sólo para la fabricación de objetos de mercado, sino también para la configuración de cuerpos y subjetividades. Este dispositivo se encuentra en la base de la relación entre modo de producción y modo de subjetivación, en tanto, las lógicas fordistas y tayloristas que lo sustentan, trascendieron la generación de productos para la venta y el consumo, para impactar en la vida social y cultural, a través de formas de mecanización y objetualización que dejaron su impronta en una diversidad de campos sociales, entre ellos, los de la salud, la educación, la comunicación y las artes.

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Extraído del sitio web de la RAE. http://dle.rae.es, (última consulta 29/2/2016)

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En este último campo, desde la primera guerra mundial, hasta mediados del s. XX, un sector de intelectuales y artistas, críticos de este proceso, protagonizaron un movimiento considerado como Primeras vanguardias artísticas del s. XX. Como señala Irigoyen (2002), estas vanguardias implicaron profundos cuestionamientos hacia los efectos de las lógicas unilineales de producción que supusieron descomposiciones de estas cadenas sintagmáticas de montaje y pensamiento, sostenidas y sostenedoras de procedimientos de representación visual y verbal. Según el autor, este hecho fue tan fundante de las vanguardias como el Fordismo y el Taylorismo de las formas de producción fabril, solo que desde una posición opuesta, en tanto buscaban desmontar el andamiaje de cuño capitalista que regía la cultura6.. Estos cuestionamientos y rupturas se transfirieron, de distinto modo, al campo del cine, el teatro, la filosofía y las ciencias sociales. En esta línea cabe recordar las propuestas de S. Eisenstein, B. Brecht, J. Heartfield, los teóricos de la Escuela de Frankfurt (Ej: T. Adorno, M. Horkheimer) y, especialmente, a W. Benjamin. Referentes que fueron recuperados y re-significados por algunos de los protagonistas del segundo movimiento de vanguardias artísticas desarrollado a mediados del s. XX, a partir del cual emergieron y/o se consolidaron el Performance Art y los Estudios Culturales (Jameson y Žižek 1998)7. Montaje en el campo de las artes escénicas y audiovisuales En el contexto de las primeras décadas del s. XX, como expresa Patrice Pavis (1998), S. Eisenstein y V. Meyerhold escandalizaron al público con sus propuestas en el campo cinematográfico y dramatúrgico. En el primer caso, a través de montajes basados en cortes de escenas y fotogramas que eran reordenados según criterios propios 6

En estos planteos el autor no repara en las diferencias sustanciales que existieron entre los distintos movimientos de vanguardia (Ej:Dadaísmo, Surrealismo, Cubismo, Suprematismo, etc.) que derivaron en posiciones opuestas en relación, por ejemplo, con el progreso tecnológico, o el Fascismo. Un ejemplo de ello estuvo dado por el movimiento conocido como Futurismo.. 7 Como señala Subirats (1989), si bien los primeros y segundos movimientos de vanguardias generaron cambios importantes en las formas de concebir y producir arte, ellos no fueron homogéneos y con el tiempo perdieron su carácter revolucionario inicial, pasando a institucionalizarse como pilares del llamado Arte Contemporáneo, en cuyo seno emergieron un sinnúmero de prácticas que entraron en la lógica espectacular de la sociedad mediatizada a la cual criticara Guy Debord (1999).

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del cineasta, más afines a la metáfora y la metonimia, que a las lógicas racionales dominantes de la época, lideradas por D. W. Griffith, cuyas producciones recuperaban el relato literario decimonónico. Meyerhold transfiere la propuesta de S. Eisenstein a la escena teatral, proponiendo combinatorias diversas de los componentes escénicos (espacialidad, temporalidad, narrativa, tratamiento de la imagen, trabajo del actor, etc.). De este modo toma distancia de la fábula hegemónica, basándose en sucesiones de imágenes que otorga lugar a otra clase de narrativas. Otro tanto sucedía con el Dadaísmo y el Surrealismo, movimientos que buscaban dislocaciones en la producción de obras de arte, basadas en la revisión de formas tradicionales de ver, construir y concebir la realidad. El último de estos movimientos, además, incorporaba aportes relacionados con la lectura de los sueños, los deseos y el inconsciente que promovía el Psicoanálisis, otro de los sistemas de pensamiento que estaba emergiendo con fuerza en aquel momento. La propuesta originaria de Eisenstein emerge de una confluencia entre su experiencia en el cine, su mirada política crítica al capitalismo y sus estudios en torno a la escritura japonesa. El análisis de esta última lo llevó a reparar en los ideogramas, cuya producción, lejos de basarse en una sumatoria de elementos, conlleva un plus de valor y sentido que trasciende la sumatoria de las partes (Eisenstein 1990). El cineasta transfirió esto a la experimentación con montajes audiovisuales, generando combinatorias de escenas y elementos dentro de una escena, que no eran usuales en el embrionario arte cinematográfico. Arlindo Machado, uno de los principales referentes del pensamiento y la producción audiovisual brasileña contemporánea, propuso una vinculación entre la propuesta cinematográfica de S. Eisenstein y la lectura dialógica de la producción de sentidos, realizada por M. Bajtín, haciendo hincapié en el lugar protagónico que tienen las imágenes para el pensamiento, el procesamiento de información, la construcción de conocimientos, las emociones, acciones, interacciones y comportamientos. Machado transfirió estas reflexiones a la producción de montajes visuales, audiovisuales y multimediales, prestando especial atención a producciones relacionadas con la poesía visual, la performance y el video arte (Machado 2000, 1983). 31


Varias décadas antes que Machado, Walter Benjamin se ocupó de las implicancias poéticas y políticas de los montajes en el cine, la fotografía y el teatro, partiendo del análisis de la relación entre tendencia política y técnica en el trabajo de Bertolt Brecht. Hizo hincapié en el potencial que guarda la develación de los mecanismos de producción escénica a través de la “interrupción” y el “distanciamiento”, técnicas características del trabajo del dramaturgo. Como señala Benjamin, los montajes de Brecht buscaban “operar contra la ilusión del público”, ocupándose no tanto de reproducir situaciones (al estilo del teatro naturalista), sino de promover su descubrimiento, el cual “no tiene carácter estimulante sino función organizativa” en tanto “lo montado interrumpe el contexto en el cual se monta” a través de un distanciamiento técnico que implica una reconversión de los métodos de montaje (Benjamin 1989: 103). Como señala el autor, los medios y metas de Brecht son más modestos que los empleados en el teatro tradicional, en tanto no buscan generar o llenar al público de sentimientos, ni siquiera los de la rebelión, sino más bien, “promover procesos de reflexión y distanciamiento de lo cotidiano”, considerando que allí reside la potencia poética y política de la escena teatral (Benjamin Ob. Cit.). Más recientemente, G. Didi-Huberman (2008) recupera y vincula el trabajo de Brecht y Benjamin, concentrándose en procesos de montaje, desmontaje y remontaje, en relación con la producción escénica y con el tratamiento de las imágenes. Aquí se propone poner en tensión y en diálogo estas nociones con aportes de autores como Richard Schechner (2000), Judith Butler (1993) y Pierre Bourdieu (2003). De los dos primeros autores retomamos su énfasis en las potencialidades e incidencias que las performances culturales guardan en la configuración performativa de las subjetividades y las culturas, en el contexto del capitalismo contemporáneo. Del segundo retomamos cuestiones que hacen al carácter conflictivo, dialéctico y estratégico de los campos sociales. También apelamos a otros aportes planteados por Michel de Certau (1993), Roger Chartier (1996) y Michel Foucault (1991) en torno al papel que juegan las relaciones de poder, saber y verdad implicadas en los discursos y prácticas que consideramosen términos de montaje. 32


Una propuesta de análisis [y producción] en términos de montaje “… un musical de Broadway es entretenimiento si uno se concentra en lo que pasa en el escenario y la sala. Pero si se expande la mirada y se incluyen los ensayos, la vida detrás del escenario antes, durante y después del espectáculo, la función de los papeles en las vidas de cada actor, el dinero invertido por los promotores, la llegada del público, la razón por la cual asisten los espectadores y cómo pagaron las entradas (por su cuenta, por cuenta de la compañía donde trabajan, como gasto necesario para progresar en sus carreras o como acto de caridad, etc.), entonces, hasta un musical de Broadway es algo más que un entretenimiento: también es un ritual, una economía y el microcosmos de una estructura social” (R. Schechner 2000) Si bien existe una diversidad de usos de la categoría de montaje en los campos de las artes, la comunicación y la tecnología, en este caso adscribimos a la línea que plantea Benjamin, Machado y Didi-Huberman, retomando a Eisenstein, Brecht y Bajtín. A partir de allí, y de manera general, consideramos como montaje a toda construcción discursiva emergente de la combinatoria y/o re-combinatoria de elementos materiales y simbólicos que se inscriben en sistemas de creencias, generando diversos efectos de sentido que se traducen en formas de mirar, decir, hacer y construir la realidad. Estos montajes pueden adquirir formas textuales, infraestructurales, objetuales, visuales, escénicas, audiovisuales y multimediales, integrando diversas tramas de sentidos que orientan acciones e interacciones sociales. Para esta modalidad de trabajo la categoría de montaje constituye una metáfora poética y política que se pone en juego, tanto en la lectura y análisis de aspectos instituidos que se encuentran en la base de las producciones culturales y las relaciones sociales, como en la generación de interrogantes y dislocaciones de carácter instituyente. Por ello se propone diferenciar entre montajes instituidos y montajes instituyentes, según sean construidos o puestos en juego para reproducir el poder explícito o para poner en tensión y transformar un determinado orden de creencias y relaciones de poder basados en este poder (Castoriadis 2008). 33


Como ejemplo de montajes montajes instituidos podemos considerar toda una serie de prácticas cotidianas vinculadas con campos como los del trabajo, la salud, la educación, el deporte, la vida familiar, el entretenimiento o la religión. Prácticas que muchas veces implican una red de elementos que se fortalecen mutuamente a través de diversos dispositivos arquitectónicos y vinculares. Como ejemplos paradigmáticos podríamos considerar una iglesia y una misa, una escuela y una clase, una cancha y un partido de fútbol, un shopping y una transacción comercial, un hospital y una consulta médica o psicológica. Todos ellos implican rituales y/o performances basadas en sistemas de creencias y reglas explícitas o implícitas que se traducen en organizaciones espacio-temporo-corporales y objetuales, escenario en el cual se reproducen y/o transforman formas de mirar/se, decir/se y hacer/se que los sujetos ponen en juego en sus vínculos cotidianos. Lo señalado lleva a considerar esta propuesta como un abordaje en términos de montaje, parafraseando a R. Schechner (2000) y P. Bourdieu (2003), quienes propusieron, analizar la vida social y cultural en términos de performance en un caso y de campo en el otro. En un (D)MT se propone retomar aportes de ambas propuestas, con la particularidad que no sólo se busca al análisis de las realidades abordadas, sino también contribuir y/o promover su transformación. En síntesis, un (Des) montaje transdisciplinar constituye un proceso de reflexión crítica y propositiva, orientado, en primer término, al análisis y comprensión de montajes instituidos que configuran la vida social y cultural de un contexto en particular; haciendo hincapié en como inciden las lógicas capitalistas de dominación y explotación en la naturalización de prácticas y discursos que reproducen situaciones inequidad, malestar, sufrimiento y enfermedad. En segundo término, se busca la producción y/o fortalecimiento de montajes instituyentes orientados a contribuir a la transformación de esas situaciones en favor de mayor equidad y bienestar. Carácter histórico social, cultural y discursivo de un montaje Los efectos de sentido que generan la repetición y/o permanencia de los montajes culturales en el tiempo, inciden performativamente en la configuración de cuerpos, relaciones y por tanto subjetividades. Es por esto que, a la hora de abordar un recorte de realidad en términos de montaje, resulta importante indagar aspectos de orden histórico34


cultural, político e institucional que se encuentran en la base de la red de sentidos instituidos con los cuales cada sujeto se vincula de manera dialéctica. Sentidos que suponen juegos de visibilidad e invisibilización de procesos de inequidad plasmados en la materialidad de cuerpos, objetos, espacios, prácticas y vínculos. Richard Schechner (2000) señala que es posible conocer una cultura a través de sus performances. De modo similar, se propone considerar la relación entre performance y montaje, en el sentido planteado por Didi-Huberman cuando afirma que “La exposición por el montaje (...) renuncia por adelantado a la comprensión global y al “reflejo objetivo”. Dys-pone y recompone, por lo tanto interpreta por fragmentos en lugar de creer explicar la totalidad” (Didi-Huberman 2008: 127). En esta línea, el autor, siguiendo a Brecht, señala que, la observación y el conocimiento por el montaje, atañen menos a los episodios de la historia -materia de la forma dramática- que a la “red de relaciones [...] que se esconde tras los acontecimientos [ya que] ocurra lo que ocurra, siempre hay otra realidad detrás de lo que se describe” (Brecht en Didi-Huberman Ob. Cit.: 70). Momentos lógicos de un (Des) montaje transdisciplinar Un (des) montaje transdisciplinar implica fases específicas que, a manera afín a lo planteado por el Psicoanálisis, configuran momentos lógicos, más que cronológicos. Estos momentos cobran diferentes características según cada universo de sentidos. No se trata de una receta metodológica, sino de un conjunto de líneas de pensamiento y acción que implican rupturas epistemológicas con aquello consabido y naturalizado, en un movimiento dialéctico y dialógico hacia la transformación de realidad, entendida ésta como construcción dinámica. Los momentos a los cuales hacemos referencia consisten en: - Delimitar el recorte de realidad que se desea abordar en términos de montaje. Este recorte, como dijimos, puede estar configurado por textos, performances, imágenes, disposiciones arquitectónicas, objetuales y espacio-temporales, rituales, interacciones sociales, etc. Contextualizar estas producciones culturales, identificando tramas de sentido y relaciones sociales de las cuales emergen y a las cuales contribuyen a construir. 35


- Promover rupturas epistemológicas en torno a supuestos, prenociones y prejuicios (Bachelard 1999), apelando a instancias de auto-socio-análisis a la manera de lo planteado por Bourdieu, respecto del lugar y posición social, política y epistemológica desde la cual se observa/construye la realidad. Esto hace al distanciamiento necesario que requiere un abordaje de estas características, en aras “objetivar al sujeto objetivante” y “tomar posición” (Bourdieu 2003, DidiHuberman 2008). - Identificar los sentidos dominantes que orientan las prácticas y relaciones sociales, atendiendo a cómo operan allí las lógicas capitalistas contemporáneas. Ello teniendo en cuenta cuáles son las luchas que se plantean en torno a la definición y redefinición de los sentidos prácticos, tendiendo a desentrañar y comprender estos sentidos8. - Identificar e historizar acontecimientos políticos y culturales que resultan relevantes, performativamente, para la producción y reproducción del orden de creencias y dominación que hacen a los montajes seleccionados. - Seleccionar aspectos de estos montajes ante los cuales se buscará generar interrogantes, dislocaciones, tensiones y re-significaciones. En base a estos aspectos generar montajes transdisciplinares que busquen, en términos de Didi-Huberman, promover sacudidas y movimientos. - Enlazar y socializar estos montajes a través de diferentes dispositivos textuales, escénicos, visuales y audiovisuales. Estos momentos temporal y espacialmente en la práctica se superponen, en una suerte de “estallido de la cronología”, tal y como lo plantea Didi-Huberman en la cita del epígrafe del presente artículo. (Des) montaje como praxis política Recordemos que, para la “Real Academia Española”, el significante desmontaje remite al verbo desmontar, que equivale a desarmar las piezas que componen un objeto, un edificio o un sistema intelectual, sometiéndolos a un posterior análisis. Transferimos y resignificamos este sentido, considerando como (des) montaje a un 8

Para ello recuperamos aportes de Clifford Geertz (1990) respecto de etnografía, a la cual considera como una descripción densa orientada al desentrañamiento de la red de sentidos que orientan las prácticas sociales. También retomamos aspectos del planteo etnográfico experimental J. Clifford (1995).

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proceso de lectura y análisis de la realidad que supone, ficcionalmente, el (des) armado de partes de un todo, pero también el armado de otra cosa, a partir de nuevas combinatorias. Consideramos este proceso como praxis política de carácter dialéctico y dialógico, que busca, a partir de una toma de conciencia y posición, el análisis y reflexión crítica de un recorte de la realidad, así como el desarrollo de acciones propositivas y transformadoras, en un sentido colectivo, situacional y situacionista9. Siguiendo a Benjamin y Bourdieu, con esta propuesta se procura superar la estéril contraposición entre forma y contenido, discursos y prácticas, poéticas y políticas, sujeto y objeto. Cuestión que hace tanto al orden de la enunciación, como a las técnicas que se ponen en juego en aquello que Benjamin considera como “(…) abastecimiento del aparato de producción simbólica dominante”. El autor señala que los productores simbólicos no solo defienden, sino también creen controlar y poseer este aparato, en tanto consideran que está a su favor, cuando en realidad es al contrario, está “contra ellos” y “los posee” (Benjamin 1975:130). Aquí radica uno de los motivos por los cuales resulta imprescindible tomar distancia y posición ante los órdenes dominantes de producción cultural, valiéndonos y/o construyendo herramientas conceptuales y técnicas, políticas y poéticas. Cuestión que se encuentran en la base de la modalidad de trabajo que estamos presentando. En definitiva, un proceso de (Des) montaje constituye una herramienta de resistencia activa ante la alienación, que se vale de la puesta en tensión y en diálogo entre aportes de las artes, las ciencias humanas y sociales, la política y la experiencia vital. Así como una modalidad de trabajo que emerge en el seno de una universidad pública, implicando prácticas intelectuales, consideradas en un sentido afín al planteado por M. Foucault cuando señala: Sueño con el intelectual destructor de evidencias y universalismos, el que señala e indica en las inercias y las sujeciones del presente, los puntos débiles, las aperturas, las líneas de fuerza...(…) el que contribuya allí por donde pasa, a 9

Aludimos con este término a ciertos aportes derivados del situacionismo europeo cuyo principal referente es Guy Debord (Debord 1999)

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plantear la pregunta de si la revolución vale la pena (y qué revolución y qué esfuerzo es el que vale), teniendo en cuenta que a esa pregunta sólo podrán responder quienes acepten arriesgar su vida por hacerla (Foucault en Terán 1995). Vaya esta cita para finalizar preguntándonos acerca del lugar y posición que decidimos ocupar académicos, artistas e intelectuales en el sistema de producción simbólica de un capitalismo que día a día cobra más virulencia, buscando la mercantilización de todos los órdenes de la vida. Lugar desde el cual se incide en la formación de otros seres, quienes, en el presente o, en el futuro, pueden optar por la reproducción y/o la trans-formación de este sistema de relaciones. Teniendo en cuenta esto, la propuesta que hemos presentado en este texto, como señalamos en la introducción, se plantea el desafío de contribuir a configurar y/o, fortalecer otros mundos posibles10. Referencias Bibliográficas Bachelard, G. (1999). La formación del espíritu científico. Colombia. Ed. Siglo XXI. Bs. As. Benjamin, W. (1989). Discursos Interrumpidos I. Ed. Taurus. Madrid. Bourdieu, P. (2003). Creencia artística y bienes simbólicos. Bs. As. Ed. Aurelia Rivera. ---------------- (1988). Cosas Dichas. Ed. Gedisa. Bs. As. Butler J. (1993). Cuerpos que importan, sobre los límites materiales y discursivos del “sexo”. Ed. Paidós. Bs. As. •Castoriadis, C. (2008) Poder, política, autonomía. En El mundo fragmentado. Terramar Ediciones. La Plata Chartier R. (1996). Escribir las prácticas. Foucault, De Certau, Marín. Ed Manantial. Bs. As. Clifford J. (1995). Dilemas de la Cultura. Antropología, Literatura y Arte en la perspectiva postmoderna. Gedisa Ed. Barcelona Costa R. y Mozejko T. (2003) Lugares del decir. Santa Fe- Argentina. Ed Homo Sapiens 10 Esta modalidad de trabajo se ha puesto en juego en actividades y proyectos de investigación y extensión subsidiados la Universidad Nacional de Córdoba. Entre ellos, se encuentran tres proyectos, a los cuales haremos referencia más adelante, titulados: 1) “Arte/s, Performance/s y Subjetividad/ es. Análisis y propuesta de experiencias performativas de carácter local vinculadas con los campos de las artes y la salud”; 2) “Los muertos enseñan a los vivos. (Des) montaje transdisciplinar de prácticas y discursos en torno al cuerpo y la muerte” y 3) “¿Sagrada Familia? Familia, cuerpo y poder en el capitalismo contemporáneo”

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Cotaimich V. (2014). (Des) montaje transdisciplinar. Una vinculación praxiológica entre Investigación científica y Producción artística. Anuario de Investigaciones de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba-Argentina. ----------------------- (2013). (Des) montaje transdisciplinar. Una Modalidad de trabajo emergente en las fronteras entre las artes y las ciencias. Revista AVANCES. CIFFyHUniversidad Nacional de Córdoba- Argentina. De Certau M. (1993) La escritura de la Historia. UIA-ITESO, México. Debord, G. (1999). La Sociedad del Espectáculo. Ed. Pre-textos. Valencia Didi-Huberman G. (2008). Cuando las imágenes toman posición. El ojo de la Historia Ed. A. Machado. Madrid. Eisenstein S. M. (1990). Reflexiones de un cineasta. Ed. Lumen. Barcelona Foucault M. (1991). Saber y Verdad. Ed. La Piqueta. Madrid. ----------- (1977). Historia de la Sexualidad 1. La Voluntad de Saber. Ed. Siglo XXI. Bs. As. Haraway, D., (1991), Ciencia, cyborgs y mujeres: la reinvención de la naturaleza, ed. Cátedra, Madrid, 1995. Irigoyen E. (2002). El arte es una máquina de (des) montaje. Fordismo-taylorismo y vanguardias artísticas a principios del s.XX. En Scripta Nova. Revista electrónica de Geografía y Cs Sociales. Univ. de Barcelona. Vol. VI, núm 119 http://dialnet.unirioja. es/servlet/oaiart?codigo=625658 (12/5/2014) Jameson, F., Žižek, S. (1998). Estudios Culturales: reflexiones sobre el multiculturalismo. Ed. Paidós. Bs. As. Lapassade, G., Lourau R. (1977). El análisis institucional. Ed. Campo Abierto. Madrid. Machado A. (2000). El paisaje mediático. Sobre el desafío de las poéticas tecnológicas. Ed. Libros del Rojas. Universidad de Buenos Aires. ---------------- (1983) Eisenstein: Geometría do Êxtase. Brasiliense. São Paulo, Pavis P. (2000) El análisis de los espectáculos. Teatro, mimo, danza, cine. Editorial Paidós. Barcelona --------- (1998). Diccionario del teatro. Dramaturgia, estética, semiología. Ed. Paidós. Barcelona. Preciado, B. (2008) Testo Yonqui. Madrid. Ed. Espasa Schechner R. (2000). Performance. Teoría y Prácticas interculturales. Ed. Libros del Rojas. Univ.ersidad de Buenos Aires. Subirats, E. (1989). El final de las Vanguardias. Edit. Antrhopos. Madrid. Terán O. (Comp.) (1995). Michel Foucault. Discurso, poder, subjetividad.. Ed. El cielo por asalto. Bs. As.

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Montaje de citas audio-visuales Fotografía, cine, animación y video en el marco de un (des) montaje transdisciplinar Natalia König Valeria Cotaimich Este artículo presenta las bases que constituyen un “Montaje de citas audiovisuales”, herramienta de producción artístico-académica, construida en el marco de una modalidad de trabajo considerada como “(Des) montaje transdisciplinar”. Esta herramienta implica la puesta en tensión y en diálogo de fragmentos de fotografía, cine, animación y video, con registros y/o producciones realizadas en procesos de investigación y producción artística que abordan diversas problemáticas culturales y del campo de la salud11. Elaboramos esta propuesta a partir de la realización de dos producciones transdisciplinares titulados: 1) “Los muertos enseñan a los vivos. (Des) montaje poético y político transdisciplinar en torno a prácticas y discursos sobre el cuerpo y la muerte. Partes I y II” y 2) “Cuerpo, Máquina y Capitalismo”12. A lo largo de estos procesos surgió el interés de indagar en torno a experiencias de la historia de las artes visuales y audiovisuales que, estilística, conceptual y/o técnicamente evocaran y/o enriquecieran aspectos vinculados con esta herramienta de trabajo. 11

Esta propuesta emerge de un proceso de investigación desarrollado a lo largo de dos proyectos titulados: 1) “Arte/s Performance/s y Subjetividad/es. Análisis y propuesta de experiencias performativas de carácter local vinculadas a los campos de las artes y la salud” y 2) “Investigación-Acción y (Des) Montaje Transdisciplinar en torno a experiencias vinculadas con la Salud (pública, ambiental, comunitaria y colectiva)”. Ambos fueron financiados por la SECyT de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). En ese marco se elaboró la tesis de Licenciatura en Cine y TV de Natalia König, presentada en el año 2014, bajo el título: “Multimedia y producción audiovisual. Análisis en torno a las nociones de montaje, cine expandido, apropiación, instalación, y su relación con la modalidad de (Des) montaje transdisciplinar”. El formato de “montajes de citas audiovisuales” fue puesto en juego en diversas producciones realizadas desde el ELAPS (Espacio Laboratorio de Arte/s, Performance/s y Subjetividad/es) de la Facultad de Psicología de la UNC. Todas estas instancias contaron con la dirección de Valeria Cotaimich. 13 Trabajos realizados, respectivamente, durante los años 2011 y 2012 en el Museo de Anatomía “Pedro Ara”, de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, y en el Museo Científico Tecnológico de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, en el marco de “La Noche de los Museos”, evento organizado por el Programa de Divulgación Científica y Artística del área de comunicación de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNC.

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Tarea que se planteó en torno a nociones como: montaje (Eisenstein, 1974; Didi-Huberman, 2008; Stam, 2001; Bañuelos Capistrán, 2008), cine de montaje (García Martínez, 2006), cine expandido (Youngblood, 1970; Alonso, 2011), cultura remix (Manovich 2003, 2005, 2006, 2007), apropiación (Prada, 2001), postproducción (Bourriaud, 2004, 2009), instalación y multimedia (Bonet, 1995; Gianneti, 2002; Machado, 2001)13. Se realizó un rastreo en torno a la emergencia y desarrollo de estas nociones procurando identificar cuáles fueron sus principales aportes al campo de la producción audiovisual, en general, y cuales podíamos vincular con un (Des) montaje transdisciplinar, en particular.. También se recuperaron aportes de referentes del campo de la Filosofía y las Ciencias Sociales, entre los cuales se encuentran: Walter Benjamin (1989), George Didi-Huberman (2008), Paula Sibilia (2005) y Pierre Bourdieu (2010). Metodológicamente esta forma de trabajo parte del rastreo, visionado, análisis y selección de fragmentos visuales, fotográficos y audiovisuales en torno a un tema determinado, que luego son analizados e incluidos en un montaje de citas. Noción esta última que G. Didi-Huberman (2008) emplea para abordar producciones de Bertolt Brecht que combinan textos y fotografías14. Resignificamos y ampliamos esta noción para aludir a una combinatorias que incluye fragmentos fotográficos, visuales y audio-visuales con registros y ediciones propias a los fines de promover formas accesibles de divulgación científico-artística en torno a un tema o problema determinado. Para ello seguimos premisas básicas de indagación, comenzando por el rastreo y construcción de una suerte de “estado del arte en imágenes”. Así como por premisas técnicas relacionadas con el montaje artístico. Esto supone visionados y selecciones respecto de los cuales nos preguntamos por qué, para qué y cómo deberían incluirse en el producto final. Este proceso implica cuestiones de orden contextual, conceptual, técnico, estético, estilístico y formal, así como aspectos que hacen a la lectura y recepción de quienes son los destinatarios de este trabajo. 13

En este caso, a diferencia de las nociones de apropiación (Prada), remix (Manovich) o postproducción, abordadas por Bourriaud, trabajamos partiendo de lógicas académicas en relación con citas de otras producciones que son las que se convierten en materia prima para los montajes de citas audiovisuales (König 2014).

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Tal es el caso, por ejemplo, de “Diario de trabajo” (1938-1955) o “Abecedario de la guerra, Kriegsfibel” (1955) (Didi-Huberman Ob. Cit.).

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A estas cuestiones sumamos aspectos de orden ético en relación con la utilización de las citas, para lo cual se tienen en cuenta: 1) Ley sobre Propiedad Intelectual Nº 11.72315, que protege los derechos de autor en nuestro país; 2) tratados internaciones a los cuales Argentina adhiere16; 3) investigaciones acerca del tema que asumen una postura crítica frente a estas legislaciones, haciendo hincapié en sus ambigüedades y zonas grises respecto de la propiedad intelectual y los derechos de autor y 4) elementos que hacen a la producción en contextos de educación pública y gratuita como el caso de la Universidad Nacional de Córdoba. Situados aquí, esta herramienta ha sido pensada en el marco de procesos colectivos y colaborativos que apuestan por la defensa y promoción de la cultura libre y la lucha ante aquello que Busaniche considera como capitalismo cognitivo. (Busaniche 2010). Otro de los objetivos con esta clase de trabajos es socializar fragmentos de producciones que no circulan masivamente por los circuitos dominantes del mercado y la industria cinematográfica. Se trata de una posición que poética y políticamente busca no solo enriquecer el tratamiento de los temas abordados, sino también contribuir al conocimiento y valoración de producciones invisibilizadas. Apelamos a re-significaciones que, en la historia del arte, han generado artistas como Duchamps o los creadores del Found footage. Incluyendo estos aportes en una caja de herramientas que permite pensar múltiples posibilidades, a sabiendas que, como señala Bourriaud: : En la era digital, el fragmento, la obra, la película son puntos en una línea movediza, elementos de una cadena de signos cuya significación depende de la posición que ocupan. (…) El artista arma algo a partir de la producción general, se mueve por redes de signos, inserta sus propias formas en encadenamientos existentes. ” (Bourriaud, 2009:203-204)

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El texto de la Ley 77.723 puede consultarse en el sitio oficial http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/anexos/40000-44999/42755/texact.htm Última consulta: 10-04-2016

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Entre ellos el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Disp. en http://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/CESCR.aspx Última consulta: 10/04/2016

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El autor considera los fragmentos de obras y las obras mismas como parte de cadenas de signos que forman parte de redes de mercado, información y telecomunicación más amplias, que entretejen al mundo entero con hipervínculos. A través de un “montaje de citas audiovisuales” buscamos plantear diálogos y tensiones en este complejo de redes. Tensiones que promueven resignificaciones y destnaturalizaciones ante las lógicas de la globalización. Decimos estos reconociendo el carácter conflictivo, complejo y dinámico de esas redes e hipervínculos. Esto último viene asociado a la intención de contribuir, como hemos procurado en los trabajos realizados hasta ahora, al abordaje de problemáticas que afectan la salud y la vida (Ej.: impacto del desarrollo tecnológico y su relación con la explotación de los trabajadores; naturalización de las relaciones patriarcales, inequidad entre géneros y sexualidades, determinaciones sociales de la corporalidad y del proceso/salud/enfermedad, entre otros). Los montajes que se vienen produciendo bajo la modalidad expuesta son de corte digital. Esta condición permite ir más allá de la linealidad de los relatos y generar combinatorias de fragmentos de filmes producidos desde las primeras décadas del s. XX hasta nuestros días, junto con materiales audiovisuales generados en los ámbitos en los cuales trabajamos. También contamos con la posibilidad de liberar las imágenes de la tiranía del tiempo y descomponerlas en fotogramas, cambiar su orden o alterar su duración, como nos mostraron los productores del found footage (García Martínez, 2006). Estas posibilidades se extienden a las instancias de proyección, que pueden plantearse en pantallas tradicionales o sobre otros soportes que juegan con infraestructuras arquitectónicas, cuerpos quietos o en movimiento, u otra clase de pantallas y escenarios que se diferencian de la caja oscura que es el cine y su gran pantalla espectacular. En este camino retomamos el eco de experiencias de la historia de la cinematografía vinculadas con el cine expandido (Youngblood, 1970; Alonso, 2011) y las instalaciones (Bonet, 1995; Gianneti, 2002). Esto permite que se puedan establecer diversas relaciones entre las imágenes en procesos de montaje, desmontaje y re-montaje (Didi-Huberman 2008) que trascienden la linealidad de un video. Hemos buscado trabajar en este sentido en los procesos multimediales realizados, en los cuales 44


se han proyectado imágenes sobre cuerpos que habitan el aquí y ahora, o se han impreso sobre dispositivos transportables e intercambiables, generando una tensión entre ideas consagradas en diferentes campos del conocimiento y la realidad palpable de quienes ofician de espectadores y/o inter-actores. Esto permite una dinámica que va del acercamiento intenso al distanciamiento, prestando especial atención al carácter dialógico de esta construcción de sentidos, en tanto trascendencia en el tiempo desde el pasado y hacia el futuro17. Tanto esta propuesta como otras afines que se pueden encontrar en el campo de las artes y la comunicación, forman parte de una episteme que ha estallado desde las primeras y segundas vanguardias y que, hoy en el contexto de una era artística genético-digital, impregna los más diversos ámbitos. En este marco, se vuelve necesario estar atentos al potencial carácter obnubilador de los avances tecnológicos. Para ello vaya el recuerdo de Eisenstein y Brecht, quienes, haciendo estallar narrativas dominantes y tradicionales, plantearon la necesidad de generar montajes posicionados que cuenten con un plus de reflexión cuyo horizonte no sea el mero placer estético, sino la contribución a la desnaturalización de las relaciones de dominio y a la transformación de estas relaciones en favor de mayor equidad social y cultural. En esta línea, los “montajes de citas audiovisuales” buscan invitar a mirar/interpretar estas producciones, reconociendo la potencial emancipación de la condición de espectador/a, en un sentido afín al propuesto por J. Rancière cuando señala: (...)[la emancipación] comienza cuando se vuelve a cuestionar la oposición entre mirar y actuar, cuando se comprende que las evidencias que estructuran de esa manera las relaciones del decir, del ver y del hacer pertenecen, ellas mismas, a la estructura de la dominación y de la sujeción (...) 17

Como señala Bajtín las relaciones dialógicas se entablan no sólo entre enunciados (relativamente) completos, sino también respecto a cualquier parte significante del enunciado, incluso en relación con una palabra, siempre y cuando ésta no se perciba como palabra impersonal, sino como signo de una posición, como representante de un enunciado ajeno, de una voz extraña. Por eso Bajtín plantea que las relaciones dialógicas pueden penetrar en los enunciados inclusive en una palabra aislada si es que en ella topan dialógicamente dos voces (Arán P. y otros: 1996). Como señala Machado, esto mismo se pone en juego en la producción y conocimiento a través de las imágenes (Machado 2000).

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Este es un punto esencial: los espectadores ven, sienten y comprenden algo en la medida en que componen su propio poema (...) En ese poder de asociar y disociar reside la emancipación del espectador, es decir, la emancipación de cada uno de nosotros como espectador (...) No tenemos que transformar a los espectadores en actores ni a los ignorantes en doctos. Lo que tenemos que hacer es reconocer el saber que obra en el ignorante y la actividad propia del espectador (...) (Rancière 2010: 19 a 25). Desarrollar trabajos orientados a “espectadores emancipados”, lleva a potenciar formas de resistencia activa ante la dominación que pretenden ejercer algunos sectores del campo de comunicación y la producción artística, científica y universitaria ante el cuerpo, la mirada, la palabra y la acción. En relación con esto, retomamos el desafío planteado por Paula Sibilia, cuando propone: (…) oponer los cuerpos, los placeres y los saberes a las captaciones del poder. Comprender los complejos dobleces y torsiones del presente en un desafío político, necesario para que podamos imaginar alternativas capaces de abrir grietas en esa superficie tan estrechamente urdida. (…) hacer estallar los antiguos muros para organizarse en redes (Sibilia, 2005:268).

Un montaje de citas audiovisuales busca, en un sentido afín al señalado por Sibilia, cotribuir al estallido de muros que permitan emerger y/o visibilizar el surgmiento de otras miradas, voces y cuerpos, al modo de lo propuesto a través de la portada de este libro. Referencias Bibliográficas Arán P. y otros (2008) Nuevo Diccionario de la teoría de Mijail Bajtín. Ferreyra Ed. Cba. Bañuelos Capistrán, J. (2008). Fotomontaje. Madrid. Ediciones Cátedra. Benjamin, W. (1989) El autor como productor. En: Iluminaciones III. Ed. Taurus. Madrid. Bonet, E. (1995) La instalación como hipermedio. En: Media Culture. Claudia Gianetti (EDITOR) Ed. L`Angelot. Barcelona. 46


Bourdieu, P. (2010) El sentido social del gusto. Elementos para una sociología de la cultura. Traducido por Alicia Gutiérrez. Ed. Siglo XXI. Bs. As. Bourriaud, N.(2004) Postproducción. La cultura como escenario: modos en que el arte reprograma el mundo contemporáneo. Ed.Adriana Hidalgo. Bs. As. ----------------- (2009) Radicante. Traducción de Michèle Guillemont. Ed. Adriana Hidalgo. Bs. As. Busaniche, B. (2013) Propiedad intelectual y Derechos Humanos. Tensiones existentes entre la Ley 11723 y el marco constitucional de los Derechos Culturales en Argentina. Tesis de Maestría. FLACSO Sede Académica Argentina. Bs. As. ----------------- (2013b) Es Ley el Acceso Abierto a investigación científica sostenida con fondos públicos en Argentina. Nota publicada el 23-12-2013 en el sitio Web de la autora: http://www.bea.org.ar/2013/12/es-ley-el-acceso-abiertoa-investigacion-cientifica-sostenida-con-fondos-publicos-en-argentina/(Consulta: 28-01-14) ------------------- (2010) Argentina Copyleft: la crisis del modelo de derecho de autor y las prácticas para democratizar la cultura. Ed. Böll Cono Sur. Fundación Vía Libre. Villa Allende. Disponible en http://vialibre.org.ar/arcopy.pdf (23/3/2016). Cotaimich V. (2014) (Des) montaje transdisciplinar. Una vinculación praxiológica entre investigación científica y producción artística". Anuario de investigaciones de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba-Argentina ----------------- (2013) (Des) montaje transdisciplinar. Una Modalidad de trabajo emergente en las fronteras entre las artes y las ciencias". Revista AVANCES. Área de Artes del C.I.F.FyH- Universidad Nacional de Córdoba Cotaimich, V. y Calafell Sala, N. (2012) (Des) montaje y sabotaje de discursos y prácticas en torno al cuerpo y la muerte en las fronteras entre las artes y las ciencias. En: Anthropos. Huellas del conocimiento, Barcelona. ----------------- (2004). El impacto de las nuevas tecnologías en la puesta en escena. La Estética Dialógica como desafío estético, poético y político. Publicado en Primer Simposio Prácticas de comunicación emergente en la cultura digital. Sextas jornadas de artes y medios digitales. Escuela de Artes, F.F.y H. Universidad Nacional de Córdoba . http://www.liminar.com.ar/jornadas04/. (12/3/2014) Didi-Huberman, G. (2008) Cuando las imágenes toman posición. Ed. A. Machado Eisenstein S. (1974) El sentido del cine. [1942] 2da ed. en español. Bs. As. S. XXI García Martínez, A. N. (2006) El film de montaje. Una propuesta tipológica. En: Secuencias: Revista de historia del cine, Nº 23. Giannetti, C. (2002) Estética Digital. Sintopía del arte, la ciencia y la tecnología. Ed. L’angelot. Barcelona. König N. (2014) Multimedia y producción audiovisual. Análisis en torno a las nociones de montaje, cine expandido, apropiación, instalación, y su relación con la modalidad de (Des) montaje transdisciplinar. Tesis de lic., en Cine y TV. F. de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba-Argentina. 47


Machado, A. (2001) Repensando a Flusser y las imágenes técnicas. En: Cine, video y multimedia: la ruptura de lo audiovisual. Comp. J La Ferla. Libros del Rojas. Universidad de Buenos Aires. Manovich, L. (2003) Introducción a la edición coreana en El lenguaje de los nuevos medios de comunicación. La imagen en la era digital. Disponible en: www.manovich.net (Ültima consulta 28/07/14) ------------- (2005) Remixing and Remixability. Texto disponible en: http:// www.manovich.net/articles.php (18/11/2013). -------------- (2006) El lenguaje de los nuevos medios de comunicación. La imagen en la era digital. Edit. Paidós. Bs. As. ---------------- (2007) What comes after remix?. En: www.manovich.net. 28/12/12 Prada, J. M. (2001) La apropiación Posmoderna. Arte, práctica apropiacionista y teoría de la Posmodernidad. Ed. Fundamentos.Madrid. Rancière J (2010). El espectador emancipado Ed. Manantial. Bs. As. Sibilia, P. (2005) El hombre post-orgánico: Cuerpo, subjetividad y tecnologías digitales. Fondo de Cultura Económica. Bs. As. Stam, R. (2001) Teorías del cine. Una introducción. Barcelona. Paidós Ibérica Youngblood, G. (1970) Expanded cinema. P. Dutton & Co.. New York.

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Cuerpo, anatomía, montaje y capitalismo. Bases conceptuales y relatos sobre tres (des) montajes transdisciplinares realizados en museos de Córdoba

Valeria Cotaimich

Este artículo presenta bases conceptuales y relatos vinculado con tres (Des) montajes transdisciplinares realizados en dos museos científicos y un museo artístico de la ciudad de Córdoba-Argentina18. El primero de ellos se titula “Los muertos enseñan a los vivos. (Des) montaje poético y político transdisciplinar sobre prácticas y discursos en torno al cuerpo y la muerte” y se realizó en el Museo de Anatomía “Pedro Ara” del Hospital Nacional de Clínicas, dependiente de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) entre los años 2010 y 2012. Vinculado con este trabajo se vienen realizando prácticas de investigación y tesis de grado y postgrado vinculadas con carreras como Psicología y Antropología. Su objetivo principal fue conocer, comprender, analizar y (des) montar discursos y prácticas en torno al cuerpo y la muerte que, desde la institucionalización de la Anatomía Moderna, se han construido y constituido en pilares del Modelo Médico Hegemónico (Menéndez 1994) y del sistema capitalista19, operando de forma dominante en la vida cotidiana de este museo y de la mayor parte de los ámbitos de formación y atención del campo de la salud. En esta línea se prestó especial atención a los sentidos atribuidos a los cuerpos-objetoscadáveres que constituyen la base del aprendizaje de la Anatomía. 18

La idea y coordinación de estos trabajos estuvo a cargo de quien escribe y en su producción, participaron, integrantes del ELAPS (Espacio Laboratorio de Arte/s, Performance/s y Subjetividad/es) de la Facultad de Psicología de la UNC. así como estudiantes, docentes, investigadores, artistas y/o colaboradores. Las propuestas de los museos científicos se presentaron en el marco de La Noche de los Museos (ediciones 2011 y 2012), coordinada por Zusana Boneu, directora del Programa de Divulgación Científica y Artística de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNC.

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Entre estos se encuentran libros de Anatomía, programas de cátedra, sitios Web donde se historiza y presenta al museo, actividades cotidianas, montaje espacial de la sala de disección y de la sala donde se exhiben preparados anatómicos, etc.

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La segunda experiencia llevó como título Cuerpo, máquina y capitalismo y se realizó en el Museo Científico Tecnológico (UNC) en el año 2012, presentándose de manera simultánea a la segunda edición del trabajo en el museo “Pedro Ara”. El objetivo fue (des) montar transdsiciplinarmente prácticas y discursos vinculados con el uso material y simbólico de las piezas de este museo en los campos de la ciencia, la industria y la tecnología, prestando especial atención a como este uso incide en la configuración performativa de los cuerpos y las subjetividades contemporáneas. Nos propusimos esto teniendo presente que algunas piezas constituyen íconos y/o pilares para el desarrollo del Capitalismo en el s. XX. Tal es el caso, por ejemplo, del motor del auto Ford T, símbolo del fordismo. El tercer (Des) montaje, titulado “¿Sagrada Familia?” se realizó en el Museo Genaro Pérez de la ciudad de Córdoba en el año 2013 tuvo como objetivo (des) montar discursos y prácticas en torno al significante familia y su relación con el cuerpo, la sexualidad y el poder en las fronteras entre las artes, la religión y la política recuperando relatos e historias acerca de este museo, de sus obras y de quien lleva su nombre, Genaro Pérez, referente local en estos campos sociales en la ciudad de Córdoba, a fines del s. XIX y principios del s. XX. I- Primer (Des) montaje transdisciplinar. Los muertos enseñan a los vivos Este trabajo se realizó en diversas fases. En la primera de ellas se realizaron observaciones participantes, análisis de material documental y entrevistas semi-estructuradas a diferentes agentes sociales que forman parte de la cotidianeidad del Museo “Pedro Ara” (director, técnicos, personal administrativo, docentes, estudiantes, público, etc.). De allí emergieron distintas definiciones y apreciaciones respecto de a) objetivos y sentidos que los entrevistados atribuían a la existencia de un museo de Anatomía; b) formas de considerar y tratar un cuerpo; c) implicancias del trabajo con cadáveres; d) experiencias con cuerpos provenientes de instituciones psiquiátricas u hospitalarias; e) preparación y exhibición de estos cuerpos; f) necesidades, dificultades y potencialidades de la actividad cotidiana; g) lugar e implicancias que guarda el desarrollo de 50


actividades de enseñanza-aprendizaje en un ámbito público de educación y salud; h) vinculación entre anatomía y otra serie de disciplinas y saberes, etc. Este trabajo permitió: -avanzar en la comprensión de cuales son los procesos que se plantean al interior de la formación médica y la divulgación científica, en relación con el cuerpo, la salud y la muerte; observar la vinculación que existe entre esta formación y el Modelo Médico Hegemónico (Menéndez 1995); reflexionar en torno a la vigente y urgente necesidad de complejizar la formación de los profesionales de la salud, desde una perspectiva transdisciplinar que incorpore la posibilidad de diálogos y construcciones con saberes y experiencias no disciplinares. Un modo de leer y construir la historia Una de las tareas que resultan sustanciales para un (Des) montaje es la historización de las prácticas y discursos que procuramos abordar. En este caso se partió de lecturas respecto a discursos históricos nativos. Tal fue el caso de una breve cronología publicada en el sitio web de la institución, a la cual los sujetos refieren cuando se pregunta acerca de su historia. Allí se señala que la institución se creó en el año 1878, a partir de un conjunto de nueve preparados donados por Miguel Rodríguez de la Torre, un esqueleto en préstamo, perteneciente al Colegio Nacional de Montserrat, algunos preparados óseos realizados en la Cátedra de Anatomía y otras piezas obtenidas en el Cementerio San Jerónimo de la ciudad de Córdoba. A ello se sumaban un atlas anatómico y nueve láminas. En 1892 la colección se había incrementado, contando con una muestra ósea y 80 preparados anatómicos y plásticos. A los fines de consolidar la conformación del este museo, la Facultad de Ciencias Médicas contrató un especialista. Al respecto, se publica lo siguiente: Hasta el año 1924 pocos progresos se habían hecho en el Museo; se hacía sentir la falta de un técnico que orientara al Instituto Anatómico y enseñara los secretos de la técnica Anatómica. La fuente era Europa. Por entonces fue Rector durante el período 1924-1928 el destacado Profesor de Psiquiatría Dr. León S. Morra quien conciente del problema aprovechó con acierto el viaje que efectuaron en el año 1925 dos distinguidos Profesores, los Dres. G. Martínez y M. Aliaga, encomendándoles la misión de entrevistar en España algún anatomista de relevancia que pudiera ser contratado para nuestra Escuela de Medicina. Asisten en Sevilla a una exposición de 51


preparados anatómicos de los que era autor el joven Profesor Pedro Ara S. que ya brillaba con nítidos perfiles. Entrevistado por los aludidos Profesores, el Dr. Ara aceptó el contrato que fue suscripto por las autoridades Universitarias, merced al diligente trámite que imprimiera el Rector Morra. Pedro Ara Sarría nacido en Zaragoza en 1891 y fallecido en Buenos Aires en 1973 se encargó de la formación del museo y con ello de la realización de preparados anatómicos que perduran hasta la fecha. Para ello formó discípulos que lo acompañaron hasta 1932, año en el cual vuelve a España. Su lugar en la cátedra fue ocupado por Humberto Fracassi quien prosiguió con la realización de preparados anatómicos desde 1933 hasta 1955, momento en el cual se jubila y lo sucede Ángel Roque Suárez, discípulo de los anteriores. En su gestión se construye un nuevo edificio inaugurado en 1962 destinado no sólo al museo sino también a la cátedra de Anatomía Normal. En 1969, fallece Roque Suárez y lo sucede Román E. Jiménez, a quien le sigue en 1970 Emilio Olivares y en 1971 Oscar Antonio. En este último año se realiza un concurso a partir del cual asume la dirección E. Olivares hasta el año 198720, año en el cual lo sucede el Dr. Ignacio Aranega hasta marzo del año 2010, cuando asume el cargo el Dr. Carlos Sánchez Carpio a quien lo sucede el Dr. Esteban Jáuregui, actual director y Prof. Tit. de la cátedra de Anatomía Normal. La breve reseña histórica citada hasta aquí sigue una lógica continuista y formal, en la cual se pone énfasis en personajes y fechas, sin que emerja ninguna alusión a ningún otro acontecimiento o a las posibles dificultades, intereses, intenciones, conflictos o disputas que se hayan planteado en torno a este proceso. Esta reseña forma parte de los montajes instituidos de carácter histórico, visual y fotográfico que de manera cotidiana y naturalizada atraviesan las prácticas de enseñanzaaprendizaje y divulgación dentro del museo. Entre estos montajes cobra un lugar especial un preparado que se ha convertido en ícono del museo, al cual se ha otorgado el nombre de “Cabeza de viejo”. 20 Fue hasta 1972 que se siguieron realizando preparaciones anatómicas, alcanzando entonces los 1100 preparados que hoy se exponen en el museo.

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La muerte vuelta ícono. Miguel “Cabeza de viejo”. Desde la primera vez que pisara tierra cordobesa y hasta su muerte, Pedro Ara viajaría de manera intermitente para dirigir primero, y acompañar después, el desarrollo de esta institución. Durante los períodos de residencia aquí, conformó un equipo con el cual puso en marcha diferentes técnicas de conservación de cadáveres, entre las cuales cobró relevancia la Parafinización, con la cual conservó el cuerpo de Manuel de Falla y posteriormente el de Eva Duarte de Perón (entre 1952 y 1953)21. Entre los años 1928-1929 Pedro Ara realizó un preparado anatómico sobre el cuerpo de una persona en situación de calle que vivía en las puertas del Hospital Nacional de Clínicas. Este preparado constituye el emblema del Museo y lleva el nombre de “Cabeza de Viejo”. Su imagen aparece publicada en el sitio Web de la institución (ver imagen 2). Allí se pone énfasis en el antecedente de la conservación del cadáver de Eva Perón, práctica que otorgó gran popularidad el trabajo de “Pedro Ara”, a nivel nacional e internacional. Salvo los cuerpos de Eva Perón y Manuel de Falla, en general, no encontramos referencias a las personas cuyos cadáveres han sido parafinados, menos aún de aquellas cuyos fragmentos se exponen en el museo, excepto el caso de la pieza “Cabeza de viejo”, respecto de la cual logramos averiguar que su nombre de pila era Miguel. Es así que nos encontramos ante fragmentos de cuerpos de sujetos identificados, de “NN” que, en su mayoría, como manifiestan los entrevistados, murieron en condición precarias, en hospitales psiquiátricos y generales de carácter público. A diferencia de esto, en las vitrinas del museo son expuestos los nombres de los anatomistas y médicos que han formado parte de la historia oficial de la institución. Esto nos lleva a reflexionar en torno a cómo los procesos de inequidad social se reproducen y extienden aún en la muerte, en tanto se trata de personas cuyas vidas estuvieron signadas por la exclusión y la invisbilización o, por el contrario, por la ocupación de posiciones sociales privilegiadas. 21 La técnica de Parafinización fue ideada por Leo Frederiq en 1876, reanudada por el Prof. Ferdinand Hochstetter y perfeccionada posteriormente por el Dr. Pedro Ara. Con esta técnica también se conservaron los cuerpos de Vladimir Lenin y Mao Tse Tung en China. Erróneamente en algunos sitios se atribuye a Ara la conservación del cadáver de Lenin pero él mismo lo desmiente aclarando que el especialista que se encargó de esta tarea fue V. Vorobiev (Ara 1974:28).

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Aquí, como sucede con otros montajes instituidos, observamos la puesta en juego del Modelo Médico Hegemónico (Menéndez 1995), en tanto reproductor de formas de saber, verdad y poder plasmadas en la invisibilización y naturalización de las inequidades sociales. Cuestión que resulta naturalizada para quienes habitan/constituyen este espacio a diario, y no niega el valor incalculable que estos preparados tienen para la historia de las ciencias de la salud. El cuerpo y la disección anatómica entre las artes y las ciencias en el contexto de epistemológico de la Modernidad Las alusiones institucionales de carácter histórico a las cuales hicimos referencia dan por sentada y sobre entendida la institucionalización de la Anatomía, sin referencias a cómo se gesta, desarrolla e institucionaliza esta disciplina. A continuación presentaremos una serie de cuestiones indagadas en este sentido a lo largo del (Des) montaje transdisciplinar realizado, teniendo presente algunas de las implicancias epistemológicas y políticas que tuvo tal proceso en la historia de las ciencias en la Modernidad. Comenzaremos por la disección anatómica. Como señala Rafael Mandressi la técnica de disección, ejerció un papel fundamental en modos de pensamiento y concepción científica de la realidad que aún hoy resultan vigentes y dominantes. Esta técnica se comienza a emplear en el siglo. II a. C, en Alejandría y se suspende hasta fines de la Edad Media, luego de un período de quince siglos en los cuales algunos historiadores sostienen que estuvo prohibida por la Iglesia (Mandressi 2005: 301). Mandressi refuta esto último, sosteniendo que no fue por prohibición eclesiástica que se dejó de practicar esta técnica, sino por que no estaban dadas las condiciones culturales ya que se hacía necesaria la institucionalización de este modo de conocimiento, basado en la observación directa, la manipulación empírica y la fragmentación. Es por ello que el autor señala: “(…) en lugar de tratar de averiguar por qué no hubo disecciones en la Edad Media tardía, nos podríamos preguntar por qué razón se empezó a recurrir a ella en esa época”, considerando su advenimiento como una 54


“(...) invención, una respuesta que, en un momento dado, apareció como adecuada y ventajosa ante la exigencia de obtener y perfeccionar un nuevo saber sobre el cuerpo” (Ob. cit.: 302-304). El punto de partida de este proceso es la llegada de la medicina greco-árabe al Occidente medieval, acompañada por un arduo trabajo de traducción desarrollado desde el s. XI en el sur de Italia, que se extendió a Toledo en el s. XII y de allí, al resto de la Europa Latina. Entre las obras médicas que incidieron en este proceso se encuentra el Canon de la medicina, enciclopedia médica de 14 volúmenes escrita por Ibn Sina (Avicena,), médico musulmán, alrededor del año 1020, donde se combinan experiencias personales, otras relacionadas con la medicina islámica medieval, con escritos de Galeno, Sushruta y Charaka y aportes de la medicina antigua persa y árabe Este saber médico se asentaba sobre la base de los planteos originarios de Galeno, que los árabes retomarán y re-significarán. Por este motivo se puede hablar de un primer tiempo de “galenismo arabizado” que luego derivaría en una revisión de los originales conocimientos grecolatinos. A posteriori, debido a que la mayoría de estos textos médicos aún no estaban traducidos y se precisaba confirmar el conocimiento sobre el cuerpo a través del “veredicto de los sentidos” la disección se vuelve una técnica necesaria22. El dibujo anatómico y el arte de hacer danzar los cadáveres En este proceso de institucionalización de la Anatomía Moderna y como paso previo a la apertura del cortinado de la piel, cobran especial relevancia las prácticas artísticas vinculadas con el dibujo anatómico. Si bien la inclusión de diseños anatómicos ya formaba parte de los textos de Medicina Árabe, fue recién a partir del trabajo de Leonardo Da Vinci (1452-1519) y Andrea Vesalio (15141564) que el dibujo, basado y/o vinculado con la disección anatómica cobró un papel preponderante. Al respecto Mandressi señala: 22

Estas y las referencias que siguen son recuperadas de escritos de R. Mandressi en los cuales realiza un pormenorizado detalle de textos que fueron retomados, traducidos y realizados en este tiempo, así como un análisis de las imágenes que se incluían en esos textos (Mandressi 2005, 2008, 2012).

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La participación de artistas en el establecimiento de la iconografía anatómica se produjo sobre la base de la convicción de que la ilustración desempeñaba un papel esencial en el dispositivo de conocimiento organizado alrededor de la percepción visual. Pintores y anatomistas comparten los mismos valores a propósito de la experiencia sensorial, los libros científicos explotan la cultura visual de la época, y ésta invade aportando una sensibilidad específica. Los artistas pusieron al servicio del saber anatómico una dimensión estética, pero también una mirada que iba más allá del objeto muerto colocado sobre la mesa de disección: la dramaturgia de los esqueletos y de los despellejados no pertenece al escalpelo, sino al pincel. Es el artista el que hace danzar a los cadáveres (Mandressi 2005: 311). Si bien este autor no se detiene en el análisis y relevancia que tuvo Leonardo Da Vinci para la Anatomía, aquí cabe mencionar su obra, antecesora del trabajo de Andrea Vesalio que constituyó el primer estudio anatómico profundo realizado por un artista que realizaba prácticas de disección aún no oficializadas. Leonardo comenzó su relación más cercana con la Anatomía entre 1466 y 1476, cuando se formó en el estudio de Andrea di Michele di Francesco di Cioni (1435-1488), conocido como Andrea del Verrocchio. Allí profundizó en conocimientos sobre el cuerpo a través de un trabajo en figurillas en terracota que luego llevó al dibujo. Entre 1485 y 1515, y más precisamente desde el 1500 despliega su pasión por la Anatomía incursionando en prácticas de disección23 que signan una nueva etapa de su producción artístico-científica. (Kickhofel: 2011:319) (Ver montaje en imagen 4)24.

Estas obras, que podríamos considerar como los primeros montajes anatómicos del Renacimiento, fueron en parte olvidadas, más aún ante la publicación de A. Vesalio, a quien algunos consideran como

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Para profundizar en el estudio de la historia de las publicaciones del trabajo de Leonardo en materia de Anatomía, véase Kickhofel 2011 (pp. 319, 320), 24

Las tres primeras imágenes forman parte de la Colección Real del Castillo de Windsor de Gran Bretaña y fueron realizadas entre 1510 y 1511. Recuperadas de: http://www.wikipaintings.org/en/leonardo-da-vinci/anatomical-studies-of-the-shoulder (13/03/2013) y las otras dos son del 1500 y se encuentran en la Biblioteca Ambrosiana de Milán en Italia. Recuperadas de: http://www.wikipaintings.org/en/leonardo-da-vinci/anatomical-studies-ofthe-shoulder (13/03/ 2013)

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fundador de la Anatomía Moderna, a través de la publicación de su trabajo De humanis corporis fábrica en 1543, momento en que ejercía como profesor de Anatomía en la Universidad de Padua. Como señala Mandressi, este libro, basado en una recuperación del trabajo de observación de la obra de Galeno, inauguró un momento en el cual los ojos, las manos, la vista y el tacto pasaron a cobrar un papel relevante para los anatomistas, quienes pasaron a considerarlos fundamentos de la nueva ciencia que se buscó establecer desde finales del s. XV (Ob. Cit.: 308). Adjuntamos imágenes del frontispicio e interior de esta obra (imágenes 5 y 6). Como vemos, las artes, performativamente fueron jugando un papel importante en la configuración de un modo de leer y construir el cuerpo, coherente con los preceptos renacentistas de los cuales emergen las ciencias modernas, basados en la observación y la experiencia. La iconografía vesaliana, fue incidiendo y promoviendo formas de pensar y tratar el cuerpo. Además del dibujo, hubo otro dispositivo que jugó un papel sustancial, no solo para la enseñanza de la Anatomía, sino también para la epistemológica moderna. Nos referimos al Teatro Anatómico. Surgimiento e institucionalización del Teatro Anatómico El dispositivo del Teatro anatómico, constituye uno de los montajes arquitectónicos más pregnantes para la institucionalización de la Anatomía Moderna, ya que implicó una nueva organización de la mirada. Al respecto Mandressi plantea: Si Vesalio es el autor, en el prefacio de la Fábrica, de una especie de manifiesto que anuncia la irrupción de una scienza nuova animada por la virtuosidad manual y la agudeza visual de la mirada, ese programa ya había sido enunciado por otros anatomistas, llamados “prevesalianos”. Berengario da Carpi, por ejemplo, que asigna al “testimonio de los sentidos” el papel de aportar la “prueba” en anatomía y habla de anatomía sensibilis para designar ese conocimiento ilimitado de estructuras perceptibles únicamente por los sentidos. Otro “prevesaliano”, Alessandro Benedetti, es el primero que describe un dispositivo espacial que trata de optimizar la percepción y que es en sí mismo la marca más elocuente de la consagración de lo visual: el teatro de anatomía (Ob. Cit. 308). 57


Los primeros teatros anatómicos eran desmontables y respondían a normativas específicas orientadas a optimizar la recepción de las prácticas de disección. Benedetti, en su obra Anatomice (1502), así como Guido Guidi y Charles Etienne, son algunos de los pensadores que por entonces se dedicaron a describir como debían ser estos espacios. Se los concebía como anfiteatros temporales aireados y amplios, con un banco en el centro, donde se ubicaba el cadáver elevado en un lugar iluminado. A su alrededor se encontraban filas de bancos en las cuales se situaban, jerárquicamente, los espectadores. Los rituales anatómicos se realizaban por la noche a la luz de velas perfumadas. Eran controlados y ordenados por regidor y por guardianes. Todos estos requisitos se van reproduciendo y ampliando con el tiempo (ej.: telas para cubrir del sol o ubicación que favorezca la escucha de la voz de quien vaya explicando el acto). (Ob. Cit.: 308-309)25. Si bien el primer montaje temporal de estas características se produce en la Facultad de Medicina de Montpellier, en Francia en 1552, es recién en 1584 cuando se construye el primer teatro anatómico permanente, en la Universidad de Padua bajo la dirección de Girolamo Fabrici d´ Aquapendente, profesor de Anatomía y cirugía entre 1565 y 1613. Esta estructura, de forma elipsoidal, respondía a un estudio anatómico del ojo realizado por Aquapendente entre 1581 y 1584. Incluye cinco pisos que albergan alrededor de doscientas personas. En este ojo arquitectónico las lecciones de anatomía alcanzaban una gran audiencia que pagaba para ver esta performance de despedazamiento. Al respecto Mandressi señala: Fabrizi había hecho de su teatro una gigantesca metáfora concreta de la mirada. En Padua, se disecaba dentro de un ojo, de una máquina de percibir, de un observatorio de la fábrica del cuerpo que permitía a un público numeroso participar en la consagración de la experiencia visual como piedra angular del conocimiento anatómico (…) las disecciones públicas eran momentos de celebración” (Mandressi 2008:74) (ver montaje en imagen 7)26. 25

Los siguientes datos de este párrafo también corresponde a esta última cita.

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Teatro anatómico de la Universidad de Padova. 1) Diseño publicado en Gymnasium Patavinum (Udine, 1654) de J.P. Tomasini; 2) Fotografía actualizada y publicada en el sitio web oficial de la Univ. de Padova Imagen recuperada de sitios: http://maquinariadelanube.wordpress.com/2010/10/25/de-humani-corporis-fabrica-ii-arquitectura-y-muerte; y www.unipd.it/universita/patrimonio-artistico-e-culturale/palazzo-bo-e-teatro-anatomico (10/03/13).

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Como sugiere Ann Ubersfeld el diseño y ocupación de todo espacio teatral trae consigo ciertas concepciones históricas y socioculturales ligadas a determinados modos de concebir la palabra, la escena y el psiquismo. Esto puede verse planteado claramente en este montaje espacial, en tanto, performativamente, contribuyó a configurar determinadas maneras de concebir y tratar el cuerpo así como de conocer y construir la realidad y los vínculos sociales27. Se trata de un momento de la historia de la Humanidad en el cual el individuo pasa a ocupar el centro de la escena. En relación con esto Mandressi plantea: La metáfora de la anatomía asociada con la búsqueda de la verdad bajo la superficie inmediatamente visible de las cosas, con el sondeo de una interioridad de cuyas profundidades se debe hacer brotar la luz, con la segmentación como procedimiento y la ostentación como prueba, configura no sólo el modelo de un modo particular de conocimiento, sino el tipo mismo de conocimiento capaz de informar de lo esencial, si no de la totalidad de los aspectos del objeto al que se aplica. En su raíz, se halla el escalpelo, un instrumento desviado de las carnes para ir a tallar en otras partes las vías del conocimiento. (Mandressi 2008: 89) Esta práctica de indagación en torno al cuerpo cobra fuerza en el s. XVI, partiendo del trabajo de Vesalio y se potencia en el s.XVII, en un contexto de mecanización del mundo, en el cual el universo mismo es visto como gran mecanismo. Esto se plasma en modelos explicativos que comienzan a tomar como referencia a la máquina, cuyas piezas son susceptibles de ser fragmentadas y desmontadas (Mandressi 2005: 316). Nos encontramos en la antesala de la entrada triunfal de la máquina a vapor, el estallido de las urbes, y el comienzo del capitalismo industrial. 27 Como señala el autor, en este teatro se delimitan lugares en función de la condición social y la tarea específica vinculada con la práctica de la disección. Entre los espectadores, quienes pertenecen a sectores privilegiados se encuentran adelante, con el mejor acceso visual, mientras que el resto se ubica cada vez más lejos de esta escena. En el centro se encuentra el cuerpo objeto de disección, el anatomista, y el barbero o quien esté a cargo de la manipulación del cuerpo. Vaya esta distribución espacial y escénica para dar cuenta de diferencias sociales que se reproducen en perfomrances y montajes clavves a lo largo de la historia de la Humanidad.

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Cuerpo y anatomía en el desarrollo del capitalismo Gustavo Antón y Franco Damiano señalan que, en la historia de la Ciencia Moderna sobre el cuerpo, además de la producción de Vesalio, se produjeron otra serie de textos que sentaron las bases para complejizar esta noción. Tal fue el caso del texto De civilitate morum puerilium, de Erasmo de Rótterdam, retomado y analizado por Norbert Elías en sus investigaciones socio y psicogenéticas. Allí se remarca la observación de la actitud corporal, los gestos, la vestimenta, considerándolas como la exteriorización de una interioridad (Elías en Antón y Damiano 2010). Es a partir de estos estudios que los autores proponen pensar al cuerpo tanto en su faceta singular como colectiva, como resultado de una “(...) encrucijada entre procesos biogenéticos, psicogenéticos y sociogenéticos”; territorio de diálogos y luchas sociales, epistemológicas y disciplinares. (Antón y Damiano 2010: 11, 13). Esta lectura contribuye a comprender el papel sustancial que tuvo este conocimiento moderno respecto de los modos de concebir y tratar el cuerpo en la configuración del sistema capitalista, ya que se vuelve un “objeto” imprescindible a la hora de buscar mayor productividad en la fuerza de trabajo. Por ello es que comienza un interés fundamental en conocer y dominar el cuerpo de los trabajadores y su distribución en el espacio y el tiempo, para lo cual la Medicina cobra un papel fundamental. Es entonces que, en el contexto del Renacimiento, momento de escisión entre las artes y las diferentes disciplinas científicas, que comienza a cobrar mayor relevancia la investigación del cuerpo en tanto conocimiento de sus entrañas y su funcionamiento, para volver más eficaz su rendimiento. En ese proceso, la corporalidad sale del ámbito de lo privado y pasa a constituirse en objeto de políticas públicas, dando lugar, como señala M. Foucault (1998, 1987), a la emergencia de una diversidad de estrategias de disciplinamiento y mecanismos sociopolíticos que procuran ir orientando su configuración. De manera contemporánea se construyen dispositivos arquitectónicos que llevarían este disciplinamiento a otros órdenes sociales, tal es el caso de las escuelas, los hospitales, las cárceles y las fábricas. Todas ellas van delineando formas corporales y de vinculación al servicio de la producción y control de subjetividades. 60


El cuerpo, en tanto reservorio de energía que puede ser transformada en fuerza de trabajo pasa a ocupar entonces un lugar central en el contexto de un modo de producción que precisa sostenerse sobre sujetos dóciles, homogéneos, sanos y productivos. Sin embargo, al mismo tiempo, la explotación y alienación que este modo supone, genera toda una serie de padecimientos, enfermedades y sintomatología que traen altos costos económicos, físicos, psíquicos y vinculares. Esto se acompaña de la institucionalización de relaciones sociales mediadas por sistemas de premios y castigos que van delineando formas de normalidad y patología social, ante las cuales se plantean lógicas de tratamiento acompañadas del desarrollo de la industria farmacéutica, protagonista de los tiempos capitalistas que vendrán. Este escenario se sostiene gracias al desarrollo de aquello que Michel Foucault considera como Biopoder, base de las formas de control y disciplinamiento capitalista en salud pública. (Ob. Cit.: 26-30). “Anátomo-política del cuerpo” y “bio-política de la población” Como señala Foucault (Ob. Cit.) desde el s. XVII, para el desarrollo del capitalismo, los sectores dominantes requieren profundizar el dominio de los cuerpos y de la población. Esto se da a través de dos formas que se encuentran vinculadas. La primera de ellas implica la consideración del cuerpo como máquina, para lo cual se organizaron ´procedimientos de poder disciplinares a través de la educación, buscando “(...) el aumento de sus aptitudes, el arrancamiento de sus fuerzas, el crecimiento paralelo de su utilidad y su docilidad, su integración en sistemas de control eficaces y económicos”, cuestiones que el autor considera como anatomopolítica del cuerpo. La segunda forma a través de la cual se da este poder sobre la vida, emergente hacia mediados del s. XVIII, se concentró en el cuerpo en tanto especie y sigue las reglas de la “mecánica de lo viviente”, soportando procesos biológicos plasmados en datos estadísticos como las tasas de natalidad y mortalidad, nivel de salud, duración de la vida, longevidad, vinculadas a todo un conjunto de condiciones socio económicas y culturales. Para este conjunto de problemas se desarrollan intervenciones y controles reguladores que configuraron aquello que el autor considera como biopolítica de la población. Estas disciplinas del cuerpo, anatómicas 61


e individualizantes, y estos modos de regulación de la población, orientados a los procesos biológicos de la especie humana, constituyen dos polos alrededor de los cuales se desarrolló la organización del poder sobre la vida orientado no tanto a matar sino a invadir la vida entera (Foucault 1998: 83). Este Biopoder se vuelve indispensable para el desarrollo del capitalismo, en tanto asegura la inserción controlada de sujetos en el aparato de producción. Este proceso, según Foucault: (...) necesitó el crecimiento de unos y otros, su reforzamiento al mismo tiempo que su utilizabilidad y docilidad; requirió métodos de poder capaces de aumentar las fuerzas, las aptitudes y la vida en general, sin por ello tornarlas más difíciles de dominar; si el desarrollo de los grandes aparatos de Estado, como instituciones de poder, aseguraron el mantenimiento de las relaciones de producción, los rudimentos de anátomo y biopolítica, inventados en el s. XVIII como técnicas de poder presentes en todos los niveles del cuerpo social y utilizadas por instituciones muy diversas (la familia, el ejército, la escuela, la policía, la medicina individual o la administración de colectividades), actuaron en el terreno de los procesos económicos, de su desarrollo, de las fuerzas involucradas en ellos y que los sostienen; operaron también como factores de segregación y jerarquización sociales, incidiendo en las fuerzas respectivas de unos y otros, garantizando relaciones de dominación y efectos de hegemonía; el ajuste entre la acumulación de los hombres y la del capital, la articulación entre el crecimiento de los grupos humanos y la expansión de las fuerzas productivas y la repartición diferencial de la ganancia, en parte fueron posibles gracias al ejercicio del bio-poder en sus formas y procedimientos múltiples. La invasión del cuerpo viviente, su valorización y la gestión distributiva de sus fuerzas fueron, en ese momento, indispensables (Foucault 1998: 84). En este contexto el desarrollo de la Anatomía, como pilar de la Medicina y la Salud Pública pasó a constituir una de las disciplinas más relevantes para potenciar este Biopoder. 62


Lo desarrollado hasta aquí se encuentra en la base de los tres (des) montajes transdisciplinares presentados en este capítulo y de otros trabajos realizados desde el ELAPS28. A continuación presentaremos como se abordaron algunas cuestiones específicas en este trabajo, que hacen a las condiciones de trabajo y enseñanzaaprendizaje. Montaje arquitectónico y condiciones materiales de trabajo y enseñanza-aprendizaje Institucionalmente, el Museo de Anatomía “Pedro Ara” depende, junto con la Cátedra de Anatomía Normal del Instituto Anatómico de Córdoba. Es por ello que comparten tanto el edificio donde funcionan, como las dependencias administrativas y gran parte de sus actividades. 28 A los tres trabajos presentados aquí, se suman otros, entre los cuales se encuentran dos motnajes presentados en las primeras y segundas jornadas de Salud Mental y Géneros, tituladas Deconstruyendo críticamente los imperativos de género, realizadas en la Facultad de Psicología (2008 y 2009); una puesta presentada en el X Congreso de Salud Mental y Derechos Humanos centrada en el abordaje de prácticas y discursos en torno al cuerpo y la locura (2011) y una propuesta seleccionada para ser presentado en el Centro de Arte Contemporáneo del Chateau Carreras de la Ciudad de Córdoba, titulado “Sacr@, erótic@ y digital. O la transmutación del padre”. La mención de estos últimos nos da pie para una nota anatómica apócrifa, surgida de un señalamiento realizado por Rafael Mandressi en torno a un hecho que la Anatomía científica ha dejado en el olvido. Nos referimos al descubrimiento del clítoris, realizado por Realdo Colombo, en la Italia del s. XVI, al cual dio en llamar amor veneris. Descubrimiento cuestionado por sus congéneres y al cual Colombo asignó un valor de verdad que Mandressi sitúa en la mirada misma “del” anatomista, mirada vuelta palabra, vuelta voz que afirma un pensamiento subyacente que va mucho más allá de la topografía anatómica. Al respecto el autor señala:” (...) no hay topografía sin toponimia. El Amor Veneris, denominación a la que no puede negársele cierta veta poética, responde sobre todo a la obsesión del anatomista por hallar un lugar, una sede. Así como René Descartes fijó la residencia del alma en la glándula pineal, Mateo Colombo situó el amor femenino en un organillo eréctil, una “(...) protuberancia que surge el útero cerca de la abertura que se llama boca de matriz” y que “se comporta, en apariencia, de la misma forma que una verga” (...) El kleitoris, en cambio, no es un lugar. Tampoco designa, como quizás en principio podría pensarse, una mera función. En sentido estricto, consiste en una sensación, pero más propiamente aún se trata de una relación, una trayectoria que liga acción, sensorialidad, subjetividad y, también, zonas corporales. no un lugar sino, en todo caso, una red de lugares: el órgano de Mateo Colombo, el sistema nervioso y la piel del otro o, llegado el caso, la propia (Mandressi 1997: 52,53). Mandressi agrega que, el kleitoris teje vínculos del sujeto con el entorno, albergando una “(...) epistemológica de la circulación, indispensable para la construcción de objetos vivos” proponiendo en el marco de un texto sobre Etnoescenología, una “perspectiva crlitoridiana”. Esto nos recuerda a lo planteado por D Haraway respecto a lo imprescindible que resulta producir conocimientos situados, a sabiendas de su parcialidad y su raigambre. Desde allí quizás sea interesante plantear una suerte de epistemología clitordeana, cuestión que probablemente, sea arrojada al orden de lo abyecto del campo de la ciencia.

