Guerra del Pacífico

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CAPÍTULO V S U M A R I O . — I . El Ministro Quiñones participa a su Gobierno la revolución en Solivia, encabezada por el coronel Uladislao Silva, describiendo detalladamente lo acontecido. — I I . Reclamación diplomática del Ministro francés en Lima, al Ministro de Relaciones Esteriores del Perú por haberse decretado el embargo i confiscación de los buques cargados con salitre i guano, procedentes del territorio ocupado por Chile. (Inédito.)—IIL Nota del Ministro de Bolivia en-Lima, al Ministro de Relaciones Esteriores del Perú, acusando haber recibido 4 0 0 , 0 0 0 soles que habia solicitado del Gobierno peruano por nota de fecha 6 de Febrero de"1880. (Inédito.)—IV. Documentación sobre los supuestos sacrilejios de Moliendo.—V. Notas referentes a la renuncia del jeneral Escala del mando en Jefe del ejército.—VI. Protesta de los norte-americanos residentes en Lima, dirijida al Ministro de Estados Unidos, J. P. Chiistianey, con motivo de las operaciones bélicas llevadas a cabo por la escuadra chilena en la costa del Perú.—VII. Sorpresa de Locumba: partes oficiales i correspondencias.--VIH. Contribución forzosa impuesta a los estranjeros en Tacna i proelama amenazándolos do muerte.—IX. Expedición del "Oroya" a Tocopilla: telegramas i correspondencias al PUEBLO CHILENOÍ a l a OPINIÓN NACIONAL de Lima.—X. Cartas i relación nominal délos prisioneros chilenos canjeados en Arica i desembarcados en l i e . — X I . Felicitación al jeneral Baquedano por la acción de los Anjeles, i nota del comandante del Atacama.—XII. Bloqueo del Callao : telegramas, notas cambiadas entre el jefe de la escuadra, autoridad del Callao, Cuerpo Consular i presidente de la Cruz Roja; partes oficiales, proclama i descripción de la marcha de la escuadra i torpedo aplicado a la Union.—XIIF. Primer bombardeo del Callao: telegramas, partes oficiales chilenos i peruanos; versión de los corresponsales.—XIV. El Ministro del Perú en La Paz, Enrique Bustamante i Salazar, da cuenta a su Gobierno describiendo la partida do la quinta división para el teatro de la guerra. (Inédito.)—XV. El Ministro peruano en La Paz comunica haber obtenido, por autorización del jeneral Campero, 300 rifles para reforzar en Puno a la división Gamarra. (Inédito.)—XVI. Decretos de. Gobierno de Chile referentes a la guerra.—XVII. Decreto i proclama de Campero a su partida para Tacna; proclama i decreto del doctor Ladislao Cabrera, encargado del Poder Ejecutivo.—XVIII. Decreto de Piérola, bando municipal i circular del prefecto de Lima sobre los artículos alimenticios.— XIX. Telegrama i parto oficial del Comandante del departamento de Márquez, dando cuenta haber sido rechazadas varias embarcaciones chilenas.— XX. Combate de Bucnavista: telegramas, parte oficial i relación tomada del Diario de un oficial de caballería.—XXI. Circular a los prefectos de Lima, Junin, Huánuco, Ancachs, Ayacucho, Huancavelica e l e a . — X X I I . Se comunica al Ministro de Relaciones Esteriores del Perú, una sublevación de reclutas en el pueblo de Tarapaya, resultando muerto el segundo jefe i fusilados 4 cabecillas principales. (Inédito.)—XXIII. Biografía del comandante del batallón Atacama, Juan Martínez, por Benjamín Vicuña Mackenna.—XXIV. Biografía del contra-almirante Lizardo Montero, por J. V. Oelioa.— XXV. Editoriales.

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don Uhulislao S i l v a ; i cuando se esperaba que ya bnbicra emprendido su marcha sobre. Tacna, en la noche del 9, El ministro Quiñones participa a su Golticrnola revo- S. E. el jeneral Campero recibió la noticia de que esos b a lncion en Boiivia, encabezad» por el coronel Uladis- tallones se negaban a marchar al cuartel jeneral i que se lao Silva, describiendo detalladamente lo acontecido. habían sublevado contra el actual Gobierno, proclamando Jefe Superior a dicho Inspector Jeneral. Esta noticia p r o ! Reservad;:.) dujo gran escit ación en esta ciudad i el Gobierno t o m ó prontas i eficaces medidas para conjurar la sublevación. L E G A C I Ó N DEL PERÚ EN B O L I V I A . Felizmente, en las primeras horas de la mañana del día 10, se tuvo conocimiento de que la sublevación no era La Paz, Marzo 14 de 1SS0. cierta, pero que realmente habia gran resistencia de parte Señor Jeneral en J e f e : de esos batallones i aun de algunos de sus primeros jefes Para que V . S. tenga c o m p l e t o conocimiento de lo o c u r - para coutinuar la marcha. Por otra parte, el coronel G r a rido en esta R e p ú b l i c a i dicte oportunamente las medidas nier, que comandaba el batallón 2- ° Victoria, ha estado mas convenientes al ejército que le está confiado, le adjunpresentando continuos obstáculos a las órdenes que le han to en copia los oficios que he pasado al señor Secretario de dado para salir a reunirse con los tres batallones cita-Ios i Estado en el d e s m o l i ó de Relaciones Esteriores i Culto del tanto por este motivo cuanto para hacer las averiguacioPerú. nes necesarias sobre la verdad de la resistencia de que Dios guarde a V . S. llevo hecha mención, el Gobierno ha dispuesto que v e n J . L. QUIÑONES. gan a esta ciudad ios batallones Mnrillo, 2. ° Ornro i Bustillo, para que, removidos todos los inconvenientes, Al señor Contra-almirante Jeneral en Jefe del primer ejército del Perú en el salgan juntos i en el m e n o r . t i e m p o posible. E n tal situaSur.—Arica. ción, recibí a las 10 A . M., na oficio del prefecto de Pr.no anunciándome de que fuerzas enemigas habían desembarCOPIA RESERVADA. cado en Mejía, que avanzaban al valle de T a m b o i quizas llegasen a penetrar a la ciudad de Arequipa; insinuándome La Paz, Marzo 12 de 1 8 8 0 . — S e ñ o r Secretario de E s t a a la vez la idea de que seria conveniente solicitar de este d o : — T u v e el honor de poner en conocimiento de V . S., Gobierno el envío de fuerzas para resguardar Puno o aquel por mi oficio núm. 58 de 5 de ios corrientes, los preparadepartamento, con cuyo fin habia ordenado que el vapor tivos que hacia el Gobierno de esta. República para m a n Yapará, que hacia el viaje espreso conduciendo el oficio dar al teatro de la guerra una división compuesta de cnatro citado, permaneciese a mi disposición en e't puerto de Chibatallones al mando del señor jeneral Arguedas, i que lilaya. En efecto, j u z g a n d o mni oportuna la indicación del estas fuerzas saldrían a Tacna entre los (lias 8 i 15 del mencionado prefecto, me dirijí en el acto donde S . E . el mes en curso. A h o r a tengo el sentimiento de manifestar a señor jeneral Campero i le manifesté lo ocurrido. Tuve la V . S. que dichos batallones no han avanzado de los cantosatisfacción de que me contestase, que ponía a mi disposines de Viacha i liuaqui en (pie se hallaban, i tampoco ha ción los cuatro batallones que forman la división que c o salido de esta ciudad el 2. ° Victoria que c o m o dije a manda el señor jeneral Arguedas, i que debiendo llegar V . S., era el último cuerpo que terminaba sus aprestos de hoi de su cantón solo uno de esos batallones, uniéndose al marcha. Por el contrario, es de temerse que esta división retarde su viajo por los motivos que paso a esponer. ! que existe en esta ciudad, se dirijierun para embarcarse en Chililaya i.con dirección a P u n o , el 15 de los corrientes; Listos los batallones M o r i l l o , 2. Ornro i Bastillo, fué que iba a reiterar sus órdenes para que se apresuraran a a despacharlos el Inspector Jener.d del ejército, coronel c


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venir los otros dos cuerpos a fin de que esa 2 . brigada marchase coa la misma dirección que la 1 . , el dia 18, es decir, tres dias después. A tan comprobadas resoluciones en favor de la guerra contra Chile i de la defensa del territorio del Perú, le espresé, a nombre de éste i de la alianza, los mas sinceros agradecimientos. Desde luego he impartido las órdenes convenientes, para que tanto el vapor Yapará, c o m o el Vacarí, que debe llegar mañana en viaje ordinario, espereu en Ciúlilaya hasta el citado dia 15 para que conduzcan a Puno los batallones 2. ° Victoria i Bustillo. Por comunicaciones que lie recibido ayer de nuestros cónsules en C o c b a b a m b a i Potosí, tengo conocimiento de que habia ingresado a Ornro el batallón Gran, fuerte de 400 plazas, bien disciplinado i equipado; así c o m o también habia llegado a Potosí el batallón A y a c u c h o que forma parte de la división que comandaba S. E. el señor jeneral Campero. A d e m á s , el señor jeneral don N i canor Flores, continúa organizando algunos batallones mas, i en Oruro, entre los jóvenes decentes de esa ciudad, se formaba un escuadrón que servirá de escolta a S. E. el Presidente Provisorio. R o g a u d o a V . S. que ponga este oficio en conocimiento del Jefe Supremo de la República, m e es grato suscribirme de V. S. mui atento s e r v i d o r . — ( F i r m a d o . ) — J . L . Q U I Ñ O N E S . — A l señor Secretario de E s t a d o en el despacho de Relaciones Esteriores i Culto del Perú, L i m a . — E s c o p i a . — L a P a z , Marzo 14 de 1 8 8 0 . — E l secretario interino, Abraham Jeraldino. 5 8

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RESERVADA.

L a P a z , Marzo 12 de 1 8 8 0 . — S e ñ o r Secretario de E s t a d o : — C u a n d o se tomaban las líltimas disposiciones para la m e j o r i mas pronta conducción a Puno de las fuerzas que tan bondadosamente me habia ofrecido S. E. el señor jeneral Campero, a las 3 P. M., recibió éste la noticia de que el señor jeneral Argnedas habia sido amarrado i preso por el j e n e ral Uladislao Silva, Inspector Jeneral del ejército, que c o m o he dicho a V . S., habia ido a los cantones de Viacha i H u a qni a despachar los batallones qne allí existían. A i m n o s e habia comprobado esta noticia, cuando las fuerzas indicadas descendieron por el camino principal que conduce a esta ciudad; pero c o m o se esperaba la llegada de nuo de aqnellos batallones, solo por precaución se posesionó el batallón 2. ° Victoria, que comanda el coronel Granier, de las cuatro b o c a c a l l e s de la plaza principal; mas, en efecto, eran los tres cuerpos que venían sublevados contra el G o bierno de S. E. el señor jeneral Campero: los mismos que al ver la actitud del 2. ° Victoria pricipiaron a hacer fuego sobre él. Puede V . S. calcular cuál seria la alarma i el espanto que se apoderó de los habitantes de esta población. El batallón 2. ° Victoria hizo una lijerísiinaresistencia saliendo en seguida por el camino de Obraje. Parece que así lo ordenó el señor jeneral Campero en atención a que el número de los agresores era triple. Se dice que el batallón 2. ° Victoria se ha dispersado pocos momentos después de haber emprendido la retirada. E l señor jeneral Campero tuvo tiempo de montar a caballo i se ha dirijido a Oruro para ponerse al frente de los batallones T a n j a , Gran i C h o rolque. A las 5 P. M. las tropas sublevadas se habían a p o derado de esta ciudad invadiéndola por todas direcciones. U n a hora después se procuró reunirías i alojarlas en distintos cuarteles; sin embargo, hasta el momento en que escribo este oficio (12 M.) recorren la población varios grupos de soldados armados, ebrios, vivando al coronel Guachalla, primer jefe que es del batallón Morillo. Se asegura que ei señor coronel Silva ha sido proclamado por esas fuerzas Jefe Supremo de la República. Este señor me ha mandado a las 9 P. M. de hoi una persona de su confianza para m a n i festarme los deseos que le animan por conservar las buenas relaciones i la alianza que existe entre el Perú i B o l i via. E l mismo señor Silva me ha dirijido una carta a las 10 P. M . , ratificándome sus deseos por conservar, sobre todas las cosas, la alianza con el Perú i ofreciéndome que el dia de mañana tendremos una conferencia para acordar

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lo mas conveniente al envío de fuerzas a Puno. Terminaré manifestando a V . S. que debido a la lijera resistencia que opuso el batallón 2. ° Victoria, hai relativamente mui pocas desgracias personales que lamentar: aseguran que no pasan de 20 entre muertos i heridos, i todos de la clase de individuos de tropa. R u e g o a V . S. que se digne poner el conteuido de este oficio en el conocimiento de S. E. el Jefe Supremo de la R e p ú b l i c a . — D i o s guarde a V . S . — J . L. Q U I Ñ O N E S . — A l señor Secretario de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores i Culto en el P e r ú . — L i m a . — E s c o p i a . — L a Paz, Marzo 14 de 1 8 8 0 . — E l secretario interino, Abraham Jeraldino. COPIA

RESERVADA.

Legación del Pera en Bolivia.—La Paz, Marzo 13 de 1 8 8 0 . — S e ñ o r Secretario de E s t a d o : H e tenido el honor de poner en conocimiento de V . S. por mi oficio núm. 62 del 2 de los corrientes, las medidas que habia adoptado el señor jeueral Campero para que los batallones Murillo, 2. ° Oruro, Bustillo i 2. ° Victoria, de la división qne mandaba el señor jeueral Argnedas i que debiau dirijirse a Tacna, viniesen de sus cantones a esta ciudad para verificar algunos arreglos indispensables, i terminados éstos, marchasen al indicado departamento; pero qne habiendo tenido noticia esta legación del desembarque del ejército enemigo en el puerto de Mejía, habia solicitado del Gobierno de esta República el envío de algunas fuerzas al departamento de Puno o al de Arequipa para evitar que el enemigo ocupase esas localidades, a cuya solicitud accedió inmediatamente poniendo a mi disposición los cuatros batallones indicados. Igualmente he participado a V . S. que al ingresar a esta ciudad los tres primeros cuerpos, venían sublevados contra el Gobierno del señor jeneral Campero i en favor del señor coronel Uladislao Silva, i que no obstante la lijera resistencia que les opuso el batallón 2. ° Victoria, a las 5 P. M. eran dueños de esta ciudad; i en fin, que el señor coronel Silva, tres horas después de haber ocupado esta plaza, habia mandado a una persona de su confianza para espresarme sus propósitos en favor de la alianza de la guerra contra Chile, dirijiéndome enseguida una carta-iuvitacion para tener una conferencia. Esa conferencia ha tenido lugar a la 1 P. M . de hoi, i en ella el señor coronel Silva me ha dicho con entera franqueza i mucha cordialidad: que ha aceptado el movimiento operado en su favor porque habia llegado a convencerse de que el señor jeneral Campero, pndieudo hacer mucho, no habia hecho absolutamente nada en favor de la guerra contra Chile, que es la aspiración principal de los pueblos de esta República, no obstante haber comandado largo tiempo la quinta división del ejército i de su permanencia eii el Poder Supremo por mas de dos meses; que en consecuencia, su único objeto era probar, con hechos positivos, sus vehementes deseos por estrechar la alianza perú-boliviana hasta llegar, en el menor tiempo posible, a la unificación de ambas repúblicas i hacer a Chile una guerra pronta i eficaz, hasta conseguir el triunfo i agotar todos los recursos de que Bolivia pueda disponer con ese fin, que sin embargo de qne las fuerzas que le obedecen lo habian proclamado Jefe Supremo, atm no habia asumido definitivamente ese cargo, esperando que la voluntad popular dé a su Gobierno la forma que quiera, porque desea gobernar con el pueblo i para el p u e b l o ; que deseando dar una prueba evidente i escesiva de sus aspiraciones por estrechar los lazos de la alianza qne unen a Bolivia i el Perú, así como de su desprendimiento por asegurar en su favor el mando Supremo, i no obstante de que aun obedecen al señor jeueral Campero algunos cuerpos del ejército residentes en esta República, con los que puede restablecer su autoridad, se apresurará a mandar al departamento de P u n o los únicos j tres batallones qne tiene a sus órdenes, el p r ó x i m o dia 19 j de los corrientes, para que, en cumplimiento de la alianza, | vayan allí o a Arequipa a defender el territorio del Perú,


CAPITULO

i si desapareciese la amenaza actual del enemigo que lia ocupado las inmediaciones de este último departamento, esas fuerzas se dirijan al cuartel jeneral de Tacna o donde las reclamen las necesidades de la alianza; que no les será posible salvar ese pequeño plazo de seis dias porque desgraciadamente habia encontrado a esos tres batallones faltos de calzado i de equipo, de que iba a proveerlos en ese tiempo, a la vez que conseguir dinero para que fuesen con su presupuesto correspondiente a un mes, sin perjuicio de continuar atendiendo a sus sucesivas necesidades; que, además, qneria evitar así la guerra civil que tratará de hacer el señor jeneral Campero i confiar la organización de su Gobierno solo al apoyo i absoluta voluntad de los pueblos; en fin, que si no sobrevenía algún fatal acontecimiento en la política que se proponía seguir, organizará, inmediatamente una buena división, con la que se dirijirá en persona al teatro de la guerra. Terminó asegurándome que conservaría al señor coronel Camacho al mando del ejército de Bolivia que existe en Tacna, cuidando de p r o veer a todas sus necesidades. N o pude menos que agradecer al señor coronel Silva, a nombre de la alianza i del Perú los jenerosos propósitos que m e habia manifestado, i solicité a la vez, que eso mismo me dijese por escrito como constancia de nuestra conferencia, a lo que se prestó gustoso. Con este fin le he dirijido la carta semi-oficial cuya copia acompaño, i es de esperar que al contestarla cumpla la oferta q u e m e ha hecho. E n consecuencia, me dirijo al prefecto de Puno para qne ordene que los vapores Yapurú, Yavarí i algunas otras grandes embarcaciones que existan en actual servicio en el lago Titicaca, estén listas en Chililaya el citado dia 1 9 para que trasladen a Puno los 1 , 2 0 0 hombres a que poco mas o menos asciende el número de los cuerpos indicados. Díguese V . S. poner este oficio en conocimiento de S. E . el Jefe Supremo de la República i aceptar una vez mas la distinguida consideración con que soi de V . S. atento servidor.—J. L. Q U I Ñ O N E S . — A l señor Secretario de Estado en el despacho de R e l a c i o nes Esteriores i Culto del P e r ú . — L i m a . — E s copia,—-La Paz, Marzo 1 4 de 1 8 8 0 . — E l secretario interino, Abraham .Jcraldino.

SÉTIMO.

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d e n ser considerados ni el g u a n o ni el salitre c o m o c o n trabando d e guerra, sobre todo, c u a n d o es notorio q u e ellos son c o n d u c i d o s a u n puerto neutral. M e permitiré recordar a V . E. que aquí el Cuerpo D i plomático h a contribuido c o n su actitud a hacer respetar este principio por Chile, en m o m e n t o s en el cual se podía creer q u e el Perú reportaría ventajas. E n cuanto a la circunstancia, que parece rejir el d e c r e to, que, según la opinión del Gobierno peruano, los b u ques que llevan g u a n o o salitre, se hacen c ó m p l i c e s d e u n delito, sin entrar en el e x a m e n d e esta opinión, m e permitiré recordar a V . E. q u e en alta mar u n b u q u e está sujeto solo a la j u r i s d i c c i ó n del Estado, c u y o pabellón lleva, al m e n o s q u e se trate d e salteo a m a n o armada; solo a los tribunales d e su país corresponde castigar los delitos q u e les sean reprochados i a los tribunales de su país deben dirijirse también los que h a n sido perjudicados en sus d e rechos. Espero que V . E. se sirva dar órdenes para que los d e cretos d e que se trata, n o sean aplicados a los buques franceses; i a p r o v e c h o de esta ocasión para renovar a V . E. las seguridades d e m i mas alta consideración. (Firmado.)—E.

D E VORGES.

III. Nota del Ministro de Bolivia en Lima, al Ministro de Relaciones Esteriores del Perú, acusando haber recibido 400,000 soles que habia solicitado del Gobierno peruano por nota de fecha 6 de Febrero de 1880 (1). (Inédito.) NÚM.

5.—LEGACIÓN

D E BOLIVIA

E N E L PERÚ.

Lima, Marzo 20 de 1880. Señor: Oportunamente tuve el honor de recibir los respetables oficios de V . E., de fecha 2 5 del p r ó x i m o pasado i 8 del corriente, i adjunta a esta última, copia legalizada de la resolución suprema que manda entregar a esta legación la cantidad de cuatrocientos m i l soles ( 4 0 0 , 0 0 0 ) en billetes autorizados, a mérito de las razones aducidas en mi despacho de 6 de Febrero último. Reclamación diplomática del Ministro francés, en LiA l acusar a V . E. recibo de dichas comunicaciones, así ma, al Ministro de Relaciones Esteriores del l'erú, c o m o de la cantidad aludida, que me fué realmente entrel>or haber decretado el embargo i contiseacion délos buques cargados con salitre i guano, procedentes gada por la caja fiscal el dia 7 del mes p r ó x i m o pasado, i del territorio ocupado por Chile. aplicada a la satisfacción de las necesidades que motivaron su pedido, m e es grato manifestar a V . E . el reconocimien(Inédito.) to que tan importante servicio ha despertado en el ánimo de mi Gobierno i del Comandante en Jefe del ejército de LEGACIÓN D E FRANCIA E N E L PERÚ. Bolivia residente en Tacna, Por lo demás, i en perfecta conformidad con las ideas Lima, Marzo 20 de 1880. "insinuadas por V . E., de aplazar la celebración del p r o t o Señor Secretario d e Estado: colo respectivo para cuando tenga lugar la revisión de los Los periódicos d e ayer han p u b l i c a d o d o s decretos d e anteriormente celebrados, me es grato ofrecer, una vez mas, S. E. el Jefe Supremo, q u e son d e suma importancia para al E x c m o . señor Calderón las seguridades de mi mas disel comercio d e los neutrales. Estos decretos, entre otras tinguida consideración. disposiciones, q u e y o n o examinaré aquí, ordena el e m Z. FLORES. bargo i la confiscación d e todos los buques cargados d e salitre i guano, d e procedencia de las provincias ocupadas por Chile. Sin buscar los motivos que h a n p o d i d o dictar esas m e Documentación sobre los supuestos sacrilejios de Modidas, solo m e limitaré, señor Secretario de Estado, a h a liendo. cer notar a V . E. que ellos son contrarios, en l o que nos concierne, a los principios enunciados p o r el Congreso d e PARTE D E L VICARIO CAPITULAR D E AREQUIPA. Paris i que ellos n o pueden aplicarse, e n consecuencia, a Vicaría capitular de la diócesis de Arequipa, Marzo 24 los buques franceses, supuesto que la Francia i el Perú de 1880. han dado su adhesión a las decisiones d e ese Congreso d e un m o d o especial, c o n el tratado d e 9 d e Marzo de 1 8 6 1 , Señor Secretario: que todavía está vijente sobre ese p u n t o . Con hondo pesar tengo a houra participar a V . S. que el El Congreso d e Paris ha admitido u n solo caso, en el 1 0 clel corriente se cometió un espantoso sacriiejio en la cual los buques d e las potencias neutrales pueden ser apresados en alta mar; el caso de que lleven contrabando (1) Esta nota a que se haca referencia se halla inserta en el capítulo VI, de guerra, o individuos al servicio d e l e n e m i g o ; i n o puepárrafo I I I , pajina 307.

IT.

IV.


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iglesia vice-parroquial del puerto de Moliendo, por el ejér- no es el s u y o ; d e Chile, cuyos sacerdotes miran impasibles el cito chileno qne el dia anterior invadió ese puerto, sustra- incendio de los templos i la profanación de lo mas santo. yéndose del tabernáculo la custodia con el Santísimo SaTodo el templo, señor vicario, ha sido reducido a cenimento e incendiando el templo. L o s detall es de este atentado zas, habiéndose salvado algunas cosas, i es menester tamlos encontrará V . S. en la copia auténtica que acompaño bién que yo declare qne algunos chilenos han sido los que del parte que con fecha 20 de este m i s m o mes, me lia p a - contribuyeron a esto. Los paramentos han salvado todos, sado el presbítero encargado del servicio de la referida vice- porque yo mismo cuidé antes da ponerlos fuera de peligro, parroquia. i m e toca ahora de acusarme de una falta, i es la de no haber consumido o puesto en otro lugar el Santísimo; peCon el santo fin de desagraviar a l a Majestad Divina i para satisfacer los ardientes deseos de este pueblo alta- ro, señor vicario, j a m á s creí, j a m á s , señor, que la guerra estuviera revestida de estos caracteres tau horribles, ni mente piadoso, he dispuesto se celebre un triduo en honor menos qne el templo de Dios fuera directamente incendiadel Santísimo Sacramento, en el modo que verá V . S. por la copia impresa, que igualmente acompaño, de la carta do i profanado sacrilegamente el mismo D i o s , porque hasta hoi, señor, he vivido en la creencia de que los chilenos qne he dirijido al clero i fieles de esta diócesis. eran católicos; pero hoi una triste esperiencia, una amarga Sírvase V. S. dar cuenta a S. E. el Jefe Supremo de esta realidad viene a despertarme de mi sueño i a sacarme de comunicación i de los documentos adjuntos, para que en vista de ellos, se digne disponer lo que estime mas c o n v e - esta sencilla credulidad. I También diré a V. S. que mi casa curial fué completaniente. ! mente saqueada hasta el estremo de que no me han dejado Dios guarde a 7. S. ni un breviario en qne rezar el oficio divino, ni ninguna M. L O R E N Z O B E D O Y A . pieza c!e vestido, pues aun las sotanas que tenia se ¡as lleAl señor Secretario de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores i Culto. varon. L a iglesia de Moliendo, pues, no existe, señor vicario, esa iglesia qne tantos sudores i trabajos me costó para edificarla. Se carece en lo absoluto de fondos para reedifiVicaria capitular de la diócesis de Arequipa.—Yo el in- carla, i hasta las cinco campanas se han fundido complefrascrito secretario de cámara i gobierno de esta diócesis, tamente en el incendio. A d e m á s , c o m o vice-párroco de certifico: que con fecha 20 del corriente, el capellán del Moliendo, no puedo dejar de dar cuenta a V . S. de que topuerto de Moliendo pasó a su señoría el vicario capitular da la parte alta del pueblo ha sido incendiada i saqueada el oficio que sigue: — S. V . C.—Con el mas profundo d o - toda la población, las mujeres víctimas del desenfreno mas lor tengo el honor de dirijirme a V. S. con el fin de dar escandaloso i cruel: no puedo dejar de dar cuenta a V. S. cuenta de lo que ha acontecido en esta viee-parroquia de mi de todo esto; pues, c o m o pastor indigno de Moliendo, tencargo, el dia Martes 9 del corriente, con motivo de l a i n v a - g o el corazón amargamente apesadumbrado, con la serie cion chilena. Eran las 9.30 A . M. del indicado dia cnaudo de de acontecimientos que aquí se han sucedido. Espero, seimproviso se vio atacada por todas partes la población de ñor vicario, que V . S. dará a este oficio el j i r o i dirección mi cargo, por los enemigos del P e n i ; pero señor vicario, que crea mas conveniente, a fin de que llegue a conocicualquiera podría suponer al menos,teniendo en c u é n t a l a s miento del Supremo Gobierno, i espero además, que V. S. leyes i costumbres de la guerra de pueblos civilizados, que se sirva trazarme la línea de conducta qne debo seguir; esta invasión no fuera considerada c o m o un m o t i v o de cruel pues, c o m o sacerdote i c o m o peruano, j a m á s esquivaré muterror para la parte inofensiva, desarmada i débil de la p o g a n servicio, ni mi sangre, a la iglesia i a la patria.— blación ; pues en todos tiempos esta ha merecido si no el Dios guarde a V . S. señor Vicario C a p i t u l a r . — J U A N B A U respeto, por lo menos la compasión del e n e m i g o : los t e m - T I S T A A R E N A S . — E s copia fiel.—Secretaría de cámara i plos i los objetos del culto han sido respetados hasta por los gobierno de la D i ó s e s i s . — A r e q u i p a , Marzo 24 de 1880.— bárbaros del Norte que invadieron a Europa, i en las guer( F i r m a d o . ) — M . Segundo Bailón, secretario. ras modernas, j a m á s las balas enemigas se dirijieron sobre personas inofensivas, i los templos fueron considerados c o - j m o un lugar sagrado i con todas las garantías bastantes INFORME A L EXCMO. SEÑOR DELEGADO APOSTÓLICO. para prestar asilo a los fieles pacíficos que no tomaran parte en las acciones de armas, i esto con razón porque es la NÚM. 4231.—ARZOBISPADO D E SANTIAGO D E CHILE. casa del Señor de los señores i dueño de todo lo creado; pero señor vicario, reservado habia estado a los enemigos Santiago, Abril 29 de 1SS0. de nuestra patria, el conculcar toda lei, ultrajar a la h u m a nidad, burlarse de la moral, escarnecer la relijion i profaEscelentísimo i R e v e r e n d í s i m o Señor: nar lo que hai de mas santo en los cielos i en la tierra, H e recibido la respetable c o m u n i c a c i ó n de V. E. R , pues no solo han violado el templo de Moliendo, los c h i l e fecha 3 del q u e rije, en la cual V. E. R . m e hace saber nos, sino que han profanado el Santísimo Sacramento, que de la relación oficial que h a trasmitido a V. E. R. el arrancando por la fuerza el sol de la custodia, llevándolo señor vicario capitular de A r e q u i p a , resulta que las trofuera del templo i sustrayendo el viril con la forma consapas chilenas que o c u p a r o n a M o l i e n d o a principios del grada, i lo que es mas doloroso, señor vicario capitular, es mes de M a r z o ú l t i m o incendiaron intencionalmente la que todo esto lia sido ejecutado, según datos seguros, en iglesia de ese p u e b l o i c o m e t i e r o n t o d o j e n e r o do sacrüepresencia de tres sacerdotes chilenos, qne nada absolutaj i o s i profanaciones c o n t r a la m i s m a iglesia i el augusto mente, nada hicieron, ya que no para calmar a esos furioS a c r a m e n t o de la Eucaristía; i, lo que es todavía mas dosos, pero siquiera por salvar a su Divina Majestad de tan loroso, q u e esos sacrüejios se llevaron a c a b o en presencia terribles ultrajes, sacrüejios e irreverencias. N o solo esto de tres sacerdotes chilenos que nada, absolutamente nada ha tenido lugar, sino también han sustraído dos crismehicieron, ni para c o n t e n e r la furia de los profanadores, ni ras de plata con el sagrado o l e o , una corona de plata de para salvar a la Majestad D i v i n a d e tan terribles ultrajes. nuestra Señora de la Purísima, se han llevado esta imájen Mas, c o m o r e p u g n a V. E. R . creer que tres sacerdotes chii un crucificado, ¡os cuadros tic pintura que habían en el lenos se hayan m a n c h a d o c e n tan feo c r i m e n i presume templo, una ara i un misal, i después de todo esto, prenque nosotros tengamos c o n o c i m i e n t o cabal de los hechos, dieron fuego al t e m p l o , c o m o para borrar las huellas del se sirve V . E. R. p e d i r m e q u e le informe lo que haya de atentado: pero en vano, porque en ese montón de cenizas verdad en este asunto. que lian dejado, en esas ruinas calcinadas de la iglesia de A g r a d e z c o m u i de veras a V. E. R, que haya suspendiMoliendo, verán las jeneraciones venideras, la conducta de na pueblo llamado c a t ó l i c o ; verán los hechos incalificables ! d o su j u i c o sobre Ja supuesta criminalidad de los tros sacerdotes chilenos, no obstante las afirmaciones del señor de Chile, cuyas ¡ejiones han profanado con planta impura los templos del Perú, sin duda porque creen que nuestro Dios | vicario capitular de A r e q u i p a hasta oir lo que podían los J acusados alegar en su defensa.


CAPITULO

Los sacerdotes chilenos que estuvieron en M o l i e n d o durante la o c u p a c i ó n de esta plaza por las fuerzas de C h i le, son el presbítero d o n E d u a r d o Fábres, capellán de la división espedicionaria; el presbítero d o n E d u a r d o Christie, capellán del Blanco Encalada; el presbítero d o n Carlos Cruzat; capellán de la corbeta O'Higgins, i el presbítero d o n Camilo Ortúzar, capellán del Cochrane, que accidentalmente se encontraba en la O'Higgins a y u d a n d o al capellán de este buque en una misión que d a b a a b o i x i o con el fin de preparar a los marinos para c u m p l i r con el precepto pascual. Por fortuna, se encuentran actualmente en esta ciudad el señor Jeneral en Jefe del ejército d o n Erasmo Escala i el presbítero d o n Camilo Ortúzar, a quien una desgracia de familia ha obligado a separarse por ahora de su puesto en la marina. Me pareció necesario, antes de contestar a V . E. R., pedir informes a éstos i al presbítero Fábres, pero c o m o éste se encuentra en el ejército que actualmente espediciona sobre T a c n a i Arica, n o será fácil obtener pronta respuesta, pero en c a m b i o existe una carta.escrita por él a su madre sobre los sucesos do M o l i e n d o , que es u n d o cumento que tiene verdadera importancia, por la m a n i fiesta imparcialidad c o n que refiere los h e c h o s i porque la escribió algunos dias antes de la fecha de la relación del vice-párroco de M o l i e n d o i por consiguiente c u a n d o ni idea tenia de la acusación que mas tarde se habia de h a cer para denigrar su c o n d u c t a por ser sacerdote c h i l e n o . Del informe del señor Jeneral en Jefe, q u e en copia acompaño bajo el n ú m . 1, aparece que el i n c e n d i o de la iglesia de M o l i e n d o fué un h e c h o casual e inevitable; casual, p o r q u e el fuego se c o m u n i c ó al t e m p l o p o r la d i rección que i m p r i m i ó a las llamas el incendio de las casas vecinas; inevitable, p o r q u e careciéudose de los elementos necesarios para estinguirlo antes de que se c o m u n i c a r a a la iglesia, solo se p u d o pensar en desocuparla i p o n e r en salvo las imájenes sagradas i la custodia c o n el Santísimo Sacramento; lo cual, dadas las circunstancias, lejos d e ser sacrilejio, es u n acto de verdadera relijiosidad. Del m i s m o informe aparece que los autores del incendio de! ¡esto de la ciudad n o fueron las tropas chilenas, sino estranjeros que recorrían c o n teas incendiarias. I aun cuando fuera cierto que algunos soldados dispersos, sea por ebriedad, sea por vengarse de ultrajes recibidos en el Perú antes de ser repatriados, hubieran s e c u n d a d o la mala acción de esos estranjeros, lo cierto es que tales escesos n o p u e d e n imputarse al ejército chileno, desde que consta por la carta del señor Fábres, q u e orijinal a c o m paño marcada c o n el n ú m . 2, i del informe del señor jeneral Escala, que los jefes durante el día anterior al i n cendio tomaron medidas para impedir desórdenes i robos; que cuando el i n c e n d i o tenia lugar, los mismos jefes dispararon sus armas contra los incendiarios, i finalmente que después de t o d o se ha seguido proceso para averiguar si hai soldados criminales i castigarlos caso de haberlos. La c o m p l i c i d a d de los capellanes chilenos en los supuestos sacrilejios de M o l i e n d o , n o pasa de ser una fábula, que n o necesitaría refutación, si V. E. R. i los demás que en el estranjero tengan c o n o c i m i e n t o de la i m p u t a c i ó n que se les hace, mediante la publicidad q u e h a d a d o a ella la sociedad de L i m a , conocieran a esos abnegados i mui dignos sacerdotes. Vbi a trascribir a V . E. R . una parte de la sencilla relación que hace a su madre el presbítero Fábres. Dice así: "Ese día ( 1 0 de M a r z o ) por la mañana estuve en la iglesia, pero no pude entrar, estaba cerrada cou llave, i como no se me ocurrió lo que mas tarde sucedió, no quise forzar las puertas. A la hora de almuerzo me fui a a l m o r zar a la O'Higgins con los capellanes Ortúzar i Cruzat, que estaban en ella. Después volví a tierra con el c o m a n dante. En el dia anduve por la población, i en la tarde me füíeon el capellán Christie, que me convidó a comer en el Blanco, i c o m o se me hiciese tarde, determiné quedarme "sa noche a bordo.

SÉTIMO.

471

" A c a b á b a m o s de comer i estábamos conversando con el almirante, cuando vinieron a anunciar a éste que habia incendio en tierra. Salimos sobre el puente, i en efecto, v i mos que se habia declarado un gran incendio en el pueblo. Felizmente el incendio fué de corta duración i creímos que todo había t e r m í n a l o . Pero dos horas después comenzó de nuevo a arder el pueblo, i esta vez con mucha mas furia i por varios puntos a la vez. P o c o mas tarde se hizo señales de tierra diciendo que el enemigo estaba a la vista; entonces el almirante dio orden de que se enviara un bote a tierra con un oficial para ver qué era lo que sucedía, i y o lo aproveché para irme también, pues mi puesto estaba en tierra. "Serian c o m o las 12 P. M. cuando desembarqué en el muelle, i me dirijí inmediatamente a mi alojamiento, en donde encontré a la jente muí tranquila, pues no habia h a bido nada sobre lo que se habia dicho del enemigo. E l incendio estaba en su mayor fuerza; la iglesia ardia c o m pletamente. Y o no me atreví a ir a ver el fuego de cerca, pues se sentían tiros- a cada momento, i los oficiales me dijeron que les habían a ellos hecho algunos disparos, i que era peligroso ir. Esa noche me acosté vestido c o m o a las 3 A . M. A l dia siguiente me levanté temprano i ensillé mi caballo. Apenas salí de la casa, lo primero q u e me llamó la atención fueron los santos que habían hecho c o l o car en la plaza i al lado de nuestra casa. Sobre una mesa vi una cosa medio tapada con un p a ñ o ; voi a ver qué era, i m e encuentro con el sol de la custodia, i aun cou el Santísimo en ella. Inmediatamente la envolví en el m i s m o paño i la llevé a mi pieza, en donde la guardé para evitar profanaciones. Y o l vi en seguida a la calle para hacer guardar todos los santos i demás objetos de la iglesia que h a bían sacado i estaban en el medio de la calie. E l incendio aun no, se habia estinguido del todo, pues varias casas aun ardían." Esta relación se c o m p l e t a c o n lo que espone el presbítero Ortúzar e n , el jnforrne que a c o m p a ñ o bajo el n ú m . 3. Después de puestos en salvo los objetos relijiosos que estaban en la plaza, bajó a tierra el capellán de la O'Higgins, señor Cruzat, i sabedor de lo que h a b i a ' s u c e d i d o , se ofreció a llevar, c o m o en efecto llevó a b o r d o de su b u q u e , el Santísimo Sacramento; el cual fué depositado en un camarote especial i c o n s e r v a d o allí hasta el siguiente dia en que fué c o n s u m i d o en la misa que se celebra a bordo. El sol de la custodia c o n el viril quedaron en poder del señor Fábres, al cual aconsejó el presbítero Ortúzar que depositara esos objetos en p o d e r del capellán del Blanco, en razón de tener ya bajo su custodia los vasos sagrados de la iglesia de Pacocha, que p o r la fuga del sacerdote que la custodiaba i la internación del ejército iba a quedar abandonada. D e manera que, según todas las probabilidades, el sol de la custodia de la iglesia de M o liendo se encuentra en el Blanco, para ser restituido, j u n to c o n los demás objetos de la iglesia de P a c o c h a , c u a n d o las circunstancias lo permitan. Es, pues, u n h e c h o cierto q u e en la n o c h e del i n c e n d i o todos los sacerdotes chilenos se encontraban a b o r d o de las naves de guerra surtas en el puerto de Moliendo; i aunque el presbítero Fábres bajó a tierra a las 12 P. M. llegó a su alojamiento c u a n d o la iglesia estaba c o m p l e tamente incendiada. N o seria difícil c o m p r o b a r j u r í d i c a mente este h e c h o , si V. E. R. lo cree c o n v e n i e n t e , por medio de uña información, q u e no d u d o se prestaría a levantar el señor contra-almirante de la marina de Chile, que se encontraba en M o l i e n d o a b o r d o del Blanco. C o m o quiera que sea, y o d e j o al ilustrado i recto j u i c i o de V . E. R. decidir si el señor vicario capitular de A r e quipa, a p o y a d o únicamente en la relación del vice-párroco de M o l i e n d o , que a ojos vistos es apasionada, c o n t r a d i c toria i de oidas, ha tenido f u n d a m e n t o bastante para calificar al ejército chileno, a los chilenos eü jeneral i a los sacerdotes de nuestro país respectivamente, de sacrilegos, profanadores, ladrones, bárbaros sin rolijion, adoradores de otro Dios, c o n otras mil injurias tanto o mas graves


472

GUERRA

DEL

q u e éstas, que ha prohijado de la c o m u n i c a c i ó n del v i c e párroco de Moliendo. Me atrevo a esperar que V. E. R . encontrará j u s t a la petición que el presbítero Ortúzar hace, de que se p u b l i quen en Lima, este informe i los d o c u m e n t o s que lo a c o m pañan. Para el caso de que n o sea c o n o c i d a de V. E. R . la p r o testa del canónigo de Arequipa, señor Pérez, a que alude el señor Ortúzar; la a c o m p a ñ o a V. E. R . bajo el n ú m . 4. Con sentimientos de la m a y o r consideración i respeto, m e suscribo de V. E. R . atento i obsecuente servidor. JOSÉ R A M Ó N Al

ASTORGA.

Excino. i Rvmo. señor doctor don Mario Mocenni, dignísimo Arzobispo de Heliópolis i Delegado Apostólico.

A N E X O

NÚM.

I N F O R M E D E LS E Ñ O R J E N E R A L

Arzobispado

de Santiago

1.

E N JEFE DEL

de Chile, Abril

EJÉRCITO.

20 de

1880,

Por c o n d u c t o fidedigno he sabido que el señor vicario c a pitular de la diócesis de Arequipa, en u n d o c u m e n t o oficial, asegura que el incendio de la iglesia de Moliendo, ocurrido durante la permanencia de las tropas chilenas que n o h a m u c h o se apoderaron de esa ciudad, fué llevado a c a b o por las mismas tropas, las cuales ejecutaron t o d o j é n e r o de profanaciones contra la m i s m a iglesia i contra el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, i, " l o que todavía es mas doloroso, que esas profanaciones se c o m e t i e r o n en presencia de tres sacerdotes chilenos que nada, absolutam e n t e nada hicieron, y a q u e n o para calmar a esos furiosos, pero siquiera para salvar a su Divina Majestad de tan terribles ultrajes, sacrilejios e irreverencias." A u n q u e V. S. n o estuvo en M o l i e n d o , s u p o n g o que p u e d e suministrar datos para c o n o c e r c o n mas o m e n o s exactitud si es cierto q u e las tropas chilenas intencionalm e n t e incendiaron la iglesia i cometieron las profanaciones d e que se habla; por lo cual ruego a V . S. que se sirva d e c i r m e l o q u e sepa acerca d e este particular. A d e m á s , c o m o los tres sacerdotes chilenos que se dice presenciaron impasibles esos atentados, n o p u e d e n ser otros que el presbítero d o n E d u a r d o Fábres, que era el capellán d e la división q u e e s p e d i c i o n ó sobre Moliendo, i los presbíteros d o n E n r i q u e Christie i d o n Carlos Cruzat, capellanes, el primero del Blanco Encalada i el s e g u n d o de la O'Iliggins, que según entiendo, estaban fondeados en el puerto la n o c h e q u e t u v o lugar el incendio, ruego a Y . S. q u e se sirva informarme si por el c o n o c i m i e n t o personal que Y. S. tiene de esos i de los demás c a p e llanes del ejército, cree Y. S. posible que ellos hayan a u t o rizado c o n su presencia tales sacrilejios. Sírvase Y. S. agregar a su informe t o d o lo demás que crea sea c o n d u c e n t e al esclarecimiento de la verdad en tan grave asunto. Dios guarde a V. S. JOSÉ

RAMÓN

ASTORGA.

Al señor Jeneral en Jefe don Erasmo Escala.

Santiago,

Abril 23 de

1880.

H e recibido la nota que V . S. m e h a dirijido, con fecha 19 del actual, bajo el n ú m . 4,228, tendente a averiguar los sucesos que ocasionaron la destrucción de la iglesia de Moliendo, que según esposicion del vicario capitular de l a diócesis de Arequipa, fué cansada por tropas chilenas. A tres pueden deducirse los cargos que el sacerdote peruano achaca a nuestras fuerzas; que el incendio de la espresada iglesia fué llevado a cabo intencionalmente por ellas; que las mismas ejecutaron todo jénero de profanaciones contra la iglesia i contra el Santísimo Sacramento

PACIFICO.

de la Eucaristía; i lo que es mas grave, que esas profanaciones se cometieron en presencia de tres sacerdotes chilenos que nada hicieron para calmar a la tropa, ni para salvar a la Divina M a j e s f a l de tan terribles ultrajes. En atención a la gravedad de estos hechos i a que ellos vienen prohijados por ¡a palabra de una alta dignidad de la iglesia peruana, destinada a darle verosimilitud, me he apresurado a dar a V . S. inmediatamente la contestación que corresponde. Deseoso de complacer a V . S. lo mas ampliamente que me sea posible, voi a trasmitirle la relación que me hizo el Jefe de Estado Mayor de la división que operó sobre aquella plaza, sarjento mayor don Baldomero Dublé A l meida, quien quedó a cargo de ella, mientras el coronel jefe de la división marchaba al interior. Fuera de la tropa que acompañaba al coronel Barbosa en su marcha al interior, solo quedó en Moliendo un cuerpo que estaba cu observación del enemigo i otras fracciones que se situaron en los puntos de la población que se creyeron convenientes. E u esta situación se vio que se declararon incendios en distintos lugares de la población. Inmediatamente la tropa acudió, a sofocarlos, i entonces se sorprendió a varios italianos con las teas en las manos, quienes, aprovechándose de la ausencia de los pobladores i de la confusión inevitable que produce la ocupación de una ciudad, lo propagaban por distintos lugares i cometían todo jénero de depredaciones. L l e g ó a tal estremo el cinismo de esa jente, que hubo necesidad de hacer contra ellos frecuentes disparos. E l papel de nuestros soldados en tan dura emerjencia hubo de limitarse a salvar lo que era posible, pues carecían de los elementos indispensables para detener la acción destructora del incendio, i menos para estinguirlo. Así, pues, prendido el fuego en la manzana en que se hallaba la iglesia, era inútil pensar en salvarla. Por eso se hizo estraer de ella todo l o que se creyó pudiera servir para mas tarde, i entre otras cosas, la Sagrada Custodia que contenia el Santísimo Sacramento de la Eucaristía. L a Custodia fué colocada en la plaza i después llévala por los señores capellanes a uno de los buques de la escuadra i depositada en nno de sus departamentos, i la Sagrada F o r m a consumida en la misa al dia siguiente. L a descarnada relación que acabo de hacer de los sucesos acaecidos en M o l i e n d o manifestará a Y. S. cuan lejos de la verdad ha estado el señor vicario capitular de Arequipa al imputar a nuestras tropas el i n c e n d i o de la iglesia del referido puerto i las profanaciones de ella i del Sacramento de la Eucaristía. Tanto mas falaz i engañosa es la i m p u t a c i ó n hecha a nuestros capellanes, q u e creo sean los señores sacerdotes Fábres, Cruzat i Christie, de haber presenciado impasibles los escándalos a q u e se ha h e c h o referencia. Me bastará para vindicarlos decir q u e en esos m o m e n t o s esos caballeros n o se encontraban en tierra, i que mal podían entonces ser actores o espectadores impasibles de tamaños escesos. Pero aquí creo de mi deber manifestar a V. S. cuál ha sido la c o n d u c t a de esos sacerdotes. D e s d e luego no es p o c a cosa abandonar el suave clima de nuestros hogares, i las c o m o d i d a d e s que brinda la familia i una sociedad culta, para ir en busca de las penalidades, sinsabores i decepciones de una campaña en la q u e principian p o r e s trañar el m é t o d o de v i d a que han llevado los hombres c o n quienes han acostumbrado asociarse i hasta la aridez i m o n o t o n í a del n u e v o e ingrato suelo que pisan. Después, esos sacerdotes, llenos do fe i u n c i ó n , de una vida austera i con una moral ríjida, han c o n s e g u i d o en unión de los demás capellanes del ejército i armada, c o n su palabra i c o n su e j e m p l o , hacer volver a n u e v a vida corazones empedernidos, hombres encenegados en el vicio, i esto no solo entre los nuestros, sino entre esos mismos infelices que habitan el territorio de nuestros enemigos. N o necesito, señor, decir que mas de una vez oí a esa jente inculta, que gustaba de la palabra de nuestros sacerdotes i


CAPITULO

manifestaba voluntarios deseos de escuchar sus inspiradas enseñanzas, que j a m á s iban al templo c u a n d o se e n c o n traban bajo la d o m i n a c i ó n del Perú i debían oir la palabra de sus sacerdotes, por m o t i v o s que prefiero silenciar. I después de esto, ¿es presumible que nuestros sacerdotes fueran capaces de presenciar impasibles h e c h o s tan criminales corno s u p o n e el señor vicario capitular de Arequipa? N o necesita esto contestación. A n t e s de concluir, séame permitido manifestar a V. S. que habiendo-llegado a mis oidos el r u m o r de que se h a bían c o m e t i d o algunas faltas en M o l i e n d o , hice inmediatamente formar el correspondiente sumario para averiguar la verdad, i n o d u d o por u n instante que los q u e aparezcan culpables serán severamente castigados. I c o n toda franqueza d e b o agregar aquí para que n o se crea que oculto la verdad, que las faltas p o r q u e se ha procesado a nuestros soldados en nada se relacionan c o n los sucesos que d e n u n c i a el señor vicario capitular de la diósesis de Arequipa. . Creo haber espuesto a V. S. c u a n t o c o n c i e r n e al esclarecimiento de los sucesos q u e m e n c i o n a su referido oficio. D i o s guarde a V . S. ERASMO

ESCALA.

Al señor Pro-vicario Capitular don José Ramón Astorga.

A N E X O N Ú M . 2. CARTA DEL CAPELLÁN D O NE D U A R D O

FÁBRES.

Señor don Clemente Fábres.

Santiago,

Abril

21 de 18SO.

M u i señor m i ó i a m i g o : Si U d . conserva la carta orijinal q u e le escribió su h i j o el presbítero d o n E d u a r d o Fábres, capellán d e la d i v i sión que espedicionó sobre M o l i e n d o , en la cual se relatan los sucesos que tuvieron lugar mientras esta c i u d a d fué ocupada p o r las tropas chilenas, i de la que se p u b l i c ó un e s t r a d o en E L E S T A N D A R T E C A T Ó L I C O , espero quo me haga el servicio de proporcionármela para enviarla al E x c m o . señor D e l e g a d o A p o s t ó l i c o . Con sentimiento del m a y o r aprecio m e suscribo de U d . afectísimo a m i g o i S. S. JOSÉ RAMÓN

ASTORGA.

S'.'ñor Prebendado don José Ramón Astorga.

Santiago,

Abril

23 de

1880.

Señor i a m i g o m u i estimado: La carta en que ¡ni hijo Eduardo habla de la espedicion a M o l i e n d o , es dirijida a la señora, i se la i n c l u y o orijinal, apesar de estar tan borroneada i sucia. Cuando leí. esta carta m e pareció conveniente que se publicara un estracto de ella en E L E S T A N D A R T E C A T Ó L I C O sin que apareciera c o m o dirijida por mi hijo, pues a los jefes del ejército n o les gusta que ios empleados e n víen correspondencia. En la oficina de la imprenta la ensuciaron i borraron algunas palabras para hacer el estracto. C o m o U d . m e dice que quiere enviarla orijinal al E x c m o . señor D e l e gado A p o s t ó l i c o , m e ha parecido c o n v e n i e n t e agregarle una copia fiel en letra clara para que se pueda entender. D e b o advertirle que el j o v e n militar Miller, de que habla mi hijo en la carta adjunta, hijo del señor Miller, sacerdote, es hijo lejítimo, pues el señor Miller entró al estado eclesiástico después de haber enviudado, habiendo tenido dos hijos en su matrimonio. Y o tuve amistad c o n él en la-Serena, i U d . debe haberlo c o n o c i d o en R o m a , porque m e parece haber oído decir que habia ido al concilio el año 69. Con esta ocasión tengo el gusto de saludarlo i reiterar mis sentimientos de aprecio, suscribiéndome c o m o su afectísimo a m i g o A , i S. S. Jos:': Toiio

u—GO

CLEMENTE

FÁBRES.

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SÉTIMO.

Pacocha,

Marzo

15 de

1880.

Mi querida m a m á : N o hace muchos dias le escribí una carta i me parece que en ella le arranciaba una próxima espedicion en la que, c o m o capellán de la cuarta división, debía tomar parte. L a espedicion tnvo lngar, pues el domingo 7. del presente me embarqué en el Amazonas j u n t o con el 3 . ° de l í nea. E n el Blancorembarcaron los Navales i en el Lámar los Zapadores, i el Lunes 8 a las 11 A . M. salimos de éste puerto con dirección al Norte. L a espedicion era a Moliendo con el objeto de destruir la estación de! ferrocarril que va a Arequipa i ver de c o r tar ese ferrocarril destruyendo toda la parte de la línea que se pudiese alcanzar. Co.no el desembarco en Moliendo es mui difícil i seria imposible si se defendían, seguimos directamente a Islai, que está a unas tres o cuatro leguas mas al Norte. A este punto llegamos en la noche i principó el desembarco a la 1.30 A. M. en una caleta vecina al puerto. Ahí se desembarcaron unos 150 hombres, i c o m o no hubo resistencia, el resto se desembarcó en el muelle poco después. En cuanto se desembarcó todo el o. ° de línea, me fui yo también a tierra i me encaminé a la plaza del pueblo en donde esperé que me trajeran mi caballo. E l pueblo estaba completamente desierto, sus p o b l a d o res habían huido llevándose todo lo que pudieron, unos pocos habiau quedado en sus casas. Algunas de estas fueron saqueadas por los soldados que anclaban dispersos. A las 9 A . M. principiaron a moverse los cuerpos en dirección a Moliendo, i poco después salí yo también del pueblo con el coronel Barbosa, jefe de la división. Tuvimos que atravesar ocho quebradas, algunas de ellas bastante profundas, en las que podían habernos hecho una terrible resistencia, pero c o m o en ninguna de ellas divisamos al enemigo, ya calculamos que éste tampoco baria r e sistencia en Moliendo. E n efecto, a la 1 P. M. llegaba yo a Moliendo i encontré al batallón de Navales que estaba formándose para e n t r a r a ! pueblo en orden. Me coloqué a la cabeza con un oficial del Estado Mayor de nuestra división, D i e g o Miller, el hijo de! señor Miller, sacerdote a quien conocimos en la S e rena, i entramos a .Moliendo al son de música hasta que llegamos a la plaza, i en una casa que tenia un bonito j a r din tomamos alojamiento junto con la oficialidad de los Navales. Los primeros momentos los ocupamos en ver el p u e b l o i luego principió nuestra obra de. destrucción. Por la tarde salimos a andar con el coronel i ya principiaban varios soldados a entrarse en las casas que encontraban abandonadas a robar lo que pillaban. Se enviaron varias patrullas de orden del coronel para q u e impidiesen t o d o robo i desorden. A l dia siguiente mui temprano se fué el coronel con los Zapadores a Mejía, p u n t o situado un p o c o al Sur, para seguir de ahí a T a m b o i destruir en ese puerto la linca del ferrocarril i algunos puentes. L o s demás q u e d a m o s en M o l i e n d o c o n t i n u a n d o la destrucción de la estación. T o d a la maestranza de la estación, toda su maquinaria so destruyó a fuerza de dinamita que destrozaba c o m p l e tamente toda la. maquinaria, i a toda la parte de m a d e r a se le prendía fuego. Ese dia por la mañana estuve en la iglesia, pero n o p u de entrar; estaba cerrada con llave, i c o m o n o so me o c u r rió lo que mas tarde sucedió, no quise forzar las puertas. A la hora de almuerzo m e fui a almorzar a la üi'Iiggins c o n el capellán Ortúzar i Cruzat, que estaban en ella. Después v o l v í a tierra c o n el comandante. En el dia anduve por la p o b l a c i ó n , e n la tarde m e fui con el capellán Christie que m e c o n v i d ó a c o m e r en el Blanco, i c o m o se m e hiciera tarde determiné quedarme esa n o c h e a bordo. A c a b á b a m o s de c o m e r i estábamos conversando con el almirante c u a n d o vinieron a anunciar a éste que había i n c e n d i o en tierra. Salimos sobre el puente, i en efecto, vimos que se habia declarado un incendio en el pueblo.


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GUERRA

DEL PACIFICO.

Felizmente el incendio fué de corta duración i creimos que todo había terminado. Pero d o s horas después c o m e n z ó de n u e v o a arder el pueblo i esta vez c o n m u c h a mas furia i por varios puntos a la vez. P o c o mas tarde se hizp señales de tierra diciendo q u e el enemigo estaba a la vista; entonces el almirante dio orden que se enviara un bote a tierra c o n un oficial para ver qué era lo que s u c e día i y o lo a p r o v e c h é para irme también, pues m i puesto estaba en tierra. Serian c o m o las 12 P. M. c u a n d o desembarqué en el muelle i m e dirijí inmediatamente a mi alojamiento en d o n d e encontré a la jente m u i tranquila, pues n o habia habido nada sobre lo q u e se habia d i c h o del enemigo. E l i n c e n d i o estaba en su m a y o r fuerza, la iglesia ardia c o m pletamente. Y o n o me atreví a ir a ver el fuego de cerca, pues se sentian tiros a cada m o m e n t o i los oficiales m e dijeron q u e les habían h e c h o a ellos algunos d i s p a r s i que era peligroso el ir. Esa n o c h e m e acosté vestido i t o m o a las 3 A . M. A l dia siguiente m e levanté temprano i ensillé mi caballo. A p e n a s salí de la casa, lo primero q u e m e llamó la atención fueron los santos q u e habían h e c h o colocar en la plaza i al lado de nuestra casa. Sobre una mesa vi una cosa m e d i o tapada c o n u n paño, voi a ver q u é era i m e encuentro c o n el sol d o la Custodia i aun c o n el Santísimo en ella. I n m e d i a t a m e n t e la envolví en el m i s m o paño i la llevé a mi pieza en d o n d e la guardé para evitar profanaciones. V o l v í en seguida a la calle para h a cer guardar todos los santos i demás objetos d e la iglesia que habían sacado i estaban en el m e d i o delacalle. El i n c e n dio aun n o se habia estinguido del todo, pues varias casas aun ardian. Varias familias, todas ellas d e pobres, se h a bían refujiado en la plaza en d o n d e lloraban i pedían m i sericordia, pues creían q u e t o d o el p u e b l o iba a ser q u e m a d o i q u e a ellas las iban a matar. Trabajo inmenso m e costaba sosegarlas asegurándoles que nada les iba a suceder. E n l o m e j o r d e m i perorata u n tremendo estallido q u e r o m p i ó todos los vidrios de la casa delante d e la cual estábamos, h a c i é n d o l a c o n m o v e r s e c o m o en un terremoto, a u m e n t ó espantosamente la gritería. Todas m e pedían que les echara la absolución, que y a n o les quedaba otro c o n suelo; pedían de rodillas que n o las mataran q u e las d e jaran irse a refujiar a los cerros. A l fin, después d e m u c h o batallar c o n s e g u i m o s sosegarlas. El estallido habia sido causado p o r unos sesenta barriles d e polvera que se i n cendiaron sin saberse c ó m o i que n o causaron gran d a ñ o , gracias q u e estaban al aire libre, q u e si n ó , quién sabe a d ó n d e habríamos i d o todos a parar.

j dia a las 10 P. M. salimos de M o l i e n d o para volver a este j puerto. ¡ C o m o ha p o d i d o U d . ver por la corta relación que le ; he h e c h o , es bastante triste i pesada la tarea q u e me he impuesto. Sin embargo, mi salud n o sufre quebranto alg u n o fuera de los constipados d e costumbre. L o s días que pasé en Moliendo, c o m o puedo U d . fácilmente imajinarse, i en m e d i o del desorden, n o era fácil proporcionarse d e c o mer, así q u e h u b o dias que almoreé i n o c o m í i otros en que n o almorcé pero c o m í . E n c a m b i o , bebí cerveza hasta decir basta, pues la había en abundancia i por consiguiente la bebíamos a cada m o m e n t o ; era c o m o apaciguábamos el ¡ hambre c u a n d o venia. E u la n o c h e d o r m í a sobre un col| c h o n en el suelo i me tapaba c o n m i frazada i m i capa i que habia tenido la p r e c a u c i ó n d e llevar, i así lo pasaba | bien o l o m e n o s mal posible. ;

E n fin, mal q u e mal seguiremos adelante hasta q u o esto se acabe. E n Pisagua estaba ya resuelto a v o l v e r m e si seguía tan mal c o m o m e s.ntia en esos dias, poro me mej o r é notablemente i determiné continuar; i ahora m e parece que p o d r é concluir la c a m p a ñ a sin c u i d a d o , pues cstoi bastante bien. I A y e r tuvo el gusto de recibir su carta del 5 del presen| te; hacia y a m u c h o s dias ha que n o recibía carta de nadie. Esto es una de las cosas q u e u n o echa mas d e m e n o s en la campaña, pues aquí nos v e m o s m u i solos, apesar de andar con tanta j e n t e . Dígale por allá a todos q u e m e escriban i m e d e n noticias, q u e m e harán u n gran servicio i que n o esperen q u e les conteste, pues n o siempre me es posi\ ble escribir. Esto lo hago siempre quo puedo. Estamos al partir d e un cha a otro para el interior, a u n q u e n o sabemos adonde. A f o r t u n a d a m e n t e y a tengo un caballo q u e me prestará muchos" servicios i q u e y a me los ha prestado. N a d a h e sabido del caballo q u e me mandó a Valparaiso. A José Luis escribí para q u e lo devolviera a Santiago i m e avisase, pero nada m e ha escrito. M u c h a s memorias a todos, etc. Su afectísimo hijo. J.

E D U A R D O

FÁBRES.

A N E X O N Ú M . 3. | ¡

INFORME

D E L

CAPELLÁN CAMILO

D E L " C O C H R A N E "

DON

ORTÚZAR.

!

! Señor Vicario Capitular: ! T e n g o el h o n o r de evacuar el informe q u e V . S. se ha Ese dia anduve p o r el pueblo a caballo, protejido p o r ; servido p e d i r m e acerca d e supuestos sacrilejios perpetrad o s en M o l i e n d o p o r el ejército chileno i presenciados i el incendio, la m a y o r parto d e las casas habían sido saaun autorizados por tres d e nosotros, los capellanes. queadas por los soldados del 3. ° de línea, varios paisanos A n t e s d e valorar el testimonio q u e ha bastado al señor italianos í soldados d e los otros cuerpos. Es d e advertir q u e vicario capitular d e A r e q u i p a para aceptar i dar la resal 3. ° se le dio orden de volver a Islai a! dia siguiente d e petabilidad de su palabra a semejantes calumnias, voi a nuestra llegada, para ser ahí reembarcado. Estossalieron d e hacer a V . S. suscinta relación d e los h e c h o s . M o l i e n d o el Martes en la tarde i, c o m o era natural, iban furiosos p o r q u e l o s h a c i a n v o l v e r s e p o r tierra,haciendo una I. marcha bastante penosa. D e estos, m u c h o s se volvieron al C o n el objeto d e preparar a los tripulantes del Cochrapueblo, se emborracharon i principiaron el i n c e n d i o i el nc, d e q u e soi capellán, al c u m p l i m i e n t o pascual, habia saqueo. M u c h o t e m i m o s al principio q u e se hubieran q u e m a d o algunos q u e yacían c o m p l e t a m e n t e borrachos en las d a d o en él misión, a c o m p a ñ a d o por el presbítero don Carlos Cruzat, i u n a vez c o n c l u i d a m í a mi turno a acomcasas que se quemaron, pero después h e m o s visto q u e n o pañarlo a la q u e c o n el m i s m o fin dio en la O'IBggins. h a faltado ninguno a la lista que se h i z o mas tarde. El Jueves i Viernes el i n c e n d i o c o n t i n u ó i también la i A h í estábamos anclados en la bahía d e M o l i e n d o el dia 10 de Marzo, c u a n d o en la n o c h e vimos principiar un incendestrucción de la estación. E n ésta el G o b i e r n o peruano ha perdido d e 5 a 6.000,000 d e pesos, pues era una m a g - dio en la población. Pronto, sin embargo, c o n c l u y ó , i era nífica estación m u i superior a l a de Santiago i Valparaiso. y a bastante tarde c u a n d o d e n u e v o las llamas que prendían en M o l i e n d o vinieron a alarmarnos. E l Viernes se permitió saquear la parte d e ¡a A d u a n a q u e Y o n o habia visto la p o b l a c i ó n sino p o r m e d i o del anestaba sobre el muelle i que debia ser quemada i q u e c o n teojo durante el dia q u e acabábamos d e pasar en el puertenia muchísimas mercaderías i licores. El Viernes en la n o c h e y a n o quedaban en tierra sino i to, i p o r la situación en q u e creia c o l o c a d a la iglesia i por la q u e entonces veía tomar a las llamas en el camino c o m o 100 h o m b r e s , i c o m o y a habíamos abandonado nuestro alojamiento m e fui al Blanco a pasar la n o c h e irregular que el viento las hacia recorrer, n o m e imajine que el templo hubiera sido v í c t i m a d e l incendio, rápidaporque el Amazonas aun n o habia llegado do Islai. mente propagado en aquellas habitaciones de m a d e r a . N o A l dia siguiente, después del almuerzo, m e trasladé al Amazonas i y a para m í terminó la espedicion, pues ese ¡ tuve noticia de lo que habia s u c e d i d o hasta el dia siguien-


CAPITULO

te c u a n d o h a b i e n d o b a j a d o a tierra, el presbítero Cruzat, volvió a la O'IIiggins llevando la hostia consagrada i el viril d e la Custodia d e la iglesia d e Moliendo. S u p e entonces q u e las llamas habia alcanzado al templo i lo habian c o n s u m i d o , sin q u e pudiesen salvarlo los e s fuerzos d e los m u c h o s q u e procuraban i m p e d i r tal d e s gracia; Cuando ellos c o n o c i e r o n la impotencia d e su e m p e ñ o , quisieron librar al m e n o s de las llamas el Santísimo S a cramento i las imájenes q u e en la iglesia habia, i sacando e'stas i la Custodia, las depositaron en la plaza, y a q u e n o habia lugar alguno a d e c u a d o para colocarlas. El presbítero d o n E d u a r d o Fábres, capellán d e la d i v i sión espedicionaria habia c o m i d o en el Blanco i habia llegado a tierra c u a n d o y a la iglesia estaba destruida p o r el fuego. Ni se imajinó lo q u e sucedia c o n el Santísimo hasta que al dia siguiente lo e n c o n t r ó en la plaza cubierto c o n un velo. C u a n d o bajó á tierra el señor Cruzat, recibió d e m a n o s del señor Fábres la sagrada hostia para depositarla en alguna d e las naves; y a en tierra t o d o era desorden i c o n fusión. El m i s m o señor Fábres habia puesto en lugar seguro el sol d e la Custodia i las vinajeras q u e también habia encontrado en esa plaza. E l señor Cruzat colocó el Santísimo Sacramento en el camarote en que se celebraba la misa a bordo de la O'Iíiggins i al dia siguiente, 11 de Marzo, lo consumió en el santo sacrificio. Después que dejamos depositada, lo mas convenientemente que las circunstancias lo permitían, la sagrada h o s tia, bajé a tierra i yendo a ver la casa que habitaba el señor coronel dou Martiniano Urriola, encontré en ella los objetos ya mencionados. Manifesté al señor Fábres que lo mejor seria entregar el sol de la Custodia al señor Ohristie, capellán del Blanco, que habia pasado, c o m o el señor Cruzat i y o , la noche a bordo de su buque, para que la guardara basta que hubiese persona segura a quien devolvérsela para la iglesia de M o liendo.

SÉTIMO.

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persona habia supuesto que hubiera sido intencional, i la primera vez que veo tal especie es cuando leo el informe del capellán de aquel puerto. Desde el principio oia c u l par del incendio a italianos deseosos de saquear el p u e blo, i aun algunos hablaban de cierto número de soldados chilenos que habian sido antiguos repatriados del Perú, i que de este m o d o querían vengar el cruel tratamiento que habian recibido; pero a nadie, absolutamente a nadie, se le habia siquiera ocurrido que entrara en los planes de los incendiarios, cualesquiera que ellos fuesen, la destrucción de la iglesia. Para quien habia visto la manera c ó m o se propagó el incendio, tal suposición habría sido también a b surda. H e concluido, señor pro-vicario, la esposicion de los sucesos i paso a responder al señor vicario capitular de A r e quipa que, aceptando la relación del capellán de Moliendo, se constituye en acusador de los sacerdotes chilenos. II.

E r a lo que se habia hecho en Pacocha. Encontrando el presbítero don Florencio Fontecilla todo abandonado, i c o m o siempre, habiendo abandonado el párroco a sus feligreses ante las tropas chilenas, hizo nn i n ventario de los objetos pertenecientes a la iglesia i lo puso bajo la custodia del capellán del Blanco. A c o r d a m o s hacer lo m i s m o i supongo que sea lo que se ha hecho. A s í pues, señor pro-vicario, de los cuatro sacerdotes que iban en la espedicion, tres, a saber, los señores Christie, Cruzat i y o , pasamos la noche a bordo i nada supimos del incendio de la iglesia hasta m u c h o después de c o n c l u i d o ; el cuarto, el señor Fábres, también llegó a tierra cuando las llamas habian concluido con el templo. Tales son los hechos referentes a los capellanes durante el incendio de M o l i e n d o ; esos hechos son conocidos de sinnúmero de personas i nada seria mas fácil que autorizar m i palabra con el testimonio de muchísimos sujetos dignos de todo respeto. Si solo se tratara de que V. S. i cuantas personas conocen a los capellanes del ejército chileno formasen su opinión, me limitaría a esponer los sucesos, seguro de qun no se pondría en duda mi palabra. Mas c o m o este i n forme debe llevar lejos de nuestro snelo la convicción a los que, sin conocernos, oyen calumniarnos, V . S. resolverá si conviene o no la prueba que ofrezco.

E l crimen de que el señor c a n ó n i g o don L o r e n z o B e d o ya, vicario capitular de Arequipa, acusa a los sacerdotes chilenos que estuvimos en Moliendo, es de los mas atroces de que sacerdote alguno habrá sido acusado; i el fundamento de tal acusación es, señor pro-vicario, del todo despreciable. Para aceptar que el ejército de un pueblo católico c o m e tiese una serie de espantosos sacrilejios, sin que nadie i n tentara impedirlos; para aceptar, sobre todo, que entre esos frios e impasibles espectadores de la profanación del Santísimo Sacramento se encontraban tres sacerdotes, es m e nester suponer en ellos perversidad tal, que antes de a d mitir el hecho c o m o efectivo, no digo un vicario capitular sino el h o m b r e mas indiferente i de mas vulgar prudencia, dudaría m u c h o i pesaría una i otra vez las pruebas eu que se apoyaban los acusadores. E l señor vicario' capitular de Arequipa ha creído deber obrar de manera muí distinta, ya que se apoya esclnsivamente en la relación del presbítero Arenas para aceptar i propagar tan gravísimas acusaciones, siendo así que ninguna persona cauta habria dado valor alguno a aquel t e s i timonio. N o tengo nara q u é referir a V. S. la triste i vergonzosa historia d e la manera c ó m o se h a n c o n d u c i d o los sacer: dotes de las d o s repúblicas aliadas contra nosotros c u a n ¡ d o h a n llegado nuestras tropas a los pueblos que estaban i a cargo d e ellos. | Las repetidas instancias de los capellanes i d é l a s a u t o ridades chilenas n o obtuvieron de los párrocos de A n t o ¡ fagasta i Caracoles q u e permaneciesen en el puesto que | el deber les señalaba i q u e , c o m o y a lo veian, podían se! guir o c u p a n d o sin peligro alguno; así c o m o las consideraciones de t o d o j é n e r o de q u e se vieron rodeados n o fueron parte piara q u e se abstuvieran d e ir a calumniar ante su prelado al ilustrísimo señor obispo d e la Serena, A c e p t a das esas calumnias por el señor arzobispo do la Plata, que creyéndolas verdades las hizo llegar hasta R o m a , valieron una reprensión al ilustrísimo señor Orrego. M u í p r o n t o , sin embargo, se supo en R o m a i lo supo también el E x c m o . señor D e l e g a d o A p o s t ó l i c o , q u e t o d o era falso. L o ú n i c o , pues, q u e q u e d ó en pié, fué la vergüenza de los sacerdotes calumniadores i la esperiencia q u e los superiores de tales eclesiásticos debieran haber adquirido para n o fiarse en sus relatos: ¿Por qué n o se ha aprovechado de ella el señor vicario capitular de Arequipa?

De lo dicho se deduce que lejos de haber habido la mas mínima profanación en Moliendo, se sacó de la i g l e sia al Santísimo para librarlo de las llamas i lo mismo se hizo con las imájenes. N o solo no hubo sacrilejio, sino que los que tal hicieron en medio de la confusión i el d e s orden de un voraz incendio, han dado claras muestras de sus piadosos sentimientos. N o necesito decir que, a j u i c i o de todos, el incendio m i s mo del templo ha sido un hecho casual i debido solo a l a dirección que a las llamas imprimía el viento. Ni una sola

E n Pisagua n o encontraron nuestros capellanes ni rastros del p á r r o c o i se renovaron las calumnias, q u e en esta vez fueron desmentidas p o r el irrecusable testimonio del señor c a n ó n i g o Pérez, j e f e de la ambulancia peruana. Este señor, q u e c o m o todos los sacerdotes peruanos que se han encontrado c o n nuestro ejército, habia sido c o l m a d o de atenciones, n o p u d o tolerar que se citara su propio n o m b r e para atestiguar calumnias contra los chilenos i protestó n o b l e m e n t e , primero en Valparaíso i después en Arequipa.


470

GUERRA

DEL

PACIFICO.

Gracias a él ni el mas encarnizado e n e m i g o de Chile p u e d e dar fe a los que hablan de los supuestos escesos cometidos por nuestro ejército en Pisagua.

de las que hace, cualquier juez habría mandado levantar un sumario i comprobar los hechos. Pero no solo es testigo úuico, sino que ni siquiera es testigo presencial. Habia tenido cuidado de poner a salvo su Cuando el e n e m i g o h u y ó de I q u i q u e i quedó en n u e s persona do todo peligro, i estaba bien lejos del teatro de tro poder esa plaza fuerte, el párroco a b a n d o n ó también a sus feligreses antes de que nosotros entráramos en la los sucesos cuando ellos acaecían. Por mas que el capellán 0 vice-párroco de Moliendo no lo diga espresameute, claro ciudad. se deduce de su relación de que, por otra parte, pueden tesE n Pacocha, ya lo he d i c h o a Y. S., el presbítero d o n tificar todos, amigos i e n e m i g o s ; su fuga antes que desemF l o r e n c i o Fontecilla no encontró t a m p o c o sacerdote albarcaran los nuestros. g u n o i se vio en la necesidad de inventariar i poner en ¿ A qué queda, pues, reducida la acusación? A lo.que relugar seguro las cosas pertenecientes a la iglesia, que fiere un testigo de oidas i un testigo de tal clase que, c o m o ésta habia sido abandonada a nuestra aproximación. siendo sacerdote, tuvo cuidado, según dice, de poner en Si t o d o esto es bien triste, señor pro-vicario, causa salvo los paramentos de. la iglesia para librarlo de los satodavía mas h o n d a pena recordar la incalificable c o n d u c crilegos chilenos i olvidó de atender nada mas que el Santa observada por las autoridades del Perú, con los prisiotísimo Sacramento! neros de! l'im.oc, quienes, relegados al apartado e inculto Todavía m a s : en lo referente a los sacerdotes chilenos, villorrio de Tarma, eran en su paso por Chichi alojados dice el señor Arenas que presenciaron impasibles, según c o n preferencia en la iglesia por disposición del s u b - p r e datos seguros, los supuestos saerilejios. ¿ T a m p o c o pudo el fecto, señor teniente coronel Vidal; i encarcelados en ella, señor vicario preguntarle siquiera cuáles eran esto datos no solo dormían i recibían allí su escaso alimento, sino seguros, antes de presentarnos al mundo entero c o m o viles que ni aun se les dejaba salir para los menesteres mas profanadores de la Santísima Eucaristía? ¿Tan poco vale ordinarios de la vida, ¿Elevo entonces una protesta, sila honra sacerdotal, cuando los sacerdotes son de una naquiera, el rector de aquella iglesia? L o ignoro. ción con la que estamos en guerra? ¿Bastará que el criSiendo tal la vergonzosa historia de la c o n d u c t a obser- J terio de un capellán, que deserta cobarde el puesto del devada por los sacerdotes do los lugares o c u p a d o s por n o s - ; ber, j u z g u e seguro un dato, para que el vicario capitular otros, los superiores de ellos no debieran, m e parece, oir condene a vergüenza pública el nombre de sacerdotes que sin estrema desconfianza las falsas relaciones c o n que inpor solo la gloria de Dios i servir al prójimo lian aceptado tentan disminuir la e n o r m e responsabilidad q u e sobre penosísima misión i la desempeñan ya cerca de mi año e:i ellos pesa i diculpar su cobarde fuga. medio de trabajos sin cuento? El señor vicario capitular de Arequipa, que ha tenido Los hechos que, según el presbítero Arenas, constituían o p o r t u n i d a d de hablar a su sabor c o n el señor canónigo los saerilejios de los chilenos, eran el haber arrancado por Pérez, debiera estar m u í al c a b o de lo que entre nosotros la fuerza el sol de la Custodia, llevándolo fuera del templo sucede i prestar m u c h a menos fe al sacerdote que le va a 1 sustrayendo el viril con la forma consagrada. Ahora bien: referir un espantoso sacrilejio c o m e t i d o por los capellanes dadas las cirenutancias de Moliendo estando de por medio del ejército de Chile, Mas que nadie debo saber el c u i d a d o el voraz incendio que redujo a cenizas la iglesia, ninguno lleno de esmero con que éstos atienden al servicio espiride esos hechos era por sí mismo sacrilejio, i podiau ser, cotual del ejército; i bien público ha sido que antes de parm o lo fueron, pruebas de respeto al Santísimo Sacramento tir de Autofagasta la espidicion. a una de cuyas divisiollevadas a cabo para librarlo do ser consumido por las llanes se acusa ahora de enormes saerilejios, el ejército se mas. I ei señor vicario c:¡pilu!ar de Arequipa, sin ponerse en confesó i c o m u l g ó para implorar del cielo la protección en un caso tan natural i obvio, sin fijarse en que, según todas la campaña que iba a emprender. Los que tal hacen, n o las probabilidades, no habia ni apariencia de crimen, decreson, ciertamente, los que se entretienen en espantosas i ta solemnes desagravios por los saerilejios que, según él, profanaciones del Santísimo Sacramento. ! hemos cometido nosotros, i da cuenta de las profanaciones Los párrocos bolivianos i peruanos q u e cobardes a b a n donaron sus feligreses en el m o m e n t o del peligro, siendo así que tenían obligación de justicia de servirlos i a c o m pañarlos, eran harto ventajosamente reemplazados por nuestros capellanes, los que, por solo caridad, han prestad o siempre toda clase de ausilios a los desgraciados p u e blos abandonados por ellos. Jamás he visto, señor p r o vicario, que uno solo de los sacerdotes chilenos se negara a servir en su ministerio a persona alguna ni que investigara si quien le pedia el servicio era chileno o peruano. Nuestros capellanes han h e c h o siempre mas de lo que el deber les manda i han d a d o e j e m p l o de heroismo a n u e s tros heroicos soldados, estando c o n ellos en los puestos mas peligrosos i en medio de las balas, socorriendo c o n peligro de la vida a los heridos, tendiendo jenerosa m a n o a los que necesitaban ausilio sin fijarse si el desgraciado h a sido o no uno de los que p o c o antes c o m b a t í a n contra nuestra patria. Esta c o n d u c t a es i ha sido bien pública i bien c o n o c i d a de amigos i enemigos, duele, por lo m i s m o , harto mas el ver que, aun c u a n d o tan enorme diferencia hai entre unos i otros sacerdotes, el señor vicario capitular de A r e q u i p a acepta sin e x a m e n alguno la calumniosa acusación de u n o de aquellos para hacer a los nuestros tan e n o r m e ofensa. I digo que el relato del presbítero d o n J u a n Bautista Arenas ha sido aceptado por el señor B e d o y a sin e x a m e n alguno, porque, en realidad c o n p o c o que en él hubiera parado mientes habría n o t a d o que n o merecía fe. A n t e todo, el presbítero Arenas seria nada mas que m i t e s t i g o ; i para dar ascenso a acusaciones de la magnitud

señaladas por el presbítero Arenas al E x c m o . señor Delegado, al Gobierno del Perú i al pueblo de la diócesis. N o me toca calificar este proceder; pero ostoi en mi derecho, señor pro-vicario, para pedir en mi propio nombre i en el de mis compañeros, que se vuelva por la honra de los capellanes del ejército i de la marina de C h i l e ; que en los lugares donde se ha hecho público el supuesto sacrilejio, se sepa también que él solo lia existido en la escitada imaginación de un sacerdote turbado por el miedo. Esto es cuanto tengo que esponer a V. S. con relación a los sucesos ocurridos en Moliendo. Santiago, Abril 27 de 1880. Dios guarde a Y . S. CAMILO

ORTÚZAR.

Al señor Pro-vicario capitular don José Ramón Astorga.

V. Notas referentes a la renuncia del jeneral Escala del mando en jefe del ejército. Pacocha,

Marzo

26 ele

1880.

Los gravísimos i desqniciadores actos del señor Ministro d o n Rafael S o t o m a y o r , c o m i s i o n a d o especialmente por el señor Presidente d e la R e p ú b l i c a para representar al S u p r e m o G o b i e r n o en la campaña en que se encuentra e m p e ñ a d o el ejército que está bajo m i m a n d o , m e obligan imperiosamente a presentar m i renuncia d e Jeneral en Jefe, c o m o lo h e h e c h o ya trasmitiéndola por telégrafo.


CAPITULO

El señor Ministro no solo h a invadido mis atribuciones privativas, deliberando c o n los jefes de cuerpo sobre los asuntos peculiares al m e c a n i s m o de éstos, sino que h a h e c h o cuanto p u e d e hacerse para rebajar la disciplina, fomentando descontentos i a p o y a n d o resistencias de los subalternos contra el superior, c o m o h a s u c e d i d o recientemente c o n el e x - J e f e d e Estado Mayor Jeneral. C o m o si n o bastara esto para socavar la autoridad que corresponde tener a un jeneral en campaña,' d o n d e debe encontrarse mas sólidamente basada que en cualquiera otra circunstancia, olvidándose de las consideraciones d e bidas a mi puesto i del respeto c o n que se han de acatar mis derechos, m e ordena, c o m o V . S. lo verá en el oficio cuya copia autorizada a c o m p a ñ o , que deje salir del ejército a un jefe i a un oficial, sin mas m o t i v o que por e x i jirlo así su voluntad. I g n o r o de d ó n d e derive el señor Ministro su d e r e c h o para impartirme tales órdenes; pero c o m o de d o n d e quiera quo le venga lo considero contrario a t o d o réjimen m i litar, pernicioso en alto g r a d o a la disciplina del ejército i al éxito do las operaciones, he resuelto hacer renuncia de mi puesto de Jeneral en Jefe, antes que consentir por mas tiempo en la p r o l o n g a c i ó n de un mal c u y o s efectos se hacen sentir penosamente en el ejército i en el país. N o ocultaré a Y. S. el v i v o dolor con que m e alejo de i m p u e s t o d o n d e esperaba utilizar, en beneficio de mi país, la grande v o l u n t a d q u e tengo para servirlo i el deseo de ciarle io que resta d e mi sangre. Pero m e h e encontrado con escollos insuperables e inesperados que han h e c h o fracasar todos mis esfuerzos para realizar estos p r o p ó sitos. Sírvase V. S. hacerlo así presente a S. E. D i o s guarde a Y. S. ERASMO

ESCALA.

Al señor Ministro de la Guerra.—Santiago,

H é aquí el o'ficio a que se refiere la nota anterior: " l i o , 25 do Marzo de 1 8 8 0 . — E s notorio para todos que ei coronel d o n Pedro Lagos dejó de ejercer las funciones de Jefe de Estado Mayor Jeneral desde la fecha de su renuncia, En c u a n t o a ésta, c o m o Y. S. n o h a tenido a bien ponerla en mi c o n o c i m i e n t o , nada he p o d i d o proveer s o bre ella. A haberla conocido oficialmente, me habría, apresurado a aceptársela, porque desde tiempo atrás v e n g o viendo qne .su presencia al frente del E s t a d o Mayor i la de V. S. al frente del ejército, eran enteramente incompatibles. Así, pues, c o m o el buen servicio del ejército, única consideración que tengo presente, exije que el coronel Lagos marche al Sur, reitero a Y , S. la orden contenida en mi nota de hoi, agregándole que el vapor en que debe ir p a r te en media hora mas. En cuanto al capitán don Julio A r g o m e d o , qne también va al Sur, considérelo Y . S. c o m o oficial qne está con licencia concedida por el infrascrito basta que el Gobierno resuelva lo conveniente sobre el destino que deba dársele. Los cargos qne V . S. tenga contra el coronel L a g o s , puede V . S. elevarlos al Supremo Gobierno, quien hará efectiva su responsabilidad, si alguna le cabe, por los diversos capítulos de acusación que V . S. enumera en su nota. I tenga V. S. la seguridad de que, si ellos fueran fundados, y o me baria nn deber en secundar a V . S. en l¡v represión de ¡as faltas qne las investigaciones de Y . S. pudieran comprobar. Dejo con esto contestada la nota de V . S., mím. 8 9 2 , fecha de hoi. Dios guarde a Y. S . — R a f a e l Sote-mayor.—Al señor J e neral en Jefe del ejército de operaciones."

477

SÉTIMO.

RENUNCIA

DEL CORONEL

LAGOS.

Incluyo a V . S. para qne se sirva elevarla al conocimiento de S. E . el Presidente de la República, la renuncia qne hace de su cargo el señor coronel don P e d r o L a g o s , Jefe del Estado Mayor Jeneral de este ejército. Los motivos de esta renuncia i los antecedentes que la han acompañado los encontrará V . S. en parte en los documentos que en copia autorizada incluyo, habiendo otros que por decoro me d e cido a, callar, porque no es conciliable con la dignidad de nn Jeneral en Jefe entrar a rebatir cargos hechos por sus subalternos, so protesto de observaciones sobre el servicio. Solo diré a V. S. que este jefe, olvidándose del respeto que todo hombre de honor se debe a sí m i s m o i al elevado puesto con que se le ha distinguido, ha faltado v e r g o n z o samente a la verdad en los oficios que me h a d i r i j i d o antes i después de su renuncia. E l Supremo Gobierno, con la perspicacia con que debe juzgar los actos de sus empleados, calificará la conducta de un jefe que pretende hacer pesar sobre otros sus propias faltas i qne al frente del enemigo se asusta de la responsabilidad que pueda caberle por sus obras. Dios guarde a Y. S. ERASMO

ESCALA.

Al señor Ministro de Guerra i Marina.—Santiago.

VI. Protesta de los norte-americanos residentes en LJIIUI, dirijida al Ministro de astados Unidos, J. P. t'hristianey. (Traducción.) Los infrascritos,.ciudadanos de los Estados U n i d o s , establecidos en el c o m e r c i o i otras ocupaciones, i actualmente residentes en el Perú, c o n el d e b i d o respeto llamam o s la atención de Y. E. a las órdenes dadas por el G o b i e r n o de Chile a su escuadra, de quemar i destruir todos los puertos en la costa del Perú, i al h e c h o de que las últimas noticias del Sur, son que se preparaba su escuadra para venir, si es que no está ya en marcha, para destruir las ciudades i los puertos de esta vecindad. T e n e m o s y a el terrible e j e m p l o de la manera tan bárbara d e hacer la guerra d e ios chilenos, en el saqueo e i n c e n dio de Pisagua i últimamente el de Moliendo, Isla de L o b o s i Eten, d o n d e se han c o m e t i d o crímenes i m a l d a des sin igual, i han sufrido propiedades estranjeras de la manera mas atrevida i cruel. Nuestros paisanos residentes en esos lugares han sufrido e n o r m e m e n t e . En T u m b e s , Talara, Isla de L o b o s , Eten, etc., toda la propiedad saqueada o destruida h a sido perteneciente a nuestros paisanos o a otros estranjeros. S a b e m o s bien, señor, que según la actual lei interna-.. cional, los neutrales residentes en un país belijerante, tienen que sufrir igualmente con los naturales, pero n o p o d e m o s consentir en que se respete el d e r e c h o d e un belijerante hasta el estremo de permitir que haga la guerra esclusivamente contra los neutrales residentes en el país de su enemigo. Hasta ahora, la m a y o r parte d e las pérdidas i desgracias han caido sobre residentes neutrales, i si se permite q u e se lleven a c a b o las miras de los chilenos, casi todos los citados neutrales serán reducidos a la miseria. L o s puertos d e baños d e Chorrillos, Barranco, Mirarlores i A n c ó n , son puntos d o n d e solamento concurren los inválidos i convalescientes; n o son ni puertos comerciales, ni estaciones militares; una gran parte de sus edificios elegantes i costosos, pertenecen a neutrales, d o n d e residen ahora sus esposas i sus hijos, que están ahora perturbados i alarmados por el inminente peligro i temores, que desgraciadamente son demasiado bien fundados; porque hasta acá h e m o s visto que la guerra, c o m o la está c o n d u c i e n d o la escuadra chilena, n o es mas q u e asaltos de pillaje de


478

GUERRA

DEL

piratas i corsarios, c o n escepcion en favor de los del siglo X V I I , c u y o valor les hacia atacar fortalezas i plazas fuertes para conquistar su botin; mientras que durante este último año, h e m o s visto que el valor de las fuerzas n a v a les chilenas ha sido m a y o r m e n t e desplegado en ataques sobre pueblos indefensos, d o n d e los j e m i d o s de los enfermos, las súplicas de las mujeres i el llanto d é l a s criaturas han sido toda la resistencia que han encontrado, i d o n d e tan temibles enemigos han sido visitados c o n r o b o , i n c e n dio, asesinato, violación i total ruina i desgracia. A tan bárbaro e inescusable estremo h a n llegado sus p r o c e d i mientos, que han llenado de indignación, d a n d o lugar a la protesta u n á n i m e de los representantes diplomáticos de todas las naciones civilizadas en Santiago de Chile. El Callao, gran centro del tráfico estranjero con el Perú, es una ciudad de 85 a 40,000 habitantes, de los cuales son neutrales mas de las dos terceras partes. A l rededor de las antiguas fortalezas del vireinato español, se h a levantado una ciudad rica i de importante c o m e r c i o , casi esclusivamente estranjero, i a u n q u e la lei internacional provee que las plazas fuertes del e n e m i g o son puntos lej í t i m o s de ataque, sin embargo, hoi el enorme alcance d e los instrumentos de guerra m o d e r n o s permiten q u e una insignificante fuerza pueda destruir, casi con i m p u n i d a d , grandes i pobladas ciudades, c o m o h e m o s visto en A r i c a i otros puertos en la costa, en que los buques de guerra chilenos han preferido dirijir la puntería de sus cañones a las habitaciones pacíficas i neutrales, por n o arriesgar u n posible contratiempo en un desafío c o n las baterías; hé aquí el m o t i v o p o r q u e hasta ahora, las mujeres i los niños han sido las víctimas de estos valerosos c o m b a tientes. Considerando, pues, que tenemos bien fundados p r e c e dentes para temer la destrucción de nuestras casas i de nuestras propiedades, i el sacrificio de las vidas de n o s otros, de nuestras esposas i de nuestros hijos, i además, que la m a y o r parte de los puertos del Perú, n o son sino c e n tros comerciales o lugares de convalescencia para inválidos, rodeados por leguas de desiertos arenosos i casi i n superables, d o n d e los medios de fuga o de m o v i l i d a d son p o c o s i m u í i n c ó m o d o s . A d e m á s , h e m o s d e j a d o nuestro país para establecer su tráfico i aumentar su c o m e r c i o i su influencia en el Perú, i para contribuir a su grandeza bajo el solemne v o t o de protección, i de tal interpretación de la lei de güera internacional, que pueda mitigar e i m pedir ataques innecesarios contra nuestras vidas i la d e s trucción de nuestros bienes, c u a n d o semejantes operaciones, c o m o lo h e m o s visto en el presente caso, n o c o n d u c e n ni a la terminación de la guerra, ni a molestar o debilitar al enemigo. A d e m á s , n o p o d e m o s ver ni permitir que los grandes esfuerzos de nuestro gobierno, nuestros c o n c i u dadanos i nosotros mismos, por tantos años, c o n el fin d e fijar i asegurar la proporción de tráfico, c o m e r c i o e i n fluencia que nos corresponde en esta R e p ú b l i c a americana, sean destruidos de una manera injustificable por la guerra ilejítima i sin la debida consideración a los d e r e chos de los ciudadanos neutrales d é l a s naciones amigas. A d e m á s de esto, que Chile, fundándose en el b o m b a r d e o de Valparaíso en 1866, por las fuerzas navales españolas, en que los estranjeros fueron los perjudicados, tratan h o i de infundir terror i espanto a sus enemigos por m e d i o del saqueo i de la destrucción de los neutrales i de la j e n t e indefensa sobre quienes han caido casi todas las c o n s e cuencias de la guerra. P o r tanto, suplicamos a V . E. que t o m e todas las m e d i das que crea convenientes para la protección de nosotros, nuestras familias i nuestras propiedades, i que haga en nuestro favor una representación decidida i efectiva c o n tra el ataque p r o y e c t a d o a nuestras residencias indefensas en Chorrillos Miraflores, Barranco, A n c ó n , C h i m b ó t e , etc., i que ejerza V. E. t o d o el peso de su influencia i el poder ilimitado de su posición, para mitigar i evitar los males que causaría el b o m b a r d e o del Callao, limitando, hasta d o n d e pueda hacerlo la diplomacia, el peligro i la des-

PACIFICO.

trucción a las fuerzas combatientes de los fuertes i de los buques de guerra. I c o n el fin i propósito de que se t o m e n todas las m e didas de precaución para nuestro desagravio i protección, h a c e m o s colectivamente esta protesta pública i solemne, contra la manera c o n que Chile h a h e c h o la guerra i se p r o p o n e seguir haciéndola, por ser inhumana, bárbara e indigna de una nación civilizada; i contra la destrucción de nosotros i d e nuestras propiedades por sus fuerzas armadas, que hasta ahora han dirijo sus ataques contra nosotros neutrales, pacíficos i n o combatientes. I pedimos i reclamamos por c o n d u c t o de nuestro G o b i e r n o , j u s t a ind e m n i z a c i ó n i pago de la R e p ú b l i c a de Chile por todas las pérdidas i perjuicios que hemos sufrido o que suframos mas tarde, por actos de las fuerzas chilenas, n o justificados por las reglas de la guerra m o d e r n a i civilizada. T e n e m o s el h o n o r de suscribirnos, señor, obedientes i atentos servidores de V. E.—-Lima, Marzo 30 de 1 8 8 0 . — (Siguen las firmas) A S. E. el honorable señor J. P. Christiancy, Enviado Estraordinario i Mi nistro Plenipotenciario de los Estados Unidos de América en el Perú.

Señor: Nosotros los infrascritos ciudadanos de la confederación Suiza, temporariamente residentes en el Perú i bajo la p r o t e c c i ó n de la Legación de Estados U n i d o s , de que V. E. es d i g n o i eminente representante, nos presentamos respetuosamente esponiendo: q u e habiendo llegado a nuestro c o n o c i m i e n t o que los ciudadanos de nacionalidades estranjeras residentes en esta República, los q u e tan severamente han sufrido los efectos d e la guerra, han protestado o se preparan a protestar p ú b l i c a m e n t e ante sus respectivos representantes contra la manera ilegal e i n h u m a n a con que Chile ejerce la guerra, deseamos unirnos i suscribirnos a la protesta de los ciudadanos de los Estados Unidos d e N o r t e A m é r i c a residentes en esta R e p ú b l i c a . S o m o s de V . S. E x c m o . señor c o n el d e b i d o respeto, atentos i fieles seguros servidores.—(Siguen las firmas.) A S. E. el honorable J. P. Christiancy, Enviado Estraordinario i Plenipotenciario de los Estados Unidos de América.

Ministro

VIL SORPRESA » E LOCUMBA. PARTES OFICIALES. Pacocha,

Abril

3 de 1880.

S e ñ o r Comandante: T e n g o el h o n o r de dar cuenta a V . S. de la espedicion de r e c o n o c i m i e n t o al valle de L o c u m b a llevada a cabo por el q u e suscribe. El 28 del mes p r ó x i m o pasado manifesté a V. S. la necesidad de hacer una escursion al valle de L o c u m b a a fin de tener c o n o c i m i e n t o de esos caminos i sus recursos, para el caso de que nuestro ejército tuviera necesidad de operar en esa localidad. Solicité llevar a c a b o esta espedicion a c o m p a ñ a d o de tres personas bien montadas, V. S. puso en noticia del señor Jeneral en Jefe esta necesidad, i el Estado Mayor Jeneral m e ordenó hiciese un reconocim i e n t o hasta el p u e b l o de L o c u m b a i del c a m i n o que de este p u n t o arranca para Tacna, para lo cual debia llevar 30 hombres. Manifesté al señor Jefe de Estado M a y o r Jeneral cuánto convenia que el r e c o n o c i m i e n t o se compusiese de las m e n o s personas posibles. El 31 del m i s m o mes, la espedicion salia de Pacocha c o m p u e s t a de 26 personas, a saber: el que suscribe, el ayudante del Estado M a y o r de la tercera división, capitán d o n R a m ó n Rojas A l m e i d a , el alférez de Cazadores a caballo d o n Luis Almarza, 21 i n d i v i d u o s de tropa, 1 cabo de ordenanza i 1 guia.


CAPÍTULO

E n la mañana del ] . ° del mes en curso llegamos a Carneara, a c i n c o leguas de L o c u m b a , en el valle del m i s m o nombre. T a n t o en las casas de esta hacienda, c o m o por dos personas que t o m a m o s en la llanura antes de bajar al valle, supimos que la caballería enemiga, c o m p u e s t a de 450 j i netes, al m a n d o de Albarracin, por carencia de pastos en L o c u m b a , se habia internado a Sagoya, tres leguas al interior, i que la guardia nacional del pueblo, c o m p u e s t a de 70 h o m b r e s , se habia dispersado a sus hogares tan pronto c o m o aquel caudillo se habia alejado. Esta noticia fué reiterada por cuantas personas e n c o n t r a m o s en n u e s tro c a m i n o del valle. E n Sitana se nos c o m u n i c ó que en L o c u m b a solo existían algunas familias que eran víctimas de los desmanes de los chinos, que cometían toda clase de tropelías. A las 11 A. M. del m i s m o dia llegamos a las casas d e la hacienda llamada Valdivia, de un señor Cornejo, situada c o m o a 800 metros del p u e b l o de L o c u m b a . Mientras que en ese lugar m e o c u p a b a de tomar apuntes de la l o calidad, las avanzadas que en dirección al p u e b l o habia colocado, trajeron a mi presencia a u n italiano d e c e n t e m e n t e vestido, que dijo ser cónsul de su país. Este señor me manifestó que en el p u e b l o n o habia fuerza alguna, que los p o c o s individuos armados que allí existían después de la partida de Albarracin, habían h u i d o al tener noticias de q u e avanzadas chilenas habían llegado a Sinto; i por último m e pidió garantías para las familias i el c o m e r c i o del lugar. C o m i s i o n é entonces al capitán R o j a s para que, c o m o parlamentario, llevando una bandera blanca, entregase a la autoridad que allí encontrase la c o m u n i c a c i ó n q u e copio: " S e ñ o r g o b e r n a d o r militar o civil de L o c u m b a : — E l que suscribe, c o m a n d a n t e de las fuerzas chilenas que han llegado a este valle, pone en c o n o c i m i e n t o de V. S. q u e d e biendo pasar c o n ellas p o r el pueblo de L o c u m b a , previene que cualquier acto hostil q u e los habitantes de este p u e blo hagan a las fuerzas chilenas, será tratado el lugar c o m o t o m a d o a viva fuerza. Si el p r o c e d i m i e n t o es c o n trario, se darán a los habitantes toda clase de garantías. Espera la contestación de V. S. para entrar al p u e b l o . Su atento servidor .—Diego Dublé Almeida." -

E l italiauo marchó con el capitán R o j a s . Este volvió media hora después comunicándome que en L o c u m b a no habia autoridad alguna por haber salido algunos dias antes el gobernador; que habiéudose reunido varios paisanos, muchas mujeres i niños en la plaza, entre ellos un sacerdote que a su arribo salia del templo con varias familias, les habia leido mi comunicación. E l sacerdote habló entonces a nombre de la jente reunida, manifestando agradecimiento al jefe de las fuerzas chilenas i diciendo que podíamos entrar al pueblo en la seguridad de que no serian molestadas, protesta que también hizo toda la jente que allí habia. Resolví entonces entrar al pueblo. L l e g u é a la plaza i allí echó pié a tierra la tropa de caballería, que recibió orden de conservar asidas las riendas de las cabalgaduras. Se apostaron tres centinelas para que dieran aviso de cualquier movimiento que notaran en el pueblo. Entré a u n despacho de un italiano situado en una esquina de la plaza para comprar algo que almorzara la tropa. E n este m o mento se me acercó el sacerdote que habia en el lugar i me invitó a almorzar a la pieza contigua al despacho por el lado de la calle. A l l í entré con el capitán Rojas i el alférez A l m a r z a , dejando nuestros caballos al lado de afuera, atados a una baranda, con un soldado al cuidado de ellos. Miéutras se servia el almuerzo, el sacerdote me pidió a l gunos soldados para enterrar a uu individuo que habia muerto, para lo cual no habia conseguido la ayuda de la jente del pueblo. Habia dado orden para que 8 soldados lo llevasen al cementerio que estaba como a 200 metros d é l a plaza, cuando supe que la defunción habia tenido lugar

SÉTIMO.

479

solo hacia dos horas. Indiqué al sacerdote que esperase hasta el dia siguiente, i di contra-órdeu. Cuando principiábamos a almorzar, el sacerdote se retiró por la puerta interior de la habitación que ocupábamos. E n ese instante el sarjento de Cazadores grita: ¡ E l enemigo, mi comandante! i al mismo tiempo se sintió una descarga i continuó el fuego con viveza en todo el pueblo. A l levantarnos de la mesa para salir a la calle, del interior de la casa hicieron fuego sobre nosotros. Afuera reinaba la m a yor confusión. Se habia hecho fuego sobre los Cazadores que tenian sus caballos de las riendas. Los caballos, heridos i asustados, arrastraban a los soldados, que no podían montar en ellos, i tenían que abandonarlos para defenderse. E l enemigo hacia fuego desde el interior de las casas, desde una viña que hai cerca, i desde una pequeña altura donde está el cementerio, al Norte del pueblo. Montado que hube a caballo, me adelanté a la plaza, donde habia 3 soldados de Cazadores que a pié disparaban sus armas hacia la viña, pero sin ver al enemigo. E l sarjento de Cazadores se me unió i me dijo que la única retirada que teníamos (el camino por donde habíamos entrado a L o c u m b a ) estaba interceptado por caballería enemiga a distancia de 300 metros del pueblo. N o teniendo conmigo sino al sarjento i mi ordenanza, con ellos me abrí paso por entre el enemigo. Este n o s ' persiguió por el fondo del valle c o m o seis k i l ó metros, donde encontramos una angosta senda para subir los elevados cerros del lado Norte, ascensión que efectuamos a pié para no fatigar los caballos, de los cuales el mió estaba herido de bala. E n nuestra retirada alcanzamos a 5 Cazadores que antes que nosotros habían salido del pueblo. E n la altiplanicie no encontramos enemigos. Detuvimos la marcha para protejer a los que pudieran escapar de la celada en que habíamos caído, pero ninguno se presentó. Continuamos camino hacia Loreto, pero habiéndose estraviado el guia llegamos en la mañana de ayer a la Rinconada, i anoche a este puerto. Eu Hospicio encontré la partida que salió de M o q u e gna para Sinto, que hacia pocos momentos habia llegado, partida que hizo bajar de Sagoya a L o c u m b a la caballería de Albarracin, que probablemente fué la que nos atacó eu este lugar, habiendo llegado allí pocos horas antes que nosotros. Habría sido conveniente que los comandantes de los reconocimientos enviados de Moquegua i Pacocha, que debían en sus operaciones converjer a un mismo punto, hubiesen tenido mutuamente conocimiento de las operaciones que iban a desempeñar para obrar conjuntamente i con mejor acuerdo. N o me es posible calcular el número de enemigos que nos atacó, porque estaban ocultos, c o m o he dicho antes, eu el iuterior de las casas, en las viñas i eu las laderas de los altos cerros. Del personal de reconocimiento que marchó a mi cargo han vuelto: Teniente coronel, don Diego D u b l é Almeida. Sarjento 2. ° , Vicente Espinosa. Cabo 1. ° , Juan Muñoz. Id. 2. ° , José Santos Arévalo. Soldados: Nicauor A h u m a d a , Agustín Basaes, José S e gura, Luis Jara i A m a d o r Figueroa. Han quedado en poder del e n e m i g o : Capitán, don R a m ó n Rojas A l m e i d a . Alférez, don Luis Almarza. Corneta, Candelario Ramírez. Cabos l . o s Juan 2. ° Muñoz i Martin Rojas. Soldados: Doroteo Jara, Fidel Ortiz, T i m o t e o Ortega, Juan Iilezcas, Justo Pardo, José Manuel Rivero, Manuel González, E m i l i o Real, P a b l o Galdames, Gavino M u ñ o z , José de la Cruz Sánchez i Rejinio Morales. Por separado doi cuenta al Estado Mayor Jeneral del reconocimiento de los distintos caminos i recursos de los lugares que he reconocido. :


GUERRA

D E L PACIFICO.

A l dar cuenta de mi cometido, ruego a V . S. se sirva solicitar del cuartel jeneral la.órden para que se instruya un sumario para la averiguación de los hechos que dejo relatados, pues creo que en toda operación militar en que se esperimente el mas lijero fracaso debe adoptarse este procedimiento por las miles consideraciones que no escaparán a la esperiencia de V . S. DIEGO

DUBLÉ

ALMEIDA.

Al señor Comandante en Jefe de la tercera division.

PARTE

OFICIAL

D E

ALBARRACIN.

Locumba,

Abril

1.°

de 1880.

A l señor Jeueral Montero: E n la mañana de hoi, a las 8 A . M., me dio parte don Juan Maclean de que los enemigos habían amanecido en Chironta; al m o m e n t o me puse en marcha sobre el enemig o . N o encontrándolo allí bajé a L o c u m b a , en donde l o encontré i procedí a atacarlo en unión de los nacionales, dando por resultado la fuga de ellos, dejando tres muertos, nn capitán R a m ó n Rojas A l m e i d a , prisionero; el primer jefe de Estado Mayor Dublé Almeida, fugó. P o r m i parte he tenido la desgracia que h a muerto el sárjente 1.° A u jel Mendieta i un herido. E l detalle lo pasaré después por tener la fuerza persiguiendo al enemigo. Tengo además 8 prisioneros. Debo advertir que esta fuerza no es la misma que estuvo en Chironta. pues allí tomaron a don Celestino V a r g a s hijo, i no dan noticias de él. ALBARRACIN.

RECONOCIMIENTO

D E LVALLE

D E LOCUMBA.

Pacocha,

Abril

3.

El 28 del pasado, el teniente coronel D i e g o D u b l é A l meida, Jefe d e Estado M a y o r de la 3. división, h i z o solo c o n su asistente una escursion al S u r c o n el objeto d e r e c o n o c e r los caminos q u e c o n d u c e n al valle d e L o c u m b a . D e regreso, fué c o m i s i o n a d o para q u e c o n 30 Cazadores a caballo fuera a reconocer ese m i s m o valle hasta la villa d e L o c u m b a i examinar los c a m i n o s , principalmente el que del otro lado del rio L o c u m b a se dirije al valle d e Sama. L a c o m i t i v a esploradova se p u s o e n m a r c h a e n l a m a ñana del último dia d e M a r z o , i se c o m p o n í a del teniente coronel D u b l é A l m e i d a , su ayudante capitán R a m ó n R o j a s A l m e i d a , el alférez Luis A l m a r z a d e l rejimiento Cazadores a caballo, u n guia (soldado del 4. ° de línea que so decia c o n o c e d o r de esos caminos i que, sin e m bargo, e s t r a v i ó — c o m o todos l o s v a q u é a n o s — v a r i a s v e c e s la espedicion) i 22 Cazadores a caballo. ' A las 8 P. M. del dia 31, después d e pasar p o r el p e q u e ñ o vallo d e I c u y i atravesar la gran llanura q u e hai al otro lado d e las L o m a s , la caravana a c a m p ó c o n todas las precauciones del caso. A las 4 A . M. del primer dia de Abril, los esploradores se pusieron n u e v a m e n t e en marcha, después d e hacer r e gresar las muías q u e a c o m p a ñ a b a n la espedicion c o n d u ciendo forrajes i víveres. Estos últimos se distribuyeron a los soldados, dándole ración de charqui i galleta para tres dias. rt

Cada soldado e c h ó un p o c o de" cebada en su morral, i se prosiguió Ja marcha por un mal c a m i n o q u e indicó el guia, perdiéndose así algunas horas d e marcha i c o n ellas la idea del c o m a n d a n t e D u b l é de asaltar al amanecer el lugar d e n o m i n a d o Sitana, d o n d e debia interceptar c o n sus soldados el único c a m i n o del valle que de ese p u n t o parte a L o c u m b a , Por el estravío que 1c h i z o sufrir el guia, la espedicion llegó a las 0 A . M. a Carneara, hacienda situada en la darte mas angosta del valle, a una legua de Sitana i cua-

tro del pueblo d e L o c u m b a , d o n d e se dio d e beber a los caballos i se llenaron las caramañolas d e los soldados. A n t e s d e llegar a Carneara fueron t o m a d o s d o s paisanos, quienes informaron q u é e n L o c u m b a n o habia ning u n a fuerza armada i que Albarracin c o n su montonera de 150 h o m b r e s . s e habia internado el 27 al lugar llamado Sagayo, d o s leguas hacia adentro, en busca d e pastos para sus estenuadas cabalgaduras. Los ochenta o cien hombres de que constaba, según ellos, la guardia nacional, se h a llaban dispersos e n diversos lugares del valle o c u p a d o s en sus faenas campestres. A g r e g a b a n que fuerzas del ejército n o habia ninguna. Estas noticias eran repetidas p o r todos los habitantes del valle, tanto p o r los q u e eran amenazados, c o m o por los que espontáneamente i sin presión d e n i n g ú n j enero las c o m u n i c a b a n al ser interrogados. E n Sitana se obtuvieron los m i s m o s datos, añadiendo un italiano que allí se encontraba i varios h o m b r e s i m u jeres, que se haria un servicio a los moradores d e L o c u m ba o c u p a n d o el p u e b l o las fuei-zas chilenas, pues los chinos q u e allí habían, c o m e t í a n grandes desórdenes no teniendo fuerza armada q u e respetar. El c o m a n d a n t e D u b l é subió n u e v a m e n t e a las alturas para r e c o n o c e r los caminos q u e desde allí se dirijen a varios p u n t o s d e l Norte. H e c h o esto bajó otra v e z al valle para continuar la marcha a L o c u m b a i c u m p l i r la c o m i sión d e reconocer el paso del rio e n aquel lugar i el camin o opuesto. L a espedicion llegó sin n o v e d a d alguna hasta ocho cuadras, mas o m e n o s , d e l p u e b l o d e L o c u m b a , por el cam i n o d e l fondo del valle, única via entre d o s elevadísimas e inaccesibles montañas, i se d e t u v o e n las casas de la hacienda de u n señor Cornejo, q u e estaban cerradas. D e s d e allí se enviaron algunos esploradores, q u e presentaron p o c o después al j e f e d e la espedicion a u n italiano q u e dijo ser cónsul en L o c u m b a . Interrogado que fué, confirmó las noticias q u e el c o m a n d a n t e D u b l é habia obtenido antes, agregando q u e el célebre Albarracin se habia visto en la necesidad de irse al interior p o r la carencia d e forraje q u e habia en el valle. I así era, en efecto, pues n o se veia absolutamente pasto alguno en aquellos terrenos. A g r e g ó también que al ser t o m a d o por un Cazador nuestro, venia en busca d e l j e f e d e las fuerzas chilenas para suplicarle se respetara al c o m e r c i o i a las familias de L o c u m b a . El señor D u b l é le dio toda clase d e seguridades i le invitó a q u e acompañara al capitán R o j a s A l m e i d a que iba a entrar al p u e b l o para ponerse al habla c o n la autoridad q u e allí existiese. El ayudante Rojas, llevando u n soldado c o n una bandera blanca, c o n d u c í a una c o m u n i c a c i ó n para el gobernador del p u e b l o , en la q u e el j e f e d e las fuerzas chilenas, daba toda especie de garantías a los habitantes de L o c u m b a , advirtiendo al m i s m o t i e m p o q u e si algún intento hostil se notaba d e parte del p u e b l o hacia los soldados nuestros, las consecuencias tendrian que soportarlas tocios. El capitán Rojas llegó hasta la plaza del pueblo sin ser molestado en l o menor. P r e g u n t ó p o r el gobernador m i litar o civil, i le contestaron algunos paisanos i mujeres que en aquel lugar se encontraban reunidos, que el g o bernador o prefecto se habia ausentado dias antes. El capitán Rojas manifestó entonces a los habitantes de L o c u m b a el tenor de la c o m u n i c a c i ó n q u e llevaba. U n sacerdote q u e en esos m o m e n t o s salia del templo con algunas familias i habia e s c u c h a d o la lectura de la nota del c o m a n d a n t e D u b l é , dijo al capitán Rojas que las fuerzas chilenas podían entrar al p u e b l o c o n toda seguridad i sin q u e en nada fuesen molestadas. L o mismo manifestaron las demás personas reunidas en la plaza, con grandes muestras d e regocijo por verse al fin protejidas contra ios chinos p o r fuerza armada, a u n q u e chilena, A j u i c i o del c o m a n d a n t e D u b l é , el sacerdote que se presentó e n la plaza n o lo era, i d e seguro se habia puesto la vestidura sacerdotal para m e j o r llevar a cabo la íe-


CAPITULO

lonía que mas tarde pusieron en ejecución los peruanos. Después de lo que dejamos d i c h o en el párrafo anterior, los soldados de Cazadores entraron al p u e b l o d e t e niéndose en la plaza, d o n d e se apostaron centinelas que vijilasen distintos p u n t o s de la localidad; entre éstos se c o l o c ó u n o en la torre. El resto de los Cazadores e c h ó pié a tierra a lo largo del edificio de la iglesia, teniendo cada cual su caballo de la brida.

SÉTIMO.

481

nutrido fuego desde los viñedos p r ó x i m o s a la población, la caballería enemiga, bajando de la altura eu que está el cementerio, recorrían las calles en son de ataque. El c o m a n d a n t e D u b l é trataba mientras tanto de desatar su caballo, lo que no podía conseguir, pues el animal se habia encabritado c o n las detonaciones i hacia esfuerzos para huir, apretando así el n u d o del lazo que lo s u j e taba a la baranda. Por fin, m o n t a a caballo, cortando en seguida c o n su navaja el lazo.

El capellán, o el que tal carácter se ciaba, se acercó al c o m a n d a n t e D u b l é con grandes demostraciones de cariño E n ese m o m e n t o veíase en la plaza a tres cazadores a i le invitó a tomar un almuerzo que este ú l t i m o aceptó. pié que hacían fuego c o n sus carabinas, sin ver a sus e n e AI pasar por una de las esquinas de la plaza, el señor m i g o s que los fusilaban desde las guaridas en que se h a D u b l é se d e t u v o para c o m p r a r en u n d e s p a c h o algunas c a bian o c u l t a d o . jas de sardinas i pan para la tropa que harto lo necesitaba. El centinela apostado en la torrecilla d e la iglesia, q u e H e c h o esto siguió al capellán, i después de dar algunas fué el primero que diera el grito de alarma, disparaba órdenes i recibir noticias de que se habían esplorado los también su arma en todas direcciones, dispuesto a q u e alrededores de L o c u m b a , entró a la casa contigua al des| mar el último cartucho. ¡Quién sabe qué suerte ha corrido pacho, que c o m u n i c a b a inmediatamente con la calle, d e ese bravo Cazador, ese h é r o e a n ó n i m o ! j a n d o atados los caballos a una baranda al lado afuera, ¡ E n la plaza se acercó al c o m a n d a n t e D u b l é el sarjento al c u i d a d o de un Cazador. Espinosa para decirle que la retirada estaba cortada por Le a c o m p a ñ a b a n el capitán Rojas i el alférez A l m a r la caballería enemiga. En efecto, a algunas cuadras del za, que se pusieron a la mesa j u n t a m e n t e c o n el sacerdop u e b l o se habia situado la montonera para impedir el paso te, c o l o c á n d o s e dol lado esterior de la mesa situada cerca a los chilenos en el único p u n t o de salida que tiene el v a de un rincón, mientras el c o m a n d a n t e se sentó del lado S He hacia el poniente. de la pared. T a m b i é n llegaron a la plaza el soldado N i c a n o r A h u Varias mujeres servían el almuerzo, i veíanse algunas mada, quo acercándose a D u b l é , le dijo: otras por la puerta entreabierta que c o m u n i c a b a con el —-Aquí m o r i m o s c o n usted, mi comandante! interior de la casa. El c a b o M u ñ o z fué el primero en m o n t a r a caballo; pero Mientras el comandante i los oficiales chilenos a l m o r z a - l u e g o el animal c a y ó m u e r t o por una bala enemiga, q u e ban, el capellán se levautó varias veces de su asiento para d a n d o el valiente cabo con una pierna aplastada, i sin hablar con las mujeres, lo que, notado por el señor D u b l é , poder salir de su apurada situación, porque además de le preguntó en que delijencias andaba; a lo que aquél impedírselo el peso del caballo, estaba m u i atracado c o n contestó que habia fallecido un paisano i que no se encon- tra una muralla. traba jente para sepultarlo, concluyendo por solicitar que E n ese m o m e n t o u n soldado peruano de caballería cae se le facilitaran seis soldados para conducir el cadáver al muerto, seguramente por una bala de sus mismos c o m p a cementerio, situado en una pequeña eminencia a inmediatriotas, i su caballo va a estrellarse contra la muralla, ciones del pueblo. j u n t o a la cual estaba el cabo M u ñ o z . T o m a éste la brida Como el comandante Dublé tuviera conocimiento de que solo hacia a lo sumo dos horas que habia ocurrido la defunción, aconsejó al capellán que no se hiciera el entierro sino hasta el dia siguiente, a lo que pereció acceder. Según parece i se deduce de lo referido por diferentes conductos, todos fidedignos, el que se decia sacerdote solo pretendía dispersar la pequeña fuerza de Cazadores pava facilitar la tarea que preparaba de hacer caer eu una celada a nuestros soldados. Nuestro seudo-sacerdote se retiraba poco después de la pieza, pretestando ir eu busca de un poco de café, quedaudo solos los oficiales chilenos. Apenas habian trascurrido algunos segundos, cuando a la puerta esterior gritó el sarjento Espinosa: — ¡ E l enemigo mi comandante! I al m i s m o tiempo se sentía afuera una descarga de fusilería continuando el fuego mni sostenido. E l comandante Dublé i sus ayudantes, al oir el grito del sarjento i las detonaciones, saltan de sus asientos i se dirijen a la calle en demando de lo que ocurría. A l salir, se les hizo una descarga del interior de la casa, que felizmente a nadie hirió. Afuera reinaba una confusión indescriptible. Nada se veia a cansa de la polvareda levantada por los caballos espantados, algunos de los cuales arrastraban a sus j i n e tes que no podían montarlos ni contenerlos, i del humo de los disparos que partían de todas las casas vecinas en que se habian ocultados los enemigos. Estos habian hecho una descarga sobre los Cazadores que estaban sentados al frente de la iglesia con sus caballos de las riendas, i sobre las cabalgaduras del c o m a n dante, oficiales i ordenanzas. L o s caballos, heridos i espantados, huían en todas direcciones, siendo mni pocos los soldados que consiguieron montar los suyos. A l mismo tiempo que se hacia sobre los nuestros un TOMO

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del caballo peruano, i después de algunos esfuerzos c o n sigue incorporarse, m o n t a en el caballo que la suerte le depara i corre a unirse con su comandante. V i e n d o D u b l é q u e los pocos soldados que habian l o g r a do recuperar sus caballos están y a fuera de la población i que los demás habian caido muertos o prisioneros, corre c o n los q u e le a c o m p a ñ a n a abrirse paso p o r entre la c a ballería enemiga. A l atravesar por las casas de las haciendas q u e hai a la orilla del camino, aquel p u ñ a d o de valientes es blanco de un vivo fuego que salia de todas ellas, así c o m o de los soldados de la caballería que los aguardaban para ultimarlos. El caballo del c o m a n d a n t e es herido por una bala en una pierna, i esto le hace redoblar su carrera. A l llegar frente al enemigo, éste abre paso a los cuatro j i netes que iban dispuestos a romper las filas contrarias o morir en la demanda. Nuestros bravos consiguieron lo primero, siendo perseguidos c o m o legua i media; i viendo los peruanos que subían un difícil sendero que conduce a la c i ma de la loma, cesaron en su empeño, deteniéndose para hacerles disparos que no les causaron daño alguno. E l comandante Dnblé i sus tres compañeros hicieron a pié la subida de la planicie para dar descanso a sus fatigadas cabalgaduras. En la llanura se habian reunido cnanonnas de l o s nuestros. Todos se detuvieron allí un m o m e n t o , muivhand" en seguida mui despacio para dar protección a l o s dispersos que pudieran venir; pero nadie se presentó. Entre los o c h o que habian salvado se encontraba el guia que, en lugar de tomar por el camino que conduce a L o r e to, en el valle de Moquegna, i que es el mas corto para llegar a Pacocha, se estravió en la noche; i los causados fujitivos, hambrientos i con una sed deveradora, llegaron a las 5 A . M . del dia 2 a Pacay, i a las 9.30 A . M. a H o s picio.


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GUERRA

D E L PACIFICO.

E a este pauto encontró el comandante Dable una partida de reconocimiento de 20 Cazadores, que pocas horas antes habían llegado de Sinto, a corta distancia de Sagoya, a donde había sido enviada desde Moquegua. Esta partida había salido del. A l t o de la Villa en la noche del 30 i llegado al lugar indicado en la madrugada del mismo día en que el comandante Dublé entraba de l i a 12 M. a L o c n m b a . Albarracin, que con su caballería se hallaba en Sagoya, c o m o hemos dicho, tuvo noticia o avistó a ¡a avanzada c h i lena que de Moquegua había llegado a Sinto, i bajó con su jente a L o c n m b a , donde supo indudablemente que una p e queña fuerza avanzaba por el valle, tomando en consecuencia sus medidas para sorprenderla, lo que se realizó como acabamos de referir. De consiguiente las noticias que los habitantes del valle dieron al comandante Dublé eran verdaderas, pues éstos, esceptnaudo los que estaban a la entrada del pueblo i el que se decia cónsul italiano, ignoraban que las fuerzas de Albarracin hubieran regresado en la mañana a L o c n m b a .

(Correspondencia a E L NACIONAL de Lima.)

nos al tener noticia del revés de L o c n m b a , manden gruesas partidas de caballería para tomar la revancha. N o es de mni feliz augurio la escena que acaba de representarse en L o c n m b a . Apenas los chilenos han sentado'sus ]llantas en este departamento, cuando incontinenti han sido castigados. ¡Qué avancen, todos estamos listos! Uu bravo a los patriotas que comanda el señor coronel don Gregorio Albarracin. i a éste uu ferviente abrazo por su denuedo en batir i perseguir tenazmente al invasor. CARLOS

ENRIQUE

ALLENDE.

. YIII. Contribución forzosa impuesta a los estranjeros residentes en Tacna, i proclama amenazándoles de muerte. Pedro A. del Solar, aboi/ado délos tribunales blica, Consejero del Estado i Prefecto del de Tacna, etc.

Abril 3 de 1880. Señor Director: A n t e s de ayer se han cambiado en este departamento los primeros tiros con el enemigo, el éxito ha sido muí satisfactorio. Serian las 8 A . M. cuando una avanzada de chilenos, compuesta de 60 hombres, descendían los cerros que guardan la fértil quebrada de Chironta; entraron a la hacienda de Sologuren i EL, i después de saquear la casa, pasaron a lacle los señores V a r g a s i Macleau. E l señor V a r g a s fué hecho prisionero; el señor Macleau pudo escapar, fué a dar oportuno aviso al coronel A l b a r racin, que se encontraba en la quebrada de S a g o y a ( d o s leguas distante). Los chilenos entraron al valle de L o c n m b a por tres partes; 60 por Chironta, 30 por L o c n m b a i 50 o 60 por Sinto., Cuando el coronel Albarracin, al mando de su es'cuadron llegó a Chironta, ya los chilenos se habían retirado l l e v á n dose prisionero al j o v e n Vargas. Entonces siguió a L o c n m b a donde sabia existían enemigos. En menos de diez minutos los chilenos abandonaban el c a m p o , dejando 20 caballos i varias armas, S soldados i 2 oficiales. El jefe Dublé A l m e i d a , gracias al bueu caballo que montaba, pudo escapar acompañado de 3 soldados, los demás huyeron a pié internándose en las viñas, E s probable que a la fecha estén todos prisioneros, pues se les persigue. Si el coronel Albarracin tuviera una buena caballada, es seguro que ninguno hubiera escapado. Por nuestra parte, ha perdido a un sárjente 1. ° H e n dió ta, también tenemos un herido.

de la Repúdepartamento

Por cuanto: A consecuencia de los últimos acontecimientos que se han verificado en estos dias se ha retardado la llegada a esta ciudad del coutiujente que se ha enviado de la capital, dando por resultado la carencia de los fondos indispensables para el sostenimiento del ejército i demás gastos de. guerra, i que es de imperiosa urjeneia proporcionarse los fondos necesarios, sin omitir recurso alguno, para hacer frente a ¡as apremiantes exijencias de la situación, Por tanto, decreto: A r t . 1. ° Se impone una contribución forzosa por lastima de 100,000 soles, a los principales comerciantes i propietarios de este departamento, en proporción a la cuota que han satisfecho por la contribución sobre renta, en el orden siguiente: A los señores Campbell i C. " 7,500, soles a R i c h t e r I r rii.errii C . 5,ü00\ a Z i / . o U Poueger 5,^00, a Guillermo Hellmann 5,800, al Banco de Tacna 5,000, a Déves Fréres 3,400, a Burchard i C. * 3,400, a Juehr.er i C . 3,400, a Farf'au i C. 3,400, a Modesto P o m a r e d a 3,000, a Bebin Hermanos 2,500, a A n t o n i o Cavagnaro 2,500, a Hnmphers i C. .2,500, a Cusicauqui Hermanos .2,500, a Horacio Luis Bolton 2,500, a Juan Raftb 2,500, a Blondel i C . 2,500, a Julio H a y 1,600, a Granja i Pineda 1,600, a Carie pa Hermanos 1,600, a Jeorjesou Palmieri i C . 1,600, a Serdio Hermanos 1,600, a José Ñ e c o 1,600, a Gabriel Levi 1,600, a Kamerer i K o k 1,600, a Manuel Bastios 1.600, al doctor Felipe Osorio 1,600, a Celestino Vargas 1,600, a José Joaquín Inclan 1,600, a E m i l i o F o r e r o 1,600, a Noglia Hermanos 8 0 0 , a los herederos de Enrique Quíjano 800, a José Vaccaro 800, a Hartmau i Ledgar 800, a Bernardo Deffes 8 0 0 , a l a viuda de C o r r e a 8 0 0 , a Caballero i Silvane 800, a Agustín Tavolara 8 0 0 , a Santiago Te Hez 800, a los herederos de Manuel Ascencio Zavala 400, a (De L A REVISTA DEL SUR de Tacna.) Tomasa A r a 40ü,a los herederos de Miguel Castañon 400, a Manuel A l c á z a r 4 0 0 , a Carlos Bret.ell 4 0 0 , a Francisco La caballería enemiga acaba de recibir mi recio gol ¡le Cornejo 300, a Fidel Guerra 300, a Manuel Godiues 300, a en el valle de L o c n m b a . Aureliano i Samuel Sologuren 300, a Adrián W a r d 300, a Si en Moquegua los chilenos han merodeado i m p u n e José Manuel Vargas 300, a Hiran V a r g a s 300, a Casimira mente, en L o c n m b a el valiente coronel Albarracin i los Mario de Benavides 300, a Hernán L o w e 300, a Ignacio bravos que le obedecen, han castigado esa impunidad. P. Santamarina 300, a Orne ta i Keslcr 3 0 0 , a Justo Pastor H o i o mañana estarán a q u í lo-; prisioneros. Por nuestra parte, tenemos que lamentar la muerte de i Cusicauqui 300, a Rodríguez i Valles 300, a Schwart i C. un paisano nuestro: el conocido artesano Anjel Mendieta > 150, a Tomas Calvet 150, a Juan Sologuren 150, a Segundo Nava 150, a José Bonefanti Pastiné 150, a Lorenza que se alistó como sarjeuto en el escuadrón que acaba de Carvajal de Abad 150, a Carmen Castañon de Céspedes llenarse de gloria, pues es el primer cuerpo del ejército que 150, a Bessan Fréres 150, a la viuda de Rasselet 150, a en este departamento le ha tocado en suerte batir i vencer Carlos Metraud 150, a Virjilio Jurado 1 0 0 , a Meario i a otro cuerpo invasor. 0. 100, a José María V i d a l 100, a Griselda B. de F o Mejor que nosotros lo deben de saber los directores de ' rero 100, a Ventura Vargas 100. la guerra, que es urjente necesidad reforzar a A l b a r r a c i n ; | que toda la jente de caballería que se encuentra en este Art. 2. ° Estas sumas se declaran deuda nacional, i se cuartel jeneral sea enviada a la brevedad posible al valle le asigna c o m o fondo de amortización todos los derechos de L o c n m b a , pues fácilmente se comprende que los chile- fiscales i deudas que deban pagarse al Estado en la Adua5 3

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a


CAPITULO

na de Arica, Caja fiscal i demás dependencias de ésta en el departamento desde el 1 . ° de Mayo p r ó x i m o entrante. A r t . 3. ° L a espresada contribución será pagada a la Caja fiscal en el término de tres'dios, espidiéndose al efecto recibos provisionales por el cajero fiscal por las sumas qiie se le entreguen. A r t . 4. ° Estos recibos provisionales serán canjeados en la misma oficina del 15 al 30 del presente por cédalas del crédito interno de los tipos de 500, 100 i 50 soles, los qne serán admitidos desde la fecha indicada en el art. 2. ° en la Aduana de A r i c a , Caja fiscal i demás dependencias en pago de derechos de importación i esportacion, contribuciones i demás impuestos, abonándoseles el 9 por ciento de interés anual al tipo de su recepción. A r t . 5. V e n c i d o el término señalado en el art. 3. ° , la autoridad tomará las medidas de apremio que juzgue conveniente contra los que hayan sido omisos en el c u m plimiento de este decreto. Publíquese dése cuenta al Supremo Gobierno para su aprobación i comuniqúese a quienes corresponda. Dado en la sala prefectura! a \ . ° de Abril de 1880. c

PEDRO

A.

D E L

SOLAR.

P.

Grirnaldo

del

Solar,

secretario.

PREFECTURA

D E L DEPARTAMENTO

D E

Abril

TACNA.

3 de 1880.

Vistas las reclamaciones hechas por los comerciantes i propietarios de este departamento, referentes a la proporcionalidad con que ha sido impuesta la contribución señalada en decreto de 1 . ° del corriente, i deseando hacer mas equitativa i fácil la recaudación de l o s fondos que el Gobierno necesita i que aquella debiera producir, Se dispone: A r t . 1. ° Todas las personas obligadas a pagar contribución sobre la renta, conforme a las resoluciones vijentes, abonarán dentro de rercero (lia, las que les corresponde por cuatro semestres adelantados. A r t . 2. ° L a Caja fiscal espedirá recibos provisionales por las sumas que les entreguen, los mismos qne serán canjeados del 15 ai 30 del presente por cédulas de crédito interno de los tipos de .100, 50 i 25 soles, agregándose en uno de ellos la fracción que arroja cada cuota; los mismos que serán recibidos desde el 1. ° de M a y o p r ó x i m o en la Aduana de Arica, Caja fiscal i demás dependencias, en pago do los derechos de importación, esportacion, contribución i demás impuestos. A r t . 3. ° Vencido el término señalado en el art. 1. ° , la autoridad tomará las medidas de apremio que juzgue convenientes contra los que hayan sido omisos en el cumplimiento de este decreto. Publíquese, dése cuenta al Supremo Gobierno para su aprobación i comuniqúese a quienes corresponda.

483

SÉTIMO.

veis que el que aliena pretende mancillarlo es el mismo enemigo que victimó a Gran, el qne incendió Moliendo, el q u e bombardeó Arica? P e r o no son esos chilenos menguados solamente, señor prefecto, los que en nuestro mismo pueblo nos hacen la guerra mas desleal e indigna qne cabe en pueblos civilizados. L o s espías se hallan apoyados i quizá subvencionados por otros extranjeros que ocultáudose detrás de m e n t i das inmunidades o de cómodas fortunas adquiridas en nuestro propio suelo i a las que hemos contribuido con nuestro sudor i nuestro brazo, atizan a ocultas el fuego de la guerra i denuncian al enemigo los movimientos del ejército aliado, sus condiciones, su número i todo cuanto puede convenirle, pagando la delación bochornosa i la venta de la patria con el oro que amontonaron merced a las garantías i a las libertades que hallaron en el P e n i quizá con mas preferencia que nosotros mismos. Esos Judas son encubiertos, son los peores enemigos que tenemos los que aliados noblemente defendemos dos suelos queridos. ¿ N o veis la resistencia que oponen a la autoridad para ansiüar a la patria, que en la hora suprema les pide lo que tiene derecho, puesto q u e d e ella recibieron beneficios? ¿ N o veis c ó m o se ocultan, c ó m o claman i basta c ó m o se llaman inmunes para negarse a proporcionar un ansilio al soldado que va a derramar su sangre jenerosa p o r d e fender esos intereses espúreos, esas comodidades que nos pertenecen i ese orgullo con que siempre han hecho alarde a la fortuna? Pues esos i los demás qne hoi purgan en un calabozo su crimen de traición a la patria, son los que procuran hundirla. ¿ L o conseguirán? ¿ L o permitiréis, vosotros tacneños, vosotros todos ciudadanos del Perú, armados i desarmados i que sufrís los males de la guerra i que estáis pronto para ei sacrificio? ¡ N ó , j a m á s ! Si está escrito que el país se hunda, que caigan con él todos los que lo han precipitado. En la hora tremenda no quedará ninguno, porque todos rodarán al abismo. Si Cristo arrojó del templo a los mercaderes que traicionaban su relijion, nosotros les impondremos un castigo que haga época i que sirva para escarmiento de las j e u e raciones venideras. Jeneral M o n t e r o : A vos está confiada la A'ictoria. Quien es dueño de un valor c o m o el vuestro, es capaz del heroísmo. Todo el ejército os obedece i espera de vos la palma del triunfo. Señor prefecto doctor Solar: Seguid c o m o hasta aquí persiguiendo i castigando espías i traidores, que el pueblo todo, no ese pueblo de especuladores, está de vuestro lado. E l jeneral Montero i vos son aquí el espíritu del G o b i e r no i la esperanza de la patria, ¡ V i v a Bolivia i sus valientes defensores! A r i c a , Abril 2 de 1 8 8 0 .

SOLAR. MIL

PROCLAMA. ¡ P u e b l o , alerta! . L a autoridad acaba de aprehender a los infames que abusando de nuestra benevolencia i jenerosa hospitalidad servían de espías al enemigo qne invade nuestro suelo talando campos, incendiando ciudades i matando mujeres i niños. Una horda de elídenos ingratos, a quienes dábamos sombra en nuestro propio hogar i pau en nuestra mesa se unen al enemigo común para contribuir a la deshonra de la patria, a su ruina i a su muerte. ¿ C ó m o es posible c o n sentir con calma tanto ultraje? ¿ E n dónde está, ciudadanos, vuestro valor i ardimiento de 1810 i el de todas las épocas en q u e , c o m o veis, tacueños, disteis siempre pruebas de patriotismo i de amor al suelo en que nacisteis? ¿ N o

PATRIOTAS.

IX. El "Oroya" en Tocopilla. TELEGRAMAS. (Recibido a las 1 2 . 3 0 P . M . )

Abril DE

TOCOPILLA A

4 de 1880.

IQUIQUE.

Señor Comandante de armas: Oroya está en la bahía; quiere tomar al Taltal, éste se acercó a su costa lo i le disparó 4 cañonazos con p ó l v o r a ; después se lia venido al muelle. E l Oroya tiene mucha jente i talvez echará botes


484

GUERRA

para tomarlo. Y o con mis 20 hombres lo defenderé donde pueda: no tenemos nn solo cañón. A.

DE

IQUIQUE A

D E L PACIFICO.

hasta

LETELIER.

TOCOPILLA.

Señor Mayor Letelier: Espero que usted nunca p e r m i tirá que ese vaporcito caiga en poder del enemigo, i lo espero de su valor i del entusiasmo de los pocos que lo acompañan. H e pedido a Pisagua al Loa para que salga inmediatamente en persecusion del Oroya. LYNCH.

(12.55 DE

P.

M.)

TOCOPILLA A

IQUIQUE.

Señor Comandante <le armas: Oroya, se pegó mucho al muelle, pero parece que desiste de su empeño. Los yataganes i los corvos brillan en tierra. Oroya vuelve proa al poniente. ¿Será solo una maniobra? L u e g o lo sabremos. DE

IQUIQUE

A

TOCOPILLA.

Señor Mayor Letelier: D i g a usted al capitán del Taltal que si salva su bnqueciío le daré una colocación i que lo necesito luego aquí. H a g a usted lo que crea mas c o n v e niente. LYNCH.

DE

TOCOPILLA A

IQUIQUE.

Señor Comandante de armas: Taltal atracado al muelle. Oroya pasó mni cerca de él, r u m b o N o r t e ; ahora vuelve rumbo Sur. Tiene muchos deseos de tomarlo, pero talvez no l o consiga. L o defenderemos. E l pueblo entusiasmado. LETELIER.

(A la 1.5

P.

D E TOCOPILLA

A

M.)

IQUIQUE.

Señor Comandante de armas: Oroya llegó hasta P u n tilla A z u l i vuelve a l a carga. Taltal bien amarrado al muelle, i si es necesario l o echaremos nn poco a pique, pero no se lo llevarán. Esta mañana cuando lo perseguía le disparó un cañonazo a bala i el Taltal bravamente le enderezó la proa i le contestó con otro a pólvora sola. La bandera del Taltal firme en su puesto. LETELIER.

(A las 2 . 4 3

P.

M.)

El Oroya se retiró de la bahía de Tocopilla sin rumbo fijo, llevándose el vaporcito Duende a remolque. Este v a porcito lo tomó en el establecimiento salitrero de Duendes, cuyo administrador fué a bordo del Oroya, a reclamarlo, pero no se l o quisieron entregar. D i c h o administrador dice que el Oroya lleva sobre cubierta c o m o 500 hombres i que lo manda el comandante Raigada,

(Correspondencia para E L PUEBLO CHILENO de Antofagasta.}

Abril

4 de 1880.

A las 8 A . M. d e h o i se anunció p o r el vijía vapor del Norte. C o m o era natural, se hacían m u c h a s conjeturas sobre ese b u q u e , desde q u e n o era dia d e vapor de la carrera, n i habia t a m p o c o trasporte anunciado. M u c h o s , i entre ellos el m a y o r Letelier, c o m a n d a n t e de la escasa guarnición, calculaban fuese b u q u e peruano,

Efectivamente, a las 10 A . M. el vapor avistado entró francamente en la bahía, i después de dar p o r ella una vuelta, se dirijió a la caleta d e D u e n d e s q u e se encuentra al estremo N o r t e del puerto. El vapor era de dos palos, de ruedas, n o traía bandera, pero los c o n o c e d o r e s dijeron al instante q u e era el Oroya, trasporte peruano. El b u q u e se aguantó s ó b r e l a m á q u i n a , e c h ó u n bote en dirección a tierra, i en seguida izó bandera peruana. Mientras tanto la bandera chilena flameaba y a sobre el edificio de la Comandancia de Armas. Bien sabría el Oroya q u e n o habia n i n g ú n c a ñ ó n m o n tado en batería, d e otro m o d o n o se habría atrevido a acercarse tanto a tierra. El bote del Oroya atracó al vaporcito Duende i lo r e m o l c ó al costado del vapor. V i e n d o esto d o n Luis Bischoff, administrador d e l establecimiento, se fué a bordo a reclamar la entrega d e su vapor; pero el c o m a n d a n t e Raygada le contestó q u e el b u q u e c i t o era chileno i que lo llevaba, agregándole q u e necesitaban recursos, i q u é por tanto n o lo dejaría en n i n g ú n caso. E n vano Mr. Bischoff protestó u n a i otra vez; tuvo q u e retirarse sin obtener lo que deseaba. Sobre la cubierta del Oroya habia, según sus cálculos, c o m o unos 500 hombres. Entretanto, ¿qué hacían en tierra? Verdaderamente, señor editor, era de ver la actividad i entusiasmo c o n que las autoridades, empleados i vecinos se preparaban para la lucha. El m a y o r Letelier estaba en todas partes. El alférez Bischoffshausen, jefe de la tropa i c o m a n d a n t e do la plaza, se pus® a la cabeza do olla i resueltamente salió a situarse frente al enemigo, para rechazar un probable desembarco. El injeniero d o n Carlos Cueto G u z m a n hacia c o n el p u e b l o los mas grandes esfuerzos para montar siquiera un c a ñ ó n de a 68 c o n q u e r o m p e r las costillas d e l maldito visitante. Esfuerzos inútiles, p o r q u e faltaba todo: terreno apropósito, m o t o n e s cabos, t o d o lo q u e era indispensable para u n a operación semejante. El e n e m i g o t a m p o c o daba lugar, pues apenas tomó a r e m o l q u e al Duende, se vino al centro d e la bahía, en b u s c a del Taltal que se U.tl'.aba f o n d e a d o en ella. Pero he aquí q u e el pájaro se le habia volado. El capitán don José T h e o d o r o , que se encontraba e n tierra al llegar el Oroya, se fué rápidamente a b o r d o d e su b u q u e , hizo encender los fuegos i c o n la m a y o r sans facón salió hacia el Sur, c o n su bandera chilena izada a p o p a . A q u í fué Troya. E l Oroya n o quería dejar escapar tan buena presa, que él creía fuese el Toro, según el comandante R a y g a d a dijo a d o n Luis Bischoff. Se puso furiosam e n t e en su persecución, i c u a n d o el Taltal doblaba la puntilla S u r del puerto; llamada punta A l g o d ó n , le disparó un cañonazo c o n bala. Al m i s m o tiempo, la g u a r n i c i ó n i el p u e b l o se movían en tierra en dirección a la caleta S u r para defender al Taltal, que según se creia debía varar allí. El primor cañonazo d e l Oroya f u é saludado p o r un estruendoso ¡viva Chile! lanzado p o r la tripulación del Taltal i s e c u n d a d o p o r la tropa i el p u e b l o e n tierra. Debo decir a U d . q u e c u a n d o hablo de tropa, n o hablo do un batallón ni cosa parecida. N o habia mas q u e 23 artilleros del rejimiento n ú m . 1, al m a n d o del alférez Bischoffshausen, c o n 8 tiros por h o m b r e . E n el acto el Taltal volvió proa al e n e m i g o i le disparó u n tiro a bala c o n su p e q u e ñ o c a ñ ó n d e señales, i tras de éste otro i otro, al m i s m o tiempo q u e viraba, i pasando por el costado del Oroya se dirijia n u e v a m e n t e al puerto de d o n d e habia salido. El Taltal entró en la bahía lentam e n t e , c o n u n a gallardía q u e todos e n tierra admirábamos, i p r o v o c a n d o al e n e m i g o a tiros que repetía c o n pólvora sola p o r habérsele c o n c l u i d o las balas. El Oroya, entretanto, siguiendo tras del Taltal, pasó m u i cerca d e él, pero n o se atrevió a abordarlo, sin duda porque en tierra brillaban los yataganes i los corvos, según la feliz espresion d e l m a y o r Letelier en aquel m o m e n t o . Pareció q u e el duelo a muerte iba y a a empeñarse.


CAPITULO

SÉTIMO.

485

venian a la playa i por señales le indicaban al bote el p u n Se v i o arriar los botes d e l Oroya; el Taltal se atracó al to mas abordable; pero antes de que esto hubiera tenido muelle, que estaba cubierto d e p u e b l o , d e rotos chilenos armados d e cuchillo, i la tropa bajó de las rocas a la ori- lugar, fué volcado i destrozado por las olas, teniendo sus tripulantes que salvar a nado, ausiliados por la jente de lla de la playa, dispuesta a rechazar al e n e m i g o a la b a tierra, mientras tanto, nosotros despachamos un segundo yoneta. bote eu ausilio del primero, el que ya, con mas precaucioEl m o m e n t o fué solemne. Pero los peruleros n o están nes i siendo innecesario los socorros que podían haber p r e s para fiestas: volvieron a izar sus botes, dieron tres vueltas tado a los náufragos, pues ya se encontraban éstos a salvo, sucesivas p o r la bahía ele Sur a N o r t e , calaron el chapean se aguantó a la distancia correspondiente en donde recibió requirieron la espada, miraron al Oeste, se fueron i n o a dos d é l o s naturales del lugar,que llegaban u nado hasta h u b o nada. el bote i fueron conducidos a bordo, pues oran prácticos en ¿Qué le parece a Ud., señor editor? ¿ H a visto U d . una el conocimiento de aquellas playas. batalla o c o m b a t e naval entre u n Taltal i un Oroya, s a liendo aquel vencedor? Pues, si n o la h a visto, nosotros sí, U n a vez a bordo, manifestaron la imposibilidad del desi la llamamos el c o m b a t e naval d e Punta A l g o d ó n : el embarco por ese lugar i nos indicaron otro mas apropósito Oroya, buque peruano d e guerra, se ha batido c o n el Tali no mni distante de éste hacia el que nos dirijimos i n m e tal, vaporcito mercante d e 45 toneladas agregado a c c i - diatamente. dentalmente a la escuadra chilena, mediante el patriotisLa presencia del Oroya, i el conocimiento do su objeto m o i gratuitos ofrecimientos de su j e n e r o s o d u e ñ o el | por el oficial i tripulación náufraga, se trasmitió con n o señor d o n Rafael Barazarte. A h í tiene U d ; ¿no son para j table rapidez a todos los valles i i ligares cercanos, une ai reir estas hazañas d e los peruanos? í llegar el buque al lugar donde debia verificar el desHasta otra vez, señor editor? embarque, se habían dado cita todos los vecinos del lugar, contribuyendo con su trabajo personal i medios de m o v i l i dad para ayudar a nuestra tripulación, i acción oficial de LLEGADA DEL "OROYA." las autoridades en el desembarque de ios importantes elementes que conducíamos. (Correspondencia a L A OPI.VLOX NAOIÚSAL de L i m a . )

Señores E d i t o r e s : Deseosos de hacer conocer la verdad i para que conste en la historia todo lo acaecido duraure la presente guerra, paso a hacer una relación lijera, pero verídica de la última importante comisión desempeñada por el trasporte Oroya, escusando la oscuridad de ciertas informaciones por exijirle así el éxito de nuestras operaciones m i l i tares. Nuestra salida del Callao tuvo lugar al amanecer del Martes 30 del presente, i si bien hacia dias que circulaban rumores respecto a este viaje, siendo varias las versiones acerca de su objeto, éste no llegó a tener un carácter de certidumbre sino eu la noche del Lunes que por el movimiento que se notaba en el Arsenal i en la bahía, reuniendo los variados elementos de guerra que debíamos depositar en nuestras bodegas, no dejaba duda alguna de la importante comisión que se encomendaba al Oroya. Siendo la 1 A . M . i habiéndose presentado a esa hora S. E . el Jefe Supremo, ordenó se encendieran las hornillas i se apuró el embarque de la carga que ya había c o m e n z a do con gran actividad. Estando todo listo para zarpar i después de haber d i c tado sus últimas instrucciones se despidió m u í afectuosamente S. E., quien acompañado del Comandante Jeneral de Marina i otras autoridades, pasaron a tierra en la lancha a vapor de l a capitanía, A las 4 A . M . se ponia cu movimiento el Oroya franqueándose hábilmente del puerto. U n a vez en la mar dirijió su proa hacia el punto del horizonte que debia conducirlo a su destino. Desdo nuestra salida tuvimos brisa fresca i mar gruesa, que con la velocidad de nuestra marcha, hacian esperimentar al buque movimientos bruscos, que proporcionaban mni malos ratos a nuestros patriotas huéspedes. Y a por la altura de San Gallan donde son mas fuertes estos movimientos de mar llegaba el agua a bañar nuestra cubierta haciendo mni pronto presa al chinchorro, que fué arrebatado por un golpe de mar del sitio en que se encontraba izado, siendo destrozado al arrancarlo de las amarras que lo sujetaban. Sin otro accidente que merezca especial mención i con la precisión que es exijible eu la navegación, i la prudencia i precisión del caso, recalamos al lugar que debíamos. Aguantado el Oroya sobre su máquina, arrió su primer bote, que a cargo de un oficial i un guardia-marina se m a n dó a que comunicase con tierra. A nuestra presencia en estos lugares se observaba en tierra movimientos de personas que de distintas direcciones

E l ancla i todas nuestras embarcaciones se arriaron a un | tiempo, presentándose éstas a los portalones que les estaba J designados para recibir la artillería correspondiente, m o u I taje, dotación etc., etc. A medida que las embarcaciones rei cibiau el completo de su carga se dirijiana la playa, siendo í conducidas las primeras por los prácticos, que no bien Ue| garon, nuestra sorpresa i entusiasmo fueron grandes, pues ; veíamos, al m i s m o tiempo subir la artillería a posesionarse i de los altos i la tropa formando sus pabellones. L a mayor parte de nuestras embarcaciones son tingladas, débiles i por consiguiente iuapropiadas al objeto que se les dedicaba; a la primera varada que hicieron con toda su carga, sufrieron m u c h o con los golpes que recibieron al pasar las olas, quedando tres salva-vidas en condiciones tan malas que fué imposible volverlas a lanzar al mar i nuestros medios de desembarque quedaron reducidos a un salvavida i dos embarcaciones menores, ya resentidas; si bien esta era una gran contrariedad, da al mismo tiempo una idea de la actividad i entusiasmo que inspiraba el c u m p l i miento del deber i el deseo de servir a la Patria. L a ofioiai lidad se confundía con la tripulación, disputándose el trabajo material. L a s embarcaciones llegaban al costado i encontraban su carga lista, de manera que inmediatamente se desembarcaban para tierra, adonde con igual actividad eran desembarcadas, i para evitar siguieran la suerte de los salva-vidas, se armaron andariveles e improvisaron balsas, evitando por este medio varar las embarcaciones i hacer su descarga con mas rapidez i seguridad. La presencia del jefe i previsoras disposiciones se hacian . sentir por todas partes. Entrada la noche, uos hicimos a la mar, dejando eu tierra los salva-vidas i maestranza de calafates i carpinteros, para que trabajando en la noche pudieran servirnos al dia siguiente, eu cuyas primeras horas nos presentamos i d e s pués de haber fondeado continuamos la descarga, con igual 0 mayor entusiasmo que el dia anterior. Los esfuerzos de la maestranza por arreglar los salvavidas fueron infructuosos: necesitaban una carena formal 1 tuvimos que verlos entre dos aguas, convertidos en c a nasto. Estas contrariedades reanimaban el espíritu i equilibraban la falta de elementos. Sorprendía ver la rapidez con que se aclaraban las b o degas. L a s horas de reparto se habían olvidado i el entusiasmo crecía a medida que veía acercarse el momento de coronar el último esfuerzo. Esto no se hizo esperar m u c h o ; daban las 5 P . M . i la última carga era conducida a tierra, donde el movimiento se hacia mas notable.


486

GUERRA

DEL

U n cordón interminable era el formado por un constante número de acémilas que bajaban i subían, conduciendo la carga, lo mismo que el de jinetes i jente de a pié que presurosas llegaban de todas direcciones a ofrecer su trabajo personal, para mas tarde reabrir la arena con que debe defenderse la Patria. Sin comentarios, nuestros enemigos los judíos de A m é r i ca, los discípulos aprovechados de Rebolledo nos vijilaban a distancia de dos horas. Después de la puesta del sol el Oroya se hacia a la malc o m o el dia anterior i dirije su proa conveniente iestratéjicamente al puerto de Toeopilla. En las primeras horas del D o m i n g o 4 del corriente, r e calamos al Norte de ese puerto i barajando rnui de cerca la costa, nos dirijimos a él. Nuestra primera aparición fué en la caleta de Duendes situada al Norte de ese puerto, de tal m o d o que solo cuando teníamos el pabellón izado, un bote en el agua se a p o deraba éste de una embarcación a vapor, pudimos ser r e conocidos, lo que se hizo notar por la prontitud con que los lancheros varaban sus lanchas i el movimiento i desorden de ¡a población. Estando pasándole remolque al Duende ( n o m b r e que lleva la laucha apresada) observamos en la caleta de T o c o pilla una humareda en el muelle poco después, una embarcación que se separaba haciendo rumbo al Sur a toda fuerza de máquina, i mni pegada a los arrecifes de esa parte de la costa. Se izó en el acto la embarcación que nos habia servido p a ra apresar al Dvendei sin demora alguna gobernamos a dar caza al varporcito que huia, pero comprendiendo este la imposibidad de escapar a nuestro andar, optó por el único recurso que le quedaba, i fué el de virar inmediatamente i resguardarse entre las rocas que proyectando sobre la p o blación hacían casi imposible hacerle fnego sin dañar a aquella. Habiéndonos acercado nosotros todo lo que nos permitía nuestro calado i colocándonos hacia el Sur, que era la posesión mas ventajosa para hacerle algunos disparos sin temor, le tiramos un tiro en blanco, que nos contestó con algunos, logrando la laucha pasar entre las rocas pues para ella habia paso, i atracarse al muelle donde se rodeó de lanchas. E m p r e n d i m o s nuevamente sobre el puerto, donde permanecimos por espacio de una hora, i siendo ya innecesaria nuestra presencia en ese lugar, una vez que la lancha que perseguimos, además de las precauciones que habia t o m a do, se habia varado de popa, la abandonamos seguida de la laucha capturada. Sin mas infidentes notables, llegamos ayer a Pisco, de donde se telegrafió a L i m a i hoi a las 9 A . M. fondeamos en este puerto, donde muchas embarcaciones de los buques de guerra nacionales i otros fleteros, conducían multitud de personas que vinieron a felicitar al señor comandante del buque i sus oficiales, por el feliz éxito de la espedicion del

Oroya.

PACIFICO.

nen además algunos chilenos q u e habitaban en Tacna i que fueron presos sin otro delito q u e el ser chilenos. T o d o s ellos h a n sido m u i mal tratados. Se les daba por t o d o ausilio veinticinco centavos para su manutención. U n o de estos prisioneros, q u e parece m u i inteligente i advertido, dice q u e en Arica había c u a n d o mas 1,000 h o m b r e s , i que esa población está bastante maltratada con el b o m b a r d e o , d e c u y a s resultas m u r i e r o n d o s jefes i algunos individuos de tropa. E n Tacna están reunidos peruanos i bolivianos. Se nota m u c h a rivalidad entre ellos. H a b r á entre todos de 8 a 9,000 hombres, pero n o todos armados. E l m i s m o prisionero d i c e q u e h a n salido para M o q u e gua 3 a 4 batallones. Esto m i s m o repite un c h o l o q u e se t o m ó en el camino de Moquegua, i algunos individuos que fueron capturados en el puerto d e Sama. Sin embargo, n o parece p r o b a b l e q u e M o n t e r o abandone a Arica i Tacna. El jeneral Montero hace reclutar indios q u e n o hablan castellano, i a quienes n o tiene armas que dar. La división chilena q u e salió para M o q u e g u a c o n la caballería, se encuentra mui cerca dol pueblo, según se • dice, sin haber encontrado cuerpos enemigos de alguna importancia.

Marzo 18 de 1880. L o s prisioneros d o Tarapacá que h a n sido canjeados cuentan q u e el jeneral Montero tiene c o m o 12,000 h o m bres. P o c a i mala caballería. Los bolivianos tienen 4 cañones K r u p p i 4 d e bronce. Los peruanos n o tienen n i n g u n o . T o d o s están mal vestidos i m a l c o m i d o s . H a i descontento. Diariamente se suscitan riñas entre los peruanos i los bolivianos. Estos últimos vociferan q u e n o harán fuego, o que lo harán p o r alto, porque los peruanos los han llam a d o traidores. Por las noticias que tengo, la división d e l jeneral Baqnedano está hoi a u n a legua d e Moquegua, que probablemente estará mañana en nuestro poder. Se dice q u e las fuerzas enemigas (pie allí habia se han retirado a Torata. Los prisioneros canjeados agregan que han salido de T a c n a para M o q u e g u a 4 batallones. MINISTERIO D E G U E R R A I M A R I N A E N C A M P A Ñ A .

lio, Abril 7 de 1880. A d j u n t o a V . S. una lista nominal d e los prisioneros chilenos canjearlos en A r i c a q u e m e ha sido remitida por el Estado M a y o r Jeneral. D i o s guarde a V. S. R.

¡Ojalá que ella corone nuestras esperanzas! Antes de concluir, debo hacer tina especial mención del digno comportamiento del señor comandante del Oroya i de su oficialidad por su comportamiento i pericia desplegada durante esta comisión de tan provechosos resultados para la nación. Sin mas por ahora se despide de Üds., S S . E E . , hasta la próxima ocasión, su A . i S. S. E L

CORRESPONSAL.

A l ancla, Callao, A b r i l & de 1 8 8 0 .

ILO

LLEGADAS

NOMINAL

DE

LOS P R I S I O N E R O S

C A N J E A D O S EN

A R I C A I E N T R E G A D O S E N ESTA P L A Z A .

Re'/imiento de Artillería de Marina.—Cabos l . : Reinaldo R o d r í g u e z i José Luis N o r a m b u e n a ; cabos 2. : Juan Plata i F e r n a n d o Gallegos; soldados: J o s é Nicolás Arrióla, Lorenzo Bravo, Faustino Z a m o r a n o , J u a n Molina, Manuel V i c e n t e i Jerman Zúñiga. Ilejirniento 2. ° de línea.—Sarjentos 2. : Carlos E. Mayorga i J o s é Manuel Sánchez; cabo 1. ° , Jerman Aranda; cabos 2. : J o s é d e la Cruz Osse, P e d r o Miranda i Pedro Rojas; soldados: J u a n González, Nicasio Peña, Tomas Negrete, A n d r é s Villarroel, F r u c t u o s o Castro, Gregorio Ibañez, Juan Medina, J u a n Pérez, Mauricio Martínez, Juan de D i o s Caro, Irán Venegas, Isidro Maldonado, Andrés Valenzuela, José Flores, S e r v a n d o Aranda, Bartolomé Leiva, H e r m e n e j i l d o Olivares, Guillermo Martínez, Santiago Ibañez i Nicolás Duran. u<

os

0S

Canje de prisioneros chilenos. D E

RELACIÓN

0S

x. CAUTAS

SOTOMAYOR.

Al señor Ministro de la Guerra.

POR

EL

'iTATA."

Marzo 16 de 1880. El Maltas Cousiño h a traido a l i o los prisioneros do Tarapacá q u e h a n sido canjeados. A s c i e n d e n a 4 5 . V i e -


CAPITULO

Rejimiento Zapadores.—Sárjente2. ° , R a i m u n d o Irarrázaval; c a b o 2. ° , G u m e c i n d o Ubilla; soldados: L i n d o r Quintana, J u a n Bautista Aspillaga, A g u s t í n T o r o , D i e g o Fuentes, Feliciano Jara, Faustino R a m í r e z , fallecido el 11 de M a y o ; T o m a s A s t u d i l l o , A n t o n i o R o d r í g u e z , J u a n de Dios R i q u e l m e , José del Carmen Vergara, Juan de Dios Fuentes, Manuel Jesús Caris, José Santos Villa, J u a n Francisco D o n o s o , José Rifo, P e d r o María Alvial. Batallón Chacabuco.—Soldado, José A n t o n i o Mondaca. Rejimiento de Granaderos a caballo.—Soldado, José Miguel Cerda. Carabineros de Yungai.—Soldados: J e r ó n i m o Cepeda, Pedro Cabeza, J u a n Bautista Figueroa, J u a n de la Cruz Veloso, Celedonio J. Pedrero. l i o , 4 de A b r i l de 1880. MARCIAL PINTO AGÜERO, 2. ° ayudante.

N O T A . — E l subteniente Francisco Silva B., del rejimiento de Zapadores, se presentó en Pisagua, i según los datos que he p o d i d o tomar, fué c a n j e a d o por el oficial peruano Pezet, t o m a d o en Tarapacá. O T R A . — E l a y u d a n t e j e n e r a l del Estado M a y o r del ejército de operaciones dice q u e en una lista que tiene en su poder figuran 11 prisioneros, que s u p o n e salieron de Arica c o n los prisioneros del ejército que se especifican en la presente lista, D.

CALDERA.

JUAN MARTÍNEZ.

Felicitación al jeneral Baqucdano por la acción de los .lújeles; nota deí comandante del Atacama. lio,

Abril

3 de 1SS0.

Este cuartel j e n e r a l c o n fecha d e ayer ha r e c i b i d o del señor Ministro de la Guerra en c a m p a ñ a la siguiente nota: " C o n fecha 30 de Marzo p r ó x i m o pasado recibí la siguiente c o m u n i c a c i ó n telegráfica: "Sírvase llevar al j e n e r a l Baqueclano la c o m u n i c a c i ó n siguiente: " R e c i b a nuestra sincera felicitación p o r la victoria de los Anjeles, i confiamos en q u e V . S. a c o m p a ñ a r á a n u e s tro ejército en los nuevos triunfos q u e le están destinados. A N Í B A L P I N T O . — I ) . Santa María.—J. A. Gandarillas.— _4. Matte.—M. L. Amunátegui." " A l tener el h o n o r de trasmitir a V. S. el telegrama anterior, m e c o m p l a z c o en agregar mis felicitaciones a las del S u p r e m o G o b i e r n o . " H e p o d i d o apreciar personalmente las dificultades de la operación preparada por V. S. c o n tanto acierto i realizada c o n tanta fortuna. El g o l p e moral i material d a d o al enemigo en las formidables fortificaciones de los A n j e les, tendrá consecuencias importantes en la guerra, i a V. S. le cabrá el h o n o r de haberlo dirijido. " T a m b i é n V. S. manifestará a todos los que le a y u d a ron a realizar aquella empresa, que el país i el G o b i e r n o están satisfechos de su c o n d u c t a . " ERASMO ESCALA.

CONTESTACIÓN D E L COMANDANTE D E L ATACAMA.

de la Villa, Moquegua,

N a d a mas grato para el batallón A t a c a m a i nada que r e c o m p e n s e m e j o r sus pequeños servicios en defensa d e la patria, que las felicitaciones entusiastas de que h a sido o b j e t o por parte de sus jefes superiores. Mi c u e r p o , f o r m a d o cíe voluntarios, de esclavos solo del deber, se siente orgulloso, satisfecho i por demás p r e m i a d o c u a n d o los defensores mas conspicuos i los mejores guerreros de su patria, interpretando los sentimientos del país, le traen una palabra de estímulo, un j e n e r o s o aplauso que v e n g a a afirmar la conciencia íntima que a estos h o m b r e s asiste de haber c u m p l i d o , durante una penosa i larga campaña, c o n lo que i m p o n e el puesto del v e r d a d e ro soldado. E n n o m b r e , pues, de mis oficiales i tropa, c o m o del m i ó propio, r u e g o a V . S. se sirva trasmitir al señor M i nistro los mas sinceros agradecimientos por sus honrosas felicitaciones que, si bien el A t a c a m a se hace u n h o n o r en aceptar n o por eso cree merecer, pues piensa que aun falta m u c h o para que llegue a llenar los deberes que, en las actuales circunstancias, la patria reclama de sus hijos. Los favorables c o n c e p t o s que el A t a c a m a ha alcanzado hoi de V. S. i del señor Ministro son altamente honrosos, i así también los j u z g o para todo el ejército, c u y o s c u e r pos, cualquiera de ellos, llegada la oportunidad, hará m a ñana lo m i s m o i aun mas de lo que a nosotros c u p o hacer, puesto que todos somos chilenos i en todos alienta el vigoroso espíritu que infunde el amor a la patria, que i m p o n e la fuerza del deber i que exalta el .anhelo j e n e r o s o hacia la gloria. Dios g u a r d e a V. S.

XI.

Alto

487

SÉTIMO.

Marzo

31 de 1SS0.

Señor Jeneral: Obra en mi p o d e r la n o t a de V. S., fecha 25 de Marzo (1), i en la cual m e trascribe otra del señor Ministro de la Guerra en c a m p a ñ a , felicitando a n o m b r e del S u p r e m o Gobierno i en el s u y o propio, al batallón de m i m a n d o , señores oficiales i al que suscribe por nuestra c o n d u c t a observada en la j o r n a d a de la cuesta de los Anjeles. (1) La nota espresada figura en el capítulo VI, párrafo XXII, pajina 445.

F E L I C I T A C I Ó N D E L B A T A L L Ó N 2, °

Pisagua,

DE ATACAMA.

Marzo

de

1880.

L o s jefes del 2. ° A t a c a m a , oficiales e individuos de tropa, felicitan al propio tiempo que aplauden con entusiasmo a sus cantaradas del l. ' A t a c a m a por el nuevo rasgo de bravura de que han dado una prueba mas, batiéndose i desalojando a los enemigos de las alturas de los A l í jeles, hasta obligarlos a huir en completa derrota, apesar de ser veinte veces superiores en número. AI felicitar al primer batallón que la proviucia mandó a la guerra en defensa del honor i de la integridad de la R e pública, nosotros que formamos la segunda falanje de atácamenos, venidos de nuestra provincia en defensa de la patria, si admiramos la pujanza de nuestros hermanos del núm. 1, no nos sorprendernos de que la planta diestra i segura del minero sea capaz de escalar las mas rápidas pendientes de las montañas del Perú, toda vez que en la cima se encuentre la victoria juntamente con la gloria. E l jénero de vida del atacameño, en tiempo de paz, le familiariza con el peligro al m i s m o tiempo que con las asperezas de las serranías mas empinadas de la cordillera de los A n d e s ; de manera que en la presente guerra serán bravos soldados en la llanura, pero siempre irresistibles en la guerra de montaña. Las lecciones que el glorioso núm. 1 ha dado a sus h e r manos del núm. 2 serán aprovechadas, ya que no cabe en el corazón de hombres desprovistos de bravura sino de compañeros susceptibles de nobles estímulos, sintiendo solo ahora no haber acompañado a nuestros cantaradas en la vanguardia del ejército que ha espedicionado sobre M o quegua, Seremos en todo caso imitadores de sus hechos de armas, por lo m i s m o que nobleza, sangre i valor obligan. De ustedes amigos i c o m p a ñ e r o s . — J o s é M. 2. ° Soto.— JMÍS Solo Saldlvar.— Siguen las firmas de todos los oficiales. 01

Al Comandante del batallón Atacama núm. 1.


CUERRA

488

D E L PACIFICO.

XII. Bloqueo del Callao» TELEGRAMAS. (A las 11.40 A. SI.)

Santiago,

Abril

16 de 1880.

Al Intendente de V a l p a r a í s o : Por telegrama de Iquique recibido esta noche se c o m u nica lo que sigue: E l Lontué salió del Callao el 12. L a escuadra chilena, compuesta del Blanco, Huáscar, Angarrios, Pilcomayo i Matías Cousiño, se presentó en el Ca'Uao a las tí A . M . del dia 10. E l m i s m o dia el almirante Riveros notificó el bloqueo, dando un plazo de ocho dias para que se retirasen los b u ques neutrales, previniendo al jefe de la plaza que terminado este plazo podría bombardearse el puerto sin aviso previo. A las 4.30 A . M . del m i s m o dia 10 se pretendió aplicar nn torpedo a la Union que estaba anclada i en reparación frente a la muralla de la dársena i la c o s t a ; pero no surtió efecto por tener el costado que atacó la laucha-torpedo d e fendido por perchas de madera. A l dia siguiente fué la lancha-torpedo en busca de la Union, pero al chocar el torpedo con el estremo de las planchas que defendían a la Union estalló levantando una inmensa columna de agua que solo m o j ó la cubierta de ese buqne. Después de estallar el torpedo las guarniciones del Chalaco, Oroya i Union dirijierou sus tiros de rifle i ametralladoras sobre la lancha que, viéndose imposibilitada para aplicar un nuevo torpedo, se retiró. L o s pasajeros del Lontué dicen que la lancha-torpedo no sufrió nada. E l Lontué no se comunicó con la escuadra chilena. Encontró a la O'Higgins navegando con r u m b o al C a llao. E l Oroya babia llegado a ese puerto el 9.

Los pasajeros del Lontué d i c e n q u e la presencia de nuestra escuadra en el Callao p r o d u j o un m i e d o pánico en la población. Durante los dias i n o c h e s del 10 i 11 del q u e rije h u b o grande actividad en el d e s p a c h o d e mercaderías de la A d u a n a del Callao. Las familias d e este puerto i Chorrillos huian para Lima i p u e b l o s vecinos. E n L i m a principiaban a desarrollarse las tercianas m a - ' lignas. M. L u i s A M U N Á T E G U I .

(A las 10.50 A. M.)

Iquique,

Abril

P. L Y N C H .

TELEGRAMAS

17 de 1880.

Al Intendente de Valparaíso: El vapor Lontué, q u e ha fondeado en I q u i q u e . c o m u n i ca las siguientes noticias: El Oroya perdió todas sus embarcaciones menores en Chira al tentar un desembarque d e armas para el ejército de Arequipa. El Jeneral en Jefe del ejército peruano del centro, V a r gas M a c h u c a , está en el Callao al frente d e las fuerzas d e la plaza. Los vapores Pizarro i Santiago fueron detenidos por nuestra escuadra al entrar al Callao. Sin embargo, se permitió al primero entrar para que desembarcara varios apestados que llevaba, i al segundo se le c o n c e d i ó igual cosa con la c o n d i c i ó n de q u e n o podría salir del puerto m i e n tras n o se levantase el bloqueo. Piérola permaneció en el Callao el dia 10. Según los diarios peruanos, las lanchas d e vapor d e nuestros buques han desembarcado tropa en la isla d e San Lorenzo. El 10 en la tarde cambiaron d e fondeadero los buques peruanos. La Union fué remolcada. E n la n o c h e del 10 las lanchas peruanas Uzcuze Independencia, empleadas en la ronda de la bahía, se hicieron fuego mutuamente. L o s diarios peruanos atribuyen esto a falta d e serenidad.

25.

Señor Ministro d e la Guerra: El vapor Boliria acaba d e fondear procedente d e A n cón, c o n escala en Quilca, en c u y o puerto desembarcó azúcar i ron. Las poblaciones d e A n c ó n , Chorrillos, Miraflores i Magdalena habían emigrado casi en su totalidad a Lima, i m u c h a s familias a Europa, E c u a d o r i Pisco. H a habido serios desórdenes en el Callao con motivo del despacho d e A d u a n a . L o s trabajadores destrozáronlas mercaderías a su antojo. El almirante Riveros, a petición -del C u e r p o D i p l o m á tico, habia accedido a u n a solicitud d e éste c o n c e d i é n d o les plazo a los comerciantes estranjeros hasta el 20 para q u e retiraran todas las mercaderías de la A d u a n a del Callao i pudiesen los buques despejar la bahía; quedando ésta c o m p l e t a m e n t e abandonada. E l vapor Bolivia se c o m u n i c ó c o n el b u q u e almirante el 20 a las 6 P. M. L a escuadra hasta esa hora n o habia h e c h o ninguna d e m o s t r a c i ó n hostil sobre el Callao. Se h a p u b l i c a d o u n decreto en L i m a fijando precio a los artículos d e primera necesidad. El c a m b i o se h a fijado en 6 peniques, pero n o hai quien d é letras. E l Huáscar se ha a p r o x i m a d o hasta la b o y a que sirve de b l a n c o a las baterías i n o le h a n h e c h o fuego.

M. L u i s AMUNÁTEGUI.

Santiago,

Abril

LA

PERUANOS.

ESCUADRA C H I L E N A E N E L CALLAO.

Callao,

Abril

10 de 1880.

E n la madrugada de h o i , a las 5.5 A . M . , cuando recien comenzaban a disiparse las sombras de la noche, los tripulantes de la Union apercibieron una lancha a vapor que cruzaba a corta distancia. Apenas trascurrido un instante oyéronse repetidas descargas de rifle i el estallido formidable de un torpedo que reventaba cerca de la popa d é l a Union, por haber chocado felizmente contra una de las perchas colocadas c o m o defensa al rededor del buque. Las descargas de fusilería i ametralladoras continuaron por un momento, haciendo huir m a s que de prisa a la lancha portadora del torpedo. Habiéndose despejado la oscuridad pudieron notarse claramente frente el puerto 4 buques enemigos i una lanchita a vapor, aguantados a cuatro millas poco mas o menos, fuera del fondeadero. Desde este momento c o m e n z ó a circular la noticia de la presencia del enemigo. Multitud de curiosos acudieron a la ribera, pobláronse de observadores las azoteas _ vecinas a la playa i y a no pasó desapercibido ni el mas insignificante movimiento de los buques avistados.


CAPITULO

Callao,

Abril

11 de

1880.

Sr. Director de E L N A C I O N A L : Durante Ja noche nada ha ocurrido digno de mención especial. Eu tierra las tropas (pie guarnecen los fuertes i haterías observan un riguroso servicio de campaüa: listas, aguardan en todos los momentos que los enemigos de la patria inicien sus hostilidades, para responder a ellas con la decisión i el vigor de que son capaces toda vez que el mus sincero patriotismo las anima. Nuestras escasas fuerzas navales observan igual conducía. A las 8 A. M., dos botes de ronda se dirijieron recíprocamente algunos tiros de fusilería por no haberse reconocido oportunamente. Omitimos comentar este suceso que felizmente pasó sin ocasionar desgracia alguna, personal. Bastante resalta en ello la falta de previsión o serenidad por parte de los tripulantes de ambas embarcaciones, para que tratemos de hacer mas resaltante este suceso que no puede menos que contrariar el ánimo hasta de los mas indiferentes, si los hubiera, eu asuntos que tan íntimamente se relacionan con el buen servicio del puerto.

M O V I M I E N T O S D E LA E S C U A D R A C H I L E N A . (Recibido en Lima a ias 9 . 2 A. M.)

Callao, Abril

11 de

1880.

En este momento solo se ven en la bahía hacia el Sur al Blanco, que recibe carbón del Matías Cousiño, Pilcomayo i Huáscar. (Recibido a la 1 0 . 1 8 A. M.)

El Arequipa E l Atujamos

continúa demorado p i r los enemigos. voltejea mui al Sur. (Recibido a las 1 0 . 5 5 A. M.)

U n bote del vapor Arequipa, que no dejan entrar chilenos, se ha destacado hacia la Shanon.

los

(Recibido a las 1 2 . 2 5 P. M.)

U n a lancha a vapor del Blanco jes a la isla de San Lorenzo.

hace con frecuencia via-

(Recibido a la 1 P . M.)

E l Anejamos, después de hacer r u m b o a Chorrillos, c o n tinúa navegando al Sur, en este momento se pierde de vista. L o s enemigos ocupan hoi casi la misma posiciones de ayer, i evolucionan fuera del alcance de la artillería de la plaza. A y e r al anochecer se hicieron mas afuera, fraccionándose la flotilla. U n a parte ocupó el Norte, otra el centro i la tercera el Sur. E l Huáscar hizo rumbo hacia la zona del Boquerón, pero pegado a la isla de San Lorenzo.

SÉTIMO.

48

E l entusiasmo del pueblo es inmenso. Parece que asiste a una fiesta. Multitud de señoras acuden al muelle para procurarse la satisfacción de ver a los buques enemigos. .NOTA

OFICIAL.

INSTRUCCIONES DEL MINISTRO SOTOMAYOR AL TE EN

JEFE DE LA

COMANDAN-

ESCUADRA.

lio, 3 de Abril

de

1880.

C o m o ya h a llegado el m o m e n t o de que V . S . p r o c e d a a establecer el bloqueo del Callao, q u e el G o b i e r m o estima urjentísimo, V . S . se ajustará al emprender esta o p e ración a las instrucciones siguientes, que el m i s m o G o bierno m e ha trasmitido por telégrafo, i dicen así: 1. ° A l llegar al Callao, el almirante notificará el b l o queo del puerto. 2. ° Estudiada la posición de la Union i trasportes enemigos, i persuadido el jefe de la escuadra de que p u e d e ofenderlos c o n la artillería de alcance sin c o m p r o m e t e r nuestras naves, debe notificar a los buques mercantes q u e despejen la bahía para dar c o m i e n z o a sus disparos. 3. ° A l practicar la operación anterior, la ciudad n o será ofendida sino en cuanto sea necesario para destruir los buques enemigos. Cree el Gobierno que el b o m b a r d e o del Callao i la a m e naza de bombardear a L i m a deben reservarse para otra oportunidad, por consiguiente, c u a n d o llegue ésta se d a rán a V . S . nuevas instrucciones para esa operación. D e las instrucciones anteriores se d e d u c e que u n o d e los principales propósitos de la espedicion al Callao, d e b e ser la destrucción d e la Union, i de los trasportes e n e m i gos. Para lograr este o b j e t o V . S . procurará en primer térm i n o , usar las lanchas-torpedos que mas tarde no tendrían ya, aplicación. I c o m o para asegurar el b u e n éxito de 'un ataque c o n torpedos, es necesario que él sea sorpresivo, Y. S . procurará emprenderlo antes de que se n o t e su presencia en la bahía del Callao, para que el e n e m i g o n o tenga tiempo de adoptar medidas de precaución i s e g u ridad. El ataque a los mismos buques c o n los cañones de alcance n o queda subordinado a otra c o n d i c i ó n q u e la d e un breve plazo c o n c e d i d o a los buques mercantes para que despejen la bahía. L a fijación de este plazo queda e n teramente subordinado a la discreción i p r u d e n c i a d e Y. S., d e b i e n d o solamente tener presente que antes de cualquiera otra consideración está la imperiosa necesidad de la guerra q u e nos aconseja destruir por cualquier m e dio los buques enemigos. E n todo lo demás V . S . procederá c o m o ias c i r c u n s t a n cias se lo aconsejen. El G o b i e r n o espera del inteligente celo de V . S . que la nueva e importante operación c u y a realización le encarga, surta todos los efectos deseables i que tiendan a acercar el término de la guerra. D i o s guarde a Y . S . T

R,

SOTOMAYOR.

Al sefior Contra-almirante Comandante en Jefe de la escuadra.

NOTIFICACIÓN DEL BLOQUEO. REPÚBLICA

D E

C H I L E . — C O M A N D A N C I A

E N

JEFE

D E

LA

ESCUADRA.

Desde las primeras horas, todos los buques de nuestra escuadra, comenzaron a caldear sus máquinas. L a Union enmendó su fondeadero a las 8.45 A . M. remolcada por la Urcos. Se ha colocado mas a tierra, frente a la estación del ferrocarril inglés, en un lugar conveniente, protejida pollas baterías. Los buques de guerra neutrales continúan en sus m i s mas posiciones, delante de los fuertes. TOMO u—62

Rada del Callao, Abril 10 1880. Señor: P o r orden del Supremo Gobierno de Chile, vengo a establecer el bloqueo de este puerto i de las caletas p r ó x i m a s que de él dependen. L o notifico a V . S. haciéndole saber que tengo instrucciones para conceder 8 dias de plazo a fin de que efectúen su carga o descarga las naves de comercio neutrales surtas en esta bahía i se alejen de ella, Pudiendo las operaciones


GUERRA

490

DEL

de la guerra hacer necesario el r o m p e r l o s fuegos sobre las fortalezas, los edificios de estas poblaciones i sobre cualquier punto de ésta. Creo de mi deber notificar a V . S. con el objeto de que estos habitantes i los buques neutrales...se encuentren prevenidos anticipadamente. Dios guarde a V. S. GALVARINO

RIVEROS.

Al señor Jefe Militar i Civil del Callao.

COMANDANCIA

EX

JEFE

DE

LA

ESCUADRA.

PACIFICO.

CONTESTACIÓN

DEL

DECANO

Abril

10.

Señor: Con esta fecha he dirijido al señor Jefe Militar i Civil de esta plaza la comunicación siguiente: " P o r orden del Supremo Gobierno de Chile, vengo a establecer el bloqueo de este puerto i de las caletas que de él dependen. L o notifico a V . S. haciéndole saber que tengo instrucciones para conceder a dias de plazo, a fin de que efectúen su carga o descarga los buques surtos en la bahía i se alejen de ella. Ludiendo las operaciones de la guerra hacer necesario el romper los fuegos sobre las fortalezas, los edificios de esta población o sobre cualquiera punto di; esta rada, creo de mi deber manifestarlo a V . S. con el objeto de que estos habitantes i los buques neutrales se encuentren anticipadamente prevenidos" Como) nn acto de consideración al honorable Cuerpo C o n sular aquí residente i en salvaguardia de los intereses de neutrales, he creído necesario poner esa comunicación en c o nocimiento de V. S. rogáudole que se sirva trasmitirla a sus estimables colegas. Soi de V . S. atento i S. S. GALVARINO

RIVEROS.

Al señor Decano del Cuerpo Consular residente en el Callao.

PREFECTURA

I COMANDANCIA JENERAL

Callao,

Abril

D E

ARMAS.

10 ele 1880.

Señor: Me ha sido entregado en este momento 12.30 P. M., el oficio de V . S. de esta fecha, en que me comunica q u e d e orden de su Gobierno viene a establecer el bloqueo de este puerto i de las caletas próximas que de él dependen, haciéndome saber al m i s m o tiempo que tiene instrucciones para conceder 8 dias de plazo a fin de que efectúen su carga o descarga las naves de comercio neutrales surtas en esta bahía, i se alejen de ella. A g r e g a V . S. que pudiendo ¡as operaciones de la guerra hacer necesario el romper los fuegos sobre las fortalezas, los edificios de estas poblaciones i sobre cualquier punto de esta rada, cree V . S. de su deber notificármelo con el objeto de que estos habitantes i los buques neutrales, se e n cuentren prevenidos anticipadamente. En contestación debo decir a V. S. que quedo enterado de la notificación de bloqueo que V. S. me hace i que de ella be dado cuenta a S. É . el Jefe Supremo del Estado. E n cuanto a que pueda llegar el caso de que las fuerzas del mando de V . S. rompan sus fuegos sobre las fortalezas i edificios de esta rada, puede V . S. estar seguro de que esa hostilidad seria rechazada con todo el rigor qne exijen las agresiones injustas i violentas. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—PEDRO

JOSÉ

Al Jefe de las fuerzas navales de Chile en esta Rada.

SAAVEDRA.

CUERPO

CONSULAR.

Callao, Abril 10 de 1880. Señor: Reunido el Cuerpo Consular que tengo el honor de presidir, he puesto en su conocimiento la alia nota que me ha remitido, manifestándome el bloqueo de este puerto. En vista de ella se me ha autorizado para acusarle el respectivo recibo, reservándonos para ponerlo en conocimiento de nuestros ajentes diplomáticos en Chile. Con tal motivo me es grato suscribirme su atento seguro servidor. JOSÉ

Ráela del Callao,

DEL

FLORES

GUERREROS.

Al señor Comandante en Jefe de la escuadra de Chile, don G-alvarino Riveros.

NOTA

DEL

CUERPO

CONSULAR

AL

ALMIRANTE

RIVEROS.

Callao, Abril 12 de 1880. Señor: H a b i e n d o puesto en c o n o c i m i e n t o de los señores Ministros residentes en la capital, vuestra atenta nota fecha 10 clel presente, nos permitiréis haceros observar que ese plazo es insuficiente p a r a l a m a y o r parte de los buques en radas que tienen que prepararse para un largo viaje. Pensamos, pues, que u n plazo de 15 dias seria indispensable, i esperamos que vuestras instrucciones os permitirán el concederlos. E n cuanto a las operaciones militares, d e b e m o s llamar vuestra atención sobre el h e c h o de que la m a y o r parte de las fortunas, muebles e inmuebles del Callao pertenecen a neutrales. N o s creernos, pues, fundados en esperar que esas operaciones serán conducidas do tal manera c o m o para cautelar lo mas posible la propiedad privada. E n cuanto a los casos estrenaos que indicáis, en que hubiere necesidad de hacer fuego So oro los edificios de la ciudad, d e b e m o s observar que no indicáis el plazo c o m o es de uso en idénticos casos. S u p o n e m o s , pues, que una operación de esta naturaleza seria precedida de un aviso especial. D e n u e v o se repiten de V . S. atentos servidores.—(Siguen las firmas) CONTESTACIÓN

A bordo del "Blanco 13 de 1880.

DEL

Encalada",

SEÑOR.RIVEROS.

Rada

del

Callao,

Abrió

Señores: T e n g o la honra de acusaros recibo de vuestra c o m u n i cación de ayer, en la que m e hacéis saber que el señor D e c a n o clel Cuerpo Consular en esta plaza os ha dado con o c i m i e n t o de mi nota fecha 10 del presente mes. Me indicáis que el plazo de 8 dias para que los buques mercantes neutrales efectúen su carga o descarga i dejen la bahía, os parecen insuficientes. M e insinuáis que creéis indispensables la ampliación de ese plazo hasta 15 dias. Llamáis mi atención al h e c h o de que una parte importante de las fortunas muebles e inmuebles del Callao pertenecen a neutrales, i m e espresais la creencia de que las operaciones bélicas de esa escuadra serán conducidas de m o d o que se eviten en lo posible los daños a esos intereses. Agregáis, señores, que para el caso de llegar a romperse los fuegos contra esta plaza n o indico plazo alguno, c o m o es de uso en estas circunstancias de guerra. E n contestación a vuestra estimable nota, accediendo en cuanto m e es posible a la i n d i c a c i ó n que me hacéis, p u e d o ampliar por 2 dias mas el plazo c o n c e d i d o para que salgan de esta rada, las naves mercantes neutrales. S e g ú n eso, esas naves tendrán de término para alejarse hasta las 12 M. del 20 del presente mes. V i n i e n d o a hostilizar localidades rejidas i defendidas por fuerzas enemigas, la circunstancia de existir en ellas propiedades de neutrales n o p u e d e n modificar las opera-


CAPITULO

SÉTIMO.

ciones bélicas. Debéis tener la seguridad d e que, en c u a n t o de mi dependa, esas propiedades serán respetadas; pero n o p u e d o evitar los daños a q u e están espuestas a causa de encontrarse en sitios q u e tendrán forzosamente q u e sufrir las deplorables consecuencias del estado de guerra, En c u a n t o a q u e n o be i n d i c a d o plazo alguno para q u e los neutrales se prevengan en el caso d e romperse el fuego contra esta plaza, d e b o haceros notar q u e esa prevención q u e m e imponían la h u m a n i d a d i los usos d e la guerra está h e c h a c o n bastante anticipación e n m i nota del día 10. Allí, en la trascripción enviada al honorable Cuerpo Consular d e m i notificación a . l a autoridad del Callao, so dice t e s t u a l m e n t e : — " P u d i e n d o las operaciones de la guerra hacer necesario r o m p e r el fuego sobre las fortalezas i ediíicios d e esta población o sobre cualquier otro p u n t o de esta rada, creo d e mi deber notificarlo a V . S. con el objeto d e q u e estos habitantes i los buques neutrales so encuentren anticipadamente prevenidos."

central d e la Cruz R o j a q u e usted d i g n a m e n t e preside, se halla autorizada p o r el S u p r e m o G o b i e r n o d e l Perú para dedicar u n antiguo cuartel de Chorrillos a hospital d e sangre, en d o n d e deben colocarse los heridos de la actual guerra i algunos convalescientes que, p o r prescripción d e los facultativos, necesiten baños d e mar. C o m o usted se sirve decirlo, el S u p r e m o G o b i e r n o de Chile h a respetado i respetará siempre lo q u e se relaciona c o n la humanitaria c o n v e n c i ó n de Jinebra, i las armas chilenas se harán siempre u n deber d e respetar i amparar los establecimientos dedicados a nobles fines. C o m o usted n o lo ignora, la m e j o r manera de salvar establecimientos semejpmtes d e las terribles consecuencias de la guerra, es enarbolar al frente de ellos, de u n a m a n e ra perfectamente visible, la respetable bandera d e la Cruz R o j a , Puede usted estar c o m p l e t a m e n t e seguro de q u e d o n d e quiera q u e esa bandera se levante en tierra e n e m i ga, el edificio así señalado quedará c o m p l e t a m e n t e a salvo de los fuegos d e esta escuadra. D i o s guarde a U d .

L o q u e podré agregar aquí para precisar m e j o r aquella prevención, es que la operación de guerra indicada n o llegará a tener lugar sino trascurridos los dias designados para q u e las naves mercantes neutrales se alejen de los puertos bloqueados, salvo el caso d e una agresión d e p a r te del enemigo. En esta circunstancia mi deber es repeler i castigar inmediatamente la provocación. Soi, señores, vuestro i S. S. GALVAIUNO

491

GALVARINO

A Monseñor doctor don Josí A . Roca, Presidente de la Cruz Roja, Lima.

PARTES OFICIALES. COMANDANCIA

RIVEROS.

E N JEFE

D E L A

ESCUADRA.

P acocha, Abril JUNTA

CENTRAL

D EAMRULANCIAS CIVILES

RIVEROS.

5 de 1SS0.

D E L A CRUZ ROJA

H a b i e n d o recibido órdenes del señor Ministro d e G u e r ra i Marina en c a m p a ñ a para establecer el bloqueo d e l Callao, h o i en la tarde zarpará c o n ese objeto una división, Urna. Abril 15 de 18S0. a m i s inmediatas órdenes, c o m p u e s t a del blindado Blanco Señor: Encalada, m o n i t o r Huáscar, corbeta O'lliggins, cañonera El S u p r e m o G o b i e r n o del Perú ha autorizado a esta Pilcomayo, cruceros Loa i Anjeemos, trasporte Matías j u n t a centra] para que d e d i q u e el antiguo cuartel d e C h o r Cousiño i las lanchas-torpedos Janequeo i Guacolda. rillos a hospital d e sangre, e n d o n d e d e b e n colocarse los El resto de la escuadra queda distribuido en esta forma: heridos d e la actual guerra i algunos convalescientes que, blindado Almirante Cochrane i cañonera Magallanes, blopor prescripciones de los facultativos, necesiten baños d e queando el puerto d e A r i c a ; corbeta Chacabuco, el d e M o mar. S e h a n d i c t a d o , al efoct", las órdenes oportunas, i e n liendo i costas adyacentes i el vapor Abtao c o n la cañonera o b e d e c i m i e n t o d e ellas han e v a c u a d o ese local las fuerzas Covadonga, en el puerto d e l i o . militares q u e allí existían. L o q u e tengo el h o n o r d e avisar a V. S. para su c o n o Ese hospital d e sangre está, pues, bajo l a garantía d e cimiento. la Cruz R o j a , q u e lo cubre c o n su pabellón, bajo el que se Dios guarde a V. S. cobijarán todos los desgraciados q u e en la presente c o n - ! | G. RIVEROS. tienda derramen su sangre. L a R e p ú b l i c a d e Chile, q u e siempre ha respetado la i Al señor Ministro de Guerra i Marina. humanitaria c o n v e n c i ó n d e Jinebra, a la q u e se han a d h e PORTA-TORPEDO "GUACOLDA." rido los beligerantes d e l Pacífico, n o d u d o q u e respetará hoi este hospital, en el caso improbable de u n ataque a l a Callao, Abril 10 de 18S0. indefensa p o b l a c i ó n d e Chorrillos. EN

E L PERÚ.

El presente oficio está e n c a m i n a d o a solicitar d e V . S. una contestación a ese respecto, que j u z g o a de ser f a v o rable, p o r q u e h e p o d i d o apreciar i h e sido el primero en reconocer q u e el G o b i e r n o d e Chile está firmemente r e suelto, c o n f o r m e a los lazos c o n q u e voluntariamente se ha ligado, a respetar i pro tejer las dependencias d e la Cruz Roja. La contestación d e V . S. m e p u e d e ser entregada p o r c o n d u c t o d e l señor almirante Berghasse du Petit Thouars, i de c u y a b o n d a d a p r o v e c h o para hacer llegar a m a n o s d e V. S. la presente c o m u n i c a c i ó n . Dios guarde a V. S.

| Señor C o m a n d a n t e en Jefe: j Paso a dar cuenta a V . S. del resultado d e la c o m i s i ó n i c o n q u e V. S. se sirvió h o n r a r m e en la n o c h e del 9 del ! presente. ; Recibidas las últimas instrucciones de V . S. emprendí ! a las 8 P. M. del 9 m i viaje al puerto del Callao. El viaje | se efectuó sin n o v e d a d hasta el anochecer, hora en q u e m e estravié del c o n v o i q u e debia mantener c o n el lluás: car i Janequeo, por haber tenido que parar la m á q u i n a ! c o n el objeto de hacer ciertos arreglos necesarios para el m e j o r m a n e j o de la misma, durante la n o c h e . N o h a b i e n d o p o d i d o volver a j u n t a r m e c o n el Huáscar JOSÉ ANTONIO ROCA. i Janequeo, p o r causa d e la oscuridad d e la n o c h e q u e m e i m p i d i ó ver d o n d e estaban, resolví continuar el viaje solo, Al señor Contra-almirante don Galvarino Riveros, Jefe déla escuadra chilena. c o n la esperanza d e encontrarlos en la boca d e l puerto. H a b i e n d o averiguado c o n la Pilcomayo el r u m b o , puse la REPÚBLICA D E C H I L E . — C O M A N D A N C I A EN JEFE D E LA proa en d e m a n d a d e la isla d e San Lorenzo, c u y o c a b e z o ESCUADRA. t u v e la suerte de r e c o n o c e r c o m o a las 2 A . M. U n a vez visto el faro d e la isla, n o h u b o dificultad n i n A bordo del "Blanco Encalada '.—Bada del Callao, Abril g u n a para continuar en d e m a n d a del fondeadero del C a 16 de 1SS0. llao, cuyas luces se veian p e r f e c t a m e n t e A las Í3.30 A . M. Señor: logré acercarme sin ser visto hasta situarme a unos 200 H e recibido Ja estimable c o m u n i c a c i ó n de usted fechametros p o r la p o p a de u n a fragata de guerra inglesa, sida hoi, en la q u e se sirve h a c e r m e presente q u e la j u n t a tuación en que permanecí en observación para esperar que 1


(i U E R R A

DEL PACIFICO.

aclarase, n o pudiendo saber la situación del e n e m i g o antes de esa hora por estar la n o c h e m u i oscura. A las 4.1o A. M. í'uí descubierto por u n o de los n u m e rosos botes pescadores que a esa hora salian a sus faenas i c o m o notase q u e é s t e s e dirijia hacia el muelle sin d u d a c o n intenciones de dar parte de lo que ocurría, n o perdí un m o m e n t o en aprovechar el p o c o tiempo que quedaba a mi disposición antes que tuviera aviso el enemigo. Por espacio de media hora c r u c é en todas direcciones por e n tre los m u c h o s buques mercantes i de guerra que había fondeados, sin lograr dar c o n ningún buque enemigo. Cerca d e las 5 A . M., c u a n d o daba mi última vuelta p o r entre los buques, sin poder evitarlo c h o q u é contra un b o te pescador, cuya tripulación alcancé a salvar sin causar alarma ninguna. Por u n o do los tripulantes i a fuerza de amenazas, supo el lugar d o n d e se encontraba la Union, en c u y a busca me puse inmediatamente c o n el objeto de aplicarle el único torpedo q u e m e quedaba, pues el otro torpedo fué destrozado c o m p l e t a m e n t e c o n el g o l p e d a d o al bote pescador. Tan pronto c o m o p u d e distinguir a la Union que c o n otros buques enemigos estaba bien cerca de la dársena, alisté el torpedo para que hiciera esplosion en el m o m e n to de c h o c a r contra las obras vivas d e la corbeta, i g o b e r né c o n la máquina a toda fuerza para herirla a p o p a del palo mesaría. Desgraciadamente c u a n d o solo faltaban unos 10 metros para que el torpedo estuviese en posición c o n veniente para q u e fuera eficaz, hizo éste esplosion al c h o car contra algo duro que creí y o fuera una cadena, pero que después h e sabido por noticias d e los diarios, i por el parte oficial del enemigo, n o fué otra cosa q u e una defensa de gruesas vigas d e madera i redes de cabo de cpie se habia rodeado la Union en previsión d e un ataque de esta naturaleza. N o teniendo y a c o n q u é poder dañar al enemigo, m e puse inmediatamente en retirada para salvar la embarcación d e los numerosos disparos d e rifle i d e algunos d e c a ñ ó n que se nos h i z o desdo la dársena i d e los dos o tres buques enemigos q u e habia en ese lugar, fuego m u i n u trido del cual solo unos pocos proyectiles de rifle lograron tocarnos pero sin hacer ningún daño. Réstame someter a la consideración de V. S. el valor decisión i entusiasmo de q u e dio pruebas en esos m o m e n tos el aspirante C o ñ i i los individuos q u e c o m p o n í a n la tripulación toda voluntaria d e la Guacolda, c u y a lista a c o m p a ñ o a V. S. para lo fines a q u e haya lugar. Aspirante, señor R o b e r t o A . Goñi. Mecánico, T o m a s J o h n s o n . F o g o n e r o s 1."": V i c e n t e Melgrí i Z e n o n Loyola. Carbonero, José González. Marineros 1. *: Z e n o n Bustos, Bernardo Bastías i J o s é del C. P u c h i , i marinero 2. ° , Felipe Viilagran. Dios guarde a V . S. Luis A. G O Ñ I . a

Al señor Comandante en Jefe de la escuadra.

PARTE OFICIAL PREFECTURA I COMANDANCIA

PERUANO. JENERAL DE ARMAS

Callao, Abril 10 de 1880. Señor Coronel: E n la madrugada de hoi aparecieron en esta había , a una distancia aproximada de diez a doce millas, ciuco buques enemigos i una laucha a vapor, que se habia desprendido de una de esas naves conduciendo nn torpedo que logró deslizarse entre los buques de guerra e intentó atacar a la corberta Union. Antes de que esto tuviera lugar, la enunciada lancha chocó contra unas perchas que flotaban en el agua i el torpedo hizo esplosion. E n el acto la Union hizo fuego de fusilería i ametralladoras sobre esa embarcación que emprendió la fuga i se replegó hacia las naves chilenas. Durante toda la mañana los buques enemigos han per-

manecido conservando la misma distancia de las baterías, i a las 1.2 M. se desprendió del Blanco Encalada una embarcación con bandera de parlamento, siendo portadora d e d o s pliegos que recibió un bote d é l a Union, uno dirijido a esta Prefectura i Comandaucia Jeueral de A r m a s i otro para el señor Decano del Cuerpo Consular residente en este puerto. La dirijida a este despacho tengo el honor de adjuntarla a V . tí. orijinal para que se sirva ponerla en conocimiento de S. E. el Jefe Supremo, acompañando además a esta c o municación copia de la contestación que he dado al ¡efe de la escuadra enemiga. Las baterías i demás fuerza de mi dependencia estáu prevenidas piara rechazar cualquier ataque que intente la escuadra enemiga, Todo lo que tengo el honor de elevar a conocimiento do S . E . el Jefe Supremo por el digno órgano de V . S . Dios guarde a V . S . P E D R O J.

SAAVEDRA.

Al señor Coronel secretario de Estado en el Despacho de guerra.

PROCLAMA.

El Prefecto i Comandante Jeneral del departamento a los habitanes de esta capital. Pueblo de L i m a : H o i se cumple el plazo señalado por los enemigos de la patria para romper sus hostilidades sobre la plaza del Callao. H o i un pueblo entusiasta se levanta con toda la altivez republicana para rechazar i confundir a esos hijos estraviados de A m é r i c a , cuya avaricia i deslealtad constituyen el oprobio de su raza i la vergüenza de sn historia. ¿Qué laudable propósito persignen las naves de Chile en las agua del Callao? E l que han de perseguir siempre en Antofagasta, en Mejillones, en Pisagua, en Iquique i en A r i c a : el de reivindicación i el vandalaje. Nosotros en cambio defenderá ;~ la libertad i la justicia, esos sacrosantos principios que inspiraron a uuesLros padres la gloriosa epopeya de la independencia, i que hoi nos conducirá a las resplandecientes alturas de la victoria! C o m o tenemos la convicción de nuestro derecho, así debemos tener la convicción de nuestro triunfo. L a gloria, que es la consecuencia de la virtud i del valor, brillará en la frente (le nuestros soldados i marinos e iluminará bien pronto la conciencia americana, perturbada por el crimen de nn pueblo fratricida. ¡Felices los que hoi presenten sus pechos a las balas e u e m i g a s , i mas felices todavía lo que rieguen con su sangre jenerosa el suelo de esta patria querida! Respetables matronas: Nada temáis por vuestros hermanos, por vuestros hijos i esposos. Mantened vuestro espíritu tranquilo i levantado: no nos amenaza el arrojo español, c o m o el 2 de Mayo de 1866; tenemos delante la alevosía chilena. Solo podemos temer eu tan solemnes circunstancias, que los blindados enemigos no se coloquen j a m á s al alcance de nuestras baterías. Mas, si escucháis el estruendo del cañón, preparad coronas i laureles para ceñir la frente de nuestros guerreros, porque ese estruendo, os lo j u r o , será el anuncio de una espléndida victoria, JUAN

MARTIN

ECHENIQUE.

L i m a , Abril 20 de 1880. D E S C R I P C I Ó N D E L A M A R C H A D E L i E S C U A D R A , D E PACOCHA AL

CALLAO.

Caleta de Ite, a bordo del "Loa" Mayo 4 de 1880. El 6 d e A b r i l a las 7.30 A . M., es decir, un año i quince horas después d e notificado el b l o q u e o d e Iquique, zarpa-


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ba d e P a c o c b a la espedicion bloqueadora del Callao c o m puesta del Blanco, b u q u e almirante, el Huáscar, la Pilco mayo, el crucero Angamos i el trasporte Matías Cousiño, que iba lleno de carbón. A la espedicion bloqueadora debían reunirse l u e g o la corbeta O'IRggins, que andaba en el Sur c o n m o t i v o de la aparición del Oroya, i además el crucero Loa, que debía tomar unos bueyes traídos por el Santa Rosa a ñn de tener carne fresca, artículo de q u e fué c a r e c i e n d o la e s cuadra. El Loa tenia orden de pasar después a M o l i e n d o llev a n d o c o m u n i c a c i o n e s al c o m a n d a n t e de la Chacabuco, i en seguida debia juntarse c o n la escuadra, ya fuera en un p u n t o de reunión en alta mar, punto determinado de a n t e m a n o , o bien en el Callao. La espedicion además de ir a establecer el b l o q u e o , llevaba también por objeto intentar un ataque de torpedos antes de la notificación, c o n la esperanza de que esta vez tuviera mejor éxito que en las anteriores, o sea una en el Callao c o n W i l l i a m s i la otra en A r i c a c o n Riveros. Para d i c h o ataque llevaba el Huáscar a remolque a la lancha porta-torpedos Janequeo, o sea la c o m p r a d a por nuestro Gobierno, i la Pilcomayo a la Guacolda, tomada a los peruanos. El orden de la navegación era el siguiente: BLANCO. ÁXUAXOS.

PILCOMAYO.

HCASCAU.

HUACOI.UA.

JANEQUEO.

MATÍAS. LANCHA.

El primer r u m b o fué bastante afuera, c o n el objeto de alejarse de la costa unas c i n c u e n t a millas para evitar ser vistos. T o d a la navegación se h i z o sin mas novedad que el rec o n o c i m i e n t o h e c h o por el Angamos el primer dia, de un b u q u e mercante, de nacionalidad norte-americana, q u e venia de San F r a n c i s c o para el Callao. N u e s t r o andar n o pasó de siete millas por hora, n o p u diéndose apurar mas por n o maltratar las lanchas a remolque, m o t i v o por el cual solo el 9 a las 12 M., después de 79 horas de viaje, se encontraba la escuadra a c i n cuenta millas del Callao. A esa hora se detenían todos los buques i se llamó a bordo de la insignia al c o m a n d a n t e del Huáscar, que d e bia c o n d u c i r las lanchas a la boca del Callao, i a los c o mandantes de dichas lanchas. Después de proveerse éstas de carbón de patente, que evita el h u m o , de recibir algunas instrucciones i despedirse los oficiales tripulantes de las lanchas de sus c o m pañeros del Blanco, q u e les deseaban el mas c o m p l e t o éxito, a las 3 A. M. se ponía la escuadra en m o v i m i e n t o para seguir su r u m b o , separándose el Huáscar del c o n v o i seguido do las lanchas, q u e esta vez iban solas, es decir, por sus propias piernas. La lancha Janequeo estaba al m a n d o del teniente 1. ° d o n Manuel Señoret, i lo a c o m p a ñ a b a n el teniente 2. ° don F l o r e n c i o Valenzuela i u n h e r m a n o del primero, el aspirante Osear Señoret. La m á q u i n a era manejada por el injeniero 1. ° señor W i g h t , 2 mecánicos i 3 fogoneros. Llevaba además 4 h o m b r e s entre timoneles i marineros. La lancha Guacolda la mandaba el teniente 1. ° d o n Luis A . Goñi, a quien a c o m p a ñ a b a su h e r m a n o el aspirante R o b e r t o Goñi. Debia ir también en ella el teniente 2. ° d o n E d u a r d o R i q u e l m e , poro n o tuvo ocasión de e m barcarse. La máquina era manejada por el m e c á n i c o d o n Jorje J o h n s o n i 3 fogoneros. Esta lancha llevaba además 5 hombres entre timoneles i marineros. La escuadra siguió con un andar de seis millas hasta las 7 P. M., en que se d i s m i n u y ó a dos millas. A las 7.30 P. M. se avistó por el lado de tierra una luz que hacia destellos. Se r e c o n o c i ó q u e era la lancha Guacolda, que pedia el r u m b o al Callao por haber perdido al Huáscar a Causa de la oscuridad de la n o c h e i haberse quedado ella atrás para hacer arreglos en su máquina.

SÉTIMO.

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D a d o que le fué el r u m b o , siguió adelante para cumplir c o n el objeto de su espedicion. D e 1.30 a 2 A . M. llegaba la Guacolda al cabezo de la isla de San Lorenzo, i viendo las luces del Callao, so aguantó sobre la máquina, e c h ó afuera los botalones porta-torpedos, i alistó todo lo necesario para asegurar el éxito d e esta terrible arma. Después de una hora larga de esperar a su compañera la Janequeo, hizo r u m b o al centro de la bahía c r e y e n d o que habría llegado primero; pero la espera fué inútil porque la Janequeo no estaba allí. Entonces el teniente Goñi se decidió a obrar solo con su lancha. Se dirijió al fondeadero de los buques, al Sur de la rada, que es el lugar ocupado por ios que no están dentro de la dársena. Cruzó largo tiempo por entre varios buques, los cuales reconocía el teniente que eran de guerra cstranjeros, que lo dejaban pasar tranquilamente. N o p o día encontrar la presa elejida,—la Union,—i desesperado ya del resultado de su espedicion, creyendo que aquella estaba dentro de la dársena, i estando seguro de (pie en este caso corría un peligro inútil ( m u c h o mas por que empezaba a despuntar el dia i a cruzar por la bahía botes pescadores que podían denunciar su presencia), pensaba ya retirarse, cuando de repente sintió un choque por la proa. Averiguado lo que era, resultó ser uu bote pescador. La pequenez de éste, i lo bajo de la torre de la lancha, lugar del torpedista, impidieron al señor Goñi verlo desde lejos. L o s tripulantes del bote, talvez volcado por la laucha, casi muertos de miedo, se montaron sobre ésta. Con el choque se quebró uno de los botalones de madera, quedando el torpedo colgado de los alambres. E l señor Goñi, contrariado por la pérdida de uno de sus torpedos, se alegró con la presencia de los pescadores, que eran tres, padre, hijo i nieto, peruanos. Interrogados por el fondeadero de la Union, dijeron ignorarlo, agregando que no estaba en el puerto; pero la amenaza de una muerte segura, i sobre todo la vista de un revólver los obligó a hablar claro e indicar el fondeadero de ese buque. Verla el teniente Goñi i poner la proa a ella fue todo uno. Lleno de alegría i satisfacción por ver p r ó x i m o a realizarse uno de sus mas grandes deseos (pues durante la guerra esta era la tercera vez que intentaba aplicar torped o s ) iba firme e impertérrito en su puesto. Y a está a una veintena de metros del costado de la Union; un instante mas, i la yegua corredora, digna de ganarse el primer premio en todas las carreras inglesas, iba a desaparecer j u n t o con su falanje de héroes; pero ¡oh fatalidad! o mas bien, suerte de los peruanos; a 10 metros de la Union estalla de improviso el torpedo. ¿Qué habia sucedido? Nada mas fácil de esplicarse. La Union estaba rodeada de una palizada fondeada entre aguas, i el torpedo iba preparado a estallar con el choque. H é ahí la causa poique existe todavía la Union. ¡ A h ! esclama el señor Goñi, ¡si no se rae hubiese quebrado el otro t o r p e d o ! . . . I abatido, c o m o quien dice con el alma a los pies, da atrás a toda fuerza en el m o m e n t o de la esplo.siou, alejándose al centro de la bahía. E m p e z ó entonces un nutrido fuego de fusilería i a m e tralladoras en todos los buques peruanos, que disparaban en todo sentidos, cayendo muchos proyectiles a bordo de los buques estranjeros i aun de sus mismos buques. Murió uno i fué herido otro de los tripulantes del Oroya: tal era el susto i la confusión que reinaban entre ellos. El tiroteo duró con cortos intervalos, hasta que aclaró bien. A l amanecer se encontraba la Guacolda en el centro de la bahía, mientras la escuadra chilena se divisaba en la boca. Pero ¿qué le habia sucedido a la Janequeo? Si hubiera obrado j u n t o con la Guacolda habría podido entrar por la abertura hecha por ésta en la palizada que, según se supo después, fué completamente destrozada. L a Janequeo re-


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GUERRA

DEL

caló diez millas al Norte del Callao, porque en lugar de corroí cincuenta millas desde el punto de partida del dia corrió sesenta, i en buscar el puerto i reconocer su error le amaneció j u n t o con el Huáscar. Tal lia sido el resultado de la tercera intentona de aplicar torpedos. -

A las 0 A . M., reunidas las lanchas con la escuadra e impuesto el almirante del resultado de la aplicación de t o r pedos, hicieron nuestros buques rumbo al Callao, i a las 7 A. M. se aguantaban dentro de él i cerca de la isla de San Lorenzo. A l g u n o s buques peruanos se veían en movimiento. A las 8.20 A . M. se mandó la laucha a vapor del Blanco con bandera de parlamento, yendo en ella el ayudante de ó r denes, teniente 2. don A l v a r o Bianchi, i el aspirante señor Schumaker, llevando una nota para la autoridad civil i militar del puerto, notificando el bloqueo del Callao i caletas vecinas, otra para el Cuerpo Consular i una para cada buque jeíli o almirante estraujero de los que fondeaban en el puerto, que eran la Victorieuse i la Becrcs, franceses; la Shannon, inglesa; la Hansa, alemana; laAlasha, norteamericana ; 1 la Guribaldi, italiana. c

Antes de llegar al fondeadero la lancha del Blanco , se destacó de la Union una embarcación a vapor a encontrarl a : en ella venia un capitán de corbeta, el cual, una vez al habla con la chilena, dijo que él venia con orden de llevar las comunicaciones i de no permitir que la nuestra se aproximara a tierra. Advirtiéndoie el teniente Bianchi que tenia que entregaruna nota al Decano del Cuerpo Consular i otra a cada b u que estraujero, se encargó el pernauito de la primera, no oponiéndose a que el señor Bianchi cumpliera el resto de su comisión. Durante los movimientos que hacia la lancha chilena en su ida de un buque a otro, no cesaron de seguirla los cañones del AtaJaialpa i de Ja Union. A que l l o s pobres diablos creian ver una lancha torpedo en un inofensivo bote que llevaba bien alto una bandera de parlamento. Las diferentes notas de notificación del bloqueo iban redactadas con las formalidades i términos de estilo, dando ocho dias de plazo para que los buques mercantes abandonasen el puerto i a los neutrales en tierra para que pusiesen en resguardo sus propiedades i personas, i amenazando bombardear la plaza en caso de ser atacada la escuadra bloquendora. El mismo dia coutestó el jefe peruano, i al subsiguiente los comandantes estranjerosi el Cuerpo Consular. E n todas esas notas nada hai de notable, con escepcion de la del Cuerpo Consular, que pedia quince dias de plazo en Ingar de ocho, i en la que aparecía ¡cosa curiosa! la firma del c ó n sul de B o l i v i a . . . (De L A PATRIA de Lima de 10 de Abril de 1SS0.)

5.30 A . M . — A n t e s de las ó A . M. de hoi amanecieron tres buques chilenos en la bahía del Callao. Como a las 5 A . M. una lancha-torpedo se aproximó a la Union para hacerla volar, pero las precauciones adoptadas por el comandante Villavicencio para evitar un siniestro de esa naturaleza, impidieron que el torpedo llegara a tocar el casco de la corbeta. L a esplosion se verificó a corta distancia de ella i del Chalaco. Tan luego co mo se declaró !a alarma entre los tripulantes de la Union, una lluvia de plomo cayó sobre la traidora lancha, que logró escapar. E l derrotero de la lancha ¡ara llegar al costado de la Union, debe haber sido trazado-por tres pescadores que fueron tomados por los chilenos, momentos antes de penetrar en la bahía. 7 A. M . — L o s buques chilenos permanecen frente al p u e r t o ; no se les puede reconocer por sus nombres, porque la i'eblina lo i m p i d e ; uno de ellos tiene el aspecto de blind a ! : ¡o< ..tros dos parecen ser el Huáscar i una corbeta. 1

PACIFICO.

A las 7.30 A . M . — L a neblina es menos densa. E n la boca del puerto se ven cuatro buques que se mueven en batalla con dirección al puerto. E l telégrafo del estado no funciona. L o s telegrafistas del palacio i de la central, duermen hasta este m o m e n t o , 7.35, i eso es de todos los dias. Nuestra escuadra se alista para moverse. E l entusiasmo que reina en las baterías es grande. Sobre las cubiertas de nuestras naves se nota m u c h o m o vimiento. L a infame tentativa de hacer volar a la Union es calificada por los estranjeros c o m o acto propio de los chilenos. A las 9 A . M . — L a escuadra chilena permanece evolucionando frente al puerto. H a engrosado con dos buques mas que vinieron del Norte a todo andar. La fragata italiaua Garibaldi estuvo a punto de ser averiada por el torpedo. Posteriormente hemos recibido las siguientes noticias: E n la madrugada de hoi, a las 5.5 A . M., cuando recien comenzaban a disiparse las sombras de la noche, los tripulantes de la Union apercibieron una lancha a vapor que cruzaba a corta distancia. Apenas trascurrido un instante, oyéronse repetidas descargas de rifle i el estallido formidable de un torpedo que reventaba cerca de la popa de la Union, por haber chocado felizmente contra una de las perchas colocadas c o m o defensa alrededor del buque. L a s descargas de fusilería i ametralladoras continuaron por un momento haciendo huir mas que de prisa a la lancha portadora del torpedo. Habiéndose despejado la oscuridad, pudieron notarse claramente frente al puerto, cuatro buques enemigos i una l a n c h i t a a vapor, aguantados a cuatro millas, poco mas o menos, fuera del fondeadero. Desde este m o m e n t o c o m e n z ó a circular la' noticia de la presencia del enemigo. Multitud de curiosos acudieron a l a ribera, pobláronse de observadores los azoteas vecinas a l a playa, i ya no pasó desapercibido ni el mas insignificante movimiento de los buques avistados. H é a q u i l a s diversas observaciones: A las 6.15 A . M. los cuatro buques se ponen en movimiento con rumbo al Norte. A las 6.25 A . M. uno de los buques hace proa al puerto i parece dirijirse al fondeadero. A las 6.40 A. M . se detienen todos aguautados sobre su máquina. A las 6.50 A . M. un buque, acompañado de una lancha a vapor, viene acercándose nuevamente. A l a s 7 A . M. la bahía toda se llena de niebla i los buques enemigos se pierden de vista, A las 7.2Ó A . M. se despeja la neblina. L o s cuatro buques i la lancha a vapor parecen dirijirse al puerto directamente. A las 7.35 A . M. los buques enemigos rectifican su r u m b o i se dirijen al Sur. A las 7.45 A. M. todos se aguantan sobre su máquina. A las 8,45 A . M . se pone a la vista un nuevo vapor por el N o r t e . Se reconoce al Bizarro, de la compañía inglesa, en viajo de P a n a m á para el Callao. A l a s 9.5 A . M. se avistan por el Oeste dos buques mas. A las 9.25 A . M. un buque chileno se pone al habla con el Bizarro. Este se detiene. A las 9.50 A . M. el Bizarro hace r u m b o afuera del puerto. A bis 10.15 A. M. un buque se acerca hasta tres millas de la playa. Se reconoce al Huáscar. A l a s 11 A . M. el vapor Bizarro se desprendió del grupo de la escuadra chilena con el objeto de tomar su fondeadero. Momentos después se desprendió del mismo convoi una lancha de parlamento que fué recibida por el segundo comandante de la Union, señor Beuavides, que cou tal o b jeto salió en la lancha de la comandancia. E l oficial parlamentario era un capitán de corbeta, quien después de, haber saludado mni cortesmeute al señor


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Benavides, le entregó un pliego conteniendo dos oficios: uno para el Comandante Jeueral de la plaza i otro para el Decano del Cuerpo Consular A l querer colocar su torpedo, los chilenos corrieron el peligro de sufrir el mas tremendo equívoco. Primero estuvieron a cinco metros de la corbeta americana Alasita, a la que confundieron con la Union, i después casi hacen volar a la fragata italiana Garibaldi, la que viéndose atacada tan de cerca, hizo fuego sobre la lancha. A l g u n o s pescadores dan cuenta de haber encontrado una canoa abandonada. Posteriormente el sarjeuto del Gremio manifiesta en la oficina de la capitanía, que los tripulantes de la mencionada canoa,eran Julián Torres, Pablo Torres, hijo del p r i m e ro, e Hilario Flores, nieto del mismo. Que han sido apresados por una embarcación a vapor i amenazados para mostrar el lugar eu que estaba fondeada la Union. Que todos los pescadores encabezados por Nicolás Espicha, al ver apresados a sus compañeros, persiguieron a la lancha con sus canoas, pero que. no pudieron darle caza por la velocidad con que huyó haciendo fuego. Desde las primeras horas, todos los buques de nuestra escuadra, comenzaron a caldear sus máquinas. La Union enmendó su fondeadero a las 8.45 A . M . r e molcada por la Urcos. Se ha colocado mas a tierra, frente a la estación del ferrocarril inglés, en un lugar conveniente, protejida por las baterías. Los buques de guerra neutrales continúan en sus mismas posiciones, delante de los fuertes. E l entusiasmo del pueblo es inmenso. Parece que asiste a una fiesta. Multitud de señoras acuden al muelle para procurarse la satisfacción de ver a los buques enemigos. A las 2 P. M . — S . E . continúa en la Comandancia J e ueral de Marina dictando órdenes. E n tren de 12 P. M. han llegado los jenerales H a z a i V a r g a s Machuca. Los trenes de las líneas inglesa i trasandina traen de la capital inmenso número de personas que vienen con el objeto de presenciar las evoluciones i de ofrecer sus servicios en caso necesario. Los miembros que componen la honorable municipalidad estáu citados para una sesión estraordiuaria a las 4 P. M. Los pescadores apresados por los chilenos han sido trasbordados al Pizarro, donde se encuentran actualmente.

XIII. Primer bombardeo del Callao. TELEGRAMAS. Iquique,

Abril 28 de

1880.

Los vapores Ayacucho i Lima llegaron hoi, viniendo el primero de A n c ó n i el segundo de D o . Nuestra escuadra habia bombardeado el-Callao, causaudo algunos muertos las balas caídas en la población. Habían causado también algunas bajas en las tripulaciones de la Union i del Oroya, dos granadas caidas en esos buques. Las balas de los fuertes no alcanzaban a nuestros b u ques. El jeueral Baqnedano salió anteayer de l i o para L o cnmba. De este punto debía dirijirse a Buenavista con las dos divisiones que allí habia. Eu Buenavista se encoutraba de avanzada el escuadrón de Carabineros de Y u n g a i mandado por el c o m a n dante Bttlnes. A la salida del Ayacucho se hallaban embarcados ya en el Itata el rejimieuto Santiago i un batallón del Lautaro para venir a Ite.

SÉTIMO.

E l Itata, debia volver a Uo para traer a Ite el resto de esa división que debia marchar de allí a Buenavista. La división que estaba eu Moquegua debia moverse hoi en dirección a Buenavista. E s probable que dentro de tres o cuatro dias se encuentre todo nuestro ejército reunido en Buenavista para e m prender de allí su marcha a Tacna. E l 2. ° Atacama i el Chillan quedaban en Uo.

(A

las 5.50 P. M.)

Iquique, Abril 29. Señor Ministro de la Guerra: N o he podido conseguir pormenores del bombardeo del 22. E n Ancón se creyó que este dia foudearia allí el ^4?««zonas i pretendieron prepararle un torpedo, que al desembarcarlo hizo esplosion, matando al teniente Cárdenas i cuatro hombres i derribando algunos edificios de la población. E n el Callao hizo esplosion otro torpedo que mató cuatro marineros. Sobre el bombardeo del 22, E L N A C I O N A L de L i m a da los siguientes pormenores: Cayeron bombas en las escuelas municipales, eu el castillo del Sol, en la calle de la Constitución, en la plaza de la estación del Trasandino, i una hizo esplosion en el arsenal, donde destruyó una casa-habitacion. Todos los disparos han sido dirijidos a la dársena i eu ella se encontraba la Union i trasportes. E u tierra ha habido varios heridos, todos paisanos. E l dia 23 a las 4 P. M. la Pilcomayo hizo un tiro sobre la lancha peruana Urcos. M o m e n t o s después nuestras lanchas-torpedos se encontraron con ella i se trabó un nutrido fuego de fusilería. Durante el combate una de nuestras lanchas arrojó una b o m b a de mano sobre la cubierta de la lancha peruana, hiriendo con ella a un teniente, a un alférez de fragata i a cuatro tripulantes. U n disparo del Huáscar pasó sobre la cubierta del Oroya, cansándole daños que se ignoran. U n a bala del Angamos cayó en el Marañon, donde se declaró un incendio que fué pronto estinguido. Los tiros de nuestros buques han sido bastante buenos. L a batería de a 1,000 hizo dos disparos, que nada hicieron a nuestros buques. L a línea férrea de la dársena i su plataforma han sido rotas en varias partes por nuestras b o m b a s . Entre los heridos del Rimac se cuenta también el teniente Arana. U n a b o m b a de la Pilcomayo entró por el costado de estribor de la Union e hirió a un marinero; otra penetró en el trasporte Rimac, causándole algunas averías en la m á q u i qniua e hiriendo al comandante Cáceres, a un guardia-marina i a dos marineros. El vapor Lima se comunicó con el Blanco el 24 en la noche. N o le entregaron correspondencia i no vio si habia llegado el Amazonas. Ningún proyectil enemigo alcanzó a nuestros buques. El Blanco uo hizo disparos. Todas las baterías de tierra i todos los buques dispararon sobre nuestra escuadra. P.

TELEGRAMAS OFICIALES Callao,

LYNCH.

PERUANOS. Abril 22 de

1880.

