Espacios movimiento

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E S PA C I O S

MOVIMIENTO una lectura de la calle como espacio social

TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE MAESTRA EN ARQUITECTURA PRESENTA: LO R E N A

C A R D O N A

M A R Í N

UNIVER SI DA D N AC I ON A L AU TÓN OMA D E M ÉX I CO • P RO G RA M A D E M A EST RÍ A Y D O C TO RA D O EN AR QU IT EC T U RA • C DMX • 2 014


A N T EC EDE N T ES

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» Tes i s q u e p a r a o p t a r p o r e l g r ad o d e M aes tr a e n A rq u it e ct u r a p re se n t a:

Lorena Cardona Marín

Tu t o r

Mtro. en D.I. Gustavo Víctor Casillas Lavín DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO DE LA FACULTAD DE ARQUITECTURA DE LA UNAM

Sinodales

M. en Arq. Juan Manuel de Jesús Escalante DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO DE LA FACULTAD DE ARQUITECTURA DE LA UNAM

M. en Arq. Alejandro Cabeza Pérez DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO DE LA FACULTAD DE ARQUITECTURA DE LA UNAM

Dra. Lucia Gabriela Santa Ana Lozada DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO DE LA FACULTAD DE ARQUITECTURA DE LA UNAM

Dr. Adrian Baltierra Magaña DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO DE LA FACULTAD DE ARQUITECTURA DE LA UNAM

Programa de Maestría y Doctorado en Arquitectura DEPFA · UNAM CD MX · DICIEMBRE 2014


Una lectura de la calle como espacio social

Âť

ESPACIOS MOVIMIENTO


Agradecimientos A la Universidad Nacional Autónoma de México, al programa de Maestría y Doctorado en Arquitectura y al CONACYT por la oportunidad de hacer esta Investigación, y ampliar mis conocimientos sobre la ciudad y la arquitectura. A mi tutor y sinodales por el apoyo constante y su disposición durante la investigación. A mis maestros de la UNAM por la continua retroalimentación. A mi familia y amigos en Colombia por apoyarme de manera incondicional. A mis amigos en México que me brindaron su sincera amistad y a quienes de alguna forma se cruzaron en mi camino durante estos dos años y me acompañaron en esta increíble experiencia.

Agradecimientos especiales Al arquitecto Jan Gehl por recibirme en su casa para retroalimentar esta investigación y a Lina Gil por acompañarme en esa aventura. A Selene | Cristian | Dinorah | Camilo | Roberto | GabrieL | Arturo | Armando | Uriel | Christian | Francisco | Juan Carlos | Diego | Disonante.mx | Somosmexas | DAS | por ayudarme a construir esta tesis de manera colectiva.


A J. C. q u e me a y u d 贸 a l l e g ar has t a aqu铆


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117 • Hipótesis de Investigación

72 • Prácticas del espacio: el tránsito El andar como forma de lectura y escritura del espacio Sobre el personaje urbano “Le flâneur” La deambulación y el Situacionismo Las transurbancias ¿Turistas o viajeros /mirones o caminantes?

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37 • La calle como espacio social La calle un espacio público La emergencia de la calle Vida social, contactos y comportamientos en la calle El modelo de conducta espacial

14 • Sobre el concepto de “Calle” La espacialidad de la calle La calle un no lugar La calle un espacio-movimiento

L E C T U RAS SO BRE E L E S PA CI O

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AN TEC ED EN TES

15 • Presentación

20 • La Ciudad, Lo Urbano, El Espacio Público Antecedentes conceptuales 40 • Homo Anti-Urbanus Situación y conflictos del espacio público en la ciudad contemporánea


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PR ÁC TI C AS E N E L E S PA CI O

14 • Exploraciones urbanas Metodología y procedimiento Escenarios de estudio 44 • Relatos del espacio Práctica 1: Relatos de calles en la Ciudad de México 74 • Cartografías móviles Práctica 2: Construcción de una cartografía móvil de la calle 100 • Cine etnográfico Práctica 3: Filmografía del espacio-movimiento 112 • Análisis e interpretación de resultados A RQ U I TE C T U RA D E L E S PAC I O- MO V I MI E N T O

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6 • Reflexión: el derecho a las calles

22 • Experiencias: alternativas para diseñar la calle

86 • C ON C L U S I O NE S 95 • BIB L IOG R A F Í A

64 • Propuesta: La “an-arquitectura” de la calle La arquitectua que emerge de las prácticas del espacio

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» 15 • Presentación 20 • La Ciudad, Lo Urbano, El Espacio Público Antecedentes conceptuales 40 • Homo Anti-Urbanus Situación y conflictos del espacio público en la ciudad contemporánea


Âť Antecedentes libro i/ iv



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Vista norte centro Ciudad de MĂŠxico desde la Torre Latinoamericana. 2012 | Lorena Cardona M.


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PRESENTACIÓN

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sta investigación parte de un interés profesional y personal por lo público, por aquellos espacios que tienen impacto sobre un mayor número de personas, y cuya finalidad no es más que la de generar conocimiento en función del beneficio colectivo de los ciudadanos. Es un intento por encontrar nuevas formas de entender, habitar y construir la ciudad, y por llamar la atención sobre aquellos espacios y acontecimientos sociales que en ocasiones por más difusos y fortuitos que parezcan son una fuente de inspiración, aprendizaje, y de transformación para la ciudad actual.


16 Las ciudades han crecido y evolucionado hasta convertirse en estructuras complejas, que han relegado por completo su propósito original de satisfacer las necesidades humanas y sociales de las comunidades; dicha evolución ha significado condenar a reliquias su imagen como lugar público, como espacio de encuentro y de heterogeneidad. Como arquitecta y ciudadana, he visto como constantemente la planificación y el diseño urbano pasa por alto al ser humano; cada día se proyectan enormes edificios que miran hacia el cielo y complejas estructuras pensadas para los automóviles, que olvidan por completo lo que pasa en el suelo, a la escala humana. La ciudad se ha concentrado en hacer arte y celebrar el individualismo de grandes proyectos que muchas veces están desconectados de las personas y de su vida cotidiana; una condición que en general ha contribuido a la desaparición gradual de los espacios públicos.

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P RES E NTAC I ÓN

Frente a esta situación, ¿Qué pasaría entonces si viviéramos en una ciudad en la que tuviéramos que estar adentro todo el tiempo, un lugar sin banquetas y donde el único lugar al que podemos salir es el centro comercial? ¿Qué pasaría si no hubiera espacios públicos, si no existieran lugares para la gente, sus actividades exteriores y para las relaciones sociales espontáneas? Esta investigación apunta pues a devolver el interés —desde la arquitectura— a los espacios públicos, entendidos como aquellos escenarios de y para las relaciones sociales, donde se da sentido y forma a la vida colectiva, y a la sociedad urbana en su conjunto; sin embargo el interés aquí se concentra en estudiar específicamente los espacios públicos micro, estos pequeños espacios cotidianos donde las personas se mueven, viven e interactúan a diario; es decir, las calles.


17 Para muchas personas las calles podrán ser consideradas como meros elementos de conexión y circulación; sin embargo —como se demostrará en el transcurso de la investigación— dichos elementos son los principales y más importantes espacios públicos de la ciudad, sus órganos sociales más vitales. Las calles son los espacios urbanos más accesibles y cercanos al ciudadano, los cuales concentran la mayor cantidad y diversidad de personas y actividades; son lugares óptimos para el encuentro fortuito, la expresión colectiva y la diversidad; espacios colectivos llenos de humanidad donde se desarrolla y se construye la vida urbana, y donde además se manifiesta con mayor fuerza la crisis de la ciudad, pero también donde aparecen las respuestas más positivas para su transformación. A partir de esto, se plantea como objetivo principal de esta investigación “hacer una reflexión y aproximación a las calles como espacio social”, tomando como referencia el concepto de calle como espacio-movimiento; es decir, un espacio desregulado en el que todo es espontaneo y dinámico; una suerte de pequeños intersticios donde tanto su espacio físico como su misma actividad permanecen en constante cambio y transformación. A nivel de contenido la investigación está estructurada a partir del desarrollo de tres temáticas fundamentales: en primer lugar se abordó la calle desde su conceptualización teórica como “espacialidad humana” (como fenómeno antropológico y social) y como “no-lugar” (como experiencia y como espacio que se construye a partir del recorrido y del uso). En segundo lugar, se analizó la calle desde su función social en la ciudad, como espacio para las relaciones en público, para el intercambio y la interacción social. El interés en este punto,


18 se centró en estudiar el funcionamiento de las calles vistas como sistema social emergente. En tercer lugar se realizó una lectura de la calle desde las prácticas de los usuarios, haciendo referencia específicamente a la actividad más natural y cotidiana que se da en ellas: el tránsito.

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P RES E NTAC I ÓN

A nivel metodológico, el documento está organizado en cuatro partes que van desde lo general a lo particular. La primera parte corresponde a los “Antecedentes de Investigación” que dan cuenta en primera instancia del marco de referencia conceptual que sustenta la mayor parte de los planteamientos teóricos de la tesis; y posteriormente de la presentación del problema de investigación, en la que se identifican una serie de dinámicas que afectan hoy en día la función social de los espacios públicos; las cuales a su vez sirven para demostrar la importancia y pertinencia de realizar dicha investigación. La segunda parte titulada “Lecturas sobre el espacio” corresponde a un conjunto de reflexiones teóricas sobre las calles, las cuales constituyen la base conceptual o Marco Teórico sobre el que posteriormente se respaldará la hipótesis y la propuesta de esta investigación. La tercera parte titulada “Prácticas en el espacio” consiste en un trabajo de campo realizado en tres calles de la Ciudad de México, el cual fue planteado como un ejercicio práctico de comprobación de la hipótesis de investigación y de los diferentes planteamientos teóricos desarrollados en la segunda parte. Los resultados de las exploraciones urbanas serán presentados a partir de tres ejercicios teórico-prácticos llamados: Relatos del Espacio, Cartografías Móviles Y El Cine Etnográfico, los cuales fueron seleccionados como posibles estrategias que permiten de alguna forma complementar el estudio de las calles.


19 La cuarta y última parte titulada “La Arquitectura del Espacio- Movimiento” corresponde a una reflexión sobre el diseño de las calles, a partir de la cual se pretende dar respuesta a interrogantes como ¿cuál es la aportación del arquitecto a la construcción del espacio calle? y ¿cómo dar respuestas arquitectónicas a la calle entendida como espacio social?, todo esto con el objetivo de generar un debate critico sobre el papel de los arquitectos y urbanistas en la potencialización de la vida social en la ciudad. Esta última parte finaliza con la presentación de una propuesta que sintetiza una serie de criterios o estrategias urbano-arquitectónicas para reinventar las calles como espacio social.

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La Ciudad, Lo Urbano, El Espacio PĂşblico Antecedentes conceptuales Vista sur centro Ciudad de MĂŠxico desde la Torre Latinoamericana. 2012. | Lorena Cardona M.


21 Ocurre con las ciudades como con los sueños: todo lo imaginable puede ser soñado pero hasta el sueño más inesperado es un acertijo que esconde un deseo, o bien su inversa, un miedo. Las ciudades, como los sueños, están construidas de deseos y de miedos, aunque el hilo de su discurso sea secreto, sus reglas absurdas, sus perspectivas engañosas, y toda cosa esconda otra. —No tengo ni deseos ni miedos —declaró el Kan —, y mis sueños están compuestos o por la mente o por el azar. — También las ciudades creen que son obra de la mente o del azar, pero ni la una ni el otro bastan para mantener en pie sus muros. De una ciudad no disfrutas las siete o las setenta y siete maravillas, sino la respuesta que da a una pregunta tuya. Ítalo Calvino. Las Ciudades Invisibles,1978


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LA CIUDAD, LO URBANO, EL ESPACIO PÚBLICO

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ontinuamente escuchamos y hacemos referencia a las palabras ciudad, urbano y espacio público. Por repetición las palabras se desgastan y van perdiendo su significado, ya que son las tendencias y modas de cada época quienes lo definen. El concepto de ciudad, de lo urbano y más aun del espacio público, son nociones que permanecen en constante cambio, son mutables, ya que con cada nuevo acontecimiento y avance, estas palabras adquieren nuevos valores y significados, adoptando diferentes formas de materialización tanto en forma como en contenido.


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LA C IU DA D, L O U RB A N O, E L EP S PA CI O P ÚB L IC O

En el discurso contemporáneo, la construcción del significado de estas palabras se asienta sobre una base ideológica, ya que su definición permanece estancada en una utilización discursiva idealizada e imaginada, lejos de lo que la realidad material nos muestra. Sin embargo, dichos conceptos persisten hoy en día como un referente para conocer su finalidad y su aportación al ser humano, y como una guía de lo que podrían ser, si se llegara a explotar todo su potencial.


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LA CIUDAD, LUGAR DE ENCUENTRO Y DE LO DIVERSO

Este capítulo inicia con una de las interrogantes claves de la investigación: ¿Qué es una ciudad? Para empezar habría que decir que una ciudad es probablemente el mayor artefacto producido por el hombre cuya configuración es el resultado y reflejo de la sociedad que la construye y sostiene; el cual presenta dos características básicas: la densidad, como espacio que alberga gran cantidad de elementos, construcciones y personas; y la diversidad, como espacio que presenta una mezcla intensa y compleja de elementos y funciones, que la definen como una pluralidad de partes no semejantes. En una entrevista realizada al arquitecto danés Jan Gehl, él identifica que tradicionalmente las ciudades han sido el núcleo del desarrollo de la cultura:

“Normalmente se podría decir que las personas se juntaban en las ciudades porque eran terreno fértil para conocer a otras personas y desarrollar la cultura; espacios donde podían hablar con

Al igual que Gehl, el economista estadounidense Edward Glaeser (2013), considera que las dos características básicas de la ciudad (densidad y diversidad) constituyen un elemento central de la difusión del conocimiento y del desarrollo de la cultura humana:

otras personas, generar escuelas y hacer actividades que normalmente no podrían generarse si la gente estaba esparcida”1 “Las ciudades suponen ausencia de espacio físico entre las personas y las empresas. Representan la proximidad, la densidad de población y la intimidad. Nos permiten trabajar y jugar juntos, y su éxito depende de la demanda de contacto físico” (p. 19).

1 Tomado de la entrevista con el arquitecto Jan Gehl, realizada el 24 de Junio de 2013, en la ciudad de Copenhague, Dinamarca. Dicha entrevista hace parte de las actividades desarrolladas en la presente investigación, para ver el texto completo visitar la página web: http://disonante.mx/entrevista-con-el-arquitecto-jan-gehl/


26 De acuerdo a Glaeser, la densidad urbana es la municación entre mercados y culfuente primaria para alturas. Son centros productores de canzar la prosperidad y el ideas” (p. 20). éxito. Podría decirse que comparada con la vida en el campo, la ciudad es una espacialidad que ofrecer al ser humano una gran cantidad y multiplicidad de opciones que le permiten acceder a una vida más rica, más sana y más esperanzadora derivada de estar vinculado al conjunto del planeta. “Las ciudades son puntos de co-

Para el escritor italiano Ítalo Calvino (2012): “Las ciudades son un conjunto de muchas cosas: memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque, como explican todos los libros de historia de la economía, pero estos trueques no son sólo de mercancías, son también trueques de

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LA C IU DA D, L O U RB A N O, E L EP S PA CI O P ÚB L IC O

palabras, de deseos, de recuerdos” (p. 6).

La ciudad es pues una estructura que almacena y transmite los bienes más preciados del ser humano: sus ideas y conocimientos, su cultura, sus actividades, sus historias, y sus productos, todo esto dentro de un conglomerado social cuyas conexiones e interacciones entre sí, permiten que dichos bienes se preserven y no desaparezcan en el aislamiento rural. La ciudad es una especie de “Escaparate Público” donde la sociedad exhibe lo que ofrece y seduce con ello.


27 Ahora bien, los urbanistas Jordi Borja y Zaida Muxí (2003) consideran que una ciudad es más que nada un espacio público de todos y para todos: Esta definición introduce al concepto de ciudad un y monumentos se combinan con componente esencial: lo recuerdos, sentimientos y mopúblico y lo colectivo. La mentos comunitarios. La ciudad ciudad no puede ser cones sobre todo, espacio público siderada como un espacio y no parecería que los que allí privado, de acceso restrinvivimos, pudiéramos renunciar a gido y uso controlado; por ella sin perder vínculos sociales y el contrario la naturaleza valores culturales, sin empobredensa y heterogénea de la cernos” (p.18) ciudad hace que esta sea necesariamente un espacio colectivo, libre y abierto a todos; es decir: “público”, donde gracias a esto es posible la vida en sociedad. “La ciudad es un patrimonio co-

lectivo en el que tramas, edificios

“Lo público” de la ciudad, trae consigo otras dos condiciones: el encuentro y la interacción; la ciudad como composición espacial que reúne gran cantidad y diversidad de elementos, brinda la posibilidad de que estos se encuentren en un solo lugar y como resultado se genere un proceso de interacción entre ellos. La ciudad es un lugar de encuentro y de intercambio de lo diverso, una concentración de puntos de encuentro donde se llevan a cabo conexiones, interacciones e intercambios recíprocos entre sus diferentes componentes.


28 Para el filósofo español José Miguel G. Cortez (2006, p.97) “La ciudad debería ser el espacio público, el lugar de la cohesión social y los intercambios culturales, donde se concentran las diferencias de origen, de aptitudes y actividades”. La ciudad es un lugar de contacto real donde se encuentran y se fecundan las diferencias (porque lo homogéneo no tiene sentido que se encuentre). La ciudad no puede estar compuesta de partes semejantes, ya que por lo contrario son las diferencias quienes la construyen y le otorgan su carácter y valor. Como lugar público, la ciudad permite ser configurada con todo tipo de elementos que logran cabida en un mismo lugar, como una multimedia de mensajes, imágenes, sonidos y funciones, que se exhiben para ser vistos y usados, y a su vez para ser retroalimentados entre sí. Por otro lado, el filosofo francés Michel De Certau (2010, señala que: Con esto, De Certau introduce una característica red de estadías adoptadas por importante de la ciudad: el una circulación, un pisoteo a tramovimiento. Una ciudad vés de las apariencias de lo pronunca es un producto terpio, un universo de sitios obseminado, estancado, inmóvil, sionados por un no-lugar o por por el contrario es una conlos lugares soñados” (p.116). strucción donde sus componentes siempre están en constante movilidad y mutación. Una ciudad se va transformando homeopáticamente, crece lentamente y se construye en el tiempo, cada nuevo elemento y personaje que llega genera un nuevo espacio, una nueva actividad y un nuevo hecho que la transforma; así la ciudad se convierte una red interconectada de espacios, historias y situaciones, múltiples “En la ciudad solo hay una po-

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LA C IU DA D, L O U RB A N O, E L EP S PA CI O P ÚB L IC O

pulación de transeúntes, una


29 y diferentes a cada momento, que da lugar a una estructura en constante devenir. Contrario a esta condición, podría plantearse que una ciudad es también redundante; hay ciertos elementos de ella que se repiten de tal forma que algo llega a fijarse en la mente de sus habitantes. La memoria es redundante y repite los signos para que la ciudad empiece a existir. Los arquitectos Richard Rogers y Renzo Piano presentan una serie de reflexiones sobre la percepción de la ciudad, y las emociones y sentimientos derivados de esta: “Me encanta su combinación de edades, razas, culturas, actividades, la mezcla de comunidad y anonimato, familiaridad y sorpresa, e incluso el

“La ciudad debe expre-

sentido de peligrosa excitación que

sar alegría. Una ciudad

suscitan. Disfruto con los grandes es-

debe ser intensa no gris

pacios tanto como la animación de las

y pesada” [...] “La ciudad

terrazas de los cafés, la vivacidad de

es una manera de ser, un

las plazas públicas y la variada mezcla

estado de ánimo, una at-

de usos que componen barrios vivos”

mosfera del espíritu, una

Rogers (2000, p.15).

sensación. La ciudad es emoción” Piano (2005,

p.66,88). Con estas reflexiones se pone de manifiesto una última consideración sobre la ciudad: su humanidad. La ciudad es el hábitat natural del hombre, por tal razón no solo está hecha de elementos físicos y tangibles, sino también de todo aquello que es inmensurable y que hace parte del ser humano; es decir, de sentimientos, de emociones, de experiencias y de historias. La ciudad representa también ese lugar imprevisible lleno de sorpresas y emociones, en el que cada espacio refleja una historia, un estado de ánimo, una sensación, un recuerdo,


30 que resulta diferente para cada persona. Así la ciudad no es la misma para todos, sino que representa ese lugar que cada uno construye en base a una pregunta, un deseo, o una motivación. Para finalizar habría que decir que las ciudades no están constituidas por edificios sino por personas; y en este sentido, tal y como lo “Hemos de liberarnos de la tendencia de ver en explica Edward las ciudades ante todo sus edificios, y recordar Glaeser (2013): que la ciudad verdadera está hecha de carne, no de hormigón” (p. 32). “Las razones que llevan a una ciudad a triunfar tienen mucho más que ver con su capital huma-

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hu lu lu ga m an lu ga r p r ú ga d b a r e e lic n en o y co cu c ns en ol ta tro ec t nt e e i ivo de nt ve erc ni am r b

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no que con sus infraestructuras físicas” (p. 46).

{Su humanidad = componentes mensurables e inmensurables}


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LO URBANO, LA ESENCIA DE LA CIUDAD

¿Qué es lo urbano?, lo urbano es un término que comúnmente acompaña al de ciudad. Muchos oímos hablar sobre el espacio urbano, pero ¿A qué se refiere esto?, ¿Es lo mismo hablar de espacio urbano, espacio público o de ciudad? El antropólogo español Manuel Delgado presenta una buena y pertinente argumentación sobre los términos urbano y ciudad; que particularmente para esta investigación resultan relevantes, ya que aclaran algunas apreciaciones sobre el objeto y los posibles alcances a los que se podrá llegar con ella. En palabras de Delgado (2007): “Lo urbano suscita un tipo de espacio

La ciudad como espacio social: el espacio urbano. El espacio urpúblico y como lugar de bano es el espacio que genera y donde encuentro e intercambio se genera la vida urbana como expetiene su razón de ser (su riencia masiva de la dislocación y del esencia) en la construcextrañamiento, de la perplejidad y la ción de una vida urbana, estupefacción” (p.12). de una vida en comunidad. Lo urbano, tomando “La no-ciudad, lo urbano, es la ciudad como referencia a Delgamenos la arquitectura” (p.82). do, es entonces el componente intangible de la ciudad; es decir, lo humano, la vida urbana que se construye en ella. Lo urbano es lo que genera el espacio urbano; un espacio social nicho para una socialización holística hecha de contactos e interacciones basadas en lo aleatorio, lo temporal y lo fluctuante. Esta actividad social, convierte al espacio urbano en un escenario que se construye conforme se dan las relaciones sociales en su seno, un espacio que se hace y se deshace cons-


32 tantemente ya que nunca está finalizado o estructurado. De acuerdo a Delgado lo urbano, implica un espacio que no puede ser representado o concebido, sino solo percibido, practicado, vivido y usado (no puede verse, solo experimentarse). Un espacio dinámico, sin forma, imposible de interpretar y determinar, construido por estructuras inestables que van emergiendo a cada momento; y cuyos habitantes a diferencia de la ciudad, solo son usuarios que se apropian temporalmente del espacio sin derecho de propiedad. En este sentido, la naturaleza funcional y sociológica de lo urbano jamás podrá ser determinada, pues solo representa esa dimensión liquida, móvil, humana, y sin forma o bordes que contiene la ciudad.

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ESPACIO PÚBLICO, EL ESPACIO SOCIAL DE LA CIUDAD

El término espacio público proviene de una de las articulaciones básicas de la ciudad y de la sociedad: lo público y lo privado. Lo privado hace referencia al ámbito del individuo, a lo íntimo, lo personal y lo interior; mientras que lo público se refiere a lo colectivo, lo exterior, lo abierto y a todo aquello que se pone de manifiesto o a disposición, uso y conocimiento de todos. En primera instancia el espacio público debe ser entendido como aquel espacio de la ciudad de propiedad pública, dominio y uso público; cuyas características innegociables que garantizan su calidad de “público” son la libre accesibilidad y el uso colectivo por parte de “todos”; es decir, lugares en donde se puede sentir al margen de cualquier tipo de control y en los cuales se permite la igualdad de apropiación por parte de diferentes grupos sociales y culturales. El espacio público en su dimensión urbana actúa como el elemento estructurador y articulador de la ciudad. Una característica fundamental es que son espacios abiertos libres de toda construcción, que funcionan a manera de espacios vacíos en los que se puede acceder y circular libremente, los cuales además soportan una multiplicidad de usos y funciones. En este sentido, los paradigmas del espacio público urbano son los parques, las plazas y las calles, cuyos usos tradicionales están relacionados específicamente con lugares para el encuentro y la expresión social, el ocio, el comercio y el tránsito. El espacio público es ante todo el espacio social de la ciudad. Jan Gehl identifica que este espacio se ha convertido desde el pasado hasta nuestros días en un espacio importante en el que la gente conoce a otras personas:


34 “En el pasado la gran mayoría de la información era intercambiada en estos espacios y por esto necesitabas ir allí, para saber qué era lo que estaba pasando en la ciudad, como vivía otra gente y obtener información sobre la sociedad. Así que el espacio público siempre ha tenido tres funciones tradicionales: el lugar de reunión de las personas, el lugar del mercado en el cual puedes intercambiar servicios y productos, y el espacio de conexión; ya que para llegar de un lugar a otro requieres un espacio de conexión, y el espacio público también sirve para estos propósitos”. 2

Borja y Muxí (2003) definen el espacio público como el elemento ordenador y articulador del urbanismo y la espacialidad social por excelencia de la ciudad: “El espacio público es a un tiempo el espacio principal del urbanismo, de la cultura

El espacio público es un escenario que físico, simbólico y político” (p.8). soporta diversos usos y funciones, “Es un lugar de relación y de identificación, el cual tiene la cade contacto entre las personas, de animapacidad de servir ción urbana y de expresión comunitaria” como elemento (p.27). ordenador, articulador y estructurador de la ciudad. A nivel social, estos espacios son los lugares óptimos para la interacción social; son espacios de encuentro fortuito donde es posible establecer un contacto directo e informal con los demás ciudadanos (lugar de encuentro de lo diverso); son elementos de expresion colectiva, de la diversidad, donde ademas se da sentido y forma a la vida colectiva, y a la sociedad urbana.

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LA C IU DA D, L O U RB A N O, E L EP S PA CI O P ÚB L IC O

urbana y de la ciudadanía. Es un espacio

2. Tomado de la entrevista con el arquitecto Jan Gehl realizada el 24 de Junio de 2013, en la ciudad de Copenhague, Dinamarca.


35 Manuel Delgado (2011) considera que el espacio público: “Es el espacio de y para las relacio-

En pocas palabras, el nes en público, es decir para aquellas espacio público es el que se producen entre individuos que escenario donde se coinciden físicamente y de paso en ludesarrolla la vida sogares de tránsito y que han de llevar a cial urbana, que tiene cabo una serie de acomodos y ajustes como premisa funmutuos para adaptarse a la asociación damental el carácter efímera que se establece” (p.17). “público”; es decir, un conjunto de relaciones que se desarrollan de forma abierta y libre, cuyos participantes son personas en su mayoría desconocidas que coinciden momentáneamente en un mismo lugar para participar de una serie de actividades y contactos mutuos transitorios, efímeros y espontáneos. De esta forma, el espacio público se vislumbra entonces como un escenario comunicacional que sirve de nicho para un intercambio de información sobre la propia ciudad y la sociedad. El sociólogo francés Isaac Joseph (en Segovia 2007, p.23) considera al espacio público como “Un escenario para la acción, en la medida en que es un espacio pensado para que en su seno ocurran ciertas cosas y esas cosas son acciones desarrolladas por los ciudadanos”. Lo que define la naturaleza pública de estos espacios es el uso, por esta razón solo la actividad y la apropiación de los usuarios es quien determina realmente su carácter y valor. Un espacio público nunca puede ser un espacio concebido sino solo practicado, pues es el cruce de todo tipo de personas, clases sociales, edades y etnias, quienes marcan su valor “público”; así, se establecen allí nuevas relaciones, nuevas solidaridades y acuerdos mutuos, que dan pie a inesperadas sensaciones y experiencias.


36 Finalmente Delgado (1999, p.190) sintetiza el concepto de espacio público al definirlo como “El lugar por definición de lo urbano”. En este sentido, se vislumbra también como un espacio de paso, itinerante, transitorio, un territorio desterritorializado, tierra general: de nadie y por ello de todos. Un escenario de situaciones impredecibles e irrepetibles, en el que se desarrollan infinidad de entrecruzamientos, de actividades heterogéneas e inconclusas donde nada merece el privilegio de quedarse.

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ESPACIO ABIERTO + ESPACIO MOVIMIENTO }

{ ACCESIBILIDAD + USO COLECTIVO + MULTIFUNCIONALIDAD +

ESPACIO SOCIAL DE LA CIUDAD

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relaciones en público desarrollo de la vida urbana escenario comunicacional

(lugar por definición de lo urbano)

espacio público

LA C IU DA D, L O U RB A N O, E L EP S PA CI O P ÚB L IC O

Con esto se establece una última consideración sobre los espacios públicos al definirse como espacios-movimiento; espacios que se transforman constantemente según sus usuarios y las actividades que ejecutan en ellos, lo cual significa un factor determinante a lo hora de pensar en un posible diseño de los mismos.


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¿LA CIUDAD ES ESPACIO PÚBLICO? O ¿EL ESPACIO PÚBLICO HACE CIUDAD?

En algunas reflexiones que se han hecho desde diferentes disciplinas sobre la ciudad y los espacios públicos, es recurrente encontrar la siguiente tesis: “El espacio público como esencia de la ciudad o incluso como la ciudad misma”. Una ciudad que goce de un buen sistema de espacio público es una ciudad donde sus habitantes tienen mayores posibilidades de mejorar su calidad de vida al tener espacios para el ocio, el esparcimiento, la cultura, el deporte y las actividades sociales familiares y comunitarias; además de todos los beneficios de participar de una ciudadanía activa y de una vida urbana vibrante. El espacio público es un lugar de encuentro para que los ciudadanos interactúen entre ellos, son lugares donde es posible conocer la ciudad y vivirla como una experiencia donde la sorpresa, lo diferente y lo dinámico son cualidades atractivas y enriquecedoras. Para Borja y Muxí (2003) la ciudad es sobre todo el espacio público:

“El espacio público es de la representación en el que la ciudad se hace visible. Del ágora a la plaza de las manifestaciones políticas multitudinarias del siglo XXI, es

El espacio público es dona partir de estos espacios que se de la ciudad se fotograpuede relatar y comprender la hisfía, es el espacio donde toria de una ciudad” (p.7). se evidencia con mayor fuerza la crisis o la calidad urbana de una ciudad. Para Borja y Muxí el espacio público define la calidad de la ciudad, porque indica la calidad de vida de la gente y la calidad de la ciudadanía de sus habitantes. Sin embargo, que éste espacio sea bueno o malo, solo dependerá


38 de un óptimo cumplimiento de su función social; es decir, su calidad será evaluada a partir de la intensidad, frecuencia, y cantidad de contactos y relaciones sociales que facilita; por su multifuncionalidad, su capacidad de integración cultural y por su accesibilidad y uso colectivo como lugar de “todos”; convirtiéndose así en un derecho básico que debe ser garantizado a todos los ciudadanos.

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LA C IU DA D, L O U RB A N O, E L EP S PA CI O P ÚB L IC O

A partir de estas posturas se podría concluir que la ciudad es el espacio público por excelencia, y lo es en base a los principios de diversidad y encuentro; en otras palabras, el espacio público no existe si no es en relación a la ciudad: la ciudad es un conjunto de espacios públicos, o la ciudad en su conjunto es un espacio público a partir del cual se organiza y desarrolla la vida colectiva y donde hay una representación de la sociedad.


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40 El invento más exitoso del ser humano de rehacer el mundo en el que vive va de acuerdo con el deseo más íntimo de su corazón. Pero si la ciudad es el mundo que el ser humano ha creado, es también el mundo en el que a partir de ahora está condenado a vivir. Así pues, indirectamente y sin un sentido nítido de la naturaleza de su tarea, al hacer la ciudad, el ser humano se ha rehecho a sí mismo. Robert E. Park. On Social Control and Collective Behavior, 1967.


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Homo Anti-Urbanus Situación y conflictos del espacio público en la ciudad contemporánea

Paisaje urbano de la Ciudad de México. Obra “Terrazo” del fotógrafo Pablo López Luz. 2013 Fuente: http://www.pablolopezluz.com/works/view/1


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HOMO ANTI-URBANUS

Datos tomados del libro de Glaeser (2013). El triunfo de las ciudades.

SITUACIÓN Y CONFLICTOS DEL ESPACIO PÚBLICO EN LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA

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L as ciudades son el hábitat que concentra progresivamente la mayor cantidad de personas. De acuerdo a algunos datos de las Naciones Unidas (UN-HABITAT, 2008) la mitad de la población mundial vive en ciudades –muchos de ellos en megaciudades y áreas suburbanas– y en los próximos años se espera que sea el 60% de la población la que resida en entornos urbanos.3 Sin embrago, a pesar de que el ser humano a lo largo de la historia ha tenido cierta preferencia por la ciudad y por la vida en sociedad (en comparación con el aislamiento de la vida rural), una preferencia que hoy en día la han llevado a convertirse en el hábitat natural de la sociedad moderna; la ciudad actual presenta una serie de dinámicas desequilibrantes determinadas por factores culturales, sociales, políticos, económicos y tecnológicos, que han generado diversos problemas en su apropiación y uso; demostrando con esto, que después de tantos años aún nuestra especie no se ha adaptado completamente a ella.


44 La ciudad actual se vive como un escenario vulnerable en estrecha relación con la calidad de vida urbana; uno de los indicadores más claros de dicha vulnerabilidad se evidencia en la disminución de la cantidad y calidad de los espacios públicos, a tal punto que hoy en día dichos espacios se vislumbran más como la realización de un valor ideológico, que como una realidad material y experimental tangible: “Hoy en día el espacio público es

La ciudad contempoideología, es un espacio abstracto, un ránea sufre un triple espacio que no existe, una ficción; es proceso negativo de solo una representación del espacio: disolución, fragmenun espacio concebido, no es un espatación y privatización, cio percibido, ni vivido ni practicado; el cual contribuye a la el fracaso del espacio público es no desaparición gradual ser usado”.4 del espacio público. De esta forma, a medida que se extingue el vital ajetreo de dichos espacios, se intensifica la poca relación entre el individuo y las redes sociales espontáneas, con lo cual se va perdiendo el hábito de participar en la vida urbana.Y al final, la consecuencia es que tal como lo señala Rogers (2000, p.11) “Creamos las ciudades para gozar de los espacios comunes y estos, paulatinamente, van configurándose para mantenernos

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apartados los unos de los otros”

; esta es la respuesta actual del homo anti-urbanus.

4 Tomado de la conferencia de Manuel Delgado “Espacio público: idealismo y verdad”, del Congreso Internacional de Arquitectura Arquine N°14: Espacio, Marzo de 2013.


45 CIUDAD GLOBAL | CIUDAD GENÉRICA, DOS MODELOS ACTUALES

Existen dos tipos de ciudad contemporánea: la Ciudad Global y la Ciudad Genérica, las cuales se refuerzan mutuamente para contribuir al declive del espacio público y en consecuencia de la vida en sociedad.

“El estudio de la evolución de los espacios públicos, constituye un indicador de la conducta social; su análisis en diferentes culturas y momentos históricos, revela la modificación de paradigmas culturales y permite comprender que su transformación morfológica y funcional es producto de la adopción de nuevos cánones culturales planteados por diversas circunstancias”. Dulce María Barrios. Espacios abiertos en la ciudad de México, (en Mazari 1999, p18).

La arquitecta Zaida Muxí (2004) define la Ciudad Global de la siguiente forma:

“La Ciudad Global se entiende simplemente como una mercancía y no como

La Ciudad Global un complejo producto social, político y es lo que queda de económico, cuyo desarrollo está en maver y concebir la nos de los empresarios” (p.27). ciudad y sus habitantes, como moda “El propósito de la ciudad global es geo como objetos conerar espacios internacionales, que cuenmerciales con renten con la necesaria calidad ambiental, tabilidad financiera. paisajista, cultural, de seguridad y de En este sentido, este integración social como para otorgar tipo de ciudad es el ventajas comparativas que le permitan reflejo material de competir en el competitivo escenario las circunstancias mundial” (p.41). sociales, políticas y económicas actuales, de un mundo donde el espectáculo, la producción, la rentabilidad económica y el poder tecno-


46 lógico y político son sus principales objetivos.les, políticas y económicas actuales, de un mundo donde el espectáculo, la producción, la rentabilidad económica y el poder tecnológico y político son sus principales objetivos. La Ciudad Global deja como resultado una identidad difusa producto de un estilo internacional que busca una imagen arquitectónica y urbana poderosa, más que un espacio donde hay posibilidades de apropiación cotidiana. En este urbanismo de empresas el espacio público como lugar para construir sociedad, queda relegado a un objeto comercial sin verdadero uso social, de esta forma la vida urbana se convierte en un simulacro o un espectáculo donde todo es ficticio y programado; como lo señala Muxi (2004, p.149) “Sin la apropiación no hay ciudad, sino mera escenografía vacua”. La Ciudad Global viene acompañada también por un estilo de vida basado en lo masivo, lo controlado y lo segregado, una cultura que Montaner y Muxí (2011) definen como Vida Basura o slow food: “La calidad de vida tiene que ver con disponer de tiempo y tranquilidad para disfrutarla y la vida basura tiene que ver con el exceso, el consumo (el usar y tirar), la vida acelerada y las sociedades

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informatizadas” (p.107).

Esta nueva cultura urbana es también una consecuencia del producto que resulta del proceso de modernización de las ciudades, el cual ha sido definido por el arquitecto Rem Koolhaas (2008) como Junkspace o Espacio Basura:


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“El «espacio basura» es lo que queda después de que la modernización haya seguido su curso o, más concretamente, lo que se coagula mientras la modernización está en marcha: su secuela” (p.5).

Las ciudades actuales están conformadas por Espacio Basura, espacios indeterminados, inapropiados, carentes de relaciones, de recuerdos, de humanidad. Es todo aquello que queda en la ciudad después de acabar con los espacios públicos, con la vida urbana, con lo impredecible, lo sorprendente y lo cotidiano.

El otro modelo de ciudad que se establece hoy en día, y que podría ser considerada como un resultado de la Ciudad Global, es la Ciudad Genérica. Este tipo de ciudad surge a medida que se van disolviendo los rasgos característicos de su identidad, convirtiéndose en una acumulación de estructuras similares en su expresión material, su dinámica social y económica. El arquitecto Rem Koolhaas (2011) define la Ciudad Genérica como: “La ciudad liberada del corsé de la identidad. Es la ciudad sin historia. Igual de emocionante o poco emocionante en todas partes. Una ciudad superficial que puede producir una nueva identidad cada lunes por la mañana” (p.12) “Es lo que queda después de que grandes sectores de la vida urbana se pasaran al ciberespacio. Es un lugar de sensaciones tenues y distendidas y de contadísimas emociones” (p.15)

La imagen urbana de la Ciudad Genérica se visualiza como un módulo que se repite constantemente, una estructura estéril de un estilo libre y vacío de cualquier significado e historia. La principal atracción de esta ciudad es la anomia, una ciudad sedada que


48 siempre se percibe desde una posición sedentaria o desde un tránsito excesivamente rápido y evasivo, que no deja oportunidad para la reflexión, la experiencia y el contacto. El sociólogo José Antonio Corraliza (2009) define el proceso resultante del crecimiento de esta ciudad como: “Un proceso de homogeneización accidental, que ofrece el panorama de una ciudad simulada: la ciudad se identifica a medida que se asemeja más a otras ciudades, reforzándose así el carácter genérico e inespecífico de tales espacios urbanos” (p.6).

En este sentido, se podría decir que tanto el modelo de Ciudad Genérica como el de la Ciudad Global, se identifican con una nueva dinámica de negación de la ciudad (la no-ciudad) y por consecuencia del espacio público como lugar por definición de lo urbano.

CIUDAD ABANDONADA Y LEY DEL GUETO, DEPENDENCIA AL AUTOMÓVIL / AGORAFOBIA URBANA / URBANISMO DEFENSIVO

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El urbanismo funcionalista instaurado durante el Movimiento Moderno de la Arquitectura (siglo XX), estableció una serie de criterios físico-funcionales con los cuales se han construido gran parte de las ciudades actuales. La aplicación de dichos criterios ha dado como resultado una nueva alternativa de diseño y planificación conocida como la zonificación. Uno de los principios funcionalistas utilizados para el diseño de las ciudades modernas, era el establecimiento de áreas libres y grandes extensiones de césped entre los edificios para


49 actividades deportivas, recreativas y de esparcimiento; acompañadas por amplias calzadas para la circulación vehicular con senderos exclusivos para el peatón. La idea con estos nuevos elementos era ir reemplazando gradualmente los espacios públicos tradicionales como las calles y las plazas, los cuales de acuerdo a sus criterios eran espacios poco saludables e inadecuados para las nuevas ciudades. Este modelo de planificación, dio como resultado que — debido a las exigencias de diseminación, zonificación y a las grandes distancias entre los edificios, las personas y los acontecimientos— se aumentara el uso del vehículo, se estimulara la vida privada y segmentada, y se redujera las posibilidades de contacto social. De esta forma, la aplicación del urbanismo funcionalista sentó las bases para establecer un proceso de abandono gradual de la ciudad, entendida como espacio público, y como lugar de encuentro y diversidad. En este modelo de urbanismo, surge uno de los primeros síntomas de la ciudad abandonada: la dependencia del automóvil y la construcción excesiva de autopistas urbanas como nuevo elemento vertebrador de la ciudad; las cuales se han conformado en contra del espacio público tradicional de la calle, convirtiéndose así en la negación de su esencia. El tráfico rodado no convive de un modo pacífico con el uso de la ciudad como lugar de reunión; para Montaner y Muxí (2011, p.107) “Existe una correlación directa entre los coches y la comunidad: cuanto menos tráfico hay en una zona y mayor es la lentitud con que fluye, tanto más contacto social existe entre los vecinos”. El uso excesivo del automóvil conlleva a un estilo de vida basado en el aislamiento, la individualidad, la violencia y la insolidaridad. El auto se convierte en una especie de burbuja protectora, en una fortaleza móvil que acentúa la alinea-


50 ción del individuo y evita que establezca un contacto directo y real con la ciudad y sus habitantes, ya que esta forma de recorrido encapsulado solo permite obtener pequeños flashes desarticulados y deformados de la realidad. Para la arquitecta Dulce María Barrios (en Mazari 1999): El automóvil ha hecho posible reemplazar la participarecorridos a pie, ya no es posible ción en actividades sociales conocer a quienes comparten la espontaneas, por una selecciudad, la cual se convierte en un ción de personas y lugares lugar habitado por extraños que a los cuales se accede rápisolo conviven en reducidos círcudamente. Este fenómeno ha los perfectamente delimitados por generado que las calles y los el estrato social o por las relacioespacios públicos se reduzcan nes de trabajo” (p.28). y se degraden, así la ciudad se vuelve un lugar imposible para caminar y para socializar. En palabras de los arquitectos daneses Gehl y Gemzøe (2002): La dependencia al automóvil hace que las ciudades sean pro“El uso del automóvil reduce los

“Caminar por esas ciudades, además de imposible, seria incluso poco razonable. Las distancias son grandes y el ambiente para el peatón es horrible, sucio y peligroso. Las ciudades no están pensadas para andar. El transporte y la vida en si son totalmente dependientes del automóvil y de su cultura. Para la gente joven la vida no comienza hasta el día en que se cumplen los 16 años

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y obtiene el permiso de conducir” (p.16).

yectadas bajo los principios de rendimiento y sofisticación de las autopistas donde solo se considera la velocidad como virtud; con la creencia de que entre más vías vehiculares, más grandes, largas y complejas sean estas; habrá mejor calidad de vida para sus habitantes. Así, en esta nueva forma de pla-


51 neación, la circulación peatonal queda reducida a pequeñas veredas o a complejos pasos y puentes que la someten a un catálogo de situaciones exageradas e inseguras, y que la alejan de la cotidianidad urbana. Por su parte Rogers (2000) identifica que: De esta forma, podría decirse que más autovías urbanas equivalen a tener una “El grado de intercambios sociales y peor circulación y a humanos entre vecinos en una calle es un abandono de la inversamente proporcional al volumen ciudad, pues ahora la de tráfico que registra. El tráfico urbano “ciudad real” es ines la causa fundamental de la alineación visible y deformada ciudadana y el mayor factor de erosión desde la velocidad y social” (p.38). la posición elevada del vehículo, dejando de ser ese lugar para el compromiso ciudadano y la cultura critica. El segundo síntoma de la ciudad abandonada es la agorafobia urbana, una enfermedad urbana contemporánea que se ha convertido en uno de los factores que más obstaculizan el uso y la apropiación de los espacios públicos. Hoy en día existe una preocupación por la seguridad del transitar, de salir y estar en la calle, de encontrarse con el otro y convivir con personas desconocidas; un fenómeno de temor a la ciudad, el cual se evidencia en una tendencia hacia la privatización de la vida cotidiana y social, y en la no apropiación de los espacios públicos.

Borja y Muxí (2003, p.25) definen la agorafobia urbana


52 como “Una enfermedad producida por la degradación y desaparición de los espacios públicos integradores y protectores, a la vez que abiertos para todos”. El espacio público de la ciudad contemporánea no es un espacio protector ni protegido, y esta debilidad trae como consecuencia el miedo, la marginación y la violencia urbana, ya que son precisamente estos espacios quienes ayudan a mejorar y a mantener la seguridad ciudadana. La agorafobia urbana como enfermedad viene expresada en el urbanismo defensivo. Muxí (2004) considera que el urbanismo defensivo tiene como “Una búsqueda de ciudades de fundamento: iguales, de espacios controlados que separan al extraño, al otro, que se

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El urbanismo defensivo convierte en elemento peligroso” busca generar estructuras [...] “La propuesta genérica es vivir excluyentes que eviten a en una burbuja que adquiere variasus habitantes relacionardas formas y usos pero que, consiste se con todo aquel que sea en espacios simulados y protegidos. “diferente”, evitando con La apariencia de lo que se quiere ser esto un supuesto conflicy la tecnología aplicada al control. to social. A partir de este Una ciudad simulada” (p.17) criterio se crean espacios donde todo está controlado, una historia prevista y predecible, sin riesgos ni sorpresas, y cuya principal fuente de construcción es el miedo, o dicho de otro modo la necesidad de protección. Además de la agorafobia urbana, la aparición del urbanismo defensivo tiene también su origen en dos condiciones sociales inherentes al ser humano, identificadas por el sociólogo Richard Sennett (1975) como la purificación de la identidad y la falsificación de la experiencia:


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“La purificación de identidad puede

La sensación de autoreferencia y de sentirse de eludir experiencias que pueden ser entre iguales proportemibles, desconcertantes, o dolorociona al individuo un sas” (p.55). Mientras que la falsificaestado de seguridad y ción de la experiencia, se debe a un bienestar. Estos comsentimiento o deseo de ser semejanportamientos sociales tes: “La falsificación es engendrada traen como resultado por la forma en que los seres humanos un sentimiento de teaprenden como mentirse a sí mismos, mor a lo diferente y al con el fin de evitar nuevas experiencambio; miedos que cias que podrían obligarles a sobrelleproducen grados crevar el dolor de percibir lo imprevisto, cientes de ansiedad y lo nuevo, la cualidad de ser de otra de violencia, y capaforma de los que lo rodean” (p. 60) ces de reprimir fuerzas humanas como la curiosidad y el deseo de explorar. Dicha condición social hace que el urbanismo defensivo sea un tipo de planificación necesaria para muchas personas que desean vivir en la ciudad pero que a su vez no quieren hacer parte de ella. Para esto se han creado nuevos modelos urbanos como los barrios cerrados y los suburbios. ser forjada en la vida como un medio

Los barrios cerrados son un tipo de urbanización generalmente de clase media y alta caracterizada por el acceso restringido, la exclusividad, el lujo, las comodidades y la excesiva seguridad. Sus pobladores son aquellos ciudadanos que no comprenden que la esencia de la ciudad es la diversidad, y por eso eligen vivir fuera de ella en lugares donde hay una selección de sus habitantes, basada principalmente en el grado de similitud socio-económica. En estos barrios se busca ante todo una homogeneidad básica y por ello se recurre a la


54 falsedad de una sociedad igualitaria, fácil de manipular y de dirigir. Para Montaner y Muxí (2011): “Las urbanizaciones cerradas se han

Se dice que todo poder se ejerce también arquitecurbano y en el mayor obstáculo para tónicamente. La abundanla generalización de los derechos hucia de dinero acrecienta el manos. El barrio cerrado no deja de poder de crear aislamiento ser una versión voluntaria y lujosa de en los contactos públicos una prisión” (p.89). creando un ambiente interior privado y organizado “Constituyen vulgarizaciones de una donde supuestamente se vida feliz, utópica y sedada, donde se abastecen todas las neceha eliminado lo incierto y lo imprevisidades; de esta forma, no sible” (p.121) hay necesidad de salir y de convivir con personas indeseadas. G. Cortés (2006) expresa esta condición de la siguiente forma: convertido en el mayor atentado a lo

“Al vivir en estas fortalezas urbanas, no han tenido ninguna necesidad de pisar la calle ni de conocer la ciudad ni de tener ningún encontronazo con ningún desconocido [...] sin embargo, esta seguridad se paga con una falta absoluta de intimidad, con la perdida de la libertad y con la ausencia de pri-

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vacidad de las actitudes” (p.95)

En los barrios cerrados no solo se controla el exterior, sino que también se vigilan las formas de vida y los comportamientos al interior, los cuales deben ser acordes y pertinentes a los que la mayoría consideran como correctos.

El otro tipo de urbanización que promueve el urbanismo defensivo son los suburbios; barrios ubicados en las periferias de la ciudad, que son el producto de su excesiva extensión y cuya conformación espacial ha dado como resultado la destrucción de su tejido urbano y social, y la dependencia al uso


55 del automóvil. Los suburbios están formados por un sistema de viviendas unifamiliares bajas y abiertas, con una estructura que privilegia las actividades exteriores privadas, mientras que las actividades exteriores colectivas quedan reducidas al mínimo, debido al diseño de las calles, el tráfico vehicular y a la dispersión de las personas y los acontecimientos. Richard Sennett (1975) señala sobre los suburbios que: “La razón más profunda de la aparición

La vida en los suburbios del suburbio es la voluntad de intensiestimula el crecimiento ficar los lazos de la familia tradicional de una vida familiar incomo microcosmos de una vida trantensiva con la que creenquila y sin conflictos, en una escenario cia de que la familia es homogéneo, ajeno a la diversidad urbacapaz de dar respuestas a na” (p.96) todas la necesidades sociales de sus integrantes. En este sentido, hay una simplificación funcional del entorno urbano, generando con esto el abandono de la ciudad y la erosión de los espacios públicos El urbanismo defensivo, con sus modos de expresión: los barrios cerrados y los suburbios, viene acompañado por el uso de los productos de la industria del miedo y la seguridad: mallas, cercas, muros, rejas, vigilantes, circuitos de televisión, cámaras y todas la manifestaciones de lo que se podría llamar una obsesión por la seguridad que produce por el contrario una ciudad cada vez más insegura. Borja y Muxí (2003, p.60) identifican que: “El urbanismo difuso, creador de áreas protegidas y especializadas y áreas excluidas y desconectadas, garantiza la seguridad de unos frente a la violencia de otros. Ese urbanismo es fuente de violencia”.


56 Todos los productos que hoy en día se utilizan para garantizar la seguridad de los barrios especialmente de clase media y alta, funcionan bajo la necesidad de controlar a sus habitantes y proteger la propiedad para salvar así su mundo interior de exclusividad y comodidad, mientras que por otro lado los sectores populares quedan aislados y excluidos en territorios con lugares carentes de atributos y significados; con lo cual se incrementa la violencia y el conflicto social en la ciudad. Solo el grado o nivel de interacción que se puede generar en los espacios públicos entre diferentes clases sociales, es el reflejo de la existencia de una confianza común lo que contribuye a una mayor percepción de seguridad en la ciudad. Las consecuencias del urbanismo funcionalista que combina la zonificación (ya no solo de usos y funciones, sino además de clases sociales), la privatización, el urbanismo defensivo y la dependencia al automóvil; han generado una nueva ciudad cuya arquitectura está definida por la dominación, el orden, el control, el no riesgo y la exclusividad, en la que las piezas individuales y aisladas sustituyen la ciudad del intercambio y de la diversidad. El escritor Gustavo Remedi (2000) define esta nueva tendencia de la siguiente forma: “La organización espacial de las desigualdades, ha dado lugar a ciudades fracturadas en zonas de distintas clases sociales o culturas— ha levantado muros (reales

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y mentales) infranqueables que impiden no solo encontrarse, sino incluso verse, imaginarse y pensarse como pares, vecinos, conciudadanos”

Las ciudades contemporáneas son cada vez mas fragmentadas, mas inabarcables, más desconocidas, menos legibles y transitables; son fuente de


57 temores, de inseguridad y de diferencias irreductibles. Hoy en día el espacio público no se vislumbra como ese lugar de encuentro y de lo diverso, porque se ha llegado a la situación de que los ricos y los pobres ya no se encuentran en ningún lado y mucho menos interactúan entre sí; creando con esto una ciudadanía incapaz de relacionarse con el otro y de formar sociedad. La organización de la ciudad actual tiene la tarea de salvaguardar el poder de las clases dominantes, por esta razón ha puesto todos sus esfuerzos en aumentar los medios para mantener el orden en los espacios públicos lo cual ha culminado en su desaparición, provocado con esto el aislamiento de la población como una forma de control muy eficaz. Borja y Muxí (2003) señalan que: “La ciudad fragmentada tiene ten-

La constante preocupación dencia a ser una ciudad físicamente por las masas y por la necedespilfarradora, socialmente segresidad de separarnos de aquel gada, económicamente poco proque es diferente, ha impediductiva, culturalmente miserable y do que podamos conocer y políticamente ingobernable. Es la disfrutar la arquitectura de negación de la ciudad” (p.15) “La las personas; hoy en día la negación de la ciudad es el aislagente se rehúsa a darle vamiento, la exclusión de la vida color a la aventura, a lo que es lectiva y la segregación” (p.67) cambiante, inseguro o traicionero, lo cual es precisamente lo que constituye el valor de vivir en una ciudad. Se trata de crear comunidades a partir de intereses comunes o de la libre asociación, mas no de una estadística idéntica o de una ola de intereses creados. Para finalizar hay una cita de Montaner y Muxí (2011) que sintetiza este fenómeno de la ciudad abandonada y que indi-


58 ca además cual sería el camino a seguir para frenar dicho proceso:

“Uno de los indicadores de insostenibilidad de las ciudades debería consistir en determinar si en un territorio lo que aumentaron fueron los muros, las vallas, las autopistas y las divisiones o lo que aumentaron son los espacios públicos, los edificios comunitarios, los centros culturales y los espacios de reunión” (p.94)

CIUDAD INVADIDA, PRIVATIZACIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO

Pareciera que hoy más que nunca la gente quisiera renunciar a lo público y a aquellos espacios que son propiedad de “todos”. Hoy vivimos lo que Richard Sennett (2011) llama el declive del hombre público:

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“El desplazamiento de los asuntos públicos a la esfera privada El declive de lo público y la ocupación de lo público por está condicionado por un asuntos privados, que hace notar fenómeno de la ciudad inla desaparición de los espacios vadida: el tráfico rodado, el públicos tradicionales”. estacionamiento de vehículos, los espacios comerciales con sus enseres privados (tiendas, bares, restaurantes) y todos los elementos de infraestructura técnica de las ciudades, han ido superado gradualmente el territorio que corresponde a los espacios públicos como calles, plazas y parques. Estos espacios y elementos (la mayoría de ellos orientados al consumo y en donde se reserva el derecho de admisión) extienden la propiedad privada más allá de sus dominios e invaden con su control los espacios públicos; de esta forma, las calles y las plazas pertenecen a los comercios y estaciona-


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mientos, y no a la ciudad y al ciudadano. La dinámica de invasión del espacio público sumada a otros factores como la reducción del espacio físico, el hacinamiento, la inseguridad, la falta de mantenimiento y problemas ambientales como la suciedad, el ruido y la contaminación, hacen que estos espacios se degraden fácilmente provocando que actividades como caminar, pasear y emplear tiempo en ellos, se conviertan en tareas desagradables por no decir que imposibles de realizar. Otro de los factores que estimula la invasión y privatización del espacio público es la falta de control de las autoridades sobre su uso y ocupación. El déficit de normativas publicas y la permisividad de las autoridades, propicia que cada vez más aumente el número de locales comerciales, vendedores ambulantes, estacionamientos, mercados y toda clase de actividades que ocupan indebidamente un espacio que por derecho debería ser de todos. Estos fenómenos de invasión y privatización, están fundamentados en lo que Muxí (2004) llama la rentabilidad del espacio: “La idea del parque como lugar donde no hacer nada en términos

En este escenario, el conde consumo, o como lugar de no trol de la ciudad queda en producción, pierde actualmente manos de los comercianpresencia: todo tiene que ser ecotes y empresarios, mientras nómicamente rentable de inmediaque el espacio público se to y la rentabilidad social cuenta ve utilizado como un mero poco” (p.113) elemento de venta que se privatiza para sacar un beneficio económico con intereses privados. La sociedad de consumo incentiva a que estos espacios e incluso la misma actividad urbana estén pensados solo en términos de control


60 y mercantilización; y donde el paseo ocioso, espontáneo e improductivo se torna como un acto cuestionable y poco probable. Así los ciudadanos pasan a ser simples consumidores, quienes caminan solo para dirigirse a algún lugar concreto, donde se tiene algo lucrativo para hacer, y de esta forma se pierde su trabajo social e intelectual sobre la ciudad.del espacio público en la vida urbana, en la convivencia colectiva y en la integración social de la ciudad. Todos estos fenómenos de invasión y privatización de los espacios públicos, traen consigo un síndrome de desapego por lo público, que es asimilado tanto por los que hacen la ocupación indebida, como por aquellos que permiten esta situación y peor aún por los ciudadanos ordinarios que no reclaman su derecho y simplemente se conforman con la ausencia y la degradación de estos espacios.

