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Letras de Reserva es:
DanahĂŠ Rojas Edmar Kuranes Inoniel R. Lis
Traslación: leandra. Paola Maltoz.
3 meses atrás Leandra con el alma aturdida se disponía a darse una ducha. Se mira al espejo, se mide la nariz y ojos con la punta de los dedos, formando tres puntos con líneas invisibles que dejan flotar un triangulo superpuesto/ imaginario sobre el ROSTRO reflejado en el cristal que le iniciaba a deformar la cara, distorsión: provocada por el vapor de agua caliente Y los viscos que, la mujer ésta, se obligaba a hacer queriendo formar el triangulo. Leandra desde hace unos días, 23 para ser exactos, tenía una cierta obsesión por formar triángulos - tal vez le era mantener el punto medio en alto o lejano de los puntos izquierdo y derecho-. Abandonó su ridícula maniobra de querer unir nariz y ojos, dio un manotazo al espejo. Entra a la regadera. (Inicia un dialogo con su “alter ego” ((otra vez))).
-Amigo, las piezas las acomodaste a tu gusto: el color de las paredes que nos encierran, la cama deshecha con la mujer desnuda sobrepuesta, que sabes que rompe con tu cuadro de “perfecciones” recicladas por voces de gente aprendiz de guiones cinematográficoshollywoodenses. Esa mujer rompe tu imagen AZUL, aquella va dejando su rastro pálido y frio entre las
sabanas, ese rastro exasperante que prefieres mover en cuanta posición sexual se te ocurra, porque sabes bien que la prefieres gritando que escucharla hablar… Leandra rompe en llanto, algo en ella EXPLOTA, a la par de una transición de imágenes donde se muestra una mujer pálida, sobre la cama boca arriba señalando el techo con el índice tratando de contar las corrugadas líneas, que han dejado un rastro INFINITO de alguien más. Mantiene el aire para dejar de lloriquear. No había razón alguna para debilitarse tanto, no puede controlarse a pesar de que la pinche vocecita, que aparece por lo menos 6 veces por hora… la ha abandonado. Comienza un ritual: Se golpea las piernas a puño cerrado, la cara ¡Esa cara! Tan… ¿Deseada o envidiada? Que ocasiona palabritas vomitadas por extranjeros, a ella – “Con esa carita no necesitas ni hablar.”/ “Con esos ojos, con esa boca, lo consigues todo”/ “Lo que tienes de guapa lo tienes de pendeja”- Generalmente la ultima era dicha por mujeres, mujeres feas y con bajo perfil intelectual, que al verla se contoneaban más que cuando se busca acaparar la atención de un macho.
Aquellas hembras, pulen las ideas de Leandra para reproducirlas es sus enormes y babeantes bocas. Empezaron por hablar como ella, a dibujar lo mismo que ella, a vestir, actuar, peinar, reír, fumar, cantar, bailar, ¡Qué ridículas! Porque Leandra siempre fue extravagante por culpa del sistema que a las de su clase les viste, les hace hablar, pintar, caminar, fumar y todas esas pendejadas que hace por quitarse la facha de mujer bonita, mujer de adorno o como sea que la ven ellos, y que hacen retorcer de coraje a ellas, las feas, las hembras. ¡HYAENIDAE!
Pero para Leandra el punto no era quien es la „guapa‟ o la „puta‟- ¿Por qué a mí? Se pregunta una y otra vez al ver a las hienas comerle la carne… No era su culpa, ni tampoco el retorcerse de dolor cada mañana, cada noche, cuando por milésima vez la „pinche vocecita‟ le recordaba lo libre, sola, abandonada que está… siempre recordaba esto al golpearse la cara y sentía como el odio de aquellas mujeres se hacia presente en ella. Paró el llanto y vinieron un par de gotas resbalando por la nariz, que al inhalar alcohol, cesaron. Era tarde, él la esperaba.
PAOLA MALTOZ.
Aunque no vengas.
Eduardo Rivera Zaragoza
Si pudiera parar el tiempo y no dejar que avance, detenerlo justo en el momento en que decidiste que la nada llenara tu ausencia, un lugar tan ancho que ni ella puede con él.
Tiempo es lo que hace falta para recordar el por qué no sigues alumbrando mi cuarto con tu fulgor lleno de vida. No dejé que la nada ocupe tu lugar, gritaré desde tu ausencia y le pediré al tiempo que se apresure para que vos regreses de nuevo.
