Romance del jardinero
Andrea Pizarro Clemo
Para mi familia, mi jardĂn.
Romance del jardinero
Perdió el Norte, el Sur y el Este, sin encargos, sin mandatos. ¡La brújula se fue entera! El tedio la ha ahuyentado. Hacer nada es contagioso, sin riesgos y sin reclamos. Si nada haces, nada quieres. ¡Listo!... ya te has contagiado.
IV
C
on el viento ella llegó, ¡ha venido a tu rescate! Campeona del chapoteo y reina del disparate. Esta vez, tú no la evades a la experta en despertares. Esta vez, tú no la ignoras: tiene algo tuyo que darte.
–Como una pasa, marchito, no esperaba así encontrarte. Pues verás, yo sigo igual de campanilla y campante.
–Pasó y pasa el tiempo, pero ¿cómo fue que te cansaste, si ni siquiera has bailado y poco o nada jugaste?
–¿Por qué tu invierno no deja la primavera acercarse? Aquí traigo mi impaciencia, ¿puedo con ella sembrarte?
Se despiden los amigos. Y Juvenal ahora sabe...