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ULTRAFEMME

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PRESTIGIO

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Octubre 2021 Nueva York, ESTADOS UNIDOS.

ULTRA ELENA

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Hay mujeres y mujeres, pero como ella sólo una, porque Elena Villarreal es única. Su historia no es la de una empresaria ordinaria, sino la de una soñadora y visionaria extraordinaria que ha transformado Ultrafemme en sinónimo de lujo en México. Su amor por los perfumes la llevó a fundar una tienda que muchos calificaron de locura, pero resultó ser el origen de un imperio que acaba de cumplir 45 años de éxito.

Por: JAVIER QUESADA Fotografía: ULTRAFEMME

Como una grande dame, Elena Villarreal nos recibe en el salón de su casa; no entre retratos de familia y antigüedades de valor incalculable, como las anfitrionas de En busca del tiempo perdido, sino entre otras obras maestras, en este caso olfativas: perfumes que, como ella bien sabe, son tan complejos como una obra de arte. Para poder disfrutarlos como se merecen, en plenitud, no sólo hacen falta conocimientos, independencia de criterio y una tarjeta de crédito, sino algo aún más escaso: sensibilidad. La misma que le llevó a abrir hace 45 años una tienda en Chetumal a la que bautizó con el nombre de Ultrafemme, un concept store —años antes de que existiese el término— absolutamente a contracorriente, que muchos consideraron casi una locura; entre ellos, su propio marido. Aquel capricho, sin embargo, se ha convertido en un imperio con más de 300 marcas dentro de su portafolio. «Cuando recuerdo aquella época me siento muy orgullosa, porque era la reina en mi tienda. La gente entraba y me decía: qué bonita es, lástima que no tienes nada. Y así era, porque nadie me quería vender nada hasta que, poco a poco, fui convenciendo a las marcas de que apostasen por Ultrafemme». Así es como se construye un caso de éxito: con tenacidad, obsesiva constancia y una implicación en el proyecto que va más allá de lo profesional y es estricta, casi dolorosamente, personal. «Yo me iba sola al aeropuerto de Chetumal para esperar a los proveedores que iban a ver a la competencia, porque nadie contestaba mis cartas. Hablamos de una época, cuando no había fax ni e-mail, en la que con suerte un pedido podía tardar más de tres meses en llegar», recuerda. Hoy, muchos de aquellos que entonces la ignoraron ni siquiera están en la industria, mientras Ultrafemme acaba de celebrar su 45 aniversario como referente del lujo en México y Latinoamérica. A lo largo de casi cinco décadas, Elena ha visto pasar de la cima a la sima no sólo a proveedores —y directores generales— sino a todo un sistema y un modo de entender el lujo. «En 45 años he visto no una, sino muchas industrias del lujo; y he tratado de disfrutar con cada una sin perder mi esencia. Como decía Yvette Moretti, una leyenda de quien yo aprendí todo lo que sé de perfumes, no hay que dejar morir a los clásicos. Antes se creaban perfumes con ingredientes como el Osmanthus, que florece en China no todos los años cuando el resto de flores ya se ha marchitado. Era el ingrediente básico del perfume 1000 de Jean Patou, que costaba una auténtica fortuna; pero era un aroma único para personas únicas. Hoy eso se ha perdido y se lanzan fragancias creadas en masa, pero que carecen de esa magia», explica. La clave del éxito de Ultrafemme reside en que nunca ha perdido de vista la esencia del lujo. «Sólo vendemos aquello en lo que creemos: fragancias que van a perdurar, como el Aventus de Creed [casa inglesa fundada en 1760], un clásico que sigue siendo un best-seller. Porque el lujo, como el perfume, está muy ligado a la emoción humana; es pura pasión».

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