Predicando con relevancia

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Capitulo

Gratis de Muestra


Contenido Prólogo

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Agradecimientos

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Introducción

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1. Tome la perspectiva desde el banco

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2. Desarrolle una buena argumentación

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3. Despierte el interés por la Palabra de Dios

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4. Utilice un lenguaje de aplicación

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5. Prepare un paquete global

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6. Reúna personas, propósito y propuesta

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7. Ajuste las preguntas

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8. Explique y muestre

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9. Ilustre en funci贸n del prop贸sito

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10. 隆Sea claro!

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Ep铆logo

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Notas

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Prólogo Mi tía Ginny era una de las grandes cocineras del siglo xx. No lo decía sólo yo. Todos los miembros de nuestra gran familia opinaban lo mismo. El Día de acción de gracias o por Navidad todos nos reuníamos en casa de la tía Ginny para disfrutar de una comida de talla mundial; se puede afirmar que era el mejor banquete servido en la ciudad de Nueva York aquel día. El pavo, el relleno, las patatas, y la salsa eran estupendos, pero el momento culminante de la comida era cuando la tía Ginny servía sus postres. Si existe un ideal platónico del pastel de picadillo de fruta o de calabaza, el de la tía Ginny se le parecía tanto como el de cualquier chef de la tierra. No pueden imaginarse mi sorpresa cuando descubrí que mi tía Ginny utilizaba libros de cocina. De hecho, confesó que había sacado su receta de masa quebrada de Betty Crocker. Y, lo que es más, no parecía que se arrepintiese. Yo pensaba que ninguna cocinera de talla mundial jamás tomaría consejos de nadie. ¿Por qué iba a aplicar una fórmula confeccionada por la Sra. Crocker si podía seguir su propio instinto para hacer postres? Pero la tía Ginny era un persona modesta. Era consciente del hecho que no sabía todo lo que hay que saber sobre la cocina, y sabía que otras personas devotas de la cocina y el horno la podían ayudar en la excelencia. Los pastores pueden aprender mucho de mi tía Ginny. Por mucho tiempo que hayamos estado confeccionando sermones, nadie ha 11


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alcanzado la perfección. (Después de pronunciar algunos sermones que cayeron como patos heridos antes de llegar a la primera fila de personas sentadas en la iglesia, siempre me he preguntado si sé algo sobre la predicación.) Cada uno de nosotros todavía puede aprender de otros. Los predicadores o los profesores deberían leer por lo menos un libro sobre la predicación cada año. Si me permiten una frase comercial, tenemos que pensar en la predicación como si fuera la primera vez. Si usted es nuevo en este llamamiento, existen otros textos más adecuados para ayudarle en la predicación. Pero si lleva tiempo haciéndolo, Predicando con relevancia podría ser su lectura de este año sobre este tema. Este libro es práctico, fácil de usar y de entender. Además, hace lo que promete: le proporciona estrategias para preparar y comunicar sermones bíblicos relevantes. Combina los ingredientes de la receta en las proporciones adecuadas. Yo se lo recomiendo, como también lo haría mi tía Ginny. —Haddon W. Robinson


Agradecimientos Como la mayoría de libros, este es el trabajo de varias personas. Agradezco de forma especial al Dr. Mark Bailey, rector y vicepresidente de los asuntos académicos del Seminario Teológico de Dallas, por adecuar mi horario administrativo para que pudiera escribir. Fue amable y me animó en este proyecto. Los alumnos en cursos de master y de doctorado del ministerio, que me han proporcionado información mientras les enseñaba estas estrategias, merecen agradecimiento. Su aportación introdujo perfeccionamiento. Los compañeros de la facultad, especialmente Timothy Warren y John Reed, han aportado varias y valiosas percepciones nuevas. Charles J. Stewart dirigió mis estudios de doctorado en la Universidad de Purdue. Me permitió explorar el tema de la relevancia de la comunicación en la predicación expositiva y “refinó” (por no decir algo más contundente) mis ideas. A mi maravillosa esposa Denise le dedico más halagos de los que caben en estas breves páginas. Me cuidó cuando sufrí un tumor en el cerebro, me animó a escribir, y, con un esfuerzo cuadruplicado, dirigió nuestro hogar para liberarme de ocupaciones. A mis hijos, Katie y David, les doy las gracias de forma especial por dejarme disponer de ese tiempo en el estudio. Debió resultarles muy difícil entender que “Ahora papá está trabajando”. De forma más general, estoy agradecido a Aubrey Malphurs y John 13


