Sumario PRESENTACIÓN CAPITULO I
EL VERDE Y LA CALIZA En el Curueño medio. Fauna y flora. El municipio. Los pueblos
CAPITULO II MIRADOR DE LA HISTORIA La Real Encartación de Curueño. Enseñas de identidad. Ordenanzas. Restos históricos. “Caminos de San Froilán” CAPITULO III
TRADICIÓN Y BELLEZA Arte religioso. Traje de fiesta tradicional. Cultura inmaterial
CAPITULO IV VER Y PARTICIPAR Equipamientos turísticos. Rutas de senderismo activo Deportes autóctonos. Actividades CAPITULO V LOS OJOS DEL VIAJERO Directorio. Bibliografía
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Textos Ángel Fierro (2012) Fotografías Manuel Martín (M.M.) y otros Diseño y maquetación Lokomotion® Comunicación Global s.c. D.L. LE743-2012
Presentación
turístico, a fin de superar con su concurso el penoso naufragio de las comunidades rurales. Como señala Mauricio Wiesenthal, en su libro “El esnobismo de las golondrinas”, “no sé por qué se escriben tantas guías que presuponen que la gente se mueve solo entre cemento. Antes se viajaba prestando atención a los vientos fríos, a las fuentes, a las aguas termales, a los senderos de montaña y a la vegetación. Se daba importancia a los nombres de las maderas, a las flores, a las hierbas que crecen en las ruinas, a la melisa”...
El municipio de Valdepiélago no es uno más de la provincia de León. Recoge, por el contrario, el legado centenario de la antigua demarcación civil de la “Real Encartación de Curueño”, de la que fue cabeza y capital. Como consecuencia de este hecho, el espacio físico, administrativo y social de la zona se configura como una realidad indivisible, que junto a otros condicionantes, habrá de ser tenida en cuenta de cara a la futura ordenación territorial pendiente, en Castilla y León.
Tal es el punto de partida de esta publicación, que no pretende insistir en la evidente belleza del terreno, las criaturas ni las cosas. Solamente apuntarlas, para orientar al visitante, como se ancla al firmamento la Osa Mayor. En todo caso este trabajo no será útil para quienes no saben distinguir las apariencias del contenido.
La pervivencia de este sentimiento de singularidad histórica entre sus autoridades y habitantes obliga a tener en cuenta este fenómeno, como base de una redefinición del ámbito local.
Hay territorios reducidos que son grandes, porque han sobrevivido a una historia implacable. Contar esa efemérides, con la vista orientada hacia el futuro; he aquí nuestro objetivo.
Mediante la presente guía, pasado, presente y futuro se enlazan en un puzle de armoniosa unidad. Se evoca la primitiva Carta fundacional, que hace mil años concedió prerrogativas y fueros a la “Real Encartación de Curueño”, y que fueron vigentes durante siglos. Se documenta la condición de realengo, el estatus de hidalguía de sus vecinos, los tesoros que la geología, la historia y los hombres han ido acumulando al territorio, sedimentándose en el mismo como una segunda naturaleza.
Esta guía pretende ser un apunte integral de cuanto conviene conocer y ver, en este espacio privilegiado del Curueño medio. Para iluminar, como escribe Vargas Llosa, “esta deshora de las luces”. Pauta para viajeros, pero también para los naturales, intenta inventariar y poner en valor una realidad de ámbito comarcal, que trasciende sus límites y el fluir del tiempo. Como señala el Eclesiastés, las generaciones pasan, pero la tierra permanece.
Se hace inventario de su patrimonio y su cultura, para que la visita a sus bellezas no se limite a cubrir una mera necesidad de entretenimiento. Se detallan sus potencialidades de desarrollo
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El verde y la caliza
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En el Curueño Medio cumbres, hoces, colladas, valles, riberas, cuevas y cascadas...
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de población. Geografía tan abrumadora que dificulta imaginarse la horizontal, en la mitad norte del territorio.
as religiones siempre proponen paraísos en el cielo. El Curueño los diseñó en el suelo y el agua. Escorzos fugitivos, corrientes que parecen sensibles, un dibujo de alisos para encajar el cauce del río vertebrador, alfombras vegetales y cumbres vertiginosas.
Allí Valdorria y Correcillas son dos nidos de águila entre picachos. En Valdorria pervive el recuerdo del medieval fenómeno de la vida eremítica, en la ermita y la cueva de San Froilán. Correcillas vierte aguas al Torío, pero una antiquísima Calzada lo unió históricamente a “La Real Encartación de Curueño”, como cordón umbilical.
Caligrafiar el relieve del Curueño medio es acompañar la noche de las eras geológicas hacia el alba de la belleza. En este ámbito dulcemente bravío se ubica el municipio de Valdepiélago, antigua cabeza y capital de la “Real Encartación de Curueño”.
De esta orografía encrespada dan fe las alturas de los montes que puntean el norte del municipio: Así el Pico Polvoreda, sobre Correcillas (2.007m.), la Peña Valdorria (1.923m.), La Braña (1.873m.) o el Cueto Ancino (1.721m.), que aquí es conocido como Pico el Huevo. El inventario de estas elevaciones adquiere los fastuosos nombres que les da la toponimia de la zona: La Peña el Santo, junto a Valdorria, la Peña Morquera, Peña Galicia (1.617m.), Bucioso, el Cueto Salón, Sancenas o el Dornón… Invitaciones a la ascensión, la espeleología, la fotografía o la mirada....
Pertenece a la Montaña Central del norte de León, en la soldadura de caliza y verde. Su vocación geográfica lo une al cordón umbilical del río Curueño, que desde el puente de “Los Verdugos” (o “del Ahorcado”) cambia las aguas de jurisdicción. El vigía del “Cueto Ancino” despide allí la caliza y se adorna de una bordura vegetal, que adentra al río en la ribera. Su mitad norte asombra a los viajeros, como dejó escrito José Luis Leicea: “Una de las zonas donde el paisaje adquiere caracteres impresionantes y casi dramáticos es la región que se abre, al pie de La Vecilla ... En un camino abrupto, imposible de sospechar, la carretera se introduce, encañonada entre las dos paredes de la montaña, en un desfiladero sorprendente, quebrado en rápidos zig-zags... El agua de este río, limpia como cristal, se rompe contra las peñas y salta en el aire hecha espuma... como en una caja de resonancia. La bravura de esta naturaleza adquiere así un carácter dramático en la dimensión del sonido. En algunos lugares la corriente se remansa en los pozos y adquiere tonalidades de un azul cobalto”
Montuerto y Nocedo se recuestan a la orilla del río en valles de elevada arquitectura. Solo después de pasada la “Peña Morquera” y la espina caliza de la “Peña Galicia”, se abre la vega y se instala en el ánimo la suavidad. Cerca de La Vecilla, en su parte más baja, Valdepiélago, Aviados, La Mata de la Bérbula, Otero y Ranedo de Curueño son ya núcleos donde domina el verde, suavemente inclinados hacia el fluir del río. En ellos se verifican verdaderos milagros de estas fronteras, como la conservación de la centenaria “Arca de las Tres Llaves”; el enigma de los gallos de pluma; la bordura heráldica del palacio de Otero; el inquietante enigma del castillo de Aviados…
El municipio de Valdepiélago tiene querencia de montaña y pie de verde, naturaleza e historia, en sus actuales nueve núcleos
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Terreno, pues, de múltiples registros, en un espacio reducido de tan solo 58,6 km.2, y permanente invitación a los juegos de agua, presididos por la caliza. Después de que el río se haya abierto paso a través de las Hoces de Valdeteja, hasta el Puente de “Los Verdugos”, o “Del Ahorcado”, accede por la derecha la maravilla natural de la Cascada de Nocedo “Cola de Caballo” y en La Mata de la Bérbula el escondido salto de agua en el bosque de “Vega la Villa”.
