Hombres diseñados por Dios

HOMBRES

diseñados por Dios: Descubriendo el verdadero norte

James W. Bradford y Mindy Bradford

Birmingham, Alabama

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Diseño de cubierta: Michelle Kenny Traducido al español por: Juan Pablo Benítez Quintero de A&P International, Inc. //anpilntl.com ISBN: 978-1-56309-705-8 (tapa blanda) ISBN: 978-1-56309-706-5 (libro electrónico) 1 2 3 4 5—28 27 26 25 24

A los hombres que libran batallas silenciosas, desconocidas para el mundo. A quienes mientras enfrentan en privado pensamientos de fracaso, perseveran escalando la montaña de la vida. Quiero que sepan que no están solos. Este libro les dará esperanza . . . y no olviden que sus mejores días aún están por llegar.

ÍNDICE

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . xvii Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . xix Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . xxi Sección 1: Diseño mal representado . . . . . . . . . . . . . . 1 Capítulo 1: La encrucijada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3 Capítulo 2: Un camino dividido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9 Capítulo 3: Dios Padre se manifiesta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .16 Sección 2: Diseñados para ser Portadores de la Imagen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 Capítulo 4: Aplicación del concepto M.A.D. . . . . . . . . . . . . . .27 Capítulo 5: M- Modelar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30 Capítulo 6: Ser modelos de provisión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .36 Capítulo 7: Ser modelos de paz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .42 Capítulo 8: Ser modelos de sanación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .54 Capítulo 9: A- Afirmación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .61 xv

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Capítulo 10: Identidades falsas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 Capítulo 11: Identidades motivadas por el deseo. . . . . . . . . . . 75 Capítulo 12: Identidades de valor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83 Capítulo 13: D- Disciplina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94 Capítulo 14: Cómo fijar límites parentales. . . . . . . . . . . . . . . 103 Sección 3: Diseñados para ser la esposa perfecta . . 111 Capítulo 15: La esposa perfecta. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 Capítulo 16: Diseñados para ser monógamos . . . . . . . . . . . . 118 Capítulo 17: Diseñados para ser íntimos . . . . . . . . . . . . . . . . 127 Capítulo 18: Diseñados para gobernar y reinar juntos. . . . . . 133 Sección 4: Diseñados para ser discípulos. . . . . . . . . 145 Capítulo 19: El discipulado comienza ahora . . . . . . . . . . . . . 147 Capítulo 20: No luchar contra la gravedad . . . . . . . . . . . . . . 150 Capítulo 21: Sea el dueño de sus decisiones. . . . . . . . . . . . . . 160 Capítulo 22: Victorias diarias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171

PRÓLOGO

E

ste libro relata la historia de la vida de mi hermano, y es un mensaje que he tenido el honor y el privilegio de presenciar mientras Dios lo escribe. Al igual que todos, nuestras historias de vida están marcadas por nuestras experiencias y por las personas que Dios nos pone en el camino. El deseo de Dios es que no desaprovechemos ninguna de nuestras vivencias, sino que aprendamos de ellas y transmitamos lo que hemos aprendido para que otros puedan beneficiarse.

La intención de este libro es precisamente esa: compartir algunas lecciones de vida aprendidas en la escuela de los desafíos.

La sabiduría radica en aprender de nuestras propias lecciones de vida, así como de las de los demás. ¿Qué me califica a mí, Elaine Roberts, para escribir este prólogo y recomendarle la lectura de este libro? Pues bien, soy una de las hermanas mayores de Jim, he sido testigo de su vida desde su nacimiento y puedo dar fe de cada palabra y experiencia descrita en estas páginas. He sido seguidora de Cristo durante cincuenta y dos años; miembro de la Saddleback Church en Lake Forest, California, durante treinta y cuatro xvii

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años, bajo la enseñanza y liderazgo de Rick Warren; he formado parte del personal de la misma iglesia como ministra de niños durante los últimos veintidós años, y aún sigo firme en el llamado de Dios en mi vida para llevar a las siguientes generaciones a Cristo. ¿Por qué debería usted, apreciado lector, dedicarle tiempo a la lectura de la historia de alguien desconocido y común, que ni siquiera es famoso? Porque esa es la categoría en la que la mayoría de nosotros nos encontramos. Nuestras vidas tienen importancia para Dios, y a través de la interacción mutua, aprendemos valiosas lecciones. Esta es una oportunidad para adquirir conocimientos de alguien que comparte su condición.

