TIMOTEO BIOGRAFIA NO AUTORIZADA DE GRIGUOL
TIMOTEO UNA BIOGRAFIA NO AUTORIZADA DE GRIGUOL
TIMOTEO. Una biografía no autorizada de Griguol Departamento de Comunicación CRECE Diseño y diagramación: DrezLab.com Este libro de se terminó de imprimir en octubre de 2013 Agrupación CRECE Génova 910 (esq. Drago) Rosario, Santa Fe, Argentina contacto@centralcrece.com www.centracrece.com 2
INDICE Palmada inicial ..................................................................................... pág 4 La huella de Timo en Central .............................................................. pág 6 Atlanta .................................................................................................. pág 10 Rosario Central ..................................................................................... pág 11 Ferro Carril Oeste ................................................................................. pág 14 River Plate ............................................................................................. pág 16 Gimnasia y Esgrima La Plata .............................................................. pág 17 Manual de frases ................................................................................... pág 19 Las miradas de sus trabajos ................................................................. pág 21 Un día memorable ................................................................................. pág 23 Nota con Alejandro Fabbri .................................................................... pág 24 Nota con Walter Vargas ........................................................................ pág 26 Querido Timoteo por Osvaldo Wehbe ................................................... pág 27 Los campeonatos ................................................................................... pág 29 Biografía ................................................................................................ pág 34 Bibliografía ............................................................................................ pág 35 3
PALMADA INICIAL Cuando se supo que Griguol volvería a Rosario para recibir un homenaje, alguien sugirió armar una nota, juntar recortes... en fin: “hacer algo”. Acercarse a la vida de Timoteo será aprender mucho sobre el tan mentado laburo de la semana. Ese que traen los sistemas, las estrategias, los movimientos en defensa y en ataque, la coordinación entre las líneas. En definitiva: sobre el funcionamiento colectivo de un grupo de personas. Repasar los conceptos de este hombre será escuchar varias cuestiones, pero siempre una palabra brillará sobre el resto porque él continuamente le dio mucha importancia: trabajo. En tiempos donde se ven que unos a otros se pasan la pelota, para evitar “el laburo” de hacer las cosas bien, dan ganas de acercarse a la sabiduría de este hombre que trae la escuela del sacrificio, del esfuerzo y de un estilo sincronizado. Griguol ha sabido mantener un carisma y se ha ganado un respeto en el ambiente del fútbol que genera que lo homenajeen en los lugares donde estuvo. Existe en el periodismo un ambiente que busca polémicas que no conducen a nada más que a achicar las estructuras de pensamiento de las personas. Es el que impulsa la discusión vacía de ideas que hacen que el público que lo consume se quede en momentos intrascendentes, como la puteada que le dijo al Yagui Fernández, que se repitió una y otra vez, pero no tuvo la misma difusión las disculpas que le pidió luego. Y se confunde a ese público que va discutiendo cuestiones que no valen la pena. Afortunadamente, el técnico supo mantenerse alejado de todo ese mundo que gobierna el fútbol argentino. Despierta curiosidad conocerlo. En base a aquel trabajo se armó este laburo, para confirmar una sentencia: un técnico es bueno si mantienen buenos resultados a lo largo del tiempo en distintos lugares. Exactamente eso demostró el cordobés: hizo campañas estupendas y ubicó a sus equipos en el pelotón de arriba en diferentes décadas. En los 70 con Rosario Central, en los 80 con Ferro y en los 90 con Gimnasia. Timoteo es solo un recorrido por donde pudo estar mucho tiempo para aplicar sus conocimientos. Quedarán al margen otras experiencias. Cuando los titulares que elegía Griguol salían a la cancha, él les daba unas palmadas en el pecho, parecía inyectarles ánimo y levantarles la moral con ese rito. Era un mensaje de que estaba por empezar ese partido al que le habían dedicado esfuerzos previos y trabajos especiales. Algo de eso también merodea por acá. Y, si es como dicen, que cada técnico viene con su librito, este que usted tiene ahora (con mucha humildad) intentó serv apenas un poco de todo lo que pregonó Carlos Timoteo Griguol en los equipos que tuvo mucho tiempo para volcar toda su sabiduría. AGRUPACIÓN CRECE
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LA HUELLA DE TIMO EN CENTRAL POR TIRADENTES (UN FANÁTICO DE CENTRAL) Corría el año 1966 y siendo un adolescente el tiempo con amigos transcurría entre una obligación, la escuela, y dos pasiones, el fútbol y Rosario Central. En la tranquila ciudad por ese tiempo aparecen dos personas decididas a cambiar la historia del club. Uno desde el punto institucional (sin menoscabo a los notables presidentes que lo antecedieron) y el otro desde la posición de jugador y luego como técnico. El primero llega un año antes. En 1965 Adolfo Pablo Boerio tuvo la decisión y la convicción de despertar al Gigante que permanecía en estado latente. El otro personaje, Carlos Timoteo Griguol, más conocido familiar y futbolísticamente como el “Timo”, provoca un quiebre dentro de la cancha y luego lo consolida comandando el equipo más equilibrado tácticamente que tuvo Rosario Central. Ambos dieron el salto de calidad, la proyección y el renombre internacional. En enero de 1965 la llegada de Boerio, con su convicción de despegue y grandeza, implica darle el lugar que se merece en importancia y el valor incuestionable al desarrollo de las divisiones inferiores con orden y profesionalidad. Para ello se contrata a Miguel Ubaldo Ignomiriello, que venía de hacer un trabajo excelente en Estudiantes de La Plata, y concomitante atendiendo en lo futbolístico el fortalecimiento del primer equipo con verdaderos refuerzos. Llegan un marcador central, el “Chino” Mesiano, y un wing izquierdo, Adolfo Bielli, ambos titulares por entonces de la Selección Argentina. Al año siguiente, con la dinámica lineal de mantener la grandeza en poderío y pelear el liderazgo codeándose de igual a igual a los verdaderos grandes, entre los que se incluye Central, se contrata al entrenador que terminaba de ser bicampeón de América con Independiente, el “Colorado” Manuel Giudice. Éste había dirigido en sus comienzos como técnico a Atlanta, en el año 1958. Contaba en el plantel entre sus buenos jugadores a Carlos Timoteo Griguol, con el que había ganado el único título con el Bohemio, la Copa Suecia. No se equivocaba, sabía que lo necesitaba como bastonero dentro de la cancha y sabía también el provecho en beneficio que nos iba a dar. Efectivamente recala, humilde, con su bolsito lleno de logros, a Génova y Cordiviola, y con toda la expectativa de cambiar la historia en su nuevo club. Excelente persona, de fuerte contextura, alto, flaco, de pasos largos como zancos al correr y su interminable tonada cordobesa. Comenzaba por entonces, en el año 1966, el idilio con la hinchada canalla, ganada a fuerza de profesionalidad, garra, temperamento, orden en el juego y la seguridad que cuando trababa era él y la pelota, fuerte pero digno .Un caballero dentro y fuera de la cancha. Un ganador nato. Un molde hecho para el gusto guerrero del hincha de Central.
