Revista Didajé 1, no. 2 (2013)

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DIDAJÉ DANIEL Y APOCALIPSIS DIDAJÉ, Ministerio de Investigación Adventista Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta revista sin la autorización previa de los editores. Lima - Perú


REVISTA BÍBLICO-TEOLÓGICA ISSN: 2308-0582 VOLUMEN 1 NÚMERO 2 2013

La revista Didajé es una publicación semestral producida por el Ministerio de Investigación Adventista (MIADV). Está dirigida a teólogos, pastores, líderes eclesiásticos y laicos de la iglesia. Ofrece temas relacionados a Teología bíblica, Teología sistemática y Teología histórica. Cuerpo Editorial Director: Oscar Mendoza Orbegoso Editor: Joel Iparraguirre Maguiña Jefe de redacción: Johanns Curisinche Cánez

Redactor: Fernando Rojas Miranda Diagramador: Omar Ojanama Gaspar Consejeros editoriales: Merling Alomía Bartra Rafael Montesinos Martínez

Directiva del Ministerio de Investigación Adventista Director: Joel Iparraguirre Maguiña Secretario: Gerson Bejarano Cajachagua

Traductor/a: Azenilto G. Brito, Gisel Sanz, Andriele Dias Richardt Consejeros: Rafael Montesinos Martínez, Oscar Mendoza Orbegoso

Los puntos expresados en cada uno de los artículos, representan el pensamiento de su respectivo autor y no necesariamente del cuerpo editorial de Didajé ni del Ministerio de Investigación Adventista. Para cualquier asunto relacionado con la revista (suscripión o contribución) puede dirigirse a: Telfs: (0051) 974-612-397, (0051) 993-514-363 Email: didaje@investigacionadventista.org © Copyright 2012 Ministerio de Investigación Adventista “Y nosotros nos entregaremos a la oración y al ministerio de la palabra” (Hch 6:4).


Contenido DANIEL

El libro de Daniel y la tesis macabea: Mi peregrinaje personal Jiří Moskala ....................................................................

3-14

El mensaje de Daniel Merling Alomía.............................................................

15-44

Babilonia en 3-D. Las tres características principales de Babilonia la grande Omar Ojanama Gaspar.................................................

45-54

55-62

El “tiempo del fin” y los “últimos días” Hans LaRondelle...........................................................

APOCALIPSIS

El

mensaje del remanente en el tiempo del fin:

Los Apocalipsis 14:6-12 Oscar Mendoza.............................................................. 63-96 mensajes de los tres ángeles en

El

remanente de

Dios

en el tiempo del fin y los

cargos de exclusivismo y triunfalismo

Ángel M. Rodríguez..................................................... 12

razones por qué

Apocalipsis 20:10

97-100

no aprueba

la teoría de un infierno de fuego

Azenilto Brito................................................................ 101-105


RECENSIONES....................................................................... 106-118 Datos de los autores del presente n煤mero.............................. 119-120 Normas de publicaci贸n................................................................. 121-122


El

libro de

Daniel

y la tesis macabea

EL LIBRO DE DANIEL Y LA TESIS MACABEA: MI PEREGRINAJE PERSONAL

JÎRÍ MOSKALA ANDREWS UNIVERSITY DIDAJÉ 1, NO. 2 (2013) BERRIEN SPRINGS, MICHIGAN, EE.UU. 3


Resumen “El libro de Daniel y la tesis macabea: Mi peregrinaje personal”.— El autor, un reconocido teólogo en el mundo cristiano protestante, nos narra cuán dura y difícil fue su experiencia como adventista del séptimo día al estudiar en aulas escépticas. Pese a los duros conflictos a los que se enfrentaba en aquel entonces, Moskala nos invita a tener seguridad, confianza y esperanza en la Palabra de Dios revelado en el libro de Daniel. “Gracias, Señor, por tu mensaje hermoso y defendible que nos dejaste a través del profeta Daniel. Y también porque tú verdaderamente me sostuviste de mi mano derecha, como prometiste, y me dijiste, ‘No temas, yo te ayudo’” (Is 41:13). Palabras clave: Daniel - Tesis macabea - Alta crítica - Antíoco IV Epífanes

Abstract “The Book of Daniel and the Maccabean Thesis: My Personal Journey.”— The author, a renowned theologian in the Christian Protestant milieu, tells how hard and difficult it was his experience as a Seventh-day Adventist to study in skeptical classrooms. Despite the harsh conflicts that he faced at the time, Moskala invites us to have security, trust and hope in the Word of God revealed in the Book of Daniel. “Thank you, Lord, for the beautiful and defensible message you left us through the prophet Daniel. And also because you truly held me on my right hand, as promised, and said, ‘Do not fear, I will help you’ “(Isaiah 41:13). Keywords: Daniel - Maccabean Thesis - High Criticism - Antiochus IV Epiphanes

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El

libro de Daniel y la tesis macabea: Mi peregrinaje personal La oveja negra

Nací siete años después del fin de la Segunda Guerra Mundial en lo que ahora se llama República Checa. En los primeros años del siglo XV, el reformador y mártir Juan Huss la llamó Bohemia; cuando nací la llamaron Checoslovaquia. La República Checa difícilmente está aislada; comparte límites con Alemania, Polonia, Hungría, Eslovaquia y Austria. La mayoría de los americanos recordarán que los ejércitos de Hitler invadieron mi país el 1 de octubre de 1938. Más tarde fue el turno de la Unión Soviética; el 21 de agosto de 1968 los ejércitos aliados de Varsovia aniquilaron los intentos de Alexander Dubcek de darle un aspecto humano al comunismo checo. Por providencia de Dios nací en una familia adventista del séptimo día. Dos años antes de mi nacimiento, mis padres se habían convertido del catolicismo romano al adventismo. Su decisión no fue hecha a la ligera; demandó real dedicación a Dios y a su Santa Palabra. A los siete años, cuando comencé a ir a la escuela, todos los niños tenían que asistir a clases seis días a la semana. Fue muy difícil (aun peligroso) no ir a la escuela en sábado. Mis padres me enseñaron que obedecer a Dios es más importante que obedecer a las autoridades humanas. ¡Ni un sábado asistí a la escuela! Muy a menudo fui puesto en ridículo, motivo de risas, e incluso a veces castigado por mis ausencias semanales. Los niños frecuentemente no querían jugar conmigo debido a mi reputación como creyente. Era una “oveja negra”. La escuela para mí era un terror psicológico que se intensificaba los viernes y los lunes cuando muy a menudo era interrogado, tenía pruebas especiales y exámenes. Desde mi niñez en adelante tuve que luchar por mi fe. Esto fue una buena escuela para aprender la obediencia a Dios y a sus mandamientos. Yo no era el único; no solo en Checoslovaquia sino a través de toda Europa, miles de niños adventistas habían tenido la misma experiencia que yo. La mayoría per5


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manecieron fieles a Dios aun cuando tuvieron un “lavado de cerebro” con la teoría de la evolución —presentada no como una teoría sino como un hecho. Permanecieron fieles debido a que habían conocido a Dios. A menudo, para consternación de los profesores, ¡eran los mejores alumnos en la escuela! Generalmente es así cuando la juventud reconoce que son hijos e hijas del Rey. Y no solo un rey, ¡sino el Rey del Universo! ¿Problemas de ubicación? En 1972, cuando tenía 20 años, me matriculé en nuestro Seminario Teológico Adventista que había sido abierto en 1969, solo un año después de lo que los checoslovacos, que habían vivido varios inviernos comunistas, llamaban la “Primavera de Praga”. Sin embargo, el “invierno” volvió pronto. A mediados de 1973 el gobierno comunista cerró el Seminario Adventista. ¿Qué iba a hacer yo? La junta (comité ejecutivo) de nuestra Unión decidió que debería asistir a una Facultad Protestante. Por consiguiente, me matriculé en la Facultad de Teología Evangélica Komenius, en Praga (en 1990 cambió su nombre a Facultad de Teología Protestante de la Universidad Charles). Amigos, miembros de iglesia, me aconsejaron: “¡Esté alerta! ¡Ten cuidado! ¡Sé crítico!” No me tomó mucho tiempo darme cuenta que mi educación previa no me había preparado suficientemente para determinar cómo evaluar y criticar lo que estaba encontrando. La primera charla brillante que escuché apoyaba la sencillez del canon bíblico. Aquellos que transmitieron la Biblia, ¿habrían escogido los libros correctos entre una amplia selección disponible? Y qué de los otros libros: ¿deberían algunos de ellos haber sido incluidos en el canon? La segunda charla trató sobre la inspiración de la Biblia —o más bien, la no inspiración de la Biblia. ¡La Biblia, se me dijo más tarde, no es la Palabra de Dios, pero usted puede encontrar la Palabra de Dios en la Biblia! El texto bíblico solo puede llegar a ser la Palabra de Dios existencialmente para una persona. Esto me dejó con preguntas cruciales: si no puedo tomar seriamente la Biblia porque contiene, como afirmaba el profesor, muchas contradicciones, errores históricos, falta de unidad en el mensaje y en los tiempos bíblicos “ellos” pensaban y hablaban diferente, entonces ¿puedo confiar en ella y tomarla como una guía para mi vida? 6


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Daniel: La versión revisada Fue una gran alegría cuando al fin estábamos estudiando el libro de Daniel. Desde mis primeros años, mi padre —un gran contador de historias— me había contado acerca de las profecías de ese libro. Me incliné hacia delante ansiosamente mientras Jan Heller, el profesor de Antiguo Testamento más respetado en mi país, subió al podio. El libro de Daniel, dijo, no fue escrito por el profeta Daniel, sino por un escritor desconocido en el II siglo AC, durante el tiempo de las guerras macabeas cuando Antíoco IV Epífanes reinaba y oprimía a Israel. El Dr. Heller apoyaba sus aseveraciones con argumentos convincentes: errores históricos en el libro (mientras más alejado de la era macabea, más grandes los errores); el uso de los idiomas arameo y griego; enseñanzas acerca de los ángeles y la resurrección; pseudónimos (nombres ficticios de presuntos autores) del libro; y, de acuerdo con algunos textos extrabíblicos, Nabonido, y no Nabucodonosor, tuvo una enfermedad mental. Luego, nos dijo que Daniel 9 no habla acerca del Mesías, Jesucristo, sino acerca de Ciro u Onías III, y de Antíoco IV como siendo el anticristo. Su charla, que incluía la llamada Tesis Macabea, era impresionante y estaba bien documentada. La clase del Dr. Heller creó una agitación en mi mente. Todo lo que yo había pensado que estaba seguro ahora parecía derrumbarse. Sus argumentos no solo persuadían; Heller mismo era un cristiano amable, sincero y educado con una actitud cortés hacia los creyentes que no compartían sus puntos de vista. Bajo el comunismo, los cristianos checos tendían a apoyarse mutuamente, cualquiera haya sido su confesión religiosa; sabían que significaba luchar por su fe. El profesor Heller, llegué a creer, quería ayudarnos a nosotros los estudiantes a obtener una mejor comprensión de la Biblia. Quería ayudarnos a construir una fe madura. Nos trataba tan cortésmente como si fuéramos sus hijos e hijas. ¿Cómo iba a reaccionar yo ante tal profesor, amable y estimado? Los problemas del libro de Daniel, tal como él los presentó, me llevaron a una crisis de fe. Yo no tenía respuestas a sus argumentos.

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Jiří Moskala

Opiniones de mal sabor Yo tenía veintiún años y estaba ansioso por conocer la verdad. ¿Quién estaba en lo correcto? ¿Mi profesor o mi iglesia? ¿O la respuesta correcta no era ni la una ni la otra? Cuando recuerdo aquellos días de crisis personal, agradezco a Dios por la terapia de shock del Dr. Heller. He encontrado que podemos crecer en nuestra fe más rápido cuando experimentamos una crisis de fe, y buscamos a Dios sinceramente con la determinación de aceptar la verdad cualquiera sea el costo. Eso nos humilla y nos conduce a una investigación honesta de la Palabra de Dios. Reconocí que si mi profesor estaba en lo correcto, yo estaba en problemas con las creencias de la iglesia —especialmente con las profecías en el libro de Daniel. Si el Dr. Heller estaba en lo correcto, mi padre había estado equivocado al presentar las historias del libro de Daniel como eventos históricos, porque deberían haber sido vistas solamente como “cuentos de hadas” o de las “cortes”, de acuerdo a los eruditos histórico-críticos. Además, las profecías no eran realmente predicciones, sino solo historia escrita después que los eventos tuvieron lugar [vaticinia ex eventu]. Nuevamente, las implicancias eran transparentes: las explicaciones adventistas del libro de Daniel no eran verdaderas. Consecuentemente, el corazón del mensaje adventista se quebraría y las explicaciones proféticas necesitarían una reinterpretación. Nuestra misión como movimiento profético colapsaría. Lecciones de historia Gracias al Señor, a pesar de mi confusión, yo no estaba listo, yo no estaba listo para izar una bandera blanca o al menos no rendirme sin una batalla. Y esto quería decir que debía estudiar por mí mismo, mucho más profundamente que nunca antes. Y me dije a mí mismo: “No seas selectivo ni apresurado en tu juicio. Sé paciente, no saques demasiado rápido tus conclusiones. Tienes que estudiar este asunto más cuidadosamente. ¡Aprende a vivir con tus interrogantes! Vas a tener que orar y estudiar duramente, y cuando tengas toda la información posible desde ambos lados, tomarás tu decisión”. Pensaba que si nuestra interpretación profética estaba correcta, entonces Dios me daría una buena respuesta 8


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para el Dr. Heller. Además, yo no debía simplemente confrontar a mi profesor con la verdad, sino más bien hablarle con amor, respeto y cortesía. Tendría que enfrentar sus argumentos con sus armas y en su idioma, para que pudiese ver la fuerza y honestidad de mi posición. Yo tenía que aprender, sin embargo, que presentar la verdad no es así de simple, porque nuestras presuposiciones filosóficas —los lentes que ponemos en nuestros ojos espirituales, es decir, la forma en que nos aproximamos a las Escrituras mismas— deben tratarse. A menudo, el problema real no es la incredulidad sino la hermenéutica de aquellos que dicen creer en el mensaje bíblico. Especialmente significativo es el problema de entender la historia. Pero cuán a menudo he escuchado, “¡Lo que es importante es el mensaje, no la historia!” ¿Podemos realmente tener un verdadero mensaje sin estar basados en la historia? Considere la resurrección de Cristo. ¿Es un hecho histórico o solamente una hermosa creencia? Jesús vino en la carne, exactamente en el momento señalado. Resucitó en la historia y este hecho es nuestra única esperanza de vida eterna. La historia de la salvación es una historia real (ver 1 Co 15:12-20). Separar la fe de la historia es para mí como el neo-docetismo o el neo platonismo. Tratar de encontrar en alguna parte de la narrativa bíblica un núcleo histórico y rechazar el resto es como un efecto “cebolla”. Usted saca diferentes capas de la cebolla para llegar al corazón de ella, pero después de sacar todas las capas descubre que no hay un corazón porque una cebolla está solamente compuesta de varias capas. Construir nuestra teología solo sobre la proclamación o la fe es muy peligroso, podría ser que al final no quede nada. Es como hacer de la teología una filosofía que está construida sobre ideas llamativas que no tienen relevancia en la vida física ni en la historia. Zapatos doctorales Después que recibí mi título de Maestría en Teología en 1979, trabajé como pastor por seis grandiosos años. Pero siempre la imagen y argumentos de mi amable profesor de Antiguo Testamento, Jan Heller, permanecieron en mí. Creo que fue el Espíritu Santo que me impulsó a ir al fin a él con un pedido: ¿Estaría él dispuesto a ser mi profesor guía y aceptarme en un programa doctoral? Ahora, usted puede darse cuenta 9


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que ningún adventista en mi país había alguna vez buscado matricularse en estudios doctorales relacionados a Teología. Yo había determinado que si tenía que escribir mi tesis algún día, buscaría ser el testigo de Dios por la verdad. Eso significaba para mí que debía escoger un tópico enriquecedor no solo para nuestra comunidad adventista, sino especialmente para mis muchos amigos protestantes. Por supuesto, el Dr. Heller preguntó cuál sería. Yo cortésmente pedí escribir una tesis acerca de la fecha y del autor del libro de Daniel y hacer una exégesis del pasaje clave de ese libro —las 70 semanas de Daniel 9:24-27. Tuvimos una larga y agradable conversación. Heller explicó que hay un claro consenso entre los eruditos del Antiguo Testamento acerca del autor del libro de Daniel, y que yo no podría obtener nada significativamente nuevo para discutir. No desanimado con su respuesta, la cual esperaba, le dije que nuevos hallazgos en este campo de estudio indicaban que el autor del libro de Daniel debería ser investigado cuidadosamente una vez más (voy a ahorrarle la molestia de un detallado informe de nuestra larga conversación). La respuesta de Heller incluía su erudición y su cortesía: “Si yo estuviera en sus zapatos, no lo haría porque es una pérdida de tiempo. Pero usted es joven; inténtelo y veremos. Si usted descubre algo nuevo y valioso, y si sus argumentos son sólidos, lo apoyaré y usted puede obtener su doctorado en teología. Si no, tendrá que elegir otro tópico”. Acepté su desafío. Era vital para mí y un asunto de sí o no: O probaba que Daniel era el autor del libro de Daniel o no tendría argumentos valiosos, y debería aceptar las consecuencias. Quería ser honesto. No quería ser un pastor ni un miembro de una comunidad de fe que no podía defender sus creencias. Argumentos irrefutables Trabajé duro. En ese momento yo era un pastor de tiempo completo y profesor de algunas horas en nuestro seminario. Primero reuní todos los argumentos a favor de la Tesis Macabea, los analicé y los evalué. Finalmente los dividí en cinco categorías o grupos: 1. Argumentos históricos (supuestos errores históricos [el 605 AC Nabucodonosor no estaba en Jerusalén; Jeremías 25 y Daniel 1:1 es10


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tán en contradicción; de acuerdo a la Oración de Nabonido, fue Nabonido y no Nabucodonosor el que estuvo loco; Belsasar como el último rey de Babilonia; la no historicidad de Darío el Medo], la posición de Daniel en el Canon Hebreo, y la tardía evidencia literaria para el uso de Daniel). 2. Argumentos lingüísticos (el uso del término kasdim; el hebreo y arameo del libro de Daniel entendidos como de un origen tardío; palabras persas en Daniel; palabras griegas en el libro; aparición de dos idiomas en Daniel). 3. Argumentos teológicos (angelología desarrollada; creencia en la resurrección; el hecho que se evite el nombre de Jehová; hábitos de ayuno y oración). 4. Argumentos literarios (uso apocalíptico de pseudónimo; origen tardío del género apocalíptico). 5. Argumentos exegéticos (demostración del esquema de cuatro imperios mundiales; secuencia de los cuatro imperios mundiales; cuerno pequeño como Antíoco IV Epífanes; el capítulo 11 y las guerras macabeas). Después de algún tiempo presenté una parte de mi primer y crucial capítulo al profesor Heller. Era acerca de todas los supuestos errores históricos en el libro de Daniel. Él escuchó cuidadosamente, me hizo varias preguntas difíciles y después que le hube leído todo lo que había preparado, hizo una pausa. Esperé su reacción y veredicto. “Jiři, hizo un buen trabajo. No puedo refutar sus argumentos”. Sus palabras eran como una melodía a mis oídos. Continuó: “Pero [yo temía mucho esta palabra] hay también otros argumentos a favor de la Tesis Macabea, especialmente argumentos lingüísticos. Si usted me convence contra ellos, entonces yo lo apoyaré”. Cuán feliz y aliviado estaba. Sabía que Dios estaba obrando. Varios meses más tarde presenté la segunda parte del primer capítulo tratando la lingüística. Había investigado todos los asuntos sobre el término kasdim, hebreo y persa, palabras griegas y arameo en el libro de Daniel y Heller estaba satisfecho. Ahora me animó a estudiar todos estos puntos en profundidad y a escribir sobre el asunto. Él estaba activamente involucrado en la escritura de mi tesis y me aconsejó muy perspicazmente. Añadió: “Cuando los eruditos histórico-críticos trabajan con un texto bíblico destruyen, usted construye”. Luego siguieron partes adicionales de este capítulo crucial acerca 11


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de los argumentos teológicos, literarios y exegéticos de la tesis macabea. Este análisis y evaluación concluyó el primer gran capítulo de mi tesis. En seguida vino el capítulo acerca de la unidad del libro de Daniel. Heller me dijo que esta era la mejor parte de mi tesis. El tercer capítulo examinó los argumentos a favor de la tesis exílica (o tesis persa, como yo la llamé), porque hay muchos argumentos positivos para la autoría del libro de Daniel en el siglo VI AC (i.e., el alto uso del libro de Daniel en Qumrán, algunos argumentos exegéticos y evidencias extrabíblicas que atestiguan de la veracidad de los eventos históricos descritos en el libro de Daniel, etc.). El último capítulo de mi tesis trataba de la profecía de las 70 semanas y demostraba que esta profecía tiene que ser vista como una predicción acerca del Mesías, Jesucristo, y no acerca de algunas personas del período macabeo. La decisión erudita El profesor Meter Pokorny, el mejor erudito del Nuevo Testamento en mi país, se oponía a mi tesis. Yo estaba ansioso de saber qué pensaría después que hubiera leído mi tesis. Aunque él no estaba de acuerdo con mi posición final, apoyó mi tesis. Él todavía pensaba que era posible que alguien hubiera compuesto el libro en tiempos de los macabeos. Me dijo: “El simple hecho de que usted reúna todos los argumentos de la Tesis Macabea y que los analice y evalúe es muy significativo; y este trabajo es suficiente para darle su título de doctorado puesto que ha hecho mucho más”. Yo estaba alborozado. El mejor erudito del Nuevo Testamento en mi país estaba de acuerdo en que mi tesis era sólida, aunque no estaba de acuerdo completamente con mis puntos de vista. Daniel 6:27 dice que Dios “rescató a Daniel del poder de los leones”. Yo sé que es imposible rescatar a Daniel de la “cueva de la crítica” argumentando, pero los argumentos son importantes. Por supuesto, el cambio real puede lograrse solamente por el Espíritu Santo. “Una adición extremadamente valiosa” Argumentar a favor de Daniel como autor del libro de Daniel en una Facultad protestante y mostrar su aplicación cristocéntrica, no era 12


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fácil. Recibí mi grado doctoral en 1990. Dios me dio una victoria abrumadora porque el profesor Heller cambió su modo de pensar —señal de la grandeza de un profesor. Mi tesis y discusiones personales lo ayudaron a ver este asunto desde una perspectiva diferente. Hoy, él cree que el libro de Daniel no fue escrito en el siglo segundo. Sin embargo, él preferiría el siglo quinto o cuarto para esa tarea y no el sexto debido a la transmisión oral del texto, aun cuando esto se apoya sobre una presuposición no probada, como él mismo admite. Hoy él abiertamente dice que hay dos puntos de vista sobre la autoría del libro de Daniel. Una es la Tesis Macabea, y la otra la Tesis Persa (o exílica) que dice que el profeta Daniel o alguien de su círculo escribió el libro (como su pupilo o escriba). Él siempre asocia mi nombre con el segundo punto de vista. En el prefacio de mi tesis, que fue publicada en 1995, él escribió: “El trabajo del Dr. Moskala es una adición extremadamente valiosa a nuestra literatura teológica” y “no debería ser pasada por alto por alguien que desea tratar en profundidad con el libro de Daniel”. En uno de sus artículos escribió acerca de mi tesis: “Me gustaría decirlo de este modo: Jiří Moskala, en su trabajo excepcional, probó que no necesitamos creer en la tesis macabea. Él presentó una alternativa. Una alternativa excepcional. Es tan valiosa que quien quiera estudiar el libro de Daniel en el futuro, tiene que considerar seria y responsablemente su tesis”. A eso yo puedo decir, “Gracias, Señor, por tu mensaje hermoso y defendible que nos dejaste a través del profeta Daniel”. Y también porque tú verdaderamente me sostuviste de mi mano derecha, como prometiste, y me dijiste, ‘No temas, yo te ayudo’ (ver Is 41:13). Daniel está sobre una base sólida. Hoy, yo creo que si un creyente escoge tomar la posición que el libro de Daniel fue escrito en el siglo sexto AC. por el profeta Daniel o su pupilo, esta persona tendría buenos argumentos para este punto de vista y sería intelectualmente honesto. A Dios solamente sea la gloría. Soli Deo Gloria.

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EL MENSAJE DE DANIEL

MERLING ALOMÍA UNIVERSIDAD PERUANA UNIÓN DIDAJÉ 1, NO. 2 (2013) LIMA, PERÚ 15


Resumen “El mensaje de Daniel”.— De manera categórica, el autor describe al libro de Daniel como una profecía de buenas nuevas, un evangelio profético. Para decir esto, el autor muestra la evidencia preponderante de un mensaje de victoria para el pueblo de Dios basado en la fidelidad a él. A su vez, este concepto se ve ligado a la soberanía de Dios mediante los episodios de su providencia ocurridos al pueblo de Israel, a los demás pueblos de su orbe. No podemos hablar del libro de Daniel ni de su mensaje sin poner como protagonista al vencedor de la gran controversia: Cristo Jesús, el Mesías. Una victoria que toma lugar en la tierra y termina su obra en los cielos donde trabaja en su Santuario. Tales verdades eternas constituyen el mensaje de Daniel, y sin duda un mensaje de gran bienaventurada esperanza. Palabras clave: Daniel - 2300 años - Santuario - Resurrección - Juicio de Dios

Abstract “Daniel’s Message.”— In a categorical way, the author describes the book of Daniel as good news prophecy, a prophetic gospel. To say this, the author shows the preponderant evidence of a message of victory for the people of God based on loyalty to Him. In turn, this concept is linked to the sovereignty of God through episodes of His providence as occurred to the people of Israel, to the other peoples in its geographic context. We cannot speak of the book of Daniel nor of its message without highlighting as victorious protagonist of the great controversy: Christ Jesus, the Messiah. A victory that takes place on Earth as He ends His sanctuary work in heaven. These eternal truths constitute the message of Daniel, being certainly a blessed message of great hope. Keywords: Daniel - 2300 years - Sanctuary - Resurrection - God’s Judgment

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Al analizar el mensaje del libro de Daniel, se descubre con asombro que este es presentado en series proféticas que invariablemente se vinculan con los días finales de la historia humana –nuestros días. Pero, nuestro asombro se acrecienta al percatarnos consolados que este mensaje es el mismo mensaje evangélico, ya que Daniel es “un profeta de buenas nuevas”.1 Sus temas y profecías contienen el mensaje entregado a Daniel por el mismo “Dios del cielo que revela los misterios” (Dn 2:28). Sin embargo, al exponerlas, Daniel hace que sus buenas nuevas se concentren y desenvuelvan en torno a un solo personaje central, el Mesías, haciendo de él la única esperanza de salvación de los fieles de todas las edades. Pero, el mensaje de Daniel es multifacético, ya que abarca un sinnúmero de verdades cuya gama es tan vasta y diversa, como lo es el mismo evangelio y cada una de las promesas que se vinculan con él. Siendo, pues, tal su contenido y significado, apenas si tocaremos en este artículo lo esencial del mensaje abarcado por este profeta en su libro singular. Un mensaje de victoria Si se considera únicamente la división actual de los capítulos de Daniel y el contenido general de cada uno de ellos, se tendrá el siguiente bosquejo: (cap. 1) Los fieles estudiantes cautivos: Fidelidad pese a la cauti vidad (cap. 2) El intérprete en la corte: “Hay un Dios en los cielos que revela misterios”. (cap. 3) Probados con fuego: “Nuestro Dios puede librarnos”. (cap. 4) La soberbia abatida: “El Rey del cielo puede humillar a los que andan con soberbia”. (cap. 5) Juicio a Babilonia: “Pesado has sido y hallado falto”. Josefo, Antigüedades de los judíos, 10.11.7.