Andrey González Hernández "Aunque no vengas" 2012
De las tres cruces la más alta debe de ser la del esqueleto que se imponga desde dentro que viaje rígida hasta el divino imperio.
Deidad quemándose en la atmosfera sustrato ardiente - fatalidad redentora de las tres una debe de ser mediana sándalo de lo que vendrá nosotros en medio partiendo la tierra quemando imperios.
Duradera maleza en rojo y acento purpura nuestras doctrinas frías y cálidas se mezclan son perros nocturnos que escupen encausto tras la corriente del monte encarnado esta el ultimo pliegue del ultimátum. Nunca supimos lo que hacíamos la cruz pequeña debe de ser la de la redención. Edmar Espinoza González
El Monte Calvario José María Velasco México
Reino nocturno Me dejo caer hacia el vacío victima de la seducción de sus curvas de su contraste de temperatura de sus poderes concéntricos de sus destellos explosivos. Las primas del sol surgen orgullosas bailando cual orgía en construcción como rezos de purificación como sombras del infierno. En medio de la ciudad cae mi cuerpo ahogándome en sus mares siendo su habitante esclavizando mi alma. ¡Arde querido recuerdo! ¡Arde con mi percepción! Vuélvete un estrella renace en la oscuridad.
La noche estrellada (De sterrennacht) Vincent Van Gogh, 1889
R.Lis
El venado que era mujer
Marcia Ramos Lozoya
Estuve decorando mi cuerpo con la muerte, la insatisfecha me seguía sobre las fauces del mundo, destruyendo los rostro de mujeres, quizás un día alumbraron una noche oscura, hoy solo dejaron un grito continuo, un suspiro fugaz, un olor putrefacto, una canción desesperada.
Como siempre, corrí danzando adentro de escalones de cristal, la mirada ya estaba rota, rechinando en un bosque, palpitando, agonizando en las horas que se marchan, el aliento horrible que deja la despedida de una promesa rota, causó un miedo casi replicante, suplicante, en el nacimiento de los cuernos, donde yo quería tocar el cielo,
renacer en la luna traicionera, saludar la frescura del viento inocente.
El infierno está en mis heridas, no cicatrizan con el perdón de los hombres, ni mucho menos en el olor de la lástima, sin embargo hoy seré un venado que llorara por todos lados, aunque mis pasos estén ciegos, y mi corazón sea un bálsamo para las noches sin estrellas.
Las flechas solo son caricias en un alma agonizante, se sufre sin aflicción, las gotas se escapan de los cuerpos para cubrir esas plantas que pudieron ser bellas, pero que hoy están secas, una máscara es el remedio para los sin nombre.
El venado herido Frida Kahlo 1946
Una justificación, un sentido, una veleta, una brújula, un por qué, un sentimiento, una pintura, una técnica, un noreste, una muerte, una vida, una inmortalidad, una mirada pasiva, exaltada y muy tranquilizadora, nervios destrozados, noches de insomnio, añoranzas que se convirtieron rituales con el paso del tiempo. El sueño penetrando a la realidad El lobo de la realidad mordiendo fuertemente, descarnando al sueño por el cuello O sólo…
”La guardiana del huevo negro” KURANES
La Guardiana del huevo negro Leonor Fini 1955
Edmar Espinoza González
Que la luz no soportó e inquieta, un día, jugando con su esplendor, explotó. Que miles de fragmentos se incrustaron en una piel oscura aquella piel, nunca logró sanar hasta ahora siguen las heridas brillando palpitan, aprendieron a extraer el aliento, la noche es testigo. Así dicen que comenzó el universo. Entonces, nosotros aterrados por su ausencia Platicábamos resguardados por su calor en aquel útero que nos brindaba la tierra, cuevas en donde pintamos y contamos. Después salimos para crear más brillo. Revolución, brotaron las ideas brillantes son ellas, por algo “Ilustración” somos hijos de las luz nuestro impero es el cielo azul la noche en la calle es una herida que reclama nuestra parte inmune.
Continuar creando más y más esplendor es necesario.
