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Letras, libros y libres… Nuestra literatura riojana se recuesta en el faldeo de sierras y montañas para dejarse leer en los entramados de utopías, de sueños e historias cual tejidos y sayos de piedras, tan fuertes y rústicos que acunan conquistas, desafíos que le escapan a la nada.

Grupo Calíbar Arturo Marasso Joaquín V. González Ariel Ferraro Ramón Eloy López Ángel María Vargas Carlos Alberto Lanzillotto Daniel Moyano Víctor María Cáceres Nélida Rearte de Herrera Mercedes Olmedo


Joaquín V. González

Selección de textos

Jurisconsulto, sociólogo e historiador Joaquín Víctor González nació en Nonogasta (Chilecito, La Rioja) el 6 de marzo de 1863 y murió en Buenos Aires el 21 de diciembre de 1923 Político, legislador, funcionario, historiador, educador, filósofo, literato: las múltiples facetas de Joaquín V. González; una de las personalidades más destacadas de la cultura nacional del período moderno. Riojano de nacimiento, González estudió en Córdoba, en el Colegio de Monserrat. Con tan sólo 18 años, en esa ciudad, se inició en el periodismo, colaborando con varios diarios mediterráneos, como El Interior, El Progreso y La Revista de Córdoba. Tres años después, comenzó a dictar clases, enseñando historia, geografía y francés en la Escuela Normal de Córdoba. En 1884, cuando tenía 22 años, empezó a escribir su tesis doctoral (Estudios sobre la Revolución) y fundó el diario La Propaganda. Además, se lo eligió presidente del Club Universitario Estudiantil. En 1886, obtuvo el doctorado en Jurisprudencia. De inmediato, regresó a su provincia, comisionado por el gobierno para tratar el asunto de límites con Córdoba. También fue elegido diputado nacional, aun cuando no tenía la edad requerida para el cargo (Repetiría en esa función tres veces más (1889-1891; 1892-1896; 1898-1901). Fue designado Miembro de la Comisión de Reforma Constitucional en 1887, y encargado de redactar el proyecto de Constitución para La Rioja. Era, por entonces, uno de los más destacados juristas del país.


Joaquín V. González Ese año, Joaquín V. González publicó La Revolución de la Independencia Argentina, la primera de sus obras de carácter historiográfico. Además ingresó al diario La Prensa, y fue designado primer profesor de la Cátedra de Derechos de Minas. En 1889 fue elegido Gobernador de la Provincia (hasta 1891). Entonces, publica su obra fundamental: La Tradición nacional, una evocación legendaria en la que vincula el paisaje, el folklore, la sociología y la historia del país. Un lustro después, González accedió a la titularidad de la Cátedra de Legislación de Minas, y, en 1896, al Consejo Nacional de Educación, además de ser Académico Titular de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. En 1901 abandonó la diputación, cuando el presidente Roca lo llamó para encabezar el Ministerio de Interior. Interinamente, González debió además dirigir al mismo tiempo los ministerios de Justicia e Instrucción Pública, y de Gobierno y Relaciones Exteriores. No descuidó sus cátedras, no obstante la función pública, y se encargó de pronunciar magistrales discursos, como en 1902 en la Facultad de Derecho acerca de El ideal de la Justicia y la vida contemporánea. Ese mismo año, presentó al Presidente un proyecto de reformas electorales, convertido en ley poco después. Gracias a la misma, que consagraba el sistema uninominal, fue elegido el primer diputado de adscripción socialista en el país (Alfredo Palacios). En 1904, nuevamente González tuvo que encabezar dos ministerios al mismo tiempo: el de Interior y el de Justicia e Instrucción Pública, al frente del cual creó el Instituto Nacional del Profesorado Secundario de Buenos Aires, primero en este género que tuvo el país, y que tuvo como plantel docente inicial a una veintena de profesores contratados en el extranjero, casi todos alemanes. Con la asunción de Quintana como presidente, se lo designó al frente del Ministerio de Justicia. En esa tarea, González creó en 1905 la Universidad de La Plata, nacionalizada al cabo de unas pocas semanas.


Según González, la novel casa de estudios debía responder a “una nueva corriente universitaria, que sin tocar el cauce de las antiguas y sin comprometer en lo más mínimo el porvenir de las dos Universidades históricas de la Nación, consultase junto con el porvenir del país, las nuevas tendencias de la enseñanza superior, las nuevas necesidades de la cultura argentina y los ejemplos de los mejores institutos similares de Europa y América.” Renunció como Ministro con la muerte de Quintana. El nuevo gobernante, Figueroa Alcorta, lo designó entonces Presidente de la Universidad, función en la que permanecería hasta 1918, en una gran tarea de organizador y armador. El día que abandonó el cargo de Rector, se le efectuó una apoteótica despedida en el Teatro Argentino de La Plata. No había dejado la política, sin embargo, y fue elegido senador en 1916 y hasta su muerte en 1923 (había estado en el cargo desde 1907). Para entonces, Joaquín V. González era considerado uno de los más ilustres hombres del país, y era reconocido por sus pares de otras latitudes. Integraba, en virtud de este reconocimiento, la Real Academia Española como miembro correspondiente (desde 1906), y formó parte, por lo mismo, de la Corte Internacional de Arbitraje de la Haya, en 1921. Una vez retirado de la dirección de la Universidad, volvió a las aulas en Buenos Aires, enseñando Derecho Constitucional Americano, Derecho Institucional Público y Historia Diplomática Argentina. También colaboró con el diario La Nación, y publicó numerosas obras sobre historia, sociología y derecho (por ejemplo, El juicio del siglo, o cien años de historia argentina (1910), La Universidad de Córdoba en la evolución intelectual argentina (1913), Patria y Democracia (1920), etc. Estos escritos compusieron una vasta obra sobre los más diversos temas: compilados en una edición póstuma en 1934 (Obras Completas), ocupan más de 13 mil páginas, agrupadas en 51 títulos. Falleció en diciembre de 1923, en medio de la congoja más general. Sus restos fueron acompañados por miles de personas hasta el Cementerio Norte. La misma congoja se repetiría varios años después, cuando una enorme multitud acompañó sus despojos hasta su Chilecito natal


OBRAS Joaquín V. González es autor de una vasta obra sobre los más diversos temas de historia, sociología y derecho. Entre sus publicaciones se encuentran: * La Revolución de la Independencia Argentina (1887) * Historias (1900) * La Tradición nacional (1891) * Manual de la Constitución Argentina (1897) - completo comentario sobre la Constitución de la República Argentina. * El juicio del siglo, o cien años de historia argentina (1910) * La Universidad de Córdoba en la evolución intelectual argentina (1913) * Patria y Democracia (1920) * Mis Montañas (1923) * Fábulas nativas (1924) En 1934 se publican sus Obras Completas por orden del Congreso Nacional, edición de 25 tomos, con más de 13 mil páginas agrupadas en 51 títulos.


