JosĂŠ Daniel Viacava
La Gran Vida Editorial Trayectoria - Buenos Aires 1
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La Gran Vida por JOSÉ DANIEL VIACAVA
Editorial Trayectoria Buenos Aires 3
Dibujos de Diego Mujica
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LOS TANGOS
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MALA NOCHE
Estuviste aquí sos vos, sólo vos, murciélago del espanto (terciopelo gris el humo que te delata). Se te descubre en el sucio vacío un cansancio te quema y te remata. Hasta la perduración te vende hasta en la sombra sos vos: la que vuelve.
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SALÓN PARA FAMILIAS
Todo esto para qué mirá el final. Estos floreros, esta copa de color toda esta acusación y esta violencia torpe de la vida. Mirá qué final, qué esperanza, qué aire de tarjeta postal, de pájaros de porcelana. Qué hemos hecho, dónde quedó la alfombra acariciada, la luz tan alta. Aquí estamos, mordiendo los gestos de los hijos, el más justo orgullo la mentira para hoy. Reclamamos, merecemos algo de todo esto, un pedazo, un favor, una maldición quizás.
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Aquí crecemos al abrigo del mundo. No nos queda otra alternativa que aceptar la sumisión, el desafío innecesario. Si por lo menos pudiéramos abrirnos de los vivos y de los muertos perdurar en la sangre, pero no, la semana volverá a empezar como un castigo.
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E L BROC ATO
Estás definitiva ya metida en el brete de los años. Todo lo que te rodea es una estafa incalculable, un olor a crimen y a cinturas de alcohol. Como ponerte de frente la piedad, qué mentiras acumular para ponerse a salvo de tu pecho siempre perfumado. Habría que encontrar los argumentos más canallas nuestra más vieja delincuencia, tal vez suicidio de todo lo que fuimos, de aquella edad de altares que vos guardás entre terciopelos y del temor de Dios. Habría que caer encima de tus últimas bocanadas confirmando así que la solidaridad es un cuento chino.
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LA VIDA NECESARIA
Aquí, en hecho concreto, en la esperanza trabajada y sobada ardientemente, en la casualidad, en la repetición, delante de este asombro; aquí con lo que tal vez es definitivo, ya no hay chance de confiar en la cobardía. Te nombramos, dijimos que eras una cosa nuestra, y ahora ya no hay caso, se acabaron los inventos porque al menor movimiento la sangre se desparrama.
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MALA VIDA para Pocha Varela
Vos decías vos hablabas casi había pasado por vos y vos por él. Tu palabra nos golpeaba como un recuerdo suicida. Podías nombrar las cosas levantar la frente y mirarnos a los ojos, conocías en cada cosa su nombre verdadero y cuando no, eras capaz de descubrirlo. Vos hablabas de Dios, de los días por venir, de un hijo que se llamaría como el padre. Vos te plantabas de pronto y era importante, increíblemente muy simple. Habías llegado al fondo, la vida no se podía agregar, ya nada se podía adivinar te ibas con el misterio, con la esperanza, te acercábamos pero no había nada que hacer, era para siempre.
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CORAZÓN DE ORO para Juan Carlos Lamadrid
Convencete, es el final. Ya no hay nada que hacer es la hora del día. Era mentira tanto esperar para dar el golpe, porque hasta la altura era ajena y la pinta prestada. La esperanza es lo que siempre fue el vómito espeluznante de los dueños auténticos, por eso ahora no nos queda otra alternativa que escuchar la voz de orden y bajar el copete definitivamente. Nadie espera ganar en el último salto sólo nosotros aspirábamos al vino igual, al sartenazo, pero en este juego todos están asegurados desde el vamos por sus brillantes antecedentes.
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Ahora las lĂneas estĂĄn tendidas para siempre; para ellos serĂĄ la vida caliente y tensa y para nosotros, no tan ajenos a Dios, a pesar de todo, la inviolabilidad de la sangre.
