Memoria dirigida al Marquez de Loreto

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AL Sm~MARQUEZ DE LORETO, VâREY YCAPtTAN GENERAL BU! LA')

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DE VIEDMA,

Di MKTA Ot fAPITA C~M C><UZDi DB LA ftEttA <tZ)m* YVCUCHAIA1l. CUCHAtAM Di ~tLAfPttOVtMCtA* ~OYIIICIAi aUSBIINADOIt t tKTZKDZKTt (tOBEXKABOtt IN(TiNDilITi Dt QUE rm Dt MCHO< BtnTABLMtMtEKTOt tA, TCOMtMtttO MfMtKTMtOtKTt

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BUENOS

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-AIRES.

A

DEL

1836.

ESTADO,


~~W~M'<!$!C~M~~)~t$W<M~ DÏSCU~SO

A

LA

MEMORtA NOBRE

PRELIMINAR

DE

VÏEDMA

PATACONÏA

Si todoo los empteadoa qae enviaba Eapana à América habieaen sido como el autor de la preaente Memoria, hnbieran progreaado lu cotoniaa, y talyez no hubiera sido tan générât y véhémente el deseo de Matraerae de la dominacion de la metropoU.–Miembro de una de tM pnnoipt!ea famHiM de Andalacia, y regidor 6 ~tH~eM~ro det ayuntamiento de Jaen, M patria, D. Francisco de Viedma disfrataba en Eap~n~ de ana coMider&cion merecida. El interes con que la Corte de Madrid empezaba à mirar sus ettaMecimientM ultramarinos, y la actividad del Ministro Gatvez, qae presidia entonces el Consejo de Indias, iban cortando los abusos que ae habian mtrodacido en tan vasta y complicada maqaina. El buen éxito que tuvo en Mejioo el plan de oolonizacion de Sonora, Viedinepiro â zu autor el deseo de extenderto a otfaa provincias, y ma faé encargado de plantificarlo e8 Patagonia. Las cïfcunatancias que acompanaron este nombramiento merecen aer referidas. Se esoMaba Viedma por las machaa atenciones de <amiMa,y por su ninguna aptitnd para esta ctaM de empleos. tnsMtta el Ministro, y volvia à eacutane el candidate.–Por fin caMado Galvez de la reisistencia que encontraba en au protegido, mudo de converaacion, y le preganto en qaé estado habia dejado las haciendas.Viedma, que ponia todo an orgullo en pasar por el primer agricultor de Andalucia, le conteato, que a fuerza de cuidadoa y trabajos habia · de à estado nn Mevadas logrado proapehdadextraordinana. la

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11 ~'Esto es precisamente to que quiere el Rey que V. haga en Patago"tna", le dijo cl Ministro, devolviéndole su renuncia. Por primera vez esta porcion considerabie ~el antiguo vireinato de Buenos Aires contaba con el celo de un babil administrador. Sus habitantes, desatendidos y entregàdos a sus propios recursos, no habian dado hasta entonces un paso fuera de la senda obscura y degra. dante de la vida salvage. Las tentativas hechas por los Misioneros no solo habian sido limitadas, sino efimeras, y hasta el recuerdo de sus trabajos evangélicos se habia borrado en aquellas regiones. La dificultad de sojuzgar los ind!genas, y la ninguna utilidad que prometia una inmensa extension de tierras incultas, despobladas y, se-gun decian, ~sténtes, ïaNhabian sustraido de la accion gubemativa de estas provincias. Los Vireyes, satisfechos -con tener en su dependencia à tas fértiles campanas del Paraguay, y a to<ricos valles del Perù, apartaban la vista de la parte meridional de su jurisdiccion, que miraban como la Siberia de América. Este abandono, 6 mejor diremos desprecio, durô hasta que Viedma fue instalado en su cargo de Super-intendento de los establecimientos patagonicos. Desde entonces todo fué vida y actividad; y aunque tuviese el dolor de ver malogrado sus esfuerzos, no por esto renuncio à la csperanza de hacer va1er su experiencia para que se acogiesen sus indicaciones. los arbitrios que propone, y que nos han parecido .oportunos y practicables, hay uno que debe Ilamar la atencion del <!obierno, porque puede contribuir &aumentar los recaKOB del erario. Inculca Vicdma en que se imite el egemp!o de la Corona de Portugal, que concedia licencias temporaneas à companïas establecidas, para ocuparso en la pesoa de ballenas y lobos en la isla de Santa Catalina. El producto de este ramo deberia ser de aiguna importancia, si ae catcu!a la extension que tienen nuestras costas, y la prodigiosa abundancia do estos cetâceos. Entre

Tambien pondera la utilidad de ocuparta isla de Choelecheï; y à este proposito no podemos dispensarnos de transcribir un trozo de su Memoria, para que se admire su prévision. "Tomando el sitio de Choelechel, ya ascguramos el pasage para los indios de aquellas


Hï Mciones (Peguenches y Araucanos) que son numerosisimos le quitamos estos enemigos à los campes y fronteras de BuenosAires y vamos preparando la internacion y demas impoitantea proyectos, que puede atMernoa el Rio Negro por la parte de Valdivia." Estos aàb~OBpenMHnientoafaeron deaatendido«, y solo al cabo de un medio eigto, el Senor Général ROSAS ha tenido la gloria de realizarlos. Promovido al gobierno de las importantes provincias de Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra, et que esto eacribiatuvo por sucesor en la auperintendoncia de Patagonïa à au hermano D. Antonio, que Io imite en el vivo interes con que miro la prosperidad de aqueltoa estabtecimïentoa. Viedma aiguioadministrandosu nuevo departamento,y murio en Cochabambaen 1809, dejando sus bienes à una casa de hospicio para la educacion de ninos pobres, y fundando otra de huérfanas. Estos fueron sus servicios,toca à los Americanos à venerar au memoria. El original de esta memoriaae conserva en el archive privado del Senor Dr. y Canonigo D. Saturnine Segurola, que ha tenido la generosidad de franquearlo para su publicacion. Bueno. Aires, 30 de Enero

1836. ~z~mo nz AiKMMa.


MEMORIA Dirigida

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JM~or<yMe~ (le J~o~<o,

<Sfa.

EXMO. SE~OR:– Et mucho arnor con que he mirado 'ot estabtecimientoa patagon!' co<, por el conocimiento que iba tomando dt !a< ventajas que podian producir ai Estado, me cmpenaba cada dia mas y mas & MK<tenerio< y fomentarlos pcro ni mis con~tantea e~fuerM<, ni las repetidas repre~eotaciones con que hacit ver hu importancia por loi descubrimientos y experiencias de la pr~duccion de sus terrenoa, fueron capaces à contrarettar ei al fin <rium<î esta, dej:indo!o< Mpintu de oposicion que les ~prsfguia; y reducidos at extremo que hoy M mira. No obstante, espero ha de ser la mis que Ilegue à fomentât to mucho que hc:no< perdido en su abandono y a dar una verdadera luz y conocimiento de tu< grandes ventajas adornan à V. E., capaces Mta~. por medio de las elevadas prendas que mente & reataurar unos eatabtecimicnto< que pueden servir de muro incontrMtabte a los enemigos de la Corona, de MguriJad à esta capital, de fomento a su comercio; y la qae c< mas, de medios para propagar nuestra Santa Religion, de extender el beneficio de la Redencion a ana prome ha hecho conocer son di~iosa multitud de idolâtra~ que la experiencia dociles, y de quien sin icmeridad se pucdc prometer una abundante miet à los obreros evangëticos. Alienta mas mi confianza el ver, que tuego que tuve el honor de enterar 'a V. E. muy por encima de los acaecimientos de dichas poblaciones, sus proporciones y utilidades, le mereci grato oido, le encontré muy adicto y deseosode enterarse radicalmente de todo e!to; y como el un Munto tan vasto, que ni puede fiarse & in(brme< verbales, ni retenerM e<tM noticiaa para un pcrfecto conocimiento, me mando V. E. !o hicie<e en desabogo de mi por escrito, en obsequio de tan superior precepto, amor al ter~icio del Key, y en bien comun de estas provincias, me atrevo, con la coonanM que dicta la verdad y la buena causa, à proponer à V. E., que to« empeno* que en todos tiempos ha tenido nuestra Corte en fijar poblaciones en la referida costa, han nacido de la ilustracion que se tenia de t

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ESTABLECFMiENTOS las ventajas que habia de traer al Estado y à la Religion sin que deba mudarse de concepto, porque no haya correspondido et éxito a to feliz del proyecto. Que à pesar de la emulacion con que se ha mirado siempre, sera ûtit, como lo es en el dia la subsistencia y fomento del que ha quedado en el Rio Negro, por las prosperidades que atrae y se haràn ver; pro. poniendo igualmente los medios y modos de fomentarlo sin dispendio det erario. Tres partes forman el plan de esta memoria. ~Oja!a que yo acierte à desempefiarla segun mis dese~, y como merece la importancia del asunto!

PARTE

PRIMERA.