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Como dato positivo en su curriculum canalla se podía decir que se cansó de sacarle resultados positivos al otro equipo lugareño, como jugador y como técnico, en cualquier equipo que haya dirigido. En agradecimiento su incondicional hinchada le dedico innumerables cánticos, siendo el más hermoso y contundente ese que retumbaba a coro de los cuatro costados: “Y Timoteo dirige la batuta...”. Con la camiseta auriazul ya mencioné algunas virtudes. Pero hay un detalle que siempre me llamó la atención, era la rubicundez. Un rojo intenso, sanguíneo, en su rostro, lo que denotaba indisimulablemente que jugaba hasta la última gota de sudor, con el corazón en la mano y el cuchillo entre los dientes. Sin escatimarle al roce y a la “la pata fuerte”, eso sí, reconozco y nobleza obliga, sin mala intención, solamente con fuerza y rudeza en un deporte de roce. Después, lo que no se ve, quizás lo más importante colectivamente, la ubicuidad y los relevos que les hacía a los compañeros para no dejar espacios que pudieran ser usados por el rival . Ya se veía la pasta de técnico. Para eso lo trajo el “Colorado”. Timoteo no jugó mucho tiempo, solo tres años, suficiente para marcar el ascenso deportivo del equipo. Suficiente para enseñarle a sus compañeros cómo comportarse, el consejo de cuidar el físico, la salud y el sueldo. Retirado, la visión dirigencial fue darle el manejo de las divisiones inferiores que ya venían con una organización aceitada por su antecesor, Ignomiriello, quien sentó las bases. “Timo” le dio continuidad y hasta las mejoró. Al punto que bajo su conducción Central ganó todos los torneos disputados, tanto en la Rosarina (división por división), y a nivel nacional en el torneo de tercera y reserva de AFA. Desde la primera hasta la última división fue campeona, cosa única en el fútbol argentino. Creó un cuerpo de técnicos aptos y trabajadores. Central se cansó de sacar notables jugadores que por cantidad no tenían acceso al primer equipo. Esas inferiores de jugadores formados con identidad ganadora y con personalidad dieron material al plantel campeón del 71 bajo la dirección de Ángel Labruna. Luego viene su etapa de técnico del plantel de primera división. Lo sintetiza una palabra: invencible. Orden táctico, estrategia para marcar los errores de rival, despliegue, temperamento, guapeza, estética cuando daba, pero overol cuando había que poner. La genética y el ADN del técnico puestos en su equipo. Se los estigmatizó como “Picapiedras”. Nada más lejos de ser real. He visto partidos memorables donde arrollaron al rival, con dinámica, estrategia y táctica. Ya tenía estudiado por dónde se proyectaba el lateral visitante. Explotando su espalda, triangulaba con Poy, Bóveda, para que libre y en proyección el “Negro” González tirara el centro a la cabeza de quien entraba. Total Aimar le hacía el relevo al cuatro. Diez minutos de partido, dos o tres corners a favor y un gol seguramente. Las estadísticas son implacables y no dejan mentir. Internacionalmente nos cansamos de verlos en canchas de América. 6
Perú, Colombia, Uruguay, Brasil, Paraguay pueden dar fe que sufrieron equipos ordenados, equilibrados y contundentes. Tan extraña era la ciudad que no tenía clásico, solo un partido lugareño. El clásico para la canallada no era el otro equipo de la ciudad ya que era una constante el triunfo nuestro bajo su dirección. Algo empalagoso, como jugar un número que sabés seguramente va a salir, ya sea con buen juego o con estrategia. Pongo como apostilla y en la verdad de los dichos en boca del “Chivo” Pavoni declarando públicamente en el vestuario con resignación: “No sé cómo hacen, o de jugada, o de tiro libre, o de córner, siempre nos ganan”. A confesión de parte... Eso eran sus equipos. Pero tan extraño era el año 1973 que nuestro clásico era llamativamente el Huracán del otro canalla, César Luis Menotti. El país dividido entre los supuestos “Picapiedras”, aunque en realidad yo me apoyaría en aquel título del El Gráfico que lo caracterizaba como “la IBM”, en clara alusión a una “máquina calculadora”, contra el vistoso equipo de Parque Patricios. La pelea entre la improvisación de notables jugadores y la táctica disciplinada y férrea del canalla. Uno y uno. Una vez uno, otra vez el otro. Pelea pareja. Luego vicisitudes del fútbol, hechos positivos y negativos, hacen que se cumplan ciclos y se busquen nuevos aires y horizontes. México es el indicado y ahí recala, pero Central lo necesita en 1977 y vuelve con resultados diversos hasta finales del 1988. De nuevo se promueven jugadores de inferiores como el arquero Ferrero, o el marcador el “Tuna“ Ghielmetti, Manzi, el “Loro” Gaitán y el otro papá, el “Patón” Bauza, al que hizo jugar de mediocampista. De nuevo parte con su sabiduría para hacer historia en Ferro Carril Oeste y Gimnasia y Esgrima La Plata, quedando en la consideración del país que lo bautiza con el pomposo y honroso mote de “Maestro”. Vuelve con los años para ser coordinador en inferiores y en situación oscura, nunca aclarada por las pésimas comisiones directivas de los últimos diez años, prescinden de sus servicios. Una pena y un error. Como ya es costumbre. Luego esporádicamente nos visitó, y cumple con amigos entrañables e incondicionales que tiene en la ciudad. Hoy es justamente homenajeado y distinguido por el Honorable Concejo Municipal a instancia y proyecto de un Edil. Timo, entrá, pasá nomás, esta es tu casa.
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ATLANTA 1957-1965 A mediados de los 50 llegó desde Las Palmas. El presidente de Atlanta fue a buscar jugadores a Córdoba. Carlos Griguol jugaba en Las Palmas. El dirigente lo vio. Quedó conforme. Y estuvo entre los tres elegidos, uno de los otros dos era quien sería el padre de Carlos Fernando Navarro Montoya. Debutó en la primera en el 57. Timoteo Griguol no supo entonces que oficialmente jugaría toda su carrera futbolística con la camiseta azul y amarilla. Primero en Atlanta y después en Rosario Central. En el Bohemio de Villa Crespo compartió equipo con respetados referentes: Hugo Orlando Gatti y Luis Artime. Lo hizo siempre como número 5. Un hombre rudo y combativo que peleaba cada pelota con mucha vehemencia. Con Atlanta logró la Copa Suecia, un campeonato que se organizó en Argentina a través de un embajador de aquel país. Se jugó en dos zonas. En la primera Racing fue el cómodo puntero, mientras que en la segunda Atlanta y Central igualaron en el primer puesto. En el desempate el Bohemio venció por 3 a 0 y ganó el derecho a participar en la final. Final que también se quedó porque se impuso contra Racing 3 a 1. Cuando le preguntaron sobre la dinámica del fútbol de ese momento aseguró: “Si uno ve una película de fútbol de los años 60, cuando yo jugaba, y ve uno de los 90, es como una carreta contra un Toyota. Hay una diferencia enorme en la parte física. Hay gente que dice que sí, que eso era así, pero había mucha diferencia en la técnica. Antes los espacios eran más grandes que ahora. Dentro de la cancha se necesita velocidad y precisión. Para poder entregar la pelota lo más rápido posible y jugar con esa misma velocidad”. Las primeras imágenes son las que cuentan. De ese primer club Griguol rescató varias personalidades que lo marcaron: “El profesor Mogilevsky, Victorio Spinetto, Osvaldo Zubeldía. Ellos son los que me guiaron para que después fuera un mejor profesional”.