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Ediliciamente este Instituto se organiza a partir de salas principales destinadas a la exposición de las piezas, un subsuelo donde se encuentra la sala para la obervación y manipulación de cadáveres, en la cual se hallan instaladas veintiocho mesas de disección, rodeadas por catorce pizarras. Junto a esta sala se localizan dos espacios en los cuales se almacenan cadáveres en cubas, sitios en los cuales se conservan los cuerpos29. En la puerta de entrada a esta sala (desde dentro) puede observarse un cartel que contiene la frase Mortus Docent Vivus, traducida por el equipo del museo como “Los muertos enseñan a los vivos”. Cotidianamente asisten al museo, estudiantes de primer año de la carrera de Medicina que cursan en la cátedra de Anatomía Normal. Allí reciben sus primeras clases de Anatomía que incluyen la observación de disecciones y suturas anatómicas. Estos conocimientos se orientan a la “comprensión e interpretación de métodos diagnósticos y procedimientos terapéuticos (especialmente los quirúrgicos) y, en general, la mayoría de los contenidos de las áreas clínicas”30. El equipo a cargo del museo se conforma por: un director, un secretario que distribuye sus funciones entre el Museo de la cátedra de Anatomía Normal, una técnica en laboratorio y decenas de docentes y ayudantes de cátedra (cuestión que varía según se vayan concursando y renovando cargos). La primera vez que asistimos, éste no contaba con servicio de limpieza permanente ni temporal. El edificio se encontraba en condiciones de precariedad: el sistema eléctrico y de acondicionamiento de aire funcionaban con desperfectos constantes que habían generado problemas en la conservación correcta de los preparados y con el dictado de clases; algunos estudiantes habían recibido descargas eléctricas en las mesas de disección; existían preparados que se encontraban con algodones para poder frenar su descomposición, y preparados que no contaban con la totalidad del líquido que precisaban para su mantenimiento. Debido a que nuestro trabajo implicaba 29 Se trata de piletones de cemento que contienen formol. Al realizar las primeras observaciones ,estos se encontraban en un estado de importante deterioro dado por la falta de higiene y mantenimiento. Además estaban rodeados de cubos de plástico en los cuales se encontraban fragmentos de cuerpos en regular estado de conservación. Condiciones que han mejorado desde entonces. 30 Fuente: sitio Web de la cátedra de Anatomía Normal www.anatomianormal.fcm.unc.edu.ar/ (10/02/13).

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registros fotográficos que luego serían socializados como parte de otros montajes, y entre estas fotografías había imágenes de preparados que no estaban en condiciones, algunos integrantes del museo encargados de tal mantenimiento nos pidieron que no incluyéramos esas imágenes en los montajes, explicándonos que implicaban una falta que tenían que subsanar. Respetamos esto procurando promover que se agilizara el procedimiento para mejorar la conservación de las piezas. Una decisión de orden ético Algunos entrevistados que ocupaban posiciones dominantes manifestaban que el estado de precariedad de la institución no era su responsabilidad, aludiendo a la falta de recursos y a decisiones de otras personas sin que se especificara quienes. Otros entrevistados, de menor rango planteaban que esta situación se debía, no tanto, a la falta de recursos sino a su mala distribución ya que, por ejemplo, importantes sumas que la institución había recibido para arreglos estructurales habían sido distribuidas de manera confusa. Habiendo tomado conocimiento de esa situación, en términos de (des) montaje transdisciplinar, buscamos formas de socializar la información acerca de las precarias condiciones en la cual se encontraba la institución sin perjudicar a nuestros informantes y contribuir a sus mejoras. Decimos en términos de (des) montaje transdisciplinar por que buscamos un modo a través del cual conjugar diferentes aportes disciplinares y no disciplinados que política y éticamente implicaran mejoras la condiciones de trabajo, enseñanza-aprendizaje y exposición de un ámbito público vinculado con la salud y la educación. Esto partiendo de la base que como equipo habíamos sido convocados para desarrollar una puesta en escena. De hecho algunos nos consideraban como “el grupo de arte” que había sido invitado por la S.E.C.yT. para preparar un a puesta para “La Noche de los Museos”. Esto, que era en parte así, nos colocaba en una situación muy favorable no sólo para el acceso a este lugar, sino también para ejercer algún tipo de incidencia y/o presión para que, desde las “necesidades de la puesta”, por ejemplo, se arreglara el sistema eléctrico, cambiando cables e instalaciones, o se arreglara el aire acondicionado que, según nos informaban algunos docentes, hacía años 65


no se reparaba. De este modo, transdisciplinarmente, un trabajo artístico se convertía en una suerte de impulsor o fortalecedor de mejora en las condiciones materiales básicas para la enseñanza-aprendizaje, el trabajo y la exposición museológica de la institución. No dejamos de trabajar en esta dirección y de uno u otro modo fuimos procurando contribuir, en primer lugar, a la visibilización y mejorar del grave abandono e inequidad que observamos. La decisión de “entrometerse” y presionar para lograr mejores condiciones materiales también estuvo respaldada por nuestra valoración de palabras de Walter Benjamin que marcaron nuestro trabajo. Nos referimos a lo planteado por el autor cuando realiza una lectura del Teatro Épico de Bertolt Brecht, respecto del cual señala una distinción decisiva entre el “(...) mero abastecimiento del aparato de producción y su modificación”. Al respecto agrega (…)pertrechar un aparato de producción sin transformarlo en la medida de lo posible, representa un comportamiento sumamente impugnable, si los materiales con los que se abastece dicho aparato parecen ser de naturaleza revolucionaria (Benjamin,1975, 124). Si nos hubiéramos quedado solo a realizar la puesta en escena y la investigación planteada, como observadores y analistas de esta situación, poniendo énfasis en la espectacularización de nuestras prácticas, hubiéramos incurrido en este “comportamiento impugnable” del cual habla el autor. Se buscó entonces una coherencia poética y política entre forma y contenido, entre conceptos y prácticas. Etapas y fases del trabajo Analizado desde aquí podemos distinguir tres partes y siete etapas de este (Des) montaje. Estas tres partes, iniciadas en el año 2010 implicaron tres procesos de producción de montajes multimediales que ponía en juego instancias de investigación, extensión y divulgación científico-artística. Las siete etapas fueron: 1) aproximación en términos de campo y performance a la realidad cotidiana del museo, acompañado por un diagnóstico de situación y un primer rastreo bibliográfico; 2) 66


establecimiento de vínculos y diagramación de la propuesta para presentar en el año 2011, involucrando al equipo a cargo del Museo; 3) presentación de la primera propuesta multimedial; 4) apropiación por parte del museo y socialización de los montajes producidos; 5) profundización del trabajo realizado en el marco de la planificación de la segunda propuesta multimedial presentada a fines del 2012, extendiendo la invitación a la cátedra de Anatomía Normal de Medicina y miembros de las cátedras de Anatomía de otras carreras de la UNC; 6) presentación del montaje correspondiente al 2012; 7) desarrollo de un proyecto integrando las cátedras mencionadas, el E.L.A.P.S, la cátedra de Psicología Sanitaria B e integrantes de la Universidad de Padova. Y deriva, entre otras actividades en una investigación de maestría a cargo de Karina Generoso, docente investigadora del ELAPS, presentada en la cuarta parte de este libro. Modalidad de trabajo colectivo-situacional Durante todo el proceso de trabajo, resultó más que interesante lo acontecido con el encuentro entre las corporalidades médicas y las nuestras. Cuando asistíamos a nuestros encuentros de trabajo, recibimos una diversidad de miradas extrañadas, preguntas, e incluso ciertos elogios vinculados con nuestra particular modalidad y clima de trabajo, poco usual en este ámbito y signada por la reflexión, el debate, la discusión teórico-empírica, la consideración, el diálogo, la camaradería, la risa y la mixtura entre trabajo conceptual y artístico. Esto, por ejemplo se daba cuando teníamos que desmontar la organización de los bancos de una clase para generar un círculo de trabajo con intercambios y entrenamiento de exploración espacial y objetual, trabajo corporal, lecturas de poesías, instalaciones. Fue así que, el hecho de desarrollar prácticas transdisciplinares en aquel sitio, generaba cierta tensión con la corporalidad cotidiana de orden médico y académico31. 31

Antes de nuestro trabajo se habían desarrollado algunas actividades artísticas. Entre estas se destaca la presentación de “Woyzeck. ¿Quiéres ser mas polvo, tierra, todo?”, coproducción cordobesa-alemana realizada bajo la dirección de Roland Brus en el marco de la edición del año 2005 del Festival Internacional de Teatro del Mercosur. Fuente Diario La Mañana de Córdoba http://www. lmcordoba.com.ar/ed_ant/2005/05-10-14/7_espect_03.htm (acceso 10/2/15). Pero estas actividades no implicaban objetivos que fueran más allá de la puesta en escena.

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De todos modos se logró conformar un equipo en el cual participaron docentes y/o investigadores, estudiantes, personal no docente y otras personas vinculadas con disciplinas como antropología, sociología, psicología, comunicación, informática, ciencias políticas y artes (visuales, escénicas y audiovisuales). A ello se sumaban trabajadores no docentes del museo, cuya participación varió en función de su posición e intereses. Acerca de los montajes realizados La bibliografía, los datos y documentos recabados a lo largo del trabajo de campo inicial constituyeron la materia prima a partir de la cual generamos una serie montajes textuales (académicos, poéticos y literarios), fotográficos, visuales, escénicos y audiovisuales32. A estos montajes se sumaron otros que fueron presentados en las ediciones 2011 y 2012 de “La noche de los museos”, tal fue el caso de la instalación de dos altares, uno orientado a la Medicina y otro a la Muerte,33 y una serie de acciones concebidas a modo de performances, protagonizadas por miembros del E.L.A.P.S., del Museo, del colectivo de arte La Sonámbula, y otros colaboradores del campo universitario y artístico. La producción fotográfica y audiovisual pervivió junto con los textos, más allá de lo efímero de la presentación realizada en el marco de “La Noche de los Museos”. 32

El primer montaje, de carácter audiovisual, se realizó a partir de dibujos anatómicos de la obra de Andrea Vesalio y dibujos prevesalianos, y de imágenes fotográficas tomadas en el museo. Desde la SECyT de la UNC se eligió este y otros tres trabajos para representar a toda la UNC en la primera edición de Tecnópolis (Feria de Artes, Ciencia y Tecnología del Ministreio de Educación de la UNC) El segundo montaje audiovisual incluyó este trabajo, junot con entrevistas realizadas a miembros del equipo a cargo del museo e imágenes que evocaban prácticas rituales, anatómicas y artísticas relacionadas con la conservación de cadáveres y el tratamiento del cuerpo en la pintura y la escultura. Esta producción audiovisual se presentó en la edición 2011 de “La Noche de los Museos” y fue tomada por el Museo como un video institucional. 33 El montaje de altares irónicos y (de) sacralizados constituye uno de los dispositivos que quien escribe viene trabajando desde hace más de una década a partir de la instalación de objetos, imágenes y textos orientada a generar tensiones, dislocaciones discursivas y disrupciones en torno a formas instituidas y cotidianas de concebir la realidad social. Esta práctica se basa en aportes socio-antropológicos de autores como P. Bourdieu (1988) quien se ocupa del carácter sacro, religioso y mágico que adquieren ciertos objetos, prácticas y sujetos en instancias de reproducción social; y en aportes de G. Didi-Huberman, quien, en base al trabajo de B. Brecht, propone concebir el montaje artístico como dysposición (Didi Huberman 2008) de elementos, esto supone una comprensión dialéctica, basada en el distanciamiento, la separación, la introducción de la diferencia y, finalmente, su exposición. En este caso se dyspusieron libros, preparados anatómicos y objetos empleados a lo largo de la historia y el presente de la institución, junto con otros objetos que dislocaban este orden, procurando generar interrogantes ante formas instituidas y dominantes de concebir la realidad.

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La intención con ello fue dejar una huella, un eco que movilice interrogantes sobre los modos de concebir y construir el cuerpo que sostiene la medicina hegemónica. Cuestión que se logró en parte, gracias a la participación y compromiso de integrantes de la cátedra y el museo y que dieron lugar a instancias de diálogo y producción de conocimientos que aún perviven. Se prestó especial atención a la realización de las portadas de ambas partes del trabajo ediciones (2011 y 2012). La portada de la primera parte (edición 2011) fue elegida en base al registro de dos preparados anatómicos que se encontraban contiguos y correspondían a la cabeza de una mujer y un hombre, cuestión que podía considerarse como metáfora de las tensiones que existen entre las artes y las ciencias, “tensiones entre eros y tanatos, pulsiones de vida y muerte, principios de placer y realidad”, como decía uno de los textos con los cuales cerrábamos la primera puesta, luego de asistir a una sencilla lucha de esgrima entre un estudiante de Medicina y una estudiante de Psicología (ver primera portada en imagen 9). En esta primera edición se realizaron además postales y estampitas con fotografías tomadas por Natalia König y Judith Bersano (ELAPS) a las cuales se montaron fragmentos de citas y textos poéticos (ver montajes en imágenes 10 y 11). Presentaciones en el marco de La noche de los museos Los montajes realizados formaron parte de las puestas multimediales presentadas en las ediciones 2011 y 2012 de “La noche de los museos”. En ambos casos, desde la coordinación del trabajo la propuesta fue buscar huellas experienciales en las cuales resonaran los discursos y prácticas que veníamos analizando. Esta búsqueda contó con instancias individuales y grupales que conformaron un laboratorio colectivo y situacional con rasgos situacionistas de carácter realizativo. Esto implicaba tanto un trabajo con cada sujeto como un abordaje relacional, asentado en reflexiones acerca de formas de mirar/ se, mostrar/se, decir/se y hacer/se presentes en el museo y sostenidas desde el lugar desde donde cada uno se involucraba en el trabajo. Este proceso se dio en un clima de diálogo, reflexión y debate que dieron lugar 69


a producciones singulares y/o colectivas que se fueron ensamblando orquestadamente. El desafío más relevante quizás fue la costura final de los montajes, procurando interrogar ciertas lógicas naturalizadas involucrando activamente a los integrantes de esta institución. Edición 2011 Tanto en el año 2011 como 2012 las presentaciones realizadas contaron con proyección de montajes de citas audiovisuales producidos colectivamente34. A ello se sumaron una serie de performances, entre las cuales se encontraba un rito de curación disruptiva, protagonizado por Gastón Pedernera (estudiante de Medicina, colaborador de la cátedra de Anatomía Normal de la carrera de Medicina y del Museo, Marcos Labanti (estudiante colaborador de la cátedra de Psicología Sanitaria de la carrera de Psicología, actor y clown) y Judith Bersano (perfomer, fotógrafa y estudiante de Antropología, integrante del ELAPS). Los varones, vestidos con un ambo de médico, colocaban arcilla blanca (empleada con fines curativos) sobre el cuerpo desnudo e inmóvil de Judith. La quietud del cuerpo de esta última llevaba a confundirla con un cadáver. Gastón acostumbra a manipular cuerpos muertos a diario y su gestualidad denotaba esta tarea de manera enrarecida, incluso para él, en tanto se trataba de una manipulación de una materia viva, plena de fluidos que no resulta usual para aquel medio. Marcos, por su parte, acostumbrado a trabajar con y sobre cuerpos, en su entrenamiento artístico, nunca había interactuado con cuerpos de esta manera. Mientras esto sucedía, se proyectaban sobre Judith imágenes que habían sido recolectadas por diversos miembros del equipo y remitían a discursos y prácticas excluidos de los ámbitos de la Medicina Hegemónica. Tecnológicamente se puso en juego un ensamblaje de tecnologías digitales y analógicas, plasmadas en una suerte de body painting digital (ver imgénes 12 y 13). A modo de canon, mientras esta acción derivaba en una serie de movimientos de Judith Bersano, comenzaba otra a modo de Danza mínima con fragmentos de la muerte, a cargo de Santiago Barale (bailarín y estudiante de Psicología). 34

Esta es una modalidad específica de trabajo que propusimos junto con Natalia König. El equipo a cargo de esta producción estaba integrado por Carlos Enrique Álvarez, Adrián Schwosykoski, Carlos Cáceres y Natalia König y Demián Díaz.

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Con este bailarín se trabajó evocando la (des) objetualización imprescindible que se precisa ante las estigmatizaciones que se plantean en relación con la enfermedad, incluso la enfermerdad mental. La propuesta fue que desarrollara una danza mínima que comenzara dentro de una vitrina en la cual se exponen actualmentepreparados anatómicos y, desde allí iniciara movimientos que lo llevaran a salir de ese sitio, desplegando su cuerpo a través del salón hasta detenerse frente a preparados óseos con los cuales se planteara un diálogo desde su propio cuerpo-vivo (Ej.: columna vertebral, huesos de piernas y brazos) para luego ser coloreado digitalmente con imágenes de obras pictóricas (ver imagen 13). Algunas de las performances presentadas tuvieron como protagonistas a dos investigadoras: cuyas tesis doctorales en Literatura comparada (realizadas en el marco de la Universidad de Barcelona), implicaron un abordaje del cuerpo desde diferentes perspectivas. La primera de ellas, María Inés Landa había realizado un trabajo en torno al cuerpo en el marco de prácticas como el Fitness. La propuesta fue recuperar parte de su experiencia corporal en relación con la gimnasia deportiva, y de investigación en el campo académico. Ello planteando una coreografía con movimientos aprendidos veinte años atrás, cuando fuera consagrada como campeona nacional en esta disciplina. La sugerencia fue que hiciera esta coreografía y luego depositara su medalla en uno de los altares instalados, para luego vestirse con un ropa con la cual realizara presentaciones académicas y leer un fragmento de las conclusiones de su trabajo de investigación mientras moviera un carro para trasladar libros en el cual estuviera la segunda de estas investigadoras: Nuria Calafell Sala. Esta última, de origen catalán, contaba con experiencia en el yoga y había realizado una indagación en torno al cuerpo en la obra de escritoras latinoamericanas como Alejandra Pizarnik. Con ella la propuesta fue que comenzara con su cuerpo inmóvil en una camilla del Museo, mientras dijera un texto en catalán (ella escogió dos poemas del poeta Andreu Vidal vinculados con la muerte). La intención era que, mientras Nuria desplegaba en su lengua materna un poema, caminara desnudando su cuerpo cubierto de tatuajes para terminar sentada dentro de un carro empleado cotidianamente para trasladar libros, en posición de loto (evocando otras corporalidades de su propia cotidianeidad, vinculadas con el dictado de clases de yoga). Con esta acción se buscaba considerar 71


al cuerpo vivo como reservorio de conocimientos y experiencias. Cuerpo en movimiento, ocupando el lugar que cotidianamente ocupan los libros de Medicina. Actualmente esta acción puede remitir a las alternativas que los sujetos encuentran la (sobre) determinación de los diversos regímenes biopolíticos que inciden en la configuración de las subjetividades contemporáneas. En relación con esto cabe remitirnos a la noción de somateca, según lo planteado por Beatriz Preciado: El sujeto moderno no tiene cuerpo. Es una somateca: un aparato somático denso, estratificado, saturado de órganos gestionados por diferentes regímenes biopolíticos que determinan espacios de acción jerarquizados en términos de clase, de raza, de diferencia de género o sexual. Las prácticas somáticas son “fórmulas generales de dominación”, (Bordieu), “técnicas del cuerpo” (Mauss) que funcionan como “dispositivos de subjetivación” (Foucault), como “procesos de incorporación de la norma” (Butler)35. El carro con el cuerpo de Callafel Sala era trasladado por la sala del museo por María Inés Landa, mientras leía leyendo la siguiente cita de su tesis: Foucault, además de su enigma biopolítico, dejó como premisa que, donde hay poder, también hay resistencia. En este sentido, así como el cuerpo deviene en el blanco de gestión del poder actual, global, también se configura como punto de fuga. Descentrado, indómito, antagónico e insumiso, la trama infinita y fragmentaria de un cuerpo extra-fines continúa desafiando las pretensiones normalizadoras del dispositivo hegemónico del capitalismo actual (ver imagen 14). De este modo, se tensaban la poesía y la escritura académica, la desnudez de un cuerpo vivo, íntegro, tatuado y performado, con la muerte de cientos de fragmentos que son expuestas en las vitrinas del museo a. Aquí, como en el resto del trabajo, la intención fue producir interrogantes y dislocaciones en las fronteras entre saberes disciplinares e indisciplinados, configurados dentro y fuera de la academia. Al tiempo que remitirnos a pulsiones, vueltas cuerpo y letra que cobran la forma de gestus brechtianos, in situ y en acto. 35 La cita fue extraída de “Somateca. Producción biopolítica, feminismos, prácticas queer y trans)”, programa dirigido por Beatriz Preciado en el Museo Reina Sofía de Madrid durante el año 2012. Al respeto consultar en http://www.museoreinasofia.es/pedagogias/centro-de-estudios/somatecaproduccion-biopolitica-feminismos-practicas-queer-trans (12/12/15) .

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Entre las otras producciones realizadas, caben destacar tres: 1una serie montajes fotográficos realizados por Judith Bersano sobre su propio cuerpo (ver montajes 15 y 16); 2- un altar vinculado con la muerte, del cual emergió una performance que consistió en una danza interactiva ofrendada ante una vitrina en al cual se exponen decenas de cráneos36 (ver altar en imagen 14); 3- un póster científico-artístico que fue colocado junto a otros pósters científicos que daban cuenta de tesis doctorales de docentes titulares y directivos de la historia de la cátedra y el museo. Este póster presentaba el proyecto de (des) montaje y sus fundamentos filosóficos, científico-sociales y artísticos y quedó expuesto, en el museo durante un tiempo, “haciendo montaje “, esto es entrando en diálogo y tensión con el lenguaje médico hegemónico. Algunas repercusiones del trabajo Entre las repercusiones que el trabajo tuvo en relación a la vida cotidiana del museo, se destacaron tres cuestiones: el equipo del museo no solo participó activa y comprometidamente en el proceso, sino también se apropió significativamente de algunos de los montajes realizados. Incorporaron la producción audiovisual realizada tanto a su sitio web como a las visitas guiadas, dirigidas a estudiantes de todos los niveles del sistema educativo y público en general. En el video señalado, una de las cuestiones que se destaca es el reconocimiento explícito que hizo el director del museo (luego de los intercambios realizados) respecto de ciertas “rigideces” planteadas en el conocimiento médico del cuerpo, destacando la necesidad de integrara aportes de las ciencias sociales y las artes para ampliar este conocimiento. Uno de los anteriores directores del Museo, el Dr. Aranega, planteó algo afín, señalando que es preciso no considerar el cuerpo desde “compartimentos estancos”, desde disciplinas que no buscan vincularse entre sí, y señala la importancia de producir conocimientos de carácter interdisciplinar que amplíen la mirada y contribuyan a la formación, tanto de los futuros médicos, como de los cientos de estudiantes de todos los niveles que asisten cotidianamente a este museo. La performance fue protagonizada por Karina Juric, actriz del teatro La Cochera y miembro del Colectivo La Sonámbula. Para la instalación se realizó un rastreo de altares del día de los muertos realizados en el norte de Argentina, Bolivia y México, en el cual trabajamos diferentes miembros del equipo, entre ellos Natalia König y Luciana Schaffer.

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Luego de las dos presentaciones, personal del museo, visitantes, universitarios e integrantes de la cátedra ,expresaron que, a raíz de este trabajo, el museo y la cátedra adquirieron mayor visibilidad, cuestión que contribuyó a que se realizaran más mejoras en las condiciones materiales. Recordemos que, cuando iniciamos el trabajo, lo que primaba era la precariedad (desde la falta de servicio de limpieza, hasta problemas con la conservación de los preparados anatómicos). En este sentido se cumplieron gran parte de los objetivos académicos, artísticos y políticos implicados en un (Des) montaje transdisciplinar. Un capítulo aparte debería estar orientado al trabajo que desarrolló Carlos Enrique Álvarez, quien contribuyó de manera sustancial en lo político, técnico y conceptual para el logro de estos objetivos. Su experiencia de trabajo en el Hospital Nacional de Clínicas, con más de treinta años de servicio en el Departamento de Electromedicina (donde lleva a cabo tareas de recuperación de equipamiento técnico), su experiencia como licenciado en Comunicación Social y Mgter. en Administración Pública, y su práctica militante por los derechos de los trabajadores no docentes en este ámbito de educación y salud pública, mantuvo viva la llama crítico-propositiva de este proyecto. Carlos fue una de las personas que dio cuenta de la potencia que guarda la vinculación entre técnicas, poéticas y políticas, plasmada tanto en la recuperación, diseño y reparación de objetos incorporados en las instalaciones y las acciones, como en las acciones ejercidas en instancias como el Consejo Superior de la Universidad procurando fortalecer la apertura e integración de conocimientos del campo de la salud.

Edición 2012

“Dicen que no tengo duelo, Llorona, porque no me ven llorar, Hay muertos que no hacen ruido, Llorona, y es más grande su penar”. (La Llorona, son istmeño mexicano e autor anónimo) La presentación de la performance anterior tuvo bastante repercusión37. Al año siguiente se volvió a convocar al ELAPS para realizar una nueva propuesta que siguiera la línea de la anterior. En el primer 37 En los sitios web de medios masivos de comunicación en los cuales se presentó esta experiencia se encuentran los siguientes:http://prensa.cba.gov.ar/cultura-y-espectaculos/programa-nocturnovisita-los-museos-de-cordoba/ (23/11/2012) http://www.lavoz.com.ar/ciudad-equis/noche-museos-seis-horas-magicas (21/11/2012) http://www.diaadia.com.ar/ocio/noche-museos-cuando-alarte-le-pinta-insomnio (28/10/2011)

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año el énfasis estuvo puesto en la noción de cuerpo, en esta ocasión la propuesta fue hacer hincapié en la tensión entre la vida y la muerte que a diario se vive en el museo y en el campo de la salud; así como invitar a los visitantes a reflexionar en torno a las historias de los difuntos cuyos fragmentos se exhiben en esta institución. Esta idea se buscó sintetizar en una portada realizada a partir de una sesión fotográfica con Juan Manuel Errecart (secretario de la cátedra de Anatomía y del museo) a quien solicitamos posar junto al preparado de Miguel “Cabeza de Viejo”. El día que hicimos la sesión fotográfica había clases y algunos estudiantes se acercaron y, con énfasis, señalaron que la fotografía daría cuenta seguro de algo que ellos veían hacía tiempo, refiriéndose al parecido entre Juan Manuel y Miguel (ver imagen 17). El montaje de este recorrido se iniciaba a partir de un video proyectado afuera del museo, basado en registros de procesiones y/o rituales mortuorios, a los cuales anexamos fotografías que realizamos del museo y de la sala de disección. El video finalizaba con el fin del film “Sueños” de Akira Kurosawa, cuyos acordes finales eran retomados por músicos de una banda popular conocida como “La pata de la tuerta” que comenzaba a tocar cuando el film estaba acabando y encabezaban la procesión en el patio del museo acompañada de personajes que evocaban fragmentos del audiovisual. El grupo guiaba a los visitantes hasta un sitio en el cual se detenían a tocar un tema sobre una escalinatas, mientras , se depositaba delante de ellos un féretro realizado con una estructura cubierta de tul blanco donde yacía el cuerpo de Judith Bersano, desnudo y cubierto de arcilla blanca curativa (tal como había sucedido el año anterior) (ver imagen 18). Los organizadores del evento nos informaron que esa noche pasaron por el Hospital, buscando participar de esta presentación, alrededor de 9000 personas. Muchas de ellas llegaron a tiempo para formar parte de esta procesión que proseguía dentro del museo y el teatro anatómico de la cátedra, a través de diferentes estaciones en las cuales se planteaban performances, piezas musicales, proyecciones y parte de una disección real velada entre telas ,acompañada por textos dichos por profesores de la cátedra de Anatomía Normal y de otras cátedras de Anatomía que fueron invitadas a participar. En estas estaciones se procuraba invitar a la reflexión respecto de: a) 75


las implicancias de la Anatomía en la historia de la Humanidad; b) la diversidad y tensiones entre diversas formas de concebir y tratar el cuerpo; c) implicancias de la formación en un ámbito público de educación y salud como el Hospital Nacional de Clínicas; d) procesos de inequidad que se plantean en el campo de la salud; e) discursos y prácticas hegemónicos en relación con la vida y en la muerte; e) la necesidad de abordar al cuerpo de modo transdisciplinar. El trabajo, en cada estación, se realizó con la activa participación de estudiantes, docentes, investigadores, ayudantes de cátedra y colaboradores del museo y las cátedras mencionadas. Entre los docentes participantes se encuentran: el Prof. Titular de Anatomía Normal, Dr. Esteban Jáuregui y el Dr. Pedro Pizarro, docente adjunto de la cátedra de Cirugía a quien Jáuregui propuso invitar por su experiencia en el campo de la escritura y el teatro. Pizarro participó en una performance vinculada con el emblema del museo (Miguel “Cabeza de Viejo”) leyendo un texto propio en el cual, no solo representaba con algunos fragmentos a Miguel, sino también, y respondiendo a las sugerencias de quien escribe, hablaba, por momentos, en primera persona, en tanto médico y docente universitario (ver imagen 19). En esta escena Pizarro trabajaba con sus hijos adolescentes, quienes decían unos breves textos y cantaban con voces conmovedoras, acompañándolo. Luego, al final del trabajo también participaba con un texto trabajado conjuntamente que aludía al desafío y compromiso ético que implica no solo formar, sino también ejercer la profesión de médico. La estación siguiente consistía en una interpretación musical del tema “La Llorona” por parte de una formación transdisciplinar armada en base a estudiantes-músicos de carreras como Ingeniería, Medicina, Psicología y Artes, acompañados por un músico profesional. El tema fue cantado por Gastón Pedernera, integrante del museo que el año anterior había participado activamente. Gastón cantaba este tema vestido de Catrina (imagen de la muerte mexicana) y luego quedaba así vestido hasta el final, cuando pasaba a cantar el Gaudeamus Igitur (himno universitario) (ver imágenes 20 y 21). Una de las principales estaciones estuvo planteada en el Teatro Anatómico que se encuentra contiguo al aula principal donde se dicta Anatomía Normal. Si bien el año anterior se había realizado los arreglos 76


mencionados, las instalaciones de este teatro no habían sido tocadas, se encontraban abandonadas, con serios problemas de infraestructura, con trozos de techo caídos, excrementos de roedores por los rincones, aire acondicionado sin funcionar, etc.. Hablamos con la encargada de mantenimiento para plantear lo imprescindible que resutaba realizar ciertas mejoras para garantizar la seguridad de los visitantes. Ante cierta resistencia que encontramos al respecto, planteamos que, de no concretarse estas mejoras, plantearíamos esto en el marco de la presentación ante los visitantes. Al otro día, entre otras cosas, se arregló un aire acondicionado que, según nos relataron los docentes, esperaban desde hacía años que se arreglara, ya que, en épocas de calor, no se soportaba estar en ese sitio que, como dijimos integra el teatro y el aula principal donde se dicta la materia. El teatro en sí pasaba hasta entonces desapercibido y lejos estaba de ser considerado como patrimonio arquitectónico o cultural. Uno de los objetivos planteados para esta estación fue precisamente visibilizar su historia y relevancia en tanto dispositivo clave para la enseñanza de la Anatomía, tal como lo señalamos en la primera parte de este artículo. Propusimos entonces al Dr. Jáuregui desarrollar la estación más importante allí, invitándolo a que realizara una propuesta que guardara relación con la tarea cotidiana en la cátedra y el museo. El Prof. propuso entonces realizar una disección en vivo. Como se trataba de una instancia abierta a público en general que podía causar una fuerte impresión en los visitantes al toparse con la disección de un cadáver, decidimos montar el cuerpo enmarcado en dos telas blancas que oficiaron de pantallas ubicadas a los costados, a modo de veladura de la muerte. Sobre estas telas, una de las integrantes del equipo proyectaba el video “M is for Man, Music, Mozart” de Peter Greeneway (1991). En la presentación, dentro de este espacio, una docente disecaba el brazo de un cadáver que estaba tapado con una tela blanca. Sobre él se depositaba la estructura-féretro transparente, cubierta de tules, dentro de la cual se había trasladado y aún se encontraba el cuerpo desnudo de Judith Bersano cubierto de arcilla blanca. Una vez allí, Judith procedía lentamente a levantarse cual ánima y comenzaba a caminar entre los visitantes, deteniéndose junto al Prof. Titular de Anatomía Normal, mientras decía unas palabras ante los visitantes acompañado de docentes invitados de las otras cátedras de Anatomía. Luego de ello, integrantes 77


del ELAPS aludíamos a explicaciones históricas, antropológicas, políticas y culturales sobre la institucionalización del dispositivo del Teatro Anatómico y el papel que jugó para la historia de las ciencias en general y de las ciencias de la salud en particular (ver imágenes 22 y 23). Llegando casi al final, se presentaban dos performances. La primera se desarrollaba en el aula de Anatomía y consistía en la interpretación del himno universitario Gaudeamus igitur por parte de Gastón Pedernera (aún vestido de Catrina), acompañado por acordeón de María Tolvardsamsonova y el saxo e Carlos E. Álvarez, junto al docentemédico que había trabajado sobre la historia de Miguel “Cabeza de Viejo”. La segunda performance consistía en una improvisación que combinaba flauta traversa (a cargo de Adrián Bertol), danza aérea (a cargo de Magdalena Torres) y poesía a cargo de quien escribe, aludiendo a la dimensión erótica de la corporalidad. Finalmente la banda con la cual se había iniciado la jornada comenzaba a tocar invitando a una fiesta para y por el cuerpo desplegada en las afueras de la institución en la cual se sumaban los participantes del trabajo. Mi trabajo en esta propuesta consistió en la elaboración y presentación del proyecto y en la producción y coordinación general del proceso y la presentación. Proceso al cual se fueron sumando activamente los más de 60 participantes, apropiándose significativamente del trabajo. El día de la puesta ante visitantes, mi trabajo consistió en la presentación y costura de las performances, trabajo realizado a partir de una serie de textos, entre los cuales se encontraban los siguientes: La Muerte: misterio y certeza central de la Humanidad que da cuenta de nuestra finitud. Misterio metaforizado y apalabrado en todos los tiempos y culturas. Misterio que se venera, llora, festeja y estudia. Procesiones, velatorios, fiestas... rituales al servicio de una despedida y, para algunos, de una bienvenida. Pongamos en tensión la condición humana y la historia de estas personas, con su objetualización científica. Objetualización realizada a partir de técnicas de conservación que, como señalan miembros de la cátedra de Anatomía, al impedir su putrefacción, contribuyen a otorgarles otra forma de vida, en el marco de una disciplina científica que precisa dialogar con otros saberes, haceres y prácticas. Homenajear estos muertos. Dejar una huella que contribuya a complejizar la mirada sobre estos cuerpos. Humanizar las historias que existen detrás de cada 78


preparado. Historias singulares, generadas en el marco de contextos en los cuales económica y políticamente se marginan, segregan e invisibilizan millones de seres. Vaya esta ofrenda para contribuir a que estos muertos cobren la “segunda vida” a la cual remite el equipo de la cátedra de Anatomía Normal, esta vez en favor de resistir las lógicas del capital en un ámbito público de salud y educación. ¿QUÉ ES UN CUERPO? ¿QUÉ ES LA MUERTE? Ante estas preguntas , a lo largo de la historia de la Humanidad han surgido discursos míticos, religiosos, científicos, artísticos, de sentido común, todos con una impronta poética y política que directa o indirectamente se vinculan con la salud, la enfermedad, la locura y la cura, emergiendo de las tensiones entre formas disciplinares e indisciplinadas de mirar, nombrar y construir la realidad. Discursos que configuran cuerpos, experiencias, prácticas y espacios como este Teatro Anatómico. Un momento crucial en la historia de las ciencias ha sido el de la institucionalización de la disección de cadáveres. A partir de allí se corre públicamente el telón de la piel para conocer los misterios de la carne y la sangre. No existe una imagen única acerca de la realidad, no existe una única verdad en torno al cuerpo, por más que esta sea construida y presentada en diversos templos del saber y del poder. Existen juegos y tensiones construidos históricamente y por tanto susceptibles de ser modificados. Saberes que se traducen en ciencias, decires y experiencias determinados económica, social, política y culturalmente. Saberes que se encuentran en la base de las formas de mirar/nos, nombrar/nos y hacer/nos, cuya complejidad, potencialidad, contradicciones, límites y misterios se cuecen día a día aquí, y en todos los ámbitos de atención y cuidado de la salud. La enseñanza y el aprendizaje de la Anatomía se basa en el trabajo con cadáveres que son considerados objetos de investigación. Cadáveres de personas anónimas, abandonadas, cuyos nombres son desconocidos. Personas que provienen. en su mayoría, de hospitales psiquiátricos u hospitales generales. Personas olvidadas, segregadas por un sistema que día a día demuestra como nos enloquece y enferma. El capitalismo lleva a que algunos procuran convertir la salud y la educación en bienes de mercado, desconociendo que se trata de derechos, nos parece imprescindible tomar consciencia, reflexionar crítica y propositivamente, y promover 79


transformaciones que hagan honor a las luchas y logros de quienes procuraron la construcción de una Universidad Pública, gratuita e inclusiva. Vaya este trabajo para contribuir con ello. A continuación nos ocuparemos de otro (Des) montaje transdisciplinar al cual hicimos referencia en un comienzo, que fue presentado el mismo día que la segunda edición de Los muertos enseñan a los vivos. En este caso se trata de CUERPO, MÁQUINA Y CAPITALISMO presentado en el Museo Científico Tecnológico de la UNC.

II- Segundo (Des) montaje transdisciplinarCuerpo, máquina y capitalismo Este trabajo se realizó, como se dijo, en el Museo Científico Tecnológico de la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales de la UNC en el año 2012. El proceso se inició con visitas y entrevistas al personal de la institución. Luego se produjo un registro fotográfico de las piezas del museo y de las instalaciones, incluyendo aulas y un taller donde se desarrollan investigaciones y clases universitarias. Se continuó con un rastreo histórico-político en torno al uso local, nacional e internacional de las piezas expuestas (ej.: motores de Ford T, de tanques y aviones de guerra). Este rastreo incluyó material documental y cinematográfico vinculadas con la relación entre la producción industrial, el fordismo y taylorismo y de hechos sociales que hacen a las implicancias y consecuencias del desarrollo industrial, comunicacional y tecnológico. En este montaje de citas audio-visuales se trabajó buscando (des) montar transdisciplinarmente prácticas y discursos, vinculadas con la relación entre política, tecnología y ciencia, teniendo presente como incide en la configuración performativa de las subjetividades, en el contexto del capitalismo contemporáneo. Se hizo hincapié en las nociones de montaje, desmontaje y remontaje, así como en ciertas resigfniicaciones que se realizan desde el campo de las artes y las ciencias sociales respecto de la producción industrial y postindustrial. Para ello, en consonancia con las bases epistemológicas de un (Des) montaje transdisciplinar, se recuperaron aportes de S. Eisenstein, B. Brecht, W. Benjamin, M. Bajtín, G. Didi-Huberman, P. Bourdieu, A, Machado, entre otros. A los cuales sumamos aportes del campo de la Psicología y el Psicoanálisis. 80


La producción se concentró en montajes objetuales, visuales, fotográficos y audiovisuales, procurando poner en diálogo y en tensión: - imágenes de piezas expuestas en el museo producidas por el equipo de trabajo; - imágenes documentales (ej: de cadenas de montaje fabril y de un acontecimiento social de fines de la década de los ´60 conocido como El Cordobazo); -fragmentos de films como Metrópolis, Matrix, The Wall). A continuación haremos alusión a cómo se produjeron estos montajes. Acerca de los montajes visuales, fotográficos y audiovisuales

El trabajo partió, como en el resto de los casos, de una idea matriz de quien escribe y luego se abordó colectivamente junto con Carlos Álvarez, Natalia König, Judith Bersano y Demián Díaz. Se produjo un Montaje de Citas Audiovisuales que se entregó para que fuera reproducido el en La noche de los museos, acompañado de instalaciones de pequeñas fotografías y objetos en las piezas más significativas. Además se generó una muestra de montajes fotográficos que se montó para esa noche y quedó expuesta más allá del evento. Entre las producciones cuyo fragmentos audiovisuales fueron seleccionados y montados se encuentran: “Metrópolis” (1927-Fritz Lang).; “Octubre” (1928- Sergei Eisenstein y Gregori Aleksandrov);“Tiempos modernos” (1926- Charles Chaplin); “El triunfo de la voluntad” (1935Leni Riefenstahl); “El gran dictador” (1940- Charles Chaplin); 8) “La montaña sagrada” (1973- Alejandro Jodorowsky); “Pink Floyd The Wall” (1982-Alan Parker); “La hora de los hornos: Notas y testimonios sobre el neocolonialismo, la violencia y la liberación” (1968- Fernando Solanas y Octavio Getino); “Koyaanisqatsi”. 1983 y “Naqoyqatsi” (2002 de Godfrey Reggio). En el montaje de citas audiovisuales se sumaron y combinaron con estos fragmentos, fotografías de las piezas del museo, imágenes documentales de situaciones en las cuales se ven en funcionamiento estas piezas (ej: línea de montaje de autos Ford T, vuelos de motores de aviones Rolls Royce en situación de guerra) (se adjuntan ejemplos de fotogramas y montajes fotográficos en las imágenes 24, 25 y 26).

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Textos producidos en relación con los montajes fotográficos

Por otra parte se plantearon una serie de textos vinculados con los diversos montajes fotográficos que fueron socializados en instancias posteriores a La noche de los museos. Cuerpo, máquina y capitalismo. Subjetividades que se configuran en líneas de montaje taylor-fordistas que matrizan el cuerpo y el pensamiento.. Cyborgs emergentes de tensiones entre la reproducción acrítica de parámetros de empresas transnacionales y la resistencia activa vuelta, deseo, solidaridad, conciencia, reconocimiento, valoración del otro y de la naturaleza. Inequidades postindustriales y postcoloniales que, glocalmente, reproducen una y otra vez las estereotipias de la ambición y la muerte, de la perversión y el despotismo. Pero hay cotidiana y permanentemente alternativas, aunque algunos busquen invisibilizarlas. Estas alternativas emergen de las fisuras de un sistema que se pretende binario y estanco. Sin embargo otros universos no solo son posibles sino imprescindibles. Muchos grabaron a fuego la voz,, el rostro y las consignas de personas como Agustín Tosco, buscando claves de resistencia ante la adaptación, el consumo, la pacientización y el servilismo de esta maquinaria de guerra y muerte que nos pretenden imponer y hacer en-carnar Muñecxs-máquina. Quisieran volvernos objetos, máquinas escupidoras de monedas, piezas de un engranaje de alienación y explotación. Quisieran quitarnos la cabeza, colocarnos un traje fresco, de líneas estereotipadas. Quisieran ellos, que son los menos pero los que siempre ambicionan más, que los veneramos como a Dios. Sin embargo algunos dicen que Dios ha muerto. Humorada Chaplinesca. Se adentran en nuestros cuerpos y en todo ser vivo con sus venenos en el aire, la tierra, el agua y las simientes. Pretenden teñir nuestra historia y nuestro futuro del color de sus billetes. Pero los muros que son levantados a diario, también son derribados y Chaplin, protagonista de las películas mas taquilleras de principios del s. XX nos lo sigue advirtiendo desde el interior mismo del gran montaje de esta maquinaria. Des-entrañar ficciones Por más rígida que parezca una pieza, una mirada, una palabra, una relación, tarde o temprano serán desenmascaradas, develando historias de tensiones entre el trabajo pensado como alienación, o como 82


despliegue de las potencialidades del sujeto. Estas tensiones se alojan, muchas veces invisibilizadas, en las fisuras del sistema, cual sismos subjetivos en favor de la vida. La ficción y la realidad se entreveran en imágenes de siglos pasados, haciéndose carne y sangre todos los días, en espirales de voces y cuerpos que resisten colectivamente en favor de otros mundos posibles. Maquinaria social del espectáculo Ellos quieren que asistamos al espectáculo mediático de la muerte ocasionada por perversas mentes que se pierden a diario en flujos bancarios y paraísos fiscales. Quisieran que nos mantuviésemos como espectadores aquietados y mudos, ante bombardeos constantes, materiales, imaginarios y simbólicos. Pero estamos aquí, aunque pretendan lavarnos el cerebro y llenarlo de estiércol financiero y mediático, alertas en tramas de cuerpos festivos jamás aquietados. ¿Morir de alcohol? El alcohol puede, al tiempo que ser fuente de placer de los sectores dominantes, constituirse en una de las herramientas más poderosas del control social, e incluso de colonialismo capitalista. Millones de cervezas se producen, venden y consumen día a día, engrosando sustancialmente las arcas, no precisamente de quienes colocan su cuerpo para fabricarlas. En ocasiones envenenando con sustancias químicas cada vez mas lejanas de la vida. No se trata de condenar la bebida, menos aún si fortalece el lazo social y ritual, sino de invitar a un alerta a que nos posicionemos como sujetos y no como objetos de su consumo, invitación extendida a la relación con cualquier objeto de producción capitalista, a sabiendas que este sistema tiende a mercantilizar todos los órdenes de la vida: la educación, la salud, la sexualidad, el “entretenimiento”, las diversidad cultural, los afectos, la intimidad, el placer, el odio, el aire que respiramos, el agua que bebemos, las semillas que nos alimentan. Pero aún somos millones resistiendo. El montaje audiovisual de este trabajo se presentó en el marco de diversas instancias universitarias y no universitarias, En este caso, debido a la extensión del artículo hemos optado solo por citar estos fragmentos, dejando para una próxima publicación la posibilidad de ampliar sus bases conceptuales y otra serie de reflexiones que se realizaron en torno a la experiencia. Ahora pasemos al tercer (Des) montaje que nos ocupa. 83


III) Tercer (Des) montaje: transdisciplinar ¿Sagrada Familia? Cuerpo, sexualidad y poder en las fronteras entre las artes, la religión y la política. Museo Genaro Pérez En el año 2013, el Instituto Goethe de Córdoba lanzó una convocatoria para proyectos interdisciplinarios relacionados con el significante Familia que serían presentados en el Museo Genaro Pérez de la ciudad de Córdoba-Argentina. Una de las tres propuestas seleccionadas llevó como título ¿Sagrada Familia? y estuvo a cargo del Espacio Laboratorio de Arte/s, Performance/s y Subjetividad/es de la Facultad de Psicología de la UNC. A continuación se presenta una síntesis de las bases poéticas y políticas de ese trabajo cuyos objetivos fueron: 1) abordar discursos y/o prácticas relacionados con formas instituidas de concebir la familia en las fronteras de las artes, la religión y la política, partiendo de la historia de este museo (construido originalmente como casa de familia, tal como se informa y presenta en el hall de entrada y de quien lleva su nombre, Genero Pérez, persona que, entre fines del s. XIX y principios del s. XX se encontraba vinculada con estos tres campos sociales señalados); 2) promover reflexiones respecto de cómo estos discursos y prácticas implican relaciones de poder y formas dominantes de concebir/producir las subjetividades en el contexto del capitalismo contemporáneo, incidiendo performativamente en la configuración del cuerpo y la sexualidad y 3) dar cuenta y visibilizar prácticas políticas de resistencia y transformación de estas lógicas dominantes. Para esta propuesta se realizaron observaciones, entrevistas, rastreos bibliográficos y documentales, registros fotográficos y fílmicos; y, en un segundo momento, montajes de imágenes, performances, textos, instalaciones objetuales y holográficas y de un video que, como en los casos anteriores se planteó a modo de montaje de citas audiovisuales. Todos los montajes se presentaron el día de la inauguración de la muestra y parte de ellos formaron parte de una instalación en una de las salas principales del museo que permaneció durante un mes expuesta.

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La posición desde la cual partimos para la realización de este trabajo implicó una consideración de la familia en tanto significante al cual se remite en una diversidad de campos sociales, en muchas ocasiones, con el fin de fortalecer y reproducir determinadas pautas morales y de comportamiento que traen consigo la delimitación de roles y formas de acción e interacción. Este núcleo de relaciones reproduce esquemas planteados en instancias dominantes de saber y de poder. Se tuvo en cuenta cómo, el uso performativo de este significante está presente y difiere en su forma y contenido según cada contexto cultural, mediado por el Estado y otras instituciones vinculadas con la educación, la política, las artes, el mercado y la religión. En este último campo, uno de los ejemplos más claros está dado por el uso que la iglesia católica ha realizado (y sigue realizando) de la llamada “Sagrada familia”, históricamente producida, reproducida y sostenida a través de imágenes creadas, en gran parte en el campo de las artes y en ocasiones en el ámbito de la publicidad. Ello nos llevó a recopilar y producir para este trabajo un montaje con más de cincuenta obras de arte que han buscado reproducir la sagrada familia. Entre ellas tomamos uno de los trabajos pictóricos más representativos, realizado por quien fuera conocido como “El Greco” que pasó a constituirse en la imagen central del trabajo (ver portada en imagen 27 y fragmento del primer montaje en imagen 28). Una de las tareas que realizamos cuando llegamos al museo fue observar obras del mismo Genaro Pérez que se encontraban expuestas. Entre estas obras encontramos una en la cual, la firma del pintor aparecía borrosa y solo se podía leer la palabra père, con la “z” final borrada, quizás, por el paso del tiempo. Este significante nos remitió al de padre en francés. Curiosamente Genaro Pérez es considerado como precursor de precursores y por algunos, como “padre” del arte de Córdoba. En relación con este tema consultamos bibliografía local, entre la cual se destaca el trabajo de Marcelo Nusenovich titulado “Tres ensayos sobre arte y cultura cordobesa 1870-1910” (Nusenovich 2006). Incluimos la cita visual a este significante en los montajes gráficos, fotográficos y audiovisuales (ver imagen 29).

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El uso del significante familia en la política y la religión “Hijos de Dios”, “hermanos y hermanas de Cristo”, “hijos del comandante”... El proyecto presentado ante el Instituto Goethe se realizó durante el mes de marzo. Para su contextualización, y a los fines de dar cuenta de lo señalado anteriormente, se citaron dos acontecimientos de ese momento que signaron la historia política internacional, implicando, de diversa manera el uso de significantes vinculados con la familia. Nos referimos a: 1) la muerte de Hugo Chávez, presidente de Venezuela; 2) la asunción del argentino Jorge Bergoglio como sumo pontífice de la Iglesia católica. Ambos hechos contaron con discursos pregnantes por parte de sectores dominantes del campo de la política y la religión que procuraron remitir a fieles y seguidores en tanto “hijos de Dios” o “hijos del comandante”. En uno y otro caso la apelación a estos términos apela a la masificación e igualación de sujetos bajo rúbricas que vienen sostenidas por poderosas instituciones y sectores de la sociedad. Tales afirmaciones se acompañan de montajes fotográficos, iconográficos y escénicos, que sostienen, en acto y en imagen, sistemas de creencias poderosísimos. Cuestión que nos recuerda el carácter religioso de todo campo social que remarca Pierre Bourdieu (2003). Se trata de procesos performativos que se valen, entre otras estrategias, de una amplia y variada gama de alusiones a la reproducción de significantes asociados a la familia. En el caso de los “hijos del comandante”, la gran familia venezolana se veía plasmada, en los días que velaron a Chávez, en una marea roja que transitaba las calles y los recintos oficiales. Desde entonces se sucedieron cientos de actos conmemorativos. Prácticas escénicos-culturales cargadas de emociones a través de las cuales se procuraba y sigue procurando la continuidad del proceso revolucionario del “socialismo del s. XXI”. Por otra parte, con la asunción del sumo pontífice de la Iglesia Católica se intensificó el uso de significantes como el de “hermanos”, “hijos de Dios-padre todopoderoso”, para aludir a quienes fueron los protagonistas de una diversidad de performances a lo largo del plantea vinculadas con la espera de la “fumata bianca” (lo señalado en este apartado fue base del segundo montaje realizado (imagen Nro. 27). 86


“Madres”, “hijos”, “abuelas” y “familiares” en lucha Otros ejemplos de redes de sentidos e interacción en las cuales cobran gran relevancia significantes asociados con la familia, pueden observarse en una serie de organizaciones argentinas que se generaron a partir de la dictadura cívico- eclesiástica- militar que se inició en 1976. Entre estas organizaciones se encuentra H.I.J.O.S., Madres de Plaza de Mayo, Abuelas y Familiares de desaparecidos. Este uso revierte el empleado por los militares en la dictadura, quienes buscaban atemorizar a través de preguntas o dichos que transmitían en medios masivos de comunicación. Un ejemplo de ello estuvo dado por la insistente pregunta “¿Sabe Ud. a dónde está su hijo ahora?” con la cual, además procuraban culpabilizar a los padres de lo que pudiera suceder a sus hijos. También resulta pregnante el uso que se realiza de imágenes vinculadas con matrimonios y/o familias monárquicas y presidenciales. En Argentina, un ejemplo de ello se plantea, por ejemplo con los matrimonios de Eva Duarte y Juan Domingo Perón, Carlos Ménem , su esposa e hijos, Néstor Kirchner, Cristina Fernández y su familia, Mauricio Macri, su esposa y su pequeña hija. Existen otras organizaciones sociales que luchan por diversos problemas ambientales que también hacen uso de esta clase de significantes. Tal es el caso de Madres de barrio Ituzaingó (que surgió en Córdoba ante la fumigación de campos colindantes a este barrio)38. Vemos como el uso de significantes, imágenes y/o montajes que aluden a la familia opera, según sea el caso, en relación con la culpa, la tortura, el asesinato, la desaparición, el mercado o, por el contrario, la solidaridad, la cooperación, el empoderamiento y la lucha social. 38 Como señala la Antropóloga Rosana Guber (1991) se trata de usos estratégicos de formas de identidad que procuran generar empoderamiento (Breilh) y transformar situaciones de violencia física y simbólica. Esos usos remiten a emociones primarias e inciden en las acciones, intereacciones, cuerpos y subjetividades, poniendo en juego y resignificando instituciones que aparecen socialmente inapelables, como las que hacen a la figura materna. Tanto las Madres de Plaza de Mayo como Madres de Ituzaingó han hecho un uso estratégico y empoderado de esta identidad promoviendo transformaciones sustanciales ante situaciones de profunda inequidad e injusticia social. En el primer caso su papel fue sustancial para dar lugar a un proceso de enjuiciamiento por delitos de Lesa humanidad único en el planeta y, en el segundo caso dieron lugar a instancias judiciales inéditas a nivel nacional en relación con el enjuiciamiento ante casos de fumigación con agrotóxicos, así como tuvieron un papel fundamental en el la lucha contra la instalación de la multinacional Monsanto en la localidad de Malvinas Argentinas de Córdoba.

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Un capítulo especial debería plantearse en relación con el uso de la familia en estrategias vinculadas con el mercado. Esto puede observarse en la extensa producción de montajes publicitarios que a diario se incrementan e intensifican en vísperas de navidad, el día de la madre, del padre o del niño. En estas publicidades se plantean modelos de familias a seguir a través del consumo, y así se genera la ilusión de inclusión social en el “mercado de la vida”. Allí, como en el campo jurídico se juegan la familia, la propiedad privada y Estado, pilares del sistema capitalista. El campo religioso cobra un papel fundamental en este terreno en tanto, desde allí, se generan potentes dispositivos performativos que orientan prácticas, a partir del fortalecimiento de creencias y habitus (Bourdieu 2003). Como contrapartida con la normativa familiar dominante, sostenida de mitos y tabúes que han sido tan potente para el disciplinamiento de cuerpos, sexualidades y vínculos, desde hace unos años asistimos a cambios sustanciales que parten de la visibilización y búsqueda de aceptación social de situaciones que antaño permanecían ocultas y ello se ha transferido incluso a las instancias jurídicas39. Estas cuestiones también formaron parte de los montajes realizados. Acerca de los montajes realizados Cada (des) montaje transdisciplinar realizado cuenta con un proyecto, una imagen y un texto breve de presentación. En este caso el texto era el siguiente: En el contexto del capitalismo contemporáneo, una diversidad de significantes vinculados con la familia se vuelven palabra, cuerpo e imagen, consolidando, según sea el caso, el mercado, la culpa, el sometimiento o, por el contrario, el empoderamiento y la lucha social. Esto se plasma en campos como los de las artes, la política y la religión y en prácticas diversas entre las cuales se destacan la alusión de masas de sujetos bajo términos como los de “hermanos”, “hijos de dios”, “santo padre”, “padre de la patria”, “madre patria”, “hijos del comandante”, “madres o abuelas de plaza de mayo”, “madres de Ituzaingó”, etc. Por concentrar poderes en estos tres campos, Genaro Pérez fue considerado 39 Hoy se aceptan institucionalmente una diversidad de modelos de familia (ensamblada, ampliada, monoparental, etc). En esa línea cobran gran significado los avances planteados en leyes como las del Matrimonio Igualitario, o las nuevas leyes de protección de niñez y adolescencia. Esta cuestión viene acompañada del reconocimiento respecto a roles paternos y maternos que no están ligados necesariamente a la condición binaria de género sostenida por la clasificación de varones y mujeres

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“precursor del arte cordobés”. En su homenaje se otorgó su nombre a este museo, cuyo edificio se inauguró en el año 1910 como “casa de familia”. En 1913 se lo convierte en sede de la gobernación de Córdoba, luego en intendencia de la ciudad, en consejo deliberante y, en el año 1967 en museo. Año 2013. Dos acontecimientos conmueven a Latinoamérica y el mundo. Muere Hugo Chávez. Los autodenominados “hijos del general” lo veneran con religiosidad. Jorge Bergoglio es nombrado “padre” de la iglesia católica. Bajo su papado es beatificado el cura Brochero, quien disputara en estas tierras, la integración de niñas de familias excluidas en el colegio de las esclavas. Genaro Pérez, maestro de pintura de esta orden, retrató a la “madre” Catalina, su fundadora, así como lo hizo con otros personajes del poder político y religioso. ¿Qué huellas han dejado estos acontecimientos en este recinto y en esta ciudad… en su vida cotidiana, sus calles, sus patrimonios, y matrimonios? ¿Qué mitos y fantasmagorías circulan entre estas paredes? ¿Cuáles son los significantes asociados a la familia, sacralizados en nuestro contexto, para potenciar poderes políticos, artísticos y religiosos?” Este escrito se encontraba en la pared de entrada a la sala donde se montó la muestra multimedia que quedó expuesta durante un mes. El día de la inauguración se realizó una performance que implicó tránsitos por las instalaciones del museo, textos, música y proyección de hologramas en vivo. La muestra incluía, entre otros montajes, un dispositivo holográfico, una gigantografía de la portada, un “montaje de citas audiovisuales” (König 2014), tres mandorlas y un maniquí con un vestido de novia al cual se cosieron fotografías de principio del s.XX40 (ver imágenes 26, 28 y 29). 40 Este vestido fue encontrado, junto con las fotografías, en una casa que la familia de una de las estudiantes de la Facultad de Psicología que participó en el proyecto comprara décadas atrás. En una de esas fotografías había una niña casi idéntica a la estudiante que trajo estos objetos y que decidió, además. agregar una fotografía del casamiento de su abuela, en la cual ella portaba otro vestido casi igual al expuesto en el maniquí. La abuela se hizo presente la noche de la presentación. En este (des) montaje se produjeron dos hechos vinculados con esta clase de vestiduras femeninas. El otro hecho remite a lo sucedido con el vestido de Chiara, joven cantante de jazz invitada a cantar. a quien no conseguíamos como vestir hasta que, el último día ella apareciera con un vestido casi igual al que porta el retrato de la Señorita Llerena, de Genaro Pérez, en relación a la cual existe un mito fantasmagórico sostenido, no solo por integrantes del museo, sino también, en el marco de un tour municipal a la institución y en notas realizadas en medios de comunicación masivos como el diario La Voz del interior, en la cual se alude al fantasma de una niña que transita por el museo y se adentra en este cuadro por las noches. La última nota al respecto se titula “El palacio donde vive una niña de 100 años” del 17/01/2016, Disponible en http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/el-palacio-dondevive-una-nina-de-100-anos (Última consulta 10/3/2016) (ver imagen 29).

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La cabeza de este maniquí era una mandorla como evocación a una de las formas más pregnantes en el arte religioso. También se construyeron otras tres mandorlas de 1, 20 mts. de alto y 0,90 mts. de ancho en cuyo interior se instalaron, en un caso, un montaje con decenas de pinturas de la sagrada familia; en otro fotografías, imágenes y palabras que remitían a discursos vinculados con la política y la religión (y, en el tercero, objetos y fotografías antiguas (ver imagen 30). Debajo de cada uno de los objetos instalados, a modo de referencia, se colocaron textos enmarcados con imáegnes de marcos de pinturas tradicionales de los cuales escurrían gotas de sangre. Los textos eran los siguientes: Como señala Pierre Bourdieu, la sacralidad no es cuestión solo del campo de la religión. Los órdenes sagrados y las creencias cuasi religiosas se juegan en todos los campos sociales. Las artes no han estado ni están exentas de ello. Otro tanto sucede con el universo de la publicidad, desde donde se ejerce una de las improntas más poderosas en la configuración de las subjetividades en el capitalismo cultural contemporáneo. En esa línea, la familia, junto con la propiedad privada y el Estado, continúan siendo, tal como lo señalara F. Engels, una de las instituciones más eficaces para la mercantilización y la objetualización del cuerpo, la sexualidad y la vida misma. Por tal motivo constituye uno de los frentes de resistencia, lucha y transformación más pregnantes. Al respecto recordemos una cita del autor: “La sociedad antigua, basada en las uniones gentilicias, salta al aire a consecuencia del choque de las clases sociales recién formadas; y su lugar lo ocupa una nueva sociedad organizada en Estado y cuyas unidades inferiores no son ya gentilicias, sino unidades territoriales; se trata de una sociedad en la que el régimen familiar está completamente sometido a las relaciones de propiedad y en la que se desarrollan libremente las contradicciones y la lucha de clases, que constituyen el contenido de toda la historia escrita hasta nuestros días” (Engels). Lo señalado por Engels ha sido potenciado y resignificado a lo largo de la historia de la humanidad hasta llegar a nuestros días, signados por lógicas que atraviesan prácticas y discursos de campos sociales como los de las artes, la religión, la política o la ciencia. En este sentido emergen a diario una diversidad de usos en torno al significante familia y de sus derivados para fortalecer la mercantilización de la vida cotidiana (...). 90


Ante estos sentidos y prácticas, existen permanentes formas de resistencias activas, emergentes de las fisuras de un sistema que pretende invisibilizar cómo los vínculos familiares se vuelven objeto de mercado. Pero las pulsiones de vida que hacen a la singularidad del sujeto y la particularidad de sus lazos no cesan de pujar desde las hendiduras de la carne. Casa, retrato y cosas “de familia”. Sonoridad vuelta imagen que en algunos provoca ensordecimiento. Paredes de un edificio creado por y para la familia Garzón, a principios del S. XX, transformada posteriormente en la casa de la gobernación de Córdoba y luego en museo. Arquitectura que siguió los caminos del poder, albergando no sólo obras de arte, sino fantasmas de una historia familiar y social que nos atraviesa y aún late en miradas perdidas, entuertos indescifrables y en innumerables no dichos que hacen huella y se esparcen en las calles de una ciudad donde conviven luces de neón, pantallas de led, aguas que danzan opresión y campanadas medievales. En uno de los óleos centrales de la colección permanente del museo, el apellido de su hacedor, Genaro Pérez, es apenas legible y se ha convertido en otro significante: “pére”. ¿Equívoco de restauración, o pulsión invocante? El azar ha acentuado de otro modo la firma de quien se convirtiera en uno de los “padres” del arte de Córdoba, a través de un dispositivo arquitectónico cuyas paredes, espacios y oquedades son soporte de quienes miran, hablan, muestran y montan una diversidad de objetos e imágenes. En su interior, conviven miradas y voces de vivos y muertos. Una diversidad de seres y “espectros de la memoria”, como adjetiva DidiHuberman a las imágenes, parecen transitar a diario este recinto, incidiendo en los otros, a través de huellas que vienen del más allá y del más acá del placer y del goce ante una práctica social concebida bajo el significante “arte”. Palabras saturadas, oídos ensordecidos, ojos que observan y por momentos punzan la carne y hacen brotar en borbotones la sangre roja y azul, fruto de siglos de opresión y resistencia a formas coloniales del ser y del saber. (Des) montar una casa, un retrato o un relato “de familia”. Invocar lo extrañamente familiar que reside en la mirada y el silencio de rostros vueltos óleo y tela, enmarcados en oro. 91


Ellos están allí, a la espera de ser imagen e historia, de trascender el tiempo cumpliendo el deseo de eternidad de muchos. Poder montado sobre los hombros de millones de muertes. Su presencia inerte e irónica al tiempo que atormenta provoca una siniestra sonrisa. Sin sentido actual que emana de una ominosa lejanía. El deseo y el eros se hacen presentes, como ha sucedido desde el principio de la historia -si es que esta cuenta con un principio-, dialectizando el aire en un tránsito entre esculturas derruidas rodeadas de fantasmas. Sagrada familia sostenida “por los siglos de los siglos” en la palabra, pero por sobre todo en la imagen. Millones de veneraciones silenciosas y gritos desgarradores de resistencia han sido y son invisibilizados. Silencios poderosos ante lo prohibido que muta constantemente pero permanece allí de manera real o virtual, haciendo vibrar y estallar las fronteras coloniales entre la “altas” y “bajas” culturas. (De) formar una imagen, (des) instalar un significante, (re) montarlo a sabiendas de su carácter transitorio, de su necesidad de disolución y de la certeza de nuestra desaparición. Tomas fotográficas, dislocaciones que hacen eco en la piel con la intensidad de un silencio oscuro del cual emergen destellos dorados. Ojos cerrados que miran. Risas sarcásticas que observan. Cuerpos atemorizados que provocan. Quietud erótica de la piedra. Impostura de arremeter en el deseo sagrado ante el niño. In-diferencia cultural y territorial ante el cuerpo. Mirada que se pierde en el objeto de deseo que pareciera mover y poderlo todo. Mascaradas de un pintor navegando en los mares mediterráneos de una ciudad que alberga ruinas de catástrofes provenientes de aguas subterráneas vueltas obra al atardecer en los ojos de miles de buscadores de oro tarde, oro niebla, oro sol. Evocación de “El Dorado” pre-colombiano y precolombino. Una oscuridad subsume y aquieta el violín de la que se dice es “la primera obra de la ciudad”. Ella inmóvil rodeada de glamour cinematográfico nos envuelve. Desde los postigos de aquella ventana que deja ver la luz de la siesta corre un aire frío que permite respirar ante tanto Otro. Son dos las salas de las “grandes obras consagradas de la historia pictórica local” donde podemos espiar las pinceladas que se desvanecen en la virtualidad de estos tiempos y perdernos en la textura empuñada de un retrato de quienes el pintor ¿amaba? ¿odiaba? ¿veneraba? ¿perseguía? 92


¿deseaba?. Me pregunto ¿cuál ha sido el “entre” que hace eco entre el cuerpo del pintor y el retratado? ¿Qué, de lo extrañamente familiar se juega en sus tensiones e intensidades? ¿Será esta una de las rutas más eficaces para perpetuar una especie humana que busca permanecer mientras promueve la extinción del resto? Aby Warburg, Panovsky, Burucúa, Walter Benjamin, Jaques Lacan, Didi-Huberman y tantos miles apalabrando la potencia de las imágenes mientras ellas allí están sufriendo los embates de quienes las generan, petrifican, deifican, (de) forman y (des) montan. Recordando a este último autor me pregunto ¿las imágenes toman posición, nos llevan a tomar posición, nos posicionan, posicionan a quienes las crean, comercializan, observan, se jactan de su posesión, las reproducen indefinidamente o a quienes se posicionan a observarlas en profundidad en búsqueda de eso que pulsa en los intersticios de la sangre y la carne?. Caminamos silenciosos procurando encontrarnos con los fantasmas que yacen en una sala del fin del mundo recordando la fastuosidad de los museos consagrados, en los cuales Velázquez punza el vientre con la mirada de sus retratados; Goya hormiguea las yemas de los dedos con su siniestra flagrancia, y el Greco disuelve las posiciones más contundentes ante pinceladas sacras. Ellos creen que sabemos de técnicas, “nosotros sabemos que sabemos de encierros”; pensamos que diría Picasso cuando nos acercamos a ellas. Que burla la burla capitalista ante las cámaras fotográficas que desenfernadamente procuran tomar por su alma la dama sonriente de Leonardo. Que transparente ironía la cúpula del Louvre, y el verde-rosa de la galería del Genaro. De todos los (des) montajes realizados desde el ELAPS a lo largo de sus casi diez años de existencia, fueron elegidos estos tres para ser presentados aquí debido a que: 1) parten de un objetivo afín: (des) montar discursos hegemónicos que sostienen las lógicas capitalistas; 2) resultan complementarios, en tanto dan cuenta de relaciones de poder y saber, así como de formas de resistencia que hacen a modos de concebir el cuerpo, y por tanto la subjetividad en relación con cuestiones como la salud, la enfermedad, la vida, la muerte, el deseo, los vínculos, la sexualidad y el trabajo; 3) el recorrido realizado en relación con la emergencia de la Anatomía Moderna es afín al que podríamos realizar, salvando diferencias y particularidades, en relación con la institucionalización de las ciencias y las artes en la modernidad (cuestiones que se juegan 93


en lo los trabajos del Museo Científico Tecnológico y Genaro Pérez), momento crucial en el cual se configuran las bases para el desarrollo del capitalismo; 4) gran parte de las cuestiones pensadas en relación con la primera de estas experiencias fueron retomadas y resignificadas en los otros dos trabajos. Como se señaló en un comienzo, participaron de estos montajes estudiantes, docentes, personal no docente de las universidades, investigadores, artistas y colaboradores.41 . Para finalizar cabría solo mencionar que, la intención con este y los otros trabajos realizados desde el ELAPS en torno a la relación entre cuerpo, montaje y capitalismo, es desmontar aquello que, de esa relación implica malestar, sufrimiento, inequidad y enfermedad, en favor de contribuir a formular interrogantes, críticas y propuestas que tiendan a fortalecer transdisciplinarmente aquello que se encuentra del lado de la equidad, la salud y la vida.

