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MOSAICO L|A|T|A|M

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COHERENTE

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Analizamos el presente (y futuro) de la moda latinoamericana con Melissa Marra-Álvarez y Tanya Melendez, curadoras del FIT.

Por ALVÁRO RETANA

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Latinoamérica es un mosaico, no una realidad única. Es la premisa de la que parten Melissa Marra-Álvarez y Tanya Melendez, curadoras del Fashion Institute of Technology de Nueva York, en la exposición Latin American and Latinx Fashion Today: ¡Moda Hoy!, que se inaugurará el año próximo. Conversamos con ambas expertas durante el Seminario Internacional México, organizado por la universidad CENTRO y el FIT neoyorquino como parte de la maestría Global Fashion Management, celebrado entre la Ciudad de México y Oaxaca. En este seminario, se trató de la importancia de integrar a los artesanos de comunidades indígenas en la elaboración de productos de lujo, así como de valorar el patrimonio cultural de la región y establecer diálogos horizontales para una producción más ética. «Es algo que los franceses han hecho durante mucho tiempo. Ellos tienen una gran tradición artesana que está en el corazón de la Alta Costura y aplican a distintas estéticas. Es también un modo en el que consumen la moda y el lujo», comenta la mexicana Tanya Melendez. «Es un trabajo tan hermoso y resulta tan estimulante tener tantas culturas y conversaciones simultáneas», agrega Melissa Marra-Álvarez. «La exhibición se centra en lo que está ocurriendo en Latinoamérica en relación con Estados Unidos, pero no desde un punto de vista monolítico, sino desde una visión más poliédrica, con muchos países, ideas y maneras de entender lo que está ocurriendo en la moda hoy y cómo eso afecta a muchos diseñadores», apunta Tanya.

Una de las ideas primordiales de esta exhibición es la de descentralizar la moda. «Hoy el sistema no puede girar sólo en torno a París, Milán o Nueva York. La moda es policéntrica, especialmente tras la pandemia, y no puede haber tres centros, sino áreas diferentes con distintas metodologías y productos. Hay una gran variedad de estilos y propuestas que puedes encontrar en una región como Latinoamérica», sostiene Tanya. «Cuando tienes un enorme mercado como el latinoamericano, tienes que adaptarte aunque seas una gran corporación, si no quieres perderlo. La moda participa de ese proceso y cambiar la percepción de los grandes grupos es parte de su poder», apostilla Melyssa. Ambas están de acuerdo en que México es el mejor ejemplo. «Es un enorme mercado para las marcas de lujo, con una visión geopolítica y cultural distinta al de otros mercados, donde las marcas hacen constantemente adaptaciones de sus productos para ser atractivos para sus potenciales consumidores. Y no me imagino a una marca de alta gama tratando de hacerlo sin ser sincera con su consumidor, o sea, entendiendo lo que es, no sólo lo que quiere», añade Tanya. Ambas coinciden en que algo está cambiando en el panorama de la moda actual. «Está evolucionando el modo en que muchas empresas hacen negocios y cómo la gente decide gastar en un producto o una marca. Hay un componente social que las marcas no pueden obviar. Compramos según el modo en el que vemos el mundo. Hay distintos tipos de diseño porque hay distintos tipos de consumidores y la moda es parte del cambio», sostiene Tanya. Melyssa considera que la moda es un organismo vivo y proteico y que en el futuro habrá cambios «que no podemos ni imaginar». El interés en Latinoamérica por parte del sistema es algo que ha explotado y ya no tiene marcha atrás. «Hasta ahora, se miraba a Latinoamérica como algo que estaba fuera del sistema, cuando en realidad es un centro en sí mismo. Particularmente, no puedo considerar que en la actualidad Nueva York o Miami sean centros con menos poder e influencia que otros, como Ciudad de México o Medellín, donde se consume moda de manera prominente», asegura Tanya. Pero no es algo nuevo, en realidad. «En el paso del siglo xix al xx, uno de los mayores mercados de la Alta Costura era Argentina e, históricamente, Latinoamérica ha sido un actor fundamental en la industria del lujo. Vi en un artículo de 2007, en la revista ID, que México era el nuevo hotspot en moda y arte. O sea, que se trata de una idea que lleva ya muchos años en el aire y que ha hecho que muchas miradas se enfoquen hoy en Latinoamérica. En parte, el cambio en la visión global que el resto del mundo tiene hoy de México, de ser un país peligroso a ser una meca cool, se debe a la moda, al arte, a la cultura», concluye. «Ese el poder de la moda.

Melissa Marra-Álvarez y Tanya Melendez consideran que la moda es un organismo vivo, no algo estático. «Estamos seguras de que va a haber muchos más cambios que ni podemos imaginar; no se trata de hacer las cosas de manera diferente, sino del mejor modo posible».

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