Revista Libres del Sur n°2 Noviembre-Diciembre 2013

Page 1


IN DI CE

EDITORIAL

3 4 6 8 10 12 14 16 18

EDITORIAL

Unidas y unidos, venceremos POLÍTICA Nuevo anticapitalismo chileno Por Marco Álvarez Vergara

LA OTRA EDUCACIÓN Evaluaciones estandarizadas, matemática y “la Otra Educación” Por Luiggi Cabrera

ECOSOCIALISMO Las fases de desarrollo de la crisis ecológica capitalista Por Daniel Tanuro

FEMINISMO Perra, puta y marxista Por La Violeta Rebelde

OPINIÓN Golpe, globalización y mercado Por Juan Alegría Licuime

TRABAJADORAS/ES Cómo trabajar en un supermercado y sobrevivir a los malos tratos Por Antonio Pérez Vargas

PERSONAJES José Carlos Mariátegui: Socialista indoamericano Por Por Pierina Ferretti

Revista Libres del Sur Edición Nº2 Revista Libres del Sur es una publicación editada en Santiago de Chile, 2013. Edición: Movimiento Libres del Sur Diseño: Belén Ardiles / Gustavo Hermosilla Agradecemos a cada uno de los colaboradores que hicieron posible esta edición. Noviembre, 2013 www.libresdelsur.cl www.escuelaslibres.cl www.facebook.com/libresdelsur libresdelsurchile@gmail.com

Libres del Sur y la Unidad Anticapitalista Ya tienen a su disposición el segundo número de la revista de Libres del Sur. En esta ocasión le hemos querido dar énfasis a la unidad y perspectivas de la izquierda anticapitalista chilena, no olvidando las secciones permanentes que siempre nos acompañarán, como la coyuntura política, feminismo, ecosocialismo, la otra educación, temas internacionales y referentes históricos, entre otras materias.

También nos encontramos con otras organizaciones, éstas de carácter honesto, provenientes de diversas matrices político culturales, con las cuales hemos comenzado un camino de hermandad, basado en la confianza y el apoyo mutuo. Es cierto que lo anterior no es suficiente, pero por el momento es un gran avance en una izquierda atomizada por su propia historia.

Para Libres del Sur, desde sus comienzos ha sido fundamental la unidad en el seno de las izquierdas comprometidas con las transformaciones necesarias. Pero hoy más que nunca, creemos que para generar una alternativa amplia de las izquierdas y los movimientos sociales, es medular la convergencia de las agrupaciones anticapitalistas, para de esa forma operar como un sector desequilibrante en el acontecer político nacional.

Nos bifurcaríamos al pensar que nuestra convergencia anticapitalista se encuentra sólo al interior de la candidatura presidencial ya mencionada. Existen organizaciones hermanas que optaron por otra candidatura presidencial, u otras que asumen de forma sería el llamado a la abstención electoral. Desde nuestra trinchera, estamos convencidos que con ellas también debemos seguir pavimentando los caminos de la unidad.

En la actual coyuntura política electoral, fuimos una de las organizaciones pioneras en apoyar la candidatura presidencial de Marcel Claude. Nuestra apuesta tuvo como propósito ser un aporte en la corrección de la asimetría del avance de los movimientos sociales, y la nula expresión en los espacios de representación política de nuestra izquierda. Ya en la recta final, sin quitar el apoyo textual, nos sentimos alejados de las prácticas de la centralidad de la campaña, pero más cerca que nunca de la gente que se organizó por un proyecto transparente y verdadero, con los cuales esperamos seguir caminando en torno al Movimiento Todos a La Moneda o la instancia que nazca de la deliberación democrática y colectiva.

Todas estas fuerzas orgánicas, sumadas a las individualidades y colectivos sociales movilizados, tenemos el deber de montar la edificación de la unidad anticapitalista chilena. Luego de eso –y durante ese proceso-, debemos caminar en conjunto con otros sectores de las izquierdas que se comprometan con la caída del neoliberalismo. El horizonte socialista, sobre la base de un bloque más amplio de las izquierdas y los movimientos sociales, sólo puede ser garantizado con la convergencia de las y los anticapitalistas revolucionarios.

Esta primogénita aventura electoral nos deja enseñanzas invaluables para no cometer los mismos errores en contiendas futuras. Entre estas, aprendimos que existen sectores al interior de la izquierda extra parlamentaria, que operan bajo las mismas lógicas de la izquierda neoliberal, tratando de hacer un negocia a costillas de la esperanza de miles que hoy piden a gritos la construcción de un proyecto emancipatorio. Con mucha claridad entendimos, que los que vienen de la concertación y sus satélites, andan buscando un nicho para su mezquindad económica y política.

A estas alturas no hay duda que el bloque hegemónico se reacomodará con su cara más “simpática”. El inminente arrollador triunfo de Michelle Bachelet, adherida a un paquete de medidas y ajustes de corrección al país de las injusticas, pero sin tocar en lo absoluto los cimientos del modelo político y económico imperante, nos vuelca por una parte, el gran desafío de desenmascarar definitivamente a la otra cara del duopolio nacional. Por la otra, y tal vez la más importante, construir la tercera fuerza política que desafíe la estabilidad de los poderosos y sus lacayos.

Equipo Editorial

2/3


Uno de los aprendizajes relevantes que nos ha dejado la historia, como izquierda, es que la ausencia de unidad entre las diferentes organizaciones que proponemos transformar radicalmente el modelo capitalista chileno, ha impactado negativamente en la posibilidad de conformarnos como una opción política reconocida y legitimada a nivel nacional. Ante esto, y como Movimiento Libres del Sur, desde el inicio hemos trabajado por la convergencia de las y los que luchan. La unidad se debe probar en la práctica, en las diversas trincheras de lucha, pero también en la reflexión política. Por eso, hemos extendido la invitación a algunas agrupaciones hermanas, para responder la siguiente pregunta: ¿Cuál es la visión y posición de vuestra organización en el marco de generar una convergencia anticapitalista que dispute la hegemonía del bloque que se ha encontrado en el poder durante los últimos 40 años?

Unidos y Unidas,

¡Venceremos! Red Libertaria1 La experiencia acumulada en la lucha político-social llevada adelante en estos años de postdictadura, nos llevan a la convicción que solo es posible superar la actual etapa de la lucha de clases a través de una estrategia de ruptura democrática. Esto es, el desarrollo de un trazado estratégico de mayorías en que la clase trabajadora y el pueblo movilizado sea capaz de generar una situación de ingobernabilidad económica y política que permita golpear al capital monopólico nacional e internacional y generar una situación interna proclive al desborde de la vocación de poder popular constituyente y constituido en todos los ámbitos de ejercicio del mismo, abriendo de esta forma una nueva etapa en la lucha de clases en nuestro país. Consideramos que en la actual coyuntura política, una de las principales tareas radica en acabar con la disociación de ‘lo social’ y ‘lo político’, lo que implica resituar el debate en torno al poder en el seno del campo popular y desarrollar los contenidos programáticos sectoriales e intersectoriales que marquen un camino de transformaciones profundas y en clave socialista. Asimismo creemos que debemos echar mano a un amplio repertorio táctico cuya centralidad está puesta en la acción y movilización directa de masas. Compartimos con muchas y muy diversas organizaciones sociales y políticas que en el actual contexto, la izquierda de intención revolucionaria, de la clase trabajadora, de los movimientos sociales y el mundo popular, debe estar a la altura de los desafíos de la hora presente y actuar de manera unitaria. No obstante, sabemos que el desarrollo de estos procesos unitarios requiere de voluntad política y generosidad a la hora de leer el escenario. Estamos seguros que esta larga marcha iniciada por el Pueblo de Chile impondrá la unidad como una necesidad en un contexto de definiciones estratégicas; en este sentido esperamos que en el escenario post elecciones las distintas fuerzas transformadoras caminemos mirando hacia adelante y orientadas hacia ese objetivo. Compartimos la idea de que solo la movilización popular permitirá avanzar en la conquista de nuestros derechos y superar las barreras que frenan las transformaciones estructurales. Estamos por impulsar una ruta refundacional y para ello se requiere avanzar con todas las fuerzas de la historia popular.

Unión Nacional Estudiantil (UNE)2 Nuestra organización nace desde el movimiento estudiantil con dos convicciones claras. Por una parte, la importancia que tiene en Chile –para impulsar procesos de transformaciones revolucionarias- el contar con un movimiento estudiantil activo, consciente, y altamente comprometido con las demandas no solamente educacionales sino que del conjunto del pueblo. Y por otra parte, la certeza que ningún proceso de cambio real –estructural y permanente- puede ser llevado a cabo sino es con la unidad de amplios sectores sociales, y al alero de un proyecto histórico de izquierda. Por eso hemos asumido un compromiso como estudiantes con nuestra historia y con nuestro pueblo –con nuestros padres, hermanos, hijos y amigos- y ese compromiso es aportar en la construcción de una fuerza de cambio, levantando un movimiento estudiantil que efectivamente sea un actor relevante y que aporte a las transformaciones. Pero también, hemos asumido que nuestro compromiso no se puede agotar en lo estudiantil, y por ello sumarnos a la construcción de una fuerza que tenga como horizonte el socialismo, y que sea por tanto profundamente anticapitalista, antiimperialista y latinoamericanista es fundamental. Y para dichos compromisos e impulsos sabemos que hoy, tras las movilizaciones estudiantiles y el nuevo ciclo político abierto por éstas, estamos en condiciones favorables para comenzar a forjar dicha alternativa. Por eso nos hemos sumado al apoyo de la candidatura de “Todos a la Moneda”, y por eso también estamos impulsado con cada vez más fuerza la articulación de sectores con lo que compartamos los mismos horizontes de lucha, y que a su vez sean expresión –o tengan la voluntad de contribuir a ellode ser actores sociales claves para la articulación y movilización. No habrá un cambio en la correlación de fuerzas por el mero hecho de sumar estructuras orgánicas. La alternativa anticapitalista con capacidad de disputar poder de manera efectiva, y por tanto, de impulsar un proceso revolucionario en Chile, surgirá en la medida que logramos tener una real inserción en las masas y una activación organizativa que termine con la distancia entre lo político y lo social, que sea capaz de articular luchas y demandas y de impulsar procesos de movilización. Todo esto con la necesidad hoy de seguir dando la batalla por visibilizar una alternativa política para nuestro pueblo, impulsar la organización popular en las bases y la conducción en todos los sectores, disputando desde todos

los frentes, espacios y medios posibles el sentido común de las grandes mayorías.

nos ofrece la institucionalidad burguesa, caminando al poder popular y al socialismo.

Una convergencia con esos principios es necesaria, y hoy también posible de empezar a construir seriamente.

Los Hijos de Mafalda⁵ Los Hijos de Mafalda, postulamos que el proceso de unidad se funda en dos ejes centrales que son centrales para el quehacer político: el proyecto político ideológico, sustentado en el marxismo, desde un punto de vista teórico; y la unidad en la acción, desde un punto de vista práctico.

