Son siete las travesías y serán siete nuestros regalos. ¿Por qué siete? Porque siete son los días de la semana y es un número que representa las diferentes etapas en un ciclo de vida. Aquí proponemos siete, pero podrían ser menos o más, de acuerdo a las posibilidades, ganas, tiempos de cada quien.
¿Cómo podemos acompañar, desde la lectura de este libro y facilitar las actividades que les proponemos? Estando disponibles para pasar un buen momento, abiertos al asombro y a la maravilla de los procesos de la naturaleza. En el libro encontrarán un papel plantable que contiene semillas de flores. ¡Vamos a sembrarlas juntos!
En las ilustraciones donde dialogan los personajes hay algunas propuestas para esos posibles regalos. Esperamos que sirvan de inspiración para crear los propios. Aquí van algunas ideas.
1. ¡A sembrar semillas!
¿Qué vamos a necesitar?
• El papel plantable que contiene el libro (o cualquier otra semilla que encuentren en casa).
• Un lugar en el jardín o una maceta con un sustrato adecuado.
Les recomendamos guardar el papel plantable en un lugar seco y oscuro hasta el momento de plantarlo. Para sembrar las semillas, se debe trozar el papel con la mano y ubicarlo sobre la tierra sin enterrarlo demasiado. Luego, hay que humedecer la tierra con el papel y exponer al sol.
• Papel y lápices de colores. En una noche de estrellas brillantes, salgamos al patio, vayamos a un parque. ¿Qué vemos en el cielo? ¿Qué sonidos escuchamos? ¿Cuál será el secreto de las estrellas? Si estamos atentos, tal vez escuchemos sus susurros. Para que no se nos escapen, vamos a dibujarlos en una hoja de papel.
Imaginemos: • ¿De qué susurran las estrellas? • ¿Qué forma tendrán estos susurros? Si logramos atrapar un susurro en el papel, podemos usarlo para decorar la casa de las semillas.
¿Qué vamos a necesitar?
Un rociador.
Agua.
Ganas de danzar. Llenamos el rociador con agua y salimos (al patio, al parque, a la plaza) a regar y a jugar. Inventemos una danza para bailar alrededor de las semillas. Chac chac, un paso aquí, chac chac, un paso allá y ya verás cómo lloverá. ¡Chac chac, chac chac, un paso más y ya verás que Púmbate nacerá!