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Reed, que han sido mis mentores y me animaron a escribir. También Haddon Robinson ha sido una fuente constante de estímulo. Le agradezco su deseo de escribir el prólogo. Varias personas que evaluaron los primeros borradores del manuscrito perfeccionaron el producto: Gary Choong, Mike Ford, Scott Gibson, Sandi Glahn, y Timothy Warren aportaron nuevas y valiosas percepciones. Estoy muy agradecido a mis asistentes administrativas, Stephanie Folsom y Kristi Wilson, por su trabajo cuidadoso y atenta corrección y por no haberse reído demasiado de mis errores tipográficos.

y El material usado en las secciones siguientes con derechos de autor de Timothy S. Warren ha sido utilizado con autorización: Plan de análisis del público, páginas 24-28 Tablas de categorías, páginas 32-33 Tabla de diferencias entre las propuestas exegética, teológica y homilética, página 65 Tabla de preguntas de desarrollo, página 82


Introducción

LECTURA INDISPENSABLE

Como la pizza, los mensajes expositivos a menudo se presentan en dos opciones claramente distintas: gruesa, o fina y crujiente. O bien, la masa es tan gruesa que no sabemos lo que estamos comiendo, o los ingredientes son tan escasos que al cabo de una hora nos preguntamos para qué pedimos la pizza. Los sermones de masa gruesa llenan mucho, incluso pueden llegar a empachar y requieren una buena masticación. En cambio, los sermones finos y crujientes se digieren sin esfuerzo, pero nos dejan con el ansia de más sustancia. Los sermones de masa gruesa están llenos de sustancia (al fin y al cabo, lo que importa es el contenido), mientras que los sermones finos y crujientes parecen muy apetitosos, pero proporcionan poca satisfacción. ¿Es posible presentar un sermón que sea apetitoso y que llene a la vez? ¡La respuesta es sí! La predicación bíblica relevante no solo tiene un sabor exquisito, sino que también satisface los deseos nutritivos del alma. No obstante, como una buena receta, la predicación bíblica relevante tiene que mezclar bien los ingredientes adecuados en las proporciones y la secuencia correctas. Este libro no es el primero que trata el tema de la relevancia. En sus excelentes libros, Calvin Miller y Robert G. Duffett defienden el tema de la predicación relevante.1 Mucho antes, Richard Halverson ya trataba la relevancia de la fe cristiana en el siglo xx.2 Más recientemente, Mark 15


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Galli y Brian Larson usan un enfoque periodístico para hablar sobre los factores relacionados con la relevancia en la predicación.3 El libro Culture Shift [Cambio cultural] de David Henderson proporciona una evaluación excelente de los elementos culturales que ejercen una importante influencia en la predicación.4 No obstante, ninguna de estas obras expone las estrategias para conseguir la relevancia en la comunicación. Es más, no tratan de forma específica la predicación expositiva. En cambio, Predicando con relevancia desarrolla diez estrategias para la predicación expositiva, que se basan firmemente en el texto bíblico, a la vez que demuestran la relevancia de las Escrituras para la vida diaria. Estas estrategias son el fruto de mi investigación de doctorado y de enseñar homilética en cursos de master y de doctorado. En el centro de la predicación expositiva se encuentran dos preguntas para el predicador: (1) ¿Qué significa el texto bíblico? (2) ¿Cómo comunico yo la relevancia del significado del texto bíblico a las personas que me están escuchando? Predicando con relevancia presupone que el predicador ha respondido la primera pregunta y luego presenta diez estrategias para responder la segunda. Estas estrategias no sustituyen una profunda exégesis y una teología competente en la predicación expositiva, y por lo tanto son inútiles sin un substancial contenido bíblico que se va a comunicar en el sermón. Asimismo, ninguna estrategia, ni ninguna exégesis ni teología pueden sustituir la relación personal del predicador con Dios. Predicar desde una vida espiritual vacía es tan valioso como tocar el claxon del coche cuando estamos parados en la autopista debido a un accidente. Estoy plenamente de acuerdo con la observación de Calvin Miller que todo predicador necesita tener una “señal isaiánica”. Miller presenta una tesis contundente: “Lo que se dice tiene que comunicar claramente que somos cristianos que hablamos por Cristo. En todo el desarrollo del discurso no tiene que haber una sola frase ni palabra que haga dudar a los que escuchan de la fuerza de nuestra vida interior en Cristo”.5 Aunque este libro ayudará al predicador a conseguir relevancia en la comunicación, estas estrategias son ayudas para los predicadores que comunican la Palabra de Dios con pocas reservas. La iglesia evangélica parece que se queda larga con la técnica y corta con la piedad. No deseo añadir énfasis en la técnica.


