La Mas Fuerte

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IA

MAS FUERTE


S¡ñon¡ X, actriz, casacla-

Un rincon, dc un café sóln para ssñoras: d.os pequños ael.adores un diaán de terciopela rojo y alg,nas sillns. Entra laSEñone X con traje dt intierno, sombrero y abrigo: un canastillo japonés al. brazo. La Srñonrrn Z atá. smtada an.te ttna botella d¿ ceraeza a, nedio aaciar; lee un, pniódico ilustrado qu"e dcja mseguid"a

S¡ñonrn Z, acúiz, no casada.

para tomar ohos.

PERSONAJES

de hierro,

Stñonn X, Buenas, quericla Amelia. ¡Tir así, tan sola, la no-

che de Noel, como una desdichada solterona! Z¿ S¡ñorurn Z

lannla

los ojos del periód,ico.

d,e caba,a

Haa un moaimimto

y continúa leymdn.

¿Sabes?, me da pena verte así, sola, sola en un café. ¡Y la víspera de Noel! Me da la misma pena que una vez en París donde ü un cortejo de bodas en un restorán: la noüa leía un periódico humorístico mientras el noüo jugaba al billar con los testigos. ¡Uf'! -pensaba yo- ¡Con semejante principio, qué continuación tendrán y qué fin! ¡El, jugaba al billar la noche de boda! ¡Ella leía un periódico humorístico! ¿Te das cuenta? Pero, bien, este no es completamente el mismo caso.

Entra una criad,a, coloca una taza d¿ chocol,a,te ante ln Ssñma x y salz. Voy a decirte Lrna cosa, Amelia. Ahora pienso que hubieras hecho bien en guardarle. Yo era la primera, yo misma, en decirte ¡perdónale! ¿Te acuerdas? A estas horas podrías estar casada y tener un hogar. ¿'fe acuerdas del pasado Noel, qué dichosa te sentías, cuando estabas en el campo en casa de los padres de tu novio? ¿Cómo apreciabas entonces la felicidad del hogar? ¡Ganas te daban hasta de dejar el 133


teatro! Sí, querida Arnclia, la casa es' con todo, lo rrtcior' que se pr,"á" tencr -desPués dcl te¿rtro-,y los hijos, ¿sab<'s? ¡Ah, no, t.ú no cornpren<les estas cosas! Srñorrr.t Z' (Aire despectitto')

¡l,stirs r:ondcnadas apre nderán en st¡ vicla a hacer café! ¡lftrm! ¡Iista vcz cs¿ts cretinas tro ltan despitbilado como es debiclo l¿r rnecha cle la lárnpara!" Y otra vez es la corriente <l<' airc (¡te etrtra por clellajo clc la prrt:rta, y siente frío a los pies: "¡Dios, qnó fiío, 1, cs¿rs icliot¿rs empcdernidas que no saberr ctriclzrr el f'rreso ckr la eslrrfal" (Fnta l.as za,pntill.as, la stt,cln de tt,nu. con.l,ru cl. ern|rcin.e de lu oha.)

Sr:ñorrrr¡

(Carga y

lita

con.tra,

ln Señ'rnita' Z.)

Ssñozur,A 7,, (Gest,o tle rniedo.)

Snñont

X, ;Te llas asustado?

¿I

las crcítlo que te quería ma-

Srñorur¡r 7,, (A4ira ltot- en'citntt' del pti'ótlico, iróni'ca y ntriosa')

X, tan pequ no l'e hás

S¡ñonr

en ca'da zapatil'Ia') ¿Ves qrré pies

si üeras qué aire elegante! ¡Tú tillas!

Sr-ñonrm Z, (Ríe a carcajada,s.)

Suñopr

la

X, ¡Aticrrcle rtn poco! (Ilace anda'r a

las zapatillas sobrc,

ruesa.)

Stñonrr,q Z, (Curcaja,da.) SEñonn

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X, Yluegc-r cttatrclo st: enfátla, da pataditas así: "¿Qué?

7,

Car cajurla.

