PANORAMA DEL ANTIGUO TESTAMENTO
PAUL R. HOUSE Y ERIC A.MITCHEL
Panorama del Antiguo Testamento
Copyright © 2024 por Paul R. House y Eric A.Mitchel Todos los derechos reservados. Derechos internacionales registrados.
B&H Publishing Group Brentwood TN, 37027
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Clasificación Decimal Dewey: 221.6
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ISBN: 978-1-0877-8497-7
Impreso en China
1 2 3 4 5 * 27 26 25 24
DEDICACIÓN (PAUL)
A Jim Dixon Pastor, profesor, autor y amigo.
DEDICACIÓN (ERIC)
A Nancy, mi esposa y mejor amiga.
CONTENIDO
del estudio 1
Parte I: La Ley (Torá)
Capítulo 1:Génesis: Creación, corrupción y pacto31
Génesis 1:1–11:9: Creación, corrupción y pacto33
Génesis 11:10–50:26: Los planes redentores de Dios a través de la familia de Abraham 45
Capítulo 2:Éxodo a Levítico: Pacto y comunidad 73
Éxodo 1–4: La esclavitud de Israel y el llamado de Moisés 79
Éxodo 5–19: El éxodo de Israel 82
Éxodo 20–24: El corazón del pacto de Dios con Israel 95
Éxodo 25–31: Instrucciones sobre el tabernáculo y los sacerdotes 104
Éxodo 32–34: Ruptura y renovación del pacto 106
Éxodo 35–40: Construcción del tabernáculo 109
Levítico 1–7: Sacrificios para perdonar los pecados 110
Levítico 8–10: Sacerdotes para el culto del pacto 112
Levítico 11–15: Limpio e impuro 114
Levítico 16: El sacrificio integral 116
Levítico 17–26: Llegar a ser un pueblo santo 117
Levítico 27: Devoción a Yahvéh 120
Capítulo 3: Números a Deuteronomio: La promesa de la tierra se retrasa 121
Números 1–10: Salida del Sinaí 123
Números 11–20: Rechazo de la tierra prometida125
Números 21–36: Un nuevo pueblo para la tierra 132
Deuteronomio 1–4: La tierra y la relación de Dios con Israel en el pasado 133
Deuteronomio 5–11: Reglas básicas para poseer la tierra 136
Deuteronomio 12–26: Reglas específicas para poseer la tierra 137
Deuteronomio 27–28: Beneficios y consecuencias del pacto 139
Deuteronomio 29–33: Aceptando el pacto 141
Deuteronomio 34: La muerte de Moisés 143
Parte II: Los antiguos profetas
Capítulo 4:Josué: Dios da la tierra
149
Josué 1–12: La conquista de la tierra prometida 153
Josué 13–22: La tierra prometida dividida 161
Josué 23–24: Renovación del pacto 163
Capítulo 5:Jueces: Caos en la tierra prometida 167
Jueces 1:1–2:5: Las raíces del caos 173
Jueces 2:6–16:31: La elección de vivir en el caos 174
Jueces 17–21: Las consecuencias de vivir en el caos 192
Capítulo 6: 1 y 2 de Samuel: Un reino en la tierra prometida 197
1 Samuel 1–7: El ministerio de Samuel 199
1 Samuel 8–15: Saúl, el primer rey 204
1 Samuel 16–31: El ascenso de un nuevo rey 208
2 Samuel 1–10: David construye un reino 220
2 Samuel 11–19: El pecado de David y sus consecuencias
227
2 Samuel 20–24: Los últimos años de David 231
Capítulo 7:1 y 2 de Reyes: Perdiendo la tierra
235
1 Reyes 1:1–12:24: Auge y caída de Salomón 239
1 Reyes 12:25–15:34: Auge y caída de la familia de Jeroboam 254
1 Reyes 16:1–2 Reyes 10:36: Auge y caída de la familia de Omri 260
2 Reyes 11–17: Decadencia y caída de Israel 276
2 Reyes 18–25: Decadencia y caída de Judá 284
Parte III: Los últimos profetas
Capítulo 8:Isaías: Profeta del pecado y de la salvación
303
Isaías 1–4: La ciudad impía y la gloriosa Sion308
Isaías 5–12: La viña arruinada y los pozos de la salvación 314
Isaías 13–27: Las naciones impías y los pueblos resucitados
Isaías 28–35: Efraín orgulloso y el remanente jubiloso
318
322
Isaías 36:1–56:8: Invasores extranjeros y adoradores extranjeros 324
Isaías 56:9–62:12: Vigilantes ciegos y redimidos en Sion 332
Isaías 63:1–66:24: Nadie que ayude y siervos de Yahvéh 334
Capítulo 9:Jeremías: Profeta del castigo y del nuevo pacto 337
Jeremías 1: Una introducción 341
Jeremías 2–29: Rebelión contra Dios 348
Jeremías 30–33: Restauración y nuevo pacto 360
Jeremías 34–51: El castigo de Judá y las naciones364
Jeremías 52: Jerusalén en ruinas 369
Capítulo 10: Ezequiel: Profeta de la presencia de Dios y de la restauración de Israel 371
Ezequiel 1–3: El llamado del profeta y la presencia universal de Yahvéh 375
Ezequiel 4–24: Mensajes sobre Judá 376
Ezequiel 25–32: La perdición de las naciones 382
Ezequiel 33–48: Visiones de la restauración 383
Capítulo 11:El Libro de los Doce: La profecía en concierto 389
Oseas: El pacto de Israel adulterado 392
Joel: La urgente necesidad de arrepentimiento 396
Amós: Profeta de la justicia 399
Abdías: La animosidad de Edom contra Judá 406
Jonás: La animosidad de Israel y el amor de Dios por Asiria 409
Miqueas: Fracaso en escuchar y obedecer 416
Nahúm: Nínive y el castigo de Asiria 421
Habacuc: Juicio para Judá y Babilonia 425
Sofonías: Juicio para todas las naciones 428
Hageo: Restauración del templo 432
Zacarías: Restauración de Jerusalén 437
Malaquías: Restauración del pueblo 445
Parte IV: Los Escritos
Capítulo 12:Salmos: Cómo adorar al Dios vivo 453
Salmos 1–41: Adorar a Dios cuando los enemigos atacan 462
Salmos 42–72: La adoración y la próxima generación466
Salmos 73–89: Las consecuencias de que las generaciones posteriores rechacen una herencia de culto piadoso 469
Salmos 90–106: Adoración y resistencia paciente 471
Salmos 107–150: Adoración y restauración 473
Capítulo 13: Job: Cómo afrontar las pruebas y las dudas de la vida 479
Job 1–2: La prueba de Job 483
Job 3–31: Diálogos de Job con Elifaz, Bildad y Zofar 487
Job 32–37: Monólogo de Eliú 493
Job 38:1–42:6: La respuesta de Dios 495