Su vida es significativa para Dios, y a través de las experiencias de este hombre común y corriente, Él desea transformar su vida y, por ende, sus relaciones. El simple hecho de que haya elegido este libro demuestra su interés en su propia identidad y en la forma en que vive. Gracias por estar dispuesto a transformarse cada vez más en la persona que Dios quiere que sea, es decir, en alguien creado a Su semejanza.

Elaine Roberts Ministra de niños de Saddleback Church

PREFACIO

E

n el principio, Dios dijo: “Hágase la luz”. Jesús nos enseñó que lo primero que debemos hacer es buscar el Reino de Dios, lo cual implica buscar la luz. El propósito de este libro es iluminar las áreas oscuras de nuestras vidas. No necesitamos otra arenga. No necesitamos otro libro de autoayuda ni otra lista de tareas pendientes que finalmente no completamos. Este libro no es un estudio bíblico ni un devocional. Es un llamado a regresar a la masculinidad que Dios concibió. El desafío que se nos presenta es permitir que la luz de Dios ilumine los rincones de nuestro corazón que hemos mantenido ocultos. Es una mirada a las verdades bíblicas, es decir, a las verdades fundamentales.

En algún momento estas verdades fundamentales fueron sumamente importantes para mí, muy cercanas a mi corazón.

Las viví plenamente durante muchos años. Sin embargo, con el tiempo, permití que el trauma, el dolor y la desilusión me apartaran de ellas. Me encontré en la oscuridad, debilitado, justo donde el enemigo se siente a sus anchas. Sufrí heridas muy profundas, y aún hoy llevo cicatrices de esa época. Lo xix

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más triste es que aquellos a quienes estaba destinado a inspirar y liderar también resultaron afectados. Por lo tanto, no deseo que ningún hombre experimente lo mismo.

Sumergirse en las páginas de este libro va más allá de nuestra propia existencia, involucra a aquellos a quienes hemos sido llamados a guiar, proteger, cuidar e inspirar. Invito a los hombres a leer el libro en su totalidad. Permítanle generar su efecto. El Espíritu Santo encenderá la luz, iluminando intensamente los rincones oscuros y escondidos. Surgirá la tentación de detener la lectura y evitar la claridad. ¡Pero no se rindan, continúen! Sigan leyendo y encuentren el camino de regreso a casa. Descubran el verdadero norte.

Jesús es la luz del mundo. Caminemos en la luz, tal como Él está en la luz.

Bendiciones en este camino James W. Bradford

AGRADECIMIENTOS

A

mi hermana Elaine, mi apoyo espiritual y mi guía. Tu influencia, liderazgo y oraciones siguen dejando huella en mi vida. Este libro comenzó con una de nuestras conversaciones telefónicas. Gracias, hermana.

A mi mejor amigo Chris. Tu padre y tú me mostraron la esencia de una relación sólida entre padre e hijo. Te estoy agradecido eternamente por tu cariño incondicional y por tu apoyo y fe en mí durante más de treinta y cinco años. No hay palabras suficientes para expresar el afecto que te tengo.

A mis adoradas hijas, Rachel, Amanda y Karissa. Mi profundo amor por ustedes y nuestra conexión fue lo que me llevó a explorar las verdades que se exponen en este libro. Jamás olvidaré los momentos épicos que hemos compartido. Ser su padre es, sin duda, la experiencia más importante de mi vida, y mi amor por ustedes es más grande de lo que puedan imaginar.

A Ricky. Me siento agradecido y muy honrado por haberme permitido ser parte de una relación de padre e hijo. El impacto que has tenido no tiene comparación. Tu confianza en mí me

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impulsó a buscar a Jesús con todo mi ser. Me llena de orgullo tenerte a mi lado.