Arturo Marasso Selección de Textos

Nació en Chilecito, La Rioja, y se vinculó desde muy joven con las actividades docentes en la Facultad de Humanidades en La Plata. Se recibió de maestro en Catamarca, en 1910. Este escritor impulsó en parte las nuevas forma de escritura. Su vida no fue sencilla puesto que estuvo llena de baches para poder crear sus diversas obras. Joaquín V. González —de quien fuera discípulo y amigo— supo antes que nadie, valorar su talento polifacético y lo llevó a la ciudad de La Plata, encomendándole una de las cátedras en la alta casa de estudios por él fundada. No fueron pocos los que pasaron por sus aulas, el mismo Julio Cortázar lo recordaba como su profesor de literatura griega y española, y sobre todo como quien se dio cuenta de su vocación de escritor, prestándole libros y sumergiéndolo en Sófocles y Homero. Ernesto Sábato lo recordaba con cariño, a pesar de tener diferencias con respecto a la educación en Argentina. Por otra parte, fue Ángel Mazzei quien ocupó la cátedra de su maestro a la hora del retiro (1944), cuando una dolida Universidad de La Plata le dijo adiós al profesor. Posteriormente Marasso se radica en la Capital Federal para no retornar nunca más a su tierra. Siempre mostró inclinación por una crítica erudita, más a la compulsa de las fuentes y de las influencias que a la valoración de las obras literarias. Hesíodo en la literatura castellana, 1926; Píndaro en la literatura castellana, 1930; Rubén Darío y su creación poética, 1934; Cervantes; la invención del Quijote, 1954; son los principales aportes de Marasso a la crítica. Varios libros de poemas ha escrito Marasso desde el inicial Bajo los astros, publicado en 1911. Tamboriles, 1930 y Melampo, 1931, pertenecientes a la etapa de madurez, revelan por sus solos enunciados la versatilidad de su universo poético. Tamboriles, remeda los aires populares riojanos. Melampo es un extenso diálogo sobrenatural de reminiscencias helénicas. Una Antología poética, editada en 1951, recoge composiciones de los siguientes libros: Bajo los astros; La canción olvidada; Presentimientos; Paisajes y elegías; Retorno; Poemas; La rama intacta.


Arturo Marasso murió en Buenos Aires el 26 de abril de 1970. Actualmente, la Escuela nacional normal superior del profesorado Mariano Acosta, entrega el premio Arturo Marasso a los escritores destacados de la Rioja. Obras Juan Bocán Góngora y el gongorismo La mirada en el tiempo Joaquín V. González Poesía Bajo los astros(1911) La canción olvidada (1915) Paisajes y elegías (1921) Tamboriles (1930) Melampo (1931) La rama intacta (1949) Presentimientos Retorno Poemas Estudios literarios Hesíodo en la literatura castellana (1926) Píndaro en la literatura castellana (1930) Rubén Darío y su creación poética (1934) Cervantes: la invención del Quijote (1954) Antología didáctica de la poesía lírica española (1953) Estudios de la literatura castellana (1955) Premios Premio de poesía, 1924 Premio Nacional de crítica, 1937


Rastreadores de Esencia CALÍBAR fue un grupo de jóvenes riojanos que expresó, testimonió y transmitió poesía y arte. Floreció a mediados de los 50, después que se sepultaron los horrendos hechos de la Segunda Guerra Mundial, cuando la totalidad invitaba a construir una nueva humanidad. Una sociedad sin mezquindades. Libre, solidaria, igualitaria. Esta nueva visión es lo que la agrupación buscó y propuso para su Rioja natal y adoptiva. Lo hicieron desde distintas corrientes artísticas e ideológicas, muchas veces opuestas. Se expresaron de manera perturbadora, traviesa, irreverente, siendo uno de sus mayores logros, y quizás, el gran legado para las nuevas generaciones. Lo llamaron Calíbar, como el personaje del baquiano rastreador del Facundo de Domingo F. Sarmiento. Era la imagen adecuada para un movimiento que se proponía rastrear la esencia provinciana para presentarla con nuevos ojos. Y lo simbolizaron con una pajarita de papel. CALÍBAR, se inició con Ariel Ferraro (1925-1985), Mario Aciar (1929-2008), Ramón Eloy López (1928-1989) y Pedro Herrara (1925-2003). Al poco tiempo se sumaron María Argüello, Carlos Alberto Lanzillotto, José Paredes, y más tarde, Carlos Mario Lanzillotto, Daniel Moyano, Carlos Cáceres Sebrea, Miguel Dávila, Reinerio Fallabrino, Pedro Molina, Alfredo Portillos, Ramón Soria, Enrique Tudó Neves, Carlos Hipólito Zárate, Edgar Pierángelli Vera, Julio Colmenero y Estanislao Guzmán Loza.

