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Cantos, fiesta y espiritualidad afroesmeraldeña. Estudio etnográficoetnomusicológico

Cantos, fiesta y espiritualidad afroesmeraldeña. Estudio etnográfico-etnomusicológico: LOS ARRULLOS

Karina Clavijo

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Resumen

A partir de los testimonios de algunos intérpretes de arrullos de la provincia de Esmeraldas, se exponen los cantos de arrullos como una celebración de religiosidad popular, donde confluye la fiesta y el milagro como acontecimiento central. Se analizan ciertos elementos musicales, interpretación y relatos en torno a esta ritualidad, para que sean entendidos en el ámbito cultural.

Palabras clave: Arrullo, oralidad, fiesta, ritualidad, espiritualidad, religiosidad popular, cantos afroesmeraldeños.

Cantos a lo humano y lo mítico

Los asentamientos afro del Pacífico se encuentran extendidos desde la zona del Chocó hasta el sur de la provincia de Esmeraldas. Comparten una territorialidad entre Ecuador y Colombia que no sólo se limita a la frontera, sino también a una cultura similar evidente en las manifestaciones rituales, festivas y musicales. Entre estas expresiones aparecen los ‘arrullos’, estos son cantos que se interpretan en las fiestas de los santos, las vírgenes y el Niño Dios, hacia lo humano y lo mítico. Tienen un carácter de adoración y alegría, agrupan a la comunidad en el regocijo de la festividad, arrullando a los santos, ya sea por agradecimiento o por fe. Estos cantos se transmiten entre las familias de padres a hijos y en el compartir de las comunidades, como lo relata don José Mora, arrullador que habita en Tonchigüe:

“Para mí los arrullos es una tradición antigua de nuestros abuelos ancestrales y fui yo el que tuvo la certeza de tener un abuelo, mi abuelo era manaba mulatito pero bien marimbero. Fue el primer marimbero de Muisne, se llamaba Ismael Mora, de ahí nació mi padre y de ahí nací yo. Vine conociendo desde que ya tengo uso de razón, escuchando el son del arrullo, escuchando la marimba, viendo el baile de la marimba”. (Mora, 2015) .

Los 'arrullos' son cantos que se interpretan en las fiestas de los santos, las vírgenes y el Niño Dios, hacia lo humano y lo mítico. Tienen un carácter de adoración y alegría, agrupan a la comunzidad en el regocijo de la festividad, arrullando a los santos, ya sea por agradecimiento o por fe.

Línver Nazareno, conocido como ‘El decimero de Muisne’, relata la funcionalidad de estos cantos hacia los santos, las vírgenes y el Niño Dios. Ingresan en el imaginario del pueblo y, a partir de ellos, empieza una práctica que evoca la fe y la celebración. Nos da un testimonio desde su propia oralidad, respecto a la implantación del catolicismo en estas prácticas.

“El arrullo en sí nace hace muchos años, es un canto de adoración, nuestros ancestros le cantaban a sus dioses, a la luna, a la tierra, a la naturaleza y luego viene esta influencia religiosa, la famosa cruzada que hizo el cura Mera, que es una de las que se tiene conocida acá en el litoral Pacífico, que vino botando marimbas y todos los intentos que hizo la Iglesia por evangelizar la provincia de Esmeraldas. Entonces infunden tanto y hacen que nuestras madres, nuestras personas mayores, inventaran esta parte a lo divino que ahora se habla, que era cantar a un santo, a un favor que se le pida, milagro como se le llama, cantar a Dios, cantar al nacimiento y cantar a vírgenes, desde ahí nacen los arrullos que ahora prácticamente se han quedado establecidos en la mente”. (Nazareno, 2015).

Arrullos a lo divino, santos y fiestas

El arrullo en Esmeraldas está íntimamente ligado a la fiesta, es así que la población asiste a los arrullos que generalmente se hacen en conmemoración de algún santo o divinidad, a éste se le solicitan favores o se le canta en agradecimiento, por sus milagros, alrededor de este festejo la comunidad se convoca para cantar y pasar una noche entera junto a los músicos y cantores. Existen algunas celebraciones que se han tornado famosas, como la de Canchimalero que festeja a San Martín el ‘Santo Negro’, en ella la gente baja cantando arrullos para el santo, vienen de La Tola, Borbón, Playa de Oro, Limones, en general de los pueblos que se asientan en la zona del río Santiago. Estas canoas y embarcaciones son adornadas con palmas, flores y frutas, que al llegar a la isla son lanzadas a los niños y a la gente que está en la orilla; cada canoa baja con su santo y le acompañan cantando hasta llegar a la iglesia, donde se celebra una misa que también es acompañada por los arrullos. Esta fiesta se ha vuelto sumamente importante y es visitada por turistas nacionales y extranjeros. Cuentan que esta celebración empezó con una mujer que casi se ahoga en el río cerca de

•rosa Wila, arrulladora. FoTo: Karina clavijo

La manera de mantener la ritualidad está totalmente asociada a la fiesta, por ello es importante proponer políticas culturales que sirvan para comprender estas celebraciones y buscar mecanismos de integración de los niños y jóvenes, a través de palenques culturales.

