Las lucecitas - R.C. Sproul (muestra)

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Las Lucecitas E S C R ITO P O R

R. C. Sproul I LU S T R A D O P O R

Justin Gerard


Para mis amados nietos: Darby, Campbell, Shannon, Delaney, Erin Claire, Maili y Reilly. -R . C . S p r o u l



u

NA NOCHE ,

en una casa de un vecindario tranquilo, un

niño se preparaba para ir a dormir. El nombre del niño era Carlitos Costa. Mientras su mamá lo arropaba, lo

cubrió con mantas para que se sintiera abrigado y cómodo. Ella se arrodilló junto a su cama y oró con él. Luego se puso de pie, se inclinó y lo besó en la frente. Carlitos la miró y le dijo: «Mami, por favor, no olvides encender la lamparita antes de salir de mi habitación». La señora Costa le sonrió y dijo: «No te preocupes, cariño. Me aseguraré de encender la luz. No te dejaré en la oscuridad». Entonces, la madre de Carlitos le dio un último beso, terminó de abrigarlo y encendió la luz de la lamparita junto a su cama. Justo cuando ya estaba lista para irse, Carlitos dijo: «Mami, ¿por qué le tengo miedo a la oscuridad?». Ella le dijo: «Esa es una pregunta difícil de responder, Carlitos. Creo que tendremos que dejar esa pregunta para el abuelo. Él viene mañana a cenar y le podrás preguntar». «Está bien, mami», dijo Carlitos. «Esperaré hasta mañana para preguntarle al abuelo».


Al día siguiente, tal como lo había prometido la mamá de Carlitos, el abuelo vino a cenar. Antes de pasar a la mesa, Carlitos fue y se sentó en las rodillas del abuelo y le dijo: «Abuelito, ¿puedo hacerte una pregunta que realmente me inquieta?». El abuelo sonrió y dijo: «Por supuesto, Carlitos, dime qué te gustaría saber». Carlitos le dijo: «Abuelito, ¿por qué le tengo miedo a la oscuridad? ¿Y por qué tanta gente que conozco parece que también le tiene miedo a la oscuridad?». El abuelo miró a Carlitos y le dijo: «Esa es una muy buena pregunta. Pero, sabes, mucha gente no solo le teme a la oscuridad, hay muchos que también le temen a la luz». «¿Temor a la luz?», dijo Carlitos. «¿Y eso por qué?». El abuelo dijo: «Para que entiendas eso, debo empezar por el principio, de hecho, desde el principio». A Carlitos le encantaba cuando el abuelo le contaba historias. Así que se acurrucó junto a su abuelito y esperó a que él comenzara. El abuelo empezó su historia como siempre lo hacía:



Érase una vez, un gran Rey, que era el Rey de la Luz. Él vivía en la luz. Él hizo la luz y su luz era tan perfecta y tan pura que fue llamado «el Rey sin sombra». Este gran Rey de la Luz creó un grupo de personas y las hizo de tal manera que pudieran brillar intensamente, tal como Él brillaba. Él las llamó sus pequeñas Lucecitas. Puso a sus Lucecitas en un hermoso jardín que Él preparó para ellas, un jardín que estaba lleno de la luz brillante del sol. El sol inundaba el jardín todos los días y ayudaba a que las flores, las plantas y los frutos crecieran en gran abundancia. La luz brillante del sol ayudaba a mantener calentitos a todos los que estaban en el jardín. A las Lucecitas les gustaba que el Rey las visitara al final del día.



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