Grupo Calíbar

Selección de textos


Grupo Calíbar Rastreadores de esencias "Hacia 1952 comenzó a reunirse alrededor de las mesas del café Nacarí, situado en la esquina de las entonces Libertad y B. Mitre (hoy 9 de julio y S. Nicolás de Bari este), o en las de La Opera, sobre la calle 9 de Julio (hoy J.V. González) frente a la Plaza 25 de Mayo, un inquieto grupo de jóvenes. Ariel Ferraro, de regreso en La Rioja les hablaba de su estadía en Buenos Aires, sus contactos con las vanguardias poéticas, su paso por Mendoza, sus viajes por otros países de Latinoamérica, su encuentro con Ciro Alegría, sus vinculaciones con poetas y pintores de todo el país. Los demás escuchaban sus palabras como ecos de soñadas y ajenas vanguardias culturales. Poco a poco fueron confluyendo otros poetas y artistas que añadieron sus experiencias y sus personales inquietudes a las que iba delineando Ferraro, y el análisis que hacían de la vida cultural riojana, con su chatura y conformismo, les empujaba a plantearse qué hacer para insuflarle vida y movimiento, condición indispensable para sentirse vivos en medio de la quietud provinciana. Fueron tomando conciencia de su pertenencia a un grupo, heterogéneo quizás, pero movido por la necesidad de crecer y trascender. No todos eran artistas o poetas, gpero todos vivían la poesía y el arte con intensidad, y aunque a algunos las poesías o las obras plásticas de las que hablaban podían sonar a novedad extrema, la autoridad de los que ya habían avalado su condición de poetas o pintores los llevaba a aceptar su validez y a partir de allí, encontrarse con ellas, comprenderlas, amarlas. (…) A fines de 1953 surgió la necesidad de marcar la identidad del grupo y, como requisito que certificara su existencia, un nombre que lo distinguiera. Palabras lanzadas al azar, frases más o menos ingeniosas, se sucedían sin conformar. Cierto atardecer, en esa hora incierta en que tras el telón negruzco del Velasco un casi invisible dejo de claridad parece querer retrasar la llegada de la noche, estaban reunidos alrededor de una de las mesas que La Opera sacaba a la vereda de la plaza, cuando Pedro Herrera propuso el nombre de Calíbar, el rastreador del Facundo sarmientino. Los demás, Ferraro, Mario Aciar y Ramón López, saborearon, recordándolas en silencio, las palabras de Sarmiento: “En llanuras tan dilatadas, en donde las sendas y caminos se cruzan en todas direcciones, y los campos en que pacen y transitan las bestias son abiertos, es preciso saber seguir las huellas de un animal y distinguirlas entre mil” (Sarmiento-pág.67). Se vieron a sí mismos en la función de rastreadores, de guías a quienes el viajero confía su vida, porque el rastreador conoce esa tierra que están pisando como la piel de la mujer amada, más aún, como su propia piel pues él es una sola cosa con la tierra. No estaba mal el nombre…” (de “Calíbar, en pos de una utopía” – Luis Orecchia)


Ariel Ferraro

Por amor al arte Ariel Ferraro (José Humberto Pereyra) nació en los llanos de La Rioja en el año 1925. Nacido en los Llanos riojano el 20 de septiembre de 1925, fue durante largos años una figura central en el quehacer cultural riojano.

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Selección de textos

Se desempeñó como periodista, docente y escritor; integró el grupo "Calíbar" en la provincia de La Rioja y su producción abarca obras de diversos géneros, como poesía, teatro, crítica de arte y ensayos. Doctor Honoris Causa en Literatura Sagrada, en Humanidades, y laureado en Historia del Arte, también fue miembro de la Sociedad Argentina de Escritores y de diversas academias y sociedades relacionadas con la actividad literaria y científica en Argentina, Brasil y España. Serenata de greda, La Rioja innominada, La música secreta y Ceremonial para arqueólogos ebrios, son algunos de sus libros de poesías. Por su producción literaria obtuvo premios y distinciones en la Argentina y en el exterior, entre ellos la Faja de Honor otorgada por la SADE (Sociedad Argentina de Escritores) en 1962 por su obra La música secreta. Falleció en Buenos Aires en 1985


Ariel Ferraro Por amor al arte…

De espíritu curioso y sensible, supo apreciar el arte en todas sus manifestaciones y no sólo formó parte de aquella verdadera integración que significó el grupo Calíbar en La Rioja, sino que supo tender lazos más allá de las fronteras de su provincia y aun de su país, manteniendo contacto con reconocidos escritores nacionales y extranjeros de la época, muchos de los cuales visitaron estos pagos por invitación suya. Pero no sólo los consagrados tenían cabida en esa amistad generosa; también los noveles poetas y artistas encontraban un lugar en la casa y en el corazón de Ariel. Era un referente ineludible: el escritor Mario Paoletti afirma que, aunque siempre hubo una dirección de oficial cultura, “todos sabíamos que en realidad, la verdadera dirección de cultura la llevaba puesta Ariel Ferraro como se lleva la ropa que uno viste. Autoportante.” (Boletín Nº 7 de la Biblioteca Mariano Moreno- Año 2002). Sobresale el Poeta Si bien en sus últimos años, durante el exilio, se diplomó en Ciencias Religiosas en Salamanca y recibió Doctorados Honoris Causa en universidades de países extranjeros, su vastísima cultura y su sabiduría provenían de un autodidactismo tenaz, ejercido durante toda la vida y enriquecido constantemente por incansables y variadas lecturas. Incursionó en el teatro (en Madrid se pusieron en escena dos obras suyas), trabajó en radio y televisión, fue docente superior, editor y crítico de arte, pero fundamentalmente, poeta, y ese ése el título con el que pasó a la historia de las letras riojanas: poeta y de los grandes.


Ariel Ferraro Por amor al arte…

Vientos de cambio Dotado de un natural talento, sintonizó las corrientes vanguardistas que venían reclamando en Europa y en América una nueva manera de entender el arte, y orientó su poesía hacia formas más arriesgadas y abstractas que, lejos de eludir la realidad circundante, la hacían materia de su creación. Ariel fue el gran renovador de la lírica en una provincia en la que las hondas tradiciones encasillaban también las formas literarias, temerosas de romper los moldes estéticos aceptados por el público. Asuntos locales y universales pueblan sus poemas, con los que demuestra que no hace falta el costumbrismo o el simplismo paisajista para nombrar la tierra natal. Con la producción de Ferraro, un lenguaje nuevo y sorprendente asomó en la poesía riojana y concitó la adhesión de las nuevas generaciones; actitud que, felizmente, sobrevive en los (pocos pero buenos) verdaderos poetas que tenemos.