Histórico solar que parece tallado a la medida de una excursión, pero donde sus bellezas naturales (cumbres, hoces, colladas, valles, riberas, cuevas y cascadas) acompasan las huellas del pasado. Una naturaleza desbordante es el principal activo del territorio. El devenir del tiempo histórico se solapa con el paisaje y abre espacio para todo un microcosmos de historia y vida.
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Fauna y flora Un latido de vida en la corteza del paisaje
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a orografía del terreno determina una fauna y flora características del encastre de montaña y ribera. Aún es posible admirarlas en ocasiones, aunque la presión del hombre y todo tipo de agresiones conducen a muchas especies al borde de la desaparición.
No es aquí el lugar para un inventario pormenorizado de las especies. Daremos, tan solo, algunas noticias gráficas de esta vida latente, remitiendo al lector a un bello volumen editado por “Los Cuadernos de Plata” de la revista Camparredonda, que se titula “Flora y Fauna selectas del Curueño”. (2009) Son sus autores los fotógrafos especializados David Marcos y Francisco Javier Vázquez. Acotan su trabajo a una pequeña selección de especies. “Desde “lo más raro”, como el escurridizo escorpión del Curueño, lo más común o “lo más espectacular” que se haya visto dentro del corazón de una perfecta miniatura, como lo es la belleza encarnada en las orquídeas silvestres”. Desfilan por el libro impactantes imágenes del buitre leonado, el milano negro, rebecos, ciervos y pollas de agua, así como batracios, mariposas, hongos, ardillas y toda una sinfonía vegetal de incontable registro. Las orquídeas merecen trato de honor, pues se contabilizan en el territorio más de una veintena de tipos. Para finalizar estos apuntes, damos cabida a la descripción del escondido valle de Valdeborio, bajo Montuerto, donde Ildefonso Sierra (Sines) ha contabilizado “quince parejas de ruiseñores, cuatro de cucos, una de búho real Gran Duque, colonias de perdices, arrendajos y petirrojos, que se camuflan en una maraña de madreselvas, oréganos y manzanillas...” Valdepiélago | La Real Encartación de Curueño 12
El municipio. Los pueblos Piedra y ensueño
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l actual municipio de Valdepiélago se creó a consecuencia de la reforma administrativa de 1833, llevada a cabo por Jaime de Burgos. Su aplicación en la provincia de León se realizó mediante el conocido “Arreglo provisional de Ayuntamientos”, publicado por la Diputación de León en el año 1836, en la imprenta de Pedro Miñón, donde le correspondió el número 21. Abarcaba doce pueblos (los diez de La Real Encartación de Curueño, más
quedó desde entonces configurado por los actuales nueve núcleos de población, con merma de su solar histórico. Tiene una superficie actual de 5.855 has., de las que un tercio es forestal y otro tercio de prados y pastizales. Montes de Utilidad Pública, roca y poblados completan el espacio. Con la necesaria brevedad que impone este folleto, se aportan unas mínimas pinceladas sobre los pueblos, que, casi entrelazados y a veces avistándose entre sí, mantienen el aroma de su rico pasado. A caballo entre montaña y ribera, el municipio de Valdepiélago es un perfecto equilibrio de verde y piedra, que da al conjunto una abrumadora pátina de ensueño.
Esbozo de los pueblos Campohermoso y Aviados), y por tanto contenía los cuatro del actual municipio de La Vecilla más Valverde de Curueño.
El dédalo de casas, diseminadas tras un recodo, agrupadas a la orilla del río o encaramadas a las laderas altas, parece un cuadro antiguo: tejados rojos con aleros volantes, piedra canteada, solares con ortigas, paredes vacilantes donde campea a veces un escudo gastado, retablos de angelotes, magia y ensueño...
En sucesivos reajustes, La Vecilla se constituyó en Ayuntamiento propio y Valverde de Curueño se integró en el de Valdeteja y posteriormente en Valdelugueros. El municipio resultante
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Los hitos de la altura. Correcillas Es, para muchos, el pueblo más hermoso de la provincia de León, donde el asombro se hace superlativo. Las coordenadas de su belleza tienen origen en su propia rusticidad, por respetar la arquitectura tradicional, los pavimentos de roca que ascienden las callejas, los regueros que bajan lamiendo los cimientos hasta el encuentro con el reguero principal.
Polvoreda, eje geodésico y vigía del llano. El pueblo se ubicó sobre inmemoriales castros defensivos, de época anterior a la historia, perfectamente documentados. En la “Reguera Oscura” se oculta un tesoro, según señala la copla... Aún hay ancianas en Correcillas que alegraron las noches del Filandero... Por “El Cristo”, el 14 de septiembre, vuelven los hijos del pueblo, y se oyen canciones que estaban olvidadas o historias de la guerra y la diáspora.
Correcillas está desgajado del Valle natural de Valdepiélago, y se sitúa aguas vertientes hacia el Torío, por donde llega su único acceso asfaltado, a través de Villalfeide. Un camino antiquísimo lo enlazó con Valdorria, mediante una Calzada romana transversal, que llegaba hasta la ruta del Bernesga, sobre Villamanín. Es poblado de altura, en sus 1.300 metros, y tiene balcón en
Cantan los hombres y responde el agua. Era terreno de pastores, arrieros, indianos. Un diccionario de la pureza de lo ancestral.
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VALDORRIA can al blanco de las cumbres, bajo tutela de la Peña Valdorria. Valdorria contiene tanta historia entre sus piedras como todo un estado. Sus viejas Ordenanzas de hace trescientos años aún serían hoy válidas, si la gente no hubiera emprendido un viaje de difícil retorno. Honra como patrón de su parroquia a San Ramón, cuya fiesta celebra el 31 de agosto, y en ese día se oficia Misa con el cáliz de plata que la Infanta de Castilla y Princesa de Portugal, doña Juana de Austria (hermana del rey Felipe II) donó, en 1573. También celebra, por supuesto, la Rogativa de San Froilán, el día 1 de mayo.
“Valdorria no es un pueblo; es una aparición. Tras la larga subida desde Nocedo, la visión de este pueblo perdido entre montañas puede llegarle a parecer al que lo ve por vez primera un sueño o un espejismo o una ilusión. Las casas cuelgan sobre el vacío de un vertiginoso y complicado laberinto. Los tejados de unas se apoyan sobre las otras, las calles pasan rozando los huecos de los postigos y los árboles de los huertos ven madurar su fruta justo enfrente de la puerta de la casa del vecino. Tras los portones viejos, el silencio se espesa como polvo en los corrales y en los tejados rotos el musgo crece fuerte, alimentado por las nieves del invierno y por el sol y las lluvias de los veranos“. (“El río del olvido“. Julio Llamazares)
La piedra, el aire, la calzada, las “carrampliñas” y ordenanzas, los titos seculares... es difícil abarcar el aroma que anda en las calles de Valdorria.
Con sus 1.340 m de altitud es, junto a Correcillas, la espina dorsal de la caliza, el paraje en que magia y soledad se solidifi-
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EN LA CUENCA DEL RIO. NOCEDO DE CURUEÑO Las márgenes del agua se suavizan al llegar a Nocedo, contra hileras de álamos y salgueras, y se aquietan ante los cimientos de las casas, dejando paso para el trazado de La Calzada romana que asciende a Vegarada. Aguas arriba queda el edificio del Balneario, una estación termal que estuvo en moda desde 1900, pero cerró sus puertas en 1986. Aguas abajo, el milagro de la Cascada del reguero Valdorria. No es fácil agrupar tantas maravillas en espacio tan breve.
carretera, desviarse a la izquierda... y recorrer los cien metros que la separan de la grieta en la que brama día y noche el corazón de la tormenta “. Folklore riquísimo, casas de piedra que se quemaron en la guerra... De esta catástrofe logró recuperarse, sin embargo, una Santa Águeda y el Niño Jesús de adorar, situado en una ermita ya desaparecida, que estaba dedicada a San Antonio Abad. Aún es posible asistir a la arcaica ceremonia del “Gochero”, el día 17 de enero, aunque la fiesta patronal es de los Santos Justo y Pastor, el 5 de agosto.