A las 8.43 A . M.—-Señor Prefecto: La n o c h e h a pasado sin n o v e d a d en la bahía. A prima n o c h e u n o de los buques chilenos hizo dos disparos que se s u p o n e n fueron señales. El Blanco Encalada ha h e c h o ejercicio de luz eléctrica. Difícil es en estos m o m e n t o s determinar de una m a n e -


490

GUERRA

D E L PACIFICO.

ra exacta la posición en q u e se encuentran los b u q u e s enemigos; la niebla lo impide. Sin embargo, al amanecer se h a p o d i d o distinguir q u e un b u q u e habia engrosado su línea. El vijía d e la capitanía anuncia en estos m o m e n t o s q u e el v a p o r del S u r Lima viene entrando al p u e r t o . — N E T O .

A las 3 . 6 P. M . — S e ñ o r Prefecto: U n disparo del Angamos i otro d e la Pilcomayo. Contesta T o r r e ó n Independencia. U n b o m b a z o del Angamos h a caido en Baquijano. E l prefecto h a r e c o j i d o el primer casco d e b o m b a . — NETO.

A las 2 . 2 0 P. M . — S e ñ o r Prefecto: Huáscar acaba d e r o m p e r sus fuegos. ¡Viva el Perú! Gran entusiasmo en la p o b l a c i ó n . El Aligamos h a h e c h o u n disparo q u e h a pasado p o r al-

A las 3 . 1 0 P. -M.—Señor Pilcomayo. U n m u e r t o a b o r d o del

A las 2 , 2 5 P. M . — S e ñ o r Prefecto: N u e v o c a ñ o n e o del Huáscar, también Pilcomayo.—NETO. A las 2 . 2 6 P. M . — S e ñ o r Prefecto: u n tiro del Huáscar ha c h o c a d o contra el m u r o d e la dársena. Continúa el fuego p o r ambas partes. Las bandas militares h a n roto dianas, nuestras baterías contestan a los cañonazos enemigos. El grito d e ¡viva el Perú! resuena en todas partes. Repítalo Lima e n t u s i a s m a d o . — N E T O .

A

las 2 . 3 8 P. M . — S e ñ o r Prefecto: H a c e fuego

A las 3 . 2 0 P. M . — T i r a el Angamos. E l m o n i t o r nuestro h a h e c h o u n escelente disparo casi en d i r e c c i ó n d é l a Pilcomayo, ésta c o n t e s t a . — N E T O .

paA las 3 . 2 3 P. M . — N u e v o disparo del Huáscar. Las ambulancias recorren la p l a z a . — N E T O . Pilco-

mayo.—NETO.

A las 2 , 4 0 P. M . — S e ñ o r Prefecto: A n u n c i a el prefecto q u e los fuegos d e las baterías del N o r t e , son pausados p o r q u e así lo h a o r d e n a d o . Se encuentra satisfecho del alcance d o las baterías Roclman. U n casco de b o m b a h a d a d o a b o r d o del Marañon. Se inicia i n c e n d i o . — N E T O .

Pilcomayo.—NETO.

Angamos.—NETO.

A las 3 . 3 0 P. M.— Señor Prefecto: Angamos i Pilcomayo disparan. N u e v a m e n t e se les contesta. U n proyectil e n e m i g o h a c a i d o j u n t o al m u r o del dársena i otro en la calle d e M a n c o - C a p a c . Disparos d e nuestra escuadra. D o s tiros del Huáscar i Pilcomayo. El Comino p e r m a n e c e cerca de la isla d o S a n Lorenzo i se m a n t i e n e detrás del Blanco.—NETO.

Huáscar.—NETO.

A las 2 . 4 2 . P. M . — S e ñ o r Prefecto: Huáscar tira. Baterías del N o r t e contestan al e n e m i g o . — N E T O .

A las 3 . 4 0 P. M . — S e ñ o r Prefecto: S i m u l a c r o de combate. B u q u e s fuera de alcance. N i n g ú n d a ñ o en la p o b l a c i ó n . P o n g a U d . en vigor las órdenes del Martes sobre ferrocarriles a l o c o m o c i ó n . D i s p a r a m o s d e vez en c u a n d o solo p o r disparar.—

A las 2 . 4 5 P. M . — S e ñ o r Prefecto: L a Pilcomayo hace otro disparo. Torreones, azoteas i miradores p o b l a d o s d e j e n t e . Entusiasmo indescriptible. Otro disparo del m i s m o i del Angamos.—NETO. A las 2 . 4 5 P. M . — S e ñ o r Prefecto: Loa i Blanco n o h a n roto aun los fuegos. Otro disparo d e la Pilcomayo sobre el d á r s e n a , — N E T O .

PIÉROLA.

A las 3 . 4 0 P. M . — S e ñ o r Prefecto: Huáscar avanza hacia las baterías del Sur. Las baterías del N o r t e i b u q u e s de la rada continúan disparando c o n t r a el e n e m i g o . Pilcomayo sostiene el fuego. P r e d o m i n a n les tiros a bala raza; p o c a s b o m b a s . C o n t i n ú a avanzando el Huáscar.—NETO.

A las 2 . 4 7 P. M . — S e ñ o r Prefecto: T o d a s las punterías enemigas han sido dirijidas hacia el d á r s e n a , — N E T O . Huasca?'

A las 3.3 P. i\í.—Señor Prefecto: F u e g o del Huáscar. U n a lancha a v a p o r se desprende de la Pilcomayo i marcha hacia el Angamos. Huáscar dispara; c a y ó cerca del dársena. La lancha a vapor sigue hacia el Blanco.—NETO.

A las 3 . 2 5 P. M . — D i s p a r a

rije al

A las 2 . 4 0 P. M.— Señor Prefecto: U n tiro nuestro cae

i

Angamos.—NETO.

A las 3 . 2 7 P. M . — S e ñ o r Prefecto: L a l a n c h a d e órdenes sale apresuradamente del c o s t a d o del Blanco i se di

NETO.

A las 3 . 2 P. M . — S e ñ o r Prefecto: Angamos disparan siempre sobre el dársena. Huáscar se dirije hacia el S u r . — N E T O .

A las 3 . 2 4 P. M . — T i r o del

A las 3 . 2 6 . — O t r o disparo de la m i s m a . — N E T O .

A las 2 . 4 0 P. M . — S e ñ o r Prefecto: Pilcomayo i Huáscar disparan j u n t o al Marañon. H a c a i d o una b o m b a . T o r r e ó n Independencia dispara. El c o m b a t e empieza a empeñarse c o n alguna v i v e z a . —

en la proa del

Oroya.—NETO.

dársena.—NETO.

disparo del

A las 2 . 3 6 P. M . — S e ñ o r Prefecto: Disparo Angamos só cerca del d á r s e n a . — N E T O .

de la

A las 3 . 1 5 P. M . — S e ñ o r Prefecto: B u q u e s i baterías del N o r t e hacen varios disparos. Contesta el Huáscar. Otro tiro del Huáscar. El aniversario d e la batalla de C h a c a b u c o , lo celebran los chilenos c o n u n risible b o m b a r d e o . El Huáscar se ha puesto fuera de tiro. E l C o m a n d a n t e Jeneral d e Marina se h a constituido a b o r d o de la escuadra. U n disparo del Huáscar c o n d i r e c c i ó n a nuestros trasportes, pero l o s proyectiles c a e n cerca d e la entrada del

to de la p o b l a c i ó n . — N E T O .

A las 2 . 3 5 P. M . — S e ñ o r Prefecto: N u e v o Huáscar i Pilcomayo.—NETO.

Prefecto: Otro disparo

i

A las 4 . 4 P. M. — Señor Prefecto:'Angamos hace disparo. Pilcomayo i Huáscar ídem. T o r r e ó n de la M e r c e d r o m p e sus fuegos. El primer tiro c a y ó cerca d e la proa del Huáscar-, el segundo en la mism a dirección, un p o c o c o r t o . — N E T O .


CAPITULO

A las 4.5 P. M . — S e ñ o r Prefecto: Otro tiro del Huáscar. Baterías i escuadra han cesado de hacer f u e g o . — N E T O .

497

SÉTIMO.

PARTES OFICIALES CHILENOS. COMANDANCIA

A las 4.6 P. M . — S e ñ o r Prefecto: L a Pilcomayo también. El Blanco aguarda a f u e r a . — N E T O .

dispara

A las 4.8 P. M . — S e ñ o r -Prefecto: Cañonazos del Amamos, Pilcomayo i Huáscar tiran n u e v a m e n t e . Se les c o n testa del castillo i N o r t e . Proyectil nuestro cae a p o c o s metros de la p o p a del Huáscar.—NETO.

A las 4.10 P. M.— S e ñ o r Prefecto: T o r r e ó n M a n c o - C a pac dispara proyectil; cae cerca del Huáscar.—NETO. A las 4.10 P. M . — S e ñ o r Prefecto: Disparan la yo i

Pilcoma-

Angamos.—NETO.

A las 4.10 P. M . — S e ñ o r Prefecto: Dispara el

Huáscar.

— N E T O .

A las 4.15 P. M . — S e ñ o r Prefecto: N u e v o s disparos del Huáscar caen en la p o b l a c i ó n . Pilcomayo se r e t i r a . — N E T O . A las 4.15 P. M . — S e ñ o r Prefecto: L a M e r c e d hace un disparo hacia el Blanco. N u e v a m e n t e r o m p e n el f u e g o las baterías d e l N o r t e . Contestan Huáscar i Pilcomayo. Tres a m a g o s do i n c e n d i o : u n o en la calle de Paita, otro en la plaza del Mercado, i otro mas, apagados por la b o m ba L i m a i c o m p a ñ í a Salvadora. U n tiro de la Pilcomayo h a c a i d o en la plaza Matriz, en el j a r d í n . — N E T O .

A las 4.16 P. M. —Señor Prefecto: Tiran Huáscar

i

Pil-

comayo.—NETO.

A l a s 4.55 P. M. — S e ñ o r Prefecto: Continúa el fuego sostenido entre nuestras fortalezas i los tres buques c h i l e nos que he m e n c i o n a d o en mis partes a n t e r i o r e s . — N E T O . A las 5.1 P. M . — S e ñ o r Prefecto: U n tiro de nuestras baterías del Sur. E n toda la línea se toca diana. El m u e r t o do que di cuenta en uno de mis primeros telegramas, fué de la tripulación de la Union i n o del Oroya.—NETO.

A las 5.5 P. M.—Señor Prefecto: U n tiro del Huáscar. Contestaron de los fuertes del Sur c o n dos disparos. F u e g o s de los buques chilenos se dirijen especialmente sobre la p o b l a c i ó n . — N E T O . A las 5.5 P. M . — S e ñ o r Prefecto: L a Pilcomayo avanza hacia el N o r t e , dispara i sigue después de c i n c o m i n u t o s , e n m e n d a n d o hacia el m i s m o r u m b o . El c á l c u l o a p r o x i m a t i v o de los tiros q u e h a h e c h o el enemigo, asciende hasta ahora (5.5 P. M.) a 119. La escuadra e n e m i g a se retira h a c i e n d o proa hacia la isla. U n tiro del Huáscar. H a n cesado los fuegos del e n e m i g o (5 P. M.) Los b u q u e s avanzan hacia el fondeadero que han tenido en estos días. Tres tiros de nuestras baterías, saludándolos e n su vergonzosa despedida. Contesta el Huáscar.—NETO. 'iosio n — 0 3

E N

Rada

JEFE

D E LA

del Callao,

ESCUADRA.

Abril

26 de 1SS0.

Señor Ministro: E n virtud de instrucciones supremas q u e m e trasmitió e n P a c o c h a el señor Ministro d e la Guerra en c a m p a ñ a , zarpé de ese puerto el 6 del mes corriente a las 7 A . M. para venir a establecer el b l o q u e o del Callao. Salieron en c o n v o i el Blanco Encalada, el Huáscar, la Pilcomayo, el Aligamos, las lanchas-torpedos Janequeo i Guacolda i el trasporte Matías Cousiño destinado a la p r o v i s i ó n d e carbón. E l trasporte a r m a d o Loa q u e d ó e n P a c o c h a para e m p r e n d e r viaje en el mismo dia, d e b i e n d o reunirse al c o n v o i en p u n t o s de a n t e m a n o indicados. L a c o r b e t a 0\Higgins, q u e debia formar parte de la flotilla, habia el dia 5 zarpado en viaje al Sur, a causa de haberse avistado al Oroya en algunos puertos de nuestra costa. C o n n a v e g a c i ó n tranquila, n a v e g ó esta escuadrilla lej o s de la vista de tierra, i el dia 9 se e n c o n t r ó frente al Callao c o m o a c i n c u e n t a millas mar afuera. L a tarde de ese dia se e m p l e ó en preparar las lanchast o r p e d o s q u e debian operar una sorpresa en el puerto e n e m i g o , p r o c u r a n d o principalmente dañar a la Union o al Atahualpa, al ancla en esta bahía. A las 8 P. M., esas lanchas, n a v e g a n d o en conserva c o n el Huáscar, se desprendieron do la escuadrilla, c a l c u l á n dose que pudieran penetrar en el puerto, favorecidas pollas sombras de la n o c h e i en las primeras horas de la m a ñana del dia 10. D u r a n t e la marcha, la Guacolda se atrasó para efectuar una lijera reparación en su máquina, la oscuridad la s e paró del Huáscar, i se e n c o n t r ó en la necesidad de c o n t i nuar sola su r u m b o . La Janequeo siguió al m o n i t o r ; pero arribó un p o c o al N o r t e del p u e r t o a causa d e las neblinas d e esta costa, i fué sorprendida por la luz del dia, sin haber alcanzado a internarse en Ja bahía para realizar su intento. La Guacolda l o g r ó entrar al fondeadero en hora o p o r tuna: se e n c o n t r ó en él a las 4 A. M. La o s c u r i d a d le i m p i d i ó desde luego el orientarse, entre los n u m e r o s o s b u q u e s allí surtos, para llegar al p u n t o en d o n d e anclaban las naves enemigas. El c h o q u e c o n una e m b a r c a c i ó n d e pescadores vino a resolver esa dificultad, aunque desgraciadamente, nuestra lancha r o m p i ó en ese c h o q u e u n o de sus dos botalones d e torpedos. T o m a d o s los tripulantes de aquella e m b a r c a c i ó n i amenazados de muerte, indicaron el lugar en d o n d e se hallaba la Union. La lancha se dirij i ó al buque designado, c u y a arboladura r e c o n o c i ó i p r o c e d i ó a la aplicación del torpedo, en los m o m e n t o s en que so daba ya la señal de alarma. L a Union hallábase defendida por una palizada, que n o p u d o distinguirse a cansa de la densa oscuridad. El torp e d o estalló, r o m p i ó la palizada; pero n o d a ñ ó a la nave. H a b i e n d o la Guacolda roto p o c o antes u n o de sus botatalones, solo p u d o disponer de u n . torpedo. U s a d o éste, i c u n d i e n d o v i v a m e n t e la alarma entre los buques e n e m i gos, la Guacolda se retiró sin daño alguno, en m e d i o de un nutrido fuego d e fusilería. A las 10.30 A . M. de aquel dia, e n v i ó l a notificación del b l o q u e o al Jefe Militar i Civil de! Callao, trascribí esa n o tificación al D e c a n o del Cuerpo Consular en este puerto i dirijí una n o t a a los jefes de buques do guerra neutrales, surtos en la bahía. Esas c o m u n i c a c i o n e s i las contestaciones recibidas, las hallará V. S. b a j o el ñúrn. 1 del legajo de d o c u m e n t o s que a c o m p a ñ o . En los dias siguientes, hasta el fijado para la d e s o c u p a c i ó n de la bahía, recibí varias c o m u n i c a c i o n e s , c u y o s orijinales encontrará V. S. bajo el n ú m . 2 c o n las contestaciones dadas a cada u n a d o ellas. La O'Higgins se unió a la escuadrilla a las 12 M. del dia 15. Apesar de que la c o o p e r a c i ó n de esa nave en el


49S

GUERRA

D E L PACIFICO.

bloqueo, era de gran necesidad, solo p u d o permanecer aquí algunas horas i c o n t i n u ó viaje al Norte. U n telegram a llegado del Sur i c o m u n i c a d o en P a c o c h a p o r el señor Ministro de la Guerra en c a m p a ñ a al c o m a n d a n t e de aquella corbeta, daba el aviso de que una goleta habia salido de Panamá el 5 del corriente c o n armas para el Gobierno del Perú. L a O'Higgins m a r c h ó on d e m a n d a d e esa goleta, c o n orden d e alcanzar hasta Paita, cruzar allí durante algunos días, tocar en las islas d e L o b o s para suspender, si lo hubiere, cualquier embarque de g u a n o i volver aquí en seguida, recorriendo detenidamente la c o s ta peruana. F u n c i o n a n d o el telégrafo desde Lima hasta Paita, es presumible q u e la goleta q u e se busca, arribe a cualquier punto al N o r t e del Callao, para tomar noticias i pedir órdenes.

N o se h a sufrido daño alguno on los buques de esta flotilla, i según los informes q u e hasta h o i se han p o d i d o obtener, en tierra h u b o 14 muertos, la Union tuvo un cañ ó n roto c o n pérdida de u n tripulante i el C/W«a>,recibió u n o d e nuestros proyectiles q u e atravesó su proa. Inquietar frecuentemente al e n e m i g o en estas poblaciones, interrumpir en cuanto sea posible sus relaciones c o n ol esterior, impedir que reciba artículos d e guerra i de c o n s u m o , i retener aquí c o m o prisioneros a sus buques activos para evitar que lleven c o m u n i c a c i o n e s i ausilios a los puntos amagados por nuestro ejército, s o n indudablem e n t e los principales propósitos de este bloqueo. Para realizarlos de un m o d o conveniente, os d e urjente necesidad q u e esta flotilla cuente c o n los elementos indispensables. V . S. sabe que la entrada principal de esta bahía entre el continente i San L o r e n z o , es de bastante amplitud, i que hacia el S u r se abre otra entrada que se d e n o m i n a la B o c a Chica. Sabe V . S. también q u e la frec u e n c i a d e las neblinas, exijo m a y o r i mas estrecha vijilancia. A d e m á s , n o llegarán a obtenerse d o u n m o d o c o m p l e t o los resultados q u e so buscan, mientras existan abiertas al tráfico las caletas de A n c ó n i d e Chancai, punto on d o n d e remata en el litoral del N o r t e u n ferrocarril que parte de Lima. Establecer ol bloqueo de esas caletas, hoi puertos mayores, es de urjente necesidad, i y o n o he p o d i d o hacerlo por falta d e buques para tal objeto. Los que h o i tengo bajo mi m a n d o , apenas bastan para la vijilancia d e este puerto, i aun los creo algo deficientes. A l regreso d e la O'l/iggins cerraré la caleta de A n c ó n ; poro m e encontraré siempre sin elementos para cerrar la do Chancai. Si. m e fuera posible disponer d e alguna otra n a v e m e d i a n a m e n t e armada, a mas de las que h o i forman esta flotilla, podría satisfacer tal necesidad.

El r e c o n o c i m i e n t o de las naves mercantes que llegan a este puerto, es una de las tareas mas activas q u e el b l o q u e o i m p o n e a esta flotilla. La mayor parte d e esas naves, n a v e g a n d o c o n buenos papeles i banderas neutrales, han sido despachadas, n o t i ficándoles el bloqueo. Hasta la fecha solo se h a n capturado c i n c o lanchas peruanas que traían al Callao algunos cerdos, veinte sacos de azúcar prieta i algunos de ají: he creído c o n v e n i e n t e el repartir esos artículos entre los buques bloqueadores, ret e n i e n d o las embarcaciones. T a m b i é n h e considerado buena presa la goleta Union, •despachada al Callao, c o n cargamento de carbón de m a dera, desde Chao, puerto del Perú. Este buque, antes p e ruano, c a m b i ó de bandera p o r la ele H o n d u r a s el 1. ° d e A b r i l de 1879. Esa patente dada solo p o r d o s meses, h a bia c a d u c a d o el 1. ° del m e s corriente, habiendo salido ele Chao el dia 4. L o h e considerado c o m o n a v e g a n d o sin El servicio que h a n prestado i c o n t i n ú a n prestando las patente, i por tal m o t i v o , tripulándolo c o n algunos h o m dos lanchas-torpedos, es do inmensa utilidad. C o m o vijibres del crucero Loa, lo h i c e zarpar h o i c o n destino a Valparaíso. R e m i t o a V . S. tocios los papeles que se m e lantes nocturnos, son seguridad para estas naves, i avisos o p o r t u n o s de cualquier m o v i m i e n t o de las del enemigo, h a n presentado d e ese buque, h a b i e n d o d a d o a su capitán ! Habría sido m u i c o n v e n i e n t e agregarles la lancha a varecibo de ellos. | por de este blindado; pero su caldero se halla casi inutiEntre las naves mercantes neutrales q u e arribaban al lizado i estoi aguardando ei do repuesto que (linee mas de Callao en estos dias, d e b o m e n c i o n a r la barca Lilly Ornc i n c o meses) h e solicitado de la Camandancia Jeneral do ee, q u e m e habia sido r e c o m e n d a d a rnui de antemano c o Marina. m o sospechada de traer contrabando d e guerra para el A las 3 P. M. del 25, fondeó en este puerto el trasporte enemigo. Esa barca, cargada en S a n Francisco d e Caliarmado .1 mazónos, i h o i d e s p a c h o al Loa llevando esta fornia, zarpó d e allí en los últimos dias d e Enero. En vircorrespondencia. Este trasporte necesita reparaciones tud de las indicaciones recibidas, ordené un escrupuloso urjentes i rápidas para volver a la escuadra en el menor rejistro de ese buque, sin haberse encontrado a su b o r d o t i e m p o posible. c a r g a ninguna que lo hiciera culpable. D i o s guarde a V. S. D e s d e mi arribo a ese puerto, creí o p o r t u n o efectuar u n GALVARI.NO RIVEROS. r e c o n o c i m i e n t o do la posición de sus fortalezas, del alcan- j c e de sus cañones i del servicio de sus artilleros. C o n tal ' Al señor Ministro de Marina. •objeto, a las 2.10 P. M. del dia 22, ordené que el Huáscar, Pilcomayo i el Aligarnos, colocándose a 5,000 metros d e COMANDANCIA E N JEFE D E L A ESCUADRA. distancia de tierra, rompieran c o n sus cañones de d o b l e recámara, los J u e g o s contra la plaza. Fijé la dársena c o Hada del Callao, Abril 26 de 1880. m o blanco do las punterías, p o r encontrarse abrigados Señor Ministro: tras d e ella todos los buques pertenecientes al e n e m i g o . \ Tengo el honor de acompañar a V. S. orijinal el parte R o t o s los fuegos, las baterías del puerto contestaron • pasado por el teniente primero don Manuel Señoret, coinmediatamente, sosteniéndose el cañoneo hasta las 5 mandante de la laucha porta-torpedos Janequeo relativo P. M. Del resultado d e ese r e c o n o c i m i e n t o h e p o d i d o esal encuentro que ha tenido esta lancha con los buques timar que los cañones ele los fuertes enemigos n o alcanzan enemigos. -a m a s de 4,500 metros; i el Huáscar, q u e llegó a c o l o c a r Dios guarde a V . S. se a mui p o c o m e n o s d e esa distancia, p u d o i m p u n e m e n t e GALVARINO RIVEROS. arrojar sus proyectiles a la dársena, sin ser alcanzado pollos de esos fuertes. Solo u n proyectil del torreón de la [ Al señor Ministro de Marina. Merced, q u e dispara c o n d o s A r m s t r o n g d e 300 libras, llegó a m u i p o c o s metros d e distancia del monitor. C O M A N D A N C I A D E L A L A N C H A - T O R P E D O ''JANEQUEO." Este r e c o n o c i m i e n t o que sirvió a la vez para ejercitar a nuestros artilleros, d a ñ a n d o al enemigo, m e ha p r o b a d o Rada del Callao, Abril 23 de 1880. de nuevo, q u e el servicio d e los cañones se hace c o n p r e Señor Comandante en J e f e : sicion i destreza en estas naves, c u y o s disparos fueron Tratando de dar cumplimiento a la orden-de V . S. para casi siempre m u i bien dirijidos. Nuestros buques gastaron en esa operación 120 proyectiles, i el e n e m i g o h a dis- destruir la pirámide, que en esta rada marca el punto de parado c o m o 150, usando hasta d e los cañones de a 1,000 concentración de los fuegos de los fuertes, me dirijí en convoi con la Guacolda, hacia el puerto aproximándonos: libras.


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hasta corta distancia de la dársena hacia las 4.20 A . M . de hoi, donde encontramos nn vapor do ronda enemigo armado de un cañón, al cual ataque inmediatamente con la lancha de mi mando, abordándolo i reventándole un torpedo, de costado, que desgraciadamente no hizo todo el efecto que debiera en razón de la profunda oscuridad de la noche que no permitía apreciar bien la distancia; sin embargo, algunos trozos del vapor enemigo cayeron en la Janequeo lo que m e hace presumir que tendrá avería de consideración. E l ataque se hizo tan rápidamente, i c o m o el enemigo hnia hubo que forzar la máquina de tal manera, que el vapor se consumió casi del todo, lo que me impidió ir nuevamente sobre él. Tanto al aproximarnos c o m o al separarnos, cambiamos un vivo fuego de fusilería habiendo el enemigo disparado a mas con cañón a metralla i con rifle desde la dársena i demás puntos vecinos de la. ribera. La Janequeo ha recibido un casco de metralla inmediatamente bajo el coronamiento de popa que atravesó la plancha de acero, despidiendo astillazos, uno de los cuales hirió levemente en la espalda al timonel Manuel González. L a chimenea de estribor se encuentra también atravezada por metralla i bala de riñe en varias partes. T o d o lo cual comunico a V . S . para su conocimiento. Dios guarde a V . S . MANUEL

SEÑORET.

Al señor Comandante en Jefe de la Escuadra.

PARTES OFICIALES PERUANOS. PARTE D E L PREFECTO D E L CALLAO.

Callao,

Abril

23 de 1880.

Señor Coronel Secretario: C u m p l o c o n satisfacción el deber de c o m u n i c a r oficialmonte a S. E. el Jefe S u p r e m o , por el d i g n o órgano d e Y. S. las ocurrencias q u e han tenido lugar ayer en esta plaza desde las 2 P. M. hasta las 5 P. M. A la 1.30 P. M. so me dio aviso q u e ios buques e n e m i gos Blanco Encalada, Huáscar, A rajamos, Pilcomayo i Loa, habían a b a n d o n a d o sus anteriores posiciones i avanzaban sobre este puerto en son d e c o m b a t e . I n m e d i a t a m e n t e m e constituí en el torreón I n d e p e n dencia, c o n el o b j e t o de persuadirme d e la realidad d e tal m o v i m i e n t o , i h a b i é n d o m e cerciorado de que los m e n c i o nados buques avanzaban a u n q u e lentamente, en línea de c o m b a t e , hallándose en ese m o m e n t o a una distancia de 0,500a7,000 metros d e las baterías d e esta plaza, c o m u niqué mis órdenes a ios señores c o m a n d a n t e s jenerales d e las baterías del N o r t e i del Sur, para q u e se apercibieran al c o m b a t e , advirtiéndoles al m i s m o tiempo, q u e n o debían romper sus fuegos, hasta que lo hiciese el e n e m i g o i que aun en esto caso, esperasen a q u e los buques se e n c o n t r a ran al alcance do nuestros cañones.

SÉTIMO.

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d o s cerca del muelle i dársena, c a y e n d o casi todos l o s proyectiles al agua a gran distancia de la playa. E n los m o m e n t o s de los primeros disparos, recorrí las baterías del N o r t e i tuve la satisfacción de encontrar en todas ellas el m a y o r orden i la mas perfecta serenidad, e s tando todos en sus puestos con entero c o n o c i m i e n t o d e l o que les correspondía hacer i manifestándose gran e n t u siasmo en los señores jefes i oficiales, dotaciones i g u a r n i ciones d e esas fortalezas, c u y o material se encontraba c o m p l e t o , para satisfacer todas las necesidades en los m o m e n t o s d e la acción. P o c o s m i n u t o s después de haber regresado al torreón I n d e p e n d e n c i a , tuve el placer d e ver llegar al. Jefe S u p r e m o a c o m p a ñ a d o d e V, S., del señor Secretario de G o b i e r n o , del señor jeneral Vargas M a c h u c a , i el séquito d e e d e c a nes i ayudantes. H a b i e n d o tenido S.E. inmediatamente c o n o c i m i e n t o d e lo ocurrido dentro d e las fortalezas, determinó recorrer en persona las baterías del Sur, en c u y o acto tuve el h o n o r de acompañarlo. Momentos antes se habían roto los fuegos en el fuerte de la Merced, pues la de a 1,000 situada en la Punta, había recibido prevención d e n o hacer fuego sin orden espresa del señor c o m a n d a n t e jeneral de esa sección. Los tiros h e c h o s p o r las baterías del Sur i p o r el torreón Manco-Capac. fueron tan bien dirijidos c o m o los del Norte, pero todos quedaban cortos por la inmensa d i s tancia que el e n e m i g o conservaba i que aumentaba en vez d e disminuir. Así c o n t i n u a r o n las cosas, haciéndose d e parte del enem i g o numerosos diparos, d o los cuales m u i pocos alcanzaban hasta la población, siendo contestados por los tiros que nuestras baterías hacían lentamente, c o n solo el o b j e t o d e manifestar q u e nuestros cañones n o e n m u d e c í a n al frente del e n e m i g o . A las 5 P. M., los b u q u e s enemigos hicieron r u m b o al Oeste para dirijirse a su mismo fondeadero, cerca del c a b e z o d e la isla d e San L o r e n z o , cerrando esta v e r g o n z o s a retirada el Huáscar, c u y o s últimos tiros fueron contestados p o r los cañones d e a 1,000 haciéndose 5 tiros c o n e s tas piezas. Este simulacro de c o m b a t e q u e ha puesto d e manifiesto la cobardía d e nuestros agresores, ha servido a la vez para reanimar el entusiasmo d e los defensores d e esta p l a za, i probar q u e en los m o m e n t o s d e verdadero peligro, t o d o estará dispuesto, los hombres i las cosas, para asegurar nuestra victoria. M e es h o n r o s o adjuntar a V. S . los partes q u e m e han pasado los señores c o m a n d a n t e s jenerales d e las secciones de nuestra línea d e fortificación, en los q u e se consigna detalladamente las ocurrencias d e cada una de las baterías, i por ellas verá S. E. el Jefe S u p r e m o , q u e todos h a n c u m p l i d o su deber, i q u e p u e d e tenerse confianza de q u e en cualquier caso, la plaza será defendida v i g o r o s a m e n t e i c o n buen éxito. D i o s guarde a V. S.

A las 2.15 P. M. r o m p i ó los fuegos el Huáscar, dispaP E D R O JOSÉ S A A Y E D R A . rando un c a ñ o n a z o sobre el centro d o nuestra línea, i luego siguieron los d e la Pilcomayo i el Anejamos en la m i s - Al señor Coronel Secretario de Estado en el despacho de Guerra. ma dirección i hacia las baterías del Norte. Dispuse q u e se esperara algunos m o m e n t o s m a s , antes CIRUJANO EN JEFE D E L SERVICIO D E S A N I D A D MILITAR D E de contestar los fuegos, c o n la esperanza d e q u e los b u ESTA PLAZA. ques enemigos se acercaran algo m a s ; pero c o m o ellos conservaban la distancia d e 5 a 6,000 metros, aguantánCalho, Abril 22 de 1880. dose sobre sus máquinas, se h i z o necesario advertirles que estábamos apercibidos para el c o m b a t e i c o n tal o b j e t o Señor Capitán d e Navio: rompieron simultáneamente sus fuegos, el torreón I n d e T e n g o el h o n o r de d i r i j i r m o a Y . S . para darle cuenta d e pendencia, el fuerte d e A y a c u c h o , la torre d e J u n i n i la ; las ocurrencias habidas durante el c o m b a t o que ha tenido batería d e cañones R o d m a n de a 500, situada al N o r t e lugar en el dia d e la fecha; entre la escuadra chilena i los del Camal. buques nacionales i fortalezas d e esta plaza. Nuestros tiros eran m u i certeros en c u a n t o a su d i r e c U n a hora después d e rotos los fuegos a las 3 P. M. una ción, pero quedaban cortos; pues nuestras piezas del c e n b o m b a del e n e m i g o estalló en la plaza de la Victoria, o c a tro i Norte, n o podían alcanzar a la considerable distancia sionando una grave herida al ciudadano José I. Medina. en que los buques enemigos se mantenían, c o m o t a m p o c o Inmediatamente m e dirijí a las ambulancias de la Cruz podían llegar a tierra los d e esos buques, q u e eran dirijiR o j a , las q u e al m a n d o de sus respectivos capitanes los dos principalmente contra los de nuestra escuadra, situa- I señores Filguera, A l v á n i Henrist se encontraban en las


GUERRA

500

DEL

avenidas de la calle de Lima. Les indiqué de avanzar, i c o n abnegado patriotismo se constituyeron en el lugar del peligro; recojieron al m e n c i o n a d o Medina, i la ambulancia Cosmopolita que ya se encontraba en el dársena, les e n tregó al herido Z e n o v i o Noel, marinero de la d o t a c i ó n de la k a n c h a Amo i el cadáver de J h o n Grant, artillero de preferencia de la corbeta Union. Los heridos después de ser atendidos por los señores de la ambulancia Chalaca n ú m . 1, fueron trasladados al h o s pital de sangre de Bellavista, i el cadáver al cementerio de Baquíjano. A las 4 P. M., otra b o m b a del e n e m i g o estalló en el j a r din de la plaza Matriz i sus cascos hirieron a los c i u d a d a nos J u a n L o y o l a i V i c e n t e Murieta, los que también fueron trasladados al hospital de Bellavista. A l terminar, tengo la satisfacción de hacer presente a V . S., que en las baterías i demás puestos militares no h a ocurrido n o v e d a d alguna; i que todos los cirujanos i practicantes n o m b r a d o s han permanecido en sus puestos, c o m o también que en los m o m e n t o s del c o m b a t e , algunos señores facultativos vinieron de la capital solicitando c o n decidido e m p e ñ o un puesto en d o n d e prestar sus servicios, siendo colocados corno verá V. S. por las. relaciones adj untas. Es todo lo que tengo que c o m u n i c a r a V . S., a fin de que llegue a c o n o c i m i e n t o del señor C o m a n d a n t e Jeneral de armas, para los fines consiguientes. Dios guarde a V. S . SANTIAGO

TÁVAKA.

Al señor Capitán de Navio Jefe de Estado Mayor de la batería i fuerzas.

Callao,

Abril

22 de 18SO.

Señor C o m a n d a n t e Jeneral: T e n g o el h o n o r de dar parte a V. S. que a la 1.30 P. M. del dia de hoi, el oficial de observaciones do esta torre, p u s o en mi c o n o c i m i e n t o que parte do la flota enemiga se m o v í a en d e m a n d a del puerto: inmediatamente m a n d é tocar jenorala i en cuatro minutos ¡os artilleros o c u p a r o n sus respectivos puestos i q u e d a m o s en son de c o m b a t e . A la 1.55 P. M. c o m e n z a r o n los fuegos del e n e m i g o i d e s pués de sus primeros disparos, t o m a d a previamente la distancia, hice mi primer disparo sobre el Huáscar a las 2.40 P. M. después de c u y o m o m e n t o seguí h a c i e n d o fuego sobre el m i s m o b u q u e , siempre que la distancia lo permitía, hasta llegar a 10 disparos, que son los que ha h e c h o la torre de mi m a n d o . N o pasaré desapercibida la manera c o m o h a n sido distribuidos los puestos durante el c o m b a te, i que h a n sido desempeñados por paisanos de servicio en esta torre. Por la adjunta tabla podrá V. S. apreciar los efectos de los disparos hechos, i c u y a tabla fué formada de orden mía durante el c o m b a t o por los injenieros d o n Hilario A . Farjo i d o n José A l c i b í a d e s O b a n d o i los c i u d a d a n o s d o n Enrique H i g g i n s o n i d o n Saturnino del Castillo i el capitán ayudante de injenieros d o n Calixto P o z o i Rios. Los puestos núms. 7 i 8 sobre el glais del torreón i que se sirven por la parte esterior a l a s piezas, fueron desempeñados por los soldados distinguidos d o n A g u s t í n Osear Monsalve, d o n Carlos Higginson. d o n L e o p o l d o Méndez i el soldado Pedro Quoveclo pertenecientes a la guarnición. El segundo g r u p o para el relevo de la maquinaria fué e n c o m e n d a d o al ex-capitan de la b o m b a L i m a d o n Gabriel Torres, i el tercero al b o m b e r o d o n J u a n Távora; siendo considerados en estos grupos c o m o sirvientes d o n Pedro de la Barra, paisano d o n Miguel VVnider, d o n A b e l D u r a n , el teniente coronel d o n José Manuel Salazar, d o n B e n j a m í n B. Saez i d o n Gaspar S o t o m a y o r . A d e m á s han servido dentro de la maquinaria c o m o m e c á n i c o d o n V i c t o r i a no Denegrí i don José A n t o n i o S o t o m a y o r . A l terminar, m e es satisfactorio decir a V . S. que en la torre de m i m a n d o , h a n estado inmediatamente a mis ór-

PACIFICO.

denes i d e s e m p e ñ a n d o las comisiones que les daba, el señor coronel d o n B e n i g n o Febres, el teniente coronel don Mariano Barreda i el capitán d o n E n r i q u e Carrera. A la vez, m e es grato c o m u n i c a r l e que n o tenemos desgracia ninguna q u e lamentar, ni en el personal ni en las piezas i material ele este fuerte; i en c u a n t o a la disciplina, orden i entusiasmo de todos mis subordinados, V. S. ha tenido ocasión de presenciar en las diferentes veces q u e ha llegado a la torre durante el c o m b a t e . D i o s guarde a V . S. m u c h o s a ñ o s . - - S . C. J. MANUEL

BENJAMÍN

D E LA BARRA.

Al señor Coronel Comandante Jeneral de las baterías del Sur.

COMANDANCIA

D E L A BATERÍA "RODMAN"

Callao,

Abril

D E L NORTE

22

de

1880.

Señor C o m a n d a n t o Jeneral: Me es h o n r o s o poner en c o n o c i m i e n t o de V . S. que el dia de hoi a las 2 P. M. p o c o mas o m e n o s , la batería de mi m a n d o r o m p i ó sus fuegos sobre la flota chilena bloqueadora, que los inició a una distancia de 4,000 metros; distancia que conservó por un espacio de t i e m p o , manteniéndose después entre 4.500 a 5,000 metros. A s í es, que en atención a la distancia anotada, calculo que los estrag o s de nuestra artillería, durante este ejercicio de fuego n o hayan causado daños a nuestros enemigos, c o m o ellos n o nos lo han causado a nosotros. E n cuanto a la batería de mi m a n d o , n o ha tenido ning u n a n o v e d a d , ni el personal ni el material, i cumplo gustoso c o n el deber de hacer presente a V . S. que durante el tiroteo, todas las personas q u e m e están subordinadas, c o m o igualmente los i n d i v i d u o s voluntarios han estado a la altura de su deber; i para q u e V . S. tenga un perfecto c o n o c i m i e n t o del personal de quien estaba acompañado, le a d j u n t o la respectiva relación. Dios guarde a V. S. ELIAS

LA-TORRES.

Al señor Comandante Jeneral de las baterías del Norte.

BATERÍAS

D E L CALLAO,

FUERTE D E ''SANTA

ROSA."

Callao,-Abril22

de 1880.

Señor C o m a n d a n t e Jeneral: T e n g o el h o n o r do poner en c o n o c i m i e n t o ele V. S., que a la 1 P. M. del dia de la focha, el blindado Blanco Encalada que estaba situado a 9,000 m e t r o s sobre el paralólo de las baterías del Sur, se puso al habla por m e d i o de intelijencias c o n el resto de la escuadra enemiga, notándose m o m e n t o s después que los b u q u e s operaban los siguientes m o v i m i e n t o s : El. Aligarnos que navegaba a sotavento puso proa hacia la d e s e m b o c a d u r a del R i m a c , conservando siempre una gran distancia de las baterías. La Pilcomayo que hacia r u m b o al Noreste, lo c a m b i ó siguiendo las aguas del Angamos. El Huáscar que se hallaba en la caleta de Pescadores de la isla de San Lorenzo, hizo r u m b o al N o r t e despid i e n d o una densa c o l u m n a de h u m o , pasando por el costado de estribor de la capitana, siguiendo las aguas de los anteriores. E l v a p o r Loa o c u p ó la m i s m a línea, s i g u i e n d o las aguas del Blanco Encalada, hallándose todos por esta maniobra en c o l u m n a s de buques de N o r t o a Sur. D u r a n t e esta e v o l u c i ó n eran las 2 P. M . , c u a n d o la capitana h i z o señales, i el Angamos, Pilcomayo i Huáscar entraron en la línea d e frente aproándose hacia el puerto i r o m p i e r o n sus fuegos sobre los b u q u e s de nuestra escuadra, que so hallan fondeados en el muelle dársena, a distancia de 5,800 metros, siendo el Huáscar el que se rnantenia mas p r ó x i m o a las baterías. Este b u q u e navegaba lentamente hacia el N o r t e presentando su costado de estribor a este fuerte; a las 2.25 P. M . acortó su distan-


CAPITULO

cia a 4,800 metros i se disparó sobre él c o n la primera pieza, c o m a n d a d a por el capitán d o n F e d e r i c o Escuza, tiro que aunque c o r t o siguió la dirección del i n d i c a d o b u que; a las 2.30 P. M . h i z o su primer disparo la segunda ieza, c o m a n d a d a por el alférez de fragata d o n R u p e r t o Ispinosa, tiro q u e tuvo los m i s m o s inconvenientes que el anterior para ofender al e n e m i g o ; a las 3.45 P. M . h i z o su segundo disparo la primera pieza, llevando la misma d i rección que los anteriores; a las 4.45 P. M . la m i s m a pieza hizo su tercer disparo también corto; a las 4.25 h i z o su s e g u n d o disparo la segunda pieza; a las 4.43 P. M . h i z o su ú l t i m o disparo la m i s m a pieza, i a las 4.45 P. M . h i z o su último disparo la primera pieza. Los tiros del e n e m i g o fueron en joneral dirijidos al muelle dársena i sus inmediaciones, a escepeion de dos, uno del Avgamos que pasó por alto de este fuerte i otro del Huáscar que c a y ó a 50 metros de distancia. T o d o s los disparos de este fuerte han sido h e c h o s c o n trece grados de elevación, recorriendo el proyectil una distancia de 3,800 a 4,000 metros. Los buques enemigos principiaron la retirada de su línea do batalla a las 5.15 P. M . , siguiendo el r u m b o S u r oeste que llevaba la capitana. Las dos piezas de este fuerte han f u n c i o n a d o sin interrupción alguna, q u e d a n d o especulas para continuar los fuegos en caso necesario. D e b o hacer presente a V. S „ que inmediatamente que la escuadra enemiga r o m p i ó sus fuegos sobre la plaza, se presentaron a este fuerte a prestar sus servicios, los capitanes de navio d o n F r a n c i s c o Carrasco, d o n José R o s e n d o Carroño, d o n A u r e l i o García i García; los graduados d o n Carlos Ferreiros, d o n Carlos Cávenosla; el teniente coronel don Luis Velarde i el teniente 1. ° de la armada d o n J u s tiniano Cavero, que por petición rnia ha sido destinado por S. E. el Jefe S u p r e m o de la R e p ú b l i c a a la d o t a c i ó n de este fuerte. Terminaré este parte h a c i e n d o presente a V . S. el brillante c o m p o r t a m i e n t o de los señores jefes, oficiales, c i r u j a n o , practicantes, telegrafista, paisanos voluntarios, c o n destables, marineros i tropa que m e están s u b o r d i n a d o s en ol fuerte de mi m a n d o . Dios guarde a Y. S.

E

YV'ENCESLAO

GAYANGOS.

Al señor Coronel Comandante Jeneral de las baterías del Sur.

COMANDANCIA JENERAL DE LAS BATERÍAS DEL CENTRO.

Callao, Abril 22 de 1SSO. Señor Coronel Prefecto: T e n g o el h o n o r i la satisfacción de poner en c o n o c i miento de Y. S. los sucesos ocurridos en los fuertes de mi m a n d o , desde las 2.5 P. M . , en que la escuadra enemiga rompió sus fuegos sobre la plaza, hasta las 5.30 P. M . en que se retiró. J u z g o necesario, señor Coronel Prefecto i C o m a n d a n t e Jeneral, hacer constar en este parte, q u e las naves agresoras se han m a n t e n i d o durante el c o m b a t e a una i n m e n sa distancia de la línea de defensa, q u e varió entre 4,500 a 5,000 metros. Él torreón Atanco-Capac hizo tres disparos i d o s e l Independencia, c o n el esclusivo o b j e t o de apreciar c o n e x a c titud la situación del adversario, i so mantuvieron después a la espectativa c r e y e n d o q u e llegara la oportunidad de tenerlos a tiro. N o hai en este fuerte ninguna desgracia q u e l a m e n tar. S. E. el Jefe S u p r e m o de la R e p ú b l i c a i V. S. que h a n estado en este lugar, han p o d i d o ver que el entusiasmo no interrumpió el orden, i que todos los señores jefes, oficiales i d o t a c i ó n de este fuerte, han c u m p l i d o rectamente con su deber. R u e g o a V . S. se d i g n e elevar el c o n t e n i d o do esta nota

50L

SÉTIMO.

a c o n o c i m i e n t o del señor coronel Secretario del despacho de Guerra. D i o s guarde a V . S. señor coronel prefecto. Al señor Coronel Prefecto i Comandante Jeneral de armas. f., R E P Ú B L I C A P E R U A N A . — B A T E R Í A 21

DE DICIEMBRE.

Callao, Abril 22 de 1880. Señor Coronel: C á b e m e el h o n o r de dar parte a V. S. de las o c u r r e n cias habidas en esta de mi m a n d o , durante el c o m b a t e del dia de hoi, c o n la escuadra chilena. A la 1.30 P. M . , p o c o mas o m e n o s , se pusieron en m o v i m i e n t o los buques Huáscar, Blanco, Pilcomayo i Anejamos i en son de c o m b a t e avanzaron en d e m a n d a del puerto. A las 2.15 P. M . rompieron sus fuegos, sobre estas baterías, el Huáscar i la Pilcomayo, los cuales fueron c o n testados inmediatamente c o n u n disparo h e c h o por la segunda pieza de esta batería, c o n una carga de diez libras d á n d o l e una elevación de d i e z i o c h o grados a fin de que pudiera alcanzar a una distancia de 3,000 yardas. P o c o después se hicieron dos tiros c o n la 1. i 6. pieza, c a l c u l a n d o una distancia de 4,000 yardas; pero c o m o los buques enemigos se colocaron a tan gran distancia do los fuertes de esta plaza, n i n g u n o de ellos p u d o ofenderlos. rf

A

D u r a n t e el tiempo del c o m b a t e , solo estalló una b o m b a del e n e m i g o cerca de una b o y a anclada a inmediaciones de esta batería, sin causar desgracia alguna que p o d e r lamentar. Después de haberse roto los fuegos por ambas partes, se presentó, de orden suprema, el capitán d o n Emilio Chapaeil con una fuerza de 50 hombres c o n su respectiva d o t a c i ó n de oficiales pertenecientes al batallón Artillería Naval, para p o n e r a mis órdenes la reserva de esta batería, corno igualmente el sarjento m a y o r temporario d o n B a í d o m e r o Reina, c u y o s servicios fueron aceptados. A l a s 5.15 P. M . se retiraron los b u q u e s enemigos a t o mar sus antiguas posiciones, d e j á n d o n o s c o n el doseo v e h e m e n t e de no haber trabado un c o m b a t e serio que h u biese m e d i d o el arrojo e intrepidez de la fuerza que m e obedece. N o c o n c l u i r é el presente parte sin dejar de poner en c o n o c i m i e n t o de V. S. que tantos los señores jefes, oficiales e individuos de tropa i domas empleados, así c o m o los voluntarios que se han presentado, entre los que se cuentan jefes i oficiales del ejército, han manifestado gran serenidad i entusiasmo durante el c o m b a t e en todos los puestos i comisiones que se les h a n confiado, por lo cual se han h e c h o dignos d é l a gratitud nacional. Es c u a n t o tengo que i m p o n e r a V. S en c u m p l i m i e n t o de mi deber. Dios guarde a Y. S. MARIANO

BOLOGNESI.

Al señor Coronel Comandante Jeneral de Estado Mayor de las baterías del Sur.

PREFECTURA I COMANDANCIA JENERAL DE ARMAS.

Callao, Abril 23 de 1880. Señor Secretario: T e n g o el h o n o r de elevar a c o n o c i m i e n t o de S. E. el Jefe S u p r e m o de la R e p ú b l i c a , por el digno c o n d u c t o de Y . S./.los partes pasados por el sub-prefecto i comisarios de esta provincia, sobre las ocurrencias que tuvieron l u gar en la población i en el caserío de la Punta, durante la función de armas de la tarde d e ayer. Dios guarde a Y. S. PEDRO

J.

SAAVEDRA.

Al señor Secretario de Estado en el despacho de Gobierno i Policía.


302

GUERRA

D E L PACIFICO.

SUR-PREFECTURA E INTENDENCIA D E POLICÍA.

Callao,

Abril

23 de 1880.

C u m p l i e n d o Con m i deber tengo el h o n o r d e poner en el superior conocimiento de V . ¡3. q u e en las pocas ho*as de c o m b a t e q u e tuvo lugar ayer con la flotilla chilena, he tenido la c o m p l a c e n c i a d e ver q u e el entusiasmo i serenídad c o n que se han portado los habitantes q u e se e n c o n traban en este puerto, lo m i s m o q u e los señores c o m i s a rios, comandantes, mayores, inspectores, sub-inspectores i guardias h a n sido dignos d e elojio. A p a r t á n d o m e d e la antigua c o s t u m b r e de minuciosas r e c o m e n d a c i o n e s , seria injusto si n o pusiese en c o n o c i m i e n t o d e V . S. q u e en los m o m e n t o s en que era m i deber atender a todos los acontecimientos d e esta población, i en los q u e iba en c o m p a ñ í a de mis ayudantes, teniente coronel d o n Mamerto Velarde, i sarjento m a y o r g r a d u a d o d o n Francisco Vargas, se m e unieron los patriotas c i u d a danos d o n Manuel A n s e l m o d e la L a m a i d o n J u a n M a riano Salazar, llamando la atención éstos porque se presentaron en los lugares en d o n d e habia m a y o r peligro. N o hai palabras c o n q u e encomiar el c o m p o r t a m i e n t o de las compañías de b o m b e r o s Salvadores i ambulancias, tanto d e la capital c o m o d e este puerto, los q u e atendieron a los amagos d e incendio que tuvieron lugar. F u é también m u i r e c o m e n d a b l e la c o n d u c t a que observaron el teniente coronel de caballería d o n Baltazar Grados, el sarjento m a y o r de infantería d o n Juan Francisco Alvarez, n o obstante de encontrarse éste inválido del brazo derecho a consecuencia del c o m b a t e de San Francisco, 1 el teniente indefinido d o n A n t o n i o M o n t e r o , los que m e pedian colocación. Seria dar lugar a j u s t o s resentimientos si n o pusiera en c o n o c i m i e n t o de V . S. q u e los empleados de m i d e p e n dencia, secretario clon José Silva Mier i Teran, d o n Cipriano N. Segura, d o n Juan P. M o n t o y a , d o n J o s é González del Valle, d o n R o b e r t o Valora, d o n T o m á s Urrutia, d o n A l e n j a n d r o J. Rospigliosi, d o n José A l e j a n d r o Vargas i todos los ajentes d e policía h a n c u m p l i d o c o n su deber a mi entera satisfacción en los lugares mas peligrosos q u e les designé también el d o c t o r d o n Miguel José Prieto, m é dico do mi dependencia, se constituyó en el hospital d e sangre i practicó algunas operaciones d e su profesión en unión del d o c t o r clon D o m i n g o Castañeta. Durante el simulacro d e la flota chilena, n o ha h a b i d o r o b o ni desorden n i n g u n o c o m o los que se lamentaron el 2 de M a y o , c u a n d o por nuestra desgracia residían c i u dadanos chilenos en esto puerto; i esto se c o m p r u e b a pollos partes que a c o m p a ñ o de los respectivos comisarios. T o d o lo q u e me es h o n r o s o poner en c o n o c i m i e n t o d e V. S. para los fines a q u e haya lugar. D i o s guarde a V. S. GREGORIO R E L A Y Z A , Al señor Coronel Prefecto i Comandante Jeneral de Armas.

California, esparciéndose sin resultado alguno. Otra de las b o m b a s c h o c ó contra la pared del almacén n ú m . 6 de la calle d e L i m a , sin hacer esplosion ni perforar el sitio d o n d e c a y ó . F i n a l m e n t e el q u i n t o proyectil caj'ó en el j a r d í n do la Plaza Matriz, estallando i destrozando por efecto d e la c o n m o c i ó n , los cristales del hotel R o m a , Estas averías solo f u e r o n en la parte material, sin q u e h u -

biese q u e lamentar ninguna desgracia personal.

Tales son los sucesos ocurridos en el distrito de mí carg o , hasta este m o m e n t o , 8 P. M. C o n t i n ú a l a mas estricta vijilancia, i la tropa sobre las armas. A n t e s de terminar, diré a V . S. q u e m e h a sido m u i satisfactorio, ver a los señores jefes i oficiales d e esta c o lumna, ponerse a la altura q u e su deber les prescribía. D i o s g u a r d e a V . S. M.

F.

VILLAVICENCIO.

Al señor Coronel Sub-prefecto e Intendente de Policía.

COMISARÍA

DEL SEGUNDO

Callao,

DISTRITO.

Abril22

de 1880.

Señor Coronel Intendente: Cumpliendo con mi deber, tengo el honor de poner en conocimiento de V . S. los daños i perjuicios que la escuadra enemiga ha ocasionado en el distrito de mi jurisdicción, con motivo del bombardeo ejecutado hoi desde las 2.15 P. M. hasta las 5.15 P. M. en que cesaron los fuegos. De los .proyectiles lanzados por el enemigo hacia esta parte de la población, solo doce causaron los daños q u e p a so a mencionar. E n la estación del ferrocarril Central Trasandino cayeron tres b o m b a s , dos destrozaron los rieles de la línea i la otra penetró por el techo i estalló en el salón de primera clase, declarando incendio, pero fué apagado en el acto. E n el depósito de maderas del señor don Federico A v e r d i c k , cayó una b o m b a que destrozó toda la enramad a ; en el muelle dársena una b o m b a destrozó una .parte de un k i o s c o ; en el Castillo del Sol una bala rompió parte de la pared de zinc que tiene hacia el mar i penetró hasta el salón de oficiales: en la calle de la Constitución una b o m b a destrozó la vereda i otra la puerca de un callej ó n ; en la calle de Guatemala, una b o m b a desmanteló dos habitaciones i destechó otra; en una esquina situada entre la calle de la Libertad i Bolívar una bomba que cayó próximamente, fracturó las. puertas i las paredes esteriores; en la calle de Montezuma una b o m b a rompió las puertas de las tiendas mims. 24 i 20 i otra penetró por la pulpería n ú m . . . . que destrozó completamente las puertas i los enseres existentes en el interior, i derrumbó parte de las paredes. Es cuanto ha tenido lugar en el distrito de mi mando i que participo a V . S. para los efectos consiguientes. Dios guarde a V. S. BENIGNO

ZEVALLOS.

Al soñor Coronel Sub-prefecto e Intendente de Policía. COMISARÍA D E L PRIMER DISTRITO.

Callao,

Abril 22 de 1880.

Señor Coronel Intendente: T e n g o el h o n o r de poner en c o n o c i m i e n t o d e V . S. q u e a las 2.5 P. M. de h o i , habiéndose dejado oir hacia el lado del mar, algunos tiros d e cañón, o r d e n é inmediatamente se pusiese la fuerza sobre las armas i procediesen los m a yores d e guardia a rondar el distrito de m i cargo. Pocos m o m e n t o s después se hizo mas nutrido el fuego, pasando por sobre las casas algunas bombas lanzadas p o r el e n e migo. Felizmente, de esos proyectiles, solo 5 tocaron en este distrito, perforando el primero dos paredes d e la casa n ú m . . . d e la calle del Teatro, i agujereando el segund o el techo de la casa n ú m . . . d é l a calle del Jeneral Salón, El tercero estalló contra una pared de la calle d e

COMISARÍA D E LA P U N T A .

Callao,

Abril

22 de 1880.

Señor Coronel Sub-prefecto: ' Tengo el honor, a la vez que la satisfacción de participar : a V . S. que durante las tres horas del c o m b a t e , sostenido i por nuestras fortalezas contra las naves enemigas, no ha ! ocurrido novedad alguna en los caseríos, L a Punta i Chu| cuito, de mi jurisdicción. Que sin perjuicio del servicio, pnes ! que lie estado atento a é s t e ; ( p o r si estallaban incendios en e l l o s ) ; contribuí a la defensa nacional, c o m o combatiente en la fortaleza de Santa R o s a , donde fueron aceptados j mis servicios, por su comandante el señor teniente coronel ; don W e n c e s l a o Gayangos, i por el comandante jeneral de las baterías del Sur, señor capitán de navio don Jerman


CAPITULO

A s t e t e ; durante cnyo tiem])o, qnedarou encargados de la vijilaneia respectivamente de L a Punta i Chucnito, los s u b inspectores clon José Anjeles i don Manuel Chavez, c o m a n dantes de los destacamentos que los sirven. También participo a V . S. que el ciudadano don Elias Lazarte, vecino del barrio de Chucuito, se presentó a servir voluntariamente bajo mis órdenes i ha desempeñado funciones de guardia civil desde el dia ele ayer. La conducta de los señores sub-iuspectores i guardias durante el bombardeo, ha sido digna de e l o j i o ; pues que t o dos i cada uno de ellos ha llenado cumplida i satisfactoriamente sus deberes. Dios guarde a V . S. Luis V E L A R D E . Al señor Coronel Sub-prefecto e Intendente de Policía.

(12.30 M . )

Callao, Abril 24 de 1880. H o n o r a b l e señor A l c a l d e Municipal: Los h e c h o s que se realizaron después de las 12 M. del 22 de los corrientes, aunque son impresos en la c o n c i e n cia de todos i m u i particularmente de las autoridades, son de tal naturaleza, que faltaría a mis deberes si n o ios relatara c o n c i e n z u d a m e n t e . Refiriéndome a la mia del 22 y a citada, la q u e confirm o : m e permito decir a V. S., que según el acuerdo anterior, (fecha 21, c o m u n i c a d o a V. S. o p o r t u n a m e n t e ) la c o m p a ñ í a Chalaca asumió el servicio activo, i que a las 2.05 P . M., la flota chilena, encontrándose a u n a distancia reputada en mas de 5,000 metros, r o m p i ó los fuegos en contra de los buques i fuertes de esta plaza. El cuerpo de b o m b e r o s i salvadores, tanto de L i m a c o m o do la plaza, o c u p ó sus respectivos lugares, q u e d a n d o la c o m p a ñ í a N a c i o n a l de B o m b e r o s L i m a en el lugar que o c u p ó el dia 20, lo m i s m o que la Chalaca i la Salvadora L i m a i la de la localidad se c o l o c ó en la calle del A c u e d u c t o , p e r m a n e c i e n d o allí durante el b o m b a r d e o . Las c o m p a ñ í a s Bella vista i Garibaldi o c u p a r o n la plaza de A r e q u i p a según lo establecido, i c u a n d o las v o c e s de incendio, esparcidas por la esplosion de algunas bombas enemigas tuvieron aspecto de certeza, bajaron i se c o l o caron on la calle de Lima frente al cuartel de la c o m p a ñ í a de mi m a n d o , h a c i e n d o recorrer a los ayudantes las diferentes zonas de la p o b l a c i ó n en lo mas fuerte del b o m bardeo. O b t e n i d a la seguridad do q u e n i n g ú n .incendio se m a nifestó, pues los que se creyeron de tal, fueron apagados por los d e r r u m b e s de tierra i adobes consecuentes a la esplosion de los proyectiles, n o se necesitó absolutamente el empleo de los numerosos i abundantes materiales que el cuerpo de b o m b e r o s posee. Q u e d á n d o s e en tal localidad ambas compañías, i siguiendo el b o m b a r d e o c o n la m i s m a intensidad, resolvieron, v i e n d o que n o habia incendio que reclamara los abnegados servicios do ellas, volver a la plaza de A r e q u i p a adonde quedaron hasta las 0 P. M., hora en que he o r d e nado se retiraran a sus respectivos cuarteles, c o n orden de quedarse t o d o el personal de cada c o m p a ñ í a p r o n t o i listo. E n el intervalo que pasó desde las 3 P. M., hora en q u e el c o m b a t e se hizo rnas intenso, se recorrieron los diversos puntos de la ciudad, i he p o d i d o c o n v e n c e r m e una vez mas de la firme c u a n t o abnegada resolución de todos indistintamente de dar prueba cíe la utilidad de los i m portantes servicios a los cuales están llamados los b o m b e ros i salvadores. El señor injeniero municipal, señor d o n R a m ó n López Castilla, c o n sus importantes indicaciones, n o ha dejado desde el m o m e n t o en que e m p e z ó el b o m b a r d e o , de q u e darse a mis órdenes, c o n t r i b u y e n d o así al alivio de las labores, llegado el caso de hacerse necesaria. Antes de las 6 P. M., se. acercó a mí un ayudante de la

SÉTIMO.

503

c o m p a ñ í a italiana R o m a , la que actualmente en unión de la c o m p a ñ í a France i Victoria, se hallan acantonadas en Bellavista, adonde se le imparten las órdenes c o n d u c e n tes a preparar la efectividad de sus importantes c u a n t o abnegados sacrificios, porque todas ellas i voluntariamente, o b e d e c i e n d o al sentimiento de h u m a n i d a d , so apresuraron el dia 22 a marcharse al lugar do los tristes a c ó n tecimientos. Los daños que los buques chilenos ocasionaron son m u i pequeños, i V. S. c o n o c e d o r de ello do un m o d o mas d e tallado, no dejará de c o n c e d e r m e la libertad de decir que es m u i sensible el ver, c o m o a las compañías todas n o fuese permitido un simple bautismo de fuego que valiera la pena de armar unos paños de manguera. Salvo pequeños incidentes que no vale la pena de c o n signar en la presente, las compañías que constituyen el cuerpo de i n c e n d i o i salvamento, regresaron a sus respectivos cuarteles a las 8 P. M., c o m o d e j o especificado en un acápite anterior. El personal de todas las.compañías fué el mas c o m p l e to, i es m u í honroso el decir, que m u c h a s personas de d i versas nacionalidades so presentaron voluntarios, para aliviar en sus trabajos a los b o m b e r o s i salvadores. D e s d e las 5 del dia 22 n o han ocurrido hechos que merezcan consignarse, i solo hoi p o c o s m o m e n t o s después de las 12 M., un triste cuanto desgraciado acontecimiento interrumpió la tranquilidad de los bomberos, por cuanto ¡ la esplosion de unos torpedos preparados por el señor | R u i z , bastantemente c o n o c i d o por sus aplicaciones m e c á i nicas, alarmó a todos. La c o m p a ñ í a de mi m a n d o , c o l o c ó su b o m b a i estuvo pronta a dar agua, pero n o h u b o tal necesidad. Las demás c o m p a ñ í a s no han tenido m o t i v o de prestar sus servicios, i los ayudantes de cada una estuvieron a mis órdenes. L a citada esplosion causó la muerte del señor R u i z i ha herido a otros que lo a c o m p a ñ a b a n en los trabajos de la carga de los torpedos. A pocos m o m e n t o s la b o m b a regresó a su cuartel i no ocurrió ninguna otra cosa que merezca citarse, i Dios guarde a U d . C.

POGGI,

Comandante i jeíe de turno.

Luis Solar i, Secretario.

PARTE

OFICIAL

DEL

COMANDANTE

DE

LA

"

UNION."

Al ancla, Callao, Abril 22 de 1880. S e ñ o r Mayor: Paso al d e s p a c h o d e V . S. el parte correspondiente al b u q u e de mi m a n d o , en el c o m b a t e que tuvo lugar hoi entre la escuadra i baterías de esta plaza contra la escuadra chilena. A la 3.30 P. M., los buques chilenos se pusieron en m o v i m i e n t o , situándose en el orden siguiente: La Pileomayo hacia el N o r t e i centro de la bahía, i seguían hacia el Sur el Angamos i los blindados Huáscar i Blanco, cerrando este último la línea de batalla. A las 2.05 P. M. r o m p i ó el fuego el Huáscar i a éste siguió el Angamos i Pileomayo, c o n c e n t r a n d o sus punterías sobre nuestros buques i particularmente sobre esta corbeta. A b o r d o se h i z o fuego solamente c o n las colizas de popa i proa, h a b i é n d o s e disparado 78 tiros, los cuales caian c o n buena dirección: creo q u e n o h a y a n ofendido al e n e m i g o por la distancia que nos separaba. El buque n o ha sufrido avería ninguna, sino pequeñas rasmilladuras en el costad o c o n cascos de b o m b a s , uno de los cuales r o m p i ó un o b e n q u e , i otro los vientos de cadena i la driza de bandera, la cual fué sustituida inmediatamente por otra que y a estaba preparada. D e los buques enemigos el que hizo mas disparos sobre esta corbeta i c o n m a y o r a p r o x i m a c i ó n fué la corbeta Pileomayo, que se m a n t u v o mas p r ó x i m a .


504

G U E R R A

D E L

E l blindado Blanco n o t o m ó parte en el c o m b a t e sobre nuestros buques. A las 4.50 P. M. hizo señales, cesaron los fuegos i los demás se replegaron sobre él que, c o m o h e d i c h o antes, se hallaba situado al S u r d e la bahía. Los jefes i oficiales i demás tripulantes del b u q u e , c o m o es natural, llenaron sus deberes c o n valor i c o n e n t u tusiasmo. Sírvase V . S. elevar el presente parte a la C o m a n d a n cia Jeneral d e Marina, i la lista adjunta d e todos los p r e sentes a bordo durante la acción. D i o s guarde a V . S. M A N U E L

ANTONIO

VILLAVICENCIO.

Al señor Capitán de Navio, Mayor de órdenes del Departamento.

BATERÍAS

D E LCALLAO,

FUERTE

D E

AYACUCHO.

Callao, Abril

22 de 1880.

Señor C o m a n d a n t e Jeneral: E n c u m p l i m i e n t o d e m i deb6r, m e es h o n r o s o dar cuenta a V . S. del resultado d e l c o m b a t e a q u e f u i m o s p r o v o c a d o s hoi, a las 2 P. M., p o r la escuadra chilena. H a b i e n d o observado algún t i e m p o antes d e la hora i n dicada, q u e los buques enemigos abandonaban su acost u m b r a d o fondeadei o dirijiéndose a la bahía, a u n q u e c o n m u c h a lentitud, impartí las órdenes del caso a fin d e q u e la dotación d e artilleros d e las piezas de este fuerte d e m i m a n d o , estuvieran listas para el c o m b a t e en su o p o r t u n i dad, al mismo tiempo q u e dispuse c o n v e n i e n t e m e n t e la reserva i dicte' cuantas medidas d e m a n d a b a n las c i r c u n s tancias. -

Los enemigos habían h e c h o y a algunos disparos q u e habían sido contestados p o r nuestros buques i baterías, i y o permanecía en observación, esperando q u e acortaran la distancia, o lo q u e es lo m i s m o , q u e se pusieran al a l c a n c e d e nuestros cañones. A las 2.10 P.-M., q u e se encontraban a 4,792 metros, distancia q u e hacia algunos m o m e n t o s conservaban sin disminuir, m a n d é r o m p e r los fuegos c o n el c a n o n R o d m a n , c u y o c o m a n d a n t e es el sarjento m a y o r d o n T e o d o r o G a llangos. L a dirección del tiro fué buena, pero éste se q u e dó algo corto. I n m e d i a t a m e n t e se hizo fuego c o n el Blackey, m a n d a d o p o r el sarjento m a y o r d o n F r a n c i s c o Pastrana.

PACIFICO.

órdenes han cumplido el día de hoi en el fuerte de A y a cucho. Sírvase V . S. elevar el contenido del presente parte a quien corresponda. Dios guarde a V . S. JOSÉ

LONGORIA.

Al señor Coronel Comandante Jeneral de las baterías del Norte.

PROCLAMA. EL

PREFECTO

I

COMANDANTE

JENERAL

D E L

DEPARTAMENTO,

A los habitantes

de esta

capital.

Pueblo de L i m a : Vuestra actitud en este memorable dia, ha sido la que corresponde a un gran pueblo que tiene la conciencia de su poder i de la justicia de su causa. D i g n o es de alabanza el entusiasmo con que os habéis dirijido en masa a compartir el peligro con los valientes defensores del Callao. Pero lo habéis p a l p a d o : felones i cobardes, no osan nuestros enemigos medir sus armas con las nuestras en leal combate. N o les basta estar cubiertos con impenetrables murallas de fierro; no, necesitan aun ponerse fuera del alcance de nuestras baterías, i así, solo así, se atreven a dirijir sus fuegos, sin mas propósito que el del incendio, sobre el m a s rico i floreciente de nuestros puertos. E l incendio i el robo son sus medios de a c c i ó n ; el saqueo de Moliendo i el bombardeo de hoi nos dan la mas clara prueba de esto. P e r o estad ciertos que no realizarán sus propósitos en el C a l l a o ; confiad en el patriotismo de los valientes que cubren nuestras baterías i tripulan nuestras débiles naves; confiad asimismo en el entusiasmo de las abnegadas lejiones de bomberos nacionales i estranjeros que dominarán la acción devoradora del incendio, i en el Jefe Supremo de la R e p ú b l i c a , que, dirijiendo todo esos elementos, sabrá prevenir los infames intentos de tan indigno i miserable enemigo. Habitantes de la capital: V o l v e d a entregaros tranquilamente a vuestras labores ordinarias. Nada debéis temer: el honor i lustre de las armas de ¡a R e p ú b l i c a , están en manos de quienes harán porque la libertad i la justicia ostenten en su carro triunfal los laureles de la victoria, si recordando el chileno la raza de que desciende, viene al fin a arrostrar el fuego de nuestros cañones. L i m a , Abril 2 2 de 1880.

Escelente puntería se o b t u v o , mas desgraciadamente el c a ñ ó n al retroceder, r o m p i ó el eje delantero sobre q u e jira el m o n t a j e d e la pieza, q u e d a n d o desde ese primer disparo imposibilitado d e continuar el fuego c o n el, p o r que y a n o podía jirar i adoptar en consecuencia la p o s i JUAN M. ECHENIQUE. ción conveniente, según la situación del e n e m i g o . E n el instante puse este incidente, p o r c o n d u c t o d e u n VERSIÓN CHILENA DEL BOMBARDEO DEL CALLAO. oficia], en c o n o c i m i e n t o del señor C o m a n d a n t e Jeneral d e (Correspondencia a E L MKKCUIUO). armas d e esta plaza, el q u e sin d e m o r a o r d e n ó la reparación d e esta pieza a quienes correspondía; p u d i e n d o aseE l 2 0 a las 12 M. se cumplió el plazo concedido a los gurar a V. S., q u e en la n o c h e quedará espedito para neutrales. La bahía, frente a la dársena i a la población, funcionar el m e n c i o n a d o cañón. estaba completamente despejada, los buques estranjeros Se continuó h a c i e n d o fuego c o n el R o d m a n , c o n la lende guerra fondearon mas al Norte que los pontones. titud requerible, para que las punterías fueran certeras. Dentro de l a dársena se encontraban todos los buques Nueve disparos, incluyendo el que hizo el cañón B l a c - peruanos; en la boca, c o m o cerrándola, se divisaban dos key, se han hecho en este fuerte. E l último tuvo lugar a pontones, uno de ellos parecía ser la Adelaida Bojas, que las 5.15 P. M., en circunstancias que y a los buques chile- fué capturada por el Huáscar cuando hizo el papel de nos se replegaban a su antiguo fondeadero i se ponían a pirata; por delante de los pontones estaba el Atahualpa, una distancia mayor de 6,000 metros, haciendo por lo tanrodeado de maderos i lanchas, una de ellas a vapor, que to imposible todo tiro con objeto positivo. estuvo todo el dia escapaudo idem. Probablemente los Tengo la satisfacción de decir a V . S. que en este fuerte peruanos esperaron ese dia un bombardeo, i si e l a l m i r a u no ha ocurrido desgracia personal. te uo lo hizo seria quizas cumpliendo con instrucciones A s i m i s m o , me es grato participarle que tanto los que superiores. componían ia dotación de la batería, c o m o los voluntarios j E n la escuadra se creyó por un m o m e n t o que los pei otros señores agregados de orden de la secretaría de I ruanos llevarían a efecto lo que en tierra se decía, pues guerra, han cumplido su deber con serenidad i entu- | Piérola había declarado que uo estaba para soportar blosiasmo. i queos; que solo esperaba que se cumpliese el plazo para A d j u n t o a V. S. una relación detallada de cuantos a mis i provocar un combate o bombardeo.


CAPITULO

505

SÉTIMO.

De los 120 proyectiles l á n z a l o s , solo cerca de 2 5 fueron Pero nada sucedió. L a única provocación qne hicieron cortos, es decir, cayeron fuera de la dársena; los demás fné izar grandes banderas, distinguiéndose sobre todo la dieron dentro de ésta o eu la población, i se vio estallar que tenia el Rimac. muchos de ellos. El 21 pasó sin mas novedad que la llamada que se hizo a bordo del buque insignia a los comandantes del Huáscar, Sin embargo, deben tenerse presentes, para j u z g a r de Pilcomayo i Aligamos i de algunos preparativos que se los efectos del bombardeo, las circunstancias siguientes: notaron a bordo de los buques. Esos preparativos presaprimera, el corto número de cañones qne se empleó, que jiaban que algo de bueno iba a pasar. En efecto, el dia | solo fueron cinco, seguuda, la gran distancia a que se d i s 22 tuvo lugar lo que se refiere en el párrafo siguiente: ! paraba, que no bajó de 5,000 metros, en que la certeza del tiro es muí problemática, i tercera, que las cargas estallaA la 1 P. M . del indicado dia, el buque almirante izaba doras de las granadas lanzadas por estos cañones son p e señales; contestaban los demás buques levantando sus queñas para incendiar, comparadas con las de las granadas anclotes, i a la 1.30 P. M. todos ellos, menos el Matías del mismo calibre pero de los antiguos cañones. Cousiño, que quedó fondeado, se dirijian con la jente en Había un deseo jeneral en toda la escuadra de ver hacer sus puestos de combate i llenos de entusiasmo, al fondo de fuego a los cañones de a 1,000, que no lo hicieron durante la bahía. el cañoneo por estar colocados en la punta Sur i mui d i s Iban adelante, formando una línea, el Huáscar, el Alitantes de los demás fuertes. E l Huáscar, comprendiendo gamos i la Pilcomayo, i a retaguardia en otra línea el ese deseo i deseando satisfacerlo, se acercó a dicho fuerte, Blanco i el Loa. le hizo un disparo, i después o t r o ; en el acto respondieron A las 2 P. M., encontrándose ios buques de adelante a la distancia conveniente de la dársena, de 5 a 0,000 m e - | los tales cañones, haciendo comprender así qne estaban tros i en posiciones favorables para herir los buques perua- ! deseosos de dar a conocer su importancia en el alcance de los grandes proyectiles que lanzan, de 20 pulgadas de d i á nos sin ningún temor de los fuertes, el Blanco ponia la metro mas o menos. señal de " r o m p e r el f u e g o , " sieudo el primero en hacerlo el Huáscar, después la Pilcomayo i eu seguida el Aligamos. Inmediatamente fueron nuestros tiros contestados p o r los fuertes i por la Union, el Atahualpa i algunos traspor- ! tes desde adentro de la dársena. ¡ O h terrible decepción! L a fuerte plaza del Callao, que cuenta con un buen número de cañones de grueso calibre, entre los que figuran los famosos de a 1,000; el Callao, que era otra de las tumbas destinada para la escuadra chilena, fué impotente para impedir un bombardeo. Desde los primeros tiros pudieron ver los peruanos que sus c a ñ o nes no alcanzaban a los buques, apesar de que disparaban con toda elevación, pues los proyectiles no daban ningún rebote. Vieron que con toda tranquilidad se les podía despedazar los buques e incendiar ¡a ciudad; sin embargo, c o n t i nuaron haciendo fuego todo el tiempo que se bombardeó. Los fuertes que mas alcanzaban eran la torre de la Merced al Sur de la dársena, i la de Jiuiin, detrás de ésta, qne están artilladas con dos cañones A r m s t r o n g de a 3 0 0 . Otro cañón cuyos proyectiles caian cerca de los buques chilenos era uno chiquito qne hacia fuego desde la tordilla (popa) de la Union. Probablemente es el que llaman el "Mal criado,"' que es un cañen sistema C a y , rayado, de a 4 libras. E l Atahualpa, fué mas sensato: no hizo mas que 4 disparos con sus cañones de a 500. Mientras tanto, todos los proyectiles chilenos, con e s cepcion de mui pocos, caian dentro de Lo dársena o sobre la población. Siendo el objeto del bombardeo herir a los buques peruanos encerrados en la dársena, ahí se dirijian las punterías. L o s fuertes no tuvieron el honor de ser saludados por un solo proyectil chileno. H u b o un momento en que el Huáscar, separándose de la línea, se acercó al enemigo, provocando al Atahualpa a un combate singular; pero éste no dio señales de quererse mover, i fué entonces cuando unos proyectiles de la torre de la Merced cayeron bastante cerca del Huáscar, llegando uno de ellos a bañarle la proa con la c o l u m n a de agua que levantó. A las 4.45 P. M . se hacia señal de "cesar el f u e g o , " h a biéndose hecho 120 disparos por el Huáscar, Pilcomayo i Aligamos, i unos 150 por los enemigos. E l Blanco i el Loa no tomaron parte en el tiroteo, manteniéndose todo el tiempo a 6,000 metros de los fuertes i sintiendo no tener cañones del alcance de sus c o m pañeros. De los efectos i deterioros causados por las granadas, nada podemos decir a los lectores, porque nada nos c o m u nican, al menos por ahora, nuestros hermanos cholos, pero ellos deben ser algunos i de consideración. TOMO

n—04

Tales eran las ganas de disparar qne tenían, que estaba la escuadra en el fondeadero, cabeza Norte de l a isla, i todavía lucieron seis disparos mas. Probablemente van a decir qne ellos han apagado nuestros fuegos, i que han dejado sin mancha el honor nacional disparando los últimos tiros ¡Siempre ridículos!... H é aquí una relación de los fuertes del Callao: 1 La Punta, barbeta, 2 cañones Dalgreen de a 1,000. 2 Maipú, ordinario, 6 id. A r m s t r o n g lisos de a 3 2 . 3 Merced, torre de fierro, 2 id. id. rayados de a 3 0 0 . 4 Zepitá, ordinario, 6 id. id. lisos de a 32. 5 Santa Rosa, batería, 2 id Blakeley de a 500. 6 Provisional, ordinario, 10 id A r m s t r o n g lisos de a 3 2 . 7 Abtao, ordinario, 8 id. id. lisos d e a 3 2 . 8 Manco-Capac, torreón, 4 id. Vavassenr de a 300. 9 Independencia, torreón, 2 id Blakeley de a 500. 10 Independencia, ordinario, 2 id. 11 Ayacucho, batería, 2 id Blakeley de 5 0 0 . 12 Pichincha, ordinario, 4 id. 13 Junin, torre de fierro, 2 id A r m s t r o n g de a 3 0 0 . Hai otro fuerte que se encuentra al Sur de Junin, el cual se ignoraba existiese i que hizo fuego el dia del bombardeo. Se ignora su artillería, número i clase; pero los cañones alcanzan poco. VERSIÓN

PERUANA D E L BOMBARDEO DEL CALLAO. (Correspondencia a E L NACIONAL. )

Callao,

Abril 22 de 1880.

Señores Editores: A la 1.22 P. M. dirijimos a U d s . el siguiente telegrama que n o s fué rechazado en la oficina central, a tenor d e u n a orden superior dictada anteriormente. N u e s t r o d e s p a c h o decia así: "Seis buques enemigos así: N o r t e , Pilcomayo a siete millas tierra. Aligamos o c h o millas. Huáscar seis millas proa Noreste. Blanco al Sur diez a o n c e millas, m u é v e s e lentamente. T o d o s m u c h o vapor: señales constantes. — Leónidas Cárdenas." E n seguida i conservando una distancia d o una milla entre sí, estendieron su línea do c o m b a t e en el orden s i guiente: Pilcomayo al N o r t e i frente al gasómetro d e l muelle dársena. A su p o p a i a una o u n a i media millas, el Aligamos. A igual distancia de la popa d e ésto, el Huáscar, todos a seis millas d e tierra. El Blanco, m u c h o m a s distante de tierra, ocupaba el cuarto lugar de la línea.


506

U USKUA DEL

L a línea terminaba c o n el Loa,, que se situó a diez m i llas de tierra. E n esta disposición i c u a n d o nuestro reloj marcaba las 2.3 P. M., r o m p i ó el Huáscar sus fuegos contra la plaza. Este disparo fué c o r t o ; la b o m b a cayó a unos 80 metros o p o c o m e n o s frente a la chaza de guerra. El s e g u n d o disparo fué de la Pilcomayo. A u n q u e mas acortado que el primero, esta b o m b a c a y ó también fuera del m u r o Oeste del m u e l l e dársena. El Angamos disparó su famoso cañón. L a bala c h o c ó contra el ángulo f o r m a d o por el m u r o del Oeste i q u e parte de la c o l u m n a que sustenta el reloj del muelle. El Huáscar hizo un s e g u n d o disparo; la b o m b a se estrelló contra el m u r o posterior del muelle dársena. D i s paró el m i s m o ; igual resultado. Le siguió el Angamos. Este proyectil c a y ó cerca del anterior. U n a de las baterías del N o r t e contestó al e n e m i g o c o n u n tiro corto, c u y a procedencia n o p u d i m o s c o n o c e r esactamente. La Pilcomayo lanzó otro disparo sin resultado. D e una batería del N o r t e , partió el s e g u n d o de n u e s tros disparos. F u é dirijido a la Pilcomayo, n o le t o c ó . El Huáscar disparó los dos cañones de su torre; los proyectiles cayeron cerca de la parte central del m u r o del Oeste del muelle dársena. L a Pilcomayo hizo u n disparo c o n resultados también negativos. El Angamos disparó sobre la parte alta de u n o de los muros del muelle. El Huáscar lanzó una b o m b a ' q u e ca}-ó cerca de la Union. El Atahualpa disparó los cañones de su torre, i ámbos> aunque c o n buena dirección, c a y e r o n delante d e la Pilcomayo sin tocarla. U n a de las baterías del Sur, la de la Merced, hizo u n disparo, c u y a b o m b a c a y ó cerca del Huáscar, levantando una inmensa c o l u m n a de agua que p o r un instante o c u l t ó a nuestra vista el castillo de proa del m o n i t o r . L a Pilcomayo viró presentando su costado de babor. Atahualpa le disparó c o n buena dirección, pero corto. D o s disparos de la Union tuvieron el m i s m o resultado. El Atahualpa h i z o un tiro, también corto. D o s baterías del N o r t e , una del Sur i un cuarto disparo de la Union hicieron fuego siempre c o n tan desgraciado éxito, pues los proyectiles apesar de su buena d i r e c c i ó n , n o llegaron hasta los b u q u e s enemigos. El torreón M a n c o - C a p a c disparó sobre el Huáscar, perene- le acierta porque se mantiene todavía afuera del alc a n c e de nuestras baterías. L a Pilcomayo pone proa a tierra. L a Union dispara entonces casi simultáneamente c o n u n a de las baterías del N o r t e que obligan a detenerse a la corbeta. Santa R o s a lanza otra bala que, c o m o otras p r o c e d e n tes de las baterías del Norte, caen también cerca pero sin dañar a la corbeta. Esta se encuentra fuera de tiro. L a Pilcomayo contesta i ¡a bala se sumerje a cien yardas p r ó x i m a m e n t e del muelle. El Huáscar vira i avanza c o n proa a tierra; se c a m b i a n algunas balas entre las baterías del N o r t e , nuestros b u ques i la Pilcomayo; unos i otros cortos. El Orm/a disparó c o n buena dirección, pero el proyectil n o alcanzó al enemigo. El Huáscar dispara u n cañonazo, c u y o proyectil destruye la parte alta de u n o de los muros del dársena. P o r espacio de veinte minutos se c a m b i a n balas sin r e sultado por ambas partes. L a Pilcomayo lanza un proyectil que cae en tierra en la parte Nort,e de la ciudad. P o r o tiempo después, el Atahualpa llegó m u i cerca de la corbeta enemiga; ésta se retira c o n lentitud, c o n t i n u a n d o el c o m b a t e siempre c o n desventaja por nuestra parte a consecuencia de la larga distancia a que se mantienen los buques enemigos, i recibiendo, sin embargo, p r o y e c t i les q u e aunque sin causar averías, caen cerca del lugar en q u e se encuentran nuestros trasportes.

PACIFICO.

U n disparo del Huáscar pasó sobre la cubierta del Oroya i cae al costado del Talismán, La Union disparo c o n mui buena dirección; los p r o y e c tiles n o tocan al e n e m i g o , el q u e contestando lanza una b o m b a que cae en la calle del A r o m i t o , cerca de los d e pósitos de Paffari. U n a bala del Angamos cae sobre el Marañon, d o n d e se declara un p e q u e ñ o incendio, que c o n ausilio de su tripulación i las comisiones de algunos de nuestros trasportes fué estinguido fácilmente. Las dos lanchas porta-torpedos del e n e m i g o , cruzan constantemente entre la escuadra. E l Huáscar, que hacia fuego retirándose siempre que observaba que nuestros proyectiles la caian cerca, vira c o n proa al Sur. C i n c o m i n u t o s después renueva el c o m b a t e i la Union dispara sobre él i ie obliga a detenerse. El torreón Independencia h a c e un b u e n disparo p o c o corto, i el m o n i t o r c o m i e n z a entonces a retroceder de popa. Huáscar contesta, pero c o m o se hubiera alejado m u c h o , el proyectil cae fuera del m u e l l e dársena. El Angamos se acerca, dispara i el proyectil pasa sobre la arboladura de nuestros b u q u e s . L a Pilcomayo dispara una bala i cae en la población cerca de los depósitos del señor Rios. El Talismán h a c e luego lo m i s m o que la Union. Estos disparos, así c o m o los demás que se hacen por nuestros buques, fuertes i baterías, son todos cortos. C u a n d o el e n e m i g o observa q u e nuestros proyectiles caen cerca, se aleja v e r g o n z o s a m e n t e . A s í pues, nos v e m o s reducidos a contestar sus disparos solo por cortesía, pues ellos, prudentes hasta la exajeracion, n o traspasaron la línea a q u e nuestros cañones alcanzan. U n a b o m b a d e la Pilcomayo cae al c o s t a d o del Tumbes. Otra del Angamos cae entre el Oroya i la p o p a del Limeña, m o j a la popa de éste i la proa del primero sin causar averías. Ei Chalaco hizo fuego también, pero c o m o todos, sin éxito. Nuestros buques han sido el objetivo de los fuegos enemigos. I sin e m b a r g o n o tenemos que lamentar desgracia alg u n a en su personal. Solo una vez observamos que los m i e m b r o s de la Cruz R o j a se dirijieron hacia el muelle regresando c o n un solo herido, p r o b a b l e m e n t e del Marañon. U n a bala enemiga cortó la driza de la bandera que tenia la Union en su popa. Instantáneamente fué reemplazada, i ese acto se realizó en m e d i o de los aplausos i burras entusiastas lanzados por la m u l t i t u d de espectadores q u e se encontraban en el muelle, altos del ferrocarril ingles; corredores bajos, etc., etc. A las 3 P. M. llegó S. E. el Jefe S u p r e m o acompañado del Secretario de Guerra i edecanes respectivos. Se dirijió a las baterías del centro recorriendo en seg u i d a las demás, que a su vez i desde los primeros m o mentos en que se inició el c o m b a t e visitó también el Com a n d a n t e Jeneral de A r m a s , c o r o n e l Pedro J. Saavedra. U n a b o m b a enemiga dirijida por la Pilcomayo estalló en la plaza de la Matriz, ocasionando tan solo averías lijeras en el hotel R o m a . A l r e d e d o r del j a r d i n había m u c h a s personas i sin embargo no ocurrió desgracia a l g u n a personal. Los b o m b e r o s , ambulancias i el p u e b l o t o d o se han c o m p o r t a d o espléndidamente. El entusiasmo fué i n c o m p a r a b l e i sin embargo el orden n o se alteró.


CAPITULO

U n a b o m b a estalló en el arsenal de marina, ocasionand o un lijero i n c e n d i o i d a n d o muerte a dos caballos q u e se encontraban en el pasadizo q u e c o n d u c e a la estación inglesa, L a j e n t o de arsenal, m u c h o s particulares i los primeros b o m b e r o s que acudieron a ese lugar, consiguieron estinguir el fuego c o n facilidad. Otra b o m b a c a y ó en uno do los m u r o s del dársena e hirió a u n o de los m u c h o s espectadores que se encontraban cerca de la chaza de guerra. El torreón I n d e p e n d e n c i a disparó dos cañonazos i el M a n c o - C a p a c otros dos. E n a m b o s fuertes los artilleros se mantenían sobre, las armas, presenciando impasiblemente el c o m b a t e i aguard a n d o que el e n e m i g o se pusiese al alcance de su artillería. LEÓNIDAS

507

Los números de E L C O M E R C I O , correspondientes al 6 i 8 del actual i que acompaño a V. S . , le pondrán mas al c o r riente de cuanto dejo relacionado. Reiterando mis ofrecimientos de distinguida consideración, me suscribo de V . S . mtti obsecuente servidor. J.

ENRIQUE

(Inédito). NÚiVI. 4 . — L E G A C I Ó N D E L P Ü R V Í E N B O L I V I A .

Abril

10 de

1880.

Señor Secretario: Me es verdaderamente grato participar a V. S., que el 4 del corriente [jarció de esta ciudad con dirección a Tacna la quiuta división del ejército boliviano, compuesta de los batallones Gran, Chorolque i Tanja, que forman un total de 1,500 hombres, escojidos i perfectamente armados, al mando del señor jeneral Acosta, Suceso de tan alta significación para la alianza, después de los desgraciados acontecimientos del 12 i el 18 de Marzo, que V . S. no ignora, m e rece que suministre algunos detalles respecto a la manera c o m o se lia realizado. Invitado por S. E. el señor jeneral Campero para p r e senciar la partida de la indicada división, aproveché con placer ¡a oportunidad para hacer una pública manifestación de los sentimientos de simparía que animan al Perú respecto de B o ü v i a . • A ¡as 11 A . M. del día referido se puso en marcha la división, con gran contento del numeroso pueblo que concurrió a presenciar este acto. Y o fui acompañándola hasta el sitio denominado E l A l t o , donde el señor jeneral Campero, presentóme a las fuerzas c o m o a representante del Perú, p r o nunciando una arenga apropiada a las circunstancias. P o r mi parte i creyendo de mi deber dirijir una palabra de aliento a los soldados bolivianos que marchaban a c o m p a r tir con los del Perú las fatigas de la guerra, lo hice, en efecto, saludándolas en nombre del pueblo, del ejército i del Gobierno del Perú. Del A l t o continué aun, acompañando por espacio de dos leguas al señor jeneral Campero, que se dirijió hasta Viacha. A mi regreso, i habiendo tomado el camino que la división seguía, con el objeto de encontrarla, pude apreciar mejor i con verdadera satisfacción el entusiasmo con que marchaba al teatro de la guerra, entusiasmo manifestado por los repetidos i alegres vivas al P e n i i a S. E. el señor Piérola, con que espontáneamente correspondía a los lanzados por mí en honor de la alianza i de B o l i v i a ; i por otras muchas demostraciones, que omito reseñar, pero que m e inspiran la convicción de que esos 1,500 soldados constituirán un valioso continjente, de importancia talvez decisiva para el ejército aliado. Por otra parte, señor secretario, el efecto que ha causado en el pueblo la marcha de las indicadas fuerzas, me hace creer que los sentimientos en favor de la alianza, i por c o n siguiente, el ánimo resuelto de continuar la guerra hasta su feliz término, se encuentran arraigados en el corazón de Bolivia.

I SAL

AZAR.

XV. El Ministro peruano en La Paz, comunica haber obtenido por autorización del jeneral Campero, 300 rifles para reforzar en Puno a la división Ganiarra. (Inédito). LEGACIÓN

El Ministro del Pera en La Paz, da cuenta a su Gobierno describiendo la partida de la quinta división para el teatro de la guerra.

BUSTAMANTE

Al señor Secretario de Estado en el despacho de Seleciones Esteriores i Culto del Perú.

CÁRDENAS.

XIV.

La Paz,

SÉTIMO.

DEL PERÚ

EN

BOLIVIA.

La Paz, Abril 11 de 1880. Señor Secretario: Me es vivamente grato ocuparme en esta comunicación de un hecho que considero de altísima importancia, por cuanto viene a probar la perfecta lealtad con que el actual Gobierno de Bolivia pone hoi al servicio de la alianza todos los esfuerzos i elementos de que dispone. Habiendo enviado el señor prefecto de P u n o al señor coronel don Justo R . Valdes con el esclnsivo objeto de m a nifestarme la importancia i urjencia de reforzar la división Gamarra, para lo cual, disponiendo de soldados, pero no de armas, me instaba a que se las consiguiera en esta ciudad, obteniéndolas si fuera posible, del Gobierno, o c o m p r á n dolas de particulares, en cuyas manos existe el total del armamento perdido en la dispersión del 18 de Marzo, m e dirijí en conferencia privada al señor jeneral Campero, i haciéndole presente que siendo uno los intereses de ambos países, uno debian ser también la voluntad i los esfuerzos, i por lo m i s m o comunes los elementos de que cualquiera de ellos pudieran disponer, obtuve de él orden para que se me entregaran algunos rifles que la policía tenia en d e p ó sito, i autorización para hacer comprar por medio de la i n tendencia de policía i con fondos que yo le suministrara todas las que pudieran obtenerse i yo tuviera a bien. O b t e nida esta autorización, i entregada por mí al intendente de policía la suma indispensable para el objeto, comenzó ayer a hacer el rescate tanto para completar los trescientos que en la fecha remito al señor prefecto de P u n o , c o m o para reponer los que tenia el Gobierno, para lo cual i contando con los fondos que me ha ofrecido el indicado señor prefecto, he tomado en ésta bajo mi responsabilidad personal el dinero- necesario. Con tan feliz oportunidad me c o m p l a z c o en suscribirme de V . S. mni atento i seguro servidor. J.

ENRIQUE

BUSTAMANTE

I

SALAZAR.

Al señor Secretario de Estado del Perú en el despacho de Relaciones Esteriores i Culto.

XVI. Decretos del Gobierno de Chile. MINISTERIO

D E

LA

GUERRA

EN

CAMPAÑA.

Abril

5 de

1880.

''Estando vacante el puesto de Jefe de Estado Mayor Jeneral por renuncia del que lo servia, coronel don Pedro L a g o s , decreto: Nómbrase J e f e ' d e Estado Mayor Jeneral del ejército de operaciones del Norte, al coronel don José Yelasquez, con retención del mando de su c u e r p o . — A n ó t e s e i c o m u n i qúese. R.

SOTOMAYOR."


508

GUERRA

MINISTERIO

DE

DEL

HACIENDA.

Santiago,

Abril

6 de

18S0.

Siendo necesario establecer desde luego las reglas a que deben someterse las tesorerías de Iquique i de Valparaiso para pagar a ios elaborabores de salitre de Tarapacá los costos de elaboración estipulados en los contratos celebrados por el Gobierno del Perú o sus ajentes, H e acordado i decreto: 1 . ° L a tesorería de Iquique jirará en moneda chilena sobre la tesorería de Valparaiso, órdenes de pago a la vista por el valor a que tuviere derecho cada elaborador de salitre, una vez justificado el embarque de éste; 2. ° Estas órdenes llevarán el visto-bueno del inspector de oficinas fiscales, i contendrán la cláusula de ser pagadas en Valparaiso con arreglo al cambio establecido en el v a por de l á m a l a de Europa inmediatamente anterior a la f e cha del j i r o ; 3. ° La tesorería de Valparaiso pagará los mencionados jiros en conformidad a lo dispuesto en el artículo anterior, previo el certificado de tres bancos en que se fije el tipo del cambio, que presentará el interesado. Cuando los certificados no fueren uniformes, se tomará el término medio; 4. ° L a misma tesorería abrirá nna cneutabajo el rubro "Salitres de Tarapacá," que acreditará con el importe de los salitres vendidos por el Gobierno de Chile, i adeudará con el valor de cada jiro hecho por la tesorería de Iquique; 5. ° Los pagos hechos por la tesorería de Valparaiso serán documentados con el jiro cancelado i con el certificado de los bancos en que se fijó el tipo del c a m b i o ; 6. ° Para comprobar la cuenta de "Salitres de Tarapacá" que se le encomienda a la tesorería de Valparaiso, la tesorería de Iquique abrirá un rejistro que contenga: 1. ° el nombre del elaborador; 2 . ° el contrato que rije su elaboración; 3. ° el pago a que tiene derecho; i 4. el n ú m e ro de quintales españoles que baya entregado i por los cnales se ha hecho el j i r o o jiros correspondientes; c

7. ° E l rejistro de que trata el artículo anterior será remitido a la tesorería de Valparaiso cada trimestre para que lo acompañe a las cuentas que debe rendir a la c o n taduría m a y o r ; 8 . ° Las planillas mensuales que presente el inspector de salitres a la tesorería de Iquique por gastos hechos en la conservación de los establecimientos salitreros que están en ejercicio, serán cargados por dicha tesorería a la de Valparaiso, i esta última oficina al hacer el abono del caso, lo cargará a la cuenta de "Salitres de Tarapacá." 9. ° Todo desembolso qne fuere orijinado por la a d m i nistración de las salitreras será también de cargo a la misma cuenta, en la forma indicada en el artículo precedente. Tómese razón, comuniqúese i publíquese.

PACIFICO.

traspaso que se les haga de dichos contratos, debiendo cumplirlos en los términos i bajo las condiciones en que han sido celebrados; i quedando subrogados al Gobierno en los derechos que se le otorgan por esos mismos contratos. A r t . 3. ° E n todo lo demás se procederá con arreglo a lo dispuesto en el decreto de 5 d e . M a r z o próximo'pasado. Tómese razón, comuniqúese i publíquese. PINTO.

Augusto MINISTERIO

DE

JUSTICIA, CULTO

Santiago,

Augusto

Santiago,

Abril

Matte.

8 de

1880.

H e acordado i decreto: Procédase a vender en subasta pública en el puerto de Valparaiso el Sábado 10 del actual, cuatro lotes de salitre elaborado en el territorio de Tarapacá. E l primero con 35,000 quintales españoles; E l segundo con 2 7 , 0 0 0 ; E l tercero con 2 0 , 0 0 0 ; i E l cuarto con 24,000. A r t . 2. ° Habiéndose contratado con autorización del Gobierno, el fletamento de buques para conducir a Europa los lotes referidos, los adjudicatarios deberáu aceptar el

INSTRUCCIÓN

Abril

15 de

PÚBLICA.

1880.

E n vista del oficio que precede, se aprueba el siguiente decreto espedido c o n fecha 2 del q u e rije por el j e f e de las fuerzas de o c u p a c i ó n del territorio de Tarapacá: N ú m . 1 4 . — J o s é A n t o n i o - V i l i a g r a n , jeneral de brigada i en j e f e de las fuerzas de o c u p a c i ó n del territorio de Tarapacá, a todos los habitantes de él h a g o saber: " C o n v i n i e n d o organizar c u a n t o antes el servicio de la justicia de menor cuantía en este territorio, i en virtud de las facultades que me corresponden, decreto: A r t . 1. ° Q u e d a d i v i d i d o el territorio de Tarapacá, para la administración de justicia de m e n o r cuantía, en la forma siguiente: PRIMERA

SUBDELEGACION.

Pisagua.—Límites.—Los de la población, i n c l u y e n d o además Pisagua V i e j o i Junin. Primer distrito.—Desde la acera N o r t e de la plaza hasta el hospital, c o m p r e n d i e n d o la caleta Pisagua V i e j o . S e g u n d o distrito.—Desde la acera Sur de la plaza hasta el frente, c o m p r e n d i e n d o la caleta J u n i n al Sur. SEGUNDA

SUBDELEGACION.

Linea del ferrocarril,—Límites.—Desde la quebrada de Camarones, c o m p r e n d i e n d o Tana i Tiliviche por el Norte hasta R a m i r e z inclusive, p o r el Sur. J u e z de subdelegac i o n en Jazpampa. Primer distrito.-—Desde la quebrada de Camarones hasta J a z p a m p a inclusive. S e g u n d o d i s t r i t o . — D o l o r e s . — D e s d e J a z p a m p a hasta Dibujo. Tercer d i s t r i t o . — A g u a S a n t a . — D e s d e D i b u j o hasta Ramirez. TERCERA

SUBDELEGACION.

Mejillones.—Límites.—Los del puerto d e Mejillones. U n solo distrito c o n los límites del j u z g a d o de subdelegaron. CUARTA

SUBDELEGACION.

Tarapacá.—Límites.-—Los que se espresarán mas tarde. D i s t r i t o s . — N o se han designado todavía. QUINTA

PINTO.

E

Matte,

SUBDELEGACION.

La Noria.—Límites.—Desde R a m i r e z a Salar del Carm e n , c o n residencia del J u e z en la Noria. Primer d i s t r i t o . — P o z o A l m o n t e . — D e s d e Ramirez hasta la Noria. S e g u n d o d i s t r i t o . — D e s d e la Noria a Salar del Carmen. SESTA

SUBDELEGACION.

Pica.—Límites.—Desde P o z o A l m o n t e , siguiendo el c a m i n o de Pica por el N o r t e , hasta la quebrada de Guat a c o n d o por el Sur. Residencia en Pica. Primer distrito.—Canchones. S e g u n d o id.—Matillas. Tercer i d . — P i c a . Cuarto i d . — G u a t a c o n d o .


CAPITULO

SÉTIMA SUBDELEGACION.

Pabellón de Pica.—Límites.—Desde Chucumata a Huanillos por la costa i la línea del ferrocarril al interior, h a s ta el Loa. Residencia. Pabellón d e Pica. Primer d i s t r i t o . — D e s d e C h u c u m a t a a Patillos, i n c l u y e n d o la línea férrea. S e g u n d o distrito.—Pabellón de Pica. Tercer d i s t r i t o . — H u a n i l l o s . OCTAVA SUBDELEGACION.

Iquique.—Estación del ferrocarril 1. ~ urbana.-—Límit e s . — D e s d e el estremo N o r t e de la p o b l a c i ó n hasta la acera N o r t e de la calle de Cajamarca, i desde la ribera del mar hasta el estremo Oriente, c o m p r e n d i e n d o además la línea del ferrocarril hasta la Noria. Primer d i s t r i t o . — D e s d e el mar hasta la estación i toda la calle de Cajamarca. S e g u n d o distrito.—La estación i la línea del ferrocarril hasta la Noria. NOVENA SUBDELEGACION.

De la Aduana, 2. urbana.—Límites.—Desde la acera Sur de la callo de Cajamarca hasta la del m i s m o lado de la calle de San Martin, i desde el mar hasta el estremo Oriente. Primer distrito.—Desde el mar basta la calle de Tacna. Segundo distrito.—Desde la calle de Tacna hasta el estremo oriente. rf

DÉCIMA

SUBDELEGACION.

Del nuevo mercado, 3. Aduana.—Límites.—Desde la calle Zela acera Oriente i Huaucavélica hasta el estremo Oriente, i desde la de San Martin a la que precede eu línea paralela a la de Cochabamba. Primer distrito.—Desde las calles de Zela i Hiiancavélica a la d e l a U n i o u acera poniente. Segundo distrito.—Desde la calle de la Union hasta el estremo Oriente. &

UNDÉCIMA

SUBDELEGACION.

De la plaza, 4 . urbana.—-Límites.—Desde las calles de Zela i Huancavélica al mar, i desde la acera Sur de la de San Martin a la del m i s m o lado de la de A n c a c h s . Primer d i s t r i t o . — L a recova i las calles de Sucre i L a mar. 0 3

Segundo distrito.—Las calles de Patillos i A n c a c h s . DUODÉCIMA SUBDELEGACION.

Del Molle, 5. urbana.—Límites.—La porción de la ciudad no comprendida en las designaciones anteriores i la caleta del Molle. Primer distrito.—Desde el mar a la calle de Tumbes acera poniente. S e g u n d o d i s t r i t o . — L o restante de la subdelegacion. A r t . 2. ° Los litijios de que los Jueces de subdelegacion i de distrito son llamados a conocer_ serán resueltos c o n forme a las leyes chilenas. A r t . 3. ° E n el desempeño de sus funciones, los Jueces de menor cuantía deberán observar lo prescrito en los artículos para los Jueces Letrados en el bando p r o m u l g a d o con fecha 23 del mes p r ó x i m o pasado. A r t . 4. ° N o obstante lo dispuesto eu el art. 3. ° del bando citado, los Jueces de subdelegacion i de distrito, p o drán resolver las cuestiones que se susciten entre partes respecto a la propiedad de los bienes muebles cuya cuantía no esceda de cincuenta o de doscientos pesos, según el caso. Art. 5. ° Para el uso de sus respectivos j u z g a d o s , cada uno de los Jueces de subdelegacion i de distrito podrán disponer de un ejemplar del Manual de Jueces de Distritos i de subdelegacion que queda depositado con esta fecha en la •secretaría de uno de los j u z g a d o s de letras de Iquique. 03

509

SÉTIMO.

A fin de que llegue a conocimiento de todos, publíqnese por bando i en los periódicos de Iquique. D a d o en Pisagua a 2 de A b r i l de 1880." Anótese, comuniqúese, publíqnese e insértese en el B O LETÍN

D E

LAS

LEYES.

PINTO.

José Antonio

F E L I C I T A C I Ó N POR

Gajidarillas.

EL C O M B A T E D E

lio,

BUEN AVISTA.

Abril

24 de

1880.

Con fecha 2 0 del presente se me remitió el siguiente despacho telegráfico: " F e l i c i t e V . S. en nombre del Gobierno al coronel V e r gara i a los jefes, oficiales i tropa que tomaron parte en el brillante combate del 18. E l Gobierno confia en que este triunfo que ha cabido a nuestras fuerzas de caballería, sea el precursor de la v i c toria definitiva del ejército. A . P I N T O . — D . Santa, María. —M. L. Amunátegui.-—José A. Gandarillas.—A. Matte." A l cumplir con el encargo del Supremo Gobierno trasmitiendo a V . S., para que por su conducto, lleguen hasta los vencedores de Buenavista, sus justas felicitaciones, me hago un deber de asociarme a ellas. L a jornada del 18, cuyo honor corresponde por entero a nuestra caballería, es gloriosa por el valor que en ella desplegaron nuestros soldados i de inmensos resultados p r á c ticos, por cnanto ha despejado el camino que deben recorrer en breve nuestras tropas para ir en busca de otros c o m b a tes i de nuevas glorias. Dios guarde a V . S. R.SOTOMAYOR. Al señor Jeneral en Jefe del ejército.

NUEVO

COMANDANTE JENERAL DE CABALLERÍA.

lio, Abril

27 de

1880.

Con esta fecha he decretado lo que sigue: " E s t a n d o el señor jeneral don Manuel Baquedano, C o mandante Jeneral de la caballería, desempeñando el puesto de Jeneral en Jefe, Decreto: Nómbrase Comandante Jeneral de las fuerzas de caballería del ejercito de operaciones del Norte, al coronel don José Francisco Vergara. Anótese, comuniqúese i dése cuenta al Supremo G o b i e r no para su aprobación." L o trascribo a V . S. para su conocimiento i demás fines. Dios guarde a V . S. R.

SOTOMAYOR.

Al señor Jeneral en Jefe del ejército del Norte.

XVII. Decreto i proclama de Campero a su partida de Tacna; proclama i decreto del doctor L. Cabrera, encargado del Poder Ejecutivo. "El ciudadano Benigno Clavijo, Prefecto i Superintendente de hacienda i minas del departamento, etc. Por c u a n t o de la Secretaría Jeneral de Estado se ha recibido el s u p r e m o decreto i proclama q u e sigue: " N A R C I S O CAMPERO, PRESIDENTE PROVISORIO DE LA REPÚBLICA.

Considerando: Q u e las exijencias d e la situación ha h e c h o necesaria mi presencia en el teatro de la guerra; Q u e en c o n s e c u e n c i a d e b o marchar inmediatamente a p o n e r m e al frente del ejército aliado,


510

GUERRA

DEL

Decreto: A r t . 1. ° Durante m i ausencia, el señor Secretario J e neral de Estado, d o c t o r Ladislao Cabrera, ejercerá el Poder E j e c u t i v o , Art. 2. ° Los oficiales mayores quedan encargados del despacho en sus r a m o s respectivos. El Secretario Jeneral de Estado dará e j e c u c i ó n i c u m plimiento al presente decreto. D a d o en la ciudad de L a Paz, a los 14 dias del m e s de A b r i l de 1 8 8 0 . — N a r c i s o Campero. PROCLAMA. E!.

JENERAL

NARCISO

CAMPERO A

LA

NACIÓN.

Bolivianos: U n a necesidad imperiosa m e obliga a m a r c h a r al teatro de la guerra a ponerme al frente del ejército aliado. Este se halla p r ó x i m o a librar u n gran c o m b a t e , q u e decidirá quizas de la suerte de Bolivia i de la alianza. E n tan supremos instantes, la situación hace allí necesaria mi presencia. N o p u e d o permanecer indiferente a las e x i jencias de la patria, i c e d i e n d o a los impulsos de m i corazón, parto d e c i d i d o a consagrarle hasta el ú l t i m o aliento de m i vida. Durante mi ausencia, que espero n o será larga, el señor Secretario Jeneral, d o c t o r Ladislao Cabrera, queda encarg a d o del ejercicio del P o d e r E j e c u t i v o . Qnizá notareis en esto alguna irregularidad, debida a las circunstancias escepcionales en que nos encontramos. Pero os ruego tengáis en cuenta que es menester posponer todo ante la lei suprema de la salvación nacional. Por otra p a r te, se baila p r ó x i m a a reunirse la convención, i no dudo que ella en cualquiera eventualidad amparará con su augusto manto a la hija del gran Bolívar. Compatriotas: A l dirijiros mi ¡adiós! de despedida en este m o m e n t o solemne, os pido que ahora mas que nunca mostréis ese espíritu de sensatez i de elevado patriotismo de que h a béis dado recientes pruebas. Conservad a todo trance el orden interior, mientras vuela a unirse con el valiente ejército que sostiene los fueros nacionales i vuelve a presentaros el laurel de la victoria, vuestro jeneral i a m i g o . — Narciso Campero. L a P a z , 14 de A b r i l de 1 8 8 0 . " Por tanto, i para que llegue a conocimiento del vecindario, pnblíquese por bando i por la prensa, trascribiéndose a quienes corresponde. Prefectura del departamento, L a P a z , a 14 de Abril de .1880. BENIGNO

CLAVIJO.

T.

Camacho, secretario.

PROCLAMA. El doctor Ladislao

Cabrera

a la

Nación.

¡Bolivianos! E l Presidente de la R e p ú b l i c a ha creido de sn deber dejar por pocos dias el suelo patrio, para ponerse a la cabeza del ejército en campaña i concurrir a la batalla que debe decidir, acaso, de la suerte de las naciones aliadas. J e fe de la Nación i Capitán Jeneral de nuestros ejércitos, d e bia dar el ejemplo de abnegación i patriotismo, i ha volado en el momento del sacrificio a tomar el puesto que la patria i el honor le señalaban. Encargado entretanto de la dirección del Poder E j e c u t i v o , cúmpleme dirijirme a todos mis compatriotas, m a n i festándoles que en esta hora suprema para Bolivia, el G o bierno requiere mas que nunca la cooperación de todos los bolivianos, sin distinción de partidos. Un solo pensamiento, una sola voz de g u e r r a . . . i de guerra estrema a Chile, debe resonar en todos los ángulos de la República. Porque la victoria es la única solución que conviene al honor boliviano, a los intereses jenerales del país, i a los

PACIFICO.

particulares de todos los ciudadauos, es que debemos llevar adelante la guerra con abnegación i perseverancia. Fuerza es, por consiguiente, concurrir a esta grande obra con toda la enerjía de nuestro patriotismo ultrajado i calumniado por Chile. ¡Jamás debemos aceptar la paz ignominiosa! Dios nos ha dado una patria, que ninguna nación puede disputarnos, ni menos atentar su integridad territorial. Defendámosla con valor i perseverancia, i en toda situación protestemos a la faz del mundo civilizado por nuestro honor, por la tumba de nuestros mártires i por cuanto mas sagrado encierra el snelo de esta cara patria, que estamos dispuestos a verter en sus aras nuestra sangre i a sacrificar por ella nuestros bienes. ¡Compatriotas! Tales son los votos de vuestro compatriota i amigo, i que sabrá sostenerlos, mas que todo, eu la hora de! sacrificio. LADISLAO

CABRERA.

L a P a z , Abril 16 de 1880. L,adislao

Cabrera,

Secretario Jeneral Ejecutivo.

encargado

del

Poder

Considerando: Que los ingresos todos de la R e p ú b l i c a apenas pueden hacer frente a las erogaciones que demanda el estado de guerra en que se halla empeñada la R e p ú b l i c a ; Que la defensa nacional i las penurias del erario público exijen de todos los ciudadanos, i en especial de los funcionarios públicos, grandes sacrificios que deben compartirse entre todos, Decreto: A r t . 1. ° L o s majistrados de la Corte Suprema i Tribunal Nacional de Cuentas, los de las cortes de distrito i tribunales de partido, el fiscal jeneral i los fiscales de distrito i de partido, i los empleados de la casa nacional de moneda, recibirán solo la mitad de sus haberes mientras la Convención Nacional disponga lo conveniente. A r t . 2. ° Las dotaciones eclesiásticas consignadas en el presupuesto vijente, quedarán reducidas al 50 por ciento. L a s pensiones sobre el tesoro público, se pagarán, sin escepcion, con igual reducción al 50 por ciento. A r t . 3. ° L o s prefectos departamentales, intendentes de policía i snb-prefectos, los administradores de las tesorerías dspartamentales i sus oficiales mayores percibirán las tres cuartas partes de sus haberes. L a m i s m a reducción sufrirán los jueces instructores i ajenies fiscales. A r t , 4. L o s funcionarios civiles cuya dotación no pa'se de 400 bolivianos, continuarán g o z a n d o de los haberes qne les señala el presupuesto. A r t . 5 . ° L o s Comandantes Jenerales i mayores de plaza i los demás militares que no están en servicio activo en el ejército, tales c o m o los de las plazas i fronteras, solo recibirán la mitad del sueldo que actualmente gozan. A r t . 0. Los prefectos departamentales mandarán pagar los sueldos devengados desde el 1 . ° de Enero del presente año, con arreglo a las prescripciones de este decreto. A r t . 7 . ° Los empleados de los Ministerios de Estado i Estado Mayor Jeneral estarán sujetos al decreto espedido el 15 del mes en curso. L o s documentos de que habla este decreto, quedarán cancelados i no se hará mención de ellos eu la caja nacional. A r t . 8. Queda abrogado el decreto de 1. ° de Marzo de 1879. E l oficial mayor encargado del despacho de hacienda hará publicar i circular el presente decreto. E s dado en la ciudad de La Paz a 16 de A b r i l de 1880. c

c

c

LADISLAO

CABRERA.


CAPITULO

XVIII.

TARIFA

NICOLÁS DE PIÉROLA, SUPREMO

D E LA

A

Q U E

511

DEBEN

VENDERSE

MERA

Decreto de Piérola, baudo municipal i circular del prefecto de Lima sobre los artículos alimenticios.

JEFE

SÉTIMO.

REPÚBLICA

Considerando: 1. ° Q u e nada p u e d e justificar la repentina e i n m o d e rada alza de precios que han esperimentado los artículos de alimentación i de primera necesidad c o n m o t i v o del b l o q u e o de algunos puertos del Sur, i especialmente del del Callao notificado por la flota enemiga; 2. ° Q u e es conveniente quitar a la especulación ilícita todo pretesto para encarecer la subsistencia, en vista de aquella hostilidad, realmente ineficaz bajo ese aspecto en nuestro territorio; 3. ° Q u e el precio que d i c h o s artículos tenían antes del bloqueo del Callao en los diversos p u n t o s del territorio, es e! mas alto que hayan alcanzado en nuestros m e r c a d o s , Decreto: Art. 1. ° Los artículos de alimentación i de primera necesidad, esceptuando vinos i licores, no podrán ser v e n didos a precio m a y o r que el que tenían el dia 8 del presente mes. A r t . 2. ° Q u e d a prohibida la esportacion de tales artículos en el territorio nacional, c o n escepcion del azúcar i las frutas, mientras no se disponga de otra manera, Art, 3. ° Declárase libre de derechos la i m p o r t a c i ó n de víveres. Art. 4. ° El ferrocarril de L i m a a Chicla i los demás ferrocarriles nacionales, trasportarán gratis los espresados artículos q u e se importen a L i m a i el Callao. A r t . 5. ° Q u e d a n esceptuados del servicio militar los que se o c u p e n del trasporte i provisión de víveres, a c u y o efecto se les espedirá por los sub-prefectos los correspondientes boletos d e escepcion. Art. 6 . ° Los mismos proveedores i conductores, salvo infraganti delito, así c o m o sus acémilas i medios de trasporte, q u e d a n escentos d e d e t e n c i ó n , arraigo o embargo, sin o r d e n escrita del prefecto m i s m o d e l departamento. Declárase la responsabilidad de las autoridades o particulares q u e violen estas i n m u n i d a d e s . A r t , 7. ° L o s prefectos, eu sus respectivos departamentos, estimularán i favorecerán por todos los medios que estén a su alcance la producción, acopio i especialmente el trasporte de subsistencias. A r t . 8 . ° Las respectivas municipalidades especificarán, consultando el mejor acierto, los artículos i el precio a que se refiere la disposición primera de este decreto. A r t . 9 . ° E u la ciudades de L i m a i el Callao se reduce a la mitad el impuesto de sisa, de carnes mayores i m e n o res, i la pensión que en los mercados pagan por asiento los espendedores por menor, autorizándose a las municipalidades respectivas para hacer los arreglos convenientes con los rematistas de estos ramos eu cuanto al precio que se han obligado a pagar por sus contratos. A r t . 10. Encomiéndase a la prefectura de L i m a la creación de una lonja para la venta de víveres por mayor i la estincion de los especuladores en víveres, llamados regatones. Art. 11. L a violación de las disposiciones del presente decreto será esclarecida i penada arbitrariamente a juicio del Gobierno. Los Secretarios de Estado en los despachos de gobierno i hacienda quedan encargados de la ejecución de este de decreto. Dado en la Casa de Gobierno en L i m a , a 12 de Abril 1880. N. D E P I É R O L A . — N e m e s i o Orbegoso.—Manuel naga.

A.

Bari-

LOS

ARTÍCULOS

DE

PRI-

NECESIDAD.

José R. Fonseca, Alcalde Municipal de la Honorable nicipalidad de la provincia,

Mu-

Considerando: Que por el art, 1. ° del supremo decreto de 12 del corriente, se manda " q u e los artículos de alimentación i de primera necesidad, esceptúandose vinos i licores, no podrán ser vendidos a precio mayor que el que tuvieron el dia 8 del presente m e s ; " Que por el art. 8. del propio decreto se ordena "'que las respectivas municipalidades especificarán, consultando el mejor acierto, los artículos i precios a que se refiere la precitada disposición;" Que designados los artículos de alimentación i de primera necesidad, c o m o los precios a que deben venderse, es un deber de la Honorable Municipalidad emplear el medio mas eficaz de que ese acuerdo llegue a conocimiento de t o d o s ; De conformidad con lo resuelto por la corporación en sesión de ayer, Decreto: A r t . 1. ° Son artículos de alimento: Carne de res, de carnero i chancho, pan, arroz, papas, fréjoles, arvejas, chuño, quinua, pallares, garbanzos, babas, maiz, maní, trigo, cebada, harina, fideos, manteca, mantequilla, queso, galletas, sal, charqui, chalona, tocino, j a m ó n , huevos, camotes, yucas, legumbres i pescado. Art. 2 Son artículos de primera necesidad: Carne, pan, papas, arroz, trigo, maiz, sal, harina, m a n teca, azúcar, j a b ó n , fósforos, velas, ron, leña i carbón. A r t . 3 . ° Los precios a que deben venderse dichos artículos, por ser los que tuvieron el 8 del presente, sou los siguientes: Carne de res, primera clase, 1 sol 30 cent, q u i l o g r a m o ; 60 cent, libra. Id. de segunda clase, 1 sol 9 cent, q u i l o g r a m o ; 50 cent, libra. Id. de carnero, 87 cent, q u i l o g r a m o ; 4 0 cent, libra. Id. de chancho, 87 cent, q u i l o g r a m o ; 40 cent, libra. Pan, 76 cent, q u i l o g r a m o ; 35 cent, libra. A r r o z del país de primera clase, 48 cent q u i l o g r a m o ; 2 2 cent, libra. Id. de segunda, 39 cent, q u i l o g r a m o ; 18 cent, libra. Id. inferior, 35 cent, q u i l o g r a m o ; 16 cent, libra, Id. de la India de primera clase, 39 cts. quilogramo; 18 cts. libra. Id. de segunda clase, 35 cts. q u i l o g r a m o ; 16 cts. libra. Papas, 14 cts. q u i l o g r a m o ; 6 i cts. libra. Fréjoles, 20 cts. q u i l o g r a m o ; 9 cts. libra. Arvejas, 20 cts. q u i l o g r a m o ; 9 cts. libra. C h u ñ o , 54 cts. q u i l o g r a m o ; 25 cts. libra. Quinua, 54 cts. q u i l o g r a m o ; 25 cts. libra. Pallares, 25 cts. q u i l o g r a m o ; 10 cts. libra. Garbanzos, 22 cts. q u i l o g r a m o ; 10 cts. libra. H a b a s , 3 2 | cts. q u i l o g r a m o ; 15 cts. libra. Maíz, 15 cts. q u i l o g r a m o ; 7 cts. libra. Trigo, 30 cts. quilogramo; 14 cts, libra. Cebada, 15 cts, q u i l o g r a m o ; 7 cts. libra. Harina de primera, 52 cts. quilogramo; 24 cts. libra. Fideos, 76 cts. q u i l o g r a m o ; 35 cts. libra. Manteca, 1 sol 63 cts. q u i l o g r a m o ; 75 cts. libra. Mantequilla, 3 soles 26 cts. q u i l o g r a m o ; 1 sol 26 cts. libra. c

o

Queso, 2 soles 61 cts. q u i l o g r a m o ; 1 sol 20 cts. libra. Sal, 33 cts. q u i l o g r a m o ; 11 cts. libra. Charqui, 1 sol 74 cts, q u i l o g r a m o ; 80 cts. libra. Chalona de carnero; 2 soles. T o c i n o , 1 sol 30 cts. q u i l o g r a m o ; 60 cts. libra. J a m ó n , 1 sol 52 cts. quilogramo; 70 cts. libra. H u e v o s , 10 cts. cada u n o . Camotes, 6 i cts. q u i l o g r a m o ; 3 cts. libra. Y u c a s , 5 | cts. quilogramo; 3 cts. libra.


512

GUERRA

D E L PACIFICO.

A z ú c a r blanca, 65 cts. q u i l o g r a m o ; 3 0 cfcs. libra. Id. moscabada, 52 cts. q u i l o g r a m o ; 2 4 cts. libra. J a b ó n del país, 10 cts. p a n grande. Fósforos contra-incendio, 7 soles la gruesa. Velas estearinas, 3 0 0 g r a m o s ; 7 soles. A r t . 4. ° T o d o s los q u e espendan cualquiera d e los artículos especificados, están obligados a fijar esta tarifa en la parte mas visible d e su establecimiento, so pena d e ser multados en la suma d e 100 soles. D a d o en la Casa Consistorial d e l Callao a los 14 dias d e l mes de A b r i l d e 1880. Rejístrese, publíquese p o r b a n d o i archívese. JOSÉ

R.

FONSECA.

Francisco

Quiñones

i

Lastre,

secretario.

CIRCULAR. Lima,

Abril

14 de 1880.

Me es houroso remitir a U d . una copia del supremo d e creto de 12 del presente. A b r i g o la profunda convicción de que U d . , inspirándose en los saludables propósitos del Gobierno, sabrá traducir en hechos inmediatos i eficaces esa resolución, que tiende a salvar de los estragos de anti-patrióticas e ilícitas especulaciones a todas las clases sociales. H o i mas que nunca necesita el país, en las anormales circunstancias que atraviesa, de la dedicación absoluta de las autoridades a todo lo que contribuya a hacer menos sensibles los efectos de la injusta agresión de los enemigos del Peni. E n consecuencia, U d . se servirá, interpretando los arts. 4. , 5. ° , 6. ° i 7. ° , poner de manifiesto a los espendedores i conductores de subsistencias las marcadas ventajas que reportarán con el estricto cumplimiento del decreto. A d e m á s , hará U d . saber en todos los pueblos de su j u risdicción, por medio de los gobernadores, tenientes-gobernadores i ajencias municipales, el tenor de los referidos artículos, de m o d o que se penetren minuciosamente de las garautías ofrecidas por el Gobierno a los que dedican al espendio i conducción d é l o s artículos de primera necesidad, como son la escepcion del servicio militar i otras seguridades que hacen casi sagradas sus personas e intereses. Próximamente le remitiré impresos los certificados que tanto U d . c o m o los gobernadores i tenientes-gobernadores, defieran espedir a los ciudadanos de que trata este oficio. Para el mejor acierto en tan delicados procedimientos i con el objeto de prevenir los abusos que pudieran ocurrir, U d . dará al jefe de la estación respectiva una razón n o m i nal de los gobernadores i tenientes-gobernadores de los pueblos de doude proceden las cargas i las correspondientes firmas de aquéllos, a fin de que tenga lugar el cotejo con las que aparezcan en los certificados. Cuidará especialmente Ud. de advertir a las autoridades de su dependencia, que los certificados deben ser espedidos gratis i sin demora alguna, bajo la mas seria responsabilidad, haciéndoles comprender al propio tiempo que dichos certificados no solo servirán para comprobar la condición de quienes los obtengan i esceptuarlos del servicio militar, i para garantizar sus acémilas, sino que serán suficientes para conseguir ipso/acto el libre pasaje en los ferrocarriles de sus personas i mercaderías. Ud. elevará también a este despacho otra razón nominal, en todo semejante a la remitida a los jefes de estación, a fiu de que sea conocida la firma de las autoridades que e s pidan los certificados. Debe U d . , a s i m i s m o , advertir a los introductores de víveres que se dirijan a la capital, que los lugares establecidos para lonjas, de conformidad con el art. 10 del suprem o decreto que motiva estas instrucciones, i adonde pueden dirijir.-e con sus cargas son: el antiguo convento de Santo c

T o m a s con entrada por la calle de Junin, inmediata al mercado principal; en la estación de Monserrat, del ferrocarril trasandino, el salón que servia de depósito para la carga de la Oroya, i en el barrio de abajo del puente, el T a m b o del Sol, contiguo al mercado del Baratillo. Hará U d . presente que los indicados importadores no sufrirán gravamen algún por sn permanencia en estos lugares, ni se les obligará en lo absoluto a vender sus artículos a mas bajo precio del que tenían antes de la notificación del b l o queo del Callao. U d . comprenderá suficientemente que entre los introductores de víveres están también considerados los conductores de ganado lanar i vacuno, así c o m o los importadores de cerdos. P o r lo tanto, hará U d . llegar sus prevenciones i disposiciones a los ganaderos, poniéndoles de manifiesto la gran utilidad que les importa la rebaja de 50 por cieuto establecida en el derecho de sisa. Para facilitar mas la fiel observancia de cuanto llevo espnesto, adjunto a U d . un ejemplar del bando prefectura! de la fecha,, debiendo ser U d . inexorable en perseguir i castigar a los que, ahogando todo sentimiento de humanidad i amor al país, se entregan a la perniciosa especulación ya puntualizada. J u z g o innecesario agregar otras advertencias, pues r e conozco en U d . la competencia, actividad i patriotismo que demanda la dificultad de la situación i de los cuales espera el Supremo Gobierno nuevas i elocuentes pruebas. Dios guarde a Ud. muchos aiios. JUAN Al señor Sub-prefecto déla provincia

M.

ECHENIQUE.

de...

XIX. Telegrama i parte oficial del Comandante del departamento de Márquez, dando cnenta haber sido rechazadas varias embarcaciones chilenas. (Recibido a las 1 2 . 2 5 P . M . )

Márquez,

Abril

17 de 1880.

Los enemigos en tres falúas pretendieron, a las 9 P. M., efectuar u n d e s e m b a r c o al N o r t e d e esta playa, i fueron rechazados c o n éxito p o r el destacamento d e j e n d a r m e s , después d e u n nutrido fuego d e fusilería. N i n g u n a desgracia a los nuestros. H a i f u n d a m e n t o para creer q u e el e n e m i g o las h a sufrido d e consideración. ECHENIQUE.

PARTE COMANDANCIA

OFICIAL.

D E L DEPARTAMENTO

Hacienda

de Márquez,

D E

Abril

MÁRQUEZ.

17 de 1880.

Señor Coronel: T e n g o el h o n o r d e poner e n c o n o c i m i e n t o d e V. S. lo ocurrido e n la playa d e Márquez, e n c o m e n d a d a a mi vijilancia, e n la n o c h e d e ayer a las 9 P. M. H a b i e n d o recibido a dicha hora parte verbal de que tres embarcaciones menores se a p r o x i m a b a n a la playa, marc h é inmediatamente c o n el resto d e l destacamento, c o m puesto d e 22 h o m b r e s , para rechazar cualquiera tentativa de desembarco, pues supuse q u e fuesen embarcaciones enemigas. A p e n a s habia m o n t a d o la tropa, e s c u c h a m o s un fuerte tiroteo q u e tenia lugar entre la avanzada del destacamento i los botes chilenos. Proseguí entonces m i marcha, i u n a v e z llegado al alcance d e los agresores, trabé c o m b a t e c o n ellos, que duro tres horas p r ó x i m a m e n t e , es decir, hasta las 12 M. C ú m p l e m e manifestar a V . S. q u e las lanchas referidas estaban acompañadas p o r u n buque, el mismo que


CAPITULO

en l o m a s reñido del c o m b a t e i a consecuencia d e haber q u e d a d o sin m o v i m i e n t o u n o d e los botes, destacó otra e m b a r c a c i ó n c o n 12 bogadores, para sacarlo a remolque. Por l o q u e p u d i m o s observar, el e n e m i g o d e b e haber sufrido serias averías, pues hasta nosotros llegaban repetidas esclamaciones d e dolor, lo q u e hace creer q u e h a n sido heridos algunos tripulantes, particularmente los d e la lancha q u e f u é remolcada. D u r a n t e la refriega recibí el refuerzo d e 10 h o m b r e s del destacamento inmediato. P o c o después d e haberse retirado el e n e m i g o , llegaron a este lugar los batallones Libres d e Cajamarca i P a u c a r pata a la orden d e l señor c o m a n d a n t e jeneral d e la d i v i sión, coronel Aguirre, a quien c o n loable actividad fué a prevenir l o q u e acontecía, el e m p l e a d o d e este fundo d o n Bernardo G o d o i . A s i m i s m o se presentó el señor prefecto, coronel E c h e n i q u e , a quien se había m a n d a d o u n aviso d e l o que o c u r ría, c o n d u c i e n d o pertrechos i u n refuerzo de j e n d a r m e s i a c o m p a ñ a d o d e los señores subprefecto Bustamante, c o ronel d o n F r a n c i s c o Mariano Fernandez, teniente coronel d o n A r t u r o Morales T o l e d o , i d e los ayudantes d e la prefectura, capitán Marin i teniente O q u e n d o . Creo c u m p l i r c o n u n deber ineludible al hacer presente a V . S. q u e el administrador d o n Miguel Matei, se c o m p o r t ó valerosamente, batiéndose a m i lado hasta q u e m a r el ú l t i m o cartucho. Para concluir, m e es grato participar a V . S. que l o s oficiales i soldados del destacamento han c u m p l i d o bizarramente c o n su deber i q u e n o tenemos desgracia alguna q u e lamentar. Dios guarde a V . S. RAFAEL

RUEDA.

Al señor Coronel Jefe del rejimiento Jendarmes de a caballo

SÉTIMO.

513

(A

as 2.10 P.

M.)

Iquique, Abril 20. Señor Ministro de la G u e r r a : E l ítala llegó a Pisagna. E l señor Sotomayor dice desde Moquegua con fecha de ayer lo siguiente: " E n este m o m e n t o , 4.20 P . M . , se reciben telegramas de L o c n m b a en que se da cuenta de un combate sostenido ayer por nuestra caballería con las fuerzas de Albarracin, que se componían de 2 0 0 jinetes i 180 infantes. Se ignora dónde ha sido precisamente el sitio en que tuvo lugar el combate, pero se sabe que el éxito de nuestras armas fué c o m p l e t o . Nuestra caballería c a r g ó a l a iufantería enemiga por entre los pajonales i bosques del valle hasta dispersarla completamente. H a n quedado en nuestro poder 33 prisioneros, incluso 2 oficiales del Estado M a y o r i 5 heridos. L o s muertos d e l e n e m i g o pasan d e 100. Las pérdidas d e nuestra parte se r e d u c e n a 2 cabos d e Cazadores i 1 soldado de Carabineros. N o tenemos n i n g ú n herido. H a c a i d o a nuestro p o d e r u n a cantidad d e animales v a c u n o s i mulares i se h a n t o m a d o 95 armas útiles entre rifles i carabinas, habiéndose destruido m u c h a s otras d e a n t i g u o sistema. T a m b i é n se t o m a r o n 10 cajones d e municiones. El coronel Vergara, q u e e s q u í e n n o s trasmite estas n o ticias, dice que persiguió al e n e m i g o disperso hasta cerca de Tacna. E n este m o m e n t o las bandas d e música recorren las calles d e esta p o b l a c i ó n t o c a n d o el h i m n o nacional, i los soldados reciben c o n burras prolongados e indescriptible entusiasmo las noticias de este triunfo precursor d e otros q u e nuestro ejército n o tardará en dar a la R e p ú b l i c a . P.

XX. COMBATE DE B C E NA VIST A.

De Locumbci a Tío, Abril 19 ele 1880. Señor Jefe de Estado Mayor Jeneral: E l señor coronel V e r g a r a con fecha de hoi me dice lo s i guiente: " A y e r ha sido completamente derrotado Albarracin. Según todos los informes de los oficiales, parece que los muertos pasan de 100. Tenemos 33 prisioneros, iucluso los oficiales de Estado Mayor, i además 5 heridos. Albarracin fué correteado hasta cerca de dos leguas de Tacna, i escapó solo con 30 hombres, habiendo principiado el combate con 2 0 0 jinetes i 180 infantes. Se han tomado 95 armas Titiles entre rifles i carabinas, habiéndose estraido una buena cantidad de antiguo sistema, c o m o asimismo 10 cajones de municiones. Nuestra caballería cargó a la infantería por entre l o s pajonales i bosques del valle hasta rendirlos i dispersarlos completamente. Nuestras bajas solo consisten en 2 cabos de Cazadores i 1 soldado de Carabineros, muertos, ningún herido. H e m o s tomado una gran cautidad de animales vacunos i mulares que he remitido a Sitana, adonde m e dirijiré mañana, después de recorrer el valle hasta la costa." L o que trascribo a V . S. felicitándolo por este nuevo triunfo obtenido. Dios guarde a V . S.

TOMO

íi—65

M.)

Santiago,

TELEGRAMAS.

SANTIAGO

(Recibido a las 5.40 P.

AMENGUAL.

LYNCH.

Abril 21 ele 1880.

El Colombia h a llegado d e l i o a este puerto. Este vapor c o m u n i c a los siguientes pormenores sobre el ataque d e nuestra caballería. Este h e c h o d e armas t u v o lugar e n los pajonales d e Sama. L o s chilenos eran solo 300 pertenecientes a los Carabineros, Granaderos i Cazadores. C o m p o n í a n u n a descubierta q u e iba al m a n d o d e l c o ronel d o n J o s é Francisco Vergara i del m a y o r d o n Rafael Vargas. L a división enemiga, capitaneada p o r el coronel A l b a r racin, constaba d e 180 infantes i d e 170 jinetes. Los chilenos cargaron a sable sin disparar u n solo tiro. H a b í a n llegado a U o 97 caballos c o n sus respectivas monturas, capturados en este ataque a los peruanos. T a n t o los caballos c o m o las monturas, son d e los q u e se t o m a r o n a l o s Carabineros e n e l apresamiento d e l Rimae. PARTE CLTARTEL

OFICIAL. JENERAL

lio,

Abril

27 de 1880.

El señor coronel d o n J o s é F r a n c i s c o Vergara, e n c a r g a d o p o r este cuartel jeneral d e practicar en el valle d e S a m a u n estenso r e c o n o c i m i e n t o c o n nuestra caballería, m e pasa, c o n fecha 24 d e l actual, el parte q u e tengo el h o n o r d e trascribir a V . S. " S e ñ o r Jeneral: Las operaciones q u e V . S. t u v o a bien confiar a m i dirección, han q u e d a d o c u m p l i d a s según las instrucciones por V . S. dadas. Nuestra caballería, desde


514

CUERRA

DEL

q u e salió de M o q u e g u a el 7 del presente, h a recorrido en varias direcciones el territorio del e n e m i g o i v i v i d o d e los recursos de su suelo; h a o c u p a d o buena parte de sus v a lles, penetrando por escarpados desfiladeros hasta Mirabe e Ilabaya; r e c o n o c i d o u n escelente i corto c a m i n o que c o n d u c e desde la costa a Tacna; i por fin, el dia 18, batido las fuerzas q u e defendían el P a g o de Buenavista, sobre el rio Sama. Durante esta ruda escursion, la moral i disciplina de la tropa se h a m a n t e n i d o siempre en t o d o vigor, apesar de las privaciones i trabajos a que ha estado s o m e tida algunas veces. El dia 17, c o n la esperanza de q u e el coronel Albarracin, j e f e de las fuerzas peruanas q u e protejian los valles de L o c u m b a i Sania, c r e y é n d o n o s en Ilabaya o mas al interior, continuara en este ú l t i m o lugar, d o n d e sabíamos que se habia retirado cuatro dias antes, emprendí la marcha en su busca por el c a m i n o de Chipe a las 6 P. M., para llegar a Buenavista o a Sama Grande en las primeras h o ras de la mañana siguiente. L a marcha se h i z o lentamente para e c o n o m i z a r la fuerza de nuestros caballos i dar algunas horas de reposo a la tropa, por c u y o m o t i v o solo a las 10 A . M. llegamos al pié de la cuesta que limita por el N o r t e la estensa p a m p a de Sama, cortada p o r el rio i valle de este n o m b r e . E n este p u n t o h i c i m o s alto para dar de almorzar a la j e n t e , hacer cambiar los caballos que n o venían buenos i organizar la división en orden de c o m b a t e . D e toda la fuerza, que subia a 450 h o m b r e s útiles, se formaron d o s c u e r p o s : u n o que llamaré de vanguardia o de ataque, c o m p u e s t o de 100 h o m b r e s d e l Tejimiento de Cazadores, 100 del de G r a naderos i t o d o el escuadrón segundo de Carabineros d e Y u n g a i , fuerte de 150 plazas, bajo las órdenes del señor teniente coronel d o n T o m a s Y á v a r , c o m a n d a n t e del rejim i e n t o de Granaderos, i otra de reserva, c o m p u e s t a de 50 Cazadores i otros tantos Granaderos al m a n d o del d e igual clase g r a d u a d o d o n Feliciano Echeverría, c o m a n d a n t e accidental del Tejimiento d e Cazadores. Cuando la tropa t o m ó la f o r m a c i ó n ordenada i t o d o est u v o listo, se dio la v o z de marcha, e n c a m i n á n d o n o s d i rectamente a Buenavista, q u e era el p u n t o que teníamos mas a nuestro frente. L a reserva debia conservarse 500 metros a retaguardia, i los bagajes, custodiados con los empleados i enfermos, permanecer en el m i s m o lugar. C o m o la pampa es muí aucha i caminábamos pausadamente, tardamos dos horas en llegar a la distancia necesaria para distinguir bien los o b j e t o s ; así es que no c o n o cimos la presencia del enemigo, sino cuando se destacaron algunos jinetes con el objeto de reconocernos. Entonces vimos que tenían una fuerza de caballería apoyada en las casas del lugar, desplegada en guerrilla i que su intención era esperar el ataque por el frente. H i c e hacer alto para observar la posición i la fuerza enemiga, i en estos m o m e n tos rompieron un nutrido fuego sobre un soldado de Cazadores que pasaba por su frente conduciendo un parte que el subteniente Sonper, mandado de esplorador dos horas antes con 20 hombres, m e enviaba para darme a conocer que el coronel Albarracin estaba en Buenavista con 200 caballos i otros tantos infantes, noticia que él habia adquirido por varios paisanos que huian. E l soldado llegó sin novedad, aunque fué perseguido de cerca por dos enemigos, que huyeron a escape cuando vieron dirijirse hacia ellos dos soldados de Granaderos que salieron en protección del Cazador. Con el informe recibido, con lo que se podia observar i también con las noticias dadas por unos asiáticos qne se tomaron, la existencia de infantería no me dejó duda, i me decidí entonces a emprender un movimiento de flanco para amagar la retaguardia de sus posiciones i tener tiempo de estudiar el valle i ver si era posible atravesarlo para atacar una buena fuerza de caballería que se veia formada en su banda Sur. Realizado este movimiento i visto un sendero bien trillado en el valle, di la orden de salvarlo aprovechando la oportunidad para hacer beber los caballos i tenerlos en estado de trabajar todo el día.

PACIFICO.

Coincidía con este movimiento un encuentro de la descubierta del subteniente Sonper con mía partida enemiga c o m o de 50 a 60 hombres, qne lo obligó a repasar el valle despnes de medía hora de tiroteo, partida que según después supimos, estaba encabezada por el corouel A l b a r r a cin. Sonper fué reforzado oportunamente para que tomara la ofensiva, pero Albarracin abandonó el paso disputado i se dirijió mas abajo a impedir que la fuerza del comandante Y á v a r subiera a la pampa, cosa que no consiguió, porque el capitán de Cazadores, don M. R . Barahoua con el subteniente Quezada formaron los primeros 20 hombres que treparon la escarpada barranca i cargaron sobre el enemigo, previa la orden de su jefe inmediato el capitán ayudaute don J . M. Alcérreca. Cuando el jefe peruano se vio atacado tan denodadamente, t o m ó la fuga por el camino de Tacna, fraccionándose su fuerza en dos grupos. Los Cazadores se dividieron también i continuaron acosándolos hasta hacerles 4 muertos i 4 prisioneros. Mientras tanto el resto de la división del señor c o m a n dante Y á v a r seguía trepando penosamente la escabrosa subida, i c o m o el enemigo, que estaba formado en la orilla frente a la aldea, habia emprendido la fuga, hubo que lanzar en su persecusion las primeras fuerzas que salian a la llanura. Los capitanes Alcérreca i Parra tomaron hacia Tacna por la izquierda, los de igual clase de Granaderos, don R . Villagran i don A . Larenas por el centro, i el teniente Teran de Carabineros por la derecha. E l señor comandante Y á v a r con el mayor Rafael Vargas se dirijieron a embestir a la infantería que se habia formado en batalla en la banda Sur después de haber desalojado el caserío i retirádose jior el valle. E l señor teniente coronel graduado, don Feliciano E c h e verría recibió orden de avanzar con la reserva i atacar de frente esa fuerza, apoyado por una compañía de Granaderos al cargo de el capitán Contreras. E l fuego de la fusilería fué mni nutrido i hubo que desmontar algunos h o m bres para contrarrestarlo i hacerlos abandonar el camino que cnbriau, lo que se consiguió después de media hora de lucha, sin mas pérdida de nuestra parte que la del cabo de Cazadores, José Dolores Zúñiga, muerto alevemente por mi paisano situado en una casa vecina al camino. Los fuegos de las tropas peruanas fueron tau rápidos c o m o inciertos. L a presencia de la columna del comandante Yávar determinó a esta infantería a buscar un refujio en el valle i sus espesos matorrales, desde donde hacían un incesante fuego a nuestros jinetes que los perseguían sin darles tregua, desconcertándolos con su impetuosidad. E n esta batida se distinguieron especialmente el señor mayor don Rafael Vargas i su animoso escuadrón, así c o m o también una buena parte de la reserva que segnia de cerca los pasos del enemigo i el intrépido teuiente Valdebenito, que con 10 Granaderos operaba por lo mas enmarañado de los cerros i pajonales. Habiendo cesado los fuegos a las 5 P. M., hice tocar reunión, i una vez formada la tropa, me dirijí a buscar un campamento adecuado, lo que conseguí a las 6 P. M. A c a m p é dos leguas mas abajo de Buenavista i allí se me fueron incorporando las diversas partidas que persiguieron la caballería pernana, trayendo consigo prisioneros, armas, municiones i animales. Solo faltaron los capitanes Alcérreca i Parra que, c o m o he dicho antes, habían tomado la dirección qne llevaba el coronel Albarracin con su partida, a quien siguieron hasta dos leguas cerca de Tacna. Hubo un momento en que el primero de dichos capitanes acompañado de los subtenientes Lara, Valdes i 5 soldados, estuvo a 200 metros del jefe perseguido, quien le hizo frente con 30 hombres, pero sin atreverse a acortar la distancia. Cuando avistó a Parra, que segnia las huellas de A l cérreca con un piquete de su compañía, volvió a continuar su fuga sin que pudieran darle alcance por lo cansados que tenían sus caballos. Estos oficiales acamparon en la banda Norte del valle c o m o una legua mas arriba de Buenavista, guardando bajo


CAPITULO

su custodia nna buena partida de muías cargadas, de animales vacunos, de armas i de otros efectos tomados al enemigo. Las bajas hechas a las fuerzas peruanas pasan de 100 muertos, 7 heridos tomados en el c a m p o del combate i 35 prisioneros. Nuestras pérdidas solo consisten en 3 hombres muertos i algunos caballos heridos. E s t a enorme desigualdad proviene de la rapidez e impetuosidad de los ataques de nuestra tropa i de la precipitación con que los enemigos hacen uso de sus armas de fuego. N o necesito, señor jeneral, recomendar a la consideración de V . S. el bien probado valor de las tropas con cnyo m a n d o me ha honrado, porque V. S. sabe qne de tiempo atrás los oficiales i soldados de caballería no solo cumplen ampliamente con su deber sino que de ordinario van m u cho mas allá. Piaré constar, sí, que en toda esta espedicion i principalmente en el dia del combate he sido eficazmente ausiliado por los jefes de los cuerpos que forman esta división, teniente coronel don Tomas Y á v a r , el de igual clase graduado don Feliciano Echeverría i sarjento mayor don Rafael V a r g a s . Igual recomendación tengo que hacer del señor comandante accideutal del cuerpo de Injenieros don F. J . Zelaya i del capitán del Estado Mayor Jeneral don Augusto Orrego, que me han servido de ayudantes, aunque éste ú l t i m o no se encontró en el combate de B u e navista. Otro tanto debo decir del intelijente e incansable ansiliar don J . M. Figueroa, iuspector de los telégrafos del estado que ha prestado útilísimos servicios a la división." L o trascribo a V . S. para su conocimiento i a fin de que se sirva elevarlo al Supremo Gobierno. Dios guarde a V . S. MANUEL

BAQUEDANO.

Al señor Ministro de la Guerra, en Santiago.

RELACIÓN

DEL COMBATE D E BUENAVISTA

POR U N

OFICIAL

DE CABALLERÍA. (Fragmentos.)

Dia

1S.

SÉTIMO.

515

L a división de ataque se componía del escuadrón Carabineros de Y u n g a i mandada por el sarjento mayor V a r g a s , i de la mayor parte de los Tejimientos de Granaderos i Cazadores, formando un total de 350 hombres. L a reserva estaba compuesta de 50 Granaderos i 50 C a zadores. La fuerza de Cazadores que marchaba en la vanguardia iba bajo el mando inmediato del capitán-ayudante de este cuerpo, don José Miguel Alcérreca. Después de tomar su colocación la caballería, repartida en ambas divisiones, continuó su marcha de frente al pueblo. L a tropa de muías que conducía los víveres i equipajes quedó a retaguardia de ambas divisiones. Faltaba recorrer unas tres leguas para llegar al pueblo. A medida que iban acercándose los nuestros, se notaba mas claramente que el enemigo se aprestaba para hacer una seria resistencia, i así, cuando la vanguardia distaba unas diez o doce cuadras de la población, se le dio orden de desfilar hacia la izquierda, amagando el flanco derecho del enemigo. Serian en esos momentos las 11.15 A . M. Mientras tanto, el alférez Souper, destacado en reconocimiento de un paso del rio situado a nuestra izquierda i conocido con el nombre de Roquera, habia mandado al soldado de Cazadores Nicolás Yafiez con el objeto de avisar que se avistaba una numerosa fuerza enemiga al otro lado de la quebrada, i que al intentar pasarla habia sido inopinadamente atacado tomándole prisionero a un cabo. E l soldado Y a ñ e z se vio también en inminente peligro de ser cortado por la caballería enemiga. Hallándose ésta formada a alguna distancia de la población, el Cazador se figuró que aquella era tropa chilena i se dirijió confiadamente a ella; pero de repente, al encontrarse a unos 500 metros de distancia, rompieron sobre él un vivo f u e g o de fusilería, al m i s m o tiempo qne salian a su encuentro a l g u nos jinetes enemigos. Se destacaron inmediatamente dos Granaderos en su ausilio, i mediante esto pudo Y a ñ e z escapar de las garras de los peruanos, que al ver aquel refuerzo torcieron bridas i regresaron apresuradamente a juntarse con los suyos.

Desde la 1 A . M. descausamos hasta la diana, hora en que v o l v e m o s a emprender la marcha, después de haberse racionado la tropa con una copa de pisco. A las 7 A. M. principiamos a bajar una cuesta que c o n duce a una gran pampa, que se ve cortada por un rio de verdes riberas. También se nota una iglesia con una gran ciípnla i dos torres de mui buen aspecto. U n a vez en la pampa formamos en batalla, i almuerza la tropa sus víveres secos. Tenemos noticia de que S a m a está defendida por tropa cívica i por la caballería del coronel Albarracin. Parece qne nos harán resistencia. A las 9 A . M. avanzamos formados en columna. E l alférez Souper con su mitad de Cazadores, que ha venido de descubierta, es destacado por el lado Oriente de la p a m p a , para reconocer el camino que conduce a la quebrada. L a pampa es sumamente estensa. Después de dos horas de marcha nos acercamos al pueblo. Creíamos ver unos postes formando cuadro a la iglesia; pero desde mas cerca hemos notado que son soldados m o n - ' tados, en número c o m o ele 00. Tropa de infantería se ve del otro lado de la quebrada.

L a equivocación del soldado Y a ñ e z produjo, sin embarg o , el feliz resultado de darnos a conocer la colocación i posiciones de las fuerzas enemigas. C o m o llegó a encontrarse mui cerca de la población, vio perfectamente, además de la caballería colocada al frente, numerosos piquetes de infantería parapetados en las torres de la Iglesia, eu los techos de las casas i tras las pircas de los potreros. L a caballería era solo un cebo para que nuestras tropas se internasen en el angosto callejón i pudieran ser fusilados a mansalva por los infantes peruanos, libres de los afilados sables de nuestros jinetes. E l comandante Y á v a r dio entonces orden para que 4 0 hombres de Granaderos, al mando del capitán Coutreras i del alférez G ó m e z , avanzaran a colocarse en observación por el flanco derecho del enemigo, colocándose sobre una pequeña loma perpendicular a la quebrada i a siete u ocho cuadras del pueblo. E s t á fuerza debia mantener en respeto a los defensores de Bnenavista, mientras el resto de la vanguardia chilena reconocía una pequeña abertura o sendero situado al Oeste del pueblo, entre éste i Pequera. Este punto es denominado Tomasire por los naturales de Bnenavista; pero es su paso tan difícil para los jinetes, que n o habia tropas peruanas que le defendiesen.

Apenas se hubo avistado el pueblo, el coronel Vergara repartió la jente en dos divisiones, una de ataque i otra de reserva. L a primera fué puesta bajo el mando del teniente coronel don Tomas Y á v a r , comandante del Tejimiento de Granaderos, i la segunda al del teniente coronel graduado don Feliciano Echeverría, mayor de Cazadores.

Se destacó en seguida una mitad de Cazadores al m a n d o del teniente d o n J u v e n a l Calderón para que fuera a reforzar en P o q u e r a la del alférez Souper. A la llegada del teniente Calderón, y a el alférez S o u p e r se retiraba, porque la fuerza enemiga habia a b a n d o n a d o la salida de aquel paso.


516

GUERRA

DEL

La distancia entre el c a m i n o principal que atraviesa la quebrada, situado a espaldas de la p o b l a c i ó n de B u e n a vista, i el sendero de Tomasire, por d o n d e iba a pasar la vanguardia, se calculan en unos 1,500 metros. Entre este último punto i Poquera n o hai m e n o s de 4,500 a 5,000 metros. P o c o r minutos después d e las 11.30 A . M. principió la vanguardia a internarse por la escabrosa senda, c o n g r a v e peligro de caer al precipicio. A l pasar por el rio daban de beber a los caballos, sedientos i fatigados a causa de las marchas, trasnochadas i reconocimientos de los dias anteriores, i en seguida trepaban la empinada barranca, d o n d e algunos j i n e t e s r o d a ban hasta el fondo c o n sus cabalgaduras, i otros tenian q u e subir llevándolas de la brida. Las fuerzas de la vanguardia iban desfilando por ord e n de antigüedad: primero los Cazadores, después los Granaderos, i al fin los Carabineros de Ytmgai. La primera c o m p a ñ í a a quien le correspondió subir, al lado Sur del rio fué la del capitán Barahona de Cazadores, que llevaba una sola mitad al m a n d o del alférez Quesada. L a seguia la del capitán Parra, llevando tres mitades m a n dadas respectivamente por los alférez Lara, U r r u t i a i Váleles. E n pos de esta c o m p a ñ í a siguió la del capitán d o n R o dolfo Villagran, de Granaderos, i a c o n t i n u a c i ó n la del capitán Larenas, del m i s m o rejimiento. C o m o la otra c o m p a ñ í a de Granaderos que se encontraba presente estaba repartida entre la reserva i la partida de observación al m a n d o del capitán Contreras, c o n t i n u ó pasando entonces el escuadrón de Carabineros m a n d a d o por el m a y o r Vargas. L a partida de caballería enemiga destacada en P o q u e r a , al ver el refuerzo que acudía en ausilio ele la mitad del alférez Souper, corrió a lo largo del b o r d e de la quebrada en d i r e c c i ó n al p u e b l o , sin d u d a c o n la intención d e reunirse c o n el resto de sus fuerzas. Pero el teniente Cald e r ó n recibió orden de atravesar siempre por aquel paso, i después de efectuarlo se unió c o n las tropas del m a y o r Vargas, h a b i e n d o pasado c o m o a las 3.30 P. M. frente al pueblo. La caballería de nuestra reserva adelantaba mientras tanto hacia Buenavista, para atacarla de frente, a c o m p a ñada por la tropa de Granaderos del capitán Contreras, i la caballería enemiga, al notar este amago, a b a n d o n á b a l a p o b l a c i ó n i pasaba al lado Sur de la quebrada, al m i s m o t i e m p o q u e la infantería parapetada entre las pircas i cercas del callejón, procuraba escurrirse hacia el Oeste, siguiendo el curso del rio. Parecía, sin embargo, que los peruanos n o habían n o tado aun el m o v i m i e n t o de nuestra vanguardia por T o masire, que ha sido para ellos en este c o m b a t e lo que fué la subida del A t a c a m a por la cuesta de los Anjeles. D e repente d e s e m b o c a n por el lado Sur de la quebrada los 20 h o m b r e s de Cazadores m a n d a d o s por el capitán Barahona i el alférez Quesada. A la distancia, por n u e s tra izquierda, se divisaban los 60 h o m b r e s d e caballería q u e custodiaban el paso de Poquera, los cuales c o n t i n u a ban avanzando al encuentro de aquella mitad de C a z a d o res, figurándose quizá que eran peruanos. D e repente los reconocieron, i entonces, c a m b i a n d o de dirección, principiaron a dar un r o d e o para evitarlos i reunirse c o n los suyos. Esta maniobra de los enemigos fué contrarestada por el capitán Barahona, que principió a estrecharlos por el flanco, hasta que al fin, c o n o c i e n d o ellos que n o p o d í a n llevar a c a b o sus designios sin encontrarse c o n los n u e s tros, se declararon en c o m p l e t a dispersión i emprendieron desordenadamente la fuga h a c i a el Sur, atravesando la p a m p a para ganar el c a m i n o de Tacna. El piquete del capitán Barahona los persiguió hasta

PACIFICO.

tres leguas del valle, l o g r a n d o matar 6 soldados i tomar 4 prisioneros. E n seguida, siendo imposible continuar tras ellos por el mal estado de los caballos, algunos de los cuales cayeron desfallecidos durante la carga, emprendió la m a r c h a de regreso hacia Buenavista, r e c o j i e n d o de paso unos 9 animales v a c u n o s q u e iban arreando los peruanos, i algunas familias que habían a b a n d o n a d o la población. L a c o m p a ñ í a del capitán Parra, q u e pasó en seguida de la de Barahona, sufrió un corto retardo en su marcha a causa d e q u é al trasmontar la barranca del Sur so le dio vuelta el caballo al capitán Parra, r o d a n d o hasta el pié de la ladera c o n grave peligro de este valiente oficial. C u a n d o subió de n u e v o o r d e n ó perseguir al enemigo, siguiendo la derecha del capitán Barahona. Pero los dispersos peruanos se encontraban y a a m u cha distancia; de manera que las fuerzas de Parra sirvieron para protejer a la c o m p a ñ í a de aquél i a los 20 h o m bres que al m a n d o del a y u d a n t e A l c é r r e c a perseguían de cerca i obstinadamente la fuerza q u e c o n Albarracin huía hacia Tacna. D o s sou los caminos que desde Buenavista conducen a esa ciudad: uno qne tuerce a la izquierda, siguiendo la dirección de Este a Oeste hasta subir una tendida i estensa loma situada c o m o tres leguas al Sur de la quebrada de Sama, i otro que toma directamente hacia el Sur como si fuera la prolongación del de L o c u m b a . P o r el otro camino de la izquierda emprendió el ayudante Alcérreca con sus .20 hombres la persecución de una numerosa partida enemiga, compuesta de unos 30 hombres ele caballería que parecían haber escapado del punto de la quebrada situada a espaldas del pueblo. Después de correr tras de ellos unas dos o tres leguas, i cuando ya casi estaba perdida la esperanza de alcanzarlos, la noticia de que Albarracin iba entre aquel g r u p o de fujitivos vino a dar nuevo aliento a la fatigada tropa. Esta noticia fué comunicada al aymdante Alcérreca por uno de los prisioneros que t o m ó en carrera, el cual le designó a un individuo que, caballero en una hermosa muía, • huía a toda rienda para tomar el camino de Tacna. E n esos momentos estaba ya casi solo el ayudante, porque habiendo tomado prisioneros a varios soldados enemigos, se habia visto obligado a irlos remitiendo al campamento custodiados por algunos Cazadores. A otros se les habia cortado el caballo en la furiosa carrera; de m o d o que de los 20 hombres no le quedaban arriba de 3 a 4. P e r o en estos m o m e n t o s se le reunieron los alféreces Lara i Váleles, de la compañía del capitán Parra, que también tenian en esqueleto sus mitades por haber dado refuerzos a l a compañía de Barahona, i entre todos se juntaron 11 hombres que continuaron valerosamente las huellas del enemigo. U n poco mas allá quedaba este número reducido a 8, a causa de haber destacado 2 soldados para que condujesen otros tantos prisioneros i de habérsele descompuesto la carabina al soldado Pedro M u ñ o z , quien fué enviado a pedir refuerzo a la primera partida que encontrase en el camino. E l jefe enemigo, mientras tanto demostrando una serenidad poco común entre sus paisanos, no apuraba demasiado su bestia para escapar con mas presteza sino qne iba midiendo su carrera por la de sus perseguidores, i a veces hasta deteniéndose c o m o para contarlos i presentarles c o m bate. E n una de estas ocasiones, habiéndose unido a los 30 jinetes peruanos nnos 15 a 20 hombres de infantería que habían huido también en aquella dirección, nuestros 8 valientes se formaron en línea de batalla i principiaron a contestar a pié firme el nutrido fuego que les hacia el enem i g o , mas de seis veces superior en número. Durante aquel tiroteo, qne no duraría menos de veinte minutos, se vio que uno de los soldados enemigos desensí-


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liaba la mnla de Albarraciu, i colocaba los arreos en nn caballo de tiro que estaba por allí descansado. E n seguida subió a él de nuevo, trasmontó la loma i acompañado por su jeute coutinuó su camino. Nuestros jinetes se detuvieron un m o m e n t o mientras se les reunían 36 hombres que al mando del capitán Parra i del alférez Urrntia habían acudido aceleradamente al recibir el aviso del soldado Muñoz. Los soldados José del Rosario Herrera i Tránsito O s o rio, continuaron sin e m b a r g o , la persecucoiu del e n e m i g o , sea porque no oyesen la voz de alto, sea porque en su encarnizamiento no reparasen en el número de los contrarios. De esta manera, cuando la pequeña tropa subia el cerro casi junto con la de Parra, los soldados Herrera i Osorio habían recorrido en la pampa una media legua de distancia i se hallaban al pié de la loma tras de la cual se levanta la ciudad de Tacna. A s í lo supo el ayudante Alcérreca por medio de un c h o lo que huia hacia esta ciudad llevando de tiro una muía con una carga de rifles. L e agregó que ellos se hallaban a lo sumo a dos leguas de Tacna, i que desde lo alto de la l o m a del frente se divisaba la población. Los nuestros, viendo que era ya imposible dar alcance a Albarracin i que se corría el riesgo de verse cortados por algunas avanzadas enemigas, emprendieron el regreso a Bnenavista, paso a paso, a fin de que pudieran sostenerse los estenuados caballos, recojiendo de [taso dos muías mas cargadas c o n rifles, c o n lo q u e se enteró un n ú m e r o c o m o d e 200, d o s cargas de municiones, m e d i o buei, c i n c o cargas d e maíz, v e i n t i c i n c o animales v a c u n o s , i u n total d e 9 prisioneros. C u a n d o llegaron a la quebrada, serian las 10 P. M., i acamparon en la p a m p a , p o r q u e ignoraban lo q u e h u b i e ra sucedido en el pueblo. A las 8 A . M. del dia siguiente, se j u n t a b a n c o n el resto de la división. L o s n o m b r e s d e los q u e llevaron a c a b o esta atrevida escursion, recorriendo unas seis leguas en persecución d e l e n e m i g o , fueron los siguientes: Capitán-ayudante, d o n José Miguel Alcérreca. Alféreces: d o n Gonzalo G. Lara i d o n E n r i q u e Valdes. Cabo 2. ° , Manuel Vasquez. Soldados: Manuel Urbina, José del Rosario Herrera, Tránsito Osorio i A s c e n c i o 2. ° V e n e g a s . Casi al m i s m o t i e m p o q u e d e s e m b o c a b a por el lado m e ridional d e la quebrada la c o m p a ñ í a d e Cazadores i del capitán Parra, lo hacia la d e Granaderos del capitán V i llagran, q u e llevaba d o s mitades a cargo d e los alféreces Balbontin i Garcia. E l capitán Villagran t o m ó c o n sus tropas u n sendero que torcía a la derecha, i al encontrarse en la pampa, d i visando numerosos g r u p o s d e fujitivos q u e seguían el c a m i n o directo hacia Tacna, principió a perseguirlos p r o c u rando cortarlos. F u e r o n r e c o n o c i d o s varios g r u p o s c o m p u e s t o s d e familias q u e a b a n d o n a b a n el p u e b l o , hasta q u e al fin se divisó en u n a p e q u e ñ a l o m a u n a partida d e soldados q u e h i c i e ron una descarga sobre la tropa, h u y e n d o en seguida a t o d o escape. Por fortuna, fueron alcanzados a unas c i n c o leguas d e Buenavista, después d e u n sostenido galope en q u e los c a ballos chilenos demostraron las cualidades d e n o b l e esfuerzo i enerjía que distinguen a sus amos, i allí, después de sufrir una n u e v a descarga d e los fujitivos, lograron acorralar a d o s oficiales: el capitán g r a d u a d o señor C o b o , i el d e la m i s m a clase, señor Ramírez, a m b o s ayudantes de Estado M a y o r Jeneral del ejército d e Tacna. Los capitanes C o b o i Ramírez habían llegado el dia a n terior a Buenavista c o n el objeto d e servir d e i n s t r u c t o res a las tropas cívicas d e L o c u m b a , Sama i otros p u n t o s concentradas en Buenavista, el primero e n el arma d e c a ballería i el s e g u n d o en la d e infantería.

SÉTIMO.

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T a n asustados estaban al ser t o m a d o s , q u e c u a n d o d e s d e lejos divisaron nuestra j e n t e se sacaron los quepis i principiaron a hacer profundos saludos a la oriental, grit a n d o d e v o z en en cuello: — ¡ E s t a m o s rendidos! ¡no nos maten! I mostraban sus espadas envainadas i en ademan d e tenderlas hacia los nuestros, h a c i e n d o al m i s m o tiempo ridículos j estos q u e demostraban el m i e d o cerval d e q u e e s taban poseídos. Cabalgando en sus muías fueron c o l o c a d o s a la cabeza de la compañía, i a los p o c o s m o m e n t o s eran y a grandes amigos d e los cornetas i cabos, q u e les ofrecian c h a r q u i i galletas i les hacian diversas preguntas respecto del ejército d e M o n t e r o i las posesiones fortificadas d e Tacna. E l capitán Villagran c o n t i n u ó todavía la persecución hasta llegar cerca d e la loma q u e separa a T a c n a i sus cercanías d e la p a m p a situada al S u r d e la quebrada d e Sama, hasta q u e , siendo y a las 5 P. M. i estando casi e x á n i mes los caballos después de haber g a l o p a d o unas seis l e guas sin descanso, resolvió regresar al c a m p a m e n t o . A d e m á s d e los d o s oficiales peruanos y a n o m b r a d o s fueron capturados también p o r la c o m p a ñ í a del capitán Villagran, u n sarjento 1. ° i d o s soldados, habiendo m u e r to d e seis a o c h o d e los q u e fueron alcanzados i d o s sableados durante la fuga. Esta c o m p a ñ í a d e Granaderos regreso p o r el c a m i n o d e T a c n a i se i n c o r p o r ó a su rejimiento a l a s 8 P. M. del m i s m o dia, t r a y e n d o además de los prisioneros, algunas armas, animales vacunos i varias cargas d e víveres, c o m o h a rina, arroz i galleta amen d e algunos marranos abiertos i en p u n t o de caramelo, c o n los cuales se regaló la tropa después d e su fatigosa correteada,

Tras la c o m p a ñ í a del capitán V i l l a g r a n siguió la del c a pitán Larenas, también d e Granaderos, llevando d o s m i t a des m a n d a d a s p o r los alféreces Valenzuela i R o d r í g u e z . Esta c o m p a ñ í a arremetió p r i m e r o a los fujitivos d e la pampa; pero después d e reconocer algunos g r u p o s , v i e n d o el capitán, q u e los enemigos armados iban y a demasiado lejos para alcanzarlos i q u e la c o m p a ñ í a d e Villagran le llevaba m u c h a delantera, torció bridas para atacar al p u e b l o por la espalda, n o t a n d o q u e entre los matorrales habia m u c h a infantería parapetada. A l l í se reunió esta tropa c o n los Carabineros del m a y o r Vargas, i j u n t o s atacaron a los infantes enemigos, h a b i e n d o pasado el alférez Valenzuela en c o m p a ñ í a del teniente Teran d e Carabineros hasta el otro lado del rio. L a c o m p a ñ í a del capitán Larenas hizo al e n e m i g o 11 bajas durante la refriega, h a c i é n d o s e notar por su d e n u e d o el cabo Moraga, q u e viéndose repentinamente asediado por d o s enemigos, sin tener m a s armas q u e su sable, a a m b o s los d e s p a c h ó instantáneamente c o n sendos m a n dobles, haciéndolos rodar muertos a sus pies. Después de Granaderos tocó su turno en el paso de la quebrada a los Carabineros de Y n n g a i maudados por el mayor Vargas. Pasó primero la compañía del capitán Lermauda, que llevaba tres mitades mandadas por el teniente Terau i los alféreces Sotomayor i Montt. Emprendieron por la derecha la persecución de la caballería peruana; pero encontrando a la compañía de Granaderos del capitán Larenas, que r e gresaba por no haber descubierto enemigo a su alcauce, torcieron hacia el Oeste siguiendo el curso del rio i recorrieron hasta una distancia de tres leguas por el borde de la quebrada. Muchos grupos de infantería peruana se habían corrido en aquella dirección, procurando escapar por entre los m a torrales i vericuetos de la quebrada; pero la mitad del teniente Teran repasó el valle j u n t o con la del alférez V a l e n zuela de Granaderos, i principiaron una verdadera batida de conejos humanos, miéutras el resto de la compañía de Carabineros los cazaba desde los bordes del barranco.


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GUERRA

DEL

E l resto del escuadrón, a cuya cabeza marchaba el m a yor Vargas, se internaba por otras partes del valle, echando a veces pié a tierra para descubrir a los enemigos, que ocultos entre las matas no cesaban de hacer fuego sobre los nuestros. Los cholos, quizá influenciados por sus jefes, que les aseguran qne los chilenos no perdonan a los rendidos, se empecinaban en permanecer agazapados, disparando al azar sus rifles, i a veces era necesario sacarlos mas m u e r tos que vivos i a la rastra de sus escondites. En el callejón qne atraviesa la quebrada a espaldas de Bneuavista i en los numerosos potreros que la bordan al poniente, se hallaba reunida nua numerosa fuerza enemiga, que desde las pircas i las cercas hacia fuego sobre la tropa colocada en el borde, entre la cual se encontraban el c o m a n dante Yávar i sus ayudantes el capitán Donoso i alférez V a r g a s , qne estuvieron largo rato espuestos a las balas, hasta que el jefe de la vanguardia dio orden al teniente V a l debenito para qne echase pié a tierra por ese lado i desalojase a los infantes enemigos de aquellas ventajosas posisiones. A l m i s m o tiempo algunos Carabineros hacían otro tanto por el borde Sur de la quebrada, distinguiéndose por su valor el alférez Ovalle, qne con su jente atacó un rancho en donde h a b i a n o menos de 7 0 hombres escondidos. A y u dado por el mayor V a r g a s , qne acudió con 1 0 Granaderos, desalojaron de allí a los enemigos haciendo gran mortandad entre ellos. La compañía del capitán Contreras, de Granaderos, que había quedado de observación mientras la división de vanguardia atravesaba por Tomasire,atacó también en esos momentos por el lado del callejón, después de atravesar sin resistencia la población, i se internó por entre los p o treros. Como apesar de todo no salían a luz los cholos i hai allí nn verdadero laberinto de cercas fuera de que lo pantanoso del terreno impedia a los caballos moverse, el soldado de Granaderos José del Carmen López tuvo la ocurrencia de sacarse los calzoncillos en medio del tiroteo, i allegándoles un fósforo les prendió fuego. Los calzoncillos de López ardieron c o m o yesca, i tirados por su dueño al medio de una cerca, prendieron fuego a las secas ramas i principiaron a devorar los escondrijos de los peruanos. Apesar de eso, no salían a luz hasta no verse medio c h a muscados por las llamas, siendo recibidos por los sables de nuestros soldados que hicieron allí una terrible carnicería. La división de reserva, que constaba de seis mitades, i entre la cnal iban los alféreces A varia i U r z ú a de C a z a d o res i el alférez Carson de Granaderos, pasó por el pueblo sin encontrar el menor amago de resistencia. Solo al internarse en el callejón divisaron algunos enemigos a unas tres cuadras de distancia, i entonces le dieron una carga, marchando a la descubierta el alférez U r z ú a con 6 hombres. L o seguía el alférez Avaria con 3 4 , i el alférez Carson con 5 0 . Después de sostener un corto tiroteo con el enemigo, que rompió sobre ellos el fuego a dos cuadras de distancia, no recibieron con m u c h o gusto la orden de sujefe para retirarse i retroceder hacia el pueblo, c o m o en efecto lo ejecutaron. A l l í dispuso el coronel Vergara qne avanzasen nuevamente, i entonces desmontaron 3 0 hombres para desalojarai enemigo de las tapias de los potreros, quedando 2 5 m o n tados a las órdenes del alférez Carson. Eran ya c o m o las 5 P. M . , i a esa hora hahia cesado t o da resistencia de parte del enemigo, que dejó el valle s e m brado de cadáveres. Se calculan en 1 2 5 a 1 5 0 sus muertos, fuera de 3 3 prisioneros i de unos 2 0 heridos que irán a aumentar este número. La obstinación de los asustados cholos para permanecer

PACIFICO.

ocultos c o m o perdices entre los matorrales, i esto sin d e j a r de disparar a tontas i a locas sus rifles, unido a la terrible pesadez de mano de nuestros soldados de caballería, cuyos golpes son casi siempre mortales, esplica la enormidad de la cifra de los muertos respecto de los heridos. Por nuestra parte ha sido este un verdadero combate al arma blanca, porque el número de disparos de carabina fué de todo punto insignificante durante el curso de la jornada, Nuestras bajas son también sumamente escasas: no pasan de 5 a 0 entre muertos i heridos, resultado verdaderamente admirable si se reflexiona que casi nos hemos batido cuerpo a cuerpo, sobre todo contra la infantería parapetada tras las tapias i cercas. Pero los peruanos han sentado con esto su ya merecida reputación de pésimos tiradores, sobre todo cuando están dominados por el miedo, porque el poco efecto de sus numerosos disparos no tiene esplicacion posible aun cuando se alegue qne los defensores de Bnenavista eran todos cívicos i reclutas. A l dia siguiente, 19, se mandaron a L o c u m b a los animales i cargas de víveres tomados al enemigo, en previsión de que éste volviese a presentarse en mayor número de fuerzas. E n la noche del 18 permaneció la división sobre las armas i lista para acudir al primer aviso, pero nadie vino a molestarla.

XXI. Circular a los Prefectos de Lima, Junin, Huanaco, Ancachs, Ayacucho, Huaucavelica e lea. Lima,

Abril

17 de 1SS0.

C o n m o t i v o del bloqueo de algunos puertos de la costa de la R e p ú b l i c a , por la escuadra chilena, se ha notado en los lugares bloqueados, i hasta en esta capital, un exhorbitante alza en el precio d e los artículos de primera necesidad, sin f u n d a m e n t o bastante q u e p u e d a justificar este p r o c e d i m i e n t o en los especuladores; i obligado el Gobiern o a reparar i contener los efectos de este abuso, ha esp e d i d o el s u p r e m o decreto q u e c o n fecha 1 2 del presente publica el n ú m e r o 8 0 de E L P E R U A N O , en el que, al mism o t i e m p o q u e , se procura evitar los males consiguientes a ese a u m e n t o injustificablo en los precios de los artículos de alimentación, se h a n consultado también la franquicias i toda clase de facilidades para la i m p o r t a c i ó n de víveres, estableciendo el libre trasporte en los ferrocarriles del estado i las garantías indispensables a los importadores i sus acémilas; pero para q u e el referido decreto p u e d a llenar los benéficos fines q u e al espedirlo se propuso el S u p r e m o Gobierno, es d e la m a y o r importancia que las autoridades departamentales, c o m o las llamadas a sec u n d a r i dar vida, por decirlo así, el referido decreto en su carácter de ejecutores de las disposiciones del Supremo G o b i e r n o , f o m e n t e n en los pueblos d e su m a n d o , por todos los m e d i o s q u e estén a su alcance, la importación a los lugares bloqueados, de toda clase de artículos de alim e n t a c i ó n , i de los que se consideran de primera necesidad, estimulando c o n tal objeto a las demás autoridades de su dependencia, c o n el sentimiento del patriotismo; i haciéndoles c o m p r e n d e r el deber sagrado en que se hallan de salvar de los efectos de la hostilidad del bloqueo, a los que se encuentran al frente del e n e m i g o , ya q u e n o es posible que todos los peruanos a la vez, p u e d a n compartir inmediatamente, c o n aquéllos de las fatigas de la campaña, i d e los peligros de la guerra; i que solo concurriendo con los auxilios de subsistensia a mejorar la situación de los que c o n abnegación patriótica soportan esos rigores, adquirirán d e r e c h o a participar c o n ellos d e las glorias de la victoria. N o es m e n o s esencial el q u e V . S. c o m p l e t a n d o las m e didas q u e debe adoptar en tan i m p o r t a n t e asunto, ponga


CAPITULO

e n j u e g o todos los elementos de que pueda disponer su a u toridad c o n el objeto de cooperar eficazmente al acopio de víveres, a facilitar la adquisición de acémilas de q u e tuviesen necesidad los esportadores a los lugares b l o q u e a dos, a darles seguridad i c o m o d i d a d en el tránsito, h a c i e n d o c o m p o n e r Jos caminos i refaccionar los puentes, i ofreciéndoles cuantas facilidades sean posibles dar a los que se o c u p e n del trasporte d e víveres a d i c h o s lugares; teniendo en cuenta que n o ha de haber esfuerzo que deje de emplear V. S. i las autoridades que le están subordinadas c u a n d o se trata, c o m o ahora, de la suprema leí de conservación, respecto de ejércitos en c a m p a ñ a i de grandes p o blaciones a la vez. Confía el S u p r e m o G o b i e r n o en que penetrado V . S. de la importancia de esta medida, desplegará toda la actividad que su patriotismo i el c u m p l i m i e n t o del sagrado deber d e b e n inspirarle en este asunto, a fin de darle al decreto aludido, toda la eficacia que es indispensable en las presentes circunstancias, i que dará cuenta detallada a esta S e cretaría de las medidas que t o m e i de los esfuerzos que haga en el sentido d e este oficio. D i o s guarde a V. S. NEMESIO

ORBEGOSO.

XXII. Se comunica al Ministro de Relaciones Estcriores del , í'erá, una sublevación de reclntas en el pueblo de Tarapaya, resultando muerto el 2.9 Jefe i fusilados cuatro cabecillas principales. (Inédito). NÚM.

10.—LEGACIÓN

D E L PEPvÚ E N B O L I V I A .

La Paz,

Abril

23 de

1880.

Señor Secretario d e E s t a d o : E l ájente consular del Perú en Potosí c o m u n i c a a esta L e g a c i ó n en oficio d e fecha 1 6 del mes en curso, que el dia 1 2 se sublevó en Tarapaya, distante cuatro leguas de esa ciudad, una fuerza de 2 2 0 reclutas, asesinando a su 2 . ° j e f e i dispersándose mas d e 9 0 h o m b r e s . El señor joneral Flores, Jefe Superior Político i Militar del Sur de Bolivia, c o n u n a enerjía d i g n a de la situación, logró c o n tener el m o t i n i restablecer por c o m p l e t o el orden, fusilando a 4 de los mas culpables que fueron t o m a d o s . E l a d j u n t o impreso hará c o n o c e r a V. S. los detalles de ese desgraciado a c o n t e c i m i e n t o , que por otra parte, n o h a tenido otro resultado. D i o s guarde a V . S. JUAN

S.

LIZÁRRAGA.

Al señor Secretario de Estado del Perú, en el despacho de Relaciones Esteriores.

8

Lima, M a y o d e 1880.—Contéstese quedar enterado de la deplorable ocurrencia a que el anterior oficio se r e fiere, acusándose recibo del a d j u n t o i m p r e s o . — C A L D E R Ó N .

DESCRIPCIÓN

D E

LA

SUBLEVACIÓN

Potosí,

MILITAR

Abril

EN

13 de

POTOSÍ.

1880.

A c a b a de ejecutarse, 1 P. M . , la pena de muerte impuesta a 4 de los promotores del escáudalo de que se dio c u e n ta el Desde el m o m e n t o mismo de la sublevación se inició el sumario, que fué concluido horas después. D e él aparece que el motin, premeditado desde Pocoata, no tuvo otro objeto que verificar la dispersión de los reclutas dando la muerte a los jefes encargados de conducirlos. El sarjento 1 . ° Mariano Elias, principal autor del crimen, procuró de antemauo corromper a la tropa i se puso de acuerdo con el sarjento 2. ° Gregorio V i l l a g o m e z , sarjento Mariano Vargas, cabo Federico Quiñones, soldados

12.

SÉTIMO.

519

Santos Quíntela, Zenon González, Honorato Oropeza i Miguel Castro, todos antiguos soldados i dispersos de Sau Francisco. Clandestinamente se proporcionaron balas para consumar el delito. E s a ocasión la creyeron encontrada a pocas cuadras antes de llegar al pueblo de Tarapaya. E l señor Sainz, que venia al mando de la fuerza, avanzó hasta el pueblo para preparar el arribo de la tropa, circunstancia feliz que lo salvó. Los conjurados que venían a la cabeza en primera fila hicieron fuego a los que tenian delante; cayeron M a nuel Carpió, 2 . ° jefe,"mnerto, i Andrés Morales g r a v e m e n te herido. Oportunamente se pudo contener la dispersión, logrando verificar la fuga una mitad casi de la fuerza total. Tales sou los detalles del horrendo crimen de rebelión militar i asesinato alevoso con que han pretendido m a n charse esos pocos bolivianos. Han sido castigados con arreglo a la lei militar, G r e g o rio V i l l a g o m e z , Mariano Vargas, Honorato Oropeza i M i guel Castro; los demás hau fugado i se les persigue. E l pueblo ha presenciado conmovido ese sangriento esp e c t á c u l o ; pero no se ha escuchado una sola voz que d e mande gracia: tan convencido está de la necesidad de ese rigor i de la justicia del castigo. L a autoridad se ha visto en el duro trance de ordeuar la ejecución de la pena, comprimiendo los latidos del c o razón. A h o g a d a la voz del sentimiento i de todo afecto humano, siempre representante de la lei, ha hecho espiar el delito. E s lamentable i doloroso que se estinga la vida humana con el hierro de la lei; pero aute los peligros de la patria, ante la magnitud de la situación i ante el clamor de la justicia, todo calla i se hace necesario que la muerte sirva c o m o medio de rejeneracion social. Ojalá que el ejemplo sea eficaz, i que en lo sucesivo no haya ocasión de ejercer tau triste i formidable deber. Ojalá que este acto sea bastante para afiauzar definitivamente la disciplina militar, medio único de continuar la guerra contra el invasor. Nicanor

Flores, Jeneral i Jefe superior,

A las fuerzas mando.

de Brigada del ejército de /eolítico i militar del Sur.

Bolivia

organizadas en los departamentos de

su

Soldados: Habéis presenciado el sangriento i repuguaute espectáculo de una ejecución militar. E n patíbulo infamante han recibido la muerte 4 criminales, sin honra ni conciencia, que intentaron paralizar el e s fuerzo nacional, provocando una sublevación escandalosa i consumando un asesinato aleve. L a nación queda vengada i la justicia satisfecha. Seguro estoi de que en vuestros nobles pechos, donde tau solo caben la lealtad, la hidalguía i el valor, habréis sentido el rnjido de una justa indignación, al saber que la p e r fidia ha querido enlodar las insignias del soldado. L a p r e sencia de esos cadáveres os anuncia que la traición ha sido castigada, os recuerda al mismo tiempo la gravedad de vuestros deberes, cuyo cumplimiento os asegura la mas satisfactoria de las recompensas: la de la gratitud nacional. Sabéis vosotros que desgraciadamente se suceden dia a dia i se multiplican sobre nuestro suelo los crímenes sociales; a medida que arrecia el peligro de la República, la traición i la cobardía surjen a cada instante i se olvida de uua manera lastimosa el santo deber que nos liga con la patria; pero también sabéis que ante el delito que levanta su fatídica cabeza, se alza imponente la justicia nacional para herirle. E l nombre de los cobardes es infamado, una asquerosa mancha oscurece sus abatidas frentes, i en la tumba de los traidores resuena incesante la maldición lanzada por la cólera popular. Amigos: L a institución militar, garantía de los derechos sociales


GUERRA

520

DEL

i base en que se sientau la gloria i el honor de la nación, no soporta que impunemente se empañe el lustre de sns brillantes tradiciones por la menguada vileza de unos p o cos. Los que rehusau marchar a los campos de batalla, los asesinos aleves que vuelven la espalda al enemigo para m a tar a mansalva a los jefes que los conducen, no son dignos de llamarse soldados; el ejercitólos rechaza i pide su esterminio. Cantaradas: Tengo f e ; creo firmemente que no consentiréis nunca en ser heridos c o m o vulgares criminales por la cuchilla de la leí. La muerte del traidor i del cobarde es tan oprobiosa i estéril, como es dulce i fecundo el sacrificio del abnegado guerrero que opone su pecho a las balas enemigas en defensa de la patria. E l nombre de soldado boliviano es el vuestro; conservadlo en su antiguo prestijio, eualtecedlo con vuestros t i m bres de gloria, cual lo desea el que ha visto emblanquecida su cabeza en los campamentos ele Bolivia, orgulloso de ese nombre i mas orgulloso de ser vuestro jeneral i a m i g o . N.

FLORES.

LA

JEFATURA

P o t o s í , A b r i l 13 de 1880.

ORDEN

J E N E R A L . — E S T A D O M A Y O R

D E

SUPERIOR.

Potosí,

Abril

13 de 1880.

H a b i e n d o sido asesinado el dia de ayer el c o m a n d a n t e Manuel Carpió por la fuerza que venia del N o r t e i Sur d e Chayanta, en la sublevación q u e t u v o lugar a la i n m e d i a ción de la posta de Tarapaya, i deseando el señor jeneral, j e f e superior que se le haga los honores fúnebres que a su g r a d u a c i ó n c o r r e s p o n d e n , Ordena: A r t . 1. ° D o s c o m p a ñ í a s del batallón Calama asistirán al entierro del m a l o g r a d o c o m a n d a n t e Manuel Carpió, mandadas por el 3. j e f e . Art. 2. ° D i c h a s compañías harán tres descargas: la primera al principio de la misa, al alzar la hostia la segunda, i la otra al terminar los oficios. Art. 3. ° L a banda de música, t o c a n d o m a r c h a f ú n e bre, seguirá a retaguardia del c o r t e j o hasta el cementerio de San Bernardo. A r t . 4. ° El 3 . " jefe del batallón Calama hará el p e d i d o de m u n i c i ó n para las dos compañías, a tres tiros p o r plaza. Art. 5. ° T o d o s los jefes i oficiales francos concurrirán a d i c h o entierro, a las 11 A . M. del dia d e mañana, d e b i e n d o reunirse en el despacho de la c o m a n d a n c i a jeneral. El duelo será presidido por el señor jeneral, c o m a n d a n te jeneral del departamento. C o m u n i q ú e s e en la o r d e n del dia. cr

PACIFICO.

deber de consagrarse a inflamar en sus hijos el fuego del a m o r patrio de que estaba a n i m a d o el padre d e ellos. Para q u e sea mas efectiva la gratitud nacional, deseo que, m e d i a n t e esta jefatura, que dará u n justiciero inform e , eleve U d . una solicitud de m o n t e p í o a la p r ó x i m a c o n vención. Soi de U d . señora, m u i atento seguro servidor. N.

XXIII. Biografía del comandante del batallón Atacama, Juan Martínez, por Benjamín Vicuña Mackenna. I. D o n J u a n Martínez, coronel del rejimiento A t a c a m a , era hijo de Chillan, c o m o San Martin, c o m o Marchant, c o m o Vargas P i n o c h e t , c o m o J i m é n e z Vargas, c o m o la m i tad de nuestro ejército; i, c o m o esos bravos que n o m b r a m o s al acaso, p o r q u e murieron c o m o él, Martínez fué soldado raso. N a c i d o en 1827, tenia solo 27 años c u a n d o sentó plaza en su ciudad natal, i fué durante algunos años asistente de un j e f e , hoi bien c o n o c i d o en el ejército, q u e le enseñó a leer. E n J u n i o de 1844, Martínez era c a b o ; en A b r i l d e 1849, era sarjento; i fué preciso q u e la guerra civil hiciera brillar su rencorosa segur en los c a m p o s i ciudades de Chile, para que él que es h o i llamado caudillo de todo un ejército, cambiase la j i n e t a por la espada. II. El coronel Martínez, q u e al dia siguiente de su última espléndida victoria, a las puertas d e L i m a , habría sido n o m b r a d o c o n justicia jeneral, habia sentado plaza en el batallón Y u n g a i , pero entró de subteniente al batallón Chillan en O c t u b r e de 1 8 5 1 , c u a n d o ese aguerrido cuerpo se replegó de aquella ciudad, hacia el Maule, para entregarse al jeneral Búlnes, antes d e L o n c o m i l l a . E n 1852, el subteniente Martínez pasó al 4. ° de línea; i en 1853, al Buin. S o l o en los c o m i e n z o s del año 58, recibió sus despac h o s de capitán. U n año mas tarde era ascendido a sarjento mayor. III. D e t ú v o s e en este p u n t o su carrera p o r u n desafío, o mas bien, p o r u n reto de rival arrebatado i tan valiente c o m o él, que a su lado se h a batido en todas partes. El retador fué J o r j e W o o d ; pero sujetos a m b o s al rigor de la disciplina, sufrieron larga prisión en San Bernardo. Tenia eso lugar en 1867. IV.

El teniente coronel, Jefe de Estado M a y o r , ALCÉRREOA.

Señora Virjinia R. v. de Carpió.—Colquechaca.

Potosí, Abril 14 de 1880. Señora: U n a escandalosa sublevación i la bala de u n traidor h a n ocasionado la muerte del c o m a n d a n t e Manuel Carpió. L a patria deplora la pérdida de un abnegado defensor, en tanto que U d . llora al tierno c o m p a ñ e r o de su vida. E n n o m b r e de la nación, en c u y o servicio h a derramado su sangre el esposo de U d ; en n o m b r e del ejército, a c u y o brillo ha c o n t r i b u i d o c o n su existencia, m e p e r m i t o m a nifestarle un sentido pésame. E n sus nobles sentimientos i en los principios relijiosos, dígnese buscar el consuelo a la amargura q u e desgarra su corazón. Vengada c o m o está la víctima, queda a U d . el santo

FLORES.

L l a m a d o a calificar el m a y o r Martínez en ese tiempo, a consecuencia de la aventura d e cuartel que acabamos d e recordar, fué enviado el año siguiente a la asamblea de V a l d i v i a c o m o instructor de milicias. I desde entonces c o m e n z ó para él u n a era de peregrinaciones c o n su p o b r e h o g a r i c o n sus hijos a cuestas. E n 1876, le e n c o n t r a m o s en la asamblea de Atacama; en 1877, en la de Valparaíso; en 1878, en la de A r a u c o , i otra vez en ese m i s m o año ( O c t u b r e 3 ) , en la de Atacama. El c o r o n e l Martínez n o era u n favorito, n o era siquiera una hechura. H a b i a n a c i d o para levantarse sobre sus ropios pies, sin b á c u l o d e nadie; escepto talvez el h o m ro d e sus hijos. I por eso las tres nobles vidas fueron una sola. U n o d e l o s últimos, el primojénito, Meliton Martínez, habia o b t e n i d o u n e m p l e o en la policía de Copiapó; el otro, Valterio, era c o n d u c t o r subalterno de trenes. Pero a m b o s , al lado de su padre, crecieron de cien c o d o s , c o m o soldados d e Chile, en la mañana de Tacna.

E


CAPITULO

Se sabe q u e en la víspera del sangriento encuentro, el A t a c a m a , que se había batido y a c o n alto r e n o m b r e e n Pisagua i e n los Anjeles, estaba d e guardia; i el c o m a n dante Martínez p u d o velar así en su postrera n o c h e , la tienda de sus hijos. L o s cachorros d e l león habian vuelto a la vieja m a d r i guera para dormir su último sueño, en segura i cariñosa custodia, V. C o n o c i d o s son los n u m e r o s o s i tiernos testimonios de simpatía q u e tributó al a c o n g o j a d o padre, después d e su duelo, el p u e b l o atacameño, i en jeneral toda la R e p ú b l i ca, p o r aquella d o b l e p é r d i d a ocurrida e n el c a m p o d e i n mortal victoria. " A l bravo c o m a n d a n t e Martinez,—decia a este respecto la prensa d e C o p i a p ó , — l e m a n d ó el pésame t o d o el Estad o Mayor, p o r la pérdida d e sus d o s hijos en el c a m p o d e batalla d e Tacna; i el señor Martinez contestó estas palabras, dignas de figurar en boca del viejo H o r a c i o : " Corno padre, lloro la pérdida de mis hijos; como chileno me siento feliz de que hayan caido en defensa de la patria. Siento que el único hijo que me queda, no esté en estado de venir a reemplazar a los que han rendido su vida al pié de la gloriosa bandera nacional'.' ¿No.era ésta en todas sus partes una respuesta digna d e la antigüedad? VI. Pero lo q u e n o es c o n o c i d o todavía, i será leido talvez c o n irreprimibles lágrimas por los que tuvieron hijos i los p e r d i e r o n . . . es la siguiente carta q u e en contestación a una tarjeta d e c o n d o l e n c i a íntima, a c o m p a ñ a d a de u n r e corte d e diario, n o s escribiera el afectuoso pero i n d o m a ble padre. Esa carta, q u e desde tres años conservamos c o n m e l a n cólico o r g u l l o entre los mas nobles trofeos d e la guerra, decia testualmente corno sigue:

SÉTIMO.

521

VIL D e igual manera, c u a n d o en el m o r o s o c a m p a m e n t o d e Antofagasta f u é puesto e n sus callosas manos el estandarte q u e delicadas obreras d e C o p i a p ó habian b o r d a d o de realce, c o m o insignia d e su cuerpo, el h é r o e atacameñ o había pronunciarlo estas palabras, q u e arrancaban d e l f o n d o d e su alma fiera, i q u e él supo impertérrito c u m plir. "Señores oficiales i soldados: el estandarte que e n este m o m e n t o se os entrega, simboliza i representa el h o n o r de Chile, i sobre t o d o , el h o n o r de la n o b l e provincia d e A t a c a m a que n o s l o h a enviado. Espero q u e m o r i r e m o s todos, antes q u e permitir q u e esa enseña sagrada caiga en manos d e los enemigos i l a profanen. A y u d a d o p o r vosotros, j u r o defender c o n m i sangre i la vuestra, ese n o b l e pedazo d e nuestro querido tricolor." VIII. Por lo demás, la hoja d e servicios del coronel Martinez hasta el m o m e n t o de salir a campaña, hallábase c o n d e n sada en las líneas siguientes, q u e acusan u n a existencia sobria, talvez oscura, pero e m i n e n t e m e n t e militar: " H a b i a h e c h o la campaña al S u r d e Chile, desde el 27 de Setiembre d e 1851, hasta el 11 d e D i c i e m b r e d e l m i s m o año, a las órdenes del jeneral d e división d o n Manuel B ú l n e s . — S e halló e n la acción d e guerra q u e t u v o lugar en los G u i n d o s , el 19 d e N o v i e m b r e , i e n la batalla d e L o n c o m i l l a , el 8 d e D i c i e m b r e d e l precitado año, a las órdenes d e l m i s m o señor jeneral. E l 16 d e Febrero d e 1859, m a r c h ó c o n su c o m p a ñ í a a reunirse a la división que, bajo las órdenes d e l teniente coronel d o n Tristan V a l d é s , operaba sobre la c i u d a d d e San Felipe, e n c o n trándose en la t o m a d e dicha plaza, el 18 del m i s m o m e s i año.

H i z o la c a m p a ñ a al N o r t e d e la República, a las ó r d e nes del jeneral d e brigada d o n J u a n V i d a u r r e Leal, desde el 30 d e Marzo hasta el 7 de M a y o de 1 8 5 9 , encontrándose e n la batalla d e Cerro Grande, el 29 d e Abril d e l "Señor Benjamín Vicuña Mackenna. referido año, p o r c u y a c a m p a ñ a el Gobierno, p o r decreto Tacna, Junio 20 de 1880. d e 8 de J u n i o d e ese año, le confirió el grado d e sarjento Señor i a m i g o : mayor. R e c i b o vuestra tarjeta d e pésame j u n t a m e n t e c o n las Se e n c o n t r ó e n el bloqueo q u e la escuadra española palabras que m e enviáis, escritas p o r el señor Justo A r p u s o al puerto de Valparaíso, desde el 24 d e Setiembre teaga A l e m p a r t e en su acreditado diario L o s T I E M P O S . de 1 8 6 5 , hasta el 14 d e A b r i l del a ñ o 66, siendo 2. ° V o s o t r o s m e avergonzáis, señores; y o n o m e r e z c o los j e f e d e l batallón Buin 1. ° d e línea, i en el b o m b a r d e o d e sentimientos q u e c o n el bello idioma d e l entusiasmo h a d i c h o puerto, el 31 d e M a y o d e l citado año, en la división béis tenido a bien espresar. del centro, que m a n d a b a el teniente coronel d o n V í c t o r Mis hijos h a n caido, es cierto. Yo, como padre, jamás B o r g o ñ o . me cansaré de llorarlos; en ellos iban refundidas todas las Las comisiones q u e h a d e s e m p e ñ a d o son las siguienaspiraciones del hombre; eran ellos mi porvenir en la an- tes: cianidad,mi aurora en el crepúsculo de mis dias. P e r o c o P o r decreto s u p r e m o d e fecha 8 d e Julio de 1868, fué m o soldado al servicio d e la patria, c o m o amante d e ella n o m b r a d o m a y o r en c o m i s i ó n d e l batallón c í v i c o d e l que S O Í , B E N D I G O O R G U L L O S O , CON L Á G R I M A S D E P R O F U N Parral. D A R E S I G N A C I Ó N L A S U E R T E Q U E A ESOS N I Ñ O S M Í O S C U P O , Por decreto supremo d e l 13 d e O c t u b r e del m i s m o C A Y E N D O EN EL P U E S T O DEL DEBER A B N E G A D O S I TRIUNaño, f u é n o m b r a d o g o b e r n a d o r interino d e ese departaFANTES. m e n t o , cargo q u e d e s e m p e ñ ó hasta el 1. ° d e Febrero ¡Gloria para ellos, eterno recuerdo! de 1869. I para m í , satisfacción i consuelo; pues que sé que, si Por decreto s u p r e m o d e l 1. ° d e Octubre d e l precitase han i d o , a u n queda e n m i alma vivo, palpitante, el d o año, f u é n o m b r a d o m a y o r en comisión del batallón perfume del amor que me consagraron i que les consagré c í v i c o d e Copiapó. siempre, empeñándome en enseñarles el camino que conduP o r decreto s u p r e m o del 1 . ° d e O c t u b r e del año 1873, ce al cumplimiento de sus obligaciones. fué n o m b r a d o m a y o r en c o m i s i ó n d e l batallón cívico d e R e c i b i d , señor, toda la gratitud d e m i alma, q u e tanto Artillería N a v a l d e Valparaiso. debe a v o s c o m o al señor Á r t e a g a A l e m p a r t e , p o r los n o Por decreto s u p r e m o d e 12 d e D i c i e m b r e de 1876 i bles sentimientos c o n q u e m e a c o m p a ñ á i s e n m i desc o n m o t i v o d e haberse disuelto el Cuerpo de Asamblea, gracia. fué n o m b r a d o n u e v a m e n t e m a y o r en comisión del m i s m o V u e s t r o atento i seguro servidor batallón c í v i c o d e Artillería N a v a l de Valparaiso. E l 9 d e E n e r o d e l año 1877, f u é n o m b r a d o , p o r d e c r e J. MARTÍNEZ." to supremo, ayudante d e la C o m a n d a n c i a Jeneral d e A r Tal era el c o r a z ó n , tal era el brazo, tal era el h é r o e mas d e la provincia d e A t a c a m a . I p o r ú l t i m o , al comenzar la guerra, comandante d e l espartano q u e perdió la R e p ú b l i c a en la última hora d e batallón m o v i l i z a d o A t a c a m a . " sus titánicos combates. TOMO

II—66


GUERRA

522

D E L PACIFICO.

IX.

XXIV.

Después d e la batalla d e Tacna, el c o m a n d a n t e del A t a c a m a , fué l l a m a d o p o r el j e n e r o s o p u e b l o c o p i a p i n o para aclamarlo i para consolarlo.

Biografía del COntra-alinírante Lizardo Montero, por J. V. Ochoa.

Pero el viejo c u s t o d i o del h o n o r de Chile, quedóse i n móvil, c o m o el centinela del c a m p a m e n t o que g u a r d a ba la puerta d e P o m p e y a en la avenida llamada d e las Tumbas. X. El senado, le n o m b r ó entonces coronel p o r u n a n i m i dad de v o t o s ; mas todavía, porque delante de la fosa d e los m u e r t o s ilustres, p u e d e descorrerse el velo de reservas rutinarias que no envuelven c o m p r o m e t i m i e n t o s , la sala hubiera querido n o m b r a r al caudillo del N o r t e p o r aclam a c i ó n , p o r q u e alguien propúsolo así, c o m o una e s c e p c i o n de honra. XI. D e l sitio de la eterna demora, del limbo de la guerra, que fué Tacna, silencioso, pero acerado i resuelto c o m o bien templada hoja dentro de su vaina, el coronel Martínez marchó a Pisco en la primera división, i desde Pisco se adelantó por tierra a Lurin a las órdenes de don Patricio L y n c h , este P R Í N C I P E R O J O de las campañas de los trópicos. Martínez, en esa forzada m a r c h a , fué promovido al mando de la primera brigada ele la primera división, i por esto hemos dicho, que bien pronto habría sido nombrado jeneral, aunque era solo no coronel de ayer. E r a el bizarro jefe de nuestra vanguardia; i delante de las hazañas formidables, las fechas del calendario se estrellan c o m o . e l h u m o contra el flanco de ríjida montaña. XII. Mas, el coronel morir.

Martínez,

fué glorificado

solo

para

N o tenia ya a sus hijos. E l añoso tronco, privado del ramaje protector, iba a ser tronchado en la mitad de la colina por el furioso vendaval de p l o m o que soplaba desde la cima. Después de haber conducido, en efecto, al fuego i a la victoria su valerosa brigada en las alturas de Chorrillos, entró el coronel Martínez a formarla hallándose un tanto avanzada la sangrienta j o m a d a subsiguiente de Miraflores; i en los momentos en que, habiendo descendido del caballo, j u n t o a unas tapias derribadas, para observar con su anteojo de campaña el movimiento retrógrado del enemigo, (que era su f u g a ) , una bala perdida, flecha de Partho, lanzada por un prófugo, vino a perforarle el estómago con mortal herida, XIII. Sobrevivió con todo, hasta el p r ó x i m o clia el enérjico soldado, i preocupado solo de lo que le debia a su país i a su bandera, exijió en varias ocasiones i con voz ya desfallecida por el estertor de la muerte, que su secretario, Gonzalo Matta, ex-capitan del Atacama, redactase a su presencia el último Bolctiu de la última jornada. Ansiaba el campeón moribundo inscribir en el rejistro de la inmortalidad su postrer victoria c o m o el héroe tebano, a qnien si no por su talla, por su fíereza^aseméjase. De suerte que él también habría sido dueño de decir, si en aquellos solemnes momentos hubiese hablado de sí m i s m o , i ya que el cielo le habia quitado su prole, que en el A l t o de Tacna i en el A l t o de Chorrillos, dejaba su L e u c tres i su Mantinea. E l coronel don Juan nondas.

Martínez murió

como

Epami-

E l n o m b r e que mas f u e r t e m e n t e sonaba en el Perú al estallar la guerra, era el del contra-almirante M o n t e r o . D i r e m o s el m o t i v o mas después. N a c i d o c o m o Grau en Piura, habia t o m a d o la carrera azarosa del marino casi al m i s m o tiempo que aquél, i l o grado, estando de teniente en la fragata Apurímac ( 1 8 5 8 ) , dar a c o n o c e r su n o m b r e de audaz i turbulento, sublevando d i c h a nave a favor del j e n e r a l V i v a n c o . Las correrías que t u v o q u e esperimentar c o m o j e f e de la fragata sedicionada, le valieron el ser mas c o n o c i d o que Grau i tomar desde tal fecha cartas activas i constantes en todas las revueltas políticas de la vecina R e p ú b l i c a . Con tanta ambición c o m o vanidad, M o n t e r o desde su primera j u v e n t u d n o tuvo otro ideal que el de hacer espectable figura, t o m a n d o parte en toda l u c h a i en todo motin, c o n tanta fogosidad, que bien p r o n t o sus paisanos dieron el llamarle el l o c o , p o r su locura de escalar al p o d e r , i su ardiente imajinacion. E d u c a d o esmeradamente i en distinguida sociedad lim e ñ a , habia logrado rodearse de una buena atmósfera, sin o popular, de respetable consideración, que llegó en 1876 a colocar su n o m b r e de candidato para las e l e c c i o nes presidenciales. R e v o l u c i o n a r i o i caudillo, llegó a hacerse el rival de Piérola, p o n i e n d o a raya las pretensiones de éste en diversas ocasiones, lo q u e le valió el jeneralato durante la administración Pardo. C u a n d o le c o n o c i m o s , la impresión que n o s p r o d u j o fué la de un caballero andante del siglo pasado. A l t o , delgado, d e nariz aguileña i ojos redondos i parlanchines, caminaba revelando en su andar toda la impetuosidad i t o d o el amor p r o p i o de su carácter. D o s punteagudas patillas y a lijeramente canosas, daban a su fisonomía u n tono varonil i mas q u e marino, militar, T a n locuaz corno Buondia, se habia distinguido c o m o d i p u t a d o a los congresos de su patria, hablando larga i floridamente. L a primera vez que le vimos, llevaba u n lujoso uniforme, en el que se c o n f u n d í a n las insignias de contra-almirante i de jeneral; haciendo que se destacara aun mas hermosa su intelijente i simpática cabeza, u n o de esos sombreros armados c o n plumillas blancas a la usanza de los generales franceses del s e g u n d o imperio. Bullicioso i engreído, amable i descortés al m i s m o tiemp o , reúne en sí los adornos, defectos, vicios i cualidades d e la vida limeña. Falso i ambicioso p o r naturaleza, su única tarea, antes i después de la presente guerra, h a sido espiar la hora d e escalar al Poder S u p r e m o del Perú, hasta que al fin lo ha conseguido. E n los primeros dias de Enero de 1879, el contra-almirante Montero presentaba su candidatura en una circular dirijida a sus amigos políticos, espresando que no p o d i a mantenerse ni desarmado ni indiferente "al contemplar después de tan negro dia (el dia del asesinato de don Manuel Pardo) el terrible naufrajio que nos amenazaba." . . . ' N o se debe, agregaba el pretendiente, que no era ciertamente el ú n i c o aspirante a reemplazar al j e f e caido, n o se debe a semejanza del Estado M a y o r de Alejandro, pretender repartirse el imperio de la opinión a una clase social esclusiva i determinada." ( 1 ) Esto esplicará al lector lo que dijimos al comenzar. M o n t e r o era el que se afanaba p o r tomar la jerencia del partido civilista, razón m u i sobrada para que n o fuera bien visto por P r a d o , i para que su n o m b r e sonara en Lima bien fuerte. (1) "Historia de la campaña de Tarapacá" por Benjamin V. Mackenna. mo 1. °


CAPITULO

E s así, que c u a n d o se dio principio a la organización del ejército i d e la armada del Perú, se hizo caso omiso del contra-almirante para darle u n puesto activo en la m a rina, i se satisfizo su entusiasmo patriótico, destinándolo d e j e f e superior de las fuerzas i baterías de Arica, lo que le valió que la prensa chilena le llamara marino de tierra firme. J u s t o es decir en h o n o r de Montero, que en los p r i m e ros dias de la guerra trabajó c o n asiduidad i entusiasmo recomendables, en la creación d e nuevos fuertes i en el restablecimiento de los antiguos, que debiau asegurar el importante puerto de Arica, que, por las formidables p o siciones de su histórico Morro, n o sin razón se le llama el Jibraltar del Pacífico. C u a n d o llegamos a T a c n a i visitamos aquel puerto, las baterías del Morro contaban, y a bien m o n t a d o s , de diez a d o c e cañones de diversos sistemas, dos el fuerte d e San José i otros d o s el de Santa Rosa. Si no nos engañan nuestros recuerdos, parece que fueron aumentfidos c o n al-, g u n o s mas posteriormente, gracias a la actividad m u i rec o n o c i d a del señor M o n t e r o . R e p e t i m o s , el ambicioso jeneralísimo se porto m u i bien en los primeros dias de la c a m p a ñ a ; mas a p o c o , c o m o Buendia, o m e j o r d i c h o c o m o buen limeño en sus c o s t u m bres, fué olvidándose de los trabajos de los fuertes i hasta de sus deberes, s e d u c i d o por los placeres i pasatiempos que llegaron a proporcionarle los amoríos i el rocambor. Es así que algunas de las baterías quedaron a medias o incompletas. Después de los desastres de N o v i e m b r e , el 28 del m i s m o mes, la corbeta chilena Chacabuco v i n o a sacar al c o n tra-almirante Montero de en m e d i o de sus placeres, c o n la notificación de b l o q u e o al p u e r t o de Arica. M o n t e r o contestó q u e estaba resuelto a rechazar toda agresión, en la persuasión de q u e la escuadra enemiga, en c u m p l i m i e n t o de las leyes internacionales de la guerra, i pasado el término prescrito para- la carga i descarga de los buques neutrales, mediría sus cañones c o n los del e n e migo. N o sucedió así: inútilmente esperó entusiasta la ocasión de entrar en l u c h a i probar aquellas baterías. Estaba resuelto por adversos hados, que el c o m b a t e o b o m b a r d e o de la plaza se efectuara mas tarde, c u a n d o M o n t e r o la haya a b a n d o n a d o . E n efecto, meses después, en q u e aquél habia aceptado de g r a d o o por fuerza el c a m b i o político operado por P i é rola en L i m a ( 1 ) , siendo rebajado su carácter d e j e f e superior, c o n el simple jeneralato del ejército peruano, i reunido a éste para la batalla de Tacna, tuvo que dejar A r i c a para trasladarse a aquella ciudad. Es entonces q u e la escuadra chilena (27 de F e b r e r o de 1880) c o m e n z ó recien la obra de atacar la plaza fortificada, de una manera m u i especial: c o n el c a ñ ó n de largo alcance d e su n u e v o barco A Jijamos disparaba de una distancia tal, que solo se le veia el h u m o , b o m b a s tras b o m b a s sobre la p o b l a c i ó n . Solo en dos veces se alteró esta fria i cuotidiana i n m o lación del puerto de A r i c a q u e d u r ó hasta vísperas de la batalla de Tacna: c u a n d o el valiente c o m a n d a n t e T h o m p son se ponia c o n el Huasca?; y a chileno, bajo los fuegos (1) Hé aquí los telegramas que ee cambiaron con tal motivo: "Lima, 23 de Diciembre.—11.22 A. M.—Señor contra-almirante Montero.— Arica,—Piérola 21 revolución en el ejército.—Combate reñido.—Callao i fortalezas entregadas a Piérola.—No tengo quien me sostenga escepto artillería..— Luis La-Puerta." "Lima, 23 de Diciembre de 1 8 7 9 . — Señor jeneral Montero.—Arica.—Por el voto espontáneo de los pueblos de Lima i Callao i la completa adhesión del ejército, he sido proclamado Jefe Supremo de la República i me congratulo en comunicárselo a Ud. i le estréchala mano su afectísimo..—Piérola." CONTESTACIÓN. "Señor don N. Piérola.—Lima.—Este departamento i el ejército, seguirán llenando su deber i aceptan el hecho a que se refiero V. E . — M o n t e r o . "

SÉTIMO.

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del Morro, p a g a n d o c o n la muerte su temeridad ( 2 ) i c u a n d o el c o m a n d a n t e Villavicencio burlaba la vijilancia del bloqueo, penetrando i a b a n d o n a n d o la bahía d e A r i ca a la vista i paciencia d e los buques chilenos (17 d e A b r i l d e 1880). N o pasaremos adelante antes de decir a este respecto pocas palabras: L a espedicion de la Union a A r i c a , fué una de esas atrevidas e infructuosas empresas c o n q u e la marina p e ruana ha ilustrado la campaña. Piérola arriesgó el ú n i c o b u q u e que le quedaba, sin m a n d a r ausilios de gran valía al ejército del Sur, que se moría de hambre, según palabras testuales de M o n t e ro en un telegrama que t e n e m o s a la vista. Cuando Montero supo en Tacna que " c o m o caida del c i e l o " la corbeta intrépida habia amanecido en Arica, dio orden a su Jefe de Estado Mayor el coronel don José L a Torre, que estaba a la sazón en el puerto bloqueado, que inmediatamente de descargarla se la encallase, a fin de no dar esa presa al e n e m i g o ; que parecía inevitable, en atención a que uno de los acorazados (Coc/irane i un trasporte Amazonas) hacían entonces la guardia del puerto. La-Torre, mozo terco i auimoso, desobedeció a su j e n e ral, ocultó la orden al bravo Villavicencio i le impuso entre un abrazo i un trago de coñac, volver a zarpar para el Callao, burlando la vijilancia chilena, c o m o en efecto la burló aquel hábil i heroico marino, miéutras los bloqneadores esperaban refuerzos, o mejor dicho, mas buques para hacer astillas a la débil Union, que, con su presencia i salida triunfal de A r i c a , se lavó de la mancha de cobarde que conquistara en A n g a m o s , merced a su jefe García i García, Parece que no gustó a Montero el salvamento de la Union, por lo que en breve espücaremos, pues dio márjen para que al causante de ese mal, lo destituyese del cargo elevado que investia, reemplazándolo con el no menos i m p o r tante coronel Velarde, del que alguna vez hemos de hablar. L o anterior aclara muchos misterios. Piérola i Montero, rivales antiguos i enemigos encarnizados, trabajaban mutuamente por su doble m i n a , sin fijarse que ella traería la de la patria. E l primero hacia todo lo posible por desbaratar el éxito de las armas de Montero, a fin de aplastarlo de ese m o d o , negándole i privándolo aun de ios recursos mas indispensables. A s í jierdia a Montero, al m i s m o tiempo que a Tacna i Arica, perdía el Perú. Montero a su vez, procuraba hostilizar a sus soldados, no afauarse por vestirlos (pues que estaban mostrando las carnes; ni por buscarles medios de una buena alimentación, que la que tenian era lamentable. Se nos dijo entonces que algunas cantidades en plata sellada que habian entrado en la caja del contra-almirante, las repartió con notable injusticia solo entre sus correlijionarios políticos, haciendo tirana esclusion del pobre soldado que sufría i que iba a derramar su sangre en el campo de batalla. ¿Todo por qué? Por la misma razón de P i é r o l a ; porque creia el jeneralísimo de las locas ambiciones, que desbaratando esa c a m paña labraba la ruina del mas ambicioso aun, dictador Piérola, que tan mal había empezado a tratarlo i al que desde aquella fecha pensaba sucederlo, a la primera vuelta de la rueda de la fortuna. (2) En correspondencia a L A TRIBUNA de La Paz de Marzo 4 de 18S0, decíamos lo siguiente: "Tiene leyes inflexibles el destino. Thompson fué comandante de la Esmeralda hasta tres dias antes del sangriento drama del 21 de Mayo, en que fué pasado al Abtao i reemplazado por Arturo Prat, que con el pié en la quilla de su buque que se hundía, salté a bordo del Huáscar a encontrar la muerte de la que se alejaba. Hoi Thompson, halla la muerte en el mismo lecho que su sucesor Prat. Fatídico Huáscar, euyo nombre se entrelaza con los de un héroe i dos valientes: Grau, Prat i Thompson. La pérdida de éBte es para Chile una desgracia; porque Thompson era un valiente i buen marino." (Diario citado N.° 7.)


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GUERRA

DEL

A s i m i s m o recién se esplica la oposición deliberada e intransijenfce al plan de defensa de Tacna propuesto por Camacho, de parte del jeneralísimo peruano. A l dar cnenta de los sucesos que precedieron a la batalla del 26 de Mayo, no tenemos presente si dijimos lo que vamos a copiar de nuestro Diario de campaña, en seguida: "Abril 19.—De 3 a 4,000 hombres del ejército enem i g o han o c u p a d o Sama. Se han c u m p l i d o c o n esta fatalidad todas las previsiones del coronel C a m a c h o , c o n signadas en su plan de o c u p a c i ó n anticipada de esa estratéjica posición, que n o quisieron aceptar los jefes p e r u a n o s . . . Sabemos d e fuente segura que el señor A l barracin ( 1 ) estuvo p i d i e n d o refuerzos desde h a c e cuatro dias, al saber la a p r o x i m a c i ó n de fuerzas chilenas. El j e neral M o n t e r o , sordo a esos pedidos, es responsable del p e q u e ñ o desastre de ayer." ( 2 ) E l ejército peruano salió al c a m p o de batalla desnudo, hambriento i desesperado. El rancho que recibía era detestable i el sol en billete que se daba a cada soldado c o m o diario, difícilmente p o día encontrar c o l o c a c i ó n por c i n c o centavos. El c o m e r c i o estranjero de T a c n a le hacia una guerra terrible porque era peruano, n e g á n d o l e t o d o recurso: n o así al boliviano, que siempre que p u d o favorecerlo, lo h i zo c o n desinterés i hasta c o n afecto. (3) T a n mala era la situación de aquél, que una n o c h e estuvieron a p u n t o de sublevarse i dispersarse varios batallones, entre ellos el Victoria que se desbandó mas tarde sin dar un solo tiro. R e p e t i m o s , tan lastimero i antipatriótico tratamiento de esas abnegadas tropas, fué preparado en m u c h a parte, tanto por Piérola c o m o por M o n t e r o . Este, c o m o se sabe, m a n d ó en la batalla del 26 la ala derecha, la ala fuerte en elementos i en resistencia. Dias antes, su c u m p l e - a ñ o s por mas señas, apuró a l g u nas copas bajo el toldo de campaña en festejo de aquél i en c o m p a ñ í a de sus amigos: entusiasmado por el v i n o de la mesa, recorrió su línea p r o c l a m a n d o frenéticamente, i al llegar d o n d e sus queridos Colorados, que así llamaba a nuestros famosos Granaderos, al terminar su discurso les dijo en u n lapsus de lengua: — ¡ V i v a Chile! — ¡ Q u e muera! le contestaron a una voz aquellos r e n o m brados valientes. El c o m p o r t a m i e n t o del jeneral M o n t e r o en la batalla de Tacna, lo recordamos en otra parte. A fin de n o duplicar narraciones, emplazamos al lector para en seguida, q u e y a nos toca hablar del 26 d e M a y o d e 1880 i dar término por consiguiente a esta primera serie de Semblanzas, c u y o final debe ser la posesión por los chilenos, de T a c n a i Arica.

XXV. EDITORIALES. LA

ESPECTATIVA.

(Editorial de L A PATRIA de Lima del 20 de Mayo.)

T a m p o c o el vapor del Sur q u e llega hoi disipará la i n certidumbre referente a las esperadas operaciones de q u e d e b e ser teatro aquella parte de la República. (1) Era el jefe de los pocos jinetes que guarnecían Sama. (2) "Diario de la campaña del E. B. llevado por J. V. 0 . " — T o m o 5. ° pajinas 6 i 7. (3) Recordamos que la ropa de dril que tenían la mayor parte de los cuerpos peruanos, nada apropósito para soportar el frió del campamento, hizo pensar a sus jefes en abrigos. Solicitaron ponchos o frazadas de varios almamacenes, los que les negaron rotundamente. El jeneral Juan José Pérez pudo conseguir como persona particular algunos fardos de esa bayeta llamada do Castilla, que le dio con gusto la casa del distinguido caballero don Eduardo Pempell i que se distribuyó como ponchos entre aquellos sufridos soldados.

PACIFICO.

Nuestros enemigos reservan todavía el triunfo que, seg ú n la espresion de u n o de los altos j e f e s de la escuadra bloqueadora, es de evidencia matemática, i al parecer dan t i e m p o al t i e m p o esperando seguramente q u e los ejércitos aliados se evaporen o desaparezcan c o m o las nieblas, al fulgor de las armas chilenas. H é ahí que B a q u e d a n o se e m p e ñ a on desmentir a la prensa de su país i temperar c o n su calma el b é l i c o ardor que anima a los estratéjicos de p l u m a del M a p o c h o para quienes n o es c o n c e b i b l e que aun n o estén segados en T a c n a los laureles de la victoria. A d e s p e c h o de los alardes chilenos, contra esa evidencia matemática, demuestra la estación de las huestes c h i lenas en Sama una c o m p l e t a inseguridad en sus propias fuerzas i- el n o disimulado temor de su desastre, que para ellos habría de ser decisivo. M U Í largo es el espacio de t i e m p o e m p l e a d o de etapa a etapa, i n o es sino adrede el haber escojido un punto tan lejano c o m o P a c o c h a en tratándose de m a r c h a r sobre Tacna. Para apresurar el asalto i recibir de una vez las coronas que seguramente y a cansada sostiene apenas en sus manos la gloria, no h a n bastado las advertencias de la prensa chilena que les señala c o n mal disimulada inquietud las fuerzas peruanas que m a r c h a n de A r e q u i p a a golpear a sus espaldas: " A l l í está el peligro, les dicen; evitadlo, i m p i d i e n d o además que n u e v o s refuerzos llegados de Bolivia fortalezcan a los enemigos." Pero B a q u e d a n o n o parece p r o n t o a la persuasión i amenaza echar raices en el insalubre valle de Sama, esper a n d o sin d u d a que L i m a se rinda bajo el peso d é l a s calamidades del b l o q u e o que las cree insoportables, a la vez q u e Galvarino espera para imponernos la lei, el matemático triunfo de Tacna. El G o b i e r n o chileno, a su turno, espera lo q u e Galvarino para dar por terminada la guerra. Se erije en poder s u p r e m o para dar término a una c o n t i e n d a en que entran tres partes, dos de las cuales n o solo n o habrían agotado su virilidad i su fuerza, sino que aun después d e un desastre en T a c n a se hallarían tanto o mas fuertes que al iniciarse la guerra. L a terminación d e ésta n o puede sellarse sino con la paz impuesta por el vencedor, después de r e d u c i d o el e n e m i g o a la m a y o r estremidad posible. Chile, que se d e creta honores, se adjudica triunfos, se c o n c e d e glorias i forja sus héroes i sus semi-dioses, obraría lójicamente al suscribir el d o c u m e n t o en que se diese por terminada la guerra. Ese acto, verdaderamente ridículo i propio de Chile, seria simplemente una parodia de la ordenanza de aquel famoso alcalde de cierto p u e b l o q u e decretó u n eclipse de sol para festejar u n dia clásico. Mas guerrera la prensa chilena i m e n o s práctica que su G o b i e r n o , p i d e a gritos la o c u p a c i ó n de Lima. Créenlo m u í fácil i m u í llano, i hai quien se indigna porque no saben los jenerales chilenos aprovechar ocasiones propicias. D e manera, pues, q u e hai dos criterios en el centro de nuestros enemigos para j u z g a r la situación. E l de los que están en el c a m p o de la lucha armada i tienen que presentar'su p e c h o a las balas, los cuales n o creen, ni con m u c h o , fáciles las conquistas i posible la siega de laureles, i los de los q u e dirijen la guerra desde el gabinete o desde la redacción de los diarios en d o n d e t o d o se ve de color de rosa i se presiente la inmortalidad c o n fijeza. Entretanto la situación se mantiene indefinida, pero en sentido favorable a las armas aliadas. T o d o lo q u e necesitamos es confiar i esperar, que al c a b o se disiparán las nieblas i se tornarán en pesadilla los sueños de oro d e los cantores de triunfos. JULIO

LUCAS

JAIMES.


CAPITULO

E L EJÉRCITO D E T A C N A . (Editorial de LA OPINIÓN NACIONAL de Lima del 15.)