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Terminología Mi antiguo profesor de inglés decía: “Definan siempre su terminología”. En este libro, relevancia en la comunicación se refiere al “vínculo comunicativo entre el contenido bíblico del mensaje y las vidas de las personas que escuchan para demostrar la pertinencia o aplicabilidad de la verdad bíblica”.6 Reservo el término aplicación para las creencias, las actitudes, los valores y las conductas concretas exigidas por el sermón. No obstante, la relevancia, debe llevar a la aplicación. Así, la relevancia es un término más amplio, semánticamente más cercano a significado, relación, o pertinencia. La relevancia incluye más cosas que la aplicación. La validez constituye un objetivo indispensable de la relevancia en la comunicación. En la aplicación, el oyente pregunta “¿Y qué?” o “¿Qué diferencia hay?”; en la validez, el oyente pregunta “¿Es cierto?” o “¿Lo acepto de veras?” Así, pues, la relevancia en la comunicación incluye ambas cosas, la aplicación y la validez.

Un poco de perspectiva Durante mucho tiempo, como predicador y también como homilético, me resistía a estudiar la relevancia. Con una sola mirada superficial, rechazaba este enfoque porque parecía demasiado pragmático y humanístico para mi paradigma de predicación teocéntrica. Tenía mis dudas porque temía que concentrarme en la relevancia nos llevaría a lo que creo que se hace pasar por predicación bíblica adecuada. Oímos sermones que no son nada más que psicología popular (“Diez consejos a tiempo para domar a su adolescente”) o una receta de supervivencia semanal del domingo (“Cómo mantenerse firme en un mundo endeble”). Pueden ser títulos interesantes y adecuados, pero se podría resumir la sustancia de verdad que se halla en algunos de estos sermones en una tarjeta de siete por doce centímetros y todavía quedaría espacio en blanco. Me resistía a tomar el camino de la “relevancia” porque me centraba en la parte equivocada del proceso de comunicación. Preguntaba: “¿Cómo puede ser relevante el predicador?” siendo este un enfoque en el emisor del mensaje. También preguntaba: “¿Cómo puede ser relevante el sermón?” que se centra en el canal. Además, preguntaba: “¿Cómo puede ser relevante la Biblia?” que se centra en el mensaje. Pero la relevancia es una palabra condicional. Así tenemos que preguntar: “¿Relevante


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para quién?” centrándonos en el receptor.7 Al principio, temía que este enfoque en el receptor pudiera diluir el contenido bíblico y teológico, y que el sermón se convirtiera simplemente en efectuar una venta una vez “identificado el cliente”. Por esto enfatizo el hecho que tenemos que adoptar la perspectiva de comunicación sin rechazar la perspectiva teológica (siendo esta última la perspectiva de que la predicación busca en definitiva la gloria de Dios a través de la sumisión de los corazones humanos de buen grado).8 Nuestra perspectiva de la comunicación, pues, sirve de medio para comunicar la perspectiva teológica. No hacemos relevante la Palabra de Dios, porque ya es relevante. Sin duda, los que afirmamos que las Escrituras han sido inspiradas creemos que Dios inició la revelación de Él mismo y también creemos que la Palabra de Dios es relevante. La declaración de la Biblia sobre su relevancia nos aclara las ideas: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Ti. 3:16-17). Aunque estos versículos no sugieren que toda la Biblia sea igualmente relevante o igualmente relevante en un mismo momento, sí que afirman que la Biblia es relevante. No tenemos que hacer que la Biblia sea relevante. Más bien tenemos que comunicar, es decir, intentar demostrar que la Palabra de Dios es relevante. Así, creo que la búsqueda de la relevancia en la predicación es básicamente la relevancia en la comunicación.

Un fundamento sólido Puesto que ya disponemos de manuales básicos sobre predicación expositiva, no repetiré las bases de la predicación expositiva, sino que tomaré por descontado el propósito y el proceso de desarrollo del sermón para la predicación. Con ello quiero decir el propósito y el proceso que quiere edificar a los creyentes a través de la cuidadosa “re-presentación” del texto o los textos de las Escrituras tal como lo pretendía el A/autor9 para los lectores originales, con una aplicación para un predicador específico y un público específico.10 Valoro positivamente la aportación de mi colega, John W. Reed, sobre el tema de la relevancia en la predicación expositiva. El Dr. Reed, después de escuchar a Bill Hybels hablar sobre