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(cap. 6) Rugidos acallados: “El Dios mío envió su ángel y cerró la boca de los leones”. (cap. 7) El juicio de los siglos: “El Juez se sentó y los libros se abrieron”. (cap. 8) La intercesión mesiánica alterada y restaurada: “Hasta 2300 años y el santuario será purificado”. (cap. 9) La obra expiatoria e intercesora del Mesías: “Se quitará la vida al Mesías para terminar con el pecado”. (cap. 10) Miguel, el príncipe celestial: “Ninguno hay que se es- fuerce como Miguel”. (cap. 11) Todos contra Uno: “El Príncipe del pacto será quebrantado más el pueblo de su Dios se esforzará”. (cap. 12) La recompensa de la fidelidad: “La resurrección, patrimonio de los fieles”. Podría decirse que el libro de Daniel, bosquejado de este modo, muestra un mensaje centrado en la victoria. El primer capítulo muestra cómo los hijos de Dios, aun en medio de la adversidad del cautiverio en tierra del enemigo, son dirigidos por la providencia de su gracia (Dn 1:9), y en todas las pruebas que a las que son sometidos —en el comedor, en el aula, en la corte, y en cualquier otra circunstancia— son hallados por lejos como mejores que los demás. Este capítulo muestra que una relación estrecha con Dios es el secreto de una vida victoriosa. El segundo capítulo no hace sino ampliar este concepto.2 Daniel y sus compañeros eran hombres de oración. La clave de sus vidas victoriosas estaba en relación directa con el poder de Dios recibido en la cámara de oración (1:17-18). Dios escuchaba complacido sus pedidos y anhelos en lo secreto de sus cámaras y se deleitaba recompensándolos en público (cf. Mt 6:6). El testimonio de su vidas era “hay un Dios en los cielos” (Dn 2:28), y la convicción de los que relacionaban con ellos era “ciertamente vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de los reyes” (2:47). No debería perderse de vista que Daniel, tanto en el capítulo dos como en el siete de su libro, profetizó la secuencia de los cuatro imperios mundiales —Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma, que a su vez se dividiría en diez reinos menores— tras los cuales se levantaría otro universal de factura no humana. Es decir, estos darían paso al imperio universal, cósmico y eterno del Mesías, quien reinará con los santos del Altísimo. 2

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El tercer capítulo destaca el hecho de que una vida de oración es una vida de fe. Los tres hebreos vivían confiados en el cuidado de Dios bajo cualquier circunstancia. Ellos sabían que si llegaban al extremo de entrar en el horno de fuego, no se quemarían, ni las llamas arderían en ellos (cf. Is 43:2). Ellos sabían, sobre todo, que aunque su Dios no los librase, él sabría por qué no lo haría. Como Job, ellos confiaron en Dios, aunque él los matase (cf. Job 13:15). Ellos sabían que solo tal fe da la victoria que vence al mundo (cf. 1 Jn 5:4). El cuarto capítulo destaca el hecho de que la soberbia es inútil ante Dios (Dn 4:37). Pero, sobre todo, muestra que la única manera de obtener la victoria contra el orgullo en nuestras vidas, es sometiéndose a la dirección de Dios y aceptando su soberanía en nuestras vidas (4:3435). Nabucodonosor tuvo que entender y aprender que la victoria final no será de los orgullosos, sino de los mansos (cf. Mt 5:5), y que el reino de Dios solo los tales serán llamados hijos de Él (cf. Mt 5:9). El capítulo cinco muestra el resultado de una vida que desecha la victoria ofrecida por Dios como destino final. El burlarse del Creador en cuyas manos está nuestra vida y todos nuestros caminos, sin honrarle ni reconocerle, es necedad absoluta (Dn 5:23, 30). Si al ser pesados por Dios somos hallados faltos (5:27), otro tomará nuestra corona (cf. Ap 3:11). La victoria final no será para los soberbios, sino para los que hayan humillado su corazón ante Dios (Dn 5:22). El capítulo seis recalca nuevamente que el secreto de la victoria es una vida de oración íntima. Pero muestra que Dios apoya a los suyos dándoles la victoria mediante el ministerio de sus ángeles. Si bien Daniel no se paseó en medio del horno de fuego, sí pernoctó una noche sin recibir daño alguno rodeado de fieras en el temido foso, porque Dios mitigó la fiereza de los leones enviando su ángel domador que “cerró la boca de los leones” (6:22). Después salió victorioso del foso porque él estaba seguro de que “el ángel de Jehová acampa en derredor de los que le temen y los defiende” (Sal 34:7). El capítulo siete es un despliegue de la victoria de los santos del Altísimo a lo largo de los siglos. Aunque ellos son perseguidos, vencidos (Dn 7:21) y quebrantados por el anticristo (7:25), el Juez eterno en su tribunal celestial (7:10) determina que ellos mismos formen parte de su tribunal como jueces (7:22; cf. 1 Co 6:2-3); para que luego, a su debido 19


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tiempo, reciban el reino eterno junto con el victorioso Hijo del hombre cuyo reino es reino eterno (Dn 7:27). El capítulo ocho presenta un cuadro de desolación, pero también de seguridad victoriosa. Desolación en el atrevido y blasfemo ataque del anticristo a la obra y ministerio intercesor del Mesías —que aquí es presentado como el Príncipe de los príncipes (8:25), como príncipe de las fuerzas celestiales y como sacerdote en su santuario (8:10-11). Pero esta obra perversa, contra el verdadero intercesor del pecador (8:11) —el Mesías Príncipe de los príncipes (8:25)— es tolerada por Dios solo por un límite de tiempo, a saber, 2300 años. Al final de ellos, el anticristo sería arruinado en extremo y la verdad del santuario celestial sería también restaurada. Es decir, la intercesión del Mesías como sumo sacerdote celestial iniciaría la última etapa de su ministro intercesor reivindicativo en su santuario (8:14). El capítulo nueve expone con más amplitud el triunfo de la obra expiatoria e intercesora del Mesías. A Daniel se le muestra la victoria y el triunfo logrado por el Mesías con su muerte y ministerio a favor del pecador, a pesar de la “abominación desoladora”3 que el anticristo promueve contra el santuario del Mesías (9:27). Daniel establece con certeza que, aunque el anticristo blasfemo imponga la “abominación desoladora” sobre el santuario celestial atentando contra la intercesión del Mesías pontífice, sobre el anticristo devastador se derramaría sin duda la sentencia divina ya decretada,4 aunque su abominación durase “hasta la consumación del fin”.5 En realidad, a Daniel se le muestra que tanto él como los demás fieles de todas las edades, deberían estar pendientes de este triunfo 3 La expresión šiqutsim mešomem, traducida como “abominación desoladora”, es mencionada en Daniel tres veces —9:27; 11:31; 12:11. Daniel denomina de esa manera a un sistema religioso que dirige un culto sacrílego mediante un sacerdocio blasfemo que hace que el Santuario celestial pierda su verdadero significado para los fieles, arrogándose incluso el vicariato del mismo Cristo, el sumo sacerdote celestial (cf. Heb 4:4-16; 8:1-2; 9:24). 4 Juan Straubinger traduce acertadamente Daniel 9:27 del siguiente modo: “El [el Mesías] confirmará el pacto con muchos durante una semana, a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la oblación; y sobre el santuario vendrá una abominación desoladora, hasta que la consumación decretada se derrame sobre el devastador”, El mismo Straubinger refiere que la abominación mencionada por Daniel es una referencia al anticristo tal como Jerónimo y otros padres de la iglesia lo reconocen. 5 Tal como la Vulgata lo traduce: “Y estará en el Templo la abominación de la desolación y durará la desolación hasta la consumación y el fin” (Dn 9:27).

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y esa intercesión que traería la justicia de los siglos. El capítulo diez presenta al autor de la victoria de los fieles. Presenta a Miguel, el gran príncipe, quien no es otro que el Mesías. Daniel en medio del desconcierto, y abrumado por lo que se le ha revelado (10:2, 3, 7-9), es confortado y corroborado con la certeza de que Miguel —el Mesías— está con su pueblo y que estará también con él en los días del tiempo del fin. En Daniel, el cristiano tiene la certeza de esa compañía poderosa. Por ella debe tener buen ánimo, y por ella la corroboró el mismo Jesucristo quien alentó a su discípulos desanimados diciéndole, “todo poder en el cielo y en la tierra me ha sido dado […] y yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo” (Mt 28:18, 20). El capítulo once refuerza aún más la promesa reveladora de que la victoria de los fieles en el tiempo del fin, es la victoria del Mesías, aunque todos estén contra él. El adversario alista sus huestes contra el Mesías, para disipar al pueblo de Dios (Dn 11:13), para desbaratar el pacto (11:28), para quebrantar al mismo Mesías —el príncipe del pacto (11:22)—, y para eliminar la continua intercesión de él poniendo en su lugar un sacerdocio espurio y un sacrificio abominable (11:31). Pero, el pueblo de Dios se mantiene firme, y aunque muchos son eliminados en la contienda cruel, los fieles que conocen a su Dios se esfuerzan y logran la victoria (11:32). En el capítulo doce de su libro, Daniel proclama la certeza de la victoria escatológica6 de los fieles en virtud del poder del Mesías (12:1). Daniel es un paladín de la escatología,7 y como tal precisa que, al final, habrá una diferencia entre el “que sirve a Dios y el que no le sirve” y que la vida eterna es la recompensa segura de los fieles (12:2). Daniel proclama con anticipación el mensaje milenario de la victoria sobre la muerte y el sepulcro, cuando el mismo Dios destruya a la muerte para siempre, enjugando las lágrimas, y quitando la afrenta de sus redimidos (cf. Is 25:8). Daniel proclama el grito de victoria que exhalará a todo pulmón las gargantas de la multitud de redimidos que ya transformados y Véase A. C. Welch, Vision of the End: A Study in Daniel and Revelation (London: James Clarke, 1992), 129. 6

7 Merling Alomía, “Daniel, fonte suprema da escatología”, en O Futuro. A visão adventista dos últimos acontecimientos, ed. Alberto Timm et. al (Engenheiro, Coelho: UNASPRESS, 2004), 41-56.

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resucitados gritarán con inenarrable júbilo, cuando vuelva el Mesías con voz de arcángel y trompeta de Dios para dar a los suyos la inmortalidad prometida. Él anuncia ese grito estentóreo y victorioso que surgirá espontáneo en alabanza al Dador de la vida frente a la impotencia de las tumbas abiertas: “Ha sido tragada la muerte con victoria. ¿Dónde está oh muerte tu aguijón? Y tú, sepulcro, ¿dónde está tu victoria? (cf. 1 Co 15:5155)”. El mensaje de Daniel es ciertamente el mensaje de la victoria final, de la victoria plena en Jesucristo, el Mesías. La soberanía de Dios El mensaje contenido en el libro de Daniel, sin embargo, es múltiple. Comienza proclamando la soberanía de Dios y esta es también desplegada a lo largo del libro mediante los episodios de su providencia ocurridos al pueblo de Israel, a los demás pueblos, a Daniel y sus compañeros, y sobre todo, mostrando esa soberanía en la certeza del reino venidero de Dios, cuyo único rey es el Hijo del hombre, el Mesías. Daniel muestra que el eterno Dios del universo controla todas las cosas y que los reinos en el presente y, sobre todo, en el futuro, dependen únicamente de Él. El Altísimo no solo conoce detalladamente lo porvenir, él ya tiene su plan establecido con antelación eterna. Tanto en los capítulos esencialmente históricos como en los eminentemente proféticos, Dios y su reino son exaltados a pesar de la oposición o ataque al que estos son objeto por las fuerzas o monarcas opositores. En Daniel, el mensaje de que Dios controla la historia es pleno. Los reinos terrenales ciertamente pasarán y en su lugar se establecerá el reino de Dios (Dn 2:44-45; 8:25). El mensaje universal de salud Al comienzo de su libro, Daniel proclama un mensaje de salud pleno y abundante como resultado del sano comer y beber. Daniel certifica la validez del régimen alimenticio que el Creador mismo estableció para la humanidad desde el comienzo de su existencia. Que este asunto es de vital importancia, reside en el hecho de su mención explícita al comienzo de su carrera y la reiterada mención que hace de “la comida del rey” —eth fathbag hamelek, lit. “porción de alimentos exquisitos de 22


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la mesa del rey” (1:5, 8, 13, 15). Aquí, al nuevo nombre que Babilonia le obligó llevar, ahora le imponía un régimen alimenticio contrario al que acostumbraba desde su hogar. Daniel decide no transigir. Uno puede imaginarse la extrañeza de Melsar ante la petición de estos muchachos que rehusaban disfrutar del buffet imperial que sin duda era abundantísimo y variado, pero extremamente malsano. Cada comida era, de hecho, un espectáculo gastronómico tal como solía hacerse en las cortes del Antiguo Cercano Oriente. Babilonia les ofrecía lo mejor de su técnica culinaria y he aquí que estos cuatro muchachos la despreciaban y de remate pedían mesa a parte con menú distinto. La negativa inicial de Melsar cede ante la propuesta de Daniel de probar por diez días con la dieta y tras ellos comparar los resultados entre ellos y los demás muchachos; además, Melsar tendría una ventaja adicional: llevarse consigo cuatro raciones sobrantes, incluyendo desde luego el vino tan apetecido por él (Dan 1:16). Lo que Daniel pidió como alimentación fueron alimentos vegetales —zero’im— y agua para beber. El término zero’im abarca todo lo que Dios dijo a nuestros primeros padres que había creado en el mundo vegetal para su alimentación, lo cual incluía “toda planta que da semilla” (Gn 1:29). El relato recalca que Dios había creado “todo árbol… bueno para comer” (2:9). Así, Daniel estaba sencillamente pidiendo tener abundantes frutas, verduras frescas, nueces, cereales integrales y agua pura. Semejante dieta no era imposible ni mucho menos dañina. Era variada, integral y saludable. Hoy la ciencia dietética nos habla con mayor énfasis y autoridad de los beneficios de una dieta tal, demostrando que lo que Dios ha señalado para beneficio del hombre, resulta siempre lo mejor. Por otro lado, el hecho de que Daniel mencione también de manera repetida el “contaminarse” —más bien lo‘-yithga‘al, lit. “no contaminarse” (Dn 1:8, 2x)— con la alimentación que se le asignó en la mesa real, da una idea de la alimentación impropia que estaba rechazando. Posiblemente, en la mesa abundaban carnes inmundas y habían diversos potajes preparados con estas carnes (Lv 7:22-27), o simplemente la condimentación era impropia. Además, un elemento importantísimo entre los babilonios en el comer y el beber implicaba adoración al panteón babilónico, pues, los alimentos eran ofrecidos previamente a los ídolos. Daniel y sus cuatro amigos, conocedores de estos aspectos, decidieron, por sobre todas las co23


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sas, glorificar a su Dios incluso en el “comer y beber” (cf. 1 Co 10:31). Uno puede también imaginarse la burla que tuvieron que soportar al principio de parte de sus compañeros en el comedor real a la hora de las comidas cuando en vez del festín opíparo de los demás, Daniel y sus compañeros disfrutaban de su habitual comida frugal. Pero pronto, el cuadro se revirtió cuando se vieron los resultados en los comensales y la diferencia se hizo evidente en la salud, vigor y apariencia entre los temperantes e intemperantes. Tal vez algunos de los demás muchachos adoptaron el ejemplo de Daniel, o quién sabe si el mismo Melsar habría optado por una mejor costumbre dietética, no se menciona; pero, sí se precisa los resultados experimentados por los muchachos hebreos. Su adhesión a la receta básica del Creador para una vida saludable les proporcionó una vida rebosante de salud con una sobresaliente estatura mental, emocional y espiritual, evidente en su aspecto lozano e intelecto elevado. “Pasados, pues, los días al fin de los cuales había dicho el rey que los trajesen… no fueron hallados entre todos ellos otros como Daniel, Ananías, Misael y Azarías” (Dn 1:18, 19). Hay una relación estrecha entre la salud física y el vigor mental e intelectual. Una salud integral no es el resultado de la casualidad. Sin las bases debidas no hay un edificio sólido. La vida de Daniel es un mensaje claro de lo efectivo que es un régimen alimenticio correcto para una vida saludable en cada aspecto de la existencia. “Lo que Dios estableció, no lo menosprecie el hombre”. Daniel sabía que el Creador era ciertamente honrado con el correcto comer y beber y, a su vez, el Creador honró a sus siervos de manera señalada por haberle sido leales en los principios de salud que él señaló para la humanidad, desde el comienzo de su existencia. El vencedor en la gran controversia Daniel presenta también a los fieles de todas las edades un cuadro real de la gran controversia entre Miguel —Cristo— y su adversario —Satán. Al hacerlo, muestra con absoluta certeza que aunque el reino de Dios en la tierra ostente aparente destrucción, finalmente será establecido para siempre. Enseña en resumen, detalladamente la forma cómo el adversario organizó sus huestes en forma de reinos para atacar, oprimir y destruir al pueblo de Dios. Indica la forma reiterada cómo el adversario y 24


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enemigo de Dios —mediante Roma en sus fases pagana y papal— actuó perversamente hasta el punto de llegar primero a “quitar la vida al Mesías príncipe” y luego envalentonado, osó quitar a su santuario y pisotear la verdad mediante un sacerdocio y sistema religioso espurios. Pero también, alienta a los fieles de Dios con la certeza de que así como Judá sería restablecida al final de sus 70 años de cautividad, la verdad y la verdadera intercesión del Mesías —el único sacerdote nuestro en el santuario celestial— serían restablecidas —es decir dadas a conocer en su plenitud al pueblo— al término de los 2300 días —o años. Y finalmente muestra que, aunque en las postrimerías del tiempo del fin los “santos del Altísimo vivirán tiempos de angustia” sin precedente, el mismo Mesías intervendrá de manera definitiva por los suyos, transformando a unos y resucitando a otros a fin de llevarlos a su reino eterno donde ellos “brillarán a perpetua eternidad” (12:3). Dicho de otra manera, el vencedor final de la gran controversia es innegablemente el mismo Mesías con los suyos. El mensaje del santuario El mensaje de Daniel con respecto al Santuario es sin duda el más peculiar de la Escritura. A él se le reveló que el pecado es tratado solo en el Santuario. A él se le reveló igualmente, que cada ataque hecho al pueblo de Dios está relacionado de algún modo con el Santuario y lo que allí se oficia u ofrece. Igualmente se le reveló que el Santuario es el centro principal del gran conflicto cósmico. Allí inició el querubín rebelde su carrera de rebelión y pecado como adversario y padre de mentira. Daniel demuestra que el ataque más atrevido del adversario a Dios, es el dirigido al Santuario celestial, atacando a la persona, carácter y ministerio de su Sumo Pontífice, el Mesías. Daniel, sin embargo, también señala que para cada ataque hay una restauración o vindicación, y en la contienda el triunfador es siempre el Mesías, dando una respuesta plenamente aplastante a la rebelión con el mismo nombre del Mesías, Miguel —“¿quién como él?” En Daniel el cuartel general del universo en la contienda de la gran controversia cósmica es el Santuario celestial. En Daniel se atisba claramente lo que Dios ha hecho y hace para 25


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eliminar definitivamente el pecado del universo. Se le revela que el desarrollo del gran conflicto en toda su crudeza se centra en el Santuario al enfrentar al pecado y su originador con el método de Dios. Se le asegura que cuando todo termine el universo entero se convencerá plenamente de la justicia de Dios en su trato con el mal. Así, el Santuario en Daniel aparece no solamente como el centro de intercesión para el pueblo de Dios sino también como el centro de operaciones vindicativas de Dios en la persona del Mesías. Daniel nos muestra que el mismo Mesías ha sido ungido como el Santísimo Sacerdote y a su vez, sin duda, él mismo ungió los recintos santos (Dn 9:24), para inaugurar su ministerio sacerdotal a favor del pecador, como nuestro único Pontífice y verdadero Sumo sacerdote en su trono de gracia.8 Al considerar el mensaje del Santuario proclamado por Daniel, emerge el siguiente bosquejo: I. El ataque del adversario al santuario terrenal (1:1-2) (a) Babilonia ataca al santuario terrenal (1:1-2) (b) El sacrilegio contra el santuario de Jerusalén (5:3) (c) Dios vindica su santuario terrenal (5:23; 9:25) II. El inicio del ministerio sacerdotal mesiánico (9:24) (a) La cancelación del santuario terrenal y todo su sistema sacrificial (9:27b) (b) La confirmación de pacto a los gentiles (9:27a) (c) Un sacerdocio mejor y superior (9:27; Heb 7:24-26) 8 La vinculación mesiánica sacerdotal con el Santuario celestial es evidente con la palabra que Daniel usa para referirse al Mesías. En Daniel el término qodeš qodašim —“santo de los santos”— señala sobre todo al Mesías aunque conlleva también el significado dado por los demás escritores del Antiguo Testamento (AT). En este, cerca de medio centenar de veces señala al término vinculado con el santuario terrenal. Sin embargo. Daniel al usar qodeš qodašim lo hace en evidente identificación del Mesías y su ministerio intercesor y purificador del Santuario celestial (Dn 8:14). Así, de manera especial Daniel señala al Mesías en su calidad de Santísimo Pontífice eterno del Santuario celestial al ser ungido en ocasión de su bautismo (Dn 9:27). Es decir, el qodeš qodašim del que habla Daniel es ante todo Cristo y por inferencia el Santuario celestial, mas no el hebreo. El Santuario donde Cristo entró, habiendo ascendido al cielo, después de su sacrificio, como Sumo sacerdote del nuevo pacto (Heb 8:1-3). es solamente el Santuario celestial. En realidad, Daniel presenta la obra del Mesías, tal cual le fue revelado, ministrando en el Santuario celestial tanto en el servicio del tamîd —lugar santo— como en el del yom kippur— lugar santísimo, tal como estaba simbolizado su ministerio con el ministerio sacerdotal levítico (Éx 40:9: cf. Heb 9:11-12).

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(d) Un mejor sacrificio continuo (8:12; 11:31; 9:27) III. El ataque del anticristo al Santuario celestial (8:11-14; 11:31) (a) Engrandeciéndose contra el Mesías y su sacerdocio (i.e., anulando el sacerdocio del Mesías y su intercesión (8:11) (b) Quitando el continuo (i.e., anulando el sacrificio redentor de Cristo) (8:11) (c) Echando por tierra la verdad y pisoteándola (8:11) (d) Estableciendo un sacrificio abominable y un sacerdocio espurio (8:13; 11:31;12:11) (e) Echando el lugar de su Santuario por tierra (i.e., anulando la verdad del Santuario) (8:11; 11:31) (f) Contaminándolo (11:31; Ez 28:18) IV. El juicio divino y la expiación cósmica o purificación del Santuario (a) El juicio divino se realiza en sus recintos. (b) Hay necesidad de su purificación. (c) Dios mismo estableció la fecha del inicio de la expiación cósmica. (d) La expiación cósmica ya se inició según el cronograma divino. (e) El Santuario es el único lugar del universo donde se trata el pecado. V. El restablecimiento del Santuario celestial (8:14) (a) El servicio redentor vinculado con el Calvario en el tiempo establecido (b) Restablecido en el tiempo definido (8:14) (c) Iniciado en la expiación cósmica (8:14) (d) Pleno ejercicio durante el tiempo del fin (8:17) (e) Nuestra garantía actual de salvación Los dos capítulos vitales para la comprensión del mensaje de Daniel en relación al Santuario son el ocho y el nueve. Estos fueron a su vez interpretados a Daniel por Gabriel, el intérprete celestial de modo que no hubiese lugar a dudas sobre la certidumbre tocante al anuncio del 27


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ministerio vicario del Mesías en el Calvario y en su Santuario. Los demás, especialmente el 11-12, son también importantes para la comprensión y el entendimiento del Santuario. El resumen explícito del mensaje centrado en el Santuario celestial revelado a Daniel e interpretado por Gabriel en los capítulos 8:14 y 9:24-27 es: Hasta 2300 días y el santuario será purificado (Dn 8:14). Sin embargo, se han separado (del total de los 2300 días o años [Dn 8:14]),9 setenta semanas (proféticas o 490 años [9:24]), como período profético establecido en beneficio exclusivo de tu pueblo y tu ciudad santa, Jerusalén Durante este lapso, no solo se decretará la restauración y edificación de Jerusalén, sino que los lugares de justicia y juicio10 serán restablecidos en tiempos difíciles y de angustia. Pero sobre todo (en este mismo período) se hará lo necesario —ya determinado desde los días eternos— para extirpar la rebelión, para eliminar la iniquidad, por medio de la redención que Dios mismo traerá mediante el sacrificio expiatorio y voluntario que el Mesías hará para erradicar el pecado. Así se establecerá la justicia eterna del Mesías, tanto tiempo esperada por los fieles de todos los tiempos pasados, la cual será puesta al alcance gratuito de todos en beneficio de los que en él crean para salvación eterna”. El cumplimiento exacto de esta profecía será la garantía indubitable de la veracidad revelada por Dios en la visión anunciada por el profeta. “También se alistará al Santuario de los cielos para el ministerio del Mesías, como el Pontífice celestial donde —después de su ungimiento como Santísimo, su muerte redentora, su resurrección y su ascensión—, él intercederá en su Santuario, a la diestra del Padre, a favor de los que solo por medio de él se alleguen a Dios para ser salvos (cf. Dn 9:24.27; Heb 7:24-26).

Reviste especial importancia, y sobre todo significado, el descubrir que la profecía de los 2300 años (Dn 8:14) se centra en cuatro realidades reveladas en la misma profecía: tiempo, lugar, acción y actor. Con ella se detalla a grandes rasgos y de manera puntual lo que Dios haría para la definición final del pecado y la gran controversia. Es decir, nos 9 Para un detalle más amplio del principio interpretativo de “día por año”, véase más adelante las notas 18 y 19 de este artículo. 10 Esta connotación emana de la expresión hebrea rehob werahus, “lugar [público] de juicio y justicia”, en el 9:25 —vgr. Juicio a favor de los salvos— durante el periodo de las setenta semanas, véase Pierre Vinandy, “Étude philologique de Daniel 9:24-27” (Tesis Doctoral, Universidad de Paris, 1977).

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revela cuándo, dónde, cómo y quién se realizaría la redención nuestra y la eliminación de la rebelión contra Dios. El tiempo es el momento, establecido por Dios, para mostrar al mundo y al universo cuándo el Eterno haría lo definitivo para solucionar de modo absoluto liquidando la gran controversia y borrando para siempre su resultado abortivo, el pecado. El lugar es el sitio donde Dios mostraría su mayor poder, solucionando el problema del pecado y la rebelión; y muestra que sería en el Calvario y su Santuario. La acción se refiere al sacrificio vicario que se realizaría en el Calvario y a la mediación o intercesión continua que estaba establecida en el Santuario a favor del pecador. Todo esto, junto con la expiación cósmica o purificación del Santuario celestial. El actor es el Santísimo encarnado que fue ungido el año 27 para poder ser nuestro Sacerdote y sacrificio vicario expiatorio. Todo eso era expresado en el tamîd terrenal presentado en el santuario terrenal, pues él simbolizaba el tamîd celestial o cósmico ofrecido en el Santuario celestial. Daniel nos muestra que las dimensiones del Santuario celestial están diseñadas y hechas de acuerdo a la cosmovisión celestial y no a nuestra reducida concepción de la realidad. Pero también nos señala que allí, en esa grandiosidad celestial, nuestra minusculidad es considerada y tratada continuamente con misericordia y justicia, porque, allí, alguien semejante a nosotros —como Hijo del hombre— siempre intercede por nosotros (Dn 7:9-14). Con esto nos muestra la verdadera dimensión y significado del tamîd cósmico de cuya realidad y validez siempre pendió nuestra salvación pasada, presente, futura y eterna (Heb 7:9-14). Nos indica que siempre fuimos objeto de misericordia en ese Santuario donde habita y oficia el Santísimo Pontífice de nosotros, los pecadores. Pero también nos muestra que todo ese plan y acción divino de salvación ha sido y es atacado por quien es contrario a nuestra salvación. Por eso ha suprimido la verdad, quitado la intercesión del Santuario, anulado la intercesión de Jesús, pisoteado la verdad, blasfemado contra Dios, cambiado su ley y persiguiendo a la iglesia de Cristo. Gabriel señala igualmente a Daniel lo tocante al Santuario en los capítulos 11 y 12. Señala que Roma, en su fase pagana, simbolizado como el “rey del norte” destruye el santuario terrenal atacando y matando al 29


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Mesías (11:22). En tanto que Roma, en su fase “cristiana” o papal, ataca al Santuario celestial, quitando el ministerio intercesor continuo del Mesías —el tamîd— y estableciendo la “abominación desoladora” (11:31). Señala que Roma, en su fase pagana, simbolizado como el “rey del norte” destruye el santuario terrenal atacando y matando al Mesías (11:22). En tanto que Roma, en su fase “cristiana” o papal, ataca al Santuario celestial, quitando el ministerio intercesor continuo del Mesías —el tamîd— y estableciendo la “abominación desoladora” (11:31). La maravilla del mensaje en torno al Santuario celestial es que este se vincula con el mensaje de juicio y liberación. Así, el juicio de Dios es un mensaje alentador pues este no es para destrucción de su pueblo, sino para salvación de él así como para la vindicación de su carácter justo y verdadero, que refleja el de su Creador. El mensaje del Santuario en Daniel es presentado de manera peculiar, haciendo ver que el Santuario celestial tiene su Sacerdote celestial santísimo cuya última fase de su ministerio lo ejerce desde el final de los 2300 años que él profetizó. Además, en Daniel el juicio de Dios realizado en su Santuario, es hecho a favor de los santos del Altísimo para su debida liberación. El mensaje de juicio y liberación Juicio y liberación van unidos, y el mensaje tocante a esto es también explícito en Daniel.11 Sin embargo, el juicio está vinculado con el Santuario, porque el juicio es realizado en el Santuario. La esperanza, fortaleza, seguridad y salvación del pueblo de Dios está en el Santuario celestial, porque allí nuestro Santísimo Sumo Pontífice intercede por nosotros. Así, el reino de Judá es invadido como juicio a causa de su perversión, pero a la vez Babilonia es juzgada por su vileza. A su turno, las demás naciones son juzgadas por el mismo Juez. Igualmente, el mismo anticristo —a quien Daniel lo presenta como el cuerno pequeño romano-papal— no es ajeno al alcance del juicio divino. Sus acciones vienen a memoria y el juez eterno determina su destrucción, ya que el mismo Juez que ejecuta la destrucción de los adversarios del pueblo de Dios, vindica a los suyos y los restaura. 11 Incluso el nombre del profeta conlleva fuertemente la idea del juicio. Daniel significa “Dios es mi juez”. Cualquier variación del nombre en el seitndo de “Dios es mi juez” o “Dios ha juzgado” no hacen sino enfatizar la idea principal de que Dios es el juez supremo.

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A lo largo de todo su libro, Daniel establece con claridad que el destino eterno de los santos está en manos del Juez eterno quien dará la justa recompensa en su destino eterno a sus santos y lo hará a su debido tiempo en su juicio. Así, ateniéndonos solo al concepto del mensaje de juicio, vinculado con el Santuario en cada uno de los capítulos de Daniel, es bosquejado con propiedad de esta manera: I. El juicio de Dios a Judá – Daniel 1 II. El juicio de Dios a las naciones – Daniel 2 III. El juicio de Dios a la idolatría – Daniel 3 IV. El juicio de Dios a Nabucodonosor – Daniel 4 V. El juicio de Dios a Babilonia – Daniel 5 VI. Dios es el Juez de sus fieles – Daniel 6 VII. El juicio de Dios a sus adversarios – Daniel 7 VIII. El juicio de Dios al anticristo – Daniel 8 IX. El juicio de Dios a la ciudad santa y a su santuario – Daniel 9 X. Juicio a Persia – Daniel 10 XI. Juicio a Persia Grecia y Roma – Daniel 11 XII. El juicio final y la recompensa de los fieles – Daniel 12 Daniel entiende a plenitud la realidad del tribunal celestial. El no solo anuncia el establecimiento del día de juicio divino sino también la hora de llegada de ese juicio.12 En ese juicio intervienen de manera especial, en medio del concilio celestial las miríadas de ángeles presididas por Dios el Padre —“el anciano de días”— y el Hijo de Hombre —el Mesías. Y es al Mesías a quien se le da todo el juicio y la restauración de todas las cosas, a fin de establecer el reino de Dios que nunca jamás se corromperá. En Daniel, Santuario, juicio y parusía están estrechamente vinculados y en esta secuencia revelada también a los profetas. Así, teniendo en cuenta los tópicos correspondientes al Santuario y juicio en Daniel, el profeta nos muestra de manera única y especial al Santuario celestial como único lugar de salvación. Daniel es el único que vincula de manera muy íntima al Mesías como nuestra ofrenda vicaria 12 Roger T. Beckwith, “The Significance of the Calendar for Interpreting Essene Chronology and Scatology”, Revue de Qumran 38 (1981): 167-202. En adelante RevQ.