E n una carta d e T a c n a de fecha 6, escrita por persona m u i distinguida, pero pesimista antes de ahora, t o m a m o s los siguientes párrafos: " E n c u a n t o a la guerra, las cosas h a n t o m a d o una faz m u i favorable. T e n e m o s u n ejército bien organizado, disciplinado i resuelto, que dia por dia se refuerza c o n nuevos i vigorosos continjentes d e Bolivia. E l jeneral C a m p e r o es un hábil i esperto capitán, c u y a pericia militar es c o n o c i d a i c u y a actividad es a s o m brosa. L a alianza perú-boliviana es perfecta i m a r c h a a pasos a j i g a n t a d o s tras d e u n fin mas alto i mas c o n f o r m e c o n la n u e v a era que Chile h a abierto a la v i d a de las naciones americanas. L a conquista tiene por antídoto el poder, i la perfidia la perspicacia. Fraternidad, derechos, justicia, etc., principios abstractos, quimeras q u e hasta h o i nos h a n a d o r m e c i d o , mientras los blindados i los cañones K r u p p n o se habian encargado d e demostrarnos que su p o d e r es superior a todos los principios. El eje'rcito chileno situado en Sama n o se atreve a dar un paso al frente de su enemigo. Víveres, forraje, agua, c o m b u s t i b l e , etc., etc. tenemos en abundancia, d e b i d o al infatigable espíritu mercantil del pueblo cochabambino. Sobre la frente de Campero, del simpático M o n t e r o i d e C a m a c h o brilla y a d e s d e h o i l a r e f u l j e n t e luz de la gloria, el triunfo es seguro. Benditos sean ellos q u e van a lavar la h o n r a de la A m é r i c a , salpicada de m a n c h a s de sangre que ha arrojado sobre ella la c o d i c i a chilena."

LA S I T U A C I Ó N

DEL PERÚ.

(Editorial de E L CRONISTA de Panamá.)

T e n e m o s y a confirmada por c o m p l e t o la m u i seria n o ticia traída por el vapor anterior respecto del formal b l o queo del Callao i p r ó x i m o b o m b a r d e o d e su plaza por la escuadra chilena. Esta última peripecia de la gran guerra q u e h a estado e m p e ñ á n d o s e entre Chile i la alianza perú-boliviana h a c e mas de u n año, es natural q u e venga a precipitar una solución mas p r o n t a en favor de los intereses m i s m o s de los pueblos belij erantes. Por la grande preponderancia que Chile ha logrado o b - . tener en mar i tierra, se d e d u c e fácilmente q u e el P e r ú í Bolivia son ya impotentes para la resistencia i m u c h o menos ahora q u e se encuentra cerrada por las naves chilenas la m a y o r parte de la estensa costa peruana, i u n poderoso ejército invasor o c u p a n d o posiciones que son la llave del p r e d o m i n i o en tierra. A u n q u e la prensa peruana pretenda dar todavía c o m o mas retemplado el patriotismo d e su país c o n el n u e v o conflicto del b l o q u e o del Callao i sus caletas, hai revelaciones en ella m i s m a del pánico i de la consternación s o cial a que estaba d a n d o lugar tal acontecimiento. Esas retemplanzas del patriotismo h a n sido siempre el estribillo de todos los días i la promesa constante del Perú en sus multiplicados fracasos. Es natural i m u i j u s t o que se h a y a retemplado en t o d o s los hijos d e esa h o i tan desgraciada n a c i ó n el deseo de vencer a sus adversarios. Pero entre esa retemplanza q u e p o d e m o s llamar teórica, i la retemplanza de los h e c h o s hasta ahora acaecidos, nada se h a visto ni se ve de positivo sino que d o s naciones que cuentan c o n una población d e 5.000,000 por lo m e n o s , han sido batidas i vencidas en todas partes por u n ejército que principió su invasión c o n 10 o 12,000 h o m b r e s , a u m e n t a d o s hoi hasta 20,000.

SÉTIMO.

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son imposibles de por sí, i m u c h o mas imposible todavía por su m i s m a situación política interna. T a n es así, que la prensa sostenedora del actual m a n d a tario se h a impuesto la c o n t i n u a tarea de estar h a c i e n d o cruda guerra a los círculos que llama pesimistas, p o r q u e éstos han espresado sus c o n v i c c i o n e s de que la o c u p a c i ó n d e M o q u e g u a i los Anjeles es u n funesto fracaso, i porque consideran que la causa de la alianza está c o m p l e t a m e n t e perdida. L A P A T R I A de Lima, en u n o de sus últimos números, c o n fiesa editorialmente que " e n la cadena n o corta de los acontecimientos realizados, p o c o s son los que, c o m o p u n tos luminosos, sirven para hacer mas palpable el luctuoso sello del m a y o r n ú m e r o . " Sin embargo de serle sensible, se manifiesta ese diario forzado a decir, que " e n la predisposición al pesimismo en la jeneralidad de las j e n t e s , se ha d a d o al suceso de los Anjeles los caracteres mas tétricos, i atribuido a la esped i c i o n última de la corbeta Union a A r i c a un resultado inútil e i n c o n d u c e n t e . " Estas confesiones n o p u e d e n ser mas reveladoras de q u e esas vanagloriadas retemplanzas del patriotismo p e ruano en cada u n o de sus terribles fracasos, n o son sino verdaderas retemplanzas del desaliento, baladronadas de la impotencia i del despecho. L a aflictiva suerte a que han llegado el Perú i Bolivia será para la historia una n u e v a lección de terrible escarmiento, u n e j e m p l o de moral universal aplicada a la c o n d u c t a de los pueblos. E l Perú h a c e un año impulsaba secretamente a Bolivia para intentar la ruina de la pacífica i laboriosa República chilena, c o m o el ú n i c o recurso q u e podía quedarle para continuar su sistema de vida de despilfarro, de m o l i c i e i de esa corruptora holganza social que le habian estado p r o p o r c i o n a n d o por m u c h o s años riquezas naturales de su suelo i q u e alguna vez debían agotarse. Con cuánta altanería, c o n c u á n t o desprecio insensato n o p r o v o c a b a entonces el Perú a esa R e p ú b l i c a objeto de sus envidias i de su emolacion, llamándola " p o b r e e indij e n t e republiquilla" porque j a m á s Chile había tenido guanos ni riquezas naturales q u e emplear para c o r r o m perse, ni para retrogradar a las intemperancias de los vicios i de los descréditos sociales. La prensa oficial, los tribunales avezados en la locuacidad de la charlatanería, la prensa de todos los colores p o líticos aturdían al m u n d o entero c o n amenazas de u n triunfo fácil i seguro.

T e n e m o s ejércitos numerosos, decían, tenemos una escuadra poderosa i sin rival, tenemos valientes jenerales i almirantes, i el heroísmo peruano de J u n i n i Á y a c u c h o i del 2 de M a y o se retemplará todavía c o n m a y o r ardimiento; en fin, tenemos millones sin tasa para reducir a la nada a esa republiquilla pobre e indijente, c u y a vida de tranquilidad habitual n o ha tenido otra causa que el envilecim i e n t o i la cobardía de sus masas! T o d o esto i m u c h o mas se decían i prometían los p e ruanos c o n el pretesto de manifestar ayuda i protección a la débil R e p ú b l i c a hermana de Bolivia, su aliada secreta, q u e le habia servido de instrumento i de gran esperanza d e protección en el m e d i t a d o i bien p r e c o n c e b i d o plan d e conquista de los terrenos chilenos hasta el grado 27 para hacerse en el m u n d o los esclusivos poseedores del salitre. H o i , q u é desengaños! Los ejércitos peruanos i bolivianos c o n sus jenerales no han d a d o mas muestra de virilidad i destreza que en la ajilidad en las continuas derrotas ante esos que llaman cobardes i abyectos soldados chilenos. L a escuadra peruana reducida a una sola nave. Los presidentes aliados fugados i enriquecidos c o n el p e c u l a d o mas escandaloso; i las políticas internas actuales presas de la anarquía i sometidas a la férula de d i c t a d o La acción guerrera de Chile estendida y a hasta el Ca- res draconianos. Los millones sin tasa convertidos en papel m o n e d a llao, tiene q u e h a c e r desconfiar p o r c o m p l e t o d e la e n g a ñosa e infundada esperanza del Perú de triunfos que y a [ depreciado hasta la irrisión


GUERRA

526

DEL

Las poblaciones consternadas por la miseria i el d e s a m paro i en un desquiciamiento c o n los caracteres de u n amenazante trastorno d e c o m u n i s m o c o n todos sus h o r rores. He" allí el desastroso cuadro que ahora ofrecen las n a ciones aliadas que iniciaron la lucha restregándose las manos con indecible i sanguinario placer, i c o n una c o n fianza de triunfo fundada en el heroísmo que se atribuían a sí mismos i en el n ú m e r o de ejércitos que ambas se p r o metían formar de sus poblaciones triplemente maj'ores que la de su p r o v o c a d a rival. " H a r e m o s a Chile guerra tremenda, guerra sin cuartel!... decia a gritos, el 5 de Abril del año anterior, el e x Presidente Prado, desde los balcones del Palacio de G o bierno, al p u e b l o desenfrenado de Lima, que celebraba en la plaza principal c o n borracheras de aguardiente, la d e clacion d e guerra, i al cual era necesario cojerlo por la fuerza para que se enrolara en el ejército encargado de la defensa de la patria!... I aquellas salvajes palabras, propias de la cobardía, eran aplaudidas atronadoramente por la sociedad limeña i por sus masas entregadas a públicas bacanales. H o i se quejan, hoi se c o m p u n j e n e insultan c o m o energ ú m e n o s los peruanos a Chile, llamándolo país de v á n d a los, porque sin hacer tanta chillona algazara, ha ido v e n ciéndolos c o n calma, haciéndoles la guerra c o n toda la fuerza de su derecho, por mas que ellos pretendan hacer creer que se sale de los usos de la civilización. La guerra es la guerra, pero Chile n o ha usado ni de b a las esplosivas, ni de Iti salvaje q u e m a de los heridos, ni de otros recursos nefandos que los peruanos h a n puesto en práctica c o n los chilenos, i que han aconsejado enérjicas represalias desde que el programa salido d e los cobardes labios del traidor jeneral Prado fué de guerra tremenda, guerra sin cuartel. El país de las h e c a t o m b e s de los Gutiérrez i que inició la guerra actual c o n aquel programa, que ha llevado a la práctica, n o es el llamado a acusar a los guerreros c h i l e nos de incivilizados ni bárbaros. Si hoi es d i g n o de conmiseración por su suerte, la c u l pa se la debe a sí m i s m o , i si el d e s p e c h o le lleva hasta la porfía de n o conocerse vencido, él solo será el responsable de las consecuencias de la p r o l o n g a c i ó n de la lucha.

RESULTADOS

PROBABLES DE LA GUERRA

ENTRE CHILE

I EL PERÚ. (Editorial de T H E BDLLONIST de Londres).

H a b i e n d o Chile, p o r el éxito de la guerra, t o m a d o p o sesión de la costa d e Bolivia i de la p r o v i n c i a toda de Tarapacá en el Perú, interesa evidentemente a sus h a b i tantes i a todas las naciones civilizadas i progresistas, que lo posea permanentemente i que su G o b i e r n o a d m i nistre aquellos territorios. El territorio boliviano c o n t i g u o a Chile, p r á c t i c a m e n t e n o forma parte de Bolivia; está habitado únicamente por subditos chilenos i separado del E s t a d o a que pertenece por una inaccesible cordillera de montañas. Su puerto de Antofagasta n o sirve ni para la i m p o r t a ción ni para la esportacion del estenso interior de Bolivia, siendo el puerto de Arica, en el Perú, el lugar por d o n d e R o l i v i a tiene su entrada i salida al Pacífico.

PACIFICO.

N o se disputará que Bolivia tiene d e r e c h o a u n puerto en la costa del Pacífico, i la c o n v e n i e n c i a d e las cosas d e muestra que debería tenerlo d o n d e la naturaleza se lo ha d a d o c o n tanta justicia. D a n d o a Bolivia una p e q u e ñ a faja de territorio en el o c é a n o Pacífico, i n c l u y e n d o el puerto d e Arica, será un escelente m e d i o entre las dos repúblicas hermanas i la colocarán en estado d e aumentar sus grandes recursos interiores por u n puerto p e q u e ñ o , seguro e independiente en la costa del Pacífico. Por u n tratado existente entre Bolivia i el Perú, el último h a c o b r a d o los derechos de i m p o r t a c i ó n i esportacion de las mercaderías del primero, que pasaban por el p u e r t o d e A r i c a , i p o r l o cual debia pagar a Bolivia 60,000 esos anuales; pero se dice que el G o b i e r n o de Bolivia n o a recibido mas de una d é c i m a parte de esta suma. S u p o n i e n d o tal modificación de frontera c o m o uno de los resultados probables de la guerra, la p r o v i n c i a de T a rapacá será separada de la R e p ú b l i c a peruana. E n la costa i en las islas adyacentes se encuentran los grandes depósitos de g u a n o , h i p o t e c a d o s especialmente a los tenedores europeos de bonos por un empréstito que asciende ahora en capital e intereses atrasados a mas de £ 40.000,000. E n el interior de esta provincia están los grandes d e pósitos d e nitrato, en los cuales, p r i n c i p a l m e n t e los ingleses, han invertido £ 4.000,000. Hasta el presente, c o m o d e c í a m o s la semana pasada, estas grandes riquezas naturales, a causa d e la mala administración del G o b i e r n o peruano, han sido para el país una maldición en v e z de una b e n d i c i ó n . Si en el tratado d e paz q u e d e b e hacerse l u e g o entre Chile, Bolivia i el Perú, el ú l t i m o cede irrevocablemente a los tenedores de bonos todos los depósitos de g u a n o i nitrato existentes en la provincia de Tarapacá, recibiendo en c a m b i o u n finiquito de toda la d e u d a esterna i certificados de nitrato, de manera que el Perú p u e d a comenzar u n a vida nueva, libre d e toda dificultad financiera, habrían buenas esperanzas de rejeneracion del país, porque el G o b i e r n o i el p u e b l o aprenderían esta saludable lección: que una renta procedente de una industria honrada tiende mas a la prosperidad permanente de una nación, que todas las minas de oro i riquezas escepcionales.

E

L a vecina R e p ú b l i c a d e Chile es u n brillante ejemplo entre los Estados sud-americanos de los benéficos efectos que provienen de la honradez, industria i probidad. Bajo un G o b i e r n o semejante, los tenedores de bonos peruanos tienen la m e j o r garantía de que sus derechos serán respetados i los depósitos de g u a n o i d e nitrato administrados d e manera q u e d e n a sus propietarios reales u n p a g o sustancial. C r e y e n d o q u e este fin, q u e deseamos se llevará a cabo i que se establecerá una paz permanente entre Chile, Perú i Bolivia, p e d i m o s la a n e x i ó n d e Tarapacá a Chile, dando en c a m b i o a Bolivia el puerto d e A r i c a i al Perú el finiq u i t o d e su d e u d a esterna. Después del v e r g o n z o s o c a m i n o q u e el Perú ha seguido c o n sus acreedores, n o p u e d e esperar q u e se le trate c o m o si hubiera sido siempre u n E s t a d o h o n r a d o . N o atraerá las simpatías del m u n d o civilizado por mas q u e proteste; i Chile, el Estado v e n c e d o r , tiene ciertam e n t e títulos para exijir c o m p e n s a c i ó n p o r sus gastos i pérdidas.


CAPÍTULO VIII. .'SUMARIO.—I. Entrada de la quinta división boliviana a Tacna: descripción i proclamas.—II. Llegada del jencral Campero a Tacna: relación, proclama i nota anunciando haberse hecho cargo de la dirección de la guerra.—III. El batallón Granaderos, derrotado en los Anjeles, reclama sus sueldos; nota del Secretario Jeneral del ejército boliviano sobre el desembarco de fuerzas chilenas en I t e . — I Y . Notas cambiadas entre el sub-prefecto de la provincia de Cinti i el Jefe superior del Sur, referentes a las dificultades que se han opuesto a la organización de nuevas fuerzas i a la recolección de fondos para la guerra. — Y . Protesta de la Compañía Salitrera del Perú contra los procedimientos del Gobierno de Chile en la provincia de Tarapacá,—VI. Decretos del Gobierno de Chile referentes a la guerra.—VIL Partes oficiales peruanos i correspondencia sobre los torpedos hallados en el Callao por el Amazonas, i la sorpresa de Moquegua.—VIII. Segundo bombardeo del Callao: telegramas, partes oficiales, muertos i heridos i versión peruana del bombardeo.—IX. Bloqueo de Ancón: notas cambiadas entre el comandante de \&0'Higgins i el Jefe militar i civil peruano.—X. Nota del jeneral Campero, dirijida desde el teatro de la guerra, al Secretario de Estado, doctor Ladislao Cabrera i contestación de éste.—XI. Mensaje del Jefe Supremo de Bolivia a la Convención Nacional.—XII. Fallecimiento del Ministro de la Guerra en campaña, señor Rafael Sotomayor: telegramas, honores a su memoria i editoriales déla prensa.—XIII. Decretos de Piérola sobre nombramiento de Presidente déla República, degradación militar del Presidente Prado, separación perpetua de varios jefes del ejército i protectorado de la raza indíjena. - XIV. Combate de las lanchas porta-torpedos en el Callao: telegramas, partes oficiales i correspondencias..—XV. Editorial de E L BOLKTIN DB LA GUERRA, diario oficial de Tacna, correspondiente al 26 Mayo de 1 8 8 0 . — X V I . Combate i toma de Tacna: telegramas i partes oficiales chilenos, peruanos i bolivianos; relación de los muertos, heridos i prisioneros.—XVII. Correspondencias detalladas de este combate dirijidas a la prensa de Chile, Perú i Bolivia.—XVIII. Fiestas en Santiago en celebración del triunfo obtenido contraía alianza peru-boliviaua.—XIX. Uno contra cien: articulo publicado en E L MERCURIO con motivo del combate de Tacna.—XX. Proclamas de Piérola i del prefecto de Arequipa; el Gran libro de la República i Grau declarado héroe de 2. clase: decretos del Jefe Supremo del P e r ú . — X X I . Telegramas i correspondencia peruana sobre el tercer bombardeo del Callao.—XXII. La derrota de Tacna i debate sobre la Confederación perú-boliviana: sesión estraordinaria del 30 de Mayo de 1880 de la Convención Nacional de Bolivia.—XXIII. Editoriales. a

I.

EJÉRCITO

Entrada de la quinta división boliviana a Tacna: descripción i proclamas. (De E L PERUANO, diario oficial del Perú.)

A y e r (18 de A b r i l ) ha sido para Tacna nn dia de fiesta, en que la alianza ha recibido nuevas manifestaciones del patriotismo, consagrándole a m b o s ejércitos los sentimientos mas dignos i levantados que el hombre posee. A las 12 M. principiaron a desfilarlos batallones peruanos i bolivianos con dirección a Pacolla!, en donde se h a llaba la división Acosta. A l l í formaron ambos ejércitos, haciendo en seguida c o l u m n a de honor a los cuerpos recien llegados. E l seflor jeneral Montero, acompañado de los señores coronel C a m a c h o , Comandante en Jefe del ejército boliviano, jeneral Pérez i. una gran comitiva de jefes, oficiales francos i personas notables que, c o m o aquéllos, habían concurrido a caballo, presenciaron la gran fiesta, en que reinó la mas sincera confraternidad. A l l í el jeneral Montero dirijió a l a s fuerzas recien venidas un discurso de felicitación, que fué por todos aplaudido. U n viva a la alianza, a Bolivia i al Perú, fué la señal convenida para la marcha. Se hizo avanzar la difusión Acosta, colocándola a v a n guardia i desfiló la procesión en el orden siguiente: Jeneral Montero i coronel Camacho. Jefes de los Estados Mayores boliviano i peruano respectivamente. Jeneral Pérez i coronel Velarde. Edecanes, ayudantes i particulares. Grande escolta a caballo. EJÉRCITO

BOLIVIANO.

División A c o s t a , compuesta de los batallones: Tarija, Chorolque i G r a u ; rejimientos: Murillo, Libres del S u r i Vanguardia de C o c h a b a m b a ; batallones: Alianza 1. ° ( C o lorados), Denodados L o a núm. 3, A r o m a n ú m . 4, Sucre núm. 2, V i e d m a n ú m . 5 i Padilla núm. 6.

PERUANO.

Batallones: Zepita, Cazadores de Prado, Granaderos del Cuzco, Lima, Huáscar, A y a c u c h o , Arequipa, Cazadores del B i m a c i Provisional de L i m a ; rejimientos: Artillería P e ruana, id. Boliviaua ( K r u p p ) , Ametralladoras, Coraceros de Bolivia, Flanqneadores de id. i Cruz R o j a boliviana. Pueden calcularse en 12,000 hombres los que ayer formaron. N o estaban presentes las divisiones Bolognesi, Ugarteche e lucían, que custodian Arica. A i entrar el ejército a la calle principal, la división A c o s ta fué objeto de grandes manifestaciones del inmenso j e n tío que se habia agolpado en las boca-calles, dejando el paso franco. A l desfilar el batallón Gran, que llevaba estandarte i banderolas peruanas, hizo alto frente a los balcones prefectorales. E n t o n c e s el señor jeneral Montero les dirijió la proclama siguiente: " ¡ S o l d a d o s de la alianza! Representáis dos pueblos hermanos cuya honra i común destino vais a defender con las armas invencibles que la justicia ha puesto en vuestras manos. ¡Cuántos envidiaráu vuestra fortuna en estos supremos instantes, en que, con vuestro solo ardimiento, vais a vengar los ultrajes iuferidos a la patria por un enemigo aleve! ¿ I habrá eu las filas del ejército aliado alguno a quien el peligro que ofrece la gloria no le inspire mayor pujanza para la lucha? N ó , mil veces n ó ; corramos todos al combate llenos de entusiasmo i de valor a conquistar la victoria exijida por la patria, i estad seguros de que no serán solo las bendiciones de dos pueblos agradecidos las que os acompañen hasta la eternidad, sino también la admiración del m u n do, que os contemplará con asombro cuando repercuta el eco de vuestras imperecederas hazañas. ¡Soldados del Perú i Bolivia! Que cada uno de vosotros sea la encarnación de la patria, i entonces os prometo que coronareis vuestra frente con los inmarchitables laureles de la heroicidad, dejando inmortal ejemplo a las futuras jeneracioues. N o olvidéis, pues, compañeros, estas palabras lanzadas de lo íntimo de mi alma, i recordad a cada momeuto, cual-


GUERRA

528

DEL

quiera que sea el peligro, la consigna que os doi para el c a m p o de batalla: vencer, vencer i vencer." E n seguida el prefecto dijo: " P e r m i t i d m e , hijos predilectos del jeneral Campero, saludaros con toda la efusión de mi alma en nombre del a b negado i valiente pueblo de Tacna. Concurrís con caballerosa puntualidad a una cita de honor. E n ella os esperan, para marchar juntos al c o m b a te, los que, c o m o vosotros, han sabido hacerse grandes, porque han tenido la suficiente resolución de sacrificarlo todo por la patria. P o c o s dias mas, i el m o m e n t o solemne habrá llegado; i allí, en el campo de la gloria, encontrareis a vuestros aliados, no para disputaros los laureles del triunfo, sino para compartir de ellos con vosotros hermanablemente. El Perú i Bolivia tienen el sagrado deber de escarmentar a Chile. Sí, es necesario vencerlo, o es indispensable morir. N ó , no p o d e m o s legar desmembrada a nuestros hijos la patria q u e nuestros padres conquistaron c o n su sangre. Bolivianos i peruanos: Nuestro h o n o r i el porvenir de nuestra cara patria, están en el c a m p o de batalla. V a m o s a él sin vacilación i c o n fe en la victoria." A m b o s discursos fueron calurosamente aplaudidos c o n vivas a la alianza i grandes manifestaciones de entusiasm o . Después se arrojó c o n gran profusión la proclama i m presa del jeneral Montero.

PROCLAMA DEL

COMANDANTE E N

JEFE DEL EJÉRCITO

QUINTA

D E BOLIVIA

A

LA

DIVISIÓN.

Señores jefes, oficiales i soldados: A l daros el abrazo de bienvenida con que el ejército en campaña os estrecha en su seno, m e es grato volver la vista hacia la patria querida, para dirijirle la espresion del sincero r e c o n o c i m i e n t o c o n que recibimos, en horas acaso supremas, la nueva esperanza que nos envia en el poderoso continjente que representáis. Ese p u e b l o j e n e r o s o , q u e n o e c o n o m i z a sus tesoros ni la sangre de sus hijos para proveer a la guerra i lavar los ultrajes inferidos a su dignidad, bien merece coronarlo de laureles inmarcesibles. Vosotros que sois sus hijos a m o r o sos i sus esforzados defensores, los sabréis conquistar. Tal es la noble resolución que os trae al teatro de la guerra, en el que m u i p r o n t o c u m p l i r e m o s nuestro deber. Batallones Tarija i C h o r o l q u e : Os son conocidas las fatigas do la campaña i las privaciones del desierto. El r u d o aprendizaje de la guerra os ha e n c o n t r a d o siempre abnegados i valerosos. El término de tantas pruebas está cercano: aquí encontrareis la v i c toria al lado de vuestros hermanos i j u n t o a vuestros heroicos aliados, i allá en la patria el p r e m i o a vuestros sacrificios. Batallón Grau: V o s , que desde el seno del n o b l e p u e b l o de C o c h a b a m ba, venís a representar su elevado patriotismo i las g l o rias de la alianza, sabréis haceros d i g n o del n o m b r e ilustre del inmortal Grau i de sus heroicas hazañas, q u e os han agrupado en torno del estandarte perú-boliviano. Q u e este n o m b r e i ese recuerdo os g u i e n a la victoria. E s c u a d r ó n Guias: Vuestra a b n e g a c i ó n i entusiasmo os h a c o l o c a d o en el honroso puesto de vanguardia. P r o b a d que sois dignos de ese nombre. Camaradas: Las bendiciones i el corazón del p u e b l o boliviano os h a n a c o m p a ñ a d o en la gloriosa senda del deber que h a béis recorrido. Tenéis hoi dia, c o n esas bendiciones, c o n esa gratitud, el cariño i el abrazo fraternal de los defenso-

PACIFICO.

res d e la alianza i el particular aprecio de vuestro c o m p a ñero i a m i g o . ELEODORO

CAMACHO.

Cuartel jeneral en Tacna, a 1 4 d e A b r i l d e 1 8 8 0 .

II. Llegada del jeoeral Campero a Tacna: relación, proclama i nota anunciando haberse hecho cargo de la dirección de la guerra. (De LA

REVISTA DEL S O R . )

Taclia, Abril

22 de

1880.

A las 3 A . M. del Martes ú l t i m o , nos ha sorprendido la repentina llegada de S. E. el Jefe S u p r e m o d e Bolivia a este cuartel jeneral. E n las primeras horas de la mañana, tan importante c o m o significativa n u e v a circuló c o n rapidez estraordinaria, llevando a los espíritus una marcada alegría i una satisfacción i confianza íntimas c o n respecto al éxito feliz d e la guerra. L a sola presencia del señor j e n e r a l C a m p e r o en este gran centro militar en los m i s m o s m o m e n t o s en que se va a librar una gran batalla, es c o m p a r a b l e a la llegada de u n n u e v o i p o t e n t e ejército q u e inclinará la victoria del lado d e las armas aliadas. N a d i e ignora que el personaje q u e nos o c u p a es una notabilidad sud-americana, A los profundos c o n o c i m i e n t o s de su carrera adquiridos teórica i prácticamente, tanto aquí c o m o en el viejo m u n d o , reúne u n a vasta intelijencia, valor a toda prueba, i u n prestijio q u e está a la altura de su buen n o m b r e . V i e n e , según el tratado de alianza, a hacerse cargo de la dirección d e la guerra. A m b o s ejércitos han mirado c o n alborozo i entusiasmo al simpático jeneral, que acude lleno de ardiente amor patrio a blandir su espada en el c a m p o del honor, contra las hordas estúpidas que representan la usurpación, la conquista, el i n c e n d i o , la matanza, la barbarie, en fin, en toda su monstruosa deformidad. El m i s m o dia del arribo de S. E. el Presidente a esta capital, fué visitado p o r el señor jeneral M o n t e r o , el señor prefecto del departamento d o c t o r Solar i demás autoridades; lo m i s m o q u e por jefes de alta graduación militar i p o r m u c h í s i m a s distinguidas personas particulares. J u n t o c o n el personaje de que nos o c u p a m o s , ha venid o también el honorable señor d o c t o r d o n Enrique Salazar i Bustamante, enviado estraordinario i ministro plenipotenciario del Perú en Bolivia, a quien saluda i da la bienvenida, la r e d a c c i ó n de L A R E V I S T A D E L S U R . Felicitámonos, por la oportuna i necesaria presencia del jeneral C a m p e r o en este cuartel jeneral, en d o n d e , puede decirse, está cifrada la suerte de la presente guerra. A h o r a nada nos falta: v e n g a c u a n d o quiera i por donde quiera el e n e m i g o ; estamos listos!

PROCLAMA. D E

El Presidente

CAMPERO

AL

de Bolivia

ENTRAR

al ejercito

A

TACNA.

adiado de

Tacna.

Defensores de la alianza: V e n g o del corazón de Bolivia, portador de sus nobles i jenerosos sentimientos, qne hoi se cifran en una sola idea: la idea del sacrificio i de la gloria c o m ú n . F u i el primero en protestar, allá en Tnpiza, contra la víllaua ocupación de A n t o f a g a s t a ; seré el último en plegar la santa bandera que entonces enarboló mi brazo. E l desenvolvimiento de la guerra separó nuestros campam e n t o s ; pero, al través de la distancia, no dejó de circular entre ambos el fluido eléctrico del patriotismo.


CAPITULO

Desde el seno del desierto acudí al llamamiento de mis conciudadanos, para conducir la averiada nave del estado. Las influencias de Chile' hubieron de hacerla zozobrar, ajitando el piélago de las malas pasiones; hoi empero surca ella el mar sereno de la soberanía popular, dirigiéndose, henchida de esperanza, al puerto seguro de la convención nacional. Mientras tanto, ávido de compartir de vuestras fatigas i • glorias, no he podido resistir al ardiente anhelo de lidiar a vuestro lado, en la contienda que con asombro especta la A m é r i c a entera. Peruanos: Si no puedo ofreceros un gran coutinjente de luces, c o n tad, a lo menos, con mi entera consagración a la santa causa de la alianza, que es la causa de los peruanos, c o m o es de los bolivianos. F u i m o s unos, seámoslo siempre ligados por el imperecedero vínculo de la sangre jenerosa que B o l i v i a i el Perú habrán de confundir, en una misma arena, por la vida d é l a patria común. Bolivianos: Subordinación i constancia, i liareis pagar bien caro a los invasores las efímeras ventajas con que tanto se han envanecido. Valientes del ejército unido: A l vivac, al c a m p o de honor, a la gloria! ¡ V i v a la alianza! Vuestro jeneral i a m i g o . NARCISO

CAMPERO.

Tacna, A b r i l 22 de 18S0. FELICITACIÓN A ORDEN

DEL

DÍA

PARA

LOS

CAMPERO. EJÉRCITOS

ALIADOS.

H a b i e n d o ingresado el d i a d e ayer a este cuartel jeneral, S. E. el Jefe Supremo de la R e p ú b l i c a de Bolivia, el infrascrito, haciéndose intérprete fiel de los sentimientos que animan a los ejércitos que se hallan bajo sus inmediatas órdenes, tieue el honor de saludar en el ilustre mandatario de la hermana i aliada de la nación pernaua, al S u premo Director de la guerra, que las fuerzas unidas del Sur sostienen contra la República de Chile. A l incorporarse, hoi al teatro de la guerra el escelentísimo señor jeneral don Narciso Campero, aseguro a mis subordinados, que viene lleno de fe en aquel entusiasmo, moralidad i disciplina militar que forman el carácter distintivo de los soldados de la alianza, a participar d é l a s fatigas i de las glorias de la ruda campaña, en cuyo d e senlace va a tomar también la parte integrante que su acrisolado patriotismo le impone. Reciba, pues, S. E . el Jefe Supremo de Bolivia, las c o r diales felicitaciones de los ejércitos de su m a n d o proutos a cumplir sus altas disposiciones. Dado en el cuartel jeneral en Tacna, a los 21 dias del mes de A b r i l de 1880. L.

CAMPERO SUPREMO DIRECTOR D E LA

MONTERO.

GUERRA.

Tacna, Abril 22 de 1880. Señor: T e n g o la satisfacción de comunicar a U d . que en la n o che del 19 de los corrientes se incorporó a este cuartel j e neral el señor Presidente Provisorio de la República de Bolivia, jeneral don Narciso Campero, habiendo asumido el dia ayer la suprema dirección de la guerra, que hoi le corresponde c o m o representante del poder público de nuestra patria. E l ejército unido, que tiene el honor de encontrarse a las órdenes del ilustre jeneral Campero, se felicita cordialmente por este plausible acontecimiento, que le p r o p o r ciona la ocasión de renovarle el homenaje de su profundo respeto, i los sentimientos de su alto i distinguido aprecio, prometiéndose a la vez la realización de sus patrióticas TOMO i i — 6 7

OCTAVO.

529

aspiraciones en las próximas horas de la lucha en que se hallan comprometidas las repúblicas del Perú, Bolivia i Chile. El señor Comandante en Jefe del ejército de Bolivia, i n térprete de estos leales sentimientos, me encarga trasmitirlos al señor Secretario Jeneral encargado del mando supremo de la República, juntamente con nuestro c u m p l i d o parabién por el honroso puesto que le ha cabido en la solemne situación del país. Con toda consideración m e es grato suscribirme del señor' oficial mayor, su mui atento seguro servidor. BELISARIO

SALINAS.

Al señor Oficial Mayor de Relaciones Esteriores encargado de la sección de Gobierno.

III. El Batallón Granaderos, derrotado en los Anjelcs, reclama sus sueldos; nota del Secretario Jeneral del ejército boliviano sobre el desembarco de fuerzas chilenas en Ite. COMANDANCIA DEL BATALLÓN GRANADEROS DEL CUZCO.

Abril 21 de

1880.

Señor Coronel: Las serias i graves responsabilidades que contraje, no solo con la nación, en el estado angustioso de una guerra sin precedentes nacionales, sino con el departamento del Cuzco, de cuyo seno salió el batallón Granaderos, cuyo mando se m e confió, me ponen en el caso de dirijirme a V . S. reclamando con mui justos títulos los haberes de los señores oficiales que sirvieron bajo mis órdenes, i que una vez disuelto el batallón mencionado por orden de V . S.,no puedo creer que la intención de V . S. haya sido lanzar eu el camino de la mendicidad a los que ocurrieron al l l a mamiento de la patria, sin reparar en ninguna clase de sacrificios, i que mas tarde fieles, obedientes, arrostraron t o dos los peligros de una campaña azarosa, sin contar para ello con ningún elemento. L a nación i el Supremo Gobierno tenían derecho para conocer los motivos justificativos de la disolución del batallón Cuzco i la de los demás que componían la división, porque en la historia militar de nuestro país se han presentado casos de disolución de cuerpos, no como quiera por meros antojos, sino por faltas graves contra el orden p ú blico, la constitución, etc. En el caso presente no solo se ha inferido un desaire a los lejítimos representantes de un vasto departamento que ha contribuido en grande escala con el continjeute de sangre i recursos desde el principio de la injusta guerra con Chile, sino que se quiere llevar la injusticia hasta el estremo de negarles los elementos de movilidad hasta su país. La misión del batallón Granaderos, mas digna, mas elevada por sus antecedentes i objeto, no ha podido terminar en el desgraciado combate de los Anjeles, que por los p a r tes pasados se conoce sus pormenores. ¿Qué falta se le puede pues enrostrar al batallón Granaderos? Cumplió con su deber en todo lo que se le ordenó hiciera, llevando su abnegación hasta donde el honor le obligaba. Es doloroso para m í decir a V. S. que el gran d e s c o n cierto que reina en la nación, és d e b i d o en parte a la precipitación de ciertas medidas que n o tienen m o t i v o de ser i que parecen dictadas esclusivamente para divorciar al p u e b l o c o n sus mandatarios; eso se observa d o n d e solo debiera haber u n pensamiento dominante, una sola v o l u n tad q u e dirija los acontecimientos, a fin de dar cima a la única aspiración del país, cual es arrojar al e n e m i g o del suelo patrio profanado por Jas plantas de los "jendarmes de la civilización americana." Para cumplir diré a V . S. que se sirva dictar las m e d i das c o n d u c e n t e s al objeto de la presente, i que si m e h e estendido en algunas consideraciones jenerales, es porque


530

GUERRA

DEL

lie creído preciso hacerlas i por exijirlo así las circunstancias. Al sefíor Coronel Jefe de Estado Mayor Jeneral.

EJÉRCITO B O L I V I A N O . — S E C R E T A R Í A

JENERAL.

Tacna, Abril 22 de 1880. Señor: Sírvase poner en c o n o c i m i e n t o del señor Secretario J e neral, encargado del M a n d o S u p r e m o de la República, que la descubierta enemiga, posesionada m o m e n t á n e a m e n t e del p u n t o de Sama, h a retrocedido después de un dia d e o c u p a c i ó n , hacia el c a m p a m e n t o de su ejército, i que hoi se anuncia el desembarco de nuevas fuerzas enemigas en las caletas de Ite i Morro de Sama. S. E. el supremo director de la guerra, jeneral d o n N a r ciso Campero, i los señores Jenerales en Jefe de los ejércitos unidos, benemérito contra-almirante Lizardo M o n tero i coronel d o n E l e o d o r o C a m a c h o , acuerdan en estos m o m e n t o s las medidas que la situación exije. D e su alta previsión i acendrado patriotismo, que tanto ha r e t e m plado el valor de nuestros soldados, d e b e esperar el país el feliz éxito de las armas aliadas. M e es grato suscribirme su obsecuente i m u i atento servidor. BELISARIO

Al sefíor Oficial Mayor de Relaciones Gobierno.

SALINAS.

Estcriores, encargado de la sección de

IV. Notas cambiadas entre el Sub-Prefecto de la provincia de Cinti i el Jefe Superior del Sur, referentes a las dificultades que se han opuesto a la organización de nuevas fuerzas i a la recolección de fondos para la Guerra.

PACIFICO.

la capital, porque en el corto tiempo de cuarenta dias que desempeño este cargo, he escollado con fuertes dificultades para la organización de ella, i vano ha sido que la previsión de la lei de conscripción haya dispuesto que los ayuntamientos organicen en virtud de sus respectivas atribuciones los fres cupos de conscripción para casos c o m o el actual. Habiendo habido tal omisión, i no existiendo la guardia nacional, no es posible contar con ningún elemento que sea eficaz en la actualidad, i por ello m e ocuparé con todo empeño se realice la conscripción militar a la brevedad posible, para en seguida remitirle el c o m p l e t o , de los 100 hombres que se pidieron a esta sub-prefectura. A d e m á s , para llevar a cabo medidas c o m o la de reclutaje i conducción de tropas a distancia, se hace preciso qne la autoridad cuente con algunas armas i con el patriotismo i cooperación de los ciudadanos, quienes eluden sus servicios ocultándose c o m o lo han hecho los individuos que debian conducir esta fuerza a esa ciudad. A s í es que las autoridades locales, no pueden disponer en casos como el presente, de ningún m e d i o para hacer efectivas sus disposiciones; por cuyo motivo es que me t o m o el trabajo de conducir personalmente los reclutas que le remito hasta este punto. E s así lijerameute indicadas las causas anteriores, i me limitaré, señor, a decirle, que en virtud de ellas solo he p o dido reunir la fuerza de 72 hombres que los entregará el capitán Demetrio N o g a l e s , i los demás que le acompañan en comisión, para regresar después de la entrega de la fuerza qne conducen. Con consideraciones de respeto i estimación, me suscrib o de V . S., señor jeneral, su atento i seguro servidor. MARIANO

Al señor Jeneral, Jefe Superior Político i Militar de los departamentos del Sur.

JEFATURA

SUPREFECTURA DE

LA PROVINCIA

Tambula,

DE

Abril

BLADEZ.

SUPERIOR

POLÍTICA I

MILITAR

D E L

SUR.

CINTI.

24 de

1880.

Señor: Consecuente con mi oficio de 18 del corriente, remito ante esa jefatura la fuerza que se m e pidió por nota de 29 del pasado. A l hacer esta remisión, i para poner a cubierto mi responsabilidad, no puedo menos que insistir en manifestar ante V. S. las poderosas causales que he tenido para no poder dar el lleno que ardientemente deseaba, a la respetable orden que recibí relativa a la organización de esta columna. A riesgo de caer en repeticiones, pero que son de i m periosa necesidad para sincerar mi conducta como funcionario público, me es forzoso i de inalieuable derecho, espresar que el mal resultado en la organización completa i pronta remisión de la espresada c o l u m n a , ha sido consecuencia obligada de la lijereza en la publicación de la orden que se pasó a esta sub-prefectura, por una parte; i por otra, el brevísimo término de ocho dias que se acordó para su remisión. Acerca de esta última parte, se ignoraba quizá que los cantones de esta provincia que derjfem p r o porcionar el continjente de sangre qne se les p i d i ó , se hallan mui alejados de esta capital hasta un radio de veinte leguas unos, i otros a mas distancia. A d e m á s de todos estos inconvenientes qne se han opuesto naturalmente al buen éxito de la comisión, se aumentan con la indolencia i el ningún patriotismo de los correjidores qne, guiados por el favoritismo, abusan de las órdenes que se les da. Sin entrar en otros detalles tendentes a manifestar que no ha habido ni neglijencia ni falta de patriotismo; termino, señor, este oficio, haciéndole notar que el gran elemento de guardias nacionales, de que podia servirme para esta comisión, no existe en esta provincia ni siquiera en

Potosí,

Abril

26 de 1SS0.

Señor: H a llegado ayer la columna organizada en esa provincia en número de 71 plazas i no en el de 72 c o m o V . S. lo espresa en su oficio de 24 del presente. Parece, señor sub-prefecto, qne V . S. mantiene el deliberado propósito de burlar los mandatos de esta autoridad i de poner en completo olvido los deberes que de su cargo reclama la angustiosa situación del país. L a columna enviada, no solamente es incompleta en el número de plazas ordenado, sino qne en su mayor parte se c o m p o n e de jeute inepta para el servicio militar, de individuos enfermos, de pasajeros i transeúntes, i mas que todo, de tributarios, cuyo enrolamiento es ilegal, sin que figure jente escojida de los valles de San Juan, que es la que yo pedí. Tal proceder revela neglijencia i poco patriotismo. H a llegado, pnes, el caso de exijir la responsabilidad que le tengo anunciada. Reservando 57 reclutas, mas por la urjencia del caso que por su utilidad, devuelvo a V . S. 14 individuos totalmente incapaces de hacer el servicio. Los gastos ocasionados por ellos son a costa de V . S. sin que le sirvan de abono en el tesoro de Sucre. Para evitar la molestosa tarea de reiterar órdenes tan claras i terminantes c o m o las qne doi, prevengo a V . S., por última vez, que si 15 dias después de recibido el presente oficio, no se presenta en esta ciudad el c o m p l e t o de la fuerza pedida, con jeute que llene las condiciones ordenadas, marchará el piquete de caballería a costa de V. S., para cumplir mi mandato i demostrarle que no es tan difícil hacer un reclutamiento rápido i prudente. Dios guarde a V . S. N.

Al señor Sub-prefecto de Cinti.

FLORES.


CAPITULO

PREFECTURA

I SUPERINTENDENCIA D E DEL

DEPARTAMENTO

D E

HACIENDA

I

MINAS

TARIJA.

Abril 15 de 1880. Señor: L a cansa de lacarencia de fondos en este departamento no es otra que las malas cosechas que se han tenido, i siendo el ingreso de remates de diezmos i primicias único con el qne se cuenta, han quedado reducidas las entradas a una tercera parte de lo que se alcanzaba en años normales. E l señor ex-prefecto doctor Mateo Araos, solo ha hecho pagar durante todo el tiempo de su autoridad, dos meses a los empleados, con previa autorización suprema, recabando después la consiguiente aprobación. A s i m i s m o , el señor administrador del tesoro p ú b l i c o , h a remitido y a los libros d e su oficina hasta el año p r e sente al tribunal nacional d e cuentas, d o n d e d e b e n ser glosadas. El empréstito d e guerra h a sido c o b r a d o casi en su t o talidad; pocas personas son las q u e han d e j a d o d e a b o narlo hasta ahora, alcanzando las cuotas d e éstas, mas o m e n o s , a 500 bolivianos, a las que se les cobra bajo la pena d e apremio. C o n este f o n d o se h i z o frente, en v i r t u d d e orden suprema, a los gastos de formación i remisión del batallón Tarija i escuadrón M é n d e z , así c o m o a la c o m p r a d e bayeta q u e fué m a n d a d a por repetidas v e ces a la quinta división, habiéndose m a n d a d o t o d o el s o brante a la caja nacional. Con el informe detallado q u e acabo d e dar a V . S., se enterará de las dificultades c o n que debe tropezar mi autoridad. C o n este m o t i v o , tengo la alta honra de reiterar al s e ñor jefe superior mis consideraciones de estima i respeto. D i o s guarde a V. S., señor jefe superior. GUILLERMO

ZILYETI.

Al señor Jefe Superior Político i Militar de los departamentos del Sur.

JEFATURA SUPERIOR DEL S U R .

Potosí, Abril 22 de 1880. Señor: A c u s a n d o recibo a su estimable oficio d e 15 del presente, en el q u e se sirve manifestar los inconvenientes pecuniarios c o n que toca para atender a las necesidades públicas de ese departamento, m e cabe tan solo reiterarle el c u m p l i m i e n t o estricto d e las instrucciones q u e le tengo dadas, a fin d e q u e , c o n un arreglo sistemado d e e c o n o mía, i c o n sujeción estricta a las órdenes supremas q u e reglan la administración d e los dineros fiscales, p u e d a esa localidad concurrir eficazmente a la guerra q u e sustenta la nación. Siempre que, c o m o V . S. lo espresa, su antecesor i el administrador del tesoro p ú b l i c o manifiesten la legalidad c o n q u e han p r o c e d i d o en la inversión d e fondos, es claro q u e escudan su responsabilidad; ello n o obsta para que V. S., c o n celo i actividad, esclarezca todos los p u n t o s que a su j u i c i o fueren dudosos. Finalmente, el empréstito d e guerra debe ser realizado ya, sin mas demora, mediante los trámites coercitivos q u e señala la lei. D i o s guarde a V . S.

OCTAVO.

531

su directorio, me veo en el caso de dirijir a V . S. la siguiente protesta: En Diciembre último, la Compañía Salitrera del Perú comisionó al señor don Jorje Elster para jestionar en I q u i qne c o m o representante de sus intereses privados i por los de igual naturaleza que le están confiados i que pudieran verse comprometidos con motivo de la ocupación por fuerzas chilenas del departamento de Tarapacá. E l i m i n ó deliberadamente, c o m o elimina ahora mismo, lo relativo a los intereses nacionales del P e r ú , porque sabe que su defensa está encomendada, de hecho i de derecho al Gobierno de la República i a l a s armas aliadas. Cuando el señor Elster nos impuso de la situación de las cosas en Tarapacá con referencia a nuestros intereses i de las conferencias que tuvo con el señor gobernador civil i el señor Sánchez Fontecilla, comisionado del Gobierno de V . S. para los asuntos de salitre, pudimos ampliar i precisar nuestras instrucciones i dárselas terminantes, c o m o en efecto se las dimos. L a misión del señor Elster no tuvo el resultado que, en justicia, debia esperar la compañía,i en 14 de Enero, antes de separarse de Iquiqne, dirijió al señor gobernador civil una esposicion sucinta de los derechos de la compañía, con el doble fin de que fueran respetados en toda su integridad i de qne, en ningún caso, pudieran las autoridades chilenas en Tarapacá ni el Gobierno de V . S. alegar i g n o rancia, N o tenemos conocimiento de qne se haya tomado en consideración esa sencilla i moderada esposicion, i antes bien los hechos consumados posteriormente revelan lo c o n trario. U n a de las primeras jestiones del señor Elster tuvo por objeto pedir la devolución de las oficinas salitreras clansuradas que antes estaban al cuidado de la compañía que represento i de que han tomado posesión empleados d e pendientes del Gobierno de V . S. Estas oficinas, c o m o las demás que se hallaban en esplotacion bajo el cuidado de elaboratlores especiales, i tanto los productos de unas i otras c o m o los derechos de esportacion, están hipotecados i afectos al servicio de la deuda salitrera, cuyos tenedores son en su mayor parte neutrales. Según lo pactado con ellos en escrituras públicas firmadas por la compañía, debe ella hacer ese servicio, invirtiendo en él los productos del salitre que tiene dereche a percibir, sea por derechos de esportacion o por s o b r a n t e s del salitre consignado. I tiene este derecho en virtud de contratos anteriores, no solo a la ocupación, sino a la declaratoria de guerra. Q u e la c o m p a ñ í a ha contraído esa obligación i q u e d e be hacer legal i j u r í d i c a m e n t e todo lo posible para p o d e r cumplirla, a fin d e q u e n o se perjudiquen los intereses privados q u e d e p e n d e n del servicio d e la d e u d a a olía e n c o m e n d a d a , está fuera d e toda d u d a ; lo está también q u e ese servicio es hacedero sin afectar en nada las necesidades de la guerra, mediante el simple respeto del G o b i e r n o de Chile a los derechos privados i a los bienes que están afectos c o n este objeto especial.

Protesta de la Compañía Salitrera del Perú contra los procedimientos del Gobierno de Chile en la provincia de Tarapacá.

N o es esta la única responsabilidad preferente q u e grava los p r o d u c t o s d e la esportacion dol salitre. Las oficinas i p r o d u c t o s d o que se trata le están hipotecados t a m bién directamente a la ' ' C o m p a ñ í a Salitrera del P e r ú " en segunda hipoteca. P o r sus injentes desembolsos h e c h o s en las operaciones del salitre, i especialmente en el servicio m i s m o de la d e u d a salitrera, tiene además la c o m p a ñ í a el carácter d e último habilitador; i en consecuencia existe al m i s m o tiempo a su favor la hipoteca privilejiada q u e en este caso r e c o n o c e toda lejislacion. La c o m p a ñ í a debe, pues, pagarse también d e estos desembolsos c o n los p r o ductos mencionados.

Lima, Abril 29 de 1880. Señor Ministro: C o m o jerente de la sociedad mercantil Compañía Salitrera del Perú, domiciliado en L i m a , i por instrucciones de

E n definitiva, el salitre se encuentra en las mismas c o n diciones de responsabilidad que el g u a n o del Perú; sus p r o d u c t o s son d e toda preferencia aplicables a los d e sembolsos de sus consignatarios i al servicio de la deuda

N.

FLORES.

Al señor Prefecto i Comandante Jeneral del departamento do Tarija.

V.


GUERRA

532

DEL

contraída d e su hipoteca. Los derechos i las responsabilidades son los mismos. Si hai algunos peruanos tenedores de d e u d a salitrera, i si bien la deuda ha sido contraída en Lima, estas c i r c u n s tancias de lugar i nacionalidad nada significan ante u n derecho privado hipotecario. A u n este m i s m o d e r e c h o c u a n d o lo alegan los tenedores de una deuda pública, n o p u e d e hacerse efectiva sino d e c o m ú n acuerdo entre las partes obligadas o en caso de desavenencia, a mérito de resoluciones judiciales. Tales son las dos únicas maneras c o m o los acreedores p u e d e n adquirir lejítima posesión de las cosas hipotecadas, sea quien fuera el deudor; la que da o se funda en solo la fuerza material, siempre frájil, queda subordinada a las continjencias d é l a fuerza i la superiorid a d imperecedera del derecho. Vése, pues, q u e en t o d o esto, considerado bajo el simple p u n t o de vista de acreedores preexistentes, n o hai nada de fiscal ni nacional, sino la simple j e s t i o n de intereses particulares legalmente privilejiados que n i n g ú n G o b i e r n o civilizado desconoce, ni aun en los casos de conflicto e n tre naciones. A las jestiones del señor Elster sobre la restitución de las salitreras, contestó el c o m i s i o n a d o señor S á n c h e z Fontecilla, que n o podia entenderse c o n él porque representaba al G o b i e r n o del Perú, apreciación, según lo espuesto, c o m p l e t a m e n t e infundada. Posteriormente, el señor c o m a n d a n t e jeneral de armas, d o n Patricio L y n c h , h i z o publicar una orden del Jeneral en Jefe del ejército de ocupación, fijando los derechos q u e por mérito de dicha d e s o c u p a c i ó n ha d e pagar el salitre que se esporte. A l m i s m o tiempo se estimuló, por diversos medios, a los que, a virtud de contratos, escriturarios, debían entregar a la c o m p a ñ í a el salitre q u e tenian elaborado, i que es la garantía de sus desembolsos, para que esportaran ese salitre prescindiendo de sus contratos. Mas tarde el señor c o m a n d a n t e jeneral de armas h a publicado otra orden de igual naturaleza, pero emanada al parecer del G o b i e r n o de V. S., d i s p o n i e n d o que los c o n tratistas entreguen al inspector jeneral de las salitreras, ájente chileno, el salitre elaborado i por elaborarse para nosotros. Se h a permitido también q u e ajentes de los señores Edwards i C. t o m e n posesión de una i m p o r t a n t e oficina, sin título d e ninguna especie, pues obran en nuestro p o d e r tanto la escritura c o n que aquella firma realizó su venta, c o m o los certificados por el precio, que desde e n tonces están retenidos a mérito de un litijio privado, por orden i a disposición del p o d e r judicial. E n vista de estos h e c h o s i d o c u m e n t o s , la C o m p a ñ í a Salitrera h a adquirido la persuasión de que el G o b i e r n o d e Chile n o h a t o m a d o en cuenta los evidentes derechos q u e c o n toda claridad acaba de esponer una vez mas, i de que afecta no reconocerlos. F u n d á n d o m e en ellos i en los principios elementales d e todo orden social i político, protesto en n o m b r e de la C o m p a ñ í a Salitrera del Perú: 1. ° D e la t o m a d e posesión de las oficinas i p r o p i e d a des salitrales por ajentes que o b e d e c e n al G o b i e r n o de V . S., s u p o n i e n d o haberlas e n c o n t r a d o abandonadas p o r sus antiguos depositarios; 2. ° D e la retención de las mismas b a j o el pretesto alegado por el señor Sánchez Fontecilla d e que n o p o d i a tratar con un ájente de la c o m p a ñ í a por representar éste al G o b i e r n o peruano; 3. ° D e la recaudación c o n s u m a d a hasta hoi i que se verifique en adelante de los derechos de esportacion, por cualquiera q u e n o sea el representante de la C o m p a ñ í a Salitrera del Perú i de la aplicación de lo r e c a u d a d o a cualquiera objeto distinto del servicio de la d e u d a salitrera i pago de las injentes sumas desembolsadas por la c o m p a ñ í a c o n la h i p o t e c a privilejiada de esos derechos; 4. ° D e t o d o acto que tenga por o b j e t o permitir la elaboración o disponer del salitre u otros p r o d u c t o s elabo03

PACIFICO.

rados en establecimientos o estraidos de terrenos salitrales h i p o t e c a d o s al p a g o de los referidos anticipos de la c o m p a ñ í a i servicio de la d e u d a salitrera. La c o m p a ñ í a se reserva la facultad d e perseguir i reclamar los cargamentos de salitre que se hayan esportado o esporten sin su intervención i c o n d e s c o n o c i m i e n t o de los derechos que sobre ellos tiene adquiridos p o r c o n t r a tos preexistentes. C o m o todas las medidas i h e c h o s aludidos tienden a distraer de su objeto legal i privilejiado los p r o d u c t o s del salitre, y a se perciban bajo la forma de derechos fiscales, ya bajo la de sobrantes de su venta, afectan, por lo tanto, n o solo a los neutrales que v e n d i e r o n oficinas recib i e n d o títulos de d e u d a salitrera, sino a todos los demás estranjeros que poseen d i c h o s títulos, o que son accionistas, por sí o por m e d i o de otros, en la C o m p a ñ í a Salitrera del Perú. M e dirijo al m i s m o tiempo q u e a V. S., a los señores ministros estranjeros residentes en L i m a , c o m u nicándoles copia de la presente protesta, pues la C o m p a ñía Salitrera del Perú declina, por su parte, toda responsabilidad en los perjuicios que, por p r o c e d i m i e n t o s de tercero, sufran los c i u d a d a n o s neutrales c u y o s intereses le están confiados de algún m o d o . C o n fecha 18 de Marzo ú l t i m o h i c i m o s también ante el señor g o b e r n a d o r civil del G o b i e r n o de V . S. en I q u i que, u n a protesta igual a la presente. b o i de V . S. c o n Ta mas alta consideración, atento i o b secuente servidor. Por la C o m p a ñ í a Salitrera del Perú,

Luis B.

CISNEKOS,

jercnte. Al señor Ministro de Estado en el Despacho Chile.

de Hacienda de la República de

VI. Decretos del Gobierno de C'Hilc referentes a la guerra. MINISTERIO DE LA

GUERRA.—INTENDENCIA

JKNERAL

DEL

EJÉRCITO I A R M A D A E N C A M P A Ñ A .

Valparaíso, Mayo o de 1880. Señor Ministro: H e tenido conocimiento de una publicación hecha en un diario de esa ciudad, según la cual " e l ejército del N o r t e " se halla en la mas lamentable situación respecto de subsistencias. C o m o esa afirmación, procedente ele informes destituidos de fundamento i de verdad, pudiera dejar una impresión equivocada eu el público que sigue con patriótico interés cnanto se relaciona con el bienestar de nuestros soldados en el Norte, he creído conveniente dirijir a V . S. la presente nota a fin de restablecer la verdad. Comenzaré por manifestar a V . S., que supongo al hablarse en el diario de que m e ocupo del ejército del Norte, debe entenderse el ejército de reserva, tanto porque las informaciones en que se funda ese diario vienen de ese ejército, cuanto porque todas las informaciones privadas i oficiales recibidas del ejército de operaciones, lo mismo que las enviadas a los diarios que tienen corresponsales en ese ejército, están contestes en declarar que la comida del soldado es buena i abundante i que la tropa está perfectamente satisfecha. A mayor abundamiento, copio en seguida lo que me dice el delegado de la intendencia jeneral en el ejército de operaciones, en comunicación de la última fecha. Dice así: " S e necesita para aumentar los depósitos, 2,000 quintales harina flor i 500 lios de charqui i alguna sal. Estando actualmente mui repartidos, hai que tener considerables depósitos en todas partes. E n cuanto a bueyes, tengo 400 i con pequeñas remesas periódicas habrá bastante." A b o r a bien, el pedido de harina no significa falta del artículo, sino únicamente previsión para lo sucesivo, en aten-


CAPITULO

cion a que, al moverse el ejército, pnecla hacerse pan en los pueblos que ocupe. L a ración del soldado, comprende 2 0 0 g r a m o s de galleta o harina, i es claro que s i é n d o l a provisión de la primera, abundante al punto de pedir que " p o r ahora no se envié mas hasta nuevo aviso," c o m o lo dice el delegado en otra de sus notas, la ración del soldado está completa. L a harina, en punto donde el c o m bustible es escaso, i donde no bai hornos para coser el pan, es casi inútil para el soldado, i es la galleta la que tiene que sustituir al pan. A n t e s de recibir la comunicación del delegado, que he copiado, ya se habia mandado 4 0 0 lios de charqui en p r o visión de las necesidades del ejército, siguiendo a esta r e mesa el completo del pedido. E n cuanto a la harina se atendió inmediatamente al pedido del delegado. Para terminar con el ejército de operaciones diré a V . S., que se envían semaualmentc a l i o 1 1 0 bueyes para su c o n sumo i que el pedido de sal habia sido satisfecho en a b u n dancia antes de recibirse la nota del delegado, c o m o habia sucedido con el charqui. Paso ahora, señor Ministro, a ocuparme del ejército de reserva. Me pareció desde luego m n i aventurada la afirmación de que el ejército carecía de alimento, que faltaba la grasa, la sal, la cebolla, la harina i el azúcar; pues sabia que el 2 2 de Abril habia recibido el ejército de reserva víveres completos para un m e s , i que antes de esa fecha habia recibido cantidades suficientes para alimentarse hasta una é p o ca posterior con m u c h o a la de la nueva remesa; aunque todo el ejército de reserva hubiera debido hacerlo con víveres suministrados directamente por cada intendencia, cosa que no es exacta, pues los cuerpos acantonados en Pisagua e Iquiqne son abastecidos por contrata. Cuando el ejército de reserva ocupó la provincia de T a rapaeá, debia haber encontrado proveedores para todo él, en virtud de los contratos que quedaron vijentes al partir el ejército de operaciones; pero supo esta iutendencia que los proveedores de los campamentos del interior no pudieron cumplir dichos contratos, i el ejército que ocupó esos campamentos tuvo que ser provisto con los víveres q u e , para cualquier evento, tenia allí depositados la intendencia jeneral. Desde aquella fecha los campamentos del i n terior continuaron abastecidos en esa forma, i solo los cuerpos de Pisagua e Iquiqne están provistos por contrata. Así, los víveres enviados en concepto a todo el ejército, no tienen mas consumidores que los cuerpos acantonados en el interior; por manera que los víveres consumidos por todo el ejército debian alcanzar hasta el 2 2 de M a y o , r e partidos solo en los campamentos del interior, deben alcanzar hasta una fecha m u c h o mas adelantada. Las cantidades de los diversos artículos que se dice que faltan remitidos a Pisagua para el ejército de reservadlesde el 1 2 de Marzo, son los siguientos: Harina Galletas Grasa Sal

Azúcar Cebollas

flor

3 0 , 8 0 0 kigs. 61,907 » .

1 j

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S

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7

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7

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533

Tenia, además, el último pedido hecho por el señor J e neral en Jefe del ejército, que copio en seguida: "Relación ele lo que se necesita en almacenes de la Intendencia del ejército JJOJ-CI la j>romsion del ejército de reserva. 20 50 50 50 200 20

sacos almidón; cajones velas d e c o m p o s i c i ó n ; id. j a b ó n para agua dulce; id. id. id. id. salada; gruesas d e libritos papel d e fumar; cajones d e tabaco surtido."

Apesar d e t o d o esto, c u a n d o tuve c o n o c i m i e n t o de lo que se decia en el diario aludido tantas veces, dirijí u n telegrama al señor Jeneral en Jefe del ejército d e reserva, pidiéndole m e dijera q u é artículos necesitaba para el abastecimiento del ejército, i m e contesta h o i d i c i é n d o m e que tieno víveres para un mes; q u e harina tostada i g a lleta hai gran abundancia p o r q u e el soldado n o la t o m a ya, i que debe ser sustituida p o r harina flor; q u e además, necesita arroz, azúcar blanca, sal, j a b ó n , velas, tabaco i papel d e fumar. Se pide pues, harina, porque el soldado n o gusta y a d e los artículos q u e la sustituyen en la ración; arroz, apesar de tener frangollo que es su equivalente en la ración i que es un alimento usual ele nuestro p u e b l o , en tanto q u e el arroz n o lo es; se pide finalmente azúcar blanca, q u e n o es la q u e raciona al soldado, i q u e se destinará p r o b a blemente al r a n c h o d e oficiales, apesar d e q u e a éstos n o tiene el Estado q u e darles otra ración q u e la d e tropa i su gratificación d e rancho. E l resto del p e d i d o n o se r e fiere a artículos alimenticios. D e b o agregar q u e t o d o él ha sido y a atendido. C o n v i e n e q u e V . S. sepa q u e este ejército recibe s e m a nalmente para su alimentación, d e 4 5 a 5 0 bueyes para alternar c o n el charqui. E n c u a n t o a la c a l i d a d d e éste creo escusado manifestar a V . S., q u e c o m o t o d o s los artículos remitidos al ejército, es d e la m e j o r clase q u e se p r o d u c e en el país, siendo revisado e s c r u p u l o s a m e n t e p o r el q u e suscribe antes d e su c o m p r a , i q u e m e parece m u i estraño q u e se h a y a deteriorado en la f o r m a q u e se d i c e en la correspondencia publicada. H e creído necesario, señor Ministro, entrar en t o d o s estos detalles tan minuciosos para desvanecer, c o m o decia al principio, n o las imputaciones, q u e se h a c e n a los e n cargados del abastecimiento del ejército, lo q u e creo i n o ficioso, sino la mala impresión, q u e relaciones faltas d o v e r d a d pudieran dejar en el público. D i o s g u a r d e a V . S. VICENTE

° ' s

15,617

»

2,350

»

5,049 30,061

» »

Se toman en conjunto la galleta i la harina flor, porque, como he dicho antes, su uso es promiscuo, sustituyéndose una a otra en la ración, según las circunstancias, tanto mas en campamentos del iuterior donde no hai medios de f a bricar pan. P e r o aun en el caso de usar solo harina, V . S. que conoce el efectivo de la fuerza acantonada en el interior verá si puede haber faltado, siempre que se h a y a distribuido conforme a ración. N o he querido tomar eu c o n sideración los fréjoles, porque de éstos hai una gran existencia en almacenes de Pisagua. Estos datos me dejaban el c o n v e n c i m i e n t o de que no habia exactitud ni verdad en lo que se afirmaba respecto de la situación del ejército de reserva.

DÁVILA

LARKAIN.

Al señor Ministro de la Guerra.

MINISTERIO

,¡ K l

OCTAVO.

DE MARINA.

Santiago,

Mayo 11 de 1880.

V i s t a la precedente nota, i conviniendo regularizar el servicio marítimo en el litoral del Norte comprendido entre el paralelo 2 4 i la quebrada de Camarones, establécense provisoriamente eu dicho litoral para los efectos de ese servicio las divisiones qne se espresan en los siguientes artículos: A r t . 1 . ° E l litoral del Norte comprendido entre la quebrada de Camarones i el paralelo 2 4 , se dividirá por ahora en dos gobernaciones marítimas que se denominarán Tarapacá i Antofagasta. A r t . 2 . ° L a gobernación marítima de Tarapacá c o m comprenderá la costa que se estiende desde la quebrada de Camarones hasta la embocadura del rio L o a , i tendrá por capital el puerto de Iquiqne, residencia del g o b e r n a dor marítimo. A r t . 3 . ° L a espresada gobernación se subdividirá en las seis siguientes subdelegaciones marítimas:


534

CUERRA

D E L PACIFICO.

Subdelegacion de Pisagua.—Limitará al Norte por la p o r el e n e m i g o le obligó a ponerse en precipitada fuga hasta el cabezo d e la isla en d o n d e p e r m a n e c e voltequebrada de Camarones, i se estenderá al Snr hasta la punta meridional que forma la caleta de Junin. Su capi- j e a n d o . tal será el puerto de Pisagua. I n m e d i a t a m e n t e m e constituí en el lugar d e d o n d e h a bían partido los tiros, i dispuse que se suspendiesen, i q u e Subdelegacion de Mejillones del Norte.—Limitirá por en n i n g ú n caso se haga fuego antes d e tener la seguridad el Norte con la subdelegacion precedente, i se estenderá de q u e los buques chilenos estén al alcance d e nuestros hasta la punta Sur que forma la caleta Colorada, Su capicañones. tal, Mejillones del Norte. Por l o demás m e es grato c o m u n i c a r a V. S . que n i n g u Subdelegacion de Iquique—Limitirá por el Norte c o n n a d e las piezas puestas e n ejercicio, h a sufrido la m e la subdelegacion anterior, i se estenderà por el Sur hasta la punta meridional de la caleta de Chucnmata, Su capi- nor lesión, i que las punterías fueron perfectamente dirital, el puerto de Iquique, que también l o es de toda la gidas, q u e d a n d o los tiros cortos p o r la v e l o c i d a d c o n q u é el b u q u e e n e m i g o se alejó. gobernación. D i o s guarde a V. S., señor coronel prefecto. Subdelegacion de Patillos.—Se estenderá desde el l í m i te austral de la subdelegacion anterior, hasta la punta PEDRO JOSÉ SAAVEDRA. Patache. Su capital Patillos. Subdelegacion de Pabellón de Pica.—Limitará por el Al señor Coronel Secretario de Estado en el Despacho de Guerra. Norte con la subdelegacion precedente, i se estenderá hasta la punta formada por les bajos de Chomache. Su capital Pabellón de Pica. (Correspondencia a E L NACIONAL de Lima.) Esta subdelegacion comprende además las hnaneras de Mayo 5 de-1880. Punta de L o b o s , situadas siete millas al Sur de Pabellón de Pica, Señores Editores de E L N A C I O N A L : Subdelegacion de Huanillos.—Tendrá por límite N o r t e D e s d e las 7 A . M . eran visibles los b u q u e s chilenos o c u la punta i bajos de Chomache i se estenderá por el Sur p a n d o las siguientes posiciones: hasta la embocadura del rio Loa. Su capital es el puerto Huáscar en la pequeña caleta d e Caroma. A p o p a de de Huanillos. éste i a distancia d e d o s a tres millas, la Pilcomayo. A r t . 4 . ° L a gobernación marítima de Antofagasta se El Matías Cousiño í el Copiapó p r o y e c t a d o s sobre el estenderá desde la embocadura del L o a hasta el paralelo c a b e z o de la isla, tan cerca el u n o del otro, q u e sus cas24 i tendrá por capital el puerto de su mismo nombre. cos i arboladuras se c o n f u n d e n . A r t , 5. ° La espresada gobernación se snbdividirá en las A p o c a distancia el Angamos. cuatros siguientes snbdelegaciones marítimas: A l N o r t e d e este g r u p o encontrábase el Blanco i a su Subdelegacion de Tocopilla.—Limitará al Norte con el p o p a el Amazonas. rio L o a i al Sur con la Punta Blanca. Su capital es el A las 9.45 A . M. púsose éste e n m o v i m i e n t o c o n proa puerto de Tocopilla. al Noreste. Subdelegacion de Cobija.—Se estenderá desde Punta A las 9.40 A . M. el Amazonas se encontraba a 6,800 Blanca por el Norte hasta Punta Tames por el Sur, i tenmetros a p r o x i m a d a m e n t e d e tierra, i en dirección al prodrá por capital el puerto de Cobija. m e d i o d e la bahía, Subdelegacion de Mejillones del Sur.—Limitará con la A v a n z ó u n p o c o i se aguantó sobre la máquina. Desanterior en Punta Tames i se estenderá al Sur hasta el tacó e n seguida u n a e m b a r c a c i ó n i ésta se apartó d e l cosMorro Jeorjino. Su capital Mejillones del Sur. tado d e l v a p o r c o n proa a tierra. Subdelegacion de Antofagasta.—Se estenderá desde el El bote navegaba c o n diversos r u m b o s : y a se dirijia al Morro Jeorjino hasta el paralelo 24 i tendrá por capital N o r t e , se a p r o x i m a b a a tierra, se alejaba i volvia a deteel puerto de Antofagasta, que es también de toda la g o nerse. bernación del mismo nombre. Parecía q u e algo buscaba. A r t . 6. ° E n todas las snbdelegaciones del litoral m e n El Amazonos p e r m a n e c e aguantado; gruesa c o l u m n a cionado, e ínterin no se dicten disposiciones especiales, d e h u m o arroja p o r la c h i m e n e a , i p o r m o m e n t o s camina rejirán provisionalmente las leyes i reglamentos jenerales d e popa, separándose d e l bote, q u e en ese m o m e n t o so ha referentes al servicio marítimo. detenido. L a distancia q u e separa a éste del Amazonas Tómese razón, comuniqúese i publíquese. es d e 500 metros. Hasta nosotros llega la d e t o n a c i ó n d e u n cañonazo, que PINTO. q u e a j u z g a r p o r la intensidad d e l r u i d o , parece haberse José Antonio Gardarillas. lanzado m u i cerca d e tierra. E l Amazonas d a atrás a su máquina. S u casco es v i sible perfectamente. H a i calma; a favor d e ella, el h u m o d e la c h i m e n e a se eleva perpendicular, i n i la mas lijera h u m a r e d a se nota Partes oficiales peruanos i correspondencia sobre los torpedos hallados en el Callao por el "Amazonas," i por sus costados, proa ni popa. la sorpresa de THoquegua. L o s demás b u q u e s se mantienen invisibles cerca de la isla. D e n i n g u n o d e ellos h a partido el c a ñ o n a z o que PARTE OFICIAL. acabamos de percibir. E l Amazonas t a m p o c o lo h a lanzado. PREFECTURA I COMANDANCIA JENERAL D E ARMAS. ¿De d ó n d e ha partido esa detonación? E n tierra nuestros cañones están m u d o s . Callao, Mayo o de 1880. Nuestros b u q u e s l o m i s m o . S e ñ o r Coronel Secretario: B u s c a n d o la esplicacion del enigma, n o s fijamos en la A las 10.45 A . M. d e hoi, el v a p o r e n e m i g o Amazonas lancha q u e el Amazonas destacó d e su costado hace un penetró en la bahía en dirección al N o r t e p o n i é n d o s e al m o m e n t o , i al n o encontrarla e n el lugar e n q u e la vimos alcance d e nuestras baterías e n ese lado c o n el probable h a c e u n instante, clirijimos nuestro anteojo en todas diobjeto de hacer r e c o n o c i m i e n t o s ; e n tales circunstancias recciones. el señor coronel c o m a n d a n t e jeneral d e las baterías d e l Nuestra investigación es inútil. L a e m b a r c a c i ó n se ha N o r t e m a n d ó romper los fuegos en las de P a c o c h a i A y a - h e c h o invisible. c u c h o , habiéndose disparado cuatro tiros p o r la primera i Tan cortos m o m e n t o s h a n trascurrido desde q u e la diu n o p o r la pieza R o d m a n de la segunda, l o q u e visto visamos, q u e es materialmente imposible q u e se haya

VIL


CAPITULO

u n i d o al trasporte q u e e n v e z de acercarse en esa dirección, se aleja d e popa, a u n q u e c o n lentitud. S o n las 10 A . M. U n a d e las baterías d e l Norte, la de A y a c u c h o , según creemos, lanza u n proyectil q u e rasgando el aire pasa basta llegar a unos 500 metros d e l trasporte e n e m i g o . E l tiro es corto. La Union dispara u n o d e sus cañones, i el resultado es igual. L a batería T a r m a (antes R o d m a n ) c o n intervalo d e p o c o s m o m e n t o s , disparó sus d o s cañones. Mas cerca u n proyectil q u e el otro, pero a m b o s caen a distancia d e l Amazonas. Este continúa n a v e g a n d o en d e m a n d a del fondeadero de los otros buques. E l Huáscar aviva sus fuegos i los d e m á s parecen i m i tarle. E s posible q u e ahora iniciadas y a las hostilidades, se acerque la escuadra i . . . q u e se aleje en seguida. Mientras tanto continúa siendo para nosotros un misterio la desaparición del bote del Amazonas. ¿Qué habrá sido de él? Quizá luego podamos decir a Uds., lo que por el m o m e n to nos es imposible. Entretanto, se ignora también de dónde partió el eco que como iniciación de los sueños próximos a realizarse, se lia dejado oir claro i perceptible c o m o un cañonazo de

a 1,000.

Apenas se oyó el primer cañonazo, a las 10.5 A . M., el señor prefecto i comandante jeneral de armas con sus ayudantes se puso a recorrer la plaza, dictando las órdenes convenientes. Las baterías todas listas. Cada uno en su puesto aguardando el m o m e n t o de hacer ver al cobarde enemigo cuánto puede el patriotismo de los hijos del Perú, que en combate noble i leal aguardan ansiosos la oportunidad de dar una severa lección a los reinvidicadores. E l pueblo entusiasmado acude presuroso al muelle i a otros sitios de donde quiere presenciar talvez un nuevo simulacro de combate c o m o el del 2 2 , aunque el deseo jeneral es que haya un bombardeo en forma, que decida la cuestión i p o n g a término al ridículo bloqueo de la prudentísima escuadra chilena.

(2.20 P. M . )

Hasta este m o m e n t o no hemos obtenido ningún informe autorizado que disipe nuestras dudas respecto de la suerte que haya cabido a la embarcion, que al aproximarse a la bahía destacó el Amazonas con el objeto de practicar un reconocimiento. E l vijía del puerto no está mas adelantado que uosotros. Este marinero afirma también que el bote del Amazonas se apartó c o m o de tres a cuatro cuadras; que a esa hora (10.10 A . M . ) escuchó la detonación cuyo oríjen i g n o r a ; que el bote no atracó al trasporte i finalmente, que desapareció c o m o por encanto.

535

OCTAVO.

PARTES OFICIALES PERUANOS. PREFECTURA

I COMANDANCIA MENTO

JENERAL

D E L DEPARTA-

D E AREQUIPA.

Mayo 7 de 1880. Señor Sub-secretario: E n copia legalizada remito a V. S. el oficio q u e c o n f e cha 4 del presente m e ha dirijido el señor prefecto d e M o quegua, f e c h a d o en la capital del distrito d e Órnate. P o r ella v e n d r á V. S. e n c o n o c i m i e n t o d e q u e el dia d o s d e l m i s m o , el paisanaje d e M o q u e g u a , encabezado p o r d o n Pedro Flores, ha tenido d o s encuentros c o n d o s partidas de chilenos, una d e 18 h o m b r e s i otra d e 20, q u e llevaban c o n s i g o 290 cabezas d e ganado, q u e sustrajeron en los altos d e Torata, d e c u y o s encuentros h a n resultado 5 muertos i algunos prisioneros. A g r e g a q u e las fuerzas enemigas habían e v a c u a d o la ciudad de M o q u e g u a , d e la cual sin d u d a debió posesionarse hasta aquella fecha el escuadrón Jendarmes q u e m a n d ó c o n tal objeto, i c o n c l u y e asegurando d i c h o señor prefecto q u e m a r c h a b a sobre la citada ciudad, e n d o n d e al presente debe y a encontrarse. T a m b i é n encontrará V. S. e n otra copia los telegramas q u e se h a n recibido d e T a c n a i d e P u n o c o m u n i c a n d o algunos m o v i m i e n t o s efectuados p o r el e n e m i g o . L o q u e tengo el h o n o r d e decir a V. S. para c o n o c i m i e n to del S u p r e m o Gobierno. D i o s guarde a V. S. C.

ALFONSO

GONZÁLEZ

ORBEGOSO.

Al sefior Sub-secretario de Gobierno.

PREFECTURA D E L APROVINCIA LITORAL

D E MOQUEGUA,

Órnate, Mayo 4 de 1880. Señor Prefecto: E n este m o m e n t o , 11 A . M., acabo d e recibir u n espreso d e Torata en q u e m e participan d e allí q u e el 2 d e l corriente el paisanaje d e M o q u e g u a , e n c a b e z a d o p o r d o n Pedro Flores, h a n tenido dos encuentros c o n d o s partidas de chilenos, u n a d e 18 h o m b r e s i otra d e 20, las mismas que se llevaban 290 cabezas d e ganado q u e se habían arreado d e las alturas de Torata, i q u e e n d i c h o s e n c u e n tros h a n h a b i d o 5 muertos i algunos prisioneros, entre ellos u n oficial. A s i m i s m o , se m e participa q u e todas las fuerzas chilenas se h a n retirado d e M o q u e g u a , c u y a c i u dad debe estar y a o c u p a d a p o r el escuadrón J e n d a r m e s que el citado dia m a n d é sobre Torata a observar al enemigo. E n la fecha m e m a r c h o sobre la espresada ciudad c o n la c o l u m n a Jendarmes. L o q u e ocurriere allí m e será grato participarlo a V. S. c o n o p o r t u n i d a d . D i o s guarde a V. S. TOMAS

LAISECA.

VIII. A la 1.30 P. M. se sintió uua detonación recía partir de la isla.

lejana que p a -

Segundo bombardeo del Callao. TELEGRAMAS.

A las 2.40 P . M . el Amazonas vuelve a cruzar frente a la bahía. Cuando el Amazonas se acercaba se le hicieron dos tiros obligándolo a que se pusiese afuera. Se le debía dejar entrar i no darle ese aviso, c o m o p o niendo límites a sus escursiones. Que entre hasta donde quiera i entonces, que se le reciba. Esa es nuestra opinión. LEÓNIDAS

CÁRDENAS.

(A

la 1 . 4 0 A . M . )

Santiago,

Mayo 20 de 1880.

E l Matías Cansino salió del Callao el 12, i sigue al Sur llevando enfermos. L a avería que esperimeutó fué de poca consideración. E l 10 hubo nuevo bombardeo en el Callao, desde la 1 P . M. hasta las 5.30 P. M . E l 11 se notificó el bloqueo de A n c ó n . El almirante m e escribe lo que sigue: " E n las primeras horas de la mañana del 5, el Amazonas, que hacia su guardia al Norte de la bahía, encontró


536

GUERRA

D E L PACIFICO.

dos torpedos flotantes, qne debieron ser lanzados al mar desde tierra durante la noche del 4. U n o de ellos fué echado a pique a balazos; el otro se remolcó hasta la Isla, en donde al tocar tierra estalló. Estos torpodos, en forma de tubos, de planchas de cobre, se hallaban cargados c o m o con 300 libras de pólvora, a juzgar por la esplosion del qne estalló. E l arzo, que debía estar en contacto con algún ácido inflamable encerrado en depósito de cristal, servia para producir el choque que rompería el depósito así que encontrase resistencia. Estos torpedos confiados a la corriente, pudieron hacer daños a nuestros buques lo m i s m o que a los de guerra neutrales i mercantes que navegan en estas aguas. E n la mañana del 7 el Matías Cousiño, al tomar su fondeadero con espesa neblina, se varó de proa en la playa al Noroeste de San Lorenzo. Se descargó i se puso a flote sin gran daño i sin pérdida de carga. E l 10 ordené un nuevo bombardeo sobre la dársena i fuertes de esta plaza. L o s fuegos comenzaron a la 1.30 P . M . i cesaron a las 5.30 P. M. L a escuadra hizo 416 disparos, de los cuales 300 dieron en la dársena, en el fuerte de la Punta i en la población. Se asegura que en la dársena fué echado a pique el Saucy Jack. L a Union y el Oroya sufrieron averías de consideración, teniendo muertos i heridos. E n los fuertes i población hubo también muertos i h e ridos, i edificios dañados. E n la escuadra, ninguna desgracia personal; i de los buques solo el Huáscar recibió proyectiles en parte débil de su casco, cuyo daño se reparó. L a O Higgins marchó el 11 a establecer el bloqueo de Ancón." L Y N C H .

MAS

C u a n d o el Huáscar e s t u v o en esta posición, los fuegos de todas las baterías se r e c o n c e n t r a r o n contra él; pero c o m o habia llenado d e agua sus dobles fondos; solo presentaba d o s pies d e blanco sobre la línea d e flotación. El Huáscar n o perdió las balas d e los cañones d e su torre; las q u e n o dieron en los b u q u e s , causaron gran d a ñ o a la población. E l Huáscar n o h a tenido ni muertos ni heridos: recibió tres balazos en su casco, i u n o q u e c o r t ó d o s obenques d e la j a r c i a del palo mayor. Sus averías están ja reparadas. N i n g u n o de los demás buques d e la escuadra recibió proyectiles enemigos. E l capitán del Matías Cousiño cree q u e los peruanos han tenido mas d e 40 bajas. Sin e m b a r g o , los diarios solo confiesan 37. Los destrozos, tanto en la p o b l a c i ó n c o m o en los b u ques, han sido m u c h o m a y o r e s q u e los causados en el primer b o m b a r d e o . El Callao está c o m p l e t a m e n t e a b a n d o n a d o : solo q u e d a n en él las fuerzas q u e defienden la plaza. D u r a n t e el b o m b a r d e o del 10, la O'Higgins disparó sus cañones desde Miraflores, h a c i e n d o espléndidos tiros s o bre la batería del Sur, q u e tiene u n o d e los cañones d e a 1,000. E n esta batería h u b o seis bajas. L o s botes-torpedos peruanos, siendo rechazadas p o r los nuestros i por el Huáscar, h a n desistido, a l o q u e p a r e c e , de sus ataques. E n c a m b i o , habían preparado d o s inmensos torpedos flotantes: u n o d e éstos, descubierto p o r el Amazonas a solo 15 metros, se le h i z o volar c o n tiros d e ametralladoras i d e riñes disparados desde nuestros b u q u e s ; u n o d e ellos estalló a 5,000 metros d e tierra, i el otro en la playa d e la Isla, causando a m b o s u n a c o n m o c i ó n en la bahía. LYNCH.

DETALLES.

El capitán del Matáis Cousiño dice que el dia 10 la e s cuadra b o m b a r d e ó el Callao durante c i n c o horas i media. T o m a r o n parte en el b o m b a r d e o el Blanco, el Huáscar, la O'Higgins, la Pilcomayo, el Angamos i el Amazonas. E l Huáscar, c o l o c a d o a 5,000 metros d e la dársena, disparó primero c o n sus cañones d e a 40, i en seguida, a 2,000 metros, c o n los cañones d e su torre. Los demás b u q u e s variaron sus distancias desde 4 h a s ta 7,000 metros. E l Huáscar i la Pilcomayo hicieron espléndidos tiros sobre los buques d e la dársena. N o hai seguridad sobre el n ú m e r o d e balazos q u e recibió la Union, pero el capitán del Matías Cousiño, q u e d u rante t o d o el b o m b a r d e o se encontró a b o r d o del Huáscar, cree q u e n o h a n p o d i d o s é r m e n o s d e tres, los cuales d e s trozaron c o m p l e t a m e n t e la cámara d e p o p a , i le p r o d u j e ron un incendio. T a n p r o n t o c o m o se declaró el i n c e n d i o en la Union, se desprendió del Limeña un bote lleno d é j e n t e en su ausilio, pero u n a granada del Huáscar lo e c h ó a pique c o n sus tripulantes i el oficial q u e lo mandaba. N o se c o n o c e n los estragos q u e el i n c e n d i o h i z o en la Union. E l capitán del Matías Cousiño d i c e q u e este inc e n d i o duró d e 20 a 30 minutos. Las balas del Huáscar i d e la Pilcomayo destruyeron la p o p a del Oroya. Otra bala del Huáscar e c h ó a pique al bergantín Saucy •Jack. Otra del m i s m o Huáscar penetró p o r la aleta d e estribor d e l Limeña, destrozándole u n a cigüeña i la rueda d e babor. Otra del m i s m o Huáscar penetró en la barca Elena destruyéndole parte de su obra muerta. T o d o s los daños h e c h o s p o r el Huáscar fueron causados por los cañones de su torre, disparados a 2,000 m e tros d e tierra.

PARTE OFICIAL COMANDANCIA

Rada

E N JEFE

CHILEÑO. D E L A

del Callao,

ESCUADRA.

Mayo 12 de

1880.

Señor Ministro: Paso a dar cuenta a V . S. de los sucesos de alguna i m portancia acaecidos en este bloqueo, posteriores a mi c o municación del 28 del p r ó x i m o pasado A b r i l , llevada por el trasporte armado Loa. A las 7 A . M . del 5 del presente, hallándose el Amazonas cruzando en varios puntos de esta bahía confiados a su guarda, se notó de a bordo que flotaban no lejos del buque dos pequeñas boyas, sobre las cuales se levantaba un aro, al parecer de fierro. Sobre la superficie del mar esos objetos se alzabau como 50 centímetros i flotaban a merced de la corriente, a no larga distancia uno de otro. Desde el primer m o m e n t o , el comandante del Amazonas sospechó que aquellos eran torpedos, i ordenó arriar un bote para hacerlos reconocer de cerca. E n los momentos que se practicaba esa operación, algunos de los fuertes del Norte dispararon sobre el buque, apesar de que por la distancia a que se encontraba no podia ser dañado por los proyectiles. E s o s disparos no tuvieron, al parecer, otro objeto que el llamar a otra parte la atención de nuestra nave, provocarla a efectuar algunos m o mieutos para contestar los fuegos i atraerla por esos m e dios hacia los torpedos no lejanos. E l comandante del Amazonas se limitó a separar su buque de los torpedos i ordenó el reconocimiento de ellos, poniendo en mi noticia lo que sucedía. Inmediatamente hice marchar a la lancha Guacolda para que ansiliase en su operación al bote del Anuczonas. Reconocidos los torpedos, nuo de ellos fué echado a pique


CAPITULO

pov la ametralladora de la Guacolda, i el otro, enlazándolo del aro con las precauciones debidas, fué traido al costado de este blindado i remolcado en seguida hacia la playa de la isla de San Lorenzo. Se llegó con el remolque hasta la orilla i se trató de atraer el torpedo atierra con el fin de e x a minarlo detenidamente; pero al practicar esta operación, el -torpedo chocó en la playa i estalló, despedazándose i levantando una gran columna de humo. Por la fuerza de la esplosion se calculó que aquel torpedo estaba cargado con. 300 libras, mas o menos de pólvora c o m ú n . El depósito de esa pólvora era un gran tubo de planchas de cobre, terminado en forma de boya, sobre la cual se levantaba el aro o pequeña rueda de fierro. Este aro, ligado con el depósito de la pólvora, debia servir para recibir el choque que produjera la esplosion. Esa tentativa, q u e merece duros calificativos, ha p o d i d o ser fatal para los buques de guerra neutrales surtos en esta bahía i aun para las naves q u e navegasen n o lejos de estas aguas. Confiados estos torpedos solo a las corrientes i a los vientos, sino hubieran sido avistados i destruidos, hubieran salido de la bahía, y e n d o a producir fuera de ella algún siniestro en naves de c o m e r c i o q u e cruzan con frecuencia por éstos parajes. A las 6 A . M. del dia 9 fondeó en esta bahía la corbeta O'Higgins, v o l v i e n d o de su espedicion al Norte. D e l r e sultado d e esa espedicion se i m p o n d r á V. S. en el parte que en c o p i a a c o m p a ñ o , pasado a esta c o m a n d a n c i a en j e f e por el de aquella corbeta. H e creído innecesario i gravoso retener aquí o enviar al Sur a los cuatro empleados civiles d e m u í inferior categoría tomados en las islas de L o b o s i les he d a d o libertad. El dia 10 ordene' un n u e v o ataque sobre la dársena i algunos fuertes de esta plaza. D i s p u s e que la O'Higgins, t o m a n d o pocision hacia el Sur de la isla de San L o r e n z o i al frente del canal de la B o c a Chica, enfilase por ese costado a la fortaleza de la Punta, servida con dos cañones d e a 1,000 libras; niie'ntras el Blanco, c o l o c a d o en el canal a 4,000 mil metros de distancia, dispararía por el frente sobre esa fortaleza. El Iluáscaí- debia situarse en el estremo de la línea hacia el N o r t e ; i entre ese m o n i t o r i el Blanco Encalada se colocarían la Pilcomayo, el Amazonas i el Aligamos a 5,500 metros de tierra. El p u n t o de mira de esos buques debia ser el muelle dársena, tras del cual c o n t i n ú a n abrigadas las naves enemigas. L a O'Higgins, c o l o c a d a frente al canal de la B o c a Chica, sostuvo sus fuegos c o m o a 4,500 metros distante del fuerte d é l a Punta, sin p o d e r ser dañada fácilmente pollos proyectiles, a causa de q u e los cañones de ese fuerte tienen p o c o ángulo de tiro hacia el Sur. El Huáscar r o m p i ó sus fuegos a los 5,500 metros fijados, i fué paulatinamente acortando la distancia hasta llegar a m e n o s . d e 3,000 metros, p u d i e n d o usar de los c a ñ o nes de su torre. H a l l á n d o s e el m o n i t o r en el estremo Norte de la línea de ataque, n o poclia ser alcanzado pollas baterías de a 1,000, que son i n d u d a b l e m e n t e las de mayor alcance en estas fortalezas. Sin embargo, aquella nave, disparando a corta distancia, fué herida por un p r o yectil bajo la línea de flotación, que abrió una via de agua, otros dos proyectiles c h o c a r o n sin penetrar en su casco, i uno cortó dos obenques del palo mayor. Del e x a m e n practicado, resulta que el proyectil q u e penetró en el Huáscar fué de c a ñ ó n de p o c o calibre i lo ' alcanzó p r o b a b l e m e n t e c u a n d o a causa de algún balance esa nave descubría las partes débiles de su fondo. Esas averías h a n sido reparadas i el m o n i t o r p u e d e sin i n c o n veniente continuar aquí sus importantes servicios. Las otras naves de la escuadra, usando de sus cañones de retrocarga, sostuvieron los fuegos hasta las 4.45 P. M., hora en que o r d e n é suspenderlos. La Pilcomayo continuó, sin embargo, contestando con notable acierto algunos disparos hechos por el fuerte de ia Punta hasta las 5.30 P. M . TOMO i i — 0 8

OCTAVO.

537

S e g ú n los partes de los c o m a n d a n t e s de estos b u q u e s , se h a n gastado proyectiles en la p r o p o r c i ó n siguiente: E l Huáscar hizo 145 tiros, de los cuales 33 fueron c o n los cañones de su torre. L a Pilcomayo 108. O'Higgins Í00. Angamos 32. Amazonas 25. Blanco Encalada 8. E n jeneral, las punterías fueron certeras, p u d i e n d o calcularse que el 70 por ciento de esos disparos han caído en la dársena, en los fuertes o en la población. N o h e m o s p o d i d o hasta este m o m e n t o obtener n i n g u n a noticia de los daños causados al enemigo por nuestros proyectiles, existiendo estricta i n c o m u n i c a c i ó n c o n la costa. Por nuestra parte, fuera de las lijeras averías del Huáscar, n o h e m o s sufrido otro d a ñ o ni en el personal ni en el material de estas naves. E l servicio de la artillería en este ataque h a sido n o t a blemente satisfactorio, distinguiéndose el Huáscar, la Pilcomayo i la O'Higgins por la rapidez de sus fuegos. L o s últimos disparos de la Pilcomayo sobre el fuerte de la P u n t a llamaron la atención por el acierto de las punterías. E n las primeras horas de la mañana del 11, la O'Higgins m a r c h ó a establecer el b l o q u e o de A n c ó n . I n c l u y o a V. S. en copia, la notificación q u e de ese b l o q u e o h a h e c h o a la autoridad peruana de aquel puerto el c o m a n d a n te de la corbeta. A l amanecer del 7 del corriente, b u s c a n d o el Matías Cousiho su fondeadero, en m e d i o de una densa neblina, encalló lijerameiite por la proa hacia el Noroeste de la isla de San L o r e n z o . O r d e n é i n m e d i a t a m e n t e que se p r o c e diese a estraer el carbón de que estaba cargado ese b u que, i m e r c e d al constante i bien dirijido trabajo de estas tripulaciones, el Matías Cousiño v o l v i ó a flote sin daños de consideración i sin n i n g u n a pérdida en su carga. A solicitud del capitán de ese trasporte se ha levantad o un sumario de aquel h e c h o , c u y a copia encontrará V. S. adjunta. D i o s g u a r d e a V , S. GALVARINO

RIVEROS.

Al señor Ministro de Marina.

PARTE

OFICIAL

PERUANO.

PREFECTURA I COMANDANCIA JENERAL DE ARMAS

Callao,

Mayo 11 de

1880.

Señor Coronel Secretario: C u m p l o con el honroso deber de dar cuenta a S. E. el Jefe Supremo de la República, por el digno órgano de A . S., de todas las ocurrencias del combate librado el dia de ayer entre las baterías de mi mando i los buques de guerra de la escuadra chilena Blanco Encalada, Huáscar, Amazonas, Angamos, Pilcomayo i O'Higgins surtos al frente de esta bahía, A la 1 P. M . se me comunicó que la corbeta O'Higgins, habiendo dado vuelta a la isla de San L o r e n z o , aparecía por el lado de barlovento entre la Horadada i la isla de F r o n t ó n ; i que al mismo tiempo los demás buques de la escuadra enemiga activando sus fuegos se pouian en m o vimiento para formar línea de combate, poco mas o menos en el mismo orden en que lo hicieron para el ataque del 22 del pasado. Previne inmediatamente al señor coronel comandante jeneral de la 2 . división del ejército del centro acantonada en esta plaza, que dispusiese que las fuerzas de su mando pasasen a ocupar las posiciones de antemano señaladas; i al mismo tiempo ordené que en cada batería se constituyera un ayudante del Estado Mayor bien m o n t a d o ; con el objeto de facilitar la trasmisión de órdenes i avisos entre los diversos puestos, i se supliera así la deficiencia del servicio telegráfico para los momentos de combate. 7

1 3


538

GUERRA

DEL

Me dirijí luego al torreón de la Independencia con el objeto de descubrir la dirección que tomaban los m o v i mientos del enemigo i conocer por ellos adonde dirijiria primero i de preferencia el ataque; i con el de dictar las disposiciones convenientes en las baterías del centro, cuyo comandante jeneral, coronel graduado don Miguel Coloua, había mandado ya alistar todo para hacer fuego en los torreones Mauco-Capac e Independencia, que están a sns órdenes. Dictadas las disposiciones del caso i viendo que los b u ques avanzaban hacia el Norte, después de haber roto sus fuegos sobre el dársena i la población, me encaminé a las baterías de ese lado acompañado de mis ayudantes, sarjento mayor graduado don Federico Zelaya, id. id. don Pedro C. Bavilon, capitán don Nicanor Salazar, alférez don Carlos L. Saavedra i el secretario de esta prefectura don Ricardo Saavedra. Los fuegos enemigos eran m u i activos sobre la p o b l a ción i habían sido contestados en el centro por los b u q u e s de nuestra escuadra i en el N o r t e por las baterías de A y a c u c h o i Pacocha, n o h a b i é n d o l o h e c h o desde l u e g o la torre de J i m i n por esperar la m a y o r a p r o x i m a c i ó n del e n e m i g o , c o m o se habia prevenido. M e es grato asegurar a V . S. que en las baterías del N o r t e t o d o está perfectamente dispuesto i m a n e j a d o , m e diante el acierto del d i g n o c o m a n d a n t e jeneral de ellas, coronel d o n Pedro L a - F u e n t e i del celo i c o m p e t e n c i a d e los señores jefes i oficiales que estaban bajo sus i n m e d i a tas órdenes. Los tiros de estas baterías eran m u i bien dirijidos i las piezas funcionaban c o n la m a y o r regularidad por la seren i d a d c o n que eran manejadas en m e d i o del entusiasmo que ajitaba a todos sus servidores. C o n v e n c i d o de que t o d o seguiría bien en esa parte de nuestra línea bajo el m a n d o del citado jefe, regresé polla ciudad en los m o m e n t o s en que los b u q u e s enemigos disparaban c o n la m a y o r actividad sobre el dársena i s o bre las manzanas c o m p r e n d i d a s entre las calles de la estación del ferrocarril Trasandino i do la Constitución, hasta d o n d e ú n i c a m e n t e alcanzaban los tiros enemigos, siendo m u i p o c o s los que avanzaban mas a barlovento i m u c h o s los que morían en el mar. Las baterías del Sur, en d o n d e el Blanco Encáletela de frente i la O' Higgins por el lado de barlovento habían roto sus fuegos sobre la batería Dos de Maj^o (de a 1,000), simultáneamente c o n el ataque e m p r e n d i d o por los otros buques contra la p o b l a c i ó n i las baterías del N o r t e , el c o m b a t e se habia formalizado de una manera satisfactoria para nuestras armas, pues esos cañones m u i bien servidos por sus actuales jefes, hicieron sus tiros tan certeros, q u e al segundo disparo del de sotavento, h u y ó v e r g o n z o samente el blindado Blanco Encalada, d a n d o atrás a su m á q u i n a con la m a y o r precipitación, hasta tomar su acost u m b r a d a posición en el cabezo de la isla, separándose así definitivamente de la línea de c o m b a t e , a la que n o v o l v i ó a entrar. A l m i s m o tiempo, la batería hacia fuego s ó b r e l a O'Higgins, que disparaba nutridamente sobre ella, pero q u e también tuvo que huir al sentir la p r o x i m i d a d de esos tremendos proyectiles. Las baterías de la M e r c e d i Santa R o s a hacían fuego m u i lentamente, c o m o l o verá Y. S. por los partes del señor c o m a n d a n t e jeneral del Sur d o n Luis J e r m a n A s tete, a causa de que el e n e m i g o so m a n t e n í a a inmensa distancia de esas piezas, c o m o lo hizo el 22 del pasado. E n esta ocasión ha c a b i d o a la batería D o s d e M a y o la honrosa distinción de sor elejida c o m o blanco principal del ataque de los buques enemigos, i de probar que en el poder de sus cañones, en la intelijencia i el valor de sus jefes i oficiales i en la acortada dirección de su c o m a n d a n t e jeneral, el acreditado coronel Astete, encontrará la soberbia chilena u n baluarte incontrastable en que se estrellaría si alguna vez fuesen capaces de e m p r e n d e r u n ataque leal i decisivo.

PACIFICO.

S. E. e l J e f e S u p r e m o del Estado, que asistió personalm e n t e al c o m b a t e , a c o m p a ñ a d o por Y. S. i por los señores secretarios de g o b i e r n o i de j u s t i c i a , p u d o apreciar por sí m i s m o el orden i la e x a c t i t u d que se hacia en m e d i o de los fuegos, siendo de notar que en cada una d e las baterías, los señores j e f e s i oficiales en sus respectivos puestos hacían estudios, practicaban cálculos i resolvían p r o b l e mas técnicos c o n la misma serenidad i sangro fria q u e si se tratara de asistir a un simple ejercicio de tiro al blanco. S. E. i Y. S. pudieron estimar por sí mismos el mérito de todos i las aptitudes de cada uno, i por lo m i s m o creo i n necesario llamar su respetable atención sobre los h e c h o s que S. E. ha j u z g a d o ya en su recto i elevado criterio. Me es satisfactorio decir a V . S. que en este c o m b a t e , iniciado a la 1.35 P. M. por u n disparo del Huáscar, i term i n a d o a las 5.40 P. M. por los últimos tiros de nuestras piezas de a 1.000, n o h a n sufrido las baterías n o v e d a d alg u n a ni en su material, ni en su personal, apesar de h a berse disparado por el e n e m i g o 380 proyectiles de diversos calibres, de los cuales mas de 100 cayeron sobre la ciudad; i que los edificios de la p o b l a c i ó n sobre los cuales hacían fuego c o n encarnizamiento los buques enemigos, apenas h a n recibido pequeñísimos daños de m u i fácil reparación. A s í terminó este h e c h o de armas en el q u e se h a p r o bado que la escuadra chilena n o p o d r á ofender seriamente la plaza del Callao, p o r q u e es incapaz de. ponerse a la distancia necesaria, para que sus fuegos p u e d a n ser eficaces i que en caso de que a tal cosa se atreviesen, e n c o n trarán en las baterías de esta plaza su m e r e c i d o escarmiento. P o r lo demás, tengo el h o n o r de referirme a los a d j u n tos partes detallados de los señores c o m a n d a n t e s j e n e r a Íes del N o r t e , del centro i del Sur de las baterías i a los de los jefes de cada una de ellas, en q u e se consignan los pormenores de la función de armas de ayer. D í g n e s e Y. S. p o n e r este parte en c o n o c i m i e n t o de S. E. Dios guarde a Y. S. P E D R O J.

SAAVEDRA.

Al señor Coronel Secretario de Estado en el despacho de Guerra.

MUERTOS I HERIDOS EN

EL SEGUNDO BOMBARDEO

DEL

CALLAO.

Guardia-marina don José J . A r b u h í , del Limeña, herida leve en el pié i cara por casco de b o m b a ; so medicina en su casa. • Grumete Manuel R a m o s , de id., herida leve en la ¡nano izquierda por casco de b o m b a ; en el hospital de Bellavista. Marinero Melchor Medina, de id., herida leve en las piernas por casco de b o m b a ; en el hospital de id. Id. Carlos Videla, de id., herido en las piernas i mano izquierda por casco de b o m b a ; en el hospital de id. Id. José María Carrillo, de id., muerto por casco de bomba. Id. Mariano Ferré, de la Union, herido en la pierna izquierda por la esplosion de un saquete; en el hospital de Bellavista. Artillero ordinario Avelino Mendral, de la id., quemado en un brazo i cara por la esplosion de un saquete, grave; en el hospital de id. Id. id. Manuel Vargas, de la id., amputado en el brazo izquierdo; en el hospital de id. Artillero de preferencia Enjenio Hiller, de la id., herida leve en la mano por la esplosion de un saquete; en el hospital de id. Artillero ordinario Juan Ercelles, del Oroya, herido en el pecho i brazo izquierdo por casco de b o m b a , grave; en el hospital de id. Primer calafate Juan Chamaba, del id., herida leve en la pierna izquierda por casco de b o m b a ; en el hospital do id. Soldado José Flores, del batallón Mirabe, herido por casco de b o m b a en el brazo derecho, a m p u t a d o ; en el hospital de id.


CAPITULO

OCTAVO.

539

I d . Silvestre Zavala, de la Artillería Naval, herida leve en la pierna izquierda por piedra; en el hospital de id. Id. S i m ó n Ortúzar, de la id, herida leve en la pierna derecha por piedra; en el hospital de id. I d . Fermin Chumpitasi, de la id., herida leve en el pié izquierdo por piedra; en el hospital de id. Paisauo Fermin Nalvarte, herida leve en la espalda por piedra; en el hospital de id. « I d . Guillermo R o s s , herida leve en la mano derecha por casco de b o m b a ; en el hospital de id. I d . Ignacio A r z o l a , herida leve por piedra en la c a b e z a ; en sn casa.

364 proyectiles han arrojado los enemigos sobre las b a terías, buques i población, no logrando causarnos daños de consideración. H é aquí el c ó m p u t o de los disparos que han hecho los buques chilenos:

B o m b e r o de la Chalaca n ú m . 1, herido en la cabeza por una astilla; en su casa. Salvador de la A m b u l a n c i a n ú m . 2 del Callao, herida leve en la mano por una astilla; en su casa. Id. Pedro Montalvo, de la id., heridas leves en m u chas partes por piedra; en su casa. Id. R u p e r t o M o n t a l v o , heridas leves en muchas partes por piedra; en su casa. Cantinera Patricia Vallejos, del batallón Mirabe, m u e r ta por casco de b o m b a . Id. Victoria P a l o m i n e , del id., muerta por casco de bomba.

Casi durante todo el tiempo del combate, los buques e s presados se han mautenido a una distancia cuyo promedio se estima en 5,000 metros, i cada vez que han intentado acortarlas, los disparos certeros de nuestras baterías los han obligado a retirarse, inclusive el Blanco, al cual los cañonazos de a 1,000 lo pusieron fuera de tiro. E l cálculo mas aproximado de los disparos que hau h e cho las baterías es el siguiente:

CIRUJANO E N JEFE

DEL

SERVICIO

D E

SANIDAD

Mayo

DEL

14 de

Señor Cirujano: Tengo el honor de pasar a su despacho una relación nominal de las desgracias ocurridas ayer en la batería D o s de Mayo, con motivo de los disparos que sobre ella hizo la Pilco-mayo. Las dos ambulancias del Callao hicieron este servicio, trasladándose los heridos todos a Bellavista i no a Baqníjano como lo habia dispuesto, por haberlo así exijido el jefe del cuerpo a que los individuos pertenecían, quien obtuvo sorpresivamente del señor comandante jen eral de armas la confirmación de lo que antes en términos descorteses me habia intimado. Informado mas tarde por mí de lo ocurrido, el señor comandante jeneral de armas me ha ofrecido que p r o h i birá por orden jeneral la intervención de los jefes de cuerpo en el servicio de sanidad, qne en caso contrario se hará inorganizable. Dios guarde a V. S . SANTIAGO

TÁVARA.

Al señor Cirujano en Jefe del ejército.

H é aquí la nómiua de los precedente:

heridos a que alude la

nota

Don Teobaldo V a l l e , subteniente del batallón Artillería Naval, herida leve en la cabeza por metralla. Isidoro López, soldado del id., herida leve en la cara i brazo derecho por id. Patricio P a l o m i n o , id del id., contusión en el pié por id. Gaspar Silva, id. del id., herida leve en la pierna i z quierda por id. Pedro A g ü e r o , id. del id.,herida leve en el pié i en la mano izquierda por id. Mariano Suarez, id. del id., herida grave en la rodilla por id. Matías Sanabria, id. del id., herida grave en la pierna izquierda por id.

Callao,

Mayo 10 de

SUR.

Batería de la Punta Id. Santa Rosa Torre de la Merced.

1880.

Señor Prefecto: El combate ha durado desde la 1.34 P. M . , e u que r o m pió los fuegos el Huáscar, hasta las 5.40 P. M . , en que hizo el último disparo la batería de la Punta.

20 2 7

CENTRO.

CALLAO.

1880.

76 11 23 23 116 115

O'Higgins Blanco Amazonas Angarrios Pilcomayo Huáscar

Torreón Manco-Capac Id. Independencia

6 5

NORTE.

Batería Ayacucho Torre Junin Batería Pacocha (Rodinan)

10 12 24

L a escuadra ha h e c h o : Union Talismán Rimac Limeña Oroya

31 31 1 1 1

Nuestras bajas consisten en 7 heridos a bordo de la esenadra i 1 soldado muerto, perteneciente a¡ batallón Mirave. E n la Punta 2 mujeres que preparaban el rancho fueron destrozadas por la esplos.iou de una bomba. En la población, entre contusos i heridos, se calculan 10 individuos. E l Oroya i la Union han sufrido algunas averías; aun no podemos detallar la importancia tanto de éstas c o m o las que ha sufrido la población. S . E. acompañado del secretario de guerra i el ministro de Bolivia señor Flores i un numeroso Estado Mayor llegó en el momento mas recio del combate, saliendo a recorrer las baterías, donde se le recibía con entusiasmo i aclamación. E n este momento se halla a bordo de la escuadra, H e m o s visto también acompañando a S. E. a los señores secretarios de Gobierno i de Justicia. L a conducta del comandante jeneral de esta plaza ha sido altamente recomendable, por la solicitud i actividad que ha desplegado. Se le ha visto siempre en los sitios de mayor peligro, siendo secundado de la manera mas patriótica e intelijente por los comandantes jenerales de las baterías, señores Astete i L a - F u e n t e . N o encuentro una frase suficientemente espresiva para pintar a su señoría el entusiasmo que durante el combate han manifestado la fuerza i el pueblo de esta plaza. Las compañías Salvadoras i las ambulancias han prestado oportunos i recomendables servicios, así c o m o las compañías de bomberos. Muchas bombas lian caido en la población, sin estallar; así es que el pueblo i el ejército se han provisto de gran, número de esos proyectiles.


GUERRA

540

DEL

Cada tiro del enemigo que - salía corto por la gran distancia a que se hallaba colocado, era contestado con c o h e tes voladores de la China, Recorriendo las baterías del Sur tuve ocasión de notar que un gran número de pueblo se había apoderado de una de las antiguas baterías derrumbadas coa cañones de a 3 2 . Hacían con ellos fuego, cargándolos con pequeña cantidad de pólvora. Doi a V . S. cuenta de este hecho porque es la muestra mejor que da la patriótica i varonil entereza con que este pueble afronta t»í peligro. E n estos momentos S. E. visita la escuadra acompañado del secretario i comandante jeneral de marina, quienes en todo el tiempo del combate han permanecido a bordo del Limeña estimulando a sus subordinados con su ejemplo. L o s dos últimos cañonazos de la batería de a 1 , 0 0 0 fueron sobre el Blanco, que parecía haber fondeado j u n t o a la isla; uno de los proyectiles le cayó j u n t o a la popa, el otro al costado de babor. En el acto el blindado se puso en fuga. E l cirujano en jefe doctor Ulloa, acompañado de sus ayudantes, durante los fuegos recorrió la línea i hospitales de sangre, impartiendo disposiciones para la conducción i asistencia de los heridos. Me ocupo en adquirir pormenores mas esplícitos relativos al combate de hoi i que trasmitiré oportunamente a V. S. Antes de terminar me es grato participar que los e m pleados del telégrafo han llenado cumplidamente su deber. 13.

CARTAS

NETO.

DE LA ESCUADRA.

(De E L NACIONAL de Lima.)

Mayo 10 de 1880. Señor Director: E l bloqueo del d i a d e ayer no ofreció una fisonomía diferente de la de los demás dias. L a escuadra enemiga ha recibido un refuerzo m a s ; a las 2 P. M. entraba en la línea que forman los buques enemigos una corbeta que se calculó ser la O'Higgins por la inmensa distancia a que estaba de tierra. Era probable que esta corbeta trajese noticias del Sur e instrucciones al almirante chileno. Durante la tarde i en la noche, nada de nuevo ocurrió que merezca llamar particularmente la atención. E l dia de hoi amaneció bastante despejado i el h o r i z o n te claro. L o s buques enemigos estáu situados en el cabezo de la isla, escepto el Amazonas que estaba de servicio i hacia de crucero en la bahía. A las 11 A . M. la O' Higgins puso proa al Sur doblando el cabezo de la isla, perdiéndose de vista poco después. E l Blanco se encontraba bajo el cabezo de la isla con el Tolten i Matías Cousiño. E l Amazonas, Aligamos, Pilcomayo i Huáscar formados en línea, acortaron las distancias sobre tierra, evolucionando lentamente. E l Huáscar estaba a la cabeza de la línea, se hallaba frente al promedio de la rada. P o c o después apareció la O'Higgins al Norte de la Horadada, navegando con dirección a la Punta por el Mar Bravo. Estos movimientos de los buques del enemigo no pasaron desapercibidos de tierra. Todo el mundo sospechó un ataque. A la 1 . 3 5 P. M. el Huáscar hizo dos disparos con dirección al dársena, siendo uno corto i otro que fué a caer a la población. A la 1 . 3 7 P. M. la Pilcomayo rompió sus fuegos sobre la plaza haciendo dos tiros, de los cuales uno.fué a caer al dársena i el otro a 4 0 metros de la Amo.

PACIFICO.

Todo el mundo corrió a sus puestos, cubriéndose las baterías con sus respectivas dotaciones i resonando el toque de zafarrancho en todos los buques. La (J Higgins por la Mar Brava, rompió sus fuegos sobre la población, disparando también sobre los buques atracados al dársena. El Angarnos, Amazonas, Pilcomayo i Huáscar, hacían fuego sobre la población, los-dos primeros cou largo intervalo de tiro a tiro, i los últimos cou frecuencia. Las bombas que arrojaban caian casi todas sobre la población, i algunas cerca de nuestros trasportes. De los fuertes Santa Rosa, Mauco-Capac i torreón I n d e pendencia i batería de a 1 , 0 0 0 se les contestaba con cohetes. L a gran distancia a que estaban no permitía que los cañones de las baterías les alcanzasen con sus proyectiles. A d e m á s los buques enemigos colocados bajo el sol haciau muí difíciles las punterías de tierra. C o m o en el ataque del 2 2 , los buques enemigos se mantenían a nna distancia que no podían ser ofendidos, calculada en 6 , 0 0 0 metros con poca diferencia. Sin embargo, se internaron mas que en el primer ataque. Las baterías i buques de guerra contestaban a los disparos del enemigo, pero solo por pura fórmula, por mas que sus disparos fuesen buenos. El Blanco Encalada atacó la batería de a 1 , 0 0 0 de la Punta, haciendo 1 1 disparos, que fueron contestados sin que le alcanzasen los proyectiles de estos cañones apesar de sus buenas punterías. La Union rompió los fuegos sobre el enemigo cou sus colisas de popa i proa, la primera al mando del teniente 2 . ° señor Sánchez Carrion i la segunda al mando del alférez de fragata señor Carlos L. R o d r í g u e z . Los disparos de estos cañones fueron magníficos, apesar de que quedaban cortos por la gran distancia que mediaba entre la corbeta i los buques enemigos. E l entusiasmo era grande i se vivaba al P e r ú siempre que algún proyectil caia cerca de la corbeta. E l comandante Villavicencio i los segundos A l j o b i n i B e navides recorrían el buque animando a la tripulación, apesar de que ésta por sí s o l a n o necesitaba emulación para batirse con esa bizarría de que ha dado ya elocuentes pruebas. L a corbeta recibió tres proyectiles. U n o de ellos pasó tanjente al trancauil de la toldilla de estribor haciendo esplosion en la sala de armas, rompiendo sus mamparas, yendo a clavarse en el camarote del comandante, averiando por c o m p l e t o la ropa de éste. U n o de los cascos destrozó el marco i rompió el vidrio de un cuadro en que había una imájen de Santa Rosa i que estaba colocado en el camarote del comandante, pero no ofendió la imájen. A l " M a l c r i a d o , " el cañoucito mimado, nu casco de bomba le llevó el t o m i l l o de elevación. Otro casco de b o m b a atravesó la batayola llevando el n ú m e r o del c a ñ ó n 12 de la batería de babor. La j a r c i a del palo de mesana fué destrozada p o r u ñ a bomba. C a y ó también un casco en la despensa. A l g u n a s b o m b a s cayeron en la plataforma del dársena frente a la corbeta sin ocasionar averías d e gran importancia. Los daños recibidos por la corbeta n o s o n de importancia. Salieron heridos los marineros Vargas, Ferré, Mendrel e Hilere; h a b i e n d o el primero p e r d i d o u n brazo. Nuestra corbeta, que en t o d o s los ataques h a sido el blanco del e n e m i g o , c u y o deseo es hundirla, siempre sale airosa i c o n heridas honrosas pero n o mortales. Felicitamos a su valiente c o m a n d a n t e i a sus dignos jefes i oficiales. A b o r d o del Oroya h a n c a i d o c i n c o b o m b a s . U n a de ella h a roto el arandel del trinquete en la jarcia de estribor. Otra h a caido en la mesa de g u a r n i c i ó n del palo mayor.


CAPITULO

H a n salido heridos el calafate Chanabat i el marinero Arcelles. E n el Rimac u n casco de b o m b a h a h e c h o u n agujero •en la mura de estribor. E l sesto disparo del Huáscar cayó abordo del Saucy Jack, e c h á n d o l o a pique. Este b u q u e era una presa del Huáscar en una de sus escursiones al Sur. U n a b o m b a echó a p i q u e un bote del Limeña, saliendo herido el guardia-marina señor A r b u l ú . E l p o n t ó n Marañon recibió también un casco d e b o m b a , que le abrió una brecha cerca de la escala de estribor. D e s d e el torreón de señales del dársena h e m o s p o d i d o seguir las evoluciones de los buques enemigos, apesar de q u e el sol, en las últimas horas del c o m b a t e , n o dejaba verlos bien. El alférez de fragata señor F e d e r i c o E. Matos, de la d o tación de la corbeta Union, observaba el m o v i m i e n t o d e los b u q u e s enemigos desde este sitio. L o s señores L e o p o l d o O y a g u e i Guillermo F r e u n d , d e guardia, i R o s e n d o Meló de víjia, ayudaban a contar los tiros del e n e m i g o . Hasta el ú l t i m o disparo, los tiros fueron 386. E l Blanco se retiró a la i . 4 2 P . ' M . L a CHiggins cesó de hacer fuego a las 2.20 P. M . E l blindado se replegó al cabezo i la O'Higgins se aguantó sobre su máquina, al Norte de la Horadada. Las averías recibidas en los buques no son de importancia. Los heridos apenas alcauzan a 9. A las 4.6 P. M . el Huáscar hizo dos tiros. Desde este m o m e n t o el combate toma un aspecto calmoso. Parece una broma. Los buques enemigos hacen fuego, i se les contesta de tierra inmediatamente. Parece que se disputa al que ha de disparar el último cañonazo. L o s buques enemigos se hallan en el siguiente o r d e n : Bilcomayo, Aligamos, Amazonas i Huáscar. Se retiran en orden al Sur. A las 5.14 P. M., el monitor Atahualpa salió de la fosa donde estaba fondeado, dirijiéndose al medio de la bahía. La Bilcomayo puso proa al Sur i poco después viró al Norte. .En seguida vino lentamente sobre el monitor, regresando después al Sur. E l monitor fué hasta frente al dársena regresando enseguida. Los buques enemigos se retiraron al cabezo de la isla. Los últimos disparos fueron hechos de la batería de a 1,000. H e m o s tenido un simulacro un poco mas serio que el del 2 2 del mes pasado. I nada mas. A este paso es probable que se pasen muchos meses para que el enemigo pueda destruir el Callao i nuestros buques. A n o t o estos detalles aprisa, ofreciendo para mañana consignar aquellos que no he podido conseguir ahora. Saludando a Ud., señor director, soi su afectísimo i seguro servidor. M.

F.

HORTA.

541

OCTAVO.

prorogable de o c h o dias, para que los b u q u e s mercantes i neutrales desocupen el fondeadero. H a g o presente a V . S. que mis instrucciones m e i m p o n e n el deber de impedir, en cuanto m e sea posible, el servicio de este ferrocarril, i haré fuego sobre él siempre que lo vea en m o v i m i e n t o . Las agresiones q u e desde tierra se intenten contra esta u otra nave del bloqueo, m e obligarán a romper el fuego sobre la p o b l a c i ó n sin aviso previo. D i o s guarde a V. S. JORJE

MONTT.

Al señor Jefe militar i civil de Ancón. COMISARÍA DE ANCÓN.

Mayo 11 de 1880. Señor Comandante: R e c i b í su atenta de la fecha, a las 3 P. M. por c o n d u c to del señor teniente 2. ° de esa armada d o n Carlos Herrera, en la que c o m u n i c a que por orden superior, viene a establecer el b l o q u e o de este puerto i caletas v e cinas, c o n c e d i e n d o u n plazo por el improrogable término de o c h o dias, a fin de que todos los b u q u e s mercantes i neutrales puedan desocupar el fondeadero, h a c i e n d o t a m bién presente que según sus instrucciones, le i m p o n e n el deber de impedir el servicio del ferrocarril, i que hará fuego sobre él siempre q u e funcione. C o m o la notificación de V . S. contiene u n p u n t o d u d o s o , pues dice que las fuerzas bloqueadoras harán fuego sobre el ferrocarril si éste funciona, pero no espresa c u á n d o , si durante o después del plazo, dígnese aclarar este punto,q u e es en mi c o n c e p t o de suma importancia. D i o s guarde a V. S. FRANCISCO Al señor Comandante de la corbeta

J.

ARANA.

O'Higgins.

C O M A N D A N C I A D E LA CORBETA

"O'HIGGINS."

Rada de Ancón, Mayo 13 de 1880. Señor: La nota en q u e m e acusa recibo de la que le dirijí c o n fecha de ayer notificándole el b l o q u e o de este puerto, s o licita una aclaración sobre si el plazo de o c h o dias c o n c e d i d o a los buques mercantes i neutrales para dejar el f o n deadero, se estiende o n o al libre tráfico del ferrocarril. Conforme a las instrucciones q u e tengo, d e b o hacer efectiva la suspensión de los trenes, desde el dia de la n o tificación del b l o q u e o ; sin embargo, en obsequio de los neutrales, durante el plazo señalado p o d r á n traficar los carros, previo aviso anticipado de los dias i horas de salida. D i o s guarde a V . S. JORJE

MONTT.

Al señor Jefe militar i civil de Ancón.

Rada de Ancón, Mayo 13 de 1880. Señor: T e n g o el h o n o r d e c o m u n i c a r a V . S. que he recibido instrucciones para permitir el tráfico del ferrocarril d u rante el plazo c o n c e d i d o a los buques neutrales para d e j a r el puerto. D i o s guarde a V. S. JORJE

MONTT.

Al señor Jefe militar i civil de Ancón.

IX.

X.

Bloqueo de Ancón.

Nota del jeneral Campero, dirijida desde el teatro de la guerra, al Secretario de Estado, doctor Ladislao Cabrera i contestación de éste.

COMANDANCIA DE L A CORBETA

Rada de Ancón,

"O'HIGGINS."

Mayo 11 de

EL PRESIDENTE D E BOLIVIA

1880.

Señor: V e n g o por o r d e n superior, a establecer el b l o q u e o de •este p u e r t o i caletas vecinas, c o n c e d i e n d o u n plazo i m -

Campamento

en el Alto

E N CAMPAÑA.

de la Alianza,,

Mayo 15 de 1880.

Señor: Con amarga estrañeza he leido en el número 23 del R E -


542

GUERRA

DEL

O F I C I A L nn decreto espedido por U d . , c o m o jefe a c cidental del Poder Ejecutivo, en 30 del mes p r ó x i m o pasado, cambiando el punto, deliberadamente designado por mí, para asiento de la p r ó x i m a Convención Nacional. Cuando las altas exijeucias de la guerra me obligaron a venir a este cuartel jeneral, delegué, en el señor Secretario Jeneraldel Estado, el mando Supremo de la República, para atender a los negocios urjentes eme, antes de la instalación del parlamento, pudieran ocurrir; pero no fué mi inteuto, ni nadie pudo suponer, que quedase aquél investido de una potestad tan omnímoda que aun pudiera contrariar i destruir las determinaciones serenas, reflexivas, de su delegante. JISTRO

L a convocatoria a Oruro, ha sido de mi parte, un acto concienzudo, inspirado por consideraciones del mas puro patriotismo i por fundadas previsiones que el tiempo j u s t i ficará. Firmemente sostenida por mí, al través de t o d o j é nero de influencias contrarias, constituía una de las m e d i das características de mi administración. L a República toda, sabia que la conveniencia de las sesiones del p r ó x i m o parlamento en aquel tranquilo centro, era de mi íntima convicción. E s , pues, clásicamente refractario, de uno de los puntos mas meditados de mi programa gubernativo, el decreto de 30 de A b r i l ; siendo esto tanto mas sorprendente, cuanto que la convocatoria a O r n r o f u é un mandato c o r roborado i sellado por la firma de U d . m i s m o , puesta al lado de la mia, I si ese decreto envuelve, por sí solo, el abuso de una grande e ilimitada confianza;el mandatario que llamó a U d . c o m o colaborador de una política franca i honrada, aun tiene que dirijirle un cargo, mas grave si se quiere, el del p r o fundo disimulo con que le ha velado U d . su pensamiento. I en efecto, señor Secretario Jeneral, ¿por qué, en el largo espacio de tres meses, no me insinuó Ud., ni siquiera una vez, las consideraciones que hoi ha querido U d . p r e sentar c o m o conclnyentes? ¿ P o r qué, tanto en Oruro c o m o en La P a z , habló U d . siempre c o n m i g o en el supuesto de que la Convención se instalaría en aquella c i u d a d ? ¿ P o r q u é no me propuso U d . con lealtad, una observación siquiera, cuando en el momento mismo de venirme, le dejaba el especial encargo de dictar con la debida anticipación todas las medidas conducentes a la reunión de la Convención en Oruro; encargo repetido en la carta que dirijí a U d . de Santiago de Machaca i reiterado todavía en comunicación oficial, a mi arribo a este cuartel jeneral? I mal podría alegarse c o m o escusa el c a m b i o en la situación, puesto que la c o n d i c i ó n bélica de la R e p ú b l i c a es hoi idéntica a la que tenia en 8 de Febrero, puesto q u e los fundamentos del decreto n o estriban en h e c h o s sobrevinientes. Los considerandos todos son argumentos altam e n t e desarrollados, y a por la prensa, ya mediante cartas particulares, así c o m o en conferencias tanto oficiales c u a n to privadas desde el m o m e n t o m i s m o en que subí y o al p o d e r i quedó U d . encargado de la secretaría jeneral: i esos argumentos, abiertamente he c o m b a t i d o i refutado y o en repetidas discusiones c o n t o d o j e n e r o de personas. Esto, señor Secretario Jeneral, n o lo ignora U d . , i es de notoriedad pública. Cuando veo que U d . afirma en los considerandos del decreto: "que no p u e d e el G o b i e r n o cumplir su p r i m o r dial obligación de actualidad, llevando a c a b o la c o n v o c a toria a Oruro," m e ocurre espontáneamente una disyuntiva, cuyos términos considero igualmente incompatibles con los elevados atributos de un h o m b r e de estado. O Ud., señor Secretario Jeneral, se ha apercibido ahora no mas, al término de nuestra administración, del m e d i o único con que p o d í a m o s llenar la sagrada misión que los pueblos impusieron al G o b i e r n o de Enero; o, h a b i e n d o apreciado la situación, desde un principio, de la manera que se revela por el decreto de 30 de A b r i l , n e g ó a U d . estudiosamente un consejo sano i o p o r t u n o al g o b e r n a n t e que por entero, se había librado a las luces i patriotismo de U d . N o quiora U d . decir, señor Secretario Jeneral, que h u -

PACIFICO.

biese tenido u n rechazo intransijente de mi parte, a sus indicaciones. Consta a U d . , que el mandatario de E n e ro se precia de ser, mas que t o d o , accesible a toda o p i nión, a t o d o c o n s e j o bien intencionado. Pero, aun s u p o n i e n d o q u e hubiese tenido U d . m o t i v o para temer una brusca denegación del Presidente, cual sucedería acaso en otras administraciones, correspondia a U d . , en t o d o caso, formular c o n claridad su parecer. Manifestada la o p i n i ó n , espuesto el consejo, habia q u e d a d o c u m p l i d o el deber del Ministro. Si después estallase diverjencia grave entre éste i el Presidente sobre cuestión relativa a una " o b l i g a c i ó n primordial del G o b i e r n o , " quedaba la s o l u ción estrema q u e nuestras prácticas políticas tienen establecida; la dejación de la cartera. Esta dimisión, c o n c i l i a ba la autoridad del Jefe S u p r e m o c o n la i n d e p e n d e n c i a d e opiniones i la d i g n i d a d personal de su Ministro. A s í lo tiene consagrado la moral política. E m p e r o , si el convencimiento de la necesidad espresada en el. decreto de llamar la Convención a la Paz nació en U d . después de recibida la delegación de 14 de A b r i l , se abrían a U d . , para definir la cuestión, dos vías igualmente satisfactorias; consultar al delegante, o esponer las apreciaciones todas de los considerados ante la soberana Convención, para que ella resolviese, aunque fuera en su misma sesiou inaugural, la traslación de su asiento a la ciudad de la Paz. Así, habrían quedado en relieve la consecuencia del ministro, la fidelidad del delegatario i el respeto sincero del Gobierno a la volmitad desembarazada del parlamento. E l desimnlo de que vengo quejándome, lo ha sostenido U d . hasta el fin. L a convocatoria a la P a z fué resuelta en consejo de gabinete el 22 de A b r i l , según lo comunica un ministerial a la correspondencia de Cochabamba nútn... Varios empleados d é l a secretaríajeneral, habían anunciado también aquel recuerdo a sus amigos de este cuartel j e n e ral, U d . por primera vez, me habla del asunto en su carta de 29 de A b r i l , víspera de la fecha del decreto: en ella me manifiesta Ud. vacilación, motivada por insinuaciones de los diputados de Cochabamba, Sucre i Potosí en el sentido del decreto, que indudablemente, estuvo ya redactado en ese dia. A s í c o m o antes del 30 de Abril, me habia ocultado el señor Secretario Jeneral, bajo la mas sijilosa reserva, sus miras relativas al asiento cíe la Convención, en sus c o m u nicaciones posteriores a aquella fecha, solo me da escusas rebuscadas i contradictorias; pues si en su comunicación del 29 me hablaba esclusivamente de la insinuación de los diputados de Cochabamba, Sucre i Potosí, en las s u b siguientes, simplemente asevera haber sido inducido a dar el decreto aludido, por la conducta sospechosa del jeneral Flores. N o me detendré a inquirir de qué manera la convocatoria a La Paz pudiera frustrar las maquinaciones (reales e imajinarias) del jeneral Flores. Mas, c o m o en ninguna de las comunicaciones que me dirijo el señor Secretario Jeneral, hace ni siquiera una leve referencia a las razones espuestas en los considerandos del decreto, me es forzoso pensar: o que son artificios, o una mera esensa, un recurso escojitado para calmar mi justa sorpresa. De todos modos, se deja notar falta de sinceridad para con el país, o para conmigo. Si efectivamente ha desobedecido el jeneral Flores, bajo frivolos protestos las órdenes del Gobierno, este hecho será nna calamidad mas que pese sobre la nación: tanto mas deplorable, cuanto que irá apoyado por el funesto ejemplo que desciende, desde el 30 de A b r i l , de las rejiones de la secretaría jeneral encargada del Poder Ejecutivo. Mni atribulado quedaría mi espíritu, si en el fondo de todo esto llegara a encontrarse en lo sucesivo el fermento de celos recíprocos entre nuestros hombres en quienes deposité toda mi confianza política; celos tan perniciosos i que podrían traer tan fatales resultados c o m o los que tuvieron .'angustiado al noble vecindario de L a Paz, en los meses de Enero i Febrero últimos.


CAPITULO

Proponiéndome investigar la causa eficiente del decreto de 30 de A b r i l , acaso no encontraría otra que el vivo anhelo de complacer ciertas exijencias, con el designio de conquistar nuevos adeptos. A robustecer semejante apreciación concurren otros h e chos en que el señor Secretario Jeneral ha tenido bastante sagacidad para dejarme a mí la parte enojosa, reservándome la que pudiera proporcionarle a él reputación de b e nignidad. E n Ornro, suspendió la ejecución del reo D o m i n g o V a r gas, comprometiéndose a hacerle llegar a la P a z e interceder por él, ante mí. L a austera observancia del deber m e hizo ordenar el cumplimiento de la sentencia pronunciada en Ornro, i V a r g a s fué ajusticiado en la P a z . Cuando hice la delegación de 14 de Abril seguíase proceso contra varios de los malos bolivianos que hirieron i escarnecieron a la patria con el nefaudo golpe del 12 de Marzo. F u é una de las principales instrucciones que dejé al delegatario, la de dar rigurosa ejecución a la leí i a l a s sentencias que se pronunciasen. E l ayudante mayor del batallón Btastillos es condenado a muerte. Nueva ocasión presentarse al señor Secretario Jeneral, de ser fiel ejecutor de la lei, o simplemente dispensador de favores: opta por lo segundo dando mérito a la recriminación que contiene el 88 de la discusión de Potosí, i lo que es m a s , sancionando la cuasi impunidad, puesto que la conmutación de la pena no se ha hecho con la de presidio, que "íra la que por derecho correspondía, sino tan solo con la de destierro. A h o r a bien, este c o n j u n t o de actos i las lójicas consecuencias que de ellos se derivan, constituirán al suscrito, si llevase a c a b o su anunciado regreso a la patria, en u n dilema c i ^ o s estreñios a m b o s le son igualmente odiosos: o de arribar a la C o n v e n c i ó n c o n el m i s m o Secretario J e neral que ha desvirtuado su política, cosa q u e le haria aparecer a la faz do la nación cual dócil, instrumento de éste; o de correj ir, tarde ya, la inconsecuencia de su c o laborador, orijinando talvez disturbios en el seno de una R e p ú b l i c a c o m o la nuestra tan propensa a los s a c u d i m i e n tos del ciego proselitismo. A n t e tan ineludible alternativa, i en víspera y a do la reunión de los representantes del pueblo, que c o n su elev a d o poder, sabrán remediar los intensos males de la situación, n o vacilo en permanecer en esto c a m p a m e n t o , en el que m e retiene, por otra parte, la inminencia de u n c o m b a t e decisivo. D e aquí dirijiré a la C o n v e n c i ó n un breve mensaje, c o n c r e t á n d o m e en él a resignar el poder que transitoriam e n t e m e fué conferirlo. I anexaré a eso d o c u m e n t o el presente oficio, para que conste mi desaprobación esplícita de los actos en él indicados, de los que n o debo hacerm e solidario, d e j a n d o a U d . solo, la responsabilidad o el m é r i t o que de ellos dimane. P o r lo domas, U d . c o m o Secretario Jeneral i delegatorio clel Poder E j e c u t i v o , i los señores oficiales mayores, darán a la representación nacional la cuenta circunstanciada q u e es de estilo. Dios guarde a Ud. NARCISO

CAMPERO.

Al señor Secretario Jeneral tle Estado, encargado accidentalmente del Poder Ejecutivo, doctor Ladislao Cabrera.

SECRETARÍA J E N E R A L D E ESTADO.

La .Paz, Mayo 29 de 18S0. Señor: N o sin tranquila deliberación, tengo la honra de c o n testar al oficio de 15 del corriente que se ha servido U d . dirijirme, relativo al decreto supremo espedido en 30 del mes de Abril, señalando c o m o asiento de la C o n v e n c i ó n N a c i o n a l esta c i u d a d d e la Paz; oficio en el q u e h a creído de su deber afirmar: que al investirme del P o d e r E j e c u t i v o de la R e p ú b l i c a , n o fué su intento atribuirme potestad tan o m n í m o d a , q u e pudiera contrariar i destruir sus determinaciones serenas i reflexivas, c o m o la del se-

OCTAVO.

543

ñalamiento del lugar de sesiones, pues que la c o n v o c a c i ó n a Oruro habia sido de su parte un acto c o n c i e n z u d o , inspirado por consideraciones del mas p u r o patriotismo i por fundadas previsiones a incidentes de administración que n o habían estado en armonía c o n el pensamiento del delegante del poder. Lectura pública de una copia autentizada del referido oficio, ha sido dada en la sesión de la C o n v e n c i ó n N a c i o nal del 25 d e los corrientes, c o m o a n e x o al mensaje d e U d . q u e tuve la honra de leer. Sin este incidente no habria d a d o publicidad a esta contestación. C o n la sinceridad q u e caracteriza mis actos, sin p r e tensión de otro j e n e r o q u e n o sea la verdad espresada c o n buena fe, tanto en principios c o m o en h e c h o s , m e permito contestar c o n sentimiento de emitir justas c o n t r a d i c ciones. N o m e habria sido d a d o aceptar la delegación del m a n d o supremo, bajo la c o n d i c i ó n del tutelaje, que destruye la responsabilidad, abre c a m p o a la arbitrariedad i establece la dualidad de G o b i e r n o , que tan i m p r o b a d a fué c u a n d o el j e n e r a l Daza partió a dirijir la guerra. A c e p t é el puesto m o d e r a n d o en lo posible la esfera de mis atribuciones c o m o j e r e n t e del Poder E j e c u t i v o , sin poner en discordancia, i si mas bien ensanchando las que privativ a m e n t e pertenecen al Capitán Jeneral del ejército en campaña. T a n cierto es esto, que siento tener que recordar c o m o antecedente necesario, q u e n o acepté la redacción primitiva clel decreto en que se m e hacia esta delegación, i que U d . hizo justicia a mis observaciones. N i el d e r e c h o p ú b l i c o , ni las conveniencias especiales del estado, p o d r á n desnudar al Poder E j e c u t i v o g o b e r nante de las facultades que le c o m p e t e n . Las medidas administrativas tienen que seguir el c a u c e que las necesidades abren, i m u c h a s veces la q u e ayer se cveyó necesaria es perniciosa o i m p o r t u n a hoi dia. E n este m o v i m i e n t o i fluctuación el acto administrativo es fruto de la actualidad, de las necesidades i conveniencias que se presentan a cada m o m e n t o . E n plena posesión de mis atribuciones, en ejercicio de una facultad puramente administrativa, decreté en 30 de Abril la reunión de la asamblea c o n v e n c i o n a l en esa c i u dad; porque trasladado el Gobierno a Oruro, no habria p o d i d o atender a las exijencias de carácter urjentes señaladas por el m i s m o director de la guerra, pues n i n g ú n recurso financial ofrecía aquel pueblo. Las c o m u n i c a c i o n e s privadas del señor Capitán Jeneral espresando satisfacción d e mis procedimientos en L a Paz, prueban mui alto la necesidad de residir en ella. Sin esta medida, el ejército boliviano habria d o b l a d o sus penalidades i sufrido d e c e p c i o n e s sus abnegados directores. Las mismas vacilaciones hasta el m o m e n t o de mi d e terminación, son c o m p r o b a n t e de la l u c h a en que m e encontraba d e continuar c o n el señalamiento del lugar en Oruro, c o m o se decretó en F e b r e r o , atentas las c i r c u n s tancias de entonces, o la de fijarla en La Paz, en presencia de la precipitación de los acontecimientos de la guerra, de la d e m a n d a de la opinión pública i de la aquiescencia de gran parte de los diputados del interior i u n a n i m i d a d de los de este departamento. La ilustración del p u e b l o d o La Paz, que h a c o n d e n a d o el desborde de tropas desorganizadas, sostiene el orden p ú b l i c o i garantiza la libertad i la d i g n i d a d de los h o n o r a bles representantes; i p u e d o asegurar al señor Capitán Jeneral, que la m e d i d a i m p r o b a d a será de proficuos resultados. Por manera, q u e la causa eficiente del decreto de 30 de Abril, n o ha p o d i d o ser sino una política c o n f o r m e c o n la situación del país i n o el vivo anhelo de c o m placer ciertas exijencias c o n el designio de conquistar adeptos. N i para conseguir tan reprobado objeto, he p o d i d o d e j a r la parte enojosa de algunas resoluciones al Presidente


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DEL

Provisorio, durante su ejercicio en el poder administrativo. L a ejecución del reo D o m i n g o Vargas, n o h a sido sino la consecuencia de la j u s t i c i a practicada por sus lejítimos trámites, sin que recaiga la m e n o r responsabilidad en el Gobierno. L a c o n m u t a c i ó n de pena del reo A d o l f o M e n d o z a n o fué sino emerjente del proceso, q u e así lo reclamaba, i que bien analizado, hace de la conmiseración i del derec h o de gracia, una verdadera justicia. La c o n m u t a c i ó n en destierro i presidio está consagrada en la lei, así c o m o la facultad de otorgarla. Los demás delincuentes del nefando h e c h o del 12 de Marzo, c o m o lo espresa el señor Capitán Jeneral, aun está sub judice, pues la jurisdiscion dividida en militar i ordinaria, ha separado los procesos. La i m p u n i d a d de los criminales atribuida al Ejecutivo accidental está desnuda de t o d o dato. Demasiada diferencia hai entre las instrucciones del Presidente Provisorio, que deja al P o d e r E j e c u t i v o m i l i tante en la República, que entrega a su leal i libre criterio apreciar su ejecución, i las órdenes que el G o b i e r n o da a sus subalternos para obedecerlas ciegamente. Las dadas al jeneral Flores debian ser obedecidas en el Sur, i si n o lo fueron, c u m p l i ó a la lealtad del G o b i e r n o accidental, ponerlo en acto privado en c o n o c i m i e n t o del Capitán Jeneral, m u c h o mas cuanto que era materia pertinente a la guerra. L a C o n v e n c i ó n Nacional a la q u e s o m e t o mis actos n o p o c o numerosos i c o m p l i c a d o s durante m i administración delegada de cuarenta dias, sabrá apreciarlos c o n la sabiduría i rectitud que la caracterizan, aceptando de m i parte la responsabilidad moral i legal que el b u e n sentido i las leyes h a c e n gravitar sobre el ciudadano que sabe sacrificarse por sus c o n c i u d a d a n o s , i desempeñar la primera majistratura de Estado, sin mas a m b i c i ó n que la gloria. A l dar término a esta para mí tan dolorosa contestación, m e lisonjea la esperanza de que ella n o será parte a alterar nuestras tan sinceras i buenas relaciones, i que, lejos de eso, el amor a la patria que nos unió en T o m a ve, n o se olvidará en el porvenir. Por mas que intrigas de mala lei se p r o p o n g a n alejarnos u n o de otro, en perjuicio de la defensa nacional, para m í el señor jeneral Narciso Campero j a m á s dejará de ser el honrado mandatario, el hábil jeneral i el leal caba1 lero. Dios guarde a Ud., señor. LADISLAO

CABRERA.

Al señor Capitán Jeneral, Presidente de Boüvia i Supremo Director de la guerra.

Calacoto,

Junio 2 de

1880.

Señor don Ladislao Cabrera,—La Paz.

Mui estimado amigo: El final del oficio de Ud., d a d o el 29 de m a y o p r ó x i m o pasado, en contestación al m i ó de 15 del m i s m o , i los breves pero espresivos i nobles c o n c e p t o s de su carta, f e cha 31, n o solo m e reconcilian c o n el colaborador, sino que m e obligan a reparar, en lo posible, la dureza de mi citado oficio. N o crea U d . que él hubiera sido m o t i v a d o por alguna intriga; nó, fué un arranque de la viveza propia de mi carácter i de m i austeridad, tal vez excesiva, en la aplicación de ciertas reglas a la c o n d u c t a política. Esta franca, sincera declaración satisface a Ud., ¿no es verdad, a m i g o mió? pues adelante: d o b l e m o s esa hoja i h a g a m o s ver que, desacuerdos del m o m e n t o , n o p u e d e n alterar de m o d o alguno las buenas relaciones q u e e m p e z a m o s a cultivar, desde el seno del desierto, m u c h o menos en las horas de desolación para la patria. Con esta misma fecha h a g o a uno de nuestros c o m pañeros el encargo de publicar por la prensa el c o n -

PACIFICO:

tenido de la presente, c o m o testimonio d é l a particular consideración i estima q u e a U d . profesa, ahora c o m o antes, su afectísimo e invariable a m i g o i c o m p a ñ e r o . NARCISO

CAMPERO.

XI. Itlensnje del Jefe Snpremo de Bolivia a la Convención Nacional. Honorables representantes: L a evolución iniciada por el ejército boliviano de Tacna el 27 de Diciembre ú l t i m o , aceptada i llevada a cabo con patriotismo por todos los ciudadanos, restituye a la nación el pleno ejercicio de su soberanía. Despertó Bolivia i se levantó pujante para continuar la guerra esterior que parecía ya iusosteuible, i echar los j é r meues de su rejeneracion política. Ese doble voto emitieron los comicios de Enero e i n v o caron para su cumplimiento la reunión de una Conveucion Nacional, encargándome interinamente la jerencia de la c o sa pública. La aspiración de los pueblos está satisfecha, I hoi que os congregáis representando la soberanía nacional, c ú m p l e m e , fiel a mi palabra, resignar en vuestras manos la majistratura suprema. E n 19 de Enero acepté el mando de los pueblos, i lo he desempeñado procurando satisfacer las tres principales exijeucias de la situación: Mantener la paz dentro de la R e p ú b l i c a ; Impulsar la guerra contra C h i l e ; I consolidar los vínculos de fraternal alianza con la n a ción peruana.. A la consecución del primero de estos fines, se ha encaminado la política espansiva de mi Gobierno, en el que los partidos políticos han tenido igual cabida, A l m i s m o designio han concurrido los decretos que han entregado al municipio la distribución de los destinos p ú blicos i creado en todos los departamentos órganos autorizados de la opinión pública para ilustrar al Gobierno. Mas de una vez se me han dirijido actas populares e insinuaciones de personajes respetables induciéndome a investirme de la dictadura; fiel a las condiciones con que el pueblo me confió el poder i a los compromisos contraidos por mi parte, sin vacilación he rechazado la investidura dictatorial. Esta leal conducta ha sido, indudablemente, una de las mas firmes garantías del orden. Rivalidades encarnizadas de jefes de cuerpos i bajas aspiraciones tenian en sobresalto a la ciudad de La Paz. A b r i gaba el Gobierno la esperanza de que la política conciliadora que había desplegado, seria bastante para despejar ese tempestuoso horizonte i proporcionó a aquéllos la ocasión de ir al teatro de la guerra esterior, donde pudieron ostentar su bravura. E l l o s , empero, prefirieron obrar en el sen tido de sus aspiraciones personales, aun a riesgo de incurrir en la nota de traidores a la patria, i consumaron la felonía del 12 de Marzo. Mi proceder c o m o mandatario debia corresponder a la magnitud de la confianza que se me habia dispensado. Penetrado en este sentimiento, afronté los peligros en que me vi envuelto en el aleve i súbito ataque de los rebeldes, fué en v » n o : ellos lograron quedar dueños de la ciudad, aunque pasajeramente. r

H o i , depurada la R e p ú b l i c a de sus desnaturalizados hijos, g o z a de reposo. Para engrosar nuestro ejército hacíase necesario poner en planta la L e i de Conscripción Militar de 1875. El G o bierno se apresuró a ejecutarlo. A fin de inspirar confianza al s o l d a d o , era menester mostrarle asegurada su propia subsistencia o la de su familia, caso d e quedar inválido o m u e r t o en los c a m p o s de batalla. Se h a provisto equitativamente a esta necesidad c o n u n decreto sobre pensiones i m o n t e p í o s . La guerra n o solo nos p i d e h o m b r e s : reclama graneles elementos i erogaciones injentes. Y es por esto, que el G o -


CAPITULO

bierno h a establecido economías en el servicio político i sancionado impuestos nuevos, rejidos por los principios de la ciencia i por las indicaciones uniformes de la opinión. G o b i e r n o creado por la guerra i para la guerra, debia p o s p o n e r l o todo a los preferentes intereses de ella. Presentóse un dia c o m o absolutamente indispensable la presencia del Presidente de Bolivia en este teatro de operaciones militares. Gozaba la R e p ú b l i c a de perfecta tranquilidad en el interior; las sesiones de la C o n v e n c i ó n Nacional h a bian sido aplazadas, c o m o consecuencia necesaria del trastorno del 12-de Marzo; n o vacilé, pues, en acudir al puesto que las circunstancias m e señalaron; i el 14 de A b r i l dejé el asiento del G o b i e r n o , delegando el poder en el señor Secretario Jeneral de Estado. Llegado y o a T a c n a el 19, los señores contra-almirante d o n Lizardo Montero i coronel d o n E l e o d o r o C a m a c h o , creyeron de rigor s o m e térseme, en virtud del p r o t o c o l o firmado en Lima el 5 de M a y o de 1879. D e s d o entonces d e s e m p e ñ o las funciones de Jeneral en Jefe del ejército unido. La alianza del Perú estuvo un m o m e n t o vacilante a causa de los hechos de San F r a n c i s c o i de Camarones, cuya celebridad m e escusa de entrar en detalles. Las actas populares de Enero, en las que se acentúa el anhelo del p u e b l o boliviano por conservar i robustecer su alianza con el del Perú: la aspiración j e n eral mente manifestada por los órganos periodísticos hacia la Confederación Perú-boliviana; la cordialidad de nuestras relaciones d i plomáticas, esmerada i recíprocamente cultivadas en L i m a por el cscelentísimo señor Piérola i nuestro solícito ministro el d o c t o r Z o i l o Floros, i en La Paz por el G o b i e r n o i d i g n o ministro del Perú señor Enrique Bustamante i Zalazar; el ahinco del G o b i e r n o por hacer llegar a territ o r i o peruano los batallones Bustillos, Oruro, Victoria i Muriilo; el envió de la quinta división i su o p o r t u n o arribo a esto cuartel jeneral; la activa organización do nuevas fuerzas tanto en ol Sur c o m o en el centro i N o r t e do la R e pública, son hechos que no solo han restablecido la m u t u a confianza do a m b o s pueblos aliados, sino que los han a p r o x i m a d o i estrechado mas íntimamente, I creo espresar la verdad d i c i e n d o que mi incorporac i ó n en el ejército unido do Tacna, es un último eslabón que h a venido a fortalecer la unión de Bolivia c o n el Perú, que a la c o m u n i d a d de oríjen i do tradiciones, agregan hoi la fraternal alianza del vivac; puesto que en el c a m p a m e n t o so encuentran interpolados cuerpos peruanos c o n cuerpos bolivianos; puesto (pie se ve a los oficiales de ambos ejércitos animados del m i s m o espíritu i de unos mism o s sentimientos; i puesto que, finalmente, los jefes tratan entre sí c o m o en familia i c o a caballeroso interés los asuntos do la guerra. Los rápidos c o n c e p t o s que acabo de consignar son las sístesis do mi administración. La cuenta detallada, tanto de los actos que d e j o insinuados, c o m o de otros de o r d e n secundario, la rendirán mis colaboradores de gobierno. V i v a m e n t e he deseado concurrir, cu persona, al c u m p l i m i e n t o do ese deber, que tiene t o d o administrador de la cosa pública; mas los presajios de u n cercano i decisivo c o m b a t e c o n el e n e m i g o estacionado en Sama, a pocas leguas de este c a m p a m e n t o , así c o m o los m o t i v o s que c s preso en el a n e x o oficio dirijido al señor Secretario J o n e ral encargado del P o d e r Ejecutivo, m e i m p i d e n realizar aquel propósito. Pero bien se c o m p r e n d e que esta circunstancia n o m e sustrae al j u i c i o de residencia a que mis actos dieran lugar, considerando y o desde ahora c o m o un blasón para mi breve poro bien i n t e n c i o n a d o G o b i e r n o ol dar e j e m p l o de c i e g o s o m e t i m i e n t o a las decisiones de la Ciímara, Habría querido, asimismo, rendiros cuenta de m i m a n e j o c o m o c o m a n d a n t e jeneral de la quinta división, que ha sido objeto de tantas i tan variadas versiones. Mas, c o m o ella por su naturaleza debo ser m u i estensa i a c o m pañada de los numerosos d o c u m e n t o s del caso, que se h a llan en el Sur de la R e p ú b l i c a , tengo que c o n t e n t a r m e 'tono 11—09

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OCTAVO.

por ahora, c o n anunciaros que lo haré satisfactoriamente, tan l u e g o que m e lo permitan las atenciones de la guerra. Vasta, casi indefinida es la esfera de acción del actual parlamento. Concentrad, empero, vuestra principal a t e n ción, honorables señores, sobre el importante problema d e las finanzas. Vuestras determinaciones, en este orden, d e ben ser el alivio de la penosa actualidad de nuestra h a cienda i el jérmen de un próspero porvenir. La secretaría os proporcionará las cuentas i datos que necesitéis c o m o p u n t o de partida. L l a m o vuestra atención sobre la c o n d i c i ó n en q u e h a brán de quedar los jefes i oficiales de los cuerpos q u e en la desgraciada j o r n a d a de San Francisco abandonaron sus filas. F u e r o n sometidos a j u i c i o ; pero m u c h o s de ellos se encuentran militando hoi m i s m o en el ejército nacional. Permitid, honorables representantes, q u e al terminar el presente mensaje, repita las palabras q u e dirijí a la n a ción al aceptar el m a n d o s u p r e m o , palabras c u y o espíritu r e c o m i e n d o a vuestra alta consideración. " Q u e m i actual c o m e t i d o habrá terminado el dia en que la soberana asamblea e m p i e c e a ejercer sus augustas funciones i que desde ahora para entonces, retiro m i n o m bre de las ánforas electorales, penetrado c o m o estoi de la necesidad de traducir por fin a la práctica dos principios, sin c u y a observancia el sistema republicano seguirá siend o entre nosotros una ilusión, una mentira: hablo de la imperiosa necesidad de hacer ver patentemente, que el m a n d o normal de la R e p ú b l i c a n o es ni d e b e ser el patrim o n i o del h o m b r e afortunado que ha p o d i d o apoderarse de la fuerza armada; hablo también de la necesidad u r j e n t e de plantear do una vez e inexorablemente el principio de alternabilidad, por transitorio que haya sido el ejercicio del poder s u p r e m o . " Señores representantes: Rara vez habrá habido en Bolivia una asamblea tan libre o independiente c o m o la q u e formáis. E l oríjen del G o b i e r n o cesante; los principios i antecedentes del m a n datario q u e en vosotros resigna hoi el poder; la ausencia absoluta de fuerza armada en el lugar de vuestras sesiones; t o d o manifiesta, palmariamente la realidad de v u e s tra independencia. A medida do olla, será también vuestra responsabilidad ante la presente i futuras jeneraciones. D o vuestros acuerdos está pendiente la suerte, n o de una sino de dos naciones. Q u e Dios, protojiendo a Bolivia i la causa santa de las naciones abatías, os inspire sentimientos do j u s t i c i a i de verdadero patriotismo. NAUCÍSO

CAMPEUO.

C a m p a m e n t o dol ejército u n i d o , en el A l t o de la Alianza, M a y o 19 de 1880. •

XII. Fallecimiento del Ministro de la Guerra cu campaña, señor Kafael Sotomayor: telegramas, honores a su memoria i editoriales de la prensa. TELEGRAMAS. (De

E L D I A R I O OFICIAL del 22

de Mayo.)

E l Gobierno ha recibido el siguiente fúnebre telegrama que por desgracia confirma el contenido de otro anteriormente trasmitido: (A las 11.13 P. M.)

Iquique,

Mcvyo 21 de 1SS0.

" L a Magallanes acaba de fondear. E l comandante, de armas de Ite me encarga trasmitir a S. E. el siguiente parte del Jeneral en Jefe del ejército, que recibió ayer a las 0.30 P. M : En este m o m e n t o , las 5.10 P. M., hemos tenido la desgracia de perder al señor Sotomayor, Ministro de la G u e r -


GUERRA

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ra. Murió de nn ataque cinco minutos." Dios guarde a V . S.

D E L PACIFICO.

apoplético que le quitó la vida eu

H O N O R E S

A

L A M E M O R I A

INTENDENCIA

D E L S E Ñ O R

S O T O M A Y O R .

D E SANTIAGO.

LYNCH.

Santiago, Santiago,

Mayo 22 de 1880.

Señor Intendente de Valparaíso: Tengo el profundo sentimiento de anunciar a V . S. que el Jueves 20 a las 5 P . M . ha fallecido violentamente de un ataque apoplético en el c a m p a m e n t o de Yaras vecino a Bueuavista, el señor Ministro de la Guerra don Rafael S o tomayor. Pierde el país un eminente ciudadano i el Gobierno uno de sus mejores, mas intelijentes i mas abuegados ausiliares. Su fallecimiento deja en estos momentos un inmenso vacío en el ejército. SANTA

H a b i e n d o el telégrafo oficialmente trasmitido la tan inesperada c o m o "Sensible noticia d e la muerte d e l Ministro d e la Guerra e n campaña, d o n Rafael S o t o m a y o r , acaecida el dia 20 del presente en el p u e b l o de Yaras, c o m o u n a manifestación de sentimiento i d e pesar, p o r los grandes e importantes servicios prestados en la actual guerra p o r este eminente i patriota ciudadano, decreto: E l pabellón nacional permanecerá enarbolado a media asta e n todos los establecimientos i edificios públicos d e pendientes de esta intendencia en señal d e duelo p ú b l i c o . Anótese i comuniqúese.

MARÍA. Z.

(Recibido a las 11.40 P.

Enrique

Rodríguez, secretario.

Mayo 24.

E l comandante del Tolten dice por telégrafo: " E l señor Sotomayor fué atacado de apoplejía fulminante antes de comer. Inmediatamente fué atendido por el doctor Allende P a d i n ; i a u n cuando se le sangró en el acto, fué imposible salvarle. E l cadáver ha sido embalsamado. N o hai novedad en l i o . " LYNCH.

(Recibido a las 9 P. M . )

Santiago,

FREIRÉ.

M.)

Iquique,

Mayo 22 de 1880.

Mayo 26 de 1880.

Señor Ministro del Interior: Por el vapor Lima, que llega de Pisagua, he recibido una carta venida en el Tolten de don M . L i r o , fechada en Yaras el 2 2 . Estracto l o que sigue: " N u n c a podrá imajinarse U d . cuan profundamente c o n s ternados nos ha dejado la muerte de d o n Rafael S o t o mayor. Se nos fué en cinco minutos i cuando menos lo esperábamos, pues nunca habia estado mas contento. Y o , que hace veinte dias dormía en su cuarto, no noté alteración en su salud. El caso fué fatal. Atendido instantáneamente p o r Allende Padin, no hubo posibilidad de salvarlo. Tres suspiros de agonía fueron las únicas señales de v i da que dio desde su caída hasta su muerte cinco minutos después. Fué una apoplejía fulminante que lo mató c o m o de un balazo. L o qne consuela en medio de esta amargura es ver cnán querido era en el ejército. H e visto a casi todos los jefes del ejército acercarse al l e cho mortuorio con gruesas lágrimas en los ojos i manifestar dolor tan sincero c o m o profundo. H o i llevan el cadáver a Ite para depositarlo en el Covadonga i trasladarlo después al Cochrane hasta que el G o bierno resuelva lo que debe de hacerse. H o i se hizo un reconocimiento de las posiciones del enem i g o con 400 hombres de caballería, 200 infantes montados i dos piezas de artillería de campaña. E l resultado fué m n i bueno. H u b o un cañoneo que no causó desgracias en nuestras filas. La artillería que usó el enemigo era igual a la que tenia en Dolores. Probablemente saldremos de aqní el Lunes o a mas tardar el M a r t e s . " LYNCH.

COMANDANCIA

JENERAL

Santiago,

D E ARMAS.

Mayo 22 de 1880. %

Con m o t i v o del lamentable fallecimiento d e l señor M i nistro d e la Guerra e n campaña, d o n Rafael S o t o m a y o r , ocurrido el d i a 20 d e l corriente en Yaras, i c u y a funesta noticia acaba d e recibir el G o b i e r n o c o n el mas profundo pesar, p o r disposición suprema, el rejimiento n ú m . 1 d e artillería hará inmediatamente disparar e n la esplanad a d e l Santa L u c í a tres c a ñ o n a z o s consecutivos, i se c o n tinuará tirando u n c a ñ o n a z o d e m e d i a en m e d i a hora por espacio d e 24 horas, esceptuando las q u e m e d i a n de la retreta hasta la diana d e l día subsiguiente. T o d o s los cuarteles enarbolarán sus banderas a media asta en señal d e d u e l o , en el m o m e n t o q u e se oiga el prim e r cañonazo. PRIETO.

COMANDANCIA

JENERAL

Santiago,

D E ARMAS.

Mayo 22 de 18S0.

T e n g o el sentimiento de anunciar a Y . S. q u e el Gobier- n o h a recibido, p o r telegrama d e hoi, la funesta noticia del repentino fallecimiento d e l señor Ministro d e la Guerra e n campaña, d o n Rafael S o t o m a y o r , acaecida en Yaras el 20 d e l acuaí, a las 5.10 P . M . — Y . S. ordenará q u e la c o m a n d a n c i a d e armas i los cuarteles d e esa c i u d a d enarbolen sus banderas a media asta en señal d e j u s t o i merec i d o duelo p o r la lamentable i sensible pérdida q u e acaba d e esperimentar la R e p ú b l i c a . D i o s guarde a V , S. N.

J.

PRIETO.

E n u n a sesión celebrada p o r la Ilustre Municipalidad de Valparaíso, el majistrado q u e la preside dignamente p r o n u n c i ó el siguiente discurso, que es un j u s t o h o m e n a j e a la m e m o r i a d e l e m i n e n t e c i u d a d a n o c u y a pérdida lam e n t a la n a c i ó n entera. La proposición c o n q u e ese discurso termina, fué unán i m e m e n t e aprobada p o r la Ilustre Municipalidad: " A n t e s d e o c u p a r n o s de los asuntos pendientes i de que ahora se os d a cuenta, voi a permitirme hacer una indicación a la Ilustre Municipalidad, c o n la esperanza, o mas bien d i c h o , c o n la certeza ele q u e será aceptada p o r unanimidad. E n estos m o m e n t o s d e ansiedad tan profunda c o m o lej í t i m a ; e n estos m o m e n t o s e n q u e v i v i m o s c o n el oido puesto al estremo d e l alambre eléctrico para arrancarle


CAPITULO

la primera palabra d e victoria en la terrible prueba por que pasa nuestro ejército, acabamos de ser sorprendidos p o r una noticia infausta: la noticia de que h a m u e r t o el primer colaborador de la grande obra, del q u e durante u n año viene dirijiendo los m o v i m i e n t o s de nuestra escuadra i de nuestro ejército c o n tan rara fortuna, que apesar de las inmensas dificultades q u e h e m o s tenido q u e vencer, p u d o vivir bastante para presenciar nuestro triunfo i el aniquilamiento n o y a de dos ejércitos sino de dos naciones.

OCTAVO.

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— Pero, señor, dijo entonces A r t u r o Prat m i r á n d o m e , la comisión que se m e ofrece parece p r o p i a d e un h o m b r e de pluma, i y o querría una c o m i s i ó n propia de un h o m b r e d e espada. — S e r á c o m o Ud. lo desea, contestó S o t o m a y o r . Viniend o c o n m i g o nos e m b a r c a r e m o s en el buque almirante i h e m o s de ser m u i desgraciados si n o participamos de los trabajos i de los peligros i también de las glorias de la escuadra. — A c e p t o c o n gusto, dijo entonces Prat." I en efecto, una o dos horas después se embarcaba. Mas tarde tuve el gusto de saber que el j e f e i su secretario se entendían perfectamente, i quo recíprocamente se apreciaban.

Mientras vivió el señor S o t o m a y o r , su obra p u d o i d e bió ser objeto de discusiones, de censuras, d e r e p r o b a c i o nes i de aplausos. V i v i m o s felizmente en un país de libertad, en el que c a d a h o m b r e se siente d u e ñ o de sus opiniones i c o n el N o podia ser de otro m o d o . d e r e c h o de hacerlas valer tal c o m o su c o n c i e n c i a se lo i n ¿Sabéis, señores, lo q u e esos dos h o m b r e s han h e c h o a dica en pro del interés de su patria. Pero lo q u e n u n c a contar desde aquel dia, i sabéis también c ó m o han v u e l fué materia de discusión, ni aun c u a n d o el señor S o t o to al seno de la patria? m a y o r vivia, fué su abnegación sin límites para c o n s a El capitán de corbeta A r t u r o Prat v o l v i ó primero, i h a grarse al servicio de Chile, i su gran patriotismo. b i e n d o salido u n niño creció en pocos meses hasta ser l o Conviene que el país sepa algo que saben m u c h o s , pero q u e hoi es: la mas grande figura de la historia c o n t e m p o que n o está en noticia de todos. U n dia, sin que el señor ránea, la mas pura gloria de Chile. S o t o m a y o r lo sospechara fué llamado a la Moneda, i allí El j e f e h a vuelto mas tarde. Se dio antes el tiempo de se le pidió que aceptara el encargo de ir al N o r t e a revengar a su secretario, i m u e r e c u a n d o I q u i q u e es n u e s presentar en m e d i o de nuestra escuadra i de nuestro e j é r tro i c u a n d o , después de fatigas sin cuento, deja a n u e s cito, el pensamiento del G o b i e r n o . tro ejército victorioso e irresistible a las puertas de T a c n a A la primera insinuación, el señor S o t o m a y o r contestó i Arica, que n o tardarán en caer. manifestando que el estado de sus negocios era tal, que Cruel ha sido la suerte para c o n este c i u d a d a n o e m i su separación de Santiago podia importar su ruina i la de nente, i c o n razón decia ayer un diarista, que moria c o m o su familia. Piazon justa, se le dijo, es esa para n o aceptar Moisés después de c o n d u c i r a su p u e b l o hasta las puertas la c o m i s i ó n si se tratara d e la vida ordinaria del país; i de la tierra prometida, pero sin entrar en ella. pero n o es razón bastante en este m o m e n t o d e solemne H a g a m o s , señores, que la gratitud nacional i el respeto' prueba en que el G o b i e r n o cree q u e U d . es el l l a m a d o de todos dulcifique en lo posible para su familia i para sus para representarlo en m e d i o del ejército. deudos este g o l p e de aciaga fortuna. El señor S o t o m a y o r m e d i t ó un m o m e n t o i contestó en P e n s e m o s que para que la semilla de los buenos serviseguida, aceptando. dores p r o d u z c a frutos en el porvenir, es preciso que nos Interrogado después sobre cuántos dias necesitaba para manifestemos siempre dispuestos a r e c o n o c e r los grandes prepararse, contestó q u e necesitaría dos meses; pero n o ; hechos i a premiar a los que fueron buenos. p u d i e n d o pedir eso plazo, declaraba que marcharía en el Hai almas i hai caracteres para los cuales n o existe acto. otra recompensa que esta, p o r q u e desprecian todas las I en efecto, señores, al dia siguiente, al bajar del tren demás. se dirijia a mi d e s p a c h o i m e contaba lo que habia o c u r Creo que el país entero abundará en los sentimientos rido, i que tan precipitada habia sido su marcha, que n o q u e y o esperimento i que corporaciones tan respetables habia tenido tiempo ni para buscar un secretario que a b c o m o esta, que c o n j u s t o título representan el sentisolutamente necesitaba. m i e n t o p ú b l i c o , deben apresurarse a manifestar su j u i c i o El dia anterior a esta entrevista, y o habia tenido otra i contribuir de este m o d o a escribir las pajinas del pro-, c o n un j o v e n que era entonces apenas una esperanza i ceso en que el país c o m o supremo j u e z , ha de declarar que hoi dia llena c o n su gloria, c o n su fama, las pajinas | quo el que h e m o s perdido fué un h o m b r e superior i gran de la historia c o n t e m p o r á n e a : m e refiero a A r t u r o Prat. patriota. H a b i a ido a buscarme para p e d i r m e el permiso de n o P e r m i t i d m e que os revele un detalle íntimo i que m a n i usar su uniforme de marino. fiesta hasta qué punto el señor S o t o m a y o r estaba c o n s a " C u a n d o todos mis c o m p a ñ e r o s , m e decia, han salido g r a d o al servicio de la patria. ya o c u p a d o s i han salido en servicio de la patria, m e es U n dia recibió en la cámara del b u q u e en que tenia su doloroso i hasta v e r g o n z o s o pasear mi uniforme de maridespacho, una carta en que su respetable esposa lo llaman o por las calles de Valparaíso. M e parece q u e a todos ba para q u e fuera a presenciar los últimos instantes d e va d i c i e n d o q u e n o m e considera d i g n o de servir a mi la v i d a d e u n a hija querida. patria en estas circunstancias." C r e y e n d o la esposa i la madre que su siiplica talvez n o C o m o lo supondréis,' señores, contesté a A r t u r o Prat fuera oida, permitió que la hija enferma agregara u n a que esperara un p o c o i que en la guerra q u e empezaba, postdata, que era un llamado tiernísimo h e c h o al padre, h o m b r e s c o m o él tendrían m u c h a s oportunidades para casi desde el borde del sepulcro. La escritura de aquella servir a su patria. postdata revelaba una m a n o debilitada y a por la enferC u a n d o el señor S o t o m a y o r m e pidió u n secretario que i medad. fuera intelijente, p r u d e n t e i h o m b r e de acción, le señalé en el acto a A r t u r o Prat. " N o le c o n o z c o , m e contestó: llámele sin que él c o n o z ca el objeto, i aquí hablaré c o n él i formaré mi o p i n i ó n . " L l a m é en efecto a A r t u r o Prat, i h a c i e n d o el papel de q u e por haber u n testigo estraño n o podia hablarle del asunto q u e m o t i v a b a el llamado, le h i c e discurrir sobre diversas materias i después de p o c o s minutos el señor S o t o m a y o r interrumpió la conversación d i c i e n d o : El señor intendente ha llamado a U d . para pedirle que m e a c o m p a ñ e c o m o secretario en una comisión de confianza con que m e h a h o n r a d o el G o b i e r n o .

Se m e asegura que S o t o m a y o r leyó esa carta, dejó c o r rer en silencio sus lágrimas, i la g u a r d ó en su cartera para n o volver a leerla. C u a n d o la patria le llamaba a su lado, i la esposa i la hija m o r i b u n d a le llamaban en sentido opuesto, S o t o m a y o r n o vaciló: dijo adiós a la hija p a ra n o pensar sino en la bandera de Chile, resuelto a hacerla triunfar o caer envuelto en sus pliegues. D i g o ahora lo q u e dije al principio: la obra de este h o m b r e ha p o d i d o ser discutida; pero no lo serán jamás sus grandes virtudes de patriota. Esto basta i sobra para q u e el país venere su memoria i para que la noticia de su


548

CUEREA

DEL

m u e r t e haya revestido las proporciones de una desgracia nacional. Si, c o m o lo espero, la Ilustre Municipalidad piensa c o m o y o , le rogaría que m e honrase c o n el e n c a r g o de trasmitir la espresion de su c o n d o l e n c i a a la dignísima v i u d a del señor S o t o m a y o r . Y o cumpliré este encargo c o n sincero dolor, pero a la vez con alegría; c o n esa alegría que siente el que está seguro de ser el ejecutor de un acto de justicia i de r e c o m pensa. H a g o en este sentido indicación a la sala.

PACIFICO.

Esta herencia, que muí pocas esposas, que m u i pocos hijos logran alcanzar, será mas tarde el consuelo i el o r g u llo de su hogar. La Ilustre Municipalidad de Valparaíso, apreciando en t o d o su valor los eminentes servicios prestados al país por el señor S o t o m a y o r , m e ha h o n r a d o c o n el encargo de manifestar a U d . sus sentimientos de profunda i sincera condolencia, i al c u m p l i r este m a n d a t o de la c o r p o r a c i ó n , m e permitirá U d . que agrege mis propios sentimientos de duelo por la irreparable pérdida que lamentamos. Q u e d a d e U d . atento i seguro servidor.

CARTAS D E PÉSAME.

E.

ALTAMIRANO.

A la señora doña Pabla Gaete de Sotomayor. M I N I S T E R I O

D E L INTERIOR.

Santiago,

Mago 26 de 1SS0.

I

Señora de mi respeto i aprecio: La infausta cuanto inesperada noticia del fallecimiento d e l d i g n o esposo de U d . señor d o n Rafael S o t o m a y o r , ocurrido en el territorio o c u p a d o por el ejército de la R e pública, cuyas operaciones dirijia en su carácter de Ministro de Guerra i Marina, ha cubierto de p r o f u n d o pesar, n o solo a la respetable familia de U d . sino al país entero, q u e h a visto desaparecer al ciudadano ejemplar que c o n tanta abnegación c o m o elevado espíritu se hallaba consagrado esclusivamente a su servicio. Los relevantes méritos del que fué su esposo, su celo i acrisolada pureza e n el d e s e m p e ñ o d e los altos i difíciles cargos que o c u p ó , su carácter entero que j a m á s se desvió d e la senda que le trazaban nobles propósitos i levantadas miras, le daban desde t i e m p o atrás i c o n justicia, u n dist i n g u i d o lugar en el aprecio de sus c o n c i u d a d a n o s , c u y a gratitud c o m p r o m e t í a , hoi arrostrando los sacrificios d e una ruda c a m p a ñ a i preparando la victoria de nuestra bandera. El recuerdo de esas esclarecidas virtudes i la seguridad d e que la patria guardará agradecida la m e m o r i a del que, al m o r i r en el puesto del deber, d e j ó u n palpitante e j e m p l o de p r o b a d o civismo, es el único lenitivo que en tan duro trance es posible ofrecer al j u s t o dolor ele U d . Así lo h a g o para c u m p l i r el especial encargo de S. E. el Presidente de la República, vivamente impresionado por la desgracia que a U d . aflije i por la m a y o r que el país esperimenta con la pérdida de u n o de sus mas eminentes ciudadanos. A l llenar este triste deber i al manifestar a U d . igualm e n t e los sinceros sentimientos do c o n d o l e n c i a i d u e lo de mis colegas, permítame U d . espresarle m u í especialm e n t e los mios propios, que, a m i g o desde las aulas del d i g n o esposo de U d . h e p o d i d o apreciar en difíciles circunstancias, las nobles prendas que le distinguían. Q u e d a de U d . atento i seguro servidor. DOMINGO

SANTA

MARÍA.

A la señora doña Pabla Gaete de Sotomayor

Valparaíso, Mayo 28 de 1880. Señora: La infausta n u e v a q u e ha llevado el luto a su hogar, p r o y e c t a también tristísima sombra sobre el país entero. U d . señora, i sus d i g n o s hijos lloran al esposo i al p a dre; nosotros lloramos al gran c i u d a d a n o q u e después d e servir a su patria d i g n a m e n t e en las tareas d e la paz, d e saparece c u a n d o vivía consagrado a la gloria i al triunfo ele nuestras armas. Se que en estos m o m e n t o s toda refleccion es inútil para devolver a su espíritu la tranquilidad perdida; pero p e r m í t a m e decir señora, q u e llegará un día en que, agotadas las lágrimas, p o d r á U d . darse c u e n t a de la grande herencia que su digno esposo ha legado a los suyos i a su patria: u n n o m b r e ilustre i el recuerdo d e grandes virtudes. ¡

LA

MUERTE

DE

DON

(Editorial de

EL

RAFAEL D I A R I O

SOTOMAYOR.

OFICIAL.

)

N o hai por cierto necesidad de esponer aquí cuáles han sido las causas inmediatas de esta muerte tan inesperada, tan súbita i tan p r o f u n d a m e n t e dolorosa para la R e p ú blica. El señor S o t o m a y o r ha s u c u m b i d o seguramente al p e so de la abrumadora tarea que su patriotismo le h i z o aceptar sin reservas, desde el c o m i e n z o de la presente lucha. E s una n o b l e v í c t i m a de altas p r o o c u p a c i o n e s i de la tremenda responsabilidad contraída ante el país i ante su c o n c i e n c i a ; responsabilidad que hasta la fecha de su muerte supo salvar d i g n a m e n t e a fuerza de abnegación, de patriotismo, de entereza de á n i m o i de profunda fe en la causa de Chile i en el valor do los que se h a n armado para llevarla a la gloriosa c o n s o l i d a c i ó n de la victoria. E n c a r g a d o de representar el pensamiento organizador i directivo de la c a m p a ñ a en el teatro do las mismas operaciones, d e presidir su e j e c u c i ó n i aun d e suplirlo i a m pliarlo en n o p o c o s casos, el señor S o t o m a y o r necesitó de encontrar el afecto para ponerlos en enérjica i constante acción, todos los recursos de su espíritu, t o d o el poder i eficacia de su voluntad i todas las lucos do su intolijoucia, teniendo que luchar a cada paso c o n la ineludible dificultad de improvisar para él m i s m o , h o m b r e de hábitos i de e d u c a c i ó n e m i n e n t e m e n t e civil, i de improvisar a su alred e d o r las múltiples c u a n t o raras aptitudes que requiere la dirección estratéjica i administrativa de una gran guerra. E n tan ruda c o m o c o m p l i c a d a tarea t o d o h u b o de serle u hostil o inmensamente dificultoso; t o d o , salvo el apoy o u n á n i m e del país c u y a bandera llevaba en su manos, i el valor i decisión enérjica d e los marinos i soldados que n o obstante supo encaminar hacia el fuego de la batalla i el laurel de la victoria en mas de una j o r n a d a m o m o rabie. P r ó x i m o y a el feliz desenlace de u n o de los episodios mas importantes de la campaña, i recorrido diez meses de incansable brega, el silencioso batallador se ha d o b l e g a d o al fin al peso de la tremenda carga i la estraordinaria tensión de su espíritu ha terminado por r o m p e r los vasos de u n cerebro q u e v i v i ó ajitado p o r el p e n s a m i e n t o d e grandes deberes, trascendentales resultados i una tremenda responsabilidad de todos los instantes. S e m e j a n t e al cond u c t o r del p u e b l o hebreo, el señor S o t o m a y o r h a s u c u m bido en el m o m e n t o en q u e entreveía la m o n t a ñ a do N e b o , i a sus pies el c a m p o de p r ó x i m a batalla i de segura victoria para las armas del ejército e n c o m e n d a d o a su dirección. T a m p o c o necesitará el país, en estos tristes momentos, q u e se le recuerde, al par de la m a g n i t u d de los servicios prestados por el señor S o t o m a y o r , la estraordinaria abnegación c o n que s u p o realzar su d e s e m p e ñ o . Baste recordar, en h o n o r de ella, u n solo rasgo, i es el dia del en que, absorbido por sus deberes públicos, c a y ó sobre él inmensa desgracia doméstica, i t u v o el valor de llorarla en el trabajo, en la tarea oficial, i s o b r e p o n i e n d o a los latidos del


CAPITULO O C T A V O .

corazón desgarrado del padre, los latidos del c o r a z ó n d e l patriota. Q u e d e , p o r lo demás, para ocasión m e n o s dolorosa i angustiada q u e la presente, la grata tarea d e rememorar a la l u z d e la imparcialidad, q u e es d e u d a sagrada para c o n los grandes muertos, los largos servicios prestados p o r el señor S o t o m a y o r a su patria, ora en la administración política, ora en la d e la hacienda, ora en las instituciones d e la iniciativa individual; y a c o m o ciudadano d e c o n v i c c i o n e s firmes i honradas, y a c o m o magistrado p r o gresista, atento a la o p i n i ó n d e su país i l l e n o d e n o b l e s deseos p o r el adelantamiento d e los intereses patrios. H o i por h o i , el deber i la triste satisfacción de los m i e m b r o s d e l G o b i e r n o tienen q u e reducirse a anunciar al país que h a p e r d i d o u n o de sus mas abnegados servid o r e s ; q u e ese servidor ha m u e r t o al pié d e la bandera d e Chile, p r ó x i m a a ondear, m e r c e d e n gran parte a sus esfuerzos, ajitada p o r el viento d e la victoria; agregando q u e está seguro d e q u e las salvas funerales c o n q u e el ejército saludará el féretro del Ministro d e la Guerra, n o serán otros que los cañonazos que han de r o m p e r las filas de la alianza, hasta desbaratar la tela d e c e g u e d a d i o d i o q u e a u n n o s o c u l t a l o s bellos horizontes d e la paz. Mientras tanto, honor, respeto i m e m o r i a i m p e r e c e d e ra para el m u e r t o ilustre, q u e c o n razón d e b e m o s desde h o i considerar c o m o el primero entre los de la lista q u e h a d e ser precio doloroso d e la victoria d e Tacna!

MUERTO í ¡ N EL (Editorial de Los

TIKMI'OS

DEBER. del 2G de Mayo.)

I. La v i d a tiene sorpresas estrañas. l i é ahí al señor S o t o m a y o r s o r p r e n d i d o p o r la muerte en t o d o el vigor d e la edad del alma i d e u n a vigorosa constitución, q u e parecía n a c i d a para sobreponerse a los mas rudos trabajos. Podia temerse para él gloriosa muerte d e soldado, pero n o la q u e hoi arrebata a ese h o m b r e fuerte i animoso, a su país, a su deber, a su familia, al pelotón d e los buenos servidores d e Chile. II. El señor S o t o m a y o r n o era una intelijencia brillante. Era u n a intelijencia clara, sólida, modesta, q u e n o sentía prisa por manifestarse. L a celebridad jamás le p r e o c u p ó , i llegado a los honores, n o l u c h ó c o n s i g o m i s m o para abandonarlos. C o m p r e n d í a i temia sus responsabilidades: no c o n el m i e d o d e los pusilánimes, sino c o n el lejítimo m i e d o d e los fuertes que m i d e n el poso d e la carga i d u dan de su fuerza. Ello le enseñó a ser siempre discreto, m o d e r a d o reflexivo, firme sin rudeza, activo sin vana j a c tancia, h o m b r e d e acción i h o m b r e d e consejo. A ser h o m b r e d e guerra, n u n c a habría h e c h o sonar su espada, ni la habría d e s n u d a d o sin m o t i v o ni envainádola sin h o n o r . E n c a r g a d o d e tomar un r e d u c t o , habría i d o tranq u i l o a su asalto, i habría vuelto a d a r c u e n t a d e su c o misión, sin q u e se advirtiera en su v o z , en sus a d e m a nes ni en la espresion d e su fisonomía otra satisfacción q u e la del deber c u m p l i d o .

549

manifestaban vivo afecto al réjimen político reinante por aquel entonces. Pero su administración cuidó de evitar las asperezas de la autoridad. F u é mansa c o m o mando i activa c o m o mejora loca!. Esa intendencia le dio un puesto de primera fila entre los servidores del Gobierno, i no tardó en darle paso hasta el ministerio, a donde llegó, c o m o Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública, en horaajitadísima. Se aproximaba la revolución de 1859. Ser Ministro en tal hora imponía el deber de afrontar todas las audacias del luchador infatigable, ardiente apasionado. E l señor Sotomayor no estaba en su atmósfera: no era un luchador. I no porque le faltara la enerjía del carácter ni el valor de la empresa. Faltábale el temperamento de la empresa. Sus gustos, sus hábitos, su índole le alejaban de la política batalladora. Guardó silencio en la asamblea: no había nacido orador, pero su paso por el ministerio no fué estéril en actos a d ministrativos, i le procuró su parte de influencia en la transformación política con que el Presidente Montt se despidiera del país. IV. Desde aquella época, 1 8 0 1 , el señor Sotomayor vivió alejado d é l o s negocios públicos, mas no indiferente por la marcha del país. L e veia entrar con franca alegría, en los caminos de la reforma, i continuaba dispuesto a prestarle sus servicios siempre que fueran reclamados, c o m o lo p r o b ó aceptando una misión de patriotismo i de arrojo durante la guerra con España. Se le envió al Perú para ansiliar a la revolución del castigo, que el coronel Prado iniciaba en Arequipa contra el Gobierno de la humillación. Siguió al ejército revolucionario en su campaña a Lima, contribuyó a negociar la aliauza, i ella firmada, se encargó de c o n ducir a Chile, por entre la escuadra enemiga, a la escuadra peruana. E r a do esos hombres que no invitan a nadie a ir al peligro sin hacerle compañía. V. Desempeñada su misión, volvió de nuevo a su hogar i a sus funciones administrativas, c o m o superintendente de la Casa de Moneda. Apesar de que no se contaba entre los amigos de la a d ministración, siempre era llamado i e s c ú c h a l o en los consejos de gobierno, porque se tenia justa confianza en su rectitud i en su patriotismo. I con justicia. E r a un adversario que no confundía la independencia con la violencia i que no olvidaba los deberes del funcionario ni del ciudadano. Sabia que esos deberes deben estar siempre sobre h o m bres, partidos, facciones, intemperancias, impaciencias, arrebatos de vencidos o vencedores. Todo eso pasa. Aquellos deberes no. Era un político esencialmente de conciliación. I no porque fuese un flemático o un incrédulo, ni porque las rencillas de la política le fastidiaran, ni, en fin, porque no sintiera las cóleras del sectarismo ni las fascinaciones del poderío: no, era porque creia que no había para Chile una política hábil, discreta, capaz del bien, bajo la c o n ducta de partidos eselusivos. Ñ o quería emigrados en el interior. Obedeciendo, siu duda, a esa convicción, se acercó al Presidente Errázuriz en las postrimerías de su Gobierno i sostuvo la candidatura del señor Pinto, hasta acercarle buen número de sus viejos cantaradas.

E r a un flemático, pero un flemático sin egoísmo, h o m bre de corazón, firme en sus amistades, serio en sus j u i cios, bondadoso, tolerante; sabia querer a sus amigos' i e s timar i respetar a sus adversarios. * VI. E s t o esplica c ó m o , siendo hombre de partido que nunca Hele ahí que vuelve a la vida pública, para no alejarse escusó su responsabilidad, Intendente, Ministro de E s tado en épocas ajitadas, de pendencia, de injusticia, de i de ella sino con la muerte. Se le señala c o m o Ministro del nuevo Gobierno. § u n o m odio implacable, n o le arrastrara el turbión de los d e s bre anda en todas las combinaciones ministeriales, se le quites. llama a todas las conferencias, parece uno de los arbitros III. i de la situación. E s indudable que tenia la confianza del Intendente de Concepción durante el Gobierno del señor Presidente Pinto, a quien le ligaba afecto antiguo, afecto Montt, supo conquistarse sólidas amistades i jenorales s i m - • de la niñez i del aula, fortificado, andando los años, por patías entre sus gobernados de aquella provincia, que no | una justa estimación.


550

GUERRA

D E L PACIFICO.

Por aquellos dias, Setiembre de 1876, mientras la caza a las carteras turba el sneño de muchos, solo turba el sueño del señor Sotomayor la perspectiva de entrar en el G o bierno. N o se cree a la altura de los deberes de la situación financiera, que reclama iniciativa atrevida, innovadora, i n fatigable; una idea por dia. O el conductor de la hacienda nada hace o mueve un mundo. Pero su presencia en el ministerio se declara indispensable para dar confianza a los hombres de negocios, que conocen su cordura, i darla a la mayoría del país, que c o noce su rectitud. Se resuelve i entra en el ministerio acompañado por jenerales simpatías. Quiénes lo acojen porque no será una temeridad; quiénes, porque no será un perezoso ni un cobarde para el bien; quiénes, porque si no esperan de él grande actos, tampoco temen de él grandes errores: todos, porque todos están seguros de su probidad. F u é na Ministro bienvenido. VIL Mas, parecia escrito que el señor Sotomayor habia de llegar a la conducta de los negocios de su país en hora i n fortunada para él. Recibe una carga abrumadora. Necesita hacer economías, reclamar nuevos impuestos, reorganizar la administración; o continuar viviendo del crédito que esperimenta enorme i mortal fatiga. Su presencia en la hacienda alienta al crédito. Pero aquel es aliento artificial, reflejo de la confiauza de los negocios en el Ministro. N o era posible engañarse, i el señor Sotomayor no se engañó. ¡Qué de problemas i de dificultades! ¿Se alzaría el impuesto? Protestarían los contribuyentes, si el alza no coincidía con un aumento eu las fuerzas productivas. E r a indispensable despedir al estanco i a un réjimen aduanero imprevisor, anárquico, inconveniente, ávido comofiscalismo i ciego c o m o ciencia. " E s t á mni bien, se decía el Ministro. E s o será escudos para mañana, no lo d u d o ; pero el tesoro necesita hallar los escudos del dia. V a eu ello su crédito c o m o deudor." E l empréstito debia triunfar. E r a la idea dominante en la corte, el camino rápido i conocido, la liquidación retardada, el diluvio detenido; i todo ello sin lentitudes, sin romper con hábitos inveterados, sin severa labor ni t r e mendas mutilaciones en las munificencia del E s t a d o . I después, ¿dónde habría encontrado el señor Sotomayor cooperadores para luchar i vencer? Apenas si habría encontrado eu el parlamento, en la prensa, en la opinión, un puñado de hombres de buena voluntad que le procuraran el honor de morir en buena compañía. N o temía a ¡a muerte; pero temía romper de frente con las ideas consagradas. A m i g o de las innovaciones, estaba con ellas mientras no se ponían en lucha con el pasado, i para procurar que se entendieran. ¿Su intelijencia era i m p o sible? Guardaba su puesto en los reales del pasado. Tal le vimos durante el tiempo que condujo la hacienda. N o resistió a ninguna reforma, pero tampoco puso su h o m b r o a ninguna. Su espíritu parece que esperimentaba igual distancia por la resistencia que p o r la precipitación. N o habia nacido reformador. Por eso, comprendiendo que un reformador era el h o m bre del momento, dispuesto a llevarle su cooperación había aceptado el ministerio solo para facilitar el pacto, i vivía en él siempre el acecho de una oportunidad que le permitiera devolverle su cartera al Jefe del Estado, sin p r o d u cir perturbación en la marcha de los negocios públicos. I aprovechó la primera oportunidad. VIII. Durante su alejamiento del poder, mantuvo su influencia en los consejos presidenciales, a los que siempre llevó un espíritu tranquilo, conciliador i sagaz. Elejido senador en 1879, no entró en el .ejercicio de

su mandato. L a guerra, a que iba dar su vida, reclamó sus servicios i desde entonces vivió solo para ella, Habia llegado para el señor Sotomayor su hora mas discutida, mas brillante i mas gloriosa; habia llegado para él su hora postrera, su grande hora. IX. Declarada la guerra al Perú, sorprendido en delito de felonía, se ordena a nuestra escuadra hacerse a la mar e ir a bloquear a Iquique. Se llama al señor Sotomayor para que sea en la escuadra la palabra del pensamiento gubernativo. Como siempre, se resiste a la honra que se le acuerda. Pide al gobernante que fije en otro su elección. S u hogar reclama su presencia i la reclama también su modesta fortuna herida, c o m o tantas otras, por la crisis. A l fin cede i parte. L a misión que se le confia es delicada i es equívoca. ¿Qué va a ser en la escuadra? ¿ V a a ser consejero o señor? ¿ V a a fortificar la acción del almirante, dando a sus empresas la consagración de la palabra oficial; o va a vijilarla, a c o n tenerla uuas veces, a acelerarla otras, a conducirla siempre? E s un hecho que el ilustre muerto no tuvo nunca en la escuadra, en el primer período de la guerra, c o m o no tuvo mas tarde en la escuadra ui el ejército, autoridad, iniciativa, carácter bien definido. Se le llamó a un puesto de l u cha, de responsabilidad i, digamos la palabra, de martirio. Apesar de su sagacidad, que siempre revestía formas fáciles, sin pretensiones campechanas, no logró impedir que se cosechara lo que se habia sembrado. Se habia sembrado rivalidades: debia cosecharse embarazos, celos, descontentos, intrigas, desavenencias, riñas i rupturas. Aguardando remediar lo irremediable, se llama al señor Sotomayor al ministerio de Guerra i Marina. Pero nada se obtiene. L a rivalidad ha desembarcado. Y a no está en la cámara de la nave capitana. E s t á en la tienda de c a m paña del Jeneral en Jefe, donde concluye por ser no menos viva i tenaz que en el mar. L a responsabilidad del ilustre muerto crece. Todo es su obra i su culpa. E l guarda silencio. ¿ P o r qué? Porque sabe que se debe a su país, o porque su ambición le domina? H é ahí interrogaciones cuya respuesta no se hará esperar. Mientras llega la respuesta de la justicia i de la historia, ahí está la respuesta que nos da su muerte.

X. Si sus enemigos vieron hasta ayer en ese h o m b r e eminente por su abnegación, por su constancia, por su valor, por su fortaleza para sobrellevar privaciones, ataques, responsabilidades el mal j é n i o d e la guerra, no lo verán hoi. N o es un mal jénio el hombre que acababa de desembarcarse para montar a caballo i correr la fortuna de nuestras lejiones, i que solo se desmonta del caballo para morir. JDSTO

DON (Editorial

RAFAEL de L A

ARTEAGA

ALEMPARTE.

SOTOMAYOR.

PATRIA

del

2 4 de M a y o . )

E l país h a perdido en territorio e n e m i g o , casi en el c a m p o m i s m o d e batalla, al alto dignatario q u e ha representado, durante cerca d e u n año, al frente d e las fuerzas militares del E s t a d o , la autoridad d e l Presidente de la República. C o n d o n Rafael S o t o m a y o r n o desaparece solamente d e la escena pública u n o d e los mas caracterizados miembros de la administración. El a n t a g o n i s m o en q u e este diario se encontró j e n e r a l m e n t e c o n sus actos c o m o Ministro d e H a c i e n d a i c o m o director d e las operaciones d e l ejército i la escuadra d e Chile, n o n o s i m p i d i ó j a m á s reconocer i declarar q u e dentro d e l p e c h o d e l h o m b r e q u e acaba d e ser sorprendido p o r la muerte e n el triste villorrio d e Yaras, palpitaba u n c o r a z ó n varonil, patriota i de rara


CAPITULO

tenacidad i tenían su asiento las mas delicadas prendas de carácter. E n su á n i m o tranquilo i leal n o encontraban cabida m e z q u i n a s pasiones ni miserable rencor. L a idea del d e ber i la abnegación propia del antiguo servidor del Estad o , guiaban invariablemente su c o n d u c t a i se revelaban en sus actos. N i las contrariedades, ni las amarguras t e nían fuerza suficiente para hacerle abandonar el puesto que se le asignaba i en d o n d e c o m p r e n d í a que su p e r m a n e n c i a era exijida por el interés p ú b l i c o i por la v o l u n t a d d e sus colegas i superiores. H a i algo de m u i trájico i m u i c o n m o v e d o r en la catástrofe que ha arrebatado al señor S o t o m a y o r al país i a sus d e u d o s en la víspera de la gran batalla, q u e va a d e cidir en postrera instancia entre Chile i sus vecinos i émulos. Porque, sea cual fuere el j u i c i o que cada u n o ha f o r m a d o de la influencia q u e el difunto Ministro ejerció en el desarrollo de la d o b l e c a m p a ñ a emprendida por nuestras fuerzas en Tarapacá, M o q u e g u a i Tacna, es i n d u d a b l e que el n o m b r e i la carrera política d e l señor S o t o m a y o r se hallaban estrechamente vinculados al éxito d e nuestras armas i q u e en torno del primero iba a brillar en p o c o s días mas, la aureola de gloria i deslumbrante resplandor que envolverá, sin duda, las banderas de Chile. Caprichoso i cruel ha sido el destino que h a h e c h o caer al animoso i constante l u c h a d o r en los umbrales d e tan h e r m o s o triunfo i de tan grandioso acontecimiento. L A P A T R I A se inclina c o n respeto ante la memoria del funcionario i del h o m b r e v í c t i m a de esa lastimosa catástrofe i se asocia sinceramente al duelo de los deudos, los .amigos i la o p i n i ó n pública.

XIII. Decretos de PiérOla.

El Secretario de Justicia e I n s t r u c c i ó n . — Federico Panizo. E l Secretario d e la G u e r r a . — M i g u e l Iglesias. E l Secretario d e H a c i e n d a i C o m e r c i o . — M a n u e l A. Barinaga. E l Secretario d e Marina.—Manuel Villar. E l Secretario de F o m e n t o . — M a n u e l Mariano Fcliegaray. DEGRADACIÓN I

D E

PRESIDENTE D E

LA

MILITAR

VARIOS

DEL

OTROS

PRESIDENTE JEFES

DEL.

PRADO,

LAVALLE

EJÉRCITO.

NICOLÁS DE PIÉROLA, JEFE

SUPREMO

D E

LA

REPÚBLICA.

Considerando: Q u e si la ignominiosa c o n d u c t a del ex-Presidente j e n e ral Mariano I. Prado durante la c a m p a ñ a c o n Chile, term i n a d a por su vergonzosa deserción i fuga, solo p u e d e tener por c o n d i g n a pena la reprobación universal, ni la R e p ú b l i c a ni su ejército p u e d e n consentir en que c o n t i núe g o z a n d o p o r mas t i e m p o del valioso título de ciudad a n o i jeneral del Perú; E n uso d e las escepcionales facultades de q u e estoi investido i c o n el v o t o del c o n s e j o de secretarios de E s tado, Decreto: A r t í c u l o ú n i c o . — D o n Mariano I. Prado queda privado para en adelante del título i los derechos de c i u d a d a n o del Perú i c o n d e n a d o a degradación militar pública tan p r o n t o c o m o p u e d a ser habido. E l Secretario de Estado en el d e s p a c h o de Guerra, q u e da encargado de la ejecución del presente decreto. D a d a en la Casa de G o b i e r n o en Lima, a los 22 dias del mes de M a y o de 1880. N.

NOMBRAMIENTO

551

OCTAVO.

D E

PIÉROLA.

Miguel

REPÚBLICA.

Iglesias,

Secretario de la Guerra.

NICOLÁS DE

PIÉROLA, NICOLÁS DE

JEFE

SUPREMO

D E

LA

Considerando: 1. ° Q u e mientras la R e p ú b l i c a se da las instituciones •que definitivamente han de rejirla i p u d i e n d o ocurrir q u e por diversas causas m e halle i m p e d i d o temporal o a b s o lutamente para atender a la administración i g o b i e r n o del Estado, es indispensable proveer a tal situación; 2. ° Q u e las escepcionales facultades de que estoi investido son por su naturaleza intransferibles, Decreto: A r t . 1. ° Si a causa de las exijencias de la guerra a c tual o p o r cualquier otro m o t i v o m e hallase t e m p o r a l m e n t e i m p e d i d o , se encargará del P o d e r E j e c u t i v o N a cional, i c o n esta d e n o m i n a c i ó n , el c i u d a d a n o q u e y o designare, asistido por los secretarios de Estado. A r t . 2. ° Este funcionario solo ejercerá las atribuciones e n c o m e n d a d a s al Presidente de la R e p ú b l i c a por la últim a constitución política, i lo hará c o n sujeción al estatuto provisorio, a las ordenanzas por m í espedidas i a las leyes anteriores en c u a n t o n o se o p o n g a n a aquellas. A r t . 3. ° S i e m p r e que tal designación n o pudiera ser .hecha por mí, lo será dentro de 24 horas por el c o n s e j o de secretarios de Estado. E n caso de vacancia, apelará .además éste al v o t o de los pueblos, para que, en vista de la situación, a d o p t e n la resolución conveniente. D a d o en la casa de G o b i e r n o en L i m a , a los 22 dias del m e s de M a y o de 1880. N.

J.

PIÉROLA,

REPÚBLICA.

D E

PIÉROLA.

El Secretario d e Relaciones Esteriores i C u l t o . — P e d r o Calderón. E l Secretario de G o b i e r n o i P o l i c í a . — N e m e s i o Orbegoso.

JEFE

SUPREMO

D E

LA

REPÚBLICA.

Considerando: 1. ° Q u e a la desocupación' de I q u i q u e por las fuerzas nacionales, ejercían allí autoridad varios militares de d i versa graduación; los cuales, en vez de retirarse al interior del país c o n el fin d e reunirse a los que c o m b a t í a n , prefirieron acojerse a la c o n c e s i ó n o t o r g a d o por el e n e m i g o o c u p a n t e , a los q u e n o hubiesen llevado armas, c o n sintiendo en embarcarse c o n pasaportes espedidos por cónsules estranjeros i visados en la flota chilena; 2. ° Q u e s u p o n i e n d o c o m p l e t a m e n t e ineludible e inculpable el a b a n d o n o d e I q u i q u e , el h e c h o solo d e atravesar, por c o n c e s i ó n graciosa de su j e f e , la filas e n e m i g a s , en vez de ir a reunirse c o n los propios que c o m b a t í a n en la provincia de Tarapacá, testifica e l o c u e n t e m e n t e que q u i e nes así h a n obrado carecen absolutamente del espíritu militar i de las disposiciones del soldado peruano; 3. ° Q u e si la c o n v e n i e n c i a d e aguardar el t é r m i n o d e los j u i c i o s iniciados para calificar por entero la c o n d u c t a de los funcionarios aludides, ha aplazado toda p r o v i d e n cia por parte del G o b i e r n o actual, n o solo posterga escesivamente d i c h o término, sino que, c o n prescindencia de las responsabilidades q u e del j u i c i o pudieran resultar i que para algunos han terminado por sobreseimiento, el h e c h o y a establecido i abundantemente c o m p r o b a d o revela por sí m i s m o la ausencia en quienes lo han c o n s u m a d o de las disposiciones de ánimo que deben caracterizar a los soldados del Perú; E n uso de las escepcionales facultades de que estoi investido i c o n el v o t o del Consejo de secretarios de E s tado,


552

GUERRA

DEL

Decreto: Art. 1. ° El ex-prefecto jeneral R a m ó n López Lavalle; j e f e de parque, coronel José Ruesta; capitán d e puerto, capitán de fragata A n t o n i o Guerra; c o m a n d a n t e de resguardo, capitán de fragata A n t o n i o Pimentel, i t o d o otro que se encontrase en su caso, quedan borrados del escalafón del ejército i armada, separados del servicio militar e inhábiles en adelante para él. A r t . 2. Las pensiones de que por servicios anteriores g o z a n , les serán pagadas en adelante en la lista civil a la cual pertenecerán, p u d i e n d o ser empleados en ella. A r t . 3. ° Esta Separación es independiente del fallo ya p r o n u n c i a d o o que se p r o n u n c i e en los j u i c i o s p e n dientes. Los secretarios de Estado en los despachos de Guerra i Marina, quedan encargados de la e j e c u c i ó n del presente decreto. D a d o en la Casa de G o b i e r n o en L i m a a los 21 dias del mes de M a y o de 1880. c

N. D E PIÉROLA.

E l Secretario de Guerra.—Miguel El Secretario de Marina.—Manuel

Iglesias. Villar.

SEPARACIÓN D E L EJÉRCITO NACIONAL.

NICOLÁS DE PIÉROLA, JEFE SUPREMO D E LA REPÚBLICA.

Considerando: 1. ° Q u e es constante el mal c o m p o r t a m i e n t o de a l g u nos oficiales en el encuentro de San Francisco c o n las fuerzas chilenas en N o v i e m b r e del año último; 2. ° Q u e aquel so h a señalado por notoriedad en los coroneles Manuel Velarde, Manuel A n t o n i o Prado i M a nuel E. Morí Ortiz hasta hacer inútil toda investigación, pues abandonaron el c a m p o de batalla d e j a n d o en c o m bate sus fuerzas, las cuales continuaron la c a m p a ñ a v e n c i e n d o en Tarapacá i v o l v i e n d o a A r i c a al m a n d o de otros jefes; 3. ° Que si la falta de un Código Penal Militar anterior al Estatuto Provisorio n o permite inflijir a los culpables la pena en vigor hoi; i la c o n v e n i e n c i a de aplicar a todos los responsables del desastre el c o n d i g n o castigo, aconsej a b a aguardar el término del p r o c e s o iniciado en Tacna, alargándose indefinidamente éste en razón de las c i r c u n s tancias actuales, n o es posible mantener por mas t i e m p o el espectáculo de la i m p u n i d a d de aquellos jefes. E n uso de las especiales facultades de q u e estoi investido i c o n el v o t o u n á n i m e del Consejo de Estado, Decreto: A r t , 1. ° Quedan separados perpetuamente del ejército nacional i borrados del escalafón militar c o m o indignos de pertenecer a él, por cobardes, los coroneles Manuel Velarde, Manuel A n t o n i o Prado i Manuel E. Mori Ortiz i los q u e posteriormente se c o m p r u e b e hallarse en el m i s m o caso. Art. 2. ° Se les declara privados de las pensiones i d e rechos de que g o z a b a n , sin lugar a reparación. Art. 3. ° Publíquese en la orden jeneral del ejército, insertando íntegro ol testo del presente decreto. D a d o en la Casa de Gobierno, en Lima, a los 22 dias del m e s d o M a y o d e 1880. N.

El Secretario de la G u e r r a . — M i g u e l PROTECTOR D E LA

D E PIÉROLA.

Iglesias.

RAZA INDÍJENA.

NICOLÁS DE PIÉROLA, JEFE SUPREMO D E LA REPÚBLICA.

Considerando: 1. - Que la r a z a i n d í j e n a ha sido i es aun en el país

PACIFICO.

objeto de desafueros i exacciones contrarias a la justicia i que reclaman eficaz reparación; 2. ° Q u e si bien la situación de guerra en q u e n o s h a llamos n o permite toda la consagración que la i m p o r t a n cia de este asunto demanda, n o es posible t a m p o c o desatenderlo por mas tiempo; E n uso de las escepcionales facultades de q u e estoi i n vestido i c o n el v o t o u n á n i m e del Consejo de secretarios de E s t a d o , Decreto: A r t . 1. ° Declaro u n i d o a m i carácter de Jefe S u p r e m o de la R e p ú b l i c a el de protector de la raza indíjena, título i funciones que llevaré i ejerceré en adelante. Art. 2. ° L o s individuos i c o r p o r a c i ó n pertenecientes a esta raza tiene el derecho de apelar directamente a mí, de palabra o por escrito, contra t o d o atropello, injusticia o denegación de ésta que sufriesen por parte de toda a u toridad, cualquiera que sea su d e n o m i n a c i ó n i jerarquía, q u e d a n d o esceptuados de las leyes c o m u n e s a este respecto A r t . 3. ° E n el caso de c a s t i g o ' p o r d a ñ o inferido a un habitante del país, la circunstancia de pertenecer éste a la raza indíjena será considerada c o m o agravante para la aplicación de la pena. Art. 4. ° T o d a servidumbre o c o n t r i b u c i ó n exijida al indio i n o impuesta a los domas, será considerada c o m o de daño p ú b l i c o i c o m o tal c o m p r e n d i d a en el art. 8. ° del Estatuto^ Provisorio. A r t . 5. ° L o s párrocos en sus respectivas doctrinas darán por tres veces, a lo m e n o s , lectura solemne a este d e creto, que se publicará también en l e n g u a q u i c h u a i aimará para c o n o c i m i e n t o de todos. Art. 6. ° Encárgase a las autoridades locales, bajo la mas estricta responsabilidad, singular celo en la observancia del presente decreto. L o s secretarios de Estado en sus respectivos d e s p a c h o s , quedan encargados de su e j e c u c i ó n . D a d o en la Casa de G o b i e r n o en Lima, a los 22 dias del mes de M a y o de 1880. N.

E l Secretario de G o b i e r n o . — N e m e s i o Tr

T

A I

D E PIÉROLA.

Orbegoso.

TT

Y.

Combate «le las lanchas porta-torpedos en el Callao. TELEGRAMAS. (A las 3 P. M.)

Santiago,

Junio 1. °

ele 1SS0.

El vapor Kielder Castle acaba de fondear en este puerto. El contra-almirante R i v e r o s , c o n fecha 27 de M a y o m e dice q u e c o m u n i q u e a S. E. lo q u e s i g u e : " A las 2 A . M. del dia 25 t u v o lugar en esta rada del Callao, un c o m b a t e entre la lancha Janequeo i una lancha enemiga de vapor. A m b a s se fueron a p i q u s a causa de la esplosion de torpedos. L a lancha peruana pidió ausilio i la Guacolda se lo dio, salvando i t o m a n d o prisioneros a un teniente de marina, a u n m e c á n i c o i c i n c o soldados. El teniente se halla bastante herido i do los soldados hai d o s c o n heridas leves. Perecieron en esa e m b a r c a c i ó n 8 i n d i v i d u o s mas de los tripulantes. La tripulación de la Janequeo salvó en una chata p r ó x i m a al c o m b a t e , que t u v o lugar n o lejos de tierra. Murieron en nuestra lancha dos fogoneros i salió herido g r a v e m e n t e un soldado i levemente el c o m a n d a n t e . En la Guacolda, un tiro escapado casualmente hirió de muerte a un m e c á n i c o q u e falleció a las pocas horas. H e creído c o n v e n i e n t e , a causa de la gravedad i carácter


CAPITULO

de sus heridas, poner al teniente de marina d o n José Galvez prisionero en el c o m b a t e d e las lanchas, a disposición de la autoridad peruana c o n la c o n d i c i ó n d e que sea canj e a d o si se llegase a presentar la ocasión d e un canje. N i n g ú n otro suceso d e importancia h a ocurrido en el bloqueo. E l capitán del Kiekler Casile i u n pasajero q u e v i e n e a su bordo, m e dicen q u e el 26 en la tarde el Angarrios i el Huáscar hicieron cada u n o o c h o disparos sobre los buques enemigos, causando en la población u n i n c e n d i o que h a d u r a d o tres dias. Es d e suponer que el incendio haya tenido lugar e n algún depósito de carbón. L o s disparos fueron todos m u i certeros." LYNCH.

(Recibido el 19 a las 6 P. M . )

Señor Presidente: L l e g ó el Ayacucho. Contra-almirante m e dice para V. E. lo siguiente c o n fecha 12: " L o s enemigos trabajaban p o r estraer d e l f o n d o d e l mar la lancha Janequeo. El 28 i 29 h u b o necesidad, para impedir ese trabajo, d e disparar sobre la dársena; pues a favor de las neblinas i de la n o c h e aquel intento del e n e m i g o podia realizarse. L a lancha yacia a corto trecho d e la playa i bajo los fuegos de fusilería d e algunos fuertes del Norte. Para evitar aquella estraccion la Guacolda, i una lancha a remo fueron e n la n o c h e del 8 al sitio d o n d e se h u n d i ó la Janequeo para destruirla p o r c o m p l e t o . El Huáscar vijilaba i protejia a corta distancia aquella empresa. L a especlicion, difícil i peligrosa, se llevó a c a b o c o n toda felicidad. L o s enemigos n o intentaron oponerse. El b u z o d e l Blanco bajó a la Janequeo en 12 brazas b a j o el agua, c o locó un torpedo c o n cien libras, el que se h i z o estallar p o r m e d i o d o la electricidad. L a Janequeo fué totalmente destruida. Los enemigos habían y a c o l o c a d o allí cuatro boyas i entrabado c o n cadenas la lancha sumerjida. A las i A . M. d e l 10 del c o m e n t o , los enemigos lanzaron sobre nuestras naves un t o r p e d o L a y q u e fué a estallar hacia la parte Sureste de la isla d e San Lorenzo, n o m u i distante del Blanco i d e l Huáscar que cruzaban en aquellos sitios. Posteriormente se ha sabido q u e ese torpedo habia sido dirijido al Blanco. E l b l o q u e o del Callao i d e A n c ó n se mantiene c o n la estrictez i vijilancia indispensables." LYNCH.

PARTES OFICIALES CHILENOS. COMANDANCIA

E N JEFE D E L A ESCUADRA.

Callao,

Mago 26 de 1880.

Señor Ministro: A las 2 A . M. del d i a 25 la lancha porta-torpedos Guacolda divisó, n o lejos del p u n t o d e su guardia, una lancha a v a p o r enemiga, sobre la cual se dirijió para atacarla. La Janequeo, n o t a n d o ese m o v i m i e n t o , hizo r u m b o para unirse a la Guacolda. L a e m b a r c a c i ó n enemiga h u y ó perseguida p o r nuestras lanchas, i la Janequeo, c o n su rápida m a r c h a logró alcanzarla, i recibiendo ios fuegos del e n e m i g o la atacó c o n el t o r p e d o d e estribor. E l estallido del torpedo causó grave avería en la lancha enemiga; pero la nuestra sufrió igualmente, viéndose sus tripulantes obligados a salvarse en u n a chata vecina al c o m b a t e , c u a n d o la Janequeo se hundia ya, e n el mar. La embarcación peruana, q u e también se iba a pique, pidió ausilio i la Guacolda llegó a tiempo para tomar a una parte d e la tripulación rendida. 8 d e los tripulanTOMO

H—70

553

OCTAVO.

tes enemigos perecieron i 7 cayeron prisioneros, entre los cuales hai u n teniente s e g u n d o d e marina herido d e alguna gravedad, un m e c á n i c o i soldados. D e éstos hai dos c o n heridas leves. La postraccion en q u e se halla el oficial herido, c o n la cabeza abrazada, roto u n brazo i tal vez dañado interiorm e n t e a causa d e la esplosion del torpedo, n o permitía esponerlo a las molestias d e u n viaje; i he creído preferible, o b e d e c i e n d o a u n sentimiento d e h u m a n i d a d , el ponerlo a disposición de la autoridad de esta plaza. H e indicado, sí, la c o n d i c i ó n d e que ese oficial sea canjeable durante esta guerra si se presenta el caso de poder efectuarse ese canje. Los demás prisioneros irán al Sur en el vapor Santa Luda, j u z g a n d o que n o es conveniente el dejarlos en alg ú n buque d e esta escuadra. Por nuestra parte, en las pérdidas d e la Janequeo, h e m o s tenido d o s fogoneros muertos i u n soldado herido d e alguna gravedad. E n la Guacolda u n tiro de rifle escapad o casualmente a su b o r d o mientras salvaban a los tripulantes de la lancha enemiga, fué a herir gravemente a u n m e c á n i c o que falleció a las pocas horas. E l c o m a n d a n t e de la Janequeo tuvo una lijera herida e n una m a n o . H e m a n d a d o instruir un sumario de este h e c h o , el que, una v e z terminado, cuidaré d e remitir en copia a ese m i nisterio, limitándome, por ahora, a trascribir a V. S. los partes q u e de aquel suceso m e han pasado los c o m a n d a n tes d e nuestras lanchas. Dios guarde a V. S. GALVARINO

RIVEROS.

Al señor Ministro de Marina.

Callao, Mayo 25 de 1880. Señor C o m a n d a n t e en Jefe: R e c i b i d a la orden d e V. S. para atacar una lancha p e ruana q u e desde el fondeadero se divisaba en las i n m e diaciones d e l d i q u e , a las 5 ? . M . g o b e r n é en su d e m a n da en c o n v o i c o n la Guacolda. T a n pronto c o m o el enemigo se apercibió d e nuestra p r o x i m i d a d , h u y ó e n dirección de la dársena; i c o m o viera q u e era imposible alcanzarla, después d e contestar c o n dos tiros de c a ñ ó n su nutrido fuego de fusilería i ametralladoras sin resultado p o r la distancia, m e replegué hacia la escuadra e n c o m p a ñ í a c o n la Guacolda, sin contestar el fuego q u e se nos hacia tanto de tierra c o m o de los buques i lanchas enemigas. C o n los tiros h e c h o s p o r la Janequeo, cedió el p m s o t e del c a ñ ó n q u e montaba. ;

Durante la n o c h e , p o r orden superior, la Janequeo se m a n t u v o andando alrededor d e los buques al ancla, A la 1.30 A . M. d e hoi, se divisó p o r la proa del Huáscar, q u e se encontraba hacia la medianía cíe la bahía dos bultos al parecer de lanchas enemigas, i a la Guacolda q u e a toda máquina se dirijia a reconocerlas, haciendo al m i s m o tiempo señal d e reunión a la Janequeo. D i orden d e a p u rar los fuegos i goberné a todo vapor en la misma d i r e c ción hasta ponernos al habla c o n la Guacolda, i d e a h í nos dirijimos e n c o n v o i hacia el S u r del d i q u e para c o r tar la retirada al e n e m i g o , c u y o s h u m o s eran perfectam e n t e visibles i c u y o s cascos, en n ú m e r o d e tres, d o s al N o r t e del dique i u n o cerca de la playa, p u d i m o s pronto ver. A p r o v e c h a n d o el m a y o r anclar de la Janequeo, m e adelanté un p o c o a la Guacolda, dirijiendome a atacar las d o s lanchas enemigas q u e se encontraban j u n t a s , las q u e h u y e r o n inmediatamente, r o m p i e n d o sobre nosotros u n v i v o fuego de cañón, fusil i ametralladora, q u e fué contestado c o n rifle desde la Janequeo. La lancha enemiga Independencia fué la primera que alcanzamos, colocándonos a sus costados de babor, c o m o a tres metros de distancia, reventándole nuestro torpedo de costado de estribor bajo su popa. Simultáneamente, con la esplosion de este torpedo, tuvo lugar otra sobre el salón de los fuegos, a estribor de la Janequeo, cuyas consecuencias fueron fatales para la laucha. A l abordar a! enemigo


554

GUERRA

DEL

pudo notarse en su popa un hombre que sostenía en sus manos un objeto de medianas proporciones, lanzándolo luego sobre la Janequeo. De resulta de esta esplosion m u rieron los dos fogoneros que se encontraban en el salón de los fuegos i éste se vio inmediatamente inundado, pasando pronto el agua a los demás departamentos. Como aun funcionaba la máquina, pude dirijirme hacia unas lanchas que se encontraban fondeadas cerca, a cuyo costado se ha ido a pique la Janequeo cinco minutos después. Los tripulantes sobrevivientes fueron trasladados a una de las lanchas, dirijiéndose en ella a la chata Callao, donde tomaron dos botes pequeños para reunirse a la escuadra. Mientras tanto la Guacolda, después de recojer los náufragos de la Independencia, se batía en retirada contra dos lanchas peruanas, razón por la cual no solicité su ansilio. Según versión de algunos de los prisioneros, se lanzó efectivamente sobre la Janequeo un torpedo de 100 libras. Según otros, la esplosion del torpedo de la Janequeo determinó la de la santabárbara de la Independencia. E n uno u otro caso tenemos que lamentar los resultados. A c o m p a ñ o a V. S. una relación nominal de la tripulación de la Janequeo con espresion de los muertos i heridos habidos. Réstame solo, señor comaudaute en jefe, manifestar a V . S. el escelente comportamiento de los tripulantes del bote-torpedo, tanto durante el combate, como durante el naufrajio, especialmente el del cirujano 2. ° don Francisco Oyarzun, cuya accidental presencia en la laucha, fué de gran utilidad. A líltima hora, por declaración del comandante de la lancha peruana, se ha sabido que lo que ocasionó la sensible pérdida de la Janequeo, fué un torpedo de mano lanz a d o de la Independencia, c o m o muchos habían creído. Dios guarde a V . S. M A N U E L

Relación

de la tripulación de la lancha "Janequeo."

SEÑORET.

porta-torpedo

Comandante, teniente 1. ° don Manuel Señoret, herido leve. Aspirante, don Osear Señoret. Cirujano 2. ° , don Francisco J. Oyarzun. Injeniero 1. ° , don Santiago W r i g h t . Mecánicos: don Juan de la C. Márquez i don Cleto Ríos. Fogoneros Manuel Pérez, muerto, i Francisco Peña. Id. 2. ° , AgnstinCanales, muerto. Timonel, Manuel González. Capitán de altos, Manuel Henriquez. Marinero 1 . ° , Joaquín Ponce. Grumete, Guillermo Molina. Soldados: Pastor Reyes, Rafael Navarro i D o m i n g o S u a rez, herido de gravedad en la cabeza i el pecho. M A N U E L

SEÑORET.

Callao, Marzo 25 de 1880.

PORTA-TORPEDO

GUACOLDA.

Rada del Callao,

Mayo

25 de 1880.

Señor Comandante en Jefe: C u m p l i e n d o con las órdenes de V . S., a las 5 P. M. del día de ayer, m e dirijí en c o m p a ñ í a de la Janequeo a atacar una lancha enemiga que a esa hora habia salido de la dársena. Tan luego c o m o el enemigo nos vio acercarnos, h u y ó hasta ponerse al abrigo d e las baterías del N o r t e , por c u y a razón v o l v i m o s al Blanco Encalada, n o sin h a ber antes recibido un vivo fuego de rifles i algunos disparos d e c a ñ ó n q u e se nos hizo, tanto de la lancha c o m o d e tierra, pero de los cuales n i n g u n o nos tocó. D e 8 a 2 A , M. no h u b o n o v e d a d en la bahía, h a b i e n d o esta l a n c h a p e r m a n e c i d o en observación cerca del Huás-

PACIFICO.

car i factoría, haciendo igual cosa la Janequeo cerca del Blanco Encalada i demás buques que estaban fondeados. C o m o a las 2 A . M. se sintieron disparos de c a ñ ó n , h e c h o s al parecer al lado N o r t e de la bahía; pero c o m o estos disparos cesaron m u í pronto, creí que solo era una falsa alarma, por c u y a razón permanecí siempre cerca d e la isla. Después he sabido que estos disparos fueron hechos por las lanchas peruanas de ronda c o m o señal para c o n centrarse. A las 2.15 A . M. m e apercibí que cerca de la punta d o n d e están los cañones de a 1,000 se divisaban uno o dos bultos sospechosos, en c u y a d e m a n d a m e puse inmediatamente, haciendo al m i s m o t i e m p o señal a la Janequeo para que se acercase. A l acercarnos c o n la Janequeo al muelle flotante, recocimos perfectamente tres lanchas enemigas que a t o d o andar trataban de escapar hacia la dársena, i ele las c u a les se nos hacia u n nutrido fuego de cañón, rifles i a m e tralladoras. H a b i e n d o logrado cortarles la retirada a dos de ellas que estaban j u n t a s , nos lanzamos sobre ellas para atacarlas c o n nuestros torpedos. Gracias a su m e j o r andar, la Janequeo logró adelantarse a esta lancha unos cien metros, distancia a q u e estaba de aquella c u a n d o sentí la esplosion de u n o de sus torpedos. C o m o siguiese y o en d e m a n d a del enemigo, al aclararse la humareda ocasionada por el torpedo, avisté por la proa de la Guacolda a una de las lanchas enemigas que seguia h u y e n d o hacia la playa i de la cual se m e h a cia fuego de armas menores. A l c a b o de un cuarto de hora de caza i en el m o m e n t o que y a estaba bastante cerca del e n e m i g o para aplicarle u n torpedo, m e apercibí q u e ésta ya n o hacia fuego sobre la Guacolda i que a gritos pedían socorro sus tripulantes, por c u y a razón paré inmediamente la máquina i mandé al c a c h u c h o que remolcaba y o por la p o p a para que fuera a tomar posesión de la lancha enemiga; en el m o m e n t o q u e estaba ya el c a c h u c h o por llegar, vi irse a p i q u e a la lancha peruana, de c u y o s tripulantes solo 7 pudieron ser traídos a bordo de la Guacolda, q u e eran al m i s m o tiempo todos los q u e estaban en la lancha en ese m o m e n to, h a b i e n d o 8 mas de los q u e c o m p o n í a n su tripulación volado o sido muertos c o n la esplosion del torpedo de la Janequeo, pues la lancha que y o perseguí fué precisamente la misma a quien la Janequeo habia logrado aplicarle u n o de sus torpedos de costado. U n a vez tomados los náufragos a b o r d o de esta lancha, m e puse a buscar a la Janequeo a la cual n o habia visto desde el m o m e n t o en que sentí su t o r p e d o ; pero n o h a b i e n d o p o d i d o dar c o n ella i c r e y e n d o q u e ya habría vuelto a b o r d o del Blanco Encalada, me apresuré a ponerme y o también en d e m a n d a de este blindado para entregar a los heridos que llevaba i q u e necesitaban p r o n t o ausilio. A l pasar frente a la dársena, dos grandes lanchas peruanas trataron de cortarme el paso; pero habiéndoles yo h e c h o contestar su nutrido fuego de rifle i c a ñ ó n c o n la ametralladora Gatling que llevaba la lancha a p o p a , pronto m e dejaron el paso libre i p u d e volver hasta ponerme al habla c o n el b u q u e de la insignia de V. S., al cual mand é los heridos i demás prisioneros. C o m o a las 4. A . M. m e dirijí hacia el muelle flotante c o n el objeto de buscar a la Janequeo que todavía n o habia vuelto; pero p o c o después tuve la suerte de encontrar a sus tripulantes que volvían en dos c a c h u c h o s , por habérseles ido a pique la lancha. A b o r d o de la Guacolda h e m o s tenido la desgracia de perder al primer m e c á n i c o de ella, T o m a s J o h n s o n , que fué herido en el cuello por u n tiro q u e casualmente se le salió al soldado Francisco P. Bravo, de la tripulación del Huáscar, i que formaba parte de la g u a r n i c i ó n que llevaba a b o r d o la lancha por esa n o c h e . Réstame, señor Comandante en Jefe, recomendar a la consideración de V . S. el valor i entusiasmo con que to-


CAPITULO

dos los tripulantes d e la Guacolda c u m p l i e r o n c o n su deber durante el ataque de las lanchas peruanas. D i o s guarde a V. tí. L u i s A . GOÑI.

LIBERTAD AL TENIENTE

GALVEZ.

R E P Ú B L I C A D E C H I L E . — C O M A N D A N C I A E N JEFE D E L A ESCUADRA.

A hordo del blindado" Blanco Mayo 26 de 1880.