A Dan. Me introdujiste al evangelio de la gracia y al corazón paternal de Dios. Mientras fuiste mi pastor, sembraste las semillas para este libro. Te estaré eternamente agradecido.

A Bob. Tu sinceridad, transparencia y disposición para levantarte antes del amanecer a caminar junto a un hermano herido facilitaron todo este proceso. Gracias por permitirme ser yo mismo. Te quiero, hermano.

A mi adorada Mindy. Diste vida a mis ideas, transformando la pasión de mi corazón en palabras. Tuviste fe en mí y en este mensaje. Tu amor sobrenatural y auténtico me ha mostrado cuán maravilloso puede ser el matrimonio tal como Dios lo concibió.

A Lori. Nos sentíamos totalmente fuera de lugar en esa conferencia de escritores. Sin embargo, te tomaste el tiempo de escuchar el mensaje y confiar en nosotros. Tus palabras de apoyo y el hecho de creer nos dieron la motivación necesaria para seguir adelante. Gracias.

A Suzanne. Te sentaste con dos escritores novatos y escuchaste nuestro corazón. Estuviste dispuesta a arriesgarte.

Escuchaste y aceptaste el cambio de paradigma de la hombría piadosa. Gracias por tu valentía.

A Cindy. Tu sabiduría y tu orientación convirtieron un montón de viñetas en un manuscrito fluido. Tu combinación de fuerza y gracia era exactamente lo que necesitábamos, así como una imagen de Jesús. Gracias por guiarnos a lo largo del proceso.

A John Herring. Te estaremos eternamente agradecidos por tu capacidad de fijarte en el corazón del mensaje, y no en

Agradecimientos

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los méritos para llevarlo. Esperamos caminar hombro a hombro contigo impactando el reino de Dios.

A Juan Pablo Benitez y al resto del equipo de A&P International, Inc. por traducir este libro al español manteniendo el corazón y las convicciones expresadas en el idioma original en inglés, permitiéndonos tener un impacto en la vida de los hombres y los hogares de la comunidad hispana.

SECCIÓN 1

Diseño mal representado

CAPÍTULO 1

LA ENCRUCIJADA

A

lo largo de la historia todos los hombres han llegado a enfrentar la misma encrucijada en sus vidas. Algunos llegan a ella antes que otros, pero, al final, todos nos hacemos las mismas preguntas esquivas: “¿Cómo he llegado hasta aquí?”, “¿cuál es mi propósito?”, “¿realmente importa todo esto?”, “¿existe Dios . . . y cuál es la historia detrás de este tal Jesús?”. Mi propio encuentro con esa encrucijada tuvo lugar en 1991. A mis 21 años, me encontraba solo en la parte trasera de una pequeña cafetería, y mientras desayunaba, tuve que aceptar algunas verdades dolorosas. Me di cuenta de que nunca sería un atleta profesional; mis días en el fútbol habían llegado a su fin.

A pesar de mis habilidades académicas, mi desempeño en la universidad era pésimo, por lo tanto, necesitaba idear un plan para mi vida. Mi anhelo era encontrar una manera de permanecer en el ámbito deportivo y, al mismo tiempo, asegurar unos buenos ingresos. Concebí, entonces, la idea de 3

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matricularme en la escuela de Derecho para convertirme en agente deportivo de la NFL. Estaba seguro de que con dedicación podría lograrlo. Este camino parecía cumplir con todos mis objetivos y me permitiría mantenerme vinculado al mundo del fútbol.

Mientras estaba sentado allí, reflexionando sobre todos los acontecimientos que debían ocurrir, me debatía con la idea de Dios y Jesús. Jamás en mi vida había asistido a una iglesia.