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su filosofía de la predicación en un congreso de pastores en 1989, hizo el siguiente resumen: Bill Hybels confiesa que su problema en la iglesia al inicio de su ministerio era la falta de relevancia de su ministerio. Edificó su ministerio sobre la predicación relevante de tópicos. Es posible que hubiera tenido el mismo éxito si hubiera incluido en sus predicaciones sermones expositivos relevantes. La clave no es la predicación tópica, sino la relevancia. Muchas personas han rechazado la predicación expositiva porque los predicadores a los que han escuchado no han recibido una buena formación sobre este tema.11 Tengo el privilegio de relacionarme con unos diez pastores por semana. Me dicen constantemente: “Parece ser que los oyentes simplemente no quieren escuchar predicaciones buenas y basadas en los fundamentos bíblicos. En cambio desean precisamente las cosas que solo la Biblia les puede dar”. O dicen: “Si mis mensajes tienen más sustancia poderosa que puede cambiar vidas, ¿por qué se van las personas a esa iglesia que solo predica de forma superficial?” La conocida advertencia de Pablo a Timoteo se va repitiendo en mi mente: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias” (2 Ti. 4:3). No soy profeta, por tanto no voy a discutir si el día ha llegado, pero parece que nos estamos acercando peligrosamente a este día. Este libro no trata el tema de predicar a personas que tengan “comezón de oír”. Habla de la predicación con verdad bíblica sólida de manera que los oyentes puedan discernir su relevancia para sus vidas en su propósito de caminar con Dios. Estoy convencido de que no tenemos que sacrificar el contenido bíblico para hablar con nuestra cultura o diversas culturas contemporáneas, a pesar de varias declaraciones (que yo añadiría que son infundadas) sobre los períodos de atención y los estilos de aprendizaje de varias generaciones. Greg Laurie presenta esta viva descripción: Cuando predico, ¿es la Palabra mi trampolín de salto o bien me zambullo en la Palabra? La Biblia no debería ser solo nuestro


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trampolín; debería ser nuestro destino —la piscina donde pasamos la mayor parte del tiempo.12 Las innumerables interacciones con predicadores que pedían estrategias útiles para comunicar la relevancia de la Palabra de Dios han dado lugar a que se escriba este libro. Es con este objetivo en mente que creo que podemos predicar sermones bíblicos (expositivos) relevantes sin empobrecer el contenido. En consecuencia, este libro es un libro de estrategias —es decir, planes de acción éticos— no de trucos publicitarios ni manipulaciones. Si usted quiere un libro sobre trucos publicitarios de comunicación, este libro no es para usted. Si quiere estrategias probadas y aceptadas, siga leyendo.

Visión previa Como ya hemos indicado, este libro describe (y recomienda) diez estrategias para llevar el sermón de la exégesis del texto bíblico a la relevancia en la comunicación para los oyentes.13 Con esta finalidad, cada capítulo incluye un objetivo general además de objetivos específicos para instruir al lector. Tal vez lo más importante sea la sección titulada “¡Pruébelo usted mismo!” Al enseñar estas diez estrategias a pastores experimentados, he visto “cómo vieron la luz” a medida que iban practicando con estos breves ejercicios. Por lo tanto, le animo a que añada unos pocos minutos a la lectura del capítulo y aproveche la sección “¡Pruébelo usted mismo!”


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Tome la perspectiva desde el banco El objetivo general de este capítulo es comprender el enfoque en el receptor, que es indispensable para entender la relevancia en la comunicación. Los objetivos específicos de este capítulo son los siguientes: 1. Ver el valor de conocer a las personas a las que predicamos, 2. Familiarizarnos con una herramienta para analizar o llegar a conocer al público a quien predicamos. En la predicación bíblica relevante, la perspectiva lo es todo. Cuando hablamos de relevancia, debemos preguntarnos: “¿Quién determina si un sermón es relevante?”1 Desde una perspectiva estrictamente teológica, la única respuesta viable es Dios. El Señor no nos dejó su Palabra confiando que descubriéramos algún valor humano útil en la misma. Se reveló Él mismo y reveló su voluntad para su gloria a través de la obediencia y la alabanza de su pueblo. Pero desde la perspectiva de la comunicación, las personas que escuchan determinan si el sermón es o no relevante. Podríamos pensar que este 21