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en el Calvario y como nuestro Sumo Pontífice en el Santuario. Nos revela que el paso único del Mesías por el Calvario y en especial por el Santuario son esenciales para su regreso en las nubes del cielo. Nos indica que el juicio y el Santuario son parte integral del proceso salvífico y que el Mesías lo realiza con plena eficacia. Daniel es el único profeta que nos revela el cronograma divino preciso de salvación establecido por la mediación de Jesús en el Santuario. En Daniel el Calvario y el Santuario son los puntos culminantes de salvación, esperanza y seguridad para el pecador. A Daniel se le mostró que la expiación cósmica como limpieza del Santuario celestial es una necesidad indispensable para definir nuestra salvación y liquidar para siempre la rebelión, el pecado y la muerte. En Daniel todo lo anunciado sobre el Santuario se ha cumplido, se está cumpliendo y sin duda se cumplirá. Todas estas realidades se le mostraron a Daniel de modo especial en la profecía de los 2300 años. Asimismo a Daniel se le recalcó que la profecía de los 2300 años “es verdadera”, porque en ella se expone la verdad en toda su dimensión. Ella tiene que ver con el Santuario, su servicio, su sacerdocio y su sacrificio. Tiene que ver estrictamente con la salvación obtenida por Jesús en el Calvario y ofrecida solo por El en su Santuario. Todo eso fue distorsionado, pervertido, quitado, sustituido, echado por tierra y pisoteado por el papado y su iglesia que han pervertido la verdad y obstruido la única vía de acceso a la salvación. A Daniel, sin embargo, se le indicó que fuera al descanso seguro de su herencia al final de sus días, tal como nosotros podemos hacerlo seguros de nuestra herencia lograda en el Calvario y asegurada en el Santuario. Daniel nos muestra que las dimensiones del Santuario celestial están diseñadas y hechas de acuerdo a la cosmovisión celestial y no según nuestra reducida, minúscula y distorsionada concepción de la realidad. Si no fuera por lo revelado a Daniel sobre el Santuario, las revelaciones del Apocalipsis sobre el mismo tema serían un misterio insoluble. En cambio con Daniel se tiene la clave que abre el entendimiento a los misterios del Santuario en los demás libros y en especial en el Apocalipsis. Estudiar y entender el Santuario a la luz de Daniel son un gozo perpetuo y una bendición constante. ¿Quieres tener ese gozo perpetuo? ¿Quieres disfrutar y vivir esa bendición constante? Anda siempre al Santuario, allí te espera Jesús, para 32


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Daniel

darte consuelo, perdón, limpieza, seguridad y salvación. Lee a Daniel, estúdialo, ama su mensaje, pero, sobre todo vívelo. Siempre serás recompensado por el Dios de Daniel. El triple mensaje escatológico especial Resulta por demás conmovedor descubrir que Daniel se distingue por la proclamación de un triple mensaje escatológico especial, el cual siendo de relevancia y vigencia actual es: de adoración, de juicio y de lealtad. a. Adoración El mensaje de Daniel con respecto a la adoración al único Dios verdadero es pleno y singular. Desde el primer capítulo establece que fuera de Jehová no hay otro en grandeza y soberanía y en medio del grosero politeísmo acádico de Babilonia, Daniel establece más allá de toda duda que Jehová es el único Dios verdadero. Es como si Daniel gritara en cada ámbito de su libro “temed a Dios y dadle honra”. Los primeros seis capítulos del libro (Dn 1-6), muestran que la falsa adoración es idolatría y un burdo remedo de la verdadera. Además es impositiva, destructora y vana. En contraste a esto la verdadera adoración surge espontánea como fiel, consciente, completa, de fe, confiada, acorde a la voluntad de Dios, cósmica, y, aceptable a Dios. Los últimos seis capítulos de Daniel (7-12), muestran que la adoración está vinculada con la gran controversia cósmica y se manifiesta en la clase de adoración que rinde el hombre y a su vez esta converge en el ámbito escatológico. Con esta perspectiva, se muestra que la verdadera adoración triunfará en los últimos días, a pesar de la angustia sin precedentes que acontecerá a los fieles (12:1), tal como lo hizo en Babilonia y Medo-Persia, en la experiencia de Daniel y sus compañeros sin importar que hubiera un horno ardiente (Dn 3) o un foso de leones (Dn 6). Notablemente en el capítulo tres se muestra la vanidad de la idolatría que es una manifestación del orgullo humano y la rebelión contra Dios. El verbo ‫סגד‬13 —segad, “adorar”— aparece doce veces enfatizando la El verbo ‫ סגד‬significa rendir homenaje postrado o inclinado a la Deidad. Véase William

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adoración acompañada de las actitudes propias peculiares de los adoradores idólatras —‫פלח‬14 “servir”— y las exigencias impuestas a los tres hebreos al obligárseles a adorar la imagen en la llanura de Dura, lo cual muestra de modo explícito que la falsa adoración es impositivamente exigente (3:5, 6, 7, 10, 11, 12 [2x], 14, 15, 17, 18, 28). Igualmente en el capítulo seis, la imposición egoísta tramada por los enemigos de Daniel ataca su adoración la cual sale triunfante aun siendo probada al máximo. En ambos casos, el testimonio de los verdaderos adoradores es recompensado por Dios y reconocido por quienes desafían la fidelidad de la verdadera adoración. Por otro lado, a Daniel se le muestra cómo es la verdadera adoración en los ámbitos celestiales ante el trono del Dios del universo (Dn 7:9, 10a,b). Pero, a su vez, se le revela que esa adoración es atrevidamente atacada y abominablemente reemplazada por el anticristo y su sacerdocio falso, que se arroga el derecho divino reclamando para sí una adoración blasfema. Sin embargo, esta adoración abominable también sucumbirá ante el Mesías triunfante que se levantará para recompensar a sus fieles y establecer su reino sempiterno. En Daniel, la adoración es tan vital que es un asunto de vida o muerte, tal como lo fue desde los días de Abel, en sus propios días y lo será en los días finales (Dn 12:1). b. Juicio Si bien el grito de Daniel es “temed a Dios y dadle honra”, su clamor de “la hora de su juicio ha llegado” no lo es menos. El primero en ser juzgado es Judá (Dn 1:1) lo cual es coincidente de que el juicio de Dios comenzará primero por su pueblo. Luego las naciones son a su turno juzgadas una por una y finalmente el anticristo no escapa al tribunal celestial. Desde el primer capítulo, Daniel muestra que a la soberanía de Jehová no escapa nada, y que propios y extraños están bajo su jurisdicción absoluta. Al llegar el día del ajuste de cuentas, es su balanza la que determina el fallo justo, y su juicio es inapelable. Holaday, “‫”סגד‬, en A Consise Hebrew and Aramaic Lexicon of the Old Testament Based upon the Lexical Work of Ludwing Koehler and Walter Baumgartner (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1971), 414. En adelante CHALOT; W. A. VanGemeren, ed., “‫”סגד‬, en New International Dictionary of Old Testament Theology and Exegesis (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1997), 3:222. El verbo ‫ פלח‬igual significa reverencia a una deidad y adorar (CHALOT, 1108).

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Daniel

c. Lealtad El mensaje referente a la lealtad, sin embargo, es también uno de los más notorios. La lealtad absoluta es demostrada por el mismo Daniel en su relación personal con Dios y en sus tareas seculares. En el vigor de su juventud y en la experiencia de su senectud la lealtad de los fieles es la misma, porque ellos saben en quién ha creído y saben quién es su Dios y de qué él es capaz. Todo esto en realidad vuelve a tener un eco diáfano en el libro de Apocalipsis cuando los tres ángeles unen sus voces para proclamar al mundo el último mensaje de advertencia que al igual que el de Daniel es también de adoración, de juicio y de lealtad, frente a los ataques del mismo anticristo en su empeño de imponer su adoración blasfema. Dicho de otro modo, sobre todas las cosas, el asunto de la lealtad se torna más dramático al ponerlo en paralelismo con el mensaje del Apocalipsis presentado en su capítulo 14, donde se exige la misma calidad de adoración y lealtad en medio del ataque y persecución del mismo anticristo frente al juicio inminente de Dios. ¡Imposible separar el mensaje de Daniel del mensaje del Apocalipsis! Ambos revisten una relevancia y plena vigencia actual. Ambos requieren de una comprensión cabal cuyo resultado es vital para la iglesia de hoy. Por eso Jesús exhortó a su iglesia a leer Daniel entendiéndolo. Jesús de esta manera presenta a Daniel como el profeta que posee el mensaje que la iglesia del tiempo del fin necesita conocer. Dicho de otro modo, Jesús reconoce que a Daniel se le revelaron profecías específicas relacionadas con el tiempo del fin y de manera particular con su segundo advenimiento en majestad y gloria como el Mesías triunfante. Por eso la iglesia ha reconocido siempre que la clave para la comprensión del último libro de la Biblia es Daniel, y al mismo tiempo, el libro de Daniel sería un libro sellado sin la clave revelada de él en el libro de Apocalipsis. El mensaje centrado en el Mesías Al examinar detenidamente el libro de Daniel uno descubre que el punto central de sus profecías se vincula en forma directa con la encar35


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nación, muerte, resurrección, ascensión15 y el reino venidero del Mesías. Dicho de otro modo, Daniel es un libro mesiánico por excelencia, pues su mensaje clímax se centra en el Mesías. A Daniel se le revelaron las profecías mesiánicas en detalles cronológicos que no fueron revelados a ningún otro profeta.16 En él el tiempo del primer advenimiento del Mesías y su misión vicaria son presentados con precisión matemática.17 Su profecía de las setenta semanas detalla cuándo sería el cumplimiento del tiempo para la encarnación y ministerio terrenal del Mesías —vale decir su aparición pública—, y de manera notable precisa el tiempo cuando ocurriría su muerte vicaria. A lo largo de los siglos la profecía de Daniel, de “las setenta semanas” en particular, ha sido objeto de estudio y controversia por su carácter mesiánico y su precisión cronológica anticipada. La profecía estipula que el período total de 70 es fraccionado en períodos más cortos de siete, sesentidós y uno. Hay detalles relacionados netamente con la capital del pueblo hebreo en lo que corresponde a los primeros períodos, pero los sucesos predichos al final de la sexagésima-novena semana, y en manera especial con la septuagésima, se aglutinan entorno al Mesías y su misión. Dos cosas resaltan en esta semana: La obra del Mesías y el tiempo cuando él la realizaría. Básico para el entendimiento correcto de esta profecía es el cómputo correcto del tiempo involucrado, y el inicio del período tal como lo indica el mismo profeta. Es decir, por un lado, Daniel no está hablando de semanas comunes de días, sino está presentando semanas proféticas a ser medidas en términos de años.18 Por otro lado, el C. Keil, Biblical Comentary of the Book of Daniel (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1973), 343-344.

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G. Vermes hace notar la peculiaridad con que el libro de Daniel destaca la misión de instrucción esperada del Mesías. Él señala que los miembros de la secta qumránica así lo expresaron con su interpretación tocante al Maestro de Justicia. Él y sus seguidores serían dotados de “especial entendimiento para instruir a otros” (Dn 11:33; 12:3). The Dead Sea Scrolls in English (New York, NY: Penguin Books, 1975), 21. 16

17 Josefo aunque no reconoció a Jesús como el Mesías, no pudo menos que reconocer la precisión admirable con que se cumplieron las profecías anunciadas por Daniel, pues dijo: “él [Daniel] no solo predijo en una forma general aquello que estaba por venir, como lo hicieron los otros profetas, sino que él indicó el tiempo en que los hechos acontecerían”. Antigüedades de los judíos, 10.11.7. 18 Que Daniel está refiriéndose a semanas de años en conformidad con la clave profética —estrenada por Moisés (Nm 14:34) y reafirmada por Ezequiel, contemporáneo de Daniel—, es obvio en la diferencia que él mismo hace con las semanas de su ayuno mencionadas en el 10:3. Aquí el

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profeta precisa que un decreto real de restauración y reconstrucción plena de la ciudad de Jerusalén, marcaría el inicio del período profético de las 70 semanas. Este decreto fue promulgado por Artajerjes en el otoño del 457 AC, el cuarto año de su reinado. Sesenta y nueve semanas más tarde —es decir, 483 años después— según lo precisa Daniel, aparecería el Mesías. Esto nos lleva al año 27 de nuestra era.19 La profecía pues establece que después de las 69 semanas, el Mesías sería ejecutado a la mitad de la semana restante, o sea en medio de la septuagésima. Esto nos lleva a la primavera del año 31 de nuestra era; precisamente media semana después —tres años y medio— después de la aparición del Mesías ocurrida en el otoño del año 27. La precisión absoluta con que se cumplieron estas predicciones mesiánicas es corroborada por la meticulosidad con que Lucas registra “las cosas que se cumplieron” en sus días.20 Sus datos cronológicos precisan que en el año decimoquinto del emperador romano Tiberio (Lc 1:1) —es decir el año 27—, el Mesías inició su ministerio público a la edad de treinta años (3:23). ¿Cómo perder finalmente de vista el hecho de que alrededor de los tres años y medio más tarde, después del inicio de su ministerio público en el año 27, Jesús fuera ejecutado precisamente en el año 31 de nuestra era, tan ciertamente como 10 predijo Daniel? Fueron las profecías de Daniel las que despertaron el fervor del pueblo de Israel en los días de Jesús, pues entendían que el tiempo anunciado por Daniel era aquel y no otro,21 y el mismo Jesús enfatizó que profeta hace la debida aclaración, a fin de no ser confundido con la mención previa de los períodos semanales declarados en los capítulos anteriores. Así. el período de las setenta semanas es de años y no de días. Y a su vez, estas son divididas en períodos de siete, sesentidós y una, sin ninguna brecha que interrumpa su unidad o secuencia. 19 La interpretación talmúdica indicando lo que entiende de las setenta semanas de años —a saber 490 años— cortadas del total de 2300 mencionados en el 8:14. establece: “Esta profecía fue dada al comienzo de los setenta años de cautiverio en Babilonia. Desde la restauración hasta la segunda destrucción hubieron 420 años, lo cual hace un total de 490, o setenta semanas de años”. Nazir, 32b.

Lucas 1:1, versión El libro del Pueblo de Dios: La Biblia (Madrid: Ediciones Paulinas, 1980).

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Beckwith señala claramente que los escritos del Qumrán han proporcionado documentación para poner de manifiesto las interpretaciones dadas a las profecías de Daniel tanto por el judaísmo antiguo de los últimos siglos precristianos como por el cristianismo primitivo. El señala también que de manera notable, las interpretaciones mesiánicas de ambos concuerdan en el aspecto cronológico, pues en el entendimiento de aquellos, los que vivían en el tiempo coetáneo de Jesús, estaban viviendo bajo el cumplimiento de la profecía de las setenta semanas de Daniel; Para un estudio más detallado de la cronología asignada a la interpretación profética de Daniel en el judaísmo 21

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en sus días, con Él se llegó a la plenitud del cumplimiento de ese tiempo anunciado y esperado.22 Si bien Isaías anunció con antelación los sufrimientos del Mesías al ser “herido por nuestras rebeliones” y “molido por nuestros pecados”, cuando Jehová “cargó sobre él el pecado de todos nosotros” y dio “su vida en expiación por el pecado” (Is 53:4, 6, 10), a Daniel le tocó proclamar con precisión anticipada, cuándo se le quitaría la vida al Mesías (Dn 9:26). Únicamente a Daniel Dios le reveló la programación detallada de la secuencia de su programa expiatorio preestablecido. De ahí que Daniel de manera repetida señala el tiempo cuando el Mesías con su muerte vicaria ratificaría el pacto y las promesas de salvación, eliminando así para siempre cualquier otro sacerdocio y sacrificio representativo de él (9:27), pues él mismo inicia su propio ministerio sacerdotal en el santuario celestial (9:27).23 Difícilmente se podría enfatizar tanto la importancia del hecho redentor como del tiempo cuando el Mesías realizó su tarea expiatoria, tal como lo hace Daniel. Es en este punto donde el mensaje de Daniel alcanza su climax, y hacia él convergen todos los demás temas previos y posteriores a su presentación. La mención del ministerio expiatorio del Mesías forma parte integral de las visiones de los capítulos 7 al 9, y muy en particular del capítulo 8, con un énfasis del todo especial en el ministerio y muerte expiatoria del Mesías y sus consecuencias eternas, tal cual están esbozadas en el capítulo 9 (vv. 24-27). del período inmediato anterior a la era cristiana, véase Roger T. Beckwith, “The Significance of the Calendar for Interpreting Essene Chronology and Eschatology”, RevQ 38 (1981): 167-202. Para un estudio detallado de la fecha del advenimiento del Mesías como ta interpretación dada a las setenta semanas de Daniel 9, en los días aledaños a Jesús tanto entre hebreos como entre cristianos, véase por el mismo autor “Daniel 9 and Date of Messiah’s Coming in Essene. Hellenistic Pharisaisc, Zealot and Early Christian Computation”, RevQ 38 (1981): 542. 22 La certidumbre del tiempo cumplido es determinado en relación a las fechas establecidas por una segura documentación la cual indica el inicio de las setenta semanas separadas de los 2300 años como siendo iniciada en el año 457 AC. Véase también, Merling Alomía, “El uso de Daniel en Marcos”, en Marcos: El evangelista del “tiempo cumplido”, ed. Merling Alomía (Lima: Ediciones Theologika, 2003), 105-124; Welch, 129.

Daniel presenta en unión inseparable de la muerte violenta del Mesías y los resultados de ella: la cesación de los sacrificios y ofrendas. Es decir la eliminación del servicio levítico. Al eliminar con su muerte el servicio que lo prefiguraba, el Mesías asume su rol pleno no solo de ofrendante y ofrenda, sino también de Sumo Pontífice intercesor que en los méritos de su propia sangre intercede en favor del pecado en el santuario donde hoy él ministra. 23

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Daniel señala que el ministerio redentor del Mesías está en relación directa con el problema del pecado y su solución definitiva. Su venida es para terminar con el pecado y “expiar la iniquidad” y de esta manera “traer la justicia de los siglos”, es decir, el único rescate posible que haga efectiva la justificación del pecador. Pero también dentro de este contexto, él viene para iniciar su ministerio mesiánico sacerdotal, a fin de poder llegar a ser verdadero pontífice nuestro en su santuario celestial (9:24). Así, Daniel afirma que el Mesías, dentro de un marco profético específico y detallado, llegó como ofrenda y sacrificio por el pecado —en conformidad con el pacto. También puntualiza que esto sucedería dentro del período de las 70 semanas —de años. Específicamente después de las 69 semanas (9:25). Luego, casi al final de las setenta semanas —en realidad a mitad de la septuagésima— el Mesías murió ofrendando su vida en lugar del pecador. Resulta evidente que el cuadro sublime del Mesías sufriente redentor proclamado por Daniel no difiere del de Isaías, ni mucho menos del mismo Jesucristo quien dijo de sí mismo que para eso había venido, “para dar su vida en rescate por muchos” (Mt 20:28). El mensaje del Mesías sufriente es complementado con el mensaje del Mesías reinante. El no solo es presentado como la roca pulverizadora de los reinos mundanales. El aparece también viniendo como “Hijo del hombre” en las nubes del cielo para “recibir el señorío y gloria y reino”. La certeza del glorioso reino de Dios —o más bien mesiánico— es presentado repetidamente a 10 largo del libro como una realidad escatológica a ser disfrutada plena y eternamente “por el pueblo de los santos del Altísimo” (Dn 7:27), así como por todos los que se encuentren registrados en el libro celestial (12:1). Así en Daniel, el Mesías es proclamado no solamente como redentor de los santos del Altísimo que fueron redimidos por él mismo, sino también es presentado como el triunfante y eterno Rey de reyes. Ciertamente, el mensaje claro de Daniel es plenamente mesiánico-céntrico. En Daniel la única esperanza humana presente y futura se centra en el Mesías. Para Daniel, el Mesías se yergue como la única esperanza de salvación del pecador —pues él expió con su muerte vicaria los pecados y transgresiones. Pero también se vislumbra como su única esperanza de intercesión. La misión redentora del Mesías aparece complementada con su ministerio intercesor en el santuario celestial en 39


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favor del mismo pecador redimido. Bajo esta perspectiva y como príncipe de las huestes celestiales, el Mesías también aparece en Daniel como el Señor de la bienaventurada esperanza en la parusía (cf. Tit 2:13). Es él quien trae la esperanza de vida eterna al volver otra vez en las nubes del cielo como el Hijo del hombre para recibir el dominio universal del reino sempiterno de Dios. El misterio de los ángeles La mención que Daniel hace de los ángeles es vista por la erudición crítica como una concepción muy avanzada para un libro bíblico del AT; por lo cual, le adjudican una época intertestamentaria coincidente a la de los libros apócrifos. Sin embargo, el escrutinio de su texto exhibe otra cosa. Al hacer una comparación entre Daniel y los apócrifos, así como los pseudoepígrafos del período intertestamental, la angelología de Daniel más bien se destaca por su sobriedad.24 Libros como Enoc, Tobías, los Oráculos Sibilinos, etc., mencionan nombres, actividades y jerarquías de ángeles, así como demonios con nombres en forma profusa, lo cual es típico en esta literatura no canónica de los dos siglos anteriores a nuestra era. En cambio, Daniel es mucho más escaso en sus menciones, lo cual es afín a otros profetas coetáneos suyos como Ezequiel y Zacarías reflejando, de esta manera, la angelología propia del AT y no la que manifiesta la literatura que intentó imitar a los proféticos, y muy en particular a Daniel.25 Daniel presenta el tema de los ángeles de manera peculiar, pues los muestra teniendo en cuenta las siguientes realidades. Primero, hay un ministerio celestial de servidores angelicales. Segundo, todos ellos son guiados por un líder celestial. Tercero, ese ministerio es real y es resaltado en servicio de protección especial dada a los herederos de salvación. Cuarto, ellos son ios intérpretes del arcano celestial dando a entender el mensaje divino a quienes recibieron la revelación profética. Quinto, son ayudantes especiales en el juicio celestial. Sexto, su número es incontable. En realidad, la perspectiva daniélica entorno a los ángeles no está en discordancia con lo que de ellos se manifiesta en el resto de los libros del Otto Plöger, Das Buch Daniel – KAT 18 (Güterslohes Verlagshaus Gerd Mohn, 1965), 149.

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Welch, 129.

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AT, pues en 10 que menciona sigue la misma tónica discreta sobre ellos, aunque sí destacando la realidad de su existencia. Quienquiera que lea Daniel puede encontrar la seguridad de que Dios tiene a sus fieles bajo el cuidado especial de sus ángeles, los cuales se deleitan en servir a los que son herederos del reino celestial. El mensaje de restauración y el reino de Dios Otro aspecto destacado en el mensaje de Daniel, es el pleno significado del retorno de los exiliados de Judá. Su mensaje es la certeza de la restauración de Judá y Jerusalén (9:25). El exilio no sería eterno, sino pasajero (9:2). Las promesas del pacto no implicaban esclavitud, sino libertad y restauración plena. Pero Daniel muestra, sobre todo, que esa restauración no es sino figura de la gran restauración final del reino con los exiliados del Altísimo, y que ese gran retorno solo es posible gracias al poder y la intervención del Mesías (12:1). De esta manera, la figura del Mesías se acrecienta al presentársele como el restaurador y artífice del reino incorruptible que el Dios del cielo levantará (2:44) para posesión de los santos del Altísimo (7:27). En Daniel, la esperanza de la restauración y triunfo final se ve colmada no solo para aquellos cautivos de la Babilonia de los caldeos; lo es, más que todo, para los exiliados y cautivos de ahora que se confiesan “peregrinos y advenedizos sobre la tierra” (Heb 11:13), a quienes ahora se les invita a salir de la Babilonia mística (Ap 18:2-4) porque la restauración final de esa patria anhelada es “la mejor, a saber, la celestial” (Heb 11:14), es hoy más que nunca inminente. El mensaje de restauración final en Daniel, no es otro que el establecimiento del reino de Dios, cuando las naciones finalmente se hayan “tornado como tamo de las eras del verano […] y desaparezcan” (Dn 2:35) y, en lugar de ellas, Dios mismo establezca su “reino que nunca jamás se corromperá” (2:44). Este mensaje vibra a lo largo de todo el libro, mostrando que el desarrollo del devenir humano marcha orientado hacia ese final feliz, bajo la soberanía absoluta del “que muda los tiempos y las oportunidades, poniendo reyes y quitando reyes” (2:21), “enseñoreándose del reino de los hombres” (5:21). Imposible perder de vista en Daniel el mensaje de restauración 41


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final de todas las cosas cuando Jesús, el Mesías, triunfante, reine gloriosamente con los suyos para siempre. El mensaje de la resurrección Daniel tuvo un ministerio largo, efectivo y fructífero en el ambiente al cual fue llamado y fue preparado, y al igual que los profetas que le precedieron, sus largos años de testificación a Babilonia también terminaron. Y es precisamente en las postrimerías de su ministerio profético cuando registra la esperanza que certifica la fe de los fieles de todas las edades, a saber, la resurrección. Increíblemente, su mensaje sobre la resurrección ha sido tomado por algunos como pretexto para negar la autoría del profeta, aduciendo que esta enseñanza no es propia ni clara en los libros del AT, sino solo en los del Nuevo. Nada más impropio, pues Daniel asevera que la gran controversia milenaria tendrá un grandioso y espectacular final cósmico para los fieles, en el cual el mismo Miguel intervendrá personalmente, primero para librar a su pueblo, que entonces estará extremamente angustiado, y luego, para resucitar a los suyos que están “durmiendo en el polvo de la tierra” (Dn 12:2). Es más, Daniel asevera que la liberación y resurrección final será de acuerdo al registro celestial del propio Salvador cósmico (12:1). Solo los inscritos en el libro celestial serán librados del poder del sepulcro y de la muerte para disfrutar de la vida eterna (12:2). Los demás, aunque también han de ser resucitados, lo harán solo para ver confundidos y avergonzados a quien rechazaron y comprobar el resultado de su propio rechazo. La verdad indubitable de la resurrección ha sido la columna vertebral de la fe de los fieles a lo largo de los milenios que nos precedieron, incluyendo los remotos días de los patriarcas antediluvianos. Ellos no esperaron una recompensa diferente de la nuestra, ni nosotros una ajena a la suya. Sin ella, Enoc jamás hubiera proclamado el retorno glorioso del Señor con sus santos millares para juzgar y recompensar a cada cual como corresponde (Jud 14-15). Sin ella, Job no hubiera testificado en las heces de su aflicción: “Yo sé que mi redentor vive y al fin se levantará del polvo, y después de desecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios, al cual veré yo mismo, y mis ojos lo verán y no otro” (Job 19:25-27). Fue la 42


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esperanza de la resurrección, la que imbuyó a Abraham con la debida fe y el valor suficiente para subir al monte Moria a sacrificar a su primogénito (Heb 11:17-19). Sin la convicción de la resurrección, Isaías jamás hubiera consolado a los fieles de sus días: “tus muertos vivirán, sus cadáveres resucitarán” (Is 26:19), ni Oseas mucho menos hubiera mencionado el día cuando la muerte será destruida para siempre (Os 13:14). La promesa de vida eterna resulta inútil sin la realidad de la resurrección. Daniel invita a todos a formar parte de las legiones de los santos del Altísimo que han de ser resucitados por el Mesías en persona en ocasión de su parusía. Su libro muestra histórica y proféticamente cómo el Señor ha protegido y protegerá a su pueblo en medio del odio y persecución de los enemigos de Dios y, sobre todo, en la convulsión final de las naciones. El final calamitoso de Babilonia es el anuncio de lo que finalmente acontecerá a todas las naciones cuando Dios establezca su reino sempiterno. Un día, las “escobas de destrucción” que barrieron la gloria babilónica, barrerán también todo vestigio de la gloria mundanal humana y los vientos de purificación divina barrerán la era del mundo “sin que de ellos quede vestigio alguno” y el “gran monte llenará toda la tierra”. Daniel advierte a todos a no ser parte del tamo de las eras mundanales que será banido por la destrucción final, sino, más bien, a ser herederos del Reino de los cielos como siervos del Altísimo. Daniel forma parte de los heraldos de Dios que, a lo largo de los siglos, anunciaron la certeza de la resurrección porque él estaba seguro de ella y a él se le revelaron los acontecimientos de los últimos días y sabía de la recompensa de los santos del Altísimo. Resulta reconfortante comprobar que Jesús promete a los suyos vida eterna y resucitarlos en el día postrero (Jn 6:39, 40, 44, 54), teniendo muy en cuenta lo que en esencia es él, y también, certificando sus palabras con el mensaje daniélico de la resurrección final cuando el mismo Hijo del hombre despierte a unos para vida eterna y otros para vergüenza y confusión (Dn 12:2; Jn 5:29). Daniel, ciertamente, llegó al final de sus días y, como toca a la suerte humana, descansó; y al descansar lo hizo seguro de que su nombre está escrito en el libro, y que sería despertado y se levantaría para recibir su heredad al fin de los días (Dn 11:1, 2,13) y seguir brillando a perpetua eternidad (12:3). 43



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BABILONIA EN 3-D. LAS TRES CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE BABILONIA LA GRANDE

OMAR OJANAMA GASPAR UNIVERSIDAD PERUANA UNIÓN DIDAJÉ 1, NO. 2 (2013) LIMA, PERÚ 45


Resumen “Babilonia en 3-D. Las tres caracteríscticas principales de Babilonia la grande”.— La figura de Babilonia ha llamado la atención de los círculos académicos tanto protestantes como católicos, siendo objeto de profuso estudio en ambientes futuristas, preteristas e historicistas. Ante la variedad de interpretaciones impuestas sobre esta figura, es necesario preguntarse lo que dice realmente la Biblia en cuanto a esta enigmática figura y el papel que juega en el drama escatológico del tiempo del fin, las consecuencias éticas que se desprenden de la caída de Babilonia y las implicancias que puede tener para nuestra existencia actual como adventistas. El propósito de esta presentación es ofrecer tres características inherentes a la figura de Babilonia, su identidad y su función en la historia de la salvación —especialmente en el tiempo del fin. Palabras clave: Babilonia - Daniel - Apocalipsis - Escatología - Profecía

Abstract “Babylon in 3-D. The three main features of Babylon the Great.”— The role of Babylon has caught the attention of both Protestant and Catholic academic circles, being the object of profuse studies in futuristic, preterist and historicist environments. Given the variety of interpretations placed on this figure, it is necessary to ask what the Bible really says about this enigmatic figure and the role it plays in the eschatological drama of the end time, the ethical implications arising from the fall of Babylon and the significance it may have for our present existence as Seventh-day Adventists. The purpose of this presentation is to provide three inherent characteristics in the figure of Babylon, its identity and its role in salvation history, especially in the end time. Keywords: Babylon - Daniel - Revelation - Eschatology - Prophecy

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Babilonia en 3-D. tres características principales de Babilonia la grande

¿Por qué Babilonia en 3-D? Parece un título tomado de una pelicula de Hollywood de bajo presupuesto o el rótulo de un parque temático o atracción cultural basado en el antiguo imperio caldeo. Pero, como dice el subtítulo de este ensayo, se presentan tres dimensiones o características para una de las figuras más enigmáticas de la profecía bíblica. Dicha figura de Babilonia ha llamado la atención de los círculos académicos tanto protestantes como católicos, siendo objeto de profuso estudio en ambientes futuristas, preteristas e historicistas.1 Ante la variedad de interpretaciones impuestas sobre esta figura babilónica, es necesario preguntarse ¿Qué dice realmente la Biblia en cuanto a esta enigmática figura y el papel que juega en el drama escatológico del tiempo del fin? ¿Cuáles son las consecuencias éticas que se desprenden de la caída de Babilonia, descrita en los capítulos 14 al 18 de Apocalipsis? El propósito de esta exegesis es ofrecer una propuesta de tres características inherentes a la figura de Babilonia, su identidad y su función en la historia de la salvación —especialmente en el tiempo del fin. Se utiliza como base hermenéutica el testimonio de las Santas Escritutas en el contexto del plan de salvación (o conflicto cósmico) cumplido en Jesús, según lo revela el Antiguo Testamento2 y el Nuevo Testamento (teología bíblica). Antes de empezar, es importate reconocer en un estudio de Apocalipsis, el carácter eminentemente veterotestamentario del libro. A fin de entender la identidad de Babilonia en el tiempo del fin, es

1 Hans K. LaRondelle, “Babylon: Anti-Christian Empire”, en Symposium on Revelation— Book II, de Daniel and Revelation Committee Series, ed. Frank B. Holbrook (Silver Spring, MD: Biblical Research Institute, 1992), 7:151.

En adelante AT. Para el Nuevo Testamento será NT.

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necesario considerar su trasfondo histórico en el AT,3 pues es evidente la correspondencia tipológica y teología entre las Babilonias del AT y el NT.4 A esto lo llamaremos la dimensión histórica de Babilonia. Luego, al observar el papel de Babilonia en Apocalipsis 17:3-5, se la presenta como una ramera, vestida de traje escarlata y adornada con joyas. En el AT, la fornicación y condición de ramera, señalan a la situación espiritual corrupta del pueblo de Dios (cf. Eze 16: 15-35); consideraremos esto como la dimensión religiosa de Babilonia. Por último, la figura de “Babilonia la grande” aparece en el contexto escatológico de Apocalipsis 14, el mensaje de los tres ángeles, lo que permite apreciar la tercera dimensión de Babilonia: la escatológica, pues se trata del papel que juega dicha figura en los eventos del tiempo del fin. Por ello, estas tres dimensiones o características de Babilonia se refieren a que es una entidad histórica,5 religiosa y escatológica. El carácter histórico de Babilonia la grande (Dn 4:30) La frase “La gran Babilonia” (gr. Babulw.n h` mega,lh), que aparece en Apocalipsis 14:8, es una alocución tomada literalmente de Daniel 4:30: “¿No es ésta la gran Babilonia (Babulw.n h` mega,lh, LXX) que yo he edificado como residencia real con la fuerza de mi poder y para gloria de mi majestad?”6 Este versículo contiene la esencia de la Babilonia histórica en su actitud hacia Dios: orgullo, autosuficiencia y negación de Dios. Babilonia es descrita en las Escrituras del AT como el principal enemigo de Dios y Su pueblo y como modelo típico de apostasía y rebelión 3 Hans K. LaRondelle, “Remanente y mensaje de los tres ángeles”, en Tratado de teología adventista del séptimo día, ed. Raoul Dederen, trad. Tulio N. Peverini (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2000), 979; Ibíd., Las profecías del fin, trad. David P. Gullón (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1999), 350.