Desde que !ogrd la Espana unir sut dominios el vasto, fértil y reino del riquîsimo Perû, siempre ha sido el objcto del infatigable celo de !<MReyes y sus Ministres, el conservar inviolados sus fieles vasalloi, y la mejorar disposicion de las almas idotatnM, para atraerlas a nuestra sagrada Religion. At logro de estas importantea y benéncas ideas, con orden y permiso del Gobierno, se han hecho diferentes expedicione< à descubrir las is!as, costas y puertos de la mar del sur tierras australes. y Tales fueron tas de Pedro Sarmiento de Gamboa en el ano de !579, desde la ciudad o puerto de Lima, en la navegacion que hizo por la mar del sur à la del norte, descubriendo las islas ques componen el archipiélago de Chonos, el estrecho de Magallanes por donde cruxo, con los puertos, bahtM, ensenadas, bajos, arrecifes y cuantas circunstancias ofrecen: por cuyos pianos, relaciones, diarios y seguras noticias de haber pasado el Estrecho el corsario ingles, Hamado Francisco Drake, se détermine la se. gunda que se apresto en Espaua el ano de 1580, de veinte y tre3 bageles al mando de Diego Flores de Valdés, con destino de transportar tropas at reyno de Chile, para el socorro de tas guerras que habia en et, y dejar en el estrecho de Magallanes la gente que iba à poblar bajo la direcciun y mando de Sarmiento, la cual se hixo a la vela el siguiente de 1581, del puerto de San Lucar. Y habiendo sufrido muchas pérdidas, atrasoe y arribadas, por los grandes temporales y otras contrariedades, al fin desde et rio Janeyro resotvio el Comandante, con acuerdo de ios demas oficiales, q~<; Diego de la Rivera con dos navios tres y fragatas saliese para el Estrecho con la gente, vïverea y efectos destinados à poblar. Que con efecto asi se e~ecutd: y habiendo entrado en aquel parage cosa de media legua, écho en tierra 280 personas, por no querer pasar adelante, con pérdida de una de dichas embarcaciones, de la que solo pu-


EN PATAGUNÏA< dieron salvar la artilleria y viveret. Todo !o cuat dejo 'a cargo de Sarmiento, y un bagel pequeno, ûnico auxilio para tan grande empresa; retirandose con ta* demas naveo, sin haber tomado otra providencia para el fomento y «ubsiatencia de aquelta< gentet. Con tan redweidaa fuerza< fbrno coa poblacion Sarmiento en el mismo titio del deaembarco, y otra namada San Felipe en un puerto pequeiio y hondable mai en to interior del Ettrecho !a< que no pudieron <uMatir por el abandono con que ee mir6 aquella miserable gente, pereciendo todos, à exepcion de un Midado llamado Tomé Hernandez, natural de Badajoz, que lietatvo en una embarcacion ioglesa que paaaba por el Estrecho a la mar del sur. La expedicion de los dos hermanos Nodalcs que cruzaron el Eetrccho la de los padres Cardiel, Quiroga y Strobl, con el capitan Olivares el ano de 1746, con destino 'a reconocer, y poblar la bahîa de San la del capitan de fragata D. Francisco Pando, para los miamos Julian reconocimientos: la de D. Domingo Perler, oficial de igual clue con la de tu mando, Ilamada et Chambequin ~n<&ï~M~; y ultimamente taa que han salido de Montevideo y Buenos Aires, para formar pobtaciones en la Bahia sin Fonde, o Punta de San Matiaa. donde detagoa el Rio Negro y de San Julian, desde Diciembre del ano pasado de i778. He traido a la memoria estas expediciones por la férie de tiempo en que acaecieron, para demostrar los empeno* de la Corona en fijar estabtecimientot en aquellos despoblados paraget. El poco ticmpo a que eatoy cenido, por to que estrecha mi viage, no me da mârgen a demostrar los grandes gutos que han ocasionado à la Corona, y taa gentei que se han sacrincado en tan ârduas empresas. Los diarios, relaciones y noticias daràn una verdadera idea de esta atercion. Pero ~quë hemos conseguido en tan repetidas tentativas? ;Qué hemos aaeado de tantos gastos y pérdida!< tan considerables?-A la hora presente solo podemot decir, nada mas que satisfacer nuestra curiosidad para franquear la puerta y et camino que qucrercmos cerrar y defender a nucstroa enemigo<; y hacer imposible la reduccion de las almas idotatras, que siempre ha sido el mayor deaveto de nuestros catoticea y religiosisimos Monarcae. ~Rara de~gracia de nuestra nacion, que tan aagrados fines tengan semejantet resnttasï Las ordenet y dMpo<iciones de la Corte jamas han fattado al logro de enos: no <e ha perdonado gasto, Mm en medio de toa tiempos mas calamitosos que a8igian & la Espana: pero la inconstancia, la emulacion, la falta de sinceridad y el poco sufrimiento a les trabajos en todas ocasiones, han sido unos poderosos enemigos que han matogrado tan heroicas empresas.


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Para convencimifnto de <ta verdad, h:tgatno~ critica con los estabtecimiento~ y pobtacione< que formé Sarxnextu, y loi de San Julian y Rio Negro. Para aquelias satH una armada del puerto de San Lucar, ai mando de Diego de Flores de 23 naves; y bien que no toda ella de<tinada à este fin, como va sentado, fué reforzada posteriormente en el Rio Io$ tempoJaneyro con cuatro galeones; y por taxpétdidasqueocaaionaron rate' no pudieron destinarse a la egecucion de dichas poblaciones ma* que dos navios y tres fragata*, a las 6rden<:a de Diego de Rivera. ~<te eapitan, como cofa perdida, arroja o deeentbarca la gente que iba a poblar, media legua dentro del Estrecho, pierdo una embarcacion, no deja ma* resguardo ni auxitioa a Sarmicnto que un bagel pequeno para el socorro de aqueUaa gentes en tan remotas distancias y parage*, cuyos terrenot en mucho tiempo no podian producir frutos para !<u conservacion y subsistencia. Se v'tche con tas demaa nao! sin hacer memoria do repetir los socorros. Con estas dioposicionet, ~que fin habian de tcner aquellos mi<erabtes?– Claro e~tà. La perdida de todo*. Veamos ahora cuat fué la causa de eataa dergraeias, y de que *e matograae un fin tan santo. ~La inutitidad de aquellos terrenot, o lu maïat dispoaiciones de Diego de Rivera?–Bien te deja entender que estas ûltima~. Los terronot ni podian producir, ni dar fruto* en mochot anot para que eubsittiese la gente, ya por falta de ganado~ que e$ el mayor ïlgor y atma de tas poblaciones, y ya porque, para proparar la. tierras con las labores de la agricultura, era menester observar los tiempot mai adaptados à las sementeras, y tener los apero" y bueye~ que pide la necesidad. Nada de esto renexiona su iuconstancia, y el poco sufrimiento à los trabajos de la navegacion, que debia hacer por el Estrecho a Lima y a otros puertos para sostener, fomcntar y asegurar las publaciones. Se efectua tan extrano y violento dc~embarco: ~e mira con indiferencia el servicio del Rey, y el estado en que quedaban aquellos miserables, abusando de la lealtad, obediencia y valor con que deapreciaron la muerte. ~Qaé mas pudo hacer la Corte, en unos tiempot en que se hat!aba afligida la Espana con los empenos que le ocasionaba la obstinada rebeHon de los Flamencos, que aprontar tan respetable armada, y reforzarla posteriormente con cuatro galeones? Si Diego de Rivera hubiera desempenado sus encargos con mas prévision, con otro amor, <î con mas humanidad; repitiendo los auxilios con tas embarcaciones de su mando, <e hubieran njado aquellas poblaciones; <ï por lo menos no se hubieran perdido tan teates y desgraciados espanotes: pero sn inconstancia, y el ningun sufrimiento a los trabajos, hicieroa inutiles los cefuerzoe del Rey, y sacrinearon a estos infelices. Aunque la experiencia de estos sucesos dieron à los sabioa Minis-


EN

PATAHONIA.

tros, que con tanta gloria de la nacion dirigen la monarquia, las tuccs y conocimientos, para que no ttegasen à tener tan de~graciado fin estos ùttimot estabtecimientos de tas Bahias sin Fonde y San Julian, no por pso han podido libertarse de iguates contrastes, que al fin lograron rcducirtos a un estenuado e<que!eto de la corta poblacion del Rio Negro. A estos dos grandes motivos, que siempre han movido el religios~imo coraton de los reyes para el logro de estos establecimientos, le nnieron en la présente ocasion tos fundados recelos de tas notic:a< que recibio la corte de Kspana, que intentaba la de Londres establecerse en ta Bahia sin Fonde, o Punta de San Matias, donde df~a~ua el rio Negro, por los conocimientos que de estol parage* tomo Futkncr, y su.~tn~trj a aquel ministerio en su descripcion patagonica. Con tan fundado motivo (aunque jamas ha des!<t!do del intento de estas pobtac<ouc<), détermine et Rey tuviesen efecto a toda costa en las dos expresadas bahias. A este fin nombro comisionados, y mande familias de diferentes provincias de Espana, siendo <n reat voluntad, que se alistasen tas mas honradas, laboriofas y de mejor conducta. Pnesta en pract!ca este proyecto con la primera cxpedicion que saliû de Montevideo, a! mando de D. Juan de la Piedra, ae descuhrio et pucrto de San José, donde quedd formado el primer provisional establecimiento y por la poca agua que ttevaban tas embarcaciones, falta de cahattoo, bneyes y mutas para conducirt~ de tas fuentes que se dcscubrieron, y mata calidad de tos Tt~eret, enfermo la gente, y fatto la constaneia à espéra? los socorros del Rio de la Plata o del Rio Npgro, que à poco tiempo fué descubierto: obtigando con los términos mas violentes al comandante D. Antonio de Viedma à que se retirase con casi el todo de la gente, a la plaza de Montevideo, en el paquebot Santa Teresa. Este contrario suceso to ocasiono la arribada que hizo a Buenos Aires D. Basilio Vittarino del Rio Negro, donde le despacho el Super-intente D. Francisco de Viedma, para que socorriese el puerto de San José, con la mucha aguada que conducia el bergantin Nuestra Schora del Carmen y Animas, y la perdida de la urca, ttamada la Visitacion, que cstaba para hacerse a la vela en aquella hahîa a conducir auxitios à la de San José: pues a haber logrado cualquiera de estos socorros, no ~e hubiera arraigado el escorbuto con muerte de 28 nombres; no se hubiera desamparado aquel puesto, ni ocasionado la pérdida de los efectos y viveres que alli quedaron. Estos defgraciados principios alteraron y previnieron générât mente los ânimos de mudo, que nada ha sido mas odioao que los cstabt<dimicn* H<Qtm)C! 2


