El Campo del Arte 8 Alexander Koch Desde mediados del siglo 19 el arte se valora como un esfera de acción social independiente. Desde entonces el proceso de diferenciación social se ha proseguido de tal forma que actualmente no nada más podemos diferenciar el arte de otras esferas sociales, sino que podemos diferenciar siete campos distintos entre sí. En base a Bourdieu, los campos sociales son escenarios de luchas donde se juegan objetos de interés social. De campo a campo cambian las reglas y la discusión, así como las creencias en los valores de los objetos y los capitales por los que se compite, que se comparan entre sí. Nuevos campos sociales surgen através de la especialización y división del trabajo de los actores de un campo constituído. Esto sucede através de la diversificación de los objetos de interés o los desplazamientos de la estructura de capitales. Justifican nuevos juegos, nuevas esferas de valor, nuevas constelaciones de competencia. Al momento que un campo obtiene autosofuciencia en cuanto a economía interna, modos de funcionamiento y creencias en comunión, es conveniente diferenciarlo de los otros campos. Campo Artístico 1. El Campo Representacional Aquí la producción, selección, clasificación y conservación de reservas objetuales y de conocimiento siguen los criterios representacionales. El Campo Artístico constituye relaciones normativas y una continuidad de imagenes, objetos, sistemas de signos formales y productores, receptores topografías geográficas y políticas, narraciones históricas y de identidad, así como horizontes de sentido tanto públicos como privados. La legitimación de su procedimiento se basa en la creencia de su coherencia estética, científica e historiográfica y la correcta relación entre hechos empíricos, conocimientos canónicos y disciplinas hermenéuticas. En este campo todo lo que brinda plausibilidad, aura y autoridad, asegurando contenidos verídicos, es un bien peleado. Esto impacta a todas aquellas prácticas que se puedan ennumerar dentro de este órden como son las artísticas y científicas, la producción y consumo de objetos así como las políticas de su presentación pública. El campo 1 transmite su inventario de objetos y conocimientos como un bien formativo (Bildungsgut) y los actualiza evaluando y reproduciendo desarrollos contemporáneos ya que así asegura su continuidad. El campo 1 define através del acto normativo de la clasificación y la jerarquización de prácticas estéticas y discursos de forma determinante sus posibilidades sociales y representa el concepto oficial del arte. Sus instituciones forman parte de construcciones colectivas y en específico de las de identidad nacionalista de estado. Se consideran como un bien público y tradicionalmente son financiadas por el estado. Campo Artístico 2. El Campo Monetario. La valoración histórica o pública y el reconocimiento científico pueden ser motivos para definir el valor mercantil de una pieza artística. Sin embargo generalmente son su consecuencia. El círculo de funcionamiento cerrado entre glerías, coleccionistas, casas de subastas y algunos medios e instituciones favorecedores pueden generar carreras artísticas relativamente autónomas y organizarlas bajo los criterios capitalistas del valor agregado. La legitimación se lleva a cabo en las casas de subasta y en las 120 ferias existentes. „El hedge fund“ del arte (inversión ligeramente regulada, de estrategias de inversión altamente individualizadas, de acceso restringido, de pago (porcentaje del valor) a su promotor, funciona como característica única para la especulación de los productos artísticos y todo lo que lo nutre merece una inversión.
Con más razón, cuando el volúmen del capital y los créditos del mercado del arte suben, hacen dependientes económicos a los museos, las revistas de arte, los curadores, periodistas y jurados. Galerías de renombre acompañan la privatización de la vida pública como una sociabilización de intereses privados que acaban por convertirse en políticas de coleccionismo, e inclusive en la visibilidad de instituciones estatales. Campo Artístico 3. El Campo Mediático Los campos 1 y 2 se basan en las jerarquías de valor representacional por un lado y económico por el otro a diferenica del campo 3 que se consitutye por la creencia en el acontecimiento. Es el campo del espectáculo, de la economía de la atención. Un habitus institucional tradicional adquiere aquí nueva legitimidad en la competencia por los espectadores. El arte se volvió un evento de los medios, que abarca un público masivo através de alrededor 300 bienales y exposiciones de gran tamaño. Es una parte central de la industria de la cultura, valorada como atracción turístico-cultural y como instancia evaluadora en la competencia política y económica de las ciudades. En el espectáculo del arte tanto los formatos expositivos como la producción artística están marcados por el populismo y el carácter de consumo y entretenimiento. Artistas y curadores cooperan en este nuevo tipo de gestión de eventos diseñando mundos de experiencias estético-mentales. En vez de un discurso público producen noticias para el suplemento cultural. Campo Artístico 4. El Campo Corporativo En el punto donde las instituciones estatales abandonan la producción artística como bien público es en donde surge espacio para la „culturización de la economía“. Dentro de las filosofías del manejo empresarial y del