5x2 poemas

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5x2. 10 poemas en comĂşn por Miguel Rico y Quino Romero


5x2. 10 poemas en común por Miguel Rico y Quino Romero

libreconfiguracion.org Edita: Libre Configuración y Proyecto Genoma Poético Diseño y maquetación: Quino Romero Ruiz www.genomapoetico.com


Dedicado para los que estรกn desintonizados.

Esta plaquette recoge diez poemas escritos conjuntamente por Miguel Rico y Quino Romero durante el mes de marzo de 2015. La forma de trabajo, la de siempre, a partir de unas ideas o frases por ambas partes, se intercambian y en dos viajes de ida y vuelta coge forma cada poema. Sin mรกs intenciรณn que el pasatiempo y el entretenimiento no tiene una temรกtica clara aunque si un cierto estilo indefinido. Esperamos no sea de su desagrado.



Despavorido Junto con la ropa sucia metes a las hienas en el tambor y esperas con ánimo vago que nazca con firmeza tu repetida interpretación. No hay diálogo, no hay nudos ni núcleo… Solo ciclos de lavado, centrifugado y secado. Estás en la maleza, herido, … en la intemperie.



Resonancia Un an谩lisis minucioso de la zona en cuesti贸n no distingue nada irregular o sospechoso. Solo mordiscos, restos de comida, sudor, palabras, un rayo de sol, cenizas y polvo. En fin, vida en plena influencia. Unas tardes aburridas en la plaza de las ventas y el deseo electrizante de la inercia del coraz贸n.



Cuanto más besas más es-peras Nadie te está juzgando y lo sabes. Lo estás dejando todo al bingo de las excepciones. Un día estás al este, ¡tan campante! y otros días bajo el sol del sur. Deses-peras, adoleces, un día carmesí, otro azabache hundes tu cabeza en la cisterna del uvecé… Y mientras vas dejando todas esas lentejas que ayer nacieron tiernamente olvidadas en un lejano rincón, el agua no corre.



De bella a feliz Luces de ayer te nombran de la A a la Z, graciosas y graves, voces de otra época te afirman: Qué remota y grácil, tu mirada sonriente baila en mis pozos mientras las alegrías que canta la lluvia tras el cristal, en noviembre, del lento viajar de un bus, no te quitan una pizca de verdad. Hay que ver lo bien que conversas a día de hoy, Ya quisiera para ella, la onza de oro llegar con tanto lustre. Aunque nadie crea tu edad.



La femme Más que esto que ahora te digo, amor, no te puedo decir. Te puedo decir, amor, en la mañana: - Luego hablamos por teléfono. Te puedo decir, amor, en la tarde. - Salgo en un rato, compro algo? Te puedo decir, amor, en la noche. - Se me agotó la alegría. Amor, amor, amor… Me quedaré siempre en el mismo sitio y a la misma hora, por si acaso, pero más que esto que ahora te digo, amor, no te puedo decir.



En el amanecer Amar las cuerdas que te atan a los ralos presagios de la princesa. Al inicio el rey de lloros pesa lo mismo que su bufón. Sus candentes andanzas de juventud fueron muy similares, algo más tigres e impúdicas las del mono arcaico encetrado. Al cerrar la obra se desvanece casi todo, menos alguna pendiente en el aire toda cosa coge su olor y matiz específico e inesperado. Aquí sal y después norias.



Devuélvelo Aquello que no quieres, devuélvelo… Mírale los puentes, las flores, las uñas, deja en la casilla de salida el saludo no correspondido, esa deuda que nunca te pagaron, el pollo rostizado que tan mal te sentó y los disgustos, y las facturas, y los calcetines. Y así con todo, ni lo pienses. No estamos ya para tantas tonterías y luego siempre es igual. Devuélvelo, cámbialo, vomítalo, y luego quédate con todo lo demás.



Éramos dos en la noche Y tres en el día, no me preguntes por qué, pero así es, tu y yo y las sumas de los dos. Del resto se encargan el alcohol y los besos. Con los versos la oscuridad se disipa en un haz de luces múltiples. Éramos dos en la noche, Ahora, marabunta, dispersa, violenta y sin adiós.



Tranquilidad No te quemes, eres pescado y el pescador es legal. Pasea sin buscar el sol o la sombra. El frío te va a comprar hasta la última gota de tu rubor. El esperpento siembra ocasiones en cada uno de tus poemas. Alégrate por mí al menos y por todos mis circunspectos. La paz se llama colmo y no hay presa que la contenga. Los pájaros vigilan el cauce.



Triple AAA Dios, pululan los tanques a las puertas de los días. Supongo que nada tienes que ver; tu solo pasabas por allí, pero aún así no puedo dejar de imaginar las prisas de mañana, del cieno de hoy cubierto de caricias tuyas, en las heridas superficiales de la razón. Si en un supuesto de esos dios existiese supurarías vida hasta el tuétano o te la soplaría? Pus, pus, pus…



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