Job 42:7–17: Reconciliación, sanidad y restauración 497
Capítulo 14:Proverbios: Cómo crecer en sabiduría 499
Proverbios 1–9: Elegir la sabiduría, evitar la insensatez 503
Proverbios 10:1–22:16: Cómo llegar a ser un «hijo» recto 506
Proverbios 22:17–24:34: Sostener la sabiduría y la justicia 509
Proverbios 25–29: Cómo convertirse en un líder sabio y recto 511
Proverbios 30: El peligro para la sabiduría que crea el orgullo 512
Proverbios 31: Cómo elegir una pareja sabia 513
Capítulo 15:Rut: Cómo superar las dificultades personales 515
Rut 1: El dolor de Noemí 518
Rut 2: Destellos de esperanza 519
Rut 3:1–4:17: El pariente redentor y la comunidad acogedora 521
Rut 4:18–22: Los antepasados de David 524
Capítulo 16: Cantar de los Cantares: Cómo celebrar el amor 525
Cantar de los Cantares 1:1–2:2: Primeras expresiones de amor 528
Cantar de los Cantares 2:3–3:11: El deseo de estar juntos 528
Cantar de los Cantares 4:1–5:1: Más declaraciones de afecto 528
Cantar de los Cantares 5:2–6:3: Más anhelo de amor530
Cantar de los Cantares 6:4–7:9: Elogios finales por su belleza 530
Cantar de los Cantares 7:10–8:14: El deseo de estar juntos permanentemente 531
Capítulo 17:Eclesiastés: Cómo encontrar sentido a la vida 533
Eclesiastés 1–6: Reverenciar a Dios y saborear Sus dones 537
Eclesiastés 7:1–12:8: La sabiduría es mejor que la necedad 541
Eclesiastés 12:9–14: Palabras de verdad 542
Capítulo 18:Lamentaciones: Cómo llorar y arrepentirse 543
Lamentaciones 1: La solitaria tristeza de Jerusalén 547
Lamentaciones 2: La ira justificada de Dios 549
Lamentaciones 3: La constante fidelidad de Dios 549
Lamentaciones 4: Las piedras santas yacen esparcidas 550
Lamentaciones 5: Yahvéh, restáuranos 550
Capítulo 19:Ester: Cómo sobrevivir en el exilio 553
Ester 1:1–2:20: Ester se convierte en reina 558
Ester 2:21–7:10: Las batallas de Mardoqueo con Amán 560
Ester 8:1–9:32: La liberación y la fiesta de Purim 562
Ester 10:1–3: Paz y prosperidad 564
Capítulo 20: Daniel: Cómo mantener una fe distintiva en el exilio 565
Daniel 1–6: Manteniendo una fe distintiva en el exilio 572
Daniel 7–12: Visiones de dolor futuro y triunfo578
Capítulo 21:Esdras a Nehemías: Cómo reconstruir 583
Esdras 1–6: Retorno y primeros esfuerzos de reconstrucción 589
Esdras 7–10: La reconstrucción de la vida espiritual de Israel 593
Nehemías 1–7: Reconstrucción de Jerusalén 596
Nehemías 8–13: Reconstrucción del pacto de Israel con Dios 599
Capítulo 22: Crónicas: Cómo entender y aplicar la Palabra de Dios para renovarse 601
1 Crónicas 1–9: El reinado de Dios sobre la historia desde la Creación hasta Saúl 604
1 Crónicas 10–29: El reinado de David y las promesas de Dios a David 605
2 Crónicas 1–9: El reinado de Salomón 607
2 Crónicas 10–36: División, caída y renovación 607
Índice de temas 613
Índice de Escrituras 633
AGRADECIMIENTOS
Hace tres décadas, Paul trabajó con Trent Butler y su equipo en la primera edición del Panorama del Antiguo Testamento. Trent era un consumado estudioso del Antiguo Testamento, un editor servicial y una persona absolutamente amable. Enseñó mucho a Paul. El libro sirvió a muchos profesores y alumnos, por lo que Paul le está muy agradecido. Cuando llegó el momento de la segunda edición, Paul reclutó a Eric como coautor del volumen. Eric añadió importante material histórico y aportó ideas extraídas de su propio trabajo como profesor, escritor y arqueólogo de campo. Tanto Paul como Eric se alegraron de que el libro sirviera de ayuda a pastores, estudiantes y laicos de diversos ámbitos. Para esta tercera edición, Paul ha reescrito varias secciones, basándose en sus investigaciones y escritos realizados desde que apareció la segunda edición hace quince años. Eric ha proporcionado información histórica adicional, y ha seleccionado mapas y gráficos fotográficos basados en sus extensos viajes por Oriente Medio. Paul agradece a su esposa, Heather, su apoyo incondicional y su ayuda en la edición del manuscrito. Agradece a sus familiares David y Dawn Oldfield, Roy y Lee House, Suzanne Kingsley, Sunday Monson, Joel House y Molly Spence por sus ánimos, y a Sarah House (19642022) por su ejemplo. De igual manera a la Beeson Divinity School por su sólida financiación del programa de desarrollo del profesorado y
por ser un hogar académico bueno y colegial. También agradece a Scott Hafemann, Ben Mitchell, Richard Bailey, Frank Thielman, Josh Turner, Robert Smith, Wendell Berry y Tyshawn Gardner su amistad durante la redacción del libro. Por último, agradece a Jim Dixon, su viejo amigo, que ahora lucha contra una enfermedad con tanta valentía como predicó la Palabra de Dios durante más de cuarenta años.
Eric está agradecido a su mujer, Nancy, por su apoyo y ayuda en la vida. Hace años, durante sus estudios de doctorado, Eric fue el profesor de Paul. Con los años, Paul ayudó a Eric a conseguir su primer puesto de profesor, y ha sido un guía, alentador, mentor y amigo. Eric agradece la amistad de Paul. Da las gracias al Southwestern Seminary por proporcionarle un permiso sabático para trabajar en el libro. También da las gracias a Craig Mitchell, Kevin Kennedy, Berry Driver y Archie England por su amistad durante este último año mientras escribía.
Por estas y otras gentilezas, estamos muy agradecidos.
Paul House y Eric Mitchell
MAPAS
La campaña de Sisac y las líneas de defensa de
La provincia de Judá y los enemigos de Nehemías en el siglo V a. C.