El imperio de las luces Rene Magritte Bélgica
“Sensacion de amor” Ma. Teresa Palacios Cervantes En mi Obra “Sensación de Amor” represento todas las sensaciones y sentimientos que representa el amor y la fuerza que da a la vida, significa El Amor interno de un ser, representado con simbologías, la Pasión, la Atracción, la Conexión y cuando ya estas atrapado en ella, los símbolos del hombre y mujer, la flor conectada a la hoja de hiedra que son la mujer y el hombre, el camino bello del amor y el pequeño duende que se burla de los enamorados, reproducido en Oleo con texturas y colores.
www.terepalacios.com
Danzan, danza, danzan los gigantes en espiral despliegan sus formas en plastas de azúcar lengua de trapo que embarra los desechos miel de colores angélicos. Si el apellido Ochoa tuviera una imagen tal ves sería prudente que Kandinsky la detallara en dislocaciones del trazo si la ironía fuese un objeto cenizo y opaco tendría del cuadro la primera perspectiva. Carnavales mudos dientes que chocan gatos entrelazados en los listones del boceto fresco del prado oblicuo santa, santa, es la forma amén el chorreante lienzo. Edmar Espinoza González
Sin titulo Kandinsky Rusia
Instantes de ti Guillermo Cardona Onofre
Iliana So Fragilidad subterránea Acrílico sobre tela 1.00mt x 80cm México, México 2012
I De la imagen de tu alma me podría inventar la historia de tu voz, el tema de mi verso, el brillo de tu mirada… quizás el silencio de media noche se haga presente en mi escritura, en la ausencia de ti que irrumpe en los límites del texto. Es tu rostro a media luz, a medio sueño de mí… te escribo la piel en palabras que desdibujan esta desolación y, mientras, me veo inmerso en el tiempo que me pregunta sobre esta espera en prosas y relecturas de ti. Ahora miro al borde de un instante que eterniza al viento sin ecos de esta vida que callo entre susurros y el pronunciarte entre cada expresión que estremece a mi ser… me pierdo al trazo de un destino que persigo inconsciente de mí, acto inexplicable al buscarte entre líneas que me extravían en los delirios infinitos que comienzan sobre el papel, como es la fiel costumbre de hacerlo y con la intención de ser breve al pintarte sólo una caricia de mi pensamiento…
II Es de la luna la noche que me refleja el brillo en la piel de tus versos… son infinitos los instantes en los que me robas el aire del alma suspiro a suspiro, siempre al pronunciar tu nombre en el silencio de todas mis letras…
III Como escuchando al rezago del viento que hiere los susurros de su alma, comienzo por buscar los dejos de este mi silencio contra el lienzo escrito del verso que acumula mil noches y todos los versos de tu ausencia… y encuentro el nombre de tus letras, acompasando el blanco que se desdibuja entre los pliegues de una prosa que se piensa el total principio de una espera… te releo en los márgenes de mis notas, entre líneas está el aire que me respira la voz con la que te nombro y busco sentirte, con la piel en tus versos, en tu escritura cómplice del alma y en las formas con las que trazas la eternidad misma del instante en el que me pierdes la noche… a pulso de contar el tiempo pinto el vacío incompleto que no se apaga, el espacio que miro entre el café y el insomnio, entre el sueño y la locura… más allá de un verso construido a fuerza de cruzar el delirio que comienza su ruta hacia mí…
IV Las letras que corren su tinta pausada al verso que empapa la noche inquieta de ti… líquida la memoria derrama su luz tras los vidrios marcados a la voz de tu nombre, y se quedan sin instantes las prosas de eco vueltas al susurro de este silencio, me hago un sitio desdibujando delirios de mi consciencia bajo la lluvia de trazos y grafías oscuras que, de disimular el frío de este pulso sin sueño, entablan conversaciones e inventan la piel de tu sombra… me habla tu verso, navego al recuerdo de tu imagen rescrita e inconsciente de ti, entre mi escritura y el blues de una melodía que existe en la misma necedad de tarareártela y, mientras, me invento el tacto de tu boca… me bebe el tiempo del insomnio la sed que me ahoga por sentirte reflejada en el mar del brillo absoluto de una luna y miro tu rostro al espejismo de este azul que me pintas en sueños, el beso de
tu alma con el que me reinvento en la misma espera de ti, siempre a segundos de comenzar el mismo intento por ser breve…