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ROSARIO CENTRAL 1966-1969 / 1970-1975 / 1977-1978 “Cuando llegué a Central a mí me parecía que se trabajaba muy poco. Entonces yo iba y me entrenaba solo. Además de servirme a mí, era como imponerles a los chicos que con lo que se hacía no alcanzaba. Había que seguir trabajando, seguir preparándose para ser un mejor profesional”. Siendo jugador ya se anunciaba el futuro técnico. Uno de los refuerzos de Central a comienzos de 1966 fue Carlos Timoteo Griguol. El flamante presidente canalla Adolfo Boerio buscaba mejorar la estructura de Central. Consiguió llevar para Arroyito a un jugador de jerarquía. Debutó ante River el 6 de marzo de 1966 (1-0 ganó Central). Timoteo jugaba como volante de contención. Un número cinco clásico. Venía de estar junto al “Gato” Andrada en la Selección Nacional. Ambos quedaron afuera a último momento del mundial de Inglaterra. Jugó en el Central hasta que se retiró en 1969. En su última etapa se tiró un poco más atrás. La experiencia lo llevó a jugar de marcador central. Cuando llegó Enrique Omar Sívori al Canalla le ofreció un espacio en las divisiones inferiores: “Entré a analizar, tenía 35 años y no tenía más posibilidades de decir ‘voy a jugar 5 años más’. Y acepté” dijo el cordobés. Referencia obligada de laburo. De táctica. De equipos con mañas. De anticipo constante. De jugadas de pelota parada: uno pica, el otro toca, el otro devuelve. De hacer marca hombre a hombre o tirar la ley de offside según lo indique el partido. Griguol es sinónimo también de los equipos que se cierran y no les convierten. Que generan nerviosismo en los rivales, porque el tiempo pasa sin que le conviertan. Encima, de yapa, en un mínimo descuido: centro y gol de sus dirigidos. Carlos Aimar, Daniel Killer y Eduardo Solari aportaban el rasgo áspero de ese plantel que manejaba Timoteo en los 70. Raspaba Central. En Rosario andaba siempre con el diario debajo del brazo, para saber de los rivales. Tenía todos los recortes para conocer cómo jugaban, de qué manera hacían los goles, defectos, virtudes. Y siempre tomaba nota de todo lo que pudiera creer relevante para aplicarlo en el trabajo de todos los días. Encaja en el perfil de esos tipos obsesivos del laburo que no descansan jamás, que entienden algo esencial: siempre se puede aprender. Hacía en Central algo que casi 30 años después no se cansaría de repetir el programa Fútbol de Primera cuando salían los jugadores de Gimnasia al campo de juego: le daba palmadas en el pecho. El mismo lo ha explicado: “Ocurre que cuando el jugador se está vistiendo antes de un partido tiene como una angustia. Y pegándole en el pecho lo sacás un poco de esa angustia y se suelta más rápido”. En el torneo Metropolitano de 1971 comenzó a tener roces con la primera 9
división de Central. Reemplazó a Don Ángel Tulio Zof y se quedó en el cargo hasta la llegada de Ángel Labruna. En el Nacional siguiente, que Central conquistó también, estuvo en un interinato de dos fechas por la ausencia del DT. En el Metropolitano de 1973 volvió a aparecer luego de una etapa de Ángel Tulio Zof, pero ahí ya era él la opción elegida. Se quedó por unos años. Conquistó el Nacional de 1973. El equipo se ganó dos motes bien descriptivos: los Picapiedras y la Computadora. También alcanzó dos subcampeonatos en 1974, tanto en el Nacional como en el Metropolitano. Cuando andaba cerca de ser campeón del Nacional declaraba lo siguiente, dejando en claro su forma de sentir el fútbol: “En Jujuy (0-1 contra Gimnasia) salimos a buscar más goles y dejamos un punto increíble. Con ese punto ya estaríamos en el Nacional. Por eso trato de asegurar cada punto aunque eso signifique, por ahora, renunciar a ciertos aspectos estéticos. Lo importante es saber qué es lo que podemos dar y cuáles son nuestras limitaciones”. El periodista Dante Panzeri encontraba similares los estilos de Zubeldía con los de Griguol. Decía que “podría ser la versión italiana o zubeldiana del fútbol rosarino”. En 1974 Central se reforzó. Contrató a Mario Kempes. Griguol le hizo comer banco de suplentes unos pocos partidos. Se dice que fue una forma de reclamarle que se pusiera en mejor forma física. Kempes luego la rompió. Es goleador histórico del club con 94 goles. En 1975 avanzó hasta semifinales de la Copa Libertadores de América, Central quedó eliminado en esa etapa ante Independiente de Avellaneda. Estuvo en el club hasta mediados del Metropolitano de 1975. Carlos Aimar jugó en Central durante casi toda la década del 70. Este ex volante rescata una anécdota: “El Viejo recién dejaba el fútbol y había agarrado las inferiores de Central. Su comentario fue: ‘Ese flaco tiene cosas interesantes’. Me dieron la pensión, empecé en la cuarta y al año siguiente, en 1971, Ángel Labruna me hizo debutar en la primera”. Aimar fue un gran alumno de Timoteo y siempre lo tiene muy presente en todo su aprendizaje dentro del fútbol. Cierta vez el “Cai” estaba muy enojando con un referí, Griguol le dijo algo que aún hoy tiene muy presente: “El mejor consejo que recibí en mi carrera con el tema de los arbitrajes me lo dio el “Viejo” Griguol. Nos hablaba en la semana y nos daba un mensaje muy claro: si estás un escalón arriba del rival, te olvidás del juez”. Volvió a Central entre 1977 y 1978. En el gobierno de Pablo Scarabino, en 2003, estuvo unos meses en el cargo de coordinador de las divisiones inferiores. Después fue reemplazado interinamente por Ángel Zof, que estaba de manager, hasta que se hiciera cargo de ese puesto José Aurelio Pascuttini.
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FERRO CARRIL OESTE 1979-1987 / 1988-1993 “En Ferro el jugador tenía la obligación de comprarse la casa. Tenía que llevar el certificado de la compra para recibir su salario. De lo contrario no se le pagaba”. Ese es un Griguol auténtico. En Ferro tuvo mucho tiempo para desarrollar sus ideas. El presidente Santiago Leyden lo bancó. Y Griguol le respondió con lo mejor que pudo: campeonatos. Consultado sobre esa etapa en Caballito dijo: “Ferro fue entrar en un club que tenía mucho porcentaje de irse al descenso. No fue así con Rosario Central. Tuvimos que trabajar los primeros 6 meses en función de mejorar sin exigir. O sea, mejorar al plantel sin exigir a lo que nosotros pretendíamos. Lo hicimos hasta la primera pretemporada. Eso fue en 1980. Ya en 1981 estábamos prendidos en la lucha por el campeonato. En el 82 salimos campeones, en el 83 sub campeones y en 84 subcampeones y campeones. Eso le dio la posibilidad a Ferro de tener una cantidad enorme de jugadores que pudo vender por mucho dinero. Tuvimos la posibilidad de hacer un trabajo muy bueno con el resto del cuerpo técnico”. ¿Cómo era Ferro? “Muy estratégico, porque nosotros hacíamos subir a los marcadores de punta Mario Gómez y Garré, y eran unas máquinas en el ida y vuelta, cosa que los rivales no podían contrarrestar”. Uno de los secretos de ese cuerpo técnico era el profesor Luis Bonini. Corría y jugaba Ferro. Una marca fundamental de esos conjuntos era que no cometían faltas. Griguol confirmó lo siguiente: “Eso nace a partir de la autoridad del técnico, porque en las prácticas de todos los días no se podían hacer faltas, y el que hacía un foul se iba afuera. Al final de los campeonatos, nosotros éramos el equipo que menos expulsados había tenido y el que menos faltas había cometido”. Es conocido que esa profesión de entrenador hace que muchas veces deban seguir los pasos nocturnos de sus jugadores. Para eso se incorporaron las concentraciones, para obligar al deportista a que haga una buena vida durante la competencia. Griguol tiene su mirada respecto de ese tema: “Yo no fui a buscar a los jugadores a ningún lado. Ellos decidían y me daban todos los días las cosas que habían hecho la noche anterior. Por eso, parte de los profesionales que yo he dirigido tengo a los de Ferro muy arriba”. Y si de profesionales se trata uno de sus dirigidos que llegó lejos fue el “Mono” Burgos. De ese arquero rescata una enseñanza: “A Germán Burgos le impuse la regla de los 3 segundos. Si retenía la pelota más tiempo, lo sancionaba con un tiro indirecto. A todos los arqueros hay que hacerles ese trabajo. Ahora faltan más fechas, pero cuando queden pocas los partidos se hacen muy peleados. Entonces cuando la gente ve que el arquero tiene la pelota en la mano y se puede armar lío con el público que piensa que ese jugador hace tiempo”. 11
Griguol era de arreglarse. Un ejemplo: cuando estuvo en Ferro a comienzos de los 80, llegó para salvarlo del descenso. Lo sacó campeón dos veces. Antes de comenzar su gestión pidió un refuerzo: el rosarino Miguel Ángel Juárez, que en ese momento estaba en Platense, y a quien conocía de las divisiones inferiores de Central. Juárez en 1982 salió goleador del campeonato Nacional. Después de la vuelta olímpica en 1982 hizo un balance: “Esto es la consecuencia de un plan serio y responsable. Cuando terminó el Nacional 81 pensé que íbamos a estar en el 82 otra vez peleando el título y no me equivoqué. Si mantuvimos el mismo trabajo, la misma gente y la misma dedicación, no podíamos otra cosa que mejorar”. Ferro Carril Oeste vivió su mejor etapa futbolística de la mano de Carlos Griguol. Por eso, al igual que en otros clubes donde dejó su huella, tuvo su homenaje. La pensión de la institución donde se alojan los jugadores de las divisiones inferiores lleva el nombre “Don Carlos Timoteo Griguol”.