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ESTABLEC!MtENTOS

tos patagunicos, y todos no han conspirado & otro fin que & destruirlos. Los muchos trabajos que mediaron para fijar el de San Julian, ya rn et ticmpo que acampo la gente en el Puerto Deseado, donde la poca t onstanci:t v sufrimiento del oficial comandante de la tropa, y cootador intcrino, sedujcron é int!m!daron a los dema~; en términos que por evitar mavorcs inconvenientes 8e vio ohligado el Super-intendente D. Antonio Vertiz, de Viedma mandarto~ â disposicion del Exmo. Sr. D. JuanJoMde notichndo los motivos de esta deliberacion y ya por las enfermedades el desabrigo, 1arga que se padecieron en dicho pucrto de San Julian, por acabaron de le. navegacion, aUmcnto de carnes saladag, y otras cau<a<, vantar el unneraat clamor contra ambos establecimientos; cuyatcontinuadax qupjaa y suspiros abrieron en el bcnignîsimo coraMn del Sr. Vertiz !n brecha a que se dirigian; por la cual le Hegaron a ocupar é impresionar con el mi~mo horror. caAunque el establecimiento dcl Rio Negro e<tuvo exento de lu iamidades que sufrieron los otros, por sus excelentes aguaz, abundante cano por eso pudo za, y ganado Tacuno con que ncs socorrieron los indios, Ubrarae de tgualea <ï mayores persecuciones. Desde loi principios reind en las principales cabezas un espiritu de emulacion, de inconstancia, y ninno eataban exengun sufrimiento a los trabajo": de cuyas preocupaciones tas las personas mas caracterizadas, y todas juntas dirigian tu* ideas a contnover to~ animes de la demas gente, para que se abandonase el puesto, la constancia del Super-intencuyot intentos siempre fueron rebatidos por dente. Fruttradas estas primeras tentativas, viendo que por el superior Gobierno de Buenos Aires se habia sostenido y tocorrido el establecimiento del extremo de necesidad en que se vio, prepararon las armas por otros medios para de~ruir!os. Ponderaban loi muchow gastos que ocasionaba; la esterUidad de la tierra, que solo era ûtH en los cortos y reduoidoa pedazos que en la orilla del rio baaaban sus innundaciones, no suficientes & mantener una poblacion. La barra del rio, que hacia imposible la navemotivo por natnrateza estagacion a los enenugos de la Corona, por cuyo ba defendida aqueUa entrada; no haberse descubierto la jurisdiccion de Mendoza por la dificultad de navegar el Rio Negro, a causa de su rapida corriente, y los muchos indios salvages que transitaban y concurrian â aquellos parages, cuyas invasiones serian frecuentes, y por ellas no norecerian los vecinos, quedando muy expuestos a ser victima de estos infieles. Sin embargo de haber dado diferentes informes el Super-ihtendente à dicho Seuor Virey, con toda sincetidad, solidez y conocimientos de cuan<


BM PATACONtA.

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tas cireunstancias ofrecian aquellos parages, remiticndo mue~tras de los ftt:tos de 'u< terrenos, en que acreditaba su fertilidad, y de haber aproba'Ju el mismo Senor Virey, por ordan de 15 de Noviembre de 1780, el cs(ab!ccimiento expresado–~M~ <oJo promete que ~o~<t hacersr, MMOM~7y/~& cion; y de no résultat, tegun entiendo, otro~ fundad<M ntothos que hiciesen iÎMona, tteg<! & prevenine de tal medo con tas rcpettJaB q'xjae y clamoret, que nada le era tnae violento, ni n)as repugnante que <!ichos e<tab!ecunient<M. Tomaron<e informes de !o< tntstno: contrario;, cuy:~ pro<€<ïene$,experiencia y talento en algunos los haccn sospechosos, y n:tda 6titM para calificar la verdad. La misma adversion, qtt<! incitai !(~ ma< violentoa de<eo< para triunfar de sus innuencias, era 1~ macitra que d! taba estos infirme*. Con la niultitud de eUM hay noricia*, bien qoe no Mgura~ de que <r mando formar unajunta de Io< capitanes de navio y coroneles que existian ft' Montevideo, para que reconociéndotoa, manifestasen au dictâmen aobre iau!ilidad o inutilidad que ocasionaba à la Corona la prosecucion de los fst;<btecimientot. Todow ûnanime<, se dice, estuvieron por este û!timo: tales pro banzM tenia la caua. Con e<to* documento* y decisiones, tin esperar otras resutta', que !.t misma experiencia y descubrimientos podian calificar de tinceroso de infu: dadoe, M procuro impresionar el real ânimo del Rey, y sus sâbios ~!inistrot, cuya~ résulta* fué la real ordeo de i.~ de Ago~to del ano anhrior proximo, mandando abandonar los establecimientos de San Julian v San José, y que solo <ubsMtie<e el del Rio Negro, reducido a! triste f queleto eon que manifiesta dicho Senor Virey podia permanecer. Cuando iban caminando a E«pana estas justincaciones, Hego de Lt bahia de San Julianala plaza de Montevideo el Super-intendente D.i. tonio deViedma,y tepresento una informacion, que a <u pedimento recib. el capitan de iafanteria D. Felix Iriarte, compuesta de tos poMadorcs ~0 aqueUa colonia, en que unanimes declaran, con referencia à io pxpcrimcntado en los frntos de <us zementera:, que aquellos tcrrcnos cran produ. ttvoa para mantener la pobtacion. El Super.intendente del Rio Negro, con la co<ccha df! triro de (: cho ano, que ascendio â 1269 fanegas y tres cuartiUa~ acrcdito podia ~ui; mtir la poblacion con sus frutos; y de resultas del reconocinupoto <!p aquel rio, que emprendiô el tegundo piloto de la rcat armada, D. B:~i~o Villarino, internando<e hasta muy cerca de Yatdi~ia, proporciones de lo. parages que anduvo, esperanzas que premetian los rios que quedaron por McoMcer, y la deacubierta que a poco tiempo hizo el teoiente de infant".


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EBTABLMtMIENTOt

ria D. J(~c de Salazar, abriendo camino por tierra desde dicho poerto de San José â dicho rio, en oficio de t3 de Octubre del mtMno ano, expu'o al Scf~' trey to importante de ambes MtaMecimientos; fundando las razones y moUvos en estas ûttitnas résultas, que rebatian las objeciones de lus informes y dictamenes, y à un mittMo tiempo maaitestando ta* ulilidades que podian Mcar~e de etto$. Peru como todc !teg<! tarde, no btute a contener la dct.gracitdt tuerte que <ufren; que, aunque no tan infolices, como las de Sarnxcnto en el estrecho de M<gt!hne<<,han tenido casi la m!Mn< inutilidad !<M~<tef<,trabtJM,pcrd)dMy muerte<qoe cogaron para Hev*rta< at c<t<do en que <e httttb~n al tiempo d<)<uabandono; pues el de San Julian ya tenia htbittcione< para rep~rar~e con alguna comodidad de la inclemen. cia de los ticmpo*; cuyo abrigo co<tv et tMorbuto cau'ado de t<Mmueh<Mfrio!! dc aqucl clima. Empczabanà producir sus terrenos, frutos para tnantener<e; to~ indios cada d!aM ihan dotnetttctndo y ancion&ndMe & tott nue$tro$, de modo que con fundados tnottvo~podiaesperar~e tareducci<Mïdentrode poco<! nnos de e~tos !d<ïtatra)!al gremio de nue<(ra Santa Fé; y por este medio, que tuviera et Rey nuevas poblaciones de c<tM natur~te~, ttrvtonde et ejempto <!e unos para sus convecmotatansanto fin. Y ohitnan<ente,con pocomat que fc hubiera gastado, quedaba etectuada la poblacion, y en términw de mb-i~!r por n, siempre que M le hubiera podido auxiliar con todo géncro de ganadoa, cumo ûttico vigor de la agricuttnra, y alma de iMpueb!os. De forma que puede decirse e~Hro esta poblacion cuando empezaba a (omar aliento, y à dar nnat grandes pruebait de poder coniteguir io que cun tanto anhcto y- tan repetidamente ha intcntado la Corte. Si rcHexionamot en taa poblaciones de Sierra Morena, encontraren~os una segura hilacion de los ei-fuerzos y opoMcion<Mque hahràn mediado contra los e'tabtec)m!fntos patagonicos. En la formacion de aquellas no podian mediar las grande< dificultades, rie~gowy trabajoft, que en los dp esto<, por estar en el centro de Eepana, y no carecer de cuanto nece~!ta el hombre para la contervacion de au vida y de<ahoge del animo en ta Fociedad ractonat. b1 uy at contrario eran las proportiones de e<tM es<ab!ccimien(ot. La carne <a!ada, el mal tocino, la miniettr* picada, y !a~ harinas anejas por lo regntar han sido et principal <u<tento de sus individuos. Et trato racional reducido unos à otro!, los rie'goa tnueho~ -por !os indios sahajcs, y las habitaciones unos miscrabtes ranchoa, o barracas de paja, irresistibles a la inctetnenciade las estacionet. Véasepuet la de. nguatdad que médis de unas d otras. En las de Sierra Morena no habia mas que hacer que edificar las casas, operacion muysencitta por los mu* chos materiales y operarios con que fueron sostenidos. Para et cultivo de las tierraa se les facilitaron bueyes domados, yaperos excelentes que ttenahan sus deseos. En tas de la costa patagonica de todo careciamos: el clima es rigoroso de-frios, particutafmcnte en San Julian, y solo encontra-


EN PATAOONtA.

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bMM<et

BMyw àMÏMe deode debit reeet~rte e! rie<~e. Lot <nd!et vagM BM M~nvieMn y <enMn<Monen ~qoe! puerto, Meomende & !e<inMteee pebtadoMt eon la e~rne de gu~Mee, sin cuyo texUie habier~n peree<d<t, y M el Rio Negro, con !M iïebrew, c~bt))<w y macho ganado v~ oaeo. ~hoM pM<, eetejcM ÏM venttJM que gouban !<M de Sierra MoreM eea lu infeHetd~dM de !«§ de San Julian y Rio Ne~re, y jmtMtente pedrà deei)r<e que ~M! todo era gu~ y alegria, y ~qu! todo in. falicidad y <rM(eM. No obt~nte e<t<tde<:gua!dtd, y estar à ht iomed)~ciene* de an rey el mes Mb!e que tegrt el univeno, <e urdieron las in. trigM y eentMdMcienew que Mn ne<enM, de tM cuales M puede infenr JM que tMtbrtn medMe en tan dilatado hemixferio, donde unicamente lot dos con~en~det h~n aide y seràn MM<ine<pogMMe< roaM en Mttenerte.

