CONSTRUYENDO SALUD
CENTRO DE SALUD Nยบ8
ÍNDICE 9
Introducción
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Primera Parte
15 19 27 34 38 44 44 48 52
Capítulo I Caracterización del barrio Centro de Salud N° 8 Tratamiento para el bajo peso Descripción de madres de niños y niñas con bajo peso Datos Contextuales Situación nutricional en Argentina, Buenos Aires y ciudad de La Plata Políticas públicas de seguridad social Nutrición Infantil: experiencia CONIN
57 59 64 67 68 71 72 74 77 79 80 82 83
Capítulo II Comunicación y salud: dos campos en diálogo Nuevos diálogos Nuestra perspectiva de abordaje Comunicación para la salud La salud desde la comunicación Hábitos y practicas alimentarias Atención primaria de la salud Intervenir en lo social Planificación de procesos comunicacionales Construyendo salud El derecho a la salud Educación para la transformación
85 87 88 92
Capítulo III Métodos y técnicas Técnicas de recolección de datos Técnicas de análisis de datos
93 93 96 98 101 104 113 115
Análisis situacional Mapeo de actores, relaciones y territorio Sentidos y prácticas sobre salud Causas y consecuencias de la desnutrición Hábitos y consumos alimenticios Representaciones acerca de la alimentación Conclusiones Líneas de acción
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Segunda Parte
119 121 121 122 129 129
Capítulo I Planificación Estrategia de comunicación/educación Visibilización del tema Sentidos a instalar a través de los productos comunicacionales Distribución y circulación
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Reflexiones finales
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Bibliografía
Autoras Salvo, Florencia 20438/4 flor.salvo@hotmail.com Sarasola, Rocío 20436/2 rociosarasola@hotmail.com Director Washington Uranga Co-directora Natalia Zapata Facultad de Periodismo y Comunicación Social La Plata. UNLP Año 2015
A nuestras familias, amigos, director y co-directora. A las madres, Esther y Delia.
Construyendo Salud
Introducción Para finalizar el proceso de formación de grado en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social UNLP, desarrollamos nuestra tesis a partir de intervenir en el Centro de Salud nº 8 ubicado en el barrio Altos de San Lorenzo, de la ciudad de La Plata. Comenzamos a trabajar en el espacio en abril del año 2014, a través de entrevistas con los profesionales y referentes del lugar, quienes dieron a conocer una problemática con más de una década de existencia en la zona: la atención médica de la desnutrición infantil. La temática es una prioridad para los médicos y se convirtió en un territorio desafiante para abordarla desde los saberes propios de nuestra especificidad. La presente, empieza a tener sentido una vez que finalizamos la orientación en planificación comunicacional y empezamos a cursar el Profesorado en Comunicación. Desde ambos campos de conocimiento, construimos una perspectiva que nos permitió encarar la complejidad de la temática desde una mirada integral. El tema de la tesis es la “planificación de estrategias de comunicación, para el fortalecimiento de los hábitos saludables, en relación a la alimentación, con los actores sociales que asisten al Centro de Salud n° 8 en el barrio Altos de San Lorenzo”. El trabajo tiene como objetivo general “planificar y gestionar una estrategia de comunicación/educación con las madres de niños/as con bajo peso que asisten al centro y los profesionales del lugar en relación a la temática de nutrición”. Además, como objetivos específicos, planteamos “problematizar junto con los sujetos las causas y consecuencias de la desnutrición, para que puedan asumirse en un rol reflexivo y desnaturalizar su cotidianeidad” y “construir prácticas y hábitos alimenticios saludables con los actores sociales, para que sean apropiadas por ellos”.
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Tomamos como referente empírico1 a las madres que llevan a 2 sus hijos al tratamiento que se basa en el control de la talla y el peso de los mismos, llevado adelante por Delia Michi, médica generalista y directora de la sala, y por la promotora de salud Esther Gutiérrez. Las profesionales de la salud se encargan de acompañar todo el proceso que atraviesan las familias en el territorio para que los niños y niñas alcancen un peso saludable, desde un lugar de contención y de reconocimiento de las realidades particulares de cada una de ellas. Desarrollamos nuestra investigación en un contexto en el que Argentina es premiada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) por reducir el número de sub3 alimentación en el total de la población. Esto habla de una problemática social que genera que se unifiquen fuerzas en la búsqueda de su erradicación en todo el mundo. El día 8 de junio de 2015, la presidente Cristina Fernández de Kirchner, fue reconocida por cumplir el primer objetivo de la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, -que tiene como meta la reducción del hambre a la mitad- y por mantener durante 25 años el 4 nivel de malnutrición por debajo del cinco por ciento.
1. Entendemos por referente empírico a la porción o recorte de la realidad a estudiar. Es decir aquellos actores involucrados en la investigación (Díaz Ledesma, y otros, 2013). 2. Medición de la estatura o longitud del cuerpo humano desde la planta de los pies hasta el vértice de la cabeza. 3. Se entiende a la subalimentación como el estado (con una duración de al menos un año), de incapacidad para adquirir alimentos suficientes, o donde el nivel de ingesta no satisface las necesidades de energía alimentaria. A los efectos de la presente tesis, el hambre se define como sinónimo de subalimentación crónica. 4. Se entiende a la malnutrición como el resultado de una dieta desequilibrada, en la cual hay nutrientes que faltan, o de los cuales hay un exceso, o cuya ingesta se da en la proporción errónea. Es decir que la malnutrición incluye la desnutrición y al sobrepeso o alimentación excesiva. Ésta también se caracteriza por la carencia de diversos nutrientes esenciales en la dieta, en particular hierro, ácido fólico, vitamina A y yodo (OMS, 2015).