41 Entre ellos se encuentran integrantes actuales del ELAPS como: Carlos E. Álvarez, Natalia König, Judith Bersano, Karina Generoso, Demián Díaz y Norma Pellegrion, así como personas que participaron desde el año 2010, en diferentes etapas de este espacio. Tal es el caso de: Adrián Schwosykoski, Agostina Rosso, Mariana Carmona (en fotografía y realización audiovisual), también participaron investigadores, docentes y productores de artes como Marcelo Quiñonero y Carlos Cáceres, investigadoras en liteartura y ciencias sociales como Núria Calafell Sala. y Ma. Inés Landa, estudiantes de psicología como Luciana Schaffer, Luciana Civalero Ayelen Font, Gabriela Dotti, Gabriela Lorenzatti, Magdalena Torres,: Andre Frini y Marcos Labanti, . Por parte del Museo de Anatomía “Pedro Ara” y la cátedra de Anatomía Normal participaron el Prof. Titular y actual director del museo: Esteban Jáuregui. ex-directores del Museo como César Ignacio Aranega y Carlos Sánchez Carpio, el secretario general de la institución Juan Manuel Errecart y otros integrantes de la cátedra y el museo como Gastón Pedernera, Rosa Elena Páez, Pablo Toledo, Martín Ferrazzuolo, Marcelo Martínez y Rosario Barello. También participaron integrantes de la cátedra de Anatomía Descriptiva ósea, de la Lic. en Producción de Bioimágenes y Anatomía Normal de la Kinesiología y Fisioterapia de la Escuela de Tecnología Médica de la Facultad de Ciencias Médicas. Entre ellos se encontraban el Prof. Titular Héctor Ríos, Marcelo Pagani e invitados como Rafael Moncho y estudiantes de estas carreras. Contamos con la participación especial del Prof. Adjunto de la Cátedra de Cirugía: Pedro Pizarro y sus hijos Marianela y Tomás. También participaron integrantes de la Facultad de Filosofía y Humanidades como Juan Manuel Burgos, Sofía Chaij y Mauro Cabral. De parte del Museo Científico Tecnológico participaron su director, Mario Guillermo Spinosa, Pablo Singh y estudiantes invitados. Entre quienes participaron de los montajes escénicos se encuentran: Karina Juric, María Torvaldsamsonova, Adrián Bertolt, Rocío Elizalde, Patricia Mc Garry, Pablo Da Palma, Emanuel Oviedo, Andrés Fernández, Augusto Elizalde y familia y Chiara Masino. Y contamos con la participación especial de la Banda de Música “LA PATA DE LA TUERTA”

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Apuntes para pensar relaciones entre artes y política Daniel A. Martínez

A partir del final de la década de los años sesenta, en la Argentina, la violencia política deja de aparecer como hecho aislado, para transformarse en objeto de activismo, capaz de convertirse en un dispositivo listo para contribuir a un estallido social. Desde entonces las Artes pasaron a ocupar un lugar visible y preponderante en tanto fuerza activadora. Se trata de un momento de inflexión donde se abren discusiones y reflexiones sobre cuales serian las funciones del Arte y sobre todo, el rol de los artistas en los años por venir. Por ese tiempo se consideraba al artista como referencia política, en tanto individuo capaz de constituirse en vocero de la revolución, ligado a la figura del guerrillero heroico, protagonista de los años setenta. Se trata de un momento en el cual se produce un corrimiento que reivindica al pueblo como potencia política de carácter colectivo y creativo. En ese marco, los artistas idearon una nueva estética capaz de producir obras colectivas, hecho al cual se atribuye el nacimiento de una vanguardia sindical que activaba en oposición a la dictadura del momento. La calle como escenario entre las artes y la política Desde los años 68 y 69 artistas de Buenos Aires, Córdoba y Rosario protagonizaron rupturas con las instituciones artísticas y comenzaron a tomar las calles como escenario. Este hecho disolvió ciertas fronteras entre acciones artísticas y acciones políticas. Dichas acciones se convirtieron en fenómenos estéticos que supusieron una apropiación de recursos, modalidades y procedimientos como el muralismo. Al respecto, Ana Longoni plantea lo siguiente: En medio del creciente clima de agitación de los años que siguieron al Cordobazo, los artistas pugnaron por tomar las calles, otorgando nuevos impulsos al muralismo de carácter político. La realización rápida de murales de carácter colectivo y efímero aparece como un recurso más dentro de un amplio repertorio desplegado en la acción artístico-política callejera” (Longoni 2014: 163) 97


Estas nuevas modalidades de manifestar, accionar y activar llevan a repensar de un modo dinámico la crisis social que conducía a un cambio revolucionario y por ende a redefinir un tipo de arte. Estudiantes, intelectuales, obreros y artistas comparten experiencias en las cuales mirar, participar y crear una obra de arte inciden en la transformación de individuos sin conciencia política en sujetos con intereses revolucionarios. De allí que una de las apuestas y quizá la más importante sea la de la ampliación del público a sectores masivos y populares. Activismo artístico Para hablar de activismo artístico no deberíamos enmarcarlo dentro una corriente, estilo o movimiento, sino mas bien pensarlo como emergente de (en relación con) otras prácticas sociales en las cuales se ponen en juego una multiplicidad de lenguajes. En tanto praxis artística y política, podríamos decir que emerge en la Europa de entreguerras, en el seno de la politización de las vanguardias, a través de un modo de producción estética y relacional que prioriza la acción social por sobre la tradicional autonomía del arte. Esto no pierde vigencia y prosigue hasta nuestros días, cobrando otros matices en función del surgimiento y fortalecimiento de diversos movimientos sociales. Al respecto y focalizando en la década de los 80´, Tapia y otros señalan: El activismo artístico de los ochenta no discute la autonomía de la institución artística porque actúa en otro espacio de legitimación, en otra institucionalidad que es la de los movimientos sociales. No se apoya en el movimiento de los derechos humanos, no produce imágenes en el contexto de las movilizaciones, sino que la constituyen. La acción estética es la forma que asume la praxis política (Tapia y otros 2014: 151) Estas experiencias de la escena latinoamericana de los años ochenta, implican un desplazamiento hacia afirmaciones de libertad de prácticas y de sujetos, poniendo énfasis en el interés de agrupaciones y/o colectivos ante el problema de la cualidad relacional e intersubjetiva. La prioridad de estas prácticas es potenciar la interpelación e involucrar al otro desde un plano afectivo y de conciencia sociopolítica, 98


buscando efectos que se proyecten y transfieran sobre procesos de subjetivación. Dentro de sus mecanismos de acción o interpelación, tanto la agitación como la propaganda, son partes legítimas y constitutivas de estas prácticas. Se piensan a como instrumento puntual para integrarse luego a un proyecto de modificación social, política y subjetiva. Una de las características del activismo artístico es la materialidad con que estas prácticas operan, por un lado como consecuencia de la limitación de recursos y por otro a partir del énfasis puesto en la producción inmaterial: relaciones, subjetivación, concientización. Otra de las características más importantes es la consideración y/o exigencia de poner el cuerpo del objeto/sujeto en acción. Pero no la lucha revolucionaria, sino desde una experiencia poético-política que irrumpe desde los márgenes, buscando potenciar la vibración del cuerpo más allá de la concientización política. Presente Acción Urgente A partir de un Encuentro realizado en la Fundación Proa durante julio de 2014, en el marco de la exhibición “Acción Urgente”, coordinado por sus curadores Rodrigo Alonso y Cecilia Rabossi me propuse una indagación sobre una serie de grupos de Acción que, de diferente manera, ponen en juego algunas de las cuestiones señaladas anteriormente. Este encuentro propuso un mapeo respecto de distintas formas y estrategias de intervención colectiva que toman al espacio público como escenario, integrando demandas ciudadanas y/o dando respuesta a diferentes acontecimientos políticos y sociales. Las mismas fueron y siguen siendo llevadas adelante por artistas de múltiples disciplinas que, interpelados por una realidad política, social y económica, ponen en marcha acciones artísticas para visibilizar distintas problemáticas. Entre los temas que abordan se encuentran: derechos de la mujer, corrupción política, racismo, impunidad, ecología y medio ambiente, entre otros. Estos colectivos se transforman en verdaderos comandos de significación o guerrillas de sentido que exponen críticamente sus preocupaciones y reclamos, tomando de forma provisoria y efímera, la ciudad como escenario. 99


Cabe finalizar estas reflexiones citando algunas de estas propuestas a los fines de dejar abierta al lector una ventana hacia formas concretas de producción artística que implican una vinculación entre artes y política en sentidos afines a lo señalado hasta aquí. Colectivo Sociedad Civil. Perú. Sus instalaciones responden a hechos políticos en la historia de Perú relacionados con la idea de limpieza política. Sus acciones “Pon la basura en la basura”, y “Lava la bandera” incorporaron a la sociedad civil. (http://arte-nuevo.blogspot.com.ar/2009/01/los-colectivos-dearte-propsito-de-csc.html) Iconoclasistas. Argentina. Constituye una propuesta de investigación y producción, cartografías y gráficas colectivas. En sus acciones suman talleres y encuentros colectivos. “Republica ciruja” de la serie Mapas Críticos, por ejemplo, presenta un diagnostico de los barrios que concentran contaminación y pobreza en Buenos Aires. (http://iconoclasistas.com.ar/category/001/) Mujeres Creando. Bolivia. Movimiento feminista y anarquista que diseña acciones e intervenciones callejeras que se oponen a la injusticia social y al machismo dominante en la sociedad boliviana. (http://www.mujerescreando.org/). Mujeres Artistas en Movimiento. Uruguay. Sus intervenciones y performances, siempre en espacios públicos de alta circulación, tratan sobre temas de género como la violencia domestica, la despenalización del aborto y los derechos laborales de la mujer. (http://70.32.114.117/gsdl/collect/revista/index/assoc/ HASH0115/b9254f89.dir/r73_21nota.pdf) Cuadernos de Movilización. Chile. Surgen en el contexto de las movilizaciones estudiantiles en defensa de la educación pública. (http://cuadernosdemovilizacion.tumblr.com/)

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Opavivara. Brasil. Se pronuncian contra la corrupción, los aumentos de servicios públicos e impuestos por los gastos escandalosos para la realización del mundial de futbol y los juegos olímpicos. (http://opavivara.com.br/) Grupo escombros. Argentina. Sus integrantes provienen de diferentes disciplinas: plástica, periodismo, diseño y arquitectura. Se centran en una visión del artista como servidor social llamando la atención sobre la posibilidad de transformar la realidad a partir de acciones simples y solidarias. (http://www.grupoescombros.com.ar/) Referencias Bibliográficas Alonso R., Rabossi C. (2014) Catalogo de exposición: Acción Urgente. Fundación Proa. Buenos Aires. Garramuño F. (2015) Mundos en común. Ensayos sobre la inespecificidad en el arte. Fondo de Cultura Económica. Buenos aires. Giunta A. (2014) ¿Cuándo empieza el arte contemporáneo? Fundac. arteBA. Ciudad Aunóma de Buenos Aires. Giunta A. (2009) Poscrisis. Arte argentino después del 2001. S. XXI Ed. Bs. As. Longoni A. (2014) Vanguardia y revolución: arte e izquierdas en la argentina de los sesenta-setenta. Ed. Paidós. Bs. As. Tapia M., Vindel J, Carbajal F, Amigo, R. (2014) Perder la forma humana: Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina. Universidad Nacional Tres de Febrero; Museo Nacional- Centro de Arte- Reina Sofía.

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PARTE II Políticas públicas, salud, trabajo y educación

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ÂżHospital escuela u hospital empresa? 105


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La Historia puede repetirse... Ecos de una investigación sobre el proceso de transformación institucional del Hospital Nacional de Clínicas de la UNC Carlos E. Álvarez “Yo me imagino a la naturaleza como un gran espectáculo semejante a la ópera: desde vuestro lugar no podéis ver el teatro tal como realmente es; las decoraciones y las máquinas fueron dispuestas para producir de lejos efectos agradables, pero fueron escondidas a vuestra vista las ruedas y contrapesos que realizan todos los movimientos y el que viese la naturaleza tal como es, vería la parte posterior del teatro de la ópera” Fontenelle, conversaciones sobre la pluralidad de los mundos (1686) El presente trabajo reúne una serie de reflexiones planteadas en la tesis de maestría en Administración Pública de quien escribe, que consistió en un análisis de la transformación institucional del Hospital Nacional de Clínicas (HNC) perteneciente a la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, desde la aplicación de la política de Autogestión hospitalaria en el año 1994 hasta el año 2010, teniendo en cuenta su impacto en la salud pública y en el mundo del trabajo hacia el interior institucional42. 42

Esta tesis llevó como título: ”La transformación institucional del Hospital Nacional de Clínicas. El impacto de la autogestión en los trabajadores hospitalarios”. Director: Jorgen Nelson Ahumada. Co-dirección: Valeria Cotaimich y fue presentada en el Instituto de Investigación y Formación en Administración Pública (IIFAP) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). La investigación implicó metodológica y técnicamente el desarrollo de entrevistas en profundidad y encuestas a personal del hospital. Asimismo, se realizó un análisis de material documental (Ej: actas ministeriales, resoluciones hospitalarias, decanales y del Honorable Consejo Superior de la UNC, actas de asambleas de trabajadores no docentes y documentación variada sobre presentaciones, denuncias y expedientes referidos a cambios institucionales). Entre los tópicos que emergieron de las entrevistas se cuentan: la relación entre Estado, trabajo, capital y salud; causas y consecuencias que tuvo el traspaso de un modelo de Estado Benefactor a un Estado Postbienestarista; impacto de la profundización burocrática en la atención y el trabajo dentro del hospital; incidencia del modelo de autogestión y de gestión descentralizada en las condiciones de trabajo de los trabajadores no docentes. En relación con estos puntos se tuvieron en cuenta aspectos vinculados con el Modelo Médico Hegemónico, la mercantilización en el campo de la salud y relación entre políticas públicas y ámbito universitario. A lo largo del trabajo emergieron cuestiones que hacían notar el desarrollo de lógicas de autorresponsabilidad plasmadas en la conformidad y la obediencia ante situaciones de precarización laboral. Lo abordado en esa tesis permitió comprender aspectos que hacen a la relación entre Estado, capital, trabajo y

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Detenernos en el desarrollo de la política autogestionaria desde una perspectiva crítica, nos permite observar cómo, una política pública que se presentó como herramienta de gestión, implicó transformaciones profundas en la misión institucional. La autogestión no fue sólo autogestión; significó una apropiación material y simbólica de una institución pública por parte de funcionarios universitarios, quienes, en función de sus intereses particulares, no se adecuaron al marco legal nacional que regía sobre los hospitales públicos, que, a partir del decreto presidencial Nro. 939 del año 2000 fueron considerados como “hospitales de gestión descentralizada”. Esta situación llevó a limitar de manera drástica los servicios de atención a sectores indigentes y sin obra social, para ello resultó indispensable la reformulación de las condiciones de trabajo de los empleados hospitalarios. A continuación reflexionaremos sobre el marco político en el cual se dio este proceso. En la búsqueda por comprender la metamorfosis hospitalaria, toma sentido analizar aspectos contextuales, entre ellos, las causas y el impacto que tuvieron los cambios en el concepto de salud sufridos en el traspaso del Estado Providencia (Rosanvallón 2007) al Estado Postbienestarista, que han dado marco a profundas transformaciones materializadas en la vida institucional. Se trata de reformulaciones ideológicas que implicaron, como consecuencia más relevante, reconceptualizar la salud, que, de derecho social devino “cosa”, permitiendo así su mercantilización. Cosa de consumo individual posible de ser comprada en el mercado.. Considerando que las políticas sanitarias tienen un correlato directo con las necesidades de esa etapa histórica de acumulación capitalista, resulta pertinente abordar las readecuaciones en el mundo del trabajo y su relación con los cambios de perspectiva en torno a la salud en un Estado postbienestarista. Tomar el par trabajo-salud permitirá un acercamiento para comprender las reformas producidas en los lineamientos que a nivel institucional fueron configurando el panorama de la salud pública. salud en el contexto particular del HNC. Posteriormente se plantearon vinculaciones entre lo hallado y cuestiones de orden transdisciplinar que constituyeron la base para la producción de montajes escénicos, visuales y audiovisuales presentados en el Museo de Anatomía “Pedro Ara” con sede en el HNC. El proceso mencionando se vinculó con dos proyectos de investigación desarrollados en el marco del ELAPS, titulados: 1) “Arte/s Performance/s y Subjetividad/es. Análisis y propuesta de experiencias performativas de carácter local vinculadas a los campos de las artes y la salud” (Período 2012-2013) y 2) “Investigación-Acción y (Des) Montaje Transdisciplinar en torno a experiencias vinculadas con la Salud (pública, ambiental, comunitaria y colectiva)”. Ambos contaron con la dirección de Valeria Cotaimich y fueron aprobados y subsidiados por la SECyT de la UNC..

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Latinoamérica neoliberal Los cambios que observamos en el sistema de salud responden a reformulaciones que, desde el capitalismo internacional, comenzaron en los países periféricos en la década del 70’. Esta situación estuvo enmarcada en la crisis del modelo de acumulación capitalista, dado en un contexto de recesión mundial que trastocó las formas de producción, en un marco de predominio del capitalismo financiero, con crecimiento del déficit fiscal y alta inflación, con los consecuentes problemas de balanza de pagos y desempleo (Gandarilla Salgado 2002) En los países latinoamericanos, durante los años 70, pudimos observar cambios drásticos del papel estatal. Las políticas de entonces identificaron a los Estados-nación como los responsables de la ineficiencia en el manejo de sus empresas productivas (siderúrgica, petrolífera, etc.), de servicios (comunicaciones, transporte, etc.) y por los crecientes ‘gastos sociales’ que se vuelcan en salud, educación y seguridad social. Como contrapartida, las políticas públicas en los países centrales, tendieron a mantener el nivel de gasto social y estándar de vida, transfiriendo por lo tanto, la crisis a la periferia. Como dice Theotônio Dos Santos: (…) los gobiernos de Reagan y Thatcher no abandonaron el gasto público, a pesar de liderar el movimiento neoliberal. Por el contrario, Reagan aumentó más de 5 veces el déficit público estadounidense, creando una enorme deuda pública que sirvió de punto de partida del movimiento financiero de la década del ’80 (Dos Santos 2003). La transferencia de la crisis puede ser reconocida en la aceptación de la mayoría de los gobiernos latinoamericanos de las políticas impulsadas por organismos como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional. Éstos propiciaron el sobreendeudamiento, la apertura de la economía a los capitales internacionales y la reestructuración del Estado vía privatizaciones, descentralizaciones e implementación de ajustes estructurales. En el campo sanitario, este panorama implicó la aceptación por parte de los gobiernos nacionales de los proyectos de reforma del sector, impulsados por estos organismos, en especial el Banco Mundial, como forma de acceder a préstamos que permitieron financiar la crisis de los servicios sociales y de la seguridad social. 109


Salud y procesos de acumulación Al relacionar la salud y los procesos de acumulación capitalista, se puede entender al par salud-enfermedad como un campo de dominio de una clase sobre otra. Como nos dice María Cecilia de Souza Minayo: En una sociedad capitalista donde las relaciones sociales se hacen a partir de diferenciación de clase, de la desigualdad en la distribución y posesión de riquezas, la concepción de salud/ enfermedad está marcada por estas contradicciones. (Souza Minayo 1995). En este sentido, en correspondencia con la explotación, propia del capitalismo, la salud se integra a la relación entre trabajo asalariado y capital. Esto implica, siguiendo al sanitarista Mario Testa (1997), no sólo que la clase capitalista imponga su concepto de salud sobre la proletaria, sino también que se apropie de su salud, tomando por su cuenta la gestión y organización de los servicios para atenderla. En el período de acumulación capitalista conocido como ‘Estado de bienestar’, el sistema de salud se organizaba y orientaba fundamentalmente a mantener, restaurar y reproducir la fuerza de trabajo de manera que ésta mantuviera su productividad y eficiencia. Los servicios sanitarios atendían la salud de los trabajadores y su familia en tanto y en cuanto ella fuera indispensable para que no se interrumpiera el proceso productivo. Siguiendo esta lógica, la fuerza de trabajo que se inserta en el modo de producción dominante, implica relaciones sociales de producción entre la clase empresarial y la clase trabajadora definidas por una relación contractual en la cual el empresario compra la capacidad de trabajo. En este contrato el ‘rol’ del trabajador es producir plus valor y la del capitalista, apropiarse del mismo; pero esa apropiación está limitada por las condiciones de reproducción de los trabajadores en cuanto tales, es decir, por sus necesidades (entre las cuales encontramos a la salud). En el Estado bienestarista se yuxtaponen las necesidades del trabajador y su familia con los intereses de los sectores dominantes, a fin de mantener intacto el ‘bienestar’ del ‘ejército’ de mano de obra. Al respecto cabe citar a Marx cuando plantea: 110


Cuanto mayor es la riqueza social, el capital en funciones, la extensión y la intensidad de su desarrollo y mayores, por tanto, la magnitud absoluta del proletariado y la fuerza productiva de su trabajo, mayor es también el ejército industrial de reserva. La fuerza de trabajo disponible se desarrolla por las mismas causas que la fuerza expansiva del capital. La magnitud relativa del ejército industrial de reserva crece, por tanto, conforme crecen las potencias de la riqueza… (Marx 1956) Es justamente en este momento, en el que el Estado expande sus redes de contención social y se transforma simultáneamente en sostén del proceso de acumulación de capital y de la reproducción de la fuerza de trabajo. Dentro del sistema de salud, esto se materializa en políticas proactivas respecto a la salud pública. Ahora bien, al momento de abordar este fenómeno en el marco del Estado Neoliberal, no se puede desconocer que los cambios en la lógica del capitalismo implicaron transformaciones en su relación con la salud, la cual termina constituyendo una variable más de ajuste. De esta forma, aquella necesidad de mantener un ejército de mano de obra ‘sana’ y ‘ocupada’, dejó de ser tal. En ese sentido se puede entender el vertiginoso desmantelamiento de los sistemas de salud pública en la Argentina de los ‘90 y el consecuente desarrollo de los servicios sanitarios de la red de prestación privada de salud. Si bien a priori se podría concluir que estos cambios constituyeron la reformulación de lo que se presentaba como un paradigma de salud, en realidad estamos frente a la consolidación del único paradigma que la lógica del capitalismo sustenta: la acumulación (Fumagalli 2010). La salud se convierte en una variable que, en el marco del neoliberalismo, se asume como un servicio de apropiación individual. Con ello, se logra aislarla del proceso productivo y la organización social y, por lo tanto, de la posición de clase del trabajador. De manera que la determinación social de la reproducción de la fuerza de trabajo sobre la configuración de los servicios de salud se ve atacada, de hecho, por un ejército de desocupados- excluidos del sistema- que conspira contra la posibilidad de generar una respuesta en conjunto para la defensa de la salud como un hecho social. 111


Crisis del Estado de Bienestar, trabajo y salud Consideramos pertinente proponer una breve caracterización del denominado Estado de Bienestar en un determinado momento histórico, su crisis y el surgimiento de una sociedad post industrial que reformuló drásticamente el mundo del trabajo y la salud pública. Se puede entender al Estado de Bienestar como el resultado de un acuerdo que, luego de la Segunda Guerra Mundial, entablaron las burguesías, el proletariado y los propios Estados-nación, a los fines de establecer un ‘contrato social’ que permita su convivencia armónica y el desarrollo sostenido del capitalismo en occidente. En este sentido, es clave el rol que el Estado jugó como regulador entre el capital y el trabajo; desarrollando una red de protecciones y garantías teniendo el segundo como eje. Así, estamos frente a un contexto de semi-pleno empleo, donde los salariados participan activamente del consumo de la producción. Se trata de trabajadores que se constituyen como sujetos socialmente reconocidos. A juicio de Robert Castel, el Estado Social -a través de las regulaciones legislativas referidas al trabajo-, consolidó a ese sujeto colectivo como un sujeto de derechos que tiene acceso no sólo a las mercancías, sino a la ‘propiedad social’ garantizada por un Estado proveedor y garante de educación, salud, empleo y seguridad social (Castel 2012). Este Estado social adquiere, según Castel, un rol político clave en tanto se erige como responsable último de la cohesión socialmediando entre el mundo del capital y del trabajo. Cuestión que reduce las incertidumbres e inseguridades y va más allá de la lógica asistencial. Estado social y el mundo del trabajo En este punto y tomando como referencia a Robert Castel43, resulta pertinente esbozar una reseña de las transformaciones del mundo del trabajo y de las profundas implicancias que significó el paso del derecho subjetivo acotado a la propiedad (donde sólo el propietario adquiría la categoría de sujeto) al derecho colectivo que tiene en el Estado un garante de la cohesión social. 43

Ibídem

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En el período histórico previo a la división del trabajo, las comunidades se estructuraban con un carácter de permanencia. Sus miembros aseguraban para sí la subsistencia; condicionando sus formas de protección en el vecinazgo, la presencia y la convivencia cotidiana Esta estructura comunitaria de tipo societal, sin división del trabajo se asentaba en un tipo de sociedad ‘tutelar’ marcada por la jerarquía y organizada a través de los gremios dentro de la sociedad absolutista. En éstos, la función del maestro, el oficial y el aprendiz en los talleres artesanales se desarrollaban, desde una perspectiva durkheimniana, bajo la forma de una solidaridad ‘mecánica’. Era una sociedad segura, con una baja dinámica de cambios y donde se daba protección a sus miembros, incluso a los incapacitados para el trabajo. A medida que los lazos de relación tutelar se debilitaron, fue creciendo progresivamente la forma del ‘contrato’ hasta llegar al hecho político que significó la Revolución Francesa. Fenómeno que implicó el paso del Absolutismo al Estado Liberal, donde los individuos adquieren el derecho subjetivo de dar y recibir. Este derecho subjetivo de la sociedad liberal trae aparejado el nivel categorial de ‘ciudadano’. Este ciudadano es un individuo positivo, propietario de los bienes y riquezas naturales que hace trabajar a los no propietarios- individuos negativos- y se apropia del producto de su trabajo. El no propietario trabaja a cambio de un salario, dependiendo su supervivencia del trabajo que le da el propietario y por lo tanto ya no es más un individuo socialmente independiente. La sociedad liberal y su contrato, deriva progresivamente del derecho subjetivo al derecho colectivo, al de una solidaridad, que Durkheim consideraría como ‘orgánica’. Se trata de un derecho colectivo que reconfigura el status del trabajo e implica, siguiendo a Castel, el paso de proletario a obrero a trabajador salariado. El trabajo proletario implicaba una extracción de ganancia a través de largas jornadas, con un bajísimo nivel tecnológico, un gran disciplinamiento y la generación de lo que podríamos llamar una ‘plusvalía absoluta’. En esta etapa no existían protecciones, salvo el derecho subjetivo a la propiedad. Ahora bien, con la concentración de los artesanos en los talleres manufactureros, aparece la primera división del trabajo y con ella una doble apropiación: la instrumental (que opera sobre las herramientas) y, la más importante, la del conocimiento del artesano. No obstante, a partir del desarrollo de las empresas comienza la adquisición / apropiación de 113


derechos colectivos, lo que supone la superación de la fase de proletario a obrero. Así, por medio de las primeras luchas, se logran conquistas tales como el sábado inglés y la reducción de la jornada de trabajo. El paso, a decir de Castel, de ‘proletario’ a ‘salariado’ está determinado en el tiempo y el espacio de la sociedad industrial. La posición de salariado basa su condición en una rígida separación entre quienes trabajan y quienes no, la fijación del puesto de trabajo con permanencia o estabilidad -lo que implica certidumbre en su proyección de vida- y racionalización del trabajo. Cuestiones que, bajo la consigna del fordismo como ordenamiento general y el taylorismo con una visión ‘micro’optimizan el desarrollo de los bienes de consumo. Esta racionalización llevó a un proceso creciente de división del trabajo, con un incremento de los niveles productivos destinados, en proporciones importantes, al mercado interno. Como resultado de lo anterior, el trabajador participa cada vez más activamente del consumo de la producción; de forma que comienza a inscribirse como un sujeto socialmente reconocido y con plenos derechos colectivos -sistema jubilatorio, convenios colectivos de trabajo, acceso a sistemas de salud para él y su familia, cuestión que le permite acceder a la “propiedad social” al decir de Castel: (…) concediendo protecciones fuertes al trabajo; o también: construyendo un nuevo tipo de propiedad concebida y puesta en marcha para asegurar la rehabilitación de los no propietarios, la propiedad social. Veamos, muy esquemáticamente, la exposición de estas dos propuestas que se superponen de modo muy estrecho. En primer lugar, asociar protecciones y derechos a la condición del propio trabajador. Entonces el trabajo deja de ser una relación puramente mercantil retribuida en el marco de una relación pseudo contractual entre un empleador todopoderoso y un asalariado desamparado. El trabajo se ha vuelto empleo, es decir, un estado dotado de estatuto que incluye garantías no mercantiles como el derecho a un salario mínimo, las protecciones del derecho laboral, la cobertura por accidentes, por enfermedad, el derecho a la jubilación o retiro, etc. (Castel 2004). Así, el salariado/consumidor conforma una parte constitutiva del llamado Estado social. Como se dijo, se trata de un Estado ‘protector’, que garantiza la paz y el orden social requiriendo una amplia base de 114


trabajadores asalariados. El rol que se le asignaba era el de mantener altos, tanto los niveles de ocupación, como el poder adquisitivo de la población a fin de sostener elevados niveles de productividad y consumo. En este marco, el importante ofrecimiento en materia de salud y educación pública que proveyó el Estado, conformó una fuerza de trabajo sana y formada; destinada a responder eficazmente a las necesidades del mundo del trabajo en aquel período histórico. Empleo y salud en el Estado post-bienestarista A partir de mediados de la década del ’70 se produce una crisis del Estado de Bienestar cuya acción garantista encuentra, en lo económico, un límite que cambia profundamente la relación Estado-sociedad. Aquellas prestaciones sociales integrales en materia de salud, educación y seguridad social que el Estado Providencia44 dispensó a gran parte de la sociedad capitalista industrial quedaban de lado. Siguiendo a Giddens: El compromiso de clase de las instituciones de bienestar pudo permanecer relativamente estable sólo en la medida en que se mantuvieron las condiciones de modernización simple. Eran unas circunstancias en las que la industriosidad y el trabajo remunerado seguían siendo esenciales para el sistema social (Giddens 1979). Entonces, cuando ese compromiso de clases ya no fue necesario, las prestaciones sociales del Estado se redujeron drásticamente provocando una política de ‘focalización’ de la oferta de aquellos servicios otrora ‘universales’. Aquel contrato social que otorgaba sustento, cohesión y certidumbre a los sujetos, es reformulado de manera que desarticula la unión de la economía con la solidaridad (mediada por el Estado), pasando a operar como esferas disociadas. A partir de ese momento la economía se orientará bajo la impronta del mercado, y la solidaridad quedará en manos del Estado. Esta propuesta neoconservadora termina trastocando no sólo las esferas del empleo y la salud, sino también a la educación, la justicia y la cultura, entre otras dimensiones esenciales de lo social. 44

Modo en que hace referencia al Estado de bienestar Pierre Rosanvallón

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Al momento de analizar el impacto del neoliberalismo en el mundo del trabajo, podemos reconocer como una de sus consecuencias más importantes la pérdida de certidumbre y con ella su dificultad para planificar a futuro por parte de los sujetos. A ello se suma el incremento de desafiliados potencialmente peligrosos para la cohesión del sistema social todo. Al decir de Castel, aquel “plan de gobernabilidad” destinado a asegurar “(...) el pasaje de la sociedad industrial (lucha de clases entre bloques antagonistas) a la sociedad salarial (gestión de la conflictividad social por medio de la negociación entre los interlocutores sociales)” se encuentra amenazada “(...) debido a las desregulaciones que hoy afectan a la organización del trabajo, base histórica de la organización de las protecciones” (Ob. cit.) Ese proceso de desmoronamiento de las protecciones que progresivamente habían sido atribuidas al trabajo es lo que permite entender, según Castel, el aumento de la vulnerabilidad de las masas y de la exclusión. Esta crisis de la sociedad salarial implicó un proceso creciente de degradación de las relaciones de trabajo (flexibilidad laboral, precarización, generalización de ‘contratos basura’, etc.), provocando altos niveles de vulnerabilización no sólo entre quienes quedaron ‘afuera’ del mundo del trabajo; sino también entre quienes lo conservaron, pues se vieron presionados a aceptar cualquier disminución en la calidad de sus empleos, en pos de seguir perteneciendo al sector que se haya integrado al sistema social, como dice Ulrich Beck: (…) la desregulación de las relaciones laborales se ha vuelto más intensiva, conduciendo a formas de flexibilización que se sustraen al poder negociador de los sindicatos y los debilitan estratégicamente (Beck 2002). . De esta forma, los empleadores adquieren cada vez más poder para presionar por cambios favorables para ellos con respecto al monto salarial, la estabilidad del empleo, el descuento jubilatorio, etc. Estamos frente a un “… trabajador permanente que cede paso al contratado, la estabilidad a la temporalidad, la dedicación completa a la dedicación parcial y la movilidad social generacional e intergeneracional a la estratificación” (Bialakowsky y Hermo 1998). Al momento de abordar el impacto de la crisis del Estado bienestarista y los efectos sobre las políticas sanitarias, es importante 116


pensarlo como una variable que responde de manera similar al proceso descripto respecto al trabajo. Como se dijo, el par trabajo-salud operó en la sociedad industrial como garante de paz social, producción y consumo. En ese marco, es pertinente entender las reformas experimentadas en el ámbito de la salud como parte del embate neoconservador que responsabilizó a los Estados-nación de la ineficiencia creciente causada por los ‘distorsivos gastos sociales’ en materia de salud, educación y seguridad social. Por ello, no es extraño que en nuestro país se hayan aplicado políticas de reforma en materia de salud impulsadas por organismos como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo que implicaron, no sólo la transferencia de los servicios de salud que estuvieron históricamente a cargo de la nación, a las provincias y los municipios -sin la partida presupuestaria correspondiente-; sino también que se aceptaron de manera incondicional sus recomendaciones -vía agencias de promoción del desarrollo- respecto a la puesta en marcha de políticas sociales focalizadas. Se trató de políticas sociales que buscaron individualizar el acceso al bienestar social como contrapartida de las prestaciones ‘universales’ que ofreció el Estado bienestarista. Desde el discurso oficial, las políticas sociales focalizadas se propusieron ayudar -en el corto plazo- a quienes tenían dificultades para adaptarse al nuevo modelo económico, mientras que en el largo plazo la situación de exclusión y marginalidad, sería resuelta por el ‘crecimiento económico’ que generaría el propio modelo. Como se dijo, esta situación se cristalizó en un cambio paradigmático drástico en la esfera sanitaria, en tanto implicó el paso de una concepción de la salud como ‘derecho social’ al de un servicio de apropiación individual que debe procurarse en el mercado. Estamos frente a un nuevo marco que acepta y estimula una concepción mercantilizada de la salud con las consecuentes políticas promercado respecto a ésta. Éstas políticas se pueden reconocer en el surgimiento de empresas de salud prepagas, obras sociales públicas gerenciadas, programas de capacitación en Atención Primaria de Salud (que a juicio de los organismos de crédito que los financian debía ser garantizada por el Estado). Sumando a éstas, las recomendaciones respecto a que el sector privado de salud asuma las prestaciones de mayor 117


complejidad (y por ende las más rentables) y por último, una de las políticas más paradigmáticas de este proceso: la autogestión hospitalaria. Esta política implicó, para el HNC, que dejara de percibir gran parte de los aportes estatales con los cuales se solventaba, a excepción de los elementales en materia de sueldos del personal; situación que derivó en el desarrollo de prácticas cuasi empresariales a partir de las cuales se comenzó a cobrar por servicios que antes eran gratuitos. Esto llevó a que el hospital descentralizado y autónomo entrara a competir en el mercado de la salud, ofreciendo servicios a usuarios públicos y privados. Luego de este breve recorrido propuesto para analizar cómo impactó la crisis del denominado Estado de Bienestar en las políticas públicas ligadas al trabajo y la salud, se puede reconocer una misma lógica signada por la precarización, la retirada del Estado y la apología del ‘sálvense quien pueda’; concepciones incompatibles con aquella visión de Castel acerca del Estado social como instancia de protección necesaria para evitar la anomia y la disolución social. El concepto de Estado que propició el neoliberalismo en nuestro país es el de Estado ‘mínimo’. Un Estado permeable a privatizaciones ruinosas que significaron el aumento del mismo endeudamiento público que prometían contrarrestar. A ello se sumó la flexibilización laboral, que significó un vertiginoso proceso de precarización y marginación de grandes sectores de la sociedad, la destrucción del sistema sanitario y el desconocimiento de la salud como un derecho. Del Estado de Bienestar al Estado Neoliberal Desde mediados de los años ´70, los estados nacionales –en especial en América Latina-, comienzan una transformación estructural que significó una reformulación total de sus características. Hablamos del paso del modelo considerado como Estado de Bienestar al Neoliberal. Los cambios del Estado post-bienestarista constituyeron un cambio de concepciones respecto a cómo debe estar configurado el Estado, cuales deben ser sus funciones, que tamaño deben tener y cuales son sus alcances y límites. Al respecto, Oszlak considera que:

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(…) la reconversión neoliberal de los años 70 y 80 partió de un diagnóstico que atribuía la crisis económica al fracaso de un modelo de organización social fundado en una matriz estado céntrica que había facilitado un intervencionismo excesivo del estado, la asunción de roles no pertinentes y la conducta predatoria de quienes controlaban su aparato. Planteado el problema en estos términos, la solución no podía ser otra que correr las fronteras, sustituyendo estado por mercado, estableciendo un nuevo esquema de división social del trabajo y desregulando la actividad económica (Oszlak 1994). En este marco jugaron un rol clave los organismos multilaterales de crédito, quienes propugnaron privatizaciones de las empresas del Estado y un intenso proceso de descentralización de servicios básicos como la salud y la educación. Como se dijo, la construcción de este ‘nuevo Estado’ y el desarrollo de las políticas para consolidarlo, respondieron a planteos de organismos internacionales rectores de la política mundial. Estos organismos, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, afectaron aspectos sociales, económicos y políticos de todos los países sometidos a sus ‘recetas’. Prueba de ello se encuentra en el resumen ejecutivo del Departamento de planificación estratégica y políticas operativas del BID, en cuyo primer párrafo propone un principio rector. Éste se basa en un supuesto consenso respecto a que “el mercado es el mecanismo más efectivo en la asignación de recursos,” a la vez que insiste en la “necesidad de consolidar los sistemas democráticos...” (BID 1998). De esta forma el rol del ‘nuevo Estado’ debía responder operativamente hacia el cambio de estructuras que hicieran efectivo ese mandato. A partir de la necesidad de redimensionamiento del Estado, el BID encuentra deficiencias en el ambiente normativo e institucional que “limitan la eficacia de las instituciones estatales, restringen la participación de los ciudadanos y afectan la credibilidad de las instituciones democráticas.”45 45

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Estamos frente a un nuevo Estado que tropieza con las viejas estructuras burocráticas, con políticas públicas inadecuadas y ordenamientos jurídicos obsoletos, que se debían reformular para lograr un Estado que asegurase “un enfoque más integrado del desarrollo que a la vez que consolida las reformas económicas, promueve la integración socioeconómica interna, la modernización del Estado y el fortalecimiento de la sociedad civil”46. Esta concepción del Estado -y sus instituciones- está atravesada por un alto grado de racionalidad. Dicha racionalidad implica dos perspectivas, la primera refiere a que los servicios no son tales a menos que satisfagan ‘necesidades’ y en segundo término, la producción de servicios exige economizar; se trata de un ‘productor’ que debe pensar en ‘optimizar costos’. Como se verá, de estos dos sentidos en que se puede abordar el concepto de racionalidad, estos organismos de crédito priorizaron su preocupación por la dimensión que apela economizar en ‘gastos’ de servicios. Es aquí donde se inserta la política del corrimiento del Estado que, en el campo de la salud, y como ejemplo, se ha materializado en políticas de autogestión hospitalaria. Política de Autogestión Hospitalaria y condiciones laborales Para comprender más acabadamente el proceso de repliegue del Estado, resulta pertinente recuperar los conceptos de Oscar Oszlak vinculados con el plano ‘funcional’ de la relación estado-sociedad. En este sentido, el autor considera que: (…) la legitimidad del papel cumplido históricamente por el estado ha sido sometida a un profundo cuestionamiento. La frontera que separa los dominios funcionales del estado y la sociedad se ha corrido, achicando los ámbitos aceptados de intervención estatal. La división del trabajo entre una y otra esfera fija hoy límites mucho más estrechos a lo que el estado puede y debe hacer. Desde su particular concepción ideológica, el discurso conservador justifica este nuevo ‘tratado de límites’ en términos puramente funcionales: se trata de que ‘la sociedad’ recupere la iniciativa frente a un aparato estatal parasitario e ineficiente, asumiendo o reasumiendo tareas que en su momento le fueran expropiadas por el estado intervencionista (Oszlak 1997) 46

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En realidad el proyecto neoliberal tuvo como base promover y desarrollar un nuevo contrato social. Este nuevo contrato fijó las pautas de un ‘consenso social’ a favor de las privatizaciones, del desmantelamiento de las protecciones sociales y, en síntesis, de la promoción de un Estado mínimo. Como dice Oszlak: Obsérvese que, en esta perspectiva, los alcances de la relación entre estado y sociedad se reducen a un problema de fijar nuevas reglas de juego entre ambos, a partir de un análisis ‘técnico’ centrado en la eficacia y eficiencia relativas de uno u otra en la gestión social. Dejemos de lado la ficción de este supuesto nuevo protagonismo que estaría asumiendo ‘la sociedad’, supuesta heredera de franjas de acción estatal privatizadas. Bien sabemos que los verdaderos ‘derecho habientes’ son los grupos económicos más poderosos y que, lejos de conducir a una gestión más democrática de la cosa pública, el reparto de la sucesión tiende a crear un verdadero estado privado.47 En este caso cobra sentido el concepto de ‘desplazamiento institucional’ que define Oszlak, en tanto permite entender cómo, en la política autogestionaria puesta en marcha en el Hospital Nacional de Clínicas, se reconoce un proceso de “deslegitimación de lo público” que reestructura los acuerdos institucionales de la sociedad, “desplazando la confianza pública hacia soluciones privadas u orientadas al mercado”48. El desplazamiento institucional al cual hace referencia el autor remite a procesos privatizadores, e implica una “(…) transferencia de los mecanismos de control social de la burocracia y las estructuras políticas hacia las fuerzas de mercado”49. En el caso del Hospital de Clínicas, no aparece clara esta transferencia al mercado sino que es la misma burocracia la que se apodera y ‘mimetiza’ con lo privado. Desde las primeras instancias de indagación era posible esbozar como hipótesis que en el Clínicas se venía planteando una apropiación institucional –de parte de las autoridades burocráticas- que cobraba la forma de una suerte de ‘hospital dual’ que funcionaba por la mañana como “hospital-escuela” y por la tarde como “hospital-empresa”. 47

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Las condiciones laborales de los empleados del Hospital de Clínicas, en el marco de la autogestión, no fueron ajenas a las profundas transformaciones que sufrió el mundo del trabajo a partir de la ofensiva neoliberal de los ’90, materializadas en procesos de desregulación y flexibilización del uso de la fuerza de trabajo, la adecuación de los contratos colectivos a las exigencias del proyecto neoliberal y el resurgimiento -en el ámbito de instituciones estatales- de formas de relación laboral precarias. Los cambios y reestructuraciones al interior de la institución profundizaron la competencia, generaron fragmentación en los espacios de trabajo, tensión y desconfianza entre pares. El clientelismo político y el juego de influencias, indispensable para poder mantener la gobernabilidad institucional, marcaron desigualdad en la carga de trabajo, en las condiciones en que éste se desarrollaba y en los ingresos mensuales. Una herramienta de este proceso legitimador recayó en lo que podemos definir como ‘status médico-institucional’. Este status constituye una construcción estratégica a través de la cual los trabajadores no docentes hospitalarios asimilan al Modelo Médico Hegemónico (MMH)50 que opera como incuestionable en la función directiva y en los mandos intermedios. Este status ‘naturaliza’ políticas que son presentadas como dadas, irrefutables y necesarias, cuestión que recuerda aquello que Mario Testa denomina ‘práctica médica autoritaria’. Esta última remite a una elite profesional que tiende a identificarse con la clase dominante, aún cuando existan dudas respecto de su pertenencia objetiva a esa clase (Testa 1997). Esta “práctica médica autoritaria” no solo interviene sobre los pacientes, sino también sobre los trabajadores, quienes constituyen una parte central del engranaje institucional. Según el autor, la excelencia a la cual aluden algunos agentes sociales, por su propia naturaleza es creadora de una elite con rasgos autoritarios, inherente al status médico-institucional. Cuestión afín a ciertos rasgos a los cuales remite la noción de MMH. 50

Categoría definida por el antropólogo Eduardo Menéndez como “(...) el conjunto de prácticas, saberes y teorías generados por el desarrollo de lo que se conoce como medicina científica, el cual desde fines del siglo XVIII ha ido logrando establecer como subalternas al conjunto de prácticas, saberes c ideologías teóricas hasta entonces dominantes en los conjuntos sociales, hasta lograr identificarse como la única forma de atender la enfermedad legitimada tanto por criterios científicos, como por el Estado.” (Menéndez E. L. 1998)

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Resulta importante reconocer el rol que, a nuestro juicio, juega el MMH51como eslabón que articula los procesos de producción y reproducción de lo económico y lo político hacia el interior de la estructura sanitaria. El modo a través del cual opera el MMH en esta institución , más que generar la exclusión de visiones alternativas (biologicismo vs. modelo social) implica una apropiación y transformación de las mismas, subordinándolas funcionalmente hacia sus intereses. Este proceso de subordinación se ve cristalizado, en lo cotidiano, en la perspectiva institucionalizada respecto al status que ocupa el médico y el lugar asignado al trabajador hospitalario. Las modificaciones de las relaciones de trabajo se fueron instalando y legitimando en lo cotidiano. Este proceso de reorganización silenciosa comprometió a muchos trabajadores, quienes naturalizaron el cobro de prestaciones a través de ‘contribuciones obligatorias’. De este modo terminaron, a través de sus prácticas, encargándose de la reforma institucional, en su condición de engranajes necesarios en el esquema de mercantilización de la salud52. Este proceso se agudizó con la organización dual del hospital, plasmado en la diferenciación entre horario matutino y vespertino. En este último, precisamente se plantearon prácticas mercantiles que llevaron a muchos trabajadores a considerar el funcionamiento del hospital como el de una empresa que concibe la salud como un bien de mercado. Esta situación fue naturalizándose como parte del proceso de transformación institucional bajo una fórmula que implica una ecuación de equivalencia entre ‘- un paciente, una intervención, un honorario’-53. 51

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Cuando se niega la relación social del trabajo humano, considerándola como una relación material inherente al producto, se transforma en mercancía. Esta negación de la relación entre producto y trabajo humano deriva en una cosificación y una abstracción que regirá el valor de la mercancía. A esto se suma la alienación de los consumidores respecto de la naturaleza del objeto que consumen , dando lugar a una alienación más profunda que supone la naturalización de las relaciones sociales y laborales de producción. De modo que, el encubrimiento de la realidad social del producto le sirve a la explotación de las fuerzas laborales que lo produjeron. ( Ahumada, J – Regis, E (2007) 53 Esto puede observarse en la oferta y demanda de tratamientos estéticos desarrolladas desde mediados de los ’90. Momento en el cual, la infraestructura hospitalaria comenzó a modificarse, se reestructuraron, equiparon y modernizaron salas VIP para atención diferenciada y consultorios en el área de dermatología, vinculadas con la atención de cirugías estéticas, incorporando cosmiatría con aranceles diferenciados, según la categoría del profesional y el horario en que se realizaba la intervención. Se efectivizó de este modo la lógica de mercado para competir en mejores condiciones con el sector privado (Machado, A Giacone, M; Álvarez, C y Carri, P 2007).

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El proceso autogestionario en el Hospital Nacional de Clínicas, fue acompañado de una singular alianza entre las autoridades de la Facultad de Ciencias Médicas y la conducción de la Gremial San Martín que contiene a los trabajadores no docentes de la UNC. Esta alianza resultó fundamental para adecuar los cambios que venimos señalando y así favorecer los intereses de las autoridades, del “Vallejismo”54 y de un sector de médicos que recibían sustanciales beneficios del turno vespertino. En el año 2006 Carlos Vallejos recibe una condena por administración fraudulenta por lo que fue exonerado de la Universidad Nacional de Córdoba. Esto generó una profunda crisis dentro del estamento no docente. Vallejos fue condenado a dos años y medio de prisión en suspenso, luego de que la Justicia comprobara que no rindió la totalidad del dinero que recibió para capacitación del personal administrativo, confirmando el fallo en febrero del año 2009. Esta situación derivó en conflictos al interior de la burocracia sindical que, al dividirse, permitió la emergencia protagónica de sectores históricamente opositores. A partir del año 2009 y luego de un proceso de degradación del gremio que nuclea a los no docentes, se produjeron cambios en relación con esta situación, existieron diversas instancias de organización por parte de los trabajadores (Ej. Asambleas numerosas, nuevo cuerpo de delegados por fuera de la conducción burocrática del gremio no docente) que llevaron a mejorar sustancialmente algunas condiciones precarizadas. Además se plantearon cambios en relación con las políticas de autogestión ya que el hospital pasó nuevamente a ser registrado a nivel nacional como un Hospital Público (con presupuesto propio) debido al conflicto con los trabajadores no docentes y sus demandas55. 54 “Vallejismo” es una categoría nativa que alude a lógicas sindicales hegemónicas cuyo poder se centra en la persona de Carlos Vallejos, quien fuera Secretario General del gremio no docente durante la mayor parte del período de autogestión hospitalaria. 55

Las demandas de los trabajadores hospitalarios refería al cumplimiento a rajatabla de la legislación vigente- Decreto 939/00- sobre hospitales Públicos de Autogestión/ gestión Descentralizada que no se había cumplido desde la implementación en el año 1994. El artículo 5 de dicho decreto indica claramente que los bonos cobrados estaban fuera del marco legal y establece lo siguiente: Los Hospitales Públicos De Gestión Descentralizada deberán garantizar la gratuidad del acceso a la atención de la salud, eliminando todo tipo de arancelamiento por la utilización de los servicios que brinda a la población

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Esto vino acompañado luego por partidas presupuestarias provenientes del gobierno nacional orientadas a mejorar la situación del hospital. Sin embargo, este apoyo financiero no fue acompañado - por parte de las autoridades hospitalarias- con una política de transformación en favor de mejorar las condiciones de salud brindada a la población y garantizar derechos básicos de los trabajadores que se encontraban en situaciones de mayor vulnerabilidad. Por el contrario, apostaron a degradar las condiciones institucionales y así, tener los argumentos económico-financieros para volver al sistema autogestionado. En estos momentos, y ante el cambio de gobierno, con la presidencia de Mauricio Macri, esperemos no estar en la antesala de un nuevo proceso de precarización. Vayan esta clase de trabajos como insumo para acompañar procesos de reflexión que no queden solo en el ámbito académico y puedan ser útiles para la organización y la transformación social. Referencias Bibliográficas Ahumada J., Regis, E (2007) Estado y Sociedad en el Mundo del Trabajo. Anuario de Investigación y Extensión de la Escuela de Cs de la Información de la UNC. Banco Interamericano de Desarrollo (1998). Resumen ejecutivo del Dpto. de planificación estratégica y políticas operativas. Beck Ulrich (2002). La sociedad del riesgo global. Siglo XXI de Ed. Madrid Bialakowsky A y Hermo, J (1998). Notas sobre los silencios sociales en la trama de las relaciones laborales. En Empleo y Globalización. La nueva cuestión social en Argentina. Coord. Ernesto Villanueva. Univ. de Quilmes, Bs As Castel R (2004). La Inseguridad Social ¿Qué es estar protegido? Ed Manantial, Bs. As. Castel R (2012). El ascenso de las incertidumbres. Trabajo, protecciones, estatuto del individuo. Fondo de Cultura Económica. Bs As. Dos Santos T. (2003) La Teoría de la Dependencia. Balance y Perspectivas. Ed. Plaza & Janés, Bs As Fumagalli, A (2010). Bioeconomía y Capitalismo Cognitivo. Hacia un nuevo Paradigma de Acumulación. Ed. Traficante de Sueños. Madrid Gandarilla Salgado, J. G. (2002) ¿De qué hablamos cuando hablamos de la globalización (una incursión metodológica desde América Latina). Revista Herramienta nº 18. Bs As. Giddens A. (1979). La estructura de clases en las sociedades avanzadas. Editorial Alianza. Madrid. 125


Machado A Giacone, M Álvarez, C y Carri, P (2007). La reforma de la salud y su impacto en los trabajadores del sector: el caso Hospital Nacional de Clínicas de Córdoba, Argentina. Rrevista de Medicina Social, volumen 2, número 4. Atención Primaria de la Salud. Bs As. Marx C. (1956). El Capital. Tomo I, proceso de acumulación del capital. Ed Cártago, Bs. As. Menéndez E. L. (1998) Modelo Médico Hegemónico y Atención Primaria. Segundas Jornadas de Atención Primaria de la Salud. Bs As. Oszlak O (1994). Estado y Sociedad: las nuevas fronteras, en Bernardo Kliksberg (comp.), El Rediseño del Perfil del Estado. FCE. México Oszlak O (1997). Estado y Sociedad: ¿nuevas reglas de juego?. Revista Reforma y democracia. Nro. 9 CLAD. Caracas. Rosanvallón P. (2007). La Nueva Cuestión Social. Repensar el Estado providencia. Editorial Manantial. Bs As Souza Minayo M. C (1995). El Desafío del conocimiento. Investigación cualitativa en salud. Lugar Ed. Bs As Testa M. (1997) Saber en Salud, la construcción del conocimiento. Lugar Ed Bs As

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“Me quieren lastimar despacio”. Efectos disciplinarios y biopolíticos en el cuerpo que trabaja. El caso de los trabajadores en el Hospital Nacional de Clínicas de la UNC Pedro Oliva “«Asumir nosotros el misterio de las cosas» [...] es lo que yo sugiero también a todo el que quiera tomarse el arte en serio” (Nabokov 1983: 200). Inmersión en un campo problemático Este artículo remite a una práctica de investigación realizada durante el año 2015, en el marco del proyecto de investigación titulado “Investigación-acción y (des) montaje transdisciplinar en torno a experiencias vinculadas con la salud (pública, ambiental, comunitaria y colectiva)”. Esta experiencia tuvo como horizonte el acercamiento a una problemática social en salud que acontecía en el Hospital Nacional de Clínicas (HNC), dependiente de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba56. En ese marco se realizaron entrevistas abiertas, semiestructuradas y lo que Flick Uwe juzga como entrevista etnográfica; esto es: “(...) una serie de conversaciones amistosas en las que el investigador introduce lentamente elementos para ayudar a los informantes a responder como tales, donde el uso exclusivo, introducido por el investigador, de elementos etnográficos nuevos, o su introducción rápida, harán que las entrevistas se asemejen a un interrogatorio formal; el rapport se evaporará y los informantes pueden dejar de cooperar” (Uwe 2004: 105). Adeemás se llevaron a cabo observacióones participantes, en las cuales, como señala R. Guber, “(...) la presencia directa es […] un aporte valioso […] porque evita algunas mediaciones […] y ofrece a un observador crítico lo real en toda su complejidad […] Es inevitable que el investigador se contacte con el mundo empírico a través de los órganos de la percepción y de los sentimientos” (Guber 2012: 56). Estas dos herramientas metodológicas, las entrevistas y la observación, permitieron ir delimitando el campo de trabajo entendido como campo problemático. 56

Proyecto subsidiado por la SECyT de la UNC. Périodo 2014-2015. Dirección: Valeria Cotaimich

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A partir de estas técnicas, no se busca encontrar límites a un objeto discreto, según la metodología formalista de las ciencias naturales. Por el contrario, se trata de alcanzar la disposición a partir de la cual operan componentes materiales e inmateriales de un campo abierto y heterogéneo, en un tiempo histórico y social determinado. Para esto también se realizó una búsqueda bibliográfica crítica; es decir, usando como criterio de selección no los nombres de los autores sino el aporte que sus conceptualizaciones podían hacer a la comprensión del campo problemático que poco a poco se iba construyendo. Cabe resaltar aquí el aporte crucial que para estas prácticas significó el contacto con los constructos teórico-prácticos de lo que se conoce como Investigación acción participativa (Balcazar 2003), como así también las propuestas epistemológicas y políticas de Fals Borda (Cendales Torres 2007). Decimos cruciales pues nos obligaron a tomar posición en el proceso que empezábamos a desarrollar. Evidenciaban que el trabajo investigativo no es una esfera separada del contexto sociohistórico; que éste, es formador tanto de la problemática a la que intentábamos acercarnos y del modo en que experimentábamos esa situación, como de la propia percepción que teníamos de lo otro y de lo mismo. En otros términos, las relaciones sociales no se difuminan en la pretensión del investigador de construir verdades. Las componentes de dicho contexto entran en juego con el texto académico y esto, así, nos obliga a tomar posición. El texto producido será político pues, entre otras cosas en él, el investigador esta compelido por el entorno social que lo implica, que lo afecta, que lo moviliza, que lo pone en marcha en alguna dirección. Tras ¡y con! este impacto social (si se aceptara que lo llamásemos así) el investigador actúa e intenta, con otros integrantes del campo, movilizar recursos semióticos y corporales, poderes, capacidades, saberes; llevar a cabo lo que Balcazar entiende como una de la actividades centrales de investigación-acción-participante, la propensión a que los participantes implementen soluciones a sus problemas utilizando sus propios recursos en solidaridad con otros, sean éstos individuos, grupos, comunidades (Balcazar 2003).

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Recorrido Dicho lo anterior nos urge hacer algunas aclaraciones en relación a cómo vamos a ordenar lo que sigue de este texto. Creemos oportuno seguir nuestra redacción intentando exponer, con un poco más de detalles, el cuadro que se empezó a conceptualizar como posible campo problemático de investigación-acción. Debido a que no se trata de una investigación que haya llegado a su término sino que está en proceso, trataremos de exponer apenas el escenario del campo, los agentes que actúan en él, los conflictos emergentes y una serie de reflexiones o hipótesis aproximativas que, como bocanadas de aire, hasta el momento venimos elaborando cual ideas provisorias o tentativas. 1- El escenario del campo y sus agentes como una instalación. Procuraremos comentar cómo se viene conformando el escenario en el cual nuestra práctica ha tenido lugar. Para esto no elaboraremos, a continuación, una serie de características descriptivas isomorfas a la realidad experimentada; más bien llevaremos a cabo una exposición basada en lo realizado hasta el momento. No se trata, entonces, de una serie de datos empíricos sino de una serie de elementos que hemos tenido la posibilidad de contactar. Para ser más precisos: en lo que sigue de este apartado apuntaremos de manera cualitativa a una reseña de cómo el escenario, en el que se desarrolló la práctica de quién escribe, se fue presentando. Utilizaremos para este fin los materiales recogidos en terreno: apuntes de entrevistas, imágenes percibidas, comentarios escuchados, etc. Esto nos ayudará, suponemos, a ir delimitando la instalación socio-estética en que se desarrollan las prácticas; como así también, la ubicación no sólo témporo-espacial sino socio-histórica, es decir política, de los agentes sociales protagonistas de aquellas prácticas. Comenzaremos por el medio, aludiendo a una de las entrevistas realizadas. La persona entrevistada se larga a llorar después de relatar el momento de su despido. -“¡Tengo tres hijos!” o es en singular que lo dice?- exclama mientras solloza. Ella es enfermera del HNC, con cargo no docente, que después de unos meses de haber sido admitida es despedida sin motivo, causa o justificación evidente. Trabaja allí desde el último mes del año 2012. Quien escribe la contacta tras algunas informaciones que 129


habían llegado al grupo de investigación sobre su “caso”. Meses después de haber sido incorporada a su puesto laboral -según relata- empieza a sufrir acosos, persecuciones, malos tratos por sus superiores jerárquicos y otros miembros de su área de trabajo. Este acoso, que la entrevistada expresa como “me quieren lastimar despacio”, alude a controles estrictos y constantes que hacen quienes ocupan posiciones jerárquicas superiores, de sus movimientos, sus saberes profesionales, sus comportamientos y de los vínculos en los cuales participa. Según las manifestaciones de la entrevistada “ellos”, sus superiores, le imponen exhaustivos exámenes de rendimiento extrainstitucional que no exigen al resto del personal, le dirigen constantes críticas a sus quehaceres profesionales, juzgan su personalidad y sus modos de comportarse de manera humillante, a través de frases como “burra de mierda” (tal fue una de las imprecaciones que la entrevistada relata recibió de parte de una supervisora). A esto se sumaron dos denuncias presentadas en su contra por desatención de dos pacientes a su cargo. Sin embargo, luego de realizadas las investigaciones jurídico-legales correspondientes, tales acusaciones resultaron ser falsas e ilegales. El motivo de aquel despido, del acoso laboral y el de éstas denuncias, aún es desconocido. Tras sufrir la mencionada expulsión laboral, la entrevistada alude a ideas de suicidio debidas al insoportable malestar psicológico y económico que esa situación provocó en su vida. Sin proponernos la hipótesis de una verdad oculta que sería preciso descifrar, consideramos oportuno ubicar la problemática descripta en la superficie geo-institucional de la cual emerge. Problemática o síntoma que halla sus lugares específicos de manifestación o corporalidades singulares. Seguimos en esto a Pichón-Riviére cuando, en el contexto de la comprensión de la enfermedad, la entiende a ésta como cualidad emergente, cualidad nueva que nos remite, como signo, a una situación implícita, subyacente, configurada por una particular modalidad de la interacción grupal [que nosotros podemos extender a lo institucional], la que en ese momento resulta alienizante” (Pichón-Riviére, 1985: 186) Para situar entonces esta, nuestra cualidad emergente, remitimos a una imagen en la cual aparece la máxima autoridad jerárquico-institucional del Estado argentino fotografiada junto a un dispositivo de alta tecnología que en el año 2013 se incorpora al HNC. Al respecto la nota de la página oficial de la ahora ex-presidenta, formula: “Entregamos a la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba 130


un subsidio de $9.845.000 para el equipamiento del HNC, dependiente de la Universidad, como parte del “Proyecto Re-equipamiento del Hospital Escuela”57. Esto se llevó a cabo en el contexto de políticas de reordenamiento de la estructura institucional del hospital. Dichas políticas, comenzadas alrededor del año 2010, se planteaban como salida a la gestión descentralizada que en la década de los 90’ se habían instaurado en todo el sector de los servicios de salud del país. El caso de nuestra entrevistada, se da en el interior de estas políticas de reordenamiento territorial del poder institucional, con todo lo que eso significa en materia de conflictividad y antagonismo de los poderes locales que se juegan al interior de la institución; pues, como lo enuncia Carlos Álvarez “La salida de la Gestión Descentralizada constituyó una estrategia política para evitar, no solo la distribución de los ingresos entre todo el personal, sino además ´abrir´ los libros contables hospitalarios que darían cuenta de como ingresaba y se redistribuían estos ingresos. Esto no solo es una cuestión de dinero, es también una cuestión política expresada en el reacomodamiento institucional” (Álvarez 2013: 75). Luego de realizar visitas al hospital, de recorrer sus pasillos, detenerse a observar aquellas instalaciones permitidas para cualquier transeúnte, escuchar los comentarios(quejas, demandas, urgencias verbales) de las personas que allí se encontraban, la fotografía elegida más que explicarnos algo sobre nuestra problemática, nos interroga, nos interpela, nos moviliza y nos lleva a preguntarnos ¿Cuál es el hospital que aparece en el fondo de la fotografía? ¿Cómo se explica el contraste entre aquel equipamiento tecnológico y las imágenes que arroja una visita a este hospital? ¿La fotografía es falsa? ¿Acaso puede mentir una imagen? ¿Es solo propaganda política? ¿Es publicidad de un modelo social? ¿Cuál es la distancia entre la imagen de la máxima autoridad del Estado nacional, instalada junto a tal equipamiento y el sollozo de la entrevistada? ¿Cómo se vincula esto con el padecimiento de esta trabajadora al límite económico de lo psíquico y al límite económico de lo laboral e institucional? 57

www..cfkargentina.com (acceso 1/12/2015)

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Si tomáramos la referencia foucaultiana de Paula Sibilia (2005) en la que se manifiesta que las tecnologías obedecen a los intereses de una determinada formación histórica podríamos preguntarnos ¿de qué política se trata?, ¿de qué régimen político surge, en un extremo, un aparato de alta tecnología y, en otro extremo, una vida precarizada? ¿Esto tiene que ver con la biopolítica mencionada por Negri?: La biopolítica se ocupa entonces, poco a poco, de todos los aspectos de la vida que seguidamente serán llamados a convertirse en el campo de despliegue de las políticas del Welfare State: su desarrollo está efectivamente comprometido por completo en la tentativa de obtener una mejor gestión de la fuerza de trabajo(Negri 2008: 38). Quizás, sobre la superficie geo-institucional en la que emerge nuestra problemática, la biopolítica sea un recurso conceptual y metodológico, una herramienta pragmática, operativa, que nos ayude a la construcción del problema que, lentamente vamos construyendo. 2- Conflictos emergentes entre el hospital y el trabajo Líneas arriba exponíamos un breve resumen de nuestro acercamiento al campo práctico y teórico que la práctica de investigación nos posibilitaba. Inmersión realizada a través de las palabras de una enfermera del Hospital Nacional de Clínicas. Recapitulando, una trabajadora es incorporada como enfermera a la institución; al cabo de un tiempo es despedida sin justificación; la perdida del empleo provoca serias dificultades económicas en su medio ambiente familiar; tal realidad desencadena un notorio sufrimiento psíquico que, según los informantes con los que hemos podido dialogar, su salud o modo de estar en el mundo se ven deteriorados a tal grado que aparecen ideas de suicidio y un malestar general acompañado de miedos, insomnio, dolores musculares, fatigas, debilitamiento general. Con ayuda de compañeras/ os trabajadores de la mencionada institución y luego de tratativas considerables es reincorporada. Reincorporación que no será sino en una dinámica interhumana, institucional, de “guerra fría permanente”. Nos estamos refiriendo a que, luego de su reincorporación se encuentra en situación de precarización debido a la persecución hacia su persona con varios intentos, hasta el momento infructuosos, de despido. 132


El párrafo anterior es la imagen primera, rudimentaria, que nos hemos podido formar de una situación. De allí surgen otros interrogantes: ¿Qué sucede en esta institución, que se da los medios para despedir sin cuidados legales? El problema que se presenta ¿será una cuestión personal con esa enfermera en particular, o referirá a un conflicto del entorno dinámico de las relaciones institucionales que allí tienen lugar? Si nos atenemos a la perspectiva pichoniana de cualidad emergente ¿podemos considerar a la trabajadora entrevistada como porta voz de una conflictiva subyacente microfísica, no en lo profundo, sino en el mismo plano en que su accionar tiene lugar? Siguiendo en esta misma línea ¿podemos buscar, no las causas de problemas, sino los modos de intervención en la textura de la institución? ¿De qué institución se trata? ¿Qué otras instituciones la atraviesan? ¿Cómo se compone ese terreno en el que tiene lugar lo acontecido?¿Y el por qué? Con la lectura del párrafo anterior nos percatamos que no sugerimos la pregunta por el por qué. Esto sin dudas refiere a la propuesta políticometodológica con la cual estamos de acuerdo. En un discurso que data del año 1865 Karl Marx hace un planteo analítico muy revelador, no por lo descubierto en un fondo oculto sino por el sentido hacia el cuál se dirigía su análisis. Resumiendo diremos que el autor plantea su problema del siguiente modo: “¿por qué la voluntad del capitalista norteamericano difiere de la del capitalista inglés?” (Marx 2010: 31). Luego de rechazar una respuesta proveniente de una autoridad trascendental, ideal, divina, advierte lo que para nosotros es una pragmática de análisis; desestimando darse una solución que provenga de los designios de una voluntad, de las profundidades de un alma, del idealismo metafísico o de las causas primeras, simplemente apunta a las condiciones de posibilidad del accionar, del poner en marcha, de la voluntad de poder, “y lo que hay que hacer -dice- no es discurrir acerca de lo que quiere [un capitalista individual] sino investigar su poder [lo que puede], los límites de este poder y el carácter de estos límites”. (Marx 2010: 32)58. El por qué en el análisis pragmático se confecciona en el análisis de las condiciones de posibilidad concretas, históricas, que la situación presenta. Llevando esto a nuestra problemática: ¿por qué la persecución, el hostigamiento, los exámenes, el control, el acoso, el gobierno sobre los 58

Las cursivas son del original.