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RIVER PLATE 1987-1988 De Ferro Timoteo armó sus proyectos para ir a dirigir a River Plate. El conjunto millonario venía de ganar varios campeonatos: el local de la temporada 1985/1986, la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental. De todos modos logró la Copa Interamericana al ganarle a la Liga Deportiva Alajuelense de Costa Rica. Repasando la formación de ese equipo aparecen jugadores consagrados. Por citar algunos: Sergio Goycochea, Oscar Ruggeri, Néstor Gorosito, Américo Gallego, Omar Arnaldo Palma, Roque Alfaro, Claudio Caniggia y Juan Gilberto Funes. Por aquel entonces también le tocó dirigir a un jugador que cruzaría unos años más tarde en Gimnasia y Esgrima La Plata: Pedro Troglio. Mientras tanto, en la Supercopa quedó eliminado a manos de quién sería el campeón: Racing Club. Un partido importante de su ciclo en River fue la victoria contra Boca por 3-2. Su equipo iba perdiendo 0-2 y con goles de Jorge “el Polilla” Da Silva, “Carucha” Corti y Omar Palma lo dio vuelta. Encima, sobre la hora, Boca erró un penal y terminó el partido. ¿Cómo fueron esos tiempos, Carlos? “En River viví un año de competencia. El equipo tenía 6 jugadores menos durante la semana porque trabajaban con la Selección. Encima teníamos 2 uruguayos que iban a la selección de su país. Eso me dio la certeza de que en River no trabajé. Sentí que lo hice con la reserva. Los tenía un ratito el viernes a la tarde”.
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GIMNASIA Y ESGRIMA LA PLATA 1994-1999 / 2000-2001 / 2003-2004 “En noviembre del 94 con Javier Valdecantos y Mario Griguol (mi primo) les pregunté: ‘¿Qué somos? Analicemos que podemos ser’. Todavía nos quedaban 10 partidos con Gimnasia. Ahí nos programamos. Vimos qué necesidad había dentro del equipo y comenzamos a trabajar. Fue un trabajo bastante exigente. Levantamos a muchos jugadores. Les pedimos que tuvieran fe” esos eran los comienzos de grandes campañas con el Lobo. En La Plata comenzó otro ciclo importante. Griguol suplantó a Roberto Perfumo. Revolucionó la ciudad. Su equipo comenzó a estar prendido arriba. Igual que lo hizo con Central y Ferro. Pudo sostener en décadas distintas un estilo ganador que se impuso en varias canchas. Durante años Gimnasia fue un equipo que peleaba los campeonatos. Fueron 3 subcampeonatos que dejó su paso por el club tripero (Clausura 95, Clausura 96 y Apertura 98). Hubo partidos como el del 95 contra Independiente (0-1) que debieron modificar la historia a favor de Timoteo. Pero como se ha dicho en el fútbol “hay que valorar el trabajo, el resultado es un accidente”. Por eso es que tiene importancia su recorrido en el Lobo. Porque si bien no alcanzó el campeonato, lo mereció ampliamente. Y el reconocimiento no siempre llega de la mano de un primer puesto. Mucho pueden decir de esta manera de pensar la inmensa cantidad de hinchas de Gimnasia que fueron a un partido homenaje en el 2012 para que Griguol se lleve los aplausos que se ganó con laburo, esa palabra a la que tanto recurre para explicar todo. Y el equipo se tuvo fe. Tuvo partidos memorables, tal vez el más significativo sea el que sueñe siempre cualquier hincha que no se de Boca: ganarle por goleada en su cancha. Una tarde el equipo de Timoteo le metió 6 goles a Boca en la Bombonera. En esos planteles protagonistas sobresalían figuras que marcaron este viejo maestro: Guillermo Barros Schelloto y Alberto José Márcico. Al ser consultado por Timoteo, Gustavo Barros Schellotto sentenció: “Timoteo es un grande. Uno con el tiempo va reconociendo la capacidad que tenía. Se pasaba las mañanas enteras haciendo una misma cosa que después uno va viendo. La verdad es que puedo decir que fue realmente un maestro. Creo que fue más reconocido cuando empezó a retirarse. Tenía una personalidad y ascendencia muy fuerte sobre todos. Logró cambiar la idea de los hinchas y jugadores, que sentíamos que debíamos cumplir con ganar el clásico y terminar de mitad de tabla para arriba”. Hubo un instante que lo marcó claramente: “Recuerdo que con Guillermo teníamos la posibilidad de irnos al Mallorca y nos dijo: ‘¿A dónde van a ir?’ Mallorca estaba en la B. ‘¿Para qué van a ir?’, nos decía. Nos abría la cabeza para tener un objetivo más grande, después 14
dependía de cada uno. Empezó a cambiarnos la cabeza a los jugadores y lo logró, creo que si Gimnasia busca algún camino, tiene que empezar por el que dejó Carlos”. En el predio de Estancia Chica se bautizó “Carlos Timoteo Griguol” un centro de Alto Rendimiento Deportivo.