Nada mejor que ceder la palabra a Julio Llamazares, que pasó por aquí contando olvidos: “Nocedo, apenas veinte casas alineadas junto al río, entre los huertos... arrullado por el agua y por las hojas de los nogales que le dan sombra... La Cascada, tan oculta y perdida... para llegar a ella hay que dejar atrás la
Nocedo tiene recogido un riquísimo cancionero autóctono, con el que se puede completar un recital.
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MONTUERTO Enclave dulce, que baña pies en el Curueño y perfuma callejas por las laderas que dan al monte, el pueblo de Montuerto es equilibrio de montaña y vega, tradición y piedad. Este mestizaje heterogéneo de piedras y árboles, aguas y ruinas, puede abarcarse en su conjunto, si el viajero accede a Montuerto una mañana del segundo domingo de mayo, cuando los vecinos parten de la iglesia, para ascender la milenaria Calzada romana, que sube entre guijarros y rosales silvestres. Llevan en andas la imagen de la Virgen, y se dirigen a la explanada del Castillo.
ermita se situó entre las ruinas de la fortaleza, hoy cementerio en uso. Unas volutas de arcada gótica trepan por la cornisa de la piedra tapial. Gótica procesión, hasta la entraña del medioevo, con las canciones religiosas rescatadas al tiempo.
A su Virgen la llaman de Soelcastillo, (talla del siglo XVI)pues su
Las calles, como entonces, están empedradas y caen al río.
Desde este mirador alzado sobre el río, se otea, a lo lejos, el dibujo de la llanura, los tejados rosáceos de las casas de piedra, las callejas torcidas, los escudos heráldicos diseminados en las tapias...
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La suavidad de la ribera. La mata de la bérbula Este remanso de verdor asoma sus ventanas sobre la vega, como estratégico mirador de paisajes y punto de equilibrio de montaña y ribera. La Mata no sufrió la devastación de la guerra civil, pues no fue quemado como los pueblos más al norte. Ello no le evitó la diáspora de sus gentes, la decadencia de todos los resortes de la vida ancestral de las zonas rurales. La vida empieza aquí de nuevo, como en tantos lugares de esta geografía, ensayando un modelo de poblamiento diferente, de fines de semana y de estancia estival. Así lo entienden los que no están dispuestos a renunciar a sus raíces. En La Mata también habla la historia, en una labra heráldica, perfectamente conservada en una casa corralada, en mitad del pueblo. Como dejó escrito Julio Llamazares, quien conserva en La Mata su casa familiar “Si hay un camino en el mundo que el viajero puede andar a ojos cerrados, si hay un paisaje en la tierra que jamás podrá olvidar... ésos son exactamente el paisaje y el camino que ahora mismo va cruzando... El viajero ni siquiera necesita recordarlo para andar sin linterna el camino de La Mata “. Y es también suyo el pensamiento de que no hay camino más hermoso que el que se hace con el corazón.
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RANEDO DE CURUEÑO Casi tan cerca de Otero que sus gallos pueden hablarse entre susurros, está Ranedo de Curueño.
Tanta tranquilidad es, sin embargo, engañosa: Cuando lo visitó Julio Llamazares, vio que...
Es mirador sobre la vega, en la margen izquierda del río, y sin embargo sus ventanas se quedan ciegas durante muchos meses, sin ojos para ver. Una aciaga despoblación azotó a este enclave, oculto entre la fronda de sus huertos, al que solo lo guardan dos o tres vecinos en el invierno. Es el “Ranera” que viene citado en documentos leoneses del año 1069. Casi un milenio de piedra y verde que a duras penas parece sobrevivir.
“un camino de carros solitario y minúsculo avanza entre zarzales y praderas en las que ahora están cantando todos los pájaros del mundo..” No es poca invitación esta crónica de viaje, para quien busque acaso la paz interior. Sobrevive azarosamente algún corral de gallos, testigos últimos de una implacable devastación.
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Otero de curueño Recostado sobre un otero que se eleva suavemente de la cuenca del valle, como a tiro de piedra de Valdepiélago y La Vecilla, Otero de Curueño es un museo en estado puro.
hay una fuente. El pilón está en lo alto de una cuesta, entre la carretera y las paredes centenarias de una casa solariega...” Al lado mismo, se alza la iglesia, que fue parroquia medieval, si se atiende a su estilo de románico popular, y la antigüedad de las bellezas que contiene.
Lo más visible es un rosal de heráldica, que se extiende por la fachada del palacio de los Álvarez Acevedo, noble familia del Concejo de La Encartación. Escudos grandes y pequeños, rosetones, borduras, y hasta un balcón del homenaje dan a este palacio del siglo XVI una prestancia insospechada para este lugar. De nuevo Julio Llamazares apunta esta visión
De entre ellas, ¡cómo no ponderar la dulcísima imagen de la Virgen y el Niño, aún policromada!. Es su virgen gótica, del siglo XIII, cuya ternura sobrepasa las clasificaciones, y que sigue en su iglesia, por extraño milagro. Joya del arte religioso, no podemos por menos de quedar en suspenso ante su suave armonía y simplicidad.
“Los ojos se le cierran al viajero, incapaces de absorber toda la luz que incendia las callejas y los árboles de Otero. Pero por fin
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aVIADOS Aviados se sitúa a 1 km. en dirección norte de la carretera C–626, antes de Campohermoso, y está, por tanto, en el extremo más occidental del municipio. El poblado creció, como muchos burgos medievales, alrededor de su castillo. Un bastión defensivo, cuyas paredes carcomidas son como muñones apocalípticos.
de Montuerto o de San Salvador del Curueño, en las inmediaciones de Santa Colomba.
Se mantienen ahí, dominando el poblado, desde lejanos tiempos. Dicen las crónicas que el castillo fue elevado al rango de casa solariega por el conde suevo Gundemaro. Más tarde, el edificio perteneció a la familia de los Guzmanes, hasta que el Emperador Carlos V lo hizo demoler, junto con otras propiedades del señorío, en castigo por el apoyo que esta familia prestó a la causa de los Comuneros, contra el poder real.
En cuando acaban las huertas que acompañan las casas, se abre de pronto una pared caliza de corte vertical. Allí instalaron los montañeros una zona de Escalada, “La Chorrina”, que es reclamo adicional para visitar el pueblo y su entorno.
El castillo defendía las entradas del norte, amuralladas allí mismo por las estribaciones de la Peña Galicia. Es, por lo tanto, punto estratégico de primer orden.
De su folklore autóctono es preciso referirse a los famosos “Villancicos de Aviados”, una de las manifestaciones más hermosas del ciclo religioso de la Navidad. Se trata de una representación teatral del misterio del Nacimiento, cuya recuperación es una feliz realidad.
Su emplazamiento divisa toda la ribera; mandaba señales de humo al vecino castillo de Peña Morquera (Valdepiélago), los
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VALDEPIELAGO Valdepiélago se sitúa tan cerca de La Vecilla que sus linderos son comunes a pocos pasos de las casas. La vega es ancha y el río se remansa, después de las zozobras a que lo han sometido rápidos y calizas. Las riberas se enhebran de arboleda. Prados de un verde horizontal, y suaves ondulaciones dibujan hacia el sur una paleta de colores. Por el norte el acoso cada vez más remoto de la Peña Morquera o el contrafuerte que defiende Montuerto.
del Ayuntamiento y punto dinamizador de servicios con la vista puesta en el futuro. La calzada romana, que arranca en el Puente Villarente para subir a Vegarada, es invisible prácticamente aguas abajo. Solo a partir de Valdepiélago, junto a su puente medieval, se hace evidente y forma ruta a veces discontinua. Entra en las Hoces, sorteando las dificultades del terreno, y se abre paso en la roca viva, a través de una orografía desmesurada, hasta alcanzar el puerto. Ello hace de Valdepiélago un punto de partida hacia todos los rumbos.
