Solicitante de Harold Pinter Traducción de Jose Padilla Despacho. Lamb, un hombre joven, nervioso, exaltado, camina de un lado a otro de la habitación. La puerta se abre. Entra la señorita Piffs. Eficiencia en estado puro. Piffs.- Buenos días. Lamb.- Buenos días, señorita. Piffs.- ¿El señor Lamb? Lamb.- El mismo. Piffs.- (Lee con detenimiento un papel.) Sí. Solicita ocupar el puesto vacante, ¿verdad? Lamb.- Sí, ese soy yo. Piffs.- ¿Usted es físico? Lamb.- Sí, señorita. Es mi vocación. Piffs.- (Con una carencia de entusiasmo absoluta.) Bien. El procedimiento será el siguiente: primero hablaremos sobre las habilidades del solicitante, y después le someteremos a un test para determinar, a un nivel psicológico, sus aptitudes. ¿Alguna objeción? Lamb.- Por Dios, en absoluto. Piffs.- De perlas. (Coge algunos objetos de un escritorio y se dirige a Lamb. Le acerca una silla.) Por favor, siéntese. (Él obedece.) ¿Me permite ponerle esto en la palma de las manos? Lamb.- (Gentil.) ¿Qué son? Piffs.- Electrodos. Lamb.- Oh, claro. Por supuesto. Qué cositas, ¿no? Piffs.- Y ahora los auriculares. (Le pone unos auriculares de los grandes.) Lamb.- Me encanta. 1