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BRILLANTES ANTECEDENTES
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BAUTISMO DE FUEGO a Elva de Lóizaga
1 Somos nosotros, sos vos sos así, sos la vuelta. Caíamos sobre tu razón con el día ardiéndonos tenías el corazón constante. 2 Traíamos el peligro, empezábamos a vivir tanto que había un olor a vida evidente. 3 Dejaremos los signos nadie podrá negar que éramos la especie que cantábamos desde el último diluvio.
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RESTO a Betina Edelberg a Gerardo Lehman
Vos, se acerca el ventrĂlocuo. Tiemblan los poderes, aquellas inmutables creencias. Las azucenas. El tiempo y sus collares, la noche con su paso de certezas, de tanta certidumbre que es como si oyera. AquĂ, ahora, es la claridad, la pureza. Sin duda como empezar de nuevo, empezar siempre hasta una vez. Decir una palabra mĂĄs. Echar el resto.
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OTRA VIDA a Gustavo García Saraví
Miremos esta vez las cosas con todo decidámonos al coraje no mezquinemos el riesgo aunque la vida adquiera su auténtica vibración y lo sepamos. Estamos solos es lo mejor para entender que la sangre tiene un precio. Es la oportunidad, no la desperdiciemos.
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PURA INOCENCIA
Quién nos lo hubiera dicho aprender a todo la raíz por existir la luz como un sueño de pájaros enloquecidos. Paredes de niebla, paredes en cualquier lado la vida entre dos temperaturas. Quizás nos hubiera nombrado las caídas una por una una tras otra la maldad contra el paso la vuelta como una esperanza los hijos como un verano.
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LA VERDAD VERDADERA para mis hijos
Aquí está el asunto esta es la cosa muchachos la razón, la justificación, el límite, la necesidad de mirar para atrás y decidirse. Este es el filo que brilla desde tan lejos y aunque no parezca nuestro es lo importante lo que puede doler. Lo fundamental será ver claro y conservar el rencor intacto. Esto no es fácil, habrá que ser como ellos ganarse una piel, un buen ojo, acertar en las peligrosos alternativas y aceptar como un hecho las piedras falsas, el tiro de gracia. Habrá que tener agallas crecer desde el peligro mirar hondo, vigilar en la soledad ser ellos.
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En este asunto hay que ganar pero yo no sé cómo. Duele que haya un aprendizaje tan monstruoso sin el menor resquicio, sin una posibilidad de equivocarse. Duele este aprendizaje a ciegas, esta empinada forma de hacer el amor, esta entrega ese latido que no nos pertenece. Duele de veras pero las cosas no siempre están tan a la vista y habrá que saber cuál es la clave porque sin duda en todo esto hay algún punto flojo. Una cosa sin embargo es evidente: que ya estamos jugados y que de aquí en adelante habrá que ver qué pasa.
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TENTACIÓN DEL MAL para Javier Fernández
1 Éramos el pecho, una raza, como un zumbido de sangre, un alcohol urgente. 2 Éramos una esperanza de todo, recién brotados, al alcance de la vida, húmedos de amor y de una memoria despiadada éramos como un rumor que despertaba y crecía paralelo a los otros. 3 Éramos nuevos, parricidas y rehenes, y mezquinos y testigos; teníamos una longitud en el puño una piel nos llegaba desde el centro era nuestra nervadura y se nos maduraba. Lo importante es sin embargo la perduración la seguridad de un perfume intenso, de una canción que permita abrigar la vida.
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LA INSEMINACIÓN ARTIFICIAL
1 Establecemos las cosas que son casi la perfección del mundo aquellas que deben desmoronarse sin orgullo y subsistir en el hecho sin embargo no es posible precisar cuál es la orden de este día ni qué valentía debemos pretextar. Crecen memorias frente a nosotros y en este alejamiento hasta la alegría describimos nuestro amor y el amor que inspiramos. Somos indicio del porvenir la eternidad o el plazo de la negación. Iniciamos el desagravio decidimos la vida, la esperanza, una tentación de ternura.