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Una parte del aprendizaje de la vida en la ciudad implica aceptar la convivencia con personas diferentes, a compartir espacios de reunión y a valorar todo aquello que es para el beneficio de todos. Parecería entonces que la ciudad actual se va esfumando en los confines de estos espacios privados, controlados, donde la apariencia prevalece sobre la realidad y donde se da prioridad a todo aquello que sea económicamente rentable. Estas dinámicas dan como resultado que el conjunto de piezas privadas sustituyan gradualmente la ciudad del intercambio y la diversidad y con esto la ausencia de una vida urbana justa, enriquecedora y sustentable.


61 SITUACIONES SOCIALES ACTUALES, MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y ESPACIOS DE CONSUMO

Los nuevos modelos de ciudad contemporánea: la ciudad global y la ciudad genérica, y las dinámicas actuales de la ciudad abandonada, invadida y privatizada, han dado como resultado que los ciudadanos —aun conservando sus necesidades sociales— busquen nuevas formas de interacción social, ya no desarrolladas en los espacios públicos sino en otros ambientes más “modernos” y acordes con las realidades económicas y tecnológicas actuales. Remedi (2000) llama la atención sobre la situación actual de las ciudades en las cuales ha aparecido, según él, una nueva dinámica virtual: “Una nueva estética «desmaterializa-

Esta tendencia es el resultado de un nuevo modo de socialización a través de los medios masivos de comunicación, ya que es sobre todo en estos espacios sociales virtuales donde se desarrolla el espacio público para la población.

da», «descorporeizada» y «desterritorializada» que tiene al menos dos componentes: Un cambio en el modo en que utilizamos el cuerpo para relacionarnos con la realidad, con la consiguiente transformación de la realidad material de la que nos rodeamos y del propio cuerpo como resultado de esa praxis; la degradación o reducción de la experiencia social-sensual y el traslado desde los espacios urbanos a los

En la actualidad tanto el circuitos mediáticos” teléfono, como la televisión, la radio y la computadora, han introducido nuevos modos de interacción, que han ido reemplazado el contacto directo en los espacios públicos por la comunicación electrónica indirecta; La información face to face que antes se inter-


62 cambiaba en los espacios públicos, ahora se realiza a través de chats, llamadas telefónicas, programas de televisión y con mayor fuerza a través de las redes sociales que son el mayor logro de esta sociedad contemporánea; es decir, la utilización de los medios de comunicación como sustituto de la ciudad. Para la arquitecta Olga Segovia (2007): “Las nuevas tecnologías crecen a un ritmo

Los espacios sociales virtuales hacen de nuestras sociedades. Su perfeccionamienposible la utopía de to y sofisticación parecen tender a la captura una sociedad de inde todos los sectores sociales. Se trata de dividuos sin cuerpo, la «movilidad sin desplazamiento» y del «ver sin expresión y sin para creer». El nosotros se funda ahora en la identidad (porque atomización de los públicos y la convergenen estos medios el cia de los individuos en la distancia” (p.55) individuo puede ser quien quiera ser), contenida en un universo de instantaneidades donde el tiempo,los movimientos y los desplazamientos no existen. que aumentan las distancias y desequilibrios

El uso de los medios de comunicación ha incrementado un fenómeno: la consolidación de la casa en mundo privado. Remedi (2000) apunta a que: “Existe una tendencia a suponer que todo lo que puede contener una casa o el entorno inmediato alcanza para hacer posible una vida satisfactoria. Las personas, tratan de adquirir y poner en el espacio privado la mayor cantidad de artefactos y lugares tendientes a satisfacer necesidades

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que antes solían resolverse en la ciudad”

El territorio social de cada ciudadano empieza y acaba en su propia casa con todos los medios de comunicación a su alcance, a través de los cuales logra establecer un contacto


63 con el mundo exterior. La actual tendencia de la sociedad es acuartelarse en los espacios privados para protegerse de un espacio público que podría haber sido uno de los instrumentos claves para su socialización. Rápidamente los medios de comunicación se van consumiendo los espacios públicos como escenarios de contacto social directo; sin embargo, la cuestión no es negar el avance tecnológico y olvidar las contribuciones que las tecnologías comunicacionales han hecho y pueden hacer a la salud pública de la ciudad, sino en evitar que estas reemplacen o destruyan el espacio social real, y de esta forma puedan complementarlo, enriquecerlo y hasta potenciarlo. Ante esta situación Edward Glaeser (2013) afirma que las mejoras en las tecnologías de la información, por lo contrario aumentan el valor de la interacción cara a cara y del aprendizaje a través de otras personas, a la vez que han hecho que el mundo sea más intensivo en información y conocimiento. Otra de las situaciones sociales contemporáneas, es la concentración de los usos del espacio público en locales especializados y espacios interiores (o cerrados) “públicos”. Estos espacios aunque cumplen con muchas de sus características y dan respuesta a varias de sus funciones, llevan consigo ciertos mecanismos de control para su uso y accesibilidad, lo cual se antepone a su naturaleza como lugar público. Un rol protagónico en estas nuevas formas lo ocupan los espacios de consumo como tiendas, bares y restaurantes, que rápidamente han ido ocupando el lugar simbólico, social y físico del espacio público tradicional. En la actualidad tanto las calles como las plazas están siendo sustituidas por una nueva arquitectura para el consumo, el ocio y el entretenimiento: el Centro Comercial. Montaner y Muxí (2011) definen el centro comercial como:


64 “Una autentica catedral del consumo. Es un no-lugar que se pretende ajeno a todo conflicto, de-

Los centros comerciales son un hábitat artificial “Las escenografías de los centros donde todos los detalles comerciales son replicas o simuarquitectónicos están cuilacros de las situaciones urbanas dadosamente dispuestos y perdidas” (p.120) armonizados con el fin de construir una escenografía de fantasía pedestre que estimule la imaginación y propicie así las actividades de consumo, ocio y entretenimiento. Los criterios de diseño de estos espacios se basan en la nostalgia, lo espectacular, el uso de elementos tecnológicos como la escalera mecánica y el aire acondicionado, la seguridad y la excesiva limpieza. Sus elementos están seleccionados y ubicados de tal forma que simulen la realidad y las experiencias de la vida urbana, formando con esto un paisaje interior que imita lo mejor del espacio público pero en un ambiente protegido. Como lo indica G. Cortés (2006, p.75) “Son espacios teatrales donde se escenifica el espectáculo en el que se ha convertido la experiencia cotidiana”.

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recho urbano o reclamación”. [...]

Cuanto más se empobrece los espacios públicos, más se incrementa la vitalidad y la armonía social que se respira en los centros comerciales, ya que estos espacios permiten a los ciudadanos aislarse por completo de la compleja realidad y diversidad urbana, para vivir en un decorado de película feliz donde todo es seguro, ordenado y controlado (lo cual representa para el ser humano una atractiva posibilidad de vivir alejado del caos, el conflicto, la pobreza y la supuesta fealdad de la ciudad, a cambio de una amplia ilusión de libertad y tranquilidad). Remedi (2000) considera que los Malls o Shoppings:


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Son los nuevos lugares «modernos, seguros, limpios y tranquilos, en contras-

Los centros comerciales responden con feo, contaminado y peligroso. En ellos, aquello que la ciudad los ciudadanos pasan a ser visitantesha dejado de tener, consumidores. Los derechos del ciudaespacios públicos lladano quedan, en el mejor de los casos, mativos, limpios, plarecortados al entrar en estos territorios centeros, seguros y a privados, regidos por sus propietarios, escala humana, donde administradores y policías propios” la gente pueda pasear y ver a otras personas. Sin embargo, el precio que se debe pagar con estos nuevos espacios sociales es que el individuo queda desprovisto de su privacidad, de su individualidad, de su capacidad de decisión, y aun más, pierde su categoría de ciudadano para pasar a la de simple consumidor y espectador de la ciudad. te con el espacio público, viejo, sucio,

Los centros comerciales consolidan rituales sociales que generan nuevas pautas de conducta, las cuales incluyen desde la vestimenta, el tipo de personas con las que hay que relacionarse, los establecimientos a los que hay que ir y la forma de comportarse en ellos. Estos no son espacios públicos, sino espacios controlados, segregados y privatizados, que implican control sobre la vida personal y la renuncia a los derechos de expresión individual, de diferencia, y de libre agrupación. En estos nuevos modos de socialización se somete al individuo a un test continuo en el que se le invade constantemente con objetos, información, hedonismo, narcisismo, banalidad y la trivialidad, lo cual puede llegar a producirle síndromes como el estrés, la ansiedad o la depresión. El reemplazo de los espacios públicos por los centros comerciales deja como consecuencia dos aspectos claves que


66 caracterizan la sociedad contemporánea: el shopping o ir de compras como la principal forma de actividad pública y la mercantilización de la vida urbana por medio del consumo y el entretenimiento. Ante esta situación G. Cortés (2006) señala: “El shopping ha sido capaz de colonizar o incluso reemplazar casi por completo todos los aspectos de la vida urbana. En los espacios del shopping se ha conseguido relacionar categorías consideradas como divergentes: entretenimiento y consumo, público y privado, teatro y vida, convirtiéndose en lugares de identidad fluida, en los que el tiempo no existe y donde se ha roto el contacto con el exterior” (p.73) “Es la mercantilización de las experiencias de la vida. Así la gente es socialmente integrada y seducida mediante la dependencia del mercado, el consumo y los lugares donde se lleva a cabo, se convierten en estructuras que canalizan el comportamiento y la conducta de las masas y elementos para el mantenimiento del

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HO M O AN TI- U RB A N US

orden social” (p.75).

La ciudad actual ha acabado por ser entendida como un templo para el consumismo, donde la vida pública ha sido encerrada y recreada en un espacio privado. Con esto se produce un cambio en la morfología y la experiencia de la ciudad, al pasar de ser un espacio desarrollado por y para la sociedad, a uno hecho por lo privado y para una sociedad homogénea y estéril, que tiende a la exclusión de los extraños y a la selección de sus pobladores y que reduce al mínimo las actividades colectivas.


67 En pocas palabras, se podría afirmar que las nuevas dinámicas urbanas —los modelos de ciudad global y genérica que reducen la ciudad a un elemento comercial con rentabilidad financiera, los desarrollos urbanos orientados a la zonificación de áreas y usos, la dependencia del automóvil, la agorafobia urbana, el urbanismo defensivo, la privatización y ocupación (indebida) del espacio público, y la consolidación de los nuevos modos de interacción social como los medios de comunicación y los espacios de consumo— niegan la ciudad (entendida esta como lugar de encuentro y de lo diverso) y por consecuencia la vida en sociedad; convirtiéndonos así gradualmente en verdaderos homo anti-urbanus. Frente a esta situación un tanto catastrófica de la ciudad y específicamente del espacio público, valdría la pena entonces explorar cuáles son esas opciones (desde la teoría y la practica) para poner en marcha lo que sería un proceso de reconquista de la espacialidad urbana; lo cual constituye uno de los propósitos más relevantes de la presente investigación. En este sentido, en los siguientes capítulos se presentarán una serie de lecturas, reflexiones, propuestas y proyectos (específicamente sobre las calles) que en su conjunto establecen una posible alternativa para devolver a la ciudad su valor como lugar social.

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Vista del suburbio Henderson, Las Vegas, Nevada. | Artus Bertrand.


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L ECTU RA S

S OB R E

ii/iv

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E S PA C IO


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14 • Sobre el concepto de “Calle” La calle un no lugar La calle un espacio-movimiento 37 • La Calle como Espacio Social La calle un espacio público La emergencia de la calle Vida social, contactos y comportamientos en la calle El modelo de conducta espacial 72 • Prácticas del espacio: el tránsito El andar como forma de lectura y escritura del espacio Sobre el personaje urbano “Le flâneur” La deambulación y el Situacionismo Las transurbancias ¿Turistas o viajeros /mirones o caminantes? 117 • Hipótesis de Investigación


Âť Lecturas sobre el espacio libro ii/iv



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Vista poniente Centro Ciudad de MĂŠxico desde la Torre Latinoamericana. 2012.| Lorena Cardona M.


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Los siguientes capítulos de esta segunda parte recopilan una serie de lecturas y reflexiones (teóricas) sobre las oportunidades y potencialidades que específicamente las calles -entendidas como los espacios públicos micro de la ciudad- ofrecen al individuo y al conjunto de ciudadanos como espacio social. Antes de comenzar a indagar sobre todo aquello que conlleva el “Espacio Calle”, resulta interesante partir en primera instancia, de un acercamiento a la definición del concepto de “espacio” o más aún de “espacialidad”. En arquitec-


10 tura se dice que “el espacio” es la materia prima con la que se trabaja; en otras palabras, su objeto de estudio, de manipulación o transformación. Sin embargo, para algunos autores este tipo de espacio se vislumbra como si fuera algo abstracto e independiente de la existencia humana.

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LE CTU R A S OB RE E L E SPA C IO

El filósofo alemán Otto Friedrich Bollnow en su libro Hombre y Espacio (1963) señala que el espacio se puede distinguir entre dos formas: el espacio abstracto de los matemáticos y físicos, y el espacio vivenciado concretamente. Bollnow (1969, p.24-25) define el espacio matemático como aquel espacio susceptible de ser medido en sus tres dimensiones, en metros y centímetros, cuya característica fundamental es la homogeneidad; un espacio no estructurado y por lo contrario completamente uniforme, el cual se extiende en todas las direcciones hacia el infinito. Frente a este tipo de espacio, Bollnow considera que solo representa un aspecto unilateral, ya que el espacio concreto experimentado en la vida (de un modo inmediato) no coincide en lo absoluto con este espacio matemático abstracto. En este sentido, identifica otra categoría que define como el espacio vivencial; es decir, aquel espacio concreto en que se desarrolla la vida humana. Un espacio lleno de discontinuidades, pero a la vez cerrado y finito, compuesto por regiones y lugares cualitativamente distintos (no es una zona de valor neutral ya que cada lugar tiene su significación), y cuyo punto central está dado por el lugar del hombre que esta vivenciado en él. Bollnow señala que espacio y hombre son cosas inseparables; de esta forma, el espacio no se reduce únicamente a las relaciones geométricas que fijamos como si limitados al simple papel de espectadores nos encontráramos fuera de él. Por lo contrario, el espacio está siempre ligado al hombre


11 por relaciones vitales: el ser humano vive y actúa dentro del espacio, y en él se desarrolla tanto su vida personal como colectiva. Así pues, podría decirse que el espacio vivencial no es algo simplemente vivenciado, figurado o imaginado, sino ante todo algo real. Derivado de este espacio vivencial, Bollnow identifica un concepto definido por él como: La espacialidad de la vida humana. La espacialidad es una definición esencial de la existencia humana, el hombre existe en relación a un espacio, ya que necesita el espacio para poder desplegarse en él. En palabras de Bollnow (1969, p.29): “El espacio no está ahí independiente del hombre. Solo hay espacio en la medida en que el hombre es un ser espacial; es decir, que crea espacio, que lo despliega a su alrededor”. El ser humano está determinado en su vida siempre y necesariamente por su actitud frente a un espacio que le rodea. Cada modificación en el hombre determina una transformación en su espacio vivencial; de esta forma, el espacio se modifica con el hombre que se encuentra en él, y cambia con la actualidad de determinadas posturas, orientaciones y acciones. Para Bollnow el modo como se encuentra el hombre en el espacio no está definido por el espacio cósmico que lo cerca, sino por un espacio intencional referido a él como sujeto. Asimismo considera que como creador de espacio, el hombre no solo es el origen sino también el centro del mismo:“El hombre se mueve en su espacio, donde por consiguiente el espacio es algo fijo con respecto al hombre, algo dentro de lo cual se realizan los movimientos humanos”, Bollnow (1969, p.30).


12 Finalmente y a manera de conclusión, podría decirse que este término que Bollnow define como espacialidad humana, está íntimamente ligado con el concepto de “habitar”. El filósofo Martin Heidegger, decía que “Ser hombre significa habitar”; habitar caracteriza la relación del hombre con respecto al espacio, esta acción designa un modo de encontrarse en él; esto significa no estar abandonado en un lugar cualquiera (es lo opuesto a una estancia casual, meramente pasajera en un punto arbitrario del espacio), sino por lo contrario, ser de un punto determinado, estar en él enraizado, sentirse cobijado. Así que, en otras palabras se podría concluir entonces que el acto de habitar trae como resultado la construcción de la espacialidad humana.

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LE CTU R A S OB RE E L E SPA C IO

En este sentido, y tomando como referencia los conceptos anteriormente descritos de habitar, espacio vivencial y espacialidad humana; las reflexiones teóricas que sobre la calle se presentarán a continuación, tendrán como base fundamental la concepción de dicho espacio, no como elemento geométrico abstracto u objeto lineal aislado, sino como espacialidad, como fenómeno social y antropológico, como lugar urbano lleno de significados, donde el ser humano desarrolla parte de su vida individual y en gran medida su vida colectiva; en otras palabras, la calle aquí será entendida, estudiada y analizada como “Espacialidad social”.


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La calle, a la que creía capaz de comunicar a mi vida sorprendentes recodos, la calle con sus inquietudes y sus miradas, era mi autentico elemento: tomaba en ella como en ningún otro sitio, el aire de lo eventual. André Bretón. Los pasos perdidos, 1924.


Sobre el concepto de “Calle” Corredor peatonal Francisco I. Madero, Ciudad de México. 2013| Lorena Cardona M.


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Desde sus inicios las calles eran caminos que se empezaban a trazar por el uso frecuente de las personas que caminaban y que con las plantas de los pies intervenían el terreno natural y construían así una nueva naturaleza urbana. El arquitecto colombiano Alejandro Echeverri (en Guzmán, 2009, p.148) señala que las calles como

Sobre el concepto de “Calle”

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L A ESPACIALIDAD DE LA CALLE


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SO BR E E L CON C EP TO D E CA LL E

objeto geográfico respondían a tres características básicas: la movilidad como espacios que permitían el desplazamiento de un lugar a otro y el acceso a diferentes edificios, y la referencia de límite y frontera, como elementos que marcaban una delimitación y creaban un punto a partir del cual otro espacio (privado o público) empezaba a existir. De esta forma, originalmente las calles tenían un carácter funcional al ser los ejes de circulación y los elementos de conexión de la ciudad.a diferentes edificios, y la referencia de límite y frontera, como elementos que marcaban una delimitación y creaban un punto a partir del cual otro espacio (privado o público) empezaba a existir. De esta forma, originalmente las calles tenían un carácter funcional al ser los ejes de circulación y los elementos de conexión de la ciudad. Con la evolución de la ciudades, las calles empezaron a tomar nuevas dimensiones, que en ocasiones acentuaron o por el contrario potencializaron su función mas allá de simples espacios de circulación y conexión. Un primer cambio en la concepción y uso de las calles, se produjo en el siglo XIX con la nueva ciudad moderna e industrial. El Plan Maestro para la Renovación de la Ciudad de París (1852)5 diseñado por el Barón Haussmann incluía entre sus propuestas la construcción de Bulevares: avenidas monumentales, con varias vías de circulación vehicular y andenes peatonales en sus laterales, generalmente con un diseño elegante, grandes dimensiones y decoración formal; los cuales conectaban edificios emblemáticos de la ciudad. Y los Pasajes: corredores ubicados entre los edificios, cubiertos por un techo de cristal 5 En siglo XIX, París se encontraba inmerso en un proceso de cambio de una ciudad medieval hacia una ciudad moderna; para esto a encargo del emperador Napoleón III fue llamado el Barón Haussmann, quien propuso un nuevo diseño para la ciudad basado en las exigencias de una arquitectura y un urbanismo más higiénico y adaptado a los nuevos desarrollos tecnológicos e industriales de la época. El plan de renovación, incluía además de las mejoras sanitarias y de comunicación, una finalidad política que favoreció los intereses de la clase burguesa frente a la destrucción de las raíces y conexiones sociales del pueblo Parisino.


19 y revestidos de mármol, repletos de cafés y comercios de lujo. Tanto los bulevares como los pasajes consolidaron una actividad urbana en las calles de Paris: el paseo. A pesar de que en un principio estos espacios fueron pensados para servir a la naciente burguesía, como medio de ostentación de su nueva riqueza, y como forma de represión y dominación contra la clase obrera; algunos artistas paseantes y revolucionarios de la época como Charles Baudelaire, Edgar Allan Poe, Honoré de Balzac y Victor Fournel, entre otros; vieron en estos espacios el potencial para generar una nueva dinámica urbana basada en el recorrido como una forma crítica e intensa de fundirse con la ciudad. En este sentido, fue a partir de la modernidad donde las calles empezaron a adquirir nuevos atributos como espacios con gran riqueza estética y social en la ciudad. Posterior a esta etapa de la ciudad industrial, las calles fueron testigos de una serie de manifiestos urbanos que influenciaron en su decadencia para convertirse nuevamente en espacios de circulación. En las primeras décadas del siglo XX y heredado del urbanismo de Haussmann, hizo su aparición el Movimiento Moderno de la arquitectura, el cual sentó las bases para construir un nuevo modelo de ciudad basada específicamente en los principios de un Urbanismo Funcionalista.6 El manifiesto funcionalista declarado en la Carta de Atenas (1942), abogaba por una separación entre los edificios y las calles, propiciaba la segmentación de los usos del suelo en lugar de una sana integración y declaraba un rechazo a la calle como espacio para las personas, para la recreación y la 6 La base de los fundamentos funcionalistas publicados por el arquitecto francés Le Corbusier en su libro Propos d’urbanisme (1946), fue la concepción de una arquitectura saludable y fisiológicamente adecuada; retomando con ello algunos de los criterios de zonificación y control social que provenían del urbanismo de Haussman. El urbanismo funcionalista declaró una guerra contra las calles como espacio social, al relegarlas como meros elementos de circulación vehicular.


20 expresión social. Todo esto en favor de la eficacia, la tecnología, la velocidad (dependencia del automóvil), y la salud, como principales elementos determinantes del diseño de la ciudad. El urbanismo funcionalista trajo como consecuencia la desaparición gradual de la calle como un espacio con gran potencial estético y social, para relegarla finalmente a ser una infraestructura de carácter funcional (la autopista). Esta condición introdujo un nuevo aspecto en la vida urbana que respaldaba la introspección y la separación de las personas, en vez de los encuentros y la interacción.

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SO BR E E L CON C EP TO D E CA LL E

El manifiesto funcionalista declarado en la Carta de Atenas (1942), abogaba por una separación entre los edificios y las calles, propiciaba la segmentación de los usos del suelo en lugar de una sana integración y declaraba un rechazo a la calle como espacio para las personas, para la recreación y la expresión social. Todo esto en favor de la eficacia, la tecnología, la velocidad (dependencia del automóvil), y la salud, como principales elementos determinantes del diseño de la ciudad. El urbanismo funcionalista trajo como consecuencia la desaparición gradual de la calle como un espacio con gran potencial estético y social, para relegarla finalmente a ser una infraestructura de carácter funcional (la autopista). Esta condición introdujo un nuevo aspecto en la vida urbana que respaldaba la introspección y la separación de las personas, en vez de los encuentros y la interacción. Paralelo al movimiento moderno, a principios y mediados del siglo XX, surgieron una serie de movimientos revolucionarios conformados por artistas, escritores y filósofos, que criticaron fuertemente las medidas planteadas y desarrolladas por el funcionalismo. A este movimiento pertenecieron las vanguardias artísticas Dadaísta, Surrealista y Situacionista,


21 quienes retomaron nuevamente el valor estético y social de las calles heredado de la modernidad. Asimismo, posterior a las vanguardias, en los años 60s y 70s, se abrió paso a una gran revolución urbana, que en manos de activistas como Jane Jacobs (1973) renovaron el concepto de la calle como espacio de y para los ciudadanos; ejerciendo así el derecho a devolver las calles a la gente y a la vida urbana. Con las vanguardias y los movimientos urbanos revolucionarios de los setentas, las calles empezaron a ser consideradas como espacios para habitar, en los que se podían crear nuevas formas de sociabilidad, y con ello nuevas experiencias urbanas y estéticas: Las calles dejaron de ser estos elementos que llevan a los lugares, para convertirse en sí mismos en lugares (espacios vivenciales) donde se producen recorridos, encuentros e interacciones complejas. Con este nuevo valor, lejos de su mera funcionalidad, las calles se convirtieron en espacios urbanos relevantes, utilizados para salir a caminar, deambular, observar, y explorar la ciudad. Se transformaron en puntos de encuentro, lugares de reunión, referentes urbanos y espacios simbólicos con gran riqueza estética y social, capaces de generar una nueva sociedad urbana. Finalmente como bien se presenta aquí, las calles han tenido una suerte de evolución pasando por diferentes estados o momentos históricos en los que se les ha condenado a ser simples elementos de conexión y circulación, o por el contrario, se les ha considerado en muchos casos como órganos con gran vitalidad en la ciudad. Si bien es cierto que la realidad actual refleja una tendencia hacia la simplificación de la calle como espacio de tránsito (especialmente vehicular); existen propuestas desde diferentes disciplinas y desde diferentes épocas que buscan retomar el valor de las calles


22 como espacios de encuentro e intercambio, como verdaderos lugares para estar. Lo que en un principio era visto como espacio de circulación, hoy en día —como se podrá ver en los próximos capítulos— la calle representa un escenario cotidiano potencialmente inagotable para la comunicación y el intercambio, el nicho natural de la sociedad urbana, un lugar de mediación entre sociedad y estado, lo que equivale a sociabilidad y ciudadanía. LA CALLE UN NO LUGAR, UN LUGAR DE PASO O EL PASO POR UN LUGAR

¡Haced la línea, no el punto! La

Las calles tradicionalmente han sido consideradas como en línea. [...] “Buscar un princiespacios de tránsito; “espapio o un fundamento, implican cios” de paso que conectan una falsa concepción del viaje y del movimiento; Kleist, Lenz o los verdaderos “lugares” del Büchner tienen otra manera de estar. Existen tres autores viajar y de moverse, partir en contemporáneos: los antromedio de, por el medio, entrar pólogos Marc Auge y May salir, no empezar ni acabar” nuel Delgado, y el filósofo G. Deleuze y F. Guattari, Teofrancés Michel de Certau, ría del Rizoma (2004, p.28-29) quienes realizan una interesante discusión sobre los términos espacio, lugar y no lugar; la cual desde este punto de vista, resulta útil para entender y explicar el concepto de calle vista como un no lugar.

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velocidad transforma el punto

Dentro de las discusiones que se han desarrollado desde diferentes disciplinas sobre el espacio, han surgido una serie de diferenciaciones conceptuales que han dado origen a una separación entre los términos espacio y lugar, incluso con la reciente incorporación de un tercer concepto: el no lugar.


23 Desde las primeras intervenciones arquitectónicas en la época prehistórica, el espacio era visualizado como un territorio de caos natural sobre el que era necesario instaurar un nuevo orden artificial mediante una intervención que permitiera consolidar un lugar: un espacio sedentario, simbolizado y relacional, sobre el cual se pudiera desarrollar la vida humana; en otras palabras, el objetivo de dichas intervenciones era la concreción de un “lugar para el estar”. El antropólogo francés Marc Augé en su texto Los no lugares espacios del anonimato (1992), define claramente el concepto de lugar (el lugar antropológico) que en muchos casos es considerado como un referente teórico para la producción arquitectónica; en palabras “El lugar, el lugar antropológide Augé (2000): co, es al mismo tiempo principio de sentido para aquellos que lo habitan y principio de

En términos de Auge el lugar, es un espacio fuerlo observa” [...] “Estos lugares temente simbolizado y un tienen por lo menos tres rasgos territorio retórico, capaz de comunes. Se consideran (o los generar una serie de lazos y consideran) identificatorios, rerelaciones profundas con la laciónales e históricos” (p.58) existencia humana. El lugar es pues una estructura dentro de la cual acontece y se fundamenta lo humano, es esa medida que se forma entre el espacio y la vida. inteligibilidad para aquel que

Para Michel De Certau (2010) existe por el contrario una clara diferenciación entre los términos espacio y lugar, que no se limita específicamente a ese carácter simbólico que establece Auge. De Certau define el lugar de la siguiente forma:


24 “El lugar son historias fragmentarias y replegadas, pasados robados a la legibilidad por el prójimo, tiempos amontonados que pueden desplegarse pero que están allí más bien como relatos a la espera y que permanecen en estado de jeroglífico, en fin simbolizaciones aquistadas en el dolor o el placer del cuerpo” (p.121) “El lugar es el orden (cualesquiera que sea) según el cual los elementos se distribuyen en relaciones de coexistencia. Ahí pues se excluye la posibilidad para que dos cosas se encuentren en el mismo sitio. Ahí impera la ley de lo propio: los elementos considerados están unos al lado de otros, cada uno situado en un sitio propio y distinto que cada uno define. Un lugar es una configuración instantánea de posiciones. Implica estabilidad” (p.129)

En este sentido, el lugar de De Certau, se refiere a un conjunto de elementos que coexisten en un cierto orden, que están estabilizados, sedentarios, y replegados o amontonados temporalmente a la espera de sufrir una acción por parte del usuario o habitante; es decir, de un uso. Un lugar es una atmosfera encantada, un retrato del espacio cuidadosamente construido, recordado y representado. Por otro lado, De Certau (2010) define el espacio en la medida en que se toman en consideración los vectores de dirección, las cantidades de velocidad y la variable tiempo: “El espacio es un cruzamien-

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to de movilidades. Esta animado por el conjunto de movimientos que ahí se despliegan. Espacio es el efecto producido por las operaciones que lo orientan, lo circunstancian, lo temporalizan y lo llevan a funcionar como una unidad polivalente de programas conflictuales o proximidades contractuales” (p.135) “El espacio es un lugar practicado. De esta forma la calle geométricamente definida por el urbanismo se transforma en espacio por intervención de los caminantes” (p.129)


25 El espacio que plantea De Certau se refiere entonces a la acción misma (el movimiento), a la animación de los lugares producida por el desplazamiento de un elemento móvil. De esta forma, si el lugar es el resumen geométrico de límites y configuraciones físicas, el espacio sería entonces donde surgen los acontecimientos soportados por dicho lugar. En otras palabras, y retomando la metáfora que utiliza el mismo De Certau: “El espacio es al lugar, lo que se vuelve la palabra al ser articulada”; el espacio es lo que resulta del uso, de la práctica del lugar; por tal razón, pueden existir tantos espacios como experiencias espaciales distintas tengan cabida en dicho lugar. Esta distinción entre lugares y espacios que plantea Michel De Certau: el lugar como figura geométrica, que opone al espacio como movimiento, o el estado al recorrido, puede ser para algunos un concepto comparable con los lugares y no lugares planteados por Marc Augé. Sin embargo si se analiza rápidamente ambos conceptos se podrá identificar que en ningún momento son equivalencias comprables, sino más bien complementarias. En palabras de Auge (2000, p.83):“Si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad, ni como relacional, ni como histórico, definirá un no lugar”. En oposición al lugar antropológico, el no lugar es un espacio de confluencia anónimo, donde personas en tránsito deben instalarse durante algún tiempo de espera generando un mínimo de contacto social; como los lugares antropológicos crean lo social orgánico, los no lugares crean la contractualidad solitaria, un mundo prometido a la individualidad y lo efímero, donde se multiplican los puntos de tránsito y las


26 ocupaciones provisionales, y donde el usuario mantiene una relación contractual y sin algún tipo de identificación. En términos de Auge, mientras que el lugar designa un espacio del estar, simbolizado y relacional, el no lugar se refiere a un lugar de paso, nómada y no simbolizado; el espacio del viajero es para él, el arquetipo del no lugar. En este sentido, se podría decir que en ningún momento el concepto de espacio de De Certau como movimiento, uso y practica del lugar, equivale al de no lugar de Auge como espacio de tránsito carente de valor y de significado; incluso, se podría argumentar que el lugar antropológico de Auge incluye a su vez el de espacio y lugar de De Certau (ambos vistos como entidades que se superponen y complementan entre sí), ya que en el lugar augeano quedan también incluidos todos los recorridos y acciones que en él se efectúan, los discursos que se sostienen y el lenguaje que lo caracteriza; es decir el espacio. Por el contrario se podría pensar que, lo que resulta de esta disertación entre lugares, espacios y no lugares, sería más bien una síntesis que concreta un tercer concepto, el cual ha sido planteado por el antropólogo Manuel Delgado (2007) de la siguiente forma: “El lugar es el sitio desde el que se parte, por el que se pasa, o al

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que se llega. El no lugar es lo que ese peregrinaje produce y que es una manera de pasar, es un mero intersecar, topografía móvil que se limita a traspasar otras topografías estables y de la que solo queda una estela efímera, una sombra, un vestigio destinado a borrarse o ser borrado [...] Marc Augé se equivoca al concebir el no lugar como un lugar de paso y no como el paso por un lugar. Esa trashumancia incansable convierte los lugares en no lugares, la ciudad en una no ciudad” (p.69).


27 Esta nueva visión que propone Delgado del no lugar augeano, se acerca más a esa visión del espacio que plantea De Certau: si el territorio es un lugar ocupado, el espacio es un lugar practicado. Así, el no lugar desde este punto de vista, debe ser entendido como un hecho potencial que valoriza el movimiento, el acto de atravesar como experiencia y como uso; un espacio creado por el viajero diario que una vez practicado es capaz de producir paisajes móviles que se tejen y destejen, incluso más valiosos que el mismo hecho sedentario de habitar el lugar. Es el movimiento y la acción que atraviesa los lugares lo que crea itinerarios, experiencias y formas de apropiación; que en otras palabras se refiere a no lugares o espacios. Sobre esta nueva visión del no lugar, se abre un camino posible para definir la calle como un no lugar; es decir, una calle puede describirse desde un punto de vista geométrico, pero también desde un punto de vista experimental. La calle más que un territorio físico definido geométricamente por el urbanismo y la arquitectura como lugar, se convierte en no lugar por intervención de los caminantes, en lugar practicado, explorado usado y relatado. Un cruce de elementos en movimiento, una experiencia espacial hecha de recorridos y desplazamientos. La calle como no lugar implica dejar de lado su definición como espacio de tránsito no simbolizado que conecta lugares (el no lugar augeano), para empezar a darle valor al mismo acto de atravesar y usar (el “espacio” como lugar practicado de De Certau), como experiencia estética y social incluso más relevante que los propios lugares que conecta.


28 La calle vista como no lugar, podría ser comparada con lo que el arquitecto Italiano Francesco Careri (2013) identifica como la ciudad nómada: “La ciudad nómada es el propio recorrido,

La ciudad nómada es aquella parte del paicío, y la forma de dicha ciudad es la línea saje andada, percibida sinuosa dibujada por la serie de puntos en y vivida en el recomovimiento. Los puntos de partida y de rrido; el nomadismo llegada tiene un interés relativo, mientras asume el recorrido que el espacio intermedio es el espacio del como lugar simbólico andar, la esencia misma del nomadismo, el donde se desarrolla la lugar donde se celebra cotidianamente el vida de la comunidad. rito del eterno errar” (p.30) La naturaleza de la calle constituye en sí misma un espacio nómada, un espacio vacío lleno de huellas invisibles marcado tan solo por unos trazos que se borran y reaparecen con las idas y venidas.

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el signo más estable en el interior del va-

Sin embargo, el mismo Careri, identifica que el nomadismo siempre a ha vivido en osmosis con el sedentarismo. La ciudad nómada vive dentro de la ciudad sedentaria y se alimenta de sus desechos, y a cambio se ofrece su propia presencia como una naturaleza que solo puede recorrerse habitándola. En este sentido, se podría decir que una calle no solo evoca no lugares, espacios de flujos y recorridos, (espacio nómada) sino que a su vez es también lugar habitado (espacio sedentario). Es decir, la calle contiene tanto llenos (espacios densos, sólidos y estáticos), como vacios (espacios líquidos y dinámicos) los cuales coexisten, se enfrentan y se complementan en un equilibrio de intercambios recíprocos.


29 Marc Auge (2000) señala que tanto los lugares y espacios, como los lugares y los no lugares se entrelazan y se interpenetran: “El lugar y el no lugar son más bien

Auge identifica que denpolaridades falsas: el primero no tro de su definición del queda nunca completamente bolugar antropológico, está rrado y el segundo no se cumple implícito su noción como nunca totalmente: son palimpsesalgo geométrico, a través tos donde se reinscribe sin cesar el de las tres formas espaciajuego intrincado de la identidad y les que constituyen a su de la relación” (p.84) vez las formas elementales del espacio social: la línea, la intersección de líneas y el punto de intersección. Las cuales, traducidas en otro sentido se refieren a los itinerarios, ejes o caminos que conducen de un lugar a otro; las encrucijadas y lugares donde los hombres se cruzan, y los centros donde se encuentran y se reúnen. En última estancia una calle se trata más bien de un juego dialéctico, de entenderla como espacio geométrico, o como el territorio en el cual se realizan movimientos (como punto o como lugares especiales), y a su vez como espacio, como la propia travesía, como experiencia y como práctica, y como todo aquello que resulta y se construye del paso por ella (como línea o recorrido). La calle se presenta como un espacio del estar atravesado en todas partes por los territorios del andar, como lo identifica De Certau (2010, p.115) “Su desenvolvimiento discursivo se organiza a partir de la relación entre el lugar de donde se sale (un origen) y el no lugar que produce (una manera de pasar)”.


30 LA CALLE, UN ESPACIO - MOVIMIENTO

“Lo único permanente es el cambio” Heráclito. Siglo V A.C.

El término movimiento hace referencia a un cambio de posición o a un cambio de un estado físico, que implica un uso temporal del espacio y una traslación en el tiempo. Tal como lo identifica el filósofo francés Gilles Deleuze (1984) en el análisis sobre las tesis del movimiento de Bergson: “El movimiento es un acto en presente,

E l m ov i m i e n t o siempre remite a un estado de son heterogéneos e irreductibles entre cambio; en este sentido, sí. El movimiento es una traslación en la realidad que se desel espacio y cada vez que hay traslaprende de él, se muestra ción de partes en el espacio implica un como algo abierto que cambio cualitativo del todo, ya que el le corresponde transespacio debido al movimiento está en for marse sin cesar haconstante transformación, así el todo ciendo siempre aparese percibe como un conjunto abierto y cer algo nuevo, algo que no cerrado o totalizado. El movimiento cambia su naturaleza en es algo indivisible pues tiene lugar en el cada etapa. Así, lo que intervalo entre dos instantes o posiciogenera el movimiento es nes, es el paso regulado de una forma a un continuo devenir, el otra” (p.13-22). cual proyecta dos caras: la primera hace referencia a todo aquello que acontece entre las partes (la acción misma) y la segunda que se refiere a lo que resulta o expresa dicha acción (el todo que se forma). Gracias al movimiento los objetos cambian de posición en el espacio y gracias a las relaciones entre ellos el todo se transforma y cambia de cualidad.

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es el acto de recorrer; los movimientos


31 Para el filósofo francés Henri Bergson (2008) debido al movimiento la realidad siempre es afectada por una constante transformación: “La realidad se nos aparece como un perpetuo devenir. Ella se hace o se deshace

El movimiento pero jamás es algo hecho” (p.227) genera una acción que indica el paso “No percibimos del devenir más que esde una cosa a otra, tados y de la duración más que instantes” de una presencia a (p.278) una ausencia, de un lleno a un vacio, y “El devenir es infinitamente variado, son así todo lo que va movimientos cualitativos, evolutivos y exresultando de esa tensivos diferentes” (p.306) transición es una serie de formas, imágenes o situaciones heterogéneas, que no son otra cosa que una instantánea sobre dicha transición. El movimiento produce una variedad de microambientes transitorios, que dan como resultado momentos únicos, irrepetibles, pasajeros y sometidos a constantes metamorfosis. De acuerdo a las anteriores definiciones, se plantea aquí una posible conceptualización de la calle como espacio-movimiento. La calle es un entorno físico constituido por elementos permanentes y por factores mudables (llámese tanto elementos físicos y contextuales, así como usuarios y actividades) que conforman un medio ambiente cambiante; un espacio transitorio, efímero e itinerante, que se transforma constantemente por el movimiento y la interacción de sus partes constitutivas. La actividad cotidiana que se despliega en la calle: gente que viene y va, saludos, miradas, encuentros, despedidas, conversaciones; los elementos físicos de su espacio que llegan, se instalan, se retiran, se transforman; factores climáticos como el sol, la lluvia, el viento; temporalidades


32 como el día, y la noche, o las diferentes ocupaciones que se dan en ella, y aspectos sensoriales como los sonidos, los aromas y las texturas; suman una serie de cambios, situaciones y ambientes transitorios que dan como resultado un espacio que en su totalidad se percibe y se experimenta diferente a cada momento; un espacio en permanente agitación y en constante devenir. Manuel Delgado (2007 p.129) legitima esta definición de la calle como espacio-movimiento al identificarla como: “Un lugar peregrino.”

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Terreno para una cultura inestable y dinámica, elaborada y reelaborada constantemente por las prácticas y discursos de los usuarios”. En palabras de Delgado, las calles están permanentemente sometidas a cadenas de movimientos y acontecimientos, escenarios en los que se producen deslizamientos de los que resultan infinidad de entrecruzamientos y bifurcaciones, y donde puede verse circular todo tipo de sustancias y flujos. La calle como espacio-movimiento, supone un espacio heterogéneo que jamás está terminado o completado, sino por el contrario que está en constante construcción; un espacio que se elabora y se recrea de forma constante, pues son los usuarios y sus prácticas quienes determinan a cada instante su naturaleza y configuración. El arquitecto Allan Jacobs (1996, p.17) considera que “Una calle es movimiento social, mirar, pasar, es el trasiego, sobretodo de personas, de rostros y formas flotantes, de posturas y ropas cambiantes”. La calle es un espacio donde tiene lugar acciones, pliegues, accidentes y acontecimientos rutinarios pero en su conjunto diferentes, donde a cada momento surgen nuevos comportamientos, nuevas formas de habitar y


33 nuevos espacios de libertad. Las calles podrían decirse que son una especie de parques espontáneos donde es posible sentirnos al margen de cualquier control o predisposición. Son espacios de vocación nómada, que viven y se transforman a una velocidad tan grande que realmente superan el ritmo de proyectacción. Es en definitiva el movimiento, el axioma que rige la retórica de la calle, un espacio líquido, poroso, un erritorio en constante transformación en tiempo y espacio, donde nada merece la pena de quedarse. Para finalizar Henri Bergson (2008, p.317) señala que “Hay más en un movimiento que en las posiciones sucesivas atribuidas al móvil, más en un devenir que en las formas atravesadas cada vez, más en la evolución de la forma que en las formas realizadas una tras otra”. El constante devenir de la calle no implica en ningún momento definirla como un espacio vacío –en el sentido de ausencia de algo o falta de sentido o significación– por el contrario, tal y como lo afirma Bergson, es el movimiento y esa secuencia infinita de cambios que presenta la calle, donde radica su riqueza, su vitalidad y su varadero significado.

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Las ciudades están por definición, llenas de personas extrañas. Todo el mundo sabe que en las grandes capitales hay más personas extrañas que conocidas. Y extraños no son solamente quienes van a los mismos lugares públicos, sino más aun los que viven en las otras viviendas del mismo piso. Incluso las personas que viven muy próximas entre si se desconocen. Jane Jacobs. Muerte y vida de las grandes ciudades, 1961.


La calle como espacio social Calle Talavera. Barrio La Merced, Ciudad de MĂŠxico. 2013. | Lorena Cardona M.


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A CALLE UN ESPACIO PÚBLICO, “UNA CALLE SON PERSONAS EN UNA CALLE”

En el comienzo de esta investigación se mencionó que el espacio público es el lugar por definición de lo urbano; es decir, el escenario donde se desarrolla la vida social urbana, entendida esta como el sistema de relaciones y contactos que se producen entre los habitantes de la ciudad basadas en lo aleatorio, lo temporal, lo efímero y lo fluctuante. Un espacio de y para las relaciones en público, que se producen entre individuos que coinciden momentáneamente en lugares de tránsito para participar de una serie de actividades y contactos mutuos.

La calle como espacio social

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38 La urbanista y activista canadiense Jane Jacobs, en su libro manifiesto The Death and Life of Great American Cities (1961) en la que presenta una fuerte crítica a las prácticas de renovación urbana de las ciudades estadounidenses de mediados del siglo XX, identifica por primera vez el papel de las calles como espacios públicos de la ciudad. En palabras de Jacobs: “Las calles y sus aceras son los

Jacobs fue una de las primeras en denunciar que una ciudad, sus órganos más vitatanto urbanistas como les” [...] “Son un medio de comuarquitectos están acosnicación y contacto, una autentitumbrados a diseñar y ca institución social de la ciudad” planificar las ciudades con (1973, p.33) base en los modelos y esquemas ideales heredados de urbanismos como el de Haussman y Le Corbusier, los cuales contemplan la vida social como si solo pudiera desarrollarse en lugares diseñados ex profeso, desconociendo con esto que la propia naturaleza de la vida social hace que esta se desarrolle de manera espontanea en ámbitos cotidianos como las calles. En este sentido, Jacobs, plantea que son las calles, los verdaderos espacios públicos de la ciudad, los mejores lugares y los más útiles para la vida social.

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principales lugares públicos de

Siguiendo esta misma línea, otro autor más contemporáneo como Manuel Delgado (2007) identifica también el papel de las calles como espacio social: “La calle es una institución social, en su seno se desarrollan formas de aprendizaje y sociabilidad, cuyos protagonistas son personas que se conocen relativamente o se desconocen y que no están asociados por lazos involuntarios” (p. 128)


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“La calle es el entramado por el que

La calle en palabras de Delgado, representa el de la ciudad, el escenario de esta afuera por excelencia, estructura hecha de instantes y de un ámbito accesible a encuentros que singulariza la sociabitodos los ciudadanos lidad urbana” (p.153) que concentra —como ningún otro lugar público— una mayor cantidad de usuarios, con estilos de vida y actividades diferentes; esta situación aumenta las posibilidades de tener encuentros fortuitos y espontáneos con personas nunca antes conocidas, permitiendo así establecer interacciones por voluntad propia; es decir, relaciones sociales no por obligación sino por la experiencia y el aprendizaje que se desprende de una vida satisfactoria en comunidad. oscilan los aspectos más intranquilos

Por su parte, el arquitecto estadounidense Allan Jacobs (1996) identifica que:

“Las calles son lugares de encuentro e intercam-

bio, desde el punto de vista social y comercial, Para Jacobs, las son el medio donde las personas se encuentran ciudades justificon otras y esto es, al fin y al cabo, la principal can su existencia razón de ser de las ciudades” (p.17). en la construcción de una vida urbana y en este sentido, las calles son los principales lugares de encuentro y de sociabilidad de la ciudad. Jacobs define que las calles son lugares no solo para ver sino también para ser vistos, lugares para la evasión y el encuentro, espacios que permiten conservar el anonimato al tiempo que es posible reconocer a alguien y ser reconocido; son espacios cargados de recuerdos, sentimientos y experiencias, capaces de ofrecer la expectativa de contemplar situaciones agradables y enriquecedoras, y de brindar la posibilidad de tener encuentros fortuitos pero a su vez gratificantes.


40 La calle vista como espacio público, es considerada por algunos autores como el espacio síntesis de la ciudad, donde se ve reflejada su dinámica tanto social como espacial. Para el arquitecto Alejandro Echeverri (en Guzmán 2009): “La calle es la síntesis de la ciudad. Permite entender todos los elementos, las relaciones, las actividades que allí tienen lugar. Es el elemento fundacional y de alguna manera estructurante de otros componentes de la ciudad” (p.171) “Las calles definen la identidad de la ciudad y en muchos casos se convierten en símbolos, emblemas esenciales o particulares de la sociedad de cualquier tiempo” (p.172)

De acuerdo a Echeverri, las calles representan una memoria pública, en ellas se puede ver y experimentar las dinámicas de una sociedad, de su vida cotidiana e incluso de su historia; son el reflejo de las relaciones entre los ciudadanos y el espacio físico de la ciudad.

Asimismo para Delgado (2007): “La calle es el aspecto de la proyección urbana que fija la imagen más penetrante y memorable de la ciudad. El sistema de calles y plazas es ante todo un esquema donde la ciudad encuentra compendiada su forma, el sistema de jerarquías, pautas y relaciones es-

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paciales” (p.153).

A nivel urbano la calle permite tejer las relaciones entre los diferentes componentes físico-espaciales de la ciudad, llámese equipamientos, viviendas, comercios, oficinas, parques, y plazas; pues a través de ella se logra establecer una apropiada


41 y gradual conexión entre los espacios privados y los demás espacios públicos cuyos usos son mucho más especializados, funcionando así como espacio de transición. Las calles son pues verdaderos espacios públicos de naturaleza colectiva; escenarios idóneos para que se expresen en ellas y a través de ellas los anhelos y las voluntades comunitarias, espacios socializados que no responden a necesidades personales, sino a la demanda de un hacer colectivo. Una calle puede ser comparada con un lienzo en blanco, cuya disponibilidad semántica, funcional y hasta espacial tiene la posibilidad de ser cargada con cualquier elemento o proceso simbolizador. Esta característica le permite a la calle ser el escenario idóneo para la vida social urbana; pues se constituye como un territorio de libertad y de apropiación pública, el único espacio abierto a todo y a todos, que tiene el potencial de llenarse y alimentarse con cualquier cosa, con cualquier tipo de usuario y actividad, sin desechar nada. En este sentido, la calle se convierte en el órgano más vital de la ciudad, pues las situaciones que se presentan en ella se despliegan como acontecimientos complejos llenos de riqueza y diversidad. Con base en las anteriores consideraciones, se podría plantear que la calle como espacio público está representada en varios tipos o usos específicos: en primer lugar se podría hablar de la calle comercial y de servicios, que se refiere a un tipo de calle que está concebida para el intercambio de bienes y servicios, lugares donde se hacen negocios, y que funcionan a manera de escaparates públicos o tianguis. Esta la calle residencial, que corresponde al tipo de calle asociada a la vivienda, que suponen un carácter a escala barrial o vecinal y donde se desarrollan actividades relacionadas con lo doméstico y comunitario. También se podría hablar de un tipo de calle cultural,


42 que estaría asociada en algunas ocasiones a la calle comercial y la cual supone el desarrollo de actividades culturales, como espectáculos callejeros, exposiciones de arte entre otros. A nivel arquitectónico, se podría decir que existe una tipología que consolida la expresión material de la calle vista como espacio social: la calle peatonal. Este tipo de calle puede definirse como aquella que se reserva para el tráfico peatonal y donde la circulación de vehículos motorizados está fuertemente restringida o prohibida en su totalidad. Esta tipología suele ser frecuentemente asociada a los tipos de calles comerciales y de servicios, y generalmente se presenta en los centros de las ciudades, especialmente en los centros declarados históricos y patrimoniales.

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Las calles peatonales han sido estudiadas aproximadamente desde los años noventa, principalmente en ciudades Europeas; encontrando en ellas grandes aportaciones a la calidad de vida urbana. Para el ex alcalde de la ciudad de Bogotá, Colombia Enrique Peñalosa (en Gehl 2006): De acuerdo a las palabras de Peñalosa, las calles peatonales son espacios que aportan significativamente a una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos. Además de los beneficios ya comprobados en materia ambiental (aumento del confort ambiental debido a la reducción de emisiones

“Si la ciudad es el lugar de encuentro por excelencia, más que cualquier otra cosa, la ciudad es su espacio público peatonal” [...] “La cantidad y calidad del espacio público peatonal determinan la calidad urbanística de una ciudad” (p. 7).longación del tiempo que se pasa en el exterior y un abanico más amplio de actividades exteriores” (p.41)


43 atmosféricas contaminantes y la reducción de los niveles de accidentalidad), a nivel social, la mayor aportación de estos espacios radica en el fortalecimiento de la actividad de caminar como forma propicia para desplazarse, y para conocer e interactuar con otras personas. Las calles peatonales son espacios pensados exclusivamente para la gente y sus actividades, por esta razón es el tipo de calle que ofrece mayores posibilidades de interacción social y en consecuencia de aportar a la construcción de una vida social dinámica y vibrante. Para el arquitecto Jan Gehl (2006): “Las mejoras de las condiciones físicas de las calles logradas a través de la peatonalización, han dado como

Asociados a esta tipología de calle peatonal, se desprenmero de peatones, una proden algunas otras variaciones longación del tiempo que se como por ejemplo las Rampasa en el exterior y un abablas7, consideradas como un nico más amplio de actividaparque urbano lineal pensado des exteriores” (p.41) especialmente para el tráfico peatonal. Las ramblas se pueden clasificar como un tipo de calle comercial, ya que los edificios que la bordean corresponden principalmente a locales comerciales, y centros culturales y de servicios Además de estos usos, el paseo central acoge también puestos donde se venden variedad de artículos, y lugares para comer y para sentarse. resultado un aumento del nú-

7 Esta calle tienen su origen en la ciudad de Barcelona, España. Su sección está compuesta por dos andenes laterales de menor dimensión, dos calzadas con dos carriles cada una para la movilidad vehicular y un andador central de aproximadamente 20 metros de ancho, flanqueado por hileras de arboles a cada lado y con mobiliario urbano, que ayudan a definir la orientación peatonal de la misma.