Exilio y regreso Acaso, en aquellos tiempos de bonanza, no imaginó este viajero infatigable, que una de las más logradas metáforas de sus versos, el exilio (me refiero a “Exilio submarino” en “Antepasados del Insomnio”, Losada, Buenos Aires, 1966.), se haría carne en él y su familia en los años más absurdos y crueles que aún debía atravesar la historia argentina (época asombrosamente vislumbrada por él mismo en uno de sus poemas). Y si bien pudo regresar a la patria juntamente con la democracia, el alma del poeta había quedado marcada por aquella herida a la que se sumaban tantas ausencias, y su vida se apagó en la tristeza de no haber encontrado, con el regreso, el mundo dejado al partir.


Ariel Ferraro Por amor al arte…

Principales obras: Serenata de greda (1945) La Rioja innominada (1960)

La música secreta (1962) Visitación a Marc Changall (1964) El Rabdomante (1966)

Antepasados del insomnio (1966) Las aventuras congénitas (1975) Ceremonial para arqueólogos ebrios (1983) Antología Poética (póstumo) (1997)


Eloy López

Eloy López y su mundo (extraído de “Integración Cultural”, N° 7, Mayo de 1993)

Selección de Poemas

Nació en Pozo Largo, departamento Independencia, Llanos de La Rioja, en 1929. Ya en la Escuela Normal organizó un centro literario. En tercer año dirigió el periódico “Azul”, del cual aparecen dos o tres números. En quinto año funda y dirige el periódico “Tarpuy”, órgano oficial de la Escuela Normal y de la Escuela de Comercio. A los 17 años se recibe de maestro, comenzando estudios de literatura en Catamarca. Asimismo, cursa estudios de filosofía y matemática en Paraná por espacio de dos años. En Córdoba comienza derecho, rindiendo catorce materias. Sus primeros artículos aparecen en el periódico “La Rioja” y en “Tribuna”. Formó parte del grupo “Calíbar”. En el Instituto de Artes Plásticas dictó Historia de la Cultura. Se ha desempeñado como profesor en la Escuela Normal y en el Colegio Nacional. Como periodista trabajó cuatro años en el diario el diario “El Independiente”, del cual fue uno de los fundadores y también director de la revista Planteo (aparecida en 1968). En la Universidad de Comahue, dictó la cátedra de matemáticas y dirigió la editorial en formación de esa casa de altos estudios. Fue regente de la Escuela Normal. Hasta hace poco, sólo había editado un pequeño opúsculo, “La parábola y el hombre”, no obstante, su poesia trascendió vastamente los limites provincianos, como así su conocimiento de la literatura universal. En 1985, un número de “Hojas de sudestada” es dedicado a su poesía. Y en 1987, en la colección “Cacique Coronilla” de la Dirección Provincial de Cultura, aparece su primer libro, “La memoria y otros poemas”. Falleció en la ciudad de La Rioja, el 4 de enero de 1989. La recopilación de sus poemas apareció póstumamente bajo título: Obra poética


El narrador de los hechos cotidianos

Ángel María Vargas

Selección de textos

Nació el 25 de septiembre de 1903, en la ciudad de Rosario. Sin embargo es considerado uno de los más altos exponentes de la narrativa riojana, pues él mismo adoptó como propia a esta tierra a la que llegó con sus padres, siendo muy joven, y en la que formó su hogar y desarrolló una nutrida labor intelectual, dejando la impronta de su vocación, especialmente orientada al periodismo y a las letras. Fundador del diario “La Rioja” y de las revistas “Don Joaquín” y “El Cardón”, fue también columnista de La Prensa y La Nación, entre otras publicaciones. Además, siempre cercano al grupo Calíbar, colaboró –según lo señala H. David Gatica en su Mapa de la poesía riojana– en el primer y único número del órgano homónimo de aquel movimiento cultural sin precedentes en la vida riojana. Es cierto –y muchos riojanos no lo olvidan– que en el marco de la actividad periodística, cobró notoriedad en la escena provincial su posición totalmente contraria a la prédica de Monseñor Enrique Angelelli, actitud (compartida por gran parte de la sociedad riojana conservadora de entonces) que en el caso de Vargas se hacía pública a través de sus expresiones y de los severos juicios de valor contra la pastoral del Obispo lanzados desde la revista Don Joaquín. Sin embargo, aun este aspecto de su personalidad forma parte de la pasión misma con la que vivió sus convicciones, algunas de ellas, sin duda erradas, especialmente cuando las miramos desde la perspectiva de la historia, que tiende a echar luz sobre los hechos a medida que se distancian en el tiempo. Militó además en política, en el partido justicialista, y estuvo en la función pública (fue Ministro de Gobierno, Intendente Municipal y presidente del IPSAS).