PARTE

SEGUNDA

La peMt de la betteM, el tbMte de Miea prev!neia de Buenee Airer, y propordoMr por este medio el comercio de carnes, de las muehM que te pierden en los inmeMM cempet del Rio de la Plata, facilitar puerto para que arriben nuestros buqae* que navegan à la mar del <or, y se haga ma. suave y c<ïmod&e<t& navegacion, abrir camino por tt~m 6 por tierra para Valdivia y Chile, por donde con men<MgMtM y He~M poede tntMit~ne é introducirM el comercio que !egr~ Boenet Aires; y ultimamente reparar y extender el que tiene esta capital en el conMnbre de sus camp&nM, taliez hMt& el Rio Ne~ro, ooiendo & esta importancia la M~urid&d de <M fronter&<,en que eltriba el Mmento de IM poblaciones, tugecion de loi indios y medios de ttntertot verdadero coneeimtente de D!<My bien dcl E<mdo, son las utilidades que coa et tiempo podem<MMMM y conseguir de la ccMervacion del e<t*b!eeimiento del Rio Negro. Lo vMto y «ombroM de eitM, & la primera impresion, m~niRett~ an a~ecto tan extrano que le mïrarà con el mayor desprecio. No obwtMte nada me acobarda, porque el amor y e<pir!ta de patriotismo cen que he mintde !M jmtM, piadoMMy benéficar intencMnM del Rey, en la ejecacion de e<to< establecimiento% & todo arrottr~ Voy & MtM&cer por la misma série los p~rtico!~re< que Heve propne<tc<t,con )M r«one$ y fundamentM que me MMten, <Madot de la experiencia y conecïmiento que he tomado de tqueUo« ptrtget. Lc$ !ngte<ewnet han abierto to< oj<Msobre el inagotable tesoro que trae la pesca de la ballena; pne$ de tan remotM regiones, y â tanto ne<ge, <e eotreg~n & la diterecien de ÏM mares Hn mM puertot, sin mas &uxiH<M, MXUMM, Q 3


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ESTABLBCIM!ENTOa

m mas refrcMO: que ta ÏMegoridad de to* élément', y lo que. condacen sua entbarcacionet. t < estos trabajos y pe!igros bacln sus pesqMfiM, y &aoangrandMmas utitidades do nosotros mismos, por medio del aceite que nos. yenden para carenar naestros navios: de modo que, siendo este oomercio ffutos de nuestros mares, somos peregrinos de él, y perdenM* et dinero que nos ouesta, que debia quedar â benencio del Estado, y el que podia!Hos adquirir por los mismos medios de e«ta nacion y otra~ coy<w intere. ses darian mucho aumento y gloria à la nuestra. No quiero referir irepetidos hechoe de las vecew que hemox encoatrado en ettoa mares a tôt !ngtete< ocopadoa en eu pe<qaena, porque ba*ta la preaa que fe les bizo el dia 10 de Marzo del ano anterior proximo, de la fragata Hamada el Mayo, MLre to< 34 a 35 grados sur, que con otras de la misma nacion estaban ocupadas en dicha faena, y las que reconocieron las fragatas Santa Sabina, y la Perpétua, ea el viage que acahaban de hacer a Montendco, conduciendo à V. E. Voy solamente a dentostrar con cuan diferentes ventajas nos podemos aprovechar de eata< udlidades por medio dot estableeimiento del Rio Negro. La tentativa que acaba de hacer D. Francisco de Medina, y del comercio de esta ciudad en el puerto de San José, ooa la ttamada la Ventura, (y antes el Mayo cuando fué de loa Ingleses) no verdadero conocimiento de las proporciones que pretenta aquel Sin salir de é!, arponearon 50 ballenas en un met. Es verdad que logré esta loablc empresa por la mala oatidad de los arpones, e tud de aqueltos operarioa.

vee!no fragata nos da puerto. se mainepti-

Repitiendo iguales tentativas, reparadae las eamat que la malograron, e~ta todo vencido; y con les auxilios que le franquee el establecimiento del Rio Negro en la venta de sus frutea, te hace mas facH y menow gravoaa al interesado esta pesqueria; y &un mismo tiempo togra enanto necesit* para desde aquel puerto, sin tocar en el Rio de la Plata, hacer viage oon su cargamento 'a los de Espana. El ettaMecimiento del Rio NeBaHda de sus frutot, y por gro se va sosteniendo y prosperando con medio de eMot puede haeerM esta pesca, sin el guto de mantener otras embarcacionea que las menores que se necesitan para eUa. Las otras que son de mayor costo y gastoa, en et intermedio que se proporcionan sus cargamentos, pueden ocuparse en conducir sat del Puerto de San Jeee, o Rio Negro a la capital de Buenos Aires y Montevideo; y por nnas misatas operaciones, como accesorio, logra de este util abasto la Provincia; su abundancia franquea cotnedidad para salar y benenciar lu carnes que se p!erden en eus inmensas campanas, introduciendo este naevo comercio en Esp&aA) Afri<Mtt ot!~t paragea de Earoptc puea aolo cea el tnaciM con-


ZWT PATACOWti.

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MtM de na<Mt)ra<armadas pMsidiow tendrtn despacho, y se comigue <tT)<arlM extraectonts de dinero que nos atrae la que compramos en el norte, quedando & benencio del reyno. Los intereMdes en la pesca de la balle na M aproTecharàn de Io que puede rendirles este primer genero. Las naturalM de Buenos Aires y sus conveeinaa pobtacione~ en tax matanzas de ganado, para el acopio de corambre, tienen esta noeva ntiUdtd al aumento de eutt jornales. Lot duenos podran sacar tatvet por este medio libres tow cMto< de cllas, y iot del Rio Negro se ocupan en el trabajo de la saca y concluccion de ta! al muelle, que es otro apoyo grande a an subsistencia. Por e*t<Mmedios ha de ir tomando incfemente la poblacion, y talvez, viendo el fruto que M saca de e<ta~ nueva* ptantacionez, M extiendan los e<panote< con tM pesquerias mas hacia el sur, y tM$ descubran y faciliten a!guno< puertos con comodidad y proporcion para arribar los buques que naTegan a Lima, ya vohiendo à fbmentar el e~abtecimicnto de San Julian, pues la experiencia ha manifettado puede subsistir de tua frutos; ya reconociendo el estrecho de Magallanes con la exactitud que necesita y merece, donde todos !o< derroteros aseguran hay abundancia de maderas: circunstancia que le acredita adaptada para pobtar, sin que pueda causar prueba en contrario el efecto de las poblaciones que hizo Sarmiento, que no podian tener otras retutta* con el método, forma y disposiciones que las intentaron. En la Tierra del Fuego, que <e compone de varias islas, el ano d~ Escurruchea, en 1765, « 1766, Mperdtd etnavio ItamadotaConcepctonde las costas de una de citas, cerca de 14 leguas de la boca dei Estrecho. La tr!putacion que M salvo, hizo por ei un barco de battante porte para transportarse con su* provMiones a Buenos Aires; donde informaron a tu Gobernador D. Pedro Ceballos, que toa indios de esta isla habian s do muy humanos y caritativos, ayudandoles a pasar madera para la construccion del barco, y ast:t!éndoles en todo; con otras particularidades v noticias de aquellos parages de todo lo cual envio D. Pedro Ceballos una relacion exacta a la Corte, y propuso establecer una colonia en la )<a Pero, habiendo sido en ocasion que se trataba comprar à los france:e< las Malvinas, no tuvo efecto esta propuesta. Que estas noticias ofrecen muchas esperanzas de poder subsistir poblaciones en aquellos terrenos, y ser utilisimas at comercio, estado y religion, no puede dudarse. La Iat!tud de o2 grados y minutos, al polo, aunque es clima muy frio, no puede compararse con la eituaoion de Suecia, Dinamaroa y Rusia, que por eetar a mas de 70, no dejan de tener terrenow fértiles y abnndant!sunos. QueTer sin.el auxilie de gaRadeS) sin et benencio de la agrieultura, sin la prneba


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EaTABLECÊMHWTOa

de loa experimento$,arreglar y perfeccionar<a ~atidad de terrenee, o00 eeewcimiento de <u intempérie al uso de ta< iaboree, y éjecte de «M prodao. cionew, et tirar al btanco con tex ojo< cerradee. Lot ctima* dedortos varian por el concuMode gente* y ganados que compoaeo ana estable po. blacion. Con la fuegot, atito< y calor de los vivientea,. poeo&pooo te va templando ia~tmo<<era, y produce en la t!erf~vapore<, que !e hMen mM bénigne y le atraen ctra fertilidad. EttM Mm!Mpr!nc!pi<My fundamentM <egarM,en qoe <ehan de Mttener y apoyar onaa empre<M tan ârdu~ y unM d!ncutttde< que & la vista de todos te han gr~dnado por imposibles. Et establecimiento del Rio Negro y fomento de la peac& de la ballena han de <er el ûnice tgente que con el tiempo insensiblemente iM h~ de &tlanM y vencer. En et dia, towque se dediqnen & promoTer esta pe<(qoeriapor M propia utilidad te han de ver obttgadoa, el tiempo que dure, à mantener un puesto o establecimiento provisional en el puerto de San Jo<e para reparar au gente de ta intempérie, y coMervar t<Mviveret, uteMitio* y efectot. Si i este comercio unen el de ta Ml, de ta que ail! abnn~a, es ocupacion de todo él ano. Para ello necesitan bueye?, y la carne fre$ca les serïa muy provechosay barata. A todo ofrecen proporcion aquettowterrcnot: fumentando la cria de ganado, puede abundar con el tiempo, en termino* que se <aquealgun fruto de <u< cueros y de taa carné*; pues ait! sera muy <ac!i y barato este comercio, por ta abuhdancia yexcèt~nteMt de <u< salinas, y <er de auperior calidad aquellas carnes â la de iM~ampos de Montevideo y Buenos Aires, por lo salitroso de tua pMtoa. Este es otro incentivo que, unido à los antécédentes, prepara una poblacionque haga util aquel puerto para nuestros buques que navegan a la mar del <ur en sus arribadas: pues con la inmediacion ~tet Rio Negro pueden refrescar y abasteceMe decuanto necesiten, pro~perandodee<ta*uerte las navegaciones, cerrando â los Ingleses esta puerta por ta cuât tienen Ïacit entrada en aquel rio, y por consiguiente en todo et reyno del Perû, cortindoles los progresos que hacen, y pueden adelantar con las luces que nos han dado estos descubrimientos en ta important!sima pesca de la ballena; como todo ello con mayor extension le tengo expuesto â dicho Sener Vertiz en mi citado oficio de 13 de Octobre à que me remito. Si nuestros eapanotes Itegan à eatabtecer este comercio con tos accesorios que ee proponen, en térmMMM que prodazca a la Corona los nMamos 6 mayores intereses que eaca la de Portugal de la isla de Santa Catalina, por las temporales licencias que concède à las com.pamas estableoidaa à este fin, puede ser el maa eficaz, y proporcio-


EN PATAOONÏA. Mdo modo de ir reconociendo la costa y Estrecho, poMacionee.

