1. La práctica educativa - Antoni Zavala
- Objetivo: mejorar la práctica educativa Probablemente la mejora de nuestra actividad profesional, como todas las demás, pasa por el análisis de lo que hacemos, de nuestra práctica y del contraste con otras prácticas. Así pues, ante dos o tres posiciones antagónicas, o simplemente diferentes, necesitamos criterios que nos permitan realizar una evaluación razonable y fundamentada. ¿Los enseñantes disponemos de dichos conocimientos? o dicho de otro modo, ¿tenemos referentes teóricos validados en la práctica que pueden no sólo describirla, sino también explicarla, y que nos ayuden a comprender los procesos que en ella se producen? En la educación no existen marcos teóricos tan fieles y contrastados empíricamente como en muchas de las otras profesiones, la cuestión es si para desarrollar la docencia hay que disponer de modelos o marcos interpretativos. Si entendemos que la mejora de cualquiera de las actuaciones humanas pasa por el conocimiento y el control de las variables que intervienen en ellas, el hecho de que los procesos de enseñanza/aprendizaje sean extremadamente complejos –seguramente más complejos que los de cualquier otra profesión- no impide sino que hace más necesario que los enseñante s dispongamos y utilicemos referentes que nos ayuden a interpretar lo que sucede en el aula.
- Las variables que configuran la práctica educativa Entender la intervención pedagógica exige situarse en un modelo en el que el aula se configura como un microsistema definido por unos espacios, una organización social, unas relaciones interactivas, una forma de distribuir el tiempo, un determinado uso de los recursos didácticos, etc., donde los procesos educativos se explican como elementos estrechamente integrados en dicho sistema. Así pues, lo que sucede en el aula sólo se puede averiguar en la misma interacción de todos los elementos que intervienen en ella. La planificación y la evaluación de los procesos educativos son una parte inseparable de la actuación docente, ya que lo que sucede en las aulas, la propia intervención pedagógica, nunca se puede entender sin un análisis que contemple las intenciones, las previsiones, las expectativas y la valoración de los resultados. Las secuencias didácticas y las otras variables metodológicas
La manera de configurar las secuencias de actividades es uno de los rasgos más claros que determinan las características diferenciales de la práctica educativa. Podemos ver que todos tienen como elementos identificadores las actividades que los componen, pero que adquieren su personalidad diferencial según como se organicen y articulen en secuencias ordenadas. - Los referentes para el análisis de la práctica Las finalidades, los propósitos, los objetivos generales o las intenciones educativas, o como se quieran llamar, constituyen el punto de partida primordial que determina, justifica y da sentido a la intervención pedagógica. La concepción que se tenga respecto a la manera de realizar los procesos de aprendizaje constituye el punto de partida para establecer los criterios que han de permitimos tomar las decisiones en el aula.