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UN MOMENTO EN EL TIEMPO
Maria Grazia Chiuri, diseñadora de Dior, y Maripol, un mito pop, hilvanan sus recuerdos de la era disco en la colección Pre-Fall 2021.
Por STEFANO TONCHI
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TEFANO TONCHI: Has colaborado a menudo con Maripol, pero nunca antes de manera tan estrecha. ¿Cómo nació esta colección? MARIA GRAZIA CHIURI: Antes estaba obsesionada con ella. Tenía todos sus libros. Quería conocerla desde mi época en Valentino. Cuando llegué a Nueva York, mi único objetivo era conocerla, pero no sabía cómo. Por casualidad, en una cena con Blondie [Deborah Harry], estaba hablando de mi pasión por Fiorucci, por Maripol y por sus atuendos, y ella me dijo: «¡Soy amiga de Maripol!» y la llamó inmediatamente. Hablamos y nos reunimos al día siguiente. MARIPOL: ¡Tienes razón, al día siguiente! En la antigua Factory de Andy Warhol. MGC: Estaba fascinada con la Factory. Habíamos encontrado el espacio para hacer una presentación allí, y mi sueño era tener fotos de Maripol. Entonces la invité, y mientras le mostraba el espacio, le propuse que debería tomar unas polaroid. ST: Maripol, ¿qué pensaste cuando recibiste esa llamada telefónica? MP: Me llamaron a medianoche. Hablé con Maria Grazia y, al día siguiente, cuando nos conocimos, lo primero que hizo fue abrazarme. MGC: Maripol fue la primera en saber que me iba de Valentino. La llamé y le dije: «Necesito un retrato oficial. Nadie sabe. Eres la única que me puede tomar estas fotos. Debes venir a París de inmediato». MP: Le tomé esas fotos y luego me apresuré para llegar a un vuelo a Tokio. ¡Tenía la apertura de una exposición al día siguiente! ST: Volviendo a esta colección, ¿hubo un momento especial que ambas recordarán con cariño en el futuro?
MP: Cuando Maria Grazia me llamó en septiembre, estaba preparando la colección Primavera / Verano 2021. Llegué a la nueva oficina y la vi con el libro de Fiorucci en la mano y una luz particular en sus ojos. «Haremos una colección, juntas, inspirada por ellos», dijo. No fotografié la ropa, sino la belleza. Fue mi primera vez fotografiando belleza para Dior. Luego me volvieron a llamar en diciembre; el proyecto inicial no era un lookbook, solo tenía que tomar mis fotos. Durante el rodaje, Maria Grazia vio todas las fotos y le gustaron tanto que decidió que yo también haría el lookbook. «Maripol tiene alma, sus fotos son frescas, enérgicas», dijo. Yo realmente disfruté colaborar con ella. Ella es una luchadora y tuvo que luchar por esta colección, porque iba a utilizar materiales nuevos para Dior, como plástico y lentejuelas. Las fotos tenían que retratar esto. Tomé tantas polaroids que, al final, el suelo del estudio se cubrió con ellas. Cuando llegué a mi casa, recibí una llamada y me dijeron: «Nos gustaría que fotografiaras la campaña digital también». ST: Hablemos de la colección Dior Pre-Fall 2021. Existen muchos elementos que no forman parte de tu léxico, Maria Grazia, colores como el verde lima y el naranja, animal print, espejos… que no se esperan en Dior. MGC: La colección nació de un momento muy concreto en nuestras vidas. Todos fuimos influenciados por la pandemia; tabién la moda: con desencanto. Personalmente, tuve que recordar lo que me enamoró de la moda hace años, especialmente durante la época pop, cuando mis primeros encuentros con la industria se dieron gracias a Fiorucci en Milán. Yo era una joven curiosa que atravesaba un período de grandes cambios y novedades. La tienda de Fiorucci en Milán era la única diferente de todo lo demás: tenían jeans, chaquetas militares y una selección de ropa vintage única. Cuando llegué a Fiorucci y vi
Maria Grazia Chiuri y Maripol han logrado fundir en un abrazo coherente y orgánico dos visiones de la moda tan (aparentemente) antitéticas como la que tuvieron Christian Dior y Elio Fiorucci.