13 y adelantando

las

Solo ea iacultativo do la potestad roal conceder licencia tem< porat 6 abaolnta para et aprovechamiento de estaa pesquerias, como mare* que pertenecen à sus dominios. Abiertos los ojos con conocimiento pràctico de la mucha utilidad de este comercio, ha de atraer interesados a au aprovechamiento. Este es el estado en qao puede Mcar fruto la Corona, no por medio de los intereses que gira Portugal, sino por lo< reconocimientos y poblaciones en aquellos paragea mas avanzados a! sur, que tanto nos importa ô interesa. Al que se aventaje en los mas utiles, y nos demuestre puerto seguro para el abrigo de las embarcaciones, ofreciendo poblar, compcnscsete estos gastos con la concesion de algun privilégie, 6 licencia para hacer su pc~queria en el tiempo que parezca regular, con formai obligacion y contrata de hiUnansele aquellas gracias que permite la real proteccion y potecas. soberania, y de este modo, sin dispendio del real crario, conseguirà el Rey hacer utiles estos despoblados dominios, preparando los medios de atraer à verdadero conocimiento tantas aimas idolâtras que los ocupan, en la propagacion de la Fc y utilidad del Estado, y proporcionarâ diferentes venta~as a la navegacion y comercio. Aunque del estrecho de Magallanes é islas del Fuego nos es importantisimo un verdadero y exacte reconocimiento, por si permite puertos el que nos faciliten aquel pasage à la mar del sur, no dcbc despreciarse golfo de San Jorge, que esta situado à los 45 grados y minutos, para mirarlo con la indiferencia que hasta aqui. El reconocimiento que en Marzo de 1780 hicieron los pitotos de la expedicion que saho al mando de D. Antonio Vicdma, para establecer en San Julian, solo reconocieron con la lancha del paquebot San Sébastian, unas 40 leguas por la banda del norte, tirando al oeste de dicho golfo. Por informes y noticias que se han tomado de los indios pràcticos de sus inmediaciones, aseguran que à este rumbo Ilega muy cerca de las cordilleras, donde desaguan algunos arroyos de agua dulce, y que en el terrcno que media à ellas, estâ el camino de los Esto indios de San Julian para el rio Tucamelel, 6 de la Encarnacion. se comprueba con el diario de Villarino del reconocimiento del Rio Negro, en que ronere el viage que acababan de hacer a las inmediaciones de aquel rio los expresados indios. Si el ingles roconociera y se apoderàra de este golib, tendria entrada por él para Valdivia y otros pueblos del reyno del Perù, y le seria facil establecerse sin noticia nuestra. Abunda de grau numéro de ballenas, cuyo parage m~u pro4


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MtAMtcnm:~TM

porciona esta pcsca coa mayerea vcntajaa que etrM. Est« ~dameatos, que a aer ciertos maniRestan au importancia, atentar&n & !o< in. teresados en la pesqueria a su rcconocimiento, el que nos ha de desen. ganar, y dar una ~crdaderà to~ de la importancia de aquel golfo, y Mmunicacion que se teme. Lo cierto c<r que los indiol de aqtaellos parages transitan et Rio Negro por el camino qae ae dice, y detde este rio pasad à !M frMtera~ de Bcenoa Airea. T~odas eata< oti!!dad~ nos laa ha de atraer la Mbnwtencia y <bïftento de la poblacion del Rio Negro. E!ta le ha de dar la mano al puerto de San José con sus frutos y ganados, y como por eocala, han de aa!tf estoa aH~iHospara tas domaa poblaciones, descubriendo !o< caminos que transitan los indios, aaa aguadaw, campanaa y montes hasta el Estrecho: pues do todos hay noticia, y solo ha faltado en el anterior miu~terio el calor que ae neceaita en Mmejantea ca. sM, para que en el tiempo que amboa Super.intendente< han eatado en sus respectivas comisiones, hubioran reconocido la parte mas prin. cipal de este continente. La internacion del comercio para Valdivia, Ohile, Mendoza y otros parages por el Rio Negro, seria utilisima por la menor diatancia que media comparada à la do Buenos Aires, por el auxilio de la navegacion, y porque se presentan otras comodidades que pueden hacer mas suaves las asperezas det camino. Los mas opuestos enemigos del establecimiento del Rio Negro confiesan la utilidad de esta internacion, pero !o dan por imposible, habtanJo con tanta valentia y seguridad, como si hubieran medido pa~o à paimo aquellos camtnos, y so hubieran enterado con un conocimiento pràctico de la navegacion del rio. No falta sugeto a quien se le debe hacer la justicia de confeearte instruccion y tatento superior, que apoye y sostonga la misma imposibilidad, y me aseguran to ha hecho manifiesto en un papet que cntrego at superior Gobierno; et que por mas diligencias no he podidb obtener. Seria ntitisimo que estas impugnaciones fueran rectproca~, y con conocimiento mùtuo de ellas: porque de la contenciosa y racional oposicion résulta el esclarecimiento de la verdad, que es la que apétecen y buscan los que procuran el acierto. Si tantôt dictamenes que se tomaron para dar en tierra con tes establecimientos, esto et, para disuadir al Rey y sus Ministros de la importancia de eUos, ae les hubieran primero pasado à los Super.intendentes, para que en su vista infbfmaaen y respondieoen, entonces. ae hubieran


MT P~A~OWL~

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iwtido etrM notieiM y ceoocMMeotM qm ctcta~~ciwse~ la werd~d d< tode< Por watMttottve* <e aotici~ y a~p~iec~ etcito~o pap~i, pa<M son Mantes qae no debea reservarse con tanto aMsterio de «nos sa. gete* que h*n tnerweido la con6aa<a dei Rey para ci dMempeno de tan importante comision; mayormente caando parece ha corrido $etre pertoatt que MOtienen conexion con estas m~teriM, po. co<~ les M mo noticia aquellos puntos mM ewenciatet de dicho pape!. las que exp<M~drcpara Mt~~acM'y d<MBMtn*r cutn. Mnqae en oon<<MO, to Uevo p)fopae<t& Do* son !a< mas poderosas otjecioM* que parece den«te<tf~ este sugeto, en las cuales apoya y eottiene to< fundamentoa de au oposicion. La primera, la dificultosa aavegacio~ que tujto Villarino en el reconocimiento del Rio Negro haxta el Cat~putichc. donde Uego, que ella misma demueatrt tu inutilidad p~~ el cotoercto. La t~gunda, graduar de MtfMBttaMea taa cordttterM, de$<ie aquel parage ha~ta Valdivia. Por ta* milmas operaciones, expresadas et et diario de ViHa. rino, demueatra este aageto to inacco&tbte dei Rio ~egro en au navegacion. Si hubieramos de estar à aquel punto, à aquella ettacion, & aquel estado en que encontre y navego el rio Villarino, es menester con~oMr M inutilidad pero si todo eHo varia con la di~ereocta de tiempos, y con maa repetidas pruebas que déat una verdadera !oz de los canatett, arrecifes, saltos y corrientes del rio, demostrando el modo de venceriat con otros auxilios, parece ep a~g~unmodo extrano que con tanta viveza, ain espefar à distinto conocimiento pràctico, &e condene y falle por inùtit ua atunto que tanto interesa à nuestra felicidad. La navegacion que hizo Villarino fuéen la estacion mas contraria. Los cuarenta y cinco diaa que se detuvo en el Choelechel, esperando vîverea para continuar!a, le atrasô el tiempo, de modo que cuando t!eg6 à la conHuenda que hace el Diamante con el Rio Ne. gro, habian bajado tas aguas, en termines que causaron to penoso de au navcgacion. Esta falta clescubrié saltos y arrect~cs, y su Tenci. miento fué la mayor dificultad. Si se hobiese salido a este roconocimiento por el mes de Jatio, que es el tiempo en que principian tas crecientes, y duran hasta Marzo. seria menos dificultosa y mas suave no se descubrioran tantos saitos y arrecifes; y tas canar les no causarian tan véhémentes corrientes, originadas de to angosto de ettas, pues con la mayor agna se extiende el rio y evita el im. petu de sus efectos. Con el auxilio de los cabalJos 6 muiM (de que


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ESTABLEC!mENT08

M pudo vateMe Villarino, por los riesgos que se preveian de los in< dios, que son et atractivo de sus invasiones) se suavizaba y facilitaba la navegacion, tirada de ellas & la sirga, recayendo el mucho de este ganado, destrabajo de los marineros en las fuerzas y vigor montando y abriendo camino por las orillas del rio à hacer util estas operaciones. Para tomar un verdadero conocimiento de todo esto, ea menester distintas experiencias que la gravedad del caso lo pide: pues no debemos deferir à la relacion de una precipitada y obscura tentativa, que por muchas razones puede engaiiarnos. Es caractéristico de todo descubridor ponderar las dificultades y trabajos que ha vencido para hacer valcr su mérito, y aun sin faltar à la sinceridad y buena fé, aquellas primeras impresionea suelen causar en el hombre distintas apariencias à proporcion de los aiectos en que lo cogen. No séria estraiio que à ViUarino y los suyos, las soledades de aquellos parages, falta de comunicacion, y otros acasoB, les produgesen un afecto 6 pasion odiosa, que en su imaginacion elevase à cncumbradas montanaa do dificultades laa colinas 6 barrancas accesibles. Cuando descubrieron el Rio Negro, el primer piloto de la real armada, D. Manuel Brune!, y el teniente de infanteria D. Pedro Garcïa, en la zumaca San Antonio la Oliveyra, fué tal la impresion que les causé la barra, que retrocedieron al puerto de San Joaé, y dieron por imposible su entrada. Fué Villarino, y demostro lo contrario y en el dia se hace tan facil, que con viento por la proa à bordos han entrado los bergantines. Si hubieramos estado à la décision é informes de aquellos sugetos no hubieramos visto un desengano tan claro. La navegacion del Rio Negro no se nos presenta imposible, sino diScultosa: esto es accesorio à todos principios, pues las mayores iacilidades que despreciamos en el dia, en su origen costaria mucho trabajo y vencimiento. El tiempo, y la demostracion prâctica de lo importante de esta entrada y camino, subsistiendo el establecimiento del Rio Negro, han de dar luz à ir preparando y allanando tanto horror, tanta dificultad como se aparenta, extendiendo sus poblaciones rio arriba, que serviran de escala à su comodidad prcpararàn mayores intereses al comercio contendràn el atrevimiento de los indios en los insultos y robos que experimentan las fronteras de Buenos Aires, seràn los cimientos mas


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PATAGONÏA.

