LA MULTIPLICIDAD DE CONTEXTOS EN LA CONTEMPLACIÓN DEL ARTE

Actividad preliminar

1. Observa la siguiente imagen de una pintura impresionista del artista Claude Monet. Identifica los detalles, la luz, las formas, el cielo, los rasgos faciales de los personajes, los colores y sobre todo las texturas.

2. Ahora ingresa al enlace que acompaña la pintura y observa nuevamente la obra. Utiliza la herramienta de acercamiento para que puedas percibir todos los detalles que observaste en la imagen impresa. Recorre toda la pintura, identifica las pinceladas y las texturas, aléjate un poco y vuelve a observar los elementos que la integran y la forma en la que el pintor los ha plasmado.

3. ¿En cuál de las dos imágenes has podido identificar mejor los detalles?

4. Describe si has percibido la obra de forma igual o diferente en los dos espacios: la versión impresa y la imagen exhibida en el museo virtual. ¿En cuál de las dos tuviste una experiencia más enriquecedora?

Contemplar es algo más que observar

Existe una diferencia de percepción entre los objetos utilitarios y los objetos estéticos. Los primeros llaman nuestra atención debido a que nos resultan eficientes para alguna función en particular, por lo tanto, dejamos a un lado sus cualidades estéticas y nos concentramos en su utilidad.

Con el arte sucede todo lo contrario, lo percibimos a partir de sus cualidades estéticas y no pensamos si puede llegar a ser útil o si tiene alguna finalidad. Los objetos artísticos no son creados para cumplir una función utilitaria, podríamos decir que la única finalidad que tiene el arte es la de mostrar una visión muy particular que tienen los artistas del mundo que les rodea.

Nuestro acercamiento a las obras de arte implica algo más que percibirlo con nuestros sentidos. La vivencia estética requiere la búsqueda de un estado de percepción más agudo que nos permite comprender un poco más de la esencia y la significación en una obra. A este momento en el que se agudiza nuestra percepción se le denomina contemplación del arte

La palabra contemplación comenzó a utilizarse en el ámbito religioso, pero también es un término que suele emplearse en el contexto del arte, porque nuestro acercamiento a una pieza artística requiere más que una simple observación: contemplar implica percibir en completa calma y dejar que las formas estéticas nos remonten a nuestra capacidad intuitiva de conocer e imaginar. El verdadero disfrute del arte comienza cuando nos permitimos ir más allá de mirar y comenzamos a sentirnos identificados con la obra a través del acto contemplativo.

Algunos autores como José Jiménez afirman que la contemplación entendida como un encuentro íntimo y sereno con el arte se ha ido perdiendo con las dinámicas actuales en tanto que las visitas al museo se planifican como una forma de turismo, en estos casos lo más importante es tomarse una fotografía junto a la obra dejando a un lado el momento de contemplación y deleite frente a la pieza artística (Jiménez, 2002, p. 150). Otro fenómeno que interfiere en el acto contemplativo es la reproducción masiva de las obras en camisetas, catálogos, tazas y souvenirs, en estos ejemplos la obra no pierde su carácter estético, pero sí se reduce la oportunidad de vivirla en su máximo esplendor y deleitarnos a través de la vivacidad de los colores, las pinceladas o las dimensiones originales de la pieza, por ello siempre es recomendable poder disfrutarlas en vivo y a todo color, claro que a veces nos resultará imposible viajar a las ciudades donde se encuentran las grandes obras maestras, pero podemos comenzar visitando los museos que tenemos en nuestra ciudad y también podemos hacer recorridos virtuales que ya están disponibles en los sitios de internet de los museos más importantes del mundo.

Los contextos al contemplar una obra de arte

El contexto es todo lo que está alrededor de un acontecimiento, una persona o un objeto y nos ayuda a comprender cuál es su situación. Por ejemplo, el contexto que se relaciona con un estudiante puede estar integrado por las aulas, los pupitres, los libros y el cuaderno de notas, sin embargo, la situación de dicho estudiante cambia si descubrimos que en su contexto las aulas son al aire libre y se encuentra totalmente expuesto a la lluvia o al sol.

De manera similar el contexto en una obra de arte puede determinar la forma en la que le percibimos. En algunos casos podemos permitirnos la tranquilidad y la contemplación porque nos encontramos dentro de un espacio tranquilo en un museo que no es muy concurrido. En otras ocasiones únicamente tendremos un encuentro fugaz con la obra porque se encuentra dentro de una exposición abarrotada y llena de ruidos e interferencias. En ambos casos el contexto será un factor determinante que nos permitirá llegar a la contemplación o simplemente conformarnos con un recuerdo instantáneo de aquella obra de arte.

Otro de los factores que interfieren en la contemplación del arte tiene que ver con nuestra sensibilidad. De acuerdo con el teórico Juan Acha nuestra sensibilidad nos permite disfrutar y comprender los objetos estéticos, pero el goce estético siempre estará determinado por la cultura en la que nacemos. A esta condición se le denomina ecoestética. El autor afirma que nuestros gustos esté-

Momento de inventiva https://t.ly/zgt4 ticos dependen de la sociedad o país en el que nacimos, de tal modo que la cultura estética se va heredando a través de la escuela, los medios de comunicación, la familia, el medio ambiente y la vida social en general (Acha, 2008, pp. 30-33). Podemos concluir que la contemplación del arte tiene relación con el contexto: la experiencia estética depende mucho del lugar donde se encuentra la obra; por otro lado, conviene que reflexionemos sobre nuestras preferencias estéticas ya que son los parámetros que utilizamos para valorar el arte de forma axiológica e influyen de alguna forma en la percepción hacia cualquier manifestación artística.

Actividad de cierre

De acuerdo con lo aprendido en este capítulo, escribe tres condiciones que consideras ideales para que puedas contemplar una obra de arte.

La glosa

Souvenir. Préstamo lingüístico de la lengua francesa. Se trata de un objeto que sirve como recuerdo de la visita a algún lugar determinado.