44 Dentro de esta categoría también se pueden incluir las calles medievales8, que debido a sus condiciones físicas, sus dimensiones reducidas y su traza, son usadas principalmente para el tráfico peatonal o vehicular restringido. En las calles medievales es común encontrar lugares abiertos intermedios donde es posible hacer un alto y sentarse; una especie de ensanchamientos a manera de salones que sirven para hacer espectáculos, para comer y conversar. Desde el punto de vista del contacto social, este tipo de calles propician a que las personas interactúen entre sí, al estar más juntas unas de otras. Finalmente se encuentran también los bulevares, (definidos anteriormente). Su importancia radica en que son lugares ideales para salir a pasear debido a su diseño, sus amplias dimensiones y su prioridad para el peatón a partir de la disposición de un camellón central. Una de las principales cualidades de los bulevares es que son lugares de uso comunitario en el que se pueden desarrollar diversas actividades como tianguis, exposiciones, y eventos.

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VIDA SOCIAL, CONTACTOS Y COMPORTAMIENTOS EN LA CALLE

Antes de hablar sobre la actividad social que se desarrolla en las calles y sobre los tipos de contactos y comportamientos que se presentan en ella, es necesario identificar a nivel individual, el usuario tipo de la calle; que entre otras cosas corresponde al transeúnte. Como su misma palabra lo indica, el transeúnte podría definirse como un ser del umbral que está en tránsito o en transe 8 Esta tipología tiene sus orígenes en la ciudad Medieval, cuya principal característica es que son calles curvas, serpenteantes, estrechas, de superficie continua y con cierto halo de misterio, debido a que su forma impide saber a donde lleva o donde termina. Las calles medievales se encuentran principalmente en ciudades antiguas europeas, aunque también es posible verlas en algunas ciudades latinoamericanas de trazas antiguas o con diseños que imitan trazos europeos.


45 permanente, el que solo está de paso, el paseante a la deriva, el curioso de la ciudad, el viandante, el viajero, el peregrino. Los transeúntes son seres nómadas que se encuentran en continuo movimiento, siempre atravesando territorios y fronteras, y viviendo en la incertidumbre y la indecisión. Son seres de la indefinición y de una alteridad generalizada en busca siempre de un nuevo lugar, de un hallazgo o una nueva experiencia. Es la actividad cotidiana y natural de los transeúntes la que día a día configura el espacio de la calle, pues es a partir de estos personajes donde ella toma sentido como espacio social. Ahora bien, un transeúnte puede realizar un sin número de actividades cotidianas en las calles; de acuerdo a Jan Gehl (2006, p.17-20) las actividades exteriores que se pueden desarrollar en espacios públicos se pueden dividir en tres categorías principalmente: las actividades necesarias, que incluyen aquellas en las que las personas están obligadas a participar. Las tareas cotidianas y los tiempos muertos corresponden a este grupo, incluyen la mayor parte de las actividades relacionadas con la acción de caminar y son actividades que se realizan durante todo el año, en casi cualquier condición y son más o menos independientes del entorno externo. Las actividades opcionales, son aquellas en las que se participa si existe el deseo de hacerlo o si lo permiten el tiempo y el lugar. A esta categoría pertenecen las actividades como dar un paseo, sentarse a tomar el sol, o disfrutar del día. Estas actividades solo se realizan cuando las condiciones externas son favorables, cuando el tiempo y el lugar invitan a ello y dependen en gran medida de las condiciones físicas externas. Y finalmente las actividades sociales, que son todas las que dependen de la presencia de otras personas. Incluyen los juegos, saludos, conversaciones, actividades comunitarias, y


46 la actividad social más extendida, los contactos pasivos como ver y oír a otras personas. Son actividades llamadas “resultantes”, pues se derivan de actividades ligadas a las otras dos categorías y se refuerzan indirectamente cuando a estas se les proporcionan mejores condiciones. Teniendo como base esta clasificación de actividades exteriores, Jan Gehl (2006, p.21) señala que “En una interpretación muy libre, una actividad social se produce cada vez que dos personas están juntas en el mismo espacio”, ya sea realizando actividades tan cotidianas e informales como simplemente transitar. Las actividades necesarias y opcionales como caminar y pasear en una calle brindan la posibilidad de estar con mucha gente; de esta forma, la presencia de otras personas, de diversas actividades y acontecimientos, supone una oportunidad rica y animada de recibir estímulos, inspiraciones y variaciones sensoriales, y a su vez de experimentar como otra gente se desenvuelve en diversas situaciones. Para Gehl (2006) la vida social que se desarrolla en los espacios públicos como las calles consiste primordialmente en contactos de baja intensidad (ver y oír): “Las oportunidades de encontrarse, ver y oír a otras personas incluyen además contactos a un nivel modesto, un punto de partida para contactos a otros niveles, la posibilidad de mantener contactos

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ya establecidos, una fuente de información sobre el mundo social externo y una fuente de inspiración u oferta de experiencia estimulante” (p.23)

Las calles posibilitan a sus usuarios experimentar con otras personas de forma modesta y espontanea, mediante contactos públicos, sutiles, superficiales y pasivos en donde el individuo da respuesta a necesidades tan básicas como la ne-


47 cesidad de conocimiento y de estímulo. Contemplar otras personas, verlas y oírlas, constituye el medio a través del cual el ser humano adquiere de manera directa la información social de la ciudad. Sin embargo, para que realmente se dé un contacto social en la calle, no solo se necesita estar en medio de mucha gente y a su vez ver y escuchar ocasionalmente estas personas; sino que además es necesario que dicha actividad se realice periódicamente y de forma prolongada. Cuando se presentan encuentros frecuentes debido al desarrollo de actividades cotidianas en las calles, se aumentan las posibilidades de establecer contactos y de que esas personas se conviertan así en alguien “conocido”. Cuantos más residentes hay en la calle y cuanto más a menudo se encuentran, se intercambian más saludos y se propician más conversaciones; asimismo, cuando se anima a la gente a permanecer más tiempo en la calle, los usuarios y los acontecimientos crecen hasta alcanzar un nivel considerable de actividad, y así se comienza a formar una vida social publica y animada. El mismo Jan Gehl (2006) identifica esta condición de la siguiente manera: “La vida social entre los edificios es fruto del número y la duración de cada uno de los acontecimientos. Lo importante no es el número de personas y acontecimientos, sino mas bien el numero de minutos pasados en el exterior. El número de personas y acontecimientos ofrece un indicador del nivel de actividad de un espacio; se puede inducir un alto nivel de actividad en una zona tanto asegurando que más gente use el espacio público como fomentando estancias individuales más largas” (p.87)

En conclusión, los contactos sociales que se establecen en la calle obedecen principalmente a interacciones pasivas y de baja intensidad; sin embargo, en ellas se encuentran las bases


48 del desarrollo de la vida social en las calles y en general en la ciudad, ya que esta se constituye antes que nada como un proceso donde las actividades sociales modestas crecen conjuntamente hasta construir una secuencia de acontecimientos mucho más grandes, complejos y significativos.

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Además de las actividades y los contactos sociales que establece el transeúnte en la calle, este como ser individual, proyecta una serie de comportamientos que le ayudan en cierta medida a ser competente en el entorno social. La experiencia en la calle está compuesta de una gran profusión de estímulos informativos y sensoriales (cambiantes y contrastantes), que incluyen desde la presencia de otras personas, de señales auditivas, visuales y cenestésicas, hasta una serie de ofertas de acción, que provoca en muchas ocasiones un bloqueo en la capacidad del individuo para prestar atención y procesar dichos estímulos. El filósofo y sociólogo alemán Georg Simmel en su ensayo La metrópoli y la vida mental (1903), presenta una reflexión sobre la experiencia urbana en las ciudades modernas del siglo XIX desde disciplinas como la psicología y la sociología. Para Simmel (1903) la creciente complejidad de la vida en las metrópolis modernas, había contribuido en cierta medida a la creación de nuevos vínculos sociales y nuevas actitudes hacia el prójimo; que dieron como resultado un nuevo individuo, con una percepción diferente del tiempo y del espacio, de la libertad y del bienestar: “Tensionado por un ritmo vertiginoso e imposible de esquivar, el urbanita comienza a configurar un tipo de personalidad moderno, capitalista, indiferente y reservado; un tipo de personalidad caracterizado por la intensificación de los estímulos nerviosos”.


49 La ciudad y más específicamente las calles, obligan al individuo a guardar cierta reserva e indiferencia ante la gran masa social. La personalidad del individuo se ajusta y se acomoda a las nuevas exigencias de la vida urbana; su instinto de autoconservación frente a la gran metrópoli alterada, conflictiva y fluctuante, demanda de él un comportamiento de naturaleza social reservada; ya que si él respondiese positivamente a todas las personas con las que podría llegar a tener contacto durante su actividad cotidiana, se vería inmerso en una sobreestimulación que acabaría en una serie de presiones psicológicas y sociales incapaces de asimilar. El sociólogo Derk de Jonge (citado en Sommer 1974) llega a la siguiente conclusión: “Una persona solo podrá vivir en medio de una gran multitud

De acuerdo a esto y tomando mostrando una relativa indifecomo referencia las observarencia hacia la mayoría de quieciones realizadas por Simmel, nes le rodean. La vida normal una de los principales formas solo es posible limitando el conde comportamiento que se tacto personal a un número resdesprende de la vida social en tringido de individuos” (p.56). las calles es la disociación del otro; es decir, el desarrollo de una serie de estrategias y actitudes para relacionarse con el otro de manera distante, aunque se esté inmerso en la multitud. Manuel Delgado (2007) señala que: De acuerdo a Delgado, la vida social que se despliega en las calles, se basa ante todo en la total visibilidad (rela-

“El vinculo social que caracteriza la vida en exteriores urbanos, está hecho de una mezcla de extrañamiento y aversión entre masas corpóreas que se pasan el tiempo expuestas a las miradas de los demás y que se escudan unas de otras mediante diversas capas de anonimato” (p.35)


50 ciones sociales en público) donde además no existe ningún requisito de autenticidad (relaciones sociales basadas en la apariencia y la puesta a distancia); en este sentido, tanto la reserva como el anonimato son dos actitudes necesarias que ayudan al individuo a ser competente y a participar activamente de dichas relaciones, ya que a través de la reserva las personas reciben la posibilidad de albergarse tras una capa de anonimato, una abstracción de la identidad (grado de mundanidad) que le permite proteger sus verdaderas intenciones y protegerse contra las intenciones de los otros. La labor fundamental del anonimato como un factor estructurante de las relaciones en público, consiste en lograr una indefinición de partida que le permite al individuo ganar tiempo antes de llegar a interpretar correctamente cual es el orden social establecido y al cual todos están sometidos a entender y reproducir. En palabras de Delgado (2011): “Permanecer en el anonimato quiere

En este sentido, en las relaciones que no sea la habilidad para reconocer sociales en la cacual es el lenguaje de cada situación y lle lo que cuenadaptarse a él” (p.42) ta es ante todo “El desconocido es aquel que puede lo perceptible a reclamar que se le considere en función primera vista, lo no de quien es, sino de lo que hace, de intuido o lo inlo que pasa o hace que pase y de lo que sinuado, mucho parece o pretende parecer” (p.62) más que lo sabido. Los desconocidos que conforman este tipo de sociedades provisionales tienen la posibilidad de aplicar diversas técnicas relacionales basadas en la simulación y la ambigüedad, impresiones que constituyen los únicos indicios que per-

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decir reclamar no ser evaluado por nada


51 miten de manera defectuosa conocer a los interlocutores, sus acciones y sus objetivos; sociedades donde se tiene en cuenta al otro no por lo que es, sino por lo que puede pasar con él. Basado en los comportamientos sociales como el anonimato y la indiferencia, el sociólogo Erving Goffman (1966) introduce un término llamado el concepto de desatención cortés para explicar el comportamiento social del individuo en lugares públicos: “El concepto de desatención cortés o principio de la no interferen-

Este tipo de comportamiencia, es una forma de sociabilidad. to social constituye una forEs un criterio que orienta las pracma de atención, una manera ticas urbanas, que consiste en mosde tener presente la presentrarle al otro que se lo ha visto y cia de otras personas, pero se está atento a su presencia y más de una forma en donde no tarde distraer la atención para hase requiere que estas se precerle comprender que no es objeto senten o salgan de su anonide curiosidad o de una intención mato, dando por descontado particular” (p.24) su verdadera identidad, sus sentimientos, pensamientos, objetivos e incluso su estatus social. De acuerdo a Goffman, la aplicación de este principio permite en teoría superar la desconfianza, la inseguridad y el malestar provocado por la identidad real o imaginada del usuario en los espacios públicos. Los comportamientos sociales como el anonimato, la reserva y la indiferencia, se convierten así en una forma de sociabilidad, ya que solo mediante la capacidad de elevarse a la calidad de desconocido el individuo es capaz de llevar a cabo las interacciones constantes y multiformes de que está compuesta la vida pública.


52 Partiendo de estas actividades, contactos y comportamientos sociales que se presentan en las calles, es importante ahora identificar cuáles son las condiciones o atributos que caracterizan en conjunto la vida urbana. En primer lugar, habría que señalar que la vida social de la calle presenta en sí misma una naturaleza transitoria, un sistema de relaciones que tienen como premisa fundamental la transformación.

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Lo urbano, la vida urbana, como se dijo en un principio está caracterizada básicamente por estructuras no acabadas, inestables e indefinidas, que se alejan totalmente de formulas tradicionales, obligaciones rutinarias y acontecimientos previsibles. La vida social en las calles está conformada por lo que podría llamarse como relaciones sociales en tránsito; es decir, aquellas en las que sus actores están permanentemente obligados a adaptarse a la naturaleza cambiante, inestable y dispersa de cada circunstancia. Partiendo de esta condición, la estructura social que se desprende de las calles no es más que la de una situación: un microambiente transitorio que se forma de acuerdo a condiciones específicas e implica un tipo de interacción con personajes que coinciden de manera casi aleatoria en dicho momento. Así pues, y a manera de conclusión, podría decirse que la vida social de las calles se basa en una serie de relaciones públicas casuales, superficiales, fluidas y extrañadas (entre desconocidos) que en conjunto forman una red o tejido social, que sirve de base para la construcción de una estructura básica de convivencia pública, y en su defecto para desarrollar otras formas de organización social mucho más complejas.


53 EMERGENCIA DE LA CALLE, SOBRE CÓMO FUNCIONA LA CALLE COMO ESPACIO SOCIAL

“Bajo el aparente desorden

El escritor estadounidense Steven Johnson en su libro Sisteorden maravilloso que manmas emergentes. O que tienen en tiene la seguridad en las común hormigas, neuronas, ciudacalles y la libertad de la ciudes y software (2003), considera dad. Es un orden complejo. que una ciudad es lo que él Su esencia es un uso íntimo de las aceras acompañado define como un sistema emerde una constante sucesión gente y autoorganizado; es decir, de miradas. Este orden está un sistema compuesto por elecompuesto de movimientos mentos relativamente simples y cambio, y aunque es vida que se organiza de manera esy no arte, bien podríamos pontanea y sin leyes explícitas llamarlo el arte de la ciudad hasta dar lugar a un compory emparentarlo con la danza tamiento inteligente. Este tipo [...] Un ballet intrincado donde sistema de acuerdo al autor, de los primeros bailarines y el esta caracterizado por interacresto del ballet tienen partes ciones locales entre grandes diferenciadas que se refuercantidades de agentes goberzan milagrosamente unas a nados por reglas simples de las otras y forman un todo ordenado”. Jane Jacobs. retroalimentación mutua. Su Muerte y vida de las grandes cualidad es que con el tiempo ciudades (1973, p.50) estos sistemas se hacen más inteligentes ya que son capaces de responder a las necesidades cambiantes y especificas de su entorno, por esta razón no se establecen en una forma única y fija, sino que por el contrario forman patrones en el tiempo y en el espacio. de la ciudad vieja, hay un

La urbanista Jane Jacobs compartía al igual que Johnson su visión de la ciudad vista desde los sistemas emergentes, des-


54 de la complejidad y la autoorganización. Jacobs señala que para poder comprender como funciona y a su vez como se construye una ciudad se requiere una aproximación al problema desde un nivel ascendente, de abajo hacia arriba; es decir, desde sus estructuras más simples y cotidianas: sus calles. Mientras que la historia de la ciudad ha estado siempre condicionada por un deseo de planificación y diseño (en manos de expertos) que permite tener espacios más ordenados, funcionales y por consiguiente más eficaces para sus habitantes, en otras palabras, la construcción a partir de una fuerza descendente; la ciudad misma ha ido demostrando que no hay necesidad de un barón Haussmann, o de un Le Corbusier, o de un Niemeyer, para desarrollarse, mantenerse y brindar bienestar a sus habitantes. Una ciudad puede ser construida a partir de fuerzas ascendentes que surgen en sus calles, sus espacios urbanos micro.

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Pero, ¿cómo podría una calle ser el elemento detonante de toda una ciudad?, ¿cómo se puede construir una ciudad a partir de un elemento tan simple como una calle? Pues resulta que una calle es mucho más que un simple elemento de circulación y conexión de la ciudad (en términos de desplazamiento); como se ha visto en los capítulos anteriores, las calles están llenas de gran riqueza y complejidad tanto estética, como espacial y social, ya que son los lugares que más se acercan a las prácticas cotidianas de los ciudadanos. El hecho de que la calle sea un espacio público accesible a todos, le permite concentrar más que cualquier otro espacio amplias oportunidades de contacto e interacción social; todo esto a razón de la presencia de muchos huéspedes públicos que están ahí debido al desarrollo de actividades informales como caminar o pasear. Jane Jacobs (1973) identifica que a


55 pesar de que los contactos que se establecen en la calle son en su mayoría triviales, casuales y superficiales, su suma no lo es en absoluto; la suma de estos contactos públicos a un nivel local, la mayoría de ellos fortuitos y espontáneos entre personas que coinciden en una relación determinada, y no por afectación, da como resultado una intensa vida de carácter informal que constituye la base para que en las ciudades surjan formas de organización superior. A partir de esto, se podría plantear que las interacciones en la calle (su vida social) ayudan a las ciudades a crear sistemas emergentes. La magia de la ciudad, su inteligencia, viene desde abajo, de la calle, en un nivel inferior pero ascendente. Tanto su orden como su vitalidad provienen de su base, de las reuniones improvisadas e informales de las calles, de esas relaciones entre desconocidos que se forman por que están como de paso en los itinerarios públicos y normales de la gente. Steven Johnson (2003) señala que: “Las aceras permiten comunicaciones de banda ancha entre completos desconocidos y reúnen a gran número de individuos en configuraciones aleatorias. Sin las aceras, las ciudades serian como hormigas sin sentido del olfato, o como una colonia con muy pocas obreras. Las aceras proporcionan tanto el tipo como la) cantidad correcta de interacciones locales. Son las uniones intercelulares de la vida de la ciudad” (p.85)

Pero entonces, bajo estas consideraciones ¿cómo funciona el sistema emergente de la calle? Como se dijo anteriormente, los sistemas emergentes resuelven problemas complejos de forma espontanea; es decir, sin ningún tipo de organización centralizada o jerarquía, a partir de masas de elementos que al aumentar en escala comienzan a producir comportamientos colectivos: un sistema de autoorganización. Así que, en pri-


56 mer lugar habría que decir que en el sistema emergente de la calle nunca hay un orden preestablecido, ni tampoco una especie de director que administre y organice las relaciones e interacciones que se puedan dar entre los vecinos o a una escala mayor entre los ciudadanos.

En relación a esta condición, Manuel Delgado (2007) plantea lo siguiente: “En el exterior se hacen y deshacen

De acuerdo a Delgado, la actividad cotidiaespontaneas, en tanto es un dispositivo na de las calles es una de sobreentendidos y acuerdos tácitos oportunidad de confirlo que las hacen posibles” (p.12) mar que es posible estar juntos sin jerarquías, ni “Un sistema de relaciones sociales cuya estructuras concluidas. característica es que el grupo humano Ya que las relaciones que las protagoniza no es una comunie interacciones que se dad estructuralmente acabada, sino una forman en la calle son proliferación de marañas relacionales un proceso mediante el compuestas de usos, imposiciones, reccual los actores invotificaciones, y adecuaciones mutuas que lucrados resuelven los van emergiendo a cada momento” (p.36) problemas adaptándose a la naturaleza y la persistencia de sus soluciones prácticas; es decir, una simbiosis en la que se pueden encontrar reglas (consientes o inconscientes) que son constantemente negociadas y adaptadas a cada una de las contingencias situacionales que se presentan.

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constantemente asociaciones humanas

En este sentido, una calle puede ser interpretada entonces como un escenario comunicacional, en el que los usuarios pueden reconocer y pactar las pautas que los organizan y que


57 a su vez articulan sus disposiciones entre si y en relación a su entorno. Este escenario trae como resultado el establecimiento de cierto tipo de orden social, pero no visto como algo prefigurado o impuesto, sino más bien como un orden construido que orienta las practicas de todos los interactuantes y que sigue reglas locales e independientes de cualquier instrucción de nivel superior. De esta forma, el tipo de sociedad que resulta de la actividad en las calles, es una estructura social emergente; un acuerdo de heterogeneidades (donde los conflictos y las tensiones siempre están presentes) que asumen pactos momentáneos para la satisfacción de objetivos colectivos. Con base en esto, la pregunta a seguir sería entonces ¿cómo se construye ese orden pactado de las calles? Pues Steven Johnson plantea en su libro que el orden social de las calles se construye a partir de los circuitos de retroalimentación: las personas al entrar en contacto con otras identifican automáticamente sus comportamientos y comienzan a seguir su rastro, generando así un circuito de retroalimentación positiva que estimula su crecimiento y autorregulación. La interacción entre vecinos que se da en las calles supone un proceso bidireccional (cambio mutuo), una persona que se encuentra con otra en la calle registra algo del encuentro y viceversa, y este encuentro influye en la conducta de ambos, generándose así un proceso de aprendizaje de nivel superior que trae como resultado una estructura más ordenada. El sistema de retroalimentación funciona a partir de millones de decisiones individuales (locales) que se combinan para formar una macroconducta urbana; se piensa y se actúa localmente, pero la acción colectiva produce un comportamiento global.


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El encuentro sumado a la interacción entre vecinos implica entonces un cambio de conducta. El mundo de las relaciones sociales de la calle está plagado de una serie de encuestas improvisadas que tantean la opinión colectiva: el usuario lee el comportamiento grupal y ajusta su conducta individual de acuerdo a este, el secreto está en que él se fija en sus vecinos en busca de pistas para luego saber cómo comportarse. Con base en esto, se podría decir entonces que la calle funciona como una especie de institución en la que se desarrollan formas de aprendizaje, dicho aprendizaje trae como resultado la formación de una inteligencia colectiva emergente. Steven Johnson (2003, p.94) en su texto dice que “Como cualquier sistema emergente una ciudad es un patrón en el tiempo”. Los seres humanos estamos mucho más capacitados para reconocer patrones que para pensar a través de estructuras lógicas, por lo tanto confiamos en esta habilidad para casi todos nuestros procesos mentales. La inteligencia colectiva que se forma en las calles, es básicamente una habilidad para almacenar y recabar información, y para reconocer y responder a una serie de patrones de conducta. Las calles son un modo de medir y expresar la conducta colectiva repetida; los usuarios recogen la información sobre los comportamientos generales del grupo (sus preferencias y rechazos) y luego comparten esa información con el resto, para de esta forma retroalimentar a la comunidad. La inteligencia colectiva de la calle se trata pues de ser capaz de reconocer y responder al cambio de patrones, una inteligencia donde la información local repetitiva siempre conduce a una sabiduría global. Finalmente, una de las características más importantes del sistema emergente de la calle es que tanto sus componentes como su misma actividad son esencialmente inestables. Para


59 Ítalo Calvino (2012) constantemente se generan lasos momentáneos entre los urbanitas: “En Cloe, gran ciudad, las personas que pasan por las calles no se conocen. Al verse imaginan mil cosas las unas de las otras, los encuentros que podrían ocurrir entre ellas, las conversaciones, las sorpresas, las caricias, los mordiscos. Pero nadie saluda a nadie, las miradas se cruzan un segundo y después huyen, husmean otras miradas, no se detienen. Algo corre entre ellos, un intercambio de miradas como líneas que unen una figura a la otra y dibujan flechas, estrellas, triángulos, hasta que todas las combinaciones en un instante se agotan, y otros personajes entran en escena. Así, entre quienes por casualidad se juntan para guarecerse de la lluvia bajo un soportal, o se apiñan debajo del toldo del bazar, o se detienen a escuchar la banda en la plaza, se consuman encuentros, seducciones, copulaciones, orgías, sin cambiar una palabra, sin rozarse con un dedo, casi sin alzar los ojos” (p.26)

En una calle los actores cambian constantemente, son transeúntes, viajeros a la deriva que se apropian temporalmente del espacio. Una calle es un escenario dinámico, un espaciomovimiento que se hace y se deshace de acuerdo a los usuarios y sus prácticas; es el nicho de una sociabilidad holística, hecha solo de ocasiones, secuencias, situaciones, encuentros y de un intercambio generalizado e intenso de presencias. Entonces a razón de esto, ¿Cómo puede desarrollarse el ciclo vital de la calle cuando esta posee en su interior una dimensión liquida, móvil, y sin forma; es decir, cuando su estructura interna está permanentemente ordenándose? A este interrogante responde Steve Johnson con su ejemplo de las hormigas; para él la colonia de hormigas se vuelve más estable y menos impetuosa a medida que se desarrolla y no obstante la población de la colonia se renueva cada año. La conducta global que sobrevive a cada una de sus partes es


60 una de las características que definen los sistemas complejos y emergentes, y esto se debe a que las hormigas tal y como sucede con las calles, aprenden de sus vecinas. Gracias a la interacción local y a los ciclos de retroalimentación se establece un plan maestro (inteligencia colectiva) con el cual todos operan independiente del usuario que sea. De esta forma, la naturaleza del sistema emergente de la calle es altamente transitoria, un sistema donde sus actores están obligados a adaptarse a situaciones siempre cambiantes; ya que tal y como lo define Jane Jacobs (1973, p.84) “El ballet de las aceras de la ciudad nunca se repite de un sitio a otro, y siempre está repleto de nuevas improvisaciones”. MODELO DE CONDUCTA ESPACIAL, SOBRE CÓMO EL INDIVIDUO

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USA EL ESPACIO PARA LAS RELACIONES SOCIALES

El antropólogo Edward T. Hall junto a los sicólogos ambientales Robert Sommer e Irwin Altman han definido conjuntamente un modelo de conducta espacial que abarca el espacio personal, la privacidad, la territorialidad y el hacinamiento para indicar la forma como los seres humanos usan el espacio para desarrollar sus relaciones sociales en ambientes urbanos públicos. Este modelo parte de la existencia de una relación recíproca conducta-entorno, cuyo énfasis esta en señalar al ambiente no desde una perspectiva determinista en su influencia sobre la conducta humana, sino proclamando que los efectos entre el ambiente y la conducta se consideran bidireccionales y recíprocos siendo objeto de estudio los fenómenos producidos en ambas direcciones: “El ser humano modela sus espacios y edificios, y ellos modelan a su vez a este”. Para Robert Sommer (1974, p.144) “Desde el punto de vista práctico, el conocimiento de la forma en que los grupos disponen


61 y arreglan su propio espacio puede servir a la hora de fomentar o desalentar las relaciones sociales”. En este sentido, un espacio puede estar clasificado de acuerdo a las ventajas o desventajas que ofrece para la interacción social en dos categorías: espacios sociófugos, es decir aquellos que tienden a evitar o desalentar el desarrollo de relaciones sociales y espacios sociópetos, aquellos que fomentan o estimulan el desarrollo de relaciones interpersonales; esto teniendo presente que el espacio sociófugo no siempre es malo, ni el sociópeto es universalmente bueno, sino que por el contrario lo deseable es la flexibilidad, la variedad y la congruencia entre los dos tipos de espacios, de tal forma que el individuo pueda o no relacionarse socialmente según sus deseos y circunstancias. Con base en lo anterior, es importante resaltar que el estudio de la función social del espacio y de la conducta espacial del ser humano, es un indicador clave a la hora de investigar y diseñar ambientes públicos urbanos, de tal forma que estos favorezcan los patrones naturales de interacción entre las personas y que ayuden a fomentar el contacto social en ellos. PROXÉMICA Y ESPACIO PERSONAL

El concepto de espacio personal tiene su origen en la proxemia; un término introducido por Edward T. Hall en su libro The Hidden Dimension (1966) para describir las distancias medibles entre la gente mientras estas interaccionan entre sí. De acuerdo a T. Hall (2011): “La proxémica es el estudio científico del espacio como medio de comunicación interpersonal, es decir las formas en que el individuo utiliza el espacio es sus relaciones interpersonales, las cuales varían según la edad, la cultura, el sexo y la personalidad” [...] “Se refiere al


62 empleo y a la percepción que el ser humano hace de su espacio físico, de su intimidad personal; de cómo y con quién lo utiliza” (p.125))

A nivel proxémico T. Hall identifica un tipo de espacio llamado el espacio informal, el cual se refiere a la experiencia espacial definida por las diferentes distancias que regulan la interacción entre los seres humanos; las cuales se basan en la apreciación de cómo influye dicha distancia en la comunicación de información sensorial que se da entre las personas. Esto partiendo de que la percepción y el sentido del espacio para el hombre es una síntesis de la entrada de datos sensoriales modelados y configurados por factores culturales, por estados emocionales, por los tipos de actividad y de relación, y por el contexto.T. Hall (2011) identifica los tipos de distancias de interrelación de la siguiente forma: “Las distancias de interrelación

La distancia íntima (15 45 cms) es una distancia personal, social y publica; y están próxima en la que la preasociadas a los tipo de actividad sencia de la otra persona que van a ser desarrolladas, los es indiscutible y a veces sentimientos y la personalidad de puede llegar a ser abrula persona, los factores ambientamadora por la afluencia les y la clase de interacción que se de datos sensoriales, aquí quiera tener” (p.139) tanto el contacto físico como la experiencia visual predomina en la conciencia de ambas personas. La distancia personal (45 - 75 cms y de 75 1.20 mts) puede percibirse como la esfera protectora que un individuo tiene respecto a los demás, a esta distancia se tratan los temas de interés y las preocupaciones personales. La distancia social (1.20 - 2.00 mts y de 2.00 - 3.50 mts) señala el límite de dominación, se utiliza para contactos de negocios y para trato social con carácter formal.Y finalmente la distancia pública (3.50 - 7.50 mts y de 7.50 - 9 mts) que se reserva

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están denominadas como intima,


63 para contactos superficiales, aquí el tono de voz es fuerte y es necesario exagerar los elementos no verbales de comunicación como la postura, los gestos y ademanes, la visión hacia la otra persona pierde importancia al involucrarse una visual parcial del escenario que lo rodea. Partiendo de esta clasificación de las diferentes distancias de interacción surge el concepto de espacio personal, entendido como aquella zona que rodea al ser humano a manera de capa protectora, la cual crea un límite invisible en donde otras personas no pueden entrar sin autorización y con la cual se regula la interacción social con ellas. Sommer (1974) identifica que el espacio personal abarca dos sentidos: “Hace referencia a esa zona cargada emocionalmente que rodea a todas las personas, a ese espacio que se suele describir a veces comparándolo a una burbuja que envuelve al individuo a modo de aura y que contribuye a regular el espaciamiento natural entre los individuos. Y también se refiere a aquellos procesos por medio de los cuales las personas delimitan los espacios que habitan, impregnándolos en buena medida de su propia personalidad” (p.11).

Por su parte T. Hall (2011) identifica el espacio personal como: “Un instrumento de la comunicación ya que determina la cantidad y el tipo de información sensorial que se transmiten las personas, y que involucra la participación simultánea de los sistemas sensoriales los cuales están divididos en dos categorías: los receptores de distancia (ojos, nariz y oídos) y los receptores inmediatos (piel, membranas y músculos)” (p.154)

En este sentido el espacio personal es un territorio portable que va con el individuo por donde quiera y cuya forma es altamente variable ya que se estrecha


64 o ensancha de acuerdo a las circunstancias y las diferencias individuales. Este se utiliza como un mecanismo para regular toda la información sensorial proveniente de la interacción con otras personas, y que de cierta forma protege al individuo contra un exceso de información o un acercamiento no deseado. Para el psicólogo Charles Holahan (2006, p. 323-333) el espacio personal tiene dos funciones psicológicas importantes para las relaciones sociales: La autoprotección: el espacio personal opera como amortiguador contra amenazas físicas y emocionales provenientes de otras personas y proporciona protección contra los diversos productores de stress que afectan al individuo cuando las distancias interpersonales son demasiado cortas como la agresión y la sobrecarga de información sensorial.Y la afinidad y atracción: el aumento de la proximidad física está relacionada con el grado de afinidad y atracción percibida entre las personas.

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Finalmente de acuerdo con estos autores, el espacio personal es un producto cultural que depende de factores como la nacionalidad, el carácter étnico, la edad, el sexo y el medio socioeconómico; sin embargo, también está determinado por la emoción y la personalidad del individuo, así como por el tipo de relación que se desee establecer y la actividad. PRIVACIDAD

La privacidad se desprende del espacio personal y enlaza otras conductas sociales como la territorialidad y el hacinamiento; se considera como ese ámbito de la vida personal de un individuo que no se pone de manifiesto o conocimiento público y que está determinado por la reserva y la intimidad.


65 Lo privado hace referencia a todo aquello que es personal e interior y asociado principalmente a los sentimientos, la afectividad y la identidad de cada individuo. Irwin Altman (1975) identifica que los conceptos de aislamiento y control de información sirven para clasificar las definiciones de privacidad. Estas definiciones ponen énfasis en el aislamiento y consideran la privacidad como un modo de reclusión y de eludir la interacción con otras personas, el cual implica una restricción en la interacción visual y auditiva. Dentro de la segunda categoría, el control sobre la información personal, la privacidad se considera como la habilidad del individuo para controlar la información acerca de sí mismo que comunica a otras personas, así como el control de la estimulación proveniente de ellas. En base a estas dos condiciones, Altman (1975, p.18) define la privacidad como: “El control selectivo del acceso a uno mismo o al grupo al que uno pertenece”; el cual se vislumbra como un proceso dialéctico ya que las situaciones de abrir y cerrar el acceso a la interacción social cambian con el tiempo y las circunstancias a las que está expuesto el individuo. A nivel social la privacidad cumple dos funciones importantes: ayuda a regular la interacción entre una persona o un grupo y el mundo social, ya que implica una regulación de límites con relación al control de salidas y entradas de información de uno hacia otros y viceversa; y ayuda a la conservación del orden de grupo, ya que esta se convierte en una especie de medio selectivo con la que se controla la información social, evitando así conflictos por una sobrestimulación o una interacción no deseada. A nivel personal la privacidad cumple también funciones psicológicas importantes: ayuda al individuo a mantener un sentido de identidad personal, el


66 cual depende de la capacidad para regular la naturaleza y el estilo de la interacción social con otras personas; y ayuda a desarrollar y mantener un sentido de autonomía personal, de anonimato, independencia, elección consiente y liberación de la manipulación social. Por esta razón, cualquier tipo de invasión a la privacidad de un individuo podría llegar a ser algo perjudicial, debido a que se destruiría el sentimiento de autonomía personal y en consecuencia se produciría un sentimiento de incapacidad para controlar su interacción con el mundo social. Debido a que el hombre pasa gran parte de su vida en espacios públicos que no son suyos ni puede controlar, es necesario tener mecanismos que le permitan conservar su sensación de independencia, su intimidad y su sentido de individualidad mientras está en ellos. A nivel espacial Holahan (2006) considera que:

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“El ambiente físico es un factor que afecta la sensación de privaEn este sentido, un espacio cidad en dos sentidos: mediante público como la calle debe la regulación del grado de acceestar orientado hacia la so visual, visto como la capacidad conformación de ambiendel individuo para inspeccionar tes responsivos con difecon la vista el entorno, y de exrentes grados de privacidad posición visual, o el grado en que que permitan tener cierta la conducta propia puede ser flexibilidad entre la separegistrada visualmente por otras ración y la unión, y entre el acceso y la exposición; personas” (p.287) de tal forma que se logre regular la exposición para evitar invasiones no deseadas y al mismo tiempo tener un acceso suficiente para sacar provecho de las oportunidades sociales. La privacidad en la calle es un mecanismo fundamental para alentar las


67 relaciones sociales ya que permite controlar y distribuir la información social según las circunstancias y las necesidades y deseos de cada individuo. TERRITORIALIDAD

La territorialidad implica la defensa y el uso exclusivo de un determinado espacio por parte de una persona o grupo; además se refiere a ese proceso de personalización de un territorio, con lo cual se marca cierta jurisdicción sobre él. Sommer (1974, p.38) define la territorialidad como “la actitud de personalizar y defender contra invasiones un área geográfica determinada” y Holahan (2006, p.292) la define como “un patrón de conducta asociado con la posesión u ocupación de un lugar o área geográfica por parte de un individuo o grupo, que implican la personalización y defensa contra invasores”. Altman (1975) define que la territorialidad viene expresada en lugares y áreas geográficas; en este sentido, abarca los diferentes tipos de territorios sobre los cuales el hombre de desenvuelve en su vida cotidiana. Altman clasifica los territorios en tres categorías: los territorios primarios, son aquellos que se encuentran bajo un control casi completo de los usuarios durante un periodo prolongado, son espacios personales, íntimos y pertenecen al individuo (ejemplo la casa). Los territorios secundarios, tienen cierto grado de posesión aunque esta no es permanente o exclusiva, son territorios semipúblicos y en estos los usuarios disfrutan de una sensación de intimidad y control sobre el espacio, aunque se rigen por normas que regulan las condiciones de uso y estadía (ejemplo clubes sociales, bares, restaurantes, centros comerciales). Finalmente los territorios públicos están abiertos a la ocupación pública de manera temporal, proporcionan al individuo


68 libertad de movimiento y acceso (ejemplo los espacios públicos como calles, parques y plazas). La territorialidad cumple una importante función en la organización social. Para Delgado (1999) el concepto protagonista en la territorialidad es el siguiente: “La identificación de los individuos con un área que interpretan como propia y que ha de ser defendida. En el espacio público la territorialidad viene dada por los pactos que las personas hacen a propósito de cuál es su territorio y cuales los limites de ese territorio” (p.30).

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La territorialidad puede ser entendida como una forma de control social ya que a través de ella se regulan los límites interpersonales y se aumenta la libertad de acción del individuo. Cuando una persona se apropia de un territorio tiene la prioridad en su acceso, la elección de los tipos de actividad que se pueden desarrollar y la capacidad de resistir el control de otras personas sobre esa área; en este sentido, el hecho de que cada grupo o persona posea y ocupe su propio territorio, permite establecer una serie de fronteras y limites que eliminan o reducen la posibilidad de conflicto social; así la territorialidad se convierte en un sistema bajo el cual los individuos conocen de antemano la posición que les corresponde tanto espacial como socialmente. Adicional a la organización social la territorialidad también facilita la identidad personal y de grupo. Holahan (2006, p.297) señala que la territorialidad sirve de base al desarrollo del sentido de identidad de grupo, debido a que los individuos comparten el mismo lugar esto les brinda conocimientos y experiencias comunes que generan vinculo social.


69 Adicionalmente ayuda a mantener un sentido de identidad personal, ya que el individuo se basa en las designaciones del territorio personal para identificarse consigo mismo y con los de más, este hace más distintivo un territorio personalizando el ambiente de tal manera que refleje claramente algo de sí mismo. La territorialidad permite desarrollar cierto sentido de pertenencia y compromiso emocional con el espacio, lo cual contribuye a la apropiación y sustentabilidad del mismo; de igual forma, gracias a ella el individuo puede conservar su esfera privada, su intimidad, independencia y seguridad incluso mientras esta en ambientes públicos. HACINAMIENTO

El hacinamiento visto desde esta perspectiva no se refiere específicamente a la falta de espacio o a la concentración excesiva de gente, sino más bien a lo que esta condición significa para las relaciones sociales. El sociólogo Daniel Stokols (en Holahan 2006), considera que es pertinente hacer una distinción entre los conceptos de densidad y hacinamiento, a fin de entender los efectos que esta última produce al individuo y a su interacción social: “La densidad es una experiencia de percepción y se refiere a los aspectos físicos o espaciales de una situación; es decir la proporción entre el número de personas y el espacio disponible. Mientras que el hacinamiento o aglomeración es una percepción subjetiva del individuo acerca de las situaciones que implican densidad; es decir, las percepciones del individuo en cuanto a las limitaciones del espacio” (p.230)


70 El hacinamiento es entonces una evaluación subjetiva de que el tamaño del espacio percibido por un determinado individuo es insuficiente para desarrollar adecuadamente una determinada actividad y para asimilar la información y los estímulos sensoriales provenientes del contexto.

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Holahan (2006, p.248-257) identifica que el hacinamiento presenta consecuencias negativas al individuo que afectan directamente su conducta social: la sobrecarga de información, el hacinamiento enfrenta al individuo con tantas entradas de información tan rápidamente que este se ve incapaz de procesarla, así los esfuerzos del individuo por adaptarse a esta sobrecarga causan conductas sociales negativas, como por ejemplo su incapacidad para controlar el nivel de información social y espacial cuando se enfrenta a situaciones de alta densidad. La limitación de conducta, ya que cuando la libertad de elección de una persona se ve restringida por a alta densidad social o espacial esta intentará enfrentar la situación por medio de incrementar sus opciones de conducta; y la sobredotación de sujetos, que sería aquella condición en la que el número de participantes en una situación sobrepasa la capacidad de esta para alojarlos mientras se realizan sus programas, esto tiene que ver con la funcionalidad del espacio. Una de las mayores consecuencias del hacinamiento es que puede llegar a convertirse en un productor de estrés, debido al aumento de estimulación que resulta de la invasión del espacio personal derivada de la alta densidad. Holahan (2006, p.234) explica que las personas tienen necesidades sociales espaciales, las necesidades sociales se refieren al número de personas con las que un individuo quiere estar y la cantidad de espacio personal que requiere, mientras que las necesidades espaciales se relacionan con la cantidad de


71 espacio físico y el tipo de límites que una persona desea; de esta forma, el estrés aparece cuando las necesidades del individuo en estos dos aspectos no coinciden con las realidades ambientales. Debido a esto, cuando una persona experimenta hacinamiento esta presenta tres tipos de conducta social: la agresión, el aislamiento y la solidaridad reducida, ya que en ambientes con mayor densidad social los individuos son menos comunicativos, menos sociables y se sienten cada vez menos dispuestos a intervenir personalmente para ayudar en una emergencia social.

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La historia comienza al ras del suelo, con los pasos. Son el número, pero un número que no forma una serie. No se puede contar porque cada una de sus unidades pertenece a lo cualitativo: un estilo de aprehensión táctil y de apropiación cinética. Su hormigueo es un inmensurable conjunto de singularidades. Las variedades de pasos son hechuras de espacios. Tejen los lugares [...] no se localizan: espacializan. Michel De Certau. La invención de lo cotidiano, 1999.


Prácticas del espacio: el tránsito

Corredor peatonal Regina, Ciudad de México. 2013.| Lorena Cardona M.


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“[...] Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”. Antonio Machado, Proverbios y cantares XXIX (1912).


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E L ANDAR COMO FORMA DE LECTURA Y ESCRITURA DEL

EL TRÁNSITO

Si el usuario principal de la calle es el transeúnte, entonces caminar seria su actividad principal. En las ciudades, la marcha a pie ha sido el modo mayoritario de desplazamiento, constituyendo la base de la movilidad y de las relaciones urbanas. Tomando algunos datos estadísticos elaborados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía –INEGI del 2007, sobre los sistemas de desplazamiento utilizados en la Zona Metropolitana de México, el 72.1% de los viajes que se realizan se hacen en transporte público (metro, BRT, microbuses, minibuses, combis, trolebuses y tren ligero), según esta estadística el usuario de transporte público camina aproximadamente 31.6 minutos al día que equivalen a 2.5 km al diarios, lo cual multiplicado por la por la población de la ciudad significa unas 244.22 horas y 1.221.106 km diarios9.

Prácticas del espacio:

ESPACIO

9 Datos presentados por la Agencia de Gestión Urbana de la Ciudad de México – AGUDF, en el foro Exploraciones para una Megalópolis, N°2: Ciudad Peatón, organizado por el Laboratorio para la Ciudad el 27 de febrero de 2014.


76 Estas estadísticas de desplazamiento sumadas a los paseos o deambulaciones, demuestran que caminar es la actividad urbana más extendida y cotidiana que se realiza en la ciudad; sin embargo, dicha actividad no implica únicamente un modo de moverse a través del tejido urbano, sino que por el contrario constituye una práctica ciudadana con gran potencial tanto estético como social. Caminar puede ser identificada como la actividad social por excelencia de las calles y adicionalmente como la forma más común de uso y apropiación de estos espacios, una forma de construcción y de transformación del paisaje urbano con los pies.

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P RÁC TIC A S DE L ES PA CI O: EL T R ÁN SI TO

La trashumancia nómada primitiva es considerada como el arquetipo de todo recorrido; el andar fue una de las primeras formas a partir del cual el ser humano comenzó a transformar el paisaje natural que lo rodeaba, dando lugar a un nuevo paisaje artificial o urbano, una acción simbólica y estética que le permitió al hombre empezar a habitar y a domesticar el mundo. Caminar se convirtió en una primera herramienta para la construcción de cierto de tipo inicial de arquitectura: el establecimiento de un nuevo orden en un territorio inicial de caos, sobre el que posteriormente se desarrolló la arquitectura de los objetos colocados en el. El espacio del recorrido fue por tanto anterior al espacio arquitectónico, un espacio inmaterial, con significados simbólico-religiosos. Aportando desde disciplinas como el arte y la arquitectura, Francesco Careri es uno de los autores contemporáneos que más ha estudiado el acto de andar visto como un posible instrumento de producción espacial no solo simbólica sino además física, una forma estética disponible para la arquitectura y el paisaje. En su libro Walkscapes: el andar como practica estética (2013) en el que construye una genealogía sobre la ubicación


77 del recorrido en la historia de los arquetipos arquitectónicos; Careri repasa algunas de las propuestas históricas que han concebido el acto de deambular no sólo como una herramienta crítica de configuración del paisaje, sino además como una forma de arte autónoma, un instrumento de conocimiento fenomenológico y de transformación simbólica del espacio, que pasa a convertirse también en intervención urbana. Para Careri (2013) el acto de caminar la ciudad, permite describir y modificar aquellos espacios urbanos que presentan una naturaleza que debería comprenderse y llenarse de significados, más que proyectarse y llenarse de cosas: “El recorrido si bien no constituye una

Con esto, el autor señala construcción física de un espacio, imque el término recorrido plica una transformación del lugar y se refiere al mismo tiemde sus significados. Solo la presencia po al acto de atravesar (el física del hombre en un espacio no recorrido como acción de cartografiado, así como la variación andar), la línea que atrade las percepciones que recibe del viesa el espacio (el recomismo cuando lo atraviesa, constiturrido como objeto arquiye ya formas de transformación del tectónico) y el relato del paisaje que aunque no dejan señales espacio atravesado (el retangibles, modifican culturalmente el corrido como estructura significado del espacio y en consenarrativa). El recorrido es cuencia el espacio en sí mismo” (p.51). definido pues como una forma de expresión que subraya un lugar trazado físicamente, una línea, el hecho de atravesar, y un instrumento de conocimiento y de interpretación simbólica, que constituye una lectura y a su vez una escritura del territorio. Por otro lado, visto desde la antropología Manuel Delgado (2007) define el acto de andar por la ciudad de la siguiente forma:


78 “Caminar es pensar con los pies. Caminar realiza la literalidad de dis-

Caminar significa un desplazamiento tanto físico hablar, pasar. El paseante hace más como intelectual, es un que ir de un sitio a otro. Haciéndoacto perceptivo y creativo, lo poetiza la trama ciudadana, ya y un instrumento de conoque la somete a prácticas móviles cimiento, interpretación y que hacen del plano de la ciudad transformación del espacio el marco de una especie de verboy la ciudad. T odas las considad hecha con los elementos que figuraciones urbano-arquise van encontrando a lo largo de la tectónicas mentales a través marcha” (p.71) de la presencia y el movimiento de los transeúntes en la ciudad son el medio elemental para la ejecución de impulsos de creación. Desplazarse por la ciudad es una de las apuestas del artista moderno, se trata de revelar la ciudad como materia psíquica y deposito de huellas de la vida social.

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P RÁC TIC A S DE L ES PA CI O: EL T R ÁN SI TO

currir y al mismo tiempo de pensar,

Michel De Certau en su texto “La invención de lo cotidiano, Tomo 1: Artes del hacer” (1999), en el que presenta una investigación sobre las distintas “maneras de hacer” de la vida ordinaria (las prácticas del hombre común); define el acto de caminar como una práctica del lugar, una forma lectura y escritura del espacio. Para explicar como el andar se convierte en práctica espacial, De Certau aborda dicho concepto desde la filosofía y la lingüística a partir de una comparación entre la escritura, la lectura y el habla, y entre el espacio pensado y definido, y el espacio practicado y transformado. A partir de esto, establece que todo acto de consumo es una práctica de lectura, es decir, de las tácticas y maneras de cazar el objeto y hacerlo propio, de combinar, metaforizar y crear paisajes inexistentes; el acto de transformación poética de la lectura es propio de toda práctica de uso y consumo. Por otro lado,


79 considera que la producción es un acto de escritura, mientras que el habla se refiere a todo acto transformador de sentido que es propio de la creación. De esta forma, al relacionar las funciones del lenguaje con el espacio (pensado y practicado), De Certau (2010) plantea un concepto definido como la enunciación peatonal, el cual hace referencia al paseo por la ciudad como práctica del sistema urbano; es decir, como acto de enunciación de la ciudad:

“El acto de caminar es al sistema urbano, lo que la enunciación es a

Michel De Certau identila lengua o a los enunciados realizafica que el espacio geomédos. Al nivel más elemental, hay en trico de los urbanistas y los efecto una triple función enunciaarquitectos parece funciotiva: es un proceso de apropiación nar como el sentido propio del sistema topográfico por parte construido por los progradel peatón; es una realización espamáticos y los lingüistas, a fin cial del lugar; en fin, implica relaciode disponer de un nivel denes entre posiciones diferenciadas, finido y normativo; es decir, es decir “contratos” programáticos un orden construido sobre bajo la forma de movimientos. El el cual actuar. Sin embargo, andar parece pues encontrar una señala que hay maneras de primera definición como espacio de apropiarse y actuar sobre los enunciación” (p.110) lugares, que consolidan lo que él llama una retorica del andar, la cual corresponde a una cierta manipulación sobre los elementos básicos del orden; en otras palabras, se refiere a desviaciones relativas sobre una especie de sentido literal definido por el sistema urbanístico. Estas “maneras de hacer” diferente, son un conjunto de opciones cotidianas astutas, creativas y silenciosas, que se oponen a la racionalidad y la espectacularidad que impone el


80 orden dominante; una de estas opciones cotidianas es sin duda el acto de caminar. El caminante transforma en otra cosa cada significante espacial de la ciudad, solo hace efectivas algunas posibilidades fijadas por el orden construido (del urbanista y arquitecto) y por el contrario aumenta el número de posibilidades que esta ofrece. Al caminar la ciudad, se van tomando fragmentos del enunciado para actualizarlos y modificarlos de acuerdo con las prácticas, en las que se vislumbra una nueva creatividad dispersa, tacita y artesanal. De Certau (2010) señala también que: “Caminar es no tener un lugar. Se

Podría decirse entonces que “el espacio” (o como tar ausente y en busca de un sitio lo diría también Bollpropio. El vagabundeo que multinow “la espacialidad”) plica y reúne la ciudad hace de ella se construye a través del una inmensa experiencia social de la recorrido; pues solo por privación de lugar, una experiencia medio de esta acción el pulverizada en desviaciones innulugar sedentario pasa a merables e ínfimas (desplazamienser espacio dinámico, tos y andares), compensada por las que se percibe, se vive, relaciones y los cruzamientos de se usa y se experimenta. estos éxodos que forman entrelazaCaminar crea en la ciumientos, el crear un tejido urbano y dad planificada y diseñacolocada bajo lo que debería ser un da de lugares, una ciudad lugar pero que apenas es un nommetafórica de espacios o bre: la ciudad” (p.116). de no lugares, una gran ciudad construida según todas las reglas de la arquitectura y de pronto sacudida por una fuerza que desafía todos los cálculos: la acción del caminante.

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trata del proceso indefinido de es-

Este uso de la ciudad por parte de los viandantes implica


81 dejar lo que De Certau (2010, p.41) llama una trayectoria: “La trayectoria, debe invocar un movimiento temporal en el espacio, es decir, la unidad de una sucesión diacrónica de puntos recorridos y no la figura que estos puntos forman en un lugar supuestamente sincrónico o acrónico”; en otras palabras, la serie espacial de puntos recorridos es sustituida por una articulación temporal de lugares. Las trayectorias representan trazos subjetivos, indeterminados y aparentemente insensatos, porque no son coherentes respecto a ese lugar ordenado, construido, y prefabricado en el que se desplazan. Las trayectorias representan la construcción simbólica y física del espacio, como conjunto de significados, experiencias, historias y situaciones que fueron vividas a lo largo del recorrido y que cada transeúnte acumuló y asimiló para construir su propio espacio. Se trata de ver el espacio como un paisaje vacío que es intervenido por la cultura del tránsito y de cuyo acto resulta una serie de trayectorias que son dejadas a manera de huellas por cada practicante. Si como dijo el escritor Julio Cortázar “un puente es un hombre cruzando un puente”, entonces, “una calle son personas caminando por una calle”; caminar puede entenderse como una manera radicalmente diferente y mucho más real y democrática de experimentar, practicar y construir la ciudad. Caminar es sumarse en un ejercicio de conquista, que sufre una suerte de transición de la idea a la acción: caminar implica tanto el acto de recorrer o atravesar un territorio en el sentido de habitarlo, así como la elaboración de una lectura que se desprende de la percepción y la cognición de dicho territorio, y posteriormente de una escritura física que surge de la construcción simbólica previa. De esta forma, al caminar el transeúnte se convierte en una especie de actor-constructor del espacio. Cuando él reco-


82 rre da inicio a un proceso de transformación del territorio, pues con cada movimiento van apareciendo una serie de hechos, situaciones, personajes y objetos a partir de los cuales construye su “propia arquitectura”; una arquitectura basada principalmente en el proceso y no en el propósito (el objeto arquitectónico). Caminar define y articula el espacio al igual que los muros y las columnas, se trata de crear un espacio inacabado y sin limitaciones a partir del acto humano más ordinario: el andar.