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Sin otorgarle demasiado énfasis, ni quitarle mérito al reconocimiento de la organización internacional más importante en materia de alimentación, entendemos que el crédito de haber alcanzado tales objetivos, se debe a la implementación de políticas públicas de seguri5 dad alimentaria y de protección social llevadas adelante por el Estado argentino y por ubicar como una prioridad política la reducción de la pobreza. Estas políticas, desempeñan un papel crucial con vistas a fomentar el crecimiento inclusivo y sostenible, fortalecer la demanda nacional, facilitar la transformación estructural de las economías nacionales y promover el trabajo digno. “Hemos tenido un proyecto de país, un modelo de sociedad, más equitativa, más justa y más igualitaria, que es el mejor antídoto en la lucha contra el hambre y la pobreza" (Clarín, 2015), afirmó oportunamente Cristina Fernández al respecto. Sin embargo, siguen existiendo importantes desafíos para erradicar el hambre en el país y en el mundo, a la vez que se evidencia un proceso de transición nutricional, que se caracteriza por situaciones que representan puntos extremos en el continuum del estado nutricional. Es decir, que está dado por déficits y excesos, que conviven no solo en un mismo país o provincia, sino también en barrios dentro de una misma comunidad, e incluso en el seno de una misma familia (AADYND & CNPC, 2013). Iniciamos el proceso a partir de un análisis situacional que incorporó la mirada de diversos actores de los campos de la salud, la psicología y la antropología, las cuales fueron puestas en diálogo con nuestra mirada desde la comunicación y con las concepciones que 6 tienen las madres de niños/as con bajo peso , respecto de la salud y la alimentación respectivamente.
5. Seguridad alimentaria: Situación que se da cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico, a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana. Pueden determinarse cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria: disponibilidad de alimentos, acceso físico y económico a los mismos, utilización de los alimentos y estabilidad a lo largo del tiempo (FAO, 2015). 6. Es la forma que utilizan las madres, Delia Michi y Esther Gutiérrez para denominar al estado en que se encuentran los niños/as que acuden al tratamiento en el Centro de Salud. Entendemos que tienen un peso inferior para su edad y talla, pero es importante destacar que durante la realización del trabajo de campo, no encontramos casos de desnutrición severa.
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Desarrollamos el documento en dos partes: la primera da cuenta del recorte temático y el análisis situacional, en tanto que la segunda parte sistematiza una propuesta de planificación comunicacional en base a la instancia analítica anterior. En el primer capítulo aparece la descripción de las familias, la vida en Altos de San Lorenzo y el tratamiento del bajo peso en el Centro de Salud N° 8. Esto nos permite caracterizar la cotidianeidad de las mamás, que son quienes se encargan de la crianza y cuidado, de sus hijos y la relación que tienen con la alimentación y la atención primaria de la salud. A su vez, incorporamos datos sobre la situación nutricional en Argentina, en la provincia de Buenos Aires y particularmente en la ciudad de La Plata; y otras experiencias de abordaje de la desnutrición. Esto nos posibilitó comparar la realidad nutricional a nivel país y recuperar distintas propuestas de intervención territorial y temática. Una vez avanzado el segundo capítulo, ponemos en diálogo dos campos académicos disímiles entre sí - el de la Salud y el de la Comunicación-. En este apartado, se pueden ver los entrecruzamientos que mantuvieron ambos espacios de práctica y construcción de saber a lo largo de los años. Y hacia el final, los conceptos que utilizamos provenientes de las áreas de Comunicación/Educación/Salud que forma parte de nuestro marco conceptual. En el tercer capítulo, describimos la perspectiva metodológica y las técnicas de recolección de información y análisis de datos que nos permitieron realizar el trabajo de campo e intervenir durante el proceso. Además, explicitamos las matrices que diseñamos para el análisis. Una vez alcanzada esta instancia, propusimos líneas de acción, con la intención de aportar desde la comunicación espacios para discutir, crear nuevos sentidos y hábitos en torno al bajo peso. Entendemos que la intervención desde ésta, nos permite disparar, en conjunto con las madres y actores claves del territorio, procesos significativos que fortalezcan su autonomía y la toma de decisiones sobre la salud y la alimentación de sus familias.
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No obstante, consideramos que la complejidad que conlleva trabajar sobre una temática sensible como lo es la desnutrición, sumado a las características de las madres que no acostumbran a participar en espacios de discusión y producción colectiva, requiere de un proceso que establece un objetivo general a alcanzar a largo plazo. Debido a esto, dividimos la planificación por etapas y concluimos, hasta el momento, con la gestión de la primera parte: “visibilizar e instalar a la desnutrición como una enfermedad en el barrio Altos de San Lorenzo”.
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PRIMERA PARTE
CAPร TULO I
Altos de San Lorenzo Centro de Salud Nยบ8
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Caracterización del Barrio
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La delegación Altos de San Lorenzo fue creada en el año 1992 y se encuentra ubicada al sudeste del casco fundacional de la ciudad de La Plata, que a su vez está delimitado por la avenida 13 al noreste, por la calle 640 al sudeste, por la calle 137 al sudoeste y por la avenida 72 al noroeste. Tiene una población total de 60.000 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de la República Argentina (INDEC) realizado en el año 2010; sin embargo autoridades del Centro 8 Comunal indicaron que en la actualidad la cifra se acerca a los 80.000 habitantes. Cabe destacar que parte importante de la población nos aseguró no haber sido censada, por lo que creemos que este número puede ascender considerablemente. Por otra parte, las viviendas de estas mismas familias ubicadas en asentamientos a lo largo de la avenida 90, no figuran en la aplicación 9 google Street View , que relevó la zona durante el año 2014, lo que habla de una forma más de invisibilizar la movilidad de nuevos vecinos en el barrio que tiene el asentamiento. Altos de San Lorenzo se consolida y cobra carácter propio hacia comienzos del siglo pasado con la creación del ferrocarril Provincial Meridiano V (1910); lo cual dio lugar a la aparición de equipamientos urbanos como hoteles, comercios, restaurantes, sindicatos y edificios vinculados a la actividad del ferrocarril.