ILUSTRACIONES
IMÁGENES
Tumba de Artajerjes I
Tumba
DINICIO DEL ESTUDIO
Introducción
urante siglos, el judaísmo y el cristianismo consideraron las Escrituras hebreas un cuerpo unificado de literatura. Tenían en cuenta los diversos escenarios históricos y tipos de literatura de los libros. Sin embargo, también reconocían la conexión entre los acontecimientos históricos, los personajes y los temas. Desde los primeros tiempos, los cristianos llamaron a estos libros el Antiguo Testamento. Creían que el Antiguo Testamento desembocaba de forma natural en el Nuevo Testamento. La clave de esta conclusión era su convicción de que Jesucristo es el Mesías Salvador que prometió el Antiguo Testamento. Durante los dos últimos siglos se ha insistido en la diversidad del Antiguo Testamento. Por ejemplo, a menudo se enseña a los niños que la Biblia no es un solo libro, sino muchos libros. Los grupos de jóvenes suelen estudiar solo pequeñas partes de la Biblia. A los universitarios y seminaristas se les enseña a analizar pasajes y libros aislados del resto de la Escritura. Por lo tanto, muchas personas tienen poca idea de la totalidad de la Biblia. Pocas personas saben cómo encajan determinados relatos en el conjunto de la historia. Este libro hace hincapié en la unidad del Antiguo Testamento. Destaca los personajes, la trama, la estructura, los temas y los detalles históricos que relacionan los libros. Se centra en el contenido del Antiguo Testamento para que los lectores
sepan lo que ocurre en el texto. Las controversias entre eruditos desempeñan un papel secundario. Una vez que los alumnos comprenden el contenido del Antiguo Testamento, estarán preparados para estudios más avanzados.
Una aproximación
Cada estudio del Antiguo Testamento tiene un método guía. Algunos destacan los temas principales. Otros se centran en el trasfondo histórico. Algunos tratan los libros en el orden en que aparecen en las Biblias actuales. Para los cristianos debería ser lógico estudiar la Biblia hebrea como lo hicieron los escritores del Nuevo Testamento.
La única Escritura de Jesús y Sus discípulos era el Antiguo Testamento. Leían o escuchaban el mismo material que se encuentra en las Biblias actuales. Los escritores del Nuevo Testamento creían que Dios inspiró a los escritores del Antiguo Testamento (2 P. 1:16-21). El Antiguo Testamento guiaba sus creencias y acciones (2 Ti. 3:16). La Biblia hebrea se dividía en tres partes: Ley, Profetas y Escritos (Mt. 23:35; Lc. 24:44). Los Profetas se dividen en dos secciones, los Profetas Anteriores y los Profetas Posteriores. Este libro utilizará la misma estructura. Obsérvese cómo la secuencia de los libros en la Biblia hebrea difiere de las Biblias actuales:
Orden de los libros de la Biblia hebrea
Ley Profetas Escritos
Génesis Primeros Salmos
Éxodo Josué Job
Levítico
JuecesProverbios
Números Samuel Rut
Deuteronomio Reyes Cantar de los Cantares
Últimos Eclesiastés
Isaías Lamentaciones
Jeremías Ester
Ezequiel
Daniel
Ley Profetas
Escritos
Los Doce (Oseas–Malaquías) Esdras
Nehemías
Crónicas
Algunas diferencias claves son evidentes. Rut, Ester, Esdras, Nehemías y 1 y 2 Crónicas no están con las demás obras históricas. Daniel no está entre los Profetas. Lamentaciones no está con Jeremías. Además, 1 y 2
Samuel cuentan como un solo libro, al igual que 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas, y los doce profetas menores, que juntos se llaman el Libro de los Doce. El contenido total es el mismo. Lo que los lectores ganan siguiendo el orden hebreo de los libros es un mayor sentido de la unidad del Antiguo Testamento.
Seguir el orden hebreo de los libros muestra su unidad de varias maneras. En primer lugar, el lector aprende los acontecimientos básicos de la historia de Israel desde la creación hasta la caída de Jerusalén en Génesis hasta 2 de Reyes. Por tanto, todos los libros siguientes tienen un contexto histórico al que el lector puede remitirse. En segundo lugar, el estudiante se da cuenta que de Josué a Malaquías interpretan la historia de Israel de una manera particular. Los Profetas presentan un mensaje unitario. En tercer lugar, el alumno observa cómo los Escritos comentan cómo vivían las personas fieles en las diversas situaciones históricas de Israel.
En otras palabras, la secuencia de la Biblia hebrea muestra lo que le ocurrió a Israel y al mundo, por qué ocurrió y cómo respondieron los creyentes. Cuando se examina el Antiguo Testamento en este orden, se hace más evidente el modo en que la historia, la teología y la fe se conjugan en las Escrituras. Los autores del Nuevo Testamento interpretaron el Antiguo Testamento de esta manera unificada.
Aspectos literarios del estudio
Ninguna obra literaria, sagrada o profana, puede entenderse a menos que los lectores conozcan algunos de sus detalles básicos. Los personajes y la
trama son los puntos de partida de todo buen análisis literario. Los personajes y la trama también existen en contextos históricos concretos. Los temas y los símbolos añaden orden y significado a los argumentos. Los distintos tipos de literatura funcionan de maneras diferentes. Un conocimiento básico de estos aspectos del Antiguo Testamento ayudará a los estudiantes principiantes.
Caracterización
Analizar a los personajes significa algo más que anotar quién aparece en una historia o un poema. Una vez identificados los personajes, el lector debe determinar más cosas sobre ellos. ¿El personaje es positivo o negativo? ¿Influye poco o mucho en lo que sucede? ¿Cuáles son los motivos del personaje? ¿Qué dicen otros personajes del personaje en cuestión? ¿Concuerdan las acciones y las palabras del personaje? Estas y otras preguntas sobre los personajes del Antiguo Testamento ayudan al lector a percibir la importancia de cada uno de ellos. Normalmente, los personajes que más influyen en la trama son los más significativos de la historia.
Argumento
El argumento es lo que ocurre en una historia y por qué. Los buenos argumentos están formados por las acciones, las ideas y los conflictos de los personajes. Los buenos argumentos están ordenados de forma lógica. Los acontecimientos por sí solos no conforman un argumento. Los motivos y las explicaciones determinan el argumento. Por ejemplo, la salida de los israelitas de Egipto (Ex. 1) cuenta una historia, pero el hecho de que Dios los liberara revela un argumento. Los argumentos siempre tienen un clímax (por lo general un discurso o acontecimiento), que es la idea central del autor o el punto de enseñanza para instruir al lector. Los argumentos suelen ser cómicos o trágicos. Los trágicos comienzan con esperanza, pero terminan con tristeza. Por ejemplo, el fracaso de Israel en su intento de entrar en la tierra prometida (Nm. 13–19) es un
relato trágico. Los argumentos cómicos no son necesariamente divertidos o satíricos. Cuando los estudiosos de la literatura dicen que un argumento es «cómico», quieren decir que la historia tiene un final positivo.
Todo puede parecer negativo a mitad de la historia, pero los problemas se resuelven al final. El ascenso de David al trono de Israel a pesar del odio de Saúl (1 S. 16–2 S. 4) representa un argumento cómico. Saber si un argumento es cómico o trágico es vital para entender las historias del Antiguo Testamento.
Temas y teología
Localizar los temas en la literatura ayuda a los lectores a comprender el propósito de los personajes y los argumentos. La razón por la que ciertos relatos aparecen en las Escrituras puede explicarse a menudo por el tema general de un libro. Por ejemplo, el tema principal de Jueces es: «En aquellos días no había rey en Israel. Cada uno hacía lo que le parecía bien» (Jue. 17:6; 21:25). Por lo tanto, el autor incluye muchos sucesos que pueden escandalizar o repugnar a los lectores.
