Descubre tus dones espirituales

Co n ten id o

Generalidades 9 Introducción 11 Las ventanas hacia tus dones 15 Evaluación de los dones espirituales

Evaluación experiencial

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Evaluación de las características personales

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Evaluación de las convicciones

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Evaluación de las observaciones de los demás 59

Resumen de tus dones espirituales

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Evaluación ministerial

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Descripciones y aportes de los dones espirituales

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Apéndice: F ormularios para la evaluación de las observaciones de los demás 75

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Genera li d ades

Las evaluaciones de los dones espirituales que hay en este libro te ayudarán a entender mejor el rol ministerial que Dios creó para ti. Eres ministro, por eso tienes un ministerio. Y uno de los indicadores importantes del mismo son tus dones espirituales.

El apóstol Pablo nos dice que no podemos ignorar ni desconocer los dones espirituales. Por cierto, lo que afirma es que cada creyente debería saber cuáles son sus dones espirituales. Pero dice más también. Cada creyente necesita conocer qué son los dones espirituales, todos ellos, y de qué modo quiere Dios que operes en el cuerpo de Cristo.

Estas evaluaciones te ayudarán a identificar cuáles son tus dones espirituales y a entender cómo emplearlos.

Estúdialas y difúndelas en el contexto de tu grupo, clase o equipo ministerial. Aprende acerca de los dones espirituales para que puedas afirmar a otras personas en cuanto al modo en que el Espíritu Santo está distribuyendo su gracia y ministrando a través de ellos.

El propósito de identificar tus dones espirituales es que puedas aprender específicamente cómo puedes aportar cuando sirves en diversos equipos de ministerio. Dios espera que uses tus dones de modo que se complementen con los dones y aportes de otras personas.

Este libro también incluye una evaluación adicional para los que ya están sirviendo en un área ministerial.

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Generalidades

Esta evaluación ministerial valora tu eficiencia en el ministerio y te ayuda a identificar hasta qué punto llegarás a dar fruto y vivir en plenitud.

Incluimos una descripción básica de cada uno de los dones espirituales y de lo que aportan cada uno de ellos, para ayudarte a comenzar (pp. 71-74).

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I n trod u cc ió n

En todas las iglesias, sean grandes o pequeñas, urbanas o rurales, nuevas o viejas, ubicadas en la costa o en el interior del país, he oído expresiones de frustración común por parte de los pastores y líderes laicos: «¿Por qué son tan pocos los que sirven en la iglesia? ¿Cómo podemos lograr que más personas participen? ¿Cómo podemos motivar a nuestros voluntarios?».

Muchísimas veces los voluntarios dan respuestas negativas a la solicitud de colaboración. «Ya he dado de mi tiempo», dicen. «Ahora le toca a alguien más». Ven el servicio como un requerimiento que tienen que tolerar o como un deber que hay que soportar. Pero solo durante un tiempo.

Pienso que hay una buena razón para que eso suceda.

Al tratar de llenar todos los puestos de sus ministerios, los líderes de las iglesias encasillan y etiquetan en los mismos, a cualquiera que esté dispuesto. Luego se preguntan por qué les cuesta tanto motivar a los voluntarios, inyectarles entusiasmo, lograr que estén allí.

Las Escrituras nos enseñan que Dios nos ha dado dones espirituales a todos los cristianos, como capacidades con especial poder que nos ayudan a realizar la tarea del ministerio con entusiasmo y eficacia.

Los dones espirituales son habilidades especiales que distribuye el Espíritu Santo a todo creyente, para el bien común del cuerpo de Cristo.

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Introducción

Se pueden descubrir los dones espirituales, y usarlos con mayor eficiencia en la vida, si uno pone en práctica tres principios fundamentales: las Escrituras, el servicio y la mayordomía.

Las Escrituras son el fundamento de lo que es la iglesia, de cómo opera, de lo que somos y de qué posición tenemos allí. La visión cultural y tradicional de cómo ha de operar la iglesia muchas veces apaga la vitalidad y eficacia del pueblo de Dios. La Palabra de Dios libera a los cristianos para servir con fidelidad, dando fruto en abundancia.

El servicio tiene que ver con nuestro corazón dirigido hacia Dios y nuestra actitud con el ministerio. Eso determina la pureza y sinceridad de nuestro servicio. Es esencial la auténtica devoción al servicio a Dios, a honrarle y adorarle, para que el ministerio sea eficaz. Porque de nada sirve que usemos nuestros dones espirituales sin amor (1 Corintios 13:1-3).

La mayordomía es el llamado a rendir cuentas. Si identificamos nuestros dones espirituales y los entendemos mejor en general, nuestra mayordomía será responsable. Tenemos que conocer nuestros dones espirituales (1 Corintios 12:1) porque nos pedirán cuentas de cómo los usamos (1 Pedro 4:10; Mateo 25:14-30).