7. Referencias tomadas de: Equipo de trabajo “Barrio Adentro” de Altos de San Lorenzo junto con integrantes de la Asamblea de vecinos de Puente de Fierro en “Revista enfoques de la subsecretaría de adicción a las adicciones” (Pagola & Demaestri, 2014). (Municipalidad de La Plata). Tesis de Grado de Anabel Urdaniz “Nuevos recorridos y escenarios en el marco de la Ley de Niñez Provincial 13298” La Plata 2014. 8. Ver entrevista a Hugo Heredia en anexo aparte. 9. Google Street View es una prestación de Google Maps y de Google Earth que proporciona imágenes panorámicas a nivel de calle (360 grados de movimiento horizontal y 290 grados de movimiento vertical), que permite a los usuarios ver las ciudades seleccionadas y sus áreas metropolitanas circundantes . Se introdujo por primera vez en Estados Unidos en el año 2007 y luego se ha expandido a otros países del mundo en el que se encuentra Argentina y entre otras ciudades, se pueden ver imágenes de la ciudad de La Plata y los barrios que la componen (lanación.com, 2014).
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Este espacio físico, comenzó a poblarse entre 1940 y 1950, a raíz de los primeros loteos que se hicieron en la zona, como desprendimiento del mercado inmobiliario que ya se venía desarrollando hace tiempo, en lo que para ese entonces, se llamaba Villa Elvira. 10 Durante los años ‘50 y ’60 el barrio (Puente de Fierro) estaba habitado por trabajadores telefónicos y de YPF. Fueron estos quienes adquirieron los terrenos, además se hicieron propietarios del lugar trabajadores de los frigoríficos de Berisso y otros comerciantes. A fines de los ‘60 y principio de los ‘70 con el cierre del ramal y luego de la crisis de los frigoríficos en la región y en el país, el escenario en Altos de San Lorenzo cambió radicalmente. Los trabajadores del lugar quedaron desempleados y se paralizó la producción local. Durante la última dictadura militar (1976-1983), las prácticas de tiro del Ejército en barrio Puente de Fierro, los desaparecidos y un imaginario muy arraigado de fusilamientos en el lugar, hizo que las familias dejaran de utilizar aquellos terrenos como espacio de recreación. Con la Guerra de Malvinas, la crisis de fines de los ‘80 y finalmente la devastación económico-social en los ‘90, viejos trabajadores ahora despedidos, empobrecidos y sus familias, se instalaron en la zona. Así se lotearon varias hectáreas y se organizaron comedores populares y otras formas de organización colectiva en el territorio que permitieron afrontar las consecuencias de la desocupación. Es decir, que esta segunda entrada de población fue de personas de familias empobrecidas, que en su mayoría conformaron lo que hoy en día se conoce como los asentamientos de Altos de San Lorenzo. A partir de allí, varios movimientos sociales se organizaron en el barrio. A principios del 2000 se lotearon tierras y se preparó para alojar inmigrantes de países limítrofes, en su mayoría provenientes de Bolivia y Paraguay y del norte de nuestro país. Para el año 2005 la población era de 28.200 habitantes, lo que demuestra un crecimiento de 50.000 habitantes en diez años.
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10. Los vecinos denominan Puente de Fierro al puente ubicado en 90 y 29, que mide 5 metros de alto. El mismo perteneció a un ramal ferroviario que data de 1904. Por debajo de él pasaba un ramal del Ferrocarril Roca y sobre él circulaba transporte de carga, finalizando su recorrido en la “Estación La Plata Compañía General” o “Km 80”, en 60 y 122, comunicándose con el puerto de la ciudad (Custodios del patrimonio histórico, 2008).
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Actualmente, llegaron al barrio familias provenientes de Colombia, Venezuela, Puerto Rico, Brasil, Chile y Ecuador. Así nació un asentamiento, donde la falta de condiciones sanitarias, la basura, la desocupación y los problemas de alimentación pasaron a ser habituales para los vecinos de la comunidad. La multiculturalidad presente en Altos de San Lorenzo generó divisiones simbólicas y territoriales, en muchos casos por la nacionalidad de sus habitantes. Es decir, que en un sector se asentaron familias de origen paraguayo, en otro sector familias de origen boliviano y en otro sector familias de origen argentino. Las familias extranjeras reconocen la frecuente discriminación que sufren en el barrio, “como somos extranjeros, saben que la mayoría 11 trabaja y tienen plata, entonces vamos a joder a ellos” . En la actualidad, las actividades económicas que nuclean a la mayoría de los habitantes del barrio, según Hugo Heredia referente de 12 la Delegación Comunal Altos de San Lorenzo , son los comercios, las cooperativas y los trabajos en organismos públicos. Sin embargo, las familias con las que trabajamos en la tesis, comentaron en las encuestas que sólo los hombres se dedican a la actividad laboral fuera del hogar - en su mayoría como albañiles en construcciones y changas - y las mujeres son amas de casa, exceptuando dos mamás que trabajan 13 en la cooperativa Ellas Hacen . En el barrio, también identificamos espacios recreativos para los niños y niñas, clubes sociales como por ejemplo “Villa Lenci”, “Chacarita Platense”, “Topacio”, el “Centro Polideportivo Cultural Zona Sur”, entre otros. Comedores comunitarios y copa de leche, donde además, en muchos de ellos se brindan talleres recreativos y de apoyo escolar.
11. Ver entrevista a Celina en anexo aparte. 12. Ver entrevista a Hugo Heredia en anexo aparte. 13. El Programa Nacional “Ellas Hacen” es impulsado por el gobierno nacional. Es una nueva etapa del programa Ingreso Social con Trabajo “Argentina Trabaja”, destinada a 100 mil mujeres, para que puedan formar parte de una cooperativa y trabajar en el mejoramiento de sus barrios. Quienes forman parte del programa, pueden capacitarse en oficios asociados a la construcción, la formación integral sobre derechos, cooperativismo y economía social, entre otros. Además, como requisito, aquellas mujeres que no tienen estudios, deben completar la escuela primaria o secundaria (Ministerio de Desarrollo Social de la Nación , 2014).
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No obstante, las entrevistas y encuestas realizadas a las madres muestran que son sólo algunos los casos que realizan actividades recreativas, deportivas y de apoyo escolar en estos espacios, esto se debe a las edades de los niños y niñas, que en general se encuentran en el período del pre-escolar. Respecto de los comedores, la mayoría de las familias retira el almuerzo de estas organizaciones, aspecto que describimos en el apartado que denominamos “Descripción de madres de niños y niñas con bajo peso”.
