LA CARTA A GARCÍA “La excelencia no es un acto;
La excelencia es un hábito” Aristóteles
“Nadie puede cambiar a nadie”, reza cierto axioma de la vida cotidiana, lo máximo que una persona puede hacer al respecto es invitar al cambio del otro con su propio cambio. El cambio surge de las iniciativas personales, que al recoger el sentir del otro, lo influyen y lo conducen a lograr el mejoramiento personal y colectivo.