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os anfibios y reptiles constituyen, con diferencia, los dos grupos de vertebrados menos estudiados hasta hoy. En muchos casos, se desconoce aún su distribución, comportamiento reproductivo, relaciones inter e intraespecificas, etc. En nuestro país, esto no es una excepción, aun cuando son muchas las entidades científicas y universitarias que actualmente trabajan, de forma minuciosa y extensa, en recabar la mayor cantidad posible de información biológica y ecológica de las distintas especies. Los estudios científicos constituyen siempre la base más importante a la hora de mostrar dichas
especies herpetológicas o crear planes de manejo, preservación y recuperación de sus poblaciones, pero todas las disciplinas de carácter naturalístico, —como es la fotografía— ayudan a entender y difundir dicha información, que llega de una manera clara y concisa al público en general. Nuestra idea de trabajar con los anfibios y reptiles en su ambiente acuático surgió de observaciones continuadas sobre la distribución y ecología básica de estos animales en la naturaleza, mientras nos encontrábamos realizando trabajos de fotografía subacuática. Es común observar fotografías realizadas a diversas especies
pertenecientes a ambos grupos en sus entornos terrestres: vocalizando, reproduciéndose o alimentándose; pero pocas son las tomas en las que se observa con detalle las fases acuáticas de su reproducción (amplexos sumergidos, puesta de huevos, etc.) o su forma de locomoción en los ríos, charcas y lagunas. Aunque son los anfibios los que están directamente asociados, de forma biológica y por su comportamiento, a los ecosistemas acuáticos, muchas son las especies de reptiles que igualmente dependen del agua, de su abundancia y calidad, para desarrollar sus principales funciones (reproducción, alimentación, etc.).
Ejemplar de rana común (Pelophylax perezi) fotografiado en un río asturiano. Técnica de doble agua (aire-agua) para mostrar el ambiente acuático en el que habita. Canon EOS 5D Mark II, 24 mm, equipo fotosub
Basándonos en lo antes expuesto y en nuestro interés por contribuir gráficamente a la divulgación de la vida de estos animales en su medio, decidimos, hace siete años (de 2008 a 2015), trabajar fotográficamente con ambos grupos de vertebrados —tanto en los ecosistemas acuáticos como en los terrestres—, intentando plasmar, por medio de nuestras fotografías, la relación entre ambos. Nos hemos centrado en las especies más numerosas y conspicuas: sapo común (Bufo bufo), tritón palmeado (Triturus helveticus), tritón ibérico (Lissotriton boscai), tritón jaspeado (Triturus marmoratus) y rana bermeja (Rana temporaria), entre los anfibios; y, entre los reptiles asociados al agua, el galápago europeo (Emys orbicularis), la culebra de collar (Natrix natrix) y la culebra viperina (Natrix maura).
Asimismo, estudiamos otras especies, como la salamandra común (Salamandra salamandra), la salamandra colilarga (Chioglossa lusitanica), el sapillo moteado común (Pelodytes punctatus), el sapo corredor (Epidalea calamita), y el sapo partero común (Alytes obstetricans). La mayoría de las fotos realizadas sobre las especies antes mencionadas han sido tomadas en cuatro de los ríos más importantes de Asturias (Sella, Casaño, Cares y Nalón), ya que son parte de un proyecto fotográfico que hemos perseguido ambos componentes del equipo y que sigue en vigor actualmente. Siempre hemos trabajado como un equipo, complementando nuestra técnica fotográfica con la biología y el conocimiento del medio y las especies trabajadas. Utilizamos equipos de Nikon o de Canon (cuerpos y lentes),
además de cajas estancas, puertos y cúpulas de las marcas Ikelite y SEA&SEA. La forma de iluminación varía según las características de la fotografía, el medio y la tolerancia del animal. Solemos usar flashes subacuáticos, linternas o snoots e, incluso, reflectores de tela, en los cuales rebotamos la luz del sol o los flashes. Cuando se trabaja con pequeños animales, como los anfibios y la mayoría de los reptiles, es indispensable usar objetivos macro con focal variable entre los 50 mm y los 180 mm, dependiendo de la especie. En el agua, los macro de 50 mm y 60 mm fueron los más usados, junto al 105 mm. Por otra parte, cuando queremos referenciar a la especie en su entorno, utilizamos angulares e, incluso, grandes angulares (ya sean zooms o fijos). Las focales varían normalmente entre los 16 mm y los 24 mm.
Ejemplar de culebra viperina (Natrix maura) asoleándose en el río Nalón (Asturias). Técnica de doble agua (aire-agua). Canon EOS 5D Mark II, 50 mm macro, equipo fotosub
ARTÍCULOS | IRIS 2016
ARTÍCULOS | IRIS 2016 46
FOTOGRAFIA SUBACUÁTICA DE ANFIBIOS Y REPTILES EN SU MEDIO
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