•eródiTa Wila, arrulladora. FoTo: johana jara

Canchimalero, ella le pidió a San Martín que la salvara, y en agradecimiento ella prometió hacerle su arrullo cada año, es así como la tradición sigue hasta ahora.

“La celebración a San Martín se realiza desde 1967, cuando una de sus fieles se salvó de morir ahogada tras zozobrar la canoa en la que viajaba, justo en la bocana de Limones, frente a Canchimalero. Ella asegura que San Martín la salvó de morir ahogada en medio del mar, una vez que se encomendó a él; por eso decidió construir un nicho en Canchimalero donde reposa la figura del Santo Negro, que es sacado por sus devotos cada año para realizar una romería por el mar. Desde entonces, cada año llegan a Canchimalero cientos de fieles y turistas nacionales y extranjeros para participar de la fe religiosa del pueblo afroesmeraldeño, mostrada al Santo milagroso”. (Bonilla, 2015).

Uno de los arrullos tradicionales para San Martín lo interpretan las hermanas Eródita y Rosa Wila. El

arrullo, como veremos a continuación, está formado por una primera estructura de canto y responsorio, que es interpretado generalmente por una cantora y el coro que le contesta un verso. Los cantores y cantoras llevan guasá y maracas, estos cantos son acompañados por bombo y cununos, el festejo dura generalmente toda la noche, los tocadores y cantadoras se van turnando.

Desde el análisis musical, los arrullos son bambuqueaos, es decir en compás de 6/8 que tiene métrica ternaria, pero también existen arrullos de bunde que son binarios. La partitura que se presenta es una aproximación del lenguaje musical desde lo occidental a la música afro del Pacífico, pues es sólo una transcripción didáctica, ya que las cantoras generalmente van haciendo variaciones del tema, melismas, y este canto no tiene un fin musical sino ritual que está alimentado por la noción del ahora. Este ahora entendido como un desprendimiento del cotidiano y una vivencia espiritual excepcional a través del canto, donde el tiempo se mide a través del trance colectivo. La importancia radica en el pensamiento mágico sostenido en la creencia y expresada en la ritualidad.

Analizando la lírica, las letras generalmente hablan de los santos y sus particularidades; hacen referencia a las representaciones existentes en las imágenes de San Martín de Porres como el Santo Negro y el santo de la escoba, como vemos en el verso “y con su escobita bajaba”. Castillo nos explica la

virtud que representa este acto de barrer como la sencillez y desde los estudios sexo genéricos, como una masculinidad que no se corrompe por actos generalmente considerados como oficios de la mujer: “También se llama ‘Martín de la caridad’ y ‘El santo de la escoba’, porque una de las varias imágenes del santo es representada con una escoba en la mano como símbolo de su humildad”. (Castillo, 2013).

Las celebraciones a los santos coinciden generalmente con el calendario litúrgico de la Iglesia católica, existe un prioste que invita a la comunidad al arrullo, los santos patronos son escogidos por las similitudes en el oficio, las características físicas del santo y principalmente por los milagros.

Debe entenderse el milagro como una utopía, pero también como un acto de reivindicación social que se agradece a través de la fiesta; encarna una divinidad geopolítica propia que se ajusta a los deseos y necesidades de un pueblo. Estos ejercicios espirituales se mantienen vivos gracias a la creencia en la imagen, las necesidades de los devotos se manifiestan en pedidos personales que van desde la cura de enfermedades, trabajo, dinero, pesca, hasta ‘amarres’ de parejas. La fe se traduce en una espiritualidad viva, la que a través de la gratitud festeja al santo de su devoción: “Entre las fiestas religiosas más conocidas están las de San Pedro y San Pablo el 29 de junio, la 'Fiesta de nuestra señora del Carmen', el 16 de Julio; Las Mercedes, el 24 de Septiembre, y Santa Rosa y San Ramón el 30 de Agosto”. (Valencia, 1999).