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sôlidowen que se han de fandar las esperanzas de redncir estes in. Reles habitadores de los vastos y fertiles terrenos que componen el Huechuhuehuem y faldas de las cordilleras, hasta la Concepeion de Chile, coyas indnatriosaa operaciones en el beneficio de las lanas, de que <abrican ponchos y manias, el cultive de la agricuttnra en que nos imitan, la poblacion Cja, aunque muy dispersa de sus domicilios, nos ofrecen las mas vastas y felicel ideas para la exaltacion de nuestra santa Fé, y prosperidad dei Estado; y puede ttegue el dia que a imitacion nuestra te rian de estas aparentes dificultades. Para taUtiacer à la eeganda objecion, necesitaria enteramente de la* pruebas y fundamentos que le dà au autor, pues en la primera adquir! algonaa noticias que las aaqué del diario que ttevo Villarino en au navegacion. Pero en esta, M ea cierto que dà por inaccesibles laa cordilleras por aquellos parages, no puedo atinar con ellos, porque no lot ha de sacar de sn vasta comprension, ciencias y literatura, si no e. en el de un desengano fisico, del que puede dar razon, y estar instruido el rùatico mas zafio. Ea cierto que las cordilleras son inaccesiMes por muchos para. ges. Los indios de San Julian contestan, que desde el Estrecho, tiran. do por la parte del norte, to son aun para los brutos lo mismo noto el Super-intendente D. Antonio de Viedma cuando reconocio el rio de Santa Cruz hasta su naciente (a), pero no debe entenderse con el rigor que piensa el autor, pues solo las encuentra accesibles por el camino que usamos por Mendoza a Chile. Son igualmente transitables desde Huechuhuehuem, 6 Catapuliché, por el PortiUo, a los indios y ganados que conducen. La prueba que doy à esta afirmativa es la uniforme contestacion de los indios habitadores de aquellos parages, a quienes he preguntado con proligidad repetidas veces, cuyas noticias se fueron comprobando con los descubrimientos de Villarino ya con haber encontrado cerca del rio Diamante, el ganado vacuno y caballar que IIevaban los indios hurtado de las fronteras de Buenos Aires, para vender a Valdivia, donde habian ofrecido esta remesa un ano antes; y ya por haberle informado estos infieles, cuando Hego al Catapuliché, que habia bajado un cristiano de Valdivia, como un dia de camino, donde se hallaba, para tratar y ajustar la compra de él, dandole individuales senas de su persona (b). indios y fo~hMA la mar, J< D.MM (a) DMcn~ctOHde los <«-r<not,pM<r<o*, de ~t~Ma, JttJe /e< 44 ~raJM <Md,~a«a lot 52, ~M~ «<e <~ca6o de la. !'<~<n«. (b) Diario d. Villarino, dd f<ceMC<~tttt<e<M Rio ~~rc. ru

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ESTABLEOMtENTOS

TodM estas pruebas son de hecho propio ÎM del autor han de ter de reitexionea y referenciaa, coy& desigua!dad et notoria en la fé de ~oa justificacion que esta apoyada tan legalmente. Pero enhorabuena, he de concedt<r la igualdad, que no tienen: en elte caM, <no de. biamos haber ocurrido & Valdivia à examinar y comprobar MnetiM citas que eran un verdadero testimonio de la verdad 1 Pero ~qué <e hizo? Diferir en un todo à la autoridad del autor, como M las inacceMbtes montafias, que formaba M imaginacion y diacurao, faeaen verdaderas. Supuesto que hay pruebas expuestas à favor y en contra de lo inac. cesible 6 transitable de las cordilleras por el Cataputiché, Huechuhue. liuem à Valdivia, debemos estar en favor de estai ùitimas, à menos qne un deacngano fisico de personas nnceraa y verdaderas hagan ver to con. trario. No podemos dejar de conocer, que nos presenta la naturaleza !os dos caminos que !!cvo propuesto por agua y por tierra a dicha plaza y reyno de Chile: pues en los tiempos oportunos no solo se puede navcgar como llevo demostrado al parage donde itego Villarino, sino de la laguna Huechum-lauquen, 6 del limite de donde nace el rio, que esta un dia de camino mas distante. Desde este sitio & Valdivia echan los indios on mula tres dias, por la aspereza de las montanas: trânsito muy corto, comparado con el que media por Mendoza à Chile, que nos franquea menos gastos y otras comodidadcs. Dcsde el establecimiento del Rio Negro à la laguna Huechumlauquen por tierra, su distancia aun no Hega â 160 leguas hasta la punta del Diamante ae puede abrir camino muy cdmodo para carretas, por la orilla del mismo rio, cuyas aguadas es el mayor aocorro y alivio del ganado. A este sitio puede conceptuarse 120 leguas desde c! a dicha laguna 40, y desde esta à Valdivia 80; de modo, que aiendo toda la distancia 180 leguas, las 120 es camino carretero muy suave y comodo; las 40 con el tiempo talvez se pondran en igual disposiciou, apUcaodose à suavizar algunos malos pasoa; y las 20 restantes es el unico ma!o que hay que transitar. l'ero este, segun to expHcan !os indios, no tiene aquellos voladeros y precipicios que el de Mendoza à Chile. Compàrcse, pues, lo dilatado de este desde Buenos Aires, que pasa de 500 léguas, to penoso y arriesgado de la travesia de sus pampas, por la escasez de agua é indios, con !o corto y suave del que puede abrirse por el Rio Negro, y de la seguridad de estos infieles, tomadas sus principales avenidas y puestos, que es otro de los asuntos que mas importa à la prosperidad de Buenos Aires, como demostraré en su lugar, por medio de las expresadas poblaciones.


EN PATAMNÏA.

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He hablado con concepto & io que promete to descubierto en el Rio Ntgro para la plaza de Vatdivia prescindiendo del rcconocimieo* to del rio Diamante, 6 Sanquel, que por la observacion hecht por el pitoto Villarino, en la continence de este rio con el Negro, de 38 grados 44 minntow y otras combinaciones y noticias, hay fundadas espcranzas, la tiene con el Tunnyan, quo pasa por la ciudad de MendoM, y & aer ciertM deacubren ignatea proporciones. Llegamos ya al panto mas importante, y en que eltriba toda la felicidad de la Provincia; esto es, en reparar el destrozo de ganado que causan los indios en tas dilatadas campanaa y fronteras de Buenos Aires en librar à aquellos inûeies de tantas mucrtes, robos y cautiverics en aprovechar los inmensos campos que de esta capital median al Rio Negro, donde puede dilatarse y fomentarse la cria de ganado, que debe ser otro de los ramos que ha de sostener este establecimiento, y el apoyo de los demas. Los asnntos son grav!simot, pero la felicidad de etioa pende en una misma causa, cuat es refrenar à los indios. Por las noticias adquiridas del reconocimiento del rio que hizo Villarino, hemos comprobado los informes que habian dado mnchos indios, de no tener otro paso los de la nacion Tehuelche, Villiches, Puetches, y otras naciones habitadoras del Huechuhuehuem, é inmediacianes de Valdivia en las cordilleras, que et sitio Uamadoel Choetcch~, para transitar al Colorado, sierras de la Ventana, Tandil, Volcan, Caahuati, y fronteras de Buenos Aires por carecer de aguadas los otros parages, y ser terrenos intransitables. La seguridad de estas ~art!cu!ares noticias me hizo creer se extendia à todas la naciones te indios, que nos causan tanto dano, y que tomando aquel paso e taban sugetos. Este concepto me estimulaba à repetir las instanc M al Sr. Virey para ocuparle y asegurarie. Posteriormente traté un indio muy ladino, y prictico de aquellos vastinimos terrenos, MamadoJosé Yati, el que me desenganô, inïbrmàndome, <~e el Choelechel era paso respectivamente de tas naciones de indios que llevo citadas, pero no de todas, pues habia otros dos caminos por dond(; venian, y se internaban: el uno caia à tas Salinas, de donde se ha proveido de sal Buenos Aires con tas carrelas y es transitado de los iodios Peguenches, y Aucases, cnyo cacique nombran Guchulap, y el otro, mas al norte y no muy distante de la ciudad de Côrdoba, que frecucntan los de nacion Ranqueles. El motivo de usar Je diferentes caminos estas naciones, es por la


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MTABLBCtMtENTOS

eneniistad que tienen MBMoon cirât, y ettar mu inmediatM & M< t:emM; de hacene cMaanew en el trantito, habian de atMve~r puM por las de M eenveeioM. Tomando el sitio del Choetechet, ya ateguramM el pwMge para t<M indios de aqueMa* naciones, que son nnmerMhimM: le quitametewtM enemigM & lot campow y fronteraw de Buenos Aire<; y ~mc$ proporcionando la interoMion, y demas importantes proyectos, que puede atraer. nos el Rio Negro por la parte de Valdivia. Lo< otrow dos caminos es asunto que merece mayor atencion en el dia, porque no tenemow conocimiento fisico de eHo$, lo que no acaece con el de Choelechel: M!o h~bkmot por informe$ y noticias de ÏM indiot, y ee necetita un deMubnmiento format de etto. parages para tirar !M itneM de <u seguridad. Aun sin la noticia de tan importantes mot:vet, en ~cio de 31 de Julio de t78t, propuse al Senor Virey cuan ûtU era ir adquiriendo conocimiento de h. naciones de indios que habitaban !o. campo. de Buenos Aires; sus albergues y retira, donde ponian & seguro, ..and. veian o atacadM de noMtro.; à cuyo intento habia p.r..gu~do,, de.tinado & !o. Antonio peones, Godoy y Juan José Gonzales, que con el prêtât, de pa~r a sus toldos â comprarles ganad<~ t~ M. agnardiente, ..a!.r~ y yerba, con cuyas dadira, iban f.ar,~nd. con unos, y t.~n~ noticias de otros; un. medio que podia vencer esta. dificultades. diligencias manifesté a dicho Exmo. S.E.r serian ûtite. practicar des. de la fronteras deB.en<. Aires y ,u, guardias, destinando ~eJadap; tados para el caso; con cuyos conocimientos era iacit con do, expediciones que salieran de esta capital y Rio Negr.ntenerlo. y refrenarlos. Esta propuesta no merec:<! aprobacion, y Godoy y G.nza! habiénd. dolos ~andad.n cartas para S. E., ye.te haber sido el primer, que se aventure a transitar el camino por entre tant<~ indios, y dado conocimiento para el viage que hizo el piloto D. Pablo Si.ur por tierra a dicho establecimiento, tuvieron amb~ el desgraciado fin de parar en una de cârcel, cuya prision los librd su propia inocencia. No obstante el desprecio cou .uado, ~u!t.sy r.b<. de lot indios,

mi P~OP~~ oontiobligaron al Seiior Virey â deter!a!"n.~nr~ r" salido de M.nd.~y<~ta ~pi. tal; pero no del Rio Negro, que es el parage mas iomediato â eUo,. La causa no soy capai d. comprender au~q.. me dé mucha margen la .p~


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PATACOKtA.