) Snñc-¡lre X, Y lut:go, cuanclo vue ive a lltrscar slls zapatillas que M¿rría ha prresto dcbajo rlel arrnario... Pero no, es vergonzoso burlarse así cle su rnariclo. .A pcsar dc torlo, cs galante; un marirlito cle una vcz. ¡Un l¡larido así te hrrbiera hecho lirlta a ti, Amclia! ¿De <¡ué te rícs? ¿Qtré? iQué? ¡Y sé que nlc es fi<'I, sí, lo sé! Iil nrisn¡o rne h¿r conLaclo... ¿De qué te burl¿rs? (lran<lo )'o hací¿r la tot¡rnéc por Nonrega, vino esa nralu pi'cora <[e Fcclerica )¡ trató de sechlcirle. ¡Ima.qínatc <¡tré infhrnia! (Put.su..) ¡Ah, si lo hubiese intc'¡rr.ado cuando \'<r esf aba cn cas¿r, le szt<'o los ojos! (Pausu.) Us una dicha que rnc lo hzryu contnclo el nrisnro Bob, que no haya llegado a nris oíclt'¡s por otros. (I>ausa.) Pero Fccleric¿t no lla si<lo la única, tír lo sabes. No com¡-rrelrdo por qué, ¡tero las rnujeres se vnclven todas locas por lni urariclo. Al pareccr sc imaginan que tiene vara alta en las contratas cle'l '.leatro porque está elt el Ministerio. T'Ír misrnir, AcAso, has corriclo clctrás dc é1. No tengo en ti más confianza <l<' la pr<'cisa, pcr() a('tuahn<:ntc sé que no se ilrtercsabzr ¡tor ti, r' sicrrrprt' tuve la irnprcsión rlc que tú parccí¿rs gr-rar<lar lr: un llo('() cle rt:rrcor. (I'uttsa enbu,razo.sa. Qtedu,n, m.i¡án.rlo.se.) ¡V'rr ?r casa. c.sta noche, Amelia, y haz ver así que no rrt'ls r¡uiercs rrrirl, qu(: no rne qrrieres nral, al rnenos! No sé, p(-'ro rn() pirrccc quc cs partícularmente clesagradable estar enfacla<.l¿r corrtie'o. Qrrizá es porque aquella vez me atravcsé yo cn trr calnil¡r¡. (PatLsa.) ¡O bicn... no sé, llo comprenclo por qué, c¡r firr! (

La Strñtnita Z con.ternltllt.

cuñosrt¡n.en.te a

ln

Señ.ora

X. Pausa


¡Fue Lal) extrario el cornienzo de nuestras relaciones! Cuanclo te vi por primera vez tllve rniedo de ti; tanto lniedo que no rne atrcvía a pcrclerte de üsta; siempre csf.al)a a tu lado. No me atrevía a ser t-Lr cnenriga: por eso fui tr¡ ¿rnriga. Pero era ttna rlesavenencia en casa c.ada vez que tri ibas ¿t vernos, porque yo notaba que rni marido no podía s()p()rt.arte, y entonccs me setrtía zt disgusto, corrro coll un vesti([o que no nos sierr[a bien, 1, hacía tc¡rlo lo c¡ue podía para quc él se r¡rostrara amable contigo, sirr conscguirlo. ¡Hasta <'l mon)ento en que fuiste prornet.icla! Entonces una üva ¿rnristacl brotír entre vosotros; dio Ia impresiór), por urr rn()nl('n[o, de que hasta elltonces lro habí¿ris osaclo mostrar()s vu('stros sentitnií'ntos..., quc os atrevíais ahora porque tlr \,:r r'.tabas a crtbicrto. l)cspuós, ¿cn qué vino a parar toclo 1r(lu('llo? ¡Yo no estaba celosa, cosa extrarla! Yrecuerclo cl l¡lrrrtizo, cuando tú fuiste madrina: yo le f<rrzabaaabrazttrtt'... lo hizo, pero tú qtredaste tan confirsa. Es decir: yo n() lo notí: entonces..., después, ta[)poco; no he pensatkr crr t'llo... ¡hasta alrora! (Se lnu.n.l,tt, st.iltil.amtn,Le.) ¿Por qué rro <lit'r:s nada? No has dicho ni una palabra clcsde que est()y u<¡rrí, rne has de-jadcl hablar a mí sola. Con tus o-jos has <lcv¿ur¿tdo todos mis pensamient-os, qrre pcrntanecíar-I corn() lrr sccl¿t cruda en cl capullo. ¡Pensantientos..., sospechas, <¡rrizh..., déjame reflexionar!... ¿Por qué has roto tu boda? ¿l)or <1ué no has vuelto nunca a nllestra casa descle entollccs? ¿Por qué no c¡uieres venir con nosotros esta nochcl' Srñonrrn Z, (IIace ademán. de