Ángel María Vargas El narrador de los hechos cotidianos Trascendió su labor favorable a las artes durante su gestión como intendente capitalino, ya que impulsó la creación del Museo Municipal de Bellas Artes Octavio de la Colina, entre otras realizaciones tendientes a promover la actividad cultural con la que siempre se mostró comprometido. (Fue También integrante de la Junta de Historia y Letras Biblioteca Mariano Moreno, entre otras muchas actuaciones). Pero no es la intención de esta reseña analizar su actividad pública, ni juzgar sus ideas políticas o sus acciones (que a veces lo enfrentaron con gran parte de la sociedad en notorias polémicas) sino valorar la importancia de su obra literaria, en el entendimiento de que –como todo objeto de arte– ésta constituye, en sí misma, un universo autónomo, independiente de su autor. Se puede o no estar de acuerdo con Ángel María Vargas: podemos aplaudir sus notas periodísticas o indignarnos hasta el resentimiento frente a sus escritos contra Angelelli, pero jamás desconoceremos la trascendencia de sus cuentos, cuya calidad está fuera de cualquier discusión. Prueba de ello es que, luego de la muerte de su autor acaecida en 1976, siguieron apareciendo distintas ediciones de su obra. Para dimensionar el valor de la producción cuentística de Ángel M. Vargas, bástenos recordar que “El Delantal” se incluye en el volumen de cuentos reunidos por Carlos Mastrángelo bajo el título de 25 CUENTOS ARGENTINOS MAGISTRALES editado por Plus Ultra: allí figura junto a “El Sur” de J. L. Borges, “El Calamar opta por su tinta” de A. Bioy Casares y “La continuidad de los parques” de J. Cortázar, sólo por citar a tres autores indiscutidamente célebres. El cuento “La Sopera”, por su parte, integra la antología CUENTOS DEL NOROESTE del Centro Editor de América Latina. Textos de Vargas fueron incluidos también en: 16 CUENTOS ARGENTINOS, EL CUENTO HISPANOAMERICANO, CUENTISTAS DEL INTERIOR, entre otras muchas antologías. Obtuvo premios nacionales –muchos– por sus producciones. En 1999, la BMM publicó todos sus cuentos bajo el título de El hombre que olvidó las estrellas.


El hombre que olvidó las estrellas El único libro estrictamente literario que Vargas (además de los cuentos aparecidos en diferentes medios nacionales y provinciales) publicó en vida, corresponde a la colección de nueve relatos que el escritor reuniera bajo el título del primero de ellos: El hombre que olvidó las estrellas (1940). Con el correr de los años, vieron la luz diferentes ediciones de su obra. En 1986, aparece una selección de textos (seis poemas y seis cuentos, tres de los cuales pertenecían a la obra de 1940) en la colección Cacique Coronilla de la Dirección de Cultura de la Provincia de La Rioja a cargo, en aquel entonces, del escritor Héctor David Gatica. En 1999, la Biblioteca Mariano Moreno edita en su Colección La Ciudad de los Naranjos, este volumen en el que se agregan, a los nueve textos originales, dos de aparición posterior a 1940. Una voz poética que multiplica las voces de seres anónimos La mayoría de los relatos de Ángel María Vargas están ambientados en La Rioja pueblerina o rural, una Rioja habitada, las más de las veces, por personajes sencillos y pobres, usuarios –como hablantes– de un registro verbal no escolarizado, y protagonistas de hechos cotidianos que van desplegando en su devenir toda una galería de caracteres que revelan al gran conocedor del alma humana que les da vida en su mundo narrativo. Y, aunque estos personajes se mueven dentro de un escenario regional y costumbrista, los temas abordados y la profundidad de su tratamiento les otorgan dimensiones universales. Las relaciones humanas problemáticas –especialmente familiares–, la pobreza, la muerte, la angustia, lainfancia, la valoración de la naturaleza... son motivos que componen la trama de estas historias expresadasen un discurso narrativo desbordante de lirismo y con una ductilidad admirable en el empleo del diálogo en diferentes registros léxicos, que transparentan la pluma de un sabio observador: sus personajes se nos muestran absolutamente verosímiles, no sólo en sus acciones sino también en el remedo del habla propia del pueblo y en el empleo de un vocabulario regional, en este caso salpicado de términos riojanos. Datos y textos : Marcela Mercado Luna Fuentes consultadas: http://www.bmm.org.ar/escritores/ http://letrasbibliotecalarioja.blogspot.com


Entre la militancia y la cultura Nació en La Jarilla, provincia de La Rioja (Departamento Rosario Vera Peñaloza) en 1922 y falleció en 1989. Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Córdoba, escritor, historiador, poeta, periodista y docente, fue cofundador del movimiento cultural riojano Calíbar. En la poesía, en el ensayo histórico, en el periodismo en la organización cultural, en la docencia, aparece siempre la necesidad de entender y exaltar a los hombres y a los proyectos que surgieron desde su tierra hacia el mundo. Fundador de la SADE La Rioja, mantuvo estrechos vínculos con poetas y escritores del norte argentino y Córdoba. Fue miembro de número de la "Junta de Historia y Letras de La Rioja", de la "Junta Provincial de Historia de Córdoba", y de sus similares de Tucumán y Santiago del Estero. En el Rotary Club, fue Gobernador de Distrito y representante de Presidente R.I. en Viña del Mar (Chile). Fue también: - Miembro fundador y secretario del Museo Cultural Riojano. - Miembro fundador y profesor del Instituto del profesorado Secundario de Artes Plásticas (La Rioja). - Fundador y organizador de la Escuela Superior de Diseño y Técnica Artesanal (La Rioja). Su labor periodística se vio reflejada en diversos medios de comunicación provinciales y nacionales, habiendo sido corresponsal del diario “La Prensa”, colaborador de “Clarín”, “La Nación”, “La Gaceta” (Tucumán), “La Gaceta Riojana”, “El Independiente” (La Rioja) y “La Voz del Interior” (Córdoba).

CarlosAlberto Lanzillotto

Selección de textos


CarlosAlberto Lanzillotto Entre la militancia y la cultura

Su carrera docente lo llevó a desempeñarse como Vicerrector del Colegio Nacional de La Rioja, Inspector de Enseñanza Media y Superior de la Nación. Su impulso fue clave en la fundación de colegios secundarios y profesorados terciarios en La Rioja, Catamarca y San Juan. Participó activamente en el “Movimiento Pro Universidad de La Rioja”. Dictó conferencias y clases magistrales en el país y en el extranjero, integrando comisiones pedagógicas a nivel nacional y provincial. La actividad política lo contó como activo participante: Comenzó su militancia en la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) que luego continuó en el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), fuerza política que lo postuló como candidato a gobernador de La Rioja en las elecciones de 1973. Como escritor, recibió premios literarios nacionales y regionales, entre los que cabe destacar: 1946: Mención especial, Centro de Residentes Riojanos en Buenos Aires. 1950: Medalla de Oro, Primer Premio, otorgada por Instituto Nacional Sanmartiniano filial Copiapó. 1963: Mención especial “Premio Raúl Matera”. 1969: Primer Premio Regional (compartido) en el Concurso de Ensayos sobre la Cultura del NOA. 1970: Primer Premio Regional, Concurso de Ensayos del NOA. 1986: segundo Premio Concurso Literario Ariel Ferraro.