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Así pues, el espacio que se desprende del recorrido, puede ser entendido como un enorme lienzo que es pintado al caminar. Una superficie que no es una página en blanco, sino una especie de sedimento (histórico y geográfico) en el cual se van añadiendo capas. En este sentido, el andar lleva a entender la ciudad como una obra colectiva, un relato trabajado artesanalmente elaborado por la creatividad arquitectónica de una sociedad en movimiento que va construyendo hasta el infinito su propio territorio. Finalmente y a manera de conclusión, podría decirse que caminar es una especie de pre- arquitectura del espacio; y a pesar de ser una práctica casi olvidada por los mismos arquitectos —como se verá en los próximos capítulos— esta ha sido retomada y reactivada por una serie de poetas, filósofos y artistas, quienes a través de los años la han convertido en forma filosófica-artística. Desde la escuela peripatética guiada por Aristóteles, las creaciones de los escritores y artistas paseantes del siglo XIX como Dickens, Baudelaire, Allan Poe o Kafka; y algunos más recientes como Walter Benjamin, Michel de Certau y las vanguardias de posguerra como el Dadaísmo, el Surrealismo, el Situacionismo y el Land Art; han identificando en el andar una acción poética, perceptiva


83 y creativa en sí misma. En este sentido, a continuación se presentan las diversas posturas que desde estos movimientos se han construido en torno al acto de andar por la ciudad. SOBRE EL PERSONAJE URBANO LE FLÂNEUR, LA EMBRIAGUEZ DEL PASEANTE “En el parís moderno vagaba el flâneur, aquel personaje El término flâneur procede del efímero que, rebelándose francés, que significa andariego, contra la modernidad, perdía callejero, paseante; mientras que el tiempo deleitándose con la palabra flânerie significa calo insólito y lo absurdo en sus llejeo, vagabundeo y se refiere vagabundeos por la ciudad” a la actividad propia del flâneur, Francesco Careri. Walkscapes es decir, vagar por las calles, sin (2002, p.74) rumbo, sin objetivo y abierto a todas las vicisitudes e impresiones que ofrece su recorrido. El origen de este personaje se remonta al siglo XIX, más específicamente en Los Pasajes de Paris. El historiador francés Víctor Fournel fue el primero en definir e identificar el concepto de la flanerie a mitad del siglo XIX; sin embargo, el mejor análisis sobre este personaje se encuentra en los textos del escritor Francés Charles Baudelaire y posteriormente del filosofo alemán Walter Benjamin. 10

El flâneur es descrito como un paseante ocioso, un observador, explorador y detective de la ciudad. Este personaje constituye una referencia hacia una figura activa y emblemática de la vida urbana, un caminante que vive la ciudad, la observa, la descifra y la interpreta, y que va en contra de la prisa, la uniformidad, la producción y el consumo que le impone la vida moderna. Tiene una relación esencial con la ciudad, el admira su espectáculo, deambula por ella dispuesto 10 Flâneur en http://www.wordreference.com/


84 siempre al ocio, al ensueño y a la embriaguez de cada momento. Como lo afirma Martina Deren (2012): “El flâneur tiene las suelas

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Baudelaire caracterizó al flâde plomo. Sus zapatos esneur como un “caballero que tán remendados, ornados de pasea por las calles de la ciuimanes muy poderosos que dad”. El flâneur desempeñaatraen todo lo que se arrastra ba un doble papel en la vida por las calles de la ciudad que ciudadana, por un lado mezatraviesa. Recoge metales, clándose con el gentío de la viejas chatarras, fragmentos calle, y por otro manteniendo del mundo urbano abandonasu condición de observador dos en las cunetas”. atento y cabal. Esta postura, de ser al mismo tiempo “parte de” algo y estar “aparte de” ese algo, entraña cuestiones sociológicas, antropológicas, literarias e históricas que tienen que ver con la relación del individuo con la ciudad. El flâneur fue uno de los primeros personajes en reconocer las implicaciones que tiene el acto de caminar en la construcción de la vida social, partiendo del flujo de experiencias y percepciones que invaden al individuo al transitar por el paisaje urbano y entremezclarse con la gente. De acuerdo a los escritos realizados por Baudelaire y Benjamin la práctica de la flânerie no solo consiste en un vagabundear por las calles, observar y hacer una lectura de lo acontecido; sino que además supone la acción de escribir y transformar el territorio transitado: leer la ciudad “ilegible” y transformar su caótica narrativa en un texto social integrado y reconocible. En este sentido, la flânerie es vista como un método de lectura e interpretación de señales, huellas y vestigios dejados en el pavimento urbano, y a su vez como un medio para escribir la ciudad.


85 Walter Benjamin en sus escritos sobre el flâneur plantea que este personaje llega a su fin con la sociedad de consumo, una sociedad donde el espacio e incluso la misma actividad urbana están pensados solo en términos de control, mercantilización y aprovechamiento productivo. La pregunta actual seria entonces ¿Cómo devolver esa figura a la ciudad?, ¿Cómo leer, interpretar y hacer ciudad a través del flâneur?, ¿Cómo se convierte este personaje en una herramienta de investigación y a su vez de construcción de la calle? En primer lugar sería necesario alejarse de esa visión reduccionista del flâneur o el transeúnte entendido como aquel visitante- consumidor de la ciudad producto del capitalismo y de las dinámicas contemporáneas; para empezar a visualizarlo como un paseante filosófico un observador-usuario, cuyo trabajo intelectual sobre la ciudad podría tener un gran impacto en la construcción de una vida urbana vibrante. El Flâneur constituye una “manera filosófica de vivir y de pensar”: es un apasionado viajero, observador, investigador y cronista, enamorado de la multitud y de la ciudad. La curiosidad irresistible es el punto de partida de su temperamento, se interesa vivamente por las cosas, incluso por las aparentemente triviales; esta siempre inspirado, contempla los paisajes de la gran ciudad, conoce las calles, comercios y tiendas, y disfruta siempre deambulando y mirando a la gente. La imaginación, su tránsito lento, la mirada ociosa y adiestrada para descubrir lo invisible, como si fuera un cazador y detective que conoce por el contacto con la gente y la cultura, lo llevan a poder transformar cuatro o cinco calles en un viaje y una experiencia siempre inolvidable y gratificante.


86 EL BOTÁNICO DE LAS ACERAS · LA VISIÓN MODERNA DE CHARLES BAUDELAIRE

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El flâneur era ante todo, un tipo literario que surgió durante el siglo XIX en Paris, llamado el physiologue, que con una serie de bosquejos retrataban los personajes de la vida urbana parisina; esta fue la generación a la que perteneció Charles Baudelaire, quien se vio interesado especialmente por el personaje del flâneur. Tras la Revolución de 1848, con el Imperio francés restablecido bajo las consignas burguesas del orden y la moral, Baudelaire declaró que el arte tradicional era inservible ante las dinámicas transformadoras de la modernidad. La vieja estética era ajena a la nueva ética, derivada de los cambios sociales y económicos que traía consigo la industrialización. Dichos cambios exigían que el artista se fundiera con la urbe, convirtiéndose así, según una metáfora suya en un “botánico de las aceras”. Baudelaire fue uno de los primeros escritores en referirse a la experiencia del flâneur como el “artista-poeta de la modernidad”. En su libro El pintor de la vida moderna (1863), hace un primer acercamiento a la definición del flâneur a través de la historia de un artista amigo suyo, el Sr. Constatin Guys; a quien Baudelaire (2008) describe como un observador apasionado, un explorador urbano que experimenta inmenso placer al sumergirse en lo ondulante, lo efímero y lo heterogéneo de la ciudad: “Cuando por fin lo conocí, vi enseguida que no trataba precisamente con un artista, sino más bien con un hombre de mundo [...] Es decir hombre del mundo entero, hombre que comprende el mundo y las razones misteriosas y legítimas de todas sus costumbres. Se interesa por el mundo entero; quiere saber, comprender, apreciar todo lo que pasa en la superficie de nuestra esfera” (p.79)


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Así, para poder comprender al Sr. G., tomen nota enseguida de esto: la curiosidad puede ser

Para desarrollar su discurso sobre el flâneur, Baudelaire retoma un punto de partida de su cuento del escritor estadounidense genio” (p.81). Edgar Allan Poe, titulado “El hombre de la multitud” (1840), el cual constituye un testimonio acerca del espíritu que animaba la vida en la moderna Ciudad Industrial. El cuento de Allan Poe, es la radiografía de una historia de detectives; sus personajes son: el perseguidor, cuya curiosidad por un hombre particular se ha convertido en una pasión fatal; la multitud que invade la ciudad; y finalmente un desconocido, el perseguido, quien organiza de tal modo su recorrido por Londres para siempre permanecer en su centro, entre la multitud; este desconocido es el flâneur. Para Poe (1840) el flâneur es alguien que no está seguro de su propia sociedad y por esta razón busca la multitud; de esta forma al final de su cuento devela la esencia de dicho personaje: considerada

como

el

“Pero, como siempre, andando de un lado a otro, y durante todo el día no se alejó del torbellino de aquella calle [...] Este viejo - dije por fin- representa el arquetipo y el genio del profundo crimen. Se niega a estar solo. Es el hombre de la multitud. Sería vano seguirlo, pues nada más aprenderé sobre él y sus acciones”.


88 Baudelaire (2008) consideraba la multitud como el territorio del Flâneur, su pasión y profesión es adherirse a ella y rodearla, hacer de ella su familia y más aun su fuente de energía, de restauración y vitalidad: “Para el perfecto flaneur, para el observador apasionado, es un gran placer domiciliarse en la multitud, en el oleaje, en el movimiento, en lo fugaz y lo infinito. Estar fuera de casa, y sentirse, sin embargo, en casa en todas partes; ver el mundo, estar en el centro del mundo y permanecer oculto al mundo: son algunos de los placeres para esos espíritus independientes, apasionados, imparciales, que la lengua sólo puede definir con torpeza. El observador es un príncipe que

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disfruta de su anonimato en todas partes” (p.85)

El flâneur de Baudelaire es un ser que pertenece a la multitud, se fusiona con ella y al hacerlo oculta su identidad o la transforma; un ser insaciable del no yo que a cada instante lo restituye y lo expresa en imágenes más vivas que la vida misma. En la multitud el flâneur tiene el privilegio de ser el mismo o ser una persona diferente; y entra cuando quiere en el personaje del otro, ya que para el todo está vacante. Sin embargo ante esta consideración, vale la pena mencionar que para Victor Fournel (en Benjamin 2005, p.435) el flâneur puro se halla siempre en completo dominio de su individualidad, esta nunca es absorbida por el mundo exterior, ni la contamina hasta el punto de olvidarse de sí mismo; así, el flâneur no es un ser impersonal, hace parte del público, pero este en ningún momento lo define, solo le da la libertad del movimiento, de estar en constante cambio y ser quien quiera ser. El flâneur fue un tipo de personaje que estuvo fuertemente relacionado con El Dandy. Históricamente en Paris nació el flâneur cuando el dandy callejeaba y visitaba los espacios


89 de sociabilidad; sin embargo, la actitud de ambos muestra a dos personajes urbanos bastante diferentes. Baudelaire (2008) define el Dandy como: “El hombre rico, ocioso, y que, in-

cluso hastiado, no tiene otra ocuEl Dandy es este persopación que correr tras la pista de naje que hace de su prola felicidad; el hombre educado pia figura y su identidad la mayor de las obras de arte, en el lujo y acostumbrado desde está en contra de lo vulgar, su juventud a la obediencia de los demás hombres, aquel en fin que la opinión de las masas, y la no tiene más profesión que la eledemocratización de la culgancia” (p.131) tura; de esta forma, usa la ciudad para mostrarse y la convierte en una pasarela para su vanidad física e intelectual. Por lo contrario, el flâneur necesita de la ciudad para vivir, para ser poeta o artista, para ser; ella y sus habitantes, la multitud, constituyen su materia prima.

Baudelaire (2008) considera también al flâneur como un espectador ciudadano, que observa la ciudad y disfruta de su espectáculo: “¡Y sale! Y contempla el rio de la vida tan majestuoso y tan brillante. Admira la eterna belleza y la sorprendente armonía de la vida en las capitales, armonía que al azar ha conservado en el tumulto de la libertad humana. Contempla los paisajes de la gran ciudad, paisajes de piedras acariciadas por la bruma o golpeadas por la violencia del sol. Le encantan los hermosos vestidos, los nobles caballos, de la limpieza deslumbrante de los botones, de la destreza de los lacayos, de los andares de las mujeres sinuosas, los niños guapos, felices de vivir y de estar bien vestidos; en una palabra la vida universal”. (p.87).


90 Finalmente Baudelaire señala que el flâneur no es solo un ser solitario dotado de una gran imaginación, que disfruta la ciudad, la observa, la explora y la vive, viajando siempre a través de una gran masa de hombres; el flâneur en medio de su recorrido busca algo, tiene un fin más elevado que el de un simple paseante que siente el placer de la circunstancia y el momento. Para Baudelaire (2008, p.93) “El flâneur busca algo que se nos permitirá llamar la modernidad. La modernidad es lo transitorio, lo fugaz, lo contingente, la mitad del arte, cuya otra mitad es lo eterno y lo inmutable”. El flanèur es movimiento, por eso mismo se convierte en símbolo de la modernidad, entendida según esto, como aquello que se opone a cualquier estructura, orden y determinación. EL MODERNO ESPECTADOR URBANO

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VISIÓN CRÍTICA POSMODERNA DE WALTER BENJAMIN

Posterior al escritor Charles Baudelaire, fue el filósofo Walter Benjamin quien años más tarde se interesa nuevamente en la figura del flâneur; retomando las definiciones y caracterizaciones de su predecesor, para construir su propia visión basada en una mirada crítica posmoderna, la cual sintetiza en su Libro de los pasajes (1982). Desde su óptica marxista, Benjamin concibió al flâneur como un producto singular de la vida moderna trazando un paralelismo con la figura contemporánea del turista, y describiéndolo como un burgués diletante, distanciado pero enormemente sagaz. Benjamin define al flâneur como la figura esencial del moderno espectador urbano, refiriéndose con esto tanto a su destreza analítica, así como a todo un estilo de vida que de él se desprende; asimismo lo puntualiza a nivel productivo como un detective aficionado y un investigador de la ciudad.


91 Benjamin entiende el flâneur en términos de figura histórica, pero también como una categoría que explica ciertos procesos sociales de la crisis de la modernidad. Considera a este personaje como un producto de la alienación propia de la ciudad moderna, del capitalismo y la revolución Industrial, una figura que surge para explicar las luchas de clases y la división del trabajo, así como para describir el fenómeno de la cultura y la sociedad de masas. En palabras del mismo Benjamin (2005,2012): “El flâneur es el observador del mercado. Su saber esta cercano a la ciencia oculta de la coyuntura económica. Es el explorador del capitalismo, enviado al reino del consumidor” (p.4) “El flâneur es un abandonado en la multitud; así comparte la situación de la mercancía. El no es consciente de esta singularidad. Pero no por eso deja esta de tener efecto sobre él, sino que lo atraviesa haciéndolo dichoso como una droga que puede compensarlo por las muchas humillaciones. La embriaguez a la que se entrega quien ejerce la flânerie es aquella de la mercancía, rodeada por la efervescencia de los clientes”, (p.123)

Para Walter Benjamin el flâneur es el símbolo de la constante mercantilización de la vida urbana, un síntoma conceptual de aquellos procesos sociales que posibilitaron su surgimiento y provocaron a su vez su desaparición: el flâneur conoce su fin con la llegada de la sociedad de consumo. La sociedad de consumo que inicia en la modernidad con los Pasajes de Paris, representa el nicho donde el flâneur tiene sus orígenes y al mismo tiempo su forma de desaparición gradual, hasta llegar a la ciudad actual. De acuerdo a Benjamín (2012):


92 “Si el pasaje es la forma clásica del

La calle, que para el flâneur era un paisaje, una flaneur, su forma en decadencia es el habitación y un debazar (el centro comercial). Los granpósito de electricidad, des almacenes son la última comarca entro en declive con del flaneur. Si al principio la calle se la construcción de los había vuelto un interior para él, luego grandes almacenes, que este interior se convirtió en calle, y el aprovecharon la propia flaneur daba vueltas por el laberinto flânerie, el arte del vade las mercancías como antes por el gabundeo, para vender de la ciudad” (p.122). su mercancía y de esta forma someter al flâneur a la sociedad de consumo. El siglo XX supuso la extinción de este personaje del nicho urbano debido especialmente a dos factores: la reducción del espacio público urbano, y el auge del tráfico motorizado, las autopistas y la dependencia al automóvil. Como consecuencia de esto, el flâneur como investigador de la ciudad fue progresivamente sustituido por el visitante-consumidor y el voyeur de escaparates. interior, tal como se le presenta al

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DEAMBULACIÓN Y SITUACIONISMO

Después del flâneur, durante el siglo XX la práctica del andar se fue consolidando como una forma de arte autónomo; una especie de anti-arte, que rechaza los lugares reputados y tradicionales con el fin de reconquistar el espacio urbano. Desde este punto de vista, la historia de la ciudad recorrida presenta una transición que va de la ciudad banal de los Dadaístas (1921), pasando por la ciudad inconsciente y onírica de los Surrealistas (1924), hasta llegar a la ciudad lúdica y nómada de los Situacionistas (1956-1957). La ciudad descubierta por los vagabundeos de estas vanguardias artísticas se vislumbra pues como una ciudad liquida, un archipiélago


93 urbano por el que navegar caminando a la deriva donde los espacios del estar son como las islas del inmenso océano formado por el espacio del andar. DEAMBULACIÓN DADAISTA Y SURREALISTA

Aproximadamente en el año 1924 los Dadaistas11 habían identificado que tanto el movimiento como la velocidad se habían consolidado como una nueva presencia urbana que podía quedar reflejada en la producción artística y literaria. Sin embargo, dichos elementos debían ir más allá de la simple representación, para dar paso a su práctica en el espacio real. Con el cambio de las salas de espectáculos al aire libre, los dadaístas emprendieron una serie de incursiones urbanas a los lugares más banales de la ciudad de Paris, con las que lograron establecer un modo de desacralización del arte al unirlo con lo cotidiano. A partir de estos recorridos, comenzaron a consolidar el acto de recorrer el espacio como una forma estética capaz de sustituir la representación y por consiguiente todo el sistema de arte. Dada eleva la tradición de la flanerie que ya se realizaba en el parís del siglo XIX al rango de operación estética. Los dadaístas habían intuido que la ciudad podía construir un espacio estético donde trabajar mediante acciones cotidianas y simbólicas; en este sentido, la intención de sus recorridos no consistía en intervenir los espacios dejando objetos o quitando otros, sino por lo contrario, en alentar a los artistas a abandonar las consabidas formas de representación para reemplazarlas por la acción directa en el espacio público, 11 El dadaísmo es un movimiento cultural y artístico que surgió en 1916 en el Cabaret Voltaire en Zúrich (Suiza). Fue propuesto por Hugo Ball, escritor de los primeros textos dadaístas; posteriormente, se unió el rumano Tristan Tzara que llegaría a ser el emblema del Dadaísmo. El Dadaísmo se caracterizó por rebelarse en contra de las convenciones literarias y artísticas presentes en el arte burgués. A través de una serie de acciones pretendían cuestionar y retar el canon literario y artístico, creando con ello una especie de antiarte moderno como provocación abierta al orden establecido.


94 mediante una intervención que no dejaba huellas físicas sino tan solo una documentación relacionada con la operación: fotos, bitácoras y artículos, sin ninguna elaboración posterior.

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Luego de las incursiones dadaístas vinieron las deambulaciones de los surrealistas12; las cuales, a diferencia de las primeras, tenían como territorio de acción un espacio vacío de campos y bosques. Los surrealistas fueron encontrando en la actividad de caminar un componente onírico y surreal el cual definieron como una experiencia de deambulación. En palabras de Careri (2002, p.22): “Una especie de escritura automática en el espacio real capaz de revelar las zonas inconscientes del espacio y las partes oscuras de la ciudad”. La deambulación surrealista hacía referencia a la desorientación y al abandono al inconsciente; un estado de hipnosis y pérdida del control, que permitía entrar en contacto con la parte inconsciente de la ciudad, es decir, aquellas zonas que escapaban al proyecto urbano planificado y que eran imposibles de traducir bajo representaciones tradicionales. La investigación surrealista era una especie de investigación psicológica de la relación del individuo con la realidad urbana. De acuerdo a Careri (2002, p.82): “El viaje emprendido sin finalidad y sin objetivo, se convirtió en la experimentación de una forma de escritura automática en el espacio real, en un errabundeo impreso directamente en el mapa de un territorio mental”. El resultado de esta investigación era la consolidación de una ciudad entendida como organismo vivo, un territorio que produce y alberga espacios que viven y se transforman con independencia al proyecto moderno, 12 El surrealismo es un movimiento artístico y literario que surgió en Francia a partir del dadaísmo, en la década de los años 1920, en torno a la personalidad del poeta André Breton. En el año 1924 Breton escribe el primer Manifiesto surrealista, en el que lo declara como un automatismo psíquico puro, por cuyo medio se intenta expresar el funcionamiento real del pensamiento. Un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón y ajeno a toda preocupación estética o moral.


95 y por donde el individuo podía perderse y sentir la sensación de lo cotidiano. Estos espacios vacios fueron definidos por ellos como la Ciudad inconsciente: un gran océano en cuyo líquido amniótico se encontraba la parte reprimida de la ciudad, unos territorios no indagados y densos de descubrimientos constantes. LA CONSTRUCCIÓN DE SITUACIONES

Derivado de la Internacional Letrista (1950), surgió el Movimiento Situacionista13, que en cabeza del filósofo y escritor francés Guy Debord buscaba convertir el anti-arte en una disciplina unitaria (el Urbanismo Unitario) con una expansión hacia la política. Los situacionistas concedieron especial importancia a la ciudad como marco de referencia para la lucha histórica del proletariado hacia su emancipación, para esto propusieron la creación de una nueva Ciudad Lúdica y Espontanea. Para la I.S. el tiempo libre tenía que ser un tiempo no utilitario y por lo contrario lúdico; tanto el uso del tiempo como del espacio debían escapar a la reglas del sistema capitalista para construir con ello nuevos espacios de libertad, nuevos territorios que sirvieran al Homo ludens; es decir, un tipo de hombre que liberado de la esclavitud del trabajo, podía jugar y construir un nuevo sistema de relaciones efímeras en la ciudad. Los Situacionistas basaron todas sus propuestas en torno a un concepto clave: El Urbanismo Unitario. El urbanismo unitario consistía en una crítica al urbanismo espectacular (en manos del sistema capitalista), en tanto que este generaba 13 El movimiento situacionista o Situacionismo hace referencia a la denominación del pensamiento y la práctica en la política y las artes inspirada por la Internacional Situacionista I.S. (1957-1972), una organización de artistas e intelectuales revolucionarios, que tenían como objetivo acabar con la sociedad de clases en tanto que sistema opresivo y combatir el sistema ideológico capitalista. Esta corriente, cuyo planteamiento central es la creación de situaciones, emergió debido a una convergencia de planteamientos entre el marxismo y el avant-garde.


96 una serie de espacios que eran ajenos a la vida cotidiana, debido a la imposición de una cierta especialización forjada sobre la división del trabajo. Con el Urbanismo Unitario, los Situacionistas buscaban generar una ciudad social y lúdica en la que el juego, la imaginación y la participación social en su construcción, fuesen un hecho. Un urbanismo hecho para el placer con el que intentaban esbozar la imagen de una vida más dichosa. En palabras de la I.S (1999): “Mientras las ciudades se presentan hoy como un espectáculo lamentable, un suplemento a los museos para turistas que pasean en autos de cristal, el U.U. considera el medio urbano como el terreno de un juego participativo [...] El urbanismo unitario no se halla idealmente separado del territorio actual de las ciudades. Se forma a partir de la experiencia que se tiene de este territorio y de las construcciones existentes. Queremos explotar en la misma medida los decorados actuales mediante la afirmación de un espacio urbano lúdico tal como lo da a conocer la deriva, y construir otros totalmente

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inéditos” (p.76)

Para los situacionistas la ciudad era un territorio para el juego y el ocio, por esta razón el Urbanismo Unitario se oponía específicamente a contemplar la ciudad como un espacio estático, estructurado o acabado; y por lo contrario llevaba a preconizar todo tipo de transformaciones en ella, de movimientos y de reconstrucciones tanto en el tiempo como en el espacio. De igual forma, consideraban que la arquitectura era un medio para modular la realidad y engendrar los sueños, pero no solo de una manera plástica pasajera sino también influencial. La arquitectura debía ser un medio para modificar las condiciones actuales de tiempo y de espacio; un medio de conocimiento y acción, que debía ser modificable (flexible) de acuerdo a la voluntad de sus mismos habitantes. Tal y como lo explica la I.S (1999):


97

“El aspecto experimental de la nueva civilización, aunque la palabra no me satisface. Un aspecto más flexible, más “divertido” digamos. Sobre la base de esta civilización móvil, la arquitectura será -al menos inicialmente- un medio para experimentar miles de formas de modificar la vida, con vistas a una síntesis que sólo puede ser legendaria” (p.20)

Para llevar a cabo todos estos postulados del Urbanismo Unitario los situacionistas propusieron la construcción de situaciones, que era la forma más directa de hacer surgir en la ciudad nuevos comportamientos y de experimentar la vida en una sociedad más libre. De acuerdo a la I.S (1999) la creación de situaciones se basa en dos definiciones claves:

“La situación es al mismo tiempo una unidad de comportamiento en el tiempo. Está formada por los gestos comprendidos en el escenario de un momento. Estos gestos son el producto del escenario y de sí mismos. Producen otros escenarios y otros gestos” (p.15) “Situación construida es el momento de la vida concreta deliberadamente construido por medio de la organización colectiva de un ambiente unitario y de un juego de acontecimientos” (p.17)

Para los situacionistas, cuando se habita un territorio se generan una serie de lazos y afectos que dan pie a una serie relaciones recíprocas entre individuo-espacio, las cuales a su vez causan comportamientos que desencadenan acciones; es decir, el ser humano tiene la capacidad de transformar el ambiente con su presencia, uso y movimiento, por esta razón el acto de habitar supone en sí mismo un acto de creación. De acuerdo a los postulados Situacionistas cuando el transeúnte comienza su recorrido por una determinada calle, este comienza a ser partícipe de una serie de experiencias tempo-


98 rales que se deben al cambio constante en la configuración física y social de dicho espacio. De esta forma, el transeúnte se somete a construir y elaborar a cada instante una situación de tránsito, en la que participan tanto él como los usuarios que estén presentes en dicho espacio, sus gestos, actitudes, posiciones y actividades, los elementos físicos del ambiente y todos aquellos aspectos complementarios, que en conjunto forman lo que podría llamarse una escena, que a su vez da lugar a una situación precisa y diferenciada.

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La influencia que los situacionistas recibieron del sociólogo Henri Lefebvre, así como de la Escuela de Chicago fue decisiva para formular su teoría sobre la construcción de situaciones. Ellos retomaron de Lefebvre la Teoría de los momentos (1961)14, entendida como la apreciación de los instantes cotidianos que ocurren en el entorno urbano; una serie de prácticas que funcionan a manera de pequeños actos capaces de crear momentos imperceptibles pero llenos de contenido simbólico. Esta teoría de los momentos construidos como “situaciones”, proporciona una forma de intensificar la vida cotidiana en la ciudad, de incrementar su capacidad de comunicación e información, y sobre todo de generar un goce de la vida urbana en la que se participa de manera activa con cada nuevo acontecimiento. La construcción de situaciones, lleva a identificar una de las características más importantes de las calles como conjunto de situaciones en tránsito. La vida social que se desprende de las calles puede ser considerada como un juego de aconteci14 Llamaremos ‘Momento’ al intento de alcanzar la realización total de una posibilidad. La posibilidad se ofrece, se revela a sí misma. Está determinada y por tanto es limitada y parcial. Desear vivirla como una totalidad es agotarla y también satisfacerla. El Momento quiere ser total libremente; se agota en el acto de ser vivido. Toda realización como totalidad implica una acción constitutiva, un acto inaugural. Simultáneamente, este acto aisla un significado y lo crea. Funda una estructura frente al carácter transitorio e incierto de lo cotidiano”. Texto que aparece en el libro Crítica de la vida cotidiana, vol. II de Henri Lefebvre (1961), tomado de la pagina web: http:// multipliciudades.org/2012/06/19/lefebvre-%E2%94%82-definicion-de-momento/


99 mientos para un momento único e irrepetible, en el que los actores se adecuan a una naturaleza temporal y participan mediante la adopción de soluciones prácticas y acuerdos momentáneos que articulan sus relaciones entre sí y con el entorno. El movimiento natural de la calle genera un conjunto de situaciones construidas hechas de contactos ocasionales y diversificados, de conflictos y aceleraciones que se autorregulan por cooperación. Una serie de relaciones sociales y espaciales que nunca sobreviven al movimiento que les da su existencia y que van desapareciendo con la dispersión de sus protagonistas, con la interrupción de sus actividades y con la aparición en escena de nuevos personajes, elementos y actividades. La situación se ve como ese espacio que se extiende entre las personas que viven juntas en un momento y lugar preciso, y que se construye justo para ese propósito; un espacio que jamás es algo concreto y estructurado, sino por lo contrario algo sometido a permanente metamorfosis. DERIVA Y OCIOSIDAD

Históricamente el acto de andar ha estado asociado tanto la creación artística, como un cierto rechazo al trabajo y a la obra; una espacie de pereza lúdico-contemplativa que estaba en la base de la flanerie. El transito a la deriva y la ociosidad son dos conceptos desarrollados por Guy Debord y Walter Benjamin respectivamente, para presentar con ello una crítica a la modernidad, al sistema capitalista de posguerra y a la sociedad de clases. La intervención práctica en la ciudad por parte de los situacionistas se concretaba en la psicogeografía y la deriva. Una práctica que combinaba lo aleatorio, el “dejarse llevar”


10 0 a través del paisaje urbano, con el estudio de planos y mapas; todo ello conectándolo con variables psicogeográficas que influían en el recorrido de modos diferentes según las personas y las condiciones del entorno. La Teoría de la deriva (1958)15 fue planteada por La Internacional Situacionista en cabeza de Guy Debord y tuvo como antecedente las deambulaciones Dadaístas y Surrealistas. Los Situacionistas retomaron el concepto de la deambulación para encontrar en el acto de perderse en la ciudad una posibilidad expresiva concreta de anti arte y un medio estético-político para subvertir el sistema capitalista. Buscaban en la ciudad burguesa aquellos lugares no frecuentados por la cultura dominante y situados al margen de los itinerarios turísticos, unos lugares otros capaces de poner en crisis la Sociedad del Espectáculo16. En este sentido, introdujeron el término deriva psicogeográfica como una propuesta de apropiación poética de las calles y de los cruces de la ciudad. I.S (1999): “La Deriva es un modo de comportamiento experimental ligado a las condiciones de la sociedad urbana, técnica de paso fugaz a través de ambientes diversos” (p.17) “La Psicogeografía es el estudio de los efectos precisos del medio geográfico, acondicionado o no conscientemente, sobre el compor-

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tamiento afectivo de los individuos” (p.18)

Para los situacionistas la deriva psicogeográfica fue un medio para poner la ciudad al desnudo; un modo lúdico y activo de apropiación del territorio mediante una acción fugaz, un ins15 exto que aparece en el # 2 de Internationale Situationniste. Traducción extraída de Internacional situacionista, vol. I: La realización del arte, Madrid, Literatura Gris, 1999. 16 La Sociedad del Espectáculo fue un texto publicado en 1967 por Guy Debord; en el que retrata una sociedad moderna en la que “Todo lo que fue vivido directamente se ha convertido en una mera representación”. Debord argumenta que la historia de la vida social auténtica se ha sustituido por su imagen representada, el espectáculo es la imagen invertida de la sociedad en la cual las relaciones entre mercancías han suplantado relaciones entre la gente. Este texto, proporciona una reinterpretación del trabajo de Marx, en relación al fetichismo de la mercancía, a los medios de comunicación contemporáneos y a la enajenación.


1 10 tante inmediato para ser vivido en el presente caracterizado por la desorientación y la desviación. La deriva situacionista supone una formulación teórica del paseo como reflexión y crítica tanto social como espacial; a través de ella pretendían construir situaciones, que dieran lugar a territorios lúdicos donde poder vivir colectivamente y en el cual experimentar comportamientos alternativos. Carreri (2002) identifica la deriva Situacionista como: “Una actividad lúdica colectiva que

A diferencia de los Suno solo apunta hacia la definición rrealistas, los Situacionisde las zonas inconscientes de la tas aceptaron el azar como ciudad, sino que se propone inparte de la deriva, pero no vestigar apoyándose en el concepse basaron en él para deto de psicogeografía, los efectos sarrollarla; sino que por lo psíquicos que el contexto urbano contrario, establecieron la produce en los individuos” (p.92). asimilación de dos comportamientos necesarios para experimentar los efectos psíquicos de la urbe: por un lado dejarse llevar a través de un recorrido indefinido y por otro lado, tener un dominio sobre las variables psicogeográficas mediante el conocimiento y el cálculo de todas las posibilidades que fueran presentando a lo largo del recorrido. La construcción de situaciones y la práctica de la deriva se basan en un control concreto de los medios y de los comportamientos que podían experimentarse directamente en la realidad cotidiana de la ciudad. La deriva es pues una construcción de nuevos comportamientos que proporciona una forma diferente de experimentar la ciudad, la cual se opone a las reglas y a la estructuración, en la que en vez de ser prisionero de una rutina diaria, que a su vez está condicionada por el consumo, la producción o la


10 2 rentabilidad del tiempo, se plantea seguir las emociones y de esta forma mirar a las situaciones urbanas de una forma más activa y placentera. La deriva permite ver y experimentar las calles como un espacio en el cual es posible perder el tiempo útil con el fin de transformarlo en un tiempo lúdico- constructivo; es decir, ver la circulación como placer y aventura.

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Para Carreri (2002, p.108): “El errabuandeo construido crea nuevos territorios para explorarse, nuevos espacios para habitar, nuevas rutas para recorrer. El vagabundeo conducirá a la construcción consciente y colectiva de una nueva civilización”. El tránsito a la deriva crea una especie de mapas anti-turísticos y anti-rutinarios que van en contra de la racionalización que impone el urbanismo y la vida productiva, una nueva forma de recorrido que invita a descubrir esas otras realidades que pasan desapercibidas al tránsito inconsciente y programado. Se trata de vagar por la ciudad en busca de espacios no sincronizados, subversivos y de contradicción productiva; son paseos que coinciden en la búsqueda de los espacios muertos, de los intersticios, de aquellos lugares físicos y mentales que suponen una barrera normativa. En la arquitectura, el tránsito a la deriva lleva a preconizar todo tipo de nuevos laberintos; el terreno donde esta se desarrolla es un mar incierto que cambia constantemente en función de las mutaciones, de las corrientes, de los estados de ánimo, de los encuentros que se producen. El sentido proyectual de la deriva, está en su comprensión como proyecto indeterminado y en sus potencialidades para la transformación de la ciudad nómada o informal. El punto clave reside en como proyectar una dirección, pero con una amplia disponibilidad a la indeterminación y a la atención hacia los proyectos de los


3 10 demás. Una arquitectura construida con base en las líneas sinuosas de los recorridos y de las situaciones, concebida como espacio del andar que sustituye la ciudad sedentaria y consolidada. Como un posible complemento de la deriva situacionista, aparece el concepto de ociosidad desarrollado por Walter Benjamin como una condición crítica frente a la experiencia urbana moderna, una forma de protesta contra un ritmo de vida orientado únicamente hacia el trabajo, el consumo y la producción. El concepto de ociosidad en Benjamin viene asociado a sus investigaciones sobre el personaje urbano del flâneur. En la modernidad este personaje era visto como un vagabundo y un holgazán, que perdía su tiempo y su fuerza de trabajo recorriendo las calles de la ciudad; sin embargo, para algunos autores como Benjamin es precisamente la ociosidad su principal medio de producción. El historiador Victor Fournel, en su libro Lo que uno ve en las calles de París (1867), dedicó un capítulo al “arte del vagabundeo”, en él Fournel identifica que no hay nada perezoso en ese deambular recreativo que realiza el flâneur, sino más bien este constituye un modo de aprehender la compleja riqueza del paisaje urbano. El flâneur al igual que el transeúnte siempre tiene algo que ver; su ociosidad, una actitud que lo lleva a realizar una actividad aparentemente inútil e improductiva en términos mercantilistas, se convierte en una acción que da pie al pensamiento, al trabajo intelectual y a cierta forma de resistencia que él hace. A partir de esto, Benjamin (2005) señala que: “La ociosidad del flâneur es una manifestación contra la división del trabajo” (p.432)


10 4 “Una de las ideas básicas del callejeo es La productividad que el fruto de la ociosidad tiene más vaen la ociosidad del lor que el del trabajo. Es sabido que el transeúnte se ve flaneur emprende estudios” (p.456) sustentada en primer lugar en su rol de detective, como un personaje que busca mantener la paz y la seguridad en las calles de la ciudad; y en segundo lugar mediante el periodismo como base social del callejeo. En palabras de Benjamin (2005): “Sabemos, dice Marx - que el valor de toda mercancía está determinado por la cantidad de trabajo materializado en su valor de uso, por el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción- El periodista trabaja en tanto flâneur, como si lo supiera. El tiempo de trabajo socialmente necesario para producir su fuerza de trabajo es relativamente elevado, al aceptar que sus horas de ocio en el bulevar aparezcan como una parte de ese trabajo, las multiplica y con ello el

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valor de su propio trabajo” (p.449).

La ociosidad es una condición de la producción del transeúnte pues cuando sus pasos se acercan el lugar entra en actividad. Una vez el transeúnte se instala en las calles y sigue a las personas en persecuciones visuales y auditivas, este asume el papel de un periodista en el que la observación y la escucha, se convierten en materia prima para su producción tanto social como espacial. El transeúnte transforma su vagabundeo en un método de trabajo productivo, como si la creación artística legitimara de algún modo su paseo ocioso, al convertirse en observador de su entorno. En el mundo contemporáneo estamos habituados a caminar siempre dirigiéndonos a un lugar concreto donde hay algo para hacer; caminar de forma ociosa y a la deriva (el paseo improductivo y espontáneo) se torna como un acto cuestio-


5 10 nable para la sociedad y para los sistemas económicos, políticos y culturales a los que estamos habituados y sometidos. Hoy en día el ocio está desnaturalizado y comercializado por el turismo. La I.S (1999) tenía una posición muy radical con respecto a la circulación: Hay que pasar de la circulación como suplemento del trabajo a la circulación como placer. Hay que rehacer la arquitectura en función de todo el movimiento de la sociedad, criticando todos los valores pasajeros, ligados a formas y relaciones sociales condenadas” (p. 94)

“Caminar es gratis”, este acto se constituye en un medio reflexivo y subversivo para relacionarse con el territorio, más allá de criterios productivos y de consumo. El andar ocioso es una forma de trasgresión del espacio, como escapatoria a la estabilidad, al lugar sedentario y a todos los mecanismos de normalización y control que son cada vez más comunes en las ciudades. La ociosidad proporciona una experiencia propia sin obediencia a lo previsto, una manera de transitar y de estar en el mundo, de buscar respuestas a lo inusual y de construir con ello un nuevo tipo de arquitectura y de ciudad. Para finalizar, resulta interesante la siguiente cita de Francesco Careri (2013): “Quien pierde tiempo gana espacio. Si quieren ganar espacios otros, hay que saber jugar, salir deliberadamente de un sistema funcionalproductivo y entrar en otro sistema no funcional e improductivo. Hay que aprender a perder tiempo, a no buscar el camino más corto, a dejarse guiar por los acontecimientos, a dirigirse hacia las calles inaccesibles en las que sea posible tropezar y, ojala, detenerse a hablar con las personas que encontramos, o saber detenerme olvidándonos de proseguir: saber alcanzar el andar sin intención, el andar indeterminado” (p.164).


10 6 LAS TRASURBANCIAS “[...] Cuando uno se encuentra en la calle, y ve que sus miembros responden con singular agilidad a esa libertad que se les ha concedido; cuando gracias a esta decisión uno siente reunidas en si todas las posibilidades de decisión; cuando uno comprende con más claridad que de costumbre que posee más poder que necesidad de provocar y soportar con facilidad los más rápidos cambios, y cuando uno recorre así largas calles... adquiere su verdadera imagen y estatura”. Franz Kafka. El Paseo Repentino (1913, p.258-259)

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Entre los espacios del estar de la ciudad, han ido apareciendo una serie de pliegues, intersticios, espacios de transito, territorios en constante transformación, que corresponden a las calles. Estas se erigen como el enclave idóneo donde confluyen todo tipo de experiencias necesarias para la inspiración y la creación, siendo así la práctica del andar, el instrumento más efectivo para llevar a cabo tales procesos. El acto de caminar como practica creativa y de pensamiento, implica tener ciertas consideraciones; es decir, no es posible llegar a este tipo de experiencia si se concibe y se ejecuta como un acto meramente funcional de desplazamiento. La experimentación del paseo urbano en el sentido fenomenológico necesita de un cierto tipo de actitudes para que pueda convertirse en un proceso estético y social. Una propuesta a esa nueva forma de lectura de las calles se basa en las transurbancias; un concepto desarrollado por el grupo Laboratorio de Arte Urbano Stalker / Osservatorio Nomade (1995) 17 17 En 1995 el arquitecto italiano Francesco Careri cofundó en la ciudad de Roma el Laboratorio de Arte Urbano Stalker. El colectivo formado por artistas y arquitectos, reúne la investigación y la acción sobre el territorio con especial atención a las áreas marginales y a los vacíos urbanos en vías de transformación. Stalker ha realizado acciones de “transurbancia”, atravesando a pie las zonas intersticiales de Roma, Milán, Turín, Paris, Berlín y Miami, para desarrollar una metodología de análisis e intervención en aquellas partes del territorio urbano en continuo devenir inconsciente que han denominado “territorios actuales”. Stalker pretende buscar posibilidades alternativas a las modalidades tradicionales de intervención urbana, interactuando in situ con los fenómenos urbanos emergentes. Información tomada de la pagina web: http://www.osservatorionomade.net/


7 10 con el que buscan recuperar la dimensión del viaje como herramienta de conocimiento y exploración de la ciudad. De acuerdo a Francesco Carreri (2013) el acto de andar produce al ser humano un estado de aprehensión (sentir miedo y aprehender) que intensifica sus capacidades perceptivas y le permiten llegar a un descubrimiento real de la ciudad: “La transurbancia vuelve a otorgar al ciudadano y al turista el titulo de viajero, permitiéndole explorar unos recorridos inéditos, llenos de contradicciones estridentes, de dramas que a veces componen unas armonías inéditas. Se trata de volver a encontrar en el territorio metropolitano un sentido que surja de la experiencia de lo real y de sus contradicciones, a través de una mirada que no busque justificaciones históricas o funcionales tranquilizadoras y al mismo tiempo frustrantes, que no reduzca su propio horizonte a las selecciones de las guías turísticas, sino que descubra el potencial de los acontecimientos urbanos en su imaginable complejidad” (p.185).(p.164)

La transurbancia es una actividad inherente al transeúnte, que le permite explorar recorridos inéditos en los que hay una mezcla de lo seguro y cotidiano, y lo que es incierto y por descubrir; en los cuales puede ir afinando sus capacidades perceptivas y sensoriales, para interpretar y clasificar todo aquello que observa, y de esta forma derivar un conocimiento real del espacio. En las transurbancias el usuario del espacio observa lo que ocurre de forma activa e interaccional como alguien que no deja de conceptualizar y juzgar las acciones, personajes, objetos y situaciones, que va encontrando en su camino. La transurbancia como instrumento de conocimiento, se fundamenta en parte en estudios sicológicos sobre la percepción del espacio en movimiento. El arquitecto Amos Rapoport (1978) identifica que el concepto de percepción se divide


10 8 básicamente en tres aspectos: La evaluación o preferencia ambiental, entendida como calidad del medio y selección de medios óptimos, la cognición ambiental, que se refiere a como las personas estructuran, aprehenden o conocen su medio y la percepción ambiental, o proceso donde se describe la captación sensorial: “La percepción es la experiencia

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sensitiva más directa e inmediata La percepción desde este del medio ambiente [...] La gente punto de vista, se refieexperimenta ambientes a través de re a un ejercicio activo los sentidos, la percepción es la con(ya que la gente siempre cienciación del ambiente a través de participa en el medio y los sentidos” (p.171) no solo observa) donde tanto individuo como espacio están en una constante interacción que produce cambios en ambos sentidos: el individuo que percibe extrae información del ambiente y transforma los estímulos y mensajes en pautas para desarrollar comportamientos, asimismo esos comportamientos que tienen lugar en ese ambiente hacen que este sufra cambios y modificaciones; convirtiéndose así en una cadena reciproca: “Modificamos el espacio y este nos modifica a nosotros”.

La percepción como lo indica Rapoport se da a través de los diferentes sentidos humanos, los cuales se convierten en un medio de comunicación entre el mundo y el individuo que percibe: la vista (una visión activa y en constante exploración), el olfato (esencial en el recuerdo de lugares y para enriquecer el sentido del lugar y el significado social), el sonido (un elemento transitorio y fluido, fuente de la información y comunicación humana), el tacto (la experiencia principal proviene del suelo a través de los pies), y la cenestesia (sintetiza las sensaciones de desplazamiento y movimiento). Sin em-


9 10 bargo, para Rapoport (1978, p.184) “El movimiento aumenta la dimensionalidad de la información sensorial”; en este sentido, a la velocidad que camina el transeúnte es posible usar todas las posibilidades sensoriales, con lo cual aumenta la complejidad del ambiente, ya que incrementa su capacidad informativa y ofrece una gama de sensaciones mucho más rica y variada. Al caminar, el actor de la vida callejera percibe y participa en secuencias informativas inconexas y en series discontinuas de acontecimientos; en este sentido, cuando se recorre un espacio se copromete tanto el cuerpo como la mente en su conocimiento y aprehencion. El transeunte es un un cuerpo inteligente que siente, se mueve, observa e intuye; el espacio urbano agudiza su oido, estimula su olfato, satisface su gusto y resalta su tacto, y todo lo que esta a su alrededor se da a mirar y contemplar desde una perspectiva movil ejecida durante el desplazamiento. La pedagoga Silvia Alderoqui (2012) señala que los recorridos no solo ayudan en la organización de una manera de ver el mundo sino que ayudan a crearlo: “Quien pasea, el paseante, es movimiento y desplazamiento: camina, contempla y medita. Es capaz de hallar significado en sus propias huellas, entiende las formas de la ciudad con su cuerpo como principal instrumento de percepción [...] El paseante camina con o sin propósito, lleva su propio paso, tiene el corazón abierto a todas las impresiones y sus pensamientos adoptan el color de lo que ve mientras avanza” (p.50)

El recorrido es una de las actividades que mas potencia la atención, la memoria y la creatividad. La percepción de una calle es siempre un proceso selectivo de elementos físicos y


11 0 humanos integrados en formas complejas: las personas, los sonidos, colores y olores que se hacen, deshacen y rehacen con el correr de las horas, la estación del año, el clima, el día; los pavimentos, las texturas, los volúmenes y dispositivos arquitectónicos y urbanos, los edificios, el mobiliario, los monumentos, la vegetación. Se trata de un amarre entre el espacio físico de la calle y la experiencia estética y social; ya que tal y como lo identifica Alderoqui (2012, p.70) “La arquitectura no solo se reduce a sus formas y volúmenes, sino que comprende además como las personas se organizan y utilizan los espacios y los objetos que se disponen en el paisaje urbano”.

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El recorrido además de permitir una transformación lúdica del espacio, permite también tejer las condiciones determinantes para la vida social. Para Marc Auge (2000, p.91) “La movilidad en el espacio constituye la primera condición para una educación real y una aprehensión concreta de la vida social”. Asimismo Para Allan Jacobs (1996, p.286) “Al caminar es cuando uno se fija en las caras y en la estatura de las persona, cuando uno se encuentra con ellas y saborea su presencia. Esta es la forma más común de relacionarse en público y de disfrutar en colectividad día a día”. Caminar proporciona una posibilidad informal y sin complicaciones de estar presente en las calles y de participar en su vida social. La vida urbana siempre tiene lugar a pie, pues es cuando verdaderamente se puede sentir la presencia de los otros. En este sentido, podría decirse que las transurbancias multiplican y reúnen las posibilidades de interacción en las calles, ya que permiten tener una observación flotante, estar atentos y abiertos al fluir de los avatares de la actividad social, y a las relaciones de los transeúntes con los objetos del entorno.


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¿VIAJEROS O TURISTAS? ¿MIRONES O CAMINANTES? SOBRE CÓMO SER PRACTICANTES DE LA CIUDAD “Cuando recorres un lugar a pie ves de otra manera que cuando atraviesas un paraje en coche... la gente ya no se detiene... no has hecho ni siquiera un viaje, sino únicamente llegar. Cada vez más la gente se limita a llegar a un sitio y no a viajar a ese sitio”. [...] “Estoy hablando de los ejércitos de turistas... de esa gente que no tiene conciencia de haber estado en ningún sitio hasta que llega a casa y ve sus fotos y videos. Estoy hablando de la forma de vivir de segunda, tercera o cuarta mano”. Wim Wenders. El acto de ver (2005, p.163,191)

Michel De Certau (2010) plantea dentro de su discurso sobre las prácticas de la ciudad la siguiente reflexión: ¿Somos nosotros caminantes (practicantes) o tan solo mirones de la ciudad? Para esto, presenta dos ejemplos con los que trata de resolver tal interrogante. En primer lugar toma como referencia las ya inexistentes torres del WTC en la ciudad de Nueva York. Para De Certau subir a la cima de dichas estructuras (consideras en su tiempo como unos de los rascacielos más altos del mundo) implica separarse del dominio de la ciudad para tomar con esto la posición de espectador. La elevación convierte al ciudadano en “mirón”, lo pone a distancia de la realidad urbana como una especie de punto vidente que constituye la ficción sobre cualquier conocimiento. En segundo lugar, retoma el ejemplo de las pinturas medievales que representaban la ciudad vista en perspectiva; una ficción que para él transforma al espectador en ojo celeste, en una vista que crea dioses en lugar de ciudadanos. En ambas situaciones, el impulso de esa visión utópica, distanciada y totalizadora del paisaje urbano, crea lo que podría llamarse lectores de la ciudad, de un texto petrificado que oculta toda la complejidad y vitalidad que la caracterizan. Esta forma de percibir, habitar y relacionarse con el espacio,


11 2 da lugar a lo que De Certau (2010, p.105) llama una Ciudad Panorama: “Un simulacro teórico (visual), en suma, un cuadro, que tiene como condición de posibilidad un olvido y un desconocimiento de las practicas”. Al tomar la posición de espectador y convertirse solo en lector, el habitante se vuelve ajeno a la ciudad y a sus actividades más cotidianas. Una ciudad se disfruta verdaderamente al caminarla, al sentirla con la mente y con los pies; esta entra en actividad con el recorrido, pues, son las escrituras de los transeúntes que avanzan y se cruzan, sus movimientos, trayectorias y alteraciones, quienes componen esa historia múltiple, compleja y diferente a cada momento. Los transeúntes son los principales y más activos practicantes de la ciudad, pues esta solo cobra sentido cuando su espacio se transforma en relación a las necesidades mutables. Esta oposición entre mirones y caminantes, se compara también con la diferenciación entre ser turista o viajero de la ciudad. El paseo, es la forma más común y sencilla de viaje. Viajar es un movimiento desde algo y hacia algo, que implica condiciones de riesgo, observación, el encuentro con lo desconocido, lo efímero, la curiosidad y la aventura.

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Para Silvia Alderoqui (2012): “Los viajes eran sinónimo de riesgo y desafío, pero sobre todas las cosas eran viajes entendidos como camino hacia el conocimiento [...] Lo viajes revelan el encuentro con las diferencias. El objetivo de los viajeros es hacer familiar lo extraño” (p.21)

El viaje produce un peregrinaje a un intercambio entre culturas y estilos de vida diferentes, que permite tomar conciencia sobre otras realidades diferentes a las propias; en este sentido, se convierte


3 11 en una forma de obtener conocimiento como una manera de enriquecer tanto el cuerpo como el espíritu. Marc Auge (2007) plantea una diferenciación entre lo que significa ser un turista o un viajero: “El turista exige siempre una comodidad tanto física como psicológica; es un consumidor de exotismo y de paisajes, y aunque se encuentre en otro lugar, siempre seguirá estando en su lugar de origen, ya que él se las arregla para que toda su estancia sea lo más parecido a lo que siempre suele ver y hacer, a su entorno habitual. Para el viajero por su parte, perder el contacto con sus raíces no se limita solo a buscar un paisaje diferente, sino que llega a poner a prueba su propia identidad, en otras palabras, viaja fuera de sí mismo; él espera siempre a conocer el papel y el lugar que le

Auge considera que hay ciudades creadas por el turista, espacios donde el individuo se siente como espectador sin que la naturaleza del espectáculo le importe verdaderamente. Un desplazamiento por paisajes de los cuales él no aprecia sino solo vistas parciales e instantáneas, sumadas y mezcladas en su memoria, y recompuestas en el relato que hace de ellas a la vuelta de su viaje.

asigna ese nuevo sitio, para empezar a comprenderlo” (p.63).

Ante esta situación, podría decirse que la mayoría de veces vivimos la ciudad como turistas, con recorridos rutinarios, uniformes e inconscientes, y con una mirada ciega y ajena al espacio, la gente, las actividades y los objetos. Comúnmente caminamos por la ciudad mediante un desplazamiento automático en donde no se percibe más allá de lo que se ve a simple vista, y donde siempre persiste una actitud de negación a indagar lo extraño, lo diferente y lo oculto, e incluso aquellas


11 4 cosas ordinarias y cotidianas que suceden día a día ante nuestros ojos. Así pues, tal y como lo afirma Wim Wenders nos hemos habituado a ser turistas, a solo llegar al “lugar” y con esto se ha perdido la experiencia del viaje y del recorrido. Ser mirones o turistas implica una manera de vivir la ciudad de segunda, tercera o cuarta mano. Para ser un caminante o viajero, es decir, un practicante de la ciudad y de las calles, es necesario reinventar la forma de andar y observar: reinterpretar el espacio, otorgar nuevos sentidos y cuestionar las realidades cotidianas de tal forma que permitan revelar ese paisaje invisible e ignorado. El escritor francés Georges Perec en su texto “Lo infraordinario” (1989), propone que hay que observar en las calles lo que ocurre cada día y vuelve cada día, lo trivial, lo ordinario y cotidiano. En palabras de Perec (2008): “Para que interrogar a lo habitual. No estamos habituados a eso. Nosotros no lo interrogamos ni nos interroga, parece no dar problemas, lo vivimos sin pensar en ello, como si no llevara consigo ni pregunta ni repuesta, como si no fuera portador de ninguna información. Dormimos en nuestra vida en un sueño sin sueños. Pero ¿Dónde está nuestra vida?, ¿Dónde está nuestro cuerpo? ¿Dónde está

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nuestro espacio? [...] Debemos interrogar al ladrillo, al cemento, al vidrio, a nuestros utensilios y herramientas, a nuestras ocupaciones, a nuestros ritmos. Interrogar lo que ha dejado de sorprendernos [...] ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué? Describa su calle. Describa después otra. Compare” (p. 10)

La mirada es el elemento más importante del equipaje de un caminante. Para revelar el paisaje invisible y convertir el territorio en un lugar de contemplación, se requieren rup-


5 11 turas, miradas y preguntas que lo circunscriban y permitan simplificar su complejidad. Una nueva forma de observación que trasforme el modo tradicional de mirar los objetos, los edificios, las situaciones, las relaciones y en consecuencia el modo de percibirlos y entenderlos. Atreverse a encontrar lo desconocido de cada cosa, a buscar lo inusual y particular, a interrogar lo que ya no sorprende para descubrir el verdadero espacio; ya que tal y como lo plantea Silvia Alderoqui (2012, p.68): “No se extraña lo que no se ha

Finalmente para cerrar conocido, y al mismo tiempo poeste capítulo, se presenta a demos decir que cuando miramos manera de conclusión lo nuestros lugares habituales como que sería una serie de insi fuéramos extraños podemos vitaciones o más bien de empezar realmente a conocerlos”. actitudes para aprender a pensar la ciudad y en específico las calles con los pies: - Asumir la mirada del viajero, el rol de detective y periodista - Promover la percepción del “aura” de los objetos y las personas - Poetizar la trama ciudadana - Visitar lugares desconocidos - Mirar y explorar los fragmentos, lo inusual, lo particular, el sedimento, la miniatura, el intersticio. - Caminar de forma crítica y consiente - Experimentar los espacios en diferentes temporalidades. - Caminar de forma ociosa y a la deriva. - Abandonar el miedo a lo público, a lo diferente y desconocido

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HIPÓTESIS DE INVESTIGACIÓN

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A

l iniciar esta investigación se había planteado como hipótesis inicial que a partir del diseño arquitectónico se podía condicionar los modelos de actividad social en las calles; es decir, que el diseño del ambiente físico del espacio podía de algún modo influir para que en las calles se incrementaran las actividades sociales y de esta forma se cumpliera con la función social que en teoría tienen. En pocas palabras que el diseño > determina la vida social.