V Ordeno con recelo el caos de mis notas, me pierdo en el silencio de una página que no se descubre al verso que aún no toca su piel… quizás sea al abismo de la noche que discurren libres los instantes inquietos del alma, quizás sea el beso imaginado, la sombra del tacto sin presencia, de la voz que deja sus ecos al margen de la libreta… quizás sea mi imposibilidad de rasgar con tinta en indelebles trazos el roce perfecto, la palabra exacta, el eco a tanta impaciencia por acabar de contarle los sueños que me pintas… comienzo la escritura indefensa de la memoria, tan inexacta y tan vulnerable… aún no he tocado el papel, sigo con las grafías que desdibuja tu nombre entre líneas, la hoja en la espera… entonces, junto los azules brevemente contados y dispersos por una luna que desdibuja a la eternidad y su reflejo en inventarse ese instante en el que cede el insomnio… y busco tus letras, releo tu nombre, me vive tu verso el alma y en un suspiro, te cuento el sueño de ti antes que la hoja te hable de mí…
VI Busco colarme el brillo de la luna, escaparme la madrugada en la tinta de esta espera tan tuya que me pierde en tu poesía, en la memoria tan mía con la que te miro preparando el lienzo de los sueños, un cielo diluyéndome el alma con tu espíritu… enséñame a pintar la noche con la luz de tu sonrisa, a escapar del silencio de tu ausencia, a leerte la voz desde mis letras, a escribir versos completos de ti… vérsame el insomnio que acompaso sin palabras, en ecos que se encuentran indelebles sobre el papel alcanzándome la exactitud y la certeza del instante en el que contemplo los trazos de tu Ser…
VII
En sueños siempre la simetría de tu tiempo, y justo ando el desvelo mismo ahogando sólo los instantes tan ausentes aún tan carentes de ti, de ese pulso tan tuyo que marcó indeleble al lienzo, ese mismo que dejó intranquilos los rincones todos inconscientes de mí, de esa memoria enteramente de papel inscrita en el viento y que suele ahogarse en vuelos y silencios
mientras, la noche desdibujada de luna y de piel curtida de infinitos versa en las notas que, al margen de mí, me devuelven imprecisas todas las líneas y tus formas tan delineadas, tan profundas y necesitadas con las que me diluyes la paz inventándome tactos, besos, rastros esparcidos de tu olor encajados dulcemente en mí carne
y tu voz en claroscuros instantáneos, brillos y matices de mirada ausente, aquellos con los que me entrego a contemplarte en los grises que sólo me orientan
al carmín tan ansiado de tu boca, siempre hasta tocarte suave la voz
es tu rostro el gesto de la espera, el halo de mi desvelo, el verso acompasado que pierde sus letras al nombrarte, despertándome mudo e inmóvil en las mezclas de tus colores que duran eternos bajo mis parpados tan baldíos siempre, ahora llenos de ti
y es a tu agitado respiro que incorporo mi aliento en ti, a la navegación inconsciente buscando naufragarte eterna mientras congelo el impulso que me levanta, que me vuela al cielo de los azules tras la alas que desean colgarse de tu espacio
y sabemos que nos traspasa el beso la carne roja que confunde sus tonos en el calor que desarma a los espíritus…
te hablo de la desesperación por recórrenos
y reconocernos perdidos al encontrarnos inmersos uno en el otro…
me calla tu aroma, y me sabe a dolor, llanto, dueles a mi cuerpo a esa fatiga de buscarte en el desvelo de mil líneas, en las huellas de tu ser que has dejado sobre la noche que me has pintado como la fiel esencia de mi espera, el sueño de ti aún al estar despierto…
◆◆◆
No hay conexión, parece todo tan olvidado. Torpe la Antártida en su desesperación sólida torpe yo en mi introducción al homo torpe la palabra ensimismada y canónica del cosmos, torpe es poner orden en el caos. Antagónico personaje la rima ruina inaudita del canto asfixia entonces el canon ¿Cuáles son las reglas del holocausto? ¿Qué hay de la libertad atrapada? de lo que internamente es correcto ¿Acaso hay un correcto-incorrecto? si termino cuando empiezo ¿Quién se atreve a decirme lo contrario? ¿Cuánto no he dicho ya, dicho hace tiempo? Gemidos de un ancestro son las reglas en el verso: Grande, grande luminoso arquitecto muerto nuestro lápiz tedioso escritura sin puerto. Mejor las deidades del albedrío: Sonora amarilla del prado dictamen del suicido de Azrael sulfuro cadencioso mi estrecho pubis Andrómeda continua, de sabor francés. Edmar Espinoza Gutiérrez.