CarlosAlberto Lanzillotto Entre la militancia y la cultura

Obra El color del silencio (1948), El Chacho en la poesía de tres poetas (ensayos literarios), Padre y símbolo, canto al General San Martín, Silencio enamorado, Versos desde un asesinato, La Rioja pacificada, Amor a La Rioja, Épica y dramática de La Rioja, (1986). Ensayos históricos Su labor de historiador y ensayista abarcó la publicación de El Poder Ejecutivo Provincial (1854-1960), Manual de Historia y Geografía de la Rioja (capítulos “El Poder Ejecutivo Provincial”, “El Poder Legislativo Provincial”, “La Escuela Pública”), Historia del Colegio Nacional en el año del centenario, Cien años de luz, Historia de la Escuela Normal de La Rioja. En 1998 apareció la Historia del Colegio Nacional de La Rioja, Tomo II y póstumamente, el la Colección La Ciudad de los Naranjos, Historia de la Universidad de la Rioja. Obra inédita Permanecen inéditos sus trabajos: Bibliografía de autores riojanos, Cuatro ensayos sobre el Chacho Gral. Ángel Vicente Peñaloza, Al servicio de la educación en el país interior, Creación literaria y literatura folklórica en La Rioja, Todavía amor (poesías), Once muertes y una Navidad (poesías), Los días olvidables (poesías).


La voz desde el exilio… Nació en Buenos Aires, el 6 de octubre de 1930. Siendo muy niño se traslada junto a su familia a la provincia de Córdoba, donde transcurrió su infancia y adolescencia. Después le siguió su etapa riojana y más tarde el exilio en España. En una entrevista concedida a Andrew Graham-Yooll y publicada por el Suplemento Radar de Página 12 en octubre de 2005, sostiene: “Yo nací en Buenos Aires, me llevaron a Córdoba, y luego me fui a La Rioja porque los abuelos de mi padre eran de Olta, de La Rioja. Yo decidí irme de Córdoba a La Rioja, buscando raíces. Mi madre nació en Minas Gerais, cerca de Belo Horizonte. A los diez años la trajeron a la Argentina. Se casó con mi padre (que según él tenía sangre india). Tengo muy pocos recuerdos.” Se sabe –y lo ha referido en detalle D. Gabriel Gatica en su completa biografía inédita sobre el autor– ,que en la vida de este riojano adoptivo hay un hecho de sangre que lo marcó inexorablemente: el asesinato de su madre a manos de su padre, con lo que su progenitor obtuvo no sólo la orfandad de sus hijos (Daniel y Blanca) sino también unos cuantos años de cárcel para él. A partir de ese momento el pequeño Daniel peregrinó en distintos pueblos de Córdoba por los hogares de los parientes. Con el tiempo, los fantasmas del desamparo y la pobreza fueron expulsados por el escritor en muchos cuentos en los que retrata diferentes situaciones de infancia, siendo las más dramáticas aquellas inspiradas en el recuerdo de sus tíos más pobres, los de Alta Gracia

Daniel Moyano

Selección de textos


Daniel Moyano La voz desde el exilio La sombra del padre y la verbalización dolorosa de su terrible acto sólo pudieron asomar casi al final de sus días cuando la enfermedad, umbral del fin, le hizo volver a revisar su historia: plasmó su duelo en la última de sus novelas: Dónde estás con tus ojos celestes (póstuma) en la que busca y encuentra a su madre y puede nombrar el asesinato y al asesino. Dos pasiones signaron la vida de Daniel Moyano con la misma intensidad: la literatura y la música. Las múltiples carencias sufridas de chico no le impidieron conectarse con el arte. Tuvo la posibilidad de estudiar violín con unos músicos españoles vecinos suyos. Al mismo tiempo, leía con fruición y hacía sus ensayos de escritura. Su primer libro, Artista de Variedades, fue publicado en 1960, en Córdoba, por Editorial Assandri. Para esa época ya se había establecido en La Rioja, tierra que, junto a su infancia cordobesa, inspiraría la mayor parte de sus textos. En esta ciudad ejerció el periodismo, a la vez que se desempeñaba como profesor en el Conservatorio Provincial de Música y como violinista en el Cuarteto de Cuerdas de esa institución. Participó, junto a Alipio y Cacho Paoletti, Ricardo Mercado Luna y Yiyi Alfieri de la re-fundación del Diario El Independiente, el que a los pocos años se convertiría en la Primera Cooperativa gráfica del país. A esta etapa “riojana” corresponden los siguientes libros de cuentos: El Rescate (1963), La lombriz (1964); El fuego interrumpido (1967); Mi música es para esta gente (1970), El estuche de cocodrilo, (1974) y El Monstruo y otros cuentos (selección realizada por el centro Editor), y las novelas: Una luz muy lejana (1966) El oscuro (1968) con la que obtuviera el Premio Primera Plana-Sudamericana con un jurado integrado por Leopoldo Marechal, Augusto Roa Bastos y Gabriel García Márquez. En 1974 aparece El trino del diablo, también editado por Sudamericana, y según testimonios del propio autor–la primera versión de El vuelo del Tigre, perdida entre los bártulos que partían expatriados junto al escritor y su familia.