Valdepiélago es a la vez llano y montaña, recuerdo de caliza y acuarela de luz. El nombre proviene de uno de sus pozos o remansos del río. Desde época inmemorial, los reyes, nobles y eclesiásticos se reservaron y acotaron los mejores pozos del río, (denominados “piélagos”) para su pesca en exclusiva. Su importancia histórica estriba en la condición de “cabeza y capital de la Real Encartación de Curueño”, durante muchos siglos. A ello nos referiremos en los apuntes históricos de esta Guía. Actualmente es la sede
En el casco del pueblo hay viejos caserones porticados, escudos de nobleza y el medieval puente que vadea el Curueño. Resulta imprescindible, si se está atento al arte, visitar su iglesia. Espadaña de piedra, cantería maciza, restos de un esplendor que certifica su capitalidad, aún está llena de ornamentos y tallas irrepetibles.
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Mirador de la historia
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La Real Encartación de Curueño Jurisdicción histórica y reflejo actual
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El paradero desconocido de la Carta Fundacional
odría considerarse extemporáneo y a contracorriente en una Guía municipal dar relieve a una sección histórica con espacio tan amplio. Se hace a propósito, pretendiendo dibujar en detalle su encaje centenario, como explicación a su personalidad diferenciada. Los pueblos que ignoran su pasado carecen de futuro.
Valdepiélago, La Vecilla y su entorno formaron parte de la “Real Encartación de Curueño”, como entidad territorial diferenciada, desde un momento impreciso que los historiadores se inclinan a datar en la época del rey de Asturias y León Alfonso III, el Magno, muerto en el año 910. (Ver textos de Maximiliano González).
El municipio de Valdepiélago no es uno más en el entorno provincial, sino heredero de una ancestral Jurisdicción civil: La “Real Encartación de Curueño”.
Una vez que los castillos del norte de León habían perdido su valor estratégico anterior, los reyes adoptaron la política de asignar el control de los territorios a los monasterios, y en consecuencia a los obispos. (En este caso los monasterios de “Cavatuerta” y los tres de Valdorria, fundados por San Froilán).
Tras varios siglos de existencia, en que fue dependiente del obispo de León, se convirtió, a finales del s. XVI, en territorio de realengo.Todos sus habitantes adquirieron la condición de nobles, obtuvieron la jurisdicción propia, la facultad de elegir a sus propios oficiales, quedaron exentos de impuestos y de la leva de los ejércitos, administraron su propia justicia y sintieron el orgullo del autogobierno.
Por los archivos diocesanos de León se sabe que el entorno del castillo de Montuerto había sido cedido al obispo de León por el rey Alfonso V, en pleno siglo X, “con todas sus mandaciones y habitantes”. El obispo heredó así todas las posesiones de los monasterios altomedievales, sus fortalezas y pueblos.
Ese envidiable estatus se mantendría durante trescientos años. La llegada del Nuevo Régimen (1849) eliminó estos derechos históricos; aunque no a todos. (¡!) La Real Encartación de Curueño resulta ser un caso único de jurisdicción civil en Castilla y León, e incluso en toda España, pues las conocidas Encartaciones vascas no son, por su propio derecho foral, equiparables. Tampoco las llamadas Merindades, en el norte de Burgos... Para un mejor conocimiento del tema, remitimos al lector a la obra titulada “La Real Encartación de Curueño. Crónica y documentos del Concejo”, (Ángel Fierro, año 1999), de cuyo trabajo se extractan estas notas.
Algún tiempo más tarde, el rey Fernando II, el repoblador por excelencia de la montaña leonesa, comenzó a dotar de CartasPuebla a muchos territorios, a partir del año 1160. Parece lícito pensar que la Carta fundacional o Real privilegio tiene su origen en esos momentos, al igual que los Fueros de “Fenar” o los de “Arbolio”.
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Esta carta fundacional, a la que se debe el propio nombre de La Encartación, no ha sido encontrada. En el “Arca de las Tres llaves” de Valdepiélago, se hallaba aún en el año 1823, según el Apeo realizado: “Una caxa de hojalata, en la que se hallan el Real Privilegio, con su plomo y cordones, y además una confirmación de otros privilegios de esta Encartación, más un pleito ganado contra la obispalía de León” En un viaje a Madrid, un miembro del equipo de gobierno de la Real Encartación, perteneciente a la familia Álvarez-Acevedo,(sucesores de los Ordás, de Otero), llevó consigo estos documentos... que nunca fueron devueltos a su lugar. Solo la colección documental conservada en el “Arca de las Tres Llaves” nos permite reconstruir sus prerrogativas y el contenido de la Carta regia.
Noticias sobre la etapa de señorío episcopal La donación del rey Alfonso V fue reiterada en el siglo XII, por Alfonso VII, confirmando al obispo don Arias la posesión del castillo de Montuerto y su zona de influencia. En aquel momento se trató de un total de trece pueblos, que formaron la primitiva “Real Encartación de Curueño”: Valdepiélago | La Real Encartación de Curueño 28
Valdepiélago (cabeza y capital), Correcillas, La Mata de la Bérbula, Montuerto, Nocedo con Villarrasil, Otero de Curueño, Ranedo de Curueño y Valdorria(del actual municipio de Valdepiélago). Valverde de Curueño y Valdeteja*1 (del actual municipio de Valdelugueros). La Vecilla y La Cándana *1 (del actual municipio de La Vecilla), y La Mata de la Riba*1 (que ahora pertenece a Vegaquemada)
Desde el rey Felipe II hasta el Nuevo Régimen No estaban satisfechos los vecinos de la “Real Encartación” de pertenecer a un señorío eclesiástico y aprovecharon la primera oportunidad para emanciparse de ella, recurriendo a la compra de la propia jurisdicción. Ocurrió en el año 1584, bajo el reinado de Felipe II.
Se citan textualmente los pueblos incluidos en la nueva Carta o Contrato Real, encabezados por “Piélago”, “La Avecilla”... etc., hasta completar los diez.
A diferencia de la etapa anterior, la nueva situación está documentada, mediante una colección de legajos, que custodia la Junta Vecinal de La Vecilla. (Encuadernación moderna, en piel de becerro, con 566 folios manuscritos, que es una confirmación al Concejo de su estatus, dada por el Rey Carlos II, en 1784).
La relación de pueblos que dejaron de pertenecer a la jurisdicción del Obispo y pasaron a “realengo”es la siguiente:
En esta confirmación real se transcribe en su integridad el acta de segregación del castillo y derechos territoriales, mediante compra al Rey Felipe II de la jurisdicción del obispo, por un importe de 418.482 maravedíes. Cifra desmesurada al cambio actual, que requirió de ”La Real Encartación” un endeudamiento mediante censos o préstamos cuya amortización se prolongó durante 250 años.
Sucesivos Padrones, conservados en el Arca de las Tres Llaves de Valdepiélago reiteran esta composición.
Valdepiélago (cabeza y capital),Correcillas, La Mata de la Bérbula, Montuerto, Nocedo, Otero de Curueño, Ranedo de Curueño, Valdorria, Valverde de Curueño y La Vecilla.*2
En una nueva organización territorial, La Vecilla formó municipio propio, con tres pueblos del “Valle del Curueño”: Campohermoso, La Cándana y Sopeña. Piélago y La Avecilla eran los nombres medievales de los dos pueblos ahora cabeceras de dos municipios, y antaño unidos en “La Real Encartación” desde la primitiva Carta real.