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punto de vista de la comunicación parece contrario al punto de vista teológico, pero ambas perspectivas son muy compatibles. Si no creyéramos que la Palabra de Dios es relevante, ¿qué sentido tendría intentar demostrar que lo es? Si, pues, tenemos que demostrar la relevancia de la Palabra de Dios para las personas que escuchan, hemos de tomar el punto de vista del público, más bien que el del púlpito. Como estudioso de las Escrituras, bien preparado en exégesis y teología, puedo “perderme” en el estudio del culto a Baal en el antiguo Cercano Oriente, la composición de las tribus de Israel, o los debates sobre la teología de Santiago. Como predicador, proporciónenme una buena evidencia bíblica, histórica y teológica, y me quedaré con la gran idea para el sermón o la propuesta homilética. Al hacer esto, pienso como predicador porque vivo en un mundo de predicador. Las personas a las que me dirijo el sábado por la noche o el domingo por la mañana viven en un mundo de bioética, violencia, facturas del auto, comedias de situación, e Internet. Intentar explicarles el conflicto de Elías en el Monte Carmelo (1 R. 18) con una clase abreviada de historia sobre el culto a Baal es lo mismo que intentar vender un seguro contra inundaciones en el desierto. Esto es así porque estoy hablando en el mundo del predicador. Cuando hablo en el mundo de los que escuchan, es posible que tenga que exponer los principios básicos del culto a Baal para que el público entienda a qué se enfrentaba Elías. Por ejemplo, podría decir algo así: En el antiguo Cercano Oriente había variedad de divinidades. El pueblo podía escoger un dios u otro, o para mayor seguridad, podía adorar a varios dioses. Elías dejó muy claro el hecho que el pueblo no podía vacilar entre dioses. Elías afirmaba que el Dios de Israel es el único Dios verdadero. Sentados en el banco se hallan Juan y Rebeca. Su hijo Jasón está estudiando en una universidad lejos de su casa. Una de sus asignaturas es el estudio de las religiones del mundo. Juan y Rebeca tienen miedo de lo que le están inculcando a Jasón. Le dicen que la religión es un fenómeno sociológico de cada cultura, un tema de elección, una opción en


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el pluralismo. Por lo tanto, argumenta su profesor, sugerir que hay un solo sistema de creencias es irracional y exclusivo. Así son las guerras culturales de nuestros días. Se parecen mucho a las guerras de los tiempos de Elías. Cuando vemos el parecido entre las dos situaciones, tenemos que preguntarnos, “¿Por qué insistía tanto Elías en que el pueblo de Israel no debía dudar entre dioses?” Y cuando descubrimos la respuesta en la teología del Antiguo Testamento, estamos preparados para hablar con Juan y Rebeca sobre cómo pueden ayudar a Jasón en los retos de sus propias guerras culturales. Cuando miro desde la perspectiva del púlpito, veo el culto a Baal, Elías, el pecado de Israel y un enfrentamiento final fascinante en el Monte Carmelo. Cuando miro desde el banco, veo a Jasón, a 370 kilómetros, tímido, inquisitivo, tentado y enfrentándose a los retos de la fe cristiana monoteísta. Y veo a sus padres, que temen por su mente y su corazón. También veo en la Palabra de Dios una respuesta relevante a la lucha de Jasón. En la predicación bíblica relevante, la perspectiva lo es todo. Si queremos demostrar la relevancia de la Palabra de Dios para los que nos escuchan, tenemos que tomar la perspectiva desde el banco. Esto empieza con familiarizarnos con las personas con las que vamos a hablar. De ahí que el resto de este capítulo defina una herramienta para analizar el público.2 No obstante, antes de pasar a esta herramienta, permítanme presentar las instructivas palabras del pastor Ray Pritchard: Cada uno tiene su historia que contar, incluso las personas que parece que sonríen todo el tiempo. Esta es una de las primeras cosas que aprende un pastor joven cuando acaba sus estudios en el seminario y empieza su ministerio. Hay personas que se ven tan bien y tan felices que se pensaría que no tienen ninguna preocupación en el mundo. Pero tienen preocupaciones. Si se trabaja con una persona lo suficiente, se descubre que incluso las personas “perfectas” conocen muy bien el dolor y la pena.3 El pastor experimentado predica desde la posición aventajada del pastor que conoce las ovejas. El análisis del pastor tendrá lugar de forma más o menos intuitiva y de una manera continua. Sin embargo, tal como