Nueva Fuerza Valparaíso3 Nueva Fuerza Valparaíso es una organización político-social que trabaja por el cambio de las estructuras capitalistas. Tras ese propósito, la unidad de las fuerzas anticapitalistas nos resulta vital para la disputa del poder, tanto fuera como dentro del campo institucional. Entendemos que dicha unidad es viable si subordinamos las posiciones ideológicas de las partes, a los acuerdos programáticos y a las luchas concretas en el campo político y social.

Sin embargo, definirse anticapitalista, necesariamente abre posibilidades de aliarse con cualquiera, incluso los neoliberales. El problema está en que los neoliberales destruyen al capitalismo, con el fin de atomizar y desarticular la organización sindical. El neoliberalismo entiende que los trabajadores cimientan el socialismo, en las mismas contradicciones del sistema capitalista.

En lo concerniente al campo electoral, valoramos –en el marco de la candidatura de Claude- la emergencia de Tod@s a la Moneda (TalM) como expresión de unidad de la izquierda, pero sobre todo por la incorporación de nuev@s militantes por el cambio radical. Percibimos que la mayoría del activo político del TalM lo constituyen estos nuevos cuadros, y que los mismos representan un crecimiento más allá de la izquierda organizada.

A partir de lo ya expuesto, establecemos que nuestros enemigos no son: ni el Papa ni el Zar ni Metternich ni Guizot ni los Radicales Franceses ni menos los Polizontes Alemanes ni los Antiguos Liberales ni el Capitalismo Industrial o de Bienestar. Por consiguiente, Los Hijos de Mafalda comprendemos que el enemigo es el Neoliberalismo, modelo político económico imperante en nuestro país y en proceso de expansión en Latinoamérica y el Mundo.

Juventud Guevarista⁴ Como Juventud Guevarista-Chile consideramos fundamental para hacer frente a la hegemonía del bloque en el poder y de la burguesía, superar la atomización orgánica que ha caracterizado a la izquierda revolucionaria desde los 90 en Chile, para lo cual debemos apuntar a la unidad, una unidad que sobrepase lo netamente coyuntural para constituirse como una unidad real en términos tácticos, estratégicos y programáticos. Así mismo una tarea impostergable y fundamental para los revolucionarios es construir una estrategia que nos permita superar el cortoplacismo y la aparición esporádica ante alguna coyuntura, como ha sido la tónica hasta ahora. Es decir, debemos proyectar y orientar la lucha en función de un programa, en función del socialismo.

Acaso, ¿Hay en Chile algún partido de izquierda, que no identifique al capitalismo como su enemigo?, o ¿Hay un sólo partido de la izquierda chilena, que no lance al rostro del enemigo más conservador, la acusación estigmatizante de capitalista? Nuestra organización, hace presente con esto, que las fuerzas políticas de izquierda, hoy siguen luchando con un enemigo que ya no existe, debido a que, el enemigo se oculta bajo un discurso liberal, haciéndonos pensar que nos enfrentamos al mismo enemigo de los años 60´y 70´.

A nuestro parecer y como aspecto central, es que los revolucionarios vayamos acumulando fuerza social revolucionaria para ir paulatinamente, mediante la disciplina y el trabajo político e ideológico, desplazando poco a poco a las orientaciones reformistas, pequeño burguesas y socialdemócratas. Orientaciones que han cooptado los movimientos de masas, canalizándolos hacia la institucionalidad de la burguesía. Es necesario, para construir hegemonía, ir potenciando las plataformas de lucha que nos permiten hacer frente a las coyunturas y resolver las necesidades más sentidas del pueblo. Sin embargo esto debe ser acompañado de una estrategia que contemple la construcción de plataformas de lucha para la clase, más complejas y que permitan proyectar política e ideológicamente la movilización, evidenciando contradicciones fundamentales como la de capital – trabajo y explotadores – explotados. Tenemos que avanzar en la rearticulación del movimiento obrero y popular, trabajando desde el seno del pueblo en el rearme ideológico, en la profundización y desarrollo de las formas de lucha, en la legitimación de la autodefensa, aumentando los niveles de conciencia del pueblo al calor de sus propias luchas. Para generar una convergencia anticapitalista que dispute la hegemonía al bloque en el poder, los revolucionarios debemos dejar de estar en el segundo o tercer plano de los movimientos de masas, para ser los protagonistas y los conductores de éstos, disputarle la conducción a los sectores reformistas y socialdemócratas, para avanzar en la construcción de formas de organización paralelas a las que

4/5

Ser anticapitalista, implica en el caso hipotético de derrotar al capitalismo, preguntarse: ¿Qué hacemos después? ¿Nos vamos para la casa? ¿Nos agarramos a coscachos y a palos con las distintas fuerzas que se declaran anticapitalista, para definir quién tiene la hegemonía? ¿Esperamos que baje del cielo el nuevo mesías para decirnos qué debemos hacer? El problema de una política reaccionaria, es que no tiene propuesta, no tiene definición, en consecuencia, no tiene proyecto. Por el contrario, tener un proyecto político definido ideológicamente, implica necesariamente establecer la línea que indica con quién debemos converger y construir hacia el futuro. Nos proponemos trabajar por la consolidación del Movimiento Tod@s a la Moneda como el paso natural de la fuerza acumulada, independientemente del resultado y de la disposición del candidato. En tanto tenemos como principio la dispersión del poder, la horizontalidad en la toma de decisiones, el Movimiento que emerge como alternativa al duopolio que nos ha gobernado los últimos 23 años, lo visualizamos también en sus relaciones de poder como una alteridad. Así como pensamos que la unidad debe ampliarse a otras organizaciones que hoy no están en el proyecto de Movimiento, pensamos que debe erradicarse toda práctica antidemocrática y a quienes las impulsan.

1 http://facebook.com/redlibertariachile 2 http://www.unechile.cl/ 3 http://nuevafuerza.cl/ ⁴ http://juventudguevarista.cl/ ⁵ http://www.loshijosdemafalda.cl/


politica

El Nuevo Anticapitalismo Chileno Por Marco Álvarez

El siglo XXI ha puesto importantes desafíos para la izquierda revolucionaria. Una de ellas es tener la capacidad de poder articular todas las luchas populares y ciudadanas. no es necesario, ya que Marx nunca se fue, no murió, al contrario, sobrevivió a lo que denominaron como el fin de la historia y las ideologías. Lo que sí es cierto, es que no volvió de forma ortodoxa, al contrario, resurge con fuerza en variadas interpretaciones. “El florecimiento de esos ‘mil marxismos’ aparece como un momento de liberación en que el pensamiento se evade de las estrecheces doctrinarias. Significa la posibilidad de recomenzar, tras las experiencias traumáticas de un siglo trágico, pero sin hacer tabla rasa del pasado”.3 A pesar del vigente pensamiento de Marx y su variedad de “ismos”, es importante hacerse cargo de las carencias e insolvencias del fantasma que aún recorre el mundo entero. En esa dirección, el intelectual revolucionario franco-portugués Michael Löwy en su prefacio de su libro “La teoría de la revolución en el joven Marx” se pregunta lo siguiente:

E

n los albores del Chile del siglo XXI, la lucha frontal contra el capitalismo aún sigue peregrinando por indefiniciones importantes. Para graficar esta situación -adaptando una célebre frase gramsciana-, podría decir que “el viejo anticapitalismo no quiere morir, el nuevo anticapitalismo está por nacer”. Cuando hablo del viejo anticapitalismo, no me refiero a la interminable ruta rebelde que han trazado la clase trabajadora y el pueblo en su lucha por la destrucción del sistema capitalista. Al contrario, hablar de un nuevo anticapitalismo bajo ninguna circunstancia es negar el devenir histórico de las luchas por la derrota del sucesor del feudalismo. Ser parte de una línea histórica nos vuelve legatarios de décadas de experiencias populares y aprendizajes adquiridos en nombre del socialismo. La larga ruta rebelde transita desde la Unión Socialista1 a los colectivos populares de fines del siglo XX. Esta ruta abrazó y se nutrió de corrientes marxistas, libertarias, cristianas y latinoamericanas. Caminó con el ejemplo de Recabarren, Clotario, Miguel y Tamara. Desde abajo y con la experiencia de décadas de luchas populares, fue forjando su carisma e identidad, la cual nos deja como herencia una rica tradición de lucha que debemos empuñar. Con el importante alcance anterior, volvamos al viejo anticapitalismo. Este dice relación con los resabios de la izquierda del siglo XX que aún tiene mucha resonancia en algunas pequeñas organizaciones con nombres rimbombantes. Me refiero al anticapitalismo sectario, dogmático, machista, sin vocación de poder y extraviado cronológicamente en la historia, el cual ha configurado una izquierda un tanto delirante. No tengo dudas que el antiguo anticapitalismo seguirá existiendo, lo que bajo ninguna circunstancia significa que las y los militantes que acoge en su seno no se vean impedidos de transitar hacia las nuevas formas de comprensión

y construcción política que hoy se trazan al calor de la diversidad de luchas populares y ciudadanas. Más allá de las paupérrimas condiciones que nos dejó el término del corto siglo XX, la alternativa anticapitalista se ha demorado en encontrar su sentido emancipador principalmente por la obtusa decisión de no querer navegar por los cauces de las nuevas realidades del siglo XXI. Sería una injusticia graficar de forma estática el comportamiento del anticapitalismo mencionado anteriormente, ya que han existido interesantes reflexiones en las últimas dos décadas, pero no han sido suficientes como para contribuir a una alternativa revolucionaria viable para nuestros tiempos. Luego de la caída del mal denominado “socialismo real”, conceptos como revolución, marxismo, anticapitalismo y todo lo que orbitaba alrededor de ellos, fueron duramente desprestigiados. Este desprestigio no es sólo la ganancia de los vencedores capitalistas ni la falta de sentido emancipador ya comentado, sino también la responsabilidad de la URSS en el desastre de este proceso. Frente a eso, es bueno saber que como juventud no tenemos responsabilidad alguna frente a este accidente histórico, y es más, como nos cuenta el historiador Erick Hobsbawm “un nuevo resurgimiento o renacimiento de este modelo de socialismo no es posible, deseable ni, aun suponiendo que las condiciones le fueran favorables, necesario”.2 El anticapitalismo de corte marxista sufrió la contaminación natural de ejercerse bajo la hegemonía de los “gobiernos socialistas” del siglo pasado, mezclado con las carencias de la misma teoría de Marx, junto a la amplia diversidad de “legatarios teóricos” que lo interpretan. Con tanto desprestigio, fracaso y contaminación, es válido preguntarse sobre la necesidad de volver a Marx. Frente a esa pregunta, Jacques Derriba nos dice que “sería un error no leer y releer a Marx, no polemizar sobre él. Pero será cada vez más una falta de responsabilidad teórica, filosófica y política”. Al parecer

“¿Cómo corregir, entonces, las numerosas lagunas, limitaciones e insuficiencias de Marx y de la tradición marxista? Por medio de un comportamiento abierto, una disposición a aprender y a enriquecerse con las críticas y los aportes provenientes de otros sectores –y, en primer lugar, de los movimientos sociales, “clásicos”, como los movimientos obreros y campesinos, o nuevos, como la ecología, el feminismo, los movimientos para la defensa de los derechos del hombre o para la liberación de los pueblos oprimidos, el indigenismo, la teología de la liberación” .⁴ El comportamiento abierto que nos describe Löwy, es un llamado heterodoxo, principalmente para nutrir la tradición marxista. Una tradición que en el siglo XX no fue capaz de incorporar importantes luchas, o simplemente las caracterizaba como secundarias. Cualquier debate que no contemplara al trabajador como el sujeto por excelencia de la revolución y muchas veces exclusivo, era duramente cercenado por la amplitud de izquierdas. Por esa tradición fuimos criados en una izquierda productivista, muy alejada del respeto con el medio ambiente. Nos enseñaron que la caída del capitalismo resolvería por si solo los problemas de género, caricaturizando y criminalizando el feminismo como un problema pequeño burgués y accesorio. La revolución salvaría a los pueblos indígenas y sus luchas ancestrales se debían subordinar a la de la clase trabajadora.