Cuando uno actúa según sus dones, servirá siendo competente. Es así como podemos llevar el poder y la presencia de Dios a los demás, con amor y gracia. Es a través de nuestros dones espirituales que demostramos la realidad de que somos el cuerpo de Cristo.

También tú has recibido de Dios un estilo personal y una pasión por el ministerio. Tu estilo es lo que te da energías, lo que te organiza para que sirvas con autenticidad, de manera genuina. Tu pasión mantiene tu motivación y 12

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Introducción

tu entusiasmo. Tus dones, estilo y pasión son lo que conforman tu «perfil de siervo», puedes aprender más sobre todo eso en el libro What you do best in the Body of Christ [Lo que mejor haces en el cuerpo de Cristo] (para estudio individual y en grupos reducidos) y por medio de Network (para iglesias, seminarios, retiros).

Tú eres la iglesia —el cuerpo de Cristo— y tu presencia en la congregación te distingue. Cuando empiezas a servir con fidelidad, de acuerdo a la específica voluntad de Dios para tu vida, experimentas plenitud personal y das fruto. Junto con otros siervos fieles, darás forma a una iglesia que irradia la vida y el poder del Cristo resucitado.

En una iglesia así se cumplen los propósitos de Dios. Se oye la Palabra. Se perdona. Se ofrece adoración. Se sirve.

Se satisfacen necesidades. La paz está presente. Se otorga la gracia. Y se encuentra a los perdidos.

Bruce Bugbee Bruce Bugbee y Asociados Network Ministries International www.brucebugbee.com 800-588-8833

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L a s ven t a na s hac ia tu s d o nes

La única forma de saber definitivamente cuáles son tus dones espirituales es a través de la afirmación reiterada de los demás integrantes del cuerpo de Cristo. No hay pruebas ni encuestas que puedan afirmar tus dones tan eficazmente como los comentarios que hagan los de la iglesia en la que sirves.

Sin embargo, las evaluaciones que te ofrece este libro pueden ayudarte a identificar los dones espirituales que pudieras tener.

Las cuatro evaluaciones que hallarás a continuación se diseñaron para que puedas hacer precisamente eso.

Actúan como ventanas para tus dones potenciales al brindarte conceptos referidos a tu ministerio, experiencias vitales, características particulares, convicciones individuales, además de las observaciones que hagan los demás.

Experiencias

Características

Convicciones

Observaciones

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Descubre tus dones espirituales

Evaluación experiencial. Puede haber cierta correlación entre las experiencias en el ministerio o en la vida y los dones espirituales. Esta evaluación explora las experiencias personales que podrían indicar cuáles son los dones espirituales que es probable que tengas y en qué rango de posibilidades cabría cada uno. Si no trabajaste antes en un ministerio, podrás identificar cuáles de tus conductas se aproximan más a las de quienes tienen determinados dones. Cuando empieces a fungir en el ministerio, lo más conveniente será que empieces por esas áreas.

Evaluación de las características personales. Puede haber una correlación entre tus dones espirituales y ciertas características específicas de tu carácter. Esta evaluación intenta sugerir posibles dones puesto que trata de identificar cuáles son las características que definen con mayor precisión tus actitudes, sentimientos y acciones más usuales.

Evaluación de las convicciones. Suele haber una relación entre nuestros dones y nuestras convicciones. Estas a menudo surgen a partir de personas o hechos que Dios utiliza para orientarnos y darnos rumbo, como por ejemplo los modelos de roles, las promesas o votos que hacemos ante él, las cosas que captan nuestra atención y nuestra percepción del llamamiento o vocación. Esta evaluación examina tus deseos y convicciones en cuanto al ministerio, de modo que puedas entender un poco más cuáles son tus dones.

Evaluación de las observaciones de los demás. Tal vez ni siquiera sepas qué es lo que los demás aprecian de ti.

Esta evaluación les da a los que te conocen bien una oportunidad de efectuar observaciones acerca de ti y 16

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L a s ve n t a n a s h a c i a t u s d o n e s

afirmar cuáles son las áreas en las que posiblemente tengas dones.

La precisión y validez de cada una de estas evaluaciones podrán variar de acuerdo a diversos factores: • Tu edad • Tu antigüedad como cristiano • Tu tradición o historia en la iglesia • Tus experiencias • Tu sinceridad Encontrarás que algunas de estas evaluaciones te resultarán más fáciles de completar que otras. Responde a cada una según lo que seas en realidad, no de acuerdo a lo que te gustaría ser. Usa adjetivos para tus descripciones.

Valora este camino que estás recorriendo y sé paciente con tu progreso. Esfuérzate, siempre con reflexión y en oración. ¡Y disfruta!

(Nota: Hallarás instrucciones y una hoja de respuestas para guiarte en cada sección).

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