Encalada"

Rada del

Callao,

Señor: En el ataque de lanchas que tuvo lugar en las primeras horas de ayer, cayó entre otros, prisionero i herido el teniente de la marina del Perú clon José Gralvez. Aunque los médicos que lo atienden aseguran que su c u ración no será larga ni difícil, la clase de heridas del prisionero, aunque no de peligro, son harto dolorosas i exijen cuidados de familia. Deseando aliviar la situación del herido, estoi dispuesto a entregarlo a la autoridad peruana, a condición de que este oficial se considere canjeable durante esta guerra, si se presenta el caso de poder efectuar ese canje. Si se acepta mi proposición, puede V. S. enviar a bordo de esta nave una embarcación para el trasporte a tierra del herido. Dios guarde a V . S. GALVARINO

RIVEROS.

Al señor Prefecto del Callao.

PREFECTURA I COMANDANCIA JENERAL DE ARMAS.

Callao,

Mayo

26 de 1880.

Señor: Ha sido puesta en mis manos la nota en que V . S . me manifiesta, que deseando aliviar la situación del teniente de la marina peruana don José Galvez, herido en el ataque de lanchas que tuvo lugar en las primeras horas de ayer i prisionero hoi a bordo de esa nave, ofrece V . S . espontáneamente entregarlo a la autoridad peruana, a condición de que este oficial se considere canjeable durante esta guerra, si se presenta el caso de poder efectuar ese canje.

OCTAVO.

555

de mi obligación, avancé sobre esa lancha i disparé sobre ella por cuatro veces el cañón que llevaba. Desgraciadamente los cáncamos faltaron i el cañón quedó inutilizado para nuevos disparos. La lancha chilena, de mucho mayor andar qne la nuestra, se pnso fuera de nuestro alcance i ordené entonces la retirada. A l g u n o s momentos después divisé que la lancha que habia perseguido, acompañada de otra de mayor porte i de dos chimeneas, se dirijian contra la mia, cortándole la retirada. E l mayor andar de esas lanchas les permitió realizar su propósito i en pocos momentos las tuve al alcance de tiro de fusil. E n el acto ordené hacer fuego con la ametralladora de mi embarcación i con los fusiles que llevaba; mas, por una nueva fatalidad, la ametralladora se descompuso i me encontré sin medios de ataque contra un enemigo mas fuerte, i que se aproximaba con gran rapidez. Con la lancha llevaba un torpedo del peso de 100 libras de pólvora común, i sin perdida de tiempo i ayudado por el señor Ugarte prendí la mecha aplicándole la luz de la lámpara, i mantuve eii peso el torpedo hasta que la proa de la mas grande de las lanchas chilenas tocó con la popa de la nuestra. E l señor Ugarte i yo lanzamos el torpedo sobre la cubierta de la lancha enemiga, i c o m o se me ocurriese que la mecha de 5 minutos podia dar tiempo para que la cortasen o para que arrojasen al agua el torpedo i quedase sin resultado mi proyecto de hacer volar esa embarcación, hice fuego sobre el torpedo con el arma que tenia, consiguiendo que estallase al segundo disparo. E l señor Ugarte i y o fuimos lanzados c o n la esplosion al f o n d o de nuestra lancha, i aunque y o quedé aturdido c o n el golpe, sentí que los enemigos nos hacian fuego c o n sus ametralladoras. A los p o c o s minutos el agua i n u n d a ba los fondos de la Independencia, i comprendiendo yo que zozobraba intenté desembarazarme del capote i ropa de abrigo q u e llevaba; el marinero Pablo Villanueva q u e solo habia sufrido una lijera contusión, m e a y u d ó a d e sembarazarme de esas prendas, pues a m í m e habría sido imposible hacerlo. La Independencia se sumerjió arrastrándonos consigo; mas, por fortuna mia, luego que t o c ó f o n d o pude c o n grandes esfuerzos llegar a la superficie, de d o n d e fui t o m a d o p o c o s m o m e n t o s después por un b o te chileno.

Con la cara i las manos quemadas por h. esplosion del torpedo, ciego i casi sordo en los primeros m o m e n t o s i En contestación, puedo decir a V . S., autorízalo por mi m u i estropeado c o n la caida, apenas podia darme cuenta Gobierno, que queda aceptada la condición propuesta por de lo que pasaba. Llevado al Blanco Encalada, fui trasV . S., i que, en tal virtud, se acercará al costado de ese naladado esa m i s m a m a ñ a n a al Kielder Castle, habiendo ve una embarcación de la escuadra con el objeto de recibir recibido en ambos b u q u e s los ausilios q u e mi estado r e al herido i conducirlo hasta este puerto. quería. Dios guarde a V . S. Entre los mismos chilenos que m e dirijieron la palabra PEDRO J. SAAVEDRA. se encontraba el teniente señor Señoret, quien m e dio la Al señor Comandante en Jefe de la escuadra chilena. noticia de que la lancha q u e él m a n d a b a se habia ido a p i q u e j u n t o c o n la mia; pero que mas afortunado que y o , solo tenia una lijera herida en el brazo. PARTES OFICIALES PERUANOS. N o p u e d o dar razón segura de los daños causados al enemigo, pero por nuestra parte tengo la triste c e r t i d u m Lima, Mayo 29 de 1880. bre de que h e m o s perdido al intrépido señor U g a r t e , guardia-marina señor San Martin i algún otro mas, pues Señor Capitán: en el f o n d o de la Independencia habia tres cuerpos q u e Cumplo con el deber de poner en conocimiento de V . S. lo ocurrido en la noche del 24 del presente mes, mientras sentí j u n t o a mí al zozobrar la embarcación i que n o h a desempeñaba la comisión que se me confió por la mayoría, brán p o d i d o salir. Deber m i ó es, señor m a j o r de órdenes, recomendar al poniendo a mis órdenes la lancha a vapor Independencia. S u p r e m o Gobierno por el digno órgano de V. S., el buen A las 11 P. M . tomé el mando de la lancha, teniendo Independencia, bajo mis órdenes al gnardia-marina San Martin i 13 h o m - c o m p o r t a m i e n t o de los tripulantes de la bres mas, entre maquinistas, timonel i jente de mar, h a - I pues todos ellos cumplieron c o n valor su obligación, d i s tinguiéndose el practicante señor Ugarte, que n o vaciló biéndose embarcado también el practicante de medicina en sacrificarse a y u d á n d o m e a arrojar el torpedo que d e s don Manuel Ugarte, que habia obtenido permiso para truyó la lancha chilena i la nuestra, antes que ésta fuera acompañarme en esa espedicion. presa o destruida por los enemigos. Desde las 11 P. M. hasta las 2 A . M. nada ocurrió de También d e b o recomendar al marinero Pablo V i l l a n u e estraordinario, i estando a esa hora cumplido el encargo va, pues en m o m e n t o s de zozobrar la Independencia, que habia recibido, me disponía a regresar, cuando noté arrostrando los fuegos enemigos que se hacian sobre que una lancha chilena se dirijia del cabezo de la isla al nuestras cabezas, p o r q u e las lanchas chilenas, m u c h o m a s lugar donde se hallaban los buques neutrales. C o m o era ?


GUERRA

556

DEL

a preparar el revólver i con mano segura dispara por segunda vez. Una detonación espantosa atruena el aire, el torpedo hace esplosion. U n a de las lanchas del e n e m i g o , a la que la esplosion botó parte de la proa, se hundió acto continuo. N o es p o sible dudar lo contrario, porque la otra que es la que el Amazonas tomó en Balleuitas, estuvo largo rato voltejeando alrededor del paraje donde se acababa de verificar tan heroica acción. De a bordo de los buques de nuestra escuadra se distinguió perfectamente, al ansilio de la luz de la luna, que solo una lancha quedaba de las tres que antes se habían batido. L a esplosiou tuvo lugar a las 2.45 A. M. De 16 personas que tripulaban la laucha Independencia, solo han regresado a tierra 6. Están heridos.^Unos nadando, otros asidos a las tablas que boyaban sobre el mar, de los destrozos de nuestro laucha, todos q u e m a d o s ; así hau estado hasta las 3.25 A . M. en que fueron recojidos por botes enviados de la goleta española Amistad i el vapor Mayro. U n o de los náufragos, Felipe Castillo, fué a nado hasta el costado de la goleta, pidiendo socorro para sus c o m p a ñeros, que les fué inmediatamente proporcionado. Los b o tes de estos dos buques condujeron a tierra, para que se atendiese pronto a su curación, a los 6 náufragos. La lancha Callao, al sentir la esplosiou, fué en ansilio de los nuestros; pero estando desarmada tuvo que regresar en busca de las lauchas Amo i Uncus, que acudieron inmediatamente al lugar donde se acababa de realizar este acontecimiento. La primera estaba al mando del capitán de fragata don Leandro Mariátegni i la segunda al del tenieute 1. ° dou Cosme Haza. A m b a s lanchas llegaron tarde. El enemigo se retiraba a toda fuerza de su máquina. Los tiros que le hicieron no le alcanzaron. Estaba fuera del alcance de la fusilería i artillería de nuestras lanchas. Desde las primeras horas de la noche las lanchas enemigas estaban emboscadas entre los buques neutrales, c u biertas por el dique. Habían tomado algunos botes de una chaza que está en ese sitio. E l teniente H a z a logró tomar uno de esos botes que estaba al garete, dentro del cual encontró una gorra de marino ensangrentada, no pudiéndose saber si es de alguno de los nuestros o de los del enemigo. Entre los tripulantes de la laucha se encontraba el practicante de medicina Manuel S. U g a r t e , que pertenecía al Atalmalpa, habiendo acompañado al teniente Galvez en su ronda. Ugarte había pertenecido a la dotación de la fragata Independencia cuando se varó en Punta Gruesa. Mas tarde estuvo a bordo de la corbeta Union en la espedición que ésta realizó, donde fué nuestro compañero.

altas que la nuestra, nos d o m i n a b a n por c o m p l e t o , ofrec i ó sacrificarse c o n m i g o i c o n t r i b u y ó a salvarme la vida. V. S. se servirá elevar este parte al c o n o c i m i e n t o del S u p r e m o Gobierno, q u e d á n d o m e la satisfacción de haber h e c h o por mi parte c u a n t o he p o d i d o para c u m p l i r mis deberes d e marino i d e ciudadano. D i o s guarde a Y . S. N o p u d i e n d o firmar por tener heridas las manos, lo hace a m i ruego mi hermano d o n Justiniano A. Galvez. Por José Galvez, teniente 2. ° de la d o t a c i ó n del Atahualpa, JUSTINIANO

A.

GALVEZ.

Al señor Capitán de navio, Mayor de órdenes del departamento.

Callao, Mayo 25 de 1S80. Señor Capitán: A c a b o de saber por persona fidedigna, c u y o n o m b r e c o n v i e n e reservar, los acontecimientos que tuvieron lugar en la madrugada de hoi, i son los siguientes: A eso de las 2 A. AL las lanchas chilenas, en n ú m e r o de dos, asaltaron a la lancha nuestra Independencia,, siend o la mas grande de las dos la que envistió c o n su torped o a la nuestra, i al m i s m o m o m e n t o los de nuestra lancha les echaron b o m b a s (granadas de m a n o ) que hicieron esplosion en la máquina i al m i s m o tiempo fueron las dos lanchas a pique. Los tripulantes de nuestra lancha, t o m a d o s n a d a n d o por los chilenos, son el teniente Galvez, un maquinista i 5 individuos mas. Según esta relación, parece que falta el guardia-marina San Martin i u n o de los m a q u i nistas, q u e j u n t o c o n los 6 salvados en la mañana, h a c e n 13. Por otro c o n d u c t o se m e h a d i c h o de q u e los chilenos h a n c o l o c a d o una b o y a para saber el p u n t o fijo a d o n d e la lancha de ellos se fué a pique, c o n el objeto quizá de hacerla boyar. L o que t e n g o el h o n o r de poner en c o n o c i m i e n t o de Y . S., señor c o m a n d a n t e jeneral. M A N U E L

PALACIOS.

Al señor Capitán de navio i Comandante Jeneral de Marina.

(Correspondencia a E L NACIONAL de Lima.)

Callao, Mayo 2-5 de 1880. Señor D i r e c t o r : E n la madrugada de hoi, después de haber terminado su ronda la lancha Independencia, al mando del teniente 2. ° don José Galvez, se dirijió por el sitio donde están fondeados los buques neutrales a practicar un reconocimiento. E r a la 1.30 A . M. U n a lancha enemiga, que estaba por ese sitio emboscada, vino a toda fuerza sobre la nuestra. Entonces se trabó un combate reñido por una i otra parte. Otra lancha se destacó de detrás del dique en ayuda de la primera. Esta abordó a la nuestra por la proa, aquella lo hizo por la popa. La lancha Independencia, haciendo uso de su ametralladora, después de haber hecho un tiro con el cañón que tenia a proa, trabó un reñido combate con las del enemigo. Combate desproporcionado, en que solo el valor de nuestros bizarros marinos pudo equilibrar. U n a de las lanchas logró colocar su proa sobre la nuestra; la situación era difícil, el peligro e n o r m e . . . era necesario rendirse o morir... • Rendirse en el puerto del Callao, frente a nuestras b a terías, detrás de las cuales, en el horizonte, se ve el reflejo de la iluminación de L i m a , la ciudad donde está una familia de héroes, cuyas tradiciones honrosas son el orgullo de nuestro pueblo, del Perú entero... rendirse, imposible! Toma un torpedo i enciende la mecha para lanzarlo sobre el e n e m i g o : pero ésta no prende. Saca entonces su revólver i hace un tiro sobre el torpedo que tiene a sus pies; el tiro no acierta a tocar sobre el fulminante. Vuelve

PACIFICO.

XY. JJH prensa de Tacna el dia de la batalla. LA

DESCUBIERTA

DEL

22.

i j (Editorial de E L BOLETÍN DE LA GUERRA, diario oficial de Tacna, diente al 2tí de Mayo de 1880.)

I ! j ¡

correspon-

Para sacudir la monotonía de tres meses de incertidumbres, de temores, de vijilias i de flajelos sin cuento, el ejército invasor, cuya desmoralización avanza terreno, provocó el 22, al medio dia, uua escaramuza que quiso sostener con dos armas, pero que abandonó a los pocos instantes, convencido de su impotencia para defender un lugar que no es el suyo, por lo m i s m o que está lejos el grueso de sus tropas. ( A l u d e a la espedicion de reconocimiento hecha el 22 de Mayo por el coronel Lagos.) El movimiento del Sábado, c o m o que acusa estratejia i astucia en el capitán enemigo i c o m o que fuera un alarde de fuerza que esa jente vanidosa hubiera querido presentarnos. Por fortuna conocemos tanto el carácter i los quilates de valor de los hombres a quienes vamos a c o m -


CAPITULO

557

OCTAVO.

Para Chile llega el término de las siete.semanas del batir, que en vano querrían, con simulacros como el del profeta. N o puede eludir su cumplimiento quien, coloca2 2 , p r o b a m o s virtudes militares que están mui lejos de do en la pendiente por sus crímenes, vive siempre, por poseer. Pero nada de eso ambicionamos, ni la aspiración de la la fuerza de su conciencia, empujado hacia el abismo. alianza en este gran castigo qne vamos a imponer a C h i A h í el cielo dice que aquí está para Chile el abismo. le, se reduce a escaramuzas de grupos de hombres que r e MODESTO MOLINA. sucitan el patriotismo i valor de las gloriosas horas del 27 de N o v i e m b r e en Tarapaeá. Nosotros queremos el gran combate, porque vamos a obtener la gran victoria; quereXVI. remos el sacrificio, si él ha de aplacar la ira de los dioses i si ha de reparar las ofensas i vilipendios de trece meses de BATALLA I TOMA DE TACNA. indignidades sin ejemplo. TELEGRAMAS OFICIALES. Tarapacá fué estrecha tumba para Chile. Apenas si en ella pudo caber una horda desesperada que halló la muerte (Recibido de Valparaíso a las 5.55 A. M.) en esa hondanada, después de demandarnos misericordia i perdón. Tacna será sepulcro mas profundo todavía para Santiago, Mayo 29 de 1SS0. encerrar la tremenda venganza de dos pueblos, a quienes A S. E . don Aníbal Pinto. se ha ofendido sin medida, bajo el amparo de una que se E l señor L y n c h me dice desde Iquiqne que comunique creia eterna impunidad. a V. E: Hace 90 dias qne los promotores chilenos de esta guerra vergonzosa para ellos, señalaron un plazo perentorio de (Iquique 3.45 A. M.) medio mes, para plantar su bandera en Tacna i Arica, des" ¡ VIVA CHILE ! de cuyas alturas pensaban ver fugando a Puno i Solivia a ¡Tacna tomada! nuestro ejército desbandado. Sin embargo, esos grandes La resistencia tenaz opuesta esta vez por los aliados ha charlatanes han visto trascurrir ese tiempo i tres etapas sido inútil contra nuestros bravos soldados. mas de él, durante las cuales los invasores apenas han lleE n e m i g o s fruitivos en todas direcciones. Nuestras bajas gado a Sama, en cuyo punto permanecen petrificados de aunque considerables, son mui inferiores a las del enemigo. miedo, mirando cerradas todas las puertas de escape i perE l camino de Arica quedó abierto a nuestro ejército en diendo cada dia las esperanzas qne les hicieron concebir marcha. ¡Gloria a nuestros valientes!— Lynch." los triunfos fáciles de Pisagna i San Francisco. Felicito a V . E . en nombre de nuestra gloriosa patria. Pero, en fin, ¿avanzan o no avanzan? L a empresa qne ha acometido el enemigo es obra de r o m a n o s ; i ¡os chilenos están m u i lejos de haber sido vaciados en moldes romanos. Mui pequeña nación es Chile para sojuzgar a dos pueblos poderosos por la fuerza de su j u s t i cia i por la justicia de su fuerza. Cerrar sus puertos con naves armadas, cuando no tenemos en el mar c ó m o c o n tener el paseo impune de esas naves, i violar el territorio lejos de nuestro alcance, no es la victoria para Chile ni la caida para la alianza. Cuando hayan trascurrido cinco, diez, veinte, cien años, i no haya quedado un solo hombre en el Perú i Bolivia, talvez si entonces el invasor pudria entonarnos la postrer salmodia de los m u e r t o s ; pero mientras baya un solo brazo qne pueda empuñar el arma, Chile no podrá vencernos jamás. M u c h o honor hacemos al enemigo con concederle tanta enerjía. Para ello necesitaría sojuzgarnos aquí i esto precisamente es lo mas inseguro en el j u e g o a la mala que viene haciéndonos. Pero en resumen, necesitamos saber si nos bnsca i lo esperamos, o si vamos a buscarlo i nos aguarda. En cuanto a lo primero, nuestra actitud de hace 2 2 dias en el vivac, desmiente a los escritores chilenos que a la fecha nos consideran de fuga, i es la espera mas caballerosa de quien, habiendo acudido a cita que en el c a m p o de honor le da el que le ha arrojado el guante, aguarda en vano al enemigo que debe concurrir al duelo a muerte que provocó con su ofensa. E n cuanto a lo segundo, la historia tiene su lójica fatal i el destino sus leyes infalibles. Colocados c o m o están nuestros ejércitos en condiciones de ser los ejecutores de la venganza de la alianza, no nos estrañaria que a los invasores íes tocase la suerte de las lejiones de Miller en Arequipa en 1821, i la de las de Álvarado en 1823 en Moqnegua. E l teatro es casi el m i s m o , con la diferencia de que los actores de entonces defendían la libertad i los de hoi van en busca de los que ofenden o esa libertad para escarmentarlo c o m o a m a l vados i no c o m o a enemigos. E n esta labor del patriotismo, una gran parte tiene el ejército qne a la retaguardia de los invasores sigue sus movimientos hasta cuando suene la hora tremenda. Para entonces habrá terminado el plazo que el destino h a señalado a Chile i habrá caído su orgullo, estrellándose como Iraco contra nuestras bayonetas.

E.

ALTAMIRANO.

'

Iquique, Mayo 29 de 18S0. A S. E . el Presidente. E l comandante Campell del Tolten m e dice lo qne sigue: " A c a b o de llegar a ésta procedente de Ite, conduciendo las siguieutes noticias sobre la batalla i toma de Tacna, según carta del Jeneral en Jefe, cuya copia es como sigue: " ¡ V I V A

CHILE!

Suburbios de Tacna, .20 de Mayo de 1880.—Señor M i nistro de la G u e r r a : — A y e r a las 9 A . M. se movió el ejército de mi mando en busca del enemigo. A c a m p ó en la tarde c o m o a dos leguas i media de las posiciones que ocupaba el ejército aliado. H o i a las 6 A . M. me puse nuevamente en movimiento i rompió sus fuegos nuestra artillería contra las avanzadas enemigas, haciéndolo la artilleríacontraria a las 8.30. A . M. L o s fuegos de artillería se sostuvieron hasta las 11 A . M . , hora en qne nuestra infantería avanzó, haciéndose desde entonces jeneral el combate. E l enemigo opuso grande i t e naz resistencia; pero, apesar de ello, tres horas mas tarde nuestros valientes soldados se apoderaban de las formidables posiciones ocupadas por los ejércitos aliados. Desde ese momento el enemigo se dispersó huyendo en distintas direcciones i pocas horas mas tarde oenpamos la ciudad de Tacna. Tenemos muchas bajas, siendo mucho mayor las del enemigo. E n este momento m e seria imposible apreciar la cifra de nuestras pérdidas. Felicito a V . S. i al país por esta victoria que importa para el enemigo un golpe rudo de imposible reparación, i para Chile la cousoiidacion de la obra encomendada a su ejército.—Manuel Baquedano." A esto solo agregaré a V . S. los datos comunidados por el oficial que condujo la correspondencia i que fió al patrón del bote de la Covadonga i que permaneció en tierra durante la noche: "Jeneral Campero herido i prisiouero; tomadas 8 piezas de artillería i algunas ametralladoras. U n a parte de nuestro ejército marchó sobre Arica.


GUERRA DEL P A C I F I C O .

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E l Jeneral en Jefe ha dado instrucciones al comandante Latorre para que proteja el ataque en caso necesario. N o he podido obtener mas noticias por no haberme c o municado con tierra por la braveza del mar. Sigo a ésa siendo portador de una carta del Jeneral eu Jefe para esa comandancia de a r m a s / ' LYNCH.

(Recibido de Iquique a las 12 M . )

Santiago, Mayo 29 de 1880. Señor Ministro del Interior: A c a b o de recibir por el Tolten la carta siguiente: "Señor P. Lynch: E l parte adjunto del jeneral Baquedano le da la noticia de la gran victoria de hoi. L o felicito cordialmente por ello. ¡ P o b r e don Rafael, que no alcanzó a ver coronada su obra! N o puede U d . figurarse las inmensas dificultades que ha habido que vencer para llegar hasta aquí. L o s caminos son pesadísimos, casi intransitables, i las posiciones que ocupaba el enemigo inespugnables. Tendió su línea en una colina que dominaba el campo ocupado por nuestras fuerzas, i tenia a su espalda otras i otras que constituían una serie de parapetos. Sin embargo, el empuje de nuestros soldados lo venció todo. E s verdad que los jefes todos parecían empeñados en ciarles el e j e m plo de arrojo. Están seriamente heridos el comandante Santa Cruz de Zapadores, el segundo jefe del Santiago, León. Están igualmente heridos, pero no tan graves, el comandante Barceló, el mayor Cocke del Esmeralda i el comandante Gorostiaga del Coquimbo. Murió el mayor Silva A m a g a d a , del Santiago. Oficiales heridos hai como 60, mas o m e n o s ; recuerdo esta cifra, cuya exactitud no puedo garantizarle: 15 del 2. ° de línea, 8 de Navales, 8 del Coquimbo, varios del A t a c a m a , del Esmeralda, del Santiago, etc., etc.. Han quedado en nuestro poder varias ¡úezas de artillería, ametralladoras i muchos i rifles. El c a m p o está s e m brado de cadáveres del enemigo. En el campamento se encontró hasta el rancho preparado: tanta fué la precipitación de la fuga. Se dice que Campero ha salido muí herido. Varios jefes de ellos muertos. Antes de entrar a Tacna, se envió un parlamentario, sobre el cual hicieron fuego. Esto obligó a dispararles a l g u nos tiros de artillería. P o c o mas tarde, recibió el Jeneral una nota de los c ó n sules en que se le anunciaba que el pueblo estaba abandonado i que eran soldados borrachos los que habían hecho fuego sobre nuestro parlamentario. Los únicos cuerpos que no alcanzaron a entrar en a c ción fueron el Buin, el 3. ° , el 4. ° i el Búlnes, que estaban de reserva. L o s demás se han portado heroicamente por parejo. L o que pronunció la derrota fué ver la reserva que m a r chaba en protección de las otras fuerzas. E l Jeneral fué muí victoriado por las tropas; lo m i s m o que Velasquez i los jefes de los cuerpos. Dicen algunos prisioneros que anoche salieron 4,000 hombres a sorprendernos, pero se estraviaron. Se piensa marchar incontinenti sobre Arica. Se mandó a la caballería a perseguir a las fuerzas que se retiraban en dirección a Pachia. Creo que nada se conseguirá porque los caminos son detestables. Parece inexacta la herida de Campero, pero sí se sabe que murió el coronel Camacho. Dispense el desaliño de esta carta que le escribo en la carpa que fué de Montero. L o hago para que satisfaga su ansiedad i la del Gobierno." MÁXIMO

R.

LIRA.

(Recibido a la 1 P. M.)

E l Paquete de Maule acaba de fondear. E l capitán me dice que ayer en la mañana i eu la tarde nuestra artillería, colocada sobre una l o m a frente adonde de está varado el Wateree, rompió sus fuegos sobre los fuertes i que éstos contestaban, pero el capitán no pudo apreciar los efectos. El Jefe de Estado Mayor, coronel Velazquez, me escribe lo que sigue: .[ " C a m p a m e n t o a la vista de Arica, Junio 4 de 1880.— L a batalla del 26 del pasado en las alturas de Tacna fué sangrienta, pero dio por resultado la completa derrota de los aliados. Como a las 10 A . M . la artillería enemiga inició sus fuegos a 3,500 metros sobre nuestra infantería, que avanzaba en guerrillas i en columnas sobre las alturas fortificadas que ocupaban peruanos i bolivianos. L a nuestra contestó inmediatamente con mui buenos resultados, pues al cabo de una hora la artillería enemiga había apagado sus fuegos. L a primera, segunda i tercera divisiones marchaban a atacar el centro i el ala izquierda del enemigo, i la cuarta el ala derecha con una batería K r n p p de montaña. E l Buin, el 3. ° i el 4. ° de línea i el Búlnes componían la reserva. A las 11.40 A . M. comienza el fuego de fusilería de las primeras guerrillas, fuego que se hizo jeneral i nutridísimo en toda la línea. L a artillería de campaña, colocada en diversos puntos, limpiaba de enemigos el terreno por donde los infantes d e bían ganar las alturas. A las 12 M . el combate era rudo. E l enemigo se sostenía firme en sus posiciones i d i e z maba las filas nuestras que habían entrado al fuego con ese ímpetu tan proverbial en el soldado chileno, i c o n t i nuaban avanzando i batiéndose muchas veces a la b a y o n e ta con las fuerzas que peleaban detras de los atrincheramientos. A la 1.30 P. M . el enemigo, desmoralizado i hecho p e dazos, abandonaba sus magníficas posiciones del centro, del ala izquierda, que los nuestros ganabau a paso de carga. Solo en el ala derecha los aliados sostenían el fuego, aunque de una manera mui débil. Media hora mas tarde la derrota del enemigo era j e neral. Montero i C a m p e r o , con unos cuantos restos sin armas i en espantoso desorden, tomaron apresuradamente el c a m i n o de Pachia L a caballería, en espectativa, n o p u d o cortarlos por la distancia i las sinuosidades del terreno q u e c o n d u c e a aquel p e q u e ñ o pueblo. E n la n o c h e , la primera division o c u p ó a T a c n a i al siguiente dia la mitad del ejército. T o d o esto se h i z o en m e dio del m a y o r orden. Solo ocurrieron algunos incidentes d e p o c a trascendencia, d e esos q u e n o es posible evitar después d e una gran victoria. E n c u a n t o al c o m p o r t a m i e n t o de jefes, oficiales i soldadados, n o hai elojios posibles, señor. Creo q u e Chile j a m á s dio u n a batalla a la cual entrara c o n mas resolución i e n tusiasmo su ejército. N a d i e h a vacilado siquiera, apesar d e q u e se combatía a p e c h o descubierto contra e n e m i g o atrincherado en p o siciones formidables. Los Colorados de Daza, los Libres del Sur, el Zepita i otros cuerpos del e n e m i g o h a n perecido casi p o r completo. El e n e m i g o tiene 1,300 heridos i 1,000 muertos, mas o menos. Pronto sabremos el n ú m e r o exacto. E l parque t o m a d o es m u m e r o s o . D e dia en dia sé q u e el parque se aumenta c o n las nuesvas armas i municiones que se recojen.


CAPITULO

L o s prisioneros alcanzan a 1 , 5 0 0 , sin contar coroneles, oficiales peruanos i bolivianos. E n el rejistro que luego se hará en la p o b l a c i ó n , es s e g u r o que caerán m u c h o s mas de los que hai escondidos en las casas, según se asegura; de manera, señor, que la victoria ha sido espléndida i completa. El e n e m i g o n o p u e d e rehacerse; le faltan armas i sobre t o d o municiones. L o s bolivianos q u e han escapado se h a n ido a su país. A su paso p o r Pachia i Galana, a d o n d e se m a n d ó después una division que v o l v i ó trayendo armas, prisioneros i m u n i c i o n e s , lo incendiaron i saquearon todo. Los restos peruanos t o m a r o n distintos r u m b o s , pero nadie se replegó a Arica. L o s rejimientos Buin, 3 . ° i 4 . ° de línea, Búlnes, 2 2 piezas d e artillería i 4 0 0 h o m b r e s de caballería están h o i a dos leguas de Arica. Mañana atacaremos por la retaguardia, c o n j u n t a m e n t e « o n la escuadra. S a b e m o s que hai m u c h a s minas. H e m o s t o m a d o un injeniero peruano encargado de las minas. Las fuerzas q u e hai en la plaza alcanzan a 1 , 7 0 0 h o m bres c o n los sirvientes de los cañones. Bolognesi i M o o r e se obstinan en n o rendirse. T e n e m o s bastante carne i víveres. T e n g a V . S. la b o n d a d de trasmitirlos datos que le a d j u n t o para satisfacer la j u s t a ansiedad del G o b i e r n o i de las familias i de aceptar las consideraciones de aprecio d e s u obsecuente i seguro s e r v i d o r . — J o s é Velazquez."

559

OCTAVO.

Espreso h e c h o a Leiva en M o q u e g u a . — " A p u r e V . S . " — SOLAR.—GONZALEZ

ORBEGOSO.—MARTÍNEZ.

(Recibido en Quilca a las 7.27 P. M.)

Arequipa,

Mayo 30 de 1880.

Señor Prefecto de l e a : Sírvase V. S. trasmitir el siguiente telegrama venido de A r i c a para S. E. el Jefe S u p r e m o : " S e ñ o r Prefecto de Arequipa: M o n t e r o c o n ejército e n Palca. A v a n z a d a s enemigas en H o s p i c i o . Seis b u q u e s aquí. C o m u n i q u e noticias de Leiva.—Bolognesi!'

Leiva el 2 6 en Torata. N a d a sé posteriormente de é l . — GONZALEZ

ORBEGOSO.—MARTÍNEZ.

(Recibido a las 12.5 P. M.)

Callao, Junio 1. ~ de 1880. Señor Prefecto: U n p e q u e ñ o v a p o r llegó en la mañana d e hoi al sitio d o n d e se encuentra la escuadra enemiga. Se ignora su n o m b r e . Los buques chilenos se hallan empavesados, i en este m o m e n t o , 1 1 . 5 5 A. M., están h a c i e n d o salvas. NETO.

(Recibido de lea a las 2.58 P. M.) (Recibido a las ti P. M.)

1. ° de Junio

E x c m o . señor: E l señor contra-almirante Riveras me pide remita V . E . el siguiente parte fechado el 1 . ° del que rije. " H o i a las 9 A . M . fondeó aquí el Toro trayendo la faust a noticia del triunfo de nuestro ejército. Ese vaporcito fué despachado de Pacocha cuando aun no tenia noticias de la batalla. Para celebrar la nueva v i c toria de Chile, hizo el buque jefe una salva de 2 1 cañonazos, empavezándose todas las naves de esta escuadra. E s a manifestación, que era la espresion del entusiasmo de la marina, seria también para que la población peruana que tenemos al frente conociera el nuevo desastre de sus armas. Se sabe que el Gobierno peruano cuida de ocultar los sucesos a su pueblo o los inventa para levantar los espíritus abatidos. N i n g u n a ocurrencia digna de mención ha tenido lugar en este bloqueo después de mi despacho de ayer enviado por el Carlos Roberto. Me he apresurado en hacer regresar al Toro a su estac i ó n de Pacocha. E n el cañoneo de nuestros buques sobre la dársena, el 2 1 i 2 9 del p r ó x i m o pasado, los enemigos han tenido a pique un pontón cargado de carbón, i el Tumbes, también de esa marina de guerra." Estas noticias han sido recibidas hoi por conducto fidedigno. LYNCH. Al Excmo. señor Presidente de la República.

TELEGRAMAS OFICIALES EN

VÍSPERAS D E LA

PERUANOS.

BATALLA.

(Recibido a las 3 P. M.)

Tacna, Muyo 23 de 1SS0. A y e r atacó vanguardia enemiga. Esperamos m a ñ a n a definitiva. Triunfaremos. M U Í c o n v e n i e n t e si Leiva ataca, c o n f o r m e nes, retaguardia enemiga.

instruccio-

de

1880.

E x c m o . señor: A c a b o de recibir a las 2 P. M. el telegrama siguiente: "Camaná, M a y o 2 8 d e 1 9 8 0 . — D e s p a c h o de Arequipa, núm. 1 8 , depositado a las 5 . 4 0 A . M. Señor Prefecto d e l e a : Sírvase c o m u n i c a r a S. E. el Jefe S u p r e m o lo siguiente: Prefecto Solar c o m u n i c a que c o m b a t e e m p e z ó el 2 5 . H o i 2 6 c o n t i n ú a . — González Orbegoso." Q u e trascribo a V. E. MARTÍNEZ.

(Recibido en Lima alas 12.30 P. M.)

Tea, Junio 2 de 1880. E x c m o . señor: El prefecto de A r e q u i p a c o n fecha d e M a y o 3 0 , por la n o c h e , m e dice lo que sigue: " C o m u n i q u e a S. E. que el continjente llegó sin n o v e dad, i que h e recibido de A r i c a el siguiente despacho: " A las 7 . 4 0 P. M . — A v a n z a d a s enemigas se retiraron. Continúan siete b u q u e s . A p u r e Leiva para unírsenos. R e s i s t i r e m o s . — B o l o g n e s i . — González Orbegoso.—Martínez,"

(Recibido a las 3 P. M.)

Pisco, Junio 2 de 1880. E x c m o . señor: V a p o r Bolivia del Sur c o m u n i c a c o n referencia a versiones chilenas que su ejército t o m ó Tacna, después d e una batalla sangrienta p o r ambas partes. Parece, sin e m b a r g o , que c o m o m e d i d a estratéjica se dio a los chilenos paso a la ciudad, pues el ejército se ha retirado en buen orden i n o ha h a b i d o prisioneros. Leiva debe a la fecha estar sobre ellos. L o s nuestros cortaron el puente que c o n d u c e a Arica i enviaron t o d o el material rodante del ferrocarril. El n ú m e r o de muertos n o se determina; los chilenos aseguran ser m u c h o mas los suyos que los nuestros. Se dice q u e M o n t e r o t o m ó 1 , 0 0 0 chilenos prisioneros. So asegura que el jeneral Campero está herido.


GUERRA

560

PARTES OFICIALES

DEL

CHILENOS.

C U A R T E L J E N E R A L D E L EJÉRCITO.

Arica,

Junio 11 de 1880.

T e n g o el h o n o r d e trascribir a V. S. el parte pasado por el señor coronel, Jefe de E s t a d o M a y o r Jeneral, d o n J o s é Velasquez, sobre la batalla del 26 d e M a y o en las alturas de Tacna: " C a m p a m e n t o a la vista de Arica, J u n i o 6 de 1 8 8 0 . — Señor Jeneral en Jefe: T e n g o el h o n o r de pasar a manos de V . S. el parte detallado de la batalla del 26 de M a y o en las alturas de Tacna, i en la cual fueron c o m p l e t a m e n te derrotados los ejércitos del Perú i Solivia. I para que el Gobierno i el país puedan darse cuenta exacta de ese importante h e c h o de armas, v o i a esponer a la lijera los trabajos que ha sido necesario ejecutar para poner al ejército en situación de medir sus armas c o n las del e n e m i g o , trabajos q u e son c o m o los antecedentes de la victoria obtenida. D e l 10 al 15 del pasado A b r i l c o m e n z a r o n a moverse sobre L o c u m b a las primeras divisiones i, c o m o es natural, contrajimos todos nuestros esfuerzos a hacer segura i arreglada su marcha por aquellos desolados desiertos. L a caballería, que a las órdenes del señor coronel V e r gara, se o c u p a b a en esplorar los alrededores de ese valle, i varios oficiales del Estado Mayor Jeneral i artillería que recorrían i estudiaban la topografía del terreno, habían asegurado que el paso de la artillería de campaña era mas o m e n o s fácil de H o s p i c i o a L o c u m b a , pero imposible de aquí a Buenavista. Se presentaba, pues, una seria dificultad, que era necesario vencer a cualquier costa. El 27, dia en q u e la segunda división que habia t o m a do a M o q u e g u a m a r c h ó de Hospicio, a L o c u m b a , la primera i tercera se encontraban y a en el ú l t i m o p u n t o . L o s Tejimientos 3. ° , Lautaro i Zapadores, se alistaron para ir por mar a I t e , caleta que dista o n c e leguas de B u e n a vista. El 28, V . S. m a r c h ó a unirse al ejército, i el 2 d e M a y o el Estado M a y o r Jeneral, los cuerpos mas arriba espresados i la artillería de campaña, desembarcaban en Ite, pues el que suscribe, buscaba la via mas corta i mas fácil para proveer al ejército i c o n d u c i r los cañones de c a m p a ñ a i su numeroso i pesado material. El paso de éstos por la cuesta de Ite, fué una obra q u e h o n r a a los que la llevaron a cabo. V. S. c o n o c e los esfuerzos de constancia i d e actividad que h u b o q u e hacer en cuatro dias de incesante trabajo para realizar nuestro propósito. El 10, la artillería llegó a Buenavista, i apesar d e los deseos de V . S. para atacar c o n rapidez al e n e m i g o , el q u e suscribe se vio en la imperiosa necesidad de quedarse en Ite, punto que debia ser en adelante el centro de los víveres i demás recursos. Era necesario establecer de aquí a Buenavista una corriente ordenada de provisiones para el ejército, trabajo que necesitábala vijilancia i n m e diata de los que tienen a su cargo esa tarea tan laboriosa c o m o secreta i difícil. H é ahí el por q u é de m i estadía en Ite. D u r a n t e 15 dias n o h u b o descanso. T e n í a m o s en c o n tra la braveza del mar i los mil inconvenientes que p r e senta el servicio de acarreo, n u e v o entre nosotros i por lo m i s m o lleno de dificultades. A l fin el 16 p u d e reunirm e a V . S. llevando los últimos restos de las provisiones que el mar habia permitido echar a tiei\ra. D e orden de V. S., el 22 d e M a y o h i c e c o n el Estado M a y o r i una buena parte de los jefes i oficiales del ejército, un r e c o n o c i m i e n t o sobre las posiciones que o c u p a b a el e n e m i g o . La fuerza se c o m p o n í a de las tres armas. Los resultados de esc r e c o n o c i m i e n t o p u d i e r o n verse. C o n o c i m o s la situación de los aliados i p u d i m o s , mas o menos, apreciar el alcance i el n ú m e r o de sus cañones i e s tudiar, por último, otros puntos importantes para el ataque. D e s p u é s de la operación

mencionada, V. S. a c o r d ó la

PACIFICO.

partida del ejército para el dia 25. T o d o listo, éste se p u so en marcha a las 10 A . M. i a las 4.30 P. M. las p r i m e ras divisiones acampaban sobre las lomas que d o m i n a n a la Quebraba H o n d a . L a m a r c h a se h i z o calmada i sin tropiezo. El ú n i c o incidente q u e t u v i m o s que l a m e n t f » ^ fué la pérdida de una recua de muías, c u y o arrieros, r / 1 obstante las instrucciones dadas, se adelantaron a la CÍ ballería que debia protejer los c o n v o y e s i siguieron mas allá de la Quebrada H o n d a , sitio escojido para pasar la n o c h e . D e los arrieros, dos q u e d a r o n en poder del enem i g o i tres fueron heridos en la cara. Tomadas las precauciones del caso para evitar una sorpresa del enemigo, que desde la altura de sus posiciones observaba nuestros movimientos, la tropa se entregó al reposo. A las 4 A . M. se hizo el reparto de municiones hasta completarle a cada soldado 130 tiros. A l m i s m o tiempo se dio una caramañola de agua a las dos divisiones de vanguardia, de la poca que en barriles pudo traerse, porque los estanques se quedaron a medio camino, a causa de lo arenoso i quebrado del terreno i del cansancio de las muías que habían trabajado sin descanso durante todo el dia. A eso de las 6 A . M., se avistaron fuerzas enemigas a 5,000 metros de distancia. Eran los batallones de una parte del ejército que habian tratado de sorprendernos, pero que se habian estraviado en la oscuridad de la noche. Para hacer espedito el avance, hubo que lanzarle algunas granadas con los nuevos cañones K r u p p . U n a lio ra mas tarde el ejército formado en línea de batalla i protejidos sus frentes i sus flancos por guerrillas, pricipió a avanzar. A n t e s de "seguir adelante, conviene que haga.a V. S., aunque sea de una manera imperfecta, una lijera descripción del terreno en que se libró la batalla. Tacna se encuentra, como V. S. lo sabe, en el fondo de un ancho valle que cortan por el Sur i el Norte dos cadenas de elevados cerros que corren de oriente a poniente. L a del Norte tiene una anchura c o m o de media legua, es arenosa i formada de lomajes sucesivos. P o r el lado del Norte es menor la elevación de esa cadena que por el de Tacna i desciende suavemente al llano por donde va el camino a Buenavista. Esta era la posición del enemigo, que tenia en la cumbre formada su línea de cañones i de infantes; por consiguiente, pocha irse replegando de altura en altura hasta dejarse caer a Tacna. E n cuanto a nosotros, cubríamos la arenosa i apenas ondulada llanura en un espacio de mas de una legua. Los aliados al yernos avanzar, desprenden de sus líneas compañías guerrilleras que se adelantan un buen trecho i se ocultan en fosos i en las sinuosidades de! terreno. A las 9.30 A . M., el escuadrón mandado por el señor comandante don Manuel Búlnes i que protejia nuestra derecha, toma prisioneros a un capitán de caballería, un cabo i tres soldados. E l oficial capturado da algunas noticias que mas tarde resultaron exactas. E l ejército continúa avanzando en perfecto orden. A las 10 A . M. la artillería enemiga rompe sus fuegos a 3,000 metros. Las primeras líneas de guerrillas toman el orden oculto i el ejército hace alto. Las granadas r e vientan en medio de los soldados chilenos sin producir daño. Nuestros cañones responden con punterías bastante certeras. El cañoneo dura una hora p o c o mas o menos i los aliados apagan sus fuegos. L a primera i segunda d i visión avanzan a paso de carga sobre el centro i la izquierda del enemigo. A las 11.45 A . M. las guerrillas de la primera división inician el ataque a corta disfaucia. H é aquí la colocación de cada uno de los cuerpos en los m o m e n t o s de entrar en acción. A la derecha nuestra, la primera división, compuesta del rejimiento Esmeralda i los batallones Navales, V a l paraíso i Chillan. - E l Valparaíso dispersado en guerrilla proteje el frente de la división espresada. E n el centro estiende su línea la segunda división con el Santiago, el 2. ° i el A t a c a m a .



GUERRA DEL PACÍFICO.

Pajina 560


CAPITULO

L a s compañías guerrilleras de estos cuerpos protejeu el frente. L a primera división forma uua especie de semicírculo alargado, con el propósito de tomar la retaguardia del estremo izquierdo de los contrarios. Separada c o m o una media legua de la segunda división, la cuarta con Zapadores, Lautaro i Cazadores del Desierto, avanza en columnas cerradas a atacar por la izquierda, para cortar la retirada al enemigo, que podia escaparse por Pachía i Calaña i herirlo en su parte mas débil i sensible. Detrás de los estremos de la primera i segunda división, está la tercera dispuesta a apoyar a cualquiera de las alas que se sienta debilitada. Mns atrás todavía, a cierta distancia i frente al fondo de las tres divisiones, se halla la reserva, compuesta de los rejimientos Buin, 3. ° i 4. ° de línea i Bvünes. Todas estas fuerzas forman un cono truncado de gran base. Las baterías de campaña de los capitanes Flores i V i llarreal, a la altura de la tercera división, protejen a la primera cuyas baterías se encuentran guardadas en su retaguardia por Granaderos i Carabineros de Y u n g a i uúm. 1. Las de montaña de los capitanes Erráznriz i Sanfnentes protejeu a la segunda división. A la izquierda de la reserva i un poco a retaguardia, están las baterías de campaña de los capitanes Jarpa i G ó m e z . La de campaña del capitán Fontecilla, avanza con la cuarta división, lo m i s m o que Cazadores i Carabineros núm. 2. C o m o lie dicho, la primera división abrió el fuego a las 11.45 A . M. La segunda se lanzó adelante i pronto r o m pió sus fuegos. L a artillería lo continuó también i el c o m bate se hizo jeneral. Pocos momentos después, la batería de la cuarta división atacaba una fortaleza enemiga artillada con cuatro cañones K r n p p i un Bleakly. Desde esa hora, el tiroteo se hizo horrible i nuestras filas se clareaban segundo por segundo. N o obstante, el ardor del soldado no se entibiaba e iba como empujado hacia adelante desafiando el peligro. H o r a i media mas tarde, la tercera división entraba a apoyar la primera i segunda, que ya ganaban las cimas i que se liabian batido varias veces a l a bayoneta. C¡iacab;v.«> i Coquimbo marcharon al cea tro i Artillería de Marina a la derecha. En este m o m e n t o , i con el objeto de protejer nuestra derecha, un tanto desorganizada, dio V. S. al coronel V e r gara la orden de que cargara por ese lado la caballería. A l efecto, éste mandó darla al comandante Yávar con sus Granaderos. L a orden fué cumplida, salvándose las dificultades del terreno; i aunque ese movimiento no tuvo un éxito completo, sin embargo, los Grauaderos impusieron al enemigo, quien perdió en el acto la pequeña ventaja obtenida momentos antes sobre nuestros infantes, escasos ya de municiones. L a artillería recibió orden de cortar la distancia i los cuerpos de reserva, arma al brazo, marcharon en perfecto orden. A la 1.45 P. M . , el enemigo, que habia comprometido por completo sus fuerzas, que se habia batido cou denuedo, pero que no podia resistir por mas tiempo al empuje de nuestros soldados, retrocedió un momento i concluyó por desmoralizarse i huir en el mas completo desorden. L a batalla estaba ganada i las tropas avanzando apresuradas por el campo sembrado de cadáveres, llegaron hasta la cumbre de los cerros que dominan a la ciudad de Tacna. A intervalos se oían por la izquierda los últimos disparos de los aliados que abandonaban por aquel lado sus atrincheramientos. A la vista de Tacna, el ejército hizo alto i acampó en la noche, por orden de V. S. M i e n tras tanto, una fuerza respetable de caballería marchaba sobre Pachía i Calaña, con el propósito de cortar la retirada a los desarmados restos que conducía Montero, que abandonó el c a m p o antes de terminarse la batalla i que uo pudo reanimar el espíritu de sus soldados para hacerlos permanecer i morir en su puesto defensivo. H é aquí, señor jeneral, lo que ha sido la batalla del 26, batalla sangrienta, pero que nos ha dado una de las mas espléndidas victorias que cuenta la historia de la guerra TOMO

n—71

OCTAVO.

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americana. E s el segundo golpe dado en tierra al Perú i el último i mas certero a la alianza. H e m o s tenido pérdidas que el país nunca lamentará bastante, c o m o las del comandante Santa Cruz i mayor Silva A m a g a d a i o t r o s ; mas el triunfo obtenido, sin contar las consecuencias que entraña, es por sí solo suficiente para atenuar el dolor que causa la muerte de los que caen c o m o nobles i bravos d e fendiendo su bandera. Merece una r e c o m e n d a c i ó n especial la segunda división, que sin detenerse un solo m o m e n t o , atacó c o n tal brio el grueso i el centro del enemigo, que lo desconcertó p o r c o m p l e t o . Igual r e c o m e n d a c i ó n merece la cuarta i tercera, aquella por su tranquilidad i orden en el ataque i ésta por el o p o r t u n o ausilio que prestó a la primera i segunda. El señor coronel A m e n g u a l mandaba la primera d i v i sión. L a segunda el c o m a n d a n t e d o n Francisco B a r c e l ó en lugar del coronel M u ñ o z que, dos dias antes, de orden de V. S., habia pasado a mandar la reserva. Estaba al frente de la tercera división el coronel A m u n á t e g u i i de la cuarta el coronel Barbosa. La caballería mandábala el señor coronel d o n J. F. V e r gara, m e n o s el escuadrón de carabineros de Y u n g a i n ú m . 1 que, desde su llegada a este territorio, estuvo de v a n guardia observando los m o v i m i e n t o s del enemigo, m i e n tras el resto de la caballería descansaba en Ite. El dia de la batalla, el m e n c i o n a d o escuadrón sirvió de escolta a V. S., i se o c u p ó durante lo mas reñido de la acción en el acarreo de agua i municiones, y a que a los estanques i a los carros, que c o n d u c í a n esos elementos, les era de t o d o p u n t o imposible salir de los médanos de arena en que se hallaban enterrados. Nuestra artillería tenia a su cabeza al teniente coronel d o n José M. 2. ° N o v o a . Las pérdidas consisten en 23 jefes i oficiales muertos i 84 heridos; 463 soldados muertos i 1,558 heridos. Total, 2,128 bajas, entre muertos, heridos i contusos. E l e n e m i g o dejó en el c a m p o i en T a c n a mas d e 1,000 heridos, i otros tantos muertos. El material de guerra t o m a d o consiste en 4 cañones K r u p p de montaña, ú l t i m o m o d e l o ; 4 id. Bleakly; 2 id. de campaña; 5 ametralladoras Gatling; de 5 a 6,000 rifles d e diversos sistemas; 500 granadas; 750 cajones municiones, i además u n considerable n ú m e r o de pertrechos q u e seria largo enumerar. El enemigo, d o m i n a d o por el pánico, n o p u d o al escapar, ni siquiera clavar los cañones, q u e m a ñana p o d e m o s p o n e r en perfecto estado de servicio. Los prisioneros h e c h o s , c o n t a n d o c o n los heridos, casi llegan a 2,500. Entre ellos 2 jeneral es, 10 coroneles i gran n ú m e r o de jefes i oficiales. A n t e s de dar término al presente parte, d e b o decir a V . S. que mi orgullo de militar i de chileno se halla satisfecho c o n el c o m p o r t a m i e n t o de los señores jefes, oficiales i soldados que tomaron parte en la m e m o r a b l e batalla del 26. D i g n o s de t o d o elojio i recompensa son el brio i el entusiasmo c o n q u e se lanzaron al peligro a p e c h o d e s c u bierto. Para unos i otros, aquello fué u n a hora de alegría i de fiesta. La conducción jeneral de bagajes, señor, servicio que acaso es el que impone mas sacrificios i sinsabores, i el que exije mayor caudal de pacieucia i actividad, ha sido en j e neral buena. Su jefe, el señor Francisco Bascnñan, ha estado sin descanso en su puesto de responsabilidad i sacrificio. A sn lado se ha distinguido el capitán don Manuel R o d r i -

§

u e z

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E l servicio médico, con escepcion de lijeros detalles, ha estado bien, gracias al celo e intelijencia del señor Allende Padin i sus cooperadores. N o obstante, en la -noche de la batalla, pudimos comprender que el personal era escaso i que conviene aumentarlo cnanto sea posible, c o m o de antemano lo habia solicitado. Los siguientes jefes i oficiales de Estado Mayor Jeneral secundaron mis propósitos el dia de la batalla i se hicieron acreedores a una recomendación: Teniente coronel: don W a l d o D i a z .


562

GUERRA

D E L PACIFICO.

Sarjeutos Mayores: don Belisario Villagran, dou F e r nando Lopetegni, don Guillermo Throup i don José M . Borgoño. Capitanes: don Francisco Villagran, don Juan F é l i x Urcnílu i don Juan M . R o j a s . Tenientes: don Salvador L. de Guevara, don Santiago Herrera, don José A . Zelaya, don José A. Foutecilla i don A l b e r t o Gándara. A l f é r e z , don Ricardo TValker. Agregados.—Sarjento mayor, don Camilo Letelier. Capitán de corbeta, don Constantino Bannen. Capitanes: don Alberto Gormaz i don Alfredo Cruz Vergara.

Tenientes: d o n Julián Zilleruelo i d o n D o m i n g o E. S a r ratea. Subteniente, d o n J o s é Santos Lara. D i o s guarde a V . S. M A N U E L

BAQUEDANO.

AI señor Ministro de la Guerra.

PRIMERA DIVISIÓN. PARTE

D E LJEFE

D E L A DIVISIÓN.

Señor Jeneral en Jefe: T e n g o el h o n o r de dar cuenta a V . S. de l o acaecido en Teniente de artillería, don José F. Riquelme. la división d e m i m a n d o durante el c o m b a t e del 26. El teniente coronel, Jefe de Estado Mayor de una de las E n la n o c h e clel 25 a c a m p a m o s c o m o a d o s leguas d e divisiones, don Diego Dublé A l m e i d a , estuvo a mi lado las posiciones que o c u p a b a el e n e m i g o , llamadas " A l t o de ese dia i demostró intelijeucia i actividad en las c o m i s i o Tacna." nes que se le encomendaron. Las fuerzas d e q u e se c o m p o n í a la división d e m i m a n do era d e 2,380 individuos de tropa, distribuidos entre los Como a V. S. le consta, el capitán de artillería don batallones Navales, Valparaíso, Esmeralda i Chillan, pues José Joaquín Flores ha prestado en toda la campaña i m el rejimiento Buin 1. ° d e línea q u e forma parte d e esta portantes servicios. Su intelijeucia i su constancia lo hacen división, fué separado de ella el dia antes de marchar de acreedor a la consideración de V . S. i del ejér-cito. Yaras para formar la reserva jeneral. Seria injusto, señor jeneral, sino tuviera una palabra A las 6 A . M. del dia 26 se m e c o m u n i c ó p o r el Jefe para los señores capellanes d e l ejército. E n la batalla i después de ella supieron cumplir c o n los deberes q u e les de Estado Mayor de m i división, que el e n e m i g o estaba a la vista; efectivamente se divisaban c o m o a 3 o 4,000 m e i m p o n e su patriotismo i su sagrado ministerio. tros d e nuestro frente d o s c o l u m n a s , una en d i r e c c i ó n h a A d j u n t o los partes d e los señores jefes do divisiones i cia nuestra derecha, i la otra hacia la izquierda, e n c o n jefes de cuerpos, lo m i s m o q u e las listas correspondientes. trándose nuestra línea d e batalla formada d e oriente a —-Dios guardo a V . S.—José Velasquez." poniente. A c t o c o n t i n u o d i c h o j e f e dio cuenta a Y . S. de L o q u e tengo el h o n o r de trascribir a V . S. para su c o lo q u e sucedía. nocimiento, debiendo agregar p o r m i parte q u e los jefes Se m a n d ó formar la división, h a c i e n d o q u e el batallón de división, coronel d o n Santiago A m e n g u a l , teniente c o Valparaíso se desplegara en guerrilla al frente i marchase ronel d o n Francisco Bareeló, coroneles d o n José D o m i n g o al encuentro del enemigo, o r d e n a n d o al m i s m o tiempo se A m u n á t e g u i i d o n O r o z i m b o Barbosa, i el d e la reserva replegaran las avanzadas q u e venían retirándose lentad o n Mauricio M u ñ o z , h a n c u m p l i d o c o n su deber, e j e c u m e n t e a la vista de él. E n esta situación se m a n d ó avantando fielmente las órdenes impartidas p o r el cuartel j e zar d e frente, marcha q u e c o n t i n u a m o s hasta las 10 A . M., neral i c u y o c o n c u r s o h a c o n t r i b u i d o además al b u e n hora en q u e llegamos c o m o a 3,000 metros del alto, en éxito de las operaciones. d o n d e tenia sus posiciones el e n e m i g o i a d o n d e se estaI g u a l r e c o m e n d a c i ó n h a g o al S u p r e m o Gobierno d e bleció después de haberse v e n i d o retirando a nuestra todos los señores jefes, oficiales i tropa q u e c o n t r i b u y e r o n vista desde el lugar en d o n d e habíamos pernoctado. c o n su valor i d e c i d i d o esfuerzo a darnos la victoria del Llegados al frente de sus posiciones, se ordenó descan26 de M a y o , m e m o r a b l e p o r sus resultados i p o r haber sar i tomar algún desayuno a la tropa. E n c o n t r á n d o n o s destruido c o m p l e t a m e n t e los ejércitos d e la alianza, en esta circunstancia, d o s baterías d e artillería, u n a de ¿yunque el Jefe d e Estado Mayor Jeneral, p o r u n senc a m p a ñ a i otra de montaña, se establecieron al frente de timiento d e dignidad, n o ha h e c h o el verdadero clqjio de los cuerpos de m i división q u e estaba formada en c o l u m la artillería; cabe al q u e suscribe manifestar a V . S. q u e na p o r batallones a distancia de despliegue; aquella hizo esta arma, m a n d a d a accidentalmente p o r el teniente c o algunos disparos hacia el enemigo, c u y a artillería coronaronel d o n José Manuel 2. ° N o v o a , h a s o b r e p u j a d o en ba la altura de sus posiciones, los q u e fueron contestados, sus esfuerzos a nuestras esperanzas, c o n t r i b u y e n d o m u i alcanzando algunas granadas corno a 10 metros d e núeseficazmente a la victoria. tra línea, p o r c u y o m o t i v o hice despejar el f o n d o de la El Jefe d e Estado M a y o r Jeneral, coronel d o n José V e artillería corriendo los batallones a d e r e c h a e izquierda lasquez, cuyas aptitudes son bien conocidas, ha c o n t r i para de este m o d o evitar pérdidas inútiles e n m i tropa. b u i d o c o n todo el celo e intelijencia que requiere su eleDespués d e algunos disparos, se notó q u e el enemigo vado puesto, i en perfecto acuerdo c o n el q u e suscribe, suspendía sus fuegos sobre la derecha i solo se veia disha preparado las operaciones hasta el éxito final, m a n i parar ¡as piezas q u e atacaban nuestra izquierda o sea la festando en el c a m p o de batalla gran serenidad en la e j e - derecha de ellos, o c u l t a n d o las piezas i tropa a nuestra c u c i ó n i c u m p l i m i e n t o de mis órdenes. vista, queriendo manifestarnos talvez c o n esto que se r e N o terminaré esta esposicion sin r e c o m e n d a r al S u p r e tiraba reconcentrándose hacia la derecha. Durante este m o Gobierno los servicios prestados p o r todos mis a y u tiempo el batallón Valparaíso se mantenía c o m o a 2,000 dantes de c a m p o durante la c a m p a ñ a i en la a c c i ó n d e metros del fuego de sus cañones, cuyas granadas caían en guerra d e q u e d o i cuenta, c u y o s nombres i clases son los sus mismas filas, pero sin causarles d a ñ o .

siguientes:

Coronel, d o n Pedro Lagos, id. graduado, d o n Samuel Valdivieso. Tenientes coroneles: d o n Arístides Martínez, i d o n R o sauro Gatica. Sarjento m a y o r , d o n Francisco Larrain. Capitanes: D o n Belisario Campos, d o n Guillermo Lira E., clon R a m ó n Dardiñac, d o n A l e j a n d r o Frederik i d o n J u a n Pardo Correa. Agregados.—Teniente coronel, d o n R o b e r t o Souper. Sarjento m a y o r , d o n Javier Zelaya. Capitán, d o n A u g u s t o Orrego.

L a artillería nuestra e n g a n c h ó sus piezas i la vimos marchar a retaguardia d e nuestra línea, retirándose c o m o a 3,000 metros. En este m o m e n t o recibo orden d e marchar adelante protejido p o r la artillería q u e seguía a retaguardia i que no estaba bajo mis órdenes, pues c o m o V. S. sabe, n o se puso j a m á s bajo m i dirección la q u e correspondía a mi división, c o m o asimismo la caballería. C u m p l i e n d o c o n la orden d e V. S. d e avanzar inmediatamente, ordené la f o r m a c i ó n d e d o s líneas de combate: c o m p o n í a la primera el batallón N a v a l i el 1. ° del rejimiento Esmeralda, i la segunda línea el 2. ° del Esme-


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raída i el Chillan. í b a m o s protejidos por el batallón V a l paraiso desplegado en guerrilla. C o m o n o sabia el o b j e t o de la m a r c h a ni tenia instrucciones de V . S. ni del Jefe de Estado M a y o r Jeneral sobre el plan de ataque, el lugar d o n d e estaba el e n e m i g o , etc., hacia que la m a r c h a fuera lenta, a fin de esperar las órdenes del caso; mas c o m o volví a recibir orden de avanzar c o n rapidez, lo ejecuté en el acto. E n ese m o m e n t o l l e g ó , el capitán Flores, de artillería, d i c i é n d o m e que había r e c o n o c i d o la cúspide de la altura, que n o habia e n e m i g o i q u e éste se había retirado a su c a m p a m e n t o situado a 4,000 metros de ese lugar, agreg á n d o m e que iba en busca de la artillería para coronar la altura. C o m o la orden era de avanzar, seguimos adelante form a d o s c o m o h e d i c h o en dos líneas; sin embargo, ordené que el batallón Valparaiso marchara listo para hacer fueg o en caso de sorpresa, pues el enemigo no se veia. Efectivamente, apenas subió la altura fué recibido por u n nutrido fuego de fusilería que contestó en el acto n u e s tra guerrilla m a n t e n i é n d o s e firme en su puesto, apesar d e las m u c h a s bajas que sufrió c u a n d o e n c i m ó la altura. I n m e d i a t a m e n t e entró en c o m b a t e la primera línea en p r o t e c c i ó n del Valparaiso, que siguió avanzando c o n ella. Mas c o m o se notara, por el fuego del e n e m i g o o c u l t o , que teníamos a nuestro frente fuerzas m u í considerables i que se prolongaba su línea, siempre oculta, hacia nuestra d e recha i podia flanquearnos, h u b o que atender a esto h a c i e n d o que los batallones de segunda línea entraran en la de c o m b a t e , corriendo así el riesgo de quedar sin n i n g ú n a p o y o nuestra division, pues la reserva estaba m u í distante i no podia protejernos antes de dos horas. Comprometida así toda nuestra fuerza a la vez i teniendo a nuestro frente en magníficas posiciones a una gran parte del ejército boliviano, la lucha se hizo desesperada, nuestros soldados no se detenían a observar las posiciones del enemigo sino que avanzaban a la voz de sus jefes i oficiales. Se habia trabado un duelo a muerte, se combatia a 40 metros de distancia. En estos momentos i en tan difícil situación faltan las municiones. A n t e s de entrar en combate estaba en conocimiento de V . S. que los soldados de la division solo llevaban 130 tiros por individuo: 100 que es lo que carga habitnalmente el soldado i 30 que se repartieron por la mañana en el campamento a todos los cuerpos escepto al rejimiento E s meralda, que no se le dio mas porque no habían llegado las municiones Grass, según contestación del oficial de E s t a do Mayor Jeneral que las destribuyó. En esos momentos se presentó por el ala derecha de mi division una fuerza de Granaderos, la que fué invitada a cargar por el comandante del rejimiento Esmeralda. Con este oportuno apoyo pudieron nuestras tropas organizarse, i tomando algunas municiones se pudo continuar hasta el término de la jornada. Lamentable es que este importante servicio prestado por la caballería nos haya costado algunas bajas en la infantería, pues por desgracia no fué conocida la b a n derola que sirve de distintivo a esta division. L a falta de municiones hizo que algunos soldados se retirasen de la línea de batalla lentamente, lo que me obligó a pedir a V. S. protejiese nuestra derecha con algunos de los cuerpos de la reserva i nos ausiliase con municiones. L a llegada de éstas i el refuerzo de la Artillería de Marina contribuyeron a completar la derrota del enemigo que ya estaba pronunciada, dejando en el frente de mi division varies piezas de artillería. Llegados a las alturas que dominan el valle i la p o b l a ción, punto en que se habían reunido los restos de los cuerpos de la division, ordené que dos piezas de artillería de campaña, que al mando del capitán Villarreal llegaban en ese momento, hicieran 10 disparos a granada sobre los suburbios de la población, pues suponía que por allí marchaban los restos del enemigo disperso. E n seguida descendimos al valle, acompañados de 60 hombres de caballería al mando del comandante B ú l n e s ; cerca ya de la estación del

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OCTAVO.

ferrocarril, punto de entrada a la población, me detuve i mandé al sarjen to mayor don Francisco J . Zelaya, que se habia iucorparado, con el fin de intimar rendición al p u e blo. V o l v i ó pocos momentos después diciendo que le h a bían hecho fuego de la estación. Entonces ordene que una ametralladora hiciese algunos disparos sobre ese punto c o m o asimismo una guerrilla que puse bajo las órdenes del coronel N i ñ o . C o m o no fueron contestados estos fuegos, me dirijí a la plaza acompañado de la caballería del comandante Búlnes i de la guerrilla del Valparaiso, ordenando a la Artillería de Marina, que marchaba por el centro del valle, se dirijiera a este punto. En mi camino encontré a los cónsules, quienes me aseguraron que las fuerzas enemigas habían tomado el c a m i no del A l t o de L i m a i que la ciudad estaba completamente abandonada. Con la caballería recorrí hasta dos leguas hacia el Oriente, i no habiendo encontrado enemigos, regresé a la población, quedaudo así la ciudad por nuestra. Me es grato, señor jeneral, cumplir con un deber de estricta justicia, recomendando especialmente a los jefes de los cuerpos de esta division, coronel comandante, del batallón Naval, don Martiniano Urriola; coronel comandante del batallón Valparaiso, don Jacinto N i ñ o ; comandante del rejimiento Esmeralda, teniente coronel, don A d o l f o H o lley, i comandante del batallón Chillan, don Juan A . V a r gas Pinochet, quienes han permanecido en las filas de los suyos, alentándolos hasta la terminación del combate, habiendo salido heridos el primero i el último de estos j e f e s . Con el mismo derecho, son también acreedores a igual distinción los sarjentos mayores don Daniel García V i d e la, don Alejandro Baqnedano i don Enrique Coke, que fué herido, c o m o asimismo los oficiales de estos cuerpos, habiéndome sido recomendado por su jefe en el campo de batalla el capitán ayudante don Federico Maturana. Importantes i oportunos han sido los servicios prestados por el Jefe de Estado Mayor de esta division, teniente c o ronel don A d o l f o Silva Vergara, manteniéndose siempre sereno bajo los fuegos del enemigo. A una recomendación especial se ha hecho también acreedor el capitán ayudante de campo don Patricio L a r rain A . , quien fué comisionado para ausiliar a los distintos cuerpos de la division con municiones que distribuyó en lo mas avanzado de nuestras filas, i por consiguiente en medio del nutrido fuego. Las órdenes trasmitidas por los ayndautes de campo i de Estado Mayor de esta division, capitanes señores Fidel U r rntiai Patricio Larrain, tenientes señores Severo A m e n g n a l i Manuel Aguirre, i subteniente señor Santiago Paña i Lillo, han sido dadas con toda oportunidad i a mi entera satisfacción, manteniéndose siempre serenos en las difíciles c o misiones desempeñadas bajo el fuego enemigo. Según consta de los partes orijinales i relaciones adjuntas que tengo el honor de elevar a V . S., el número de oficiales muertos en este memorable combate pertenecientes a la division de mi mando, es de 7 i 29 heridos, incluso 3 j e f e s ; el número de las bajas en la tropa asciende a 172 muertos i 407 heridos. Existe en mi poder un estandarte tomado por el rejimiento Esmeralda. E s cuanto tengo el honor de esponer a V . S. en c u m p l i miento de mi deber. Tacna, Junio 2 de 1880. SANTIAGO

REJIMIENTO

ESMERALDA.

AMENGUAL.

. •

Tama, Mayo 29 de 1880. Señor Coronel: E n cumplimiento de mi deber, doi cuenta a V. S. de la parte que le cupo en la batalla del 26 al rejimiento E s m e ralda que tuve el honor de mandar. A las 11.14 A . M., llegábamos a la colina arenosa que


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GUERRA

D E L PACIFICO.

ocupaba el enemigo i que en aquel momento parecía enteramente abandonada, así lo j u z g a m o s por la noticia que nos trasmitió el capitán Flores de artillería, quien nos dijo que el enemigo se habia corrido sobre su derecha i que no teníamos con quien combatir en aquel punto. U n m o m e n to después sufríamos una lluvia de p l o m o que nos dirijia el enemigo parapetado en tres líneas de fosos sucesivas. E l Valparaíso i l . batallón del rejimiento Esmeralda fueron los primeros que sufrieron el fuego, causáudonos de 80 a 100 bajas la primera descarga. Nuestros soldados se abalanzaron sin titubear, i antes de cinco minutos la p r i m e ra trinchera era tomada dejando sus fosos cubiertos de cadáveres. L a segunda i tercera trinchera opusieron una resistencia mas tenaz; los cuerpos de nuestra derecha Navales, 2. ° Esmeralda i Chillan, haciendo un cuarto de conversión sobre su izquierda, entraron bizarramente al fuego i atacamos juntos las posiciones enemigas.

BATALLÓN

La segunda posición fué igualmente tomada después de una seria resistencia, costáudonos muchas bajas i mas de una hora de tiempo. Aquel momento era lo mas serio del ataque, habia necesidad absoluta de tomar la tercera posic i ó n ; todos así l o comprendimos i acto continuo emprendimos el ataque. E n aquel momento supremo los soldados pedian a gritos municiones, lo que se participó a V . S. que, c o m o sabe, nuestros soldados habían entrado al fuego solo con 100 tiros por h o m b r e ; traté entonces de reunir la tropa i atacar la posición a la bayoneta, pero era imposible hacerse oir con el ruido atronador que ahí reinaba: nos batíamos a 40 metros de distaucia. Busqué entonces un corneta l l a m á n dolo a gritos por todas partes, porque el mió habia c a i d o ; tampoco lo encontré. E n estas circunstancias se me presentó el ayudante de V . S., capitán don Patricio Larrain, que, con un valor impertérrito, conducía dos cajones de municiones. A q u e l refuerzo era tan insiguiíicante que no alcanzaba a un tiro por hombre.

ARTILLERÍA

NAVAL.

Tenemos que lamentar la irreparable pérdida del valiente subteniente de la 4. ^ compañía don Juan Gillman i 44 individuos de tropa; gravemente herido el denodado capitán ayudante don Guillermo Carvallo i el capitán de la 3. compañía don Pedro Elias Beytia, quien al abocaruno de los cañones que habíamos quitado, con el propósito de hacer fuego sobre el enemigo, recibió la esplosiou de un saquete, quemándose la cara i las manos. 53

H a n sido heridos levemente, el que suscribe i los arrojados oficiales capitau de la 2. compañía don Reinaldo Guarda, capitán de la 4. ^ compañía don Roberto S i m p son, teniente de la misma don Enrique Délauo, i los subtenientes de la l . * compañía clon Miguel Valdivieso i de la 2. clon Enrique García. Los individuos de tropa heridos entre leves i graves son

Nuestra tropa comenzó entonces a batirse en retirada i retrogradó unos 100 metros, en cuyo punto habia una o n dulación de terreno en la que principió a rehacerse. E n ella se encontraba el rejimiento Granaderos a caballo; me dirijí a su jefe diciéndoíe: nuestra tropa no tiene municiones, carga tú i todo está concluido; este jefe se corrió un poco a la derecha con su cuerpo i mandó cargar. Desgraciadamente su troj)a tomó a algunos de los nuestros por enemig o s ; pero la carga fué tan oportuna, que tras de ella nos rehicimos, i vueltos nuevamente al fnego, su presencia i la de la Artillería de Marina, que llegaba en aquel m o m e n t o , hicieron declararse al enemigo en completa derrota.

53

rf

96.

Aunque V . S. ha sido testigo ocular del bizarro c o m portamiento en jeneral del batallón ele mi maudo, sin e m b a r g o , creo de m i deber recomendar a V . S., para que por su conducto llegue a conocimiento del Supremo Gobierno, el sobresaliente valor i la serenidad desplegada por los jóvenes oficiales, sarjento mayor del cuerpo clon A l e jandro Baquedano, sarjento mayor comandante de la 1 . compañía clon Alfredo Délauo, capitán ayudante don Pedro A . Dueñas, teniente de la 2, compañía clon R . Guillermo D o l í , de la 3. don R a m ó n Luis Opaso, de la 1. don Julio Jeanneret i clon Enrique Escobar Solar, de la 2. don David V i v e s , de la 4 . don Gustavo Prieto Z. i subteniente de la 3. compañía clon Víctor Goicolea.

L a oficialidad de este rejimiento se ha hecho, por su v a lor, digua del mas alto e l o j i o ; d e ella tenemos que l a m e n tar la pérdida del teniente don A n í b a l Guerrero i del s u b teniente don José Santos 2. ° Montalba, i el que hayan salido heridos el sarjento mayor don Enrique Coke, capitán don Juan Rafael Oval le, teniente don Arístides Pinto, subtenientes don Juan de Dios Santiagos, don Luis Ureta, don Tulio Padilla, don Joman Balbontin i don Mateo B r a vo Rivera, i contusos el teniente don José A n t o n i o E c h a varria i los subtenientes don Arturo Echavarría i don J o a quín Contreras.

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53

13

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Dios guarde a V . S. M.

URRIOLA.

Al señor Coronel, Jefe de la primera división, don Santiago Amengual.

Entre los individuos de tropa, cuya comportacion ha sido igualmente brillante, han muerto 76 i han sido heridos 160, lo que hace un total de 236 entre muertos i heridos. Apesar del valor incontrastable de todos los oficiales del rejimiento, recomiendo particularmente a V. S. al capitán don Elias Casas Cordero i subteniente don Juan de Dios Santiagos. Adjunto al presente parte encontrará V. S. la ralaciou nominal de los muertos i heridos en la batalla, remitiendo asimismo a su disposición un estandarte quitado al enemigo. Dios guarde a V . S. A.

D E

Tacna, Mayo 28 de 1880. Señor Coronel: A las 11 A . M. del dia 26 del presente recibí la orden que V. S. me comunicó personalmente, de atacar con mi batallón a las fuerzas enemigas para apoyar al batallón Valparaíso que iba de descubierta i que en esos momentos rompia el fuego, comenzando de esa manera la batalla por parte de la primera división que V . S. dignamente comanda. L a orden fué inmediatamente efectuada, cargando con todo vigor al enemigo i logrando desalojarlo progresivamente de las varias trincheras, lomas i cerrillos en qne se defendía, ocultándose hasta el estremo de sobrepasar su línea i tomarle dos cañones de campaña, N o se escapará a la penetración de V . S., que conoce la clase de terreno en que nos hemos batido, donde los soldados enterraban los pies en la arena hasta el tobillo, que no habían almorzado ni tenido m i momento de descanso, las fatigas, esfuerzo i arrojo que ha tenido que desplegar nuestra división para dar nuevos i mayores triunfos a la patria, luchaudo contra los batallones C o l o rado de Daza, A r o m a i otros de los mejores cuerpos del ejército boliviano. L a fuerza de que se componía el batallón de mi mando eu el momento del combate era de 500 individuos de tropa.

l s r

Al señor Coronel Jefe de la división.

CÍVICO

BATALLÓN

H O L L E Y .

|

VALPARAÍSO.

Señor Intendente: Con fecha 29 del presente doi cuenta al Estado Mayor de la primera división de lo siguiente: " D o i cuenta V . S. de lo obrado por el batallón de mi mando el dia 26 del presente; no recuerdo la hora, porque no vi mi reloj, en que se me ordenó hiciese desplegar en guerrilla mi batallón, debiendo cubrir todo el frente de la división i que marchase de frente c o m o a tres cuadras de distancia, lo que fué ejecutado eu conformidad a lo que se me mancló. Después, por medio de un ayudante, recibí la orden de que hiciese alto porque uuas piezas de artillería enemiga


CAPITULO

nos hacían fuego. Mas tarde se me notificó por el señor coronel jefe de la división que avanzase de frente, lo que h i c e ; i cuando en la cima de una loma recibieron las guerrillas del batallón de mi mando los fuegos del enemigo, al que correspondí haciéndolo en avance i desde este lugar, hasta derrotar al ejército aliado, obtuve la pérdida de un capitán i 27 individuos de tropa muertos, 4 oficiales i 60 individuos de tropa heridos, que existeu en el hospital i ambulancias; de m o d o que el total es de 102 entre muertos i heridos, cuyas relaciones acompaño. Los señores oficiales i tropa han correspondido, si no m e equivoco, a la confianza que Valparaíso depositó en ellos al mandarlos a combatir por el honor de Chile, sin embargo que la conducta del batallón Valparaíso solo es calificable para los que lo vieron combatir. E s cuanto tengo que decir a V . S. respecto a la jornada gloriosa para Chile de 26 del presente." De lo cual doi cuenta a V. S. Dios guarde a V . S. JACINTO

NIÑO.

Tacna, Mayo 29 de 1880.

BATALLÓN

CHILLAN.

Señor Coronel: F o r m a n d o parte de la primera división al mando de V . S., entró este batallón en la segunda línea de ella al campo de batalla i tengo la convicción de que cumplió con su deber. A d j u n t o la relación de las bajas que en muertos i heridos hemos tenido. Dios guarde a V . S. J.

SEGUNDA PARTE

DEL

JEFE

ANTONIO

VARGAS

P.

DIVISIÓN D E

LA

Tacna,

DIVISIÓN.

Junio 1. °

cíe 1880.

Para que se d i g n e hacer llegar a c o n o c i m i e n t o del señor Jeneral en Jefe la parte activa que c u p o a la división d e mi m a n d o en el glorioso c o m b a t e del A l t o de T a c n a el 26 del p r ó x i m o pasado, tengo el honor de pasar a V . S., orijinales, los partes i listas que m e han pasado los jefes de los cuerpos que la c o m p o n í a n , i c o m o en ambas piezas se esplaya detenidamente la parte que les ha cabido sostener a cada u n o , m e concretaré, sucintamente, a los a c tos q u e paso a relatar. L a m a r c h a de la división, el 25, de Buenavista a u n p o c o mas adelante de Quebrada H o n d a se hizo en el m a y o r orden: los oficiales, en jeneral, a la cabeza de su tropa que marchaba c o n gran presteza i entusiasmo, sin que n i n g u n o se separase de la fila ni quedase rezagado, d a n d o a c o n o c e r en t o d o , subordinación i disciplina admirables. A las 7 P. M. alojó la división formada en batalla, disp o n i e n d o que de cada batallón se mandase una c o m p a ñ í a de gran guardia, avanzadas a vanguardia, 1,000 metros s o bre la línea para asechar los m o v i m i e n t o s del enemigo, cerrando la izquierda la del A t a c a m a . Las órdenes q u e cada una de ellas recibió, además de la de vijilar estrictamente al enemigo, a c a m p a d o a una i media legua, p o c o mas o m e n o s , de distancia, la de n o disparar sus rifles aunque fuesen atacadas, sino la de incorporarse a sus respectivos cuerpos, rejimiento 2. ° de línea, Santiago i b a tallón A t a c a m a . A las 10 P. M. se sintieron tres tiros aislados, que n o se contestaron, i a las 2 A . M. del 26, igual cosa, sintiéndose mayores cuatro horas después. A las 7 A . M., que ya estaba de dia, se observó que el enemigo, en gran n ú m e r o , estaba c o m o a cuatro cuadras de distancia de nuestras grandes guardias. F u é entonces c u a n d o , de orden superior, m a n d é desplegar en guerrilla las compañías lijeras de cada batallón de la división, a

OCTAVO.

565

300 metros a vanguardia de ésta, d o n d e permanecieron esperando el ataque del enemigo, quien, en lugar de e m prenderlo, valido de sus ventajosas posiciones, se replegó a su c a m p a m e n t o . M o m e n t o s después, la artillería enemiga r o m p i ó sus fuegos sobre nuestra línea, e incontinenti, sobre nuestras guerrillas que, sin contestar c o n sus rifles, a causa de la m u c h a distancia que mediaba, ni recibir daño alguno, permanecieron impasibles en su puesto hasta las 9 A. M., hora en que V . S. m e ordenó, por uno de sus ayudantes, hiciese marchar m i división en son de combate; lo q u e efectué, siguiendo las guerrilleras en el orden de 300 m e tros a la vanguardia. A la hora de marcha, V. S. m e trasmitió la orden de que hiciera alto hasta que la primera división tomase nuestra línea sobre la derecha; división que avanzó a t o mar el flanco izquierdo del enemigo, i r o m p i ó a las 11 A . M. sus fuegos contra él, h a c i e n d o lo mismo las compañías guerrilleras de la división a m i cargo. F u é entonces c u a n d o el resto de ella, m a r c h a n d o de frente, en batalla 0 al paso de ataque tocado por las bandas c o n vivas a la patria, se presentó V . S. i m e ordenó tomase las alturas que o c u p a b a el enemigo; m a r c h a que se efectuó por t o d o el resto de la división, sin tirar u n solo tiro, por mas que recibiese una lluvia de balas, hasta reunirse con las g u e r rillas que tenia a vanguardia; avanzó serena e impertérrita haciendo i recibiendo los nutridos fuegos de los aliados que, favorecidos por las ondulaciones del terreno, fosos i trincheras, se creían invencibles. C o m o y a se llevase hora i media de combate, se m e h u biesen presentado varios individuos de tropa, esponiénd o m e que se les habían c o n c l u i d o las municiones, m a n d é al capitán ayudante del Santiago, d o n Lisandro Orrego, a pedir a V. S. o al señor Jeneral en Jefe, m e reforzasen la división. C o n el m i s m o c o m e t i d o , m o m e n t o s después, m a n d é a m i ayudante de c a m p o , capitán d o n D e m e t r i o Carvallo i teniente d o n Belisario Zelaya i d o n F e d e r i c o Weber. Mientras tanto, el ataque se seguía c o n entusiasm o i patriotismo, g a n a n d o terreno i cada jefe dirijiendo i a n i m a n d o valientemente su cuerpo. Estos jefes eran del Santiago, teniente coronel d o n Estanislao L e ó n que, de un estremo a otro, recorría su batallón, animándolo c o n su heroico valor i entusiastas palabras; pero, m o m e n t o s después, cayó herido de dos balazos recibidos en a m b o s brazos. Otro tanto hacia el sarjento m a y o r del m i s m o d o n M a tías Silva A m a g a d a que, c o n un heroísmo sin par, recorría las filas de su segundo batallón, entusiasmando a sus soldados: también t u v o la desgracia de caer mortalmente herido; del 2. ° de línea, teniente coronel d o n Estanislao del Canto (accidental), que se c o n d u j o a la altura do su deber, siguiendo su ejemplo los sarjentos mayores de su rejimiento, d o n Miguel Arrate i d o n A b e l Carretón; del A t a c a m a , el bravo teniente coronel d o n J u a n Martínez, con ese valor de que ha d a d o pruebas en las tres batallas anteriores en que se ha encontrado, seguía animoso e i m pertérrito a la izquierda de la división c o n su i n d o m a b l e batallón a tomar el fuerte del enemigo, n o obstante de haber perdido en su marcha de ataque a sus dos queridos hijos. C u a n d o m i división se encontraba a 200 metros del e n e m i g o i en lo mas reñido del combate, fué c u a n d o el batallón C o q u i m b o , c o n su bravo c o m a n d a n t e Gorostiaga 1 el C h a c a b u c o c o n sus jefes, entraron a reforzarla en la parte que recorria el Santiago i 2. ° de línea, o p o r t u n o refuerzo que, u n cuarto de hora después, nos dio la h o n rosa gloria de d o m i n a r las alturas i que se pronunciase el e n e m i g o en vergonzosa derrota, dejando el c a m p o c u bierto de muertos i heridos suyos. Esta victoria nos cuesta m u í sensibles pérdidas. A n t e s de entrar en c o m b a t e contábamos con 2,058 individuos de tropa. Después de c o n c l u i d o , el total de bajas asciende a 864, entre m u e r t o s i heridos, sin incluir los señores jefes i oficiales que se espresan en las listas adjuntas.


566

G U E R R A

D E L

Terminada la batalla, empezaron para nuestros soldad o s las tareas humanitarias de trasladar los heridos del c a m p o a la ambulancia, de ésta a los hospitales de la p o blación i enterrar a los m u e r t o s ; t o d o fué h e c h o c o n u n espíritu de confraternidad tan d i g n o i honroso, c u a n t o fué su valor i heroísmo durante la pelea. L o s cirujanos de los cuerpos han c u m p l i d o d i g n a m e n te su deber. A l terminar, m e es grato repetir a V . S. que jefes, oficiales, tropa i ayudantes de servicio, han rivalizado en ardor i patriotismo, logrando, al fin, ver coronados sus esfuerzos c o n el mas espléndido de los triunfos. Es c u a n t o tengo que c o m u n i c a r a V. S. en c u m p l i m i e n to de mi deber. D i o s guarde a V . S. FRANCISCO

BARCELÓ.

Al señor Coronel, Jefe de Estado Mayor Jeneral, don José Yelasquez.

COMANDANCIA

DEL

REJIMIENTO D E

LÍNEA

PACIFICO.

D e 871 individuos de tropa que entraron en c o m b a t e , h e m o s tenido 374 bajas entre heridos, muertos i contusos; i de 43 oficiales, ha habido 5 muertos i 14 heridos. A c o m p a ñ o a Y. S. la lista de oficiales e individuos d e tropa q u e h e m o s tenido de baja en la m e m o r a b l e j o r n a d a del 26. Cara se ha c o m p r a d o la victoria, c o m o V. S. lo verá; pero es grande i honroso morir por la patria. A l terminar, d e b o decir a V . S. que el valor de todos, oficiales i soldados, n o h a p o d i d o ser mejor: todos se disputaban la primera línea i el h o n o r de batir de mas cerca al e n e m i g o ; i aquí es el caso de decir también a V . S. q u e el c o m a n d a n t e accidental del primer batallón l o fué el capitán ayundante d o n A b e l a r d o U r c u l l o , quien estuvo en su puesto durante toda la batalla p o r t á n d o s e bizarramente. Es cuanto tengo que decir a V . S. en h o n o r a la v e r d a d i al c u m p l i m i e n t o de mi deber. D i o s guarde a V. S. LlSANDRO

SANTIAGO.

ORREGO.

Tacna, Mayo 31 de 1880. Señor Comandante: E n c u m p l i m i e n t o de mi deber paso a dar cuenta a V . S. de t o d o lo concerniente a la parte que el rejimiento Santiago ha t o m a d o en la batalla del A l t o de Tacna el 26 del presente. Desde luego m e es grato hacer presente a Y. S. q u e el orden en las marchas, desde Sama hasta el c a m p o d e la acción, h a sido en nuestro c u e r p o digna de elojio: n o h e m o s tenido un solo rezagado, lo que, atendidas las c o n d i ciones del terreno en que m a r c h á b a m o s , es u n h e c h o que dice m u c h o respecto a la moralidad i disciplina del rejim i e n t o que lleva en el ejército el n o m b r e de la capital de Chile. C o m o a las 6 A . M. del 26, se avistaron las avanzadas enemigas i seguimos adelante hasta las 9, h o r a en q u e desplegamos las dos compañías guerrilleras a 500 metros a vanguardia. El e n e m i g o empezó a cañonearnos en ese m o m e n t o , sin hacernos ninguna baja; i c o n t i n u a m o s avanzando bajo sus fuegos hasta la distancia de 800 m e tros en que r o m p i e r o n sobre nosotros sus fuegos de fusilería; i n o contestamos hasta que llegamos a 400 m e t r o s de los contrarios. En ese m o m e n t o nuestras guerrillas se replegaron al resto del rejimiento, i éste siguió avanzando constantem e n t e a paso de ataque sobre el e n e m i g o que se reforzaba cada vez mas, i que n o tardó en hacer grandes claros en nuestras filas. El teniente coronel L e ó n cayó de los primeros herido en ambos brazos, i le sucedió en el m a n d o el m a y o r Silva A m a g a d a , que con gran d e n u e d o recorría la línea, i que recibió cuatro balazos, q u e d a n d o fuera de c o m b a t e i m u r i e n d o pocas horas después. Mi deber m e llamaba a sucederle en el m a n d o del rejimiento, que lo t o m é en el acto i en m o m e n t o s en que Y . S. m i s m o era h e r i d o , c u a n d o , en su carácter de j e f e de d i v i sión, acudía a animar con su presencia a nuestros valerosos soldados. E n esos mismos instantes nuestras municiones se a g o taban, i algunos d e los mios apagaban sus fuegos por esta causa. E n tan angustiadas circunstancias, i teniendo al frente a un enemigo que se reforzaba mas i mas, hasta llamar a sus filas a toda su reserva, acudió en a p o y o n u e s tro el batallón Chacabuco. Reforzados así, c o n t i n u a m o s nuestra marcha en avance hasta tomar en la parte que nos correspondía el terreno en que se batia i parapetaba el enemigo. Estrechado de cerca, n o tardó éste en huir, i dos horas después de e m p e z a d o el combate, la mas espléndida de las victorias coronaba el valor de nuestros soldados; pues es necesario hacer constar que nos batíam o s a p e c h o descubierto, c o n escasas municiones i d e s pués de una penosa marcha contra un e n e m i g o que habia elejido el terreno, que d o m i n a b a las alturas i que se o c u l taba en zanjas, fosos i trincheras hechas exprofeso.

REJIMIENTO

2.

C

D E

LÍNEA.

Tacna, Mayo 28 de

1880.

Señor Comandante: E n c u m p l i m i e n t o de mi deber doi cuenta a V . S. de la participación que ha c a b i d o al rejimiento de mi a c c i d e n tal m a n d o en la batalla del 26 del corriente. A las 7 A . M. del día i n d i c a d o se nos presentó el e n e m i g o i recibí orden de hacer salir al frente las 4. compañías, a fin de que, desplegadas en guerrillas, protejiesen la m a r c h a del rejimiento que m a r c h a b a a la derecha de la división de su m a n d o . Estas guerrillas tuvieron que s o portar, por mas de tres horas i c o n lijeros intervalos, el fuego de los cañones del enemigo, hasta que estuvieron a tiro de rifle i empeñaron combate. A las 11 A . M., nuestra línea se unió al ala de guerrilla i e m p e ñ a m o s la acción a una distancia de 800 metros del enemigo. Esta distancia se r e d u j o a 30 o 40 metros, p o r q u e la tropa, hábilmente dirijida en dos b a tallones, que m a n d a b a n respectivamente los sarjentos mayores d o n A b e l Garreton i clon Miguel Arrate, i e n t u siasmada por sus valeresos capitanes i oficiales, n o d e t u v o su m a r c h a hasta obligar a los enemigos a abandonar sus atrincheramientos i formidables posiciones. C o m o las bajas que habia esperimentado el rejimiento eran considerables i avanzasen sobre nosotros tropas de refresco, despaché sucesivamente a mis d o s ayudantes, capitanes d o n Eleuterio D a ñ i n i d o n A n a c l e t o V a l e n z u e la, para que fuesen a pedir refuerzo, c o n el fin de n o abandonar las posiciones que tanto nos habia costado tomar. as

El refuerzo, c o m p u e s t o de los bravos batallones Chacab u c o i C o q u i m b o , llegó c o n la o p o r t u n i d a d necesaria i oblig ó al e n e m i g o a proseguir en su c o m p l e t a derrota. C u a n d o esto sucedía, serian cerca de la 2. P. M., de manera q u e lo recio del ataque duró c o m o dos horas i media. E n nuestro p o d e r han q u e d a d o 10 banderolas enemigas tomadas en sus mismas trincheras. D e éstas son 5 p e ruanas, 3 bolivianas i 2 que, al parecer, servian para d i s t i n g u i r una división d e otra. L o s señores jefes i oficiales del rejimiento, heridos g r a v e m e n t e en su orgullo por el cautiverio d e la bandera, s í m b o l o sagrado de la patria querida, habían j u r a d o t o mar a toda costa u n estandarte e n e m i g o , i para ello h a bian conquistado i e m p e ñ a d o la v o l u n t a d de la tropa de su m a n d o ; pero, desgraciadamente, el e n e m i g o , prudente hasta la exajeracion, n o desplegó banderas en el c a m p o de batalla. Se han t o m a d o también 171 rifles de los enemigos i de los sistemas que indica la relación adjunta. Los señores jefes i oficiales que, bajo mis inmediatas órdenes, tomaron parte en la batalla del 26 son los siguientes:


CAPITULO

Sarjentos mayores: d o n M i g u e l Arrate i d o n A b e l C a r retón. Capitanes ayudantes: d o n Eleuterio D a ñ i n i d o n A n a c l e to Valenzuela. Capitanes: d o n Joaquín A r c e , d o n José de la Cruz Reyes Campos, d o n Francisco Olivos, d o n Daniel Aravena, d o n Salustio Ortiz, d o n Pedro Nolasco del Canto i d o n R o b e r to Concha. Tenientes: d o n A r o n Maluenda, d o n Francisco Lagos Zúñiga, d o n F e d e r i c o A n í b a l Garreton, d o n Manuel Luis O l m e d o , d o n Francisco Inostrosa i d o n Pedro N. Párraga. Subtenientes: d o n Gabriel Aravena, d o n José Sabino Aguilera, d o n A l e j a n d r o Fuller, d o n Carlos Arrieta, d o n Guillermo Vijil, d o n Rosauro Echeverría, d o n A l e j a n d r o Gacitúa, d o n Emilio Penjean, d o n F i l o m e n o Barahona, d o n Manuel Vinagre, d o n Guillermo Chaparro, d o n A d o l fo R. Ramírez, d o n Manuel Jesús N e c o c h e a i el abanderad o d o n Tomas Valverde. Cirujano 1. ° , d o n J u a n K i d d . Id. 2. ° , d o n Julio Gutiérrez. Practicantes: d o n V i c e n t e Soti i clon Pantaleon Cristi. D e éstos se h a tenido la desgracia de perder al capitán Olivos, i subteniente Echeverría, que c o m o verdaderos chilenos supieron morir por la patria, siendo el reflejo de los verdaderos héroes. A los capitanes C o n c h a i Canto, tenientes O l m e d o i Párraga, i subtenientes Fuller, Aguilera, Arrieta, Vinagre, Ramírez, V a l v e r d e i N e c o c h e a , cúposle también la desgracia de ser heridos. El sarjento m a y o r d o n A b e l Garreton i los subtenientes Vijil i Gacitúa han salido contusos; de suerte, pues, que de los 32 jefes i oficiales, ha q u e d a d o la mitad fuera de combate. D e los 566 i n d i v i d u o s de tropa del rej i miento que t o m a r o n parte en la acción, fueron muertos 32 i 185 heridos. D e éstos morirán m u c h o s a causa de la g r a v e d a d de sus heridas. Las bajas de los enemigos las c o n c e p t ú o en el doble de las nuestras. H e consignado en este parte, señor c o m a n d a n t e , el n o m b r e de los señores jefes i oficiales que se encontraron en la batalla c o n el esclusivo objeto de hacer la n o m e n clatura do estos valientes; p o r q u e mi pluma es i m p o t e n t e para describir el g r a d o de heroísmo que h a n alcanzado. La poderosa influencia de las armas modernas no fué o b s táculo para que esos bravos, dignos discípulos de los héroes comandantes Ramírez i Vivar, marchasen hasta cerca de 30 metros de las trincheras enemigas c o n la frente erguida i la tropa calando bayoneta al toque de la calacuerda que se repetía en toda la división. Si el c o m p o r t a m i e n t o del rejimiento, q u e accidentalm e n t e h e tenido el h o n o r de comandar, ha llenado sus aspiraciones, quedarán también c o l m a d o s los deseos del que suscribe. D i o s guarde a V . S. E.

D E L CAXTO.

Al señor Comandante de la segunda división don Francisco Barccló.

COMANDANCIA

DELBATALLÓN

ATACAMA NÚM.

1.

Tacna, Junio 1. ° de 1SS0. Señor Jeneral: E n c u m p l i m i e n t o de mi deber, tengo el h o n o r d e dar cuenta a V. S. de las operaciones ejecutadas por el batallón d e mi m a n d o en la batalla campal de 26 del pasado q u e tuvo lugar en los Altos de Tacna. El 25 e m p r e n d i m o s marcha de Buenavista, formando parte de la segunda división c o m p u e s t a del rejimiento 2. ° de línea i del Santiago, c o m a n d a d a por el teniente coronel d o n Francisco Barceló. E n esta j o r n a d a n o h u b o novedad digna de mencionarse i se hizo pernoctar a la tropa a dos leguas mas o m e n o s distante del enemigo. Al amanecer del 26, estando de servicio el que suscribe, divisó que el enemigo en número de 4,000 próximamente, a marcha forzada se dirijia al costado izquierdo de nuestra

OCTAVO.

567

división llevando su guerrilla de descubierta. A c t o continuo puse en conocimiento de V . S. i del Estado Mayor J e neral la operación del ejército aliado, por lo que se dispuso que la segunda división marchase inmediatamente a su encuentro en orden de batalla. Tan luego como el enemigo se apercibió de nuestro movimiento retrocedió apresuradamente, guardando su retirada por jentes de caballería hasta tomar sus primitivas posiciones en el A l t o de Tacna, donde tenia trincheras, fortines i zanjas. Esta operación fué ejecutada por mi batallón haciendo desplegar en guerrilla la 2. compañía con orden de cubrir todo el frente de él i distante de 500 a 000 metros. 1

rt

Después de marchar algún tiempo en son de combate, se me mandó hacer alto a fin de que nuestra artillería de campaña disparase sobre el enemigo en contestación a los primeros tiros de éste, cuyas punterías en su mayor número iban dirijidas a las guerrillas. A p a g a d o s momentáneamente los fuegos de los contrarios, de nuevo comenzamos a avanzar en igual formación, con orden de apoderarnos de las alturas en que se hallaba estendida la línea enemiga, Fué entonces cuando se rompió por el ejército aliado sobre nuestra línea un fuego vivísimo de fusilería, al punto apresuramos la marcha con el objeto de protejer a las guerrillas que se hallaban situadas a 800 o 1,000 metros de la l í nea enemiga. Este movimiento se ejecutó en medio de una lluvia de balas de toda especie que la tropa soportaba serena, impasible i sin disparar un tiro hasta que después de estar toda desplegada en la formación ordenada de antemano, se recibió orden de romper el fuego. El combate estaba ya empeñado seriamente i nuestros soldados con un valor imponderable parecían querer disputarse los puestos de mayor peligro. Cada cual trataba de ser el primero, era así c o m o mi batallón junto con el Santiago i el 2. ° de línea atacaban precisamente el centro de la línea enemiga, los puntos donde tenia colocada tanto en trincheras c o m o en fortines, etc., su artillería K r u p p i ametralladoras desde las cuales nos hacia un fuego horriblemente mortífero. Esto, sin embargo, n o impidió que m i tropa siguiera m a r c h a n d o siempre hacia adelante, disputándose el c a m p o hasta llegar a estrecharse de tal manera, que algunos de mis oficiales i soldados dieron en ella la muerte, d e s graciadamente c o n pérdida de sus vidas, al e n e m i g o que en ese m o m e n t o empezaba a retroceder. A p r o v e c h á n d o m e , pues, de una parte débil en la ya destrozada línea enemiga, avancé a c o m p a ñ a d o del capitán señor Gregorio Ramírez, subteniente d o n B a l d o m e r o Castro, del resto de mis soldados i también de alguna fuerza del rejimiento Santiago a las órdenes del capitán señor D o m i n g o Castillo, hasta tomar la retaguardia de las alturas. Con esta j e n t e m e dirijí en seguida al fuerte que se hallaba a la derecha de las posiciones enemigas, i atacando su retaguardia logramos desalojarlo de la tropa que aun se sostenía en él contra la brigada de Zapadores que lo atacaba de frente. Mui pronto el e n e m i g o h u y ó c o n dirección a T a c n a d e j a n d o en nuestro poder cuatro piezas de artillería K r u p p de m o n t a ñ a i gran n ú m e r o de pertrechos de guerra. E n este p u n t o se m e reunieron además el sarjento m a y o r de Zapadores señor José U. Urrutia, su ayudante i algunos individuos de tropa. Desde luego la derrota del e n e m i g o estaba ya declarada por c o m p l e t o i en toda su línea le perseguía nuestro ejército, h a c i e n d o nosotros igual cosa que llegamos en su persecución hasta los cerros que enfrentan a la estación del ferrocarril en la ciudad de Tacna. A q u í h i c i m o s alto i ordené a los señores oficiales q u e m e acompañaban reunieran su j e n t e para evitar que no entraran a la población, en d o n d e sin orden esprosa n o creí prudente hacerlo. L u e g o que V. S. c o n su Estado Mayor Jeneral, parte de la reserva i alguna artillería se presentó, d i ó m e orden de acampar a c o n t i n u a c i ó n del rejimiento Santiago, en el c a m p a m e n t o que antes habia o c u p a d o el enemigo.


508

CUEREA

DEL

PACIFICO.

Los señores jefes i oficiales que se encontraron bajo mis inmediatas órdenes en este m e m o r a b l e cuanto glorioso h e c h o de armas fueron los siguientes: Sarjento mayor, d o n Gabriel A l a m o s . Capitanes: d o n R. S o t o A., d o n José A . Fraga, d o n J u a n A . Fontanes, d o n Gregorio Ramírez, d o n Meliton Martínez, d o n J o s é M. Puelma i d o n Rafael 2. ° Torreblanca. A y u d a n t e mayor, d o n Moisés A . A r c e Tenientes: d o n A n t o n i o M. L ó p e z , don A n t o n i o 2. ° Garrido, d o n A l e j a n d r o Arancibia, d o n J u a n G. Matta, d o n E d m u n d o Villegas, d o n I g n a c i o Toro, d o n J u a n R . Silva i d o n W a s h i n g t o n Cavada, Subtenientes: d o n J u a n 2. ° Valenzuela, d o n A b r a h a m Becerra, don Gualterio Martínez, d o n José del C. A m p u e ro, d o n Enrique R a m o s , don B a l d o m e r o Castro, d o n P o l i d o r o 2. ° Valdivieso, d o n Enrique Laverque, d o n Samuel E. Prefaneta i don Eujenio Martínez Cerda. Cirujano d o n Eustorjio Diaz. Practicante clon Zenen Palacios. El n ú m e r o exacto de individuos de tropa del batallón d e mi m a n d o que entró en pelea asciende a 592 h o m b r e s , de éstos 78 quedaron muertos en el c a m p o de la acción i 205 heridos, c o m o lo verá V. S. por el resumen de las listas adjuntas sin contar m u c h o s contusos i lijeramente estropeados que seria supérfluo enumerar. C o m o V. S. notará, las bajas de este cuerpo corresponden m u í p r ó x i m a m e n t e a la mitad del total de c o m b a tientes. Otro tanto tengo el sentimiento de manifestarle en lo que respecta a mis oficiales, que entre muertos i h e ridos h e perdido 13, incluso el practicante. Los muertos son:

para guiarnos por el camino del triunfo, que es el c a m i n o de la felicidad de Chile. D i o s guarde a V . S.

utilidad.

c u a n d o se halló a 250 metros de éste; estrechándose con él hasta la distancia de 80 metros. En el centro de la línea de batalla d o n d e el batallón C o q u i m b o le correspondió batirse, el c o m b a t e fué m u i sostenido por ambas partes. A q u í cayó herido el c o m a n d a n t e del batallón, d o n A l e j a n d r o Gorostiaga, c o m o asimismo gran n ú m e r o de oficiales e individuos d e tropa.

J.

TERCERA PARTE

DEL

JEFE

MARTÍNEZ.

DIVISIÓN. D E

LA

DIVISIÓN.

Señor Coronel: Paso a dar cuenta a V . S. de la parte que la tercera division, que c o m a n d o , t u v o en la batalla del 26 del mes en curso, en la altura de T a c n a contra el ejército perúboliviano. E n c u m p l i m i e n t o de órdenes superiores, el dia 25 el Tejimiento 4. ° de línea que forma parte de la tercera division pasó a constituir c o n otros cuerpos la reserva del ejército, de consiguiente, n o estuvo a mis órdenes el dia del c o m b a t e . El citado dia 26, puesto en m o v i m i e n t o el ejército c h i | leño en busca del e n e m i g o q u e teníamos a nuestro frente, i recibí orden de continuar la marcha a retaguardia de I la primera línea de batalla formada por la primera i sei g u n d a division. Iniciado el c o m b a t e por la primera línea de nuestro ejército i después de una hora de nutrido fuego, recibí i orden d e marchar c o n la division de mi m a n d o a reforzar el ala derecha i centro de nuestra línea, lo q u e i n m e d i a tamente se ejecutó en el orden de batalla, c o n las guerrillas al frente i al paso de carga. H a b i e n d o d o m i n a d o las alturas que en los primeros Capitanes: d o n Meliton Martínez i d o n Rafael 2. ° m o m e n t o s del c o m b a t e ocupara el e n e m i g o , ordené q u e Torreblanca. i el rejimiento de Artillería de Marina avanzase en p r o t e c A y u d a n t e mayor, d o n Moisés A . A r c e . i cion del batallón Chillan i Tejimiento Esmeralda que se Subtenientes: d o n Gualterio Martinez i d o n Juan 2. ° | batían contra fuerzas enemigas m u i superiores, o p o r t u n o Valenzuela. i ausilio i ante el cual m o m e n t o s después los enemigos Heridos: Capitán, d o n José M. Puelma. huían trasmontando i d e s c e n d i e n d o las irregularidades Tenientes: d o n A l e j a n d r o Arancibia, d o n I g n a c i o Toro, del terreno, hasta ser arrojados al plan del valle de Tacna, d o n Juan R. Silva i d o n W a s h i n t o n Cavada. abandonando en poder de la Artillería de Marina 2 a m e Subtenientes: d o n A b r a h a n Becerra i d o n Eulojio Martralladoras i 2 cañones K r u p p que arrastraban en su tinez C. Practicante, d o n Z e n e n Palacios. • A l m i s m o tiempo el batallón C h a c a b u c o avanzó a marT o d o s estos j ó v e n e s , tanto los q u e murieron c o m o los | cha forzada en refuerzo de las divisiones de vanguardia heridos, se han c o n d u c i d o de una manera satisfactoria i : c o n sus compañías desplegadas en guerrilla, atacando i m m e h a g o un deber en proclamarlo aquí, r e c o m e n d a n d o a petuosamente el centro de la línea enemiga, que cedió la consideración i recuerdo de la nación chilena m u í en después de un sostenido c o m b a t e . R e c h a z a d o el enemiparticular ál capitán d o n Rafael 2. ° Torreblanca i a y u g o en esta parte, obligado a abandonar sus ventajosas dante m a y o r señor A r c e , que superaron t o d o arrojo c a y e n - j posiciones, el C h a c a b u c o , j u n t a m e n t e c o n los otros cuerdo en m e d i o de las filas enemigas c o m o solo caen los pos, que constituían nuestro centro, le persiguió descenhéroes acribillados de balas i bayonetazos. d i e n d o por la pendiente que hai hacia el valle. L a muerte d e estos distinguidos militares es, señor, una A la vez el batallón C o q u i m b o m a r c h ó al frente despérdida verdaderamente irreparable para mi batallón, plegado en guerrilla a reforzar los Tejimientos 2. ° de lípues ambos reunían en sí dotes superiores i de grande nea i Santiago, r o m p i e n d o sus fuegos contra el enemigo El resto de mis oficiales, los que tuvieron la suerte de sobrevivir, desde mi s e g u n d o j e f e señor A l a m o s , hasta el último subalterno, todos ellos han estado en el puesto del honor manteniendo i e x h o r t a n d o la tropa al c u m p l i miento del deber c o n la palabra, la acción i siempre c o n el ejemplo, m e r e c i é n d o m e sin embargo especial m e n c i ó n , el capitán señor, Gregorio Ramírez, tenientes, señores J u a n G. Mata i A n t o n i o 2. ° Garrido i el subteniente, d o n B a l d o m e r o Castro. Me es grato también recomendar a la alta consideración d e V. S. la abnegación del cirujano, señor Eustorjio Diaz i del practicante, señor Zenen Palacios. Este último fué herido de gravedad en el m o m e n t o m i s m o en que trataba de vendar una herida. Esto es cuanto tengo el honor de esponer a V . S. acerca de la batalla del 26, c u y o éxito es la gloria mas brillante que a nuestro ejército i sus valientes directores han p o dido alcanzar, por lo que m e permito felicitar m u i de c o razón a V. S. espresándole mis vetos por que siempre c o m o hasta ahora le a c o m p a ñ e la fortuna í el buen acierto

Después de hora i media de vivísimo fuego, la línea enemiga en aquel punto principió a ceder, i momentos después se ponía en fuga, siendo perseguido el ejército perú-boliviano hasta las últimas faldas de los cerros, que cierran el valle de Tacna por el lado Norte. Creo un deber imprescindible consignar en este parte una circunstancia respecto el batallón Coquimbo, que será un timbre de gloria para este cuerpo i para la provincia que representa. E l estandarte del batallón C o q u i m b o quedó gloriosamente mutilado. Recibió 10 balas del enemigo. Durante el c o m bate cayó herido el oficial que lo conducía, subteniente abanderado don Carlos Luis Ansietà; tomó en seguida el estandarte el subteniente don Juan G. Vargas, que también


CAPITULO

fué herido, sucediéodose en sostenerlo los sarjentos de la escolta Jnan N . Oyarse i Cristian H e l t h l a r g , ambos muertos, i los cabos de la misma, Daniel Diaz i Bernardo S e govia, herido. Me es mui satisfactorio, señor coronel, consignar estos nombres i honrar a estos valientes. L o espuesto constituye la parte que t o m ó la tercera d i visión de mi mando en la jornada del dia 26. Réstame manifestar a V . S. que mis ayudantes, los s e ñores jefes, oficiales e individuos de tropa que sirvieron a mis órdenes en ese glorioso dia para nuestras armas, c o m plieron con su deber. E l teniente coronel don D i e g o D u b l é A l m e i d a , Jefe de Estado Mayor de la tercera división, de orden superior pasó a prestar sus servicios al E s t a d o Mayor Jeneral desde los primeros m o m e n t o s del combate. Las bajas que ha tenido esta división son las siguientes: REJIMIENTO

ARTILLERÍA D E

MARINA.

Muertos Heridos Dispersos

18 56 4 Total EATALLON

78

CHACABUCO.

Contuso, subteniente don Víctor L u c o . Muertos de tropa Heridos id Dispersos id

1 11 39 13

Total BATALLÓN

64

COQUIMBO.

Muerto.—Teniente, d o n C l o d o m i r o Várela. Heridos.—Comandante, d o n A l e j a n d r o Gorostiaga. Capitanes: d o n F e d e r i c o 2. ° Cavada i d o n F r a n c i s c o Aristía. Teniente, d o n Manuel M. Masnata. Subtenientes: J u a n G. Varas, Caupolican Iglesias i Antonio Urqueta. A b a n d e r a d o , Carlos L. Ansieta. Contuso.—Capitán, d o n P e d r o C. Orrego. Muertos.—22 individuos d e tropa. Heridos.—107 id. id. RESUMEN D E LAS BAJAS. REJIMIENTO

ARTILLERÍA

D E

MARINA.

Muertos.. Heridos Dispersos

18 56 4 Total BATALLÓN

78

CHACABUCO.

Muertos Heridos Contuso Dispersos

...

Total BATALLÓN

11 39 1 13 64

COQUIMBO.

Muertos Heridos Contuso

23 115 •• 1 Total

139

Tacna, M a y o 3 0 d e 1880. J.

Al señor Corone] Jefe de Estado Mayor. TOMO

II—72

D.

AMUNÁTEGUI.

OCTAVO.

569

BATALLÓN

CHACABUCO.

Campamento de Tacna, Mayo 27 de 1880. Señor Coronel: T e n g o el h o n o r d e poner en c o n o c i m i e n t o d e V . S. la parte t o m a d a p o r el batallón de m i m a n d o en la batalla del 26 d e l presente. ' D o s horas i media después de haberse puesto e n m a r c h a la primera i segunda división, se ordenó hacerlo a la tercera q u e m a r c h ó a paso forzado hasta las 11.25 A . M . , h o r a en q u e recibió orden d e avanzar desplegada e n batalla i a paso d e carga, para protejer cuanto antes las divisiones de vanguardia q u e se hallaban c o m p r o m e tidas. D e s d e ese m o m e n t o dispuse se rompiera el f u e g o , d e s p l e g a n d o en guerrilla al c o s t a d o d e r e c h o del batallón la 4. * c o m p a ñ í a al m a n d o d e su capitán, m o v i m i e n t o que se efectuó c o n rapidez i orden apesar del n u t i l d í s i m o fuego d e l enemigo q u e y a nos hacia algunas bajas. A v a n z a m o s d e esta manera rechazando al e n e m i g o que principió a ceder ostensiblemente, declarándose p o c o después en precipitada fuga favorecido p o r la pendiente q u e hai hacia el valle. E n t o d o este trayecto, treinta cuadras mas o m e n o s , el batallón m a r c h ó en estricta formación acosando a los fugitivos. E n c o n t r á n d o n o s a m e d i a falda del cerro q u e d o m i n a la población p o r el lado Este, j u z g u é p r u d e n t e deneter la marcha. Las bajas d e l c u e r p o s o n las siguientes: muertos 1 1 , heridos 39, c o n t u s o el subteniente señor V í c t o r L u c o . Creo un deber d e m i parte manifestar a V . S. el bravo c o m p o r t a m i e n t o d e l señor m a y o r , d i g n o d e sus a n t e c e d e n tes, el arrojo i serenidad d e los señores oficiales c o m o la bravura d e la tropa. Dios guarde a V . S. DOMINGO

TORO

HERRERA.

Al señor Coronel Jefe de la tercera división.

BATALLÓN

COQUIMBO

NÚM.

1.

Campamento de Tacna, 27 de Mayo de 1880. Señor Coronel: E l q u e suscribe, sarjento m a y o r i 2. ° j e f e del batallón C o q u i m b o n ú m . 1, pasa a dar cuenta a V. S. de l o ocurrido en este c u e r p o en la función d e armas d e aj^er. Para referir c o n exactitud a V . S. las operaciones e j e ! catadas p o r el c u e r p o en ese h e c h o de armas, m e h e p u e s to al habla c o n el señor c o m a n d a n t e del c u e r p o teniente c o r o n e l d o n A l e j a n d r o Gorostiaga, quien m a n d ó el bataj llon hasta la mitad del ataque p o c o mas o m e n o s . El señor c o m a n d a n t e m e espresó l o siguiente: " A las 11.15 A . M. estando f o r m a d o el c u e r p o en batalla i a la izquierda del Chacabuco, recibí orden del señor coronel primer ayudante, del señor Jeneral en Jefe d o n P e d r o Lagos, de avanzar en protección de los rejimientos 2. ° de línea i Santiago a los q u e el enemigo habia atac a d o rudamente, i escasos y a d e municiones hacían fuego en retirada después de perder m u c h a j e n t e . Estos cuerpos o c u p a b a n el centro de la línea de nuestro ejército. La orden se c u m p l i ó en el acto, m a n d a n d o avanzar el cuerpo en batalla. E n este orden se m a r c h ó unos 200 m e tros m a n d a n d o en seguida desplegar en guerrilla al frente, las compañías de cazadores, 4. , i sucesivamente las d e granaderos 1 . , 2. * i 3. En esta formación se siguió avanzando al frente del e n e m i g o , el que avanzaba e n v a l e n t o n a d o p o r la debilidad d e los fuegos de la línea que protejíamos a causa de sus grandes pérdidas i pocas m u niciones. &

1 3

Sobrepasada dicha línea i despejado ya nuestro c a m p o de tiro, se rompió un fuego nutridísimo por nuestra parte, i c o m o a 2 5 0 metros de distancia del enemigo. F u é eutón-


570

GUERRA

DEL

cas cuando cayeron heridos el subteniente Ansietà (abanderado), teniente Masnata i capitan ayudante don Federico 2. ° Cavada i muerto el teniente don Clodomiro Varel a q u e hacia las funciones de ayudante del señor c o m a n dante. Serian las 12 M., poco mas o menos i en medio de un nutrido fuego, fué puesto fuera de combate el señor c o mandante Gorostiaga, que cou tanta valentía nos habia dirijido hasta ese momento, a causa de haberle atravesado el brazo una bala i haber sido herido el caballo que m o n taba, quedando desde ese momento el mando del cuerpo a cargo del que suscribe. Los fuegos por nuestra parte se siguieron siempre en avance i a paso rápido hasta llegar a unos 80 metros de distancia del enemigo, oportunidad que aprovechó el capitan de la compañía de granaderos don Luis Larrain, para ordenar armar la bayoneta i preparar una carga; pero el enemigo huyó con tal rapidez que desgraciadamente no fué aprovechado el coraje i serenidad del indicado capitan. A l enemigo se le siguió haciendo fuego, siempre ganando terreno, hasta el borde de la quebrada en que se d o m i na la ciudad i valle de Tacna i que está a unas veinte cuadras de la población. E n este punto ordené se tocase alto la marcha i continuó el fuego a pié firme sobre el enem i g o que buia en todas direcciones. Ñ o creí prudente bajar al valle, pues solo tenia unos 150 hombres, habiendo sido el resto muertos, heridos i quedado rezagados, estos últimos à consecuencia de la marcha forzadísima de mas de dos leguas que hizo este batallón, siempre en persecución del enemigo. N o ofendiendo ya nuestros fuegos i apagados los suyos por completo, se dio descanso a la tropa, siempre organizada, i esperé órdenes superiores. V . S. sabe que el que suscribe solo hacia unos cuantos dias que habia tenido el honor de ser nombrado 2. ° jefe de este cuerpo, i poco conocedor de su personal de oficiales i tropa, me habia visto embarazado para dar un i n forme de él momentos antes de entrar cu ación anas ahora que me ha cabido la honrosa fortuna de ponerme al lado de ellos durante la batalla del 2(3, puedo asegurar a V . S., con toda exactitud, que el personal de capitanes es tan valiente i sereno en el combate, como bizarro i arrojado el de tropa. D e los demás oficiales, p u e d o también asegurar a V. S. n o han dejado nada que desear, todos ellos han estado a la altura de oficiales p u n d o n o r o s o s i c o m o dignos hijos de la provincia que representan. Nuestra bandera, que siempre m a r c h ó a la vanguardia h a sido atravesada por 10 balas. E l subteniente abanderado d o n Carlos L. Ansietà fué herido gravemente i reemplazado por el subteniente d o n J u a n G. Vara que también cayó herido, sucediéndole sucesivamente los sarjentos de la escolta J u a n N. Oyarce i Cristian Helthlarg ambos muertos, i los cabos de la m i s ma, Daniel Diaz, muerto, i Bernardo Segovia herido. Los últimos que tomaron el estandarte fueron los cabos, Manuel C. V e r a i D o m i n g o Melendes. Las dolorosas pérdidas que en el c u e r p o de oficiales tenemos que lamentar, son las siguientes: Teniente coronel c o m a n d a n t e , d o n A l e j a n d r o Gorostiaga, herido e igualmente los señores oficiales. Capitan ayudante, d o n F e d e r i c o 2. ° Cavada. Id. de la primera compañía, d o n Francisco Aristía. Teniente, d o n Manuel M. Masnata. Subtenientes: d o n Juan G. Vara i d o n Caupolican Iglesia. Subteniente abanderado, d o n Carlos L. Ansietà. Id. d o n A n t o n i o Urqueta. Capitan d e la segunda c o m p a ñ í a , d o n Pedro C. Orrego, contuso. Teniente, d o n C l o d o m i r o Várela, muerto. Las pérdidas que hasta ahora se notan en clase de individuos de tropa ascienden a 148 hombres entre m u e r tos i heridos, pasando de 30 por ciento de la fuerza de

PACIFICO.

480 h o m b r e s c o n q u e entramos en acción sin contar en este cálculo la pérdida de jefes i oficiales. A n t e s de terminar este parte m e permito hacer llegar a su c o n o c i m i e n t o , a fin de que V . S. si lo tiene bien, lo haga llegar a noticias del j e f e de la respectiva división, que el capitán Ortiz del rejimiento 2. ° de línea c o n 7 individuos de tropa se puso voluntariamente a mis o r nes e incorporado a este batallón en el m o m e n t o en q u e pasábamos por la línea en que ocupaba su cuerpo, nos a c o m p a ñ ó hasta el fin de la batalla. Es cuanto tengo el h o n o r de poner en c o n o c i m i e n t o de V . S. c o n relación al h e c h o de armas de ayer. D i o s guarde a V. S. MARCIAL PINTO

AGÜERO.

Al señor Coronel Jefe de la tercera división.

REJIMIENTO

ARTILLERÍA

DE

MARINA.

Tacna, Mayo 27 de

1880.

T e n g o el h o n o r de dar cuenta a V . S. de la parte que c u p o al rejimiento de mi m a n d o en el c o m b a t e habido el dia de ayer con el grueso de las fuerzas del enemigo. Escuso entrar en pormenores c o n respecto a la pesada marcha que hicimos en unión de los demás cuerpos de la tercera división, pues todos ellos obran en su c o n o cimiento por haberse verificado bajo las inmediatas órdenes i la intelijente dirección de V . S. E n consecuencia, limito mi parte desde el m o m e n t o en que V . S. se sirvió ordenarme por medio de u n o de sus ayudantes que avanzara a pasolijero en protección de a l g u nas fuerzas nuestras que, inferiores en n ú m e r o al e n e m i g o , sostenian un c o m b a t e m u í desventajoso por su parte. E n c u m p l i m i e n t o de esta orden, m a n d é adelantar en el acto a las dos compañías guerrilleras del rejimiento, siguiéndolas con el resto de mis fuerzas desplegadas en batalla a una distancia de 70 metros. A u n q u e p o c o s m o m e n t o s después principiamos a recibir el fuego del e n e m i g o , que se hacia mas nutrido a medida que avanzábamos en nuestra marcha, n o creí conveniente contestarlo desde luego, apesar de haber esperimentado algunas bajas, por temor de dañar a una pequeña fuerza de la primera división que se habia interpuesto entre el rejimiento i nuestros contrarios. Continué, pues, m i marcha bajo los fuegos de éstos hasta c o l o carme a 600 metros de ellos, distancia a que ordené romper el nuestros, habiendo antes dispuesto q u e las compañías lijeras se corrieran al ala derecha del rejimiento. A u m e n t a n d o la velocidad de nuestro paso a m e d i d a q ue nos acercábamos al enemigo, llegamos hasta sus trincheras, d o n d e encontré abandonadas por el e n e m i g o dos piezas de artillería de campaña. C o n t i n u a n d o en su persecusion, llegué hasta el punto en que una parte del batallón Chillan, algunos oficiales i soldados del rejimiento Esmeralda i de otros cuerpos de la primera división, se e n contraban rodeados i abrumados por la inmensa superioridad numérica del enemigo, que los tenia encerrados en un círculo de fuego. El ausilio que presté a esas fuerzas fué tan o p o r t u n o c o m o eficaz; pues, c o m o ya lo habia heeho antes, el enemigo se puso en fuga después de una sostetenida resistencia h e c h a principalmente por el batallón boliviano Colorados, c u y o 2. ° j e f e c a y ó en nuestro poder herido de dos balazos en una pierna. T u v e la satisfacción, i m e c o m p l a z c o en recordarlo al ponerlo en c o n o cimiento de V. S. de encontrar allí a los dos jefes del batallón Chillan, señores Vargas P i n o c h e t i García V i d e la, capitán señor José María Pinto, del rejimiento E s m e ralda i varios otros señores oficiales de los cuerpos n o m brados, cuyas vidas peligraban en esos m o m e n t o s apesar de la enérjica resistencia c o n que se defendían rodeados de u n corto n ú m e r o de soldados, c u y o n ú m e r o disminuía por m o m e n t o s . T e n i e n d o solo el t i e m p o necesario para reunir estas pequeñas fuerzas a la del rejimiento,


CAPITULO

c o n t i n u é avanzando sobre el e n e m i g o , cuya resistencia se debilitaba por m o m e n t o s , i tuve la felicidad de quitarle dos ametralladoras i dos cañones K r u p p que arrastrab a n en su fuga. E n esta circunstancia recibí por medio del aynndante de Estado Mayor Jeneral señor Villagran, orden del señor Jeneral en Jefe para ponerme a las órdenes del señor coronel A m e n g u a l , cuyas disposiciones creí conveniente esperar en la parte del fondo del valle denominado Pare, en la qniuta de nn señor Ferrerò, donde pudo la tropa apagarla abrasadora sed que sentía desde las primeras horas de la mañana. Ahí se me unió el teniente coronel señor Holley con su rejimiento, i permanecí en ese punto hasta que una nueva orden me hizo emprender la marcha hacia esta ciudad, donde tranquilamente entré en momentos de ponerse el so!. Las pérdidas esperimentadas en el rejimiento, aunque no de consideración, son de lamentar, i todas ellas constan del estado que tengo el honor de remitirle a V. S. adjunto a la presente. E n momentos de bajar al valle, uno de los soldados del rejimiento me entregó un estandarte que encontró abandonado que, según el iema que tenia en el anverso, pertenecía al rejimiento Húsares de Junin, el cual tengo el honor de poner a disposición de V . S., lo mismo que un teniente de artillería i 6 soldados del enemigo que cayeron prisioneros en nuestro poder. Antes de terminar el presente parte, tengo el gusto de dar cuenta a V. S. que los señores jefes, oficiales i tropa han llenado cumplidamente su deber, pues todos han estado en sus puestos aun en los momentos mas difíciles del combate. Tengo el honor de felicitar a V. S. i por su digno ó r g a no al señor Jeneral en Jefe por la imperlante victoria alcanzada por nuestras armas. Dios guarde a V . S.

OCTAVO.

571

en columnas paralelas i a 3,000 metros a retaguardia de la línea que formaba la primera i segunda división. A las 9 A. M. el señor Jeneral en Jefe dispuso que a las fuerzas a mis órdenes y a citadas, se agregase una b a tería de montaña K r u p p , un escuadrón de Cazadores a c a ballo i el de Carabineros de Y u n g a i n ú m . 2, o r d e n á n d o m e al mismo tiempo que c o n todas estas tropas marchara inmediatamente a dominar i batir al enemigo por su ala d e recha. Organizada la división con las fuerzas indicadas, p r o c e dí a tomar las medidas q u e exijian las circunstancias. A l efecto dispuse que el Jefe de Estado Mayor de la división, sarjento m a y o r d o n B a l d o m e r o D u b l é A., a c o m p a ñ a do de su ayudante, alférez d o n Diego Miller A., se a d e lantara a reconocer el terreno al frente; la batería de artillería protejida i precedida por dos compañías del L a u taro seguía la dirección que llevaba aquel j e f e ; el batallón Cazadores del Desierto en formación estendida, debia esplorar las lomas q u e tenia a su frente e izquierda; Z a p a dores seguia en c o l u m n a , precedido por guerrillas, esplorando también el terreno a la derecha de la división, i el rejimiento Lautaro, haciendo lo m i s m o por el centro en igual formación; la caballería m a r c h ó oblicuo a la izquierda a reconocer t o d o el terreno por ese lado. E n esta forma la división m a r c h ó al lugar que se le habia indicado c o m o objetivo, hasta las 11.45 A. M., hora en que la infantería enemiga calocada detrás de unas lomas a 800 metros al frente, principió el fuego contra nuestras tropas, haciendo lo mismo su artillería que tenian colocada en un fortín o b l i c u o a la derecha de nosotros c o m o a 2,500 metros de distancia de nuestro frente derec h o , i asimismo el resto de la artillería que tenian a su izquierda i que en esos m o m e n t o s vino a colocarse al lado de la anterior, c u y o s disparos ya habia recibido la división durante su m a r c h a al frente.

Nómina de los señores jefes i oficiales del Rejimiento de Artillería de Marina que se hallaron en el combate de Tacna el 26 de Mayo de 1880.

Solo entonces el Jefe de Estado M a y o r p u d o encontrar una posición ventajosa para colocar nuestra batería de artillería, la cual, siempre protejida por las dos compañías del Lautaro, principió inmediatamente sus fuegos haciend o certeros i nutridos disparos sobre la artillería e infantería enemiga.

Teniente coronel comandante, don José R a m o n Vidanrre. Teniente coronel, don Maximiano Benavides. Sarjeuto mayor, don Guillermo Zilleruelo. Capitanes: don César Valeuzuela, don Francisco Carvallo, don Pablo A . Silva Prado, don Gregorio D i a z , don Juan R o j o i don Elias Y a ñ e z . Tenientes: don Arturo R u i z , don Luis Fierro, don F r a n cisco A m o r , don Fernando Valeuzuela i don Eduardo M o reno. Subtenientes: don Cirio Miranda, don R a m o n Patino, don Luis Diaz M u ñ o z , don Julio A . Medina, don Alfredo Valenznela, don O t t o M o l t k e , don Manuel A . Quirós, don R i c a r d o Saldívar, don Eduardo 2. ° Zegers, don Luis R o mero Hesse, don R a m o n Olave, don Arturo Olici,, don M a nuel María Santiagos, don R a m o n Fernandez i don Juan V . Silva.

Mientras tanto, los demás cuerpos de la división seguían al frente, estrechando la distancia c o n fuego en avance hasta llegar a 40 metros del enemigo. A las 12.55 P. M., el enemigo doble mas numeroso que nosotros, i que ya habia cejado terreno, emprendió la fuga a la vista c e r cana de nuestras bayonetas, dejando tendidos en el c a m po gran n ú m e r o de los suyos víctimas del arrojo de n u e s tros soldados. Durante gran parte de la acción, la caballería tuvo que mantenerse a retaguardia de nuestras tropas por que el terreno era c o m p l e t a m e n t e inadecuado para maniobrar i estaba d o m i n a d o por los fuegos del enemigo. Esta circunstancia es tanto mas sensible c u a n t o que en buen terreno la caballería de la división, al m a n d o de sus valientes jefes i oficiales, habría procurado a la patria una carga gloriosa mas, a las muchas que y a tienen dadas en la campaña.

J.

CUARTA

R.

VlDAURRE.

A l notar que el e n e m i g o se retiraba, la división apresuró su m a r c h a de conversión a la derecha, v o l v i e n d o c o m p l e t a m e n t e i t o m a n d o las posiciones enemigas.

DIVISIÓN.

PARTE DEL JEFE DE LA

DIVISIÓN.

Tacna, Junio 1. °

de

1880.

Señor Jefe de Estado M a y o r Jeneral: T e n g o el h o n o r de dar cuenta a V. S. d e la parte q u e le c u p o desempeñar a la cuarta división de m i m a n d o , en la batalla de las alturas de Tacna, librada el 26 del pasado contra los aliados. A las 8 A . M. de ese dia la división c o m p u e s t a de los Tejimientos Zapadores i Lautaro i el batallón Cazadores del Desierto, m a r c h a b a hacia el e n e m i g o c o l o c a d a a la izquierda de la tercera división, f o r m a n d o línea c o n ésta

E s nn honor para esta división la circunstancia de que siempre marchó al frente sin retroceder un solo instante apesar de la superioridad numérica del enemigo. Durante el avance de los cuerpos de la división, fué herido mortalmente el valiente i sentido comandante de Z a padores, don Ricardo Santa Cruz i allí también cayeron muchos otros oficiales i la mayor parte de las bajas de tropa que hemos tenido. E n esta misma marcha de ataque, hubo que rechazar al enemigo a la bayoneta. A la 1 P. M. en punto, las tropas de la división se a p o deraron del campamento enemigo tomándoles varias b a n deras i muchos prisioneros, continnando hasta las lomas que dominan el valle de Tacna.


572

GUERRA

DEL

En este instante se incorporó a la división el brillaute Tejimiento 4. ° de línea que, de orden de V . S. habia sido destacado de la división de reserva para apoyarnos. Organizados ahí los cuerpos, esperé orden de V . S., habiendo mandado antes la caballería a cortar al enemigo en su fuga. L a división permaneció en aquel lugar hasta las 5.30 P. M., hora en que el señor Jeneral en Jefe ordenó bajar a acamparse a la orilla del rio. Me es mui doloroso tener que anunciar a V . S. que en la dura i gloriosa prueba a que estuvo sometida la división de mi maudo, ésta tuvo 308 bajas en la forma que espresa detalladamente el adjunto cuadro, o sea un 15 por ciento de la fuerza que entró en combate, contra un enemigo siempre mas del doble en número que los nuestros i que ocupaba magníficas posiciones. La esplicacion del corto número de bajas que relativamente hemos sufrido, la encontrará V . S. en el parte del comandante del Lautaro. Cumplo eu seguida con el. deber de recomendar especialmente al Jefe de Estado Mayor de la división, sarjeuto mayor don Baldomero D u b l é A., a todos los ayudantes de Estado Mayor i de campo del que suscribe, particularmente el capitán don Hermójenes Cámus i al alférez dou D i e g o Miller A . que fué encargado de comunicar mis órdenes en lo mas reñido del combate, siendo herido en el brazo i z quierdo por una bala que se lo atravesó al desempeñar su comisión i continuando en el mismo servicio hasta el fin de la batalla. L o s señores jefes i oficiales de los cuerpos, todos sin escepcion, se han distinguido por su valor i serenidad en el combate, dando ejemplo de arrojo al conducir sus tropas al enemigo. Entre los primeros, creo de mi deber recomendar mui especialmente al malogrado comandante de Z a p a dores, don Ricardo Santa Cruz, que desgraciadamente para el ejército falleció de su herida el dia siguiente de la b a talla. Igual recomendación debo hacer del comandante del Lautaro, don Eulojio R o b l e s , cuya conducta digna, de todo elojio, me fué posible apreciar personalmente. También r e comiendo a V . S., en igual forma, al comandan re del batallón Cazadores del Desierto, don Jorje W o o d , cuyo p r o c e der honorable se desprende de su parte particular. H a g o asimismo m e n c i ó n particular de la c o n d u c t a tan recomendable observada por el capitán d o n G. Fontecilla i los entusiastas i valientes oficiales que lo secundaban en el servicio de la artillería de montaña, cuya batería tanto influyó en el buen éxito obtenido por la división. E n cuanto a la caballería, a u n q u e n o t u v o oportunidad de entrar en acción c o m o la infantería i artillería, sin e m bargo su presencia sirvió do a p o y o moral a la división. Por otra parte, sus jefes, oficiales i tropa, saben r e c o m e n darse a sí solos cada vez que el enemigo se pone a su alcance, i ya he d i c h o a V. S. al principio que la caballería contraria volvió caras apenas avistó los terribles sables de la nuestra. Me hago un deber en recomendar al capellán de la d i visión d o n Eduardo Fábres que m a r c h ó j u n t o c o n la tropa i que cumplió dignamente sus deberes c o m o sacerdote i c o m o patriota. Para las recomendaciones especiales que merecen los demás jefes i oficiales de los cuerpos de la división, llamo la atención de V. S. a lo que d i c e n los partes de los respectivos comandantes. Durante la batalla a c o m p a ñ ó voluntariamente al que suscribe, c o m o ayudante, el ex-capitan de Guardias N a cionales d o n Alejo San Martin; i c o m o ordenanza, el cabo 1. ° del cuerpo de Injenieros militares, L o r e n z o Morales, c u y o caballo l e fué muerto en el combate. R e s p e c t o de las clases i soldados de los cuerpos de la división, n o encuentro palabras c o n que encomiar la c o n ducta valerosa i subordinada de estos bravos defensores do la patria que se han h e c h o acreedores a la gratitud nacional i a la consideración de sus jefes i oficiales. A d j u n t o s tengo el honor de remitir a V. S. los partes particulares i relación nominal i clasificada de las bajas,

PACIFICO.

que m e han pasado los jefes de cuerpos; asimismo un c u a d r o o resumen de esas mismas bajas. T e r m i n o señor coronel felicitando a V . S. por el triunfo q u e ha obtenido la patria en el m e m o r a b l e dia 26 del p r ó x i m o pasado. Dios guarde a V . S. O.

BARBOSA.

Al señor Jefe de Estado Mayor Jeneral don José Velazquez.

PARTE

DEL

COMANDANTE

DEL

LAUTARO.

Tacna, Mayo 30 de

1880.

Señor Coronel: T e n g o el h o n o r de dar cuenta a V . S. de las operaciones ejecutadas por el rejimiento en la m e m o r a b l e j o r n a d a que tuvo lugar el 26 del corriente en las alturas de Tacna. A las 11 A . M. recibí o r d e n de V . S. para colocar m i rejimiento a la derecha del ala enemiga i flanquearlo por ese costado, habiendo ordenado antes que la 1. i 2. compañías del l . batallón marcharan a protejer la artillería. Para satisfacer d i g n a m e n t e su mandato i mis propios deseos, dispuse que la 3 . i 4. compañías del 1. ° , i la 1. i 4. del 2. ° tendidas en guerrilla, avanzaran sobre la línea enemiga en posición oculta, c o n orden de no disparar hasta que las guerrillas estuviesen a 600 metros de distancia para aprovechar de un m o d o cierto nuestras municiones. Colocados en esta distancia hice tocar f u e g o i trote para hacerlo g a n a n d o terreno i a este compás. E l fuego era vivísimo, habiendo tenido muchas bajas antes de romper los nuestros; pero era preciso acortar la distancia: primero, para hacer el mayor daño posible al enemigo i aterrarlo con nuestra impasible marcha, apesar de las bajas que nos hacia; i segundo, para quedar a una distancia conveniente a fiu de cargar a la bayoneta cuando las municiones se agotaran o lo exijieran las circunstancias. E l enemigo, viéndose flanqueado reforzó su derecha con un número considerable de tropas, cuya ala era apoyada por la caballería, que puse a raya con la 2. * i 3. ^ c o m pañía del 2. ° batallón, que habia quedado de reserva j e neral de las guerrillas, circunstancia que comuniqué a V . S. por conducto de mi ayudante don Luis Pastor Sautana. E l fuego se hacia cada vez mas recio; pero apesar d é o s te nuestra tropa seguía disparando i avanzando al paso de trote, aprovechando las sinuosidades del terreno, tendiéndose en el suelo i cubriéndose para no dejar flanco al enemigo, lo que se hacia en conformidad a lo que se habia enseñado en los ejercicios doctrinales. E n esta disposición i cediendo a la impetuosidad de nuestros bravos, los enemigos nos abandonaban la sucesión de lomas que les serviau de defensa i que constituía la superioridad de sus posiciones. N o pudieudo el ejército aliado resistir por su derecha el vigoroso empuje de nuestras fuerzas, principió el desconcierto, i entonces vi llegado el m o m e n t o de cargar a la bayoneta, con cuya operación se inició la derrota, apesar de haber sido reforzados cou toda su reserva. E n este momento pedí a V . S., por conducto del mismo ayudaute Santana, me enviase caballería para perseguir a los derrotados, lo que tuvo a bien hacer mandándome el 2. ° escuadrón de Carabineros de Y u n g a i , al mismo tiempo que me felicitaba por conducto del m i s m o capitán, felicitación que no he creído merecer, pues solo habia llenado mis deberes como soldado chileno. Declarada la derrota, toqué reunión a mi tropa i formé la 2. ^ , 3 . i 4. * compañía del 2. ° batallón, con las cuales me dirijí al lugar fortificado del enemigo. A h í encontré batallón, mientras que la la 3 . i 4. * compañía del l . l. del 2. ° hacia sus últimos disparos sobre las tropas derrotadas que bajaban al valle. Nuestros soldados, que venían sedientos i con sus cartucheras vacias, encontraron en el campamento enemigo, d

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OCTAVO.

agua, rancho i munición. A s í provistos, avanzamos hasta donde se encontraba el capitán Avila, de l a l . " * del 2. ° , que se hallaba sobre las lomas mas cercanas a la p o blación. En este punto se perdió de vista el enemigo, que t o m ó camino de Pachía.

L o s soldados Clemente Castillo, José S. Gatica i Mateo 2. ° Valderrama. Por último, señor coronel, cábeme la satisfacción de asegurar, c o m o V . S. l o ha podido observar personalmente, que el rejimiento Lautaro en su primer combate ha sabido Con sentimiento digo a V . S. que hemos tenido 106 b a - honrar la memoria del héroe araucano con cuyo nombre jas en el rejimiento, de las cuales hai 17 muertos, 58 heri- fué bautizado hace apenas un año. Dios guarde a V . S. dos, 2 2 contusos i 9 dispersos. Entre los muertos figura el ETJLOJIO ROBLES. subteniente don A d o l f o Tovar, i herido gravemente el intrépido capitán don Nicómedes Gacitúa, i de menos consi- AI señor Comandante en Jefe de la cuarta división. deración el capitán ayudante don José Zarate. L o s subtenientes don Severo R i o s i don Juan de la Cruz Barrios, PARTE D E L COMANDANTE D E ZAPADORES. gravemente heridos. L o s dispersos que aparecen en la lista problamente fueron enterrados en los primeros momentos Tacna, Mayo 28 de 1880. sin identificarlos, pues hasta la fecha no han parecido. Señor Coronel: Creo oportuno llamar la atención de V . S. hacia el escaTengo el honor de dar cuenta a V . S. de la parte que t o so número de bajas que ha tenido el rejimiento apesar de m ó el rejimiento de mi accidental mando, en la gloriosa haber soportado el fuego de mas del doble número de ene- cuanto memorable batalla librada el 26 del actual entre migos. A mi juicio, este hecho se esplica fácilmente: hemos nuestras fuerzas i el ejército aliado. puesto en práctica durante el combate la misma enseñanza Serian las 6 A . M . cuando dejando sus posiciones fortidoctrinal que con tanto acierto introdujo V. S. en el reji- ficadas a retaguardia, el enemigo se dirijió sobre nuestro miento, haciendo pelear a los soldados tendidos en tierra, ejército. aprovechando de este modo las mas pequeña ventaja que Inmediatamente se mandó formar en columna por c o m pudieran ofrecerles las desigualdades del terreno. pañías; por este movimiento quedó Zapadores a la derecha de la división de que forma parte. E n este orden emprenRéstame ahora recomendar a la consideración de V . S., dió la marcha sobre la derecha también el enemigo. la serenidad, arrojo i buenas disposiciones militares t o m a C o m o a 4,000 metros del lugar que ocupaba la fuerza das en los momentos del combate por el sarjento mayor contraria, se ordenó a este rejimiento estendiese su línea don R a m ó n Carvallo O., al capitán don Bernabé Chacón, de combate. Marchó de esta manera hasta cerca de 700 que fué uno de los primeros en llegar a las posiciones enemetros sobre aquella fuerza, la qne viendo nuestra aproximigas, por cuyo acto fué felicitado por V . S. en el m i s m o mación, formó su infantería i rompió los fuegos a la vez c a m p o de batalla; a los denodados capitanes don N i c ó m e des Gacitúa i capitán ayudante don José Zarate, que con que su artillería, qne tenian situada sobre una colina. impávido arrojo condujeron su tropa a la pelea hasta el Después de media hora d e c o m b a t e e n el q u e u n v i v í m o m e n t o de quedar fuera de combate, heridos en el campo simo fuego se sostuvo c o n firmeza p o r ambas partes, se de la lucha; al capitán don Leonor Avila, que siempre se h i z o u n primer avance p o r toda la tropa d e l rejimiento mantuvo en el peligro con su calma acostumbrada i atento recorriendo c o m o u n o s 100 metros sobre el e n e m i g o , q u e a la conducción de su compañía, qne animaba con la palahasta este m o m e n t o se mantenía a p i é firme en su línea bra i enseñaba con su e j e m p l o ; a los capitanes don G u i que ocupara desde el principio. E n este instante fué h e llermo León Garrido, don José Miguel V a r g a s , don Alberto rido gravemente el señor c o m a n d a n t e d e l rejimiento, d o n R . Nebel, que en toda circunstancia estuvieron a la altura R i c a r d o Santa Cruz; p o r este m o t i v o se h i z o a retaguarde sns deberes; los capitanes don Ignacio Diaz Gana i don dia a c o m p a ñ a d o d e l capitán ayudante d o n José S a a Vicente C. H i d a l g o A . , que aunque estuvieron separados vedra. de mi lado con sus compañías protejiendo la artillería, tuve C o m o todavía n o cejara la parte d e l enemigo q u e t e la complacencia de oir recomendaciones por su serenidad níamos al frente, avanzamos n u e v a m e n t e en m e d i o d e i bizarría durante los fuegos. H a g o especial mención del u n nutridísimo fuego; esto dio márjen a q u e aquella parcapitán ayudante don Luis Pastor Santaua, a quien vi con te principiara a desorganizarse desbandándose e n seguida satisfacción siempre sereno i entusiasta. i a b a n d o n a n d o últimamente su ventajosa posición. A los tenientes don D o m i n g o A . Chacón, don Luis B r i seño, don Natalicio A c u ñ a i don José 2. Espinosa, i los subtenientes don Juan de la Cruz Pérez, don Clodomiro Hurtado, don Zenon Navarro R . , i don A b r a h a m Guzman por el valor que desplegaron todos ellos en el combate del 26, i en jeneral a toda la oficialidad del rejimiento, pues todos han llenados sus deberes de soldados. c

También debo hacer especial mención del l . cirujano del rejimiento, don Ismael Rubilar, qne estuvo en medio del fuego siempre dispuesto a procnrar a los heridos los ausilios de la ciencia i él fué quien prestó en esos momentos los pirimeros cuidados al malogrado comandante de Z a p a dores don Ricardo Santa Cruz. o r

L a conducta de la tropa no ha dejado qne desear, distinguiéndose c o m o valientes el soldado de la 3 . compañía del l . batallón, J e r a r d o R e y e s ; el sarjeuto 2. ° de la 1. del 2. ° Benigno Martínez, i el cabo 2. ° Manuel Pérez P o l a n c o ; el sarjento 1. ° de la 2 . del 2. ° José Nicolás G o n z á l e z ; los sarjentos 2 . Arturo Benavides i Maunel Jesús A v i l e s , i el soldado de la 3. * del 2. ° Efrain A r é valo que al sentirse herido en la cara lanzó con entusiasm o un ¡viva Chile! D e la 4. del 2. ° el sarjeuto 2. ° R u fino Morales; los cabos Ruperto Rojas, Ruperto de los Rios i Antonio Torres; Lorenzo Lazo, que marchando adelante para guiar la tropa recibió un casco de granada en la banderola que conducía, sin alterar su marcha i serenidad.

Las bajas q u e h a tenido el rejimiento son las q u e se m e n c i o n a n en la lista adjunta. E n ella figura también el n o m b r e d e l señor c o m a n d a n t e del rejimiento; pues c o n h o n d o pesar manifiesto a V . S. q u e el espresado j e f e s u c u m b i ó antes de veinticuatro horas. N o cumpliría c o n u n deber d e justicia, señor coronel, si n o recomendase a V . S. el brillante c o m p o r t a m i e n t o d e los señores jefes, oficiales i tropa d e l rejimiento, por su c o n d u c t a observada durante el c o m b a t e i d e lo cual V . S. sabrá apreciar m e j o r q u e nadie l o q u e d e j o espuesto. Dios guarde a V . S. JOSÉ

CARLOS

VALENZUELA.

Al señor Comandante en Jefe de la cuarta división.

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BATALLÓN

CAZADORES

Campamento

D E L

DESIERTO.

da Tacna, Mayo 30 de 1880.

Señor Coronel. Y a q u e m i batallón se halla incorporado a la división de su m a n d o , c u m p l o c o n el deber d e darle cuenta d e la parte q u e le c o p o desempeñar en la batalla del dia 26 d e l presente, en la altiplanicie d e n o m i n a d a " C a m p o d e la Alianza," a inmediaciones de esta ciudad de Tacna. E n obsequio d e la brevedad omito hacer relación de las diversas causas q u e c o l o c a r o n a m i cuerpo en sitúa-


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GUERRA

DEL

cion m u i desventajosa entre los demás i que seria j u s t o se tomaran en cuenta para apreciar debidamente su c o m portamiento en aquel dia. El batallón que en Ite presentaba un efectivo de 494 hombres de c o m b a t e , solo p u d o formar en línea 364, h a biendo tenido que dejar 25 de guarnición en aquel p u n to, 80 en Buenavista, 20 empleados en el acarreo de provisiones para el ejército i 5 mas que fué necesario e n viar al Sur por enfermos. E n tales circunstancias, hallándose ya el ejército en marcha, recibí orden de incorporarme a la cuarta d i v i sión, i en el m o m e n t o de principiar la batalla tuvo V. S. a bien indicarme q u e m i m i s i o n e r a la de m a r c h a r e n d e s cubierta al frente de aquella, dejando a mi discreción i criterio obrar c o m o m e j o r pudiera convenir sobre el estremo derecho de la línea de batalla del enemigo, que se apoyaba en un reducto con algunas piezas K r u p p . Mi misión aparecía, a mi j u i c i o , m u i bien indicada: d e bía avanzar unos 2,000 metros al frente de la división, estender mis alas t o d o lo posible para rebasar el flanco al enemigo, i dejar oportunamente claro el frente en batalla de aquella i luego, r e p l e g á n d o m e sobre mi izquierda, lanzarme resueltamente sobre el reducto i cojerlo por la gola si era posible. Para recorrer los 18 quilómetros que mediarían entre m i p u n t o de partida i la prolongación de la línea de b a talla de nuestras fuerzas, m e era necesario avanzar por la diagonal c o n m u c h a rapidez, al m i s m o tiempo que c o n m u c h a cautela, porque el terreno se presta para la o c u l tación de tropas en varias líneas paralelas i tuve que d e s tacar una compañía en guerrilla a unos 500 metros a mi frente para que sirviese de descubierta a m i batallón, que a la vez hacia el m i s m o servicio al frente de la división. E l terreno era en estremo pesado i mi batallón hubo de esforzarse m u c h o para conseguir adelantarse 2,000 metros a la división, que emprendió su marcha de avance simultáneamente con aquel; a m a s , el sol era abrasador i mí tropa que llevaba la desventaja de una larga jornada sobre el resto del ejército, esperimentaba también las angustias consiguientes a la falta de agua en los momentos en que el enemigo le cubría con un fuego mortífero de artillería e infantería. El batallón exhibió, sin embargo, las mas relevantes pruebas de disciplina: marchaba resueltamente al frente en orden disperso i retemplaba su espíritu l a n zando altos vivas a Chile i a su jefe, i después de avanzar lo necesario, contestando los fuegos del enemigo, adelantó su ala izquierda i resultó rebasando por m u c h o el flanco derecho de aquel. Pero en esta situación vino a unirse a la falta de agua, la falta de municiones, las que se agotaron por completo. V . S. sabrá apreciar debidamente tan crítico trance. N o vaciló un solo instante mi batallón, i obediente a mi voz, fijó la bayoneta i se lanzó con admirable resolución sobre el reducto, que fué desalojado con la punta de aquella arma temida. E n dicho reducto fueron cojidas 5 piezas de artillería de montaña, de las cuales 4 K r u p p , i todas intactas; una considerable cantidad de municiones; 3 oficiales i muchos individuos de tropa prisioneros; 12 banderas, de las cuales una con la señal de guerra sin cuartel, pertenecía al rejimiento]. D a z a ; otra a un rejimiento de artillería p e ruano i otra a uno boliviano, otra al rejimiento de caballería Murillo que se batió desmontado defendiendo el reducto, i las restantes no conocidas aun, pero todas cojidas a viva fuerza en aquel punto. A s í cumplieron su cometido estos nobles hijos de la capital. Injusto seria si no aprovechara esta coyuntura para espresar, c o m o lo hago, mi alta satisfacción i reconocimiento por la manera brillaute c o m o se han exhibido bajo mis órdenes, mereciendo el aplauso unánime de todos los que lo presenciaron. N o pasaré desapercibida la circunstancia de haber a c o m pañado al batallón, en su avance, una compañía del rejimiento Lautaro, la cual, hallándose oprimida entre la dic

PACIFICO.

visión i mi cuerpo, hubo de buscarse salida corriéndose hacia mi izquierda, i desplegó mucha audacia bajo las ó r denes de su bizarro capitán don Bernabé C h a c o » . Nadie pondrá en duda el hecho indisputable de haber sido la fuerza de mi mando la que tomó posesión del reducto, desalojando al enemigo de este formidable punto de apoyo. Si el batallón no esperimeuta mayor número de bajas, debo atribuir al orden especial de desplegar en tiradores que he ensayado con mui buen éxito i que le permite sacar ventaja de las armas modernas de rápido tiro, al m i s m o tiempo que le poue a cubierto de esperimentar sus efectos en todo sn rigor. Cuando el ala izquierda de la cuarta división se hubo posesionado del reducto i rechazado al enemigo por aquel lado, éste principió a ceder terreno a punto de perder las ventajas que parecía alcanzar en otra parte; por esto es que cabe a aquella división un alto honor, que tiene necesariamente que refluir en p i ó de V . S. que lo manda. Me es satisfactorio manifestar a V . S. que todos mis subordinados han cumplido con su deber de una manera muí honrosa; pero debo hacer particular mención en el teniente coronel don H . Bonqnet, 2. ° jefe del batallón, que cayó herido al trasmitir una de mis órdeues; en el capitán don J. Parra, herido a la cabeza de su compañía; los subtenientes don R. Rahausen i dou C. W h i l e y , i sárjente 2. J . Kremer, que fueron los primeros en trepar el reducto. También merecen una recomendación especial el ayudante en comisión de este cuerpo, teniente de ejército don F. Monroi, el teniente don Santiago V a r g a s , que fué gravemente herido, i el de igual clase don R . Saavedra, este por la precisión i denuedo con que cumplía mis órden e s ; también la merece el capitán ayudante del cuerpo, teniente de ejército don Clodomiro Pérez, que me a c o m pañó de cerca durante mucha parte de lo mas recio del fuego. c

T e m o haberme estendido ya mas de lo que deseaba al dar cuenta a V . S. de los procedimientos del batallón, pero no terminaré sin hacer justicia a la dura prueba que soportaron algunos de mis subordinados los que quedaron de destacamento en Ite i Buenavista, al marchar sus c o m pañeros a batir al enemigo. Con lágrimas de una cruel desesperación, hubieron de someterse a obedecer la orden que les privaba de satisfacer sus nobles aspiraciones de batirse también por la honra de su patria i de su bandera, E n este número se hallan el capitán don A. Infante V a l divieso, el teniente clon C. Calvo i el subteniente don T. Calderón. A c o m p a ñ o una relación nominal i clasificación de los muertos, heridos i dispersos que resultan en el cuerpo de mi mando hasta el momento de suscribir este pliego. JOKJE "WOOD. Al señor Comandante en Jefe de la cuarta división.

ARTILLERÍA REJIMIENTO

NÚM.

I

CABALLERÍA. 2

DE

Tacna,

ARTILLERÍA.

Junio 1. °

de 1880.

Señor Coronel: Siete d e las baterías del rejimiento q u e accidentalmente c o m a n d o , tomaron parte en la batalla de Tacna que t u v o lugar el 26 de M a y o último, 4 de c a m p a ñ a i 3 de montaña. E n el ala izquierda nuestra, la 1. de la 2 . , al m a n d o del sarjento m a y o r señor Santiago Frias, i la 1. * d e la 4. * a las órdenes del d e igual clase señor B e n j a m i n Montoya, e incorporada a la cuarta división la 2 . de la 2 . dirijida por su capitán d o n G u m e c i n d o F o n t e tecilla, todas obrando separadamente. L a 1. ^ de la 4. se plegó a la izquierda i la 2 . de la 1 . i 2. de la 3 . , m a n d a d a s por el m a y o r d o n E x e q u i e l Fuentes, a la derecha, d o n d e se hallaban la 1. de la 1 . i la 1. de la 3. dirijida por el sarjento m a y o r J o s é de la C. Salvo, 53

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D e m o d o que toda nuestra artillería q u e d ó dividida en dos porciones que se batian en ambas alas de nuestro ejército. L a de la izquierda a mis inmediatas órdenes, estaba formada de la 2 . brigada del cuerpo i de la 1 . d e la 4. ^, es decir, 2 de campaña i 1 de montaña; i la de la derecha, a las órdenes del m a y o r Salvo la c o m p o n i a n 2 de campaña i las 2 de montaña del m a y o r Fuentes que se le reunieron al emprender el m o v i m i e n t o de avance sobre las posiciones del enemigo. Según los distintos partes que tengo a la vista i de lo que personalmente m e consta, los fuegos de la artillería se concentraron en el ala izquierda sobre la misma arma d e los enemigos i toda la línea hasta apagarlos c o m p l e t a m e n t e protejiendo de este m o d o el ataque de nuestra infantería. La porción del rejimiento que obraba en el ala derecha, estinguió por su parte los fuegos de la artillería enemiga que tenia a su frente i que impedían la aproxim a c i ó n de nuestras guerrillas batiendo constantemente c o n sus piezas de campaña toda la cresta que ocupaban los aliados, hasta que los nuestros la encimaron. 0 3

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A m e d i d a que avanzaba nuestro ejército, la artillería estrechó su distancia hasta colocarse a m e n o s de 2,000 metros en el ala izquierda, i la de la derecha avanzó h a s ta bajar al valle de T a c n a c o n sus dos baterías de m o n t a ña i una ametralladora, d e j a n d o la de campaña en las alturas. Esas dos baterías a las órdenes inmediatas d é l o s mayores Salvo i Fuentes, situadas a 500 metros del p u e blo, bombardearon sus alrededores, sin dañar la p o b l a ción, para arrojar los enemigos que se abrigaban en los bosques. La 1 . de la 1. al m a n d o del capitán Villarreal i la 1. de la 2 . al del m a y o r Frias hicieron lo m i s m o desde la altura inmediata al valle. a

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Se han disparado 822 granadas i 2,360 tiros de a m e tralladoras. Solo h e m o s tenido 7 soldados heridos, según consta de la relación adjunta. Me es grato recomendar a V. S. el c o m p o r t a m i e n t o de los señores jefes, oficiales i tropa en esta j o r n a d a que, para nuestra arma, se hará célebre por las dificultades increíbles que ha tenido que vencer i por la certera direcc i ó n i eficacia de sus fuegos. A c o m p a ñ o a V . S. la lista del personal del rejimiento que se halló en esta batalla. J.

MANUEL

2.

°

OCTAVO.

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granadas enemigas continuaron c a y e n d o a nuestra retaguardia. En esta nueva posición i después de mas de una hora de cañoneo, amainó el fuego de artillería enemigo, c o n t i n u a n d o al parecer por una sola pieza de la derecha. Media batería de la derecha dediqué esclusivamente a batir las masas enemigas q u e comenzaban a desordenarse, i media batería de la izquierda c o n t i n u ó disparando sobre el fuerte hasta apagarse sus fuegos por c o m p l e t o . L a infantería, por su parte, ponia en completa derrota al enemigo, que desapareció detrás de las lomas. H i c e aun varios disparos por elevación, i declarada ya la victoria por nuestro ejército, m a n d é hacer alto el fueg o i avancé c o n toda la división hasta llegar a orillas del valle de Tacna, d o n d e recibí orden de incorporarme a m i rejimiento. L o certero de los disparos i el gran n ú m e r o de p r o y e c tiles consumidos en la acción, atendido el espacio de tiemp o que esta duró, dará a c o n o c e r a V . S. la pericia i serenidad de los señores oficiales, c o m o también la disciplina i grado de instrucción en las clases i tropa de mi m a n d o . Me h a g o un deber en recomendar a V. S. el brillante c o m p o r t a m i e n t o de los señores tenientes clon J . Manuel Ortúzar i d o n J. F. Vallejo, i alféreces don Federico V i dela i R, Boltz. Todo e n c o m i o para ellos es p o c o i en cualquiera ocasión darán gloria a su arma. Durante la acción la batería ha sido protejida por dos compañías guerrilleras del rejimiento Lautaro, c o m a n dadas por los señores capitanes H i d a l g o i Diaz Gana, quienes colocaron su tropa c o n tanto acierto que cualquiera que hubiesen sido los incidentes del combate h a bría estado siempre segura nuestra batería.. A d j u n t o a V. S. una relación de las bajas i proyectiles c o n s u m i d o s en la batería. Es cuanto tengo que decir a V. S. sobre la batería de mi m a n d o en la parte que le c u p o en la gloriosa acción del 26 del presente. D i o s g u a r d e a V . S. G. Al

FONTECILLA.

señor Jefe de Estado Mayor de la cuarta división, Sarjento Mayor don Diego Dublé Almeida.

PARTE DEL M A Y O R PRIAS.

NOVOA.

Tacna, Mayo 28 de 1880. Señor Comaudante: La parte que le cupo eu suerte a la 2, brigada del rejimiento, eu la batalla dada contra el ejército aliado PARTE B E L CAPITÁN FONTECILLA. perú-boliviano el 26 del corriente, es la siguiente: Desde la salida de Sama, la 2. batería de la brigada Tacna, Mayo 28 de 1880. i marchó j u n t o con las otras de montaña hasta llegar ai Paso a dar cuenta a V. S. de lo ocurrido en la batería campo de batalla, donde se le destiuó a la cuarta división de mi m a n d o durante la acción del 26 del presente. del ejército que debia operar contra el ala derecha del enemigo. Todo lo ejecutado por esa batería, sns bajas i conA la vista del e n e m i g o i ordenada y a nuestra línea de sumo cíe municiones, llegará a su conocimiento por el parte batalla, recibí orden del señor Jefe de Estado Mayor J e que el capitán de elía debe a V . S. pasarle. neral para ponerme a las órdenes del señor coronel d o n O r o z i m b o Barbosa, j e f o de la cuarta división, que formaba L a 1. * batería de esta brigada, al mando inmediato el ala izquierda. del capitán don A b e l G ó m e z , que por ser de campaña con R e u n i d a la división avanzamos al frente, estrechamos dos ametralladoras i su material de alguna mas i m p o r la distancia q u e mediaba entre nosotros i la derecha del tancia qne la otra, quedó bajo mi dirección. Esta batería enemigo, pro tejida esta parte por una magnífica fortaleza operó con grande i visible eficacia sobre el centro i ala artillada c o n 5 piezas, cuatro K r u p p de montaña del úl- derecha del enemigo, rompiendo sus fuegos a la distancia, timo sistema i 1 de sistema inglés p o c o c o n o c i d o . entre 4,000 a 5,000 metros. A v a n z ó en lo mas recio de la E n situación c o n v e n i e n t e i bajo los fuegos de infante- j o m a d a hasta quedar a 3,000 metros del centro i 3,200 ría i artillería enemigas, m e c o l o q u é en batería, r o m p i e n - del fortín, que con 5 piezas de montaña tenia artillado el enemigo eu su costado derecho. Después de hacerse i m do el fuego sobro la fortaleza a 2,500 metros i también posible disparar al centro de la línea enemiga, por la consobre las masas i guerrillas que nos hacían un mortífero fusión que pudo hacerse, concentró sus fuegos al ala defuego do rifie. Esta parte del terreno era sin d u d a c o n o c i d a de los ar- recha, protejiendo con eseelentes resultados, el asalto i toma de esas importantísimas posiciones. tilleros enemigos que han tenido sobrado tiempo para distanciar los lugares aparentes para situar artillería, pues Las maguíficas punterías i la espedicion en jeneral, con sus disparos eran m u i certeros. que los señores oficiales i tropa se condujeron, dan a conocer sn pericia, serenidad i valor durante la batalla. Esto nos obligó a movernos, i al efecto avanzamos 400 Los nombres de ellos son: capitán ya uombrado clon metros, maniobra que p r o d u j o buen resultado, porque las

Al señor Jefe de Estado Mayor Jeneral don José Velazquez.

rt

d


576

GUERRA

DEL

A b e l G ó m e z , teniente i ayudante del que suscribe don Canpolican Villota i alférez don Nicanor Bacarreza. E l teniente don Jesús María Diaz i alférez don Zacarías Torreblanca, estuvieron en la batería cuando ésta funcionó de 4,000 a 5,000 metros, distinguiéndose c o m o los demás oficiales; saliendo al frente del enemigo al mando de la sección de ametralladoras, cuando se avanzó hasta quedar a 3,000 metros. Por el parte verbal que de ellos tengo, esta sección adelantó j u n t o con la primera línea de combate, r o m p i e n do sus fuegos a 1,800 metros. Derrotado el enemigo, esta batería siguió su marcha hasta colocarse al frente en las alturas que domina la p o blación, i donde hizo sus disparos a los fruitivos i algunos al pueblo, a fin de intimar la rendición c o m p l e t a ; la que no se hizo esperar. L a tropa se condujo admirablemente i e l . material i caballada se conservan en el mejor pié de servicio. L a relación de las bajas i consumo de mnniciones, tanto de cañón c o m o de ametralladoras, las manifiesto en la relación adjunta. Su frecuente presencia en la batería durante la batalla, me ahorra entrar en detalles i terminaré este parte recomendando a su consideración a los señores oficiales i tropa de la batería, por sn comportamiento. Dios guarde a V . S . SANTIAGO

FRÍAS.

COMANDANCIA DE INJENIEROS.

Tacna, Mayo 31 de

1880.

T e n g o el h o n o r de dar cuenta a V . S. de t o d o lo relativo a los trabajos practicados por el cuerpo de mi m a n d o , i que de algún m o d o tienen relación c o n la batalla del 26 del presente. E l dia anterior a éste, m e o c u p é en Sama de preparar los elementos indispensables a la movilización del ejército, c o m o arreglo de estanques para la c o n d u c c i ó n del agua, c o m p o s t u r a de barriles, etc.; i, durante la m a r c h a a y u d ó mi cuerpo el paso de la artillería en los pasos d i fíciles del camino. E l m i s m o dia de la batalla, el que suscribe se p u s o directamente a las órdenes del Estado Mayor Jeneral, sirviendo de ayudante durante el combate; i ordené que los oficiales de plana m a y o r d e l c u e r p o , señores Manuel R o mero H. i Enrique Munizaga, se ocuparan en tomar las distintas posiciones del ejército, para el levantamiento del plano correspondiente. El capitán Silva, al m a n d o de la c o m p a ñ í a ausiliar del cuerpo, se c o l o c ó en situación de apoyar las baterías de campaña de la derecha, según se lo indiqué, hasta el m o m e n t o en que, por orden superior, avanzó sobre el e n e m i g o i se batió con su j e n t e en primera fila. M e es grato recomendar el valor del capitán d o n Daniel Silva durante el combate, pues apesar de haber recibido dos heridas, siguió avanzando sin cejar u n solo instante. Su parte, dice así: " S e ñ o r Comandante: H a b i e n d o recibido orden de avanzar sobre el enemigo, lo hice así, hasta c o l o c a r m e al lado derecho del Valparaiso, c o n c u y o cuerpo c o m b a t í hasta asaltar las posiciones enemigas. Mi compañía constaba de 102 hombres inclusos 2 oficiales. D e ellos han h a b i d o 4 muertos i 23 heridos, c u y a relación adjunto a V . S. Es de m i deber recomendar m u í especialmente la c o n ducta del subteniente A l m e i d a i del soldado González, por su arrojo i serenidad en la pelea. Dios guarde a V . S . — D a n i e l Silva." Es t o d o lo que tengo q u e comunicar a V . S. en c u m plimiento de m i deber. D i o s guarde a V . S. I.

J.

Al señor Jefe de Estado Mayor Jeneral don José Yelazquez.

ZELAYA,

PACIFICO.

ESCUADRÓN

CARABINEROS

D E

Y U N G A I

NÚM.

Tacna, Mayo 30 de

1.

1880.

Señor Jefe de Estado M a y o r Jeneral: C u m p l o c o n el deber de dar a V . S. cuenta, i por su órgano al señor Jeneral en Jefe del ejército, de las o p e raciones i maniobras realizadas por el escuadrón de mi m a n d o en la j o r n a d a del 26, que h a d a d o a Chile la p o sesión de una parte tan importante del territorio del Perú. Situados en el valle de Sama, i resuelta y a la m a r c h a del ejército en d e m a n d a del enemigo, se dispuso por la orden jeneral del dia 24 que una c o m p a ñ í a de este cuerpo emprendiera su m o v i m i e n t o en la mañana del 25 para tomar la vanguardia. Designé para ello a la 2 . , m a n d a d a por el capitán d o n A l e j a n d r o G u z m a n , la que después de perseguir algunas descubiertas e incorporada al p u n t o elejido para c a m p a m e n t o , t u v o orden d e marchar de avanzada para impedir toda sorpresa, i durante la n o c h e i primeras horas de la mañana siguiente sostuvo tiroteos c o n pérdida del cabo 2. ° Z o i l o Pesoa, que habiendo sido h e c h o prisionero fué mas tarde rescatado a nuestra e n trada a esta plaza, i el soldado R o s e n d o D u p r é herido de bala. 0 3

E l señor Jeneral en Jefe m e impartió la orden de permanecer c o n la 1. c o m p a ñ í a en el c a m p o de Sama hasta la n o c h e de ese m i s m o dia 25, i que a las 9 P. M. emprendiera la marcha hasta llegar a retaguardia del Parque de Artillería, punto a d o n d e debía acampar i aguardar la claridad del dia siguiente para ir en su busca i recibir sus órdenes. Se hizo así, i al a p r o x i m a r m e a la línea se anunció la presencia del e n e m i g o i la necesidad d e incorporarme al ejército. 05

A l llegar se m e ordenó marchar al costado derecho hasta unas veinte cuadras de distancia, esplorar si habia o n o amago por ese flanco. E n el término del reconocim i e n t o divisamos una pequeña avanzada que p u d e hacer caer en nuestro poder, c o m p u e s t a de u n capitán i 4 soldados del escuadrón Húsares de Junin, la que fué puesta a disposición del señor Jeneral en Jefe en los m o m e n t o s q u e precedieron a la batalla. E n esos mismos m o m e n t o s se sirvió el señor Jeneral disp o n e r que el escuadrón, que en ese instante reunía sus dos compañías, se colocará a retaguardia de la primera división, i a la altura de su derecha. L a artillería enemig a r o m p i ó sus fuegos, i c u a n d o se e m p r e n d i ó el m o v i m i e n t o de avance de nuestra infantería se m e comunicó la orden d e dejar la posición ocupada i trasladarme a retaguardia de la artillería de c a m p a ñ a que a la derecha m a n d a b a el maj^or Salvo, c o n el objeto de apoyarla. Col o c a d o allí se dispuso q u e destacara una c o m p a ñ í a para marchar al encuentro, i ayudada d e los carretones encargados d e c o n d u c i r el agua hasta el c a m p o de batalla. P o c o después se m e ordenó enviar 40 individuos de tropa para llevar otros tantos cajones c o n m u n i c i o n e s a los cuerpos d e la primera división a quienes escaseaban ya, los q u e fueron dirijidos por el alférez d o n Carlos Larrain. 15 h o m b r e s se o c u p a r o n en seguida en reunir en el llano algunas muías i animales que se necesitaban i se habían dispersado, i otros 25 bajo el m a n d o del alférez d o n I l d e fonso A l a m o s llevaban también ausilio d e municiones a los cuerpos q u e se batían por el centro, quedando en ciertos m o m e n t o s r e d u c i d o el escuadrón a 26 hombres. Ocupadas por nuestra infantería las posiciones enemigas, i c u a n d o se m e habían i n c o r p o r a d o pequeños piquetes que hacían ascender c o m o a 60 h o m b r e s el número de mis fuerzas, recibí la orden por c o n d u c t o del ayudante, coronel d o n Samuel Valdivieso, de avanzar hasta las alturas q u e tenia al frente. A l llegar a ellas encontré al j e f e d e la primera división, coronel d o n Santiago A m e n gual, que reclamaba el ausilio de esa pequeña fuerza de caballería para completar la victoria p o r ese lado. Mis instrucciones eran indeterminadas, i no vacilé en seguirlo, m u c h o m e n o s tratándose de tan importante operación. Llegados a una pequeña meseta en que los cuerpos


CAPITULO

d e esa división, contaban sus filas para organizarse d e b i damente, el señor coronel decidió ocupar la ciudad de T a c n a que teníamos a la vista, i que se j u z g a b a encerraría todavía en sus muros a m u c h o s de sus defensores. Organizó algunas fuerzas que por órdenes posteriores fueron t o m a n d o otras direcciones, i por fin, a la llegada a los suburbios de la población contábamos solo con los pocos carabineros a que antes m e refiero, i una pequeña fuerza de infantería dirijida por el coronel d o n Jacinto N i ñ o i desplegada en guerrillas. El señor coronel A m e n g u a ] , dispuso entrar personalm e n t e a c o m p a ñ a d o solo del que suscribe i los carabineros, i a las 4 . 3 0 P. M . t o m a m o s posesión militarmente de la plaza de armas de Tacna. b e rescataron 11 de nuestros prisioneros de épocas anteriores que en la cárcel se hallaban encerrados, i se dieron las órdenes necesarias para la conservación del orden, i se ordenó que alguna tropa de la primera división e n trara también para asegurar el mas exacto c u m p l i m i e n t o de estas disposiciones. E l escuadrón o c u p ó la n o c h e entera en reunir dispersos i prevenir los horrores i desórdenes tan difíciles de evitar en u n p u e b l o t o m a d o por asalto, así puede decirse. T e n g o la satisfacción de creer, i no vacilo en asegurarlo, que su presencia ha evitado m u c h o s i mui graves males, i q u e solo a sus constantes e incesantes esfuerzos i a su m o r a lidad militar se debe la conservación de gran parte de esta población. E n resumen i para concluir, el señor Jefe de Estado M a y o r Jeneral aparte de los m o v i m i e n t o s de que he d a d o a V. S. tan estensa i detallada cuenta, el cuerpo de mi m a n d o ha perdido 6 de sus hombres que están fuera de c o m bate, h e c h o al enemigo 1 8 0 prisioneros, de ellos 2 tenientes coroneles, 2 sarjentos mayores, 5 oficiales subalternos i el resto individuos de tropa, i el infrascrito puede asegurar a V. S. que cada u n o de los oficiales i tropa que lo c o m p o n e n , lo m i s m o que el capitán del escuadrón Carabineros de Maipú, d o n Juan de D i o s Dinator, i el teniente graduado don Francisco Vieytes que están agregados a él, han sabido c u m p l i r c o n su deber. D i o s guarde a V. S. MANUEL

BÚLNES.

Al señor Jefe de Estado Mayor don José Velazquez.

PARTES OFICIALES PERUANOS. JENERAL

E N JEFE D E LPRIMER EJÉRCITO D E L SUR.

Jarata,

Mayo 29 de 18S0.

Señor Secretario: E n c u m p l i m i e n t o de un austero e imprescindible deber, paso a c o m u n i c a r a V. S. el resultado del c o m b a t e librado el 2 6 de los corrientes, con el ejército de Chile, apesar de n o haber recibido hasta este m o m e n t o parte alguno d e los c o m a n d a n t e s jenerales de las distintas divisiones de nuestro primer ejército del Sur. Por disposición del escelentísimo señor director de la guerra, m e c u p o mandar el ala derecha del ejército aliado; la izquierda correspondió al señor coronel d o n E l e o d o ro C a m a c h o . Después de un c o m b a t e de la artillería iniciado a las 7.30 A. M . , principió el de infantería a las 1 1 A . M . L o s fuegos del e n e m i g o se desarrollaron por el ala izquierda, por c u y a razón el señor director de la guerra m e pidió refuerzos, que inmediatamente envié, haciendo avanzar los batallones Alianza i A r o m a del ejército boliviano q u e tenia a mis órdenes. P o c o tiempo después de enviado este refuerzo se c o m p r o m e t i ó el c o m b a t e en toda la línea de batalla. El director pidió nuevos refuerzos para el ala izquierda, i sin vacilar m a n d é que marchara inmediatamente el batallón n ú m . 2 Provisional de Lima. El señor director de la guerra calificará, c o m o en justicia se merece, el c o m portamiento de este distinguido cuerpo. IOMO

II—73

OCTAVO.

577

Los refuerzos enviados a la izquierda m e privaron por c o m p l e t o de refuerzos de reserva. Sin mas tropas q u e las que formaban en primera línea, h e m o s , resistido el d o b l e ataque de las fuerzas enemigas por el flanco i por la retaguardia, hasta q u e la inmensidad del n ú m e r o obligó a nuestros bravos soldados a emprender la retirada sobre T a c n a con el propósito de renovar allí el c o m b a t e . Persuadido al fin de la inutilidad de mis propósitos, a b a n d o n é la ciudad después de la 5 P. M. avanzando siempre c o n la lentitud que era indispensable para infundir n u e v o aliento a nuestras tropas i encontrarme en actitud de c o m batir nuevamente si las fuerzas enemigas intentaban una persecución. C o m o el ejército aliado tenia tropas de las dos repúblicas, las que pertecian a Bolivia se encaminaron por la via de San Francisco, mientras las nuestras siguieron la del p u n t o d o n d e ahora m e encuentro o c u p a d o de la reorganización. El desgraciado resultado del combate del 2 6 , n o se d e b e a la mala calidad de nuestras tropas sino al escesivo n ú mero de los enemigos. Tan cierto es que el ejército peruano ha l u c h a d o c o n bizarría, que de los d o c e batallones que tenia bajo mis órdenes, han muerto 6 primeros jefes i un comandante jeneral, c u y o s nombres guardará con orgullo la historia patria. El señor coronel d o n J a cinto Mendoza, que c o m a n d a b a la cuarta división, los c o roneles Barriga, Fajardo, Luna, los tenientes coroneles Mac-Lean, Llosa i el c o m a n d a n t e d o n Samuel Alcázar, que m a n d a b a n respectivamente los batallones Huáscar, Cazadores del R i m a c , Cazadores del Misti, Arica, Zepita i la c o l u m n a de Para han l u c h a d o c o n un heroismo superior a t o d o e n c o m i o . Aparte de tan sensibles pérdidas, h e m o s tenido también la de m u c h o s segundos i terceros jefes, sin contar c o n el gran n ú m e r o de heridos i c u y a relación la tendrá V. S., así c o m o la de los numerosos oficiales que han desaparec i d o en la cruenta lucha, tan pronto c o m o los c o m a n d a n dantes jenerales pasen sus partes al señor coronel Velarde, Jefe de Estado Mayor Jeneral. La necesidad de atender a la defensa de Arica solo permitió presentar 8 , 0 0 0 combatientes de nuestra parte; los enemigos eran 2 0 , 0 0 0 ; i ante tan inmensa superioridad numérica, t o d o el denuedo de nuestras tropas se hizo tan poco eficaz para el triunfo, c o m o el viril entusiasmo desarrollado en tan supremos instantes por todos los c i u d a d a nos d e la heroica Tacna. Si el resultado del c o m b a t e n o ha correspondido a nuestras esperanzas, ha v e n i d o a probar una vez mas, que nuestro ejército no carece de c o m p e t e n c i a tratándose de entusiasmo i de valor. Por mi parte, d o m i n a d o por la d o lorosa impresión del inesperado desastre, siento que mis fuerzas se reaniman al contemplar lo c o m u n e s que son entre nosotros los rasgos de heroismo i de grandeza. L a guerra continuando, c o m o lo espero, n o podrá d e j a r de ofrecernos el triunfo definitivo si a p r o v e c h a m o s , c o m o debemos, tanto el mérito de nuestras tropas c o m o las lecciones de una amarga esperiencia. Repúblicas c o m o las del Perú, ni se anonadan ni s u c u m b e n por una derrota parcial que puede i debe servir de oríjen a la última victoria que se obtenga sobre el enemigo. Dígnese V. S. poner en c o n o c i m i e n t o de S. E. el Jefe S u p r e m o el c o n t e n i d o de este lijero parte, haciéndole presente lo sensible que ha sido para el ejército peruano la heroica muerte del jeneral don J u a n José Pérez, Jefe de Estado Mayor Jeneral del ejército aliado, i la mortal herida del ilustre coronel d o n E l e o d o r o Camacho, C o m a n dante en Jefe del ejército boliviano. D i o s guarde a V. S. L. Al señor Secretario de Guerra.

MONTERO.


GUERRA

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J E N E R A L EN J E F E D E L E J É R C I T O

DEL

DEL SUR.

Jarata, Junio 1. ° de 1880. Señor Secretario: Habiendo tenido el honor de pasar a su despacho i n m e diatamente después de la batalla del Campo de la A l i a n za el parte que la premura del tiempo me permitió, c u m p l o hoi con el deber de incluirle el que me ha dirijido el señor Jefe de Estado Mayor Jeneral del ejército, al que me a c o m paña ios que a su vez le han elevado los señores comandantes jenerales. Por los indicados partes, así como por las relaciones de los jefes i oñciales muertos i heridos en tan memorable batalla, verá V . S. la heroicidad con que ha sostenido nuestro ejercito una lucha que, si bieu es cierto los resultados materiales no le han sido favorables, los morales d e jan a mucha altura no solo la honra de los que han c o m batido sido también la del país. E l comportamiento de todos ha sido tau valeroso i abnegado, que no debería recomendar a ninguno en el presente parte; pero no puedo dejar de llamar la atención del Supremo Gobierno, respecto al distinguido comportamiento del Jefe de Estado Mayor Jeneral, coronel don M a nuel Velarde, quien, después de haber llenado su deber del m o d o mas intelijente i satisfactorio i cuando ya no quedaba un solo soldado que colocar en la línea de fuego, se lanzó en compañía del valiente coronel don Agustín M o r e no al medio del mayor fragor del combate, cuando se había perdido la esperanza del triunfo, en busca de una muerte gloriosa. Cumplo también, señor secretario, en hacer una especial mención de la valerosa conducta de mis ayudantes, pues ninguno de ellos ha trepidado el cumplir, en medio del p e l i g r o , las órdenes que impartía. Dios guarde a V . S. L.

MONTERO.

Al señor Secretario de Estado en el Despacho de Guerra.

ESTADO MAYOR JENERAL

D E L PRIMER

Tarata,

EJÉRCITO

D E L SUR

Mayo 31 de

1880.

Benemérito señor Contra-almirante: Habiendo V . S. dictado todas las órdenes que se c u m plieron en el ala derecha del ejército aliado, cuyo único mando se le confió en la batalla librada i perdida el 26 del presente contra el ejército chileno, i siendo V . S. testigo de la altura con qne cumplieron su deber las fuerzas que le obedecían, así como del buen comportamiento de los jefes i oficiales'del Estado Mayor Jeneral i muí en especial del señor coronel don Agustín Moreno, del sarjento mayor don Martin Reyualdo Llaqne i del capitán don Víctor M. Bailón, limitóme a tener el honor de incluirle los partes que me han dirijido los jefes superiores de nuestro ejército i las relaciones de los que han alcanzado la gloria de ser muertos o heridos en defensa de la patria. Dios guarde a V . S. MANUEL Al

Benemérito señor Contra-almirante, del Sur.

VELARDE.

Jeneral en Jefe del primer

ejército

PACIFICO.

ha sido por carencia de valor o disciplina, de que ha hecho lujosa ostentación en el c a m p o de batalla, sino por el d o ble error consumado en la dirección jeneral del combate al hacernos espedicionar sin objeto en la noche del 25 i al d e jarnos sin las reservas indispensables en todo plan de b a talla bien combinado. N i la fuerza numérica de los invasores, ni la superioridad de sus armas habrían producido nuestra derrota, si las líueas hubieran combatido con sujeción a los preceptos inquebrantablemente aconsejados por la táctica i la estratéjia; desgraciadamente eso no aconteció, i por eso el denuedo de la división i la sangre que a torrentes ha derramado, si es cierto que glorifica su nombre, t a m bién lo es que ha producido un doloroso resultado para nuestras armas. Testigo presencial ha sido V. S. de los movimientos de la división i de la heroicidad con que ha luchado. Este hecho me exonera de entrar eu otro orden de apreciaciones que estoi seguro no se habrán ocultado a la clara intelijencia de V . S. Dios gnarde a V . S. JUSTO

P.

DÁVILA.

Al señor Coronel, Jefe de Estado Mayor Jeneral del primer ejército del Sur.

COMANDANCIA DEL BATALLÓN

LIMA NÚM.

11.

Tarata, Mayo 29 de 1880. Señor Coronel: Cumplo con el deber de dar cuenta a V . S. de lo ocurrido en la batalla que tuvo lugar el 20 de! presente en el Campo de la Alianza cou las fuerzas chilenas. E l dia 25, a las 11 P. M., tuve orden de preparar el batallón para emprender la marcha sobre la Quebrada H o n d a , adonde llegaban las divisiones enemigas. I n m e diatamente cumplí con lo ordenado i nos pusimos en marcha a la 1 A . M. cou todo el ejército, en columnas paralelas i con distancias de despliegue. Teníamos ya avanzado mas de dos leguas, cnaudo apercibiéndose el señor J e m ral, director de la guerra, que el ejército estaba estraviado del camino, ordenó contramarcháramos a nuestro c a m p a m e n to, a cuyo punto llegamos a las 5 A . M. Todavía la tropa no habia entrado en el reposo que necesitaba, cuando el señor coronel, Jefe de Estado Mayor Jeneral, mandó prevenir que la división se alistara poique el enemigo avanzaba sobre nuestra línea. E n ese m o m e n t o ordenó V . S. que formara el batallón, lo que se verificó inmediatamente, formando en columna para esperar nuevas órdenes. Eran las 7 A. M. próximamente, cuando ya se divisaban las columnas enemigas que avanzaban haciendo fuego de artillería sobre las divisiones de nuestro ejército, que habian quedado perdidas eu el camino. U n a vez que ellas llegaron al campamento i que el enemigo se ocupaba de tender su línea de batalla, recibí orden de V. S. de seguir el movimiento del batallón Granaderos, segundo de la división" que desfilaba por el flanco izquierdo. Seguido el movimiento, por mi batallón, hizo alto la división, conservando la formación de columna poco mas a la derecha del centro de la línea, en una ondulación en cuyo puesto permanecimos hasta que principió el fuego de artillería.

Notando que las columnas de la división podiau serofendidas por las bombas enemigas, mandó V. S. desplegar en batalla, flanqueando mas a la derecha. Ejecutado el movimiento i siendo ya las 11 A . M. principió por la COMANDANCIA JENERAL DE LA PRIMERA DIVISIÓN. izquierda de nuestra línea el fuego de fusilería, i habiéndose empeñado el combate por el centro, mandó V . S. Tarata, Mayo 29 de 1880. avanzar la división hasta la cima de la planicie, de donde Señor Coronel: E l e v o a V . S. los partes orijinales que con motivo de la desprendí la l . * compañía al mando del capitán don D o m i n g o La-Fuente, que desplegó eu guerrilla, cubriendo batalla librada el 26 de los corrientes en el Campo de la Alianza, me han pasado los primeros jefes de los dos b a - el frente del batallón. E u estas circunstancias, i cuando numerosas fuerzas enemigas hacían nutrido fuego sobre tallones qne formaban la primera división del ejército, con cuya comandancia jeneral se me había honrado. Esos par- j la guerrilla, recibí la orden de desplegarla i que el bataj llon avanzara, lo que se ejecutó marchando eu batalla con tes revelan, señor, que si la división se ha sacrificado sin ¡ armas a discresion, i avanzando mas de 400 metros, hizo resultados positivos para el triunfo de nuestra causa, no PRIMERA

DIVISIÓN.

3


CAPITULO

alto i sostuvo un fuego vivísimo hasta que, destrozada la izquierda i centro de nuestra línea i sin contar con refuerzo alguno, se m e ordenó hacer fuego en retirada, cuando ya tenia muerto al 4. ° jefe mayor Salguero, i fuera de c o m bate 12 oficiales i la mayor parte de la tropa. Demás me parece señor comandante jeueral, que me ocupe en manifestarle el valor con que han combatido los jefes, oficiales i tropa, por que habiéndose hallado V . S. presente con aquella serenidad i valor esclarecido con que se distingue, ha tenido ocasión de apreciar el buen comportamiento de todos ellos, c o m o sin duda l o habrá apreciado el señor coronel, Jefe de Estado Mayor Jeneral don Manuel V e íanle, quien permaneció en los lugares del peligro dando las órdenes que convenían, i que si la suerte ha sido contraída al brillo de las armas, es iuuegable que todo sacrificio habría sido estéril con tan numeroso enemigo. A c o m p a ñ o al presente parte una relación en que se e n cuentran los nombres de los jefes i oficiales muertos i h e r i d o s ; por ella i por las bajas de tropa que V . S. ha presenciado, confirmará los esfuerzos que se hicieron para la defensa de nuestro sagrado pabellón. Por el cuadro entregado al jefe de detall de la división, estai'á V . S. informado del reducido número de oficiales i tropa que he conducido a esta plaza i que seguiré c o n d u ciendo c o m o verdaderas reliquias al punto que se ordene. Dios guarde a V . S. PLEMIJIO

MORALES

BERMUDEZ.

Al señor Corone!, Comandante Jeneral de la primera división.

COMANDANCIA

D E LB A T A L L Ó N G R A N A D E R O S D E L C U Z C O NÚM.

19.

OCTAVO.

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ra sobre el enemigo, lo que se verificó con la brevedad p o sible, i habiendo llegado a la línea demarcada de batalla ordenó V . S. que saliera una compañía a desplegar en guerrilla cubriendo el frente del batallón, i lo verificó la 4. " compañía al mando del capitán graduado d o n j u á n de Dios Benavente, cuya compañía rompió sus fuegos contra el enemigo. En este estado V . S., con el valor i serenidad que lo caracteriza siempre, condujo a la división al trote con la arma a discresion hasta ponernos casi cara a cara con el enemigo i rompimos los fuegos en el mayor orden posible, habiéndole tocado al batallón estar frente de 4 a 5 ametralladoras, las que destruyeron la mayor parte de la fuerza, habiendo quedado mas de la mitad entre muertos i heridos tendidos en el campo, como no dejaría de ver la p e netración de V . S. C o m o quiera que las fuerzas enemigas eran superiores en todo sentido i nosotros no teníamos reserva alguna que nos favoreciera i viendo que era imposible triunfar sobre el enemigo, V . S. ordenó que nos retiráramos haciendo fuego en retirada hasta ponernos friera de los enemigos, lo que se practicó inmediatamente. M e permito manifestar a V . S. que los señores jefes, oficiales i tropa que han estado a mis órdenes, se han p o r tado con el mas esclarecido valor i serenidad, como verdaderos peruanos, patriotas i defensores de la honra nacional. D e m á s seria, señor coronel, comandante jeneral, esplayarme sobre este asunto, puesto que V. S. ha sido el testig o presencial de todos los hechos que hago referencia i el Supremo Gobierno sabrá valorizar el comportamiento de cada uno de ellos por el digno órgano de V . S. A c o m p a ñ o al presente parte la relación nominal de los señores oficiales muertos i heridos en el c a m p o de batalla; por ella i las bajas de tropa que V . S. ha presenciado, confirmará los esfuerzos supremos que se hicieron para la d e fensa de la honra nacional.

Tarata, Mayo 29 de 1880. Señor Coronel: Tengo la honra de poner en conocimiento de V . S. l o Por ¡a relación nominal de los jefes, oficiales i tropa enocurrido en el batallón de mi mando, en la función de a r - tregada al jefe ele detall de la división, verá V . S. que mas que tuvo lugar el dia 26 del presente en el C a m p o de hemos ¡legado a este punto con ese puñado de valientes, la Alianza con las fuerzas chilenas. i que estoi pronto a continuar la marcha adonde lo deterE l 25 de los corrientes a las 9 P. M . recibí orden de mine el señor contra-almirante Jeneral en Jefe del primer V . S. por el órgano del jefe de detall de la división, tenien- ejército del Sur. te coronel don Eleodoro Dávila, para que el batallón de Dios guarde a V . S. mi mando estuviera listo con el fin de moverse sobre el VALENTÍN QUINTANILLA. enemigo. A las 12,30 P . M . del mismo dia recibí una segunda o r Al Benemérito señor Comandante Jeneral de la primera división. den de V. S. para que el batallón se moviera a la línea d e marcada de batalla, donde permanecí c o m o media hora; en seguida se ordenó se emprendiera la marcha en todo el SEGUNDA DIVISIÓN. ejército en columnas paralelas, c o m o en efecto lo verificam o s , habiendo andado c o m o tres leguas poco mas o menos. COMANDANCIA JENERAL D E L A SEGUNDA DIVISIÓN. Habiéndose apercibido el señor director de la guerra que Señor Coronel: el ejército estaba extraviado, ordenó contramarebáramos a nuestro campamento, al que llegamos a las 5 A. M . Vivamente impresionado i solo por cumplir con mi d e A u n la tropa no habia entrado en descauso de las fatigas de la noche, cuando el señor coronel, Jefe de Estado Mayor Jeneral mandó prevenir que la división se alistara, en razón de que el enemigo avanzaba sobre nuestra línea. E n seguida recibí orden de V . S. para que el batallón e s tuviera formado en disposición de combatir, lo que se efectuó inmediatamente. Eran las 8.30 A . M., en que V . S. ordenó avanzáramos hacia la izquierda, la misma orden que cumplí, conduciendo al batallón quebrada abajo en columna, hasta ponernos a la altura casi de la izquierda del ejército, cuyo m o v i m i e n to siguió el primer batallón de la división núm. 11. A las 11 A . M. dirijieron los enemigos sus proyectiles a donde estuvimos a pié firme, i c o m o las descargas eran nutridas i tenian buena dirección, nada menos que un c a s co de metralla puso fuera de combate a un soldado de la 4. * compañía, ordenó V . S. que desfiláramos sobre la d e recha i desplegásemos en batalla para ponernos a cubierto de los fuegos enemigos, lo que se realizó inmediatamente. Estando en ese estado se presentó el señor coronel, Jefe de Estado Mayor Jeneral i ordenó que la división avanza-

ber, doi parte a V . S. para que por su regular conducto llegue a conocimiento de V . S., el señor Jeneral en Jefe del ejército, de la conducta observada por los cuerpos de la división de mi mando en la desgraciada batalla librada en las alturas de Tacna, ( C a m p o de la Alianza) contra el ejército chileno el 26 del corriente. E n las primeras horas de la noche del 25 recibí orden del Estado Mayor Jeneral unido, de alistar a los cuerpos de mi mando para dar un asalto a! campamento del enemigo. Efectivamente a l a l A . M. de osa noche comenzó a desfilar el ejército en columnas paralelas, con distancia de despliegue i siendo cada ala mandada por sus respectivos jefes designados para el c o m b a t e . A las dos horas próximamente de emprendida la marcha, estando convencido de que llevábamos un camino errado i afirmándomelo esto uno de los guias, mandé uno de mis ayudantes a que comunicara al jefe de el ala izquierda a que pertenecía mi división, señor coronel Camacho la cirenustaucia de hallarnos estraviados del camino, i penetrado de esto el señor director de la guerra, ordenó se detuviera la marcha de las divisiones


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GUERRA

DEL

para reunir todo el ejército i emprender la contramarcha a nuestros respectivos campamentos, a los que llegamos al amanecer del dia 20, malográndose así por esta fatal c o n trariedad un plan tan hábilmente concebido, que nos prometía proficuos resultados, i sufriendo por tanto la tropa el cansancio consiguiente a las cinco horas de marcha por un terreno arenoso. A las 7 A . M. próximamente, comenzamos a distinguir la marcha del enemigo en dirección a nuestro campamento, percibiéndose mas tarde la formación de batalla que traía el enemigo, con su primera línea desplegada en guerrilla, la segunda en formación de batalla, reforzada con sus flancos i centro con fuertes columnas, i la tercera formada por grandes masas de columnas de reserva que presentaban a la simple vista el aspecto de un ejército triplemente superior al nuestro i capaz, por consiguiente, de abrazar los flancos i cerrarnos sin grandes esfuerzos. A las 9 A . M. la artillería nuestra, que estaba situada a la izquierda de la división de mi mando, que era la de la primera línea, hizo sus primeros disparos sobre el enemigo. A esa misma hora recibí orden del jefe del ala, de hacer desplegar una guerrilla de cada cuerpo a la distancia de 40 metros de sus batallones, que cubriese el frente de sus respectivos cuerpos, lo que fué verificado inmediatamente. En seguida saqué una guerrilla* mas de cada, cuerpo que situé a 20 metros a retaguardia de las primeras, para qne les sirviera de sosten. En esta disposición se encontraban los cuerpos de mi división, en tanto que el enemigo nos hacia un nutrido fuego de artillería i avanzaban sus guerrillas, cargándose especialmente hacia el ala izquierda, la que c o m o llevo referido, era cerrada por el batallón Zepita núm. 1 i Cazadores del Misti uúm. 15, los dos cuerpos de la división de mi m a n d o ; fué entonces cuando vi que a l gunos cuerpos de los nuestros pasaban a reforzar ese c o s tado por el que se prolongaba la línea. A las 11.30 A . M. habiéndose roto los fuegos por los cuerpos que se hallaban a mi izquierda, i estando las guerrillas enemigas a distancia de tiro de rifle de las de mi división, ordenó el señor coronel Camacho, romper los fuegos, entonces avancé con el resto de los cuerpos de mi mando hasta la altura de las guerrillas, haciendo romper también los fuegos, logrando con este primer ataque rechazar o disolver las guerrillas enemigas; pero las continuadas descargas de la artillería chilena, el nutrido fuego de ametralladoras que acompañabau a sus guerrillas, h a cían impracticable el avance, tanto por multiplicarse notablemente el número de los enemigos que acudían a contener sus dispersos reforzados por su segunda línea, cuanto por disminuirse considerablemente el número de nuestros combatientes sin recibir refuerzo alguno. El batallón Zepita i el Cazadores del Misti, entusiasmado por el brillante ejemplo de sus valientes jefes i d e nodados oficiales, procuraban marchar de frente sobre el enemigo conduciendo sus respectivos estandartes: Zepita el propio, i el Misti el estandarte de la Ilustre Universidad de L i m a , que le fué confiado al principio del c o m bate. E l abanderado del Zepita, teniente graduado don E u f e mio Padilla, daba prueba de grau animación i valor al marchar sereno al encuentro del enemigo, conduciendo tan preciosa carga, hasta que fué herido i puesto fuera de c o m bate, encargándose inmediatamente de la custodia del estandarte el del m i s m o grado don Joaqnin Castellanos, quien lo salvó de una pérdida casi segura conduciéndolo hasta este lugar. Del mismo modo el abanderado del M i s ti, subteniente don Manuel Vargas, ha tenido un digno comportamiento en la misión que se le confiara, habiendo sacado felizmente libres ambos estandartes, no obstante del inmenso riesgo que han corrido; los mismos que conservo hoi en mi poder. Digna de mención especial es la conducta observada por

PACIFICO.

los primeros jefes de los cuerpos de mi m a n d o : el valiente coronel Luna, l . jefe del batallón Misti, después de recibir la primera herida continuó al frente de su cuerpo con envidiable entusiasmo, hasta que cayó muerto por una segunda herida, E l intelijente i valeroso comandante L l o sa, encargado del maudo del Zepita, manifestó desde los primeros momentos del combate un decidido empeño por consolidar el nombre del batallón que mandaba; i atestiguan este propósito su cadáver tendido en el campo de batalla, muriendo eu el momento mas complicado. L a nación pierde en estos ilustres i entusiastas jefes unas verdaderas esperanzas del porvenir. a r

Aumentando considerablemente el número de bajas en los dos cuerpos de la división de mi mando, estando fuera de combate aproximadamente la mitad de los oficiales de ambos batallones, como se impondrá V . S. por las relaciones adjnutas; faltando los primeros jefes a cada cuerpo i otro jefe mas al Misti, el digno joven mayor Igarza, i por último, ganando terreno rajadamente el enemigo sobre nuestras posiciones que se veian pobladas por las líneas de batalla enemiga, que parecían interminables i que nos habían tomado ya el flauco izquierdo arroyando a las fuerzas nuestras, aliadas i peruanas, que momentos antes hacían heroica resistencia i que después tuvieron que ceder a la superioridad del número de las fuerzas enemigas, se presentó el caso funesto en que toda resistencia no podía arribarnos a un buen éxito, pues era absolutamente imposible resistir los nutridos fuegos de ametralladora del enemigo i los de su triple número de fuerzas sobre las nuestras. E n vista de tamaña desventaja, la tropa de mi mando no o b s tante de mis redoblados esfuerzos por contenerla, tuva que ceder también el campo. T a n deplorable desastre tenia lugar a la 1.30 P. M., hora en que arrastrado por la corriente de los soldados que se dispersaban en confusión, m e e n c a m i n é hacia la ciudad de Tacna. E n mi tránsito encontré al señor J e n e ral en Jefe, quien m e dijo que se habia dispuesto reunir las tropas en el A l t o de Lima, en d o n d e debia hacerse una segunda resistencia al enemigo. C u m p l i e n d o con esta disposición, m e dirijí al lugar indicado c o n una fracción de los cuerpos de mi m a n d o que m e fué posible reunir, i al llegar a d i c h o punto se m e avisó que la reconcentración de fuerzas debia verificarse en Pachía, por lo que contin u é mi marcha hasta este último punto, en d o n d e V. S. m e c o m u n i c ó que del acuerdo que habia tenido lugar entre el señor director de la guerra i el señor prefecto del departamento de Tacna, habia resultado la medida de avanzar hasta Tarata, en virtud de lo que proseguí mi marcha, llegando allí el 28 en la tarde, c o n algunos oficiales e individuos de tropa de mi división, los que dan u n a alta idea de moralidad i subordinación al encontrarse en ésta, manifestando estar dispuestos a seguir c u m p l i e n d o c o n su deber en defensa de la santa causa. R e c o m i e n d o a la consideración del S u p r e m o Gobierno i la nación, el d i g n o c o m p o r t a m i e n t o observado por todos los jefes i oficiales de los cuerpos de mi división, que han rivalizado en entusiasmo i valor, i mui especialmente al j e f e de detall de la división, c o m a n d a n t e d o n Felipe S Crespo, que después de haber salido herido continuó a mi lado. A l teniente d o n J o a q u í n Castellanos, que ha dado pruebas de valor i entusiasmo en la j o r n a d a desgraciada del 26 del mes p r ó x i m o pasado, i a quien esclusivamente se debe el haber salvado el estandarte del Zepita; a mis ayudantes, capitán d o n Luis Chacón, que m u r i ó heroicam e n t e c u m p l i e n d o una d e mis órdenes. A l agregado del detall d o n Manuel Cabello, i amanuense d o n Mariano Vargas, a m b o s puestos fuera de c o m b a t e , i finalmente, a los subtenientes d o n Esteban Lazúrtegui i d o n Eduardo L e c c a , j ó v e n e s dignos de todo elojio; pues m e acompañaron hasta el último m o m e n t o sirviéndome d e ayudantes i distinguiéndose por su valor i patriotismo. ;

H e tenido que hacer gran esfuerzo para concluir este parte i al lamentar las desgracias d e la patria, confieso sentirme débil para llorar tanta d e c e p c i ó n i sufrir el gran


CAPITULO

desastre que, preferible m e hubiera sido atestiguar m i p a triotismo i decisión c o n la pérdida de mi vida. Dios guarde a V . S. ANDRÉS

CÁCERES.

Al señor Jeneral on Jefe de Estado Mayor Jeneral del primer ejército del Sur.

TERCERA BATALLÓN

DIVISIÓN. 9.—TARATA.

PISAGUA NÚM.

Señor Coronel: N o encontrándose presente el señor coronel comandante jeneral de la tercera división ni el 1 . ° , 2 . ° , ni 3 . jefe, me dirijo a V. S. con el objeto de hacer una l i jera relación de los acontecimientos que tuvieron lugar el dia 20 del p r ó x i m o pasado en la batalla librada en los A l t o s de Tacna contra el ejército chileno. P o c o impuesto del plan de batalla i de las disposiciones superiores que se hubieron dictado para el acto del c o m bate, me limito solo a referir lo que vi i ejecuté por órdenes que recibí de mis inmediatos superiores. A las 9 A . M., mas o menos, se presentó el enemigo organizando su batalla, i a esta hora el batallón Pisagua se encontraba en su puesto con la 8. compañía, avanzada i desplegada en guerrilla i la 7. de reserva. E l enem i g o rompió sus fuegos de artillería i los sostuvo por espacio de mas de dos horas, poco mas o menos. H a b i é n dose roto los fuegos por la izquierda de nuestra línea i arreciaudo éstos cada momento mas, el señor coronel comandante jeneral de la división ordenó que la guerrilla fuese aumentada con la reserva i rompiese sus fuegos sobre la guerrilla enemiga que se aproximaba. Aumentando sus fuegos el enemigo, el mismo señor coronel comandante jeneral ordenaba que de dos en dos compañías saliesen a vanguardia, en batalla, resultando poco después el batallón en la línea. 0r

a

a

Sostenido el fuego en esta disposición por dos i media horas, poco mas o menos, se notó la dispersión completa por nuestra ala izquierda i que el enemigo nos había cercado ¡ siendo por consiguiente imposible sostener por mas tiempo este puesto, nos retiramos haciendo fuego, con dirección a la ciudad de Tacna, dejando en el campo un gran número de jefes, oficiales e individuos de tropa. Incorporado con todas las fuerzas del ejército que se reunieron en la población, continuamos la marcha a esta plaza, Me permito poner en conocimiento de V . S. que no es posible mayor denuedo que el manifestado en el combate por los señores jefes, oficiales e individuos de tropa que compouiau el citado cuerpo. Por la relación que incluyo, tendrá V . S. conocimiento del número de muertos i heridos que ha sufrido este batallón, sin serme posible apreciar con exactitud el número de éstos, en los individuos de tropa. E n cuanto al batallón Arica que era el cuerpo que formaba division con el m i o , siento no poder suministrar a V . S. mayores datos; pero habiendo estado al lado de él durante el combate, tengo la triste satisfacción ele asegurarle que la mayor parte de él ha quedado sobre el campo de batalla, pudiendo V . S. j u z g a r de esta aseveración por la lista, aunque inexacta, que he podido formar de los señores jefes i oficiales muertos i heridos i que tengo la honra de acompañarle. Dios guarde a V . S. PEDRO

J.

MATIZ.

Al señor Coronel, Jefe de Estado Mayor Jeneral del ejército.

CUARTA DIVISIÓN. COMANDANCIA JENERAL D E LA CUARTA DIVISIÓN.

Tarata, Mayo 30 de 1880, Señor Coronel: Por ausencia del señor coronel d o n J o s é Godines en q u i e n recayó la c o m a n d a n c i a jeneral d e la cuarta d i v i -

OCTAVO.

5S1

sion, por haber muerto en el c a m p o de batalla el señor coronel d o n Jacinto M e n d o z a q u e desempeñaba el cargo, i c o m o j e f e d e detall, i n o m b r a d o comandante jeneral de la espresada el que suscribe, m e es honroso a c o m p a ñar a este oficio, los partes orijinales i relaciones d e muertos i heridos, q u e por m i c o n d u c t o elevan a ese desp a c h o los jefes de los batallones Victoria n ú m . 7 i H u á s car n ú m . 13 que c o m p o n e n la referida división. D i c h o s partes se refieren a los detalles de la parte que les tocó a estos cuerpos en el combate i a los movimientos q u e operaron desde el dia anterior a la sangrienta i m e m o r a ble batalla librada contra el ejército chiieno, en el C a m p o d e la Alianza el 26 d e los corrientes. Sin embargo d e q u e V . S. c o n o c e estos detalles por haber estado presente en todos los puntos del peligro, c u m p l e a m i deber ampliarlos de la manera siguiente: El 25 del actual c o m o sabe V. S. se c o n v o c ó por la n o c h e a u n a j u n t a d e guerra, a los comandantes jenerales de d i visión, c o n el objeto d e acordar una sorpresa al ejército e n e m i g o q u e según datos debia emprender su marcha esa misma n o c h e sobre nosotros, i que esto se creia evidente por el reconocimiento q u e vino a hacer de nuestras p o siciones, i por el agua i víveres que trató d e establecer a dos leguas mas o menos frente a nuestra línea, c u y o s artículos fueron tomados por nuestras avanzadas el indicad o dia anterior; c o n tal objeto nuestro ejército salió d e sus campamentos a la 1 A . M. del 26 c o n dirección a la Quebrada H o n d a adonde se le suponía al enemigo. La empresa, en verdad, p u d o darnos una victoria, i así lo esperábamos todos, desde q u e el ejército enemigo, n a turalmente debia marchar escalonado i el grueso del nuestro podia haberlo batido en detalle. Desde que e m prendimos la marcha nos designó el comandante en j e f e del ala izquierda d e nuestra línea, señor coronel C a m a c h o , a la q u e pertenecía la cuarta división, que debia seguir a retaguardia i sirviendo de reserva de la segunda división peruana c o n la distancia conveniente; así se efectuó, pero desgraciadamente al p o c o tiempo d e nuestra salida perdimos c o m p l e t a m e n t e el camino, c o m o sucedió lo m i s m o c o n todo el grueso del ejército; en estas difíciles circunstancias i c u a n d o habíamos andado d o s leguas marchando en c o l u m n a s paralelas, recibimos orden del señor director d e la guerra para hacer alto mientras se descubría el c a m i n o para regresar a nuestros c a m p a m e n t o s , dirección que también habíamos perdido; felizmente se dispuso mandar algunos prácticos por delante, quienes, llegando a d i c h o s c a m p a m e n t o s encendieran fogatas, que nos sirvieran de dirección; así logramos llegar a nuestro c a m p a m e n t o a las 5 A . M. del precitado 26. C o m o y a c o n o c e V . S., nuestra pérdida fué ocasionada por la mala dirección de los guias a causa d e la lobreguez que se notaba a esa hora, de d o n d e resultó que lejos de tener efecto nuestro plan d e sorpresa, regresó la tropa rendida poíno haber d o r m i d o , i por la marcha d e cuatro leguas q u e hizo de ida i regreso. H a c i a p o c o q u e habíamos llegado i que nos preparábamos a descansar de la fatiga, c u a n d o circuló la nueva d e que el enemigo avanzaba sobre nuestra línea, en efecto era una realidad, i a las 7 A . M. y a se distinguían perfectamente las tres líneas q u e venían avanzando; p o c o después se t o c ó jeneraba, i cada división del ejército o c u p ó su puesto, siendo el de la mia, la reserva de la citada división peruana; nos m a n t u v i m o s pues en esta p o sición hasta las 8 A . M. en que sin haber p o d i d o tomar su rancho la tropa, que al efecto se estaba preparando, recibimos orden del c o m a n d a n t e en jefe de la espresada ala izquierda, d e que el batallón Victoria se situase en una loma q u e dominaba la derecha del enemigo i q u e estaba a retaguardia d e los batallones bolivianos, q u e cerraban nuestra izquierda a distancia de 300 metros; que el batallón Huáscar se colocase también a retaguardia de los mismos batallones a distancia de 50 metros, en la parte baja. Situados así estos cuerpos por el q u e suscribe, permanecieron formados en batalla. A n t e s de las 10 A . M. se r o m p i e r o n los fuegos de la ar-


CUERRA

DEL

tillería peruana que ocupaba la izquierda, i que inmediatam e n t e contestada por la misma arma enemiga, trabándose así un reñido combate hasta las 11 A . M. que cesaron los fuegos: en estas circunstancias notamos que la derecha del enemigo, en grandes columnas de las tres armas, avanzaba sobre nuestra izquierda con el propósito al parecer, de flanquearnos; c o n este m o t i v o se acordó entre los comandantes jenerales de división, señor jeneral A c o s ta, boliviano; coroneles Mendoza, Panizo i el infrascrito, que el penúltimo pasase a d o n d e el señor coronel Camac h o i le hiciese presente que el e n e m i g o estaba p r ó x i m o a flanquearnos i que esperábamos sus órdenes para p r o c e der del m o d o mas conveniente. C o m o el citado jeneral M e n d o z a i y o tuviésemos que ir al batallón Victoria a prevenirle que debia protejer a d i c h a artillería peruana, porque habiendo dejado su primera posición, pasaba a tomar otra en la altura que está a su retaguardia, no p u d i m o s , pues, por esta causa saber el resultado de ese acuerdo; mientras tanto, c u a n d o estábamos ocupados en estas prevenciones, vimos por la p r i m e ra línea de nuestra m e n c i o n a d a izquierda, que desplegaban en guerrilla sus compañías de preferencia i avanzaban sobre el enemigo; este m o v i m i e n t o se supone que debió ser ordenado por el c o m a n d a n t e en jefe. Visto esto, m e apresuré a bajar i c o m u n i c a r al 1." jefe del Huáscar (que ignoraba aquel m o v i m i e n t o por estar en terreno baj o ) que estuviese listo porque ya se iban a r o m p e r los fuegos de nuestras guerrillas, i que c u a n d o fuese necesario avanzase; apenas hice esta indicación c u a n d o r o m p i e ron los fuegos, que fueron contestados por los enemigos, por manera que en un m o m e n t o se h i z o el fuego jeneral en ambos ejércitos, e imediatamente fui a colocarme en m i puesto al lado del c o m a n d a n t e jeneral de la división, que en esas circunstancias se encontraba en el batallón Victoria; i a la sazón la espresada artillería subía sus piezas a la posición antes indicada, lo cual n o p u d o efectuarse, después de haber pasado por u n o de los flancos de nuestro batallón, el que entonces se mantenía en batalla i c o n el arma al h o m b r o , recibiendo impasible los fuegos enemigos que ponia fuera de c o m b a t e a varios d e sus soldados, hasta que fué envuelto por uno de los cuerpos b o l i vianos que, arrollados por la derecha enemiga, vinieron en retirada sobre el Victoria, desorganizando así parte de él, pero el resto seguia c o m b a t i e n d o en orden, i a fin de remediar aquella desorganización, el c o m a n d a n t e jeneral, y o i los demás jefes del cuerpo, h i c i m o s los mayores esfuerzos para restablecer el orden en aquella parte. A q u í m e permito hacer a V . S. una especial m e n c i ó n del enunciado señor coronel, c o m a n d a n t e jeneral de la división d o n Jacinto Mendoza, que en esos m o m e n t o s i en el fragor del combate, fué atravesado por una bala enemiga i muerto c o m o un valiente; esta m i s m a suerte le tocó al coronel d o n Belisario Barriga, l . j e f e del H u á s car i a su 2. ° sarjento m a y o r d o n A n t o n i o R u e d a , a los capitanes: d o n Manuel Fernandez i don Nazario T o l e d o , i subtenientes: d o n Aurelio Pérez i d o n E d u a r d o Moransi; quienes c o n su distinguido arrojo confirmaron su acreditado valor. El batallón Huáscar, señor coronel, correspondió dignamente a su alto n o m b r e , pues por sostener su puesto fué destruido por el grueso de la derecha enemiga, habiendo o c u p a d o antes el lugar que dejaron ( p o r haber sido arrollados) los batallones bolivianos que cercaban la izquierda; así es que le h a cabido a este cuerpo igual suerte a la del glorioso e inmortal monitor del m i s m o n o m b r e . c r

R e c o m i e n d o a la consideración de V . S. el b u e n c o m portamiento de los jefes i oficiales de la división, c u y o s méritos sabrá apreciar V. S. con imparcialidad. T a m b i é n haré presente a V. S. que el ayudante de la c o m a n d a n c i a jeneral, capitán d o n Melquíades Cornejo, fué herido en el acto del c o m b a t e , i que permanecieron a mi lado, el c a p i tán graduado d o n A l e j a n d r o Bustamante amanuense de detall, i el subteniente de guardia nacional, d o n Luis C. Azeárate, quien m o m e n t o s antes de principiar la batalla se m e presentó ofreciendo sus servicios.

PACIFICO.

N o terminaré este parte sin manifestar a V. S. que si es cierto que nuestras armas han sufrido un contraste en aquella j o r n a d a , también es cierto que nuestro ejército se ha conquistado u n n o m b r e imperecedero para la h i s toria, por el valor c o n q u e se lanzó sobre casi triple fuerzas, i por haberse sostenido hasta s u c u m b i r en su m a y o r parte, durante d o s horas i m e d i a del fuego mas nutrido i mortífero. D i o s guarde a V . S. MELCHOR

J.

BEDOYA.

Al benemérito señor Coronel, Jefe de Estado Mayor del primer ejército del Sur.

COMANDANCIA

DEL

BATALLÓN

VICTORIA NÚM.

7.

Tarata, Mayo 30 de 1880. Señor Coronel: Habiendo muerto en el combate el señor comandante j e neral de la división, coronel don Jacinto Mendoza, recayendo el mando de ésta en el señor coronel don José G o dines i por consecuencia el del batallón en el infrascrito, cumple a mi deber dar parte a V . S., por hallarse en c o misión dicho jefe, del rol que le tocó desempeñar al cuerpo de mi mando en la noche del dia 25 i en la batalla que tuvo lugar en el Campo de la Alianza el 26 del corriente. En la noche del 25, a las 10 P. M., recibió orden el b a tallón de estar listo para marchar, cuya disposición se cumplió a la 1 A . M., sirviendo de reserva a la segunda división peruana que marchaba al frente; a las 2 A . M., supo el que suscribe, de un modo confidencial por el señor coronel don Andrés A . Cáceres, (pie el objeto de nuestro movimiento era sorprender al ejército enemigo que se hallaba en la Quebrada H o n d a , ' c u y o plan se desconcertó polla mala dirección que los guias dieron a las divisiones que marchaban en la primera línea, razón por la que regresamos a nuestros respectivos campamentos, llegando a las 5 A . M. A las 8 A . M. i al toque de jeneraia, formó el cuerpo en el orden de batalla, sirviendo de reserva a la misma división peruana que ocupaba el ala izquierda del ejército, i permaneció allí hasta las 9 A . M . , que recibió orden de la comandancia jeneral comunicada por V . S., para ocupar el puesto de reserva de los batallones bolivianos V i e d m a i otros qne cerraban la izquierda de la línea, en cuya p o s e siou se mantuvo, recibieudo los fuegos de la artillería enemiga primero, i después los de infantería i ametralladoras, hasta las 11.30 A. M., m o m e n t o en qne arreció el c o m b a te i en el que, después de haber pasado nuestra artillería a retaguardia, el cuerpo de mi mando t o m ó parte activa porque el enemigo trató de flanquear nuestra izquierda con fuertes masas de infantería. En estas supremas circunstancias los soldados de los batallones bolivianos mencionados, fueron arrollados de sus posesiones i en su retirada envolvieron las tres compañías de la derecha, i para restablecer el orden se hicieron grandes esfuerzos por el señor comandante jeneral, por V . S. i demás jefes i oficiales, en cuyo acto fué muerto dicho comandante jeneral por una bala enemiga. N o obstante esta desgracia, se sostuvo el fuego hasta la 1.15 P. M., en que fué arrollada la primera línea por el múltiple número de fuerzas que atacaban i la superioridad de elementos de guerra de que disponía el enemigo, lo que dio por resultado que nuestras tropas hicieran fuego en retirada, perdiendo el terreno que o c u paban. Durante el combate quedó muerto en el c a m p o el subteniente don Luis A . A m a t , i herido el capitán de la 4 . compañía don Dalmase Moner T o r m o s ; así c o m o también entre muertos i heridos multitud de individuos de tropa qne es difícil designar. Terminaré este parte manifestando a V . S. que todos los que formaban el batallón han llenado cumplidamente los deberes que la patria les impone. Dios guarde a V . S. 5 3

PANTALEON

FALCONÍ.

Al señor Coronel, Comandante Jeneral accidental de la cuarta división.


CAPITULO

COMANDANCIA

ACCIDENTAL NÚM.

DEL BATALLÓN

HUÁSCAR

13.

Tarata, Mayo 30 de 1880. Señor Coronel: Con motivo de haber muerto el señor coronel l . jefe del cuerpo i 2. ° , cumple a mi deber c o m o 3. jefe, dar parte a V. S. de lo ocurrido en el batallón el 26 del que cursa en el C a m p o de la Alianza. Estando la división formada en batalla c o m o reserva de la segunda división peruana que componía el ala izquierda de nuestra línea, ordenó el señor comandante jencral de d i visión don Jacinto Mendoza, que marchásemos a ía i z quierda a formar la reserva de dos batallones bolivianos, V i e d m a i otro, orden que fué poco después rectificada por V . S. que entonces desempeñaba el cargo de jefe de detall, haciendo que marchásemos a ocupar la retaguardia de los batallones bolivianos que cercaban la izquierda a distancia de 50 metros, en cuya posición nos colocó personalmente V . S., donde permanecimos sufriendo el fuego de artillería, que desde las 10 A . M. rompieron los enemigos sobre nuestra línea, hasta las 11 A . M. en que cesaron los fuegos de artillería. o r

er

P o c o después se presentó V. S. a prevenir al l . jefe c o ronel don Belisario Barriga, que estuviese listo porque las guerrillas de la izquierda iban a romper los fuegos; efectivamente así sucedió, i en el acto se hizo el fuego jeneral en toda la línea. Como la derecha enemiga en gran número atacase a los cuerpos bolivianos que cerraban la i z quierda, i después de haber combatido con denuedo fueron arrollados, dicha posición fué ocupada inmediatamente por el batallón de mi mando. o r

A l l í , señor coronel, correspondió dignamente el batallón indicado al alto nombre que lleva, c o m o lo presenció V. S., pues apesar de haber recibido un nutrido fuego de artillería i de fuertes masas de infantería, las que nos atacaron por el flanco izquierdo i centro, no obstante sostuvo su puesto hasta sucumbir en sus dos terceras partes, de donde resultó muerto el 1 . " jefe, coronel don Belisario Barriga i 2. ° , sarjento mayor don Antonio Rueda i demás oficiales que consta de la relación adjunta. Respecto de los individuos de tropa me es imposible manifestar a V. S. su número, podiendo asegurarle nuevamente que las dos terceras partes han quedado en el c a m po, i que el triunfo que ha obtenido el enemigo ha sido debido al escesivo número con que combatió. Me permito recomendar a V . S. el valor i buen c o m p o r tamiento de los señores jefes que han dejado de existir, c o m o igualmente la conducta de la oficialidad i tropa; t o dos han cumplido con su deber a l a altura de su puesto, en sacrificio de la patria. Dios guarde a V . S. RAMÓN

HERRERA.

Al señor Coronel, Comandante Jeneral de la cuarta división.

QUINTA COMANDANCIA

JENERAL

DIVISIÓN. ACCIDENTAL D E LA QUINTA

DIVISIÓN.

Tarata, Mayo 29 de 1880. Señor Coronel: Estando desempeñando la comandancia jeneral accidentalmente, por haberse quedado a retaguardia el señor c o ronel don Alejandro Herrera, quien la desempeñaba, me es honroso elevar al superior conocimiento de V . S. los partes orijinales, relaciones de muertos i heridos que respectivamente me han pasado los jefes de los batallones A y a c u c h o núm. 3 i Arequipa núm. 17, que componen la espresada división. Por estos partes conocerá V . S. los movimientos practicados por aquellos cuerpos eii la memorable batalla que tuvo lugar contra el ejército chileno en el Campo de la Alianza el 26 del actual. Los detalles de aquellos m o v i -

OCTAVO.

583

mientos van espresados en los referidos partes, por esto es que omito la repetición de ellos, i solo me contraeré a hacer una merecida recomendación de los jefes, oficiales e individuos de tropa de la división, que todos en el c o m b a te se han disputado el valor para atacar al enemigo con estraordinario arrojo, no obstante la superioridad en número de los contrarios, pues debe calcularse por lo menos en doble fuerza a la nuestra. Dios guarde a V . S . NICANOR

R,

DE

SOMOCURCIO.

Al señor Coronel, Jefe de Estado Mayor Jeneral del primer ejército del Sur.

COMANDANCIA DEL BATALLÓN AYACUCHO NÚM.

3.