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MANUAL DE FRASES DE TIMOTEO “Hay muchos deportistas que me han demostrado que se puede ser deportista de la mañana a la noche, que es lo que se necesita. El buen deportista hace buena vida todo el día”. “Buscamos en todos los órdenes tratar de darle una mejor educación al chico, que sea respetuoso del rival, con el juez, con el técnico que lo conduce, con los dirigentes. Poder mejorar el nivel del jugador de fútbol es la meta nuestra”. “Juego limpio para mí significa educación. Es la única forma con que uno puede dormir tranquilo después de cualquier trabajo”. “Con trabajo se puede aprender a definir como Salas. Algunos lo hacen a los 17 y otros a los 24. ¿Pero quién te aguanta esos 7 años de aprendizaje?” “Los jugadores se forman solos. Yo los conduzco”. “¡Quiero a todos los que se rompen el orto! No me interesa de qué forma. Y si no lo hacen, les hablo hasta que se lo rompen”. “Por más que usted gane todos los domingos, después le comienzan a pedir que jugué bien”. “Las variantes las crean los jugadores. Si tenés seis, siete, ocho sobresalientes, no podés perder”. “Me gusta enseñar. Me gusta que los jugadores rindan sin ser estrellas”. “Al jugador ya no le interesa quedarse después del entrenamiento a mejorar: agarra el auto y se va para la casa. No sabe si hizo las cosas bien o mal. Se va para la casa y listo. Y en las inferiores se repite el problema”. “Siempre traté de que hubiera diversión en las inferiores. Inclusive en los entrenamientos. Armaba ejercicios con pelota que fueran divertidos pero que, a la vez, representaran un beneficio técnico para luego desarrollarlo en los partidos”. “Lo que hay que buscar es que se conviertan más goles. Hoy en día (principios de la primera década del 2000), de cinco partidos hay cuatro empates y el restante terminó 1-0”. “No aparecen grandes cabeceadores porque no practican. Nosotros estábamos horas y horas cabeceando. De a dos. Siempre de a dos. Uno iba adelante, uno atrás. Teníamos un palo metido y de ahí teníamos que salir. De allá venía el centro y uno de los dos tenía que ir adelante y el otro tenía que venir atrás”. “¿Qué gesto admiro de un buen futbolista? Un buen pase”.
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“Si vos jugás bien y ganás, bárbaro. Si jugás mal y perdés, no cobrás. Si vos tenés un peso distinto al que tendrías que tener, es multa. Es todo ordenado. Ese ordenamiento, a veces, lo podés hacer aplicando dinero. Acá es difícil implantar algunas de esas ideas ya que hay clubes que le deben 4 o 5 meses a sus jugadores. El jugador le puede plantear lo siguiente: ‘Cómo usted quiere que yo le cumpla, si usted no me paga’. Entonces la aplicación acá es la conducción de los grupos tiene que haber un respeto mutuo que lleva a tener un plantel en buenas condiciones”. “No me gusta dirigir la Selección. Los directores técnicos de las selecciones pueden trabajar poco con sus grupos. Tienen obligatoriamente mucho descanso. Y no me gusta no trabajar. Aparte uno no tiene todos los días a los jugadores. Por ahí, se lesiona uno y hay que citar a otro, que en una de esas ni lo conoces. Esas cosas no pasan en los clubes. Se está diariamente con los jugadores, con todo el plantel. Se sabe qué pasa, qué va a suceder mañana. No me interesa la Selección”. “He tenido un montón de chicos jóvenes en Rosario Central que fueron muy buenos valores. Uno de ellos: Aldo Pedro Poy. De Ferro le agregaría a Márcico, el “Ratón” Ayala, Vázquez, Germán Burgos, el “Loco” Esnaider. Todos ellos han sido jugadores de la Selección Nacional y han sido una gran satisfacción para mí porque estuve al lado de ellos y sentí que los he encaminado.” “Mi trabajo es hacer que el equipo funcione lo mejor posible... Y que sume puntos en la tabla de posiciones”. “Quisiera antes de morirme poder poner una chapa en algún lado que diga ‘hemos mejorado en algo el profesionalismo en el fútbol’”.
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LAS MIRADAS DE SU TRABAJO “Si tenía que esperar cinco horas a Griguol, Pastoriza o Bilardo, lo hacía porque quería hablar de fútbol, lo necesitaba. Y ellos eran referentes en aquel momento. Yo no perdía mi tiempo, sino que demoraba lo que había que esperarlos”. Miguel Ángel Russo
“Griguol sabe muchísimo de fútbol. Es una persona que te enseña códigos de vida. Me dio una educación. Comencé mi carrera con él en Ferro y la terminé con él en Gimnasia. En 16 años no cambió la persona que conocí. Siguió siendo el mismo tipo, con las mismas ganas. Algunos jugadores que no tenían buenas notas en el secundario no los dejaba jugar los partidos el domingo. Messera y Romero fueron algunos de esos casos.” Alberto Márcico
“Él se enojaba si hacíamos tiempo cuando íbamos ganando. Nos decía que éramos unos cagones si no jugábamos rápido. Él nos educaba y no solo para jugar al fútbol. Quería que hiciéramos rápido los laterales, sin hacer tiempo. Era muy limpio para jugar”. Alberto Márcico
“En el 73 íbamos a la cancha con la tranquila convicción de que, antes de los 20 minutos, Central iba a ir ganando 1 o 2 a 0. Casi siempre se concretaba. Y casi siempre, de cabeza”. Roberto Fontanarrosa
“Carlos Griguol ha sido un estudioso. Siempre sus equipos se caracterizaron por ir a buscar muy bien por arriba con mucha convicción y sin complejos”. Roberto Fontanarrosa
“Yo a Ferro lo seguí apasionadamente. Ferro fue una bandera de los años 80. Una bandera de lo decente, de lo grato, de lo sutil”. Víctor Hugo Morales
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“En las inferiores de Central obligaba a sus jugadores a estudiar, sino no los incluía en el equipo”. Eduardo Ferrari del Sel (OCAL)
“Fue muy respetable su trayectoria, y aportó en todos los lugares donde trabajó; un maestro”. Juan Carlos Mazza
“De Carlos Griguol tomé el carácter para armar grupos”.