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2 Nos miramos desde los hijos cada uno su sílaba, su silueta. Sabemos que no hay ventaja que llegue a tiempo. Amar y desamar hoy aprender a amar mañana no, para qué: somos ilusión de ganar a cualquier cosa. 3 Esta vida de lenguas gravitantes este tiempo que embalsama la luz y dobla las explosiones es un suelo que crece y la imposibilidad de equivocarse de acercarse a la vida que otros poseen.
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L A V IDA para Jorge Enrique Móbili
Somos blandos estamos hechos a la medida de los otros. Crecemos como con vergüenza somos a imagen y semejanza de un Dios que no nos acerca.
(Respirar hondo no ocupa lugar siempre disponer de una expiación incomprensible y absurda no pedir perdón y enfrentar lo inútil). Somos fuertes con nosotros, pisamos donde no hace falta. Alguien nos amasó de palabras raras, de mentiras, en el desprecio. Quien nos señaló en el origen con una esperanza gratuita y fácil. Ellos visten de negro, tienen un ojo azul para cada posibilidad de caer, un ojal de oro para cada asesinato.
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Somos como una especie extinguida, estamos en la raíz de los otros. La vida, la vida tenía que ser algo más, pero para nosotros de pronto se nos puso en una dirección. El amor, el amor que se gana fue un instrumento: nos golpeamos fuerte con él. Y tiene que ser así como si nada fuera para nosotros. La vida, en el fondo, nos huele mal.
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VIEJA MELODIA a mi padre muerto
Éste es el vuelo; la única clave y el resumen de tu vida: un espesor de brillos te rodea y te aleja de los muros para siempre. Había tanto vino por reventar todavía que, ahora, indudablemente, todas son sombras para ordenarlo. Te teníamos entre los brazos como un aroma de peligros, pero no había cosas simples en ese pan nuestro revestido de nieblas. La vida era una trinchera inhabitable desde cualquier expiación. Te teníamos en la mentira y en el revés de todo combate.
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Nadie sabe apagar su sed a tiempo ni acertar el momento preciso en el que el proyectil se desliza hacia el olvido. Demasiado tarde es ya para preguntar dónde está el pecado, ni cuál es la percusión o si se detendrá o siquiera si es abordable el fuego. Nadie sabe qué vino limarán sobre tu tumba los que quedan, hay una imposibilidad manifiesta de ganar en este juego aunque sepamos dónde está el truco, de imaginar el amor o sujetarlo con un insulto, pero la eternidad es otra cosa: se dobla y se atornilla sobre nosotros en la certeza de que no estamos solos.
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MÁS Y MÁS
Casi como un rito. La solemnidad de querernos, de empezar cada vez una dura esperanza, la conquista pura del eslabón. Casi como una hazaña esta tristeza que llega y nos castiga innecesariamente empieza a repetirse con cada claridad.
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JUSTO PRECIO
Desde nuestra posibilidad de tiempo fracasada. Ante este horizonte automático o todo el asombro estamos en la confabulación. Desde una eternidad apostada a un sol de mentiras esperamos el castigo. Ahora, en la razón irreversible, aquí, desde este puesto en el amor, tememos solamente la maravilla, la tentación de un gesto para siempre.
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ORDEN UNO a los Fernández Moreno
1 Dejemos un mensaje inconmensurable exploramos la vida la carne se nos devolverá como una lluvia. Gracias a Dios todavía el buey es una verdad y la sangre tendrá un perfume. No es que se trate de volver a las fuentes como una solución ya nadie lo piensa pero alguien mintió antes de nosotros y entonces cuesta reordenar los días. 2 Un nombre no se pronuncia tan simplemente como se hace antes hay que acostumbrar al pecho al peligro de recomenzar columpiarlo y saber detenerlo justo en el instante de la putrefacción.
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3 La marca del miedo existe algo asĂ como un turbio origen. 4 Entender, pensar y obrar no es fĂĄcil a destiempo.