Notas (*1). Valdeteja compró la jurisdicción al rey Felipe II, con La Braña. La Cándana pasó a la Jurisdicción del Valle del Curueño, con Campohermoso y Sopeña (Señorío de los Guzmanes). La Mata de la Riba pasó a la jurisdicción de los Guzmanes de Toral. Aviados no perteneció a La Encartación, sino al Señorío de los Guzmanes Notas (* 2). Estos diez pueblos formaron la Jurisdicción de la Real Encartación de Curueño, durante más de tres siglos. El pueblo de Aviados, del señorío de Los Guzmanes, pasó al municipio de Valdepiélago, tras la implantación del Nuevo Régimen. Valdepiélago | La Real Encartación de Curueño 29
En sucesivos documentos Piélago fue declarada “villa de por sí y sobre sí”, con la facultad de poner sus Alcaldes Ordinarios y de la Hermandad, Regidores, Alguaciles, Procuradores y demás servicios del concejo...”. Un poco más adelante, ya en el siglo XVII, vemos que el nombre evolucionó, con la adicción del término “Val” o valle, dando nombre definitivo al actual de Valdepiélago. Es necesario remarcar la importancia de ser “cabeza y capital” de todo el Concejo de La Encartación. Se reunían aquí los Regidores para el gobierno del territorio, los Procuradores para la administración de justicia, y se ubicó la cárcel, los archivos con-
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cejiles, el Fiel contraste de pesos y medidas y demás servicios. El edificio de la antigua cárcel de la “Real Encartación” pertenece hoy día a una remodelada Casa Rural, “Las Casas de Valdepiálago” (Ver apartado de Turismo)
de La Encartación”, los “Libros de Acuerdos”, los “Inventarios” o apeos, y los “Padrones de Habitantes”... Un amplio período de la historia de la comarca queda así iluminado y rescatado para la posteridad, en el curso medio del “río del olvido”.
Debe considerarse un hecho extraordinario que se conserve su Arca de las tres llaves, durante más de quinientos años, hasta el día de hoy. Ello hace posible el conocimiento de documentos de gran valor histórico, compuestos por un total de 127 facsímiles, de los que la mayor parte han sido transcritos en el libro “La Real Encartación de Curueño. Crónica y documentos...”, de Ángel Fierro.
La “Real Encartación de Curueño” dejó oficialmente de existir con la implantación del Nuevo Régimen, a mediados del siglo XIX. (1849). Sin embargo su estela planea sobre el territorio y marca de forma indeleble su propio carácter y sus nunca olvidadas aspiraciones de autogobierno y libertad.
Citamos, entre ellos, las “Ordenanzas para el buen gobierno
Enseñas de identidad El escudo, la bandera y el logo municipales representan la identidad del territorio, con el respeto a su historia y tradiciones. Escudo Municipal Estudio e informe de D. Vicente Cadenas y Vicent.(1985). ¬ Bosque de roble, (lugar del Concejo Abierto) ¬ Dos castillos derruidos (Montuerto y Aviados) ¬ Aprobación 3 marzo de 1986. Rediseño 2012
Ayuntamiento de
Valdepiélago
Bandera municipal Estudio e informe de Ángel Fierro ¬ Basada en los pendones centenarios de las parroquias. ¬ Dos franjas verdes y una granate, con el escudo municipal. ¬ Aprobación municipal 2011 Logotipo municipal “Caminos de San Froilán” Diseño de Lokomotion® Comunicación Global. León ¬ Peña Valdorria e iconografía de San Froilán. ¬ Aprobación municipal 2012 Caminos de San Froilán
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Ordenanzas antiguas La hierba, el fuego, el pan
C
ada pueblo dispuso de sus Ordenanzas, que reglamentaban todo el entramado de la vida comunal. En ellas se dictaban normas precisas para el pastoreo, el riego, los “cotos y derrotos”, la hierba, el fuego, el pan...
La Junta Vecinal de Valdorria conserva como un tesoro sus antiguas Ordenanzas. Constan de 22 folios, encuadernados en piel de becerro, y datan del año 1823, aunque se dice que son copia de las primitivas, de mucha antigüedad, que se hallaban muy deterioradas. (Ver transcripción en el libro “La Real Encartación de Curueño”, págs. 147 a 181). El aroma del pasado, en sus aspectos más nobles y aleccionadores, planea sobre este enclave de altura.
Organización, representatividad y respeto no superados en la actualidad.
Restos históricos En la descripción de los pueblos hemos dado noticia de los más importantes restos históricos que aún son visibles. Pertenecen al patrimonio de la comarca, y aún de toda la Montaña leonesa, y es obligación de todos promover su respeto y conservación. Una descripción pormenorizada de estos restos visibles ocuparía todo un tratado. Limitaremos nuestro espacio a un mero apunte de los mismos y breves pinceladas de aproximación. Recomendamos a los interesados una más amplia información bibliográfica sobre este legado del pasado, que emerge aquí con el marchamo de lo perdurable. El Arca de las tres llaves Ya hemos hecho mención de este venerable resto histórico, Valdepiélago | La Real Encartación de Curueño 32
Enclaves eremíticos y monásticos
milagrosamente conservado en el Ayuntamiento de Valdepiélago.
“La Peña y la Cueva de San Froilán”, de Valdorria. (Historia y leyendas tejen un tapiz en la memoria colectiva del territorio)
Castros Casi olvidados y en ocasiones solo presentes en la toponimia, rescatamos los casos más patentes, para los interesados en esta huella del pasado. Correcillas. Otero de Curueño Valdepiélago
La abadía de “Cavatuerta”. (Importante centro espiritual, hoy desaparecido, que se ubicó entre Aviados y Correcillas. Los tres monasterios de “Vacesal”. (En el valle de este nombre, junto a Valdorria). (Ver la obra “Siguiendo las huellas de San Froilán” (Julio de Prado Reyero)
“El Castillo”. “El Castro grande”. “El Castro pequeñín”. (Ver Julia Miranda, en “Tierras de León”) “El Castro del Otero” (Ver José Avelino Gutiérrez) “El Castro” (En la zona sur de la “Peña Morquera” )
Castillos Montuerto. Primera fortaleza documentada del Curueño, en época del rey de León Alfonso III. (Ver Diplomática de los Reyes de León) Casas solariegas y torreones
Aviados. Antiquísima construcción, que parece remontarse a la etapa del conde suevo Gundemaro. Fue luego solar de la familia de los Guzmanes, hasta su demolición por Carlos I, en castigo por el apoyo de este noble al movimiento de los Comuneros. (Ver los libros de Luis Martín y Barredo +, “Aviados, Señorío de Los Guzmanes” (2009) y “El castillo de Aviados” (2011)
No sin mencionar el torreón de la “Casa de La Vecilla”, sede del actual Ayuntamiento de esta localidad perteneciente a La Real Encartación, anotamos otros espacios solariegos de la nobleza de la zona.