Daniel Moyano La voz desde el exilio Con la instauración de la dictadura más sangrienta que conociera la Argentina la vida de Daniel Moyano tiene un giro jamás soñado por él. Con estas palabras evoca el escritor aquel fatídico 24 de Marzo: “El día del golpe de 1976 yo estaba en Córdoba, intentando inscribirme en la Facultad de Filosofía, porque se me había ocurrido estudiar. Cuando regresé a La Rioja había controles como si fuera una ciudad ocupada. Llegué a casa... Me dijeron que habían detenido a casi todos los intelectuales. Muchos eran del diario El Independiente. Además estaban detenidos: Ramón Eloy López, un poeta, un sacerdote, uno de los tres miembros del Partido Comunista, algunos de la JP y el arquitecto que proyectó la cárcel" El 25 de marzo de 1976, él mismo es encarcelado y al poco tiempo, expatriado. Su exilio en Madrid (1976) le acarrearía un silencio de mucho tiempo: “Los primeros siete años de exilio no pude ( intentaba escribir era visceral, patológico, mezclado escribir nada. Había perdido toda capacidad expresiva. Lo que con pesadillas... que terminaban en un cuartel, no podía escribir porque todo lo que escribía estaba prendido a esta desesperación”. (Entrevista citada, Radar, Página 12) Luego vinieron las novelas El vuelo del tigre (reescrita, 1981) Libro de navíos y borrascas (1983) y Tres golpes de timbal (1990) Muere el 11 de junio de 1992, en España, como consecuencia de una enfermedad terminal. Póstumamente se edita: Un silencio de corchea (cuentos, 1998), y Dónde estás con tus ojos celestes (2005), novela publicada por Gárgola a trece años de su fallecimiento. Otras obras suyas aparecidas en lo que va del siglo son la reedición de El trino del diablo y la selección de cuentos realizada por Juan José Hernández bajo el significativo título de El rescate, que por otra parte es el título de uno de los cuentos más conocidos del narrador violinista. por Marcela Mercado Luna (en AUTORES Y LIBROS RIOJANOS - http://letrasbibliotecalarioja.blogspot.com)


Víctor María Cáceres

Selección de textos

Escenas de provincia Nació en la ciudad de La Rioja, el 22 de Julio de 1912, donde cursó también sus estudios primarios y secundarios, pasando posteriormente a Córdoba, en cuya Facultad de Derecho se graduó de Escribano Público Nacional. Poco tiempo después de recibirse fue designado director de teatro “Rivera Indarte” cumpliendo en ese cargo una destacada labor. Se recibe de escribano público en la Universidad Nacional de Córdoba, y es designado director del Teatro Rivera Indarte -hoy Teatro San Martín- de esa ciudad mediterránea. Al volver a su provincia funda el Centro Riojano de Arte Escénico junto a Alfredo Parada Larrosa. Los ensayos se realizaban en el Círculo Católico de Obreros, y las obras se estrenaban en el desaparecido Cine Monumental. Integraban este elenco Jorge Fernando Castellanos – director-, Alfredo Benítez, Esteban Crovara, Milton de la Fuente , "Tití" Canellada -quien luego sería esposa de Víctor-, Otilia Ganggiotti, María Elena Nieto Vargas, María Elvira Olla, Dardo Nieto, Casto Brizuela, Julio César y Mercedes Rearte Oyarzabal, Mario Nelson e Isolina Ceballos. Con este elenco de aficionados llevan su obra "De vuelta al nido" a un certamen en el Teatro Nacional Cervantes, donde recibe premios y elogios. Se casa con Irma Rosa Canellada -profesora de Matemáticas- con quien tendrá tres hijas: Rosa de las Mercedes, Marta Eugenia y Bárbara Vicenta Patricia.


Víctor María Cáceres Escenas de provincia Organiza en su provincia natal el CRAE (Centro Riojano de Arte Escénico), de tan fecunda obra en nuestro medio. Como autor de teatro destacamos sus obras: “La vuelta al nido”, “Mía nena”, “Don Fabián” y “Lloverá”. El CRAE gana un concurso provincial para representar a La Rioja en el Primer Certamen Nacional de Teatro en Buenos Aires. El elenco pone en escena "Prohibido suicidarse en primavera" de Alejandro Casona en el Teatro Presidente Alvear, consolidando el ingreso de La Rioja a la escena nacional. La Universidad Nacional de Cuyo instala una delegación en La Rioja, y Víctor es convocado para dirigir el teatro-escuela de esta entidad, pero debe abandonar el proyecto por razones de salud. En 1951 publica un libro de relatos titulado Provincianía. Cuidando a su esposa enferma en la ciudad de Córdoba, fallece de un ataque cardíaco el 1º de diciembre de 1958. Alfredo Parada Larrosa toma la posta, reanima al grupo y reponen obras de Víctor. Con la aparición de José Alberto Santiago -escritor y director cordobés- se crea el Seminario Experimental de Teatro en 1960. En 1962 se hacen cargo del Seminario Mercedes y "Chacho" Rearte Oyarzabal, luego Ubaldo Nichi y finalmente Edgardo Gordillo, con lo cual se afirma institucionalmente el grupo que se convierte en la hoy afamada Comedia Provincial. El teatro riojano es la obra conjunta de personalidades como Juan Zacarías Agüero Vera, Peregrina Ozán Dellisola, José Miguel Castro, Hedith Celia Huniken y Ariel Ferraro. Era un nombre de una marcada capacidad histriónica. Pero sobre todo es a Cáceres a quien todos definen como estandarte, y desde el 21 de agosto de 1982, el Teatro Provincial lleva su nombre. Obras - De vuelta al nido (teatro) - Don Fabián (teatro) - ¿Lloverá? (teatro) - La mia nena (teatro) - Adelaida (teatro - inédita) - Provincianía (relatos)