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LA CORTINA DE HUMO para Conrado P. Sonderéguer
Antes que todo el silencio estamos nosotros, mientras nuestras sangres están sincronizadas un río marcha al frente de la posibilidad sin que nuestro dios pueda detenerlo. Sólo dos cosas podrían fallar: o las paredes del espanto o ese latido a destiempo de nosotros mismos. Paralelamente, sin embargo, el día nos salva de un crecimiento inmediato. Somos un habitante alegre, tierno y sin contraseña y, lo que es más duro, estamos casi seguros del vaticinio.
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EXTRAÑAS CIRCUNSTANCIAS
Esta era la alternativa: recomenzar la razón o aspirar a una santidad de pronto. Lo incomprensible es existir entre todas estas derrotas y conseguir un nivel, pese a todo. Recontábamos la esperanza y entonces creíamos en la ambición de degollar los dioses salvarnos de la posibilidad de huir. Pero no, siempre estaba esa canción que nos llevaba otra vez hacia la profecía. Nos dolía sabernos el último hijo tener la certeza de una sangre inútil entre las uñas y negar la verdad, el hecho prohibido, porque, claro está, nada es sutil fuera de la victoria.
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OTROS TANGOS
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V ENCIDO
Así es nomás éste es como el primer domingo, de clara y auténtica sensación de vacío. Dormir el mismo hurto de la vida, amasar el mismo olor y las mismas vergüenzas de la inocencia, mirar cínicamente donde hubo espejos y pretender los símbolos, el sentido de las cosas o perpetuar los rincones malolientes. Pero no ha de ser tan fácil, no es suficiente la lágrima, el mareo Dios no nos concede méritos por el simple hecho de nuestra eternidad.
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PAN COMIDO
para Emilio
Hermano cómo pasa el tiempo sobre nosotros qué duro se hace levantar todos los días la misma inocencia y tener sin embargo el coraje para creer que todo está bien así. La vida sigue como si nada a los tumbos enredándose y desenredándose aparentemente sin solución. Cómo vamos a saber entonces si de pronto no se nos vendrá todo encima como tal vez nos merezcamos. Pobre viejo quién no se cree un bacán una luz para el bochinche de la vida. Es tan difícil que las cosas te salgan redondas como a los otros. La vida tiene muchas vueltas, es cierto, pero un buen día se te pone de frente y se acabó.
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Es como un juego idiota te das cuenta echar un pulmón para la mínima cosa dar la cara, ponerse, y estar siempre equivocado. Hoy, ya ves, el asunto es bastante sencillo: se nos quemaron los papeles el olor quedó en su lugar se fue al tacho la esperanza aquella y todos los números que podían salir. Ahora no nos queda ni la misma miseria para poder darle forma otra vez ni pelo negro ni diente ni estrella para maldecir. Ya no hay chance hermano Aquí estamos definitivos y firmes para lo que venga. Esta vez no pudimos eludir como siempre la vergüenza y la cobardía fue más bien evidente que en los días marcados. Ahora lo poco que queda nos hace temblar todo es irrespirable, huele mal no somos capaces de levantar flor de coraje como hace falta.
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Ya se acab贸 la cuerda hermano esta vez el silencio es serio. La sangre nos llega de vez en cuando hasta la garganta pero nada m谩s y eso no nos impide acumularnos de vida sobre la misma mugre.
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8 — GRANDES BAILES — 8
Llegamos. Hacé punta. Rompé el cristal que se interpone. Ésta es nuestra región será más nuestra si entrecerramos la esperanza pero si hay que pelear por la existencia, si hay algo que justificar en esta vida ha llegado el momento de demostrarlo, de decirlo con la sangre de todos. No admitimos que nadie intervenga vos sos de los nuestros pero el destino es de los otros. La música es sólo un grosero precedente. Nada sirve con claridad porque aquí hay una propiedad evidente: la del día.