1 En el año 1889 un grupo de trabajadores descontentos al interior del Partido Demócrata, forma la Unión Socialista. Hay consenso al menos en la historiografía marxista sobre este antecedente, atribuyéndole a la Unión Socialista ser la primera organización de corte socialista en la historia de Chile. 2 Eric Hobsbawm, Historia del Siglo XX (título original the Short Tiwentieth Century 1914-1991), Buenos Aires, Crítica Grupo Editorial Plantea, 2010, pag. 493.

La vanguardia nos despertaría del letargo y con su iluminación, el triunfo sería inminente. Romper con esos esquemas impuestos desde la misma izquierda también es una lucha revolucionaria. Desde lo interno la tarea es abismante, ya que debemos desconstruir, sin perder la honesta tradición de décadas de experiencias y luchas. Ese nuevo anticapitalismo –que no es chileno, pues hoy se construye desde distintas latitudes-, debe volver a caminar junto al mundo de las y los trabajadores, combatiendo a todas aquellas teorías que los tratan de invisibilizar como los importantes sujetos de transformación que son. Pero también debemos incorporar todas las luchas que hoy se gesten con rebeldía al interior de nuestra sociedad. Esas luchas que no tuvieron importancia para gran parte de las izquierdas del siglo XX. La lucha feminista de las mujeres y de sus compañeros que abrazamos con fuerza la caída del patriarcado. La lucha de las y los inmigrantes, históricamente discriminados, incluso por su propia clase al salir de sus fronteras. La lucha contra el desastre ecológico capitalista, que sólo puede ser superada bajo las banderas del ecosocialismo. La lucha por la dignidad de la niñez popular, que nadie quiere ver y menos combatir. Luchar por un nuevo trato entre las y los anticapitalistas con los nuevos-viejos movimientos sociales. El siglo XXI ha puesto importantes desafíos para la izquierda revolucionaria. Una de ellas es tener la capacidad de poder articular todas las luchas populares y ciudadanas. La alternativa anticapitalista y profundamente socialista será la expresión concatenada de las mil luchas que hoy se levantan a lo largo de nuestro país. En el o los próximos capítulos de este texto profundizaré sobre las nuevas relaciones del actual anticapitalismo chileno con los movimientos sociales, las elecciones, la ecología, el feminismo, la niñez popular, el nuevo internacionalismo y la actualidad del movimiento obrero. También abordaré algunas cuestiones que versan sobre las posibilidades de una gran convergencia anticapitalista en Chile. Nos guste o no, el color de la revolución ya no puede ser sólo el rojo. El verde, el violeta y tantos cuantos sean necesarios, serán las tonalidades que nos deben acompañar en el largo camino emancipador.

3 Daniel Bensaid, Marx ha Vuelto, España, Editorial Edhasa, 2012, pág. 200. ⁴ Michael Löwy, La teoría de la revolución en el joven Marx, Buenos Aires, Herramienta Ediciones, 2010, pág. 16.

6/7


Evaluaciones estandarizadas, matemática y “la Otra Educación” Escuelas Libres

Por Luiggi Cabrera¹

N

uestro país ha sufrido cambios de orden político-cultural que indudablemente han impactado en la forma en qué se concibe actualmente la educación formal, lo anterior se puede observar, por ejemplo, en las cartas fundamentales que han regido a través de nuestra historia; desde la constitución de 1833, 1925 y la del DICTADOR contemporáneo: Pinochet. Los reformadores de la concertación (Ricardo Lagos, 2005) han sabido mantener el legado constitucional de Jaime Guzmán y el TIRANO hasta la actualidad, oprimiendo al pueblo con una constitución aprobada mediante el manipulado “plebiscito” del 11 de septiembre de 1980. El factor común que poseen estas tres constituciones en el plano educativo formal, es entender la libertad de enseñanza como una libertad de elección; esto implica que los padres y apoderados pueden elegir el centro educacional en donde se educarán los futuros empresarios o la mano de obra barata del país. Lo anterior lleva a la clase trabajadora, cuyos recursos no dan abasto, a optar por una educación particular para sus hijos e hijas, emergiendo así en el discurso social, la educación como bien de consumo y no un derecho igualitario. En plena dictadura, en 19862, la educación cayó en manos de las municipalidades, quienes se hicieron cargo de su administración con muy bajos estándares de fiscalización en la calidad entregada. Consiguientemente, quienes solo pueden acceder a la educación formal municipal, se han llevado lo peor de ella recibiendo una educación de mala calidad. Otro nefasto aspecto de la educación formal son las evaluaciones estandarizadas nacionales e internacionales. Respecto a las nacionales, en plena década del 60, el sistema de bachillerato había recibido variadas criticas como forma de ingreso a las universidades chilenas, ya que la metodología que se empleaba para el ingreso a la educación superior universitaria no era común entre todas las casas de estudio, es decir, la prueba que se aplicaba no era estándar, es por esto, que este sistema debía ser modificado y se debía plantear una prueba común para todo aquel secundario que quisiera optar a alguna universidad del consejo de rectores.

A la luz éste panorama educativo, un grupo de investigadores de la Universidad de Chile creó la Prueba de Aptitud Académica (PAA)3, complementariamente y de manera optativa (variaba en cada universidad) se encontraba la Prueba de Conocimientos Específicos (PCE), ambas pruebas formaban como nuevo sistema universal de selección universitaria. La PAA fue el primer antecedente de evaluación estandarizada del país y tuvo una vigencia de 35 años, ya que

en el año 2003, bajo el gobierno de izquierda neoliberal de Ricardo Lagos, se reemplazó por la actual Prueba de Selección Universitaria (PSU), que mide los conocimientos disciplinarios de los egresados que deseen postular a la educación superior universitaria⁴. En 1988 en plena dictadura, se formulo y se puso en marcha el Sistema de Medición de la Calidad de la Educación (SIMCE), que mide los conocimientos disciplinarios de estudiantes de 2°, 4°, 6° y 8° básico, además de estudiantes que cursan la educación secundaria en 2° y 3° medio⁵. Por otra parte, nos encontramos con las evaluaciones estandarizadas de carácter internacional en la que Chile ha participado; PISA (Programme for International Student Assessment), aplicado a los estudiantes de 2° Medio en los años 2001, 2006 y 2009, organizada por el selecto grupo neoliberal del OECD. También nos encontramos con TIMSS (Trends in International Mathematics and Science Study), la que fue aplicada a estudiantes de 8° año básico en los años 1998 y 2002, organizada por IEA. Por último nos encontramos con LLECE (Laboratorio Latinoamericano de la Calidad de la Educación). Fue aplicada a los estudiantes de 2°, 3° y 6° EGB en los años 1997 y 2006 y organizada por UNESCO. El punto en común de todas estas pruebas estandarizadas, es la presencia de las disciplinas de lenguaje y comunicación, además de matemáticas. Se aprecia, entonces, que la educación formal sólo refuerza y potencia estos dos conocimientos y los valora como fuentes casi exclusivos del saber. Lo anterior se puede apreciar en el aumento de horas dentro del marco curricular de estas dos asignaturas, en desmedro de las asignaturas de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, Naturales, Artes Visuales, Música y Tecnología, que a su vez generan otros tipos de habilidades, como la creatividad o el sentido crítico sin ir más lejos. Producto de lo anterior, se establecen criterios de selección dentro de los establecimientos educacionales, ya que para mantener activo el sistema de mercado educacional debe existir el consumidor⁶ que considere atractivo un puntaje elevado en evaluaciones tipo SIMCE y PSU. De esta forma se estructura el ingreso a las universidades elitistas del país. Como se puede apreciar, la educación formal centra su atención en las evaluaciones dejando a un lado espacios de discusión entre el contenido a tratar y la realidad en que vive el o la estudiante. Producto de lo anterior, el concepto de alumno imperante en las aulas es el de niñ@s reproductores

¡Pueblo, conciencia y organización! Estamos construyendo la otra educación. de conocimientos⁷, lo que supone un gran obstáculo al que sus mentes se liberen. En esta tarea, como Trabajadoras y Trabajadores de la “Otra Educación” rompemos con la educación basada en la opresión de las conciencias, y por tanto nuestro trabajo está orientado a fomentar el desarrollo de niños y niñas con un pensamiento crítico; que lean la jornada sabatina de las Escuelas Libres en función de su contexto inmediato, por un lado local y otro nacional. En relación al contexto local, el escenario es bastante desfavorable, puesto que en la cultura interna del poblador coexiste delincuencia, drogas, abusos sexuales, allanamientos de parte de la PDI y de la policía encapuchada (carabineros), siendo lamentablemente normal la vulneración los derechos humanos de nuestros niños y niñas. El plano nacional no es mucho más alentador, ya que el terrorismo de Estado más resulta patente a éste nivel; están las injusticias hacia nuestros hermanos Mapuche en el Wallmapu; el acceso a la educación superior con cobros abusivos en créditos privados (CORFO) y el famoso crédito socialista-neoliberal de la señora Bachelet (CAE); el sistema de salud donde los hospitales son salas de esperas eternas, y en algunos casos la dama de negro se termina llevando al enfermo antes de ser atendido, o el acceso a la vivienda bajo créditos usureros. Es por esto que en el aprendizaje de una niña o un niño no se debe basar solo en adquirir un nuevo conocimiento, como ocurre en las lecturas aisladas de la realidad o saber sumar dos números porque un ser con “mayor conocimiento” imparte dichas materias. La adquisición de un saber debe encontrarse íntimamente ligada a la lectura del mundo⁸, esto conlleva a cuestionar dichos conocimientos estandarizados; solo de esta forma será dado comprender la realidad. Dentro de las aulas de la educación formal, en los estudios sobre la operación matemática del tanto porciento, no se enseña que TODOS Y TODAS, sin importar la edad, sexo, credo y nivel socioeconómico, pagamos el 19% de IVA al realizar cualquier acto de consumo. Se trata de una noción del todo atingentes al niño o niña que, digamos, piensa comprar un helado dentro del centro educacional, para quien sería muy relevante saber que el nuevo gobernante es un neoliberal (de color centroizquierdista, centro, centroderecha u OPUSDEI), interesado en mantener el estatus quo económico, ya que el dinero que han destinado para su propio consumo es parte