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movimientos y actitudes personales? Simplemente ¡porque pueden hacerlo! Es a este poder, a sus condiciones socio-históricas y políticas, materiales, hacia donde aspiramos conducir nuestro análisis. “Siguiendo los pasos del pragmatismo, debemos preguntarnos por qué algunos sentidos [léase economías semióticas] ‘funcionan’ ” (Illouz 2007: 148). Continuando en la línea enunciada arriesgamos volver a plantear lo inmediato y general: una situación laboral en una institución productora de servicios de salud que afecta a cuerpos singulares. Aquí se nos abren dos caminos que confluyen en la situación que se plantea analizar. Por un lado, incursionar en un breve recorrido histórico y general del hospital de occidente, guiados, buscando profundizar en sus condiciones socio-históricas, a fin de determinar su estado en la actualidad y cómo estas características generales se plasman y entran en tensión con la particularidad del hospital estudiado. Por otro lado, intentar conceptualizar, de manera general, qué es trabajo en el contexto del presente capitalismo mundial integrado y localizar como esto incumbe y compromete al trabajo que se desarrolla en el hospital en estudio. Si alcanzamos, creemos, a formarnos una idea de cómo se produce salud en un hospital contemporáneo, de cómo se trabaja en actos de salud en una organización hospitalaria actual, tendremos (es una hipótesis) herramientas conceptuales que abran la perspectiva para intervenir en la situación que se nos presenta. Para todo esto pasaremos a reseñar, primero, la emergencia del hospital moderno, esto es: el hospital-médico de occidente; y, a continuación, exploraremos las condiciones en que se presenta hoy el trabajo asalariado. a) Breve genealogía acerca de la fabricación del hospital moderno En la década del 80’ Gilles Deleuze dicta una serie de cursos en la Universidad de Vincennes referidos a la obra de Michel Foucault. Entre ellos, se encuentra uno desarrollado en 1986 lleva por título: El Poder (Deleuze 2014). Allí Deleuze distingue tres formaciones jurídicas analizadas por Foucault. Las mismas corresponden a tres períodos históricos cortos estudiados por el autor: En primer lugar -indica Deleuze- formación de soberanía, que se termina con la Revolución francesa, que corresponde a grandes rasgos a parte de la Edad media y a la Edad clásica, monarquía absoluta. En segundo lugar, formación disciplinaria, el 134


período posterior a la Revolución, Napoleón y el siglo XIX. Y comenzando ya en este período, por supuesto, aparición de una tercera formación, fundada esta vez sobre una biopolítica de las poblaciones, que se esboza en el siglo XIX y estalla en el XX [...] tres formaciones jurídicas muy diferentes”(Ob. Cit: 364)59.

En 1974 Michel Foucault pronunció en Río de Janeiro una conferencia que llevó por título “La incorporación del hospital en la tecnología moderna” (Foucault 1999) A los fines de nuestro trabajo cabe preguntarse ¿de qué tecnología se trata? ¿a qué tecnología es incorporado el hospital moderno de occidente? Dice el autor “Con frecuencia se habla de las invenciones técnicas del siglo XVII -la tecnología química, la metalurgia, etc.- y, sin embargo, no se menciona la invención técnica de esa nueva manera de gobernar al hombre” (Foucault 1999: 103) La tecnología a la que el hospital es integrado no es otra que un nuevo modo de dirigir las conductas. Modo que alcanzará sus obras cumbres, su extensión y su desarrollo pleno, en el transcurso del siglo XVIII. Antes de eso, antes de esta incorporación a la tecnología moderna ¿qué función cumplía el hospital? Al respecto Foucault señala: Con anterioridad al Siglo XVIII, el hospital era esencialmente una institución de asistencia a los pobres, pero al mismo tiempo era una institución de separación y exclusión [...] Hasta el siglo XVIII el personaje ideal del hospital no era, por tanto, el enfermo al que había que curar sino el pobre que ya estaba moribundo [...] El personal hospitalario no se esforzaba en curar al enfermo sino en algo bien diferente, en obtener su salvación [...] Ejercía [el hospital] una función en la transición de la vida a la muerte, de salvación espiritual, separando los individuos peligrosos del resto de la población. El ‘hospital general’ [...] es todavía a mediados del siglo XVII una especie de instrumento mixto de exclusión, de asistencia y de conversión espiritual que ignora la función médica (Foucault 1999: 100). Era hospital sin intervención de la medicina. Los médicos que a él asistían no lo hacían más que para situaciones muy especiales, no participaban de su organización, de su conducción; simplemente, no eran parte integrante, funcional, del hospital. Existió, podemos afirmar, 59

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si seguimos lo anterior, antes del siglo XVIII, el hospital-no-médico. ¿De dónde surge lo que hoy conocemos como hospital, es decir, una institución médica abocada a prestar servicios de curación? Foucault señala que las características que hoy conocemos del hospital general se podrán entender si comprendemos que él es el producto de dos procesos diferentes pero concurrentes. Se “enganchan” dos procesos; por un lado, el saber médico tendrá, en su sistema epistemológico del siglo XVIII, el modelo de inteligibilidad de la enfermedad dado por la botánica. Esto conlleva la consideración de la enfermedad como siendo parte de un proceso natural. “La enfermedad es la naturaleza, pero una naturaleza debida a la acción particular del medio sobre el individuo” (Foucault 1999: 106) Este modo de conceptuar la enfermedad supone una función específica y práctica que desempeñará el médico en particular y la medicina en general. “Es -dice Foucault- una medicina del medio” (Foucault 1999: 106) Se trata, para la medicina, de actuar, de intervenir no en el momento de una crisis patológica que en cierta situación puede amenazar la salud del individuo, sino de interponerse entre los constituyentes del medio ambiente y el individuo. Desplazamiento entonces de la intervención médica: antes su foco era la crisis, ahora es el medio. El otro proceso que se conecta con el anteriormente descripto obedece a la introducción de la medicina en la dinámica institucional del hospital; específicamente, en su conducción política, en su forma de gobierno. Introducción que vía la observancia de “(...) las razones económicas [de la época del llamado mercantilismo], el precio [económico] atribuido al individuo [la fuerza de trabajo como única mercancía capaz de producir plusvalía], el deseo de evitar la propagación de las epidemias, explican el control disciplinario a que estarán sometidos los hospitales” (Foucault 1999: 105). Llegando hasta aquí nos preguntamos ¿por qué este poder disciplinario, que no nace con el saber médico ni tampoco en los hospitales, pero que, sin embargo, alcanza, poco a poco, una superficie mayor del cuerpo social, lleva a la medicina a convertir al hospital general en hospital-médico y transformar al médico en fiscalizador oficial de todo su funcionamiento? Al respecto, caben recordar las palabras del autor cuando aclara que: “(...) si esta disciplina adquiere carácter médico, si este poder disciplinario se confía al médico, se debe a una transformación del saber médico” (Foucault 1999: 105). Transformación teórica y nueva función práctica a través de su dirección 136


sobre el medio que rodea al individuo. El médico, ahora personaje distinguido, adquiere un rol protagónico en la vida social del hospital al precio de desarrollarse como agente motriz del poder disciplinario de la época. Pero volvamos a la siguiente cuestión: ¿qué nos permite observar ese desarrollo, esa colocación de la medicina como engranaje directo del poder disciplinario? Veamos cómo Foucault caracteriza este tipo de poder que, según lo precisado líneas arriba por Deleuze, domina a la sociedad occidental durante toda una época y se diferencia de las formaciones sociales de soberanía. Mencionaremos las principales características de este poder descriptas por el autor y una breve definición del mismo. Nuestro objetivo es ver cómo se relacionan estas características con la nueva función de la medicina. La disciplina -expresa Foucault: (...) es el conjunto de técnicas en virtud de las cuales los sistemas de poder tienen por objetivo y resultado la singularización de los individuos [...] -es el poder de la individualización, cuyo instrumento fundamental estriba en el examen [...] un arte de distribución espacial de los individuos; la disciplina no ejerce su control sobre el resultado de una acción sino sobre su desarrollo; la disciplina es una técnica de poder que encierra una vigilancia constante y perpetua de los individuos. No basta con observarlos de vez en cuando [...] es preciso vigilarlos sin cesar para que se realice la actividad y someterlos a una pirámide permanente de vigilancia; la disciplina supone un registro continuo: anotaciones sobre el individuo, relación de los acontecimientos, comunicación de las informaciones a escalas superiores, de modo que a la cúspide de la pirámide no se le escape ningún detalle (Foucault 1999: 104-105). Estas son las componentes de la técnica disciplinaria de las conductas donde “(...) a través del examen la individualidad se convierte en un elemento para el ejercicio del poder”(Ob. Cit). Tanto esas componentes como éste elemento particular formarán la parte importante, preponderante en sus procedimientos de actuación, del arsenal técnico-terapéutico del saber médico. El hospital-médico o la medicalización del hospital son posibles gracias a este poder sobre las conductas y esta invención de la individualidad moderna. 137


Aquí están las condiciones para la manifestación del médico como agente motriz del poder disciplinario de la época donde “el individuo [así formalizado] será observado, vigilado, conocido y curado” (Foucault 1999: 110). b) Pensar el trabajo asalariado hoy En las formaciones jurídicas enunciadas por Deleuze la aparición del hospital moderno corresponde a la formación de las sociedades disciplinarias, pero ¿de qué se trata esa tercera formación fundada sobre una biopolítica de las poblaciones y que se esboza en el siglo XIX y estalla en el XX? Si en el apartado anterior exponíamos cómo el poder disciplinario permitía y producía las condiciones de aparición del hospital-médico y de la medicina tal y como hoy los conocemos, creemos oportuno remitirnos a esa tercera formación jurídica de lo social anticipada por Foucault como condición de lo que en la actualidad se nos presenta como trabajo. Dicho de otro modo, trabajar en el capitalismo del siglo XXI no es sino trabajar dentro del marco dado por esa tercera formación anunciada por Deleuze y que él mismo califica como Sociedad de Control (Deleuze 2002: 2014). ¿Qué significa trabajar en estas formaciones jurídicas? ¿Cómo se constituye el trabajo contemporáneo en relación con las funciones que la sociedad de control le asigna? ¿qué consecuencias para el trabajador/ ra plantea esta nueva situación histórica? ¿cómo se organizan en la actualidad el trabajo y la explotación? ¿qué caracterización del trabajo contemporáneo podríamos hacer si reparamos en que las fuerzas sociales son ahora gobernadas por un poder distinto y complementario al que gobernaba la sociedad disciplinaria? Puntualmente: ¿cómo se trabaja bajo el gobierno del poder de control? Para alcanzar alguna comprensión de estos interrogantes quisiéramos poner en letra ciertas hipótesis que hemos ido elaborando hasta el momento en el marco de las prácticas de investigación del año 2015. El mundo del trabajo quizás sea el tema central que desde los inicios de la Modernidad preocupó a las más variadas disciplinas científicas. La sociología, la filosofía política, la antropología y la economía política entre otras, al intentar elaborar una teoría acerca de la sociedad y de los individuos, produjeron elaboraciones donde el trabajo ocupaba un lugar central. La materialidad del mundo giraba en torno a esta actividad particular y desde ahí se desprendían los fenómenos más variados que 138


recorrían el cuerpo social. Particularmente la economía política marxista con su crítica a la economía clásica, es la disciplina que, más que ninguna otra ciencia social, produce una concepción de la sociedad y del ser humano donde la materialidad histórica es el fundamento primero, el plano donde se apoyan las demás categorías y componentes sociales para la comprensión de la realidad histórico-social. Sin dudas, como cualquier otra forma de saber, esta forma de conocimiento atravesó por diferentes etapas y/o formalizaciones de sus contenidos y presupuestos. A los fines que este trabajo se propone consideraremos algunas de las herramientas analíticas que se desprenden de la propuesta crítica económico-política de Karl Marx, con miras a comprender ciertos procesos sociales que intervienen en nuestro campo problemático. En este línea cabe reflexionar desde la Filosofía Política, algunas cuestiones respecto a qué entendemos por producción. Podemos afirmar que toda producción social es material desde el momento en que, así como produce la “cosa” de la economía política, produce también el “signo” de la economía semiótica. La producción material es social desde el momento en que se desarrolla según relaciones sociales específicas que son las que producen las cosas y sus signos. Este materialismo implica la idea de lucha de clases en la medida en que dicha lucha se realiza, en sentido hegeliano, tanto en la producción económica como semiótica. Se trata de antagonismos que se expresan tanto en lo material de lo social, como en lo inmaterial de todas las relaciones. La producción social, en sentido general, es “(...) la metamorfosis general de todo lo que pasa por el cuerpo y se inscribe en el cuerpo social”, flujos económicos, flujos libidinales, flujos de intereses, flujos de afectos, flujos. La producción es corte y confección de flujos. (Lyotard 1990). Propuesta ésta de una inmanencia de los procesos productivos, sean estos económicos, libidinales, individuales, colectivos, semióticos, corporales. Inherente por lo tanto, de los discursos y las cosas, como de las prácticas y sus efectos. En este plano o plan de inmanencia, en esta geografía de lo inmanente o de lo coexistente, en este espacio donde los límites o fronteras son transgredidos, en este espacio sin afuera, la superficie, sin embargo, presenta regiones diferenciales. Se trata de un campo inmanente de relaciones de fuerzas. Aquí, desde esta perspectiva, 139


el Capital, como relación social, no es una categoría abstracta sino que, según lo propuesto por Félix Guattari, podemos definirlo como “un operador semiótico al servicio de formulaciones sociales determinadas” (Guattari 1995: 37. Las cursivas son nuestras). Lo que separa, diríamos, la época moderna y disciplinaria de nuestras sociedades actuales, es la distancia abierta por la biopolítica como forma de gobierno. Ahora el poder sobre la vida ya no nos remite a los sistemas de encierro arquitectónico ni a: “(...) las técnicas de encierro (las disciplinas) [que] imponen una tarea o una conducta cualquiera para la producción de efectos útiles, a condición de que la multiplicidad [de individuos] sea poco numerosa y el espacio bien definido y delimitado (escuela, fábrica, hospital, etc.)” (Lazzarato 2006: 76). La multiplicidad, ahora, es “liberada” de los muros de las instituciones y controlada en el espacio abierto de los circuitos de la vida social. Estamos en el centro de la caída del muro de Berlín y en pleno desarrollo del neoliberalismo. Este último no simplemente como un modelo económico sino como: (...) una mutación en el ‘arte de gobernar’ como propone Foucault con el término gubernamentalidad, [el cual] supone entender el neoliberalismo como un conjunto de saberes, tecnologías [materiales e inmateriales, que implican un conglomerado de artefactos como así también ciertas semióticas específicas] y prácticas que despliegan una racionalidad de nuevo tipo que no puede pensarse sólo impulsada ‘desde arriba´ (Gago 2014: 9). Se trata no solo de una política global de la conductas hacia la población sino, también de una micropolítica de los flujos libidinales, vinculares, afectivos, regulados desde abajo. En esta región así descripta, en el marco de las sociedades de control, el Capital funciona como troquelador de cualquier desplazamiento subjetivo sea este individual o colectivamente dado. La multiplicidad se dispersa mientras el Capital prolifera. En relación a esto valga la aclaración de Thompson:

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(...) aquí la entidad principal es la propia economía global. Se trata de una economía que existe ‘por encima’, y autónomamente, de las economías y agentes nacionales, proyectando su perfil sobre ellos dándoles su especial carácter y forma, ‘envolviéndolos’ en su propia dinámica. Por lo tanto, está articulada ‘hacia abajo’, por así decir. Determinaría qué puede y no puede realizarse a nivel nacional, tanto por parte de los organismos públicos como privados. Se trataría de una economía que escapa al ‘gobierno’, tipificada por fuerzas del mercado no organizadas y descontroladas. Los principales agentes serían las empresas transnacionales [...] Por lo tanto, la imagen en este caso es la de un capital móvil que busca en todo el mundo las ventajas de la competencia (Thompson 1999: 3). El actual gobierno que ensaya el poder global no solo se define en su extensión, abarcando al conjunto de las relaciones sociales, sean éstas económicas, de género, de raza, etc., sino incluso, al conjunto de las relaciones socio afectivas que ahora son valorizadas por la máquina troqueladora que constituye el Capital Global. Gobierno que define, no sólo el despliegue del poder capitalista en una dimensión longitudinal que abarca en extensión la superficie del cuerpo social, sino que conlleva también su realización en la dimensión horizontal que engloba los movimientos de cualquier posición subjetiva del cuerpo individual. Esto no refiere al fin del trabajo como única actividad capaz de producir plusvalía para el capitalista fabril, refiere concretamente a su prolongación a todos los ámbitos de la vida cotidiana. La vida, en sus más amplias esferas, es ahora la potencia capaz de ser explotada para producir plusvalía para el capital empresarial y transnacional60. A partir de lo señalado cabe preguntarnos: ¿Qué es el trabajo? En base a lo anterior podríamos responder diciendo que es la explotación de “todo el campo de la actividad social” (Negri 2008: 25). 60 Ello incluye también la explotación del agua, del suelo y la tierra, cuestiones básicas asociadas a las problemáticas ambientales, a la cuales remiten algunos artículos de este libro, y ante las que se van configurando resistencia vitales por la riqueza de potencias que por allí circulan. Desde este punto de vista y siguiendo el lenguaje de Toni Negri,“lo ambiental” nos reenvía a la disputa y construcción por el común como agenciamiento vital, única potencia, como la vida, capaz de no ser renovable.

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Al derrumbarse los muros de la fábrica, la materia prima del trabajo, su valorización, ya no puede hacerse por medio del tiempo contenido en un recinto, el tiempo de trabajo ya no es la medida del valor-trabajo, la actividad productiva ya no se limita al tiempo en una institución de encierro como sucedía en las sociedades disciplinarias. En las sociedades de control los límites del trabajo se desdibujan, se amplían longitudinal y verticalmente, en el plano en extensión y en el plano al interior; la interrogación contemporánea debería entonces preguntarse por qué es no trabajo. La banda transportadora propia de la maquinaria industrial fordista, de su organización del poder, no se extingue sino que prolifera al conjunto del cuerpo social. Ya en el año 1980 F. Guattari sugería ampliar la noción de puesto de trabajo: (...) a la mayor parte de las actividades no asalariadas. De una cierta manera -decía- el ama de casa ocupa un puesto de trabajo en su domicilio, el niño ocupa un puesto de trabajo en la escuela, el consumidor en el supermercado, el telespectador frente a su pantalla. Cuando en la fábrica las máquinas parecen trabajar solas, en realidad es el conjunto de la sociedad [el] que las sostiene (Guattari 1995: 50). Lo explotable por lo tanto ya no es una fuerza de trabajo contenida en un cuerpo disciplinado sino una fuerza de trabajo, una potencia, dispersada, distribuida, por la geografía amplía de la red social. Expresándolo de manera concisa: se explota lo social como riqueza propia de la cooperación de individuos en agenciamientos específicos. Guattari también señala que no se paga por un tiempo de trabajo, sino más bien:

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(...) se paga por una puesta a disposición. [...] Lo que cuenta aquí es la ocupación de una función, un juego de poder entre los trabajadores y los grupos sociales que controlan los agenciamientos productivos y las formaciones sociales. El capitalista no hurta una prolongación de tiempo sino un proceso cualitativamente complejo. No compra fuerza de trabajo sino el poder sobre agenciamientos productivos (Guattari 1995: 43).


¿Cuál sería aquí la materia prima que se extrae de esos agenciamientos una vez que admitimos que no se trata del tiempo sino más bien de una disposición a...? A la movilidad del Capital global, a su financiarización expansiva, a su operación y función como troquelador semiótico de todas las formaciones sociales de poder, a esa maquinaria que funciona como equivalente general de todas las acciones humanas y no humanas, “al proceso de subsunción real de la sociedad bajo el capital” (Negri 2008: 27), correspondería por ende una explotación maquínica de los procesos inmateriales. Esto es así desde el momento en que aceptamos la investigación de Marx cuando describe que “(...) a medida que la gran industria se desarrolla, la creación de la verdadera riqueza depende menos del tiempo y de la cantidad de trabajo que de la acción de factores puestos en movimientos en el curso del trabajo” (Marx, K citado en Guattari 1995: 41). Se entiende que esos factores (las componentes inmateriales, semióticas diríamos nosotros) que se movilizan en la actividad social de trabajar son la materia prima de la cual el Capital extrae sus ganancias. Dado esto, su función y modo de operar es más del orden del registro, del equilibrio, la regulación y la sobrecodificación de las formaciones de poder y de los flujos de todo tipo que circulan entre los individuos, es decir, de control de los flujos sociales, de control social en sentido neto; que la mera búsqueda de un rédito cotizable en la bolsa de valores. Para Guattari, más que una “operación de beneficio”, constituye una “operación de poder” (Guattari 1995: 48). Trabajar, podríamos afirmar, en el contexto contemporáneo, supone un cuerpo sometido al control que se fundamenta ante todo como modo de exploración de lo que surge en, y entre, los vínculos humanos. El poder-control opera sobre los modos de relacionarnos y así los intensifica por la carga que supone el hecho de tener que estar en “contacto” obligado para poder producir. El poder en el contexto biopolítico contemporáneo necesita, por más paradójico que parezca, vínculos más que personas. Gobierna los agenciamientos maquínicos. Desde este punto de vista, la fuerza de trabajo como potencia relacional, vinculante, esta subsumida al Capital como operador semiótico, troquelador, de esas conexiones. 143


Últimas consideraciones 3- Reflexiones, figuraciones e hipótesis aproximativas... Este funcionamiento de un dispositivo sólo se puede explicar si se toma en cuenta, al desmontarlo, los elementos que lo componen y la naturaleza de sus conexiones. (Deleuze, G. Guattari, F. 1978. Pág. 80). En relación con esto, cabe señalar que, el acercamiento al campo experiencial que nos permitieron las prácticas de investigación, junto con el encuentro de los más variados textos literarios, científicos, filosóficos, poéticos, durante el año 2015, nos abrieron una ventana no sólo cognoscitivo-epistémica, sino también existencial, ontológica. Las prácticas de investigación fueron más una experiencia vivencial, corporal, que un acercamiento aséptico a un objeto de conocimiento. Recapitulando lo planteado hasta aquí, recordemos que comenzamos aludiendo a la experiencia con las primeras entrevistas y las observaciones realizadas en el Hospital Nacional de Clínicas. De allí surgió la preocupación por las condiciones materiales, sociales e históricas como así también políticas, de aquel ámbito de salud y trabajo. En esta línea nos interrogamos respecto de las condiciones de posibilidad, los límites de lo posible, del acontecimiento, procurando comprender cuáles fueron las condiciones del surgimiento del hospital-médico moderno y cuáles son las características del contexto económico político, histórico, del trabajo en la época post-moderna o sociedad de control. Para esta tarea nos vimos guiados por una modalidad de análisis y producción artístico-académica que Cotaimich considera como (Des) montaje transdisciplinar, no tanto como un recurso metodológico, sino como una acción política, como una práctica, como una modalidad de un trabajo que busca la transformación de la realidad y que de allí construye sus criterios de verdad. (Des) montar el hospital médico, recorrer el proceso de su ensamblaje. Así también, (des)montar el trabajo, transitar por los procesos que actualmente lo definen. Más que una herramienta puramente formal, ideal, cual receta a aplicar según un canon prefijado, nos figuramos el (des)montaje como un despiece de los montajes instituidos (Cotaimich, V. 2015). 144


La línea así trazada nos remite a la obra de Damián Ortega, que, viniendo desde el arte, nos sugiere una forma de aproximarnos a la realidad. “The Cosmic Thing” es el nombre de una instalación artística que dicho autor presentó en la 50ª Bienal de Venecia. Tal instalación trata de un auto desmontado íntegro y colgado de las paredes por medio de unos alambres que hacen de sostén. Instalación que nos reenvía a las preguntas por: ¿qué es un montaje? ¿qué sostiene, qué soporta, qué sustenta, qué resiste un montaje? ¿cuál es la distancia que separa la artificialidad del despiece de un objeto, de su fragmentación, de las no menos artificiosas, condiciones de su armado como objeto completo, cerrado, total? ¿desmontar no es acaso dejar advenir procesos instituyentes en pleno antagonismo, estético y político, y por esto, en posición de resistencia social y microsocial, con los montajes instituidos? La obra citada de Damián Ortega se nos presenta como el correlato artístico de la analítica pragmática que interroga, que nos interroga, por las condiciones de producción de lo dado, del objeto, de cualquier mercancía, de cualquier productos en sentido amplio, de lo instituido. El (des)montaje funciona así, estética y políticamente, como una experiencia capaz de instalarnos en otro terreno, donde la materialidad adquiere toda su potencia, es decir, su movimiento. Se trata de la fragmentación, de la operatividad del elemento esquizo, como modo de tratar con los objetos complejos ya elaborados que nos rodean. Flujos, corte y ensamblado de flujos, es la producción social de cosas como de deseos. El (des)montaje, lo fragmentario, el despiece, funcionan, en este marco, como crítica política por otro mundo de posibles. Referencias Biliográficas Álvarez C. (2013). La transformación institucional del Hospital Nacional de Clínicas. El impacto de la autogestión en los trabajadores hospitalarios. Tesis de maestría en Administración Pública. IIFAP. Universidad Nacional de Córdoba-Argentina Balcazar, F. E. (2003) Investigación acción participativa (iap): Aspectos conceptuales y dificultades de implementación. En Fundamentos en Humanidades, vol. IV Universidad Nacional de San Luis Argentina Cendales L. Torres, F. Torres, A. (2007). Uno siembra la semilla pero ella tiene su propia dinámica. Entrevista a Orlando Fals Borda. En Salud Colectiva, vol. 3, núm. 1, enero-abril 2007. Universidad Nacional de Lanús. Argentina. 145


Disponible en http://es.scribd.com/doc/12959747/Uno-siembra-la-semilla-pero-ellatiene-su-propia-dinamica-Entrevista-a-Orlando-Fals-Borda Cotaimich, V.(2015). (Des) montaje transdisciplinar. Una vinculación praxiológica entre investigación científica y producción artística. Anuario de investigaciones de la Facultad de Psicología. Vol 2. Universidad Nacional de Córdoba-Argentina Deleuze, G. (2002). Conversaciones. 1°ed. Ed: Editora Nacional. Madrid. Deleuze, G. (2014). El poder. Curso sobre Foucault. 1°ed. Ed: Cactus. Bs As. Deleuze, G. Guattari, F. (1978). Kafka. Por una literatura menor. Ed: Era. México. Foucault, M. (1999). Estética, ética y hermenéutica. Obras esenciales. Vol. III. Ed: Paidós Ibérica. Barcelona. Gago, V. (2014). La razón neoliberal: economías barrocas y pragmática popular. 1°ed. Ed: Tinta Limón. Bs As. Guattari, F. (1995). Cartografías del deseo. Ed: La Marca. Arg. Guber R. (2012). La etnografía: Método, campo y reflexividad. 1°ed. 1° reimp. Ed: Siglo Veintiuno. Bs As. Illouz, E. (2007). Intimidades congeladas. Las emociones en el capitalismo. Editorial Katz. Madrid. Lazzarato, M. (2006). Por una política menor. Acontecimiento y política en las sociedades de control. Ed: Traficante de Sueños. Madrid. Lyotard, J-f. (1990). Economía Libidinal. Ed: Fondo de Cultura Ec. Bs. As. Arg. Marx, K. (2010). Salario, Precio y Ganancia. 1°ed. ed.: IPS. Bs. As. Negri, A. (2008). La fábrica de porcelana. Una nueva gramática de la política. Ed: Paidós Ibérica. Barcelona Percia M. (2014). Sujeto fabulado I. Notas. Ed: La Cebra. Bs. As. Pichón-Riviére, E. (1985). El proceso grupal. Del psicoanálisis a la psicología social (I). Ed: Nueva Visión. Bs As. Sibilia, P. (2005). El hombre postorgánico. Cuerpos, subjetividad y tecnologías digitales. Ed: Fondo de Cultura Económica. Bs As Thompson, G. (1999). Introducción: situar la globalización. En Revista Internacional de Ciencias Sociales, N° 160. Disponible en https://www.upf. edu/pcstacademy/_docs/fulltext168spa.pdf (12/03/2016) Uwe, F. 2004. Introducción a la investigación cualitativa. Ed: Morata. Madrid. Nabokov, V. (1983). Curso de literatura europea. 1°ed. Ed: Bruguera. Barcelona.

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Experiencias de investigación sobre el trabajo de enfermerxs en el Hospital E. Vidal Abal y el Hospital Nacional de Clínicas Valeria Cotaimich Para SABER hay que tomar posición (...) colocarse en dos espacios y en dos temporalidades a la vez. Hay que implicarse, aceptar, entrar, afrontar, ir al meollo, no andar con rodeos, zanjar. También -por que zanjar lo implicahay que apartarse violentamente en el conflicto o ligeramente, como el pintor que se aparta del lienzo para saber cómo va su trabajo. No sabemos nada en la inmersión pura en el en-sí, en el mantillo del demasiado cerca. Tampoco sabremos nada en la abstracción pura, en la trascendencia altiva, en el cielo demasiado lejos. Para saber hay que tomar posición, lo cual supone moverse y asumir constantemente la responsabilidad de tal movimiento. Ese movimiento es tanto acercamiento como separación: acercamiento con reserva, separación con deseo. Supone un contacto, pero lo supone interrumpido, sino es roto, perdido. imposible hasta el final ” (G. Didi-Huberman 2008) Este artículo presenta algunas reflexiones sobre la experiencia de dirección y acompañamiento en instancias de investigación que dieron lugar a la práctica vinculada con el sector de enfermería del Hospital Nacional de Clínicas de la UNC (a la cual alude Pedro Oliva en el artículo anterior) y a un trabajo final de Licenciatura en Psicología relacionado con el Hospital Psiquiátrico Emilio Vidal Abal61. 61 El primer trabajo se titula “Cuerpo/Subjetividad/Institución. Una aproximación al trabajo de los/las enfermeros/as en la Colonia Dr. Emilio Vidal Abal. Córdoba, 2014” y estuvo a cargo de Ayelén Font, Magdalena Torres y Gabriela Dotti. La práctica de investigación a cargo de Oliva contó también con la tutoría de Carlos Álvarez, quien ecribió un artículo sobre el HNC publicado en este libro. Ambas experiencias se realizaron en el marco del proyecto de investigación titulado: “Investigación-Acción y (Des) Montaje Transdisciplinar en torno a experiencias vinculadas con la Salud (pública, ambiental, comunitaria y colectiva)”, subsidiado por la SECyT de la UNC(2014-2015).

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La primera reflexión para compartir remite a ciertos desafíos que implica la formación y acompañamiento en tareas de investigación, en una universidad pública, en el contexto del capitalismo contemporáneo. Modo de producción y subjetivación para el cual, la producción de conocimientos científicos cobra un lugar preponderante, llevando a profundas disputas político-epistémicas, económicas y culturales, entre quienes consideran que las ciencias deben estar al servicio del mercado, y quienes las conciben como forma de producción cultural, base de la educación y el bienestar de una población. Si bien, de manera dominante, las universidades a lo largo del planeta, tienden a la formación individual de agentes sociales que contribuyan a la reproducción del capital en todos sus órdenes, existen otras posiciones que traen consigo resistencias activas que resultan vitales, sobre todo en ámbitos de formación vinculados con la salud y el cuidado de la vida. Tal es el caso de facultades como las de Psicología o Medicina, marcos en los cuales no suele ser sencillo generar instancias colectivas y transdisciplinares. Ante este panorama algunxs asumimos el compromiso de promover procesos de reflexión crítica y propositiva en los cuales lo transdisciplinar se conciba como forma de vincular aportes disciplinares, no disciplinares e indisciplinados, que resistan a las lógicas de apropiación y propiedad intelectual del mercado académico, siendo, más bien partidarios del libre acceso a la información y al conocimiento62. Procesos que tiendan a colectivizarse al interior de la Universidad y en los ámbitos en los cuales investigamos y/o ejercemos estas profesiones. 62 En el ELAPS se ha abordado este tema, por ejemplo, en el marco de la tesis de Licenciatura en Cine y TV de Natalia König (König 2014) recuperando aportes de B. Busaniche en torno al acceso libreo al conocimiento y/o al copy left. Busaniche se ocupa de cuestiones como 1) la relación entre Propiedad intelectual y Derechos Humanos y las tensiones que existen entre la Ley 11.723 y el marco constitucional de los Derechos Culturales en Argentina; 2) el acceso abierto a investigación científica financiadas por fondos públicos en Argentina y, lo que sucede con el Copyleft y el derecho de autor. Ello con miras a contribuir a la democratización de la cultura y el conocimiento (Busaniche 2010, 2013a y 2013b). Otra de las áreas donde la mercantilización del conocimiento se hace más palpable es el mercado de patentes, materializado en la propiedad que generan empresas multinacionales en relación, por ejemplo, con semillas, genomas e invenciones de medicamentos y aparatología médica que resultan vitales. Esto se ve reforzado por la propiedad y uso de medios masivos de comunicación que cobran un papel fundamental en la construcción de realidades, creencias y comportamientos. Teniendo en cuenta lo señalado, se ha decidido que, el presente libro, una vez presentado, sea colgado en la web del ELAPS, a los fines de facilitar su libre acceso, sí como será entregado a bbiliotecas y centros educativos oficiales y bibliotecas populares ,

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Esto requiere de permanentes revisiones y trae con sigo tensiones con las formas hegemónicas impuestas desde fuera y las que reproducimos a diario en nuestras prácticas cotidianas. Si pretendemos tomar distancia de los caminos de la reproducción acrítica de las lógicas de un sistema que pretende formar en beneficio de unos pocos, asumiendo la responsabilidad de promover una formación comprometida con el abordaje de los principales problemas sociales que derivan de las lógicas capitalistas, el esfuerzo se multiplica, ya que incluso se presentarán mayores obstáculos tanto de orden formal, como económico y político Las lógicas dominantes en la academia contemporánea tienden a que, quienes ocupemos eventuales posiciones de docencia, investigación, dirección, coordinación, etc. nos constituyamos en agentes (re) productores y/o facilitadores de la construcción de saberes y poderes, formas y contenidos, poéticas y políticas hegemónicas que tienden a la reproducción y la conformidad con aquello naturalizado. Ello, en lo posible, procurando “evitar” y/o “ignorar” conflictos y tensiones. Lejos de ignorarlos quizás sea importante abordarlos en profundidad por que es en los conflictos y tensiones, desde donde, dialécticamente se plantean opciones diversas ante las cuales tomar posición. En este camino el primer paso para resistir estas lógicas, quizás sea reconocer, valorar y promover instancias de reflexión y aprendizaje en torno no a cada experiencia individual, sino en tanto partes de una trama en la cual confluyen diversas historias de vida y trayectorias sociales de compañerxs de estudio, investigación, sujetos que protagonizan las prácticas que analizamos, quienes ofician de acompañantes y orientadorxs de estos procesos, autorxs y futurxs colegas con los cuales dialogamos en nuestras lecturas y escrituras63. Ello hace al carácter dialéctico y dialógico de las instancias de producción de conocimiento y a cuestiones de orden transferencial que nos llevan a necesaria ocupación de lugares de supuesto saber, cosa por cierto no tan sencilla, en tanto requiere poder “entrar” y “salir” de la performance académica, buscando tomar posición y distancia, de modo tal de promover no solo el empoderamiento del otro, sino también su compromiso con la producción de conocimientos en el ámbito público. 63

En este artículo se empleará la x para remitir a la diferencia de géneros.

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En este camino, los docentes encontramos importantes obstáculos, sobre todo si pretendemos resistir un sistema de relaciones que compele a la individuación en la construcción del conocimiento. Lo señlado ha signado las prácticas docentes llevadas a cabo en las experiencias de investigación mencionadas Allí, dialógicamente, se procuró favorecer la apropiación significativa de contenido, de diversas materias, destacándose aquellos relacionadas con la cátedra paralela de Psicología Sanitaria B64, de base materialista dialéctica y asentados en el Paradigma Praxiólogico (Breilh 2003), la Teoría Crítica y sus derivaciones científico-sociales en relación con el campo de la salud. Desde esta perspectiva, algunxs docentes y tutores nos desafiamos a promover el abordaje de problemáticas invisibilizadas que no suelen constituir foco de interés para las indagaciones psico-socio-sanitarias dominantes. Tal es el caso de problemas derivados de la relación de poder y saber que se plantean en diferentes instancias de formación, trabajo y atención, en un contexto signado por aquello que Menéndez considera como Modelo Médico Hegemónico (en adelante MMH) (Menéndez, 1988), pilar del sistema médico en el contexto del capitalismo. Esto lleva, por ejemplo, a la problematización de la naturalizada “relación médicopaciente” y invisibilizadas inequidades de orden económico, social, político y cultural que determinan al proceso/salud/enfermedad/atención (Breilh 2003, Laurell 1987). En esta línea, otras dimensiones que algunxs promovemos abordar desde la universidad pública son: la relación entre trabajo y salud; la revisión crítica del término “paciente”; la visibilización de quienes, además de lxs médicxs, constituyen pilares fundamentales en la promoción, prevención y atención de la salud (ej: enfermerxs). Acerca de las experiencias de investigación La primera experiencia a la cual haremos referencia es la realizada en el Hospital psiquiátrico Emilio Vidal Abal, orientada a indagar la relación entre cuerpo, subjetividad e institución en relación con el trabajo de lxs enfermerxs65. 64 Cátedra que fue creada por resolución 140/02 del Honorable Consejo Directivo de la Facultad de Psicología en el año 2002 a los fines de “garantizar el derecho a libertad de cátedra”. Desde entonces y hasta el año pasado, allí se planteaban prácticas de campo que, en algunos casos derivaban en temas y trabajos de tesis y/o prácticas finales de carrera, como sucedió en este caso. 65

La referencia a los contenidos de esta tesis se basa en el informe final presentado y en instancias de cosultas y tareas de investigación del ELAPS (Espacio Laboratorio e Arte/s, Performance/s y Subjetividad/es) de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba

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El trabajo de lxs enfermerxs forma parte de un vasto conjunto de relaciones sociales que configuran el campo de la salud. Estas relaciones, como sucede en cualquier campo social, se encuentran mediadas, signadas, orientadas por lógicas dominantes que, en gran medida, ponen el acento en la acumulación de capitales y mercantilización de la salud, por sobre el bienestar y la vida, tanto de trabajadorxs como de usuarixs o sujetos en situación de atención y/o internación66. En esta trama de relaciones, el sector de enfermería constituye uno de los pilares de la atención en el campo de la salud. Tanto el grupo a cargo de la tesis como el practicante mencionado, se apropiaron significativamente de estas cuestiones y generaron propuestas de trabajo en las cuales contribuyeron otros integrantes del equipo de investigación, ya sea a través de presentaciones comunes, tutorías, consultas y asesoramientos en los cuales se propusieron formas de escucha co-pensante. En el caso del Hospital Emilio Vidal Abal, las estudiantes decidieron abordar el trabajo de lxs enfermerxs, a partir de la relación entre cuerpo, subjetividad e institución, categorías que constituyen un pilar para la línea de investigación a la cual nos venimos refiriendo. En la tarea de acompañamiento se procuró fomentar la reflexión en torno a estas nociones, de modo tal que permitieran ir de la singularidad del caso abordado a la particularidad de las condiciones de trabajo hospitalario, y a la generalidad de las determinaciones sociales del proceso/salud/ enfermedad/atención (Menéndez y Álvarez Obs. Cits). Esto resultó una de las tareas más difíciles de realizar en un contexto académico en el cual predomina una formación que, para el campo de la salud pone énfasis en lo clínico más que en lo institucional y socio-sanitario. Formación que, en el mejor de los casos, implica reemplazar la categoría de paciente por la de usuario, o incluye aportes del llamado “Enfoque de derechos”. Sin embargo no se cupa de las condiciones de trabajo y atención en el ámbito público, marcadas por inequidades sociales, étnicas y de género (Breilh 2003) y, menos aún, en formar agentes activos que promuevan la transformación de esas situaciones. Ante ello, se requiere asumir el desafío de formar en un camíno crítico y transformador. 66 Esto ha sido abordado en la tesis de Maestría en Adm. Pública de C. Álvarez (2013), orientada a indagar el impacto de la política de autogestión en los trabajadores hospitalarios del HNC.

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Precisiones en torno al abordaje conceptual y metodológico Tanto la tesis como la práctica mencionadas se desarrollaron en el marco de un proyecto de investigación que implicó un énfasis en ejes conceptuales como: proceso/salud/enfermedad/atención, Modelo Médico Hegemónico, campo, habitus, capital, práctica social, estrategia, interés, subjetividad, capitalismo, empoderamiento, institución, dispositivo y montaje67. Metodológicamente los trabajos siguieron los pasos de este proyecto. Técnicamente se realizó a partir de entrevistas semiestructuradas, observaciones participantes, análisis de documentación, registro fotográfico y fílmico e instancias de entrevistas o encuentros grupales. En el caso de la práctica, el trabajo implicó encuentros y entrevistas sistemáticas con agentes sociales que integran el Hospital de Clínicas, en los cuales surgieron los ejes sobre los cuales se siguió trabajando. Entre estos ejes se encuentran aspectos materiales y vinculares asociados con precariedad en condiciones de trabajo de algunos agentes sociales, de la mano de inequidades en términos de poder, saber y hacer que colocaban a ciertas personas en lugares de malestar, sufrimiento y enfermedad. Cuestiones que, siguiendo a Michel Foucault, son analizadas por el practicante en tanto “efectos disciplinarios y biopolíticos”68. En el caso de la tesis, estas actividades se realizaron incluyendo visitas semanales al hospital desde mazo a setiembre del año 2014. Por la particularidad del ámbito de trabajo y la relevancia que tiene 67 El proyecto al cual hacemos referencia llevó como título “Investigación-Acción y (Des) Montaje Transdisciplinar en torno a experiencias vinculadas con la Salud (pública, ambiental, comunitaria y colectiva)” (2014-2015). La tarea de acompañamiento para la elaboración del proyecto que dio lugar a esta se inició en una instancia anterior de prácticas de investigación en el marco de otro proyecto titulado “Arte/s Performance/s y Subjetividad/es. Análisis y propuesta de experiencias performativas de carácter local vinculadas a los campos de las artes y la salud” (2012-2013) ambos contaron con la dirección de quien escribe y fueron aprobados y subsidiado por la SECyT de la U.N.C 68 No cabría explayarse mucho más en este trabajo debido a que el estudiante que realizó esta práctica presenta un artículo al respecto que precede al presente. Baste solo agregar que reconforta como docente acompañar un proceso de estas características, en tanto implica aprendizajes y construcciones compartidas en un vínculo de enseñanza-aprendizaje que nos enriquece mutuamente, en tanto se asienta en una dialéctica (y una dialógica) entre acercamientos y distancias, cuestiones que potencian la construcción del conocimiento y del saber, en el sentido del epígrafe del comienzo de este artículo. Dinámica necesaria no solo entre docentes y estudiantes, sino también en las relaciones que establecemos con quienes protagonizan las prácticas que analizamos. Esto requiere salir del lugar instituido de la objetualización y/o la demanda y avanzar hacia el (re) conocimiento de lxs otrxs, en tanto co-pensorxs y co-constructorxs de conocimiento, de “la relaidad”, y de sí mismxs.

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para el campo sanitario, se incluyeron, entre los ejes de las entrevistas, preguntas en torno al conocimiento e implementación de aspectos vinculados con la Ley de Salud Mental (Nro. 26657). Como sucede con gran parte de las instituciones hospitalarias del ámbito provincial, se encontró que, la mayor parte del personal del hospital psiquiátrico, desconocía, o al menos no tenía en cuenta la aplicación de esta ley; cuestión que se extendía a otros sectores de la institución, entre otras cosas por los problemas que suponía la falta de reglamentación y puesta en marcha. Con las estudiantes evaluamos que sería pertinente favorecer su conocimiento. Para ello partimos de una de las cuestiones que allí se plantean y que no se estaban poniendo en juego, al menos según lo observado hasta entonces. Nos referimos al desarrollo de instancias periódicas de formación y reflexión del equipo de atención. Instancias que favorecen el abordaje conjunto de: -problemas derivados de las tareas cotidianas; aspectos contextuales de carácter socio-político y cultural que inciden en su desarrollo; conocimiento y puesta en juego de ésta y otras leyes que rigen en el campo de la salud; formación y autoformación conceptual y metodológica, entre otros. Retomando esto y la propuesta metodológica general del proyecto marco, las estudiantes buscaron promover, como aporte a esta situación, instancias de reflexión acerca de la realidad del hospital y las prácticas del personal. Este trabajo implicó la promoción de un espacio de encuentro entre enfermerxs que, cotidianamente, como se había observado, casi no mantenían contacto entre sí, entre otros motivos, debido a la distancia entre pabellones no sólo de orden físico, sino también simbólico y relacional. Este espacio de encuentro tuvo como excusa la realización de un video para el cual se retomaron aportes de la propuesta de (des) montaje mencionada. A lo largo del trabajo, las tesistas lograron apropiarse de parte de los ejes de investigación del proyecto marco, produciendo aportes para pensar éstos en el contexto de la institución. Y, según sus términos, “pudiendo comprobar” que gran parte de los sentidos y prácticas vinculados con la tarea de enfermería, se ven atravesados por lógicas dominantes como las del Modelo Médico Hegemónico (MMH). 153


Cuestión a la cual buscaron aproximarse “en términos de campo”, retomando aportes planteados por Pierre Bourdieu (2003, 1995), para comprender las relaciones que establecen enfermerxs con otros agentes sociales. Fue así que observaron que la reproducción del MMH, como sucede con instituciones afines, se basa en lógicas jerárquicas de vinculación que, según afirmaron, “obstaculizan” el vínculo entre trabajadores/as y autoridades. Esto es algo que también surgió en la práctica del HNC, sólo que no fue leído en términos de obstáculos sino, como señalamos como “efecto biopolítico” de formas de disciplinamiento que caracterizan a la institución hospitalaria, en tanto dispositivo de configuración subjetiva, característico de la modernidad capitalista que implica relaciones de poder y saber que operan incidiendo en la configuración de los cuerpos y por tanto de las subjetividades. Volviendo a la tesis, las estudiantes también plantearon que existe interés en lxs enfermerxs de integrarse a equipos interdisciplinarios, cuestión que no puede concretarse debido a la falta de personal y la sobrecarga de trabajo que esto conlleva. A esto sumaron otras cuestiones como: la falta de control y compromiso por parte de las autoridades, la burocratización de las actividades, dificultades graves en términos presupuestarios, cierta pasividad y resignación que asociaron también a la falta de incentivos para generar cambios en estas condiciones. Esto que señalan las tesistas no pareciera, en principio, guardar relación con el disciplinamiento del dispositivo hospitalario. Sin embargo, esta “falta de compromiso”, quizás más bien tenga que ver con un abandono funcional en términos de planificación en salud, en tanto termina generando para el mismo sistema, el fortalecimiento de otro orden de disciplinamiento dado por las leyes de mercado. Cuestión que cobra fuerza a partir de la mercantilización de la salud fruto de políticas neoliberales en las cuales se propone un “achicamiento del gasto público” en ámbitos como la salud o la educación. Esto se ve también puesto en juego, en el contexto de Córdoba, a partir de las magras respuestas gubernamentales otorgadas ante las reiteradas denuncias de legisladorxs y orgnaizaciones que trabajan en relación con la salud mental frente a graves situaciones de abandono de persona. De todos modos la movilización colectiva viene contribuyendo a divulgar y generar conciencia en torno a esta clase de 154


situaciones. Cuestión que además fortalece la lectura y apropiación de la misma Ley de Salud Mental. En el caso del Hospital Nacional de Clínicas, si bien también se observa cierta pasividad y resignación, más que asociarse a una “falta de incentivos” esto se asocia a un problema político inherente a las instituciones hospitalarias de carácter público en el contexto del capitalismo contemporáneo69. A cuestiones como las señaladas, para el caso del Hospital de Clínicas, Álvarez agrega una cuestión fundamental: las presiones de orden político y gremial, que muchas veces derivan en padecimientos y formas de sufrimiento mental (Galende 2006). Esto lleva, en ambas instituciones a un incremento considerable de licencias médicas y/o psiquiátricas o a la realización de “tareas pasivas”, cuestión que recrudece la situación general del sector de enfermería. Nuevamente vemos puesto en juego a pleno el MMH (Álvarez 2013). En la línea de lo planteado por Pierre Bourdieu, y retomando aportes de las experiencias de investigación a las cuales hemos hecho referencia, cabe señalar que, en ambos casos, el interés estuvo puesto en analizar, de particular manera, la relación entre trabajo, salud, cuerpo, subjetividad, en un caso más vinculado con órdenes institucionales y, en el otro haciendo alusión a las dimensiones biopolíticas puestas en juego. En definitiva, cabe señalar que, en los dos casos nos encotramos con situaciones de opresión de órdenes biopolítico e institucional que inciden en la configuración performativa de las subjetividades no solo de enfermerxs, sino también de médicxs y usuarixs. Situación ante la cual, desde una universidad pública, seria importante que se plantearan, en la línea de lo propuesto a lo largo de este libro, no solo instancias de indagación y análisis, sino también de acompañamiento y fortalecimiento de procesos de transformación de estas realidades. 69 Esto es algo que Pedro Oliva señala en base al trabajo de Carlos Álvarez, quien, en su tesis de maestría en Administración Pública, encuentra que las precarias condiciones laborales de orden económico y político incluyen también la falta de espacios de participación de los trabajadores en las decisiones respecto de su quehacer. Otro tanto se observa en el hospital psiquiátrico, en tanto el trabajo, para muchxs, se percibe como rutinas impuestas desde estratos superiores, relacionadas con tareas de alimentación, medicación, atención, visitas, consultas profesionales. A lo señalado, siguiendo a Goffman (1992), se agregan problemas asociados a la institucionalización, no solo de lxs internos, sino también del personal hospitalario. Cuestión que, en las entrevistas realizadas a lo largo del trabajo de campo, se plasmaba en adjetivaciones como las de “asilados” o “pacientizados”, que los propios enfermerxs atribuían a sí mismos

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Lo señalado va en dirección a contribuir, en términos transdisciplinares, conjuntamente con los sujetos, grupos, colectivos y equipos con los cuales trabajamos, al abordaje de problemas que afectan la salud pública y ambiental, considerando al ambiente de manera amplia y contextualizada, como ambiente laboral, signado por el modo de producción y subjetivación dominante y por las luchas y estrategias sociales desplegadas por los diferentes sectores que componen un efector institucional. Ello teniendo presente que el bienestar de lxs trabajadorxs, cualquiera sea su cargo y actividad, incide, de diversa manera, según sea el caso, en las tareas de planificación, atención, prevención y promoción que caracterizan el campo de la salud. Nos referimos no solo a directivos y profesionales médicxs, sino también a psicólogxs, trabajadores sociales, nutricionistas, enfermerxs, etc, incluyendo también a quienes trabajan en tareas administrativas, de mantenimiento, cocina, guardia o acompañamiento, por mencionar algunas de las áreas de esta clase de instituciones. Resulta importante que, quienes desarrollamos tareas de formación e investigación en este campo, aunque nos focalicemos en un sector o tarea, tengamos presente, de manera dialéctica y dialógica la complejidad de la realidad vincular que estamos abordando, procurando no reproducir invisibilizaciones e inequidades que se encuentran en la base de malestares y obstáculos institucionales. Desde una mirada integral, podemos afirmar que tener presente estas cuestiones, así como la contextualización político-socio-histórica y cultural del proceso/salud/enfermedad/atención repercute en la promoción de la calidad de vida, trabajo y atención de la salud.

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Breilh, J. (2003). Epidemiología crítica. Ciencia emancipadora e Interculturalidad. Bs.As. Lugar Editorial. Bourdieu, P. (2003). Creencia artística y bienes simbólicos. Ed. Aurelia Rivera. Bs. As. --------------- (1995). Respuestas por una antropología reflexiva. Ed.Grijalbo. México: Busaniche, B. (2013a) Propiedad intelectual y Derechos Humanos. Tensiones existentes entre la Ley 11.723 y el marco constitucional de los Derechos Culturales en Argentina. F.L.A.C.S.O. Sede Académica Argentina. Bs As. ----------------- (2013b) Es Ley el Acceso Abierto a investigación científica sostenida con fondos públicos en Argentina. Nota publicada el 23-12-2013 en el sitio web de la autora: http://www.bea.org.ar/2013/12/es-ley-el-accesoabierto-a-investigacion-cientifica-sostenida-con-fondos-publicos-en-argentina/ (Consulta: 28-01-14) ------------------- (2010) Argentina Copyleft: la crisis del modelo de derecho de autor y las prácticas para democratizar la cultura. Villa Allende. Fundación Vía Libre. Cotaimich V. (2014) (Des) montaje transdisciplinar. Una vinculación praxiológica entre investigación científica y producción artística. Anuario de investigaciones de la Facultad de Psicología de la Univ. Nac. de Córdoba. Didi-Huberman, G. (2008) Cuando las imágenes toman posición. Editorial Antonio Machado. Madrid Galende E. y Kraut A. (2006). El sufrimiento mental. El poder, la ley y los derechos. Lugar Ed Bs.As. Goffman, I. (1992). Internados. Ensayo sobre la situación social de los enfermos mentales Ed. Amorrortu. . Bs As Le Breton, D. (2002) Antropología del cuerpo y la modernidad. Nueva Visión. Bs. As. Menéndez E. L. (1988) Modelo Médico Hegemónico y Atención Primaria. Segundas Jornadas de Atención Primaria de la Salud. Bs As.

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Prácticas Sociales y producción de subjetividades en el campo sanitario Aproximación a un dispositivo de atención primaria y formación en salud vinculado con la Medicina Familiar

Lucía Rodríguez Verónica Llanos

Introducción El presente texto constituye una síntesis que recupera aportes de nuestra experiencia de formación e investigación en el campo de la salud. Está vinculado con experiencias de campo realizadas en el marco de la cátedra de Psicología Sanitaria B y de una práctica de investigación desarrollada durante el periodo 2012-201370 en el Espacio Laboratorio de Arte/s, Performance/s y Subjetividad/es. A partir de este proceso surge la Práctica Supervisada de Investigación a la cual nos referimos en este trabajo, titulada “Prácticas sociales y producción de subjetividades en el campo sanitario. Aproximación a un dispositivo de atención primaria y formación en salud”71. La propuesta de investigación tuvo como principal objetivo comprender y acompañar procesos que acontecen en el Servicio de Medicina Familiar del Hospital Nacional de Clínicas (HNC), analizando la relación entre prácticas sociales, relaciones de poder y procesos de producción de subjetividades en torno a la atención y formación en una institución vinculada con la salud pública y la educación universitaria. Los procesos que emergen en el Servicio de Medicina Familiar del HNC pueden comprenderse a partir de la interrelación de múltiples elementos presentes en la vida cotidiana, inscriptos en estructuras más amplias que configuran el campo de atención y formación en salud. Para 70

Práctica realizada en el proyecto de investigación titulado: “Arte/s, performance/s y subjetividad/es. Análisis y propuestas de experiencias performativas de carácter local vinculadas a los campos de las artes y la salud. Parte III”, aprobado y subsidiado por la SECyT de la UNC. Período 2012-2013, bajo la coordinación de Valeria Cotaimich. 71 La Práctica Supervisada de Investigación se enmarca en el proyecto: “Investigación – Acción y (Des) Montaje transdisciplinar en torno a experiencias vinculadas con la salud (pública, ambiental, comunitaria y colectiva)”, aprobado y subsidiado por la SECyT de la UNC período 2014 – 2015. Esta práctica se desarrolló con la tutoría de Karina Generoso y la dirección de Valeria Cotaimich.

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entender esta complejidad utilizamos la noción foucaultiana de dispositivo72 como herramienta para comprender la historia y trayectoria social del Servicio de Medicina Familiar, las prácticas sociales que lo configuran, las relaciones de poder construidas entre los diversos actores, y los procesos de producción de subjetividades que en él emergen. Estos elementos se vinculan dialécticamente y constituyen el dispositivo de atención y formación en salud puesto en juego en este ámbito institucional. Entendiendo el trabajo de investigación como una construcción dialéctica de conocimiento con orientación al cambio social, también indagamos acerca de la existencia en el Servicio de espacios de reflexión sobre las prácticas relacionadas al quehacer profesional. Este abordaje fue planteado a los fines de pensar de manera colectiva con los/as integrantes del Servicio, acciones concretas para promover y potenciar estos espacios, en la medida en que este eje emergiera como una problemática real del campo. Aspectos metodológicos En consonancia con el proyecto en el cual se inscribe esta práctica, se utilizó como estrategia metodológica la Investigación Acción Participativa (IAP). Las técnicas de recolección de datos utilizadas fueron: entrevistas semi-dirigidas, observaciones participantes, registro en diferentes soportes digitales y estudio de documentos. Las observaciones participantes fueron realizadas en el periodo de junio a octubre de 2014 en los dos espacios que conforman el Servicio de Medicina Familiar: los consultorios en el Hospital Nacional de Clínicas y la extensión comunitaria que adquiere características de Centro de Salud ubicado en barrio Alto Alberdi. Estas se desarrollaron durante la consulta médica, los espacios comunes de actualización -denominados “espacios de apertura y cierre”- y las actividades comunitarias organizadas desde el centro de salud. Las entrevistas semi-dirigidas se efectuaron a diferentes integrantes del Servicio y a un/a informante clave, sumando un total de veinticuatro relatos. 72 Según Foucault, un dispositivo constituye un “(…) conjunto decididamente heterogéneo, que comprende discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, (…) en resumen: los elementos (…) pertenecen tanto a lo dicho como a lo no dicho” (Foucault 1977).

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El análisis de datos se realizó por medio de la codificación deductiva y categorización de la información obtenida. Esto nos permitió ordenar los datos en base a los cuatro ejes planteados: prácticas sociales, relaciones de poder, procesos de producción de subjetividades y espacios de reflexión crítica sobre la práctica. La Medicina Familiar como especialidad médica A mediados del siglo XIX comienza a consolidarse el capitalismo a nivel mundial, produciendo transformaciones en el orden económico, político, social y cultural, basadas en las ideas de liberalismo, racionalidad y progreso. La producción del conocimiento fue influenciada por estas ideas, dando nacimiento al positivismo como corriente filosófica basada en la demostración objetiva y empírica del método científico. En este contexto, la medicina convirtió al cuerpo en objeto central de estudio, dirigiendo sus investigaciones hacia el conocimiento exhaustivo de la anatomía y patología individual, disociando la enfermedad del sujeto de las condiciones sociales que la determinan (Laurell 1982). El avance tecnológico que caracterizó la primera mitad del siglo XX profundizó este enfoque, promoviendo el surgimiento de especializaciones médicas. Esto llevó a reduccionismos centrados en una porción del cuerpo o en determinadas patologías, como así también a la limitación de la enseñanza sobre ciertas problemáticas generales de la salud (Mc. Whinney 2005). En este contexto los/as médicos/as generales fueron desplazados/as de su rol, debilitando la atención en las comunidades. Con la crisis de la salud en Latinoamérica durante la década de los 70 se producen diversos movimientos académicos y sociales de lucha por el derecho a la salud, que dieron origen a las bases de la Medicina Familiar, especialidad clínica con un enfoque general centrado en la familia y orientada a la Atención Primaria de la Salud (Domínguez del Olmo 2003). Proveniente de la antigua medicina generalista y de la vieja figura del médico de cabecera, la Medicina Familiar fue delineando su identidad y alcance a través de la institucionalización de la especialidad y el reconocimiento académico, cuestión que le permitió legitimidad en el campo de la medicina. En la actualidad, a nivel internacional este campo disciplinar es definido como: 171


(…)especialidad esencial para garantizar la sostenibilidad de los sistemas de salud. Brinda cuidados centrados en la persona en su contexto familiar y comunitario de forma continua, independientemente de su edad, sexo, condición socioeconómica o de salud, integrando en el proceso de atención los factores físicos, psicológicos, sociales, culturales y existenciales que contribuyen al proceso salud-enfermedad (Carta de Quito 2014: 2). La práctica médica en este campo tiene como esencia el compromiso del/a médico/a con la comunidad donde está inserto/a, más allá de los problemas de salud que en ella existan, trascendiendo los límites de la atención en consultorio, para abordar de manera colectiva la promoción y prevención de la salud en las condiciones concretas de la persona individual, de su contexto familiar particular y de su inserción general en la comunidad (Whinney 2005). Las prácticas sociales, las relaciones de poder y la subjetividad colectiva en el Servicio de Medicina Familiar El Servicio de Medicina Familiar surge en el Hospital Nacional de Clínicas (HNC) dependiente de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, en el año 2002. A partir del año 2014 y producto de transformaciones políticas e institucionales, es decretado Servicio Referente de la Atención Primaria en la institución, convirtiéndose en la puerta de entrada al sistema de atención del hospital. Esto implicó que se convierta en “(...) el eslabón inicial de la cadena de atención, donde se resuelven los problemas de menos dificultad técnica – diagnóstica y terapéutica – y se orientan los restantes niveles sucesivos de la cadena” (Testa 1995 p.162). Actualmente, todas las personas que ingresan al HNC por primera vez, son dirigidas al Servicio para la primera consulta, tratamiento del problema y/o derivación al resto de los servicios. Las prácticas sociales que se producen en el Servicio de Medicina Familiar se fundamentan en el paradigma praxiológico de Jaime Breilh (2003), y constituyen una propuesta teórica y metodológica para el 172


Abordaje Integral del Proceso Salud – Enfermedad – Atención73. Esta propuesta es la que emplaza la formación de futuros/as médicos/as de familia. Su punto de partida es considerar la salud y la enfermedad como parte de un proceso social donde intervienen múltiples determinantes. Propone como herramienta de trabajo la construcción de perfiles epidemiológicos para sistematizar procesos protectores y perjudiciales para la calidad de vida, con el objetivo de generar estrategias de promoción de la salud y prevención de la enfermedad. En el marco de la práctica realizada, consideramos a las prácticas sociales en tanto relación dialéctica entre el hacer teórico y el hacer de la vida cotidiana, que hacen a situaciones sociales específicas (Bourdieu 1993). En este sentido, recuperamos también la noción foucaultiana de prácticas74 que las supone a partir de normas encarnadas en las instituciones y en las formas de accionar de los/as sujetos, en maneras de transmitir y legitimar conocimientos (Castro 2004). Para abordar las prácticas sociales utilizamos como referencia los Principios de la Medicina Familiar desarrollados por Ian Mc Whinney (2005). Allí se resume el rol del/a médico/a de familia, significando en su conjunto la diferencia singular del enfoque de esta especialidad en relación con otras ramas de la medicina, promoviendo determinadas formas de ser y hacer del/a médico/a de familia, asentadas en una praxis cotidiana. A partir de esto, en el Servicio se plantean estrategias orientadas a la atención en salud de manera integral y continuada, otorgando prioridad a las vinculadas con promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. Se busca el entendimiento del sujeto en su dimensión singular, familiar y comunitaria, la participación activa del usuario de salud construida desde el vínculo de confianza, y la práctica médica autorreflexiva cotidiana. 73 Esta perspectiva permite entender al proceso salud – enfermedad en su relación dialéctica con el proceso social, “(…) el proceso salud – enfermedad está determinado por el modo como el hombre se apropia de la naturaleza en un momento dado; apropiación que se realiza por medio del proceso de trabajo basado en determinado desarrollo de las fuerzas productivas y relaciones sociales de producción” (Laurell 1982) 74 Noción que Castro relaciona con: “(…) la racionalidad o la regularidad que organiza lo que los hombres hacen (‘sistemas de acción en la medida en que están habitados por el pensamiento’), que tiene un carácter sistemático (saber, poder, ética) y general (recurrente), y que por ello constituye una ‘experiencia’ o un ‘pensamiento’ (Castro 2004: 427).

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No obstante, se presentan dificultades para hacer trascender la propuesta de abordaje por fuera de los límites del Servicio. El Modelo Médico Hegemónico75 (MMH), fuertemente instalado y legitimado en el hospital se convierte en un obstáculo para esta perspectiva de trabajo. Los procesos formativos en la carrera de grado de Medicina, como en muchas de las especialidades que se ofrecen en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba y en los hospitales públicos, se caracterizan por la enseñanza y transmisión de prácticas médicas que siguen los lineamientos básicos del MMH, donde se insiste en la función curativa/preventiva del/la médico/a para la comunidad, en consonancia con las lógicas del sistema capitalista. En este sentido podemos entender que si bien la propuesta de la Medicina Familiar como forma atención en salud tiene como objetivo un abordaje más amplio y complejo del proceso de salud/enfermedad, y que el Servicio de Medicina Familiar realiza un esfuerzo cotidiano para ser coherentes en la práctica diaria con el paradigma propuesto, la inscripción de ese espacio en una institución con lógicas hegemónicas coarta la capacidad de intervención y de transformación del modelo de atención institucional. Las estrategias de disputa que despliega el Servicio de Medicina Familiar en el campo de la Medicina se limitan al interior del Servicio y a las actividades destinadas a la comunidad, alcanzando sólo a las personas que integran o transitan por este ámbito. Esta disputa de paradigmas en relación con las formas de atención en el campo de la salud da cuenta de relaciones de poder que se producen en la Medicina en general y en el campo de la Medicina Familiar en particular, relaciones que se reproducen a nivel micro en los espacios dentro del hospital y de la universidad. Estas relaciones asimétricas son inherentes al sistema capitalista y se replican en las comunidades, organizaciones y grupos, produciendo situaciones de opresión. Las prácticas sociales y las relaciones de poder-saber que configuran un campo particular no pueden comprenderse integralmente sin reflexionar sobre los procesos de producción de subjetividades que emergen dialécticamente con estos elementos en la realidad concreta. 75 Eduardo Menéndez resume las características del MMH de la siguiente manera: (…) un conjunto de prácticas, saberes y teorías generadas por el desarrollo de la medicina científica, el cual desde fines del siglo XVIII logró dejar como subalternos al conjunto prácticas saberes e ideologías que dominaban en los conjuntos sociales, hasta lograr identificarse como la única forma de atender la enfermedad, legitimada tanto por criterios científicos como por el Estado (Menéndez 1988: 451)

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Para una aproximación a éstos procesos recuperamos la noción de subjetividad colectiva propuesta por Fernando Fabris, en la medida que este concepto refiere al conjunto de “(...) modos de pensar, sentir y actuar que tienen los integrantes de un colectivo social” (Fabris 2011: 32). En este sentido se comprende lo colectivo como dimensión donde confluyen múltiples elementos (campos discursivos, narrativas, mitos, emblemas, rituales) que remiten a determinados ámbitos de la vida social, así como a “(...) la dimensión imaginaria, plano de las creencias, de los consensos, de los pactos implícitos, de ilusiones y desilusiones, es sustento clave en la creación de vínculos y del sentido de lo colectivo. (Baz 2003: 146). La subjetividad colectiva se instituye como un espacio abierto y dinámico, motivo por el cual el conflicto resulta inherente a su existencia. Se generan equilibrios y desequilibrios que tensionan al interior, produciendo movimientos determinados por el proceso social e histórico dado. Las necesidades que intervienen en la constitución de la subjetividad colectiva del Servicio de Medicina Familiar son causa y efecto del conjunto de necesidades y expectativas de los sujetos colectivos (Fabris 2011). Pudimos identificar en el Servicio algunos elementos que dan cuenta de una subjetividad colectiva que se constituye a partir de los procesos que se desenvuelven en él. Siguiendo a Fabris, consideramos como “denominadores comunes”76 en relación con el significado compartido de la Medicina Familiar, la historia singular recorrida que finaliza en la elección de la especialidad, los interrogantes en torno a la concepción y abordaje de la salud, y el entendimiento del rol médico inscripto en la realidad social. Por otro lado, también identificamos a la Asamblea de Residentes (una de las prácticas compartidas por quienes se encuentran realizando residencias en el servicio) como emergente psicosocial77. Esta práctica nace en noviembre del 2014 a partir de algunos interrogantes compartidos por el grupo de residentes que motoriza la búsqueda de respuestas 76 Los denominadores comunes son las prácticas sociales, las relaciones de saber – poder, las emociones y las vivencias que los sujetos colectivos desarrollan en la vida cotidiana, y que pueden adquirir matices unificados, fragmentados, ambiguos o disociados al interior del colectivo, cuyo análisis nos permite entrever el carácter de la subjetividad colectiva (Fabris 2011). 77 Los emergentes psicosociales son acontecimientos producidos en un momento determinado, que permiten la comprensión de la subjetividad colectiva y del proceso sociohistórico en sus múltiples dimensiones. Son fenómenos que adquieren relevancia al emerger, como intento de dar respuestas significativas a las necesidades colectivas que no son satisfechas en la realidad social (Fabris, Puccini & Cambiaso 2010)

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significativas a las necesidades que surgen ante la condición de ser residente y las particularidades que esta relación académica – laboral adquiere en el Servicio. Este espacio se conforma desde las críticas a las estrategias de disputa del Servicio de Medicina Familiar y se consolida con la problematización de algunas prácticas sociales y relaciones de poder. A partir de los movimientos que se originan en este espacio social, emergen indicios de conformación de otros modos de subjetividad que podríamos caracterizar como no dominantes, y que entran en tensión con los modos hegemónicos, interviniendo en la producción de lo cotidiano, es decir, en las acciones transformadoras que estructuran la praxis social y la constitución de la subjetividad. Espacios de reflexión sobre la práctica médica El camino transitado en el trabajo de campo nos permitió encontrar y participar de espacios formalizados de reflexión crítica sobre la práctica médica. Tal fue el caso de los llamados espacios de apertura y cierre, que se realizaron diariamente en el Servicio de Medicina Familiar. Estas instancias tienen por objetivo la actualización médica y la discusión sobre situaciones y dudas que se producen en el transcurso de las consultas. Sin embargo, en las entrevistas realizadas surgía como necesidad la construcción de otro espacio que permitiera la reflexión y diálogo acerca de las emociones, sensaciones y malestares que emergían del encuentro con el/la usuario/a de salud en su contexto familiar, social y comunitario. Esta necesidad aparecía en casi todos los/as residentes, y adoptaba modos de demanda de formalización de espacios que permitieran la contención emocional y facilitaran herramientas y metodologías para poder elaborar el encuentro médico/a – usuario/a de salud. A partir de este diagnóstico, nos reunimos con la jefa del Servicio y la coordinadora académica con el propósito de construir un plan de acción que nos permitiera trabajar conjuntamente esta problemática. La respuesta a nuestra propuesta fue la solicitud de elaboración de un proyecto formal que fuera presentado a la responsable académica de la residencia. Esto nos llevó a redireccionar nuestra propuesta de trabajo retomando el contacto con uno/a de los/as residentes con el fin de socializar lo que emergió del trabajo de campo. 176


La lectura del diagnóstico inicial fue compartida por el/la residente con la que nos contactamos, quien consideró fundamental transmitirlo en la Asamblea de Residentes para abordar la problemática. Se realizó una reunión que delineó la realización de dos actividades en formato taller donde se pudiera trabajar sobre la vincularidad desde la práctica médica y la construcción de herramientas concretas, que faciliten el manejo saludable de los malestares que se producen en la práctica misma. Estas actividades aún no se pudieron realizar por dificultades que escapan a nuestras posibilidades de concreción. Reflexiones finales del proceso de investigación Este trabajo de investigación emprendido en mayo de 2014, nos invita a recuperar en esta instancia los objetivos planteados al comienzo y evaluar el alcance de lo trabajado. Nos implica la tarea de repensar y repensarnos en este proceso, en el rol de investigadoras en formación, de futuras psicólogas y en las transformaciones que se produjeron en nuestro tránsito por el campo, que nos permite reafirmar que la investigación es la acción de conocer transformando y transformarnos en ese proceso. Nos planteamos la necesidad de abordar la investigación entendiendo al campo como un conjunto de elementos de diversa índole que, en interacción dinámica y continua, determinan las relaciones, las luchas y disputas, las prácticas y las subjetividades que allí se producen y configuran su complejidad. El abordaje del campo entendiendo al Servicio de Medicina Familiar como dispositivo de atención y formación en salud, nos permitió pensar de manera dialéctica los procesos y las relaciones que allí sucedían, a la vez que nos habilitó a comprender que la realidad social es compleja e imposible de asirla y conocerla totalmente. Nuestros primeros acercamientos a través de las observaciones participantes nos permitieron conocer las prácticas sociales que se producían en el Servicio de Medicina Familiar, orientadas por principios que hacen a la Medicina Familiar, considerada como abordaje integral del proceso salud/enfermedad, entendiendo al/a usuario/a de salud como un/a participante activo en este proceso, e impulsando la re-vinculación de los aspectos subjetivos y sociales, con los orgánicos y biológicos, determinantes del proceso salud/enfermedad. 177


Pudimos observar que las prácticas cotidianas desarrolladas en el Servicio desde el HNC, orientan estrategias de intervención que se circunscriben sobre todo al ámbito de la consulta individual. Si bien se complementan con algunas estrategias que buscan convocar a la comunidad, tienen poco alcance real. Esto es considerado por Mc Whinney (2005) como un empobrecimiento de la experiencia de la Medicina Familiar para obtener eficiencia en la atención médica. Estas prácticas están fundamentadas en el modelo dominante de salud, donde se prioriza la atención individualizada de enfermedades, en contraposición al abordaje integral, comunitario y preventivo que plantea la Medicina Familiar. Esta limitación que se observa en la práctica cotidiana radica en la inscripción de sus actividades dentro de un hospital de tercer nivel y con un área programática extensa, que imposibilita a su vez mantener una atención sostenida en el tiempo. La propuesta de la Medicina Familiar se intenta transferir desde el Servicio a las diferentes personas que transitan por él: estudiantes, practicantes, usuarios/as de salud. Sin embargo, aquí también encontramos dificultades para que ésta transcienda los límites del Servicio. En este sentido el alcance de la Medicina Familiar es acotado, incluso dentro de la misma institución. Las políticas adoptadas en este tiempo han permitido fortalecer el Servicio y hasta legitimarlo en cierto punto dentro del Hospital, sin ser suficiente para lograr una transformación de la concepción y abordaje del proceso de salud/enfermedad. El Modelo Médico Hegemónico, naturalizado en la institución ha producido algunas fisuras que fueron oportunamente aprovechadas por los/as integrantes del Servicio para ir ganando espacios dentro de la institución. Coincidimos con las médicas del Servicio que queda un largo recorrido por delante, pero hay numerosos indicios que dan cuenta de que la disputa por el modo de concebir la salud se sigue dando. Dispositivo que se asienta en relaciones de poder que se producen en el campo de la Medicina en general y en el campo de la Medicina Familiar en particular. Relaciones que, a su vez, se reproducen a nivel micro en los espacios dentro del Hospital y la Universidad. Considerar esta realidad a partir de la noción de lucha social, implica, en primer lugar, reconocer que ésta, en tanto fruto de procesos de desigualdad social, resulta constitutiva de cualquier sistema social, comunidad y 178


organización que se encuentre atravesado por el sistema capitalista, en tanto este se sustenta en la explotación y múltiples situaciones de opresión que alcanzan el campo de la salud. El Servicio de Medicina Familiar no está exento de estas relaciones de poder, que se vinculan con el Modelo Médico Hegemónico, uno de los pilares del sistema capitalista, sostenido y desarrollado en esta Universidad y que se traduce en las formas que adopta el proceso y contenido académico. En este sentido, en el Servicio se promueve la reflexión sobre la práctica médica cotidiana en espacios definidos para tales fines, los espacios de apertura y cierre, que habilitan la incorporación de saberes y miradas, sincerando el rol del/a médico/a en su sentido más social, subjetivo y no omnipotente. Sin embargo consideramos que estos espacios resultan insuficientes para canalizar las inquietudes y malestares que se producen en el encuentro con el/la otro/a, determinado por las desigualdades sociales y la tensión producida en el encargo que realiza la comunidad al/a médico/a desde el modelo médico hegemónico. Uno de los objetivos propuestos para trabajar con los/as residentes en esta sintonía se refiere a la construcción de herramientas que permitan manejar lo real y subjetivo que emerge en este contacto, y que muchas veces no encuentra una forma saludable de canalización, transformándose en procesos destructores que afectan no sólo a los/as residentes, sino también a los/as usuarios/as de salud. Por último, consideramos que la inserción en el campo, compartiendo las actividades con los/as integrantes del Servicio y conociendo más profundamente la historia de este ámbito y la historia personal de algunos/as integrantes, nos permitió conocer y experimentar lo que en el campo devenía. Esto nos habilita a pensar en la necesidad del rol flexible del/a investigador/a, y en la dinamización del proceso investigativo. A la vez que obliga a cuestionarse los conceptos previos y repensar la problemática, en la medida en que conocemos la realidad, transformando al proceso de investigación en un proceso de aprendizaje con otros/as, y no reduciéndolo sólo a una descripción de la realidad. Esta experiencia de investigación nos incentiva a seguir dando pasos en este camino, a seguir descubriendo nuevos horizontes y a continuar la construcción con el objetivo de conocer transformándonos con otros/as.

