¡Y todavía hay gente que cree en el azar! A estas alturas siento que es tan de ciegos no reconocer que hay algo más trascendental después de la oficina, la hipoteca, los hijos y la seguridad social.Por eso yo prefiero divertirme pensando que vamos todos siendo una suerte de ultra magos, con varas mágicas adaptadas en el disco duro de nuestro inconsciente, inventando esa realidad que siempre consigue superar a la ficción.