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LOS BORRADOS a Horacio Ravazzani
Empecemos por el principio. Hablar de uno mismo es mucho, al fin uno tiene derecho a morderse cuando siente que le ajustan las bisagras, a querer reventar y a calentarse el pico. Sin embargo cuando la ciudad te pone de rodillas de repente y no te pregunta ni siquiera el nĂşmero con que te llama ya no te quedan agallas para aguantar la creciente, para mojarte los labios tratando de ganar tiempo para olvidar las esquinas donde esperaste tanto la oportunidad de todo o nada, para caer. Entonces sĂłlo tendrĂĄs el coraje de amagar la media vuelta y de empezar a silbar algo que no es posible.
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HOMBR E M ANSO
Este copete, este orgullo cansado, esta dureza extrema de empinar el tiempo sin razón. Siempre collares dudosos, siempre animales perfumados, y qué más que ganas de morir un alto viraje, un juego, la gracia, el perdón. Han cambiado los tiempos para la muerte los domingos se nos pusieron de canto y no hay ya dónde volver. No hay nada que hacerle hermano: no somos héroes ni ganaremos al final. Tratemos, sin embargo, como en los buenos tiempos, de resolver un absurdo teorema porque más vale un milagro que la sed permanente aunque nos avergüence.
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MANOS ANĂ“NIMAS
Olvidate de esta raza que te rodea el cuello. Aprendelo bien: aquĂ termina tu mundo en el fervor estĂĄn ellos. Vamos a tener que despistar para poder dar el golpe disimular la sangre acariciar la humedad, pero sin perder de vista la esperanza y mientras tanto amamantarla con el coraje, con los hijos, con todo.
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HOMBRE AL AGUA
Otra esperanza falló. La que hasta ayer era casi toda la vida reventó naturalmente en su mismo origen. Ahora otra vez a esperar el miedo la sensación de que nos están vigilando. Por qué entonces ayer era mejor este número impar esta misma baraja si en realidad el miedo nunca dejó de existir. Tal vez estaban al acecho, esperando nuestra primera posición de amor y en este justo momento cayeron sobre nosotros con todo.
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OTRA COSA
Sos alto, sos caliente tenés la sangre. Subís, bajás, te ponés de frente, sos algo así como el principio de las cosas. Pero qué, qué hay además, qué si de pronto te cierra el pico, si nadie escucha tu corazón, qué si de repente se levanta el más insignificante de ellos sin tu pinta, sin tus ojos, sin tu calentura, pero se levanta, atendé, se levanta y dice: aquí estoy. Soy yo y se acabó lo que se daba.
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EL CUERPO DEL DELITO a Magdalena Harriague
Estámos solos vos lo sabés más valdría no repetirlo. Tanto tiempo esperar nuestra medida puesta de frente y estámos aquí para siempre. Tanto creer en Dios se nos fueron las esquinas nadie llegó con el crimen la semana no tuvo nombre. La ciudad era toda una contraseña crecíamos solos entre los hombres. Vos sabés, sin embargo, por qué es así, que alguien nos mira a despecho, a pesar nuestro, y que por eso, aunque especulemos con el más hábil escamoteo, ya no habrá forma de entender esta soledad.
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LO DE SIEMPRE
Se nos descubrió el triunfo estábamos jugando con la confesión aflojamos. Dijimos que era el día y la trampa se abrió. Ya no hay cómo esconder la seña nos delató la necesidad de oírnos decir que somos fuertes y desde ahora todo tendrá una duración.
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GRAN COSA
Esta postura brava y vigilante o este amor tienen que ser, sin duda, algo más: acaso signifiquen un constante ensayo de perduración. Todo nos fue dado así como así todo lo ganamos con una tristeza y una soledad de oro, y si algo poseemos está en nosotros como un perfume de sangre entre los dientes. Dios no está tan lejos como creemos a veces la luz puede llegarnos de frente como un trompo y ahogar las armas mejor elaboradas. Si todo termina es porque no sabemos esperar porque tenemos la inocencia de los puros y porque no es preciso, después de todo, acumular una verdad para alentar el peligro.