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Referencias Bibliográficas Baz, M. (1998). La dimensión de lo colectivo: reflexiones en torno a la noción de subjetividad en la psicología social. Isabel Jáidar et al. Tras las huellas de la subjetividad, México, UAM. En   HYPERLINK “http://bidi.xoc.uam.mx/tabla_ contenido_libro.php?id_libro=45”http://bidi.xoc.uam.mx/tabla_contenido_ libro.php?id_libro=45 (11/09/2015). Bourdieu, P. (1993). El sentido práctico. Ed. Taurus. Madrid. Breilh, J. (2003). Investigación cualitativa: ¿nuevo fetichismo o endurecimiento de la ciencia? (Otra ciencia posible). Ponencia presentada en 9° Congreso Internacional – 1° Congreso Iberoamericano de Investigación Cualitativa en Salud. México. Carta de Quito. (2014). V Cumbre Iberoamericana de Medicina Familiar. Cobertura Universal, Medicina Familiar y Participación social. Ecuador. Castro, E. (2004). El vocabulario de Michel Foucault. Ed. Prometeo. Bs. As. Domínguez del Olmo, J. (2003). La medicina familiar en México y en el mundo. Archivos en Medicina Familiar, 5(4). Disponible en http://www.facmed.unam.mx/ deptos/familiar/compendio/Primero/I_MF_61-64.pdf (12/3/2013). Fabris F. A. (2011). La subjetividad colectiva como dimensión psicosocial del proceso socio-histórico y la vida cotidiana. Su análisis a través de los emergentes psicosociales. Hologramática, 1 (15). Disponible en http://www.cienciared.com. ar/ra/usr/3/1310/hologramatica16_v1pp23_42.pdf (3/8/2013). Fabris, F., Puccini, S. & Cambiaso, M. (2010). Un modelo de análisis de la subjetividad colectiva a partir de la lectura de los emergentes psicosociales. Revista Campo Grupal, (127). Bs. As. Foucault, M. (1977). Poderes y estrategias. Microfísica del poder. Laurell, A. C. (1982). La salud enfermedad como proceso social. Revista Latinoamericana de Salud, 2 (1). Ed. Nueva Imagen. México DF Mc Whinney, I. (2005). Orígenes de la Medicina Familiar. En  HYPERLINK “http://www.intramed.net/”  http://www.intramed.net (11/09/2015). Menéndez, E. (1988). Modelo médico hegemónico y atención primaria. Ponencia presentada en Segundas Jornadas de Atención Primaria de la Salud. Bs. As. Testa, M. (1995). Pensar en Salud. Lugar Editorial. Bs. As.

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Artes y salud. Taller de montajes artísticos para la promoción de la salud orientado a jóvenes internos del Hogar Estudiantil Agustín Tosco Judith Bersano Gabriela Cervato Este artículo busca socializar una experiencia de trabajo con jóvenes del Hogar Estudiantil “Agustín Tosco” desarrollada durante el año 2015 a partir de un Proyecto de extensión universitaria titulado “Arte y Salud. Taller de montajes artísticos para la promoción de la salud e instancias de empoderamiento y subjetivación orientado a jóvenes internos del Hogar Estudiantil Agustín Tosco”78. El proyecto se origina a partir de una práctica desarrollada en el marco de la cátedra paralela de Psicología Sanitaria B (2011) y de un proceso de tesis de Licenciatura presentado ante la Facultad de Psicología de la UNC79. En ambos trabajos se evidenciaron situaciones problemáticas en la institución abordada, particularmente en el espacio del internado, creado para facilitar la permanencia de estudiantes que no cuentan con condiciones para sostener sus estudios. Entre estas problemáticas se encuentran: el aislamiento social de los jóvenes, la falta de integración grupal y con la institución y la carencia de espacios de formación y contención socio-cultural. También se observa que la institución no brinda condiciones básicas para asegurar el bienestar cotidiano de los internos (precaria alimentación, problemas en las condiciones edilicias, escaso acompañamiento y cuidado). El Proyecto de Extensión presentado tuvo como objetivo realizar un abordaje transdisciplinar de algunas de estas cuestiones, retomando y transfiriendo herramientas construidas por un equipo de trabajo a cargo del ELAPS. 78

Este proyecto recibió una Beca de Extensión por parte de la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba y se realizó durante el año 2015, con la dirección de Valeria Cotaimich [Becaria Gabriela Cervato; Colaboradora: Judith Bersano] 79 El título de este trabajo es “Relación entre estrategias de supervivencia de jóvenes internos y deseo de transmisión de docentes y personal del IPET N°48 de la Ciudad de Córdoba” y fue realizado por Gabriela Cervato y Virginia Tiezzi. Dirección Valeria Cotaimich; Co-dirección: Luciana Schneider. Y se realizó en el marco del ELAPS (Espacio Laboratorio de Arte/s, Performance y Subjetividad/ es de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba.

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De este modo se pusieron en juego conocimientos desarrollados en el seno de la Universidad que se basan en una articulación entre aportes del campo de la salud, las artes, las ciencias sociales y estudios en torno a la subjetividad. A través de esta propuesta se buscó potenciar los vínculos entre los jóvenes, la escuela y la comunidad y fortalecer diversas habilidades sociales que hacen a la reflexión crítica en torno a la vida cotidiana y la creatividad, la organización y planificación de actividades. Además se procuró promover el reconocimiento y valoración de la historia social e institucional. Para ello se desarrollaron talleres dirigidos a la producción de montajes artísticos (musicales, visuales y fotográficos). El trabajo se planteó a lo largo de cuatro etapas: convocatoria, implementación de talleres, socialización, cierre y devolución. El trabajo con montajes documentales y la recuperación de Agustín Tosco como propuesta de identificación Uno de los pilares del trabajo a desarrollar en el Hogar Estudiantil se relaciona a tomar la figura de Agustín Tosco como referente que hace a la identidad de este lugar. Él fue uno de los estudiantes internos de la escuela y consideramos que recordar su experiencia podría contribuir a ofrecer un modelo de identificación en favor de valorar la reflexión y organización de los jóvenes para la defensa de sus derechos y para mejorar su calidad de vida en este espacio. A través de esto buscamos generar formas de transmisión/apropiación de valores que Tosco promovió en su paso por la institución y como lider del movimiento sindical, asociados al compañerismo, la solidaridad y la cooperación. Para ello buscamos promover la conformación de espacios colectivos de producción artística, teniendo en cuenta que estos, como señalan Bang y Wajnerman (2010) permiten incluir en un hacer grupal, inquietudes, deseos e intereses de cada uno de sus integrantes, cuestión que potencia dimensiones subjetivas y potencialidades expresivas. Se procuraron promover estas dimensiones, desde la selección misma de temas a trabajar, procurando construcciones consensuadas que contribuyeran a la conformación de un “nosotros” basado en el reconocimiento de dimensiones históricas singulares y colectivas. 182


A partir de este objetivo iniciamos una línea de trabajo en el taller de montajes visuales que comenzó con la lectura de materiales y visualización de distintos documentales sobre temas que surgían en los encuentros. Fuimos trabajando, junto con la lectura, la comparación y el contraste de noticias de diferentes medios periodísticos sobre las intervenciones y detenciones policiales que ocurren a diario en nuestra provincia, con el fin de discernir distintas versiones y discursos sobre estos hechos. Fue relevante la instancia de lectura grupal para generar debates y articulaciones de hechos vividos por los jóvenes, en las cuales buscamos problematizar políticas y discursos sobre la “peligrosidad” de algunos sectores sociales. Entre los documentales que se trabajaron se encuentran: “Córdoba no duerme” (con presencia de sus directoras) y “La hora del Lobo”80. Luego de estas instancias generamos debates entre todos los participantes poniendo en tensión las distintas historias y el posicionamiento de los diversos agentes frente a la noche de los saqueos del 3 de diciembre del 2013 producidos en Córdoba. En estos se presentaron diversas posturas, algunas justificando el accionar policial, otras el de las personas que saqueaban o el de las que linchaban a los saqueadores. Ante la divergencia de opiniones buscamos contrastar los distintos puntos de vista para evidenciar los hechos donde ocurre la reproducción social de la violencia. La elección de estos documentales fue realizada teniendo en cuenta que, en Argentina, el impacto de las reformas económicas y el aumento de la pobreza y exclusión social, promovidas por la instauración del Neoliberalismo en las últimas décadas del s. XX y principios del s. XXI, se acompañaron de importantes transformaciones en la subjetividad y de nuevas problemáticas que emergieron como demandas. Estas transformaciones atraviesan las instituciones productoras de subjetividad (tales como escuelas, cárceles y hospitales) y afectan 80

La hora del lobo Dir.: Natalia Ferreyra. 2014 cortometraje realizado en el Posgrado en Teoría y práctica del documental UNC. Ficha Técnica: Idea, dirección y guión: Natalia Ferreyra. Producción: Natalia Ferreyra, Ana Lucía Frau. Montaje: Gisela Hirshfeld. Fotografía: Facundo Moyano. Postproducción: Gisela Hirshfeld, Rafael Caminos. Tutoría de proyecto: Federico Robles y Pablo Baur. Duración: 27 minutos. Córdoba no duerme. documental realizado por cooperativa audiovisual Caleidoscopio, cuya dirección es de Gabriela Cabus, 2014.

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particularmente a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad, entre los cuales se encuentran sujetos englobados bajo la categoría de “jóvenes”. Estos sujetos son caracterizados socialmente de diversas y contradictorias maneras. Por un lado hay quienes los reconocen como potenciales agentes transformadores y por otro, como reproductores acríticos del sistema y potenciales consumidores que privilegian acciones individuales/individualistas (Pellitteri 2009). Esta situación se plasma en las escuelas públicas, transformadas en organizaciones que reciben demandas de contención más allá de sus tareas educativas. En este sentido pensamos que la función que cumple el internado Agustín Tosco, al recibir y alojar a jóvenes que padecen situaciones de inequidad social, excede lo educativo, pasando a incidir sustancialmente en su salud integral, en tanto los jóvenes permanecen allí la mayor parte de su tiempo. Procuramos de esta manera vincular, en las actividades , estos debates con lo abordado en relación con Tosco como referente de lucha dentro de la institución y en espacios gremiales de relevancia social. Presentamos a los jóvenes extractos de su vida dentro del internado y documentales sobre su historia, poniendo énfasis en la importancia de la lectura crítica de este referente de los abusos de la época en la que vivía en el internado y su posterior postura combativa dentro del gremio de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba ( EPEC). A partir de estos acercamientos a materiales documentales, bibliográficos y periodísticos generamos espacios de reflexión y análisis de diferencias y similitudes en los discursos sociales sobre el lugar de los ciudadanos, estudiantes e internos concebidos como sujetos de derecho. En esta misma línea surgió el interés de los jóvenes en profundizar en el conocimiento sobre los tipos de violencia que se producen a nivel social, tanto en el ámbito local como en otros contextos de alcance provincial y nacional. Ante ello buscamos materiales documentales que abordaran estas cuestiones y enriquecieran los montajes artísticos y propusimos que se sumara a esta tarea. Durante este proceso contamos con el apoyo del área de cultura del Sindicato de Luz y Fuerza, que nos convocó para participar en actividades abiertas a la comunidad. Una de ellas fue la realización de un mural con motivo de la conmemoración de los 40 años de la desaparición física de Agustín Tosco, para el cual, junto con los estudiantes seleccionamos la imagen y las frases que se plasmaron en la pared. 184


La murga, espacio de intercambio de experiencias y creación Entre los talleres propuestos para el Hogar Estudiantil se incluyó uno de murga. El espacio ya contaba con instrumentos de percusión que no se usaban. Decidimos proponer esta actividad, no solo por que constituye una práctica social popular puesta en juego en distintos espacios de protesta social y manifestación, sino también y principalmente, debido a que implicaba la recuperación de la experiencias de los participantes del taller, ya que muchos de los jóvenes formaban parte de batucadas o espacios de creación de murgas. El taller consistió en encuentros de batucada en los cuales se intercambiaron ritmos que habían aprendido en CAJ81 de otras escuelas, en la cancha y en espacios vecinales de sus barrios. Otro objetivo de estos talleres fue la socialización e integración de saberes musicales previos, sumando nuevos aprendizajes para generar instancias compartidas donde ellos mismos coordinen las sonoridades del grupo. En el transcurso del año los estudiantes sumaron otras experiencias vinculadas con la acrobacia que practicaban con uno de los preceptores del internado. También se generó un acercamiento al espacio de estudiantes de la escuela que no se encuentran internados. Pensamos al trabajo artístico como posibilidad de contribuir al desarrollo de la creatividad y como forma de transformación de la realidad institucional, ya que al apropiarse de los recursos del Hogar, con un fin artístico, como es el caso de la música, se plantearon nuevos modos de relación e integración a su cotidianidad. Ugalde (2006) señala lo sustancial que resultan para la salud humana y el desarrollo cultural, la participación en ámbitos de reflexión y que impliquen la apropiación de conocimientos en lo que respecta a la conformación de grupos y colectivos sociales, la toma de decisiones, la planificación y la organización. Esto incide en la salud individual y colectiva y en el acceso a la cultura, dado por la posibilidad de conocer, analizar y realizar producciones artístico-culturales de diversa índole. 81 Los CAJ (Centros de Actividades Juveniles) forman parte del gobierno nacional, en los cuales se dictan talleres con modalidad inclusiva en escuelas públicas para ex alumnos o jóvenes del barrio que quieran participar. En algunas de las escuelas a las que asistían los jóvenes internos dictaban talleres de murga

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Aquí se pone en juego la tríada creatividad-comunicaciónaprendizaje tan clave para la salud integral. Esto se plasma en la posibilidad de ver y realizar propuestas artísticas bajo el formato de montajes musicales, visuales y fotográficos que impliquen instancias de reflexión en torno a la vida cotidiana, cuestión que contribuye al fortalecimiento de vínculos y de espacios compartidos. Una vez afianzada la dinámica del taller es otro objetivo su socialización dentro y fuera de la institución, por ejemplo, a través del intercambio con otros espacios de murga o talleres de música. Espacios de encuentro con los jóvenes del Hogar Uno de los principales desafíos para sostener el espacio de los talleres fue propiciar los momentos de reunión necesarios para que los jóvenes participaran de las actividades. Diferentes situaciones de carácter administrativo, institucional o burocrático fueron motivo de interrupción de los talleres, en particular, situaciones como un paro del personal de ordenanza, el cierre durante una semana del internado por actos escolares, actividades específicas de los jóvenes del Hogar fuera de la institución y obstáculos administrativos para generar salidas con los internos. A partir de estas dificultades para proyectar el avance de los talleres y planificar actividades futuras, el funcionamiento del espacio se replanteó con tareas de proyección en el corto plazo. De este modo, se volvió una necesidad el hecho de flexibilizar los tiempos para garantizar las condiciones que propicien encuentros con los jóvenes y de esa manera poder proyectar objetivos a largo plazo. En esta clase de procesos resultó importante, tal como lo señala Galende (2002) buscar fortalecer en los estudiantes sus capacidades emocionales y reflexivas para enfrentar una realidad que violenta los esquemas cotidianos de vida y proyectos de futuro. Tarea que procuramos realizar a través del (des) montaje de lógicas de reproducción social que generan malestar, buscando promover instancias de salud integral. La experiencia de trabajo en el Hogar Estudiantil abrió muchas posibilidades para continuar pensando modos de acercarse a este tipo de espacios y al trabajo con chicos en estas circunstancias. Los jóvenes desde el primer momento se mostraron dispuestos a sumarse a las actividades 186


y propusieron otras nuevas, cuestión que llevó a una articulación entre la planificación y la espontaneidad de aquello que excede lo programado. El desarrollo de los talleres siguió más allá de la beca de extensión mencionada y actualmente resulta un desafío encontrar formas de proseguir enriqueciéndolos de experiencias que, desde las artes contribuyan a la generación de proyectos de vida. Referencias Bibliográficas Bang y Wajnerman. (2010) Arte y transformación social: la importancia de la creación colectiva en intervenciones comunitarias. Revista Argentina de Psicología, edición N° 48Galende, E. (2002) Prólogo en Prevención en Salud Mental de Wolfberg, Rosa. Editorial Lugar, Bs As. Garrafa V. (1997). Bioética, salud y ciudadanía. En: Salud, Problema y Debate. 9(16). Publicación del Ateneo de Estudios Sanitarios y Sociales. Rosario. Ighina, C. (1994) Breve reseña histórica de la Escuela de Artes y Oficios “Presidente Roca” I.P.E.T. N°1 “Presidente Roca” (1914-1994). Laurell, C. (1987) La salud/enfermedad como proceso social. Cuadernos médico sociales N°37. CESS. Rosario. Pellitteri, D. (2009) Performance e intervenciones urbanas como dispositivo de subjetivación con jóvenes de sectores vulnerabilizados de la Ciudad de Unquillo Proyecto becado por la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba-Argentina. Ugalde, A. y Homedes, N. (2008). La descentralización de los servicios de salud: de la teoría a la práctica”. Revista Salud Colectiva. 4. Universidad de Lanús. Bs. As.

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PARTE III Salud ambiental, colectiva y territorial

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Movimientos sociales, justicia ambiental y transdisciplina Puntualizaciones en torno al caso de Madres de barrio Ituzaingó 82 Valeria Cotaimich Darío Ávila83 “La Paz es el fin del Derecho, La lucha es el medio para alcanzarlo”

El pesente artículo se orienta, en primer lugar, a presentar una contextualización y una descripción general de corrientes, dimensiones y estrategias que caracterizan diversos movimientos y organizaciones socio-ambientales, surgidas en las últimas décadas, en Latinoamérica. En segundo término, se incluyen puntualizaciones jurídicas y científicas vinculadas con el caso Madres de barrio Ituzaingó, organización creada en un barrio de Córdoba-Argentina, con el objetivo de afrontar graves daños a la salud, derivados de la fumigación con agrotóxicos. Esat organización sentó las bases para la conformación de la asamblea Malvinas Lucha por la Vida que, junto con otra organización identificada como Autoconvocadxs del acampe, lograron poner freno a la instalación de una planta de semillas de la empresa multinacional Monsanto en al ciudad de Córdoba. Finalizamos con algunas reflexiones en torno a la necesidad de considerar transdisciplinarmente las dimensiones, prácticas y estrategias abordadas, aludiendo a su relación con la “justicia ambiental”84. 82

Este texto se produjo en el marco de un proyecto de investigación titulado “Investigación-Acción y (Des) Montaje Transdisciplinar en torno a experiencias vinculadas con la Salud (pública, ambiental, comunitaria y colectiva)”, aprobado y subsidiado por la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Córdoba. Período 2014-2015. Dirección Valeria Cotaimich.

83 V. Cotaimich es docente investigadora en artes, ciencias sociales, políticas y de la salud. Coordina el Espacio de Arte/s, Performance/s y Subjetividad/es (ELAPS) de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Darío Ávila es abogado, coordinador del área de Derecho Ambiental de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados. Participó en causas vinculadas con organizaciones como Madres de Ituzaingó, Asamblea Malvinas lucha por la vida, VUDAS,. Además ha participado en instancias de investigación y extensión del ELAPS. 84

En este texto se han puesto en relación avances de estudios de doctorado en administración y política pública de Cotaimich con aportes que emergen de la experiencia de Darío Ávila como especialista en Derecho Ambiental. .

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Primera parte Movimientos socio-ambientales en Latinoamérica El saldo de las dictaduras y el auge del neoliberalismo Como señala Mabel T. Rey, la emergencia de los movimientos sociales de fines del S. XX y principios del S. XXI en América Latina, se remonta a décadas anteriores, en gran parte resultado de ciertos acontecimientos que se produjeron en los países del Cono Sur. Entre ellos destaca el papel que jugaron las dictaduras militares que se instalaron en cadena, dejando como saldo millonarias deudas externas y el desafío político de recuperación de sus democracias. Estas deudas generaron dependencias de organismos internacionales como el Banco Mundial y el FMI, oficiando de “armas disciplinadoras” en el marco de un modelo de reformas que, según Atilio Borón, fracasaron debido a que: (…) a) no lograron promover un crecimiento económico estable; b) no lograron aliviar la situación de pobreza y exclusión social que prevalecía en nuestra región como producto del desplome del modelo de industrialización sustitutiva de importaciones y la crisis de la deuda; c) lejos de fortalecer las instituciones democráticas y su legitimidad popular, este modelo tuvo como consecuencia debilitarlas y desprestigiarlas hasta un nivel sin precedentes en la historia latinoamericana (Borón 2003: 4) Este proceso tiene un punto cúlmine a fines de la década de los ´80, más precisamente en el año 1989, cuando se produjeron dos acontecimientos que implicaron hitos fundamentales para el ascenso político económico y cultural neoliberal. Nos referimos a la caída del muro de Berlín y al desarrollo del llamado “Consenso de Washington” (en adelante CW). El primero, como señala T. Rey, implicó el profundo debilitamiento de una “alteridad no capitalista”, fortaleciendo los procesos de globalización sostenidos por un pensamiento unificador que arrasó con conquistas alcanzadas por las clases populares durante la posguerra, cuestión que impactó negativamente en la construcción política e ideológica de los sectores subalternos. 194


De manera contemporánea se produce el CW, cuyos principios consolidaba una nueva fase del capitalismo, a través de una receta económico-política generalizada85. Al respecto A. Borón señala: (…) la Argentina de Menem sobresalía por ser el único caso de un país que “hizo todos los deberes” tal cual lo manda la ortodoxia del Consenso de Washington -privatizando casi todo lo que podía privatizarse; desregulando y liberalizando hasta llegar a constituir “mercados salvajes”; destruyendo al estado; achicando el gasto público; abriendo irresponsablemente la economía; facilitando la especulación financiera; favoreciendo la concentración del ingreso, etc.- y además todo esto lo hizo en democracia (Borón Ob. Cit.: 8). Esto, según el autor, trajo aparejado “(...) un desorbitado celo neoliberal e instituciones democráticas -que lamentablemente avalaron con su voto un ensayo de este tipo-” (Ob. Cit.), permitiendo un experimento que recibió elogios por parte del FMI, el BM, empresarios y grupos mediáticos asociados al capitalismo financiero internacional. Diferentes perspectivas acerca de los estados post-neoliberales en América Latina T. Rey plantea que, pasada la ola del ajuste estructural y las políticas de reformas pro-mercado que signaron al sector público, entre finales del s. XX y comienzos del s. XXI, se inició un ciclo en el cual el papel estatal cambió. En ese contexto, varios gobiernos latinoamericanos encaminaron procesos destinados a superar los efectos devastadores de las políticas neoliberales, al tiempo que consideraron la intervención estatal como componente central de la reproducción capitalista. 85

Recordemos que el Consenso de Washington (CW) estuvo orientado a disciplinar las economías periféricas en el contexto de un capitalismo globalizado, configurado como única opción posible , tanto por los estados nacionales como por parte de los medios de comunicación, ambos orientados por intereses de grupos empresariales transnacionales. Como señalan Martiney Rages y Reyes Garmendia, los puntos principales del CW estuvieron vinculados con la disciplina fiscal, el reordenamiento del gasto público, la reforma fiscal, la liberalización financiera, la competitividad en el tipo de cambio, la liberalización del comercio y de la inversión extranjera directa, las privatizaciones, la desregulación y los derechos de Propiedad (T. Rey Ob. Cit.; Martinez Rages y Reyes Garmendia 2012)

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El fin de ese ciclo supuso cierto cierre de la etapa neoliberal de capitalismo abierto con acotado control estatal y la pérdida de la fe en la globalización. En este proceso, es importante no confundir al neoliberalismo como una etapa sin intervención del estado sino más bien, como señalan Carnoy y Castells, tener presente que el poder global no se hubiera podido desplegar de manera autónoma, sin la participación activa de los estados nacionales, quienes se encargaron de resignar la inclusión de sectores subalternos en instancias de desición, en la participación en la renta y en el control del funcionamiento del mercado, constituyéndose en garantes y vehículo “(...) a través del cual se configuraron las alianzas de clase necesarias para el despliegue del capital global” (Carnoy y Castells en T. Rey 2010: 3 y 4), T. Rey, en su análisis respecto del impacto de la expansión y crisis de la globalización neoliberal sobre los estados nacionales, destaca el lugar que ocupan los sectores populares en la rearticulación de los territorios estatal-nacionales y en la emancipación de poderes transnacionales86. Sectores de los cuales surgen gran parte de los actuales movimientos sociales latinoamericanos. Existe otro punto de vista en torno al surgimiento y desarrollo de los movimientos sociales en Latinoamérica que, si bien plantea afinidades con la lectura anterior, implica diferencias vinculadas con el rumbo que tomaron los estados nacionales en la última década y media. Nos referimos, por ejemplo, al sostenido por Maristella Svampa (2008), quien sitúa el surgimiento de estos movimientos en la década del ´60, en Estados Unidos y Europa, en un contexto de crisis del paradigma productivista y de una concepción de desarrollo basada en el progreso industrial. La autora señala que este proceso se ve interrumpido durante los ´80 y ´90, cuando los problemas ambientales desaparecieron de la agenda política internacional, a partir de la conmoción causada por la caída del muro de Berlín y la generación del CW. 86

La autora señala que en este proceso, constituye un hito fundamental la asunción de Hugo Chávez como presidente de Venezuela, en 1999, hecho que abre un ciclo de “gobiernos post-neoliberales” en la región en el cual se incluyen progresivamente “Brasil (2003), Argentina (2003), Uruguay (2004), Bolivia (2006), Ecuador (2007), Nicaragua (2007), Paraguay (2008) y El Salvador (2009)”. T. Rey destaca que estos gobiernos emergen de movimientos y partidos que se propusieron explícitamente disputar el poder del Estado.

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Estos hechos incidieron en el debilitamiento de grandes ideales emancipatorios de movimientos de izquierda y en la transformación de los estados nacionales. Tanto Svampa (2014), como Zibechi y Hardt (2013) remarcan que, luego de la década de los ’90, los gobiernos latinoamericanos progresistas entraron en ciertas contradicciones e inestabilidades vinculadas con la influencia permanente de la política de países como EEUU. Ello trajo como consecuencia la continuidad y fortalecimiento de modelos extractivos plasmados en la megaminería, los agronegocios o la extracción de hidrocarburos, prácticas que se basan, como señala D. Harvey en formas de “acumulación por desposesión” (Harvey 2004). Estas formas extractivas traen consigo un alto índice de destrucción y contaminación, en un caso acompañado del uso de sustancias químicas como el cianuro, en otro, de agroquímicos como el glifosato para la fumigación, al cual se suman desmontes y desertificaciones de más de 25 millones de hectáreas sembradas con el monocultivo de soja. Cuestiones que afectan seriamente la biodiversidad, las fuentes de agua potable, el aire, y, por ende, la salud de la población. Según Svampa nos encontramos ante una “reprimarización de la economía” que lleva a disputas entre grupos transnacionales, sectores de la burguesía nacional, sectores estatales y movimientos sociales. Consideramos pertinente poner en tensión y en diálogo estas perspectivas teniendo en cuenta contradicciones, potencialidades y obstáculos que se pusieron en juego en estos procesos. Esto teniendo presente que se trata de Estados que buscaron lograr mayor redistribución de la riqueza, garantizar derechos fundamentales vulnerados en décadas anteriores, desarrollar estrategias de inserción en el mercado internacional y luchar contra de la dependencia de organismos de crédito internacional. La mayor contradicción en este proceso está dada por la relación que establecieron países como Brasil y Argentina con grupos empresariales multinacionales, cuyos procesos de producción implicaron la destrucción de bienes comunes de los cuales depende la vida de la mayor parte de la población. En esta línea se encuentran, por ejemplo: 1) lo acontecido con la multinacional Monsanto, que produce y promueve el uso de herbicidas como el Glifosato, el desarrollo de OGM (organismos genéticamente modificados) y la promoción de políticas de patentamiento inequitativas, 197


dando lugar a violaciones a derechos fundamentales relacionados con la soberanía alimentaria; 2) el caso de empresas como Chevron, que junto con YPF impulsaron el desarrollo de métodos de extracción de hidrocarburos “no convencionales” que, tal como ha sido demostrado en países como EEUU, traen consigo gravísimas consecuencias en las reservas de agua potable; 3) el caso de la minera Samarco (propiedad de la empresa brasileña Vale y la anglo-australiana BHP Billiton), responsable de uno de los desastres ambientales más graves de la historia de Brasil producido el día 5 de noviembre del año 201587. Estos son casos paradigmáticos de un proceso que implica miles de situaciones similares a lo largo del planeta cuya historia, si bien se remonta a décadas pasadas, cobra mayor contundencia desde principios del nuevo siglo, dando lugar al surgimiento de grupos, organizaciones y movimientos que emergen y/o cobran fuerza, a partir de la acción de afectados que comienzan a percibir las graves consecuencias de estas situaciones en su salud. A este panorama, caben agregar otras situaciones derivadas del desarrollo de emprendimientos inmobiliarios que, en muchos casos, en países como Argentina implican la inversión de ganancias derivadas del monocultivo de soja. La combinatoria entre estas formas empresariales da lugar a graves riesgos ambientales, en tanto facilitan situaciones como las que padeció la provincia de Córdoba durante el año 2015, cuando se inundaron localidades enteras de la región de las sierras chicas88. Otro tanto sucede con extensas zonas del litoral argentino que se encuentran bajo el agua, no solo a consecuencia de la aplicación de este modelo a nivel nacional, sino también en países como Brasil o Paraguay. 87 Nos referimos a la ruptura de los diques de dos depósitos de desechos mineros que derivó en una avalancha de barro compuesta por 7 millones de metros cúbicos de residuos minerales y 55 millones de metros cúbicos de agua que dejó como saldo decenas de muertos y desaparecidos, miles de personas damnificadas, casas, autos y campos destrozados, miles de animales muertos y el arrasamiento de una zona de gran biodiversidad conformada por la cuenca del río Doce, en relación a la cual se asientan 12 ciudades a lo largo de 500 km hacia el océano Atlántico, al cual también llegó el barro contaminado. Entre las fuentes consultadas en relación con este hecho se encuentran los artículos titulados: 1- “Pueblos arrasados y daño ambiental” de diario Página 12 de Argentina publicado el día 07/11/2016. http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-285597-2015-11-07. html (Última consulta 3/10/2016) y 2- “El río destruido por un “Tsunami de barro” en el corazón de Sudamérica llega al océano publicado el día 22/11/2015 en http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/11/151120_brasil_desastre_ambiental_minero_rio_ 88 Al respecto sugerimos consultar una serie de artículos publicados durante febrero y marzo del año 2015 en el diario La Voz del interior, entre los cuales se destaca uno escrito por Otero M. y Leonelli Morey L. publicado el 22 de febrero de 2015 bajo título: Una Cuenca en problemas.www.lavoz. com.ar. Ultima consulta 3/04/2015

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Organizaciones y movimientos socio-ambientales Según Zibechi y Hardt (2013), los movimientos sociales latinoamericanos se diferencian de otros más tradicionales, de los cuales, por ejemplo, se han derivado partidos políticos, por la ausencia de “estadocentrismo”, en tanto no reproducen las lógicas del estado y sus instituciones (signadas por la burocracia, la división jerárquica del trabajo y las formas piramidales de ejercicio del poder). Esto implica que no se plantee una estricta división entre la dirección y sus bases, entre quienes dan las órdenes y quienes las ejecutan, entre saber y hacer89. En el terreno de la lucha socio-ambiental cabe diferenciar entre grupos, organizaciones y movimientos. Estos últimos se constituyen a partir de redes integradas por colectivos y organizaciones que, aunque surjan de contextos particulares, se expanden, encontrando ecos en geografías que padecen problemáticas afines, como consecuencia de un modo de producción sostenido en base al abuso y explotación de seres humanos y bienes comunes. Entre los principales motivos que llevan a diversas organizaciones a trabajar juntas y de allí, integrar un movimiento se encuentran: 1) la gravedad y alcance de las problemáticas que padecen; 2) una posición crítica respecto del modo de producción capitalista globalizado; 3) el fortalecimiento que encuentran con el acompañamiento de agentes e instituciones sociales, tales como universidades, instituciones públicas, ONGs o redes internacionales; 3) la necesidad de potenciar el trabajo propio a través de la generación de redes de comunicación y acción. . En el caso de Argentina, un hecho que permitía reconocer la conformación de un movimiento socio-ambiental, es la creación de la UAC (Unión de Asambleas Ciudadanas), cuyo hito fundacional, fue la conformación de la “Asamblea de Vecinos Autoconvocados (AVA) por el No a la Mina”90. 89 Si bien acordamos con el autor, en base a la experiencia de campo, podemos afirmar que ello no implica que no existan fuertes liderazgos y diputas de poder dentro y entre esta clase de organizaciones. A pesar de ello observamos que prima la cooperación, solidaridad y reconocimiento mutuo. 90

Según sus propios integrantes, la UAC constituye “(...) un espacio de intercambio, discusión y acción conformado por asambleas, grupos de vecinos autoconvocados, organizaciones autónomas no partidarias ni vinculadas al aparato estatal y ciudadanos en general, reunidos en defensa de los bienes comunes, la salud y la autodeterminación de los pueblos, seriamente amenazados por el saqueo y la contaminación que el avance de diferentes emprendimientos económicos van dejando o pretenden dejar a su paso (…) nace con el propósito de articular y potenciar las diferentes luchas que en los últimos años han emergido en todo el país para repudiar el avance sistemático de los emprendimientos

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Corrientes, dimensiones y estrategias socio-ambientales Maristella Svampa, retomando aportes de Joan Martínez Allier, plantea que existen diferentes corrientes en el desarrollo de movimientos, considerados que considera como ecologistas. Éstas corrientes se diferencian según hagan énfasis en: 1) el culto a la vida silvestre y la preservación de la naturaleza, oponiéndose al crecimiento económico poblacional; 2) el credo eco-eficientista, partidario del uso eficiente de recursos naturales siempre que implique un control de la contaminación y promueva que las empresas y los Estados lleven a cabo acciones socialmente responsables (dominante en el terreno de las ONGs y los gobiernos del Primer Mundo); 3) la defensa de instancias de “justicia ambiental” o “ecología popular”, que ponen énfasis en la conflictividad ambiental que emerge de la aplicación del modelo extractivo-exportador en el marco de una división internacional y territorial del trabajo que perjudica, sobre todo, a las poblaciones más vulnerabilizadas91. En Argentina, esta última línea cobró fuerza a partir del año 2002, inaugurando el movimiento asambleario de lucha sintetizado en la UAC. Svampa señala que estas organizaciones implican una serie de dimensiones y estrategias, entre las cuales destaca las siguientes: 1) territorialidad, considerando al territorio como espacio de resistencia y lugar de resignificación y creación de lazos sociales92; destructivos, y con la convicción de que la Consulta Popular y la autodeterminación de nuestras comunidades es la única vía para logar un modelo de desarrollo regional sustentable, respetuoso del ecosistema, de las economías regionales y las culturas e identidades locales. Es, a la vez un espacio que asambleas y grupos se han dado a sí mismos, con la simple y básica convicción que la unión hace la fuerza. No tiene una existencia autónoma por encima de quienes la conforman. No existe un comité directivo ni de gestión, ni autoridades, ni voceros. También se plantea que la organización se convirtió en un espacio de intercambio, relaciones y construcción de saberes e ideas, generando un movimiento en el ámbito de los medios de comunicación, así como “nuevas atenciones e interés en sectores militantes y académicos”, posibilitando “un re-conocimiento de las regiones de la mano de los pueblos y no de las agencias de turismo” y la emergencia de “una nueva forma de relación entre el interior y las capitales”. Plantean nutrirse de “enfoques globales que intentan explicar las realidades locales”, denunciando nuevas formas de articulación entre empresas y Estado y redescubriendo la autogestión y el “arte comprometido”. Consideran haber logrado un espacio de libertad que es origen de una “nueva democracia: la popular”, Extraído de https://www.facebook.com/unionasambleasciudadanas?fref=ts Última consulta 3/4/2015. 91

Para profundizar en el análisis respecto a cómo se ha dado esta última perspectiva en el ámbito local sugerimos consultar Carrizo y Berger (2012). 92

Las acciones que dan origen a la generación de reclamos específicos van incorporando en el mismo proceso, otros aspectos que incluyen la crítica a los modos de producción dominantes y la mercantilización de “bienes comunes”

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2) desarrollo de acciones directas como estrategias de lucha que comienzan siendo no convencionales y disruptivas, para luego expandirse y reproducirse en otras organizaciones (en muchos casos combinándose con demandas institucionales de alcance local, nacional e internacional); 3) desarrollo de instancias de participación bajo la lógica de la democracia directa, cuestión plasmada en formatos asamblearios, cuyas estructuras son flexibles, no jerárquicas y horizontales; 4) tendencia a la autonomía y la “autodeterminación” como planteo estratégico de organización, en respuesta a la desconfianza ante instancias estatales, partidarias y sindicales y 5) multiescalaridad de los conflictos, en tanto implican la participación de diversos sectores de alcance local, provincial, nacional e internacional (Svampa 2008). Entre estos sectores se encuentran empresas transnacionales y gobiernos que, en la mayor parte de los casos, establecen alianzas más o menos explícitas con los primeros o con la burguesía local (Ob. Cit.). En base a la propia experiencia agregamos otras dimensiones: 1) desarrollo de estrategias comunicacionales que potencian las acciones directas promoviendo la socialización de conflictos y su instalación en la agenda pública 2) generación de lazos y redes con instancias gubernamentales y no gubernamentales y con otras organizaciones afines de alcance local, nacional y transnacional; 3) acciones vinculadas con universidades y otros ámbitos de formación; 4) desarrollo de estrategias administrativas, jurídicas y científicas. A continuación nos detendremos en estas últimas, a partir de un caso paradigmático, acontecido en la provincia de Córdoba-Argentina. Nos referimos al juicio que se planteó en relación con la fumigación de campos que afectaron a barrio Ituzaingó. A partir de lo cual un grupo de mujeres crearon la organización “Madres de Ituzaingó”. Segunda parte El caso de Madres de Ituzaingó. Como señalamos,, un hito fundacional del movimiento socioambiental nacional fue el surgimiento, en el año 2002, de la “Asamblea de Vecinos Autoconvocados (AVA) por el No a la Mina”, en la ciudad de Esquel, cuando más de 600 ciudadanos se organizaron para luchar ante el desarrollo de la minería “a cielo abierto” con empleo de cianuro. El proceso que dio lugar a esta asamblea se remonta a los años ´90, cuando el gobierno nacional, como parte de sus políticas de ajuste y 201


reestructuración, favoreció la expansión sin precedentes de la inversión extranjera en este sector de la producción, impulsando un acelerado desarrollo de la minería metalífera a gran escala. Al respecto, Álvarez y Composto señalan: En julio de 2002, la transnacional minera de capitales canadienses Meridian Gold Inc. (MG) adquirió las acciones de Minera El Desquite S.A., dueña hasta el momento del yacimiento de oro y plata “Cordón Esquel”, anunciando que, a comienzos de 2003 se iniciaría la explotación “a cielo abierto” por “lixiviación con cianuro” (…). Si bien los expertos de MG aseguraban que estas tecnologías de extracción resultarían inocuas para la salud de la población, el medio ambiente y la economía local basada en el turismo y el agro, algunos vecinos decidieron buscar y difundir información de manera independiente. Como señalan las autoras, fueron los mismos vecinos quienes promovieron y/o protagonizaron instancias de relevamiento, análisis y discusión en torno a datos y antecedentes de esta clase de minería en otras partes del mundo y del desarrollo de experiencias organizativas participativas en otras regiones de América Latina. Este proceso es afín al que podemos observar en relación con otras organizaciones como la Asamblea de Malvinas Argentinas, la Asamblea de vecinos del Chavascate, o las Madres de Ituzaingó. Esta última, si bien no se conformó desde un inicio como asamblea, constituyó otro hito fundacional, a nivel local y nacional, en relación con los efectos en la salud que tienen las fumigaciones que se plantean en el sector agrícola a gran escala. Madres de barrio Ituzaingó surge a partir del encuentro de un grupo de vecinas que advirtieron el incremento de mujeres del barrio que portaban pañuelos en su cabeza para disimular las consecuencias de tratamientos médicos contra patologías como el cáncer. Esta observación, se extendió hacia los niños, en quienes también detectaron la recurrencia de otras enfermedades graves, como leucemia, lupus o malformaciones congénitas. Las mujeres comenzaron a reunirse sistemáticamente, preocupadas por esta situación hasta que, en el año 2000, conformaron una organización autodenominada Grupo de madres de barrio Ituzaingó Anexo. Como grupo, impulsaron acciones ante el Municipio de la ciudad 202


de Córdoba y socializaron la información que habían recabado en medios de comunicación. Paulatinamente fueron encontrando que estas enfermedades derivaban de un “cóctel de contaminantes” que incluía PCB (líquido refrigerante empleado en transformadores de redes de tendido eléctrico), plomo y arsénico presentes en el agua de consumo humano, desechos industriales sin tratar provenientes del cordón industrial, cercano a los límites de la ciudad y agrotóxicos empleados en la fumigación de campos que colindan con el barrio. A partir de allí se inició un peregrinaje incesante en procura de respuestas y medidas de protección por parte del Estado nacional, provincial y municipal. En general, la población consideraba que eran los agrotóxicos el principal contaminante ambiental que los estaba enfermando, hipótesis que terminó de confirmarse técnicamente, a partir de la realización de un “Estudio de Biomarcadores de Exposición” realizado en el año 2005, al cual haremos referencia más adelante. Esta convicción llevó al grupo de madres a realizar, de manera informal, un relevamiento epidemiológico bajo la forma de un mapa, a los efectos de poder establecer cómo se distribuían las enfermedades en la población (ver mapa facilitado por la organización en imagen Nro. 34). En este mapa, puede apreciarse en la parte inferior, cómo los casos de enfermedades más graves como la leucemia, el cáncer o el lupus se concentran en una zona específica, cercana a campos sembrados con soja. Este relevamiento, planteado colectivamente, sin “rigor” científico ni técnico, les permitió a las vecinas obtener datos de primera mano que daban cuenta, al menos, a simple vista, de cuál era la zona más afectada, permitiendo descartar, por ejemplo, que fuera el agua el agente transmisor de la contaminación. Lo señalado hasta aquí recuerda lo planteado por Asa Cristina Laurell (1994) y Rojas Soriano (1985), en relación con las determinaciones sociales del proceso/salud/enfermedad que implica el modo de producción y subjetivación capitalista, origen de la mayor parte de las enfermedades de nuestro tiempo. Cuestión que se ha intensificado en la fase extractivista de este modo de producción que, como señala David Harvey se concentra en formas de “acumulación por desposesión” (Harvey 2004), aquí planteadas en torno a “bienes comunes” como la tierra, el agua y el aire (Zibechi y Hardt 2013). Aunque el aire sea el que 203


menos suele plantearse en estos términos, cabe aquí señalarlo como uno de los primeros “bienes comunes” afectados, al igual que el agua, de los cuales depende la sobrevivencia de todo ser vivo. En este caso se plantea una ecuación tan simple como fumigación=contaminación del aire o agua contaminada= enfermedad o muerte. Se trata de la más cruenta fase del capitalismo, ya que implica la destrucción de tierras, napas, ríos y mares generando efectos irreversibles. Volviendo al relevamiento de Madres de Ituzaingó, fueron las certezas que su indagación había arrojado, las que llevaron a fortalecer sus exigencias, avanzando hacia el reclamo por garantía de sus derechos a la salud y la vida. A raíz de su movilización, lograron la sanción de tres ordenanzas: 1) Nro. 10505 del 21/05/2002, en virtud de la cual se declara la “Emergencia Sanitaria Municipal en el barrio Ituzaingó Anexo” (Art. 1); 2) Nro 10589 del 09/01/2003, a través de la cual se prohíbe “la aplicación aérea de plaguicidas o biocidas químicos, cualquiera sea su tipo y dosis, en todo el ejido de la Ciudad de Córdoba” y 3) la Nro. 10590 del mismo día, por la cual se prohíbe “la aplicación de plaguicidas o biocidas químicos mediante fumigación terrestre o área de los mismos, cualquiera sea su tipo y dosis, a menos de dos mil quinientos (2.500) metros de cualquier vivienda o grupo de viviendas de Barrio Ituzaingó Anexo de la ciudad de Córdoba”. En el año 2005, la Municipalidad de Córdoba, dispuso la realización de un “Estudio de Biomarcadores de Exposición” sobre treinta (30) niños que concurrían a la Escuela del Barrio. Si bien no hubieron resultados alarmantes en relación con la presencia de plomo, arsénico, cromo, DDT y otros compuestos, si lo hizo en relación con un contaminante conocido como Alfa HCD, respecto del cual se plantea que se encuentran “(...) un total de 23 muestras con concentraciones por encima de los valores máximos de referencia planteados en este informe”. También se señala que, con otros isómeros del Hexaclorociclohexano, Bete y Delta se “presentan algunas cifras por encima de los valores de referencia planteados, pero en cantidad significativamente menor, un caso para el isómero Beta y tres para el Delta”93. El activismo de los vecinos llegó a la justicia, a través de la presentación de acciones de amparo y más de treinta y ocho (38) querellas penales que, por cierto, no prosperaron94. 93

Esta, y el resto de las citas que se realizan a continuación, forman parte del juicio oral que se planteó en torno a este hecho, y corresponden a los fundamentos del fallo de esta causa, publicados en: “Gabrielli Jorge Alberto y otros | p.s.a. Infracción Ley 24.051 - Cámara en lo Criminal de Córdoba - Juzgado: primera nominación – 4-sep-2012 - MJ-JU-M-74262-AR | MJJ74262

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Fuente: “Barrio Ituzaingó Anexo – Presentan 38 querellas penales por enfermedades” - pag. A12

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Como sucede con tantos casos a lo largo del país, a pesar que existen normas que plantean la protección del derecho a la salud, la vida y a vivir en un ambiente sano (Ej: artículos 33 y 41 de la Constitución Nacional -reformada en 1994-, normas específicas, como la Ley Nacional de residuos peligrosos, Nro. 24.051 (B.O. 8/1/1992), la ley provincial 9164; y una serie de ordenanzas municipales como las Nro. 10505, 10589 y 10590) las fumigaciones se reiteraban sin que el Estado, en sus diferentes órdenes y competencias, hiciera algo para controlar y fiscalizar dicha actividad. No se trataba de un problema de normas o leyes, sino más bien de un problema político que implicaba su falta de aplicación. Ante esta situación decidimos (Darío Ávila) junto con el Subsecretario de Salud de la Municipalidad de Córdoba, el Dr. Medardo Ávila Vázquez, formular una denuncia penal en los términos del art. 55 de la Ley Nacional Nro. 24.051, por un hecho de fumigación aérea producido en el barrio el día 01/08/2008. Ésta recayó en la Fiscalía del Distrito 3, Turno 6, a cargo del Dr. Carlos Matheu95. Seguidamente, solicitamos la participación en la causa a través de una querella particular, por entender que competía a la Secretaría de Salud, el deber inexorable e indelegable de proteger y preservar el derecho a la salud de los vecinos de la ciudad de Córdoba en general y de este barrio en particular, atento a la declaración de crisis sanitaria y ambiental que recaía sobre el sector. El fiscal admitió la participación requerida y, a partir de allí, aportamos pruebas, solicitamos la realización de pericias físico-químicas y propusimos la citación de testigos especializados (investigadores, médicos biólogos,ingenieros químicos y agronómicos, etc.). Luego de transitar por una etapa instructoria plagada de medidas dilatorias y oposiciones, por parte de la defensa de los imputados, llegamos a su conclusión, con el pedido de elevación a juicio de la causa, por parte del Dr. Carlos Matheu. Así llegamos al juicio oral y público, en el cual -por primera vez- en la Argentina y en Latinoamérica, se ponía en discusión el modelo de producción agro-industrial imperante en nuestro país, a partir de 1996, y sus consecuencias ambientales y sanitarias. -, Diario La Voz del Interior – día 10.06.2002 – Sección Sociedad - (última consulta 3/01/2016). 95 Este artículo plantea lo siguiente: “Será reprimido con las mismas penas establecidas en el artículo 200 del Código Penal (3 a 10 años de prisión), el que, utilizando los residuos a que se refiere la presente ley, envenenare, adulterare o contaminare de un modo peligroso para la salud, el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general. Si el hecho fuere seguido de la muerte de alguna persona, la pena será de diez (10) a veinticinco (25) años de reclusión o prisión”.

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A partir de allí diseñamos la estrategia judicial desde la querella, a sabiendas que, el núcleo del debate, iba a girar en torno a mostrar, vincular, asociar, el uso de agrotóxicos con las enfermedades relevadas en el barrio. Propusimos la participación de testigos especializados, es decir, profesionales, técnicos e investigadores que, desde su disciplina, comparecieran ante el Tribunal, a los fines de ilustrar y exponer los resultados de sus trabajos e investigaciones. Entre estos testigos se encontraba el Dr. Andrés Carrasco, (Investigador de CONICET - Titular e la Cátedra de Embriología Molecular de la UBA). El Dr. Carrasco expuso una síntesis de su trabajo de investigación (en laboratorio) en torno a los efectos teratogénicos, mutagénicos y disruptor endócrino del glifosato (el herbicida más utilizado en el monocultivo de soja): “(...) probando que produce, en el período gestacional, malformación en el desarrollo embrionario, lo que se publica en el año 2010 (...) Esa actividad teratógena ha sido comprobada aún en dosis muy bajas (...) el Glifosato no se degrada en tierra rápidamente, lo que ha demostrado en su trabajo la Dra. Pizarro, sino que queda mucho tiempo. No es biodegradable y pasa a la sangre, sea por alimentación o por consumo de alimentos a la vía digestiva por la vía inhalatoria y permanece en ella de 10 a 14 hs. y parte queda en los tejidos y nunca sale. Tiene un olor desagradable, produce picazón en las vías aéreas y trastornos digestivos y en la piel (...) es más difícil detectar lo crónico que lo agudo (...) Lo crónico, en una enfermedad como el cáncer, o una enfermedad neurodegenerativa requiere una cantidad de tiempo de desarrollo, por lo que debe ser esto monitoreado permanentemente en la población cercana a los campos donde se están usando los químicos (...) el Glifosato es un veneno que mata organismos vivos (...) Se dijo que solo mata vegetales y esto no es verdad, actúa también sobre células animales y organismos vivos animales, entre ellos los hombres que son parte de la naturaleza (...) el ácido retinoico es un teratógeno bien conocido, que el deponente postula que su incremento está en relación con el Glifosato, y todos los médicos del mundo saben que el ácido retinoico va a producir el mismo tipo de malformaciones en ratas, en anfibios, en aves y en humanos”. 206


La Dra. Delia Aiasa, investigadora de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) expuso su trabajo sobre evaluaciones de daños genéticos (ensayos de aberraciones cromosómicas, micronúcleos y ensayo cometa) en trabajadores rurales y poblaciones expuestas a plaguicidas. Afirmó que las personas que se encuentran expuestas ante agro químicos “(...) tienen mayores aberraciones cromosómicas que las que no lo están” y cuentan con mayor riesgo a “(...) padecer problemas de salud y problemas reproductivos si pasa a células germinales”. Entre estos últimos destacó los abortos espontáneos. También cuentan con mayor riesgo de producir cáncer si pasa en células somáticas, debido a que “(...) el proceso cancerígeno se produce por una mutación, puesto que tenemos células que nos protegen de hacer un cáncer, y cuando ese mecanismo no actúa más se produce la enfermedad. Los agroquímicos actúan por inhalación o por contacto dérmico. Estamos midiendo los efectos de la exposición crónica”. El Dr. Ariel Rubén Depetris (Dr. En Medicina, especialista en Epidemiología y Salud Pública), expuso sobre un estudio evaluativo de plaguicidas en barrio Ituzaingó Anexo que le encargó la OPS (Organización Panamericana de la Salud) a mediados del año 2007, para reunir y sistematizar información y efectuar recomendaciones para mejorar la situación del barrio. Sostuvo que se efectuó un diagnóstico preliminar en el cual se estableció que: “(...) no hubo una gestión unificada, ni sistematizada o coordinada de las instituciones (...) no hubo gestión participativa, interdisciplinaria e institucional (...) Lo más contundente fueron los biomarcadores de exposición que se realizaron en niños ya que son más vulnerables. Primero se hizo en el año 2005, en muestras no aleatorias de 30 niños, y en tres de ellos se encontró organoclorados en cantidades muy superiores a las normas de referencia (...) Esto demuestra, no solo que han estado expuestos, sino que los agroquímicos han sido absorbidos por el cuerpo de los niños (...) no debería haber plaguicidas en la naturaleza, más allá del efecto que produzcan en las personas, que afectan la salud humana, lo que ya las convenciones sobre el tema han dicho, sobre todo, sobre su potencialidad cancerígena. La biodisponibilidad 207


es importante, ella supone que esos contaminantes están incorporados al organismo y afectan a la salud, por su peligrosidad y biotoxicidad con potencialidad para producir cáncer. Todas estas son circunstancias que bastan para considerar en peligro la salud humana y el medio ambiente, y no hace falta la causación de un daño, no hace falta un número determinado de muertes, es inaceptable esperar esto para hablar de un nexo causal, las acciones deben ser tomadas frente al mero peligro, esto es lo que se ha dado en denominar Principio Precautorio, que sería lo mismo que decir que es mucho mejor y más ético, prevenir que curar. Es actuar ante el mínimo peligro. No esperar. No hay justificación técnica, política ni ética para no hacerlo”. Por otra parte, Osvaldo Javier Souza Casadinho (Ingeniero Agrónomo y Magíster en Metodología de la Investigación), planteó que: “Argentina asiste a un modelo productivo desde hace tiempo que tiene que ver con los monocultivos. Se sabe que los monocultivos no son sustentables en sí mismos, que no producen las condiciones necesarias para mantener la fertilidad del suelo y la diversidad biológica, que son los pilares de la vida en el planeta y, por lo tanto, requieren la utilización permanente de algunos insumos externos como son los fertilizantes, herbicidas, insecticidas, fungicidas, etc. Se intenta reemplazar los flujos biológicos, los ciclos biológicos, las relaciones que se dan entre las presas y los predadores con la utilización creciente de insumos externos”. Souza Casadinho señaló que investiga hace aproximadamente 20 años “(...) la dinámica del uso del plaguicida y su posible impacto a nivel de los ecosistemas”, aclarando que, en la década de los 90 “se usaban treinta millones de litros” y que, en el año anterior a su declaración (2011) “se usaron trescientos cuarenta millones de litros de plaguicidas”. Cuestión que vinculó con “la expansión de la frontera agrícola” u la “(...) intensificación en la utilización de los monocultivos, que no son sustentables por sí mismos y necesitan el aporte externo de insumos para que se pueda expresar el potencial de rendimiento”. Además sostuvo que, en las investigaciones en las cuales participó, 208


pudo observar que, desde el año 1999, hasta entonces, se había aumentado la utilización de las dosis de Glifosato debido a que “muchas hierbas empiezan a ser resistentes y tolerantes”. Y agregó que los riesgos: “(...) dependen del producto, de su categorización, de las condiciones de aplicación, las condiciones sociales de trabajo, la condiciones ambientales y también las particularidades de las personas que aplican o que están expuestas. La exposición puede darse por que se está trabajando con el producto o por que se vive en el lugar en que se aplica o en las cercanías, o por que se consume el producto” Otro de los técnicos que declaró es el Sr. Marcos David Tomasoni (Ingeniero Químico) quien explicó en detalle, qué significa y cuáles son los efectos de la deriva en las fumigaciones. Al respecto señalaba : “(...) la deriva es el porcentaje del agroquímico arrojado que no da en el blanco, que no da en la planta, en el insecto o en el hongo, para el que fue aplicado y que puede moverse en el campo o fuera del campo. Lo que se mueve dentro del campo se denomina endoderiva, y lo que se mueve fuera de la parcela donde fue aplicado se denomina exoderiva. Es todo el agroquímico que no da en el blanco y se escapa de la parcela. Hay estudios que miden la probabilidad de porcentaje de producto que no da en el blanco, estableciéndose que hay tres factores o mecanismos principales que hacen que un producto no de en el blanco: 1) por efecto de la deriva primaria, que es la que escapa de la parcela cuando está la máquina trabajando, está pulverizando; 2) por efecto de la deriva secundaria, que es un fenómeno que se da cuando se va la máquina, hasta 24 horas después, por relativización de estos productos químicos, y por factores climáticos que también pueden sacar estos productos de la parcela; 3) por derivas terciarias que pueden darse hasta uno, dos o tres años después. Según el compuesto químico y las condiciones fisicoquímicas del campo y de la tierra, los compuestos revolatilizan, van hasta alturas bastante elevadas de la atmósfera, y pueden moverse kilómetros, incluso por todo el planeta. Pueden viajar en el polvillo del campo. El fenómeno 209


es totalmente incontrolable. Lo que uno tira al campo puede controlarlo mínimamente, puede minimizar la deriva primaria a través de algunas prácticas de aplicación, pero hay toda una complejidad de factores, tanto climáticos como fisicoquímicos del compuesto y de la parcela, y hasta geográficos, que hacen que incluso hasta un 90% del producto pueda derivarse fuera de la parcela. Hay estudios que señalan esto, que es inmanejable, por que cuando termina de trabajar el equipo, el aire puede calentar esa masa sobre la parcela y hay fenómenos como la degradación término que levantan ese compuesto y lo pasan a fase gaseosa, pudiendo derivarlo a cualquier lote alrededor. A mayor cantidad de producto que se aplique es mayor la probabilidad de la deriva, dependiendo también de la volatilidad propia de cada producto. Con una buena práctica puede minimizarse la deriva primaria, pero la secundaria y la terciaria son imposibles de manejar por que dependen de las condiciones climáticas y de factores que no hacen a la actividad del hombre”96. A estas exposiciones se sumaron testimonios de las personas afectadas, quienes narraron historias desgarradoras, manifestando el profundo malestar y sufrimiento que todo esto les ocasionaba, a cada uno, a su familia y a la comunidad. Enfermedades y muertes, padecimientos corporales, emocionales, afectivos y económicos. Afectaciones que dieron cuenta, ante el tribunal interviniente, del impacto de los agrotóxicos en la salud, no solo considerada desde lo orgánico, sino también desde lo emocional mental y comunitario. También dieron cuenta del grado de peligrosidad que estos implican para toda la población. Un hecho a destacar en relación con las declaraciones anteriores es que las fumigaciones no solo afectan en lo inmediato a las poblaciones más cercanas, sino que, a través de su expansión y permanencia afectan a millones de personas a través de derivas en el aire, la lluvia y el suelo.

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Para ampliar respecto de este fallo, consultar sus fundamentos, publicados en: “Gabrielli Jorge Alberto y otros | p.s.a. Infracción Ley 24.051 - Cámara en lo Criminal de Córdoba - Juzgado: primera nominación – 4-sep-2012 - MJ-JU-M-74262-AR | MJJ74262

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El juicio finalizó con una condena a tres años de prisión (condicional) para el empresario agropecuario y el propietario de una empresa aero-aplicadora, por encontrarlos penalmente responsables de la comisión del delito de “contaminación ambiental” en los términos de la Ley 24.051. Lo acontecido con esta instancia jurídica constituyó un punto nodal en un proceso que muestra lo imprescindible que resulta integrar la dimensión jurídica en un proceso transdisciplinar. Veamos a continuación otros ejemplos de acciones administrativas y jurídicas. Otras acciones administrativas y jurídicas . Las estrategias administrativas y jurídicas que hemos observado y procurado promover, desde nuestros lugares de técnicos), se basan en la alusión a normas, leyes, ordenanzas y reglamentaciones de alcance nacional, provincial y local. Estas incluyen diferentes acciones, entre las cuales se cuentan, por ejemplo: 1) Peticiones y/o reclamos administrativos ante Organismos Públicos Estatales con competencia sobre la materia, vinculados principalmente con el “Acceso a la Información Pública Ambiental” (Ley 25.831). Cuestión que suele plantearse antes de intentar cualquier medida de índole judicial, ya que resulta fundamental contar con información básica que permita apelar a cualquier instrumento preventivo de protección ambiental (Ej.: Estudio de Impacto Ambiental, Audiencia Pública). Para ello la ley 25.831 se presenta como una de las herramientas más adecuadas. 2) Acciones de Amparo Ambiental, de expresa consagración constitucional (Art. 43 de la CN). En muchos casos constituye una de las herramientas judiciales más idóneas, rápidas y eficaces para la preservación y recomposición de los Derechos Ambientales vulnerados (Art. 41 CN - Art. 30 ley 25675); 3) Denuncias penales por delitos de abuso de poder o incumplimiento de los deberes de funcionario público (conf. Art. 248 CP). Esto surge ante la posibilidad de que algún funcionario público -en ejercicio de sus funciones- dicte resoluciones u órdenes contrarias a la Constitución o a leyes de alcance nacional y/o provincial, las ejecute, y así no respete esta u otras leyes, cuyo cumplimiento le incumbe. 211


4) Presentación de proyectos de ordenanzas, proyectos de ley y reglamentaciones. Como ejemplo paradigmático de esta clase de acciones cabe citar, además del caso de Madres de Ituzaingó, lo acontecido con la aprobación y ratificación de la Ley 9526 que prohíbe la minería metalífera “a cielo abierto” o en la cual se empleen sustancias peligrosas97. Por otra parte, en términos de derecho internacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha publicado en el año 2015 un informe en el cual, entre otras cuestiones, se aborda la problemática que genera la “agricultura industrial”, señalando: La CIDH ha recibido información que indicaría que dicho tipo de agricultura propone el monocultivo a partir de semillas transgénicas que exigen altas cantidades de agrotóxicos, los cuales serán esparcidos mediante aeroplanos, aviones u otras maquinarias (CIDH, Audiencia sobre situación de derechos Económicos, sociales y culturales de campesinos en América Latina, 149° Período de Sesiones, 29 de octubre de 2013). De este modo se produciría la aspersión de sustancias tóxicas en comunidades adyacentes a los cultivos, afectado su salud y contaminando el medio ambiente98.

Estas estrategias, al igual que las otras a las cuales hicimos referencia a lo largo del artículo, integran un complejo de saberes y discursos que algunos consideran como “Justicia Ambiental”.