LaRondelle, Profecías del fin, 350-351.

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5 Al decir que Babilonia posee una característica o dimensión histórica, se señala a su existencia como imperio mundial en la Edad Antigua de la tierra, específicamente al Imperio Neobabilónico que apareció en el siglo VII AC y que culminó en el siglo VI AC a manos del Imperio Medo-Persa. 6 G. K. Beale y D. A. Carson, Commentary on the New Testament Use of the Old Testament (Grand Rapids, MI: Baker Academic, 2007), 1132.

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al reino de Dios.7 Sus inicios se retrotraen a Génesis 10:8-10 y 11:4-9, en la edificación de las primeras civilizaciones del medio oriente. Nimrod fue el fundador de Babel y en esa ciudad se levantó la famosa torre. “La magnífica torre, que debía alcanzar hasta los cielos, estaba destinada a ser algo así como un monumento del poder y sabiduría de sus constructores” quienes “no creyeron en el pacto de Dios que prometía no traer otro diluvio sobre la tierra. Muchos de ellos negaban la existencia de Dios, y atribuían el diluvio a la acción de causas naturales”.8 Al negar el pacto de YHWH con el hombre, ambicionaron gloria para sí mismos y echaron a un lado la creencia en un Dios verdadero. Por ello, Babel/Babilonia antigua es el modelo típico de apostasía y oposición a Dios, una “impía civilización humana” mundial, cuya actitud arrogante, déspota y cruel hacia el pueblo escogido puede encontrarse en reinos como Sodoma, Egipto, Babilonia, Tiro, Nínive, Roma, etc., lo que haría de Babilonia también un símbolo religioso y escatológico de engaño y poder satánico.9 El carácter religioso de Babilonia la grande (Ap 17:3-5) Es interesante notar la descripción que hace la profecía acerca de la mujer vestida de púrpura y escarlata, “Babilonia la grande… madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra” (Ap 17:5); “la gran ramera” (h/j po,rnhj th/j mega,lhj, 17:1); “la ramera” (h` po,rnh, 17: 15, 16).10 La imagen de “ramera” tiene un fuerte trasfondo del AT, especialmente en los profetas. En profecía bíblica, la figura de una “mujer” representa 7 Creencias de los Adventistas del Séptimo Día: Una exposición bíblica de las doctrinas fundamentales, trad. Armando Collins y Miguel A. Valdivia (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2007), 194. 8 Elena G. de White, Patriarcas y profetas (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2008), 112. 9 George Eldon Ladd, A Commentary on the Revelation of John (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1972), 218; Wilfrid J. Harrington, Revelation, de Sacra Pagina, ed. Daniel J. Harrington (Collegeville, MN: Liturgical Press, 1993); 150; Alan Johnson, Alan F. Johnson, “Revelation”, en Expositor’s Bible Commentary, eds. Tremper Longman III y David E. Garland (Grand Rapids, MI: Zondervan, 2006), 13:736. 10 La ramera es también descrita como una ciudad en 17:18; cf. Apocalipsis 16:19, h` po,lij h` mega,lh (“la gran ciudad”).

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generalmente a la comunidad del pueblo de Dios (2 Co 11:2).11 La imagen de una mujer ramera representa todo lo contrario: una comunidad de adoradores que han apostatado de la verdadera fe en Dios. Ezequiel 16 expone impresionantemente la caída moral de Jerusalen hasta el punto que Dios la llama “ramera” (Eze 16:35). Por el hecho de que el pueblo de Dios fue infiel al pacto e hizo tratos infieles con naciones paganas, la nación hebrea cometió “fornicación” (16: 25, 26, 28). Apocalipsis 17:5 menciona que Babilonia es una ramera matriarca que también comete “abominaciones”, lo cual aparece también en Ezequiel 16 (vv. 2, 22, 25, 36, 47, 51).12 Las abominaciones de Jerusalén consistieron en su inmoralidad, al adoptar el paganismo de las naciones aledañas, por consecuencia quebrantando el pacto. Entonces, el carácter religioso de Babilonia se manifiesta en que fue al principio una comunidad religiosa que entabló un pacto santo con Dios y que luego se apartó de tal y cometió apostasía. Apocalipsis 17:4 menciona que la bestia que cabalga la mujer contiene nombres de blasfemia (nótese que la bestia es de color escarlata y la mujer está vestida del mismo color). La forma de fornicación más cruda y ofensiva a Dios es desechar la pureza del pacto y adoptar doctrinas y prácticas contrarias a la Palabra de Dios. Un ejemplo de lo que es blasfemia se encuentra en Marcos 2:7: “¿Por qué habla este así? Está blasfemando; ¿quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?”. Según este caso bíblico, blasfemia consiste en arrogarse a uno mismo atribuciones que solo le corresponde a Dios. En este caso, Jesús no cometió blasfemia, pues como Dios podía perdonar pecados; pero, cualquier persona o institución que ostente poseer esta particularidad divina cae en blasfemia ante Dios y Su Palabra. 11 C. Mervyn Maxwell, Dios revela el futuro: El mensaje de Apocalipsis (Nampa, ID: Publicaciones Interamericanas, 1989), 458. 12 Abominacion en el NT se refiere principalmente a una actitud deveregonzada e indecorosa, en referencia a Dios y los ídolos, la profanación del santuario y la actividad del anticristo papal; W. Foerster, “abominación”, en Compendio del Diccionario teológico del Nuevo Testamento, eds. Gerhard Kittel, Gerhard Friedrich y Geoffrey W. Bromiley, trad. Carlos Alonso Vargas (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2002), 107; la abominación tiene un sentido cultual en forma negativa: ofrecer a Dios lo que Él no acepta; Burton L. Goddard, “Abominación”, en Diccionario de teología, ed. Everett F. Harrison, trads. Humberto Casanova R. y Guillermo Serrano (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2002), 3.

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El hecho que el binomio mujer/bestia escarlata, descrito en Apocalipsis 17, declare arrogantemente pretensiones divinas a sí mismo, lo relaciona con el hombre de pecado de 2 Tesalonicenses 2:3-8, que se sienta en el templo de Dios, se levanta contra Dios y se presenta como Dios; esto lo conecta con el cuerno pequeño de Daniel 8:11-13, que se engrandece contra el Principe de los ejércitos, quita la verdad del santuario y el servicio celestial que el Mesias ejecuta ahí, que habla palabras (¿de blasfemia?) contra el Altisimo (Dn 7: 25, 8 [una boca que habla grandes cosas]) y que persigue a los santos (7:25), todo lo cual es la misma actitud de la ramera (Ap 17:6), lo que indica que es un poder intolerante a la verdad. Por ello, podemos afirmar que la ramera Babilonia es el mismo poder que el hombre de pecado de 2 Tesalonicenses y el cuerno pequeño de Daniel 7 y 8. Se concluye que el aspecto religioso de Babilonia consiste en que, principalmente, es aquella comunidad cristiana de los tiempos medievales; comunidad que fue pura en sus inicios, pero que se corrompió al adoptar ideas y prácticas extrañas a la Palabra de Dios: el catolicismo romano. En este poder religioso se concentran todos los errores (o “abominaciones”) que engañan al mundo entero (Ap 12:9). Esta Babilonia mística posee una relación típica con la Babilonia histórica antigua, pues ambas fueron capitales de un imperio o poder mundial, ambas son famosas por su lujuria y corrupción moral en la historia y, sobre todo, porque ambas fueron enemigas muy poderosas contra Dios y Su pueblo.13 El carácter escatológico de Babilonia la grande (Ap 14:8; 18:1-3) Por escatología se entiende al estudio de los eventos finales que ocurren antes de la segunda venida de Cristo. Los tiempos finales o “últimos días” se inician con la primera venida de Jesús (Heb 1:1, 2; Hch 2:17-33); Pablo llama a este periodo “el cumplimiento del tiempo” (Gá 4:4). Pero dentro de este lapso enorme de tiempo, entre la cruz y la parusía, se observa un concluyente “tiempo del fin”.

Isbon Beckwith, The Apocalypse of John (Grand Rapids, MI: Baker Book, 1967), 656.

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Los postreros días (Heb 1:1,2)

Pablo menciona que habrán unos “postreros días” en un futuro lejano a su época (1 Ti 4:1); al profeta Daniel se le indicó que sellara su libro “hasta el tiempo del fin” (Dn 12: 4,9). ¿Cuándo empezó este final “tiempo del fin”? Elena de White comenta que desde 1798 “el libro de Daniel ha sido desellado, la ciencia de las profecías ha aumentado y muchos han proclamado el solemne mensaje del juicio cercano”.14 En su estructura, Apocalipsis se encuentra dividido en dos partes fundamentales: una sección histórica y una sección escatológica. La primera sección, la cual cubre la historia de la iglesia cristiana, abarca Apocalipsis 1:10 al 14:20.15 La otra sección, que cubre los eventos del tiempo del fin, comprende 15:1 a 22:5.16 La primera mención textual de Babilonia en Apocalipsis se encuentra en 14:8, lo cual comprende la sección escatológica del libro, pero su descripción más detallada es en los capítulos 15:1 a 22:9. Apocalipsis 16:17 inicia el derramamiento de la 7ma plaga y a continuación se produce un gran terremoto que divide en tres partes a “la gran ciudad”. Esta frase aparece nuevamente en 17:18 con relación a “la mujer” Babilonia y en 18:10, 21 con referencia a su juicio. Babilonia es una ciudad impía y soberbia que reina sobre muchas naciones. El hecho que esta ciudad Babilonia/Roma Papal sea dividida en tres partes (16:19) es una manera simbólica de hablar para referirse 14 Elena G. de White, El conflicto de los siglos (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1990), 356. 15 Kenneth A. Strand, “The Eight Basic Visions”, en Symposium on Revelation—Book I, de Daniel and Revelation Committee Series, ed. Frank B. Holbrook (Silver Spring, MD: Biblical Research Institute, 1992), 6:40-42.

Ibíd., 6:42-46.

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al desmembramiento del poder inicuo de lo últimos días, el derrumbe final de la sociedad en el pánico final que cae sobre la tierra.17 Esto es lo que el Apocalipsis menciona como la caída de Babilonia: “Cayó, cayó la gran Babilonia” (Ap 14:8; cf. 16:19; 18: 2).18 La descripción que hace Juan de esta caída tiene un trasfondo del lenguaje de textos proféticos del AT (Is 13:15-22; Jer 50: 39; Is 34: 11-15);19 y es que el gran terremoto de Apocalipsis 16:18, 19 es el juicio de Dios contra la impía ciudad.20 ¿Qué simboliza este triple desmembramiento de la Babilonia espiritual? Debido a que este suceso se encuentra en la sección escatológica del libro y que tal es relativo a los eventos finales, se considera que Babilonia del tiempo del fin está conformado por el dragón, la bestia y el falso profeta, la trinidad satánica, la confederación satánica de carácter religioso y político que gobierna sobre todas las naciones (Ap 17:18). Esta trinidad consiste en el poder romano, el espiritismo y el protestantismo corrompido, que es desmembrado y destruida la alianza que tenían en la sociedad mundial. Incluso podrían ser una burda copia del trio angelical de Apocalipsis 14:6-12 que proclaman el último mensaje al mundo.21 Entonces, la dimensión escatológica de Babilonia22 la considera como una entidad del tiempo del fin que no solo incluye al Papado romano, sino también a todas las iglesias cristianas que se han desviado de la verdad al paganismo (¿O pos modernismo?) secular que impera en todo el mundo. Es una nueva torre de Babel que intenta rebelarse contra Dios y Su pueblo, cuya forma final actualmente está en formación.

Maxwell, 2:439.

17

La frase “Cayó, cayó la gran Babilonia” de Apocalipsis 14:8 y 18:2 deriva de Isaías 21:9, lo cual se refiere a la declaración que los ídolos y adoración babilónicos han caído; Beale y Carson, 1132. 18

Beckwith, 236; Ladd, 236.

19

Asimismo, Apocalipsis 14:8 hace referencia a la destrucción final del presente sistema idolátrico mundano, en relación con el capítulo 13 y 14:9 en adelante, que hablan precisamente del sistema babilónico. Beale y Carson, 1132; Johnson, 13:735. 20

Maxwell, 2:444.

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Entre los autores no-adventistas, Ladd, 222, reconoce el carácter escatológico de Babilonia, aunque considera que este poder aún está en el futuro. 22

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Conclusión e implicancias éticas de Apocalipsis 18:4 Se ha señalado que Babilonia del tiempo del fin en las Escrituras constituye a la confederación apóstata final, de carácter religioso, político y mundial opuesto a Dios.23 Esta identificación de Babilonia se observa según el triple carácter de la imagen, de manera histórica, religiosa y escatológica. El capítulo 18 muestra la caracterización final de Babilonia como ramera y guarida de demonios, espíritus y aves inmundos y aborrecibles. Ha dado de beber a todas las naciones de su vino fornicario (doctrinas y prácticas erróneas, contrarias al evangelio). “Babilonia en este momento (el tiempo del fin)... representa a todas las religiones que pretenden adorar a Dios pero que se rehusan a obedecerle a pesar de toda la luz que han recibido”.24 El llamado a “salir de ella” es una amonestación llena de amor de parte de la Trinidad divina, salir de los engaños del espiritismo (o secularismo, post-modernismo, la filosofía mundana contraria a Dios), del romanismo y el cristianismo popular barato, que se encuentra bajo el juicio de Dios y recibirá destrucción inminente. Al reconocer el carácter histórico, religioso y escatológico de Babilonia y su actitud de desafío y oposición a Dios y Su Palabra en el tiempo del fin, se desprende que el llamado a salir contiene un carácter ético y simbólico y no solo institucional y literal. Eso significaría que el pueblo remanente también es llamado a salir de Babilonia mística y a ser partícipe de sus pecados, lo que involucra las ideas, pensamientos y costumbres de una civilización apóstata que cumple con las descripciones de la Babilonia original de la antigüedad, llena de perversion, egoísmo e incredulidad descarada. El mensaje del primer ángel es la solución divina al atractivo engaño babilónico actual: “Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado [...]”.

Ladd, 194; Johnson, 13:723.

23

Maxwell, 2:464.

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EL “TIEMPO DEL FIN” Y LOS “ÚLTIMOS DÍAS”

HANS LARONDELLE ANDREWS UNIVERSITY DIDAJÉ 1, NO. 2 (2013) BERRIEN SPRINGS, MICHIGAN, EE.UU. 55


El tiempo del fin y los últimos días Una característica de la profecía apocalíptica de Daniel requiere una atención especial, el predeterminado “tiempo del fin” (Dn 8:17, 19; 11:35, 40). El libro de Daniel ha sido cerrado y sellado “hasta el tiempo del fin” (12:5, 9). ¿Qué significa “el fin”? Por supuesto que esta frase determina el significado de la frase “el tiempo del fin”. Desde la evidencia interna de los capítulos del libro de Daniel, “el fin” se caracteriza por el juicio divino sobre el “rey del norte” (11:40, 45), y la liberación final de los santos, el cual incluye la resurrección de los muertos (12:1, 2) y la del mismo Daniel “en el fin de los días” (12:13). Esta descripción apocalíptica de “el fin” es de decisiva importancia para determinar el significado de “el tiempo del fin”. El “tiempo del fin” de Daniel no toma su punto de referencia desde el primer advenimiento de Jesucristo, pero si del segundo advenimiento, como la fundación del reino de Dios y la resurrección de los muertos. Este punto de orientación cualifica “el tiempo del fin”, de Daniel, como un tiempo del fin específico, que tiene lugar en un periodo de tiempo relativamente corto antes del fin. La frase “el tiempo del fin” se encuentra solamente en el Antiguo Testamento (AT), exclusivamente en Daniel 8-12, y se dice que comienza “en el tiempo determinado” (11:35). El comienzo se conecta con la conclusión de los tres tiempos y medio simbólicos de gobierno del anticristo en Daniel 7 (v. 25; véase, también, 12:7). Asimismo, se relaciona con la conclusión de la profecía de tiempo más larga del libro, en la que contiene la visión que es sellada hasta el tiempo del fin, los 2300 “días” simbólicos. Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado […] Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y me postré sobre mi rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin. Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin (Dn 8:14, 17, 19).

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En Daniel 8:26 y 12:4 el mandato celestial se da para sellar la visión o para cerrar las palabras de la profecía. Ambas visiones, la de Daniel 8 y la interpretación angelical que se encuentra en Daniel 10-12, se dice pertenecer para un “futuro lejano” (8:26) o para “el tiempo del fin”, el cual el punto culminante es la resurrección de los muertos (12:2, 4). Esto sugiere fuertemente que la visión de Daniel 8 ocurre paralelamente a la estructura de Daniel 11-12. Esto es una conclusión importante. Los 2300 días proféticos de Daniel 8:14 debe alcanzar la era mesiánica o escatológica, y se extiende a la etapa final de la vindicación, el “tiempo del fin” apocalíptico. Una mayor comprensión de lo predicho por Daniel Cuando el “tiempo del fin” llegue en la historia, “muchos andarán de un lado a otro en busca de cualquier conocimiento” (12:4, NVI). El texto original habla de “el” conocimiento, que es, la percepción de los sabios en la visión de Daniel sobre el verdadero santuario y su restauración de la adoración del pueblo de Dios (12:3, 9, 10). Al ser adoptadas en el marco de la orden del ángel para sellar las palabras del pergamino (12:4), estas “idas y venidas” sugieren fuertemente ojear de aquí para allá en el libro de Daniel (2 Cr 16:9, Zac 4:10, NVI). Esto expresa el sentido de “buscar completamente”. El resultado será que “los sabios instruirán a muchos” (Dn 11:33, NVI). La adoración verdadera a Dios será restaurada entre todas las naciones del mundo. En la providencia de Dios, en el tiempo apropiado del plan divino, las profecías simbólicas del libro de Daniel serán entendidas cada vez más, mientras los eventos predichos se irán llevando a cabo. Esto sucederá en conformidad con el principio expresado por Jesús: “Y les he dicho esto ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean” (Jn 14:29, NVI). Durante el “tiempo del fin”, muchos buscarán intensamente por el significado de la profecía del tiempo del fin de Daniel: “muchos andarán de un lado a otro en busca de cualquier conocimiento” (Dn 12:4, NVI). Esta frase ha sido muchas veces separada de su contexto y aplicada en los avances tecnológicos de la ciencia moderna. En su editorial “El tiempo del fin”, en Señales de los tiempos, 22 de julio de 1880, James White señaló a Daniel 12:10 para probar que se entiende la interpretación del libro de Daniel y que “el aumento del conocimiento no se refiere al pro57


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greso de los descubrimientos científicos”. Daniel enunció: “Muchos serán purificados y perfeccionados, y quedarán limpios, pero los malvados seguirán en su maldad. Ninguno de ellos entenderá nada, pero los sabios lo entenderán todo” (12:10, NVI). El foco de los sabios estará en el libro de Daniel que previamente había sido sellado para el entendimiento humano. El comentario de LeRoy E. Froom, sobre Daniel 12:4, es válido: “Por supuesto que es una previsión de un gran avivamiento en la exposición profética que llegó bajo el despertar simultáneo en el siglo XIX, tanto en el mundo antiguo como el nuevo”. Esta profecía, del despertar, surgió dramáticamente en América, a través del trabajo del predicador bautista William Miller de Low Hampton, Nueva York, entre 1831 y 1844. Su responsabilidad específica era anunciar el mensaje de que la vuelta de Jesucristo era inminente, siendo anticipado entre 1843 y 1844. Esta conclusión fue basada mayormente en el tiempo profético de Daniel 8, el cual asegura que, en “en el tiempo del fin”, el santuario profanado sería restaurado para el uso legítimo (8:14) a través del trabajo sacerdotal de reparación y reconciliación con Dios. Lamentablemente, él identificó esta restauración del santuario, y su verdadera adoración a Dios, con el juicio final de la segunda venida de Cristo. Aún así, la promesa de Daniel, de la gran restauración de la verdadera adoración en la tierra, fue entendida como “el tiempo del fin”. Los últimos días en los profetas clásicos La cuestión puede plantearse, ¿Cómo el apocalíptico “tiempo del fin” de Daniel se relaciona con la frase “los últimos días”, mencionados 14 veces por los profetas clásicos? ¿Son los dos períodos lo mismo y de este modo coexisten? En el tiempo del AT, el término profético “en los últimos días” no había sido desarrollado un significado técnico. Se traduce correctamente en las versiones de la Biblia en inglés por “los días siguientes”, “en el futuro” o “en los días por venir” (Gn 49:1, Nm 24:14, Dt 4:30, 31:29; Is 2:2, Os 3-5; Mi 4:1; Jer 23:20; 30:24; 48:47; 49:39; Ez 38:16; Dn 2:28; 10:14). Algunas versiones son inconsistentes; aun así, algunas veces, traducen la frase hebrea por “en los días por venir” o “en el futuro”, o en otras veces, “en los últimos días” (la palabra hebrea para “fin” es qets, Am 8:2; Ez 7:2; Dn 8:19; 11:27). 58


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Muchos pasajes que usan la frase, no se refieren a la edad cristiana; pero, sí al futuro inmediato (Gn 49:1; Nm 24:14) o al exilio asirio-babilónico (Dt 4:30; 31:29; Jer 23:20; 30:24). Aún así, otros pasajes revelan una cierta concentración en la esperanza mesiánica o en el tiempo por venir (Is 2:2; Mi 4:1; Os 3:5; Ez 38:16; Dn 8:28; 10:14). En cada caso, el contexto debe decidir cuál época es la planeada. También, en Daniel, la frase no se usa como un término técnico fijo para la era cristiana. Daniel 2 lleva un punto de vista de la completa extensión de la historia desde el tiempo de Daniel hasta el reino de gloria. La Versión Internacional traduce Daniel 2:28, 44, 45; 10:14, simplemente “los días por venir”, “en el futuro”. Es necesario reconocer que Daniel se concentra en el tiempo del fin y en el resultado de la historia futura. Este significado apocalíptico (Dn 2:44; 12:1, 2) es la aplicación intensiva de “los días por venir”. Daniel no intenta predecir el futuro en general; pero, sí la venida indestructible del reino de Dios. Para un análisis detallado de los pasajes del AT, tuvimos como referencia el artículo de John T. Willis en la bibliografía. Uso del Nuevo Testamento El Nuevo Testamento da a la expresión “los últimos días”, un significado de carácter cristológico. Se vuelve un término técnico para los mesiánicos en la era cristiana. Los “últimos días” habían empezado con el primer advenimiento de Cristo y sus reglas mesiánicas (Hch 2:17; Heb 1:2; Stg 5:3; 2 P 3:3). Ellos continúan con el aumento de la tribulación en la iglesia hasta el segundo advenimiento de Cristo (2 Ti 3:1; 1 Ti 4:1). Este punto de vista apostólico requiere una modificación de la estructura escatológica judía. La era de la antigua alianza llegó a un fin irrevocable con la aoarición de Cristo. La cruz de Cristo significa el fin o “el cumplimiento de los tiempos” (Heb 9:26). La iglesia apostólica comenzó su existencia solamente después “de la consumación de los siglos” (refiriéndose al tiempo de la antigua alianza, 1 Co 10:11) Nuestra conclusión, por lo tanto, es que la expresión “los últimos días” del NT, se debe definir por la orientación de la primera venida de Cristo. Los “últimos días” comienzan su tiempo de cumplimiento con la encarnación del Hijo de Dios, “cuando el tiempo ha venido a su debido tiempo” (Gá 4:4). 59


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La frase “en el último día”, se reserva para señalar los eventos apocalípticos de la resurrección de los santos en la venida de Cristo (Jn 6:39, 40, 44, 54; 11:24) y el juicio final de los infieles (Jn 12:48). En este sentido, Pedro usa la expresión “en el último tiempo” para nuestra futura salvación (1 P 1:5). La frase “esto es de última hora”, el cual ocurre solamente en Juan 2:18, parece ser usado por Juan para indicar la máxima seriedad de la apostasía del verdadero evangelio dentro de la iglesia apostólica entre 90 y 100 DC. Juan interpretó la apostasía como una herejía fundamental, el cual, él reconoce la falsa enseñanza de muchos anticristos (1 Jn 2:18; 4:3). Esta crisis coloca cada miembro de la iglesia en Asia menor, en la hora escatológica de decisión. Judas, igualmente, les recordaba a la iglesia de la predicción apostólica que “en los últimos tiempos” surgirán mofadores de adentro de la iglesia (Jud 18). Conclusión La frase apocalíptica de Daniel “el tiempo del fin”, significa un período de tiempo específico, predicho solamente por un decreto soberano de Dios. El “tiempo del fin” constituye la etapa final de la era cristiana, o de los últimos días, y es determinado solamente por las profecías de tiempo de Daniel. Aunque ambas expresiones (“tiempo del fin” y “los últimos días”) finalmente se sobreponen, estas no coexisten completamente. Cada una de ellas tiene un punto de comienzo diferente. La profecía “últimos días” ha comenzado desde el primer advenimiento de Cristo. El “tiempo del fin” apocalíptico de Daniel comienza solamente después de un tiempo considerable de la expiración de las profecías. La llegada de “el tiempo del fin” intensificará, mayormente, la esperanza de la iglesia en los últimos días. Esto traerá un reavivamiento internacional del estudio de las profecías, particularmente de Daniel y Apocalipsis (véase Dn 12:4) El movimiento de renacimiento, predicho por el profeta Daniel, se consolidará como la reformación final de la iglesia. La aparición del tiempo del fin es gráficamente imaginada en la experiencia simbólica de Juan en Apocalipsis 10. Con un juramento solemne, tomado de Daniel 12:7, un poderoso ángel declara que “el tiempo no será más” (Ap 10:6). Aunque comúnmente traducido que no habrá más “retraso”, una compa60


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ración con el juramento original del ángel en Daniel 12:7 revela que ni el fin del mundo de la historia ni tampoco el tiempo de prueba están en la vista; pero, sí el fin del periodo de tiempo de la profecía de Daniel. El ángel que instruyó a Juan, apareció en el esplendor del Mesías celestial, “envuelto en una nube, y el arco iris sobre su cabeza. Su rostro era como el sol, sus piernas como columna de fuego” (Ap 10:1, NRV). De pie sobre el mar y la tierra, Él anuncia con poder divino y autoridad el comienzo de los eventos del tiempo del fin. Él rompe el sello del pequeño libro de Daniel, un hecho sugerido por la celebración de un pergamino poco abierto en su mano (véase Ap 10:2). La nueva comprensión proveniente del tiempo del fin profético de Daniel, se debe proclamar a todas las personas vivientes en las islas y los continentes de la tierra (véase Ap 10:11). La esencia de la preparación final del mensaje es fijar lo sucesivo de los tres mensajes de Apocalipsis 14:6-12. La presencia del movimiento de Elías en todo el mundo será la mayor señal de todos que el fin es eminente: “Mirad, yo os envío al profeta Elías, antes que venga el grande y terrible día del Señor” (Mal 4:5, NRV). Bibliografía Boersma, T. Is the Bible a Jigsaw Puzzle? Ontario: Paideia Press, 1978. Doukhan, J. B. Daniel: The Vision of the End. Berrien Spring, MI: Andrews University, 1987. Froom, L. E. The Prophetic Faith of Our Fathers. 4 volúmenes. Hagerstown, MD: Review and Herald, 1954. Keil, C. F. Commentary on the Old Testament. Volumen 9. Grand Rapids, MI: Eerdmans, 2006. LaRondelle, Hans. How to Understand the End-time Prophecies of the Bible. Sarasota, FL: First Impressions, 1997. Seebass, H. “Acharith”. En Theological Dictionary of the Old Testament. Volumen 1. Editado por Botterweck y Ringgren. Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1977. Vanderwaal, C. Hal Lindsey and Biblical Prophecy. Ontario: Paideia Press, 1978. White, J. “The Time of the End”. The Sing of the Times 6, no. 28, July, 22, 1880. Willis, J. T. “The Expression be’acharith hayyamin in the Old Testament”. Restoration Quarterly 22, no. 1-2 (1979). 61



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mensaje del remanente en el tiempo del fin

EL MENSAJE DEL REMANENTE EN EL TIEMPO DEL FIN: LOS MENSAJES DE LOS TRES ÁNGELES EN APOCALIPSIS 14:6-12

OSCAR MENDOZA ASOCIACIÓN PERUANA CENTRAL SUR DIDAJÉ 1, NO. 2 (2013) LIMA, PERÚ 63


Resumen “El mensaje del remanente en el tiempo del fin: Los mensajes de los tres ángeles en Apocalipsis 14:6-12”.— La Iglesia Adventista del Séptimo Día siempre se ha identificado como el remanente del tiempo del fin de Apocalipsis 12:17 y ha sostenido que su mensaje se centra en los Mensajes de los tres ángeles (Mta) de Apocalipsis 14:6-12. Sin embargo, influidos por el mundo católico y evangélico, muchos sermones y temas predicados en el adventismo solo presentan la gracia y el amor de Cristo, dejando de lado su mensaje profético. Para un mejor cumplimiento de la misión, este artículo propone nueve verdades bíblicas extraídas de los Mta en Apocalipsis 14:6-12. Este artículo se abordará desde la perspectiva contextual – bíblica; analizando cada una de las verdades que se extraen de los Mta. Palabras clave: Apocalipsis 14:6-12 - Remanente - Mensajes de los tres ángeles Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Abstract “The Remnant Message in the Time of the End: The Three Angels Messages In Revelation 14:6-12.”— The Seventh-day Adventist Church has always been identified as the end-time remnant of Revelation 12:17 and has claimed that her message focuses on the three angels’ messages of Revelation 14:6-12. However, influenced by the Catholic and evangelical world, many sermons and topics preached in Adventism today only present the grace and love of Christ, putting aside his prophetic message. For a better fulfillment of our mission, this article proposes nine biblical truths drawn from the three angels messages in Revelation 14:612. This article will tackle the question from the biblical-contextual perspective, analyzing each of the truths drawn from the three angels messages. Keywords: Revelation 12 to 14 - Remnant - Three Angels’ Message - Seventh-day Adventist Church.