Muchos estudiantes temen la palabra teología. Estudiar teología puede llegar a ser complicado. Sin embargo, en su nivel más básico, la teología identifica y estudia los grandes temas bíblicos relacionados con Dios y los seres humanos. Cuando los lectores empiezan a localizar los grandes temas en el Antiguo Testamento, están haciendo teología básica. Por ejemplo, ver que Isaías hace hincapié en la salvación es un primer paso para definir la salvación en el Antiguo Testamento.
Símbolos
Los símbolos son imágenes, palabras o frases que representan algo más allá de sí mismos. Los símbolos apuntan a un significado o realidad más profundos o amplios. El templo representa la presencia de Dios entre Israel. Ezequiel utiliza una visión de huesos secos (Ez. 37:1-14) para ilustrar la renovación de Israel. La esposa de Oseas, Gomer, le es infiel. Oseas
afirma que Israel es igual de infiel a Dios (Os. 1–3). Los símbolos dan vida a los temas. Desafían a los lectores a imaginar y reflexionar sobre un mensaje.
Prosa
La prosa está orientada a la acción. Presenta los acontecimientos y su importancia. Llega al meollo de las cosas. Los libros que tienen un punto de partida y de llegada fijo, como Samuel y Reyes, se adaptan mejor a la prosa, ya que relatan acciones y acontecimientos concretos.
La prosa procede de forma lógica, normalmente secuencial. Independientemente de que el texto describa la vida de un individuo, una tribu o una nación, la prosa tiene un principio, un nudo y un desenlace. El autor puede comentar por qué suceden los hechos, pero siempre basándose en la propia historia. Cada historia tiene elementos únicos que la hacen creativa y artística.
Poesía
Cada sección principal (Ley, Profetas o Escritos) del Antiguo Testamento contiene poesía. Los Profetas y los Escritos son los que más utilizan la poesía. Los poetas del Antiguo Testamento escriben sermones, canciones, visiones, quejas y predicciones. La poesía hebrea es flexible.
La poesía hebrea rara vez utiliza la rima. Las estrofas no aparecen inmediatamente en muchas Biblias impresas. El ritmo de la poesía hebrea no siempre sigue un patrón fijo. Esto la diferencia de gran parte de la poesía tradicional griega, romana, italiana e inglesa. Sin embargo, la poesía del Antiguo Testamento tiene su propio patrón y utiliza imágenes, juegos de palabras y otros recursos poéticos.
Los poetas del Antiguo Testamento dan forma a sus obras mediante patrones de pensamiento y sentido. La poesía hebrea combina ideas paralelas en versos consecutivos. Dos versos pueden decir básicamente lo mismo o cosas casi opuestas. A menudo, varias líneas trabajan juntas para
presentar una imagen o un mensaje. En el Antiguo Testamento aparecen al menos tres tipos de poesía: sinónima, antitética y sintética.1
En la poesía sinónima, dos versos sucesivos dicen prácticamente lo mismo, como en Salmo 3:1:
¡Oh Señor, cómo se han multiplicado mis adversarios!
Muchos se levantan contra mí. (NBLA)
Las dos líneas juntas ponen de manifiesto la desesperada situación del escritor.
Proverbios 19:4 ilustra la poesía antitética, en la que dos versos sucesivos exponen ideas opuestas:
Las riquezas traen muchos amigos; Mas el pobre es apartado de su amigo.
Aunque las frases son opuestas, ambas muestran la importancia relativa de la riqueza.
Dado que la poesía sintética utiliza normalmente muchos versos, no se citará un ejemplo. Pasajes como Sofonías 1:14-16; Joel 1:1-20 y Salmo 139:1-6 ilustran ese tipo de poesía. Una sucesión de versos, imágenes y temas dan forma a estos poemas.
Al igual que la poesía de otras naciones, el verso hebreo es reflexivo. La presentación de acontecimientos concretos da paso a afirmaciones creativas sobre los mismos. Por ejemplo, 2 Reyes 24–25 describe la caída de Jerusalén, mientras que el libro de las Lamentaciones ofrece una desgarradora respuesta rítmica a esa catástrofe.
La poesía se tratará más adelante en el libro, por lo que no es necesario dominar ahora todos sus aspectos. Sin embargo, la poesía aparece ya en el Génesis, por lo que una cierta comprensión de sus principios ayudará inmediatamente al lector principiante. La apreciación tanto de la
1 Robert Lowth describió estas categorías en sus Lectures on the Sacred Poetry of the Hebrews (1753; repr., Andover, MA: Codman, 1829).
prosa como de la poesía crecerá a medida que el estudiante perspicaz se encuentre con ambas en el Antiguo Testamento.
Aspectos históricos del estudio 2
Aunque este libro se centra en el contenido literario, incluye cuestiones históricas. Al fin y al cabo, gran parte de la trama del Antiguo Testamento se desarrolla a partir de importantes acontecimientos históricos. Acontecimientos como el éxodo, la entrada en la tierra prometida y la destrucción de Jerusalén contribuyen a dar forma a toda una serie de libros. Por lo tanto, aparecerán explicaciones de fechas, costumbres y líderes clave. Es de esperar que los lectores aprendan a apreciar el modo en que el Antiguo Testamento interactúa con su rico entorno antiguo.
Los textos escritos más antiguos que se conocen en la actualidad proceden de Egipto y Sumeria (véase el mapa de la p. 21) y datan del 3100 a. C., aproximadamente. Tanto la Biblia como la investigación científica indican que la gente existía, utilizaba herramientas, cazaba, criaba animales y practicaba la agricultura antes del 3100 a. C. Sin embargo, no existen textos anteriores a esta fecha. En comparación, Moisés escribió los primeros libros de la Biblia hacia 1446 a. C. Incluyó materiales
2 Para esta sección véase: John Bright, A History of Israel, 4ª ed. (Louisville: Westminster/John Knox, 2000); Eugene H. Merrill, Kingdom of Priests: A History of Old Testament Israel (Grand Rapids: Baker, 1997); Alfred J. Hoerth, Gerald L. Mattingly y Edwin M. Yamauchi, eds., Peoples of the Old Testament World (Grand Rapids: Baker, 1998); Peter A. Clayton, Chronicle of the Pharaohs (Londres: Thames & Hudson, 1994); Charles F. Ailing, Egypt and Bible History: From Earliest Times to 1000 B.C. (Grand Rapids: Baker, 1981); Edwin M. Yamauchi, Persia and the Bible (Grand Rapids: Baker, 1990); Edwin M. Yamauchi, «Political Background of the Old Testament», en Foundations for Biblical Interpretation, ed. David Dockery et al. David Dockery et al. (Nashville: B&H, 1994); Walter C. Kaiser Jr., A History ofIsrael: From the Bronze Age through the Jewish Wars (Nashville: B&H, 1998). Véase también John Baines y Jaromir Malek, Atlas of Ancient Egypt (Nueva York: Andromeda Oxford Limited, 1980); Kenneth A. Kitchen, On the Reliability of the Old Testament (Grand Rapids: Eerdmans, 2003).