producto se realiza el giro del bien de consumo al bien cultural. Con el disfraz de prácticas culturales se insertan fines empresariales y de activación de fondos en procesos de subjetivación de clientes y empleados. El fin es la asociación cultural de consorcios de alto perfil. Se compite por formas de vida, diseños de individualidad y comunidad y su posibilidad de comercializarlas. El diseño del „consorcio culturizado“ incluye en su entorno empresarial cotidiano proyectos de arte público y de coleccionismo y se ocupa de hacerlos públicos. Trabajos participativos entre compañeros de trabajo y artistas tienen efectos integradores, brindan identidad y solidaridad corporativa. Campo Artístico 5. El Campo Creativo En el entrecruzamiento de arte, moda, música, fiesta, arquitectura, diseño, publicidad y medios electrónicos se ha desarrollado una producción de cultura y de bienes creativos para los cuales los catálogos de criterios y las jerarquías de valores de otros campos no tienen validez alguna. La industria creativa conecta ambiciones artísticas con cultura cotidiana y de consumo e instaura su propio suceso mercantil. Los factores como el estilo de vida, la clientela, la obligación a innovar y el hedonismo distintivo están directamente relacionados a la ganancia económica. Como rama económica en prosperidad se ha vuelto popular en tiempos recientes. La esfera política la valora ya que funciona como relevo a la gestión pública reconciliando arte y comercialización. En este campo se expanden modelos de trabajo derivados de la praxis tradicional que tienen aires innovadores y que favorecen la disolución de sistemas sociales (autoempleo, autoexplotación, Prekariat1). 1
Como Prekariat se entienden las iniciativas de bajo o nulo presupuesto.
Campo Artístico 6. El Campo Terapéutico La competencia entre dimensiones mentales y comunicativas de procesos artístico-creativos establecen prácticas de terapia individual y colectiva. Los participantes pueden tener como objetivo la elaboración personal de conflictos, la búsqueda de sentido y la realización personal o bien, la dedicación a asuntos relacionados con comunidades locales. Los procedimientos son enfocados a problemáticas y situaciones específicas. Terapias individuales se llevan a cabo como servicios, dentro de marcos privados e informales, o bien en instituciones públicas como casas de la cultura o arteterapia en la clínica. Desde los ochentas la terapia con objetivos comunitarios, entendida como un nuevo terreno, se ha convertido un modelo de praxis artística comprometida y goza de buena reputación. (Community Based Art). Hoy tambien la política ha reconocido el valor social del compromiso através de la autoorganización y la trata de integrar en programas sociales estatales. Campo Artístico 7. El campo emancipatorio La dimensión del campo 7 está marcada por la dimensión sociopolítica, cosa que no sucede en ninguno de los campos del 1 al 6. Su objetivo es la praxis artística emancipatoria que se basa en la reflexión política de los procesos artísticos y la comunicación que lo acompaña. Su definición se deriva de las demandas de las vanguardias intelectuales y políticas de izquierda, de movimientos de crítica institucional que parten de los años 60s y la renovación del interés social de los años 90s. Teoría y praxis están entretejidos, tambien están establecidas formas colaborativas para la elaboración de proyectos y discursos. Las obras y las eventos se definen a favor del discurso y en contra del consumo, sus formas de trabajo son conceptuales e inmateriales. En comparación con las condiciones de producción y el impacto social de los otros campos, el campo 7 tiene la pérdida, ausencia, (Nachsehen). Sus actores critican los marcos económicos e institucionales, sin embargo no han entendido cómo utilizarlos para sus propios intereses con el objetivo de llevar el discurso al ámbito público. Por esta razón su influencia es más bien marginal. A menudo su aplicación es en la institución académica. Los campos 1 a 7 se relacionan de diversas formas, se traslapan, muchos actores se mueven en diferentes campos al mismo tiempo, compiten en diferentes escalas de valores por distintos objetos de interés. Sin embargo cada vez más participantes se concentran solamente en un solo campo: el juego, las creencias y las promesas de los otros campos son vistos con desinterés, inclusive con ignorancia. Cada campo establece sus espacios públicos, sus espacios académicos, administrativos, sus medios empresariales, su propio canon teórico y perfiles en la praxis típicos que se detectan en las exposiciones, en la publicidad, en la producción y en la distribución, inclusive en la formación. Todo esto queda apoyado por procesos de institucionalización en donde cada campo asegura su autonomía y donde se objetivizan y reproducen sus principios de funcionamiento. Si bien para el arte del modernismo la autonomía funcional tenía consecuencias emancipadoras, ahora podemos decir que lo válido es lo contrario. El desprendimiento paulatino de otras esferas sociales provocó a finales del siglo 18 un espacio simbólico donde através y a raíz del arte se podían poner a competir objetos públicos, político-emancipatorios. Este entrenamiento ejemplar del discurso racional en el espacio público, formó parte del establecimiento de la sociedad burguesa-democrática y de su paradigma alrededor de la subjetividad autónoma.