Pedro Troglio
“Fue un técnico muy importante en la historia del fútbol argentino porque cambió la manera de dirigir. En ese momento estaba mal visto pensar el juego con una estrategia, mirar al rival era una manifestación de debilidad. Pero Ferro lo trajo a Luis Bonini (preparador físico de básquet) y a Griguol, que establece el tema de las cortinas en las pelotas paradas, copiando la técnica del básquet. Esto revolucionó al club y lo sacó campeón en el 82 y en el 84.” Daniel Tognetti
“En el año 1981 Clarín era muy menottista. Menotti fue al mundial del 82, y a pesar de que Ferro era el mejor equipo de la Argentina, no llevó a ningún jugador del club. ¿Por qué? Porque nosotros representábamos el anti fútbol en relación al fútbol champagne de Menotti. De hecho Menotti-Griguol es la precuela de Bilardo-Menotti. Otro de los grandes aportes a la lucha cultural del fútbol que ha hecho Ferro”. Daniel Tognetti
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UN DÍA MEMORABLE LA GOLEADA A LA SELECCIÓN Hay partidos que se recuerdan. Más que por el resultado, por lo que resultó. Por cómo se dio. Por quiénes jugaban. Por quiénes fueron juntos a verlos. Por el rival. Por el momento de los equipos. Las cuestiones pueden ser infinitas. Ese día Tomás Felipe Carlovich la rompió. Un cuadro con la formación de ese equipo rosarino cuelga en su casa. El “Trinche” salió de Rosario Central. Pero no pudo acostumbrarse a los sacrificios que imponía la primera división. Quien hable mucho de fútbol, sea del club que sea en Rosario, recuerda siempre este partido donde Carlos Timoteo Griguol se dio el gusto de formar parte del cuerpo técnico que le dio una milonga con variaciones a la Selección Argentina. Ganó el seleccionado rosarino tres a uno. Griguol estuvo ahí. SELECCIÓN DE ROSARIO (3): Carlos Biasutto; Jorge González (Rebotaro), José Luis Pavoni, Armando Capurro y Mario Killer; Carlos Aimar, Tomás Felipe Carlovich (José Berta) y Mario Zanabria; Sergio Robles (Roberto Carril), Alfredo Obberti (Daniel Aricó) y Mario Kempes. DT: Carlos Griguol y Juan Carlos Montes. SELECCIÓN NACIONAL (1): Miguel Ángel Santoro; Enrique Wolff, Néstor Togneri, Francisco Sá y Alberto Tarantini; Miguel Ángel Brindisi (Carlos Squeo), Roberto Telch y Aldo Pedro Poy; René Houseman (Victorio Cocco), Osvaldo Potente (Rubén Cano) y Daniel Bertoni (Enrique Chazarreta). DT: Vladislao Cap. GOLES: PT: González (R), Obberti (R) y Kempes (R). ST: Cocco (A). CANCHA: Newell’s Old Boys ÁRBITRO: Arturo Ithurralde FECHA: Miércoles 17 de abril de 1974
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ENTREVISTA A ALEJANDRO FABBRI “AQUEL CENTRAL TENÍA UNA MARCA MUY DURA” El periodista Alejandro Fabbri es una de las caras de TyC Sports. Sus análisis lo muestran como una de las personas más respetadas de la profesión. Con la intensión de acercarnos a un perfil más justo de Carlos Timoteo Griguol, respondió algunas preguntas y repasó anécdotas de esos equipos que llevaron toda su impronta. - ¿Cómo lo definirías al estilo de entrenador de Carlos Timoteo Griguol? - Griguol fue evolucionando como entrenador y terminó siendo un técnico ofensivo, con estilos bien marcados en Central (años 70), Ferro (años 80) y Gimnasia (años 90). Aquel Central tenía una dura marca con defensores fuertes, un mediocampo más batallador que talentoso y un aprovechamiento de los tiros libres. Adelante, dos wines bien abiertos y un goleador de distintas características (Cabral, Poy, Kempes). Ferro era mucho más colectivo, con excelente despliegue, buen manejo de la pelota, mucha paciencia y con caudillos (Rocchia, Saccardi, Cañete/Márcico) y un funcionamiento mucho más afinado. Temible en la pelota parada. GELP fue su variante más ofensiva, con buen juego por los costados, el tándem Sanguinetti-Guillermo Barros Schelotto, mucha paciencia para cuidar la pelota, a veces muy frontal cuando era local. - Se sabe que no convocaban jugadores de esos equipos campeones de Ferro en los 80. ¿Sostenía polémicas con Menotti o era más bien de perfil bajo? - Griguol no entraba en polémicas con Menotti, porque éste dirigió del 74 al 81 y Ferro tuvo su mejor momento entre 1982 y 1983. Allí, sí, fueron convocados Saccardi, Carlos Arregui, Márcico y alguno más que no recuerdo. Griguol era muy reservado y no entraba en polémicas. El periodismo no lo consideraba demasiado, más bien lo subestimaba. Después, muchos se arrepintieron. - Si hacés el intento de cerrar los ojos y pensar un partido donde se ganó con su forma o simplemente que recuerdes... ¿Cuál dirías? - La final del Nacional de 1984 fue un ejemplo muy claro. En el partido de ida, Ferro aplastó a River en el Monumental, le ganó 3-0, con un baile monumental. En Ferro ya no estaban Gómez, Rocchia, Saccardi, el uruguayo Jiménez y el arquero Barisio. En River jugaron el “Beto” Alonso y Francescoli. A los 35 minutos, ya Ferro ganaba 3-0, River dio una clara muestra de impotencia. Hubo otros partidos, 4-0 a Boca en Caballito, 3-0 a Independiente en Vélez 1985, hay muchos ejemplos.
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ENTREVISTA A WALTER VARGAS “SUS EQUIPOS PARECÍAN QUE JUGABAN CON QUINCE JUGADORES” Psicólogo social, psicoterapeuta, escritór y periodista. Supo trabajar en Competencia con Víctor Hugo Morales y hoy lo hace en el Diario Olé. Ha publicado varios libros sobre el fútbol. Con motivo del homenaje a Carlos Timoteo Griguol fue consultado para conocer sus sensaciones sobre este personaje del ambiente del fútbol. - ¿Cómo lo definirías al estilo de entrenador de Carlos Timoteo Griguol? - Encuentro que hay una primera etapa, en Rosario Central, en la que a Timoteo lo desvelan la seguridad defensiva, el juego aéreo y la salida rápida en contraataque. Luego, tal vez por la influencia de su gran amigo Najnudel, amén de valorar una buena defensa, valora la tenencia de la pelota, la paciencia para atacar, etcétera. Ahí encuentra su mejor versión. Primero en Ferro y luego en Gimnasia. -¿Qué equipos suyos tu gustaron más y por qué? -Me gustó enormemente el Ferro 82/83 y también me gustó el Gimnasia que le metió seis goles a Boca en la Bombonera. Dos equipos agresivos en el buen sentido, cortos, sincronizados en sus líneas, fluidos y profundos. - Si hacés el intento de cerrar los ojos y pensar un partido donde se ganó con su forma o simplemente que recuerdes... ¿Cuál dirías? -Recuerdo un Ferro-Quilmes, final del Nacional 82; un Ferro-River y el consignado de Gimnasia con Boca en la Bombonera. Los equipos de Timoteo parecía que jugaban con 15 jugadores. En todos lados imponían superioridad numérica y parecía imposible que pudieran convertirles un gol. También eran estéticos, virtud ésta que jamás se reconoció. -¿Podés compararlo con algún técnico de la actualidad? -El más afín, según entiendo, es Guillermo Barros Schelotto.
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QUERIDO TIMOTEO POR OSVALDO WEHBE (03/09/2012) Osvaldo “el Turco” Wehbe es un periodista y relator de los más escuchados de Córdoba. Un día de 2012, en la columna que tiene en la radio Cadena 3, se hizo un espacio para realizarle un homenaje a su ídolo de la infancia.