Tienda beduina y rebaño en Siria: estilo de vida de los patriarcas.
relacionados con los orígenes humanos y la historia primitiva de Israel. Los escritores bíblicos posteriores avanzaron la historia otros mil años. El Antiguo Testamento contiene algunos de los tratamientos más antiguos y organizados de los acontecimientos humanos que se conocen.
La Biblia no es técnicamente un «libro de historia» en el sentido en que utilizamos este término hoy en día. Sin embargo, sus autores relatan acontecimientos, acciones, palabras y hechos del pasado con precisión. A menudo citan fuentes antiguas.3 Es importante tener en cuenta que los escritores de la Biblia creen en Dios y en Su bondadoso gobierno sobre la creación. Algunos lectores pueden preguntarse si la Biblia puede ser exacta, si sus autores tienen esta convicción fundamental. En respuesta, no existe un historiador puramente objetivo. Todo escrito histórico se basa en las creencias fundacionales y los principios metodológicos del autor. Ningún escritor parte de una pizarra moral o interpretativa en blanco a la hora de escribir. Esto no les hace indignos de confianza. Los
3 Como el Libro de Jasar (Jos. 10:13); el Libro de las Guerras del Señor (Nm. 21:14); el Libro de las Crónicas de los Reyes de Israel (1 R. 14:19); y el Libro de las Crónicas de los Reyes de Judá (1 R. 15:7).
lectores justos y cuidadosos examinan y sopesan las pruebas. No dan por sentado que un autor no es de fiar. Los escritores son justos y cuidadosos y hablan abiertamente de sus métodos. Los autores de este libro de texto son cristianos. Afirmamos la plena veracidad (inerrancia) y fiabilidad (infalibilidad) de la Biblia. Hemos considerado otras alternativas a los puntos de vista que expresamos. Tras años de estudio, hemos llegado a la conclusión de que la Biblia utiliza principios históricos sólidos. Hemos comprobado que hay buenas razones para afirmar lo que dice la Biblia sobre cuestiones históricas y que hay buenas razones para utilizar una investigación histórica sólida al estudiar la Biblia.
Muchos pueblos distintos poblaban las tierras que menciona el Antiguo Testamento. Por lo tanto, en aquella época florecieron muchas lenguas, religiones, morales y costumbres diferentes. Al mismo tiempo, la proximidad física de los vecinos, combinada con un amplio comercio por tierra y mar, dio lugar a varias similitudes. Entre ellas estaban la lengua, la religión y las costumbres legales. Israel vivió entre estos grupos e interactuó con ellos durante siglos. A pesar de estas similitudes, las diferencias son notables. La religión, la cultura y los códigos legales israelitas los diferenciaban de sus vecinos. Los autores del Antiguo Testamento utilizaron estas similitudes y diferencias al describir la relación de Dios con Israel y con otras naciones.
Comparar estas similitudes y diferencias puede ayudar a los lectores de dos maneras. En primer lugar, observar los rasgos comunes arroja luz sobre la lengua, la cultura y las costumbres del Antiguo Testamento. En segundo lugar, conocer las diferencias pone de relieve a los hebreos como un pueblo distintivo llamado y apartado por Dios. Ambas cosas ayudan a enfocar el pueblo y el mensaje del Antiguo Testamento. Los escritores del Antiguo Testamento eran personas de carne y hueso con un mensaje vital para su tiempo y para hoy. Seis grandes grupos étnicos fueron los que más influyeron en la historia bíblica del pueblo hebreo: los asirios, los babilonios, los egipcios, los cananeos, los arameos (sirios) y los persas. Estos grupos se extendieron por el Creciente Fértil. Este término se
refiere a la franja en forma de media luna de tierra agrícola abundante que se extiende desde Egipto hacia el norte hasta Siria y hacia el sur a través de Mesopotamia.
Asiria y Babilonia
Los asirios y los babilonios precedieron a los israelitas por siglos. Sus civilizaciones se desarrollaron en torno a los ríos Tigris y Éufrates. Babilonia estaba en el sur y Asiria en el norte (véase el mapa de la p. 53). Esta región sustentaba una pujante economía agrícola. El modelo político imperante era la ciudad-estado, en la que una gran ciudad dominaba el comercio y los asuntos políticos de las poblaciones locales de una región. Cada ciudad tenía su rey y su deidad protectora. Se trataba de un sistema feudal en el que el rey concedía tierras a los nobles a cambio de apoyo y servicio militar. El pueblo era a menudo como siervos que debían lealtad, impuestos y trabajo al rey a cambio de protección. Con frecuencia, un gobernante y una ciudad alcanzaban la prominencia derrotando a otras ciudades.
Con el tiempo, oleadas de pueblos emigraron a las llanuras fluviales desde las montañas del actual Irán, al este, y de Turquía, al norte. Estos grupos acabaron apoderándose de las ciudades y mezclaron sus formas de gobierno, leyes, lengua y religión con las autóctonas de la región. Los babilonios desplazaron así a los sumerios como gobernantes. Los asirios repitieron este proceso y gobernaron a los babilonios durante varios siglos.
Abraham (c. 2100–2000 a. C.) era semita, descendiente de Sem, hijo de Noé (Génesis 11). Probablemente hablaba un dialecto del acadio o del arameo primitivo. El acadio pertenecía a la familia de las lenguas semíticas y, por tanto, estaba emparentado con el hebreo. Se escribía en cuneiforme en tablillas de arcilla. El cuneiforme era un lenguaje pictográfico (similar al chino moderno) en el que los símbolos representaban palabras, sílabas fonéticas o marcadores gramaticales. La lengua semítica acadia tomó prestados los signos cuneiformes sumerios como forma escrita.
El dialecto mesopotámico del acadio en el sur difería ligeramente del dialecto del norte (en Asiria). Sin embargo, las raíces lingüísticas semíticas
ESTADOS MODERNOS Y LAS ANTIGUAS ELEVACIONES DEL
Lake Nasser Media luna fértil Capitales nacionales Ciudad (nombre actual) Otras ciudades Cima de la montaña Canal Fronteras internacionales actuales
CERCANO ORIENTE Metros Pies 13,120 6,560 1,640 656 (Nivel del mar) 0 4,000 2,000 500 200 0 (Nivel del ma r) Debajo del nivel del mar Debajo del nivel del mar
comunes y la escritura cuneiforme similar permitieron la comunicación verbal y escrita en todo el Creciente Fértil. Las cartas de Amarna, escritas por los gobernantes de las ciudades de Palestina al Faraón egipcio hacia 1390–1350 a. C., demuestran que el acadio era la lengua internacional de la diplomacia y el comercio de la época.
