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Tabasco, sin coordinación ni estrategia: En espera de lo peor

análisis de lo cotidiano El presidente y la marihuana

Héctor Grijalva

Criticar y hacer chistes y burlas del ausente es un deporte nacional. Si el ausente es un presidente o un ex presidente, es más fácil, porque sabemos que no habrá respuesta ni defensa. Al presidente Enrique Peña Nieto se le hicieron bromas por inculto, iletrado, incompetente y porque no sabía hablar inglés ni ningún otro idioma extranjero. Y cuanto tuvo la decisión de apoyar los estudios sobre la Marihuana se le llamó “El Presidente de la Mota” dejando la idea subrepticia de que al mandatario le gustase fumar la citada hierba. Los hechos reales son que apoyó la publicación del libro “Marihuana y Salud” publicado por Conacyt, la Unam y el FCE, escrito por un grupo de científicos dirigidos por el Dr. Juan Ramón de la Fuente. Peña Nieto también lo nombró representante de México ante el Consejo de Universidades de la Organización de las Naciones Unidas. Todo ello en 2015. Y como ya lo habíamos mencionado en columnas anteriores, en 2016 el mismo presidente propuso y apoyó el primer estudio científico de las propiedades medicinales de la Cannabis Sativa. La conclusión fue definitiva: La marihuana no es curativa de ningún padecimiento. Y ya desde entonces se propuso que se aprobara su cultivo, su industrialización y comercio como un método para neutralizar el tráfico de ese enervante y el mejor control federal. Ambas cámara dieron marcha atrás con la iniciativa. Ahora es el Senado de la República quien se instala frente a la ciudadanía como el redentor que sí aprueba la verde para su “Uso Lúdico” que es el único que tiene. No deja de ser curioso que el Sr. Presidente de la República no ha externado ningún comentario al respecto. Tampoco lo ha hecho el Sr. Secretario de Salud. Quien sí ha hablado del tema es el Comisionado Nacional contra las Adicciones el Dr. Gady Zabicky en algunas mañaneras y otros foros. Sus comentarios han sido francamente decepcionantes. Para ser el Comisionado Nacional se esperaría que hiciera comentarios más profundos, científicos y acordes con la realidad. Todo lo contrario se ha dedicado a darle vueltas al asunto, al más puro estilo de su jefe López Gatell y hablar largamente de nada. Finalmente creemos que la cordura y el sentido común terminarán por imponerse y la Juanita será aprobada. Desaparecerán muchas leyes, juicios y persecuciones policiales. Y algo que casi nadie ha comentado ¿Qué pasará con la Comisión Nacional contra las Adicciones? Resulta que esta comisión no hace prácticamente nada en contra del alcoholismo ni el tabaquismo. Ahora tampoco lo hará contra el marihuanismo ¿Entonces qué hará? Claro no faltaba más, todavía nos quedan muchas drogas como la cocaína y la amplia gama de anfetaminas. Y con ello tendrá suficiente trabajo. Bueno, es una manera de decirlo, ya que todos lo sabemos, con el trabajo realizado hasta el momento, no se ha logrado absolutamente nada. Las adicciones no se han detenido en los más mínimo, por el contrario siguen a la alza día a día. Y la razón es muy sencilla, porque el Gobierno Federal y los estatales no han creado centros de desintoxicación y rehabilitación. Confiemos que con la nueva Ley también vengan cambios eficientes y reales en la atención a los adictos.

/ Isaín Mandujano

Las lluvias arrasaron con todo…

En más de 100 años no había ocurrido una tragedia como la que hoy anega a la entidad; imposible hacer el recuento de los daños, pues en 16 de sus 17 municipios alrededor de 200 mil personas resultaron afectadas.

Tres caudalosos ríos y una veintena de afluentes, así como 15 vasos lacustres, incrementaron su nivel con los frentes fríos; las tormentas tropicales provocaron torrenciales lluvias y escurrimientos que terminaron por inundar la planicie costera tabasqueña.

Y esto apenas empieza, consideran damnificados, líderes empresariales y productores.

La mayoría de los 17 municipios tabasqueños no está más allá de los 20 metros sobre el nivel del mar; donde alguna vez hubo 1 millón de hectáreas de selva, ésta se redujo a entre 1 y 2%, pues la mayor parte del territorio fue deforestado para habilitar potreros; también hay milpas, plantaciones de plátano, cacao o palmas de aceite, comenta el ambientalista Francisco Cubas Jiménez.

Hoy, todos lamentan sus pérdidas. Muchos, los más pobres, perdieron sus casas, enseres y animales; los campesinos, sus cultivos; los ganaderos vieron, impotentes, como las turbias aguas se llevaron sus animales y los que lograron salvarse deambulan por las carreteras en busca de alimento.

Lo mismo sucede en las plantaciones de plátano, donde los productores de miel avizoran su propia crisis y los pescadores se quejan de la hambruna que comienzan a padecer.

De los 17 municipios tabasqueños sólo se salvó Paraíso; los demás están en situación de emergencia, dice el coordinador del Instituto de Protección Civil, Jorge Mier y Terán Suárez.

En Macuspana y Villahermosa, al igual que en muchas zonas urbanas de Tabasco, los costales de arena forman una muralla que tapa el acceso a negocios y casas particulares; las calles están llenas de barricadas que contienen las corrientes de agua del río aledaño.