Las figuritas se llamaban Starosta. O algo así. Eran redondas y duras. Y las caras que se aparecían en ellas eran lejanas en la biografía y cercanas en la idolatría. Sin embargo, un tío bien cordobés había hurgado en la pila que teníamos y tomando un sumario, la 134 de Atlanta decía: este es de Las Palmas y yo jugaba con él de chico. Buena gente. Mediados de los 60 y Carlos Timoteo Griguol andaba hablando cordobés, como hasta hoy, en el ambiente del fútbol nacional. Jugaba para el Bohemio. Tiempos de un Atlanta fuerte. Que en las figuritas tenía a no todo el equipo y sí algunos, como Nuin, Herrea, Clariá, Gatti, Artime, Carone, Luna, en distintos tiempos en la estadía de Timoteo en Villa Crespo. No siempre, en realidad, pocas veces, afronto el homenaje directo a alguien del fútbol en este espacio, pero Carlos Timoteo Griguol excede ese ámbito y por eso nos metemos en su homenaje. Griguol ha sido un embajador excepcional para los cordobeses en los lugares en donde estuvo. Y si bien como jugador agotó carrera entre Atlanta y Rosario Central, jugando 138 partidos con 13 goles, su paso como entrenador, hombre sabio y coherente, casi un padre para sus jugadores, le dio esa categoría de crack de la vida. No vamos a hablar aquí de sus títulos dirigiendo, no hace falta. Ya lo disfrutaron Central y Ferro ganando, y aún Gimnasia sin campeonato alguno. No vamos a quejarnos porque ya es irreversible el hecho de tener a Griguol dirigiendo en Córdoba. Carlos Griguol nació un 4 de septiembre de 1936 y aún siendo el creador de los denominados “Picapiedras” de Central en el 73, y digo aún porque los pre conceptos que en ese entonces dividían a la sociedad futbolera entre Menottistas y Lorenzistas por ejemplo, Griguol fue él y sus muchachos. Fabricante de grupos memorables en el juego, en el traslado de la organización dentro y fuera de la cancha. En Ferro, para mi gusto, tocó techo del bueno, a la par de León Najnudel en el básquetbol, y con dirigentes de la talla de Santiago Leyden fabricaron lo que se llamó un club modelo. Casi una representación de la clase media trabajadora no tilinga de la Argentina de esos años. Con el equipo de fútbol les mojó la oreja al Boca de Maradona y Brindisi y al River de Kempes. Llegando segundo y apreciando ese puesto. Logrando que se aplauda al segundo. Cuestión que por si hace falta corroborar se hizo título 23
en los Nacional 82 y 84. Ferro disfrutó de Carlos Griguol entre el 79 y el 87. Ya en ese momento no había manera que un jugador dirigido por él no hablara del viejo cariñosamente y en forma agradecida. Por la disciplina, y por esa manera de guiarlos en la vida. De pedirles la libreta del colegio para medir su aplicación en la educación a la par con el fútbol. De darles un topetazo en el pecho antes de salir a la cancha a cada uno de sus muchachos. De ser capaz de cortar el césped de la cancha y cuidar las finanzas del club donde trabajaba como su fuera propio. Su paso por Gimnasia fue imborrable. Tres veces subcampeón y a nadie se le hubiera ocurrido criticarle algo. Estuvo con los triperos de La Plata desde el 94 al 99. Y ni siquiera se lo vio perder la línea en aquella fatídica noche del 95 cuando Independiente le ganó en el Bosque con gol de Mazzoni y el campeonato se fue con San Lorenzo. Solo en una de las últimas fechas se le salió la cadena con el “Yagui” Fernández que se hizo expulsar tontamente. “Comprense el departamento antes que el auto” era la frase primaria para sus discípulos. Con Timoteo, hasta que dirigió, se fue una manera de pararse delante del grupo de pibes y de no tan pibes, y ser capaz, con esa tonada que no se le acaba nunca, de guiar hacia el éxito a un plantel. Solo que para Griguol el éxito era un tremendo impostor si se disfrazaba solo de campeón. El supo que el trabajo, la aplicación, y la dedicación eran los que terminaban por cerrar una buena campaña. Y eso era cumplir con dignidad el rol de cada uno en el equipo. Que palabra esa: equipo. Que está por encima del egoísmo y las individualidades. No le fue fácil por ello dirigir a River, con todas sus vanidades, aunque con el paso del tiempo, enormes referentes del conjunto Millonario de esa época reconocieron haber desaprovechado al viejo Timoteo. A México y España llevó sus experiencias y formas. Y desde sus últimas labores como técnico en Unión y Gimnasia, cada vez que aparece su nombre flota en el ambiente como una dosis necesaria de ética y trabajo. Por este cumpleaños del viejo Timoteo, con tonada bien cordobesa a pesar de los años y momentos vividos. El tío decía que había jugado con él en Las Palmas y que siempre le había llamado la atención la decisión que le ponía a cada cosa que hacía. Se notó con el paso de los años. Desde que Timoteo pisó Villa Crespo y enamoró a Atlanta. Y así a todos a los que fue llegando. Y no por pinta, sino por actitud en la vida. Unos diez Timoteos y algunas cosas serían diferentes.
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CAMPEONATOS ROSARIO CENTRAL 1973 . FERRO 1982 . FERRO 1984 . RIVER 1987
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ROSARIO CENTRAL NACIONAL 1973 La campaña que hizo el Central que conducía Carlos Timoteo Griguol fue muy buena. Apenas perdió 2 partidos. Tuvo victorias muy sólidas contra ante Boca, River o Independiente por nombrar algunos casos. En total, jugó 18 partidos, de los que ganó 11, empató 5 y perdió 2. Vale destacar que ganó todos los encuentros que jugó en Arroyito. Roberto Cabral con 6 tantos fue el goleador del equipo. 1
05/10/1973
(V)
Belgrano
4-0
Aricó -2-, R. Rodríguez, E. Solari
2
10/10/1973
(V)
Atlético Tucumán
1-1
Aricó
3
14/10/1973
(V)
Desamparados (SJ)
1-0
R. Rodríguez
4
21/10/1973
(V)
Chaco For Ever
2-1
Poy, Aricó
5
24/10/1973
(L)
Independiente Riv. (M)
4-1
Aimar, Cabral, E. Solari, Pascuttini
6
28/10/1973
(V)
Kimberley
3-1
Giribet -2-, Cabral
7
31/10/1973
(N)
Newell’s Old Boys
1-1
Cabral
8
03/11/1973
(L)
Boca Juniors
3-1
Bóveda
9
11/11/1973
(V)
Gimnasia y Esgrima (J)
0-1
10
14/11/1973
(L)
Independiente
2-1
11
18/11/1973
(V)
Ferro Carril Oeste
0-0
12
25/11/1973
(L)
Huracán
1-0
13
30/11/1973
(V)
Atlanta
0-1
14
08/12/1973
(L)
Gimnasia y Esgrima (LP)
3-2
15
16/12/1973
(V)
Argentinos Juniors
0-0
TF
19/12/1973
(N)
River Plate
3-1
Poy
Cabral
E. Solari, Aimar, Bóveda
Cabral, Bóveda, J. J. López e/c
TF
23/12/1973
(N)
Atlanta
2-1
E. Solari, Aimar
TF
29/12/1973
(N)
San Lorenzo
1-1
Cabral
EL PLANTEL: Carlos Biassutto, Carlos Munutti, Juan Burgos, Miguel Cornero, Jorge González, Daniel Killer, Mario Killer, José Pascuttini, Carlos Aimar, Carlos Colman, Aldo Poy, Eduardo Solari, Daniel Aricó, Ramón Bóveda, Roberto Cabral, Roberto Carril, Luis Giribet, Rubén Rodríguez y Oscar Rubiola.