Los babilonios y los asirios basaban sus prácticas religiosas en la veneración a una gran familia de dioses. Estos dioses estaban representados por imágenes de ellos (ídolos). Marduk era el dios supremo en Babilonia. Asur tenía ese papel en Asiria. Los miembros de la familia de estas deidades representaban una porción de la naturaleza. Por ejemplo, Sin era un dios de la luna, Shamash era un dios del sol e Ishtar era la diosa del planeta Venus. Los nombres a veces diferían entre los distintos grupos étnicos, pero el culto y los atributos de las deidades seguían siendo similares (como en los mitos griegos y romanos). El estatus de estos ídolos cambió a lo largo del tiempo con el surgimiento de ciudades-estado competidoras que tenían cada una su propia deidad patrona. Los dioses de los babilonios, asirios, cananeos y sirios pueden haber reflejado la estructura administrativa de la clase dominante, tanto en jerarquía como en atributos.
Los dioses interactuaban de forma similar a la antigua estructura politica de ciudad-estado. Había cuatro niveles de dioses. Los dioses gobernantes se dividían en dos niveles. La deidad suprema, en el primer nivel, representaba al rey. Las otras deidades poderosas, en el segundo nivel, representaban a la nobleza.
Estos dioses se consideraban autónomos, impetuosos, volubles y falibles. El tercer nivel lo formaban los dioses artesanos, que eran proficientes y siempre hacían bien su tarea. Los dioses mensajeros formaban el cuarto nivel; eran enviados a realizar tareas y traían mensajes.4 Las ceremonias religiosas incluían la búsqueda de presagios, la ofrenda de sacrificios y el culto a la prostitución para mejorar la fertilidad. Las oraciones
4 Véase Lowell K. Handy, Among the Host of Heaven: The Syro-Palestinian Pantheon as Bureaucracy (Winona Lake: Eisenbrauns, 1994).
Relieve asirio del asedio de Laquis: cautivos hebreos desollados vivos (izquierda); otros llevados a otro lugar (derecha).
y los sacrificios se ofrecían en templos y en lugares elevados que la Biblia llama «lugares altos». Una familia colocaba ídolos en un santuario de su casa y quemaba incienso ante ellos. Se consideraba que los acontecimientos terrestres reflejaban lo que sucedía en el cielo.
La gente solía vivir en casas de adobe en sus tierras o en una ciudad. Las ciudades se construían alrededor de un templo situado en el centro del pueblo. Cuando Dios llamó a Abraham para que saliera de Ur de los Caldeos y posteriormente de Harán, Abraham no abandonó las zonas desérticas. Dejó centros de población urbana con culturas avanzadas. Asiria y Babilonia dominaron la mayor parte del mundo del Antiguo Testamento en determinados momentos. Ambas controlaban Canaán y Egipto. El Imperio neoasirio dominó el mundo antiguo entre 745 y 612 a. C., pero Asiria había tenido altibajos como potencia regional desde 2300 a. C., aproximadamente. Conquistó y tomó cautivos del reino septentrional de Israel (732, 722, 701 y 670 a. C.) y del reino meridional de
Judá (701 a. C.).5 Judá se convirtió en vasallo de Asiria cuando Acaz solicitó su ayuda durante el conflicto sirio-israelí en el 734 a. C. Su vasallaje duró hasta el 612 a. C. Babilonia fue la mayor potencia del mundo antiguo desde c. 609-539 a. C. Babilonia conquistó Judá y destruyó Jerusalén (c. 587 a. C.). Tanto las fuentes bíblicas como las extrabíblicas narran escenas de cautiverio esclavizante, incluyendo los años 605, 597, 587 y 582 a. C.
Egipto
El antiguo Egipto estaba situado a orillas del Río Nilo. Los egipcios dividían su tierra de dos maneras. Llamaban a la tierra fértil junto al Nilo la «Tierra Negra». Llamaban «Tierra Roja» a los desiertos alejados del Nilo. También llamaban «Bajo Egipto» al norte de Egipto, ya que se encontraba río abajo de la fuente del Nilo. Llamaban «Alto Egipto» al sur de Egipto, porque el Nilo fluía hacia abajo desde su nacimiento en el sur. Egipto se convirtió en una nación unida más o menos al mismo tiempo que surgía la cultura sumeria en Mesopotamia (hacia el 3100 a. C; véase anteriormente).
Algunos de los factores clave que impulsaron el desarrollo de la cultura egipcia fueron los siguientes: (1) un valle fluvial aislado con estaciones regulares de inundación que proporcionaban ricas tierras de cultivo; (2) una multitud de dioses rivales (que representaban a toda la creación desde el Río Nilo hacia el cielo) que debían ser apaciguados para que los mortales tuvieran una vida feliz después de la muerte; (3) la idea de que cualquier cosa escrita o inscrita en piedra se convertía en realidad; y (4) el concepto de «Maat» u «orden divino», que llevaba a los egipcios a mantener el statu quo. Debido a su favorable geografía, Egipto rara vez se enfrentó a la dominación extranjera al principio de su historia. La Tierra
5 Véase 2 R. 15:19, 27; 17:6; Os. 13:16.
Roja, o regiones desérticas, aislaba el fértil valle del Nilo tanto al este como al oeste.
Los egipcios creían que si no eran enterrados de la forma adecuada en su tierra natal no tenían esperanza de una vida después de la muerte. Esta creencia podría haber afectado significativamente a los ataques de su ejército en suelo extranjero. Egipto tenía una próspera economía agrícola basada en la mano de obra barata y la esclavitud. Los faraones (reyes) invadían ocasionalmente las regiones vecinas (por ejemplo, Canaán, Siria) para extorsionar el pago de tributos. Muchos edificios egipcios de esta época, como la pirámide de Zoser (c. 2630 a. C.) o la pirámide de Tirhaca (c. 664 a. C.), siguen en pie.
La lengua del antiguo Egipto únicamente se conoce a través de fuentes escritas, y solo en parte. Se escribía con símbolos jeroglíficos, imágenes que representan un objeto, una palabra, una sílaba fonética o una clase de palabra. El egipcio era una lengua pictográfica como el acadio (véase p.14). Se consideraba que las palabras escritas en las paredes de las
Amenofis II en la pose canónica del Faraón, a punto de golpear a sus cautivos con el brazo levantado que le falta: de su campaña asiática. Una estela que describe esta campaña contiene la primera mención egipcia de los cananeos.
tumbas y los textos de execración (conjuros funerarios y encantamientos para ayudar en la otra vida) podían crear la realidad. Un texto de execración enumeraba todas las cosas malas que el difunto no había hecho.
Incluso si era culpable de ellas, el difunto tenía la intención de leerlas después de la muerte para que se le declarara inocente cuando se le pesara en la balanza del juicio.