En ese momento, dos hombres entraron al restaurante y se sentaron en la mesa de al lado. Permanecí allí, dejando volar mi imaginación sobre mi futuro, pero no pude evitar escuchar su conversación acerca de Jesús. La pasión y convicción en sus voces me impactaron. Me quedé escuchándolos durante casi cinco minutos. Asombrado y cautivado por sus palabras, me levanté para irme, pero me detuve para hacerles una pregunta. “¿Cómo hacen para tener tanta fe?”, les pregunté. “¿Cuál es tu nombre?”, respondieron.

“Jim”, les contesté.

“Hola, Jim, ¿por qué no te sientas y hablamos un rato?”, me dijeron amablemente.

Durante nuestra conversación, hablamos de Jesús y de la vida en general. “¿Cuáles son tus metas y tus sueños?”, indagaron.

“Quiero asistir a la escuela de Derecho y convertirme en agente deportivo de la NFL”.

Los hombres se miraron con una ligera sonrisa.

El hombre que estaba a mi izquierda dijo: “Bueno, soy abogado”. Luego miró a su amigo y añadió: “Dile a qué te dedicas”. El hombre que estaba a mi derecha respondió: “Soy el capellán de los Washington Redskins”.

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En ese momento me quedó muy claro que Dios era real.

Acto seguido, ambos compartieron varias Escrituras básicas y oraron conmigo mientras yo afirmaba que Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida. Ese día acepté a Jesucristo como mi Señor y Salvador. Y como la mayoría de los nuevos creyentes, salí corriendo. Estaba lleno de entusiasmo y pasión por esta nueva vida. Sin embargo, tuve una desconexión significativa desde el principio, pues solo podía orarle a Jesús.

Durante la escuela secundaria nuestro equipo se reunía para recitar el Padre Nuestro luego de los entrenamientos y los juegos. Yo estaba bastante familiarizado con la idea de orarle a Dios como Padre. Sabía que Jesús nos enseñó a orar de esa manera, pero simplemente no podía hacerlo sin cerrarme emocionalmente. Recitar el Padre Nuestro en grupo era sencillo porque era algo impersonal. Sin embargo, ahora que la oración se había vuelto real, no podía dirigirme al Padre, ya que mi padre terrenal imponía sus reglas con mano de hierro.

Su presencia era violenta y temible, era una especie de bomba de tiempo. Mi percepción de la paternidad se vio impactada y distorsionada trágicamente. Esta herida profunda es a la que llamo la herida paterna.

Desde una perspectiva teológica, entendía que Jesús era Dios Padre encarnado. Sin embargo, no podía dirigirme al Padre en oración. Solo me dirigía a Jesús. En un comienzo le resté importancia, considerándolo algo menor. Esto continuó hasta que supe que mi hija mayor, Rachel, estaba en camino.

La noticia de su llegada me dejó atónito, y una sensación de amor incondicional me invadió. La responsabilidad de cuidarla no era una carga, sino una alegría. Esta era mi oportunidad de ser algo que mi padre biológico nunca fue: un papá.

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Entonces, lo asimilé y me pregunté si así me veía Dios.

Aunque mi mente entendía la idea, los miedos y las emociones relacionados con mi padre estaban arraigados profundamente en mi subconsciente, ya que el cerebro humano actúa como una grabadora. Desde mi infancia hasta su fallecimiento, presencié un estilo de vida marcado por actitudes tóxicas y comportamientos inaceptables. En consecuencia, mi mente subconsciente creó una idea de la paternidad basada en esas experiencias, pues, instintivamente, vemos a Dios Padre a través del filtro de nuestro padre terrenal. Por eso, proyecté las características y comportamientos de mi padre biológico en Dios Padre. ¿Tiene usted alguna herida paterna? ¿Estaba su padre físicamente pero no estaba presente? ¿Era imposible ganarse su aprobación? ¿Estaba ausente de su vida o lo maltrataba? ¿Lo conoce? ¿Qué rasgos del carácter de su padre terrenal ha proyectado inconscientemente en el Padre Celestial?

Como hombres cristianos, la realidad es que nuestra forma de ser cobra una importancia aún mayor cuando intentamos ser ejemplos de comportamientos piadosos para quienes nos rodean. Representamos el corazón de Dios como Padre ante nuestras esposas, hijos, compañeros de trabajo y aquellos con quienes interactuamos.

