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TALENTO LATINO
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Mayo 2022 Nueva York, ESTADOS UNIDOS.
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Con sólo 28 años fue considerada como la mejor chef del mundo, pero Daniela SotoInnes tenía muy claro que no se trataba de un reconocimiento personal, sino a todo su equipo y, sobre todo, «al talento latino que cocina en los fogones de todo el mundo para hacernos más felices».
Fotografía: CLAUDIO + TOMÁS Por: JAVIER QUESADA
Camisa de algodón, aretes y collar de metal con resina. MIU MIU. Reloj Royal Oak automático, 37 mm en oro rosa con bisel engastado con diamantes y esfera verde caqui, AUDEMARS PIGUET.
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Vestido de lana, bolsa de piel y sandalias de piel con elastano. BOTTEGA VENETA. MAYO 2022
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Lummi es una isla del archipiélago de las Islas San Juan, situadas en el estrecho de Georgia, en Washington, Estados Unidos, frente a las costas del Noroeste del Pacífico y el suroeste de Canadá. Para llegar allí desde Nueva York —donde fotografiamos a la chef mexicana Daniela Soto-Innes— hay que volar seis horas hasta Seattle, después manejar unas dos horas y media y, a continuación, tomar un ferry. Toda una odisea. Pero el esfuerzo merece la pena, porque, como destaca nuestra protagonista de portada, «es el lugar más hermoso del mundo en verano». ¿Cómo llegó hasta allí? La respuesta es muy sencilla y, al mismo tiempo, tremendamente compleja: «El amor», confiesa. «Me enamoré de mi esposo, que tiene un restaurante aquí, The Willows Inn (La Posada de los Sauces), en Lummi». Puede parecer muy romántico, pero… a mí me pasó exactamente lo mismo hace once años y medio. Por eso vine a México y por eso, por amor, sigo —seguimos— aquí. Estoy de acuerdo con Daniela: «el amor es lo más importante» y uno de los ingredientes fundamentales en su cocina y, también, en su biografía. «Nací en la Ciudad de México (en el año 1990) y me fui a Houston, Estados Unidos, cuando tenía doce años. Mis papás se divorciaron y mis hermanas y yo empezamos a trabajar en restaurantes desde muy pequeñas y ya nunca tuve otro trabajo», recuerda. Estaba predestinada, tal y como admite, «porque vengo de una familia en la que todas las mujeres cocinaban muchísimo: mi bisabuela, mi abuela, mi mamá… Desde que tengo uso de razón, siempre me llevaban a clases de cocina y creo que esto es lo que más te ata a tu país y a tu niñez. Es algo que realmente está dentro de ti y que nunca se te olvida. Tal vez tus familiares no estén cerca de ti, pero a través de la comida te puedes volver a acercar a ellos. Es algo absolutamente emocional», añade. A través de la cocina, aunque vive en una isla remota, pero bellísima —y me manda un video que lo atestigua—, Daniela puede viajar por todo el mundo: «Soy una tragona tremenda y siempre estoy dispuesta a tomar un buen vino con alguno de mis amigos cocineros en todas partes. Tengo amigos en Europa, Estados Unidos, México, Latinoamérica… Por eso, para mí la cocina es tan bonita, tan divertida, tan diversa». En 2019, con sólo 28 años, The World’s 50 Best Restaurants la nombró mejor chef del mundo. Cualquiera en su lugar habría perdido la cabeza, menos ella. «Aunque era muy joven, llevaba quince años cocinando, o sea, bastante tiempo. Pero no me lo esperaba, claro que no. Y aunque, obviamente, es un reconocimiento que sólo se cree mi abuela, sí me dio mucho gusto por ver a mi equipo feliz», recuerda. «Y también por tantos inmigrantes latinos que viven y cocinan en Estados Unidos. Gracias a ellos y a todo el tiempo que he estado en la cocina, no se me ha olvidado el español. Cocinar es un trabajo fácil de conseguir, pero también es muy bonito cuando te apasiona y ves historias como esta, que pueden animar a otros a seguir adelante». El premio también le sirvió para tomar una decisión: dejar Nueva York y los restaurantes Cosme y Atla, donde era socia con Enrique Olvera, para buscar su propia felicidad. El futuro viene cargado de proyectos, ligados a la gastronomía, en ámbitos tan diversos como la televisión o la tecnología, en los que si aún no es experta, lo será. «Mi abuela me dio un consejo: si vas a ser basurera, sé la mejor».
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Abrigo de lana y bolsa de piel, ALEXANDER MCQUEEN. Reloj Royal Oak automático, 37 mm en oro rosa con bisel engastado con diamantes y esfera verde caqui, AUDEMARS PIGUET.
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MAYO 2022 «Lo más bonito de ser cocinero es que aprendes de todo un poco: de diseño, de música, de vinos… Ser cocinero consiste, sobre todo, en aprender a consentir y enseñar a la gente lo bonito de vivir rico. Después del covid, la gente ha entendido la importancia de cuidarnos los unos a los otros. Los cocineros nunca nos moriremos de hambre porque nos las ingeniamos con una tortilla y aguacate»
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EN PÁGINA ANTERIOR – Trench coat de algodón y cupro, BURBERRY Reloj Royal Oak automático, 37 mm en oro rosa con bisel engastado con diamantes y esfera verde caqui, AUDEMARS PIGUET. Editor de moda DANIEL ZEPEDA Estilismo TOMÁS MEERSOHN Maquillaje y pelo VIRGINIA VERA Asistente de fotografía DIEGO RODRÍGUEZ