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A PESAR DE TODO
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C A NCIĂ“N DE NOCHE
Asumo todos los riesgos de la espera. Veo llegar el mito de sacerdotes impuros que anuncian el fin y el principio. La eternidad no son ellos. A lo sumo, desde edades muy remotas, tratan de hacerse entender, pero sus claves carecen de correspondencia.
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LA JUNGLA
Hijos míos, la injusticia será de vosotros. De vuestra piel crecerá un olor de sacrificio. No esperéis al héroe de lo que os rodea. Mundo de colores y formas ajenas. Si por mí fuera os abandonaría. De todos modos, el crimen no es nuevo y sé que nadie es exactamente el juez.
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MARTA
Sos la carne cansada estupenda de ternura y de milagros. Te miro subir alcanzar la razón la tibieza del escándalo reír esperar la victoria llegar al fondo.
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LA GRAN VIDA A María Briones a Eduardo Audivert
Eran días como éstos. Poca cosa. Más espanto que miel. El sol nos dolía. Alguien cantaba pero su canción era tan triste y tan lejana que nos comunicaba cierta sensación de frío. Eran días de salud, de una desmesurada cordialidad y todo circulaba asombrosamente deshecho. Quién era el dueño, quién traía las grandes flores desde un río dsconocido. Llegaba la hora de acercarse a Dios y todos los plazos se cumplían porque no cabía el asombro ni siquiera ante los muertos y la solución estaba en dejarse caer, con lentitud, casi como con la certeza de que al fin todo se invertiría y el amor estaría para resolver.
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ÚLTIMA INSTANCIA
De hoy en más ya no podremos guardar cobardemente las vigilias en las que alguna vez te hemos nombrado. Ya no será posible inventar laberintos materiales para cruzar la revelación con una razón antigua. Ahora y aunque a veces construyamos un perfume hay una forma de amor que se revela. A partir de aquí todas las ventanas del mundo existen la profecía primera se cumple y un espesor de sangres permanece.
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TODAVÍA a Fernando Guibert
Sí, como traficantes de nuestras útimas purezas, asistimos solemnemente al sacrificio. Lo enfrentamos con nuestra cobardía y tememos todavía ser fieles a un dios minúsculo, que se nos adivine una vacilación, una última posibilidad de coraje. Y como si todo fuera poco nos permiten desviar la mirada.
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EL CAMINO
Yo s茅 que te admiro con precisi贸n. Que ausculto tu lentitud de f iera. Y espero al f inal para descargar el llanto.
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CIRCUNSTANCIA 1
Hasta este momento, nada es preciso, claro y terminante. Antes bien, todo lo que nos ocurría tenía un despreciable estado amorfo. Pero algo ocurrió ciertamente —una perpendicularidad en el amor, cierto sonido nuevo de la naturaleza— para que de pronto los misterios se precipitaran y una dolorosa claridad empezara a circular, cada vez más velozmente, a nuestro alrededor.
CIRCUNSTANCIA 2
Es verdad que conocíamos hasta los mínimos resortes del asombro. Te conozco, podíamos decirle, aunque no lo tuviéramos delante. Y él lo sabía. Un último rubor, un estremecimiento en el cuello, podía delatarnos, pero, naturalmente, habíamos aprendido a disimularlo contando al revés. Nos duelen las espaldas, tanto aguardar bajo una cadenciosa, densa y paciente caridad. Pero sabemos esperar. Eso es bueno: lame y protege.
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V ER DA D DE V ER AS
Estoy llegando a la mitad de las sed. Te llamo como antes te llam茅. Tengo s贸lo una novedad: es la primera vez que no miento.
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VIDA NUEVA a Gustavo Daniel a María Marta
Si podemos decir: esta razón, este sustento, este es el peligro que nos alimenta. Si pudiéramos recomenzar, llegar a la pureza, alcanzar la costumbre. Si nos fuera posible desechar la misericordia, inventar los dientes saber que no debe ser así que es preciso el llamado que hoy es la certeza, que hay un plazo.