en l¿t rnía collro Llrt qtrsarto en la matlzaua: roía, roía, itgttir'rcaba, hasta qtte Iro qrtedase míts que la monda cotl llll I)()co cle harina lregra. Yo quería huirte, Pcro no po<lí:r: tri t'stabas allí coll tus o-jos negros, como una serpicnte, y ¡¡¡1' f:¡s cinabas..., yo no rnc sentía batir alas rnás quc para lattzirtme hacia ti. Estaba eu el agua, atacla de pics, y crtartlo ttt:is braccaba tnás rne hundía, y hasta el fondo. Y tú a<'c<'lritlrls con)o ltn c?utgrejo gigante Para apresarmc entre ttls l('ll:lzas. ¡Yahora \¡a estoy en ellas! ¡Ah, córno te odio, le oclio, te odio! Ytú permall(:(:('s s('lltada, tranquila, inclifereltte, sin saber si la luna es llll('vit (t mcngl¡alrte, si es Noel o¿\iro Nuevo, si los dernás soll <liclrosos o clt:sgraciados; iucapaz de odiar ui de amar; illrrltivi I r',rmo Lrna ciE¡üerla ante ulr agujero de ratones. ¡Tú no 1lo<lí:rs

it'a h,ablar)

Srñon¡ X, ¡Cállatel No tienes necesidad cle decir nada, porque ahora lo comprendo todo yo sola. Era por eso, y Por eso, y por eso. ¡Ya está! ¡Ahora toclas las cuentas salen justas! (Despe.ctiua^) Ah, )/o no pueclo estar sentacla a la misma mesa que tú! (Pasa su,s paqu,etes a oh'a nesu.) Por eso es por lo que debía bordar tulipanes qtte detesto elr sus zaPatillas; porque a ti t.e gtrstaban los tulipanes. Por eso es (Tira al stt,e.ln la,s za'pal,illas.) p<>r lo que clebíamos pasar el verano al borde del Malarn: porque t.it no podías soportar el mar. Y rni

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hijo clebía llarnarse Eskil porque ttt padre se llantzrb:t irsí: 1' yo clcbía llevar tlls colorcs, leer ttts escritores pr<rrlilt'<'lrts, corncr los platos clue a ti te gttstau, bcber las bebidas (lll('l(' asraclau, trt chocolate por e-iemplo; y además... ¡()lr, l)ios mío! ¡Es abolniuable pcttsarlo, cs abominablc! ¡Torltl, torl,r venía clc ti a mí, hasta ttts pasiotres!...'I'r alma se rlt'sliz:rlr¡t

sorbo con i,n,tención.)

El chocolate, Por lo demás, es muy bueno para lir s:rlrrrl' Y si he aprerrdido de ti a vest.irme, lanto mejor: es() ll() lt:t lrr'


cho más ql.¡e atraerrnc rn/rs a ¡ni nr¿rrido, tír ibas perdiendo toclo lo que \¡o ganaba... Sí, a.juzgar por ciertas se ñales, creo que lo has ¡rercli<lo ),a. Pero tri pensabas sin drrda que yo mc retir¿rría, conlo tÍr hicistc antario y irhora te pcsa. Pero, ahí ticnr:s, yo no mc l'ctiro. ¡No seanros nrezquinzrs! ¿Por qué no había yo de tomar más que lcl c¡rrc naclie quisiera? Y mira tú, a 1-rn cle ctrt:ntas, acaso soy yo en este momento

la rnás frrcrtc..., tir no has rccibi<lo nllnca nacla de mí, no has hecho rnás que dar lo que tenías... y ahora yo so)/ conro cl ladrón <lr:l <:uento: cr¡anrlo tú dcspcrtaste, yo había t()rn:r-

do lo quc zr ti tc hací¿r firlta. ¿Círmo cs, plros, que cnlre tlrs rnanos torlo es estóril, sirr valor? T'úr no poclías c.onscrvar el arnor dc un ltoull>rr: <'on tlrs tulipancs v tus pasiortes..., )'),o sí ptrcdo: [út l.lo potlí:ts aprender el arte cle la vida en Lus libros como vt¡ l<¡ lrt' aprcncliclo; ino tc era tl¿rdo [ener ull pequerlo Eskil atrrrr¡rrc tu paclre se llarnaba llskil! ¿Y por qué te callas siempre, siempre? Sí, 1,o he crr'í<lo que eso significaba ftterza, pero no cra qr-rizá más qttt: n() t('nías nada qtre clecir. ¡Porque no sabías pensar nacla! (Se lcuanla y recog'e las zupat'ilkts.) Ahora vtrelvo a casa y lne llevo los tulipanes conmigo... ¡lus tu,lipan,es!1'ú no has podiclo apreudcr nada de los clemás, no h¿ts sabido inclinarte..., y por eso te has quebrado como unjunco seco. ¡Yo, no! ¡Gracias, Arnclia, por toclas ttrs buenas lecciottes, gracias por haber e nscñado a mi ¡narido a anrar! Ahora yo luclvo a casa, a aurarlc. (Sal¿.) (,

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