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he oído decir con frecuencia a estudiantes de doctorado del ministerio, muchos de ellos pastores expertos, “Esta herramienta de análisis abrió mis ojos para ver a mis oyentes de un modo que no había sospechado antes”. Es sorprendente ver cómo predicamos de forma diferente a los oyentes cuando conocemos su infancia de dolor, la tiranía que sufren en el trabajo, o la soledad que sienten debido a la negligencia de un cónyuge. Consideren las palabras de Bill Hybels: “Si queremos hablar con integridad a hombres y mujeres seculares, tenemos que trabajar dos áreas críticas antes de subir al púlpito… La primera es entender la manera en que piensan… El segundo requisito previo para la predicación efectiva a los no cristianos es que nos gusten”.4 Para analizar a nuestro público, necesitamos analizarlo de forma general, teológica, psicológica, demográfica y tener en cuenta el propósito de la predicación. La sección siguiente proporciona una herramienta para el análisis del público. Cuando hablo como predicador invitado, uso una versión muy resumida de esta herramienta. Como mínimo, me permite comprender algo de las personas con las que voy a hablar. En caso contrario, llego sin ninguna pista. Sin embargo, al predicador que habla regularmente en un lugar, yo, como la oficina de recaudación de impuestos, recomiendo que el predicador use el “impreso completo” por lo menos una vez al año. (¡Y aquí acaba toda similitud entre las oficinas de recaudación de impuestos y yo!) Después de la herramienta de análisis del público, el capítulo proporciona modelos de tablas de aplicación. Tener una tabla de aplicación en mi escritorio durante la fase homilética de mi preparación es una manera sencilla de tener presentes a los oyentes. Si no me esfuerzo en hacer esto, podría volver a mi perspectiva desde la oficina del pastor o desde el púlpito en lugar de mirar desde el banco. Recuerden que el análisis no es de todo el cuerpo de la iglesia, sino solo del público de la predicación.

Herramienta para el análisis del público Instrucciones: Complete el siguiente boceto de análisis del público leyendo y aplicando las recomendaciones y respondiendo (si es necesario) las preguntas. Apunte las fuentes de sus conclusiones, aunque sean anecdóticas.


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Plan para analizar a su(s) público(s) La primera fase del análisis es general y nos permite obtener información general sobre la comunidad y la cultura con una variedad de recursos. 1. Plan para el análisis general. a. Existen varias encuestas nacionales que proporcionan análisis generales de los públicos. b. Los estudios sociológicos y culturales proporcionan análisis generales del público. • John Naisbitt y Patricia Aburdene, Megatendencias 2000 (Bogotá: Grupo Editorial Norma, 1991). • Patricia Aburdene, Megatendencias 2010: El surgimiento del capitalismo consciente (Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2006). • George Barna, Haga crecer su iglesia de afuera hacia adentro: Entendiendo a los incrédulos y cómo alcanzarlos (Miami: Vida, 2007) • Randy Newman, Evangelice como Jesús: Aprenda cómo llegar al corazón de las personas (Grand Rapids: Portavoz, 2008) Nota: Use todos los recursos de forma crítica. Cuidado con leer la investigación descriptiva como preceptivo. Demasiados predicadores se detienen en el análisis cultural. El análisis cultural tiene su valor, pero es insuficiente. Sirve para conocer los referentes generales de información y las tendencias de una cultura específica, pero las personas siguen siendo individuos que han tomado sus decisiones sobre sus valores y creencias. Asimismo, las iglesias son comunidades que a menudo adoptan una subcultura o unos rasgos propios. Por ello, tenemos que ir más allá del análisis cultural. 2. Plan para el análisis local. a. Los análisis de las cámaras de comercio proporcionan información local sobre públicos. b. En Internet se encuentran varias bases de datos de información local. c. La mayoría de ciudades tienen una página web. 3. Plan para analizar específicamente.


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a. Analice un público específico por medio de registros, cuestionarios, sondeos, todo tipo de visitas pastorales, observaciones personales, conversaciones informales, experiencias pasadas, discusiones antes y después del sermón, etc. b. Hable con las personas; ¡escuche a las personas! 4. Aprenda cosas sobre su público y ámelo. 5. Ore por su público. a. Mantenga una lista de oración activa de su público y ore por toda la lista de forma regular. b. Deténgase en el proceso de preparación del sermón en la fase de análisis del público y, desde el púlpito, ore por los lugares vacíos visualizando al público y a las personas individuales que escucharán. O, por lo menos, cree una tabla de aplicación con los nombres de personas para que pueda orar visualizándolas. Al final de este capítulo hay un modelo de tabla de aplicación.

Análisis teológico 1. Identifique la situación espiritual de su público en porcentajes.

No nacidos de nuevo ___% de las personas están lejos del reino (tal vez estén algo interesados). ___% de las personas están acudiendo al reino (buscadores). ___% de las personas están cerca del reino (buscadores contemplativos).