aquello, fue como entrar en la galería de un explorador que trajo objetos del mundo exterior. Esta colección recuerda el placer de aquel descubrimiento. Nos recuerda que la moda es mucho más de lo que pretenden hoy. Es una forma de expresarse, una forma de vida. ST: ¿Crees que esas tiendas todavía tienen algo que enseñarnos? MGC: Claro que sí. Esas tiendas fueron una experiencia. Fiorucci no sólo fue un defensor de grandes cambios, como el embalaje, sino que experimentó con lo que muchas marcas de lujo se han apropiado después, como las colaboraciones con artistas… Era mucho más que un vendedor de ropa; llamarlo diseñador me parece casi un eufemismo. ST: Desde luego, la moda de Fiorucci no era la moda de Dior. ¿Cómo reconciliaste el universo de Fiorucci con la estética Dior? MGC: Dior tenía presencia en ese momento, pero era algo inaccesible para los jóvenes. Todo comenzó con mi reflexión sobre cómo cambian las cosas con el tiempo, cómo evolucionan los símbolos y sus significados. Un ejemplo lo encontramos en el estampado de leopardo, que para Dior en la década de 1950, representaba a Mitzah Bricard. Con Fiorucci, el leopardo se distorsiona y se convierte en parte de un lenguaje superpop. También había una necesidad personal de reapropiarse de la moda de una manera más libre y divertida. ST: ¿Cómo conociste a Fiorucci, Maripol?
«Esta colección nos recuerda por qué la moda es mucho más de lo que se describe hoy. Es una manera de expresarse, una forma de vivir». Maria Grazia Chiuri
MP: Antes de Studio 54, existía un club llamado Enchanted Garden. Tomé muchas fotos allí. Cuando asistía a esos clubes era joven, no podía comprar grandes marcas, así que yo misma cosía mi ropa o realizaba mis joyas. Un día una mujer, Mirabella, se me acercó y me dijo: «Quiero 300 pares de aretes como el tuyo para Fiorucci». Yo había hecho esos aretes a mano… Así nació la primera colección de joyas. Elio solía decir: «Maripol y yo tenemos antenas, somos precursores del futuro». ST: ¿En qué se diferencia el Nueva York de hoy en comparación con el de 1970 y por qué decidiste mudarte a Los Ángeles? MP: No siento que me haya ido de Nueva York para siempre. Ahora, con la pandemia, es más difícil moverse, pero suelo viajar entre las dos ciudades. De hecho, si tuviera que mudarme de forma permanente, probablemente elegiría una ciudad europea. Maria Grazia dice que debería ir a Roma. La otra opción es París. Muchas cosas han cambiado en Nueva York desde los 70 y 80. Es un mundo totalmente diferente. Cuando llegué a Nueva York, la ciudad estaba en bancarrota; podías hacer un trabajo al mes y pagar todos los gastos. Trabajar en el campo artístico significó conocer a todos los artistas, escritores, cineastas… Vivíamos de noche, teníamos clubes, discotecas, fiestas. Ahora dime un lugar donde todo esto suceda con la misma vitalidad. ST: Maria Grazia, hablemos ahora de Italia. ¿Qué hiciste allí a principios de los 80? MGC: ¡Estaba en Florencia! Con todos aquellos diseñadores florentinos y muy poco dinero. Pero nos divertimos. Todos estábamos sin un centavo y enamorados de la moda. Es tan diferente ahora que es casi indescriptible. Ese fue un momento histórico radicalmente único. No teníamos nada y, sin embargo, éramos tan felices, ST: Teníamos hambre de novedades. En ese momento había dos corrientes populares: punk y disco. ¿De cuál formaste parte? MGC: Siempre he sido bastante disco, pero tengo que admitir que tuve un momento, con Sergio Zambon, un poco punk. Sólo vestía de negro; era casi un uniforme. Éramos muy ingenuos en algunos aspectos. Ni siquiera sabíamos quiénes éramos; todo era un descubrimiento. Recuerdo un viaje a Londres, en el que salí vestida de una manera y regresé de otra. Cuando volvimos, los padres del amigo que estaba conmigo vinieron a recogernos y no nos reconocieron. ST: ¿Podríamos decir que con esta colección querías volver al pasado? ¿A tus orígenes? MGC: Exactamente, ¡los orígenes! Las cosas básicas que dan placer a la vida. Se habla poco del placer del cuerpo, pero es necesario bailar, escuchar música, desahogarse, formar parte de una comunidad (en mi caso, la comunidad femenina)... Este es el motor básico de toda la colección.