Tarata, Mayo 29 de 1880. Señor Coronel: N o hallándose presente el señor coronel don Alejandro Herrera, comandante jeneral de la quinta división a la que pertenece el batallón de mi mando, tengo el honor de dirijirme a V . S. poniendo en su conocimiento lo acontecido en la batalla que tuvo lugar el 26 del presente en el C a m po de la Alianza, E l 25 a las 11 P. M. recibí orden del espresado s e ñ o r e o mandante jeneral para estar listo con el cuerpo i desfilar a la primera orden, como cu efecto se realizó a la 1 A . M., e m prendiéndose ía marcha en columnas paralelas con distancias de despliegue, en demanda de la Quebrada Honda, donde habían principiado a llegar las primeras divisiones del ejército euemigo, pero sucedió que mas de tres divisiones nuestras i una boliviana se estraviaron en la pampa, de manera que no sabíamos el punto dónde nos hallábam o s ; en este estado, el señor coronel don Belisario Snarez, por ser el jefe mas caracterizado, tomó el mando i ordenó hacer alto mientras aclaraba el dia, lo que se verificó en la formación con que emprendimos la marcha, a los pocos minutos de estar descausando, recibimos una descarga de rifles que fué contestada por una guerrilla que teníamos a vanguardia, dando por resultado la toma de un sarjento de la avanzada enemiga. Por los informes de éste se supo que todo el ejército chileno lo teníamos a muí poca distancia. A las 6 A . M. levantamos el c a m p o para dirijirnos a las posiciones que habíamos dejado, a pocos m o m e n t o s de estar en marcha distinguimos a unos 3,500 metros p o c o mas o m e n o s las columnas enemigas c o n dirección a nuestro campamento, i así que fuimos divisados c o m e n zaron a hacernos tiros de cañón, los que nos a c o m p a ñ a ron hasta que llegamos a nuestra línea, lo que se efectuó a las 8 A. M. A las 10 A . M. ,en m o m e n t o s que se preparaba la tropa a tomar el rancho, el señor coronel C a m a c h o que m a n d a ba el ala izquierda de la línea, ordenó al señor c o m a n d a n t e jeneral de la división, marchase a reforzar ese costado, m o v i é n d o n o s de nuestra c o l o c a c i ó n que hasta entonces éramos reserva del centro, este m o v i m i e n t o fué ejecutado sobre la marcha por la división; luego fuimos c o n d u c i d o s por varias ondulaciones i llegando a l a izquierda del batallón Zepita, que cerraba dicha ala, entonces me ordenó el señor c o m a n d a n t e jeneral por la que recibió del señor c o ronel C a m a c h o , desplegase en batalla a 100 metros a retaguardia de la primera línea; después de ejecutado esto se vio aproximarse la derecha del enemigo c o m p u e s t a de tres líneas reforzadas c o n tres baterías de artillería i 2 ametralladoras cada batallón (aparte de fuerte reserva). Los fuegos de la artillería chilena se habían roto una hora antes de esta operación, los q u e eran contestados por la nuestra. A las 11 A. M., p o c o mas o menos, nuestras guerrillas que estaban avanzadas a 300 metros de la línea r o m pieron los fuegos; c o m o a los diez minutos, éstos se j e n e ralizaron en la primera línea, por ambas partes, siendo tan mortíferos que n o dejaba verse al e n e m i g o : a p o c o s instantes volvió el señor coronel C a m a c h o a ordenar al


GUERRA

584

DEL

señor comandante jeneral de la división avanzase con la suya al frente en batalla a ocupar la primera línea, d o n d e el batallón de mi m a n d o t o m ó parte en la batalla de una manera encarnizada c o n fuegos avanzando terreno i d o n de pudimos resistir por mas de una hora. Este rudo ataque n o o b t u v o para nosotros ningún resultado favorable, i sin embargo, emprendimos tres cargas sobre el enemigo, el que reforzaba sus fuerzas de tal m o d o que siempre las hacia irrechazables, a u n q u e por m o mentos retrocedían, volviéndose a rehacer c o n una rapidez estraordinaria. D e estos últimos ataques resultó el batallón destrozado, pues los fuegos de bombas, ametralladoras i fusilería nos causaron inmensas bajas; c o m o el enemigo tratase de flanquear nuestra izquierda para arrollarnos por este costado, en estas circunstancias la tropa nuestra e m p e z ó a ceder en razón del corto n ú m e r o a que habia sido reducida, por lo q u e tuvimos que hacer fuego en retirada hasta la última altura, en que se p u d o resistir un corto instante. En este punto p u d e apreciar que el b a tallón solo contenia una tercera parte de ios 463 que e n traron al c o m b a t e , por haber q u e d a d o las otras dos fuera de él por muertos i heridos. Por la relación que adjunto de los jefes i oficiales muertos i heridos, podrá deducir V. S . la mortandad de la tropa, desde que se cuentan en ella, 2 jefes, 8 capitanes, 5 tenientes i 9 subtenientes. Sensible me es, señor coronel, que haya quedado a retaguardia el señor coronel comandante jeneral de la división, porque él podia con mas exactitud que y o , dar a V . S . los mas minuciosos detalles, por haber estado desde que e m pezó el combate hasta que couclnyó en los diferentes p u u tos que ocupaba la fuerza de sn mando, animando i estimulando con su ejemplo a los que le obedecían. E n medio del dolor que nos deja la pérdida de tantos i de tan queridos compañeros, me consuela poder decir a V . S . que el valor de todos los jefes, oficiales e individuos de tropa del cuerpo de mi m a n d o , han estado a la altura de la causa que defendían. Dios guarde a V. S . NICANOR

R.

D E

SOMOCURCIO.

Al señor Coronel, Jefe de Estado Mayor Jeneral del primer ejército del Sur.

COMANDANCIA ACCIDENTAL DEL NÚM.

BATALLÓN

AREQUIPA

17.

Tarata,

¿layo

29 de

1880.

Señor Coronel: A las 11 P. M. del dia 25 de presente recibió orden el batallón, de esa comandancia jeneral, de estar listo para desfilar, i a la 1 P. M. abandonamos nuestro campamento marchando a la izquierda del A y a c n c h o núm. 3. A l amanecer i anunciándonos las avanzadas enemigas su presencia por algunos tiros de rifle, hicimos alto a poca distancia de ellos. Aclarado el dia 26 i cerca de Quebrada H o n d a , descubrimos al enemigo que avanzaba sobre nosotros descargándonos algunos tiros de artillería, cuando ya contramarchábamos a ocupar nuestras antiguas posiciones, a las que llegamos a las 8.30 A . M. sin ninguna novedad. A las 10 A . M. cuando el batallón se disponía a tomar rancho, se ordenó marchar inmediatamente sin pérdida de tiempo a el ala izquierda en segunda línea, pues el fuego de la artillería enemiga amenazaba ese flanco. Formados siempre a la izquierda del batallón A y a c n c h o asistimos a la batalla, en donde resultaron muertos i heridos los señores jefes i oficiales que constan de la relación que tengo el honor de adjuntar. El número de muertos i heridos en la tropa ha sido considerable. Como jefe del cuerpo es cnanto tengo q u e d a r

partea

PACIFICO.

esa comandancia jeneral de lo acontecido i resultado del batallón en esa jornada. Dios guarde a V . S . MARTIN

RIMACHI.

Al señor Teniente Coronel, 1er. Jefe del batallón Ayacucho núm. 3, encargado de la Comandancia Jeneral de la quinta división.

SESTA

DIVISIÓN.

COMANDANCIA ACCIDENTAL DEL BATALLÓN CAZADORES DEL RIMAC

5.

°

DE

LÍNEA.

Tarata,

Mayo 30 de

1880.

Señor Comandante Jeneral: Llamado por la muerte del coronel 1 . " jefe del cuerpo, don Víctor Fajardo i la ausencia del 2. ° , teniente coronel don Manuel Ponce de León, a asumir en éste por orden de V. S. el mando accidental de los restos del glorioso b a tallón 5. ° de línea, cumplo con el deber de elevar a manos de V . S. el parte respectivo de la batalla del 26 del presente, en el A l t o de la Alianza, en lo que respecta a mi citado cuerpo en tan desgraciada c o m o gloriosa jornada. A las 10.30 A . M. del dia 26, al toque de jenerala, se formó el batallón en columna de ataque sobre nuestro m i s m o campamento esperando las órdenes de V. S. Pocos momentos después i cuando se rompían los fuegos por la izquierda de la línea, pasamos bajo las órdenes de V . S. a formar a retaguardia del centro de la línea, que también había comprometido el combate. A las 12. M. recibimos orden para volver a nuestras p o siciones de la derecha, adonde desplegamos en batalla, teniendo a nuestra izquierda al batallón núm. 2 1 ; m o m e n tos después de haberse retirado V . S. de nuestra izquierda i cuaudo se dirijia con el batallón núm. 21 a la izquierda de la línea, llegó el señor coronel, Jefe de Estado Mayor Jeneral del ejército, don Manuel Velarde, i en momentos en que este jefe peroraba al cuerpo, para conducirlo a la primera línea de combate, llegó un ayudante del director de la guerra a comunicar al coronel Fajardo la orden de trasladarse inmediatamente a reforzar el centro de la línea. Efectuado el movimiento i llegado que fuimos al lugar indicado, mandó el señor coronel que desplegara la 6. * compañía, la que rompió inmediatamente sus fnegos, sirviéndole de reserva la 5. * Las demás compañías fueron desplegadas sucesivamente a medida que los cuerpos del centro se iban retirando, de manera que por este movimiento, la izquierda del 5 . ° se j u n t ó nuevamente con la derecha del núm. 2 1 , que anteriormente habia desplegado a la izquierda de la línea. U n a hora mas o menos después de jeneralizado el c o m bate i después de haber hecho retroceder a la línea enemiga al empuje de nuestro bravo coronel, tuvimos el sentimiento de verlo caer moribundo; este desgraciado accideute, acompañado de la caida de la mayor parte de los oficiales i de la mucha mortalidad de la tropa, nos obligó a retirarnos, no sin dejar de resistir al enemigo. E n lista separada acompaño a V . S. la relación de los señores jefes i oficiales muertos i heridos, sintieudo no p o der hacer lo mismo hasta ahora con los individuos de tropa, reservándome hacerlo en primera oportunidad. Dios guarde a V . S. ZACARÍAS

MANRIQUE

Al señor Coronel, Comandante Jeneral de la sesta división.

C O M A N D A N C I A J E N E R A L D E L A SESTA D I V I S I Ó N .

Tarata, Mayo 31 de 1880. Señor Coronel: Tengo el honor de acompañar a este parte, los de los jefes de los cuerpos que componen la division de mi mando, en los cuales se hace una reseña del desgra-


CAPITULO

ciado, pero glorioso acontecimiento que tuvo lugar en el C a m p o de la Alianza el 26 del corriente; i aunque V. S. h a estado en todas partes i c o n o c e perfectamente c ó m o la división de mi cargo c u m p l i ó las órdenes emanadas del supremo director do la guerra i del Jeneral en Jefe del ejército peruano, paso a hacer una relación de los a c o n tecimientos que tuvieron lugar el 26, después de mi r e greso al c a m p a m e n t o en la madrugada de ese dia, d e Quebrada H o n d a , por el c a m i n o de las Y a r a s , c o m a n d a n d o una división que accidentalmente se m e confió c o m puesta del batallón Lima n ú m . 21 i del boliviano Padilla. A las 10.30 A . M. al toque de jenerala, la división se puso sobre las armas i en actitud de c o m b a t e , aunque el batallón Lima n ú m . 21 acababa de ocupar su c a m p a m e n to i se disponía a tomar rancho,formó también, esperando las órdenes en el ala derecha de la línea, que la m a n d a ba el Jeneral en Jefe del ejército peruano. E n estas circunstancias, por orden del supremo director de la g u e r ra, confirmada por V. S. i c u a n d o los fuegos se hallaban empeñados en la línea, se m e hizo que pasara c o n mi división a formar la reserva del centro p o r q u e la que cubría este puesto había sido necesario que pasara a protejer el ala izquierda. A las 11.30 A . M. el supremo director de la guerra, m e ordenó regresar c o n m i división a la derecha de la línea, porque ésta parecía c o m p r o m e t i d a , en virtud de q u e el e n e m i g o prolongándose por la izquierda, amenazaba superarla; efectué el m o v i m i e n t o i m e m a n t u v e en batalla en aquel puesto. Minutos después m e m a n d ó c o m u n i c a r n u e v a m e n t e el antedicho supremo director, pasar al trote, siguiendo el m o v i m i e n t o del batallón A l i a n z a ( C o l o r a d o ) para que ambos protejiéramos la izquierda d e nuestra línea, q u e cedía notablemente a la aglomeración de fuertes masas de j e n te i al nutrido i mortífero fuego de las ametralladoras. Efectuado el m o v i m i e n t o c o n la rapidez indicada, despleg a m o s en batalla en ese flanco e incontinenti nuestras guerrillas, para repeler al e n e m i g o que se había avanzado m u c h o hacia nuestra línea. E n dicha formación, a la 1 P. M., mas o m e n o s , la d e recha del n ú m . 21 vino a juntarse c o n la izquierda de Cazadores del R i m a c 5. de línea, que lo mandaba el m a l o g r a d o coronel d o n V í c t o r Fajardo, por el a b a n d o n o q u e del centro habían h e c h o los batallones intermedios. w

El batallón L i m a n ú m . 21 sostuvo el fuego nutrido i c o n vigor, hasta las 2 P. M., hora en que, agotada la m u nición por parte de los soldados, m a n d é a mi ayudante, capitán don Sebastian R o m a n o , en busca de la brigada que las tenia; éste, apesar de haber desplegado toda la a c tividad posible, n o p u d o hallarla, porque había sido arrastrada hacia la población por los dispersos de diversos cuerpos. E n esta difícil contrariedad i sin embargo del valor q u e hasta el último m o m e n t o manifestaron el batallón L i m a n ú m . 21 i los restos del 5 . ° de línea, temeroso de que esas pequeñas fuerzas, únicas que quedaban organizadas en el c a m p o de batalla, fueran rodeadas por el enemigo, q u e c o n sus crecidas líneas c o m e n z a b a a flanquearnos, ordené la retirada sosteniendo el fuego hasta quemar el ú l t i m o cartucho. E n el personal de esta c o m a n d a n c i a i aparte de las razones que cada cuerpo ha pasado de los individuos p u e s to fuera de combate, solo tengo que m e n c i o n a r al a y u dante de detall, capitán d o n J o s é F i d e l F a j a r d o , q u e fué h e r i d o levemente en un brazo. Cábeme, señor coronel, el h o n o r de asegurar a V . S. q u e en la desigual j o r n a d a que tuvo lugar el 26 del presente, c o m o es notorio a V . S. puesto que ha asistido a todos los lugares de m a y o r riesgo, que todos los señores jefes, oficiales e individuos d e tropa de la división d e mi m a n d o , han c u m p l i d o su deber c o m o soldados i c o m o peruanos, TOMO

II—74

585

OCTAVO.

de c u y o b u e n c o m p o r t a m i e n t o se h a de servir V . S. dar cuenta a S. S. el señor Jeneral en Jefe. D i o s guarde a V . S. CÉSAR

CANEVARO.

Al benemérito señor Coronel, Jefe de Estado Mayor Jeneral del primer ejército del Sur.

COMANDANCIA DEL BATALLÓN PROVISIONAL LIMA NÚM.

21. Tai'ata, Mayo 30 de 1880.

Señor Coronel: C u m p l o c o n el deber de dar a V . S. parte de la batalla del 26 del presente en el A l t o de la Alianza, en la parte q u e se refiere al batallón Provisional L i m a n ú m . 2 1 , en l a q u e apesar del funesto resultado, n o h e p o d i d o dejar de r e c o nocer el heroico c o m p o r t a m i e n t o del batallón de m i m a n d o , resistiendo hasta el ú l t i m o m o m e n t o a fuerzas tan superiores por su número. A las 10.30 A . M. del dia 26, después de media hora d e haber regresado de nuestra espedicion de la n o c h e en la que se creyó sorprender al enemigo, oimos el toque de j e nerala; inmediatamente se f o r m ó el batallón en c o l u m n a de ataque esperando las órdenes de V. S. Pocos m o m e n tos después se rompieron los fuegos por la izquierda de la línea, entonces nos ordenó V . S. formar en c o l u m n a a retaguardia del centro de la línea que también habia e m prendido el combate; a las 12 M. v o l v í a m o s a ocupar nuestras posiciones de la derecha, d o n d e desplegamos en batalla a la izquierda del batallón Cazadores del R i m a c 5. ° de línea; m o m e n t o s después recibí orden de V. S. de protejer la izquierda de la línea adonde nos dirijirnos i desplegamos en guerrilla a la derecha del batallón C o l o rados que ejecutaba el m i s m o m o v i m i e n t o ; hora i media, mas o menos, sostuvimos u n nutrido fuego c o n el enemig o , el que animado por el reducido n ú m e r o que quedaba del batallón i por ser el único q u e sostenía el fuego en la línea de batalla, avanzaba hacia nosotros a m e n a n z a n d o arrollarnos, por lo que tuvimos que batirnos en retirada. Apesar de haber presenciado V . S. en el c o m b a t e el comportamiento del batallón, dejaría de cumplir c o n u n deber sagrado sino hiciera m e n c i ó n del d i g n o c o m p o r t a miento de los señores jefes i oficiales del cuerpo de m i mando, los que n o se han separado un solo m o m e n t o d e sus puestos, animando a los soldados con su ejemplo i serenidad. R e c o m i e n d o a V . S. muí particularmente la c o n d u c t a del cirujano m a y o r de mi cuerpo doctor, d o n Pedro Bartonelli, el cual durante el c o m b a t e n o ha dejado de prestar los servicios i ausilios de su profesión, no solo a los s e ñ o res jefes, oficiales e individuos de tropa de mi batallón, sino a los de t o d o el ejército, haciéndose tanto mas notable su c o m p o r t a m i e n t o , puesto que era el único facultativo que a las 2 P. M. se hallaba en el c a m p o de batalla a cargo de la tercera ambulancia, c u m p l i e n d o c o n los d e beres que le i m p o n e su profesión. A continuación doi a V. S. la relación de los señores oficiales que quedaron fuera de combate, sintiendo n o p o der hacer lo m i s m o c o n la tropa, do la que solo p u e d o asegurar a V. S. que d e los 480 hombres (pie entraron en c o m b a t e solo han salvado, p o c o mas o menos 200. Es cuanto tengo que decir a V. S. en c u m p l i m i e n t o de mi deber, c o n la íntima c o n v i c c i ó n de haber c u m p l i d o i visto cumplir a toda la corporación de mi mando, los d e beres que la patria les i m p o n e . D i o s guarde a V . S JOSÉ

DÍAZ.

Al señor Coronel don César Canevaro, Comandante Jeneral de la sesta división del primer ejército del Sur.


586

GUERRA

COMANDANCIA

JENERAL

D E L A SESTA

D E L PACIFICO.

DIVISIÓN.

Tara ta, Mayo 31 de 1880. Para los efectos a que hubiere lugar, elévese orijinaí al c o n o c i m i e n t o d e l señor coronel, Jefe d e Estado M a y o r Jeneral del primer ejército del Sur, c o n el parte a c o r d a d o , adjuntándose las razones q u e se acompañan. CANEVAEO.

fuerzas d e caballería, q u e era la única que m e quedaba. R e u n i d o en la plaza pública c o n el señor jeneral C a m pero, dispuso éste q u e tomáramos el c a m i n o de Pachía hasta d o n d e lo a c o m p a ñ é c o n m i fuerza en formación, i d e d o n d e nos separamos, t o m a n d o el señor jeneral el c a m i n o para Solivia i y o para este lugar, a d o n d e h e puesto a disposición d e V . S . el escuadrón Jendarmes de Tacna, para q u e puedan ser utilizados sus servicios c o m o V. S . lo estime mas c o n v e n i e n t e en bien d e l país. D i o s guarde a V . S . PEDRO

COMANDANCIA

JENERAL

D E

L A

DIVISIÓN

JENDARMES

D E

A.

D E L SOLAR.

Al señor Coronel, Jefe del Estado Mayor Jeneral del primer ejército del Sur.

TACNA.

Tarata, Mayo 28 de 1880.

ARTILLERÍA.

S e ñ o r Coronel: COMANDANCIA JENERAL D E ARTILLERÍA E N CAMPAÑA. N o m b r a d o p o r el Jeneral en Jefe d e l primer ejército del Sur, c o m a n d a n t e jeneral d e las fuerzas d e j e n d a r m e Tarata, Mayo 30 de 1880. ría i d e policía que estaban a mis órdenes, c o m o prefecto Benemérito señor Coronel: del departamento, las organicé agregando a ellas el esT e n g o el h o n o r d e dar cuenta a V . S. en la parte q u e cuadrón Jendarmes de Tarapacá q u e puso a m i s órdenes | el señor coronel, d o n Luis Felipe Rosas, prefecto d e aquel j m e respecta de la batalla librada el 26 del presente, en el C a m p o d e la Alianza, contra el ejército chileno. departamento, i los cuerpos d e la reserva movilizable, D e regreso de la marcha emprendida por el ejército en formados p o r el c o m e r c i o , agricultores i naturales d e la n o c h e del 2o, i c u y o s resultados V . S. c o n o c e , a las 7 Tacna. A . M. se presentó a la vista el enemigo, manifestando p o r E l dia d e l c o m b a t e presenté en el c a m p a m e n t o u n a su orden de marcha i formación pronunciar su ataque por fuerza efectiva d e 750 hombres, c o m p u e s t a de 2 0 0 h o m el ala izquierda d e nuestra línea, lugar q u e y o o c u p a b a bres de la c o l u m n a dé Jendarmes, 60 de policía, 50 lancec o n la brigada en campaña a retaguardia de nuestra i n ros d e l escuadrón Tacna, 43 tiradores d e los J e n d a r m e s fantería. de Tarapacá i p o c o mas d 400 ciudadanos armados. A las 8.45 A . M. recibí orden verbal d e S. E. el supreM e fué designado un puesto en la reserva de el ala derem o director de la guerra, para avanzar i romper los fuecha que se m e ordenó ocupar en las primeras horas d e la gos sobre el enemigo tan luego q u e estuviera al alcance mañana del 26 del corriente. de nuestros cañones; en efecto, a las 9 A . M . ordené al Después d e cerca de dos horas de cañoneo, r o m p i e r o n c o m a n d a n t e de la brigada, teniente coronel d o n D o m i n g o los fuegos d e fusilería por el ala izquierda, i c o m p r o m e Barboza, hiciera avanzar la segunda batería c o m a n d a d a tiendo el c o m b a t e en toda la línea, se m e ordenó atacar, por su capitán d o n E d u a r d o Águila, c o n el 3 . " j e f e de lo que fué ejecutado en el acto c o n las fuerzas de j e n d a r la brigada, sarjento mayor d o n José Manuel Ordoñez, s o rnería i policía, i p o c o después c o n los ciudadanos v o l u n bre la ceja delantera del c a m p a m e n t o q u e o c u p á b a m o s , i tarios d e Tacna. q u e a su derecha se colocara la sección d e a 12, c o m a n dada p o r el capitán d o n R i c a r d o U g a r t o , c o n el 2. ° Estrechado el c o m b a t e , se sostuvo c o n toda la enerjía i firmeza que puede exijir el patriotismo, desde q u e l u c h á - j e f e de la brigada, sarjento maj-or d o n Podro U g a r t e c h e , quedando d e reserva, a retaguardia, la primera batería bamos contra fuerzas mas que duplas. c o m a n d a d a p o r el sarjento m a y o r g r a d u a d o d o n Manuel El c o m a n d a n t e d o n N a p o l e ó n R. Vidal, l . j e f e de la Carrera, lo que ejecutado inmediatamente, hice romper el c o l u m n a Jendarmes, recibió d o s heridas, u n a d e ellas fuego c o n magníficos resultados sobre la línea enemiga, de gravedad, así c o m o el capitán g r a d u a d o d o n R o s e n d o c u y o s fuegos fueron contestados p o r su artillería hasta Berilos. E l capitán d o n Samuel Alcázar q u e c o m a n d a las 10 A. M. en que haciéndonos ésta, por domas numerosas ba la c o l u m n a de Agricultores fué m u e r t o e n el c a m p o de descargas por batería, ordené al c o m a n d a n t e de la brigabatalla. C u p o a las fuerzas d e m i m a n d o , c o n las q u e formaban i da, aumentara las distancias entre las piezas o hiciera v e nir a la línea la primera batería q u e se hallaba d e reserel ala derecha, la buena suerte d e ser las últimas en apava, ejecutado lo cual, ordené n u e v a m e n t e r o m p e r los gar sus fuegos, c u a n d o la mayor parte de ellas estaban y a fuegos hasta las 11 A . M. que recibí orden del señor c o inutilizadas p o r el considerable n ú m e r o de muertos i h e ronel, c o m a n d a n t e en j e f e del ala izquierda del ejército ridos. Estaba consumada la derrota i toda resistencia era d o n É l e o d o r o C a m a c h o , para cesar los fuegos i ocultar las ya imposible. baterías d e la vista del e n e m i g o , colocándolas a la izquierA l primer rechazo q u e sufrió el ala izquierda, c o m e n z ó da de la línea d e infantería en u n bajo repliegue del la deserción i la caballería al m a n d o del coronel d o n Luis terreno; mientras tanto, el e n e m i g o avanzaba sobre nuesF. Rosas, se o c u p ó en contenerla empleando la fuerza i tras posesiones, i los tres batallones bolivianos, T a n j a , rechazando el ataque q u e aquéllos hacian en su fuga. V i e d m a i 2. ° d e línea, se hallaban a vanguardia de E n justicia, d e b o hacer especial m e n c i ó n d e l señor c o nuestras baterías, desplegados en guerrilla i esperando ronel, d o n Luis F. Rosas, del c o m a n d a n t e , d o n N a p o l e ó n el m o m e n t o del ataque. R . Vidal, del mayor, d o n Federico Mazuelos i capitán, d o n Samuel Alcázar, habiendo los demás oficiales c u m p l i d o A las 11.3 A . M. d i c h o s batallones recibieron orden de su deber satisfactoriamente. romper los fuegos, i c o m o ocupasen las posiciones que y o El p u e b l o de Tacna representado e n aquel acto por j ó habia dejado, avanzando al m i s m o t i e m p o sobre el enevenes d e todas las clases sociales i de posición c o n o c i d a , m i g o q u e venia haciendo fuego i o c u l t á n d o s e por m o h a n d a d o u n a prueba mas d e su patriotismo i d e <p • es- mentos en los repliegues delanteros i perfectamente protiman el h o n o r de su país mas q u e la vida, q u e han sabinunciados d e l terreno, era absolutamente imposible a la do sacrificar a porfía. artillería que estaba bajo m i s órdenes, hacer fuego en la D o algunos interesantes episodios, ha sido V . S. testigo posición q u e habia dejado, so pena de herir a nuestros presencial i puede apreciarlos debidamente. propios soldados, q u e c o n u n arrojo d i g n o d e alabanza se lanzaban valerosos sobre el e n e m i g o ; en tal situación, i Me es honroso poner oficialmente en c o n o c i m i e n t o d e V. S. los h e c h o s relacionados, así c o m o que, c o n c l u i d o el j c u a n d o los batallones Victoria i Huáscar, q u e se hallaban combate, regresé a la ciudad c o n la m a y o r parte de las ¡ a retaguardia, a pocos metros d e distancia, avanzaban < r


CAPITULO

también b á c i a la línea, ordené que la primera i segunda batería cargaran su material i desfilando por la izquierda al trote, pasaran a ocupar una l o m a d a que se hallaba a retaguardia i a la izquierda del puesto que o c u p a b a el batallón Victoria, desde c u y o p u n t o un tanto elevado s o bre el terreno de vanguardia, p o d í a m o s d o m i n a r al enem i g o que avanzaba, sin ofender a nuestras tropas. La 2 . batería ejecutó su m o v i m i e n t o de cargar su material i desfilar inmediatamente sin ser ofendida pollos fuegos enemigos, por hallarse en la parte mas baja del repliegue ya citado; pero en su tránsito, el nutrido fuego del e n e m i g o que habia p r o n u n c i a d o su ataque por ese lad o i que avanzaba arrollando nuestra izquierda, habia m u e r t o i herido la mitad de su jente, entre ellos herido a su capitán, don E d u a r d o Águila, m a t a n d o al m i s m o tiemp o 6 muías conductoras, cuyas cargas quedaron en el c a m p o . U n a vez en la altura, soportando un vivísimo fuego de fusilería i ametralladora, nos fué imposible hacer fuego; pues ya nuestras tropas estaban confundidas c o n las del enemigo. Mientras esto pasaba con la 2. batería, la 1. ^ que habia estado a retaguardia i en terreno mas elevado, al cargar su material para seguir a la 2. ~ , fué v í c t i m a así su tropa c o m o las asémilas, del nutrido fuego enemigo, apesar de la serenidad i e m p e ñ o s o ínteres del j e f e de la brigada, teniente coronel d o n D o m i n g o Barboza, de su capitán, sarjento m a y o r g r a d u a d o d o n M a nuel Carrera i demás oficiales de la batería, para salvar sus piezas; todo e m p e ñ o fué imposible, q u e d a n d o herido el capitán graduado, d o n Elias B o d e r o i teniente, d o n E d u a r d o Castillo. 6 8

rf

La sección de a 12 que ocupaba el centro de las baterías y a citadas, por su naturaleza pesadas para seguir c o n la regularidad debida el m o v i m i e n t o de las anteriores, i hallándose mas cerca de la ceja mas d o m i n a n t e de nuestras' posiciones, a las órdenes del 2. ° j e f e , sarjento m a y o r d o n Pedro U g a r t e c h e , hicieron sus disparos, hasta que encontrándose acribillado por el fuego e n e m i g o i sin poder retirarse por las razones ya espuestas, perdiendo toda su j e n t e , i al maestro m a y o r do obreros, Pedro S á n chez, que con sus subordinados se ofrecieron a servir d i chas piezas, apesar de los heroicos esfuerzos de este jefe, de su capitán, d o n R i c a r d o Ugarte i de los de igual clase graduados d o n Eloi Caballero i d o n Pablo Odriozola i después de quedar contusos el segundo i tercero, v i e n d o imposible t o d o m e d i o de salvar esta sección, se replegaron a la 2.batería. El que suscribe, con 3 piezas de la 2. ^ batería i 1S h o m bres, los tres jefes de la brigada i los oficiales q u e se h a bian replegado, v i e n d o p r o n u n c i a d o el triunfo a favor del enemigo, traté de salvar las piezas m a n d á n d o l e orden c o n el alférez, d o n Pedro Carlin al capitán, don F é l i x del Piélago que se hallaba encargado del parque, se replegase hacia nosotros que nos dirijíamos siguiendo la oleada de dispersos que cubria la entrada de Tacna hacia el A l t o de Lima. Eran las 3 P. M. N o p u e d o menos que traer aquí a la m e m o r i a de V . S. los antecedentes que el dia 14 del presente tuvieron l u gar entre el E x c m o . señor director de la guerra i el q u e suscribe, en presencia de V. S., del benemérito señor contra-almirante Jeneral en Jefe del primer ejército del Sur, del señor jeneral Pérez, Jefe de Estado M a y o r del ejército unido, del señor c o m a n d a n t e en j e f e del ejército boliviano, coronel d o n E l e o d o r o C a m a c h o , del señor A r a m a y o , del corresponsal de E L NACIONAL señor Sologui-en i otros m u c h o s jefes i oficiales del ejército unido, respecto a la inconveniencia de la posición que se le señaló desgraciadamente a la artillería que c o m a n d a b a . V. S. c o m o el benemérito señor contra-almirante i los d e m á s señores que cito, habrán visto realizadas mis aseveraciones i se habrán c o n v e n c i d o una vez mas, que mis reclamos e insistencia por el c a m b i o de posición de el ala izquierda de la línea, eran fundadas por lo inconveniente para colocar artillería, así c o m o para rechazar la c o n o c i d a resolución del enemigo.

587

OCTAVO.

A l terminar este parte, tengo el h o n o r de elevar a m a nos de V . S. el del teniente coronel, j e f e de la brigada de c a m p a ñ a , j u n t o con el estado que manifiesta el personal de jefes, oficiales i tropa, así c o m o el material, a r m a m e n to i municiones salvados del c a m p o de batalla i c o n d u cidos hasta este p u e b l o i la relación de los oficiales h e ridos. A l m i s m o tiempo, tengo la satisfacción de anunciar a V . S. que los jefes, oficiales i tropa a mis órdenes, h a n c u m p l i d o c o n su deber. Dios guarde a V . S. ARNALDO

PANIZO.

Al'benemérito señor Coronel, Jefe de Estado Mayor Jeneral del primer ejército del Sur.

CABALLERÍA. COMANDANCIA

JENERAL D E LA

DIVISIÓN D E CABALLERÍA.

Tarata, Mayo 30 de 1880. Señor Coronel: C u m p l o con el deber de dar a V . S. cuenta de la parte que tomó la división de m i mando en la desgraciada batalla del 26 del presente, que tuvo lugar eu los A l t o s de Tacna, para que por su digno conducto llegue a conocimiento de S. S. el benemérito señor Jeneral en Jefe del ejército. A las 10 A . M., hora en que rompió sus fuegos de cañón el enemigo, se encontraba la división de mi mando, o c u pando la retaguardia del ala derecha de nuestra línea de batalla, después pasó a ocupar la del centro por orden de S. E. el supremo director de la guerra, en donde permaneció hasta que, comprometida el ala izquierda de la línea de batalla de nuestro ejército, pasó a protejerla mediante la orden que me comunicó el ayudante de Estado Mayor J e neral, teniente coronel don Adeodato Carvajal, la que se dio cumplimiento, tratando de contener la dispersión d é l a infantería i cuando fué agredida mi división mni cerca por los fuegos enemigos, di orden de avanzar i romper los fuegos los que se sostuvieron con entusiasmo, logrando por dos veces rechazar ¡as guerrillas enemigas, hasta que reconcentradas i reforzadas éstas, diezmada la división de mi mando i sola ya en el campo de batalla, fué imposible toda resistencia, i en consecuencia, di la orden de retirada a las 2.35 P . M. la que se llevó a cabo en buen orden, encontrándose hoi con mas de 150 plazas disponibles. Demás es, señor coronel, que recomiende el c o m p o r t a miento de los tres escuadrones que formaban la división de mi máudo, pues V . S. i S. S. el Jeneral en Jefe del ejército lo han presenciado i visto que, desde el primero al último hasta lo posible, cumplieron con su deber. La relación de los señores jefes i oficiales muertos i heridos, la verá V . S. en los partes de los 1.°-" jefes de los cuerpos. Dios guarde a V. S. AQUÍ LES

MÉNDEZ.

Al señor Coronel, Jefe de Estado Mayor Jeneral.

GLORIOSO R E J I M I E N T O H Ú S A R E S D E J U N I N

NÚM.

1.

Tarata, Mayo 30 de 1880. Señor Coronel: Tengo el honor de poin-r en conocimiento de V . S. lo acontecido respecto al cuerpo de mi mando el dia 28 del presente mes, en la batalla que tuvo lugar en los Altos de Tacna, para que llegue por su conducto a la autoridad superior. Conforme a lo ordenado por V . S. me coloqué a las 10 A . M. a retaguardia del ala derecha de la línea de batalla establecida, en la formación de columnas con distancia de mitades, compuesta de 125 hombres, hasta las 11.30 A . M., hora en que se me ordenó que ganase terreno por el flanco izquierdo, a situarme en el centro de la línea; pero c o m o la izquierda de ésta estaba emeuazada por la


588

GUERRA

DEL

derecha enemiga i aparecían por allí dispersos, Y . S . dispuso me constituyese en una eminencia del terreno que había a la izquierda, i contuviese al enemigo para evitar que éste rebasase nuestra línea, lo que ejecuté, formando el escuadrón en una línea, rechazando con sus fuegos por dos veces al enemigo, disputándole palmo a palmo el terreno, hasta las 2.30 P. M. que ordenó V . S . la retirada, en razón de que el enemigo oculto por las sinuosidades del terreno que estaba a nuestra derecha, nos flanqueaba; i lo hice con fnego en retirada, bajando por la cuesta que está a la espalda de la casa-quinta denominada Para, descendiendo con 55 hombres organizados i los señores oficiales, sárjente mayor don Manuel Rodriguez, capitanes graduados: don A d o l f o Peralta i don Héctor F. García, i alférez don José Joaquin R a m i r e z ; lo mismo que los capitanes del escuadren Guias don A d o l f o Arrose i don Juan C. Rivero, dejando en el campo fuera de combate, entre muertos i heridos i con caballos inutilizados 70, dirijiéndose al A l t o de L i m a adonde se encontraba ya el resto del ejército i de allí a este lugar. También adjunto a V . S . la relación de muertos i heridos de los señores jefes i oficiales. Por lo espuesto i el resultado Y. S . hará la debida apreciación del digno comportamiento del rejimiento de mi mando. Dios guarde a V . S . A.

SALCEDO.

Al señor Coronel, Comandante Jeneral de la division.

COMANDANCIA

DEL

ESCUADRÓN

Parata,

GUIAS

NÚM.

Mayo 30 de

5.

1880.

Señor Coronel: Me es grato poner en conocimiento de Y . S. los acontecimientos que tuvieron lugar en la batalla del 20 del presente, sobre el Campo de la Alianza en los Altos de la ciudad de Tacna, para que por su d i g a o órgano llegue al de S. S. el señor Jeneral en Jefe de nuestro ejército. Encontrándose el escuadrón de mi niaudo compuesto de 05 plazas, en columnas de mitades i a la izquierda del escuadrón Húsares de Juniu, a retaguardia de la derecha de la línea de batalla, el enemigo rompió sus fuegos de artillería a las 10 A . M., poco mas o menos, donde permanecimos hasta las 11.30 A. M. que se rompieron ¡os fuegos de fusilería que ordenó Y . S . para ganar terreno por el flanco izquierdo hasta colocarnos en la misma formación a retaguardia del centro de la línea de batalla; a las 12 M. recibí orden para marchar sobre el flanco izquierdo a contener la dispersión de la infantería qne se notaba por dicho flanco, i qne al verificarlo volví a recibir orden de emprender sobre el enemigo que rebalsaba ya la línea de batalla por dicho flanco, lo que verifiqué desplegando las únicas dos mitades que tenía a la izquierda del escuadrón Húsares: la

PACIFICO.

tos en que estábamos, pues en los jefes i oficiales no he tenido desgracia alguna. Dios guarde a V . S. PEDRO

P.

NIETO.

Al señor Coronel, Comandanto Jeneral de la división de caballería.

PARTES OFICIALES

BOLIVIANOS.

Yarapalca, Mayo 27 de 1880. Señor: El dia de ayer, en una meseta situada a dos leguas de Tacna, c a m i n o de Sama, después de un reñido i sangriento c o m b a t e de cuatro horas, fue d e s h e c h o el ejército u n i d o de mi m a n d o . H u b o m o m e n t o s en q u e la victoria parecía balancearse, mas la gran superioridad del e n e m i g o en n ú m e r o , calidad de armamento i demás elementos bélicos, hizo inútiles todas mis disposiciones i los esfuerzos de los bravos d e fensores de la alianza. El señor c o n t r a - a l m i r a n t e Montero, Jeneral en Jefe del ejército, jeneral que mandaba el ala derecha de nuestra línea de batalla i el señor coronel C a m a c h o , c o m a n d a n t e en j e f e del ejército boliviano que estaba encargado de el ala izquierda i que c a y ó gravemente herido a tiempo en que arreciaba el c o m b a t e por este lado, han llenado su misión cual corresponde a su bien m e r e c i d o renombre. El señor jeneral, d o n J u a n J o s é Pérez, Jefe de Estado Mayor Jeneral del ejército u n i d o , ha muerto ai entrar a Tacna, adonde fué c o n d u c i d o en camilla desde el c a m po de batalla. R e s p e c t o a mi c o n d u c t a c o m o Jeneral en Jefe del ejército unido, prefiero que la soberana C o n v e n c i ó n forme s u " j u i c i o por los datos particulares que sus honorables m i e m bros podrán adquirir individualmente, t o m á n d o l o s de los señores jefes i oficiales del ejército, aparte de los que suministraré por mi parte a mi llegada a esa ciudad. T e n g o entre tanto, el honor,de presentar mis respetos al honorable presidente, c o m o su m u i atento i obsecuente servidor. * NARCISO

CAMPERO.

Al honorable señor presidente de la Convención Nacional de Bolivia.

EL

OFICIAL GADO

LIYIANO

i | ¡'

M A Y O R

DEL

DEL

ESTADO

E N

MINISTERIO D E

M A Y O R

JENERAL

LA GUERRA, DEL

ENCAR-

EJÉRCITO

BO-

RETIRADA.

La Paz, Junio 12 de 1880. Señor: L a circunstancia mui lamentable pero gloriosa de h a ber muerto el benemérito señor jeneral, d o n Juan José Pérez, Jefe de Estado M a y o r Jeneral del ejército p e r ú boliviano, sellando c o n su sangre el pacto d é l a s naciones ; aliadas, m e i m p o n e el deber de dirijirme a V. S. para darle cuenta del h e c h o de armas del 26 de M a y o último, 1. * al mando del sarjento mayor don Camilo Cayo i la i de las operaciones militares que precedieron. 2. al mando del de igual clase don Meuecio Aparicio, rompiendo ios fnegos sobre el e u e m i g o ; inmediatamente Obligado V. S. a ponerse a la cabeza del ejército unido, en esta disposición Y. S. dio orden de euvestir al enemigo n o solo por las inspiraciones de su conciencia patriótica, logrando con los esfuerzos del escuadrón Húsares, el de sino también por satisfacer los deseos del E x c m o Jefe S u mi mando i el escuadrón Flanqueadores de Tacna rechazar p r e m o de la R e p ú b l i c a peruana, d o c t o r d o n Nicolás de al enemigo por dos veces, pero qne éste replegando toda Piérola, arribó V. S. a la ciudad de T a c n a el 19 de A b r i l su izquierda sobre nosotros nos obligó a cargarnos sobre del presente año, en altas horas de la n o c h e , después de la izquierda i evitar de ese modo que el enemigo pudiera u n viaje precipitado, p o r q u e c o m p r e n d í a V. S. que el tomar la retaguardia del ejército que ya hacia fuego en ejército aliado, debia prepararse ya a presentar una gran retirada, sosteniéndonos en ese punto hasta las 2.30 P. M. j batalla al ejército chileno, que resueltamente se dirijia hora en que Y. S. dispuso la retirada sobre la plaza de Tac- | de los puertos del Norte, a ocupar el valle de Tacna i el na i de allí a este punto, donde he llegado con 34 hombres puerto fortificado de Arica, que eran los objetivos de sus del escuadrón de mi maudo. constantes aspiraciones. Cábeme la satisfacción de decir a V. S. que los señores Los jefes que c o m a n d a b a n los ejércitos peruano i bolijefes, oficiales i tropa del escuadrón de mi mando, han lleviano, contra-almirante d o n Lizardo Montero i coronal nado debidamente sus deberes i envestido al enemigo con d o n E l e o d o r o C a m a c h o , si bien se encontraban acordes entusiasmo i denuedo como a V. S. le consta. N o me es en la mira de defender a t o d o trance los puntos indicados, posible apreciar en este parte el número de muertos i hediferian sin embargo, en la elección del terreno en que se ridos de individuos de tropa por los continuos movimien- debia atajar la marcha del ocupador. U n a madura delibea


CAPITULO

OCTAVO.

5S9

ración, apoyada en la opinión de los principales jefes del ejército i en la situación marítima i terrestre de nuestras fuerzas, decidió a V . S. a elejir posiciones cerca de la c i u dad de Tacna, c o n el fin de atender inmediatamente al puerto fortificado de Arica, i de protejer las poblaciones inmediatas, al m i s m o tiempo que el de presentar el frente al e n e m i g o .

E n m e d i o de la oscuridad de la n o c h e i por las sinuosidades del terreno, los cuerpos que c o m p o n í a n la v a n guardia pernoctaron en aquel paraje v o l v i e n d o a sus puestos al amanecer del dia 26, a las órdenes de los jefes principales, coroneles: d o n Belisario Suarez, d o n César Canevaro, d o n Severino Zapata i d o n R a m ó n G o n z á l e z , soportando los fuegos del enemigo.

E l 2 de M a y o , se puso el ejército en rigurosa campaña, la que ha soportado c o n laudable i patriótica c o n d u c t a hasta el m e m o r a b l e dia 26, careciendo de los elementos mas indispensables, para soportar el clima, la aridez del suelo que pisaba, i lo estrechado que se veia el país por el bloqueo jeneral. H e c h o el estudio de las localidades convenientes, elijió V . S. una posición ofensiva-defensiva, a c i n c o millas de la ciudad de T a c n a en dirección al valle de Sarna, a la que, para memoria eterna de la confraternidad p e r ú - b o l i viana, se d e n o m i n ó por una orden jeneral, " C a m p a m e n t o del A l t o de la Alianza." El ejército no perdió un solo m o m e n t o , en la v i d a del vivac, sin hacer los ejercicios tácticos .aplicables al terren o , i practicando las reglas de la mas perfecta castrametación, que V. S. las dirijió tan acertadamente. L l e n o de ardiente entusiasmo, todo el ejército unido, en m e n o r n ú m e r o que el del e n e m i g o , estaba inspirado de una seg u n d a esperanza de gloria, vislumbrando el triunfo, sin embai'go de la diferencia de fuerzas, que creia nivelar c o n el valor.

Reconcentradas todas nuestras fuerzas en el c a m p a m e n t o i frente ya al e n e m i g o que avanzaba, dirijió V. S. la palabra a cada cuerpo c o n elocuencia militar i analoj í a a sus antecedentes i situación, consiguiendo enardecer el entusiasmo bélico que les habia animado al tomar las armas para la defensa de la causa mas santa, después de la guerra de la emancipación. El orden de batalla q u e d ó establecido de la manera siguiente: en primera línea, c o m e n z a n d o de derecha a i z quierda, la batería boliviana de 6 cañones K r u p p , el rejimiento Murillo; los batallones peruanos Lima, Cuzco, R i m a c i Provisional de Lima; 2 ametralladoras i 1 c a ñ ó n rayado de Bolivia; los batallones bolivianos Loa, Grau, Chorolque i Padilla; 2 ametralladoras i 1 c a n o n rayado de Bolivia; los batallones peruanos Pisagua, Arica, Misti i Zepita; 9 piezas de artillería peruana entre rayados i a m e tralladoras.

El ejército contrario n o bajaba de 20,000 h o m b r e s , seg ú n los avisos que se recibían: su artillería era poderosa, c o m p u e s t a de 60 piezas mas o menos, del mejor sistema, i su caballería ascendía a m u c h o mas de 1,000 jinetes perfectamente m o n t a d o s i equipados c o n armamento de superior calidad. El nuestro apenas contaba en sus filas m e n o s de 9,000 soldados, c o n diminuta artillería, c o m puesta de 21 piezas de calibre m e n o r i solo 2 de a 12 i n i n g u n a caballería apropiada para el c o m b a t e .

C o m o reserva a nuestra izquierda, los batallones b o l i vianos Viedma, T a n j a i 2. ° Sucre, c o n dos piezas avanzadas de artillería peruana, de grueso calibre; los batallones peruanos Huáscar i Victoria; los escuadrones bolivianos Coraceros, Vanguardia de Cochabamba, Libres del Sur i Escolta. En el centro, los batallones peruanos A y a c u c h o , Arequipa, el Canevaro i c o l u m n a de Sama. A el ala derecha, los batallones bolivianos 1. ° Alianza, 4. ° A r o m a , C o l u m n a de Zapadores, Nacionales i Jendarmería de Tacna; los escuadrones peruanos Húsares de Junin, Guias i el del coronel Albarracin. El ala derecha estaba a órdenes de S. S. el contra-almirante d o n Lizardo Montero i el ala izquierda a las del señor coronel, d o n E l e o d o r o Cam a c h o , q u e d a n d o el centro bajo la c o m a n d a n c i a jeneral del coronel, d o n Miguel Castro Pinto i a la inmediata d i rección de V. S.

El Estado Mayor Jeneral del ejército ya dio cuenta a V . S. del reconocimiento militar que el enemigo practicó sobre nuestro c a m p a m e n t o el dia 22, en c u y a acción cupo m u cha gloria al batallón V i e d m a i Coraceros de Bolívia. E n A las 9.45 A . M. del dia 26, el e n e m i g o formaba su líla mañana del 25, el bravo escuadrón peruano Húsares nea diagonal sobre nuestra izquierda, r o m p i e n d o sus fuede Junin, arrebató, al frente de la numerosa caballería gos de artillería i amenazándolas c o n dos grupos de c a enemiga un cargamento de barriles do agua c o n d u c i d o s ballería, por lo que, sin duda, el señor coronel. C a m a c h o en 60 muías. se apresuró a hacer pasar a la línea de batalla a los baN o omitiré en este lugar, en h o n o r a su desprendimientallones de reserva 2. ° Sucre, V i e d m a i Tarija. to i m o d e r a c i ó n , hacer referencia de que, en el m i s m o dia Nuestra artillería de la izquierda contestaba incesante2 5 , V. S. se creyó en el deber de dimitir el m a n d o supre- ! m e n t e a los disparos del enemigo, i solo a las 11 30 A. M. m o del ejército, porque a su j u i c i o los poderes que los c o m e n z ó el fuego de rifles en la misma ala. Media hora pueblos de Bolivia le confiaran para ejercer la presidencia después el c o m b a t e era jeneral en toda la línea i V. S. de la República, habian c a d u c a d o c o n la reunión de la ordenó que las reservas del centro acudiesen a protejer C o n v e n c i ó n Nacional. E n efecto, V. S. hizo saber al ejérci- la izquierda; pero no siendo bastantes ni esas fuerzas para to, por la orden jeneral del dia, que c o m o militar quedaba contrarrestar a las líneas enemigas que se multiplicaban s o m e t i d o a las órdenes del señor contra-almirante M o n en el ataque, t o m ó V. S. la determinación de c o n d u c i r tero, i en su caso a las del coronel C a m a c h o ; pero a m b o s personalmente las reservas de la derecha con mas, 2 jefes decidieron a V . S. a continuar c o n el carácter de J e cañones K r u p p a la izquierda, d o n d e el e n e m i g o dirijió su neral en Jefe del ejército unido, mientras fueran c o n o c i principal ataque. dos los mandatos de la Representación N a c i o n a l do B o - ¡ Continuaba recio i sanariente el c o m b a t e a mas de la livia. I 1 P. M., i ya el ala derecha no contaba con mas reserva E n la n o c h e acordó V. S. el plan de contrarrestar al ¡ que las pequeñas columnas de Zapadores, Jendarmería i n ú m e r o i a la superioridad de armas del enemigo, c o n un ! Nacionales de Tacna, que también entraron en la línea m o v i m i e n t o de sorpresa al rayar del dia siguiente, que diese ! de batalla, para protejer los cañones K r u p p . D e manera que, apesar de que todo el ejército aliado combatía c o n por resultado, c o m p r o m e t e r la batalla antes de que todas encarnizamiento i denuedo en una sola línea, ella no era las numerosas masas contrarias pudiesen tomar parte en bastante para cubrir el frente de la batalla. la acción, i procurar así el triunfo por m e d i o de la estratéjia, ú n i c o recurso que podia conducirnos a él. Tal pensamiento fué acojido c o n entusiasmo por los c o m a n d a n t e s en j e f e de los ejércitos, i por el del Estado Mayor Jeneral. A las 12, de la misma n o c h e , se emprendió la marcha c o n admirable precisión i silencio; pero después de dos horas de viaje, manifestaron nuestros guias que se habia perdido el r u m b o i que no se hallaban capaces de orientarse a causa de la densa niebla: entonces fué n e c e saria la contramarcha que ordenó V. S. al c a m p a m e n t o .

Creció el ímpetu del ataque i nuestras fuerzas alcanzaron a tomar algunas piezas de artillería enemiga i soldados m o m e n t á n e a m e n t e prisioneros. En el instante m i s m o en que esto sucedía, so vio c o n sorpresa dar media vuelta al cuerpo mas crecido de los que guarnecían el ala izquierda, arrastrando en su desborde una parte c o n s i d e rable de los cuerpos vecinos, i abriendo, por consiguiente, un inmenso claro en la línea del c o m b a t e . E n t o n c e s V. S. t o m ó el estandarte que llevaba u n o de los que fugaban,


590

GUERRA

DEL

i e x h o r t ó a los dispersos a que lo siguiesen para volver a ocupar sus puestos, ora c o n amenazas, ora invocando el patriotismo, i asegurándoles que el enemigo estaba 3'a en derrota. Este esfuerzo solo consiguió reunir de 20 a 25 hombres; i c o m o el gran n ú m e r o p r o s e g u i a e n precipitada fuga, e n tregó V. S. el estandarte a su edecán el coronel d o n E x e quiel de la Peña, para seguir en el e m p e ñ o de contener el desborde, o r d e n a n d o al p r o p i o t i e m p o q u e su escolta hiciese otro tanto con los que mas habían avanzado: t o d o fué inútil; n o h u b o p o d e r que detuviera aquella j e n t e . A las 2.15 P. M. todo nuestro ejército estaba encerrado por la izquierda en un semi-círculo de fuego q u e obligó a nuestros destrozados cuerpos a combatir e n retirada. A las 3.30 P. M. de aquel dia, las bombas enemigas alcanzaban a la y a indefensa ciudad de Tacna, i V. S. se dirijia c o n los restos del ejército boliviano al punto de Palca, así c o m o el señor coronel Yelarde, Jefe de Estado M a y o r Jeneral del ejército peruano i el señor Solar, prefecto de Tacna, se encaminaban al lugar llamado Calientes, d o n d e según avisos, se encontraba el señor jeneral Montero c o n un considerable n ú m e r o de dispersos p e ruanos. A l separarse Y . S. de dichos señores, les espresó su anhelo de que el desastre que se acababa de sufrir n o fuera parte a debilitar los vínculos de la alianza, a lo que correspondieron ellos c o n la manifestación de iguales sentimientos, sellados c o n la sangre derramada por a m b o s p u e b l o s en el c a m p o d e batalla, ofreciendo q u e se c o m placerían en trasmitir al señor Piérola los nobles c o n c e p tos que acababa Y. S. de espresarles. E n el tambo de Taeora, hizo dictar Y . S. la c o r r e s p o n diente orden jeneral para la reorganización del resto glorioso del ejército boliviano. Es digno de notarse el esfuerzo varonil c o n que n u e s tros artilleros pudieron salvar del c a m p o de batalla a l g u nas piezas que, trasmontando los Ancles en m e d i o d é l a s dificultades del terreno, las tiene el pueblo en la plaza de esta ciudad de la Paz. L o s n o m b r e s d e aquéllos serán consignados en el parte especial respectivo, que se ha p e d i d o a los jefes de cuerpo. Por resultado de la j o r n a d a del 26 de M a y o , tenemos que deplorar hasta ahora, mas de 2,500 entre muertos i heridos p e r ú - b o l i v i a n o s , en c u y o n ú m e r o se encuentran, el Jefe de Estado M a y o r Jeneral del ejército aliado, el c o m a n d a n t e en j e f e del ejército boliviano, dos c o m a n d a n tes jenerales de las divisiones peruanas, 20 jefes principales, otros m u c h o s jefes subalternos i un gran n ú m e r o de oficiales, lo q u e da la m e d i d a del c o m p o r t a m i e n t o d e los defensores de la causa perú-boliviana i de la magnitud del sacrificio realizado por su patriotismo. Creo de mi deber recomendar a la consideración de las naciones aliadas, la bizarría i serenidad de S. S. el contra-almirante don Lizardo Montero, obrero infatigable de la confraternidad perú-boliviana, así c o m o la de su distinguido i arrojado Jefe d e Estado M a y o r Jeneral, c o r o nel d o n Manuel Yelarde; el valeroso c o m p o r t a m i e n t o del coronel Camacho, que ha correspondido c o n m u c h o a la confianza que en él depositó el ejército boliviano el 27 d e D i c i e m b r e último; la memoria del veterano jeneral, d o n Juan José Pérez, c u y o último aliento fué destinado a e n c o m e n d a r la continuación de la alianza perú-boliviana; i la del esforzado comandante de la 4. división del Perú, coronel Barriga; siéndome imposible clasificar particularm e n t e la c o n d u c t a de los demás jefes, oficiales i cuerpos d e ! ejército unido, porque, c o n pocas escepciones, m e r e c e n los prestijios del valor, del sacrificio i d é l a gloria que c o r responde a los vencidos del 26 de Mayo. rt

En cuanto a Y. S., señor, el ejército t o d o ! el p u e b l o de T a c n a son testigos de la asiduidad i celo con que ha d i rijido la campaña, así c o m o el entusiasmo con que se ha distinguido en los m o m e n t o s de conflicto, poniendo en relieve su carácter verdaderamente militar, para ejemplo de nuestros j ó v e n e s guei reros. E n consecuencia, nuestra -

PACIFICO.

patria, de una manera uniforme i espontánea, ha a c o r d a do un j u s t o galardón al ilustre vencido, considerándolo m u í digno de continuar rijiendo sus destinos, i de llevar adelante la guerra en que están c o m p r o m e t i d a s las naciones aliadas. A c o m p a ñ o a este oficio el parte que se ha recibido de S. S. el señor contra-almirante don Lizardo Montero, i el de la división jeneral de ambulancias del ejército b o liviano, reservándome formar el detall c u a n d o se m e dirij a n los demás d o c u m e n t o s referentes a estos sucesos. A p r o v e c h o de esta oportunidad para reiterar a V. S. la espresion de los sentimientos de alta consideración i respeto c o n que m e suscribo de V . S. atento seguro servidor. PEDRO JOSÉ

ARAMAYO.

Al señor Capitán Jeneral de Bolivia don Narciso Campero, Jeneral en Jefe del ejército unido en el Sur del Perú.

JEFATURA DEL

BATALLÓN

PADILLA

La Paz,

6.

0

Junio 1S de 1SS0.

Señor Coronel: Librada la acción qne anhelaba el ejército aliado, situado a inmediaciones de la ciudad de Tacna i en el C a m p o de la Alianza el 26 de Mayo último, me compete el deber de pasar a V . S. un parte detallado de las operaciones del batallón Padilla 6. de mi mando, en aquella memorable jornada. Después del acelerado regreso de los cuerpos Padilla, Canevaro, Arica, Sucre, V i e d m a , Tarija i demás que espedicionaron la noche del 25 a órdenes del coronel don B e lisario Suarez para sorprender al enemigo, recorriendo un trayecto de seis leguas entre ida i vuelta, porque se nos hizo estraviar a derecha e izquierda por la mala dirección del rumbo, logramos ocupar cada uno de los cuerpos nuestra respectiva colocación en el c a m p a m e n t o . c

E l batallón Padilla vino a retaguardia de los demás cuerpos de infantería i a horas 4 A . M., descubrió la presencia del enemigo, por haber sido herido en la mano el soldado Miguel Castro de la 2 , compañía, por un centinela perdido del lado del costado izquierdo. E l ejército enemigo avanzaba en masa i lentamente levantando gruesas c o l u m nas de polvo, siendo de advertir qne al rayar el dia, seguimos, marchando en retirada, cuando su artillería nos despidió varias descargas de bala rasa i bombas, las que cesaron al llegar nosotros a mas de la mitad del camino, sin duda porque nos alejamos bastante i no podrían los enemigos adelantar con facilidad. 5 3

Eran pues las 7.30 A . M., cuando nos restituimos a nuestras antiguas colocaciones c o m o se tiene espresado anteriormente. E l tiempo qne medió hasta horas 9 A . M., lo pudo emplear la tropa en desayunarse lijeramente con lo que podian encontrar en aquel estado de ansiedad jeneral. Entretanto, se aproximó el ejército enemigo a tiro de cañón: tocóse jenerala i al p u n t ó s e formaron todos los cuerpos, sin haber muchos de ellos alcanzado al desayuno. Situáronse primero en columna cerrada, después en batalla i en lugares inmediatos a su campamentos i no divisados por el ejército contrario. R o m p i ó s e el fuego de artillería sobre el costaílo izquierdo de nuestra línea i el derecho de la adversa: contestó la pequeña batería del centro que estaba a nuestro frente a órdenes del denodado comandante don A d o l f o Palacio i a su vez reforzada por dos piezas K r u p p traídas de la derecha por el mayor don Octavio P a z , i de este modo se arreció el fuego de artillería por mas de dos horas. Grande era la impaciencia con que la infantería aguardaba la orden de ataque en todo ese tiempo trascurrido; cuando al fin las guerrillas desplegadas a vanguardia de cada cuerpo según el plan preconcebido, recibieron orden de romper el fuego sobre el enemigo que hacia de su parte mortífero sobre nuestras filas sin dejar de avanzar.


CAPITULO

L a principal guerrilla del batallón Padilla formaba la 6. compañía, mandada por el capitán don Juan Garitano Zavala, con reserva de la 5. a órdenes del sarjento mayor don Julián Paz, mientras que las demás compañías permanecían formadas a su retaguardia, Replegada la 1 . guerrilla, salió a afrontarse la reserva, i pocos momentos después, recibí de esa comandancia jeueral, orden de atacar con todo el cuerpo. Incontinenti se avanzó en batalla al trote i sin hacer mucho fuesjo, aproximándose c o m o a tres cuadras del enemigo después de haber vencido la larga distancia que nos separaba; entonces fué que el batallón se desplegó cargándose a la derecha del contrario i dando un fuego nutrido i ganando terreno a cada descarga hasta desalojar a aquél. Aquí me permito mencionar, señor c o m a n dante jeneral, la intrepidez, bizarría i uniformidad c o u q u e cada capitán i cada subalterno, animaba i conducia a su valerosa fuerza-, sin permitir que se retrasara ninguno de la línea de batalla. El 2. ° jefe, teniente coronel don V i cente Crespo, llenó también cumplidamente su deber; siendo aun notable que el comandante don Octavio R i v a d e neira del Estado Mayor Jeneral, tuvo la inspiración de incorporarse a mi cuerpo i de compartir de nnestro ardimiento, dando así una prueba de abnegación i denuedo poco comunes entre otros que tienen el m i s m o carácter de c o l o cación. 1 3

a

53

H e c h a esta relación, n o d e b o omitir, que los cuerpos C h o r o l q u o i Grau que estaban a nuestra derecha respectiv a m e n t e cargaron c o n igual bizarría, viniendo a ocupar cerca de la dirección de nuestra línea. El batallón A r i c a d e nuestra izquierda, rivalizó en entusiasmo i decisión. E l paso c o n que avanzó fué siempre el de carga hasta arrollar i hacer dar media vuelta a la fila enemiga, i h u b o instante, que cesando por c o m p l e t o el fuego contrario, se dieron prisa varios del Padilla a dar alcance a los corridos para desarmarlo a bayoneta calada i lo consiguieron t o m a n d o m u c h o s prisioneros. En este estado apareció una n u e v a línea enemiga, detrás de la ceja de nuestro frente, q u o c o n sus descargas cerradas consiguió protejer a los que quedaban. Trabóse una encarnizada lucha con fuego a pié firme de ambas partes i al c a b o de un cuarto do hora, nuestra línea v o l v i ó a cargar i avanzar hasta arrollarlos otra vez. Se inutilizaron varios rifles do nuestros soldados, los que en el acto cambiaron c o n los Comblain de los chilenos prisioneros i muertos sobro c u y o s cadáveres pasaban, usando de sus municiones. Entretanto murieron heroicam e n t e los capitanes: J u a n G. Zavala i Julio A c h á ; los tenientes: José María O b a n d o , Delfin B u t r ó n , Justo Pastor Rivera, el porta-estandante Sócrates Céspedes i N. García que se alistó en la 5. " c o m p a ñ í a m o m e n t o s antes de la batalla. F u e r o n heridos, el quo habla, dol brazo i costado izquierdo, inutilizándosele su cabalgadura por tres p r o yectiles; el 2.° jefe, teniente coronel d o n Vicente Crespo, en la parte interior de la rodilla d e r e c h a ; el sarjento m a y o r d o n Manuel Cordero, de gravedad en el muslo d e r e c h o i el sarjento m a y o r g r a d u a d o d o n Julián Paz de la 5 . compañía.

OCTAVO.

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za. Se n o t ó en toda la línea cierta laxitud por la fatiga i deseo d e tomar lijero descanso i municionarse, c o n c u y o m o t i v o c o m e n z ó a desgranarse sin que fuera posible c o n tenerla. A ese tiempo, el ala izquierda de nuestro ejército que y a había sido arrollada, dio lugar a que los enemigos nos presentaran un c a m b i o de circunvalación t o m á n d o n o s a dos fuegos. Sus baterías arreciaron sus fuegos para d e salojarnos i en esto la batería boliviana del fuerte de la derecha m e n u d e ó sus descargas con tanta celeridad i maestría que c o n t u v o i deshizo a los enemigos d e j á n d o nos así hasta la dirección del c a m p a m e n t o aliado, en q u e divisamos varias compañías del Canevaro que hacían fueg o de sus posiciones situadas en la altura de nuestro c a m p a m e n t o . E n seguida se declaró la dispersión de nuestro ejército, las caballerías enemigas por escalones atacaban nuestra retaguardia i eran contenidas a su vez por el fueg o en retirada de nuestras tropas. Terminada la relación que m e ha cabido, sírvase V . S. aceptarla i darle el lugar que ella merece por su veracidad. D i o s guarde a V . S. PEDRO

P.

VARGAS.

Al señor Coronel, Comandante Jeneral de la segunda división del ejército boliviano don Severino Zapata.

INFORME

DEL

VENCIÓN ' DEL

JENERAL

NACIONAL

EJÉRCITO

NARCISO

D E

CAMPERO, ANTE

BOLIVIA,

COMO

JENERAL

LA

CON-

EN

JEFE

ALIADO.

Señores convencionales: Creó de mi deber presentar ante vosotros un informe circunstanciado de mis actos c o m o Jeneral en Jefe del ejército unido, desde mi salida de esta ciudad, el 14 de A b r i l último, hasta mi regreso el 10 del presente, a fin de que apreciéis mi c o n d u c t a en los acontecimientos que han tenido lugar últimamente en la guerra que sostenemos contra Chile. H e solicitado que esta conferencia tuviera lugar en sesión secreta, tanto porque así podré manifestároslo todo en íntima confianza, si p u e d o decirlo así, cuanto porque en las circunstancias actuales quizas seria inconveniente que algunos puntos ele mi relación se hagan del d o m i n i o público i lleguen al c o n o c i m i e n t o de nuestros adversarios. T o d o s vosotros conocéis la situación en que quedó n u e s tro ejército en Tacna después de la retirada de Camarones i de la dispersión de San Francisco; todos sabéis que, depuesto el jeneral Daza del m a n d o de la R e p ú b l i c a i del ejército, quedó a la cabeza de éste el coronel d o n E l e o d o r o C a m a c h o . Sabéis asimismo, que llamado y o en estas circunstancias a p o n e r m e al frente de los negocios públicos del país logré, n o sin vencer m u c h a s dificultades, ocasionadas por los deplorables sucesos de Marzo, enviar al teatro de la guerra el refuerzo de la quinta d i visión, después de haber pacificado el país i constituido el Gobierno en esta ciudad.

E n circunstancias en que la nación esperaba de un instante a otro la noticia de algún gran h e c h o ele armas en el teatro de la guerra, recibí una carta del coronel CamaA l e m p u j e que repetimos tuvo que retroceder otra vez la línea enemiga, d a n d o fuego en retirada basta la ceja c h o en la que m e manifestaba sus dudas acerca de su p o d o n d e apareció, i allí, se reforzó c o n otra línea mas c o m - sición respecto al Jeneral en Jefe del ejército peruano i pacta i mas 'estensa q u e las otras, la cual nos obligó a m e pedia instrucciones determinadas en c u a n t o a su conducta. detenernos i a dar otra vez fuego a pié firme. Mientras tanto pasaron m u c h o mas de tres horas que la misma líMe espresaba que, en c o n f o r m i d a d al p r o t o c o l o de 5 de nea por nuestra parte sostenía el c o m b a t e ; la distancia M a y o de 1879, celebrado en L i m a entre el Gobierno del que habíamos avanzado del c a m p a m e n t o era a p r o x i m a t i - Perú i nuestro. Ministro Plenipotenciario, el m a n d o en vamente do una legua, varios soldados habian agotado j e f e de ambos ejércitos correspondía al Presidente de la sus municiones, que en el Padilla n o pasaban de 120 República en c u y o territorio operasen i, a falta de éste, proyectiles por plaza, i todos j e n e r a l m e n t e estaban ren- al de la aliada si se encontrase presente; pero que el citadidos por la fatiga de m o v i m i e n t o s tan constantes i a c o - d o p r o t o c o l o nada disponía para el caso en (pie n i n g u n o sados por la sed, habiendo desaparecido mas de sus dos de dichos presidentes se hallase en el teatro de o p e terceras partes. L a reserva que debia darnos respiro n o raciones, que era el que precisamente ocurría. parecía; fué preciso retroceder c o n fuego en retirada hasta j E n este c o n c e p t o , no sabia a q u é regla sujetar su c o n la hondanada, d o n d e habíamos destruido la primera línea ¡ d u c t a respecto al jeneral Montero i, mientras se le c o m u enemiga. Allí se renovaron los fuegos c o n vigor i entere- 1 nicaban las instrucciones que solicitaba, habia resuelto 53


592

GUERRA

DEL

someterse estrictamente a sus órdenes, a fin de evitar cualquier conflicto en m o m e n t o s tan premiosos. L e contestó aplaudiendo su resolución i previniéndole que pronto se le comunicarían instrucciones precisas, previo acuerdo c o n el representante del Gobierno peruano, pero que mientras tanto, prestase toda deferencia a las órdenes del Jeneral en Jefe del ejército de esa n a ción, sin m e n o s c a b o del decoro i buen réjimen del nuestro. Esto m e hizo entrever algunas diferencias entre a m b o s jefes, que n o dejaban de inquietar mi ánimo, apesar de la confianza que m e inspiraban la discreción i prudencia del coronel Camacho. Mis temores quedaron confirmados c o n una segunda carta de éste, que recibí el 13 de A b r i l ú l timo. En ella se quejaba, porque después de haberse aceptado un plan de operaciones propuesto por él, se le habia variado completamente, c o n la grave circunstancia de que en el que se quería adoptar se c o m b i n a b a el ataque o la defensa por nuestra parte, de tal m o d o , que nuestro ejército n o tuviera otra retirada, que el puerto de Arica; lo que, c o m o lo comprendereis, lo entregaba sin remedio al enemigo por una capitulación vergonzosa a impulsos del h a m b r e i de la necesidad o después d e u n esfuerzo desastroso c inútil i desesperado. C o m p r e n d i e n d o la gravedad de lo que ocurría, llamé a una conferencia especial al señor Secretario Jeneral, d o c tor Cabrera, i al Ministro del Perú, señor Bustamante. Les manifesté el desacuerdo que existia entre los jefes del ejército aliado i lo delicado de la situación, p i d i é n d o les su dictamen acerca de lo que debia hacerse en tan crítica eventualidad, que bien podia dar lugar a un seg u n d o San Francisco o a algún desastre aun mas v e r g o n zoso. Después de madura deliberación i de distintas indicaciones, el señor Bustamante m e manifestó que el m e d i o mas eficaz que encontraba para salvar la situación, era el de que marchase y o m i s m o sin dilación al teatro de la guerra, a ponerme al frente del ejército unido, para c u y o efecto m e ofreció a c o m p a ñ a r m e personalmente. Este m e dio m e pareció, en verdad, el mas acertado; pero teniendo en cuenta, por de pronto, la situación del país, el carácter del Gobierno recien constituido i las consecuencias que ese paso p o d i a traer consigo, le pedí m e diera tiempo para meditarlo, ofreciéndole resolverme hasta el dia siguiente. E n efecto, el 14 de Abril manifesté tanto al señor B u s tamante c o m o al señor Cabrera, la resolución que habia tomado, de marchar sin pérdida de tiempo. Habia reflexionado que, cualesquiera que fueran las consecuencias de este paso para la política interior del país, debia p o s p o nerlo todo a la necesidad suprema de la salvación del d e coro nacional. El dia indicado, venciendo no pocos inconvenientes, por falta de preparación i de medios (le movilidad para el señor Ministro peruano, pude partir de ésta en sn compañía a las 7 P. M., después de tranquilizar al pueblo que. vuelto de su sorpresa por tan repentino viaje, espresaba su entusiasmo con vivas aclamaciones durante nuestro tránsito por la ciudad. E n los primeros dias de viaje no ocurrió incidente a l g u no notable. Solamente el 19 a! llegar al Tacora, recibimos la noticia de la derrota del jefe guerrillero Albarracin, i de su persecución por los chilenos hasta las inmediaciones de Tacna. E s t o me anunciaba la proximidad del ejército enemigo i la inminencia de un encuentro serio; por lo que resolví redoblar la marcha i llegar aquel m i s m o dia a T a c na, lo que conseguimos, verificando nuestra entrada a la ciudad a las 11 P. M. L a primera noticia de mi llegada cansó verdadero a s o m bro i estupor, hasta el estremo de creerse que mi marcha habia sido ocasionada p o r a l g i m nnevo escándalo en el interior de Bolivia, que hubiese derrocado mi Gobierno, o b l i gándome a salir del país. Pero una vez que se conoció su verdadera cansa, que yo habia salido de aquí en medio de las entusiastas aclamaciones del pueblo i que debia ponerme-.al frente de los ejércitos de la alianza en los momentos en qne iba quizá a decidirse uno de los mas interesantes actos de

PACIFICO-

esta guerra, hubo un estallido de alegría en toda la población. Los ánimos, tanto en el pueblo c o m o en el ejército, se levantaron, halagados por nuevas esperanzas i parecía que se respiraba ya un aire de vida i de victoria. A l dia siguiente fui saludado c o n dianas por todas las bandas del ejército aliado, i recibí la visita oficial c o n que m e honraron todos los jefes i oficiales, así c o m o las c o r poraciones del pueblo. A l subsiguiente, m e ocupé de h a cer una visita e inspección de los cuarteles de todo el ejército, a c o m p a ñ a d o por el señor jeneral Montero, el c o ronel C a m a c h o i varios otros jefes i oficiales. Terminada esta inspección, pedí al señor jeneral M o n tero se sirviera dictar la orden jeneral respectiva, h a c i é n d o m e reconocer c o m o Jeneral en Jefe del ejército u n i d o i fui informado por aquél de que y a se habia dictado i c o m u n i c a d o dicha orden. Con este m o t i v o dirijí por primera vez la palabra a t o d o el ejército aliado por m e d i o de una proclama, c u y o tenor sin dudíí conocéis va. El 22, r e c o n o c i d o ya c o m o Jeneral en Jefe del ejército unido, ordené una revista jeneral, l a q u e tuvo l o g a r e n el c a m p o , a la salida de T a c n a hacia Sama. Era la primera vez, desde el principio de la guerra, que se formaba en línea t o d o el ejército aliado, circunstancia sobre l a q u e m e permito llamar vuestra atención, porque caracteriza el m o d o c o m o se habían c o n d u c i d o las huestes aliadas. El espectáculo que presentaba el ejército era magnífico i su estado i c o n d i c i o n e s m e hicieron m u i buena i m p r e sión. E l entusiasmo acreció c o n esta formación, que parece p r o d u j o el efecto de estrechar los vínculos de a m b o s ejércitos e inspirarles recíproca confianza. Desde este m o m e n t o quedó el ejército sujeto a rigoroso réjimen de c a m p a ñ a , Entretanto, subsistía la diverjencia de opiniones, resp e c t o al plan de acción, entre los dos jefes del ejército aliado, el jeneral Montero i el coronel Camacho. Para obrar con acierto, m e era necesario tomar una determinación fija, lo que n o m e era posible hacer sin examinar las cosas personalmente. Decidí, pues, poner en m o v i m i e n t o el ejército, i el 24 se dio orden de m a r c h a para el dia siguiente por el c a m i n o de Sama. C o n o c i d a ésta se m e manifestó que el ejército n o se hallaba listo para efectuarla i que era imposible alistarlo para el dia siguiente carec i e n d o , c o m o carecia en efecto, de medios de movilidad i otros artículos i recursos necesarios para una marcha; en consecuencia, m e vi precisado a suspender la orden por dos dias, previniendo se practicaran activas dilijencias para procurar t o d o lo necesario a fin de verificarla al tercero. Llegado éste, se consiguió emprender la marcha, aunque n o sin vencer m u c h a s dificultades e inconvenientes; i después do haber caminado legua i media, mas o menos, en dirección a Sama, se hizo alto en las posiciones indicadas por el jeneral Montero en su plan de operaciones. A l efectuar esta salida n o habia tenido y o otro ánimo que el de observar en q u é c o n d i c i o n e s se encontraba el ejército i proveer a las necesidades que se hicieran sentir para el caso de una m a r c h a mas seria. Era una medida de precaución i de previsión. Entretanto, m e hallaba indeciso entre el plan del jeneral M o n t e r o i el del coronel C a m a c h o , es decir: entre fijar el c a m p a m e n t o en el lugar en que nos encontrábamos o avanzar resueltamente a acupar el valle de S a m a i contener allí al enemigo. Me d e cidí a obrar según las circunstancias, los m e d i o s con que c o n t á b a m o s i los resultados que diera el ensayo de marcha q u e habíamos ejecutado. Este nos hizo sentir m u i pronto los inconvenientes i dificultades para seguir adelante. Desde luego, carecíamos por c o m p l e t o de elementos de m o vilidad i de trasporte, que n o se habían procurado hasta entonces. N o se podia movilizar la L e j i o n Boliviana; era imposible llevar agua i víveres para el ejército, sin lo que n o podria aventurarse espedicion alguna por aquel desierto desprovisto de t o d o recurso; i, lo q u e es mas, no se habia p o d i d o c o n d u c i r el parque hasta el lugar en que nos encontrábamos, ni aun se habia l o g r a d o ' sacarlo de Tacna.


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OCTAVO.

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pezado antes, a c a m b i o de evitar el c o n t i n u o sobresalto en q u e nos encontrábamos. A c a m p a d o s d e n u e v o en estas posiciones i p r e o c u p a d o y o constantemente de estudiar el terreno i buscar una que nos fuera mas ventajosa, n o t é que detrás del ala izquierda de nuestro ejército, existia una meseta que d o m i n a b a toda la llanura,prolongándose hacia la costa, la q u e podia ser o c u p a d a fácilmente por el enemigo, dejándonos en una situación m u i desventajosa; pues desde allí podia t o marnos por todos lados, de flanco i de revés sin poder n o s otros evitarlo. Para h a c e r m e cargo del peligro, m e c o n s tituí a los dos dias en aquella meseta, a c o m p a ñ a d o de los señores M o n t e r o i C a m a c h o i la examinamos en toda su entension i en sus mas pequeños accidentes. El resultado de este e x a m e n fué el d e afianzarme en mis temores: la posición era m u i desfavorable para nosotros i estábamos perdidos, si lograba apoderarse de ella el enemigo. Por otro lado, era también ventajosa para nosotros i m u i superior bajo todos respectos a la q u e o c u p á b a m o s . R e s o l ví, pues, situar allí el ejército; lo que se ordenó i practicó sin dilación.

Estaba, pues visto, q u e la m a r c h a era imposible, i que el ejército aliado estaba c o n d e n a d o , por decirlo así, a esperar al e n e m i g o en su puesto, sin poder buscarlo. C o n v e n c i d o de esto, conferencié c o n los señores M o n tero i C a m a c h o , quienes quedaron persuadidos de las razones q u e les espuse. El coronel C a m a c h o , principalmente, n o solo vio las dificultades que habia para la marcha, sin o que también o p i n ó porque n o era y a tiempo de seguir adelante, c o n f o r m e a su plan, porque debia suponerse al e n e m i g o m u í avanzado i apoderado de las posiciones en q u e él habia creido conveniente esperarlo. E n este c o n cepto, decidí permanecer allí por de pronto, estableciendo en toda forma el c a m p a m e n t o . C o m o suponíamos al e n e m i g o ya p r ó x i m o i en disposición de avanzar, ordené d e b i d a m e n t e la línea de batalla, organizando sus dos alas i el centro con sus respectivas reservas. O c u p á b a m o s las alturas de una cadena de p e queños montículos que d o m i n a n aquellos lugares i se h a bían t o m a d o todas las precauciones necesarias para el caso del c o m b a t e . En esta actitud permanecimos u n dia, del que a p r o v e c h é para hacer algunos estudios de aquella r e j i o n i ver m o d o de proveer a las necesidades que se hicieran sentir con mas apremio, en caso de que la situación se prolongase por algún tiempo.

U n a vez allí, m e tranquilicé por c o m p l e t o , pues m e c o n v e n c í aun mas de que en aquella situación, al m i s m o tiempo que evitaba un peligro real, adquiría una posición verdaderamente militar. E n efecto, estábamos en una m e seta bordeada hacia nuestro frente por una ceja que la d e fendía i de la que se desprendía una especie de glacis h a cia la llanura i otra igual hacia nuestra espalda, o c u p a n d o nosotros la cima que d o m i n a b a el llano por ambos lados. Nuestros flancos se defendían convenientemente por unas hondanadas profundas que limitaban la meseta a u n o i otro costado. Por otra parte, la posición indicada estaba situada de tal m o d o que p o d í a m o s impedir la entrada del enemigo a Tacna, que era el objeto primordial que debíam o s tener en vista.

Mui luego n o t é que, aun en aquellas posiciones, nos era difícil mantenernos, pues se dejaban sentir los m i s m o s inconvenientes que he apuntado anteriormente. N o teníamos víveres ni combustible i n o p o d í a m o s p r o c u rárnoslos en aquellos lugares sino c o n dificultades casi insuperables; carecíamos de agua, por la que era menester ocurrir hasta Tacna, distrayendo en esto u n b u e n n ú m e r o de soldados i teníamos que mantener las caballadas a m u c h a distancia del c a m p a m e n t o . Estas consideraciones m e determinaron a regresar a Tacna, previo acuerdo c o n los señores M o n t e r o i C a m a c h o , que palparon t a m bién las dificultades que existían para permanecer en aquella posición.

Aquella posición, sin embargo, ofrecía el inconveniente de la falta de recursos, tanto para el ejército c o m o para las caballadas, pero resolví obviar este inconveniente enviando éstas a abrevar a alguna distancia en los momentos en que no podia haber peligro i proporcionándonos de Tacna a cualquier costo, los recursos necesarios para el ejército, como agua, víveres, carbón de piedra i otros artículos. Permanecimos, pues, tranquilos allí i me contraje seriamente a tomar todas las disposiciones necesarias para esperar al enemigo. Así pasaron algunos dias, sin mas ocurrencias que la* de que nuestras avanzadas se avistaban con las del enemigo, que varias veces se adelantaron hasta la distancia de cerca de dos leguas de nuestro campamento.

Se h i z o en efecto la vuelta, i a c a m p a m o s en las goteras de Tacna, o c u p a n d o las faldas de las alturas dominantes. Allí se estableció n u e v a m e n t e el c a m p a m e n t o i la línea de batalla en la m i s m a forma q u e antes, d i s p o n i é n d o n o s a salir al encuentro del enemigo, siempre que viniese en busca nuestra. E n aquella posición tenia el ejército todo lo necesario, o se podia proporcionar fácilmente desde Tacna, p o r lo que q u e d a m o s allí en vivac i en el m i s m o orden de batalla, por mas de una semana. E n el trascurso de ésta, toqué con el gravísimo i n c o n veniente de no tener noticia alguna del e n e m i g o i verme r e d u c i d o a obrar por meras conjeturas. N o se había orE s t o hasta la mañana del 22 de Mayo, en que por priganizado u n buen servicio de espionaje, siendo una cosa mera vez se vieron nuestras avanzadas perseguidas por las tan esencial en las circunstancias en q u e nos encontráenemigas, replegándose hacia el campamento i contestanb a m o s . N o recibíamos avisos do ninguna parte, que nos do a sus fuegos, en retirada. Se creyó que venia el ejército dieran alguna luz respecto al n ú m e r o i situación del enem i g o . N o parecía sino que estábamos en un territorio contrario, i así nos lo anunció el jefe de las avanzadas; pero enteramente estraño i que los vecinos del lugar n o se al cabo de alguu tiempo de observación, notamos que solo venia una fuerte división de caballería, protejida por tres p r e o c u p a b a n de la suerte que tuviera la campaña. A j i t a d o por estas consideraciones, hice los mayores esfuerzos brigadas de artillería, que avanzaron hasta ponerse a tiro de cañón. Cambiamos fuegos por el espacio de una hora i para organizar espionaje v a l i é n d o m e para ello del señor prefecto de T a c n a i del j c n e r a l Montero, c o m o personas luego se retiró esa división sin mas incidente. Por lo visto, influyentes; pero nada serio se p u d o conseguir i quedé aquella maniobra no era mas que un reconocimiento que operaba el enemigo, i aunque su retroceso hizo suponer a c o n d e n a d o a la m i s m a incertidumbre. algunos la completa retirada de su ejército, yo presumí Entretanto suponía que el e n e m i g o se encontrara a o c h o que se acercaban los momentos decisivos. leguas de nuestro c a m p a m e n t o , i de esa distancia p o d i a Los dias 23 i 24 pasaron sin ocurrencias notables i en sin que nosotros lo advirtiéramos ni lo pudiéramos evitar, la ansiedad consiguiente en circunstancias tan críticas. N o apoderarse de las alturas de improviso i ofender desde dejaban, sin embargo, de tener lugar algunos tiroteos de allí al p u e b l o de Tacna i m p u n e m e n t e , atacándonos al avanzadas sin consecuencias importantes. m i s m o tiempo hasta arruinarnos, sin podernos defender Aquí no puedo prescindir de hacer mención de una cirpor la naturaleza de aquellas posiciones. A n g u s t i a d o por la inminencia de este peligro i por la cunstancia especial relativa a mi persona. En conformidad con las actas populares que me habían elevado a la supreidea de n o poder obrar de un m o d o d e c i d i d o por la falta ma magistratura, i a mi palabra empeñada ante la nación, absoluta de noticias del enemigo, determiné después de mis funciones de Presidente de Bolivia i, por consiguiente, haber consultado c o n los jefes de ambos ejércitos, volver a ocupar la primera posición en las alturas, salvando de I de Jeneral en Jefe del ejército aliado, cesaban el 25 de cualquier m o d o los inconvenientes c o n que habíamos tro- | Mayo, dia en que debia hallarse instalada irremisiblemenion o ii—75 i


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GUERRA

DEL

te la soberana Convención. Respetuoso a la voluntad nacional i fiel a mis promesas, resolví manifestarlo así al ejército, resignando el cargo que ejercía; i para el efecto, en la noche del 24, i con la mayor reserva, redacté una proclama i orden jeneral en ese sentido. A l dia signieule, después del ejercicio matinal que hizo el ejército, c o m o en todos los anteriores, i de que los cuerpos se retiraron a sus campamentos respectivos, se trasmitieron dichos documentos a los comandantes en jefe para su publicación. E l jeneral Montero se resistió a aceptar mi resignación haciéndome varias reflecciones, i el coronel Camacho, por su parte, habia tenido la peregrina ocurrencia, que la trasmitió también al jeneral Montero, de imponerme que continuara con el mando en jefe del ejército, ordenándomelo así en uso de las mismas facultades que yo acababa de conferirles en la orden jeneral aludida. En estas circunstancias vino la noche i concebí el proyecto de llevar a cabo una sorpresa al enemigo, cuyos antecedentes paso a referiros, reauudaudo mi relación. E l 25 por la mañana tuvo lugar un incidente digno de mención. Repentinamente apercibimos que nuestras avanzadas venían precipitadamente en retirada, perseguidas con empeño por el enemigo. No sabíamos lo que esto p o día significar i nos entregábamos a diversas conjeturas, cuando el jefe de los nuestros comunicó que se habiau t o mado a aquél, 60 muías cargadas con 120 barriles de agua, que el enemigo habia intentado recobrar a todo trance, sin poderlo conseguir, lo que esplicaba el que se hubiera avanzado tanto en persecución de los captores. E l cuerpo que efectuó este hecho fué el peruano Húsares de Juuin que hacia el servicio de avanzada en aquel dia.

PACIFICO.

hicieron advertir sucesiva i contradictoriamente que nos inclinábamos demasiado según el uno a la derecha i según el otro a la izquierda. Ordené que se reunieran los guias de ambas alas i el que dírijia eí centro, i que examinarau conjuntamente la situación en que nos encontrábamos i la dirección que debíamos seguir. Después de una larga discusión entre ellos, manifestaron que estaban inciertos, que no podiau ponerse de acuerdo respecto a nuestra posición ni mucho menos orientarse, a causa de la densa niebla qne cubria el espacio i nos envolvía ya por todas partes. E n este estado noté que el desorden se habia hecho mayor i que varios cuerpos aun habían perdido sus posiciones, a p a reciendo algunos de la derecha en la izquierda. Ordené que se hiciera alto, i temiendo en estas circunstancias uu encuentro con el enemigo, que nos hubiera ocasionado un d e s astre irremediable, siendo nosotros los sorprendidos en lugar de sorprenderlo, resolví volver al campamento, e n viando algunos individuos por delante, a fin de que se encendieran allí algunas fogatas que nos guiaran. Hecho esto se verificó la contramarcha i llegamos al amanecer del 26,ocupando todo el ejército las mismas posiciones que antes. C o m o lo comprendereis, señores, deploré p r o f u n d a m e n te el ver frustrado este plan, que en mi c o n c e p t o , repito, era el ú n i c o que podia haber asegurado la victoria. Pero en fin, se habia m a l o g r a d o por una fatalidad, i n o habia mas que conformarse i atender al desarrollo de los sucesos.

A l amanecer del m e m o r a b l e dia 26, v i m o s presentarse las guerrillas enemigas, que venían persiguiendo a las nuestras i a los cuerpos de nuestra vanguardias, que, a causa de la oscuridad de la n o c h e , habian p e r n o c t a d o en la llanura i volvían a sus puestos al amanecer, soportando Este incidente me dio la certidumbre plena de que el enemigo se hallaba a corta distancia i avanzando hacia n o - los fuegos contrarios. P o c o después, apareció t o d o el grueso del ejército e n e sotros, siendo para mí indudable que en aquella noche d e m i g o i principió a desplegar sus masas, f o r m a n d o varias l.iia acampar, poco mas o menos, a medio camino de Sama a nuestro c a m p a m e n t o ; porque así lo manifestaba la grau líneas de batalla, fuera de la caballería, q u e parecía m u i provisión de agua, de l a q u e habia tomado una parte; pues, numerosa i fuerte. A l desplegarse las fuerzas enemigas, i a primera vista, según el conductor de la recua apresada, venían otras recuas i uu número considerable de carretas, cargadas t a m - podia notarse su inmensa superioridad sobre las nuestras; bién de agua. En este concepto, teniendo, c o m o tenia, pues, c o m o he d i c h o , no solo presentaban varias líneas conciencia plena de la superioridad de fuerzas del enemigo, de batalla sino que también se hallaba apoyada su retaconciencia que la habia yo formado, tauto por las indica- guardia por una . formidable caballería, al paso que n o s ciones i relaciones de la prensa, por las circunstancias m i s - otros n o c o n t á b a m o s sino c o n dos líneas i nuestra escasa mas de la campaña i por la idea que tenia de los recursos j reserva, sin mas caballería, p r o p i a m e n t e tal, que un cuerpo, q u e podia considerarse c o m o insignificante. de que podía disponer la nación que nos hace la guerra, cuanto por las noticias que nos dieron los arrieros que E n fin, estábamos al frente del e n e m i g o I resueltos a conducían el cargamento de agua capturado, qnieues ase- afrontar con d e n u e d o una lucha tan desigual a la vez que guraban que las fuerzas enemigas no bajaban de 22,000 inescusable. hombres, siendo así que nosotros no contábamos con mas H i c e tocar jenerala i se puso todo el ejército sobre las de 9,300, inclusos nuestros enfermos; bajo esta impresión, armas. digo, concebí el proyecto de contrarestar esa inmensa suRecorrí las filas i dirijí la palabra a todos los cuerpos, perioridad mediante una sorpresa rápida i audaz que, en recordando a cada uno sus deberes i. antecedentes i trami concepto, era el único medio de poder alcanzar uu retando de enardecer el entusiasmo bélico que los habia sultado favorable, dadas las condiciones en que nos encon- i animado a tomar las armas, para la defensa de la causa trabamos i la imposibilidad de resistir ai enemigo en batalla j mas santa después de la guerra de la emancipación. campal. Decidí, pues, efectuar la marcha en aquella misma ¡ El orden de batalla quedó establecido de la manera que noche i caer sobre el enemigo al amanecer, procurando t o veréis en el parte respectivo pasado por el Estado Mayor marlo de sorpresa, no dáudole tiempo para desplegar en Jeneral del ejército. batalla sus masas i quizá aun impedirle aprovechar de sus Eran las 8.45 A. M. c u a n d o se r o m p i e r o n los primeros dos elementos mas poderosos, su caballería i artillería, c u fuegos de artillería, los que se suspendieron por de pronto. ya acción podía inutilizarse solo con una sorpresa afortuP o c o después recomenzaron, v o l v i e n d o a suspenderse por nada. Comuniqué mi pensamiento a los señores Montero i tres o cuatro veces c o n intermedios sucesivos. Camacho, quienes ¡o aprobaron con entusiasmo, convinienEsta circunstancia rne hizo c o m p r e n d e r que el enemido con mis ideas. g o quería atraernos a todo trance fuera de nuestras posiciones i que aquella era cuestión de paciencia para nosA c o r d a d o el plan, s e : omarou las medidas convenientes, i se emprendió la marcha a las 12 M. con admirable pre- otros; pues c o n o c i d a m e n t e eran ventajosas, i el enemigo cisión i silencio, conservando todo el ejército el mismo or- n o se atrevía a atacarlas de una manera decidida. En efecto, teníamos desde luego la ventaja de no presentar den de batalla i guardando las distancias necesarias para blanco a sus tiros, pues nuestra primera línea se hallaba poder formar la línea con la rapidez posible al acercarse al enemigo, el que no podría dejar de emplear un tiempo mui j oculta detrás de la ceja de la meseta i solo se distinguían largo en desplegar sus fuerzas, por lo mismo que eran tan | las piezas de artillería, al paso que d o m i n á b a m o s n o s otros toda la planicie que él ocupaba. Por otra parte, sus numerosas. Pero desgraciadamente, al cabo de dos horas tiros de cañón no nos causaban daño alguno; porque, o de viaje, principió a notarse cierto desconcierto e indecisión en la marcha. Los coroneles Camacho i Castro Pinto, me ¡ bien caiaii detrás de nuestras filas, por la parábola que


CAPITULO

describen los proyectiles, o bien se enterraban las b o m b a s en la arena, estallando allí i p r o d u c i e n d o una especie d e ebullición en la tierra, pero sin causarnos m a y o r mal. E s to dio lugar a que el jeneral Pérez caliñcase cada disparo d e una onza de oro perdida, aludiendo al costo d e c a d a tiro i a su c o m p l e t a ineficacia. E n consecuencia, ordené que n o se abandonaran las posiciones, ni se saliera d e ellas, d e b i e n d o evitarse el fuego de rifles mientras que el e n e m i g o n o se pusiera a tiro.

OCTAVO.

dos c o m o refuerzo. Este se encontraba de reserva en el ala derecha, porque me lo habia solicitado encarecidamente el jeneral Montero. Mandé a traerlo con la mayor brevedad i ordené a la vez que, para todo evento, viniese el batallón peruano Canevaro, también de reserva en la misma ala, A fin de apresurar la marcha de estos dos cuerpos, me encaminé yo mismo a traerlos i volví con ellos a paso a c e lerado. A l llegar, noté algunos síntomas de desorden en el ala izquierda. Me informé de lo que pasaba i se me heló la sangre en las venas al saber que uno de los mas crecidos de nuestros cuerpos, el batallón Victoria apenas entrado en la línea de batalla, habia cedido el campo i principiaba a desordenarse. E n la indignación que esto me cansó, mandé a los dos batallones que acababa de traer, que hicieran fuego sobre los que huían a fin de hacerles dar media vuelta i que recobrasen sus posiciones. Pero fué inútil, pues no se pudo conseguir que aquéllos se contuvieran. En vista de esto, ordené que los dos batallones avanzaran sobre la línea i llenaran el claro que habia quedado en nuestras filas. Entraron en el combate con un denuedo i bizarría superiores a todo elojio, hasta el punto de tomar prisioneros i piezas de artillería al enemigo i de 'nacerle retroceder, cargando a la bayoneta. Pero éste, renovaba sin cesar sus refuerzos i reservas i, viendo yo que el número iba a inutilizar los heroicos esfuerzos de los nuestros, m a n dé que algunos cuerpos del centro, donde el combate era menos reñido, se recostasen hacia el ala izquierda. A l mismo tiempo envié mi escolta, mandada por el capitán ; Jésnpe, a fin de que hiciera un esfuerzo supremo p a r a r e n ! nir a los que se habían dispersado. ( 1 ) I E n estos momentos solemnes se me anuncia por el te| niente don Julio Zilveti, que el coronel Camacho habia cai! do herido i que este fatal accidente desanimaba las tropas. ! C o m o antes se me hubiese dicho que el jeneral A c o s t a h a Í bia sido destrozado con su caballo por una b o m b a , ordeno ; que el coronel R a m ó n González se haga cargo del mando de esa ala, c o m o el jefe mas caracterizado que quedaba, i Pero al m i s m o tiempo noto, que los nuestros empiezan a I ceder abrumados por el número, insinuándose la dispersión | en diversos puntos de la línea de batalla. A impulsos de la ] desesperación que infunde la inminencia de nuestro desas: tre, tomo un estandarte peruano i procuro reunir a los i que se dispersan. N o consigo que me rodeen sino 20 a 25 ; hombres. Viendo lo estéril de mis esfuerzos, dejo el estan! darte a mi edecán, el coronel Exequiel de la Peña, a fin de ver si podia contener a los demás dispersos. Ya no es posi; ble. Entretanto, los batallones Colorados i Canevaro i j algunos otros restos de nuestro ejército, encerrados en un | semicírculo de fuego, se abren paso al través de las filas I enemigas i se baten en retirada, completamente destrozados. Encuentro a los señores Montero i corouel Veíanle, Jefe de Estado Mayor Jeneral del ejército peruano, quienes : me auuncian que ya todo parecía acabado sin remedio; que • la derecha i el centro se habi«n deshecho completamente i i peleaban en dispersión.

E n vista de nuestra impasibilidad i c o n o c i e n d o quizá nuestra resolución, los enemigos se decidieron por fin a avanzar, i lo hicieron lentamente hasta hacer uso, n o solo de las piezas de calibre m a y o r , sino también de los K r u p p i ametralladoras. L a dirección de d o n d e avanzaban f o r m a n d o una línea d e circunvalación, era nuestra ala izquierda, c o m o había previsto y o desde el principio; razón por la que c o l o q u é allí nuestras mejores reservas. R e p e n t i n a m e n t e i c u a n d o aun n o lo esperaba, n o t é que se había h e c h o pasar aquélla a la línea d e batalla i que se c o m p r o m e t í a el c o m b a t e por nuestra parte, r o m p i e n d o el fuego de rifles por el ala izquierda, antes de que el e n e m i g o se hubiera acercado lo bastante. Esto lo atribuí al escesivo ardimiento de nuestros soldados i a su carácter i m petuoso i precipitado. C o m o quiera que sea, c o m p r o m e t i d o allí el c o m b a t e i c o m o por una especie d e contajio magnético se estendió p o c o a p o c o al resto de la línea de batalla, hasta que por fin se h i z o jeneral. Eran las' 10 a 11 A . M. En estos momentos me dirijí bacía el ala derecha, i en una pequeña eminencia me encontré con el jeueral M o n t e ro que venia hacia el centro. N o s detuvimos allí un instante, por ser un sitio apropósito para observar en su mayor estension el campo de batalla. Era grandioso el cuadro que se presentaba a nuestra vista, i no pudimos menos que permanecer absortos en su contemplación. Quisiera poder describíroslo con los mismos colores i variados matices con que se ofreció a ¡ni vista. E n nuestro costado derecho donde el combate no era todavía muí encarnizado, el ala derecha de nuestra linea i la izquierda del e n e m i g o , presentaban el aspecto de dos inmensas fajas de fuego, c o m o envueltas por una especie de niebla iluminada con los tintes del crepúsculo de la mañana. E l centro, donde obraba con mas vigor la artillería enemiga, ofrecía el espectáculo de un confuso hacinamiento de nubes bajas, unas blancas i otras cenicientas, según que las descargas eran de K r u p p o de ametralladoras. El costado izquierdo, donde el combate era mas reciamente sostenido, no presentaba sino una densa oscuridad, impenetrable a la vista, pero iluminada de momento a momento, c o m o cuando el rayo cruza el espacio en noche tempestuosa. El tronar era horrible o. mas bien, no se oia mas que un trueno indefinidamente prolongado. En su conjunto era arrobadora, señores, la contemplación de este cuadro maravilloso, apegar de la íntima convicción de que su fondo no contenia otra cosa que la desolación i la muerte, disfrazadas con deslumbradores ropajes ( 1 ) . | A l mismo tiempo se me advierte la caida del jeneral Pérez, Jefe de Estado Mayor Jeneral del ejército aliado, Habiéndome separado del jeneral Montero, que quedó en aquel costado, volví apresuradamente al centro i, vien- ! quien habia sido herido en el fragor del combate i s u c u m do que el combate arreciaba cada vez mas en el ala izquier- bía lanzando vivas a la alianza. da, ordené que las reservas del centro pasaran allá, lo que j Juntamente con los señores Montero i V e í a n l e , i haciendo se verificó inmediatamente. un esfuerzo supremo, trato de contener a los que huyen, en una ceja de las caídas que dan vista a Tacna, para c o n Duraba ya algún tiempo el combate, recio i sangriento ducirlos en orden a esta ciudad. Y a no es posible. Arrastra» en el ala izquierda, cuando recibí un ayudante del coronel Camacho, que me pedia con instancia el batallón Colora- ! dos ya por el terror, ya nada escuchan i principian sn mar! cha. Eran las 3.30 P. M. (1) No se podía, en efecto, dejar de pensar con tristeza en el delirio de los Los enemigos dominaban las alturas i nos hacían alguhombres i de las naciones, que preparan esta especie de brillantes hecatom- ! 1

!

bes, cuando debieran preocuparse, especialmente en nuestra joven América, tan rica de porvenir, en aunar sus esfuerzos i su vida, i preparar las nobles batallas de la industria, de la actividad i de la intelijencia, que son las batallas que el progreso i la civilización modernas libran contra la ociosidad, la ignorancia i el espíritu vandálico de los tiempos pasados. (Estas mismas ideas Manifesté en el artículo que dirijí en 187b' al AUTÓGRAFO AMERICANO, colección publicada en Buenos Aires al siguiente año.)

(1) Esta escolta constaba de 18 jinetes que. por una deferencia especis!. iré habia cedido el señor jeneral Montero. Tres de aquellos fueron heridos i también el caballo del capitán Jésnpe, lo míe me hizo notar éste niciéndonu : " j e neral: mi caballo ha sido ya condecorado por el enemigo con una incita!]: , de honor." 1


596

GUERRA

DEL

nos disparos de artillería q u e alcanzaban a la ciudad de Tacna, hacia la que m e retiraba lentamente c o n los señores Montero i Velarde. A la entrada a aquella ciudad, el jeneral Montero se separó de mí manifestándome que iba a comunicar sus órdenes a Arica. U n a vez en la ciudad, indagué por el señor Solar, prefecto del departamento de M o q u e g u a , ( q u e era en realidad el alma de la política de L i m a ) i, al e n contrarle en la plaza principal, conferenciamos respecto a lo que se debia hacer. El m e espresó q u e su intención primitiva para el caso de un desastre había sido retirarse a Arica; pero que eso y a n o era posible ni tenia objeto, i q u e verificarían su retirada a P u n o por Torata. Y o , por mi parte, le dije que m e retiraba por Palca, d o n d e habia víveres i recursos enviados por Bolivia i podría reunir los restos del ejército boliviano que se retiraba por esa ruta. E n estos momentos, notamos que el e n e m i g o avanzaba i que eran mas vivos los fuegos sobre la ciudad; por lo que nos apresuramos a salir de ella t o m a n d o el c a m i n o de P a chía i San Francisco. E n este p u n t o se separaron de m í los señores Solar i Velarde, quienes se dirijian al lugar llamado Calientes, d o n d e , según avisos, se encontraba el jeneral Montero c o n un considerable n ú m e r o de dispersos peruanos. A l despedirme de ellos les espresé mi anhelo porque el desastre que acabábamos de sufrir no fuera parte a debilitar los vínculos de la alianza. Me correspondieron c o n igual manifestación, espresándome que creian que esos vínculos, lejos de debilitarse, se fortificarían, puesto que se habian sellado c o n la sangre derramada por ambos pueblos en el c a m p o de batalla. A l m i s m o tiempo m e espresó el señor Solar que se complacerían en trasmitir al señor Piérola los nobles c o n c e p t o s que acababa y o de espresarles. A las 6 P. M. llegué a Palca, d o n d e tuve c o n o c i m i e n t o de que habian pasado m u c h o s dispersos, por lo que resolví continuar la m a r c h a al dia siguiente, 27. a Yarapalca, tres leguas de aquel punto. E n c o n t r é allí, en efecto, m u c h o s de ellos i supe que por detrás venían m u c h o s mas. C o m o aquel era un punto apropiado para detenerlos i reunirlos, resolví permanecer allí i tomé las medidas n e cesarias para que ninguno pasara adelante.

PACIFICO.

honorable c o m i s i ó n i tengo el h o n o r de repetirlo ante v o sotros. D e s p u é s d e algunos días d e permanencia en C o r o c o r o i de haber dictado las medidas necesarias para acabar de reunir las tropas dispersas, m e e n c a m i n é a V i a c h a señalando este lugar c o m o p u n t o de reunión o cuartel j e n e r a l para t o d o el ejército, a fin de que se dirijiesen allí a l g u nos grupos que sabia venían todavía • en dispersión. Para t o d o evento, d e j é un cuerpo en C o r o c o r o c o n el objeto d e contener los dispersos que quedasen i de evitar los a b u sos que pudieran cometer libres de t o d o freno i represión. Por fin, el» 10 del presente tuve la satisfacción de entrar a esta ciudad, m e r e c i e n d o sinceras demostraciones de parte de este pueblo, siempre n o b l e i jeneroso. M U Í en breve tendré el gusto de presentar ante v o s otros i ante el pueblo los restos q u e se han salvado de nuestro ejército. Inmensos sacrificios i rudos trabajos m e h a costado, señores, el reunir i c o n d u c i r c o n orden esos restos, e s p o n i é n d o m e a riesgos aun mayores que los del c a m p o de batalla, c o m o podéis figurároslo, c o n s i d e r a n d o la larga travesía que ha habido que practicar c o n un ejército derrotado i desmoralizado por la m i s m a derrota. Pero esos sacrificios son insignificantes si se considera que se ha logrado salvar cerca de 1,000 hombres, es decir, una cuarta parte del ejército i 2 piezas de artillería, r e d u c i e n d o así nuestra derrota a las c o n d i c i o n e s de una honrosa retirada, c o m o os convencereis en vista de esos restos g l o riosos. Este es, señores, el m o d o c o m o se han desarrollado, d u rante mi dirección, los sucesos de esta campaña, que será célebre en los fastos de la historia americana, i que ejercerá una influencia trascendental en sus futuros destinos. Después de la relación que acabáis de escuchar, voi a hacer algunas reflecciones jenerales, a fin de que so j u z g e mi c o n d u c t a bajo el p u n t o de vista de las reglas del arte militar, antes, durante i después de la batalla del 26 de Mayo.

R e u n i d a en Yarapalca una buena parte de los restos del ejército i con c o n o c i m i e n t o de que las 2 piezas de artillería estaban ya en marcha, m e dirijí a C o r o c o r o el dia 29. Llegado a eso p u n t o recibí la c o m u n i c a c i ó n enviada por esta Soberana C o n v e n c i ó n a saludarme i poner en mi c o n o c i m i e n t o que y o habia sido olojido Presidente C o n s titucional de la República.

Desde luego, c o m o ya lo he h e c h o notar al principio, m i presencia en T a c n a reanimó los espíritus, inspiró c o n fianza, levantó los ánimos i, lo que importaba mas, c o n tribuyó poderosamente a fortificar los v í n c u l o s de la alianza, demasiado debilitados por entonces. Con las medidas que t o m é , tanto en el ejército c o m o en la organización del Estado Mayor Jeneral, se restableció la armonía en ambos ejércitos, i esto se hizo estensivo al pueblo mismo de Tacna. P u e d o decir (pie la alianza n o existia sino en el n o m b r e u oficialmente, pero no en el hecho. Y o logré restablecerla, h a c i e n d o cambiar por c o m p l e t o el aspecto que hasta entonces habian tenido las cosas. Esto era de importancia capital en aquellos m o m e n t o s , pues mal podría librarse una batalla c o n un ejército c o m p u e s t o de elementos de dos nacionalidades distintas, sin que hubiera perfecta armonía entre ellos. En cnanto a las posiciones qne adopté para el combate, eran a mi juicio inmejorables i las únicas qne se potlia elejir dada la situación en que nos encontrábamos. Para apreciar este punto, hai que partir del principio de qne la primera obligación que tenia que atender, era la defensa de las poblaciones de Tacna i A r i c a ; tanto porque esto se habia ordenado espresaineute por el señor Piérola, cuanto porque esos dos puntos constituían precisamente los objetivos priucipales de la campaña en aquellos momentos. ( 1 ) El ejército aliado estaba situado allí con el fin esclnsivode defenderlos, i el ejército invasor venia a apoderarse de ellos.

Al recibirla, quedé sorprendido i profundamente r e c o n o c i d o por el h o n o r que so m e dispensaba. F u é para m í un lenitivo en la inmensa angustia que destrozaba mi c o razón, después del terrible desastre que habíamos sufrido. Esa muestra espléndida del reconocimiento de mis esfuerzos i sacrificios, a u n q u e desgraciados, m e c o m p r o m e t i ó aun mas desde ese m o m e n t o a consagrar sin reparo los clias que m e quedan de vida al servicio de esta patria tan querida i hasta aquí tan desgraciada. Así lo espresé a la

(1) Desdo que inc liiee cargo del ejército aliado, el señor jeneral Montero me manifestó que tenia instrucciones especiales del Gobierno de Lima para no abandonar bajo pretesto alguno nuestra base de operaciones, que la constituían Tacna i Arica. Posteriormente he recibido, en efecto, un oficio fechado en Lima, a "29 de Abril de 1S80, en el que el señor Secretario de Estado en el despacho de guerra, entre otras cosas, me dice lo siguiente: " E l mencionado Jeneral en Jefe (señor LizarJo Montero,) ha tenido instrucciones especiales de S. K. el Jefe Supremo de la República, comunicadas por esta secretaría, en las cuales se lo señalaba como objetivos principales: 1. la defensiva absoluta de Tacna i A r i c a ; i 2. ° la defensiva ofensiva de las alturas de M o q u e g u a . — ( F i r m a d o ) . — M i g u e l Iglesias."

Inmediatamente c o m u n i q u é a la Soberana C o n v e n c i ó n los sucesos ocurridos mediante el parte oficial de que tiene c o n o c i m i e n t o . E n aquel m i s m o punto recibí noticias de que 2 cañones K r u p p , que salvaron del c a m p o de batalla i fueron c o n d u c i d o s hasta San Francisco, habian quedado allí por falta de arrias. Ordené que inmediatamente se recojieran todas las muías que hubieran en el lugar, principiando por las mias, i envié al coronel L u c i n d o Rovilla a traer los cañones. R e c i b í también un oficio del jeneral Montero, datado en el pueblo do Calientes, en el que m e pedia órdenes respecto a lo que debia hacer. Contéstelo que debia sujetarse a las órdenes e instrucciones del G o b i e r n o de Lima, puesto que yo habia dejado el carácter de Jeneral en Jefe dol ejército u n i d o que había desempeñado.


CAPITULO

Abandonarlos, pues, era rendirse sin combatir, puesto que se entregaban al enemigo las plazas que codiciaba. Por otra parte, ese abandono habría sido mui mal visto i aun resistido por los peruanos, i lo habrían atribuido a móviles indignos de parte de los boliviauos; tauto mas, cuanto que eu el ejército predominaba el espíritu boliviano. Bajo este supuesto, no podían haberse elejido mejores posiciones que las adoptadas, porque una vez establecido aquel objetivo primordial, eran las mas apropiadas para resistir al enemigo i neutralizar eu parte la inmensa superioridad de sus fuerzas i elementos. E n efecto, pude conseguir desde luego, que no pudiera obrar su poderosa caballería, pues a ese respecto, como lo hice notar al principio, la posición era mui ventajosa. E s t á b a m o s situados en un paraje dominante i teníamos perfectamente resguardados los flancos de nuestra línea de batalla por unas hondanadas, que hubiera sido difícil flanquear, por lo medanoso del terreno. Así es que aquella quedó casi inutilizada, pues no habría podido obrar eu aquel terreno, por nuestros flancos, sin esponerse a un fracaso. Con una carga por aquellos terrenos quebrados i medanosos, los caballos hubieran llegado sumamente fatigados i no habrían podido resistir el choque ni de una guerrilla. P o r esto es que el enemigo no intentó siquiera obrar con la caballería, sino por nuestra ala izquierda i casi de frente, mas nunca de flanco ni mucho menos por nuestra retaguardia, que estaba igualmente resguardada. La artillería enemiga t a m p o c o p u d o obrar a su satisfacción, a lo m e n o s en u n principio. O c u p a n d o nosotros la cima de una meseta, c o n una ceja bastante pronunciada por delante i c o n esplanadas o glacis al frente del enem i g o i a nuestra retaguardia, nuestras dos líneas de batalla, i aun las reservas, eran invisibles para el e n e m i g o i permanecieron así hasta que se encarnizó el c o m b a t e i nuestras tropas salieron de sus posiciones; de manera que c u a n d o e m p e z ó el c o m b a t e n o presentábamos blanco alg u n o p r o n u n c i a d o a los disparos del enemigo, especialm e n t e a los de su artillería, que, por su poder, habría bastado para deshacernos en cualquiera otra posición (1). Estas c o n d i c i o n e s contribu} eron también a favorecer nuestra retirada, que sin ellas, hubiera sido casi imposible; p o r q u e , sin la protección del terreno, le hubiera sido m u i fácil al e n e m i g o rodearnos c o m p l e t a m e n t e c o n sus n u m e rosas huestes. Bajo el p u n t o ele vista estratéjico, la posición era, pues, favorabilísima i satisfacía a las prescripciones f u n d a m e n tales del arte militar (2). r

( 1 ) Prensa chilena.—Hé aquí sus apreciaciones respecto al rol que cupo a la artillería i caballería del ejército de Chile en el combate: " N o desempeñó, pues, la artillería, en la batalla del 26, el importante papel a que estaba llamada i que el buen sentido del ejército entero le habia designado desde la partida de Yaras. Allí todos,... creían que nuestra numerosa i bien servida artillería iba a ser el principal elemento que emplearíamos para batir al enemigo en sus atrincheramientos." " S i sucedía lo primero, nuestra caballería, compacta i unida, debía perseguir inmediatamente al enemigo hasta dispersarlo por completo... "Los infantes estaban humillados... mientras jinetes i artilleros se pavoneaban con la gloriosa faena que les esperaba. "Después del combate, cambiaba el aspecto de las cosas. Eran los jinetes i los artillei-os los que se manifestaban como avergonzados con el pequeño papel que habian desempeñado en la jornada." (Del corresponsal de El, M E R C U R I O de Valparaíso, núm. 1 5 , 9 7 7 , páj. 2. , col. 3. <") (2) Dice la misma prensa chilena: " D e Este a Oeste está surcado el terreno por leves ondulaciones, paralelas a la quebrada de Tacna, ondulaciones que dejan entro sí anchos montículos, por cuyas faldas es aun mas arenoso el terreno i por lo mismo mas fatigosa la marcha. A la izquierda o sea hacia el lado de los cerros, no son tan marcadas estas zanjas; pero en la estrema derecha de nuestra línea llegan a formar estensos fosos o fortificaciones naturales que ha aprovechado hábilmente el enemigo. " s

" E l campamento atrincherado del enemigo, que dista de Tacna dos leguas i media, hace honor al jeneral Canillero, que lo elijió, i es un lugar que se presta fácilmente para una larga, obstinada i ventajosísima defensa." " Y a a los 20 minutos de aquella acelerada marcha se oia la respiración jadeante i fatigosa do nuestros sufridos infantes. El sol, la sed, el arenoso suelo principiaban a acobardarlos mas que las balas del enemigo"... (Del corresponsal de E L M E R C U R I O de Valparaíso, núm. 1 5 , 9 7 1 , páj. 2. , cois. 6. i 7. d

51

RT

OCTAVO.

.597

Otra circunstancia especial de que d e b o hacer mérito es, que la ceja d o n d e estaba trazada nuestra línea de batalla, presentaba una semi-curva, c u y a parte c o n v e x a o saliente daba al enemigo, i la cóncava a nuestra retaguardia. H a b i a y o a p r o v e c h a d o de esta forma en consideración a la superioridad n u m é r i c a del enemigo, a fin de que tuviera él necesidad de estender sus fuerzas en u n espacio m u c h o m a y o r , debilitándolas, por consiguiente, si q u e ría abarcar toda nuestra reserva. D e este m o d o también nosotros podíamos obrar por detrás de nuestra línea c o n suma rapidez, mientras q u e ellos tenían que hacer sus m o v i m i e n t o s m u i lentos i tardíos por detrás de la suya. Esto, agregado al relieve de la ceja del terreno, nos daba m u c h a ventaja, sea para m o v e r la segunda línea en cualquiera dirección, sea para trasladar reservas de u n lado a otro, libres del fuego e n e m i g o i fuera de la vista de aquél; al m i s m o tiempo que, d o m i n a n d o nosotros el declive o glacis que se desprende de la meseta, n o perdíamos n i n g u n o de sus m o v i m i e n t o s (3).

N Ó M I N A D E LOS O F I C I A L E S D E L

EJÉRCITO D E

CHILE

TOS I H E R I D O S E N L A B A T A L L A D E L CAMPO D E

Batallón

MUER-

LAALIANZA.

Atacama.

Oficiales muertos.—-Ayudante, Moisés de A r c e , capitanes: Meliton Martínez i R . Torreblauca; subteniente, G u a l terio Martínez. Oficiales heridos.—Capitán, José M. P n e l m a ; tenientes: Alejandro Arancibia, "Washington Cavada, Ignacio Toro i Juan R a m ó n T o r o ; subtenientes: A b r a h a m Becerra i E u j e uio Martínez. Muertos de tropa, 78. Heridos de id., 205. Batallón

Chacabuco.

Oficial contuso.—Subteniente, V í c t o r Luco. Muertos de tropa, 9. Heridos de id., 31. Rejimiento

Santiago.

Oficiales muertos.—Sarjento mayor, Silva A r r i a g a d a ; subtenientes: Carlos Severin, A m a d o r Pinto i E m i l i o Calderón; aspirante, Ernesto Heury. Oficiales heridos graves.—Comandante, Estanislao L e ó n ; teniente, José D o m i n g o F e r r a u ; subtenientes: Antonio A l berto Cervautes i Manuel Benitez. Oficiales heridos leves.—Capitán, Marcelino D i n a t o r ; teniente, Nicasio G. Torres; subtenientes: V í c t o r Brnnett, Juan P. Rojas, Osvaldo Ojeda i Fernando Graidele. Oficiales contusos. — Comandante, Francisco B a r c e l ó ; teniente, Luis Leclaret; subteniente, Francisco R . R a m í r e z : abanderado, P o m p e y o del Fierro. Muertos de tropa, 77. Heridos de i d . , 2 1 9 . Rejimiento

de Artillería

de

Marina.

Muertos de tropa, 9. Heridos de id., 1-1. Batallon

Coquimbo.

Oficial muerto.—Subteniente, Clodomiro Várela. Oficiales heridos graves.—Capitán, Federico Cavada; (3) Prensa chilena.—"Fueron los Zapadores colocados junto al Atacama, los que mas comprometidos estuvieron, atacando el centro junto con los sacrificados cuerpos de la segunda división. En aquella parte el enemigo ocupaba, como hemos dicho, posiciones ventajosísimas, i estaba mandado por el jeneral boliviano Campero, que hasta el dia antes habia sido Jeneral en Jefe del ejército aliado. " L a mayor parte de las tropas del centro pertenecían también al ejército bolivia.no, i las ametralladoras, colocadas allí en la misma línea de infantería —como hubieron debido estarlo las nuestras— eran hábilmente dirijidas contra nuestras filas." (De

EL MERCURIO,

páj.

2.

col.

1.

f'}


598

CUERRA

DEL

subtenientes: Manuel M . Masnata, Juan G. Varas, Canpolican Iglesias, A n t o n i o Urqueta i Carlos Ansieta. Oficiales heridos leves.—Comandante, Alejandro G o r o s tiaga; capitán, Francisco Aristia. Oficial contuso.—Capitán, Crisólogo Orrego. Muertos de tropa, 22. Heridos de id., 105. tejimiento

de

Zapadores.

Oficiales muertos.—Comandante, Ricardo Santa C r n z ; capitau, Rudecindo M o l i n a ; subteniente, Victoriano Salinas. Oficiales heridos.—Capitán, Abel L u n a ; subtenientes: Jacinto M u ñ o z , Juan A . Maldonado, Benjamin Poblete i R o d o l f o Villar. . _ ' Oficial contuso.—Capitán, Rafael Granifo. Muertos de tropa, 30. Heridos de id., 39. Hejimiento

Lautaro.

Oficial muerto.—Subteniente, A d o l f o Y á v a r . Oficiales heridos graves.— Capitanes: J o s é Z a r a t e i N i cómedes Gacitúa; subtenientes: José de la Cruz Barrios i Severo Rios. Muertos de tropa, 16. Heridos de id., 54. Contusos de id., 3 2 . Cazadores

del

Batallón

núm. 2 de

Artillería.

Hejimiento

Granaderos

Pon

línea.

a

caballo.

toneros.

Muertos i heridos, 2 3 . 2. °

Carabineros

de

Yungai.

Herido, 1. RAZÓN

DE

LAS

BAJAS DEL

DEL

EJÉRCITO

CAMPO

PRIMERA

núm. 1.

Oficial herido.—Subteniente, Miller A l m e i d a . Heridos de tropa, 6.

de

Muerto.—Alférez, Aspillaga Yávar. Contusos.—Mayor, David M o r a n ; capitán, R o d o l f o V i Hagran. Muertos de tropa, 10. Heridos de id., 2 3 .

BATALLA

de Yungai

2. °

Oficiales muertos.—Capitán O l i v o s ; subteniente E c h e verría. Oficiales heridos.—Capitanes: Concha i C a n t o s ; tenientes: Olmedo i Párraga; subtenientes: Aguilera, Arrieta, Vintagres, R a m í r e z , Valverde i Necechea. Oficiales contusos.—Mayor Garreton; subtenientes: V i j i l , Zañartu i Gacitvia. Muertos de tropa, 28. Heridos de id., 185.

Heridos de tropa, 18. Carabineros

Chillan.

Oficiales muertos.—Juan Manuel J a r p a ; subtenientes: Manuel Urrntia i A b r a h a m Reyes Bazo. Heridos graves.—Capitán, H o n o r i n d o A r r e d o n d o ; s u b tenientes: Ernesto Jiménez G o n z á l e z , Fraucisco J . Rosas, R o b e r t o Serredei Borne i Nicolás Y á v a r J i m é n e z . H e r i d o leve.—Comandante, José A . V a r g a s Piuochet. Mnertos de tropa, 2 2 . Heridos de id., 77.

Desierto.

Oficiales heridos.—Comandante, Hilario B o u q u e t ; capitán, Jorje Porras; teniente, Santiago Barbosa; subtenient e , José G. P é r e z . Muertos de tropa, 5. Heridos de id., 38. Hejimiento

PACIFICO.

DE

LA

CHILENO

EN

LA

ALIANZA.

DIVISIÓN. Muertos.

Heridos.

Total.

49 28 68 25

104 74 170 83

153 102 238 108

34 82 83

199 236 213

233 318 296

10 9 25

15 14 118

25 23 143

Oficial muerto.—Capitán, Ricardo Olgnin. CUARTA DIVISIÓN. Oficiales heridos graves.—Tenientes: Miguel Sanhneza i José María García. Zapadores 33 Oficiales heridos leves.—Ayudante, Felipe S. A r t i g a : Lautaro 48 subteniente, A m a d o r Ferreira. ! Cazadores del Desierto 5 Muertos de tropa, 26. RESERVA. Heridos de id., 70.

113 58 39

146 106 44

Batallón

de

Navales.

Oficial muerto.—Juan Gillman. Oficial herido grave.—Capitán, Guillermo Carvallo. Oficiales heridos leves.—Coronel, Martiniano U r r i o l a ; capitanes: Reinaldo Guarda, Pedro Elias Beytia i R o b e r t o S i m p s o n ; teniente, Enrique D é l a n o ; subtenientes: M i g u e l Valdivieso AV. i Enrique García. Muertos de tropa, 42. Heridos de id., 60. Batallón

Regimiento

Valparaíso.

Esmeralda.

Navales Valparaíso Esmeralda Chillan.. SEGUNDA

DIVISIÓN.

2 . ° delinca Santiago Atacama TERCERA DIVISIÓN.

Artillería de Marina Chacabuco Coquimbo

Bnin 3.°

Oficiales muertos.—Teniente, Aníbal Guerrero; subte- 4 0 niente, José Santos Moutalva. Búlnes Oficiales heridos.—Sarjeuio mayor, Enrique C o c k e ; capital). Juan Rafael Oval le; teniente, Arístides P i n t o ; s u b - j CUERPOS tenientes: Jerman Baibontin, Mateo Bravo Rivero, Juan \ Rejimieuto de Granaderos de Dios Santiago, Luis Ureta i Julio Padilla. Escuadrón Carabineros Oficiales contusos.—Teniente, José Antonio Echeverría; 2, subteniente, Antonio Echeverría. i' Pontoneros Muertos de tropa, 66. ¡ Artillería Heridos de id., 160. Total

•••

5

&

4

4

6

6 2

2

SUELTOS.

10

0

9

24 1 14 I

34 1 23

1,509

2,027

7

518

1

7


CAPITULO OCTAVO.

599

TERCERA DIVISIÓN.

R E S U M E N POR D I V I S I O N E S .

1. ° A m e n g u a l 2 . ° Earceló 3. ° Amunátegui 4 . ° Barbosa... Reserva jeneral Granaderos 2 . ° de Carabineros Pontoneros Artillería

601 bajas 847 „ 191 „ 296 „ 17 „ 34 ,, 1 „ 23 ,, 17 „

Total

Comandante jeneral, coronel Belisario Suarez, herido. Pisagua

núm. 9.

Muertos.—Sarjentos mayores: V . Espiuosa i M. M a t e a s ; capitanes: F. Dalona i J . V i l l e n a ; teniente, C. Moor. Heridos.—Teniente coronel, J . L. E s p i n o s a ; capitán, M . Oyauguren; tenientes: C. Chocano, J . C. Zegarra, I. Cuadros, C. V i d a l , R . R. Morales i C. R o d a s ; subteuiente, I . R i v a s ; ciudadano inspector, Mariano de los Santos (el que tomó la bandera del 2. ° de línea en T a r a p a c á ) .

2,027 bajas

Según el resúmeu enviado desde Arica por el Estado Mayor chileno a la Inspección del ejército, las bajas totales están resumidas del m o d o siguiente:

Arica

núm.

27.

Muertos.—Teniente coronel, l . jefe, Julio capitán, M. M o n j e ; subteniente, N. Salas. e r

OFICIALES.

Maklean;

CUARTA DIVISIÓN.

Muertos Heridos

25 89

Muerto.—Comandante jeneral, coronel Jacinto Mendoza. Victoria

Total

114

núm.

7.—Huáscar.

M u e r t o s . — l . jefe, coronel Belisario Barriga; 2. id., mayor R u e d a ; capitanes: Silva, Toledo i J i m é n e z ; subteniente, Pérez. H e r i d o . — M . Valdivia, cr

TROPA.

Muertos

409

Heridos

1,284

RELACIÓN DE

LAS

PERUANO

EN

PRINCIPALES LA

BATALLA

QUINTA

1,693 1,807

Gran total... BAJAS

DEL

DEL

CAMPO

LA

ALIANZA. PRIMERA

DIVISIÓN.

Heridos.—Jeje de detall, teniente coronel Federico M. Barreto; capitán, B. Barrios. Ayacucho

EJÉRCITO DE

c

DIVISIÓN.

núm. 3.

Muertos.—Capitanes: G. Prado i J . M. Salas; teniente, C. B e l a n d o ; subtenientes: J . L ó p e z , E. Paz-Soldan i L . Molina. Heridos.—Teniente coronel: 2 . ° jefe, C. Vila i 3 . j e fe, D . A r a u c o ; mayor, A . Salcedo; capitanes: O. Correa, L. Herrera, M . Carreño, A . Tarsabuada i J . Snarez; tenientes: J. Carreño, G. Tafur i L. V a s q u e z ; subtenientes: M. H i d a l g o , D . Silva, H . Fernandez, S. Gutiérrez, P. Toscano i M. Delpino. e r

Batallón

Lima

núm.

11.

Muerto. —^arjento mayor, 4. ° jefe, F. Salguero. H e r i d o s . — C o m a n d a n t e , 3 . " jefe, J . V i z c a r r a ; m a y o r , M. Calderón; capitán, M. Lizárraga; tenientes: G. C h a riarse, M. García, M. Mondeñedo, J . Silva, P. Vargas, J . Urbina, M. Valdes i E . M a l d o n a d o ; subtenientes: A . A l a r con i S. Cañe. Granaderos

del Cuzco núm.

19.

Muertos.—Capitanes: S. Vasquez i F. A g u i r r e ; tenientes: J . Cuadros, N. Alvarez i A . Flores. Heridos.—Sárjente mayor, F. Sagasta; capitanes: I. J . Barreto i J . Rivera; subtenientes: B. Guevara i José Nuñez. SEGUNDA

DIVISIÓN.

Comandancia

Jeneral.

Muertos.—Ayudante capitán, L. C h a c o u ; Jefe de detall, I. S. Crespo. Heridos.—Subtenientes: M. Vargas i M. Cabello. Batallón

Zepita.

Muertos.— J. jefe, teniente corone!, Garlos L l o s a ; s u b teniente, Q. R o d r í g u e z ; tenientes: T. Berenguer i R . P a lomino. Heridos.—Sarjen tos mayores: M . de la Haza i R . L l o s a ; capitanes: Pedro Suarez i G. D e l g a d o ; subtenientes: I. A. Torrea P a z , S. R o d r í g u e z , J . Se pul veda, I. del Mar, F. Calvo, E. Padilla, A . Barrenechea, B. Suarez, TV. L a - R o s a i M. A c e v e d o ; agregado, E. Rodríguez Prieto. er

Cazadores

del

Misti.

M u e r t o s . — l . jefe, coronel, S. L u n a ; tenientes: P. L ó pez, E. Camacho i S. Cárdenas. H e r i d o s . — 3 . " jefe, sárjente mayor, C. T. I g a r z a ; capitanes: M. Vera i P. Barrios; subteniente, N. Galdos.

Arequipa Herido.—1 .

c r

núm. 17.

jefe, teniente coronel José Iraola. SESTA D I V I S I Ó N .

Cazadores

del Rimax

núm. 5.

Muertos.—l. * jefe, coronel Víctor F a j a r d o ; capitán, L. V e l a r d e ; tenientes: José Sologuren i Oquendo. Heridos.—Sarjentos mayores: L. Nieves i M. Cáceres; tenientes: O. Causeco, J . Balauude, E . Pastor, C. P a z , L. S o l o g u r e n ; subtenientes: T. Daza, J . M. Casos; teniente, José R . Pizarro; subteniente, B. A r ó s t e g n i ; ayudante de detall, J . Fajardo. Lima núm. 21. cl

H e r i d o s . — A y u d a n t e mayor, teniente Plasencia; tenientes: A . Bustos, E . V a r g a s , Ramírez, A. Acervi, R . E s p i n o sa i A . Canseco. DIVISIÓN JENDARMES DE TACNA.

Columna

Jendarmes.

H e r i d o . — l . j e f e , teniente coronel Napoleón Aidal. o r

Columna agricultores Muerto.—l.

cv

de

Para..

jefe, Samuel Alcázar. Co lian na

Artesanos.

cr

Casi toda la oficialidad. Esta división lia quedado completameníe destrozada, razón por la que no tenemos lo? datos suficientes.


600

GUERRA

DEL

Artillería de campaña. Heridos.—Capitanes: E . Bodero i Á g u i l a ; teniente, Castil l o : alférez, Zenteno. CABALLERÍA.

Húsares. Muertos.— 2. ° jefe, teniente coronel L. R e i n a ; 3 . " jefe, sárjente mayor Birne, teniente, J. Peña. Soldados muertos i heridos, 50. Este escuadrón no se componía sino de 106 hombres.

Guias. E l señor coronel Méndez, teniente coronel Salcedo i c o ronel Nieto, merecen los mayores aplausos por su buen comportamiento.

RELACIÓN EN

D E

TACNA,

LOS

PRINCIPALES

CON INCLUSIÓN

BOLIVIANOS

D E

ALGUNOS

PRISIONEROS PERUANOS.

Jeneral, Claudio A c o s t a . Coronel, Ildefonso Murgnia, Id. Exequiel de la Peña. Id. A d o l f o Flores. Id. Andrés R í o s . Teniente coronel, R o d r i g o Caballero. Coronel, A n j e l Sarco, edecán del señor Campero, l . ayudante del Estado Mayor, boliviano. Id. Gavino Morgado, l . ayudante del Estado M a yor, peruano. Id. José Avila, ayudante de E s t a d o Mayor de la primera división, boliviano. Id. Nicanor Bacca, boliviano. Id. Corsino Balsa, comisario del ejército boliviano. Teniente coronel Julio Carrillo, rejimiento Libres del Sur, boliviano. Id. Manuel S. Latorre, infantería peruana. Id. José Quintín R n i z , batallón Chorolque, boliviano. Id. Manuel Ponce de León, batallón 5. ° de línea, p e ruano. Sárjenlo mayor, Exequiel Aldnnate, rejimiento artillería, boliviano. Id. Felipe Candióte, batallón Arequipa, peruano. Id. Martin Murga i Cortillo, batallón Huáscar, peruano. Capitán, José S. Solares, ayudante del coronel Camacho, boliviano. Id. .Francisco Paja i Salas, ayudante del Estado Mayor Jeneral, peruano. Id. Bernardino Zavala, batallón Arica núm. 27 id. Id. Enrique de Latorre, escuadrón Húsares,boliviano. Id. Manuel A . Salazar, rejimiento Húsares de Jnnin, peruano. Id. Manuel A . Ollongnra, batallón Pisagua núm. 9, id. Id. Belisario Frias, rejimiento Artillería, boliviano. I d . Hilarión Alvarez, batallón 5. de línea, id. Id. graduado, Rafael Saenz, Provisional L i m a , peruano. I d . Manuel S. Morales, rejimiento Libres del Sur. b o l i viano. Id. Manuel J . García, batallón L i m a núm. 11, peruano. Teniente, Mariano S. Salas, batallón Arica núm. 27, id. Id. A b e l Bergan, Jeudarmes de Tacna, id. I d . Antonio R o d r í g u e z , batallón A r o m a , boliviano. Id. 1 . ° David José Zapata, Artillería de Bolivia, id. I d . id. Marcos Sónico, rejimiento Vanguardia de Cochabamba, id. c r

er

c

Id., id. Felipe Gárate, batallón Arequipa núm. 17, p e ruano. Id., id. Pedro P. Tapia, batallón 5. ° de línea, id. Id., id. José María Osorio, id. Arica núm. 27, id. Subteniente, Luis González, rejimiento Libres del Sur, boliviano Id. Leoncio Zavaleta, batallón A y a c u c h o núm. 3, p e ruano.

PACIFICO

I d . José Miguel Gamarra, batallón Arica núm. 27, id. Id. Enrique J o n i g , Jendarmes de Tacna de L i m a , id. Id. Carlos Conrroy, batallón Provisional de línea núm. 1, id. Id. A m a d e o González, rejimiento Murillo, boliviano. Teniente, Gaspar Tafur, de id. Id. Heraclio Fernandez, de id. Capitán A d o l f o Forzaboada, de id. Subteniente, Mariano R . H i d a l g o , de id. Teniente, Tomas Espinosa, del batallón Nacionales. Subteniente, Telésforo Daza, Cazadores de Lima. Teniente, Guillermo Chariarce, batallón L i m a núm. 1 1 . Id. Tomas Mondoñedo, de id. I d . Felipe Urbina, de id. Subteniente, Saturnino Cano, de id. Capitán, Fermín Dalon, batallón Pisagua núm. 9. I d . Juan F. Barreto, Granaderos del C u z c o , núm. 10. Subteniente, José E. del R i s c o , batallón A r e q u i p a núm. 17. Capitán Manuel Carreño, batallón A y a c u c h o núm. 3. Subteniente, D i e g o Silva, del m i s m o cuerpo. Teniente, José Mercedes Peña, de los Húsares de Jnnin. Teniente coronel, A n s e l m o Fernaudez, del batallón A r e quipa n ú m . 17. I d . José María Cabezas, rejimiento Artillería, id. I d . Daniel V e r a , rejimiento Mnrillo, id. I d . Manuel F. Hurtado, batallón A y a c u c h o núm. 3, p e ruano. I d . Nicanor Jordán, batallón A r o m a , boliviano. Id. Julián A . L ó p e z , batallón T a n j a , id. Id. Meliton Layeres, rejimiento Libres del Snr, id. I d . Faustino Velasco, rejimiento Cuzco núm. 19, peruano. I d . Francisco Espinosa, empleado en la secretaría del Jeneral en Jefe, boliviano. I d . Alejandro R í o s , batallón 5. ° de línea, boliviano. I d . Nicasio Camacho, rejimiento M n r i l l i , boliviano. Id. Lnis Medrauo, rejimiento Misti, peruano. Alférez, Lnis Zeuteno, rejimiento artillería, id. I d . Daniel Alfaro, ayudante de la comandancia, tercera división, id. Ayudante, Eduardo Montes, peruano. Paisano, Jorje Olmos, boliviano. Id. José Manzanares, secretario del jeneral Montero, p e ruano. Id Manuel B. Sañudo, oficial de secretaría del jeneral Montero, id. Id. José Santana, oficial de la caja fiscal, id. Subteniente, José Pedro Pérez, batallón A r o m a , boliviano. Tacna, Junio 2 de 1880. OTTO

NÓMINA

D E

BOUVIA,

LOS

PRINCIPALES

PRISIONEROS

EN TACNA,

EN

CON ALGUNOS

HERIDOS

LAS

DEL

MOLTKE.

EJÉRCITO

AMBULANCIAS

D E

SU

DE PAÍS

PERUANOS.

Coronel boliviano, Eleodoro Camacho, de Inquisive, herido en la ingle i en el vientre. Teniente coronel, José Manuel Pando, 2. ° jefe del rejimiento de Artillería, natural de L a P a z , herido en el brazo izquierdo. Capitán del batallón Chorolque, Benito Corral Alcérreca, de Sucre, herido en el pié derecho. Capitán del batallón T a n j a , Camilo Porcel, de Sucre, herido en el hombro izquierdo. Teniente 1 . ° del batallón A r o m a , José Osear Pinto, de Ornro, herido en el pié derecho. Subteniente del batallón Viedma, Felipe R i v a s , de Sucre, herido en el h o m b r o izquierdo. Capitán del id., A n s e l m o Pinilla, de La P a z , herido en la cadera izquierda. Comandante del rejimiento Libres, Néstor Diaz R o m e ro, de L a P a z , herido en la pierna izquierda.


CAPITULO

OCTAVO.

601

Teniente 2. ° de l¡i Vanguardia de Cocha bamba. Carlos Manuel Porcisa, paisano, ayudante de campo del c o F . Soria, herido en el h o m b r o izquierdo. mandante en jefe, herido en el brazo derecho. Sarjento mayor Apolinario Salcedo, del batallón A y a c u Subteniente, Braulio Gnzman de id., herido en el brazo cho núm. 3. derecho. Sárjenlo mayor del batallón Gran, Isaac L ó p e z , de C o chabamba, herido en la rodilla derecha i en la pierna i z LISTA D E L A R M A M E N T O I PRINCIPALES PERTRECHOS T O M A quierda. Coronel, Melchor G u z m a u , de Cochabamba, rasmillón en la ceja izquierda, Mayor, 3.' jefe de Húsares de Junin, de Lima, Guillerm o Birue, herido en la pierna derecha. Subteniente del batallón Gran, Francisco Bazoberri, de C o c h a b a m b a , herido en el costado izquierdo. Teniente 1. ° , Marcial Divas, del batallón Grau, de C o chabamba, herido en el muslo derecho. Subteniente, José M . Ponce, del rejimiento Libres de Sucre, herido en el muslo derecho. Subteniente del batallón 1. ° , Alejandro Castillo, de L a P a z , herido en el h o m b r o derecho. I d . del batallón Grau, Manuel J . A ra neo, de Punata, herido en el pulmón derecho. Subteniente del rejimiento Libres, Manuel M . Parrado, de Oruro, herido en el brazo derecho. Subteniente del batallón Padilla, Gregorio V . García, de Cochabamba, herido en el vientre. Capitán del rejimiento de Artillería, Elias Boders, de Tumbes, con el brazo izquierdo fracturado. Teniente 1. ° del Imtuilou L o a , Gregorio Gandarillas, de Cochabamba, herido en una rodilla. Comandante, Juan Pérez, del batallón Grau, de L a P a z , herido en la pierna izquierda. Subteniente, del batallón i . ° Antonio Sucre, de Sucre, herido en el pecho.

D O S A L EJÉRCITO A L I A D O E N L A B A T A L L A D E L C A M P O D E LA ALIANZA.

4 cañones K r n p p de montaña, reformados, ú l t i m o m o delo. 4 id. Blakley de montaña, de a 4 libras. 2 id. id. de campaña, de a 12. 5 ametralladoras Catling. 1 id. de dos cañones. 4 a 5,000 rifles Peabody, R e m i n g t o n i Chassepot, l l a m a do peruano. 15 carabinas de distintos sistemas. 34 lanzas de caballería, algunas con banderolas. 202 cajones municiones Comblain, tomados por los peruanos cuando la camptura del Bimac, i recobrados en Tacna. 145 cajones granadas K r n p p . 0 obturadores id. 1 barril pólvora para granadas id. 3 cajones espoletas. 1 id. estopines. 75 cajas de guerra para cañones K r n p p , enteramente nuevas. 1 cajón atacadores. 5 id. municiones Blakley. 3 cureñas de repuesto. 320 cajones municiones Remington. id. Peabody. 78 ' id. Teniente 1. ° , de id id., Miguel Ortuno, de Cochabamba, 27 id. id. Chassepot peruano. herido en la muñeca izquierda. 1 id. id. carabina Evans. Capitán, del escuadrón Vanguardia de Cochabamba, Z e 2 id. id. id. Shneider. nou Cosió, do id., herido en la muñeca izquierda. 3 id. id. fusil Minié. Teniente 2. del batallón Viedma. César Méndez, de 3 id. id. Chassepot antiguo. Cochabamba, herido en el pié izquierdo. 70 corazas de bronce. Capitán, A d o l f o Vargas del rejimiento Libres de Potosí, A d e m á s se recojió mía buena cantidad de cebada, maiz, herido en en pecho. Subteniente del id. id., Ricardo Berdecio, de Potosí, h e - forraje, 170 pares calzado del llamado cochabambiuo, a l gunos cajones de aguarrás, barriles, odres i fondos para rido en el hombro derecho. Teniente 1. ° del batallón 2. ° Hijinio Unzueta, de L a rancho, estos últimos ya en servicio en los hospitales de sangre. P a z , herido en el brazo i pié izquierdos. ;r

c

Teniente coronel, Felipe Ravelo, 2. jefe del batallón 1. ° , de Sucre, herido en la pantorrilla i muslo izquierdo. Comandante, Zenon G. Zambrano, del batallón V i e d m a , de Cochabamba, herido en el cuello. Teniente corone!, Mariano Calv¡montes, 2. ° jefe del b a tallón Tarija, de Sucre, herido en la pierm. izquierda. Mayor graduado del batallón 1. ° , Juan Reyes, de S u cre, herido en el brazo izquierdo. Subteniente del batallo» 1. , León Flavio R i c o , de C o chabamba, herido en la pantorrilla izquierda. Sarjento mayor del batallón Padilla, Manuel Cordero, herido en la pantorrilla i pierna derecha. Teniente 2. ° del batallón Chorolqne, Gualbei to R u i z , de Buenos Aires, herido en los testículos i tres heridas mas en la pierna izquierda. Mayor graduado del batallón Padilla, Julián P a z . d e T a rata, herido en la pierna izquierda i nalga derecha. Teniente 2. ° del batallón Tarija, José B. Otermiu, de Cochabamba, herido en la rodilla derecha. Id. 1. ° ayudante mayor del batallón Loa, Santiago E. de Guerra, de Taliua, herido en el pié derecho. Id. 2. del escuadrón Escolta, Juan C. de la Quintana, de Potosí, herido en la pierna derecha. Teniente coronel 2. j e n ' del batallón 2. Néstor B u llivian, herido en la pantorrilla derecha. Comandante. 4. ° jefe del rejimiento de Artillería, A d o l fo Palacios, de Cochabamba. herido en el brazo del echo. Teniente 2. del batallón Viedma, Agustín Claros, de Cochabamba, herido en la pantorilla izquierda. c

Correspondencias detalladas de la batalla de Tacna dirijidas a !u prensa de €hi!e, Perú i ¡Solivia. (Correspondencia a E L FERROCARRIL. )

Tacna, Ja/uo 6 de 1SS0.

c

c

c

c

"OJIO

n—70

c

H e preferido retardar esta carta hasta tener los informes i datos indispensables para dar una idea, lo mas e x a c ta posible, de la gloriosa batalla de Tacna; pues, aunque estuve en el c a m p o durante el combate, es imposible abarcar en todos sus puntos una línea de cerca de d o s leguas de estension i en q u e se peleaba en tan diversas posiciones. T e n i e n d o h o i esas informaciones i d o c u m e n t o s , entro a referir ora lo que h e presenciado, ora io q u e h e obtenido de fuentos fidedignas. E l dia 25 de Mayo último, antes aun del toque d o diana, todo era movimiento i animación en el c a m p a m e n t o que el ejército chileno ocupaba en las riberas del Sama. E n la orden jenoral del Lunes 24, se disponía la marcha sobre Tacna, para presentar batalla a las fuerzas aliadas fortificadas en b i s alturas denominadas " C a m p a m e n t o d e la Alianza" i conocidas antes por el n o m b r e de "Las Canteras', alturas que dominan a la vez la ciudad i la ostensa i arenosa pampa que separa los valles de T a c n a i Sama.


GUERRA

602

DEL PACIFICO.

En esa orden jeneral, se decía: " T e r m i n a d o el rancho que debe tomar la tropa a las 9 A . M., se pondrá en m o vimiento la primera división hacia el punto acordado; seguirá la Artillería, g u a r d a n d o una distancia a retaguardia de 400 metros. A continuación, i en el mismo orden, marcharán la segunda, tercera i cuarta división. "El cuerpo de Pontoneros precederá a la Artillería, i c u a n d o se haya puesto en m o v i m i e n t o la primera división, saldrá de su c a m p a m e n t o la cuarta para tomar la c o l o c a ción q u e le corresponde. ''Los rejimientos Ruin 1. ° de línea, 3. ° i 4. ° i batallón Búlnes formarán la reserva i seguirán en c o n s e c u e n cia a la cuarta división. Esta reserva quedará bajo el m a n d o del coronel d o n Mauricio M u ñ o z , haciéndose cargo d e la segunda división el teniente coronel d o n Francisco Barceló. " L a infantería marchará de cuatro en fondo, i c u a n d o el terreno lo permita, en columnas por mitades o cuartas. " L a Artillería llevará la formación que le indique su jefe. " E l Estado M a y o r Jeneral c o m u n i c a r á las órdenes respectivas c u a n d o i en la forma que debe acamparse el ejército. " U n a c o m p a ñ í a de Carabineros de Y u n g a i n ú m . 1 estará a las 7 A . M. en el lugar en que se hallan los estanques del agua para custodiarlos en su marcha. " L a caballería saldrá a la hora que se le ha indicado al c o m a n d a n t e jeneral del arma. " E l equipaje de los cuerpos del ejército se depositará hoi en los almacenes d e provisiones. D e orden del j e f e . — Diazr A consecuencia de esta m i s m a orden, el ejército quedaba así dividido: Primera división: Navales, Valparaíso, rejimiento E s m e ralda i batallón Chillan, al m a n d o del coronel Santiago Amengua]; Segunda división: R e j i m i e n t o 2, ° de línea, Tejimiento Santiago i batallón A t a c a m a núm. 1, a las órdenes del t e niente coronel Francisco Barceló; Tercera división: R e j i m i e n t o Artillería de Marina, batallón Chacabuco, batallón C o q u i m b o , m a n d a d a por el c o r o nel D o m i n g o A m u n á t e g u i ; Cuarta división: Rejimiento de Zapadores, rejimiento Lautaro, batallón Cazadores del Desierto, a cargo del c o ronel O r o z i m b o Barbosa. Reserva: Rejimiento Buin 1. ° de línea, Tejimientos 3. ° i'4. ° d e línea i batallón Búlnes, bajo las órdenes del c o ronel Mauricio Muñoz. La artillería mandábala el teniente coronel José M a nuel 2. ° N o v o a , i la caballería el coronel José Francisco Vergara.

c a m i n o apropiado para su pesado material, cortando lo que llamaremos el c a m i n o real i a la altura d e la infantería. La segunda división se m o v í a también a las 9 A . M. sig u i e n d o al principio paralela a la primera i a su izquierda por los pequeños faldeos que cierran la pampa, para c o locarse después a su retaguardia. La tercera tomaba un camino diagonal para ir a ocupar su puesto, i c u a n d o y a lo h u b o verificado se le unió la c u a r ta, q u e había salido de su c a m p a m e n t o situado al otro lado del valle, al mismo tiempo q u e la primera. L a reserva aguardaba formada en batalla c o n frente al c a m i n o q u e desfilaran las últimas divisiones para o c u par su puesto, lo que se efectuaba p o c o después de las 11.30 A . M., hora en que todo nuestro ejército, c o n e s c e p cion del grueso de la caballería, que acantonada en Sama debía marchar a las 11 P. M. de esa m i s m a n o c h e , seguir por el pesado sendero que c o n d u c e a Tacna, retratándose en todos los semblantes de nuestros valientes, que un sol abrasador quemaba, el mas patriótico entusiasmo. A u n m u c h o s soldados enfermos q u e se habían d a d o de alta, d e clarándose buenos i sanos al saber q u e se iba atacar al enemigo, t o m a n d o brios d e su patriotismo, caminaban risueños al c a m p o de batalla. Sin embargo, algunos de estos mismos tuvieron q u e v o l verse, c o n lágrimas en los ojos, al lugar de d o n d e habían salido: sus fuerzas debilitadas por las enfermedades n o c o r respondían a sus deseos. Pero al ver que n o podían continuar adelante, miraban c o n envidia i sentimiento a sus c o m p a ñ e r o s q u e , contentos i c o m p a d e c i d o s a la vez a los que se quedaban, marchaban a derramar su sangre por la patria. D a n d o pequeños descansos a la tropa se siguió sin n o v e dad hasta las 2.25 P. M., hora en q u e al encimar la primera l o m a del camino, llegó a todo escape un carabinero, d i ciendo que su compañía se batía c o n u n a avanzada e n e miga que había t o m a d o las 60 muías c o n agua despachadas en la madrugada, hiriendo a 2 arrieros i capturando a otros 2. A l m i s m o tiempo se dejaba oir un fuego de fusilería, q u e venia a coroborar la esposicion del soldado.

P o c o s minutos después d e las 9 A. M. salia d e su c a m p a m e n t o la división A m e n g u a l , abriendo la marcha el batallón Naval i siguiéndole por orden de antigüedad el Valparaíso, el Esmeralda i el Chillan, tras del cual iba una c o m p a ñ í a de pontoneros a las órdenes del capitán Daniel Silva Vergara, parte del l. ' escuadrón Carabineros de Yungai i una serie de carros c o n d u c i e n d o agua i m u niciones, carros que, apesar de ir tirados por vigorosas muías, iban rezagándose paulatinamente a causa de lo p e sado del terreno, a trozos m u i pedregoso i en el resto arenoso hasta el punto que las bestias se hundían hasta mas arriba del tobillo.

Inmediatamente el coronel A m e n g u a l mandó avanzar al Valparaíso i al teniente Severo A m e n g u a l , ayudante del Estado Mayor de la primera división, para ver lo q u e ocurría. El Valparaíso avanzaba al trote i daba gusto ver el ardor c o n que iban en busca del enemigo, anheloso de m e dirse c o n él, los guapos soldados d e l coronel N i ñ o , que iba a su cabeza. E l coronel A m e n g u a l , seguido de sus ayudantes ele c a m p o i Estado Mayor, se adelantó al galope de su caballo " C a b r i t o " hasta llegar a una pequeña h o n d o n a d a d o n de se encontraban los d o s arrieros heridos, Anastasio G o n zález, paisano, i S i m ó n Araya, soldado del C o q u i m b o , a m b o s heridos en la cara i otro q u e había escapado gracias a su buena montura. L u e g o llegaba el Valparaíso i la c o m p a ñ í a d e carabineros del capitán G u z m a n . Los arrieros que c o n d u c í a n las 60 ínulas se habían adelantado a la caballería i seguido hasta pasar la Q u e brada H o n d a . Allí una avanzada de caballería enemiga do 5 h o m b r e s al mando de un oficial, les cortó la retirada, mientras otra mas numerosa los tomaba por el flanco haciendo un nutrido fuego, hiriendo a 2 arrieros i capturand o las muías. Uno d o los arrieros q u e escapó encontró a la c o m p a ñ í a de Carabineros, la que al p u n t o se puso en persecución del e n e m i g o i cargando sobre él llegó hasta m u i cerca de las posiciones de los aliados, consiguiendo rescatar 9 de las muías. Durante un tiroteo c o m o do m e dia hora, el alférez Torres, así c o m o el teniente Herrera, vieron caer a 7 de los contrarios, quienes tuvieron que descargar apresuradamente las muías para podérselas llevar.

La Artillería, que al principióse creyó conveniente fuera a continuación de la división do vanguardia, t o m ó otro

E n esta escaramuza resultó p o r parte nuestra un soldad o levemente herido en el rostro, los 2 arrieros heridos

T o d o listo ya, trasladados los enfermos al hospital habilitado en un edificio cercano al cuartel jeneral, depositados los equipajes en la provisión, habiendo salido en la madrugada una recua de muías cargadas c o n agua, c o n orden los arrieros d e detenerse antes d e llegar a Quebrada H o n d a i custodiada a retaguardia por una c o m p a ñ í a de Carabineros al m a n d o del capitán G u z m a n , se puso on m o v i m i e n t o el ejército en dirección a Tacna.

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i u n caballo muerto. D e las muías solo se recuperaron 9, sin e m b a r g o de que los Carabineros llegaron hasta m u í cerca del grueso del e n e m i g o . Los heridos fueron ahí m i s m o atendidos por el señor Emeterio 2. ° Letelier, 2. ° cirujan o del Esmeralda, i por el cirujano del Chillan señor M e rino. Después de este incidente se prosiguió la marcha hasta las 5.20 P. M. teniendo y a a la vista las posiciones enemigas, ordenándose entonces por el Jeneral en Jefe se hiciera alto i se formara la línea, e n c o n t r á n d o n o s entonces c o m o a dos leguas del enemigo, a la derecha del camino, y e n d o nos a apoyar la derecha nuestra en un suave lomaje, i sig u i e n d o la primera línea en este orden de derecha a izquierda: Navales, Valparaiso, Esmeralda i Chillan; en la m i s m a línea i separada por un corto espacio de la primera división, seguia la segunda, teniendo a su izquierda el Atacarna que cerraba la línea por ese costado.

OCTAVO.

atrincheramientos, desde d o n d e d o m i n a b a nicie.

003

toda la

pla-

Mas tarde se s u p o por qué el e n e m i g o se e n c o n t r ó tan cerca de nosotros. Después del reconocimiento practicado el dia 22 de M a y o por el Jefe de Estado Mayor, los directores del ejército aliado creyeron sin d u d a que el ataque iba a efectuarse por su ala izquierda, creencia confirmada por la siguiente orden del dia 24, encontrada en el m i s m o c a m p o de batalla por el teniente Martiniano Santa M a ría, del Esmeralda, i que da al m i s m o tiempo una idea de c ó m o habían formado su línea: " E l ejercicio del dia de hoi, tiene por objeto formar la línea de batalla sobre el flanco izquierdo ele la actual línea de batalla i a la altura del último batallón de la d i v i sión del centro, en el supuesto de que la masa del ejército enemigo se dirijiese por allí. E n su virtud se dispone: " L a división Castro Pinto desplegará las masas con el frente a su izquierda c o n las columnas Padilla, Sucre, Grau i Loa que quedarán en orden inverso al que actualm e n t e tienen, sirviéndole do base la artillería que tiene ¡ a su izquierda, a la que vendrá a unirse otra que se indij cará adelante, sirviendo esta división de ala derecha. " L a división Suarez continuará la línea desplegando también sus masas a la izquierda del Loa, conservando el m i s m o orden que actualmente tiene; de manera que entrarán por su orden el Pisagua, el Arica, el Misti, el Z e pita i la Vanguardia do Cochabamba, La artillería Panizo v e n d r á a unirse c o n la que q u e d ó a la derecha del Padilla. " L a división Mendoza variará de dirección a la izquierda. Los batallones Huáscar i Victoria i artillería de su izquierda, servirán do refuerzo al ala derecha, i los batallones C u z c o i L i m a i escuadrón Murillo formarán en s e g u n 1 da línea a quinientos pasos do la división Suarez. Los ! K r u p p volarán sobre el ala izquierda. | " L a división Herrera formará a c o n t i n u a c i ó n de la V a n guardia de C o c h a b a m b a , entrando primero el batallón A y a c u c h o i después el Arequipa.

L a tercera división se situaba f o r m a n d o un especie de martillo c o n la segunda, q u e d a n d o la cuarta i la reserva a retaguardia. V e i n t e minutos después de las 6 P. M. ya habia formam a d o su línea la primera división i destacado sus avan zadas i patrullas, i m o m e n t o s después, lo hacia la segunda, saliendo de avanzada el escuadrón de Carabineros. Entrada ya la n o c h e i tomadas todas las precauciones del caso, el c a m p a m e n t o q u e d ó s u m i d o en el silencio, e n tregándose todos al reposo, tan necesario en vísperas de una batalla, mientras velaban su descanso las grandes guardias, las avanzadas i el l . escuadrón de Carabineros de Y u n g a i que, a las órdenes de su c o m a n d a n t e señor Manuel Búlaos, m a r c h ó hacia adelante por la derecha nuestra, c o n encargo a Ja vez de esplorar el terreno. La artillería, que había tenido que vencer inmensas dificultades por lo malo del terreno, acampaba a retaguardia de la infantería en la primeras horas de la n o c h e , mientras la caballería (Granaderos, Cazadores i 2. ° escuadrón de Carabineros) que habían salido de Buenavista p o c o antes do media n o c h e , a fin do que las cabalgaduras L a división Canevaro entrará en seguida c o n sus batapudieran forrajear, llegaba c o m o a las 4 A . M. del 26, desllones Provisional de L i m a i R i m a c . pués de dar de beber a sus caballos en el rio Sama, trayenL a división González avanzará sobre la izquierda hasta d o cada jinete a las ancas un buen m a n o j o de pasto para ¡ ¡ ocultarse del ejército tras de las colinas que se levantan darles en el día. Los carros c o n d u c t o r e s de agua municiones i víveres, ! sobre eso flanco izquierdo, a fin de marchar en e m b o s c a q u e d a r o n muí atrás a causa de lo posado del camino que, | da para sorprender por el flanco d e r e c h o al enemigo que venga por el camino do las Yaras o Buenavista. c o m o hemos d i c h o , cuando no era pedregoso i cortado por D o la división Murguia, los batallones C h o r o l q u e i zanjas, so convertía en estensos médanos. A d e m á s , las Alianza formarán respectivamente en segunda línea, a muías habían trabajado todo el día, e inútiles fueron los distancia de quinientos pasos a retaguardia de las divisioesfuerzos desplegados por el c o m a n d a n t e de bagajes señor Bascuñan i capitán Manuel R o d r í g u e z , que solo c o n s i - i nes Herrera i Canevaro, c o m o refuerzo del ala izquierda, El batallón Tarija con las divisiones Saravia, Méndez i guieron traer en la n o c h e al c a m p a m e n t o cierta cantidad j ! escuadrones Libres del Sur i Albarracin, formarán en rode barriles de agua a l o m o de muía. | serva i a distancia de trescientos pasos del centro de la 2 . C o m o a las 10 P. M. se sintieron algunos disparos ais- I línea, en el orden siguiente: escuadrón Albarracin, Lilados por la izquierda de nuestra línea, disparos que se : bres del Sur, Húsares do Junin, Guias. Coraceros i Escolta." repitieron a las 2.5 A . M. del 26, i en m a y o r n ú m e r o a las 5.20 A . M „ c u a n d o ya so habia distribuido a nuestros s o l dados un p o c o ele agua i c o m p l e t á d o l e s 130 tiros, c o n esE n esta creencia do un ataque a su ala izquierda, trataron en la n o c h e do sorprendernos m a r c h a n d o en e m cepeion de los del Esmeralda que solo tenían 100 tiros por cabeza, pues los carros que c o n d u c í a n municiones n o boscada por el flanco d e r e c h o , que suponían vendría a quedar cerca del c a m i n o de Buenavista a Tacna, i por habían llegado aun por las causas que he i n d i c a d o . nuestra retaguardia que venia a quedar mas acá de Q u e brada H o n d a . A los primeros albores do la mañana, todos los cuerpos r o m p í a n la diana c o n el H i m n o Nacional, al m i s m o t i e m Pero esa sorpresa en e m b o s c a d a i todos esos planes p o q u e se avistaban fuerzas enemigas c o m o a legua i cuar- resultaron fallidos. El e n e m i g o salió p o c o después de to de nuestra línea, teniendo a su derecha i a vanguardia media n o c h e de sus atrincheramientos, avanzando por el u n piquete de caballería. El grueso de las fuerzas enemic a m i n o de Buenavista i c a y e n d o después en una de las gas que se distinguían por ese lado, n o bajarían de unos m u c h a s curvas que forma Quebrada H o n d a , a distancia 4,000 hombres. c o m o de media legua de la posición que a nuestra izquierda ocupaba el Atacarna, siguiendo c i n c o batalloEstas fuerzas se retiraban a m e d i d a que las guerrillas nes por la quebrada casi hasta la retaguardia de la artide la segunda división avanzaban hasta o c u p a r una p e queña altura, d o n d o esperaban que el enemigo, en m a y o r | Hería. n ú m e r o i en mejores posiciones, las atacara allí. Pero el I N o encontrando al enemigo que buscaban i que solo la e n e m i g o siguió replegándose hasta Hogar a la cima de sus j gran oscuridad de la n o c h e impedia distinguirlo, algunos o r

(

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GUERRA

EEL

batallones conversaron sobre su eje derecho para avanzar hacia el Noreste, sin obtener mas resultado que estraviarse i verse obligados mas tarde a regresar a sus primitivos campamentos brújula en mano. A l despuntar la aurora, algunas de esas fuerzas que se retiraban por las hondonadas que forman por el lado Sureste de las sinuosidades de la pampa i lomajes que se estienden c o m o en dirección a Pachía. fueron avistadas por el comandante Martínez del Atacama, d a n d o parte inmediatamente al Jefe de Estado Mayor Jeneral, noticia que le era igualmente c o m u n i c a d a por el Jefe de Estado Mayor ele la primera división, teniente coronel A d o l f o Silva Vergara. E n esos mismos m o m e n t o s se comenzaba a repartir el rancho a la tropa, que ya se había quitado sus rollos i conservado solo su rifle i su morral c o n municiones. El coronel Velazquez, tan luego c o m o se apercibió al enemigo, dio orden a la segunda division de que desplegara en guerrillas las compañías lijeras de cada uno de sus batallones, corno a 300 metros a vanguardia de la division, permaneciendo estas guerrillas estacionadas en una loma d o n d e se esperaba el ataque. S o n las 7.20 A. M. i la línea enemiga se presenta c o r o n a n d o las alturas del C a m p a m e n t o de la Alianza. Mientras tanto fórmanse las líneas de batalla ele las dos d i visiones de vanguardia, poniéndose en m o v i m i e n t o la primera division, llevando de descubierta i desplegado en guerrilla al Valparaiso. Cuando las divisiones se m o v i e r o n de los campamentos que habían o c u p a d o en la n o c h e del 25 al 26, los capellanes señores Fontecilla. Marcliant Pereira, Fábres i V á l eles, se dirijieron a la tropa, i después de exhortarla a cumplir su deber c o m o chilenos i cristianos, la bendijeron, prorumpiendo nuestros soldados en entusiastas vivas a Chile, mientras las bandas entonaban los himnos N a cional i de Y u n g a i , después de lo cual c o m e n z ó el avance, haciendo nuestra artillería, a las 7.55 A . M., su primer disparo, a fin de dejar espedito el avance de nuestra infantería, disparo h e c h o por la batería del capitán G ó m e z i saludado con un estruendoso viva Chile, que venia a servir c o m o de coro a la Canción Nacional que ejecutaban nuestras bandas. El enemigo, tan luego como se hicieron los primeros disparos de artillería, se ocultó en sus atrincheramientos aguardando nuestro ataque, que al principio se creyó no se efectuara el mismo dia 26, i que las circunstancias, el terreno que ocupábamos i mil otras causas obligaron a p r e c i pitar aquella mañaua precursora de nuevas glorias para Chile. La artillería de montaña se adelanta a su vez conjuntamente con la primera i segunda división, mientras el enemigo en sus altas posiciones aparece i desaparece tras de sus atrincheramientos. Una batería de campaña i otra de montaña principiaron un vivo fuego sobre el enemigo, i nuestra infantería continuaba avanzando en este orden: La primera división, a la derecha formada en dos líneas, la primera por Navales i 1. ° del Esmeralda, la segunda por el 2. ° del Esmeralda i el Chillan, yendo de avanzada el Valparaíso. La segunda división, llevando siempre sus avanzadas de las compañías lijeras de sus respectivos batallones, a la izquierda de la primera, formando por el terreno una especie de semicírculo. A m b a s divisiones componían la primera línea, i la segunda formábanla la tercera i cuarta; la reserva quedaba a retaguardia, Granaderos a la derecha, Cazadores i l. ' escuadrón de Carabineros a la izquierda, conversando por nuestro flanco izquierdo. 01

PACIFICO

Siguióse esta marcha en avance a las 8.50 A. M. hasta la 9.35 A . M., en que se hizo alto como a 3,500 metros del enemigo. E n estas circunstancias nuestra artillería principió a disparar sobre la línea contraria, tanto a l a izquierda como a la derecha, donde se divisaba perfectamente un reducto fortificado que terminaba en cierto m o d o la línea de los aliados por ese costado. E l enemigo no contestaba t o davía estos fuegos, i seguramente observaba nuestros m o v i mientos. El desfile de nuestras tropas era na cuadro imponente: la primera división avanzaba por c o l u m n a s ; la segunda en batalla protejida su frente por las guerrillas; tercera i cuarta mas atrás; artillería al ceutrojcaballería a ambos flancos. E l campo era un tablero de ajedrez en que cada pieza, es decir, cada división, cada cuerpo, se movia matemáticamente impulsado por una sola idea: vencer i dar nuevas g l o rias a Chile. U n a vez que se hizo alto se dio un corto desayuno a la tropa que no había podido tomar el que se principiaba a distribuir, cuando al amanecer se distinguió a c o r t a distancia el enemigo. Durante ese alto, llegó el comandante Pininos que babia hecho prisionero a un capitán i 4 soldados de caballería, los mismos que el dia antes, sirviendo de avanzada, habian atacado la indefensa recua cíe muías. Este oficial conducido a presencia del jeneral Baqnedauo i del Jefe de Estado Mayor, suministró algunos datos que resultaron exactos sobre las fuerzas i posiciones enemigas. A l l í permaneció nuestro ejército hasta las 9.55 A. M., en que la artillería contraria rompió sus fuegos, cayendo las granadas en nuestras mismas filas, sin causar daño a l g u no, siendo contestados aquellos fuegos por certeros disparos de nuestra artillería de campaña. Estábamos a 3,000 o 3 500 metros de distancia, i las granadas que so recojierou, probaron que el enemigo tenia Ivrupp de montaña j reformados; pero no sabían manejarlos, sin embargo de que sus punterías eran mni buenas. Una de esas granadas, recojida por el capitán Silva V e r gara me fué obsequiada i a m i vez se la entregué al mayor | Fuentes de artillería, quien por su parte, la envió con el | capitán W a l t o n al coronel Velas.quez. Abierta la granada, i se vio que aun conservaba el anillo de seguridad i tenia í invertida la aguja. \ Los disparos de la artillería enemiga se dirijian de pre¡ ferencia a nuestra, ala derecha, i el sesto proyectil caía en m e ¡ dio del grupo formado por el coronel A m e n g u a ! i sn E s t a i do Mayor, sin causar daños, así como ios demás disparos que eran saludados con vivas a Chile. El cañoneo del enemigo continuaba, aunque algo flojo. Una granada cae junto a una de nuestras piezas colocadas a vanguardia de la primera división; otra a diez pasos del mayor Coke, que mandaba el 2. ° batallón del Esmeralda. Como los proyectiles enemigos pudieran ocasionar bajas i en nuestras compactas filas, el coronel Atnengual ordenó I despejar el fondo de ¡a artillería, haciendo correr los bata| Uones a derecha e izquierda, evolución que se ejecutó como i si se hubieran encontrado en el Campo de Marte. ! Las baterías colocadas a vanguardia de la primera divi! siou i a distancia de menos de 3,000 metros recibían, como era natural, los fuegos del enemigo que, astuto o previsor, no habia dejado conocer cuando el reconocimiento del 22 la clase i calidad de sus cañones, pues solo funcionó con piezas de pequeño calibre, de sistema antiguo i corto a l i canee, reservando los Ivrupp para el dia de una batalla. ; Pero esa estratajema, c o m o todas las (lernas, no surtió ; el efecto que tal vez so aguardaba. Recójalos los primeros proyectiles, manifestaron que tenían cañones de largo alcance, rayados i de un sistema mni moderno, pues en In| gar (le, esperiineutar la presión de la rayad i ira solo el aro ; del culote, la recibieron los tres aros o fajas. , En vista de esto, nuestras baterías tomaron mayor dis[ taue.ia: una a la derecha sobre una pequeña eminencia, :a


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otra hacia la izquierda, i ambas ea na terreno movedizo. I no habiaen esos momentos otras posiciones mas adecuadas para contestar debidamente al enemigo que desde sus a l turas dominaba por completo todo el campo en que s e i b a a librar el combate. A las 9.50 A . M. vuelve a romper sus fuegos nuestra artillería, con disparos tan certeros que el tercero va a caer entre dos piezas contrarias, estallando con gran estruendo el proyectil. E l H i m n o Nacional i el de Y n u g a i , acompañaban con sus acordes el bronco estampido del cañón, i un viva Chile! resuena conjuntamente con la esplosiou de nuestras granadas en el campo contrario. Aquello era sublime i conmovedor a la vez. E l cañoneo continuó sin interrupción por ambas partes hasta las 10.30 A . M., renovándose por la nuestra, pocos minutos después sin ser contestado por el enemigo, que solo disparaba uno que otro tiro desde el fuerte. Durante este cañoneo nuestro ejército tenia la siguiente colocación: A nuestra derecha la primera división en este orden: el Valparaíso desplegado en guerrilla al frente,protejiendo la primera línea compuesta del l . batallón del Esmeralda i Navales, de izquierda a derecha; una segunda línea f o r m a ban el 2. ° Esmeralda i el Chillan. Siguiendo a la izquierda i ocupando el centro de la línea jeneral de batalla, estaba la segunda división, protejiendo su frente las guerrillas de las compañías 1 ¡jeras, teniendo a su derecha el 2. ~ de línea, ea el centro el Santiago i a la izquierda el Atacama. U u corto espacio separaba a las dos divisiones. La línea estaba aquí interrumpida por un ancho claro, siguiendo m a s a la izquerda i algo a retaguardia la cuarta división, compuesta de Zapadores, Lautaro i Cazadores clel Desierto, de derecha a izquierda i como a seis o siete k i l ó metros del reducto fortificado de la derecha del enemigo. La tercera división se encuentra a retaguardia d e la primera i segunda, entro el ala derecha de aquélla i la izquierda de ésta, colocación q u e , en caso necesario, le permitirá ir en a p o y o de ambas. L o s cuerpos que la c o m ponen se sitúan así de izquierda a derecha: C o q u i m b o , •Chacabuco i Artillería do Marina. La reserva, Buin, 3. ° , 4. ° i Búlnes, al fondo de las tres primeras divisiones i a gran distancia, A vanguardia de la reserva i a su izquierda el Estado Mayor Jeneral i el cuartel jeneral. T o d a nuestra infantería forma un triángulo irregular, c u y o vértice vendría a ser la reserva i su costado mas estenso el frente do nuestra linca. Las baterías de artillería estaban distribuidas en esta forma: a retaguardia i a la derocha do la primera división, sobro una eminencia, las baterías do los capitanes Flores i Villarrool; protejiendo a la segunda división las de los c a pitanes J. A n t o n i o Errázuriz i Sanfuentes; a la izquierda de la reserva i d a n d o frente al reducto artillado del enem i g o , las baterías d e campaña de los capitanes Jarpa i G ó m e z ; la de montaña del capitán Fontecilla al lado do la cuarta división. Granaderos i l . escuadrón de Carabineros, a retaguardia i un p o c o a la derecha do las baterías que protejian la primera i segunda división; Cazadores i 2. ° escuadrón ele Carabineros, a la izquierda i f o r m a n d o diagonal c o n la cuarta división.

OCTAVO.

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das i alturas, hasta bajar una escarpa desde d o n d e se distingue Tacna i su verde valle. Estas alturas o c u p a b a el ejército perú-boliviano en una estension considerable, parapetado tras de trincheras naturales, zanjas, t r i n c h e ras cíe piedra i sacos de arena. El terreno en toda la pampa en q u e debia maniobrar nuestro ejército, es medanoso, cubierto por una lijera c a pa de poca consistencia, formada sin d u d a por el roció i los rayos solares i que a la mas lijera presión cedia bajo las fatigadas plantas ele nuestros soldados. Por nuestra derecha, d o n d e las ondulaciones del terreno eran m u c h o mas pronunciadas hasta formar profundas hondonadas, el piso es suelto i arenoso, enterrándose el casco d e los caballos por c o m p l e t o . V e a m o s ahora el c a m p a m e n t o o c u p a d o por el ejército aliado i d e n o m i n a d o oficialmente C a m p o de la Alianza c o m o puede verse p o r la siguiente orden clel dia, c a m p a m e n t o que recorrimos al dia siguiente de la batalla c o n los capitanes, Fortunato Rivera, F. Baeza i teniente, Martiniano Santa María, que iban en busca del cadáver del teniente, Aníbal Guerrero q u e s u c u m b i ó gloriosamente en el c o m b a t e : "Orden jeneral para el ejército unido.—Cuartel jeneral en el c a m p a m e n t o del A l t o de Tacna, a 16 de M a y o d e 1880. Art. 1. ° E l c a m p a m e n t o actual, se denominará en lo sucesivo C a m p o de la Alianza, en recuerdo d e haber sido aceptado c o n entusiasmo por todo el ejército unido i se levantará una pilastra de piedra para eterna memoria. Art. 2. ° S. E. el supremo director d e la guerra, ha tenido a bien admitir ea clase de subteniente i c o m o a y u dante de c a m p o , al ciudadano Mariano García. C o m u n i q ú e s e . — E l Jeneral en J e f e . — P é r e z . C o m u n i c a d a , — E l coronel, ayudante j e n e r a l . — M a n u e l Carrillo i Ariza. Se c o m u n i c ó al ejército b o l i v i a n o . — E l coronel, a y u d a n te jeneral edecán dol director.—Jo?je Triando. Por las secciones interior i esterior.—Andrés Freiré."

or

¡

E n primera línea se presenta una alta c u m b r e que d o mina por c o m p l e t o la planicie que ocuparon nuestras tropas al iniciar el c o m b a t e , c u m b r e que a su vez es d o minada por otra que so levanta casi a su espalda, siguiend o una serie de colinas i h o n d o n a d a s hasta llegar a la cima do la altura que cierra el valle d e Tacna. Estas alturas ceden lijeramente hacia el lado Este-noreste i crecen por el costado contrario hasta enfrentar a Tacna, para disminuir nuevamente antes de Pachía i p o c o mas allá de Chorrillos ( p u n t o de paseo de los habitantes ele Tacna).

El primer lomaje, que en parte sufre depreciónos considerables, estaba defendido por una ancha zanja c o m o a dos metros mas abajo que la c u m b r e i por el laclo opuesto, de manera que los soldados podían ocultarse perfectamente. Esta primera zanja, cuya tierra había servido para j formar parapetos, se interrumpe en las partes bajas, i va a terminar a la derecha en una fortaleza perfectamente construida c o a piedras i sacos do arena i que d o m i n a por c o m p l e t o el llano. Este mismo fuerte está zanjeado, siguiendo tras do él i a su costado izquierdo una serie de zanjas paralelas. Después do la primera l i n e a d o defensa i casi al centro hai un reducto formado c o a sacos do arena i do una estension considerable, rodeado do fosos. A continuación H é aquí ahora diseñado a grandes rasgos, el escenario de las primeras zanjas que han sido hechas a p r o v e c h a n d o en que iba a desarrollarse el. sangriento pero glorioso las sinuosidades del terreno, se v e a ea todas direcciones drama que se llama la batalla de Tacna. Nuestro ejército se encontraba o a una estonsa i arenosa defensas o nuevas zanjas, aun hasta descender al vallo, pampa que levantándose suavemente hacia el valle de S a - sin despordichir ol mas ajero pliegue dol suelo, la menor ma, desciende por el camino que va a Buenavista. D e altura, todo io (pro la naturaleza ofrece oa esa continuada Oriente a Poniente la cortan pequeñas quebradas i h o n - serio d o corros 'para una posición iaespuguable, para poder hacer una resistencia segura i tenaz, sia sor ofendido dulaciones, siendo la mas profunda de aquéllas la Quebrapor los fuegos del enemigo. En una palabra, los jefes del da H o n d a (pie h e m o s dejado atrás. L o s lomajes son inejército unido habían construido allí una cindadela capuz significantes por el Noreste, aumentan en altura para cerrar el valle de Tacna, formando una serie ele o n d o n a - ¡ de desafiar al mas aguerrido ejército, i q u o ocupaba una c r


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DEL PACIFICO.

estension n o menor de dos leguas, desde el formidable reducto de la derecha, hasta los primeros atrincheramientos d e la izquierda. N i siquiera se habia olvidado dar a las tiendas un lugar a cubierto de las balas: los alojamientos ocupaban p e q u e ñas planicies sembradas de fosas de dos a tres metros d e largo p o r d o s de a n c h o i uno o p o c o menos de p r o f u n d i dad; en esas fosas dormia la tropa, i servían al m i s m o tiempo de refujio para los tiradores i de obstáculo para los asaltantes. E n fin, todo se habia previsto, a t o d o se habia atendido, i razón tenian al creer segura la derrota de los chilenos, c o n t a n d o c o m o contaban los aliados c o n la imposibilidad de ser desalojados de sus magníficas p o siciones. Pero se olvidaban del brio, del empuje, del v a lor incontrastable de esos mismos chilenos.

Navales, i mas a retaguardia por el resto de la división, prosigue avanzando. L o s contrarios se presentan i retiran alternativamente disparando sobre los nuestros a quienes nada detiene, i que parecen han cobrado nuevos bríos al recibir la lluvia de p l o m o con que les recibe el enemigo. Son las 11.39 A . M. i un fuego nutridísimo diezma las filas del Valparaíso i clarea las del l . batallón E s m e r a l da i Navales que vau en su ausilio. El fuerte de la derecha rompe también sus fuegos sobre la batería del capitán Foutecilla, que contestaba sin interrupción dirijiendo sus certeras punterías, parte al reducto, parte a las masas de infantería. L o s proyectiles enemigos caían al pié de los cañones i a retaguardia de dos c o m pañías del Lautaro que protejian esa batería, compañías mandadas por los capitanes H i d a l g o i Diaz Gana, A las 10.35 A . M., la primera división seguia avanzanApesar ele las descargas del enemigo que salen de toda d o en columnas de ataque i en d o s líneas, al m i s m o tiem- ¡ su línea, el avance no es interrumpido, i ya la segunda d i ipo que nuestra artillería de campaña de la derecha hacia visión ha roto sus fuegos con sus guerrillas que luego se un nutrido fuego, que luego imitaban las baterías G ó m e z replegan a sus respectivos batallones que, con arrojo sin i Jarpa. par, marchan a paso de carga contra el enemigo. T a n luego c o m o adelantó la primera división, la artillería enemiga se enzañó contra el Valparaíso que iba de E n estos momentos supremos, empeñado un combate a avanzada dispersado en guerrilla, pero su zana se estrelló muerte en toda la línea, viendo aclarar nuestras filas, caer contra el indomable valor de los nuestros q u e marchaban heridos o muertos jefes i oficiales; cuando la primera, segunimpávidos hacia las trincheras enemigas. da i cuarta división rivalizan en arrojo, en denuedo; cuando A las 11.5 A . M. cesó el fuego de ellos i se hizo un p e - un fuego de fusilería que es un inmenso i hórrido redoble, queño alto, prosiguiendo su avance la primera división atruena el aire; en esos momentos no es posible darse cuenprotejida a la derecha por la artillería de campaña. ta de lo que ocurre en los distintos puntos en que el c o m Antes d e avanzar, el coronel A m e n g u a l recorrió toda bate es tan recio en uno c o m o otros i me limité a seguir su línea, d a n d o ánimos a sus soldados c o n su presencia i con la primera división, para observar luego l o q u e sucedía diciéndoles que su deber era vencer o morir c o m o buenos en la segunda i la tercera que hora i media mas tarde llei c o m o chilenos. D e las filas salió un estruendoso ¡Viva gaba en apoyo de las dos anteriores, i admirando desde lejos Chile! los soldados tiraban sus kepis al aire, i las bandas la cuarta que tenia a su frente el formidable reducto i una de música, c o n sus h i m n o s marciales, aumentaban si es masa compacta de infantería. posible el ardor patriótico ele aquellos valientes que, c o m o su coronel les había d i c h o , solo sabían vencer o morir. Un cuarto antes del mediodía, la primera división c o r o A las 1 i . 1 0 A . M. la primera división seguia adelante, naba la primera altura donde la línea formada por el Valhabiendo q u e d a d o un p o c o atrás la segunda, i a las 11.15 A . M. el enemigo desaparecía de la cima, quedando solo paraíso, Navales i 1. ° del Esmeralda era recibida con un algunas guerrillas diseminadas a la derecha del fuerte i fuego espantoso, con un diluvio de balas que diezmaban a esos aguerridos batallones en que la juventud de Valparaíios vijías apostados de distancia en distancia para dar la so i Santiago se batían como leones, exhortando con su n o voz de alarma. ble comportamiento a sus buenos i resueltos soldados. Cinco minutos después aparecía jente enemiga i mni lueNotando el coronel A m e n g u a ! por el nutridísimo fuego go toda la cima era coronada por las guerrillas p e n í - b o l i que hacia el enemigo, oculto tras sus atrincheramientos, vianas. que tenia que batir con fuerzas en mucho superiores i que la línea contraria se prolongaba hacia la izquierda i podía En aquellos momentos el cuadro que se ofrecía a nuestra de un momento a otro flanquearnos por nuestra derecha, vista era, grandioso, imponente, imposible de describir. H a - hizo entrar en combate su segunda línea, compuesta del bían cesado los broncos estampidos del cañón, reinaba un Chillan i 2. ° Esmeralda que se estendió hacia la derecha, silencio sepulcral, interrumpido solo por los toques del clahaciendo luego un cuarto de conversión a la izquierda. rín o las voces del mando de los jefes i oficiales que a c a En este momento es herido el mayor Coke. ballo animaban a su jente. Podría decirse que se sentían Trabada así la lucha cotí fuerzas mni superiores, pues las pisadas de nuestros,soldados en la arena, i que aquel en el ala izquierda enemiga se habia concentrado la flor espectáculo se veía mas con el corazón que con los ojos. de los batallones bolivianos a las órdenes del coronel C a Esta marcha de la primera división se prosiguió en el macho, i parte de los peruanos, todos los cuerpos de la mas perfecto orden, apesar de las dificultades del terreno, primera división se abalanzaron con empuje contra las del cansancio consiguiente de la tropa después de una lar- trincheras enemigas, teniendo lugar entonces un duelo a ga i fatigosa jornada a través de médanos sin fin. N u e s - muerte, disparando casi a quema-ropa, pues se estrechó la tras columnas parecían movidas por un solo resorte, por distancia hasta combatir a 4 0 metros. un solo pensamiento, i avanzaban, avanzaban en formación L a primera trinchera enemiga es tomada casi a la b a y o unida, alta la frente, al paso de carga, desafiando a sus neta. E l capitán Olgnin del Valparaíso es muerto al pié ocultos enemigos, pues por nuestra derecha solo se distin- de ellas, i herido el capitán Carvallo ele Navales, tenientes guían los desnudos lomajes. Arístides Pinto i Aníbal Guerrero del Esmeralda, subteTodas las miradas estaban tijas en la primera división, niente Santiagos del mismo rejimiento i muchos otros ofique, olvidando cansancio, peligros, todo, en una palabra, so- ciales i soldados. Guerrero recibe un balazo en la frente i lo pensaba en vencer. luego otro i otro hasta quedar examine. Pero nada arredra A las 11.30 A . M. las guerrillas del Valparaíso c o m e n zaban la ascensión del primer lomaje. N o habrían marchado cinco minutos cuando el enemigo hizo un nutrido fuego de fusilería que recibieron con un ¡Viva Chile! E l enemigo después de una primera descarga vuelve a ocultarse i el Valparaíso, seguido del 1 . " batallón del Esmeralda i de

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a nuestros soldados, i tomada la primera trinchera, sigue avanzando sobre la segunda que era defendida además por dos piezas de artillería i una ametralladora. Esta segunda i formidable posición costó muchas bajas a los nuestros, haciendo el enemigo una resistencia tenaz, como que allí se encontraban los célebres Colorados de Daza, dignos de su renombre por su valor i serenidad para


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combatir, el escuadrón Libres del Snr, Vanguardia de C o cbabamba, escuadrón Escolta i Coraceros. E n esa misma ala había algunos batallones peruanos, como el Victoria, que retrocedió a la primera descarga de los nuestros. Mientras tanto la líuea enemiga se cstendia hacia su izquierda, viendo lo cual el capitán Rivera (pie m a n d á b a l a 1.™ compañía del 2. ° batallón del Esmeralda., se corrió a la derecha estendiendo sn jeute en una sola línea hasta t o mar, junto con la compañía del capitán Naranjo, el flanco izquierdo del enemigo, que comenzó a ceder en esa parte. Con el movimiento ejecutado con tan buen éxito por el capitán Rivera., las fuerzas mandadas por el coronel Camac h o , que peleaba c o m o nn valiente con su división, se replegaron hacia el punto en que se median casi cuerpo a cuerpo Navales, Valparaíso, Chillan i 1. ° del Esmeralda con fuerzas mucho mas numerosas. Nuestros soldados seguían avanzando bajo la metralla, por fin se apoderan de la segunda posición, tras inauditos esfuerzos de valor. Desde aquí se veían las blancas carpas del. enemigo, i una sección de artillería que hacia mortífero fuego sobre nuestras lilas. Se sigue avanzando. U n a porción de Navales i E s m e raldas llega hasta los mismos cañones enemigos, hace huir a sus sirvientes e infantería que los protejia i se apodera de ellos. E l capitán Pedro Elias Beytia, de Navales, se abalanza sobre unos de los cañones, lo hace jirar para ofender al e n e m i g o ; pero degraciadamente al tomar del armón el saquete con queclebia cargar la pieza, una bala lo inflama, i la esplosion quema horriblemente el rostro, el pecho i las manos del capitán Beytia. En esos supremos instantes i cuando el desorden se h a bia apoderado de las fuerzas enemigas, se agotan las municiones, lo que se comunicó inmediatamente al jefe de la división que en esos momentos avrnzaba con sus ayudantes, i que al encontrar el primer soldado muerto del Esmeralda, se bajó de su caballo, en medio de una verdadera granizada de balas, levantó la cabeza del muerto i lo besó en la frente a ,a vez que de sus ojos rodaban dos gruesas lágrimas. En seguida montó a caballo i picó espuelas animando a los suyos; pero a poco andar una bala hiere a su caballo de batalla en la paleta inutilizándolo al momento. Y a se había e n v i a d o al ayudante de c a m p o , teniente Manuel Aguirre a c o m u n i c a r al jeneral la falta de m u n i ciones, pero en este intervalo, rehaciéndose n u e v a m e n t e los enemigos que eran apoyados por el A r o m a i otros cuerpos de la división del centro que estaba a las órdenes del jeneral Campero, (que el dia antes habia dimitido el m a n d o de Bolivia i por consiguiente dejaba do ser J e n e ral en Jefe del ejército unido, que venia a corresponder a M o n t e r o c o n f o r m e a una de las cláusulas del tratado de alianza perú-boliviana) los enemigos volvieron con desesperados esfuerzos sobro el c a m p o que y a c o m e n z a b a n a abandonar en presurosa fuga. Las circunstancias n o podian ser mas críticas. N o h a bia m u n i c i o n e s , el e n e m i g o descargaba sobre el Esmeralda, Navales, Chillan i Valparaíso un torrente de balas que segaban c o m o espigas a los nuestros. El c o m a n d a n t e H o l l e y , a cuarenta pasos de las trincheras trató de reunir su j e n te para cargar a la bayoneta; pero n o tenia corneta i su voz no se oia en m e d i o del ruido atronador del fuego graneado do los bolivianos. El Chillan que entró bravam e n t e en la línea de c o m b a t e , Navales i Valparaíso tenían todavía algunos cartuchos que aprovecharon c o n certeros disparos. En esa terrible hora de un c o m b a t e tenaz por una i otra parte, la primera división sufría sensibles bajas. El coronel U n i ó l a que bizarramente mandaba a sus Navales, era herido en un muslo; caian igualmente heridos los capitanes Guarda i varios oficiales de los cuatro cuerpos, i muertos el capitán J. Manuel Jarpa, del Chillan, i el s u b teniente Gillman, de los Navales. A l g u n o s oficiales i soldados acudían a sacar de los m o r rales de los muertos i heridos las pocas municiones que

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les quedaban, i así podian sostenerse mientras llegaban las que se habian pedido. Por fin aparece el capitán Patricio Larrain A l c a l d e , ayudante de c a m p o del coronel A m e n g u a l , trayendo por delante de su caballo dos cajones de municiones que e n trega al c o m a n d a n t e H o l l e y bajo una lluvia de balas. El capitán Larrain iba a retirarse cuando le matan su caballo. T o m a otro que halla a m a n o i vuelve d o n d e su jefe, pero p o c o antes de llegar le matan nuevamente el c a ballo. Mientras tanto en el Estado Mayor i cuartel jeneral se habian dado las órdenes necesarias para adelantar m u n i ciones. Pero era casi imposible hacer avanzar los carros. Los ayudantes del Estado Mayor Jeneral, m a y o r Villagran, capitanes Rojas i Francisco Villagran, etc., etc., e m pujaban a h o m b r o s las ruedas; pero todo era inútil. E n tonces los mismos ayudantes comenzaron el acarreo de municiones llevándolas en sus propios caballos. Así, por ejemplo, el capitán d o n A l b e r t o Gormaz c o n d u j o a nuestra ala derecha algunas municiones, pero los cajones iban atornillados i a fuerza de yatagán se conseguía romperlos. V i e n d o el agotamiento ele las municiones, las primeras líneas c o m e n z a r o n a batirse en retirada hasta unos d o s cientos metros, en una h o n d o n a d a en que los cuerpos de vanguardia principiaron a rehacerse. U n p o c o mas distante venia un escuadrón de Granaderos al m a n d o de su c o m a n d a n t e T o m a s Yávar. A l verlo el c o m a n d a n t e H o l l e y se dirijió a él c o n estas palabras: — N o tenemos municiones; carga tú i t o d o está c o n cluido. — D e s d e aquí n o saldrá bien; voi a correrme un p o c o a la derecha. E n efecto, corriéndose un p o c o a la derecha el escuadrón de Granaderos cargó c o n ímpetu sobre el enemigo que lo recibió c o n un nutrido fuego, causándole algunas bajas, matando al alférez A l b e r t o Aspillaga e hiriendo al alférez Urízar. Esta brillante carga, que costó algunas bajas a Navales i Esmeralda que fueron tomados por enemigos en los primeros m o m e n t o s i c u a n d o la polvareda i el h u m o n o permitían distinguir claramente los objetos, esta carga impuso al enemigo i permitió rehacerse a nuestras fuerzas que cargaron con nuevos bríos al mismo tiemp o que la Artillería de Marina venia en su ausilio prestándole eficaz apoyo. Era la 1.40 P. M. i el enemigo se ponia en c o m p l e t a fuga acosado por los nuestros en esa parte de la linca, y e n d o a introducir el desorden en el centro e izquierda enemiga i t o m a n d o por los faldeos el c a m i n o de Pachía. En los mismos instantes que llegaba la Artillería de Marina, el c o m a n d a n t e Vargas P i n o c h e t i el m a y o r García Videla del Chillan, c o n unos cuantos soldados, i el capitán José María Pinto del Esmeralda, con 20 de los suyos, se encontraban rodeados por tres flancos por fuerzas diez veces mayores. La situación n o podia ser mas crítica. Entonces el capitán Pinto, dirijiéndose al c o m a n dante Vargas Pinochet, le dijo: — C o m a n d a n t e ¿ r o m p e m o s por la derecha? — ¡ E s t á bien! respondió el veterano comandante. I reuniendo sus pocos hombres se abren camino por entre el enemigo, que la Artillería de Marina concluía d e dispersar. El coronel A m e n g u a ] , a c o m p a ñ a d o del comandante Búlnes, 60 Carabineros i alguna tropa de infantería, seguía hacia Tacna, la que se presentó a su vista alas 2 P. M., hora en que lucían para nuestras armas los primeros destellos de la victoria i en que la estrella de Chile enviaba sus albos i puros resplandores sobre las pálidas frentes de los que habian s u c u m b i d o por su patria i por su bandera. U n a vez que la guerrilla de la primera división h u b o e n c i m a d o la loma, siendo recibida casi a quema-ropa por


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los disparos dol enemigo parapetado en sus zanjas, fuego que el Valparaiso recibió impertérrito, las guerrillas de la segunda division rompieron también sus fuegos que c o n testaba el enemigo con certeras punterías. Hasta ose m o m e n t o la artillería de nuestra derecha h a bia protejido el avance, disparando sus cañones sobre los atrincheramientos del ejército perú-boliviano con mas o menos éxito; pero ya n o funcionaba, sea por n o causar estragos en nuestras propias filas, sea por dificultades del terreno. L a batería de montaña del capitán Errázuriz c o m e n z ó entonces a avanzar a fin de tomar la altura, pero lo arenoso del piso i las sinuosidades del c a m i n o retrasaban su marcha. La batería del capitán Villarreal c o m e n z ó también a moverse corriéndose a la derecha para tomar una altura desde d o n d e podia ofender al enemigo; pero su material mas pesado, n o le permitía adelantar c o m o hubiera deseado, i solo 3 a en derrota el ala izquierda del enemigo c o n seguía salvar la profunda quebrada que interceptaba su paso, h e c h o lo cual c o n t i n u ó con sus piezas por los l o m a j e s de la derecha hasta la c u m b r e que d o m i n a una parte del valle. En los mismos instantes que tan bravamente se batian el Chillan i demás batallones de la primera division, a g o tadas casi sus municiones i* c u a n d o la segunda se e n c o n traba mas o menos en la misma situación, el teniente c o ronel Silva Vergara hacia adelantar 2 ametralladoras, orden que ya habia d a d o el m a y o r Salvo para situarlas en la cima i ofender al enemigo. Pero quién sabe c ó m o se circuló que nuestra ala derecha era vencida, talvez por el repliegue que se vio obligada a efectuar, i las ametralladoras que n o tenian ninguna protección, c o m o el resto de la artillería de la derecha, tuvieron que contramarchar c u a n d o principiaban a subir la primera loma.

Mientras tanto, la segunda división, m a n d a d a por el c o mandante Parceló, avanzaba impetuosamente a paso de vencedores, sin disparar un solo tiro i recibiendo una granizada de balas, hasta juntarse c o n las guerrillas que sostenían un nutrido fuego que hacia el e n e m i g o oculto en sus atrincheramientos. Eran las 11.45 A . M. A S00 metros de distancia, mas o menos, el ala derecha que mas habia adelantado, formada por el Tejimiento 2. ° de línea, que al fin veia llegada la ocasión tan deseada de vengar a sus comandantes i hermanos caídos en la j o r n a da de Tarapacá, empeñaba la acción, d i s m i n u y e n d o por segundos esa distancia hasta encontrarse a tiro de pistola del enemigo. El c o m a n d a n t e Estanislao del Canto parecía entonces animado por los espíritus de Ramírez i V i var, que igualmente animaba a oficiales i soldados. El e j e m p l o d a d o por el c o m a n d a n t e Canto i mayores Arrate i A b e l Carretón, que mandaban respectivamente los dos batallones del rejimiento, c u y o efectivo al entrar en c o m b a t e n o alcanzaba a 600 h o m b r e s , era seguido por todos i cada u n o de esos valientes. El c o m b a t e n o podia ser mas recio.

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Felizmente, m u i luego se sabia la verdad i se m a r c h ó hacia adelante. A l pasar por la quebrada, que con inauditos esfuerzos p u d o salvar la artillería, encontré al primer oficial herido del Esmeralda, Juan de Dios Santiagos, q u e era c o n d u c i do por un soldado también herido, pero levemente, i al m a y o r Coke a quien c o n d u j e en busca de una ambulancia, ambulancia que n o encontramos i nos vimos obligados a ir hasta un p e q u e ñ o carretón c o n provisiones, d o n d e se encontraban tres asistentes del Esmeralda. Allí se h i zo una especie de carpa, mientras venia algún cirujano que se envió a buscar i que llegaba mas tarde. D e regreso encontré, a pocas cuadras, al subteniente Santiago Peñailillo que c o n d u c í a herido en un pié al teniente Arístides Pinto Concha, i le indiqué el lugar d o n d e quedaba el mayor Coke i que señalé c o m o refujio a los d e mas heridos del Esmeralda i al capellán señon Marchant Pereira, quien con caridad verdaderamente evanjélica, se habia bajado de su caballo para colocar sobre él a dos soldados heridos. El señor Marchant Pereira marchaba a pié tirando de la brida el caballo, sin importarle las balas i consolando a los heridos con cariñosas palabras. Consigno este h e c h o que enaltece a los capellanes do nuestro ejército que, c o m o el señor Marchant, no abandonaron un m o m e n t o a los heridos, prodigándoles toda clase de atenciones i los consuelos de la relijion.

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El rejimiento Santiago, cuyas guerrillas estaban casi paralelas a las del 2. ° i Atacama, formadas éstas por la 2. * compañía al m a n d o del capitán Rafael Torreblanca, describiendo en cierto m o d o un arco, avanzaban a paso de carga c o n j u n t a m e n t e con el A t a c a m a hasta m e n o s de tiro de rifle, sin parar un segundo esta marcha i h a c i e n d o fuego en avance para contestar al del enemigo que habia a c u m u l a d o allí grandes fuerzas i que con sus fuegos, parapetos i reductos se creia j u s t a m e n t e invencible, tanto mas c u a n t o era m a n d a d o por el jeneral Campero.

A l ver el arrojo i fiereza c o n que adelantaba la segunda división, el e n e m i g o reforzó con nuevos batallones su c e n tro, diezmando nuestras filas de una manera atroz, pero que n o arredraban a los que quedaban en pié o eran lev e m e n t e heridos. El comandante del Santiago, Estanislao León, es herid o primero en el brazo derecho i luego en el izquierdo; ! toma el m a n d o el sarjento m a y o r Silva Arriagada, que re| corriendo valerosamente la línea, recibe sucesivamente 4 ' balazos i muere pocas horas mas tardo, pero cuando ya | la victoria era nuestra, noticia que parece aguardaba para exhalar el último suspiro, i El capitán ayudante Lizandro Orrego se hace cargo del rejimiento i exhorta a sus soldados a vengar a sus jefes. E n esos mismos instantes una bala hiere levemente al c o m a n d a n t e Parceló, que acudía a todas partes animando con su presencia a la división de su m a n d o . Estábamos en lo mas terrible de la refriega; aquello era un diluvio de balas de rifle, de cañón, de ametralladoras; los soldados de la primera i segunda división caian c o m o si les faltara el suelo, pero seguían con mas coraje, con mas bríos los que n o habían recibido todavía algún proyectil enemigo. I ambas divisiones so batian desesperadamente contra el grueso del ejército unido que habla, concentrado allí todas sus fuerzas, todos sus recursos i que talvez creia m e dirse c o n todo nuestro ejército, ilusión que, si la tuvo, fué mas tarde desvanecida c u a n d o vio se movían las i m p o nentes masas do la tercera i cuarta división i de la reserva.

Llegando otra vez a la quebré., la, dónelo ya se habían r e fu jiado varios heridos do Navales, Valparaíso, Chillan i Esmeralda, hallé al capitán ayudante Federico Maturana, que habiendo c o m b a t i d o hasta aquel m o m e n t o al lado de i su comandante K o l l e y , haciendo honor a su nombro, so | ocupaba en reorganizar a los dispersos de los diversos I cuerpos i distribuirles municiones, tarea en que le a c o m - ! pañaba el j o v e n teniente E d u a r d o Locaros, ayudante dol ! 2. ° batallón del Esmeralda. Conseguido el objeto, v o l vían con aquel p u ñ a d o de soldados, a paso de carga, a j entrar cst aeccion nuevamente. \

Las guerrillas del A t a c a m a , que se habían adelantado c o m o hasta 1,000 metros de la línea enemiga, soportaban valerosamente un vivísimo fuego de fusilería, sin retroceder un paso, hasta que el resto de su batallón se incorporó a ellas después cío una fatigosa marcha por aquellos m é d a n o s i cuando sus filas se habían clareado horriblemente por los disparos del enemigo que no eran contestados sino c u a n d o todo el batallón desplegado en batalla avanzaba sereno i corno un solo h o m b r e hacia las c u m bres que se le habia ordenado tomar. La secunda división, f o r m a n d o c o n la primera una


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estensa línea, parecían una colosal serpiente de fuego i acero c u y o s estreñios quisieran unirse i que describían m i l ondulaciones causadas por las sinuosidades del terren o , sin que sus anillos, rotos a voces por la metralla, fueran n u n c a desligados por entero. El A t a c a m a experimentaba verdaderos estragos en sus filas, especialmente la 2. «* c o m p a ñ í a que mandaba el capitán ToiTcblauca. la que fué atacada por un considerable n ú m e r o do enemigos, i que c o m o la 1. - i 3. que acudieron en su ausilio, estuvieron a punto de ser envueltas por los contrarios con quienes el A t a c a m a ya u n i d o , aunque c o n pérdidas inmensas, tenia que sostener una l u c h a homérica, viéndose obligado a replegarse en su m a y o r parto, pues las bajas eran infinitas. Y a había caído el valeroso i audaz Torreblanca de un balazo cu la cabeza, igual suerte habían corrido el capitán Meliton Martínez, el subteniente Gualterio Martínez (hijos del c o m a n d a n t e del A t a c a m a que los veía caer ante sus ojos, secos en esos m o m e n t o s por el dolor i por el coraje) i el subteniente Yaienzuela; i el n ú m e r o de oficiales i soldados heridos iba en aumento. Los soldados dol 2. ° habían llegado c o m o a unos 80 metros del e n e m i g o , sufriendo c o m o los demás cuerpos numerosas bajas. A r m a r o n sus bayonetas i al toque de calacuerda i ai m a n d o do sus jefes i oficiales, se fueron c o m o una avalancha sobre las posiciones enemigas, defendidas por fuerzas considerables i entre las cuales se encontraba el batallón Zepita a quien hicieron pagar cara la j o r n a d a de Tarapacá. T o d a la primera línea de trincheras habia sido tomada al asalto por la primera i segunda división, sin ausilio n i n g u n o , i seguían haciendo fuego en avance c o n increíble intrepidez. Poro las bajas eran considerables, c o m e n z a b a n a agotarse las municiones i el e n e m i g o recibía tropas de refresco. E n tan críticos m o m e n t o s , nuestra línea c o m e n zó a ceder en parto i algunos cuerpos a batirse en retirada, alcanzando los enemigos a recobrar algunas do sus posiciones i a salir do sus atrincheran!ientos hasta unos 200 metros el batallón Chorolquo, el Alianza i otros. La situación era terrible, el p o c o terreno ganado instantáneamente por el e n e m i g o lo envalentonaba i sus crecidas bajas podían aniquilar las dos divisiones de vanguardia que se batían hacia mas de hora i media h a c i e n d o esfuerzos inauditos de valor i heroísmo, i en que rivalizaban los hijos de A t a c a m a i de Chillan, de Santiago i d e Val paraíso, todos esos hombres en quienes solo d o m i n a b a una idea, un pensamiento: defender la honra de su bandera.

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La Artillería de Marina, a las inmediatas órdenes de su comandante Vidaurre, adelantó sus dos compañías guerrilleras, siguiendo el resto del rejimiento formado en batalla a unos 100 metros a retaguardia, sin contestar los fuegos enemigos por temor de ofender parte del ala izquierda de la primera división que estaba a su vanguardia, sosteniendo desigua! i desventajoso c o m b a t e c o n el A r o m a i otros cuerpos del ala izquierda de! centro del enemigo i do la derecha de la división Camacho, fuegos que vino a contestar c u a n d o se encontró mas o menos a 500 metros, aumentando la velocidad de la marcha a m e dida que avanzaba i que los contrarios principiaban a t o car retirada.

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El rejimiento ele Artillería de Marina, fué puesto a las órdenes del coronel A m o n g u a l que ya so había adelantad o hasta las alturas que dominan oí valle, d o n d e reorganizaba los restos de su diezmada i bizarra división. El C o q u i m b o entraba desplegado en batalla al m i s m o tiempo a reforzar el 2. ° de línea, c u a n d o éste, a menos j de 200 metros se veía abrumado por fuerzas inmensa| mente superiores i escaso de municiones. A l llegar a p o ! eos pasos ele! 2. ° , el C o q u i m b o desplegó sucesivamente ¡ en guerrilla sus compañías, y e n d o primero la de c a z a d o ! res i la 4 . hasta sobrepasar en cierto m o d o las líneas del | bravo 2. ° de línea, d o n d e se rompió el fuego, que el ene| m i g o , envalentado c o m o antes he dicho, contestaba con i furor, haciendo estragos en las primeras filas e hiriendo \ en un brazo al c o m a n d a n t e Gorostiaga que no p u d o c o n | tinuar m a n d a n d o su batallón, reemplazándole el sarjento i mayor, Pinto A g ü e r o que, aunque n o m b r a d o recientemen¡ te 2. ° jefe del C o q u i m b o , conocía su j e n t e i supo aprove| char su d e n u e d o i empuje. 13

¡ Siguióse el fuego en avance a paso de carga hasta m u i i cerca de las trincheras, d o n d e la compañía del capitán j L u i s L a r r a i n Alcalde armó bayoneta de orden de su j e f e , ! h u y e n d o el enemigo a la vista de esta terrible arma, perseg u i d o por los nuestros hasta las lomas que dominan el j valle, d o n d e todas las divisiones, escopto la primera, se d e tuvieron disparando siempre sobre los p o c o s dispersos que ¡ habían escapado por el valle i sinuosidades ele la altura I que ocupaban i que ocultaban los numerosos i elevados i cerros.

El C h a c a b u c o entraba por su parte c o n brillo en la refriega, con su guerrilla desplegada a la derecha, m a r c h a n d o el batallón en el mas perfecto orden durante todo el trayecto que tuvo que recorrer, hasta rechazar en esa parte al enemigo j u n t a m e n t e con el Santiago, i llegando a la altura en que p o c o a p o c o iban deteniéndose los demás E n tan angustiados m o m e n t o s i c u a n d o los jefes de las dos divisiones i los comandantes de cuerpo habían p o - ¡ cuerpos. d i d o m u n i c i o n e s i refuerzos, entraban a paso de carga la tercero, i cuarta división i se ponía en m o v i m i e n t o la ¡ Los cuerpos de la cuarta división que tan o p o r t u n a reserva. i mente venían a reforzar nuestra izquierda, adelantaban a La tercera división entró a reforzar con la Artillería de ¡ paso de carga sin disparar, a p r o v e c h a n d o las menores siMarina ol ala izquierda de la primera división, i c o n el I nuosidades del terreno para ocultarse, pues marchaban a C h a c a b u c o i C o q u i m b o el ala derecha do la segunda, ! p e c h o descubierto i eran el blanco del fuerte i de la inmientras la cuarta c o n Zapadores, Lautaro i Cazadores : f a n t e r í a d e la derecha enemiga, que habría h e c h o m u c h a s del Desierto reforzaban la izquierda que tenia a su frente ¡ mas bajas si n o hubieran adoptado esos cuerpos en su el r e d u c t o artillado de! enemigo i parto de las fuerzas del I avance el orden disperso. jeneralísnno Montero que mandaba la división de la d e Los Zapadores colocados al lado del Atacama, avanzarecha del e n e m i g o . ! ron desplegados en guerrilla, sin disparar hastaeucontrarEste ausilio n o p u d o ser mas oportuno, pues al ver q u e : se c o m o a 000 metros del enemigo, siguiendo luego unidas adelantaban la tercera i cuarta división a paso de trote, las brigadas, yendo a su frente el comandante Santa Cruz. E l enemigo concentró todos sus fuegos sobre los cuerpos que nuestros soldados cobraron nuevos bríos, n u e v o entusiasm o i rehechos i municionados en parte, gracias a los es- veía llegar, i el Atacama, ya rehecho, aprovechando un punto débil, se lauzó como un brazo de mar por un dique fuerzos de los aj'udantes de c a m p o , de Estado Mayor i abierto, en el campo enemigo, a las órdenes de su comanayudantes de cuerpo, se adelantaron c o n indecible e m p u dante Martínez, llegando hasta tomar la retaguardia de la j e sobre sus tenaces enemigos que comenzaron a retrocealtura. der defendiéndose de trinchera en trinchera, do altura en altura, de zanja en zanja, de las que eran sucesivamente E l comandante Martínez con parte de su tropa i alguna desalojados, cubriendo con sus cadáveres los fosos que p r o fuerza del Santiago se dirijo entonces al fuerte atacándolo tejian sus inespugnables i fortificadas posiciones. por la espalda, i consigue en unión con Zapadores que lo ataca de frente i Cazadores del Desierto por el flanco deTOMO i i — 7 7

j I 1 i i


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recho, apoderarse de él i hacer huir a sus defensores que corrían dispersos por diferentes senderos en dirección a Pachía. Los Zapadores no habían avanzado desde que se encontraron a tiro de rifle, sin esperhnentar numerosas pérdidas a causado la lluvia de metralla que se les hacia del fuerte, cayendo desde los primeros momeutos herido el capitau ayudante A b e l Luna i los subtenientes Maldonado, Muñoz, Poblóte i Diaz Villar, i poco mas tarde cuando el enemigo se pouia en fuga, el bravo comandante Santa Cruz, que sucumbía mas tarde en medio de sus amigos i cuando una espléndida victoria coronaba sus denodados esfuerzos. Cuatro compañías del Lautaro avanzaban a la vez en guerrilla, i a 600 metros rompían el fuego, flanqueando al enemigo que parecía brotar de la tierra, entrando luego dos compañías qne habían quedado c o m o reserva a unirse con las anteriores. El fuego era vivísimo, i el Lautaro marchaba haciendo fuego en avance, tendiéndose en los mas lijeros pliegues del terreno basta llegar a las trincheras del enemigo, a quien ponía en confusa retirada. Tres compañías del l . batallón se dirijen al fuerte, siguiéndoles otras tres del 2. ° , cuando ya el enemigo se lanzaba despavorido por la quebrada. o r

Por su lado, Cazadores del Desierto no habían quedado atrás, i apesar de las balas i del cansancio de una marcha por demás penosa, penetran al fuerte con arrojo sin igual, dando nua soberbia carga a la bayoneta, siendo de los primeros en llegar a la fortaleza, los subtenientes Rabauseu i W h i t i n g con el sarjento Juan Krcemer. Ausilió eficazmente a la cuarta división, la hatería del capitán Fonteeilla, que reuniéndose a la división avanzó con ella, colocándose en batería i rompiendo el fuego sobre el fuerte a 2,000 metros, siguiendo después el avance c o n juntamente con la cuarta. Eran las 2 P. M. cuando nuestro victorioso ejército llegaba por parcialidades a la cumbre que domina el valle. E l coronel A m e n g u a ! , que como antes he dicho, se había adelantado con parte de su fuerza i corno aun se hacían algunos disparos, ordenó al capitán Villarreal, que habia llegado con su batería, hiciera fuego sobre los fujitivos i sobre la ciudad, i al mismo tiempo envió a unos de sus ayudantes donde el Jeneral, pidiéndole 500 hombres de infantería i el resto del l . ° escuadrón de Carabineros que durante la batalla sirvió de escolta al Jeneral en Jefe. El capitán Villarreal alcanzó a disparar 10 proyectiles, enviando el primero a las 2.20 P. M. Corno no llegara el refuerzo pedido, el coronel A m e n g u a l comenzó a descender la quebrada con 60 Carabineros a las órdenes del c o mandante Ruines, los restos del Valparaíso formados en guerrilla al mando de su jefe el coronel N i ñ o , unos pocos Esmeraldas i una ametralladora. En el c a m i n o antes de llegar al valle, estaba y a el 3. ° de línea que tenia orden de situarse a media loma por si el enemigo aparecía, por lo cual no se unió al V a l paraíso. El coronel A m e n g u a l siguió avanzando hasta llegar al valle i marchando por los faldeos hizo alto a tiro de rifle de la estación del ferrocarril de Tacna. En esos m o m e n t o s se presentó el capitán Flores de artillería, quien dijo que el pueblo estaba armado, pues y e n d o enviado c o m o parlamentario por el coronel Vergara se le habia h e c h o fuego en la ciudad. A l m i s m o tiempo se distinguió a un individuo c o n una bandera blanca, i c r e y é n d o l o algún parlamentario, se m a n d ó al capitán, Juan do Dios Dinator a su encuentro a c o m p a ñ a d o de 4 carabineros, resultando d i c h o individuo ser m i e m b r o de una ambulancia peruana. U n a vez sn presencia del coronel A m e n g u a l , éste le dijo r

PACIFICO.

que volviera al pueblo i anunciara que si se hacia resistencia quemaría la ciudad. Los soldados al oir esto prorrumpieron en vivas a Chile i al coronel. C o m o el ambulante montara una m u í a de mala e s t a m el coronel A m e n g u a l se bajó de su caballo i se lo dio | para que cumpliera mas pronto su comisión, t o m a n d o él j la muía. Pocos minutos mas tarde, a las 3.12 P. M., sabia el j e neral lo ocurrido a los parlamentarios, i ordenaba q u e la artillería rompiera sus fuegos sobre la ciudad. A causa de esto taívez no regresó el ambulante, i el coronel i m p a cientado marchó c o n la pequeña fuerza de que disponía a apoderarse de la población. A l llegar a los suburbios, ya habían cesado los fuegos ele la artillería, mui luego se presentaba una comisión d e los cónsules estranjeros c o n un acta firmada, d a n d o esplicaciones sobre el atentado c o m e t i d o contra el capitán Flores, atentado que atribuían a unos p o c o s soldados p e ruanos ebrios e instigados por un i n d i v i d u o que habia huido. El coronel A m e n g u a l , sin detenerse mas i a c o m p a ñ a d o por los Carabineros, penetró por una angosta calle de la ciudad, llevando a su derecha al c o m a n d a n t e Búlnes, i p o c o mas atrás al m a y o r W e n c e s l a o Búlnes, c a p i tán Dinator i el que esto escribe, llegando a la plaza de Tacna a las 4.30 P. M. en p u n t o . E n el trayecto le salió al encuentro el d o c t o r G. Maclean, primer alcalde de la ciudad, asegurando que no h a bia j e n t e armada en la población. ' — E s t á bien, dijo el coronel A m e n g u a l . C o m a n d a n t e Búlnes, U d . m e responde de este caballero i al primer disparo que se haga sobre nuestros soldados, lo m a n d a fusilar. I en seguida dirijiéndose en voz baja al c o m a n d a n t e i Búlnes: trátelo c o n toda consideración, j Y a en la plaza i tomada la ciudad, el coronel A m e n i gual hizo que la Artillería de Marina i. cuerpos de su división, que se habían reunido en el valle, se acuartelaran en la población, haciendo un servicio de patrullas i avanzadas para evitar, tanto una sorpresa cualquiera, c o m o los desórdenes que pudieran tener lugar con los soldados dispersos de los diversos cuerpos del ejército que fueran lleg a n d o en la noche. ! Haria diez minutos que el coronel A m e n g u a l se habia I d e s m o n t a d o de su caballo en la plaza, t o m a d o un vaso de j agua fresca i enviado c o n un ayudante un ramo de flores i cojidas en el jardín, al Jeneral en Jefe, c u a n d o llegó el I coronel José Francisco Vergara con quien t u v o una larga i conversación sobre la necesidad de picar inmediatamente | la retaguardia al enemigo, que en c o m p l e t o desorden | huia por diversos senderos en dirección al interior, pasan| do por Pachía i Calaña, única via que podían seguir los | dispersos restos del ejército perú-boliviano, pues n o era i posible se dirijiesen por el c a m i n o de Arica, c u y o ferro| carril habia sido cortado, i desde que nuestra artillería que ocupaba las cumbres del valle habría h e c h o estragos sobre ellos que habrían tenido que marchar descubiertos por una estensa pampa. Sea por las dificultades del c a m i n o d e s c o n o c i d o para nosotros i d o n d e el e n e m i g o podía tendernos una e m b o s cada, sea porque la caballada estuviese cansada i sin haj ber c o m i d o , sea porque y a habia entrado la fuerza de caballería que después del c o m b a t e m a r c h ó en persecución de los desarmados fujitivos que p o c o antes m a n daba el jeneralísimo Montero, quien, por informaciones fidedignas, se supo habia sido uno de los primeros en pasar por Tacna hacia Pachía, diciendo, para encubrir .su descalabro, que allí se iba a reunir c o n la división Leiva | para atacar a los chilenos, sea por cualquiera de esas c a u sas, esa fuerza tuvo que pasar la noche cerca del A l t o de Lima. El señor Vergara se retiraba c o m o a las 5 P. M., en dil reccion al cuartel jeneral que se estableció por algunos


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dias a la bajada del valle, i el coronel A m e n g u a l c o n los 60 carabineros m a n d a d o s por el c o m a n d a n t e Búlnes, t o m ó por la calle principal, siguiendo por los afueras d e la ciudad hasta Chorrillos i el A l t o de L i m a p o r si habia enem i g o s p o r aquellos contornos. Se encontró a unos cuantos dispersos, entre ellos algunos oficiales, i y a entrada la noche regresamos a la c i u dad, apeándonos frente al hotel San Carlos, d o n d e , según se supo después, habia m a n d a d o preparar u n a c o m i d a el jeneralísimo Montero, c o m i d a q u e sirvió para el coronel A m e n g u a l , su Estado M a y o r i ayudantes, c o m a n d a n t e Búlnes i H o l l e y . L a noche se pasó sin ninguna novedad, a no ser un i n cendio que se declaró a pocas cuadras del hotel i que fué sofocado por soldados chilenos mandados por el c o m a n dante Vidanrre, qne tenia a su cargo la custodia de la ciudad. Soldados dispersos qne bajaron al valle, cometieron en los suburbios pequeños desórdenes difíciles de evitar después de nua batalla, siendo tomados presos por las patrul l a s : pero en la ciudad no ocurrió absolutamente nada.

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OCTAVO.

que otro proyectil le rasga c o m o c o n la m a n o l a casaca i la camisa rasguñándole la piel én la paleta derecha. A l verlo caer, uno d e los ayudantes se dirije a él c r e y é n d o l e gravemente herido. — A d e l a n t e , m u c h a c h o s ! es todo lo que dice el antiguo 2. ° j e f e del 7. ° al incorporarse para seguir batiéndose c o n sus chillanejos. Parece q u e los soldados enemigos tenían encargo especial d e apuntar sobre los q u e n o combatían a pié, pues el n ú m e r o de caballos muertos i heridos pasan de 100 i n o son m u c h o s los oficiales q u e después de la batalla conservaron los suyos. A l hermoso caballo q u e m o n t a b a el alférez Souper, u n a bala le penetró por el ojo derecho saliendo por el izquierdo, dejando ciego al pobre animal qne m u r i ó p o c o d e s pués. E n la terrible carga que dieron los Granaderos i que permitió rehacerse al Esmeralda i a los Navales, le matan el caballo al sarjento m a y o r David Marzan, q u e d a n d o éste aplastado por el n o b l e bruto, i allí habría s u c u m b i d o si el soldado distinguido Maturana, desafiando las balas, n o se hubiera bajado en el m i s m o m o m e n t o del suyo i d á d o l o al m a y o r después de ayudarlo a levantarse. E n lo mas recio del combate, cae muerto el caballo q u e montaba el coronel Urriola, arrastrándolo en su caida. E l teniente E d u a r d o Lecaros se baja al instante del suyo, que cede al coronel, m o n t a n d o él a las ancas, precisamente c u a n d o por falta de municiones nuestra línea se replegaba por ese lado. U n a bala pasa rozando la espada del teniente Lecaros i va a herir en el muslo al coronel Urriola que es llevado hasta la quebrada d o n d e se le h i z o la primera curación, v o l v i e n d o Lecaros n u e v a m e n t e al centro d e la refriega. El coronel Urriola, una vez q u e le curaron la herida, m o n t ó otra vez a caballo para ponerse al frente de su cuerpo. El soldado Maturana, fué h e c h o sarjento después d e la batalla, siguió batiéndose a p¡é al lado de la infantería.

Muchos son los episodios, los rangos de valor i heroísm o , las hermosas acciones que tuvieron lugar durante el memorable combate de las alturas de Tacna, i de los cuales consignamos en seguida algunos: Cuando el Jeneral en Jefe pasó por el punto en que se encontraba el comandante Martínez, del Atacama, que en lo mas recio de la batalla vio caer segados en flor a sus dos hijos, capitan Meliton Martinez i subteniente Gualterio Martínez, felicitó por su valor a aquel digno jefe, al mismo tiempo qne al acongojado padre ciaba el pésame, el comandante Martinez contestó solo estas dos palabras: — Dios me los dio: la patria me los quitó. I siguió marchando con su batallón. I cuando igual manifestación le hacia el Estado Mayor, respondió: — C o m o padre, lloro la muerte de mis h i j o s ; como chileno me enorgullezco de que hayan caido en defensa de su patria. Siento que el vínico hijo que me queda no esté, por Cuando el A t a c a m a se batia c o n tanto d e n u e d o c o m o su edad, en estado de reemplazar a sus hermanos. e m p u j e hasta estrecharse c o n el enemigo, el ayudante E l comandante Martinez fué objeto, después de la b a - • A r c e hacia prodijios d e valor i mas de una vez estuvo a ila, de las mas sinceras manifestaciones de parte de los j e - | punto d e apoderarse d e u n estandarte peruano. E n su ú l fes i oficiales del ejército. i tima tentativa i c u a n d o y a habia t o m a d o la codiciada ; presa, una bala le mató instantáneamente, sin permitirle Cuando el Coquimbo se encontró a 200 metros del cen- i realizar su noble empeño. tro del enemigo, donde estaba el rejimieuto Murillo, formado por la juventud de La Paz i división Canevaro, fué recibido por una granizada de balas qne de preferencia parecían dirijidas sobre el estandarte que ¡levaba el subteniente Carlos Luis Ansietà. E n efecto, el subteniente Ansietà recibía primero uu b a lazo en la pierna i luego'otro en el brazo derecho, que no le permitió llevar por mas tiempo esa gloriosa enseña. L a toma entonces el. subteniente Juan G. Varas. M i nutos después es herido por una bala que le penetra cerca de la ingle, entregando el estandarte al sarjento de la e s colta, Juan N. Oyarce que a los pocos pasos cae muerto. T o c a el T u r n o al sarjento Cristian Heltlarg, i también es m u e r t o , sucediéndole los cabos Daniel Diaz, que a su vez cae m u e r t o , i Bernardo Segovia, herido. L o s cabos Manuel J. Vera i D o m i n g o Aliéneles fueron los últimos q u e lo tomaron. El m i s m o estandarte q u e d ó gloriosamente mutilado p o r 10 balazos e n e m i g o s , i el asta salpicada c o n la sangre ele sus defensores, i él será un timbre de gloria par*a este batallón i una preciosa reliquia para la provincia de C o quimbo. Ai entrar el Chillan en la línea de batalla guiado por sus j e f e s , c o m a n d a n t e Vargas P i n o c h e t i sarjento m a y o r García Videla, una bala mata el caballo del comandante c u a n d o estaba cerca d e las trincheras, al m i s m o tiempo

D E S P U É S D E LA B A T A L L A .

Jueces

27.