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mensaje del remanente en el tiempo del fin: Los mensajes de los tres ángeles en Apocalipsis 14:6-12 Introducción La Iglesia Adventista del Séptimo Día siempre se ha identificado como el remanente del tiempo del fin de Apocalipsis 12:17 y ha sostenido que su mensaje se centra en los Mensajes de los tres ángeles (en adelante Mta) de Apocalipsis 14:6-12.1 Sin embargo, influidos por el mundo católico y evangélico, muchos sermones y temas predicados en el adventismo solo presentan la gracia y el amor de Cristo, dejando de lado su mensaje profético.2 ¿Será que como pueblo de Dios, estando en el tiempo del fin, época cuando las verdades bíblicas están siendo pisoteadas, se ha comisionado predicar únicamente el amor y la gracia de Dios? Para un mejor cumplimiento de la misión, este artículo propone nueve verdades bíblicas extraídas de los Mta en Apocalipsis 14:6-12; verdades que, en el tiempo del fin, se deben proclamar con mayor fuerza.3 1 Los textos serán citados de La Biblia de las Américas (La Habra, CA: The Lockman Foundation, 1997). 2 Para tratar sobre la preocupante situación que está pasando el adventismo, en relación a la proclamación del mensaje profético que tiene como remanente, véase Fernando Canale, “Completando la teología adventista: La tarea teológica en la vida de la iglesia-Parte I”, DavarLogos 6, no. 1 (2007): 55-68. En adelante DavL. Ibíd., “Completando la teología adventista: La tarea teológica en la vida de la iglesia-Parte II”, DavL 6, no. 2 (2007): 127-141; Ibíd., “¿Por qué los adventistas están adoptando los estilos de vida seculares?”, Theologika 26, no. 1 (2011): 84-136. En adelante Theo. Ángel Manuel Rodríguez, “Polarización teológica: Causas y tendencias”, Ministerio adventista, septiembre-octubre, 2011; Samuel Koranteng-Pipim, Recibiendo la palabra: ¿Cómo afectan a nuestra fe los nuevos enfoques bíblicos?, trad. David Gullón (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2000); George Knight, La visión apocalíptica y la castración del adventismo (Miami, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2009); Marvin Moore, Los desafíos del remanente: Los adventistas, los católicos, y la “iglesia verdadera”, trad. Ana Gálvez Cruz (Miami, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2010). 3 En este artículo, cuando el autor señala que el remanente ha sido llamado para proclamar los Mta, no indica que como iglesia se va a enseñar exclusivamente Apocalipsis 14:6-12. El énfasis en sí, como base, es proclamar un mensaje profético basado a los libros de Daniel y Apocalipsis, en el marco del conflicto cósmico y del santuario.

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Este artículo se abordará desde la perspectiva contextual – bíblica; analizando cada una de las verdades que se extraen de los Mta. Luego, se culminará con las implicancias respectivas. ¿Qué significa el término “ángel” y quiénes predican los Mta? Al leer Apocalipsis 14, se observa que el contexto es simbólico, por lo tanto, los tres “ángeles” también. A pesar de que hay teólogos que no comparten con esta interpretación,4 símbolos como “los 144 000 con el Cordero” (v. 1),5 “contaminarse con mujeres” (v. 4), “castos” (v. 4), “la bestia” (v. 9), indican que “ángel” no puede ser literal. La palabra “ángel” corresponde al término griego “angelos”, que significa mensajero o enviado.6 En el contexto de Apocalipsis 14, “ángel” connota mensajeros humanos, representa a “un grupo o movimiento para el cumplimiento de su comisión en el tiempo del fin”.7 Por otro parte, al relacionar Apocalipsis 12:17, 13:10 y 14:12, se nota que el remanente (12:17), los santos (13:10) y los santos perseverantes (14:12) tienen las mismas características.8 Por estas características similares, es posible sostener que son el mismo grupo.9 Siendo así, al reconocer Leslie Miller, Todo acerca de los ángeles, trad. Samuel Vila (Terrassa: Clie, 1974), 67, 70.

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5 Para un mayor estudio sobre la identidad de los 144 000, su relación con la gran multitud y el remanente de Apocalipsis 12:17, véase Ekkehardt Müeller, “The 144,000 and the Great Multitude”, Biblical Research Institute, http://www.adventistbiblicalresearch.org/documents/144,000great multitude.htm (consultado: 16 de abril, 2008); Oscar Mendoza Orbegoso, “Los 144 000 y la gran multitud en el contexto de Apocalipsis 7 y 14”, Theo 26, no. 1 (2011): 48-82.

William Johnsson, “The Saints’ End-Time Victory over the Forces of Evil”, SR-Book 2, 7:33.

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William Shea, “The Mighty Angel and His Message”, SR-Book 1, 6:321. El Comentario bíblico adventista, también, declara: “Esta visión es simbólica. El ángel representa a los santos de Dios ocupados en la tarea de proclamar el Evangelio […]” (Francis Nichol, ed., Comentario bíblico adventista, trad. Víctor Ampuero [Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1996], 7:841). 7

8 Por ejemplo, (1) en los tres casos aparecen después de los 42 meses, (2) estos tres grupos guardan los mandamientos de Dios (implícitamente en Apocalipsis 13:10) rindiendo adoración a Dios, (3) los tres son perseverantes en medio de las persecuciones del Dragón y sus representantes y (4) los tres tienen el “testimonio de Jesucristo”/“fe de Jesús”. 9 Ekkehardt Müeller declara: “Ap 12:17; 13:10 y 14:12 están entrelazados y describen las mismas características del remanente apareciendo bajo diferentes nombres” (“The 144,000 and the Great Multitude”, 12). Véase, también, Ranko Stefanovic, Revelation of Jesus Christ: Commentary on the Book of Revelation (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 2002), 270.

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que los santos de Apocalipsis 14 es el remanente, es admisible creer que este mismo remanente predica los Mta, porque aparece en el mismo contexto escatológico. ¿Desde cuándo se predica los Mta? Los Mta están en un contexto escatológico. En primer lugar, en el contexto de Apocalipsis 14, los Mta se predican antes de la segunda venida (Ap 14:14-17). En segundo lugar, el tercer mensaje advierte “si alguno adora a la bestia […] beberá del vino de la ira de Dios” (v. 10), indicando que este se predica antes de la caída de las siete plagas (caps. 16-18). Por último, el primer ángel proclama “la hora de su juicio ha llegado” (v. 7). ¿A qué juicio se refiere? Al juicio pre advenimiento (o llamado “investigador”). ¿Cuándo inició este juicio? Según Daniel 7:9 y 10 (en paralelo con 8:14), en 1844 DC.10 Por lo tanto, el momento cuando el primer ángel inicia su mensaje corresponde a esta fecha. Por estas razones, la proclamación de los Mta inició en el año 1844 DC, cuyo clímax se verá en la crisis final, con la lluvia tardía y el fuerte pregón. Esta proclamación, según Daniel Rode, “llegará a ser un llamado poderoso de la obra del Espíritu Santo que iluminará la tierra con su gloria (Ap 18:1)”.11 Primer mensaje angélico (14:6-7) Se propone cuatro verdades bíblicas extraídas del mensaje del primer ángel: (1) la justificación por la fe, (2) la santificación, (3) el juicio pre advenimiento y (4) la creación. Todas estas verdades giran en torno al evangelio eterno y se desarrollan bajo el marco de referencia del santuario.

10 Jacques Doukhan realizó un interesante paralelismo entre Apocalipsis 14:6-12 y la escena del juicio de Daniel 7, concluyendo que “el paralelismo entre los dos pasajes sugiere que el mensaje de los tres ángeles corresponde, en Daniel 7, al tiempo del juicio (Dn 7:9-12), o Kippur (Dn 8:14)” (Secretos de Apocalipsis: El Apocalipsis visto a través de los ojos hebreos, trad. Claudia Blath [Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2008], 134). 11 “Missão às Etnias No ‘Ultimo Tempo’”, en O Futuro: A visao adventista dos últimos acontecimentos, Artigos teológicos apresentados no V Simposio Bíblico-Teológico Sul-Americano em homenagem a Hans K. LaRondelle, ed. Alberto Timm et al. [Sao Paulo: Casa Publicadora Brasileira, 2004], 350-351).

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1. El evangelio eterno: La justificación por la fe12 Evangelio (heb. besorah), en el Antiguo Testamento,13 significa “recompensa por la buena nueva” (2 S 4:10), “buena noticia, buenas nuevas” (2 S 18:20,22).14 En la literatura griega del primer siglo de la era cristiana, este se refería tanto a la muerte del enemigo como al arribo del emperador romano que liberaba y salvaba de la tribulación, lo cual expresaba victoria.15 En el contexto mesiánico, el evangelio era las buenas nuevas de salvación por parte del Mesías. Besorah está en un contexto de notificar algo. En el NT, el evangelio (gr. evangelion [76 veces]) no es un misterio (Ef 6:19), puesto que ya se anunciaba desde el AT (Ro 1:2). Este trata acerca de las “buenas nuevas” del Hijo de Dios (Ro 1:3, 9; 15:19; 2 Co 2:12; 2 Co 10:14) que, por medio de él, el ser humano, tanto judío como gentil (Ro 1:5, 16, Gá 1:6; Fi 1:7), recibe la gracia de Dios para que pueda ser salvo de la esclavitud y la condena del pecado (Mr 1:15; Lc 20:24; Hch 15:7; Gá 1:6). Esta salvación es gracias a la muerte y a la resurrección de Cristo (2 Ti 2:8). Después de este sacrificio, el hombre puede presentarse arrepentido a la presencia de Dios para obtener el oportuno socorro (Heb 4:16). Al presentarse arrepentido y con fe, y aquí viene el objetivo principal del evangelion, el pecador es justificado por Dios (Ro 1:16, 17). Este, como mensaje, son buenas nuevas del reino de los cielos, las cuales se deben predicar a todo el mundo. En otras palabras, el evangelio es una necesidad mundial (Mt 4:23; 9:35; 24:24; 26:13; Mr 13:10; 14:9; 16:15). En conclusión, el evangelio, según las Escrituras, es un mensaje de salvación divina, la cual se obtuvo gracias a la muerte de Cristo en la cruz y hoy es ofrecida gratuitamente al pecador.16 Su propósito es justificar al ser 12 Esta sección se desarrolla ampliamente en, Oscar Mendoza Orbegoso, “El ‘evangelio eterno’ en el mensaje del primer ángel de Apocalipsis 14:6”, Estrategias 7, no. 1 (2010): 113-120.

En adelante AT. Del Nuevo Testamento es NT.

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b sorah signigica “traer noticia”, especialmente en relación a encuentros militares (R. Laird Harris, ed., “evangelion”, en Theological Wordbook of the Old Testament [Chicago, IL: Moody Press, 1981], 120). 14 e

Gerhard Kittel, “evangelion”, en Theological Dictionary of the New Testament (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1978), 2:722. 15

16 La salvación, desde la perspectiva del el santuario celestial, teniendo como referencia el terrenal, no es un acto, sino un proceso. No es una acción instantánea, sino un proceso por el cual el

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humano y restaurarlo a la imagen de Dios.17 Asimismo, el evangelion en Apocalipsis 14:6 es eterno. Es incorrecto decir que está en el NT y no en el AT. Es más, la comprensión del evangelion de los apóstoles fue gracias al pensamiento de los profetas del AT. Por esta razón, el evangelio eterno restaura, en el tiempo del fin, el evangelio tanto del AT como del NT. De esta manera, se concluye que el “evangelio eterno” es la justificación por la fe. En este mensaje no hay salvación por obras, sino por gracia. A pesar de que el contexto es un contexto de crisis y adoración, el mensaje principal del remanente sigue siendo el mismo: el evangelio eterno. Por lo tanto, puesto que hay distintas implicancias teológicas en Apocalipsis 14:6-12, toda clase de enseñanza por parte del pueblo de Dios del tiempo del fin debe girar en torno al “evangelio eterno”. 2. La santificación El llamado del ángel es a temer a Dios, dadle gloria y adorarle. Estas acciones implican: (a) “temed” y “dadle gloria” está en el contexto del juicio (“la hora de su juicio ha llegado”, v. 7)18 y (b) expresan cómo vive un justo (v. 7).

Señor redime al ser humano del pecado. Las acciones salvíficas de Dios incluye el sacrificio de Cristo en la cruz, sus funciones en el santuario celestial y finalizará con la tierra nueva. Creer que la salvación es un acto, y que esta se logra únicamente en y por la cruz, es rechazar absolutamente la labor Sumo sacerdotal del Señor Jesucristo (véase 1 Ti 2:5; Ro 8:34; Heb 4:16; 2:17). Para un mayor estudio sobre la salvación, véase Ivan T. Blazen, “Salvación”, en Tratado de Teología adventista del séptimo día, ed. Roul Dederen, trads. Tulio N. Peverini et al. (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2009). En adelante TTA. Ángel Manuel Rodríguez, Cruzando el abismo (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2008). 17 Herbert Douglas, para saber en qué consiste el evangelio eterno, formula tres preguntas claves relacionadas al ministerio terrenal de Cristo, estas son: ¿Por qué murió Jesús? ¿Por qué vino Jesús? ¿Cuál es el objetivo del evangelio? Las respuestas son: murió para redimirnos, vino para salvarnos y el objetivo es restaurarnos (“What is the ‘Everlasting Gospel?’”, JATS 12, no. 2 [2001]: 145-151). 18 Un análisis sobre el juicio en las Escrituras está en, Gerhard F. Hasel, “Juicio divino”, TTA, 918-963; Jiří Moskala, “Toward a Biblical Theology of God’s Judgment: A Celebration of the Cross in Seven Phases of Divine Universal Judgment (An Overview of a Theocentric-Christocentric Approach)”, JATS 15, no. 1 (2004): 138-168. Sobre el juicio pre advenimiento, véase Richard Davidson, “The Second Advent and the ‘Fullness of Time’”, Ministry, June-July, 2000, 41-47; Mervyn Moore, El juicio investigador: Su fundamento bíblico, trad. Walter Erwin Steger (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2011).

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“Temed a Dios y dadle gloria” en el juicio pre advenimiento El juicio que proclama el primer ángel es el mismo de Daniel 7:9, 10, el cual tiene como base el Día de expiación de Levítico 16.19 De esta manera, es posible que el llamado a temer a Dios y a dadle gloria, en Apocalipsis 14:7, tenga como referencia la invocación que se hacía a cada hebreo para ser partícipes del Día de expiación. Esto se confirma en el Libro de Oraciones, primera parte, donde se lee: Debemos darle toda la santidad a este día, porque es un día de temor y temblor […] Porque tú eres el juez, el acusador y el testigo, el que escribe y el que sella […] Entonces sonará el gran shofar […], los ángeles sujetarán con temor y temblor y exclamarán: ¡He aquí, el día del Juicio!20

Al llegar este día, cada uno se humillaba y no hacía cosa alguna (Lv 16:26), puesto que era un día de reposo solemne (v. 31). El temor y la gloria se expresaban a Dios con el objetivo de sensibilizar a cada judío, y así esperar la misericordia divina y decidir honrarlo por medio de la obediencia. Conectando con el juicio pre advenimiento, así como el temor, la humillación y el descanso eran actitudes indispensables para el día de expiación, también lo son el temor y la gloria para el juicio pre advenimiento que predica el primer ángel. Temed, dadle gloria y la adoración: respuesta del justificado Parte esta parte, se estudiará brevemente los términos “temor”, “gloria” y “adoración”. La correspondencia entre Daniel 7-8 y Levítico 16 está en Roy Gane, “¿Qué es la purificación del Santuario en Daniel 8:14?”, en Interpretación de las Escrituras: Preguntas y respuestas bíblicas, ed. Gerhard Pfandl, trads. Aecio Cairus y Néstor Alberro (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2012), 237-241. 19

Traducción del autor del Libro de oraciones, Mahzor minroch hachana weyom hakippurim, primera parte, 31, citado en Jacques B. Doukhan, Secretos de Daniel: Sabiduría y sueños de un príncipe hebreo en el exilio, trad. Claudia Blath (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2007), 133. Véase, también, Clifford Goldstein, “Que tu nombre esté sellado”, en Como fuego en mis huesos, trad. Adriana Itin (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2001), 22. 20

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Temor (heb. yire’ah; gr. phobéo). En hebreo se traduce como “miedo”, “honrar” (Pr 1:7). Según el Salmo 34:11, quien teme tiene una orientación moral, aborrece el pecado (cf. Pr 23:17) y guarda la ley (Sal 19:7). En el NT, temer significa amedrentar (Mt 10:28; Lc 12:5) y reverenciar a Dios (1 P 2:17). Gloria (heb. tip’eret; gr. dóxa). Se traduce como “belleza”, “distinción”, “orgullo”, “opinión”, “estimación”. Esta palabra se usa en sentido de reconocimiento (Dt 26:19), y con frecuencia se lo utiliza para Dios, destacando su rango y renombre (1 Cr 29:11). En el NT, para los hijos de Dios, gloria es el estado de bendición al cual los creyentes han de entrar al ser hechos a la semejanza de Cristo (Ro 8:18-21).21 Adoración (heb. shajah; gr. proskunountaj). Significa: postrarse, inclinarse y/o someterse en homenaje delante de una autoridad (Ap 4, 5). En Apocalipsis aparece 24 veces y connota homenaje y obediencia.22 El primer ángel no solo proclama el evangelio eterno, también invita a temer a Dios, a dadle gloria y a adorarle; a reconocerlo como rey y juez.23 A reverenciarlo y darle honra por sus obras realizadas en favor del ser humano; esto, por supuesto, implica obedecer sus mandamientos. A pesar de las persecuciones recibidas por parte de la bestia, los santos del tiempo del fin continúan mostrando los frutos de su fe. Aquellos que han sido justificados mostrarán públicamente su adoración a Dios por medio de su obediencia y lealtad. Según el contexto, ellos “guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (12:17; cf. 14:12). El remanente no solo predica la justificación por la fe, sino también la santificación. El mensaje del primer ángel no solo revela lo que Cristo hizo y logró en la cruz en beneficio del ser humano arrepentido, también revela la obra que el Espíritu Santo hace en cada uno de sus hijos: una vida de temor, glorificación y adoración. El primer ángel no presenta una salvación subjetiva basada únicamente en el amor y la gracia de Dios. Por esta razón, en los Mta no existe la idea “una vez salvo, siempre salvo”. 21 W. E. Vine, “gloria”, Vine: Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo (Nashville, TN: Caribe, 2000), 220.

Raymond Holmes, “La adoración en el libro de Apocalipsis”, Theo 15, no. 1 (2000): 14.

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Doukhan, Secretos de Apocalipsis, 135.

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3. El juicio El juicio que se menciona en Apocalipsis 14:7 incluye: (1) el juicio pre advenimiento y (2) la segunda venida de Cristo. Ambos elementos son inseparables en la proclamación del mensaje del primer ángel. El juicio pre advenimiento El juicio que proclama el primer ángel es el mismo de Daniel 7:9-11 (cf. Dn 8:14).24 En este capítulo aparece un cuerno pequeño que gobierna y persigue por 3½ tiempos.25 Luego de este período de persecución, se inicia el juicio (v.9), y después sucede la venida del Hijo del Hombre.26 En Daniel 8 ocurre algo similar, el cuerno pequeño pisotea al santuario y a los santos (v. 12). Después de esta actitud, específicamente al terminar las 2 300 tardes y mañanas, se realiza la purificación del santuario (v. 14).27 Al hacer paralelismo entre Daniel 7 y 8, tanto el juicio del cap. 24 Como declara Jacques Doukhan, “por lo tanto, parece que el texto de Daniel 7 está más en la mente del autor que cualquier otro texto de Apocalipsis 14” (The Vision of the End [Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 1987], 60, 133). Véase, también, Ibíd., Secretos de Apocalipsis, 133-134. Por otra parte, Gregory Beale ha sugerido Daniel 4 como paralelo de Apocalipsis 14:6-8, por la variedad de elementos semejantes encontrados en ambos pasajes (The Book of Revelation, en The New International Greek Testament Commentary [Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1999], 750-754). No obstante, Daniel 7 es más aceptable puesto que no solo se encuentran elementos parecidos a los de Apocalipsis 14, sino que también el contexto escatologico relacionado al cuerno pequeño y al juicio es el mismo, algo que en Daniel 4 no sucede. 25 Para un estudio sobre el principio profético de “día por año”, véase William Shea, Estudios selectos sobre interpretación profética: Serie de la comisión de Daniel y Apocalipsis (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1990), 1:62-69; Merling Alomía, Daniel: El profeta mesiánico, vol. 2 (Lima, Perú: Editorial Imprenta Unión, 2007), 294-302; Alberto Timm, “El ‘simbolismo en miniatura’ y el ‘principio de día por año’ en la interpretación profética”, Theo 22, no. 1 (2007): 17-33; Clifford Goldstein, Ataque contra el lugar santísimo: Una respuesta contundente a recientes ataques contra el santuario y Elena de White, trads. Sergio Collins, Miguel Valdivia y Fernando Zabala (Miami, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2005), 120-128. 26 Para un mayor estudio sobre la imagen escatológica y judicial del “Hijo del Hombre” en Daniel 7, véase Arthur Ferch, “The Apocalyptic ‘Son of Man’ in Daniel 7” (ThD dissertation, Andrews University, 1979). 27 Estudios sobre la purificación del santuario y las 2300 “tardes y mañanas”, se encuentran en Richard Davidson, “In Confirmation of the Sanctuary Message”, JATS 2, no. 1 (1991): 93-114; William Shea, “Supplementary Evidence in Support of 457 B.C. as the Starting Date for the 2300 Day-Years of Daniel 8:14”, JATS 12, no. 1 (2001): 89-96; Gerhard F. Hasel, “The ‘Little Horn’, the Heavenly Sanctuary and the

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7 como la purificación del santuario del cap. 8 comienzan en la misma fecha, a saber, al culminar las 2 300 años; es decir, en 1844 DC.28 A partir de este año se juzga a los santos y al cuerno pequeño, y se purifica a estos mismos santos y al santuario celestial. ¿En qué consiste el juicio y la purificación que describen Daniel 7 y 8? Para comprender mejor ambos aspectos, se debe buscar un evento en que se juzgue y se purifique, al mismo tiempo, al santuario terrenal y a los hijos de Dios. Este evento, específicamente, es el “Día de expiación” de Levítico 16.29 En este día, Dios juzgaba y purificaba a los israelitas y al santuario. En Levítico 16:16, 30, 33-34 se lee: Hará, pues, expiación por el lugar santo a causa de las impurezas de los hijos de Israel […] así hará también con la tienda de reunión que permanece con ellos en medio de sus impurezas […] porque en este día se hará expiación por vosotros para que seáis limpios; seréis limpios de todos vuestros pecados delante del Señor […].

Doukhan, al respecto, indica: Hasta el día de hoy, los judíos celebran el Kippur como un día de juicio o de expiación. Durante todo el año uno se puede olvidar de Dios y de la religión, y cometer delitos. Pero hasta el villano más grande, si es judío, se arrepentirá el Día de Expiación y temblará al sonido del shofar, la señal del juicio divino. Los judíos identifican al Kippur con el Día del Juicio.30

Time of the End: A Study of Daniel 8:9-14”, en Symposium on Daniel, ed. Frank B. Holbrook (Washington, DC: Biblical Research Institute, 1986), 2:378-425. En adelante SD. Siegfried J. Schwantes, “‘Ereb boqer of Daniel 8:14 Re-examined”, SD, 2:462-474; Ángel M. Rodríguez, “El santuario”, TTA, 426-472. 28 Mientras que Daniel 7 afirma que el juicio pre advenimiento iniciaría en cualquier fecha después de los “tres tiempos y medio” (1260 días/años, que son los mismos 42 meses de Ap 13:5), es decir, después de 1798 DC; Daniel 8:14 revela la fecha específica: el juicio ha de comenzar después de haber finalizado las 2 300 tardes y mañanas. Para más información sobre las escenas de juicio en Daniel 7 y 8, véase William Shea, The Abundant Life Bible Amplifier: A Practical Guide to Abundant Christian Living in the Book of Daniel 7-12, ed. George Knight (Boise, ID: Pacific Press, 1996), 109111, 143-148. 29 Para un mayor estudio sobre este día solemne, véase S. David Sperling, “Day of Atonement”, en Encyclopaedia Judaica: Second Edition, ed. Fred Skolnik y Michael Berenbaum (Farmington Hills, MI: Keter Publishing House, 2007), 5:488-493; Merling Alomía, El año agradable de Jehová: Simbolismo y realidad de las fiestas del antiguo Israel (Lima: Ediciones Theologika, 2009), 152-162.

Secretos de Daniel, 129.

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En este día, los judíos se presentaban ante Dios (en el santuario) para participar del juicio que él iba a emitir. Solo los que estaban arrepentidos de sus pecados y confiaban en la sangre del macho cabrío, en la intercesión del sumo sacerdote y en la misericordia y la justicia de Dios, eran purificados (un juicio “a favor de los santos”, cf. Dn 7:22). No obstante, los rebeldes eran condenados (Lev 23:29-30). De esta manera, se veía tanto la justicia como la misericordia divinas. El día de expiación, a la luz de Daniel 8:14 y 7:9-11, tiene una cosmovisión escatológica. Así como se purificaba el santuario terrenal en este día, de la misma forma el santuario celestial es purificado en Daniel 8:14. Y así como se juzgaba al pueblo el 10 de Tishri, también los santos son juzgados en Daniel 7:22. Al respecto, Roy Gane declara: “No es simplemente un día ceremonial oficiado por un sumo sacerdote israelita; esto es un clímax escatológico ante una lucha cósmica sobre el señorío y la adoración”.31 Teniendo estas consideraciones, se puede comprender mejor el juicio que proclama el primer ángel: (1) En este juicio incluyen los santos y los rebeldes. Los santos, según el contexto de Apocalipsis 14, son aquellos que aceptan el evangelio eterno (14:6) y “guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (v. 12). En el caso de los rebeldes, son los que han rechazado la verdad del evangelio, pisotean la ley de Dios y desconfían del “testimonio de Cristo”.32 (2) El juicio es a favor de los santos y en contra de los rebeldes. Los santos no deben sentir miedo ante el juicio, por el contrario, deben estar siempre regocijados al saber que este acto es a favor de ellos (Dn 7:22). Los únicos que deben sentir pavor son los impenitentes. Por tanto, este juicio es para salvación.33 (3) En este juicio se revela la misericordia y la justicia de Dios tanto para los santos como para los rebeldes. “Judgment as Covenant Review”, JATS 8, no. 1-2 (1997): 184.

31

A la luz de Daniel 7 y 8, el juicio, también, lo recibe el cuerno pequeño (el anticristo).

32

Para un estudio sobre el juicio como salvación, véase Jiří Moskala, “The Gospel According to God’s Judgment: Judgment as Salvation”, JATS 22, no. 1 (2011): 28-49. 33

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(4) Aquellos que han participado de este juicio y llegaron a ser declarados justos, mostrarán los frutos respectivos. (5) El principal objetivo de este juicio, según Roy Adams, es la vindicación de Dios, de su santuario y de los santos.34 Gracias a este proceso, los seres celestiales declararán: “Porque sus juicios son verdaderos y justos” (Ap 19:2), mostrándose así la justicia y la misericordia de Dios ante los seres no caídos. Por medio de este juicio, el remanente invita a los moradores de la tierra a aceptar o a rechazar la salvación; a ser partícipes de este juicio con el fin de que Dios los declare justos. Recuérdese que sin la justicia de Cristo nadie podrá ir al cielo. Precisamente, aquella justicia es imputada e impartida gracias al acto redentor que Cristo efectuó en la cruz y a su labor mediadora y judicial en el santuario celestial. La segunda venida de Cristo35 Como se mencionó, el “juicio” que proclama el primer ángel incluye el juicio pre advenimiento y la segunda venida de Cristo. El remanente no solo proclama lo que Dios está haciendo ahora por nosotros (desde 1844 DC), sino también lo que él hará cuando regrese por segunda vez. El advenimiento tiene, por lo menos, cuatro objetivos: (1) Librar a los santos de la gran persecución. La Palabra de Dios menciona que antes del segundo retorno del Señor Jesús, habrá una terrible persecución que la causará el anticristo (el poder papal). Esta fue profetizada por Daniel (12:1), el Señor Jesucristo (Mt 24:21-22; Mr 13:19, 24) y el apóstol Juan (Ap 3:10; 7:14; 13:14-18). Esta persecución será acortada “por causa de los escogidos” (Mt 24:22). (2) Dar el veredicto final del juicio pre advenimiento. Desde el año The Sanctuary: Understanding the Heart of Theology (Hagerstown, MD: Review and Herald,

34

1993), 128.

35 Para un mayor estudio sobre la segunda venida de Cristo, véase Richard P. Lehmann, “Segunda venida de Jesús”, TTA, 1003-1038; Jack J. Blanco, “Deceptive View son the Second Coming”, JATS 5, no. 2 (1994): 116-135; Arnold Wallenkampf, La demora aparente: ¿Depende de nosotros el día y la hora del regreso de Cristo? (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1997).

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1844 DC, el Señor ha estado juzgando a cada persona que profesa ser hijo suyo. Este proceso judicial culminará con la parusía. Según el registro bíblico, el Señor vendrá solo para dar el veredicto, y para revelar quién irá para vida eterna y quién irá para muerte eterna (véase Jn 5:29; Heb 10: 26-30; 2 Co 5:10; 1 P 4:17; Ap 20:12; 22:12). (3) Revelar el poder y la gloria de Jesucristo. Cuando el Señor conversó con los del sanedrín, les dijo: “[…] os digo que desde ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder, y viniendo sobre las nubes del cielo” (Mt 26:64), indicando que los que le traspasaron le verán venir en gloria y majestad; ellos resucitarán en la segunda venida (Ap 1:7). El objetivo de esta “resurrección especial”, será mostrar la gloria de Cristo; la que, supuestamente, en el pensamiento judío del primer siglo, Jesús no poseía.36 (4) Vindicar la justicia y la misericordia de Dios. La justicia y la misericordia de Dios fueron y están en tela de juicio. ¿Él es justo y misericordioso, o es injusto y no amoroso? En la cruz se observó tanto la justicia como el amor divinos. No obstante, no todo se respondió en el calvario. Precisamente, la segunda venida corroborará, una vez más, que el Señor es justo y amoroso a la vez. Por una parte, él llevará a sus hijos a la patria celestial; por otra parte, él juzgará a cada uno según sus obras. Al final de la cosas, todo ser viviente declarará: “PORQUE SUS JUICIOS SON VERDADEROS Y JUSTOS, pues ha juzgado a la gran ramera que corrompía la tierra con su inmoralidad, y HA VENGADO LA SANGRE DE SUS SIERVOS EN ELLA” (Ap 19:2). Por medio de este mensaje, el remanente proclama la segunda venida gloriosa y visible del Mesías Jesucristo. El remanente no enseña el “rapto secreto”, puesto que no es bíblico; al contrario, prepara al mundo para un acontecimiento universal que “todo ojo lo verá” (Ap 1:7). En conclusión, el pueblo de Dios escatológico no debe dejar de predicar este mensaje judicial. El mundo no solo necesita el amor de Dios, también necesita recibir y permanecer con la justicia de Cristo, el cual es uno de los objetivos del juicio pre advenimiento. Asimismo, cada ser humano debe reconocer que el Señor Jesucristo vendrá pronto, y que se debe preparar desde ahora. 36 Para un mayor estudio acerca del pensamiento judío sobre el Señor Jesucristo en el primer siglo y su actitud de rechazo, véase Oscar Mendoza, “Rechazando al más esperado”, Berit Olam 5, no. 1-2 (2008): 85-93.