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HI P ÓTE SI S DE I NV E ST IG AC IÓN

Fue así como en un principio toda la investigación estuvo orientada a ver como los diferentes elementos de diseño de las calles (dimensiones, formas, mobiliario, materiales, elementos naturales, entre otros) podían estimular y condicionar la socialización. Sin embargo, luego de desarrollar el marco teórico y de identificar que a ese espacio diseñado por el arquitecto y el urbanista se opone el espacio practicado de los usuarios (“La ciudad planificada se opone a la ciudad practicada”), entonces se decidió de alguna forma invertir la hipótesis de investigación; ya que de acuerdo a los planteamientos teóricos presentados en los capítulos anteriores, son realmente los usuarios quienes definen a cada instante en su interacción con la ciudad cómo y de qué manera funcionan y se construyen los espacios urbanos.


9 11 Con base en esto, se propone entonces como hipótesis para esta investigación que “Es a partir de las prácticas de los usuarios y de la experiencia del tránsito como se construye la espacialidad de la calle” En otras palabras que

Caminar / usar »produce espacio y arquitectura



Valla publicitaria, colonia Condesa, Ciudad de MĂŠxico. 2014| Lorena Cardona M.


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PRテ, T I C A S

EN

E L

iii/iv

ES PA C I O


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» 14 • Exploraciones Urbanas Metodología y procedimiento Escenarios de estudio 44 • Relatos del Espacio Práctica 1: Relatos de calles en la Ciudad de México 74 • Cartografías Móviles Práctica 2: Construcción de una cartografía móvil de la calle 100 • El Cine Etnográfico Práctica 3: Filmografía del espacio - movimiento 112 • Análisis e Interpretación de Resultados


» Prácticas en el Espacio libro iii/ iv



iii



Lorena en México. 2013. | Juan Carlos Mata Peña.


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A lo largo de su historia, la Ciudad de México ha atraído infinita cantidad de investigadores que buscan darle explicación, a partir del análisis de algunos de sus elementos más relevantes; siendo uno de ellos, el espacio público. Una ciudad que a simple vista parece ser bastante incoherente e inexplicable, ha logrado a través del tiempo, brindar a millones de habitantes un espacio capaz de crear y reproducir vida en medio del caos. Con una lista interminable de necesidades y una serie de pruebas y experimentos que ya son parte de su esencia e historia, la Ciudad de México continua intrigando tanto a quien la visita temporalmente como a quien la vive a diario; convirtiéndose así, en un laboratorio único que ofrece la oportunidad y el terreno perfecto sobre el cual poner a prueba distintas hipótesis y teorías.


10 A partir de esto, y como una propuesta para complementar y/o comprobar el desarrollo teórico de esta investigación, se planteo la necesidad de realizar un ejercicio práctico, a partir del análisis de un caso de estudio. Para esto, el lugar seleccionado fue el Centro histórico de la Ciudad de México (CHCDM), quizá la zona de la ciudad que congrega la mayor cantidad y diversidad de usuarios, actividades, usos y edificios; una característica que sumada a su ubicación, accesibilidad, valor simbólico y potencial de transformación, la convierten en un escenario ideal para enriquecer de forma práctica la investigación.

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P RES E NTAC I ÓN

Para este ejercicio se realizaron una serie de recorridos y deambulaciones a partir de las cuales se seleccionaron tres calles de estudio: la calle Francisco I. Madero, la calle Regina y el corredor conformado por las calles Topacio, Talavera y Alhóndiga, todas ellas con una característica en común: ser peatonales. El hecho de que estas calles tengan exclusividad peatonal hace que sus dinámicas socio-espaciales sean mucho más complejas y ricas, y por consiguiente tengan un mayor potencial de vida social. En este sentido, fue interesante analizar dicha tipología con el fin de conocer a profundidad cuales son realmente sus potencialidades a nivel social, estético y espacial, así como de comprobar de alguna forma, el impacto generado por este tipo de proyectos los cuales han sido impulsados en los últimos años por el gobierno de la ciudad. De igual forma, la necesidad de escoger no solo una sino tres calles de estudio, permitió analizar y comparar diferentes alternativas de usos, comportamientos, actividades y condiciones espaciales, que demuestran la versatilidad y dinamismo de este tipo de espacios públicos, y que en conjunto sirvieron como modelo para la propuesta final de la investigación.


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e D ia g . 2 0 N o v ie mbr

C . B o li var

E je C e n tarl Láz aro

Cárden

as

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Mapa Distrito Federal, Colonia Centro Perímetro A del Centro Histórico Calles de estudio


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C . Em ili an o Za pa ta

C. San P a b lo

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Localización y delimitación del área de estudio

Centro Histórico Ciudad de México Mapa Distrito Federal ,Colonia Centro

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Exploraciones urbanas Calle de la SantĂ­sima, barrio de la Merced. 2014.| Lorena Carmona M.


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M ETODOLOGÍA Y PROCEDIMIENTO,

El método utilizado para la investigación en campo fue el método etnográfico. La etnografía es un procedimiento de investigación que hace parte de la antropología y la sociología, el cual se basa en la observación durante cierto periodo de las prácticas sociales y culturales tanto de individuos como de grupos, especialmente en ambientes urbanos (método observacional y descriptivo). La investigación etnográfica pretende revelar los diferentes significados que se derivan de las acciones e interacciones sociales del grupo estudiado, mediante la observación de los acontecimientos y situaciones que tienen lugar en un espacio y tiempo determinado; y además mediante el uso de diversas técnicas para conocer directamente de los usuarios implicados sus decisiones, acciones y comportamientos.

Exploraciones urbanas

EL MÉTODO ETNOGRÁFICO


18 De acuerdo a Marc Auge (2007), la antropología siempre ha sido una ciencia del aquí y el ahora, por esta razón el ejercicio etnográfico está siempre relacionado con un lugar especifico sobre el cual se realiza una serie de descripciones de lo que se observa y se oye en un momento determinado; la etnografía supone así un testigo directo de una actualidad presente. Manuel Delgado sugiere que el método etnográfico es uno de los procedimientos más eficaces para el estudio y análisis de los espacios públicos urbanos. En palabras de Delgado (2007): “Las técnicas de registro y descripción de los hechos sociales que tienen lugar en espacios urbanos deben articular estrategias cuantitativas y cualitativas, aproximaciones macroscópicas y microscópicas, lo que implica la aplicación de técnicas etnográficas de observación sobre el terreno [...] Este método se caracteriza por las observaciones no obstrusivas y la no interacción focalizada con los seres humanos” (p.140)

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EX PL OR A CI ON E S U R B A N AS

El método etnográfico se vislumbra como una forma idónea para sistematizar la actividad ordinaria de los espacios públicos como la calle, ya que este permite desde una posición lejana (como observador) y a la vez próxima (como usuario del espacio) registrar todos los hechos que ocurren en un determinado espacio (objetos, actividades, comportamientos, usos del espacio, tipos de usuarios) sin interferir directamente en dichas situaciones, con el fin de evitar condicionamientos sobre ellas. Sin embargo, para Marc Auge (2007): “El trabajo del etnólogo no consiste en una simple observación, sino que tiene una dimensión experimental. No se limita a observar la historia, sino que actúa en ella. Por otro lado, le interesa darse cuenta del cambio que el supone en el terreno en cuestión: la presencia del etnólogo siempre influye en el medio observado” (p.69).


19 El etnólogo funciona a la medida de un observador-participante, cuya actividad constituye una lectura e interpretación (en la medida en que es observador) y a su vez una escritura o acción (en la medida que es participante o usuario) del espacio y de la vida urbana. FASES Y APLICACIÓN DEL MÉTODO ETNOGRÁFICO

Para la aplicación del método etnográfico se realizó una serie de visitas y recorridos en cada una de las calles de estudio, las cuales fueron desarrolladas durante seis meses, entre septiembre de 2013 y febrero de 2014, y en diferentes temporalidades tanto en días como en horarios. Es importante identificar que la metodología utilizada en esta investigación fue aplicada de igual forma para las tres calles de estudio y en este sentido, los resultados obtenidos serán presentados conjuntamente y puestos entre sí de manera comparativa y/o complementaria, para finalmente con ello derivar un análisis general que busca identificar cuáles son las estrategias, las practicas, y las condiciones socio-espaciales que caracterizan este tipo de calles. La aplicación del método etnográfico implica la implementación de una serie de fases metodológicas para analizar tanto el lugar como el fenómeno que se pretende estudiar. Para efectos de esta investigación se tomarán como referencia las observaciones realizadas por el antropólogo Manuel Delgado18 sobre la metodología etnográfica aplicada al estudio de hechos sociales en espacios púbicos; la cual se resume en el siguiente procedimiento:

[ registrar - describir – analizar] 18 Ver libro Sociedades Movedizas, 2007, p140-149.


20 Fase 1: Condiciones del lugar Para hacer el estudio etnográfico de las calles seleccionadas se realizó en primer lugar una aproximación a las condiciones ecológicas del lugar, es decir; un estudio a escala urbana sobre sus cualidades morfológicas, evolución histórica, el contexto, localización, y la recopilación de documentación relativa a las intervenciones urbanísticas del sector ya realizadas o en marcha. Esta fase esta sintetizada en el capítulo sobre la descripción del escenario de estudio. Fase 2: Registros observacionales

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EX PL OR A CI ON E S U R B A N AS

En el método etnográfico el trabajo de campo resulta ser una herramienta imprescindible para conocer los comportamientos y actividades que tienen lugar en un área definida, registrando así una imagen realista y fiel del grupo y del espacio. De acuerdo a Manuel Delgado las observaciones cualitativas de espacios urbanos deben comprender las cualidades sensibles de los espacios, la localización de puntos fuertes y potencialidades; los aspectos morfológicos, infraestructuras, usos, densidad de personas y actividades, los recorridos, la distribución de servicios, mobiliario, comercios, los elementos permanentes del entorno, y las estructuras dinámicas del espacio. Asimismo se debe hacer registro de los elementos contextuales, de los practicantes regulares e irregulares del espacio y la elaboración de esquemas que identifiquen las formas de apropiación transitoria y la Identificación de usuarios (taxonomía). En esta fase también es posible recopilar información para conocer la actividad peatonal, la frecuencia y la intensidad de uso. A nivel social se debe tomar registro sobre los personajes colectivos y comportamientos fusiona-


21 les, aglomeraciones, actos públicos, eventos temporales y/o permanentes. De igual forma, se debe contemplar el registro de incidentes, accidentes, sucesos, anécdotas, altercados que pudieran tener lugar durante el tiempo de observación. A partir de estas consideraciones, la fase dos del método etnográfico corresponde entonces a la etapa de observaciones socio- espaciales en campo; es decir, al levantamiento y mapeo observacional realizado en cada una de las calles de estudio, el cual responde específicamente a las prácticas (usuarios, usos, actividades, estrategias, comportamientos y formas de apropiación) en relación a las condiciones físico-espaciales de cada calle. Fase 3: Entrevistas Como un instrumento adicional al registro observacional se utilizó dentro del método etnográfico la entrevista abierta, a manera de charla- interaccional, como método que ayuda a conocer la relación usuario-espacio, y en este caso particular, a identificar cómo es posible y que formas adopta la vida social en la calle. Para esta fase se realizaron entrevistas a algunos usuarios representativos de cada calle: transeúntes, trabajadores, artistas callejeros y coordinadores de algunas entidades culturales, en las que se preguntó información como el lugar de procedencia, la frecuencia de visita a la calle, las actividades que desarrolla en ella, su percepción sobre el espacio, sobre las condiciones sociales y sobre su relación (afectiva y/o laboral) con dicha calle. Al final como no se utilizó ningún tipo de cuestionario, los resultados de las entrevistas fueron muy diversos entre sí, ya que cada usuario los orientó hacia los


22 temas de su interés; sin embargo, sirvieron para recabar información muy valiosa sobre el funcionamiento general de cada calle y sobre las preferencias y opiniones de sus usuarios. Fase 4: Mapas Como un complemento al método etnográfico se realizó un ejercicio de construcción de mapas cognoscitivos; en total se hicieron entre dos y tres mapas de cada calle, los cuales se realizaron entre los meses de febrero y marzo de 2014. Toda la información relacionada con la metodología aplicada en esta fase y la conceptualización de este tipo de mapas será presentada en el capítulo de Cartografías móviles. ESTRATEGIAS PARA LA PRÁCTICA

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EX PL OR A CI ON E S U R B A N AS

Para desarrollar el trabajo de campo, adicional a la aplicación del método etnográfico, se planteo la necesidad de realizar una serie de ejercicios puntuales de carácter experimental, que permitieran de alguna forma agrupar y sintetizar los resultados obtenidos en los recorridos y los registros observacionales de cada calle, así como del acercamiento con los usuarios. En este sentido, se propuso como un complemento adicional a la metodología, tres ejercicios teórico-prácticos que constituyen un conjunto de estrategias creativas y reflexivas para estudiar, analizar e interpretar el entorno socio-espacial de la calle. Las estrategias seleccionadas son: los relatos del espacio, las cartografías móviles y el cine etnográfico; las cuales sirvieron como una forma de representación de las fases 2, 3 y 4 del método etnográfico. Toda la información teórica y metodológica de las


23 estrategias, y los resultados de las mismas serán presentados en los siguientes capítulos. A continuación se esboza un esquema que recopila y sintetiza la metodología utilizada para la investigación en campo.

PRÁCTICAS EN EL ESPACIO Método etnográfico

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» [ registrar - describir – analizar]

FASE 1

FASE 2

FASE 3

FASE 4

Condiciones del lugar

Registros observacionales

Entrevistas abiertas

Mapas cognoscitivos

*C1 C2 C3

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» »

» DESCRIPCIÓN ESCENARIO DE ESTUDIO

RO RO RO

+ + EA EA EA

MC MC MC

ESTRATEGIAS PARA LA PRÁCTICA

[Ejercicios teórico-práctico] 1.Relatos del espacio 2.Cartografías móviles 3.Cine etnográfico

» ANALISIS E INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS

* C1: Calle Regina, C2: Corredor Topacio|Talavera|Alhondiga, C3: Calle Madero. RO: Registros observacionales | EA: Entrevistas abiertas | MC: Mapas Cognitivos.


24 ESCENARIOS DE ESTUDIO, EL CENTRO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Sobre el CHCDM: En sus inicios este espacio era una isla ubicada en medio de los lagos de Texcoco, Chalco, Xochimilco, Zumpango y Xaltocan en la cual se instaló el conjunto ceremonial y político de México Tenoch-

El Centro Histórico de la Ciudad de México quista española (1521), la ciudad mexica podría definirse como paso a ser el centro político, económico, el corazón mismo de religioso y cultural de la Nueva España, México, un lugar cuutilizando en gran medida la traza prehispánica. El centro está conformado por 68 yos espacios, edificios, manzanas divididas en dos perímetros: actividades, situaciones • Perímetro A con una superficie de 3.2 km2 y hasta sus mismos ha• Perímetro B con una superficie de 5.9 km2 bitantes, son testigos En 1987 fue declarado patrimonio de la del devenir histórico y humanidad por la Unesco, con un total cultural de la nación. El de 1.800 edificios con valor patrimonial. centro es y será el epiEn la actualidad el 70% del espacio concentro de la vida pústruido busca residentes ya que sólo 33 blica, un espacio donmil personas viven en él. de todo se encuentra y todo confluye, el lugar de reunión por excelencia de la ciudad. Para el escritor y periodista mexicano Carlos Monsiváis (en FCHCM, 2011) en el CHCDM: titlan. Posterior, al momento de la con-

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“Todo ha sucedido o todo se ha bosquejado, las rebeliones, el clímax revolucionario, las apoteosis de caudillos, la aparición de líderes y presidentes luego beneficiados por la amnesia, las tomas de posesión, los tedeums, las reuniones literarias, las marchas del infinito de las causas y protestas, las insurrecciones y resurrecciones del pueblo” (p.33)


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“Si algo caracterizo a la capital hasta la década de 1960 es el cen-

A pesar de estas connotaciones sobre lo que redesmadre, de las tradiciones y las presenta el centro para la innovaciones, de la metamorfosis Ciudad de México, e inde lo viejo y lo nuevo en un micluso para el país en genecrocosmos sin edad. El centro, la ral, hacia mediados de los definición voluntaria e involuntaria años cincuenta del siglo de lo capitalino, el almacén de las pasado, el centro comenzó nostalgias prematuras y póstua sufrir un gran proceso mas, el inmenso deposito vivende decadencia y degradacial del país centralista” (p.34) ción debido a varios factores entre los que resaltan principalmente el traslado de su vida intelectual y espiritual a otro espacio distante en la nueva Ciudad Universitaria C.U (1954), que trajo como consecuencia una considerable disminución en su actividad y vida pública. Esto, sin mencionar el terremoto de 1985 que destruyó varios de sus edificios más emblemáticos, agravando aun más el proceso de deterioro físico y social. tro, eje conspicuo del orden y el

Más adelante a comienzos del 2001, viendo la situación lamentable en la que se encontraba el centro, un grupo de personajes y de organizaciones públicas y privadas, decidieron juntar esfuerzos para comenzar un proyecto de rescate y revitalización del mismo. De esta forma, en el 2001 se creó el Consejo Consultivo para el Rescate del Centro Histórico, encabezado por el ingeniero Carlos Slim Helú y entre cuyos miembros se encontraban personalidades como el periodista Jacobo Zabludovsky y el Cardenal Norberto Rivera Carrera. Para este proyecto al que se integraron diferentes instituciones como el Fideicomiso del Centro Histórico, FCH (1998), la Fundación del Centro Histórico de la Ciudad de Méxi-


26 co, FCHCDM (2002) y la Autoridad del Espacio Público, AEP (2008) se tenía como objetivo fundamental devolver (enriquecida) la calidad de vida del centro a vecinos y visitantes. En otras palabras, el plan no consistía únicamente en renovar y restaurar los espacios públicos y edificios patrimoniales para convertir el espacio en una especie de museo; sino por lo contrario, en trabajar para que este espacio se cargara nuevamente de vida y de significados, de tal forma que la gente se interesara en él como un lugar estimulante para trabajar, estudiar, divertirse y hasta vivir. En palabras del mismo Carlos Slim (en FCHCM, 2011): “No queremos un Centro Histórico recuperado, restaurado y sin

El CHCDM podría definirse como un organismo vivo en aun una majestuosa y gran pieconstante transformación creza de museo llena de fantasmas. cimiento, deterioro y ajuste; Queremos recuperar el deterioro por tal razón, el proyecto de de tantos años y la destrucción rescate y revitalización buscaba de varios de sus inmuebles, pero ante todo que la gente volvietambién vivirlo y sentirnos parte ra a habitar y usar este espacio, de él al conocerlo mejor” (p.11). que los ciudadanos volvieran a caminar por sus calles, visitar sus edificios, plazas y parques, para que al conocerlo y vivirlo se sintiera nuevamente su enorme energía social y cultural. La tarea del comité ejecutivo fue reclamar esa nueva visión del centro, una intervención que permitió darle cierta coherencia a su anárquica vitalidad, encausar sus vocaciones y actividades múltiples, potencializar sus atractivos y transformar sus edificios en espacios funcionales y acordes a las dinámicas actuales.

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EX PL OR A CI ON E S U R B A N AS

vida, solo y abandonado. Menos


27 El plan para el centro se estructuró a partir de cinco estrategias o líneas de trabajo: Seguridad Los años de abandono y degradación del CH crearon un ambiente de inseguridad que se tradujo en despoblamiento, incremento de la ilegalidad, deterioro visual, temor, desconfianza, hostilidad e indiferencia. Por esta razón, uno de los principales trabajos fue recobrar la seguridad, de tal forma que los ciudadanos volvieran a caminarlo, habitarlo y disfrutarlo. Carlos Mosivais (en FCHCM, 2011) señala frente a esta situación lo siguiente: “El Centro Histórico nunca se ha perdido. Somos nosotros los que

En materia de seguridad una de las mayores decontemplación y disfrute. Y en mandas de los ciudadanos este sentido, la confianza es un fue la reubicación del coprerrequisito del amor por la bemercio informal que tenía lleza y la necesidad de lo diverso. invadido la mayor parte En materia urbana, el miedo aprede las calles y espacios sura, destruye al paseante y deja públicos del centro. En el en su lugar al apresurado. El mieaño 2007 se procedió con do limita o especializa la mirada, la reubicación de 26.000 más atenta a los riesgos que a los comerciantes del perímegoces estéticos” (p.37) tro A en 48 predios adquiridos por el gobierno, los cuales fueron acondicionados exprofeso para convertirlos en plazas comerciales. podemos recuperarnos para su


28 Imagen urbana El CH podría definirse como un ejercicio interminable de educación estética. La diversidad de edificios, espacios, texturas y estilos, había estado opacada por el deterioro, y por cientos de comercios, anuncios e instalaciones técnicas que impedían disfrutar de una experiencia estética y cultural. Para contrarrestar esto, uno de los objetivos del plan de revitalización fue mejorar la imagen urbana del sector, a partir de acciones como la restauración de fachadas, el ordenamiento y mejora del mobiliario urbano, el programa de iluminación arquitectónica de edificios públicos, la aparición de nuevas áreas ajardinadas y la reconvención de cables aéreos por instalaciones subterráneas; las cuales permitieron transitar del caos visual y operativo, a la armonía y la limpieza visual del paisaje.

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Multiplicidad de usos De acuerdo a la FCHCDM, en el centro durante las horas hábiles hay una población flotante superior al millón de personas por día; sin embargo, una vez cerrados los comercios y oficinas el panorama es opuesto con zonas oscuras y desoladas con alta inseguridad. Para revertir esta situación fue necesario reconvertir inmuebles con usos de bodegas o abandonados en nuevos espacios para vivienda, así como nuevos usos comerciales, educativos, de entretenimiento, y de servicios complementarios que paulatinamente fueron devolviendo la vida al centro, con la incorporación de nuevos habitantes y actividades.

Espacio público En la última década, la recuperación del CH se ha convertido en una tendencia de transformación de la ciudad. El centro


29 tradicional coexiste ahora con modernas calles peatonales, plazas, jardines y parques, en los que prevalece una mezcla entre la elegancia, la utilidad y lo humano. Las obras van desde la creación de corredores culturales, la peatonalización de ciertas calles y la rehabilitación de monumentos, plazas y vialidades, que en conjunto hacen parte de un proyecto para conectar las distintas áreas, facilitar la movilidad, devolverle el espacio público a los peatones, y promover el disfrute del patrimonio histórico, cultural y social. Los proyectos han estado mayoritariamente en manos de la Autoridad del Espacio Público (AEP). El arquitecto Felipe Leal quien fue hace algunos años el encargado de esta dependencia, explica que su trabajo se concentró básicamente en dos líneas: por una parte, en la elaboración de la normatividad (con mecanismos de vigilancia y supervisión) para los proyectos de diseño e intervención del espacio público, y por otro lado, en generar proyectos para intervenciones específicas en espacios públicos deteriorados o subutilizados. En palabras del arquitecto: “Se trata de lograr que la ciudad tenga paulatinamente una identidad visual continua; de favorecer al peatón, de buscar otras formas de movilidad que ayuden a mejorar el espacio público, como son el uso de la bicicleta y el transporte público; de incorporar muchos elementos vegetales y mejorar la iluminación y el mobiliario urbano” .19

19 Tomado del artículo Un espacio público de calidad invita a salir de casa. Sandra Ortega, en Km. Cero N°6. Recuperado de http://www.guiadelcentrohistorico.mx Km. Cero es una revista de publicación mensual que edita el FCHCM cuyo objetivo es servir como un medio de comunicación especializado para impulsar los planes y programas de recuperación del Centro Histórico.


30 Para Felipe Leal lo más importante del centro son las personas; por tal razón, el sentido fundamental del trabajo de la AEP, fue lograr que el espacio público se usara y disfrutara. No se trató únicamente de mejorar físicamente los espacios, sino además, de hacer promoción de nuevos usos y actividades para que el Centro pudiera tener una vocación distinta. LA CALLE DE REGINA

Sobre la calle Peatonal Regina: Ubicación: sur-poniente perímetro

La calle Regina inicia en la plaza de Regina y se extiende diagonal 20 de Noviembre. Longitud: 530 metros lineales hasta la calle Jesús María en Tipo de calle: Peatonal / comercialel sector de la Merced. Esta residencial calle fue construida durante Entidad encargada del proyecto: la época virreinal; su relevanFCHCDM Y AEP, 2008. Inversión: cia en el centro se debe a la 55 millones de pesos. ubicación en ella del templo y el Ex convento de Regina Coeli (mismos que le dan su nombre) construidos en la esquina con la calle Bolívar durante el siglo XVI.

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EX PL OR A CI ON E S U R B A N AS

A CHCDM entre calle Bolívar y la

En una encuesta que la Autoridad del Centro Histórico (ACH) realizó en el año 2007, los vecinos calificaron a Regina como una calle “desagradable para vivir”, pues era un espacio que se encontraba profundamente deteriorado a causa del ruido, la falta de mantenimiento y principalmente la inseguridad. Sin embargo, pese a los problemas sociales y ambientales, Regina se percibía como un espacio con gran potencial debido a la existencia de la Plaza, a sus numerosos residentes tradicionales, y a factores como la gran cantidad de viviendas desocupadas para nuevos vecinos, su incipiente


31 vida cultural, la riqueza homogénea de sus edificios (entre 20 de Noviembre y Bolívar, 15 de los 47 edificios están catalogados como monumentos históricos por el INAH), y su bajo flujo vehicular. Así fue como el entonces jefe de gobierno del Distrito Federal Marcelo Ebrad, propuso convertir a Regina en una calle peatonal, esto como parte de las iniciativas de recuperación del espacio público y de fomento de la movilidad “no motorizada” que se tenían contempladas dentro del plan de rescate de CH. Antes de Regina, las calles Gante, Motolinía y Palma conformaban una pedacería aislada de pasos peatonales en el primer cuadrante del centro; así que fue la calle Regina, el primer caso exitoso de un eje sin automóviles en esa parte de la ciudad. Las obras comenzaron en el año 2008 a cargo del FCHCDM y de la AEP, quienes convirtieron el espacio deteriorado en un resplandeciente andador peatonal con mobiliario urbano y arquitectura del paisaje. El proyecto que comprende la calle Regina entre Bolívar y 20 de Noviembre, la plaza de las Vizcaínas y la plaza de San Jerónimo, incluyó entre otras cosas la rehabilitación de 9.400 m2 de piso, la instalación de bancas y jardineras, el cambio de instalaciones técnicas, la restauración de fachadas, la iluminación arquitectónica para diez edificios, la construcción de pasos peatonales y reductores de velocidad, la instalación de un área de juegos infantiles y una cancha deportiva, y la renovación de la Plaza Regina. El 23 de octubre de 2008 se inauguró el Corredor Cultural de Regina comprendido por las calles de Izazaga, San Jerónimo, Mesones y Regina, e impulsado por la Universidad del Claustro de Sor Juana, el Colegio de San Ignacio de Loyola


32 Vizcaínas y Casa Vecina. Hoy en día, la calle tiene una atmósfera de barrio con cafeterías, bares y fondas que extienden sus mesas y sillas hasta el exterior. El cambio propició la gentrificación de la calle, al promover que maestros, artistas, intelectuales y jóvenes se mudaran para vivir, trabajar o estudiar en el sector. Regina fue una especie de laboratorio experimental, para emprender otros proyectos de peatonalización y de mejoramiento del espacio público como lugar de convivencia y de cuidado del patrimonio.

CORREDOR TOPACIO | TALAVERA | ALHÓNDIGA

Sobre el corredor peatonal: Ubicación: perímetro A CHCDM

La Merced es el barrio más antiguo del Centro Histórico, Pablo y Emiliano Zapata (Iglesia de fundado entre 1312 y 1318. la Santísima). Sus 106 manzanas cubren Longitud: 800 metros lineales un área de casi un kilómeTipo de calle: Peatonal / comercial tro cuadrado y concentran el Entidad encargada del proyecto: 40% de los edificios relevanFCHCDM, 2009. tes del Centro, lo que denota su importancia política, cultural e histórica. Se estima que un 45% de los inmuebles que se hallan en esta zona son catalogados con valor patrimonial, con edificaciones coloniales (de dos y tres niveles) y algunas de estilo barroco virreinal; además de conservar una trama urbana que ha permanecido sin muchas alteraciones desde el siglo SXVII. El barrio fue nombrado así por el conjunto religioso formado por la iglesia y el convento de Nuestra Señora de La Merced construido en el siglo XVII.

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EX PL OR A CI ON E S U R B A N AS

(Sector La Merced) entre calle San


33 La Merced es una de las zonas más pobladas del Centro por lo que tiene cierta vida de barrio. Desde hace siglos su vocación es comercial —principalmente por el mercado de La Merced— se caracteriza por una actividad intensa de carácter popular y por una gran pluralidad cultural derivada de numerosas migraciones nacionales y extranjeras. El haber sido durante varios siglos el principal centro de abasto de la ciudad y del país, hizo que esta zona presentara una compleja dinámica social marcada por la pobreza, la marginación y el deterioro. Históricamente, las intervenciones por parte del gobierno y de ciertos grupos de poder, han ido fracturando La Merced tanto social como simbólicamente: la partición jurisdiccional del barrio entre dos delegaciones políticas (parte poniente a la Cuauhtémoc y parte oriente a la Venustiano Carranza), la segmentación de la zona por importantes avenidas, las condiciones poco adecuadas del comercio, los programas de vivienda ejecutados sin atender la idiosincrasia local, el abandono gubernamental y las sucesivas crisis económicas; fueron agudizando dichas dinámicas, las cuales se tradujeron en la conformación de un sector bastante deteriorado (física y socialmente), pero a su vez con un gran potencial debido a su rico patrimonio cultural. Derivado de esta situación, el plan de rescate del CH, contempló dentro de su programa de recuperación del espacio público el sector de La Merced, con el fin de promover allí un proyecto integral con acciones vinculadas a sus dinámicas locales. Para esto, uno de los primeros proyectos impulsados desde el GDF fue la rehabilitación del Corredor Cultural Peatonal Alhóndiga-Talavera conformado por las calles Topacio, Talavera, Alhóndiga y Roldán. Las obras que iniciaron en el año 2009, incluyeron entre otras cosas el mejoramiento de los pavimentos, la adecuación de zonas verdes, la instalación


34 de luminarias con energía solar, la restauración de algunas fachadas y la construcción de pasos peatonales en los cruces viales. En contraste con otros corredores del Centro, éste no está concluido, ya que falta mejorar la iluminación, el mobiliario y que la Intendencia del CH termine de diseñar una estrategia de mantenimiento para la zona.

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EX PL OR A CI ON E S U R B A N AS

La intervención en La Merced además de atender las vialidades, incluye también la infraestructura y el equipamiento urbano de la zona. Hasta ahora, el FCHCDM ha intervenido las plazas de Roldán, Manzanares, la Aguilita y la plaza de la Santísima (ubicadas dentro del corredor); asimismo en el 2011 fue inaugurado el Corredor Peatonal del Niño Dios en la calle Talavera. En la actualidad se están adelantando los trabajos de restauración del ex convento de La Merced para convertirlo en el Centro Nacional de la Indumentaria, Diseño Textil y Música. La reciente puesta en vigor del Plan de Manejo de la Antigua Merced (el primero de corte zonal) por parte del FCHCDM y de la ACH, ha impulsado además de la renovación urbana, el desarrollo de una serie de proyectos culturales y sociales por parte de instituciones como la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, la Alianza Francesa, Casa Talavera y Patrimonio México; las cuales se han interesado en revalorar su patrimonio cultural local, y en preservar su identidad y su memoria colectiva. Todas estas iniciativas junto con las obras de remozamiento, han contribuido para convertir La Merced en un nuevo polo de atracción cultural en la ciudad.


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LA CALLE DE FRANCISCO I. MADERO

Sobre la calle Madero

L a c a l l e F r a n c i s c o I . Ubicación: perímetro A CHCDM Madero, debe su nomentre el Eje Central Lázaro Cárdenas y la plaza de la Constitución bre a un ex presidente y (Zócalo) uno de los personajes más Longitud: 800 metros lineales importantes de la RevoTipo de calle: Peatonal / comercial lución mexicana. Durante Entidad encargada del proyecto: la colonia esta calle tuvo AEP, 2010. tramos con nombres deInversión: 30 millones de pesos. rivados de los edificios allí Reconocimientos: VIII premio emplazados: San FrancisBienal Iberoamericana de Arquico, Profesa y Plateros, éste tectura y Urbanismo (BIAU) | Preúltimo porque el virrey mio Cemex Nacional e InternacLópez Díaz de Armendáional a la Accesibilidad | Premio riz dispuso en 1639 que Better Cities del Instituto Europeo allí debían congregarse del Diseño de Madrid | Premio Vivir Mejor en la Ciudad del programa todos los establecimienONU-Hábitat. tos dedicados al comercio de oro y plata (lo cual se mantiene en la actualidad).Madero es una de las principales vías de acceso al CH, siendo una de las calles más concurridas y transitadas desde la época colonial. Su traza se debe al español Alonso García Bravo y fue una de las primeras calles de la nueva ciudad española en ser trazada sobre las ruinas de la antigua ciudad prehispánica de Tenochtitlán. La calle comienza a partir del Eje Central Lázaro Cárdenas, como continuación de la Avenida Juárez y corre en sentido Poniente- Oriente conectando tres sitios emblemáticos de la ciudad: la Alameda Central, el Palacio de Bellas Artes y el Zócalo.


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EX PL OR A CI ON E S U R B A N AS

Además de funcionar como eje conector, esta calle fue históricamente un corredor comercial y de entretenimiento. Anteriormente cuando el centro era el barrio estudiantil de la ciudad se usaba entre los estudiantes el verbo “Maderear” que significaba “irse a la calle de Madero a ligar y disfrutar cuando los profesores faltaban a clases”. José Manuel Covarrubias, tesorero de la UNAM, quien estudió en la Escuela de Ingenieros, en lo que hoy es el Palacio de Minería, cuenta: “Íbamos a Madero a ver a las muchachas, a las señoras ricas que iban a comprar sus joyas, íbamos a comer salchichas y al cine Rex. Desde entonces era un centro de comercio y diversión” 20. Más adelante cuando la vida intelectual y cultural fue trasladada del Centro, la calle Madero fue perdiendo su vocación de paseo, al tiempo que su identidad comercial se limitó a las ópticas y joyerías. Por esta razón, cuando comenzaron los trabajos de recuperación esta calle fue una de las primeras en ser intervenidas debido a su gran valor histórico y comercial, y al ser la principal vía de acceso al Zócalo capitalino. En 2002 se efectuaron las primeras obras de rehabilitación de Madero. En un comienzo se trabajó en la seguridad y en el mejoramiento de los pavimentos, de ahí en adelante comenzaron a llegar masivamente nuevos transeúntes y visitantes que fueron desbordando la capacidad de las banquetas. Por casi un año el acceso vehicular se fue restringiendo gradualmente, hasta que en el año 2009 —en el marco de la celebración del Día del Peatón— el Gobierno del Distrito Federal se comprometió a peatonalizar la calle con el fin de brindar un sitio de encuentro seguro y accesible para todos los ciudadanos.

20 Tomado del artículo Madero. Por Vansssa Job, en km. Cero n°9. Recuperado de http://www.guiadelcentrohistorico.mx


37 En junio de 2010 comenzaron las obras de peatonalización las cuales se sumaron a los trabajos de las calles Gante y Motilinía (rehabilitadas en 1973) perpendiculares a Madero. Entre los trabajos que se hicieron se encuentran la iluminación arquitectónica de los edificios patrimoniales circundantes, la instalación de mobiliario urbano y jardineras en los laterales, la adecuación de pisos de mármol y la construcción de reductores de velocidad en los cruces vehiculares. El proyecto finalmente se inauguró el 18 de octubre de 2010 y desde entonces esta calle se ha convertido en un corredor turístico, cultural y comercial, así como en un sitio de convivencia y encuentro en el centro de la ciudad.

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Calle Regina

CONTEXTO URBAN O

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EX PL OR A CI ON E S U R B A N AS

INTERVENCIONES ARTÍSTICAS

JA RDÍN VERTICAL JA RDÍN IN FAN TIL

EL PO RTAL


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CONFORMACIÓN FÍSICO ESPACIAL

Calle de Regina / longitud 530m Callejón de Mesones

USOS DEL SUELO

MOBILIARIO

1

Bancas: 44

Árboles existentes: 38

SECCIÓNTRANSVERSAL TIPO

Banca escultura

2

Jardín radial (Casa Vecina)


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Corredor TopacioTalavera-Alh贸ndiga

EX PL OR A CI ON E S U R B A N AS

CONTEXTO URBAN O


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CONFORMACIÓN FÍSICO - ESPACIAL

Eje Topacio-Talavera-Alhóndiga/ longitud 800 m Calle peatonal Roldán

USOS DEL SUELO

MOBILIARIO

1

2

3

Esculturas

Bancas: 18

Árboles existentes: 62

Jardineras: 6

SECCIÓNTRANSVERSAL TIPO

Escultura del Aguilita devorando la serpiente que simboliza la fundación de la ciudad prehispánica de Tenochtitlán

Esculturas del Niño Dios ubicadas sobre calle Talavera entre Rep. del Salvador y Rep. de Uruguay

Escultura de Alonso García Bravo, soldado español que realizó la traza de la ciudad de México.


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EX PL OR A CI ON E S U R B A N AS

Calle Madero

CONTEXTO URBAN O

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CONFORMACIÓN FÍSICO - ESPACIAL

Calle Madero/ longitud 700 m Calles peatones Gante y Motolinía

USOS DEL SUELO

MOBILIARIO

Bancas: 12

Jardineras: 27

SECCIÓNTRANSVERSAL TIPO



Relatos del espacio “Tan necesarias como el agua o el aire que se respira, las calles son los corredores del alma y de las oscuras trayectorias de la memoria”. Paul Virilio. Ciudad pánico, 2005.

Mural edificio El Portal. Calle Regina, Ciudad de México. 2013.| Lorena Carmona M.


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RELATOS DEL ESPACIO

L

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a mayoría de personas recorremos a diario la ciudad sin apenas inmutarnos, sin tener consciencia del desplazamiento automático que nos lleva de un lugar a otro, a merced de los flujos masivos que hay en ella. Caminamos por sus calles absortos en nuestros propios pensamientos y en nuestra tediosa cotidianidad; y así, nos perdemos de una serie de acontecimientos que sin ser muy exagerado, podrían darle un nuevo sentido a nuestras vidas, y a nuestra forma de percibir y de relacionarnos con la ciudad.


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REL ATOS DE L E SPAC IO

Las calles son un centro de operaciones espontáneas, “el perfecto lugar para que ocurran accidentes”. Habitar una calle implica siempre el inicio de una aventura, una experiencia en la que puede producirse un encuentro inesperado, una escena insólita o la revelación de un objeto jamás visto. Sin embargo, en la vida cotidiana recorremos estos espacios sin prestar atención a los detalles, a los símbolos, las huellas, los rastros urbanos que forman un conjunto de mensajes encriptados e invisibles a la espera de ser descubiertos. Caminar por las calles en el sentido baudelaireano implica experimentar estos espacios como un laboratorio donde surgen operaciones, relaciones, interconexiones y flujos, sobre los que hay que hacer un trabajo posterior de interpretación con el fin de absorber su naturaleza, de otorgar nuevos sentidos y de cuestionar sus realidades. Se trata de encontrar un medio a través del cual poner al descubierto esas grietas, esos intersticios que atraviesan las calles, las complejizan y las enriquecen, y que están ahí levitando a la sombra de la estructuración y la ordenación cartesiana que a simple vista predomina en ellas. Se podría decir que la experiencia del paseo y la deambulación por las calles, puede ser traducida e interpretada a través de los relatos, entendidos como formas de creación artística y de cuestionamiento crítico que supera la observación pasiva y permiten por lo contrario flexibilizar, invertir y reflexionar la ciudad. Michel De Certau (2010, p.127) considera que “Todo relato es un relato de viaje, una práctica del espacio [...] Los relatos cada día atraviesan y organizan lugares, los seleccionan y los reúnen al mismo tiempo, hacen con ellos frases e itinerarios. Son recorridos de espacios”. Los relatos efectúan un trabajo que transforma los lugares en espacios o los espacios en lugares, son trabajos artesanales hechos con los vestigios encontrados en el mismo acto de recorrer.


49 Toda narración de un espacio recorrido produce acciones y lugares (se construye el recorrido al mismo tiempo que los pies lo ejecutan); la lectura es el espacio producido por la práctica del lugar que constituye un sistema de signos: un relato. Por esta razón, se considera el recorrido como un speech act; es decir, un acto de enunciación del espacio. Dichas narraciones según De Certau se traducen en dos tipos de descripciones: el recorrido (tour), entendido como una serie discursiva de operaciones y el mapa, visto como el asentamiento totalizador de las observaciones. Estos dos tipos de lectura interactúan entre sí y conforman la estructura del relato de viaje, compuesto por la relación de dos lenguajes uno simbólico y otro antropológico. Mientras que el recorrido muestra un itinerario o la acción del caminante, el mapa tiene como función indicar el efecto obtenido mediante el recorrido, un dato que postula, una posibilidad o una observación. La relación con la ciudad se intensifica en la medida en que se le da un carácter re“Sin duda alguna los procesos del capresentacional, cuando minante pueden registrarse en mapas se hace una reflexión urbanos para transcribir sus huellas y sobre las formas de sus trayectorias. Pero estas sinuosiapropiación, usos, y dades en los trazos gruesos y en los marcas que se van demás finos de su caligrafía remiten sojando en sus diferentes lamente, como palabras, a la ausencia espacios, y que posibide lo que ha pasado. Las lecturas de litan la comprensión recorridos pierden lo que ha sido: el de sus estructuras más acto mismo de pasar. La operación de profundas. Sin embarir, de deambular, la actividad de los go, sobre esta conditranseúntes se traslada a los puntos ción De Certau (2010) que componen sobre el plano una líidentifica lo siguiente: nea totalizadora y reversible” (p.109)


50 De Certau considera que la huella (el mapa) sustituye la práctica del espacio. Para él es imposible fijar en la imagen de un solo lugar la acción del caminante, como arboles de acciones en movimiento que bullen de un sitio a otro y transforman la escena; en este sentido, considera que si pese a todo se necesitara una ilustración de dicha actividad, serian entonces necesarias las imágenes- tránsitos.

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REL ATOS DE L E SPAC IO

La trashumancia retorica del caminante arrastra y desvía los sentidos propios del urbanismo; es un vagabundeo de la semántica producido por masas que desvanecen la ciudad en ciertas de sus regiones, la exageran en otras, la dislocan, la fragmentan y apartan de su orden no obstante inmóvil. Para De Certau esta diversidad indefinida de las operaciones enunciadoras del caminante no se sabría reducir a una huella gráfica, por esta razón propone el relato como forma de representación del recorrido, como práctica del espacio. Para él, “allí donde el mapa corta el relato atraviesa”. Estas consideraciones que plantea De Certau, son pues una invitación a construir los propios textos urbanos (relatos), a ocupar el espacio de manera inventiva para así permitir desbloquear posibilidades latentes, con las que jugar a proyectar y representar la calle o la ciudad. La vida cotidiana toma textos escritos y construye relatos, lee mapas e imagina recorridos, encuentra lugares y practica espacios, toma sentidos literales y abre caminos figurados que metaforizan el orden, construyen aventuras y le dan sentido propio. El discurso del caminante urbano, sus relatos, crean historias, inventan espacios y abren las calles a una multitud de nuevas posibilidades, sentimientos y experiencias.


51 PRÁCTICA 1: RELATOS DE CALLES EN LA CIUDAD DE MÉXICO

Los Relatos de calles en la Ciudad de México, presentan mediante la construcción de un relato narrativo y gráfico los resultados obtenidos en los recorridos y observaciones en campo de las tres calles de estudio. Se trata de construir una lectura perceptual del espacio (de manera personal) con el fin de identificar esos aspectos de la calle que en ocasiones parecen ocultos a simple vista y que a fin de cuentas son quienes le dan sentido e identidad. En los relatos se pretende narrar y mapear aspectos como el espacio físico de las calles, las densidades, los tránsitos, las actividades y expresiones sociales, los usos, los personajes, y algunas situaciones específicas de cada calle. Los relatos metodológicamente están organizados a partir de la segunda y tercera fase del método etnográfico correspondiente a los registros observacionales y las entrevistas o charlas abiertas con algunos vecinos, usuarios y entidades; los cuales fueron sintetizados en una serie de textos y esquemas gráficos (a manera de collage) construidos con mapas, fotografías y dibujos. Adicional también se utilizaron algunas otras fuentes de información como videos y grabaciones de voz tomados directamente de las calles, así como algunos artículos periodísticos. 21

« 21 La Información de los artículos periodísticos fue extraída de la revista Km. Cero, en http://www.guiadelcentrohistorico.mx


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REGINA, CORREDOR CULTURAL

La calle de Regina se percibe a simple vista como un espacio que conserva un espíritu y una atmosfera de barrio tradicional, como lugar donde aparecieron los primeros mesones y fondas. Sin embargo, luego de su rehabilitación, esta calle tomó nuevos rumbos al convertirse en uno de los polos culturales más atractivos del CH; esto, debido a la ubicación en ella de una serie de instituciones dedicadas a la promoción cultural.

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REL ATOS DE L E SPAC IO

Hoy en día, por el corredor de Regina sus vecinos pasean plácidamente, a la vez que conviven con grupos de jóvenes, músicos urbanos, artistas y promotores culturales que poco a poco hacen suya esta calle como lugar de encuentro y medio de expresión. En sus edificios —que antes eran grandes casonas dedicadas algunas de ellas a imprentas, tintorerías y sastres— ahora funcionan bares, restaurantes, hostales y espacios culturales donde convergen diversas manifestaciones artísticas. Regina es uno de esos lugares mágicos del centro donde confluye lo moderno con lo clásico: donde las fondas, pollerías y tiendas de abarrotes se defienden amigablemente del bullicio de los jóvenes paseantes, donde la imprenta o la tintorería parecen piezas de museo, y donde los vecinos han ido encontrando poco a poco esa nueva condición de caminantes. Se dice que recorrer a pie una ciudad, es iniciar una aventura donde puede encontrarse un objeto inesperado y fantástico. Esto aplica definitivamente para el visitante de Regina; una calle que se percibe diferente y cambiante, pues cada paso por ella conlleva siempre a una toma distinta y con un significado propio.


53 El andador de Regina inicia en el antiguo templo de Regina Coeli, un edificio de estilo barroco cuyas dimensiones actuales aun recortadas, esbozan la presencia que tuvieron los conventos virreinales en la ciudad. Adjunto, se encuentra el hogar de ancianos Concepción Béistegui, un predio que fue parte del convento fundado en el siglo XVI por monjas concepcionistas. En frente de ambos edificios se ubica la Plaza de Regina, un espacio abierto que acoge parte de la calle con amplias zonas verdes, vegetación profusa y mobiliario, que funciona como un oasis para descansar, platicar y hasta para una cita amorosa. Al terminar la plaza se encuentra una de las intervenciones que más llama la atención de esta calle: El jardín vertical ubicado en la fachada norte de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Este jardín, inaugurado en 2012 y apoyado por Garnier,Verde Vertical, la Secretaría del Medio Ambiente y la Universidad, tiene una extensión de 400 metros cuadrados conformados por 250 tipos de plantas endémicas mexicanas. El muro además de los beneficios ambientales, detona nuevas perspectivas y escenarios en la calle. Muestra de ello son las bicicletas y triciclos colgados en su estructura, que invitan a los transeúntes a rodar al cielo con la mirada, y por qué no, con la imaginación. Casi en frente del jardín y como parte del mobiliario de la calle, se encuentra una de las sillas que hicieron parte de la exposición Diálogo de Bancas realizada en 2006 en el Paseo de la Reforma. De las 71 piezas creadas por diseñadores y arquitectos, en el 2009 el FCHCDM adquirió 56, dos de ellas fueron instaladas en la calle Regina: la silla de estilo vintage y una silla roja ubicada en la zona de bares. Estas bancas- esculturas que reúnen belleza y utilidad, sirven para


54 todo: una siesta, unos besos, mirar a la gente, escuchar música, tomarse un respiro, leer un libro, comerse un helado y hasta para tomarse una foto. Pasando Isabel la Católica, la calle, que hasta ese momento parecía depender de la propia vida del barrio en un contexto doméstico y muy cotidiano, comienza a transformarse en un organismo mucho más vivo, dinámico y bullicioso. Los usos comienzan a diversificarse atrayendo con ello nuevos visitantes que incrementan la densidad. Casi en la mitad de la cuadra sobresale el jardín infantil que hizo parte de las obras de rehabilitación. Su fachada está ambientada con un mural de coloridas caricaturas titulado: “Sueño de una tarde de domingo en el callejón del cuajo”, que con la familia Burrón de Gabriel Vargas hace homenaje al trabajo de Diego Rivera, a través de la parodia de su obra “Sueño de una tarde Dominical en la Alameda Central”.

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En frente del jardín se encuentra ubicada otra de las sillas pertenecientes a la exposición Dialogo de Bancas; sin embargo, más allá de sus particularidades estéticas, esta banca tiene un interés especial debido a que en los últimos años se ha convertido en el punto de encuentro de un grupo de tejedoras y bordadoras que durante horas intercambian puntadas, risas y penas. Ellas se reúnen tres veces a la semana, y se ubican en varias partes de la calle (donde haya sombra y un lugar cómodo para sentarse). En la esquina con el callejón de mesones se encuentra uno de los centros culturales más importantes del sector: Casa Vecina. Este espacio que hace parte de la Fundación del Centro Histórico, nació con el propósito de ayudar a la revitalización del área sur poniente del centro, a través de ac-


55 ciones orientadas a la gestión de proyectos que vinculan el arte y la cultura, con la sociedad y la comunidad. Entre sus proyectos se encuentra el Taller de Microurbanismo, una plataforma para experimentos urbanos vinculados a las dinámicas locales. Este taller ha sido uno de los principales gestores de algunas de las intervenciones más importantes de la calle Regina, entre ellas destaca el diseño de un prototipo para las tejedoras que busca mejorar sus condiciones de trabajo en el espacio público (en proceso). Y el jardín radial de Jerónimo Hagerman, una instalación artística itinerante compuesta por plantas de bambú y helechos, que asemeja las agrupaciones moleculares de líquenes y moho. El jardín que inicialmente fue diseñado para el contexto del Atrio de San Francisco, fue instalado en otros espacios del centro, hasta finalmente quedar ubicado en las inmediaciones de Casa Vecina; quienes en colaboración con vecinos y comerciantes le han dado mantenimiento, a la vez que lo han ido rotando por el espacio para crear con esto nuevas perspectivas y experiencias para los transeúntes. Este jardín funciona como una especie de extensión doméstica que propicia tenues cambios para generar diversas dinámicas entre el espacio y los usuarios. Justo a la altura de Casa Vecina se concentra el área comercial de bares, cafés y restaurantes, con su amplia oferta gastronómica que va desde una modesta fonda o mezcalería, hasta un restaurante vanguardista. La mayoría de los comercios tienen terrazas con mesas y sillas que salen a la calle. Estos lugares son los más buscados por los jóvenes visitantes quienes los usan como punto de encuentro y reunión con amigos, o como espacio para apartarse del tránsito y observar la actividad callejera. El comercio llena de dinamismo y vitalidad a la calle; la vida social aparece de forma espontanea y muy diversa: vendedores ambulantes que ofrecen todo


56 tipo de productos complementarios, músicos urbanos que ambientan las charlas y las comidas, mobiliario que se agrupa para recibir más usuarios, y finalmente una concentración de caminantes y comensales en busca de actividad social.

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En medio de esta zona hay un elemento que siempre llama la atención, se trata del edificio El Portal; un predio abandonado y catalogado como de alto riesgo, cuya fachada ha cobrado vida gracias a las intervenciones de un grupo de artistas que periódicamente hacen arte efímero en sus tablones. Este espacio cultural llamado El Portal, funciona bajo un esquema de colaboración entre artistas plásticos, empresarios, vecinos y el gobierno: el FCH financia la producción de las obras, la Hostería La Bota (ubicada en la calle San Jerónimo) aporta la curaduría, y los vecinos de Regina aprueban las propuestas. La idea de este mural es otorgarle cierta personalidad a la calle, además de suscitar nuevas formas de habitar el espacio público, de incrementar el vínculo social y de ofrecer alternativas para relacionarse con el arte contemporáneo. Pasando la calle 5 de febrero, y en lo que corresponde a la última cuadra del andador, además de las fondas típicas que logran convertir el espacio de la calle en un gran comedor comunitario, en el que se ofrece lo mejor de la comida local; está ubicado otro de los cetros culturales importantes de Regina: el Museo Casa de la Memoria Indómita. Un proyecto inaugurado en 2012 que funciona como medio de protesta social, a través de una exposición permanente que narra el proceso de persecución política y desaparición forzada practicado durante la Guerra Sucia. Con este último espacio se cierra la actividad cultural del corredor, solo quedan algunos comercios aislados y aparece nuevamente la vivienda en los pisos superiores.


57 Al finalizar el recorrido, se podría decir que como en todo laboratorio, Regina tiene una mezcla de ingredientes e ideas que dan forma a un experimento de convivencia ciudadana entre vecinos, artistas y gestores culturales; un espacio que en cada rincón sorprende con gratos hallazgos, estupendas emociones, recuerdos e historias. Su entorno, lleno de color y diversidad, se percibe como un gran collage urbano que no es otra cosa que la expresión de la convivencia y la construcción colectiva en ella; un magnífico ejemplo que demuestra que para desarrollar nuevas experiencias públicas, solo se necesita tener sentido crítico, voluntad y mucha creatividad.