Con esto en mente, debemos respondernos esta inquietante pregunta: ¿estamos representando fielmente el corazón de Dios? Mi padre distorsionó terriblemente la imagen de Dios, así que crecí sin tener una comprensión clara de cómo debería ser un buen padre. Era consciente de la gran brecha que existía entre la vida que había presenciado tanto en él como en otros hombres de mi entorno y la vida que las Escrituras nos llaman a vivir, llevándome esto a buscar el corazón paternal de Dios. Sentía arder en mí, como fuego en los huesos, la

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responsabilidad de repre¿Estamos representando sentar a Dios con exactifielmente el corazón de tud frente a mi esposa, mis Dios? hijos y quienes entraban en contacto conmigo. ¿Estamos representando fielmente el corazón de Dios?

Un día, mientras leía el Antiguo Testamento, noté un patrón entre muchos de los reyes considerados buenos. Amaban a Dios con todo su corazón, pero muchos de sus hijos tomaron malos caminos y le desobedecieron, lo cual resultaba confuso y aterrador. Asimismo, otro patrón se hizo evidente a medida que continuaba mi investigación: en sus reinos, muchos de estos reyes permitían la adoración en lugares altos o participaban en ella. Estos sitios eran dedicados a los dioses paganos. Por lo tanto, esta conducta tuvo como consecuencia que estos hijos no lograran ver el corazón de sus padres ni percibir su devoción interna hacia Dios. Todo lo que veían eran sus comportamientos externos, acciones que, en última instancia, les enviaban un mensaje confuso respecto a la devoción de sus padres a Dios.

Esto me impactó profundamente cuando estaba a punto de ser padre. Me embarcó en un viaje para buscar y entender plenamente las palabras que Felipe le dijo a Jesús: “Muéstranos al Padre” (Juan 14:8–9). A lo que Jesús respondió: “[Cualquiera] que me ha visto a mí ha visto al Padre”. Esto me instó a buscar verdaderamente el corazón paternal de Dios.

Cuando emprendí este camino, mi meta era ser todo lo contrario a mi padre terrenal. Quería ser el mejor esposo y padre posible. Sin embargo, lo que descubrí en este proceso fue que buscar el diseño de Dios para la masculinidad no me haría un hombre mejor.

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Con esto en mente, lo invito a que no vea este texto como un libro de autoayuda. El propósito es conocer de manera vivencial el corazón paternal de Dios. La meta de esta búsqueda es manifestar Su corazón en nuestra vida diaria, para que aquellos con los que interactuamos lo perciban. No se obsesione con los frutos, concéntrese en buscar la raíz y, como resultado natural de este esfuerzo, se convertirá en un mejor esposo, padre, discípulo y ser humano.

En el transcurso de este proceso comprendí que como padre tengo una triple responsabilidad: ser un Portador de la Imagen del Padre, un discípulo de Jesús y la Esposa de Cristo.

Como padre, mi deber es modelar los principios bíblicos, brindar apoyo a través de la afirmación y disciplinar de manera apropiada a mis hijos. Así pues, a medida que continuaba mi búsqueda, le pedí a Dios que me revelara más acerca de Su naturaleza y me guiara en cómo desempeñar el rol de padre de la misma manera en que Él lo hace conmigo.

Si nunca ha experimentado plenamente a Dios como Abba ni conocido Su corazón paternal, este estudio le servirá de guía para que pueda entender a Dios como su papá, permitiéndole reflejar con autenticidad Su corazón frente a todos los que lo rodean. A medida que ahondemos en estos conceptos, exploraremos cómo vivir una vida de discipulado y entenderemos lo que implica ser la Novia de Cristo. Hasta que no i­nteriorice estas verdades, no experimentará una liberación genuina de una visión distorsionada de Dios. Descubrir la auténtica imagen de Abba Padre le abrirá las puertas a la libertad. ¡La libertad comienza AHORA! Bendiciones en su camino.