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FERRO CARRIL OESTE NACIONAL 1982 A diferencia del campeonato que logró con Central, en este no perdió ningún partido sobre 22 jugados. Tuvo a su goleador Miguel Ángel Juárez, pedido por el mismo Griguol para que estuviese en Ferro. Juárez fue el artillero del campeonato con 22 conquistas. 1
14/02/1982
(L)
Unión (Santa Fe)
1-0
Juárez
2
19/02/1982
(V)
Estudiantes (SdE)
3-0
Juárez, Marcico, Herrera
3
28/02/1982
(L)
San Lorenzo (MdP)
3-2
Saccardi, Crocco, Juárez
4
03/03/1982
(V)
Argentinos Juniors
1-0
Cañete
5
07/03/1982
(V)
Vélez Sarsfield
4-0
Juárez, Crocco, Cúper, Andreuchi
6
14/03/1982
(L)
Atlético Concepción (T)
2-1
Guerrero e/c, Andreuchi
7
19/03/1982
(V)
Unión San Vicente (C)
1-1
Garré
8
28/03/1982
(L)
Independiente
2-2
Jiménez, Rocchia
9
04/04/1982
(V)
Unión (Santa Fe)
1-1
Juárez
10
07/04/1982
(L)
Estudiantes (SdE)
3-0
Juárez, Rocchia, Herrera
11
11/04/1982
(V)
San Lorenzo (MdP)
2-0
Rocchia -2-, Juárez
12
18/04/1982
(L)
Argentinos Juniors
2-0
Rocchia, Cañete
13
25/04/1982
(L)
Vélez Sarsfield
2-1
Juárez, Acosta
14
30/04/1982
(V)
Atlético Concepción (T)
3-0
Juárez -2-, Arregui
15
10/05/1982
(L)
Unión San Vicente (C)
4-0
Juárez -3-, Cañete
16
16/05/1982
(V)
Independiente
4-0
Juárez -2-, Crocco, Saccardi
CF
23/05/1982
(V)
Independiente Riv. (M)
1-0
Juárez
CF
30/05/1982
(L)
Independiente Riv. (M)
0-0
SF
06/06/1982
(L)
Talleres (Córdoba)
4-0
Juárez -2-, Cúper, Cañete
SF
13/06/1982
(V)
Talleres (Córdoba)
4-4
Juárez -3-, Pavón e/c
F
20/06/1982
(V)
Quilmes
0-0
F
27/06/1982
(L)
Quilmes
2-0
Juárez, Rocchia
EL PLANTEL: Claudio Crocco, Héctor Cuper, Oscar Garre, Juan Domingo Rocchia, Gerónimo Saccardi, Carlos Arregui, Adolfino Cañete, Miguel Angel Juárez, Silvio Sotelo, Luis Andreuchi, Carlos Barisio, Alberto Márcico, Jorge Brandoni, Mario Gómez, Oscar Acosta, Eduardo Basigaluo, Julio Jiménez, Rafael Herrera, Esteban González y Juan Lamolla. 27
FERRO CARRIL OESTE NACIONAL 1984 Este campeonato fue un torneo más corto de lo habitual. De todas maneras el equipo de Ferro que él dirigía apenas cayó en un encuentro con Huracán. Por el recorrido de partidos este se muestra como el más parejo de todos ya que el Verde pudo imponerse ante el Globo en los penales. El “Beto” Márcico fue el goleador con 5 tantos. 1
19/02/1984
(V)
Platense
4-1
Acosta, Cañete, Márcico -2-
2
26/02/1984
(L)
Altos Hornos
2-0
Márcico, Cañete
3
04/03/1984
(V)
Instituto
3-3
Marchesini, E. González
4
11/03/1984
(V)
Altos Hornos
1-0
E. González
5
18/03/1984
(L)
Instituto
1-1
Acosta
6
25/03/1984
(L)
Platense
1-1
Cúper
OF
04/04/1984
(L)
Huracán
1-0
Marchesini
OF
11/04/1984
(V)
Huracán
0-1 *
CF
26/04/1984
(L)
Independiente
1-1
Márcico
CF
29/04/1984
(V)
Independiente
1-0
Arregui
SF
02/05/1984
(L)
Talleres (Córdoba)
1-0
Noremberg
SF
16/05/1984
(V)
Talleres (Córdoba)
1-1
Noremberg
F
24/05/1984
(V)
River Plate
3-0
Cañete, Norember, Márcico
F
30/05/1984
(L)
River Plate
1-0
Cañete
*Nota: Luego de jugarse los 30 minutos suplementarios, en definición por penales ganó Ferro Carril Oeste 7-6. Convirtieron: Márcico, Arregui, Fantaguzzi, Cañete, Agonil, Cúper y Garré. Leyes atajó el tiro de Jorge Brandoni.
EL PLANTEL: Oscar Agonil, Eduardo Basigalup, Héctor Cuper, Víctor Marchesini, Oscar Garre, Carlos Arregui, Jorge Brandoni, Aldolfino Cañete, Alberto Márcico, Hugo Noremberg, Oscar Acosta, Claudio Crocco, Roberto Gargini, José Fantaguzzi, Esteban González, Marcelo Bauza y Mario Gómez.
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RIVER PLATE COPA INTERAMERICANA 1987
F
21/07/1987
(V)
Liga Dep. Alajuelense
0-0
F
14/08/1987
(L)
Liga Dep. Alajuelense
3-0
Villazan, Funes, C. Enrique
EL PLANTEL: Sergio Goycochea; Ruben Gómez, Jorge Borelli, Nelson Gutiérrez, Oscar Ruggeri, Alejandro Montenegro; Hector Enrique, Ramón Centurión, Néstor Gorosito, Américo Gallego, Omar Palma, Roque Alfaro;Antonio Alzamendi, Claudio Caniggia y Juan Gilberto Funes.
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BIOGRAFÍA 1936 – Nació el 4 de septiembre en la ciudad de Las Palmas, Córdoba. 1957 – Debuta como jugador en Atlanta. 1958 – Juega en la Selección Nacional. Gana la Copa Suecia con Atlanta. 1966 – Pasó a Central. Jugó y cuando se retiró siguió laburando en inferiores. 1971 – Debuta como técnico de Central. 1973 – Es campeón del Nacional 1973 con Rosario Central. 1976 – Dirige en México: Universidad Autónoma de Guadalajara y Cruz Azul. 1978 – Vuelve a Central. 1979 – Asume en Kimberley de Mar del Plata. 1980 – Comenzó su etapa en Ferro Carril Oeste. 1982 – Campeón con Ferro Carril Oeste. 1984 – Campeón con Ferro Carril Oeste. 1987 – Ganó la Copa Interamericana con River Plate. 1988 – Regresa a Ferro Carril Oeste. 1994 – Es candidato a dirigir las Selecciones Juveniles de Argentina. Finalmente el elegido es José Néstor Pekerman. 1995 – Subcampeón con Gimnasia y Esgrima La Plata. 1996 – Subcampeón con Gimnasia y Esgrima La Plata. 1998 – Subcampeón con Gimnasia y Esgrima La Plata. 1999 – Asume en el Betis de España. 2000 – Vuelve a Gimnasia y Esgrima La Plata. 2002 – Asume en Unión de Santa Fe. 2003 – Asume en Gimnasia y Esgrima La Plata. 2004 – Se retira de la conducción técnica en Gimnasia y Esgrima La Plata.
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BIBLIOGRAFÍA Revista El Gráfico Revista Mística de Olé. Revista Un Caño Diario Olé Diario Clarín Diario La Voz Libro “No te vayas campeón”, de Roberto Fontanarrosa. Editorial Sudamericana. Libro “De Rosario y de Central”, de Jorge Brisaboa. Editorial Homo Sapiens. Libro “Club Atlético Rosario Central. Fútbol profesional”, de Carlos Durhand. Libro “Dirigentes, decencia y wines”, de Dante Panzeri. Editorial Sudamericana. Libro “Pressing”, de Sergio Vangelista. Libro “38 Campeones del fútbol argentino. 1891-2010”, de Diego Estévez. Editorial Continente. Libro “El fútbol por dentro. El libro de los técnicos”. Editorial Ediciones al Arco. futboldbolsillo.blogspot.com.ar arribacentral.com toritocasale.blog.terra.com.ar CentralCrece.com
AGRADECIMIENTOS Alejandro Fabbri, Walter Vargas, Osvaldo Wehbe, Rubén Lancieri, Eduardo Ferrari del Sel, Ariel Díaz, Vera Barbiric y Leonardo Repetto. 31
“Primero fue compañero de equipo. Jugamos juntos durante cuatro años. Siempre fue un profesional excelente. Aportó mucha experiencia, sacrificio y trabajo. Ya como jugador me fue transmitiendo sus conceptos, que siempre tuvo muy claros. Como técnico fue campeón con Central en el 73. Sin ninguna duda es uno de los técnicos más importantes que tuvo el fútbol argentino. Fue un ejemplo de trabajo, dedicación y compañerismo”.
Aldo Pedro Poy