La caballería q u e la n o c h e del c o m b a t e n o p u d o per! seguir al enemigo, salia en gran parte de los suburbios d e Tacna, d o n d e pernoctó, a las 7.30 A. M. a las órdenes del sarjento mayor Rafael Vargas. | Componían esta división, el 2. ° escuadrón de Carabi| ñeros d e Y u n g a i , un escuadrón d e Granaderos al m a n d o ! del capitán Urrutia i el rejimiento d e Cazadores a las ó r denes del sarjento m a y o r J. Francisco Vargas. Cerca d e Calaña, aldea que dista p o c o mas d e legua i m e d i a d e Tacna, el m a y o r Rafael Vargas ordenó que C a zadores tomara la derecha, Granaderos la izquierda i Carabineros el centro, d e b i e n d o avanzar los segundos hasta una legua al interior d e ! pueblo, que se encontró enteramente abandonado. Al llegar a u n a puntilla a orillas del vallé, los Granaderos reciben un nutrido fuego de fusilería que les hace el enemigo oculto en el bosque i tapias de adobe, pero felizmente sin causar bajas. Granaderos corno Carabineros que habían ido en ausilio, so vieron obligados a retirarso, pues n o podían atacar a sus enemigos por las ventajosas posiciones que ocupaban. El m a y o r R. Vargas envió inmediatamente un propio


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d a n d o parte al jeneral de lo que ocurría i que, según las declaraciones de varios prisioneros, habia en Pachía unos 5,000 hombres mandados por Montero, Campero i A l b a barracin, i que la fuerza que habia h e c h o fuego sobre nuestra caballería era una avanzada c o m o de 1,000 h o m bres, teniendo además Campero 2 cañones K r u p p que habia logrado salvar del desastre del día anterior. Esto parte llegó a Tacna, casi entrada la n o c h e , i ya se habia puesto en movimiento el l . escuadrón de Carabineros i la primera división c u a n d o llegó el m a y o r Vargas, que viendo no recibía refuerzos, regresaba con su división conforme a las órdenes que habia recibido de volver el m i s m o día. En esta espedicion se tomaron 165 prisioneros, incluso 8 oficiales que se habían ocultado en los potreros i fincas del valle. o r

Por su parte, el capitán J u a n de Dios Dinator, tomaba 139 prisioneros el m i s m o dia 27, c o m o p u e d e verse por el siguiente parte: "Primer escuadrón Carabineros de Yungai.—Tacna, Mayo 28 de 1880.—Señor Comandante: c u m p l i e n d o c o n la orden que V. S. se sirvió darme verbalmente para capturar dispersos del enemigo, m e puse en marcha con 1 cabo i 3 soldados del escuadrón de su m a n d o . E n la ciudad i campos vecinos a ella, pude capturar los que en seguida se espresan: 2 2 5 130

tenientes coroneles sarjen tos mayores oficiales subalternos individuos de tropas.

V i e n t i o c h o rifles de distintos sistemas que se e n c o n traron en poder de los prisioneros i algunas municiones fueron c o n j u n t a m e n t e entregadas al Estado M a y o r J e neral. D e b o prevenir a V. S. que 2 sarjentos mayores i 28 soldados fueron capturados por el capitán ayudante d o n R o b e r t o Bell. E n el n ú m e r o de prisioneros que le indico a V . S. n o se encuentran incluidos el capitán Salazar i 4 soldados q u e se tomaron en el mismo c a m p o de batalla i que V . S. puso a disposición del señor Jeneral en Jefe.—Juan de 1). Dinator, ayudante m a y o r . — A l teniente coronel don Manuel Búlnes." Desde el amanecer del 27 salí a recorrer la ciudad que parecía de fiesta, pues en la mayor parte de las casas, sino en todas, se habia enarbolado banderas italianas, francesas, inglesas, alemanas, suizas, españolas i hasta asiáticas, ostentándose la chilena únicamente en la C o mandancia Jeneral de Armas. Me dirijí en primer lugar a las ambulancias, i es allí donde el corazón se c o m p r i m e con los horrores de la g u e r ra. Las ambulancias bolivianas, perfectamente atendidas, asilaban c o m o 900 heridos entre jefes, oficiales i soldados, i las peruanas n o m e n o s de 600. E n u n salón encontramos al coronel Camacho, jefe del ejército bolivano i c o m a n dante de la división de la izquierda del enemigo. Está herido por un casco de granada cerca de la ingle, mas abajo del abdomen. Apesar de que su herida es de alguna gravedad, su semblante no acusaba el dolor i su voz era entera i serena. El coronel Camacho es reputado en el ejército boliviano c o m o un jefe valiente i de vasta ilustración. Hablamos c o n él un buen cuarto de hora sobre la actual guerra i su cercano término, i dijo estas palabras: — L a presente guerra no terminará tan pronto, a lo m e n o s por lo que a mí respecta; i creo q u e la lucha la continuarán nuestros hijos i los hijos de nuestros hijos. H a b l a n d o después con el teniente Santa María sobre derecho internacional, manifestó estensos conocimientos i una erudición esquisita.

PACIFICO.

En la misma habitación que el coronel C a m a c h o , se hallaba el c o m a n d a n t e Ravelo, 2. ° jefe de los Colorados. El edificio del teatro, edificio mas o m e n o s parecido al de Variedades i situado ai fin de una alameda, habia sido convertido en un hospital de sangre i allí habian sido c o n d u c i d o s , c o n escepcion de unos pocos que eran atendidos en casas particulares, c o m o sucedió después c o n casi todos, nuestros oficiales heridos, que ocupaban el segundo piso i los palcos, mientras el proscenio, platea i salones bajos so destinaban a los soldados. E n un establecimiento de baños, se arregló otro hospital a cargo del cirujano del Santiago, d o c t o r Matías Aguirre que escapó milagrosamente con vida el dia de la batalla. El d o c t o r Aguirre m a r c h a b a a retaguardia de su Tejim i e n t o atendiendo a los heridos que caian. D e improviso siente un violento c h o q u e en el costado izquierdo: una bala habia p e g a d o en el saco de cuero q u e llevaba terciad o i c o n algunos m e d i c a m e n t o s , h a c i e n d o pedazos los frascos pero sin causar daño al señor Aguirre. I hablando de cirujanos debo decir que el cirujano del Esmeralda, señor Leteiier, el del Chillan, señor Merino, el del Atacama, señor Eutorjio Dias, el del Lautaro, señor Rubilar, i en jeneral los cirujanos de los cuerpos que entraron en combate, se portaron c o m o el d o c t o r Aguirre, y e n d o a retaguardia de los cuerpos a que pertenecen. E n el lado izquierdo trabajaban igualmente el d o c t o r A l l e n d e Padin, Marcial Gatica, K ó r n e r i algunos otros, i si el servicio de ambulancias d e j ó que desear, ha sido a causa de la deficiencia de su personal, demasiado escaso c o m o en otras ocasiones lo h e m o s d i c h o . N o está demás advertir, que si el material de las a m b u lancias n o llegó con la prontitud deseada, se debe a las dificultades del c a m i n o que orijinaron igualmente el retardo de los carros c o n víveres i municiones. A d e m á s de los dos hospitales ya citados so estableció un tercero en el estenso local de la recoba, otro en una casa a dos cuadras del teatro i otro cerca de la estación, d o n d e los heridos eran atendidos lo mejor posible en los primeros m o m e n t o s siempre tan angustiados, quedando tres dias después regularizado el servicio, aunque escasos algunos medicamentos, c o m o el cloroformo, i n c o n v e n i e n te que el señor A l l e n d e Padin se empeñaba en remediar. El Jueves 27 i c u a n d o sus amigos esperaban salvarle la vida, fallecía el c o m a n d a n t e Santa Cruz a c o n s e c u e n cia de la herida que recibió en el costado derecho cerca del estómago. En la mañana habia estado tranquilo i h a b l a n d o con sus c o m p a ñ e r o s de los incidentes de la batalla, de su Tej i m i e n t o i de las nuevas victorias que aguardaban a Chile. A l ver su tranquilidad nadie hubiera creído tan cercano su fin. H a c i a pocos m o m e n t o s que habia quedado solo c o n su asistente que no lo abandonaba un s e g u n d o , c u a n d o éste salió diciendo: ¡Se muere mi c o m a n d a n t e ! Cuando sus amigos llegaron hasta el lecho en que descansaba el joven i valiente comandante, Santa Cruz habia dejado de existir, causando la noticia de su muerte dolorosa impresión en el ejército que veía en él a uno de sus mejores jefes, tanto por su valor e instrucción c o m o por su franco i b o n d a d o s o carácter. El c o m e r c i o que c o n m u i raras escepciones habia perm a n e c i d o cerrado, c o m e n z ó a abrir sus puertas tan luego c o m o se p u b l i c ó el siguiente bando: " S a m u e l Valdivieso, coronel del ejército d e Chile, c o mandante jeneral de armas, i jefe político de esta plaza etc., etc. Por cuanto en uso de las facultades concedidas por el


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OCTAVO.

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Jeneral en Jefe del ejército en campaña, lie decretado lo D e los nuestros ya se habían sepultado la m a y o r parte siguiente: ele los muertos, no sucediendo lo mismo c o n los enemigos 1. ° T o d o individuo que tuviere en su casa o depenque yacían todavía en el lugar en que habían caído i que dencia, armas, municiones o cualesquiera clase de elefueron enterrados en los dias siguientes en las mismas mentos de guerra, pasará a entregarlas a esta C o m a n d a n zanjas que habían abierto o en las fosas que les servían cia Jeneral en el plazo improrrogable de veinticuatro de abrigo. horas, bajo la multa de 100 pesos o por igual n ú m e r o T o d o el estremo del ala izquierda del enemigo estaba de dias ele prisión, al infractor. verdaderamente sembrado ele Colorados i A r o m a s que se batieron c o m o leones. Por lo que vimos i por los informes 2. ° Queda prohibido desde esta fecha, cargar armas o tenerlas en depósito en almacenes o casas particulares, de jefes bolivianos, el número de sus muertos p u e d e estimarse en 1,200, que unidos a los 900 heridos, darían u n sin permiso de esta Comandancia. total de 2,100 bajas en el ejército de Bolívia, fuerte el día 3. ° Queda absolutamente prohibido en todo el recinto del c o m b a t e de 4,500 hombres. de mi mando, la venta de licores bajo la multa ele 50 pesos al infractor. D e los peruanos, según los cálculos mas aproximados, 4. ° Los despachos, cafées i establecimientos públicos se sucumbieron 400 hombres i h u b o 600 heridos, f o r m a n d o cerrarán a las 10 P. M. bajo iguales penas. un total de 1,000 en números redondos. Las fuerzas p e 5. ° De la fecha en veinticuatro horas pasarán a inscri- ruanas ascendían el día del c o m b a t e a 6,000 hombres, ateniéndonos a los datos que nos han dado jefes boli vanos birse a las oficinas de esta Comandancia Jeneral, todo i peruanos. peruano o boliviano que se halle en todo recinto de mi mando. Así pues, el total ele las bajas del ejército unido en la 6. ° E l que en el plazo indicado no se hubiese presen- ii batalla de Tacna, puede estimarse en 3,100 ele éstos 1,600 tado a la espresada Comandancia, será considerado c o m o I muertos i 1,500 heridos, que son atendidos en casas partiespía i j u z g a d o en consejo de guerra verbal, con arreglo a j otilares i que no bajan ele 50. las leyes. 7. ° Se permite que desde el acto de ser publicadas las Sábado 29. presentes disposiciones, quede abierto en jeneral todo el comercio i bajo la protección de las armas ele la R e p ú La ciudad sigue perfectamente tranquila,- notándose blica. cierta animación en el c o m e r c i o . En el mercado hai esca8. ° Por tanto, i para que llegue a conocimiento de sez de carne i solo se obtiene a precios increíbles; pero no todos, pnblíquese por bando i fíjese en carteles en los l u - faltan las verduras i las frutas. gares mas públicos de la ciudad. El pan es un artículo de lujo e importa dos reales (20 Dado en Tacna, a 27 dias del mes de Mayo de 1 8 8 0 . — cts. nuestros) una marraquetita delgada de una cuarta de Samuel Valdivieso.'' largo. Viernes

2S.

P o c o después de las 11 A. M. salia de Tacna con dirección a Pachía una división compuesta de los rejimientos Ruin 1. ° de línea, 3. ° i 4. ° i batallón Búlnes, dos baterías de campaña i la de montaña del capitán Fonteeilla, 2. ° escuadrón de Carabineros, Cazadores i un escuadrón de Granaderos al mando del comandante Yávar. Estas fuerzas iban a las órdenes del coronel Lagos. El desfile de la división por la principal calle de la ciudad causó grande impresión, especialmente cuando pasó nuestra artillería tirada por magníficos caballos. Un estranjero d e c i a : — C o n soldados como éstos i con una artillería como la que ustedes poseen, se comprende hayan vencido a los aliados. El ejército chileno es. uu ejército a la europea. I ese caballero no era el único que así pensaba; a m u chos otros, en particular alemanes les vimos espresarse en idénticos térmiuos. A las S P. M . , el capitán Dinator con 50 Carabineros del l . escuadrón ele Carabineros de Yungai al mando del alférez Forués, partía también a reconocer las inmediaciones de Arica, e r

Esceptuando la primera división i la Artillería de Marina, el resto del ejército sigue acampado al otro lado del valle, quedando la segunda división en las alturas en que se libró la batalla. A la 1.30 P. M. salimos a recorrer el c a m p o de batalla en compañía de los capitanes Rivera i Baeza i teniente Santa María i pudimos cerciorarnos de las escelentes i bien atricheradas posiciones que ocupaba el enemigo, estendiéndose la línea desde el fuerte de la derecha hasta mas de legua i media hacia la izquierda, sembrada de cadáveres cuyo aspecto contristaba el alma. E n algunos puntos los inanimados cuerpos estaban apiñados unos sobre otros, especialmente en el ala izquierda d o n d e combatió la primera división i cerca del fuerte.

Domingo

30.

V u e l v e de su espedicion el capitán Dinator, quien nos la refiere c o m o sigue: H a b i e n d o salido a las 8 P. M. del Viernes t o m é la línea del ferrocarril i al llegar c o m o a o c h o cuadras del punto d e n o m i n a d o H o s p i c i o dejé a retaguardia 47 h o m b r e s al m a n d o del alférez F o r n é s i c o n 3 m e fui en un carro de m a n o para apoderarme de la oficina telegráfica. La oscuridad de la n o c h e no nos permitió distinguir una avanzada enemiga, q u e nos dio el quién vive c o m o a 20 metros de distancia. S e g u i m o s adelante sin contestar i nos volvieron a preguntar quién vive, al mismo tiempo que nos hacían una descarga que contestamos, h u y e n d o el enemigo. A l oir las detonaciones avanzaron 6 hombres de los nuestros i c o n ellos cargamos haciendo fuego sobre los fujitivos que huían por la p a m p a i m u í luego se perdían en las sinuosidades del terreno. A g u a r d a m o s allí hasta el alba, m a r c h a n d o en seguida hacia la costa para ver m o d o de c o m u n i c a r n o s c o n n u e s tros buques. Desplegué una bandera chilena, que m e facilitaron los Navales, a c o m p a ñ a n d o el despliegue con tres burras que lanzamos desde la playa. Los buques vieron nuestra bandera i nos contestaron subiendo la tripulación a la arboladura. E n ese m i s m o instante, la tropa que había dejado en una altura, avisó que se avistaba el enemigo. Se presentaron c o m o 50 hombres de caballería i algunos de infantería; formé en batalla i avanzamos c o m o seis cuadras, lo que bastó para que arrancaran a los cerros haciendo fueg o c o m o a 35 cuadras. Seguimos avanzando hasta la quebrarla de Chacalluta i allí, a vista i paciencia del enemigo forrajeó nuestra caballada. U n a hora después se me avisó que el enemigo venia polla quebrada; pero volvía a huir tan luego como formé en batalla. E n seguida me hicieron señales de la Comdonga i me dirijí a la playa, desde donde divisé a nu marinero que se desprendía del Cochrane i tomaba a nado la costa. E l


614

GUERRA

DEL

marinero, qne no era otro que John Lewis, traía un pliego cerrado para el Jeneral en Jefe. Contestó a algunas preguntas i volvió a echarse al mar, pero las rompientes eran mui fuertes i no le permitían avanzar. Agotadas ya sus fuerzas regresó a tierra i se vino con nosotros. A las 6 P. M. nos pusimos en marcha hacia Tacna, a donde llegamos a las 3. A . M., dando cuenta inmediata de lo ocurrido. E l Lunes 31 regresaba la espedicion mandada por el coronel L a g o s en reconocimiento i persecución del enemigo. La división espediciouaria que había acampado la noche del Viernes en Calaña, salia al amanecer del 29 en dirección a Pachía, aldea distante poco mas de tres leguas de Tacna i situada en el mismo valle. En Pachía se hizo alto, enviando de descubierta un escuadrón de Granaderos cuyo mando tomó el comandante Yávar i el 2, ° escuadrón de Carabineros a las órdenes de su jefe sarjento mayor Rafael Vargas, a quien a c o m p a ñaba el teniente de artillería José Manuel Ortúzar, conocedor de aquellos lugares que habia recorrido durante su estadía en Corocoro. P o c o mas allá de Pachía, el valle termina en dos profundas quebradas: la de Pallagua o Calientes por donde se va a Moqnegua i Torata por senderos escabrosos i en medio de la sierra: la de Palca donde se encuentra el tambo de San Francisco, rodeado de escarpados cerros i que es el camino real de Arica a Bolivia. El mayor Vargas se dirijió con su escuadrón bacía San Francisco enviando de avanzada una mitad al mando del alférez Sotomayor, como a 1,000 metros a vanguardia, sirviendo de guia el teniente Ortúzar. A la media hora de marcha, la avanzada era recibida desde las alturas por un vivo fuego de fusilería que no cansó perjuicios. Inmediatamente acudió el mayor Vargas en protección de la descubierta i ordenaba que el capitán Lermauda o c u para las alturas de la derecha del camino i flanqueara al enemigo, mientras el teniente Teran ejecutaba igual m o v i miento por la izquierda para envolver así a los contrarios. E l resto del escuadrón marchó de frente. Tan luego como vieron esta evolución, unos 100 soldados bolivianos qne formaban la avanzada qne habia hecho fueg o , huyeron precipitadamente iuternáudose por las serranías, dejando abandonado así a San Francisco adonde entraron los Carabineros. Por un oficial peruano herido i varios paisanos, se supo que Campero estaba el dia antes en el tambo de La Portada, uno de los principales paraderos del camiuo de Bolivia al interior i que forma una especie de fortificación natural, como con 2,000 hombres para seguir camino a la P a z . E l mayor Vargas coutinnó internándose hasta tres leguas mas al interior por el camino de la Paz, alcanzando hasta las inmediaciones de Llnta, desde donde regresó sin divisar enemigo alguno i sin la esperanza qne alimentaba de apoderarse de los K r n p p que llevaba Montero. E l comandante Y á v a r no fué mas afortunado en su escnrsion, pues aunque llegó hasta Calientes, lugar que estaba casi enteramente despoblado, no vio a ningún enemigo. Por ese camino, según supo el alférez Souper, se habia retirado Montero c o m o con 3,000 hombres. La infantería consiguió capturar a algunos fujitivos, i la espedicion regresaba trayendo 132 prisioneros. En la orden jeneral del dia se comunicó a los diversos cuerpos del ejército la siguiente proclama del Jeneral en Jefe: " A p r o v e c h o el momento que me dejan libre las múltip l e s atenciones que me ha impuesto en los últimos dias el servicio de nuestros heridos i los deberes qne surjen de la ocupación de un pueblo enemigo, para enviar mis entusiastas felicitaciones a los señores comandantes en jefe de divisiones, jefes de cuerpos, oficiales, clases i soldados del f j é r c u o que sostuvieron el glorioso combate del 26.

PACIFICO

Sabia de antemano que cuando se trata de defender el honor i los derechos de la patria, los jefes i soldados del ejército no hallan ninguna empresa superior a sus e s fuerzos. L o probaron en la guerra lejendaria de nuestra independencia i lo atestigua el m i s m o territorio que hoi ocupan nuestras armas victoriosas. A h o r a me complazco en declarar que son los herederos de nuestros héroes i mui dignos de figurar a su lado. H e sido testigo del arrojo e i m p e tuosidad con que fueron asaltadas las fuertes posiciones que ocupaba en el A l t o de Tacna el ejército enemigo, i puedo certificar que si los soldados hicieron prodijios de valor, los jefes les daban el ejemplo. Gracias a esa uniformidad i armonía de voluntades en el esfuerzo i el sacrificio, nuestra victoria ha sido c o m p l e ta i ha quedado consumada la obra de reparación que nos tenia encomendada el país. Cuenten, pues, los que murierou en el puesto del deber, con la bendición de la patria, que sabrá ser agradecida, i los que tuvieron la suerte de sobrevivir al triunfo, con los aplausos i las consideraciones que merece el deber c u m p l i do, noble i horóicamente."

Junio 1. ° E l 2. ° escuadrón de Carabineros de Y n n g a i al m a n d o de su jefe, sarjento mayor Rafael Vargas, se pone en m a r cha por el camiuo de Tacna a A r i c a para acampar cerca del puente de Chacalluta que habia sido volado en parte por los peruanos, para interceptar allí el paso de la líuea férrea que en otros puntos también habia sido destruida. E l objeto que llevaba a ese lugar al mayor V a r g a s , no era otro que protejer los trabajos que, el cuerpo de Iujenieros militares, a las órdenes del sarjento mayor Francisco Javier Zelaya, ejecutaba en la vía, trabajos que las avanzadas del enemigo atrincherado en Arica podian interrumpir o destruir como lo habían hecho cou el puente del rio Azufre el dia 29. H o i mismo quedaba espedita la línea hasta la quebrada de Chacalluta, donde habia establecido su campamento la compañía de Pontoneros mandada por el capitán Silva Vergara qne aun no bien repuesto de sus heridas habia vuelto a prestar sus servicios. E l sarjento mayor Zelaya i los capitanes R o m e r o i M u ñí zaga habian trabajado con tanto empeño qne ya todo e s taba listo para trasportar tropas hasta Chacalluta, i una locomotora salia de la estación de Tacna i llegaba sin tropiezo hasta el puente cuya reparación era obra de mas largo aliento, pues uno de los machones de piedra habia sido destruido casi enteramente, i los durmientes i defensas habían volado igualmente. E n cnauto a material rodante habia el suficiente en la e s tación de la cual tomó posesión el cuerpo de Iujeuieros el Jueves 27, encontrándose allí 4 locomotoras, de ellas 2 en buen estado, 10 carros-estanques, 14 para carga i 5 para jDasajeros, contándose además cou los útiles necesarios para ejecutar las reparaciones i los trabajos que debían ofrecerse i con los empleados de la estación que desde ese dia c o menzaron a prestar sus servicios. Todo se preparaba para dar el golpe sobre Arica, que se sabia por conductos fidedignos estaba minada i defendida por el coronel Bolognesi que tenia a sus órdenes de 1,800 a 1,900 hombres de infantería, sin contar los sirvientes de las piezas de artillería que cubrían el iuespugnable Morro i los fuertes de San José, Santa Rosa, Este i C i u dadela. Tras del 2. ° escuadrón de Carabineros, salió el 1. ° i Cazadores, Granaderos habia sido enviado a Buenavista i de ahí un piquete a Pacocha en busca de un piño de g a n a do, pues la carne no era abundante i podía faltar de un momento a o t r o , lo que hubiera sido mui sensible para nuestros heridos.


CAPITULO

E n la noche de este dia, nuestra caballería bajaba a la quebrada de Chacallnta a dar de beber a los caballos, p a sando al Oeste del puente por el único punto practicable. Y a había pasado el rejimiento de Cazadores e iba a efectuarlo el 2. ° escuadrón de Carabineros, cuando una terrible detonación acompañada inmediatamente de un estruendo horroroso conmovía el suelo, levantando trozos de piedra i montones de tierra en medio de una negra polvareda, Parecía que un formidable volcan habia abierto una de sus válvulas en aquel sitio infernal. Era una mina de dinamita qne había estallado. E l enemigo, calculando que no habia otro pasaje para el paso de nuestra caballería en esa parte del rio, habia dispuesto varias minas de dinamita capaces de hacer volar a todo un ejército, i cuyas baterías eléctricas estaban en nna casucha de madera situada a poca distancia del lugar de la osplosion en dirección a la costa. Pasado el primer momento de la impresión causada por aquel espantoso sacudimiento, se vio que no había ocurrido mas desgracia que la fractura de un brazo del corneta que iba a retaguardia del mayor V a r g a s ; i recobrados ya, este jefe mandó una partida de soldados hacia la casa de madera de donde se destacaban tres bultos, que lejos de detenerse al sentir los fuegos que hacían los nuestros, aumentaban la velocidad de su carrera, especialmente uno que iba a caballo i consiguió perderse en las sinuosidades del terreno. L o s otros dos, uno de los cuales salió herido en una pierna, fueron capturados, resultando ser uno de ellos el injeniero peruano señor Elmore, que llevado a presencia del señor Vargas dijo que se encontraba allí con el objeto de levantar unos planos, agregando que habían otras minas i que la ciudad i los fuertes estaban igualmente minados. En la casucha donde estaban las baterías eléctricas se cortaron los alambres, i recorriendo después las márjenes del rio se encontraban hasta nueve minas diseminadas en diversos puntos i qne nuestros soldados con ese instinto que les es característico, descubrieron una tras de otra. Todas estas minas tenían como metro i medio de profundidad, por medio de diámetro, ensanchándose c o m o a la mitad para volver a tomar su primera anchura. Estaban cargadas con dinamita i rellenas con piedras i tierra fuertemente comprimida. La noticia de la esplosion de estas minas causó grande indignación en nuestro ejército, especialmente entre los jefes i oficiales, i todos anhelaban marchar al momento para castigar a un enemigo que se valia de semejantes medios de defensa. • Y a se sabia en la ciudad q u e nuestro ejército marcharía sobre Arica, i se hacían mil comentarios sobre el p r ó x i m o c o m b a t e , n o siendo pocos los que en Tacna d e seaban que A r i c a cayera cuanto antes en poder de los chilenos; pero n o faltaba t a m p o c o quien creyera que aquella plaza era inespugnable i que allí sucumbiría c o n sus defensores, apoderándose Chile solo de un m o n t ó n de ruinas i cadáveres. Pero a nuestro ejército n o le hacían impresión tan fatales augurios i únicamente preocupaba a oficiales i soldados la idea de q u e n o le correspondiera tomar parte en esta acción d e armas.

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OCTAVO.

además por dos comerciantes bolivianos que n o d e j a r o n de estrañarse c u a n d o sin el menor inconveniente llegaron hasta el lugar de su destino.

A c o m p a ñ a n d o al subteniente Iguacio Carrera Pinto a una sastrería, nos llamó la atención ver espuestos varios lujosos uniformes para oficiales peruanos i bolivianos. I n terrogado el dueño del establecimiento, nos dijo que tan seguros estaban los aliados del triunfo, que hasta dos dias antes de la batalla, un jefe le habia mandado hacer una c a saca. •—¿Pero ahora U d . ha perdido su trabajo? De ninguna manera, nos contestó con cierta sonrisa el dueño de la sastrería. Me hacia pagar anticipadamente, i para proceder así me habia hecho este razonamiento: g a nen ellos o pierdan, y o perderé en todo caso, pues si son derrotados quién va a dar con ellos, i si salen vencedores, menos me pagarán. N o dejó de convencernos el argumento del sastre que, por lo demás, no cobraba anticipadamente a los chileno?. Los cafées i despachos que hasta ayer tenían desiertos sus anaqueles, comenzaron a verse poblados de mercaderías. Preguntamos la cansa de este fenómeno al dueño del hotel San Carlos, i nos dijo que la mayor parte de los c o m e r ciantes al por menor i otros, habian preferido enterrar sus mercaderías antes que cambiarlas por un papel sin valor, pues el peso-papel peruano valia solo tres reales (30 cts.) I si no cerraban sus negocios, se debía a que comerciantes que lo habian hecho, habian sido castigados con fuertes multas. En jeneral, el comercio sufría grandes perjuicios á mas de los ocasionados por el bloqueo que, como es natural, no permitía la importación de ninguna mercadería ni artículo de consumo, sucediendo que la harina tenia que traerse de Bolivia, pagándola a treinta i nueve i cuarenta pesos quintal, i de la misma que meses antes se habia internado a La Paz. C o m o no se cousigniera hacer efectiva la enorme contribución que se quiso imponer a las principales casas de c o mercio, se les obligó a pagar tres trimestres adelantados de los domas impuestos, c o m o asimismo el de patentes. I mientras tanto, la paralización de los negocios era c o m pleta. E l m i s m o Banco de Tacna formado por capitales particulares i que no debe confundirse con los Bancos del E s tado en el Perú, se vio amezado i no tuvo mas arbitrio que cerrar sus puertas, encargándose las principales casas c o merciales de cambiar sus billetes en plata i a la par. Este mismo banco abría luego sus puertas i aun facilitó al Jeneral en Jefe 20.000 pesos, mientras llegaba la comisaría del ejército chileno para atender a algunas necesidades urjentes, dispuesto a dar sin ningún interés el dinero que se necesitara.

Junio 2. IJCÍ dicision de reserva.—Buin 1. ° de línea, rejimiento 3. i 4. ° i batallón Búlnes se dirijeu eu la mañana de hoi a l a estación del ferrocarril para tomar el tren que debe conducirla hasta Chacallnta, El coronel Lagos manda esta división que eu el mismo dia se acampaba a este lado del valle de Linfa en los faldeos de los cerros que por el Este cierran allí la pampa, habiendo hecho el viaje sin encontrar el menor inconveniente. Estas fuerzas quedaban allí a 10,000 metros de Arica, su objetivo principal. La artillería que debía marchar ese mismo (lia, quedó eu la estación para efectuarlo al dia siguiente. c

Recorriendo n u e v a m e n t e las ambulancias peruanas i bolivianas a fin d e obtener los nombres de los jefes i oficiales heridos, nos sorprendió que n o hubiese en ellos ninguna guardia, mientras en las ambulancias chilenas, d o n d e seguramente nadie deseaba escaparse, habia una buena custodia en la puertas. xVsí pues, n o es de estrañar que de una d e las ambulancias peruanas huyeran en n o ches posteriores, dos oficiales m o n t a d o s en las mismas ínulas d e la ambulancia, i si n o hicieron otro tanto los demás q u e se encontraban en situación de efectuarlo, fué talvez por falta de cabalgadura o porque n o lo quisieron, tanto mas cuanto que en los primeros días todo el m u n d o entraba i salía libremente de Tacna, lo que nos fué dicho

Habiendo sabido que eu una casa particular se encontraba herido A d o l f o Michel que por algunos años permaneció


GUERRA

616

DEL

Junio 4.

en Santiago i fué compañero de machos de nosotros en el cuerpo de bomberos, fui a visitarlo a la casa que me indicó Marcial Gatica, Ai ¡i encontré efectivamente a Michel que, capitán del rejimiento Mnrillo, habia sido herido eu una pierna. H a blamos largamente sobre la guerra i de él obtuve algunos datos que ya he insertado, i el nombre de los batallones bolivianos i peruanos que se batieron en la jornada del 26. Los bolivianos eran: El 2. ° de línea Sucre, el Alianza (Colorados de D a z a ) , Chorolque, Tanja,Grau, A r o m a , Y i e d m a , Padilla, V a n g u a r dia de Cochabamba, Loa, Bustillo, Artillería, tejimiento Murillo, Libres del Sur, escuadrón Escolta i Coraceros. Los peruanos eran: Lima. núm. 11, (escuela de cabos) Victoria, A y a c u c h o , Granaderos del Cuzco, Zepita, 5. ° de línea, Arequipa núm. 7. Pisagua, Arica, Cazadores del Misti, Huáscar, P r o visional de Lama, R i m a c , Húsares de Junin, Guias, Jelídannos de Turna, Guerrilleros de Vanguardia, Tiradores de Calaña, Pachía, Piéroia, 29 de Mayo, 3. ° de línea, 11 de línea, tejimiento de Artillería i dos o tres cuerpos mas, formando un total de Ó,0U0 hombres, que unidos a los b o vilianos haciau que el ejército aliado constara el dia de la ba'alla de 10,500 hombres mínimum

Varios oficiales del Tejimiento Esmeralda queriendo m a nifestar al comandante H o l l e y su aprecio i obsequiarle un recuerdo de la jornada del 26, le enviaron una bonita e s pada tomada en el c a m p o cíe batalla, con la siguiente carta: "Tacna, Junio 4 de 1880.—Señor A d o l f o H o l l e y : — E s timado Comandante: Tenemos el gusto de remitir a U d . la adjunta espada que fué tomada en el campo de batalla del 26 del pasado por el subteniente de nuestro rejimiento, don Miguel Bravo, el cual haciéndose el intérprete de los sentimientos que nos animan, la ha puesto galantemente a nuestra disposición. Nosotros, señor comandante, que hemos sido testigos de la bizarría de su conducta en esa memorable jornada, que ha dado un lauro mas a las armas de nuestra patria, i que por consiguiente la podemos apreciar en su justo valor, dedicamos a U d . este recuerdo, el cual se dignará aceptar de sus atentos i seguros servidores.—Federico M.aiurana. Elias Naranjo.—S. Retamales.—Elias Casas Cordero.—F. E. Sanfuentes.—Juan Aguirre.—Juan Rafael O valle. —Joaquín Pinto.—E. Tulio Padilla.—Alberto del Solar.—Florencio Baeza.—Juan de IHos Santiagos.—M. Bravo.—Ignacio Carrera Pintof

El corone! Camacho habia intentado varias veces que, eu lugar de interpolarlos cuerpos bolivianos con los peruanos, se les dejara a cargo de una de las alas i unidos bajo el mando de sus jefes respectivos que los conocían i sabían coi-ulucir al combate. Pero sus tentativas fueron inútiles por mas que hizo ver las diferencias de tácticas i carácter de ambos ejércitos. E ! ejército boliviano estaba bien vestido i alimentado en el Campo de la Alianza, mientras el soldado p eruano recibía como diario para su sustento tres reales (30 cts.) que debia compartir con otro, pues no se les pagaba sino en papel del estado i este no podían romperlo. De manera que cada soldado venia a recibir 15 c;s. Agregúese a esto que tenían que gastar todo el peso papel, es decir los 30 cts., porque nadie quería dar vuelto en plata en cambio de un papel depreciado por todo el comercio.

E l comandante Holley dio la siguiente contestación: "Tacna, Junio 4 de 1880.—Queridos compañeros: A c e p to con reconocimiento el obsequio que Uds. me hacen, él me acordará siempre la gloriosa jornada del 28 i haiá i m perecedera en mi memoria el heroico valor i nombre que eu aquella batalla adquirieron.—A. Holley. El rejimiento Lautaro recibe orden en la noche piara que se encuentre listo eu la estación a las 7 A . M . de mañana para reunirse con las fuerzas espedicionarias de Arica. Los cuerpos de la primera división quedaban municionados e igualmente prontos para acudir, si llegaba el caso, al primer llamado. Por telegrama se supo en la misma noche que el fuerte de San José habia hecho algunos disparos sobre nuestra caballería acampada en los graneles alfalfales situados cerca de la costa, en el valle.

El soldado boliviano recibía por el contrario su diario en plata, de manera que mientras al campamento de éstos acudía toda clase de vendedores, al peruano no iba casi nadie i los soldados sufrían toda clase de penalidades.

Junio

3.

A las 10 A . M . salió de ¡a estación de Tacna un tren conduciendo al Jeneral en Jefe, sus ayudantes de c a m p o , Estado Mayor Jeneral, dos baterías de campaña i una de montaña. Iban también el coronel Barbosa, el Jefe de E s tado Mayor de la cuarta división, sárjenlo mayor Baldomero D u b l é Almeida, comandante D o m i n g o Toro Herrera i a l gunos otros oficiales. I Antes de partir, el Jeneral nombró comandante de armas de Tacna, al teniente coronel Arístides Martínez, pues el coronel Valdivieso marchaba con el cuartel jeneral, i jefe de las fuerzas de Tacna al coronel D o m i n g o A m n n á t e g u i , porque el coronel A m e n g u a l , a quien correspondía el m a n do, debia marchar de un momento a otro a Chile, dejando en su lugar, c o m o jefe de la primera división al coronel M a r tiniano Urriola, i jefe del Esmeralda al comandante H o l l e y . P o c o después de las 12 M. llegaba el convoi hasta las márjenes del rio Llnta o Azufre (así llamado quizá por lo malo de sus aguas) donde estaban acampadas las fuerzas que habían marchado el dia anterior, efectuándose esa m i s ma tarde un primer reconocimiento de las posiciones enemigas, consiguiéndose también comunicar con los buques chilenos que se encontraban como a cinco millas de la c o s ta, siete al Norte del Morro i un poco al Sur del c a m p a mento, casi al frente del lugar en que se encontraba varado el casco de un vapor, el Watteree, si no me engaño.

PACIFICO.

Muchos detalles se me habrán escapado sin duda, m u chos hermosos episodios ignorados durante el combate, eu esta carta escrita al correr de la pluma, pues no es posible, c o m o he dicho, abarcar todo el estenso horizonte, toda la inmensa línea de una batalla, estar a la vez en todos los puntos de la refriega; pero quédame a lo menos la satisfacción de haberme guiado por la verdad, siempre por la verdad al referir, c o m o he podido, la glorisajornada del 26 de Mayo que tantas e inmarcesibles gloriosa ha dado a nuestro denodado ejército i a nuestra querida patria. CORRESPONDENCIA (Relación publicada en

EL

NACIOXAL

PERUANA.

de Lima de 26, 27 i 28 de Junio.)

I. EL

DIA

I LA

NOCHE

ANTERIOR

AL

COMBATE.

A dos leguas de Tacna i en el camino de Sama, hai una llanura un tanto accidentada, que puede bien llamarse meseta por estar un poco mas alta que lo restante del terreno: esta meseta fué elejida por el jeneral Campero, de acuerdo con los demás jefes del ejército perú-boliviano, liara aguardar al e n e m i g o ; i en consecuencia, nuestros ; cuerpos la ocuparon. Fijóse la línea de batalla eu la parte | donde aquella termina dando frente a S a m a ; se designaj ron los batallones que debían formar la primera i segunda línea i la reserva, i se convino en que el coronel Camacho mandara el ala izquierda i Montero la derecha. Este orden fué conservado, con pequeñas variaciones, hasta m i nutos antes de la batalla.


CAPITULO

rada haciendo marchar sus fuerzas en columnas paralelas. En ese momento se distinguió al ejército chileno queriendo envolver a Suarez; pero seapor la lentitud con que avanzaba aquél o por la rapidez i buena dirección de los movimientos de éste, el vencedor de Tarapacá consiguió llegar al campamento. La relación que acababa do verse, la hemos hecho ateniéndonos a lo que nos ha contado uno de los oficiales que acompañaron al coronel Suarez. ¿Qué es lo que habia pasado? El guia del grueso de nuestro ejército tomó nn camino distinto del seguido por la gran avanzada cuya marcha acabamos de describir; i el guia de ésta se estravió también como aquél. ¿ A qué cansa se debe que los guias equivoquen el verdadero camino? Siempre lo m i s m o : mareo por la oscuridad, atolondramiento, ¿qué cosa es? E n fin, nuestro ejército acababa do librarse de ser totalmente envuelto i concluir de nn modo mas desastroso, talvez que el. qne luego iba a tener. Mientras esto sucedía, el que esto escribe, se paseaba en el centro del campamento en el espacio comprendido entre las carpas de los jeuerales Campero i Montero, acompañado a ratos de los empleados de la secretaría de este último, señores Sañudo i Guerra, i el capitán don J . González Otoya. L a noche era bastante oscura, ni una estrella se veia en el horizonte. Una qne otra luz medio oculta habia en el campamento. Los soldados rancheros avivaban un poco el fuego para tenerlo listo i preparar el alimento para los batallones a la hora que se les habia mandado. Todo estaba en silencio, solo una que otra vez se oia la esquila que algún capataz imprudente habia dejado en la muía i que nosotros Iniciamos quitar V a g o s presentimientos de l o q u e iba a suceder eu el dia qne ya llegaba, nos asaltaban a los cuatro, pero luego nos los desvanecíamos el uno al otro. ¡ A h ! Talvez a esa hora el Dios que falla sobre la suerte de los ejércitos, volviendo la cara a otro lado, decretaba por ese momento el triunfo del injusto, sobre el justo, para cumplimiento de sus altos designios!

En la tardo; del dia indicado ( 2 5 ) , el jeneral Montero despachaba su correspondencia ( 3 P. M . ) , cuando se presentó un ayudante i le dio noticia de que el enemigo estaba cercano. En efecto, poco después se oia distintamente nn regular fuego de fusilería. Eran nuestros Húsares de Jnnin que se batían con dos escuadrones enemigos, los cuales habían venido persiguiendo a 4 soldados de aquéllos; los que habiendo montado la avanzada mas lejana, consiguieron sorprender i traerse consigo una brigada de 00 muías junto con tres de los capataces de éstas. Eran las 5.30 P. M. cuando se presentaron en el campamento nuestros Húsares, siendo victoreados por el ejército. El haberse encontrado a dicha brigada a una distancia tal de Buenavista, Las Yaras i Cuilona, campamentos del enemigo, conduciendo agua, no podia significar otra cosa sino que Baquedano había resuelto por fin atacarnos, lo cual fué confirmado por los arrieros tomados, quienes manifestaron qnc se habían recibido en el campamento chileno, refuerzos de hombres i cañones, i que el ataque se verificaría al siguiente día, habiendo comenzado ya a moverse las divisiones chilenas. Todo se prepara pues, entre nosotros, para el combate. En la noche, serian las 10 F. M. cuando oímos al j e n e ral Montero, que acababa de estar en la tienda del director de la guerra, llamar a sus ayudantes i mandarles montar. P o c o después hizo venir al coronel Suarez i le dijo poco mas o m e n o s : " P ó n g a s e usted en marcha con su división i la de Canevaro; a su paso tomará usted el batallón T a n j a que monta la gran guardia, i con esas fuerzas, que p o u g o a sus órdenes, continuará usted hasta encontrar al enemigo. Se trata de una sorpresa. Todo el ejército le siguirá." Suarez hizo lo que se le mandaba, En el camino, viendo rpre el resto de nuestro ejército no parecía,, dijo al coronel Canevaro: " E l resto de nuestras fuerzas no parece; qué opina usted, ¿continuamos la marcha o esperamos hasta rpre se divisen? Mi coronel, contestó, será lo que usted determine: y o no soi militar; no tengo otra cosa que hacer que seguir en todo lo que usted mande: mi opiuiou será siempre la suya. Se continuó avanzando. Era demasiado: se habia andado media legua, se estaba ya cerca de Quebrada Honda i el grueso de nuestro ejército no parecía. ¿Qué hacer? Suarez volvió a consultar el parecer de Canevaro, quien contestó en el mismo sentido que anteriormente. E l vencedor de Tarapacá mandó hacer alto, i dijo al coronel Nieto jefe del escuadrón Gnias, que mandara 4 hombres a informarse dónde estaban nuestras fuerzas.-—Mi coronel, contestó Nieto, me parece que no hai necesidad; por allá veo venir algunos que quizá nos están buscando, i señaló hacia la derecha, En efecto, en una loma situada hacia ese bulo, se distinguían cuatro sombras, i no bien acababa de hablar el coronel Nieto, cuando se oyó un ¿quién v i v e ? — ¡ P e r ú ! contestaron todos a una voz sin poder contenerse. Cuatro tiros respondieron a esta contestación que resonó eu el silencio de la noche, i las sombras desaparecieron. Eran centinelas perdidos del ejército chileno. Evidentemente, ni ni cerca de allí debia encontrarse el e n e m i g o con todas sus fuerzas, i según el sitio donde aparecieron los centinelas, el coronel Suarez se encontraba casi a la retaguardia, de aquél. ¿Qué hacer? La alarma estaba dada i el grueso de los nuestros no parecía; pronto debia presentarse el enemigo en masa a no dudarlo. ¿Se retrocedería? ¿Se aceptaría el c o m b a t e ? Si lo primero, era lo mas probable que el enemigo saliera al paso e hiciera imposible toda retirada; si lo segundo, era segura la pérdida, luchando contra fuerzas veinte veces superiores. Suarez guiado de su entusiasmo resolvió al principio perecer vendiendo cara la vida; pero luego ordeno la reti'105IO

íi—78

017

OCTAVO.

II. EL COMBATE.

Serian las 4 A . M., poco mas o menos, cuando regresó el jeneral Montero a su tienda, colérico por el fracaso del plan concebido. P o c o después llegaron nuestros cuerpos. Venían alegres, no obstante la decepción sufrida, ¡tanto era su entusiasmo ante la perspectiva de nn p r ó x i m o combate! Nosotros, que liemos tenido diariamente en nuestras m a nos los estados que el Estado Mayor pasaba al jeneral Montero, sobre el alta i baja de nuestras tropas, podríamos designar la cifra a qne ascendía cada uno de los batallones, especialmente del ejército peruano, pero c o m o no confiamos en nuestra memoria,, señalamos tan solo el número total que tenemos bien presente: 9,030 hombres. Aquellos a quienes parezca, esta cifra demasiado corta, d e ben fijarse en que dos de nuestras divisiones no asistieron al combate de que vamos a hablar, por encontrarse de guarnición eu Arica. Hai m a s : si disminuímos los enfermos q e x i s t í a n eu los cuarteles de Tacna i en el campamento mismo, sin contar los de los hospitales, los asistentes de los jefes o c u pados de poner en seguro los equipajes do éstos, etc., tendremos un número menor. E n suma, sin temor de .•quivo| caraos, podemos decir (pie el ejército qué combatió, solo ! ascendía a unos 8,500 hombres. ; l i é aquí como estaba dividido nuestro ejército i los n o m | bres de sus j e f e s : j

EJÉRCITO

l'ERl'AXO.

Primera dicisioit.—Comandante jeneral, coronel g r a duado don Justo Pastor Dávila.— Batallones: Lima núm.


618

GUERRA

DEL

11 (antiguo Lima núm. 8 ) , coronel graduado don R e m i j i o Morales B e r m u d e z ; Granaderos del Cuzco nüm. 19, coronel graduado don Valentin Qnintanilla. Segunda división.—Comandante jeneral, coronel g r a duado don Andrés A . Cáceres.—Batallones: Zepita n ú m . 1, comandante don Carlos L l o s a ; Cazadores del Misti núm. 15 (antiguo P r a d o ) , coronel graduado don Sebastian Luna. Tercera división.—Coronel don Belisario S n a r e z . — B a tallones: Pisagua núm. 9 (Guardias de Arequipa i Pisagua o 2 . A y a c u c h o reunidos), coronel don Belisario Snarez; Arica núm. 27, comaudante don Julio R . Macleau. Cuarta división.—-Coronel graduado don Jacinto M e n d o z a . — B a t a l l o n e s : Victoria núm. 7, coronel graduado don José G o d i n e z ; Huáscar núm. 13, corouel graduado don Belisario Barriga. Quinta división.—Coronel graduado don Alejandro Herrera.—Batallones: A y a c u c h o núm. 3, comandante don Nicanor S o m o c u r c i o ; Arequipa núm. 17 comandante Iraola. c

Sesta división.—Coronel, don César C a n e v a r o . — B a t a llones: L i m a núm. 21 (antiguo Provisional L i m a m i m . 2 ) corouel D i a z ; Cazadores del R i m a c núm. 5, coronel g r a duado don Víctor Fajardo. Artillería.—Comaudante jeneral, coronel don A r n a l d o Panizo.—Artillería de campaña.—Comandante, clon D o m i n g o Barbosa (6 piezas Blakeley de a 4, 3 ametralladoras Gatling i 2 cañones rayados de a 1 2 ) . Caballería.—Comandante jeneral, coronel don Aquíles M é n d e z . — E s c u a d r o n e s : Húzares de Juuin núm. 1, c o maudante don A r m a n d o S a l c e d o ; Guias núm. 3, coronel don Pedro P. N i e t o ; Flanqueadores Tacna n ú m . 5, coronel don Gregorio Albarracin. A d e m á s los Jendarmes de Tacna i Guardia civil de id., al mando del prefecto doctor Solar, i las columnas Sama i Para, al mando del coronel Ramírez i comaudante A l c á zar, respectivamente. En cnanto al ejército boliviano, no estamos bien instruidos de sus jefes i el modo c o m o estaba dividido; i aunque conocemos el nombre de todos los batallones, nos creemos relevados de hacer una relación de éstos, por haber sido ya algunas veces publicada. Decíamos anteriormente que ya era el dia, cuando nuestros cuerpos llegaron de regreso de la fracasada espedicion. A u n no habían acabado de tomar desayuno, que como ya hemos manifestado, se había mandado tener listo bien temprano, i algunos cuerpos no lo habían probado, cuando se ordenó tender la línea, porque ya se veía claramente avanzando al enemigo. Eran las 7.40 A . M. cuando la artillería chilena hizo el primer disparo, que fué contestado por nuestras piezas de a 12 i con los K r n p p bolivianos. E l entusiasmo de nuestros soldados era inmenso en esos instantes; en todas las fisonomías se retrataba la alegría c o m o si se tratara de un festín. Las bandas de música ejecutando ya los H i m n o s peruano i boliviano, c o m o alegres dianas i hasta marineras. Las bombas caían en el campamento por veintenas, pero de ellas se hacia tanto caso c o m o de las camaretas en una fiesta. A cada estallido, nuestros soldados, a quienes se habia mando ocultarse a esa hora, para que presentaran menos blanco a Ios-disparos, se ponían de pié, i gritos de ¡ V i v a Bolivia! ¡ V i v a el Perú! ahogaban la voz del cañón. E n medio de todo esto, cada jefe hacia esfuerzos porque llegaran a los oídos de sus subordinados, palabras que p u dieran aumentar si era posible ese entusiasmo: honor, g l o ria, patria! E l mas pusilánime se sentía entonces fuerte. O h ! i quién, al ver todo eso, podría un segundo haber dudado de la victoria? En nosotros, los tristes presentimientos que nos habían asaltado momentos antes, desaparecieron totalmente. A s í hasta las 10.55 A . M., en que las guerrillas destacadas

PACIFICO.

6

,

de ambos ejércitos, comenzaron a batirse en la izquierda, i principió en esta ala un fuego nutrido, cuyo ruido pudiera compararse al que formarían cieu carretas rodando al escape en un mal enlosado. P o c o después, el fuego se hizo estensivo hacia el centro, i nosotros, que habíamos permanecido en una altura de la derecha con nuestro compañero de oficina Fábio Guerra, viendo todo eso i tomando apuntes que hemos perdido, sobre el modo c ó m o estaban situados nuestros diferentes b a tallones hacia el punto donde se hallaba el jeneral M o n t e ro con sus ayudantes, i teniendo a retaguardia al prefecto doctor Solar con sus Jendarmes i Guardia Civil i al coronel Ramírez con los Nacionales de Sama, Junto con nosotros, pero por el laclo opuesto se acercó a él mi ayudante del jeneral Campero, pidiendo refuerzos para la izquierda que habia comenzado a flanquear. M o n tero mandó los batallones bolivianos 1. ° Alianza ( c o l o r a dos) i A r o m a , que al trote, i al toque de diana, entraron en combate. Tendimos la vista hacia ese lado i con sorpresa vimos la retaguardia de la línea, principiando a cubrirse de h o m bres. N o quisimos dar crédito a nuestros ojos i nos imajinamos que eran los pobladores de Tacna que acudían en defeusa de sus hogares. Minutos después otro ayudante vino en busca de nuevos refuerzos: nuestro jeneral mandó la sesta división ( C á n e "• varo). Y a los fuegos habían comenzado nutridos en la ala d e recha, i c o m o la línea enemiga, doble que la nuestra casi en estension, amenazaba flanquear también por ese laclo, c o m o lo habia hecho ya por la izquierda, avanzaron las fuerzas del doctor Solar i la columna Sama, últimas que quedaban. La caballería hacia esfuerzos por contener los dispersos del ala izquierda, en ese m o m e n t o i poco después entraba a la línea a luchar j u n t o con la infantería. Eutónces nosotros seguimos tras la columna Sama i d e j a n d o a ésta desplegada en guerrilla, nos inclinamos un p o c o hacia el centro, donde combatia el bravo Dávila. Era necesario ser actor también en tan solemnes i n s tantes... Eran las 12.30 P . M.

III. LA

RETIRADA.

Eran las 12.30 P. M., decíamos, cuando en el ala izquierda comenzó la dispersión. E l Victoria (peruano) después de haber caido herido su l . jefe el coronel G o d i n e z ; los Verdes bolivianos; el Huáscar destrozado i muerto su jefe el bravo coronel Barriga, así como el coronel Mendoza c o mandante jeneral de éste último batallón i del 1. ° ; i a l gún otro batallón boliviano, formaban esos dispersos. Mientras tanto, las divisiones Cáceres, Canevaro i los batallones bolivianos 1 . ° Alianza i A r o m a (colorados i amarillos respectivamente), hacían prodijios por ese lado, recibiendo el doble fuego de flanco i de frente del enemigo. Habían avanzado sus guerrillas hasta una cuadra d i s tante del enemigo, algunos soldados salían de las filas i se mezclaban entre los enemigos, combatiendo a la bayoneta. Y a el enemigo huía ante la impetuosidad de tal ataque; un refuerzo de 200 hombres, i la victoria era nuestra; pero ese refuerzo de dónde sacarlo? Mientras tanto los raimientos chilenos A t a c a m a , 2. ° de línea, Lautaro i algún otro mas cuyo nombre no sabemos, que ya huían, eran reforzados continuamente. Cáceres herido lijeramente i h a b i e n d o perdido su seg u n d o caballo de batalla, seguía imperturbable siempre; pero su división estaba y a c o m p l e t a m e n t e diezmada. Llosa, j e f e del Zepita, había m u e r t o ; L u n a j e f e d e Cazadores d e l Misti, caia gravemente herido. Canevaro ileso, recorría las filas de su división i a n i m a ba a sus soldados, entusiasta apesar de los destrozos, q u e veía hacer a las balas en sus filas, i m a n d a b a avanzar aun, pero el valiente F a j a r d o caia sin vida i era sacado del c a m p o por su h i j o el j o v e n subteniente F a j a r d o . o r


CAPITULO

E l A y a c u c h o recobraba su h o n o r perdido en San F r a n cisco, q u e d a n d o tendido la m a y o r parte en la línea, c o n sus cuatro jefes fuera de c o m b a t e . El A r e q u i p a quedaba privado de su j e f e el c o m a n d a n t e Iraola. Dávila combatia c o m o en San Francisco i Tarapacá, pero su división disminuía a cada m o m e n t o . Suarez veia caer al j o v e n j e f e del Arica i p o c o después al r e c o n o c e r las filas, su caballo de Tarapacá se d e t u v o , i él sintió, al m i s m o tiempo, algo en una pierna. U n a y u dante se acercó a sacarle la bota, pero Suarez m o v i ó la ierna c o n desprecio, i dijo: N o es nada. U n a bala se la abia atravesado sin tocar el hueso, i herido después al pasar el vientre al noble caballo.

E

Nuestras filas estaban pues, c o m o decimos, c o m p l e t a m e n t e diezmadas por todas partes, i n o habia esperanzas de refuerzos. Nuestras tropas, por la destrucción de la izquierda, se habían ido replegando hacia el centro; el fueo habia disminuido grandemente, i nuestra artillería abia cesado el suyo, porque en la confusión que ya reinaba, la infantería se había c o l o c a d o al frente. Por a m b o s flancos estábamos envueltos. El e n e m i g o c o m e n z ó a avanzar. Se tocó retirada. Eran las 2.15 P. M. Mientras tanto qué hacían nuestros principales jefes? El coronel C a m a c h o c o m a n d a n t e en j e f e del ejército boliviano i entonces j e f e del ala izquierda, que fué el lado d o n d e se desarrollaron los fuegos i en c u y o ataque c o n c e n t r ó toda su atención el e n e m i g o , siendo por esto mas terrible la fusilería, acababa de ser gravemente herido en la in^le. C a m p e r o , que desde el principio habia estado recorriendo la línea, apostrofaba a los que se retiraban de las filas a volver al c o m b a t e . Montero, mas feliz que C a m a c h o , n o le habia t o c a d o n i n g ú n proyectil, apesar de que las bombas llovían bien cerca de él, por una circunstancia que apuntaremos después; i mas desgraciado en la acción tuvo que limitarse a su pesar, en enviar las tropas c u y o m a n d o tenia, en refuerzo cío la izquierda. Y a h e m o s d i c h o q u e en la derecha el fuego n o fué nutrido c o m o en la otra ala, i derrotada la izquierda, la derecha demasiado débil, nada podia hacer. El jeneral Pérez, Jefe de Estado M a y o r del ejército u n i d o , que desde por la mañana parecía haber recobrado t o d o el vigor de su j u v e n t u d , cumplía su delicada misión, c u a n d o fué herido en la frente por un casco de b o m b a . Cuatro dias después el heroico anciano fallecía en T a c n a en casa de la virtuosa i mil veces r e c o m e n d a b l e familia Naihabs. E l Jefe de Estado M a y o r Jeneral peruano coronel Y e larde, c u m p l i ó también honrosamente c o n su deber. El prefecto d o c t o r Solar c o n sus J e n d a r m e s i Guardia Civil, h i z o lo que debía de hacer. Se t o c ó retirada, h e m o s d i c h o . O h ! i q u é terrible es una retirada de esa clase para aquéllos que han salido ilesos i sienten en sus pechos grab a d o el honor i ardiente patriotismo! ¡ A b a n d o n a r el c a m p o después de haber estado c o m b a tiendo 3 horas sin descansar un s e g u n d o , después de h a b e r estado a p u n t o de gritar ¡victoria! H a b e r despreciado la muerte i espuesto su p e c h o al p l o m o c o n la firme idea de vencer o s u c u m b i r por la p a tria, i luego tener que volver la espalda, teniendo por d e lante la perspectiva de ser herido por detrás, de morir c o m o el infame, c u a n d o se tiene conciencia de haber c u m p l i d o c o n su d e b e r ! . . . O h ! Solo aquel que ha estado allí, aquel que ha presenciado, visto, oido, p u e d e pintarse i c o m p r e n d e r lo que eso significa!

OCTAVO.

619

R e n u n c i a m o s a describir el cuadro que presentaba el C a m p o de la Alianza cubierto de los cadáveres de 1,500 de nuestros compañeros. H e m o s d i c h o C a m p o de la Alianza ¿I por q u é n o seguir designando c o n este n o m b r e el sitio d o n d e t u v o lugar la batalla, aun c u a n d o quien d i c t ó la orden del dia en q u e así se le bautizaba, pensara quedaría sellado ese n o m b r e c o n una victoria? ¿No ha q u e d a d o confirmado s u ficientemente c o n la sangre de tantos valientes peruanos i bolivianos allí mezclada i confundida? Eran las 3.30 P. M. c u a n d o entramos en Tacna perseg u i d o s débilmente hasta la mitad del camino. E n los primeros m o m e n t o s se pensó resistir en la c i u dad, posesionados de los techos i bocas calles, pero era m u i corto el tiempo i difícil reunir los dispersos que h a bian t o m a d o diferentes caminos, i el e n e m i g o comenzaba a aparecer en las alturas vecinas i a cañonear la ciudad. Se m a n d ó , pues, a los ayudantes a recorrer por diferentes puntos la p o b l a c i ó n i los alrededores, i dar c o m o p u n t o de cita el barrio d e n o m i n a d o A l t o de Lima. D e allí se c o n t i n u ó hasta Pachía i Calaña, i en San Francisco los aliados siguieron hacia su país i los n u e s tros a Tarata, d o n d e permanecieron algunos dias sin ser molestados. I n d u d a b l e m e n t e que después deben haberse retirado de allí, pero ignoramos c u á n d o i adonde. IV. E N T R A D A D E LOS C H I L E N O S E N T A C N A . — S A Q U E O . '

Eran las 5 P. M. c u a n d o u n ayudante del Estado M a y o r Jeneral chileno entró a la p o b l a c i ó n p r e g u n t a n d o por el prefecto o autoridad civil. Se le señaló la prefectura c o m o sitio d o n d e podia e n contrarlo. D e m á s nos parece decir que el d o c t o r Solar en c o m p a ñ í a de su hijo i secretario d o n Grimaldo, seguía en ese m o m e n t o el c a m i n o que nuestros demás jefes. P o c o después entró una fuerza de caballería que recorrió a paso lento la ciudad. Las puertas de las casas estaban cerradas, i las calles c o m p l e t a m e n t e solas. A l g u n o s ambulantes tan solo las recorrían en d e s e m p e ñ o de su misión. Llegó la n o c h e . M u c h o s de los pobladores habían salido fuera, pero la m a y o r parte permanecían en sus casas, aguardando por m o m e n t o s que los chilenos, que y a c o menzaban a romper las pulperías, principiaran a satisfacer sus instintos. Considérese la situación de las familias. N o tai'dó en llegar esa hora. A q u e l l o era lúgubre, horror oso! A la luz del gas, que n o sabemos qué m a n o encendió desde temprano, se v e í a n grupos de soldados chilenos, ebrios, r o m p i e n d o con la c u lata de sus rifles las puertas i disparando éstos en la cerraduras si eran demasiado consistentes. Por todas partes solo se oia el ruido de las puertas q u e bradas, gritos descompasados, palabras horripilantes, tiros; eso es indescriptible. Afortunadamente, de c u a n d o en c u a n d o aparecían p i quetes de caballería, q u e iban recojiondo a esos soldados, ya sea por evitar u n tanto el saqueo, o por el temor d e que nuestras fuerzas en retirada regresasen. Los chilenos ignoraban la estension de nuestra derrota. I afortunadam e n t e también, todo el grueso del ejército chileno se habia quedado en las alturas, por precaución. Los soldados que acabamos de nombrar se habían desbandado de su c a m p a m e n t o , para lanzarse al saqueo. -

V. RESULTADOS DEL COMBATE.

U n a d e las irreprochables pruebas de que nuestra derrota se debió mas que todo al doble n ú m e r o del enemig o , i de que se c o m b a t i ó c o m o en A n g a m o s , Pisagua i Tarapacá, es la gran cifra a que ascienden nuestros m u e r tos i heridos.


620

GUERRA

DSL

El n ú m e r o do muertos que se puedo calcular do 1,000 a 1,500, el de los heridos en p o c o mas do 1,300, i el de los prisioneros entre jefes, oficiales i soldados, llega a igual cantidad. N o aseguramos que estos datos sean del todo exactos, pero sí mui aproximados. Estrañará ver (pie la cifra que señalamos a los heridos, acusa igual número casi al de muertos; pero la causa ha sido quo gran parte do nuestros heridos fueron ultimados después del combate. En suma, en la batalla del C a m p o de la Alianza, el ejercito unido perdió cerca de 3,000 soldados entro muertos i heridos. 4 cañones K r u p p de a 4, e igual n ú m e r o de Blakeley. 2 rayados de a 12. 6 ametralladoras. 3,000 rifles. A l g u n a s municiones i víveres. Mas de 1,000 casas de los alrededores de Tacna, barrios bajos, i también algunas tiendas del centro saqueadas. VI. NUESTROS

PRISIONEROS.

Y a hemos d i c h o que el n ú m e r o de nuestros prisioneros, entre jefes, oficiales i soldados podia calcularse en 1,300. Estos prisioneros no fueron h e c h o s en el c a m p o de batalla, sino posteriormente en la ciudad i en el camino de Pachía. Es necesario decir la verdad en todo, aun c u a n d o refluya en elqjio ele un enemigo. Nuestros prisioneros no han sido mal tratados por nuestros enemigos, al m e n o s aquéllos de graduación un p o c o alta. El comandante jeneral de armas de la plaza, coronel Arístides Martínez, trató bien a nuestros jefes i oficiales, i aun que dos o tres dias se m a n t u v o a estos presos en los cuarteles, después se les c o n c e d i ó libertad, exijiéndoles tan solo su palabra de h o n o r de permanecer en la ciudad. Esta libertad c o n c e d i d a a nuestros prisioneros c u a n d o la m a y o r parte de las fuerzas chilenas habían m a r c h a d o a tomar Arica, siendo insuficientes las que quedaban en Tacna para guardar todos los caminos, acusa confianza del jefe chileno en la palabra de los nuestros, así c o m o una jenerosidad hasta cierto punto, de parte de aquél, que francamente, no esperábamos encontrar en n i n g u n o de nuestros enemigos, i que por esto consignamos aquí. E n h o n o r de nuestros prisioneros i c o m o constancia del carácter caballeresco de todo peruano, d e b e m o s decir que n i n g u n o se evadió abusando ele su palabra. I no se diga que n o lo hicieron por m i e d o de ser sorprendidos i tomados otra vez, ya hemos d i c h o que todos los caminos no podían ser guardados por ausencia de la m a y o r parte cío las fuerzas chilenas, i aun presento todas estas, Tacna es una población c o m p l e t a m e n t e abierta. L a prueba de quo la ovación n o era difícil es, que bastantes de nuestros jefes i oficiales pudieron escaparse después ele haber permanecido varios clias escondidos en la ciudad. R e c o r d a m o s los nombres del coronel Suarez i de los capitanes Asanza, del L i m a n ú m . 11, i Melendez, herm a n o de los bravos Melendez que murieron en Tarapacá. H e m o s dicho mas arriba que nuestros prisoncros permanecían libres en la ciudad, bajo su palabra de honor. E l 10 del presento ol c o m a n d a n t e jeneral ele armas hizo publicar un bando en que so decía p o c o mas o m e n o s : quo sabiondo que existían escondidos en la ciudad algunos jefes i oficiales del ejército aliado, así c o m o gran parte de los que habían h e c h o armas contra la R e p ú b l i c a de Chile, so compelía a éstos i a aquéllos a presentarse dentro del término de veinticuatro horas, es decir desde las 12 A . M. de ese cha a las 12 A. M. del siguiente, en el local do la antigua prefectura, bajo la pena de ser c o n s i derados c o m o espías, i castigados c o m o a tales.

PACIFICO.

Que todos aquellos que c o m o prisioneros existían en la ciudad bajo su palabra do honor, so presentaran dentro dol m i s m o término a igual sitio. I quo todas las familias que tuvieran cu sus casas m e d i cinándose algunos her'ulos, enviaran los n o m b r e s do éstos en el tiempo indicado, al m i s m o lugar. Nuestros prisioneros c u m p l i e r o n con lo quo oste bando les indicaba. Se les previno que a las 6 A . M. dol siguiente día estuvieran listos en la estación del ferrocarril para marchar a Arica i sor c o n d u c i d o s a Chile. A la hora citada so presentaron allí. Nosotros también fuimos. Quisimos despedirnos en eso sitio ele nuestros c o m p a ñeros que, mas desgraciados que nosotros, iban a saborear el amargo pan dol enemigo, después do haber sufrido las i n c o m o d i d a d e s do mas do un año de c a m p a ñ a i el dolor de haber sido vencidos. A h í Siempre recordaremos ol instante en que por últim a voz recibíamos el abrazo do nuestros amigos, de uno de ellos sobre todo, encarnación dol caballero i del p a triota! Despedida muda, pero ¡cuántos pensamientos, cuántas palabras, cuántos sentimientos no ibau escondidos en ese abrazo! N o nos acordamos de formar una lista de los 80 i tantos prisioneros, jefes i oficiales todos, a que mas o menos ascendería el número de los que en ese día fueron llevados a Chile: muchísimas otras cosas teníamos en que pensar, i que embargaban nuestros sentidos i mente, i olvidamos eso c o m o otras cosas. GUSTXWO

Tarata, Señor Director de

EL

RODRÍGUEZ.

Mayo 30 de

1880.

NACIONAL:

Mi última correspondencia fué fechada el 25 por la n o c h e , i c o n gran placer anunciaba para el siguiente día talvez u n c o m b a t e , pero desgraciadamente desde ese m o mento todo ha sido para nosotros descalabros. N u e s t r o valiento ejército ha d a d o una prueba mas de su a b n e g a ción i valor reconocidos; ol pueblo de T a c n a nos ha m a nifestado c ó m o se polea c u a n d o se defiende la integridad del territorio. D e s g r a c i a d a m e n t e t o d o ha sido estéril. Relatemos: E n la n o c h e del 25, a las 11 P. M., so o y ó el t o q u e de jenorala, i pocos m o m e n t o s después t o d o el ejército en línea estaba formado. El director do la guerra, Jenerales en Jefes i Jefes de E s tado Mayor habían resuelto marchar c o n el ejército a Q u e brada H o n d a c o n intención de asaltar al e n e m i g o , que se sabia había a c a m p a d o en ese lugar. Se e m p r e n d i ó , pues, la marcha por divisiones, en c o l u m n a s paralelas: durante la marcha ya n o observaban los batallones sus puestos designados i según el director jeneral, estaban mareados los guias i por consiguiente estábamos estraviados; por fin llegamos hasta Quebrada H o n d a , i se m a n d ó h a cer alto, el coronel B. Suarez t o m ó u n centinela e n e m i g o i el coronel Canevaro otro, éstos nos anunciaron q u e el e n e m i g o estaba a corta distancia i que solo por la oscuridad de la n o c h e no lo distinguíamos. A las 4 A. M. i c u a n d o principió a brillar la luz del dia, nos encontramos al frente del e n e m i g o i casi rodeado porque nos había formado una media luna. E n esta apremiante situación el coronel B. Suarez m a n d ó a preguntar al Jefe ele Estado Mayor si atacaba o nó, que el e n e m i g o estaba al frente; la contestación fué eiue se retiraran n ú e s tras fuerzas a su campamento. Nuestros soldados principiaron a retirarse, i el e n e m i g o e m p r e n d i ó la marcha tras de nosotros. A las 7.30 A . M. r o m p i ó sus fuegos la artillería enemiga sobre nuestro ejército que estaba todavía a dos millas de distancia del


CAPITULO

c a m p a m e n t o . Nuestra artillería contestó los tiros durante un cuarto de hora i p o c o después llegó nuestro ejército al c a m p a m e n t o sin haber tenido una sola baja. El e n e m i g o f o r m ó su línea de batalla en el m i s m o l u gar d o n d e se c o l o c ó el día 22 que vino a hacer el r e c o n o cimiento. El director de la guerra c o n su gran comitiva, recorrió todos los batallones, anunciándole que habia llegado el m o m e n t o para todos tan deseado. Mientras tanto el e n e m i g o seguia h a c i e n d o fuego i n c e santo de c a ñ ó n sobre el c a m p a m e n t o . Cada b o m b a que estallaba cerca de algún batallón, era m o t i v o de alegría para nuestros soldados que vivaban entusiastamente a la patria. Después de tomar rancho i arreglar c o m o para la pelea los batallones, el director de la guerra formó la línea del ejército del siguiente m o d o :

021

El fuego de cañón por ambas partes era bien sostenido; por supuesto, la artillería enemiga era m u i superior a la nuestra, hacia fuego de baterías de cañón K r u p p de a 12; ya las guerrillas principiaban a batirse, c u a n d o a las 11.3 A . M. se c o m p r o m e t i ó el fuego de fusilería en nuestra ala izquierda. El. fuego fué incesante, de redoble por mas de dos horas i media Y a no solo peleaba la linca izquierda sino que se m a n d ó llevar varios batallónos do las otras líneas, batallones que entraban al c o m b a t e pero que no volvían a salir; ol enemigo hacia uso de ametralladoras que tenia en gran cantidad, mientras nosotros no podíamos hacer uso de las nuestras p o r q u e a vanguardia habia un batallón nuestro. El c o m b a t o seguía mas encarnizado c u a n d o principió a debilitarse el ala izquierda, entonces el e n e m i g o hizo un m o v i m i e n t o envolvente sobre el ala derecha i el c o m bato se jeneralizó. A las 3 P. M. estábamos ya sin ejército; los que quedaban so retiraron a las Alturas de Tacna para reorganizarse i seguir n u e v a m e n t e el combate. E l enemigo avanzó con intención de hacer a todos prisioneros, pero la división del señor prefecto contuvo, con valor que raya en heroismo. ai enemigo, mientras nuestros soldados se retiraban a la población, donde habían sido citados por los jenerales. Las caballerías i los paisanos de Tacna, han libertado a una parte de nuestro destrozado ejército de caer en manos del enemigo. Una vez en Tacna, nuestro reducido ejército marchó al A l t o de L i m a , lugar de reunión. La artillería enemiga o c u pó las alturas de Tacna e hizo un cañoneo incesante sobre la estación del ferrocarril i sobre el camino que conduce de A l t o de L i m a a Pacollay. P o r fin, de lugar en lugar, han llegado a esta provincia, donde nuestros jefes se ocupan de organizar los restos de nuestro ejército. Soldados c o m o los peruanos, abnegados i valientes, no se amilanan por los reveses que sufren; antes bien, para la continuación de la guerra sacarán ideas saludables de la lección de la amarga esperiencia. L a batalla no se ha perdido por falta de valor, se ha l u chado con heroismo; pero ¿qué podíamos hacer con 8 , 0 0 0 soldados contra 20,000 del enemigo? Luchar hasta morir! esto se ha hecho. Pruébalo así la muerte de un jefe de división, de seis 1 . jefes de batallones i de muchísimos jefes i oficiales. E l número de nuestros muertos i heridos se calcula en 3,000. Divisiones c o m o la del coronel Snarez, Cauevaro, D á v i l a i doctor Solar, han quedado completamente destrozadas.

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08

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E l señor coronel Luis F. L o s a s , acompañaba c o m o 2. ° jefe al doctor Solar. Esta división es mni aplaudida p o r t o dos los jefes del ejército, porque en unión de Húsares i Guias contuvo al enemigo, mientras nuestros soldados buscaban el punto de reunión. Durante el combate se han hecho prodijiosde valor por todos nuestros jefes, distinguiéndose el Jefe de Estado M a yor peruano, coronel Manuel Velarde, qne en los lugares de peligro infundía mas aliento a nuestros soldados con su presencia. E l coronel Velarde debe estar satisfecho con su conducta i su valor.

^3

O

OCTAVO.

.A

El jeneral Campero, doctor Solar, coronel Velarde i m u chos jefes i oficiales siguieron del A l t o de L i m a el camino de Pachía, donde se divide el camino, a la derecha para Bolivia i a la izquierda para Tarata, E l jeneral Campero después de un sentido discurso se despidió para Bolivia, ofreciendo reorganizar su ejército i asegurándonos que nuestra derrota no era por falta de valor del soldado p e ruano, sino obra de la desgracia; ( p í e s e iba contento de nosotros i que la desgracia unía aun mas a dos naciones hermanas; en seguida se dirijió al coronel Velarde i al estrecharle la mano le dijo: valiente compañero, ya qne no puedo estrechar uno a uno la mano de los valientes peruanos, hágalo a mi nombre i que no olviden que en mí en-


622

GUERRA

DEL

contraían siempre un hermano de corazón. E l jeneral m a r chó por la derecha i nosotros por la izquierda hasta llegar a Tarata, donde estaremos dos dias mas, hasta reunir todo el resto de nuestro desgraciado ejército. Bajo la mas profunda impresión escribo esta correspondencia, así que no estrañe lo desaliñada, que esté. Cuando pase algún tiempo i cuando el espíritu esté mas sereno, eutónces daremos a luz las causantes de nuestra derrota; mientras tanto callemos i pensemos en la defensa de nuestra bendita patria. SAMUEL

CORRESPONDENCIA DESPUÉS

DEL (De

COMBATE

SOLOGUREN.

BOLIVIANA.

DEL

E L CoMEr.ciu de la

26

D E

MAYO.

Paz.)

Eran las 2 P. M., p o c o mas o m e n o s del dia 26, c u a n d o perdidas las probabilidades de buen éxito,i ofuscadas n u e s tras halagüeñas esperanzas de triunfo, principiaban a retroceder en retirada hacia T a c n a algunos soldados v e n c i d o s del ala izquierda. Cabizbajos i c o n paso triste, llevando su rifle en la m a n o , sin creer y a posible concebir ninguna esperanza de aliento, parecían abismados en la c o n t e m p l a c i ó n de la superioridad relativa del enemigo, que habia h e c h o imposible la anhelada victoria. Interrogándoseles por q u é habian creído c u m p l i r su deber con solo combatir un m o m e n t o , respondían ellos fríamente: N o h e m o s p o d i d o v e n cer, nos han t o m a d o a dos fuegos, casi nos hemos acabado. El trayecto del c a m p o de batalla a la ciudad de Tacna, principiaba a ser vertijinosamente a c u d i d o por los d e r r o tados del ala izquierda i por infinidad de particulares. Sumerjida en un abismo inesplicable el alma, e n d u r e cido e insensibilizado el corazón, era imposible en ese m o m e n t o poder calcular la gravedad del desastre que se desarrollaba a nuestra vista. Entretanto, en el ala derecha el c o m b a t e principiaba recién a tomar t o d o su vigor. Las descargas consecutivas do los cañones en m e d i o del fuego c o m p a c t o i terrible de fusilería quo semejante a un trueno sin interrupción se prolongaba, atronaban los aires del c a m p o de batalla de una manera solo c o m parable al contraste de los elementos de la ira del cielo. E n estos m o m e n t o s , el que estas líneas escribe, regresaba también por el m i s m o trayecto que a los derrotados del ala izquierda c o n d u c í a en retirada. A las 3 P. M., p o c o mas o menos, las calles de la ciudad principiaban a ser invadidas por los derrotados del ejército unido. El llanto, el pavor de las familias que se p o nían en indeciso m o v i m i e n t o , daban al m o m e n t o del c o n flicto, u n aspecto sombrío i desesperante. Mujeres d e todas las clases de la sociedad, corrían desoladas i sin aliento a refujiarse en los consulados estranjeros, únicos domicilios que en tales m o m e n t o s podían ofrecer alguna garantía para la vida amenazada. El jeneral Montero, c o n su numeroso séquito de a y u d a n tes i escolta, pasaba en esos mismos instantes impresionado por las calles de la ciudad, m a r c h a n d o en retirada hacia el A l t o de Lima, cabecera de Tacna. Jefes i oficiales del ejército, diseminados en todas direcciones, encaminaban a los soldados dispersos c o n d i r e c ción a Pachía, lugar señalado para la concentración de las fuerzas derrotadas. Algunas clases vulgares do la sociedad, entre mujeres, militares i particulares, se ensañaban en m e d i o de ese laberinto en propalar a voces, improperios contra el ejército boliviano, atribuyendo a la cobardía i mal c o m p o r t a m i e n to de éste la derrota de las fuerzas aliadas. Soldados b o u víanos, abatidos p o r el cansancio, la sed, la d e c e p c i ó n de la derrota, eran perseguidos c o n amenazas, insultos,

PACIFICO.

maltratos i humillaciones a su paso por las calles de Tacna, sin otro recurso q u e el silencio para su amargura mortal en ese funesto dia. A las 4 P. M., p o c o mas o m e n o s , la población habia sufrido una metamorfosis sorprendente. Las calles entregadas a un profundo silencio; herméticamente cerradas las puertas i ventanas en jeneral, apenas se veía cruzar alguno que otro militar ajitado c o n su retraso, i alguna que otra infeliz familia que se dirijia hacia los c a m p o s inmediatos, llevando consiVo, casi faltos de aliento, algunos pobres utensilios i unas pocas piezas de vestido i cama, en lastimoso laberinto con sus tiernos hijos. Las familias refujiadas en los consulados, en m e d i o d e un apiñamiento que causaba verdadero peligro de sofocación, disimulaban su terror c o n el silencio mas profund o ; i solo las detonaciones del c a n o n e n e m i g o que c o n sus pequeños intervalos parecía hacer mas tétrica la agonía del pueblo, descargaban de m o m e n t o a m o m e n t o desesperantes golpes sobre el alma do esas m u c h e d u m b r e o p r i mida. A las 4.30 P. M. las infanterías chilenas principiaban a descender de las alturas del c a m p o de la derrota hacia la meseta inmediata a la estación dol ferrocarril, i para e n tonces piquetes do la caballería enemiga so posesionaban ya do las faldas do la ciudad, recorriendo toda la estension que se c o m p r e n d e desde Para hasta el c a m i n o real d e Arica. A horas 5 P. M., p o c o mas o m e n o s , la presencia de un grueso destacamento de caballería chilena, hacia ostensible el triunfo d e sus armas en la plaza de Tacna. La calle de Prado, la del D o s de M a y o , la de Cararaolle i las intermediarias contiguas a éstas, habian sido las principales víctimas de la invasión. I así c o m o la calle central del c o m e r c i o estranjero n o habia sufrido perjuicio de gravedad, so notaba que la destrucción habia sido mas impía i funesta en las tristes casuchas situadas en las c a llejuelas de las estromidades del pueblo. Infelices familias q u e subsistían solo d e su trabajo diario, se veian a b a n d o nadas en la situación mas lamentable, c o n t e m p l a n d o la ruina c o m p l e t a de su humildes enseres, de sus utensilios d o trabajo estimados c o m o ú n i c o tesoro, i sin hallar en su pobre aposento un solo lienzo c o n q u e poder sustituir el vestido que llevaban consigo. Sin embargo, n o habia sido el ejército todo el que penetró a la ciudad a c o n s u m a r l a s estorsiones enunciadas, sin o únicamente un n ú m e r o de 200 a 300 soldados que, d e una manera furtiva i so protesto de perseguir a los derrotados, lograron internarse a la población; pues, en obsequio d e la verdad i j u s t i c i a d e b e m o s espresar, q u e apesar de que la ciudad de T a c n a habia sido de h e c h o aband o n a d a al amparo del e n e m i g o vencedor, sin ninguna form a l i d a d de parte de las autoridades, i sin embargo t a m bién do haber sido baleado el parlamento por algunos nacionales de Tacna, aunque felizmente sin grave efecto, habíase contenido por el Jeneral en Jefe chileno el d e s b o r d e de su forajido ejército, i m p i d i é n d o s e por todos los medios posibles la entrada de los soldados que ardían en el fuego de la avidez i la ambición. Es así quo durante aquella noche, situado el c a m p a m e n t o de! ejército v e n c e d o r en las inmediaciones d e Para, n o escaseó ¡a d e b i d a vijilancia para el buen éxito del racional propósito de su Jeneral. Centinelas constituidos en las bocas calles de la población, hacia el lado del c a m p a m e n t o , hacían la parte principal do aquella vijilancia salvadora. Los pocos prisioneros tomados en el c a m p o de batalla i los m u c h o s aprehendidos en la c i u d a d , permanecían hasta el dia de su remisión sin tener q u e deplorar efectos m u i duros de hostilidad. Los jefes del ejército i particulares d e alguna consideración, m o r a b a n libremente en la ciudad sin otra garantía que su palabra de h o n o r . Advertíase que el ejército v e n c e d o r prodigaba con marcados rasgos de consideraciones i hasta d e j e n e r o s i dad a los prisioneros bolivianos, siendo el que habla uno


CAPITULO

623

OCTAVO.

guramente brillo de su espada se ha abierto paso en las de los testigos oculares de la verdad, con m o t i v o de haber sombras de su sepulcro! sido t o m a d o prisionero en la m i s m a tarde del 26, por u n piquete de caballería posesionado del camino de Arica. En la madrugada del dia 9 del mes pasado tuvo lugar L a pacificación de la ciudad de Tacna desde hace días, la remisión de todos los prisioneros de Tacna, en n ú m e r o ya parece alliagar en alguna manera el sufrimiento de las de 600, mas o m e n o s . Entre estos eran m u i inferior el familias. A medida que ha venido consolidándose la ocupan ú m e r o de prisioneros peruanos. ción del ejército enemigo, los nubarrones de! pánico i el horLa autoridad chilena, cuarenta i o c h o horas antes de la ror hau ido también disipándose de la sombría atmósfera remisión aquella, notificó por b a n d o solemne una serie déla población. Las casas acosadas por lainminente invasión conminatoria a todos los militaros i particulares bolivianos del altanero vencedor; las mujeres aterradas por el poder del existentes en Tacna, para que en eltérmino de veinticuapuñal; los hombres colocados sobre el peligro mismo del tro horas se presenten ante ella, so pena de ser j u z g a d o s , vejamen i la victimación, todos hoi principian a respirar el en caso contrario, por un consejo de guerra verbal i casti- aire grato del suelo en que nacieron, aunque ya no ese aire gados severamente c o m o espías i enemigos de Chile. C o n vivificador, alegre i animado de la mañana del 26, sino essecuencia de esta conminatoria fué la remisión do aquel te otro saturado de horror, de desgracia i desventura! s u b i d o número de prisioneros. Sin embargo, la autoridad j Carabanas de familias que se apresuran a dejar el suelo chilena n o so p r e o c u p ó después de esto, de perseguir ni conquistado, salen diariamente de Tacna con destino a B o capturar a los m u c h o s individuos que sustrayéndose de livia, abandonando su hogar juntamente con sus afecciones, los efectos de la orden anterior permanecían pacíficasus intereses i todo cuanto de mas grato hayan tenido en m e n t e en la ciudad, resignados a las resultas posteriores, su amado domicilio. La autoridad chilena, lejos de d e m o s l o cual probaba que la conminatoria dicha no era otra trar oposición alguna a esto, garantiza el retiro de familias cosa que una medida do bien meditado cálculo i solo franqueando pasaportes de seguridad solo i únicamente a propia de la artimaña i perspicacia chilena. las mujeres. L a entrada de particulares a la ciudad, especialmente la La opinión del ejército chileno sobre el c o m p o r t a m i e n - de arrieros, no ofrece dificultad alguna, dudándose sí, la salida, al menos de los que no hacen parte de estos últimos. to del ejército boliviano en el c a m p o de batalla, so m a n i Ninguna persecución ni hostilidad manifiesta se advierfiesta j e n e r a l m e n t e favorable i justiciera. El testimonio te contra los moradores actuales. H o m b r e s i mujeres del i n j é n u o de jefes, oficiales i soldados enemigos, en nada pueblo se contraen libremente a sus labores. se inclina a desmentir el porte valeroso del soldado boliE l alto i bajo comercio principia su movimiento ordiviano, i por el contrario, da por mui bien sostenida d e nario. su parte la defensa en el " A l t o de la Alianza." Especial m e n c i ó n de ellos ha m e r e c i d o la c o n d u c t a del batallón 1. ° de línea i de la división de Vanguardia que supieron E l ferrocarril, el telégrafo i el puerto de Arica, espedícorresponder d e b i d a m e n t e a la reputación particular d e tos en servicio del enemigo, nada le dejan que desear en la que gozaran. rapidez de sus comunicaciones e internación en grande de Este elocuente testimonio, que lleva c o n s i g o la mas artículos de subsistencia. severa imparcialidad, h a d e b i d o en algún m o d o abonar U n a autoridad chilena, con el denominativo de intendenla c o n d u c t a del ejército boliviano, u n á n i m e m e n t e tachate jeneral de armas, constituida en la ciudad de Tacna, ejerce do de cobarde i acusado de desleal por gran parte del sus funciones actualmente en lo administrativo i militar; ejército aliado i pueblo de Tacna, en los m o m e n t o s del esperándose de pronto la organización del servicio públiconflicto antes i después. co en los respectivos ramos judicial, gubernativo, municiIgual testimonio honroso marca el parte del ejército pal, etc. peruano en la batalla del 26, pero limitándose éste a solo mui determinados cuerpos de él. I si al recalcar nosotros N O T A . — E l que estas líneas escribe, arrostrando los peliesta restricción o limitación, por cierto desfavorable, p u gros i continjencias que ofrece una población recien tomada diese darse por herida la susceptibilidad del ejército por el enemigo, i sin mas interés qne el vivo deseo de ininteresado, creemos que en h o n o r a la imparcialidad, a la verdad i ninguna prevención c o n que de nuestra parte formarse ocularmente de todo lo anterior para trasmitirlo al restituirse a su patria después de cinco semestres de d e s e m p e ñ a m o s el papel de meros narradores, se cuidará de hacer recaer la responsabilidad de su falsedad o i n e x - campaña, ha permanecido en la ciudad de Tacna hasta la noche del 18 de Junio p r ó x i m o pasado en que emprendió la actitud, si existe, sobre quienes j u s t a m e n t e la tienen; es fuga hacia esta ciudad; i cree cumplir con un deber, aunque decir, sobre el j u i c i o del ejército chileno de quien e m a n a no sea sino secundario, al exhibir mui someramente la pretal testimonio. sente relación verídica de actualidad, que puede no carecer El e n e m i g o en su opinión j e n c r a l , c o n c e d e asimismo la justicia debida a los altos jefes del ejército boliviano, de importancia en medio de la ansiedad i versiones contradictorias que hoi preocupan al público interesado. c u y o c o m p o r t a m i e n t o en el c a m p o de batalla recuerda La Paz, Julio 1. ° de 1880. c o n encomios bastante honorables c o m o imparciales. L a c o n d u c t a i méritos del jeneral Camacho son especialmente objeto del m a y o r respeto i deferencia de parte de los jefes i oficiales del ejército chileno, quienes en prueba ele ello manifiestan actualmente el mas v i v o i sincero interés por la feliz i pronta curación d e su herida. E l que fué Jefe de Estado Mayor del ejército unido, j e n e ral don Juan José Pérez, venerable anciano militar que ha logrado imponer a la posteridad el respeto imperecedero hacia su nombre i que en el campo de la defensa nacional ha conquistado orgulloso un rayo de gloria para iluminar su sepulcro, inclinada su encanecida cabeza solo ante la majestad del heroísmo, ha sido también objeto de las m a nifestaciones del mas alto respeto de parte del ejército vencedor. Solemnes exequias votadas en sufrajio de su m e m o ria en el templo principal de San l l a m ó n , han sido el último homenaje de justicia tributado por el enemigo m i s m o al valor i abnegación del veterano soldado que con el ful-

FLÁVIO

MACHICADO.

XVIII. Fiestas en celebración de las victorias obtenidas contra la alianza perú-boliviana. T o d o s los pueblos de la R e p ú b l i c a se entregaron a un c o m p l e t o regocijo apenas se tuvieron las primeras n o t i cias de nuestro espléndido triunfo. Desde que el sol asomó en el oriente, el estampido del cañón, las campanas echadas a vuelo anunciaron a Chile entero la victoria sin igual obtenida por nuestras armas. E n todas partes se entonaron h i m n o s de j ú b i l o , i so repetían los vivas al jeneral Baquedano i a los invictos soldados que c o m p o n e n nuestro ejército. E n Santiago, c o m o se verá por los d o c u m e n t o s que p u -


GUERRA

624

DEL PACIFICO.

blicamos a continuación, el Gobierno i las autoridades locales fueron los promotores de esas manifestaciones de j u s t o contento.

"MINISTERIO

Santiago,

"MINISTERIO D E L I N T E R I O R .

Santiago,

Mago 29 Je 1880.

D E L INTERIOR,

j

Mayo 2.9 de 1880.

El Gobierno ha deterrminado que mañana a las 1 0 A. M . tonga lugar en la Iglesia Metropolitana una misa i un s o lemne Te Deum en acción de gracias por la victoria que las armas nacionales han obtenido el 2 6 del corriente en la ciudad de Tacna. T e n g o el honor do decirlo a Y . E. a fin do que se sirva invitar a d i c h o acto a los m i e m b r o s do la honorable C á mara que V. £ . dignamente preside, previniendo que la c o m i t i v a saldrá de ia Sala de G o b i e r n o a las 1 0 A . M . D i o s guarde a Y . E.

La fausta noticia del triunfo de nuestras armas en T a c - I na el dia 2 6 del presente, que ha cubierto de gloria a la ; República, ha resuelto al Gobierno, de acuerdo con el C a - ! bildo Esclesiástico. a determinar que mañana D o m i n g o 3 0 tenga lugar en la Iglesia Metropolitana una solemne ceremonia relijiosa en acción de gracias por esta victoria. La premura del tiempo n o ha permitido hacer los c o n vites especiales, pero se suplica a los miembros de los altos DOMINGO SANTA MARÍA." poderes legislativo i judicial, a los señores consejeros de Estado, m i e m b r o s do la Municipalidad de Santiago, c o m o asimismo a todos los funcionarios do los diversos ó r d e Las invitaciones anteriores de los diversos ministerios, nes administrativos, se den por invitados para la esprefueron dirijidas a todos los altos cuerpos, corporaciones sada ceremonia. i funcionarios de los diversos órdenes lejislativo, adminis La reunión de las corporaciones tendrá lugar a las 9 . 3 0 trativo, j u d i c i a l , eclesiástico, etc. A, M.., en la Sala de Gobierno del palacio de TaMonoda, de d o n d e se dirijirán a la Iglesia Metropolitana, PROGRAMA D E LAS FIESTAS PÚBLICAS. E n caso de lluvia, la ceremonia se suspenderá para que tenga lugar el dia que oportunamente se designe. Santiago, Mayo 29 de 1880. El oíicial m a y o r del ministerio del interior. J. A.

SOFFIA."

"MINISTERIO D E L CULTO.

Santiago,

Mago 29 de 1S80.

E l Gobierno cree necesario que se celebre una misa s o l e m n e i se cante un Te Deum en acción de gracias por el n u e v o triunfo que han obtenido las armas do la R e p ú b l i c a el 2 6 del corriente. E n consecuencia, espera que V . S. se servirá d i s p o n e r l o conveniente c o n este objeto, ordenando que las espresadas ceremonias relijiosas se hagan en la Iglesia Catedral, mañana a las 9 . 3 0 A . M. Dios guarde a V. S. JOSÉ ANTONIO

GANDARILLAS.

Al señor Vicario Capitular del A r z o b i s p a d o . "

(CONTESTACIÓN.)

"Santiago,

Mayo 29 de 1880.

En esto instante recibo la c o m u n i c a c i ó n do Y . S., de hoi, en la cual se sirve decirme que el S u p r e m o G o b i e r n o cree necesario que so celebre una misa solemne i se cante un Te Ueum en acción do gracias por la nueva victoria que han obtenido las armas do R e p ú b l i c a el 2 6 del actual, i m e invita piara que t o m e las disposiciones del caso a fin de que tonga lugar en la Iglesia Metropolitana, ese acto relijioso en el dia de mañana. •Justísimo encuentro el que a n o m b r e del relijioso p u e blo do Chile se dé públicas acciones de gracias al D i o s de los ejércitos por las nuevas glorias que ha querido que alcancen nuestros valientes soldados a las puertas de Tacna, i m e es sobro manera grato contribuir a la c u m p l i d a realización de los nobles votos del S u p r e m o G o b i e r n o c o n las medidas que corresponden a la autoridad diocesana i que he impartido en el acto. Dios guarde a V. S. J OAQUIN, Obispo de Martyrópolis i V i c a r i o Capitular de Santiago. A l señor Mini-iro de Jasüci;;, Culto e Instrucción p ú b l i c a . "

A l o s presidentes de ambas Cámaras guiente oficio:

se envió el si-

La gran victoria obtenida p o r nuestro glorioso ejército el 2 6 del presente, contra la alianza perú-boliviana ha venido, una vez mas, a confirmar a c u á n t o alcanza ol e m puje irresistible i el valor i n d o m a b l e de nuestros heroicos i abnegados soldados, siempre que son guiados por la brillante estrella de nuestra gloriosa bandera. Si era justo n o entregarse a regocijos i fiestas públicas el 2 1 de M a y o , célebre aniversario del h o m é r i c o c o m b a t e de Iquique, c u a n d o se creia que a esas mismas horas se derramaba en abundancia la sangre de tantos valientes compatriotas i se libraba la mas grande batalla de la actual campaña; hoi la autoridad local se cree en el deber i en la obligación de hacerse eco del j u s t o entusiasmo p ú b l i c o despertado por el nuevo triunfo alcanzado en Tacna, de feliz i eterna m e m o r i a para los chilenos i c u y o golpe hiere de muerte a nuestros enemigos. A este fin, la Intendencia, de acuerdo c o n Ja c o m i s i ó n n o m b r a d a al efecto por la Ilustre Municipalidad i c o n el C o m a n d a n t e Jeneral de Armas, decreta el siguiente p r o g r a m a c o m o una prueba del entusiasmo i regocijo p ú b l i co que invade a estas horas a todo el pueblo chileno: Domingo

30.

I . — A l salir el sol se hará desde el Santa L u c í a una salva m a y o r i otra al ponerse. I I . — E l pabellón nacional permanecerá enarbolado d u rante tres dias. I I I . — A las 9 . 3 0 A . M. concurrirán a la Plaza de la I n d e p e n d e n c i a de gran parada, todos los cuerpos cívicos existentes en la capital, a fin de formar carrera al Presidente de la República, quien a c o m p a ñ a d o de todas las corporaciones oficiales asistirá a Ja Iglesia Metropolitana, d o n d e se celebrará una misa de gracias i un .7,? Deum por la gran victoria obtenida por nuestro ejercito en Tacna. I V . — S a l v a s mayores se harán desde el Santa Lucía, al salir el séquito oficial dol Palacio de Ja Moneda, al llegar al templo i al terminar la ceremonia relijiosa, V . — E n la Plaza de la Intendencia, Alameda., Plaza de San Pablo i Parque Cousiño so podrán situar ventas, libres de derecho de piso. E n todos estos lugares habrá bailes populares on Jos tabladillos q u e so levantarán al efecto. I V I . — E n la n o c h e iluminación jeneral. ¡ V I I . — A las 8 P. M. gran concierto en el Teatro M u n i ! cipal a beneficio do las viudas i huérfanos de la guerra, i Comenzará la función c o n la Canción N a c i o n a l .


CAPITULO

625

OCTAVO.

Lunes 31. I.—Salvas c o m o en el dia anterior. A las 12 M. saldrán d e sus diferentes cuarteles todas las bandas de música existentes en Santiago, c o n el fin d e ejecutar u n festival en la Plaza de la Independencia. I I . — E n el m i s m o lugar se elevará u n g l o b o de mas de 40 metros de circunferencia el cual llevará u n a granada i una bandera chilena. Elevado a cierta altura reventará la granada, se desprenderá la bandera i a la vista del p a bellón nacional, se harán 10 disparos en la esplanada del cerro de Santa Lucía, i se dará principio al festival p o r todas las bandas c o n el h i m n o " A r t u r o Prat." I I I . — A las 2 P. M. en el Parque Cousiño, el arrendatario proporcionará al p ú b l i c o en los lugares que h a preparado al efecto, variadas fiestas: carreras de saltos, planas, de burros, de ensacados, palo e n c e b a d o i r o m p e cabezas. L a banda de música de la artillería tocará en el kiosko escojidas piezas. I V . - — L a banda de música del Santa Lucía tocará en el tabladillo de fierro de la A l a m e d a desde las 4.30 P . M. hasta las 6 P . M . V . — I l u m i n a c i ó n jeneral de la ciudad. E n la Alameda, frente a la Universidad, se encenderá nna luz eléctrica. V I . — E l Sábado p r ó x i m o se quemarán en la A l a m e d a de la Delicias grandes fuegos artificiales a las 7.30 P . M . P o r orden del S u p r e m o Gobierno se declara dia festivo el p r ó x i m o Lunes. La Comisión pone en conocimiento de la socidad de Santiago que prepara mi gran baile, el cual tendrá lugar de la fecha en 15 dias mas. Santiago, M a y o 29 de 1SS0.—Sala de la c o m i s i ó n . — ( F i r m a d o s ) . — Z . F R E I R É , — l i e c a r e d o Ossa.—Juan Antonio González.—Enrique Gandarillas.—Lisímaco Jara Quemada.—Juan de D. Morando.—-Víctor Aldunate.—Rafael Rascuñan.—José Zapiola.—Manuel María Aldunate, secretario municipal. ORDEN

DEL

DIA

DE

LA

COMANDANCIA D E

Santiago,

ARMAS.

Mago 29 de 1SS0.

Mañana D o m i n g o a las 9.30 A . M . , concurrirán de gran parada todos los cuerpos cívicos de esta guarnición i el b a tallón voluntarios Guardias del Orden, a la Plaza de la I n tendencia, desde la que inmediatamente se dirijirán a formar carrera a S. E. el Presidente de la República, que acompañado de todas las corporaciones oficiales, asistirá a la Iglesia Metropolitana donde deberá celebrarse un solemne Te Deum en acción de gracias al A l t í s i m o por el espléndido triunfo que nuestro valiente ejército ha obtenido en la campaña de Tacna, sobre los de la alianza perú-boliviana el 26 del actual. E l señor coronel don Luis Arteaga, inspector jeneral interino de la Guardia Nacional mandará en jefe las fuerzas espresadas, sirviéndole de ayudantes los de su oficina. E l comandante accidental del l.* rejimiento de artillería hará ejecutar en el lugar de costumbre dos salvas m a yores al salir i ponerse el sol, otra salva al salir el séquito oficial del palacio de la Moneda, otra al llegar al t e m p l o i otra al terminar la ceremonia relijiosa. E l cuerpo de Cadetes servirá de escolta a S. E . el Presidente i se encargará de hacer guardar el orden i cubrir las centinelas dentro del templo durante el Te Deum. Los señores jefes i oficiales concurrirán a la comandancia jeneral de armas para acompañar a S. E. a l a Iglesia Metropolitana así c o m o a su regreso a la Moneda, r

PRIETO.

E n Valparaiso, entre otras muchas fiestas, se celebró un solemne Te Deum, al cual asistieron todas las corporaciones oficiales, presididas por el señor intendente, en el que el célebre orador sagrado don Salvador D o n o s o pronunció el siguiente discurso: TOMO i i — 7 9

Cantemos domino: glorióse enin magnificatus est, equum et ascensorene dejacit in mare. Cantemos al Señor, porque gloriosamente ha aido engrandecido: al caballo i al caballero derribó en el mar.—Éxodo c. 15 Y . 1. °

I. Señores: Con acentos de inmenso i uniforme regocijo, entonemos una vez mas este hermoso cántico de un pueblo justamente entusiasmado, el dia solemne de espléndida victoria. Sí, señores: cantemos al Dios de los ejércitos el h -mío de nuestra profunda gratitud, i c ó n los ánjeles q;üé anunciaron al universo el nacimiento del Supremo' Libertador de las naciones, esclamemos sinceramente c o n m o v i d o s : ¡Gloria a D i o s en lo mas alto de los cielos i gloria en la tierra a los héroes ilustres que han vertido su sangre jenerosa sobre el altar de la patria! ¡ A h , señores! ¿i quién podría dudarlo? Jamás pueblo alguno ha tenido mas justos títulos que el pueblo chileno para admirar i bendecir a la Divina Providencia, que ha velado con solícita mirada por la suerte feliz de su armas. Dando espansion a nuestro santo júbilo, inspirado por el sublime amor a esta patria querida, repitamos una vez m a s : ¡Bendito sea, mil i mil veces bendito el D i o s de las misericordias! I ¿ c ó m o no bendecirlo, señores, cuando desde el dia en que fuimos provocados a desigual e injusta guerra por las Repúblicas aliadas del Perú i Bolivia, ser chileuo es nu timbre de honor, qne la m i s m a Divina Providencia se h a encargado de enaltecer con continuos e inmortales triunfos? ;

II. L o sabéis, señores, i l o sabe y a el m u u d o todo. Desde Antofagasta hasta el Callao, i desde Calama hasta A r i c a , por los arenales candentes del desierto, por sobre las olas embravecidas del mar, nuestros intrépidos soldados i nuestros denodados marinos han paseado siempre triunfante el glorioso tricolor chileno. ¡ A h ! hermosa bandera de mi p a tria, cuan gallarda te ostentas cubriendo con tu sombra ese altar, donde se oculta con velo misterioso el Dios de nuestros padres que nos han enseñado a amar tan de veras a nuestra patria! Con esa fe inquebrantable de una vida mejor i conquistada por noble i levantada abnegación, en tantos i tan desiguales combates, menores en número, luchando con el hambre, el cansancio i la sed, nuestros hombres de bronce ¡ah! ¡qué demiedo tan invencible! j a m á s ni una sola vez, cedieron la victoria al enemigo. A l contrario, la han llevado por todas partes en la p u n ta de sus terribles bayonetas, i han escrito para siempre en las pajinas de nuestra hermosa historia, c o m o lema en cierto m o d o infalible: "¡Chile no se rinde j a m á s ! " Sí, señores, i no creáis que me ciega el resplandor de esa llama sagrada que arde en mi pecho de chileno i centellea en la pupila de mis ojos. N ó , los hechos hablan por mí. III. Prat, el grande, Serrano, R i q u e l m e , A l d e a i demás invictos tripulantes de nuestra gloriosa Esmeralda, han e s crito sobre las olas ensangrentadas del mar de Iquique, el 21 de Mayo de 1S79. a nombre de ¡a marina de nuestro amado Chile, este epitafio sublime: '•Vencer o morir.'' R a m í r e z , Valdivieso, U r r i o l » , Carretón, Cuevas, Garfias i demás héroes de la tremenda trajed'a de Tarajuicá, han escrito a su turno sobre las arenas calcinadas del desierto, el 27 de Noviembre del m i s m o año, a nombre del ejército chileno, nn epitafio semejante: " M u e r t o s pero no vencidos." Por eso, señores, cuando oímos todavía el májico i no interrumpido acento de victoria en Calama, victoria en Iquique, victoria en Aligamos, victoria en Pisagna, victoria en A g u a Santa, victoria en Dolores, victoria en los Anjeles, victoria en Sama, i todavía victoria en Tacna i victoria en


626

G U E R R A

G E L

A r i c a i en todas partes, victoria adonde quiera que llegan nuestras naves i colocan sus plantas nuestros soldados, oyendo el nombre de otros héroes, que como los bizarros Santa Cruz, San Martin i demás bravos inmolados últimamente a centenares sobre ese altar repleto ya de víctimas ilustres, con la vista fija en los cielos i con el corazón ardiente de vivísimo amor por esos hermanos nuestros tan gloriosos c o m o queridos, no podemos menos de esclamar con indecible gratitud: " C a n t e m n s D o m i n o . " Cantemos, así, cantemos al Señor, porque con igual magnificencia ha desplegado sobre el azul de nuestro puro cielo, el manto sagrado de su Divina protección; i porque con mano de b r o n ce ha hundido en p o l v o a nuestros soberbios enemigos i ha dejado flotando sobre las olas del mar a sus amedrentados navegantes. IV. ¡ O h ! señores, ¡qué contraste tan rápido i tan doloroso p a ra los que provocaron la contienda! ¡Justiciade D i o s ! recibe hoi el homenajéele nuestra admiración i de nuestro culto. ¿Qué se ha h e c h o esa escuadra poderosa? ¿ D ó n d e están sus naves formidables? ¡Ah! las unas sepultadas en lo p r o f u n d o del o c é a n o i las otras en nuestro poder a las puertas del Callao, que hoi cuenta i espera hora por hora el último m o m e n t o de su rendición inevitable. I de n u e v o , señores, permitidme una pregunta mas i perdonad: ¿dónde están esos numerosos i aguerridos batallones de la desgraciada alianza? ¡Ah! ¿no los veis derrotados i dispersos? Después de sembrado el c a m p o de cadáveres, se han d e s h e c h o al g o l p e irresistible de n u e s tras huestes, c o m o el soplo de la tempestad dispersa i deshace las hojas marchitas de los árboles. ¡Ah! ¿I c ó m o n o reconocer esta marcada protección del cielo? Si Dios está c o n nosotros, ¿quién p o d r á detener el vuelo de ese c ó n d o r audaz que simboliza el e m p u j e d e nuestra fuerza? H a v o l a d o desde la cima de los A n d e s i no volverá a su nido de rocas i de nieve, hasta que n o h a y a despedazado el corazón del Sol que apenas alumbra entristecido el c a m i n o por d o n d e huyen los que se llam a n sus hijos. J

V.

Pero nó; perdonad, Dios de paz i de amor, perdonad este arranque de h u m a n a vanidad. A l celebrar hoi los triunfos que nos habéis c o n c e d i d o c o n pródiga m a n o , n o queremos la ruina de nuestros enemigos. N ó ; sabemos q u e somos todos vuestros hijos i que ellos son nuestros hermanos de ayer, estraviados i obsecados h o i por una v e n d a fatal q u e oculta a sus ojos la justicia de nuestra causa. ¡Gran Dios! ¡Arbitro supremo de los h u m a n o s destinos! r o m p e d esa densa v e n d a i h a c e d que vean los resplandores de la paz, c o m o el arco iris de su única esperanza en la horrible tormenta que aun les amenaza. A n t e s que el hambre invada sus ciudades i la miseria cubra de duelo i de lágrimas sus hogares entristecidos por cien derrotas, que se sometan S u p r e m o J u e z de las naciones, que se sometan al fallo inexorable de vuestra divina justicia. Enviadles desde el cielo el ánjel de la reconciliación para que les diga de nuestra parte, que si h e m o s sido leones en los c a m p o s de batalla, seremos sus hermanos a la sombra de la cruz, que nos enseña a olvidar perdonando con cristiana jenerosidad. ¡Sea, buen Dios, sea la sangre vertida en T a c n a i Arica, el último holocausto pagado a vuestra justicia para que termine presto esta larga i penosa contienda! Oíd las plegarias de tantas almas inocentes que claman sin cesar por el dia feliz, en que han de volver llenos de c o n t e n t o i de gloria al seno de su patria esos abnegados defensores de su líonra, que han creído i esperado on vuestro poder, majistrados, sacerdotes i fieles que rodeáis este santuario. I entretanto, entonemos un solemne Te JJeum de gracias i alabanzas al Altísimo para que en su infinita misericordia se digne grabar c o n letras de oro sobre la frente de Chile, vestida hoi de g o c e i ceñida de laureles,

PACIFICO

esta palabra de supremo c o n t e n t o : " V i c t o r i a i siempre Victoria."

XIX. Uno contra cien. i | L a prensa de las naciones aliadas, comienza a dar a luz | j sus documentos oficiales sobre los hechos de armas últimamente ocurridos en ¡a guerra que sostienen contra nuestra patria. E s o s documentos encierran preciosas e importantísimas confesiones, mediante las que la verdad histórica se revelará en todo su brillo i esplendor, no solo en A m é r i c a i ante tas partes i contendores, sino principalmente ante el examen i juicio de los espectadores i neutrales, jueces tan naturales c o m o lejítimos de la contienda. Las publicaciones, tanto oficiales c o m o oficiosas de esas repúblicas, han mostrado, c o m o se sabe, un singular e m peño en sostener i establecer que en las batallas tanto de Tacna c o m o de Arica, tuvieron de su parte el arrojo, la intrepidez i el heroísmo, dando por último lote al ejército chileno, la esceleucia de sus armas i por única cansa i ornen de la victoria alcanzada, la superioridad brutal e i n consciente del uiímero. Mas, hé aquí que contra esas aseveraciones desnudas hasta aquí de todo fundamento, viene a alzarse, confundiéndolas i anonadándolas total i completamente, la severa voz de los documentos oficiales que, naciendo en la tienda del soldado, no se han contajiado con el incienso de la adulación que esa prensa tributa, ora a la autoridad, ora al pueblo. L a pieza que snjiere mérito i da oríjeii a las precedentes observaciones, es principalmente el parte del oficial mayor del ministerio de la guerra, encargado del Estado Mayor J e neral del ejército boliviano en retirada, fechado en L a P a z , a 12 de Junio, i dirijido al capitau jeneral de Bolivia don Narciso Campero. E l referido documento, que lleva al pié la firma de don Pedro José A r a m a y o , después de narrar ¡as diversas c o n sideraciones que pesaron en el ánimo de los jefes i los actos bélicos que precedieron a la gloriosa i decisiva batalla del 26 de M a y o , describe en los testuales términos que trascribimos fielmente a continuación, el orden i composición de la línea formada por los ejércitos rivales de Chile en la mencionada acción de guerra: " E l orden de batalla quedó establecido de la manera siguiente: en primera línea, comenzando de derecha a i z quierda, la batería boliviana de 6 K r u p p , el rejimiento Murillo, los batallones peruanos Lima, Cuzco, R i m a c i Provisional de L i m a , 2 ametralladoras i 1 cañón rayado de B o l i v i a ; los batallones bolivianos Loa, Gran, C h o rolque i Padilla, 2 ametralladoras i 1 cañón rayado de B o livia; los batallones peruanos Pisagua, Arica, Misti i Zepita, 9 piezas de artillería peruana entre rayados i ametralladoras. C o m o reserva a nuestra izquierda, los batallones b o l i v i a nos V i e d m a , Tarija i 2. ° Sucre, con 2 piezas avanzadas de artillería peruana de grueso calibre; los batallones p e ruanos H u á s c a r i Victoria, los escuadrones bolivianos Coraceros, V a n g u a r d i a de C o c h a b a m b a , Libres del Sur i Escolta. E n el centro, los batallones peruanos A y a c u c h o , Arequipa, el Canevaro i C o l u m n a de Sama. A el ala d e recha, los batallones bolivianos 1. ° Alianza, 4. ° A r o m a , C o l u m n a de Zapadores, Nacionales i Jendarmería de Tacna; los escuadrones peruanos Húsares de Junin, Guias i el del coronel Albarracin. El ala derecha estaba a las órdenes de S. S. el contra-almirante d o n Lizardo M o n t e ro i el ala izquierda a las del señor coronel d o n E l e o d o r o C a m a c h o , q u e d a n d o el centro bajo la c o m a n d a n c i a j e n e ral del coronel d o n Miguel Castro Pinto, i a la inmediata d i r e c c i ó n de V . S. A las 9.45 A . M. del dia 26, el e n e m i g o formaba su línea diagonal sobre nuestra izquierda, r o m p i e n d o sus


CAPITULO OCTAVO.

fuegos de artillería i amenazándola c o n dos grupos de caballería, por lo q u e sin d u d a el señor coronel C a m a c b o se apresuró a hacer pasar a la línea de batalla a los batallones de reserva 2. ° Sucre, V i e d m a i Tarija. Nuestra artillería de la izquierda contestaba incesantem e n t e a los disparos del enemigo, i solo a las 11.30 A. M. c o m e n z ó el fuego de rifle en la misma ala. Media hora después el c o m b a t e era jeneral en toda la línea i V . S. ord e n ó q u e las reservas del centro acudiesen a pro tejer la izquierda; pero n o siendo bastantes ni esas fuerzas para contrarestar a las líneas enemigas, que se multiplicaban en el ataque, t o m ó V. S. la determinación de c o n d u c i r personalmente las reservas de la derecha, c o n mas 2 cañones K r u p p a la izquierda, d o n d e el e n e m i g o dirijió su principal ataque. Continuaba recio i sangriento el c o m b a t e a mas de la 1 P. M., i ya el ala d e r e c h a n o contaba c o n mas reservas que las pequeñas columnas de Zapadores, Jendarmería i Nacionales de Tacna, que también entraron en la línea de batalla para protejer los cañones K r u p p ; de manera que, apesar de que t o d o el ejército aliado combatía c o n encarnizamiento i d e n u e d o en una sola línea, ella n o era bastante para cubrir el frente de la batalla," Resulta, pues, de las líneas que preceden, que el ala izquierda del e n e m i g o se c o m p o n í a de las fuerzas siguientes: 1. ° Batería boliviana de 6 K r u p p . 2. ° R e j i m i e n t o Murillo. " Lima. 3, o Batallón Id. Cuzco. 4, o Id. Rimac. 5, o I d . Provisional de Lima. 6. o 7. o 2 ametralladoras i 1 c a ñ ó n rayado. 8, o Batallón Pisagua, Id. Arica. 9, o Id. Misti. 10. Id. Zepita. 11. 12. 9 cañones. A d e m á s i c o m o reserva: 13. Batallón V i e d m a . 14. Id. Tarija. 15. Id. Sucre. 16. 2 piezas de grueso calibre. 17. Batallón Huáscar. 18. Id. Victoria, 19. E s c u a d r ó n Coraceros. 20. Id. Vanguardia de C o c h a b a m b a . 21. Id. Libres del Sur. 22. Id. Escolta. T e n e m o s , pues, q u e el ala izquierda del e n e m i g o m a n d a d a por el coronel C a m a c h o tenia al entrar en batalla: 18 piezas de artillería. 2 ametralladoras. 1 rejimiento de infantería. 13 batallones de id. 4 escuadrones de caballería. Media hora después de c o m e n z a d o el c o m b a t e de i n infanterías, i según el m i s m o parte, por orden del j e f e , a c u d i e r o n en ausilio de la izquierda las reservas del c e n tro, q u e se c o m p o n í a n de las siguientes tropas: 1. ° Batallón 2. ° Id. 3. ° Id. 4. ° Id. L o q u e hacia a 17.

Ayacucho. Arequipa. Canevaro. C o l u m n a de Sama. subir entonces el n ú m e r o de batallones

"Mas, c o n t i n ú a el m i s m o parte, n o siendo suficientes esas fuerzas para contrarestar a las líneas enemigas, V. S. c o n d u j o personalmente las reservas de la derecha a la i z quierda." ¿Cuáles eran esas reservas?

627

Eran las siguientes: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.

° o o o o o o o o

Batallón Alianza. Id. 4. ° A r o m a . Id. C o l u m n a de Zapadores. Id. Nacionales. Id. Jendarmería de Tacna. Id. Escuadrón Húsares de Junin. Id. Guias. Id. Coronel Albarracin. 2 cañones K r u p p .

C o n este n u e v o refuerzo, el ala izquierda, contaba pues definitivamente: 1. 2. 3. 4. 5.

° ° ° ° °

1 rejimiento de infantería, 22 batallones d e la misma arma. 7 escuadrones de caballería. 20 cañones. 2 ametralladoras.

A h o r a bien: ¿cuál era el n ú m e r o i c o m p o s i c i ó n de las tropas de Chile que se dirijieron al ala izquierda e n e m i ga i sostuvieron el c o m b a t e c o n ella hasta derrotarla c o m pletamente, i obligarla a retirarse en fuga del c a m p o d e batalla? Eran las siguientes: R e j i m i e n t o Esmeralda Batallón Valparaíso Id. Navales Id. Chillan C o m p a ñ í a de Pontoneros Total

1,020 317 575 530 105 2,547

A g r e g a m o s aun, aunque no tomaron parte activa en el c o m b a t e : Granaderos Artillería (Flores i S a l v o ) I tendremos así

250 200 2,997

A g r e g e m o s todavía, para placer i beneplácito de los mas pesimistas e incrédulos, los cuerpos de la segunda d i v i vision que eran, c o m o se sabe: R e j i m i e n t o 2. ° de línea Id. Santiago Batallón n ú m . 1 Atacara a

597 914 619 2,130

L o q u e vendría a dar un n ú m e r o r e d o n d o hombres.

de 5,127

A h o r a , a su turno, e x a m i n e m o s i d e s c o m p o n g a m o s fuerza enemiga.

la

24 batallones de a 500 h o m b r e s serian 12,000 7 escuadrones de a 200 h o m b r e s . . . 1,400 22 cañones c o n un servicio d e 20 h o m b r e s harían 440 L o que seria un total de

13,840

Así, pues,mientras el ejército aliado contaba 24 batallones, el chileno solo tenia 4; 1 escuadrón de caballería se mostraba al frente de 7; 6 cañones hacían callar el fuego de 22, i en una palabra, 4,000 h o m b r e s resistían i vencían a 14,000, i c o m o lo declara testualmente el p a r te A r a m a y o : " t o d o nuestro ejército estaba encerrado por la izquierda en un semicírculo de fuego que obligó a nuestros destrozados cuerpos a c o m b a t i r en retirada."


I

628

GUERRA

DEL

Tal es la conclusión, tal es el resultado lójico i e v i d e n te, demostrado i c o m p r o b a d o hasta la saciedad por las mismas confesiones i d o c u m e n t o s auténticos del e n e migo. El d o c u m e n t o emanado del Estado Mayor boliviano, ahorra t o d o comentario. El ala izquierda del enemigo, blanco i o b j e t o principal de su defensa, protejida por las reservas del centro i ala derecha, c o n vigorosa i sostenida artillería, n o p u d o evitar verse encerrada por la pequeña división chilena c o m p u e s ta solo en su oríjen de m e n o s de 4,000 combatientes en u n semicírculo de fuego que obligara a los destrozados cuerpos a combatir en retirada. Cuatro contra 14, 1 contra 4, tal ha sido la p r o p o r c i ó n en que el ejército chileno h a obtenido la victoria contra un enemigo encarnizado i d u e ñ o de posiciones elej idas a su sabor por él mismo. A la verdad, c u a n d o se leen tales sucesos escritos polla misma m a n o que mas interés tenia en borrar esos h e c h o s de la historia, el corazón se dilata espontánea e irresistiblemente en el seno, i gritos de admiración se escapan irresistibles de los labios. El parte q u e r e p r o d u c i m o s es, pues, n o solo la confirm a c i ó n de una victoria, es la inscripción en las pajinas d e la historia del m u n d o , de un h e c h o rival de los mas, i a mas j u s t o título glorificado por la humanidad. D e él aparece que nuestra primera división, v a n g u a r dia de la victoria, m a n t u v o a raya al ejército e n e m i g o i a u m e n t ó su heroísmo en p r o p o r c i ó n a la desigualdad i al peligro que la rodeaba. Las recompensas oficiales i populares h a n aclamado a esos brillantes jefes, a esos intrépidos soldados; la n a c i ó n les había ascendido, el p u e b l o les había elevado su estatua sobre el granítico e imperecedero pedestal de la gratitud. Faltaba, si así p u e d e decirse, una hoja a esa corona, una nota a ese h i m n o , esa h o j a i esa nota se contienen en el parte del Estado M a y o r boliviano. Pero así c o m o a los h o m b r e s , así también nobleza o b l i ga a las naciones. U n ejército que se bate i v e n c e en las condiciones que lo h a h e c h o el ejército chileno en Tacna, tiene, n o solo el d e r e c h o , sino el estricto deber de n o tolerar j a m á s que llegue a sospecharse de su heroísmo. C o m o los guerreros prestados por Ariosto, irá a buscar el peligro para no dar lugar a que se diga que lo h u y e o q u e lo teme. Nuestros bravos lo c o n o c e n así, i h é ahí el oríjen de sus nobles impaciencias. P o d e m o s hoi, sin revelar secreto alguno, ofrecerles que ellas serán lejítimamente satisfechas i que n o fatigaremos por largos días los brazos de la gloria, m a n t e n i e n d o las coronas destinadas a ceñir la frente de los invencibles d e la A m é r i c a .

XX.

PACIFICO.

golpes q u e solo desalientan a los débiles. Está bien. C o n el pesar c o n que c o n t a m o s nuestras víctimas, se forjará la espada de la justicia c o n la cual espulsaremos a n u e s tros invasores. A y e r Chile soñó también c o n nuestras luchas internas, pero el Perú i Bolivia tienen hoi una sola voz, un solo pensamiento. Chile quiso destrozar la alianza, i lo ú n i c o que consiguió fué hacer de dos pueblos u n o . Quiere dominarnos por medio de un b l o q u e o , pero solo apresurará la solución de nuestras cuestiones internas, h a c i é n d o n o s recuperar aquella fuerza que mañana c o n templará aterrorizado. Chile labra día a día c o n sus triunfos efímeros su p r o pia ruina, i gasta en cada costoso g o l p e q u e nos infiere la fuerza que podía servirle para resistirnos mas tarde. Nuestros recursos están intactos. Los de ellos agotados. V i v e n de lo que piden prestado para su propia ruina i de las incautas personas que confian en sus estériles triunfos. H a n j u g a d o en un g o l p e de fortuna que les es c o m p l e tamente mortal, que los postra i nos hace levantarnos mas vigorosos i resueltos que antes. La sangre derramada clama venganza, i la tendrá amplia i completa. El e j e m p l o de nuestros mártires hará brotar soldados a millares por todas partes i n o hai u n o solo en el Perú que n o se sienta orgulloso de ello. Chile conquistador pagará m u i caras sus conquistas. E l Perú debe ser hoi temido por Chile cien veces mas que al principio de la campaña, pues recobra en la d e s gracia la fuerza olvidada en los dias de la confianza i d e la tranquilidad. Chile n o c o m p r e n d e , n o p u e d e c o m p r e n d e r lo q u e significa para un p u e b l o j e n e r o s o i de levantado espíritu su territorio pisoteado, la sangre de sus hijos derramada i la majestad de la nación ultrajada por aquéllos q u e d e bieron temblar ante su cólera, i j u z g á n d o l o por lo que son ellos, han s o ñ a d o que obtendrian la paz que codician para n o s u c u m b i r a nuestro inevitable i lejítimo triunfo. Q u e quemen, que arrasen nuestras indefensas p o b l a c i o nes, que talen nuestros campos si pueden; estamos r e sueltos a t o d o , n o renunciaremos la vindicación de n u e s tro derecho, n o cederemos una pulgada de nuestro suelo, n o aceptaremos la paz que n u n c a serán capaces de i m p o nernos. Compatriotas: M e habéis confiado la recuperación de los derechos nacionales pisoteados sin siquiera pretesto. M i deber es por tanto, perseguir la recuperación d e nuestros derechos sin descanso, perseguirlos a cualquiera costa, perseguirlos hasta obtenerlos. M e sostienen 6.000,000 de h o m b r e s , i c u a n d o y o caiga, la fortuna, que m e p o d r á impedir presenciar el triunfo d e mi país, n o m e p o d r á impedir, nó, el d e r e c h o de m o rir en su defensa seguro de la victoria. L a justicia está de nuestra parte. La victoria j a m á s abandona a los que, c o m b a t i e n d o por su h o n o r i su patria, se h a c e n d i g n o s de ella por su resolución i sacrificio. Lima, J u n i o 13 de 1880.

Proclamas de l'iérola i del prefecto de Arequipa; "el Gran Libro de la Itcpública" i íirau declarado héroe de Sí. clase: decretos de l'iérola.

NICOLÁS

D E

PIÉROLA.

a

PROCLAMA

DEL PREFECTO

PROCLAMA. Conciudadanos: Nuestro patriotismo acaba de esperimentar u n severo golpe. El inesperado rechazo sufrido por nuestro primer ejército del Sur, orijinado por una serie de errores que solo pueden esplicarse por la impaciencia de nuestro ejército para encontrar al enemigo, ha d a d o a éste, c o n grandes pérdidas, la inútil o c u p a c i ó n de T a c n a i A r i c a después de la mas heroica i m e m o r a b l e resistencia. U n p u e b l o firme i sereno que siente que merece el triunfo, recibe c o n orgullo, c o m o lo h a c e el Perú, estos

ROTA

El Prefecto

DE D E

AREQUIPA

AL

SABER

LA

DER-

TACNA.

i Comandante Jeneral del departamento, habitantes.

a sus

Conciudadanos: Los pueblos varoniles n o deben desalentarse nunca. Si la suerte hasta ahora nos h a sido adversa, es preciso luchar c o n ella hasta obligarla a q u e nos sea propicia. El último telegrama de A r i c a nos anuncia la o c u p a c i ó n de T a c n a por los enemigos; pero n o una derrota definitiva.


CAPITULO

629

OCTAVO.

H a p o d i d o ser tornada por un flanco sin que al ejército aliado se le haya vencido.

NICOLÁS DE

A r i c a se sostendrá con las fuerzas que de antemano la guarnecían i que arden en deseos de combatir.

JEFE

C o n ellas i el eficaz a p o y o de nuestro primer ejército del Sur i el n o m e n o s o p o r t u n o ausilio del segundo, m a n d a d o por el coronel Leiva, que también acudirá m u í p r o n t o por la retaguardia del enemigo, es m u i probable todavía el triunfo de nuestras armas.

Considerando: Q u e es d e b i d o i saludable c o n m e m o r a r las acciones m e ritorias i los hechos gloriosos para enseñanza i estímulo de los ciudadanos, m o t i v o de lejítimo orgullo i consiguiente engrandecimiento nacional, n o m e n o s que acordar premio a los merecedores, Decreto:

El telegrama c o n c e b i d o en términos claros i francos, nos lo deja c o m p r e n d e r así. Pero aun c u a n d o la derrota llegase a ser completa, n o debéis olvidar que se salvaría una gran parte de esos ejércitos.

CLAMOR

POPULAR.

El primer ejército del Sur h a sido obligado por los invasores a dejar la ciudad de Tacna, i este h e c h o , que nos anuncia un peligro, debe ser la señal que c o n g r e g u e las intelijencias mas culminantes en la guerra, para deliberar sobre la situación. La, derrota del ejército aliado i la t o m a de Arica, seria u n desastre casi irreparable. Los enemigos podrían e n tonces amenazar nuestros hogares i repetir las escenas q u e su crueldad sabe c o n s u m a r en los pueblos por d o n d e pasan. El tiempo se estrecha cada dia i es menester, que cada hora, cada m i n u t o se aproveche. Mandar refuerzos prontos al ejército aliado; guarnecer los puntos accesibles; formar c o l u m n a s lijeras de j e n t e audaz i despierta; recojer bastimentos de todas clases; vijilar los m o v i m i e n t o s del e n e m i g o ; establecer una c o m u u i c a c i o n rápida c o n nuestros ejércitos i c o n todas nuestras plazas de guerra; activar la elaboración de la pólvora, etc., etc., son puntos que necesitan el c o n c u r s o de m u c h o s o de uno solo, en caso de que éste fuera una alta capacidad militar. H o i que se j u e g a el presente i el porvenir del Perú, la propiedad pública i privada, el h o n o r nacional i el particular, merecería que se estrangulase al q u e intentara d i vidirnos. Pero por lo m i s m o que se trata de intereses tan sagrados, c o n v i e n e dedicar a su defensa el pensamiento i la acción de todos los h o m b r e s capaces, el patriotismo de todos los abnegados, i el sacrificio de todos los valientes. A p r o v e c h e m o s de la esperiencia. E v i t e m o s la repetición del mal que sufrimos ayer, llamando a todos a la defensa de la patria. Queremos que la autoridad política congregue .las ilustraciones del país, i forme con ellas un Consejo de n o t a bles, para procurar el acierto de las medidas que t o m e , para que esas medidas bien meditadas se ejecuten c o n la c e l e ridad que requieren las circunstancias, i para que n o sea estéril la sangre que se derrame en el altar de la patria. A n t e s de t o d o i c o m o recursos de m o m e n t o , es n e c e sario que se incorpore la división Leiva al ejército aliado, pues su ausilio nos daria la victoria sobre el ejército c h i leno, d i e z m a d o por dos dias de c o m b a t e . Q u e al instante se p o n g a n en m a r c h a todas las fuerzas existentes en esta ciudad para engrosar nuestras filas, i que todo h o m b r e sin escepcion se arme para el combate. A r e q u i p a quiere vengar las injurias del invasor: que se le p o n g a en actitud de medir sus fuerzas c o n él i se h a brán satisfecho sus aspiraciones. A i ! del que d e s o y e n d o los clamores de la patria, sacrifique el h o n o r i la integridad de dos n a c i o n e s . — ( S i g u e n las firmas).

SUPREMO D E

LA

PIÉROLA,

REPÚBLICA I PROTECTOR DE

LA

RAZA

INDÍJENA.

A r t . 1. ° Créase el Gran Libro de la República, en el cual se consignarán los sucesos notables, c o m o merecim i e n t o i gloria para sus actores, realizados por los c i u d a danos del Perú o por habitantes de él, previamente c o m probados i sucintamente espuestos. 2. ° En dicho libro se inscribirán también cronolójicam e n t e los nombres de los que hubiesen contraído merecimiento por aquellos hechos, c o n espresion de sus c o n diciones personales i del m o t i v o de su inscripción. 3. ° N i n g ú n h e c h o o n o m b r e podrá ser rejistrado en el Gran Libro, sino después de severa c o m p r o b a c i ó n por el tribunal respectivo i antes de los 6 meses posteriores a la c o n s u m a c i ó n del h e c h o . 4. ° El 28 de Julio de cada año se publicará solemnemente, en cada ciudad de la República, por el personero de ella, los n o m b r e s de los inscritos en el quinquenio, j u n t o con los de los mas notables precedentes. 5. ° En las escuelas de la R e p ú b l i c a , se hará leer a los alumnos del Gran Libro, en su fecha respectiva, las efemérides i aprender de memoria las mas notables, t o m a n d o de ellas de preferencia sus ejemplos los p e d a g o g o s en la e d u c a c i ó n de sus alumnos. 6. ° Por disposiciones posteriores se asignarán a los inscritos las preeminencias de que deban gozar. L o s secretarios de estado quedan encargados de la e j e c u c i ó n del presente decreto i de hacerlo publicar i circular. D a d o en la casa de Gobierno en Lima, a los 26 dias del mes de M a y o de 1880. N.

DE

PIÉROLA.

El secretario de Relaciones Esteriores i C u l t o . — P e d r o José Calderón. El secretario de G o b i e r n o i P o l i c í a . — N e m e c i o Orbegoso. El secretario de Justicia e I n s t r u c c i ó n . — F e d e r i c o Panizo. El secretario de G u e r r a . — M i g u e l Iglesias. El secretario de H a c i e n d a . — Manuel Antonio Barinaga. El secretario de Marina.—Manuel Villar. El secretario de F o m e n t o . — Manuel Mariano Echegaray. NICOLÁS DE JEFE

PIÉROLA,

SUPREMO D E LA REPÚBLICA I

PROTECTOR DE

LA

RAZA

INDÍJENA.

Considerando: 1 . ° Que la heroica resistencia del monitor de guerra Huáscar en Punta Aligarnos, el 8 de Octubre último, es digna de conmemoración c o m o gloriosa para la R e p ú b l i c a ; 2. ° Que no habiendo vencido ni sucumbido dicha nave, aunque sí sus principales tripulantes, es necesario calificar el comportamiento de los que no quedaron en ella fuera de combate; 3. ° Que por falta de esta calificación no es posible apreciar en su verdadero valor el comportamiento de los que no sucumbieron en la lucha; 4. ° Que es notoria, aunque en diverso grado merecedora, la conducta del comandante Meguel Gran i de los oficiales Elias A g u i r r e , Manuel Meliton Carvajal i Enrique Palacios, sucesores en el mando de la nave i que quedaron fuera de combate, los cuales, si han sido de otra manera


GUERRA

G30

DEL

recompensados, han merecido indudablemente pertenecer a la Lejion del Mérito. Decreto: Art. 1. ° Precédase a instruir el proceso relativo al c o m bate i captura del monitor de guerra Huasca)- en Punta Aligarnos, i tan pronto c o m o esté terminado, rejístrese ese hecho en el Gran Libro de la República, Art. 2. ° L o s retratos de Miguel Gran, Elias A g u i r r e i Enrique Palacios seráu conservados en la sala de sesioues de la lejion. condecorados, el primero, con la cruz de acero de 2. ~ clase i los dos últimos, con la de 1. ~ A r t , 3. Acuérdase la cruz de acero de 3 . " al entonces capitán de fragata graduado Melitou Carvajal, que no pudo suceder en el mando al 2. ° Elias A g u i r r e , en razón de quedar inutilizado d e s d e e l principio del combate. Art. 4. Resérvese para el término del proceso sobre la pérdida del Huáscar lo relativo a los demás tripulantes. E l Secretario de Estado en el despacho de marina, queda encargado de la ejecución de este decreto i de hacerlo p u blicar. Dado en la casa de Gobierno en L i m a , a los 28 dias del mes de Mayo de 1880. •

PACIFICO.

E l teniente Galvez pasa a esa por la línea inglesa en el tren de 12.5. P. M. L o acompañan el 2. del Atahualpa i 2 cirujanos de la | escuadra. ! Prisioneros en la escuadra e n e m i g a : ¡ Grandan, F a l c o n , Medina, Villanueva, Martínez i otro c

| marinero.—NETO.

A las 12 M . — S e ñ o r P refecto: El Angamos volvió a r e gresar i cambió algunos dispiaros con nuestras baterías, permaneciendo actualmente frente a la b a h í a . — N E T O .

c

c

NICOLÁS

El Secretario de Marina.—Manuel

D E

Villar.

Telegramas i correspondencia peruana sobre el tercer bombardeo deí €aílao. OFICIALES. Callao,

A la 1.10 P. M . — S e ñ o r P r e f e c t o : Angamos navegando mui lentamente hacia el cabo de la isla donde se hallan fondeados todos los demás b u q u e s . — - N E T O .

PIÉROLA.

XXI. TELEGRAMAS

A las 12.45 P. M . — S e ñ o r Prefecto: E l Huáscar se ha detenido en el cabezo de la isla i se halla rodeado de v a rias embarcaciones menores. E l Angamos. después de su último disparo en que se sintió una segunda esplosion a la boca de la pieza, permanece s i l e n c i o s o . — N E T O .

Mayo 27 de 1880.

A las 11.20 A . M . — S e ñ o r P r e f e c t o : A las 10.30 A . M. el Huáscar rompió sus fuegos sobre esta p l a z a ; por quince minutos ha sostenido con alguna viveza el cañoneo, que continúa aun. Lancha portadora de comisión, encargada de traer a Galvez, entra en dársena en este m o m e n t o . — N E T O . A las 11.20 A . M . — S e ñ o r P r e f e c t o : L o s tiros de tierra obligan a alejarse al Huáscar a toda máquina. Aligarnos rompe el fuego. E n las oficinas telegráficas que dependen de esta c o m i sión, se ha interrumpido el servicio. E s t o esplicará a V . S. la demora de trasmisión de partes. Después de varios certeros disparos, i mui especialmente de uno de la Union, el Huáscar sigue puesto fuera de tiro. E l Angarrios es el único que sigue sosteniendo el c o m bate.—NETO.

A las 11.20 A . M . — S e ñ o r P r e f e c t o : Se inicia un i n c e n dio en la calle de San P e d r o , ocasionado por un proyectil del Angamos. A las 11.23 A . M . — D e s p u é s de un largo intervalo acaba de hacer un disparo el Angamos. A l a s 11.25 A . M . — E l Anejamos se aleja hacia el Sur, siguiendo la misma dirección del Huáscar.—NETO. A las 11.50 A . M . — S e ñ o r Prefecto: Tanto de parte del enemigo c o m o de nuestras baterías, ha cesado, hace ya larg o rato, el fuego. El Aligarnos sigue navegando hacia f u e r a . — N E T O . Señor Prefecto: Angarrios se retira; el Huáscar al separarse se tumbó sobre estribor. Parece haber recibido 2 proyectiles de las baterías del Sur. Los domas buques permanecen en sus posiciones en la isla.

Señor Prefecto: Del cañoneo de hoi no tenemos que lamentar mas desgracia que la siguiente: herido a bordo el guardia-marina Portal i 2 m a r i n e r o s . — N E T O . BOMBARDEO D E ANCÓN. (Recibido a las 7.30 A. M.)

Señores secretarios de Estado en el d e s p a c h o de Marina, Guerra i G o b i e r n o . D e s d e las 10. P. M. basta las 4.35 A . M., h e m o s estado bajo los fuegos de una lancha cañonera enemiga, la q u e hizo 14 disparos, a bala i b o m b a , del calibre de a 8, a la estación deí tren i la que h a recibido dos o tres averías insignificantes. C u a n d o principiaron los fuegos, habia en la estación tres máquinas i varios carros cargados de madera. Mr. Cilley determinó saliera a las 11.45 P. M. un c o n v o i de dos máquinas c o n d i c h a madera, a! que le h i z o el e n e m i g o 2 tiros: la tercera máquina salió sola i le hicieron también 1 tiro. N o tengo n i n g u n a desgracia que lamentar, ni otra o c u r rencia que la que dejo referida, i espero de V . S. órdenes, pues es m u i de presumirse q u e hoi c o n t i n ú e la c o r b e t a enemiga b o m b a r d e a n d o . H a m u d a d o de fondeadero, p o n i é n d o s e clara i cerca frente a la población. S u p o n g o que a las 10.30 A . M. q u e llega el tren de L i m a lo recibirán a cañonazos. E s p e r a n d o sus órdenes, q u e d o o c u p a n d o m i puesto. Dios guarde a W . SS., señores secretarios. PEDRO

F.

SUAREZ.

gobernador de Ancón.

BOMBARDEO DEL CALLAO DEL (De

EL

NACIONAL

27.

de Lima.)

Esta mañana a las 8 A. M., el Huáscar se puso en m o v i m i e n t o , dirijiéndose al Sur. E l Angamos lo seguía a larga distancia. D o s lanchas nuestras, la Urcos i la Amo, tripuladas por j o n t e de todos los buques d e nuestra escuadra, estaban cerca del dique. El Huáscar fué a r e c o n o c e r la operación que e j e c u t a ban. C o m o se encontrase cerca de tierra i casi a tiro de cañón, do una de las baterías del Norte, la de J u n i n , se disparó uno de sus cañones sobre el m o n i t o r e n e m i g o , piara darle a entender que no le era permitido internarse tan adentro.


CAPITULO

Pasaron cinco minutos, durante los cuales el Huáscar, aguantado sobre su máquina, se preparó para contestar a los tiros de tierra. E n t o n c e s se trabó un combate, en el que tomó parte después el ¿bigamos. A m b o s buques estaban frente al dársena, en la misma zona de nuestros buques; el monitor e n e m i g o estaba mas adentro que el trasporto. El primer tiro de las baterías de tierra fué disparado a las 10.45 A . M. A las 11.30 A. M. los buques enemigos, cesaron sus fuegos, abriéndose afuera. Estaban fuera de tiro de cañón. El c o m b a t e duró 45 minutos j u s t o s . Media hora después, el Angamos, acercándose a tierra, disparó sobre nuestros buques, pasando el proyectil por sobre la chimenea de la Union, y e n d o a caer en el centro del p o n t ó n Pachitea, q u e se encuentra a la cuadra de esta corbeta. El Angamos hizo dos tiros mas: uno fué el que cayó en el Pachitea i el otro en el Clialaco. El último tiro de este buque hizo una csplosion grande, que so distinguió perfectamente, lanzando p o c o después una inmensa c o l u m n a do h u m o . Se supone que haya reventado su cañón monstruo. L a segunda b o m b a disparada por el Angamos, cayó en el trasporte Chalaco. Eran las 12.25 P. M.; vino taujeute al techo del dársena, pasando por sobre la cabeza de los c o mandantes La-Barrera i Juan Salaverry, penetrando por la tordilla b á s t a l a cámara. E n esos momentos estaban almorzando los guardia-marinas Portal, Campo, el contador señor Ricordi i el m a y o r d o m o Pasara, que servia. Todo el servicio de la mesa, copas, vasos, platos i demás piezas, fué hecho pedazos. Los retratos del príncipe i princesa de Cales fueron víctimas de este proyectil. Los cascos de la b o m b a rompieron varios pedazos de la cubierta. El timón del bote que estaba en el pescante p r ó x i m o al portalón, fué destrozado. Sufrieron también los camarotes del comandante Balta i de los guardia-marinas Flores i A b r i l , habiendo pasado uno de éstos la cama de este último, caveudo debajo de ella. Apesar de los estragos ocasionados por esta b o m b a , solamente tuvieron 2 heridos: el guardia-marina Portal, en la boca, i el grumete Pasara, en los ojos i en el cuello. N o son de gravedad las heridas recibidas por ambos. E l comandante La-Barrera estaba recostado en uno de los ventanillos de la cámara por el lado de afuera, A l p e netrar el proyectil, levantó una nube de astillazos que le cayeron en la patilla, sin orijinarle niuguna contusión. El Chalaco, está de mala suerte. En los tres bombardeos que basta hoi han tenido lugar, ha recibido en cada uno de ellos de lleno nn proyectil. E l de hoi es de calibre de 150 i del Angamos c o m o dejam o s dicho. L o s tiros de la batería 17 de Marzo, caiau j u n t o a dicho buque. L o s de las demás baterías obtuvieron el mismo efecto. Nuestras lanchas continúan la operación interrumpida por los buques enemigos. El Angamos, a las 3 P. M . , se destacó del grupo de los enemigos en dirección al Norte. A esta hora cruza la bahía frente a la zona de nuestros buques. Callao, Mago 29 de 1SS0. Señores Editores: A las 5.30 A. M., encontrábanse a inmediaciones del fondeadero del dique, nuestras lanchas do ronda Oroya al m a n d o del alférez de fragata don Federico S o t o m a y o r , Capitanía a cargo del teniente 1. ° señor Arana i Callao al del teniente 1. ° señor T ó n i c o .

OCTAVO.

631

L a Capitanía, vino en comisión al muelle, continuand o las otras dos ocupadas en el desempeño de la i m p o r tante comisión q u e de c o n s u n o debían llevar a c a b o las tres. Apenas la Capitanía se apartó de sus compañeras, una lancha enemiga que habia permanecido oculta tras el dique i los buques neutrales i pontones que forman todos un enjambre m u i apropósito para las emboscadas, salió de su escondite, pretendiendo que a su vista suspendieran nuestras lanchas su labor. La Oroya, i Callao saliéronle al encuentro, atacando c o n decisión al enemigo, que contestó los fuegos, evitando que las nuestras estrechasen la distancia tanto c o m o habrían deseado. Al iniciarse el combato, la Capitanía marchó a toda fuerza en ausilio de sus compañeras. El fuego de artillería i ametralladoras era activo por ambas partes. Treinta minutos duraría este combate, que terminó polla fuga del enemigo a quien trataba de circundar la Urcos, Amo i Lima a cargo de los señores Cosme de la Haza, Roldan i Arzola, respectivamente. La Pilcornayo, que al empeñarse el combate se encontraba frente al promedio de la rada, acudió por su parte en ausilio de la lancha chilena, c u y a marcha veloz esterilizó por c o m p l e t o los esfuerzos de nuestra flotilla, la cual, apesar de haber observado que la corbeta se dirijia hacia el lugar do la acción, n o cesaron de perseguir a la lancha fnjitiva, hasta que ésta se cruzó c o n la Pilcornayo, haciend o imposible la caza. L a corbeta disparó sobre las lanchas, que solo entonces viraron c o n r u m b o a tierra. Cerca de la capitanía o resguardo, c a y ó una b o m b a , sin causar avería alguna a la lancha ni a sus tripulantes. El guardia-marina, señor Calderón, tenia a su cargo la ametralladora d e esa lancha, distinguiéndose por la actividad de sus disparos. Los otros, por su parte, se d e s e m peñaron mui bien, mereciendo un elojio por la tenacidad c o n que persiguieron a la lancha enemiga, aun viéndose bajo los fuegos de la corbeta. A l tercer disparo de la Pilcornayo, contestó el c a ñ ó n Oroya, de la batería Elias Aguirre. EÍ Huáscar i el Angamos avanzaron a su vez disparando sobre el muelle, pero c o m o la Pilcornayo, sin éxito: a las 9 A . M. una b o m b a del segundo penetró a flor de agua a la barca Tumbes, echándola a pique, sin causar desgracia alguna personal. U n guardián i dos marineros encontrábanse a b o r d o al c u i d a d o de la barca. El p o n t ó n n ú m . 2 también recibió una b o m b a s u m e r j i é n d o s e casi instantáneamente. Tenia a b o r d o algunas toneladas de carbón, que n o se inflamó, sin d u d a por la velocidad c o n que se fué a fondo en dos brazas de agua. P o c o antes de las 7 A . M. se hizo jeneral el combate. A las 9 A. M. salió el Atahualpa, i así c o m o la lancha enemiga fugó a la vista de la Urcos i Amo, así el Huáscar, la Pilcornayo i el Angamos se reíujiaron vergonzosam e n t e cerca del Blanco, que permanecía fondeado a inmediaciones de la isla de San Lorenzo. Los valientes entre los valientes, desdeñaron honrar c o n sus disparos la salida'de nuestro minitor, cpie lentam e n t e avanzó en dirección al Huáscar. O c u p a b a éste el p u n t o mas avanzado d e la linca hacia el Norte; al centro encontrábase la Pilcornayo i el Angamos al Sur. E n la población n o ha ocurrido incidente alguno digno do m e n c i ó n . Nuestras baterías han h e c h o fuego con m u c h a calma, porque los buques enemigos se mantenían a 5,500 metros do tierra. U n a b o m b a enemiga destrozó un pescante del muelle i perforó un tanque. Este proyectil habría estallado en


GUERRA

DEL

el Limeña, si n o se hubiese desviado al chocar c o n el p e s cante. El Huáscar hizo 25 disparos. El Aligarnos 14 i la Pilcomayo 93. LEÓNIDAS

CÁRDENAS.

XXII. La derrota de Tacna i debate sobre la Confederación peni-boliviana: sesión estraordinaria del 30 de Mayo de 1880 déla Convención nacional de Solivia. PRESIDENCIA

DEL

SEÑOR

SALINAS.

E l señor presidente ordenó qne el secretario jeneral se presente a dar cuenta de los acontecimientos del teatro de la guerra. Presente el señor secretario jeneral doctor Cabrera, c o n tinuó la sesión. El señor Cabrera.—Dijo que por los oficios recibidos a las 11 P. M., se sabe qne los pasajeros Speedie, Bler i otros habian dado la noticia en Chililaya, de que nuestro ejército habia sido derrotado en Tacna; leyó la nota del capitán de puerto; luego un telegrama del prefecto de Arequipa al de Puno que confirma esta noticia. A g r e g ó que boi a las 11 A . M. recibió dos oficios del correjidor de Santiago de Machaca, en que por los varios dispersos que habian llegado, sabia que habian muerto al jeneral Pérez i coronel C a m a c h o ; el ejército derrotado el 26. E l jeneral Campero estaba en Yarapalca reuniendo dispersos. Estas son las noticias que tengo que comunicaros, señores convencionales, i espero que la Convención hará a l g o en favor, apoyándose en las mismas palabras del presidente que instaló la Convención de 1880, i creo se tomarán t o das las medidas salvadoras. El señor presidente.—Conmovida escúchala Convención el parte que acabáis de darnos. Bolivia se presentará a la altura de su patriotismo, confiando en que el orden interno no será alterado; os puedo asegurar que se mantendrá el orden inalterable. Bolivia cuantos mas reveces reciba, se presenta mas p a triota: hago votos porque la Providencia permita r e t e m plar nuestro espíritu, para p o n e m o s a la altura de la tremenda situación por la que atravesamos; nuestro mal se remediará, señor secretario, i la Convención secundará todos vuestros propósitos. El señor Cabrera.—En cuanto a las medidas precaucionales que se han tomado para asegurar el orden público, puedo asegurar al señor presidente de la Convención, que se han tomado todas las necesarias. Retiróse en seguida el señor secretario jeneral. ORDEN DEL LA

DÍA.

CONSTITUCIÓN DEL

78.

El señor Baptista.—Dijo que la comisión de la constitución debia dar el programa i el objetivo de lo que debia tratarla Convención, que los acontecimientos de hoi han alterado este propósito; la Convención en los momentos supremos por los que atraviesa, es la organización política del poder que debe proceder con dignidad, con enerjía, al mismo tiempo que encarrilar los negocios públicos, debe organizarse el poder, que en la comisión de constitución una parte ha opinado por la dictadura, la otra por el estatuto. Recorriendo los cinco capítulos de la constitución, espuso, que la parte sustancial referente al poder, fundándose en muchas consideraciones sencillas, la comisión ha elejido una de las constituciones del país, sin fijarse en su oríjen; que la constitución del año 78 llena todas las aspiraciones del p u e b l o : 1 . ° por la modificación revolucionaria del derecho p ú b l i co que da la injerencia a la Corte Suprema en el p o d e r ; ésta ha satisfecho a la comisión; se ha visto que la organización judicial satisface la transición de llenar las necesidades del paí -.

PACIFICO.

Esto n o basta para la situación, pero se h a visto q u e es necesario proveer a ciertos remedios racionales p r o p i o s a la situación. El poder político ha menester dinero i personas. Manifestó las variaciones q u e la comisión h a visto convenientes, tales c o m o el j u z g a r por consejo de guerra a todo el que intente perturbar el orden p ú b l i c o , i que el poder pueda disponer de los dineros públicos; presenta el p r o y e c t o de la comisión para que la C o n v e n c i ó n se reúna en gran comité i resuelva el n o m b r a m i e n t o del personal del poder. Es menester organizamos. Se leyó el p r o y e c t o declarando en vijencia la constitución de 1878 c o n seis variaciones en el testo, debiendo la C o n v e n c i ó n durar hasta el 6 de A g o s t o del 81. Se dispensó de los trámites de reglamento, i se puso el p r o y e c t o en discusión. El señor Gutiérrez (J. M.)—He firmado con h o n o r el p r o y e c t o , apesar de que existe p u g n a entre el principio i la práctica; que el publicista debe colocarse en un términ o m e d i o entre las lecciones de la historia i la filosofía; que la comisión encontró todos los medios para desvanecer los temores de su conciencia. Mostró los partidos del país, i en consecuencia a que la n a c i ó n n o p u e d e someterse a otra forma de G o b i e r n o q u e la dictadura ha opinado por esta forma de Gobierno; esplic ó los m o t i v o s por los que la comisión no h a p r o n u n c i a d o esta palabra dictadura, i ha puesto en vijencia la constitución del 78; que esta constitución establece el sistema bi-camaral i por los m o m e n t o s solemnes por los que atraviesa la patria, en su h o m e n a j e hace concesión de sus opiniones privadas; que subordina su v o t o a la mayoría de la c o m i s i c n de constitución; que lo que les toca hoi es ser altamente patriotas. El señor Mackicado S. —He oido decir c o n justicia que en las tristes circunstancias por las q u e atraviesa el país se debe proceder c o n calma i enerjía, es decir c o n calma i meditación; que habiéndose puesto la C o n v e n c i ó n en guardia para las eventualidades, opinó que la discusión en detall se aplace para la sesión inmediata. El señor Ondarza.—En estos m o m e n t o s se necesita de alta calma, pero no la del sepulcro; i m p u g n a n d o al señor Machucado, pidió que la presente cuestión se resuelva s o bre tablas i en sesión permanente. (Aplausos). El señor Soucedo.—Como m i e n b r o de la comisión d e constitución, manifestó las razones que ésta tuvo para p o ner en vijencia c o n ciertas variaciones la constitución del 78; que es imposible hacer la guerra sin organización d e poder p ú b l i c o ; que esto ha h e c h o la comisión, para que n o pasen veinticuatro horas sin que el país se constituya; que los publicistas c o m o el señor Baptista han d a d o la última palabra. El señor Gutiérrez T.—Manifiesta que conoce todo i cada uno de los artículos de la constitución del 7 8 ; que ésta no es apropósito ni para la paz ni para la guerra; o p i nó por la dictadura para la situación presente; que la c o n s titución del 78 tiene muchas incompatibilidades; opinó que la asamblea dé un estatuto provisorio, concebido en cuatro artículos. Que en estado de guerra no es buena ninguna constitnciou, sino una dictadura racional, enérjica, Optó por un estatuto. El señor Raña.—Habría estado de perfecto acuerdo con el proyecto que presenta la- comisión, sino fuera las circunstancias que atraviesa el país; apoyó las opiniones del señor Gutiérrez. L a cuestión de reorganización política actual reclama la dictadura, que ha salvado muchos p u e b l o s ; disintió del parecer de la comisiou. El señor E. F. Costas.—Esplicó todos los atributos de la dictadura; que éstos se encontraban en la constitución del 7 8 ; que todos han estudiado i comparado esta constitución, que armoniza todas las aspiraciones: que es obra de la esperiencia; que se descarte la cuestión de palabras i se esplique lo qne entienden los opositores por dictadura. El señor Boeto.—Que la comisión de constitución ha reunido hábilmente las aspiraciones de los partidos del país; que en la constitución se encuentra el capítulo del


CAPITULO

Poder Judicial, que se establece i robustece ese poder con esa constitución; que al Municipio también se pone bajo el abrigo de garantías; que no debe haber observación contra el proyecto, i que se debe acojerlo c o m o salvador de la situación. El señor Saens. — Estoi por el proyecto: he sido uno de los primeros que invoco la dictadura, pero la dictadura política, no por la dictadura social; que la comisión ha traducido sus sentimientos i apoya el proyecto. El señor Guachalla.—Manifestó que en la situación a c tual se deben conciliar los derechos i garantías individuales con la fuerza del poder. Refutó todos i cada uno de los argumentos del señor V e l a s c o ; defendió la vijeucia de la constitución del 7 8 ; su necesidad, su oportunidad para lijar la marcha jeneral del E j e c u t i v o ; Chile, todo Chile ha venido al Campo de la Alianza, los bolivianos no hemos ido todavía, debemos ser patriotas!...(Aplausos). El señor Campero.—Que se debe estar por que se evite la discusión i que cada diputado se pronuncie de una vez. El señor Gutiérrez T.—Se opuso a que se admita la constitución del 7 8 ; mostró que ésta tiene cortapizas, tiene' incompatibilidades i defendió la necesidad de que se dé uu estatuto. El señor Oblitas.—Pidió que se observe estrictamente el reglamento de debates para la discusión en grande. D i j o : que cuando muere uu padre se llora, no se discute; tenemos al enemigo a nuestras puertas, quizá han muerto i a nuestros hermanos, nuestros aliados; lloremos nó c o m o i niños, pero sí, lloremos como el viejo soldado que siente derramar una lágrima i se enardece su patriotismo; estuvo porque no se discuta, porque se vote sin mas discursos, sin dilaciones, porque la Convención se levante a la altura de la .situación. Se votó la suficiente discusión i se aprobó el proyecto en grande.

633

OCTAVO.

El señor Aguirre N.~-Estamos discutiendo en detall el proyecto de la comisión constitución; mi moción llena el mismo o b j e t o ; que el poder qne la Convención ha de crear sepa que el deseo de Bolivia es la guerra perpetua con Chile. Refutó las ideas del señor Velasco i otro cuyo nombre no recuerda; insistió en su propósito, fundándose en que quiere con Chile una guerra de 300 años, c o m o la de los Sarracenos, para legar a sus hijos patria libre, valiente, independiente. ( F u é frecuentemente interrumpido por los aplausos). El señor Baptista,.—Manifestó que es necesario ceder a la necesidad de las circunstancias, para formar la autoridad qne pese todas las urjencias que se presentan con la derrota; significó qne en sesión secretase puede discutir el pensamiento del señor Aguirre. El señor Aguirre N.—Sostuvo qne para crear el Poder Ejecutivo, debe hacerle saber que se le crea para una guerra perpetua i la Confederación peni-boliviana. El señor Reyes Ortiz.—Propuso que se pronuncie si se acepta c o m o primer artículo el pensamiento del señor Aguirre o simplemente el de la comisión. El señor presidente.—Manifestó qne esta en discusión el proyecto de la comisión. El señor Acostó..—Hizo una aclaración para que declare si queda o nó escluida la moción del señor Aguirre. El señor Velasco.—Dijo que el proyecto era c o m p l e j o ; que debia tratarse la m o c i ó n del señor Aguirre en dos partes. El señor Oblitas.—Dijo: la comisión de constitución h a e x a m i n a d o el p r o y e c t o del señor Aguirre, que tiene dos partes: 1 . , q u e la C o n v e n c i ó n n o puede decretar que Bolivia derrame su última gota de sangre; 2 . , que la C o n v e n c i ó n n o puede fijar bases para la Confederación perú-boliviana; d e b e m o s esperar la palabra autorizada del Ejecutivo; la c o m i s i ó n cree que por ahora n o debe aceptarse el pensamiento del señor Aguirre, i que mas bien el primer pensamiento debe servir para una p r o c l a m a que dirija la C o n v e n c i ó n al pueblo boliviano. El señor Aguirre N.—Opinó p o r q u e acepta por m u chos m o t i v o s el aplazamiento de su m o c i ó n ; que se n o m bre la comisión que deba redactar la anunciada p r o clama. 1:3

r f

El señor Aguirre N.—Una discusión prolongada en estos momentos, fatiga el espíritu i roba tiempo para resolver cuestiones de vitalidad para Bolivia: propuso una m e dida trascendental respetando la intención de los señores convencionales; que el proyecto de la comisión está de acuerdo con el que presentó ayer en su estatuto, con la diferencia de que tomó la comisión la constitución del 78 i el que habla la del 7 1 ; mostró dos diferencias necesarias para .El señor Oblitas—Secundó el pensamiento del señor dar una amplitud sin límites a la guerra; no podemos le- j Aguirre, indicando para la comisión a los señores A g u i r jislar nada permauente cuando tenemos que organizar en re i R e y e s Ortiz. el interior. Chile proclama al mundo la desaparición de El señor Aguirre N.— I n d i c ó que se n o m b r e otro B o l i v i a ; este pueblo no se conmueve, todos permanecen m i e m b r o . tranquilos; debe el pueblo boliviano llorar c o m o el veteraSe organizó la comisión c o m p u e s t a de los señores A g u i r no para vengar una afrenta. E l pueblo boliviano debe dar re, Rej^es i Oblitas. uu grito de indignación, una protesta de guerra eterna al El señor Villazon.—Fundó su v o t o absolutamente n e invasor; que a Chile se debe manifestar que de la ruina gativo contra el p r o y e c t o , por ser insuficiente para salvar qne ha creado debe levantarse un j¡gante. L e y ó una decla- el país; e x a m i n ó la naturaleza del proyecto, manifestando ratoria necesaria para servir de introducción a la resolu- la deficiencia de rentas para sostener un ejército. ción de la Convención: sepa Chile i el mundo que, la alianza Combatió el rigorismo del estatuto para los que tengan se ha convertido en Confederación Se reservó para después tendencias disociadoras; mostró varios inconvenientes de el ensanchar su proyecto. la constitución del 78, sus defectos para su vijencia en situación anormal. El señor Reyes Ortiz.—Apoyó el proyecto del señor C o n c l u y ó porque el estatuto que se sanciona, es absoAguirre. El señor San/inrs.—Suplicó que el proyecto de Confede- lutamente deficiente. El señor Oblitas.—Dijo: que el señor Villazon está ración se aplace hasta que el Gobierno sea oido. El señor Aguirre N.—Estuvo por que su declaración se fuera de la discusión; que el oficial m a y o r de hacienda encabece en el estatuto: para que Chile sepa que en este s ñ o ha manifestado las inconveniencias del estatuto; que momento la Convención ha tenido ese pensamiento de guer- ¡ n o ha dado vigor a su pensamiento c o n la lectura do los ra i Confederación; será uu cañonazo al gabinete de la M o - 1 artículos observados, antes bien corrobora el de la c o m i neda, para que comprenda que a los que ha vencido so han | sión de constitución; busquemos nuestra salvación en la convertido en un solo j i g a u t e . . . ( A p l a u s o s ) . ! palabra autorizada del pueblo. Con dictadura o sin d i c — S e dispensó de trámites. i tadura, c o n constitución o sin olla, estamos perdidos si El señor Oblitas.—Se adhirió al pensamiento del señor i se deja todo a un solo individuo; ol señor Villazon no Aguirre i manifestó que el pensamiento de éste proceda al j está cu la discusión, no h a herido ol proyectil. S o s t u v o que se acepto el primer artículo en discusión. estatuto o proyecto.

El'señor Ara nica r.—Manifestó que el artículo en d e El señor Baptista.—Manifestó que la moción del señor bato no debe aceptarse; observó los consejos emitidos A g u i r r e es distinta al proyecto de la Convención; por ser materias diversas, no se puede consentir que el pensamien- antes por el señor Carvajal; que el principio bi-camaral to del señor Aguirre se discuta, I era ilusorio para Bolivia, que es u n bello ideal que tiene TOMO n—80


634

CUEREA DEL PACIFICO.

que guardarse. Que las ventajas de la constitución del 78 eran negatorias: si el p u e b l o no se presenta indiferente, si quiere sacrificarse, entonces será buena la constitución: pero ve que n o p u e d e realizarse eso. N o es p o sible levantar la constitución mas liberal, c u a n d o el enemigo está en las puertas de,la patria; n o estoi t a m p o c o por las dictaduras; p r o p o n g o que se adopte el estatuto provisorio del año 71. El seño?- Quiroga.—Como signatario del p r o y e c t o , sost u v o la necesidad d e p o n e r en vijencia la constitución en guarda de las garantías; refutó al señor Villazon; la ira i m p o t e n t e es ridicula, la dictadura es honrosa por lo que sostiene el p r o y e c t o de la comisión que p r o p o n e consitucion. El señor Baga.—Estuvo contra la vijencia de una c o n s titución para hacer la guerra; creyó c o n v e n i e n t e un estatuto provisorio para la guerra. El señor Fernandez Costas.—Contestó a las observaciones de los que opinaban para la necesidad de u n estatuto; la constitución del 78 adoptada c o m o lei del E s tado, n o perjudica la guerra. El señor Fernandez Alonso.—Sostuvo los m o t i v o s que la comisión de constitución habia tenido para adoptar la constitución p o r que ella será el Paladium que p u e d e salvar el país en la guerra. H i z o notar que esa constitución p u e d e ser reformada según las exijencias i situaciones que traia la guerra; q u e Bolivia en m e d i o de sus infortunios p u e d e decir que n o renuncia a su libertad. El señor Beyes Ortiz.—Dijo: q u e c o m o profesor habia h e c h o u n estudio comparativo de todas las constituciones, que dé ese estudio resultaba ser la m e j o r la constitución del 78; que hasta estos m o m e n t o s supremos se han h e c h o discusiones académicas sin arribar a un resultado pronto, q u e la constitución del 78 es superior a las demás, porq u e prevée mas para la guerra que para la paz; que la c o n s titución del 78 es u n arsenal q u e prevée tanto para la paz c o m o para la guerra. C u a n d o n o hai moral en el G o b i e r n o , moral en el pueblo, n o quede ser eficaz u n a constitución. H i z o u n recorrida somera d e todas las constituciones, i manifestó q u e n o se debe estar p o r n i n g u n a c o n d i c i ó n de especulaciones; los m o m e n t o s son difíciles, se debe n o m brar Presidente. Señaló al jeneral C a m p e r o para este p u e s to; para vice-presidente se debe fijar en el h o m b r e q u e diga: pertenezco a la patria, m i sangre es d e ella, n o tengo ni temor para dar m i v o t o f r a n c o ; ruego que la constitución del 78 sea adoptada. El señor Nuñez.—Dijo: c o n harto sentimiento v e o q u e p e r d e m o s t i e m p o ; sin embargo se p u e d e decir: Catilina está a las puertas i nosotros discutimos. L a constitución del 78 es insuficiente. El señor Carvajal.—He pedido la palabra, n o para h a cer floridos discursos; para esto soi insuficiente: quiero que el señor secretario diga cuántas veces se debe t o m a r l a palabra en una discusión en detall; soi profesor de derec h o , esplico a los j ó v e n e s , pero aquí n o v e n i m o s a fundar cátedras sino a crear un poder; p e r d e m o s d o c e horas sin hacer nada efectivo; n o se hace la guerra c o n discursos publicados en el R E D A C T O R ; h a g a m o s algo por la patria, c o m o los romanos; n o h a g a m o s la cuestión enfadosa. H a b l ó de sus servicios i c o n c l u y ó . El señor Campero.—De acuerdo c o n Carvajal, pidió que se evite toda discusión i se v o t e sobre el p r o y e c t o d e la comisión; que el v o t o decida. Se v o t ó la suficiente discusión i se a p r o b ó el l. * artículo; en discusión el 2. ° Se aprobó el art. 2. ° ; en discusión el art. 3. ° El señor Cosió.—Que el n o m b r a m i e n t o del P o d e r E j e c u t i v o corresponde ai pueblo, i el t i e m p o solo d e b e señalarse. El señor Campero.—Observó. El señor Reyes.—Pidió la palabra; el señor Merisalde pidió también para una moción de orden. E l señor Reyes continuó i dijo: qne la duración de los años de Presidente será el de cuatro, i no el de después de la g n e r r a ; que no ei

se puede tener un poder permanente i es por eso que la comisión ha creído que el individuo que salga al poder, d u re solo cuatro años. El señor Merisalde,—Mucho se ha declamado para abreviar el tiempo i sin embargo, se discute; solo los e n cargados de sostener debates deben usar de la palabra mas veces que las qne señala el reglamento. El señor Nuñez.—Pidió que solo se cousulte el voto i se evite toda discusión. Se puso en discusión el art. 3. ° del proyecto. Después de una discusión en que tomaron parte los s e ñores Omiste, Oblitas, Sanjinés, Reyes Ortiz i Fernandez A l o n s o , se hizo una variación o adición esencial en el artículo que señala el tiempo de duración de la presidencia constitucional, e s t o e s , hasta el 6 de A g o s t o de 1 8 8 4 . — f u é aprobado. El art. 4. ° fué aprobado sin discusión; fueron a p r o b a dos los demás artículos. ELECCIÓN

DEL PODER

EJECUTIVO.

Reabierta la sesión a las 9.40 P. M., se adoptó la formade elección de la constitución del 78, según el art. 85. El señor Aguirre N.—Propuso que la elección se h a g a por dos tercios de votos de los concurrentes, fué apoyada i en seguida aprobada sn proposición. Después de una discusión en que tomaron parte los señores Berrios, Velarde, R e y e s , A g u i r r e N., Gutiérrez T., Gutiérrez J . M . : — s o b r e si se debe previamente a c o r d a r l a elección en gran comité secreto p ú b l i c o , después de una sesión secreta desde las 10 P. M., se volvió a la sesión p ú blica a las 11 P. M . El señor presidente.—Permitidme que haga uso dé la palabra: vais a elejir tres individuos que formen el poder, que Dios ilumine vuestras conciencias i E l os pida cuentas de este a c t o . . . ( A p l a u s o s ) . Se nombró escrutadores a los señores Aguirre i J . M a nuel Gutiérrez. Votaron 64 señores en esta f o r m a : Por el „ „ „ „ „ „ „ „

señor jeneral N . Campero.. 46 votos. doctor A r c e 8 „ ,, Cabrera 6 „ coronel E . Camacho 3 „ doctor Baptista 1 „

A las 11.35 P. M . , fué proclamado Presidente de la R e pública el jeneral N. Campero. Se procedió a la elección de primer Vice-presidente, i después de cinco votaciones repetidas i cuatro anuladas, el resultado del escrutinio fué el siguiente: Por el doctor A r c e ,, „ „ Cabrera

44 votos. 20 „

A las 2.15 A . M., se proclamó por primer V i c e - p r e s i dente de la Repiiblica al doctor A n i c e t o A r c e . Se procedió a la votación para segundo Vice-presidente, i después de tres votaciones, el escrutinio dio el resultado siguiente: P o r el doctor Salinas ,, „ „ M. Baptista „ „ „ L. Cabrera

47 votos. 12 „ 5

A l a s 3 A . M. el señor Boeto, primer secretario de la Convención, proclamó por segundo Vice-presidente al doctor Belisario Salinas. El señor presidente.—Señores: quedo anonadado por el alto c o m o inmerecido favor qne acabáis de hacerme. Bolivia, señores, nuestra querida patria, no está sobre nn l e c h o de flores, hai que levantarla, esa es nuestra obra. Si la vice-presidencia fuera simplemente un puesto de honor, la rennnciaria en este m o m e n t o ; pero c o m o es de sacrificio para salvar nuestra patria, la acepto. ( A p l a u s o s i vivas en el auditorio).


CAPITULO

S E S I Ó N D E L 1. ° INVESTIDURA

DEL

1."

I 2. °

DE

JUNIO.

VICE-PRESIDENTES.

El seño?- Guachalla.—Presentó una moción para que i n mediatamente el Ejecutivo envíe a Tacna cuatro médicos i seis practicantes para prestar socorros a los heridos.—A la comisión de guerra. El señor Asearrunz.—Dijo: que estando en ecefalía el poder, se dé inmediatamente posesión al l . vice-presidente. El señor Campero.—Pidió que se oiga al Ejecutivo a n tes de proceder a esta investidura, para saber el lugar en que se encuentra el jeueral Campero. El señor Gutiérrez ( J . M . ) — E s t u v o porque inmediatamente se proceda a dar forma definida al Ejecutivo, fundándose en varias razones de situación. El señor Reyes.—Estuvo porque se dé la preferencia al proyecto del señor Guachalla, que se resuelva esta moción, i no sea c o m o siempre en Bolivia, la elección de Presidente el pensamiento que mas domine. El señor Baptista.—Indicó que la Convención puede dirijirse al Ejecutivo haciéndole la indicación necesaria para la realización del proyecto del señor Guachalla, sea con fondos nacionales o con una snscricion voluntaria que para este fin se levante en la ciudad. Demostró la acefalía del poder, opinó porque la investidura sea pronta; que la acefalía del poder por un cuarto de hora suele ser la causa de los males de muchos años. H i z o una defensa lucida de la marcha de los partidos en Bolivia; rememoró la conducta de éstos en la rebelión de M a r z o ; hizo un acto de justicia al individuo a quien la asamblea del 78, a su vista, hizo cargar de prisiones; estuvo porque el m o m e n t o de la derrota nacional, es el de la cita, el cuarto de hora para la conspiración; que se debe cortar esa cita; que se debe c o n formar con la derrota, pero no con la deshonra de matarnos dentro de nuestras breñas: para poner coto con todos los escrúpulos, con todo exceso a los males qne nacen de la acefalía, estuvo inmediatamente por la posesión inmediata, del modo mas sencillo, mas inglés, mas norte-americano. e r

El señor presidente.—Manifestó que en ese momento recibía comunicación urjeute del jeueral Campero, datada eu Yarapalca el 27 del pasado, que anuncia que el 26 en una meseta p r ó x i m a a Tacna el ejército unido ha sido derrotado, no obstante de qne por momentos la suerte balanceó el triunfo; qne tuvieron que ceder al número de enemigos i la ventajosa superioridad de sus armas. ( E n este m o m e n t o la impresión fué dolorosa, el que escribe estas líneas, vio que muchos señores convencionales, i del público derramaron una lágrima candente, abrasadodora, por la confirmación oficial de la derrota del ejército unido). El señor Reyes-—Estuvo porque de preferencia se atienda a la moción del señor Guachalla i que esto no obsta para que la posesión del poder sea inmediata. (Cuarto

635

OCTAVO.

El señor Arce.—El deber me impone esta terrible situación ; acepto mientras el señor Campero se restituya a ésta; acepto el poder en medio de la mas terrible c o m o azarosa situación; mi programa será el mas sencillo en lo transitorio de mi Gobierno: sumisión completa a la lei para devolver con honra estas insignias. El señor Salinas.—Espresó al señor secretario jeueral la gratitud que se debe a éste por su comportamiento c o m o guerrero i patriota, le rindió un voto de complacencia por su conducta, a nombre de la Convención. El señor Baptista.—Tomó el juramento al señor Salinas, i en un brillante c o m o elocuente discurso, manifestó a los señores vice-presidentes, que jamás podia verse elección hecha con mas confianza i seguridad; qne la misión de éstos se reduce a propender la reconstitución del p a í s . . . qne la reconstitución moral i política del país debe ser el testamento de los padres, el encargo i legado de las madres, el pensamiento que jermiue i crezca en el corazón de los niños, de esos patriotas qne deben v e n g a m o s ! . . . ( N o ha sido posible tomar idea completa de este discurso; baste decir que durante él se lloraba en la Convención... se l l o raba en el p ú b l i c o . . . ) Se dio cuenta del contesto de la Convención, a la nota recibida hoi del señor jeueral Campero. El señor Fernandez Costas.—Propuso que a este d o c u mento se adjunte la lei votada por la Convención por la que se le elije Presidente Provisorio de la República. El señor Chavarría.-—Propuso que se nombre una c o misiou de dos convencionales que entreguen el oficio de contestación i la lei al señor Campero, i también para que ésta fuera a recibirlo al lugar donde se encuentre. F u é admitida a discusión. El señor N. Aguirre.—Estuvo porque se funden las verdaderas costumbres republicanas; se opuso a la p r o p o sición del señor Chavarría. El señor Saens.—Combatió al señor A g u i r r e , i manifestó que esa comisiou será el intérprete del voto de confianza que merece el señor Campero, de la Convención. El señor Merisalde.—-Se manifestó por el envío de la comisión, a manifestar al jeneral Campero el duelo de la Convención. A l hablar del ejército, se conmovió el orador. El señor Chavarría.—Sostuvo su proposición, (recibió -. aplausos). El señor Boeto.— Hemos escuchado las conmovedoras palabras del señor Baptista que han arrancado lágrimas, el secretario jeneral, a los convencionales, al p u e b l o ; soi apoyador de la nación para que esa comisión diga al señor C a m p e r o : tenemos fe en vuestros actos, estamos seguros de vuestra conducta... los morros de Tacna no han sido los de San Francisco, (aplausos). Fué aprobada la proposición.

XXIII. EDITORIALES.

intermedio).

A b i e r t a la sesión a las 2,25 P. M . , se presentó el doctor Aniceto A r c e , j u n t o con los miembros de la comisiou; se nombró una comisión para que se sirva acompañar al secretario jeueral señor Cabrera, al salón de la Convención, compuesta de los señores Oblitas, L. Gutiérrez, Ascarrnnz i Nnñez. El señor Boeto.—Manifestó que, c o m o el señor primer vice-presidente debe prestar juramento en manos del seg u n d o , i éste en el del p r i m e r o ; para este acto se n o m b r ó al señor Baptista de presidente ad hoc. El señor Cabrera.—Se presentó, i tomando el respectivo asiento, el señor A . A r c e prestó el juramento, i el señor Salinas dijo: señor primer vice-presidente, en los m o m e n tos mas supremos, me cabe el alto honor de investiros del poder. A nombre de la.lei i del pueblo boliviano os invisto de las insignias; levantaos a la altura de la situación, haceos digno de ella i de merecer la gratitud de vuestros compatriotas.

(Editorial de

EL

FERROCARRIL

de Santiago, de 30 de Mayo de 1SS0.)

El tricolor victorioso flamea y a en las alturas de Tacna, E l gran ejército enemigo, la flor de las fuerzas militares de la alianza, ha s u c u m b i d o al e m p u j e irresistible d e nuestras lejiones siempre vencedoras. Gloria i h o n o r a los valientes que han escrito c o n su sangre j e n c r o s a n u e v a pajina de inmortalidad en nuestros grandiosos fastos nacionales. Siete horas d o titánico c o m b a t e , h a h e c h o caer en n u e s tro poder las inespugnables posiciones, i la orgullosa c i u dad enemiga q u e desde hacia quince meses desafiaba j a c t a n c i o s a a nuestro aguerrido ejército espediciomtrio. El 26 de M a y o d e 1SS0, se h a inscrito ya c o n caracteres legendarios en la inmortal epopeya iniciada c o n el sacrificio heroico de Iquique. Los restos dispersos de las huestes do la alianza, h u y e n d o en todas direcciones, buscando salvación en Paelna o refujio desesperado en Arica.


63G

GUERRA

DEL

Las proezas memorables de Dolores, Pisagua i los A l í jeles, se han r e n o v a d o una vez mas c o n el m i s m o espléndido i asombroso éxito. Los enemigos atrincherados en cordones de cerros casi inaccesibles, han tenido que abandonar una en pos de otras las mas ventajosas posiciones. D o m i n a d o nuestro c a m p o por sus cañones i sin senderos para escalar las cimas, t o d o lo ha v e n c i d o el arrojo temerario i sin rival de nuestros jefes i soldados. L a gran batalla del 26 de M a y o ha sido una serie no' interrumpida ríe asaltos jigantescos a trincheras en alturas escarpadas i cortadas a pico. Nuestros soldados, suspendidos sobre el abismo i blanco de los disparos enemigos, han tenido que escalar paso a paso i casi sin a p o y o , las sinuosidades de esas masas de granito i de arena m o vediza, ingratas i rebeldes a su planta, en m e d i o d é l a m e tralla lanzada a mansalva sobre sus cabezas i estallando por todas partes a su alrededor. Protejido el e n e m i g o por cerros escalonados a su espalda, ha p o d i d o renovar varias veces c o n las mismas ventajas su ofensiva. Desalojados de las primeras posiciones, h a b i a q u e luchar con los mismos obstáculos ya v e n c i dos para proseguir el éxito i llegar a la victoria definitiva. ¡Qué m u n d o de titánicos esfuerzos, de arrojo i n d o m a ble i de heroica perseverancia n o han necesitado desplegar nuestras lojiones, para coronar sucesivamente aquellas alturas, i hacer tremolar en ellas el glorioso tricolor en d o n d e se ostentaban ufanas las banderas entrelazadas de la alianza!

PACIFICO.

Coronas inmortales orlarán la frente del ilustre j e n e r a l B a q u e d a n o i demás d e n o d a d o s defensores de la patria en la j o r n a d a para siempre m e m o r a b l e del 26 de M a y o último. Las lágrimas del agradecimiento, noble tributo del corazón de un pueblo, se mezclarán también a los cánticos de victoria, para honrar eternamente a los que s u c u m bieron en la lid. La gran victoria de Tacna, precursora de la de Arica, h a v e n i d o a derribar el ú l t i m o baluarte que alentaba las esperanzas de la alianza. A la pérdida del poder naval, se agrega ya el aniquilamiento de su p o d e r terrestre. L a estrella victoriosa de Chile se ostenta sin rival en este lad o del Pacífico.

LA

VICTORIA.

(Editorial do L A PATRIA de Valparaíso, de 29 de Mayo de 1 8 S 0 . )

La victoria acaba de coronar de nuevo, con sus mas b r i llantes laureles, la radiante frente de la patria. Después de seis horas de tremendo combate, contra un enemigo que habia elejido a su placer las mas brillantes p o siciones, el pabellón tricolor ha flameado en s u p u e s t o acost u m b r a d o : el puesto del triunfo i del honor. C o m o era natural, el homenaje de sangre tributado por el pueblo armado de Chile a la patria, ha sido cruento. L o s hijos de Chile tienen el estímulo del sacrificio. Pero si la prueba ha sido dolorosa, la recompensa ha sido espléndida. E l jefe del ejército aliado prisionero i herido, la artillería capturada, el torreón de Tacna ocupado por nuestras tropas, el enemigo fnjitivo, disperso o prisionero,' lié aquí los trofeos que el ejército acaba de conquistar con su acostumbrada audacia, i que podemos por ahora comunicar a nuestro público. Pocas horas mas i el cañón, que en uuiou con el astro del dia saludaba la mañana de hoi, sonará de nuevo para decirnos que Arica acaba de inclinar su frente i doblar sumisa sus rodillas ante el aspecto de nuestros irresistibles soldados. H e n o s , pues, en la segunda etapa de nuestra campaña. L a victoria ha sido arrebatada por nuestro esfuerzo. Nuestro j ú b i l o es tan inmenso c o m o justo. Preparemos el camiuo de flores que deben hollar los pies de los titanes de la América. Pero no olvidemos en la embriaguez lejítima de. nuestro triunfo, que el Te Deuvi final no puede ser cantado sino en la Catedral de Lima, H é ahí el florón que falta aun a la brillante diadema que ornará las sienes de la República chilena i ¡vive D i o s ! los soldados chilenos no descansarán tranquilos ni envainarán su victorioso acero mientras no lo hayan aun arrancado i conquistado. Nuestro himno de victoria, nuestros cantos de triunfo, no pueden dejar de espresar ese doble sentimiento, esa d o ble aclamación! Tacna es nuestra, Arica es nuestra; L i m a debe pronto ser nuestra. Ese es el deseo, esa fué la inspiración, el canto de partida lanzado al partir por nuestras heroicas lejiones, i lo e s peramos en breves dias; nuestros guerreros, fatigando la victoria, nos avisarán que el palacio de los vireyes, se ha ennoblecido, recibiendo por tercera vez, bajo su techo, la visita del soldado de Chile. Un viva a la Patria i una lágrima por nuestros b r a v o s ; un grito unánimo: Viva Chile; un deseo enérjico: ¡Pronto a Lima!

El soldado chileno, c o m o el c ó n d o r audaz que simboliza las aspiraciones grandiosas del j é n i o nacional, se ha o s tentado en las cumbres inaccesibles de Quebrada H o n d a , a d e s p e c h o de los obstáculos de la naturaleza i del fuego i metralla de los enemigos. Contempladlo escalando intrépido las cumbres, afirm a n d o su planta en los cadáveres de los héroes que s u c u m ben a la mitad de la j o r n a d a , desafiando airado e irresistible los peligros, desdeñando la muerte i cruzándose cuerpo a cuerpo c o n los que habían llegado a imajinar que era p o sible resistir al e m p u j e de esa avalancha h u m a n a , q u e tiene al c ó n d o r c o m o e m b l e m a i por miraje al tricolor en c u y o s pliegues destella la refuljente estrella nacional. Miradlo en esos m o m e n t o s sublimes del supremo esfuerzo, hacer de su p e c h o antemural contra el p l o m o enemigo, i trazar con su sangre vertida a torrentes la ruta gloriosa reservarla al heroismo de los mas felices que llegarán a la c u m b r e i lanzarán entre el h u m o i el fragor del c o m b a t e , ese lejendario ¡Viva Chile! patriótico i celeste canto que m u r m u r a n c o n el postrimer aliento los labios de los que s u c u m b e n i con que atruena el espacio, el mar i las montañas, el entusiasmo frenético de los vencedores. H o n o r , mil veces h o n o r i gloria a los que han s u c u m bido heroicamente en aras del mas bello, mas noble i mas sacrosanto de los sacrificios por la patria. Chile agradecido inscribe sus nombres en el libro de oro de sus recuerdos i los trasmite a la admiración, al respeto i a la glorificación del porvenir, c o m o los j é n i o s tutelares do su honra i de sus prósperos destinos. La espada de nuestros valientes transforma el territorio que pisa su planta victoriosa, en otros tantos jigantescos pedestales de su gloria. Pisagua, Dolores, Alíjeles, Quebrada H o n d a i Tacna, son ya otros tantos p u n t o s luminosos de la historia patria, nuevos i eternos testimonios del arrojo sin rival i de la abnegación sublime que ha h e c h o revivir las mas brillantes tradiciones de nuestras glorias militaros. El patriota eminente, el gran ciudadano, a quien no fué dado siquiera presenciar la victoria preparada por sus e s fuerzos, ha tenido al m e n o s el espléndido h o m e n a j e del (Editorial de E L INHEI'KXDIHNTE de Santiago, de 3 0 de Mayo do 1 S S 0 . ) cántico do triunfo entonado por el ejército v e n c e d o r de Tacna. Su n o m b r e ligado eternamente al esplendoroso ¡ V i c t o r i a ! Tal fué el saludo que en grandioso coro cliritriunío (¡no acaba de alcanzarse, figurará en primera lí- jian ayer, poseídos de loco entusiasmo, dos mil Iones de nea entre las gloriosas víctimas que acaban de sellar con j chilenos al sol que, mas radiante que nunca, casi habíasu muerte el cruento i brillante sacrificio. ' mos escrito mas temprano que nunca, se asomaba a las


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OCTAVO.

b l a n c a s cimas de l o s A n d e s pava emprender sn majestuosa carrera por nuestro puro i trasparente cielo.

Mas difícil es prever, a lo m e n o s mientras no c o n o z c a ­ m o s bien la m a g n i t u d del desastre sufrido p o r el ejército de T a c n a , el efecto que está llamado a p r o d u c i r en Lima. ¡Una i ¡mil veces sean bendecidos los ínclitos jefes i los ¿ P o d r á la d i c t a d u r a de Piérola sobrevivir a la noticia? I valientes soldados que, sin mirar en peligros ni en sacrifi­ sobreviva o n o la dictadura, ¿cuál será la determinación a cios, ofreciendo con sublime abnegación, sangre i vida en que se acoja el G o b i e r n o ' d e aquella capital? aras de la patria, han dado al país una nueva gloria, a la Pero n o m a l g a s t e m o s el t i e m p o en suposiciones c u a n ­ historia de sus hazañas una nueva i brillantísima pajina, d o estamos en presencia de la mas venturosa de las rea­ a su pueblo una nuevo dia de inefables alegrías i a sus lidades. enemigos una nueva lección, тл\ nuevo castigo i un n u e ­ La victoria d e T a c n a p r o d u c i r á sus inevitables resul­ vo, que ojalá fuera también un ú l t i m o i decisivo escar­ tados a d e s p e c h o de la voluntad de nuestros e n e m i g o s . miento! D e s p u é s de ella, n o es a nosotros, sino a ellos a quienes ¡Quién pudiera reunir en vina sola voz, que fuese c o m o c o r r e s p o n d e observar atentamente la situación i p e d i r v o z de trueno i de huracán, b s voces de j ú b i l o , triunfo i consejos a la cordura. Si no, i si la c e g u e d a d de los e n e ­ •ele.gratitud que se exhalan ­de los pechos del pueblo entero m i g o s de Chile es incurable, Chile no se detendrá por eso de Chile en.este m o m e n t o , para llevarla con la rapidez i seguirá p o r la senda de la victoria c o n paso seguro, h a s ­ del relámpago, al c a m p o de batalla regado con la sangre ta llegar a L i m a para arrancar allá la tupida v e n d a que • de nuestros hermanos i sembrado aun de los cadáveres i cubre los h e r m o s o s ojos de la desventurada ciega! despojos de los vencidos, i, en nombre de la patria, felici­ tar, bendecir i coro*rar a los invencibles! Z.

E l pueblo chileiK? esperaba la victoria con una fe inque­ brantable. V a n a m e n t e el demonio de la duda le decia: mirad que la fortuna es caprichosa; ved que es siempre incierta la suerte de las.armas; pensad en el tiempo i faci­ lidad que el enemigo ha tenido para proveerse, reforzarse i atrincherarse, i no olvidéis que ese ejército es el mas vete­ rano del Perú i está mandado por el mas hábil, esperi­ mentado i valeroso jenerai de la alianza. El pueblo chile­ no oia con el mas .completo desden semejantes insinuacio­ nes, i firme en su esperanza i tranquilo en sn fe, contestaba al demonio de la (ltda.: Venceremos una vez mas, c o m o en Pisagua, c o m o en D o l o r e s . ­ c o m o en los Alíjeles i c o m o en todas partes; e in pación te por recibir la gran noticia, que no ])odiíi> dejar de vmir precedida de un entusiasta ¡ V i v a Chile! trasnochaba a g u a r d á n d o l a !

P R E N S A LA

¿Editorial de

EL

P E R U A N A .

BATALLA

P K E Ü A X O

RODRÍGUEZ

D E

TACNA.

de Lima, de 2 de Jimio de 1SS0.)

H o i so han recibido nuevas noticias del Sur que, aunque de oríjen chileno en sn mayor parte, comprueban lo que dijimos ayer: de no ser aun definitivo el resultado de los combates alrededor de Tacna. Tan lejos de esto, nuestro ejército se conserva en pié, p r ó x i m o a reunirse con el del coronel Leiva i a acometer nuevamente a la diezmadas tropas chilenas, de las cuales hai 1,000 soldados prisioneros en poder de los nuestros. I esa noticia, coa tan robusta fe i con taii patriótica i m ­ Arica se apresta a defenderse bajo las órdeues del c o r o ­ p a c i e n c i a esperada, llegó por fin, al rayar el alba del dia • de ayer. A l e g r e i <Ысе diana, tocada por los egrejios veu­ j nel Bolognesi. . e.edores ¿Ld grande <\j'b:4'.i;o dh­.­lo de Tu.­ua a la puerta de i L a ocupación de Tacna, en las condiciones en que ha quedado el ejército enemigo, que no puede recibir refuerzos ¡todos los:hogares de fcus hermanos, que no habiendo podido c o m o los nuestros, no es una ventaja que pueda asegurar­ .­seguirlos ial campo del ¡peligro, los hemos acompañado des­ les una victoria definitiva. .;de acá сои el corazón ¿ c o n el alma! El patriotismo tiene, pues, derecho a mantener las mas .En vane nuestros per.ñdo.s i­soberbios enemigos, arroja­ f11 n d n d a s esperanzas. • iloc­de Таураса, baldan empleado largos meses en allegar Mientras tanto, el país debe estar orgulloso del valiente ' . b a t i l l o n e s i recursos: ­e.a ­vano, para esperar nuestros bra­ comportamiento de sus defensores. Nuestros enemigos m i s ­ w o s , habiaibolejido posiciones ¡neepngnables; en vano ha­ mos confiesan mayor número de muertos. íbian cavado­fosos i levantado parapetos, el torrente patrió­ E s t o prueba la bizarría do nuestras tropas, no obstante la vtico.qne, al gi'ito de guerra, se desbordó sobre el territorio superioridad del número i del armamento de los euoniio­os. f í e l o s aleves ­que se habhua coaligacio en nuestra contra, ¡Confianza! aun tenemos que esperar que el valor 1 la «ÜespiKS de dos días de .tsemendas embestidas, llenó de cadáveres e n e m i g o s los fosos, i despedazó las trincheras, i constancia de nuestros soldados mude la suerte de nuestras • armas. i pasó>»obre loe parapetos i c u b r i ó lae alturas en q u e se h a b í a n . a c a m p a d o . I así es COJEO aquel aguerrido ejército, JOSÉ CASI MI RO U L LO A . ú l t i m a .fuerza organizada d e la alianza, n o existe y a sino c o m o .despojos, с д а ю ruinas, o « o fragmentos dispersados por Ja .tenupestad .de fuego i por el diluvio de p l o m o que NO NOS DESALENTEMOS. cayó ñ o b i e las guaridas q u e r e p u t a b a invencibles. I así es (Editorial de L A P . U T .I A de Lima, de "• de Junio tic 1SS0.) como Tacna, ese verdadero c e n t r o de la .alianza i c o n d i ­ c i ó n irreemplazable ¿le su existencia, ha caído en nuestro ¡Adelante! p o d e r . I así ,­ss como m a ñ a n a , sin n u e v o s esfuerzos i sa­ Tal es la consigna del patriotismo retemplado c o n el v a ­ crificios, será nuestra A r i c a , esta s e g u n d a plaza fuerte del lor de los reveses. P e r ú , con su guarnición i sus famosas baterías, i el mo­ A u n hai millares de hombres a m i o ­ o s de batirse con el ¡aitor q u e a h í vacia o c u l t o a la sombra de los poderosos ¡ .cañónos de su ­elevado M e t r o | mas pérfido de los enemigos iU> !a patrie: ¡uin hai multitud de corazones capaces de los grandes sacrificios; aun hai ejér­ Las d e m á s oonsecuencí&s d e la victoria, c u y o s primeros j citos, en fin, que arma al brozo han e­.p­rado con ¡a. i m p a ­ e c o s solo nos h a n llegado hasta el m o m e n t o en q u e es­ \ ciencia del patriota la hora, supr­mia. del ­peligro. cribioios, son el secreto del p o r v e n i r . Posible es que la i N o es el Perú la nación que rifa su existencia en una o c u p a c i ó n , por nuestras armas, de la única z o n a en que batalla.; i no es Chile quien. a p c « i r de ios favores de la las íueszas d e Bolivía podían incorporarse a las peruanas, ¡ suerte, puede aniquilar fuerzas mil veces mayores que las traiga p o r resultado la ruptura de la alianza; en todo c a ­ que puede oponer. so, i aunque esa ruptura n o fuese de d e r e c h o , tendría que L a imprevisión de los gobiernos dejó armar a. nuestro verificarse cié b o c h o , porque c o n la victoria de Tacna, ¡ enemigo, le preparó el c a m p o de sus primeras victorias. Bolivia q u e d a aislada, cortada, e imposibilitada para c o n ­ ¡' Esta, es la verdad, i los liedlos por mili dolorosos que ellos tinuar t o m a n d o u n a parte a í t i v a e n la c a m p a ñ a . ' ¡ soati nos ilan la tristísima confirmación de ella.


838

GUERRA

DEL

Pero también es cierto que Chile no puede soportar la prolongación de la guerra; si no le faltan recursos le faltan hombres, i hombres i recursos le sobran al Perú para llevar la guerra o hasta el triunfo definitivo o hasta sn desaparición completa. ¡ Q u é ! ¿ L a jeneracion presente no será digna de la j e n e •acion pasada? ¡Adelante! H a g a m o s ver al mundo que los desastres no sirven sino para darnos lecciones en el camino de la v i c toria,

HORAS DE VERDADERA (Editorial de Ei,

NACIONAL

PRUEBA.

del S de Junio de 1SS0.)

Atravesamos por m o m e n t o s de dolorosa transición i de mortales angustias. El interregno que h a seguido a los sangrientos c o m b a tes de tres dias, i la o c u p a c i ó n de T a c n a por el ejército chileno, han creado una situación que a veces halaga las esperanzas del patriotismo i a veces nos hace entrever n u e v o s dias luctuosos para la R e p ú b l i c a i de verdadera prueba para el espíritu nacional. D e los datos que hasta hoi tenemos sobre lo acaecido e n las cercanías de T a c n a , se d e s p r e n d e : Que nuestros soldados han peleado c o n sobrado valor i c o n entusiasta decisión; Q u e nuestros jefes se han c o m p o r t a d o c o n la serena c a l m a de los que llevan sobre sus h o m b r o s el peso de tremendas responsabilidades; Q u e aun queda en pié, amagando al e n e m i g o i p r ó x i m o a caer sobre él, una p o r c i ó n respetable del ejército de la alianza, decidida a disputar al ejército chileno, p a l m o a p a l m o , el territorio que se ha propuesto invadir; Que mientras esa p o r c i ó n del ejército aliado n o sea b a tida, desorganizada o destrozada por c o m p l e t o , no p u e d e quedar consolidada la posesión del departamento de Tacna; Q u e si el ejército aliado recibe o p o r t u n a m e n t e los refuerzos de que ha menester para dar nuevos c o m b a t e s , d e b e m o s creer que peleará c o n la incomparable abnegac i ó n c o n que se ha c o n d u c i d o hasta hoi. L a suerte definitiva de T a c n a i el n u e v o r u m b o que t o m e n los destinos del país, n o se h a resuelto aun, i mientras esto n o suceda, es j u s t o que la inquietud, el sobresalto i hasta el temor, se apoderen de los espíritus mas tranquilos, de las conciencias mas reposadas. T o d o d e p e n d e h o i mas que del arrojo para combatir, de circunstancias independientes de la v o l u n t a d de los que durante tres dias h a n soportado el martirio al pié de las banderas patrias. Si esas circunstancias nos son adversas, preciso será confesar que estamos l u c h a n d o contra esas fuerzas o c u l tas e invencibles, que la historia i la h u m a n i d a d han llam a d o la desgracia. Si tales circunstancias nos son favorables, los e m p u j a dos por ellas a puerto b o n a n c i b l e , sabrán aprovechar para dar a su patria días de triunfo i de glorias. Pero cualquiera que sean nuestros presentimientos, n o d e b e m o s dejarnos anonadar ni ofuscar por ellos. A medida que mas grandes sean los peligros que el p e simismo entrevea, es necesario q u e mas nos d o m i n e m o s , hasta llegar a convertir los primeros síntomas del desaliento, si es que los hubiese, en grandes resoluciones para proseguir la guerra, para libertar el suelo patrio de nuevas profanaciones. Chile v e n c e d o r i en posesión de t o d o el departamento de Tacna nos exijiria la paz: la paz c o n el d e s m e m b r a m i e n t o del territorio nacional; c o n el desmantelamiento d e nuestras fortalezas; c o n la entrega o el desarme de los p o c o s buques que nos quedan; c o n el deber de pagar u n a indemnización; c o n la o c u p a c i ó n del territorio que se reconociese nuestro, por sus soldados, c o m o garantía del c u m p l i m i e n t o del tratado; c o n el tutelaje, en fin, d e C h i -

PACIFICO.

le ejercido sobre el Perú, hasta q u e nuestros nietos, después d e 50 años de haber arrastrado las cadenas d e una esclavitud ignominiosa, se decidiesen a r e c o m e n z a r la l u c h a de hoi para conquistarse la a u t o n o m í a real de q u e hasta entonces careceríamos. L a paz c o n Chile, después de ser éste v e n c e d o r en T a c na, significaría evidentemente para nosotros, el o p r o b i o , la vergüenza, la ignominia, el mas desastroso pauperismo, el socialismo c o n t o d o s sus horrores; en fin, c u a n t o p u e d e constituir la desorganización i la ruina de un país. A h o r a bien: ¿se podría aceptar una sicuacion s e m e j a n te? ¿Se podría suscribir a un p a c t o q u e directamente nos empujaría al abismo, c u a n d o después d e T a c n a quedan aun en pié m u c h o s elementos para luchar; c u a n d o la sangre de nuestros h e r m a n o s sacrificados en A n g a m o s , en San F r a n c i s c o , en Pisagua, en Tarapacá, en M o q u e g u a i en Tacna, está c l a m a n d o la mas terrible v e n g a n z a c o n tra sus sacrificadores? ¿Seríamos capaces, después de haber p r e g o n a d o c o n n o b l e orgullo el heroismo d e los defensores de la patria, de cubrir su sepultura c o n la losa funeraria de un p a c t o ignominioso? ¿Seríamos tan cobardes para decir a los manes d e los que tan valientemente han perecido, sin otra esperanza que la de engrandecer a su patria: nos habéis trazado huellas m u i gloriosas, nos habéis legado ejemplos que estremecen i atraen a los espíritus mas estoicos, pero n o nos sentimos c o n el aliento necesario para seguir esa senda luminosa? A h ! n ó . M u c h a , m u i grande es la d e u d a que tenemos contraída para c o n la patria i para c o n los q u e h a n m u e r to por ella, para entregar el suelo d e la una i la m e m o r i a d e los otros al desprecio i al ultraje del chileno. Si n u e v o s contrastes deben obligarnos a seguir b e b i e n do, g o t a a gota, la cicuta de la desgracia, q u e el m u n d o americano c u y o s intereses defendimos en t o d o tiempo, desde M é j i c o hasta el Paraguai, vea q u e después de cada caída nos levantamos c o n la firmeza varonil de los g u e r reros espartanos. Si nuestro país está destinado a s u c u m b i r , sea en b u e na hora; pero que s u c u m b a defendiendo su vida i su h o n o r i n o suscribiendo él m i s m o su sentencia de muerte; que s u c u m b a después q u e L i m a , Arequipa, Cuzco, Puno i los otros grandes centros de la R e p ú b l i c a h a y a n sufrido c o m o los departamentos d e Tarapacá, T a c n a i M o q u e g u a ; que s u c u m b a c u a n d o estemos r e d u c i d o s v e r d a d e r a m e n t e a la i m p o t e n c i a ! Talos son los sentimientos que d e b e n d o m i n a r n o s en estos m o m e n t o s d e mortificante espectativa, porque s o n los únicos que están a la altura de la a b n e g a c i ó n del ejército de Tacna, que n o cansado d e pelear ¡tres dias! se retira en orden, antes de sucumbir, para volver mas tarde sobre el e n e m i g o estranjero. Tales son los sentimientos del país entero en estos m o m e n t o s de amarga prueba. Estos son también los sentimientos del G o b i e r n o , seg ú n nos lo h a manifestado el señor prefecto del departam e n t o , al imponerse del c o n t e n i d o del presente artículo, para ejercer la censura previa bajo c u y o réjimen se e n cuentra hoi la prensa, en todos los asuntos referentes a la guerra. Mientras tanto, i a fin d e que c o n u n contraste n o se hagan del t o d o estériles tantos sacrificios, es deber del G o b i e r n o i de las autoridades subalternas del Sur, a p r o v e char cnanto instante se pueda para aglomerar cerca d e ese departamento todos los elementos de defensa que sea posible. Así se impedirá la posesión definitiva de T a c n a por las fuerzas chilenas, o se p o d r á reconquistar en los primeros m o m e n t o s que sigan a la l u c h a actual, que s e rán i n d u d a b l e m e n t e los mas propicios para abrir una n u e v a c a m p a ñ a contra el ejército invasor. G o b i e r n o i p u e b l o d e b e m o s c u m p l i r , leal i estrictamente nuestros deberes; todos d e b e m o s dar lo que la patria exije d e nosotros. D e ese m o d o , v e n c e d o r e s o v e n c i d o s ,


CAPITULO

apareceremos ante las demás naciones c o m o u n p u e b l o verdaderamente digno. A g u a r d e m o s , pues, si bien c o n la esperanza en el corazón, siempre c o n el invariable propósito de seguir h a c i e n d o la guerra. CESÁREO

PRENSA

BOLIVIANA.

LA BATALLA DEL "ALTO DE LA (Editorial de

EL COMERCIO

CHACALTANA.

ALIANZA".

de la Paz, de 5 de Junio de 1 8 8 0 ) .

Relaciones mas o me'nos exactas, manifiestan que la gran batalla d o n d e h a n c o m b a t i d o 32,000 h o m b r e s , h a sido una de las mas sangrientas que la historia americana refiere. Montecacéros, Pavón, Palma, Paisandú, vieron sus s u e los e m p a p a d o s en sangre, c o m o cien otros lugares d e m e n o r escala; pero ninguno c o m o el A l t o de la Alianza, p o r q u e en ninguna parte se h a derramado sangre mas inocente, n u n c a la justicia h a sido mas vilmente vencida p o r el vandalaje, j a m á s el derecho ha sido mas criminalm e n t e h o l l a d o , ni el crimen se mostró mas audaz i triunfante. El " A l t o de la A l i a n z a " n o es la tumba del derecho d e d o s pueblos nobles. E s la c o l u m n a d o n d e h a sufrido los azotes del j é n i o del mal. Es solo un paso, un misterio de su pasión. El d e r e c h o tiene m u c h o que sufrir para levantarse g l o rioso. E l " A l t o de la A l i a n z a " acaba c o n un período de la g u e r ra, desgraciada para nuestras armas, pero n o para nuestros derechos. I)e ese contraste al fin de la guerra, aun dista un c a m i n o que n o se p u e d e alcanzar a ver. Mientras viva el litoral en manos de Chile, vivirá i m prescriptible el derecho, o imprescriptiblemente imbíbita la guerra, c o m o el fuego inestinguible del Misti. L a batalla del 26 de M a y o n o puede significar aquello que habia entrado en las c o m b i n a c i o n e s del gabinete de Chile: la humillación del Perú, el silencio eterno a Bolivia, la preponderancia del Pacífico, la posesión perpetua de las riquezas de zonas conquistadas. A u n n o h e m o s terminado: aun n o h a venido la hora de las trasformaciones americanas. S o l o están al c o m e n zar. D e l " A l t o de la A l i a n z a " a la guerra del equilibrio, a la guerra de los límites, i de las creaciones de grandes agrupaciones hai un espacio, que no es fácil vislumbrar al través del h u m o . d e la pólvora. D e s p é j e s e un p o c o mas el horizonte i v e r e m o s mas claro. L o ú n i c o que significa la victoria de Chile en 26 de M a y o , es u n g o l p e m a s d e m a n o , terrible sí, pero n o d e cisivo. N o entra en los destinos del Perú ceder un instante, c u a n d o tiene una vasta rejion de d o n d e sacar recursos, tiene h o m b r e s i elementos de guerra para sostener esta n u e v a emancipación. 27,000 h o m b r e s en Lima, 3,000 en A r e q u i p a , 3,000 de los dispersos, n o seria difícil q u e c o n verjan a u n punto dado. Bolivia tiene q u e recobrar sus estinguidas fuerzas c o n m u c h a labor, p o r su escasez de recursos i su posición mediterránea; pero está destinada a una v i d a guerrera, que u n dia la hará grande. A c a b a n d e probar sus hijos q u e saben c u m p l i r el j u r a m e n t o de vencer o morir. N o vencieron pero murieron i murieron ¡ o h D i o s ! c o n la gloria q u e a l u m b r ó los c a d á v e res de los mas grandes héroes del m u n d o ! . . . ¿Qué significa la victoria chilena ante la industria i la riqueza? U n a paralización en su propio suelo, i una remora pasajera en el suelo que se dice conquistado: una a n o r m a lidad industrial, una presión forzada d e las fuerzas naturales, de aquellas que no pueden estinguirse del t o d o

OCTAVO.

639

j a m á s . Se puede contener un rio c o n los manos, pero las fuerzas de la naturaleza, nó. Ellas se precipitan c o m o un torrente, q u e vencen rocas i abismos: c o m o incontenible carro, q u e t o d o lo atropella i destruye, para desarrollarse i llegar a su destino. Pues bien: estas fuerzas productivas, industriales, d e trabajo i actividad, tienen forzosamente que buscar su nivel: de suerte que, cualquiera que sea la actualidad d e Chile, en las costas del Perú, ella desaparecerá p o c o mas tarde o temprano. Los elaterios c o m p r i m i d o s se restablecerán c o n mas fuerza, c o n la fuerza de la reacción, i entonces vendrá su turno a las naciones aliadas, por la fuerza de los acontecimientos ulteriores, i se podran c a m biar los papeles. Ceder a la actualidad es cobarde política. Se aflije el espíritu c u a n d o se supone siquiera que p u e den resultar dos bandos nacidos de los arenales del " A l t o d e la Alianza": aquéllos que aman la paz a t o d o trance i aquéllos que quieren la guerra, también a t o d o trance. L o cierto es que la guerra, aun c u a n d o no sea c o m o h e c h o , es preciso aceptarla i jurarla c o m o d o g m a , c o m o fe. Hacer hoi de la guerra nuestra reí ij ion, ese es n u e s tro deber. N ó ! A n t e s quemaremos la m a n o , c o m o M u c i o Scévola,. que autorizar la paz sin la evolución del litoral. C u i d a d o , bolivianos, c o n dejaros engañar! Seamos dignos hijos de los que vencidos en tantas b a tallas desde Chacaltaya del año 10, supieron vencer e n Junin i Ayacucho. Corra el llanto q u e m a n d o las mejillas; pero lata el c o razón venganza e t e r n a ! . . .

¡GLORIA

A

(Editorial de

LOS V E N C I D O S ! — ¡ G U E R R A EL

COMERCIO

A

CHILE!

de La Paz, de 8 de Junio de 1 8 8 0 . )

Está terminado el programa que Bolivia ha de cumplir en el futuro. ¡Guerra a Chile! dicen el Gobierno, el lejislativo i el pueblo. Esas tres palabras constituyen todo un p r o g r a m a , que la República sabrá realizar con todas sus enerjías, mas 0 menos tarde, mas o menos temprano. Cuatro nombres han figurado con importaucia política en las esferas del poder: Campero, Arce, Cabrera, Salinas. Los hombres que no siguificau ideas no se enumeran, sino cuando llegan a tener significación. Campero es la guerra palpitante: el d e s i é r t e l a p e l e a , l a derrota, siempre guerra. A r c e es la industria, la paz, las minas, caminos, bancos, finanzas. Cabrera es la guerra i la Confederación perú-boliviana. Salinas es la federación interior. E l poder ha fluctuado entre ellos, c o m o ha debido fluctuar el programa. E m p e r o , ha llegado la hora de la realidad, i el velo se ha descorrido, i se ha. mostrado, en medio del humo del " A l t o de la A l i a n z a " un ancho porvenir, también de guerra. A s í lo han revelado los dos mensajes del jeneral Campero 1 del doctor Cabrera, al instalarse la Convención Nacional, al ponerse en conocimiento de ella aquel terrible contraste, al decirse los discursos de recepción e investidura de las i n signias del primer majistrado. E l m i s m o doctor A r c e , a quien se atribuye la representación de la paz, ha dicho palabras de guerra, de brio, de aliento para el país. Los señores Salinas i Baptista en acto solemne, el primero al poner la medalla del libertador en el pecho del doctor A r c e , i el segundo al recibir juramento de aquél p a ra vice-presidente 2. ° , han dejado oir sus nobles propósitos eu el mismo sentido. L a Convención Nacional lia adoptado la constitución de 1878, con las modificaciones necesarias por las exijencias de la guerra. N o puede ser mas esplícita la declaración.


640

GUERRA

DEL

PACIFICO.

E n vano se ha d i c h o : no, la representación nacional no puede ann pronunciar una palabra sobro la paz o la guerra, o de otro modo, habría que abrogar la lei de 31 de M a yo último. Agrégause las manifestaciones de la prensa, que son el eco de la actualidad. Todo grita: ¡guerra a Chile! Mañana entrará en triunfo el jeneral Campero para h a cerse cargo de la presidencia, i ya creemos oir su voz de guerra, de firmeza incontrastable, haciendo eco al coro nacional de toda la República, i repetir: ¡guerra a Chile! Mañana se inaugura la segunda guerra púnica, con el resto de los vencidos. ¡Gloria sea a ellos!

Cuando vuelva a tu seno el soldado Que ganó tan gloriosa contienda, Con tu mano tapiza su senda De guirnaldas i gloria a la vez. V. El presente asombrado te mira, Un futuro grandioso te espera; Crucen, pueblen tu límpida esfera Voces mil que el aplauso te den. Los poetas que pulsen su lira, Nadie sea egoísta en tu gloria; Del guerrero la invicta memoria Todos guarden i adornen la sien. M A N U E L

A.

H U R T A D O .

Al Atücama. ¡Heroico rejimiento! te saludo! En nombro de la patria, te bendigo! Porque jamás en los combates pudo Resistir tu valor el enemigo.

Batalla de Tacna. CANCIÓN.

Porque peleando has infundido miedo, Sin dar descanso, ni perdón, ni tregua, I así has triunfado con igual denuedo En Pisagua, Dolores i Moquegua.

Noble Chile, tu cántico entona, (•iloria obtenga el valor inmortal. De tus hijos la fama pregona, Culto rinde a su ardor sin rival,

Allí has vengado del Perú la ofensa, Allí lo has puesto con Boiivia en jaque, Mostrándote tan firme en la defensa Como audaz i resuelto en el ataque.

I. Dos naciones juraron tu muerte, Relia patria, con bárbaro ultraje, I al insulto violento i salvaje Respondiste con brio i furor. ¡Al contrario arrollaste! la suerte Tu alba sien alumbró con la gloria, Tus soldados gritaron: ¡Victoria! Con espléndida aureola de honor.

Para tí no hai cansancio ni fatigas, Nunca el desierto te causó desmayo, I destrozas las huestes enemigas Como destroza el fulminante rayo. Siempre dispuesto al noble sacrificio A tí nada te espanta ni te arredra, Ni la altura, ni el hondo precipicio, Ni la trinchera de maciza piedra.

II.

Si el peruano se esconde en la montaña, Trepas por riscos i escarpadas breñas, I, redoblando hi ascensión tu saña, Lo hieres, lo revuelcas i despeñas.

Sonreías grandiosa i valiente Al mirar los esfuerzos villanos Que aunaban innobles hermanos Tor hundirte en el hondo ataúd. ¡Eran muchos! ¡encono insolento Estallaba burlando tu nombre! Mas, en lid solo vale del hombre Lo que pueden vigor i virtud.

Mas ¡ai! si estás arriba do la cumbre, Como turbión, como avalancha bajas, I a la ciega, compacta muchedumbre Que va a atacarte en la pendiente atajas.

III.

La diezmas, la asesinas, la anonadas, La haces volver con presuroso paso, I a las contrarias huestes espantadas Llega a contar jadeante su fracaso.

En tí ¡oh patria! el deber es un templo Donde brilla el valor i el civismo; Descendieras mas bien al abismo Que a enemigos nefarios temer. Tome ahora la América ejemplo En la sangre que humea en su suelo, I que admire i guarde recelo La traición al chileno poder.

Por esas tan espléndidas acciones Modelo es de heroísmo el Atacama, Son sus soldados verdaderos leones I bien merecen la envidiable fama. No hai quien los venza en singular pelea, Quien los provoque o atrevido befe, Ni quien mas bravo que esos bravos sea; ¡Salves a ellos! de tambor a jefe!

IV. lliille, ¡oh patria! tu nombre sagrado, De! coraje cual símbolo santo, I levante de triunfos el canto Llena el alma de noble altivez.

FEDERICO CRUZAT.

FIN

DEL

TOMO

II.


ÍNDICE. APÉNDICE. Documentos inéditos del archivo peruano. I. Bolivia se arma con anterioridad a la guerra Paj. II. El Ministro Quillones da cuenta de dos conferencias reservadas que tuvo con el señor Ministro de Relaciones Esteriores de Bohvia III. Se da cuenta del verdadero estado de la situación política de Bolivia, describiendo una conspiración contra Daza IV. Nombramiento del doctor Reyes Ürtiz como Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario Y. Documentos que el Gobierno del Perii hizo publicar truncos en el diario oficial E L P K R U A N O VI. Comunica no bailarse en el archivo de la Legación el Tratado secreto celebrado entre el Perú i Bolivia VII. Ignora el Ministro Quiñones el Tratado secreto V I I I . So comunica el efecto producido por la toma de Calama IX. Se comunica el protocolo acordado en La Paz para ofrecer el Perú su mediación X . So da cuenta de los primeros preparativos de guerra on Bolivia al saberse la ocupación de Antofagasta X I . Pide entrega de certificados del Banco Garantizador de Valores que estaban en poder del señor Godoi X I I . El Ministro Irigóyen da instrucciones a Lavalle oponiéndose a la ocupación de Antofagasta X I I I . Estado deplorable de Bolivia: no hai mas que 1,300 hombres en el ejército XIV. En Bolivia dos departamentos lian ocurrido a las armas XV. Participa haber sido aceptada por Chile la mediación del Perú i Protocolo del 5 de Marzo X V I . Se comunica que se desoa en Bolivia Confederación con el Perú X Y I I . Razones para pedir el cumplimiento del Tratado de alianza. XVIII. Se anuncia la partida del ejército boliviano para el litoral. X I X . Ruta que debe tomar el ejército boliviano para ir al Perú.... X X . El Perú manda 1,000 rifles a Bolivia antes de la guerra con Chile X X I . Da cuenta de la salida de Daza para el Perú, de varias reyertas en el ejército i el número de éste X X I I . Carta de Prado al Presidente de Estados Unidos X X I I I . Se comunica la remisión de 3,000 rifles de Buenos Aires .. X X I V . Se da cuenta de la celebración del 2 de Mayo en La Paz, llamando la atención al brindis del Ministro del Portugal X X V . Daza i los "Colorados", su política i administración X X V I . Descontento producido en Bolivia por el Protocolo firmado en Lima por Reyes Ürtiz i otros asuntos internos de Bolivia X X V I I . Mediación oficial ofrecida por el Brasil X X V I I I . Comunica la prisión del coronel Lafaye i primeras noticias recibidas sobre el combato del 21 de Mayo X X I X . Mal efecto producido en Bolivia por el Protocolo firmado por Reyes Ortiz X X X . Notas cambiadas sobre el estado, arribo i número del ejército boliviano X X X I . Se apremia al prefecto de Tari ja para que se termine la organización i movilidad do las fuerzas con que este departamento contribuye a la defensa nacional X X X I I . El Ministro de Bolivia solicita una conferencia para tratar del Protocolo firmado por Royes Ortiz X X X I I I . Bolivia cede en préstamo al Gobierno del Perú 2,200 rifles i 500,000 tiros, solicitados por esta República, temiendo un ataque del ejército chileno en Junio de 1879 X X X I V . Es detenido cerca de Salta el armamento quo venia do Buenos Aires para Bolivia X X X V . Nota sobre armamento, 3 copias do telegramas i oficio del cónsul del Perú en Potosí X X X V I . Reanudación de relaciones entre el Perú i España X X X V I I . Que Bolivia no debe pagar nada por pérdida de la Independencia X X X V I I I . So da'cuenta del estado en que se halla la quinta division a las órdenes del jeneral Campero X X X I X . Nota sobre el decreto de corso espedido por el Gobierno de Bolivia XL. El Perú devuelvo al Gobierno de Bolivia los 2,000 rifles i tiros a bala que habia recibido en préstamo

TOMO

II—81

3

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XLI. Armamento de Buenos Aires; rivalidades en el ejército aliado; descripción del soldado boliviano Páj. X L I I . Bolivia pide que le entreguen los desertores de su ejército que están en el Perú XLIII. Llegada de rifles i municiones a Tupiza; división Campero. XLIV. Telegrama sobre escursion del Huáscar; mala situación de la división Campero XLV. El Ministro de Relaciones Esteriores de Colombia solicita se ponga en libertad al Ministro chileno don Domingo Godoi XLVI. Se da cuenta de las jestiones llevadas a cabo para la compra del buque de guerra Dinamarca i dos blindados alemanes.. XLVII. Cañones comprados en Hamburgo para el Gobierno de Bolivia X L V I I Í . Esperanzas en el poder del monitor Átakualpa X L I X . E L C O M E R C I O , periódico de La Paz, es subvencionado por el Gobierno del Perú L. Costa-Rica aprueba el tratado sobre Derecho Internacional Privado LI. Revolución en Cochabamba LII. Se da cuenta de la revolución promovida por el jeneral Rendon i del estado de la quinta división LIII. Llegada a La Paz de los señores Ministro Reyes Ortiz i jeneral Jofré LIY. Los cónsules del Perú en Sucre, Potosí i Cochabamba, anuncian la situación política de estos departamentos i el estado de la quinta división LY. Se establece una línea de chasquis de La Paz a Tupiza LYI. Vijilancia i esfuerzos para impedir que Chile se arme LVII. Dificultades respecto al Tratado aduanero entre Bolivia i el Perú LVIII. Telegramas de Buenos Aires referentes a la rendición del Huáscar i muerte de Grau; partida de la división Campero LIX. Nota de Quiñones sobre el tratado de paz con España LX. Importante carta oficial de Quiñones al Ministro Irigóyen i notable Memorándum, mui reservado, referente al estado político de Bolivia

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Documentos inéditos del arcliiro chileno.

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I. Toma de Mejillones: parte oficial; se pide refuerzos de tropa II. Precauciones para el caso de una invasión; el armamento de Chile al principio de la guerra; carencia de libros de instrucción III. Ofrecimiento de los nacionales chilenos en Tocopilla IV. Toma de Calama: partes oficiales no publicados Y. Armamento llevado por la Mar/allanes; noticias del enemigo... VI. Asesor de la escuadra i del ejército; primera captura de la Esmeralda VII. Nota sobre la prisión del coronel boliviano don Benigno Esquino VIII. Se resuelve la ocupación definitiva de Calama I X . Nombramiento de los jenerales Arteaga, Escala, Baquedano i coronel Sotomayor X . Parte oficial sobre la espedicion del Cochrane a Huanillos X I . Escasez de municiones; 30.000,000 de cápsulas X I I . Enfermedades venéreas en el ejército X I I I . Precauciones contra los buques peruanos X Y I . El Manco persigue a la Union: parte oficial; precauciones nocturnas X V . Nombramiento del señor Domingo Santa María de Delegado del Gobierno en el Norte X V I . Combate de la Mar/allanes con el Huáscar; heridos chilenos en este combate X V I I . Se nombra Jeneral en Jefe a don Erasmo Escala i Jefe de Estado Mayor al coronel Sotomayor X V I I I . Carta de " E l Profesor" dirijida al jeneral Arteaga X I X . El señor Santa María pide noticias de los estudios hechos para emprender operaciones militares X X . El señor Santa María pide cuenta de los elementos con que cuenta el ejército, guardia nacional i estado de las baterías X X I . Importante carta semi-olieial del comandante de armas de Calama al jeneral Escala X X I I . Carta del Intendente Jeneral del Ejército, señor Francisco Echáurrcn II., al jeneral Escala X X I I I . Carta del comandante J. R. Yidaurre al jeneral Escala... X X I V . Importante carta seini-oficial del comandante de armas de Calama al jeneral Escala..._

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642

Í N D I C E D E L TOMO S E G U N D O .

X X V . El Jeneral en Jefe siente el regreso del Delegado a la capital X X V I . Carta do " E l Profesor" al jeneral Arteaga... X X V I I . Reparaciones en la escuadra chilena X X V I I I . Carta del Ministro de la Guerra al jeneral Escala dándole algunas instrucciones X X I X . Carta semi-oficial del comandante de armas de Cobija al jeneral Escala X X X . Creación de una partida de esploradores X X X I . Carta-nota del comandante J. R. Vidaurre al jeneral Escala X X X I I . Parte oficial de la persecución que hace el Manco Encalada al Huáscar desde Antofagasta basta Caldera X X X I I I . Carta del señor Joaquín Cortés al jeneral Escala sobre reclamo de la casa Artola Hermanos, de Calama X X X I V . Carta del señor Santa María al jeneral Escala X X X V . Carta del comandante de armas de Cobija al jeneral Escala, sobre operaciones de guerra X X X V I . Carta del señor Joaquín Cortés al jeneral Escala X X X V I I . Carta semi-oficial del comandante de armas de Calama al jeneral Escala X X X V I I I . Traslación de una columna del ejército a Mejillones... X X X I X . Carta del comandante del batallón Chacabuco al jeneral Escala X L . Cartas del comandante de armas de Calama al jeneral Escala.

CAPITULO

Páj.

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I.

. Memoria que el Ministro de Relaciones Esteriores de Chile, señor don Domingo Santa María, presenta al Congreso Nacional de 1 8 7 9 . — I I . Leyes dictadas por el Congreso del Perú.—III. Partida del ejército chileno de Anlofagasta: descripción i proclamas al ejército.—IV. Documentos referentes a la defensa de Lima en Octubre de 1 8 7 9 . — V . Orden de partida de la escuadra i distribución de las fuerzas en los trasportes.—VI. Plana mayor del Jeneral en Jefe; oficialidad de los diversos cuerpos que formaron parte del ejército espedicionario.—VIL Orden del dia i proclama del jeneral Escala al ejército antes del ataque de Pisagua.— VIII. Divisiones en que se dividió el ejército de operaciones para efectuar su desembarco en Pisagua i Junin.—IX. Combate i loma de Pisagua: telegramas i partes oficiales chilenos, peruanos i bolivianos.—X. Descripción completa i detallada de este combate, según la relación de corresponsales chilenos.— XI. Correspondencias a E L N A C I O N A L de Lima, describiendo el combate de Pisagua; versión de Modesto Molina sobre este mismo combate.—XII. liando del prefecto de Iquique; decretos del Gobierno peruano sobre interdicción comercial con Chile, aumento de las contribuciones e impuesto sobre la renta.—XIII. ¡A las armas ciudadanos! Proclamas al pueblo de Lima de Fernando Casos i Mariano Delgado de la Flor.—XIV. Bandos sobre alistamiento militar i circular a los prefectos con igual objeto; donativo a la viuda de Gran.—XV. Estado de las fuerzas del ejército aliado el 5 de Noviembre de 1879, tomado del archivo del Estado Mayor peruano.—XVI. Carta de Granier a Daza sobre el combate de Pisagua; cuadro de las fuerzas aliadas que ocupan el territorio de Tarapacá, publicado por L A D E M O C R A C I A de La Paz del 7 de Noviembre de 1 S 7 9 . — X V I I . Combate de Agua Salda: partes oficiales i relación de los muertos, heridos i prisioneros.—XVIII. Carta de Barahoua i versión de los corresponsales chilenos i peruanos sobre este combate.—XIX. Orden del dia del ejército peruano sobre el combate de Pisagua.—XX. Correspondencia de Arica a E L N A C I O N A L de Lima, describiendo la llegada de Daza i parte de su ejército.—XXI. Los cónsules peruanos en Potosí, Sucre i Cochabamba comunican la dolorosa impresión producida por la pérdida del Huáscar i la situación de la quinta división. (Inédito.)—XXII. Cartas del canónigo Pérez, jefe déla ambulancia Arequipa, desmintiendo las falsas inculpaciones hechas al ejército chileno por el corresponsal de E L C O M E R C I O de Lima.—XXIII. Memoria que el Ministro de Guerra i Marina del Perú, señor Manuel Mendiburu, presenta al Congreso ordinario de 1 8 7 9 . — X X I V . Editoriales de la prensa de Chile, Perú i Bolivia Páj.