Comedor y Copa de leche Norma Pla, ubicado en 27 y 90, Altos de San Lorenzo.
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Organizaci贸n social Frente Popular Dario Santillan, barrio Puente de Fierro.
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En este territorio trabajan, además, organizaciones sociales estatales y militantes dentro de las cuales se encuentra Barrio Adentro, que depende de la Secretaría de Niñez y Adolescencia de la Provincia de Buenos Aires; miembros del Centro de Estudios de Nutrición y Desarrollo Infantil (CEREN), perteneciente a la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC); la organización política Mil Flores; el Frente Amplio Darío Santillán; el Frente para la Victoria, entre otras. En este caso, la mayoría de las madres como afirman en las entrevistas, no participa de organizaciones sociales, políticas o religiosas. Sólo dos de ellas trabajan y militan para la Coordinadora de Trabajadores Desocu14 pados (CTD) Aníbal Verón y a su vez forman parte de la cooperativa Ellas Hacen. La Delegación de Altos de San Lorenzo no cuenta con unidad de bomberos ni con una comisaría propia. El hospital más cercano es el San Juan de Dios ubicado en las calles 25 y 70, dentro del casco urbano de La Plata. Se encuentran en total más de diez instituciones educativas estatales y privadas, entre escuelas primarias, secundarias y de nivel inicial, una de ellas para niños y niñas con discapacidad intelectual que comprende los niveles desde la atención temprana, hasta el trayecto técnico laboral que finaliza a los 21 años de edad. Esta última, trabaja con un servicio agregado en el Centro de Salud n° 8 al cual asisten varias madres que llevan a sus niños/as con bajo peso. Además el barrio cuenta con organizaciones sociales que dictan el Plan de Finalización de Estudios Primarios y Secundario (FinEs) para jóvenes y adultos. La fisonomía de este último, se va transformando a medida que uno se va adentrando a Altos de San Lorenzo, esto se puede ver en las calles, que dejan de ser de asfalto para pasar a ser de tierra, las casas se mezclan entre las de material y las casillas de madera, sin contar con ningún tipo de urbanización.
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14. En el año 2001 nace el movimiento piquetero CTD Aníbal Verón, conformada por los miembros de los diez Movimientos de Trabajadores Desocupados (MTD) del conurbano. “Se reúnen todas las semanas para discutir los problemas de cada distrito y de la Coordinadora en su conjunto. Las propuestas de la Coordinadora se discuten luego en las asambleas barriales, donde todos los compañeros de cada barrio resuelven y elaboran nuevas propuestas” (Herramienta debate y crítica marxista, 2014).
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Las familias que viven más alejadas al casco urbano de la ciudad o aquellas ubicadas en los asentamientos -situados sobre antiguos basurales-, no cuentan con servicio de gas ni cloacas y, en muchos casos, deben “engancharse” en el tendido eléctrico para tener luz.
Esquina frente al Centro de Salud N° 8.
Al recorrer el barrio podemos ver mucha basura acumulada en las esquinas, arrojadas en las veredas y zanjas con agua estancada, lo que propicia la aparición de insectos, roedores y, consecuentemente, la propagación de enfermedades que estos transmiten.
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Pilar Martín, trabajadora social de los Centros de Salud n°8 y n°41, caracteriza a las condiciones de vida del barrio como “muy pauperizadas y precarizadas lo que hace que haya muchas enfermedades relacionadas con el medio ambiente. Hay muchos basurales y mucha contaminación. En lo que respecta al agua, en la zona de la 90, se hizo un proyecto de extensión y se determinó que está contaminada porque no hay cloacas, entonces los pozos están muy pegados. Las napas se contaminan, los pozos se desbordan, los caños de agua se pinchan y 15 pasan por las zanjas” .
Las casillas que están radicadas sobre los asentamientos se caracterizan por sus condiciones precarias: son construcciones de madera, ubicadas sobre piso de tierra, algunas no tienen puertas, ni están forradas, lo que dificulta la protección de las familias ante los factores externos, como por ejemplo el frío, el calor y la lluvia. De estas condiciones medioambientales y habitacionales, se desprende que las enfermedades más comunes en los niños y niñas 16 del barrio sean la escabiosis y la parasitosis. Durante la última inundación sufrida en la ciudad de La Plata el día 2 de abril de 2013, el barrio se vio severamente afectado. Muchas familias perdieron bienes materiales y sus casillas quedaron en malas condiciones, lo que dificulta la vida cotidiana.
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15. Ver entrevista a Pilar Martín en anexo aparte. 16. La escabiosis es una enfermedad de la piel causada por un ácaro (parásito microscópico), que penetra debajo de la piel, cava túneles y deposita sus huevos en los mismos. El principal medio de contagio es el directo de piel a piel con una persona infectada. El síntoma principal es el prurito o picazón, que comienza entre 2 y 3 semanas luego de la infestación y es más fuerte durante la noche. También aparecen lesiones en la piel que parecen picaduras, ampollas o granitos y líneas rojas, donde el ácaro ha penetrado debajo de la piel (Ministerio de Salud de la Nación, 2014).
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Centro de Salud nÂş8
Cartel al ingreso del Centro de salud.Â
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En la ciudad de La Plata hay 49 unidades sanitarias que dependen de la Municipalidad. La delegación Altos de San Lorenzo, cuenta con cuatro Centros de Atención Primaria de la Salud, el más cercano al casco urbano es el n°8, ubicado en las intersecciones de calle 20 y 85, después se encuentran el n° 21 en calle 131 entre 639 y 640, el n° 41 en calle 84 entre 131 y 132 y el n° 46 emplazado en calle 16 y 608. El centro n° 8, fue fundado a comienzos de la década del ‘70 y lleva el nombre “Dr. Samuel Slutsky” detenido-desaparecido el 22 de junio de 1977 y se encuentra situado al lado de un terreno que los vecinos denominan “plaza”, ya que tiene juegos añejos y deteriorados pertenecientes a la Municipalidad, a los cuales se acercan los niños y niñas mientras esperan a ser atendidos, esto se debe a que el centro no cuenta con un espacio propio para contenerlos.