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siaion de los Miabie<Mmiento<. Dio$ quiera no M malegfwn «tM ga<t<M, por haber dejado libre aquel portillo. K<tM Mpedicienew eran t<M mejore~ prineipi~ para descubrir y n~ conooer los do* citadM ptMt y Mminoa; porque tM de Mendoza y Cordoba deben croMrto*, y eemunicando a sus respeetivot eomandantea tt< inxtrucciones y notïcm-s con un mismo gasto ~e te~ntaban planos de aqueUua sitio;, acotnpMMdotea eugetoa facultativot de ~inceridad y verdad, y no Ilenos de la preoc'tpacïon que rcina de t<Mesttbtecim!entos ti aca;o se han internado, puede Mr que Mrvan de mucho sas noticias. Totnado un verdadero conocimiento de estos pa«M y caminos, podian furtittcanc, y reparane, extendiendo à <M las guard:M de taa fronlibres teras, porque cortada. estas aven!da«, y la del Choelechel, quedaban las demas campana«, y & Buenos Aires, y poblaciones del Rio Negro se daban la mano por tierra para t.u comuo!Mc:on, para la cria y fomento de ganado, y para la extension de sus poblaciones. VeMe pues, que venaun a todo et reyno el rela a resultaban tan y provincia, grandes taja< conocimiento y Mgnndad de estos pasos. La< inmensas iodiadas que por etioa bajan & proveene de caballol de <u destruccion: qae a no ser unos o ea una plaga langera, y ganados, casta. El no acabar de apucampoa tan ditatados y fértiles, no dejarian cc~ando esabundancia de su idea propagacion una y dan rarles, segura ta causa Mra un anmento Tfntajo~imo para et comercio de la corambre, tncrecc la primera atencion por ser permat:t de tierra, c~no fruto que, Aires irian nente y no precario. Las pobtaciones de los campos de Buenos reunieien â etta< tomando otro incremento y exten!'ion, particularmente si <e esta to tecinoa, que en deapobtados disperi;os habitan en chacras, como e~ perjudiciat~i. mandado por repetidas reales cédulas: pues e~te disimulo carecen mo al bien espiritnat de aquellas atma< y legislacion real, porque los de in-truccion cristiana en nuearos sagrados dogmas; rara vez frecuentan 6 recosantos Mcramentos de la penitencia, y cucarisHa, y casi no tienen, se diferencian de los nocen a quien obedecer y tcrner: de modo que poco indi<M ~atvages. 1~ Efde método de gobierno es la destruccion de M miMmM,porque de una <:hàcra à otra, di margen a los mucha extension, que MM!di& habitadores, & cuiodiM para robar los ganado~ cautivar y matar & los que frecuentemente se pa. en parte mayor coadyuvan yM deegraotas â sus MMa estos iH('et~ comunioandotes !a~ noticias y caminos <eguroa invaMonc! de tal modo que oinguna malogran. 66


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EtTABLECtMtKNTO~

Enterad~ yo en el Rio Negro por to< mismos indtew, y viages qaw hicieron to< dos expresados peonM Godoy y GoMa)e<, de esta maldad en !<MnuMtrot, han tido repetidat ta< inttanda* que he hecho at Senor Virey, para que se les cattigue con egemplar riger at que M a~prenda haber incurrido en tan horroroM delito, y juntamente di cuenta & S. E. de uno de e<to< imptotquetew dirigia: el que Ue~e & tal extremo Merueidad, que no e<!uvi<ronexento< de eHn sus propios padres, & quien él nM<mo mato en una de las entMdM que hizo oon los indios. Redt:eiJ<M & p$MMione< !<Mvec!no<de estas ch<cra<, tendràn diterente instruccion y gobierno, y por mej!o de ptdrone< donde M anoten, h&br&conocimiento de ÏM sugetos que <a!ten en el pueblo, y podra saberse con otra facilidad wu par~dero. No puedo omitir, por el mucho conocimiento adquirido en b<e!nco anot que he estado tratando Cttoa Mhage< en el Rio Negro, cuan ûtM nos es el método que obtervan to< france~M en sus Indias con <emejante< birbttw, y con cuan<a rason nos lo recomienda el Senor Ward en <u proyecto fcononnco. Sin tener yo las mas tevea noticiai de e*tM regtM, las he feguido; y notoria es la buena armonia que he conMrvado con ette<, y tj ûtit que han sido at fomento det e~tabtec!m!ento: y no puede decir<e que Ion de mejor indole aquellos que los de estoi campot, porque at!! han concurri,lo to< que aqui nos d<man. Todo. me han con<ervado ona verda !era amistad y buena fc, à excepcion de a!gon robo de cabat!o<, de que aun entre nosotros anismos no estamos tibrea. Esta experiencia demue~tra la importancia de poner en las guardia!, o pueb!oi que <e establercan, sugeto< de afabilidad, talento y juicio para tratar con los indios, y que a cambio de abalorios y otro< etectoa qae no nos perjt)d!quen, se introdusca con ellos comercio de tu< propios fruto'; como son pieles de liebre, zorrillo, goanMo, y guaracha, r!enda!t, ptumero<, ponchos y otros efecto~ de que abundan: por estos medio< con atilidad propia vamo< conciliando y adquiriendo eu amistad como to haeen y logran lot franceses. Tengo demostrado el método y esperanzas de las muchas utHMa~ des que podemos Mcar del establecimiento del Rio Negro, to vaste é importaate de ellas nnnine<ita la creacion o formacion de un nuevo reyno. Todas acreacentan el comercio, aumentan, o forman un cuerpo de marina mercantil, que es el mayor nérvio de la folicidad de una monarquta, y por consiguiente atraen el aumento de las poblaciones. Todo ello no puede emprender<e en la présente época, es menester poco a poco ir adelantando, y dàndose la mano uno con otro, à proporcion de sus pro~-


EM PATAUONtA.

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peridadu y vontaja<. Uu prudente, <aMo y cet<MoGobierno, ïnnamado een et Mpir!tM de patnotiMto, sin mtermioon de otro< entUtMMmo*, bajo de una proteccion. real, cua! togramow en el dia, dedieada toda al aumento y folicidad de to< va<towdominios que rige, seràn taw pftncipate* baMiz ésito de w$tM detaa y cotu<nn<Mdonde M apoyen, y Mwtengan MMtnMiMMttHdtMiM.

PARTE

TERCERA.

Lot eort<w principtM del ettablecimiento del Rio Negro, y <Mob<ttnadtt epeeic!ene< causa de tantes de~perd!c!<My g*<to*, (a) le tienen tan en el aire, que al menor huracan, todo él da en tierra. Para su con'efvadon y aumento, <e nece<ita mucho tino y putao, porque la reat hacienda no se natta en e$tado de gastos, y la mottitud de informes y papetea remitidos à la Corte, han entibiado aquel primer fervor con que M promoïid, borrando en el real animo sus fundamentos y cama<, y Mahora no <e procura MMtener,todo es perdido. E<ta< renexione< me hicieron, o por mejor decir, obligaron a dar el informe de 16 de Fehrero de este auo, que por Jrden de <4 del mismo me pidid el Senor Virey D. Juan J<Mede Vert! para arreglar el e~tablecimiento en la forma que manda Su Magestad por la reai orden de de Agosto. La ciega obediencia y estado deplorable dee~to* atuntos no me dieron otro arbitrio, que manifestar el modo y forma de <u reduccion, dejando campo para que tan corta raiz fjmcnta'e, y pro'iuJMe la. grandes Mperanza: que anteriormente tengo expresada'; pues de haber manifestado yo, que en aquet estado no podia sut»istir, preparaba el huracan a <u entera ruina. AH! reforme el ettablecimiento al solo numéro de t~tarnîtiat; pro. pongo to< medios de <u contervacion y subsistencia, y abro campo con el fomento de la pesca de la battcna, y abasto de la sal para que se M<tenga y I)rospere t!n ga'to de la real hacienda y estos medio~ ton los ûn!cos que le han de aostener y fomentar, y los que deben mereeer toda la atencion del présente Gobierno. Aunque et primero e< de mas importancia que el wegondo, este es ma< pronto y facit, porque cl gasto de la Provincia no cewa; y impetrando drden de Su Magestad, para que no <e permita en Espana embarque (t)

E<t ea<Q M~fMarto, ~< AaraH ver /e< /M'MtmttM<« A M<<t~r<~tt«et<.