Nacidos de nuevo ___% de las personas parecen inmaduras o carnales. ___% de las personas parecen inmaduras pero en crecimiento. ___% de las personas parecen estar madurando pero estancadas. ___% de las personas parecen estar madurando de forma regular.

2. Identifique los anhelos espirituales de su público. ___% de las personas anhelan trascendencia (el deseo de ser). ___% de las personas anhelan acción (el deseo de hacer). ___% de las personas anhelan comunidad (el deseo de pertenecer).


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Análisis psicológico 1. ¿Cómo piensa (procesa la información) el público? ¿Sigue el público el proceso reflexivo de pensamiento: (1) reconocer una necesidad o una dificultad conocida, (2) definir el problema, (3) recoger y analizar los datos, (4) hacer una lista de soluciones alternativas, (5) identificar criterios para una solución, y (6) adoptar una solución? ¿Sigue el público este proceso de cerca? ¿Sigue otro proceso de “pensamiento” (autoridad, tradición, espontaneidad, racional-emotivo, anecdótico, etc.)? 2. ¿Cómo se siente (vive la experiencia) el público? 3. ¿Cómo actúa (escoge entre diversas opciones) el público? 4. Identifique los paradigmas del público. a. ¿Cuáles son las actitudes del público? (Las actitudes responden a la pregunta: “¿Cómo piensa, se siente y actúa con referencia a…?”) b. ¿Cuáles son las creencias del público? (Las creencias responden a la pregunta: “¿Con cuánta intensidad piensa, se siente y actúa con referencia a…?” o “¿A qué se adhiere?”) c. ¿Cuáles son los valores del público? (Los valores responden a la pregunta: “¿Qué es lo que más aprecia?”) Análisis demográfico 1. ¿Qué porcentaje del público se halla en estas edades? ___ 5-12 ___ 13-18 ___ 19-22 ___ 23-30 ___ 31-40 ___ 41-55 ___56-65 ___ 66-80 ___ más de 80 2. ¿Qué porcentaje es… ___ masculino ___ femenino? 3. ¿Cuál es aproximadamente la renta anual media de los adultos? (Si es necesario, haga una encuesta anónima.) $________________ anuales


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4. ¿Qué porcentaje del público vive: ___ a menos de un kilómetro del edificio de la iglesia? ___ entre 1 y 5 kilómetros? ___ entre 6 y 10 kilómetros? ___ a más de 10 kilómetros? 5. ¿Qué porcentaje trabaja en ___ empleos de “oficina”? ___ empleos como “obreros”? ___ desempleo? 6. ¿Qué porcentaje está ___ casado? ___ divorciado? ___ soltero? ___ divorciado y casado de nuevo? ___ viudo? 7. ¿Qué porcentaje se identifica con ___ una posición política o un partido político específicos? 8. ¿Qué porcentaje, en relación con sus estudios: ___ no se ha graduado de la escuela secundaria? ___ se ha graduado de la escuela secundaria? ___ tiene título universitario? ___ tiene un master o doctorado? 9. ¿Qué porcentaje es cristiano desde ___ menos de 1 año? ___ 1 a 5 años? ___ 5 a 10 años? ___ 10 a 20 años? ___ más de 20 años? ___ nunca? 10. ¿Qué porcentaje ___ “se ha criado en la iglesia”? ___ hace como máximo 2 años que viene a esta iglesia? ___ hace como máximo 5 años que viene a esta iglesia? 11. ¿Qué porcentaje procede de tradición básicamente ___ sin iglesia? ___ católica? ___ evangélica? ___ religión no cristiana?


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Análisis centrado en los objetivos 1. ¿Hay miembros del público “hostiles” (discutidores, contrarios a las creencias o aplicaciones cristianas, etc.)? ¿O hay miembros del público “hostiles” a la finalidad de este sermón? Si es así, ¿por qué?

2. ¿Qué comentarios hemos recibido del público sobre sermones anteriores?

3. ¿Cuánto debería durar un sermón para este público? (¿Es significativa la duración?)

4. ¿Fueron los mensajes anteriores generalmente positivos, negativos, de corrección y amonestación, animadores, motivadores, instructivos, etc.? ¿Cómo pueden influir los sermones anteriores en los mensajes futuros?

5. ¿Existen temas importantes que puedan minar o influir en el ministerio en general? (una separación, tensiones no resueltas, preocupaciones económicas, tensiones entre el predicador y miembros del público, etc.)


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6. ¿Qué puede estimular el interés de este público con referencia al tema del sermón?

7. ¿De qué manera influye este público en la organización (estructura, desarrollo) de un sermón?