Esquina del centro de salud.
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Entrada al Centro de Salud n° 8.
“Placita” lindera al Centro de Salud n° 8.
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“Placita” lindera al Centro de Salud n° 8.
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El centro está conformado por la sala de espera, cinco consultorios médicos que la rodean, un baño público y un espacio donde funciona el servicio agregado de atención temprana de la escuela “Alfonsina Storni”. Además, cuenta con una habitación destinada al sector administrativo, donde se reúnen los médicos y enfermeros, dicho lugar posee una cocina y un baño privado. La sala de espera, contiene varios bancos de madera para que las personas aguarden su turno y, una ventana que permite la ventilación, ya que el único ventilador instalado en el lugar no funciona, hecho que dificulta la espera los días de alta temperatura.
Sala de espera del Centro de Salud.
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Las especialidades con las que cuenta son: clínica médica, ginecología, obstetricia, pediatría, enfermería, odontología, atención temprana, psicología y trabajo social. Además, recibe estudiantes de la Facultad de Medicina que realizan las Prácticas Finales Obligatorias y un Taller de Alimentos perteneciente a una extensión de la Facultad de 17 Ciencias Exactas de la UNLP . Una empleada se encarga de mantener el orden y la limpieza del lugar. Pero, este servicio resulta insuficiente debido a la cantidad de personas que asisten diariamente. En las paredes de la sala, podemos ver cartelería en alusión a los horarios de atención de los médicos, invitaciones a eventos barriales, carteles de prevención y promoción de la salud sobre la semana de la lactancia materna del año 2005, enviado por el Ministerio de Salud de la Nación. Hay publicaciones elaboradas por los profesionales del centro, sobre “bebés seguros: las ocho medidas preventivas de la muerte inesperada del lactante durante el sueño”, entre otros. Es necesario resaltar que no se encuentra cartelería ni folletería sobre la nutrición/desnutrición infantil, ni sobre los programas municipales destinados al cuidado de mamás y bebés.
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17. El Taller de Alimentos de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata funcionó durante el año 2014 y cesó sus actividades en el Centro de Salud n° 8 en diciembre de ese mismo año.
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Cartelería presente en la sala de espera.
Respecto de los demás centros, el n°8 es el que se encuentra más cercano al casco urbano de La Plata, y dentro del barrio en la parte urbanizada del mismo. Sin embargo, se acercan personas de sectores más alejados a quienes por cercanía geográfica, les correspondería la atención en otras salas. Esta situación se produce debido a la confianza que la médica del lugar Delia Michi y la promotora de salud Esther Gutiérrez generan en los pacientes.
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Los profesionales-médicos, trabajadora social, promotora de la salud, directivos de la escuela Alfonsina Storni, y otros- reconocen la existencia de violencia de género y familiar en las familias del barrio. Pese a dicha problemática, los actores que concurren a consultas o a los espacios con la trabajadora social, que es quien se encarga del Programa de Fortalecimiento de la Atención de la Violencia Intrafamiliar en APS, -Profavi- son la minoría. “La violencia intrafamiliar es una problemática de salud” afirmó al respecto Pilar Martín. Otra característica de las familias que se acercan a la sala, es que los hombres delegan el cuidado de los niños y niñas a las mamás. “Los varones acá no se acercan, el problema es de las mujeres” explicó la médica Delia Michi. Respecto de esto creemos que además de ser un rasgo cultural de los hombres del barrio, se debe a que generalmente son quienes trabajan durante la mayor parte del día, mientras que las madres se encargan del cuidado de los chicos. Lo mismo se puede ver en la salud sexual y reproductiva, donde el cuidado está enfocado en la responsabilidad de la mujer y en la negociación con su pareja sobre decisiones como la ligadura de trompas, para evitar embarazos no deseados.
Tratamiento para el bajo peso En el imaginario simbólico de los actores del barrio, el centro n°8 y particularmente Michi, que trabaja allí desde hace 20 años, están asociados al tratamiento de los niños y niñas con bajo peso. Si bien su especialidad no es la pediatría, debido a que no hay profesionales que trabajen desde esta área de la medicina, la médica debió hacerse cargo de la atención de los niños y niñas y se constituyó para las familias como una referente en la atención del bajo peso. La cantidad de familias que se acercan por problemas de bajo peso hizo que la profesional destine un día semanal -jueves- sólo a la atención de estos niños/as. Incluso varias de ellas, cercanas al centro n°41 continúan sus tratamientos con ella, ya que son atendidos desde hace varios años por Michi y mantienen una relación cercana y de confianza.
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Niños y niñas del barrio en la jornada de fin de año 2014..
Como describe una de las madres “con la Doctora me llevo bárbaro, a todos mis hijos los atiende ella. Yo por mi barrio tengo la otra 18 salita, la 41, pero vengo siempre acá” . Esta afirmación es representativa de las percepciones de todas las madres consultadas.