W

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E<TAM.BC!MttNTOS

y eondwcoion de «K g<nerw & te* puMt<Mdel Rio de ia Piata, y M pro. h~ba el que tM ca~retas satgan para tas Sati<MUcomo hasta aqa! M ha practicado, M qu<da este provecho à benenc!e de aquetta poblacion, y sas vecinos, eowpadowea tas taceas de sus acopioa y en el dewpaeho de sus frutos, !egran la provec~osa utilidad' de esta industria y comercio; que con la pe<ca de la ballena establecida en et puerta de San José sera mas importante. ~i el estado en que M ballan los indiol, y exped!don<'3 nuestras en su alcance, obligaren à reforzar aquel puerto con mas tropa, es otro fomento y utilidad de los vecinos pue< el dinero de su pre~t to mas qued& a se beneficio; proeurando eUos hacer ffuctîfer~ aqueHo! terrenos con la industria y trabajo de sua laborei, tomanJo d~tinto método quo el que han llevado, pues ya por su raturât desidia y haraganeria, y ya por las seduecienes con que los desanimabao y entibiahan para que se 'os habian de sacar apt!ca<en a la agricultura, a<eguràndote) que pronto de aquel deet!no, y mudarlos a los amenÏMmos catrpos de Montevideo, que abundan de tanto ganado, que sin mote~tarse en poco tiempo togra. rian enriquecerse, eran tos que por todot medios pfoouraban hacer inutii la poblacion. Y estas influencias les atentaban para dedicar sus c!amore< al Sr. Vertiz, ponderando la esterilidad de los terrenos, los peUgros â que estaban expue~toa los indios, y el rigor del Super-intendente: porque su terwor, eficacia y fatiga no los dejaba dormir en et ocio de su haraganeria, y les obligaba a trabajar en la agr!cuttura, por cuyos med!<Mcon las producciones de sus frutos ha verificado sus informes. La conclusion de tas obras det fuerte es otro medio que ha de coadyuvar en beneficio de ioa pobladores, porque el dinero que causen estes gast<M, redunda como el pret de la tropa en su provecho, todo ello coadyuba a un mismo fin; pero es mpnester pobtadoret activos é industriosus y este ea uno de to" puntos mas p<enciate~ que debe tener presente et Superior Gobierno, porque d poco d nada servira fe, les proporcione trabajo y satida a sus frutos, ~i dan con hombres que no los aprovechan, antes si los deaprecian. ~t gasto que debe reformarse es el que causan a la real hacienda los bergantines destinados a los establecimientos de cuenta del Rey, porque este es et de mayor consideracion, y solo es utit a sus respectives patrones d capitanes. Por medio del comercio de sai y pesquena de la baUena se proporciona modo de abafteeer el establecimiento de cuanto caresca y nece<ite, y facilitar el transporte de tos destacamemos de operarios y tropa que se mude para to primero coadyuva su propio interes, sus utilidaporque estos génères los venden en el establecimiento, y con


tN PATAGONtA.

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<MM el costo de! transporte de <at, y & cnenta de et!<Mpagario tes mneUe a lot vecinow. Para io Mgnnde jornaiM de sacs y eondnooion al podra Mttputarse por regalia de ettaw HcenciM; y cnando ne, menwtce*to le ha de tener at Rey Ptf*~ "<~ cuando <e le ofresea, que mantenet nna< ambarcaciones, que le han de importar el todo de cada una at ano feit mil peMM, y el &ete por mucho que taba no ha de ttegar &

quinientM. Si tiene efecto el refuerzo de tropa en el Rio Negro, tttve~ M propercien&rà ecMÏon que contenga & l<w indios, y libres de recetce los peb!~dere<, puedan èxtender<e en el egercicio de la agrieultura4 y cria de ganado; pues uno y otro han de ter los mas teiïdos cimientos en que estribe, y te augure la poblacion, atrayendo mayor numéro de vecïn<M, que por si mismos fbrmen cuerpM para re<Mtir!e<, y eMannentartew en todo tiempo. Low terrenos, en la proporcion que ofrece el rio, vaUendowedel arte, & peea costa se pueden beneficiar con el riego, como tengo demoxtrado ai Senor Virey en oficio de 86 de Marzo del ano prdximo anterior, nûtnero 26; y aun sin loi mediox que att! propongo, <i toa vecinoN ton aptyadot, con norias que muevan caballos pueden adelantar mucho; mayormente cuando aUl no tienen costo, y es muy poco lo que cuesta este ganado. Todo to cual parece haber penuadido que !ot conatos y desveiow de nuestros catdHcos monarcas en proyectar y promover esto$ establecïnnentot, han sido efectos de un profundo conocimiento y ettudio sobre la religion y la polïtica; que estas dos bases de todo Gobierno itnstrado y cristiano, fueron el fundamento de las expediciones de Sarmiento. La< de los dos hermanos Nodales, la del capitan Olivares, con los Padres Cardiel, Quiroga y Strobl la del capitan de fragata D. Francisco Pando; la de D. Domingo Perlier, y ultimamente las que han saH'!o de Montevideo y Buenos Aires, para tas cemiaiones que se nos han confiado a los dos hermanos que a pesar de todos los émules que tas quieren contradecir, siempre seràn ûtites estos establecimientos, por el fomente del comercio que proporcionan en la pesca de la baUena, en la conduccion de sa! a Buenos Aire<, y salida de tas carnes de los ganados que crian sus inmensas C!<mpana< por facilitar puerto para hacer mas suave la navegacion y comercio â la mar del sur, por cerrar y defender la puerta a nuestros enemigos, asegurando !o interior del reyno; por los progresos de la extension de sus poblaciones, porque ellas seràn la mejor trincheraque contendràa los indios salvajes, que a manera de un torrente impetuoso cada dia inundan estos campos, tte~andose tras si innumerable ganado cabaUar y vacuno, asolando tas tristes habitaciones de los vecinos fronterizos â <sta capital, haciendo que los caminos no sean seguros, y victima de su turor àmu"1 7


SC

MTABLEOMÏBNTOS

chMdMgmcitdM, que pereeen inhumMMnente mda di& & lui mMM,de un modo horrible y MpM«wo. Y finalmente podft conxegaine j~ Myer de IM utitidtdM, que ooMMteen haoer hombret, y hombre. crMMe. & este grau nûmeMdeMt~jet. UtiHdadet qoe pn<MienMMiMane .in el dMpendi. del real Mno, y que son lu que nM pMpuM dMcnNr en lM tre. pMtM de esta memoria, en la coal si habieM alguna expr~ion menowdigna, debe ser atribuida at ardiente celo cen que miro <MtMMtuMe. ctmientM, puel mi &mmo jamM ha .ido ~enr con mi. MprMienM & persona atguna. T~M ellas lu ,~to & !uperior corr~cio. de V. E.; iMonje&nd.me,que atendiendo al bueo fin con que Mtan dieMM. ht de d~muiar.~qui.rd.f~.qu. ~c.tr.. S:, S.5.rE~p~ yo dudar que benigna ~d~~ .am~n~ d~do. a prosperidad del Estado, y al de 1 V. ~on? E., que p~ todas !M co~ en la b~ del ~ber, canza mejor que ~\?~ '°'~ propone para emplear toda' la .c~dad de ,u h~ .Ireat ~id.. NI. puede hacJr sa época en ti.mp~ f.!i~ del mando de V. E., quien ~P" h~â i. m.j.r.-Buen~Air~ de Mayo de t784.

FRANCISCO DE VtEDMA.


INDICE DE LAS OB&AS CONTENIDAS EN EL TOMO PRIMERO.

t. Ilieloria ~~MMt del dMCW&UtMMM~, ~O~CMMt y MN~MM~de lu prwtMCMKdel Rio de la J'~o, por Rui JO~ de CM~aMM. /)MCMr~jM'~wMo~ del editor de dicha obra. J~OCM de O~MMMacontecimientos importantes, ~MM apunia C~ autor de la ~fM<ûrM~~M<Ma. Tabla de /M grados de latitud de o~MMMctM<f~M y parages, ~t~ se hallan <fe<crMttMC~M el CM~M<~ dicha historia. IL Viage de D. Z,MMde la Cruz desde el.fuerte del Ballenar Aa~e la ctM< dad de Buenos Aires. jPMCMtWJ~MtM<MM' ~<r de <Kctc WM~W. Ta8acion <~ <yMpM~ ~or~ <wtt.M <~A. el fuerte ~~M~c~ ~<« BMMM Aires. Tabla8 de d~OMCM~ rc~a~tp<Ma dic~c riage. m. Descripcion de la Mo~Mr~M de <e~T<<w;y cp~tM~r~ de los Pe. ~Me«~e~, por D. Z~M de la <?r<M. ÏV. ~McrycMM de JPo~M~, por el Padre T~MMM jF~~Mer. DMcMrMpreliminar del e~or de dM~ <~ra.


n~I

vr de C~~r~, D~r~~M y pt~~ <! C<~a~~ce~a< M&r<~M «~WtCH~M dcCWH«M<M. del ~</t~M' DMCWrM j~C/MMM~r ––D~rof<To por el TTa«d~y << F<~c«M,por J?c/<«. ––C~r~ot del I~<f~ Cdrdiel sobre el ~CM~Mtc~c de /M C~M~M. ––C~~a del jf~~e Z~za~e sobre 7M C~MfM. Aires A<MfayM C~MrM,por Falkoer. ––D~no~ro ~~c BMCMM sobre lot CcM~t, por J~MM~r. ––JReJactCM ~MMoftctM~~M<W<fo~ ––C~t~a a~ Virey del ~M~ sobre CpMfM,por JoM~<y«t. ––JVMeco <fM<'M~<M<M<~ preparado ~or c~ Cc&M~c~of <fe FoM~~e. ––jPM/aroctc~ sabre ~< ciudad de los C~MrM, por Ft~~re. C~MrM. del JF~M~ CA~c,Mtre ––JiX/erMe y <Me<<~M Vï. J?M~<M CMifoJM<ï~aM~MM'e, Diario de WMctor~e4 < ~<~ A<Mde ~MJPP. Car<o cf E&<rMAo~ ybrMO~ M&re las o~erpac<CMC< <f<~y QM<r~o,por el Padre Pedro jLoMMO. t4A~r~<cMtdel ~<~r. VU. de <e<j~M<~<Mde J9<WMM .4<rM Jï~reM~~CM~ sobre la <fc*M~ac<cM al IK~ Negro y Colorado, por tT~~tOM~ y C<M< ~MM<!la cttfdad de 2~~M,por d~de ~M~M~~ J~MMrorMde «McoMMM Cerro y ZoMwdtc. Jdwr<MCM del edigor.

vm JM~t<crt«sobre lu o&~<M'MFo~ ~«e han encontrado, y laa MM~<M~Mc ~o&~ctM<M<<M de la costa jPH~jMtM, par jtrcM~M Fted~o. ~MCMMC Bf~tMttMr del ~<<<M'


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