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Para ampliar información sobre este tema cabe consultar el fallo y un artículo titulado “El TSJ ratificó la prohibición de la minería a cielo abierto en Córdoba” del día 11/08/2015 del diario La Voz del Interior. Ambos fueron publicados en el sitio http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/ el-tsj-ratifico-la-prohibicion-de-la-mineria-cielo-abierto-en-cordoba (Última consulta 10/3/2016). Además sugerimos consultar el artículo titulado “Asambleas Ciudadanas contra la contaminación y el saqueo. De la movilización hasta la legislación. El rol de las Asambleas Vecinales en la sanción de la Ley Provincial 9.526 que prohíbe la minería a cielo abierto y de sustancias radiactivas en Córdoba” de Cristina Arnulphi publicado en Justicia Ambiental y Creatividad Democrática (Carrizo y Berger 2012) 98

Ver Informe: “Pueblos indígenas, comunidades afrodescendientes y recursos naturales: protección de derechos humanos en el contexto de actividades de extracción, explotación y desarrollo / Comisión Interamericana de Derechos Humanos” Publicado en: Publicado en: http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/IndustriasExtractivas2016.pdf – pagina visitada el día 15/04/2016 a las 18:12 h

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Transdisciplinariedad y “Justicia Ambiental” La categoría de “Justicia Ambiental”, como señalan Carrizo y Berger, es empelada en diversos contextos académicos de países como Brasil y EEUU, haciendo referencia a un: (...) espacio de convergencia de luchas de comunidades de afectados e interesados contra la contaminación y su desigual distribución. Desde un concepto de naturaleza como comunidad, constituye tanto un marco político que articula ambiente con derechos, como una crítica al ambientalismo hegemónico que silencia el daño a las formas de vida y las responsabilidades públicas (....) pone de manifiesto que la explotación del ambiente y la explotación de las poblaciones humanas están estrechamente vinculadas, y que la defensa de los derechos y del ambiente exige tanto una democratización de la Administración de Justicia como la generación de nuevas instituciones en la sociedad civil (Carrizo y Berger 2008: 8). Los autores señalan que esta noción remite a una pluralidad de prácticas dadas por “diferentes identidades narrativas” y “distintos ámbitos de actuación” que provienen, algunas del sistema político oficial, ya sea del Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial y otras del “espacio público ciudadano”, constituyendo experiencias que bregan por “un sentido de justicia que renueva y crea instituciones democráticas para la efectiva garantía de derechos y la protección del ambiente en nuestro presente” (Ob. Cit.: 7). En este escenario, nos planteamos el desafío de trabajar en favor de mayor justicia social y ambiental, a través de experiencia s con organizaciones y movimientos socio-ambientales, para lo cual resulta imprescindible integrar diferentes las dimensiones y estrategias a las cuales hemos hecho referencia en la primera y segunda parte de este trabajo. Mientras más articuladas estén estas acciones, más eficacia y pregnancia pueden adquirir, tanto al interior, como hacia afuera de cada trama social. Proponemos pensar esta integración, este diálogo de saberes, prácticas y dimensiones, de manera transdisciplinar, considerando como tal, no solo 213


la relación entre conocimientos disciplinares, sino también su puesta en tensión y en diálogo con conocimientos no disciplinares e indisciplinados. Esto es, construidos por sujetos, grupos, organizaciones y movimientos que padecen estas problemáticas y buscan comprenderlas y desarrollar acciones para afrontarlas. Este afrontamiento, en general, parte de profundos cuestionamientos ante órdenes dominantes que emergen y reproducen procesos de inequidad, malestar, injusticia y enfermedad. . En este marco, resulta importante que técnicos y científicos (abogados, psicólogos, trabajadores sociales, politólogos, biólogos, ecólogos, ingenieros ambientales, comunicadores, educadores populares, etc.) participen en la construcción de espacios colectivos, horizontales y diversos, procurando acompañar y/o participar al reconocimiento y valoración de saberes y experiencias de todos los involucrados. En este camino resulta imprescindible evitar imposiciones y dogmatismos técnicos, políticos y académicos. Este desafío resulta sustancial si nos proponemos trabajar para construir una ciencia más humanizada que tienda a promover mayor equidad y justicia protegiendo la salud y la vida. Referencias Bibliográficas Álvarez L. y Composto C. (2002). Respuestas estatales y empresarias al conflicto social en el sector minero post 2002. Disponible en: http://www.herramienta.com.ar/herramienta-web-8/respuestas-estatales-yempresarias-al-conflicto-social-en-el-sector-minero-post-20 1/4/2015 (Última consulta 1/04/20159) Beck, U. (1996). Las consecuencias perversas de la modernidad de J. Biriain. Anthropos. Barcelona. Beriain, Josetxo (1996); El doble sentido de las consecuencias perversas de la modernidad, en Las consecuencias perversas de la modernidad. Anthropos. Barcelona Borón A (2003). Las reformas del estado en América Latina: sus negativas consecuencias sobre la inclusión social y la participación democrática. Ponencia presentada conferencia de CLACSO en La Habana. Disponible en http://www. cadtm.org/spip.php?page=imprimer&id_article=297 (13/02/216) Bourdieu, P. y Wacquant, L. (1995). Respuestas. Por una antropología reflexiva. México D.F, México: Ed. Grijalbo S.A. Breilh, J. (2003). Epidemiología Crítica: ciencia emancipadora e interculturalidad. Ed Lugar Bs As Carrizo C., Berger M. (comp.) (2012). Justicia Ambiental y Creatividad Democrática. Alción editora. Córdoba 214


Castoriadis, C. (2008) Poder, política, autonomía en El mundo fragmentado. Terramar Ediciones. La Plata Ciselli G. (2011) Una reflexión sobre la governancia de los riesgos ambientales: el caso de la megaminería en Esquel (Chubut). Disponible en http://es.scribd.com/ doc/69000869/Informe-Ciselli-Teoria-Social-Riesgo-Ambiental Ultima consulta 1/4/2015 (última consulta 1/04/2015) Cotaimich V. (2014). (Des) montaje transdisciplinar. Una vinculación praxiológica entre Investigación científica y Producción artística. Anuario de Investigaciones de la Facultad de Psicología de la UNC. Giddens A. (1998). Más allá de la izquierda y la derecha. Cátedra. Madrid Harvey, D. (2004). El nuevo imperialismo: acumulación por desposesión” en Socialist Register. CLACSO: Bs As. Laurell A. C. (1994). Nuevas tendencias y alternativas en el sector salud. Fundación Friedrich Ebert/UAM, México. Martínez Rangel, R., & Reyes Garmendia, E. Soto. (2012). El Consenso de Washington: la instauración de las políticas neoliberales en América Latina. Política y Cultura, núm. 37. Univ Autónoma Metropolitana. DF México Disponible en http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188Rojas Soriano, Raúl (1985). Capitalismo y Enfermedad. Folios Ediciones. México. Svampa, M. (2008). La disputa por el desarrollo: territorio, movimientos de carácter socio-ambiental y discursos dominantes. Disponible en www. maristellasvampa.net/blog/. (3/04/2015). Svampa, M. y Viale, E. (2014) Maldesarrollo. La Argentina del extractivismo y el despojo. Bs As, Argentina: Katz Edit. Thwaites Rey, M. (2010) Después de la globalización neoliberal, ¿Qué Estado en América Latina? en OSAL CLACSO: Año XI, Nº 27. Bs. As. Thwaites Rey M. y López A. M (2005) Estado ¿Qué Estado?. En Entre tecnócratas globalizados y políticos clientelistas. El derrotero del ajuste neoliberal en el estado argentino. Prometeo Bs As. Thwaites Rey, M. (2004) El poder político y la dimensión estatal. En La autonomía como búsqueda, el Estado como contradicción. Prometeo Libros: Bs. As. Zibechi R, Hardt M. (2013). Preservar y compartir. Bienes comunes y movimientos sociales. Ed. Mardulce. Bs As.

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Formas transdisciplinares de ejercicio de ciudadanía cultural que contribuyen a la salud ambiental, colectiva y territorial

Leonardo Cagliero, Lucía Castellano Valeria Cotaimich y Elena Pontnau

Introducción El objetivo de este trabajo es el abordaje de una problemática socio-ambiental que afecta una región de las sierras chicas de CórdobaArgentina en la cual se encuentran las poblaciones de Agua de Oro, Cerro Azul y El Manzano y, vinculadas con estas, dos zonas conocidas como Candonga y Canteras El Sauce. Allí se plantean conflictos entre diversas formas de concebir y apropiarse de la tríada espacio/territorio/ambiente, sostenida por distintos sectores: empresas de carácter inmobiliario y/o turístico, funcionarios de los gobiernos locales y organizaciones sociales. Estos conflictos reproducen relaciones de dominación que, glocalmente, podríamos identificar en diversos puntos de la provincia, el país y el planeta. Se trata de una compleja situación que procuramos abordar, teniendo en cuenta tres ejes: 1) prácticas llevadas a cabo por organizaciones que defienden derechos ambientales y territoriales y patrimonio público de orden cultural y paisajístico; 2) estrategias desarrolladas por empresarios y funcionarios que representan sectores dominantes y 3) conflictos que se plantean entre ambos sectores que aluden a diversos modos de concebir formas de apropiación del ambiente y el territorio. Candonga y Canteras El Sauce “Canteras El Sauce” constituye una población de alrededor de 85 familias que nace en la primera mitad del s. XX como “Villa Obrera” a partir de una serie de casas que construyó la fábrica de cal “El Milagro” para los trabajadores y sus familias, junto con una escuela, un club, un dispensario y algunos comercios. Como señalan Barrera, Capogrossi y Carranza esto le permitió a la empresa contener y ejercer control social sobre su personal (cfr Barrera, Capogrossi y Carranza, 2000). 217


Durante las décadas de 1960 y 1970 trabajaban en la Cantera 950 operarios que contaban con un fuerte sentimiento de pertenencia. A mediados de los 80 se redujo la producción como consecuencia de la implementación de políticas económicas de corte neoliberal a nivel nacional. La fábrica comenzó a despedir trabajadores. Luego pasó a manos de la empresa CEFAS, que, en 1999, cerró definitivamente, transfiriendo algunas de las casas construidas a la comuna El Manzano para que las distribuyera entre quienes habían quedado sin trabajo a modo de indemnización. Esa transferencia no se llevó a cabo en tiempo y forma, y la mayor parte de los destinatarios no lograron los títulos de sus viviendas. Algunos emigraron de allí y sus casas fueron ocupadas por nuevos habitantes que, en general, provenían de sectores vulnerabilizados de la ciudad de Córdoba. Actualmente la mayoría de los pobladores no cuentan con títulos de tierras ni viviendas y tienen serias dificultades con el acceso a servicios básicos como agua potable, electricidad, alumbrado público, comunicación telefónica y por internet, recolección de basura, etc. Contigua a esta población se encuentra Candonga, en la zona media y alta del Río Chavascate (cuya cuenca abastece de agua potable a las localidades de Agua de Oro, el Manzano y Cerro Azul). Su realidad es diametralmente opuesta a la de Canteras El Sauce. Además de contar con un paisaje único en la región, se encuentra allí la Capilla de Candonga, construida en el año 1730 y declarada Monumento Histórico Nacional en el año 1941. Esto la convierte en un sitio de interés para diversas empresas turísticas e inmobiliarias. . Por otra parte allí también se encuentra parte del escaso 3% de bosque nativo que queda en pie en la Provincia de Córdoba (la más desforestada del país). Por este motivo, según leyes nacionales y provinciales, constituye una zona roja, a la cual el Estado debe otorgar máxima protección, evitando desmontes y cambio en el uso del suelo. Entre las empresas mencionadas se encuentra una que pretende desarrollar un emprendimiento inmobiliario que afectaría 160 hectáreas, poniendo en riesgo la calidad y acceso al agua potable y con ello la salud y la vida de las poblaciones que dependen de esta cuenca. Ante esto, vecinos de las localidades de Agua de Oro, El Manzano y Cerro Azul han conformado la “Asamblea de Vecinos del Chavascate”, organización que trabaja a en favor del cuidado del agua y el bosque nativo, exigiendo el respeto de leyes ambientales provinciales y nacionales. 218


Es así que nos encontramos ante un patrimonio cultural, ambiental y paisajístico que está siendo objeto de lucha entre empresarios cuyos intereses económicos se contraponen con el de organizaciones sociales que defienden sus derechos ambientales y culturales. Transdisciplinariedad, diseño y forma Para el abordaje de esta problemática hemos adoptado una perspectiva transdisciplinar, dentro de la cual existen aportes específicos del campo de la morfología en relación con la arquitectura y el diseño. Entre estos aportes se encuentran la noción de forma, a la cual consideramos, siguiendo a Doberti (2008), como producto cultural, generado y empleado en contextos concretos, resultado de un proceso de apropiación de la espacialidad, de carácter material, tangible y simbólico. Las formas son portadoras de valores, evocaciones y sentido; comunican, expresan cosas, significan, representan y en ocasiones “nos” representan. Al tiempo que las construimos, éstas constituyen la realidad en la cual vivimos, dando lugar y/o propiciando ciertas prácticas sociales. Los actuales paradigmas productivos dominantes, de los cuales forman parte las prácticas de diseño y arquitectura, se encuentran signados por lógicas del sistema capitalista. Estos paradigmas orientan usos y apropiaciones de la espacialidad de diversos agentes sociales (Ej: arquitectos, diseñadores, investigadores, funcionarios, comunidades). Las relaciones que estos agentes mantienen entre sí, en general, están mediadas por intereses contrapuestos vinculados con las posiciones que ocupan en este sistema de relaciones de poder y dominación socioeconómica y cultural. Estas relaciones suponen formas de dominación invisibilizadas y naturalizadas, asentadas sobre la explotación de seres humanos y del ambiente y mediadas por creencias, valores y sentidos que cada agente social atribuye al espacio/territorio. Diseñadores, arquitectos e investigadores forman parte de procesos de enunciación y construcción de la realidad que, en el mejor de los casos se plantean de forma colectiva. Lo colectivo aquí se presenta en oposición a concepciones de diseño sostenidas por un modelo de desarrollo que venera un “progreso” asentado en la urbanización, en avances tecnológicos y en, la industrialización a cualquier costo, incluso el del ecosistema. Este modelo de desarrollo, ponderado y defendido 219


por sectores que buscan universalizarlo, en realidad constituye “un signo particular, un exponente de clase” (Baudrillard 1974). Estas cuestiones se encuentran en la base de la mercantilización y privatización de la cultura, la tierra y el agua, y afecta al ecosistema y la salud de las personas. En este contexto es un desafío trabajar transdisciplinarmente asumiendo la responsabilidad que a cada actor social le cabe para contribuir a una mejor calidad de vida. Espacialidad, territorialidad y patrimonio La espacialidad puede considerarse una variable de la forma territorializada. Cuando hablamos de territorio, no sólo nos referimos a un espacio geográfico y a sus bienes naturales, sino también a un espacio simbólico en el cual se desarrollan relaciones sociales. La territorialidad constituye una construcción social que supone formas de apropiación y uso del territorio a través de estrategias diversas, entre las cuales se encuentran algunas dirigidas a la acumulación de capitales y otras al cuidado y protección de bienes comunes. Esta contraposición de intereses se encuentra en la base de conflictos como el que nos ocupa, cuyo análisis requiere del abordaje de procesos y/o dimensiones de orden social, económico, cultural y ambiental (cfr Comerci, 2011). En esa línea cabe recordar la relación que propone Florencia Kusch entre desarrollo local, territorial y comunitario, integrando la cuestión ecológica con los distintos aspectos que hacen a la configuración de la territorialidad (suelo, clima, mano de obra, diversidad cultivada), en favor de objetivos sociales, económicos y culturales (cfr Florencia Kusch, 2008). En esta dinámica también se juega la reproducción de sentidos en torno al territorio, de orden sagrado, ancestral e histórico (cfr Bourdieu, 1979). Lo señalado entra en tensión, en el caso que nos ocupa, con un emprendimiento inmobiliario que lleva el nombre de “Candonga, Tierra con Historia” y consiste en un barrio privado que pretende construir la empresa Ticupil S.A.. Esta empresa posee una estancia turística frente a la Capilla de Candonga, a la cual ha buscado restaurar. Con esto ha buscado preservar el entorno de la capilla, cuyo nombre e imagen han sido incluidos a la estrategia de marketing para la venta de lotes y casas. 220


Vemos aquí un uso privado de un patrimonio histórico, cultural y paisajístico de carácter público cuyo acceso preferencial y diferencial se plantea a partir de la hegemonía de un sector que desarrolla estrategias especulativas orientadas a la explotación y acumulación económica. La Capilla Nuestra Señora del Rosario de Candonga constituye parte del patrimonio público, cuyo cuidado, protección, conservación y acceso, el Estado debiera garantizar. Otro tanto podría plantearse en relación con el paisaje y las antiguas instalaciones de la fábrica de cal “El Milagro” si el estado propusiera algún modo de expropiación en acuerdo con sus dueños, ya que se trata de una infraestructura que potencialmente podría contribuir al desarrollo socio-económico y cultural de la zona. Existe entonces un gran desafío en relación con la toma de conciencia por parte de la población respecto de sus derechos en relación con el uso público del patrimonio y los bienes comunes, que difiere sustancialmente del valor de cambio que supone su mercantilización (cfr Moreno Navarro, 1998). En este terreno juega también un papel fundamental el paisaje visual y el entorno, cuestiones que son de vital importancia para su preservación, ya que articula las relaciones entre espacio, paisaje y construcción narrativa, poniendo en juego aspectos simbólicos y emotivos vinculados a la memoria e identidad local. El paisaje visual y el entorno juegan un papel fundamental debido a que actúan de manera significante, ejerciendo atracción a través de sus colores, olores, lugares, y contribuyendo a la identidad, a través de la experiencia e historia vivenciadas y reproducidas por la población. La interacción de este con el espacio y con la configuración territorial, de este modo, no solo revela el transcurso de la historia, sino también ofrece a los actores sociales posibilidades para intervenir en él de manera consciente. Es así que la conciencia por el lugar se superpone a la conciencia en el lugar. (Milton Santos, 1996). Venturoli (2004), en sus investigaciones sobre las culturas andinas, aborda el concepto de “paisaje como texto”. Siguiendo su línea de trabajo, consideramos que, el paisaje se conforma desde tres dimensiones diferentes, una material, otra simbólica, y una tercera de orden psíquico. Estas dimensiones, en el entorno paisajístico de la Capilla en Candonga se plantean a partir de dos concepciones diferentes respecto del paisaje. La primera es propuesta desde el emprendimiento privado, como una extensión de tierra específica y delimitada, susceptible de ser 221


comercializada. La segunda es la sostenida por los vecinos afectados, que pone en juego aspectos simbólicos y emotivos vinculados con la memoria e identidad local, cuestiones de vital importancia para su preservación, ya que articulan las relaciones entre espacio, paisaje y construcción narrativa. A partir de lo señalado proponemos pensar al territorio en tanto paisaje natural, visual y cultural, teniendo presente que, las controversias sobre el uso, acceso y gestión del patrimonio ponen de relieve aspectos fundamentales para la determinación de la identidad de la población local afectada. Esto pone en juego desafíos en lo atinente al trabajo en torno a la construcción creativa que la población puede hacer respecto de sus bienes naturales y culturales tangibles e intangibles. Cuestión para lo cual se constituyen narrativas sobre un espacio cargado de significantes y poder simbólico. Reflexiones finales Existen diversas representaciones, sentidos y prácticas en torno a “Candonga” y “Canteras El Sauce” que emergen y/o se vinculan con procesos de producción, reproducción y transformación cultural, signados por relaciones conflictivas entre agentes, organizaciones e instituciones sociales. En estos procesos se plantean formas simbólicomateriales que operan (re) significando límites y concepciones acerca de lo público, lo privado y lo colectivo. De allí surgen diversos modos de apropiación que hacen al valor asignado al paisaje, el ambiente, la cuenca, la historia, la comunidad, la salud y la vida. Estos modos de apropiación varían según los sujetos sean más o menos conscientes de sus derechos, en términos de ciudadanía cultural y ambiental. Derechos que debieran ser reconocidos, por parte del Estado, a partir de criterios de equidad. El ejercicio de esta ciudadanía depende de cuan consciente sean las poblaciones de estos derechos, para lo cual cabe reforzar instancias de empoderamiento en favor de la resignificación y/o construcción de sentidos que contribuyan a la defensa de bienes comunes de orden simbólico, estético y político. En este camino se vuelve necesario el trabajo de técnicos y especialistas (en disciplinas como las ciencias biológicas, sociales, políticas y de la comunicación, así como las artes, la arquitectura, 222


el diseño, entre otras)99 que oficien no solo como observadores y analistas, sino también como acompañantes activos en estos procesos. De modo que fortalezca la participación y articulación entre funcionarios, vecinos y organizaciones sociales. Esto plantea un importante desafío de carácter transdisciplinar, en tanto compele a quienes se especializan en diversas áreas del conocimiento, a promover diálogos y producciones conjuntas en, desde y hacia ámbitos públicos y comunitarios. La posibilidad de construir formas de ejercicio conciente de ciudadanía y/o formas colectivas y activas de conocimiento y acción en torno a las decisiones que se tomen sobre el territorio, constituyen cuestiones sustanciales a la hora de pensar en fortalecer la salud de una población, en sus vertientes colectiva, ambiental y territorial. Referencias Bibliográficas Barrera, V. Capogrossi, L., Carranza V. (2000). Procesos de inversión y desinversión de capital. Impacto social sobre los trabajadores de la cal. Canteras El Sauce, Córdoba. Ponencia Jornadas Rosarinas de Antropología Sociocultural”. Disponible en http://www.naya.org.ar/congresos/ contenido/4rosario/jornada (Acceso 10/11/2015) Baudrillard J (1974) Crítica de la Economía política del signo. Ed. S.XXI. México. Bourdieu, P. (1979). La distinción. Criterios y bases del gusto. Ed. Taurus. Madrid. Breilh, J. (2003) Epidemiología Crítica. Ciencia emancipadora e interculturalidad. Lugar Ed. Bs As. Comerci, E (2012) Estrategias campesinas, tensiones y redefiniciones en espacios revalorizados por el capital. En Cuadernos de geografía. Revista Colombiana de geografía. Vol. 21, Nº 1. Bogotá, Colombia. Doberti, R. (2008). Espacialidades. Ed. Infinito, Bs. As. -------------- (1999). El habitar; una orientación para la investigación proyectual”. De la descripción de costumbres a una teoría del habitar. Segundo Congreso Internacional Ámbito Latinoamericano. Ed.: L. Giordano, Liliana D’Angeli. UBA. Bs. As. Kusch, F. (2008) Cuerpo y Territorio. En revista Waykhuli. Disponible en 99 Como parte del trabajo de acompañamiento y/o participación activa desarrollado por integrantes del equipo en procesos como los vividos en relación con Candonga y Canteras El Sauce se han realizado registros y montajes gráficos y fotográficos que procuran contribuir a la comunicación y valoración de los vecinxs respecto de la situación que viven y/o padecen. Algunos de estos montajes se muestran en la imagen 35 y fueron relaizados por Lucía Castellano tnto para convocatorias de la Asamblea de Vecinos del Chavascate como para fortalecer la valoración de la historia y la identidad de vencinos de Canteras El Sauce

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https://docs.g oogle.com/document/pub?id=1HyF9KfrS_ QHxm6uTwLIDRu2WAzWu5Ay-vsm8867XRFI (último acceso 11/11/2015)

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Proceso/salud/enfermedad y problemáticas ambientales Un conflicto en torno al uso y cuidado del agua en la zona de Candonga de las Sierras Chicas de Córdoba Garribia M. Sabrina, Lorenzatti Gabriela , Vreys Angelina. Aguas Dicen que el agua será imprescindible, mucho más necesaria que el petróleo. Los imperios de siempre por lo tanto nos robarán el agua a borbotones. Los regalos de boda serán grifos. Agua darán los lauros de poesía El novel brindará una catarata y en la bolsa cotizarán las lluvias Los jubilados cobrarán goteras. Los millonarios, dueños del diluvio, venderán lágrimas al por mayor Un capital se medirá por litros. Cada empresa tendrá su remolino, su laguna prohibida a los foráneos su museo de lodos prestigiosos , sus postales de nieve y de rocíos y nosotros los pálidos sedientos, con la lengua reseca brindaremos con el agua on the rocks. Mario Benedetti Introducción El presente artículo relata una experiencia vinculada con una Práctica Supervisada de Investigación (PSI) desarrollada en el marco del proyecto de investigación titulado: “Investigación-acción y (des) montaje transdisciplinar en torno a experiencias vinculadas con la salud (Pública, Ambiental, Comunitaria y Colectiva)”100. En dicho proyecto se abordan diversas problemáticas socio-ambientales derivadas de la puesta en juego de emprendimientos empresariales que afectan el uso, protección y acceso equitativo a bienes comunes como la tierra, las semillas y el agua. Epistemológica y metodológicamente, el proyecto se asienta sobre una combinatoria entre aquello que Breilh (2009) considera como Paradigma Praxiológico y la perspectiva de la Investigación Acción Participativa, tomando los aportes de Fals Borda (1989), Gabarrón y Hernández Landa (1994). 100

Proyecto subsidiado por SECyT de Universidad Nacional de Córdoba (período 2014-2015. Dirección: Valeria Cotaimich, quien también dirigió esta práctica junto con la Lic. Elba Mosso

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En ese marco, esta práctica de investigación tuvo como objetivo enfocada indagar, comprender, analizar y contribuir al abordaje de una problemática que padecen las poblaciones de Agua de Oro, Cerro Azul y El Manzano, situadas en las Sierras Chicas, Departamento Colón de la Provincia de Córdoba, a partir del desarrollo de una serie de emprendimientos inmobiliarios que se pretenden asentar sobre una zona conocida como “Candonga”. En dicho lugar se encuentra la toma de agua desde la cual la Cooperativa de Obras, Servicios Públicos, Sociales y Desarrollo Regional de Agua de Oro y Sierras Chicas Ltda abastece a las poblaciones mencionadas. En relación con lo planteado nos preguntamos ¿De qué manera los conflictos por el agua afectan a la salud de la población? ¿Qué aportes puede realizar la psicología al abordaje de conflictos relacionados con el ambiente? ¿Por qué es necesario investigar esta clase de problemáticas? Conflictos en torno al uso, distribución y apropiación del agua en la zona de Candonga

A veces me pregunto si estarán dispuestos a comer dólares u otro papel, cuando en esta madre tierra todo esté arrasado. Y todo es arrasado porque hay hombres y mujeres que no entenderán jamás, por su ilimitada ambición, que la tierra no les pertenece, sino que ellos y nosotros, todos, le pertenecemos. No la tenemos, Ella nos tiene y nos sostiene como parte integral de su ser, Ella nos presta la habitación en que vivimos, de nosotros depende pues, conservarla o destruirla (R. Asamblea de Vecinos del Chavascate)

El conflicto en torno al uso, distribución y apropiación del agua en Candonga está relacionado con la presencia de emprendimientos inmobiliarios y/o turísticos, entre los cuales se destaca “Candonga Villa Serrana”, propuesto por la empresa Ticupil S.A., que consiste en la construcción de un country con canchas de fútbol y de golf, restaurante y pileta, ofreciendo la venta de 308 lotes en 160 hectáreas. El aviso de proyecto de este emprendimiento, presentado ante la Secretaría de Ambiente de la Provincia de Córdoba, fue rechazado en dos oportunidades durante el año 2008. Luego, en el año 2010, a pesar de tratarse de una “zona roja”, fue autorizado por esta secretaría, a través de la Resolución Nro. 1200/10. Cabe señalar que, en el marco de la Ley Provincial N° 226


9814 de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos de la Provincia de Córdoba (en adhesión a la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, N° 26.331), la categoría de “zona roja” hace referencia a sectores de alto valor de conservación, en los cuales se prohíbe cualquier modificación en el uso del suelo. A partir de estos hechos, la cooperativa mencionada convoca en el año 2013, a una asamblea extraordinaria para informar la situación y debatir con las/os vecinas/os, con la intención de tomar posición respecto a la problemática. Este evento dio lugar a que se comenzara a reunir sistemáticamente la “Asamblea de Vecinos del Chavascate”, retomando antecedentes organizativos anteriores. Esta asamblea se declara en defensa del “derecho a la salud, al agua y a vivir en un ambiente sano” y desde entonces realizó una amplia diversidad de acciones en pos de evitar que se asienten en la zona, éste y otros emprendimientos de características afines. Como todo proceso de lucha significó mucho esfuerzo para las/os vecinas/os, quienes, a pesar de las trabas político/burocráticas, han ido adquiriendo cada vez mayor visibilidad y conquistando lugares en espacios de toma de decisión como la Mesa de Ordenamiento Territorial de la Cuenca del Chavascate, organizada por el Ministerio de Agua y Ambiente de la Provincia de Córdoba. Teniendo en cuenta lo planteado, podemos decir que la lucha de las organizaciones socio-ambientales, más allá de las demandas particulares que cada colectivo sostiene, conforma un movimiento socioambiental que cuestiona el modelo económico agro-exportador vigente en nuestro país que se encuentra vinculado con formas empresariales de carácter inmobiliario y turístico como las que afectan la región de las sierras chicas de la provincia de Córdoba, en la cual se encuentra Candonga. sobre todo debido al énfasis puesto en la acumulación de capitales por sobre la salud y el bienestar de la población Si retomamos lo expuesto por Imhoff, Aghemo y Parodi (2012), la crisis ambiental que atraviesa nuestra sociedad es actualmente una realidad innegable señalada por agentes sociales que la combaten planteando diversas alternativas y soluciones. En este sentido, las/os autores sostienen que: 227


(...) el fortalecimiento progresivo de estos actores se evidencia tanto en la diversidad de formas en que enfrentan la radicalización de la crisis ecológica, como en el impacto que su accionar tiene en la vida político-institucional, invitando a discutir políticas públicas, planificando, cuestionando los límites de la ciudadanía e interpelando incluso a los procesos de socialización política. (p.15). De esta manera, los movimientos sociales, en sus distintas expresiones, ocupan un lugar fundamental en los debates acerca de la emergencia ambiental que han ido adquiriendo auge en nuestro país y Latinoamérica; lugar desde donde se sostiene la importancia de la participación social en la toma de decisiones que involucran a los bienes comunes, el territorio, y la salud de la población. Así las/os autoras/es plantean que “(...) finalmente, y más allá de la clasificación que pueda hacerse de los movimientos ambientales, en tanto actores sociales protagónicos en los conflictos ambientales están problematizando e interpelando al concepto clásico de ciudadanía y al modelo tradicional de participación política, y constituyéndose en espacios de socialización política alternativa.” (p. 12) Es por esto que consideramos que la lucha de la Asamblea de Vecinos del Chavascate por proteger el ambiente y los bienes comunes implica, en última instancia, una demanda por hacer oír la voz de las/os vecinas/os, como actores fundamentales en la toma de decisiones que afectan sus derechos. Pensar la salud y el ambiente en términos de procesos La problemática señalada puede ser pensada en el marco del modelo económico extractivista vigente en nuestro país (Svampa, 2014), caracterizado por una forma diferencial de acceso/apropiación/uso de los bienes comunes que genera y reproduce inequidades sociales, e impacta en el proceso salud-enfermedad de la población (PSE). Siguiendo esta línea, consideramos que estos conflictos pueden ser entendidos a partir del proceso histórico y dinámico de relación entre el ser humano y la naturaleza, en el cual el primero modifica a la segunda en función de necesidades de e intereses económicos y políticos. 228


En este sentido, planteamos que las problemáticas ambientales no son producto de la naturaleza entendida como un dominio separado de la sociedad, sino que tienen que ver con un proceso social condicionado por decisiones políticas que responden a determinados intereses. Tomando los aportes de Breilh (2010), podemos decir que las condiciones ambientales conforman un espacio históricamente estructurado “(…) donde los procesos del entorno natural llegan a ser mediadores necesarios y donde se transforman las condiciones de reproducción social dominantes en bienes o soportes naturales que favorecen la salud, o en fuerzas destructivas que promueven la enfermedad.” (Breilh, 2009: 149) Es importante considerar que estos procesos no sólo traen aparejadas consecuencias en la salud de la población, sino que deben ser entendidas como parte constitutiva del PSE, comprendiéndolo en referencia a las diferentes construcciones sociales que realiza cada comunidad en un contexto socio-histórico y político determinado. De esta manera, retomamos la noción PSE propuesta por Laurell (1982) como eje para abordar esta problemática, ya que permite recuperar el carácter histórico y dinámico del proceso de enfermar y sanar en cada grupo social. Implica sostener que el enfermar no es un hecho aislado y biológico, propio de cada individuo, sino que se trata de un proceso social. En relación con esto, hay dos cuestiones que nos parece importante resaltar. En primer lugar, el avance de un proyecto inmobiliario que compromete el abastecimiento de agua de la zona en términos de cantidad y calidad, constituye un determinante del PSE, en tanto afecta la salud y calidad de vida de las/os vecinas/os, teniendo en cuenta que el agua es un componente fundamental para la vida. Este avance se ve enmarcado en un modelo político-económico de carácter extractivista, en el marco del cual se produce la decisión política de avalar este tipo de emprendimientos, en el que una empresa acumula capital en base a la explotación de bienes comunes. De esta manera, las decisiones políticas y económicas que traen consecuencias en el ambiente, generan también consecuencias en la salud de las personas, ya que, como demuestran las/os autoras/es la salud de una población está sujeta a las condiciones materiales de existencia que condicionan la expresión de los fenómenos biológicos definidas como salud y enfermedad. 229


Siguiendo esta línea, Breilh (2011), aludiendo a la construcción de una Epidemiología Crítica postula que, en sociedades caracterizadas por la aceleración de la acumulación capitalista, se deterioran aún más los problemas de salud y éstos aparecen asociados principalmente a la pobreza extrema por un lado, y a procesos de producción empresarial, uso peligroso de nuevas tecnologías y consumismo, por el otro. En este sentido, el autor remarca: El proceso [de construcción de una epidemiología crítica]101 nos ha tomado décadas y, si bien se ha realizado en el escenario académico de la investigación, ha implicado una permanente conexión entre nuestro trabajo epidemiológico con la lucha para confrontar al poder patógeno del sistema social, usando los instrumentos de la ciencia. Ha sido el esfuerzo por acompañar desde el quehacer académico la disputa de los sujetos políticos activos del movimiento popular: (...) [quienes] ahora en el siglo XXI [luchan] contra la aceleración de la acumulación económica por convergencia de usos peligrosos de la tecnología productiva, despojo y shock, que ha modificado el perfil de sufrimiento humano y ha diversificado las formas de exposición masiva a procesos dañinos, amplificando y diversificando los mecanismos de destrucción de los ecosistemas.” (pp. 10-11)[1] Desde la epidemiología crítica, se postula la salud como un derecho no solamente individual sino, y fundamentalmente, colectivo, vinculado a otros derechos que implican un modo de vivir saludable y que están sujetos al régimen económico, político y cultural vigente (Breilh, 2011). La segunda cuestión que nos interesa remarcar es que la salud no remite solamente a las maneras de enfermar y sanar de una población, sino también a la posibilidad de decidir en qué ambiente queremos vivir. En tanto seres sociales estamos determinados por nuestras condiciones materiales de existencia, y el ser conscientes de sí mismos y de esas condiciones, nos permite modificarlas en un proceso de adaptación creativa a la realidad que, como sostiene Pichón Rivière (1981), es el 101

Los corchetes corresponden a aclaraciones de las autoras de este trabajo

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proceso fundamental sobre el que se construye la salud. Al respecto el autor señala: “El concepto de adaptación activa que proponemos es un concepto dialéctico en el sentido de que en tanto el sujeto se transforma, modifica al medio, y al modificar al medio se modifica a sí mismo” (p.66). Aportes de investigaciones vinculadas con Salud Pública, Geografía y Psicología. Siguiendo con la línea transdiciplinar del proyecto-marco, para la realización de esta práctica indagamos en torno a diversas investigaciones afines a esta, realizadas desde diferentes campos disciplinares. A continuación compartimos algunos de los aportes de estas indagaciones para finalizar con reflexiones respecto a cuestiones particulares vinculadas con el campo de la Psicología. En primer lugar, mencionaremos una investigación llevada a cabo en la Universidad de Antioquia-Colombia por un grupo de alumnas/os y profesoras/es publicada en el año 2009 en la Revista de la Facultad Nacional de Salud Pública Colombia. Este artículo se titula “Epidemiología y la relación salud-ambiente: reflexiones sobre el cambio ambiental, desarrollo sustentable y salud poblacional.”. Consiste en un ensayo acerca de la discusión planteada en torno a la problemática ambiental actual colombiana y su relación con la salud de las poblaciones. Una de las propuestas para este análisis consiste en considerar las limitaciones del modelo de desarrollo económico y social, centrado en la acumulación desmedida de capital y la producción industrial, como principales generadores de consecuencias negativas sobre los recursos naturales, el equilibrio de los ecosistemas y la vulnerabilidad humana. Este ensayo abre el debate acerca de las premisas del desarrollo sustentable y de la justicia ambiental, entendida como el derecho de las personas a vivir en un medioambiente saludable. Así mismo reflexiona sobre la responsabilidad de la universidad en la formación profesional en torno al área de epidemiología ambiental. Dentro de las conclusiones a las que llegan las/os autoras/es, se pueden mencionar: la necesidad y potencialidades de la implicación de la ciudadanía en el abordaje de estas problemáticas, la importancia de explorar y fomentar el consumo saludable, y la educación como principal motor de cambio para promover la justicia ambiental. 231


Por otro lado, retomamos la investigación llevada a cabo por Deón (2014) en el marco del trabajo final de grado en la carrera de Geografía de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U.N.C. titulada: “Gestión de cuencas, conflictos por el agua y el uso del suelo. El caso de la cuenca del río Chavascate, Córdoba, Argentina”. La misma establece entre sus objetivos, en primer lugar, analizar los intereses puestos en juego al interior del campo político-territorial, por diversas/ os agentes involucradas/os en el conflicto por el uso del suelo y el agua de la cuenca del río Chavascate; en segundo lugar, indagar las restricciones en torno a la institucionalización de un comité de cuenca como órgano de gestión o asesoramiento del recurso hídrico, para aportar a su constitución; y por último analizar el rol que cumple la Coordinadora Ambiental y de Derechos Humanos de las Sierras Chicas en torno a la articulación interorganizacional a escala regional en general y de la cuenca del río Chavascate en particular. Esta investigación realiza un análisis y descripción de diversas movilizaciones vecinales y regionales que constituyen las bases para la lucha por el agua y el uso del suelo en toda la Provincia de Córdoba. Uno de los principales aportes que realiza este trabajo consiste en retomar la noción de territorio-cuenca para dar cuenta de los procesos de lucha que nacen al interior del campo políticoterritorial construido en torno al inicio del camino del agua, es decir la cuenca. En este sentido, el autor realiza un estudio de los conflictos y las instituciones del agua y el planeamiento del uso del suelo para visibilizar que, problemáticas como las inundaciones y bajas disponibilidades de agua, forman parte de la historia de estos territorios. Por esto considera que, la gestión del territorio-cuenca debe consistir en un trabajo técnico y social, construido a partir de la intervención de diversas instituciones y organizaciones sociales. Los planteos realizados por Deón (2014) aportan una mirada geopolítica acerca del territorio-cuenca como espacio de lucha y las/os agentes involucradas/os en el conflicto por el agua y el uso del suelo en las Sierras Chicas de Córdoba. Otra investigación relevante que podemos mencionar es el trabajo realizado por Díaz, Gariglio, y Ponce (2012) con el objetivo de analizar el activismo ambiental como comportamiento pro-ambiental y forma de participación política enmarcada en organizaciones socio-ambientales. La misma constituye una tesis de grado de la carrera de Licenciatura en 232


Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba y se titula “Activismo Ambiental: aproximación a su abordaje desde la Psicología Ambiental y la Psicología Política en Córdoba, Argentina”. Las/os autoras/es utilizaron una serie de variables psicosociales y psicopolíticas que fueron relacionadas con las variables sociodemográficas de sexo, edad y nivel de conocimiento sobre problemáticas ambientales, en dos poblaciones diferentes: activistas y no activistas. Las variables psicosociales elegidas fueron la percepción de riesgo ambiental, la preocupación ambiental, las actitudes ambientales, los valores sociales y el nivel de conocimiento sobre problemáticas ambientales. Las variables psicopolíticas empleadas fueron la participación política individual, la eficacia política interna y la ideología política. Los resultados establecieron que las/os activistas presentan mayor conocimiento de la problemática ambiental y mayor percepción del riesgo ambiental que las personas no activistas. Así mismo, la población no activista se identifica en mayor medida con valores sociales de autopromoción y conservadurismo, y con la ideología política conservadora represivo nacionalista. Por último, no se encontraron diferencias significativas en las variables eficacia política interna y actitudes ambientales. En la misma línea, Aghemo, Imhoff y Paz García (2012) en su trabajo titulado “Conflicto socioambiental e identidad: exploración de la identidad política de tres organizaciones socioambientales cordobesas.”, se propusieron indagar acerca de las construcciones de identidad política de ciertas organizaciones con participación activa en conflictos ambientales locales, para buscar similitudes y diferencias con los nuevos movimientos sociales y tipologías de organizaciones ambientales. Las agrupaciones elegidas fueron “Asamblea ¡Córdoba Ciudad Despierta!, la “Coordinadora Córdoba en defensa del Agua y la Vida”, y el Colectivo “Paren de Fumigar”. Las/os autoras/es parten de la suposición de que el conocimiento y comprensión de la identidad política de un colectivo permite dar cuenta de la manera en que las/os actoras/es del mismo interpretan el entorno, los conflictos que las/los movilizan y las pautas de acción que eligen en consecuencia. A su vez, plantean que los 233


conflictos ambientales suponen la emergencia de nuevas identidades políticas con características particulares, ya que las/os actoras/es que participan se constituyen y reconstituyen a partir del mismo. Con este objetivo, se realizaron entrevistas a integrantes de las organizaciones analizadas, teniendo en cuenta dos dimensiones: la identificación endogrupal y la diferenciación exogrupal. Respecto de los nuevos movimientos sociales, se buscó entender de qué manera estas organizaciones se relacionan con la historia de lucha del pueblo argentino, es decir qué rasgos mantienen y de cuáles se apartan, cómo se vinculan con el movimiento obrero y si es pertinente la categoría de clase para pensar dichos fenómenos. De esta manera se constata que, si bien los conflictos en los que se involucran las mismas exceden la tradicional disputa capital-trabajo, no dejan de estar caracterizados por la problematización de la forma de organización socio-económica capitalista. Por otro lado, se observa que dichos colectivos participan de una forma de organización característica de las organizaciones sociales contemporáneas. En este sentido, se afirma que promueven una ciudadanía activa y participativa, y muestran un marcado contenido contra-hegemónico tanto en sus acciones como en su identidad, caracterizada por una gramática moral que destaca el respeto a la autonomía, la libertad, el igualitarismo, la democracia de alta intensidad, la horizontalidad y la solidaridad. Por último, se concluye que se constituyen como espacios de socialización política alternativa, donde se impulsa la voluntad emancipadora de las/os individuos, siendo fundamental para esto la propuesta de un proyecto que a la vez que respeta la diversidad, genera identificación identitaria. Las problemáticas ambientales han adquirido en el último tiempo mayor visibilidad, constituyéndose en el foco de numerosas investigaciones científicas en el ámbito sanitario, social, político y ambiental. De esta manera, se generan nuevos interrogantes que nos invitan a pensar al ambiente y su relación con múltiples procesos sociales, de manera transdisciplinar. 234


Reflexiones desde el campo de la Psicología Nos parece importante pensar en los aportes que la Psicología puede hacer al abordaje de estos conflictos. Conflictos que están tomando cada vez mayor protagonismo no sólo debido a la intensificación del modo de producción extractivista, sino también a las acciones y luchas que realizan distintos grupos sociales. Saforcada (1998) toma lo planteado por Kelly y Gelfand en cuanto a la importancia de propugnar que las/os psicólogas/os trabajen en la comunidad y dirijan sus esfuerzos hacia la salud, y no la enfermedad. Según el autor la psicología constituye un campo clave para complejizar el PSE, comprendiendo a la salud como fenómeno integral. En consonancia con la perspectiva de trabajo transdisciplinar planteada en el proyecto marco, se considera la investigación como una práctica social que debe contribuir a procesos de cambio social y sanitario. Cuestión que podemos considerar afín a lo señalado por Kelly (1998) cuando plantea que: “(...) la investigación se transforma, sin duda, en un proceso de descubrimiento colaborativo, de toma de decisión conjunta...” (p.124). De la misma manera y de acuerdo a la propuesta metodológica recuperada, es importante remarcar el carácter transformador de la investigación acción-participativa en los procesos sociales y la importancia de promover el compromiso social de las/ os psicólogas/os. Con esto se busca impulsar investigaciones en y con la comunidad que contribuyan a problematizar las demandas y buscar soluciones de manera colectiva. En este punto, nos parece importante recuperar los aportes de Svampa (2012) respecto a la posibilidad de integrar el compromiso militante y la investigación académica, a fin de lograr una mayor comprensión y reflexividad sobre las diferentes realidades sociales. En esta línea, la autora sostiene la importancia de romper con el imperativo de separación irreconciliable entre el campo académico y la acción militante, propio del modelo académico hegemónico. Así, no se trata de abandonar el espacio de militancia, sino de buscar un lugar dentro de él, que implique compromiso y crítica en la producción de conocimientos. El desafío, en este sentido, apunta a “(...)contribuir a la construcción de nuevas alternativas políticas, en el vaivén que se establece entre el pensamiento y la acción, la teoría y la praxis transformadora.” (p.33). 235


Es necesario para ello reflexionar sobre los propios saberes y competencias, asumiendo una posición política y reafirmando nuestro lugar de investigadores/as críticos/as. En consonancia con lo planteado anteriormente, resulta interesante enriquecer el análisis de la problemática teniendo en cuenta que “... la conciencia cada vez mayor de los riesgos y la incertidumbre explica por qué aquellos debates y decisiones que antes estaban reservados exclusivamente a los técnicos y las burocracias especializadas, hoy adquieren un sentido social y político más amplio.” (Svampa 2014: p.8). En este sentido, y de acuerdo con lo que hemos ido registrando en nuestro trabajo de campo, la organización y resistencia que propone una parte de las poblaciones afectadas, da cuenta de un proceso de lucha orientado a generar cada vez mayor participación en la toma de decisiones que involucran a la naturaleza y a la sociedad en su conjunto, proponiendo debates colectivos en torno a la organización del territorio y la defensa de los bienes comunes. Por lo expuesto, este trabajo es una invitación a seguir complejizando y construyendo conocimientos en éste, y cualquier campo de acción en donde se produzcan y reproduzcan inequidades sociales, para contribuir a procesos de transformación social. Referencias Bibliográficas Breilh J. (1991). Epidemiología: Economía, Política e Saúde. UNESP-HUCITEC. S. Paulo. Brasil. --------- (2009). Epidemiología Crítica: ciencia emancipadora e interculturalidad Editorial Lugar. Bs. As. Cotaimich V. (2013). Salud y ambiente. Desafíos y aportes en el campo de la Psicología ante las urgencias ambientales derivadas de las lógicas del capitalismo contemporáneo. Revista La Fuente. Deón Joaquín (2014) Gestión de Cuenca. Conflictos por el uso del suelo y el agua en las Sierras Chicas: el caso de la cuenca del Río Chavascate. Tesis de Licencaitura en Geografía. Universidad Nacional de Córdoba. Fals Borda O. y Rahman, A. (1992). La situación actual y las perspectivas de la IAP en el mundo. En Salazar, M. C. (Ed.), La Investigación-Acción participativa. Inicios y desarrollos. Ed. Popular/OEI/Quinto Centenario. Madrid Gabarrón L. R. y Hernández Landa L. (1994). Cuadernos Metodológicos 10. Investigación participativa. Madrid, España: Centro de Investigaciones Sociológicas 236


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Elementos para pensar la relación entre

psicología, ambiente, territorio y comunidad

María Emilia Ojeda Mientras todos dicen que todos somos responsables, pero al mismo tiempo dicen que nadie lo es, de la ruina del planeta aparecen más expertos que fabrican confusas declaraciones como “al sacrificio de todos” Eduardo Galeano. Las venas abiertas de América Latina. Este artículo presenta, sintéticamente, una serie de cuestiones en torno a la relación entre psicología, ambiente, territorio y comunidad. Emerge de una práctica de investigación-acción desarrollada en el marco del proyecto de extensión universitaria titulado “Salud pública, ambiental y colectiva en las sierras chicas. Una propuesta de Investigación-acciónparticipativa (2014-2016)102”. En ese marco mi práctica consiste en contribuir al abordaje de una problemática socio-ambiental y territorial que se plantea en una zona de la comuna “El Manzano” conocida como “Canteras El Sauce”. Aquí solo haré referencia a ciertos aspectos teóricos planteados en la primera etapa de rastreo bibliográfico. Psicología y ambiente Partimos considerando al ambiente como elaboración teórica y discursiva, como construcción social y cultural realizada en un contexto histórico particular. En ese sentido siguiendo a Milesi cabe afirmar que: (...) los discursos que toman por objeto a la problemática ambiental, son visualizados como simples declaraciones sobre el ambiente, cuando en realidad son mecanismos que contribuyen a configurar las nociones acerca del ambiente, al tiempo que dan cuenta de las ideas que sobre el medio circulan en la sociedad (Milesi 2009: 1). Analizar este carácter discursivo de la construcción social del ambiente, nos posibilita pensar en sus condiciones de producción,teniendo en cuenta aspectos culturales, institucionales, políticos y económicos de 102 Proyecto subsidiado por SEU de Universidad Nacional de Córdoba (período 2014-2015. Dirección: Valeria Cotaimich, quien también dirigió esta práctica junto con la Arq. Lucía Castellano,

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un momento socio-histórico dado; y así comprender la multiplicidad de procesos que intervienen en la manera en que se concibe el ambiente. A partir de allí la intención es introducirnos a conocer las construcciones “hegemónicas” sobre el ambiente o lo ambiental en el campo del conocimiento científico /académico de la Psicología. Así como también mencionar algunos procesos y hechos socio-políticos que han marcado un giro en torno a estas concepciones. En primer lugar, tomamos en cuenta la imperancia del paradigma positivista (que surge con A. Comte en el s. XIX) en el desarrollo del conocimiento científico/académico marcando una fuerte impronta en las primeras construcciones teóricas desde las cuales se abordó la categoría de “ambiente”. Al respecto Loyola, Conesa y Castro plantean que: “Las primeras concepciones definían el medio ambiente como el conjunto de factores y aspectos físicos naturales que rodean a los seres vivos, condicionando su existencia” (Loyola, Conesa y Castro 2007: 15). A partir de allí se gestan desarrollos científicos caracterizados por la primacía de las Ciencias Naturales (que nos remontan al s. XIX) y que sostendrán, siguiendo a Domenech e Ibáñez (1998: 3) “(...) la existencia de la realidad como algo independiente de la acción humana”. Así, se propone un conocimiento a partir del método científico, estrictamente construido en relación con leyes causales susceptibles de constatación mediante la observación. Para ello: “(...) la producción de conocimiento científico debe ser un proceso sin sujeto, un proceso desde ningún lugar, un proceso, en fin, ahistórico y asocial.” (Ob. Cit.: 4) En este contexto de la ciencia, se desarrollan los primeros estudios sobre el ambiente, estableciendo una tajante división entre lo que van a considerar las disciplinas científicas y las filosóficas. De esta manera el desarrollo del conocimiento tomará el camino de las ciencias dominantes: buscando una “objetividad” científica según sus parámetros. Según Milesi (2013:1) “(...) el notable desarrollo alcanzado por las ciencias de la naturaleza en el siglo XIX, llevó a que las mismas se constituyan en el modelo científico a seguir. Consecuentemente el conocimiento fue compartimentado en áreas específicas (…)”. No obstante, esta histórica división entre Naturaleza y Cultura, base de la organización del campo científico, a la cual hace referencia la autora (dividiendo el campo de interés que les correspondiera a las Ciencias Naturales y Sociales), podemos decir que la Psicología, al igual que ciencias sociales como la Sociología, se han visto fuertemente influenciadas por el paradigma imperante de la época, que persiste en la actualidad a través de diversos enfoques y ramas teóricas. En este sentido cabe esbozar una breve descripción, en torno a cómo el 240


ambiente se ha conformado en objeto de estudio de la Psicología, teniendo en cuenta las particularidades que ha ido tomando cada contexto histórico. Emergencia y desarrollo de la Psicología Ambiental La Psicología Ambiental (PA) en tanto disciplina, emerge y se institucionaliza como tal, en el s. XX. Según Acosta Cervantes, G. (2010: 3) se pueden considerar tres hitos en su desarrollo. 1°. La prehistoria de la P.A (hasta 1960): se otorga importancia a los estímulos del medio a partir de los estudios de percepción realizados por Fechner y Wundt, en los primeros trabajos de la Escuela de Ecología Humana en Chicago. Se incluyen también desarrollos de la Escuela de la Gestalt, sobre la vida en las urbes. Dentro de los autores más influyentes se encuentran Brunswik, que usó por primera vez el término PA, y Kurt Lewin. Se destaca a la Psicología Ecológica como la principal precursora. 2°.- Un período de institucionalización (de 1960 a 1989): La P.A es reconocida oficial y formalmente como área de la Psicología. “(…) esto se ve favorecido por una serie de acontecimientos que tienen lugar sobre todo en EE.UU y que se caracterizan por una explicitada sensibilidad hacia los problemas sociales predominantes en la época como la contaminación atmosférica y la acumulación de residuos (…)”. 3°.- Período de consolidación y desarrollo (desde 1980 a la actualidad) “En el que la PA, se convierte finalmente en una disciplina de difusión e investigación en las universidades de todo el mundo, aunque principalmente en los EE.UU”. En el segundo período señalado, en las décadas de los ´60 y´70, cobra importancia el surgimiento de movimientos sociales y organizaciones no gubernamentales que se ocupan y protagonizan un cambio en las representaciones sociales sobre el ambiente, cobrando mayor importancia las perspectivas preocupadas por su preservación ante los efectos del consumo y el desarrollo industrial y tecnológico. Siguiendo a Milesi: El ambientalismo entra en escena, dando origen a una nueva formación discursiva surgida de la necesidad de dar cuenta de esa naturaleza impactada (...) el tono característico está dado por un cambio en la mirada, una visión de conjunto que incorpora el medio, ya no como universo diferenciado y a disposición del ser humano, sino interrelacionado con la actividad humana. Una suerte de sistema con diversos componentes todos necesarios y relevantes (Milesi 2009: 2,3). 241


Este cambio, gestado desde el campo socio-cultural y político empieza a tener cierta influencia al interior de las instituciones del conocimiento. De esta manera, podemos observar el efecto que los movimientos sociales van ocasionando al interior de la sociedad, volviendo pública y en tela de discusión diversas problemáticas ambientales, que ya no son asunto sólo de “especialistas”. Al respecto la autora agrega que, en algunos sectores se gestó una conciencia “(...) acerca de las limitaciones que debían imponerse a los hallazgos científicos, interesados exclusivamente en el rédito económico y sin la adecuada ponderación del empleo de métodos, técnicas, sustancias, y descubrimientos para la vida misma” (Milesi 2009: 2). Problemáticas socio-ambientales y territorio Una definición de ambiente que cabría citar es la de Loyola, quien lo define como: “El conjunto de factores naturales, culturales, tecnológicos, sociales o de cualquier otro tipo, interrelacionados entre sí, que condicionan la vida del hombre y de todos los seres vivos, a la vez que, constantemente, son modificados por la especie humana” (Loyola et al. 2007:1). Como señala el autor, no es posible abordar el ambiental separado de la actividad humana, puesto que se omitiría el entramado de relaciones que configuran un hecho social, volviéndose un límite para el abordaje de la complejidad que este reviste; y, consecuentemente, un obstáculo para construir alternativas en pos de garantizar acciones que favorezcan su cuidado y, con él, la salud de la población. Siguiendo a Wiesenfeld (2001:4) sostenemos que: “La premisa fundamental de esta disciplina (Psicología Ambiental) es que persona y ambiente se encuentran co-implicados (...)”. Esta co-implicancia se constituye desde una mirada social y crítica. Es por ello que proponemos hablar de problemáticas socio/ambientales, destacando su carácter social, histórico, político y cultural. Desde esta perspectiva, no cabría definir a priori los problemas ambientales sin tener en cuenta los actores sociales que también lo configuran, a partir de construir su hábitat, participando de procesos productivos y reproductivos (Merlinsky, 2013: 21). Es decir, un abordaje que pretenda analizar el carácter problemático de una determinada situación ambiental deberá detenerse especialmente en esa relación. Aquí cabe preguntarnos: ¿qué prácticas humanas están ocasionando un 242


cambio ambiental? esto ya sea que nos refiramos al ejido urbano, a las zonas rurales, a cerros y montañas o a lagos y ríos. Otra noción que es de especial importancia para el estudio de una problemática socio/ambiental, dentro del campo de la Psicología y las ciencias de la salud, es la de territorio. Siguiendo a Da Representacao (2009: 3) lo consideramos como espacio material y simbólico que hace a la construcción de identidades colectivas, ante el cual se plantean diversas acciones y políticas públicas. Aquí se plantea una naturaleza triple del espacio y del territorio de orden material, simbólica y política. Allí los individuos convergen y actúan e interactúan con otras personas, otros objetos y otras formas espaciales. Esta noción nos permite precisar teóricamente la dinámica e interacción entre actores sociales, instituciones (estatales y privadas) y entidades gubernamentales en su relación concreta con el espacio material y los recursos naturales. Consideramos la misma como una cuestión vertebral para el abordaje de la complejidad que reviste una problemática socio/ambiental. Lo problemático. Una apertura al proceso salud/enfermedad. Habiendo definido estas nociones, es necesario detenernos en el carácter conflictivo de una determinada situación que emerge como problema socio/ambiental. La idea de conflicto, en este sentido nos remite a la noción de campo sostenida por Bourdieu (1995: 77, 78); concebido como campo de fuerzas Siguiendo esta idea, concebimos al territorio como un campo social, cuyos agentes sociales mantienen relaciones de fuerza entre sí, de acuerdo a determinados intereses vinculados con la posición que ocupan en este sistema de relaciones. Vinculamos esto con lo señalado por Merlinsky (2013: 40) quien afirma que, los conflictos ambientales “(...) ponen en cuestión las relaciones de poder que facilitan el acceso a esos recursos que implican la toma de decisiones sobre su utilización por parte de algunos actores y la exclusión de su disponibilidad para otros actores”. Desde esta perspectiva, se evidencia el carácter dinámico de una problemática socio/ambiental, signada por aspectos estructurales de orden económico/político, así como la diversidad de prácticas humanas, sentidos e intereses que se despliegan sobre una misma situación. El abordaje del carácter conflictivo y dinámico de una problemática socio/ambiental en el campo de la salud, debiera ser vinculado con la noción de proceso/salud/enfermedad, considerando 243


sus determinaciones socio-económicas, políticas y culturales. Además, para dar cuenta de la especificidad/complejidad de una problemática particular, es preciso situarnos allí donde transcurre la vida cotidiana de los sujetos implicados, procurando evitar un análisis desde parámetros aislados en tiempo y espacio. En este sentido Rojas Soriano sostiene: La Salud y la Enfermedad se presentan como dos polos de un mismo proceso; se encuentran en relación dialéctica y no mecánica o lineal, esto significaría concebir la salud y la enfermedad como estados en los que se pasa de uno a otro sin mediar entre ellos una relación compleja y cambiante determinadas por circunstancias sociohistóricas (Soriano 1985: 3). Desde esta concepción del proceso salud-enfermedad se trasciende la idea del factor natural, biológico como el más importante, y se plantea una concepción del sujeto social, como actor y ser activo en este proceso. La mirada está puesta en los grupos humanos, en los colectivos; aspecto que nos posibilitará analizar la determinación social del proceso. Esto nos permite acercarnos al modo en que un colectivo, una comunidad se encuentra, comparte, discute, y aborda una problemática que afecta sus condiciones de salud. Siguiendo al proyecto en el cual se enmarca este texto, proponemos vincular lo planteado hasta aquí con premisas asociadas al “Paradigma praxiológico” (Breilh, 2003: 12). Esto implica colocar “(...) la relación dinámica objeto-sujeto como eje del conocimiento e inserta la praxis como sustento y condición de dicha relación y no como un elemento “externo”. Dicha posición supone una ruptura con los paradigmas dominantes de la ciencia, poniendo énfasis en la relación dinámica que se establece entre sujeto y objeto de conocimiento, en un proceso en el cual se modifican mutualmente. Siguiendo a Breilh (2003: 13) “(...) el sujeto sólo puede serlo en relación con lo que conoce, lleva siempre el sello del objeto, y las características del objeto contienen siempre elementos subjetivos (...)”. Desde este paradigma, resulta sustancial la búsqueda de las determinaciones y condiciones biológicas, culturales, económico-políticas, que atentan contra la salud de una población. Así el conocimiento está dado por la necesidad de conocer la génesis de una realidad compleja que posibilite la construcción, a partir de la diversidad de saberes, de alternativas que transformen esas condiciones. En relación con esto último, sostenemos la importancia que tiene para un trabajo en favor de la salud y el cuidado del ambiente, promover 244


la participación comunitaria. Retomando a Sánchez (2001), citado por Wiesenfeld (2003: 257) consideramos esta última como fundamental para generar “(...) un proceso de acción colectiva, voluntaria e inclusiva, mediante el cual la comunidad, de manera organizada, gestiona el logro de metas comunitarias”. Este es un asunto fundamental, para pensar los procesos comunitarios y colectivos en torno al ambiente y el territorio. Referencias Bibliográficas Acosta Cervantes G. (2010). Cuadernillo de Apuntes: Psicología Ambiental. Tecnológico de Estudios Superiores del Oriente del Estado de México. Disp en: http://www.tesoem.edu.mx/alumnos/cuadernillos/2010.026.pdf (03/02/16) Bourdieu P., Wacquant L. (1995). Respuestas. Por una antropología reflexiva. Editorial Grijalbo. DF México. Breilh, Jaime (2003). Epidemiología crítica. Ciencia emancipadora e interculturalidad. Ed. Lugar. Bs As. Da Representacao, N. (2009) Los espacios comunes como problema. Sociabilidad, gestión y territorio. En El retorno de lo político a la cuestión urbana. Ed. Prometo. Universidad Nacional de Gral. Sarmiento. Bs As. Doménech M e Ibáñez, T. (1998). La Psicología Social como crítica: percepción intelectual del tema. Anthropos: Huellas del conocimiento. Barcelona Galeano E. (2007). La venas abiertas de América Latina. Ed. Catálogos. Bs. As Loyola L. A., Conesa, G., Ing., Castro, R., Plan Federal de Salud. Ministerio de Salud. Presidencia de la Nación (2007). Posgrado en salud social y comunitaria. Módulo 3: salud y ambiente. Mariela Rossen Bs As Merlinsky Gabriela (comp.) (2013) Cartografías del conflicto ambiental en Argentina Fundación CICCUS. Ciudad Autónoma de Buenos Aires Milesi A. (2009). Formaciones discursivas sobre el ambiente. ALEDar. Disponible en http://aledar.fl.unc.edu.ar/files/MilesiAndrea1.pdfhttp://aledar.fl.unc.edu.ar/ files/Milesi-Andrea1.pdf (Última Consulta 12/3/2016) Milesi, A (2013). Ambiente: Entre la naturaleza y la cultura. Disp en: https://rdu.unc.edu.ar/bitstream/handle/11086/1418/Milesi,Andrea. pdf ?sequence=35 (Última Consulta 12/3/2016) Rojas Soriano R. (1985). Capitalismo y Enfermedad. Ed. Folios. DF. México. Wiesenfeld E. (2001) La problemática ambiental desde la perspectiva psicosocial comunitaria: hacia una Psicología ambiental del cambio. Medio Ambiente y Comportamiento Humano, Vol. 2. En: Ed. Resma. Univ. central de Venezuela. Wiesenfeld E. (2003). La Psicología ambiental y el desarrollo sostenible. ¿Cuálpsicología ambiental?, ¿Cuál desarrollo sostenible? Rev Estudios de Psicología. 245


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El mural de Los Wachos del Trope De “Trasladan la Villa El Tropezón” a “El Trope no se va!” Aldo Esteban Morales103

Hay aerosoles que son usados para marcar el despojo de una familia completa. Hay otros que expresan el dolor y la bronca, manchan. Ojos que no ven, corazón que no siente. Y, ante eso, la opinión pública. Melina Dassano. ECOS Córdoba. Colectivo de Comunicación

Introducción “El Tropezón se va”, “el Trope no se va”. Estas frases, escuchadas en numerosas ocasiones a lo largo de una experiencia realizada en Villa El Tropezón (situada en los márgenes de la ciudad de Córdoba, Argentina), pusieron de manifiesto una disputa entre dos sectores y dos posiciones sociales antagónicas: una comunidad de casi 300 familias, expresando su voluntad de continuar en un territorio que habita desde hace 50 años; y un sector que lleva adelante una apuesta público-privada de gentrificación urbana104, buscando la revalorización 103 Prof. Lic. en Psicología. Integrante del ELAPS (Espacio-Laboratorio de Arte/s, Performance/s y Subjetividades) y Prof, adscripto en la cátedra de Psicología y Derechos Humanos de la Fac. de Psicología de la Univ. Nac. de Córdoba. Becario del Colegio de Psicólogos de Córdoba (período 2015-2016), junto al Lic. G. Praddaude. Integrante del Colectivo de Comunicación ECOS Córdoba 104

La palabra gentrificación, del inglés gentrification, alude al desplazamiento de una población de su lugar de origen, que luego es ocupado por nuevos grupos sociales. El término, originado en procesos ocurridos en Londres y Nueva York, ha sido reformulado como “latino-gentrificación” por Janoschka y Sequera (2014), atendiendo a las particularridades de la región Latinoamericana, donde dichos autores plantean que “(...) el desplazamiento es una política estratégica para expulsar ciertas prácticas (sociales, culturales, económicas y políticas) no deseadas, impidiendo que cierta población pueda consumir y apropiarse de partes específicas de la ciudad, erradicando así las expresiones culturales de la pobreza de los centros de las ciudades. Por ello, la aplicación de políticas de desplazamiento (a menudo violentas) es una cuestión clave (…). La gentrificación es más que una secuencia de cambios en la composición social de los habitantes ya que, también incluye la transformación de diferentes aspectos de la vida cotidiana, así como Implica la expulsión y despojo de sectores de la población más desfavorecida de espacios que son reclamados por poderosas coaliciones públicoprivadas” (Borsdorf y Hidalgo, 2013; Schlack y Turnbull, 2011; López-Morales, 2011, c.p. Janoschka y Sequera, 2014, pp. 4-5). Estudios sobre el espacio urbano cordobés, describen dicho proceso como “embellecimiento estratégico” de la ciudad (Boito y Espoz, 2014, p. 67)

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de tierras, de la mano de la especulación inmobiliaria de grandes empresas de construcción y del propio gobierno provincial. En medio de esta situación, surgieron otras opciones entre lxs vecinxs, producto de urgencias ante las cuales se preguntaban “Se nos derrumban las casas por la obra del Nudo, ¿nos vamos, a dónde?”. Ante ello se presentó como alternativa -ofrecida por el Gobierno- un grupo de viviendas en Barrio Vicor/Héroes de Malvinas, en la zona sudoeste de la ciudad, a 15 km. de distancia y sin líneas de ómnibus que conecten directamente ambos puntos. Esta disputa quedó plasmada en diferentes paredes de las viviendas de vecinxs que aún continúan viviendo en la Villa. Ambos mensajes, “El Tropezón se va”/”El Trope no se va”, se expresaron en pintadas, con aerosoles o pinceles, siendo utilizadas algunas de estas pintadas “para marcar el despojo”, y otras para expresar “el dolor y la bronca”, como describe la cita inicial. En dicho contexto de disputa se inscribe el presente trabajo, resultado de un proceso de Investigación-acción-participativa junto a vecinxs de Villa El Tropezón, que se inició en un trabajo grupal realizado en el marco de Prácticas Pre-Profesionales (PPP) del Contexto Sociocomunitario de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) (Mazur, Morales y Pardo, 2012). Este proceso continuó a través de un Taller de Fotografía desarrollado durante el año 2012 (Bailo Frías, De La Agua, Mazur y Morales, 2012) y se extendió por medio de visitas periódicas a vecinxs durante los años 2013 y 2014. A fines de 2014, procurando seguir en este camino, desde el ELAPS de la misma Facultad, se planteó un proyecto de extensión comunitaria que fue seleccionado y becado por el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba para ser desarrollado en el período 2015-2016 (Morales y Praddaude, 2015). Las experiencias correspondientes a esta etapa implicaron un intercambio permanente y aportes teórico-metodológicos en el marco del ELAPS105. 105 Estos intercambios se plantearon entre compañerxs que participaron del proyecto titulado: “Investigación-acción y (des) montaje transdisciplinar en torno a experiencias vinculadas con la salud (Pública, Ambiental, Comunitaria y Colectiva)”, subsidiado por la SECyT de la UNC, desarrollado durante los años 2014-2015, con la dirección de Valeria Cotaimich.

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La intervención se realizó –y continúa realizándose- en forma conjunta con la Asociación Civil Arturo Orgaz, a partir de la inquietud de un grupo de vecinas organizadas, quienes manifestaban, a fines del año 2014, el temor a tener que abandonar la Villa El Tropezón y con ello las redes de apoyo mutuo, frente a la construcción de un Nudo Vial en terrenos donde estaban emplazadas muchas de sus viviendas. A este equipo inicial se integraron la trabajadora social del Centro de Salud Nº 77 de Barrio Don Bosco, una comunicadora social del colectivo de comunicación popular Indymedia Córdoba106, tres integrantes del Colectivo Cordobés de Psicólogxs Comunitarixs, y un recreólogo-muralista que compartió su proyecto de murales colectivos titulado Mambo Muluc (Oroná, 2015)107.A lo largo de la experiencia, la intervención estuvo orientada al acompañamiento de procesos organizativos de vecinxs que desean continuar viviendo en la Villa, enfocándonos en las implicancias que esto tiene en el proceso saludenfermedad de esta comunidad (Pampliega de Quiroga, 2001).En el camino, nos encontramos con significativas expresiones culturales (Reguillo Cruz, 2006) de un grupo de jóvenes que se vieron frente a frente con el riesgo, a veces vivenciado como inevitable, de la desaparición del lugar que los cobijó, los vio crecer, y que forma parte indisociable de su identidad. En el encuentro cotidiano con lxs jóvenes, se propuso un abordaje que incluyó aportes de una modalidad de trabajo considerada como “(Des) montaje transdisciplinar” (Cotaimich, 2014)108. Se trabajó durante un año en un mural colectivo, que puso en tensión e interrogó sobre diferentes prácticas y discursos que se plasmaron a través de pintadas en las paredes de la Villa, fuertemente relacionadas a esta disputa presente en las frases “El Tropezón se va”/”El Trope no se va”. 106

Sitio web Indymedia Córdoba. http://argentina.indymedia.org/features/cordoba (26/3/2016)

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A partir de aquí, este equipo será denominado Equipo Ampliado.

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Un (Des) montaje transdisciplinar cosntituye un proceso de reflexión crítica y propositiva que se basa en una relación dialéctica y dialógica entre investigación sobre montajes instituidos y naturalizados (de corte capitalista) que generan estereotipia, sufrimiento y malestar, e instancias instituyentes, a través de los cuales se generan montajes diriigdos a sentar interrogantes e incidir en las formas naturalizadas e institucionalizadas de subjetivación. Técnicamente, se realiza a través de una instancia analítica que incluye observaciones, entrevistas, análisis de material documental, y una instancia de producción de montajes que buscan instalar preguntas en torno a los montajes analizados y promover dislocaciones que favorezcan procesos de desnaturalización y transformación de prácticas y discursos instiuidos (Cotaimich, 2014).

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1. El Tropezón se va: “En 2014 trasladan la villa El Tropezón”109 “Así es la cosa, dijo doña Rosa”: con resignación y acudiendo a dicha rima popular, lxs vecinxs percibían cierta inevitabilidad en su destino, luego de enterarse, a través del titular del diario La Voz del Interior que “En 2014 trasladan la Villa El Tropezón”. Allí se explicaba que el traslado estaría a cargo del gobierno provincial que planeaba derribar sus viviendas y llevar los vecinxs a 15 kilómetros de distancia, para construir un “Nudo Vial” de tres niveles, en la intersección entre el anillo de avenida de circunvalación y la avenida Colón. Ambas constituyen dos vías muy transitadas que confluyen en este punto de ingreso-egreso de la ciudad, conectándola con localidades de alta concentración urbana como Villa Carlos Paz y La Calera. No sería esta la única decisión gubernamental que tomaría por sorpresa a lxs vecinxs. En julio de ese mismo año, uno de ellos, que hoy tiene 76 años de edad, recibía una visita inusual: Hoy a la mañana, bien temprano, vi que estaban unos tipos midiendo acá afuera. Apuntaban para acá, para mi casa. Yo me acerco y les pregunto, ¿de cuánto van a ser de frente y de fondo las casas? Y me dicen ‘no, estamos midiendo para saber hasta dónde llega la obra del nudo vial’. ¿Y hasta dónde llega? ‘Hasta acá’, me dicen, y me marcaron con aerosol la pared de la casa, por la mitad (...). [Dirigiéndose a su hijo:] ¿Viste esto? hasta acá van a voltear todo. (Vecino del Tropezón, 74 años, 5 de julio de 2013, en Boito y Morales, 2013, p. 5)(Ver imagen Nro. 36). Esta pintada con aerosol azul, realizada sobre la pared de un vecino que vive hace más de 20 años en la Villa, aún continúa allí, desde hace casi tres años. Sigue presente, “para marcar el despojo de una familia completa”, como expresa la cita del inicio de este texto; dando cuenta de la postura del gobierno que la realizó en el marco de una obra provincial. Esta sucesión de acontecimientos, desde el anuncio en el diario sobre su traslado y derrumbe de sus casas, a la pintada en la pared, dejaron de, al menos en ese momento, en gran parte de los vecinxs una sensación 109 Título de un artículo publicado el 30 de mayo del año 2013 en el diario La Voz del Interior, edición web. http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/2014-trasladan-villa-tropezon (26/03/2016)

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de inevitabilidad y fatalismo110 (Freire, 2004, p. 10). Retomaré más adelante las reflexiones suscitadas a partir de esta línea azul, baste decir por el momento, que en El Tropezón hay aerosoles permitidos, y aerosoles prohibidos, dependiendo de que quienes los usen y qué digan. Continuando con la historización del conflicto, esta pintada por parte del gobierno representaba el inicio del avance más concreto para erradicar111 la Villa El Tropezón, pero no el primero de ellos. Ya en el año 2009, al comenzar las obras del complejo Alto Villasol de la empresa Gama S.A., lxs vecinxs señalaron que escucharon versiones cada vez más fuertes acerca de su traslado. Ello debido a que la constructora preveía realizar nueve torres de departamentos sobre el cauce de un arroyo conocido como El Infiernillo, ubicado en la reserva natural homónima. La empresa obvió el necesario re-encauzamiento de aquel canal112, compromiso que había asumido con el gobierno provincial, el cual finalmente se hizo cargo de la obra113. En febrero del año 2010, como consecuencia de esta situación, la Villa sufrió una gran inundación114 que afectó incluso viviendas ubicadas a 1 km de distancia, en el barrio Quebrada de las Rosas. La precarización de hábitat se agudizaba. A partir de allí se sucedieron diferentes proyectos, tanto públicos como privados, en una zona que paulatinamente cobraba mayor interés económico. En ninguno de ellos se tuvieron en cuenta los habitantes de la Villa. 110

“La ideología fatalista, inmovilizadora, que anima el discurso liberal anda suelta en el mundo. Con aires de posmodemidad, insiste en convencemos de que nada podemos hacer contra la realidad social que, de histórica y cultural, pasa a ser o a tornarse como ‘natural’. Frases como ‘la realidad es justamente así, ¿qué podemos hacer?’ o ‘el desempleo en el mundo es una fatalidad de fin de siglo’ expresan bien el fatalismo de esta ideología y su indiscutible voluntad inmovilizadora.” (Freire, 2004, p. 10)

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Palabra usualmente utilizada por funcionarios del Gobierno Provincial

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Artículo: “Vecinos apuntan a Gama por inundaciones en El Tropezón” 26/3/2010 Diario La Mañana de Córdoba, edición web. Recuperado el 26/03/ 2016de: http://www.lmcordoba.com.ar/ nota/7763_vecinos-apuntan-a-gama-por-inundaciones-en-eltropezon

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“Tardío anuncio de obras en arroyo el infiernillo” (2010, 22 de julio) La Mañana de Córdoba, edición web. Recuperado el 26 de marzo de 2016.

