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sueños
Los personajes me encantaron. Los protagonistas y los secundarios, los buenos y los malos, todos son geniales y aportan su granito de arena a una historia que está llena de giros y sorpresas. Algunas cosas me ví venir, y otras me dejaron con la boca abierta. Pero si hay algo que tengo que destacar es lo mucho que disfruté la lectura. Un montón de escenas me tuvieron gritando, y la parejita principal me recordó mucho a la de “La rebelión de la reina”. Ambas se ganaron justamente un lugar en mi lista de parejas favoritas.
Otro punto positivo es que se trata de un libro autoconclusivo, que es algo bastante raro en las historias de fantasía. Lo cierto es que la autora se caracteriza por cerrar muy bien sus finales, y este no fue la excepción.
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“La maldición de los sueños” vuelve a demostrar el talento de Rebecca Ross para mezclar magia, romance, rebelión, y venganza, en una trama con un ritmo trepidante y una prosa maravillosa. Se los recomiendo sin ninguna duda.
Sobre La Autora
Rebecca Ross obtuvo un título de grado en Lengua Inglesa de la Universidad de Georgia. En el pasado, trabajó en el rancho de un tipo en Colorado, fue bibliotecaria de una escuela y estenógrafa en una universidad.
Actualmente, vive al noreste de Georgia con su esposo y su perro. La rebelión de la reina es su primera novela.
El género de casas encantadas es algo con lo que tuve experiencias bastante encontradas. Por un lado (el más purista quizás), The Haunting of Hill House, de Shirley Jackson, me pareció lentísimo y, a pesar de que las escenas de horror sobrenatural están muy bien logradas (Dios, el capítulo de las camas), no fue suficiente para levantar las partes lentas del libro. Por otro lado, The House on Abigail Lane, de Kealan Patrick Burke, me pareció una mezcla fantástica entre los géneros de casas encantadas, horror cósmico y ciencia ficción (y creo que ahí está el detalle: no es tan puro como el libro de Jackson). Además, primero me decanté por este libro porque durante la pandemia vi que todo el mundo lo estaba leyendo (pues casas encantadas y estar encerrado van de la mano) y la editorial La bestia equilátera había sacado una edición con una traducción excelente. Segundo, la contratapa mencionaba recomendaciones de Stephen King, Tim Burton (con quien McDowell trabajó como guionista en muchos de sus proyectos), Poppy Z. Brite y más. Sí, es todo marketing, pero me engatusó.
Siento que este trasfondo es necesario para explicar lo que me generó Los elementales, de Michael McDowell. La novela se publicó a principios de los 80 y eso se nota, pero en el buen sentido (a modo de referencia, si leyeron Revival, de Stephen King, se pueden dar una idea de la estructura general del libro).
El primer tercio se lee como una película pochoclera de esa década y nos da un panorama bien Southern Gothic de una familia adinerada del Sur Profundo. No hay un solo personaje querible y están caricaturizados al extremo para lograr un efecto «cómico» (como la familia Deetz en Beetlejuice, también creado por McDowe-
Por Matt Rojo Ruilova
ll). Esto quizás sea un punto de quiebre para algunas personas, pero es uno de los pocos puntos fuertes que rescato del libro... excepto por India, la hija menor de uno de los protagonistas. Se supone que tiene 13 años, pero a veces actúa como una chica de 20, otras como una señora de 60 y, otras, como una nena de 5. Es una lástima que sea tan incoherente porque el grueso de la novela se cuenta desde su punto de vista.
El problema empieza en el segundo tercio del libro. Hasta acá no pasó absolutamente nada, con excepción de una vieja misteriosa que camina por los techos de madrugada. Ese fue el gancho que me impulsó a seguir leyendo: ver quién o qué era la señora nocturna del paraguas. Por desgracia, 100 páginas de exposición y trasfondo después, todavía no se había resuelto nada ni presentado otra cosa nueva. Confieso que llegué a las últimas 100 páginas, el último tercio del libro, con muy pocas ganas. Sin embargo, menos mal que seguí leyendo.
El trecho final saca a relucir el tan famoso terror del que todo el mundo hablaba. Amén de un poco a las apuradas y medio tarde, empiezan a llover todas las respuestas y aparecer cuanto bicharraco se nombró de refilón durante todo el libro. Las descripciones de los Elementales (o lo que pensamos que son; ya verán de qué hablo) son grotescas, repugnantes y vívidas. No me suele pasar con casi ningún libro, pero admito que la primera vez que se describen me dio frío en la boca del estómago. Eso eleva el libro muchísimo en mi opinión. Seguir debatiendo sobre esto es arruinar las poquitas páginas que quedan, así que cortemos acá.
En conclusión, si les gusta el género, tienen un poco de paciencia y están con ganas de asustarse, recomiendo Los elementales en un 100 %.
Sobre El Autor
Michael McDowell fue un prolífico escritor de terror que se distinguió por su variada obra dentro del género. Nació en Enterprise, Alabama, en 1950 y murió de una enfermedad relacionada con el sida en Boston, Massachusetts, en 1999.
Su primera novela de terror, The Amulet, relata las tragedias que acontecen a varios individuos que entran en posesión de un colgante sobrenatural en un pequeño pueblo.
En la segunda novela de McDowell, Cold Moon Over Babylon, el cadáver de una mujer asesinada es arrojado a un río, pero su espíritu vaga por la tierra y, en las horas nocturnas, busca vengarse de su asesino mientras éste planea la muerte de sus familiares supervivientes.
Entre otros escritos de McDowell figura la novela por entregas en seis partes Blackwater, crónica de una familia sureña atraída por lo sobrenatural. Además, McDowell ha sido guionista de varias películas, entre ellas la comedia de terror Beetlejuice, del director Tim Burton, y su producción de animación Pesadilla antes de Navidad.
Stephen King calificó a McDowell como uno de los «mejores escritores de la América actual»
Naomi Novik Editorial
Sinopsis