¿A cuántas personas conoce que dicen creer en Dios . . . pero nadie lo sabría al examinar sus vidas? A pesar de sus buenas intenciones, su fe no ha causado un gran impacto en su propia vida ni tampoco en la de los demás; puede que asistan a la iglesia los domingos, pero Dios no parece hacer mucha diferencia los otros seis días de la semana. Quizás esto lo describe a usted, y está comenzando a darse cuenta de que el “antes de Cristo” de su vida se parece mucho al “después de Cristo.” ¿Es eso realmente lo mejor que tiene para ofrecer la fe en Jesús?