El duende de los sueños

Page 1




El reloj de la torre dio sus campanadas y las últimas luces se fueron apagando en las ventanas una a una como fosforitos, y las puertas al cerrarse se saludaban con un amistoso hasta mañana vecina… el barrio se quedó dormido entre el canto de los grillos.



Entonces por la esquina del buz贸n, 谩gil como una ardilla, apareci贸 la conocida silueta de Pascualito. Pascualito, el duende de todas las noches recorre las calles con una bolsa llena de sue帽os para repartir entre los chicos.



Avanza alumbrándose el camino con una luciérnaga. Lo hace lentamente porque los sueños son muchos y le pesan. De pronto, pasa por la puerta de una juguetería y allí se detiene al ver junto a la puerta, algo que le llama la atención. “¿A ver…? ¿Qué será esto que ha quedado aquí en el suelo…?”



Trabajosamente levanta una armazón de cañitas unidas con papeles finitos de colores. “!Oh… es una barrilete!, exclama sorprendido. ¡Seguro se ha escapado de la vidriera!”.



Lo revisa con curiosidad, lo mira por un lado y por el otro y… “¡que lástima! Está roto aquí, aquí y aquí…” —dice, mientras va señalando con sus dedos de duende, las rajaduras del papel en el cordón de la vereda pensando la manera de arreglarlo. ¡En eso se acuerda!



Mete la mano en uno de los bolsillos de su saquito y saca un puñado de envoltorios de caramelos todos arrugados. Los estira lo más que puede. Los moja en el charquito de agua que lleva en el otro bolsillo y los va pegando como estampillas sobre cada rotura. Unos sobre el papel, otros sobre las cañitas y… ¡Listo! Queda como nuevo.



Luego, de adentro de su sombrerito, saca un carrete de hilo. Ata cuidadosamente el barrilete al extremo de una hebra larga, muy larga ÂĄlarguĂ­sima! y lo lanza contra el viento nocturno que ya ha empezado a pasear por las calles.



Después comienza a correr. Y corre, corre por la ciudad hasta que el barrilete se remonta como un pájaro de colores y con él, Pascualito vuela sobre los techos de las casas, sobre las azoteas, sobre las terrazas…



En cada chimenea suelta un pu単adito de bostezos azules.



Y esa noche, todos los chicos de aquella ciudad soĂąaron que remontaban grandes barriletes por el cielo estrellado. Barriletes adornados con papelitos de caramelos, como estampillas de paĂ­ses lejanos.



Mi nombre es Marta Giménez Pastor. Yo escribí este libro. Me gustan los duendes que recorren las calles con una bolsa de sueños. Me gustan los duendes que sueltan bostezos azules. Pero más me gustan invitarte a volar en un barrilete con estampillas de un país lejano.

Mi nombre es Claudia Legnazzi. Yo ilustré este cuento. Cuando era chiquita empecé a dibujar a dibujar y me gustó tanto, tanto, que todavía lo sigo haciendo. Cuando me di cuenta que dibujando te salen pajaritos de la cabeza, fui a la escuela y aprendí algo más acerca de cómo de cómo jugar y crear con líneas y colores, un mundo distínto.

Este libro fue impreso en Color Efe, Paso 192, Avellaneda, en el mes de febrero de 1991. Las películas en color las realizó Offset Difo, Rosario 4751, Adolfo Sordeaux y se encuadernó en Gráfica Guadalupe, San Martín 3773, Rafael Calzada.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.