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4. El creacionismo El mensaje del primer ángel también invita al mundo a “adorar al Creador”. No obstante, este no es un simple llamado a adorar; este implica: (1) adorarle únicamente a él, (2) adorarle en su día y (3) aceptar el relato literal de la creación.37 Adorarle únicamente a él En un mundo donde el centro del universo y del conocimiento es el hombre, y en algunas religiones la naturaleza, el remanente proclama: “adorad al creador”. Este mensaje reconoce a Dios como el Originador y el Sustentador de las cosas (Heb 1:3). Como tal, la honra y la gloria son únicamente para él; esto implica que ni el hombre ni la naturaleza deben de autoproclamarse el centro del universo, mucho menos auto adorarse o dejarse adorar, o ser instrumento de adoración (Is 40:25). Este mensaje invita a adorar únicamente al Creador y no a la creación. Como declara Evis Carballosa: La humanidad ha estado en rebeldía contra Dios. Los hombres han adorado ‘a las criaturas antes que al Creador’ (Ro 1:25). Los humanistas y racionalistas han atribuido la existencia del universo a causas fortuitas y han negado la misma existencia de Dios. Ahora, en la consumación de los siglos, los hombres son llamados a reconocer y adorar al soberano Creador del cielo y tierra (Hch 14:15-17).38

En el contexto escatológico, que Dios sea el centro de la humanidad y no la creación es relevante, puesto que las dos bestias de Apocalipsis 13, que son poderes humanos (cf. Dn 7:17), exigirán adoración. Para lograr este objetivo, la primera bestia demandará que le adoren (vv. 3-5, 12-15) y la segunda bestia hará “grandes señales”, supuestamente divinas, con el fin 37 Para el primer mensaje, como síntesis de esta parte, no existe evolucionismo ni la vida después de la muerte. Ambos puntos de vista contradicen la creación de Dios tal cual es presentada en las Escrituras. Por un lado, el evolucionismo trata de contrariar el inicio de la vida; por otro lado, la inmortalidad del “alma” el fin de ella.

Apocalipsis: La consumación del plan eterno de Dios (Grand Rapids, MI: Portavoz, 1997), 283.

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de engañar a los moradores de la tierra (vv. 13-14) y así honrar a la primera. Frente a esta situación, el remanente invita a “adorad al Creador”, y no a la bestia. Como todo lo creado vino de Dios, él es el único que debe ser adorado; no un ser humano, tampoco una imagen, mucho menos un muerto. Toda alabanza, obediencia y oración han de ser dirigidas al ser que nos creó, nos redimió y nos sustenta; y no a ningún ser creado, por más obrador de milagros que sea. Teniendo esto en cuenta, la batalla final tendrá como base las siguientes preguntas: ¿Quién es el centro del universo? ¿Quién debe ser adorado: las bestias espantosas de Apocalipsis 13 que hacen “señales prodigiosas” o Dios que hizo “los cielos y la tierra”? Adorarle en su día Existe un paralelismo entre el mensaje “adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” del primer ángel y Éxodo 20:4, 11.39 Este permite relacionar la adoración, el segundo y el cuarto mandamientos, lo que implica adorar a Dios en el día que él estableció como santo: el sábado.40 Este, como tal, es un memorial de la creación (Éx 20:8-11) y la redención (Dt 5:12-15) del hombre. Por una parte, como memorial de la creación, toda persona, en este día, recuerda que vino a la existencia por obra de un creador, y que lo que él es y tiene, es gracias al infinito amor de Dios al darle y sustentarle la vida; por esta razón, la adoración es exclusivamente para el Señor. Como Al respecto, Josephine Massyngberde Ford declara: “El ángel heraldo en 14:6, 7 anuncia la reafirmación del decálogo y la adoración de un solo Dios, en oposición a la adoración de la imagen (13:15) el cual violó los mandamientos. La referencia a Dios como Creador es entendido a la luz de la referencia al cielo, tierra, y el agua debajo de la tierra de Éxodo 20:4” (Revelation, en The Anchor Bible Commentary, eds. I. Howard Marshall y Donald A. Hagner [Doubleday, NY: Doubleday, 1975], 38:248). Asimismo, Ekkehardt Müeller comenta, “lo escrito en 14:7 especifica el cuarto mandamiento. Adorar a Dios como Creador también implica guardar su día santo, el día que Él instituyó en la creación como una conmemoración de la creación” (“The End Time Remnant in Revelation”, JATS 11, no. 1-2 [2000]: 194). De igual manera, los editores de la 4ta edición del Griego del Nuevo Testamento notan en el margen que Apocalipsis 14:7b es una alusión a Éxodo 20:11 (Stefanovic, 416). 39

40 Para un estudio sobre el sábado, véase Samuelle Bacchiocchi, Divine Rest for Human Restlessness (Rome: Pontificial Press, 1980); Kenneth Strand, “Sábado”, TTA, 556-605; Alberto Timm, El sábado en las Escrituras: Doctrina, significado y observancia (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2010).

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parte de esta adoración, cada humano, según el mandamiento, reposaría el día sábado. Por el contrario, si la persona no guarda este día, corre el riesgo de convertirse en ateo, evolucionista, evolucionista teísta, humanista, postmodernista, etc. Por otra parte, el sábado, como memorial, recuerda los actos salvíficos de Dios. Observarlo ha permitido recordar que el único que nos ha librado de la esclavitud del pecado es el mismo Creador y, como tal, debe ser adorado. Guardarlo evitará tener un pensamiento exagerado de la ley, impedirá que seamos orgullos creyendo que somos salvos por nuestras obras e imposibilitará la decepción y amargura, puesto que aumentará nuestra esperanza para una vida mejor en el presente y en el futuro. Dios es adorado por estos dos motivos: Él es el creador y el redentor. Esta adoración, como respuesta, se ha de realizar de la manera como él pide, a saber, guardando sus mandamientos. El cuarto mandamiento, como memorial, tiene dos objetivos: (1) adorar al Creador y Redentor y (2) recordar sus acciones en nuestro favor. Son por estas razones que Satanás siempre ha tratado de abolir el sábado, y en la crisis venidera él intentará hacer lo mismo. Él ambicionará que la creación únicamente adore a la bestia que sube del mar en el día impuesto por esta, y que no adore a Dios en el día que él estableció. Aceptar el relato literal de la creación según las Escrituras La verdad bíblica de la creación ha estado en tensión en las últimas décadas. Si bien es cierto el adventismo cree en la creación en seis días literales, tal cual enseña Génesis 1 y 2, hoy en día, muchos, como el catolicismo y gran parte del mundo protestante, han tergiversado lo que realmente dice las Escrituras acerca de la creación. El concepto, a parte de la evolución de la especies presentada por Charles Darwin en 1859,41 que está en boga y que ha generado tensión en el adventismo, es el evolucionismo teísta. Esta teoría enseña que, si bien es cierto Dios creó la materia, él se valió de la evolución como método para crear al ser humano y a la naturaleza. Esta evolución, la cual implica la ley de 41 Una respuesta al evolucionismo, de parte de un científico creacionista, está en Ariel A. Roth, La ciencia descubre a Dios: Siete argumentos a favor del diseño inteligente, trad. Cantábriga, S. C. (Barcelona: Safeliz, 2009).

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la supervivencia y, por ende, la muerte y la destrucción, duró miles de años produciéndose así la creación; por tanto, la creación en seis días literales no es aceptable. Sin embargo, esta teoría genera muchas interrogantes e interpretaciones que contradicen a las Escrituras. Por esta razón, es importante evaluarla y ver qué riesgos trae aceptarla. Reflexionemos: ¿Es posible que un ser perfecto como Dios cree seres imperfectos, para que estos, evolucionando, se perfeccionen? ¿Es aceptable que Dios, quien es amor y actúa en base a ello (1 Jn 4:8), utilice la muerte y la destrucción como métodos de creación, y luego pida a sus criaturas “permaneced en mi amor” (Jn 15:9, 10)? ¿Es sostenible que el Señor, siendo omnisapiente y omnipotente a la vez, haya demorado miles de años en hacer la tierra, si él, con dicho poder, pudo y puede crearla en tan solo un día, en una hora, y hasta en un minuto? ¿No declara el Salmo 19:4 que Dios creó la tierra únicamente con su voz? ¿Cómo es que el omnipotente Creador usó la evolución para la existencia de la creación? ¿Cabe la posibilidad de que Dios, quien es santo y no tiene nada que ver con el pecado ni con la muerte, utilizó y permitió el desorden y la destrucción para que su creación evolucione? ¿No dice las Escrituras que “la paga del pecado es la muerte” (Ro 6:23) y que el originador del pecado es Satanás (Is 14:12-14)? Además, ¿Cómo Dios va castigar al pecador con la destrucción final (Ap 20:14-15), si la muerte fue usada por él en la creación?42 Si el Creador utilizó la evolución, que implica destrucción y muerte, esto haría pensar que el hombre no fue el causante del pecado ni de la muerte en la tierra, sino el mismo Dios. Si la raza humana no fue la responsable del pecado ¿De qué se lo va a juzgar? Si la muerte y la destrucción estuvieron antes de la creación ¿De qué se le va a librar? ¿De la muerte, de la destrucción; si, después de todo, estos dos componentes fueron parte de la metodología de Dios para crear? Si la muerte y la destrucción existieron antes del pecado, entonces ¿Para qué vino Cristo a morir por el ser humano, si nosotros no so42 Norman Gulley, “¿Es el Génesis un relato literal de la creación?”, en Volviendo a los orígenes: entendiendo el pentateuco, VI simposio bíblico-teológico sudamericano, eds. Merling Alomía et al. (Lima: Theologika, 2006), 53-60. En adelante VLO.

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mos responsables de todo esto? Además, ¿No dice las Escrituras que la muerte de Jesús tenía como objetivos “salvar lo que se había perdido” (Jn 3:17) y desenmascarar al responsable de la muerte, a saber, al Diablo (1 Jn 3:8; Heb 2:14)? Si la muerte y la destrucción estaban dentro de los planes de Dios para la creación, entonces, la muerte de Cristo no salvó a nadie, y al único que se desenmascaró fue a Dios.43 Si los días de la creación duraron miles de años, por lo tanto, el séptimo día también tendría que durar mil (es) de años. Si es así, ¿Cómo es posible que Dios ordene guardar el séptimo día y prepararse un día antes para reposarlo (Éx 20:8-11; 16)?44 Si el Señor demoró miles de años para crear los cielos y la tierra, entonces, también se demoraría miles de años para recrear los “nuevos cielos y la nueva tierra” (Ap 21:1), puesto que también utilizaría el mismo método con el cual creó por primera vez la tierra. ¿Cuán esperanzador sería el reino eterno que Dios creará, si en su primera creación utilizó la destrucción y la muerte como métodos? De hecho, toda esperanza de un mundo mejor quedaría en la nada. Como se ve, el evolucionismo teísta afecta las verdades bíblicas de la creación, la salvación, la segunda venida, el pecado, la naturaleza del hombre, la ley de Dios, el sábado, el juicio divino, el gobierno y el reino eterno de Dios, etc. Por tal motivo, aceptar esta teoría es poner en tela de juicio la veracidad de la Palabra de Dios y presentar a la Biblia como un libro lleno de contradicciones y especulaciones acerca de nuestros orígenes, nuestra salvación y nuestro futuro. Sobre todo, distorsiona la imagen de amor y justicia de nuestro Dios.45 Por estas razones, solo queda objetarla. Ibíd., 48.

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Sin duda, la orden de reposar el día sábado determina que los días de la semana de la creación también fueron de 24 horas y no miles de años, como plantea el evolucionismo “teísta”. 44

45 El evolucionismo teísta no tiene nada de teísta. Al contrario, es ateísta totalmente. Si esta teoría fuera teísta, ¿Por qué presenta una imagen deformada de Dios? No hay duda, al aceptar esta hipótesis, el ser humano llegará a rechazar al Creador y a su naturaleza como Ser divino. Para una defensa bíblica del creacionismo frente al evolucionismo teísta, véase Marco Terreros, “Death before the Sin of Adam: A Fundamental Concept in Theistic Evolution and Its Implications for Evangelical Theology” (PhD Dissertation, Andrews University, 1994); Norman R. Gulley, “Creation: The Foundational Importance of Scripture as Revelation”, JATS 15, no. 1 (2004): 91-124; Ibíd., “El desafío de la evolución teísta a la doctrina bíblica de la creación”, Theo 19, no. 2 (2004): 228-253; Víctor Choroco,

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Teniendo esto en cuenta, “adorar al Creador” también implica aceptar el relato literal que registra Génesis 1 y 2. En estos tiempos, no basta obedecer sus mandamientos, sino también aceptar lo que declara las Escrituras, a saber, que la creación no vino de ninguna especie o materia anterior, mucho menos de una gran explosión. Tanto la naturaleza como el ser humano fueron creados por Dios en seis días de 24 horas y no en cientos ni miles de años. En una época cuando el mensaje bíblico de la creación está siendo distorsionado y atacado por distintos pensamientos y religiones, el remanente proclama que el ser humano fue creado por Dios y no vino de la naturaleza, puesto que ella también vino de Él. Los cielos y tierra fueron hechos por su Palabra en seis días literales y no en un lapso de tiempo mayor. Por ser nuestro Creador, a Él se le debe adorar; no a la bestia ni a su imagen, sino a Él. Esta adoración se manifestará a través de la observancia a los diez mandamientos, especialmente la del día de reposo. Segundo mensaje angélico (14:8) En este mensaje se proclama la caída de Babilonia, que incluye el juicio condenatorio que recibe y la advertencia a salir de ella (Ap 18:4). 5. La caída de “Babilonia la grande” El remanente también proclama la “caída de Babilonia”. En esta sección se estudiará su identidad y el significado de su caída. Identidad de Babilonia Identidar la “gran Babilonia”46 es complejo. No obstante, el estudio de Ezequiel 16, Isaías 21, Jeremías 51 y las seis veces en que aparece “El argumento de perfección: Una respuesta al evolucionismo teísta”, Theo 18, no. 2 (2003): 450-475. Según Gregory Beale y Sean M. McDonough, Commentary on the New Testament Use of the Old Testament, eds. G. K. Beale y D. A. Carson (Grand Rapids, MI: Baker Academy, 2007), 1132, la expresión “gran Babilonia”, probablemente, tiene como alusión el nombre de la ciudad expresado en Daniel 4:30. Este capítulo registra a Nabucodonosor auto glorificándose porque, según este rey, fue él el responsable de aquella grandeza. Como resultado de su orgullo, el reino se le fue quitado (v. 31). 46

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en Apocalipsis (14:8; 16:19; 17:5; 18:2, 10, 21), será de gran ayuda. Estos textos permitirán identificar esta figura. (1) “Babilonia la grande”, por el contexto escatológico y figurativo en el que aparece (14:8; 17:1-5), es simbólico y no literal.47 Este no será el imperio babilónico antiguo restaurado, como muchos piensan,48 puesto que actualmente no existe.49 (2) Babilonia, en el AT, ha sido enemiga de Dios y de su pueblo. Fue esta la que llevó cautivo a Israel (Judá) y profanó el santo templo de Dios, tomando los vasos de oro (Dn 1:2); por tanto, este reino connota idolatría y violencia (persecución). Desde esta perspectiva, Babilonia apocalíptica es un poder que blasfema el nombre de Dios y oprime al remanente (17:5, 14).50 (3) En Ezequiel 16, Israel, como pueblo de Dios en el AT, es presentado como “Babilonia” por la apostasía que acarreaba en ese momento, y se lo describe como una prostituta llena de halagas y de vestidos (vv. 15-18). Según la relación Babilonia- pueblo de Dios (Israel), “Babilonia” implica apostasía. Teniendo esto en consideración, la relación Pueblo de 47 Considérese el contexto simbólico en el que aparece esta imagen. Por ejemplo, en el capítulo 14: “la bestia”, “la marca de la bestia” (vv. 9-10), “los 144 000” (vv. 1, 3), “el Cordero” (v. 4), etc. En el capítulo 17: “gran ramera” (v. 1), “aguas” (v. 1), “bestia” (v. 8), “pelearán contra el Cordero” (v. 14), etc. 48 Entre ellos, Charles H. Dyer, “The Identity of Babylon in Revelation 17-18” (Master Th., Dallas Theological Seminary, 1979); Ibíd., “The Identity of Babylon in Revelation 17-18: Part 1”, Bibliotheca Sacra 144, no. 575 (1987): 305-316; Ibíd., “The Identity of Babylon in Revelation 17-18: Part 2”, Bibliotheca Sacra 144, no. 576 (1987): 433-449; Carballosa, 325-331; C. Dyer y A. E. Hunt, The Rise of Babylon: Sign of the End Times (Wheaton: Tyndale, 1991); Kenneth W. Allen, “The Rebuilding and Destruction Babylon”, Bibliotheca Sacra (1976): 19-27; Thomas D. Ice, “Babylon in Bible Prophecy”, Pre-Trib Research Center (2009): 1-3; Thomas R. Edgar, “Babylon: Ecclesiastical, Political, or What?”, Journal of the Evangelical Theological Society 25, no. 3 (1982): 333-341. En adelante JETS. John Walvoord y R. Zuck, The Bible Knowledge Commentary (Wheaton, IL: Victor Books, 1985), 973; J. A. Seiss, The Apocalypse: Lectures on the Book of Revelation (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1964), 397. 49 Los dispensacionalistas, promotores del rapto secreto, creen que “Babilonia” será el mismo imperio restaurado que reaparecerá en el futuro. Sin embargo, tal interpretación no respeta la naturaleza simbólica de Apocalipsis. Recuérdese que en el AT se profetizó que el imperio babilónico “nunca más será poblada […] y sus días no se prolongarán” (Is 13:19-22; 48:14; Jer 50:2-10). Sobre el cumplimiento profético veterotestamentario de la caída del imperio neo babilónico, véase Homer Heater, Jr., “Do the Prophets Teach that Babylonia will be Rebuilt in the Eschaton?”, JETS 41, no. 1 (March, 1998): 23-44. 50 Hay similitudes entre Babilonia antigua y Babilonia escatológica. Por un lado, Babilonia antigua persiguió al pueblo de Dios, fue idólatra y blasfemó el nombre de Dios. Por otro lado, Babilonia escatológica “bebe la sangre de los santos” (Ap 17:4), embriaga a las naciones (14:8) y tiene “nombres blasfemos” (17:3).

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Dios- Apostasía- Babilonia permite interpretar que Babilonia apocalíptica representa a un poder o sistema político–religioso (cristiano), un falso “pueblo de Dios” que está en apostasía, es la cristiandad apóstata. Como ha rechazado la Palabra de Dios, esta no es poseedora de las promesas divinas. Según LaRondelle, “la Babilonia apocalíptica, entendida como la cristiandad apóstata, culmina en una alianza de poderes eclesiásticos y políticos civiles para consolidar el dominio religioso sobre la tierra”.51 En conclusión, Babilonia apocalíptica representa a toda la cristiandad apóstata, que incluye tanto el poder papal como el protestantismo apóstata, que estarán en contra del remanente. Este sistema, según Apocalipsis 13 y 17, será liderado por la bestia que sube del mar. La “caída” de Babilonia En Apocalipsis, la “caída de Babilonia” significa: (1) Sus actos de inmoralidad (14:8; 17:5; 18:2) e idolatría, las cuales también se relacionan con las verdades bíblicas que están en los Mta. Por una parte, Babilonia embriaga a las naciones con falsas enseñanzas, con el objetivo de que estas rechacen el poder salvífico de Dios y las verdades reveladas en la Biblia. Por otra parte, el remanente testifica para reconocer el poder salvífico de Cristo y las verdades que se encuentran en su Palabra, en especial las que están en los Mta. (2) Esta caída, según el mensaje del segundo ángel, es un anuncio que profetiza su destrucción total (16:19; 18:10, 21), la cual se realizará en el “juicio a la ramera” (18:21-24). Este anuncio tiene como objetivo indicar que Babilonia está condenada. A pesar de su existencia, ella ya obtuvo la 51 LaRondelle, “Remanente y mensajes de los tres ángeles”, TTA, 985. Véase, también, Ibíd., “Babylon: Anti-Christian Empire”, SR-Book 2, 7:157-163; Ibíd., Las profecías del fin, 407-12. Los siguiente teólogos piensan de manera similar a LaRondelle; entre ellos, Don L. Garilva, “The Development of Ellen G. White’s Concept of Babylon in The Great Controversy”, JATS 18, no. 2 (2007): 223242; Ekkehardt Müeller, “Introduction to the Ecclesiology of the Book of Revelation”, JATS 12, no. 2 (2001): 213; Stefanovic, 448; Mario Veloso, Apocalipsis y el fin del mundo (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1999), 183-4; Clifford Goldstein, “La crisis económica mundial ¿una predicción bíblica?”, Revista adventista, julio, 2010, 7; Fernando Chaij, El drama inminente (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2001), 122.

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condena eterna y todo aquel que permanezca en ella, será destruido (14:10). Es por esta razón que el remanente invita a salir de Babilonia (18:4). A través del segundo mensaje, el remanente proclama la caída de la gran ramera e invita al pueblo de Dios a salir de ella, con el fin de no continuar en la apostasía (Ap 18:4). El remanente no debe olvidar que también ha sido llamados para rescatar al pueblo de Dios invisible de las manos de este poder opresor.52 Tercer mensaje angélico (14:9-12) De este mensaje se extraen cuatro verdades: (6) el sello de Dios y la marca de la bestia, (7) los mandamientos de Dios, (8) la fe de Jesucristo y (9) el santuario. Este mensaje, en la actualidad, se debe proclamar con un fin preventivo y no condenatorio. 6. El sello de Dios y la marca de la bestia53 El tercer mensaje declara: “no adorar a la bestia” y “no recibir su marca” (v. 9).54 ¿En qué consistirá dicha marca o señal? Para responder esta pregunta, se debe considerar tres puntos importantes: (1) la unidad literaria de Apocalipsis 12 al 14, (2) los textos de Apocalipsis 12:17 y 14:12 que declaran que el remanente “guarda los mandamientos” y “tiene el testimonio/ fe de Jesús” y (3) el remanente, la bestia y su marca aparecen en el mismo contexto escatológico. Con estas tres consideraciones, se señala lo siguiente:

52 Joel Musvosvi señala: “Al considerar la naturaleza de la Babilonia mística o espiritual, debemos recordar que simboliza el sistema de creencias de las entidades que la caracterizan, no a sus miembros individuales. Los miembros de estos sistemas están invitados a elegir entre los sistemas falsos de creencias de Babilonia y el verdadero sistema descrito en la Biblia. No es correcto decir que los miembros de las organizaciones a las que pertenecen incluyen Babilonia” (“El mensaje del primer ángel”, en Lecciones de escuela sabática [Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, julioseptiembre, 2001], 77). 53 Si bien es cierto el sello de Dios no es una “verdad bíblica”, sino solo una señal espiritual, el objetivo de esta parte es enfatizar el reposo sabático como una señal.. 54 La palabra “marca” aparece en el NT en Hechos 17:29 y Apocalipsis 13:16, 17; 14:9, 11; 19:20, y siempre se relaciona con la idolatría y con la marca de la bestia. En Apocalipsis, esta marca está en un contexto de adoración mundial (13:12-18).

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(1) Si los “mandamientos” y el “testimonio” distinguen al remanente, y “la marca” a sus opositores, entonces, “la marca” está en oposición a los “mandamientos”, al “testimonio” o ha ambos. (2) En las Escrituras, los “mandamientos”,55 incluyendo el reposo sabático (Éx 31:13, 17; Ez 20:12, 20), generalmente se los considera como señales; como tales, en el tiempo del fin, estos serán la contraparte de la “marca de la bestia”. (3) En Apocalipsis 13:12-18, la bestia que sube del mar no batalla contra los diez mandamientos, sino solo contra los cuatro primeros.56 Por tal motivo, la “marca de la bestia” 57 está en oposición a estas cuatro leyes; en especial, por las acciones de la bestia y la alusión al sábado en Apocalipsis 14:7, en contra del cuarto mandamiento. De esta manera, el reposo sabático se conviertirá en la señal espiritual y visible de adoración al Creador. En síntesis, la “marca de la bestia” será una señal espiritual que la recibirán aquellos que estén en oposición a los cuatro primeros mandamientos, principalmente en contra del cuarto. Esto implica que la bestia impondrá un falso día de reposo como señal de adoración: el domingo. Al dejarse marcar, los seguidores de la bestia se someterán a su dominio y 55 A la luz de Apocalipsis 12 al 14, estos “mandamientos” son los diez de Éxodo 20. Para un estudio sobre los “mandamientos de Dios” y su papel escatológico, véase William Shea, “The Controversy over the Commandments in the Central Chiasm of Revelation”, JATS 11, no. 1-2 (2000): 216-231; Oscar Mendoza Orbegoso, “Alusiones al sábado en Apocalipsis 12 al 14”, BOlam 7, no. 1 (2010): 156-162. 56 Los cuatro primeros mandamientos de Éxodo 20 ordenan: “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (v. 3), “No te harás ídolo, ni semejanza […] ni las adorarás” (vv. 4-5), “no tomarás el nombre de Dios en vano (v. 7)” y “Acuérdate del día de reposo […]. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, más el séptimo día es día de reposo para el SEÑOR tu Dios; no harás en él obra alguna”. Sin embargo, la primera bestia hace que el mundo lo adore (vv. 5, 8) y también blasfema el nombre de Dios (vv. 1, 5-6); no solo eso, la segunda manda que los hombres “hagan una imagen de la bestia” (v. 14). Por último, mientras que el Señor decretó no hacer obra alguna en su día, la bestia que sube del mar se atribuye la autoridad divina y prohíbe “comprar ni vender, sino el que tuviese la marca” (v. 17). Todas estas acciones indican que los secuaces de Satanás en contra de los cuatro primeros mandamientos. Véase Anthony MacPherson, “The Mark of the Beast as a ‘Sign Commandment’ and ‘Anti-Sabbath’ in the Worship Crisis of Revelation 12-14”, AUSS 43, no. 2 (2005): 277; Jon Paulien, “Revisiting the Sabbath in the Book of Revelation”, JATS 9, no. 1-2 (1998): 179-186; João Antônio Rodrigues Alves, “O Sábado no Apocalipse e sua Relação com a Crise Final”, DavL (2010): 59-67. 57 Estudios sobre la marca de la bestia en Apocalipsis 13:18, incluyen: Mervyn Maxwell, “The Mark of the Beast”, SR-2, 7:41-132; Carlos Olivares, “Elementos para descifrar el 666: Una propuesta”, DavL 8, no. 1 (2009): 31-58; Enrique Treyer, “Fuego del cielo y marca de la bestia: un estudio exegético de Apocalipsis 13:11-18”, Theo 12, no. 2 (1999): 78-101; Mendoza, “Alusiones al sábado”, 192-197.

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decidirán serle fiel; lo que involucrará rechazar la ley de Dios y, por ende, su autoridad. Asimismo, el tercer mensaje advierte que aquellos que decidirán tener la “marca” serán castigados con la “ira de Dios” (14:10), enfatizando así las consecuencias de recibir esta marca. El remanente, conociendo que el cumplimiento de esta profecía es para el futuro y no necesariamente para el presente,58 debe continuar proclamando este mensaje con un fin preventivo y no condenatorio. El énfasis de esta verdad es darle el debido lugar a la ley de Dios y no condenar a los que la rechazan. 7. Los mandamientos de Dios Según Apocalipsis 12:17 y 14:12, el remanente “guarda los mandamientos de Dios”. ¿A qué mandamientos se refieren? Indiscutiblemente, como se mencionó, a los diez de Éxodo 20. Esto implica que el remanente, en el tiempo del fin, invitará a todo ser humano a aceptar y a obedecer la ley divina. Dicha invitación y observancia, por lo menos, implica cuatro puntos importantes: (1) La ley de Dios se convertirá en el blanco de ataque de Satanás y en el centro de la controversia final. Sin embargo, no todos los mandamientos estarán inmersos en este conflicto; al revisar los capítulos 13 y 14, los cuatro primeros serán el centro de ataque de las bestias, especialmente el cuarto. (2) El decálogo no fue abolido en la cruz ni en algún otro lugar o momento, mucho menos por alguna persona. Apocalipsis 12:17 y 14:12 son textos explícitos que indican la relevancia de la ley en el tiempo del 58 Cuando se menciona que este mensaje es para el futuro y no necesariamente para el presente, es porque lo que registra Apocalipsis 13:12-18, el contexto de la marca de la bestia, aún no se ha cumplido. Las acciones de la bestia que sube de la tierra, la marca de la bestia y la persecución final son acontecimientos futuros. No obstante, los eventos que están ocurriendo determinan que estos sucederán muy pronto. Véase Clifford Goldstein, El gran compromiso: Cómo católicos y protestantes están desvirtuando la Reforma y cumpliendo la profecía (Miami, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2001); Ibíd., El día del dragón: Los eventos actuales preparan el escenario para el cumplimiento de la profecía, trad. Mario A. Collins (Miami, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 1994); Marvin Moore, ¿Será que podría pasar? Apocalipsis 13 a la luz de la historia y los sucesos actuales, trads. Ricardo Bentancur, Edwin López y Miguel Valdivia (Miami, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2008).

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fin. Si estos se abolieron en la cruz, entonces ¿Por qué fueron profetizados en el libro de Apocalipsis? (3) La ley es el reflejo del carácter de Dios: el amor (Ro 13:8-10). Al guardarlos, el remanente manifiesta el amor a su Señor y a sus semejantes. (4) La observancia de los mandamientos es el fruto de la fe. Como los hijos de Dios fueron justificados al haber aceptado el “evangelio eterno”, ahora ellos guardan la ley. La observancia a la ley divina indica cómo vive un justo. En conclusión, los “mandamientos de Dios” son los diez de Éxodo 20, y cumplirán un papel preponderante en la crisis venidera. Estos no fueron abolidos; no obstante, en el contexto de Apocalipsis 13, las bestias intentarán eliminarlos con el objetivo de que los hombres no adoraren a Dios, pero sí a ellas mismas. El remanente, guardando los mandamientos, revela la necesidad de verdaderos adoradores, restaura la ley divina, muestra la fidelidad y lealtad de los santos. 8. La “fe de Jesús” Apocalipsis 14:12 registra que el remanente tiene la “fe de Jesús”. Para comprender mejor su significado, primero es importante saber en qué consiste el “testimonio de Jesucristo” que señala 12:17. Para ello, se relacionará Apocalipsis 12:17, 14:12, 19:10 y 22:8-10. Obsérvese el siguiente cuadro (la cursiva es para énfasis): 12:17 […] el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús.

14:12 […] los santos que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.

19:10 […] de tus hermanos que poseen el testimonio de Jesús; adora a Dios. Pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.