8. ¿Qué es imposible saber de antemano antes de predicar a este público?

9. ¿Qué es lo que le gusta a usted cuando predica a este público o en este lugar?

10. ¿Qué es lo que no le gusta a usted cuando predica a este público o en este lugar?

Adáptese al público Tenga en cuenta los segmentos del público. En todos los públicos hay pequeños grupos que son diferentes de otras muchas personas o del público en general. Diríjase a los segmentos del público de forma selectiva. Como en la exégesis del texto, no todos y cada uno de los detalles de su análisis del público aparecerán en cada sermón. No obstante, dirija


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suficientes mensajes de forma selectiva a diversos segmentos del público para que el mensaje pueda alcanzar correctamente a un porcentaje elevado de personas “reales”. Además, piense en la comunidad y no solo en los individuos. La mayor parte de la información conseguida con la herramienta de análisis del público le proporcionará datos sobre los individuos. Pero a veces tenemos un texto que se aplica al cuerpo además de al individuo. Así, el sermón tiene que desarrollar una aplicación corporativa además de una aplicación individual. Adáptese al público de manera sencilla, según sea necesario para facilitar la comunicación: • • • • • • •

Forma de vestir: formal, informal o de sport. Lenguaje: elevado, normal o coloquial. Argumentos: lógicos, éticos o emocionales. Organización: deductiva, inductiva, conceptual, metafórica, etc. Pruebas: autoridades confiables, investigación, estadística, ilustraciones. Alusiones/imágenes: bíblicas, históricas, actuales o locales. Asociación/disociación con el público.

Modelos de tablas de aplicación A continuación presentamos algunos modelos de tablas de aplicación que proporcionan una manera de “tener presentes a todas las personas” en la preparación del sermón. La primera tabla tiene cuatro columnas de nombres que proporcionan una especie de muestra de la congregación. Las instrucciones indicadas a continuación le ayudarán en el uso óptimo de la tabla. Instrucciones a. Cuando repase su mensaje, lea los nombres de la tabla de aplicación y pregúntese: “¿Cómo afectará esta verdad a esta persona?” b. Pregunte: “¿Cómo debería responder esta persona con respecto a creencias, actitudes, valores o conductas?” c. Intente concretar, pero diseñe la aplicación para que sea suficientemente general como para evitar que alguien se sienta identificado o incómodo.


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d. Si es demasiado específico en la aplicación puede ser irrelevante. (Si la aplicación es demasiado concreta, puede que no alcance a un elevado porcentaje de personas, que entonces pensarán: “No es para mí”. O lo que es más importante, puede ser una “falsa” representación del texto.) e. Cambie los nombres de la tabla cada mes, sobre todo si predica al mismo público regularmente. Samuel

Isabel

Marcos

Sergio

Susana

Carmen

Timoteo

Francisco

Margarita

Alfonso

Pablo

David

Eli

Lucía

Felipe

Esteban

Julia

Manuel

Alicia

Ana

José

Sara

Lidia

Jorge

Marta

Abel

Rafael

Marina

Javier

María

Gabriel

Alex

Juan

Alberto

Carolina

Lorena

Ricardo

Silvia

Pepe

Paca

Tomás

Erika

Ramón

Martina

Si no puede utilizar una tabla con nombres concretos, o si prefiere centrarse en un grupo determinado o una situación específica, adapte la tabla introduciendo categorías parecidas a las de las tablas indicadas a continuación. Casa Niños/as Solteros/as Casados/as Viudos/as Divorciados/as

Trabajo

Escuela

Iglesia

Subcultura


Tome la perspectiva desde el banco

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Trabajador autónomo

Empleado

Media jornada

Sin trabajo

Jubilado

Solteros Casados Viudos Divorciados

Conclusión Conozco a un predicador que coloca las fotos de su congregación en su mesa cuando se prepara el mensaje. Sea cual sea la herramienta utilizada —una tabla de aplicación con nombres o las fotos de la congregación— usted tiene que conocer a las personas con las que va a hablar para poderse preparar desde la perspectiva del banco, porque para predicar con relevancia, la perspectiva lo es todo. ¡PRUÉBELO USTED MISMO! 1. Utilice la herramienta de análisis del público presentada en este capítulo para analizar a su público. 2. Diseñe y realice una tabla de aplicación para su público. 3. Decida cuáles son las adaptaciones adecuadas para su público.


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12 calle 9-54 zona 1 Ciudad de Guatemala TelĂŠfono: (502) 2220-8735 info@libreriasbautista.com

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