de la circulación monetaria interna y externa. Concluiría el niño o niña, por ejemplo, que reducir el 19% de impuesto solo al libro es negligente. En la asignatura de Matemática, podemos encontrar más ejemplos de educación situada en la realidad, como son los contenidos de Interés simple y compuesto. El primer concepto tiene relación con el “precio del dinero”; si alguien pide un préstamo en un banco, caja de compensación, u otra entidad, debe pagar un cierto interés por aquel dinero. De igual forma, si alguien deposita dinero en un banco, el banco debe pagar un cierto interés por ese dinero. El segundo concepto, que hace referencia a “el costo del dinero”, utilidad o beneficio de un cierto capital inicial (C) o principal, a una tasa de interés (i), durante un período (t), en el cual los intereses que se obtienen al final de un período en particular de inversión, no se retiran sino que se reinvierten o se agregan al capital inicial; en otras palabras, se capitalizan, produciendo un capital final (Cf ). Lamentablemente la educación formal no se encarga de criticar aquellos contenidos en relación a la realidad de los niños y niñas. Algunos podrán sostener que lo anterior es innecesario, porque a un niño no le otorgan un crédito de consumo en un banco, sin embargo es fundamental que el niño desde ya juzgue si el sistema bancario es justo para la sociedad en la que él se encuentra, o en caso contrario cambiarlo por otro sustituyéndolo por otro fondo monetario o simplemente para darse cuenta de que para que este escenario cambie, debe cambiar el sistema económico actual. Nuestro camino lleva más de 4 años de vida como Escuelas libres de Chile y nuestro movimiento político Libres del Sur casi dos años de existencia, a pesar de lo anterior hemos avanzado a pasos agigantados y con la firme convicción de cambiar Chile por uno igualitario, libre, democrático y popular.

1 Profesor y militante Libres del Sur de Chile. 2 http://www.daemcatemu.cl/index.php/daem/resena-historica 3 Fuente: http://www.demre.cl/historia_paa.htm ⁴ Fuente: http://www.demre.cl/psu.htm ⁵ Fuente: http://www.agenciaeducacion.cl/simce/pruebas-simce/que-evalua-el-simce/ ⁶ Entiéndase como consumidores a padres y apoderados. ⁷Paulo Freire (1970) Pedagogía del oprimido. Edit: Siglo XXI: Buenos Aires. ⁸ Paulo Freire (1984) La importancia de leer y el proceso de liberación. Edit: Siglo XXI: Buenos Aires.

8/9


ECOSOCIALISMO

humanidad puede todavía permitirse quemar. 3º) Una buena parte de los recursos naturales son propiedades públicas o no pertenecen a nadie, y no son medibles en términos monetarios.

Las fases de desarrollo de la crisis ecológica capitalista

Sería decir poco, por consiguiente, afirmar que la “economía verde” no tiende un puente hacia un “desarrollo sostenible”. En las próximas décadas, en plena urgencia, el corazón del aparato productivo capitalista seguirá constituido por lobbys energéticos fósiles así como por sectores dependientes del petróleo. La petroquímica conservará un papel clave y su impacto ambiental será severo. Junto a este núcleo duro, podrá desarrollarse un sector verde del capitalismo –en el cual la PNUE y la AIE incluyen el nuclear, los agrocarburantes y el “carbón limpio”, -¡ya está dicho todo!- a condición de que los Estados le abran el camino a golpes de privatizaciones y de subsidios públicos. El informe que el Programa de las Naciones Unidas (PNUE) ha dedicado a la economía verde lo dice sin ambages: “la subvaloración, la mala gestión y, al final, la pérdida de los servicios ambientales han sido ocasionados por su invisibilidad económica que deriva del hecho de que se trata principalmente de bienes y servicios públicos. Los sectores financieros e inversores controlan billones de dólares y están en condiciones de proporcionar lo esencial de la financiación (...). Pero las tasas de ganancia son insuficientes, de manera que la financiación pública es esencial para poner en marcha la transformación de la economía”.

Por Daniel Tanuro¹

Homo sapiens, nuestra especie, tiene por naturaleza el producir socialmente su propia existencia. Lo hace por medio del trabajo, gracias al cual transforma en valores de uso los recursos naturales que no consume tal cual. Mediación indispensable entre la humanidad y su entorno, este trabajo es una actividad consciente: su resultado preexiste en el cerebro del productor en forma de un proyecto que el trabajador adapta a medida que lo ejecuta, haciendo después un balance. Esta capacidad de pensar el trabajo tiene como corolarios: 1º) la búsqueda de los medios técnicos y sociales para aumentar la productividad; 2º) la necesidad de una comunicación y de un aprendizaje social; 3º) el hecho de que cada generación se alza, por así decirlo, sobre los hombros de las precedentes, o dicho de otra manera, el desarrollo humano. Estas características distinguen a nuestra especie de los otros animales sociales, como las hormigas, las abejas o las termitas, cuyo modo de producción es instintivo y por consiguiente sólo se modifica al ritmo de la evolución biológica.

“The Future we don’t want”: el remake de los cerramientos en un contexto de destrucciones ecológicas agravadas La factura ecológica resulta particularmente sazonada en los países emergentes, donde la ley del desarrollo desigual y combinado hace que las más modernas amenazas contra el entorno (petroquímica, nuclear, transgénicos) cohabiten masivamente con las de la primera Revolución industrial (carbón)... y los efectos del recalentamiento, que afectan sobre todo a las regiones tropicales y subtropicales. Pero todo el planeta, del Norte al Sur, está ya confrontado a la enorme “deuda ecológica” acumulada por el capital. En este comienzo del siglo 21, la humanidad está atrapada de forma duradera entre la crisis socio-económica y la crisis ecológica global. La política neoliberal ha llevado al colapso de 2008, con la crisis de las subprimes y su transformación en crisis de las finanzas públicas. El marasmo es profundo. Una vez más, el capital busca una vía que le permita relanzar su acumulación. Desde 2008, las instancias internacionales (Secretariado de Naciones Unidas, PNUE, Banco Mundial, OCDE) dedican voluminosos informes a la transición hacia una “economía verde”. Un proyecto de resolución sobre el tema, titulado “The Future we Want” (El Futuro que queremos), fue redactado para la

cumbre Río+20 de las Naciones Unidas. Se trataría de relanzar el crecimiento y de satisfacer las necesidades sociales salvando la biodiversidad, los océanos, los bosques, los suelos y el clima de la Tierra. Pero es una engañifa. Leyendo atentamente esta prosa, uno puede darse cuenta de que se trata de hecho de un ambicioso proyecto para privatizar aún más sistemáticamente los recursos naturales, con el fin de que todos los “servicios de la naturaleza”, sin excepción, sean transformados en mercancías. De paso, la preocupación por los límites ecológicos del desarrollo es barrida debajo de la alfombra. En la base de este proyecto hay una evaluación económica: según algunos partidarios de las Ecological Economics, el valor neto de los “servicios” que la biosfera rinde a la humanidad ascendería a unos 33 trillones de dólares. Esta cifra avanzada por Robert Costanza es más que contestable, pero una cosa es cierta: si los “servicios” ambientales estuviesen en manos privadas y si los consumidores debieran comprarlos en el mercado, el capital tendría ante sí un nuevo Eldorado. Podemos por ejemplo imaginarnos que los bosques estuvieran enteramente privatizados y que los 7.000 millones de inquilinos del planeta tuvieran que pagar el “precio verdad” de la absorción del CO2 por los árboles (...). A señalar que este escenario no es totalmente de política ficción: el “coste verdad” es practicado en el sector del agua; en cuanto a los propietarios de bosques, ya están siendo remunerados por la captura del CO2 en el marco de los mecanismos REDD y REDD+ de “lucha contra el cambio climático”. Nacido de la separación de los productores y la tierra (los “cerramientos”), ¿el capitalismo envejecido habría encontrado la vía hacia la erradicación de la pobreza en el marco de una “armonía reencontrada con la naturaleza”? No: 1º) Una proporción importante de la “industria verde” sólo es potencialmente rentable; la mayor parte de las fuentes de energía renovables, en particular, no son competitivas en comparación con las fuentes fósiles, y no lo serán en los próximos quince o veinte años. 2º) Capitales colosales y muy poderosos están bloqueados en el sistema energético actual, donde las inversiones son a largo plazo; dos ejemplos: se estima el coste global de la sustitución de las centrales eléctricas fósiles y nucleares entre 15 y 20 trillones de dólares (¡entre un cuarto y un tercio del PIB mundial!), y las reservas comprobadas de combustibles fósiles –que forman parte de los activos de los lobbys del carbón, del gas y del petróleo– son cinco veces superiores al presupuesto carbono que la

¿Ha dicho usted “financiación pública”? ¿Pero de dónde va a venir el dinero, cuando los Estados se hunden bajo las deudas? El PNUE no esquiva la cuestión: en vez de buscar compromisos entre lo económico y lo ambiental, se trata de adoptar el “buen enfoque económico”. Éste consiste en abordar las reformas necesarias para desbloquear el potencial de producción y de empleo de una economía verde que actuaría como un nuevo motor y no como un freno del crecimiento. En resumen: acentuar la política neoliberal contra el mundo del trabajo, los jóvenes, las mujeres, los pequeños campesinos y los pueblos indígenas. Dos siglos después de su nacimiento, el capitalismo enfermo, hundiéndose bajo las deudas, quiere imponer a la humanidad un remake global de los “cerramientos”, combinado con la continuación de sus otros crímenes sociales y ambientales. A esto conduce la lógica productivista de este sistema que “agota las dos únicas fuentes de riqueza, la Tierra y el trabajador” en el altar del beneficio. El interés de los explotados/as y oprimidos/ as es oponer reivindicaciones ecosocialistas, contraponiendo sistemáticamente a la lógica del crecimiento y del beneficio la lógica alternativa de los bienes comunes, del tiempo libre y de la satisfacción de las necesidades humanas reales, democráticamente determinadas en el prudente respeto a los ecosistemas. Nos quedaríamos cortos diciendo que el furioso individualismo impuesto por el desarrollo capitalista –en particular por los modos de movilidad y de hábitat inducidos por el vehículo individual y la especulación inmobiliaria– es un obstáculo nada despreciable. Pero el pesimismo de la razón no excluye el optimismo de la voluntad. Como señala François Chesnais, el encuentro entre las crisis económica y ecológica crea condiciones propicias para la eclosión de una conciencia y de luchas ecosocialistas. En el marco de éstas, conforme a la reapropiación colectiva de las riquezas naturales, se irá forjando una cultura de las relaciones entre la humanidad y su entorno “basadas en la premisa de nuestro compromiso en el mundo en lugar de nuestra desvinculación de él”.

1 En este artículo de Daniel Tanuro, teórico marxista y militante ecosocialista belga, los editores de la Revista Libres del Sur, por razones de espacio, han seleccionado sólo la parte final. Para una lectura extensa acceder a: http://vientosur.info/spip.php?article6968 con fecha 12 de julio de 2012.