CAPÍTULO

45 45 45

II.

, Esploracion en territorio boliviano: parte oficial del comandante J. M. 2. ° Soto.—II. Organización de un depósito de reclutas i reemplazos; felieitacion al batallón Atacama.—III. Se teme que la pérdida del Huáscar influya en la política interna del Perú i Bolivia. (Inédito.)—IV. Los cónsules peruanos en Potosí i Sucre, ¿¡comunican noticias de la República Arjentina sobre toma del Huáscar; importante nota del cónsul del Perú en Cochabamba, referente a la política interna do Bolivia. (Inédito.) — V . Se denuncia al Ministro de Estados Unidos, doctor Newton l'ettis, como enemigo declarado del Perú i adicto a Chile, (Inédito.)—VI. Falsa noticia de envenenamiento de los jenerales La-Puerta i Prado. (Inédito.)—VIL Efecto producido en Bolivia por la toma de Pisagua; temores do una sublevación de los indíjenas i cholos favorable a Chile; mal resultado de la organización de la guardia nacional en La Paz. (Inédito.)—VIII. Heridos i prisioneros conducidos a Caldera i V'alparaiso: telegramas i nota de agradecimiento al Cuerpo de Bomberos.—IX. Marcha de Daza a Tarapacá antes del combate de San Francisco: correspondencia de Arica a E L N A C I O N A L de L i m a . — X . Car-

ta oficial de la Legación del Perú en el Ecuador, relativa al tránsito o trasbordo en Guayaquil de armamento para el Perú. (Inédito.)—XI. Quiñones da cuenta de la situación política de La Paz. (Inédito.)—XII. Bloqueo de Iquique por el Cochrane i la Covadonga: notas cambiadas entre el comandante J. J. Latorre i prefecto Lavalle.—XIII. Captura de la, Pilcomayo: telegramas, partes oficiales chilenos i peruanos, i nómina de los prisioneros.—XIV. Batalla de San Francisco: telegramas, partes oficiales, i relación de los muertos, heridos i prisioneros.— X V . Correspondencia a E L M E R C U R I O : relación detallada de este combate.—XVI. Versión peruana del combatí; de San Francisco i retirada de Daza de Camarones: correspondencias a E L C O MERCIO i E L N A C I O N A L de L i m a . — X V I I . Versión boliviana del combate de San Francisco i causas que orijinaron la derrota de los aliados: interesantes relaciones del doctor L. Cabrera, coronel Armaza i doctor Vasquez.—XVIII. La retirada perú-boliviana: correspondencia a L A P A T R I A de Valparaíso.— X I X . ¡Quiénes son los traidores?: artículo publicado en E L C O M E R C I O de Lima, por Juan José Pérez, referente a la retirada de Camarones.—XX. Orden jeneral del Estado Mayor peruano al ejército, al emprender su marcha desde Pozo Almonte a Agua Santa. — X X I . Rendición de Iquique: telegramas i parte oficial.—• X X I I . Acta levantada por el Cuerpo Consular de Iquique antes de ser entregado a Chile.—XXIII. Proclamas, bando, primeras medidas gubernativas i correspondencias al ocupar el puerto de Iquique.—XXIV. Canje de los prisioneros chilenos i peruanos; notas í nómina de los canjeados.—XXV. Enjuiciamiento del prefecto Lavalle.—XXVI. Proclama del Vice-Presidente LaPuerta, i acta levantada por el Comité de la defensa nacional de Lima, después del combate de San Francisco.—XXVII. Editoriales de la prensa de Chile, Perú i Bolivia Páj.

CAPITULO

55

III.

I. Se dispone el envió de los heridos prisioneros a un puerto peruano; intrucciones que el Ministro Sotomayor da al jefe de la escuadra en Noviembre de 1 S 7 9 . — I I . Manifiesto del jeneral Bustamante sobre el combate de San Francisco.—III. Proclama del jeneral Prado a su partida de Arica; organización de la guardia urbana.—IV. Combate de Tarapacá: telegramas, partes oficiales chilenos i peruanos, i relación de los muertos, heridos i prisioneros.—V. Versión chilena de este combate: correspondencia i cartas de testigos oculares.—VI. Versión peruana: correspondencias a E L N A C I O N A L i P A T R I A de Lima.—VII. Biografía i hoja de servicio del comandante Eleuterio Ramírez.—VIII. Enjuiciamiento del jeneral Buendia i Jefe de Estado Mayor Bclisario Suarez.—IX. Bloqueo de Arica: notas cambiadas entre el comandante de la Chacabuco i el jefe de la plaza Lizardo Montero.—X. Proclama de Montero i decretos de enrolamiento en la guardia nacional.—XI. La revolución en Bolivia: notas cambiadas entre el Ministro Reyes Ortiz i el presidente del Concejo Departamental, Daniel Nuñoz del Prado.—XII. Neutralidad de España en la guerra de Chile con la alianza perú-boliviana.— X I I I . Llegada del Lámar a Arica con los heridos i ambulancias del ejército aliado.—XIV. Notas cambiadas entreoí cónsul inglés i el contra-almirante Montero a la llegada a Arica del vapor Coquimbo sin la bandera del P e r ú . — X V . El jeneral Prado reasume el mando supremo a su regreso a L i m a . — X V I . Llegada de la Pilcomayo a Valparaíso con los prisioneros de la Esmeralda: recepción, discursos i distribución de medallas.—XVII. Carta de Piérola al director de L A P A T R I A de Lima, referente a su negativa para organizar un nuevo gabinete.—XVIII. Circular del Ministro de Relaciones Esteriores del Perú al Cuerpo Diplomático, en vista de la ocupación de Tarapacá por el ejército do Chile. — X I X . Reocupacion del pueblo de Atacama: parte oficial i correspondencia.—XX. Viaje del Aligamos al Norte i la persecución del Limeña: partes oficiales.—XXI. Descripción de la llegada a Arica del jeneral Buendia i su ejército.—XXII. La travesía del ejército peruano de Tarapacá a Arica: correspondencia de Neto a L A P A T R I A de Lima i relación de un prisionero chilen o . — X X I I I . Relación de las planas mayores de los cuerpos peruanos encargados de la defensa de Tarapacá.—XXIV. Estado jeneral del ejército del Perú: cuadro detallado que manifiesta la fuerza de que se componía el ejército i guardia nacional en 31 de Octubre de 1879, i que tomó parte en los combates de San Francisco i Tarapacá, según documentos encontrados en Iquique.— X X V . Biografía del jeneral Buendia, tomada de las "Semblanzas de la Guerra del Pacífico," por J. V. O c h o a . — X X V I . Editoriales

CAPITULO

11G

IV.

I. Decretos i notas del Gobierno de Chile referentes a la guerra. -— II. El Ministro Quiñones participa a su Gobierno que el prefecto de Puno no trasmite los telegramas que recibe con la oportunidad debida, adjuntando, en prueba, dos telegramas sobre la derrota de San Francisco. (Inédito.)—III. Precauciones tomadas por el Ministro Quiñones para atender i hacer regresar al Perú a los dispersos del combate de San Francisco. (Inédito.)—IV. El Ministro de Bolivia en el Perú protesta de las aseveraciones hechas por la prensa de Lima, degradantes para el ejército de Bolivia. (Inédito.)—V. Rectificaciones al parte del coronel Suarez sobre el combate de San Francisco: nota del Secretario Jeneral del ejército boliviano al contra-almirante Montero.—VI. Importantes

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Í N D I C E D E L TOMO S E G U N D O .

notas, mui reservadas, de Quiñones a Montero, dando cuenta de la situación política de La Гаг, revolución .sofocada por Nuñez del Prado i denuncio de éste en contra de Daza por pretender apo­ derarse de Tacna i Arica. ( I nédito.)—V I I . Se comunica los úl­ timos sucesos de la política interna de Bolivia. (I nédito.)—VI I I . Parte oficial del eoron»' boliviano Rufino Carrasco sobre la inva­ sión de Atacama.,­ ­ I ^ ­ I mportantes cartas del Ministro Z. Flo­ res i del coro»» Juan Granicr al jeneral Hilarión Daza.—X. El Ministro R/tomayor solicita del Jeneral en Jefe datos para saber qué j­^nto del Perú conviene atacar. (I nédito.)—XI . Cuadro de Л 1 3 divisiones de que se compone el ejército a las órdenes de Montero; jiros de letras sobre Europa: decreto de Prado de fe­ cha 17 de Diciembre de 1 8 7 9 . — X I I . Fuga del jeneral Prado: decretos i proclama al delegar el mando de la nación al Vice­pre­ sidente La­Puerta.—XI I I . La revolución en Lima i el Callao en poder de Piérola: descripción detallada.—XI V. Proclama de Pié­ rola al pueblo i al ejército, acta popular en Lima proclamándole Jefe Supremo de la nación i sus primeros decretos al asumir el mando.—XV. Actas levantadas por ¡os jefes do la escuadra i del ejército; bando del prefecto de Lima.—XVI . Estatuto provisorio de Piérola i decretos referentes a la guerra.—XVI I . Manifiesto del jeneral La­Cotera a la nación i carta­circular del jeneral Prado dirijida a Lima desde Guayaquil.—XVI I I . Viaje de la Union al Sur con pertrechos de guerra: parte oficial de Villavi­ cencio i correspondencia a E L C O M E R C I O de Lima sobre esta es­ pedicion.—XIX. Partes oficiales del bloqueo de Arica i sobre el crucero establecido entre lio i Moliendo.—XX. Captura de una lancha­torpedo salida de Panamá para el Perú: telegramas, par­ te oficial del comandante M. de la Barrera i correspondencia ofi­ cial entre el cónsul chileno en Panamá i el Gobierno de Colombia. — X X I . Destitución de Daza: telegramas, relación de L A R E VI S T A D E L S U R de Tacna, proclamas del jeneral Camacho i acta­procla­ ma de la Junta de Gobierno en La P a z . — X X I I . Carta del jene­ ral Daza al contra­almirante Montero i contestación de éste; es­ posicion del Secretario do la Guerra del ejército boliviano sobre la destitución de Daza.—XXI I I . Bloqueo de Moliendo: nota del comandante del Huásc ar al Cuerpo Consular.—XXI V. Plan de operaciones propuesto por el Gabinete de Santiago al Jeneral en Jefe del ejército. (I nédito.)—XXV. Carta confidencial de don Mariano Alvarez al contra­almirante Montero, que contiene im­ portantes revelaciones sobre la dictadura Piérola i sus propósi­ tos.—XXVI. Primera expedi c ión a Jíoquegua: telegramas, paites oficiales chilenos i peruanos i correspondencias.—XXVI I . Editoriales

referentes a importantes resoluciones adoptadas contra el ene­ m i g o . — X X I I I . La última espediciona Tarapacá: partes oficiales del comandante de la división Esploradora, José R. Vidaurre.— XXIV'. Notas de los Ministros Plenipotenciarios del Perú en el Brasil e I talia al Ministro de Relaciones Esteriores del Perú, sobre publicaciones en la prensa brasilera i europea, solicitando fondos para subvencionarla. (I nédito.)—XXV. Circular del doc­ tor Ladislao Cabrera a los prefectos: proclama del jeneral Pérez al ejérciLo i decreto declarando cobarde al boliviano que pida licencia.—XXVI. La espediciou i tiroteo de Camarones: partes oficiales.—XXVli. El Ministro del Perú en la República Arjen­ tina, Evaristo Gómez Sánchez, pide aprobación del gasto cstraor­ dinario hecho para anticipar su viaje de Panamá a Buenos Aires. (Inédito.)—XXVIII. Las deserciones en el ejército boliviano i sus causas: partes oficiales.—XX I X. Biografías de los jenerales Mariano I . Prado e Hilarión Daza, por J. Y. Ochoa.—XXX. Editoriales Páj.

1

CAPÍTULO

V.

I. Las balas esplosivas empleadas por los aliados en el combate de San Francisco: cartas de los comandantes do los batallones Coquimbo i Atacama.—I I . El Ministro Quiñones comunica el cambio de Gobierno en La Paz, adjuntando copias de los docu­ mentos cambiados con motivo de este acontecimiento. (I nédito.) •—III. Mensaje de Piérola al Consejo de Estado; circular del prefecto de Lima i nota del Secretario Jeneral del ejército boli­ viano al Ministro do Gobierno de La Paz, comunicando la desti­ tución de Daza.—I V. Proclama de Daza a los pueblos de Tacna i Arica; proclama del prefecto do Cochabamba.—V. Notas de la Junta do Gobierno de La Paz al coronel Camacho i del jeneral Campero aceptando el puesto de Jeneral en Jefe del ejército.— VI. Arreglo sobre contrato de guano i empréstito celebrado en­ tro el dictador Piérola i Droyfus Hermanos. — V II. Observacio­ nes del Gobierno de Chile al Jeneral en Jefe del ejército, sobre las hostilidades que deben emprenderse contra el enemigo. (I né­ dito.)—VIII. Llegada de los oficiales prisioneros de la Esmeral­ da a Valparaíso i ovación en Santiago: programa, recepción i discursos.—IX. Nota del I ntendente Jeneral del ejército i ar­ mada al Ministro de la Guerra, relativa al abastecimiento del ejército en campaña.—X. La segunda espediciou a Tarapacá: parte oficial del comandante Echeverría i correspondencia a E L F E R R O C A R R I L . — X I . I nstrucciones que deberá observar el capi­ tán del puerto do Quilcá, capitán de fragata don José B. Bena­ vides. (I nédito.)—XI I . Carta de Piérola a su Secretario de Gobierno, con motivo de las opiniones emitidas por E L C O M E R I C O de Lima, sobre los arreglos financieros con Dreyfus Hermanos; decreto del mismo mandando seguir una sumaria información acerca de la captura de la Pilc omaijo.—XI I I . Motin en La Paz en favor de Daza: descripción i proclama de la Junta de Gobier­ n o . — X I V . Circular del Ministro de Relaciones Esteriores del Perú a las cancillerías amigas i refutación o examen do dicha circular, por Lino de Pombo Cortés.—XV. I mportante nota del Ministro Plenipotenciario de Chile en Colombia sobro su prisión en el P e r ú . — X V I . Reconocimiento de la costa entre Sama o lio i bombardeo de tropas: parte oficial.—XVI I . Nota del Ministro Quiñoucs adjuntando copias de los oficios cambiados con el Se­ cretario de la Junta do Gobierno do La Paz, referentes a la internación del jeneral Daza. (I nédito.)—XVI I I . Quiñones i el Secretario jeneral de Relaciones Esteriores de Bolivia, comuni­ can al Ministro de Relaciones Esteriores del Peni, la proclama­ ción del jeneral Campero como Jefe Supremo de Bolivia. (I né­ d i t o . ) — X I X . Decreto do Campero asumiendo el mando supre­ mo i proclamas a la nación, al ejército i a la quinta división.— X X . Esplotacion de salitres del Perú i Bolivia: nota del Minis­ tro boliviano '¿. Flores al Ministro de Relaciones Esteriores del Perú; bando i nota del prefecto de L i m a . — X X I . Fondos para el ejército boliviano: nota del prefecto de Cochabamba i decre­ tos de la Convención Nacional.—XXI I . Notas del Ministro So­ tomayor al Jeneral en Jefe del ejército i Ministro de Marina,

643

CAPÍTULO

Páj.

25

VI.

I. I mportantes notas del Ministro Sotomayor al Jeneral en Jefe del ejército sobre la responsabilidad de la espedicion a lio, i al Comandante en Jefe de la escuadra, dándole instrucciones para hostilizar al enemigo. (I nédito.)—I I . I nstrucciones que deberá observar el capitán do la caleta de Achira. (I nédito).—I I I . El Ministro de Bolivia en Lima solicita del Gobierno del Perú 400,000 soles en pago de la alimentación del ejército de Bolivia i por los derechos aduaneros que dicho Gobierno lia percibido por cuenta de Bolivia. (I nédito.)—I V. Carta autógrafa del je­ neral Campero al Jefe Supremo del Perú comunicándole su ele­ vación al mando Supremo de Bolivia: juicio seguido contra el jeneral Juan Buendia i coronel Suarez; vencedores de Tarapacá: decretos de Piérola.—V. Decretos del Gobierno do Chile refe­ rentes a facilitar el carguío de guano a los tenedores de bonos peruanos, venta de salitre, etc.—VI . Segunda espedic ion i oc u­ pación de lio: descripción de la partida del ejército chileno de Pisagua i proclama del jeneral Escala, orden de salida i marcha de la escuadra, telegrama i parlo oficial.—VI I . Nómina del personal del Ministerio de Guerra en campaña, cuartel jeneral, Estado Mayor Jeneral i cuerpos de que consta el ejército chile­ no de operaciones del Norte.—VI I I . Cartas i correspondencia sobre la ocupación de l i o . — I X . Combale i bombardeo de Aric a: telegramas i partes oficiales chilenos i peruanos. — X . Correspon­ dencias a E L F E R R O C A R RI L i N A C I O N A L de Lima sobre este comba­ t e . — X I . Espedicion a Moliendo: telegramas, partes oficiales i cor­ respondencias.— X II. Partes oficiales del comandante Stuvcn al Jefe do Estado Mayor sobre esploraciones de Pacocha a Mo­ quegua; correspondencia a L A P A T R I A . — X I I I . Recibimiento i entierro de los restos de Thompson, Ramírez, Garrcton i Goico­ lea: programa, descripción i discursos.—XI V. Espedicion a las islas de Lobos i a las de Chincha: telegramas i parte oficial del Jefe do la escuadra.—XV. Decretos del Gobierno de Chile refe­ rentes a la guerra.—XV I . Notas cambiadas entre los Gobier­ nos do Chile i Ecuador sobre la captura de la lancha torpedo peruana.—XVII. Documentos relativos a la revolución de Boli­ via encabezada por los coroneles Uladislao Silva i José M. Gua­ challa.—XVIII. Confiscación de guano i salitre esportados por el Gobierno de Chile: decretos de Piérola i circular a los ajentes diplomáticos del Perú en el estranjero.—XI X. Segundo c om­ bate de Aric a: telegramas i partes oficiales chilenos i peruanos. — X X . Correspondencias describiendo este combate. — X X I . Toma de iloquegua i combate de los Anjc les: telegramas, par­ tes oficiales i relación de los muertos, heridos i prisioneros.— X X I I . Felicitación al batallón Atacama i correspondencias a E L F E R R O C A R R I L sobre el combate de los Alíjeles.—XXI I I . Versión peruana do este mismo combate.­—XXI V. Descripción de los departamentos de Tacna i Moquegua, tomada de las publicacio­ nes hechas por la Oficina Hidrográfica do Santiago.—XXV. Recepción oficial del Ministro del Perú en La Paz, señor Enrique liustamante i Salazar; discursos pronunciados por el Presidente de P.olivia i Ministro del Perú a la salida de la quinta división para el teatro de la guerra.—XXVI . Santo, seña i contraseña dado al ejército peruano, en Lima, por el Estado Mayor Jeneral durante el mes de Abril de 1880. (I nédito.)—XXVI I . Biogra­ fía del capitán de fragata Manuel Thompson, por Benjamín Vi­ cuña Mackeuna.—XXVI I I . Biografía del jeneral Narciso Cam­ pero, por J. V. O c h o a . — X X I X . Editoriales Páj.

CAPÍTULO

302

VIL

I. El Ministro Quiñones participa a su Gobierno la revolución en Jíolivia, encabezada por el coronel Uladislao Silva, describiendo detalladamente lo acontecido.—II. Reclamación diplomática del Ministro francés en Lima, al Ministro de Relaciones Esteriores del Perú por haberse decretado el embargo i confiscación de los buques cargados con salitre i guano, procedentes del territorio ocupado por Chile. (Inédito.) — III. Nota del Ministro de ilolivia en Lima, al Ministro tic Relaciones .Esteriores del Peni, acusan­ do haber recibido ' 1 0 0 , 0 0 0 soles (pío había solicitado del Gobier­ no peruano por nota de fecha Ü de Febrero de ISS0. ( i n é d i t o . ) — IV. Documentación sobre los supuestos sacrilejios de M o l i e n d o . — V. Notas referentes a la renuncia del jeneral Escala del mando en Jefe del ejército. — V I . Protesta, de los norte­americanos i*esi­ dentcs en Lima, dirijida al Al.inisi.ro de Kstados Unidos, J. P. Ohristiancy, con motivo de las operaciones bélicas llevadas a ca­

305


644

ÍNDICE D E L TOMO S E G U N D O .

bo por la escuadra chilena en la costa del Perú.—VII. Sorpresa de Locumba: partes oficiales i correspondencias.—VIII. Contribución forzosa impuesta a los estranjeros en Tacna i proclama amenazándoles de muerto.—IX. Jispedicioii del "Oroya" a Topilla: telegramas i correspondencias al P U E B L O C H I L E N O i a la O P I N I Ó N NACioNAi.de Lima.—X. Cartas i relación nominal de los prisioneros chilenos canjeados en Arica i desembarcados en lio. — X I . Felicitación al jeneral Baquedano por la acción de los Alíjeles, i nota del comandante del Atacama.—XII. Bloqueo del Callao: telegramas, notas cambiadas entre el jefe de la escuadra, autoridad del Callao, Cuerpo Consular i presidente de la Cruz Roja; partes oficiales, proclama i descripción de la marcha de la escuadra i torpedo aplicado a la Union.—XIII. Primer bombardeo del Callao: telegramas, partes oficiales chilenos i peruanos; versión de los corresponsales.—XIV. El Ministro del Perú en La Paz, Enrique Bustamante i Salazar, da cuenta a su Gobierno describiendo la partida de la quinta división para el teatro de la guerra. (Inédito.)—XV. El Ministro peruano en La Paz comunica haber obtenido, por autorización del jeneral Campero, 300 rifles para reforzar en Puno a la división Gamarra. (Inédito.)—XVI. Decretos del Gobierno de Chile referentes a la guerra.—XVII. Decreto i proclama de Campei'O a su partida para Tacna; proclama i decreto del doctor Ladislao Cabrera, encargado del Poder Ejecutivo.—XVIII. Decreto de Piérola, bando municipal i circular del prefecto de Lima sobre los artículos alimenticios.—XIX. Telegrama i parte oficial del Comandante del departamento de Márquez, dando cuenta haber sido rechazadas varias embarcaciones chilenas.—XX. Combate de Bueñavista: telegramas, parte oficial i relación tomada del Diario de un oficial de caballería.—XXI. Circular a los prefectos de Lima, Junin, ltuáuuco, Ancachs, Ayacucho, Huancavelica e lea. — X X í í . So comunica al Ministro de Relaciones Esteriores del Perú, una sublevación de reclutas en el pueblo de Tarapaya, resultando muerto el segundo jefe i fusilados 4 cabecillas principales. (Inédito.)—XXIII. Biografía del comandante del batallón Atacama, Juan Martínez, por Benjamín Vicuña Mackeuna.— X X I V . Biografía del contra-almirante Lizardo Montero, por J. V. Ochoa.—XXV. Editoriales .' Páj.

CAPÍTULO

VIII.

I. Entrada de la quinta division boliviana a Tacna: descripción i proclamas.—II. Llegada del jeneral Campero a Tacna: relación, proclama i nota anunciando haberse hecho cargo de la dirección de la guerra.—III. El batallón Granaderos, denotado en los Alíjeles, reclama sus sueldos; nota del Secretario J e i » l del ejército boliviano sobre el desembarco de fuerzas chilenas n I t e . — I V . Notas cambiadas entre el sub-prefecto de 1.a provincia de Cinti i el Jefe superior del Sur, referentes a las dificultades que so han opuesto a la organización de nuevas fuerzas i a la recolección de fondos para la guerra.—V. Protesta de la Compañía Salitrera del Perú contra los procedimientos del Gobierno de Chile en la provincia de Tarapacá. — VI. Decretos del Gobierno de Chile referentes a la guerra.—VIL Partes oficiales peruanos i correspondencia sobre los torpedos hallados en el Callao por el Amazonas, i la sorpresa de Moquegua.—VIII. Segundo bombardeo del Callao: telegramas, partes oficiales, muertos i heridos i versión peruana del bombardeo.—IX. Bloqueo de Ancón: notas cambiadas entre el comandante de la O'Higginn i el Jefe militar i civil peruano.—X. Nota del jeneral Campero, dirijida desde el teatro de la guerra, al Secretario de Estado, doctor Ladislao Cabrera i contestación de é s t e . — X I . Mensaje del Jefe Supremo de Bolivia a la Convención Nacional.—XII. Fallecimiento del Ministro de la Guerra en campaña, señor Rafael Sotomayor: telegramas, honores a su memoria i editoriales de la prensa.—XIII. Decretos de Piérola sobre nombramiento de Presidente de la República, degradación militar del Presidente Prado, separación perpetua de varios jefes del ejército i protectorado de la raza indíjena.—XIV. Combate de las lanchas porta-torpedos en el Callao: telegramas, partes oficiales i correspondencias.—XV. Editorial de E L B O L E T Í N D E L A G Ü E H U A , diario oficial de Tacna, correspondiente al 26 de Mayo de 1880. — X V I . Batalla i loma de Tacna: telegramas i partes oficiales chilenos, peruanos i bolivianos; relación de los muertos, heridos i prisioneros.—XVII. Correspondencias detalladas do este combate dirijidas a la prensa de Chile, Perú i Bolivia.—XVIII. Fiestas en Santiago en celebración del triunfo obtenido contra la alianza perú-boliviana.—XIX. Uno contra cien: artículo publicado en E L M E I I C U U I O con motivo del combate de Tacna.— X X . Proclamas de Piérola i del prefecto de Arequipa; el Gran libro de la República i Grau declarado héroe de 2. clase: decretos del Jefe Supremo del P e r ú . — X X I . Telegramas i correspondencia peruana sobre el tercer bombardeo del Callao.— X X I I . La derrota de Tacna i debate sobre la Confederación perú-boliviana: sesión estraordinaria del 30 de Mayo de 1S80 de la Convención Nacional de B o l i v i a . — X X I I I . Editoriales Páj. r a

e

rt

PIN DEL ÍNDICE DEL TOMO

II.

527


APÉNDICE.

I. Bolivia se arma con anterioridad a la guerra. NÚM. 41.—LEGACIÓN DE BOLIVIA

EN EL

PERÚ.

Lima, Noviembre 22 de 1878. Señor Ministro: En pocos dias mas debe estar en Moliendo el armamento de mil quinientos rifles, con su respectiva dotación, pertenecientes a mi Gobierno, cuyo tránsito a Bolivia por dicho puerto se ha servido V. E. ordenar a solicitud de esta Legación. Sin embargo de las seguridades que ofrece la tranquilidad pública en uno i otro pais, no creo supérfluo rodear el tránsito de dicho armamento por tierra i por el lago Titicaca, de algunas precauciones mas contra toda acechanza. En esta virtud, i convencido por reiteradas muestras inequívocas del interés que toma el Excmo. Gobierno de V. E. por todo lo que se roza con el orden público i con los intereses bien entendidos de Bolivia, me permito suplicar a V. E. se sirva ordenar la custodia de dicho armamento con una fuerza de quince o veinte hombres i un oficial hasta el puerto de Chililaya; medida que será apreciada por mi Gobierno como un nuevo acto de deferencia de parte del de V. E. Reitero, con este motivo, al Excmo. señor Irigóyen mis sentimientos de distinguida consideración i particular aprecio. (Firmado).—Z. FLORES. Al Excmo. señor Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

Lima,

Noviembre

22 de

1878.

Líbrense las órdenes necesarias a los Prefectos de Arequipa i Puno, a fin de que sean custodiados por una fuerza competente en su tránsito por el territorio de su mando hasta el puerto de Chililaya, los mil quinientos rifles a que se refiere esta comunicación, i contéstese. LARRABURE.

II. El Ministro guiñones da cuenta de dos conferencias reservadas <iue tuvo con el señor Ministro de Relaciones Esteriores de Bolivia. NÚM. 11.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.) La Paz,

(1)

asunto de interés nacional. Gustoso accedí a la cita el dia de ayer a la 1 P. M., i tanto en cumplimiento de mi deber, como por encargo especial del referido señor Ministro, tengo el honor de informar a V. S. in extenso de cuanto hablamos. Con el tratado secreto en mano, de alianza defensiva, celebrado entre el Perú i Bolivia en 6 de Febrero de 1873, se sirvió el Excmo. señor Ministro dar lectura al supremo decreto espedido en 1. ° del mes en curso, por el cual se declara rescindido el contrato de transacción con la Compañía Anónima de Salitres i Ferrocarril de Antofagasta; i en consecuencia, sin efecto la lei de 14 de Febrero de 1878, que al aprobar aquel contrato de transacción, impuso a la Compañía la obligación de pagar diez centavos por cada quintal de salitre que esportase. En seguida me interpeló si tenia instrucciones para acordar lo necesario al cumplimiento del tratado alndido, en el caso probable de que el decreto de rescisión hiciera surjir mayores complicaciones con el Gobierno de Chile; i probable, porque se había recibido avisos sobre los aprestos bélicos que hacia aquella República. Agregó, ademas, que su Gobierno habia optado por el medio de rescindir el contrato de transacción, tanto porque colocando la cuestión en el estado que tenia según las leyes de 9 i 14 de Agosto de 1871, alejaría toda intervención diplomática, por quedar reducida a cuestión privada 0 particular con la Compañía; cuanto porque el decreto de rescisión tampoco aleja cualquiera otro arreglo con la misma Compañía. I en conclusión me dijo: que el deseo del Gobierno boliviano era preferir en la esplotacion de sus salitreras del litoral a su hermana i aliada la República del Perú, con el objeto de evitarle la competencia en la esplotacion de las que tiene. Después de agradecer con toda la efusión que el patriotismo inspira, los benévolos sentimientos emitidos en favor de los intereses del Perú, i asegurando que mi Gobierno jamás aceptaría -ninguna negociación para especular, sino para dar.a su hermana i aliada los productos lejítimos de su riqueza en las salitreras, le manifesté al Excmo. señor doctor Lanza que conocia el pacto secreto de 6 de Febrero de 1873 i que tenia bastantes instrucciones para proceder conforme a ese pacto en el desagradable conflicto que por desgracia surje con la también hermana i aliada República de Chile; pero agotando previamente todos los medios que pudieran conducir a un arreglo amigable 1 pacífico, porque el Perú, i en especial el que hoi preside sus destinos, solo anhela la unión e íntima amistad entre todas las Repúblicas sud-americanas. Al retirarme, el Excmo. señor Ministro me indicó que acordaría con S. E. el señor jeneral Presidente de la República, si convendría aprovechar de mi presencia o mandar una misión especial ante el Gobierno de S. E. el benemérito señor jeneral Prado, misión en que se habia pensado, por otros asuntos mas, de igual importancia al que nos ocupa; i yo le contesté que dejaba todo completamente a la discreción de su ilustrado Gobierno. Rogando a V. S. se digne poner este oficio en conocimiento de S. E. el Presidente, tengo el honor de suscribirme de V. S. su atento servidor, J. L.

Febrero

5 de

1879.

Señor Ministro: El Excmo. señor doctor Martin Lanza, Ministro de Relaciones Esteriores, tuvo a bien invitarme a una conferencia reservada en su despacho, indicando que era para tratar sobre (1) Damos principio al presente volumen con la continuación del apéndice del tomo I, en vista de la importancia de los documentos que ahora publicamos, i por haberlos obtenido con posterioridad a la impresión de dicho tomo, en el cual debian haber figurado.

QUIÑONES.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

NÚM. 14.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.) La Paz, Febrero 8 de 1879. Señor Ministro: El dia de ayer a las 7 P. M., estuvo en esta Legación el señor doctor don Serapio Reyes Ortiz, Ministro de Gobierno i de


4

G U E R R A

D E L

Relaciones Esteriores i en conversación amistosa, franca i cordial, que duró hasta las diez de la noche, me manifestó, que como el señor doctor don Martin Lanza, anterior Ministro de Relaciones Esteriores, no se hubiese mostrado con la enerjía que el patriotismo i los intereses nacionales exijen, en el conflicto que surje con la República de Chile, se vio en el caso de dimitir la cartera, en la mañana del mismo dia, porque S. E. el Presidente de la República i el resto de su Gabinete estaban decididos a sostener los derechos de la nación hasta el último estremo. Que inmediatamente fué aceptada la renuncia i se le encargó a él dicho Ministerio, habiéndose llamado al señor doctor don Julio Méndez par-a que lo reemplace en el portafolio de Justicia. Que acorde el Gobierno en el plan de política que conviene observar en el desagradable incidente de Antofagasta, habia dispuesto que él marchase a esa capital, en misión especial, con el objeto de solicitar del reconocido americanismo del Excmo. señor jeneral Prado i de su ilustrado Gabinete, el cumplimiento del tratado secreto de 6 de Febrero de 1873, siempre que sea inevitable un conflicto con Chile. Que sabiendo a qué atenerse respecto de la actitud del Gobierno del Perú, se trasladará al litoral boliviano, con el fin de organizar las fuerzas necesarias, para arrojar de Antofagasta a la Compañía Hicks, i recuperar las salitreras. Últimamente me manifestó, que mañana se marcha a Chililaya, para tomar el vapor del 10; que el 19 estará en esa capital, i que durante su ausencia se hará cargo de la cartera de Gobierno i Relaciones Esteriores el señor Ministro de Hacienda. Rogando a V. S. se digne poner este oficio en conocimiento de S. E. el Presidente de la República, me es grato ofrecer a V. S. las consideraciones de particular afecto, con que tengo el honor de suscribirme de V. S. atento servidor, J. L.

QUIÑONES.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

III. Se da cuenta del verdadero estado de la situación política de Bolivia, describiendo una conspiración contra Daza. NÚM 14. — LEGACIÓN

DEL PERÚ EN BOLIVIA,

(Reservada). La Paz, Febrero 6 de 1879. Señor Ministro: Desde que regresé a esta ciudad, en 20 del mes próximo pasado, lie tenido el cuidado de procurarme datos sobre el curso de la política interna de esta República, valiéndome para ello de mis relaciones de familia i de las amistades que he cultivado desde antes con personas imparciales i con otras de los partidos políticos militantes. Voi a cumplir con el deber do informar a V. S. del estado verdadero de la situación política do Bolivia. El Gobierno del Excmo. señor jeneral Daza, cualquiera que haya sido su oríjen, legalizado por la Asamblea Constituyente de 1877, ha tenido que salvar serias resistencias, debido en gran parte a la lealtad del ejército. Ahora mismo existen focos de conspiración, si bien es verdad, sumamente desacreditados; porque en la actualidad el sentimiento nacional escitado con las cuestiones suscitadas por la República de Chile, cuestiones sobre las cuales me he ocupado en mi oficio número 12, se reconcentra para sostener los derechos de la nación i su integridad territorial. En la noche del 25 de Enero próximo pasado, el ejército congratuló a S. E. el Presidente de la República con un baile, en celebridad de su cumple-años, que fué el dia 14 del mes citado. Según los programas de las fiestas que con tal motivo han tenido lugar, i según las relaciones que publican los periódicos, el Excmo. señor jeneral Daza halagó a todos i en especial al pueblo, derramando bastante moneda de plata con su busto, en los cuatro dias de corridas de toros; pero en la noche citada del baile tuvo la oportunidad de conocer que se hallaba sobre un volcan, a pesar de su estricta vijilancia. Losjóvenes Ibarra, Tudela, García i otros mas, en estado de embriaguez, se habían lanzado a pasear por algunas calles i por la puerta del cuartel del Batallón número 3, dando vivas al caudillo revolucionario, coronel don Federico Lafaye. En el Batallón

PACIFICO.

número 3 habia existido una conspiración fraguada por el c o ronel Deza, con varios sarjentos; i éstos oyendo los vivas, que aun cuando no eran por el caudillo doctor Corral, en cuyo favor los habia comprometido el coronel Deza, dieron muestras inequívocas de alarma i escitacion. Tomado preso el sarjento Peralta, a los primeros palos que se le dieron, declaró: que por medio del sarjento Cordero, habían sido llevados a la casa del coronel Deza, i que allí los j u ramentaron para sublevar el batallón tan luego como saliese el ejército a cantones, i para unirlo con otro batallón que debia seguir el movimiento o ser tomado a la fuerza, venir a batir en esta ciudad al Batallón primero, que es el de la absoluta confianza del Gobierno. Los jóvenes han salido desterrados al Beni; i por los sarjentos, se dice que dos han muerto a palos, i el principal, Cordero, ha fugado no se sabe donde. Aparte de estas graves incidencias, la tranquilidad pública parece duradera, tanto porque la atención jeneral está fija en la cuestión con Chile, como he dicho antes, cuanto porque, hallándose próximo el 6 de Agosto de 1880, fecha en que él Excmo. señor jeneral Daza debe resignar el poder en el que sea elejido por los pueblos, se aplazan todas las aspiraciones de los partidos políticos que por desgracia pululan en considerable número. Suplicando a V. S. se sirva poner este oficio en el conocimiento de S. E. el Presidente de la República, me es grato tener el honor de suscribirme de V. S. mui atento servidor. (Firmado).—J. L. QUIÑONES. Al soñor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

SE

DA CUENTA DE

HABERSE DESCUBIERTO U N A

PIRACIÓN

CONS-

CONTRA DAZA.

NÚM. 23—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Febrero 15 de 1879. Señor Ministro: La situación interior de esta República, como tuve el honor de informar a V. -S. por mi oficio de 6 del presente, signado con el número 14, si bien ofrece la' conservación del orden i d é l a tranquilidad pública, porque la atención jeneral está reconcentrada en el conflicto que desgraciadamente existe ya con la Repíiblica de Chile, también es verdad que el Gobierno de S. E. el señor jeneral Daza, no deja de estar seriamente amenazado por los conspiradores. En comprobante de lo dicho, en las primeras horas de la n o che de ayer han sido tomadas en poder del injeniero señor Leonardo Lanza, las claves i comunicaciones con que se habia concertado una revolución en favor del señor doctor Belisario Salinas; el mismo que en unión del doctor Joaquín Quiniela, Morris, Viscarra i otros muchos, se halla preso i sometido a juicio. Con tal motivo i ofreciendo a V. S. mis consideraciones i respetos, me suscribo su atento servidor. (Firmado).—J. L. QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú,

IV. Nombramiento del doctor Reyes Ortiz como Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario. MINISTERIO DE RELACIONES

ESTERIORES DE BOLIVIA.

La Paz, a 8 de Febrero de 1879. Señor: Tengo el honor de dirijirme a V. E. con el objeto de manifestarle que el señor Presidente de Bolivia ha tenido por conveniente acreditar cerca del Excmo. Gobierno de V. E., en el carácter de Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario en misión confidencial, al señor doctor don Serapio Reyes Ortiz, quien tendrá el honor de pedir por el órgano de ese Ministerio, la audiencia correspondiente del Excmo. señor Presidente de esanacion, para presentarle personalmente su credencial.


DOCUMENTOS

Esperando que V. E., por su parte, acojerá también con benevolencia al espresado señor Reyes Ortiz, me es honroso renovarle las protestas de alta consideración con que me suscribo de V. E. atento S. S. EÜLOJIO D.

MEDINA.

A l Excmo. señor Ministro de Relaciones Esteriores de la República del Perú.— Lima.

HILARIÓN

DAZA,

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE BOLIVIA.

5

INÉDITOS.

sencia en Antofagasta del blindado Blanco Encalada, i aun cuando últimamente se han publicado noticias alarmantes sobre que el Gobierno de Chile ha dado orden para que otro buque de guerra, la fragata O'IIíggins, se dirija a Antofagasta con tropas de desembarque, creo fundadamente que desaparecerá todo conflicto con el jiro que acaba de dar este Gobierno a la cuestión con la Compañía Anónima Salitrera de Antofagasta, rescindiendo el contrato i trayendo la cuestión al terreno privado o particular que parece le corresponde. Esperando que V. S., señor Ministro, se servirá poner este oficio en el conocimiento de S. E. el Presidente de la República, tengo el honor de repetirme de V. S. mui atento servidor. J. L.

A l Exmo. señor Presidente de la República del Perú.

QUIÑONES.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

Grande i buen amigo: Deseando afirmar i ensanchar las relaciones de cordial fraternidad que feliz i constantemente mantiene Bolivia con el Perú, he venido en nombrar Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario en misión confidencial cerca del Excmo. Gobierno de V. E., al señor doctor Serapio Reyes Ortiz. El conocimiento personal que tengo de las cualidades que distinguen al señor Reyes Ortiz, que acaba de desempeñar en mi Gobierno la cartera del Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública i debe pasar a ejercer el Ministerio de Gobierno i Relaciones Esteriores, me hace esperar que V. E. acojerá benévolamente al espresado señor Reyes Ortiz i que dará entera fe i crédito a cuanto le esponga a nombre de mi Gobierno i mui especialmente cuando signifique a V. E. el deseo que me anima de que se consoliden mas i mas los vínculos fraternales que unen a Bolivia con la República del Pera, por cuya felicidad hago los votos mas ardientes i sinceros. Ofreciendo a V. E., con tal motivo, las protestas de alta consideración, me suscribo su leal amigo H.

DAZA.

Eulojio

D.

Medina.

Dado en la ciudad de La Paz, a 8 de Febrero de 1879.

V. Documentos que el Gobierno del Perú hizo publicar truncos en el diario oficial "El Peruano". (1) LEGACIÓN DEL PERÚ EN

BOLIVIA.

La Paz, Febrero 5 de 1879. Señor Ministro: Recibido oficialmente por el Supremo Gobierno de esta R e pública, en el elevado carácter diplomático con que la bondad de S. E. el Presidente i de V. E. me han honrado, mis primeros pasos se han dirijido a conocer i estudiar la política que observa el Gobierno del Excmo. señor jeneral Daza, en sus relaciones esteriores. De mis observaciones resulta que, en lo jeneral, mantiene buenas relaciones de paz i amistad con las repúblicas del continente i con mui ¡JOCOS estados del viejo mundo; i algo mas, que manifiesta buena voluntad para estrechar los vínculos que le ligan con la América latina, i mui en especial con el Perú, en cuj^o favor abunda en sentimientos de benevolencia i gratitud, según habrá visto V. S. por el significativo discurso con que ha contestado al de esta Legación. Harto sensible es al infrascrito, hacer una escepcion de lo anteriormente dicho, en lo relativo a las cuestiones de límites que por desgracia tiene pendientes esta República con sus vecinas; pero es posible esperar que aun cuando no sea mas que manteniendo el statu quo, arreglará sus presentes dificultades con Chile i evitará nuevas complicaciones porque suposición topográfica i la escasez de los elementos de que dis2W?ie, no le permiten proceder de otra manera. El honorable señor Vi del a, Encargado de Negocios de la República de Chile, ha esplicado satisfactoriamente al Excmo. señor doctor Lanza, Ministro de Relaciones Esteriores, la pre(1) Estos documentos ya han sido publicados en el primer tomo, capítulo I I I , párrafo VIII. Ahora volvemos a repetir la publicación de los que fueron truncados, señalando con letra cursiva la parto suprimida en los verdaderos orijinales.

LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Febrero 6 de 1879. Señor Ministro: He tenido el honor de recibir el estimable oficio de V. S., fecha 2 de Enero último i signado con el número 1, en que se sirve V. S. manifestarme el estado actual de las relaciones entre Bolivia i Chile, con motivo de una lei decretada por el Congreso de aquella república a principios del año próximo pasado. Así V. S. se ha dignado indicarme la política que debo observar en esta grave cuestión. Me es grato manifestar a V. S. que, deseando cumplir fiel" mente los deseos de S. E. el Presidente, desde que lia llegado a ésta, estoi dando los pasos necesarios, a fin de que el Gobierno de Bolivia solicite la mediación del Perú o que acepte la que se le ofrezca. Necesario he creído observar esta política para evitar el que fuera rechazada la mediación que se ofreciera, lo cual seria desdoroso para el Perú. Reitero a V. S. mis sentimientos de consideración i respeto-, con que soi de V. S. atto. S. J. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

L.

QUIÑONES.

LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.) La Paz, Febrero 15 de 1879. Señor Ministro: Conocida la tendencia del Gobierno de esta República para proceder con enerjía en su cuestión con la de Chile, sobre el cumplimiento de la lei de 14 de Febrero de 1878, cumplimiento ; que se ha suspendido por decreto de 1. del mes en curso, que rescinde el contrato o transacción de 27 de Noviembre de ls¡73, con la Compañía de Salitres i Ferrocarril de Antofagasta, he seguido cuidadosamente todos los incidentes (pie se han desarrollado hasta hoi en esta importante cuestión, i cumplo con el deber de informar a V. S. por medio de este oficio de carácter reservado. Sabe V. S. que la separación del señor doctor Martin Lanza i el advenimiento del señor doctor Julio Méndez al Gabinete, ha sido porque aquél no se mostraba bastante enérjico en esta | cuestión i porque el señor Méndez forma homojeneidad en | las tendencias de S. E. el señor jeneral Daza i sus colegas; ! i sabe V. S. que el nuevo Ministro de Gobierno i Relaciones Esteriores, señor doctor Serapio Reyes Ortiz, marchó en misión especial ante nuestro Gobierno, para después pasar al litoral de esta República, con el objeto de reivindicar las salitreras, espulsando la Compañía que la esplota, de conformidad con el supremo decreto de rescisión; i según posteriormente he sabido, tiene bastante autorización para organizar las fuerzas que le sean necesarias, tanto para lo dicho cuanto para rechazar cualquiera agresión por parte del Gobierno de Chile. Dada esta situación, he tenido la fortuna de ponerme casi en íntimo contacto con S. E. el señor jeneral Daza i su Gabinete, i mui especialmente con el señor Ministro doctor Méndez; i tanto es esto, que el Exmo. señor Doria Medina, Ministro de Relaciones Esteriores, ha tenido la bondad de permitirme la lectura de los despachos cambiados con la cancillería chilena, i de manifestarme el objeto que persigue su Gobierno.


6

G U E R R A

D E L

PACIFICO.

A la primera reclamación del honorable señor Videla, Encar- mÁticos i de mis jestiones de un orden particular, he gado de Negocios de Chile, para que se suspenda el cumpli- cumplido con las instrucciones de V. S. interponiendo en miento de la lei citada, se habia contestado insinuando que el el momento mas oportuno la mediación del Perú, porque reclamo podría resolverse por medio del arbitraje estipulado en creo que nunca hubiera sido mas oportuna que en los moel tratado de 1874; i al comunicar a la Legación de Chile el mentos en que surjia ya un romjñmiento con la petición de decreto de rescisión, también citado, el ex-Ministro señor Lanza, ¡msaportes. sin acuerdo, i aun parece contra la opinión de S. E. el PresiMe apersoné anteayer en el despacho del Excmo. señor M i dente i de sus colegas, habia reiterado que siempre quedaba nistro de Relaciones Esteriores, i le manifestó al señor Doria espedito el medio del arbitraje, si a pesar de hallarse retirada la Medina, que mi objeto era interpone!-, como en efecto interpocuestión del terreno diplomático, surjia algún nuevo reclamo. nía en toda forma, los buenos oficios i la mediación del Perú El honorable señor Videla, contestó el anterior oficio con en el conflicto que por desgracia surje entre esta República i la fecha 8, declarando no discutir los considerandos del decreto de Chile, a fin de que por medio de esplicaciones francas i amisde rescisión i limitándose a pedir que en el término de 48 horas tosas o aceptando algún medio que me permitieran sujerir, se le dijese si la cuestión seria sometida al arbitraje, propuesto pudiéramos hacer que desaparezca el conflicto. El Exmo, señor i reiterado por Bolivia, i aceptado por Chile. Trascurridos los Ministro, enterado desde antes i de un modo particular, de mis dias 9, 10 i 11, la Legación de Chile pidió el 12 sus pasaportes, por estimar como una negativa al arbitraje la falta de contesta- jestiones sobre la mediación, me contestó de un modo oficial: ción hasta la 1 P. M., hora en que dirijió este despacho al Mi- que su Gobierno estaba enterado con satisfacción de la sinceridad de mis procedimientos i que agradeciendo sobre manera tal nistro: i retrotrayendo las relaciones entre ambas repúblicas al | proceder del Gobierno del Perú, se reserva contestarme, acepestado en que se hallaban antes del tratado de 1866, una vez tando o no, hasta después de la llegada del próximo correo del roto por Bolivia el de 1874, que prescribe el arbitraje. Dice el Exmo. señor doctor Doria Medina, que el despacho anterior se esterior por la vía de Tacna; agregando, con carácter reservado, habia cambiado en el tránsito con su respuesta; i aun cuando que quizás seria lo último: 1.' porque tenia el Gobierno datos para creer que a la fecha el de Chile habia entrado en el terreel honorable señor Videla asegura que tal contestación le fué entregada una hora i cuarto después de remitida la petición de no de los hechos, apoderándose de Antofagasta i cometiendo sus pasaportes, lo sustancial es que la contestación aludida se otras hostilidades con las fuerzas que habia acumulado en aquel limita a manifestar: que no discute la cuestión, mientras no puerto, siendo en este caso inoficiosa la mediación; 2.° porque esperaban saber el resultado de la misión especial en que habia desaparezca la presencia hostil del blindado Blanco Encalada ido el señor Ministro, doctor Reyes Ortiz, cerca de nuestro Goen las aguas de Antofagasta; presencia hostil comprobada con los aprestos bélicos de Chile, que publican los diarios de aquella bierno; i 3,° porque S. E. el Presidente de la República i el Repiíblica i comunican las autoridades del litoral, a pesar de las Gabinete estaban resueltos a no cejar un punto en la línea de esplicaciones dadas por la Legación de Chile. Este despacho ha conducta que se han trazado, hasta obtener plena justicia de sido devuelto por el honorable señor Videla, con un oficio en Chile. que dice: que, habiendo cesado su misión desde la 1. 10 P. M. También insinué al Excmo. señor Ministro, que la Legadel dia anterior, en que fué entregado el oficio por el cual pedia ción del Brasil estaba dispuesta a interponer la mediación sus pasaportes, no podia entenderse mas con el Gobierno de de su Gobierno, conjunto o separado con la del Perú; i reBolivia. cibí la contestación, bajo de reserva, de que el honorable señor de Alencar ni su Gobierno inspiraba?! confianza a BoTodo lo anterior aparece de las comunicaciones oficiales; livia, por tenerse datos casi seguros de existir un pacto i en cuanto a las tendencias de ambas partes, he sabido lo secreto de alianza entre Chile i el Brasil. siguiente: Inmediatamente -pasé, a la Legación del Brasil i me liPor varios miembros del Gobierno i personas fidedignas, mité a, manifestar al señor de Alencar, que, sobre la mediai en especial por el Excmo. señor Doria Medina, sé que ción, me habría ofrecido contestar al Excmo. señor Doria S. E. el señor general 'Daza i su Gabinete, están resueltos Medina,, después de la llegada del próximo correo del estea no cegar un punto en el jiro que le han dado a, la cuesrior por la vía de Tacna. tión, aun cuando el Gobierno de Chile ocupe por la fuerzaAyer a primera, hora pasé a la Legación de Chile e intodo el litoral de esta República; porque quieren aproveterpuse en toda, forma, la, mediación del Perú, en los mismos char de que Chile haga declarado rotos los tratados i las términos que ante el Excmo. señor Doria Medina; i el hocosas en el estado que tenian antes de 1866', para procunorable señor Videla, hablando franca i cordialmente, me dirarse, por las vías diplomáticas o por la fuerza, un traj o : que estaba dispuesto i que estimaba i agradecía mas la tado que consulte la soberanía i los derechos de Bolivia en mediación que le acababa de ofrecer, porque circulaba el ruel litoral, soberanía i derechos que son un sarcasmo según mor, aceptable solo por el vulgo, de que el Perú terciaba en la los tratados de 66 i 74; contando para esto con la justicia, cuestión a favor de Bolivia, i de que aun habia mandado dos de, su causa i con la lealtad, del Gobierno del Perú, en el buques de guerra a Antofagasta, para oponerse a los procedicumplimiento del pacto secreto de alianza, de 6 de Febrero mientos hostiles de las fuerzas navales ele su Gobierno; hostide 1873. lidades que no podían tener lugar, porque estando a sus órdenes el blindado Blanco Encalada, habia dado orden a su coDe parte del Gobierno de Chile, también se puede asegurar que hai la resolución de llevar las cosas al último estremo, mandante para que se mantuviese en la actitud mas pacífica, a pesar de saber que las autoridades de Antofagasta cometían porque habiéndome puesto en contacto con el honorable todo jánero de depredaciones contra la Compañía de Salitres i señor Leonel de Alencar, Ministro del Brasil, con motivo de ponernos de acuerdo para interponer la mediación se- la colonia chilena. Finalmente me dijo: que desearía que la mediación fuese de un resultado inmediato, porque no podia resparada o conjunta, a, nombre de nuestros respectivos Gobiernos, lie podido saber por éste, cuyas relaciones son. ponder de alguna medida violenta que hubiese adoptado su Gobierno en vista de cualquier conflicto que pudiera haber suríntimas con el honorable señor Vicíela, que la Legación de Chile procede atenuando en lo posible las instrucciones jido en Antofagasta. Para terminar este oficio, que por la, gravedad del enerjicas i terminantes de su Gobierno para conducir la asunto no ha podido ser menos estenso, me permito suplicuestión hacia un rompimiento; i debo agregar que esto car a V. S. se sirva trasmitirme las instrucciones que mismo me ha dicho el Iionorable señor Videla, con escepcion acuerde con S. E. el Presidente; porque, habiendo tomado de la última parte, porque, sin duda, no /ta podido ni dela cuestión un caráder demasiado grave, i pudiendo desbido manifestarme, sino la buena disposición de su Gobierno arrollarse desde luego algunas operaciones militares, en. para emplea?' los medios conciliatorios a fin de evitar el particular como la que se insinúa por todos los órganos i conflicto. aun por S. E. el Presidente de la República, en una converEn tales circunstancias, comprenderá 1". ,S'. que no he sación confidencial con el vice-cónsul señor Lizárraga, el debido esperar la solicitud de la mediación de parte de tránsito de tropas por el Perú al litoral de aquella Repúeste Gobierno, sino que, aprovechando de la insinuación blica, es de absoluta necesidad, i ingentísimo el que esta. que podia estima.r como sujerida por la cancillería chileLegación sepa a qué atenerse. na, en razón de las relaciones íntimas entre ambos diploEsperando que V. S. se dignará poner este oficio en el cono-


DOCUMENTOS

cimiento de S. E. el Presidente de la República, me es grato reiterar a V. S. las consideraciones de estimación i respecto con que me suscribo atento servidor. J.

L.

QUIÑONES.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Peni.

P. S.—A última hora he sabido, con seguridad,, los dos hechos que por la premura del tiempo comunico a V. S. por adición a este oficio. 1.° Se ka espedido los pasaportes al honorable señor Videla, i es probable que este señor se retire mañana a tomar en CMlilaya el próximo vapor del 17. Se dice que tal procedimiento ha sido determinado porque en la conspiración contra el orden público descubierta en las 'primeras horas de la noche de ayer, de que doi cuenta en oficio separado, se halla comprometido el Gobierno de Chile. 2. El cónsul de Chile en esta ciudad, don Alcides Granier, de nacionalidad boliviana, dijo ayer en la noche al señor Ministro de Justicia, don Julio Méndez, que los intereses i las conveniencias de Bolivia estaban porque se uniese con Chile para apoderarse de la escuadra del Perú i tomar Arica, aun cuando Chile se adueñara del litoral de esta República. El honorable señor Méndez puso esto en conocimiento de S. E. el Presidente i de sus colegas, que se reunieron en Consejo poco después, con motivo de la conspiración aludida. a

QUIÑONES.

LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Febrero 15 de 1879. Señor Ministro: Al tener el honor de acusar a V. S. el oficio que se sirvió dirijirme con fecha 2 de Enero próximo pasado i signado con el número 1, sobre el conflicto que desgraciadamente surje entre esta República i la de Chile, por el cumplimiento de la lei de 14 de Febrero de 1878, que impone la pensión de diez centavos por cada quintal de salitre que esporta la Compañía de Salitres i Ferrocarril de Antofagasta, me permití manifestar a V. S. que estaba dando los pasos necesarios a fin de que fuese solicitada la mediación del Perú o aceptada la que se ofreciera. Puedo asegurar a V. S. que mis jestiones a este respecto habian adelantado bastante; pero la rapidez con que se han desarrollado los acontecimientos, hasta el estremo de que el señor Encargado de Negocios de Chile se halla hoi solicitando sus pasaportes, me obligaron a presentarme anteayer en el despacho del señor Ministro de Relaciones Esteriores i ayer en la Legación de Chile a interponer, como en efecto interpuse, la mediación del Perú, declarando que lo hacia por instrucciones especiales de mi Gobierno, sumamente interesado porque no surja conflicto alguno entre las repúblicas del continente i mui en especial entre sus aliadas i hermanas Chile i Bolivia. El Excmo. señor doctor Doria Medina, Ministro Encargado del despacho de Relaciones Esteriores, me manifestó la complacencia i gratitud con que veia su Gobierno mis jestiones para que por la mediación del Perú desapareciera el conflicto a que fatalmente se halla arrastrado Bolivia por las exijencias e intemperancia del Gobierno de Chile, que daría cuenta a S. E. el Presidente de la República, i con acuerdo del Gabinete me contestaria después de la llegada del próximo correo del esterior por la via de Tacna. El honorable señor Videla, Encargado de Negocios de Chile, acojió con marcadas muestras de satisfacción i gratitud la mediación del Perú, i me manifestó que desearía que la mediación fuese de resultado inmediato, a lo cual le contesté que el Excmo. señor Ministro de Relaciones Esteriores me habia ofrecido lo que dejo dicho. Debo también poner .en conocimiento de V. S. que el honorable señor J^eonel de Alencar, Ministro Residente del Brasil, se apersonó a esta Legación con el laudable deseo de unírseme para interponer la mediación conjunta, a nombre de su Gobierno, igualmente interesado por cortar cualquier conflicto entre Bolivia i Chile. Como debe suponer V. S., le manifesté mi satisfacción por tan buen ¿leseo i quedamos acordes en procurar, desde luego, los medios conducentes al mejor éxito de nuestro objeto.

INÉDITOS.

Sin embargo, de todo lo referido i a pesar de la oportunidad de mis jestiones, me permito indicar a V. S. que abrigo mui pocas esperanzas de que tenga lugar la mediación; porque de una i otra parte se advierte que marchan bajo de un plan preconcebido hacia un rompimiento. Remitiendo esta comunicación por la vía de Puno, cuidaré de participar a V. S. lo demás que ocurra sobre el particular, por el próximo correo de la vía de Tacna. Sírvase V. S. poner este oficio en el conocimiento de S. E. el Presidente de la República i aceptar la distinguida consideración con que me suscribo de V. S mui atento i obediente servidor. J. L .

QUIÑONES.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

LEGACIÓN

DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Febrero 22 de 1879. Señor Ministro: En mi primera reservada, número 21, de 15 del actual, comuniqué a V. S. que habia ofrecido la mediación, a nombre del Perú, al Excmo. señor Ministro de Relaciones Esteriores de esta República, que éste se habia reservado contestarme aceptando o no dicha mediación, después de la llegada del próximo correo del esterior por la via de Tacna, es decir el 18 en la tarde. Como no me hubiera dado respuesta alguna sobre el particular, fui el 19 donde el señor Ministro doctor Doria Medina, el que me dijo que podíamos reunimos eu conferencia el sábado 22, a fin de escojitar los medios por los que pudiéramos llegar a un arreglo satisfactorio para ambas repúblicas. El honorable señor Ministro Plenipotenciario del Brasil, vio también al señw Doria Medina i consiguió de él, el (pie el citado día 22 se ocuparían de la cuestión chileno-boliviana, después de lo cual se apersonó a esta Legación el señor de Alencar, i concluida, que fué una larga conferencia, acordamos reunimos a las 7 de esa noche en casa del señor Encordado de Negocios de Chile, 'para manifestarle lo concertado con el señor Doria Medina. Como habíamos quedado, a las 7 P. Al. me constituí en la casa del honorable señor Videla, i tuve el sentimiento de no encontrarle. El 20, el señor de Alencar quedó conmigo en reunimos en esta Legación a, la 1 P. AL, parce ofrecer por escrito la mediación conjunta al Excmo. Gobierno de esta República i al honorable señor Encargado de Negocios de Chile. Como hasta las 2 P. AL no hubiese concurrido el señor Ministro del Brasil, mandé al secretario señor Blanco para que recabara de él una respuesta. El señor de Alencar le manifiesto que. habia dado de mano a este asunto en vista de las dilaciones con que respondía el Gobierno boliviano; que creía sumamente difícil el arribo a un resultado satisfactorio, por cuanto el sábado 22, día fijado por el señor Aledina para la conferencia, se retiraba el señor Videla; i que como el señor AHuistro de Chile habia perdido su carácter público por la, remisión de sus pasaportes, la negociación que al efecto se entablara tendría que ser "ad referendum" lo que era un obstáculo mas al buen éxito de la mediación. Concluyó asei/urándole que si el citado día, el señor Doria Medina prestaba alguna'esperanza de que la conferencia tendría buen resultado, se apresuraría a influir con el honorable señor Videla para que retardara su marcha, a pesar de creerlo mui difícil. No contando ya con la cooperación del Ministro del Brasil, me apersoné el dia de ayer a la Legación chilena, i le referí al honorable señor Videla todo lo que dejo relacionado, i después de reiterarle el deseo vehemente de mi Gobierno por que se restablezca la buena armonía entre esta República i la de Chile, arreglándose de una manera cordial i amistosa la cuestión pendiente entre ambas naciones; le espresé que el dia de hoi debíamos reunimos con el Excmo. señor Ministro de Relaciones Esteriores, con el objeto ya indicado, i que me lisonjeaba de que quizá pudiéramos terminar tan desagradable conflicto, tanto por la buena disposición que notaba en el señor Doria Medina, como en los medios de avenimiento que estaba dispuesto a


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G U E R R A

D E L

PACIFICO.

proponer a nombre de mi Gobierno. El honorable señor Videla me espuso: que cuando el di a 14 del actual le ofrecí la mediación, él la aceptó con suma complacencia,, pero con la condición de que fuera de efecto inmediato,porque nopodia responder de alguna medida violenta que hubiese adoptado su Gobierno, en vista de cualquier conflicto que pudiera haber surgido en Antofagasta; que el Gobierno de Bolivia por falta de tiempo, ocasión i voluntad, había demorado la respuesta a la mediación que le ofrecí i que esa demora era la causa de que no pudiera concurrir a la conferencia, fijada por el dia de hoi; primero, porque tenia instrucciones de su Gobierno para retirarse inmediatamente; segundo, 'porque se encontraba mui enfermo i con su viaje dispuesto para marcharse a, Chililaya cuando mas tarde el 23; tercero, porque habiendo terminado su misio?i diplomática, él no podia resolver en la conferencia nada por sí, sino que tendría que aceptar "ad referendum" los medios de arreqlo que se propusieran; i cuarto, porque en tina sola, conferencia era casi imposible se terminase la cuestión, i él por ningún motivo podía aplazar su marcha sin atraer sobre sí una grave responsabilidad. iVb dándome por satisfecho con estas razones, le repliqué: que si el Gobierno de esta República demoró su contestación, fué no por falta de voluntad sino porque esperaba sus comunicaciones del litoral, que vinieron por el correo de Tacna; que ])odiamos tener dos conferencias, unce hoi i otra mañana, sin que le causara ningún perjuicio en su marcha, pues por un estraordinario daría orden al capitán del "Japurco" para que lo esperara hasta la última hora del 24; por manera, que saliendo de esta ciudad, ese mismo dia por la, mañana, pudiera embarcarse en la tarde si?i inconveniente alguno; que en esas dos conferencias ¡nociría perfectamente conocer si llegaríamos a un buen arreglo, i que en este caso, le convendría quedarse i aun solicitar por el cable instrucciones de su Gobierno; que proceder de otro modo es esponerse a cpic se le tache de proceder con preciqjitacion, rehusando tal vez una oportunidad mui propicia para zanjar todas las dificultades pendientes. El lionorable señor Vicíela resforzó sus argumentos, i concluyó diciéndome: que chites que yo interviniera había agotado todos los medios conciliatorios que le sugirió su patriotismo i el deseo de conservar las buenas relaciones con Bolivia, no solo en su carácter diqüomático, sino aun como persona particular, i que p>or lo mismo estaba convencido de que las conferencias serian infructuosas, i qne si tan buenas disposiciones ludia encontrado en el Gobierno del Excmo. señor general Daza, fácil era el que las jestiones se lucieran directamente por los Ministros de Relaciones Esteriores, pues él no podía contrariar la orden de retiro que tenia. Terminé por interrogarle si creía entonces que no había nada que hacer, i como me contestara afirmativamente, le indiqué que daría cuenta a V. S. de todo lo ocurrido, i que esperaba que él luciera lo mismo, a fin de que en, todo tiempo constare la buena voluntad, del Gobierno de mi patria, porque dos Repúblicas hermanas arreglaran sus diferencias por medios pacíficos i conciliatorios.

del Perú, para terminar por un arreglo pacífico el conflicto en que desgraciadamente se encuentran, según lo participé a V . S . en los oficios números 21 i 30 de fecha 15 i 22 del presente, tan luego como recibí ayer el respetable oficio de V. S. nívríi. 18 de 19 del mismo mes, reiteré por escrito la mediación, que ha sido aceptada nuevamente por este Gobierno, como se impondrá V. S. por las copias números 1 i 2, que tengo el honor de acompañar a este oficio. En vista de la aceptación, me dirijiré mañana a primera hora del despacho, al Excmo. señor Ministro de Relaciones Esteriores, pidiéndole una conferencia para acordar lo que sea posible hacer en la mediación, lo cual cuidaré de comunicar a V. S. oportunamente. Tanto por los documentos a que me refiero, como por las demás comunicaciones que obran en ese despacho, se convencerá V. S. que esta Legación ha cumplido i continúa cumpliendo con las instrucciones que se le han comunicado. Al dejar así contestado el enunciado oficio, me es grato reiterar a V. S. las consideraciones de particular aprecio coa que me suscribo de V. S. mui atento servidor.

Puesto todo lo anterior en conocimiento del Excmo. señor Doria Medina, al dar por concluida la mediación ofrecida a nombre del Perú, me manifestó: que la precipitación del honorable señor Vicíela provenia de que Antofagasta había sido tomado por fuerzas chilenas, hecho que el no podia ignorar. Rogando a V. S. ponga este oficio en conocimiento de S. E. el Presidente, me es sumamente grato a la vez que honroso reiterar a V. S. mis consideraciones i respetos con que soi de V , S. atento servidor.

Febrero 5 de 1879. Señor: Impuesto del respetable oficio de V. S., de la fecha, que comunica la no existencia del tratado celebrado entre el Perú i Bolivia en 6 de Febrero de 1873, en ninguno de los tres cajones que esa Legación me recibió cerrados i sellados en buen estado i que contenían el archivo depositado en este vice-consulado por el señor Ministro doctor Bueno, al emprender su viaje al Perú, cumplo con la orden que contiene, de esponer todo lo que sobre el particular recuerde, como empleado que he sido de ella en mas de una época. En Diciembre del año de 1876, época del señor Ministro R e sidente don Miguel San Román, el Supremo Gobierno del Perú tuvo a bien acreditarme de vice-cónsul en esta ciudad, después de mas de cinco años de servicios de adjunto en la Legación, con prevención de continuar en ella sin perjuicio de mis funciones consulares. La existencia de un secretario i otro adjunto, permitieron que prestase mayor atención a las multiplicadas labores del vice-consulado, asistiendo a la Legación los dias de correo, cuando el trabajo era recargado. En este estado, se

J . L.

QUIÑONES.

A l señoi' Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima. LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Febrero 28 de 1879. Señor Ministro: Sin embargo de que en 12 i 20 del que espira, ofrecí al Gobierno de esta República i a la Legación de Chile la mediación

J. L.

QUIÑONES.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

VI. Comunica no hallarse en el archivo de la Legación el Tratado secreto celebrado entre el Perú i Boliviao LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.—NÚM.

18.

(Reservada.) La Paz, Febrero 12 de 1879. Señor Ministro: Recibido el archivo de la Legación que entregó el vicecónsul, señor Lizárraga, cerrado i sellado, se ha notado la falta del tratado celebrado entre el Perú i Bolivia en 6 de F e brero de 1873. Todos los empleados de la Legación lo han buscado con escrupulosidad hasta haber adquirido la convicción de que realmente no existia. Inmediatamente me he dirijido a este Gobierno, pidiéndole una copia autorizada, la cual se ha dignado proporcionar. También he oficiado al vice-cónsul en esta ciudad, por haber pertenecido en varias ocasiones a la Legación, para que me espusiera lo que recordara del mencionado tratado, cuyo informe tengo la honra de adjuntar a V. S. bajo el núm. 1. Sin embargo de la copia que ha proporcionado este Gobierno, creo de necesidad que V. S. se sirva remitir una copia auténtica de él. Sírvase V. S. aceptar mis consideraciones i respeto, con que soi de V. S. atento servidor. J. L .

QUIÑONES.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

(COPIA.) VICE-CONSULADO DEL PERÚ EN LA PAZ.


DOCUMENTOS

ausentó de aquí el señor Ministro San lloinan i el secretario señor La-Jara; i el mismo dia de su partida condujo a este vice-consulado el adjunto señor Cossio, el archivo ele la L e gación, en tan completo desorden, que parte del tratado secreto a que V . S. se refiere, lo traía a la mano uno de los cargadores, ítecojido por mí, lo guardé en uno de los baúles, i manifesté al señor Cossio la necesidad de formar un lijero inventario a fin de ver si algo faltaba; pero se negó, porque su inmediata marcha al Perú no le daba tiempo, i me limité a asegurar todo, haciendo una lista del total contenido, que con oficio de 5 de Julio de 1 8 7 7 la pasé al Ministerio. Llegó después de medio año la Legación del señor Ministro Bueno i le entregué el archivo, dando conocimiento también al Ministerio con oficio de fecha 3 de Enero de 1878. Verbalmente manifesté al señor Ministro Bueno, el mal estado en que se encontraba el mencionado archivo i le referí lo acontecido res- i pecto al tratado secreto, ordenando entonces al secretario i señor Vivero, su arreglo con la ayuda mia. Tanto el señor M i nistro como el secretario, me manifestaron el deseo de conocer ese tratado, el que indudablemente lo encontraron, cuando nada me dijeron respecto a que se hubiese estraviado. Las diarias i exijentes atenciones del vice-consulado, palpables por el señor Ministro, no me dejaban mucho tiempo para acompañar al señor Vivero en su tarca, hasta que el Supremo Gobierno dispuso por decreto de 26 de Marzo del mismo año 78, comunicado en nota de la misma fecha, que solo d e sempeñase el cargo de vice-cónsul del Perú en La Paz, sin quedar sujeto a prestar mis servicios en la Legación. En Setiembre del año anterior, volví a prestar mis servicios en la Legación, mientras se presentase en ella el secretario nombrado don Agustín Blanco, por haberlo dispuesto así el señor Ministro de Relaciones Esteriores; pero a los pocos dias, el señor Ministro Bueno emprendió su viaje al Perú, depositando nuevamente el archivo en este vice-consulado. M e ofrecí a recojerlo i guardarlo antes de conducirlo a esta oficina, pero el señor Ministro me manifestó que su amigo el señor doctor don Mariano Donato Muñoz, se habia encargado de acomodarlo, con un carpintero que pondría buenas chapas a los baúles, para mandármelo después, cerrado i sellado. En la tarde de ese dia, lo recibí efectivamente, con mas un sobre cerrado que contenia las tres llaves. Tiene V . S. conocimiento que al hacer yo la entrega, se reconocieron los sellos i cerraduras, i que encontrándolos en buen estado se me dio el correspondiente recibo, que he tenido ya el honor de pasarlo también al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú. Esto es todo lo que recuerdo en el asunto que motiva este oficio, i que me apresuro a trasmitirlo a V. S. en cumplimiento de mi deber. Dios guarde a V. S., señor.

9

INÉDITOS.

lítica del Supremo Gobierno, pues, fácil me hubiera sido evádala cuestión, mientras consultaba i pedia instrucciones a V. S. Al dar por contestada la comunicación número 11, me es satisfactorio repetirme de V. S. mui atento servidor. (Firmado.)—J. L . QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

nii. Se comunica el efecto producido por la toma de Calama. NÚM. 4 3 . — L E G A C I Ó N DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Marzo 5 de 1879. Señor Ministro: Sin embargo de que por los periódicos que he tenido el honor de remitirle, se habrá impuesto V. S., del cómo el Gobierno de esta República i los habitantes de esta ciudad han recibido la noticia de la ocupación del puerto de Antofagasta por fuerzas chilenas, creo conveniente suministrarle mas pormenores a este respecto, a fin de que V. S. no ignore lo menor, pava que asi pueda dictar medidas convenientes, i saber en un caso dado la actitud que debe tomar el Gobierno del Perú en esta grave cuestión. Por el correo que llegó por la vía de Tacna el dia 25 del mes que acaba de terminar, se supo que el puerto antes mencionado habia sido ocupado por fuerzas de Chile, i de que las autoridades bolivianas i ciudadanos de esta nacionalidad habían sido espulsados de ese lugar, por cuyo motivo tuvieron que retirarse a Mejillones i a puertos del Perú. Dicho acontecimiento de pronto no se traslució en el mismo dia en que llegó la noticia, entre los habitantes de esta población, pero después se ha visto que ha causado gran sensación, i se notaba alguna escitacion en los ánimos; crecido número de ciudadanos bolivianos paseaban por las calles las banderas de Bolivia, del Perú i la A r gentina, vivando a estas tres naciones i diciendo ¡muera Chile! En dos distintas veces, lian venido algunas de estas reuniones a la puerta de la casa donde se encuentra esta Legación, i después de cantar la canción peruana delante de nuestro escudo nacional, se han retirado vivando muchas veces al Perú.

Esto liará conocer a V . S. las simpatías que existen por nuestra nación; simpatías que hace que muchos bolivianos se espresen manifestando claro que prefieren que el Perú se apodere de las salitreras bolivianas antes que Chile; i no falta quienes también digan que consienten se entregue al Perú por el tiempo que quiera, la riqueza disputada, a trueque de ser vindicado el ultraje que se cree se ha hecho a Bolivia; i últimamente, exis(Firmado.)—JUAN S. LIZÁRRAGA. ten también personas que aun piensan se debe formar una confederación perú-boliviana. Es copia.—Juan Ureta, secretario.—Agustín Blanco, seMejor que yo V . S. comprende, que esto no puede juzgarse, cretario. sino como la esplosion momentánea del sentimiento herido; pero, a decir verdad, tanto el Gobierno boliviano como el pueAl señor Ministro de Relaciones "Esteriores del Perú. blo tiene cifrada toda su esperanza en la protección del Perú, a cuyo nombre, como V. S. sabe, se han interpuesto ya buenos oficios, para terminar todo amigablemente, ahorrándose así las consecuencias siempre funestas de la guerra. VIL El dia domingo próximo pasado, ha tenido lugar en la plaza Ignora el Ministro Quiñones el tratado secreto. principal de esta ciudad una misa a la cual ha asistido todo el ejército; después de este acto relijioso el Excmo. señor jeneral NÚM. 39.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA. Daza, dirijió una arenga, en términos destinados a exaltar el patriotismo de los ciudadanos i del ejército, i concluyó por j u rar i hacer jurar a éste el defender el honor i la integridad del La Paz, Febrero 28 de 1879. territorio nacional. Señor Ministro: Nombrado por S. E. el Presidente i por V. S., en el elevado El dia de ayer 3 del corriente, a eso de las 6 de la tarde, llegaron a esta por la vía de Puno siete de las personas que han cargo de Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario, tenido que abandonar a Antofagasta, por ser de nacionalidad llegué a esta ciudad cuando ya habia surjido el conflicto entre boliviana. Se les ha hecho, un buen recibimiento, i han entrado esta República i la de Chile, Interrogado pocos dias después acompañados de tres o cuatro mil personas, pero no de cuarenpor el Excmo. señor Ministro de Relaciones Esteriores, si tenia ta mil como ha asegurado un suelto de imprenta, cuya falsedad instrucciones para acordar lo necesario al cumplimiento del tratado de Febrero de 1873, no vacilé en responderle afirmati- resulta a primera vista con solo fijarse en que La Paz no es población populosa. vamente, considerando lo mui estraño que hubiese sido que un El ejército actual de Bolivia, se compone de mil quinientos Ministro Plenipotenciario que arribaba en tales circunstancias, hombres con rifles del sistema Remington, i han principiado a careciera de las instrucciones precisas sobre el particular. organizar guardias nacionales, i se asegura que pueden alistarse En el caso en que se me hubiese propuesto o exijido algo referente al tratado secreto, yo nunca habría comprometido la p o - tres mil hombres con buen armamento. TOMO I I — 2


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Por el periódico que tengo el honor de adjuntar a V. S., se informará de los tres decretos que ha espedido este Gobierno: uno de ellos referente a que deben desocupar en el término de diez dias los ciudadanos chilenos el territorio boliviano, i manda se embargue provisionalmente los bienes muebles e inmuebles de éstos: el otro se contrae al modo como debe aumentarse el ejército; i el tercero, poner en vijencia la disposición constitucional, que ordena se descuente los sueldos de los empleados civiles i eclesiásticos para atender a los gastos de guerra. Como siempre, ofreciendo a V. S. mis sentimientos de alta consideración i respeto, me suscribo su atento servidor. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

IX. Se comunica el protocolo acordado en La Paz para ofrecer el Perú su mediación. (Reservada.) NÚM. 41.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Febrero 6 de 1879. Señor Ministro: Tuve el honor de participar a V. S. por mi oficio de 28 del mes próximo pasado, núm. 37, que al dia siguiente me dirijiria al Excmo. señor Ministro de Relaciones Esteriores de esta República, para pedirle una conferencia, que tuviese el esclusivo objeto de acordar la manera de hacer efectiva la mediación ofrecida por el Perú i aceptada por Bolivia. El Excmo. señor Doria Medina tuvo la amabilidad de aceptar la conferencia pedida i citarme el dia 3, para que tuviera efecto. Asistí puntualmente; pero hechas lijeras reflecciones sobre la necesidad de conocer en alguna manera las instrucciones que llevaría el Excmo. señor don Antonio Lavalle, nombrado por nuestro Gobierno Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario en misión especial cerca del Gobierno de Chile, para interponer los buenos oficios i la mediación del Perú, en el conflicto de esta República con aquella, nombramiento que habia sabido el Excmo. señor Doria Medina por parte telegráfico trasmitido de Tacna con un estraordinario, acordamos deferir la conferencia para el dia de ayer. A pesar de no haber tenido comunicación alguna de V. S. por el correo que llegó antier a esta ciudad, i de hallarme por consiguiente iluso de la misión del señor Lavalle, concurrí ayer al despacho del Ministro de Relaciones Esteriores. Después de una estensa e ilustrada esposicion que se sirvió hacerme el Excmo. señor Doria Medina sobre los antecedentes i el estado en que se encuentra el conflicto de esta República con la de Chile; i después de las reflecciones que me permití hacerle sobre el particular, tuve el honor de proponerle diferentes medios de conciliación, i acordamos las cinco bases que constan del protocolo que inmediatamente procedimos a firmar, i del cual cumplo con el deber de acompañar a este oficio una copia legalizada. Como las cinco bases aceptadas ya por el Gobierno de Bolivia, son a mi juicio bastantes i satisfactorias para que pueda terminar amigablemente la cuestión que ha creado el conflicto, abrigo la esperanza de que el ilustrado Gobierno de Chile las aceptará también. Dígnese V. S. poner este oficio i el protocolo de su referencia en el conocimiento de S. E. el Presidente de la República, aceptando los respetos i consideraciones, con que soi de V. S. mui atento i obediente servidor. (Firmado.)—J. L . QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

COPIA. LEGACIÓN

DEL PERÚ EN BOLIVIA.

En la ciudad de La Paz, reunidos en el despacho del Ministerio de Relaciones Esteriores, el Excmo. señor José Luis

PACIFICO.

Quiñones, EnviadoEstraordinario i Ministro Plenipotenciario del Perú, i el Excmo. señor Eulojio Doria Medina, Ministro del ramo, con el objeto de acordar la manera de hacer efectiva la mediación ofrecida por el Excmo. Gobierno del Perú, en la cuestión suscitada entre Bolivia i Chile, con asisteticia del señor secretario de la Legación del Perú i del señor oficial mayor del Ministerio de Relaciones Esteriores, acordaron las siguientes bases: Primera.—Que se retrotraigan las cosas al estado en que se encontraban antes del 8 de Noviembre del año próximo pasado, fecha de la nota conminatoria del señor Ministro de Relaciones Esteriores de Chile. Segunda.—Desocupación del territorio boliviano por las fuerzas de Chile; Tercera.—Satisfacción por las ofensas inferidas a Bolivia i reparación por los daños causados por parte de Chile; Cuarta.—Suspensión de los efectos del a lei de 14 de Febrero de 1878 i del decreto supremo de 1. ° de Febrero del presente año; Quinta.—Sometimiento de la cuestión a arbitraje, conforme al artículo segundo del tratado complementario de 21 de Julio de 1875. En fe de lo cual los respectivos Ministros firmaron el presente protocolo, asistidos de sus espresados secretarios, a los cinco dias del mes de Marzo de mil ochocientos setenta i nueve.— (L. S.) Firmado, J. L. QUIÑONES.—(L. S.) Firmado, EULOJIO D. MEDINA.—Firmado, Juan Ureta, secretario de la Legación.— Firmado, Dámaso Gutiérrez, secretario.—Es exacta.—Firmado, Juan Ureta, secretario.

X. Se da cuenta de los primeros preparativos de inierra en Bolivia at saberse la ocultación de Antofagasta. NÚM.

50. —LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.) La

Paz,

Marzo

13 de

1879.

Señor Ministro: En mi oficio de 5 del mes en curso, signado con el núm. 43, tuve el honor de comunicar a V. S. algo del modo como el Gobierno i los habitantes de esta República habian recibido el aviso de la ocupación de su litoral por las fuerzas del Gobierno de Chile, i ahora cumplo con el deber de informar a V. S. de lo que ha ocurrido desde aquella fecha. Es pronunciado el sentimiento jeneral de vengar la ofensa i llevar las cosas al estremo de la guerra, siempre que no se obtengan amplias reparaciones, i la recuperación del territorio boliviano hasta el paralelo del grado 27, según el uti posidetis del año de 1810. Para esto confian en la alianza con el Perú, que la creen segura, porque hai datos sobre que el Gobierno de Chile no acepta mediación alguna. En esta capital i en los demás departamentos se han formulado protestas enérjicas, i en todos los pueblos se organizan las guardias nacionales de la manera mas entusiasta i voluntaria. El sábado 8 de los corrientes tuvo lugar en el salón del palacio de Gobierno, una reunión de los comerciantes i propietarios de esta ciudad, con el objeto de acordar un empréstito de guerra; i quedó resuelto el establecimiento de una contribución de dos a diez bolivianos, que pagarían mensualmente los comerciantes i propietarios, por todo el tiempo que dure la guerra. Se formó una comisión presidida por el reverendo obispo de la diócesis, para que practique la acuotacion correspondiente. Por una invitación del señor jeneral prefecto del departamento, se reunieron el domingo 9 en el pequeño llano de la caja de aguas de esta ciudad, todos los ciudadanos capaces de llevar un fusil, i quedaron organizados cinco batallones de guardia nacional activa, incluso el Escuadrón Murillo compuesto de los jóvenes de la alta sociedad. Ayer se dispuso por bando jeneral el acuartelamiento de tres batallones de nacionales i hoi mismo se ocupan de esta operación. A pesar de tan notable entusiasmo, parece que no tienen el armamento necesario, pues solo cuentan con cerca de tres mil rifles de precisión para el ejército, i es posible que para armar sus guardias nacionales, no tengan mas que los pocos fusiles de Pistón de las guarniciones. Sin duda, para reparar esta falta ha


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salido el señor coronel Aramayo con dirección a Estados UniXII. dos i se dice: que lleva letras del comercio de esta plaza para comprar cinco mil rifles de precisión. El Ministro Irigóyen da instrucciones a Lavalle opoPor último, surje entre algunas clases de la sociedad i en las niéndose a la ocupación de Antofagasta. jentes sencillas del pueblo, la idea de que un cambio en el personal del Gobierno, evitaría los desastres de la guerra. MINISTERIO DE RELACIONES ESTERIORES. Sírvase V . S. poner este oficio en conocimiento de S. E. el Presidente de la República i aceptar las consideraciones con Lima, Marzo 8 de 1879. que me repito de V . S. mui atento servidor. J. L. QUIÑONES.

Señor doctor don José A. de Lavalle, Enviado Estraordinario i Plenipotenciario en Misión Especial cerca del Gobierno de Chile.

Han trascurrido 22 dias del desembarque de tropas chilenas en Antofagasta i de haberse constituido allí autoridades de Chile, sin que hasta hoi esté el Gobierno del Perú impuesto de tan graves sucesos sino por las publicaciones hechas por algunos XI. periódicos. N o se esplica la rapidez con que el Gobierno de Pide entrega de certificados del Banco Garantizad<>r aquella República tomara posesión del litoral boliviano i la demora en informar a los Estados vecinos, que ven en esa poseac Valores que estaban en poder del señor Godoy. sión una verdadera amenaza, sobre los motivos i el alcance de los hechos acaecidos en Antofagasta. NÚM. 28.—LEGACIÓN DE BOLIVIA EN EL PERÚ. Si es cierto que se ha hablado de una esposicion dada por el Gobierno de Chile, no lo es menos que hasta este momento no Lima, Marzo 6 de 1879. ha llegado a nuestra cancillería la circular de costumbre. Señor Ministro: Entre tanto Chile convoca un Congreso estraordinario, ejerce Tengo conocimiento de que el honorable señor Ministro de Hacienda ha espedido, a favor del Banco Garantizador de V a - en el litoral boliviano actos de verdadera jurisdicción i parece dispuesto a anexarse definitivamente aquel territorio, que aselores de Santiago de Chile, cinco certificados por un valor total gura pertenecerle, si se ha de dar crédito a los mismos diarios de soles 281,333.50 por cuenta de la subvención aduanera de chilenos, en virtud del derecho de reivindicación. Bolivia; i que de esos certificados solo dos se han couvertido en letras sobre Europa, quedando por consiguiente, los tres resEl Gobierno del Perú para dejar oir su palabra oficial, necetantes para ser convertidos en iguales documentos, el 27 del sita estar en posesión de documentos auténticos que confirmen mes en curso i en igual fecha de cada uno de los subsitan estraños sucesos; pero como dichos documentos se demoran guientes. ya demasiado, haciendo contraste con la precipitación que se nota en la anexión del litoral boliviano a la República de Chile, Sin embargo de que dichos certificados hau sido otorgados a necesita llevar a la cancillería chilena la espresion de sus ideas orden del Banco Garantizador de Valores de Santiago i entrei sentimientos en el gravísimo asunto que principia a alarmar gados al Excmo. señor Godoy, Ministro Plenipotenciario de a la América. Así V . S. queda autorizado para manifestar a Chile, como ájente de dicho Banco, ellos se hallan en poder del aquel Gobierno que el nuestro ha visto con sentimiento que no espresado señor Godoy, como depositario a mérito, de acuerdo se hallan respetado esta vez las formas diplomáticas; que no oficial entre él i yo como Ministro de Bolivia, mientras se venacepta el pretendido derecho de reivindicación i que no consentila una cuestión pendiente entre mi Gobierno i el espresado tirá jamas que Chile ocupe, a tal título, el territorio boliviano. Banco, sobre liquidación de cuentas procedentes de la ajencia financiera que este desempeñaba, i de la cual debia resultar la Pero prescindiendo de la omisión de aquellas fórmulas jenelejitimidad o ilejitimidad de la entrega de tales valores a dicho ralmente acatadas en estos casos, el principio de reivindicación Banco. proclamado por la cancillería chilena, importa un ataque no solo a los tratados subsistentes, sino a las nociones del derecho Mas, no habiéndose arribado aun a ese acuerdo, i habiendo, por el contrario, variado la respectiva condición jurídica de las de jentes i a la soberanía e independencia de los países de América. Si fuera a consentirse la práctica de semejante doctrina, partes, por consecuencia de la guerra de hecho, i sin el lleno de no tendrían valor alguno ni los pacto3 sobre límites, ni los ninguna formalidad que el Gobierno de Chile ha declarado a títulos con que cada nación de América acredita sus derechos Bolivia, me veo en el caso de esperar de la benevolencia i jusde propiedad, i se abriría una nueva época de confusion espantificación del Excmo. Gobierno de V. E,, que, suspendiendo la tosa en las relaciones internacionales de interminable lucha espedicion de las letras sucesivas, retenga en su poder los vaentre todos los pueblos. lores de los certificados aludidos, que, repito, no han podido ser entregados al Banco Garantizador, ni trasferidos por el Las cuestiones de límites, por desgracia, no están claramente Excmo. señor Godoy, porque él es el depositario de ellos, sedefinidos i ellas son mucho mas numerosas i complicadas que gún el acuerdo oficial de que he hecho mérito. en otros continentes, a causa de una demarcación imperfectamente realizada en épocas en que no existían ni los conocimientos Por lo demás, abrigo la íntima persuacion de que la elevani las facilidades de que hoi se puede disponer. Casi no hai pais ción de carácter del Excmo. señor Godoy no atribuirá esta americano que no tenga, por tales causas, cuestiones de límites medida a móviles que se hallen en antagonismo con la indisputable honorabilidad que posee, i que soi el primero en reco- con algún vecino. De suerte que si se proclama el principio de la reivindicación, que fué el mismo que sirvió al Gobierno espanocerle i en proclamar, sino al estado de guerra entre las dos naciones, que ha creado su Gobierno, de un modo tan violento ñol en su loca empresa acometida eu 1864, de recuperar sus dominios en América, se da lugar a reclamaciones i a luchas cuyas como inmotivado, i a la necesidad de proveer a la seguridad de trascendentales consecuencias tendría que soportar el mismo intereses que, de otro modo, estarían espuestos a los azares de país que proclamara la reivindicación, el dia que estuviera mas las leyes d e la guerra. débil que cualquiera de las naciones limítrofes. Esperando que el Excmo. Gobierno de V . E. no hallará inAl señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

conveniente para acceder a mi solicitud, me es grato reiterar al Excmo. señor Irigóyen las protestas de mi distinguida consideración i particular aprecio, con que soi su atento i seguro servidor. (Firmado.)—Z. FLORES. Al Excino. señor Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esteriores del Perú. —Presente.

_ Lima, Marzo 8 de 1879.—Trascríbase al Ministerio de H a cienda i acúsese en contestación. (Firmado.)—-LARRABURE.

Si Chile en 1864 juzgó amenazada su independencia a consecuencia de la reivindicación de España, ¿cómo se esplica que ahora él se valga del mismo pretesto para apoderarse de territorios que lejos de haberle pertenecido alguna vez, han estado en constante litijio desde el año 1842? ¿Cómo se esplica que él se resuelva a abrir ese litijio por sí i ante sí, amenazando con la violencia con que ha procedido, a las demás naciones americanas? De suerte que aunque no unieran al Perú numerosos i estrechos vínculos con Bolivia; aunque no viera que la guerra entre esta última República i Chile iba a envolver también sus intereses, bastaba el hecho de la reivindicación o sea el firme propósito que como se asegura abriga Chile, de anexionarse un territorio ajeno proclamando aquel supuesto principio; bastaba la circunstancia de apoderarse casi a título de conquista, de


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lugares ricos i florecientes, donde flameaba antes un pabellón que no era suyo i que todos los países acataban i respetaban; i bastaba, en fin, la circunstancia de proceder precipitadamente a destruir todo elemento boliviano para reemplazarlo con fuerzas de autoridades chilenas, lo que tiene todos los caracteres de una conquista en pleno siglo diez i nueve, para creerse también anexada i en peligro de sufrir algún dia la misma suerte. La ocupación de Antofagasta fué al principio para el Perú un acto de hostilidad de parte de Chile, que deseaba obligar por este medio a Bolivia a ceñirse estrictamente al tratado de 1874, que estableció el arbitraje; i como con tal acto de hostilidad no ha creído amenazados sus derechos hasta que ha visto p u blicada la noticia de la reivindicación, como aceptada por el silencio que observa el Gobierno de Chile i así comprobada por los preparativos i los trabajos de carácter permanente que se están haciendo en Antofagasta. Asi, es conveniente que manifieste V. S. al Excmo. señor M i nistro de Relaciones Esteriores de esa República: l . La estrañeza que ha producido en el Gobierno del Perú que aquel no le...(L) 5

XIII. Estado deplorable de Bolivia: no hai mas que 1,300 hombres en el ejército. (Reservada.) NÚM. 54,—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Febrero

20 de 1879.

PACIFICO.

nada que satisfaga las aspiraciones del patriotismo, ni mucho menos las que demanda la situación. Dios guarde a V . S. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES. Al seíior Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

XIV. En Bolivia dos departamentos han ocurrido a las armas. NÚM, 57.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Marzo 22 de 1879. Señor Ministro: Desde que llegó ayer el correo del interior ha circulado la noticia de que el departamento de Santa Cruz habia desconocido la autoridad del Gobierno boliviano i anexádose al Brasil; con tal motivo el señor Ministro de Justicia, doctor Méndez, ha tenido la amabilidad de manifestarme lo ocurrido por medio del secretario de la Legación, señor Blanco. El acontecimiento a que me refiero se reduce a que los d e partamentos de Santa Cruz i Chuquisaca, por espíritu de rivalidad i con ocasión de los límites de su demarcación departamental, habian ocurrido a las armas, sin por esto desconocer al Gobierno Supremo, i sin ocasionar con este acto ninguna desgracia que lamentar. Al comunicar a V. S. lo que dejo espuesto, me es satisfactorio repetirme de V . S. atento i seguro servidor. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES.

Señor Ministro: Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú. —Lima. Instruido de la situación en que se halla nuestro pais respecto a la guerra declarada entre esta República i la de Chile, faltaría a un deber de patriotismo si no informase a V. S., para XV. que a su vez se digne poner en conocimiento de S. E., del d e plorable estado en que se hallan el pueblo i Gobierno de esta Participa haber sido aceptada por Chile la mediación República, Paso pues a cumplir con tan penoso deber. del Perú i protocolo del 5 de Marzo. La opinión pública se pronuncia mas i mas, en cada dia que pasa, contra S. E. el jeneral Daza, por el casi completo abandono en que se hallan los aprestos para la guerra: el entusiasmo del pueblo no se utiliza debidamente, i si se han acuartelado tres batallones de Ja guardia nacional de esta ciudad, ese acuartelamiento es quimérico, porque en los respectivos cuarteles, mal que apenas se encuentra el cuerpo de guardia por falta de armas, i de un céntimo de diario que no se les suministra: el parque, uno de los primeros establecimientos que ha debido organizar para la composición del poco armamento con que cuenta para la guardia nacional, no se ha iniciado hasta hoi, a pesar de que pueden disponer de muchos i buenos armeros: el ejército permanente que mal que apenas so compone de tres batallones, una brigada de artillería i un rejimiento de caballería, con un total cíe 1,300 hombres, no se piensa en aumentar ni siquiera hasta el número de 3,000 que pueden armar con otros tantos rifles de precisión que tienen; ni mucho menos se piensa en equiparlos convenientemente.

NÚM. 59.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.)

La Paz, Marzo 22 de 1879. Señor Ministro: He tenido aviso semi-oficial de que las bases acordadas en el protocolo celebrado en esta ciudad, en 5 del actual, por el suscrito i el Excmo. señor Ministro de Relaciones Esteriores de esta República, han sido completamente aceptadas por el Excmo. Gobierno de la República de Chile, noticia trasmitida a Tacna por el cable sub-marino i dirijida a S. E. el jeneral Daza por un estraordinario. Esperando la confirmación, me apresuro con todo a manifestar a V . S. mi mas estremada complacencia por la suerte que le ha cabido al Perú, de que con su mediación se ponga un feliz término a un conflicto cuya gravedad parecía no admitir El erario público se halla exhausto, i aun cuando se ha solución pacífica. proyectado contribuciones, i ayer se ha publicado por bando Reiterando a V. S. mis mas entusiastas felicitaciones, me es un decreto en que se impone a la nación el empréstito de un sumamente honroso renovar a V. S. mi mas deferente considemillón de bolivianos, es jeneral el rechazo a todo jénero de ración, con que me suscribo de V. S. mui atento i seguro sercontribuciones i empréstitos; i, en fin, el tiempo se pasa en vidor. impropios entretenimientos, esperando todo del Perú i nada Dios guarde a V . S. mas que del Perú. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES, Si de un momento a otro, como es mui probable, se desarroAl señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima. llan las operaciones de la guerra, verá V. S. que este Gobierno no ha de poder movilizar su diminuto ejército en estado de campaña, ni podrá llevar mas de 1,500 hombres de tropas reSE R E C T I F I C A E L A V I S O A N T E R I O R gulares i otros tantos de guardias nacionales, o lo que es igual de montoneros. NÚM. 63.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA. En las pocas veces que he podido ver a S. E. el señor jeneral Daza, porque su vida es sumamente distraída, me he perLa Paz, Marzo 27 de 1879. mitido insinuarlo so sirva llenar las . necesidades que dejo Señor Ministro: apuntadas, porque sus Ministros, que deploran tal situación, no En mi oficio reservado núm. 59, del 22 del presente, comutienen la suficiente influencia; pero desgraciadamente no veo niqué a V . S. que por conducto semi-oficial sabia que S. E. el jeneral Daza habia recibido aviso por un estraordinario, de (1) La presente nota aparece trunca en el orijinal i por esta razón la publicamos en igual forma. haberse aceptado por el Gobierno de Chile las bases conteni-


DOCUMENTOS

das en el protocolo de o del actual, firmado en esta ciudad por el suscrito i el Excmo. señor Ministro de Salaciones Esteriores de esta República. En posesión hoi de mejores datos, me apresuro a informar a V. S. que la buena recepción del señor Lavalle, hizo creer a un amigo de S. E. el Presidente de esta República, que la.mediación habia sido aceptada, siendo esto la procedencia de la noticia i la razón del error de concepto. A l hacer esta rectificación, me es grato suscribirme de V. S. atento i seguro servidor. J. L.

QUIÑONES.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

XVI. Se comunica que se desea en Solivia confederación con el Peni. NÚM.

65.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.) La Paz,

Abril

3 de

1879.

Señor Ministro: Desde que llegó un estraordinario en la mañana del domingo 30, el Gobierno de esta República ha desplegado alguna actividad en el aumento del ejército i en la organización de las guardias nacionales. Por orden jeneral, se ha declarado esta ciudad cuartel j e neral. Los batallones de la guardia nacional, Victoria 1. ° de La Paz, Paucarpata 2. ° de La Paz i el escuadrón Murillo, han sido acuartelados desde la fecha indicada. En toda la República es jeneral el deseo de que el Perú i Bolivia formen una sola nación, i entre algunos también con la República Arjentina, sin duda porque tome parte en la guerra con Chile. Una prueba manifiesta de este deseo, es el acta que en Cochabamba han suscrito los hombres mas prominentes del pais, como verá V. S. en el periódico E L HERALDO de aquella ciudad, correspondiente al 27 del mes próximo pasado, que acompaño a este oficio. Soi de V. S. siempre mui atento i obediente servidor. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

XVII. Razones para pedir el cumplimiento del tratado de alianza. NÚM.

12.—LEGACIÓN ESTRAORDINARIA DE BOLIVIA EN EL PERÚ.

Lima, Abril 5 de 1879. Señor Ministro: En 18 de Febrero último tuve la alta honra de poner en manos del Excmo. señor Presidente de la República la carta autógrafa del señor Presidente de Bolivia, que me acredita de Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario en misión especial para pedir el cumplimiento del tratado de alianza defensiva, celebrado por las dos naciones en 6 de Febrero de 1873 i canjeado en la ciudad de La Paz el 16 de Junio del mismo año. En las diferentes conferencias a que he concurrido, escuché con grata satisfacción los elevados sentimientos de confraternidad americana de que estaba animado el Excmo. Gobierno de V. E., i acepté su noble propósito de trabajar con fe sincera por la paz i el restablecimiento de las relaciones amistosas de Bolivia i Chile, que tan exabruptamente fueron interrumpidas por éste. A l aceptar que se difiera la ejecución del tratado, he creído interpretar fielmente los sentimientos de mi Gobierno i de toda la nación, que nunca buscan la guerra, pero que la aceptan con la dignidad que cumple a una nación soberana e independiente; i relevante prueba de estos sentimientos ha dado mi Gobierno aceptando con fecha 27 de Febrero la mediación interpuesta por el Excmo. señor Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario del Perú, doctor don J. L. Quiñones, a nombre del

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INÉDITOS.

Excmo. Gobierno del Perú, que tendía a poner las cosas en estado de someter a arbitraje las cuestiones suscitadas, retrotrayéndolas a la época anterior a la inconsulta nota de 8 de Noviembre del año pasado que, cerrando toda discusión, colocó a mi Gobierno en la indeclinable necesidad de ordenar la ejecución de la lei de 14 de Febrero de 1878, en cumplimiento de sus deberes constitucionales. La misión encomendada al Excmo. señor don J. Antonio Lavalle, era la esperanza del Excmo. Gobierno de V. E. para evitar un escándalo en la América i los desastres trascendentales de una guerra qne afectaba los grandes intereses del equilibrio continental i los particulares del Perú i de Bolivia, ligadas para garantizarse su independencia, su soberanía i la integridad de su territorio; pero a la palabra de amistad que el Perú ha enviado a Chile, ha contestado ésta con la de guerra. Nada hai, pues, que esperar, sino hacerle comprender qne el Perú i Bolivia, unidas por la naturaleza, lo están también por un pacto solemne, i que irán juntas, formando una sola entidad, a recojer los laureles de la victoria en los campos de batalla, para contener la loca ambición de Chile, que pretende ensanchar su territorio con la escandalosa usurpación del de sus vecinos. El pacto de alianza defensiva que no entraña mira hostil alguna, i mucho menos contra una nacionalidad determinada, tuvo el noble objeto de dar fuerza a los dos estados por su unión para hacer respetar i conservar incólume el ejercicio de su soberanía i la integridad de sus territorios, estableciendo en el inciso 1. ° del artículo 8. el empleo preferente de la mediación i el de arbitraje, que la civilización moderna ha consagrado para bien de la humanidad. El Excmo. Gobierno de V. E. ha dado cumplimiento a esa obligación, ha agotado los recursos de conciliación amistosa, sin mas fruto que un nuevo i atrevido insulto a la nación peruana, por la heroica actitud que han asumido sus hijos para reprobar con santa indignación el ultraje hecho a Bolivia, i en ésta a toda la América. Creo, pues, llegado el caso de dar forma a todo lo que a este respecto tenemos acordado en las diferentes conferencias que han precedido, una vez que el Excmo. Gobierno de V. E. solo hacia depender la ejecución del tratado de alianza defensiva, del resultado de la misión especial encomendada al honorable señor Lavalle, que tan estrepitosamente ha sido rechazada por el Gobierno de Chile. La notoriedad de los hechos consumados, sobre los cuales 1 la América entera ha pronunciado su veredicto condenando la j conducta del Gobierno de Chile, aun antes de que hubiesen | tomado las colosales dimensiones de una guerra injusta i desleal, debería dispensarme de la tarea de esponer las razones <¡iie comprueban la justicia que asiste al Gobierno de Bolivia, para que el de V. É. pueda hacer uso del derecho consignado en el artículo ?>.' del tratado; pero por claros i obvios que sean, cumplo con el deber de consignarlas en este oficio, con la brevedad que me permite el conocimiento que V. E. tiene de ellos. Sabe V. E. que desde que el Congreso de Chile dictó la lei de 31 de Octubre de 1S 12, sobre las huaneras existentes en las costas del despoblado de Atacama, se suscitó una controversia sostenida, a consecuencia de la protesta del Gobierno de Bolivia contra esa lei que atentaba sus derechos lejítimos por lo ; menos hasta el rio Paposo, que era el límite señalado a la capitanía jeneral de Chile por últimas cédulas i otros actos emanados del soberano, en modificación de los primitivos, que solo estendian su jurisdicción hasta el pueblo de Copiapó, o sea en el paralelo 27 de latitud meridional. Luminosos fueron los títulos exhibidos por parte de Bolivia en apoyo de sus lejítimos derechos al territorio comprendido al norte del Paposo. De todos ellos se deduce en compendio: Que según las capitulaciones de la Corona con Pizarro i Almagro, los límites del Perú i de Chile están fijados en el pueblo de Copiapó, o sea en el paralelo 2 7 ; que según la primera provisión de La Gasea en favor de Valdivia, el límite estaba fijado en el mismo pueblo de Copiapó; que según la segunda provisión del mismo, esos límites se estendieron a 2 0 leguas mas al norte, o sea hasta la bahía de Nuestra Señora del Paposo; que esta misma demarcación está ademas confirmada por casi todos los cronistas, cosmógrafos i viajeros de España i de otras naciones del mundo; que a consecuencia de las usurpaciones de Chile sobre el Paposo, bajo el disfraz de establecer un pueblo misionero, dependiente en lo relijioso del obispado de Santiago, se espidió la real orden de l . de Octubre de 1 8 0 3 , reincorporando el territorio del Paposo al vireinato del Perú i restableciendo así la primitiva demarcación; que observada esta orden c

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real en solo la parte relativa a la construcción de fuertes i baterías en el Paposo, el soberano ratificó su contenido; que la revolución de 1810 acaeció bajo la vijencia de esta demarcación, que es la que constituye el derecho público americano para la solución de las cuestiones de límites entre los antiguos dominios de la Corona de España; que la República de Bolivia, desmembración autorizada de los vireinatos del Perú i de Buenos Aires, nació a la vida automática bajo la base de esta demarcación, que forma el utipossidetis del año 10; que los escritores, estadistas i actos mas trascendentales de la vida política de Chile, como son sus constituciones i leyes orgánicas, han reconocido siempre a Bolivia como soberana del territorio que se estiende hasta el Paposo; que ésta, en fin, ha continuado en posesión de dicho territorio, i ejercido sobre él actos de jurisdicción indisputables, hasta el 31 de Octubre de 1842, en que se dio por Chile el primer paso en el terreno de la usurpación, del que pareció arrepentirse luego por esplícitas satisfacciones dadas por su cancillería en respuesta a nuestras reclamaciones. El Gobierno de Chile, vencido en la discusión, se manifestó sordo a las reclamaciones de Bolivia, deducidas por sus Plenipotenciarios, los señores Olaneta, Aguirre, Salinas, Soruco, Santibañes i Frias, quienes, sin embargo del derecho justificado de Bolivia, propusieron el sometimiento de la diverjencia a una decisión arbitral, hasta que con motivo del descubrimiento de los grandes depósitos de huano en Mejillones, situado a 23 ,5' de latitud meridional, ocupó la bahía de este nombre con el buque la Esmeralda (20 de agosto de 1857), nuevo atentado que dio lugar a que el Congreso de Bolivia autorizase al Ejecutivo por lei de 5 de junio de 1863, para declarar la guerra a Chile, que sin otro título que el de la fuerza habia estendido su usurpación hasta Mejillones, i poco después hasta "Chacaya" quedando desde entonces rotas las relaciones amistosas de los dos estados. Son conocidos los sucesos de 1864, en que un atentado a título de reivindicación, hizo necesaria la alianza de los estados del Pacífico; alianza a la que Bolivia correspondió corriendo presurosa al lado de sus hermanas para sostener la autonomía americana, olvidando los agravios de Chile i abrogando la lei autoritativa para la guerra. Bajo tan plausibles antecedentes se celebró entre Bolivia i Chile el tratado de límites de 10 de agosto de 1866, que fijaba el paralelo 24 como límite inalterable de ellas. Un tratado de límites siempre tiene el carácter de perpetuidad. La doctrina contraria hace precaria la posesión i entraña el peligro de que su subsistencia dependa de la voluntad del mas fuerte. El título de reivindicación, invocado por Chile, es refractario de todo principio; no es mas que la espresion del abuso de la fuerza, el fruto de una ambición desenfrenada; es un absurdo en el derecho de jentes; i si es absurdo en tesis jeneral, lo es mas todavía en el caso presente, en que los dominios de Chile jamas se han estendido hasta el paralelo 23. No se reivindica sino lo que se ha tenido lejítimamente. El tratado de 1866, si fijaba el paralelo 24 como límite definitivo de ambos estados, entraba en otros arreglos de actualidad, como el de la participación común de los productos de las covaderas de Mejillones, estableciendo la estraña estipulación, de que Bolivia era dueño i señor de todo el territorio comprendido entre los paralelos 23 i 24, menos de un pedazo de ese suelo, porque tenia valor comercial; i establecía, ademas, el principio de la comunidad respecto de las ventas aduaneras i del impuesto sobre metales que se esportaran por el puerto de Mejillones. Bien pronto demostró la esperiencia que era imposible dar cumplimiento a esta última estipulación, porque en 1870 se descubrió el mineral de Caracoles, i sus ricos filones de plata se cruzaban en diferentes rumbos por una estension de mas de cuatro leguas. Desgraciadamente para las dos naciones, el paralelo 23, hasta donde Chile tenia participación común en los rendimientos fiscales, pasaba por lo que es hoi la Placilla de Caracoles, según está comprobado por todos los mapas que se han levantado de aquella localidad. Al Norte i Sur de la Placilla, es decir, al Norte i Sur del paralelo 23, se encuentran minas de rica i abundante producción, tales como la Descubridora, la Deseada, Flor del Desierto, Cautiva, Merceditas, Mariana i otras, al Norte; i San José, Niza, los grupos de la Quebrada Honda, de la Isla i Segundo Caracoles, al Sur; de suerte que las que se encuentran al Norte del pai-alelo 23, se hallan fuera de la zona de participación común, i están dentro de ella las ubicadas al Sur; pero, por regla jeneral, todos los productos minerales se compraban i esportaban

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por los bancos de rescate, i era imposible, absolutamente imposible, distinguir el oríjen de la producción para la justa distribución de la renta, puesto que una parte estaba sujeta a la participación común i la otra libre de ella. El sistema de comunidad era, pues, de imposible ejecución i se habia convertido, como era natural, en copiosa fuente de desavenencias. Así lo estimaron también los hombres públicos de Chile, i entre ellos el señor Marcial Martínez, que hablando del tratado de 1866 i especialmente del sistema de comunidad, dice eu un folleto publicado en 1 8 7 3 : — " N o me cansaré de calificarlo como la última espresion del absurdo." Estas consideraciones i otras que omito mencionar, porque solo rememoran, a grandes rasgos, los antecedentes de la cuestión que ha motivado el conflicto, obligaron a los Gobiernos de las dos naciones a celebrar el tratado de 6 de Agosto de 1874, en cuyo primer artículo se incorporó el del tratado de 1866, que estableció el paralelo 24 por límite de los dos estados, cancelando el sistema de comunidad, que solo se conservó para las covaderas de Mejillones i otras que se descubriesen entre los paralelos 23 i 25. Todas las demás estipulaciones, entre las que se rejistra la del artículo 4. °, que establece la liberación de todo nuevo impuesto a las personas, capitales e industrias chilenas, eran, pues, independientes del artículo 1. ° , que fijaba el límite desde 1866. La liberación de los impuestos no era ni podia ser una condición resolutoria a que estuviese subordinada la fijación del límite, no solo por la naturaleza i carácter de las estipulaciones, sino también porque la liberación del impuesto era un pacto de 1874, i la del límite fijado en el paralelo 24 procedía del de 1S66. El Gobierno de Chile se ha dejado fascinar deliberadamente con la sofística argumentación de que ha cedido a Bolivia la zona comprendida entre los paralelos 24 i 23, a condición de que las personas, industrias i capitales chilenos queden libres de todo impuesto. Si Chile se permite, a pesar de la ingratitud e inconveniencia que ello encierra, hablar de cesión de territorios, no es por cierto a él a quien corresponde ese acto de jenerosidad, sino a Bolivia; pues la verdad histórica, la evidencia de los hechos, manifiestan que fué ella la que cedió la zona comprendida entre el paralelo 24 i el Paposo. Por otra parte, en la seria discusión de un tratado de límites, no es ni puede ser lícito apoyarse en la cesión de una de las partes, i mucho menos puede servir de fundamento al fementido título de reivindicación; porque si ha habido cesión, se considera siempre que ella ha sido recíproca, pues tal es el carácter jenuino de toda transacción, Pero lo que la ciencia enseña i prescribe con relación a los pactos solemnes sobre límites, es que el límite fijado importa el reconocimiento que cada una de las partes contratantes hace del derecho lejítimo de la otra; i lo que una vez se ha reconocido, en acto solemne, por territorio ajeno con derecho lejítimo, no puede recobrarse sino a título de conquista. Esto es lo que hace Chile. Quedan establecidos, aunque con la brevedad que demanda la naturaleza de este oficio, los antecedentes relativos a los tratados de 1866 i 1874, i me permitiré acentuar con ella misma, otro antecedente indispensable, que directamente influye en la justa apreciación del conflicto. En 18 de Setiembre de 1866, se adjudicó a los señores Ossa i Puelma una estension de cuatro leguas de terrenos salitreros para su esportacion, en la quebrada de Mateos, i una legua mas para faenas agrícolas; i en 5 de Setiembre de 1868, se concedió a la Sociedad Esplotadora del Desierto de Atacama, el privilejio esclusivo por quince años para la esplotacion, elaboración i libre esportacion del salitre en el desierto de Atacama, en conformidad a los téiminos i bases de su propuesta (hecha por el señor Ossa.) La concesión del privilejio, que mas bien tenia carácter de cesión de las salitreras, fué acordada sin sujeción a ninguno de los procedimientos establecidos por la lei de privilejios de 8 de Mayo de 1858, vijente en esa época, ni por los que prescribían el modo i forma para el arrendamiento, venta o cualquiera adjudicación de los bienes del estado; i el mismo Gobierno que decretó el privilejio, declaró con fecha 16 de Mayo de 1870, que él no comprendía ni podia comprender las salitreras de todo el desierto de Atacama, i en esta virtud, autorizó a los señores Juan Forrastal i Severo Melgarejo, para que pudieran esplotar i esportar el salitre de los depósitos que e s presaban haber descubierto en los llanos de Tocopilla. De advertir es que la Asamblea de 1868, por lei de 26 de Setiembre, aprobó los actos de la administración dictatorial, desde el 28 de Diciembre de 1864, hasta la sanción del Estatuto


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provisorio de 6 Agosto de aquel año; pero la simple comparación de las fechas hace ver que la concesión ilegal del previlejio que adjudicaba las salitreras en 5 de Setiembre, no estaba amparada por la sanción lejislativa, aun en el supuesto de que ella hubiese podido estenderse a actos administrativos que afectasen la propiedad del estado i no meramente a los de la política. La nación derrocó la administración del jen eral Melgarejo, i la Asamblea Constituyente de 1871, dictó las leyes de 9 i 14 dé Agosto, anulando los actos del Gobierno anómalo, i especialmente toda concesión hecha con trasgresion de las leyes vijentes sobre la materia, e imponiendo a la vez a los consignatarios la obligación de justificar ante los tribunales de justicia la lejitimidad de sus derechos. Los señores Milbourne, Clarck i C. , a quienes habían sido trasferidos los derechos de los señores Ossa i Puelma, que constituían la Sociedad Esploradora del Desierto de Atacama, no hicieron jestion alguna, sea porque no conocian el oríjen ilegal de la concesión o porque deliberadamente pretendían que no estaba comprendida en la nulidad declarada enjeneral, i fué por eso i en cumplimiento de las leyes citadas, que el Gobierno espidió la resolución de 5 de Enero de 1872, cuyo artículo 12 dice literalmente: "Quedan de hecho nulas i sin ningún valor las concesiones de terrenos salitrales i de boratos que hubiese hecho la administración pasada," etc. Hiriéronse, desde entonces, diferentes jestiones por los señores Milbourne, Clarck i C. ^ , obteniendo siempre el'pleno desconocimiento de sus derechos, según consta de varias resoluciones, hasta que se dio la de 13 de Abril de 1872, reconociéndoles una ostensión de quince leguas de Sur a Norte, sobre veinticinco de Este a Oeste, a partir del paralelo 24 i del mar; resolución con la que no se conformaron los señores Milbourne, Clarck i a* _ _ Nuevas jestiones se entablaron por el señor Belisario Pero, a nombre de la Compañía de Salitres i Ferrocarril de Antofagasta, que habia sucedido en sus derechos a los señores Milbourne, Clarck i O , arribándose, finalmente, a la transacción de 27 de Noviembre de 1873. Esta transacción fué celebrada por el Gobierno, en uso de la lei autoritativa de 22 de Noviembre de 1872, que le delegaba, para todos los casos de reclamación, la facultad de transijir, que no tenia por la constitución del estado; reservándose la Asamblea el derecho de revisión, pues la lei prescribe que la autorización es "con cargo de dar cuenta a la próxima Asamblea." En cumplimiento de esta última parte de la lei, el Gobierno sometió la transacción al conocimiento de la Asamblea de 1874, en los últimos dias de sus sesiones, porque el tratado i otras cuestiones de alta importancia, preocuparon la atención de los dos altos poderes. La comisión a que fué pasada por el Presidente, no prestó oportunamente su informe, i por consiguiente, no fué considerada ni recayó sobre ella deliberación alguna; pero el hecho de haber pasado a una comisión, anunciaba su propósito de revisarla, sea aprobando, modificando o rechazando. La Asamblea no volvió a reunirse sino en 1878, i a ella prestó su informe la comisión, dando por resultado la sanción de la lei de 14 de Febrero, cuyos términos, aunque conocidos, me permito trascribir: "Artículo único.—Se aprueba la transacción celebrada por el ejecutivo, en 27 de Noviembre de 1873, con el apoderado de la Compañía Anónima de Salitres i Ferrocarril de Antofagasta, a condición de hacer efectivo, como mínimum, un impuesto de diez centavos en quintal de salitre esportado, etc." Muchas razones tuvo la Asamblea para dictar la lei, i entre ellas militaba la de que la Compañía de Salitres i Ferrocarril de Antofagasta, habia ofrecido espontáneamente hacer partícipe a la nación, del diez por ciento de las utilidades de toda la empresa, que no estaba limitada a la esplotacion de las salitreras, sino ampliada a la del ferrocarril, que con grave perjuicio del de Mejillones, que se construia por cuenta del estado, se le habia permitido estender desde Antofagasta hasta Salinas, cuando por resoluciones supremas anteriores le estaba prohibido. A esa oferta espontánea se agregaba la consideración de que, por efecto inmediato de la transacción, el fisco nacional habia perdido la injente suma de dos millones doscientos mil pesos fuertes, que se han empleado en el ferrocarril de Mejillones, fracasado por consecuencia inmediata de dicha concesión. 55

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Si el Gobierno no aceptó la oferta, por razones que no se

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alcanzan a comprender, como dice el señor Belisario Pero, apoderado de la compañia salitrera, la Asamblea tenia el derecho perfecto de aceptarla, aunque en una forma mas equitativa, i aun de imponerla sin ofrecimiento voluntario, para resarcir los perjuicios que habia sufrido la nación i que no existian en la fecha de la transacción. La Asamblea le dio la forma de un impuesto de diez centavos por quintal, en vez de diez por ciento sobre las utilidades, que en 1878 han ascendido a dos i medio millones de pesos fuertes. Sentados los antecedentes que hacen conocer lo que importa el artículo 4. del tratado de 1874, i la transacción de 27 de Noviembre de 1S73, fácil es comprender, que la lei de 14 de Febrero de 1878, no afecta al tratado, porque no impone una contribución jeneral, que es a.lo que se refiere el espresado artículo 4.*, sino a la transacción, que es un contrato privado, imponiendo un gravamen compensativo a las inmensas salitreras que se le adjudicaban, i que abrazaban las del Salar del Carmen, cuya estension es de 8 leguas, las que se encontrasen dentro de las 375 leguas cuadradas de que se componía el paralelógramo designado por la resolución de 13 de Abril de 1873, i cincuenta estacas mas en las salitreras de Salinas, de a 1,600 metros por base i otros tantos de altura, es decir, que se le reconocían todas las salitreras existentes en el Sur. Mi Gobierno ordenó la publicación de la lei para que produzca sus efectos, sin tomar medida alguna para su ejecución, i el jerente de la Compañía Anónima, en vez de hacer sus jestiones ante el Gobierno de Bolivia, con quien contrató i en cuyo territorio tenia su domicilio legal, se habia dirijido al de Chile, que la patrocinó mediante la reclamación entablada por la nota de 2 de Julio del año próximo pasado. Pudo mi Gobierno contestar inmediata i victoriosamente la infundada reclamación; pero poseído de ese espíritu de paz, de armonía i de justicia, de que tantas pruebas habia dado a Chile, aplazó la contestación, dando lugar a que las jestiones privadas pudieran conducir a un arreglo equitativo; i cuando se desengañó de la ineficacia de ellas, el señor Ministro de Relaciones Esteriores invitó al señor Encargado de Negocios de Chile a una conferencia verbal, en la que le anunció que ponia término a la suspensión temporal de la lei. En la sostenida discusión, a la que concurrió el Ministro de Hacienda, se hicieron observaciones concluyentes al señor Encargado de Negocios, manifestándole que la transacción de 27 de Noviembre de 1873 no estaba perfeccionada, porque habiéndose celebrado ella con cargo de dar cuenta a la Asamblea, como lo prevenía la lei autoritativa, el Gobierno habia cumplido con su deber sometiéndola a su conocimiento; i ésta habia hecho uso del derecho que se reservó, aprobándola con un gravamen de diez centavos por quintal. Se le manifestó que se resentían de inexactitud las apreciaciones que hacia en su nota de leclamacion, relativas a la interpretación de la lei, porque la obligación de dar cuenta a la Asamblea, no podía referirse a que las cuestiones en <jne no haya avenimiento, se sometan a la decisión de la Corte Suprema, pues que este recurso era el ordinario establecido por la lei constitucional; que la Asamblea no podia reservarse el derecho de revisar las sentencias de la Corte Suprema, porque Bolivia, como todas las repúblicas, estaba basada en la independencia de los altos poderes; i, en fin, (¿ue cuando se trata de interpretación, hai que estar a los principios jenerales, consignados, por otra parte, en las leyes bolivianas, que atribuyen al poder legislativo la facultad de interpretar las leyes. La Asamblea de 1874 habia pasado el contrato de transacción a la comisión respectiva, para considerarla cuando ella presente su informe, i la de 1878 deliberó aprobándola con el gravamen de diez centavos por quintal de salitre que se esporte. Esta interpretación no admitía contradicción. El señor Encargado de Negocios de Chile, apoyaba también la reclamación en el tenor del decreto del consejo de estado, que desaprobó la ordenanza de la municipalidad de Antofagasta, la cual imponía tres centavos por quintal de salitre que la Compañía esporte, atribuyendo a la resolución del consejo de estado los fundamentos que había aducido el municipal de Cobija, esponiendo que dicho impuesto era contrario al contrato de transacción i al artículo 4 / del tratado. La contestación fué mui clara i sencilla, presentando el tenor de dicha resolución, que dice: "Vistos: con lo espuesto por el consejo municipal de Cobija i " considerando: que el impuesto que se trata de establecer so" bre esportacion de salitre es de carácter nacional, se declara


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" ilegal la contribución de tres centavos sobre cada quintal de " salitre que se esporte al esterior. " Tómese razón i devuélvase por conducto del consejo depar" tamental.—(Firmado.)—REYES ORTIZ, presidente.—Gomes, " consejero secretario." A las consideraciones anteriores agregaba el señor Encargado de Negocios, la de que la lei de 14 de Febrero de 1878, imponiendo el impuesto mínimo de diez centavos sobre cada quintal de salitre que esporte la Compañía Anónima, importaba la trasgresion del artículo 4. ° del tratado, (pie en la parte pertinente dice: "Las personas, industrias i capitales chilenos, no quedarán sujetos a mas contribuciones, de cualquiera clase que sean que a las que al presente existen." El señor Encargado de Negocios, lo mismo que el señor Ministro de Relaciones Esteriores de Chile, estimaban que la falta de cumplimiento del artículo 4. envolvía implícitamente la abrogación de todo el tratado. Aunque ya he espuesto las razones que determinaban a mi Gobierno, para apreciar que la lei de 14 de Febrero no afectaba al artículo 4. del tratado sino a la transacción, me permito reproducir lo que dije en el informe de 11 de Diciembre último: "Si la cuestión se considera aisladamente en lo relativo al impuesto, ei Exorno. Gobierno de Chile, tendría toda la razón que pretende, i seguro debiera estar que el de Bolivia no habría dado lugar a ella, porque comprende lo sagrado de sus compromisos internacionales; pero la cuestión, como al principio he probado, es de carácter escencialmcnte privado: el impuesto es una de tantas condiciones que una de las partes contratantes impone a la otra, por razones de recíproca conveniencia; hace parte de un contrato inominado do ut des." Si estas frases acreditan la convicción justificada de mi Gobierno en la manera de apreciar la lei, envuelven también la manifestación espresa de su respeto a las estipulaciones del tratado; pero el señor Encargado de Negocios de Chile, sea poique se hallaba vencido en la discusión o porque convenia a los propósitos de su Gobierno, exhibió la nota que con fecha 8 de Noviembre último le habia clirijido el señor Ministro de Relaciones Esteriores. Aquí terminó toda discusión, porque en esa nota el señor Ministro de Relaciones Esteriores de Chile se permitió prevenir al señor Encargado de Negocios: "que pida ai G-obierno de Bolivia la suspensión definitiva de toda contribución posterior a la vijencia del tratado La negativa del Gobierno de Bolivia, continúa la nota, a una exijencia tan justa como demostrada, colocará al mió en el caso de declarar nulo el tratado de límites que nos liga coa ese pais." Si la alternativa con que se intimó ai Gobierno de Bolivia no era un ultimátum, importaba a lo menos una nota claussum, tanto mas estraña, cuanto que el segundo estremo era una verdadera amenaza que violaba el artículo 2.° del tratado complementario, en que se habia estipulado que: "Todas las cuestiones a que diere lugar la intelijencia i ejecución del tratado de 6 de Agosto de 1874, deberán someterse a arbitraje." Mi Gobierno se veia, pues, colocado en la... (1) c

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XVIII. Se anuncia la partida del ejército boliviano para el litoral. KÚM.

69.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Abril 10 de 1879. Señor Ministro: El señor Ministro de la Guerra i Jefe del Estado Mayor Jeneral del ejército boliviano, difiriendo a una insinuación confidencial, se ha servido facilitarme, con el carácter de reservado, el estado actual del ejército, que en copia tengo el honor de adjuntar a V. S. para el conocimiento del Supremo Cobierno. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES. Al sefior Ministro do Relaciones Esteriores del Perú. —Lima.

(1) El oficio que precede, de la Legación Estraordinaria de Bolivia en el'Perú, signado con el núm. 12 i fechado en Lima el 5 de Abril de 1879, aparece trunco en el orijinal, i por esta razón publicamos también las copias trancas. Dicho oficio aparece dirijido al Excrno. sefior doctor don Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Presente.

PACÍFICO.

EJÉRCITO BOLIVIANO.

Cuartel jeneral en Ghidluncayani, Estado Mayor Jeneral.

a 22 de Abril de 1870.—

Señor: Tengo la honra de dirijir a V. E. el presente oficio, de orden del Presidente de la República boliviana, jeneral don Hilarión Daza, que como capitán jeneral del ejército se halla en marcha a la cabeza de éste, con el objeto de incorporarse con el de esa magnánima nación, hermana i aliada de Bolivia. ; A l pisar el territorio peruano, en cumplimiento del tratado de alianza, es grato al jeneral Daza i sus subordinados asegurar que verán con relijioso respeto las personas i bienes de ios peruanos nuestros jenerosos huéspedes. | El cuadro adjunto manifestará a V. E. el efectivo personal ¡ del ejército boliviano que, a pesar de haber atravesado la corI dillera en un trayecto de ochenta a doscientas leguas, desde la | capital Sucre, Potosí i los valles de Tarija, Cinti i Chichas, estará en estado de combatir a sus enemigos con la abnegación del soldado de la República. Quiera V. E. poner en conocimiento de S. E. el jeneral Prado el contenido de este oficio, para que se sirva comunicarme sus órdenes a Tacna por conducto de su jefe de Estado Mayor Jeneral. Dígnese V. E. aceptar las protestas de respeto que por mi conducto i el niui digno de V. E. trasmite el jeneral Daza al Excmo. Gobierno del Perú, admitiendo V. E. con benevolencia las de mi particular aprecio, con cuyo motivo me suscribo de V. E. mui atento seguro servidor. ( F i r m a d o . ) — M A N U E L JOFKÉ. Al Excmo. seíior Ministro de Relaciones Esteriores de la República del Perú. —Lima,

XIX. Ruta que debe tomar el ejército boliviano para ir al Perú. NÚM. 74.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La

Paz, Abril

12 de 1879.

Señor Ministro: Antenoche me apersoné en el palacio de S. E. el Presidente de la República, defiriendo al llamamiento que me hizo con acuerdo del consejo de ministros, a fin de consultar mi opinión sobre la mejor ruta que debia tomar el ejército boliviano en su marcha al litoral, con motivo de la guerra en ¡pie se hallan con Chile. Entonces le indiqué a S. E. que, a mi parecer, la de Puno era mejor que la de Tacna, pues consultaba mayor comodidad, rapidez i economía. Aceptada mi idea por S. E., ha resuelto que pasado mañana 14, marche el ejército por la via de Puno. Con tal motivo, he dirijido al señor prefecto de ese departamento, las notas que en copia tengo el honor de dirijir a V. S. bajo los números 1 i 2. Sírvase V. S. poner este oficio en conocimiento de S. E. el Presidente, i aceptar mis consideraciones i respetos, con que soi de V. S. atento i seguro servidor. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

XX. El Perú manda 1,000 rifles a Bolivia antes de la guerra con Chile. NÚM.

77.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Abril 17 de 1879. Señor Ministro: Sin comunicación alguna de ese Ministerio por el correo que antier llegó a esta ciudad, pero instruido por los diarios de esa capital del gravísimo conflicto en que se halla la República con la injustificable guerra que nos ha declarado el insidioso Gobierno de Chile, en correspondencia de los buenos oficios


DOCUMENTOS

que con tanta sinceridad ha interpuesto el Perú para que t u viesen una amigable i pacífica solución sus cuestiones con esta República, tengo el honor de dirijirme a V. S. para poner en su conocimiento que, con tal motivo, esta Legación ha recibido las manifestaciones de gratitud i adhesión del Supremo Gobierno, de las autoridades políticas, civiles i eclesiásticas de esta ciudad; así como las del pueblo boliviano i las de los ciudadanos peruanos residentes o en tránsito en este lugar. Por telegramas del Excmo. señor Reyes Ortiz, Ministro Plenipotenciario en misión especial cerca de nuestro Gobierno, que han sido trasmitidos de Tacna i se hallan publicados en documentos oficiales, también sobre esta Legación, que es un hecho consumado la alianza entre el Perú i Solivia para la guerra contra Chile. Como consecuencia de la alianza, supone esta Legación que hayan sido mandados por nuestro Gobierno los un mil rifles, sistema Chassepott, que ha recibido el de esta República, en medio de las manifestaciones de gratitud del ejército i del pueblo; manifestaciones que han sido estensivas a esta Legación, de la manera mas pública i solemne. En todos los sucesos que acabo de referir, sin duda de la mas alta importancia para la actualidad i el porvenir del Perú, siento decir a V. S. que esta Legación ha tenido que proceder sin conocimiento oficial de ninguna clase; por lo cual ruego encarecidamente a V. S, se sirva trasmitirme lo que haya sobre tan grave situación, i las instrucciones que deban normar mis procedimientos.—Dios guarde a V. S. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

XXI. Da cuenta de la salida de Daza para el Perú, de varias reyertas en el ejército i el número de éste. NÚM.

75.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.) La Paz, Abril 17 de 1879. Señor Ministro; El domingo 13 del presente tuvo lugar con gran solemnidad una misa en la plaza de armas, celebrada por el ilustrísimo obispo de Cochabamba, con asistencia de S. E., sus Ministros, empleados, vecinos notables i todo el ejército. Concluido el santo sacrificio de la misa, S. E. el Presidente dirijió al ejército una sentida alocución, que conmovió a los concurrentes; i luego colocó en el cuello de la Yírjen de Copa Cabana la banda presidencial, lo mismo que a los pies de Nuestra Señora de La Paz su espada. Ayer también se celebró en el mismo lugar i con asistencia de las referidas personas i el ejército, otra igual misa solemne, concluida la cual, el ilustrísimo obispo de esta diócesis, dirijió una pastoral al ejército, exhortándolo en el deber de defender la patria ofendida, i retemplando su valor. En el mismo sentido platicó el reverendo padre recoleto Saenz; i después el señor obispo, los sacerdotes i hermanas de caridad, repartieron escapularios a S. E. i a todo el ejército. Retirado el Gobierno se dio comienzo a la procesión de la pequeña anda de Nuestra Señora de Lourdes, la cual era cargada por distinguidas señoras, siendo una de ellas la de S. E. El martes 15, hallándose el batallón Paucarpata en la plazuela de San Sebastian haciendo ejercicio, se presentaron varios jóvenes del rejimiento Murillo a reclamar contra algunos sastres de ese batallón que no habían cumplido con entregarles sus uniformes. El coronel Tames de ese cuerpo, les repuso que no podia soltar un hombre por estar haciendo ejercicio: siguió un altercado i uno de los jóvenes descargó un tiro que hirió en la frente al coronel, i después se formó una verdadera batalla, que no fué mui sangrienta, tanto porque no tenian municiones, cuanto por la pronta llegada de una compañía del batallón 1." que acertó pasar por allí; pero con todo eso, los jóvenes del Murillo llevaron la peor parte en la contienda, pues eran los menos i quedaron heridos dos. A las 10 A. M . del dia de la fecha, ha salido el ejército a Tacna bajo las órdenes de S. E. el señor capitán jeneral don Hilarión Daza, compuesto de ciento cincuenta soldados de arTOMO

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INÉDITOS.

tillería, de seis batallones con quinientas plazas próximamente cada uno, de un rejimiento de tiradores a caballo con doscientas cincuenta plazas, de una compañía de sesenta lanceros, i del rejimiento Murillo, compuesto de doscientos cincuenta j ó venes de a caballo i armados con carabinas de fulminante. En el pueblo de Viacha, distante seis leguas de aquí, se asegura que se incorporarán al ejército dos batallones desarmados con quinientas plazas cada uno; i mas, luego le seguirá para reunirse en Tacna la Columna Vanguardia de Cochabamba, compuesta de mas de doscientos jóvenes decentes, i Vanguardia de Sucre, con ciento veinte plazas, ambas desarmadas. Por manera que, dentro de quince o veinte dias, estará reunido en Tacna el ejército boliviano con una fuerza total de cinco mil hombres. Sin embargo de no haberse publicado el correspondiente decreto, se sabe con seguridad que el Poder Ejecutivo de esta R e pública, mientras la'ausencia de S. E. el Presidente señor j e neral Daza, quedará constituido de la manera siguiente: Ministro interino de Relaciones Esteriores; Señor doctor Pedro J. Guerra. Ministro de Hacienda, encargado de los despachos de Gobierno i Guerra; Señor doctor Eulojio Doria Medina; i Ministro de Justicia, Culto e Instrucción; Señor doctor Julio Méndez. También se sabe con seguridad que el señor coronel Iriondo será nombrado comandante jeneral de este departamento. La opinión pública es poco o nada favorable al nombramiento de los señores Guerra e Iriondo, tanto por la avanzada edad en que se encuentran, cuanto por ciertos antecedentes políticos de estos personajes. No sucede lo mismo respecto al prefecto señor doctor Benigno Clavijo, que reemplaza al señor jeneral Arguedas, comandante jeneral de la segunda división; porque este acaudalado caballero, tiene lejítima influencia i se inicia en la política renunciando el sueldo, i algo mas, pagando de su peculio el sueldo de los ayudantes de la prefectura. Por el próximo correo daré a V. S. algunos datos sobre el personal del ejército en campaña, siéndome grato por ahora terminar esta comunicación, rogando a V. S. se sirva poner su contenido en conocimiento de S. E. el Presidente de la República.—Dios guarde a V. S. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

XXII. Carta de Prado al Presidente de Estados Unidos. M A R I A N O IGNACIO

PRADO,

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA Al Exorno, señor Rutherford B. Hayes, América.

DEL PERÚ.

Presidente de los Estados Unidos de

Grande i buen amigo: He tenido la honra de recibir la respetable carta de V . E., fechada en Washington el 31 de Enero último, en la que V. E. me anuncia el nombramiento del señor Isaac P. Christiancy como Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario de los Estados Unidos de Norte-América en el Perú. Las cualidades que adornan al señor Christiancy, que ya ha sido reconocido en su carácter público, me hacen esperar que no omitirá medio alguno para estrechar cada vez mas las amistosas relaciones i la buena armonía que felizmente reinan entre los dos países. Por mi parte puedo asegurar a V. E. que no omitiré medio alguno para facilitar al señor Christiancy el cumplido ejercicio de su misión. Dígnese V. E. aceptar mis mas sinceros votos por la prosperidad de la República de los Estados Unidos de América i del Gobierno de V. E. Fiel i buen amigo de V. E. Casa de Gobierno, Lima 21 de Abril de 1879.


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XXIII. Se con.' única la remisión de 3,000 rifles de Buenos Aires. NÚM.

8o.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Mayo 1. ° de 1879. Señor Ministro: Me es grato presentar a V. S, el resumen de las pocas noticias posteriores a la salida del jeneral Daza con el ejército boliviano. El Consejo de Ministros, encargado del Poder Ejecutivo, espidió la proclama que tengo el honor de adjuntar en recorte de periódico. Este Gobierno ha recibido telegramas de Buenos Aires, fecha 21 de Abril, comunicando la remisión de tres mil rifles Remington, contratados por don Adolfo Carranza, cónsul jeneral de esta República en aquella capital. En Buenos Aires i en todas las provincias arjentinas, pasaban por válidas noticias mui favorables a nuestra escuadra, como podrá cerciorarse V. S. por el adjunto "Boletín del Club Patriótico," de Potosí, de 25 del pasado, en cuya segunda pajina se encuentran las noticias últimamente creídas en los países del Plata. Lo que tengo el honor de comunicar a V. S. para su conocimiento. Soi de V. S. con toda consideración i respeto, atento i obediente servidor. AGUSTÍN BLANCO. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú. —Lima.

XXIY. Se da cuenta de la celebración del a de Mayo en La Paz, llamando la atención al brindis del Ministro del Portugal. NÚM. 83.—LEGACIÓN DEL

PACIFICO.

brindis, como que probablemente serán publicados por la prensa. También en esta ocasión espresé mis agradecimientos a las reiteradas manifestaciones de que fueron objeto el Perú, S. E. el jeneral Prado, los vencedores del 2 de Mayo i la prensa peruana. Debo consignar dos hechos notables ocurridos en estas manifestaciones. Primero: la jeneralidad, aceptación i aplauso con que se lia insistido en la confederación perú-boliviana; i segundo, lo avanzado de los conceptos del Plenipotenciario portugués en favor de nuestra causa. La idea de una confederación está jeneralmente aceptada, al estremo de haberse pronunciado en favor de ella el Ministro de Justicia, doctor Julio Méndez, aunque con alguna jeneralidad i reserva, esplicable en su condición oficial. El que fué mas estenso' i manifiesto, fué el orador doctor Rosendo Gutiérrez. Ante una novedad semejante i cediendo a instancias reiteradas, hube de declarar que estas evoluciones no iniciaba la diplomacia, i que solo a la soberanía de los estados correspondía deliberar sobre tan grande revolución. Concluí agradeciendo los sentimientos de fraternidad. El Plenipotenciario de Portugal dijo: que a pesar de la neutralidad de su nación, no podia menos que aplaudir la virilidad de pueblos que, como el Perú i Bolivia, defendían su integridad i hacían respetar su independencia. A lo cual repuse: que en nombre del Perú agradecía las palabras deferentes del señor Ministro de Portugal, i que me apresuraría a ponerlas en conocimiento de mi Gobierno. Ruego a V. S. que al poner este oficio en conocimiento de S. E. el Presidente, se sirva asegurarle de las manifestaciones de deferencia i simpatía de que goza en todos los círculos sociales; a lo cual he correspondido con mis mejores espresiones. M e permito concluir este oficio, consultando a V. S. sobre la imputabilidad del gasto a que ha obligado el lunch. Las anteriores Legaciones lo han cargado siempre al Gobierno, de quien espero se servirá resolver lo que estime conveniente. Dios guarde a V. S. AGUSTÍN BLANCO.

PERÚ EN BOLIVIA.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

La

Paz,

Mayo

3 de

1879.

Señor Ministro: Tengo el honor de poner en conocimiento de V. S. la manera como se ha celebrado el aniversario de ayer. Persuadido de que el Gobierno i vecindario de esta ciudad se disponían a celebrar el aniversario del 2 de Mayo, me vi precisado a tomar precauciones a fin de que la ausencia del señor Ministro Quiñones no obstase a los deberes de etiqueta usual, que corresponden a la Legación del Perú. Recorriendo el archivo, encontré la costumbre de este Gobierno i ciudad, de celebrar solemnemente el aniversario, i la necesidad en que se habían visto los anteriores representantes de recibir a los dignatarios del estado i a los vecinos, ofreciéndoles un lunch como el mas fácil i espeditivo medio de halago. Efectivamente, el dia anterior al aniversario, se me pasó invitación por el señor Ministro de Relaciones Esteriores para asistir al Te Deum, que se ha cantado en celebridad del glorioso 2 de Mayo de 1866 i con asistencia del consejo de ministros, encargado del Poder Ejecutivo, de todas las corporaciones, del ilustrísimo obispo, del cabildo eclesiástico i de las comunidades de relijiosos. Pasado este acto, la concurrencia se dirijió al salón de la Universidad, en donde se pronunciaron discursos por los señores doctor Federico Diez de Medina, cancelario de esta Universidad; doctor Rosendo Gutiérrez, notable abogado; don Félix Reyes Ortiz, redactor del periódico oficial; i por muchos otros señores que hablaron en prosa i verso. En representación del Perú, me cupo el honor de responder, agradeciendo estas manifestaciones. La prensa publicará todos estos discursos i me haré un honor en remitirlos a V. S. oportunamente. Un lunch tenia preparado, al cual asistieron los Ministros de estado con escepcion del señor Doria Medina, que se escusó con su correo, el señor Ministro del Portugal, vizconde de San Januario, el prefecto del departamento, vocales de la corte y varias otras personas distinguidas de esta ciudad i de la colonia peruana. El número era de 30 cubiertos. Esta fué ocasión de que se pronunciaran otros discursos en

NÚM. 84—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Mayo o de 1879. Señor Ministro: Tengo el honor de adjuntar con copias auténticas, signadas con los números 1 i 2, las notas cruzadas entre el Gobierno de esta República i esta Legación con motivo del aniversario del 2 de Mayo. Dios guarde a V. S. AGUSTÍN

BLANCO.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú. —Lima.

C O P I A N Ú M . 1. MINISTERIO DE RELACIONES ESTERIORES.

La Paz, Mayo 2 de 1879. Señor: La espresion del sentimiento americano conmemora hoi el esplendente triunfo del 2 de Mayo de 1866. Bolivia supo apreciar este magno servicio i por ello me honro al dirijirme a la Legación de nuestra hermana aliada la República peruana, saludándola en el décimo tercio aniversario de la repulsión heroica de la escuadra soberbia que amenazaba a Sud-América, proclamando reivindicación. El estampido de los cañones peruanos que apagó los fuegos de los antiguos conquistadores, fué una solemne notificación, no solo a la Iberia, sino al mundo todo, que el continente de Colon habia cesado para siempre de ser susceptible de reconquista. Nadie, entonces i después, habria creído que un pueblo americano levantara, sin sarcasmo, el estandarte de la reivindicación. El vencedor de Mayo ha llamado pacíficamente a ese Gobierno a la paz, a la concordia, a la cordura. Su soberbia <


DOCUMENTOS

corno su avidez, de consuno le han hecho desoir esa voz; i sus cañones en el litoral peruano, como la calumnia por la voz de la prensa, son la respuesta. El Perú, con el señor Prado a su cabeza, sabrá ahogar por segunda vez esa palabra en la garganta de los que la pronuncian. Tal es la esperanza de los dos pueblos que unidos van a encerrar a Chile en su estrecho límite. Aprovecho de la ocasión para ofrecer al señor Encargado de Negocios de la nación peruana las espresiones de particular estima i consideración, suscribiéndome su atento i seguro servidor. (Firmado.)—PEDRO JOSÉ DE GUERRA. Al señor don Agustín Blanco, Encargado de Negocios ad interim del Perú.

Es copia exacta.—Manuel F. Landaeta, de la secretaría.

adjunto encargado

COPIA N Ú M . 2. NÚM.

24.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Mayo 2 de 1879. Señor Ministro: El infrascrito, Encargado de Negocios ad interim del Perú, ha tenido el honor de recibir el mui estimable oficio de la fecha, en el que el Excmo. señor Ministro de Eelaciones Esteriores de esta República, se ha dignado enviar un atento saludo a la Legación de la hermana aliada en el décimo tercio aniversario de la repulsión heroica de la escuadra soberbia que amenazaba a Sud-América proclamando reivindicación. El infrascrito se complace en corresponder con igual atención al Gobierno de S. E., pues, aquel memorable triunfo también fué boliviano, como seguiria siendo de las cuatro R e públicas aliadas, si una de ellas no hubiese apostatado del principio salvado en aquella venturosa jornada. A l suscrito le halaga la esperanza de que la Providencia quiera confundir los recuerdos gloriosos de este dia con los honores próximos de otra nueva gloria, tan espléndida e inmarcesible como lo reclaman los laureles del heroico vencedor de Mayo i el reconocido valor del jefe de esta viril República. El infrascrito aprovecha de esta oportunidad para permitirse rogar al Excmo. señor Guerra, se persuada de los sinceros sentimientos de alto aprecio i distinguida consideración, con que tiene la honra de suscribirse de S. E, mui atento i obsecuente servidor. (Firmado.)—AGUSTÍN BLANCO. A S. E. el señor Ministro de Relaciones Esteriores de Bolivia. —Presente.

Es copia exacta.—Manuel F. Landaeta, de la secretaría.

XXY.

adjunto encargado

,

Daza i los "Colorados", su política i administración. NÚM. 93.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.) L,a Paz, a 10 de Mayo de 1879. Señor Ministro: Continuando el anterior informe, que principié en mi oficio núm. 92, sobre política interna de esta República, debo ocuparme de la presente administración del jeneral Daza, nacida el 4 de Mayo de 1876. _ , • Este caudillo viene influyendo i decidiendo en todos los cambiamientos ocasionados desde la caida de Melgarejo ( 1 8 7 0 1871) mediante el poderío del batallón 1.° (el Colorado), de que se hizo jefe sin poder ser removido. Siendo el ejército en tiempo de paz de ochocientos a mil doscientos hombres, un batallón de quinientas plazas, escojido, halagado i consentido por su jefe, no podia menos que ser el arbitro de un pais esencialmente militar. Cada soldado del Colorado lleva sueldo de capitán o comandante. Este cuerpo cuesta a Bolivia mas que un ejército. El jeneral Daza hasta el último momento de su marcha a Tacna, continuaba visitándolo diariamente, manejándolo

INÉDITOS.

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como si fuese siempre su mismo jefe. Las rabonas son sus comadres. El juego político de este batallón, se esplica por la falta de partido propio del jeneral Daza. El llamado rojo, ha sufrido con la deposición del Presidente doctor Frias; el otro democrático con la persecución de su caudillo Corral. Si el jeneral Daza ha sido escluyente con Frias i Corral, ha tratado de otro modo a' los partidos de éstos. Juega con los dos; i como la intolerancia recíproca de ellos es estrema, ha conseguido bastante de la amistad de ambos. Empero, el partido rojo ha disfrutado del poder, porque aleccionado con las cruentas persecuciones de Belzu, el Mario boliviano, ha guardado en sus relaciones con el jeneral Daza, una especie de elasticidad, que le ha dado ascendientes en las rejiones oficiales. El partido contrario no ha alcanzado mas que algunas garantías a condición de divorciarse con su caudillo. Recien hoi con la guerra toma participación en el ejército. La proporcionalidad con que el jeneral Daza ha usado de ambos partidos, está representada en la historia de su gabinete. Empezó por la secretaría jeneral del doctor Oblitas, figura aborrecidísima por el partido rojo desde la guerra que este partido hizo a Melgarejo, i en la que Oblitas fué terrible ausiliar de este último. Estando funcionando las mesas electorales del 76, en que el jeneral Daza era candidato, Oblitas se le presentó furtivamente, viniendo de Cochabamba i le obligó al golpe de estado militar de 4 de Mayo de aquel año, haciéndole desconfiar indebidamente del resultado electoral en curso, como si el Gobierno de Frias obrase contra él. Con esa segunda causal, Oblitas debió ser mayormente aborrecido del partido rojo. Organizado el primer Gabinete a los cinco meses del cambiamiento de Mayo, en que la secretaría jeneral se convirtió en jefatura superior del Norte, mientras el jeneral Daza imponía su presencia contra las protestas constitucionales del Sur, la posición de Oblitas se volvió dificilísima. El resto del Gabinete estaba como encargado de hacerle oposición. Oblitas tenia ambiciones a la presidencia, i el partido rojo aprovechó de las suceptibilidades del jeneral Daza para hacerle cruda guerra. Oblitas se vio obligado a renunciar. Reorganizado el Gabinete solamente con el agregado del doctor Lanza, V. S. sabe el oríjen de la caida de este Ministro, pues consta del oficio reservado núm. 15 de esta Legación. Salido Lanza, ingresó al Gabinete el doctor Méndez, hombre incoloro, aborrecido de los rojos i poco simpático a los demócratas, a pesar de sus tendencias a este partido. El Consejo de Ministros, encargado del Poder Ejecutivo, ha quedado compuesto de tres personalidades. El señor doctor Pedro José de Guerra, Presidente del Consejo i Ministro de Relaciones Esteriores, es un personaje de mera respetabilidad; es anciano como de 70 años i La figurado mucho en política. El señor doctor Medina asume todos los Ministerios importantes i activos de la situación; y se puede decir que tiene en su persona el Poder Ejecutivo, pues desempeña las carteras de H a cienda, Gobierno i Guerra. El señor Méndez, ha quedado relegado a los inactivos ramos de Justicia, Culto e Instrucción. En resumen, el Gabinete, sin ser mui odiado, carece absolutamente de prestijio. La paz interior está comprometida. El alistamiento del ejército conducido por el jeneral Daza se ha hecho con grandes sacrificios nada voluntarios de este estenuado pais. El empréstito forzoso, solamente en parte satisfecho, las requisiciones de caballadas i acémilas, la severidad del reclutamiento esprofesaruente ejercitado sobre la parte privilejiada i la vida privada del jefe de la nación, todo esto ha producido tal descontento público contra el jeneral Daza, que el pais parece mas inclinado a un cambio interno que a una solución esterna, en cuyo feliz éxito no tiene confianza este pais. El jeneral Daza ha tomado varias precauciones para conservar el orden interno: ha llevado en su ejército a la juventud escojida del pais, con la mira de tenerla en prenda; ha convocado i empleado en su ejército como a una docena de pretendientes al poder, equilibrándolos unos con otros; ha ido a Tacna con el grueso del ejército, i por temor no lo ha mandado por divisiones. El pais cree no volverlo a recibir. En los departamentos hai disidencias de autoridades con los ciudadanos: todos los prefectos son acusados de nulidad e inercia. En Potosí ha estallado grau desacuerdo entre el jeneral Campero, alta notabilidad roja, encargado de la división del Sur, i su jefe de Estado Mayor, coronel Benavente, que acusándole de organizar aquellas fuerzas con un personal destinado a supuestas i ulteriores ambiciones de dicho jeneral, le ha aban-


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donado con un grupo de jefes i oficiales del círculo del Gobierno, renunciando su puesto. El Consejo de Ministros ha ordenado eme vuelvan a sus puestos i les ha amonestado la reconciliación. En Cochabamba proyectaban una asonada contra el prefecto. En el ejército es mui resistido el Ministro de la Guerra, hoi Jefe de Estado Mayor, jeneral Jofré. Le acusan de haber sido autor del conflicto que la Compañía Salitrera de Antofagasta ocasionó a este Gobierno. Fué prefecto del litoral, en donde dicen tuvo tratos con la Compañía. Incorporado al Gobierno, es evidente que un hijo suyo quedó de abogado de dicha Compañía, quien hoi está en campaña al lado de su padre. Ninguna de estas acusaciones ha sido atendida por el jeneral Daza, que trata al jeneral Jofré con ilimitada confianza. Seguiré comunicando a V. S. lo que ocurra de importancia. Ruego a V. S. se sirva poner este oficio en conocimiento de S. E. i aceptar mis respetos i consideraciones, con que soi de V. S. mui obediente servidor. AGUSTÍN BLANCO. AI señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

xxvt Descontento producido en Bolivia por el Protocolo firmado «n Lima por Reyes Ortiz i otros asuntos internos de Bolivia. NÚM. 97.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.) La Paz, Mayo 12 de 1879. Señor Ministro: Algunas personas de esta ciudad se han apercibido con notable desagrado de una noticia que ha de escitar la opinión pública. En este pais es imposible la reserva oficial: los documentos de carácter oficial salen a la plaza pública a los pocos momentos de llegados, debido a la confidencia amistosa; i V. S. sabe que cuando los secretos salen del círculo oficial mui pronto pertenecen al dominio de la cosas públicas. Se dice, aunque todavía nada por la prensa, que el señor Reyes Ortiz ha firmado un Protocolo mui oneroso para esta R e pública. Los principales cargos son los siguientes: 1. ° Que Bolivia hace todos los gastos de la guerra; 2. ° Que el percibo de los derechos aduaneros de Bolivia se cobran en la costa; de cuyo producto toma el Perú el 50% a cuenta de los gatos, i cpie los otros 50 se destinan para el mantenimiento del ejército boliviano, a cuyo efecto dicen que el señor Reyes Ortiz ha negociado con el señor Brown, antiguo ájente de Watson, i de mui mala reputación, un contrato en que solo se ha atendido al lucro personal; 3. ° Que los buques peruanos que se pierdan o malogren, serán pagados por Bolivia. A estas apreciaciones de descontento se agrega la influencia de las cartas de un chileno Sotomayor, dirijidas al jeneral Daza, que V. E. se sirvirá encontrar anexas, en donde se hacen apreciaciones comparativas de lo que vale a Bolivia ser aliado de Chile o del Perú. V. S. no encontrará dificultad en creer en que la oportunidad en que son conocidas de este público, desfavorecen notablemente la justa influencia que íbamos ejerciendo en la situación. Mi atención queda fija en la opinión pública para informar a V. S. convenientemente.—Soi de V. S. con toda consideración i respeto, atento i obediente servidor. (Firmado.)—AGUSTÍN BLANCO. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

NÚM. 98,—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.) La Paz, Mayo 17 de 1879. Señor Ministro: En mi oficio anterior reservado, núm. 97, informé a V. S. del desagrado con que se habian impuesto algunas personas del

PACIFICO.

Protocolo qué aseguran haberse firmado en Lima con el señor Reyes Ortiz; i hoi tengo el sentimiento de ratificar a V, S. que el público está descontento con dicha noticia. A esto se agrega que algunas señoras distinguidas, acompañadas de Padres Recoletos (Descalzos) andan solicitando la caridad pública para socorrer al ejército que dicen hallarse en una necesidad estrema. Con tal motivo he procurado manifestar que si bien es cierto que no puede haber abundancia por la gran concurrencia de jente, también lo es que no existe esa necesidad con caracteres alarmantes. Otra de las cosas que debo comunicar a V. S. es lo acontecido con el jeneral Rendon. Este jeneral fué enviado a Tacna para que organizase una división con la colonia boliviana residente en la costa peruana, pero sin proveerlo de recursos. Como llegara a Tacna i le indicaran que habia sido objeto de burla, no quizo visitar al jeneral Daza a su arribo a aquella ciudad. Indignado éste por la falta de atención de aquel jeneral, sin duda alguna lo hubiese humillado a nó ser por la interposición del jeneral Montero, según aseguran. El jeneral Rendoii ha sido enviado aquí con cargo de someterlo a juicio. Ayer han salido para Tacna dos ametralladoras grandes, dos pequeñas i dos cañones rayados, cuyas piezas hacen parte de las que el Perú obsequió a Bolivia, A l rogar a V S. se sirva poner este oficio en conocimiento de S. E. el Presidente, reiteróme de V. S., señor Ministro, mui atento i obediente sevidor. (Firmado.)—AGUSTÍN BLANCO. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú. —Lima.

NÚM. 108.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.) La Paz, Mayo 24 de 1879. Señor Ministro: El público inconsciente i aun personas notables, siguen haciendo apreciaciones de decisivo carácter sobre el Protocolo de subsidios de guerra que dicen haber firmado el señor Reyes Ortiz; sin duda para calmar la opinión que principia a pronunciarse en contra, se ha publicado un editorial en el periódico oficial núm. 222 que tengo el honor de adjuntar. Como esta Legación no tiene conocimiento alguno de dicho Protocolo, seria de desear que V. S, se sirviera darle conocimiento. Ofreciendo a V. S. seguir comunicándole todo lo importante que ocurra, me es grato suscribirme su atento i seguro servidor. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES Al señor Ministro do Relaciones Esteriores del Perú.—Lima

XXVII. Mediación oficial ofrecida por el Brasil. NÚM. 101.'—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Mayo 19 de 1879. Señor Ministro: El Excmo. señor Guerra está en el campo hace algunos dias i hoi debe regresar. Por estar enfermo no me he apersonado a los demás Ministros, pero habiendo enviado al secretario de la Legación, he podido obtener lo que tengo el honor de comunicar a V. S. El ilustre Ministro Residente en el Brasil, señor de Alencar, ha ofrecido oficialmente i de palabra la mediación del Brasil a los señores Ministros Doria Medina i Méndez, como a miembros del Poder Ejecutivo. Dichos señores le manifestaron su agradecimiento, pero se escusaron de darle una respuesta oficial, tanto porque ellos no obraban sino en cuerpo, i actualmente se halla ausente el Excmo. señor Guerra, cuanto porque Bolivia no podría determinar nada a este respecto sin anuencia de su aliado el Perú. El señor de Alencar ha dejado a los Ministros el "Sexta Feira" de 4 del pasado que rejistra una interpelación hecha por un diputado del Congreso brasilero al Ministro de Hacienda, so-


DOCUMENTOS

bre si el- Gobierno habia vendido uno de los encorazados a Chile. El Ministro contestó que jamas el Brasil suministraría armas a potencia americana, para que se hicieran la guerra. Sírvase V. S. elevar este oficio al conocimiento de S. E. el Presidente de la Eepública, i aceptar las consideraciones de su atento i obediente servidor. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú. —Lima.

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oneroso a Bolivia, cuanto por las cartas de Sotomayor, que han hecho impresión en algunos espíritus. Creo, señor Ministro, sumamente indispensable el establecimiento de un periódico que defienda los intererses de la alianza i en especial los del Perú, o subvencionar a alguno. Ruego a V. S. se sirva elevar este oficio al conocimiento de S. E. el Presidente de la República, aceptando las consideraciones con que soi de V. S. Mui atento i obediente servidor. J. L.

XXVIII. Comunica la prisión del coronel Lafaye i primeras noticias recibidas sobre el combate del 31 de Mayo.

(De E L COMERCIO de La Paz, Mayo 24 de 1879.)

PROTOCOLO.

NÚM. 103.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz,

Mayo 22 de 1879.

Señor Ministro: MUÍ poco tengo que agregar a los anteriores oficios sobre p o lítica interna de esta República. Lo único digno de comunicarse es la prisión del coronel L a faye, que antenoche lo conducían al Beni. Este coronel dicen que en los hoteles de Tacna públicamente manifestaba su decisión de matar al jeneral Daza, i que a insinuaciones de la p o licía de aquella localidad lo han traído: esta es versión de los gobiernistas. Los de la oposición dicen que se ha forjado pretestos para satisfacer odios personales. Suplico a V. S. se sirva elevar este oficio al conocimiento de S. E. el Presidente i aceptar las consideraciones i respetos de su atento i obediente servidor. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES.

De una manera vaga se habla, ya en pro, ya en contra del Protocolo firmado en Lima por el Plenipotenciario señor Reyes Ortiz. Entendernos' que ese documento no es secreto, puesto que en el público se comenta de mil maneras. ¿Qué inconveniente habría para darlo a la publicidad? El misterio i las reservas en asunto de tanta trascendencia no nos parece natural, máxime cuando en él está interesada la República toda. La verdad, la realidad, por terrible que sea, es preferible a la incertidumbre, al vago rumor, al tormento de Tántalo. Por mui poderosas que sean las razones que militen en pro del secreto, éste no existe desde que ha trascendido el espíritu del Protocolo. De todos modos, el supremo Consejo del Poder Ejecutivo verá lo que mas convenga al respecto.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima. NÚM. 111.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz,

Mayo 29 de 1879.

Señor Ministro: El dia 2 6 en la noche tuve la indecible satisfacción de saber por un parte oficial e impreso del Excmo. señor jeneral director jeneral de la guerra, de fecha 2 2 del actual, que el Huáscar en Iquique habia echado a pique el dia anterior a la Esmeralda; que la Independencia seguía a la Covadonga, el Huáscar al Lámar, i que la caza era segura, La noticia fué recibida por el pueblo paceño con frenético entusiasmo, i esta Legación fué objeto de manifestaciones entusiastas. Desgraciadamente, al amanecer del dia siguiente llegó un estraordinario mandado por el cónsul de Bolivia en Tacna, señor Granier, anunciando que la Independencia se habia varado en la caleta de Molle, persiguiendo a la Covadonga, que pudo fugar; que el comandante Moore se habia suicidado, i que la fragata habia sido incendiada, salvándose la tripulación. Tengo para mí, señor Ministro, que esta última noticia es falsa, i halagado con esta esperanza, espero con ansiedad el correo de mañana. Soi de V. S. con toda consideración i respeto mui atento i obediente servidor. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú. —Lima.

XXIX. Mal efecto producido en Bolivia por e l Protocolo firmado por Reyes Ortiz. NÚM.

109.—LEGACIÓN

XXX. Notas cambiadas sobre el estado, arribo i número del ejército boliviano. EJÉRCITO BOLIVIANO.—SECRETARÍA

Tacna,

JENERAL.

12 de Mayo

de 1879,

Al señor Ministro do Gobierno.

Señor Ministro: . Me es grato decir a Ud. que ningún acontecimiento desgraciado ha tenido lugar desde la fecha de la última correspondencia que tuve el honor de dirijirle. El ejército sigue con empeño en su tarea de organización i disciplina, gozando de buena salud, a pesar de la inusitada aglomeración de jente en población no acostumbrada a tener por huésped un ejército. Ayer hizo su entrada el batallón Olañeta fuerte de 5 0 0 hombres, llamando la atención por su marcial actitud a pesar de su largo i penoso viaje. Juntamente con él llegó el escuadrón L u ribay, de 1 1 3 hombres. En dos o tres dias mas, con la incorporación de la 4 . división, tendremos en este cuartel jeneral once mil hombres, que formarán un ejército digno de Bolivia i que por su conducta circunspecta se hace cada dia mas simpático a la población: S. E. el capitán" jeneral, consagra todo su afán a dar fin a la penosa tarea de vestir, armar i disciplinar al ejército de un modo conveniente; i para facilitar esto último, así como por razones económicas i de hijiene, ha ordenado el acantonamiento de algunos cuerpos. Sin mas que impartir a Ud. por este correo, me repito del señor Ministro obediente servidor. a

ISAAC TAMAYO, Sub-secretario.

DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.)

QUIÑONES.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

MINISTERIO

DE GOBIERNO

ENCARGADO GUERRA.

DEL DESPACHO

DE LA

La Paz, Mayo 26 de 1879. Señor Ministro: La Paz, Mayo 19 de 1879. Me es grato adjuntar el periódico E L COMERCIO, núm. 2 0 5 , llamando la atención de V. S, sobre un artículo en la sección Al señor Secretario jeneral del señor capitán jeneral del ejercito boliviano. Campo Neutral, i sobre una indicación en la crónica, con el Señor: nombre de Protocolo, La opinión pública está afectada, tanto con las bases del Me es grato contestar a su estimable oficio de 12 del presenProtocolo, firmado por el S3ñor Reyes Ortiz, que dicen ser te mes, en el que participa Ud. a este Ministerio, las buenas


22

G U E R R A

D E L

condiciones en que se encuentra el ejército en esa ciudad, el arribo del batallón Olañeta, fuerte de 500 plazas, i del escuadrón Luribay compuesto de 113 hombres, i que en pocos dias mas, debe incorporarse la 4. división en ese cuartel jeneral, completando un ejército de 11,000 hombres. Estos acontecimientos son tanto mas plausibles, cuanto que la moralidad i la conducta del soldado boliviano le atraen cada dia las simpatías de la ilustre vecindad de Tacna. La contracción con que el señor capitán jeneral atiende todas las necesidades del ejército de un modo conveniente, es digna de aplauso i se encuentra a la altura de su elevado carácter i de la situación del pais. Dígnese Ud. felicitar el señor capitán jeneral, por todos estos hechos de tan alta significación, aceptando Ud. de su parte las consideraciones de aprecio con que me suscribo su atento seguro servidor. rt

EULOJIO D.

XXXI.

MEDINA.

Se apremia al prefecto de Tarija para que se termine la organización i movilidad de las fuerzas con que este departamento contribuye a la defensa nacional. MINISTERIO DE

GOBIERNO ENCARGADO DEL DESPACHO DE LA GUERRA.

La Paz,

Mayo 16 de

1879.

Al señor Prefecto del departamento de Tarija.

Señor: Quedo impuesto del contenido de su oficio núm. 29, así como de las notas cambiadas entre Ud. i el comandante j e neral de la 5. división; séame permitido decirle en respuesta: que ha sido mui sensible para el Gobierno, que no hubiese Ud. podido superar las resistencias que se le han opuesto para atender a la organización, equipo i movilidad de las pocas fuerzas con que contribuye el departamento de Tarija a la defensa nacional. Sin embargo de las prescripciones de las circulares de 10 de Marzo i 4 de Abril últimos, que faculta a esa prefectura para que proporcione los medios necesarios que cubran los gastos de la guerra, insiste Ud. en todas sus notas, oficiales, que su autoridad no se halla revestida de los medios coercitivos. Con tal procedimiento no se puede obtener sino resultados negativos, incurriendo en responsabilidades de carácter trascendental. No se comprende tampoco la existencia de una autoridad sin la facultad coercitiva de que se halla munida por la lei misma. Aparte de estas consideraciones, las disculpas i los inconvenientes que presenta Ud. al Gobierno desde tan larga distancia, no pueden ser remediadas ni atendidas con la urjencia del caso. En virtud de las anteriores reflecciones, sírvase Ud. desplegar los prestijios de su autoridad con toda la enerjía que requieren las actuales circunstancias, atendiendo inmediatamente a las necesidades que aun se hallan pendientes i haciendo uso de los medios coercitivos, para vencer las resistencias que no se esplican en la actual situación. Dios guarde a Üd. rf

EULOJIO D.

MEDINA.

Son conformes.—El oficial mayor de Gobierno i Guerra.— Luciano Vallé.

XXXII. El Ministro de Bolivia solicita una conferencia para tratar del protocolo firmado por iíeycs Ortiz. N Ú M . 21.—LEGACIÓN DE BOLIVIA EN EL PtíRTJ.

Lima, Junio 4 de 1879. Señor Ministro: En cumplimiento de instrucciones que he recibido de mi Gobierno i de las que tuve el honor de hablar lijerarnente a V . E.

PACIFICO.

en mi conferencia del 19 del pasado, me permito invocar su benevolencia i el espíritu de sincera fraternidad con que están unidos los Gobiernos i los pueblos de Bolivia i del Perú, para insinuar a V . E . la necesidad de un nuevo acuerdo relativo a algunos puntos capitales del protocolo de 15 de Abril último, firmado entre V . E. i el señor Reyes Ortiz, Ministro Plenipotenciario de Bolivia en misión especial, sobre el modo i forma con que debia hacerse práctico el tratado.de alianza defensiva de 6 de Febrero de 1873. Mi Gobierno, que recien ha tomado conocimiento literal de ese acto de cancillería, hace, como no puede menos que hacer, cumplida justicia a los negociadores que lo suscribieron; pero, al mismo tiempo, cree que, si las obligaciones asumidas por Bolivia en ese protocolo tuvieron sobrado fundamento en la fecha de su estipulación, porque estaban basadas en la naturaleza de los hechos, tales cuales se presentaban entonces, cumple a la lealtad i honradez de sus relaciones con el Perú solicitar alguna modificación equitativa de ellas, no solo por las dificultades que tendría para llenarlas, sino porque el desarrollo de los sucesos ha puesto en claro que la lei de los diez centavos solo ha sido un pretesto para el estallido de un conflicto, preparado desde mucho tiempo atrás, i cuyo punto objetivo, si bien era la absorción del litoral boliviano, no por eso dejaba de herir hondamente los intereses del Perú, no solo bajo el punto de vista de su plan financiero basado sobre el salitre, sino polla inseguridad i azares que acarrea el contacto limítrofe con Chile, i por la supremacía marítima que quiere arrebatarle en estas aguas del Pacífico, como antecedente i como camino que lo conduzcan quizá a recobrar, en un tiempo mas o menos corto, el beneficio de que ha gozado su comercio, de los retornos en salitres de que se le ha privado, con derecho indiscutible, i a cuya privación debe la esportacion de su numerario, la inconvertibilidad de su papel fiduciario, la suspensión del servicio de su deuda esterna, el déficit de su presupuesto, la ruina de su comercio, i, por consiguiente, la guerra como medio de adquirir por la conquista, disfrazada hoi con el manto de la reivindicación, los elementos de que ha sido lejítimamente privado, i de que tiene, sin embargo, imperiosa necesidad; no ya para sostener su mentida prosperidad i bienestar, sino para garantizar su propia existencia contra los azares de su situación económica, contra las tendencias disociadoras de su bajo pueblo i contra el despecho de sus vecinos, a quienes ha acabado de irritar con la petulancia de su carácter i con la intemperancia de su propósito de engrandecimiento a costa de ellos. Estas son, en mi concepto, Excmo. señor, las causas i fines del conflicto provocado a Bolivia—causas i fines complejos, que no pueden atribuirse solo a ésta, ni afectar sus intereses únicamente, como lo comprueba el hecho, entre otros muchos, de que a la palabra sincera de paz con que el Perú llamó a la puerta de la mentida confraternidad de Chile, ésta se hubiese apresurado a contestar con la de guerra i con actos de salvajismo que revelan el odio i el despecho comprimidos, aunque mal disimulados, por tanto tiempo. Si esto es, pues, evidente ante la luz de los hechos desarrollados con posterioridad al protocolo de 15 de Abril, mi Gobierno, que tiene sobradas pruebas recibidas del sentimiento de equidad i del espíritu de confraternidad en que siempre se ha inspirado el Perú en sus relaciones con Bolivia, abriga la íntima persuacion de que el Excmo. Gobierno de V . E., inspirándose en tales sentimientos, fortificados hoi mas que nunca con la comunidad del peligro que amenaza a ambos paises i con la identidad de las aspiraciones que persigne la alianza, se prestará gustoso a la modificación insinuada, cediendo así a los nobles estímulos de su índole jenerosa i justificada, que me complazco en reconocerle. Es confiado en tales sentimientos que me permito solicitar de la benevolencia del Excmo. señor Irigóyen, una conferencia en la que me seria grato indicarle los puntos que, en concepto de mi Gobierno, son susceptibles de una modificación equitativa i desarrollar los fundamentos que la justificarían. Reitero, con este motivo, al Excmo. señor Irigóyen las protestas de alta i distinguida consideración i particular aprecio con que soi su atento i seguro servidor. Z.

FLORES.

Al Excmo. señor doctor don Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esteriores del Perú,—Presente.


DOCUMENTOS

XXXY.

Lima, Junio 13 de 1879. Contéstese en los términos acordados, señalándosele el dia de mañana para que tenga lugar la conferencia que solicita.— IRIGÓYEN.

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INÉDITOS.

Nota sobre armamento, 3 copias de telegramas i oficio del cónsul del Perú en Potosí. NÚM. 132.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

XXXIII. Solivia cede en préstamo al Gobierno del Perú 2,200 rifles i 500,000 tiros, solicitados por esta R«pnbliea, temiendo nn ataque del ejército chileno en Junio de 18T9. NÚM. 22.—LEGACIÓN DE B0LIVIA EN EL PERÚ.

Lima, Junio 8 de 1879. Señor Ministro: H e tenido el honor de recibir su respetable oficio fecha 4 del corriente, en el que V. E., después de manifestarme los peligros que amenazan a esta capital de un ataque de parte del enemigo, la deficiencia de los elementos de armas i municiones para contrarrestarlo i de aducir algunas consideraciones acerca de la naturaleza, alcance i fines de la alianza, concluye solicitando, por encargo especial del Excmo. señor Vice-Presidente, encargado del Poder Ejecutivo, mi autorización para usar, en tan apremiantes circunstancias, los 2,200 rifles i su dotación de 500,000 tiros, que ha conducido el vapor de guerra peruano Talismán, para el ejército de Bolivia, mientras el Excmo. Gobierno de V. E. recibe el armamento que en pocos dias mas debe llegarle. V. E. conoce tan bien como yo la urjencia con que el señor jeneral en jefe del ejército de Bolivia necesita de esos elementos para armar i completar la organización de su ejército. Sin embargo, como a juzgar por los datos que el Excmo, Gobierno de V. E. posee, i de los que estoi informado, parece inminente el peligro de un próximo ataque a esta capital, i es indispensable ponerla a cubierto de él, proveyéndola de los elementos necesarios para su defensa, de que carece por el momento, creo interpretar fielmente los intereses i sentimientos de mi Gobierno i del jeneral en jefe del ejército de Bolivia, así como las verdaderas conveniencias de la alianza, permitiendo el uso de los 2,200 rifles, sistema Remington español, i de su respectiva dotación, mientras el Excmo. Gobierno de V. E. recibe el armamento que tiene que llegarle en pocos dias mas. En esta virtud, puede V. E. dar las órdenes correspondientes para que el coronel don Andrés Ararnayo, que ha sido el ájente encargado por mi Gobierno para su compra en Estados Unidos i para su conducción, proceda a entregarlo a la persona que V. E. tenga a bien comisionar para el efecto, pues ya aquel tiene de parte de la Legación las que son necesarias. Sírvase V. E. aceptar las protestas de mi distinguida consideración i aprecio. Z.

FLORES.

AI señor doctor don Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

xxxiv; Es detenido cérea de Salta el armamento que venia de Buenos Aires para Bolivia. NÚM. 120.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Jimio 12 de 1879. Señor Ministro: Nuestro cónsul en Potosí, con fecha 30 de Mayo próximo pasado, me dice lo que sigue: "Pongo en conocimiento de V. S. que a consecuencia de la revolución estallada en la provincia de Jujui el dia 16 del presente, las armas que venian de Buenos Aires para esta República han sido detenidas en el rio de las piedras, poco mas allá de Salta, por orden del gobernador de esta provincia i por mera precaución. Mas, habiendo triunfado dicha revolución i restablecídose el orden en Jujui, es de suponer que las armas continúen la ruta para Tupiza. Lo que me es honroso trascribir a V. S. para su conocimiento. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES, Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

La Paz, Junio 26 de 1879. Señor Ministro: Tengoel honor de acompañar a V. S. en copias núm. 1 i núm. 2, los oficios de nuestro cónsul en Potosí, i la del telegrama de su referencia, con el núm. 3, que se ha servido proporcionarme el señor Ministro de Relaciones Esteriores. Dios guarde a V. S. J. L.

QUIÑONES.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

COPIA N. °

3.

_ 22.—De Jujui fs. 5 i 29.—Las 5 P. M. Lino Buitrago.—Tupiza.—Comunique Gobierno Carranza pasa sin novedad; Congreso sesión secreta ordenó compra cuarenta mil Remington, veinte mil carabinas, artillería completa, dos blindados de primera, segunda; tratado será rechazado. EUJENIO

CABALLERO.

Tupiza, 14 Junio 79. Es copia.—Agustín Blanco, secretario. COPIA N. ° CONSULADO DEL

2.

PERÚ EN POTOSÍ.

Junio 20 de 1879. Señor Ministro: Por partes telegráficos de Jujui, recibidos en Tupiza el 14 del presente i llegados ayer noche, se sabe que el Congreso arjentino ha rechazado el pacto Fierro-Sarratea i ordenado en consecuencia la compra de nuevo armamento, dos blindados i competente dotación para artillería. Aunque esta noticia no merece por su oríjen entera fe, me apresuro a trasmitirla a V. S. para pueda juzgar de ella en vista de los telegramas que esta autoridad remite al Gobierno nacional. Dios guarde a V. S. JUAN A.

FERNANDEZ.

A S. S. el Ministro del Perú residente en Bolivia.—La Paz.

Es copia.—Agustín Blanco, secretario.

COPIA N. °

1.

CONSULADO DEL PERÚ EN POTOSÍ,

Junio 20 de 1879. Señor Ministro.: La ajencia consular de Tupiza, en comunicación de 13 del corriente, me dice lo que sigue: "Señor: en contestación a su estimable oficio de 5 del corriente tengo el sentimiento de decir a Ud. que el parte (pie me incluye para nuestra Legación en Buenos Aires, lo tengo retenido en mi poder por continuar aun interrumpida la línea telegráfica. "Con dicho motivo, tampoco en ésta semana se ha adelantado nada en orden a la marcha del armamento. Es cierto que circulan rumores de que él ha debido salir ahora tres dias de Jujui; pero no se puede darles todavía entero crédito por falta de noticia, oficial al respecto. "Después de mi anterior oficio del 6 del actual, nada nuevo tengo que agregarle. De Ud. atento S. S. G.

REYES.

A última hora—Acaba de llegar el correo arjentino, por el que he sabido de una manera evidente que las armas debían salir de Jujui el 8 del actual.


24

G U E R R A

Que trascribo a V. S. participándole que en la próxima semana deben encaminarse de ésta i Puna los batallones Ayacucho i Bustillo a Tupiza o Cotagaita, donde deben tomar armas i unirse con el resto de la 5. división para dirijirse a Calama. Dios guarde a V. S., señor Ministro.

D E L

PACIFICO.

COPIA. MINISTERIO DE RELACIONES ESTERIORES.

1:3

(Firmado.)—JUAN A. FERNANDEZ. A S. S. el Ministro del Perú residente en Bolivia.—La Paz.

Es copia.—Agustín Blanco, secretario.

XXXYL Reanudación de relaciones entre el Perií i Espau;:. NÚM.

131.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.) La Paz, Junio 26 de 1879. Señor Ministro: En el correo que antier llegó a esta ciudad, he tenido el h o nor de recibir el oficio que con el carácter de reservado se ha servido dirijirme V. S. con fecha 17 de Mayo próximo pasado, i bajo el número 107, para que proceda a tratar en conferencias verbales con el Excmo. señor Ministro de Relaciones Esteriores de esta República, sobre la resolución que S. E. el Presidente ha tomado para comunicar instrucciones a nuestro ájente diplomático en Francia, a fin de que fomente la idea de restablecer las relaciones entre el Perú i España, bajo bases justas i equitativas; porque, existiendo un tratado de alianza entre el Perú i las Repúblicas del Ecuador, Bolivia i Chile, el Gobierno cree necesario participar tal resolución al Ecuador i Bolivia. Inmediatamente pedí una audiencia al Excmo. señor doctor Guerra, Ministro de Relaciones Esteriores, la misma que acaba de tener lugar i cuyo resultado verá V. S. por la copia del despacho que en este momento he dirijido, con el objeto de recabar la correspondiente contestación, que procuraré remitir por este mismo correo, si llega a mi poder antes de su salida. Por el tenor del despacho indicado, resulta que el Gobierno de esta República, desde hace un mes, ya nada tiene que ver en el asunto de que me ocupo; i que, por consiguiente, no ha sido necesario entablar las conferencias que me encarga V, S. en el oficio a que contesto; salvo que haya algo mas que hacer, para lo cual se servirá V. S. comunicarme las instrucciones necesarias. No terminaré este oficio sin llamar la atención de V. S., para salvar mi responsabilidad, sobre la demora con que de ese mismo Ministerio se me ha remitido la nota reservada del 17 de Mayo, comprobada con el número 107, que tiene, posterior a muchas comunicaciones, que desde el número 74 hasta el 106, se han recibido en esta Legación desde mediados de Mayo hasta el 11 del mes en curso, i comprobada con el oficio posterior número 108, fecha 13 de este mismo mes, con la cual ha venido bajo un mismo sobre. Sírvase V. S. poner este oficio i el anexo de su referencia en elconocimiento de S. E. el Presidente de la República. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

NÚM.

136.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.) La Paz, Jimio 29 de 1879. Señor Ministro: Tengo el agrado de remitir a V. S., en copia, la contestación que el señor Ministro de Relaciones Esteriores se ha servido dar a mi oficio, relativo a la conferencia que tuvimos sobre restablecimiento de relaciones amistosas con España, i del cual me hice un honor en remitirle copia con mi oficio número 131 de 26 del presente. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—J. L . QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú. —Lima.

La Paz, Junio 29 de 1879. Señor Ministro: He tenido el honor de recibir el oficio de esa Legación, de fecha 26 del mes presente, en el que, refiriéndose V. E. a la conferencia que tuvimos en dicha fecha, sobre el propósito de que el Perú i Bolivia reanuden, en las actuales circunstancias, sus relaciones de amistad con España, se sirve recordar lo que entonces tuve la honra de espresar a V. E.: que el pensamiento anterior manifestado por el Excmo, Gobierno del Perú al representante de Bolivia en Lima, señor Zoilo Flores, fué trasmitido hace un mes a este Ministerio, i que, en consecuencia, se han enviado plenos poderes al señor Frias, Plenipotenciario de esta República cerca del Gobierno de Francia, para que haga la negociación conducente a restablecer el tratado de amistad i comercio que antes de los sucesos de 1865 i 1866 existia en vigor entre España i Bolivia; i que esta última resolución del Gobierno de Bolivia ha sido aceptada por el del Perú, según aviso especial del espresado señor Flores. Como V. E. manifiesta el deseo de saber si hai exactitud en el contenido del oficio a que tengo el honor de contestar, debo decirle, que él reproduce todo lo que tuve el agrado de espresar a V. E. en la conferencia mencionada; permitiéndome tan solo agregar al presente, que el señor Flores comuuicó el propósito enunciado del Excmo. Gobierno del Perú, en nota confidencial de 21 de Mayo anterior, así como su beneplácito de la remisión de poderes al señor Frias, en despacho oficial de 11 del corriente. Con sentimientos de particular estima i alta consideración me repito de V. E. mui atento i seguro servidor. (Firmado.)—PEDRO J. DE GUERRA. Al Excmo. señor don Luis Quiñones, Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario del Perú en Bolivia. — Presente.

Es copia.—(Firmado.)—Agustín Blanco, secretario.

XXXVII. Que Bolivia no debe pagar nada por pérdida de la "Independencia." NÚM.

135.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.) La Paz, Junio 29 de 1879. Señor Ministro: H e tenido el honor de recibir la nota reservada que V . S. se ha servido dirijirme con fecha 18 del mes en curso, signada con el núm. 51, remitiendo a esta Legación copia del acuerdo firmado el dia anterior por V. S. i el señor Ministro Plenipotenciario de Bolivia, i aprobado por resolución suprema de la misma fecha, que modifica algunas de las estipulaciones contenidas en el Protocolo de 15 de Abril último, sobre subsidios, cuya copia también se ha dignado V. S. adjuntarme. Por un telegrama del señor Ministro Flores al Excmo. señor Guerra, se supo aquí las modificaciones introducidas en el Protocolo de subsidios; i posteriormente el periódico L A DEMOCRACIA, en su número 232, correspondiente al dia 26 de los corrientes, que acompaño a este oficio, ha insinuado en su primer editorial que Bolivia no es responsable al pago de la pérdida del blindado Independencia. Como debe suponer V. S., esta Legación ha trabajado constantemente por desvanecer la mala impresión i las resistencias que hizo surjir el Protocolo de 15 de Abril último, que solo el dia de ayer ha conocido su testo; i aunque en mi humilde concepto, las modificaciones que introduce el acuerdo del 17 del mes que termina, son bastante onerosas para el Perú, sin embargo felicito a V. S i a nuestro Gobierno, porque mas bien pequemos de jenerosos. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.


DOCUMENTOS

XXXVIII.

FERNANDEZ.—A S. S. el Ministro del Perú residente en La -Paz.—Es copia.—Agustín Blanco, secretario.

Se da cuenta del estado en que se halla la 5.» división a las órdenes del jencral Campero. NÚM.

143.—-LEGACIÓN

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INÉDITOS.

DEL PERÚ EN B0LIVIA.

La Paz, Julio

3 de 1879.

Señor Ministro: Tengo el honor de dirijir a V. S. en copia el oficio que ha dirijido a esta Legación nuestro cónsul en Potosí, para que se sirva tomar nota del estado en que se halla la 5. * división del ejército boliviano, que comanda el señor jeneral Campero. —Dios guarde a V . S.

XXXIX. Nota sobre el decreto de corso espedido por el Gobierno de Bolivia. NÚM. 144.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.)

La Paz, Julio 3 de 1879. Señor Ministro: Inmediatamente que recibí el oficio reservado de V . S., J. L. QUIÑONES. núm. 114, de 19 del mes anterior, me apersonó en el Ministerio Al señor Ministro de Relaciones Estertores del Perú—Lima. de Relaciones Esteriores con el objeto que V. S. se sirve indicarme en la comunicación que tengo el honor de contestar. El Excmo. señor Guerra me manifestó no tener conocimiento oficial ni extra-oficial sobre las jestiones relativas al decreto sobre COPIA. corso espedido por este Gobierno, i del cual me anuncia V. S. que reclamará el ájente diplomático de los Estados Unidos, por Consulado del Perú en Potosí.—Junio 27 de 1879.—Señor Ministro.—En contestación a su estimable oficio del 19 del conceptuar los artículos 15, 16 i 17 opuestos al tratado celebrado en 1858 entre Bolivia i los Estados Unidos, actualmente presente i cumpliendo las prescripciones que él contiene, tengo en vijencia. Entonces le insinué la conveniencia de estrechar lo el honor de pasar a V . S. los siguientes informes: mas que fuese posible las buenas relaciones con aquel Gobierno La división que el jeneral don Narciso Campero tiene a sus i remover cualquier obstáculo que pudiera entorpecerlas. El órdenes está compuesta: del batallón Bustillo, 1. ° de Potosí, señor Ministro me ofreció satisfacer los deseos del Perú en constante de 500 plazas escasas, de buena jente diestra ya en prueba de sus íntimas i cordiales relaciones. los movimientos militares, pero que al principio de su organizaAl dejar cumplidas las prevenciones de ese Ministerio, me es ción tuvo algunos contratiempos que comenzaron a relajar su disciplina por causa délos malos jefes que le cupo, los que fue- honroso suscribirme de V. S., señor Ministro, mui atento i obediente servidor. ron retirados en cuanto el jeneral de la división se apercibió de su mal comportamiento i reemplazados por otros buenos, que (Firmado.)—J. L. QUIÑONES. han puesto el cuerpo en buen camino: el 1 - jefe es el "señor Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima. coronel don Francisco Benavente, en condición provicional, pues es el jefe del Estado Mayor de la división. Del batallón Ayacucho 2. ° de Potosí, constante de SQ^Íazas de jente mui escojida i buena para la clase de campaña que tiene que emprender XL. la división, pues es toda sufrida i habituada a viajar a pié en todo clima; su disciplina es buena i su instrucción bastante re- El Perú devuelve al Gobierno de Bolivia los 8,300 rifles gular. Del batallón Chorolque, constante de 500 plazas de la i tiros a bala que había recibido en préstamo. mejor jente que tiene Bolivia para el servicio de las armas; su disciplina e instrucción en mui buen pié. Del batallón Tarija, NÚM. 27.—LEGACIÓN DE BOLIVIA EN EL PERÚ. constante de 300 plazas, poco mas o menos, de jente que aunque mui buena para el servicio de las armas, no es mui apropiada Lima, Julio 7 de 1879. para soportar la rijidez de estos climas en la actual estación, i Señor Ministro: por ello i la falta de abrigo, han tenido en Tupiza muchas bajas; Se ha recibido en esta Legación su respetable oficio fecha 5 su instrucción i disciplina son regulares. Del escuadrón Méndel corriente, marcado con el núm. 26, en el que V . E. se dez, constante de 150 plazas aproximadamente, de jente mui sirve comunicarme haber remitido en la cañonera Pilcomáyo i apropiada para caballería, pero que tiene los mismos inconvea disposición del señor jeneral Daza, dos mil doscientos rifles nientes de clima que el batallón Tarija, por ser de la misma Remington, por igual número del mismo sistema que yo creí procedencia; su instrucción i disciplina también regulares. conveniente. proporcionarle a principios del mes próximo paEn cuanto a equipo, todos los cuerpos enunciados están vessado. tidos i uniformados, pero escasos de abrigo. Se sirve igualmente V . E. comunicarme en el oficio que Del armamento se sabe con evidencia que llegó a La-Quiaca tengo el honor de contestar, que junto con los 2,200 Remington custodiado de orden del Gobierno de Jujui por fuerzas jnjeñas; se ha enviado también trescientos mil tiros, reservándose la pero el contratista señor Carranza se opone a que pase de allí remisión, en otro buque de la escuadra, de doscientos mil tiros mientras no se les pague en Tupiza, todo lo que por él cobra, mas para completar los quinientos mil correspondientes a la que es mucho mas sobre su propuesta aceptada. Carta de Tupidotación de aquellos; i concluye V. E. espresando los sinceros za anuncia que el Gobierno nacional arjentino ha telegrafiado agradecimientos de su Gobierno por ese préstamo que la deliautorizando que tropas armadas bolivianas puedan internarse cadeza de V. E. califica como servicio importante. en territorio arjentino con objeto de custodiar el armamento i En contestación, me es grato decir a V. E. que tanto mi a consecuencia de que se temia viniera una cruzada chilena a Gobierno como el señor capitán jeneral del ejército de Bolivia, no tomarlo. La llegada del armamento a la raya i exijencias del solo han aprobado el préstamo de dicho armamento, sino que han contratista, son avisos oficiales que ha recibido esta autoridad, aplaudido ese acto i felicitado a esta Legación por haber maniquien, con este motivo, ha marchado hoi a Tupiza; lo demás se festado con él la elevación con que Bolivia aprecia los deberes sabe por cartas particulares. que le impone la alianza i por haber correspondido a la comuNo creo demás poner en conocimiento de V . S. que a indicanidad de propósitos e identidad de aspiraciones que ella alición mia i deponiendo sus diferencias personales ante los intementa i persigue. reses del pais, el señor jeneral Campero ha telegrafiado a Salta Agradeciendo a V. E. la oportunidad con que su Gobierno hace ocho dias; al igual don Nicanor Flores, llamándolo para ha hecho la remisión de dicho armamento, que tan eficazmente compartir con él el mando de la 5. * división i para que en un tiene que influir en el éxito de la campaña abierta, me es grato caso dado, pueda reemplazarlo; esto en consideración a las aptireiterarle las protestas de mi alta consideración i particular tudes del jeneral Flores i a que han sido aceptados por el Goaprecio. bierno de Bolivia los servicios que éste se sirvió ofrecer. Z. FLORES. Por correo de ayer pasé a Tupiza el pliego que V. S. se ha serAl Excmo. señor doctor don Manuel Irigóycn, Ministro de Relaciones Esteriores vido adjuntarme para nuestro Ministro en Buenos Aires. del Perú.—Presente. Es todo lo que por hoi tengo el honor de informar a V. S.— Dios guarde V . S., señor Ministro. — ( F i r m a d o . ) — J U A N A . er

TOMO I I — 4


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G U E R R A

D E L

XLI. Armamento de Buenos Aires; rivalidades en el ejército aliado; descripción del soldado boliviano. NÚM.

148.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.) La Paz, Julio 10 de 1879. Señor Ministro: Me es grato remitir a V. S. en copia anexa, signada con el núm. 1, el oficio que con fecha 4 del presente me cíirije nuestro cónsul en Potosí, así como la carta semi-oficial del cónsul de la República en Cochabamba, i que en la presente comunicación lleva núm. 2. También se servirá V. S. encontrar en la adjunta copia de prensa, sin número, el telegrama cifrado que le cíirije el Ministro de la República en Buenos Aires, el cual envié inmediatamente al prefecto de Puno para que lo trasmitiera, i que a la fecha lo juzgo en poder de V. S. ( 1 ) Dios guarde a V. S. J. L. QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

COPIA N Ú M . 1. Consulado del Perú en Potosí.—Julio 4 de 1 8 7 9 . — N ú m . 2 1 . •—Señor Ministro: Ayer a las once de la mañana i por estraordinario pagado por este consulado, remití a V. S. un telegrama de nuestro Ministro residente en Buenos Aires, cuya copia de prensa acompaño.—El armamento, en número de 2 , 9 2 0 rifles Remington reformado, tamaño mediano, buena clase, está en La-Quiaca esperando que el señor prefecto del departamento se arregle con el contratista señor Carranza, cuyas exijencias, como ya anuncié a V. S., son bien exajeradas. El mas grave inconveniente de este armamento es, que no tiene mas dotación que de treinta cartuchos por rifle; i observado esto al contratista por el coronel Aryoroa, jefe del batallón Chorolque, ha contestado que en quince dias mas pondrá en la raya, trescientos mil cartuchos, que son los únicos que habian disponibles en Buenos Aires, donde ha telegrafiado haciendo el pedido de ellos.—Es cuanto por hoi tengo el honor de comunicar a V. S.—Dios guarde a V. S., señor Ministro.—(Firmado.)—JUAN A. FERNANDEZ.—A S. S. el Ministro del Perú residente en Bolivia.—La Paz.—Es copia.—Agustín Blanco, secretario.

PACIFICO.

con el pueblo i en el cumplimiento de ellos distrae la .mayoría de su tiempo i atención.—Aquí, por el contrario, los Presidentes prescinden por completo del pueblo, i consagran todos sus desvelos i todos los recursos del pais a perfeccionar sus cuerpos de preferencia, que son la salvaguardia de su poder i sostenimiento en el mando. El jefe de un cuerpo no tiene mas deber que instruir hasta la perfección a sus soldados, i si se descuida en esto, es inmediatamente despedido, castigado i espulsado. —Casi siempre están los cuerpos de este ejército en cantones para evitar la seducción, i allí los jefes no permiten que jentes de afuera se comuniquen con los soldados. Esto, a mas de que hace mas fácil la instrucción, por la ausencia completa de distracciones, retira al soldado de la vida social i le hace olvidar sus amistades i parentescos, i su cuerpo llega a ser para él su hogar i su familia. Si lo despiden, ya no puede volver a la vida del ciudadano i sufre de nostaljia.—Tenemos ya aquí la evidencia de la próxima llegada de los blindados. A personas tan interesadas como las que mas en el resultado de la guerra, se les ha reservado el secreto i ellas han tenido que desentrañar el misterio dando a sus averiguaciones, dentro i fuera de la República, mas publicidad de la que era prudente.—Hoi llega a esta ciudad el escuadrón de voluntarios que viene de Santa Cruz. Probablemente no pasará adelante.—Julio 5.—El correo llegó oportunamente, sin nada de notable.—Tengo el gusto de repetirme de Ud. mui atento i seguro servidor. Q. B. S. M . — —(Firmado.)—Adjunto, ZAMUDIO.—Es copia.—Agustín Blanco, secretario,

XLIL Bolivia pide que le entreguen los desertores de su ejército que están en el Perú. NÚM.

153.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Julio 19 de 1879. Señor Ministro: Z'z El señor Ministro de Relaciones Esteriores de esta República se ha insinuado con esta Legación en el oficio que tengo la honra de adjuntar en copia, para que ordene a la autoridad departamental de Puno la entrega de los desertores del ejército boliviano que se hallan en aquel departamento. Limitándome a trascribir por mera prevención al señor prefecto de Puno el contenido de dicho oficio, tengo el honor de poner lo referido en conocimiento de V. S. para que se sirva resolver lo conveniente. Dis guarde a V. S. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES.

COPIA N Ú M . 2. Cochabamba, Julio 1, de 1 8 7 9 . — S e ñ o r doctor don J. Luis Quiñones.—La Paz.—Mui señor mió i distinguido amigo: Esta carta marchará por el correo que sale el 4 i que debemos recibir mañana.—Me anticipo, pues, en escribirla, sin perjuicio de continuarla el dia de su salida.—Han llegado algunos de los jóvenes que fueron en el escuadrón Vanguardia de Cochabamba, que aun permanece en Tacna sin armarse.—Entre las noticias que comunican, hai una sobre todo que debe ser conocida por Ud. i por el Gobierno. Dicen, pues, que hai muchos celos i recelos con el ejército boliviano por parte del jeneral Prado i demás jefes peruanos.—Que el ejército de Bolivia es mui superior al nuestro en instrucción, disciplina, armamento i personal de tropa. Que los recelos del jeneral Prado nacen de esta superioridad en clase i número. Que el pedido de los rifles para Bolivia, que lian quedado en Lima, no tiene otra causa que el temor de hacer aun mas poderoso al ejército boliviano.—La superioridad del ejército boliviano sobre el nuestro me la esplico fácilmente, por varias razones que voi a enumerar i que ojalá quisiesen comprender nuestros jefes.—La disciplina tiene que ser aquí mas efectiva que en cualquier otro ejército, porque el hombre que es soldado en Bolivia deja de estar bajo el amparo de las leyes.—Su jefe es dueño de su vida.—Por la mas lijera falta o por un simple capricho puede quitarle la vida mandándole dar mil palos.—En toda otra nación, incluyendo la Prusia, que es esencialmente militar, el mandatario tiene deberes para c

(1) No publicamos este telegrama i muchos otros que tenemos en nuestro poder hasta que sean descifrados. Dichos telegramas formarán parte del apéndice que publicaremos al final del presente tomo.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

COPIA. MINISTERIO DE RELACIONE-! ESTERIORES.

La Paz, Julio 19 de 1879. Señor Ministro: Tiene conocimiento este Ministerio que varios desertores bolivianos, pertenecientes al ejército aliado, se hallan asilados en la frontera del Perú, especialmente en Yunguyo, i como la persecución a éstos se hace necesaria, en interés de la moralidad i disciplina de nuestros ejércitos, me permito insinuarme con V. E. para que se sirva ordenar a la autoridad departamental de Puno, a fin de que los gobernadores de los pueblos de la frontera indicada, manden aprehender a dichos desertores, poniéndolos a disposición de los correjidores de la frontera boliviana, quienes se hallan autorizados para recibir a aquellos desertores que deben ser juzgados conforme a la lei militar. Esperando que V. E. se mostrará deferente a la insinuación enunciada, me es satisfactorio renovarle las espresiones de alta consideración con que soi de V. E, mui atento i seguro servidor. (Firmado.)—PEDRO J, DE GUERRA. Al Excmo. señor don José Luis Quiñones, Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario del Perú en Bolivia. --Presente.

Es copia.—(Firmado.)—Agustín Blanco, secretario.


DOCUMENTOS

XLIII. Llegada de rifles i municiones a Tapiza; división Campero.

21

INÉDITOS.

También se servirá V. S. hallar adjunta la copia signada con el núm. 2 del oficio que nuestro cónsul en Potosí me dirije sobre el estado de la división del jeneral Campero. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES.

NÚM. 158.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La

Paz,

Julio

24 de 1879.

Señor Ministro: Tengo la honra de adjuntar a V. S. en copias, bajo el núm. 1, el telegrama cifrado que le dirije nuestro Ministro en Buenos Aires, i que hoi inmediatamente de recibido lo envié por estraordinario al señor prefecto de Puno, para que lo trasmitiera a V. S.; ( 1 ) i bajo el núm. 2 , el oficio de nuestro cónsul en Potosí, relativo al estado en que se hallan los aprestos bélicos en aquella localidad. Dios guarde a V. S. J. L. QUIÑONES. Al

señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

COPIA N Ú M . 2 .

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

COPIA N Ú M . 1. LEGACIÓN DEL PERÚ EN B O L I V I A . — 2 9 1 . — D e Buenos Aires p

1 1 i 7 2 las 4 P. M. del 2 3 . — Á j e n t e consular peruano.—JENARO REYES.—TUPIZA.—-.Oficial.—Diga Ministro Perú La Paz. Comunique Gobierno Perú i Bolivia que Huáscar i Union bombardearon el 2 0 Caldera, i el 2 1 Huascoi Carrizal, destruyendo lanchas i embarcaciones del puerto. Jeneral Arteaga renunció i fué nombrado para reemplazo el jeneral Escala, Aseguran en Valparaíso que el Huáscar apresó dos trasportes chilenos que conducían tropas, armas, municiones, caballos, víveres.—LATORRE.—Tupiza, julio 2 8 de 1 8 7 9 . — H o r a s 9 P. M . — El telegrafista,—Es copia.—Agustín Blanco, secretario.

COPIA N Ú M . 2.

Consulado del Perú en Potosí.—Julio 1 8 de 1 8 7 9 . — N ú m . LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.—Consulado del Perú en Po2 7 —Señor Ministro:—Confirmándole mis oficios núms. 2 4 tosí, Agosto 1.' de 1879.—Núm. 3 1 . — S e ñ o r Ministro: Adjuni 2 5 de 1 1 del presente, paso a comunicar a V. S. todo lo to remito a V. S. el telegrama de nuestra Legación en Buenos que merezca mención. Con fecha 1 1 del presente me remitió la Aires, fechado el 2 3 de Julio, que hoi he recibido por estraorajencia de Tupiza el telegrama que habia recibido de nuestro dinario de la ajencia consular en Tupiza junto con el oficio Ministro en Buenos Aires, cuya copia acompaño. Por él verá siguiente:—Ajencia Consular del Perú.-—Tupiza, Julio 2 9 de V. S. confirmada la noticia de que el Senado en Buenos Aires 1 8 7 9 . — S e ñ o r clon Juan Antonio Fernandez, cónsul del Perú en rechazó el tratado Balmaceda por diez i ocho votos contra siete. Potosí. Señor: Restablecida nuevamente la línea telegráfica El 8 del actual llegaron a Tupiza los tan esperados 2 , 0 0 0 riacabo de trasmitir a nuestra Legación en Buenos Aires el telefles Ptemington: son de buena clase, tamaño i calibre mediano, grama que me incluye ITd. en su estimable oficio de 2 4 del no tienen sino 1 0 0 , 0 0 0 tiros de munición, lo que se cree un incon- corriente. Asimismo le adjunto el que también en este m o mento recibo de la referida Legación, referente a las operaciones veniente grave. Aquí se piensa mandar hacer mas munición, de gran importancia ejecutadas por nuestro glorioso Huáscar pero no confío en que puedan fabricarla llenando esta necesien las costas chilenas.—El jeneral Campero llegado a Cotagaidad; ademas, la cosa es urjente, i no se puede contar con ensayos ta se ha encontrado con que la 5 . división no cuenta con las de éxito dudoso, por cuyo motivo seria conveniente que si el provisiones i todo lo mas necesario para emprender la campaña Gobierno consigue en ésa, la mande por la via de Oruro a al desierto. Igualmente que los cuerpos que aquí existían i en Huan chaca, i si no fácil seria enviarla de Iquique a San Crisespecial de los pertenecientes al departamento de Tupiza, se tóbal de Lipez. El jeneral Campero pensaba marchar a Tupiza hallan sin abrigos i otros útiles militares indispensables. Con dentro de algunos dias; pero como ha recibido ayer órdenes cuyo motivo aseguran que las fuerzas del Sur no podrán espedel capitán jeneral, para tomar con su división el pueblo de dicionar antes de veinte dias, i que dos cuerpos regresarán a San Cristóbal de Lipez hasta el 2 8 del presente, salió ayer paacantonarse en ésta,—El jeneral N. Flores llegó ayer, pero aun ra Cotagaita donde encontrará los batallones Chorolque, Tanja no sabe el dia en que continuará su marcha.—Dios guarde a i escuadrón Méndez; mañana salen de aquí para el mismo punV. S., señor cónsul.—(Firmado.)—JUAN A. FERNANDEZ. to, los batallones Bustillo i Ayacucho, donde los aguardan con las armas correspondientes para emprender inmediatamente la A S. S. el Ministro del Perú residente en Bolivia.—La Paz. marcha a San Cristóbal i Canchas Blancas. Anoche se recibió estraordinario del subprefecto de Lipez, comunicando que peíEs copia.—Agustín Blanco, secretario. dos individuos que habían venido de Chiu-Chiu i Calama, se sabia que los chilenos se preparaban a mandar cuarenta hom- j bres a Canchas Blancas, con orden de quemar todas las postas XLY. i ranchos, de destruir los víveres que creen acopiados en ese El Ministro de Relaciones Esteriores de Colombia solitrayecto para esta división, i de interceptar las comunicaciones cita se ponga en libertad al Ministro chileno don con Iquique, evitando el paso de ganado i víveres para este Domingo Godoi. puerto i todo el litoral peruano.—Dios guarde a V. S „ señor Ministro.—(Firmado.)—JUAN A. FERNANDEZ.—A. S. S. el M i SECRETARÍA DE LO INTERIOR I RELACIONES ESTERIORES. nistro del Perú, residente en Bolivia.—La Paz.—Es copia.— Agustín Blanco, secretario. Bogotá, Agosto 8 de 1879. Señor Ministro: Ha llegado a conocimiento del Gobierno de Colombia que el ciudadano chileno Domingo Godoi, que se dirijia a esta R e XLIV. pública con el carácter de Ministro Diplomático de su nación, Telegrama sobre escursion del "Huáscar"; mala si- acompañado de su secretario, en uno de los vapores ingleses tuación de la división Campero. que hacen la carrera del Pacífico, fué detenido en el Callao por ajenies del Gobierno de V. E., impidiéndosele así la continuaNÚM. 165.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA. ción de su viaje en el desempeño de la misión amistosa de que venia encargado. El Poder Ejecutivo de la Union ha visto con pena este suceso, LAI Paz, Agosto 7 de 1879. que lo ha privado de recibir al^ emisario de una nación amiga, Señor Ministro: e interpone en todo cuanto valgan sus buenos oficios para inTengo el honor de adjuntar bajo el núm. 1, el telegrama terceder ante S. E. el Presidente de la República peruana, con que dirije a V. S. nuestro Ministro en Buenos Aires, i que por el propósito de que se sirva poner en libertad al señor Godoi, i ser noticias atrasadas omito trasmitir por el cable telegráfico. no se le impida la continuación de su viaje. Las leales i cordiales relaciones que ha manifestado i man(1) Este telegrama se publicará descifrado en el apéndice al final del pretiene Colombia con el Perú, constituyen, no lo dudo, un título sente volumen. 1 3


28

G U E R R A

D E L PACIFICO.

bastante para que los buenos oficios de aquélla en este asunto tengan la mejor acojida, i así se lo promete con entera confianza el Presidente de la Union. Con sentimientos de distinguida consideración mees honroso suscribirme de V. S, mui atento servidor. (Firmado.)—LUIS CARLOS RIEZ. A S. E, el señor Ministro de Relaciones Esteriores de la República del Perú.— Lima.

XLVI. Se da cuenta de las jestiones llevadas a cabo para la compra del buque de guerra "Dinamarca" i dos blindados alemaues.

jenerosidad del señor de Goyeneche el inconveniente del precio, quedaría por allanarse el de la salida del buque, de aguas alemanas, cosa mui seria para aquel Gobierno. Quiera la buena suerte de la República que por el próximo vapor pueda comunicar a V. S. mas satisfactorias noticias a este respecto. Dios guarde a V. S. LUCIANO BLUPENNÍ, cónsul. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores.

XLTII. Cañones comprados en Hainburgo para el Gobierno de Bolivia. NÚM. 33.—LEGACIÓN DE BOLIVIA EN ÉL PERÚ.

Lima, Agosto 20 de 1879. Señor Ministro: París, Agosto 16 de 1879. Me es grato poner en conocimiento de V. E. que el 21 de Julio último han debido ser despachados, de Hainburgo Señor Ministro: Las jestiones referentes a la compra de buques, de que di para Colon, seis cañones rayados de campaña, con sus respectivos útiles i dotación, (componiendo en todo un total de 278 cuenta a V. S. en mi última nota de 5 del actual, continúan bultos i una medida de treinta metros cúbicos,) que mi Gobiercon la actividad que el caso requiere, siendo su estado el sino ha comprado i que se le remiten por conducto de los señoguiente: Vino a París el comerciante hamburgués encargado de nego- res Fürth i Campbell, de Colon i Panamá. Cumple igualmente a mi deber comunicar a V. E. que, conciar el Dinamarca, i después de esplicar estensamente a S. E. fiado en la comunidad de intereses de la alianza i en la beneel señor Canevaro i a mí el curso de sus dilijencias, comprovolencia del señor cónsul jeneral del Perú en Panamá, me dimetióse a facilitar la inspección de dicho buque hasta el día rijo a él, con esta fecha, remitiéndole los documentos relativos 20 cuando mas tarde; por manera que no allanada hasta ena dichos artículos de guerra, i suplicándole se sirva recibirse tonces esa previa operación, quedaremos desligados de él i en de ellos, tenerlos listos para remitirlos en el primer trasporte aptitud de poder negociar el mismo buque por conducto de peruano que se despache al puerto de Panamá i cargar al G o otro proponente que se jacta de tener la seguridad de allanar bierno de V . E., con el aviso respectivo, los gastos que le decualquiera dificultad proveniente del Gobierno danés. Repito, manden esas operaciones. ¡jues, que no está perdida toda esperanza respecto de dicho buque, a pesar de que sus condiciones no son superiores a las Esperando que V. E. dé una benévola acojida a estas prede los blindados chilenos. Hemos pensado en él como recurso venciones i las reitere por su parte, me es grato renovarle las estremo, conduciendo las negociaciones de modo que no nos seguridades de mi distinguida consideración i particular apreveamos rigorosamente comprometidos a comprarlo, si entre tanto cio. se puede adquirir otro mejor. Z . FLORES. NÚM. 28.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN ITALIA.

Para llegar a este resultado es que hemos tenido el señor Canevaro i yo con el señor de Goyeneche varias conferencias relativas al blindado o blindados alemanes (pues son dos los que se pueden comprar), de que hablé a V. S. en mi referida nota, como ofrecidos por el señor cónsul del Uruguai en Londres, don Alberto A . Guerrico. Supongo que S. E. el señor Canevaro remitirá a ese despacho copia de la nota que colectivamente dirijimos al señor de Goyeneche i de la respuesta de éste, que ha orijinado las conferencias habidas con el señor Guerrico para allanar el inconveniente de la garantía de cincuenca mil libras esterlinas ( £ 50,000) exijida por el Gobierno alemán como requisito que ha de preceder a la inspección del buque o buques. Hemos propuesto al señor Guerrico una fórmula que él ha trasmitido a sus ajentes, i esperamos la respuesta con la mas viva impaciencia. A este respecto, yo fundo por completo mis esperanzas en la formal promesa tantas veces hecha por el señor de Goyeneche, aquí i ante el Supremo Gobierno, de adelantar los fondos si se presenta buque que comprar. Bajo la fe de' esta promesa, he sido incansable en la oficiosa tarea que me he impuesto de inquirir por toda clase de medios, dónde i cómo puede sernos vendido un buque. En cuanto a las condiciones del bixque o buques alemanes, ellas son las siguientes: Tonelaje de desalojo (Tounage displacement) 6,G63 toneladas. Fuerza efectiva, 5,400 caballos. Espesor del blindaje, 9 pulgadas. Marcha, 14 nudos (Knots.) Calado, 23' 6". Dos torres con dos cañones de 10 toneladas cada uno. Un cañón a popa i otro a prqa de siete toneladas cada uno. Puede V. S. comprender que si el Perú llegase a adquirir siquiera uno 'de aquellos buques, su preponderancia marítima seria incuestionable i el éxito de la guerra se acelerarla gloriosamente coronando sus armas con un triunfo seguro. N o es prudente, sin embargo, descansar en tales promesas, que pueden resultar irrealizables; aparte de que, aun vencido por la

Al Excmo. señor doctor don Manuel Irigóyen, Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Presente.

XLYIII. Esperanzas en el poder del monitor "Atalmalpa." NÚM. 183.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Setiembre 4 de 1879. Señor Ministro: Por el correo llegado ayer del esterior no ha venido comunicación alguna de esa capital, en razón de no haber llegado del Callao a Arica, en la oportunidad conveniente, el vapor de la carrera. Este atraso me hace abrigar la halagadora esperanza de que el monitor Atalmalpa habrá dejado las aguas del Callao, con cuyo motivo se retendría al vapor, para privar al enemigo del conocimiento de su salida. A ser cierta esta suposición, seria de felicitarse, pues tan monstruoso elemento de destrucción proporcionaría brillantes combinaciones, e indudablemente influiría en el rápido i feliz término de la guerra a que nos ha arrastrado la ambición i soberbia de nuestros enemigos. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—J, L. QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

XLIX. "El Comercio," periódico de La Paz, es subvencionado por el Gobierno del Perú. NÚM, 104.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.) IM Paz] Setiembre 4 de 1879. Señor Ministro: Por la adjunta copia del oficio de. nuestro cónsul en esta


DOCUMENTOS

INÉDITOS.

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ciudad, se impondrá V . S. de que el señor Sevilla, director del Palacio Nacional San José, Agosto veinticinco de mil ochoperiódico EL COMERCIO, ha convenido en la subvención mensual cientos setenta i nueve.—Ejecútese.—T. GUARDIA. de los cien pesos bolivianos, entendiendo por tales, pesos fuertes El Secretario de Estado en el despacho de Relaciones Estede a diez reales, es decir, cien bolivianos. Así, pues, la mensuariores.—JOSÉ M . CASTRO. lidad corre desde el 1. ° del presente en el sentido indicado, Un sello.-—Es conforme.-—CASTRO. salvo que V. S. no le preste su aprobación, en cuyo caso quedará sin efecto el referido contrato, abonándosele el mes corrido, i pues así lo ha declarado el mencionado señor Sevilla.—Dios LI. guarde V. S. J. L. QUIÑONES.

Revolución en Cochabamba.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima. NÚM.

(Reservada.)

COPIA. Consulado del Perú en La Paz.—-La Paz, Setiembre 1. ° de 1879.—Señor:—He puesto en conocimiento del señor Sevilla, editor del periódico E L COMERCIO de esta ciudad, el contenido del oficio de esa Legación comunicando que el Supremo Gobierno ha limitado la subvención a cien pesos bolivianos, de los doscientos estipulados en el contrato ad referendum que en dos de Julio del corriente año firmé con dicho señor, conforme a las instrucciones de V. S.—Conviene el señor editor con la mensualidad de los cien pesos bolivianos que correrá desde la fecha, pero en la intelijencia de que los pesos serán de a diez reales de boliviano, que es la moneda nacional de este pais.—Dígolo a V. S. en contestación a su citado oficio, para lo que pudiera convenir.—Dios guarde a V . S.—(Firmado.)—JUAN S. LIZÁRR A G A . — A l Excmo. señor Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario del Perú en Bolivia, doctor José Luis Quiñones,—Es copia.—Agustín Blanco, secretario. 1

L. Costa-Rica aprueba el tratado sobre Derecho Internacional Privado.

La Paz, Setiembre 14 de 1879. Señor Ministro: Ayer en la noche llegó a mi conocimiento de que se habia operado en Cochabamba un movimiento revolucionario; i por la escasez de tiempo apenas puedo comunicar esta noticia a S. E. en una carta semi-oficial. En vista de la gravedad de este acontecimiento i en guarda de los intereses de la alianza, creí conveniente preguntar al señor Doria Medina, i éste me dijo que todo se reducia a lo siguiente : El dia 8 del actual, el jeneral Rendon tomó el cuartel de Jendarmes i apresó al prefecto; pero la juventud i las personas mas notables desarmaron-a los amotinados i pusieron en libertad al prefecto, sin que haya sobrevenido ninguna desgracia. Rendon i un Rossell fugaron. Se procura ocultar lo acaecido para que no llegue a noticia de los chilenos. El prefecto asegura que si encuentra al jeneral Rendon lo fusila. Como V. S. ve, esta resolución ha venido a manifestar el buen juicio i patriotismo de esta República, que tan necesarios son en las circunstancias actuales. Rogando a V . S. se digne poner este oficio en conocimiento de S. E. el Vice-presidente de la República, encargado del mando supremo, me es honroso suscribirme de V . S. mui atento i seguro servidor.

SECRETARÍA DE RELACIONES ESTERIORES DE LA REPÚBLICA DE

198.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLILLA.

COSTA-RICA.—PALACIO NACIONAL.

San José, Setiembre 10 de 1879. Señor: De conformidad con el artículo 57 del tratado firmado en esa capital a 9 de Noviembre del año próximo pasado, i contraído a establecer reglas uniformes en materia de Derecho Internacional Privado, tengo el honor de dirijir a V . E. copia autorizada del decreto por el cual de parte de esta República, se aprueba i ratifica dicho tratado. Esto, no obstante, cumple a la dignidad de mi Gobierno, manifestar al de V . E. que no es su intención quedar así ligado para con el de Guatemala, con el cual se hallan suspensas las relaciones oficiales. Aprovecho esta oportunidad para reiterar a V. E. las seguridades de mi aprecio i de mi consideración mui distinguida. JOSÉ M. CASTRO. Al Excmo. señor Ministro de Relaciones Esteriores de la República del Perú.

(Firmado.)—J. L. QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

LI1. Se da cuenta déla revolución promovida por el jeneral ítendón i del estado de la 5. división. a

NÚM.

201.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.) La Paz, Setiembre 20 de 1879. Señor Ministro: Para los fines consiguientes remito a V. S. en copias auténticas las cartas semi-oficiales de nuestros cónsules en Cochabamba i Potosí, signadas respectivamente con los números 1 i 2; i un oficio del último bajo el número '¿; cuyas comunicaciones inpondrán a V . S. del modo como felizmente terminó lainsensata revolución operada en Cochabamba por el jeneral Rendon, así como del estado en que se encuentra la 5. división que comanda el señor jeneral Campero. Dios guarde a V. S. rt

NÚM.

9.—EL

GRAN CONSEJO NACIONAL DE LA REPÚBLICA DE COSTA-RICA.

(Firmado.)—J. L. QUIÑONES,

Iniciativa

del Siqjremo Poder

.Ejecutivo.

Habiendo tomado en consideración el tratado constante de sesenta artículos celebrado en la ciudad de Lima, capital de la República del Perú, el dia nueve de Noviembre de mil ochocientos setenta i ocho, relativo al establecimiento de reglas uniformes en materia de Derecho Internacional Privado, por los Plenipotenciarios de las Repúblicas Arjentina, del Perú, Chile, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Guatemala, Uruguai i Costa-Rica, completamente autorizadas, Decreta: Artículo único: Se aprueba i ratifica en todas sus partes el tratado de que se ha hecho mérito. Al Poder Ejecutivo.—Dado en el salón de sesiones.—Palacio Nacional, San José, Agosto cuatro de mil ochocientos setenta i nueve.—BRUNO CARRANZA, presidente.—Jesús Solano, secretario.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.

COPIA N Ú M . 1. Cochabamba, Setiembre 8 de 1879.—Señor doctor don J. Luis Quiñones.—La Paz.—Mui señor mió i distinguido amigo: El desagradable acontecimiento que esta mañana ha tenido mas que alarmada, disgustada a esta ciudad, va a ser comentado a la distancia como un movimiento revolucionario, cuando en realidad no ha sido otra cosa que el desahogo del despecho de don José Manuel Rendon, jeneral fuera de servicio, i de don Rafael Rossell, personaje mui conocido i desprestijiado, sin significación ninguna, ni social ni política. En la mañana de hoi fuimos todos sorprendidos con la palabra revolución, incomprensible e imposible según el es! tado de la opinión. Y o me apersoné particularmente con los


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G U E R R A

D E L

señores Reudon i Rossell para preguntarles qué era lo que pasaba, i me dijeron que el pueblo quería la destitución del prefecto; pero como yo conocia perfectamente cuál era el modo de pensar del pueblo, les hice presente, como a amigos, que el pueblo no quería desorden de ninguna clase, ni menos manifestaciones que pudieran traducirse como síntomas de descontento hacia el Gobierno, i por último, que yo preveía para hoi mismo un gran escándalo en esta ciudad.—Dos horas después de esto, i hacia las 11 del dia, el pueblo marchó i quitó al prefecto que los motinistas tenian preso i éstos salvaron milagrosamente de correr la misma suerte que los Gutiérrez en Lima. — L a Columna Conservadora del Orden, de esta plaza, apenas tenia veinte hombres no municionados.—Rendon babia reunido seis rifles i logró conquistar apenas igual número de hombres.— Su hazaña fué, por consiguiente, mui fácil.—Parece que resentimientos particulares con el prefecto, i la orden que había aquí para el estrañamiento de Rendon i los efectos del licor, fueron las causales de este suceso.—La sociedad principal i el pueblo marchan de acuerdo.—Los descontentos que efectivamente hai contra el prefecto, no quieren desórdenes.—Rendon i Rossell son hombres que viven aislados i casi misteriosamente, sin amigos, sin círculo i casi sin comunicación con los demás.—En este momento todo sigue como si nada hubiera sucedido, i efectivamente, la calaverada de estos caballeros ha sido demasiado ridicula i nada temible.—Temo que el correo se vaya i me repito de Ud. mui atento S. S. Q. B. S. M.—(Firmado.)—Adjunto, ZAMUDIO.—Setiembre 1*2 de 1679.—El desarreglo del correo intermedio ha sido causa de que la presente no hubiera marchado el 9.—He dado cuenta de lo ocurrido al Ministerio de Relaciones Esteriores.—El descontento contra el prefecto es mui grande.—El 8 se portó mui mal i el 9 apenas repuesto en sus funciones pasó a la municipalidad una nota, no solo descomedida, sino insultante, con motivo de no haber cumplido aun esta corporación la comisión de acuotacion entre los propietarios para el empréstito.—Esto le va a acarrear mayor número de enemigos; pero no por esto se alterará el orden público. Me repito de'Ud. S. S. Q. B. S. M.—(Firmado.)—Adjunto, ZAMUDIO.—Es copia.—Agustín Blanco, secretario.

PACIFICO.

de sus operaciones; i del otro se preparan las cosas de manera que sea imposible suministrarle el dinero necesario para esos mismos gastos. Esto hace presumir que la mente de quienes así proceden, es cargar al jeneral Campero con todo el peso de una enorme responsabilidad, con el objeto de desprestijiarlo totalmente i lavarse las víanos- Al principio se juzgaba que la oposición emanaba solo de esta prefectura; mas hoi se nota que su oríjen remonta mas arriba, i que ésta no pasa de ser el órgano, talvez inconciente.—Lo espuesto, señor, es solo traducción fiel de la opinión de personas cuyo juicio merece tenerse en cuenta, i que creo de mi deber poner en conocimiento de Ud. con la claridad que lo he hecho, rogándole la reserva de mi nombre.—Con esta ocasión, tengo el gusto de saludar a Ud. como su mui atento i S. S.—(Firmado.)—LUCIANO PRUDENCIO.—Es copia,—(Firmado.)—Agustín Blanco, secretario. |

COPIA N Ú M . 3.

i Consulado del Perú en Potosí.—Setiembre 12 de 1879.— Núm. 54— Señor Ministro.—Laajencia consular en Tupiza me dice con fecha 5 del presente, que el señor Carranza había telegrafiado de Jujui anunciando que al dia siguiente saldría para Tupiza conduciendo 300,000 cartuchos para los rifles de la 5. división. El grueso de ésta continúa en Cotagaita, sin poder I moverse por falta principalmente de dinero, con el que si hu1 biera, no seria difícil proporcionarle los víveres i recursos de | trasporte que también necesita,—Hace algunos dias que esta | municipalidad despachó ocho tiendas de campaña i otros útiles para las ambulancias de la 5. división.—Dios guarde a V. S., Señor Ministro.—(Firmado.)—LUCIANO PRUDENCIO.—A. S. S. el Ministro del Perú residente en Bolivia.—La Paz.—Es copia,—(Firmado.)—Agustín Blanco, secretario.