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CORREDOR TOPACIO | TALAVERA | ALHÓNDIGA, ENTRE EL COMERCIO, LA TRADICIÓN Y LO POPULAR

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En el siglo XVI la Ciudad de México (lo que ahora corresponde al Centro Histórico) fue creada con base en tendencias humanistas que indicaban que cada dos o tres calles debía haber una plaza para que la gente pudiera descansar y reunirse. Es así como el CH alberga un archipiélago conformado por un total de 56 plazas que acogen los cariños de los enamorados, ampara a los transeúntes, son comedor para los trabajadores y patio de recreo infantil, salón de lectura, paseo para las mascotas y con frecuencia, dormitorio de indigentes. Bajo esta condición, el corredor peatonal comprendido por las calles Topacio,Talavera y Alhóndiga, presenta una particularidad especial: es un eje comercial que conecta —como un rosario— cuatro plazas de gran valor histórico y cultural para el centro: la Plaza Juan José Baz, la Plaza Alonso García Bravo, la Alhóndiga y la Plazuela de la Santísima. El andador comienza en la calle Topacio esquina con San Pablo (una avenida especializada en la venta de bicicletas), donde se dejan entrever los primeros locales comerciales dedicados a la venta de juguetes, papelerías y ropa. La calle remata en la plaza Juan José Baz, o más conocida como “La Agilita”, un espacio que debe su nombre a una creencia popular forjada por los pobladores del barrio, de ser el lugar donde los aztecas encontraron el águila posada en un nopal devorando a la serpiente; una señal que indicaba la fundación de la ciudad prehispánica de Tenochtitlán. El nombre oficial de la plaza, Juan José Baz es del funcionario liberal que en 1861 dirigió la destrucción de los conventos de Santo Domingo,


61 La Concepción y La Merced; sin embargo, su nombre original fue el de la Aguilita, de ahí la escultura del águila ubicada en el centro de la misma, y de la reciente construcción de una isla de bancas decoradas con azulejos, que muestran la evolución iconográfica del águila en el escudo nacional. Históricamente la plaza fue utilizada como estacionamiento de camiones de carga y los predios aledaños como bodegas; en los últimos tres años tras las obras de rehabilitación, esta ha ido recuperando su carácter como lugar de descanso y punto de reunión de los diableros22 que trabajan en la zona. También es un espacio utilizado para la instalación temporal de juegos infantiles, para el desarrollo de eventos comunitarios y como comedor comunitario gracias a la ubicación de algunas fondas tradicionales en los predios circundantes. Al terminar la plaza, continúa el corredor peatonal esta vez bajo el nombre de calle Talavera. Su nombre proviene de una casa de estilo barroco virreinal construida en el siglo XVII, que perteneció al marqués de Aguayo, en la que se estableció la primera fábrica de cerámica mayólica del país conocida como talavera. Luego de ser usada como almacén para la venta de verduras, vecindad, vivienda de indigentes y bodega; en 1989 fue restaurada y actualmente es un museo de sitio y centro cultural de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, dedicado al fomento del arte y patrimonio de La Merced, al apoyo de grupos vulnerables del sector (diableros y sexoservidoras), y a la apropiación comunitaria del espacio público. El trabajo del Centro Cultural Casa Talavera ha influenciado ampliamente la vida callejera del andador; su actividad creativa se ha extendido por los rincones del barrio, reconociendo su entorno y permitiendo que sus habitantes tomen la palabra. La calle ha sido utilizada como uno de los principales espacios para promover nuevos 22 Diableros: Personajes que trabajan acarreando mercancías, los cuales utilizan un “diablo” como vehículo de transporte.


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mecanismos de convivencia a través del desarrollo de eventos, instalaciones artísticas y talleres que dan a conocer la vida del barrio La Merced. En el CH la vocación comercial ha resistido como ninguna otra el paso de los siglos; hoy en día, esta zona es uno de los principales centros de comercio popular del país, en el que se puede encontrar todo tipo de productos y servicios que van desde los más tradicionales hasta los más modernos. Esta condición no es ajena a la calle Talavera, que en las últimas décadas se ha ido especializando en el comercio de Niños Dios, como parte de una verbena popular celebrada durante el mes de enero, la cual finaliza el 2 de febrero con la fiesta de La Candelaria. Esta actividad que empezó en el mercado de La Merced (hacia 1945) y que luego continuó en la calle Talavera con cuatro familias de comerciantes, hoy en día se ha convertido en el “Corredor del Niño Dios”, una calle especializada en la venta de esculturas, vestimentas, accesorios, canastas, velas, y todo lo relacionado con esta tradición religiosa, que sin duda alguna ha marcado la identidad de la calle y de alguna manera hasta su entorno físico. Con los trabajos de rehabilitación del eje peatonal, desde el Gobierno del DF se impulsó la adecuación del corredor con el fin de impulsar la actividad comercial de los 1,500 productores establecidos en la zona. Para esto se instalaron una serie de esculturas de Niños Dios provenientes de varios países, así como algunos altares improvisados, mobiliario urbano y jardineras, que configuraron un espacio más propicio para el comercio, a la vez que se dio a conocer a los visitantes una de las tradiciones culturales y religiosas más importantes del barrio y del país. Al finalizar la calle se llega a la segunda plaza del corredor, la Plaza Alonso García Bravo. Este espacio acoge varios edi-


63 ficios y símbolos importantes de la historia y la arquitectura de la ciudad; entre ellos destaca el claustro del Ex Convento de Nuestra Señora de La Merced, el conjunto conventual más opulento del Virreinato de estilo mudéjar y declarado Monumento Histórico en 1932; y la escultura de Alonso García Bravo (mismo que le da el nombre a la plaza) un soldado español que fue el encargado de hacer la traza de la Ciudad de México entre 1521 y 1524. Sin embargo, más allá de estas marcas históricas, la Plaza destaca por su particular e inusual actividad. En este lugar, en el que hasta hace algunos años había un mercado de chiles secos y semillas, hoy en día funciona lo que podría llamarse un “spa urbano”. Entre puestos de películas, videos, ropa y un mercado de comidas típicas, hay un tianguis permanente que es algo así como la Meca de la “eterna juventud” especializado en la aplicación de tratamientos estéticos como uñas de fantasía, extensiones de cabello, planchado de cejas, rizado de pestañas, cortes de cabello, depilación y mascarillas, de ahí su nombre popular de “Plaza de la Belleza”. Los precios, más bajos que los de un salón de barrio, atraen tanto a mujeres como hombres que visitan la plaza para darse uno que otro retoque. Según los mismos comerciantes, dicen que a una hora pico del sábado (el día más concurrido) hasta 100 personas pueden estar aplicándose tratamientos simultáneamente. La plaza funciona como un punto laboral y comercial muy importante en el sector, y su uso especializado hace que sea un lugar con gran cantidad de visitantes provenientes de diversas zonas de la ciudad. Siguiendo con el recorrido, más allá de la plaza el comercio de productos estéticos se extiende hacia la calle Alhóndiga, en un sector conocido como “el callejón de los milagros o de la belleza”. La historia de esta calle se remonta a la Colonia, cuando en 1573 se construyó el granero o alhón-


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diga, que sigue en pie y da nombre a la vía; sin embargo, su vocación de capital estética fue adquirida en los años ochenta cuando llego la primera tienda de productos de cuidado personal: la perfumería Miss Universo (actualmente La Belleza). Posterior a esto fueron llegando más comerciantes hasta que hace unos cuatro años se comenzaron a hacer los tratamientos en la calle y así el fenómeno se extendió a unos 23 negocios cuando la vía se volvió peatonal. Por Alhóndiga equipos de escultores de belleza se disputan a los cientos de clientes que visitan diariamente la calle; se puede llegar a las 10 de la mañana desarreglada y salir unas horas después con una cabellera más larga, pestañas kilométricas y manos decoradas; por eso “le dicen el callejón de los milagros, porque entran feas y siempre salen guapas”. A lo largo del corredor hay unos 10 pequeños “salones al aire libre” (la mayoría de ellos extensiones de las tiendas) conformados por una sombrilla, bancos y en algunos casos hasta camillas, todos equipados con los mejores productos para embellecer a cuanto transeúnte se deje seducir. Siguiendo por esta misma calle y atravesando corregidora, se llega a la tercera plaza del corredor peatonal, la discreta Plaza Alhóndiga. En este punto la calle deja de ser un agitado centro de compras para peluqueros y estilistas, y recupera su carácter de barrio tradicional como lugar de descanso, patio de recreo, comedor al aire libre y hasta residencia temporal; un espacio colectivo en el que conviven diversos grupos sociales entre boleros, vendedores ambulantes, indigentes, compradores y visitantes. En Alhóndiga se pueden observar las construcciones austeras y sólidas de los primeros siglos de la época colonial, además de algunos hitos emblemáticos como el Puente de Roldán que durante la colonia


65 y hasta finales del siglo XIX fue el principal puerto interior de la Ciudad de México, donde paraban los vendedores de los tianquixtli (tianguis) para surtirse de granos. En esta plaza desemboca otro de los corredores peatonales del sector: la calle Roldán, un antiguo, complejo y sofisticado embarcadero que remataba en el ancestral barrio indígena de Teopan. La falta de armonía en su ancho y la no alineación de sus edificios recuerdan que esta calle fue durante cierto tiempo la acequia madre que alimentaba buena de la ciudad, donde arribaban cientos de trajineras que atravesaban los lagos de la cuenca de México para descargar en abundancia flores, frutos y hortalizas. Esta calle-embarcadero ha sido a través de los siglos un sitio de encuentro de familias de orígenes diversos, y de comercios tradicionales como cremerías, pulquerías, chilerías, cafeterías y abarrotes, que han forjado el generoso carácter de esta vía, y han hecho coincidir y convivir en un solo punto la tradición más original de La Merced con la modernidad. Finalmente en la última cuadra del corredor que cambia de nombre a calle de la Santísima, aparecen de nuevo una gran cantidad de locales de ropa, zapatos y fondas tradicionales (en las primeras plantas) que se mezclan con una marea de comercios ambulantes (tipo paracaídas), los cuales convierten la calle en una especie de escaparate urbano. En la esquina con la calle Soledad, se ubica una de las particularidades del corredor: los altares dedicados a San Judas Tadeo y a la Santa Muerte, que marcan el espacio de la calle como lugar de culto para expresar algunas de las tradiciones y festividades más importantes de la cultura popular del barrio. Al final de la calle se encuentra la plazuela y el Templo de la San-


66 tísima Trinidad, uno de los mejores ejemplos del barroco mexicano de estilo churrigueresco. Los desniveles de casi tres metros de la plaza, se deben a los hundimientos del suelo que antes fue un lago; este “deprimido” que recientemente fue renovado, tiene una serie escalinatas que sirven como zona de estancia, además de un concurrido puente que comunica las vialidades de oriente a poniente.

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Una vez terminado el recorrido por este andador, se podría decir que aunque lejos de la abundancia que caracterizó a La Merced cuando era el principal centro de abasto del país; las calles de Topacio, Talavera y Alhóndiga, son un escenario del paso constante de cargadores, diableros, comerciantes, visitantes y habitantes de las vecindades, que dan muestra de la vida cotidiana de este antiguo barrio de la ciudad. Un lugar caracterizado por los rezos y el trabajo, lleno de fascinantes espacios, nobilísimas historias, exuberantes tradiciones, y oficios añejos que han perdurado hasta el día de hoy.


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MADERO, EL ESPECTÁCULO URBANO

Caminar hoy en día por la calle Madero implica hacer uso de aquel verbo que los estudiantes de los años cincuenta empleaban: “Maderear”. Una acción que promete el hallazgo de antiguos templos, hermosos edificios patrimoniales, modernos cafés, restaurantes, librerías, tiendas y ópticas; y por supuesto los legendarios centros joyeros. Sin embargo, más allá de los propios edificios que acompañan esta calle, la experiencia de recorrerla se dispara con la propia actividad artística y cultural que se despliega en su interior.

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El Corredor Peatonal Madero inicia en el cruce con el Eje Central donde una gran avalancha humana que converge de los flujos provenientes de la Alameda y la Av. Juárez, descarga toda su fuerza sobre la boca de entrada a la calle. Justo en esa esquina donde ambas vialidades se interceptan y en lo que parece un gran caos de gente que va hacia todas las direcciones, aparece como un soldado de plomo la emblemática Torre Latinoamericana (primer rascacielos de la ciudad construido en los años cincuenta) que con sus 140 metros de altura ofrece en su mirador una vista fantástica del centro y de la calle Madero, que desde esa distancia parece más un río de pequeñas hormigas en movimiento. Sobre las escalinatas de acceso a la Torre y al edificio del Consorcio aparecen los primeros “personajes urbanos” de Madero; un grupo de superhéroes sacados de los comics de ciencia ficción que dan la bienvenida a los transeúntes, a la vez que invitan a niños, jóvenes — y porque no— adultos, a sacarse una fotografía en esa gran “escenografía” en la que hoy en día se ha convertido la calle. En frente de la Torre se


69 encuentra también la Casa de los Azulejos; un antiguo palacio cuya fachada —que da muestra de ser una de las joyas más bellas del barroco novohispano— sirve como telón de fondo a un grupo de músicos que todos los fines de semana sirven a los visitantes con buena música jazz y rock. Más adelante y contiguo a la Torre, aguarda silencioso el Templo de San Francisco El Grande, cuyo atrio —un lote baldío— ha sido adecuado como una pequeña extensión de Madero; un espacio ajardinado y un tanto más tranquilo y silencioso, donde constantemente se llevan a cabo exposiciones al aire libre de escultura, fotografía o instalaciones artísticas. Esta plaza que fue abierta al público en el 2011, demuestra como el disfrute del arte es uno de los usos más contemporáneos del espacio público. Al salir nuevamente a la calle el espacio se percibe muy dinámico, la gente camina a ritmos y cadencias diferentes, hasta llegar a la primera intersección con una de las calles peatonales perpendiculares: la calle Gante. En este punto, la densidad de transeúntes —que ya se había dispersado en las primeras cuadras— vuelve a intensificarse, esta vez para presenciar y disfrutar de un segundo grupo de artistas callejeros. Mimos, músicos, botargas, bailarines y esculturas vivientes, conquistan momentáneamente la atención de los transeúntes, quienes a cambio de una moneda o de una simple sonrisa, disfrutan del espectáculo público a la vez que conviven con otras personas desconocidas. Este punto de intersección da muestra de que la actividad en la calle no solo se reduce al tránsito; ya que con pequeños cambios en el espacio como los usos comerciales de los edificios circundantes o la presencia de ciertos focos de atracción, la calle puede convertirse más allá de un espacio de circulación, en un lugar de encuentro y de interacción social.


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Siguiendo con el recorrido, el transeúnte se da cuenta que esta calle tiene una condición muy particular: Madero es lo que podría llamarse “una gran vitrina urbana” donde se exhiben todo tipo de mercancías humanas y materiales. La arquitectura —mezcla entre lo viejo y lo moderno— aporta vitalidad y diversidad a la vida callejera; sus plantas bajas funcionan como salas de exhibición de productos y actividades que atraen a cientos de personas que buscan comprar algo, comer, o simplemente pasar un rato agradable en alguno de los bares y restaurantes, o en uno de los Centros Culturales como el Banamex, el MUMEDI o el Museo de Arte Popular del Estanquillo. Asimismo, Madero se percibe como un vacío desde el cual se puede apreciar la historia, la belleza y los detalles de los llenos que la acompañan, una gran diversidad de edificios —en su mayoría catalogados como patrimoniales— aportan a esta calle un carácter elegante e impactante. Así pues, recorrer Madero es casi como caminar por un museo público en el que se puede apreciar desde las más exquisitas joyas arquitectónicas, hasta los más hilarantes personajes urbanos. Justo en la mitad del recorrido aparece el segundo cruce importante de Madero, esta vez con la calle peatonal Motilinía. En este punto nuevamente se concentra una gran cantidad de transeúntes que se detienen para disfrutar del tercer grupo de artistas; entre ellos sobresalen “el Mago” que encanta con su show a cientos de niños y adultos, y algunos otros personajes sacados del cine y la música como el joven “Manos de tijera” que ofrece cortes de cabello gratis, y el “Michael Jackson mexicano” que entretiene con su baile al mejor estilo de los años ochenta. Sobre la calle Motilinía también se despliega una intensa actividad; esta vialidad que fue rehabilitada a petición de los vecinos, es un paseo verde que brinda sombra


71 a los paseantes y funciona como un corredor gastronómico y de entretenimiento. La calle la comparten tradicionales loncherías, cantinas, restaurantes, bares de jazz y rock, y tiendas de artículos médicos, ópticos y ortopédicos que recuerdan su antigua vocación. En la esquina con 5 de Mayo se ubica uno de los shows que más atrae la atención y admiración de los visitantes: un grupo de invidentes que tocan cumbias y rock and roll, y que con sus entonadas melodías ponen a bailar a todos los espectadores. Más adelante, sobre Madero y frente al templo de San Felipe Neri, se ubica todos los fines de semana una singular exposición que funciona a manera de protesta social sobre algunos de los temas más relevantes y actuales de la política y la economía nacional e internacional. Esta instalación improvisada, congrega a gran cantidad de espectadores que observan conmocionados los titulares y los llamativos montajes de personalidades públicas, que a veces con un tono grotesco y jocoso, llaman la atención sobre temas de interés para todos. Finalizando el recorrido por Madero, y al volver la mirada hacia el interior de la propia calle, se observa como la cantidad de transeúntes siempre es constante debido a la amplia oferta de actividades, y cosas para ver y hacer. Esta cantidad de visitantes provenientes de toda la ciudad, el país e incluso del extranjero, supera en gran medida las opciones que ofrece la calle; es así como a falta de espacio y mobiliario, se pueden ver jardineras usadas como comedores y estancias, o bordes de edificios, ventanas y escalones como bancas para sentarse a descansar y observar. En general el recorrido por esta calle está acompañado siempre por una horda de estímulos (sonidos, formas, colores, y mucha gente) que hacen de esta experiencia —diferente, inesperada y a veces ago-


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biante—un autentico laboratorio estético y social. Madero podría catalogarse como un gran espectáculo urbano que logra reunir épocas, tradiciones, estilos, usuarios, y actividades diferentes en un mismo lugar; donde el arte, la cultura y el entretenimiento sorprende a aquellos que han decidido salir a caminar la ciudad, para hacer parte de esta nueva raza o tipo de ciudadano que se ha logrado formar en sus espacios: “El Madereante”.


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Empecemos por los mapas. Pues incluso en los mapas hemos encontrado una manera de expresar nuestros sentimientos [...] Cada vez que inscribimos nuestro cuerpo en el territorio e imaginamos nuestra relación con él a través de la objetividad de los mapas, estamos en realidad ordenando, jerarquizando, ontologizando o desontologizando los otros cuerpos y los otros territorios. Emmánuel Lizcano. Metáforas que nos piensan, 2006.

Cartografías móviles Exposición obra “Constelación” del artista Antonio Castro. 131 Atrio de San Francisco. Calle Madero, Ciudad de México. 2014.| Lorena Carmona M.


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CARTOGRAFÍAS MÓVILES

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n mapa en su definición básica es una representación gráfica y métrica de un territorio generalmente hecha sobre un plano bidimensional, en la que se utiliza una simbología para presentar y sintetizar la información morfológica, geológica, histórica o estadística de este. Para el caso específico de la ciudad, en la actualidad contamos con varios medios de representación gráfica como Google Earth, Google Maps, los planos catastrales y los mapas de guías turísticas; los cuales proporcionan al ciudadano una serie de capas temáticas a base de planos cartesianos, fotografías satelitales y hasta recorridos virtuales, con las cuales se puede guiar a través de la ciudad.


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El problema con estos medios de representación es que se despliegan como realidades neutras y objetivas, que se limitan a hacer descripciones físicas y funcionales del espacio (configuración morfológica, usos del suelo, infraestructuras y medios de transporte), las cuales resultan insuficientes a la hora de ser confrontadas con la información empírica social de la ciudad; generando así una disociación entre la descripción del espacio físico y el uso del espacio, que influye directamente en la percepción y cognición que el habitante posee de la ciudad, y en consecuencia de la construcción simbólica y física que hace de ella. Frente a estas limitaciones se presenta un desafío: generar nuevas alternativas de representación de lo urbanoarquitectónico que no se limiten solo al espacio físico, sino que incluyan además la experiencia subjetiva de los procesos de uso y ocupación del territorio. Debido a que la experiencia en una ciudad no se puede sintetizar solo con los datos demográficos, estadísticos, socioeconómicos o morfológicos que comúnmente muestran los mapas urbanos; es necesario construir un esquema alternativo, capaz de unir tanto los elementos que dan forma al espacio como las configuraciones físico-espaciales, con los elementos que le dan vida al espacio, como las actividades, los usuarios, los significados y acontecimientos sociales. De este esquema alternativo, en el que se superponen ambas capas, surge un nuevo tipo de mapa: una cartografía socio-espacial, útil para localizar referencias en la ciudad de manera cartesiana y a su vez útil para generar un acercamiento real al ambiente urbano y a una posible comprensión de su complejidad social. Los mapas socio-espaciales se convierten en productos de la realidad urbana y no espejos de la misma; artefactos social-


79 mente construidos, que implican un cambio de mentalidad para dejar de observar la ciudad como un objeto abstracto, de edificios inertes y localizaciones estáticas, y empezar a experimentarla como una actividad humana concreta, compuesta por flujos activos que implican impresiones individuales, subjetivas y significativas. Este tipo de mapas pueden entenderse como un proceso continuo, abierto y sin final; nunca están completamente formados y acabados (están siempre en un continuo estado de mapeo), son siempre transitorios, emergentes, relacionales y dependientes del contexto en el que fueron construidos (son productos del momento). En ellos lo importante no es el mapa en sí, sino “la vida social del mapa”, la incorporación del potencial simbólico, de los subjetivo al gráfico bidimensional del espacio.

MAPAS SOCIO - ESPACIALES

Los mapas socio-espaciales constituyen una herramienta para analizar la relación individuo-ambiente. Algunos autores han propuesto diferentes metodologías o “tipos de mapas” los cuales hacen énfasis en diversos aspectos de su construcción y constituyen un punto de partida hacia la visualización de estos como medios eficaces para la representación y el análisis de los espacios urbanos. Los psicólogos ambientales Downs y Stea (2005, p.38) identifican en sus investigaciones un primer tipo de mapa, al que denominan mapa mental o cognitivo; definido por ellos como: “Aquel mapa producido por un individuo en el que se reflejan sus preferencias afectivas, simbólicas y significativas. Son transformaciones psicológicas a través de las cuales la gente adquiere, codifica, recuerda y decodifica información acerca de su medio ambiente espacial”. Por


80 su parte el arquitecto Amos Rapoport (1978, p.123) los define como: “Las imágenes mentales que la gente deduce de su medio físico y que afectan primariamente su comportamiento en el espacio”. Según estos autores, en los mapas mentales actúan tanto los elementos físicos del espacio, así como los valores y preferencias, los simbolismos, los significados, los aspectos socioculturales, el contexto, la congruencia entre forma y actividad, y hasta la seguridad que el individuo percibe e identifica del medio. La construcción de mapas mentales incorpora una variedad de estímulos principalmente derivados de la visión, aunque también intervienen los demás sentidos. Dichos mapas contienen elementos situados en el espacio y no situados, incluyen elementos lineales, puntuales y zonales, y a cualquier escala, y elementos temporales e inconscientes. La función principal de estos mapas es ayudar al individuo en el proceso de información, a relacionarse con el medio físico, recordarlo y a desarrollar un comportamiento. Existe otro tipo de mapa desarrollado por el arquitecto Isaac Díaz Landeros en su tesis de maestría sobre los espacios colectivos de transferencia “El mapa reflejo es esa condición titulada En tránsito. En de imprevisibilidad de la colectividicha investigación Díaz dad urbana al transitar la ciudad, (2012) aborda el mapa que denota acciones automáticas reflejo y lo define de la dentro de procesos mentales. Son siguiente forma: las conexiones entre múltiples con-

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ceptos activados por factores pro-

A diferencia del mapa mental que hace referencia a un diagrama, el mapa reflejo es un resul-

pios del entorno inmediato, que de forma inconsciente se generan en la mente y que le permite al transeúnte interactuar con el medio” (p.55)


81 tado automático de la fusión entre la experiencia física, y la interpretación mental (conexiones entre espacio físico, percibido, interpretado y practicado). Debido a que la movilidad en un determinado espacio aumenta la capacidad de reinterpretación espacial, generando así una multiplicidad vivencial del entorno con posibilidades de reconfiguración infinita, el mapa reflejo está supeditado a la inmediatez y a la espontaneidad de los acontecimientos urbanos y a la mutabilidad interpretativa del transeúnte. La diseñadora en comunicación visual Moniek Driesse en su tesis de maestría titulada Micrópolis identifica la importancia de la construcción de un mapa subjetivo megalopolitano, que incorpora no solo el modelo morfológico del territorio (elementos físico- espaciales) sino además la subjetividad de los procesos territoriales y los imaginarios que se proyectan sobre ellos. Para Driesse (2013, p.201) “La identificación espacial surge de un proceso dialéctico entre la dimensión física del espacio y el espacio que se crea mediante la experiencia, la interpretación y la acción de los usuarios en cada momento, en cada situación”. A medida que el ciudadano habita la ciudad, este va generando una red de significados subjetivos construidos a partir de sus mismas prácticas urbanas; en este sentido, es imposible tener una imagen o mapa neutral de la ciudad, ya que siempre estará cargado con todos los sentimientos, historias, experiencias, prácticas culturales y preferencias personales de cada uno de sus habitantes. De esta forma, de acuerdo a Driesse existen tantos mapas como habitantes diferentes en la ciudad. Finalmente se pueden identificar los mapas desarrollados por las vanguardias Surrealista y Situacionista, los cuales surgieron a raíz de sus deambulaciones por la ciudad. A partir de las deambulaciones surrealistas nació la idea de formalizar la


82 percepción del espacio urbano a través de unos mapas influenciales, (Las metagrafias influenciales) que también hicieron parte de la cartografía situacionista. De acuerdo a Careri (2002, p.87): “La intención era realizar unos mapas basados en las variaciones de la percepción obtenida al recorrer el espacio urbano, el comprender las pulsiones que la ciudad provoca en los afectos de los transeúntes”.

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En dos de las obras de Guy Debord, The naked city (1948) y Guide psychogéographique de Paris (1957) en las que se construye una serie de mapas psicogeográficos23; se invita al usuario a tomar la perspectiva de un caminante urbano, el cual investiga enigmas inscritos en la ciudad a partir de la valoración de sus contornos emocionales, la conexión entre el comportamiento humano y la geografía urbana, y como estos pueden ser transformados; una metodología a través de la cual se encuentra con la ciudad, en lugar de simplemente verla. Los mapas psicogeográficos estaban asociados a la visión de una ciudad liquida donde la figura de referencia es el archipiélago: una serie de ciudades isla inmersas en un océano vacio surcado por los errabundeos.

23 Los situacionistas representaban las derivas a través de “mapas psicogeográficos” en los que ilustraban los flujos de experiencias y vivencias en el espacio.


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Tomando como referencia las anteriores consideraciones, un espacio-movimiento como la calle donde todo permanece en un constante fluir, conformado por situaciones transitorias que se hacen y deshacen, presenta grandes complejidades a la hora de representar en el plano tanto su naturaleza social y espacial, así como la propia experiencia del aquel que la habita y camina por ella. A partir de esto, ¿será entonces posible representar un espacio- movimiento tan complejo como la calle?, ¿Existe una forma de registrar y totalizar en una imagen o esquema la experiencia del transeúnte? Francesco Careri identifica un tipo de mapa que tal vez podría adecuarse al tipo de representación que necesita la calle, así como de la experiencia que se tiene en ella: el mapa nómada. Careri (2002) define este mapa como: “Un vacio en el cual los recorridos

Debido a la ausencia de conectan espacios. Es un mapa que puntos de referencia esparece reflejar un espacio líquido tables el transeúnte dedonde los fragmentos llenos del sarrolla una capacidad espacio del estar flotan en el vacio para construir su propio del andar y donde unos recorridos mapa, su geografía sufre siempre distintos quedan señalados una mutación continua, hasta que el viento los borre” (p.42) se deforma en el tiempo en función del desplazamiento del observador y de la perpetua transformación del territorio. Ese vacío que representa el mapa nómada, no es un vacio como tal, sino un lleno de huellas invisibles donde cada deformación es un acontecimiento, un lugar útil para orientarse y con el cual construir un mapa mental dibujado con unos puntos (lugares especiales) unas líneas (recorridos) y unas superficies (territorios


84 homogéneos) que se transforman a lo largo del tiempo. Con base en lo anterior, se plantea aquí como una posible alternativa la construcción de una cartografía móvil, capaz de representar en el plano el espacio-movimiento de la calle. Esta cartografía responde a la necesidad de fijar espacio, tiempo y movimiento en un mapa, entendido este como el memorándum de una idea narrativa en movimiento. La cartografía móvil es la construcción de una imagen en procedimiento donde cada habitante va agregando nuevos trazos y capas hasta llegar a una composición ideal, una especie de poesía geográfica construida con base en frases y signos.

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A nivel metodológico, la construcción del modelo de cartografía móvil que aquí se propone presenta dos premisas fundamentales: La primera es que dicho mapa es el resultado de un acto individual. Un mapa es siempre “algo o alguien”, hecho por “algo o alguien”, que refleja en dicha construcción su propio contexto y preferencias personales; en este sentido, podrán salir tantos mapas como personas y experiencias espaciales tengan lugar en una determinada calle. La segunda hace referencia a que el mapa debe ser producto de un ejercicio perceptual del individuo mientras recorre el espacio. Una cartografía móvil deberá representar el movimiento del transeúnte en el espacio, partiendo de una serie de estímulos que van a ir modificando su percepción del espacio y en consecuencia irán transformando el producto terminado del mapa. Al unir estas dos características, el resultado de la construcción de una cartografía móvil será una lectura y una escritura del espacio en movimiento. Debido a que la percepción del espacio mientras se está en tránsito se da a través


85 de paneos o vistas fragmentadas de la realidad, el mapa móvil se presenta como una recopilación de imágenes a manera de collage, de todo aquello que se pudo experimentar, sentir y memorar durante el recorrido, y que en última instancia refleja la memoria espacial de quien viaja por la ciudad. Una serie de narraciones personales que se entretejen para crear un espacio formado a partir de las propias experiencias. PRÁCTICA 2: CONSTRUCCIÓN DE UNA CARTOGRAFÍA MÓVIL DE LA CALLE

Para este ejercicio titulado Construcción de una cartografía móvil de la calle, se invitó a ocho personas a construir un mapa perceptual de las calles de estudio, que recopilara su experiencia sensorial y social en ellas. La idea era que mientras se iba transitando, ellos fueran captando de manera espontanea, y representando en dibujos y textos, todo aquello que llamara su atención; desde objetos, personajes, diálogos, textos y situaciones, hasta toda clase de sentimientos e impactos que pudieran experimentar. Esta actividad se realizó en diferentes fines de semana y cada persona realizó el mapa de una sola calle. Para el ejercicio solo se indicó un recorrido en cuanto a extensión y tiempo aproximado, mas no se limitó en relación a la forma de hacerlo o al paso obligatorio por ciertos lugares, garantizando con esto la libertad de movimiento y decisión del usuario. De acuerdo a lo anterior, a continuación se presentan los mapas elaborados por cada transeúnte, los cuales representa la memoria espacial de ese encuentro emotivo de cada uno con la calle. Algunos de los mapas están acompañados por una breve reseña que expresa en palabras la experiencia de tránsito en cada calle.


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Roberto Michelsen, Junio 2013

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{ La experiencia se achica y se expande espacialmente conforme al paso del recorrido de las calles peatonales a las plazas y pasajes peatonales, pero también en la atención que se fuga a los eventos de mi alrededor; una familia comiendo detrás de un vidrio de un local que parece llevar años sin ser tocado, a un grupo de jóvenes haciendo acrobacias, a gente local mayor que viste con ropas de hace más de una década y lleva a cabo lo q parece ya una usual práctica de reunirse en estos espacios para platicar y hasta comer así como a la música que viene de los bares y grupos callejeros que piden dinero por su interpretación. La línea contenedora que combina fachadas viejas y muros nuevos de estacionamientos, me hace sentir en un lugar estratificado en la historia, en dónde el paso del tiempo va dejando huella física que al caminar por pavimentos, piedra volcánica y adoquín, me llevan al recuerdo y a la simulación de una vida que no viví pero q está ahí, en la historia de esas piedras, de esos rostros y de esos atuendos. Armando del Campo, febrero 2014

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La percepción es un continuo de concurrencias, de edificios quietos que son animados con el devenir del hacer social: plagado de sonidos que se difuminan, imágenes que parecen quietas y resultan inquietantes cuando un observador acusa sus partes, de ello se compone esta como muchas otras calles, que solo el andar hace justicia, un andar que se reconfigura, se auto organiza como sistema autopoiético. Así se advierte esta vena de ciudad, instantáneas de vida en una atmósfera que no depende de elementos como si de sus poéticas (productivas) relaciones. Regresar a nosotros y darnos cuenta que este transcurrir puede ser tan agradable, que hay sensaciones sin retrato posible. Esta es la construcción habitual de la ciudad, la que se vive,transpira y hace en la concurrencia de eventos: sonidos, imágenes sonoras, aire, miradas, conversaciones, tránsitos, flujos de gente..... pues la perspectiva última no pertenece a las imágenes o narraciones que aquí se presentan, la imagen última está siempre en movimiento. Uriel Santiago, febrero 2014


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{ Frases inscritas en el espacio público: “Amor del bueno el que le dedicó Karen a Héctor”, verdades que fueron o serán. Un niño acelera en su patín del diablo al paso que la gente avanza con bolsas plásticas repletas de mercancía. El flujo entre la alegría infantil y el devenir-trabajo representado en la calle. Suena “huaracha” a la distancia, entre más nos acercamos, caigo en cuenta de la potencia de la música y de lo imperturbable que es para los transeúntes. Consideremos, que somos nosotros, los observadores, una suerte de personaje infiltrado, capaz de asombrarse y tener sentidos agudos. La gente habitual, transita en cambio con bolsas, diablitos, bicicletas, tiene objetivos fijos; algunos otros se distraen a paso lento, algunas parejas reposan sobre las jardineras, niños juegan, una iglesia se asoma y un hombre aplasta afanoso las botellas PET ¿Qué diseñador hubiere considerado apenas esto que comento? La ciudad y así la calle es una línea de transiciones de lo social en el espacio-tiempo: comercios que se asocian por semejanza y se disipan al avanzar; la voz de la gente, el sonido de los vehículos (motorizados o no), la música de bocinas que inundan de ‘melodías’ la calle, los edificios latentes con el entrar y salir de sujetos, la calle se siente caliente de un tránsito que parece nunca detenerse; gente quieta y en movimiento, bolsas con mercancía y niños con sonrisas, así se alterna un recorrido de este tipo, que forma una ilusión de fragmentos que se articulan en un rostro citadino de transfiguración constante Calle de pequeñas rupturas: sonidos que se disipan, espacios abiertos que se constriñen, vialidades que segmentan y detienen el andar; resulta un conjunto de aproximaciones entre levedad y peso, densidad y dispersión. Lo sensoperceptivo son parcialidades de una realidad en movimiento, música al pasar andando, trabajo, pues este lugar huele a las manos de hombre y mujeres haciendo, pensando, fortaleciendo estos lazos auténticos de una ciudad tan caótica como apacible. Gabriel Benitez, febrero 2014


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{ Caminar por la merced es un experimento antropológico permanente. Cada vez que transito por el corredor Topacio-La Santísima descubro algo nuevo, un rostro,una expresión, un detalle. El corredor tiene variados filtros, diferentes conformaciones espaciales que provocan variadas experiencias al transeúnte que lo recorre. Primero un tramo de descanso, de espera, donde la Plaza Juan José Baz (La Aguilita) es su espacio medular. Lentamente los diableros se posicionan en ella en búsqueda de un nuevo trabajo. Tripolandia y el Tacólico abren sus puertas a este espacio, otorgándole un fuerte carácter doméstico. Ya acercándonos a República del Uruguay alas, brillos y purpurina comienzan a aparecer conformando el corredor Niño Dios, que funciona de antesala para un nuevo tramo, caracterizado por la invasión. Güera! Güera! Un aplique de uñas? Tinte de cabello? Planchado de cejas? Rizado de pestañas? un universo de belleza se presenta frente a mi. Mi mente queda aturdida frente a tantos estímulos visuales, sonoros, táctiles. En un mar de gente aparecen oleadas de ambulantes que te ofrecen variados productos a llegando a Corregidora vuelve la calma, la Plaza Alhóndiga se presenta con su puente que emula un pasado ya olvidado para muchos, el trazado de la antigua acequia que hoy se consolida por Roldán. Este nuevo tramo, caracterizado como un espacio de tránsito, alberga un duelo de miradas que se da cada mañana. La lucha por la fe y


95 la devoción se materializa en dos figuras: la Santa Muerte y San Judas Tadeo, cada una posicionada en una esquina, frente a la otra, divididas por el tránsito de Soledad. Poco a poco nos vamos hundiendo y La Santísima aparece como punto focal, como elemento culmine de un tramo que alberga múltiples actores y un universo tan infinito, difícil de resumir en tan pocas palabras.

Selene Losano, febrero 2014

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{ Cuando comencé con el recorrido, empecé muy emocionado por ver todos los elementos con los que contaba el trayecto, empecé a sentir lo que el espacio nos ofrecía tratando incluso de percibir cuidadosamente los estímulos que comenzaron a ser francos, pero conforme fuimos avanzando el ambiente se tornaba más hostil por la densidad de personas que se encontraban en la calle, además de que el trayecto contaba con una sucesión y repetición de estímulos que me sobrecargaron al punto de cansarme hasta querer terminar lo antes posible el recorrido. Llegado el punto en el que quise refugiarme en mi mente y bloquear lo que se me ofrecía a los sentidos. No me sentí en un sitio agradable, al final lo único que quería era salir del flujo de gente lo antes posible.

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Arturo Orozco, febrero 2014


97 La experiencia obtenida durante el recorrido por madero en lo general fue de aglomeración, las imágenes percibidas eran tantas y variadas que hasta cierto punto perderse era sencillo. Por donde caminaras eran tumultos de gente, ruido constante e interminable. Difícilmente se percibía la procedencia de los sonidos, la música o los gritos. Por otra parte los comercios de ambas calles reflejaban la vida de ese pasillo. La venta de lentes, comida, ropa, accesorios se mezclaban como si el corredor los juntara en uno solo. Dibujar y observar al mismo tiempo fue una experiencia enriquecedora ya que permitía inconscientemente percibir tal y como es el espacio publico circundante.

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Dinorah Velázquez,, febrero 2014

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{ Juan Camilo Tmayo febrero 2014

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Cristian Luna febrero 2014


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Si lo espiritual es una realidad, entonces no puede ser un más allá indeterminado, sino que debe percibirse en o a través de lo visible. Eso es exactamente lo que el cine sabe hacer. En eso se basa y por eso se invento. Y eso es lo más bello de las películas: percibir de repente cosas universales en una representación sencilla y tranquila de lo cotidiano. Wim Wenders. El acto de ver, 2005.

El cine etnográfico


Vista este Centro Ciudad de MĂŠxico desde la Torre Latinoamericana. 2012.| Lorena Carmona M.


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l cineasta alemán Wim Wenders (2005, p.231) define el cine como “Un arte urbano, un lenguaje de ciudad”. Una ciudad no solo está hecha de edificios, calles, plazas, vegetación, estructuras, con gente que transita todo el tiempo por ella; una ciudad es más que elementos físicos y personas; las ciudades están cargadas de historias, de emociones, de sentimientos. Cada lugar de la ciudad cuenta una historia siempre distinta una de otra, la cual puede ser intensa o sombría, pero también alegre y excitante; la ciudad es el reflejo de miles de historias vividas una tras otra.

EL CINE ETNOGRÁFICO

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10 4 El cine es el mejor espejo para las ciudades y para las personas que viven en ellas; el cine pertenece a la ciudad y refleja su esencia; ambos son una construcción hecha de imágenes donde convergen elementos diferentes, donde además se muestran historias de personajes y lugares, donde el tiempo y el movimiento se experimentan como en ningún otro lugar, y donde se tejen relaciones emocionales muchas de ellas inesperadas. Las ciudades constantemente están ofreciendo cosas, cada lugar posee una personalidad, un aura que influye en las personas que se mueven sobre ellos, provocando así una emoción, una actitud y un estado de ánimo, el cual se ve reflejado en los acontecimientos y situaciones presentadas. En este sentido, se podría decir que tanto el cine como la ciudad están hechas de lo mismo: de una estimulación sensorial ininterrumpida, hecha de secuencias de acontecimientos, de emociones e impresiones inesperadas; ya que en las ciudades como en las películas siempre están pasando cosas.

EL CINE COMO UN INSTRUMENTO DE CONOCIIMIENTO

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EL C IN E ET NO GR ÁF IC O

DE LA CALLE

El antropólogo Manuel Delgado considera que el cine es un instrumento que sirve para conocer la realidad de la ciudad y en específico de sus calles: la cámara cinematográfica como instrumento ya no de arte, sino de conocimiento. En el cine se ve reflejado lo inestable, lo fluido y lo cambiante de la vida urbana; se muestran seres humanos en movimiento, desplazándose sobre superficies también cambiantes, así como los movimientos de esos seres humanos en relación a dichos espacios; es decir, el cine refleja más que cualquier otro medio esa relación del ser humano con el tiempo y con el espacio.


5 10 En este sentido, en palabras de Delgado (1999) el cine se convierte en un instrumento de conocimiento capaz de ayudar a entender y analizar la calle en todos sus componentes: sus espacios, objetos, personajes y actividades, así como la interacción entre ellos: “El cinematógrafo puede reflejar mejor que ningún otro instrumento

El cine puede ser visto – incluyendo el propio ojo- los ascomo un medio para pectos escenográficos y coreográfidocumentar y reflejar cos de la actividad de los individuos la vida cotidiana en las y los grupos, puede descomponer, calles, mostrar los usos ralentizar, acelerar, acercar o alejar del espacio que hacen a voluntad detalles de la expresión personas ordinarias en corporal o verbal humana, que de condiciones ordinarias. no ser por la cámara, pasarían desSe trata de imágenes, apercibidos”. (p.61) personas, momentos, lugares, gestos, palabras y acciones; se trata de la vida misma, de la vida urbana puesta en escena. Wenders (2005, p.67) afirma que “El cine contiene su ética y su moral por el hecho de que ayuda a vivir, es decir, que puede contener vida, al menos potencialmente, y arrojar luz”. Así, a través de la cámara cinematográfica se muestra la condición del vivir, todo aquello que a simple vista es observable e incluso aquello que permanece oculto ante nuestros ojos como conductas, sentimientos, gestos y todos los aspectos relacionados con esa ritualidad de que está compuesta la vida cotidiana. En este sentido, también el cine aparte de ser un arte urbano es también antropológico, porque nos informa constantemente sobre la condición humana y la ciudad.


10 6 Delgado (1999) afirma también que: “Toda película es un relato que habla

El cine esta caracteride relaciones sociales urbanas, puesto zado por situaciones que se basa en acciones humanas seque van emergiendo cuenciadas cuyo contexto es la propia a cada momento, no situación que crean, sea cual sea la époes algo totalmente ca o el lugar en que transcurra” (p.72) acabado o estructurado, sino que por el contrario es una proliferación de imágenes, personajes, historias y relaciones que se hacen y deshacen constantemente. LA IMAGEN CINEMATOGRÁFICA DE LA CALLE, SOBRE LA VERDAD DE LAS IMÁGENES

Wim Wenders (2005) señala que la profesión del cineasta se basa en la visión, su desafío es ver y mostrar lo visto a través de imágenes: “Lo fantástico de ver es que, a diferencia del pensar, no in-

EL C IN E ET NO GR ÁF IC O

cular sino que habla sin parar de las condiciones mismas de cualquier decir. No representa sino que es. No duplica la realidad, sino que la prolonga o la restituye” Manuel Delgado. El animal público (1999, p.78)

De acuerdo a esto, la visión implica sumergirse en el las cosas. La visión no tiene mundo tal como es. Esta viopinión. En la visión se puede sión en el cineasta se expresa encontrar una actitud respecto a través de las imágenes, las al mundo donde la relación que cuales no deben ser consise establezca con las personas deradas como medios de rey las cosas sea la percepción” presentación de lo visto, sino (p.61) como elementos que muestran la realidad misma de las cosas; la imagen como una impresión de la verdad, como una observación precisa de cluye ninguna opinión sobre

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“El cine no dice nada en parti-


7 10 la vida, del ser humano y de la ciudad. Así pues, el cine como productor de imágenes tiene como función remitirnos con ellas a la realidad misma de las cosas, a través de la percepción y la observación. El cineasta Andréi Tarkovski (2002) complementa sobre la verdad de las imágenes cinematográficas lo siguiente: “La imagen es indivisible y

La imagen cinematográfica no busca expresar ideas, conciencia y del mundo real al racionamientos o simbolisque trata de encarnar” (p.116) mos sobre la vida, sino por el Mientras más precisa es la obcontrario mostrar la vida tal servación, más cerca esta de como es. El cine no significa ser única y por lo mismo de ser tan solo muestra la realidad, una imagen. En cine es aun mas este principio de la obserimportante el que la observavación permite acercarse a ción sea el principio básico de la identidad real de las cosas la imagen” (p.118) y al final lo que se proyecta no es algo más que la cosa misma. Sin embargo, el mismo Tarkovski, identifica también que a pesar de que la imagen cinematográfica está ligada a lo concreto y lo material; esta como imagen artística, debe buscar siempre despertar en el espectador una experiencia simultánea de emociones y sentimientos que van más allá de lo racional, pero siempre teniendo presente evocar solo aquellas emociones que expresan la verdad. elusiva y depende de nuestra

El cineasta debe tener la habilidad de presentar a través de las imágenes su percepción sobre un objeto o espacio como si fuera una observación; de esta forma, el que graba se convierte en alguien que ve por los demás, su función es ver algo y comunicar la actitud que se tiene al respecto.Wim Wenders


10 8 (2005) señala ante esta situación, que hacer películas es un acto de archivo en dos sentidos; es decir, una película no solo despliega una serie de imágenes sucesivas sobre algo, sino que además refleja y pone al descubierto la actitud de quien observa detrás de la cámara: “Todo acto fílmico documenta. Son un documento

Así pues, no se trata entonces de dar una opinión personal cineasta ha visto algo. En sobre lo visto, sino de reflejar cine un plano es lo que hay una actitud frente a ello; se trata dentro de un encuadre en de percibir el mundo y exuna escena determinada. Al ponerlo mediante imágenes, mismo tiempo es lo que hay mostrando siempre esa exprefuera del encuadre, es decir, sión de lo que se quiere y lo la actitud interior del cineasque se defiende. Con base en ta respecto a una cuestión. lo anterior, se podría decir enLa cámara retrata en los dos tonces que el cine es un mesentidos” (p.164) dio que puede llegar a alterar la visión; es decir, si la imagen que produce el cineasta corresponde a la expresión de la verdad, de la realidad de un algo observado, mas su actitud frente a ello; entonces el cine puede hacer visibles cosas que a simple vista son imperceptibles, ya que entre más profunda sea la observación más elementos podrán ser percibidos. Y si a su vez esta percepción se presenta influenciada por una actitud, entonces el espectador a medida que valla asimilando estas imágenes podrá ir capturando y reaccionando ante esa diversidad de visiones de la que está compuesta el mundo.

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EL C IN E ET NO GR ÁF IC O

del talante con el que el

Si comparamos esta teoría de la visión y de las imágenes cinematográficas con la experiencia en las calles, veremos como en ella todo el tiempo aparecen cosas que a simple


9 10 vista son perceptibles y otras que necesitan una observación más detallada para poder ser reconocidas. Una calle está llena de cosas que estando ahí se ocultan al ojo humano, pero que a través de la imagen cinematográfica pueden ser expuestas de tal forma que el espectador se dé cuenta de ellas. Estas imágenes pueden mostrar lo extrínseco del espacio; es decir, esos elementos que aparecen subrayados como los edificios, las infraestructuras, los elementos naturales, el mobiliario, la gente; pero a su vez tienen la virtud de contener eso que no se pretende mostrar, pero que está ahí difuminado alrededor; en otras palabras lo intrínseco del espacio: como las historias, los acontecimientos, las relaciones, las conductas, el paso del tiempo y los movimientos. De esta forma, es como se puede establecer la imagen cinematográfica de la calle. Las calles están llenas de cosas que se pueden percibir por medio del uso, del oído, incluso de lo táctil, pero sobretodo una calle se puede percibir, estudiar y analizar por medio de la visión. En este sentido, el cine es tal vez el único medio capaz de certificar esos componentes intangibles de la calle, todo aquello desapercibido o que a simple vista parece banal, y que no puede ser registrado mediante otros medios como la fotografía o la escritura. El cine es el medio que mejor recoge la esencia de una calle, ya que por medio de la observación precisa el cineasta puede aislar cada uno de sus componentes y puede extraer imágenes simples de la complejidad a través de un proceso de selección, yuxtaposición, eliminación y ocultación, que permiten percibir el espacio intencionalmente.


11 0 LA PERCEPCIÓN DEL TIEMPO Y EL MOVIMIENTO

Una de las características fundamentales del cine es el movimiento, pues este solo tiene sentido en cuanto a que sus elementos no dejan de moverse, produciendo así una serie de situaciones que a su vez dan pie a la conformación de una historia. Para Wim Wenders (2005, p.191) el cine fue una continuación lógica de la fotografía: “Las imágenes al adquirir la capacidad de movimiento, no solo eran capaces de describir situaciones, sino que también podían inventar y narrar historias”.

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EL C IN E ET NO GR ÁF IC O

Así como el movimiento es una característica fundamental en el cine, para la calle, este se convierte en un elemento que le permite definirse a sí misma como un espacio-movimiento. La vida urbana consiste en una serie de cadenas de movimientos y acontecimientos sometidos a ritmos, que al igual que las películas le permiten comenzar a narrar historias. Estas historias en la calle comienzan siempre al ras del suelo, con los pasos, con los movimientos. Adicional a esto, el tiempo es otro elemento fundamental en el cine; es la base sobre la cual está fundado, pues aquello que verdaderamente lo diferencia de las otras artes es su capacidad de hacer perceptible el tiempo. Andréi Tarkovski define las películas como verdaderas esculturas de tiempo. Una obra cinematográfica es inconcebible sin la sensación del paso del tiempo en ella, sin esa capacidad para darle al tiempo una forma visible y real. El flujo del tiempo se expresa a través del ritmo en las imágenes cinematográficas; sin embargo, la manera como este elemento se hace sentir al espectador es cuando se percibe que algo importante y verdadero está ocurriendo mas allá de lo que se presenta en la pantalla.


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En palabras de Tarkovski (2002): “Así como la vida, constante-

Las calles producen una sensación de tiempo; los edifimiento permite a cada quien el cios que la bordean, sus esinterpretar y sentir a su manera pacios, objetos y hasta sus cada instante, una verdadera mismos habitantes permiten película que registre fielmente contemplar diversos perioel tiempo que fluye mas allá de dos, épocas y años. Tanto la los contornos del cuadro, vive calle como el cine son capaen el tiempo, si el tiempo vive ces de registrar el tiempo en en ella” (p.132) sus signos visibles; sin embargo, es la interacción con dichos elementos lo que permite a los transeúntes sentir su paso, y despertar una serie de sentimientos y emociones derivadas de dicha cualidad que solo el cine y la propia calle saben hacer: darle forma al tiempo. mente cambiante y en movi-

PRÁCTICA 3: FILMOGRAFÍA DEL ESPACIO-MOVIMIENTO

El tercer ejercicio titulado Filmografía del espacio-movimiento24 es un ejercicio con el que se busca construir un corto cinematográfico con los videos y grabaciones de voz tomados durante las diferentes visitas y recorridos que se realizaron en las calles de estudio, y cuya finalidad es servir como un complemento a las demás estrategias y metodologías utilizadas en la presente investigación. Esto debido a las características que tiene el cine como instrumento indispensable y además propicio para el estudio de fenómenos urbanos.

« 24 Ver CD con filmografía de las calles de estudio.


Anรกlisis e interpretaciรณn de resultados Las prรกcticas del espacio


Calle Alh贸ndiga. Barrio La Merced, Ciudad de M茅xico. 2014.| Lorena Carmona M.


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LAS PRÁCTICAS DEL ESPACIO

ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS

L

5 11

os resultados presentados a continuación corresponden a la recopilación de toda la información obtenida mediante la aplicación del método etnográfico y las tres estrategias de análisis utilizadas: los relatos, los mapas y el cine. Mas que presentar conclusiones sobre la metodología de investigación (las cuales serán presentadas en el capítulo final de conclusiones), lo interesante aquí es señalar los resultados obtenidos (a nivel social y espacial) en las tres calles de estudio, teniendo en cuenta tanto los aspectos positivos y negativos de sus intervenciones, así como principalmente las practicas espaciales identificadas. Antes de indagar sobre los resultados puntuales, es importante presentar en primera instancia, un panorama global sobre lo encontrado durante el trabajo de campo, en relación a los beneficios, oportunidades y potencialidades identificadas en las tres calles.


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AN Á LI S IS E I NTE R P RE TAC IÓ N DE R E SU LTA DO S

Para empezar valdría la pena decir que uno de los principales aportes del Plan de Rescate y Revitalización del CHCDM, fue haber logrado dar una nueva cara al sector, que sin perder su antiguo señorío, adquirió un rostro nuevo, amable, seguro, ameno y más humano. Hoy en día en el CH la vida cotidiana es más dinámica, las actividades económicas van en aumento y se van diversificando; es un entorno más seguro en el que poco a poco los vecinos se han ido conociendo entre sí. Gradualmente esta zona se ha convertido en un sistema metropolitano con oferta abundante para el esparcimiento que potencializan su condición de diversión, vitalidad, diversidad y más que nada su posibilidad como lugar de encuentro e interacción ciudadana. Específicamente con las intervenciones de las tres calles de estudio, se han generado cambios no solo en la imagen física del sector, sino también en la revitalización de su tejido social mediante el fortalecimiento de su vida comunitaria. Su rehabilitación en corredores peatonales ha disparado (gratificantemente) su actividad comercial y cultural, y muy especialmente su vida social. Hoy en día es fácil ver como artistas, músicos, comerciantes, vendedores ambulantes, trabajadores, vecinos y paseantes, se han apoderado del espacio público para formar comunidad, para difundir la producción artística local y nacional, para fomentar la creación de nuevos públicos, y para contribuir a que el centro sea el polo cultural más importante de la ciudad e incluso del país. Todas las actividades que se desarrollan en estas calles contribuyen en gran medida a la regeneración urbana, al reencuentro de la gente con sus tradiciones y su patrimonio histórico, y a generar una convivencia colectiva. En general, este tipo de calles pensadas para la gente, rescatan el


7 11 gusto del ciudadano por vivir la ciudad, por caminarla y por participar en su vida urbana. En pocas palabras, se ha logrado recobrar esa vocación de asombro, que al fin y al cabo es la premisa del goce de las ciudades. Otro de los resultados o cambios que se pudo identificar en los recorridos es la sensación de mayor seguridad en las calles y en el barrio en general, producto de que hay mas transeúntes y habitantes en ellas; algo que también ha propiciado un reforzamiento en los nexos comunitarios, un incremento y una mayor diversidad de usuarios y actividades exteriores, ya que más personas se atreven a salir de sus casas e incluso por periodos de tiempo más prolongados. En el caso especifico de la calle Regina y Talavera, es admirable también el proceso de participación vecinal. Poco a poco los habitantes de estas calles se están adueñando de un espacio común que usan no solo para desarrollar sus actividades cotidianas, sino también para experimentar nuevas alternativas de socialización. Los vecinos se han organizado para aportar desde sus propios conocimientos, experiencias y necesidades, y hasta desde su propia creatividad, a la construcción de los andadores; con esto, han evitado que se impongan proyectos ajenos a sus dinámicas locales, y por lo contrario han propiciado que estos se construyan y transformen de forma colectiva. Pese a todos estos resultados positivos, como en todo experimento, la recuperación de estas calles ha traído consigo algunos retos y preguntas sobre cómo dar continuidad a las acciones minimizando los impactos negativos. En Madero por ejemplo, al volverse multitudinaria, han surgido problemas de hacinamiento y estrés ambiental causado por la so-


11 8 brecarga de información proveniente de un exceso de gente y de estímulos visuales y auditivos, lo cual a su vez presenta retos en cuanto a la disminución del ruido, a los anuncios que inundan el espacio, las aglomeraciones, la publicidad, la contaminación (basura) y la reaparición del comercio ambulante.