10/11


FEMINISMO

Por La Violeta Rebelde

“A mí me decían perra puta mirista, con la variante de perra maraca marxista, (…) el primero te quita tu condición de ser humano: perra. El segundo, te quita desde su perspectiva la dignidad de mujer: puta. Y el otro, marxista o mirista: eres su enemiga política.” Lelia Pérez

N

osotras, las que no lo vivimos para contarlo nos preguntamos a menudo ¿Desde qué perspectiva podemos construir nuestra memoria? ¿Desde qué prisma podemos homenajear a nuestras seres amadas? Mujeres que fueron víctimas no sólo del poder político, cívico y militar, sino que también de una opresión patriarcal que las denostó en tanto mujeres. Este no es un artículo de investigación, este es un trabajo de memoria, esa que tanto hace falta en este país.

Mujeres guerreras y valientes, no reconocidas y relegadas a su “rol femenino” de ser compañera del obrero, del trabajador y del hombre rebelde, absorbidas por la lucha social en tanto validación de su realidad, donde los principios feministas de emancipación y liberación nunca llegaron a concretarse. Porque sabemos que a pesar de las promesas del socialismo, en Chile las grandes Alamedas nunca se abrieron para que transite la mujer libre, es tarea nuestra, como protagonistas del cambio social, recordar a las miles de mujeres que fueron pobladoras, estudiantes, trabajadoras, militantes, torturadas, exiliadas, presas políticas, detenidas desaparecidas y activistas en el combate diario de buscar a sus familias. Y, a partir de su reconocimiento histórico, construir tras su legado, y el de tantas otras en la historia, ese camino que abra las alamedas también para nosotras. Es necesario entonces un homenaje sororo, que reivindique los sueños de cada una de las miles de mujeres que sufrieron el más brutal de los ensañamientos, mujeres cuyas vidas fueron desgarradas y truncadas para siempre, y que a pesar de la violencia que ejerció el poder contra ellas, fueron capaces de resistir y de seguir luchando hasta hoy. Mujeres que, por pensar en que un mundo mejor era posible o por criar hijas e hijos que lucharon por justicia para su pueblo, sufrieron las consecuencias más terribles y deshumanizadas del golpe de estado de 1973. Algunas fueron expulsadas de su país, se convirtieron en familiares de ejecutados, y mientras que otras fueron torturadas, utilizando su condición de mujeres para ser denostadas sexualmente. Sin embargo existió otro tipo de tortura, tal vez más silenciosa, pero así también más cruel y que en muchos casos se extiende hasta hoy. Muchas de ellas sufrieron la desaparición forzada de sus familias, de los compañeros que escogieron para compartir sus vidas, de los hijos e hijas que criaron, de nietos o nietas que aún no nacían.

PERRA PUTA Y MARXISTA1 las luchas de un pueblo profundamente golpeado. Hicieron la revolución en las aulas, en las fábricas, en las calles, en las poblaciones. Ellas, como nosotras, creyeron que se podía construir un mundo distinto, y se sumaron a la lucha a la par de sus compañeros. Entre libros, marchas, cuadernos, cafés, guitarras, ollas comunes y tareas del partido, risas y conversaciones sobre el “Che”, pensaron y trabajaron por la construcción de un futuro más justo, por un pueblo con conciencia de clase, por una revolución generalizada. Entre estas semillas de justicia y libertad están, Diana, Jenny, Carmen, Alicia, María Teresa, Loreto, Cecilia, Nubia, Jacqueline, Gloria, Reinalda, Nalvia, y tantas otras. Así también, nos encontramos con historias de mujeres amantes que tuvieron que enfrentarse al dolor de perder a sus compañeros y a sus hijas e hijos. Ellas asumieron el compromiso incansable de búsqueda de justicia enfrentándose a un sistema opresor y autoritario, a una sociedad paralizada por el miedo y a la polarización política. Es el caso de Owana Madera, que tras el brutal asesinato de su compañero Manuel Guerrero (“Caso degollados”) hizo de su vida una constante batalla en el escenario jurídico de la época y hasta hoy, no sólo buscando justicia para Manuel, ella y su familia, sino también para muchas mujeres y familias en la misma situación. Lo que nos permite ver la colectivización de la lucha por una causa común, mostrando que aquí también lo personal es político.

cristiano mirista, descubre lo que es para ella la verdadera iglesia, la que está con quienes sufren. Cuando trabajaba en el Comité Pro Paz se entera de su asesinato, y desde allí ayuda a la familia, convirtiéndose en una más, compartiendo su dolor y su lucha, y la de tantas y tantos otros que se encontraban en la misma situación. “Levántate y mírate las manos para crecer estréchala a tu hermano. Juntos iremos unidos en la sangre ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.” Plegaría a un Labrador, Víctor Jara, himno de los cristianos de izquierda. Tampoco podemos dejar de hablar de Victoria y Viviana Díaz, hijas de Víctor Díaz López –emblemático miembro del Comité Central del Partido Comunista que hoy es un detenido desaparecido más. Con admiración y amor recuerdan a su padre, e intentan seguir el camino trazado por él, pero ahora orientándolo a la búsqueda de verdad y justicia. “Nuestro padre fue un hombre que siempre luchó por una sociedad más justa, fue autodidacta, un obrero consecuente con sus principios, que quiso lo mejor para sus hijos y por eso nos enorgullecemos de él; un gran pacifista, siempre ayudó a quien se lo solicitó y por ello es recordado por sus compañeros de partido, por sus amigos y vecinos, como un gran dirigente y un hombre de gran calidad humana y un gran amigo.” Victoria y Viviana Díaz Ambas son parte de la fundación de la Agrupación de Familiares de DD.DD., donde Viviana encabeza la presidencia tras el deceso de Sola Sierra, y Victoria es parte del coro de voces de la Agrupación. A la violencia vivida ellas respondieron –y responden- con paz, respeto y valentía, es por ello que no dudaron en desde un principio al Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo, donde denunciaron los lugares de tortura y ofrecieron resistencia pacífica ante las brutales fuerzas represivas, así también internacionalizaron

su lucha, al solidarizar y ser parte activa de las redes de familiares que sufrieron la Operación Cóndor y las otras artimañas del imperio por desestabilizar la ola socialista que inundó Latinoamérica. Hoy, cuando tras años de alegatos en tribunales, han conseguido un juez con dedicación exclusiva para el caso de su padre, sienten que la justicia está unos pasos más cerca. No queremos en esta ocasión enfocarnos en los tratos crueles e inhumanos que han padecido estas valiosas mujeres, desde que la bota militar aplastó nuestra democracia en ese fatídico 11 de Septiembre. No queremos resaltar en estas líneas su calidad de víctimas del terrorismo de estado, pues lo que buscamos con este escrito es alzar a cada una de estas compañeras –y las miles que no alcanzamos a nombrar– al rol que les corresponde: heróicas compañeras que no titubearon jamás al momento de darse enteras en la lucha. Queremos reivindicar su esfuerzo, su amor y su paciencia inacabable, queremos que trasciendan a su familia, vecinos y entorno, porque en estos 40 años tras el golpe hemos aprendido de sobra que la violencia también consiste en invisibilizarnos, y creemos que si no hay libro que aguante a estas gigantes mujeres, nuestras bocas y plumas tampoco pueden callar tantas historias que merecen ser contadas. Es así que como militantes feministas hacemos nuestra su historia y legado para permitirles también a ellas un necesario descanso, una pausa en su imparable vida, pero por sobre todo, que sepan que no están solas y que su lucha vive en nosotras, que sus manos y sus familiares nos guían en la travesía por un mañana para todas, porque si hay algo que hemos aprendido con su ejemplo, es que el endurecerse sin jamás perder la ternura se hizo carne en todas ustedes. Éste es un pequeño homenaje a estas mujeres organizadoras, creadoras, contenedoras de amor y esperanza, luchadoras incansables por la justicia de sus familias y por la justicia de su pueblo.

“Perdí el miedo, no lo digo arrogantemente, pero cuando sientes que lo has perdido todo no tienes más que perder y la necesidad de que esto tiene que terminar te hace sentir un compromiso mucho mayor, de entender que lo que te pasó a ti no le pase a ninguna familia.” Owana Madera Al igual que Owana, Ofelia asumió un compromiso incansable con la causa de los ejecutados y detenidos desaparecidos, luego de que su esposo Alberto, su hijo Roberto, su hija Catalina, su nuera Mónica y su yerno Rolando fueran ejecutados (“Caso Rinconada de Maipú”)2 . Al quedar al cuidado de su nieto Beto, de tan sólo 6 meses, decidió que no podía traspasar a su familia más tristezas, y fue para ella un ejemplo de lucha. Ya a sus 86 años, cuando se vivencian en su cuerpo los años batallados, no encontramos más en ella que amor para entregar.

Por todo lo anterior es que hoy necesitamos reivindicar a las mujeres luchadoras, y reconocernos en ellas, intentando construir nuestra propia identidad a través de este hilo en la historia que nos precede 40 años. Ya que no podemos narrar todas las historias, escogimos algunas que, como casos emblemáticos, nos permiten vislumbrar una historia en común, que las une, que finalmente nos une.

“Así que ahí me quedó la amargura, pero de todas manera yo no quise contagiar, amargar a nadie, yo les decía, tenemos que continuar viviendo y no criar al niño triste, que quedó chiquito, o con cosas que él recordara desagradables. Traté de que fuera lo más normal la vida, no hablando ni a favor ni en contra, pero sí después cuando estuvo en edad, él se pudo dar cuenta (…), y yo me cuidé de no contagiar sufrimiento, sino que hacer lo que podía, alentar a la gente, que por aquí (…) sufrían mucho de pobreza”. Ofelia Moreno.

En esta búsqueda por recordar, nos encontramos con mujeres estudiantes, trabajadoras, pobladoras, militantes, que se conmovieron con el clima revolucionario e hicieron suyas

La historia de Ofelia se entrelaza con la de Juanita Ramírez, ex religiosa, militante del MIR, quien encantada por la sensibilidad humana y el sentido de pueblo de Roberto Gallardo Moreno,

Foto tomada un 8 de marzo en conmemoración al Día Internacional de la Mujer, cuando la Asociación de Familiares de Ejecutados Políticos realiza un acto a las afueras de La Moneda, en honor a sus hijas asesinadas. A la derecha la compañera Ofelia Moreno

1 Este artículo está realizado en base a las entrevistas realizadas a Owana Madera, la familia Gallardo Moreno, Juana Ramírez, y Victoria y Viviana Díaz, todas mujeres protagonistas de la época aquí narrada. 2 Para saber más de este caso: http://familiagallardopresente.blogspot.com/

12/13


Golpe, globalización y mercado

Por Juan Alegría Licuime ¹

E

l acontecimiento del Golpe de estado ha significado uno de los cambios políticos, económicos y culturales más profundos en la sociedad chilena. Su reiterada recurrencia en la memoria colectiva. Es un suceso decisivo para entender ciertas dinámicas culturales, económicas, políticas, y artísticas, que cruzan el horizonte identitario nacional. En oposición a las tradicionales explicaciones del golpe, subyace en la profundidad de esta tragedia un implosivo proceso de modernización. Uno de los conceptos recurrentes en el campo semántico de la dictadura, fue la monopolización de la palabra modernidad, proceso que se despliega performativamente a través de la supremacía del mercado como directriz de la sociedad. La impronta de la modernidad se tipifica como rasgo característico del proceso del quiebre institucional de 1973, acontecimiento que hunde sus raíces con el proceso de industrialización en las décadas de 1938-1952. Este proceso apuesta por un desarrollo financiero, empresarial, y profesional en forma autónoma, dentro de los marcos territoriales, pero es dramáticamente interpelado por la devastación del Golpe. Paradójicamente, a partir de este último suceso, el proceso de modernización económica alcanza una dimensión insospechada. La inserción de las economías periféricas a la noción de economía capitalista global y totalizadora, determina que las primeras se constituyan como una suerte de corredores virtuales para las transferencias y movilización del capital.