En caminos de esencia… “Soy la esencia de los que amaron desde los orígenes, de los que caminaron a mi lado y de los que nacieron de mí. Creciendo aprendí a amar mi tierra, interpretar su mensaje ancestral y hacer míos sus paisajes, su música y su latido madre” Desde la urdimbre de la palabra, se transparenta esta figura, hacedora de nuestro patrimonio intangible, en su poemario “Esencia y Camino” publicado en setiembre de 2002. Nélida Rearte de Herrera es, fundamentalmente, “acción” y se afirma paso a paso en una “hermenéutica militante” según el decir de Paul Ricouer, en su obra Del texto a la acción. Inquieta, geografía de nuestro terruño. En su compromiso con la heredad telúrica, funda el Instituto “Mis Montañas” de Folklore, Lingüística y Etnografía de La Rioja y el Instituto Riojano de Arte desde los cuales despliega su incansable labor como investigadora de bienes culturales y generadora de talentos de la danza folklórica. Jalonan su trayectoria innumerables distinciones que la destacan como exponente del género: “Ciudadana Ilustre de la Rioja e Integrante de su Patrimonio Cultural” Concejo Deliberante de La Rioja, “Mujer del Año” – Gobierno Provincial, premio “Espuela de Plata”- Instituto de Arte y Comunicación, reconocimientos y diplomas de honor por su trayectoria cultural de distintas instituciones y particulares. En su diario trajinar, Nélida indaga las raíces genuinas de saberes y decires propios, investiga los bienes culturales de la tierra, plasma creativamente en escenas y movimientos el sentir y las esencias de la riojanidad pura. Desde nuestra intención de dar a conocer, revalorizar y acercar a quienes llegan a nuestro Portal perfiles representativos del hacer cultural, complementamos esta presentación con un breve recorrido por su poemario y trabajo investigativo.

Nélida Rearte de Herrera

Selección de poemas


De la infancia y el paisaje… Mercedes Olmedo nació en Buenos Aires en 1930, y en la madurez de su vida se radicó definitivamente en La Rioja. Sin embargo, unos pocos años de su infancia vividos en la provincia, en Chilecito, serán la marca indeleble que le dará un sello rotundo a toda su obra. Los paisajes de aquellos días (San Miguel, Chilecito) se repetirán de manera constante en sus cuentos. Ese entorno sencillo de cerros y viñas, de patios fragantes; ese universo de fincas apretadas de un verde increíble, o esos cielos que escasean en la ciudad, y que atraviesan el alma por su belleza… y la gente. Esas gentes que darán personajes inolvidables para quien lea sus cuentos o novelas (la Elisea, la vieja Sana Sana, Mateo, Nemesio y tantos…). En su novela “Después del sol” inicia ese perfecto camino de construir desde el entorno. “Después del sol” es justamente el “recuerdo” de esa infancia lejana. Un periodo de vacaciones junto a su hermana melliza, que se alarga más de la cuenta (encerrada está otra historia, triste, que la autora jamás incluyó en el relato), en la casa de una tía Rosa inolvidable, junto a dos amiguitos, Mateo y Nemesio, y el “paraíso”, ése que descubre y deja una profunda huella en la niña de aquellos días. Así, iniciada su labor literaria, comienza a escribir cuentos de una belleza insuperable. “Cascaritas”, “Extraña ceremonia”, “La celebración”, “Cuento con ángel”, “La vieja Sana Sana”, “Benicio”, “El Juan y la María”, son algunos de sus títulos más destacados.

Mercedes Olmedo

Selección de Textos

Mercedes Olmedo en toda su obra incluyó el paisaje, las costumbres, los modismos de esa Rioja que adoptara como propia, y aparece con la fuerza de la “otra mirada”… ¿Cuántas veces creímos que esos patios de Borges y ese Sur, sólo estaban en la imaginación del escritor? Que de tan bellos y únicos, sólo podían ser ficción… La Rioja de Mercedes Olmedo es ésta, está cerca, nos rodea, la olemos, la tocamos, nos embriaga el alma, nos acecha. A veces, nos explica desde la lógica de la invención, y así escuchamos un “Casi Cuento” que nos hablará sobre el origen de los coyuyos, o asistiremos asombrados al misterio del incendio de la imagen de San Nicolás, que nos muestra un santo cercano, cierto…Todos sus trabajos tienen una estructura sencilla y, defensora del cuento tradicional, no habrá nunca un final abierto. Sus historias cierran, dejándonos, en la mayoría de los casos una sensación de pérdida. La muerte es recurrente en su obra al igual que la desdicha, la exclusión social y, por supuesto, la magia que La Rioja despierta desde su aridez infinita.


Mercedes Olmedo De la infancia y el paisaje… Como gran observadora, Mercedes Olmedo, no dejará escapar ningún detalle, y así, sus cuentos y novelas mostraran de manera increíble aquello que desea contar: el entorno de patios y cerros, de mujeres y sombras, de sueños y muertes que atraviesan sus páginas. También aparecen la ternura, la inocencia y una delgada línea nos arroja hacia el humor mas despiadado (en la obra de teatro “Llorar por mamá”, premiada por la Secretaría de Cultura, dos hermanos discuten el “sitio” en que deberían reposar las cenizas de la madre muerta, desgranando todas las miserias que se puedan imaginar, pero desde un humor que perturba). Fue, asimismo, autora de obras de teatro infantil y para adultos que fueran siempre reconocidas y premiadas. En la actualidad, están siendo editadas por la Biblioteca Marcelino Reyes las dos obras que resultaran ganadoras del primer y segundo premio en el Segundo Concurso de Obras de Teatro Infantil organizado por esa Institución en el año 2008. La poesía no le fue indiferente. Con ella obtuvo innumerables galardones dentro y fuera de la provincia… Y así como afirmamos que la obra de Mercedes Olmedo se inicia con la novela “Después del sol”, también podemos encontrar esa otra, la última, la que cerrará el camino literario. Y si bien hubo otros cuentos luego de éste, sólo en él encontramos algo así como un adiós. Se trata de “La celebración”, cuento que recibiera el Primer Premio en el concurso de la Feria del Libro de La Rioja 2007. Es “La celebración” ese tipo de cuentos que perduran en aquel que lo lee. Que deja un sabor extraño, una pena difusa, y al mismo tiempo, la sensación de haber leído un relato de extraordinaria belleza. La Elisea, personaje central, está por morir. Sus hijos prepararán la celebración final. Y, mientras tanto, el pensamiento de unos y de otros, la profunda tristeza, el correr de las horas y la llegada del momento final, irán construyendo personajes y situaciones de profunda poesía. Mercedes Olmedo lo escribió y, en alguna medida, en algún punto imposible de definir, también escribió su despedida.


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