22:8-10 Y me dijo: No hagas eso; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas […]

(1) En 12:17, el remanente tiene el “testimonio de Jesús”; en 14:12, los santos guardan “la fe de Jesús”. Al comparar ambos textos, “testimonio” se relaciona con “fe”. Este paralelismo, más que indicar distintas caracte88


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rísticas del remanente, señala la fe del remanente en aquel testimonio. (2) Este testimonio, según 19:10, se define como el “Espíritu de profecía”, y está en paralelo con “tus hermanos los profetas” de 22:8-9.59 (3) El “Espíritu de profecía” es el mismo Espíritu Santo otorgando el don profético. Los que reciben este don se los llama “profetas” (1 Co 12:8, 10). El “testimonio de Jesucristo” es la revelación de Jesús dada a los profetas en el NT. Este incluye las verdades bíblicas enseñadas y confirmadas por Jesús cuando estuvo en la tierra.60 No obstante, no solo el NT trata acerca de Jesucristo, el Espíritu de profecía también profetizó de él en el AT. En Apocalipsis no se usa los términos “AT” para referirse a las profecías mesiánicas, por el contrario, se utiliza la expresión “Palabra de Dios” para señalar lo mismo. Hablar de la “Palabra de Dios” es hablar del testimonio del AT.61 Mario Veloso sintetiza esta idea de la siguiente manera: Guardan también el testimonio de Jesús. El testimonio del Apocalipsis, el testimonio de la revelación histórica, toda la Escritura y el testimonio escatológico, que es la revelación de Dios dada en el tiempo 59 Lo que se acaba de definir es muy importante. Algunos creen que el “testimonio de Jesucristo”, en Apocalipsis 12:17, es el “evangelio eterno”. No obstante, al analizar el “testimonio de Jesús”, parece que tal interpretación no es cercana al texto bíblico. El énfasis de la segunda característica del remanente es que este tiene o posee aquel “testimonio”, y no que lo predica o proclama. Además, como se acaba de ver, existe una definición explícita en 19:10, en paralelo con 22:8-10. Para mayor estudio, véase Gerald Pfandl, “The Remnant Church and the Spirit of Prophecy”, SR-Book 2, 7:304-306. Creer que el “testimonio de Jesús” es el “evangelio”, es limitarse únicamente en la “salvación” y dejar de lado otras verdades que enseña la Palabra de Dios. Al respecto, Fernando Canale señala: “Por eso, las verdades bíblicas no pueden limitarse a Dios y la salvación, como parecen sugerir otros modelos, sino que abarcan la sorprendente diversidad de verdades relacionadas entre sí en cuanto a Dios y sus obras. Los exégetas y los teólogos deben tener especial cuidado de no ahogar esta riqueza diciendo unilateralmente que solo son relevantes ciertas verdades salvíficas, descartando el resto. Obrar así pondría a los teólogos en un empeño reductor y distorsionador de la ‘esencia’ del mensaje cristiano, descartando la mayoría de las enseñanzas cristianas como si estuviesen condicionadas culturalmente y resultasen, por lo tanto, prescindibles” (“Revelación e Inspiración”, en Entender las sagradas Escrituras: Un enfoque adventista, ed. George Reid [Miami, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2006], 88-9. En adelante ESE). 60 El “testimonio de Jesús” en Apocalipsis 12:17 no solo incluye lo que está escrito en la Biblia, sino también la existencia de un profeta en el tiempo del fin. Según el texto, el remanente tendrá el don profético en sus filas. Dicho don lo recibió Elena de White. 61 Hans K. LaRondelle, “La palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo”, Ministerio adventista 322, 06, 2006, 26.

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del fin. El Espíritu de profecía completo.62

Por lo tanto, el remanente, al poseer el Espíritu de profecía, acepta y cree todo lo que los profetas escribieron en la Biblia. En otras palabras, este grupo escatológico es fiel a lo que está escrito en las Escrituras. Por ejemplo, si la Palabra de Dios enseña la perpetuidad de los diez mandamientos (Mt 5:17; Ro 3:31; 13:8-10; Stg 2:10; Ap 12:17), el remanente cree y los guarda. Si los profetas declararon la divinidad (Jn 1:1, 14, 18; Heb 1:8), la humanidad (Fi 2:5-8) y el mesianismo de Jesucristo (Jn 1:11, 4:25, 26), el remanente no rechaza esta verdad, al contrario, la acepta como profesión de fe. Si los siervos de Dios expusieron que el sábado es el día de reposo (Is 58:13-14; Mr 2:27-28), el remanente escatológico observa este mandamiento y no lo abole. Si la Biblia describe la segunda venida de Cristo como visible y gloriosa (1 Ts 4:13-18; Ap 1:7), el pueblo de Dios del tiempo del fin proclama este evento y no lo tergiversa. En el tiempo del fin, en una época cuando se desconfía de la Biblia y las verdades que están en ella son pisoteadas y mal interpretadas, el mensaje del tercer ángel es claro: confíen en la Palabra de Dios. No rechacen ni distorsionen lo que ella enseña. La verdad fue relevada a los profetas y está en las Escrituras. Más bien, no acepten ninguna falsa enseñanza de Babilonia. Cualquier palabra o imposición de ella no son autoritativas ni normativas, sino solo lo que registra la Biblia. Para un buen cumplimiento de la misión, el remanente debe continuar guiando al mundo a la Biblia, y solo a ella. 9. El santuario A pesar que esta verdad no es explícita en los Mta,63 el santuario celestial es el marco de referencia de los capítulos 12 al 14 (cf. Ap 11:19; 15:5-8). Por lo tanto, todas las verdades proclamadas por los tres ángeles están vinculadas a este lugar.64 Esta relación se ha estado dando desde los días de Moisés. Veloso, 177.

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Se debe considerar el mensaje judicial que proclama el primer ángel, puesto que los juicios siempre se ha emitído desde el santuario (Lev 16; Nm 12:1-5; 16:19; Sal 102:19-28). 63

Para un estudio sobre la relación entre el Santuario y los Mensajes de los tres ángeles, véase

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Desde la antigüedad, Dios enseñaba, por medio del santuario, las verdades que él quería que su pueblo aprenda.65 Se presentan cuatro ejemplos: (1) El santuario y el evangelio. A través de la sangre de los animales y de la intercesión sacerdotal en el santuario, Dios expiaba a su pueblo (Lv 16:16). Aquella expiación tenía como objetivos la purificación de los pecados y la salvación del ser humano. A través de este proceso, el hijo de Dios era partícipe de la verdad del evangelio. Como declara Goldstein, “El evangelio fue predicado al pueblo de Israel mediante el servicio del santuario: Una representación gráfica de todo el plan de salvación”.66 (2) El santuario y el juicio. Era desde el santuario terrenal donde Dios emitía sus juicios (Nm 13:32; 14:2, 10; Sal 9:7, 8).67 (3) El santuario y la ley. Las tablas de la ley fueron guardadas en el lugar santísimo, específicamente en el arca del pacto (Éx 25:10-21). (4) El santuario y Dios. Era en este lugar donde Dios se presentaba a través de una teofanía (Éx 33), y era adorado por los hebreos por ser el Creador y el Redentor (Éx 25:8).68 A través de estos ejemplos, se observa que varias verdades fueron enseñadas por Dios a través del santuario. Según Jiří Moskala, “Todos los servicios en el santuario fueron una lección objetiva del plan de redención de Dios. Allí, Dios explicaba cómo trataba con el pecado y revelaba cómo él salvaba a su pueblo”.69 Alberto Timm, “The Sanctuary and the Three Angels’ Messages 1844-1863: Integrating Factors in the Development of Seventh-Day Adventist Doctrines” (PhD dissertation, Andrews University, 1995). 65 Antes de la inauguración del santuario terrenal, fueron los “altares”, edificados por los patriarcas (Gn 8:20; 12:7, 8; 35:7; Éx 17:15), los que enseñaban el plan de salvación. Para un mayor estudio sobre el altar en el Pentateuco y su significado para el NT, véase Raúl Quiroga, “El binomio altar/sacrificio como centro teológico del Pentateuco y su significado y simbolismo para el Nuevo Testamento”, VLO, 375-388. 66 Desequilibrio fatal: La verdad acerca del juicio, el santuario y la salvación, trad. Mario A. Collins (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1995), 72. 67 Para un mayor estudio sobre la relación entre el juicio y el santuario, véase Shea, Estudios selectos sobre interpretación profética, 1-24.

Otro ejemplo, de los varios que existen, es la relación entre el santuario y el sábado. A través de las invitaciones hechas por Dios desde su santuario (cuyo día central era el séptimo día), los judíos comprendían mejor la naturaleza del sábado y su relevancia (cf. Éx 12:16; Lev 16:30, 31). 68

“The Message of God’s People in the Old Testament”, JATS 19, no. 1-2 (2008): 26. Tam-

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Por tanto, como el santuario terrenal (tipo) fue sombra del celestial (anti-tipo), las verdades bíblicas que están en los Mta se deben enseñar a la luz del santuario celestial y la labor sumo sacerdotal de Jesucristo (sin dejar de lado el santuario terrenal como tipo). Rechazar el santuario es “romper la médula” de la Palabra de Dios; lo que generaría confusión y distorsión del plan de salvación. Enseñar sobre el santuario es vital para la redención del ser humano. Todas las naciones necesitan saber que existe un lugar donde Dios está salvando al pecador. En dicho lugar, el sumo sacerdote Jesucristo está intercediendo ante el Padre (1 Ti 2:5), con el fin de expiar los pecados de sus hijos (1 Jn 2:1; Heb 2:18; 4:16). Uno de los propósitos es declararlos justos, como si nunca hubiesen pecado. A través de este mensaje, el remanente anuncia al mundo que existe un lugar de eterna redención en el cielo, y este es el santuario celestial. Implicancias de las nueves verdades Para esta sección, basándose al siguiente diagrama, se estudiarán las implicancias de las nueve verdades extraídas de los Mta.

bién, véase Roy E. Gane, Leviticus, Numbers, en The NIV Application Commentary (Grand Rapids, MI: Zondervan, 2004); Arnold V. Wallenkampf y W. Richard Lesher, eds., The Sanctuary and the Atonement: Biblical, Historical, and Theological Studies (Washington, DC: Review and Herald, 1981).

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(1) El mensaje central de los Mta es el “evangelio eterno”. Por lo tanto, cualquier verdad que se predique en el tiempo del fin, debe tener como base la salvación. (2) Aquella persona que ha sido justificada por Cristo, adorará al Creador como respuesta a este acto redentor. Esto implica que las acciones salvíficas y creadoras de Dios requieren una respuesta, a saber, por medio de la adoración. (3) La adoración, en el tiempo del fin, implica: (a) guardar los “mandamientos de Dios”, (b) tener fe en las Escrituras (como única regla de fe) y (c) proclamar los Mta. No se puede hablar de adoración, si no existen estos tres elementos. (a) Guardar los mandamientos revelan: (a.1.) El temor y la glorificación al Creador. Estas acciones implican la reverencia y las buenas obras de parte del justificado; en este sentido, el llamado del remanente no es solo para aceptar el mensaje de la justificación por la fe, sino que invita a un cambio de vida, una vida de obediencia y respeto al Señor. (a.2.) El rechazo de la marca de la bestia. Cuando la bestia que sube del mar imponga su marca, el justificado la rechazará porque observa los primeros cuatro mandamientos. (b) Tener fe en el “testimonio de Cristo” implica: (b.1.) Someterse a la autoridad de la Biblia. Esta actitud motiva a interpretar correctamente la Palabra de Dios, y aceptar y practicar lo que en ella está escrito.70 (b.2.) Aceptar el creacionismo. Se acepta esta verdad porque con ella se enseña las acciones creativas y redentoras del Señor, se anula cualquier pretensión de adoración por algún ser crea-

70 No hay duda, para que las bestias de Apocalipsis 13 engañen a los moradores de la tierra, estas distorsionarán lo que está escrito en la Palabra de Dios y engañarán con falsas creencias. El único propósito de estas acciones será quitarle toda la autoridad a la Biblia.

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do y desenmascara muchas enseñanzas falsas de Babilonia.71 (b.3.) Rechazar las falsas enseñanzas de Babilonia. Todo lo que proclama este poder no es bíblico, por tanto, debe ser rechazado; para ello, un estudio concienzudo de la Biblia permitirá tener un espíritu de discernimiento de lo que es verdadero y de lo que es falso. (c) Proclamar los Mta se sintetiza en: (c.1.) Anunciar “adorad al creador y no a la bestia”. Este es un llamado de elección: o el ser humano adora a su Creador y Redentor, y así obtiene la vida eterna; o adora a la bestia y a su imagen, consiguiendo así la muerte eterna. (c.2.) Declarar “ha caído Babilonia, salid de ella”. Para ello, se necesita conocer las verdades que enseña las Escrituras, con el propósito de denunciar la fornicación espiritual de la “gran ramera” e invitar al “pueblo de Dios” (18:4) a salir de ella, con el objetivo de adorar al Creador y vivir en la verdad. (4) Las verdades que se proclaman en los Mta se deben enseñar a la luz del “juicio pre advenimiento” y del “santuario”. Por ejemplo, si se desea hablar sobre el “evangelio eterno”, se ha de considerar el “juicio pre advenimiento”, puesto que en este, el cual se está desarrollando en el santuario celestial, se está redimiendo a los hijos de Dios, porque es a favor de los santos (Dn 7:22). De esta manera, el juicio que proclama el primer ángel se convierte en una buena noticia para todo aquel que desea obtener la salvación. De igual modo, si se quiere invitar a “adorar al Creador” y a “temed y dadle gloria”, se debe hacer sin olvidar la razón de dicho llamado: “la hora de su juicio ha llegado” (v. 7). Asimismo, si se va a enseñar los “mandamientos de Dios”, también se ha de considerar el “juicio”, puesto que el Señor Jesucristo, cuando deje de interceder y regrese a la tierra, vendrá como juez y “pagará a cada uno conforme a sus obras” (Ro 2:5-6).72 71 Como por ejemplo, la vida después de la muerte, la observancia del día domingo, adorar a muchos dioses, el hombre vino producto de la evolución y es el centro del universo, la ley fue abolida, etc.

Aún hay más ejemplos en los Mta: (1) el juicio a la ramera (“ha caído Babilonia”); (2) la ira

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Después de estudiar las implicancias de las nueve verdades de los Mta, se percibe lo importante que es estar bien preparados en las Escrituras. En estos tiempos, cuando la Biblia es “pisoteada” y los libros proféticos de Daniel y Apocalipsis son mal interpretados, Dios pide, a través de Apocalipsis 14:6-12, un estudio mucho más amplio y sólido acerca de las profecías apocalípticas bíblicas.73 Esto ayudará a cumplir la misión que el Señor ha encomendado a su remanente. Al respecto, George Knight señala: “El adventismo se fortaleció proclamando que tenía un mensaje profético para nuestro tiempo. Y ese mensaje, remozando para el siglo XXI, dará fuerza al adventismo tanto en el presente como en el futuro”.74 Conclusión (1) De Apocalipsis 14:6-12, se extraen nueve verdades bíblicas básicas que el remanente proclama en el tiempo del fin: (a) la justificación por la fe, (b) la santificación, (c) el juicio pre advenimiento y la segunda venida de Cristo, (d) el creacionismo, (e) la caída de Babilonia, (f) el sello de Dios y la marca de la bestia, (g) los mandamientos de Dios, (h) el “testimonio de Jesucristo” y (i) el santuario. (2) Estas nueve verdades giran en torno al evangelio eterno. Si se va a predicar sobre la ley de Dios, se debe de hacer teniendo como base el evangelio. Si se quiere enseñar sobre la marca de la bestia o la caída de Babilonia, se debe enseñar a la luz del evangelio. Cuando se proclame sobre el sábado o el juicio, de igual modo. Toda verdad, sea cual fuere, debe de de Dios sobre los que tienen la marca de la bestia (“beberá del vino de la ira de Dios, v. 10-11”), etc. Todos estos ejemplos revelan la importancia de proclamar los Mta a la luz del juicio y del santuario celestial. 73 Jon Paulien, “La hermenéutica de la apocalíptica bíblica”, ESE, 299, comentando el lugar central que ocuparon Daniel y Apocalipsis en los pioneros adventistas, da cuatro razones por las cuales el estudio de estos dos libros proféticos son relevantes para la identidad adventista y el cumplimiento de la misión: (1) Daniel y Apocalipsis aportaron gran parte del contenido que hace de la teología adventista algo único en el mundo cristiano; (2) estos libros apocalípticos constituyeron la médula de la identidad y la misión adventistas, particularmente la convicción de que el movimiento adventista había de desempeñar un papel primordial en la preparación del mundo para el pronto regreso de Jesús; (3) el sentido apocalíptico de que Dios controlaba la historia dio confianza para proseguir aun cuando el movimiento era pequeño y las dificultades grandes y (4) el sentido de un fin próximo, alimentado por el estudio de Daniel y Apocalipsis, aportó la motivación para llevar este mensaje al mundo en un breve período.

Knight, 22.

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tener como centro lo siguiente: Dios salvando al ser humano. (3) A través de estas verdades bíblicas, se nota el empeño de Dios por salvar a la humanidad. No solo el “amor de Dios” guarda relación con la salvación; también están los mandamientos, la fe en el “testimonio de Jesucristo”, la creación, el santuario, la advertencia a no tener la marca de la bestia y a salir de Babilonia, el juicio pre advenimiento, etc. Todas estas verdades están direccionadas para la redención del hombre. (4) Predicar únicamente del “amor” y la “gracia” de Cristo, dejando de lado las verdades bíblicas básicas que están en los Mta, es perder nuestra identidad como remanente. La identidad adventista no depende únicamente si creemos o no que nuestra iglesia es el remanente, sino del mensaje que tenemos y que proclamamos. (5) Dios invita a sus hijos a predicar los Mta; a cumplir la misión de forma completa e imparcial. Veloso enfatiza: Recordemos que los tres mensajes angélicos son el contenido básico de la predicación del remanente […] El remanente no puede omitir ninguno de tales mensajes. No los puede omitir de su vida espiritual, ni tampoco de su actividad evangelizadora. Su propia fidelidad se lo impide. Y cuanto más fiel a Dios sea el remanente, tanto más fiel lo será a la misión.75

Veloso, 178.

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EL REMANENTE DE DIOS EN EL TIEMPO DEL FIN Y LOS CARGOS DE EXCLUSIVISMO Y TRIUNFALISMO

ÁNGEL M. RODRÍGUEZ BIBLICAL RESEARCH INSTITUTE DIDAJÉ 1, NO. 2 (2013) SILVER SPRING, MARYLAND, EE.UU. 97


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remanente de Dios en el tiempo del fin y los cargos de exclusivismo y triunfalismo Los adventistas han encontrado en Apocalipsis 12:17 y 14:6-12 como la descripción de su identidad y misión como el pueblo remanente de Dios en el tiempo del fin. Pero esa interpretación ha llevado a muchas personas a la conclusión de que la comprensión adventista sobre el concepto de remanente es ofensiva, exclusivista y triunfalista. A su vez, esta opinión está basada en una compresión distorsionada de los hechos bíblicos y de la manera en que los adventistas aplican los referidos textos a sí mismos. Existen algunas cosas específicas que podemos decir en respueta a la mencionada acusación. 1. El remanente como un grupo en particular. La aplicación del concepto de remanente a un grupo específico de personas, a través del cual Dios está cumpliendo su propósito para la raza humana, está presente en todas las Escrituras. Allí está Noé, el único encontrado justo en su generación (un remanente fiel), proclamando juicio contra la humanidad (Gn 7:1). Elías y los 7000 israelitas que permanecieron fieles a Dios durante la apostasía nacional de Israel (1 R 19: 10, 18). De hecho, Elías habló contra de la apostasía y anunció el juicio de Dios contra su pueblo. ¿Sería correcto decir que, cuando los profetas y aquellos que se unieron a ellos en la preservación y práctica de la verdad divina se veían como fieles, estaban siendo ofensivos, exclusivistas y triunfalistas? Lo mismo se aplicaría a Jesús y su mensaje, al trabajo de los discípulos y a la comunidad cristiana apostólica constituida por él y su remanente fiel. A través de la historia, el pueblo remanente solo ha cumplido la tarea que le fue asignada por el Señor. Al hacerlo, revelaron su verdadera identidad y su profundo compromiso con su Redentor. Su fidelidad los apartó de aquellos que escogieron una vida de rebelión y violación del pacto. 98


El

remanente de

Dios

para el tiempo del fin

2. La crisis espiritual y el remanente. Las Escrituras dejan en claro que el pueblo remanente de Dios enfrentó muy a menudo momentos de crisis social y espiritual. Eso sucedió en el contexto de la apostasía y de la opresión, como durante el ministerio de Elías (1 R 17-19, ver también Sof 3:11-13). En la Biblia, encontramos referencias significativas al remanente, antes, durante y después del exilio. En estos periodos históricos, Israel y Judá violaron el pacto hecho con el Señor, pero él preservó para sí un remanente de entre los que permanecieron fieles. En ese contexto, uno de las funciones del remanente era el de servicio. Fueron llamados por Dios para servir a sus semejantes, invitándolos a ejercer servicio no dividido (por ejemplo, Is 66:18-20). De hecho, a veces ellos mismos tenían que ser conducidos por una experiencia de purificación, sugiriendo que también estaban en constante necesidad de la gracia de Dios (Sof 3:9, 13; Ap 3:14-22). Por tanto, el pueblo remanente de Dios fue llamado, por medio de su gracia, a prestarle un servicio humilde. En el concepto bíblico de remanente, no hay espacio para la glorificación propia y el triunfalismo. 3. Inclusividad y Remanente. La existencia de un remanente no significa que la salvación es exclusivamente para ellos. Es verdad que la historia del concepto de remanente muestra que ha estado marcado por ideas exclusivistas. Eso fue particularmente el caso de la comunidad de Qumrán, localizada cerca del Mar Muerto. Pero la verdad es que el pueblo de Dios no está restringido a un determinado grupo social, grupo étnico o grupo religioso. Ellos se encuentran en todos los lugares. Una eclesiología bíblica del remanente presupone que Dios está activamente comprometido en la salvación de las personas que se encuentran fuera del remanente. La obra del Espíritu Santo alcanza a todo individuo, aun en la ausencia de una expresión concreta del pueblo de Dios. El Espíritu, como el viento, “sopla de donde quiere” (Jn 3:8). Podemos sugerir que la totalidad del pueblo de Dios es mayor que el remanente (cf. Ap 12:17; 18:4). Esto debería poner en el olvido de una vez por todas cualquier acusación de exclusivismo en la eclesiología y soteriología adventista.

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Ángel Manuel Rodríguez

4. Mensaje del Remanente. El remanente bíblico siempre tuvo un mensaje de gran relevancia e importancia para el pueblo de Dios en un determinado momento histórico. Muchas veces, ese mensaje contenía elementos de juicio contra la comunidad religiosa más amplia, pero su intención era proclamar la salvación (cf. Is 58:9-14). El blanco principal del mensaje del remanente siempre ha sido salvador y podría haber incluido la restauración de la verdad y rechazo de la apostasía (Is 8:16-20, Ap 14:6-12). Esto es lo que encontramos en los profetas bíblicos, en Jesús y en la iglesia apostólica. 5. Amenazas comunes para todos los cristianos. Toda comunidad religiosa que pretenda tener identidad y misión particulares (es decir, que pretenda poseer un mensaje de valor y relevancia universales, y requiera de los miembros en perspectiva la aceptación de creencias y prácticas específicas consideradas innegociables en la vida de esa comunidad), corre el riesgo de ser acusada de arrogancia, triunfalismo y exclusivismo. Por otro lado, tal acusación puede ser impertinente. Como adventistas, debemos hacer todo lo posible para evitar actitudes y discursos que, en la opinión de algunos, puedan dar razón a los que nos acusan. Consecuentemente, al interactuar con otros cristianos, es importarte expersar nuestra eclesiología con claridad. No hay necesidad de ofender a alguien a través de la proclamación de nuestro mensaje. En el caso de que las acusaciones continúen, es importante no dejarnos intimidar por ellas ni considerarlas válidas. Si sabemos quienes somos y también sabemos que la acusación es incorrecta, lo único que tenemos que hacer es continuar cumpliendo nuestra misión como pueblo remanente de Dios para el tiempo del fin.

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razones por qué

Apocalipsis 20:10

12 RAZONES POR QUÉ APOCALIPSIS 20:10 NO APRUEBA LA TEORÍA DE UN INFIERNO DE FUEGO

AZENILTO G. BRITO ADVENTIST NEWS NETWORK DIDAJÉ 1, NO. 2 (2013) SARZEDO, MINAS GERAIS, BRASIL 101


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razones por qué Apocalipsis 20:10 no aprueba la teoría de un infierno de fuego El texto registra:

“Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”. Primera. Porque es una regla de buena Teología que no se establecen doctrinas en base de textos simbólicos, parabólicos o aislados en las Escrituras, especialmente si no son muy claros. El libro de Apocalipsis está lleno de alegorías tomadas del Antiguo Testamento que necesitan ser entendidas dentro de las características de estas ilustraciones y según su uso original. Así, tenemos referencias a Balaam (2:14), Jezabel (2:20), los dos olivos de Zacarías 4 (11:4), Elías y la sequía (11:6), Sodoma y Egipto (11:8), Babilonia (14:8, cf. 17 y 18), Gog y Magog (20:8), la bestia compuesta por los mismos animales en Daniel 7 (13:2), etc. Segunda. Porque el lenguaje de “atormentados día y noche” procede de Isaías 34:10, donde se habla del fuego que destruye Edom, que “no se apagará de noche ni de día, perpetuamente subirá el humo; de generación en generación será asolada”. Eso representa un proceso de destrucción por la época de su duración. De “generación en generación” equivalente a “de siglo de siglos”. Con todo, hace milenios que Edom ya no existe. Nota. También en Jeremías 17:27 leemos sobre el fuego que consumiría las puertas de Jerusalén y no sería apagado. Pero ese fuego ya se ha extinguido hace milenios. Tercera. Porque la figura del fuego que nunca se extingue es también parte del lenguaje del Antiguo Testamento usado en Ezequiel 102


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razones por qué

Apocalipsis 20:10

20:47, 48. La razón por la cual el fuego que destruye a los enemigos de Dios no será apagado, es porque “Yo Jehová lo encendí”. Nota. A través del contexto, el lenguaje tiene el tenor de “consumir” (véase, 21:31, y 32 -“serás pasto del fuego”, y 22:20- “os juntaré en mi furor [...] seréis fundidos”). Cuarta. Porque en el libro de Apocalipsis, el mismo Juan emplea el mismo lenguaje de 20:10 en otros lugares en un sentido de algo que dura “día y noche”, denotando continuidad, duración de una acción, y no eternidad. Así, él describe a criaturas vivas que alaban a Dios sin descanso “día y noche” (Ap 4:8), los mártires que sirven a Dios “día y noche” (Ap 7:15) y Satanás que acusa a los hermanos “día y noche” (Ap 12:10). Quinta. Porque el destino de Babilonia, símbolo de la religión falsa, a la cual la bestia y el profeta falso están asociados, es ser lanzada en en el “lago del fuego”; es destrucción total, al punto de que “nunca más será hallada” (Ap 14:11; 18:8, 21). Sexta. Porque los ejércitos de Gog y Magog, mencionados en el contexto inmediato (v. 8), recuerdan el episodio profetizado por Ezequiel, de los enemigos de Israel que fueron totalmente desolados y destruidos (véase Ez 38 y 39). Nota. En Isaías 66:24 se describe el escenario de muerte final de los transgresores, tratando de cadáveres y gusanos que, hiperbólicamente, nunca mueren, en medio a un fuego que nunca se apaga, sin ninguna mención a un lugar llamado “infierno” o “almas o espíritus”. Séptima. Porque el lenguaje de “verter” la copa de la ira de Dios, aplicada a Babilonia, es un símbolo establecido del juicio divino en el Antiguo Testamento (Is 51:17, 22; Jer 25:15-38; Sal 60:3; 75:8). Dios vierte la copa “sin mezcla”, es decir, sin la dilución, para asegurar su efecto mortal. Los profetas emplearon lenguaje similar: “beberán y engullirán, y serán como si no hubieran sido” (Ab 16; cf. Jer 25:18, 27, 33). La misma copa de la ira de Dios se sirve a Babilonia, la ciudad que corrompe a la gente. Dios mezcla y “paga doble”-y el resultado son “plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego” (Ap 18:6, 8). 103


Azenilto Brito

Nota. El destino final de Babilonia, destruida por fuego, es también el destino de los apóstatas que bebieron de la copa sin mezcla de Dios. Octava. Porque, según las Escrituras, solamente Dios posee en sí la inmortalidad (1 Ti 1:17; 6:16). Él concede inmortalidad como un don del evangelio (2 Ti 1:10), y los que se perderán son los que no recibieron esa bendición. Nota. En Romanos 2:7, Pablo habla de los que reciben la vida eterna, debido a que buscan gloria, honor e “inmortalidad”. No tenemos que buscar lograr algo que ya poseemos, presuntamente bajo la forma de un elemento eterno que llevemos en el ser interior. Novena. Porque el contraste entre redimidos y perdidos se define entre los que tengan vida eterna (Jn 6:54), y los que reciben muerte eterna, pues el salario del pecado es la muerte (Jn 3:16; Ro 6:23), puesto que serán lanzados en el lago del fuego y del azufre, en “la segunda muerte” (Ap 20:14 y 21:8). Nota. Apocalipsis 20:9 dice que los que enfrentan el fuego del geena serán “consumidos”. Décima. Porque en la secuencia de la descripción de la “perdición de los hombres impíos” (2 P 3:10) en Apocalipsis 20:10-14, lo que tenemos es la descripción de los “cielos nuevos y una tierra nueva... y el mar ya no existe [ni el lago de fuego]” en 21:1. Nada se dice de que el lago de fuego salte de sobre la superficie de la Tierra (donde claramente ocurre su acción, cf. v. 4ss) para continuar ardiendo en otra parte del universo. Nota. Hay que recordar que en el original no hay división de capítulos y versículos, y Apocalipsis 21:1 es el contexto natural e inmediato de 20:14, 15. Décima primera. Porque el destino del propio diablo será la destrucción, según lo descrito en lenguaje gráfico en Ezequiel 28:18 y 19 (representado como rey de Tiro, como en Isaías 14 él es rey de Babilonia). “Saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos [...] espanto serás, y para siempre dejarás 104


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Apocalipsis 20:10

de ser” (cf. Is 14:14, 15 y Mal 4:1-3). Décima segunda. Porque hasta uno de los demonios que iba a ser expulsado por Cristo le pregunta: “¿Has venido a destruirnos?”. Esto demuestra que estos seres espirituales malignos ya saben lo que les espera al final: es la destrucción total (Mr 1:24).

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Recensiones Roosenberg, Tim. Islam and Christianity in Prophecy. Hagerstown, MD: Review and Herald, 2011. Observaciones generales Este libro es el último en una serie de libros y artículos que tratan Daniel 11. Es publicado por la “Review and Herald”, por lo tanto, merece una inspección más cuidadosa. Tiene catorce capítulos y cuatro apéndices, de los cuales el primero es el más importante puesto que es una comparación de Daniel 11:02-12:04 con acontecimientos históricos. La idea central del libro, como su título lo indica, es demostrar que Daniel 11, en gran medida, refleja la historia de las guerras entre el Cristianismo y el Islam. Dejando de lado la cuestión del Islam, por el momento, el libro contiene un material excelente en lo que respecta al día de reposo, al estado de los muertos y la segunda venida. Se trata básicamente de un libro evangelístico con el apéndice C (“Una Apelación al Evangelio”), como el llamado al altar al final de la serie evangelística. El autor es digno de elogio por su adhesión a las doctrinas adventistas básicas y por el énfasis evangelístico en el libro. Probablemente, el cambio de “templo” en vez de “Jerusalén”, como está escrito en la página 28, sea un simple error. Roosenberg dice: “El libro de Esdras anuncia el decreto que autoriza a la reedificación del templo. La arqueología ha fijado esa fecha en el 457 AC”. El templo fue terminado en el año 515 antes de Cristo. En 457 AC se emitió un decreto para restaurar a Jerusalén (Dn 9:25), no el templo. Otro error es la declaración en la página 100, que dice: “Dios envió [a Israel] a los descendientes de Ismael (madianitas, amonitas y moabitas-los hijos del Este) para castigar a Israel”. Ni los madianitas, ni los amonitas ni los moabitas eran descendientes de Ismael. Los madianitas eran descendientes de Madián, hijo de Abraham y Cetura (Gn 25:2) y los amonitas y moabitas eran descendientes de los hijos de Lot Ben-Ammi y Moab (Gn 19:37, 38). 106


Islam y Daniel 11 El esquema básico de Daniel 11 se encuentra en las páginas 203-212: Versículos 2: Versículos 3-4: Versículos 5-19: Versículos 20-22: Versículos 23-24: Versículos 25-28: Versículos 29-39: Versículos 40-45:

Medo-Persia Grecia Guerras entre los seléucidas y los ptolomeos Romanos Urgimiento del papado Cruzadas (primer conflicto entre el Cristianismo y el Islam) Segundo conflicto entre el Cristianismo y el Islam durante la época de la Reforma Tercer conflicto y futuro entre el Cristianismo y el Islam.