¡ j i i

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NÚM.

200.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

(Reservada.)

C O P I A N Ú M . 2. Potosí, Setiembre 12 de 1S79.—Señor doctor don José Luis Quiñones.—La Paz.—Mui respetado i estimado señor: Hai asuntos que por su carácter delicado i de absoluta reserva no pueden ser materia ele una comunicación oficial; tal juzgo el que motiva esta carta cuyo objeto es manifestar a Ud. la opinión de personas sensatas de esta ciudad en relación a la 5. división i al jeneral Campero. Después de la marcha a San Cristóbal de Lipez del batallón Bustillo i de la pequeña avanzada al mando del coronel Carrasco, el grueso de la división continúa estacionada en Cotagaita por falta de municiones, trasportes, i mas que todo, de dinero. El inconveniente de falta de municiones desaparecería en pocos dias mas, pues se sabe con certeza que el 6 del presente debían salir de Jnjui 800,000 cartuchos; pero, como es probable, casi seguro, eme ellos no podrán ser pagados al contratista señor Carranza, tampoco serán entregados.—Personas de buen criterio juzgan que la 5. división no llegará a prestar servicio alguno, i talvez acabará por desorganizarse. Creen que el Presidente abriga temores de que el jeneral Campero pudiera llegar a hacer armas contra él, si tomando parte activa en la actual contienda contribuyera notablemente al buen éxito del resultado final; que para prevenir este hecho, tiende a todo trance a que el señor Campero deje el puesto; i que con tal propósito da a esta prefectura órdenes apremiantes, cuyo cumplimiento la pone en imposibilidad de atender a la 5. división con los recursos indispensables. Sé que los amigos del jeneral Campero le han escrito manifestándole estas opiniones, i ha contestado que conoce perfectamente tales propósitos i tendencias, pero que está firmemente resuelto a no dejar el comando de la división por mucho que se haga.—Algunos atribuyen estas maquinaciones al jeneral Jofré, por celos con el jeneral Campero, i esta idea no deja de ser aceptada; pero nadie cree que el jeneral Campero abrigue las miras que se le supone, pues sus antecedentes, siempre honorables, no le hacen acreedor a tal sospecha,—De un lado se autoriza de un modo público i ostentativo al jeneral Campero a hacer los gastos precisos para la pronta movilización de la división i buen éxito rt

La Paz, Setiembre 18 de 1S79. Señor Ministro: Después del momentáneo desorden que promovió en Cochabamba el atolondrado jeneral Rendon, desorden que ha merecido la desaprobación jeneral, la tranquilidad pública es inalterable en este pais, bajo la sagaz i prudente dirección de los Excmos. señores Ministros doctores Doria Medina i Méndez, que han quedado formando el Consejo de Gobierno. Por falta de tiempo aun no se sabe quién subrogará al finado señor Guerra en el Gabinete; con todo, no falta quienes señalen al antiguo Ministro de Relaciones Esteriores, señor clon Mariano Baptista, que celebró el tratado de alianza con el Perú. Dios guarde a V.S. (Firmado.)—J.

QUIÑONES.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima,

Lili.

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ri

L.

Llegada a La Paz de los señores Ministro Reyes Ortiz i.jeneral Jofré. NÚM.

205.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Setiembre 27 de 1879. Señor Ministro: En la noche del lunes 22, recibí por estraordinario un oficio del prefecto de Puno, trascribiéndome el telegrama que de Arica le dirijia S. E. el Supremo Director de la Guerra, avisando la venida por la via de Moliendo i Puno, de los señores Ministros doctor Reyes Ortiz de Gobierno i Relaciones Esteriores, i jeneral Jofré, de Guerra. Dicho aviso puse oportunamente en conocimiento de los señores Ministros doctor Doria Medina i Méndez, quienes dieron las órdenes necesarias para el viaje de los referidos señores, de Chililaya a esta ciudad. En la tarde de antier llegaron efectivamente los Ministros, tanto los que vienen a incorporarse al Gabinete, como los que estaban encargados del poder, que fueron a Occomisto a alcanzar a los primeros.


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Comprendiendo que los primeros momentos pertenecen escluuna junta de vecinos, con el objeto de arbitrar los recursos sivamente a la familia, no me pareció oportuno visitarlos en esa precisos para la movilización de la 5. división. En ella, esmisma noche, i lo hice al siguiente dia, es decir ayer. puso el señor prefecto que sobre los fondos con que contaba para el pago de las municiones i demás artículos que había Me recibieron con mucha cordialidad, principalmente el señor traído el señor Carranza, era necesario que el vecindario susReyes Ortiz, significándome efusivamente su gratitud por el cribiera en el dia un empréstito de veinticinco mil bolivianos, Perú. Como era natural, aproveché de la buena oportunidad en dinero efectivo, para que con ellos emprendiera su marpara manifestarles la sinceridad de los sentimientos fraternales cha la 5. división. Es de advertir que el señor prefecto que en el Perú se abriga por Bolivia, i les aseguré que los lazos leyó varias comunicaciones, i entre ellas dos del señor Carentre ambas Repúblicas tienen que ser indisolubles. ranza, dirijidas al señor jeneral Campero, en las que, deAsí concluyeron mis referidas visitas, llenas de recíprocas clarando caducados los contratos que habia firmado para la protestas de amistad i de las que tengo el honor de dar cuenta j provisión de municiones a 6 0 pesos el millar, muías etc., esa ese Ministerio. ! presaban que en el dia las municiones valian setenta boliDios guarde a V. S. vianos el mil, i que deseaba vender al contado todo, todo (Firmado.)—J. L. QUIÑONES. cuanto habia traído (municiones, 9 4 2 rifles, espadas, cananas) Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima. o nada. Estas pretensiones motivaron en la junta una discusión que terminó con el siguiente acuerdo:—Considerando que de documentos consta que el señor Adolfo Carranza, ha faltado al cumplimiento de sus contratos; que apoyado en su propia LIY. culpa pretende hoi esplotar al pais, subiendo a su capricho el Los cónsules del Perú en Sucre, Potosí i Cochabamoa, precio de los artículos que él cree de urjente necesidad para la anuncian la situación política de estos departamen- división i por los que hoi pide un precio i mañana puede pedir tos i el estado de la 5. ; i división. otro mayor; que no es difícil que el Estado Mayor del ejército boliviano proporcione las municiones que se necesita, por cuanNÚSI. 210.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA. to que se sabe que las tiene en gran abundancia; que la prefectura cuenta con recursos bastantes para la movilidad de la La Paz, Octubre 4 de 1879. división; que es preciso confiar en que el soldado boliviano es Señor Ministro: capaz de sobreponerse a todas las dificultades consiguientes al clima i desiertos que la división tiene que atravesar, pues que Tengo el honor de remitir a V. S. en copias auténticas i bade ello tiene dada mil pruebas, siendo la última la marcha del j o los números 1, 2 i 3, los oficios i una carta que con fecha 2 6 batallón Bustillo a San Cristóbal, donde no encontró recursos del pasado me dirijen nuestros cónsules en Sucre, Potosí i Code ninguna especie i donde sin embargo se mantiene hoi. Se chabamba, manifestándome la situación política de aquellos departamentos i la situación en que se halla la división del j e - | acordó: que no se compre al señor Carranza ninguno de los | artículos que ofrece en venta; que se pida el secuestro de los neral Campero. ; 9 4 2 rifles que existen en Tupiza, para que éstos respondan a Dios guarde a V. S. los daños i perjuicios ya reclamados judicialmente; que sin deJ. L. QUIÑONES. mora se remita al cuartel jeneral de la división, treinta mil Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima. bolivianos en dinero efectivo, para que con ellos se ponga inmediatamente en marcha sobre San Cristóbal i espere allí las órdenes del capitán jeneral.—Tal es en compendio, el acuerdo COPIA N U M . l . de la referida junta a la que asistí en calidad de vecino comerciante.—Creen muchos que el señor Carranza tendrá que deConsulado del Perú en Sucre.—Setiembre 2 6 de 1 8 7 9 . — • ! sistir de sus nuevas pretensiones i ofrecer sus artículos por Núm. 2.—Señor Ministro: En vista dol oficio de V. S. de 1 6 ! precios equitativos.—El dia 2 7 i cuando mas tarde el 2 8 del del mes en curso, paso a informarle de lo esencial que ocurre en \ presente, se remitirá el continjente de los treinta mil bolivianos el Sur de esta República.—El movimiento revolucionario de en dinero efectivo, pues, en la escasez de éste, ha sido forzoso Cochabamba, encabezado por el jeneral Rendon, no tiene al ¡ esperar la acuñación de una parte.—El señor pirefecto espresó parecer ninguna ramificación en estos departamentos.—Se ha i también en la junta, que desde luego pensaba remitir al señor recibido aquí la noticia de este acontecimiento con jeneral in- | jeneral Campero ún certificado de depósito de Bs. 2 0 , 0 0 0 en el dignación i la opinión unánime hasta de los círculos opositores Banco Nacional de Bolivia, para que con esta garantía proal Gobierno, es contraria a toda idea revolucionaria en las accure la adquisición de municiones.—En próximas comunicatuales circunstancias.—El señor Adolfo Carranza tiene en La ciones tendré el honor de decir a V. S. los resultados (pie este Quiaca las municiones i animales que contrató para la 5. diacuerdo produjera,—Dios guarde a V, S., Señor Ministro.— visión i exije el pago previo para entregarlas.—Con este moti(Firmado.) — LUCIANO PRUDENCIO, ájente consular.— A S. S. vo el señor prefecto de Potosí, pide al vecindario un préstamo el Ministro del Perú en Bolivia.—La Paz.—Es copia,—Manuel de noventa mil bolivianos, pagaderos con la contribución indi- j F. iMndaeta, adjunto de la Legación. jenal próxima a recaudarse.—Reunido el vecindario de Potosí ha aconsejado a la prefectura, que no habiendo cumplido el señor Carranza con el tenor de su contrato, causando tantos perjuicios, no le tome los artículos que ha traído i que se desCOPIA N Ú M . 3. pache la 5. división con bolivianos 3 0 , 0 0 0 de los fondos de la Casa Nacional de Moneda, los que estando en billetes de ' Cochabamba, Setiembre 16 de 1879.—Señor doctor don José banco, se ha nombrado una comisión para que se ocupe de su , Luis Quiñones.—Mui señor mió i distinguido amigo:—La noconversión a moneda acuñada, operación que en las actuales ticia venida por el último correo de la espulsion ignominiosa circunstancias ofrece serios inconvenientes.—Por lo espuesto del jeneral Juan José Pérez i su baja del ejército por medio do observará V. S. que todo se pretende hacer a última hora, sin una orden jeneral, ha producido una impresión mui penosa en haber previsto nada ni preparado el terreno para allanar las este pueblo. Como a esto se agrega la complicación que se sudificultades que son consiguientes. Se conoce desde mas de pone a los jóvenes de la vanguardia afectados de las mininas tres meses la suma que se debe pagar al señor Carranza i solo ideas que se atribuyen a Pérez, la impresión ha sido doblemenel dia antes se pretende buscar los fondos, optando por el medio • te dolorosa. Nadie cree culpable a Pérez; se atribuye todo al de mas imposible realización,—Dios guarde a V. S., señor M i - ¡ carácter violento i receloso del jeneral Daza. Sea como fuero, el nistro.—(Firmado.)—JUAN A. FERNANDEZ.—A S. S. el Minis- í Presidente, que no es querido, lia perdido mucho mas aun de lo tro del Perú en Bolivia,—La Paz.—Es copia Manuel F. Lau- \ que tiene en su- contra por este solo paso ante la opinión p ú dada, adjunto de la Legación, blica. Agregúese a esto que el desagrado contra el actual prea

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fecto es mayor cada dia, Por mi parte no tengo opinión f'ormada. El conocimiento que tengo de las personas que ocupan la escena, me hace dudar. Es mui probable que Pérez sea inoecnCOPIA N Ú M . 2 te, pero es posible que no lo sea. Esta mi opinión particular que a nadie he comunicado, no la tiene persona alguna. Todos Consulado del Perú en Potosí.— Setiembre 2 6 de 1 8 7 9 . — j están ciertos de la inocencia de Pérez. De un momento a otro Núm. 5 9 . — S e ñ o r Ministro: El 2-1 del presente, i a convocatoi se espera a don Miguel Aguirre que viene del cuartel jeneral ria del señor prefecto, tuvo lugar en el salón de la prefectura j j | ¡


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comisionado para hacer efectivo el empréstito, que alcanza a 1 6 0 , 0 0 0 bolivianos para este departamento. Las pocas simpatías con que cuenta el prefecto i las miserias del pais hacen casi ilusoria esta comisión. Olvidaba decir a Ud. en el primer párrafo de mi carta, que el nombramiento de Flores en vez de Perez ha causado mucho disgusto. Flores es el hombre mas aborrecido i despreciable de Bolivia, soberbio i pretencioso, hiere a todas las personas a quienes se acerca. N o tiene en Bolivia un amigo. Tengo el gusto de repetirme de Ud. mui atento S. S.—(Firmado.)—Adjunto, ZAMÜDIO.—Es copia.— Manuel F. Lanclaeta, adjunto de la Legación,

LV. Se establece una línea de chasquis de La Paz a Tapiza. NÚM.

217.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Octubre 10 de 1879. Señor Ministro. : En la conferencia que tuve ayer con el Excmo. señor Reyes Ortiz, le manifesté la necesidad de establecer una línea de chasquis de esta ciudad a Tupiza, para asegurar la mayor rapidez en las comunicaciones importantes con nuestra Legación en Buenos Aires. El señor Ministro, penetrado de la importancia de mi indicación, me aseguró que como encargado de la cartera de Gobierno, arreglaría de la manera mas conveniente, i en el menor tiempo posible, el establecimiento de la referida línea de chasquis, cuidando de que haya en cada posta postillones destinados esclusivamente a este servicio estraordinario. Sin perjuicio de esto la Legación puede disponer de personas que hagan este servicio de estraordinarios en el momento que sea necesario. Me es grato dejar así contestado el estimable oficio de V. S., núm. 1 6 1 , de 1 8 del mes próximo pasado. Dios guarde a V . S. (Firmado.)—J. L . QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Estcriores del Perú.—Lima.

Lima, Noviembre 1. ° de 1879.—Trascríbase al Ministerio de la Guerra i a la secretaría jeneral del Supremo Director.—• (Firmado.)—LARRABÜRE.

LVI. Vijiiancia i esfuerzos para impedir que Chile se arme. NÚM.

43.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN EL BRASIL.

Rio de Janeiro,

a 21 de Octubre de 1879.

Señor Ministro: Refiriéndome al oficio que tuve la honra de dirijir a V. S. en 2 de los corrientes bajo el núm. 1 6 , reservado, cúmpleme poner hoi en su conocimiento que, según los informes del consulado de la República en esta corte—cuyo exacto servicio he logrado establecer—hasta la fecha no ha arribado aquí el vapor Maranheuse, que conduce elementos de guerra para el enemigo, i al que ese oficio se referia; ni es probable ya que arribe, tanto por contar mas de 5 0 dias de viaje, puesto que zarpó de x\mbéres el 5 de Setiembre, como por llevar a bordo 8 0 0 toneladas de carbón, según me lo asegura el señor Ministro Plenipotenciario de la República en Francia, en oficio que me dirijió con fecha 1 3 del propio mes de Setiembre, lo que permite suponer, que fué intención de los armadores del susodicho vapor, que realizase su viaje en derechura de Ambéres a las costas de Chile, como lo han hecho los que lo precedieron en ese tráfico, i lo harán los que le sigan; pues, parece que el Gobierno de Chile no cesa de proveerse de armas i elementos de guerra. A este propósito, diré a V. S, que el señor Ministro Residente de la República en Londres, me avisa por telegrama fechado en esa ciudad el 1 6 del que cursa, la salida del vapor Feltoncastle (¿) conduciendo armamento para el enemigo, con cuyo motivo he reiterado a los cónsules de mi dependencia, las prevenciones que les hice con ocasión de la salida del Maranheuse i que V. S. conoce ya, contestando al dicho señor Ministro R e -

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sidente con la prontitud debida i espresándole la fundada creencia que abrigo, ya de que el dicho buque no tocara en los puertos de este imperio, ya de que no me seria posible detenerlo en ninguno de ellos, dado que así sucediese, i espresándole las razones i motivos que tal creencia me hacen abrigar. Porque, en efecto, señor Ministro, 'si los representantes de la República en Europa, a pesar de su reconocido celo e intelijencia, no pueden impedir la salida de buques conduciendo elementos bélicos para Chile de los puertos de naciones neutrales, i cuya neutralidad violan escandalosamente con ese hecho, i como pueden esperar, que las Legaciones del Perú en este imperio i en las Repúblicas del Plata, puedan detenerlos en su tránsito, si de arribada tocasen en los puertos de este imperio o de aquellas Repúblicas, no siendo cosa clara i evidente que con tal hecho violaren la neutralidad del uno ni de las otras? Adonde se debe hacer todo esfuerzo por detener los buques que lleven elementos de guerra para el enemigo, es en los puertos de su salida, sin abrigar la quimérica esperanza de que puedan ser detenidos en aquellos en que pudieran tocar en tránsito. Supongo que acontecerá con el Feltoncastle, lo que con el Maranheuse i el Jenovese—que haga el viaje directo; sin embargo, si así no fuese i por aquí arribase, no dude V. S. que haré cuanto pueda por detenerlo, por pocas que sean las esperanzas que alimente de conseguirlo, apresurándome a poner lo que ocurra en el alto conocimiento de V. S. Entretanto, repítame de V. S., señor Ministro, mui atento i respetuoso servidor. J. A. de L A VALLE, Al señor*Ministro de Estado en el despacho de Relaciones Esteriores.

LVIL Dificultades respecto al Tratado aduanero entre Bolivia i el Perú. NÚM.

41,—LEGACIÓN

DEL PERÚ EN BOLIVIA.

Lima, Octubre 21 de 1879. 'Señor Ministro: Las exijencias del estado de la guerra en que nos encontramos con Chile, me obligaron en dias pasados a trasladarme al Sur i permanecer un corto tiempo entre Tacna i Arica, puntos que mantienen un activo comercio con las plazas del Norte i centro de Bolivia. El inmediato contacto que con esa ocasión mantuve con los empleados de la ajencia aduanera de Bolivia en Arica, i con el alto comercio de esa ciudad i de la de Tacna, ha llevado a mi ánimo el triste convencimiento de que las ventajas que se procuraron para el comerció en el tratado de Aduanas vijente, son nugatorias, no por la naturaleza e inconveniencia de sus estipulaciones, sino por cierto espíritu de despreocupación o de independencia respecto a ellas, que predomina en los consejos i en los actos de la administración local. En apoyo de este aserto, séame permitido decir que a la simplicidad i sencillez del procedimiento adoptado para el despacho en tránsito, i alas facilidades que con él se ha querido otorgar, se ha respondido con una complicación desautorizada, que no ha podido menos que sorprenderme, porque no habia entrado en los cálculos ni en la previsión de los negociadores. A la claridad de las estipulaciones relativas.a multas, se ha contestado con la estraña pretensión de subordinar las estipulaciones del tratado a los reglamentos internos. Estas adulteraciones o erróneas interpretaciones del pacto vijente, así como otras muchas que como éstas constituyen trabas i dificultades, o falta de franquicias, cuando menos, producen tan honda perturbación i tan profundo disgusto en el comercio que mantienen ambos países, que principia ya a despertarse, de un modo mui acentuado, al menos por lo que respecta a las plazas del Sur de Bolivia, la necesidad de cambiar de corriente comercial, reemplazando la dificultosa via de Arica i Tacna con la del Rosario i Ferrocarril Central Arjentino, cuya liberalidad ejerce una atracción fascinadora. Ante la evidencia de los diversos hechos a que hago simple referencia, i ante la espectativa de los perjuicios que puede acarrear la indiferencia administrativa de ambos paises en este orden, creí de mi deber pasar al ájente aduanero de Bolivia en Arica el oficio que se servirá V. E. hallar adjunto en copia lega-


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lizada i cuya conformidad con las estipulaciones i con el espíritu del tratado vijente, no dudo que se apresurará a acusarme la justificación de V. E., como estoi persuadido me lo habría acusado su honorable antecesor, el ilustrado señor Irigóyen, con quien me fué grato concluir esa negociación, después de largas discusiones en las que predominó el espíritu consignado en el aludido oficio. Esperando que V . E. no halle autorizada esta insinuación, i convencido como estoi, de que V. E. se penetrará de la necesidad de establecer desde el principio la fiel interpretación i verdadera jurisprudencia internacional acerca del tratado aludido, me es grato reiterarle las protestas de elevada consideración i particular aprecio con que soi su atento i seguro servidor. (Firmado.)—Z. FLORES. Al Excmo. señor Juan E. Guzman, Perú.—Presente.

Ministro de Relaciones Esteriores del

Lima,

Octubre 22 de 1879.

Trascríbase al Ministerio deHacienda i Comercio, con copia del anexo, para que dicte las disposiciones del caso i dígase en respuesta, (Firmado.)—LARRABÜRE.

COPIA. Tacna,

Octubre

7 de 1879.

Por autorizados informes que me ha suministrado el alto comercio de Arica i de esta ciudad, veo con sentimiento que se complica indebidamente el procedimiento fácil i sencillo estipulado en el tratado de comercio i aduanas, vijente entre B o livia i el Perú, para el despacho de las mercaderías en tránsito, haciendo nugatorias las facilidades i franquicias que ha querido otorgarles el espíritu de los negociadores que lo concluyeron. Inspirados por el deseo de hacer, desde luego, prácticas i efectivas esas facilidades, i de evitar que la corriente comercial tome otro rumbo que le ofrezca menos trabas, como parece t o marlo con detrimento de los intereses bien entendidos de uno i otro pais, unidos hasta hoi por tantos vínculos, creo de mi deber, como negociador del pacto i como Ministro de Bolivia en el Perú, dirijir a Ud. la presente comunicación, por mas que se resienta de irregularidad mi intelijencia directa con esa ajeucia i no por el órgano natural que es el Ministerio de Relaciones Esteriores de Bolivia. Según dicho tratado (artículo 13) el ájente que solicite el despacho de mercaderías en tránsito para Bolivia, debe hacerlo mediante la presentación de cinco pólizas, en todas las que hai que consignar las distintas operaciones del despacho, como la calificación de la mercadería, el avalúo, el aforo i la liquidación. Esas cinco pólizas deben distribuirse, según acuerdo entre los negociadores, que no se consignó en el tratado por no incurrir en la falta de esceso de reglamentación, del modo siguiente: dos para el administrador de la aduana, (una para su archivo i otra para que la remita a un ájente aduanero de Bolivia); dos para el ájente aduanero de Bolivia, (una para su archivo i otra para el administrador de la aduana respectiva); i la quinta para el comerciante o dueño de la mercadería, a fin de que le sirva de guia para la introducción de aquella. Con verdadero sentimiento he sabido que, a pesar de la claridad del citado artículo 13, inciso 1. ° de dicho tratado, i del espíritu que lo dictó, que no puede ocultarse a la penetración de Ud., se exijen en esa aduana siete pólizas, i que en lugar de entregarse al dueño de la mercadería la quinta que le corresponde, se le obliga a sacar un certificado por el que haga constar haber hecho el despacho de la mercadería que introduce a las aduanas de Bolivia. También estoi informado de que se pretende justificar este gravamen de tiempo i de trabajo que se hace pesar sobre el comerciante con la obligación que los reglamentos imponen al señor administrador de la aduana, de mandar a varias oficinas un ejemplar de las pólizas del despacho, lo cual implica el intento de subordinar un tratado internacional a los reglamentos interiores del pais, reglamentos que solo pueden tener aplicación en el despacho en tanto que no estén en oposición a las TOMO I I — 5

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estipulaciones de aquel, según está prevenido en el artículo 19. Siendo, pues, el tratado la suprema lei entre las naciones contratantes, a la que tiene que subordinarse toda otra disposición de carácter interno, es de suponer que el señor administrador supla la deficiencia de pólizas con el recurso que crea conveniente, como el de copias legalizadas, por ejemplo, pero nunca con la adulteración de las estipulaciones del tratado internacional. He sabido también con verdadera sorpresa, que en los casos de esceso de la mercadería manifestada se aplica a ese esceso, ademas del derecho natural o de arancel, una multa del doble de ese derecho ordinario, lo cual equivale a que la mercadería que constituye el esceso esté gravada con un derecho triple, en lugar del doble, como está estipulado en el inciso 5. ° del artículo 13. También ha llegado a mi conocimiento, con mas sorpresa todavía, que cuando hai que imponer una multa con arreglo a reglamento o por infracción de él, se hace una masa común del derecho ordinario i de la multa, para dividirla por mitad entre ambas naciones, lo cual importa una adulteración del artículo 17 del mismo tratado, que establece la división por partes iguales, no sobre el derecho natural u ordinario, sino sobre la multa a que ha dado lugar la infracción del reglamento. También he sabido, con no menos sorpresa, que el laudable aunque exajerado celo del señor administrador de la aduana de Arica por los intereses nacionales, lo ha inducido a la adulteración del inciso 2. ° , artículo 13 del mismo tratado exijiendo que dentro de los términos estipulados en él se presente una torna-guia que compruebe la introducción de la mercadería a la respectiva aduana de Bolivia. A este respecto cumple a mi deber decir a Ud. que no ha entrado en los propósitos de los negociadores entrabar la acción del comercio con tales restricciones i exijencias por haberlas creído innecesarias. En efecto, una vez despachada la mercadería en la aduana de la procedencia, en la forma establecida en el inciso 1. ° del artículo 13, es entregada según el inciso 2. ° del mismo artículo a su dueño, o sea al ájente afianzado que ha hecho el despacho, junto con la quinta póliza de que ya me he ocupado anteriormente, i en la que deben constar todas las operaciones del despacho. Esa mercadería tiene que ser introducida dentro del término estipulado en el mismo inciso a la aduana respectiva, en donde, tanto el señor administrador de la de Arica, como el ájente aduanero de Bolivia en ella, han debido remitir las pólizas correspondientes, i a la que también debe presentar el dueño de la mercadería la póliza de su pertenencia. Hecha la confrontación i siendo conforme, éste recoje su póliza con la respectiva anotación de su conformidad, firmada por el administrador de la aduana boliviana i por el ájente aduanero del Perú, póliza que conserva como su resguardo para responder a todo cargo ulterior procedente de su despacho. Si cumplido el término designado en el artículo 13, inciso 2. ° , no se hubiese introducido la mercadería a la aduana respectiva, tanto el ájente aduanero del Perú como el administrador de la aduana de Bolivia, lo ponen en conocimiento del administrador peruano i del ájente de Bolivia respectivamente para los fines estipulados en el inciso 4. ° del misto artículo. Esta lijera esplicacion manifestará a Ud. la superfluidad de los torna-guias, cuya creación no ha entrado en los cálculos de los negociadores; i por consiguiente, la ilejitimidad de su exijencia por esa aduana. El término, pues, concedido al comerciante, es simplemente para la introducción de su mercadería a la aduana respectiva, i no para la presentación de un documento de creación exótica i estraña al tratado vijente. Ha llegado por último a mi conocimiento que se hace una errónea interpretación de lo estipulado en el artículo 17, pretendiendo hacer la aplicación o adjudicación del producto de esas multas según las prescripciones de los reglamentos i leyes nacionales, con prescindencia de las estipulaciones del tratado. No estoi lejos de comprender las dificultades que ofrece en la práctica la observación de un sistema o procedimiento enteramente nuevo o desconocido en nuestras relaciones comerciales; pero al mismo tiempo creo que con alguna elevación de miras i de propósitos, así como con el estudio detenido de las estipulaciones del tratado, tomadas, no aisladamente, sino con la obligada correlación del conjunto, se puede allanar toda dificultad que se oponga a la regularidad del tránsito. Tales son, señor ájente aduanero, los informes que se me han suministrado i las reflexiones i consideraciones que ellos me


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sujieren, i cuya exactitud o falsedad espero ver confirmada o rectificada por la palabra autorizada de Ud. A ser ciertos, no creo aventurado asegurar a Ud. que la interpretación que se da al tratado, o el procedimiento que se observa, están mui lejos de corresponder fielmente al elevado espíritu que ha predominado en los consejos de ambos negociadores i de ambos Gobiernos, cuya mira principal ha sido proveer al comercio de todas las franquicias de que ha menester para su desarrollo, concillándolas con la garantía de los intereses fiscales de ambos países. Sin embargo de que no entra en la esfera de acción de una Legación el ejercicio de actos administrativos, he creído de mi deber apresurarme a dirijir a Ud. esta comunicación, a fin de que se penetre de la liberalidad que se ha consultado con preferencia en las estipulaciones del tratado de comercio, i de evitar que el silencio i el trascurso del tiempo autoricen su errónea interpretación; i sin perjuicio de someter en primera oportunidad su contenido a la consideración del señor Ministro de Hacienda e Industria. Aprovecho esta ocasión para ofrecer a Ud. el homenaje de mis respetos i de mi consideración particular con que soi de Ud. mui atento i seguro servidor. (Firmado.)—Z. FLORES. Al señor Ájente Aduanero de Bolivia.—Arica.

Es copia.—El secretario, P.

Matrengo.

(Aquí el sello de la Legación de Bolivia en el Perú.)

LY1IL Telegramas de Buenos Aires referentes a la rendición del "Huáscar" i muerte de Grau; partida de la división Campero. NÚM.

227.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Octubre <?A de 1879. Señor Ministro: Tengo el honor de remitir a V. S. en copias auténticas con el número 1, un oficio de nuestro ájente consular en Potosí, con dos telegramas anexos (núms. 2 i 3), relativos a los partes falsos de los chilenos dirijidos a Buenos Aires con relación a la desgraciada pérdida del Huáscar; i bajo el número 4 una nota del cónsul en Sucre en que refiere algunos datos sobre el estado de la división Campero. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—J. L. QUIÑONES. Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú,—Lima.

COPIA N Ú M . 1. Consulado del Perú en Potosí.—Octubre 17 de 1879.—Núm. 65.—Señor Ministro: Con la reserva que demandan las circunstancias i bajo la impresión del mas profundo dolor trasmito a V. S. copia de los telegramas de Buenos Aires que comunican las infaustas noticias de la rendición del Huáscar i muerte del valeroso contra-almirante señor Grau i 2o tripulantes. En esta ciudad no son aun del dominio público tan trascendentales desgracias, pues la autoridad ha juzgado prudente mantenerlas aun en reserva. Dios guarde a V. S.—(Firmado.)—LUCIANO PRUDENCIO, ájente consular.—A S. S. el Ministro del Perú residente en Bolivia.—La Paz.—Ultima hora.—Se ha divulgado la noticia causando mui triste impresión.—Es copia.—Agustín Blanco, secretario.

COPIA N Ú M . 2. Legación del Perú en Bolivia. — De Buenos Aires, Octubre 10 de 1879, h. 11 30 m. A. M,—Jorje Mallo.—Tupiza.—Trasmiten chilenos rendición Huáscar batiéndose con Encalada, Cochrane i Loa.—G. MALLO.—Es copia de la copia simple proporcionada a esta Legación por el cónsul del Perú en Potosí.—(Firmado.)—Agustín Blanco, secretario.

PACIFICO.

COPIA N Ú M . 3. Legación del Perú en Bolivia.— De Buenos Aires, Octubre 10 de 1879, h. 5.30 m. P, M.—Jorje Mallo.—Tupiza. Amplian que Grau murió i 25 tripulantes.—Gran sensación en el pueblo; se ajita por celebrar funerales a los héroes.—C. MALLO. —Es copia de la copia simple remitida a esta Legación por el cónsul del Perú en Potosí.—(Firmado.)—Agustín Blanco, secretario. COPIA N Ú M . 4. Consulado del Perú.—Sucre, Octubre 17 de 1879.—Núm. 4. —Señor Ministro: Queda en mi poder el oficio de V. S. número 3, fecha 5 del mes en curso, en el que se sirve ratificarme sus anteriores órdenes, de trasmitir a esa Legacian oportuno informe sobre todo lo que a mi juicio pueda importar en el actual estado de guerra en que desgraciadamente nos encontramos. Llenando mi deber i los deseos de V. S., paso a participarle lo poco notable que acontece en los departamentos del Sur.—Según informes fidedignos recibidos de Cotagaita el 11 del presente, ha salido por fin el jeneral Campero con la 5. división i con dirección a San Cristóbal de Lipez, donde calculo llegará cuando mas tarde hasta el 20 del presente. Se asegura que no lleva las suficientes municiones, que tampoco tienen como permanecer en ninguno de los puntos del trayecto ni en el mismo San Cristóbal por falta de víveres, de los que solo llevan los precisos para recorrer el trayecto sin estacionarse. Los contratos que se hicieron con el señor Adolfo Carranza, de armas, municiones i animales, los ha rescindido la autoridad departamental de Potosí por falta de cumplimiento. Con este motivo, me aseguran que el señor Carranza se encuentra en Tupiza sin saber qué hacerse de las especies que contrató, obligándose a entregarlas en dia determinado, lo que no ha podido cumplir, dando lugar a que se anulen de acuerdo con lo que espresamente parece se tenia pactado. Ademas de esto, las exijencias del señor Carranza para el pago han sido inconvenientes i ofensivas, los precios exajeradísimos; todo lo que ha producido indignación contra este señor. Dios guarde a V. S., señor Ministro.—(Firmado.)—JUAN A . FERNANDEZ.—A S. S. el M i nistro del Perú residente en Bolivia,—Es copia.—(Firmado.)— Agustín Blanco, secretario. rt

LIX. Nota de ^niñones sobre el tratado de paz con España. NÚM.

130.—LEGACIÓN DEL PERÚ EN BOLIVIA.

La Paz, Octubre 24 de 1879. Señor Ministro: Por la importante circular de V. S., de 3 del actual, Núm. 175, me he instruido con satisfacción de que el 14 del mes anterior se ha firmado en Paris un tratado de paz i amistad entre el Perú i España, por los respectivos Plenipotenciarios de ambas naciones acreditados en Francia, bajo la base de la nación mas favorecida i que previa aprobación de la asamblea nacional, que se realizó por unanimidad de votos, ha sido ratificado por su S. E. el Vice-presidente de la República, encargado del Poder Ejecutivo, con fecha anterior a la del oficio de V. S. que tengo el honor de contestar. Efectuada ya por parte del Perú la perfección constitucional del referido pacto, es de esperarse que mui pronto obtendrá su finalización diplomática con el canje de las ratificaciones. Verdaderamente, señor Ministro, que es de felicitarse haber relegado a perpetuo olvido las desavenencias que separaban al Perú i España, estados que por tantos títulos son llamados a estrechar sus relaciones amistosas, i que la fuerza de la sangre les ha hecho recobrar con toda efusión la fraternidad de su oríjen. Ruego a V. S. se sirva elevar el contenido de este oficio a S. E. el Vice-presidente de la República, para que lleguen a su alto conocimiento mis votos de congratulación por haberse zanjado dignamente bajo su sabia administración, las diferencias que sosteníamos con España; cuyo feliz negociado ha dado un nuevo realce a los celebrados talentos diplomáticos de V. S. que me complazco en reconocer. Dios guarde a V. S. (Firmado.)—J. L.

QUIÑONES.

Al señor Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.—Lima.


DOCUMENTOS

LX. Importante carta oficial de Quiñones al Ministro Irigóyen i notable memorándum, inui reservado, referente al estado político de Bolivia. "

. . . La Paz, Octubre 26 de 1879. M U Í apreciado amigo: Con la pérdida del Huáscar, que jamas sabremos deplorar lo bastante, la situación política de este pais se hallaba al borde de un abismo; i lo mas sensible, que nos habría arrastrado sin remedio. Circulaban rumores ele graves desórdenes i cambios en esa capital i en el cuartel jen eral, i no se aguardaba mas que la confirmación para secundar. Felizmente, el correo de antier nos trajo comunicaciones de esa capital hasta el 11 i de Tacna hasta el 18, que han tranquilizado los espíritus i aplazado la jeneral escitacion. Aprovecho de estos momentos i mando a mi secretario, clon Agustín Blanco, para que informe a Ud. el verdadero estado de la política interior de este pais, porque no puedo aventurar en comunicaciones hechos i nombres, i aun cuando lo hiciera, no podría ser con ciertos detalles que constituyen la gravedad de la situación. El joven Blanco, por su circunspección, merece mi absoluta confianza; i espero que Ud. se dignará prestarle su atención a cuanto le diga a mi nombre. Suplico a Ud. se sirva despachármelo en el menor tiempo que le permitan sus graves tareas. Deseando su buena conservación, me repito su atento amigo i servidor. J. L.

QUIÑONES.

Al señor Ministro doctor don Manuel Irigóyen.—Lima.

(Mui reservado.) Memorándum que el secretario de la, Legación del Perú en Bolivia presenta al Supremo Gobierno, de la exposición verbal que le lia encargado presentarle el señor Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario de la República en Bolivia, sobre el estado pjol'ttico de aquella nación. El principal objeto de la misión que se ha encomendado al secretario referido, es hacer conocer del Supremo Gobierno el siguiente hecho gravísimo: Antes de la guerra con Chile se habia concertado en La Paz entre muchos jóvenes distinguidos una conspiración contra el Gobierno del jeneral Daza, siendo el alma de aquel proyecto el coronel Exequiel de la Peña, en actual servicio del ejército boliviano i favorito del jeneral Daza. Hoi dicho jefe ha escrito a La Paz a don Federico Granier, a clon Luis Ballivian i a otros jóvenes notables, recordándoles sus antiguos compromisos de revolución; instándoles a ella, asegurándoles la cooperación del ejército boliviano i declarándoles que si en La Paz no tomaban la iniciativa, ellos la tomarían en Tacna. La verdad de este hecho no puede ponerse en duda, porque nuestro cónsul en La Paz, don Juan S. Lizárraga, que habia tomado compromiso para dicha revolución en la época en que no tenia carácter oficial i antes de la guerra con Chile, ha sido invitado nuevamente a cumplir el mencionado compromiso, que rechazó con dignidad, i lo ha comunicado reservadamente a la Legación. Otro de los objetos de dicha comisión estraordinaria es presentar en referencias verbales el verdadero estado político de Bolivia. El Consejo de Ministros encargado del Poder Ejecutivo no goza de prestijio, i antes bien encuentra resistencias en la opinión; sus miembros son cuatro i sus acuerdos no pueden formar decisión si de la votación resulta empate. El Presidente del Consejo i Ministro de Relaciones Esteriores, doctor don Serapio Reyes Ortiz, es jeneralmente mal querido; se asegura que está dando comienzo a los trabajos que deben preparar su candidatura para la Presidencia de la R e pública, El señor doctor don Eulojio Doria Medina, Ministro de Hacienca e Industrias, es el que mas goza de la confianza del jeneral Daza, sin que esto obste para que haya adoptado como política de conservación propia halagar a todos los partidos. El señor doctor don Julio Méndez, Ministro de Justicia, Culto e Instrucción, está siempre en desacuerdo con sus colegas: protesta ser amigo sincero del Perú, i efectivamente ha escrito en otras ocasiones en nuestro favor, pero su conducta se está haciendo sospechosa, porque habiendo dado su voto en contra de la aprobación del protocolo sobre subsidios de guerra,

INÉDITOS.

35

se niega a prestar su firma al acta que debe perfeccionar el referido protocolo. El señor jeneral Jofré es umversalmente odiado i parece ser enemigo del Perú. La Legación ha recibido una confidencia en este sentido del doctor Nuñez del Prado, presidente de la Municipalidad de La Paz. Ademas, estando el 23 del pasado el señor Ministro Quiñones en el Ministerio de Relaciones Esteriores, en cuyo salón se hallaban todos los señores Ministros, les preguntó del orden interno en Bolivia. El jeneral Jofré tomó a su cargo la respuesta i dijo: "Es cierto que hai personas que trabajan contra la alianza, pero no son sino unos cuantos rotosos." Agregó que uno de los espías habia dado parte de haber encontrado en el prado varios jóvenes que hablaban contra el Perú i el jeneral Daza; que otro espía le habia dicho que en el atrio de San Agustín encontró un grupo que hacia idénticas manifestaciones; "pero yo respondo del orden", terminó diciendo el jeneral; "aunque los peruanos se maten i boten al jeneral Prado, siempre que nuestro ejército no sufra un contraste, porque en este último caso la cuestión seria distinta." Todos los referidos señores Ministros carecen de valor personal. El comandante jeneral, coronel Iriondo, es un anciano de 80 años, sin fuerzas física i moralmente. El intendente de policía, que es el favorito a quien distingue mas el jeneral Daza, es tan odiado como el jeneral Jofré, que es el encarecimiento mas estremado que puede hacerse. A su casa le ha abierto una comunicación reservada con la Legación del Brasil para encontrar asilo en caso de revolución. En el poder hai síntomas de anarquía. El secretario jeneral del capitán jeneral ha pasado al Gobierno una nota imperativa, suscribiéndose secretario jeneral de estado, calificando de altamente imprudente algunas medidas tomadas por aquel Gobierno, i señalándole el camino que en orden interno debia seguir. Dicha nota se pensaba devolverla. El señor Flores renunció la plenipotencia en esta República, i el jeneral Daza se ha mostrado desagradado porque no se la aceptaron, Conocidos los hombres del poder, se examinará la verdadera situación de aquella República. Siempre se ha notado en Bolivia un espíritu mui marcado de animadvercion hacia el Perú, que ni la alianza ha podido borrar; pero especialmente desde la pérdida del Huáscar es mas acentuado el desafecto. Desde este desgraciado acontecimiento los enemigos mas pronunciados del Perú han retemplado sus trabajos para inculcar en las masas la conveniencia de romper la alianza i apoderarse de Tacna i Arica, La colonia alemana que es numerosísima en La Paz, en donde casi no hai otros estranjeros, agota su actividad en hacer propaganda de tan infame proyecto, i sus trabajos están tan organizados que hace creer que obedecen a un plan político bien sistemado. El dia que en la Paz se recibió la noticia de la dolorosa pérdida del Huáscar los alemanes tuvieron una espléndida comida. El señor Ministro, como es natural, ha desplegado la sagacidad mas insinuante, pero convencido que en Bolivia son impotentes los recursos de la cortesía, i penetrado de la necesidad que hai de avivar las simpatías de que gozamos en algunos círculos i sobreponernos a los trabajos que nuestros enemigos avanzan en nuestra contra, manifiesta al Supremo Gobierno la urjencia imperiosa de que.se autorize ampliamente a la Legación para hacer los gasto que la situación exija, según las circunstancias. El Ministro viendo que el Gobierno de Bolivia no daba muestras de honrar la memoria de los ilustres marinos que perecieron en el Huáscar, autorizó al cónsul Lizárraga, amigo íntimo del doctor Nuñez del Prado presidente de la municipalidad, para que de un modo privado i sin que apareciera la Legación, proporcionase los gastos que importasen dichos funerales. La cuenta aun no ha sido presentada i en su oportunidad será remitida al Supremo Gobierno para su cancelación. Tales son los hechos i razones principales que han motivado la comisión del referido secretario.—Lima, Noviembre 10 de 1879. Lima, fka. ut supra.—El precedente memorándum, sin firma, ha sido presentado por el mismo secretario clon A. Blanco en este Ministerio, i es de su puño i letra.


36

G U E R R A

DOCUMENTOS IIDITOS DEL ARCHIVO M I O .

D E L

( 1 )

i.

PACIFICO.

ciado por telégrafo a Valparaíso; sin embargo, estoi prevenido para ello. Hoi han salido para Caracoles ciento cincuenta hombres del 2. ° de línea, al mando del mayor Vivar i treinta artilleros al mando del teniente Villarreal. Con este refuerzo, aquella guarnición cuenta en la actualidad con doscientos cincuenta infantes i cuarenta artilleros, una ametralladora i dos cañones de montaña: el todo bajo las órdenes del teniente coronel don Tomas Walton, nombrado comandante de armas de aquella plaza con fecha 20 del corriente. Dios guarde a V. S. E . SOTOMAYOR. Al

señor Ministro de Guerra i Marina.

Toma de Mejillones: parte oñcial; se pide refuerzos de tropa. Antofagasta,

Febrero

18 de

1879.

Señor Ministro: Tengo el honor de comunicar .a V. S . que nuestras tropas se hallan en posesión, desde el dia 16, del puerto de Mejillones i mineral de Caracoles, cuyos puntos han tomado sin derramar una gota de sangre. En el primero las autoridades entregaron armas, municiones i archivo; i en el segundo, se retiraron la noche anterior. Lo que me apresuro a poner en conocimiento de V. S. Dios guarde a V. S . E. Al

SOTOMAYOR,

señor Ministro de Guerra i Marina.

NÚM. 19. — COMANDANCIA EN JEFE DEL EJÉRCITO DEL NORTE.

Santiago,

Marzo

2 de

1879.

La ametralladora de montaña que existe en almacenes de guerra de esta plaza solo tiene cuatro mil cartuchos i un solo tambor, motivo por el cual no se ha remitido a la disposición de V. S. Dios guarde a V. S. A. Al

FIERRO.

Comandante en Jefe del ejército del Norte.

Santiago,

Marzo

21 de

1879.

Remito a V. S. treinta ejemplares "Táctica de infantería", seis "Recopilación de leyes i decretos", concernientes a la guardia nacional, e igual número de la Ordenanza del Ejército, que V. S. se sirve pedirme en su oficio de 11 del actual. Dios guarde a V. S. A.

FIERRO.

• Al Comandante en Jefe del ejército del Norte.

Antofagasta,

Febrero

20 de

1879.

Señor Ministro: Tenemos ya definitivamente ocupado todo este departamento sin haber disparado un cartucho. Las tropas de mi mando, como V. S. lo habrá visto en mi nota anterior, son diminutas para mantener la posesión de todo el territorio que ocupa, si es que los enemigos traten de recuperar lo que han perdido; por cuya razón creo indispensable el envío de un batallón completo, a lo menos para reforzar a Caracoles, cuya guarnición he aumentado hasta cien hombres del batallón de Marina i una pieza de artillería con diez artilleros para su servicio. Los habitantes de aquella localidad se manifiestan temerosos, i para darles pronta confianza, les remito por el tren de mañana, a las 6 A. M., doscientos fusiles para las guardias nacionales que serán instruidas i disciplinadas por el sarjento mayor don Waldo Diaz. La tropa de caballería convendria en estos lugares si tomáramos a Cobija i Tocopilla. Por ahora no la necesito. Sírvase V. S. remitirme quinientos fusiles Comblain porque los otros quinientos que traje conmigo son insuficientes, por tener en organización cuatro batallones cívicos: dos en esta ciudad, uno en Caracoles i otro en Carmen Alto. Dios guarde a V. S.

III. Ofrecimiento de los nacionales chilenos en Tocopilla. Los que suscriben, hijos de la República de Chile e industriales i trabajadores residentes en este puerto, reunidos hoi han acordado lo siguiente: 1.° Saludar al ilustre almirante de nuestra escuadra, don Juan Williams Rebolledo i a la digna oficialidad que comanda, valientes defensores de la patria querida. 2." Ofrecer gratuitamente nuestros servicios i personas p o niéndonos a sus órdenes, en defensa i sosten de la noble actitud asumida por el Excmo. señor Presidente de la República señor Aníbal Pinto, en la guerra con Bolivia, 3. Manifestar al Supremo Gobierno, por conducto del señor almirante, su adhesión i dar un voto de gratitud por la defensa de sus nacionales residentes en este puerto. Tocopilla, Marzo 23 de 1879.—César Arbulú del Rio.— Victorino Mira.—Kvequiel del Rio.—Toribio Campusano.—José Ramón Leiva.—Exequiel Fuenzalida.—Fermín Benitez.— Vicente Martínez.—(Siguen mas de ciento cincuenta firmas.) D

E. SOTOMAYOR. Al

señor Ministro de Guerra i Marina.

II. Precauciones para el caso de una invasión; el armamento de Chile al principio de la gnerra; carencia de libros de instrucción. NÚM.

27.—

COMANDANCIA EN JEFE DEL EJÉRCITO DEL NORTE. '

Antofagasta, Febrero 25 de 1879. Señor Ministro: Tengo datos positivos para creer que en los primeros dias de Febrero no ha salido de La Paz tropa alguna, como se ha anun(1) En los capítulos que formarán parte del presente volumen, continuaremos publicando en su lugar correspondiente, documentos inéditos mui importantes, tomados no solamente de este mismo archivo, sino también de nuestro archivo particular, muchos de los cuales figuran ya en este apéndice. Dichos documentos darán mucha luz al historiador sobre los diversos acontecimientos de la guerra con la alianza Perú-Boliviana.

IV. Toma de Calama: partes oficiales no publicados. BRIGADA DE ARTILLERÍA.

El que suscribe da cuenta al señor coronel comandante en jefe de las ocurrencias siguientes: Ayer, a las 6 tres cuartos A. M., recibí orden de acompañar con una pieza de artillería al capitán de la compañía de cazadores del batallón 4. ° de línea, señor San Martin, con quien nos dirijimos al Oriente del pueblo; dicho señor me ordenó colocarme con mi fuerza en una pequeña prominencia del terreno, que dominaba todo el campo. A las 7 el enemigo rompió el fuego sobre nosotros i lo sostuvo hasta las 10, hora en que abandonó el campo. N o tuve ocasión de hacer mas que tres disparos: uno contra la caballería, otro contra un gran grupo de infantería i el tercero contra una casa que servia de cuartel jen eral, después de los cuales se dispersó completamente el enemigo para seguir haciendo fuego oculto en los matorrales. Siendo ya inútil con-


DOCUMENTOS

tinuar haciendo fuego con mi pieza, lo continué con carabina hasta que el enemigo abandonó el campo. En el último disparo de cañón, se dio vuelta éste i se quebró el alza. Debo advertir que la pequeña prominencia en que estaba situado, no tenia sino planos mui inclinados. El alférez don Pablo Urízar que acompañó a la división al Sur, tuvo un terreno tan lleno de obstáculos, que no le fué posible disparar, sino un tiro de cañón. En la tropa no hubo novedad. Las municiones consumidas son las siguientes: Tres granadas comunes. Una id. Scheapnds. Ciento setenta i dos tiros a bala de carabina. Después de llegar la tropa a la plaza, el cabo 2. ° Ruperto Silva descuidó una muía que traia de repuesto i le fué robada. Calama, Marzo 24 de 1879. EüLOJIO V l L L A R R E A L .

EL 4. °

DE LÍNEA EN CALAMA.

Calama,

Marzo

24 de

1879.

Señor Comandante en Jefe: Cumpliendo con la orden que recibí de V . S., ayer poco antes de las 7 j A . M., me dirijí con la compañía de mi mando a colocarme al frente de las trincheras i parapetos del enemigo boliviano que estaba situado en la ribera Oeste del rio Loa, Con la compañía tendida en guerrilla i al frente de la línea enemiga, hice romper el fuego a las 7^, pues ellos lo habían hecho tan pronto como tuvieron al frente a nuestros soldados. Cuando los enemigos se replegaban a la izquierda de su línea, tenia yo que abandonar mi lugar i seguirles con fuegos por el flanco derecho; otro tanto tenia que hacer por el flanco izquierdo cuando ellos se replegaban o multiplicaban sus fuegos a la derecha de su línea.' Eran las 10-J- A . M. cuando el enemigo se retiraba disperso i siéndome de todo punto imposible salvar la ribera del rio por tener éste en ambos lados grandes barrancos, tuve que seguir flanqueándolo por la derecha hasta que encontré un lugar a propósito para salvar el río i perseguir al enemigo; pero cuando me encontré en la ribera opuesta, ya todos habían huido. Los muertos por parte del enemigo, no puedo decir su número con fijeza, los que he visto son dos; pero por personas que me merecen entera fe i que han recorrido el sitio del combate, son siete u ocho de enemigos i que todos tenían sus heridas en la cabeza. Me hago un deber en recomendar a la consideración de V. S. la serenidad, sangre fria i arrojo con que se han conducido los oficiales de la compañía: teniente señor Pablo Marchant i subtenientes señores Emilio A. Marchant i Luis Víctor Gana, quienes durante lo mas recio del combate cada uno se manifestaba con el mayor contento i alentando con sus palabras a nuestros soldados. Todos los individuos de tropa, desde el sarjento 1. ° al tambor, se han conducido con la bravura i serenidad que es característica en nuestro ejército. Creo, señor coronel, que todos ellos son dignos miembros del ejército que V. S. comanda, Ningún muerto he tenido que lamentar, i herido de bala solo fué el que suscribe, en la oreja izquierda. Es cuanto puedo decir a V. S, en obsequio de la verdad. Dios guarde a V.S. J. J.

SAN

MARTIN.

V. Armamento llevado por la "Magallanes"; noticias del enemigo. NÚM. 15.—COMANDANCIA DE LA CORBETA

Antofagasta,

37

INÉDITOS.

Seis piezas de artillería de campaña, quinientos sesenta i siete bultos que contienen rifles con sus útiles correspondientes i tiros a bala para los mismos. En consecuencia, ruego a V. S. se sirva enviar al costado del buque las embarcaciones necesarias para el desembarque de estos pertrechos i una persona debidamente autorizada que se encargue de su recepción. Dios guarde a V. S. J. J.

LATORRE.

Al señor Comandante Jeneral de Armas del departamento.

Santiago,

Mayo 27 de

1879.

El intendente de Coquimbo por telegrama de hoi me dice lo que sigue: "De un chileno que ha servido en el Estado Mayor del ejército de Iquique, pasando por arjentino, i que salió el diez del actual, he recibido las noticias siguientes: La tropa desmoralizada i descontenta por no recibir sino media ración. Se han desertado muchos soldados. Hai muchos enfermos por la mala calidad del agua. La artillería está toda en el alto del Molle. Desde el Colorado hasta la caleta de Molle hai diversas obras de defensa consistentes en zanjas i parapetos formados con sacos de tierra, obras que de noche guardan con una fuerte guarnición. Hai nueve entierros de pólvora con sus respectivas mechas, situadas al Sur del muelle, antes de llegar al Morro, al lado de la máquina de agua donde se saca la conchuela, cerca de la bodega de Gildemeister, antes del Colorado, i en el Colorado. Los estrenaos de las mechas están antes de llegar a la esquina del Gallo, casa de un oficial, en la guardia del Morro i en el cuadro que sirve de cuartel. Los trabajos en mui mal estado. Hai en Iquique la primera división boliviana que se compone de mil cien hombres." Lo trascribo a V. S. para su conocimiento. Dios guarde a V. S. B . URRUTIA. Al Jeneral en Jefe del ejército del Norte.

VI. Asesor de la escuadra i del ejército; primera captura de la "Esmeralda." Santiago,

Marzo

28 de

1879.

El señor Ministro de Marina me comunica lo que sigue: S. E. con esta fecha ha decretado lo siguiente: Núm. 268 b. He acordado i decreto: Nómbrase a don Rafael Sotomayor, secretario jeneral del comandante en jefe de la escuadra de la R e pública, con amplias facultades para asesorar a dicho jefe i, en caso necesario, al del ejército del Norte en lo concerniente a todas las operaciones bélicas que puedan ejecutarse en Bolivia i el Perú, i a las medidas administrativas que demanden tanto la escuadra como el ejército. Tómese razón i comuniqúese. " L o que trascribo a V. S. para su conocimiento i fines a que haya lugar.' I yo a V. S. previniéndole que con arreglo al decreto trascrito, V. S. está en el deber de asesorarse en los planes u operaciones que se proyecten contra las fuerzas enemigas, con el citado funcionario. Dios guarde a V, S. ALEJANDRO

FIERRO.

Al Comandanto en Jefe del ejército de operaciones del Norte.

"MAGALLANES."

Mayo 27 de

1879.

Participo a V. S. mi arribo a este puerto verificado hoi a las 2 P. M. procedente del de Valparaíso, con 66 horas de navegación. Mi recalada a Antofagasta, según disposición del señor Comandante Jeneral de Marina, tiene por objeto dejar aquí los artículos siguientes que se conducen de trasporte:

Antofagasta,

Marzo

29 de

1879.

Remito a disposición de V. S. seis cajones de pólvora fina que fueron capturados por el comandante de la corbeta Bañera Ida en la caleta de G ático, bahía de Cobija. J. WILLIAMS REBOLLEDO.


38

G U E R R A

D E L

PACIFICO.

VIL

VIII.

Nota sobre la prisión del coronel boliviano don Benigno Esquino.

Se resuelve la ocupación definitiva de Calama. NÚM.

248.—COMANDANCIA EN JEFE DEL EJÉRCITO DEL NORTE.

NÚM. 5 4 , — A BORDO DEL BLINDADO "BLANCO ENCALADA."

Antofagasta,

Marzo

30 de

1879.

Con motivo de los últimos acontecimientos después de la toma de Calama, creí conveniente ordenar la prisión de los j e fes militares bolivianos i demás personas sospechosas que llegasen a Cobija i, en cumplimiento de estas instrucciones, fué aprehendido en aquel pueblo el coronel don Benigno Esquino, que se halla a bordo de la corbeta Esmeralda en calidad de preso, i el cual queda, desde este momento, a disposición de Para su mejor conocimiento de los antecedentes que motivaron la aprehencion del citado jefe, acompaño a V . S. copia del parte dirijido al comandante de la Esmeralda en Cobija. Dios guarde a V . S. J. WILLIAMS REBOLLEDO. Al Comandante en Jefe del ejército del Norte.

Antofagasta, Abril 8 de 1879. Señor Ministro: En vista de la actitud de nuestra escuadra, que bloquea a Iquique, me parece remoto el peligro de que muevan tropas de aquel puerto estando amagado por nosotros. Los bolivianos que contaban con la via de mar para llegar por Iquique a la Noria i Quillagua, no vendrán tan luego al litoral, aunque les.arreglen el camino de Arica para el paso, En vista de estas consideraciones i de la importancia de la plaza de Calama, he ordenado al comandante del 2. ° , don Eleuterio Ramírez, permanezca en ella porque de evacuarla ahora, nos veríamos en la necesidad de volverla a tomar, escepto el caso de que un ejército mui superior al nuestro la ocupara. Estando allí la caballería i dos compañías lijeras de infantería, es fácil moverse en un momento dado, sin peligro alguno. Dígolo a V . S. para su conocimiento. Dios guarde a V . S. E.

SOTOMAYOR.

Al señor Ministro de la Guerra.

COPIA

IX.

COMANDANCIA DE ARMAS.

Cobija, Marzo

28 ele 1879.

En virtud de lo ordenado por el señor comandante en jefe de la escuadra, tuve ayer el honor de remitir a disposición de Ud. a los ciudadanos bolivianos señores coroneles Esquino i Juan Castaños. El primero, según voz pública, salió de esta plaza acompañando a Zapata, Echagües i otros jefes bolivianos cuatro o cinco noches antes del 21 del pressnte. Se encontró en Calama en unión de Zapata i habiendo sido derrotado, fué este último hecho prisionero en Chacanee o Miscanti, logrando Esquino fugarse a la avanzada del ejército del Norte que los habia hecho prisioneros. El segundo, señor Castaños, siendo amigo íntimo de Esquino, lo condujo a casa del despachero italiano Anjel Costa, i a presencia de Juan Francisco Ardito le refirió lo que se dice públicamente i que he espuesto ya, consiguiendo que Costa le diera alojamiento la noche del 27 en curso. Tanto Costa como Castaños han negado al que suscribe hasta la amistad que les ligaba con el coronel. He retenido en mi poder hasta que se ordene lo conveniente, el caballo ensillado en que el señor Esquino llegó a ésta i por cuya aparición he descubierto a dicho jefe. Habiéndose alarmado la guarnición de Gatica con el areolito que apareció anoche i tomándolo por un cohete de señales, marchó en mi socorro llegando a este cuartel a la una de la mañana. Como se me ha informado (fue en las minas de Yaure existen algunos derrotados de Calama, aproveché su regreso para mandar al subteniente Moreno a cargo de quince hombres a ese mineral anoche a las tres, dándole las instrucciones convenientes. Por el correo i dos comerciantes que llegan en este momento de Calama, sé que el señor coronel Sotomayor se encontraba en Chacanee, de paso para Tocopilla, acompañado de su Estado Mayor i respectiva escolta que ha hecho prisioneros a Canseco Aramayo, Pateño i 60 hombres de tropa, fugándose los demás para el interior con Cabrera i Zapata i, por fin, que desde Calama a aquí, no han encontrado disperso alguno, por las razones espuestas. Me parece, señor comandante, que debe hacerse un prolijo examen de las minas Lealtad propiedad de los señores Artola, en donde se dice hai cuatro cajones de rifles, i en seguida retirar la guarnición de Gatico, por ser innecesaria en ese pueblo e indispensable en esta plaza sus servicios. Suprimiendo el corneta i las clases, quedan solo 50 soldados; de estos diez deben hacer la guardia de j)revencion i 16 el servicio de patrullas. Dios guarde a V . S. G.

VALENZÜELA.

Nombramiento de los jenerales Arteaga, Escala, Baquedano i coronel Sotomayor. Santiago, 10 de Abril de 1879. Señor Ministro: Tengo el honor de acusar a V . S. recibo de su oficio número 867, fecha 8 del actual, en que V . S. se sirve comunicarme el Supremo Decreto por el cual S. E. el Presidente de la República ha tenido a bien nombrarme Jeneral en Jefe del ejército de operaciones del Norte. Puedo asegurar a V . S., señor Ministro, que el jefe del Estado no podia haberme dispensado un honor mas grato a mis sentimientos de chileno i de militar, que el que he recibido con el nombramiento indicado. Gracias a él, me será concedido en el último tercio de mi vida combatir una vez mas por la dignidad i los derechos de la República. Ruego a V . S. se sirva presentar por ello mis mas sinceras gracias a S. E. i aceptarlas V . S. mismo. Dios guarde a V . S. JUSTO ARTEAGA. Al señor Ministro de la Guerra.

Santiago,

10 de Abril

de

1879.

Acuso a V . S. recibo de sus oficios núms, 868, 869 i 870, fecha 8 del actual, en los cuales V . S. me comunica los nombramientos que S. E. el Presidente de la República ha tenido a bien decretar en esa misma fecha, confiriendo a los señores jenerales de brigada clon Erasmo Escala i don Manuel Baquedano el cargo de Comandante Jeneral de infantería al 1. ° i de caballería al 2. ° , i al coronel don Emilio Sotomayor el de jefe de Estado Mayor del ejército de operaciones del Norte, Dios guarde a V . S. JUSTO ARTEAGA.

X. Parte Oficial sobre la espedicion del Cochrane a Huanillos. Tocopilla,

Abril

14 de

1879.

Tengo el honor de poner en conocimiento de V . S. que habiendo partido de Antofagasta el 12 a las 10 P. M., llegué frente a Huanillos, al ponerse el sol del dia siguiente, i viendo trece buques al ancla cargando Imano, me acerqué i mandé n o tificar a dichos buques que cesasen de embarcar i se hicieran a la mar en 48 horas de plazo. De este modo vinieron a bordo los capitanes, que eran de nacionalidad inglesa i americana, i por ellos supe luego que el dia anterior habia habido un combate frente al Loa, entre la Magallanes i los buques


DOCUMENTOS

peruanos Union i Pilcomayo; que duró cerca de tres horas, dando por resultado que la Magallanes siguió su viaje al Norte i los peruanos se perdieron por el S. 0 . , sin que hubiesen vuelto. Temiendo que el golpe fuese a Tocopilla o en fin al Sur, decidí volver aquí i esperar la pasada del vapor del Sur, lo que efectué hoi i supe por el vapor que el Sur estaba tranquilo. Esta tarde he sabido ademas por un bote que venia con chilenos de Huanillos i quienes fueron llamados a bordo de la Union, que ésta tiene a bordo mucha tropa de desembarco que supongo sea para echar a tierra por aquí, i que, por consiguiente, su destino no puede ser mas al Sur, i me he decidido volver al Norte recorriendo la costa hasta Iquique, con el fin de tratar de apresarlos de noche en alguna caleta. Las autoridades han hecho salir a todos los chilenos de Huanillos, quedando las familias que hasta aquí han sido socorridas por un señor inglés,, contratista del embarque de Imano, a quien he dado facultad para trasladarlas al primer puerto chileno, retribuyéndose pasaje de cubierta. Parece, ademas, que este movimiento es en concierto con la marcha de tropas por tierra para el Sur, i mi idea es que esta tropa de Tocopilla debe internarse, llevándose las carretas i animales, puesto que si los buques hubieran venido aquí,, el mayor Vidaurre habria sido de seguro dispersado. Salgo a las 4 P. M. para llegar a Huanillos, distante 50 millas, i Pabellón de Pica, 24 mas adelante, antes de amanecer, i he corrido la voz a bordo del vapor i en tierra que voi a A n t o fagasta. Es cuanto por ahora puedo decir a V. S.

NÚM.

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2343.—MINISTERIO

DE LA GUERRA.

Santiago,

Mayo 31 de 1S79.

El pedido de municiones i artículos de guerra hecho por V. S. es despachado con preferencia en la Maestranza Jeneral, en donde se activan los trabajos con el fin de atender inmediatamente a las necesidades representadas por V. S. en diversas comunicaciones i telegramas. Los pedidos a Europa de cápsulas Comblain, cuyas primeras remesas han llegado ya a esta plaza, se han hecho subir hasta la cantidad de treinta millones. A medida que lleguen las remesas, se irán remitiendo con destino al ejército al mando de V. S. Respecto de los trasportes i convoyes, diré a V . S. que el Gobierno cuenta con los necesarios para las operaciones que deban emprenderse i que se hallarán listos para cuando V. S. lo indique. Con lo espuesto, dejo contestada la nota de V. S. núm. 140 del 25 del actual. Dios guarde a V. S. B . URRUTIA. Al Jeneral en Jefe del ejército del Norte.

XII. Enfermedades venéreas en el ejército. NÚM. 2573.—MINISTERIO DE LA GUERRA.

Dios guarde a V. S. ENRIQUE M , SIMPSON. Ál Comandante en Jefe del ejército de operaciones del Norte.

XI. Escasez de municiones; 30.000,000 de cápsulas. NÚM.

INÉDITOS.

2324.—MINISTERIO

DE LA GUERRA.

Santiago,

Mayo

31 de 1S79.

El Jefe de la Dirección Jeneral del Parque i Maestranza, en nota de ayer núm. 41, dice a este Ministerio lo que sigue: "Teniendo en vista la escasez relativa de municiones Comblain con que actualmente contamos, creo que a fin de aumentar su número en cuanto sea posible, hai un arbitrio fácil i que convendría poner en planta a la mayor brevedad posible. Es sabido que los cartuchos del fusil Comblain una vez disparados quedan siempre en aptitud de servir segunda, tercera i cuarta vez, solamente a condición de que se les cambie el fulminante inutilizado. La cápsula misma, con el disparo, puede asegurarse que no queda deteriorada. De modo, pues, que reemplazado el fulminante, bastaria llenar la cápsula para que quedase de nuevo en aptitud de servir. Ahora tengo la satisfacción de asegurar a V. S. que en un rejistro prolijo que he practicado en los almacenes del parque de la Maestranza de mi mando, he descubierto que existen cinco millones, poco menos, de fulminantes traídos ex-profeso de Europa para reemplazar a los inutilizados. Repito, pues, que en la escasez de cartuchos que nos aflije, seria de mucha importancia disponer que las cápsulas que sé disparasen se recojiesen i se remitiesen a esta Maestranza a fin de cambiarles el fulminante i ponerlas de nuevo en estado de servir. Lo que tengo el honor de elevar al .conocimiento de V. S. para que se sirva dictar las medidas que estime oportunas a este respecto." Lo trascribo a V. S. para que disponga que los jefes de los cuerpos del ejército de su mando hagan recojer las cápsulas del fusil Comblain que disparen por ejercicios doctrinales o tiro al blanco i se remitan a la Maestranza de esta capital para los fines que se espresau en la nota inserta. Dios guarde a V. S. B. URRUTIA. Al Jeneral en Jefe, del ejército de operaciones del Norte.

Santiago,

Junio

10 de 1879.

El Intendente Jeneral del ejército i armada en campaña, con fecha 7 del actual, me dice lo que sigue: "El presidente de la comisión sanitaria del ejército en campaña me dice lo que sigue: Tiene conocimiento esta comisión de que las enfermedades venéreas se han propagado en el ejército del Norte de una manera lamentable i cree de absoluta necesidad, para contener su desarrollo progresivo i los males consiguientes, que Ud. se sirva ordenar al Cuerpo Sanitario que allí reside o a quien corresponda, que semanalmente examinen las mujeres del batallón para averiguar si se encuentran infestadas i ordenar su retención i aislamiento hasta que no se encuentren curadas. Algunas otras medidas de localidad talvez podrían tomarse sobre este mismo asunto, como ser: la de trasportar a las mujeres que, según indicaciones, hayan trasmitido con mas frecuencia las enfermedades venéreas, etc. Pero ellas serian del resorte de las autoridades locales, a la cuales seria conveniente indicarles que tomen algunas medidas a fin de evitar las desastrosas consecuencias de la propagación de estas enfermedades en el ejército." Lo trascribo a V. S. pava su conocimiento, juzgando, por mi parte, de suma importancia se hagan observar las disposiciones de la ordenanza del ejército en esta materia, para que no se hagan enganches de personas enfermas, ni se embarquen tropas para el Norte sin previo reconocimiento de su estado sanitario. Cualquier principio ele enfermedad venérea tiene, por necesidad, que tomar un desarrollo considerable con el temperamento del Norte, i, según todos los informes que tengo, ese mal ha ido inoculado desde aquí. Me permito, pues, recomendar a V. S. el que se tomen desde luego todas las medidas preventivas que aconseja la prudencia para evitar el desarrollo de un mal que puede tomar proporciones considerables. Lo que tracribo a V. S. para los fines del caso. Dios guarde a V. S. Al Jeneral en Jefe del ejército del Norte.

B . URRUTIA.

XIII. Precauciones contra los buques peruanos. NÚM. 3 5 2 . — A BORDO DEL BLINDADO "BLANCO ENCALADA."

Antofagasta, Julio 8 de 1879. Señor Jeneral: Por datos fidedignos que he podido obtener, tengo el convencimiento de que los buques de la escuadra peruana han salido


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G U E R R A

D E L

del Callao dirijiéudose al Sur, constituidos en cruceros para hostilizar nuestros puertos i trasportes, i convendría evitar por todos los medios que puedan llevar acabo su intento. En esta virtud, i a fin de ofrecer alguna seguridad a los trasportes destinados al servicio del ejército i aprovisionamiento de la escuadra, que indefectiblemente tiene que recalar a este puerto, para continuar hasta Tocopilla e Iquique en ciertos casos, me permito indicar a V. S. la conveniencia de establecer en Punta Tetas un vijía, desde donde podría dominar una gran esteusion de horizonte de Norte a Sur para indicar por medio de señales convencionales, tanto de dia como de noche, la aproximación del enemigo i evitar de este modo los riesgos a que quedarían espuestos los trasportes surtos en este puerto i que intentaran seguir al Norte, por ignorar la presencia de los buques peruanos. Si, como lo espero, no tuviera V. S. inconveniente para aceptar esta indicación, convendría que se sirviera trasmitirme una copia de las señales convenidas, diurnas i nocturnas, para hacerlas saber a los buques i trasportes actualmente al servicio de la escuadra. Dis guarde a V. S. J. WILLIAMS REBOLLEDO. Al Jeneral en Jefe del ejército del Norte.

XV. Nombramiento del señor Domingo Santa Alaría de Delegado del Gobierno en el Norte. NÚM. 3230.—MINISTERIO DE LA GUERRA.

Santiago,

El Gobierno ha resuelto que regrese a Antofagasta el Ministro de Relaciones Esteriores don Domingo Santa María, acompañado de don Rafael Sotomayor i del Auditor de Guerra don José Alfonso. Las determinaciones i resoluciones que adaptare o dictare el señor Santa María, sea cual fuere su carácter i el alcance que tuvieren, serán consideradas por V. S. como determinaciones del Gobierno mismo, comunicadas a V. S. por el órgano respectivo. Lo digo a V, S. para los efectos consiguientes. Dios guarde a V. S. B.

A BORDO DEL BLINDADO "BLANCO

Antofagasta,

ENCALADA,"

Julio 8 de 1879.

Señor Jeneral: Tengo el honor de participar a V. S. mi llegada a este puerto en unión de la corbeta Chacabuco, con el fin de protejer este pueblo, el ejército, armamento, provisiones, etc., de conformidad con lo que V. S. se sirvió manifestar al señor Ministro de R e laciones Esteriores, i que dicho señor me comunica en nota del 1. ° del presente. Habiendo salido de Iquique a las 8 P. M, del sábado, al pasar por frente a Tocopilla, a las 12 del domingo, avisté en la bahia un buque'incendiado, i algunas millas mas al Sur, un humo que resultó ser un buque a vapor. Reconocido éste por una de las corbetas peruanas, me puse en persecución; pero el menor andar del buque de mi insignia, no me permitió llegar a tiro de ctfñon, por lo que tuve que abandonar la caza después de haber recorrido un circuito de 195 millas de Oriente a Poniente, por el Sur teniendo la ventaja del menor arco que se describía, por nuestra situación al Norte en las 20 horas que duró la persecución. Dios guarde a V. S. WILLIAMS

REBOLLEDO.

XVI. ENCALADA".

Antofagasta, Julio 14 de 1879. Señor Jeneral: Por un estravío de la correspondencia en tierra acabo de recibir en este momento, las 2 P. M., la comunicación oficial del comandante del Almirante Gochrane, actualmente a cargo de la división que obra en Iquique, en la que, entre otras cosas, me comunica que en la noche del 9 al 10 del presente, la cañonera Magallanes se ha batido con el monitor Huáscar en la bahía de Iquique. Esta circunstancia i los detalles que sobre este hecho se me han comunicado, hacen indispensable mi presencia en aquel puerto i, en consecuencia, zarpo hoi mismo para Iquique, de donde haré regresar al Gochrane para que proteja este puerto de Antofagasta, mientras se terminan los trabajos de fortificación que a juicio de V. S. hacen necesaria la presencia del blindado en esta rada. Mientras tanto, con este objeto queda en este puerto la corbeta Chacabuco, a cuyo comandante he impartido las instrucciones del caso. Como el trasporte Limarí tiene a su bordo pertrechos i otros artículos para uso de la escuadra, aprovecharé esta oportunidad para llevarlo conmigo, si para ello no tiene V. S. inconveniente. Debo prevenir a V. S. que en esta misma fecha comunico por telégrafo al señor Ministro de Marina los hechos de que doi cuenta a V. S. Dios guarde a V. S. J. Al Jeneral en Jefe del ejército del Norte.

Al Jeneral en Jefe del ejército del Norte.

WILLIAMS REBOLLEDO.

Iquique, A BORDO DEL BLINDADO "BLANCO ENCALADA."

Antofagasta,

Julio

9 de 1879.

Señor Jeneral. Tengo el honor de participar a V. S. que siempre que se encuentre en este puerto cualquiera de los blindados, se observará constantemente, como regla jeneral, que ninguna embarcación pueda acercarse durante la noche desde la hora de ponerse el sol hasta la diana, a menos de cien metros a la redonda del lugar que ocupan los buques de la escuadra, so pena de hacer fuego sobre ellos, a no ser que contesten la seña o el santo del dia. Agradecería a V. S. se sirviera dar a esta disposición la conveniente publicidad para evitar toda dificultad. Dios guarde a V. S. Ál Jeneral en Jefe del ejército del Norte.

URRUTIA.

Al Jeneral en Jefe del ejército del Norte.

A BORDO DEL "BLANCO

El "Blanco" persigue a la "Union": parte oficial; precauciones nocturnas.

J.

Julio 11 de 1879.

Combate déla "Magallanes" con el "Huáscar"; heridos chilenos en este combate.

XIV.

J.

PACIFICO.

WILLIAMS

REBOLLEDO.

Julio

16 de 1879.

En el blindado Almirante Gochrane marchan a Antofagasta el fogonero José M, Rebolledo i el soldado José Navarrete, heridos que tuvo la cañonera Magallanes en el combate con el Huáscar, a fin de que sean curados en el hospital de aquella ciudad. Sírvase V. S., si lo tiene a bien, impartir sus órdenes para que sean admitidos en dicho establecimiento. Dios guarde a V. S. J. WILLIAMS REBOLLEDO.

XVII. Se nombra Jeneral en Jefe a don Erasmo Escala i Jefe de Estado Mayor al coronel Sotomayor. Antofagasta, Julio 18 de 1879. Señor Jeneral: Habiendo el jeneral don Justo Arteaga renunciado, con el carácter de irrevocable el mando de Jeneral en Jefe del ejército de operaciones del Norte, i correspondiendo a V. S. tomar dicho mando, según la graduación de V, S., proceda V. S. a verifi-


DOCUMENTOS

cario en el clia de mañana, poniéndose previamente de acuerdo con el espresado jeneral. El jeneral Arteaga, según me lia espuesto en nota de hoi, lia resuelto también embarcarse en el vapor de la carrera que debe pasar mañana por este puerto. Dios guarde a V. S. D.

SANTA MARÍA.

Al señor Jeneral de brigada don Erasmo Escala.

NÚM.

12.

Antofagasta,

Julio 23 de

1879.

Señor Jeneral: En ejercicio de las atribuciones a que hace referencia el oficio de 11 del presente mes, dirijido a V. S. por el Ministerio de la Guerra, nombro Jefe de Estado Mayor al coronel don Emilio Sotomayor. Puede V. S. darlo a reconocer. Dios guarde a V. S. D.

SANTA M A R Í A ,

Al señor Jeneral en Jefe don Erasmo Escala.

XVIII. Carta de "El Profesor" dirijida alJeneral Arteaga.

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INÉDITOS.

XIX. El señor Santa ¡María pide noticias de los estudios liedlos para emprender operaciones militares. NÚM.

11.

Antofagasta, Julio 21 de 1870. Señor Jeneral: Para poder corroborar o modificar el plan de operaciones adoptado por el Gobierno, convendría mucho tener a la vista los estudios que deben haberse hecho sobre operaciones militares en el Cuartel Jeneral i los datos, mas o menos precisos, que han de haberse recojido sobre esta materia. En mis pasadas conferencias con el jeneral en jefe discurrimos varias veces sobre operaciones diversas que podrían emprenderse, ya sobre Tarapacá, sobre Arica o Lima. Con todo fundamento debo suponer que hai en el Cuartel Jeneral estudios c investigaciones mas o menos minuciosas o mas o menos exactas sobre cada uno de aquellos lugares, procurando conocer, entre otras cosas, el número de los enemigos, las posiciones que ocupan, recursos con que cuentan, armamento, etc. Aun juzgo mas, que se debe haber hecho algunos estudios topográficos sobre este mismo lugar, desde que se ha creído que la fuerza enemiga podría en algún dia llegar hasta aquí. Sírvase V. S. enviarme copia de los antecedentes de que hago relación, como cíe todos aquellos que le sean conexos i que contribuyan a ilustrar el juicio del Supremo Gobierno. Dios guarde a V. S . . D. SANTA M A R Í A .

Guayaquil,

Julio 20 de

1879.

Al Jeneral en Jefe don Erasmo Escala.

Señor Jeneral don Justo Arteaga:

XX.

Mui señor mió: Según los pormenores que mandé a Ud., el número de hombres sobre las armas en el Callao, Lima i vecindad es 6,850, calculándose que habían quedado 600 en el Callao i Ancón, durante la gran revista de todo el ejercito, en la carretera del Callao, el 22 de Junio. A veces habia dos o tres mas o menos en los batallones de lo que los números indican, i contados los batallones antes i después de la revista, el resultado no era siempre lo mismo, pero sí, aproximadamente. Dijeron en Lima, para inspirar confianza, que 10,000 hombres estaban con armas en la revista. Allí los conté, de dos modos, como un avaro contase dinero, i hubo 6,050 aumentado el número después por 200. Muchas personas desean que los batallones pequeños fuesen aumentados al número redondo de 500 hombres. Los soldados, a escepcion de los de línea, no entienden siempre bien las órdenes de sus superiores. Piensan cambiar los pocos rifles Minié por los del sistema E e mington. Fué presentado al señor Mackin "el hombre de los torpedos", ájente en Lima para la casa de Horley, Hollingswortn i C. , constructores de buques de Wilmington, Deleware, U. S. El Gobierno del Perú no aceptó sus servicios i Mackin me dijo que queria salir del pais. Capitán Cross del vapor lio, amigo de García i García, me indicó un torpedo (?), mientras nos acercábamos al muelle dársena del Callao. Varios estranjeros me dijeron que aquellas señales, flotando en la superficie del agua entre el dique i la batería de seis cañones, o eran una impostura o los lugares en donde tienen intención de colocar torpedos en la bahía. El Tcdisman llegó con un cargamento de pertrechos de guerra. Un calderero ingles que trabajaba de cuando en cuando a bordo del Huáscar, me comunicó que el blindado indicado, antes de su salida embarcó dos cañones del sistema Gatling, una cantidad considerable de bombas i algunos torpedos. Este aviso fué comprobado en parte, por individuos de nacionalidades diferentes. Fui a Chorrillos i examiné detenidamente el terreno; el pueblo no está minado ni hai un torpedo en la rada. Con sentimientos de mi consideración me suscribo.

El señor Santa María pide cuenta de los elementos cou que cuenta el ejército, guardia nacional i estado de las baterías. NÚM.

15.

Antofagasta,

TOMO

ii—6

1879.

Señor Jeneral en Jefe: Conviene a los propósitos del Gobierno conocer de una manera detallada los elementos que se tenían preparados para que el ejército pudiera espedicionar pronto i la naturaleza e importancia de esos elementos. La idea capital que domina en el plan de operaciones del Gobierno no podría justamente realizarse sin este conocimiento. Sírvase V. S. instruirme a este respecto de los trabajos que V. S. haya encontrado preparados, sin omitir pormenor alguno en cuanto a provisiones, medios de conducción i demás cosas necesarias e indispensables para hacer una campaña fuera de nuestro territorio. Dios guarde a V. S.

1 3

" E L PROFESOR."

Julio 26 de

D.

SANTA MARÍA.

Al Jeneral en Jefe del ejército del Norte.

NÚM.

16.

Antofagasta, Julio 28 de 1879. Señor Jeneral: Deseo conocer cuál es el estado i la organización que tenga la guardia nacional en este lugar i los inmediatos, como Carmen Alto i Caracoles. Importa mucho saber cuál es el verdadero número de guardias nacionales de que podría disponerse para el caso de un ataque, una vez que el ejército se ausente. El Gobierno ha creído que habia aquí tres o cuatro batallones perfectamente armados i, mas o menos disciplinados, de modo que en este evento podían ser los defensores de este lugar i los inmediatos. Para el envió de la reserva que habrá de venir, es necesario, como V. S. lo presumirá, tener exacto conocimiento de la cabal organización, disciplina e importancia de la guardia nacional. Sírvase también decirme V. S. si hai alguna brigada de artillería que pueda reemplazar a la de línea i que sea capaz de gobernar con acierto los cañones que defiendeu este puerto, tan pronto como esta última sea puesta en campaña. Si no la hubiese, espero que V. S. dictará las medidas necesarias para organizaría, aprovechando la pericia del comandante


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G U E R R A

D E L

Velasquez, que puede, mientras esté aquí, adiestrar a los artilleros cívicos. Dios guarde a V. S. D.

SANTA M A R Í A .

Al Jeneral en Jefe del ejército del Norte.

NÚM,

17.

Antofagasta, Julio 28 de 1879. Señor Jeneral: No siendo posible que uno de nuestros buques de guerra permanezca constantemente en esta bahía, la defensa por medio de los cañones destinados a este objeto es la que ha debido preferentemente atenderse. Como V. S. sabe, se han enviado con este propósito cuatro cañones de a ciento cincuenta, i uno de a trescientos. Para apreciar con toda exactitud cuál sea la seguridad con que se pueda al presente contar i poder también determinar el mejor servicio de la escuadra, me dirá V. S.: 1. ° si están ya colocados todos los cañones mencionados; 2. ° cuándo se ha efectuado esta colocación; i 3. ° si ella no ha tenido lugar por completo, cuándo quedará terminada. Conviene también anotar, como punto cardinal, cuándo recibió el comandante don José Velasquez la orden de encargarse de la colocación de los cañones. Dios guarde a V. S. D.

SANTA M A R Í A .

Al Jeneral en Jefe del ejército de operaciones del Norte.

XXL Importante carta semi-oficial del Comandante de Armas de Calama al Jeneral Escala. Ascotan,

Julio 29 de

1879.

Señor Jeneral don Erasmo Escala.

Mi mui estimado señor Jeneral: Con 20 cazadores me hallo en esta posada de Ascotan, que distante cuarenta leguas de Calama, se halla situada en medio de la cordillera, i en el camiuo que conduce al interior de Bolivia, donde se halla Campero organizando una división de 3,000 hombres, según datos, para venir a atacar a Calama.— A pesar de los inconvenientes, sacrificios, temores i alarmas de muchos, me he resuelto a hacer esta importante peregrinación, tanto por reconocer la línea de operaciones que tendría que recorrer en caso de ataque al enemigo, como por averiguar la verdad sobre los repetidos anuncios de la venida de Campero i evitar así una mui posible sorpresa, Con resolución i confianza salí, pues, de Calama el 15 del presente, i a la fecha me cabe la satisfacción de decir a V. S. que aunque no ha sido un camino de flores el que he reconocido, sin embargo he logrado hacerle mui dificultosa la venida del enemigo, por cuanto, progresivamente han ido cayendo en mi poder, los víveres, forraje, leña i elementos de trasporte que iban acopiando en las partes de que ya he-tomado posesión.—También he apresado un portero i un bombero espía, con varias comunicaciones que remití al señor jeneral Arteaga, que manifiestan efectivamente los propósitos de viaje.—Mi resolución es continuar mis reconocimientos hasta Canchas Blancas que está del otro lado de la cordillera i donde sé que tienen buen acopio de recursos.—Por otra parte, ciertos cruceros avanzados que tengo sobre los caminos que hacen los arreos de la República Arjentina a Iquique, no han interceptado estos dias la correspondencia que le acompaño i si no hubiera sido por la pusilanimidad del jefe de una de estas partidas, a la fecha ya tendría en mi poder los dos últimos arreos que se han internado a Iquique, haciendo así mui difícil la situación del enemigo. Esto hará ver a Ud., estimado jeneral, que si la guerra de recursos i esploracion que actualmente hago, se hubiera efectuado luego que se tomó a Calama, con esa l ó j i c a i natural el ejército de Iquique ya habría desesperado, por cuanto que su existencia ha pendido de los muchos animales i recursos que se han internado de la A r jentina.—Esta persuasión, que solo se puede adquirir con el conocimiento práctico de estas apartadas localidades, me hace sobrellevar con fe i resignación las penalidades i sacrificios que solo Dios i los que los sufren pueden conocer.—La nieve entre que se vive, el frió, i aun el hambre a veces unido a los contra-

PACIFICO.

tiempos i sustos que se suelen pasar en estos desconocidos lugares, hacen de mi escursion una verdadera i útilísima campaña que dedico a la pobre Patria i que seguiré con fe i enerjía hasta que Ud., mi jeneral, i mi salud un poco quebrantada ya me lo permitan. Mi propósito es reconocer i destruir hasta el temido Canchas Blancas la línea de operaciones que tendría que recorrer Campero para venir a Calama, interceptar toda comunicación i recursos de animales que puedan venir de la Arjentina.—Terminado lo primero pienso hacer igual cosa con la línea o camino que de Santa Bárbara, mi cuartel jeneral, conduce a la N o ria via de Guatacondo, hasta ver si es posible internar una lijera división a la retaguardia del enemigo.—Pero para esto he necesitado primero, conocer i vijilar a Campero para no temer una cortada. La misma partida que me persiguió los dos arreos últimos, me trajo de regreso unas 80 muías que los peruanos conservaban en pastos a inmediaciones de Guatacondo i Canchones. En 50 de las mejores pienso organizar mis reconocimientos sobre la Noria después que vuelva de Canchas Blancas. Por la comunicación que le instruyo i otros datos que he tomado, se ve que los peruanos están mui urjidos de caballos i que han pedido a la Arjentina; pero creo que si estos vienen, no pasarán mui fácilmente sobre mi vijilancia. Los pocos caballos que tienen en Canchones, me dicen que están en mui mal estado. Luego creo saberlo de un modo positivo. Si el relevo de esta compañía de cazadores no alterara en nada los planes que Ud. ya tiene concebidos, creo que al mejor servicio de esta localidad, convendría efectuarlo en otra, aunque fuera de granaderos. Los oficiales que esta tiene, no me acompañan como fuera de desear. Por aquí se necesita jente alentada i entusiasta que soporte las duras fatigas de una cruda campaña. Para que V. S. se pueda formar una idea exacta de estas importantes posiciones i reconocimientos, yo le rogaría a Ud. que si tuviera un lugarcito, se impusiera de mi correspondencia que he remitido al señor jeneral Arteaga, para que así conociera V. S. mejor la situación i mis propósitos que persigo. Mucho, muchísimo le agradezco, señor jeneral, los buenos deseos i propósitos que Ud. se sirve manifestarme en su estimada del presente i ruego a Dios que me de salud i suerte para c o rresponder a las recomendaciones que de mí se ha servido hacer al Gobierno, i al deber que la patria me impone. Escuso, pues, mis felicitaciones por el merecido puesto a que sus antecedentes lo llamaban en las actuales circunstancias. Quiera el cielo que la suerte le sea propicia en todo. Siento que al presente me falta tiempo para ser mas esplícito con el señor jeneral i el estimado amigo. Me hallo en un lugar i circunstancias escepcionales que me lo impiden. Otra vez será. Le desea salud i suerte su affmo. amigo i leal Mayor J.

M.

2. °

SOTO.

XXII. Carta del Intendente Jeneral del Ejército, señor Francisco Echáurren H„ al Jeneral Escala. Valparaiso,

10 de Agosto

de

1879.'

Señor Jeneral don Erasmo Escala.—Antofagasta.

Estimado amigo: Ha llegado a mis manos una nota que tiene aspecto de oficial, pero que en realidad parece contestación a una carta particular que dirijí a su antecesor. Dicha nota o carta viene sin firma, pero supongo por el contenido que no ha sido dirijida por Ud. Principio, desde luego, por felicitarlo en el puesto elevado i de confianza que le ha otorgado el Supremo Gobierno i en el que no dudo usted prestará importantísimos servicios a la causa i honor nacional, a cuyo efecto le deseo mucha felicidad i salud cumplida, para que los votos del pais i del Gobierno queden completamente satisfechos mediante su actividad, celo i patriotismo. Armamento.-—La factura que se mandó en el Rimac iba a satisfacer las faltas que en el armamento i pertrechos se notaban, según un estado que me mandaron mis ayudantes, los señores Dublé con fecha 2 de Julio próximo pasado; pero como


DOCUMENTOS

esos artículos se perdieron con el Rimac he pedido ya a la Dirección de la Maestranza los reúna para remesarlos de nuevo. Estado.—Sírvase ordenar se me remita un estado jeneral i completo de todas las faltas que se noten en el vestuario, armamento i pertrechos de todos los cuerpos, pues hasta hoi no he podido conseguir un solo estado de esta clase a pesar de haberlo pedido reiteradas veces al señor Ministro i a su antecesor, i convendría que mes a mes se pasase un estado semejante a esta oficina para poder proveer con tiempo las necesidades que se noten, aunque no es de mi incumbencia todo lo que se refiere a armamento i pertrechos de guerra, porque el Gobierno se ha reservado proveer a esas necesidades i solo oficiosamente me mezclo en eso para ayudar a atender el buen servicio. Oficina.—Siempre he creído que basta la oficina de la Comisaría en ésa para el servicio del ejército, teniendo al mismo tiempo mis representantes i delegados como lo han sido los señores Dublé i lo es hoi el señor Máximo R. Lira uno de mis secretarios, para tener siempre personas- de mi confianza que estén al habla con las autoridades. Le trascribo, con este motivo, las instrucciones que he dado al señor Lira i no dudo que Ud. se entenderá bien con él para toda ocurrencia del servicio. Vestuario.—Su antecesor no creia conveniente que enviase el vestuario que voi pudiendo obtener a los cuerpos directamente, sino al almacén, para hacer él la distribución; pero yo siempre he creído qne es mas conveniente i menos engorroso hacer esas remesas por cuerpos en vista de los estados de faltas que se remitan, como lo he hecho hasta aquí ¿no le parece a Ud. bien este orden de cosas? Calzado.—Este artículo lo mando siempre a la disposición del Jeneral en Jefe para que se mande distribuir por su orden i según como estime conveniente a las necesidades de cada cuerpo. Su antecesor me pidió hará un mes 3,000 pares i le he remitido en diversas remesas como 8,000 i continúo haciendo siempre iguales remisiones a medida que me facilitan trasportes. He elejido la media bota como único calzado para el ejército, por ser mas cómodo i susceptible de defender el pantalón en las marchas, introduciéndolo dentro de la caña de la bota. Pasto.—Estamos mal en este ramo, porque la existencia es reducida i se agota sensiblemente a pesar de haber recorrido las provincias productoras del artículo. Ahora con motivo de no haber trasportes i de la inseguridad que hai en el camino por la presencia del enemigo, estoi completamente embarazado para proveer esa necesidad. Los vapores de ía carrera no quieren conducirlo sino por mui pequeñas remesas bajo el nombre de alguna casa estranjera que se preste para ello, i los buques de vela se resisten a hacer el viaje por los peligros que corren. De todo he dado cuenta oficial i estraoficial al Gobierno, pues no depende de mí salvar esta situación azarosa i los medios de trasporte no existen porque no me los da el Gobierno, como se ha comprometido a hacerlo, i porque todos los arbitrios que se han tocado han frustrado mis esperanzas. Le recomiendo, pues, que ordene mucha economía en el consumo del forraje, previniéndole que he apelado a la paja trillada para que con su correspondiente ración de cebada sirva para las muías. Ramos a cargo de la Intendencia.—Según el decreto de organización de estas oficinas están a su cargo la provisión de víveres, medicinas, forrajes, vestuario i carbón, i en estos ramos he procurado i procuro hacer cuanto está de mi parte, como también atiendo todos los otros pedidos que se me hacen de artículos que no sean armamento, municiones, pertrechos, etc., los que atiendo, como le he dicho a V. S. antes, por mera oficiosidad i por el deseo de que todo marche lo mejor posible. Rancho.—Su antecesor i el Gobierno han celebrado contratos, según tengo noticias, para el arranchamiento de la tropa por contratistas, porque el jeneral Arteaga prefería este sistema al de arranchamiento por cuerpo. Solo conozco por un incidente el contrato celebrado por el Gobierno, creo en tiempo del coronel Saavedra: de los otros contratos celebrados por el jeneral Arteaga nada sé absolutamente. Para tener una base para el aprovisionamiento de víveres, sometí al jeneral Arteaga con fecha 23 de Mayo pasado un estudio que hice hacer en Santiago para la ración del soldado i la ración del caballo; pero el jeneral no le dio importancia contestando a las requisiciones que le hice para que diera respuesta, que prefería el rancho por contratistas, i solo me indicó una ración para el soldado i para el caballo en momentos de marcha, haciéndome al efecto los pedidos necesarios que fueron llenados

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INÉDITOS.

con oportunidad: la ración del soldado se componía de charqui, galleta, harina tostada, ají i cebolla en ciertas proporciones, i la ración para el animal de 20 libras pasto i 5 cebada triturada. Comprenderá Ud. que sin tener una base fija para las raciones en cantón i en marcha, no puedo colectar las provisiones necesarias para tenerlas listas a satisfacer los pedidos que se me hagan, i hasta hoi marcho a ciegas en ese terreno, no teniendo mas base que la que le he indicado para la adquisición de provisiones. Odres.—En el Rimac mandaba 200 i mas cargas completas de mui buenos odres que costó mucho trabajo reunir: el jeneral solo me habia pedido 100 cargas. Ignorando si aun se necesita ese artículo, espero se sirva indicármelo por telégrafo. Comisario.—Con ocasión de la renuncia del jeneral Arteaga, este funcionario i su hijo han hecho renuncia indiclinable do sus empleos i tengo las mayores dificultades para reemplazarlos por la carencia absoluta de hombres competentes e idóneos; sin embargo me lisonjeo de poder vencer esta dificultad por el vapor próximo. A Baquedano, Sotomayor i demás amigos, muchos recuerdos; i Ud. mande a su affmo. amigo i S. S. F.

EcilÁUItREN.

XXIII. Carta del Comandante J. Sí. Vidaurre al Jener¿»l Escala. Toeopilla,

Agosto

1. °

de

1879.

Señor don Erasmo Escala.—Antofagasta.

Mi apreciado i respetado señor jeneral: Cuando recien concluia de arreglar los pesebres para las mulas, llegó a ésta en el Cochrcme el señor Garmendia, el que puso en mis manos su estimada, i después de quedar impuesto de la delicada misión que le traia, me puse a dar los pasos necesarios para proveerlo de todo lo que le faltaba, pues venia desprovisto de cuanto se necesita para una ardua empresa. Empecé por decirle, ante todo, que podia mandarle la comida del hotel a la pieza donde le alojé convenientemente, para que no llamara la atención de los ingleses i espías que acechan i se imponen de los propósitos de aquellos que vienen a estos lugares; pero el señor Garmendia no aceptó i fué al hotel a comer i almorzar, siendo tan poco precavido su ayudante el señor Tirapegui, que a cada momento dejaba escapar palabras que lo comprometían i revelando casi por completo el objeto de su misión, siendo sabida al dia siguiente de su arribo por todo el pueblo, que iban al interior. Abrí de par en par los corrales de las muías para que el señor Garmendia elijiera las mejores, lo que verificó, i después de darle aparejos, forraje i todo lo que yo suponía pudiera necesitar, pues él nada me pedia teniendo yo que adivinar sus necesidades. Di orden al proveedor que le suministrase todos los víveres i demás que necesitara, para que nada estorbara en lo menor su marcha. A las autoridades por donde debia pasar, les recomendé encarecidamente lo atendieran. Pero hoi, momentos antes de partir el vapor, recibo una carta del señor Garmendia la que me apresuro a incluirle orijinal, para que Ud. la comente según su recto i elevado criterio. Inmediatamente he despachado un propio para que ponga a disposición del citado señor las muías que pide i todo lo que se le ofrezca para seguir adelante su marcha. Pues yo conozco es bien difícil pasar del Monte de la Soledad. Junto con la carta del señor Garmendia recibo otra de la autoridad de Quillagua, en la que me dice ha atendido debidamente a mi recomendado. Ningún sacrificio habría omitido para servir al señor Garmendia, pues que conozco lo importante de su misión; i tan es así, que hoi mismo doi orden para que quede a pié el jefe de mis comisionados, señor Silva, i entregue las muías que lo piden, pues sé que ayudar al señor Garmendia en la misión que le lleva, es servir a la Patria, No importa que tenga que demorar por algunos dias mas una escursion de las recomendadas por lid,, que tenia proyectada i que debia llevar a cabo el señor Silva en compañía de algunos de los comisionados que tengo en el interior. Creo que


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GUERRA

DEL PACIFICO.

la misión del señor Garmendia es la primera, i esta vendrá después. Las muías que he ordenado entregar al señor Garmendia son de Duendes, i si ellas se perdieran, habría que pagarlas al mencionado establecimiento. He sabido también que acompaña al señor Garmendia el teniente don Manuel Rodríguez, que me habia dicho que asuntos importantes lo llamaban a Caracoles. En vista de lo que he hecho para ayudar al señor Garmendia, me estrañan sobre manera sus quejas, i mucho me temo que ese no sea el pretesto para volver airas, porque el camino es difícil para el que nunca lo ha recorrido. Espero que si Ud. lo estima por conveniente, le manifieste esto al señor Santa María, no sea que el espresado señor esté bajo alguna mala impresión, por si el señor Garmendia haya hecho llegar hasta el Sur quejas. Por estar escasos los vehículos voi a hacer llevar desde mañana el forraje al interior en muías; si me dá buen resultado, seguiré; de lo contrario, haré esfuerzos por encontrar carretas. N o se olvide mandarme forraje, porque ya está al concluirse el que hai, según lo verá por las relaciones que le adjunto a la comunicación oficial. A algunas muías he hecho herrar para que conduzcan el forraje. Con sentimientos de la mas alta consideración, me suscribo de Ud. su A . i S. S. J. R.

Monte

de la Soledad,

VlDAURRE.

29 de Julio de 1S79.

Señor don Ramón Yidanrrc — Toco.

Estimado señor comandante: Tengo el sentimiento de anunciar a Ud. que a causa de la mala calidad de los animales que se me proporcionaron, no he podido seguir mi viaje. Ante ayer en la noche llegué a Las Lagunas, i visto el mal estado de los animales, resolví quedarme ahí para que se repusieran algo, i mandé a Quillagua en busca de forraje, creyendo que podría resacar agua con una maquinitaque ahí hai; no habiendo esto sido posible, he tenido que venir a esta aguada. Es materialmente imposible seguir viaje con los animales que se me han dado i de los que remito a Ud. cinco con el portador. La única manera de continuar es obteniendo tres muías de las que tiene Silva, lo que no creo orijinaria perjuicio i me pondría en posibilidad de seguir mi viaje. Si, como espero, Ud. se encuentra dispuesto a proporcionarme los animales a que me refiero, sírvase dar orden para que sean entregados a Acosta, portador de la presente; también me permito insinuarle que los tres animales sean a elección de Acosta, pues sin esto me temo que me manden lo peor, como ya sucedió en Tocopilla. El mozo o vaqueano que medió Silva no sirve, i por lo tanto le ruego se sirva ordenar venga Alvarado, otro de los comisionados, de quien tengo buenos informes. Como no es mui agradable estar sin provecho en este lugar, sírvase despachar cuanto antes al portador. Sírvase disimular el papel i el lápiz, pero no hai otro material i ordene a su A. i S. S. FÉLIX GARMENDIA.

XXIV. Importante carta sena-oficial del Comandante de Armas de Calania al Jeneral Escala. Ascotan,

Agosto

3 de 1879.

Señor Jeneral don Erasmo Escala.

Mi muí estimado señor Jeneral: Con 16 Cazadores me hallo en esta avanzada posta enemiga disponiendo un golpe como esos que le gustan a Ud. sobre el cuco de Canchas Blancas, i aunque contrariado por el mal tiempo i falta de oportunos elementos que pido a Calama, creo que_ en seis u ocho dias mas se habrá resuelto este importante reconocimiento, que nos dará la medida e intenciones que abriga el jeneral Campero, que es mi afán en descubrir. Quiera el cielo que pronto se disipe un temporal que actualmente principia a formarse. En esto momento en que, incómodo aun por la escasez de elementos, i mas que todo, por habérseme escapado de las

manos, si bien puedo decir de las dos remesas de vacunos de que le hablo en mi comunicación anterior, en este instante, repito, me llega su grata i consoladora correspondencia, en que Ud., comprendiendo el inmenso daño que por estos mundos se ha dejado de hacer i aun se puede hacer, me facilita los medios de poder hostilizar i aun hacer morir de hambre al enemigo.— Esto, señor jeneral, me consuela i me alivia de las penurias i pellejerías que estoi pasando por estos apartados lugares,—Ya he ordenado la marcha al Toco de los 25 Cazadores que lleva el alférez Alinarza i recibídome de los 25 Granaderos, que he colocado en Chiu-Chiu, tanto para que me cuiden mi retirada, como para que consuman el pasto que Campero podría aprovechar, dado caso que enojado con mis provocaciones intentara seguirme.—Tan pronto como me desocupe de esta peregrinación que hago en dirección a la división de Campero, pienso contraerme a la línea de operaciones que conduce a la Noria, via de Guatacondo, porque ya no tendré que temer una cortada que bien podría hacerme Campero desde Canchas Blancas.— Esta segunda peregrinación la creo de suma importancia, por cuanto que si yo logro colocarme con una lijera división en Guatacondo, Canchones i Pica, estarán dominados i asediados por mis fuerzas; i el enemigo hostilizado por el hambre i atacado por la espalda, tendrá que sucumbir o reventar por algún lado.—Sé positivamente que en Guatacondo tienen 50 rifles, que usan los guardia nacionales, i creo posible quitárselos, dado caso que los animales de la partida que enderezo a Canchas Blancas fueran capaces de resistir la cruzada de este punto a Guatacondo, pero lo creo difícil.—Es necesario convencerse, señor jeneral, que el éxito de estas importantísimas escursiones i solo pende de la buena calidad de los animales, después de | tener conocimiento del terreno.—Si la presente espedicion me ! da el resultado que espero, creo, señor jeneral, que Ud. baria un buen servicio a la causa permitiéndome el cambio de 100 muías de carga que tengo en Calama de las que he quitado al enemigo en Guatacondo, por igual número de las mejores que se tienen en la costa.—En estas 100 muías yo me daria trazas para colocar 100 infantes en monturas lijeras que yo arreglaría a mi modo, i acompañado con 100 Cazadores o Granaderos en buenos caballos, yo, señor jeneral, le haría males terribles al ! ejército de Iquique. Cortadas sus comunicaciones por la retaI guardia i molestado con frecuentes asaltos, creo (pie el ejército enemigo tendría que desmembrarse para atender a vanguardia i- a retaguardia o reventar por algún lado, que es lo que creo que nos conviene hacer desde luego.—Bastante ya han jugado a las escondidas las famosas escuadras... Creo que merece la pena que Ud., señor jeneral, con mejores luces, medite la idea que propongo. Mucha falta me ha hecho i sigue haciendo un buen anteojo i dos buenos i alentados compañeros.—Los diversos puntos que tengo que vijilar i las enormes distancias i dificultades de la comunicación, exijen la cooperación que solicito.—Solo, como se puede decir que estoi,. por mas que me multiplique i galope dia i noche, como lo he solido hacer, no puedo atender debidamente a este escepcional servicio. I tan es así, señor jeneral, que mi salud se está resintiendo mui notablemente. El señor jeneral Arteaga me habia prometido mandar a un señor oficial Fuentecilla, del rejimiento Santiago, i con el señor comandante Cortés, unos anteojos que yo estoi resuelto a pagar, pero aun no me llegan. Le agradecería que Ud. me sub| sanara estas faltas, dado caso que para ello no tuviera inconveniente. En el batallón Atacama, que supongo en ésa, hai un oficial (subteniente) Barrientes, que por lo de campo i alentado, me serviría mucho acompañado con el oficial Fuentecilla.—En cuanto a los infantes que me convienen en esta espedicion, los elejiria de entre los mineros que han venido de Copiapó. Esta jente es la que resiste i mejor se puede utilizar por estos lugares.—Si es que Ud., señor jeneral, desea llevar adelante esta idea, convendría hacer un regular acopio de cebada en Calama. El pasto que, por otra parte, ya se ha concluido, no sirve para estas escursiones.—Sin cebada no resisten los animales, por buenos que sean; i sin animales buenos, no se puede intentar nada.-—Por esta falta, yo he tenido que perder bellas oportunidades, en que habría podido hacer ya mucho mal al enemigo. Convendría que Ud., se sirviera ordenar se me remitieran unos 25 revólvers para organizar a las partidas de paisanos que pueden prestar útilísimos servicios. En fin, señor jeneral, aunque un poco mal de salud, y o estoi dispuesto a morir al pié del cañón, como dicen, en el servicio de Ud. i de la Patria,


DOCUMENTOS

Salud i suerte, mi jeneral, i cuente con la voluntad i decisión de su mayor J. M . 2.°

SOTO.

XXV. El Jeneral en Jefe siente el regreso del Delegado a la capital. NÚM.

826,

Antofagasta, Agosto 4 de 1879. Señor Ministro: Es en mi poder la nota de V. S., fecha de hoi, núm. 30, en que me anuncia su partida a consecuencia de asuntos internacionales que exijen su presencia en Santiago. Siento, señor Ministro, este accidente que me priva de un ausiliar intelijente i con el cual creia dar cima a la obra en que estamos empeñados. Y a (pie es preciso, tendré mui en cuenta los informes que den las personas comisionadas por V. S. para esplorar el campo enemigo i, con arreglo a ellos i a las indicaciones que me hace V. S. en su citada nota, obraré en consonancia con los deseos del Gobierno. Agradezco a V. S. la justicia que hace al ejército i puede asegurar al Supremo Gobierno que éste sabrá hacerse digno de la República en toda ocasión. Dios guarde a V. S. ERASMO ESCALA. Al señor Ministro de Relaciones Estertores, Delegado del Gobierno.

XXVI. Carta de "El Profesor" al Jeneral Arteaga, Guayaquil,

Agosto

7 de

1879.

Señor Jeneral don Justo Arteaga.

Mui señor mió: Tengo el honor de comunicar a Ud. que 400 hombres de la guardia urbana reemplazarán la guardia civil en Lima, en caso de ataque en aquella vecindad i.que la urbana no tomará ninguna parte incompatible con la mas estricta neutralidad, escepto, talvez, un coronel Heuth i unos cuantos italianos que son sumamente ponzoñosos contra los chilenos. Los estranjeros creen que Irigóyen i Mendiburu han mostrado enerjía grandísima, considerando los muchos obstáculos que tenian que vencer, en unir i armar al pueblo. Un número crecido de los peruanos evitan el servicio por ser inservibles a causa de incapacidad física, i de consiguiente, en vista del reclutamiento por la fuerza, empleado durante largo tiempo. Sus medios para aumentar el ejército están casi agotados. Estuve en el Perú 50 dias. Dicen que la orden espedida por La Puerta prohibiendo el reclutamiento por la fuerza, era un artificio para hacer salir la jentc de su escondite. Peruanos respetables, en firma, decian, hablando de los chilenos: "han de venir, tarde o temprano", i algunos peruanos i estranjeros contaron que Prado dejaría de ser Presidente si una vez fuese derrotado. Un paisano mió que vive en Hisaray, de tránsito a los Estados Unidos, me dice que por aquella población se amarraban los brazos de los reclutas. No hai ejército en el Norte del Perú. Con sentimientos de consideración, me suscribo " E L PROFESOR,"

XXVII. Reparaciones en la escuadra chilena. Antofagasta, Agosto 11 de 1S79. Señor Jeneral: Anticipándome a los deseos de S. E. el Presidente de la R e pública, que V. S. se sirve comunicarme en su nota de esta fecha, núm. 875, tengo la satisfacción de anunciar a V. S, que inmediatamente que fondeé en este puerto, procedente del

INÉDITOS.

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Norte, recomendé verbalmente a los comandantes de los buques, dispusieran que en los suyos respectivos se hicieran las reparaciones que necesitaban sus máquinas, i no satisfecho con esto, de regreso de la persecución del Huáscar, impartí la siguiente orden del dia: "Los comandantes de los buques de la escuadra surtos en la rada, aprovecharán la presente estadía para hacer las reparaciones que exijen las máquinas de sus buques respectivos, a fin de que queden listos para cualquier incidente. Lo digo a V. S. para su conocimiento i en contestación a su referida nota. Dios guarde a V. S. J. WILLIAMS REBOLLEDO. Al Jeneral en Jefe del ejército de operaciones del Norte.

XXVIII. Carta del Ministro de la Guerra al Jeneral Escala dándole algunas instrucciones. Santiago,

Agosto

19 de 1879.

Señor Jeneral don Erasmo Escala.—Antofagasta.

Mi querido amigo: Piecibí la tuya del 7, celebrando que ya estés mas conforme con tu pesado cargo. Esta te escribo por mí i por encargo del señor Presidente, quien me dio a conocer las cartas que tú le lias incluido del mayor Soto, en que te da cuenta de sus escursiones en el desierto al Sur del Loa, significándome al mismo tiempo el pedido que le haces de mas caballería para dar mas ensanche a esas espiraciones i privar al enemigo de los recursos que le vienen de la República Arjentina, El señor Presidente me ha hecho ver, i que te lo trasmita a tí, que teniendo en ésa 600 hombres de caballería, debe trasladarse el todo de esa fuerza o su mayor parte a las márjenes del Loa, donde es mas fácil su mantención i mas útiles sus servicios, pudiendo situarse su centro en Calama u otro punto que tú creas conveniente i de ahí mandar constantemente espediciones al interior, ya para sorprender avanzadas enemigas, ya para cortarles los recursos o ejercer otras hostilidades. Si en estas operaciones se perdiesen algunas fuerzas, seria entonces tiempo de reponerla con el nuevo Escuadrón Carabineros que se organiza bajo las órdenes del comandante Letelier, o bien movilizar un Escuadrón de Granaderos, si el caso fuese urjente. Por acá se ha criticado mucho al jeneral Arteaga que haya tenido la caballería eu Antofagasta i no la hubiese empleado desde un principio en espedicioues al interior i situádola en las poblaciones o posesiones del Loa, en donde se encuentra forraje i agua i mas inmediata al campo de operaciones. Sin embargo de lo espuesto, tú veras lo que mas convenga. Otro de los puntos que me ha pedido S . E. llame tu atención, es la conveniencia de situar en Tocopilla una fuerza respetable: talvez un rejimiento. Se teme que con el abandono del bloqueo de Iquique, pueda en un momento dado, trasladarse desde Iquique a Tocopilla un cuerpo de ejército o división respetable del enemigo, i por este medio facilitar el movimiento de sus tropas sobre el Loa primero i después continuando su avance. ¿No crees tú también prudente no tener en Antofagata tanta aglomeración de tropa? Y o considero que para la moralidad i disciplina i comodidad de las tropas, conviene tenerlas un poco separadas Ínter no llega el momento de obrar. Creo, pues, que un rejimiento en Tocopilla cubriendo las guarniciones de Cobija i destacamentos del Toco i lugares inmediatos, i otros distribuidos en Mejillones, Carmen Alto, Salar del Carmen, Caracoles, Calama i posesiones del Loa, te dejarían siempre en Antofagasta de 4 a 5 mil hombres, pudiendo reunirse en caso necesario todo el ejército en cuatro o seis dias. Lo que me hace también creer en la conveniencia de la distribución de tus fuerzas, es la duda que me asiste en la pronta movilidad de ese ejército. No veo como pueda llevarse un ejército para batir el que existe eu Tarapacá i Tacna, desde que el enemigo cuenta con recursos que no es fácil destruir i nosotros no contamos con los medios necesarios de movilidad. Dispon siempre de tu amigo CORNELIO SAAVEDRA.


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G U E R R A

D E L

Somos 22.—No hubo vapor el 20 i esto impidió marchase la mia del 19, que remito ahora. Después de mi última, ha tenido lugar la modificación ministerial i tú tienes a tu lado a nuestro jefe inmediato. Esto debe ser para tí tranquilizador, pues Rafael a mas de tener un espíritu verdaderamente militar i no ser estraño al servicio i necesidades del ejército i de la Armada, tiene mucho carácter i valor personal i estará siempre contigo en cualquiera situación difícil i compartirá tus peligros i responsabilidades. A esto se agrega el patriotismo mas desinteresado i el alto prestijio de que goza para con el Presidente, Ministros i sus numerosos amigos, lo que da mucha fuerza a las resoluciones que adopte. Siempre tuyo. C. SAAVEDEA.

XXIX. Cartas st'ini-oficiíilGS del Comandante de Armas de

Cobija al Jeneral Escala. Cobija,

Agosto

33 de 1879.

Señor Jeneral clon Erasmo Escala.—Antofagasta.

Mi distinguido Jeneral: Tengo el honor de acusar recibo de sus dos muí estimadas de 7 i 18 del corriente, i me es mui satisfactorio saber que puedo contar con su confianza, la que procuraré por todos lo medios no perder jamas. Daré mui puntual cumplimiento a todas las insinuaciones contenidas en sus correspondencias aludidas. Guatacondo.—Espero que habrá sido oportuno el aviso que le envié por propio, de la aparición de una fuerza boliviana venida de Iquique a Guatacondo. Son varios cuerpos; allí viene, en clase de sarjento, mi antecesor, el señor Pedro Ross, prefecto de Cobija. División Campero.—Estoi mui atrasado de noticias del interior, pero parece, a mi juicio, cada diamas evidente que esta fuerza no permanecerá por mucho tiempo detenida en su travesía, siendo que ya ha partido de sus acantonamientos. Si pudiera contar con los recursos necesarios, opino que su destino mas acertado seria mantenerse sobre el flanco derecho de nuestra línea del Loa, con que nos obligaría a ocupar una fuerte división para observarle i defender Calama i que seria tanta menos fuerza que llevaríamos a nuestra empresa por el Norte. Dos razones me hacen presumir qué no se detendrán allí i que ni aventurará atacar a Calama, si esa plaza cuenta con una buena guarnición; no se detendrá a la altura de la línea del Loa, porque es imposible que haya podido conducir consigo provisiones en suficiente abundancia para una estadía prolongada en puntos desprovistos de todo recurso, mientras que sus almacenes vendrían a quedar mui distantes, siéndolo cuando mas próximos en Tupiza (mas de 90 leguas de desierto). No intentará atacar a Calama, porque no creo conduzca mas de 3,000 hombres de combate, mui estenuados con largas i penosas marchas, que perderían un tiempo mui precioso entreteniéndose en el ataque de una plaza atrincherada, bien guarnecida con tropas veteranas i listas para batirse bajo condiciones mui ventajosas, mientras que, por otra parte, una división maniobraría de manera a amagarle su retirada, presentándose oportunamente por Chiu-Chiu i avanzando hacia Santa Bárbara; nosotros tendríamos todas nuestras fuerzas disponibles para hostilizarle, i no se puede concebir que llegara a adueñarse de Calama sin que le' fuera mui pronto quitada (en el supuesto que lograra tomarla). Así es que no conseguiría mas objeto que perder tiempo, provisiones i sangre i una derrota mas que probable. Por estas razones, es mi humilde opinión que el destino de la división Campero se halla determinado en sentido de replegarse cuanto antes a las fuerzas venidas a Guatacondo, para ocupar esa posición que flanqueará a nuestras columnas que intenten avanzar del Sur sobre Iquique. Tratará por esto de esquivar toda maniobra o empresa que le retarde en su marcha a aquel destino. Parece que el jeneral Campero ha adelantado sus caballadas mui al Norte, por Huanchaca, allí hai buenos pastos i, cuando él avance para tomar el camino a Guatacondo, se le vendrán a plegar. ¡Si fuera posible intentar un golpe de mano por allí! El estudio que tuve el honor de ofrecerle sobre las probables miras de la división Campero, no tiene ya objeto, porque a mi juicio ellas están ya mui manifiestas. Probablemente partirá de

PACIFICO.

Tupiza a Guatacondo por San Cristóbal i bajará a l ' Sur mas allá de Chigua, para tomar el camino recto por la llanura hacia aquel punto. Cuando esté reunida toda la fuerza en Guatacondo, no seria improbable que el jeneral Campero intente atacar los puestos avanzados que manda el comandante Vidaurre por Quillagua i el Toco. Es un jeneral audaz e intelijente. Si no fuese posible reforzar considerablemente al comandante Vidaurre, opino que seria prudente obligar al jeneral Campero a desistir de su intento de atacarle, con solo retirar esas fuerzas a Tocopilla i donde no se atrevería a avanzar por lo apartado que quedaría de sus almacenes, mientras que nosotros allí tendríamos a tiempo el apoyo de la escuadra. Pero lo mejor, a mi ver, seria reforzar aquellos puestos avanzados estableciendo por allí una verdadera división al mando de un jefe superior. ¡Qué hacemos todos metidos en Antofagasta! Con el abandono de Iquique, el enemigo principia a disponer de las fuerzas que tenia allí. Si ha sido de interés estratéjico plantar la bandera chilena en Quillagua, no parece razonable dar un paso atrás, a no ser aconsejado por mui poderosas razones. Mientras tanto, (i ya que Ud. me ha honrado pidiéndome le esprese mi parecer sobre el particular) opto por reforzar el puesto.—Uua división establecida en Quillagua i que pudiera hacer sus incursiones por los campos a su frente, sería una bonita ceba para tentar al j e neral Campero a salir de su ventajosa posesión de Guatacondo, i podríamos librarle una batalla en condiciones ventajosas, cuyo resultado, mas que probable, seria la destrucción de la mejor fuerza boliviana de la alianza. Pudiendo estar al corriente, con mucha anticipación, de todos los movimientos de esa fuerza hacia el Sur, i teniendo todo listo en Antofagasta, podríamos presentamos en el mismo dia de la batalla con todo nuestro ejército, en tal situación (inesperada para el enemigo) que pudiéramos obligar a capitular a aquella fuerza. Nuestros trasportes desembarcarían una parte de nuestras fuerzas en Tocopilla, la que avanzaría a engrosar la división de Quillagua i todo el resto iría a efectuar su desembarco en la embocadura del Loa, por ejemplo, i, a marchas forzadas iría a interponerse entre la fuerza ya avanzada de Campero i su base de operaciones. Con el brillo de esta victoria i libre de la importuna presencia de una fuerza en Guatacondo, el ejército chileno avanzaría en masa a su objetivo (Iquique?) en combinación con la escuadra. Mui aventurado es avanzar un juicio sobre operaciones de un ejército en campaña, sin estar en todos los ápices que al cuartel jeneral son privativos; estos juicios muchas veces solo conducen a introducir perplejidades en el ánimo del Jeneral en Jefe, i yo le ruego tome mis vagas apreciaciones como las de uno de tantos que las emiten sin comprometer en nada su responsabilidad, porque tampoco les afecta; yo, siquiera, lo hago autorizado por la benevolencia de Ud. Provisiones para el ejército.—Tengo noticia de que los artículos de consumo estáu subiendo mucho en Chile i que subirán mas aun, i como entiendo que Ud. está escaso de harina, me hago un deber participarle que la casa Artola Hnos. de ésta, tiene una existencia mui considerable de ese artículo.— He conferenciado con el jefe de la casa i me dice que puede darla en sus almacenes a 5 pesos quintal; está a 5 pesos 25 centavos en el Sur i subirá mas en breve. Quizas convenga que Ud. me autorice para tomar aquí uua buena partida. Hai otra ventaja, i es que la casa Artola, como ájente de los vapores, puedo remitir a ésa la harina por vapor por la mitad del flete acostumbrado, siendo esta una concesión de que disfruta. —Pagando al contado, se hace una rebaja de 6%—El señor Urenda, marcha a ésa por este vapor, se verá con Ud. i pueden entenderse. Oficialmente le participo que el capitán del vapor de la carrera dejó aquí, consignados, unos diez bueyes que he hecho mantener en depósito bajo la responsabilidad de la casa Artola, mientras se resuelve el caso. Como tengo entendido que tanto en Tocopilla como en Antofagasta ha dejado también algunas cabezas de ganado de la misma manera que aquí, supongo que resolviéndose el caso en Antofagasta por la partida dejada allí, la misma resolución servirá para aplicarla aquí, pollo que ruego a Ud. hacérmela saber. Las provisiones para esta guarnición, cuyo envío me anuncia por su nota de 18 del actual, no vinieron por el vapor, están haciendo falta i espero que vengan por el próximo.—El azúcar, café, arroz i otros artículos que no se me remiten de Antofagasta, quizá porque no los hai, tengo que tomarlos aquí de este comercio, como estaba autorizado por el señor jeneral Arteaga.


DOCUMENTOS

Sírvase disculpar le haya ocupado tanto su atención. Le hago mui empeñado en la preparación de los grandes propósitos que va a realizar; me figuro ver ya el ejército subdividido i organizado convenientemente en divisiones i brigadas, con sus respectivos Estados Mayores, que compartirán con el suyo la responsabilidad, librándole a Ud. de mucha parte del peso; la flota de trasportes igualmente arreglada para recibir a su bordo esas fuerzas por divisiones i brigadas. Los trasportes para caballos estarán convenientemente acondicionados, i todo obedecerá a un sistema sabiamente concebido.—Conociendo nuestro objetivo, las dificultades que hai que superar para llegar a él i teniendo el ejército listo i todos los elementos a la mano, no nos quedará mas que hacer que marchar a la victoria que ha de cubrir de laureles al Jeneral en Jefe i al ejército que tan dignamente dirije. ¡Ojalá sea pronto i que todo lo consigamos con la menor efusión de sangre posible! Tiene el honor de despedirse, por ahora, deseándole salud i felicidad en todo. Su affmo. S. S. Q. S. M. B. JORJE W O O D

Cobija, Agosto

28 de

A.

1879.

Señor Jeneral don Erasmo Escala. —Antofagasta.

Señor Jeneral: El empresario de la máquina condensadora de este puerto, don Manuel Martínez, ha venido a verme esta mañana haciéndome saber que tropieza con muchas dificultades para llenar su compromiso de abastecer de agua a este público i a la guarnición, con motivo de no contar con los medios seguros de proveerse de carbón de piedra en tiempo oportuno i que teme verse de un momento a otro en un serio apuro. Si Ud. no tuviese inconveniente en proporcionarme unas 80 o 100 toneladas carbón de piedra, desaparecería ese temor. Tendría yo aquí carbón en abundancia para el consumo de la guarnición i para proveer del necesario a la máquina, a razón de 10 pesos tonelada, puesto en tierra. Si hubiera de retirarse la guarnición, el señor Martinez se quedaría con el sobrante por el precio indicado. No está demás le participe que esta máquina puede condensar agua para 3,000 almas diariamente. Tuve noticias de que unas muías del ejército se escaparon de Antofagasta, i he mandado hasta Hualahuala pidiendo se entrege las que hayan aparecido. Sírvase remitirme una o dos sillas de montar, de las de tropa de artillería, por ejemplo, i que me servirán mucho para los propios cuando llegue el caso, ya que tengo dos muías enviadas de Tocopilla i que puedo ahorrar 50 pesos mensuales, empleando un soldado vaqueano, de los de la guarnición, si es necesario trasmitir alguna noticia urjente. Con el mes de Agosto, la tropa está principiando a enfermarse aquí, i seria bueno que se efectuase el relevo de ella cuanto antes, porque no tengo recursos para atenderla i en Tocopilla los hai. Aquí estamos sin médico. Agosto 30.—No he tenido el honor de saber si habrá llegado a sus manos una estensa correspondencia de carácter semi-oficial, que le dirijí por el último vapor, con fecha 22 del presente, i desearía saberlo porque en ella trato de varios asuntos que somería a su decisión, particularmente en lo referente a provisiones. Los bueyes que dejó aquí el vapor Santa Rosa son raquíticos en estremo, fueron avaluados a razón de 40 pesos cada uno, pero veo que Ud. los hace subir a 100 pesos. Ojalá se sirviese proporcionarme dos o tres revólvers para los propios. Sírvase aceptar mis felicitaciones por el combate sostenido contra el uáscar en ésa. Me suscribo, señor jeneral, A. S. S. Q. S. M. B. A.

JORJE W O O D

XXX. Creación de una partida de csploradores. NIÍM. 4,000.

Santiago,

Agosto

23 de

1879.

S. E. ha decretado hoi lo que sigue: Con lo espuesto en la nota que precede, apruébase el si-

INÉDITOS.

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'

guiente decreto espedido por el Jeneral en Jefe del ejército del Norte. "Considerando que para el mas seguro éxito en la presente guerra conviene hacer continuas escursiones en los territorios fronterizos de los países enemigos, escursiones que muchas veces no pueden emprenderse con la tropa regular, tanto por la falta de conocimientos locales que estas operaciones exijen como por los inconvenientes que traen para la disciplina e instrucción de la tropa, mantenerla alejada por largo tiempo de la inmediata vijilancia de sus jefes superiores; i, considerando, que el tráfico de ganado que se hace con la Confederación Arjentina alimenta, en gran parte, al ejército enemigo acantonado en el departamento de Tarapacá, i que este tráfico no se puede perseguir sino con jente conocedora de todas las sendas i travesías de la cordillera i que obre, en cierto modo, de su propia inspiración i atendiéndose a los recursos que por sí misma pueda proporcionarse; Oido el Jefe del Estado Mayor Jeneral i visto su informe precedente, Decreto: 1. ° Fórmase una partida de esploradores compuesta de treinta individuos contratados por solo el tiempo que sus servicios sean necesarios. 2. ° Cada individuo de la partida gozará del sueldo de 30 pesos mensuales, sin derecho a rancho o a gratificación de otro jénero. 3. ° Comisiónase al capitán de la partida de pontoneros, don Manuel Romero H., para que forme i organice la espresada partida, mientras se nombra el oficial que deba mandarla. 4. ° El comisario del ejército entregará al capitán don Manuel Romero H., la cantidad de ciento cincuenta pesos para atender a los diarios de la espresada jente, inter se organiza i se le destine algún punto donde debe operar." Tómese razón i comuniqúese. Lo trascribo a V. S. para su conocimiento. Dios guarde a V. S. D.

SAETA MARÍA.

Al Jeneral en Jefe del ejército del Norte.

XXXI. Carta-nota del Comandante J. R. Vidaurre al Jeneral Escala. Campamento

del Toco, Agosto

26 de

1879.

Señor Jeneral don Erasmo Escala.—Antofagasta.

Mi apreciado i respetado Jeneral: A un mismo tiempo he recibido sus dos m"i estimadas, fechada una el 7 de Agosto i con timbre en el sobre de 9 del mismo, i la otra 18 del presente i con timbre del 19, es decir, un dia después de fechada. No sé si por olvido de las administraciones de correos de ése o Tocopilla, donde he oficiado ya con ese objeto para averiguar el retardo tan notable de su apreciada que contesto, o por otra causa, su primera del 7 solo llegó a este campamento el 23 del actual. Cuentas.—A pesar de la distancia a que me encuentro muchas veces de los comerciantes que hacen los anticipos o venden las mercaderías, procuro subsanar los inconvenientes que se presentan; i si una de las últimas planillas adolecía de algunas faltas, ha sido porque el proveedor unió las planillas. Jefe de la guarnición de Cobija.—He nombrado al subteniente don Ramón Patino L., en lugar del de igual clase don Vicente Silva, a quien he ordenado se ponga en marcha para este campamento. Sueldos o anticipos.—Se ha atendido debidamente por los pedidos que se han hecho i tropa de guarnición en Cobija. Capitán González.—Inmediatamente que recibí a un mismo tiempo sus estimadas del 7 i 18, di orden al mencionado capitán para que se alistara, el que creo llegará a ése con la presente, debiendo advertirle que ignoraba la enfermedad del citado capitán, por no haber dado parte de enfermo, como tampoco la conocia el médico. Don Félix Garmendia.—Ayer he hablado con el teniente Amor, jefe de la guaidicion de Quillagua, i me ha confirmado verbalmente lo que ya por nota oficial me habia dicho sobre las atenciones que habia dispensado al referido señor.


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PACIFICO.

que tengo en Tocopilla para que si el comandante de armas de He procurado arreglar los perjuicios orijinados en las cabalCalama le pidiera cien muías, le dé las mejores para el buen gaduras de Duendes, que suministré a la caravana Garmendia, acierto de su cometido i que le sean entregadas con la oportupues que él no quiso tomar las muías de los corrales por creernidad debida; pero" para esto le ruego se dirija al mencionado ías malas e inútiles para su servicio; i no estando en mi ánimo el poner ninguna clase de dificultades a esta importante comi- jefe, para evitar retardos que podrían perjudicar el servicio, por si yo estuviere en el interior. sión, hice dar bajo recibo todo lo que necesitaba. Renuevo mi petición de que se sirva ordenar la reincorporaPor haber de parte de los administradores de Duendes buena ción al Tejimiento de las fuerzas que hai en Calama, por la divoluntad, se ha conseguido dejar este asunto finiquitado, i sin visión de la tropa que voi a hacer entre Quillagua i este camdaño ni detrimento para el Fisco. pamento. Vijilancia.—Esta, como se lo digo en mis comunicaciones oficiales, se ha duplicado con motivo de la suspensión del bloDesde que empezó la campaña, este cuerpo ha estado tan queo de Iquique; i en contestación a las preguntas que me fraccionado, que ha hecho mui difícil la contabilidad como así hace sobre mi opinión del número de tropas con que debamos mismo la instrucción i tantos otros inconvenientes que se preser reforzados, diré que creo: sentan a la distancia en tan largo tiempo i que no se ocultarán a su buen juicio. Ayer mismo he tenido que despachar un pro1. ° Debe estacionarse en Tocopilla la fuerza, punto del pio a Calama para vestir la tropa que estaba ahí casi desnuda. cual con toda facilidad puede acudir con prontitud a cualquier lugar del interior que fuere amagado por el enemigo, siendo Por otra parte, para proporcionar algo a buena cuenta a los para esto mui útiles las carretas de Chacanee. señores oficiales i tropa no puede eso efectuarse si no se comí-, siona a un oficial con eso objeto. Con decirle que ni tambores La fuerza necesaria no la preciso, porque no conozco hasta tienen los destacamentos que hai repartidos, pues éstos están esta fecha la división que venga a tomar posesión de Quillagua, a bordo i los que tengo en este campamento son los estrictaPero sí sé, casi con seguridad, que la fuerza que actualmente hai en Iquique, Noria, Alto del Molle, etc., no baja de quince mente necesarios, por lo que no puedo separar ninguno de aquí. mil hombres i es la flor de la tropa de los ejércitos aliados. Así mismo ignoro las fuerzas con que cuenta la división CamReferente a la última parte de su carta, me hallo en la oblipero. gación de poner en su conocimiento que la fuerza del rejimieiito de mi mando sabrá cumplir con su deber en cualquiera circunsSi Ud. juzga conveniente, creo mui del caso que la tropa tancia, siguiendo las huellas que le ha marcado la fracción que que venga a Tocopilla sea de las tres armas. so ha encontrado a bordo de los buques de la armada. Agua calculo para ocho mil hombres, sin perjuicio que la beban también de setecientos a ochocientos animales. En Quillagua encontré una bomba para resacar agua del rio, Ahora un mes que estuve en Tocopilla, formé un balance de pues que ésta no es bueno bebería al principio. la manutención con que podia contar un ejército en esa plaza, Según autorización verbal del señor jeneral Arteaga, he pei resultó que habia víveres para diez mil hombres durante doce dido al establecimiento de Buena Esperanza algunos útiles para dias. componerla, por los que no me pasarán cargo alguno; pero me han suministrado del mismo establecimiento una bomba patente Hace tiempo, por instrucciones privadas del señor jeneral Beunsons, núm 1, para alimentar el caldero, la cual es preciso Arteaga, tenia contratados doscientos animales vacunos, cuyo devolver o dar otra por ella, cuyo valor será de 40 o 50 pesos, trato no se llevó a cabo por haber dejado su puesto el señor por lo que espero se servirá autorizarme para encargarla a Valjeneral. paraíso, presentando su cuenta documentada, o bien que sea Como han circulado varias veces los rumores que la escuadra encargada directamente por el Cuartel Jeneral, peruana bombardeaba a Tocopilla, quiza» esos temores hayan influido en el ánimo de los comerciantes para disminuir la inDe Ud. respetado señor jeneral. ternación de artículos de consumo; pero si Ud. desea datos mas, Su affmo. i S. S. exactos sobre el particular, puede pedírmelos, dirijiéndose a J. R. VIDATJRRE. Quillagua, lugar donde parto mañana, para internarme en seguida a hacer nuevos reconocimientos. Los recursos que se necesiten en Tocopilla, pueden obtenerse XXXII. en la forma i escala que se quiera, porque hai comerciantes Parte oficial de la persecución que hace el "Blanco fuertes en esa plaza, con tal de que se les dé aviso con alguna Encalada' al "Huáscar" desde Antofagasta hasta anticipación i se les asegure al mismo tiempo que sus artículos Caldera. les serán comprados, por si ellos, no teniéndolos, tuvieran que encargarlos a Valparaíso. A BORDO DEL BLINDADO "BLANCO ENCALADA" De todo esto podría imponerse mas a fondo el infrascrito en persona, con tino i cuidado, para que no se apercibiera el coAntofagasta, Agosto 30 de 1S79. mercio del movimiento del ejército, en caso de haberlo, i entonces me podria trasladar a Tocopilla en el acto. Espero sus Cumplo con el deber de dar cuenta a V. S. detalladamente órdenes a este respecto. del resultado de la comisión que he llevado a cabo, en conforAhora con las carretas de Chacanee, creo que convendría el midad de las órdenes de V. S. i de otras autoridades superiotrasladar las muías a Quillagua, donde podria hacerse corrales, res, para perseguir los buques enemigos que V. S. tuvo noticias pues que hai ahí madera i así se ahorraría el flete de las carrede haber sido ellos vistos a inmediaciones de nuestras costas. tas de Duendes, que importan cuarenta pesos desde el Toco a El dia sábado 22 del presente, a las 4.30 P. M., zarpé de este Quillagua, i desde Tocopilla a este campamento un peso treinta puerto en virtud de una orden verbal que V. S. me dio para dicentavos quintal, como se comprueba con la nota que remití a rijirme al Sur con el buque de mi mando, en convoi con el Ud. con fecha 24 del pasado, núm. 97. trasporte Itata, a fin de encontrar una nave sospechosa que, según los telegramas que V. S. habia recibido, navegaba con La retirada, estando la tropa en Quillagua i habiendo fuerdirección a la altura de Paposo. zas en Tocopilla, puede hacerse por un camino que traficaban en otro tiempo los pobladores de estos lugares, en el cual no Dejé, en consecuencia, este puerto a la hora indicada, en hai agua ni puede correr vehículo alguno, i solo es transitable circunstancias de encontrarse aquí el vapor de la carrera Code a caballo o de a pié, recorriendo por él 90 millas hasta T o lombia, que acababa de fondear i que poco después debia zarpar copilla, llegando hasta la quebrada de las Tórtolas, posada que al Norte llevando la noticia de mi salida a los buques enemidista 8 millas de la población. Este camino no lo he anclado gos que pudiera encontrar a su paso. Llegué a Taltal a las aun, pero luego pienso recorrerlo; solo sé de él por los comisio9 A. M. del siguiente dia sin encontrar buque alguno durante nados. Pero son preferibles los que conducen a Tocopilla, de mi navegación, en la cual, tanto de dia como de noche, se usó Buena Esperanza, o de este último lugar a Chacanee, Carmen la mas severa vijilancia. Alto, Calama o Caracoles. En Taltal me puse al habla por medio del telégrafo con las De todos, el mejor es el que lleva a Tocopilla, de Buena Esautoridades de Paposo i puerto Blanco Encalada, a fin de saber peranza, porque en este establecimiento se encuentra toda clase la situación del buque avistado, resultando de esta averiguade provisiones, vehículos, máquinas de resacar agua, etc., todo ción que todo habia sido una falsa alarma, pues dicho buque lo cual puede, en un caso dado, aprovecharse i al mismo habia sido el vapor Toro que habia salido del último puerto tiempo ser arrasado para quitar al enemigo toda clase de nombrado remolcando un bote, lo cual coincide con el telegrarecursos. ma que V. S. habia recibido, de que el buque avistado llevaba a remolque una embarcación menor. Con esta misma fecha he oficiado al comandante de la fuerza


DOCUMENTOS

I con respecto a un segundo buque a vapor de tres palos que navegaba hacia el Norte, habia sido el vapor de la línea inglesa Colombia, que habia llegado ya a este puerto, todo lo cual me fué ratificado por un pasajero que arribó a Taltal en la embarcación que habia sido remolcada por el Toro. Convencido de estos hechos i de la alarma falsa ocurrida, lo comuniqué a V. S. inmediatamente por telégrafo, pidiéndole a la vez instrucciones, ya fuese para regresar a Antofagasta o permanecer en Taltal para llevar a cabo la comisión de los trasportes, que se habia acordado. Después de una serie de telegramas que V. S. me trasmitió durante los dias 23 i 24, primeramente ordenándome volver a Antofagasta i después de esperar en Taltal a la Magallanes con los trasportes que debia convoyar al Sur, recibí, por fin, el dia 25 un telegrama del señor ministro Sotomayor en que me comunicaba de que el Huáscar habia aparecido en las aguas de Antofagasta en la noche anterior, ordenándome lo siguiente: "Huáscar i Rimac han estado en este puerto anoche i ahora se retiran lentamente al Sur. Govadonga i Copiapó salieron anoche de Valparaíso para Caldera. V. S. debe, sin pérdida de tiempo, ir a protejerlos i conducirlos inmediatamente a ésta. Viaje Magallanes, suspendido. V. S., antes de marchar al Sur, podría reconocer el mar inmediato i ver si consigue perseguir al Huáscar. Proceda en todo conforme le aconseje su prudencia." Después de este parte recibí un segundo telegrama del señor Ministro de Marina, en que me anunciaba que el Govadonga, Copiapó i Tolten, solo llegarán hasta Coquimbo i que siempre me dirijiese a Caldera para acompañar al vapor Lámar hasta aquel puerto. En consecuencia de estas órdenes zarpé el mencionado dia 2á .para Caldera, a donde llegué en la mañana del 26, i habiéndome puesto en comunicación con la autoridad local del puerto i con el señor intendente de la provincia, se me dio conocimiento de que el Huáscar habia arribado en la mañana del mismo dia a Taltal. Presumiendo que este buque podia continuar su viaje hasta Caldera i llegar al dia siguiente, se convino en esperarlo en este puerto, combinando, al efecto, un plan meditado con el señor intendente de la provincia i de acuerdo en todo con el Supremo Gobierno por comunicaciones telegráficas, i a fin de que el Huáscar no tuviese conocimiento de la presencia del buque de mi mando, se tomó la medida sencilla i prudente de retardar la salida del vapor de la carrera que debia zarpar ese mismo dia hacia el Norte. f

Mientras se llevaba a efecto el plan acordado, recibí un telegrama del señor Ministro Gandarillas, en que me dicia que si el Huáscar no tocase en Caldera, i pasara hasta Carrizal, me dirijiera inmediatamente a dicho puerto en su persecución. N o habiendo llegado el Huáscar a Caldera en la mañana del 27-, como se esperaba, se tuvo noticia que seguía al Norte, estando a la altura de Paposo, en vista de lo cual se consultó al Supremo Gobierno respecto a mi salida i cuyas instrucciones las recibí por conducto del señor gobernador de Caldera a las 4 h. de la tarde, i a las 5 hice rumbo al Norte, debiendo tocar en Chañaral para adquirir nuevas noticias sobre el rumbo que siguiera la nave enemiga.

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INÉDITOS.

Contesté a V. S. que continuaba mi viaje a Antofagasta i que llegaría a las 2 de la mañana a fin de no ser visto por el Huáscar i dar principio a su persecución con las menos horas de noche posible, cuya persecución me habia ordenado tomar el señor Ministro Santa María, ordenándomelo por un telegrama que recibí en Caldera el dia 27. Al frente el puerto de Blanco Encalada, se hicieron señales de tener noticias importantes que comunicarme, viéndose a la vez un bote que se destacaba del puerto. Habiendo detenido mi marcha, recibí un aviso en que se me decia que el Huáscar habia entrado a Antofagasta i empeñado combate desde las 2 P. M. Acto continuo emprendí mi marcha a toda fuerza de máquina , forzándola cuanto era posible a fin de recalar a A n tofagasta en el menor tiempo dado, atendiendo a la gravedad de la noticia, con lo cual pude llegar a este puerto a las 11.15 de la noche recalando directamente del Sur. No habiendo entrado por el Norte, como anuncié a V. S. desde Paposo, así mismo el haberme adelantado en 2 h. 45 m. al tiempo fijado para mi arribo, fué en vista de la urjencia del caso, pues por el momento consideré que ya no se trataba de dar una sorpresa al Huáscar sino venir a la defensa de nuestros buques i de nuestro ejército, i en esta virtud la alteración que ha tenido lugar en el itinerario de mi arribo, espero que V. S. la sabrá estimar debidamente. Una vez en la bahía, tuve conocimiento del combate habido en el dia i que el Huáscar habia desaparecido como a las seis horas de la tarde, con rumbo al Suroeste; por lo cual, manteniéndome sobre la máquina, dirijí a V. S. una carta comunicación, pidiéndole instrucciones sobre lo que habia que hacer, atendiendo que V. S. con pleno conocimiento de lo sucedido, podia impartírmelas con mejor acierto. En contestación, recibí orden de V. S. de salir al aclarar en persecución del //uáscar en el rumbo que creyera conveniente, incluyéndome a la vez un telegrama de Paposo en que se daba aviso de que el Huáscar iba en aquella dirección. Tanto por esta noticia como por haber recibido una orden del señor Ministro de Marina, que se halla en este puerto, para que saliera en persecución del Huáscar, debiendo llegar hasta Caldera para protejer a los trasportes que debían llegar a dicho puerto, emprendí inmediatamente mi persecución al Sur, i estando a la altura de Blanco Encalada se me hicieron señales para comunicarme con dicho puerto, en el que recibí el parte de V. S. en que se me ordenaba regresar nuevamente a Antofagasta, por motivo de tener conocimiento de que el Huáscar habia aparecido en la mañana en Mejillones. He procurado dar a V. S. los mayores detalles respecto a la comisión que ha tenido lugar desde el dia 22 en que se me ordenó salir de este puerto en persecución de buques enemigos, i al dar cuenta a V. S., como lo hago, creo haber demostrado que se han cumplido en todas sus partes las ordenes que he recibido, tanto de V. S. como de las demás autoridades superiores con quienes he estado en comunicación. Dios guarde a V. S. JUAN E. LÓPEZ. Al señor Jeneral en Jefe del ejército del Norte.

En Chañaral, a cuyo puerto entré a las 11 h, de la noche, XXXIII. haciendo la navegación a toda fuerza de máquina, se me hicieron las señales convenidas de que el Huáscar se hallaba en Carta del señor Joaquín Cortés al Jeneral Escala sobre las inmediaciones i, por una segunda señal, de que estaba reclamo de la casa Artola linos., de Calama. dentro de la bahía, todo lo cual no fué sino una equivocación del que ordenó hacer las señales, pues habiendo arriado un boCaracoles, Agosto 31 de 1S79. te i venido a bordo el señor subdelegado, me entregó dos teleSeñor Erasmo Escala.—Antofagasta. gramas en los que decia que el Huáscar se hallaba a las 4 de la tarde a la altura de Paposo. En esta virtud, aceleré mi Señor Jeneral i amigo de mi aprecio: marcha cuanto me fué posible, saliendo de Chañaral a las Al informe que conjuntamente con el subdelegado de este 12.40 A. M . — A las 11 A . M._ del dia siguiente, 28, pasé frente mineral di ayer respecto al reclamo que hace don Luis Chaa Taltal, navegando como siempre, a toda fuerza de máquina brat, representante de la casa de Artola Hermanos, de Calama, hasta las 12 del dia, en que habiendo enfrentado a Paposo, fui i que tanto mal nos ha hecho a causa de haberse creido amigo cruzado como a cinco millas de la costa por el vapor Taltal, de Chile al citado Chabrat, me permito agregarle lo siguiente, cuyo capitán me comunicó una orden a nombre de V. S. para i para que Ud. pueda formar juicio cabal sobre el dicho reclamo que_ detuviera mi marcha i recibiese un telegrama que V. S. debia remitirme. En consecuencia, ordené al Taltal que vol- i obrar en consecuencia. Principiaré por decir a Ud. que por informes fidedignos que viese inmediatamente al puerto por dicha orden, mientras yo aquí se han tomado de comerciantes que merecen fe, el precio permanecía aguantándome sobre la máquina. Habiendo vuelto del quintal de harina en la fecha en que se tomó la de Calama, el Taltal, me entregó a la 1.30 m. el telegrama siguiente: es de cinco pesos quintal, advirtiendo que el flete desde Anto"Si es posible, el vaporcito alcance al Blanco i le avise que fagasta a este mineral, es mayor que el de Cobija o Tocopilla a el Huáscar está a la vista de este puerto hacia el Sur.—Por Calama, i que, por consiguiente, el precio que cobra don Luis orden del Jeneral en Jefe.—VERGARA." Chabrat por la harina en cuestión, no puede ser el de siete peTOMO

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sos cincuenta centavos sino exajerado. Es de advertir que el flete de la harina que trajo de Calama a este mineral i que m o tiva la cuestión pendiente con el señor Chabrat, ha sido pagado por la Comandancia de Armas de Calama, i que por lo tanto, el precio de cinco pesos que se le abonan por cada quintal de harina al citado señor, que es al que se ha vendido aquí, no es bajo, siendo por consiguiente exajerado el que él cobra. Supongo que el Comandante de Armas de Calama que actualmente se encuentra en ésa, lo habrá informado a Ud. de lo que es i de lo que ha sido la casa de Artola en Calama desde el dia en que se ocupó aquella plaza por nuestras fuerzas, i que por lo tanto, habrá podido formar juicio cabal de lo que es el representante de ella señor Chabrat. La harina en cuestión, desde el momento que se supo venia en camino, fué contratada por uno de los panaderos de este mineral, señor Juan A. Palazuelos, al precio corriente de plaza, a fin de no gravarla con el gasto de bodegaje para pagar su valor en el momento que se le exijiera, i si no la ha pagado hasta la fecha, es también porque hasta la fecha no se ha arreglado esa cuenta, la cual no ha tenido para qué figurar en los gastos que se hacen por cuenta del ejército. Noto también que el señor Chabrat cobra algunos quintales mas de harina que los recibidos aquí según las guias, talvez por equivocación o porque los quintales que faltan hayau sido gastados en Calama. Sobre este particular podrá dar a Ud. datos mi amigo i compañero Eleuterio Ramírez. Para concluir con este asunto, me permito decir a Ud. que no tengo prevención alguna contra el señor Chabrat i que al darle los datos que anteceden, no hago otra cosa que cumplir con un deber para con mi superior, para que él obre con completo conocimiento de causa. Referente al telegrama (pie lie recibido hoi de Ud. para aprehender a Cartajena, he dado las órdenes del caso i quedo esperando algunos datos respecto a su filiación para que la dilijencia sea practicada con mas acierto i oportunidad. Por acá no ocurre novedad alguna i otro tanto puedo decirle de Atacama, Calama i Chacanee, de cuyos puntos se han recibido comunicaciones hoi dia. Sin tiempo para mas, por ahora, tengo el gusto de saludarlo deseándole buena salud i tranquilidad. Su siempre mui Atto. S, S. i amigo JOAQUÍN

CORTÉS.

XXXIV. Carta del señor Santa María al Jcncral Escala. Santiago,

Setiembre

8 de

1879.

Sefíoi' Jcncral don Erasmo Escala.—Antofagasta.

Querido Jeneral i amigo: Mucho deseo escribir a Ud. una larga carta, pero ya calculará Ud. que me falta el tiempo para ello. En pocos dias mas estarán en estado de espedicionar nuestras naves de guerra, i saldrán de Valparaíso para Antofagasta, Cochrane, Magallanes i Loa, armado este último en guerra, como lo está el Amazonas. Si C Iíiggins i Amazonas, hubieren vuelto del Sur, también formarán parte de la división. Así armados buscarán a los buques peruanos, donde qniera que estén. En esta empresa vamos a jugar con cartas nuevas. Y a está nombrado Latorre comandante del Cochrane. Diga a Manuel Baquedano, que nuestra escuadra vuelve a nacer, i que confiamos en que ahora la estrella de Chile brillará como ha brillado siempre. En cuanto a planes i propósitos nada digo a Ud., porque allá tiene Ud. a Rafael Sotomayor, que ha instruido e instruirá a Ud. del pensamiento del Gobierno. De los esfuerzos del ejército i de su jefe nadie desconfía. Haré en la artillería cuanto Ud. me recomienda. El martes, mañana, se elevará a Tejimiento el batallón de Antofagasta. El Cochrane llevará los cañones recien llegados, que son de primera calidad, con las municiones i aperos correspondientes. Por telégrafo avisaré a Ud. cuanto ocurra. Recuerdo a los amigos de parte de su affmo. S . S . i amigo. D.

SANTA M A R Í A .

PACIFICO.

XXXV. Carta del Comandante de Armas de Cobija al Jeneral Escala, sobre operaciones de guerra. Cobija,

Setiembre

12 de

1879.

Señor Jeneral don Erasmo Escala.—Antofagasta.

Mi apreciado Jeneral: Tengo el honor de acusar recibo de sus dos mui favorecidas ! de 29 de Agosto i de 4 del corriente. Por este vapor le escribo oficialmente sobre la conveniencia de establecer aquí un depósito de carbón de piedra. Hoi la máquina ha parado por falta de este elemento i he apercibido al empresario con una fuerte multa si no la pone pronto en movimiento i provee a la población de agua, debiéndose haber p r o visto con tiempo de carbón i no esponernos a perecer de sed. ! En Gatico, a dos leguas de aquí, hai otra condensadora capaz i de proveer de agua a 3,000 almas diariamente. En otra nota | oficial le espreso mi opinión sobre la conveniencia de habilitar aquí algunos edificios para hospitales, i cada dia que pasa me i va convenciendo mas i mas de que Cobija (aun cuando el señor | coronel Sotomayor i yo mismo fuimos de opinión contraria antes) puede llegar a desempeñar un papel en el curso de la ' guerra, bien sea como cantón de reservas, asiento de hospitales o de almacenes, en previsión de una retirada hacia este punto o a Antofagasta i ya que en la guerra la previsión debe alcanzar tanto a lo posible como a lo probable. 1

Discurro en el supuesto de que sea Tocopilla nuestra base de operaciones i que el ejército chileno internado en el Perú pudiera verse obligado a emprender su retirada perseguido mui de cerca por un enemigo muí activo que no le dejase tiempo para embarcarse allí con sus parques, caballadas, etc. Los aproches a este puerto, viniendo de Tocopilla, se prestan admirablemente para mantener a raya a un ejército con mui poca jente; hai algunas aguadas, i después de dos jornadas encontraI ría nuestro ejército aquí agua en abundancia i provisiones de i toda clase, pudiendo efectuar su embarque muí cómodamente ¡ en los trasportes que se hubieran trasladado aquí. Tengo el gusto de felicitarlo por el buen resultado de las espediciones del mayor Soto. Si ha estado mui cerca de Guatacondo, debió saber algo de las caballadas que pacían en Huanchaca. Parece que el jeneral Campero no se ha movido aun hacia adelante, i no seria estraño que se deje estar indefinidamente por Tupiza i que nos obligue a ocupar una división para o b servarle cuando el ejército se mueva. De ninguna manera creo intente atacar a Calama i seria de desear que lo hiciese, i aunque consiguiese penetrar allí, se le podría sitiar i tendría que capitular mui pronto, por falta de recursos, ante nuestro ejéri cito disponible para hostilizarle. | Son mui vagas e inciertas las noticias que he podido adquirir respecto de la fuerza establecida en Guatacondo, i no me | atrevo a comunicárselas temiendo hacerle incurrir eu error; I procuraré informarme mejor, aun cuando estoi mui distante i ! solo por rara casualidad me llegan noticias de esa dirección. Nadie mejor que Vidaurre puede i debe comunicarle oportunamente noticias exactas de lo (pie ocurre al Norte del Loa. Por cierto, señor, que cualquiera fuerza nuestra que intente avanzar hacia la Noria o Guatacondo, procederá en la inteli| jencia de que por su flanco izquierdo tiene una regular división ! peruana al mando del coronel Freiré, escalonada entre Pabellón ! de Pica i la orilla Norte del Loa, por la costa. | En mi anterior correspondencia de 2 2 del próximo pasado, ¡ me permití avanzar una idea de lo que a mi juicio seria hace| dero como operación de guerra, en el supuesto de que nuestro | objetivo fuese Iquique. Si mal no recuerdo, decia yo que una división establecida al Norte del Loa concluiría por comprometer a las fuerzas de Guatacondo a abandonar sus ventajosas posiciones para atacarla, i obligaría a las fuerzas del coronel Freiré a replegarse al Norte o a atacar también, en combinación con aquéllas, i que entonces, desembarcando nosotros el grueso del ejército en el Loa, pudiéramos empeñar la guerra ventajosamente. Me tomo ahora la libertad de esplicar cómo pudiera realizarse esto con mas probabilidades de éxito. Debo partir del supuesto de que habremos empleado mui bien el tiempo i el dinero, preparándonos convenientemente para la guerra desde la fecha en que ésta se declaró, ya que nos dejamos cojer infraganti en delito de imprevisión i ya que


DOCUMENTOS

nuestros enemigos nos han dado tiempo para ello, aprovechándolo por su parte de la misma manera i por las mismas razones. Tratándose del ataque de una plaza como Iquique, en la situación relativa de las fuerzas opuestas, seria de opinión que el ataque se lleve de Sur a Norte, i que solo mediante una estratajema, que desconcierte al enemigo, obligándole a dividir sus fuerzas, pudiéramos esperar alcanzar algún resultado favorable. Es sabido que los aliados tienen reconcentradas en Iquique i sus inmediaciones una parte mui considerable de sus mejores tropas, apoyadas en serias obras de defensa. Nosotros, en cambio, tenemos todo nuestro ejército disponible i una escuadra mui superior para conducirlo al punto... q u e m a s convenga. Si la división Campero pasa al Norte, podremos contar con todo nuestro ejército para espedicionar sin necesidad de dejar un solo hombre a nuestra espalda. Habiendo ya, al Norte del Loa una división, me parece que convendría escalonar con tiempo i sijilosamente otra en Cobija, aprovechando las aguas i manteniéndose lista para dirijirse por Tocopilla al Norte al primer aviso. Provocadas las fuerzas aliadas de Guatacondo i de las costa a abandonar sus ventajosas posesiones (que estaban destinadas a observarnos i a flanquear nuestras columnas en marcha) debería tenerse mui oportuno aviso de sus movimientos en el cuartel jeneral de Antofagasta. Por ese tiempo, nuestras fuerzas al Norte del Loa, constituirían una verdadera división de las tres armas al mando de un jefe superior. Otra división habría entre Cobija i Gatico, aprovechando las condensadoras que hai en estos puntos.—Estas dos divisiones serian tanto menos fuerza que fuera necesario conducir en nuestros trasportes en el momento de principiar las operaciones, i unidas formarian un cuerpo de ejército destinado a operar hacia al Norte, teniendo por base a Tocopilla i su cuartel jeneral en Quillagua. Cuando el cuartel jeneral del ejército tuviese noticia de que el enemigo se dirije al ataque de la división del Loa, se pondría en movimiento toda la escuadra conduciendo de Antofagasta el resto del ejército en dos fuertes divisiones i tomaría rumbo al Norte, dejándose ver por toda la estension de la costa, i se constituiría en Mejillones del Perú, calculando arribar allí en las últimas horas del dia, aparentando hacer preparativos mui de prisa para efectuar el desembarco en las primeras horas del dia siguiente. En la noche levaría anclas toda la escuadra i los trasportes i finjiendo rumbo al Norte, volvería precipitadamente al Sur, a la embocadura del Loa i desembarcaría allí todo el ejército.—Por este tiempo, ya las divisiones quedadas en Cobija i Tocopilla se habrían replegado i avanzado hasta Maní, entreteniendo al enemigo i con falsas retiradas, conduciéndole hacia el Sur todo lo posible. Desembarcado en el Loa el ejército, marcharía a interponerse entre el enemigo i la base de operaciones de éste, tratando, en lo posible, de evitar la unión de la división de la costa con la venida de Guatacondo, para batirlas en detall, en combinación con el cuerpo de ejército que opera por Maní. Mientras esto se efectuaba por tierra i que el cuartel jeneral de los aliados esperimentaba la impresión consiguiente producida por el falso movimiento del Norte i el desembarco inesperado en el Sur, nuestros buques de guerra se constituirían en Iquique i atacarían vigorosamente esa plaza, bombardeándola durante algunas horas i restableciendo el riguroso bloqueo de ella. N o sé, señor, si me engañe, pero me parece que una diversión concebida así, estudiándola en todos sus detalles i si fuere practicable, facilitaría indudablemente el medio de alcanzar nuestro objeto de ocupar a Iquique. Tendríamos todas la probabilidades de dar buena cuenta de las dos divisiones del Sur de Iquique i llegaríamos a esta plaza cuando quizas apenas principiaría a contramarchar el ejército de la alianza, que se hubiera enviado a oponerse a nuestro desembarco en Mejillones del Perú. Ud., señor jeneral, que está iniciado en todos los detalles que son indispensables para apreciar las condiciones de los ejércitos opuestos, verá lo que pueda valer este juicio mió, aun cuando pudiera ser que no sea Iquique nuestro objetivo i que cada dia se hace mas difícil acertar a determinarlo a nosotros los profanos que vivimos apartados del Estado Mayor, I que solo a tientas i a locas podemos emitir un juicio en materia tan grave.

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INÉDITOS.

Rogándole se sirva disculpar mi avance al emitir mis opiniones sobre aquel particular, tengo el honor,' señor jeneral, de suscribirme S . S . S . Q. S . M. B. JORJK WOOD A .

XXXYI. Carta del señor Joaquín Cortés al Jeneral Escala. Caracoles,

Setiembre

12 de

1879.

Señor Jeneral don Erasmo Escala.

Señor Jeneral i amigo de mi respeto: Empiezo mi carta dándole las gracias por la atención que se ha servido prestarle a mi recomendado señor Lorca. Mui pronto empezaré a mandarle lo que se recoja i haré cuanto esté de mi parte a fin de que la suscricion para el telégrafo que se construye de este mineral a Calama sea lo mas abundante posible. Aquí es necesario hacer los pedidos en los dias de pago de las faenas, pues de lo contrario seria mui reducida la cantidad que pudiera colectarse. De Calama continúa la casa de Dorado Hermanos remitiendo mercaderías, las que hasta hoi, como lo he dicho antes, no me habian llamado la atención. Mas hoi no sucede así, puesto que al confrontar las guias, se notó venia una partida de 200 pares de zapatos calamorros de una clase mui superior a los que se fabrican en el pais. Ademas 50 pares, también calamorros, de inferior clase a los anteriores, pero también de mui buen material i construcción. Se me asegura (pie mañana deben llegar del mismo punto tres carretas trayendo la misma mercadería; espero que Ud. me dé las instrucciones sobre este punto, es decir, si las guias no están conformes con los bultos que traen las carretas, como ha sucedido con los 250 pares de que le he hablado, que no estaban conformes con las guias. Parece que en mi anterior le hablé a Ud. respecto a los caballos i muías que están en Salta para remitir al enemigo; lo puse en conocimiento del Comandante de Armas de Atacama, para que él le avise a Latham. Supongo que estos animales no sean los mismos de que le habla el comandante Vidaurre; sin embargo, Ud. debe descansar en que todo mi cuidado es recomendar al subdelegado de Atacama despliegue toda su vijilancia, dándome cuenta con frecuencia de cuanta llegue a su noticia. Haré templar las agujas de los rifles con arreglo a la receta que me mandó. Sin embargo, se ha tenido que hacer algunas reparaciones que en mi anterior le pedí autorización para hacer ese gasto. El alambre que se le ha entregado al contratista del telégrafo, ha sido 125 rollos, en lugar de los 135 (pie se dijo en mi i telegrama de ayer. I A mí nada me ha sorprendido la noticia de Atacama (pie | comuniqué hoi por telégrafo, puesto que el subdelegado i veci[ nos de aquella localidad me habian contado que el tal Jaime • Hoyos i Toribio Gómez eran unos verdaderos bandidos que i tenían en alarma a aquella localidad, i en este caso se puede ¡ decir han conseguido el fruto de tan buen trabajo, i lo que se puede sentir es, sin duda, la pérdida de algunos de nuestros ¡ queridos Cazadores. Uno de los heridos mas graves es el sol; dado Torres, asistente del alférez Paos, que está bandeado en i el costado izquierdo, poco mas .abajo del corazón. Como Ud. ] sabe, el médico del batallón es un simple estudiante, que no tiene sino los conocimientos para un simple practicante, i lié ; aquí la causa por la cual me decidí a pedirle uno competente. ; Sin embargo, yo por mi dictamen i por el conocimiento prácj tico, les he mandado cerato simple, hilas, árnica, cascarilla i ¡ linaza, pues estos medicamentos Jos he creido suficientes para atenderlos medianamente hasta la llegada del que se haga cargo de ellos. Hasta los momentos en que se despacha el correo no me ha llegado el parte detallado de lo que ha ocurrido en Rio Grande, i los pormenores que le di en mi telegrama los tomé del propio ] que ha venido, i personas que lo conocen aseguran ser hombre mui formal que debe dársele entero crédito. J A mi querido amigo, señor jeneral Baquedano, me lo felicita | a mi nombre por la conducta observada por los Cazadores, (pie son i serán siempre unos leones. Reciba Ud. un fuerte abrazo que le envia su amigo que lo distingue JOAQUÍN

CORTÉS.


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G U E R R A

D E L

XXXVII. Carta seini-oficial del Comandante de Armas de Calama al Jeneral Escala.

PACIFICO.

de esta guarnición. Enfermo como me encuentro de un ojo, por un accidente casual del oficio, pongo por ahora, punto_ final a ésta, ofreciéndome como siempre su afectísimo amigo i S . S. J. M.

Calama,

13 de Setiembre

de

2. °

SOTO.

1879.

Señor Jeneral don Erasmo Escala.—Autofagasta.

Señor Jeneral: Ocupado, hasta ahora, en arreglar i sistemar de un modo conveniente el servicio i gobierno de esta plaza, así como también, de poner en buen camino la partida de voluntarios que comanda el señor Latham, no me ha sido posible escribir a V. S antes, como lo habría deseado. Un tanto desenvuelto ya, paso a comunicarle lo siguiente: Jeneral Campero.—Mui contradictorias son las noticias que he recibido sobre el paradero de este personaje, liegaudo hasta decirme que se encuentra en Guatacondo con cerca de 400 hombres.—-Lo razonable, es creer que aun se encuentra en Santiago de Cotagaita, de donde sé positivamente se desprendió una regular partida de caballería, que tres o cuatro días después de haber estado mi tropa en Canchas Blancas, habia llegado a ese punto para sorprendernos, como asimismo para protejer el paso de las remesas. Atacama.—Supongo que ya tendrá V. S., conocimiento de un encuentro que el subdelegado Toro ha tenido anteayer con una partida de indios cerca de Bio Grande, del que, según me dicen, han resultado 14 indios muertos i herido de gravedad uno de nuestros cazadores. Guatacondo.—También son inciertas las noticias que me dan sobre el número de fuerzas que guarnecen este punto; pero puedo asegurar a V. S. que últimamente han reforzado esta guarnición i aun me inclino a creer que seguirán reforzándola. •—Ayer me aseguró un indio que vino de Quillagua i que su dicho merece fe, según asegura don Manuel Rodríguez, que habiendo estado en estos últimos dias en aquel punto, supo habían de guarnición 130 hombres de línea i 170 cívicos; todos al mando de un coronel i siendo capitán un boliviano, Eujenio Patino, que antes estuvo de administrador de correos en Caracoles. Chacanee.—Bajo mi dependencia ahora este punto, lie dispuesto que el teniente Alvarez, que lo guarnecía, se replegué a ésta, con el fin de que en pocos dias mas pase a establecerse con una pequeña avanzada en la aguada de Chus-Chus, i me haga un reconocimiento en dirección a Guatacondo.—Esta avanzada i un correo que pienso establecer de este punto a Quillagua, para poder comunicar a V. S. por telégrafo las noticias que de allí reciba, hacen innecesaria la estadía de este oficial en Chacanee, que, en tal caso, viene a quedar mui a retaguardia.—E«pero la aprobación de V. S. para proceder en este sentido. Espedicion del capitán Latham.—Hoi solo han podido salir de ésta, en dirección a Chiu-G'hin, donde piensan estar unos dias en observación, para encaminarse después al campo que mas convenga.—He tratado de ayudarlos en lo que me ha sido posible, ya con mis indicaciones, ya con algunos elementos de que he podido disponer. Partida de Cazadores de Atacama.—Esta partida que, en número de 20 hombres i bajo el mando inmediato del teniente don Román Varas, sirve como ausiliar a la caballería en los reconocimientos i esploraciones, está algo desalentada i algunos, de entre ellos, con el propósito de retirarse del servicio, por considerarse mal armados con solo el revólver que les he podido proporcionar.—Como esta jente, aguerrida ya i conocedora de estos lugares, puede prestar importantes servicios, yo creo, señor jeneral, que merecen la pena de armarlos mejor, aunque fuera haciendo algún sacrificio.—Al efecto, me permito solicitar de V. S. unos 25 sables, aunque sean viejos, e igual número de esas carabinas Spencer que han traído los voluntarios del Desierto.—Los revólvers que traje de ésa son de mui poco alcance i, lo que es peor, de mui poca duración e incierta puntería.—-Es así que algunos de ellos lo consideran mas bien como un estorbo, según ya me lo han dicho. Estado jeneral.—En este documento he tratado de comunicar a V. S. todos los datos i noticias que me ha sido posible recopilar i que puedan dar a V. S. una idea cabal del estado

xxxnn. Traslación de una columna del ejército a Mejillones. ESTADO MAYOR. JENERAL.

Antqfat/asta,

Setiembre

20 de 1879.

El lunes 22 del presente, a la diana, tomará el mando de la columna que por orden del señor Jeneral en Jefe debe trasladarse a Mejillones, compuesta del batallón Chacabuco. tercera brigada de Zapadores i la 2. ambulancia de Santiago, para lo cual dará las órdenes convenientes a los respectivos jefes, a fin de que no haya inconveniente en el momento de emprender la marcha. 13

El convoi de carretas irá a retaguardia bajo las órdenes de un oficial, con el carácter de conductor jeneral de equipajes, dándole la custodia correspondiente. Desde el campamento se emprenderá la marcha de campaña con todas las precauciones determinadas para tales casos por las ordenanzas militares. La tropa lijera llevará la vanguardia i la vijilaucia lateral, como flanqueadores de derecha e izquierda, i la retaguardia la demás tropa, Cada jornada será de cinco a seis leguas diarias, de la diana a las diez A. M!, debiendo dar un descanso de quince minutos cada hora. Si el tiempo fuero fresco i el camino bueno, podrá marcharse mas tiempo. En el campamento de la noche, se tomará toda precaución, como al frente del enemigo, obrando conforme a ordenanza. Diariamente se dará la orden por escrito sobre el servicio del siguiente, haciendo cumplir estrechamente lo que se prescriba, todo conforme al código militar indicado. Tomará nota exacta de los puntos de cada jornada, formando el itinerario correspondiente. Al llegar al punto de su destino, haráse adelante un oficial a dar parte a la autoridad del lugar la misión que lleva, pidiendo se le permita la entrada al pueblo con su tropa i alojamiento para ella. Después de alojadas las tropas, se pondrá de acuerdo con la autoridad local, para tomar todas las medidas de seguridad, tanto del puesto o guarnición, como de las tropas de su dependencia. Hará estudios especiales de todas las faltas e inconvenientes que notare en la marcha para dar cuenta a este Estado Mayor, como asimismo de toda ocurrencia que merezca poner en su noticia. También espresará en su informe el servicio que haya hecho i los cuerpos que lo han desempeñado. En Mejillones desempeñará las funciones de Comandante de Armas, sujetándose a lo dispuesto por la ordenanza i resoluciones vijentes que se consignan en la Recopilación Varas, tomando todas las medidas precisas para la quietud de su tropa i que contribuyan a la moralidad i disciplina, ejercitándolas en trabajos militares relativos al servicio de costas de puertos fortificados. Para el servicio anterior, se hará cargo de la localidad por medio de reconocimientos exactos de los puntos por donde pueda ser atacado, i en caso de retirada, por donde pueda ésta ejecutarse. Fijará preferente atención en la defensa de la ribera del puerto, elijiendo los puntos que presten seguridad a los defensores i por donde puedan los enemigos causar daños. Si se presentara algún buque enemigo i echase botes al agua con el objeto de aproximarse a tierra para llevarse o destruir embarcaciones o causar cualquier otro daño, se impedirá a toda costa por medio de las armas.


DOCUMENTOS

INÉDITOS.

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La tropa creo ha ganado mucho con este cambio, aunque en Para evitar la pérdida de lanchas, tan pronto como se aviste este momento estamos mui mal de rancho, pues no nos han un buque enemigo, deben vararse o aproximarse a la ribera mandado sino charqui, harina i fréjoles i aquí no hai recursos tanto como sea posible, elijiendo el punto fácil de defender. de ninguna especie. He pedido todo lo que falta por telégrafo, En el acto que se informe con seguridad de la presencia del sin recibir contestación, pero supongo que serán remitidos en enemigo i que no haya lugar a dudas, lo comunicará al cuartel uno de los trasportes. jeneral por un conciso, claro i exacto telegrama, como asimismo toda ocurrencia que merezca la deliberación del señor JeEl mayor se hizo cargo del gobierno de esta localidad, proneral en Jefe. mulgándose el bando a son de trompetas. Zapadores están perfectamente instalados en lo que fué panaDispondrá periódicamente que las tropas se ejerciten en el dería de Neves. Y o he preferido acampar, encontrando mas ejercicio de tiro al blanco, consumiendo en cada sesión a lo conveniente esto que ocupar casas. mas tres cartuchos, no pasando estos de tres en el mes. En este momento recibo un parte de Ud. en que me dice deNombrará un pequeño estado mayor para el detall del servibemos conformarnos con víveres secos; así se hará, pero es imcio, compuesto de tres oficiales, siendo jefe uno de ellos, cuiposible que la tropa coma charqui diariamente, sin aumentarle dando tengan la capacidad que este departamento exije. Esto al doble la ración de agua. En el viaje poquísimos comieron el lo hará antes de marchar, encargándole lleve un diario, exacto charqui ni la galleta, consumiendo solo la ración de harina; creo de todas las ocurrencias ordinarias o estraordinarias del servipues indispensable/pte a lo menos se den dos reses por semana cio de su tropa, para por él justificar en todo tiempo los hepara el consumo de la tropa. chos. Esta semana se ha pasado en la ociosidad i en los pequeños Tomará datos de todas las aguadas i de las diferentes disarreglos de instalación; pero ya desde el lunes principiaremos a tancias que hai entre Mejillones i Cobija, por si hubiera necei trabajar de firme aunque nos faltan elementos para lo mas imsidad de mandar tropas, i darles el itinerario de la marcha. portante, que es ejercitar la tropa en trabajos de fortificación, De acuerdo con la autoridad local i administrador de aduaque creo indispensables tanto como ejercicio como seguridad. na, procederá a hacer en la casa fiscal las reparaciones que sean necesarias, con toda economía, empleando para ello los obreros Desearía escribirle mas largo pero me falta tiempo. que hubiere en los cuerpos de su dependencia. Lo saluda su amigo affmo. D. DE TORO. H. Para evitar la destrucción de las máquinas condensadoras, influirá con sus dueños para cubrir con blindaje de sacos de arena sus calderos. XL. Respecto a la brigada cívica, dará cuenta al señor Jeneral en Jefe del número de individuos que en el pueblo puedan enCartas del Comandante de Armas de Calama al Jenerolarse i ver la conveniencia de reducirla a una compañía, a ral Escala. fin de que reciba mejor instrucción. Calama, Octubre 1.° de 1879. Tendrá presente todo lo dispuesto sobre remisión de documentos al Estado Mayor para aprovechar los vapores del tráfiSeñor Jeneral don Erasmo Escala. co, a fin de que no se retarde el servicio por omisión de ninguna Mi estimado señor Jeneral: especie. Acusando a V. S. recibo de su estimable del 20 del próximo El rancho para la tropa se hará por cuenta del Estado para lo cual recibirá en Mejillones, víveres para quince dias i los pasado, paso a comunicarle lo siguiente: Enemigo.—Nada puedo aun afirmar a V. S. sobre la verdaelementos necesarios para confeccionarlos, teniendo cuidado de dera situación i propósitos de la división Campero, a pesar de avisar ocho dias antes de que se concluyan, a fin de que no le haber recibido noticias por cuatro conductos distintos. Todas falte. son contradicciones i embrollos que no me merecen fe ninguna, Las herramientas para trabajos de carpintería i fortificacio—Igual cosa me sucede respecto al número de tropas que dicen nes, le serán remitidas en la próxima semana por trasportes haber en Guatacondo,—En tal situación, me he resuelto ya del Estado. a movilizar nuevas partidas, que bajo el mando de los ayudanEstas son las instrucciones a que deberá sujetarse para el tes Alvarez i Varas, me darán, seguro estoi, algo de bueno i desempeño del cargo que se le confia. verdadero que comunicar a V. S.—El primero salió ayer con Dios guarde a Ud. rumbo a Guatacondo, via del Inca i valle de Barrera, con el E. SOTOMAYOR. especial encargo de reconocerme un sendero que me dicen Al Teniente Coronel Comandante del batallón Chacabuco. existir por este lado.—El segundo saldrá tan pronto me llegue el armamento que he pedido a V. S., por cuanto que la tropa solo cuenta con un nial revólver.—Esta partida se va a encaXXXIX. minar por Santa Bárbara i llevará la doble misión de reconocer el mejor camino que nos pueda conducir a Guatacondo, de ver Carta del Comandante del batallón Chacabuco al modo de sorprender nuevas remesas, ya que los voluntarios del Jeneral Escala. capitán Latham no han tenido todavía la suerte de dar un golpe.—Si esta partida me trae las noticias favorables que esMejillones, Setiembre 27 de 1879. pero sobre caminos, creo que ya habría llegado el caso de obrar Señor Jeneral don Erasmo Escala. ofensivamente sobre la guarnición de Guatacondo, o por lo menos, de irse preparando en Santa Bárbara con una regular Mi querido Jeneral: divisioncíta, para obrar de acuerdo con el ejército en el moEl 24, a las 6 de la tarde, "¡legamos a ésta después de una mento que éste entre a obrar seriamente, pues que esta operapenosísima marcha en la que : • los se portaron mucho mejor de ción requiere algún tiempo para prepararla con acierto. lo que lo esperaba. La jente ¡ J I pueblo ha recibido a la tropa en palmas de mano; salieron a su encuentro a las alturas al Voluntarios del señor Latham.—Aunque supe que esta Sur de la población llevándole toda clase de ausilios. compañía se hallaba en Atacama i que una pequeña parte de ella se habia internado a la cordillera, la noticia no merece fe El camino es bastante malo i pesado, i por mas que hayan aunque me la ha dado un particular. Mucho me temo que esta personas que aseguran que solo son diez i seis leguas, sostengo partida muera luego de consunción, si no tienen la suerte de que son diez i ocho mui parecidas a veinte. A las nueve de la noche estaba la tropa instalada en sus res- dar pronto un buen golpe.—¡I seria una lástima, por la buena calidad de la jente que la compone! pectivos alojamientos, faltando solo los tres individuos que se estraviaron con las cargas, i que, como Ud. sabe, regresaron a Comisión ele injenieros.—Supongo que ya habrá regresado a Antofagasta después de mil pellejerías. ésa,—Al señor coronel Arteaga, su jefe, le he dado cuenta minuciosa del estado de esta plaza i su guarnición, como delegaEl pueblo es miserable i sin recursos de ninguna especie; la do de V. S., al mismo tiempo que le he proporcionado todos población actual me aseguran no pasa de trescientas almas; sin embargo, hai casas para cuatro o cinco mil habitantes, vacías los elementos de movilidad que han motivado, como es natural i en via de destrucción, pues es la única leña En esta plaza me ha dejado ordenada la construcción de dos que se emplea. fuertes que vienen a formar un triángulo con el que yo tenia en obra, en el lugar que ocupa la ruinosa iglesia de este pueLa bahía es magnífica; no puede encontrarse mejor punto para el embarque de tropas, mui fácil de defender, hai puntos blo.—Por el plano que hoi remito a V. S., se informará mejor de la verdadera situación de estas fortificaciones. mui apropósito para colocar artillería.


G U E R R A

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D E L

Mañana se terminará la muralla de circunvalación que he hecho hacer en esta plaza, i se principiará la larga obra de los dos fuertes de que me ocupo. Llamas i carretas.—Mañana partirán para Caracoles 25 de las primeras, a fin de que el señor subdelegado, comisario delegado, proceda a realizarlas, pues nos dicen que hai interesados.— Si se consigue regular precio (8 a 10 pesos por cada una) le seguiré mandando mas, porque aquí se están muriendo algunas i perdiendo otras, a pesar de los cuidados que se tienen con ellas. Por urjente pedido de carne que me hizo el señor comandante Parceló, le mandé ahora dias, 10 llamas i 10 corderos, por cuanto me anunciaba la escasez del artículo i se avenia a pagarlas si necesario fuese.—Con tales condiciones, no tuve, pues, inconveniente en remitírselas. Como aquí no hai facilidades para componer carretas, he determinado mandar a Caracoles unas 7 que aquí tengo i que se están deteriorando, a fin de que después de hacerles las lijeras composturas que han menester, el señor subdelegado las realice por cuenta del estado con las formalidades de estilo.— Con la venta de llamas i carretas, tendrá el Pisco una regular entrada en sus fondos. Le saluda con el cariño de siempre su añino, mayor i S. S.

no se atrevió a continuar dando el rancho a la tropa, si no leaumentaban el precio de la ración, pues que ya ha perdidocomo 2,000 pesos, según dice él.—Como no me he creído facultado para estipular nuevo contrato con semejantes condiciones, he dispuesto que se suministre el rancho por cuenta del estado hasta recibir instrucciones de V. S. Luz i hem-adurai.—Desearía que me dijiera V. S. si la luz que se da a los cuarteles i las herraduras de que han menester los caballos de Cazadores i Granaderos, sigue o nó suministrándoseme con fondos fiscales o debe cubrirse ese gasto con los de los respectivos cuerpos.—Tengo dudas por el estado de campaña en que hacemos el servicio. Relevo.—Actualmente me ocupo en arreglar el alojamiento que deben tener los Cazadores del Desierto, que vienen a relevar a esta guarnición i haciéndoles adelantar agua en el camino; como asimismo en disponer la salida para Tocopilla de la tropa de Artillería de Marina, a fin de evitar un aglomeramiento en esta plaza, tal como V. S. me lo tiene ordenado.— Para llevar adelante esta prudente medida, he tropezado con algunos inconvenientes que el francés don Luis Chabrat, representante de la casa de Artola, me ha puesto con su acostumbrada mala voluntad; pero como no era posible que por los caprichos de este caballero se perjudicara el servicio, he tenido que hacer uso de la fuerza para proporcionarme unas cuatro carretas que este señor no ha querido facilitar de ningún modo.

J. M. 2.° Soxo. Galanía,

Octubre 9 de

1879.

Señor Jeneral don Erasmo Escala.

Mi estimado señor Jeneral: M e complazco en principiar la presente felicitando a nuestra marina i a V. S. en particular, por la importantísima presa que se ha hecho a nuestros enemigos en las alturas de Mejillones i que recien me comunican de Caracoles. Sin pérdida de tiempo he participado este gran acontecimiento, tanto al jefe de la línea del Loa como al de una partida que tengo de crucero en el interior, por la relación que pudiera tener con venideros acontecimientos de la guerra. Enemigo— Campero continúa en Cotagaita, sin poderse mover por falta de recursos.—En Cauchas Blancas existe una partida compuesta, según me dicen, de los cívicos de Lipez i San Cristóbal e indios de aquellos lugares, a quienes obligan a acopiar leña i dar recursos para sostener a aquella fuerza, en protección de los arreos arjentinos.—También me dicen que trabajan algunas fortificaciones, temiendo, sin duda, nuevos asaltos. Voluntarios del capitán Latham.—Acabo de recibir comunicación de Atacama en que me anuncian que estos voluntarios continúan en aquel punto, sin haber conseguido todavía dar algún regular golpe. Cazadores de Atacama.—Como ya tengo anunciado a V. S., esta partida, al mando del teniente Varas, partió ahora cinco dias para el interior, con el doble propósito de hacerme un reconocimiento sobre Guatacondo i do establecer un crucero a las remesas arjentinas, También lleva la misión de introducir en el mismo Guatacondo a un individuo de tropa que tenia en ésta, de nacionalidad francesa.—Este individuo, bien aleccionado i desfigurado de comerciante, debe caer en aquel lugar por el camino que llega de la República Arjentina i permanecer el ma3'or tiempo que pueda entre el enemigo, con el fin de ciarnos las noticias que le sea posible.—Abrigo la esperanza de que este nuevo emisario nos ha de dar mas importantes noticias que las que nos trajo el muchacho Rey, a quien V. S. me dice haber gratificado con 50 pesos,—Acompaño a V. S. copia de una planilla de los gastos que ha orijinado este segundo individuo, i que ya están cargados en las cuentas del mes pasado, a fin de que V. S. tenga mas completo conocimiento de esta comisión. Forraje.—Cada dia se pone mas escaso i caro el que se puede proporcionar, i por eso creo mas económico a los intereses fiscales, remitir de ésa la cebada a un lugar donde pudiera mandar por ella a las carretas de esta plaza, ya sea a Tocopilla o bien a Pampa Negra. Hospital.—Este ramo sigue muí mal atendido. El doctor que fué a tomar baños a Arguina todavía no llega i aun el practicante se halla actualmente enfermo. Por otra parte, tampoco me han llegado los medicamentos que se han pedido ahora un mes.—Cumplo, pues, con un deber haciendo presente a V. S. estas necesidades. Rancho.—Como ya tengo comunicado a V. S., el proveedor

PACIFICO.

Con este motivo ha pretendido burlarse de mis órdenes, desconociendo i calificando antojadizamente mi autoridad, circunstancia por la cual he tenido que imponerle una prisión de cuatro dias que cumple actualmente en el cuartel de Granaderos a caballo. Acompaño a V. S. el parte oficial de este hecho. Como ya he tenido el honor de manifestar a V. S., esta casa comercial i particularmente el francés Chabrat, ha sido la única que, después de mis esploraciones al interior, me ha estado poniendo toda clase de inconvenientes en el servicio público, hasta el punto de andar haciendo propaganda en contra del que suscribe, valiéndose de chismes i calumnias, i llegando su ceguedad hasta el estremo de decir que el charqui (pie nuestras i fuerzas tomaron i quemaron en una de las especliciones al interior, yo lo habia hecho quitar de libra en libra a los pobres & infelices indios.—Mas aun: viendo que varios indios de Chiu! Chiu me fletaban carga de forraje para Santa Bárbara, les hizo J el flaco servicio de quitarles todas las muías que la referida : casa les tenia en arriendo, dándoles por razón que él no quería I que sus muías sirvieran al Gobierno de Chile.—Todos estos ; procedimientos i muchos otros que podría citar, me han estado poniendo de manifiesto que al francés Chabrat no le conviene ; por sus negocios que yo continúe en el mando de esta plaza, i | de aquí viene que no deja piedra por mover, como dicen, a fin I de indisponerme con mis jefes. I Otra de las causas de su enojo es porque no le acepté la i propuesta que me mandaba hacer con un individuo que venia : de palo blanco pidiéndcirHe 75 centavos por ración de cada soldado. Asimismo está creyendo, mui equivocadamente, que yo he sido el autor del comunicado que en recorte le acompaño. Sin embargo que prometo a V. S., bajo mi palabra de honor, que solo hoi me lo ha mostrado un amigo mió. He entrado en estas minuciosidades, señor jeneral, a fin de que V. S. se penetre de lo que verdaderamente ocurre en este asunto i no vaya a ser sorprendido por aquella jeute envidiosa I que me quiere mal. i Sin mas, por hoi, tiene el gusto de saludarle su affmo. maj yor i S. S. I

'

J. M.

2.°

SOTO.

P. D.—En este instante el teniente Alvarez me pasa un croquis, i me da cuenta del resultado del reconocimiento que le ordené hacer por las serranías que unen a este punto con los j de Maní i Guatacondo. i Aunque de esta escursion no se ha sacado ningún resultado | positivo, sin embargo, no por eso carecen de importancia los ¡ datos que de aquellos lugares me ha traido el dilijente oficial comisionado. Acompaño a V. S. ambos documentos. Por este mismo correo remito a V. S. el proceso de que habloa V. S. en la presente.


ÍNDICE. APÉNDICE. Documentos inéditos del archivo peruano. I. Bolivia se arma con anterioridad a la guerra Paj. II. El Ministro Quillones da cuenta de dos conferencias reservadas que tuvo con el señor Ministro de Relaciones Esteriores de Bohvia III. Se da cuenta del verdadero estado de la situación política de Bolivia, describiendo una conspiración contra Daza IV. Nombramiento del doctor Reyes Ürtiz como Enviado Estraordinario i Ministro Plenipotenciario Y. Documentos que el Gobierno del Perii hizo publicar truncos en el diario oficial E L P K R U A N O VI. Comunica no bailarse en el archivo de la Legación el Tratado secreto celebrado entre el Perú i Bolivia VII. Ignora el Ministro Quiñones el Tratado secreto V I I I . So comunica el efecto producido por la toma de Calama IX. Se comunica el protocolo acordado en La Paz para ofrecer el Perú su mediación X . So da cuenta de los primeros preparativos de guerra on Bolivia al saberse la ocupación de Antofagasta X I . Pide entrega de certificados del Banco Garantizador de Valores que estaban en poder del señor Godoi X I I . El Ministro Irigóyen da instrucciones a Lavalle oponiéndose a la ocupación de Antofagasta X I I I . Estado deplorable de Bolivia: no hai mas que 1,300 hombres en el ejército XIV. En Bolivia dos departamentos lian ocurrido a las armas XV. Participa haber sido aceptada por Chile la mediación del Perú i Protocolo del 5 de Marzo X V I . Se comunica que se desoa en Bolivia Confederación con el Perú X Y I I . Razones para pedir el cumplimiento del Tratado de alianza. XVIII. Se anuncia la partida del ejército boliviano para el litoral. X I X . Ruta que debe tomar el ejército boliviano para ir al Perú.... X X . El Perú manda 1,000 rifles a Bolivia antes de la guerra con Chile X X I . Da cuenta de la salida de Daza para el Perú, de varias reyertas en el ejército i el número de éste X X I I . Carta de Prado al Presidente de Estados Unidos X X I I I . Se comunica la remisión de 3,000 rifles de Buenos Aires .. X X I V . Se da cuenta de la celebración del 2 de Mayo en La Paz, llamando la atención al brindis del Ministro del Portugal X X V . Daza i los "Colorados", su política i administración X X V I . Descontento producido en Bolivia por el Protocolo firmado en Lima por Reyes Ürtiz i otros asuntos internos de Bolivia X X V I I . Mediación oficial ofrecida por el Brasil X X V I I I . Comunica la prisión del coronel Lafaye i primeras noticias recibidas sobre el combato del 21 de Mayo X X I X . Mal efecto producido en Bolivia por el Protocolo firmado por Reyes Ortiz X X X . Notas cambiadas sobre el estado, arribo i número del ejército boliviano X X X I . Se apremia al prefecto de Tari ja para que se termine la organización i movilidad do las fuerzas con que este departamento contribuye a la defensa nacional X X X I I . El Ministro de Bolivia solicita una conferencia para tratar del Protocolo firmado por Royes Ortiz X X X I I I . Bolivia cede en préstamo al Gobierno del Perú 2,200 rifles i 500,000 tiros, solicitados por esta República, temiendo un ataque del ejército chileno en Junio de 1879 X X X I V . Es detenido cerca de Salta el armamento quo venia do Buenos Aires para Bolivia X X X V . Nota sobre armamento, 3 copias do telegramas i oficio del cónsul del Perú en Potosí X X X V I . Reanudación de relaciones entre el Perú i España X X X V I I . Que Bolivia no debe pagar nada por pérdida de la Independencia X X X V I I I . So da'cuenta del estado en que se halla la quinta division a las órdenes del jeneral Campero X X X I X . Nota sobre el decreto de corso espedido por el Gobierno de Bolivia XL. El Perú devuelvo al Gobierno de Bolivia los 2,000 rifles i tiros a bala que habia recibido en préstamo

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XLI. Armamento de Buenos Aires; rivalidades en el ejército aliado; descripción del soldado boliviano Páj. X L I I . Bolivia pide que le entreguen los desertores de su ejército que están en el Perú XLIII. Llegada de rifles i municiones a Tupiza; división Campero. XLIV. Telegrama sobre escursion del Huáscar; mala situación de la división Campero XLV. El Ministro de Relaciones Esteriores de Colombia solicita se ponga en libertad al Ministro chileno don Domingo Godoi XLVI. Se da cuenta de las jestiones llevadas a cabo para la compra del buque de guerra Dinamarca i dos blindados alemanes.. XLVII. Cañones comprados en Hamburgo para el Gobierno de Bolivia X L V I I Í . Esperanzas en el poder del monitor Átakualpa X L I X . E L C O M E R C I O , periódico de La Paz, es subvencionado por el Gobierno del Perú L. Costa-Rica aprueba el tratado sobre Derecho Internacional Privado LI. Revolución en Cochabamba LII. Se da cuenta de la revolución promovida por el jeneral Rendon i del estado de la quinta división LIII. Llegada a La Paz de los señores Ministro Reyes Ortiz i jeneral Jofré LIY. Los cónsules del Perú en Sucre, Potosí i Cochabamba, anuncian la situación política de estos departamentos i el estado de la quinta división LY. Se establece una línea de chasquis de La Paz a Tupiza LYI. Vijilancia i esfuerzos para impedir que Chile se arme LVII. Dificultades respecto al Tratado aduanero entre Bolivia i el Perú LVIII. Telegramas de Buenos Aires referentes a la rendición del Huáscar i muerte de Grau; partida de la división Campero LIX. Nota de Quiñones sobre el tratado de paz con España LX. Importante carta oficial de Quiñones al Ministro Irigóyen i notable Memorándum, mui reservado, referente al estado político de Bolivia

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Documentos inéditos del arcliiro chileno.

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I. Toma de Mejillones: parte oficial; se pide refuerzos de tropa II. Precauciones para el caso de una invasión; el armamento de Chile al principio de la guerra; carencia de libros de instrucción III. Ofrecimiento de los nacionales chilenos en Tocopilla IV. Toma de Calama: partes oficiales no publicados Y. Armamento llevado por la Mar/allanes; noticias del enemigo... VI. Asesor de la escuadra i del ejército; primera captura de la Esmeralda VII. Nota sobre la prisión del coronel boliviano don Benigno Esquino VIII. Se resuelve la ocupación definitiva de Calama I X . Nombramiento de los jenerales Arteaga, Escala, Baquedano i coronel Sotomayor X . Parte oficial sobre la espedicion del Cochrane a Huanillos X I . Escasez de municiones; 30.000,000 de cápsulas X I I . Enfermedades venéreas en el ejército X I I I . Precauciones contra los buques peruanos X Y I . El Manco persigue a la Union: parte oficial; precauciones nocturnas X V . Nombramiento del señor Domingo Santa María de Delegado del Gobierno en el Norte X V I . Combate de la Mar/allanes con el Huáscar; heridos chilenos en este combate X V I I . Se nombra Jeneral en Jefe a don Erasmo Escala i Jefe de Estado Mayor al coronel Sotomayor X V I I I . Carta de " E l Profesor" dirijida al jeneral Arteaga X I X . El señor Santa María pide noticias de los estudios hechos para emprender operaciones militares X X . El señor Santa María pide cuenta de los elementos con que cuenta el ejército, guardia nacional i estado de las baterías X X I . Importante carta semi-olieial del comandante de armas de Calama al jeneral Escala X X I I . Carta del Intendente Jeneral del Ejército, señor Francisco Echáurrcn II., al jeneral Escala X X I I I . Carta del comandante J. R. Yidaurre al jeneral Escala... X X I V . Importante carta seini-oficial del comandante de armas de Calama al jeneral Escala..._

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Í N D I C E D E L TOMO S E G U N D O .

X X V . El Jeneral en Jefe siente el regreso del Delegado a la capital X X V I . Carta do " E l Profesor" al jeneral Arteaga... X X V I I . Reparaciones en la escuadra chilena X X V I I I . Carta del Ministro de la Guerra al jeneral Escala dándole algunas instrucciones X X I X . Carta semi-oficial del comandante de armas de Cobija al jeneral Escala X X X . Creación de una partida de esploradores X X X I . Carta-nota del comandante J. R. Vidaurre al jeneral Escala X X X I I . Parte oficial de la persecución que hace el Manco Encalada al Huáscar desde Antofagasta basta Caldera X X X I I I . Carta del señor Joaquín Cortés al jeneral Escala sobre reclamo de la casa Artola Hermanos, de Calama X X X I V . Carta del señor Santa María al jeneral Escala X X X V . Carta del comandante de armas de Cobija al jeneral Escala, sobre operaciones de guerra X X X V I . Carta del señor Joaquín Cortés al jeneral Escala X X X V I I . Carta semi-oficial del comandante de armas de Calama al jeneral Escala X X X V I I I . Traslación de una columna del ejército a Mejillones... X X X I X . Carta del comandante del batallón Chacabuco al jeneral Escala X L . Cartas del comandante de armas de Calama al jeneral Escala.

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I.

. Memoria que el Ministro de Relaciones Esteriores de Chile, señor don Domingo Santa María, presenta al Congreso Nacional de 1 8 7 9 . — I I . Leyes dictadas por el Congreso del Perú.—III. Partida del ejército chileno de Anlofagasta: descripción i proclamas al ejército.—IV. Documentos referentes a la defensa de Lima en Octubre de 1 8 7 9 . — V . Orden de partida de la escuadra i distribución de las fuerzas en los trasportes.—VI. Plana mayor del Jeneral en Jefe; oficialidad de los diversos cuerpos que formaron parte del ejército espedicionario.—VIL Orden del dia i proclama del jeneral Escala al ejército antes del ataque de Pisagua.— VIII. Divisiones en que se dividió el ejército de operaciones para efectuar su desembarco en Pisagua i Junin.—IX. Combate i loma de Pisagua: telegramas i partes oficiales chilenos, peruanos i bolivianos.—X. Descripción completa i detallada de este combate, según la relación de corresponsales chilenos.— XI. Correspondencias a E L N A C I O N A L de Lima, describiendo el combate de Pisagua; versión de Modesto Molina sobre este mismo combate.—XII. liando del prefecto de Iquique; decretos del Gobierno peruano sobre interdicción comercial con Chile, aumento de las contribuciones e impuesto sobre la renta.—XIII. ¡A las armas ciudadanos! Proclamas al pueblo de Lima de Fernando Casos i Mariano Delgado de la Flor.—XIV. Bandos sobre alistamiento militar i circular a los prefectos con igual objeto; donativo a la viuda de Gran.—XV. Estado de las fuerzas del ejército aliado el 5 de Noviembre de 1879, tomado del archivo del Estado Mayor peruano.—XVI. Carta de Granier a Daza sobre el combate de Pisagua; cuadro de las fuerzas aliadas que ocupan el territorio de Tarapacá, publicado por L A D E M O C R A C I A de La Paz del 7 de Noviembre de 1 S 7 9 . — X V I I . Combate de Agua Salda: partes oficiales i relación de los muertos, heridos i prisioneros.—XVIII. Carta de Barahoua i versión de los corresponsales chilenos i peruanos sobre este combate.—XIX. Orden del dia del ejército peruano sobre el combate de Pisagua.—XX. Correspondencia de Arica a E L N A C I O N A L de Lima, describiendo la llegada de Daza i parte de su ejército.—XXI. Los cónsules peruanos en Potosí, Sucre i Cochabamba comunican la dolorosa impresión producida por la pérdida del Huáscar i la situación de la quinta división. (Inédito.)—XXII. Cartas del canónigo Pérez, jefe déla ambulancia Arequipa, desmintiendo las falsas inculpaciones hechas al ejército chileno por el corresponsal de E L C O M E R C I O de Lima.—XXIII. Memoria que el Ministro de Guerra i Marina del Perú, señor Manuel Mendiburu, presenta al Congreso ordinario de 1 8 7 9 . — X X I V . Editoriales de la prensa de Chile, Perú i Bolivia Páj.

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II.

, Esploracion en territorio boliviano: parte oficial del comandante J. M. 2. ° Soto.—II. Organización de un depósito de reclutas i reemplazos; felieitacion al batallón Atacama.—III. Se teme que la pérdida del Huáscar influya en la política interna del Perú i Bolivia. (Inédito.)—IV. Los cónsules peruanos en Potosí i Sucre, ¿¡comunican noticias de la República Arjentina sobre toma del Huáscar; importante nota del cónsul del Perú en Cochabamba, referente a la política interna do Bolivia. (Inédito.) — V . Se denuncia al Ministro de Estados Unidos, doctor Newton l'ettis, como enemigo declarado del Perú i adicto a Chile, (Inédito.)—VI. Falsa noticia de envenenamiento de los jenerales La-Puerta i Prado. (Inédito.)—VIL Efecto producido en Bolivia por la toma de Pisagua; temores do una sublevación de los indíjenas i cholos favorable a Chile; mal resultado de la organización de la guardia nacional en La Paz. (Inédito.)—VIII. Heridos i prisioneros conducidos a Caldera i V'alparaiso: telegramas i nota de agradecimiento al Cuerpo de Bomberos.—IX. Marcha de Daza a Tarapacá antes del combate de San Francisco: correspondencia de Arica a E L N A C I O N A L de L i m a . — X . Car-

ta oficial de la Legación del Perú en el Ecuador, relativa al tránsito o trasbordo en Guayaquil de armamento para el Perú. (Inédito.)—XI. Quiñones da cuenta de la situación política de La Paz. (Inédito.)—XII. Bloqueo de Iquique por el Cochrane i la Covadonga: notas cambiadas entre el comandante J. J. Latorre i prefecto Lavalle.—XIII. Captura de la, Pilcomayo: telegramas, partes oficiales chilenos i peruanos, i nómina de los prisioneros.—XIV. Batalla de San Francisco: telegramas, partes oficiales, i relación de los muertos, heridos i prisioneros.— X V . Correspondencia a E L M E R C U R I O : relación detallada de este combate.—XVI. Versión peruana del combatí; de San Francisco i retirada de Daza de Camarones: correspondencias a E L C O MERCIO i E L N A C I O N A L de L i m a . — X V I I . Versión boliviana del combate de San Francisco i causas que orijinaron la derrota de los aliados: interesantes relaciones del doctor L. Cabrera, coronel Armaza i doctor Vasquez.—XVIII. La retirada perú-boliviana: correspondencia a L A P A T R I A de Valparaíso.— X I X . ¡Quiénes son los traidores?: artículo publicado en E L C O M E R C I O de Lima, por Juan José Pérez, referente a la retirada de Camarones.—XX. Orden jeneral del Estado Mayor peruano al ejército, al emprender su marcha desde Pozo Almonte a Agua Santa. — X X I . Rendición de Iquique: telegramas i parte oficial.—• X X I I . Acta levantada por el Cuerpo Consular de Iquique antes de ser entregado a Chile.—XXIII. Proclamas, bando, primeras medidas gubernativas i correspondencias al ocupar el puerto de Iquique.—XXIV. Canje de los prisioneros chilenos i peruanos; notas í nómina de los canjeados.—XXV. Enjuiciamiento del prefecto Lavalle.—XXVI. Proclama del Vice-Presidente LaPuerta, i acta levantada por el Comité de la defensa nacional de Lima, después del combate de San Francisco.—XXVII. Editoriales de la prensa de Chile, Perú i Bolivia Páj.

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III.

I. Se dispone el envió de los heridos prisioneros a un puerto peruano; intrucciones que el Ministro Sotomayor da al jefe de la escuadra en Noviembre de 1 S 7 9 . — I I . Manifiesto del jeneral Bustamante sobre el combate de San Francisco.—III. Proclama del jeneral Prado a su partida de Arica; organización de la guardia urbana.—IV. Combate de Tarapacá: telegramas, partes oficiales chilenos i peruanos, i relación de los muertos, heridos i prisioneros.—V. Versión chilena de este combate: correspondencia i cartas de testigos oculares.—VI. Versión peruana: correspondencias a E L N A C I O N A L i P A T R I A de Lima.—VII. Biografía i hoja de servicio del comandante Eleuterio Ramírez.—VIII. Enjuiciamiento del jeneral Buendia i Jefe de Estado Mayor Bclisario Suarez.—IX. Bloqueo de Arica: notas cambiadas entre el comandante de la Chacabuco i el jefe de la plaza Lizardo Montero.—X. Proclama de Montero i decretos de enrolamiento en la guardia nacional.—XI. La revolución en Bolivia: notas cambiadas entre el Ministro Reyes Ortiz i el presidente del Concejo Departamental, Daniel Nuñoz del Prado.—XII. Neutralidad de España en la guerra de Chile con la alianza perú-boliviana.— X I I I . Llegada del Lámar a Arica con los heridos i ambulancias del ejército aliado.—XIV. Notas cambiadas entreoí cónsul inglés i el contra-almirante Montero a la llegada a Arica del vapor Coquimbo sin la bandera del P e r ú . — X V . El jeneral Prado reasume el mando supremo a su regreso a L i m a . — X V I . Llegada de la Pilcomayo a Valparaíso con los prisioneros de la Esmeralda: recepción, discursos i distribución de medallas.—XVII. Carta de Piérola al director de L A P A T R I A de Lima, referente a su negativa para organizar un nuevo gabinete.—XVIII. Circular del Ministro de Relaciones Esteriores del Perú al Cuerpo Diplomático, en vista de la ocupación de Tarapacá por el ejército do Chile. — X I X . Reocupacion del pueblo de Atacama: parte oficial i correspondencia.—XX. Viaje del Aligamos al Norte i la persecución del Limeña: partes oficiales.—XXI. Descripción de la llegada a Arica del jeneral Buendia i su ejército.—XXII. La travesía del ejército peruano de Tarapacá a Arica: correspondencia de Neto a L A P A T R I A de Lima i relación de un prisionero chilen o . — X X I I I . Relación de las planas mayores de los cuerpos peruanos encargados de la defensa de Tarapacá.—XXIV. Estado jeneral del ejército del Perú: cuadro detallado que manifiesta la fuerza de que se componía el ejército i guardia nacional en 31 de Octubre de 1879, i que tomó parte en los combates de San Francisco i Tarapacá, según documentos encontrados en Iquique.— X X V . Biografía del jeneral Buendia, tomada de las "Semblanzas de la Guerra del Pacífico," por J. V. O c h o a . — X X V I . Editoriales

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IV.

I. Decretos i notas del Gobierno de Chile referentes a la guerra. -— II. El Ministro Quiñones participa a su Gobierno que el prefecto de Puno no trasmite los telegramas que recibe con la oportunidad debida, adjuntando, en prueba, dos telegramas sobre la derrota de San Francisco. (Inédito.)—III. Precauciones tomadas por el Ministro Quiñones para atender i hacer regresar al Perú a los dispersos del combate de San Francisco. (Inédito.)—IV. El Ministro de Bolivia en el Perú protesta de las aseveraciones hechas por la prensa de Lima, degradantes para el ejército de Bolivia. (Inédito.)—V. Rectificaciones al parte del coronel Suarez sobre el combate de San Francisco: nota del Secretario Jeneral del ejército boliviano al contra-almirante Montero.—VI. Importantes

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Í N D I C E D E L TOMO S E G U N D O .

notas, mui reservadas, de Quiñones a Montero, dando cuenta de la situación política de La Гаг, revolución .sofocada por Nuñez del Prado i denuncio de éste en contra de Daza por pretender apo­ derarse de Tacna i Arica. ( I nédito.)—V I I . Se comunica los úl­ timos sucesos de la política interna de Bolivia. (I nédito.)—VI I I . Parte oficial del eoron»' boliviano Rufino Carrasco sobre la inva­ sión de Atacama.,­ ­ I ^ ­ I mportantes cartas del Ministro Z. Flo­ res i del coro»» Juan Granicr al jeneral Hilarión Daza.—X. El Ministro R/tomayor solicita del Jeneral en Jefe datos para saber qué j­^nto del Perú conviene atacar. (I nédito.)—XI . Cuadro de Л 1 3 divisiones de que se compone el ejército a las órdenes de Montero; jiros de letras sobre Europa: decreto de Prado de fe­ cha 17 de Diciembre de 1 8 7 9 . — X I I . Fuga del jeneral Prado: decretos i proclama al delegar el mando de la nación al Vice­pre­ sidente La­Puerta.—XI I I . La revolución en Lima i el Callao en poder de Piérola: descripción detallada.—XI V. Proclama de Pié­ rola al pueblo i al ejército, acta popular en Lima proclamándole Jefe Supremo de la nación i sus primeros decretos al asumir el mando.—XV. Actas levantadas por ¡os jefes do la escuadra i del ejército; bando del prefecto de Lima.—XVI . Estatuto provisorio de Piérola i decretos referentes a la guerra.—XVI I . Manifiesto del jeneral La­Cotera a la nación i carta­circular del jeneral Prado dirijida a Lima desde Guayaquil.—XVI I I . Viaje de la Union al Sur con pertrechos de guerra: parte oficial de Villavi­ cencio i correspondencia a E L C O M E R C I O de Lima sobre esta es­ pedicion.—XIX. Partes oficiales del bloqueo de Arica i sobre el crucero establecido entre lio i Moliendo.—XX. Captura de una lancha­torpedo salida de Panamá para el Perú: telegramas, par­ te oficial del comandante M. de la Barrera i correspondencia ofi­ cial entre el cónsul chileno en Panamá i el Gobierno de Colombia. — X X I . Destitución de Daza: telegramas, relación de L A R E VI S T A D E L S U R de Tacna, proclamas del jeneral Camacho i acta­procla­ ma de la Junta de Gobierno en La P a z . — X X I I . Carta del jene­ ral Daza al contra­almirante Montero i contestación de éste; es­ posicion del Secretario do la Guerra del ejército boliviano sobre la destitución de Daza.—XXI I I . Bloqueo de Moliendo: nota del comandante del Huásc ar al Cuerpo Consular.—XXI V. Plan de operaciones propuesto por el Gabinete de Santiago al Jeneral en Jefe del ejército. (I nédito.)—XXV. Carta confidencial de don Mariano Alvarez al contra­almirante Montero, que contiene im­ portantes revelaciones sobre la dictadura Piérola i sus propósi­ tos.—XXVI. Primera expedi c ión a Jíoquegua: telegramas, paites oficiales chilenos i peruanos i correspondencias.—XXVI I . Editoriales

referentes a importantes resoluciones adoptadas contra el ene­ m i g o . — X X I I I . La última espediciona Tarapacá: partes oficiales del comandante de la división Esploradora, José R. Vidaurre.— XXIV'. Notas de los Ministros Plenipotenciarios del Perú en el Brasil e I talia al Ministro de Relaciones Esteriores del Perú, sobre publicaciones en la prensa brasilera i europea, solicitando fondos para subvencionarla. (I nédito.)—XXV. Circular del doc­ tor Ladislao Cabrera a los prefectos: proclama del jeneral Pérez al ejérciLo i decreto declarando cobarde al boliviano que pida licencia.—XXVI. La espediciou i tiroteo de Camarones: partes oficiales.—XXVli. El Ministro del Perú en la República Arjen­ tina, Evaristo Gómez Sánchez, pide aprobación del gasto cstraor­ dinario hecho para anticipar su viaje de Panamá a Buenos Aires. (Inédito.)—XXVIII. Las deserciones en el ejército boliviano i sus causas: partes oficiales.—XX I X. Biografías de los jenerales Mariano I . Prado e Hilarión Daza, por J. Y. Ochoa.—XXX. Editoriales Páj.

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CAPÍTULO

V.

I. Las balas esplosivas empleadas por los aliados en el combate de San Francisco: cartas de los comandantes do los batallones Coquimbo i Atacama.—I I . El Ministro Quiñones comunica el cambio de Gobierno en La Paz, adjuntando copias de los docu­ mentos cambiados con motivo de este acontecimiento. (I nédito.) •—III. Mensaje de Piérola al Consejo de Estado; circular del prefecto de Lima i nota del Secretario Jeneral del ejército boli­ viano al Ministro do Gobierno de La Paz, comunicando la desti­ tución de Daza.—I V. Proclama de Daza a los pueblos de Tacna i Arica; proclama del prefecto do Cochabamba.—V. Notas de la Junta do Gobierno de La Paz al coronel Camacho i del jeneral Campero aceptando el puesto de Jeneral en Jefe del ejército.— VI. Arreglo sobre contrato de guano i empréstito celebrado en­ tro el dictador Piérola i Droyfus Hermanos. — V II. Observacio­ nes del Gobierno de Chile al Jeneral en Jefe del ejército, sobre las hostilidades que deben emprenderse contra el enemigo. (I né­ dito.)—VIII. Llegada de los oficiales prisioneros de la Esmeral­ da a Valparaíso i ovación en Santiago: programa, recepción i discursos.—IX. Nota del I ntendente Jeneral del ejército i ar­ mada al Ministro de la Guerra, relativa al abastecimiento del ejército en campaña.—X. La segunda espediciou a Tarapacá: parte oficial del comandante Echeverría i correspondencia a E L F E R R O C A R R I L . — X I . I nstrucciones que deberá observar el capi­ tán del puerto do Quilcá, capitán de fragata don José B. Bena­ vides. (I nédito.)—XI I . Carta de Piérola a su Secretario de Gobierno, con motivo de las opiniones emitidas por E L C O M E R I C O de Lima, sobre los arreglos financieros con Dreyfus Hermanos; decreto del mismo mandando seguir una sumaria información acerca de la captura de la Pilc omaijo.—XI I I . Motin en La Paz en favor de Daza: descripción i proclama de la Junta de Gobier­ n o . — X I V . Circular del Ministro de Relaciones Esteriores del Perú a las cancillerías amigas i refutación o examen do dicha circular, por Lino de Pombo Cortés.—XV. I mportante nota del Ministro Plenipotenciario de Chile en Colombia sobro su prisión en el P e r ú . — X V I . Reconocimiento de la costa entre Sama o lio i bombardeo de tropas: parte oficial.—XVI I . Nota del Ministro Quiñoucs adjuntando copias de los oficios cambiados con el Se­ cretario de la Junta do Gobierno do La Paz, referentes a la internación del jeneral Daza. (I nédito.)—XVI I I . Quiñones i el Secretario jeneral de Relaciones Esteriores de Bolivia, comuni­ can al Ministro de Relaciones Esteriores del Peni, la proclama­ ción del jeneral Campero como Jefe Supremo de Bolivia. (I né­ d i t o . ) — X I X . Decreto do Campero asumiendo el mando supre­ mo i proclamas a la nación, al ejército i a la quinta división.— X X . Esplotacion de salitres del Perú i Bolivia: nota del Minis­ tro boliviano '¿. Flores al Ministro de Relaciones Esteriores del Perú; bando i nota del prefecto de L i m a . — X X I . Fondos para el ejército boliviano: nota del prefecto de Cochabamba i decre­ tos de la Convención Nacional.—XXI I . Notas del Ministro So­ tomayor al Jeneral en Jefe del ejército i Ministro de Marina,

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CAPÍTULO

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VI.

I. I mportantes notas del Ministro Sotomayor al Jeneral en Jefe del ejército sobre la responsabilidad de la espedicion a lio, i al Comandante en Jefe de la escuadra, dándole instrucciones para hostilizar al enemigo. (I nédito.)—I I . I nstrucciones que deberá observar el capitán do la caleta de Achira. (I nédito).—I I I . El Ministro de Bolivia en Lima solicita del Gobierno del Perú 400,000 soles en pago de la alimentación del ejército de Bolivia i por los derechos aduaneros que dicho Gobierno lia percibido por cuenta de Bolivia. (I nédito.)—I V. Carta autógrafa del je­ neral Campero al Jefe Supremo del Perú comunicándole su ele­ vación al mando Supremo de Bolivia: juicio seguido contra el jeneral Juan Buendia i coronel Suarez; vencedores de Tarapacá: decretos de Piérola.—V. Decretos del Gobierno do Chile refe­ rentes a facilitar el carguío de guano a los tenedores de bonos peruanos, venta de salitre, etc.—VI . Segunda espedic ion i oc u­ pación de lio: descripción de la partida del ejército chileno de Pisagua i proclama del jeneral Escala, orden de salida i marcha de la escuadra, telegrama i parlo oficial.—VI I . Nómina del personal del Ministerio de Guerra en campaña, cuartel jeneral, Estado Mayor Jeneral i cuerpos de que consta el ejército chile­ no de operaciones del Norte.—VI I I . Cartas i correspondencia sobre la ocupación de l i o . — I X . Combale i bombardeo de Aric a: telegramas i partes oficiales chilenos i peruanos. — X . Correspon­ dencias a E L F E R R O C A R RI L i N A C I O N A L de Lima sobre este comba­ t e . — X I . Espedicion a Moliendo: telegramas, partes oficiales i cor­ respondencias.— X II. Partes oficiales del comandante Stuvcn al Jefe do Estado Mayor sobre esploraciones de Pacocha a Mo­ quegua; correspondencia a L A P A T R I A . — X I I I . Recibimiento i entierro de los restos de Thompson, Ramírez, Garrcton i Goico­ lea: programa, descripción i discursos.—XI V. Espedicion a las islas de Lobos i a las de Chincha: telegramas i parte oficial del Jefe do la escuadra.—XV. Decretos del Gobierno de Chile refe­ rentes a la guerra.—XV I . Notas cambiadas entre los Gobier­ nos do Chile i Ecuador sobre la captura de la lancha torpedo peruana.—XVII. Documentos relativos a la revolución de Boli­ via encabezada por los coroneles Uladislao Silva i José M. Gua­ challa.—XVIII. Confiscación de guano i salitre esportados por el Gobierno de Chile: decretos de Piérola i circular a los ajentes diplomáticos del Perú en el estranjero.—XI X. Segundo c om­ bate de Aric a: telegramas i partes oficiales chilenos i peruanos. — X X . Correspondencias describiendo este combate. — X X I . Toma de iloquegua i combate de los Anjc les: telegramas, par­ tes oficiales i relación de los muertos, heridos i prisioneros.— X X I I . Felicitación al batallón Atacama i correspondencias a E L F E R R O C A R R I L sobre el combate de los Alíjeles.—XXI I I . Versión peruana do este mismo combate.­—XXI V. Descripción de los departamentos de Tacna i Moquegua, tomada de las publicacio­ nes hechas por la Oficina Hidrográfica do Santiago.—XXV. Recepción oficial del Ministro del Perú en La Paz, señor Enrique liustamante i Salazar; discursos pronunciados por el Presidente de P.olivia i Ministro del Perú a la salida de la quinta división para el teatro de la guerra.—XXVI . Santo, seña i contraseña dado al ejército peruano, en Lima, por el Estado Mayor Jeneral durante el mes de Abril de 1880. (I nédito.)—XXVI I . Biogra­ fía del capitán de fragata Manuel Thompson, por Benjamín Vi­ cuña Mackeuna.—XXVI I I . Biografía del jeneral Narciso Cam­ pero, por J. V. O c h o a . — X X I X . Editoriales Páj.

CAPÍTULO

302

VIL

I. El Ministro Quiñones participa a su Gobierno la revolución en Jíolivia, encabezada por el coronel Uladislao Silva, describiendo detalladamente lo acontecido.—II. Reclamación diplomática del Ministro francés en Lima, al Ministro de Relaciones Esteriores del Perú por haberse decretado el embargo i confiscación de los buques cargados con salitre i guano, procedentes del territorio ocupado por Chile. (Inédito.) — III. Nota del Ministro de ilolivia en Lima, al Ministro tic Relaciones .Esteriores del Peni, acusan­ do haber recibido ' 1 0 0 , 0 0 0 soles (pío había solicitado del Gobier­ no peruano por nota de fecha Ü de Febrero de ISS0. ( i n é d i t o . ) — IV. Documentación sobre los supuestos sacrilejios de M o l i e n d o . — V. Notas referentes a la renuncia del jeneral Escala del mando en Jefe del ejército. — V I . Protesta, de los norte­americanos i*esi­ dentcs en Lima, dirijida al Al.inisi.ro de Kstados Unidos, J. P. Ohristiancy, con motivo de las operaciones bélicas llevadas a ca­

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644

ÍNDICE D E L TOMO S E G U N D O .

bo por la escuadra chilena en la costa del Perú.—VII. Sorpresa de Locumba: partes oficiales i correspondencias.—VIII. Contribución forzosa impuesta a los estranjeros en Tacna i proclama amenazándoles de muerto.—IX. Jispedicioii del "Oroya" a Topilla: telegramas i correspondencias al P U E B L O C H I L E N O i a la O P I N I Ó N NACioNAi.de Lima.—X. Cartas i relación nominal de los prisioneros chilenos canjeados en Arica i desembarcados en lio. — X I . Felicitación al jeneral Baquedano por la acción de los Alíjeles, i nota del comandante del Atacama.—XII. Bloqueo del Callao: telegramas, notas cambiadas entre el jefe de la escuadra, autoridad del Callao, Cuerpo Consular i presidente de la Cruz Roja; partes oficiales, proclama i descripción de la marcha de la escuadra i torpedo aplicado a la Union.—XIII. Primer bombardeo del Callao: telegramas, partes oficiales chilenos i peruanos; versión de los corresponsales.—XIV. El Ministro del Perú en La Paz, Enrique Bustamante i Salazar, da cuenta a su Gobierno describiendo la partida de la quinta división para el teatro de la guerra. (Inédito.)—XV. El Ministro peruano en La Paz comunica haber obtenido, por autorización del jeneral Campero, 300 rifles para reforzar en Puno a la división Gamarra. (Inédito.)—XVI. Decretos del Gobierno de Chile referentes a la guerra.—XVII. Decreto i proclama de Campei'O a su partida para Tacna; proclama i decreto del doctor Ladislao Cabrera, encargado del Poder Ejecutivo.—XVIII. Decreto de Piérola, bando municipal i circular del prefecto de Lima sobre los artículos alimenticios.—XIX. Telegrama i parte oficial del Comandante del departamento de Márquez, dando cuenta haber sido rechazadas varias embarcaciones chilenas.—XX. Combate de Bueñavista: telegramas, parte oficial i relación tomada del Diario de un oficial de caballería.—XXI. Circular a los prefectos de Lima, Junin, ltuáuuco, Ancachs, Ayacucho, Huancavelica e lea. — X X í í . So comunica al Ministro de Relaciones Esteriores del Perú, una sublevación de reclutas en el pueblo de Tarapaya, resultando muerto el segundo jefe i fusilados 4 cabecillas principales. (Inédito.)—XXIII. Biografía del comandante del batallón Atacama, Juan Martínez, por Benjamín Vicuña Mackeuna.— X X I V . Biografía del contra-almirante Lizardo Montero, por J. V. Ochoa.—XXV. Editoriales .' Páj.

CAPÍTULO

VIII.

I. Entrada de la quinta division boliviana a Tacna: descripción i proclamas.—II. Llegada del jeneral Campero a Tacna: relación, proclama i nota anunciando haberse hecho cargo de la dirección de la guerra.—III. El batallón Granaderos, denotado en los Alíjeles, reclama sus sueldos; nota del Secretario J e i » l del ejército boliviano sobre el desembarco de fuerzas chilenas n I t e . — I V . Notas cambiadas entre el sub-prefecto de 1.a provincia de Cinti i el Jefe superior del Sur, referentes a las dificultades que so han opuesto a la organización de nuevas fuerzas i a la recolección de fondos para la guerra.—V. Protesta de la Compañía Salitrera del Perú contra los procedimientos del Gobierno de Chile en la provincia de Tarapacá. — VI. Decretos del Gobierno de Chile referentes a la guerra.—VIL Partes oficiales peruanos i correspondencia sobre los torpedos hallados en el Callao por el Amazonas, i la sorpresa de Moquegua.—VIII. Segundo bombardeo del Callao: telegramas, partes oficiales, muertos i heridos i versión peruana del bombardeo.—IX. Bloqueo de Ancón: notas cambiadas entre el comandante de la O'Higginn i el Jefe militar i civil peruano.—X. Nota del jeneral Campero, dirijida desde el teatro de la guerra, al Secretario de Estado, doctor Ladislao Cabrera i contestación de é s t e . — X I . Mensaje del Jefe Supremo de Bolivia a la Convención Nacional.—XII. Fallecimiento del Ministro de la Guerra en campaña, señor Rafael Sotomayor: telegramas, honores a su memoria i editoriales de la prensa.—XIII. Decretos de Piérola sobre nombramiento de Presidente de la República, degradación militar del Presidente Prado, separación perpetua de varios jefes del ejército i protectorado de la raza indíjena.—XIV. Combate de las lanchas porta-torpedos en el Callao: telegramas, partes oficiales i correspondencias.—XV. Editorial de E L B O L E T Í N D E L A G Ü E H U A , diario oficial de Tacna, correspondiente al 26 de Mayo de 1880. — X V I . Batalla i loma de Tacna: telegramas i partes oficiales chilenos, peruanos i bolivianos; relación de los muertos, heridos i prisioneros.—XVII. Correspondencias detalladas do este combate dirijidas a la prensa de Chile, Perú i Bolivia.—XVIII. Fiestas en Santiago en celebración del triunfo obtenido contra la alianza perú-boliviana.—XIX. Uno contra cien: artículo publicado en E L M E I I C U U I O con motivo del combate de Tacna.— X X . Proclamas de Piérola i del prefecto de Arequipa; el Gran libro de la República i Grau declarado héroe de 2. clase: decretos del Jefe Supremo del P e r ú . — X X I . Telegramas i correspondencia peruana sobre el tercer bombardeo del Callao.— X X I I . La derrota de Tacna i debate sobre la Confederación perú-boliviana: sesión estraordinaria del 30 de Mayo de 1S80 de la Convención Nacional de B o l i v i a . — X X I I I . Editoriales Páj. r a

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PIN DEL ÍNDICE DEL TOMO

II.

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