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de una elemental restauración, como uno de los caminos o rutas de senderismo más impactantes del norte peninsular. (Ver obras de M. Arenillas y M. Rabanal) La Calzada transversal de Valdorria a Correcillas y Rodillazo Menos conocida que la anterior, conserva una agreste traza de piedras irregulares y terraplenes que encaminan los pasos, comunicando estos pueblos de altura. Puentes y pontones antiguos ¬ Valdepiélago (medieval), punto a partir del cual se hace visible la Calzada romana de La Vegarada. ¬ Pontón del reguero de Valdeoville de origen romano, para el servicio de la Calzada sobre el pueblo de Nocedo. (Ver “Catá-
¬ El palacio de los Álvarez-Acevedo, de Otero, con su orgía heráldica bordando la fachada. (Ver la obra “Repertorio heráldico leonés” Pío Cimadevilla) ¬ Las casas blasonadas de La Mata de la Bérbula, Montuerto y Valdepiélago. Las Calzadas romanas La Calzada de La Vegarada. Es a partir de Valdepiélago donde la milenaria Calzada de La Vegarada se hace visible, en su camino hacia el norte. Su firme de piedra serpentea a izquierda y derecha del río Curueño, siguiendo la fragosidad del terreno. Puede y debe ser objeto Valdepiélago | La Real Encartación de Curueño 34
logo de puentes anteriores a 1936” (Fernández Ordóñez, José A.) Heráldica Como reflejo de la hidalguía del territorio, una estela de escudos nobiliarios jalona las fachadas en varios pueblos de la “Real Encartación”. La brevedad del espacio nos obliga a remitir a los interesados al documentado estudio de Mª del Carmen Orejas, titulado “Mancomunidad del Curueño. Historia, Hidalguía y Armería en piedra”
Caminos de San Froilán También la ermita-mirador, sobre el desplome del río Valdorria, que dice la leyenda edificó Froilán con la ayuda de un lobo y a indicación de una paloma. Son hermosas alegorías medievales, que circularon por el cercano paraje de “Valdecésar” (hoy día “Vacesal”), donde convivieron hasta tres monasterios, antes de que sus moradores se retiraran hacia el sur, a colonizar nuevas tierras en la Reconquista.
A la salida de Valdorria, rumbo sudeste, se halla “La Peña el Santo”. Allí existe la cueva en que se retiró Froilán como anacoreta, junto con Genadio. Ambos alcanzaron la categoría de santos.
Para llegar hasta la ermita era preciso subir un peldaño por cada día del año. Quizás el tiempo borró algunos, pero el ascenso se mantiene como una empresa ardua, tras cuyo éxito se asiste a la visión de estas geografías desmesuradas. Desde época inmemorial, todos los años tiene lugar una Romería/Rogativa, hasta la ermita del Santo de Valdorria, que parte de Valdepiélago y discurre por los viejos caminos de peregrinación. Se celebra cada 1º de mayo. La antigua “Real Encartación de Curueño” apadrinaba esta manifestación popular, con los pendones de todos los pueblos de la Jurisdicción. Fiesta que felizmente ha recuperado el municipio, como una de sus tradiciones centenarias. Cuando las gentes recuperan sus raíces nacen las rutas de la fe, los senderos de peregrinación, los caminos de ideas. Los “Caminos de San Froilán” están, por tanto, sancionados por la historia y la devoción de las gentes, como parte imborrable de su pasado. Por eso se aprobó por la Corporación municipal la adopción de este lema, como logotipo del propio Ayuntamiento. Valdepiélago | La Real Encartación de Curueño 35
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Tradici贸n y Belleza
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Arte Religioso Guía de arte, en los recintos de lo sagrado
I
glesias, ermitas, tallas, retablos, pinturas, ornamentos y objetos de culto, que forman parte del patrimonio religioso, tejen un muestrario de arte y fe por todos los modelos de la creatividad humana, en manifestaciones cultas o entrañablemente populares.
A modo de inventario, ofrecemos simple relación de lo más impactante. Forma parte del tesoro artístico de la zona, pero nuestro reducido espacio no permite demorarnos en su descripción. Una acumulación de belleza, sedimentada durante siglos, espera aquí, en la suave penumbra de lo sagrado. Iglesias ¬ Iglesia de San Miguel, de Aviados (s. XVIII, estilo barroco) ¬ Iglesia de Soelcastillo, de Montuerto. (s. XVII, estilos gótico y barroco) ¬ Iglesia de Santa Eulalia, de Valdepiélago. (s. XVI, estilos gótico y renacentista) Ermitas ¬ Ermita de San Froilán, Valdorria. ¬ Ermita de San Jorge, Aviados ¬ Ermita de San Jerónimo, Otero de Curueño (s.XV y XVI, estilo renacentista) Tallas ¬ La Inmaculada o Virgen de la Portería (s.XVIII, Valdepiélago) ¬ San Jerónimo (s. XVI, Otero de Curueño) ¬ La Virgen de Soelcastillo (s. XVI, restaurada, Montuerto) ¬ Santa Ana (s. XIV, Valdepiélago) ¬ La Virgen con el Niño (gótica, s. XIII, Otero de Curueño)
Pinturas y ornamentos. Objetos de culto. ¬ Pinturas de la ermita de Aviados. ¬ Cruz parroquial de madera pintada de Montuerto ¬ Pila bautismal de piedra (s. XVI, Nocedo de Curueño)
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¬ Reloj de sol (año 1734, Nocedo de Curueño) ¬ Confesionario policromado (s. XVIII, Valdepiélago) ¬ Cruz procesional de Valdepiélago ¬ Cáliz de plata de Dñª Juana de Austria. (s. XVI, Valdorria) ¬ Pila bautismal de piedra (s. XVI, Valdorria) “J’entre dans ton amour comme dans une èglise”, escribió Georges Rodenbach.Así se ofrecen, a los ojos viajeros, estas joyas del patrimonio religioso, alegorías de un tiempo pretérito que nos ensanchan el corazón.
Los libros parroquiales. Un tesoro salvado Sobresalen, por su antigüedad, belleza estética e interesantísima información, los libros parroquiales de Valdepiélago, que el P. Manuel Rodríguez inventarió y ordenó, para su depósito en los Archivos del Obispado de León, donde ahora se encuentran. De tesoro escondido han pasado a estar a disposición de los investigadores e interesados, complementando la información escrita de los Registros civiles del territorio de “La Real Encartación de Curueño”.
¬ Libro de “Quentas” de la Cofradía del Glorioso San Roque. (1752) ¬ Libro de “baptizados” de la Villa de Valdepiélagoy sus anejos (1723) ¬ Libro de Difuntos de la parrochial de Santa Eulalia de la Villa de Valdepiélago ¬ Libro de Confirmaciones y visitas episcopales (1723 a 1985) ¬ Apeos de la parroquia de Valdepiélago
Reseñamos los más importantes: ¬ Missale Romanum. Edición de 1679. Valdepiélago. ¬ Regla de la Cofradía del glorioso San Roque (Ranedo de Curueño y Valdepiélago). Aporta preciosas noticias sobre los estatutos de esta Cofradía de Ánimas, y la propia organización parroquial o social del territorio. Informa sobre apellidos, familias, exequias de difuntos, limosnas, testamentos y estructura económica... (Fuente imprescindible para una historiografía rural del territorio).
Traje de fiesta tradicional Austeridad con filigrana El diseño del traje de fiesta tradicional de La Real Encartación ha sido rescatado, tras la investigación de apeos y testamentos de la zona, donde se describe minuciosamente, además de recurrir a varias piezas antiguas que se conservan sobre todo en Nocedo. (Investigación y estudio de Ángel Fierro, 2006)
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Mujeres. Características Pañuelo: Pajizo o amarillo, con flores estampadas o bordadas. Camisa: Blanca de lino, con bordados en puños, cuello y pechera. Justillo: De colores vivos, o a franjas. Dengue: Sustituido por pañuelo bordado negro, con flecos. Enagua: Blanca, con pequeños bordados. Rodao: Negro / amarillo mostaza o verde, ribeteado en rojo. También podía ser rojo con bordados negros. (Ver modelos de Nocedo) Mandil: Rojo claro, de seda brillante, con calados. Medias: Blancas. Zapatos: Negros, cerrados, con poco tacón. Faltriquera: Negra, de seda brillante, con bordado floral. Collares: Sartas pintadas. Corales de una o varias vueltas. Pendientes: Aros, con colgante triangular. Aretes, con piedra verde.