18. Ver entrevista a Mamá 1 en anexo aparte.
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Para conseguir turno de consulta y atención, las madres deben dirigirse a la sala en tempranas horas de la mañana y aguardar durante un promedio de entre seis y siete horas con sus hijos/as para ser atendidas. Durante las horas de espera, las madres llevan alimentos y bebidas para compartir con sus hijos como snacks, galletitas, gaseosas y jugos, muchas de ellas concurren con familiares, como hermanas o cuñadas, que también asisten a la atención de sus hijos/as con bajo peso. Sin embargo la mayoría no se conoce entre sí. El tratamiento de los niños y niñas con bajo peso, consiste en la medición, el pesaje y la búsqueda de las causas –infección urinaria, 19 parásitos y/o “falta de olla ”. Se les entrega hierro para fortalecerlos, en caso que sea necesario, y dos kilos de leche en polvo por niño mensualmente, la misma proviene de la Secretaría de Salud del Municipio quien las distribuye entre los centros de salud. Se registran los datos y se anota en la libreta la fecha de la próxima visita. Por otro lado, la promotora de salud Esther Gutiérrez, hace un seguimiento de estas familias y en el caso de no concurrir a la consulta, los busca en sus viviendas particulares. Durante este proceso, las profesionales, según sus propios comentarios, intentan “hablarles, prevenirlas, educarlas sobre cómo tratar a los bebés”, sin embargo, aseguran que es difícil trabajar desde la prevención porque es una zona muy poblada “somos pocos” hay 20 “mucha población para un solo médico”. Desde el centro de salud, indican conocer en profundidad a las familias, a la gente del barrio, saber qué les pasa y qué le falta en cada caso. No obstante, se reconoce que trabajar sobre la urgencia con un número tan elevado de pacientes, dificulta la dedicación de un tiempo prolongado a cada uno de ellos. Pilar Martín, se encarga junto con Michi de tramitar las tarjetas del Provam que dependen de la Secretaría de Salud Municipal, la cual destina 200 pesos mensuales para la compra de alimentos, aunque, entiende que dicho monto no modifica los hábitos alimenticios cotidianos de las familias.
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19. Expresión que surge de Delia Michi cuando le consultamos las causas del bajo peso en el barrio. 20. Ver entrevista a Delia Michi y Esther Gutiérrez en anexo aparte.
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Respecto del abordaje de la salud desde el centro, Pilar Martín afirma la dificultad de trabajar desde una perspectiva de salud integral, debido a que la atención está centrada en la respuesta a la enfermedad y por otro lado, lo relaciona con la falta de recursos humanos frente a la población que lo demanda. El trabajo barrial y en conjunto con otras organizaciones, se ve dificultado ya que sólo la trabajadora social y la promotora de salud son quienes visitan a las familias en sus viviendas. El área de atención temprana se encarga de trabajar desde una perspectiva de promoción y prevención con las madres (en muchos casos incluso desde el embarazo). Lo hacen articuladamente con la pediatra del centro, quien es la encargada de derivarlas si detecta retrasos del desarrollo en sus hijos o si se trata de madres con dificultades intelectuales. Además de lo ya señalado respecto de la desnutrición, los profesionales también muestran preocupación por otras situaciones problemáticas reconocidas en el barrio, tales como el embarazo adolescente y la falta de prácticas anticonceptivas para prevenir enfermedades y embarazos no deseados.
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Descripción de madres de niños y niñas con bajo peso Elegimos trabajar con las madres debido a que son quienes acompañan a los niños/as a la consulta médica, ya que los padres no concurren habitualmente a “la salita”. Ellas son las encargadas de seguir el tratamiento de sus hijos mensualmente, conformando así, una población estable, lo que nos permitió tener un contacto con regularidad. A su vez, son quienes se encargan de las prácticas y hábitos de alimentación en sus viviendas. Es por ello que consideramos importante indagar acerca de sus significaciones y representaciones sobre la nutrición particularmente y la salud en general. Para, de esta manera, elaborar una estrategia que las haga partícipes y protagonistas. Las madres con las que trabajamos conforman una población total de 20 actores. Ellas tienen en su mayoría entre 19 y 24 años y entre 30 y 34 años, y 2 hijos por familia. Viven con sus parejas y otros familiares como suegros, hermanos, tíos, etc.
5% 10%
Edades 37%
11%
5% Más de 40 años 10% De 35 a 40 años 37% De 30 a 34 años 11% De 25 a 29 años 37% De 19 a 24 años
37%
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10%
Cantidad de hijos 10%
10% Un hijo
37%
37% Dos hijos 11%
10% Tres hijos 21% Cuatro hijos 11% Cinco hijos
11%
11% Más de cinco hijos
21%
Muchas son oriundas de Argentina -Ciudad de La Plata y el norte del país- mientras que en algunos casos provienen de Bolivia y Paraguay. Estas familias, están radicadas desde hace más de cinco años en Altos de San Lorenzo.
10%
País de origen 15%
10% Bolivia 15% Paraguay 75% Argentina
75%
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Respecto del nivel de estudios, todas finalizaron el primario y sólo tres de ellas terminaron el secundario. No poseen un empleo remunerado fuera del hogar, sino que están a cargo de la casa y se encargan del cuidado de sus hijos, exceptuando dos madres que traba21 jan, una en la cooperativa “Ellas Hacen”, y otra en “Argentina Trabaja” .
6%
22%
Nivel de estudios 6% Primaria Incompleta 44% Primaria Completa
44%
22% Secundaria Incompleta 28% Secundaria Completa 28%
Por otro lado, sus parejas son quienes trabajan, en su mayoría como albañiles en la construcción o como changarines, lo que constituye un trabajo informal, por lo que muchos de ellos no cuentan con obra social y otros derechos previsionales que otorga la estabilidad laboral. Las familias consultadas viven en casas y casillas de un promedio de dos ambientes y en su mayoría, no tienen acceso a los servicios básicos de gas, cloaca, agua potable. Mientras que acceden al servicio de luz mediante conexiones “caseras” al tendido eléctrico.
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21. El Programa Argentina Trabaja dependiente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, tiene como objetivos la generación de empleo y la ejecución de trabajos en beneficio de la comunidad, para llegar a los sectores más postergados de la sociedad y darles herramientas para lograr su inserción, a través del trabajo en cooperativas con capacitación en obra. Los beneficiarios realizan tareas de limpieza, desmalezamiento y parquización, como así también reparación y pintura de edificios, entre otras. El ministerio inscribe a la persona como monotributista social y paga mensualmente el monotributo, además de hacerse cargo de la obra social y del seguro por accidente personal. A su vez, abona mensualmente una suma de dinero (Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, 2014).