Sin titulo Gerhard Richter Alemania
Europe after the Rain I Max Ernst Alemania
Penosa necesidad de sentirse a la vanguardia es un contenido viejo los archipiélagos que rodean a occidente muros y metralla metros y métrica montes Urales miras de progreso. Entonces densidades, España con su ostia vendita en el barroco Francia y sus caballos blancuzcos del emperador perdido Italia sale de la nada diciendo que existe un nuevo intento: Renacer Alemania declara la guerra bajo la idea de un súper hombre, el rocío de las grandes civilizaciones está en versos alejandrinos. Desde las Antillas hasta las islas Marías nosotros los que somos tenemos al sur - realismo mágico bajo nuestros ojos hemos visto el levantamiento de un titán alterando el orden establecido dictando cánones reclamando enrojecido nuestros cadáveres. Pero es que, aquí es distinto pues somos la estirpe de la mitología hemos aprendido a vivir en una extraña punta cronistas antes que cuentistas ya que nuestra realidad es fantástica.
Cada comienzo trae consigo un irremediable final Cada destello de luz deja a su paso eventualmente, una inmutable obscuridad Pero también cada despedida trae consigo… Una nueva promesa… Me voy, y me llevo, lo que solo TÚ en todo el mundo me puede dar Me voy y te dejo lo que solo TÚ en todo el mundo puede tomar de mí. KURANES
“La Despedida” Remedios varo 1958
En el estudio: Mientras Pablo no me vea Carmen Chami Óleo sobre tela 50 x 150 cm, 2012 Colección particular.
1 Mi pensamiento es una espina prisionera al talle de mi propio cuerpo un prisma pentagonal y punzante que evidencia los cinco rostros que formo.
Una sensación caliente me tiñe la piel. Miro todos los colores disolverse y enfrentarme a mi multitud en la ficción de estar sobre una pared.
Un despliegue de la evanescencia del hombre se trasluce en la tela que cuelga de mis manos: Abrir las cortinas es la mejor metáfora de uno mismo, como partícula revelatoria de la muerte, aprendí a levantar las notas hechas pedazos después del pentagrama haberse caído y engarzar la melodía de una nueva danza sin destino.
Estoy consciente de la multitud que soy cuando adentro late un pentajuego de espejos gritando tan alto que aunque trate de apaciguar
con el shhhhhhhhh de una cruz en la boca siempre se tornan relámpago.
2 ¿Quién soy yo?, me digo, cuando tiendo el brazo o la mano, señalando una ventana de cemento en el cemento.
¿Quién soy yo?, me digo, Si me estiro para alcanzar la cortina y dejar que el aire entre se convierta en mis ojos y todo sea el axis de la transparencia de mi muerte.
¿Quién soy yo, cuando estoy sola y no puedo contarme en el juego de espejos reflejo interno de un prisma pentagonal, que me encierra, cuando se cierra en sí mismo con celo?
¿Quién soy yo?, caminando por el pasillo de la noche sintiendo las cicatrices frías, la reja de mi propia cárcel traducida en tegumento.
¿Quién soy yo, cuando no miro? No miro el calendario y se me olvida el tiempo. No miro la rosa y se me olvida la espina. No miro la relación de mi ceguera con la búsqueda en la negrura de lo infinito. 3 El ritmo se acelera de primera a 180 y desde el palco de mis emociones determino: La velocidad es un adverbio que no termina en mente aunque la cabeza sea su nido. Pero los colores dentro de mí son fuerza ininteligible ¿cómo se nombra lo que me pasa? ¿tendremos los sonidos? ¿nos inventamos los conceptos? cómo inventamos los sonidos para atraer a las canciones nacidas de un solo golpe en la concepción de la anemografía cuando todas nuestras posesiones eran los sueños que tuvimos de niños y los guardábamos en botones de cuatro orificios como puntos cardinales que siempre tan estrictos como brújula comparten el mismo norte.
4 Soy: El humo que constelan los cuatro puntos cardinales, el linde marino donde monstruos lumínicos escalan hacia el centro de la tierra. Soy la cocción del centro de la tierra. Ese ejecutar calor hasta expandirse, hasta liquidizarse magmatizarse hasta enroquecerse como el camino porque tengo una propulsión histérica en el vientre llaga que grita, mancha satánica, un listón que se estira para el urdimbre de un suelo en deslave pulido por la pulpa fueguífera que torbellino me aferro a que me lleve, ¿a dónde? ¡cualquier parte! ¡quiero vomitar todas las voces que se aprovechan de mis sienes como revólver! Ruleta rusa con balas palabras balas pintura ¿es esto lo que me nutre?