Faja: Azul. (Distintivo propio de La Real Encartación) Calzones: De paño negro. De pana, si se hace a juego con el chaleco. Medias: Blancas, de lana o algodón. Polainas: De paño oscuro. Zapatos: Negros. Como resumen, podemos decir que se trata de una vestimenta austera, en línea con los modelos propios de la Montaña Central leonesa, aunque se admite y practica la filigrana del bordado.
Cultura inmaterial Todas las manifestaciones de la cultura inmaterial de La Real Encartación de Curueño forman parte del patrimonio de la zona, y son indicativas de su rica tradición comunal. Se trata, en definitiva, de un tesoro cuya afloración y puesta en valor resta mucho de estar completadas. Legendaria “El león de España” Hay que mencionar esta antigua recopilación de leyendas de la montaña leonesa, realizada por D. Pedro de la Vezilla Castellanos, en el año 1586. Se recogen en él todos los motivos legendarios que circulaban ya en aquella fecha en el territorio de la Montaña Central, con la interpretación legendaria de nombres como “El Curueño”, “El Porma” y otros...
Hombres. Características Sombrero: (Optativo). De paño negro. Camisa: Blanca, de lino grueso, sin cuello ni bordados. Chaleco: De paño negro o marrón, con escote en pico y botonaduras de aluminio. Capa: (Optativa). De paño negro, con rebordes en rojo.
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El tesoro de Peña Morquera
Las leyendas de San Froilán
En su estudio sobre leyendas leonesas, el gran especialista José Luis Puerto, recoge varios temas de la Real Encartación de Curueño.
Son conocidas las leyendas del lobo que ayudó a Froilán a construir la ermita de Valdorria, o la del milagro las palomas que picaron sus labios... (Ver “La Real Encartación de Curueño...”de Á. Fierro, págs. 267/272)
Entre otras, la leyenda del tesoro de Peña Morquera, (Valdorria y Montuerto), que tiene una formulilla rimada, puesta en labios de los moros, cuando debieron abandonar la zona. Se despedían de la Peña Morquera, donde habían dejado escondidos algunos de sus tesoros, aún no encontrados, y decían así:
Bailes y rondas
“Adiós, Peña Morquera,/ cuánto oro y plata en ti queda. En la raíz de una zarza,/ a la falda de la Peña...
La enorme variedad de los bailes y rondas del territorio dan fe de un lirismo temperado por la intervención popular. Baste citar los famosos Titos de Valdorria o el ancestral baile de “Las Carrampliñas”. (Ver el libro “La Real Encartación de Curueño”, de Ángel Fierro, págs. 193/196)
Dice la tradición que el tesoro podría hallarse ”bajo la primera zarza a la que le den los rayos del sol al amanecer”.
Aún en estos momentos resulta posible recuperar valiosas perlas de este collar, como es el caso del Grupo Folk “Calle
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Ancha”, que acaba de incorporar a su repertorio el romántico aire valseado “En un valle cubierto de flores”...
El rito recoge los cantos las mozas, ante la puerta de la iglesia, cuyo texto de Montuerto reitera el estribillo:
Los bailes y rondas del “Curueño medio” tienen vida propia, y podrían dar pie para un fastuoso recital.
“Esta calle está enramada/ con hojas de perejil, que la enramó el señor novio/ cuando la vino a pedir” Por su parte, el alcalde de Valdepiélago viene utilizando para las bodas civiles el clásico parlamento de los antiguos Regidores de La Real Encartación, que data del siglo XIV, cuya transcripción es la siguiente: “Estoy convencido de que debo concederos el beneficio del matrimonio, pues tengo datos que hablan de vuestra cordura y madurez. Se también que el novio ha hecho las suficientes horas de ventaneo y cortejo ante los barrotes de la ventana de su amada, para que los dos conozcáis lo que arriesgáis y los beneficios que obtendréis.Pero me veo en la obligación de confirmar algunos detalles, que para estas tierras y este alcalde son fundamentales: Novio... ¿Estás dispuesto a pagar a tus mozos y amigos los derechos derivados de la concesión que de su mano te hizo la familia de la novia? ¿Invertirás con ellos el equivalente a los 16 litros de vino que lleva una cántara? Padres de los contrayentes... ¿Estáis también dispuestos a saciar las hambres y la sed de todas las gentes que hoy nos acompañan hasta que ellos digan ¡basta!? Vista vuestra buena voluntad, que este alcalde ya conocía, pero que quise quedara patente aquí ante todos...”
Romancero Una breve selección de romances autóctonos de la zona ha sido recogida en el libro “La Real Encartación de Curueño” (págs. 199-202). Así el hermosísimo de “La bella infanta”, “La hermana cautiva”, “La Virgen y el ciego”, o “Rosina”. Como es sabido, los romances tuvieron su normal desarrollo en los “Filanderos”, que se celebraron aquí hasta nuestra guerra civil. En todos los casos contaban con letra y música.
Los Villancicos de Aviados Cuaderno de los Villancicos de Aviados
Este tesoro de la oralidad no está en absoluto extinguido en la comarca: el grupo de folk leonés “Calle Ancha” incorpora a su último trabajo discográfico una delicada versión del romance de “Delgadina”. Aromas y memorias de un pasado que se niega a desaparecer.
Este antiquísimo Paso escénico, con motivo religioso de la Navidad y los Reyes Magos, solo tiene una réplica en la provincia de León, en el pueblo de Lugán. Pero guarda con él notables diferencias en texto y música.
Ritual de bodas
Tras la azarosa recuperación del musicólogo Miguel Manzano, desde hace años los vecinos de Aviados han vuelto a representar sus escenas entrañables e ingenuas, dando vida a los personajes bíblicos de este Auto de Navidad, con sus músicas y diálogos originales, trajes y decorados extraídos de la memoria comunal. Consta de ocho actos escénicos y está digitalizado desde el año 1998.
La boda tradicional en La Real Encartación de Curueño se atuvo a un ritual de enorme antigüedad, que incluía el pago de los “derechos”, el “enramado” de las calles, y hasta el “rapto” de la novia, en un forcao engalanado, por cuya devolución los mozos exigían un rescate.
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Ver y Participar
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Ver y Participar Una intensa red de facilidades de ocio, deporte y establecimientos de hostelería, invitan al viajero a ver y participar. La magia del Curueño acompaña en cada ocasión el rumbo de los pasos.
