5-9-2016
La pĂŠrdida de un ser humano que dejĂł huella.
Había una vez, a principios de 2014 en el Instituto Nacional de Cancerología, una señora llamada Maki Esther que fue sometida a una cirugía debido a un cáncer del que ella reportaba a los médicos, padecía, luego de eso se le vio con los síntomas de un infarto cerebral, aunque tuvo que ser trasladada a otro hospital ya que en el que estaba no servía el equipo de tomografías, en este se confirmó el diagnostico. Ella estaba muy triste porque no la atendían bien y por la falta de atención que se le brindó en el hospital, al paso de 12 horas ella estaba muy preocupada y muy lastimada en su forma sentimental porque comenzó a presentar afectaciones en su ojo, su brazo izquierdo y su pierna también. Al paso del tiempo de la rehabilitación la señora Maki Esther esta poco a poco recuperando movilidad y su visión, ella planea con mucho entusiasmo y ganas de regresar a sesionar el poder legislativo. Ella, después se puso a pensar, se sentó junto a su cama y se estaba acordando de todo lo que había pasado en el hospital, ella no quiso ser mala mujer, pero si reaccionó y tuvo la voluntad de ir a quejarse por su mala atención que tuvo como paciente en el Hospital que estuvo internada. Entonces, ella salió de su casa, y fue con mucho respeto, a decirles que no era novedad todo lo que pasó con ella, que ya con muchos pacientes a sucedido lo mismo, pero que si ellos no hacían nada, que ella no iba a dejar las cosas así, entonces el director del centro Médico de Salud, comprendió lo que la señora Maki le estaba diciendo, y le dio las gracias, y aparte le dijo que todo eso que le dijo al doctor era de gran ayuda porque así el veía todo lo malo que estaba pasando. Entonces la señora Maki, se fue contenta a su casa, por haber logrado que el Director viera lo mal que atienden en el hospital. Poco después la señora Maki, y el Doctor se asociaron y con ayuda de muchas asociaciones médicas, pudieron construir un hospital llamado Puerta de Hierro, ahora ese hospital es el mejor, ha salvado mucha gente, tiene los mejores tratos, no falta medicina, no faltan aparatos, no falta nada, y todas las personas le agradecieron a la señora maki y al director por ser tan buenas personas, y formar esta asociación.
Tiempo después, esto se hizo mucho más grande, pidieron más ayuda, y esto fue mejor, la señora maki ya estaba grande y en ese mismo hospital la estaban atendiendo, muy bien, tenía su propia cama, su cuarto y estaba muy bien atendida por las enfermeras y doctores. Al paso del tiempo la señora Maki fallece muy feliz por haber logrado con todas las personas lo que siempre deseó, que hubiera una buena atención en la forma de atender a los niños, jóvenes, adultos y a los mayores de edad.