REPORTAJES | IRIS 2013
REPORTAJES | IRIS 2013 16
AL OESTE DE LAS ROCOSAS LA TIERRA DE LOS PRODIGIOS
P
ara variar, hoy no me han despertado los aullidos de los coyotes, sino el retumbar de los truenos a lo lejos. El tiempo entre el rayo y el sonido que le acompaña es cada vez menor. La tormenta se acerca… Una vez vencida la pereza y la resistencia de mi cuerpo a salir del saco de dormir, me pongo en marcha una vez más para llegar antes que el amanecer a unas espectaculares formaciones rocosas que llevo una semana fotografiando. Me encuentro en un lugar remoto entre Arizona y Utah, uno de esos pequeños rincones difíciles de encontrar y de complicado acceso, que requieren horas de agotadora conducción con un 4x4 sobre pistas de arena profunda, que ante el mínimo error dejan varado el
coche, lo que te obliga a pagar el trabajoso peaje que supone desatascar las ruedas y, lo que es peor, la duda de cuánto retraso nos va a suponer y si lo vamos a conseguir sin ayuda. Este es un reino duro y austero. Un calor inclemente durante el día en pleno monzón, litros y litros de agua que nunca llegan a saciar la sed. Se debe tener precaución con los escorpiones y las serpientes de cascabel, que inevitablemente te encuentras si pasas el suficiente tiempo en el desierto. Aunque lo más temible son las fuertes tormentas de lluvia y rayos que se forman en esta época del año y que no debo dejar que me sorprendan en el lugar equivocado. Sin embargo, todas las dificultades se olvidan
cuando puedo disfrutar de un paisaje como el que se abre ante mis ojos. Camino sobre dunas que el peso de 190 millones de años ha ido comprimiendo y convirtiendo en arenisca roja, blanca, rosa y amarilla… Sedimentos arrastrados por el viento formando gigantescas dunas, que en su momento debieron parecerse al actual Sahara y que se han ido transformado en unas formaciones rocosas llamadas cross-beds, que se retuercen sobre sí mismas en curvas imposibles, formando escenas surrealistas en un mosaico de ondulaciones multicolores. Es un mundo primigenio, incluso más antiguo que los dinosaurios. Una geografía tortuosa, un laberinto de piedra, una tierra surcada de
El inverosímil equilibrio de estas rocas crea un paisaje fantástico en el crepúsculo.
Amanece sobre esta curiosa formación de arenisca que hace 190 millones de años era un mar de dunas.
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