En las primeras páginas de “Dinámica del Capitalismo”, Braudel (1991) comenta en forma anecdótica el cuarto de siglo que le dedicó a la culminación de la Historia del Mediterráneo. El extenso tiempo dedicado a una de sus principales obras y el modelo historiográfico utilizado, resumen metafóricamente su opción por el tiempo largo por sobre el proceso del acontecimiento. Su método se basa en la relación e interacción de tres tiempos: larga duración, mediana y corta: larga duración corresponde a un tiempo aparentemente inmóvil, se refiere a los cambios en la geografía terrestre y humana. Resultado de lo anterior, este tiempo es sumamente lento, siendo necesario varios siglos para percibir su movimiento. Para la historiografía, los aportes de Braudel son incalculables, ya que lo que implícitamente se desprende de la larga duración es el “estudio del proceso” o en otras palabras la historia misma como proceso. En esta configuración de la historia es fundamental integrar las formas del pensar y del sentir de determinada colectividad humana, ya que todo cambio cultural o identitario implica una lenta transformación en el tiempo. El tiempo de mediana duración remite a determinadas coyunturas, que encuentran su emergencia en la historia cíclica, cuyo ejemplo son los fenómenos económicos y sociales. Estos últimos, no son tan largos y abarcan décadas o siglos. Este tiempo concentra ciertas transformaciones graduales que conllevan un cambio constante. Ejemplos son una oscilación de precios, la caída de los salarios y determinados cambios demográficos. El tiempo corto alude a la historia política tradicional y lo que determina es el acontecimiento periodístico circunscrito

al individuo. El individuo pasa a ser el centro de la historia, destacándose las historias de los personajes importantes: políticos, clérigos, militares, etc. Sin embargo, para Braudel existen eventos no humanos que pueden clasificarse como de corta duración, los que están estrechamente ligados a los actos de la vida cotidiana. Reveladora es en ese sentido, la referencia de Braudel (1991) “el acontecimiento es explosivo, novedad sonora, como se decía en el siglo XIX. Con su abusiva humareda, llena la conciencia de los contemporáneas, pero casi no dura, su flama apenas logra verse”. Braudel es consciente de la complejidad que encierra su modelo teórico, y el concepto de “larga duración”. Esta idea excede todo horizonte de subjetividad histórica, de ahí su complejidad. Para él, tal marco operativo implica un cambio radical de pensamiento y una nueva concepción de los procesos sociales y económicos, como de la cultura en general. Acontecimiento que equivale a familiarizarse con la marcha lenta, a veces en el límite del movimiento: “es lícito desprenderse del tiempo exigente de la historia, salir de él, luego retornar, pero con otros ojos, cargados con otras inquietudes, otras preguntas… es esa relación con esas capas de historias lenta, como la totalidad de la historia puede volver pensarse partir de una infraestructura” (Braudel, 1991: 50). En esta lógica, los miles de niveles del tiempo histórico, encontrarían su legibilidad a partir de la comprensión de la profundidad del tiempo largo: semi-inmovilidad que actúa como una especie de centro mediador y horizonte de cognoscibilidad del mundo. El modelo de duraciones de Braudel adquiere una notable relevancia, ya que realiza una notable diferencia entre economía mundial y economía-mundo. La primera toma la economía del mundo en su totalidad, mientras que la otra se entiende como la actividad económica de una porción del planeta, que está a su vez formada por un todo económico. La economía-mundo puede explicarse a partir de tres características: ocupa un espacio geográfico determinado –posee fronteras y campos delimitados que varían con cierta lentitud; hay siempre un polo o centro representado por una ciudad dominante (Nueva York en la época actual), aunque en ocasiones pueden existir dos centros simultáneos, pero uno tiende a ser eliminado; se constata la existencia de un ordenamiento centro-periferia, donde el centro posee relaciones mercantiles y bienestar económico progresivo, mientras en la periferia las relaciones económicas son inestables, subordinadas y dependientes del centro. Braudel analiza estas economías-mundo a partir del tiempo de larga duración, explicando ciertas dinámicas del capitalismo y su propia expansión territorial. En este análisis son relevantes los conceptos de descentramiento, recentramiento y zonas concéntricas. En este contexto, cada vez que se produce un descentramiento de un determinado centro económico, inmediatamente se produce un recentramiento, lo que evidencia la necesidad constante de un centro directriz. Procesos que interesan a Braudel, ya que: “En el caso de Europa y de las zonas anexionadas por ella… operó un centramiento hacia 1380, a favor de Venecia. Hacia 1500, se produjo un salto

brusco y gigantesco de Venecia a Amberes y después, hacia 15501560, una vuelta al Mediterráneo… favor de Génova… hacia 1590-1610, una transferencia a Ámsterdam, en donde el centro económico de la zona europea se estabilizará durante casi dos siglos” (Braudel, 1991: 100). Importante es determinar que centramiento y descentramiento parecen estar ligados a crisis prolongadas de la economía. Consecuencia del descentramiento y recentramiento es la partición de la economía- mundo en zonas concéntricas, donde las zonas periféricas se ven cada vez más desfavorecidas de los beneficios económicos del centro. Estas zonas periféricas se encuentran cruzadas por una serie de hechos negativos (desde precariedad económica a la limitación de libertad). En cambio, para el centro financiero los salarios, las libertades y la riqueza son condiciones intrínsecas. En esta dinámica de centro-periferia, las zonas externas nutren a las zonas centrales, constituyéndose una relación recíproca entre ambas. El primero depende de los recursos y suministros de la periferia, y esta última depende de las leyes y direccionalidad que dicta el centro. En este contexto, el marco teórico proporcionado por Braudel permite conjeturar una primera hipótesis: la influencia determinante de los centros económicos y sus periferias. Aquí la posibilidad de plantear el acontecimiento del Golpe de Estado en directa relación con los cambios producidos en cierta economía-mundo. Este trágico suceso, expuesto a la luz de la larga o mediana duración, adquiere una dimensión económica. Por tanto, el Golpe corresponde a un recentramiento de determinado centro económico, que se hace más legible a la luz de la globalización capitalista, lo que determina su reiterada emergencia. El Golpe de Estado se encuentra circunscrito en un entramado de relaciones económicas, políticas, etc., que finalmente encuentran un horizonte de sentido en un recentramiento de la economía mundial. Tal proceso se relaciona con ciertos acontecimientos históricos de larga duración. En otras palabras, el Golpe es un acontecimiento que está sucediendo, de ahí la complejidad de su legibilidad y su influencia persistente en la memoria. Golpe, globalización y mercado son parte de un mismo vocabulario. Inevitablemente la misma historia del Golpe, se trasunta en la historia del mercado. En tal simbiosis, se configura el horizonte de un acabamiento o agotamiento de ciertas prácticas políticas, económicas y sociales. El Golpe plantea una suerte de epokhe que suspende la historia de raíz teleológica, instalando como única verdad la historia del mercado. Para Fukuyama es el triunfo definitivo de la democracia liberal y del mercado como ente regulador de los intercambios e intereses de los ciudadanos: “si al final del siglo XX tiene sentido que hablemos de nuevo de una historia direccional, orientada y coherente, que posiblemente conducirá a la mayor parte de la humanidad hacia la democracia liberal. La respuesta a la que llego es afirmativa, y esto por dos distintas razones. Una se relaciona con la economía y la otra con lo que se llamó la « lucha por el reconocimiento” (Fukuyama, 1992: 13).

Para Fukuyama, el retroceso de los gobiernos autoritarios que pulularon en las décadas de los 80 (las dictaduras de derechas e izquierdas) se configuró como un escenario propicio para el pleno triunfo de la democracia liberal y su epítome en el mercado. En este contexto, los cambios estructurales propiciados por las distintas dictaduras en Latinoamérica, podrían enmarcarse en una reestructuración de la modernización económica: los militares peruanos entregaron el poder a los civiles en 1980, ante la rápida aceleración de la crisis económica y no hacer frente a huelgas e inabordables problemas sociales. Los militares brasileños presidieron un periodo de notable crecimiento económico de 1968 a 1973, pero ante la crisis mundial del petróleo y la desaceleración económica, descubren que no poseían experticias para administrar la económica. La incorporación de los militares al poder, se justificó en la medida que logran realizar cambios estructurales en el aparato productivo, financiero y social, que demandaban el capitalismo globalizado, de ahí la desarticulación de los sindicatos, privatización del sistema de seguridad social, reformulación de leyes laborales, etc. En un contexto biopolítico, el golpe es también la historia de la excepcionalidad política, en tanto, esta remite a una suerte de retorno a un estado pleromático. Se produce un retorno a un estado original, que implica una indiferenciación entre los poderes políticos del estado (Agamben, 2003: 30). En tal entramado político, los cuerpos quedan bajo las prerrogativas del mando militar, acción que implica que la ley abandona la vida y la deja expuesta en la indistinción entre derecho y hecho. A 40 años del golpe militar, la regimentación de los ciudadanos bajo las lógicas del mercado, implican repensar la estrecha relación entre poder y propiedad, el binomio soberaníapropiedad. Hobbesianamente podríamos afirmar que una de las condiciones necesarias para la propiedad, es la figura del soberano; relación que adquiere ribetes siniestros cuando pensamos la relación entre la dictadura militar y la aplicación de las políticas neoliberales en nuestro país. En esta lógica, el cuerpo ausente del desaparecido o el horror de los cuerpos torturados, son los daños colaterales de la aplicación de la Doctrina del Shock del libre mercado.

1Doctor (c) en Filosofía. Académico de la Universidad ARCIS y Universidad Central. AGAMBEN, Giorgio. Estado de excepción Homo sacer, II. Adriana Hidalgo editora. Buenos Aires. 2007. BRAUDEL, Fernand. Escritos sobre la historia. Fondo de Cultura Económica. Madrid. 1985. FUKUYAMA, Francis. El fin de la historia y el último hombre. Editorial Planeta, S.A. Barcelona.1992.