Los modelos de comunicación, producción y distribución de la modernidad artística, así como los roles y procedimientos estéticos, están ya comprometidos o coptados por la sociedad hace mucho tiempo. Por esta razón desde los años 60s del siglo 20 las esperanzas artísticas se han dirigido hacia el desmantelamiento de la idea de autonomía y hacia una interacción social, formas de participación colectiva y el retomar directamente intereses sociales. Esto prometía un éxito si los actores individualmente se apropiaban de (y dejaban rebasar por) las reglas institucionales y económicas del juego. Un punto trágico del campo 7: Su impulso emancipador se mantiene sin exigencias, le teme a la confrontación y no cuestiona dispositivos institucionales. Su crítica artística, que prioriza la independencia personal y la coherencia en vez de su responsabilidad social hasta podríamos decir que apoya a reformar al capitalismo en su neoliberalismo. Son los campos 1 al 7 la única respuesta a las esperanzas artísticas de participación social? De hecho desde mediados del siglo 19 cada vez más actores insatisfechos toman distancia de los roles establecidos en la práctica artística y de la posición del creador (esto se repite a principios de los años 70s del siglo 20 y ahora de nuevo). Relacionan participación social con solidaridad y progreso emancipador con posibilidad de ingerir en la creación de la sociedad através de la heteronimia2 de sus prácticas que no haciendo (hacen) demandas de autonomía. Los objetos de interés de los campos 1 a 7 interesan poco a los actores, cosa que no quiere decir que puedan emocionarse con objetos aislados de cualquiera de los campos o que consideren sin valor ciertos procedimientos artísticos. En el caso de que el arte pudiera volver a ser tomado en consideración como proyecto emancipatorio, incrementando las proporciones relacionales y de heteronomía (no autónomo, en calidad de dependencia discursiva?), se estaría posiblemente hablando del surgimiento de una esfera social de valores. Esta pudiera ser considerada el siguiente paso de diferenciación social, siendo que aún su forma institucional y economía interna no son previsibles. Para ser considerados como campo, tanto forma como economía tendrían que pasar a ser el centro de de los esfuerzos culturales, políticos y normativos. Campo 8 En esta esfera de valores se creería que la constitución de un cuerpo comunitario social, democrático y liberal sería el mejor procedimiento para el aminoramiento del sufrimiento humano y por lo tanto el mejor producto social que se pudiera producir. Estos cuerpos comunitarios serían construcciones colectivas de sujetos: en forma de juegos de palabras, en donde los actores lucharían por la supremacía de los vocabularios através de los cuales, ellos y la comunidad a la que se sienten adscritos, quisieran ser descritos. Los actores del campo 8 no diferenciarían entre significado y uso de estas descripciones, ya que la realidad social no se representaría sino que se derivaría. Los conflictos de significados entre vocabularios contradictorios y contestatarios de estas autodescripciones serían para estos actores la forma de diferenciar entre las opciones de convivencia social. En el campo 8 se entenderían estos conflictos como indisolubles y como el verdadero pivote de la construcción de comunidad. Las democracias liberales y sociales se valorarían como la mejor posiblidad de hacer públicas estas diferencias sin que la sociedad se desmorone. La crisis actual del espacio público democrático se vería como una forma de reprimir conflictos o de querer solucionarlos através de un consenso racional, cosa que nunca sucederá. El campo 8 se haría cargo de la responsabilidad, rechazada por cada vez más instituciones, de producir espacios simbólicos, donde vocabularios encontrados se puedan contraponer 2
Dos términos opuestos que proceden de raíces distintas.
públicamente de forma legítima. El campo 8 sería un campo político constituído por la autodescripción social. Sus actores serían contrincantes dentro de este espacio simbólico, se comprometerían con aquellas descripciones que correspondan con sus esperanzas sociales y lucharían por hacer quedar mal a todos los demás. Practicarían la política del vocabulario y conformarían el espacio necesario para practicarla (esto incluiría el marco económicoinstitucional), confrontarían posiciones, intereses y representantes opuestos, verían esta confrontación como el centro de su praxis y como el centro de una cultura democrática politizada. Se posicionarían de manera pragmática con el resto de los campos 1 al 7, así como en relación con todo otro campo social: determinante sería lo que cada campo pueda aportar al proceso solidario de diferenciación social. Con otras palabras, determinante sería lo que cada campo pudiera o no aportar para una problematización pacífica de los vocabularios contrapuestos relacionados con la autodescripción social.