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2 La primera promesa

La primera promesa

Había una vez una época en la que no existía el tiempo. Solo estaba Dios. Él ha sido Dios desde antes de que existiera el tiempo. Es más, ¡Él mismo lo creó! Dios hizo todas las cosas. ¿Cómo pasó esto?

Dios era bueno, y sabía lo que sería bueno. Sabía cómo crear y cómo hacer cosas vivas que disfrutaran de Él y que Él también pudiera disfrutar. Así que eso fue lo que hizo.

Al principio, todo estaba oscuro y lleno de nada. Entonces, Dios dijo: «¡Que haya luz!». ¿Y adivina qué? Hubo luz. Eso fue lo único que hizo falta para crear luz para todo el universo. Dios lo dijo, y sucedió. Porque Él lo dijo. Ahora bien, no sabemos exactamente cómo dijo esas palabras… si las gritó o si las susurró, si habló en voz bajita o con su voz de «aire libre». Pero sabemos que Dios es tan poderoso y tan bueno que puede hacer el mejor de los mundos con las palabras más suaves. Su poder no tiene por qué ser gritado para funcionar, y Sus promesas no tienen por qué ser ruidosas para ser ciertas.

Cuando hizo la luz, la llamó «día», y a la oscuridad, la llamó «noche». Fue bueno que hubiera día y noche. Sin embargo, como es un Dios creativo, quería más que día y noche para el mundo que amaría. Quería tierra y mares y estrellas y peces y aves y bestias. Y también quería personas.

Dios hizo todas estas cosas con Su palabra. Puso los océanos en los lugares justos para darle agua a la tierra, pero no demasiada agua. Les dijo a los océanos dónde tenían que quedarse, y allí se quedaron, obedeciendo las palabras de Dios.

Después de hacer el día, la noche y el cielo, Dios llamó a las aguas a moverse para que apareciera tierra seca, y así fue; y quedaron formados la tierra y el mar. A continuación, dijo que el suelo produjera vegetales y fruta, y así fue. Dios sabía que estaba a punto de crear seres vivos que necesitarían tierra donde caminar y alimento para comer.

Así que ahora había tierra y un cielo. La tierra tenía plantas y vegetales, pero el cielo estaba vacío… ¡hasta que Dios hizo estrellas para llenarlo! También hizo dos luces especiales; una para reinar sobre el día y una sobre la noche. ¡Dios llenó el agua de peces y animales que nadaban! Peces grandes y peces pequeños. Todos fueron creados en un segundo, solo porque Dios dijo que existieran.

Así como llenó el agua, también llenó el aire. Con Su palabra, ¡hizo aves de toda clase para que volaran por ahí! Aves grandes y pequeñas… y todo fue bueno.

Después llegó el momento en que Dios llenara la tierra de animales. Habló para que la tierra se llenara de criaturas vivas de toda clase y tamaño: ¡vacas, jirafas, perros, hormigas, canguros, pandas, gorilas, gatos, ratones y mucho más! Dios habló y todos estos animales cobraron vida, y fue bueno.

Dios miró para todos lados y supo que lo que había creado era bueno; la tierra y los mares, los cielos y la tierra, las estrellas en el cielo, los peces y las aves, y los animales en el suelo. Pero todavía no había terminado de crear el mundo. Faltaba una parte muy especial de ese mundo.

¿Sabes qué faltaba? ¿Qué no había creado Dios todavía? Es algo que hizo a Su imagen, y eso significa que se parece a Él. ¡Las personas! Primero, hizo un hombre. Pero después de hacer al hombre, se dio cuenta de que no era bueno que existiera solo el hombre. Faltaba algo más. ¡Una mujer! Así que Dios también creó una mujer. Y fue bueno.

El hombre se llamaba Adán y la mujer se llamaba Eva. Dios los amaba muchísimo. De todo lo que había hecho, ¡ellos eran Su creación favorita! Los amaba y les hizo promesas desde el principio. Les dijo que los ponía a cargo de todas las cosas que había en la tierra, y que siempre tendrían el alimento que necesitaran. Les prometió que los cuidaría. Les dio un corazón para conocerlo. ¡Y fue bueno!

—tomado de gÉnesis 1–2

Preguntas ✹ ¿Qué te gusta más de todo lo que Dios creó? ✹ ¿Cómo creó Dios todas las cosas? ✹ ¿Qué fue lo que más le gustó a Dios de lo

que creó?

✹ ¿Qué les prometió Dios a Adán y Eva?

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