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“Otra lluvia, otro tropezón de la ciudad” (2010, 20 de febrero). Día a Día, edición digital. Recuperado el 26 de marzo de 2016, de: http://www.diaadia.com.ar/content/otra-lluvia-otro-tropezonde-la-ciudad-0

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Así, se comenzó a gestar un proceso que identificamos como de “gentrificación urbana público-privada” (Morales y Sbuelz, 2014) y de segregación socio-espacial, signado por la búsqueda de ‘revalorización’ de las tierras (Salguero Myers, 2014, p. 123), “(…) siempre en detrimento de los sectores más vulnerables y fundada en el interés de reproducción de capital” (Boito y Espoz, 2014, c.p. Morales y Praddaude, 2015, p. 2). A principios del año 2011 el gobierno encauzó finalmente el arroyo El Infiernillo115 y, en el mes de marzo, anunció la construcción de la “Avenida Costanera” sobre el canal de riego “Maestro Sur”, que recorre gran parte de las zonas oeste y sur de la ciudad, atravesando el corazón mismo de Villa El Tropezón. Para esta obra se planteaba la demolición de las viviendas ubicadas a la vera del Canal. Al igual que con otra obra que se iniciaría en el 2013, lxs vecinxs tomaron conocimiento de esta situación a través del diario La Voz del Interior116. Esta obra sobre el Canal Maestro finalmente debió ser cancelada, producto de la organización comunitaria y la exigencia de lxs vecinxs de no ser expulsados de sus viviendas (Mazur, Morales y Pardo, 2012, p. 168). De todos modos no se solucionó la circulación de agua por el canal, cuestión que sumaba nuevas dificultades, sobre todo por la acumulación de basura. Al respecto, fueron muy significativas las palabras de una niña de 13 años que, en agosto de 2011 decía: “(…) están haciendo mal a la gente que vive acá. Porque ellos quieren mejorar, pero están empeorando, porque no pensaron en nosotros” (Mazur, Morales y Pardo, 2012, p 339, c.p. Boito y Morales, 2013, p. 5).

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“Schiaretti recorrió obras de desagüe en El Tropezón” (2011, 20 de abril). La Voz del Interior, edición digital. Recuperado el 26 de marzo de 2016, de: http://www.lavoz.com.ar/noticias/politica/ schiaretti-recorrio-obras-desague-tropezon

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El 5 de abril del año 2011, los vecinos plantearon que no habían sido informados de las obras en un fragmento del programa de TV “El Show de la Mañana” del Canal 12, uno de los que mayor audiencia concentran a nivel local. Allí aludían a una noticia de La Voz del Interior titulada: “Los canales maestros tendrán su costanera” del 24 de marzo del año 2011. Fuentes: https://www.youtube.com/watch?v=e361y4WMD_ La Voz del Interior, edición digital. y http://www.lavoz.com.ar/noticias/politica/canales-maestros-tendran-su-costanera (26/03/2016)

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Luego de esta sucesión de hechos, lxs vecinxs de la Villa se encontraron en 2013 y 2014 con un recrudecimiento de la situación. Al citado “Nudo Vial” (que, en el año 2015 se convertiría en eje de campaña electoral presidencial del ex-gobernador de la Provincia de Córdoba, José Manuel de La Sota), se sumó a la zona un nuevo mega-emprendimiento inmobiliario llamado “Love”, actualmente en construcción. Mientras, continuaban las demoras gubernamentales para brindar una solución a la problemática habitacional de la Villa. Fue en este complejo contexto, y ante la falta de respuesta del gobierno que, paulatinamente, se fortalecieron procesos organizativos en la comunidad, a través de los cuales se buscaron respuestas a las dificultades que estaban viviendo. Como testigo de esa disputa, se mantiene aún, a la vista de todos, la línea de aerosol azul en la vivienda que finalmente no pudo ser derribada117. 2. ¿El Tropezón se va?: Reuniones y asambleas de vecinxs A partir de la organización de la comunidad, la propuesta de trasladar a todxs lxs vecinxs fue reformulada en una que manifestaba garantizar viviendas en el sector para la mayoría de las familias (en los papeles, sólo 50 serían relocalizadas). Se sumó a este nuevo escenario la falta de previsión gubernamental, cuestión que llevó a que las obras del “Nudo Vial” comenzaran en 2013 con las 300 familias aún viviendo en la Villa, sin una solución habitacional concreta. Así, las enormes obras viales provocaron graves daños a las estructuras de las viviendas, producto de las constantes vibraciones de la maquinaria pesada que trabajaba día y noche. “El Nudo Vial nos arruinó la vida” era una expresión recurrente entre lxs vecinxs durante el año 2014118. 117

Producto de la organización de vecinxs, se conformó en el año 2013 una Comisión Vecinal que logró negociar la frontera por la cual pasaría el “Nudo Vial”, afectando menos viviendas de las calculadas inicialmente, incluida la del vecino al cual le pintaron con aerosol su pared. Sin embargo, la obra igualmente afectó en gran medida a lxs vecinxs, por lo cual se conformó en el año 2014 otra Comisión, como se relatará más adelante.

118

Morales, A. E., Sbuelz, V. (2015, 6 de enero). “El Nudo Vial nos arruinó la vida”. Ecos Córdoba. Recuperado el 26/03/2016, de: http://ecoscordoba.com.ar/el-nudo-vial-nos-arruino-la-vida/

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Empezó a gestarse una nueva etapa en la organización vecinal, recuperando una trayectoria de acciones colectivas (Melucci, 1990)119. Trayectoria que, además de las masivas asambleas vecinales de 2011, (que lograron paralizar las obras del “Canal Maestro Sur”), incluye otros hechos que son recordados, sobre todo, por lxs vecinxs de mayor edad, entre los cuales se encuentran: la re-ocupación de terrenos realizada en el año ´78, luego de ser desalojadxs por motivo del Mundial de Fútbol (ya que la Villa se encuentra emplazada entre el centro de la ciudad y el estadio mundialista) (Boito y Morales, 2013, p. 7); la realización de grandes movilizaciones en reclamo por la instalación eléctrica, la creación de un grupo de mujeres llamado “Manos Unidas”, durante la década de los ´90 y la conformación, entre los años 2001 y 2003, del “Club del Trueque” más importante de la Provincia (Buffa, Croce, Díaz, Monna y Molas y Molas, 2009, p. 15). Recuperando y reivindicando esa historia, durante el año 2013 se conformó una Comisión de Vecinos para llevar adelante las negociaciones con el gobierno provincial, logrando un compromiso según el cual se construirían 78 viviendas en zonas aledañas, se trasladarían 50 familias hacia el mencionado Barrio Vicor, y se realizarían nuevas viviendas in situ para las familias restantes, completando un total de 298 viviendas.Posteriormente, ante la demora en las obras y el empeoramiento de la situación, a causa de la obra vial que avanzaba a ritmo sostenido, se constituyó en 2014, una nueva Comisión Vecinal que nos convocó como equipo para acompañar su proceso organizativo. Nuestro proyecto En este contexto, se comenzó a delinear, a fines de 2014, un trabajo de intervención con la conformación del Equipo Ampliado que detallamos anteriormente. Se recuperaron actividades previas, teniendo en cuenta el vínculo ya establecido por parte de algunos de nosotrxs con algunxs vecinxs en los proyectos y actividades anteriores. 119

A. Melucci plantea que los procesos de movilizaciones y organización vecinal o comunitaria pueden ser definidos como acciones colectivas visibles que se acompañan de acciones latentes sumamente importantes, tramas subyacentes que “posibilitan tales movilizaciones y las hacen puntualmente visibles, esto es, en el momento en que surge una confrontación o un conflicto con una política pública” (Melucci, 1990, p. 198). En este trabajo considero las acciones colectivas visibles que se mantienen en la memoria colectiva de lxs vecinxs como entrelazadas por estas tramas subyacentes, vinculares, donde radica la potencialidad de los procesos organizativos. Cuestión señalada en la sistematización de las Prácticas Pre Profesionales mencionada (Mazur, Morales y Pardo, 2012).

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A comienzos del año 2015 propusimos el proyecto de Extensión Comunitaria becado por el Colegio de Psicólogos al cual hicimos referencia. La propuesta se enmarcó en un modo de trabajo que caracteriza el equipo a cargo del ELAPS del cual formamos parte. Este modo implica aportes de la perspectiva de la Investigación-acciónparticipativa (Falabella, 2002), y de una propuesta considerada como (Des) montaje transdisciplinar (Cotaimich, 2013c). Cuestiones que vinculamos con nociones como las de Proceso/Salud/Enfermedad (Morales y Praddaude, 2015, p. 2). Por otra parte recuperamos la propuesta de Pichón-Rivière y Ana Quiroga, quienes definen la enfermedad como “(...) un complejo entramado social signado por las desigualdades socioeconómicas que impiden satisfacer necesidades primarias y secundarias” (Laurell, 1979, c.p. Morales y Praddaude, 2015, p. 2); y la salud como “una adaptación activa y transformadora” de la realidad, de acuerdo a las propias necesidades del individuo y su comunidad, y a través de sus propias herramientas (Pampliega de Quiroga, 2001, c.p. Morales y Praddaude, 2015, p. 2). Teniendo en cuenta esta perspectiva, los objetivos plasmados en el proyecto -delineados en conjunto con el grupo de vecinxs que conformaron la Comisión- fueron los siguientes: 1) Acompañar la conformación de una comisión vecinal, 2) Colaborar en la difusión de la existencia y el rol de la Comisión en el resto de la comunidad, 3) Viabilizar canales de comunicación y espacios de debate que permitan conocer la expresión de la totalidad de la comunidad, apuntando a elaborar estrategias conjuntas, 4) Reforzar espacios de redes institucionales, 5) Proponer espacios de encuentro y articulación con vecinxs de otros barrios y villas, 6) Potenciar recursos propios y herramientas de difusión de lxs vecinxs. (Morales y Praddaude, 2015, p. 6). En ese marco acompañamos durante el último año los procesos organizativos y asamblearios, no sin dificultades, debido a la falta de regularidad de las reuniones, que en ocasiones eran semanales, pero también llegaban a espaciarse por tres o cuatro semanas, o más. Esto, como nos llevó a cierta reformulación de algunos objetivos. 255


En lo referido a la comunicación interna entre vecinxs, se constituyó un Facebook de la Comisión Vecinal a los fines de socializar propuestas entre ellxs. Además se planteó convoar a reuniones amplias o asambleas cada vez que tuvieran novedades importantes del gobierno. Por otra parte, para acceder a medios de comunicación, e incluso a funcionarios provinciales, establecieron una lista de contactos telefónicos prioritarios, e intensificaron el uso de Twitter. Una de las vecinas incluso fue nombrada como celebridad en dicha red social por un diario local120. Al manifestar lxs vecinxs, en reiteradas ocasiones, que ciertos medios masivos se negaban a cubrir las problemáticas que padecían121, el equipo propuso tomar esa tarea de manera regular, en conjunto con el colectivo de comunicación Ecos Córdoba, realizando diferentes entrevistas y coberturas que se fueron publicando en este portal comunicacional. En esta línea, entre enero de 2015 y marzo de 2016 se realizaron seis extensas publicaciones. Finalmente, en lo que refiere a la constitución de redes institucionales en la zona, se establecieron diferentes contactos con personal del Centro de Salud. Esto se sumó al vínculo ya establecido con la trabajadora social, integrante del equipo. Durante el inicio del presente año se iniciaron además, articulaciones con una incipiente Red Institucional de Salud, integrada por el Centro de Salud, la trabajadora social de la Parroquia de Barrio Don Bosco y trabajadoras del programa de Responsabilidad Social Empresarial del complejo de concesionarias de automóviles Autocity (una psicóloga, una trabajadora social y una nutricionista). Dicha Red comenzó a reunirse a partir de un brote de dengue en el mes de enero 120

Martínez, J. P. (2013, 22 de diciembre). Tuits del corazón desde El Tropezón. Día a Día, edición digital. Recuperado el 26 de marzo de 2016, de: http://www.diaadia.com.ar/cordoba/tuits-corazondesde-tropezon

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Morales, A. E. (2016, 14 de marzo). “Villa El Tropezón: 13 casos de dengue confirmados”. Ecos Córdoba. Recuperado el 26 de marzo de 2016: http://ecoscordoba.com.ar/villa-el-tropezon13-casos-de-dengue-confirmados/

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3. “El Trope no se va!”. Montaje de un mural colectivo con jóvenes Como fuera explicitado, las reuniones y asambleas llevadas adelante por lxs vecinxs del Tropezón, derivadas del conflicto habitacional con el gobierno, fluctuaban entre encuentros semanales y encuentros espaciados en el tiempo. Al haber enfocado los objetivos en torno a estas reuniones, comenzamos a preguntarnos cómo acompañar los procesos comunitarios (Plaza, 2007) teniendo presente esta situación. Por un lado, sostuvimos las visitas domiciliarias de vecinxs como una práctica constante, semana a semana; pero, al no concretarse dichas reuniones, nos vimos en la necesidad de repensar ciertos aspectos de nuestro proyecto y nuestra práctica. Las siguientes palabras, surgidas de una experiencia en la ciudad de Quilmes, resonaron en el proceso que estábamos atravesando: Así, en plena desorientación encontramos como aliados a los pibes. Pibes que tenían una potencia de decir, y un lugar de enunciación que desestabilizaba los otros lugares instituidos; o que directamente pintaban otra realidad barrial. Una mirada novedosa por inédita, por no ser escuchada sino representada la mayoría de las veces (…). Y acá estamos, convencidos de que a muchos se les escapó la tortuga, ¿cómo no escuchar lo que los pibes tienen para decir?, ¿cómo no oír, despojado de cualquier lenguaje conocido, lo que los protagonistas más célebres de los nuevos barrios tienen para contarnos? (Colectivo Juguetes Perdidos, 2015, pp. 10-11). Lxs jóvenes del Tropezón, en general no hablan de estas asambleas de los adultos, a las cuales tampoco suelen asistir. Y, si lo llegan a hacer, expresan frases como “no sabemos nada”. Por tanto no se suman a las discusiones sobre qué estrategia se pueden llevar a cabo para exigir al gobierno que cumpla con sus promesas. Pero esto no implica que no tengan posturas al respecto. A los wachos y wachas122 del Trope se los ve determinados a vivir juntos, creando y recreando su espacio común, su territorialidad (Zibechi, 2008); a seguir estando allí donde nacieron y se criaron. Este deseo y esta determinación se perciben en todas sus 122

Wachos, con “w”, es como explicitaron los jóvenes que les gusta nombrarse

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expresiones, en sus manifestaciones creativas, en sus producciones culturales (Reguillo Cruz, 2006) que pintan otra realidad barrial, como expresa la cita del “Colectivo Juguetes Perdidos”. Fue entonces que mantuvimos encuentros con estxs jóvenes, de los cuales surgían deseos de “hacer algo”, “como en otros años”, aludiendo a experiencias que habíamos compartido con ellxs años atrás (con el Colectivo de Psicólogxs Comunitarios y a través del taller de fotografía que mencionamos anteriormente)123. Las reuniones se plantearon en frente a una gran pared, ante la cual surgían ganas de escribir y de “escrachar” ese u otro lugar (práctica habitual para ellxs) 124. Decidimos encontrarnos allí viernes a viernes, en su espacio personal, su refugio, “el tronco del pasillo del medio”, con su pared llena de leyendas, con sus nombres escritos, con la letra T, o “El Trope” como símbolo que destaca, por toda la Villa, su sentido de pertenencia. Observamos en ese sitio otras pintadas, muy diferentes a la línea vertical de la casa que iban a demoler y que sobrevive desde el 2013. Se trataba de pintadas que manifestaban una potencia de enunciación propia, contraria a esa línea azul demarcada por el discurso de un otro externo, discurso del despojo que parecía inevitable. 123 De dicho taller de fotografía nació la muestra realizada por lxs jóvenes, bautizada como “Otro Flash de Los Guachos del Trope”, publicada en Facebook. Recuperado el día 12 de abril de 2016. https://www.facebook.com/Otro-Flash-de-Los-Guachos-del-Trope-291631960857967 124 La acción de “escrachar” cobró resonancia masiva en los años ’90 en Argentina, a partir de acciones por las cuales la agrupación de derechos humanos H.I.J.O.S. (hijos e hijas por la identidad y la justicia, contra el olvido y el silencio). dejaba en evidencia a genocidas que fueron liberados a través de indultos presidenciales durante el gobierno de Carlos Menem, luego de ser enjuiciados por delitos cometidos durante la última dictadura militar. El escrache, consistía en acciones directas planteadas como actos públicos frente a las viviendas de los genocidas, en ocasiones con altoparlantes y con diferentes intervenciones. Sergio Gradel (2011) entiende al escrache como “(...) una práctica política y cultural donde se propone al barrio construir, entre todos, una movilización en repudio a un represor o cómplice de la dictadura que anda suelto por las calles. La palabra escrache (…) significa ‘sacar a la luz lo que se encuentra oculto’. La organización H.I.J.O.S. fue la base de donde nace, posteriormente, el espacio ‘mesa de escrache’, a fines de los años noventa. En este espacio heterogéneo, en el cual confluían diversas organizaciones y personas, se instituyó esta modalidad de acción con el propósito de constituir una identidad propia, basada en la realización de una justicia colectiva, una condena social realizada a nivel barrial y comunitario. A través de su masificación ‘ (...) se profundizan los vínculos con el barrio y se intensifica el trabajo previo en la zona con los vecinos’ (Zukerfeld, 2008). De este modo, esta estrategia aparece “(…). como política de intervención, incorporando otra forma de justicia posible en la construcción de la condena social, dando origen a un esfuerzo por desnaturalizar el discurso hegemónico que produce una justicia formal que tiende a la desigualdad y a la ‘criminalización de la protesta’ (Gargarella, 2005)” (Gradel, 2011, pp. 291-292)

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Las pintadas de lxs jóvenes son generalmente percibidas como manchas en las paredes. Sin embargo, ellxs, wachos y wachas del Trope, las definen como “escraches”. Aquí no existe un uso exactamente igual al empleado como herramienta política por parte de H.I.J.O.S., pero su búsqueda por “sacar a la luz lo que se encuentra oculto”, en tanto acto de denuncia, cuestión que sí caracteriza esta herramienta (Gradel: 2011). ¿El escrache de las paredes como (Des) montaje transdisciplinar? Las reflexiones en torno al escrache de las paredes por parte de lxs jóvenes, y a la línea azul pintada por quienes construirían el “Nudo Vial”, fue atravesando toda nuestra práctica. Al respecto nos preguntábamos acerca de qué uso se les puede dar a las pinturas en las paredes, y qué discurso subyace a ellas. En el ELAPS se propuso colectivamente abordar estas reflexiones, y la propia práctica, considerando aportes en términos de (des) montaje transdisciplinar, implicando en primer lugar el análisis de la pintada que marcaba el despojo como reflejo de un complejo montaje discursivo respecto de esta última noción, Cotaimich señala: (…) proponemos hablar de ‘montajes discursivos’ en tanto productos de un proceso de producción de sentidos orientadores y generadores de la vida cotidiana. Estos montajes se realizan a partir de una cierta combinatoria de palabras, imágenes, objetos, diseños especiales, performances, etc., que generan determinados efectos de sentido. La configuración de montajes discursivos constituye una estrategia que sigue las reglas de juego del campo social del cual emerge. Los montajes discursivos cobran las formas de textos, imágenes, textualidades performáticas (…), performances culturales (…), prácticas cotidianas (…). A partir de lo dicho, proponemos leer un montaje discursivo atendiendo a una serie de aspectos histórico-culturales, políticos e institucionales que implican un proceso de visibilización e invisibilización de determinaciones e inequidades, asentadas en relaciones de poder y saber que se plasman en la materialidad de los cuerpos, los objetos, los espacios, las prácticas y los vínculos. (Cotaimich, 2014, p. 5). 259


¿Qué visibiliza y qué invisibiliza la línea azul? ¿Qué permiten ver los escraches de los jóvenes? Quizás quepa pensar esto en términos de (Des) montaje, en tanto análisis de aquello instituido que juega en favor de la dominación e invisbilización de ciertos procesos, en este caso hablamos del despojo material y simbólico que supone la destrucción de las viviendas; análisis de las determinaciones e inequidades sociales que se encuentran en la base de la vida cotidiana, de aspectos entramados en un sistema de relaciones de producción y dominación, para el cual, como señala Cotaimich, se retoman, entre otros, aportes de las ciencias sociales y la Psicología social, comunitaria y sanitaria, a los fines de comprender cómo estos procesos contribuyen a la configuración performativa de las subjetividades (Cotaimich, 2014). Así, comenzando a delinear un posible trabajo en conjunto con el grupo de jóvenes y, entendiendo que estas expresiones suyas se enmarcan dentro de significativas producciones culturales (Reguillo Cruz, 2006), consideramos que desde allí podíamos escuchar qué es lo que ellxs “están tratando de decir a través de sus músicas, de su poesía, de sus graffitis, qué es lo que están tratando de decirle a la sociedad en términos de configuraciones cognitivas y configuraciones afectivas y especialmente, de configuraciones políticas” (Reguillo Cruz, 2006, p. 30, c.p. Mazur, Morales y Pardo, 2012, p. 252-253). Y, sobre todo, cómo, a partir de estas expresiones, se podría poner en juego un proceso de (Des) montaje transdisciplinar. Esto teniendo en cuenta que, como señala Reguillo Cruz (2006) las producciones culturales juveniles:

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(…) es en el ámbito de los significados, los bienes y los productos culturales donde el sujeto juvenil adquiere sus distintas especificidades y donde despliega su visibilidad como actor situado socialmente con esquemas de representación que configuran campos de acción diferenciados. Es pues, de manera privilegiada, en el ámbito de las expresiones culturales, donde los jóvenes se vuelven visibles como actores sociales (…). Los jóvenes, aunque de manera balbuceante, están inaugurando ‘nuevos’ lugares de participación política, nuevos lugares de enunciación, nuevos lugares de comunicación (Reguillo, 2006, pp. 18-33, c.p. Mazur, Morales y Pardo, 2012, pp. 252-253).


Desde esta perspectiva, invitamos a Rodrigo Oroná, “el Kichi”, recreólogo y muralista, quien, en consonancia con lo mencionado, propuso iniciar un mural colectivo denominado “Mambo Muluc” (Oroná, 2015). Este proyecto, pensado a largo plazo, implicó e implica una espera para que las ideas maduren y se vayan plasmando a través de la pintura en la pared, permitiendo la posibilidad de pintar, despintar y repintar. Un proyecto de mural a ser creado y re-creado durante meses. En la fundamentación de “Mambo Muluc” se puede leer que: El mural es una forma que expresa una ideología específica, condensando las preocupaciones de los artistas que optan por un compromiso social y político, que ve en el arte un medio para la formación de la conciencia social del hombre. Hacer el arte de un lenguaje que permita tomar al pueblo la palabra, se trata de que el público no contemple simplemente la obra de arte, sino que la obra sea ocasión de la formación de una conciencia histórica y de clase, para la intervención del público, no solo en la obra, sino también en la vida social. (Ziperovich, s/f, c.p. Oroná, 2015, p. 2). Con esta propuesta, de “hacer el arte de un lenguaje”, iniciamos el proceso de construcción colectiva del mural. 4. “El Mural de Los Wachos del Trope” En los primeros encuentros para muralear, durante el mes de julio de 2015, lápiz y papel en mano, comenzaron a surgir algunos bocetos. tal fue el caso de los escudos de Talleres y Belgrano125, los nombres de lxs jóvenes, El Trope como logo, la hoja de chala126 como imagen recurrente. Y luego sugrieron algunas dudas: “Pero… ¿dónde lo vamos a pintar?”. “Tiene que ser en el Nudo, así lo ven todos”, “si es en el Nudo, pintemos una abeja electrónica, con la cara de De la Sota, saliendo del Panal”127, 125

Nombre de los equipos de fútbol más tradicionales de la ciudad de Córdoba

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Nombre que suele otorgarse a las hojas de la planta de Cannabis Sativa.

127

Panal es el apodo que recibió la actual Casa de Gobierno de Córdoba, por la forma de la construcción, Los equipos de fútbol más tradicionales de la ciudad de Córdoba

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“escrachemos del lado de Gama, que haya un wacho bajándose los pantalones y mostrándole el culo a los balcones de los edificios”, eran algunos de los comentarios de lxs jóvenes. El proyecto de mural comenzaba poco a poco a dialogar con el territorio, con las propias problemáticas e intereses de lxs jóvenes. Mientras. se organizaba una rifa para poder comprar las pinturas, con premios dulces preparados junto a lxs propixs jóvenes y con ayuda de sus familias, se continuaba discutiendo cuál sería la pared elegida para ser pintada. El “Nudo Vial”, en constante proceso de obra, se encontraba rodeado de alambrados, iluminado por reflectores toda la noche y con presencia policial en todo momento. Implicaba un riesgo importante, teniendo en cuenta, además, la fuerte apuesta del gobernador en esa construcción para sus aspiraciones presidenciales. Para escrachar el “Nudo”, lxs jóvenes evaluaron que solo era posible hacerlo de manera clandestina, a oscuras, sintiéndose extraños en esa mole que llegaba para ocupar lo que antes era su lugar. Estas cuestiones llevaron a que fuera elegida, en su lugar, la pared del pasillo del medio, no sin discusiones previas. La primera de las dudas planteadas fue “no lo va a ver nadie”; ante esto, una de las razones para apoyar una muraleada en esa pared fue “sí, la vamos a ver nosotros”, como destacaba una de las jóvenes. Se decidió entonces pintar una pared que cotidianamente lxs jóvenes emplean como respaldo cuando se sientan a realizar fogatas. Se trata de la pared lateral de la casa de uno de los wachos, que su madre autorizó que pintaran. Dicha pared cobró especial significación como espacio de expresión, luego que funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social manifestaran, al joven y a su familia, que tendrían que mudarse a Barrio Vicor, y que su casa estaba destinada a ser derrumbada. A partir de allí, la pared se transformó en un espacio donde decir eso que no quieren que pase, aquello que anhelan y otros mensajes acerca de las vivencias de sus vivencias. Actualmente, con parte de la pintura finalizada, en uno de los extremos de la pared se observa el dibujo de edificios que remiten a los construidos por la empresa Gamma en relación con los cuales planteaban: “no vamos a ponerle Gama para hacerles publicidad, que se la haga la diva128”). 128 Ello alude a una mujer reconocida en medios masivos de televisión que protagoniza una campaña publicitaria de esta empresa.

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Estas torres se encuentran cubiertas por un cielo oscuro y enrarecido, enmarcadas por un negro “Nudo Vial”, y acompañadas por un enorme borceguí de policía que intenta aplastar a wachos de menor tamaño, quienes muestran resistencia. En el otro extremo se destacan, como contraste, una multiplicidad de colores, árboles, un ojo vegetal, plantas de faso, y varias siluetas de wachos, que fueron dibujadas a partir de ellos mismos como modelos, “wachos que están tranquilos”, disfrutando de su paisaje, de su espacio. Y por todas partes, repitiéndose en molde de stencil, la sentencia “El Trope No Se Va!” (Ver imagen 38).Esta sentencia, escrita por primera vez en paredes de la Villa, constituye una de las marcas más intensas del mural. Los jóvenes pusieron en palabras, y de manera artística, aquello que estaban deseando, y lo hicieron con signos de admiración, transformando el anhelo en determinación: “El Trope No Se Va!” (Ver imagen 38). Esta frase se tensionaba de manera concreta con aquella línea azul, ubicada a pocos metros de allí, dando la vuelta a la manzana. En torno al mural (que aún hoy se continúa), fueron planteándose otras propuestas. La pared, por ejemplo, sirvió como pantalla para ver la película titulada “Guachos de la Calle” (2014)129, de “Rimando Entreversos”, grupo de rap/hip hop del cual forman parte dos jóvenes criados en Villa “El Tropezón” y uno en Villa El Sauce”. En ese espacio también se realizaron dos choripaneadas y se organizaron salidas para proyectar “Guachos de la Calle” en la UNC; participar en la “Marcha de la Gorra”, y en la Marcha por la Memoria del reciente 24 de marzo, en la cual algunxs jóvenes oficiaron de entrevistadores y fotógrafos. El mural se constituyó así en un espacio de encuentro (Barrault 2008). 129

“Guachos de la Calle – Memorias del desarraigo” es una película dirigida por Sergio Schumcler, y producida por Fundación La Morera, de Córdoba. En su sinopsis es definida como “Película documental basada en la vida de los integrantes de Rimando Entreversos, jóvenes raperos de zonas marginales de la ciudad de Córdoba. Todo en sus vidas, en la historia de sus familias, conspira contra el arraigo y la estabilidad: la construcción de un nuevo camino, el miedo de los habitantes del barrio de al lado, la incesante persecución policial e institucional (…). Esta es una película por la cual podemos asomarnos a la vida y a la creación de un grupo de artistas que, en pocos años, se ha convertido en un hito fundamental de la cultura popular callejera de la ciudad de Córdoba”. Rimando Entreversos lleva editados dos discos (“Desde abajo y a pulmón” y “Pura Realidad”), y fueron ganadores del concurso Maravillosa Música 2012, del Ministerio de Educación de la Nación.

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5. Continuidad del Trabajo de Acompañamiento La beca otorgada por el Colegio de Psicólogos ha finalizado. Sin embargo, el Equipo Ampliado sostiene el acompañamiento iniciado en el año 2014 en el marco del trabajo transdisciplinario del ELAPS, y de la incorporación una estudiante de Psicología (Antonella Álvarez) quien trabajará durante el año 2015, a través de su Práctica Supervisada de Investigación (PSI) de la Facultad de Psicología, integrando el Programa de Investigación “Ideología, Prácticas Sociales y Conflictos”130. El trabajo junto a los adultos - “Estamos más unidos que nunca”131 En el proceso llevado adelante junto a lxs vecinxs que se constituyeron en la Comisión mencionada, se consiguió una articulación fluida que se plasmó, por ejemplo, en la difusión de la problemática habitacional. Un hecho que implicó una bisagra en relación con los embates del gobierno provincial ante la organización de lxs vecinxs y el acompañamiento del equipo, ocurrió el día 5 de noviembre pasado, cuando funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social llegaron a la Villa junto con la Guardia de Infantería, trayendo una pala mecánica. Buscaron intimidar a un grupo de familias, amenazando con expulsarlas y detenerlas –previa imputación judicial- si no abandonaban sus viviendas en el transcurso de esa misma mañana. Esta situación fue revertida a partir del acompañamiento legal del equipo y de una amplia difusión en diferentes medios de comunicación de la inmediata cobertura de Ecos Córdoba. Este hecho llevó al fortalecimiento de los procesos organizativos. Al respecto, un vecino manifestaba a los funcionarios: 130

Programa realizado por el Centro de Investigación y Estudios Sociales (CIECS), la UNC y el Conicet, coordinado por M. Eugenia Boito y M. Belén Espoz Dalmasso cuyo sitio web sse encuentra en https://ideologiayconflicto.wordpress.com 26/3/2016). En ese marco, el trabajo de Antonella está dirigido por María Eugenia Boito y Cecilia Michelazzo y se inscribe en el Proyecto denominado “Embellecimiento Estratégico de la Ciudad: Identificación y caracterización de patrones de circulación en Córdoba Capital”, Categoría A subsidiado por SeCyT-UNC, en la sublínea: “Pensar las formas de sociabilidad que estos procesos de estructuración del espacio y tiempo habilitan, desde una crítica a la vida cotidiana, campo de lucha donde se van configurando las condiciones de existencia”.

131

Dassano, M., Morales, A. E., Spicogna, M. (2015, 6 de septiembre). Villa El Tropezón: “Estamos más unidos que nunca”. Ecos Córdoba. Recuperado el 26 de marzo de 2016: http://ecoscordoba.com. ar/villa-el-tropezon-estamos-mas-unidos-que-nunca/

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A nosotros nos dicen ‘la favelita’, porque cuando hay un problema nos unimos todos, tal cual, que no nos importa nada (…). Se llegan a enterar los otros vecinos que vinieron con Infantería… (…). Hasta que la última casa, nos digan, tomá loco, esta es la última casa, ahí la gente se va a quedar tranquila. No crean que porque la Villa quedó disminuida, porque les han dado las casas, se separó. No. Ahora estamos más unidos que nunca. (Vecino de 40 años, 6 de noviembre de 2015). El conflicto por las viviendas no está solucionado y, si bien lxs vecinxs dudan de las promesas del gobierno (“quieren que nos cansemos”, plantean132), confían en que, continuando con su organización, se pueda llegar a una pronta solución. Siguen apostando a vivir en la Villa. Como equipo mantendremos nuestro acompañamiento entendiendo que es preciso reformular objetivos y plantear un nuevo plan de trabajo. ¿Qué relación existe entre el trabajo con adultos y con jóvenes? Consideramos que las actividades realizadas con jóvenes y con adultos confluyen necesariamente. Si bien lxs primerxs no participaron de las asambleas protagonizadas por lxs segundxs, consideramos que la acción colectiva ‘visible’ de las asambleas (Melucci, 1990) sólo es posible gracias a procesos comunitarios (Plaza, 2007) más profundos y preexistentes en los cuales confluyen otras formas de participación y autoorganización, que plantean una identidad diferente a la hegemónica, por estar centrada en los lazos afectivos y en las redes de apoyo mutuo (Mazur, Morales y Pardo, 2012, pp. 241-246). Esto permite ir “prefigurando un mundo posible” (Zibechi, 2008, p. 30) a través de acciones colectivas latentes (Melucci, 1990) que subyacen a la organización visible. Estos lazos que van tejiendo lxs jóvenes día a día se plasman en parte en la muraleada. Cuestión que también se observa en el acompañamiento cotidiano a familiares adultos (aquellos que protagonizan las asambleas), quienes colaboran en la búsqueda de pinturas, compartiendo las paredes de sus viviendas para que sean pintadas, abriendo las puertas de sus casas para realizar encuentros o choripaneadas, prácticas que fortalecen los lazos sociales.. 132 Morales, A. E. (2016, 14 de marzo). Villa El Tropezón: 13 casos de dengue confirmados. Ecos Córdoba. Recuperado el 26 de marzo de 2016: http://ecoscordoba.com.ar/villa-el-tropezon-13-casos-de-dengue-confirmados/

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A su vez, la prefiguración de un mundo posible fue expresada de manera contundente por lxs jóvenes, en su producción cultural en forma de mural, poniendo en palabras (“El Trope No Se Va!”) una respuesta al despojo que planteado en la línea azul pintada en la pared del vecino adulto y en el titular del artículo del diario que anunciaba que “En 2014 trasladan la Villa El Tropezón”. Mientras lxs adultos establecen estrategias y acciones colectivas para disputar al gobierno la posibilidad de continuar viviendo en El Trope, expresando estar “más unidos que nunca”, lxs jóvenes pudieron (des) montar el fatalismo (Freire, 2004, p. 10) del discurso que enmarcaba la pintura de la línea azul del despojo, que en tres años no fue despintada. La continuidad del trabajo junto a lxs jóvenes ¿Proyectamos pintar el “Nudo Vial”? Luego de este proceso, complejo y rico en reflexiones, se percibe aún en lxs jóvenes una necesidad de pintar el “Nudo Vial”, de escracharlo. Hay mucho todavía para decirle. Por tal motivo, una de las es gestiona un pedido de autorización a la Municipalidad, con lo paradójico133 que esto podría ser. En pos de priorizar la seguridad de quienes pinten, se intentará trabajar desde esta vía formal, para visibilizar, al mismo tiempo, un pedido hacia el gobierno para legitimar el uso de la pared del “Nudo”, como plantean algunas vecinas adultas(ver imagen 39). Posiblemente, desde la Comisión Vecinal se pueda gestionar dicha autorización. Lxs jóvenes, los wachos y wachas del Trope, quieren seguir diciéndole cosas al “Nudo”. Expresarse ante esa construcción que deshumaniza, “como deshumaniza el sistema mismo”. Para finalizar cabe recordar una reflexión de uno de los jóvenes mientras observaba el mural, previamente a participar de la marcha que localmente se realiza todos los 24 de marzo en conmemoración a los desaparecidos por la Dictadura militar argentina: “(...) fíjate, ¿no?, cómo están tranquilos los wachos, todo verde, y atrás el Nudo, la policía, todo… ¡que los dejen tranquilos!… ¡dejen dormir a los wachos, para que puedan seguir soñando la felicidad! (ver mural en imagen Nro. 37). 133

Puede pensarse como algo paradójico el hecho de pedir permiso para pintar una obra, que es expresión del despojo de sus tierras, pero forma parte de las cuestiones que se están planteando comunitariamente para que sus acciones sean legitimada y allí reside lo más rico de esta propuesta.

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PARTE IV

Aportes decoloniales para el abordaje de prĂĄcticas artĂ­sticas, comunitarias y universitarias

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Investigación implicada y decolonial ante la fumigación del cuerpo, la salud y la subjetividad Norma Pellegrino, Valeria Cotaimich Karina Generoso, Carlos Álvarez “(...) hablame en quintiles de soja para que te entienda”134 Introducción Este artículo presenta una serie de reflexiones en torno la incidencia del modelo político-económico y cultural capitalista, de corte extractivista (Svampa y Viale 2014), en la configuración del cuerpo, la salud y la subjetividad. Se trata de un modo de producción que viene implicando, entre otras cosas, la explotación de la mayoría de las zonas fértiles del país y la región, a través del mono cultivo de soja, provocando la impermeabilización y desertificación de los suelos. Esto viene acompañado de la fumigación con agrotóxicos no aptos para el consumo humano que se expanden más allá de estos cultivos a través de derivas que contaminan el agua, el aire y otros cultivos que son fuente de alimentación para la población. Ello trae como consecuencia una diversidad de malestares gastrointestinales, respiratorios, dérmicos, así como malformaciones congénitas, infertilidad, abortos espontáneos e incluso enfermedades mortales como el cáncer135. Esta diversidad de problemáticas sociosanitarias no están siendo atendidas adecuadamente por la mayor parte de los organismos públicos vinculados con el campo de la salud. La mayor parte de las universidades tampoco asumen la gravedad y urgencia de esta situación, cuestión que sí abordan una diversidad de organizaciones sociales que trabajan incansablemente para que tomemos conciencia del carácter irreversible de los daños que se están ocasionando a la vida en el planeta. Como universitarios consideramos sustancial que, dentro de esta clase de ámbitos de formación se asuma el compromiso y el desafío de generar y/o fortalecer instancias decoloniales que interroguen y busquen transformar las formas coloniales del poder, el saber y el ser capitalista. 134

Palabras un productor de soja de la provincia de Córdoba dichas en un intercambio sobre la necesidad de diversificar la producción agrícola. 135

Los datos aquí señalados han sido extraídos de estudios socializados por la Red Universitaria de Ambiente y Salud de la Universidad Nacional de Córdoba (acceso 13/03/2016) https://www. facebook.com/reduniversitariadeambienteysalud

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Subjetividad, cuerpo, capitalismo y (de) colonialidad El modelo capitalista colonial del cual se deriva la situación a la cual aludimos promueve determinadas formas de corporalidad y subjetividad cuya naturalización es resistida por diversos sectores subalternos a través de diferentes estrategias de lucha que podríamos considerar como formas decoloniales de subjetivación y empoderamiento que inciden en los campos del saber, del hacer y del ser. Estas formas contrarrestan los efectos de estas situaciones que consideramos debieran ser comprendidas a partir de aquello que Michel Foucault considera como anátomo-política del cuerpo y biopolítica de la población y con ello, a partir de aportes del campo de la bioética. Vaya este texto como contribución a ese campo. En relación con la incidencia que los intelectuales y académicos tenemos sobre la configuración del cuerpo y la subjetividad desde los espacios de formación en los cuales trabajamos, es preciso, como señala Silvia Citro (2011, 70), no contentarse con “(...) hablar sobre los cuerpos de los otros” sino más bien intentar construir diálogos, desde nosotros mismos en tanto portadores de discursos que luego se plasman en formas de concebir y producir subjetividad. En este camino resulta sustancial ser conscientes de la impronta colonial que tienen, tanto las situaciones a las cuales referimos anteriormente como ciertos modos de producción de conocimiento científico-académico que reproducen maneras coloniales de observar, conocer y construir la realidad. Ante ello somos partidarios de participar, contribuir y/o generar espacios de circulación de palabras, conocimientos y subjetividades que ofrezcan posibilidades de construir modos de producir conocimientos alternativos a los sostenidos por los paradigmas dominantes, y desde allí profundizar en las imprescindibles críticas a la colonialidad contemporánea, cuestión vital para poder desentrañar y comprender los procesos de inequidad socio-económica, cultural y política que se encuentran en la base de las problemáticas enunciadas. En este escenario cobra sentido “(...) introducir la categoría analítica ‘colonialismo’ para la comprensión, explicación, reflexión y actuación sobre el mundo contemporáneo” (Mc Neil, 2005: 105-112), al cual no podemos pensar sin tener presente la impronta de aquello que Grosfoguel considera como “(...) sistema – mundo capitalista / patriarcal 274


occidental-céntrico / cristiano-céntrico moderno/colonial” y “global” (Grosfoguel, 2013: 42). En esa línea resulta importante analizar como este sistema busca, producir/se y reproducir/se produciendo determinados cuerpos y subjetividades. Al respecto, Nina A. Cabra y Manuel Roberto Escobar (2013) sostienen que: El proyecto moderno, de origen eurocéntrico, implica una configuración del cuerpo afín a un modelo civilizatorio con pretensiones de universalidad hacia toda la diferencia subjetiva y cultural. La corporalidad moderna se articula con la identidad colonial, extendida hacia los pueblos subalternos, y unívoca en términos del ideal de sujeto. La modernidad conforma una cultura somática, con cuerpos regulados en hábitos, temporalidades, movimientos, abocados a la hiperestesia, y más recientemente, expuestos a la supraexperiencia sensorial, y abiertos a la tensión de sus límites. Se trata del cuerpo pertinente para la producción de un sujeto racional, disciplinado, ascético, productivo, reproductivo, blanco, heteronormado, codificado binariamente en géneros polarizados... La concepción de cuerpo que se admite con mayor frecuencia en las sociedades occidentales, que heredamos y reproducimos en el ámbito académico -la mayor parte de las veces sin cuestionamientos- encuentra su formulación en la anátomo-fisiología, es decir, en saberes que provienen, sobre todo de la biología, la medicina, la física, la química, ciencias que, dado su especificidad disciplinar, no dan cuenta de la vinculación entre cuerpo, salud, subjetividad y modo de producción Según afirma Le Breton (2002), esta concepción del cuerpo es la que “ (...) le permite decir al sujeto mi cuerpo, utilizando como modelo el de la posesión”, y en un solo acto de enunciación cristaliza la dualidad cartesiana mente- cuerpo y el individualismo de las sociedades occidentales. Al respecto el autor señala: La noción moderna del cuerpo es un efecto de la estructura individualista del campo social, una consecuencia de la ruptura de la solidaridad que mezcla la persona con la colectividad y con el cosmos a través de un tejido de correspondencias en el que el todo se sostiene. (Le Breton 16) 275


Esta naturalizada tendencia a separar el cuerpo de la razón y de los otros, convirtiéndolo en un “bien” del cual la persona y, sobre todo la sociedad, pueden disponer para una variada gama de utilidades, es el soporte corporal sobre el cual se asienta el sistema capitalista de producción. Se considera así el cuerpo como parte de la “naturaleza”, como organismo aislado, como factor de producción o bien de mercado. En este camino se olvida que, en tanto pilar de la subjetividad, el cuerpo es portador de historia, relaciones, emociones, padecimientos y potencialidades. Y el sujeto constituye un ser racional y autónomo, cuestiones que, en el pensamiento llamado “occidental”, aunque hayan mediado rupturas epistemológicas como las que generaron Marx, Freud y Nietzsche, siguen operando aún en nuestros días. Las disociaciones señaladas se sostienen a través de múltiples dispositivos sociales de carácter estatal, entre los cuales se destacan aquellos vinculados con el ámbito jurídico de regulación de las relaciones laborales, el sistema de Salud y el sistema educativo formal, y se refuerzan en otros ámbitos de producción cultural dominantes, tales como los medios masivos de comunicación y recreación. . Por otra parte, la consideración del cuerpo en tanto bien de mercado es sostenida por el marketing y la publicidad a través de formas de producción y consumo de la imagen que involucran la estética, la alimentación, el erotismo, la tecnología, el poder, entre otras dimensiones. Esto también juega un papel en el biopoder al cual nos estamos refiriendo. Jaris Mujica (2007) afirma que “(...) el cuerpo es el receptáculo del biopoder, el espacio en el que se debaten las políticas, en el que el Estado ve sus límites y los sujetos reclaman sus libertades” (Mujica: 281). Este biopoder estalla en múltiples dimensiones desde la raíz misma de un modo de producción y subjetivación basado en la explotación de todo ser vivo. Al respecto Quijano (2007) señala: En la colonialidad, la corporalidad es el nivel decisivo de las relaciones de poder (…) Si se libera el concepto cuerpo de las implicaciones mistificadoras del antiguo dualismo judeocristiano –alma/cuerpo; psiquis/cuerpo, etc.- en la explotación es el cuerpo el que es usado y consumido en el trabajo, en la pobreza, en el hambre, en la malnutrición, en la enfermedad… (Quijano, 2007: 124- 125)

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Hablamos de modos de explotación que no solo afectan a los seres humanos, sino también al ambiente en general, incluyendo aquello que algunos consideran como “recursos naturales” y otros preferimos considerar como “bienes comunes” de los cuales depende la vida. Nos referimos al agua, los bosques, los suelos, el aire (Zibechi y Hardth 2013). Lander (2001), recuperando el pensamiento de F. Coronil, considera que, desde la teoría social moderna se deja afuera el espacio y la naturaleza, así como la intrínseca relación que existe entre los seres humanos, el ambiente y el territorio. Al respecto, el autor señala: Los historiadores y los científicos sociales usualmente presentan al espacio o a la geografía como un escenario inerte en el cual tienen lugar los eventos históricos, y a la naturaleza como el material pasivo con el cual los humanos hacen su mundo.” (Lander 2001: 10) Coronil afirma que esta exclusión está imbricada en las concepciones de la modernidad y del capitalismo, propios de la historia europea que se ha extendido a lo largo del planeta y que ha contribuido a la creación de un Occidente “auto-propulsado” (Coronil en Lander 2001: 10). En este caso, consideramos imprescindible incorporar a la teoría social el espacio y la geografía, no solo para poder comprender del desarrollo capitalista, sino también para contribuir al desmontaje de discursos que imponen la preponderancia de la producción y el capital, escindiendo relaciones que se encuentran en la base de la salud y la vida. Hacia una (de) colonialidad política, cultural y ética de la naturaleza Con este texto buscamos introducir de manera general a ciertas cuestiones planteadas en el marco de aquello que Mignolo, Castro Gómez y Quijano, consideran como “Giro decolonial”136. Desde allí se analizan los efectos de la colonialidad y se procuran recuperar, comprender y fortalecer experiencias decoloniales de resistencia a los intentos de dominación socio-económica y cultural de la matriz colonial de poder. 136

Sobre el giro decolonial, consultar Castro Gómez y Grosfoguel. (Eds.). 2007

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Entre estas experiencias se encuentran diversas organizaciones y/o movimientos socio-ambientales. Dos ejemplos locales paradigmáticos en este sentido están dados por organizaciones como “Madres de barrio Ituzaingó” y la “Asamblea de vecinos de Malvinas Argentinas”. Las “Madres de Barrio Ituzaingó” constituye un colectivo que viene llevando adelante una lucha ante efectos de la fumigación con agrotóxicos en campos colindantes a este barrio. Como vimos en un artículo anterior, esta organización llegó a instancias judiciales en las cuales se reconocieron los daños causados a la salud de la población. El juicio por las fumigaciones en Barrio Ituzaingó Anexo comenzó el 11 de junio de 2012 y fue el primero que puso en cuestión el impacto del uso de plaguicidas en la salud humana. La Cámara Primera del Crimen de Córdoba condenó a tres años de prisión condicional a un productor agropecuario y a un aviador, constituyéndose ésta como la primera condena por contaminación dolosa en el país. La “Asamblea de Malvinas Argentinas”, por su parte, se conforma a los fines de ofrecer resistencia a la instalación de una planta de procesamiento de granos de Monsanto, una de las empresas transnacionales que más se ha expandido en el planeta, a través de la producción de herbicidas, pesticidas y semillas genéticamente modificadas. Estos son dos de los miles de casos que, a lo largo del planeta emergen en un contexto de disputa político-económica, epistemológica, socio-cultural y ética. El cual como señala Jorge Eduardo Rulli y el Grupo de Reflexión Rural, trasciende “miradas cortoplacistas” y “empeños sin mayores esperanzas” que justifican “un espantoso agrogenocidio, (…) atrapados en una discusión sobre los metros en que los fumigadores deberían alejarse de los límites urbanos”. Al respecto el autor agrega: No solo se legitima de esa manera el modelo de agricultura química que ya ni siquiera se cuestiona, sino que asimismo se da por sentado que el modo de vida de la sociedad debe ser sólo urbano (…). Nos atrapa la inmediatez de las amenazas y pensamos en la megaminería o en el fracking como enormes amenazas centrales casi excluyentes, mientras dejamos de ver que entre progresistas y sojeros se está dejando sin suelo a 278


las próximas generaciones de argentinos…Jorge Eduardo Rulli (Editorial del Programa Radial “Horizonte Sur” del sábado 26 de octubre, 2013, en la Radio AM 690 K24, Bs. As. – 9 a 11hs).137 A partir de lo señalado, podemos ver como opera la retórica de la Modernidad, disfrazando e invisibilizando la lógica de la colonialidad: colonialidad del poder, el saber y el ser, lo cual nos conduce a la problemática de las relaciones entre naturaleza, sujetos y cuerpos. Sujetos, Cuerpos y Naturaleza Juan Camilo Cajigas Rotundo (2011) sugiere retomar la perspectiva de la ecología política de Arturo Escobar (2003) y discutir el patrón de poder colonial sobre la naturaleza. El autor amplía la noción de la colonialidad del poder “(...) basada solo en la producción de subjetividades coloniales articuladas a jerarquías raciales y epistémicas”, relacionándola con la noción de “(bio) colonialidad del poder”. Con este concepto se refiere a “la actual producción de la naturaleza” (y el cuerpo) “en el marco del capitalismo posfordista” (Cajigas Rotundo 59). Excede a este texto una pormenorizada exposición del trabajo de este autor. Baste decir que aborda la biodiversidad en el contexto de la globalización hegemónica, entendida como la fase actual de una colonialidad de “larga duración” desde la época de la conquista. Ello en base a estudios comparativos entre perspectivas occidentales y perspectiva de grupos indígenas amazónicos en torno a la biodiversidad. Ramón Grosfoguel (2013: 41) sostiene que la naturaleza constituye un concepto colonial, moderno y eurocéntrico u occidentalocéntrico. Al respecto agrega: En otras cosmogonías la palabra naturaleza no aparece, no existe, porque la llamada naturaleza no es objeto sino sujeto y forma parte de la vida. La naturaleza implica la división entre sujeto y objeto, donde el sujeto es el que tiene vida y es humano y todo lo que es naturaleza son objetos inertes. 137

Programa “Horizonte Sur”. Grupo de reflexión Rural. Acceso el 26/10/13, desde:http:// www.ivoox.com/hs-cond-m-mendoza-por-te-j-audios-mp3_rf_2491000_1.html Sobre el Grupo Reflexión Rural consultar su Página WEB: http://www.grr.org.ar/

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Por consiguiente, sus formas de vida son inferiores a la humana y están inscritas en una lógica de medios-fines de racionalidad occidental donde la naturaleza se transforma en un medio para un fin. Cuando asumes esa racionalidad y la aplicas a nueva producción tecnológica, tienes la racionalidad de la destrucción de la vida porque cualquier tecnología que construyas a partir de la noción de naturaleza entendida de esta manera occidental-céntrica va a tener, dentro de sí misma, la destrucción de las formas de la vida porque no has pensado el tema de la reproducción de la vida… (Grosfoguel, 2013: 41) Esta concepción subyace a la consideración de “recursos naturales” susceptibles de ser explotados y justifica la destrucción que realizan las multinacionales del agronegocio, propiciadas por los gobiernos que las habilitan, avalando la aplicación de agrotóxicos y semillas transgénicas con argumentos referidos al progreso tecnológico para beneficio del Estado, de los agricultores y para “paliar el hambre del mundo”, mientras se disimulan y ocultan los enormes daños producidos a todo ser vivo. Constituye este un lado oscuro de la modernidad, la otra cara de la moneda del progreso. La naturaleza y el cuerpo corren una suerte afín ya que, este último al ser separado de “la mente”, resulta inferiorizado (Roa Avendaño 2009), destinado al inframundo de las pulsiones y al desprestigiado trabajo manual. El cuerpo, vuelto “fuerza de trabajo” es considerado como “las materias primas” en tanto “factores de producción” al servicio del capital colonial. Al respecto cabe citar a Nelson M. Torres (2007): Podría plantearse la colonialidad como discurso y práctica que simultáneamente predica la inferioridad natural de sujetos y la colonización de la naturaleza, lo que marca a ciertos individuos como dispensables y a la naturaleza como pura materia prima para la producción de bienes en el mercado internacional. (Ob. Cit.: 135) En el discurso técnico de los organismos oficiales que se encargan de “medir” índices de factibilidad e impacto ambiental de proyectos empresariales e industriales existe un concepto que se suma a esta línea de sentidos. Nos referimos a las zonas de sacrificio, con el cual se designa 280


un lugar, una locación geográfica a la cual se destinan los desechos de la vida urbana. Tal es el caso de lo sucedido con la instalación de enormes basurales que contaminan el aire, el agua y todo el ecosistema que los rodea. Contaminación que no queda allí, ya que se expande e impacta de manera negativa en la calidad de vida de las poblaciones periféricas, poniendo en riesgo no sólo la salud, sino la vida misma. Poéticas y políticas de resistencia. El Giro Decolonial Hoy, la lucha contra la explotación/dominación -dice Quijano (2007)- es, en primer término, contra la destrucción de la colonialidad del poder, no sólo para terminar con el racismo, sino por su condición de eje articulador del patrón universal del capitalismo eurocentrado: Esa lucha es parte de la destrucción del poder capitalista, por ser hoy la trama viva de todas las formas históricas de explotación, dominación, discriminación, materiales e intersubjetivas. El lugar central de la “corporeidad”, en este plano, lleva a la necesidad de pensar, de repensar, vías específicas para su liberación.138 Esto es, para la liberación de las gentes, individualmente y en sociedad, del poder, de todo poder. Y la experiencia histórica hasta aquí apunta a que no hay camino distinto que la socialización radical del poder para llegar a ese resultado. Eso significa, la devolución a las gentes mismas, de modo directo e inmediato, del control de las instancias básicas de su existencia social: trabajo, sexo, subjetividad, autoridad. (Ob. Cit: 124-125) Los movimientos socio-ambientales en este sentido, poseen un potencial performativo de transformación, asentado y conducido en las luchas de colectivos organizados para enunciar, corporizar, actuar en favor de parar la destruccióny las formas de sufrimiento que promueve este modelo de pensamiento, producción y subjetivación. Lo señalado lleva a profundos desafíos para el ámbito académico que, en este caso asumimos de modo transdisciplinar, incluyendo no solo conocimientos del campo de las ciencias naturales, políticas y sociales, sino también de las artes y aquellos construidos por comunidades de afectados y organizaciones sociales. 138

El énfasis es nuestro.

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Desde allí nos sumamos a invitar a reflexionar sobre lo urgente y sustancial que resulta el compromiso de las instituciones públicas con la protección de bienes comunes de los cuales depende la vida, para lo cual se vuelve necesario desmontar formas coloniales dominantes de conocer y construir el cuerpo, la subjetividad, la naturaleza y la realidad. Invitación que realizamos desde una Universidad Pública en la cual se disputan sentidos y prácticas coloniales, decoloniales y poscoloniales. En este sentido nos remitimos a la propuesta de Santiago Castro Gómez, (2007: 84), quien cuestiona aquello que considera como una universidad de “la hybris de punto cero”, remitiendo a la necesidad de transformar la función narrativa del saber en la “condición posmoderna” (poscolonial) con respecto a su forma propiamente moderna, ya que, en el sistema capitalista, la universidad se pliega a “los imperativos del mercado global” contribuyendo a la “planetarización de la economía capitalista”,. Ante ello, el autor considera que la universidad “debiera tomarse muy en serio las prácticas articulatorias de la transdisciplinariedad”, así como la transculturalidad del saber, para evitar esta parcelación del conocimiento y de la experiencia (Ob. Cit: 84, 85). A ello agrega: El desafío que tenemos ahora es el de establecer una ruptura con este ´pathos de la distancia´. Es decir que ya no es el alejamiento sino el acercamiento el ideal que debe guiar al investigador de los fenómenos sociales o naturales (...)si la primera ruptura epistemológica fue con la doxa en nombre de la episteme para subir al punto cero, el gran desafío que tienen ahora las ciencias humanas es realizar una segunda ruptura epistemológica (…) frente a la episteme, para bajar del punto cero. El ideal ya no sería el de la pureza y el distanciamiento, sino el de la contaminación y el acercamiento (… ) [reconociendo] que el observador es parte integral de aquello que observa y que no es posible ningún experimento social en el cual podamos actuar como simples experimentadores. (Ob. Cit.: 89) En esta línea, el principal desafío es constituir diálogos de saberes y prácticas en las fronteras entre las instituciones públicas vinculadas con la producción de conocimientos y con la salud, las organizaciones sociales que luchan por la protección de bienes comunes, para desmontar 282


el sistema capitalista y los ámbitos vinculados con la producción y el trabajo. Ello implica necesariamente la generación constante de instancias decoloniales desde el interior mismo de las instituciones productoras o administradoras del conocimiento, condición sine qua non si pretendemos contribuir, desde ámbitos como la universidad, a favorecer el bienestar de la sociedad y proteger la salud y la vida en el planeta. Esto se encuentra en la base de las propuestas y experiencias que venimos llevando a cabo en torno a las problemáticas señaladas y que consideramos como formas de investigación implicada y decolonial. Referencias Bibliográficas Cabra, N. A. & Escobar, M. R. (2013). Cuerpos Otros, subjetividades otras Revista Nómadas. N° 38Ed. Nota.. Bogotá. Disponible en www.ucentral.edu.co/ index.php?option=com_content&id=3082&Itemid=5159 (2/11/15) Cajigas-Rotundo, J.C (2011). La (Bio)colonialidad del poder. Cartografías epistémicas en torno a la abundancia y la escasez. En: Youkali. Revista crítica de las artes y el pensamiento. Tierradenadie Ediciones. Ciempozuelos, España. Castro Gómez, S. (2007) Decolonizar la Universidad: la hybris del punto cero y el diálogo de saberes. Disponible en http://www.ram-wan.net/ (23/4/2014). Castro Gómez S. & Grosfóguel R. (ed.) (2007). El Giro decolonial. Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Ed. Siglo del hombre nuevo. Bogotá. Disponible en: http://es.scribd.com/doc/148380200/Elgiro-decolonial-reflexiones-para-una-diversidad-epistemica-mas-alla-delcapitalismo-global-Santiago-Castro-Gomez-y-Ramon-Grosfoguel (23/5/2015) Catelli L y Lucero M.E. (Ed) (2014) Materialidades (pos) coloniales y de la (de) colonialidad latinoamericana. Centro de Investigaciones y estudios en Teoría Poscolonial. Facultad de Humanidades y Artes. Univ- Nacional de Rosario. Citro, S. (2011) Reflexiones postcoloniales sobre los cuerpos etnográficos: diálogos con Leenhardt, Merleau-Ponty y Teresa Benítez- En REALIS – Revista de Estudos Anti Utilitaristas e PosColoniais, v. 1, n. 2, Disponible en: http://es.scribd. com/doc/97861590/Citro-Silvia-REFLEXIONES-POSTCOLONIALESSOBRE-LOS-CUERPOS-ETNOGRAFICOS-Dialogos-con-LeenhardtMerleau-Ponty-y-Teresa-Benitez (acceso: 11/08/ 2013) Escobar, A. (2003). Mundos y conocimientos de otro modo. El Programa de Modernidad/Colonialidad latinoamericano. En Tabula Rasa. Nº 1. Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca. Bogotá. Cit. por Cajigas Rotundo, J.C. Grosfóguel, R. (2013). Hay que tomarse en serio el pensamiento crítico de los colonizados en toda su complejidad. En Metapolítica. Año 17. Nº 13. 283


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Las nociones de pensamiento abismal y punto cero para abordar el estudio del cuerpo y la anatomía en la universidad Karina Generoso Córdoba, 1 de abril de 2015. Tras las instancias de presentación del curso y las autoridades de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba, el Dr. Esteban Jáuregui, profesor titular, anuncia a los estudiantes que vamos a entrar de lleno a lo que es la Anatomía Normal, y comienza por explicar que el cursado de la materia consta de dos instancias presenciales obligatorias: las clases teóricas y las clases prácticas, las cuales irán intercaladas con una frecuencia de dos veces a la semana cada una. El profesor, en tono expositivo lanza a su auditorio las preguntas ¿qué es la anatomía? ¿es una ciencia?, ante lo cual un estudiante responde es una ciencia que estudia las estructuras. El profesor retoma este aporte y agrega que, antiguamente estudiaba las estructuras macroscópicas del cuerpo, pero ahora también contempla las estructuras microscópicas de todos, gracias al avance de los instrumentos de observación y medición –y amplía- estudia los organismos en su posición, situación y relación. Cita los avances de la “microanatomía” y la “microcirugía experimental”. El profesor se sitúa en medio del aula, extiende sus brazos hacia abajo, separándolos del tronco, con las palmas de las manos abiertas hacia adelante y separa sus piernas, -recordándome en parte al “Hombre de Vitruvio”, de Leonardo Da Vinci- y afirma “ésta es la posición de estudio anatómico”, a lo que agrega “el cuerpo humano en su posición anatómica, es la referencia más importante para establecer su planimetría… a ese cuerpo hay que trazarle un plano”, y encendiendo el proyector para pasar diapositivas prosigue “hay tres planos básicos: plano frontal, anterior y posterior; plano transversal (horizontal), superior e inferior y plano sagital, izquierda y derecho, y paralelos al plano sagital, los parasagitales”. El profesor continúa con su exposición, “el cuerpo humano está dividido por regiones: cabeza, cuello, tronco (tórax, abdomen), miembros superiores, miembros inferiores. A la vez hacemos en el cuerpo otras subdivisiones: cabeza, huesos de la cabeza y de la cara; torso anterior y posterior, áreas del torso y áreas del abdomen. Y luego explica la forma de aproximarnos a esas 285


estructuras, desde los dedos, por ejemplo, para estudiar miembros superiores, desde el primer dedo de afuera hacia adentro, y de arriba hacia abajo… …La clase introductoria sigue desarrollándose, pero a partir del gesto del profesor al pararse en el centro del aula y, con su propio cuerpo, ejemplificar la “posición de estudio anatómico”, siento que acabo de trasponer el umbral hacia el universo del Cuerpo de la Anatomía. Cuerpo y Anatomía El relato preliminar es parte de las notas recogidas en el proceso de trabajo de campo de una tesis de Maestría en Antropología139. Si bien el mismo tuvo inicio a partir del año 2013140, la acción del profesor, al colocarse en la “posición anatómica” estableció una distinción subjetiva entre mis experiencias previas, lo que ya era familiar para mí, y la vivencia de lo inédito. Esta acción tuvo un efecto performativo, al modo de una “iniciación”, por decirlo así, en los cánones de la Anatomía. Se condensaron en esa posición anatómica, tanto la atenta observación que en ese momento realizaba sobre mi propio cuerpo entre esos otros cuerpos expectantes, como mis objetivos relacionados con llevar adelante una investigación antropológica, quedando éstos suspendidos, abstraídos, por un instante infinitesimal, tras lo cual se 139

Proyecto de tesis de la Maestría en Antropología de la Facultad de Filosofía y Humanidades, titulado “CUERPO, ANATOMÍA Y EDUCACIÓN UNIVERSITARIA. Aproximación transdisciplinar a la enseñanza acerca del cuerpo en el Museo “Dr. Pedro Ara” y en la Cátedra de Anatomía Normal de la Facultad de Medicina de la U.N.C.” Dirigido por Rosana Guber y co-dirigido por Valeria Cotaimich. Este proyecto obtuvo una Beca para Finalización de Posgrados, bajo la dirección de Valeria Cotaimich y la co-dirección de Mirta Bonnin, otorgada por la SECyT – UNC, para el período 09/13 al 08/14. 140

Este trabajo emerge de una serie de instancias preliminares en las cuales participé como integrante del ELAPS, (Espacio Laboratorio de Arte/s, Performance/s y Subjetividad/es” de la Facultad de Psicología). Se trata de la primera y segunda parte de un proceso de (Des) montaje transdisciplinar realizado en torno a la cátedra de Anatomía Normal y al Museo de Anatomía Pedro Ara de la Facultad de Ciencias Médicas. El trabajo llevó como título: “Los muertos enseñan a los vivos. (Des) montaje transdisciplinar de discursos y prácticas sobre el cuerpo y la muerte” y se basó en una vinculación entre instancias de investigación científica y producción artística. La propuesta fue presentada en el marco de las ediciones de “La Noche de los museos” de los años 2011 y 2012. La idea y coordinación general estuvo a cargo de Valeria Cotaimich y participaron estudiantes, docentes. investigadores de las Facultades de Psicología y Ciencias Médicas. Este trabajo fue financiado por el Programa de Divulgación Científica y Artística de la SECyT que organizó junto con la SEU de la UNC y otras entidades estatales. En ese marco se establecieron las bases para la realización de posteriores prácticas de investigación y tesis de grado y postgrado.