El estatus de los dioses egipcios cambió con el tiempo, dependiendo de la ciudad, dinastía y región de la que procediera el faraón gobernante. Estos dioses se contaban por miles, pero algunos de los principales eran Amón, Ra, Isis, Osiris, Hathor, Set, Jonsu y Maat. Cada dinastía gobernante rendía culto a una tríada de deidades (padre, madre e hijo). El pueblo adoraba al Faraón como representación del dios sol (Ra) en la tierra. El Faraón tenía el poder supremo sobre el pueblo, pero tanto su gobierno interno como su política exterior se basaban en sus caprichos. Con el tiempo, los sacerdotes y los templos del culto Amón-Ra llegaron a tener una gran influencia sobre los faraones, hasta el punto de que el faraón Akenatón (hacia 1350 a. C.) inició una fallida reforma religiosa para cambiar el culto a Amón (el sol) por el de Atón (el disco solar).
Abraham, Jacob, José y sus hermanos, y Moisés (c. 2000–1440 a. C.) tuvieron contacto con Egipto o vivieron en él. El rey Salomón de Israel (c. 970–930 a. C.) se casó con una princesa egipcia, quizá hija del faraón Siamun. Egipto invadió Israel más de una vez (926, 609 a. C.).
Finalmente, Judá pidió ayuda a Egipto contra los asirios y los babilonios (véase páginas anteriores). Sin embargo, Egipto nunca fue un buen aliado para Judá ni para Israel porque a Egipto solo le interesaba Judá/Israel como amortiguador entre ellos y los asirios/babilonios.
Canaán
Los cananeos eran los pueblos que vivían en la tierra que Dios prometió a Abraham (Gn. 12:1-9). Emigraron a esta región cientos de años antes de que Israel entrara en la tierra tras la muerte de Moisés. Debido
a las limitaciones de espacio, agruparemos a varios grupos étnicos.6 Estos grupos (amorreos, fenicios, amalecitas, amonitas, moabitas, edomitas y filisteos) pueden analizarse de este modo por sus similitudes en la cultura religiosa y por su relación de enemistad con los hebreos (a excepción de los fenicios). Aunque originarios de fuera de Canaán, los filisteos encajan en este grupo porque adoptaron la cultura y la religión de los cananeos nativos. Al igual que los demás, los filisteos se opusieron a Israel y, en ocasiones, lo sometieron.
Los cananeos desarrollaron sus economías agrícolas y comerciales en torno a la ciudad-estado local (véase páginas atrás el análisis de Asiria y Babilonia). A veces, una ciudad más grande (por ejemplo, Hazor) lideraba una liga de reyes y ciudades que salían juntos a la batalla. Egipto dominó a los cananeos en la tierra de Canaán en los periodos del Bronce Medio y Tardío (1800–1200 a. C.).
La lengua cananea era una rama del semítico occidental próxima al hebreo bíblico. Los habitantes de Ugarit, al norte de Fenicia, escribían en una escritura alfabética cuneiforme (un signo = una letra) que utilizaba veintidós letras, el mismo número que el alfabeto hebreo bíblico. Los fenicios fueron probablemente los responsables de la difusión del alfabeto semítico del noroeste por todo el Mediterráneo, debido a sus extensas empresas de transporte y comercio que les llevaron hasta Cartago.
La religión cananea no difería mucho de la de Asiria y Babilonia. Los cananeos adoraban principalmente a Baal, dios de la lluvia y la fertilidad. La pareja femenina de Baal era Asera, una diosa de la fertilidad. Una «Asera» era un poste de madera que se colocaba cerca de los altares de Baal para representar a la diosa. Los rituales de fertilidad incluían la prostitución sagrada y, en algunos lugares, el sacrificio de niños. Dios
6 Véase Hoerth, Mattingly y Yamauchi, eds., Peoples of the Old Testament World.
DIVISIONES POLÍTICAS MODERNAS DE LA ANTIGUA PALESTINA
Ciudad
Ciudad (nombre actual)
Cima de la montaña
Fronteras internacionales actuales
Límites en controversia
01020304050Millas
01020304050Kilómetros
MAR
MEDITERRÁNEO
Sidón
LÍBANO
Metula
Río Litani
Nahariya
Valle de Jule
Safed
Acre
Tiberíades
Kiryat
Shemona
ALTOS DE GOLÁN
Mar de Galilea
Haifa
Megido
Hadera
Netanya
Tel Aviv
Rejovot
Gaza
FRANJA DE GAZA
Damasco
RíoAbana
Monte Hermón
RíoFarfar
SIRIA
Afula
I S R A E L
El Arish
Yenín
Naplusa
Siquem
Irbid
EGIPTO
Mitzpé
Ramón
CISJORDANIA
Ramala
Hebrón
Beerseba
Río Jaboc R í o J o r d á n RíoYarmuk
Beit She'an
Jericó
Jerusalén
Belén
En-gadi
Dimona
MAR
Ammán
JORDANIA
Río Arnón
MUERTO
Arroyo de
Al Karak Mádaba
Zered
advirtió a los israelitas que no hicieran alianzas con los cananeos y que se mantuvieran alejados de la religión cananea,7 pero no hicieron caso de estas advertencias. A medida que los israelitas se relacionaban y se casaban con los cananeos de la tierra, empezaron a practicar la idolatría junto con el culto a su Dios. Los profetas hebreos denunciaron la idolatría cultual de los cananeos. Esta misma idolatría acabó provocando el exilio de Israel y Judá de la tierra (2 R. 17–25).
Aram (Siria)
Los arameos comenzaron probablemente como una tribu en las estribaciones de los montes Zagros, en el actual Irán nororiental. La tribu se extendió desde la alta Mesopotamia hasta Babilonia. Abraham era de ascendencia aramea y vivía en Ur, en el sur de Mesopotamia (véase más arriba), cuando Dios le dijo que se marchara (Dt. 26:5). Los arameos crecieron en número y se dividieron en muchas tribus que hablaban más o menos el mismo dialecto arameo, lengua semítica occidental similar al hebreo. Formaron pequeños estados en el norte de Mesopotamia que causaron problemas a los asirios. Su sociedad estaba gobernada por jefes tribales. Sin embargo, con el tiempo estas tribus se alinearon bajo un gobernante y se convirtieron en una única nación de pastores nómadas. Hadad, el dios de la tormenta, era su deidad patrona, a la que se unía una gran familia de dioses. Cada ciudad y tribu tenía también sus propias deidades significativas. Consideraban a sus dioses-ídolos deidades regionales y les rendían culto en «lugares elevados» locales (véase páginas anteriores).
El estado arameo de Siria llegó al poder en Damasco durante el siglo IX a. C. Los arameos y el reino septentrional de Israel fueron a veces aliados, socios comerciales o rivales. El equilibrio de poder entre los dos reinos fluctuó durante los siglos IX y VIII a. C. En el año 853 a. C., Acab
7 Dt. 4:25-26; Jos. 23:16.
de Israel se unió a una coalición de doce ejércitos con Aram para luchar contra el ejército asirio en la batalla de Qarqar.8 Las fuerzas de la coalición fueron victoriosas, pero Hadad, rey de Aram, acabó volviéndose en contra de Acab de Israel. Acab y Hadad libraron varias guerras. El conflicto continuó cuando Hazael usurpó el trono de Aram en 842 a. C. Hazael oprimió a Israel y Judá y consiguió frenar las amenazas de Asiria. Hazael también invadió el sur, conquistando la ciudad filistea de Gat. En aquella época, Joás, rey de Judá, lo sobornó para que perdonara a Jerusalén (2 R. 12:17-18). Entre c. 737–735 a.