14/15


TRABAJADORES

Por Antonio Pérez Vargas¹

CÓMO TRABAJAR EN UN SUPERMERCADO Y SOBREVIVIR A LOS MALOS TRATOS

E

s sabido que las condiciones laborales en Chile son precarias, sin embargo cuando nos referimos al retail y, sobre todo, a los trabajadores y trabajadoras de supermercados, nos damos cuenta que aquí la historia se acentúa hasta volverse cruel. La defensa de los derechos laborales ha apuntado en los últimos años a denunciar públicamente las malas condiciones y bajas remuneraciones, alertando sobre la calidad de vida de miles de chilenos y chilenas que se ven forzados a aceptar los términos que el sistema capitalista neoliberal impone. A nivel nacional nos dicen que el panorama económico es positivo, sin embargo son los grandes conglomerados los que obtienen las jugosas ganancias del mercado. En el caso específico de los supermercados, es posible ver: en el país existen cuatro cadenas de supermercados que entre ellas se reparten casi el 90% de las ventas de la industria (Walmart con sus cadenas Líder y Acuenta; Cencosud con Jumbo y Santa Isabel; SMU con Unimarc, y Falabella con Tottus). Esta cifra no es menor considerando que en el año 1995 las cadenas regionales tenían el 53% de la venta. Entre ellas se contaban a Deca en el norte del país (que se fusionó con SMU), Bric en la zona centro sur (adquirida por el grupo Saieh) y en el sur, Keymarket, Bigger y Full Fresh (compradas por Southern Cross que terminó siendo adquirida por SMU igualmente). En efecto, hace quince años el negocio estaba mucho más atomizado. A pesar de que Líder, en ese tiempo controlado por la familia Ibáñez, ya era el primer actor con un 19% del mercado, este año la Asociación de Supermercados de Chile estimó que alcanzaría entre un 26 y 26,4%. Detrás de estos grandes conglomerados están los grandes imperios familiares de Paulmann, Saieh, Ibañez y Solari, que visualizan este rubro como uno de los que generan mayor rentabilidad a nivel país, lo que se refleja en la constante apertura de nuevos locales. Está claro, el negocio de los supermercados genera enormes ganancias y ha ido creciendo en el tiempo, pero dicha rentabilidad no se ha traspasado ni al consumidor, ni se ha transformado en garantías laborales para los trabajadores y trabajadoras. Entonces, desde el punto de vista de trabajadores(as), consumidores(as) y dirigentes(as) sindicales, la actual situación de las cadenas de supermercados, contrastada con las condiciones laborales de miles de trabajadores y trabajadoras, resulta cruda e injusta. Es verdad que esta es una visión parcial, pero es una realidad para la clase trabajadora y muchas veces es ignorada por la comunidad. Es triste, pero las ganancias conseguidas se obtienen con el sacrificio, sufrimiento y menoscabo de los trabajadores y trabajadoras. Las largas jornadas de trabajo y la gran variedad de turnos rotativos hacen que, hoy en día el comercio sea uno de los sectores en que los trabajadores y trabajadoras se encuentran más afectados, y donde más existen denuncias y prácticas anti sindicales.

Como organización sindical, la experiencia nos demuestra que es parte de la política de las empresas no respetar a sus trabajadores y trabajadoras, a los que de manera burda denominan colaboradores.

Escala de sueldos trabajadores Unimarc RANGO DE SUELDOS

Nº TRABAJADORES (TOTAL

0 A 192.999 193.000 A 250.000 250.001 A 350.000 350.001 A 1.800.000

2.781)

1.036 1.364 281 99

*Fuente: Elaboración propia, con información obtenida del sindicato N°1 de Unimarc.

Multas desde el año 2008 En el caso particular de SMU desde el año 2008 al 2013, según estadísticas oficiales de la Dirección del Trabajo, la empresa tiene la no despreciable suma de 35.897,85 UTM ($1.497.356.444) en multas, hecho que contrasta con la imagen que presentan a la comunidad, haciendo donaciones a la Teletón por ejemplo. Respecto a esto, a los trabajadores y trabajadoras se nos viene a la mente el viejo adagio popular que dice que Unimarc predica, pero no práctica.

denuncia la realizaron una dirigente sindical del local y un par de trabajadoras confirmando, lo sucedido y solicitando las respectivas fiscalizaciones y sanciones a la empresa. La reacción de la empresa fue simplemente enviar de vacaciones a los encargados de local, pero luego de dicho periodo volvieron al mismo cargo y actualmente continúan en sus cargos, con la protección de la gerencia de esta empresa. Esta actitud provocó que varios sindicatos, Federaciones y la CUT provincial de Llanquihue, tengan como bandera de lucha a María Quilahuique y se exija justicia a través de la organización de protestas o “funas” en inauguraciones de supermercados, y cacerolazos en su homenaje. Siendo el recuerdo de la trabajadora, la bandera de lucha con la que se busca un nuevo sistema laboral. Lo acontecido, desde nuestro punto de vista, confirma nuevamente que las cifras macroeconómicas del sistema capitalista imperante en nuestro país, se deben a la sangre de trabajadores y trabajadoras que para el sistema no tienen justicia, nombre ni mucho menos rostro. Es más, están

Escasas modificaciones En los últimos años las únicas modificaciones realizadas, y que han resultado positivas en algún grado, han sido la reducción de la jornada laboral de 48 a 45 horas y la modificación del artículo 38 del Código del Trabajo, para que aquellas empresas que se encontraban exceptuadas del descanso semanal quedaran obligadas a otorgar al menos dos días libres al mes. La formación de sindicatos se fortaleció en el año 2001, entregando fuero a su constitución desde los diez días anteriores a esta, hasta los 30 días después de ser constituido. Se trata sin duda de apoyos necesarios para los trabajadores y trabajadoras, y la defensa de sus derechos, pero representan solo un paso ante una carrera de muchas vallas.

Modificaciones negativas Junto con esto, sin embargo, se incorporó unas de las más nefasta reformas al Código del Trabajo: el artículo 40 bis que permite los contratos con jornada parcial, esto es hasta 30 horas semanales, ha generado que el trabajo se precarice, alcanzando las remuneraciones sumas irrisorias ($ 30.000 o $ 40.000 mensuales). Lo anterior ha dado manga ancha a las empresas para realizar despidos y contrataciones por solo un par de horas semanales. Situación que es aprovechada por el gobierno para manipular las cifras de empleo, inflando la tasa de población activa ocupada, pero con trabajos part-time. La posibilidad de establecer contratos con menor cantidad de horas laborales, estuvo acompañado de la flexibilización de las jornadas, así en definitiva se mantiene el mismo costo laboral anterior a la reforma, si no es que más bajo, con la diferencia de que existen más trabajadores y trabajadoras ganando sueldos miserables. Para tener en cuenta, sólo en la región de Los Ríos, Los Lagos y Aysén en la cadena Unimarc, de una muestra de 2.781 trabajadores y trabajadoras, el 37.3% gana menos del ingreso mínimo, esto debido a que en la última década se ha aumentado la contratación a tiempo parcial (part-time) por 20 o 30 horas semanales, con remuneraciones que oscilan entre $120.000 y $35.000. A continuación detallamos una muestra de sueldos de los y las trabajadoras de Unimarc, desde la región de Los Ríos hasta Aysén (ex supermercados Bigger, adquiridos por Unimarc en 2011. En el cuadro se puede apreciar la baja notoria de los sueldos de quienes trabajaban, hasta septiembre del 2012.

Multas cursadas a cadena Unimarc a nivel nacional, periodo 2008 a 2013 CANTIDAD DE MULTAS CURSADAS

TIPO DE MULTA

MULTA TOTAL EN PESOS ($)

PORCENTAJE POR TIPO DE MULTA

1435,33

Ingreso Mínimo Mensual

277.018.690

18,5 %

1499,33

Unidad de Fomento

34.262.689

2,2 %

29589.35

Unidad Tributaria Mensual 1.186.075.065 TOTAL MULTAS

79 %

1.497.356.444

Fuente: Dirección del Trabajo. *El tipo de multa es depende la gravedad de las faltas incurridas por Unimarc.

Las millonarias multas demuestran que el dinero siempre ha estado, pero las compañías han preferido pagarlas y no invertir en mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores y trabajadoras. Volvemos a plantear nuestra convicción de que la política de la empresa es el retroceso de las condiciones laborales, en términos de que menos derechos significan mayor rentabilidad para la empresa.

Casos emblemáticos Uno de los casos más emblemáticos de hostigamientos laborales al interior del retail, fue el que ocurrió en la cadena de supermercados Unimarc en la ciudad de Puerto Montt (calle Sargento Silva). En esta ocasión una trabajadora de dicho supermercado se suicidó a causa de los constantes hostigamientos y persecuciones realizadas por sus jefes directos. A través de una carta que dejó a su hijo de 16 años y a sus familiares, pidió perdón y se despidió. En ella expresó sus últimos sentimientos. “Querida familia quiero que piensen que esto no tiene nada que ver con ustedes (…) ustedes han sido una familia ejemplar (…) mi hijo lo dejo a tu cargo (…) en realidad no saben lo que estaba pasando en el trabajo, las humillaciones eran muchas, me hacían sentir muy mal, muchas veces lloré, pero a escondidas, quiero que sepan que las personas que me hicieron tanto daño fue don Francisco y Alfonso, me hicieron sentir como una basura (…)”

En la misiva la trabajadora responsabiliza directamente a los encargados del local de la fatal decisión. Luego de esto la

considerados como eventos en una cadena de sucesos que, dentro de su torcida escala de valores, son una externalidad de los procesos de producción, dicho de otra forma, el abuso y los sueldos indignos son parte de la política de las empresas cuyo único fin es maximizar las utilidades propias. Para las organizaciones sindicales como la que represento al interior de Unimarc, como cualquier cadena de supermercado a lo largo del país, el trabajo de defensa de los derechos laborales es constante y arduo, porque muy a nuestro pesar no existe la intención de un cambio en la situación antes relatada. Aunque la multa es un reflejo de las faltas, no es el fin de los dirigentes, pues con ella sólo se confirma que la empresa cometió un delito en materia laboral. La sanción va a las arcas fiscales, y los trabajadores y trabajadoras seguimos en las mismas condiciones, observando cómo esas millonarias multas podrían ir en nuestro beneficio directo. Como es sabido, el actual Código del Trabajo nació al amparo de un sistema perverso que avala el actuar de los empresarios, está atrasado en muchas materias y contiene carencias notables e intencionales, dada su marcada militancia capitalista. Su estructura institucional, que buscaba el debilitamiento de los sindicatos, como quería José Piñera, no ha sido alterada en estos 22 años posteriores a la dictadura. Lo único que se ha hecho es inclinar la balanza de poder de los empresarios para seguir acumulando riquezas. No podemos dejar de mencionar que en materia laboral en Chile se juega la desigualdad más dramática, pues la acumulación de los empresarios resulta directamente proporcional al despojo a los trabajadores y trabajadoras. Es urgente realizar las modificaciones que el mundo laboral tanto requiere para poder sobrevivir como trabajadores y trabajadoras, ya que no queremos contar con más casos como el de María, quien no fue capaz de soportar la cruda realidad del mundo del retail. Presidente Sindicato Nº1 Unimarc de Pto Montt, Calbuco, Chiloe y Coyhaique. Militante del Movimiento Libres del Sur. 1