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AN Á LI S IS E I NTE R P RE TAC IÓ N DE R E SU LTA DO S

En Regina (al ser una calle mixta residencial/comercial) ha surgido el problema del bullicio causado por la clientela de los nuevos bares y restaurantes. Los vecinos se han quejado ante las autoridades por este problema, para lo cual se ha tratado de mejorar en la autorregulación de los establecimientos, en involucrar a la policía, y en hacer campañas de concientización y reuniones con la comunidad. Asimismo se han presentado algunos accidentes peatonales por la falta de educación cívica en el uso compartido del espacio público; esto específicamente con relación a algunos ciclistas y diableros de la zona que a pesar de estar regulados circulan con excesiva velocidad por el andador ocasionando algunos accidentes a los transeúntes. En el caso del corredor Talavera - Alhóndiga los impactos negativos están representados en la consolidación (a veces excesiva) de la actividad comercial ambulante que ha traído como resultado una ocupación indebida del espacio y con ello una privatización gradual del espacio público. Ha sido tal la presión comercial de este sector, que recientemente parte del espacio de la plaza Alonso García Bravo fue cedido para la construcción de un edificio de locales comerciales. En este corredor y como consecuencia de su desbordante actividad comercial, también se experimentan algunas situaciones de estrés y hacinamiento, así como de contaminación por basuras y auditiva.


9 11 Finalmente como un problema común a las tres calles de estudio y en general al centro de la ciudad, se identificó una dinámica de gentrificación urbana; un proceso de transformación en el que la población original del sector (que inicialmente presentaba características de deterioro físico y social) es progresivamente desplazada por otra de un mayor nivel adquisitivo, todo esto como resultado de una revalorización de la zona debido a la inversión de recursos. Después de la renovación de las calles Madero, Regina y Talavera, es común ver dichos procesos de gentrificación que se evidencian especialmente en el cierre de comercios locales (algunos de ellos de gran tradición como la Librería Madero, o las imprentas y las tiendas de abarrotes en Regina) o en el traslado de los mismos a otras zonas del centro o de la ciudad; todo esto producto de los altos precios de las rentas (especulación inmobiliaria) y de los servicios públicos. De igual forma, dicha condición, se identifica también en la llegada de nuevos residentes y usuarios de clase media y alta, e incluso de turistas extranjeros, que gradualmente van influenciado a que los precios de las propiedades y de los establecimientos comerciales aumenten o incluso cambien de uso y vocación (pensados ya para un público más exclusivo y de un mayor poder adquisitivo), generando con esto una fuerte presión económica y social sobre los pobladores originales, sus costumbres y actividades cotidianas. Frente a estas problemáticas, retos y oportunidades, se podría decir entonces que las calles son una especie de laboratorio físico, social y económico de la ciudad, cuyo estudio y seguimiento minucioso permitirá aprender de los éxitos y corregir los errores para futuras intervenciones. La rehabilitación de estas tres calles en corredores peatonales, no solo ha traído grandes beneficios urbanos y sociales a la Ciudad de


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AN Á LI S IS E I NTE R P RE TAC IÓ N DE R E SU LTA DO S

México, sino que además ha puesto en manifiesto algunas de sus crisis más profundas, como la reapropiación capitalista de la ciudad que se sostiene en estos procesos de renovación y gentrificación. Sin embargo, como dice el dicho para llegar al éxito hay que cometer algunos errores y pasar por algunos fracasos; así que, más que nombrar aquí los aspectos negativos que pudieron surgir de dichas intervenciones, lo importante es identificar sus potencialidades (que por mucho los superan) y de esta forma, demostrar porque las calles son los mejores y los más propicios espacios sociales de la ciudad, y en cierto sentido, por qué vale la pena invertir en ellas, recorrerlas y habitarlas. En este sentido, y como una forma de interpretación y análisis de los resultados obtenidos en la investigación de campo, se logró identificar una serie de características, comportamientos, experiencias y actividades de cada calle (o afines entre si), que en conjunto suman lo que podría definirse como las “prácticas del espacio”. Dichas prácticas fueron sintetizadas y agrupadas en 11 temáticas o categorías de análisis que corresponden a las estancias, el tránsito, la vida social, el uso, las densidades, la personalización del espacio, la calle vista como escaparate público, el espectáculo urbano, la calle como lugar de culto, tradición y creencias populares, la mercantilización del espacio, y los personajes urbanos.


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ESTANCIAS Una calle además de espacios de flujos también tiene lugares de estar. Las calles de estudio presentan estancias en casi todo su recorrido; en Madero por ejemplo las personas se detienen a descansar, platicar o comer en las bancas, las jardineras y en los bordes de los edificios que son lugares que permiten apartarse de la multitud para observar cómodamente a la gente que pasa. También las calles peatonales perpendiculares son lugares ideales para detenerse a tomar algo en uno de los bares o para descansar en las amplias jardineras.

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AN Á LI S IS E I NTE R P RE TAC IÓ N DE R E SU LTA DO S

MADERO

En la calle Regina las zonas de estancia están delimitadas claramente sobre los bordes laterales donde están ubicadas las bancas y las áreas con sillas y mesas que son extensión de los locales comerciales. En el corredor Topacio-Talavera_Alhóndiga, las estancias se dan principalmente en las plazas que funcionan a manera de salas de espera, espacios de trabajo, comedores comunitarios, incluso como lugares para dormir y descansar y hasta para vivir


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REGINA

{ TA L AV E R A

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“Habitar es estar en casa en todas partes”


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EL TRÁNSITO: CAMINAR EN LA MAREA URBANA Caminar por las calles es la mejor forma de conocer la ciudad y sus habitantes. Es caminando cuando uno percibe la gente, sus acciones y comportamientos; a través del transito se participa de forma informal y espontánea en la actividad social. Las tres calles de estudio proponen formas de recorrer el espacio muy diferentes. Por un lado Madero es una calle muy densa, así que transitar por ella es como estar dentro de una gran avalancha de personas con movimientos en todas las direcciones, una experiencia llena de choques y de una gran profusión de estímulos sensoriales que en ocasiones pueden llegar a ser excesivos y estresantes.

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AN Á LI S IS E I NTE R P RE TAC IÓ N DE R E SU LTA DO S

REGINA

Regina por el contrario presenta un tránsito mucho mas tranquilo y lento (con menos cantidad de transeúntes), un recorrido ocioso que da la posibilidad de contemplar a detalle todos los aspectos sociales y físicos que hacen parte de la calle. En el caso del eje Talavera el hecho de que la calle este interrumpida por varias plazas permite también un recorrido mucho mas pausado y agradable, aunque en algunos puntos la cantidad de puestos ambulantes y de comercios hace que el flujo de personas aumente generando dificultades para caminar cómodamente.


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TA L AV E R A

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La esquina de Madero con el eje Central, es uno de los cruces peatonales mรกs densos del DF

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MADERO


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DENSIDADES

Palma

Moneda

concentración comercios [bares y restaurantes]

Corredor Niño Dios n

Roldá

Alhóndiga

concentración comercio concentración [almacenes] boleros y vendedores ambulantes Soledad

Talavera Juan José Baz

Corredor y plaza de la belleza

Corregidora

Rep. de Uruguay

P.Juan José Baz Manzanares

Topacio

Rep. del Salvador

Mesones

Regina

concentración diableros San Pablo

AN Á LI S IS E I NTE R P RE TAC IÓ N DE R E SU LTA DO S

Plaza de la Constitución Zócalo

Diagonal 20 de noviembre

Regina

Isabel la Católica

Bolivar

concentración comercios [bares]

finalización de calle conexión Zócalo

concentración de espectáculos urbanos

Callejón Mesones

concentración de espectáculos urbanos

Muro verde

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Calle peatonal Motolinía

Calle peatonal Gante

concentración de espectáculos urbanos

Cárdenas

Eje Central Lázaro

Madero

Plaza de Regina

concentración de espectáculos urbanos

Bolivar

inicio calle cruce peatonal denso

5 febrero

concentración comercios [bares]

Isabel la Católica

Palacio Bellas Artes

P. Alhóndiga De La Santísima

P. De La Santísima


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MADERO Madero es una calle bastante densa, según el Fideicomiso Centro Histórico (FCH), unas 200 mil personas recorren esta calle diariamente, y se estima que los fines de semana llegan a los 500 mil paseantes. El cruce con el Eje Central, es una de las zonas mas congestionadas de la calle; asimismo, los cruces con las vialidades perpendiculares presentan una gran concentración de transeuntes debido a que allí se ubican la mayor parte de los espectáculos urbanos.

REGINA La calle Regina presenta su mas alta densidad en la zona comercial donde están ubicados los bares y restaurantes. En su mayoría el corredor tiene una densidad moderada lo que contribuye a tener una experiencia peatonal mucho mas confortable y tranquila.

TA L AV E R A El corredor Topacio-Talavera-Alhóndiga presenta una densidad media-alta durante todo su recorrido. Los puntos mas densos corresponden a las zonas comerciales del Corredor del Niño Dios y la Plaza de la Belleza, donde la cantidad de personas y de comercio ambulante generan cierta sensación de hacinamiento, estrés y contaminación auditiva y visual.


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LA VIDA SOCIAL DE LA CALLE

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La vida social en la calle como ya se dijo, esta formada por una serie de encuentros fortuitos y espontáneos dados principalmente entre desconocidos que coinciden temporalmente en el espacio. Un conjunto de contactos superficiales y relaciones fluidas, organizadas mediante un orden pactado; las cuales constituyen una base para que se desarrollen formas de socialización mas complejas. En las tres calles de estudio la actividad social mas extendida son los contactos pasivos de baja intensidad derivados del tránsito (ver y oír gente) ; sin embargo, se identifica que en algunas ocasiones, de estos contactos informales surgen

actividades sociales mas completas como los juegos y las conversaciones. Se observa también como la gente y sus actividades son los aspectos que mas llaman la atención de las personas, incrementando con ello la cantidad de usuarios de la calle y los periodos de estancia;esto se evidencia principalmente en los espectáculos urbanos de Madero. Otras actividades sociales que también se desarrollan son las asociadas a los comercios de comida y a las exposiciones y manifestaciones (artísticas y culturales) al aire libre, las cuales constituyen formas de conocer y de estar en contacto con la sociedad.


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{

“Se cambian sonrisas por abrazos” Sonríe a los demás, vale la pena :)

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EL USO: CUANDO LA ARQUITECTURA Y LA FUNCIÓN DEL ESPACIO SE MODIFICA El proceso de interacción individuo- espacio, implica una serie de “maneras de hacer” que en ocasiones se oponen a las disposiciones iniciales con las que fueron creados los espacios; la función de un objeto o espacio arquitectónico, depende siempre del uso y del proceso de interacción con el usuario.

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En las calles vemos por ejemplo como esta condición se cumple al identificar una serie de elementos que son usados de maneras diferentes para los que fueron creados: fuentes que se usan como salas de espera; jardineras que funcionan como bancas o mesas para comer;

bordes, marcos, muros y escaleras de edificios que se usan como zonas de estancia; espacios abiertos que se trasforman en comedores colectivos, spas urbanos, salas de exposición o en una estación de radio; mobiliario usado como taller de oficios; o simplemente un piso que se utiliza como lienzo para pintar o dibujar. Todas estas maneras de hacer creativas, improvisadas y espontáneas, son las que transforman el espacio y la experiencia de la calle; un proceso de apropiación y uso del que se desprenden nuevas funciones e incluso nuevos objetos y espacios físicos.


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“Al espacio diseñado por el arquitecto y el urbanista se opone el espacio practicado de los usuarios.”

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PERSONALIZAR LA CALLE Una de las características mas importantes encontradas en las calles de estudio es la personalización del espacio. Cuando las personas ocupan y utilizan un territorio desarrollan un sentido de pertenencia y compromiso emocional hacia él; en este sentido, hacen mas distintivo el espacio personalizando el ambiente a traves de elementos que reflejan claramente algo de sí mismos o del grupo.

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AN Á LI S IS E I NTE R P RE TAC IÓ N DE R E SU LTA DO S

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Personalizar una calle significa convocar la creatividad y convertir el espacio en una gran obra colectiva.

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La calle Regina y Talavera presentan signos de personalización por parte de los usuarios, vecinos, comerciantes e incluso de algunas instituciones como el caso de Casa Vecina, el Claustro de Sor Juana y el Portal en Regina, quienenes han trasnformado físicamente el espacio a través de la incorporación de elementos y símbolos (temporales y permanentes) que representan sus creencias, ideas, objetivos y estilos de vida.

REGINA


3 13 TA L AV E R A


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ESCAPARATES PÚBLICOS

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Una de las características mas importantes encontradas en las calles de estudio es la personalización del espacio. Cuando las personas ocupan y utilizan un territorio desarrollan un sentido de pertenencia y compromiso emocional hacia él; en este sentido, hacen mas distintivo el espacio personalizando el ambiente a traves de elementos que reflejan claramente algo de sí mismos o del grupo.

La calle Regina y Talavera presentan signos de personalización por parte de los usuarios, vecinos, comerciantes e incluso de algunas instituciones como el caso de Casa Vecina, el Claustro de Sor Juana y el Portal en Regina, quienenes han trasnformado físicamente el espacio a través de la incorporación de elementos y símbolos (temporales y permanentes) que representan sus creencias, ideas, objetivos y estilos de vida.


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La calle es una especie de escaparate pĂşblico donde la sociedad exhibe lo que hace y seduce con ello.

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EL ESPECTÁCULO URBANO

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Una de las características mas relevantes de la calle Madero, es que esta se ha convertido en un escenario para los espectáculos urbanos.Madero es el lugar donde constantemente llegan nuevos personajes, shows, músicos y toda clase de artistas, que le dan un carácter y una identidad única a esta calle. Todos los fines de semana, niños, jóvenes y adultos se dan cita en este lugar para deleitarse con las presentaciones de estos artistas callejeros que, semana tras semana, convierten las esquinas y cruces

peatonales en importantes escenarios donde dan a conocer sus habilidades en la música, el arte, la actuación, el baile y hasta la magia. La calle Madero es el lugar de las mas arriesgadas y creativas atracciones; un centro cultural y de espectáculos al aire libre, accesible para todos los ciudadanos.


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Nuestro trabajo es una forma de acercar el arte y la cultura a la vida cotidiana de todos los ciudadanos. “Domesticamos el arte, la mĂşsica y la cultura

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CULTO, TRADICIÓN Y CREENCIAS POPULARES La calle es un medio de expre-

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sión de las creencias y tradiciones populares. La presencia de varios elementos en el corredor TopacioTalavera-Alhóndiga como imágenes religiosas y objetos con valor simbólico e histórico, demuestran como las calles son caracterizadas con toda clase de elementos que representan la vida cotidiana, religiosa y cultural de los ciudadanos.

De esta forma, el espacio público se transforma en espacio de culto y tradición por medio de la construcción de altares y esculturas, y con la celebración de ritos y festividades que hacen parte de la cultura popular


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Corredor del Niño Dios Calle Talavera entre Rep. del Salvador y Plaza Alonso García Bravo. Ubicación en la calle de esculturas y altares del Niño Dios y de comercios especializados en venta de Niños Dios y vestimentas. Celebración: 2 de Febrero día de la Candelaria. Los orígenes provienen de la época virrenal. Es una tradición familiar y fuente de identidad del barrio de la Merced.

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MERCANTILIZAR: CUANDO LA CALLE ES MI LUGAR DE TRABAJO

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La calle es el lugar de trabajo de muchos ciudadanos. Especialmente en la calle Madero y en el eje Topacio-Talavera-Alhóndiga hay muchas personas que utilizan sus espacios para trabajar y sacar un beneficio económico, sea vendiendo productos, prestando servicios como el caso de la plaza de la belleza, o el caso de los boleros y de las bicitaxis en Alhóndiga; o haciendo espectáculos urbanos como en el caso de Madero.

Comercio ambulante en TopacioTalavera-Alhóndiga

La calle como espacio público debería ser un lugar de no producción en términos mercantilistas y económicos; sin embargo, a falta de oportunidades laborales estables, la gente aprovecha estos espacios para construir todo tipo infraestructuras (permanentes y efímeras) que les de un sustento económico. A pesar de que muchas de estas actividades le dan gran vitalidad a la calle, en ocasiones generan una ocupación indebida contribuyendo así a la privatización de un espacio que por naturaleza debería ser de todos.

Espectáculo urbano de Madero


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Bicitaxis en la Alhóndiga

Comedor Plaza Alonso García, calle Talavera

Boleros en la Alhóndiga

Comedor Plaza Alonso García, calle Talavera Los Diableros

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En la calle Alhóndiga y la Plaza Alonso Garcia se han construido todo tipo de estructuras para la venta de productos y la aplicación de tratamientos estéticos, que han reducido considerablemente el espacio de la calle.

Comercio ambulante en TopacioTalavera-Alhóndiga

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PERSONAJES URBANOS: EL FLÂNEUR DEL SIGLO XXI

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AN Á LI S IS E I NTE R P RE TAC IÓ N DE R E SU LTA DO S

Las calles están repletas de personajes que destacan y hacen de ella un lugar especial. Personas que viven en ellas, que trabajan o que simplemente la transitan y la viven de una forma mas intensa. Estos personajes son los Flaneur del siglo XXI: artistas callejeros, vendedores ambulantes, boleros, diableros músicos, indigentes, fotógrafos y simplemente transeúntes que día a día se deleitan con sus vagabundeos ociosos por la ciudad.

Son paseantes, observadores, exploradores y detectives de las calles y de su actividad social, que admiran su espectáculo, interpretan sus realidades y deambulan por sus espacios dispuestos siempre al ensueño y a la embriaguez que conlleva cada momento. Su trabajo es identificar y registrar la actividad cotidiana de la ciudad. Sus memorias están cargadas con vestigios urbanos, son los periodistas, poetas y escritores de sus espacios, de sus historias, tradiciones y de todo aquello que acontece en las calles.


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si la calle es mi hogar, entonces !yo so

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“Nadie conoce mejor la realidad de una calle, que aquel que día a día la habita y vive en ella”.

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» *Augé, Marc (2007). Por una antropología de la movilidad. Editorial Gedisa, Barcelona. *Careri, Francesco (2002). Walkscapes: El andar como práctica estética. Editorial Gustavo Gili, Barcelona. *De Certau, Michel (2010). La invención de lo cotidiano. Tomo I: Artes de hacer. Universidad Iberoamerica, AC, México, DF. *Delgado, Manuel (1999). El animal público. Editorial Anagrama S.A., Barcelona. *Delgado, Manuel (2007). Sociedades movedizas: pasos hacia una antropología de las calles. Editorial Anagrama S.A, Barcelona. *Díaz, Isaac (2012). En tránsito. Espacios colectivos de transferencia: del anonimato a la apropiación. Tesis para obtener el grado de Maestro en Arquitectura, Universidad Nacional Autónoma de México. *Driesse, Moniek (2013). Micrópolis. Un mapa de lo cotidiano. Tesis para obtener el grado de Maestra en Arquitectura, Universidad Nacional Autónoma de México. *Downs, R. y Stea, D. (2005). Image and Environment: Cognitive Mapping and Spatial Behavior. Publisher: Aldine, NJ. *FCHCM (2011). Centro Histórico. 10 años de revitalización. Editor: Fundación del Centro Histórico de la Ciudad de México, A.C. México D.F. *Rapoport, Amos (1978). Aspectos humanos de la forma urbana.


5 14 Editorial Gustavo Gilli, Barcelona. *Tarkovski, Andréi (2002). Esculpir en el tiempo. Reflexiones sobre el arte, la estética y la poética del cine. Ediciones Rialp S.A. Madrid. *Wenders, Wim (2005). El acto de ver. Editorial Paidós, Barcelona. SITIOS WEB

BIBLIOGRAFÍA • iii

*Km. Cero (2014). Ciudad de México. http://www.guiadelcentrohistorico.mx (consultada en agosto de 2014)



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ARQUITECTUR A

DE L

ES PA C I O

iv/iv

M OV IM IE N TO


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6 • Reflexión: el derecho a las calles 22 • Experiencias: alternativas para diseñar la calle 64 • Propuesta: la “an-arquitectura” de la calle

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86 • CONCLUSIONES 95 • BIBLIOGRAFÍA

La arquitectura que emerge de las prácticas del espacio


Âť La arquitectura del espacio-movimiento libro iv/iv



iv


La ciudad del deseo no es la ciudad ideal, utópica y especulativa. Es la ciudad querida, mezcla de conocimiento cotidiano y de misterio, de seguridades y de encuentros, de libertades probables y de transgresiones posibles, de privacidad y de inmersión en lo colectivo. Hay que reinventar el erotismo de la ciudad que no se encuentra ni en el miedo latino a lo público, la ‘agorafobia’ enfermedad reciente de la ciudad latinoamericana, ni en la asepsia aburrida del balneario suizo protegido. Ser ciudadano es el derecho a sentirse protegido, pero también la libertad de vivir la aventura urbana. Jordi Borja. La ciudad del deseo, 2001.


Reflexión El derecho a las calles como espacio social Avenida Constituyentes a la altura del Periférico, Ciudad de México. 2014.| Lorena Cardona M.


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A

Reflexión

Para empezar habría que decir que llamarse peatón es en muchos casos un síntoma de fracaso económico y personal. No tener coche, usar el transporte público y tener que caminar por las calles y estar en contacto con el “pueblo” y con lo “popular” de

EL DERECHO A LAS CALLES COMO ESPACIO SOCIAL

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unque caminar es la actividad urbana más extendida y cotidiana que se realiza en la ciudad, ser peatón en la Ciudad de México puede llegar a ser una experiencia bastante caótica y hasta dolorosa.


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la ciudad es un signo de fracaso y frustración, ya que el asenso social y el éxito económico están relacionados con un estatus superior que se atribuye al conductor. Si lo pensamos bien, es muy raro ver a la gente de altos ingresos caminando en la ciudad, incluso cerca de sus lugares de residencia; para algunos ciudadanos ya sea por temor o desprecio, la experiencia urbana de las calles constituyen un profundo misterio. En este sentido, se podría decir que caminar no representa para muchos una opción de desplazamiento amena y enriquecedora, sino más bien una obligación, debido a la falta de dinero o de oportunidades más confortables y “seguras” para moverse en la ciudad. Por otro lado, y sumado a esta situación, existe también un fenómeno de invisibilidad del peatón en las políticas públicas de la ciudad. A pesar de que el Programa Integral de Transporte y Vialidad del Distrito Federal tiene como prioridad la recuperación del espacio público y las zonas peatonales en beneficio de las personas y no de los automóviles, la realidad material muestra otra situación completamente diferente. De acuerdo a una investigación del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo – ITDP (2012), tan sólo el 3% de los recursos federales destinados a transporte se utilizan en infraestructura peatonal. Muchas veces, las autoridades ven la inversión en los espacios peatonales como un signo de retraso para la ciudad, y por esta razón la mayor parte del presupuesto lo destinan a la construcción de todo tipo de espacios pensados para el automóvil, con la consigna de que mas autopistas y mejor infraestructura significan una ciudad más competitiva y desarrolladla, y como consecuencia con mejor calidad de vida.


11 Esta forma de priorizar la inversión pública, sumada a la idea ciudadana del “caminar como signo de pobreza”, hacen que la Ciudad de México sea un espacio extremadamente duro para el peatón. Sus calles están plagadas de una serie de obstáculos: instalaciones técnicas que sobresalen de la superficie, pavimentos levantados por los arboles, rampas excesivamente pendientes y con materiales inadecuados, mobiliario urbano que invade las esquinas, cubetas o elementos que “reservan” el espacio de estacionamiento, banquetas discontinuas; sin olvidar los coches y los puestos ambulantes que cada día le roban más espacio a la gente. Una gran cantidad de elementos y estímulos que aparecen de forma espontanea en las calles, y la convierten en toda una experiencia muchas veces incomoda y dolorosa. Pareciera pues que las calles de esta ciudad son anti-peatón;en ellas se vive una lucha constante por el derecho al espacio.Todos los días los transeúntes se ven obligados a pelear con ambulantes, coches, infraestructuras y espacios deteriorados para garantizar así su presencia y reivindicar su deambular; es como si el peatón no perteneciera a la calle y como si se le hiciera un favor al dejarlo transitar por ella. Frente a esta situación habría que plantear entonces una restitución al derecho a las calles y con ello a la participación en la vida urbana. Borja y Muxi (2003) señalan que el derecho al espacio público es el derecho a ejercer como ciudadano: “En la ciudad actual existen fuertes dinámicas desequilibrantes que tienden a hacer de ella un conjunto de espacios de geometría variable y de territorios fragmentados, difusos y privatizados. El espacio público es o puede ser lo opuesto, una de las condiciones básicas para la justicia urbana, un factor de redistribución social, un ordenador del urbanismo de vocación igualitaria e integradora” (p. 77)


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Los peatones y su hábitat natural (las calles) no pueden continuar en la base de la pirámide de las políticas públicas y de la inversión en la ciudad; por lo contrario, estos deberían estar en la cima, en un primer nivel de prioridad. Las calles constituyen un derecho ciudadano de primer orden, por tal razón, llamar la atención sobre estos espacios, trabajar e invertir en ellos puede ser una condición básica para ejercer la justicia urbana y la redistribución social. En este sentido, la ciudad actual presenta pues una serie de retos con relación a sus calles. En primer lugar, es necesario trabajar en un cambio de mentalidad con respecto a la significación de estos espacios. Las calles deben dejar de ser apreciadas por políticos, urbanistas y hasta por los mismos ciudadanos como simples elementos de circulación vehicular, para pasar a ser vistas como espacios valiosos que, como se ha visto en el transcurso de esta investigación, cumplen con una función social indispensable para el desarrollo equilibrado del ser humano y de la sociedad en su conjunto. El reto de la ciudad actual es devolver ese derecho ciudadano a la calle como una instancia de socialización, como lugar de encuentro a partir del cual se hace vida colectiva y como un espacio donde la diversidad y la multiplicidad de culturas, usos y modos de vida se ponen de manifiesto. Es necesario recuperar la calle no como herramienta política sino como un instrumento social que facilita y promueve las relaciones en público, la identificación simbólica, la expresión y la integración cultural. Por otro lado, para garantizar que las personas transiten, ocupen y participen de las actividades en las calles, es necesario además un trabajo en relación a la seguridad urbana y a la calidad de los espacios públicos. Jane Jacobs (1973, p.33,95)


13 decía que “Mantener la seguridad de una ciudad es tarea principal de las calles y las aceras [...] Las aceras son los únicos e insustituibles órganos de seguridad ciudadana, vida pública y educación”. La vitalidad de una calle es un factor de atracción y capacidad integradora, y en consecuencia de seguridad. Una calle muy frecuentada es una calle segura, por el contrario una calle poco transitada es un espacio inseguro que contribuye en cierta medida al vandalismo y a la delincuencia en la ciudad. Si la seguridad urbana depende de la presencia de gente en la calle y de la intensidad de usos, se podría decir entonces que dicha condición está asociada directamente con la calidad del espacio. Una calle descuidada, fea, con poco mantenimiento y baja calidad estética y formal, es un espacio que no ofrece interés para ser visitado y mucho menos para permanecer allí y ser usado; por lo contrario, una calle de buena calidad es un espacio donde ocurren muchas actividades no indispensables, donde la gente sale como un fin en sí mismo a disfrutarla. Borja y Muxi (2003, p.39) consideran sobre esta condición que “La estética del espacio público forma parte de la ética del urbanismo”; de esta forma, cuando una calle es bonita y funcional, cómoda y agradable, estimulará comportamientos mas cívicos, así como un incremento en la diversidad de usuarios y en el tiempo de uso, lo que a su vez se traduce en un mayor espectro de actividades sociales y en un sentimiento de pertenencia al lugar. En este sentido, Invertir en la calidad del espacio público, su diseño, su enriquecimiento y mantenimiento nunca deberá ser visto como un lujo, sino más bien como una expresión de justicia urbana. Adicional a la calidad del espacio, una calle debe responder también a una característica básica: la diversidad. El hecho más relevante para garantizar el uso de las calles por parte


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de todos es la diversidad de funciones y usuarios. Borja y Muxi (2003, p.38) identifican que: “Políticas urbanas que favorezcan la heterogeneidad social, cultural y funcional harán de la recuperación urbana una realidad y no un simulacro esteticista de la ciudad”. Las ciudades y las sociedades no son homogéneas, por esta razón la diversidad se convierte en un sinónimo de complejidad y de creatividad, una característica que le permite a la ciudad mantenerse como un espacio sostenible: la diversidad como elemento de potencialidad evolutiva. Finalmente, podría decirse que el trabajo más importante que debe desarrollarse en las calles es identificar y revalorar los beneficios sociales que esta trae no solo al individuo sino a la ciudad en general. La importancia de devolver las calles a la gente radica en hacer que ésta tome conciencia de la importancia de participar en la vida colectiva. Las actividades cotidianas cada vez más privatizadas hace aun más necesaria la vida social en las calles, pues solo allí las personas pueden establecer un contacto directo con la sociedad a la que pertenecen, ver las cosas por sí mismos, experimentar, participar y tener un sentido de comunidad. Para Jacobs (1973, p.69) la importancia social de la calle radica en que si no existen estructuras de relación publica, no hay base para una confianza pública, no se producen las necesarias interconexiones humanas, y no hay la menor práctica o experiencia en las técnicas más comunes de vida ciudadana. Las calles constituyen la base dinámica sobre la cual puede sostenerse una vida pública sana, natural y casual en la ciudad. Sin embargo, la socialización en la calle no solo trae beneficios a la ciudad en su conjunto, sino también al individuo. Holahan (2006, p.359-365) identifica que los contactos so-


15 ciales casuales entre personas que se conocen por accidente en lugares públicos exteriores, desempeñan un importante rol socio-psicológico en el individuo; ya que se equilibran las necesidades de contacto social y privacidad. Según Holahan entre las ventajas psicológicas de la vida social en lugares públicos se encuentran el establecimiento de un sentido de identidad personal, el sentido de pertenencia a una comunidad y la identidad de grupo, proporciona el contexto social de donde se derivan los valores personales del individuo y valores sociales como la amistad y la cordialidad, ayuda a conservar la salud mental y a lograr una buena adaptación psicológica social, y finalmente permiten tener una red social a nivel de vecindario que proporciona a sus habitantes una comunidad que puede denominarse hogar. Asimismo para Segovia (2007, p.25) el espacio público favorece la vida en el ámbito privado, ya que estos ayudan a aumentar las capacidades de vínculo entre personas conocidas y desconocidas, a desarrollar situaciones de intimidad familiar o con conocidos que no se pueden dar en los espacios privados o familiares, e incrementar la autoestima. El espacio público permite un aislamiento temporal en relación con el grupo familiar, u otras formas de sociabilidad distintas a la del espacio doméstico. Así pues, frente a todas estas consideraciones, se podría decir que la tarea de restitución de las calles es compleja; sin embargo, gracias a proyectos e incitativas como las desarrolladas en los últimos años en el Centro de la Ciudad de México, se ha dado un pequeño salto hacia un gran cambio urbano y social. Hacer que la Ciudad Peatón exista, no implica la disposición de grandes recursos, sino mas bien voluntades e ideas creativas que combatan el temor y el desapego por lo


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público, para devolver el entusiasmo por la ciudad y lo urbano. La apuesta por la ciudad actual es hacer de ella un lugar amable para el peatón, pues una ciudad sólo puede comprenderse enteramente de una forma etnográfica; es decir, caminándola, observándola de cerca y usándola. La vitalidad del espacio proviene de la gente que lo visita y está en él; un lugar agradable y atractivo es un lugar lleno de gente, es por ello que un lugar ideal es caminable, compacto, accesible y diverso. Demostrar que un espacio puede ser disfrutable y seguro puede marcar toda la diferencia en cuanto a participación ciudadana se refiere, porque basta un sitio así para que se desencadene la demanda de más espacios peatonales de calidad que ofrezcan una caminata cómoda e interesante. De esta forma, como lo dijo el mismo arquitecto Jan Gehl: “No hicimos las ciudades para hacer a los coches felices, las hicimos para que también las personas puedan ser felices”25. La invitación que se plantea desde esta investigación es a ser peatón, a caminar y usar las calles, para protestar y para reafirmar el derecho a la ciudad.

25 Tomado de la entrevista con el arquitecto Jan Gehl realizada el 24 de Junio de 2013, en la ciudad de Copenhague, Dinamarca.


17 Poster del Movimiento social britĂĄnico llamado Reclaim the Streets (RTS), iniciado en la dĂŠcada de los 1990.| Fuente: https://brianholmes.wordpress.com/2007/04/27/do-it-yourself-geopolitics/


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22 If you design streets and cars, you get streets and cars. If you design places and people, you get places and people. William H. Whyte. The Social Life of Small Urban Spaces, 1980.


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Experiencias Alternativas para diseĂąar la calle Evento PARK (ing) Day Ciudad de MĂŠxico. 2014.| Lorena Cardona M.


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EXPERIENCIAS

ALTERNATIVAS PARA DISEÑAR LA CALLE

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C omo planteó en el capitulo anterior, la ciudad actual presenta una serie de retos y necesidades en materia de espacio público, a las cuales se deben proponer soluciones creativas teniendo siempre presente el beneficio común de los habitantes. De ahí que en la actualidad, haya un renovado interés por parte de arquitectos, urbanistas, y colectivos ciudadanos, en presentar propuestas arquitectónicas donde se facilita el espacio para la vida pública, tomando con ello conciencia de la importancia de rescatar al peatón como el protagonista de la ciudad y a la calle como su espacio público por excelencia.


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En este sentido, a continuación se presenta una serie de experiencias o más bien estrategias de diseño, planteadas en diversos escenarios nacionales e internacionales, que desde el punto de vista abordado en esta investigación, resultan pertinentes y adecuadas para lo que podría ser el tratamiento (desde lo arquitectónico) de la calles, dentro del contexto latinoamericano y en especifico Mexicano. El objetivo de presentar dichas propuestas no fue seleccionar proyectos de espacio público con grandes presupuestos y elaborados diseños, sino por lo contrario, en presentar propuestas mucho más accesibles y modestas, pero con un gran impacto y potencial, que demuestran una vez mas (y ya desde la practica) que para lograr un buen espacio público no es necesario invertir grandes recursos o hacer diseños extravagantes y espectaculares, sino mas bien en tomar conciencia de las realidades sociales y urbanas, para presentar con ello soluciones creativas, eficaces y de fácil acceso para todos. Asimismo, dichas experiencias constituyen un primer acercamiento (en términos arquitectónicos y urbanísticos) para la propuesta final de esta investigación.


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28 HUMANIZAR EL ESPACIO URBANO JAN GEHL Y LA TRANSFORMACIÓN DE COPENHAGEN

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Uno de los arquitectos que más se ha interesado en los espacios públicos y en la vida social que se desarrolla en ellos, es el arquitecto Danés Jan Gehl. Su trabajo se centra específicamente en la consultoría y desarrollo de proyectos urbanos, en el año 2000 fundó el despacho Gehl Architects – Urban Quality Consultants26, en el que ha desarrollado proyectos para el gobierno de ciudades como Copenhagen, Londres, Melbourne, Sidney, New York, y Ciudad de México. También ha sido profesor en diferentes universidades de Europa, Estados Unidos y Australia, y es autor de varias publicaciones entre las que se encuentran Life Between Buildings: Using Public Space (1987), New City Spaces (2000) y su último libro Cities for people (2010). En la práctica Jan Gehl y su grupo de colaboradores han contribuido a la renovación urbana de varias ciudades del mundo. Uno de los casos más destacados fue el de la ciudad de Copenhague en Dinamarca, que ante unas condiciones urbanas cada vez más pobres, consiguió establecer una serie de políticas pensadas específicamente a mejorar las condiciones para el peatón, cuyos resultados a futuro dieron lugar a una ciudad más sana, con mejor calidad urbana y ambiental, más segura y con una vida urbana vibrante. Desde los años sesenta en el centro de la ciudad de Copenhagen se dio inicio a una serie de intervenciones que cambiaron el carácter de un espacio dominado por los automóviles a uno pensado para los peatones. En los últimos cuarenta años, un total de 100.000 m2 de espacio público han sido recuperados y transformados para el tráfico pea26 Para conocer más información sobre este despacho y sus proyectos visitar el sitio web: http://gehlarchitects.com/


29 tonal, se ha repavimentado calles y plazas, y se ha mejorado la iluminación y el mobiliario urbano. Hoy en día el centro de la ciudad presenta un carácter y una atmosfera que invita a pasear y pasar tiempo en ella. En palabras de Gehl y GEMZØE (2002, p.10), las calles parecen decir: “Ven eres bienvenido. Camina un rato, párate otro poco y quédate tanto tiempo como quieras”. De esta forma, se ha dado al espacio urbano de la ciudad una nueva forma y un nuevo contenido. En este proceso de transformación Jan Gehl contribuyo de manera notable con uno de los proyectos que más detonó el cambio en la ciudad: la peatonalización de la calle Strøget27 en 1961. En este sentido, a continuación se presenta la información del proyecto y los resultados obtenidos en materia de incremento en la actividad social.

27 La información presentada de este proyecto fue tomada de una visita realizada a la ciudad de Copenhagen durante el mes de Junio del 2013 y de la entrevista personal realizada al arquitecto el 24 de junio de 2013. Algunos datos y fotografías fueron extraídas de la pagina web http://gehlarchitects.com/


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CALLE PEATONAL STRØGET

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La ciudad de Copenhagen es la capital de Dinamarca y cuenta con una población de 1.3 millones de habitantes. El centro de la ciudad presenta una traza medieval, los edificios de estilo neoclasico de cuatro o cinco pisos de altura y frentes estrechos, albergan principalmente usos corporativos, institucionales, comerciales y en algunos casos vivienda en los pisos superiores. La calle Strøget es una zona

peatonal situada en el centro de la ciudad, y considerada como la calle comercial más larga de Europa. La calle está bordeada al oeste por la Plaza del Ayuntamiento y al este por la Kongens Nytorv o “Nueva Plaza del Rey”. En cuanto su composición urbana, la calle de 1.100 m de longitud atraviesa cuatro plazas importantes del centro. Su ancho promedio es de 12 m, aunque llega hasta los 50 m cuando converge con las plazas.


La peatonalización de esta calle inicio en noviembre de 1962, cuando los coches dominaban las antiguas calles céntricas de la ciudad. La idea que fue desarrollada a modo de proyecto piloto, fue muy controvertida: algunas personas pensaban que los daneses no tenían la mentalidad de “vida pública” y muchos comerciantes locales pensaban que la medida ahuyentaría a los clientes. Sin embargo, resultó un éxito, y la zona pronto contó con más compradores, cafeterías y una vida callejera

renovada. Basándose en el éxito de Strøget, la red se expandió poco a poco y en un periodo de cuatro décadas se transformo varias calles y plazas del centro en espacio total o parcialmente libres de automóviles. De los 15.800 m² iniciales de Strøget, la red peatonal de Copenhague se ha extendido a mas de 100.000 m² , hoy en día la centro se recorre a pie fácilmente de un extremo a otro y el trafico peatonal representa el 80% de los desplazamientos.


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Unas 250.000 personas usan Strøget todos los días en la cima de la temporada turística en verano, y unas 120.000 lo hacen en un día de invierno. En los últimos 25 años el numero de personas que interviene en actividades de ocio en las calles del centro se ha multiplicado por

3.5. cada 14 m² de área peatonal 1 habitante de la ciudad esta dispuesto a disfrutar lo que esta ofrece. A pesar de los frios inviernos de esta ciudad, la temporada de vida al aire libre se ha incrementado desde el 1 de abril hasta el 1 de noviembre de cada año.

La supresión del trafico rodado junto con opciones para estacionar mas limitadas (reducción de estacionamientos entre un 2 y 3% cada año) han contribuido a la reducción del trafico en el centro, fortaleciendo nuevas opciones de desplazamiento como el uso del transporte público y de la bicicleta. Actualmente Copenhagen es considerada como “la ciudad de la bicicleta”, ya que mas del 37% de la población la utiliza como principal medio de transporte

y el objetivo es que supere el 50% en los próximos años. Todo esto se ha conseguido gracias a una política desarrollada durante más de 40 años, con la que se ha construido toda una red de más de 390 kilómetros de carriles bici seguros y separados de los coches. A finales de 2011 se abrio la primera de una serie de ‘autopistas para bicis’ completamente libres de tráfico, diseñadas para conectar las afueras con el centro de la ciudad.


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La vida en esta calle se despliega como un espectĂĄculo colorido y variado: juegos, mĂşsicos callejeros, artistas y animadores urbanos atraen a todo tipo de publico a permanecer afuera. Este espacio libre de coches se utiliza para un modo de recreo social y urbano en el que la oportunidad de ver reunirse e interactuar con otras personas supone un notable atractivo.

Todo el centro de Copenhagen se ha convertido en una zona peatonal. en un dia laborable de verano pueden haber entre 5.000 y 6.000 personas en la calle desarrollnado diversas actividades exteriores relacionadas con el Alrededor de unos 1.500 asientos y 5.000 sillas en terrazas al aire libre proporcionan una amplia gama de posibilidades para sentarse.


34 DOMESTICAR LA CALLE GRUPO DE INVESTIGACIÓN HABITAR | UPC, BARCELONA

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Rehabitar La Calle es un proyecto liderado por el grupo de investigación HABITAR (2010) de la Universidad Politécnica de Cataluña UPC, España; el cual tiene como objetivo devolver al espacio urbano su carácter de lugar público, alentando las relaciones sociales a través de una reflexión sobre las características de la calle y sobre los usos que se pueden desarrollar en ella. El diagnostico del cual parte el proyecto hace referencia a que generalmente las calles están llenas elementos poco domésticos como los materiales de construcción, los vehículos y el mobiliario técnico, que son propios de una infraestructura e inherentes al tráfico vehicular; los cuales convierten la calle en la expresión de una normativa y de la regulación de un uso, limitando así la capacidad de intervención y apropiación por parte de los ciudadanos. En este sentido, el proyecto buscar hacer una serie de propuestas que apuntan a incrementar la capacidad de la calle para sustentar un uso más intenso y amplio, devolviendo a la gente la facultad de habitarla. Para esto, se toma como referente el concepto de “Domesticar la calle”, el cual significa alejarla de su configuración de infraestructura y acercarla mediante ciertos elementos y actividades a su condición de lugar. Una calle domesticada supone entonces un espacio donde uno se siente y actúa como en casa, para lo cual se considera indispensable incrementar el rozamiento mutuo espacio-individuo, de tal forma que las personas tengan la posibilidad de arraigar en ella, permitiendo que el espacio se contamine de su presencia y su actividad social.


35 Al domesticar la calle se promueve que los usos colectivos encuentren la forma de producirse utilizando recursos propios del momento, una intervención del espacio con elementos sencillos y económicos, con los cuales se demuestra que para desarrollar nuevas experiencias solo se necesita sentido crítico, voluntad y mucha creatividad. Asimismo, el proyecto promueve una regulación de los usos por horas, estaciones, jornadas o fines de semana que ayudan a no condicionar la calle a un solo uso permanente, sino por lo contrario, a promover la flexibilidad de esta a través de la compatibilización mediante horarios de muchas actividades. Para lograr estos propósitos el proyecto propone dos condiciones fundamentales: en primer lugar que el diseño de la calle sea menos especializado y más genérico, apto para desarrollar diferentes actividades por diferentes tipos de usuarios y en diferentes ocasiones; una calle vista como una hoja en blanco sin atributos especiales lista para acoger cualquier uso. En segundo lugar la aceptación sin complejos de un desorden aparente de la calle que es el resultado de la convivencia y la creatividad colectiva de aquellos que la usan y la habitan diariamente. Partiendo de estas consideraciones, a continuación se presentan algunas estrategias para domesticar la calle.


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EL ESPACIO COMPARTIDO

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Con el propósito de incrementar la seguridad, el ingeniero holandés Hans Monderman desarrolló a principios de esta década en varios países de Europa el concepto de “ shared space”. Para Monderman “los escenarios formalizados como lugares de estar y relacionarse, y no como lugares de paso sin identidad, animan a las personas cualquiera que sea a su medio de transporte, a comportarse humanamente con el resto de usuarios, cediendo derechos y respetando el derecho de todos a moverse en ciertos ámbitos”. El shared space busca suprimir la jerarquización del espacio público, rompiendo con la limitación de áreas especializadas (banquetas, vía, camellón, zonas verdes, ciclopista) y dotándolo de un sentido social, mediante la reducción drástica de señales de circulación y la desaparición de bordillos y vallas, con el propósito de juntar a todos los ciudadanos en una misma plataforma continua, ininterrumpida fácilmente reconfigurable. El proyecto trata de construir espacios humanos donde el contexto socio cultural guía el comportamiento, asimismo implica una toma de conciencia por parte de los usuarios de la calle como el lugar de contacto social por excelencia, en una fórmula de convivencia entre vehículos, transeúntes y actividades pasivas al aire libre.

SILLAS EN LA CALLE En 2009, la calle de Times Square en Nueva York, se lleno de mesas y sillas durante unos meses, como prueba de viabilidad para eliminar el tráfico de Broadway administración prefirió evaluar la reacción ciudadana antes de iniciar la transformación de esta zona, sin embargo lo importante de esta experiencia fue la introducción de una nueva forma de ocupar el espacio público. El termino mobiliario y móvil comparten la misma raíz etimológica, los muebles, sillas y mesas permiten configurar su posición o su forma en función de cada actividad y momento. Generalmente en las casas se conserva esta flexibilidad del mobiliario, sin embargo en la calle y los otros espacios públicos, el mobiliario urbano es fijo, determinando un único uso posible; en este sentido el ejemplo


37 de Times Square es interesante ya que devuelven la iniciativa al usuario, configurando un ambiente más domestico para establecer contacto social de un modo más espontaneo.

UNA CALLE CON HORARIOS “Cada calle tiene lo suyo. Lo que ocurre a primera hora de la mañana no es lo mismo que lo que ocurre al atardecer”. El horario de la calle viene determinado por las cosas que la gente hace en ella. Una misma calle puede cubrir diversas necesidades siempre que estas no sean coincidentes en el tiempo. La observación del funcionamiento de estos ámbitos permite pensar en el curso de horarios como una formula para dar cabida a una mayor riqueza de actividades a lo largo del día o del año que, con un tratamiento inmutable no se podían generar No se trata de una transformacion física de la calle, sino de su

capacidad para sustentar usos diversos sobre una base neutra y sin obstáculos, que remite de nuevo, a la necesidad de una calle no especializada. Muchas son las situaciones en las que una calle con horarios ofrecerá una mayor calidad de vida. La realidad cambiante del espacio público se hace mas evidente en aquellas zonas donde por ejemplo se monata y se desmonta cada día un mercado ambulante que convierten la calle en un comerdor al aire libre. Tambien hay otros usos temporales de las calles como exposiciones de arte, ferias, festivales, espacios deportivos y ciclovias.


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LA CALLE AZUL

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En 2007, el artista holandés Henk Hofstra pintó de azul una franja de ocho metros de ancho por mil de largo en una avenida de la ciudad holandesa de Drachten, en recuerdo del paso de un canal. Sobre esta banda, se recortaban descontextualizadas las señales de tráfico y unas grandes letras con el nombre de la acción: El agua es vida. El color azul sigue unas leyes que nada tienen que ver con carriles para bicicletas, pasos de peatones y señales de tráfico. Esta instalación da cuenta de cuán acostumbrados estamos a ver la calle de una determinada forma y cuánto podría llegar a cambiar si manipulamos alguno de sus elementos ; nuestra actitud hacia el espacio urbano se transforma y éste se revela, de nuevo, lleno de posibilidades. Con independencia del choque visual que la acción provoca, el interés de la intervención se centra en el hecho de considerar la calle como un lugar para la interpretación, en este caso histórica, rompiendo así el rígido lazo que une el diseño urbano y la función.

INTERVENCIONES: TOLDOS Y SOMBRILLAS Durante el verano algunas calles de ciudades calurosas se entoldan para dar sombra al espacio, mejorar el confort ambiental y crear un espacio colectivo y mas íntimo. Cubrir la calle, disponer de un techo provisional entre los edificios, permite entenderla como un ámbito doméstico, al diluir las diferencias espaciales entre la casa y la calle. Estas iniciativas en ocasiones no provienen de las administraciones públicas o de la propia arquitectura, sino de las propuestas individuales o colectivas de sus mismos usuarios. Las intervenciones no solo se limitan a mejorar las condiciones ambientales de las calles, sino además a generar espacios con una atmósfera particluar (arraigada en lo doméstico) mediante la incorporación de elementos coloridos, o con texturas y formas diferentes que proyectan sombras y luces cambiantes, los cuales contribuyen a mejorar su vitalidad. El reto esta en pensar como a través de elementos simples se puede transformar el espacio existente de la calle para devolverle su función como principal espacio público de la ciudad.


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DESFALTAR: COMMUNITY GARDEN Acciones como los Community Gardens están vinculadas al movimiento ecologista que pretende recuperar areas con terreno “virgen” para plantar flores o cultivar huertos urbanos, con el objetivo de darles un uso social, reducir la superficie esfaltada y con ello el monopolio que el vehículo tiene sobre los espacios urbanos. Lo inetersante de esta propuesta es que no pretenden substituir estas areas por jardines delegando su mantenimiento a la adminstración pública, sino por

el contrario en hacer que los ciudadanos adquieran el compromiso de cultivarlas como huertos domésticos a manera de extensión de sus propias casas. Esta propuesta supone una forma de apropiación de las calles que implica su cuidaddo directo, haciendo que el diseño del espacio sea fruto de la participación de los vecinos, que encuentran en esto un modo de estrechar los vinculos sociales. Ver mas información en: http:// www.grownyc.org/función.


40 ESTRATEGIAS SUBVERSIVAS DE OCUPACIÓN URBANA COLECTIVO SOMOSMEXAS | RECETAS URBANAS

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Somosmexas28 es un colectivo formado por jóvenes mexicanos, fundado en el año 2006 y dedicado a desarrollar proyectos de arquitectura, arte e intervención en el espacio urbano, que fomentan la participación ciudadana, la creación colectiva y el enriquecimiento social y cultural. La forma como este grupo opera se basa en un modelo de trabajo “sin clientes” mediante iniciativas de acción directa que ellos mismos gestionan; un modelo de intervención en el entorno inmediato que tiene como objetivo la exploración de nuevos discursos y prácticas en la ciudad. Mediante un trabajo interdisciplinario, el colectivo desafía los paradigmas institucionales al mismo tiempo que descentraliza la escena cultural, integrando diversos tipos de públicos e incidiendo en el panorama local. Su práctica se desarrolla bajo un esquema de trabajo horizontal que les ha permitido explorar y mostrar los puntos ciegos tanto de la arquitectura como del urbanismo; de esta forma, su trabajo propone una aproximación a estas disciplinas alejada de la función práctica y económica, y enfocada más hacia las demandas de los propios usuarios. Uno de sus principales objetivos ha sido retomar el compromiso que la arquitectura tiene con el usuario y el territorio, así como generar experiencias que conformen un mejor tejido social a través de la construcción de comunidad. Por su parte Recetas Urbanas29 es un estudio español fundado en 2003 por el Arquitecto Sevillano Santiago Cirugeda egresado de la Universitat Internacional de Catalunya en Barcelona, un arquitecto atípico que desde el inicio de su carrera ha puesto en práctica sus ideas directamente sobre 28 Toda la información sobre el colectivo fue tomada de la pagina web: http:// somosmexas.tumblr.com 29 Toda la información sobre el estudio fue tomada de la pagina web: http://www. recetasurbanas.net/


41 el terreno. En el ámbito de la realidad urbana los proyectos de este estudio abordan temas como la arquitectura efímera, el reciclaje, las estrategias de ocupación e intervención urbana y la participación ciudadana en los procesos urbanos. Sus intervenciones aprovechan los vacíos legales que deja la reglamentación urbanística para desarrollar con ello protocolos que pueden ser usados por colectivos o ciudadanos, para mejorar fragmentos urbanos o desarrollar proyectos que permitan soluciones concretas de usos temporales. Su arquitectura, inmediata y portátil, es un despliegue de ingenio y creatividad que busca proponer nuevos modelos ajustados a presupuestos limitados, planteando con esto un modelo de ciudad autogestionada donde los ciudadanos pueden decidir sobre su entorno inmediato. Sus proyectos catalogados como “subversivos” van desde ocupaciones de espacios públicos con contenedores, hasta la construcción de prótesis en fachadas, patios, cubiertas y solares; todo ello negociando entre la legalidad e ilegalidad. En una colaboración conjunta ambos colectivos desarrollaron en el 2012 el workshop Estrategias Subversivas de Ocupación Urbana30 (taller en el cual tuve la oportunidad de participar), que tenía como objetivo analizar, proponer e implementar en sitio, estrategias de reactivación espacial que permitieran mejorar las condiciones de los espacios públicos siguiendo con ello el modelo de ciudad autogestionada. El lugar escogido para la intervención fue el barrio La Merced más específicamente el eje comprendido por las calles Topacio-Talavera- Alhóndiga, entre la calle Fray Servando y la Iglesia de la Santísima. A nivel metodológico, el taller se desarrolló en cinco fines de semana del 18 de agosto al 15 30 Toda la información sobre taller y las propuestas de intervención fue proporcionada por el colectivo Somosmexas, en Septiembre de 2014.


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de septiembre en las instalaciones de ATEA. Del sector de estudio, se seleccionaron 6 sitios a intervenir: el separador del cruce de la calle Topacio y Fray Servando, el parque infantil santo Tomas, la plaza de la Aguilita, La plaza Alonso García, la plaza Alhóndiga y la calle de la Santísima. Durante el tiempo del taller se lograron identificar algunas claves para la reapropiación ciudadana de estos espacios con la participación de la comunidad, a partir de intervenciones con arquitectura efímera, reciclaje, mobiliario e instalaciones artísticas. A continuación se presentan algunas de las propuestas de “Ocupación Subversiva” resultantes en el taller.