Arrullos a lo humano, naturaleza y mito:

•arrullo en PuebliTo a la virgen de las lajas. FoTo: Karina clavijo

El arrullo no solamente es cantado para lo divino sino también para lo humano. Estos cantos hacen referencia a la naturaleza y a las labores de los pobladores. Son frecuentes las romerías en el agua; dan cuenta de una tradición y una convivencia con la naturaleza, los paisajes visuales y sonoros que se dan en los ríos, el mar, en la canoa; el pescador entonces agradece por la pesca, por la posibilidad de retorno al hogar. Don José Mora, en Tonchigüe, nos interpretó un canto a lo humano:

También hay arrullos a lo mitológico, aunque estos son más difíciles de encontrar. Hacen referencia a seres míticos de la cultura afroesmeraldeña: el riviel, la tunda, la tacona, el duende, la gualgura, el diablo. Son leyendas que, con un espíritu moralizador, se cuentan desde la memoria oral del pueblo afroesmeraldeño, hacen que las personas no salgan en las noches por miedo a los espantos, ya que generalmente se ‘llevan’ a los borrachos o a la gente que le gusta libar. Asimismo, cuentan que los entundados son personas que terminan locos o pierden su

mente. Se atribuye que la tunda se los lleva adentro, al bosque, y los hechiza. Remberto Escobar hace un testimonio sobre la Tunda en su libro:

“Es un personaje de la mitología, pero en Esmeraldas, por lo menos en mis tiempos de muchacho, sí existió y se le apareció a muchas personas de las cuales a algunas hasta entundó y se las llevó pa’l monte. Allá los alimentaba con camarones asados con su trasero. Tiene la pata izquierda en forma de molinillo de batir chocolate y la derecha del porte de la pierna de un niño recién nacido”. (Valencia, 1999).

Hay canciones que están relacionadas con la sanación de enfermedades, como el Congo viví, que es para ayudar revivir a los animales; también aparecen arrullos a las plantas medicinales, como este que nos compartió don José Mora:

La particularidad de este arrullo es que empieza como un bunde, generalmente comunes en la zona sur de Esmeraldas, principalmente entre los arrulla-

dores de Muisne. Luego se transforma en un arrullo bambuaqueao, algo también muy frecuente en la interpretación. Como se dijo anteriormente, el bunde es un ritmo binario, Línver Nazareno comenta que en esta zona es muy común el bunde al momento de arrullar en las comunidades:

“En los pueblos de nosotros no se canta de una manera muy comercial, nosotros le metemos el deje, y si nosotros vamos hasta Muisne todos te cantan de esta misma manera, otra cosa que yo me he dado cuenta es que los primeros arrullos que se cantaron y se tocaron en nuestro medio fueron en ritmo bundeado”. (Nazareno, 2015).

En general el arrullo es una de las expresiones más importantes de la cultura afroesmeraldeña. La manera de mantener la ritualidad está totalmente asociada a la fiesta, por ello es importante proponer políticas culturales que sirvan para comprender estas celebraciones y buscar mecanismos de integración de los niños y jóvenes, a través de palenques culturales, quienes transmitirían estos conocimientos, música y cantos como una alternativa comunitaria frente a la globalización y hegemonía que atenta contra las sonoridades en vías de extinción.

Karina Clavijo

Cantautora popular, investigadora de música del Pacífico, productora musical, licenciada en Pedagogía Musical por la Universidad Técnica de Manabí - Ecuador, especialista en Gerencia Educativa por la Universidad de la Sabana- Colombia; tiene un diplomado en Etnomusicología por la Universidad Católica del Ecuador, es estudiante de la Maestría en Investigación de Estudios Culturales en la Universidad Andina Simón Bolívar – Ecuador.

BiBliografía:

bonilla, Marcel

2015 «Canchimalero espera a 5.000 fieles para celebrar a San Martín de Porres, el ‘Santo Negro’». El comercio.com. 18 de octubre de 2015. http://www.elcomercio.com/actualidad/sanmartin-porres-santonegro-canchimalero-esmeraldas.html (último acceso: 26 de diciembre de 2015).

castillo, Duque Elvia 2013 Aportes del pueblo afrodescendiente: la historia oculta de América Latina. Bloomington: iUniverse.

el comercio

www.elcomercio.com. 17 de julio de 2014. http://www. elcomercio.com/actualidad/peregrinaje-mar-venerarvirgen-carmen.html (último acceso: 30 de diciembre de 2015).

Hidalgo, Laura

1995 Décimas esmeraldeñas: crónica de sueños, Libresa, Quito.

mora, José

2015 Entrevista de Karina Clavijo. Arrullos, chigualos y alabaos (21 de diciembre de 2015).

nazareno, Línver

2015 Entrevista de Karina Clavijo. Arrullos, chigualos y alabaos (23 de diciembre de 2015).

valencia, Lindberg 1999 Remberto Escobar Quiñónez: memoria viva, costumbres y tradiciones esmeraldeñas, Taller canoíta, Esmeraldas.

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