5 Puedo vislumbrar en mis párpados negros una acústica color sin tinte de ascua iluminación volando crepitante. Bruja en el desierto que camina con los tentáculos de mis pasiones. Bruja que nos convence de contratar unas putas porque ya no queremos enamorarnos porque ya no conocemos el amor, se nos cayó de los bolsillos no teníamos parches de cometas o diamantes y dejamos de ver el brillo que nace de nuestras fosforescencias linguales, paladares, vocales, vulvares, testiculares, fosforescencias que se expanden sin abotonarse a la brújula de cuatro nortes como virus en la sangre nublando la carretera con el reflejo lunar del torrente nacido en octubre, que no se quema y ni se hace blanquecino totalmente como el semen referido en el copioso venirse de las estrellas cuando verso tras verso seduzco sus mandalas de pétalos infinitos y me cogen: quieren que de mi nazca un nuevo cosmos
que sea capullo, pluma y garganta policorde.
Dentro de mi prisma se da ritmo a la luz: una mecha de lana se enciende de la mecha crece una raíz de humo que tiende la línea en espiral carrizo del tiempo.
Nado en el plasma traslúcido de un nombre, que dijeron era mío. Antes de conocer todas las voces, cuando el parpadeo de una galaxia sopló la magnolia que permitió a mis pupilas, por profundas infinitas, un segundo de distracción en este cuerpo que poseo, donde dicen, existen las manos y los ojos las piernas y el vientre, dos senos, existen porque se pega la materia, dicen, pero ¿quién soy yo? Cuando de mí nacen todos los nombres y me llamo Virgen por guardar la consecución de puntos generadores de geometrías. No quiero más reglamentos; quiero ser empaque de fantasmas sin casa.
Soy bestia imantando nuestros corazones al vacío. ¡Vengan, Cachorras mías! ¡Vámonos de viaje! Estoy preñada con sus significaciones No importa que su signo tenga margen.
Esto que nombran realidad, planeta o mundo lo adopto y nutro con mi ombligo que ha aprendido del olfato a respirar el miasma de la sangre después de apuñalarnos los prejuicios.
Seamos desorganizadas como el bosque púbico de una puta púber que rentamos para no enamorarnos Para no enamorarnos Para no enamorarnos Para no enamorarnos porque no sabemos ver con los ojos caracoles que nos han crecido malinalli en los omóplatos en los poros después de ser portal para traer a los desesperados ignorados en la forma aventados a su suerte como cada una de nosotras cuando olvidamos las navajas que somos.
Joana Medellín
Huesos dislocados han dejado tus manos por mi cuerpo tu albedrío inocente me amenaza mi margen de error es tu palabra, en tu sangre esta el caudal que destruye. ¿Qué es lo que necesita tu parte humana? ¿más y más difuntos móviles? tus gestos ocupan todo el aire, tu sonrisa arde a través del espacio mujer, no sirve de nada que seas nahual pues sé lo que eres. Rajmáninov con instrumentos de lija licor que no mata pero si aniquila suciedad de la hendidura yaga en la punta de la lanza mi ángel con escamas esta vez sólo reconozco que tú eres como la vida.
Sin titulo Selene HePé México
La dama sueña con un mundo donde la comunicación sea a través de la Música. En el que no precisemos de palabras o de significados iconográficos ni de explicaciones o teorías de todo, un mundo donde un Do sostenido haga las veces de un abrazo efusivo y un La bemol sea el sinónimo perfecto de una despedida.
También un mundo en el que ya no importe cuanta materia has acumulado en tu habitación o en tu ropero. Un mundo donde ningún título impreso en papel te diga lo que vales o lo que sabes. Un mundo en el que solo haga falta sentir sin tener que interpretar nada.
Un mundo como el que dice ese inmortal poeta: “En el que no haya justicia ni leyes ni nada, no mas el amor”… KURANES
El susurro de la musa Julia Margaret Cameron 1865
Menciones: Textos Paola Maltoz Eduardo Rivera Zaragoza Marcia Ramos Lozoya Ma. Teresa Palacios Cervantes Guillermo Cardona Onofre Joana Medellín
Pinturas/ Fotografías Andrey González Hernández José Maria Velasco Vincent Van Gogh Frida Kahlo Leonor Fini Rene Magritte Kandinsky Iliana So Gerhard Richter Max Ernst Remedios varo Carmen Chami Selene HePé Julia Margaret Cameron
Letras de Reserva 2012