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MAPA DE INTERVENCIONES

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GRUPO 1: JARDINERA EN ELECTROSHOCK El objeto de intervención fue una jardinera de 1.20 de altura ubicada en la Av. Fray Servando esquina con Topacio, una zona que funciona como punto articulador entre el Centro Histórico y la zona del Mercado de la Merced. El área presenta un alto flujo vehicular sumado a un enorme flujo de compradores, vendedores ambulantes, cargadores y diableros que mantienen sus trayectorias independientes al sentido vehicular, generandose así un complejo entramado de circulaciones que provocan una fuerte saturación sonora, visual y sensorial. Adicional a esto, la jardinera al no tener nengún uso social, funciona hoy en día como un espacio residual bastante deteriorado. Intervención #1 La Cal como método de análisis Comúnmente las vialidades son pensadas en la optimización del tránsito vehicular, dejando al peatón como una especie de fantasma que deambula de manera errática y caprichosa. En un ánimo de poder captar su recorrido y hacerlo palpable, se ideó un método utilizando cal en las esquinas de las banquetas, de tal forma que se pudiera determinar los flujos de circulación más frecuentes en la zona. Intervención #2: cruces peatonales Derivado de los resultados obtenidos en la primera intervención, se vio la necesidad de consolidar los flujos peatonales a través de una serie de cebras que de alguna forma “legalizaron” los cruce mas usados por los transeúntes. Intervención #3: la jardinera como espacio de desaceleración Una semana después de las anteriores intervenciones, se realizó la ultima acción; esta vez sobre la jardinera. La propuesta se centró en atraer la acción sobre el objeto para convertirlo en un espacio de descanso y reunión: se instaló una serie rampas para mejorar la accesibilidad, se definió un recorrido interno y se colocó mobiliario como bancas y vegetación. De esta forma, se creó un pequeño oasis en medio del caos vehicular, a través de pequeñas acciones que dotaron al espacio de otras sensaciones y percepciones. La respuesta por parte de los vecinos y los que recorrían el sector no sólo fue de gran aceptación sino también de colaboración y aportación. Con lo cual se demostró que pequeñas acciones positivas pueden tener efectos multiplicadores y de retroalimentación, que aportan a mejorar las dinámicas urbanas y el espacio público.


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GRUPO 4: COLUMPIOS URBANOS

El proyecto comienza con un acercamiento a los habitantes de la plaza, para conocer sus historias, necesidades y su aportación al lugar. Para esto, se decidió colocar unos muros de plastico en diferentes puntos de la plaza en los cuales se preguntó a cerca del habitar este lugar a través de una analogía con la vivienda. Las repuestas de los usuarios coincidieron en dos conceptos básicos: Descansar y ser feliz. Como estrategia de ocupación urbana se propone la instalación de un área de descanso con columpios, que responden a los dos conceptos de significación más relevantes recogidos durante el acercamiento a la comunidad: “una plaza para descansar y ser feliz” y de esta forma generar un mejoramiento del entorno, tanto a nivel espacial como social. El lugar escogido para la intervención fue una zona verde ubicada en el extremo derecho de la plaza. La elección de esta zona obedeció a cuestiones técnicas (arboles para instalar columpios + pisos blandos) y sociales (zona de descanso de indigentes y con mayor potencial de transformación social). Como el objetivo del taller era hacer una intervención usando sistemas constructivos económicos, ecológicos y reciclables; los culumpios se construyeron con materiales reutilizados como maderas y canastas plásticas. Para hacer el montaje se utilizaron los arboles existentes en los que se instaló un sistema de amarre con cuerdas. El resultado de la intervención fue bastante exitoso, ya que se generó un espacio de juego y esparcimiento para los niños de este sector. Los usuarios se apropiaron del proyecto y estuvo en funcionamiento por mas de 1 mes después de la instalación.


47 GRUPO 5: TRAJINERA / COMEDOR La calle Alhóndiga y Roldán fueron un antiguo embarcadero donde arribaban cientos de trajineras que atravesaban los lagos de la cuenca de México para descargar productos como flores, frutos y hortalizas. Especificamente en la Plaza Alhóndiga se encuentra ubicado el Puente de Roldán, que durante la colonia y hasta finales del siglo XIX fue el principal puerto interior de la ciudad donde paraban los vendedores de los tianquixtli (tianguis) para surtirse de granos. Partiendo de esta condición histórica, la propuesta de intervención para este epacio consistió en rescatar el valor de la calleembarcadero para construir una “trajinera/comedor” que sirviera a uno de los usos mas frecuentes y cotidianos de la plaza: un lugar

para descansar y comer. La trajinera/comedor consiste en un módulo de 1.50 x 1.90m que consta de un espacio para comer (bancas laterales y mesa central) una estructura para poner una cubierta, una jardinera y un bote de basura; todo construido con madera reciclada. El mobiliario fue instalado en las zonas verdes de la plaza, que es donde usualmente la gente se sienta a comer. El resultado de la intervención fue sumamente exitoso ya que el espacio a pesar de estar rodeado de fondas y locales de comida, no cuenta con mobiliario apropiado para dicha actividad. La trajinera estuvo en funcionamiento aproximadamente por 1 mes después de la instalación.


48 PARK (ing) DAY REBAR | COLECTIVO DISONANTE.MX

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En el 2005 el estudio de arquitectura de la ciudad de San Francisco, EUA, REBAR (2005), puso en marcha una iniciativa que reivindica un uso más amable y participativo del espacio público, llamada PARK (ing) Day. Por un día los ciudadanos transforman las calles en pequeños parques a los que se traslada su actividad con la ayuda de mobiliario doméstico. Durante cierto tiempo es posible ver la calle como una prolongación de la casa, como un jardín delantero que incrementa sus posibilidades de uso y la interacción entre los ciudadanos. El PARK (ing) Day un evento anual que se realiza en varias ciudades del mundo, en el que ciudadanos, artistas, diseñadores y activistas, colaboran para transformar temporalmente (por un día) estacionamientos con parquímetro en espacios de Park(ing) o parques públicos que propician usos más intensos y espontáneos. El objetivo del evento es llamar la atención sobre la necesidad de mejorar la calidad del hábitat urbano, y de generar un debate crítico en torno a cómo se crea y se asigna el espacio público. En las ciudades la gran mayoría del espacio abierto se dedica al tránsito y al estacionamiento de vehículos, mientras que sólo una pequeña fracción se asigna a la gente y sus actividades cotidianas. Por esta razón, la propuesta del PARK (ing) Day, es rentar temporalmente el espacio de estacionamiento en las calles para ampliar sus posibilidades de uso “colectivo”, como espacio para la socialización, la expresión cultural, el juego y la generosidad. La propuesta es sencilla: ocupar una plaza pública de estacionamiento y transformar el espacio (de aproximadamente 12 m2) en un pequeño parque, un jardín, un comedor o una instalación artística.


49 Este evento se ha convertido desde el 2005 en un movimiento mundial, en el que organizaciones e individuos alteran el paisaje urbano, creando y experimentando nuevas formas de espacio público. Como es un proyecto de código abierto, la invitación a participar es abierta a todos aquellos que desean promover en la ciudad aspectos como la creatividad, el compromiso cívico, el pensamiento crítico y la vida comunitaria. PARK (ing) DAY CIUDAD DE MÉXICO 2014

El colectivo de arquitectura Disonante.mx fundado en el 2014 y conformado por estudiantes del Posgrado de Arquitectura de la UNAM; decidió unir esfuerzos para organizar el PARK (ing) Day Ciudad de México 201431. El evento se llevo a cabo el sábado 20 de septiembre en la calle Medellín, colonia Roma Norte. Desde el medio día se dieron cita un total de siete estudios mexicanos conformados por artistas, diseñadores, arquitectos y urbanistas, que fueron convocados por el colectivo, para convertir temporalmente los cajones de estacionamiento en parques públicos. Utilizando todo tipo de materiales (en su mayoría reciclados o sacados de sus propias viviendas y oficinas), cada participante construyó su parque de 12m2 en el espacio de los estacionamientos. Las propuestas fueron muy diversas; desde una sala de estar, hasta un espacio de picnic, un jardín, una instalación de columpios, libreros, bancas y hasta un stand de arte. Durante ese día y gracias a la creatividad de estos estudios, fue posible ver la calle Medellín convertida en un parque lineal hecho de pequeñas intervenciones con una escala más humana y flexible, que permitieron un uso más amable y participativo del espacio público, y ayudaron a promover la interacción social entre vecinos, artistas, diseñadores y ciudadanos. 31 Toda la información sobre el evento y las propuestas de intervención fue tomada de la pagina web: http://disonante.mx/portfolio/parking-day/


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El evento que fue bastante exitoso, logró transmitir su mensaje: “Colaborar entre los mismos ciudadanos para hacer una ciudad mucho más caminable, más humana y más disfrutable para todos”. Después de esta intervención, la invitación quedo abierta para seguir transformando las calles en espacios para la gente y sus actividades cotidianas. Este tipo de propuestas que pueden ser replicables en cualquier calle y espacio de la ciudad, constituyen una alternativa mucho más económica, flexible y de mayor impacto, para resolver los problemas de déficit de espacio público, y para ampliar sus posibilidades de uso colectivo y social. A continuación se presentan las propuestas desarrolladas por los participantes del evento.


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0 0 1 PA R K | COLECTIVO DISONANTE.MX Tipo de intervención: Cubierta de paraguas | sala de estar y picnic con mobiliario doméstico Manifiesto: Diez elementos suspendidos en el aire, que no eran más límite, ni más discurso, que el de una partícula efímera de esta ciudad distinta/distante. Sombras nada más, replicaba la canción; mesas

y sillas, revistas y folletos, una conversación aparecía y otra se extinguía, una carriola y un perro; transcurría el tiempo y las miradas se posaban ante el eclecticismo de la acción. Lo nuestro no era una instalación, era una voluntad expresable en un sin número de formas, y esta fue una, esa, la que pudo ser.


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0 0 2 PA R K | B U S C A N D O L A AURORA ARQUITECTOS Tipo de intervención: Módulo librero Manifiesto: Aun no basta sólo con apropiarse del espacio que ordinariamente ocupa un automóvil. La permeabilidad como comunidad sigue estando distante. La sociedad esta acostumbrada a ver todo en su lugar (un automóvil en su cajón

de estacionamiento) y un parque significa un cambio y un pecado. Cualquier intervención, discreta o exuberante, mínima o máxima, es buen inicio para lograr este cambio que parece utópico. Lograr hacer ciudad es un reto que implica la verdadera participación de la ciudadanía, personas comunes, transeúntes y paseantes.

0 0 3 PA R K | P R O Y E C T O VA I V É N Tipo de intervención: Instalación de columpios urbanos Manifiesto: Queremos hacer notar que las ciudades no son solo lugares para trabajar y dormir. Las ciudades on lugares en donde se puede divertir, relajar y convivir Sólo hace falta salir para encontrarse

con otras personas y disfrutar de las bondades que hay en ellas. El proceso de apropiación es un proceso dinámico a través del cual, la calle, como espacio público, se transforma en espacio propio, íntimo,como experiencia individual pero que se comparte con la colectividad.


54 0 0 4 PA R K | TA L L E R DE MICROURBANISMO CASA VECINA Tipo de intervención: Sala de estar con mobiliario doméstico.

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0 0 5 PA R K | B A N D A D A I S T U D I O Tipo de intervención: Jardín urbano Manifiesto: A diferencia de otras ciudades, donde ocupar la calle es anecdótico y por tanto llamativo y diferente, en la Ciudad de México se corre el riesgo de pasar desapercibidos y quedar disueltos entre la acumulación de ambulantes, tianguis y carritos. Por lo tanto, no basta con apropiarse de un pedazo de espacio publico, sino que esa apropiación debe ser totalmente diferente a las ocupaciones convencionales; debe ser un manifiesto contra las practicas abusivas de apropiación del espa-

cio publico. Para esto, proponemos construir una instalación que funcione a la contra y en positivo; un parque sin actividad, sin recorridos, que logra llevar a la vegetación a una posición protagónica y que enfatiza en su valor principal: “la naturaleza como concepto de belleza”. Porque el Parking Day es una oportunidad de contagiar buenos hábitos y la belleza se contagia.


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0 0 6 PA R K | G R A F F I T I W O R L D Tipo de intervenci贸n: Estand de arte | live show con pintura

0 0 7 PA R K | C O L E C T I V O PA N A L Tipo de intervenci贸n: Banca - librero | Jardinera - librero


56 PARKLETS MÓVILES DAS ARQUITECTOS | FUNDACIÓN+ESPACIOS

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Los Parklets son un proyecto desarrollado en el 2010 en la ciudad de San Francisco, EUA, a cargo del diseñador italiano Suzi Bolognese de SB Design Studio. El proyecto (que es una evolución del PARK (ing) Day) consiste en un pequeño espacio que funciona como extensión de la banqueta, el cual provee servicios y áreas verdes a los transeúntes. Una iniciativa más consolidada y permanente que busca redefinir la relación que se tiene con la ciudad, el espacio público y el automóvil. En las ciudades es fácil encontrar espacios destinados al estacionamiento de vehículos privados. Sin embargo, ¿qué pasaría si se toman dichos espacios para transformarlos en lugares pensados para la gente? La propuesta de los Parklets busca aprovechar las zonas de estacionamiento en las calles con el fin de crear pequeños parques públicos que ofrecen un lugar para sentarse, descansar, comer o jugar. Los parklets son usados en muchas ciudades como una opción para incrementar las áreas de espacio público en zonas donde son insuficientes, en áreas muy congestionadas o donde las dimensiones de las banquetas son muy reducidas para dar cabida a diversas actividades que le dan vida a las calles. Dichas estructuras pueden ser diseñadas para ser fijadas en los estacionamientos de forma permanente, o bien de forma temporal. Normalmente son del tamaño de 2 o tres cajones, a manera de una plataforma que se extienden hacia fuera desde la banqueta y brinda comodidades como asientos, mesas, mobiliario urbano y vegetación. Generalmente son espacios pensados para la recreación pasiva, sin embargo algunos modelos incorporan actividades más intensas como el juego y el deporte.


57 La propuesta que se implementó por primera vez en Estados Unidos, se ha ido desarrollando progresivamente en otras ciudades del mundo, debido a su versatilidad y su uso efectivo. En 2013, el Departamento de Planificación de San Francisco, publicó el primer Manual Parklet32, que identifica los objetivos, políticas, procesos, procedimientos y directrices para la creación de un Parklet; este manual funciona además como un recurso global para aquellas entidades o instituciones gubernamentales que buscan establecer programas parklet en sus propias ciudades. En la Ciudad de México, dese el 2013 se viene implementando un programa de Parklets Móviles33 a cargo del despacho de arquitectura DAS- Desarrollo, Arquitectura, Sustentabilidad, en colaboración con la Fundación + Espacios, con el que se busca contrarrestar la falta de áreas verdes en algunas zonas de la capital. La propuesta consistió en desarrollar unas estructuras ligeras que se pudieran montar y desmontar rápidamente con el fin de moverlas en varias zonas de la ciudad; esto, debido a que la normativa vial de la Ciudad de México presenta una serie de limitaciones para la utilización de las vías públicas: “Según la ley, solo puede permanecer en las calles elementos identificados como vehículos, es decir con ruedas, placas y luces”. Por ello, la estrategia del Parklet fue aprovechar esa disyuntiva, para crear un espacio público sobre remolques que “respeta” dicha reglamentación y al mismo tiempo cumple con el objetivo inicial de recuperar los espacios ocupados por el automóvil en espacios públicos de esparcimiento.

Los Parklets Móviles buscan el re-aprovechamiento de las calles y constituyen un primer paso para llegar a soluciones más definitivas como los parklets fijos o las calles 32 Para conocer el manual visitar sitio web: https://www.yumpu.com/en/document/view/12468252/parklet-manual 33 Información del proyecto tomada de las páginas web: http://das.com.mx/ y http://coolhuntermx.com/das-parklets/


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peatonales. El reto es recorrer las 17 Delegaciones de la ciudad, para acceder así a un gran número de ciudadanos y a una variedad de contextos urbanos y sociales. En noviembre del 2013, la Fundación Mas Espacio donó al gobierno del Distrito Federal diez Parkles Móviles o “Park-Es” (como fueron llamados posteriormente, haciendo alusión a la fusión de los términos Parques y Estacionamiento) mediante un convenio celebrado entre dicha fundación y la AEP; esto como parte de la gestión de programas estratégicos que adelanta la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda –SEDUVI, para la vinculación del sector privado en la recuperación del espacio público y en la lucha por el derecho a espacios urbanos de calidad.


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Los Parklets son un proyecto liderado por el despacho mexicano DAS–Desarrollo, Arquitectura, Sustentable y la fundación Mas Espacio que pretende crear espacios cimentados en pequeñas dimensiones, los cuales sirven como extensión de la banqueta y proveen a lugares públicos como las calles de instalaciones compu-

estas por áreas verdes y mobiliario urbano, utilizando para ello los lugares destinados para estacionamientos públicos. La idea surge a partir del desarollo de estructuras ligeras que se pueden montar y desmontar rápidamente con el objetivo de mover los parklets en varios espacios de la ciudad.

El objetivo de esta intervención es fomentar programas de activación e integración social, basados en actividades en las que la sociedad pueda compartir con diferentes personas para generar lazos de confianza y compañerismo entre los miembros del barrio en el que se encuentren, así como con los visitantes de otros lugares, creando así una zona alternativa para

la convivencia ciudadana. Los Parklets ofrecen una alternitiva para sentarse y descansar mientras se disfruta de las actividades cotidianas que se desarrollan en la calle; la propuesta busca “Hacer de los espacios públicos verederos escenarios donde la imaginación despegue y rompa con los esquemas de la cotidianidad”.


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ESTRUCTURA | USOS | COMPONENTES Los Parklets son pequeños parques de entre 8 a 35m² que se arman y desarman en 20 minutos con un equipo de tres personas. Para ayudar con su montaje cuentan con elementos fijos, desplegables y sueltos. Todo los elementos aquitectónicos son a base de ángulos de acero cubiertos por deck de duelas y modulados en relación con el ancho de las mismas, los cuales además se complementan con una vegetación que corresponde a plantas de alta resistencia. Los parklets contienen diversos componentes que fomentan programas de activación y responden a los usos del contexto inmediato. Su diseño propone en un espacio pequeño una gran variedad de experiencias: ofrece la posibilidad de compartir con mucha gente y desarrollar actividades sociales como conversar comer y jugar, hasta aislarse para leer o descansar en alguno de los nichos verdes que ofrecen mayor intimidad. Para aumentar su atractivo y fomentar el uso por todo tipo de personas, cuentan con gadgets como contactos, internet inalámbrico y estacionamientos de bicicletas.


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Propuesta: La “an-arquitectura” de la calle Evento PARK (ing) Day Ciudad de México. 2014.| Lorena Cardona M.


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LA “AN-ARQUITECTURA” DE LA CALLE

PROPUESTA

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as ciudades se construyen y se continúan construyendo con cierto orden y bajo ciertas reglas o criterios definidos por un grupo disminuido de “expertos”. La historia de la ciudad ha estado inmersa en un deseo de planificación, donde cada cosa esta en su lugar y donde se espera que todo esté estructurado minuciosamente para que funcione perfectamente casi como una gran obra de ingeniería; una ciudad diseñada bajo la mirada de un Dios, que observa el espacio en planta desde el cielo y que jamás baja para sentir el territorio. Este tipo de visión ha llevado a que tal vez las decisiones que se han tomado con respecto a la


68 ciudad no sean las más acertadas, pues en muchos casos este grupo de “expertos del urbanismo” no siempre tienen una percepción amplia de lo requerido por las mayorías.

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P RO P U E STA L A A N-A R QU IT EC T UR A DE L A C A L L E

Dentro de sus investigaciones urbanas, Jan Gehl ha identificado la aparición de tres lógicas imperantes bajo las cuales está basada la planificación y diseño de un gran número de ciudades: por un lado el Urbanismo Modernista, cuya ideología se ha encargado de consolidar la ciudad como una máquina para vivir con partes separadas por función, la cual ha generado un fenómeno de fragmentación social. En segundo lugar la visión de los planificadores del tránsito, cuyas ideas han asegurado mejores condiciones para el tránsito de autos por encima de las necesidades peatonales.Y por último la visión de una arquitectura como obra de arte, donde cada edificio intenta ser más original y distinto que el otro, y que en conjunto acaban creando un pastiche de elementos espectaculares los cuales no prestan atención a la escala humana34. En los últimos años las ciudades se han convertido en un producto de mercado, que se desarrolla de acuerdo a intereses económicos y políticos, los cuales abandonan por completo la dimensión social. La ciudades ya no son de y para sus ciudadanos, sino para los objetivos comerciales y gubernamentales de un grupo selecto que ostenta el poder; un urbanismo de empresas cuya finalidad última es la “mercantilización de la ciudad”, donde el espacio público se conforma como elemento de venta convirtiéndose muchas veces en un simulacro. Dentro de este contexto social y de producción, los arquitectos y urbanistas quedan relegados a simples elementos que trabajan en favor del sistema (pues es este quien determina las bases para su intervención y producción); el llamado star-system o el arq-star, un grupo selecto 34 nformación tomada del filme: La Escala Humana, Gehlarchitects (2014), Dinamarca. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=AA_vQ29BqaM La escala humana.


69 de diseñadores que con cada nuevo monumento proyectado y edificado, alejan cada vez más a la ciudad de su dimensión humana y social. En una mirada general, podría decirse que los arquitectos contemporáneos hemos venido fortaleciendo y de alguna forma avalando esa tendencia mercantilista y esteticista de la arquitectura, tomado con ello el papel de “expertos” para cumplir los deseos de estos grupos dominantes (y de paso engrandecer nuestros propios ideales). En la actualidad no es raro ver algunos arquitectos diseñando proyectos desde un escritorio tomando como única referencia la información que proporciona el internet o en el mejor de los casos, algunas fotografías que un practicante saco del sitio. Si vemos por ejemplo los concursos y revistas, la mayoría de proyectos presentan planos, renders y fotografías sin gente, sin algún rastro de actividad humana que pudiera de alguna forma entorpecer o ensuciar ese espacio de formas perfectas. Partiendo de la idea que el trabajo de un arquitecto consiste en diseñar espacios habitables (para la gente); el propio arqstar, Rem Koolhas (2008) señala que muchas veces esa labor no se cumple: “Cuando pensamos en el espacio, sólo miramos sus contenedores, como si el propio espacio fuese invisible, toda la teoría para la producción del espacio se

Los arquitectos inbasa en una preocupación obsesiva por fluenciados por ese lo opuesto: la masa y los objetos, es decontexto económicir, la arquitectura” (p.6) co y social, nos hemos dejado tentar como lo dice Koolhas con la materia y las formas: los muros, pisos, superficies; y hemos dejado de lado la esencia: personas, conexiones, actividades, historias,


70 sueños. Olvidando con esto que la ciudad no sólo se trata de su arquitectura (en términos físicos) sino de la vida que transcurre en ella.

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P RO P U E STA L A A N-A R QU IT EC T UR A DE L A C A L L E

Otros arquitectos como Jan Gehl, definen también que la arquitectura y el urbanismo deberían ser ante todo una labor humana y social. La buena arquitectura es esa interacción entre la vida y la forma; así que lo importante no es cómo se ve un edificio desde el aire, sino cómo se vive en la escala humana. Para Gehl en ningún caso el propósito de la arquitectura debería estar centrado en hacer obras bellas para ganar premios, sino por lo contrario en cuidar bien de las personas y de la valiosa vida que puede haber en ellas. En este sentido, la escala para medir la calidad y la felicidad de una ciudad debe estar determinada no por la cantidad de obras de infraestructura y de proyectos “espectaculares y costosos”, sino en entender las aspiraciones de la gente, su naturaleza, comportamientos y actitudes; en otras palabras, una planificación orientada no a la arquitectura fulgurante, sino al ser humano común y al tipo de vida que a este le gustaría tener.35 Así pues, para volver a encaminar la arquitectura y por qué no, las aspiraciones de estos grupos políticos y económicos, deberíamos de empezar por volver a experimentar la ciudad, el espacio público y la gente.Tal vez todos estos errores que a diario se presentan en las ciudades podrían estar justificados en el hecho de que tanto funcionarios, como profesionistas y ciudadanos no conocemos el “afuera”, no sabemos que es jugar a la pelota en una calle, o encontrarnos con amigos en una plaza o en un parque, o hablar con un desconocido, o detenernos a ver un músico callejero, o simplemente ser peatones. Como arquitectos deberíamos empezar por desmi35 Información tomada del filme: La Escala Humana, Gehlarchitects (2014), Dinamarca. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=AA_vQ29BqaM La escala humana.


71 tificar ese día de que el éxito depende de hacer obras bellas para ganar el reconocimiento y la figuración en revistas y concursos, para convencernos a nosotros mismos y aquellos que financian y gestionan nuestros proyectos, que el propósito fundamental en toda intervención urbana y arquitectónica debe ser enaltecer lo humano.

CUANDO LA CALLE HABLA LA ARQUITECTURA QUE EMERGE DE LAS PRÁCTICAS DEL ESPACIO

Podría decirse que todo arquitecto debería vivir y usar la ciudad antes de pensar en proyectar algún espacio en ella. Tendría primero que experimentar estar con mucha gente (diferente y desconocida), conocer sus actividades, sus prácticas, estilos de vida y formas de expresión; y en este sentido, la forma más fácil de hacerlo es caminar las calles y espacios públicos. Andar y recorrer la ciudad podría convertirse en un excelente instrumento para formar arquitectos y ciudadanos, una forma de abrir la mente a nuevos mundos y posibilidades no exploradas, que invita a reinventarlo todo, hasta la propia idea de ciudad y por qué no de arquitectura. La ciudad nos habla, cada habitante tiene una historia que contar, una forma de hacer diferente, una visión única y tal vez innovadora con respecto a algo. La ciudad y sus habitantes viven en una interacción constante, en donde cada acción recurrente tienen consecuencias que se reflejan en qué tan habitable, disfrutable o sufrible es la ciudad. De esta forma, el arquitecto debería estar preparado para aprender a leer la ciudad y descifrar por ejemplo porque una cosa ocurre de cierta manera, o porque un espacio se usa de una forma, o porque un lugar es más frecuentado que otro. Robert


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Sommer (1974, p.32) considera que “Los arquitectos tendrían mucho que ganar si adoptasen un cierto funcionalismo basado en el comportamiento de los usuarios, a modo de principio directo de su actividad”. El llamado en la actualidad es a que los arquitectos proyecten los espacios desde el punto de vista del comportamiento y las prácticas del usuario, una información que solo es posible descubrir a partir de la experiencia y la vivencia directa de la ciudad. Sin embargo, y siendo muy realistas, habría que reconocer que estudiar, entender, y experimentar la complejidad humana y social de la ciudad no garantizará automáticamente que esta tenga mejores espacios públicos y mejor arquitectura; pues existen ciertos límites y alcances en el diseño que hacen que este siempre esté atrasado con relación a las personas; esto, debido a que el ser humano es un ser cambiante cuyos deseos, intereses y necesidades se transforman constantemente en el tiempo. Asimismo, si a esta situación, se le añade que tal y como se dijo en la segunda y tercera parte de esta investigación, habitar y practicar un espacio implica aceptar o rechazar el orden que este impone sobre el pensamiento y la acción del individuo, y en este sentido, son los usuarios quienes reinventan y determinan como se usan los espacios urbanos de la ciudad; entonces ¿cuál es el papel del quehacer arquitectónico frente a las calles? Para descifrar esta interrogante, sería pertinente retomar una reflexión que hace el antropólogo Manuel Delgado (2011) sobre el espacio público como concepto ideológico:


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“Resulta ingenua e injustificada la

Para Delgado la representación del espacio en la el proyecto de una morfología urpráctica es pura ideología, bana se puede determinar de maes el espacio puramente nera automática la actividad social conceptual, cuya natuque se va a desarrollar en su seno. raleza es que no existe, Es un idealismo urbanístico la premás que en los planos, las tensión de que la forma urbana es maquetas y en la cabeza una especie de sistema conduccreativa de un arquitecto tista que orienta las actuaciones que puede especular con humanas a partir de reflejos conlas formas y pensar que lo dicionados de los que la fuente es que va a hacer va a deterla disposición de los volúmenes arminar los usos y signifiquitectónicos o la distribución de cados, cosa que nunca es los elementos del espacio público. así; pues son las prácticas Es la morfología social la que tiene informales y espontaneas la última palabra acerca de para de los usuarios en la vida qué sirve y que significa un detercotidiana las que definen minado lugar construido”. (p.73) en última instancia para qué sirve, que significa y como debe ser un espacio público. En pocas palabras, es el peatón ordinario quien reinventa los espacios planeados. pretensión que desde el diseño y

Frente a esta situación, la propuesta que aquí se plantea es, como el título lo dice, una an-arquitectura de la calle36, que en otras palabras, se refiere a una no arquitectura. Pero, ¿Qué se quiere decir con esto? Para explicar el término, se podría partir de que muchas veces el potencial de las cosas está oculto por el establecimiento de lo normal, de lo estructurado y organizado; y que por esta razón, darle valor al discurso incoherente y contradictorio de los usuarios y rehacer la arquitectura en función del movimiento de la sociedad, podría ser una alternativa más viable y efectiva para diseñar espacios 36 De acuerdo a la RAE, el prefijo an- significa negación: privado de, sin. Consultado en www.rae.es, septiembre de 2014.


74 públicos como las calles. Es decir, lo que se plantea aquí no es solo una invitación a que los arquitectos diseñen estos espacios teniendo en cuenta los usuarios y sus actividades (valorando que esta forma de intervención permitirá identificar los problemas y potencialidades con mayor claridad, para con esto hacer propuestas más asertivas), sino además en dejar que la arquitectura emerja a partir de ellos mismos (los usuarios), de sus acciones y de su interacción con el espacio. La propuesta se basa en la emergencia de una arquitectura que

{ retoma la experiencia de la calle, las prácticas y el uso, como noción de diseño}

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para con ello tener espacios mucho mas dinámicos, significativos y acertados, y que potencializan aún más los mismos discursos de los usuarios: “Una arquitectura que emerge del uso de la calle y no una arquitectura que determina el uso y los usuarios”. Partiendo de esto, a continuación se presentan una serie de criterios o estrategias que de alguna forma concretizan esta idea de la an-arquitectura, como un conjunto de acciones que desde el diseño se propone para la estructuración espacial de las calles. 1.

EL SISTEMA EMERGENTE DE LA CALLE

Como se dijo anteriormente en el marco teórico, la calle como espacio social funciona como un sistema emergente y autoorganizado. En este sentido, la pregunta sería: ¿cómo se puede traducir el sistema emergente de la calle a la construcción de su espacio físico? ¿Cómo se puede traducir espacialmente la vida social de la calle? Pues en primer lugar abría


75 que identificar, como lo afirma el propio Steven Johnson (2003) en la contraportada de su libro: “El comportamiento emergente no es solo una extravagancia científica, es el futuro”. La idea de concebir una ciudad como un sistema emergente y de identificar la calle como su nivel base a partir del cual se desarrolla dicho sistema, implica la posibilidad de construir un nuevo tipo de ciudades orgánicas, ciudades que son en mayor medida el producto de una conducta colectiva que del trabajo de un profesional en planificación urbanística. Una ciudad con vida propia, cuya personalidad se autoorganiza a partir de miles de interacciones locales: de agruparse, compartir, intercambiar, las distintas actividades que se condensan en la totalidad de la vida urbana. En este sentido, lo que se propone es permitir que las calles se diseñen homeopáticamente; es decir, no darle espacios herméticos con hilos preestablecidos, sino por el contrario enseñarle a que ella misma, a partir de las practicas de sus usuarios (de sus interese e inclinaciones), modifique sus espacios y resuelva sus problemas de manera autónoma. En otras palabras, se trata de entregarle estos espacios a la gente para concebir la calle como una gran obra colectiva donde el papel del arquitecto pasa a ser el de un facilitador dialectico de dicho proceso. Esta manera de visualizar el diseño de las calles, implica un cambio en la mentalidad de nosotros como arquitectos para creer y tener confianza en la autorregulación y en los sistemas emergentes como noción arquitectónica. Steven Johnson (2003) expresa lo que años atrás Jane Jacobs ya había identificado:


76 “No hay necesidad de un barón de Haussmann en este mundo,

La invitación que hace la emergencia y la autoorganización a los arquitectos y plificados a formas mayores que urbanistas, es a dejar de conperduren durante generaciones cebir la arquitectura y en enteras: grupos, barrios bajos, vegeneral la ciudad como una cindarios” (p.39) obra completada de ingeniería; para pasar a entenderla como un proceso, como una pieza en evolución. solo hacen falta unos pocos pa-

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trones de conducta repetidos, am-

Las calles como ya se dijo parecen tener vida propia, y esta vida está en manos de sus propios transeúntes que al interactuar día a día con ella y en ella, modifican sus funciones y por ende sus espacios físicos, ya que tal y como lo afirma Manuel Delgado (2007, p.14) “El espacio urbano no es un espacio representado o concebido, sino un espacio percibido, practicado, vivido, soñado, usado”. La apuesta de los sistemas emergentes, es una invitación a valorar la vida social que se desarrolla en las calles, a apreciar las diferentes formas de hacer y de actuar que en ella surgen, y a trabajar con todo el flujo de información que corre por ellas y que es lo suficientemente minucioso como para permitir que emerjan formas de aprendizaje superior. Jane Jacobs (1973) decía que diseñar una ciudad sin aceras era como construir un cerebro sin axones y dendritas; una ciudad sin conexiones no es una ciudad, al menos entendido como vida orgánica. Por esta razón; la propuesta que se plantea es a construir calles que alimenten los circuitos de retroalimentación del tránsito en las aceras, cuyo comportamiento emergente lleva consigo una propia inteligencia colectiva


77 tanto espacial como social. El diseño de una calle no es solo la Imagen urbana, y va más allá de poner mobiliario, jardineras, pisos y cruces peatonales seguros. La arquitectura de una calle como espacio social es la que proviene de las prácticas de los usuarios, de los transeúntes y de sus interacciones. Como dice la socióloga Saskia Sassen: “La ciudad, desordenada y anárquica, ha sido un lugar donde aquellos que sin poder, llegan a ejecutar un proyecto y logran hacer historia”37. 2. LA

PROPUESTA DEL TRÁNSITO

Para francesco Careri (2013) existen dos tipos de arquitectura: una entendida como construcción física del espacio, y otra, entendida como percepción y construcción simbólica del espacio (binomio nómadas/sedentarios). La arquitectura es una intervención sedentaria que evolucionó desde los primeros poblados agrícolas a las ciudades, la cual habría nacido a partir de la necesidad de un espacio del estar, en contraposición al nomadismo, entendido como espacio del andar. En palabras de Careri (2013):

Caminar como se “Existe un convencimiento generalizado de dijo anteriormente que mientras los sedentarios (habitantes de puede ser un mé- la ciudad) deben ser considerados como los todo para leer y arquitectos del mundo, los nómadas (habitransformar aquellas tantes de los desiertos y de los espacios vazonas de la ciudad cios) deberían ser considerados como ancomo las calles que arquitectos, experimentadores aventureros durante los últimos y contrarios a la arquitectura y a la transforaños han puesto mación del paisaje” (p.29) en dificultades el proyecto arquitectónico y urbanístico; una acción que 37 Tomado de la conferencia de la conferencia de Saskia Sassen en el Congreso Internacional de Arquitectura Arquine N°14: Espacio, Marzo de 2013.


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en la cultura arquitectónica aún no ha sido explotada lo suficiente y por esta razón no ha encontrado un desarrollo positivo. El movimiento es una condición que siempre acompaña al espacio y viceversa; al trasladarse por la ciudad el transeúnte puede reclasificar, revalorar y recodificar el espacio urbano y su contexto, estas transformaciones caleidoscópicas dan pie a múltiples niveles de realidad representados en secuencias y yuxtaposición de imágenes, fragmentos y significados, que en su conjunto reconstruyen las escenografías cambiantes de la calle. En este sentido, se podría decir que proyectar una calle (un espacio-movimiento) debe hacerse principalmente transformándola lúdicamente desde su interior; es decir, modificándola a lo largo del viaje. Con base en esto, vale la pena identificar que tal vez la arquitectura debería expandirse hacia el campo de recorrer los espacios públicos, con el fin de investigarlos y hacerlos visibles para así poder intervenir en ellos. El andar tal y como lo identifica el mismo Careri es un instrumento estético capaz de describir y de modificar aquellos espacios metropolitanos que a menudo presentan una naturaleza que debería comprenderse y llenarse de significados, más que proyectarse y llenarse de cosas. El recorrido es un medio que permite dejar marcas en el espacio, el cual constituye un acto de voluntad, cotidiano y extraordinario que se aleja de todos los senderos rutinarios y formas preestablecidas. Es así como el tránsito puede convertirse en una herramienta crítica de experimentación de las calles y en una forma de emergencia de cierto tipo de arte y de arquitectura, que por su característica de lectura y escritura simultaneas sobre el


79 espacio, resulta idóneo para prestar atención y generar ciertas intervenciones en la mutabilidad de los mismos. Como lo plantea Careri (2013): El andar no solo implica perderse en el espacio, los encuentros, el arte de la constambién es detenerse para trucción de un espacio umbral, del contemplar su actividad; establecimiento de una frontera hay que caminar entonmás allá del espacio y del tiempo, ces para construir espacios donde poder afrontar el conflicto sociales, un espacio del con lo diverso con un saludo de no proyecto indeterminado beligerancia” (p.167) y de nuestra participación como ciudadanos, ya que como lo afirma Johnson (2003, p.83) “En la votación popular de la formación de los barrios, votamos con nuestros pies”. “Al arte de errar le sigue el arte de

3. UNA

ARQUITECTURA FLEXIBLE E IMPROVISADA El practicante de la ciudad genera en ella una serie de estructuras efímeras que transforman las configuraciones espaciales y rompen con las rutinas del hombre sedentario. Este personaje juega con las reglas de la arquitectura y los ritmos de lo cotidiano para entrar a una esfera donde surgen otras realidades temporales. Y es ahí, durante esos breves momentos de encuentros inesperados donde la configuración espacial controlada por la eficacia, se reemplaza por una dinámica que posibilita combinaciones y asociaciones alternativas. Un proyecto indeterminado lleno de improvisaciones y transformaciones constantes, que no surge de un diseño sino de un


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encuentro y de un intercambio reciproco de desconfianzas y miedos, pero también de saberes y deseos. En este sentido, pensar en una an-arquitectura de la calle, implica más que nada pensar en un tipo de proyecto más genérico y menos especializado, que busca en el propio territorio y en quien lo habita, aquellas situaciones en las que el espacio puede crecer y modificarse para convertirse en un territorio común. Una calle vista como lienzo en blanco sin atributos especiales, apta para desarrollar diferentes actividades por diferentes tipos de usuarios y en diferentes momentos. Con base en esto, podría decirse que este tipo de proyecto deberá cumplir al menos tres características básicas: la diversidad, la flexibilidad, la improvisación y/o personalización. La diversidad significa convivencia en diferencia; es una nueva premisa en un mundo de múltiples culturas, orígenes, etnias y estilos de vida diferentes, que es sinónimo de complejidad y creatividad urbana. Como arquitectos muchas veces cometemos el error de pensar que a los ciudadanos les gusta los lugares vacios, ordenados y tranquilos; pues lo cierto es que las personas generalmente prefieren estar en lugares activos y estimulantes, una especie de microcosmos diversificados, novedosos, complejos y a veces hasta incongruentes, donde hay muchos elementos y actividades que contemplar y disfrutar. Jane Jacobs (1973, p.158) identifica que el factor generador de diversidad en las calles, está en virtud de su monumental colección de pequeños elementos que responden a una inacabable variedad de gustos, conocimientos, necesidades y preferencias provenientes de los múltiples usuarios. Además de la diversidad, una calle debe ser un espacio flexible, con la capacidad de ajustarse durante periodos de tiempo a las necesidades cambiantes de los usuarios. La flexibilidad


81 de la calle viene expresada en un diseño no especializado que permite a las personas apropiarse de ella y de cierta forma intervenirla. Las intervenciones por parte de los usuarios pueden variar desde la personalización del espacio mediante la incorporación de elementos que reflejan algo de sí mismos o del grupo, y a partir de los cuales se genera un vínculo emocional con él, hasta estrategias como la improvisación de nuevos espacios y actividades que garantizan un uso más intenso y amplio de la calle. Esta propuesta de una arquitectura flexible, diversa e improvisada permite jugar con aspectos del diseño de las calles como por ejemplo la distribución de los elementos móviles (mobiliario) y la forma, para generar con ello espacios sociópetos o sociófugos mediante una mezcla de espacios más abiertos que dispersen las personas y las actividades, y espacios más cerrados que congreguen y agrupen las personas; los cuales respondan a los requerimientos sociales cambiantes de los usuarios. Es decir, jugar con la configuración de los ambientes de tal forma que estos favorezcan en vez de impedir, los patrones naturales de interacción entre las personas. 4. LA

ESCALA HUMANA,

PROYECTO DE MICROURBANISMO

En el transcurso de la investigación se dijo que apropiarse de un espacio y usarlo, implica imponer un nuevo orden, una nueva acción sobre él. Una serie de “maneras de hacer diferentes”, que constituyen las mil prácticas cuasi microbianas a través de las cuales los usuarios se reapropian del espacio organizado por los técnicos, plantean cuestiones análogas y contrarias, operaciones que modifican la organización del espacio y su funcionamiento.


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Estas maneras de hacer, están representadas en una serie de pequeñas intervenciones urbanas y arquitectónicas (con una escala más humana) realizadas por los mismos usuarios. Estas intervenciones podrían catalogarse como un conjunto de Proyectos de Microurbanismo que se ejecutan gradualmente en puntos estratégicos aprovechando las ocasiones y las posibilidades que ofrece el instante, los cuales llenan de vida y creatividad al entorno urbano; son algo así como “proyectos de acupuntura urbana”. Para que este tipo de propuestas puedan ser ejecutadas, es fundamental que los “diseños base” sean más flexibles y menos especializados. Cuando una calle tiene flexibilidad esta permite la improvisación de diversas actividades a partir de la incorporación de nuevos elementos que responden a los deseos y necesidades cambiantes de los usuarios, los cuales además permiten desarrollar nuevas experiencias basadas principalmente en su creatividad. La importancia del microurbanismo es que reconoce la calle como un espacio de todos, y partiendo de esto lo modifica en conjunto con la comunidad; no es el arquitecto, ni el urbanista, ni el artista, y mucho menos el político o el empresario, sino un intercambio de ideas, necesidades y acuerdos para un bien común. El objetivo de este tipo de proyectos es demostrar que es posible hacer arquitectura prescindiendo de estructuras impuestas y formulas tradicionales, diseñando espacios colectivamente a través de los cuales se enseñen lecciones cívicas y donde todos puedan intervenir para formarse como mejores ciudadanos. 5. CÓMO

INCREMENTAR LA VIDA SOCIAL

Para desarrollar todas estas estrategias de diseño e intervención de las calles, es fundamental, antes que nada, garantizar


83 que sean espacios usados y transitados, pues solo una calle con una vida social vibrante podrá estimular la creatividad y la acción de sus usuarios. Para esto, algunos arquitectos como Jan Gehl, han venido investigando desde hace varias décadas como el entorno físico de las calles o intervenciones especificas como la peatonalización, han influenciado en el desarrollo de actividades exteriores, en el estilo de vida de la gente y en sus comportamientos sociales. Gehl (2006, p.45) considera que a través del diseño de los espacios públicos no es posible influir en la calidad, el contenido y la intensidad de los contactos sociales que se puedan dar en ellos; sin embargo, considera que si es posible incidir en el número de personas que los usan, en la prolongación y la cantidad de tiempo que se pasa en ellos, y en la cantidad y tipos de actividades. A partir de esto, propone una serie de estrategias y criterios para diseñar los espacios públicos con el objetivo de volverlos mucho más atractivos y de potencializar en ellos el desarrollo de actividades sociales. con espacios semipúblicos, íntimos y familiares más próximos a la vivienda que hace posible conocer mejor a la gente y da como resultado un mayor grado de vigilancia y responsabilidad colectiva sobre el espacio público. GRADACIÓN DE ESPACIOS EXTERIORES

para dimensionar así todas las formas de espacios exteriores; dado que la vista y el oído están relacionados con las actividades sociales (ver y oír otras personas) su funcionamiento es un factor fundamental del proyecto. EL DISEÑO A PARTIR DE LOS SENTIDOS


84 Las dimensiones son un aspecto importante, la relación entre distancia y la intensidad, entre proximidad y afecto; los espacios de dimensiones modestas permiten que la gente los experimente con una mayor intensidad. LA ESCALA HUMANA:

estar con otras personas implica tener una cantidad razonable de tiempo en el que ver y procesar las impresiones visuales; así cuando la circulación es lenta hay vida en las calles: tráfico lento significa ciudades animadas. EL TIEMPO Y VELOCIDAD PARA LA EXPERIENCIA:

Un factor importante que Jan Gehl identifica en sus investigaciones es que “La vida en la ciudad tiene lugar a pie”, todas las actividades sociales significativas se producen cuando las personas están de pie, sentadas o caminando. En este sentido, propone cuatro estrategias fundamentales que deben ser tenidas en cuenta a la hora de proyectar un espacio urbano: personas y las actividades se pueden agrupar colocando cada uno de los edificios y las funciones de manera que el sistema de espacios públicos sea lo más compacto posible y que las distancias peatonales y experiencias sensoriales sean cortas

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AGRUPAR: las

la integración implica que varias personas y actividades en los espacios públicos puedan funcionar juntas, esto permite que las personas actúen unidas y se estimulen e inspiren unas con otras. El rechazo a las zonas monofuncionales es un requisito para la integración, así como el diseño a escala mediana y pequeña. INTEGRAR:

los espacios públicos pueden ser atrayentes y accesibles, para fomentar que las personas y las actividades se trasATRAER:


85 laden desde el entorno privado al público. Poder ver lo que está pasando en una calle es un elemento de atracción, así como los recorridos cortos y asequibles entre el entorno público y privado. el contacto entre lo que está pasando en el entorno público y privado puede suponer un notable aumento y enriquecimiento de la experiencia. Abrir no solo es cuestión de transparencia y permeabilidad en los elementos sino también de distancia, la cual debe estar determinada por las experiencias sensoriales. ABRIR:

Finalmente a partir de estas estrategias, Gehl define dos elementos básicos que debe tener todo espacio público: caminar exige espacio para hacerlo de modo libre y sin molestias, para esto es necesario tener en cuenta las superficies y los pavimentos, así como las distancias máximas entre los diferentes espacios. ESPACIOS PARA CAMINAR:

las zonas de estancia más populares son los bordes, debido a que ofrecen las mejores oportunidades para contemplar la actividad circundante. Asimismo, si los espacios están vacios (sin mobiliario, vegetación o diversos elementos de diseño), será muy difícil encontrar lugares donde estar de pie o sentarse, y en este caso, las estancias serán más cortas y en consecuencia habrá menos vida social. En estos espacios la ubicación del mobiliario es importante, los bancos que ofrecen una buena visión de las actividades circundantes son aquellos que se usan más. ESPACIOS PARA ESTAR DE PIE Y SENTARSE:


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ace tres años que llegué a la Ciudad de México y recuerdo muy bien la noche en que el avión aterrizaba, mire por la ventana y vi una enorme ciudad que parecía interminable.Tengo muy presente esa imagen porque en un principio me asuste un poco y pensé que era demasiado grande para mí, pero al mismo tiempo, supe que tal vez en medio de esa gran extensión había algo bueno esperándome. Sin yo haberlo planeado llegué a este país con la ilusión de “querer hacer las cosas diferentes”, de encontrar algo nuevo y lo suficientemente inspirador como para tomar un nuevo camino a nivel profesional. Estando aquí decidí presentarme a esta maestría sin pensar que gracias a ello mis pensamientos y convicciones iban a cambiar radicalmente.

CONCLUSIONES FINALES

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H


88 Cuando ingrese a la maestría debo admitir que ya había en mi un interés especial por el espacio público pues como arquitecta siempre había trabajado en este ámbito; sin embargo, tenía la sensación de que poco conocía a cerca de estos espacios con los que convivía a diario y a los que alguna vez yo había creído que “diseñaba”. Así que, tal vez fue ese desconocimiento lo que me llevo a querer hacer esta investigación.

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Recuerdo que uno de los ejercicios que más relevancia di en la investigación fueron los recorridos por la ciudad, como una forma de empezar a acercarme a ella (como arquitecta, como extranjera y como habitante temporal) para comenzar a entender su complejidad. Un día en uno de esos recorridos por el centro en los que siempre resultaba perdida (algo que a la vez me gustaba) me tope con varias calles peatonales, unos lugares a veces caóticos y llenos de gente, otras veces apacibles e íntimos, y siempre llenos de una exquisita vitalidad y diversidad que me llevaron a entender verdaderamente esta ciudad, a vivir su realidad, sus costumbres y su gente. Luego de conocer estos lugares supe con certeza que había encontrado algo por lo que quería trabajar, una serie de espacios inspiradores que me llevaron a querer ir más allá para descubrir esos “espacios otros” esas “maneras de hacer” diferentes, que representaban una ruptura con lo homogéneo, lo rutinario y lo estructurado, y que al final de todo expresaban uno de los objetivos que me habían traído a este país y por qué no, también a esta maestría. Investigar las calles y específicamente las de esta ciudad, me llevaron a encontrar mi propio camino como arquitecta, pues siendo muy sincera yo ya venía un poco decepcionada de esta profesión; ya que luego de estar allí, y de poder leer, interpretar y vivir sus espacios, me di cuenta de que tal vez


89 ellos eran como una especie de escuela, una clase sin maestros “titulados” y directores “nombrados”, de los que se podía aprender un sin número de lecciones, no solo sobre cómo hacer arquitectura, sino principalmente sobre cómo hacer una mejor ciudad. De las calles y de esta investigación aprendí muchas cosas que me llevaron a revalorar mi papel como arquitecta para así aprender a creer más en los propios ciudadanos y sus acciones. Para esto me gustaría plantear dos tipos de reflexiones, o si se le podría llamar conclusiones, sobre los resultados generales de esta tesis. En primer lugar me gustaría hablar sobre la Metodología de investigación referida al trabajo de campo. Estudiar espacios y fenómenos urbanos no es una tarea nueva, (pues existen un sin número de proyectos y estudios sobre la ciudad); sin embargo, podría decirse que esta siempre será una labor compleja y en cierto sentido difícil de estructurar y desarrollar. Al iniciar esta investigación debo decir que yo estaba un poco perdida, pues a ciencia cierta no sabía cómo acercarme, de qué manera o por donde, a estudiar el problema de las calles. Fue así, como decidí dejarme llevar por mi intuición (mas como ciudadana que como arquitecta) y proponer mi propio método y mi propio camino de investigación. Las tres estrategias teórico-prácticas planteadas: los relatos, los mapas y el cine (abordadas de forma complementaria entre sí), son ejercicios que surgieron a partir de un querer experimentar cosas (tal vez diferentes) en el terreno de la ciudad; un medio a través del cual pude acercarme de una manera mucho más sensible a la realidad de las calles y a la de sus usuarios. No podría asegurar que dichas estrategias consti-


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tuyan una herramienta para arrojar datos objetivos e incluso estadísticos y cuantitativos sobre los procesos urbanos; sin embargo, creo que son un medio para acercarse a un posible entendimiento de ellos, mas desde lo cualitativo y lo fenomenológico, y bajo la perspectiva de cada individuo; pues si algo se podría concluir de este modelo es que cada habitante de la ciudad entiende y vive el sitio en el que habita a su manera y desde el punto de vista que lo prefiera. Así que, en un estudio como este, más que sacar grandes resultados que pudieran replicarse a gran escala, hay que empezar por acercarse hacia las cosas micro, mas subjetivas, a menor escala, e incluso desde la propia experiencia (como investigador y habitante); y para ello creo este tipo de propuestas metodológicas resultan ser muy interesantes y al mismo tiempo asertivas. En segundo lugar, me gustaría hablar sobre los resultados a nivel de contenido que pude identifica en esta lectura sobre las calles. Uno de las observaciones claves de esta investigación es que en un momento histórico donde existe una creciente motivación por los espacios públicos y por mejorar las condiciones de los mismos, creo que es necesario antes que nada redefinir y reinventar la misma idea del espacio público. Yo partiría por señalar que estos espacios y específicamente las calles podrían definirse como los escenarios de y para la vida urbana. Ser “urbano” significa enfrentarse a personas extrañas, convivir con ellas y aprender de ellas; en este sentido, el espacio público debería estar pensado hacia esa función como espacio social, cuyo objetivo principal es la de facilitar el encuentro, la interacción y la expresión de los ciudadanos, para de esta forma convertirse en un espacio colectivo. Otro de los puntos claves que en cierto sentido, aprendí con esta investigación es que en el urbanismo y la arquitectura,


91 no cuesta mucho ser amable con la gente, pues implica más que nada un cambio en la mentalidad para comenzar a trabajar con base en datos humanos y no con ladrillos, cemento, acero y carros. La solución está en dirigir nuestra mirada a los ciudadanos, a sus aspiraciones, comportamientos y acciones, a investigar que hace la gente, como vive y qué tipo de vida le gustaría tener; en otras palabras, hay que aprender a escuchar la ciudad, pues esta habla desde abajo al nivel de la calle. Jane Jacobs decía que “Para ver el alma de la ciudad había que recorrer sus calles”, entonces si pensamos ¿Qué clase de ciudad queremos?, yo diría que todos tenemos algo que decir y aportar, por tal razón creo que es importante escuchar y compartir esas historias cotidianas de hombres comunes y corrientes, que pueden a llegar a ser interesantes porque nos tocan emocionalmente a todos. Así que, la segunda invitación que se hace desde esta investigación es a observar las calles y a trabajar con la experiencia peatonal que surge de ellas, para encontrar esas palabras claves, esos patrones que pueden hacer de esta ciudad un lugar más amable para todos. Si hablamos sobre el diseño, podría decirse que una calle es más que imagen urbana, no basta solo con peatonalizar estos espacios o poner mobiliario, algo que muchas veces solo contribuye al museísmo urbano; ya que una calle es un espacio mucho más complejo. Como arquitectos e incluso como políticos y empresarios, tendríamos que pensar en darle la oportunidad a la gente de probar que pasaría si la ciudad se diseñara para ellos y en conjunto con ellos, puesto que la vida solo llega cuando a la gente se le da la oportunidad de actuar y aportar en algo. Por tal razón, en la ciudad más que generar planes maestros o espacios terminados y herméticos, se deberían hacer invitaciones, proponer marcos de intervención que promuevan la vida, para que así permanezcan los saludos,


92 los abrazos y las miradas entre los ciudadanos. Nuestro trabajo como arquitectos no es planear las cosas, dibujar líneas o construir espacios para que las cosas sucedan, sino hacer simples invitaciones a caminar las calles, a sentarse y quedarse en ellas, y a dejar que todo crezca de forma homeopática. Finalmente y como conclusión general de esta investigación se plantean dos cuestiones: en primer lugar que potencializar la vida social en la ciudad no es solo cuestión de los arquitectos y urbanistas, es más que nada una labor colectiva. Así que, la invitación es a vivir en comunidad, a tenernos en cuenta los unos a los otros y aprender de las otras personas, para de esta forma tener la oportunidad de transformar conjuntamente la ciudad.

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En segundo lugar, y en específico sobre las calles, podría concluirse que estos espacios están llenos de una calidad humana orgánica, dinámica y en constante transformación. Si hay un espacio que represente la condición humana son las calles, pues son espacios que siempre están mutando llenándose de nuevas informaciones, afectos, experiencias, situaciones; asi que más que nada las calles son Espacios Movimiento, y por tal razón, su estudio y más que nada su diseño siempre será algo que deberá estar sometido a una revisión permanente en una búsqueda constante de evolución.


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Evento PARK (ing) Day Ciudad de MĂŠxico. 2014.|Lorena Cardona M.


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