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sucedió una cadena de resignificaciones de todas las experiencias previas, las lecturas, las discusiones, las acciones y performances llevadas a cabo hasta entonces, tanto individualmente como de manera conjunta con los miembros del equipo. En mis manos pude sostener la punta del ovillo que, según sigo creyendo hasta hoy, me permitirá adentrarme en las lógicas que orientan las prácticas de los anatomistas en la Universidad. La construcción, la transmisión y la reinvención del cuerpo humano de la ciencia, el cuerpo de la Anatomía, ya han sido abordadas por diversas disciplinas, y en especial en este trabajo se retoman aportes de la Antropología y de la Historia, pero el acceso al Museo y la Cátedra de Anatomía, y la posibilidad de transitar por estos ámbitos, abre una faceta particular, en la cual, se podría pensar, se ponen en diálogo estos estudios previos con las prácticas locales actuales y la perspectiva de los actores. La elección de adentrarme en las lógicas de producción de los discursos, saberes y prácticas con respecto al cuerpo de la anatomía, o dicho de otra manera, la construcción “científica” del cuerpo humano, mediante el estudio sobre cadáveres y la conservación de restos humanos, diseccionados y preservados mediante diversas técnicas, parte de un interés por comprender los modos de enfermar y las formas de curación en nuestra sociedad, comprendidos en lo que entendemos desde un enfoque socio-antropológico y desde diversas disciplinas que trabajan en el campo de la salud, como Proceso Salud/ Enfermedad / Atención. Luis Eduardo Menéndez (1994) afirma que este proceso constituye un universal que opera estructuralmente en todas las sociedades, formando parte de un proceso social dentro del cual se establece colectivamente la subjetividad. (p.71) Enfermar, morir, atender la enfermedad y la muerte deben ser pensados como procesos que no sólo se definen a partir de profesiones e instituciones dadas, específicas y especializadas, sino como hechos sociales, respecto de los cuales los conjuntos sociales necesitan construir acciones, técnicas e ideologías, una parte de las cuales se organizan profesionalmente. (Menéndez 1994: 71) 287


Los padecimientos, dice este autor, son “hechos cotidianos recurrentes”, que pueden aparecer ante los sujetos y los grupos sociales “como amenazas permanentes o circunstanciales”, y los conjuntos sociales, argumenta, “tienen la necesidad de construir significados sociales” respecto de los mismos. El proceso Salud/Enfermedad/ Atención es un área de la vida de las sociedades “donde se estructuran la mayor cantidad de simbolizaciones y representaciones colectivas”. (Menéndez 1994:.71) La noción de pensamiento abismal y la Universidad Un eje de interés, dentro de estas consideraciones, es la construcción del cuerpo “objeto” de la ciencia biomédica, que se enseña y se aprende en la universidad, la institución en la cual se cultivan las ciencias, según la matriz positivista del pensamiento occidental moderno, al cual Boaventura de Sousa Santos (2010) caracteriza como “pensamiento abismal”, en tanto sistema de divisiones, visibles e invisibles, que escinden la realidad social en dos universos. Según el autor, las distinciones invisibles son condición para establecer las visibles ya que, lo que queda “del otro lado de la línea” desaparece como realidad. (p.29) El pensamiento abismal en el campo del conocimiento, “consiste en conceder a la ciencia moderna el monopolio de la distinción universal entre lo verdadero y lo falso, en detrimento de dos cuerpos alternativos de conocimiento: la filosofía y la teología”. Las disputas epistemológicas modernas se dan por establecer y conservar el monopolio exclusivo de las formas de verdad científicas y no científicas. (De Sousa Santos 2010: 31). Los conocimientos populares, laicos, plebeyos, campesinos o indígenas quedan situados al otro lado de la línea, mientras que las disputas entre ciencia, filosofía y teología son visibles, o sea que “tienen lugar en este lado de la línea”. Su visibilidad, afirma De Sousa Santos, “se erige sobre la invisibilidad de formas de conocimiento que no pueden ser adaptadas a ninguna de esas formas de conocimiento”, que “desaparecen como conocimientos relevantes o conmensurables porque se encuentran más allá de la verdad o la falsedad”. (p.31) 288


El mismo proceso se reproduce en cuanto a las líneas que dividen el campo del derecho moderno entre lo legal y lo ilegal, constituyendo así las únicas dos formas relevantes y/o universales de existir ante el derecho, dejando del otro lado todo el territorio social “(...) donde la dicotomía podría ser impensada como un principio organizativo”, un territorio sin ley, no reconocido oficialmente. De esta forma, en estos dos grandes dominios, que son la ciencia y el derecho, “(...) las divisiones llevadas a cabo por las líneas globales son abismales” de manera tal que “(...) efectivamente eliminan cualquier realidad que esté del otro lado de la línea”. (De Sousa Santos 2010: 32) Santiago Castro Gómez (2007) argumenta que la universidad reproduce el modelo epistémico que denomina la “hybris del punto cero”, aludiendo al tipo de pensamiento “disciplinario” que encarna este modelo y a la organización arbórea de sus estructuras, inscribiendo la universidad en la estructura triangular de la colonialidad: la colonialidad del ser, la colonialidad del poder y la colonialidad del saber. En esa tradición de producción, además de re-producciónde un conocimiento válido y único, la Anatomía, como disciplina, conocimiento experto y saber hegemónico acerca del cuerpo humano, es el ejemplo paradigmático de una concepción dentro de la cual la realidad “debe ser dividida en fragmentos”, y en la cual “la certeza del conocimiento se alcanza en la medida en que nos concentremos en el análisis de una de esas partes, ignorando sus conexiones con todas las demás...” especialmente porque, el modo de organización disciplinar del conocimiento, define “ciertos temas que son pertinentes única y exclusivamente a la disciplina” (p.1). Se cristalizan los cánones dentro de cada disciplina, se erigen los “padres fundadores”, los clásicos, se establece la pertinencia de cada uno de los temas que se consideran fundamentales. Estos cánones, dice Castro Gómez, son dispositivos de poder, que sirven para “fijar” los conocimientos en ciertos lugares, haciéndolos fácilmente identificables y manipulables.(Castro Gomez 2007: 5). Podríamos agregar que, en la Facultad de Medicina, a partir del establecimiento del “númerus clausus” para el ingreso, que restringe el cupo a unos 700 alumnos como máximo por año, mediante un exigente examen, se determina también la reproducción de este poder, ya que será el sector social con mayor acceso a recursos económicos y culturales, 289


aquellos que han costeado los onerosos aranceles de las academias privadas para preparar el ingreso, quienes seguirán resguardando y reinventando esos cánones. La disección y el proyecto de conocimiento de la modernidad/ colonialidad El saber de la Anatomía se encuentra consumado en una planimetría, tal como la presentara el profesor titular en la primera clase, que sirve para describir, apoyados en esas referencias topológicas, las diferentes relaciones entre las estructuras del organismo, acudiendo también a una serie de procedimientos, más o menos ritualizados, entre los cuales se encuentra la disección de cadáveres. El cuerpo de la Anatomía, es, en los hechos, un cuerpo muerto. En el subsuelo del último pabellón del Hospital Nacional de Clínicas, se encuentra la Sala de Disecciones, en la cual los estudiantes de medicina realizan prácticas de disección de cadáveres, como parte de su formación, acompañando los desarrollos de las clases teóricas y, a la vez complementando estas prácticas con la observación de preparados anatómicos conservados y exhibidos en el Museo Anatómico “Dr. Pedro Ara”, situado en la planta superior de la sala, y conectado al aula de Anatomía. Rastreando algunos desarrollos acerca de estas prácticas, resultan interesantes los aportes de Beatriz Montemayor Flores (2006), quien señala que durante los 50 años que duró el reinado de Ptolomeo I, se establecieron en Alejandría tres instituciones que le otorgaron un sitio privilegiado en la historia de la cultura occidental: el Faro, El Museo y la Biblioteca. La autora sitúa en la Escuela de Alejandría las primeras referencias del estudio del cuerpo humano sobre una base racional: la disección de los cadáveres. Así -afirma- en el Museo, la primera universidad que existió en el mundo, Herófito y Erasistrato llevan a cabo algo completamente nuevo en la enseñanza escolarizada de la Medicina, “(...) el estudio de la Anatomía Humana como un elemento parte de la realidad objetiva, utilizando como herramienta la disección”. Un par de siglos más tarde Galeno, formado en esta tradición fundante, marcó los siguientes 15 siglos de estudios anatómicos. (p.575) Pero las disecciones fueron dejadas de lado por un período prolongado, 290


lo que Montemayor Flores interpreta como consecuencia del predominio del cristianismo, que llevó a la desvalorización e incluso el desprecio del cuerpo como materia de estudio. (2006: 576) Le Breton (2001), por su parte, sostiene que regía una prohibición impuesta por la Iglesia Católica de diseccionar los cadáveres (p.46), en cambio, el historiador Mandressi (2012) desestima esta prohibición por no existir evidencias documentales. (p.19). Según este autor, Ciertos prejuicios han sido así sólidamente instruidos, como lo muestra la supuesta prohibición de realizar disecciones que durante mucho tiempo se atribuyó a la Iglesia, de modo tal que los anatomistas habrían debido llevar adelante un combate en nombre de la ciencia contra el “oscurantismo” impuesto por el cristianismo medieval. Ninguna evidencia apuntala esta tesis, pero a través de ella, a menudo se ha querido explicar la ausencia de disecciones humanas entre el siglo III antes de Cristo y el final de la Edad Media.” (Mandressi 2012: 19) En la época del Renacimiento el interés por el cuerpo humano resurge, y el renovado interés por el estudio da inicio a la llamada revolución anatómica, cuyo máximo representante, según David Le Breton (2002), es un joven estudiante belga llamado Andreas Vesalius o Andrés Vesalio. La anatomía descriptiva de Vesalio, estaba arraigada en lo que nos reportan los sentidos, lo que se puede ver, tocar, oler y luego describir sistemáticamente, organizar por categorías, por distribución espacial y relacional. (p.52) El hito que marca la transformación del “cuerpo” en la cultura occidental, queda demarcado en 1.543 con la publicación de “De humani corporis fabrica” de Vesalio, un enorme tratado de 7 tomos, con unos 300 grabados, bellas obras de Jean de Calcar, alumno de Tiziano. (Le Breton 2002: 52) Los grabados de la Fábrica dibujan una mutación epistemológica con consecuencias muy importantes, pero pagan un tributo muy significativo a las anteriores representaciones del hombre y del cosmos... La transposición del espesor del cuerpo en el espacio bidimensional de la página imposibilita cualquier duplicación… Opera una transposición simbólica en la que el cuidado por la exactitud, la fidelidad al objeto se encabalga con el juego confuso 291


del deseo, de la muerte y de la angustia... el inconsciente del artista, el del anatomista, que vela por la fidelidad del detalle intervienen en el trazado de las figuras, en la elección de las posturas, del fondo sobre el que se las pinta.”(Le Breton 2002: 53) Le Breton (2002) interpreta en estos magistrales grabados, la intervención de la trama sociocultural, viendo las resistencias arraigadas con respecto al acto anatómico, la angustia y la culpa que lo rodean. La forma en que se presenta el cuerpo en cada uno de los tratados de anatomía de la época es una forma de resolver este conflicto, esta ruptura que implica la oposición de la sed de conocimientos del anatomista con los mandatos de la época presentes en su inconsciente. Los grabados de la Fábrica, como de los de muchos otros tratados producidos hasta el siglo XVIII, presentan cuerpos ajusticiados; en estos alternan imágenes cargadas de angustia o de tranquilo horror… un museo imaginario de la tortura… (Le Breton 2002: 54) Este autor señala, además que, a partir de la labor de los anatomistas de las universidades europeas del siglo XVI, se evidencia una ruptura en la concepción occidental de la relación entre el hombre y su cuerpo, tanto que afirma que allí se podría encontrar el origen del dualismo contemporáneo (Le Breton 2002: 46). A partir de las primeras disecciones oficiales, de comienzos del siglo XV, y luego con la trivialización de la práctica en los siglos XVI y XVII europeos se produce uno de los momentos claves del individualismo occidental. En el orden del conocimiento, la distinción que se realiza entre el cuerpo y la persona humana traduce una mutación ontológica decisiva. Estos diferentes procedimientos culminan e la invención del cuerpo en la episteme occidental. (Le Breton 2002: 46) El cuerpo se disocia del hombre, adquiere peso, se convierte en un objeto de estudio, ya no se “es” un cuerpo, ahora se “posee” un cuerpo. Si bien, refiere Le Breton, Leonardo Da Vinci (1452-1519) precede a Vesalio (1514-1564) en esta aventura, por haber disecado una treintena de cadáveres y al haber realizado gran cantidad de notas y fichas sobre la anatomía humana, su obra permaneció por largo tiempo sin conocerse. (2002: 49) 292


Rafael Mandressi, en cambio, elige otro hito para marcar el nacimiento de la ciencia anatómica como tal, y los sitúa unos años más tarde de la publicación de “De humani…”, por parte de un estudiante de Vesalio. Se refiere al descubrimiento del clítoris… Si hubiese que elegir un episodio que ilustrase todos estos asuntos, que reuniera por sí solo el conjunto de los problemas planteados por la historia de la mirada anatómica, sería sin duda el descubrimiento del clítoris, por parte de Realdo Colombo, anatomista italiano del siglo XVI… lo llamó amor veneris.” (Mandressi 2012: 12-13) La reivindicación del descubrimiento del amor veneris por Realdo Colombo no pasó inadvertida por algunos de sus colegas, que no tardaron en impugnar su legitimidad, pero esto lleva al historiador a poner su foco en las disputas de los anatomistas en los albores de la ciencia basada en la evidencia. Al reflexionar acerca de estos “descubrimientos”, que no eran tales, devela el modo en el que las formas de construir y validar los conocimientos se fueron desarrollando en la modernidad. Mandressi (2012) afirma que, el hecho de identificar las estructuras anatómicas, dejando sentados los esquemas por los cuales se estudia el cuerpo en la actualidad, se relaciona menos con el hecho del “descubrimiento en sí”, y se debe más a “(...) un proceso que a la manera de un trazado de fronteras, se aísla y se identifica en cada órgano, en cada estructura, buenas razones para convertirlas en unidades autónomas, y son nombradas como tales… Así, “el clítoris se volvió un día una provincia nueva, fruto del desglose que Colombo estimó correspondía a la “verdad”. Pero esta verdad no se encontraba en el trozo de carne que catalogó, sino en su mirada de anatomista.” (Pp.13-15) La nueva ciencia anatómica que surgía en las universidades europeas, con la disección de cadáveres humanos, deja de ser una rareza para transformarse en rutina en los teatros anatómicos141. La apertura y la inspección sistemáticas del cadáver humano, afirma este autor, se convierten en el medio privilegiado para conocer el cuerpo, obteniendo 141

Ver referencia a los Teatros Anatómicos en artículo de Valeria Cotaimich “CUERPO, ANATOMÍA, MONTAJE Y CAPITALISMO. Bases conceptuales y relatos sobre dos (des) montajes transdisciplinares realizados en museos de Córdoba de publicado en la primera parte de este libro.

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así un saber “cada vez más preciso y detallado acerca de su estructura”. Y así, “(...) dedicada a develar aquello que la piel oculta a la vista, la anatomía instaura, en los albores de la modernidad, un dispositivo de conocimiento”. (Mandressi 2012:.11) Durante el siglo XVII también se da el auge de la construcción de los teatros anatómicos, los cuales eran dispositivos de enseñanza pensados para una masividad de concurrentes a las disecciones públicas. Aquí también toma relevancia un nuevo tipo de distinción, según el autor: La disección es así tal vez menos un momento de investigación que de enseñanza, si la distinción entre ambas actividades es pertinente, pero es además un momento de demostración y de retórica: aporta la prueba (en el sentido retórico del término) de lo que está escrito en los libros. Es el momento de mostrar que el cuerpo es explicable en los términos que los textos establecen, es decir, fundamentalmente, en términos de la anatomía galénica.” (Mandressi 2012: 124) Montemayor F. (2006) lo denomina el Método Revolucionario de Vesalio, “(...) que combinaba cadáver, maestro, alumnos, dibujos y libros para ofrecer una mejor comprensión del cuerpo humano”. (p.576) Hacia finales del siglo XIX, el centro de atención se corre a los laboratorios y desde el microscopio se observan las estructuras anatómicas celulares. (Montemayor Flores 2006: 576) A finales del siglo XX, con el avance de la llamada era digital y del diseño de la “realidad virtual” el interés se corre nuevamente, esta vez a las computadoras y al trabajo con los “biomodelos”. Lo importante de remarcar aquí es que con la labor de los primeros anatomistas se establece un comercio, como lo llama Mandressi (2012) entre esta mirada del anatomista y el cuerpo; “(...) éste no entrega sus verdades sino a un saber que contribuye a darles forma”. La anatomía no es únicamente, una vía para llegar a revelar esas verdades, sino también el “medio” epistemológico dentro del cual tales revelaciones adquieren un sentido”. El cuerpo que se convierte en un objeto de conocimiento, “engendrado por la mirada del anatomista que esculpe en él “sus” verdades.” (p.15) 294


Esto vale, por ejemplo, para la redistribución de las preeminencias sensoriales que acompaña la instauración de esta nueva ciencia del cuerpo, cuya pureza maestra son las disecciones públicas y que se apoya en tres actos fundamentales: cortar, observar, tocar. Cortar los cuerpos muertos para ver con los propios ojos más allá de la frontera de la piel, y tocar: tocar la sangre, los tejidos, palpar la blandura o la dureza, sentir las formas y las texturas. La nueva alianza entre el cuerpo y su conocimiento se sella por medio de la vista y el tacto, pero se vuelve dificultoso “(...) establecer con certeza si la primacía de estos precede y prepara el auge de las disecciones, o si, por el contrario, fueron promovidos al primer plano de las operaciones de conocimiento por una anatomía que diseca, incide, despelleja.” (Mandressi 2012: 19-20) Además, Mandressi (2008) plantea la instauración de un “programa sensorial”, es decir, se privilegió el conocimiento a través de los sentidos, de la vista y el tacto, convirtiéndose este en el “leitmotiv metodológico” que desde fines del siglo xv los anatomistas proclaman como fundamento de la ciencia. En las universidades europeas, se privilegia la percepción sensorial como vía de acceso al conocimiento, en oposición a la lectura de antiguos textos descriptivos –dice Mandressi- la verdad debía ser buscada no en los textos sino en los cuerpos. (p.20) Adentrados en el siglo XXI, la práctica de la disección de cadáveres sigue siendo la herramienta privilegiada de conocimiento del cuerpo humano, y esto se halla cristalizado en los planes de estudio para la formación de los médicos y de los otros profesionales de la salud en nuestras universidades. Cinco siglos después de las primeras disecciones en las universidades europeas, en los cuales la ciencia anatómica realizó un crecimiento profundo, entre aquellas y estas, en la sala de disecciones del subsuelo del Museo, encontramos similitudes que van más allá del proceso de enseñar y aprender. Aquellas disecciones se realizaban en cadáveres de condenados, muertos durante torturas, o indigentes y, en la actualidad, los cadáveres provienen en su mayoría de los hospitales neuropsiquiátricos y geriátricos del estado, los condenados de esta época, los seres destinados al olvido y a la degradación, aún antes de morir. Condenados por el mismo sistema que ahora se sirve de sus restos para su reproducción, en este caso, en la formación de nuevos médicos. 295


Cuando la cátedra recibe un nuevo cuerpo, el proceso de “preparar” un cadáver comienza con el despojo de sus ropas, apenas andrajos que conservan, a pesar de los agujeros en sus bolsillos, los pequeños tesoros de sus últimos días: un par de monedas, un cigarrillo a medio fumar y guardado para el otro día, recortes de papel… que a veces caen al suelo de la sala de disecciones al voltear las prendas. Luego continuarán otros procedimientos para asegurar la mayor duración y el mejor aprovechamiento de este escaso e invaluable material. El profesor titular, en la estrevistas mantenidas, manifestaba que una de las principales preocupaciones que deben enfrentar ante el inicio de un nuevo año lectivo es la escasez de cuerpos para llevar adelante los trabajos prácticos, de manera tal que se garantice el acceso de la totalidad de los estudiantes a los preparados. Y cuando se indagó acerca de las opciones de estudio sin cadáveres, nombrando por ejemplo, las mesas virtuales de disección, el profesor afirmó que el estudio con cadáveres es irremplazable para la comprensión de la Anatomía. Aparentemente, las brechas religiosa y moral que aquellos primeros anatomistas debían salvar, ya han sido recubiertas por las justificaciones del discurso científico actual, consolidado como discurso oficial, que se asienta en los criterios de demarcación que operan en gran parte de las Ciencias Humanas: la distinción entre ciencia y creencia. Por otra parte, remitiéndonos a la noción de pensamiento abismal, que postula De Sousa Santos (2010), cabría plantear que, para que este lado de la línea (la ciencia y el derecho) pueda existir, el “otro lado” debe ser invisibilizado, cegando o postergando el interrogante sobre implicancias culturales, políticas, religiosas, o de cualquier otro tipo, de disecar y exhibir un ser humano (muerto). Reflexiones finales Parafraseando a Castro Gómez (2007), podríamos plantear que el conocimiento hegemónico acerca del cuerpo no es producido ya por la universidad solo bajo la guía del Estado, sino que también lo produce el mercado bajo su propia guía, a través del tráfico de significaciones que transforman el cuerpo y algunos de sus atributos (juventud, belleza, etc.) en bienes de uso y de cambio, en meras mercancías. Se crean y se 296


ofrecen aparatos, medicamentos, prótesis y cirugías, con el plus de la identificación estética con la salud. Esto último, relacionado por Silvia Citro y Patricia Aschieri (2015) con los consumos urbanos, también se refuerza en el surgimiento (o resurgimiento) de “estigmas” sobre “anormalidades”, ligadas o relacionadas socialmente a la falta de salud o directamente a la enfermedad, por ejemplo, la obesidad. Estas transformaciones se dan en el marco de una lucha por la imposición de los atributos del cuerpo ideal encarnado en aquellos agentes sociales que poseen el poder de imponer, como describe P. Bourdieu (1986), su representación objetiva y colectiva del propio cuerpo, en el sentido de que es compartida por un determinado sector de la sociedad. Los saberes y las categorías de percepción sobre el cuerpo se producen en campos que presentan resistencias y luchas constantes. Los saberes otros, considerados “tradicionales”, “populares”, “folklóricos” o bien “alternativos”, de seres otros, constituidos de manera otras, antes que presentar antagonismos o ser considerados como complementarios, son prácticamente invisibilizados y en lo posible denostados, por no pertenecer al legítimo orden de lo científico, es decir, están “del otro lado” de la línea demarcatoria que impone el modo de pensamiento abismal. Pero según relata la experiencia etnográfica documentada entre los pueblos originarios de esta región de Sudamérica, y tal como lo recupera también Silvia Citro (2015) en los relatos de Maurice Leenhardt, las concepciones otras de lo que nosotros sólo podemos entender –por ahora- como un cuerpo, constituyen complejos sistemas de creencias y de sistematización de experiencias. El cuerpo no solo no es considerado como algo distinto del Ser Humano, sino que además se concibe (y se experimenta) siempre en estrecha relación con su contexto natural y social, diferenciándose estas concepciones del saber biomédico occidental que aísla al cuerpo/organismo (y sus padeceres) de sus condiciones materiales y sociales de producción. Por último, o para recomenzar una vez más, la indagación acerca de estas condiciones requiere también saber “dónde se sitúa nuestro no- saber”, es decir hay seguir, pero sin ignorar aquella resistencia que dicta la voluntad filosófica o política de romper las barreras de la opinión y la otra resistencia ligada a lo que dicta nuestra 297


“propensión psíquica”, dice Didi- Huberman (2008), a obstaculizar el acceso “siempre peligroso al sentido profundo de nuestro deseo de saber”. (Pp. 11-12) Referencias Bibliográficas Bourdieu P (1986) Notas provisionales sobre las percepción social del cuerpo en Álvarez Uria, F, y Varela, J. Materiales de Sociología Crítica. Ed. La piqueta: Castro-Gómez S y Grosfoguel R (comp.) (2007) El giro decolonial: reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Ediciones Siglo del Hombre: Chile Citro S (2015) Provocaciones interculturales sobre cuerpo, Subjetividad y Poder. (en prensa) Artículo correspondiente al Seminario “Teorías y prácticas para una antropología de y desde las corporalidades en clave decolonial”, dictado por la Dra. Silvia Citro en la Maestría en Antropología de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U.N.C.- 14 al 18 de septiembre de 2015. Citro S y Aschieri P (2015) El Cuerpo, modelo para (re) armar: Cartografía de imágenes y experiencias en los consumos urbanos (en prensa) Artículo correspondiente al Seminario “Teorías y prácticas para una antropología de y desde las corporalidades en clave decolonial”, dictado por la Dra. Silvia Citro en la Maestría en Antropología de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U.N.C.- 14 al 18 de septiembre de 2015. De Sousa Santons B (2010) Decolonizar el saber. Reinventar el poder. Ed. Trilce: Uruguay Guber R (2001) La Etnografía. Método, campo y reflexividad. Grupo Editorial Norma: Colombia. ----------------------- (1998) El Salvaje Metropolitano. Reconstrucción del conocimiento social en el trabajo de campo. Editorial Paidós Ibérica: Bs. As. Le Breton D (2002) Antropología del cuerpo y modernidad. Ed. Nueva Visión. Bs. As. Mandressi R (2008) Técnicas de disección y tácticas demostrativas: instrumentos, procedimientos y orden del pensamiento en la cultura anatómica de la primera modernidad. En Historia y Grafía, Núm. 30, 2008, pp. 167-189, México ----------------- (2012) La Mirada del Anatomista. Disecciones e invención del cuerpo en Occidente. Ed. Universidad Iberoamericana, México. Menéndez E L (1994) La enfermedad y la curación ¿Qué es medicina tradicional?. Alteridades, México 4 (7): Pp. 71-83. Montemayor Flores B. G. (2006) El significado de la práctica de disección para los estudiantes de Medicina. Int. J. Morphol., 24(4):575-580 298


Proceso/salud/enfermedad/atención de la comunidad Qom que habita el barrio Namqom de la ciudad de Formosa-Argentina Leclerc Marianella Sasoni Luxen Elina Este trabajo se desprende de experiencias de campo realizadas en el marco de la cátedra paralela de Psicología Sanitaria B y, en segundo término, de una práctica supervisada de investigación desarrolladas en el marco del proyecto de investigación titulado: “Investigación-acción y (des) montaje transdisciplinar en torno a experiencias vinculadas con la salud (pública, ambiental, comunitaria y colectiva)”142. Los objetivos que orientaron esta práctica fueron: -conocer como se da el proceso salud/enfermedad/atención en la comunidad Qom que habita el lote 68 del barrio Namqom (lotes 33, 68, 67), en la ciudad de Formosa; -caracterizar la relación existente entre el sistema de salud público y el “Sistema tradicional popular de atención” (Colangelo 2009), haciendo énfasis en las prácticas de los pobladores. Para poder alcanzar estos objetivos se profundizo en: -el conocimiento de las condiciones concretas de existencia que signan la vida de los habitantes del lote, -las estrategias de cuidado de la salud que implementan; -las representaciones y concepciones sobre salud y enfermedad que ponen en juego cotidianamente; -las posibilidades reales de acceso que tienen al sistema de salud estatal, mas específicamente al Centro de Atención Primaria de la Salud barrio Namqom y -las características que presenta la asistencia que se brinda allí. Al entender este proceso como histórico y socialmente determinado, se tuvieron en cuenta no solo las pautas culturales propias de estos grupos, sino también la posición que ocupan en la estructura social local. Se intentó evitar aquellas perspectivas tendientes a folklorizar las prácticas sanitarias que desarrollan los pueblos originarios, cuestión que invisibiliza aquello que autores como Laurell (1987) o Rojas Soriano (1985) consideran como determinación social y se encuentra en la base de la desigualdad e inequidad social. 142 Proyecto aprobado y subsidiado por la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Período 2014-2015. Dirección: Valeria Cotaimich. .

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Por otra parte se retomaron aportes de los Estudios Decoloniales, con la intención de reconocer el carácter socio político que tiene el conocimiento y así poner en tensión, de alguna manera, discursividades propias de las ciencias contemporáneas con otra clase de conocimientos construidos por quienes protagonizan las prácticas que buscamos conocer y comprender. En esta línea, autores como Walsh C. (1995) Mignolo W. (2011) y Escobar A. (2003) aluden a otros espacios para la producción del conocimiento, basados en las vivencias, experiencias y luchas de aquellos que han sido mas afectados por el sistema neoliberal, entre quienes figuran las comunidades originarias. Para realizar el trabajo se decidió hacer un recorte debido al crecimiento poblacional del barrio Namqom en los últimos años. Se opto por el lote 68, ya que allí se asentaron las primeras familias y en la actualidad se encuentran todas las instituciones y organizaciones que prestan servicios a los tres lotes. En primera instancia se recopilo material documental, periodístico y bibliográfico. Luego se realizaron observaciones y se llevaron a cabo 28 entrevistas. Además se recupero información de 13 charlas informales con vecinos y personal de las diferentes instituciones que allí residen (Centro de Capacitación Laboral “María Auxiliadora”, Comedor comunitario “Santa Teresita”; Centro de Salud barrio Namqom, Centro de la Comunidad barrio Namqom, Escuela de Educación Secundaria Nº 1 Namqom -E.P.E.S Nº 1- ). También se identificaron ámbitos de atención de salud como otros que promueven de participación de la población. Durante la práctica se planteó la necesidad de contribuir a visibilizar la situación que atraviesanlas comunidades aborígenes de Argentina, asunto que resulta preocupante si reparamos en las condiciones generales de precariedad en que viven, comparadas con el resto de la sociedad. Al respecto, organismos como el “Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas” (IWGIA por su sigla en inglés) afirman que estos pueblos continúan al margen de la sociedad, son más pobres y tienen mayores problemas de salud que el resto de la población. Al triangular esta información con los datos recogidos durante el trabajo de campo, pudimos observar que estos grupos reciben las menores inversiones en recursos humanos y materiales por parte del Estado y sufren, aún en el presente, enfermedades evitables como la 300


tuberculosis. Sumado a esto, cuentan con las coberturas más baja de atención en salud y las tasas más altas de mortalidad general, materna e infantil, de alcoholismo y de suicidio. Otro aspecto a considerar es el impacto negativo que han tenido los agronegocios en el desarrollo de estas comunidades, el cultivo sin precedentes de soja, no solo ha provocado desmontes masivos y daños irreparable en los suelos, sino también la aparición de numerosos padecimientos y el incremento de los índices de pobreza. Al no poder abastecerse de alimentos y medicinas que les proveía la tierra, imposibilitadas de sobrevivir dentro de este modelo extractivista, estas comunidades se ven forzadas a re-localizarse en los márgenes de las ciudades, pasando a engrosar nichos de mano de obra barata y trabajo no registrado, convirtiéndose en victimas de fuertes prejuicios de orden cultural y social. Estos prejuicios conllevan una doble marginación y estigmatización basada en categorías como las de “indios/as” y “pobres”. Este es el caso de Namqom, barrio periurbano ubicado a 11 Km. de la capital formoseña, donde la mayoría de sus habitantes no poseen un trabajo estable. En general reciben diversos beneficios sociales o viven de “changas”, entre las cuales se encuentra la recolección de restos de basura. Un sector que constituye la minoría se desempeña en el Centro de Salud como enfermeros/as, agentes sanitarios/as o dentro del ámbito educativo como MEMAS143. Las mujeres continúan dedicándose a la producción de artesanía, actividad que se ve obstaculizada por la privatización de los campos, cuestión que limita el acceso a las materias primas. El Estado nacional y provincial, por su parte, favorece a los sectores dominantes, desconociendo el derecho de propiedad ancestral de la tierra que tienen estas comunidades A su vez, tienden a fomentar políticas públicas asistencialistas que lejos están de abordar en profundidad los serios problemas de salud que padecen (falta de agua potable y de vivienda digna, desnutrición, tuberculosis, mortalidad infantil, mala alimentación), entre otros. En cuanto al centro de salud local, observamos que su capacidad de respuesta se ve dificultada debido a la emergencia de numerosas enfermedades relacionadas con las condiciones concretas de existencia y la falta de recursos humanos e infraestructura adecuada. En 143

MEMA: Maestros Especiales de Modalidad Aborigen.

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consecuencia todo su accionar esta orientado a la asistencia de los grupos mas vulnerables (embarazadas y niños)144. Asimismo, la participación comunitaria es muy escasa, y no se fomentan instancias participativas desde ámbitos educativos y sanitarios. Muy esporádicamente son convocados por el centro de la comunidad que allí funciona, generalmente desde el Programa de Salud Comunitaria para realizar alguna actividad o concurrir a un taller. En relación a la prevención y promoción de la salud, no se desarrollan en la actualidad programas, planes o proyectos que apunten en esta dirección, como tampoco se busca potenciar la importancia del rol del agente sanitario en estas tareas. A su vez, cabe destacar la necesidad de reforzar las acciones intersectoriales, ya que si bien hay una disposición de parte de las instituciones y organizaciones de Namqom a trabajar en conjunto, no se plantean estrategias de sostenimiento de las acciones que emprenden. En este sentido, si bien la provincia adhiere a la estrategia de Atención Primaria de la Salud, pudimos constatar que muchos de sus postulados no se llevan adelante en la práctica. De esta manera la APS ,lejos de funcionar como una puerta de entrada al sistema sanitario (OPS/ OMS, 2005), aparece como el único servicio disponible, generando una falta de igualdad en las prestaciones y beneficios que se brindan a la población general, ya que terminan por existir servicios diferenciados para los distintos conjuntos sociales. Para Testa esto implica que la APS se vuelva una “atención primitiva de la salud” (Testa, 1996). Con respecto a la relación entre el sistema de salud público y el “tradicional popular” , observamos que, a diferencia de lo que plantea el discurso dominante, los habitantes del lote 68 concurren habitualmente al centro de salud en busca de una respuesta de tipo biomédica, siempre y cuando consideren a la enfermedad en cuestión, dominio de lo científico. El problema surge cuando se encuentran con fuertes cuestionamientos de parte del personal de servicio del establecimiento vinculados con sus prácticas de cuidado de la salud. Esto sucede, en general, por la ingesta de preparados caseros. Estos profesionales, la mayoría de las veces, reproducen de manera naturalizada una mirada biologicista e individualista característica del Modelo Medico Hegemónico, pasando 144 Información extraída de las entrevistas realizadas en el campo, a vecinos y a personal de la salud en el “Centro de Salud Namqom”

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por alto la consideración de los procesos sociales que determinan el proceso s/e/a, reforzando así la culpabilización de los usuarios y prejuicios de orden ideológico cultural. Si bien el paradigma biomédico continúa imponiéndose como la única forma legitima de curación, ello no conduce a la anulación de las demás formas de atención/cuidado existentes. Como señala Menéndez, en general, en el campo de la salud, nos encontramos con “relaciones de hegemonía/subalternidad” entre los diversos sistemas de atención (Menéndez 1994), lo cual se traduce, a nivel microsocial, en el vínculo entre personal sanitario y usuarios de salud. Aquí observamos algo afín a lo señalado por el autor, en tanto los distintos actores e instituciones en Namqom se disputan la definición del sentido que orienten las prácticas de atención y curación de los habitantes del lote. Cuestión que también podemos analizar en base a planteos de Bourdieu, quien señala que “(…) los sistemas ideológicos, que producen los especialistas, por y para la lucha por el monopolio de la producción ideológica legitima, reproducen bajo una forma irreconocible la estructura del campo de las clases sociales” (Bourdieu 2007: 95) Con respecto a las representaciones y prácticas de los miembros de la comunidad, pudimos observar que están definidas por: la comodidad y facilidad de la auto-atención, los saberes adquiridos y aquellos que están a su alcance en el entorno familiar, la experiencia personal en la resolución de situaciones similares, la calidad en la atención que ofrecen los distintos sistemas de curación, el trato del especialista, el tipo de enfermedad, y por ultimo, la posición social que limita o impide el acceso a ciertos servicios y prestaciones. De acuerdo con comprobamos que aquí, como sucede con otros grupos sociales, se producen cotidianamente disputas, negociaciones, síntesis y combinaciones entre diferentes concepciones (étnicas, populares, biomédicas) a la hora de entender y dar respuesta al malestar (Colangelo 2009). Esto puede ser pensado a partir de la noción de habitus, que Bourdieu define como “(…) sistemas de disposiciones duraderas y transferibles, estructuras predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes, o sea, como principios generadores y organizadores de prácticas y representaciones…” (Bourdieu 1984: 86). Por consiguiente, podemos afirmar que existen coexistencias, complementaciones, tensiones y transacciones entre diferentes concepciones respecto del proceso s/e/a de acuerdo a la posición/lugar, y al tipo de situación y la problemática a resolver (Menéndez Ob. Cit.). 303


El trabajo implicó además, la recuperación de las nociones de “Interculturalidad” (Ramírez Hita 2014) y “Medicina tradicional”, (Menéndez 1994), en un sentido crítico. Por una parte se reflexionó sobre aquellas políticas públicas denominadas “interculturales” en salud y educación, presentes en provincias como Formosa. Ocurre con frecuencia que los programas que se desprenden de ellas (como es el caso del programa de Salud Comunitaria en Namqom), fomentan un ideal de armonía y respeto entre las diferentes culturas, que pasa por alto los determinantes sociales y las relaciones conflictivas que se dan entre “indios” y “criollos”. Este tipo de propuestas, en muchas oportunidades, encubren objetivos de asimilación y homogeneización a las lógicas de “progreso” del modelo capitalista (Ramírez Hita 2009). Retomar el concepto de “Medicina Tradicional” de Menéndez (1994) nos condujo a reflexionar acerca de la propensión común a sostener una mirada tipologista en relación con los saberes de los pueblos originarios, donde aparecen los procesos históricos sociales de transformación como inmutables, ignorando el sistema relacional en el cual se desenvuelven (Menéndez 1994), y entendiendo el cambio como algo negativo. Esta clase de planteos surgieron en varias de las entrevistas realizadas a funcionarios y profesionales de la salud en Namqom, en las cuales los entrevistados tendían a comparar esta comunidad con otras del interior de la provincia, insinuando una cierta “esencia indígena” a la cual los usuarios de los servicios de salud no estarían respondiendo de forma adecuada, a causa de la influencia criolla provocada por la cercanía a la ciudad. Este proyecto fue pensado desde la perspectiva que propone el Paradigma Praxiológico de Jaime Breilh (2003), recuperando algunos de los principios que promueve la Investigación-Acción (Gabarrón L. R., Hernández L. L 1994). Este posicionamiento implicó la posibilidad de trabajar dialécticamente, vinculando aportes conceptuales con prácticas en terreno, orientando el trabajo no solo a conocer este recorte de realidad, sino también a contribuir al fortalecimiento y/o generación de instancias colectivas de reflexión y de transformación. Si bien el alcance real de las intervenciones fue limitado, condicionado en gran medida por la apertura y disposición de algunas instituciones a trabajar conjuntamente, luego de la etapa de indagación de campo, se pudo trabajar en dos instancias participativas planteadas en talleres que propusimos a un grupo de mujeres que asisten al curso de peluquería 304


dictado por el Centro de Capacitación Laboral “María Auxiliadora” dentro de la capilla Ceferino Namuncura. Espacio donde se plantea la mayor apertura observada a la participación de las mujeres del barrio. Estos talleres apuntaron a posibilitar una reconstrucción colectiva de conocimientos vinculados con la realidad del lote y el cuidad de la salud. El primero de ellos significó una recuperación de saberes ancestrales y populares, dando lugar a un aprendizaje conjunto sobre cómo fabricar jabones y pomadas con plantas medicinales que crecen en el barrio. El segundo se orientó a promover la participación en el cuidado de la salud, contribuyendo a instancias diagnósticas participativas en las cuales se delimitaron/compartieron las necesidades sanitarias prioritarias que las integrantes percibían, planteando posibles soluciones a dichos problemas. Los talleres implicaron una aproximación a dinámicas distintas a las que están habituados los vecinos de Namqom, y son el fruto de los vínculos generados a lo largo de la practica con el grupo de mujeres, basados en la escucha receptiva, en una apertura al dialogo, en un reconocimiento respetuoso del otro y en la valoración de los saberes de todas. Estimamos que este es uno de los aportes fundamentales del proyecto, ya que no solo se intentó caracterizar y denunciar las condiciones concretas en que vive una comunidad específica, sino también contribuir en la medida de nuestras posibilidades, a instancias participativas de reflexión, producción y socialización de conocimientos en relación con el proceso/salud/enfermedad y la posibilidad de transformación de las condiciones que lo determinan. Para concluir, consideramos importante tener en cuenta que, a lo largo de la formación profesional, no existen prácticamente instancias de aprendizaje desde las cuales se aborden cuestiones vinculadas al trabajo con pueblos originarios, y menos aun desde una mirada crítica, respecto a la situación sanitaria y social de estas comunidades. Este hecho esta ligado en gran medida a la reproducción aun hoy de lógicas y discursos propios de la colonialidad, que operan dentro de las ciencias actuales y responden a la imposición histórica de una epistemología eurocéntrica, donde existe escaso lugar para otras formas de conocimiento. En este sentido, entendemos como un desafío la posibilidad de pensar más allá de las categorías propuestas por las ciencias dominantes, teniendo presente prácticas sociales, epistémicas y políticas de aquellos que han sido mas perjudicados por la expansión capitalista. 305


Referencias Bibliográficas Aranda, D. (2010). Argentina originaria, genocidios saqueos y resistencias. Ed. La vaca. Bs. As. Bourdieu, P. (1984). Sociología y cultura. DF: Ed. Grijalbo. DF. México. --------------- (2007). El sentido práctico. Ed. Siglo XXI. Bs. As. . Breilh J. (2003). Investigación cualitativa: ¿Nuevo fetichismo o endurecimiento de la ciencia? (Otra ciencia es posible). Trabajo presentado en el IX Congreso internacional/1er congreso Iberoamericano de investigación cualitativa en salud. University of Alberta. Intern. Institute for Qualit. Methodology, México. Colangelo, M. A. (2009). Interculturalidad, colonialidad, política Ed. Biblos. Bs. As. Escobar Arturo, Tamagno, Liliana (Coord.). (2003) Mundos y conocimientos de otro modo. El programa de investigación de modernidad/colonialidad latinoamericano. Revista Tabula Rasa, N° 1, Colombia. Gabarrón L. R., Hernández L. L. (1994). Cuadernos Metodológicos. Investigación participativa. Centro de Investig. Sociológicas. Madrid. Gobierno de la provincia de Formosa. (2009-2010). Proyecto de funciones esenciales de salud pública. Plan para poblaciones Menéndez, E. (1994) La enfermedad y la curación ¿Qué es la medicina tradicional?. Revista Alteridades. DF México. Mignolo, W (comp.) (2011) Capitalismo y Geopolítica del Conocimiento. El eurocentrismo y la filosofía de la liberación en el debate intelectual contemporáneo. Ed. Del Signo Bs A: OPS (Organización Panamericana de la Salud) (2005). Renovación de la Atención Primaria de Salud en las Américas. Recuperado de material de Cátedra de Psicología Sanitaria B, Tomo 1. Facultad de Psicología. UNC Ramirez Hita S. (2009) Políticas de salud basadas en el concepto de interculturalidad. Los centros de salud intercultural en el altiplano boliviano. Revista Avá n° 14. Posadas ------------------- (2014) Salud, globalización e interculturalidad: una Mirada antropológica a la situación de los pueblos indígenas de Sudamérica. Revista Ciênc. saúde coletiva vol.19 n° 10 Rio de Janeiro. Testa M. (1996) Pensar en Salud. Lugar Editorial. Bs. As.

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Performances teatrales que abordan problemáticas ambientales desde una perspectiva decolonial Norma Noemí Pellegrino Este trabajo no es un escrito ‘sobre el tema’ sino que es el hacer mismo: hace en el hacerse pensando y en el estudio de algo. Es una manera de estar siendo frente a la compulsión del querer ser/tener. El pensar y hacer descolonial base del desprendimiento no es tampoco un pensamiento para ‘aplicar’ (subsidiario de la distinción teoría –praxis), sino que es el acto mismo de pensar haciéndonos, de modo diagonal y comunitario... Walter Mignolo Introducción

Esta propuesta está en proceso y forma parte de un proyecto de tesis presentado ante el Doctorado en Artes, especialidad Teatro, en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba. Allí se plantea el abordaje de tres espectáculos escénicos, uno realizado en México y dos en Córdoba, Argentina. Se trata de: 1) NK 603: acción para Performer & e-Maíz, de la artista mexicano-norteamericana Violeta Luna, 2) eRRor, un juego con tra(d)ición del Grupo BineuralMonokultur de la ciudad de Córdoba y 3) 2-4D del grupo Fra Noi de Colonia Caroya, provincia de Córdoba. Todas ellos están vinculadas en sus técnicas de producción con la performance teatral y con problemáticas ambientales en sus temáticas145. El marco teórico desde el cual se trabaja son las teorías críticas decoloniales y, en ese marco lo producido en relación con las llamadas Estéticas Decoloniales. 145 El trabajo que presentamos ha sido desarrollado en el marco de dos proyectos de investigación titulados: 1) “ARTE/S PERFORMANCE/S Y SUBJETIVIDADE/S. Análisis y propuesta de experiencias performativas de carácter local vinculadas a los campos de las artes y la salud. Parte III” (2012-2013) e 2) “Investigación-acción y (des) montaje transdisciplinar en torno a experiencias vinculadas con la salud (pública, ambiental, comunitaria y colectiva)” (2014-2015), subsidiados por la Secretaria de Ciencia y Técnica de la UNC y dirigidos por Valeria Cotaimich. Dicha tesis se encuentra en proceso bajo la dirección de la Dra. Julia Lavatelli y la codirección de la Dra. Luciana Sastre

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Éstas surgen de las posturas en torno a la modernidad/ colonialidad, tanto en lo referido a las problemáticas ambientales, (colonialidad de la naturaleza) como a cuestiones relacionadas con performances teatrales, (colonialidad de la aesthesis) (Escobar 2013; Mignolo 2014). La propuesta implica una vinculacio´n entre instancias de indagación y creación performática, investigación crítica y teórica aportes de una modalidad de trabajo considerada como (des) montaje transdisciplinar, propuesta poética- política emergente en las fronteras entre la investigación y la producción artística, en dialogo y tensión con los estudios sobre la colonialidad (Cotaimich 2010). Performances teatrales A continuación haremos una breve referencia a las producciones artísticas mencionadas. Comenzamos por NK 603: acción para Performer & e-maíz, creación de Violeta Luna, actriz mexicanonorteamericana y artista performática, quien empieza a trabajar en el tema en México146, a raíz de denuncias realizadas por el científico Ignacio Chapela en el año 2004 (Chapela 2004), sobre la contaminación del maíz nativo en Oaxaca. Luna presenta este trabajo en el año 2009, en el VII Encuentro Hemisférico del Museo de Artes de Bogotá, Colombia147. La propuesta implica e invita a una reflexión sobre el maíz transgénico y sus desastrosas consecuencias para la vida, tanto para las especies naturales originales como para los pueblos que desarrollaron el cultivo del maíz desde tiempos antiguos , haciendo de él el centro de su cultura. La artista propone un espacio multidimensional donde se dan cita diferentes elementos (música, danza, video, ritual, espacios públicos, etc.),“(...) resultado de un diálogo, no un antagonismo, entre el lenguaje teatral y el lenguaje performativo”148. 146

El sitio web de la artista es http://violetaluna.com (acceso el 21/09/2015)

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Ver: Video de la obra “NK 603: acción para Performer & e-maíz” en: http://hemisphericinstitute.org/hemi/es/enc09-performances/item/100-09-violeta-luna (acceso 21/09/15) 148 Entrevista personal de la artista Violeta Luna con Paola Marín. Ver: Paola Marín. “Performance e hibridez: NK 603 de Violeta Luna” en Revistas Gestos, 25 años de teoría y práctica de teatro. Año 25, número 50. Noviembre 2010: pp. 196-200. De ahora en más todas las referencias entre paréntesis de Violeta Luna, pertenecen a esa entrevista.

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Con el músico David Molina investigaron sobre testimonios de campesinos que tuvieron que emigrar a Estados Unidos por los efectos destructivos de los maíces de Monsanto, y sobre opiniones de científicos acerca de los productos transgénicos. Realizaron una selección de textos que se convirtió en un libreto, el cual, según Luna, luego fue puesto a dialogar con las acciones en “una especie de edición cinematográfica”, cuyos fragmentos fueron musicalizados por Molina. En esta acción performática, una mujer campesina mexicana sureña (la misma Violeta Luna) ataviada con falda de hojas de maíz que tiran granos sobre el piso, aparece blandiendo al público su machete. Una silenciosa asistente la venda alrededor de su tórax, preparándola como si fuera a un quirófano. Junto a ella, una mesa con diversos instrumentos quirúrgicos: vendas, algodón, tijeras, una jeringa que introduce en su boca y ojos. Se ajusta un corsé metálico con clavos; se coloca un dispositivo vocal que se tensa y le hace tirar una baba azulada como consecuencia. Después cocina en una plancha tradicional mexicana tortillas típicas de color azul que alude a los químicos y que reparte luego entre el público. A la vez en una pantalla de video aparece desde el principio la firma del “Tratado del libre Comercio”, algunos personajes que se le refieren, imágenes de levantamientos zapatistas y una voz monótona que repite: “Monsanto”. De sus pechos se desprenden granos de maíz que vuelan por el suelo del escenario y alcanzan a los espectadores… Violeta Luna es una referente ineludible para el campo de la performance, el trabajo comunitario y el activismo sociopolítico y ambiental. Esa relevancia me impulsa a poner su performance a dialogar con las producciones locales: eRRor, un juego con tra(d)ición del Grupo Bineural-Monokultur de la ciudad de Córdoba y 2-4D del grupo Fra Noi de Colonia Caroya, provincia de Córdoba, sin óbice que se agreguen otras trabajos similares en el proceso de esta investigación. El Grupo Bi-Neural Monokultur de la ciudad de Córdoba presenta en la producción: eRRor- un juego con tra(d)ición, a un actor -y licenciado en genética- junto a una actriz, que a la vez es activista de los pueblos fumigados en la vida real, participando en un juego donde el azar y el error son los elementos fundamentales.

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En un tablero basado en “El Estanciero”149 los participantes avanzan por casilleros donde se decide su suerte. La soja, la vida de pueblo, el teatro, la militancia y la biotecnología juegan entre ficción y realidad150. Sobre la temática presentada, desde el estreno de esta obra en el Instituto Goethe de Córdoba (en el año 2009), Ariel Dávila señala: La obra surgió a partir de una convocatoria de fines del año pasado del Instituto Goethe Córdoba sobre el ERROR en sus diversas acepciones. Fuimos elegidos, entre otros, con un proyecto que gira sobre cuestiones del error y el cultivo de transgénicos en Argentina. Utilizando técnicas del teatro documental y partiendo de una mirada satírica, nos acercamos a un tema de la actualidad desde un punto de vista tanto regional, nacional e internacional: el problema de los pueblos fumigados en la provincia de Córdoba, las políticas nacionales y la economía dependiente de la agro-exportación, las multinacionales en el sector de la biotecnología y el control del mercado alimentario mundial. (Ariel Dávila)151. El tercer trabajo pertenece al grupo Fra-Noi de Colonia Caroya, que suele rescatar en sus producciones, problemáticas locales, y lleva como título 2.4D152. Tal como señalan sus protagonistas, la propuesta 149 El Estanciero es un juego de mesa adaptado y similar a “Monopolio” (ver “Monopoly” disponible al 28 de marzo 2016 en: https://es.wikipedia.org/wiki/Monopoly), pero adaptado a la geografía argentina. Durante el juego, a través de un tablero con casilleros numerados y a partir de una cantidad de billetes facilitados por el “Banco” (un participante), se van adquiriendo zonas, estancias, ferrocarriles y compañías. Los participantes pueden hacer transacciones entre sí (alquileres, arrendamientos, etc.). El juego finaliza al quedar uno de los participantes, dueño de todas las provincias o propiedades. El objetivo es comprar una a una las zonas para completar las provincias argentinas y, una vez completas, agregarles chacras o estancias, que aumenten el valor del alquiler que debe pagar aquel jugador que pase por allí. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Estanciero_(juego) 150 El concepto, dirección y dramaturgia de este trabajo son de Christina Ruf y Ariel Dávila, del grupo BiNeural-MonoKultur, integrado por Hernán Rossi, Laura Gallo. La actuación estuvo a cargo de Hernán Rossi, Laura Gallo y Gabriela Aguirre. La escenografía es de Lilian Mendizábal, el diseño sonoro de Yamil Burguener y la asistencia de dramaturgia y producción de Natalia Rojo. 151 Ariel Dávila. Entrevista personal. Además ver: “Estreno eRRor- un juego con tra(d)ición”, 8/9/2011 – En línea: http://arieldavila.blogspot.com.ar/2011/09/estreno-error-un-juego-con-tradicion.html (acceso 21/09/2015). Se sugiere también consultar dos videos bajo el título: “eRRor un juego con tradición en el Festival de Teatro de Rafaela 2012”. En: https://youtu.be/FeAq1H8cHpg? list=UUbvnZkITbHOpZ1Gy2JLOlVQ (acceso 21/09/2015) en https://youtu.be/sX5y55GwlxU ?list=UUbvnZkITbHOpZ1Gy2JLOlVQ(acceso 21/09/2015) ver “eRRor un juego con tradición” 152

El trailer de obra “2.4D” se encuentra en https://vimeo.com/31135266 (acceso 21/09/15)

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aborda “La polémica desatada por el uso de este herbicida (2.4D) en la región de Colonia Caroya y la proliferación de enfermedades terminales que estarían asociadas a su uso”. La denominación: 2-4D es el nombre genérico de un agroquímico de altísimo poder destructivo para el organismo humano y que, a pesar de su prohibición en determinadas jurisdicciones, sigue siendo usado de manera indiscriminada e irresponsable por muchos productores agrícolas. La obra es una creación colectiva del grupo Fra Noi, con la dirección de Alejandro Romanutti y la actuación de Nilda Fantini, Samy Flores, Marilina Giorgis, Mónica Zaya, Liliana Lóndero. Iluminación y Sonido: Cristian Giorgis - Jorge Aurdi. Parten de la idea en torno a un grupo de mujeres viudas, todas productoras rurales, trabajando en la chacra o visitando a sus muertos en el cementerio, conversando sobre las inquietudes, las aspiraciones y los fantasmas que en buena medida conforman la cultura de la clase media enriquecida por el boom sojero de la Argentina post devaluación. Estos personajes dejan entrever, conforme avanzan los diálogos, a veces de sordos, una patética hipocresía respecto a su responsabilidad por el uso de estos agroquímicos y por el soslayo de ciertos valores. Sólo se habla con la mayor naturalidad de las actividades, deseos, frustraciones y cotidianeidades de la vida del productor. Estas mujeres ya están atrapadas en un proceso terminal de locura y de muerte, tanto en un sentido simbólico como real, en cuanto son las primeras víctimas de los herbicidas que ayudan a enriquecerlas. La obra avanza sobre este proceso de descomposición y muerte, bajo una mirada irreverente que disecciona y descubre el delirio, a veces doloroso, oculto tras la normalidad aparente de la vida y las palabras cotidianas. Al respecto el grupo manifesta: … siempre nos ha interesado explorar una teatralidad que indague en lo trágico con códigos a veces cercanos a la comicidad, lo absurdo, lo grotesco. Sentimos que así nos acercamos mejor a aquello que define intensamente nuestra humanidad. (…) como integrantes de un grupo de teatro que para la creación artística siempre se nutrió de los temas vividos como propios, haciéndolos trascender más allá de su ámbito, proyectando una nueva luz sobre las culturas diversas y no centrales. El problema desatado por el uso de estos productos no es un problema de Colonia Caroya sino de la sociedad Argentina, que involucra a todas las comunidades cuya actividad principal 311


es la siembra de granos. Fra Noi no se propone hacer un acto de protesta. Siempre hemos concebido lo teatral como eje central de nuestro trabajo; somos creadores y nos interesa, en primer lugar, el aspecto artístico. Sin embargo, a lo largo de todos estos años hemos comprobado que partiendo de temas fuertemente vinculados con nuestras experiencias y memorias compartidas, y desbordando lo teatral, hemos producido, también, “hechos” que comunican otros aspectos de la cultura. Esta misma perspectiva es la que nos interesa respecto de las repercusiones que pueda provocar “2-4D”, esas necesarias reflexiones, réplicas y acciones que, deseamos, produzca hacia el porvenir153. Estos trabajos, a los que denomino genéricamente “performances teatrales” si bien se diferencian en su forma y contenido, atendiendo a la conceptualización de A. Prieto, pueden ser considerados como performance, en tanto “esponja mutante y nómade” (Prieto 2002), así como:

Un modo de comunicación intenso y estéticamente caracterizado, puesto en escena para una audiencia con el fin de construir una determinada interpretación de la realidad [a través de los cuales] los individuos y los grupos juegan con las herramientas expresivas de la cultura construyendo marcos de alta densidad connotativa, promoviendo formas de pensar, sentir y vivir la realidad –pensarse a sí mismos, pensar a los otros- de acuerdo a parámetros establecidos políticamente…. (Madly en Cotaimich: 2005).

Al decir de Dubatti, se constituyen en herramientas insoslayables “ (...) de la batalla cultural contra el avance de la deshumanización, de la injusticia y del vacío en nuestras vidas de todos los días” (Dubatti 012: 160). Para decirlo desde la opción decolonial, se constituyen, lo que Adolfo A. Achinte señala como: Las estéticas de la re-existencia que no son otra cosa que el acto político de vivir procurando, sin negociación alguna, alcanzar la dignidad y desestructurar las formas de poder y dominación que, desde lo material hasta lo simbólico, se construyen y circulan en esta época de un capitalismo desbocado y criminal. 153

http://teatrofranoi.blogspot.com.ar/p/obra-2-4d.html (acceso 21/09/2015)

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Tal vez estas estéticas de re-existencia sean el susurro de prácticas decoloniales que avizoran ‘formas otras’ de buen vivir (Achinte 2012: 281-296). La performance como acción que refiere al dominio del arte (música, poesía, teatro, etc.), nos remite al marco teórico que me interesa abordar. ¿Y qué son estas estéticas de la re-existencia? La perspectiva de los estudios de la colonialidad, del cual partimos, forma parte de un marco teórico amplio que interroga a la modernidad como contrapartida de la colonialidad. En este marco, se considera la modernidad como narrativa europea que posee una cara oculta y más oscura: la colonialidad154, Esta perspectiva, surge –entre otros- en el contexto de la caída del muro de Berlín, el fin de la guerra fría y la Conferencia de Bandung en 1995. Desde un punto de vista epistemológico, esto significa un viraje que consiste en el desprendimiento de aquellas narraciones canónicas desplegadas por la matriz ético-política propia de la modernidad, el giro descolonial155. Su cometido, entonces, es apostar a un genuino giro epistémico. Este pensamiento forma parte de una opción (AAVV 2002)– la opción descolonial156 [entre otras y no como misión para ocupar el lugar del adversario], conocida como Opción Modernidad/ Colonialidad/ Decolonialidad (en adelante OMCD)157. 154

La noción de colonialidad del poder es un término dispuesto por A. Quijano que alude al patrón de dominación global propio del sistema-mundo moderno-capitalista, originado con el colonialismo europeo a principios del siglo XVI. La modernidad y la colonialidad son dos caras de una misma moneda. Colonialidad es una manera abreviada de referirse a la matriz (u orden) colonial del poder, que describe y explica la colonialidad en tanto cara oculta y más oscura de la modernidad (Palermo 2010) 155

“El giro descolonial es el viraje en la reubicación de la posición de sujeto en un nuevo plano histórico, emergente de una relectura del pasado que reconfigura el presente y tiene como proyecto una producción democrática de una sociedad democrática” (Segato, 2014:29-30). Además se sugiere ver un video en el cual Dussel explica la teoría “El Giro Descolonizador”. Disponible en: : https://www.youtube.com/watch?v=mI9F73wlMQE(acceso: 21/03/2016) 156 «La decolonialidad encuentra su razón en los esfuerzos de confrontar desde «lo propio» y desde lógicas-otras y pensamientos-otros a la deshumanización, el racismo y la racialización, y la negación y destrucción de los campos-otros del saber. Por eso, su meta no es la incorporación, o la superación, (tampoco simplemente la resistencia), sino la reconstrucción radical de seres, del poder y del saber, es decir, la creación de condiciones radicalmente diferentes de existencia, conocimiento y del poder que podrían contribuir a la fabricación de sociedades distintas» (Walsh en Palermo: 2010) 157

Para un panorama resumido del tema consultar con Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel (2007)

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Los principales impulsores de este pensamiento. desde la década de los 90’, son intelectuales de diversas disciplinas sociales y humanísticas provenientes en su mayoría del pensamiento crítico de la teoría de la dependencia, la filosofía de la liberación y los estudios subalternos. Entre otros: Aníbal Quijano, (Perú) Walter Mignolo, (Argentina-EEUU) Edgardo Lander, (Venezuela), Santiago Castro-Gómez, (Colombia), Enrique Dussel, (Argentina-México) Ramón Grosfoguel, (Puerto Rico) Buenaventura de Sousa, (Portugal) Adolfo Albán Achinte, (Colombia) Zulma Palermo (Argentina), Arturo Escobar (Colombia) Fernando Coronil (Venezuela) Catherine Walsh (EEUU-Ecuador) Nelson Maldonado Torres (Puerto Rico). Configurada a partir de las discusiones entre modernidad y post-modernidad, esta opción decolonial ha propiciado debates sobre las condiciones de emergencia del proyecto moderno/colonial entendiendo que éste pudo ser tal, por la empresa occidental que se inicia a partir del circuito comercial del Atlántico, en el siglo XVI. Como señala Borsani “(...) el despliegue de la lógica de la modernidad, habría colonizado las esferas del poder, del saber y del ser, incidiendo en el plano político, epistémico y ontológico, conforme al diseño europeo colonial, y así, permanece hasta nuestros días” (Borsani en Datri 2012: 266-279). En esta modernidad que genera diferentes formas de colonialidad, subordinación y exclusión –y que continúa más allá del fin del colonialismo- la opción decolonial denuncia la colonialidad de la naturaleza (problemáticas ambientales en mi proyecto) y la colonialidad de lo sensible, de la Estesis, traducción de la palabra griega aesthesis, que refiere al sentir, a los sentidos, planteado por Walter Mignolo, como “Aiesthesis Descolonial” (Mignolo 2014) y analizadas como Estéticas Decoloniales, como veremos a continuación. Según la opción decolonial, la palabra aesthesis se origina en el griego antiguo y es aceptada sin modificaciones en las lenguas modernas europeas. Sus significados remiten a vocablos como “sensación”, “proceso de percepción”, “sensación visual”, “sensación gustativa” o “sensación auditiva”. Desde el siglo XVII, el concepto aesthesis se restringe, y de ahí en adelante pasará a significar “sensación de lo bello”. Nace así la estética como teoría, y el concepto de arte como práctica. Kant principalmente, en sus Observaciones sobre lo bello y lo Sublime es quien reorienta a la aesthesis transformándola en Estética158. 158

Para una caracterización de la filosofía europea del siglo XVIII ver: S, Castro- Gómez (2014)

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A partir de allí, y en retrospectiva, se comenzó a escribir la historia de la estética, y se encontraron sus orígenes no sólo en Grecia, sino en la prehistoria159. Esta operación cognitiva constituyó, nada más y nada menos que la colonización de la aesthesis por la estética; puesto que si aesthesis es un fenómeno común a todos los organismos vivientes con sistema nervioso, la estética es una versión o teoría particular de tales sensaciones relacionadas con la belleza. Es decir, que no hay ninguna ley universal que haga necesaria la relación entre Aesthesis y belleza. Basta observar cualquier civilización del planeta de la cual se guarden documentos, para comprobar que desde el antiguo Egipto hasta en Tawantinsuyu y Anáhuac y en la Europa Moderna con sus civilizaciones antiguas, la satisfacción de las sensaciones y el gusto por la creatividad en el lenguaje, en las imágenes, en los edificios, en las decoraciones, entre otros, no eran ajenos a nadie. Por razones complejas, que tienen que ver con la construcción de Europa a partir de 1492, la teorización particular de su experiencia se universalizó. Kant, principalmente, teorizó sobre la razón y la belleza en el marco de categorías que las explican, la estética. Así, la mutación de la aesthesis en estética sentó las bases para la construcción de su propia historia, y para la devaluación de toda experiencia aesthesica que no hubiera sido conceptualizada en los términos en los que Europa conceptualizó su propia y regional experiencia sensorial (Mignolo 2014a). De este modo, la colonización de la aesthesis por la Estética hace a la “herida colonial”160 en un pensar, un sentir y un hacer, que es capaz de poner en tela de juicio el proyecto civilizador de la modernidad en general y el de la estética en particular. 159

Al respecto sugerimos consultar la obra de W. Tatarkiewicz (2001)

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Como plantea Mignolo “Las perspectivas de la colonialidad surgen de la herida colonial, el sentimiento de inferioridad impuesto en los seres humanos que no encajan en el modelo predeterminado por los relatos euroamericanos” (Mignolo, 2007: 17). El autor también señala que el término Herida Colonial proviene del concepto de Herida Abierta que Gloria Anzaldúa presenta, en su obra “Borderlands-La frontera. The new Mestiza” (1987, Spinster/AuntLute Book Press. San Francisco). Por otro lado en clara alusión al texto clásico de Frantz Fanon, Los condenados de la tierra, agrega que “los condenados se definen por la herida colonial, y la herida colonial, sea física o psicológica es una consecuencia del racismo, el discurso hegemónico que pone en cuestión la humanidad de todos los que no pertenecen al mismo locus de enunciación (y a la misma geopolítica de conocimiento) de quienes crean los parámetros de clasificación y se otorgan a sí mismos el derecho de clasificar” (Op. cit: 34). Al respecto sugerimos consultar a: Erick López Álvarez Tostado (2011).

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Desde esta opción, propongo abordar los tres trabajos de performances teatrales indicados aquí, como “modos de hacer visibles, audibles y perceptibles, tanto las luchas de resistencia como el compromiso y la aspiración de crear modos de sustitución a la hegemonía del capitalismo en cada una de las dimensiones de la modernidad y su cara oculta: la colonialidad”, tal como lo indican quienes proponen pensar en las Estéticas Decoloniales (Gomez y Mignolo 2012). A tal efecto, sería pertinente profundizar si las performances escénicas propuestas se plasman realmente como decoloniales, desde que lugar podemos leerlas como tales, y además si los artistas productores de esos trabajos perciben sus propias posibilidades para generar o al menos perfilar formas escénicas alternas (Palermo 2009). Cuando analizamos las performances teatrales seleccionadas, apuntamos a focalizar en aquello que Pedro Pablo Gómez, denomina una bio-estética: (...) la preocupación de los artistas por cuestiones que nos hacen pensar, más allá de la estética, en una bio-estética en la que la vida misma se reclama como condición primera (…) Se hace necesaria también una nueva discusión sobre la genética, una ética de la ciencia en general y de la biotecnología en particular que ponga en tensión los límites de su autonomía y revele a qué intereses obedecen muchos de sus logros. Abordar estos problemas de la Colonialidad de la naturaleza es parte de la tarea que, a nuestro modo de ver, se puede realizar desde una perspectiva decolonial de la estética que no esté reducida a los problemas y contingencias de la obra de arte (Gómez 2014). Las Estéticas Decoloniales aluden, pues, a las prácticas artísticas actuales que responden y se desenganchan de ese lado oscuro de la modernidad y de la globalización imperial: la colonialidad (Lockward: 2011). Además, como establece el Manifiesto de las Estéticas Decoloniales161, en setiembre del 2011, este concepto: “busca reconocer y abrir opciones para la liberación de los sentidos. Este es el terreno donde artistas alrededor del mundo cuestionan el legado de la modernidad y su presente encarnación en las estéticas posmodernas y altermoderrnas” 161 Disponible en: https://transnationaldecolonialinstitute.wordpress.com/decolonial-aesthetics/ (acceso 21/03/2016)

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Las performances teatrales que tratan problemáticas ambientales que hemos presentado, pueden ser abordadas desde estas estéticas decoloniales como modos de hacer visibles, audibles y perceptibles tanto las luchas de resistencia como el compromiso y la aspiración de crear modos de sustitución a la hegemonía del capitalismo en cada una de las dimensiones de la modernidad (colonialidad del poder, del saber, del ser…..) y su cara oculta: la Colonialidad. Todas ellas, suponen, cada una a su manera, un giro decolonial, un “desprendimiento” del relato de la modernidad, o para decirlo en palabras de Mignolo: “(…) un activo abandono de las formas de conocer que nos sujetan modelando activamente nuestras subjetividades según las fantasías de las ficciones modernas” (Mignolo. 2014a: 5). Conclusión He tratado de aproximarme así –de manera necesariamente acotada- a una lectura de performances escénicas contemporáneas que abordan problemáticas ambientales, desde una perspectiva decolonial. En los tres casos, si bien no se habla directamente en términos de modernidad/decolonialidad, encontramos una denuncia al actual modelo de desarrollo extractivo, agro-minero-exportador, productor de materias primas, destinadas a satisfacer la demanda de los mercados globales (Rulli y Mendoza 2013) con veinticinco millones de hectáreas de cultivos de transgénicos en todo nuestro país (Svampa y Viale 2014) y la relación de esa realidad con México (Chapela 2004), cuestiones opacadas y muchas veces soslayadas por gobernantes nacionales y provinciales que desde hace décadas vienen reproduciendo formas de colonialidad del poder, del saber y del ser, acompañados de muchas complicidades que alimentan al modelo capitalista global o, como le gusta decir a Ramón Grosfoguel al “sistema mundo capitalista/patriarcal occidental-céntrico/cristianocéntrico moderno/colonial (…) para visibilizar todo lo que está en juego” en esta cuestión compleja y contradictoria que implica tanto a los nuevos progresismos latinoamericanos, al rol de la “izquierda” y al neoliberalismo en la actualidad (Grosfoguel: 2013; Rulli y GRR: 2013; 2015; 2016). En los trabajos artísticos seleccionados se visibiliza ese sistema y se pone en evidencia a través de sus performances, tanto la instalación del modelo biotecnológico de producción de commodities, como la nueva colonización de la Argentina y México, en base a banderas populares. Como señala Jorge Rulli: “(...) capitalizando, en términos proselitistas, retóricas (...) que apelan a la memoria de las resistencias de nuestros pueblos para resignificarlas y 317


reconvertirlas en herramientas de dominación al servicio del capitalismo global” (Op. Cit. 2013). En esta lectura cobra especial encarnadura la relación entre formas poéticas y prácticas políticas emergentes en el campo de las artes y la salud, como ya se dijo en la introducción. Una cuestión candente que se abre a nuevos interrogantes… Referencias Bibliográficas Achinte, A. Albán (2012). Estéticas de la re-existencia: ¿Lo político en el arte?. En Mignolo W. y Gómez P. P. (Editores). Estéticas y Opción Decolonial Universidad de Caldas. Colombia. Alimonda, H. (Coord.). 2011. La Naturaleza Colonizada. Ecología política y minería en América latina. Bs. As. Clacso. Disponible en: http://biblioteca.clacso.edu.ar/ar/ libros/grupos/alimonda.pdf (Acceso 22/03/ 2016) Borsani M. E. (2012). Contornos Decoloniales. EnDatri Edgardo (Coord.) Convivio/2. Descolonización de los Derechos Humanos. Miño y Dávila. Bs. As. Castro- Gómez S. (2014). El lado oscuro de la “época clásica”, filosofía, ilustración y colonialidad en el siglo XVIII. En Walter Mignolo et. Al.]. l color de la razón: racismo epistemológico y razón imperial. Ed. Del Signo. Bs As. Castro-Gómez S. y Grosfoguel R. (Ed) (2007). El giro decolonial. Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Ed. Siglo del hombre. Disponible en: http://www.unsa.edu.ar/histocat/hamoderna/grosfoguelcastrogomez.pdf (acceso: 21/03/2016) Cotaimich, V. (2010). (Des) Montaje en términos de campo y de performance. Una propuesta poética/política emergente en las fronteras entre la investigación y la producción artística. El apuntador. Año 10. Nº 21. ----------------- (2005) Performances y Performatividades. Modos de decir (se), mostrar (se) y hacer (se) de los hacedores teatrales independientes. Revista Avances. Área de Artes del CIFyH. UNC Nro: 8. Universidad N.. de Córdoba. Chapela I. (2004). Transgénicos: carta a los diputados mexicanos en Biodiversidad en América Latina y El Caribe. http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Noticias/Transgenicos_ carta_de_Ignacio_Chapela_a_los_diputados_mexicanos (acceso 21/03/2016) Dubatti J. (2012). Introducción a los Estudios Teatrales. Atuel. Bs. As. Escobar A. (2013). Epistemologías de la naturaleza y colonialidad de la Naturaleza. En Leonardo Montenegro Martínez (Ed.). Cultura y Naturaleza. Aproximaciones a propósito del bicentenario de la independencia de Colombia. Bogotá - Disponible en: https://es.scribd.com/doc/118797504/Arturo-Escobar-Epistemologias-de-LaNaturaleza-y-Colonialidad-de-La-Naturaleza (acceso 21/03/2016) Giarraca N. y Teubal M. (2006). Democracia y Neoliberalismo en el campo argentino, 318


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arte/s salud y polÍtica

Experiencias y aportes transdisciplinares y decoloniales Este libro incluye artículos y montajes realizados en el marco de proyectos de investigación, producción artística, extensión universitaria y divulgación científica, desarrollados desde el Espacio-Laboratorio de Arte/s, Performance/s y Subjetividad/es (ELAPS) de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba. El contenido parte de la presentación de una modalidad de trabajo basada en una vinculación entre las ciencias y las artes que orienta gran parte del trabajo del ELAPS. Además se comparten abordajes de problemáticas vinculadas con la salud (pública, ambiental, colectiva y comunitaria) haciendo hincapié en las consecuencias, enfermedades y padecimientos que implican las lógicas capitalistas contemporáneas y en el estudio y fortalecimiento de diversas formas colectivas de resistencia ante estas lógicas. Se compilan aportes y experiencias que forman parte de un desafío transdisciplinar basado en la puesta en tensión y en diálogo de aspectos disciplinares, no disciplinares e indisciplinados. Desafío realizado desde una de las escasas universidades públicas, gratuitas y laicas que sobreviven a lo largo del planeta, a la cual, hoy más que nunca, es preciso comprometer en dirección a la construcción y/o fortalecimiento de otros mundos posibles.


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