16/17


PERSONAJES

Por Pierina Ferretti¹

José Carlos Mariátegui socialista indoamericano

U

na vida corta, accidentada e intensa. Una obra compuesta, en su mayoría, por centenares de artículos periodísticos, sin pretensiones académicas, y que quedó interrumpida, inacabada, dejándonos más preguntas que respuestas. Una muerte prematura en el momento más intenso de su actividad cultural y militante. Una lectura heterodoxa y creativa del marxismo en tiempos de institucionalización del marxismo-leninismo como una suerte de dogma en el movimiento obrero a nivel mundial. Su polémica con la Internacional Comunista en torno a la concepción del partido y a la interpretación de la realidad social latinoamericana. Son algunos de los elementos que hacen de José Carlos Mariátegui un autor polémico, reivindicado y a la vez cuestionado, y mucho más citado que estudiado seria y honestamente. En esta ocasión, más allá de la hagiografía que rodea parte importante de los acercamientos a su obra, y en escasas líneas, quisiéramos rescatar cuanto consideramos actual, vigente y todavía provocador de este singular personaje de nuestra América. Nació en Moquehua, pueblo del sur del Perú, un 14 de junio de 1894. Su madre fue María Amalia Lachira, mujer mestiza, de humilde condición social, y su padre, a quien casi no conoció, fue Francisco Javier Mariátegui y Requejo, hijo de un prócer de la independencia peruana. Como la mayoría de los niños de su clase, comienza a trabajar para colaborar económicamente con su familia e ingresa como obrero a los talleres de linotipia de uno los principales diarios limeños. En pocos años, gracias a su inquietud intelectual, su pasión por la escritura, los libros y el saber, llegará a convertirse en periodista, de manera completamente autodidacta, pues no pasó del segundo año de la escuela primaria. Ahora bien, el joven Mariátegui de estos años estaba lejos de ser el revolucionario que hoy reivindicamos. Su actitud juvenil fue marcadamente decadentista, intimista e incluso tradicionalista. Sus escritos y poemas reflejaban un espíritu atormentado, melancólico, místico y sin preocupaciones sociales… ¿Cómo se produjo su acercamiento a la política, al socialismo y a las clases populares? Fueron la crisis social y cultural del fin de la Primera Guerra Mundial y los ecos

de la Revolución Rusa en el mundo de los trabajadores a nivel internacional, los elementos que despiertan a nuestro autor de sus ensoñaciones decadentistas y se lo acercan a los trabajadores de su país. El término de la Primera Guerra, entre otras cosas, reveló el carácter extremadamente dependiente de las economías latinoamericanas y provocó el estallido de huelgas y levantamientos obreros en distintos puntos del continente, debilitando la hegemonía de las elites oligárquicas y llevándolas incluso a perder el poder político en algunos países. En el Perú, los movimientos de protesta estallaron en 1918 bajo las banderas del abaratamiento de las subsistencias y el establecimiento de la jornada laboral de ocho horas. Paralelamente los estudiantes se rebelaban contra las estructuras autoritarias de la Universidad y se unían a las luchas de los trabajadores. En ese contexto, el joven Mariátegui, que hasta hace poco dedicaba sus días al periodismo, la poesía, las carreras de caballos y las conversaciones de café, emprende sus primeras iniciativas culturales y políticas. Primero funda una revista, Nuestra Época y luego un periódico, La razón, desde el que defendió la causa de obreros y estudiantes. En 1919, producto de su actividad, es expulsado del Perú por el gobierno en un episodio no exento de polémica que lo lleva a Europa por tres años y medio. La Europa que conoce también se encontraba en un momento de profunda crisis social y política. Mariátegui, que permanece fundamentalmente en Italia, conoce de cerca el movimiento obrero italiano, la experiencia de los Consejos de Fábrica y la fundación de Partido Comunista. Asimismo, es testigo del ascenso de fascismo y de la derrota del movimiento popular en la península y el resto de Europa. Además, toma contacto con movimientos artísticos e intelectuales de vanguardia y, sobre todo, enriquece su formación marxista. Regresa al Perú en 1923 y se encuentra con un movimiento obrero que ha seguido avanzando en su organización y, a su vez, con un movimiento indígena que había protagonizado una serie de levantamientos y que estaba articulándose a nivel nacional. Al llegar, se involucra activamente con las Universidades Populares González Prada y con su líder Víctor Raúl Haya de la Torre, conocido por ser el fundador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA).

La enfermedad azota a Mariátegui en 1924 y salva su vida a costa de la amputación de una pierna. En adelante, quedará postrado en una silla de ruedas, circunstancia que no le impedirá continuar y profundizar su labor cultural y política, que no hace sino intensificarse con el paso de los años. A modo de ejemplo, en 1925 funda la editorial Minerva, destinada a la difusión de obras literarias y políticas que contribuyeran a la formación intelectual de una masa crítica en el Perú. En 1926 crea la revista Amauta, órgano que se convirtió en lugar de reunión de una generación de intelectuales vinculados al indigenismo, al marxismo, al antiimperialismo y a los movimientos de vanguardia artística y que sirvió de polo de concentración de fuerzas dispuestas a transformar la realidad peruana. En 1928 funda el Partido Socialista Peruano y publica una obra clave en la historia del marxismo latinoamericano, 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana y en 1929 participa activamente en la formación de la Central General de Trabajadores Peruanos, redactando sus estatutos y otros manifiestos… Mariátegui representa así la figura del organizador, del realizador político que no descuida la reflexión constante sobre su práctica y sobre la realidad en la ésta se desarrolla y que busca transformar.

La tarea de “emancipar la economía”, no era tarea de una elite. EL socialismo que Mariátegui imaginaba era ante todo un movimiento de masas. No estaba encarnado en una figura carismática, ni en el mesianismo de un personaje, sino que era una tarea colectiva, una construcción colectiva. Y esta concepción lo lleva a la ruptura con Haya de la Torre a comienzos de 1928, quien había decidido la transformación del APRA en un partido para presentase como candidato en las elecciones presidenciales que se celebrarían en 1930. Este movimiento colocaba a Haya en el tradicional papel del político oligárquico y personalista provocó el alejamiento de Mariátegui, quien se negó a ser parte de una política, heredera de los vicios tradicionales de la clase dominante. Es así que decide fundar el Partido Socialista Peruano, que se concreta en octubre de 1928.

Son muchos los aspectos de su obra y de su actividad políticacultural los que podríamos revisar provechosamente, pero hemos considerado pertinente detenernos en dos cuestiones, a nuestro juicio, de particular actualidad: la permanente búsqueda de conocer e interpretar la realidad y su definición de cómo construir aquello que llamó “el socialismo indoamericano”.

En la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana, celebrada en Buenos Aires en junio de1929, se criticó duramente a la delegación del Partido Socialista del Perú. La Internacional exigía “proletarización” de los partidos comunistas, es decir, una composición exclusivamente obrera. Sin embargo, el estudio de la realidad le había revelado a Mariátegui que en el Perú el desarrollo de una clase obrera tradicional, industrial, era incipiente y que las masas de explotados eran fundamentalmente campesinas e indígenas y nuestro autor no concebía un proyecto político que excluyera la participación de estos grupos sociales. La Internacional exigía la conformación de partidos monolíticos, proletarios, cerrados, para implementar su política de “clase contra clase” y Mariátegui concebía el partido como un instrumento amplio, de masas, en donde no sólo los obreros tenían cabida, sino también campesinos, indígenas, intelectuales comprometidos y sectores de la clase media… sectarismo versus participación amplia, un marxismo como dogma versus un marxismo como método de interpretación de la realidad social, chocaron en 1929… lamentablemente, no fue la posición de Mariátegui la que saliera victoriosa de esta disputa.

Para Mariátegui el marxismo constituía un canon de interpretación de la realidad social. Un punto de vista desde el cual interrogar, indagar, investigar las formaciones sociales concretas. Bajo esta directriz metodológica, emprendió el estudio de las estructuras profundas de la realidad peruana, de su historia económica, su desarrollo político, su conformación étnica, su desarrollo intelectual, literario y artístico, el papel de la religión, etc… en definitiva el marxismo era para Mariátegui un impulso hacia el conocimiento de la realidad social desde un punto de vista sistemático, pues este paso, se le presentaba como una condición necesaria para la acción política. Sus estudios lo llevan a la conclusión de que el Perú era una nación incompleta, que se había edificado de espaldas y en contra de las mayorías nacionales, fundamentalmente indígenas y campesinas, que la oligarquía nacional al no estar identificada con los intereses del país sino que con los del capital imperialista era incapaz de cumplir con un proceso de verdadera construcción nacional, por lo que le correspondía a las clases populares, a los trabajadores e indígenas, construir una verdadera nación soberana por la vía del socialismo. Una nación donde la producción estuviera orientada a la satisfacción de las necesidades de la población y donde la riqueza producida socialmente se distribuyera también socialmente. “La economía del Perú –señala en uno de sus estudios- es una economía colonial. Su movimiento, su desarrollo, estaban subordinados a los intereses y a las necesidades de los mercados de Londres y de New York. Estos mercados miran en el Perú un depósito de materias primas y una plaza para sus manufacturas…. La finanza extranjera se interesa un día por el caucho, otro día por el algodón, otro día por el azúcar. El día en que Londres pueda recibir una producción, a mejor precio, y en cantidad suficiente, de la India o del Egipto, abandona instantáneamente a su propia suerte a sus proveedores del Perú. Nuestros latifundistas, nuestros terratenientes, cualesquiera que sean las ilusiones que se hagan de su independencia, no actúan en realidad sino como intermediarios o agentes del capitalismo extranjero…. Y así, en cada uno de los trances, en cada uno de los episodios de la experiencia histórica que vamos cumpliendo, nos encontramos siempre de frente al mismo problema: el problema de peruanizar, de nacionalizar, de emancipar nuestra economía”2

Ahora bien, su manera de plantear la construcción del partido, como una organización de masas, le hará chocar y enfrentarse con las orientaciones de la Internacional Comunista, que había empezado a prestar atención a los países latinoamericanos y a buscar aumentar su influencia en la orientación del movimiento obrero continental.

Nuestro autor había comprendido que su visión de la construcción política no lograría ser hegemónica en el grupo socialista peruano y planeaba instalarse en Buenos Aires para animar un viejo proyecto: una revista de alcance continental. Sin embargo, la muerte lo encuentra un 16 de abril de 1930. Con él, mueren Amauta y el Partido Socialista, que pasa, inmediatamente, a llamarse Comunista y a seguir las directrices “proletarizantes” de la Internacional. Los dirigentes comunistas emprenden una intensa campaña contra el legado político de Mariátegui, haciéndolo sinónimo de “populismo” y desviación pequeño burguesa. Sin embargo su herencia y su proyecto no desaparecieron. Las clases populares, los movimientos de trabajadores, indígenas y campesinos, los intelectuales críticos del continente y fuera de él, han rescatado a lo largo de la historia la figura y la obra de quien, incomprendido en su tiempo, era portador de alternativas políticas cuya vigencia no se ha agotado. Por eso, nos unimos a ellos y seguimos leyendo y reivindicando a Mariátegui, hoy.

1 Socióloga por la Universidad de Valparaíso. Profesora del Instituto de Sociología de la Universidad de Valparaíso. Cursa estudios de Magíster en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Chile. 2 José Carlos Mariátegui, “Economía colonial”, Mundial, 8 de enero de 1926.

18/19



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.