Este esquema presenta algunos problemas: 1. En la página 12, Roosenberg afirma que Daniel 11 predice tres guerras santas entre el cristianismo y el Islam: la primera la ve en la Conquista Islámica y las Cruzadas. Sin embargo, cuando se trata el texto de Daniel 11:25-28 (p. 207), no menciona la Conquista Islámica sino que comienza con las Cruzadas. No obstante, en la página 91, él llama a las Cruzadas del “primer conflicto entre el papado y el Islam”. Esto es históricamente problemático! Pues si Daniel 11, en realidad, describe la guerra entre el Cristianismo y el Islam, cómo es que no se menciona la guerra más importante del pasado —la conquista islámica en los siglos séptimo y octavo que acabó con el Cristianismo en Oriente Medio. En otras palabras, si Daniel 11 se refiere al conflicto entre el cristianismo y el Islam, ¿por qué el mayor conflicto es ignorado? 2. Gran parte de la interpretación de Daniel 11 se basa en conjeturas subjetivas y no en exégesis. Por ejemplo, dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo día, este capítulo ha recibido una variedad de interpretaciones. Las diferencias entre los distintos autores se refieren fundamentalmente a la pregunta: “¿A qué punto de la historia es que los romanos y el papado entran en la escena?”. F. D. Nichol y Mervyn 107


Maxwell ven la entrada romana en el versículo 14; R. A. Anderson, Price G. M. y W. H. Shea creen que los romanos entran en escena en el versículo 16. J. B. Doukhan cree que los romanos solo aparecen brevemente en el versículo 4, y a partir del versículo 5 él tiene al papado como el rey del norte hasta el final del capítulo. Maxwell aplica versículos 21-45 al papado; Shea ve al papado entrando en la historia en el versículo 23, Price en el versículo 30, y Nichol y Anderson creen que hasta el versículo 31 no podemos discernir la actividad del papado. Roosenberg difiere con todos ellos. Para Roosenberg, Roma aparece en el versículo 20, el papado en el versículo 23, y el Islam en el versículo 25. Esta variedad indica la subjetividad de las diversas interpretaciones. Por lo tanto, debemos que tener cuidado y no ser dogmático en lo que respecta a la interpretación de este capítulo. Exegéticamente, podemos decir que cinco puntos proporcionan el esquema básico de Daniel 11. Estos puntos del capítulo son bastante claros y directos y pueden ser apoyados por el principio “la Escritura interpreta la Escritura, un pasaje es la clave de otros pasajes”.1 a. A comienzos de Daniel 11, el ángel se refiere a los reyes persas y griegos. b. El próximo evento claramente identificable es la muerte del Mesías en el año 31 (v. 22). c. El tercer evento que puede ser interpretado por comparar la Escritura con la Escritura, es la supresión del “diario” y el establecimiento de la abominación de la desolación en el versículo 31. La “supresión del diario” es exactamente la misma expresión que se utiliza en 8:11, donde se refiere a la eliminación de la intercesión ministradora de Cristo en el santuario celestial por medio del sacerdocio papal. Y la “abominación de la desolación” se refiere al vasto sistema de creencias y prácticas del papado unido a las fuerzas del poder del Estado en 508 (el comienzo de los 1.290 años de Dn 12:11). d. La cuarta expresión que proporciona un marcador cronológico Elena G. de White, El evangelismo (Buenos Aires: Casa Editora Sudamericana, 2005),

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histórico es la expresión “tiempo del fin” en 11:40, que comenzó en 1798. e. El quinto punto, que es claro, es la resurrección en relación con la segunda venida (12:2). Todos los demás acontecimientos históricos mencionados en el capítulo deben encajar en este marco cronológico. Roosenberg afirma que las profecías de Daniel son históricamente secuenciales, es decir, las naciones o los acontecimientos se suceden cronológicamente. Dice, en la página 13, por ejemplo, que Daniel 11:0212:03 “comienza en la época de Daniel (s. VII AC), se mueve de una manera directa a través de la historia humana, y concluye con el fin del mundo [...]”. Sin embargo, sus explicaciones no se mueven cronológicamente a través de la historia. Él tiene las Cruzadas (1095-1291) en los versículos 25-28 (pp. 12, 207), y está de acuerdo que el versículo 31 se refiere al mismo acontecimiento como 8:11-13 (p. 208). Pero los acontecimientos en 11:31 (“quitar del diario” y “abominación de la desolación”) tuvo lugar 500 años antes de las cruzadas en 11:25-28 (véase el punto c anterior). Su interpretación destruye la secuencia cronológica de la profecía en este punto. 3. La dificultad para interpretar Daniel 11:23-30 correctamente se muestra en el hecho de que diferentes historicistas que creen en la Biblia, han llegado a interpretaciones completamente diferentes. Entre los adventistas nos encontramos con las siguientes interpretaciones de Daniel 11:23-30: a. La historia de Roma desde la “liga de la amistad” entre los romanos y los judíos en el año 161 AC hasta el emperador Constantino en el siglo cuarto (Smith, McCready Price, Swearingen2). b. La historia de Antíoco Epífanes, 171-165 AC (D. Ford, F. Laiu3). c. La historia de Roma después de la crucifixión en el año 31 2 Marc Alden Swearingen, Tidings out of the Northeast (Coldwater, MI: Remnant Publications, 2006).

F. Laiu, “Sanctuary Doctrine: a critical-apologetic approach”, trabajo no publicado, 18.

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hasta el emperador Constantino (Haskell). d. Las guerras de las cruzadas (Shea, Roosenberg). e. La expansión del cristianismo después de la crucifixión (Nelson4). No es la exégesis del texto que proporciona estas diferentes interpretaciones, sino que los intérpretes tratan de conectar el texto con ciertos acontecimientos históricos. Y el hecho de que el texto de alguna manera pueda ser adaptado a las diferentes interpretaciones, nos advierte del peligro de ser dogmáticos, alegando que una determinada interpretación es la única válida. Esto no significa que el texto puede tener una doble aplicación, solo tiene una interpretación correcta, pero la pregunta es ¿cuál es la correcta? 4. Para Roosenberg el “tiempo del fin” comienza en 1844 (p. 209). Esta frase se encuentra solamente en el libro de Daniel, una vez en la visión de Daniel 8 (v. 17) y cuatro veces en relación con la última visión de Daniel (11:35, 40; 12:4, 9). Las visiones de Daniel 8 y 11 ambas alcanzan al “tiempo del fin”, en el que, según Daniel 12:2, una resurrección tiene lugar. Daniel 12:4 indica que justo antes del final de la historia, la gente habría de estudiar las visiones de Daniel como lo hiciera el propio Daniel cuando buscó entender la profecía de los 70 años (9:2). Y en el epílogo al libro de Daniel (12:5-13) dice que “las palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin”. En ese momento (el tiempo del fin) el conocimiento de estas visiones aumentaría y su significado sería claro (vv. 4, 10). Por la historia sabemos que en el siglo XIX, al final de los 1260 años de Daniel 7:25, el conocimiento de las profecías de Daniel aumentarían dramáticamente. “Los días proféticos de Daniel habían sido entendidos como años de calendario por solo siete escritores en el siglo XVI, y solo doce en el siglo XVII, pero fueron entendidos correctamente por veintiuno de los veintidós escritores del siglo XVIII, y por más de cien de los ciento nueve que escribieron acerca de Daniel entre el 1800 y

4 Edward Nelson, “Daniel 11:23-39 – The Connection between Ancient and Modern Israel: A Hermeneutical Key”, trabajo no publicado.

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1850”.5 Es razonable, por tanto, concluir que el tiempo del fin comenzó con la caída del papado en 1798. Esto quiere decir que los eventos de Daniel 11:40 en adelante, hay que buscarlos entre el período de la herida mortal del papado en 1798 y la resurrección al final del tiempo. 5. Roosenberg insiste en que Daniel es literal/geopolítico desde el principio hasta el final (p. 213). Pero esto ignora el hecho de que la muerte de Jesús produjo un cambio en la interpretación profética. Por ejemplo, en el Nuevo Testamento, la tierra de Canaán se convierte en la Canaán celestial, Jerusalén se convierte en la Jerusalén celestial, el templo se convierte en un templo espiritual, la iglesia, Israel se convierte en el Israel espiritual, la iglesia. Por lo tanto, en Daniel 11, después de la muerte de Jesús en el versículo 22, los elementos literales/geopolíticos también cambian: el rey del norte se convierte en un poder espiritual, el papado, el rey del sur también se convierte en una entidad espiritual o ideológica, la hermosa tierra en el versículo 41 ya no es Israel, sino la iglesia. 6. Roosenberg considera Daniel 11:40-45 como la tercera guerra entre el cristianismo y el Islam en el futuro. El tiempo dirá si su profecía se hará realidad. Exegéticamente, este pasaje refleja la historia del Éxodo. Rodríguez ha elaborado una interesante lista de paralelismos: a. Daniel se refiere a Egipto como “la tierra de Egipto”. Esta frase se usa con frecuencia para designar al Éxodo de Egipto (Éx 6:13, 26, 28, 7:3, 4, 19, 8:5, etc.). b. En el Éxodo, la mano del Señor está contra Egipto; en Daniel, el rey del norte está en contra de Egipto. c. El agua es un elemento importante en ambos relatos. En el Éxodo, el mar Rojo se convirtió en el ejército del Señor que combatió en contra de los egipcios. En Daniel, el ejército del rey del norte se describe como un torrente/diluvio desbordando las tierras (Dn 11:40, NVI) d. La referencia a los carros y gente de a caballo (Daniel 11:40) nos recuerda al ejército egipcio durante el Éxodo, que también constaba de carros y gente de a caballo (Éx 14:9, 17, 18, 23, 5 LeRoy Edwin Froom, The Prophetic Faith of Our Fathers (Washington, DC: Review and Herald, 1950-1954), 2:528, 784; 3:270.

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etc.). e. Edom, Moab y Amón (Dn 11:41) se mencionan en el relato de la peregrinación de los israelitas por el desierto (Nm. 20:14; 22:3; Dt 2:37). Los israelitas no los vencerían y tampoco lo hizo el rey del norte. f. Los israelitas se llevaron la plata y el oro de los egipcios (Éx 12:35, 36). En Daniel, el rey del norte toma plata y el oro (Dn 11:43). g. Los israelitas salieron de Egipto para recibir al Señor en el monte santo – monte Sinaí (Éx 3:12; 19:20-23). En Daniel, el rey del norte sale de Egipto para ir a la montaña santa (Dn 11:45). h. A los israelitas se les mandó exterminar (charam) a los cananeos (Dt 7:2). El rey del norte sale de Egipto para exterminar (charam) al pueblo de Dios (Dn 11:44). En ambos casos se hace referencia a la ley del exterminio (cherem).6 En el Egipto, la historia de Éxodo es sinónimo del orgullo humano y la independencia. “El Faraón dijo: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel (Éx 5:2)”. Aunque el rey del norte quiere usurpar el lugar de Dios, el rey del sur no le importa. Él “representa a las naciones de la tierra que no toman en consideración al Señor y viven según sus propias reglas. Hoy en día, es probable que se refiera a las sociedades no cristianas y las naciones donde el laicismo o el ateísmo prevalecen. En el conflicto final estas naciones, se unirán al rey del norte en su oposición contra el Señor”.7 Si esta conclusión es correcta, algunos de los elementos de Daniel 11:40-45 ya pueden haber encontrado su cumplimiento (Swearingen, 254). Conclusión El libro de Roosenberg sobre Daniel 11 es una interesante interpretación de uno de los capítulos más difíciles en la Biblia, pero no Ángel Manuel Rodríguez, “Daniel 11:40-45: A Personal View”, trabajo no publicado, 6.

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Ibíd., 11.

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es de ninguna manera exegética tan sólida como él cree. Parece ser otro intento de interpretar la Escritura con el periódico. Como se indica en el punto 2, podemos estar seguros de cinco puntos que podemos establecer exegéticamente. Más allá de estos cinco puntos que debemos ir con cuidado. Gerhard Pfandl Erickson, Millard. Teología sistemática. 2da edición. Traducido por Beatriz Fernández. Barcelona: Clie, 2008. Millard J. Erickson es un distinguido profesor de Teología en el Seminario de la Universidad de Portland Truett y en el Seminario de Western Baylor. Él es un vocero evangélico con numerosos volúmenes en su haber, incluyendo God the Father Almighty, God in Three Persons, The Word Became Flesh y Postmodernizing the Faith. Además, es un evangélico conservador y moderadamente calvinista. La erudición de Erickson ha sido muy difundida dentro de los círculos académicos. En su obra Teología Sistemática ha plasmado los grandes temas de la teología, que son: cómo entender a Dios, Jesús y el Espíritu Santo, y sobre temas como el Pecado, la Salvación, la Iglesia, los últimos tiempos; entre otros. No obstante, en esta reseña crítica nos centraremos en el tema: “Doctrina de la humanidad”, que es la parte V de la obra ya mencionada. La forma de abordaje en este tópico es: una introducción a la doctrina de la humanidad, el origen de la humanidad, la imagen de Dios en el hombre, la naturaleza constitucional del hombre y, finalmente, la universalidad de la humanidad. En la primera parte se destaca la importancia de estudiar la doctrina de la humanidad, por cinco razones: (1) tiene una relación con otras doctrinas importantes, (2) es el punto donde convergen la revelación bíblica y la preocupación humana, (3) muchas disciplinas le dan gran importancia, (4) hay una crisis actual respecto al conocimiento que el ser humano tiene de sí mismo y (5) finalmente, la comprensión correcta afectará en nuestra forma de ministrar al hombre. En todos estos puntos no hay mucha diferencia con nuestra forma de entender la doctrina de la humanidad. 113


Luego, el autor sigue analizando las diferentes perspectivas que se ha tenido o se tiene del ser humano; donde destaca que algunos consideran al ser humano como una máquina; otros, como un animal; desde el punto de vista freudiano, como un ser sexual; también, es visto desde el punto de vista del comunismo o denominado materialismo dialectico, donde se preocupa solamente por las necesidades materiales como: comida, ropa y vivienda adecuada. Asimismo, desde la perspectiva existencialista, el hombre es percibido como un títere del universo donde su destino pende del azar; por el contrario, otros se enfocan en la libertad del ser humano, sostenida a menudo por ideas políticas y sociales conservadoras (488). Finalmente, ven al ser humano como un ser social, donde alguien que no se relaciona no es completamente humano. Desde el punto de vista cristiano, la humanidad es percibida como creación de Dios, que lleva su imagen y semejanza (Gn 1:26, 27; Heb 1:3; 1 Cor 15:49), por lo tanto, es una obra consiente y decidida de Dios. Estamos de acuerdo con el autor en que, la forma de entender la doctrina del hombre influirá en la manera en cómo hacemos teología. Luego, sobre “el origen de la humanidad”, evalúa los diferentes enfoques sobre la creación y el origen del hombre. De las cinco posiciones que presenta (evolución naturalista, creación instantánea, evolución deísta, evolución teísta y creacionismo progresivo), señala que “las dos opciones más viables son la evolución teísta y el creacionismo progresivo” (502). Después, él mismo se pregunta ¿Cuál de ellos puede hacerlo de forma más completa? Inmediatamente, después de hacer una crítica a la evolución teísta, termina descartándola y se queda con el creacionismo progresivo. Para él, el creacionismo progresivo es el que tiene menos problemas con “los datos bíblicos y científicos” (503). Curiosamente, este punto de vista, como lo menciona Marco Terreros,1 fue planteado por Bernard Ramm que, a su vez, fue su profesor de Teología, y a quien le dedica esta obra. Pero, Ramm no parte de la Biblia para fundamentar su teoría, sino de la ciencia. No obstante, al hacerlo niega el carácter histórico del Génesis y dice que debe considerarse como algo simbólico (por ejemplo, “el árbol del conocimiento del bien y del mal” [502]). Después 1 Véase Bernard Ramm, The Christian View of Science and Scripture (Grand Rapids, MI: Eerdmans,1974) citado en Marco T. Terreros, Teología sistemática concisa: Para laicos, pastores y estudiantes (Medellín: Ediciones Marter, s/f), 258.

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de todo, el creacionismo progresivo es evolución; porque, según Ramm, Dios crea los seres existentes y deja que estos se reproduzcan; durante ese proceso de la reproducción, Dios interviene. En realidad, el fondo sigue siendo evolucionismo. De hecho, esta propuesta ha sido cuestionada por algunos teólogos, porque es percibida como una ligera variación de la evolución teísta.2 Asimismo, presenta la naturaleza de la humanidad. Él discute diferentes posturas —tricotómicas, dicotómicas y monismo—, negando estos tres puntos de vista, para luego proponer una nueva, que él lo llama “monismo condicional o contingente”. Él sugiere un estado intermedio entre la muerte y la resurrección, un estado en el que los individuos siguen viviendo una existencia personal consiente (541). Para apoyar su punto de vista, cita algunos textos bíblico; por ejemplo, cuando Jesús le dice al ladrón en la cruz “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc 23:43), la parábola del rico y Lázaro (Luc 16:19-31), entre otros textos. Pero, sus argumentos no parten del análisis del texto. En el caso de Jesús con el ladrón en la cruz, tiene dificultades porque la palabra “que” no está en los manuscritos griegos. La traducción correcta debería ser “de cierto te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso” (según la versión Reina Valera del 2000). Es decir, Jesús no le estaba prometiendo que en ese momento estaría con él en el cielo, puesto que Jesús iría a la tumba por tres días y luego, recién, ascendería al cielo tal como le dijo a María “no me toques porque aún no he subido a mi padre…” (Jn 20:17). Además, el ladrón era consiente que no iba a estar en el cielo en ese momento, porque en el versículo 42 del mismo capítulo le dice que se acuerde de él cuando Jesús venga en su reino. Todas las evidencias nos muestran que era una promesa que Jesús le estaba haciendo en ese momento. Con relación a la parábola del rico y Lázaro, hay muchos problemas si tomamos en forma literal. Primero, el género literario es simbólico, porque es parábola. Segundo, Abraham es mencionado en el cielo como la persona que recibe a los justos, mientras que en una afirmación literal de la Biblia declara que Abraham aún no ha recibido lo prometido y, por lo tanto, no está en el cielo (Heb 11:9-13, 39, 40). Tercero, habría que 2 John T. Badwin, “Progressive Creation and Biblical Revelation: Some Theological Implications”, Origins 18 (1991): 53-65; Brent Philip Waters, “Christianity and Evolution” (Ames, IA: The Iowa State University Press, 1983), 148-160 citado en Marco T. Terreros, Teología sistemática concisa, 281.

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preguntarnos lo siguiente: ¿Cabrían literalmente en el seno de Abraham todos los justos? ¿Estaban el Rico y Lázaro en el cielo o el infierno con cuerpos físicos? Porque se los menciona con dedos, ojos, lengua y agua. No se supone, según la creencia, que solo el espíritu va al cielo o al infierno. Asimismo, ¿Cómo un “espíritu” podría llevar agua física en sus manos para refrescar la boca de otro “espíritu”? ¿Puede el agua física calmar la sed de un “espíritu”? ¿Están el infierno y el cielo cerca, de tal manera que ambos pueden acercarse a darse agua? ¿Las personas van al seno de Abraham y no al seno del Dios? Cuando Jesús dijo en Juan 14:1-3 que se va a preparar moradas para que donde Él este nosotros también estemos (parafraseado). Evidentemente, el relato no puede ni debe ser interpretado literalmente, sino figurativamente. Podemos seguir analizando algunos textos más, pero por falta de espacio y tiempo no es posible, en conclusión se puede decir que los argumentos supuestamente “bíblicos” de Erickson no son convincentes para afirmar que existe un estado intermedio entre la muerte y la resurrección. Consecuentemente, sigue diciendo que hay un “aspecto inmaterial” en el hombre que es inseparable de lo material. Pareciera que es diferente al dualismo, pero, en el fondo, es lo mismo, ya que si hay algo entonces sigue siendo dualista (inmaterial [espíritu] y material [cuerpo]). Asimismo, Erickson señala que en las Escrituras hay una amplia gama de datos que apoyan la existencia de un estado intermedio de existencia personal, inconsciente entre la muerte y la resurrección. Curiosamente, no cita ningún texto (551), a pesar de haber muchos, como él lo afirma. De la misma forma, menciona que la condición monista puede romperse, porque cuando el hombre muere, el aspecto material se descompone, mientras que el aspecto inmaterial sigue viviendo. Irónicamente, señala que en la resurrección se producirá un regreso a la condición material o corporal. La pregunta es ¿De dónde sacó tal afirmación? ¿De Biblia? A mi parecer, no; porque no cita ningún texto bíblico. Es más, su posición lo fundamenta con la analogía de la sal, que está compuesto por cloruro más sodio. La pregunta es ¿se puede sustentar la naturaleza del hombre con una analogía como la sal?, ¿no sería mejor ir a la Biblia?, donde la misma proporcione soluciones, que de paso la Biblia lo presenta como un ser monista, que desde la perspectiva de Erickson es un “monismo radical”. En la Biblia “no hay alma o espíritu separable que sea capaz de 116


existencia consciente aparte del cuerpo. De este modo las palabras “alma” o “espíritu” describen manifestaciones intelectuales, afectivas o volitivas de la personalidad”.3 Génesis 2:7 ha sido mal interpretado, ya que se piensa que un “alma” inmaterial está dentro de un cuerpo material, pero dicha interpretación es contraria a la Biblia, la misma que declara que el hombre fue formado del “polvo de la tierra” así como los animales de la misma manera (véase Gn 2:19), bajo esta idea los animales también tendrían un “alma” inmaterial dentro de sí, pero esto no puede ser, nadie cree en esto. Génesis menciona, además, que Dios “soplo en su nariz (del hombre) un aliento de vida” el cual lo comparten las aves, reptiles, mamíferos entre otros animales (Ecl 3:19; Gn 1:30; 7:22) y llegó a ser un ser viviente. Por lo tanto, llegamos a la conclusión que el hombre es un ser completo, holístico e indivisible. De cualquier forma, el autor trata de ser coherente con su sistema, dando una explicación subjetiva, escurridiza y hasta un tanto especulativa. Pero, en realidad, no se basa en la Biblia. Al fin y al cabo, sigue siendo dicotómica su postura. Es más, desde mucho antes ya lo viene diciendo. Por ejemplo, cuando apoya en creacionismo progresivo, dice que “la creación especial abarca tanto a la parte física como la espiritual” (502). Implícitamente da a entender que el ser humano es una dicotomía. Finalmente, termina con la doctrina de la humanidad, haciendo un análisis de su universalidad, tanto en las características de raza, sexo, edad, el estado no nato del feto y el estado civil. En las cuales concluye que Dios se preocupa por todas las personas y, como Dios lo hace, los creyentes tenemos la responsabilidad de adoptar esta postura y practicarla, especialmente a los que están sujetos a la discriminación. En conclusión, la obra es bastante coherente, metodológicamente hablando, con su sistema y presuposiciones del autor,4 pero bíblicamente 3 Aecio E. Cairus, “Hombre”, en Tratado de teología adventista del séptimo día, ed. Raoul Dederen, trad. Tulio Peverini, et al. (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2009), 241. 4 Fernando Canale tiene razón al mencionar que el mundo evangélico y protestante han construido sus sistemas de teología sobre la base de la Sola Scriptura y la filosofía griega. No es un secreto que la teología evangélica y católica tengan como base a la filosofía griega, aristotélicatomista; la tradición y la ciencia. (Véase “Deconstrucción y teología: Una propuesta metodológica”, DavarLogos 1, no. 1 [200]): 10-22. Incluyendo el ala más conservadora de los evangélicos tiene una concepción atemporalista de Dios, donde Dios no experimenta el tiempo histórico ni espacio. Por lo tanto, podemos decir que las presuposiciones de Erickson son tomadas de la filosofía griega, donde el

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no lo es. Muchos de los puntos que son tratados deben ser analizados con más detenimiento para dar una propuesta convincente. Además, las mismas deben partir de la Biblia misma y no de la filosofía, la ciencia, la tradición o de cualquier otra disciplina. Fernando Rojas

ser humano está compuesto por un parte inmaterial consciente llamado espíritu y una parte material llamado cuerpo u organismo. Esto, por supuesto, no soporta el análisis bíblico.

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Datos

de los autores del presente número

Jiří Moskala

Doctor en Filosofía (Andrews University, EE.UU.) y Doctor en Teología (Protestant Theological Faculty of Charles University, República Checa). Nació en República Checa. Profesor de Teología y Exégesis del Antiguo Testamento y, desde el 1 de julio, es el decano del Seminario Teológico Adventista de Andrews University (EE.UU.). Miembro de la Sociedad Adventista de Estudios Religiosos, la Sociedad Teológica Adventista, la Sociedad de Investigaciones Bíblicas de Chicago, la Sociedad de Literatura Bíblica, y la Sociedad de Ética Cristiana. Especialista en Antiguo Testamento, Exégesis Bíblica y en el libro de Daniel. Merling Alomía

Doctor en Teología (Andrews University, EE.UU.). Oriundo de Perú. Ex rector de la Universidad Peruana Unión (UPeU). Profesor emérito en la Facultad de Teología de la UPeU. Director de la revista bíblicoteológica Theologika. Especialista en Antiguo Testamento; sobre todo, en el libro de Daniel.

ángel M. Rodríguez

Doctor en Teología (Andrews University, EE.UU.). Nació en Puerto Rico. Ex director del Instituto de Investigaciones Bíblicas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (Biblical Research Institute). Miembro de la Sociedad de Literatura Bíblica y de la Academia Norteamericana de Religión. Posee una columna mensual en la revista Adventist World. Especialista en Antiguo Testamento, Santuario y Expiación. Hans K. LaRondelle

Doctor en Teología Sistemática (Reformed Free University, Holanda). Oriundo de Holanda. Fue profesor emérito en la Facultad de Teología de Andrews University (EE.UU.). Tras su distinguida carrera como erudito y profesor de Teología, sus colegas y alumnos le dedidaron un libro de ensayos en su honor, titulado: Christ, Salvation, and the Eschaton: Essays in Honor of Hans K. LaRondelle, que fue publicado en el 2009. Especialista en Apocalíptica bíblica y el libro de Apocalipsis.

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Datos

de los autores

Gerhard Pfandl

Doctor en Teología (Andrews University, EE.UU.). Nació en Austria. Director asociado del Instituto de Investigaciones Bíblicas (Biblical Research Institute). Tras haber cumplido 65 años, sus colegas le dedicaron el libro titulado: For You Have Strengthened Me: Biblical and Theological Studies in Honor of Gerhard Pfandl in Celebration of his Sixty-fifth Birthday, que fue publicado en el 2007. Especialista en Antiguo Testamento, en el libro de Daniel, en Arqueología del Cercano Oriente y en Espíritu de Profecía. Azenilto Brito

Master en Lengua y Literatura Inglesa (Andrews University, EE.UU.). Nació en Brasil. Fue redactor de la Casa Publicadora Brasileña por siete años y medio. Actualmente trabaja en la Adventist News Network (Red de Noticias Adventistas) como traductor del inglés al portugués. Sus temas de interés son: Problemas del cristianismo contemporáneo y el libro de Apocalipsis. Oscar Mendoza

Bachiller en Teología (Universidad Peruana Unión, Perú). Oriundo de Perú. Actualmente se desempeña como pastor de jóvenes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Miraflo120

res, en la Asociación Peruana Central Sur, Perú. Director de la revista bíblico-teológica Didajé. Tiene un profundo interés en Apocalíptica Bíblica, Teología Bíblica y Teología Sistemática. Fernando Rojas

Bachiller en Teología (Universidad Peruana Unión, Perú). Nació en Perú. Actualmente trabaja como Capellán del Colegio Adventista Brasil, en la Asociación Peruana Central Sur, Perú. Tiene un profundo interés en Apocalíptica bíblica y Teología sistemática. Omar Ojanama

Estudiante de Teología (Universidad Peruana Unión, Perú). Oriundo de Perú. Redactor de la revista bíblico-teológica Berit Olam. Sus temas de interés son: Nuevo Testamento, Teología paulina, el libro de Apocalipsis, la Doctrina del santuario y Problemas del cristianismo contemporáneo.


Normas

de publicación

1. Los artículos que sean sometidos para revisión por la revista Didajé deberán ser enviados como archivo adjunto preferentemente en Word (docx) al siguiente correo electrónico: didaje@ investigacionadventista.org 2. Cada autor agregará sus datos personales. Nombre y apellidos, universidad donde estudia o estudió, lugar donde trabaja y la responsabilidad que ocupa actualmente además de su correo electrónico. 3. Los artículos deberán incluir un abstract o resumen que no supere las 150 palabras y sus respectivas palabras clave cuando sean artículos académicos, si son artículos divulgativos, no es necesario un abstract o resumen. Preferiblemente, los artículos deberán tener una extensión de (incluyendo notas de pies de página): a. Artículos académicos completos, no mayor a 12000. b. Artículos divulgativos completos, no mayor a 2500. 4. Los artículos deberán representar investigaciones originales e inéditas. Su sometimiento a la revista Didajé implica que el autor cede a la revista los derechos de publicar el artículo o republicarlo cuando la revista lo considere conveniente. Didajé no se compromete a devolver los artículos que le hayan sido sometidos a consideración incluso aunque estos no se publiquen. 5. En cuanto al formato, se sigue la adaptación del formato Turabian hecha por la Facultad de Teología de la Universidad Peruana Unión, especialmente para las referencias a pie de página. Véase Edgard Adolfo Horna Santillán, Normas de formato y estilo de página para trabajos de investigación (Ñaña, Lima: Editorial Imprenta Unión, 2012).1 A continuación se provee un resumen de las normas de formato y estilo requeridas. a. Los artículos deberán ser presentados en hoja carta, con una 1 Debido a que no existe una versión online del manual de Turabian 2012, se facilitará el manual 2009 que sí lo tenemos a disposición. Los interesados en obtener dicho manual, lo pueden pedir al correo mencionado en el punto número 1.

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Normas

de publicación

marginación izquierda de 3.81 centímetros y todos los demás márgenes en 2.54 centímetros. b. La fuente deberá ser Times New Roman, tamaño 12. c. El espaciado debe ser sencillo (único cambio con Turabian), incluyendo los pies de página. d. Los libros serán citados en el pie de página considerando: nombre de autor o editor, título en cursiva, lugar de publicación, editorial y año, como en el siguiente modelo: (Inglés) Zdravko Stefanovic, Daniel: Wisdom to the Wise: Commentary on the Book of Daniel (Nampa, ID: Pacific Press, 2007), 40. (Español) William H. Shea, Daniel: Una guía para el estudioso, trad. Raúl Lozano Rivera (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2010), 23. Si la fuente citada fuese un journal, se puede tomar como base el siguiente modelo: Fernando Canale, “Ministerio y estilo de vida”, Theologika 27, no. 1 (2012): 86-132. e. Las referencias bíblicas que requieran ser abreviadas entre paréntesis deberán seguir el sistema de abreviatura de las Sociedades Bíblicas Unidas. f. En caso de utilizarse términos en lenguas bíblicas como griego y hebreo, se deberá proveer también la transliteración en alfabeto latino. 6. Se publicarán artículos relacionados a Teología bíblica, Teología sistemática y Teología histórica. Generalmente, el cuerpo editorial informará la temática del número de la revista. 7. Los autores cuyos trabajos finalmente sean publicados recibirán el ejemplar de la revista Didajé donde aparezca su artículo.

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MI NI STERI O

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ADVENTI STA


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