En Nacajuca, una de las regiones más afectadas, 49 poblados tuvieron que ser evacuados. Algunos lugareños se quedaron a cuidar lo poco que quedó en sus casas; los demás fueron llevados a albergues.

Acá no sólo la gente tiene hambre, también los vacas”; no hay pastizales y empiezan a verse sus huesos a flor de piel, dice Blas Méndez, miembro del pueblo originario de Yokot’an. Y agrega: en la comunidad

Tabasco, sin coordinación ni estrategia: En espera de lo peor

de San Isidro, en Nacajuca, tardarán años en recuperarse de sus pérdidas.

Cada productor tiene en promedio 10 vacas en sus cinco hectáreas de tierra y pantanos. Ahora buscan quien les rente tierra segura y venda pastura para sus reses, que intentan poner a buen resguardo.

Ya tienen más de un mes así. Y la ayuda no llega; falta mucho para que baje el agua y después de eso habrá que esperar de tres a cuatro meses más para que brote la nueva pastura.

Y la aYuda no llega

En el municipio de Centro (Villahermosa), alrededor de mil viviendas fueron inundadas, las autoridades calculan unas mil 100 cabezas de ganado muertas, además de 3 mil animales de traspatio. Ofelia Morales, activista y líder indígena del pueblo originario de Yokot’an, encabeza un movimiento de protesta contra el gobierno de Adán Augusto López Hernández y el de Andrés Manuel López Obrador.

Le indigna, dice, que se haya priorizado afectar a los pueblos indígenas y rurales más que a Villahermosa; dice que los pueblos originarios se sienten traicionados por López Obrador. Peor aún, cuando todos esperan ayuda, ésta no llega.

En un documento que entregaron a las autoridades solicitan un estudio para el dragado del río Jolochero y la ejecución de la obra; la construcción de un puente vehicular por el tramo Colonia Nueva esperanza; un estudio para el dragado de camellones en las zonas de pantano y la ejecución de la obra, así como un estudio integral para la instalación de un corredor turístico Yokot’an a través de río Jolochero y la ejecución del proyecto, pero sobre todo un pago por las afectaciones a sus casas y terrenos.

Morales Galochero insiste: López Obrador es lo que es ahora porque se formó en esta región indígena; aquí se le apoyó para emerger como el político que es ahora; pero ahora que está en el poder les ha dado la espalda: “Estábamos mejor cuando estábamos peor”, se queja la dirigente indígena, quien recuerda los apoyos sin regateos que las comunidades recibieron en gobiernos anteriores durante las inundaciones.

En cada pueblo de Tabasco todos se dicen abandonados y elevan sus reclamos a los tres niveles de gobierno. Y demandan ayuda, que no les llega.

Adán Merodio Hernández, dirigente de la Unión Ganadera Regional de Tabasco, sentencia: la actividad ganadera es “catastrófica”, pues alrededor de 70% de la actividad fue afectada por las inundaciones.

Advierte: todavía “viene lo peor”, pues las praderas y pastizales se secarán una vez que baje el agua y no se recuperarán pronto para alimentar a alrededor de 1 millón 200 mil cabezas de ganado que hay en la entidad.

A su vez, Sergio Arias Isidro, presidente de la Federación de Cooperativas Pesqueras Acuícolas y Permisionarias de Tabasco, sostiene que, si bien la pesca de captura venía a pique hasta 2018, con la llegada de López Obrador todo se reactivó entre 80 y 90%. No obstante, volvió a caer con la pandemia en 2020 y por las inundaciones. Todo lo avanzado se acabó, admite.

Pide al gobernador López Hernández y al presidente López Obrador ocuparse de los más de 16 mil pescadores del estado que viven de la pesca de captura, pues con las inundaciones muchos perdieron lanchas, motores y otros enseres de pesca.

López Obrador conoce mejor que nadie la situación de los pescadores, pues nació en una comunidad pesquera y esperan que sea sensible ante esta trágica situación que padecen ahora, asegura Arias Isidro.

José Luis Zúñiga Lozano, presidente del Consejo Directivo y Consultivo de | Foto @adan_augusto

la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Tabasco, lamenta que las autoridades no hayan reaccionado en tiempo y forma para proteger a las poblaciones indígenas, pero sobre todo critica el mal manejo de la extracción de agua de la presa Peñitas.

Es un error privilegiar a unos sobre otros; todos son tabasqueños y se tiene que trabajar con ellos de manera coordinada para proteger tanto a los habitantes de Villahermosa como a los de las zonas indígenas.

“Consideramos grave que se haya llegado a una extracción superior a los 2 mil metros cúbicos por segundo sin una perspectiva del daño que se ocasionaría en la planicie tabasqueña. Y debemos decirlo como es: tenemos ya dos meses enfrentando una serie de inundaciones”, dice el empresario.

Relata: en octubre, durante la primera inundación, el propio presidente López Obrador dijo que Tabasco no se iba a volver a inundar… semanas después Tabasco vuelve a estar dentro del agua y en mayores cantidades.

Es preocupante, insiste, que el sistema de presas no tenga el debido y responsable manejo, considerando los pronósticos de lluvias tan anunciados desde la época de estiaje. Hoy que, gracias a la tecnología, se tienen pronósticos meteorológicos cada vez más acertados.

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