C., el rey Rezín de Aram formó una coalición con los reyes de Tiro e Israel para luchar contra Asiria, e intentó coaccionar a Acaz, rey de Judá, para que se uniera a ellos. Cuando este se negó, conspiraron para derrocarlo y sustituirlo, poniendo así fin al linaje davídico de reyes. Acaz pidió ayuda a Asiria, que a su vez conquistó Aram e Israel (2 R. 16:1-16).
El arameo era la lengua de Aram, aunque adoptaron el alfabeto fenicio hacia el 1100 a. C. Cuando Asiria conquistó Damasco, los vencedores reconocieron el valor de comunicarse en alfabeto arameo. Así, el Imperio asirio (c. 745–612 a. C.) adoptó el arameo como lengua oficial de la diplomacia y la comunicación. Los imperios babilónico (609–539 a. C.) y persa (539–536 a. C.) continuaron esta práctica. Así, en la época del regreso de
Estatua de basalto de un rey arameo, del periodo hitita tardío: siglo IX a. C.
8 Véase Kaiser, A History of Israel: From the Bronze Age through the Jewish Wars, 293.
Esdras y Nehemías a Judea (c. 458; 445 a. C.), el uso del arameo se generalizó en la comunicación real y diplomatica. Seguiría siendo la lengua internacional común hasta el auge del Imperio griego en tiempos de Alejandro Magno (c. 336–323 a. C.). Partes de los libros de Daniel y Esdras del Antiguo Testamento se escribieron en arameo, quizás debido a la importancia de la lengua aramea durante el exilio.
Persia
Persia desplazó a Babilonia como gran potencia mundial (c. 539–336 a. C.). El rey Ciro II (c. 550–530 a. C.), hijo de persa y meda, unió a persas y medos al derrotar a su abuelo medo Astiages en el 550 a. C. Sus tropas conquistaron Babilonia en el 539 a. C. El Imperio persa comenzó así en lo que hoy es Irán occidental. Con el tiempo se extendió por toda Asia occidental y Egipto (véase el mapa de la p. 555). Los persas creían en muchos dioses, pero adoraban a su dios patrón, Ahuramazda, como deidad suprema. El profeta Zoroastro popularizó su versión de esta religión (zoroastrismo) en la época del ascenso de Ciro II. Los persas tenían una estrategia de gobierno diferente a la de Asiria y Babilonia. Al heredar muchas ciudades maltrechas, trataron de fomentar los esfuerzos de reconstrucción con vistas a aumentar los ingresos y apaciguar a los pueblos conquistados y a sus ídolos/dioses. El decreto de Ciro II, cuyo texto aparece en Esdras 1:1-4a, permitió a los israelitas exiliados regresar a su tierra natal y reconstruir el templo a partir de 538–535 a. C. Por diversas razones, entre ellas la prosperidad económica, la mayoría de los hebreos no regresaron del exilio. Los que lo hicieron recibieron un trato favorable de los reyes persas posteriores: Darío I (522–486 a. C.) reafirmó la orden de Ciro de reconstruir el templo; Jerjes (487–465 a. C.), probablemente el marido de Ester; y Artajerjes I (465–424 a. C.) decretó la reconstrucción de Jerusalén. El persa antiguo se convirtió en la lengua oficial, pero aún se utilizaban el elamita, el acadio y el arameo.
Conclusión
Ningún estudio puede abarcar todos los aspectos importantes del Antiguo Testamento. La grandeza del tema hace que ese intento sea imposible. Es de esperar que este estudio proporcione una comprensión básica del Antiguo Testamento que conduzca a los lectores a un análisis más profundo y a una mayor comprensión. Y lo que es más importante, si el aprendizaje de los fundamentos del Antiguo Testamento ayuda al lector a disfrutar del texto, el resultado puede ser un amor a la Biblia para toda la vida.
Principales eventos de la historia del Antiguo Testamento9
Creación ?
Inundación en todo el mundo y pacto a través de Noé ?
Torre de Babel / Dios rechaza a las naciones. Comienzan los sistemas de escritura en Egipto y Sumeria
3300 a.C.
Vidas de Abraham, Isaac, Jacob, José2100–1700 a.C.
Pacto con Abraham 2000 a.C.
Periodo egipcio
El Éxodo y el pacto del Sinaí
La era del desierto
Moisés escribe Génesis-Números
Moisés escribe el Deuteronomio Reconstitución de Israel y conquista de la tierra prometida
1800–1450 o 1800–1290 a.C.
1446 o 1290 a.C.
1446–1406 a.C. o 1290–1250 a.C.
1406 a.C. o 1250 a.C.
9 Esta es una lista de los principales acontecimientos y fechas que un lector del Antiguo Testamento debería conocer. Todas las fechas son aproximadas.
Periodo de los jueces
1406–1050 o 1250–1050 a.C.
El faraón Merenptah ataca/menciona a «Israel» en su Estela de la Victoria 1406–1050 or 1250–1050 a.C.
El reino unido
Pacto davídico
(gobierno eterno de la casa de David)
El reino dividido
Los Profetas llaman a Israel a volver al pacto deuteronómico. Llega un día de juicio y restauración, marcado por el del Mesías davídico.
1050–930 a.C.
995 a.C.
930–722 a.C.
850–400 a.C.
Asiria controla el reino septentrional de Israel732 a.C.
Asiria conquista Samaria. Final de la monarquía de Israel
El reino de Judá
Isaías profetiza sobre la persona del Mesías davídico, obra y gobierno
Jeremías profetiza sobre el nuevo pacto
Judá hecho vasallo de Babilonia
Daniel y sus amigos al exilio como rehenes
Babilonia conquista Judá/Jerusalén
Sedequías nombrado rey
Joaquín y los líderes (con Ezequiel) llevados al exilio
La caída de Jerusalén y templo destruido
Fin de la monarquía de Judá
El exilio babilónico
El decreto de Ciro
722 a.C.
722–587 a.C.
740–687 a.C.
609–605 a.C.
605 a.C.
597 a.C.
587 a.C.
587–538 a.C.
539 a.C.
Regreso a la tierra
538–535 a.C.
Finaliza la reconstrucción del templo517–516 a.C.
Las carreras de Esdras y Nehemías458–425 a.C.
La decisión de Artajerjes de reconstruir Jerusalén
Malaquías hace hincapié en el arrepentimiento, la purificación del sacerdote y el templo, y profetiza la venida de Elías antes del Mesías
El autor de Crónicas enfatiza el retorno, la renovación y la esperanza por la realeza davídica restaurada
445 a.C.
430 a.C.
400 a.C.