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ALUCINACIÓN
Cargar esta cosa no sólo es tarea poco común. Es, además, el símbolo de lo que somos. Como si auténticamente la peregrinación existiera.
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LOS E SPEJOS SOLEMNE S
Estamos lejos. Soy yo el que crea esa certeza. Sin embargo es el instante preciso de la alternativa. Desde este inventado mundo puede iniciarse cualquier testimonio. Hasta esa clara, triste y melanc贸lica imposibilidad de crecer.
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PUROS E IMPUROS
Esta nueva dirección de los acontecimientos acaso la desorientación de nuestros ritos y los milagros contenidos en el vacío están dándonos, paradójicamente, un punto de apoyo. Todo se ha puesto de pronto demasiado grave tibio e inodoro. Sin embargo, hay un balanceo incomprensible detrás de estos peligros, el movimiento de sonámbulos y tristes sobrevivientes y naturalmente nada fuera de su lugar. Salimos de nosotros mismos con el sonido en su extrema pureza. Un temblor nos devuelve al rojo vivo pero sin precisar cuáles son los corazones preparados para la hazaña.
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Quiénes serán depositarios de nuestro primer descanso atentos a la fiebre y los perfiles definitivos. Otros iniciarán, no cabe duda, un despiadado silencio. Se dejarán caer a la espera de nuestra solidaridad y sin muchas esperanzas nos pondrán de frente a ciertas dudas a alguna forma de minúsculo combate que, de todos modos, admite varias salidas.
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EPISTOLA
Algo más que decir. Uno: Que el día de todos nosotros era ése. Dos: ¿Por qué habría que recomenzar diciendo la verdad? Por último: ¿Quién tiene razón si nosotros no somos los dioses?
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I N DIC E
Mala noche
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Salón para familias
8
El brocato
10
La vida necesaria
11
Mala vida
12
Corazón de oro
13
Bautismo de fuego
17
Resto
18
Otra vida
19
Pura inocencia
20
La verdad verdadera
21
Tentación del mal
23
La inseminación artificial
24
La vida
26
Vieja melodía
28
Más y más
30
Justo precio
31
70
Orden uno
32
La cortina de humo
34
Extrañas circunstancias
35
Vencido
39
Pan comido
40
8—Grandes Bailes—8
43
Los borrados
44
Hombre manso
45
Manos anónimas
46
Hombre al agua
47
Otra cosa
48
El cuerpo del delito
49
Lo de siempre
50
Gran cosa
51
Canción de noche
55
La jungla
56
Marta
57
La gran vida
58
Última instancia
59
Todavía
60
El camino
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Circunstancia 1-2
62
71
Verdad de veras
63
Vida nueva
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Alucinaci贸n
65
Los espejos solemnes
66
Puros e impuros
67
Ep铆stola
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Estos poemas están rodeados de silencio. A ntes de ser dichos fue el silencio existencial, el que los hizo posibles gracias a una entrañable m a ner a de a si r, de v iv i r l a re a l id a d y a sí fundamentarlos. Después, otro silencio, el silencio a que se dio Viacava voluntariamente y al que a veces le exigíamos que renunciara. Por ú ltimo, el si lencio ya irrenu nciable que es el destino final de esta misteriosa experiencia que es vivir. Enfrenta rse con la poesía es, en todos los casos, asomarse con desnudez de alma a esa misteriosa experiencia. Pero, ya se sabe, sin el á nimo de descif ra r ni de explicar porque el misterio es precisamente lo inexplicable y lo indescifrable. Daría la impresión de que la poesía no se propusiera otra cosa que eso: acompañar lo inexplicable con la más levantada mira del espíritu. A esa tarea se dio Viacava durante el lapso en que se compusieron estos poemas. A ntes y después vivió poéticamente. A ntes y después practicó con emocionada fe el culto de la poesía. A ngel Bonomini
Esta segunda edición de La gran vida se publica como homenaje a su autor, José Daniel Viacava.
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