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El grupo de niños y niñas que se encuentran en bajo peso, en su mayoría tiene entre uno y seis años de edad. Sin embargo, el período donde la mayor cantidad de niños comienza con el bajo peso, es durante el inicio de la alimentación complementaria. Es decir, cuando además de la leche materna, ingieren alimentos sólidos. Las profesionales del Centro, establecen una relación entre el inicio del bajo peso y del razonamiento en los más chiquitos, en donde los problemas de violencia y afectivos los lleva a manifestarse con la no ingesta a la hora de la comida. Son las mamás las que se encargan de hacer las compras en 22 los “kioscos” , a veces en el “supermercado” del barrio o en el almacén “chino”, y en algunos casos las madres van al mayorista. Son ellas quienes cocinan para sus familias y cuando sus parejas no están trabajando, son ellos quienes se encargan de hacerlo.
Mamá con sus hijos después de ir al control del bajo peso.
22. Es característico del barrio la apertura de kioscos y almacenes en las casas de los vecinos, donde se vende pollo, carne, verduras, comidas elaboradas y otros artículos.
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En cuanto a la alimentación, aseguran comer “variado” y “de todo”, y enfatizan la ingesta de frutas, verduras y también de comidas elaboradas como guisos y sopas, afirmación que aparece reiterada en las entrevistas. Sobre este aspecto se profundizará más adelante, en el apartado de “Hábitos y consumos alimenticios” de las familias. Respecto de las actividades habituales que realizan las madres cuando sus hijos están en la escuela, ellas mismas respondieron que se encargan de las tareas de la casa y el cuidado de los más chicos. Además miran televisión y usan la red social Facebook a través del celular móvil, el único dispositivo que les brinda conexión a internet. En menor medida se mencionó la lectura como forma de entretenimiento e información. Por último, otra característica que se puede agregar es que la mayoría de ellas no forma parte de agrupaciones sociales, políticas o religiosas y que no están acostumbradas a participar de encuentros colectivos; la mayoría son introvertidas y no participan en espacios de discusión que impliquen tomar la palabra o poner el cuerpo para la realización de actividades Dentro del grupo de madres consultadas, algunas son egresadas de la Escuela Especial n° 532 “Alfonsina Storni” - ubicada en el barrio- y sus hijos realizan sus estudios en la misma escuela. Delia Michi, asegura que el bajo peso en sus hijos se debe a las dificultades que tienen estas mamás al interpretar las indicaciones médicas o de alimentación. Incluso desde la misma escuela se presta particular atención desde el comienzo del embarazo donde establecen rutinas alimentarias, de higiene y del cuidado de los hijos. Susana Ortale, doctora en Antropología, que trabaja para el Centro de Estudios en Nutrición y Desarrollo Infantil (CEREN) en el barrio Altos de San Lorenzo, afirma que la desnutrición primaria, es aquella que deriva de la falta de aporte alimentario y está asociada con la falta de comida, que se da generalmente en un “mal medio socioeco23 nómico” , no siempre actúa como causa del retraso en el desarrollo, sino que tiene que ver con el contexto familiar, y esto puede relacionarse con una generación de abuelas, madres y nietos con discapacidades intelectuales que atravesaron su escolarización en la escuela especial del barrio.
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23. Ver entrevista a Susana Ortale en anexo aparte.
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Susana Di Iorio, psicóloga, e integrante del CEREN, durante el año 2014 realizó una evaluación del desarrollo en un total de 25 chicos, que concurrieron al Centro n°8 junto con sus madres. El estudio concluyó que el 90 por ciento de ellos se encontraba en riesgo de pade24 cer un retraso del desarrollo intelectual . Esto se da principalmente, por falta de recursos, materiales y de formación del desarrollo del entorno adulto, es decir, por ausencia de herramientas personales para estimu25 lar a los más chicos . En relación al cuidado de su salud, las madres sólo realizan chequeos cuando están embarazadas, pero no son habituales los controles periódicos clínicos ni ginecológicos. Es decir que no tienen hábitos de prevención, sino que asisten a la consulta médica una vez que están enfermas o cursando embarazos. La mayoría de las familias no tienen obra social. Por tal motivo, y razones de cercanía, asisten al Centro de Salud en primera instancia, al Hospital de Niños Sor María Ludovica, como segunda opción si se trata de sus hijos, o al Hospital San Juan de Dios cuando son los mayores de las familias quienes requieren atención médica. Además del bajo peso, otras preocupaciones que tienen las madres en relación a los niños, son la lactancia, la conducta y la “puesta de límites”, según las consultas que fueron realizadas a las profesionales del CEREN durante sus intervenciones en el barrio.
24. El desarrollo intelectual se ve afectado por el déficit de energía, anemia, deficiencia de zinc y la falta de estimulación, por lo que los niños/as con bajo peso crónico pueden presentar menos coeficiente intelectual y en consecuencia problemas en el aprendizaje. 25. Ver estudio “Puente de Fierro 2013” en anexo aparte.
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Datos Contextuales Situación nutricional en Argentina, Buenos Aires y la ciudad de La Plata Para contextualizar el estado nutricional alimentario de la población argentina y particularmente de la ciudad de La Plata, recurrimos a las cifras que datan de acuerdo a diferentes estudios sobre los indicadores de salud, de desarrollo social, de ingesta de nutrientes, entre otros. Decidimos entonces, tomar como antecedente la primera edición de la “Encuesta Nacional de Nutrición y Salud” (ENNyS) que el 26 Ministerio de Salud realizó en el año 2007 , a través de la Dirección Nacional de Maternidad e Infancia. Se trata de un estudio de diseño transversal y descriptivo, orientado a la evaluación de la prevalencia de distintos componentes que permiten definir el estado nutricional a partir de indicadores alimentarios, antropométricos y bioquímicos. El mismo sirvió como referencia en el diseño del trabajo de campo, a la hora de abordar con las madres las diferentes preguntas referidas a sus hábitos de vida, de salud y alimentación y los de sus hijos. Mientras que las mediciones antropométricas y los estudios epidemiológicos se encuentran a cargo de los profesionales del Centro de Salud. La ENNyS permite caracterizar la situación alimentaria y nutricional de salud de la población urbana de hasta 50 años de edad. Dicha información funciona como insumo para evaluación, creación y reorientación de políticas públicas de alimentación y nutrición: “La valoración del estado nutricional a partir del consumo alimentario permite identificar situaciones de inadecuación tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo. El hallazgo de inadecuaciones de la ingesta es de suma utilidad para la explicación de deficiencias observadas a través de otros indicadores del estado nutricional. Asimismo, esta información permite anticipar y corregir acciones a futuro, delineando intervenciones específicas” (ENNyS, 2007).