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Alojamientos y zonas de acampada No nos limitamos a inventariar las dotaciones turísticas del municipio, sino que ponderamos su profesionalidad y servicios. Los establecimientos aquí reseñados tejen una armoniosa malla de confort por todas las esquinas del paisaje. Al propio tiempo la hospitalidad y cercanía humana de las gentes les confieren un valor añadido para que las visitas al territorio sean una referencia inolvidable. Camping LA COTA. Crtra. Valdelugueros, LE-321, km.19. 24847. La Mata de la Bérbula. (Valdepiélago) Tel. 987 741 091- 610 540 853. Fax. 987 741 091
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en la página web del municipio) apuntamos aquí una pequeña selección de ofertas. Son como una rosa de los vientos, un vendaval de pasos para perderse hacia los cuatro rumbos, donde una cambiante naturaleza ofrece las más variadas sensaciones. ¬ Ruta desde La Mata de La Bérbula Una propuesta del Camping La Cota ¬ Ruta desde Valdepiélago Ruta de peregrinación Valdepiélago- Valdorria (Ver panel descriptivo en Valdepiélago) ¬ Ruta desde Valdorria Ruta verde Valdoria- Valdeteja Ver paneles descriptivos en Valdorria y Valdeteja)
¬ Ruta de la Calzada romana de la Vegarada Proponemos el seguimiento de esta antiquísima Calzada, descubriendo los tramos aún visibles de su trazado: Valdepiélago- Montuerto- Nocedo- Reguero de ValdeovilleHoces de Valdeteja, hasta el Puente de “Los Verdugos”. También apuntamos la propuesta de realizar el recorrido de la Calzada transversal que enlazaba Valdorria con Correcillas. Es camino de altura, para tonificar el cuerpo y el espíritu Deportes autóctonos Pesca Los Gallos del Curueño. Sinfonía del color Diríase que los coloridos de las plumas de los inigualables gallos del Curueño alcanzan el paroxismo del arco iris. Su propia mención se inicia con el conocido “Manuscrito de Astorga”, del año 1448, adaptado por Juan de Bergara en 1624. Su prestigio entre los pescadores para el arte de la “pesca a pluma” ha sobrepasado las fronteras nacionales, siendo un misterio el hecho de que las plumas de los gallos pierden su Valdepiélago | La Real Encartación de Curueño 50
del Gallo de León y La mosca. Se acotan los “SIETE LUGARES MÁGICOS” de la cría del gallo, que son Sopeña, La Cándana, La Vecilla, Campohermoso, Aviados, La Mata de la Bérbula y Valdepiélago. Los tres últimos pertenecen al municipio de Valdepiélago. Industria amenazada y poco apoyada, va limitando el número de criadores con modelo realmente empresarial, que ya solo se reducen a tres. Otros pueblos, como Ranedo de Curueño mantienen pequeños criadores, donde el canto de los gallos es el reloj del amanecer. Tomás Gil, de La Cándana, preside la “Asociación de Criadores”, y es el verdadero “alma mater” de este milagro natural. Por su parte, el P. Manuel ha reunido en su casa de La Cándana una de las más fabulosas colecciones dedicadas al gallo (esculturas, pinturas, cuadros, utensilios, vajillas, etc...) con cuyos fondos el Ayuntamiento de La Vecilla está montando una Muestra o Museo del Gallo.
irisación y colorido, en cuanto se alejan de este entorno mágico. Una publicación del año 2008, patrocinada por el “Grupo de Acción Montaña de Riaño” ofrece un perfecto resumen de este fenómeno. Se titula “Los Gallos de Pluma de León”, y divide su índice en cuatro apartados: La especie, El entorno, La Cultura
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La trucha autóctona del Curueño está protegida mediante un Coto de Pesca: se extiende desde el puente de Nocedo hasta el de Valdepiélago.
ríos leoneses de la lucha”. Resaltamos la gran escuela de lucha de Campohermoso, y el “Corro Grande” de Valdepiélago. Espeleología. Para su práctica apuntamos las interesantes cuevas de Aviados, y particularmente la “Cueva del Barro”, donde se encuentran restos de hábitats de época prehistórica. También la enorme variedad de cuevas en el “kars” de las Hoces de Valdeteja, aguas arriba de Nocedo. (Ver el libro “Paraíso secreto. Cuevas y simas del alto Curueño”, de Ángel Fierro).
Inimitables y puramente autóctonos, por situación y genética, hay que apostar con fe en el mantenimiento de esta riqueza singular. Al fin y al cabo, tener fe es creer en lo que otros son incapaces de imaginar. Caza, lucha, espeleología, escalada…
Escalada. Recomendamos consultar el libro de Miguel Á. Adrados “Cordillera cantábrica. Escaladas selectas en roca”, edición 2005. Se presenta allí la pared de escalada de “La Chorrina”, junto al mismo pueblo de Aviados. Es una de las Escuelas de Escalada más veteranas de la provincia, y en el C.T.R La Fuente del Oso (Aviados) pueden tomarse los contactos para afrontar con seguridad este deporte de riesgo y pasión por la montaña.
El arte de vivir Estos deportes de ocio son todavía señas de identidad del territorio del Curueño medio. Siguen las pautas tradicionales, “el arte de vivir” para los naturales y un reclamo de visitantes. Cotos de caza. Hasta seis Cotos están oficializados en el municipio: “El Club de Cazadores del Curueño” (Otero, La Mata, Ranedo y Valdepiélago) mas otros cinco de las Juntas Vecinales de Aviados, Correcillas, Montuerto, Nocedo y Valdorria.
Toros. Señalamos, por último, la apuesta del Ayuntamiento de Valdepiélago para conmemorar la memoria del famoso torero Joselillo, natural de Nocedo, y que triunfó y murió en México, D.F. Lo hace cada año, mediante la puesta en escena de una multitudinaria novillada, con plaza móvil, que tiene lugar el segundo domingo de agosto.
Lucha leonesa. En este deporte propio de León el territorio pisa fuerte. Como es sabido, el Curueño es uno de los “Seis
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¬ La casa blasonada de la familia Álvarez-Acevedo, de Otero de Curueño. ¬ El puente medieval de Valdepiélago, y el tramo de Calzada romana hasta el puente de “Los Verdugos”, en las Hoces de Valdeteja. ¬ La Calzada transversal que unía Valdorria con Correcillas. ¬ La iglesia de “Santa Eulalia”, de Valdepiélago, de estilos gótico y renacentista. ¬ La iglesia de Otero de Curueño, con una hermosa Virgen gótica. ¬ Los pueblos de Correcillas y Valdorria. ¬ El paraje de “Valdeborio”, en Montuerto.
Actividades
¬ Restaurantes, Campings y Casas Rurales del municipio.
Fiestas, rogativas, romerías
Ferias, fiestas, deportes, cultura, manifestaciones
Visitas recomendadas en el municipio
¬ Rogativa de San Froilán. (Valdepiélago, Nocedo, Valdorria ) 1 de mayo
En las páginas de este folleto hemos ya apuntado y recomendado la visita a los puntos de mayor interés del municipio. Nos limitamos ahora a ofrecer una simple enumeración.
¬ Procesión de la Virgen de “Soelcastillo”, con ascensión por la Calzada romana hasta el Castillo de Montuerto. (2º domingo de mayo)
¬ La zona de “La Peña el Santo”, o de San Froilán, en Valdorria. (Con la restaurada ermita del Santo, a cuyo acceso sirven 365 escalinatas talladas en la pura roca).
¬ Fiesta de San Froilán (Valdepiélago, Valdorria) 4 de octubre * * (Se celebra el primer domingo de septiembre)
¬ El paraje de “Vacesal”, antiguo “Valdecésar”, junto a Valdorria, donde se ubicaron tres Monasterios en la época eremítica de San Froilán y San Genadio.
¬ Corro grande de Lucha Leonesa. (Valdepiélago) 1 de septiembre
¬ La Cascada “Cola de Caballo”, junto a Nocedo, en el río Valdorria.
¬ Novillada en Valdepiélago. 2º domingo de agosto
¬ La zona de escalada de Aviados y las ruinas de su castillo.
¬ Jornadas Culturales de Otero de Curueño y Valdepiélago. Agosto
¬ El castillo de Montuerto, con los restos de la ermita de “Soelcastillo”.
¬ Las Fiestas patronales de todos los pueblos del municipio. Son experiencias de un entrañable sistema de vida.
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LOS OJOS DEL VIAJERO Unos breves apuntes de orientación al visitante y para señalar las fuentes de información más inmediatas, serán en esta guía “Los ojos del viajero”. Ayuntamiento de Valdepiélago www.valdepielago.com · info@valdepielago.com Directorio Ayuntamiento de Valdepiélago Ctra. León. Casomera, km. 24847- Valdepiélago (León) Tel. 987 741 207. Fax 987 741 182 Juzgado de Paz Valdepiélago Tel. 987 741 207 Protección Civil Valdepiélago Tel. 987 741 055 Parroquias Municipio Valdepiélago Tel. 639 829 247.(D. Francisco) Centro de Salud (Boñar) Tel. 987 735 675 Cuartel Guardia Civil (Boñar) Tel. 987 735 331 FEVE Tel. 987 271 210 Autobuses Yugueros. León-Valdepiélago Tel. 987 216 115 Bibliografía Para mayor información, consultar www.valdepielago.com