REPORTAJES | IRIS 2013
REPORTAJES | IRIS 2013 24
LA MIGRACIÓN DE LAS AVES LIMÍCOLAS EN LA COSTA CANTÁBRICA
L
as aves limícolas son de las más fascinantes del mundo, básicamente por dos motivos. En primer lugar, por su gran capacidad de migración, ya que algunos ejemplares viajan cada año desde el Ártico hasta lo más meridional del continente americano. El caso más extremo es el de las agujas colipintas de Alaska, que vuelan 11.690 kilómetros sin paradas, hasta sus áreas de invernada en Nueva Zelanda, tal como ha sido comprobado gracias a geolocalizadores. Este hecho explica que aparezcan aves limícolas en lugares muy lejanos entre sí, incluso en el lado «equivocado» del Atlántico o del Pacífico, como explicaremos en este artículo
con los ejemplos del correlimos semipalmeado (Calidris pusilla) y el correlimos canelo (Tryngites subruficollis). El segundo motivo que hace tan atractivas a las limícolas es el hábitat que ocupan: las zonas húmedas. Cada vez están más alteradas y amenazadas, por lo que las limícolas son unos buenos indicadores de la salud ambiental de las áreas en que residen o descansan. Las limícolas o playeros, como son denominadas en Hispanoamérica, constan de 222 especies, pertenecientes a catorce familias dentro del orden de las Caradriformes.
LA MIGRACIÓN
La migración de las aves limícolas es uno de los más espectaculares fenómenos de la Naturaleza. Cada año, invisibles a nuestros ojos, millones de estas aves migran realizando unos recorridos de distancias asombrosas, cruzando países, continentes y océanos desde sus lugares de cría hasta más allá del trópico de Cáncer. Esta vasta área, que los zoólogos llaman región holártica, se divide a su vez en dos, la neártica y la paleártica. La primera comprende el continente norteamericano, excepto el sur de México. La segunda región, la paleártica, es la nuestra y comprende Europa, el norte de África y la parte del
Detalle de correlimos común en su descanso durante la pleamar.
Correlimos tridáctilo en plumaje reproductor.
continente asiático que queda por encima del Himalaya. Nuestras limícolas cantábricas se encuentran dentro de las poblaciones invernantes en el oeste de Europa y África, y forman parte de la vía de vuelo del Atlántico oriental. Es esta una gran ruta, que engloba una población de más de siete millones de aves, de las cuales, unos tres millones invernan en Europa, quedándose unos 150.000 ejemplares en la península ibérica. Sin embargo, en la primavera y el otoño, coincidiendo con los pasos migratorios prenupcial y posnupcial respectivamente, nuestros humedales son de gran importancia, ya que más de un millón de limícolas suelen sedimentar en la Península en un solo paso migratorio. Por tanto, la importancia de la península ibérica en la migración de las limícolas es altísima. Los contingentes
de aves limícolas que crían en el norte y este de Europa, y en las estepas siberianas, invernan en gran número en nuestras costas cantábricas, atravesando España en su ruta migratoria. Para que una zona sea considerada como área importante para las aves limícolas, debe poseer al menos el 1 % de la población de un área biogeográfica; y si posee al menos 20.000 de estas aves, tendría, además, el valor de área de importancia nacional, que en el Cantábrico son las siguientes: En Asturias está la ría de Villaviciosa. Es un estuario sumergido que forma un sistema intermareal de playas, dunas y prados encharcados que los lugareños llaman porreos. Esta ría posee un gran interés para la avoceta (Recurvirostra avosetta), el chorlito dorado común (Pluvialis apricaria) y el correlimos gordo
(Calidris canutus). Actualmente, esta ría cuenta con la protección de reserva natural parcial, aunque sufre problemas de conservación como la desecación, la presión urbanística y la contaminación. También en Asturias, está la bahía de Gijón, de importancia nacional para el correlimos oscuro (Calidris maritima). También en Zeluán (ría de Avilés) hay concentraciones relevantes de limícolas en la primavera, y de zarapito trinador (Numenius phaeopus), en los campos y la playa de Bañugues (Gozón), en abril y mayo. En Cantabria, contamos con Oyambre, que abarca las rías de Rabia y San Vicente. Esta zona está formada por marismas, playas y dunas con cañaverales. Es importante para el zarapito real (Numenius arquata), el chorlito gris (Pluvialis squatarola), el correlimos gordo (Calidris 25