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26. Actualmente -2015- se encuentra en progreso la realización de la segunda edición de la ENNyS, por lo que hay que considerar que la información que se desprende de esta fuente puede verse modificada por la distancia de siete años respecto de cuándo se llevó a cabo (ENNyS, 2007).
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Los objetivos específicos propuestos por la ENNyS fueron por un lado, “obtener información sobre el estado de nutrición y salud de niños entre 6 meses y 5 años, mujeres en edad fértil y embarazadas, útiles para la formulación de políticas y programas”. Por otra parte, “evaluar factores asociados a los diferentes perfiles de estado nutricional en las poblaciones estudiadas y obtener información acerca del acceso y la utilización de los servicios sanitarios y la cobertura de programas alimentarios a las que acceden”. Si bien la encuesta realizada por el Ministerio de Salud se llevó a cabo en la población general, en la misma se da prioridad a la población materna infantil. La ENNyS brinda información representativa del estado nutricional en todo el país, lo que nos permite tenerlos como parámetros de referencia en relación a los casos de bajo peso en Altos de San Lorenzo. Desde el proceso, seguimos esta línea de análisis con el objetivo de reconocer las condiciones de salud y nutrición en un sentido amplio, que incluya tanto la caracterización de los problemas más prevalentes, sus condicionantes y factores asociados, para que nos permita planificar y gestionar líneas de acción estratégicas respecto de los indicadores que se desprendan. La ENNyS, -desde una perspectiva similar- propone el abordaje de la nutrición y la salud desde las acciones del sistema de salud e integra a cada uno de sus actores, como también la gestión de programas y políticas públicas. De acuerdo a los datos obtenidos hicimos hincapié en aquellos que estudiaban a la población infantil, para tener un antecedente que se relacione con la edad del grupo poblacional con el que trabajamos. 27 En este sentido, los parámetros de peso “saludable” son, al nacer, un promedio de 3.300gr con un margen normal que va de 2.500gr a 4.000gr. Entre el cuarto y el quinto mes duplican el peso de su nacimiento. Al año de vida triplican el mismo, lo cuadruplican al segundo año y lo multiplican por 7 al séptimo año de vida (Rubistein & Terrasa, 2006). A continuación se representa con un gráfico de peso según la edad en niños y niñas de 0 a 6 años (Rubistein & Terrasa, 2006). 27. Los patrones de referencia del crecimiento son una serie de valores de peso y altura correspondientes a cada edad que utilizan los médicos como referencia para determinar la evolución del crecimiento del niño a su cuidado. Los patrones de referencia actuales no indican cuál es la pauta de crecimiento idónea para la salud del niño, sino que se limitan a describir el crecimiento promedio de los niños. Los patrones de crecimiento infantil de la OMS son superiores a los patrones de referencia que se manejan actualmente (OMS, 2005).
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Los resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud 28 indican que “en niños y niñas menores de 5 años la baja talla y la obesidad constituyen las situaciones más prevalentes” (ENNyS, 2007). Aproximadamente 1 de cada 10 niños y niñas presentan baja talla en relación a los parámetros antes mencionados para la edad, y una relación similar se observa en términos de obesidad, al considerar la referencia de la OMS. La frecuencia de baja talla es mayor en niños y niñas de hogares en condición de privación socioeconómica, mientras que la prevalencia de obesidad, tiende a ser más elevada en aquellos hogares sin necesidades básicas insatisfechas. Los porcentajes finales que presentan la ENNyS en niños y niñas en el total del país, son en baja talla el 9,2%, obesidad 10% y anemia 34,1%. Respecto de los datos nutricionales locales obtenidos, éstos devienen del trabajo en materia de nutrición que realizaron los profesionales del Centro de Estudios en Nutrición y Desarrollo Infantil en Altos de San Lorenzo los cuales consultamos. En el Gran La Plata el tipo de desnutrición prevaleciente es la de causa primaria que genera daños neurológicos, retrasos en el desarrollo y acortamiento de la talla. Cabe destacar que con la ingesta de una buena alimentación el peso puede ser recuperado, pero la talla y el desarrollo psicológico -no patológico- no se pueden revertir. La obesidad es una patología que atraviesa a todas las clases sociales, no se da sólo en casos de opulencia, sino que el consumo excesivo de calorías junto a la suma de otros factores -sedentarismo, urbanización, consumo- contribuye a que se desarrolle. Ambas coexisten en los niños de las mismas regiones y estratos e incluso en las mismas familias (Ortale, 2003). Siguiendo con esta línea, el bajo peso tampoco se da sólo en casos de familias empobrecidas, sin embargo, como aparece en el ejemplo, la monotonía de la alimentación, característica de familias de menos recursos, perpetúa y agrava la deficiencia de nutrientes o micronutrientes lo que también forma parte de un tipo de malnutrición.
28. La talla es un indicador de buenas o malas condiciones de salud en general. La mala nutrición a largo plazo afecta a la talla, en este sentido revela un daño severo, constante e irreversible, a diferencia del peso. Es decir que una persona puede recuperar peso, pero el déficit de talla indica que no se va a alcanzar aquella que hubiera adquirido siguiendo una dieta balanceada.
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El estudio realizado por el CEREN se basó en una evaluación antropométrica de 21 niños y niñas de 2 a 14 años, mediante la 29 medición del peso y de la longitud corporal. Los resultados indicaron que no se encontraron casos de desnutrición. Mientras que un 33% presenta sobrepeso y un 14% obesidad y el 53% restante se encuentra dentro de los límites normales mencionados. Este último estudio, sirve como referencia respecto de la temática y particularmente porque se llevó a cabo con población de niños y niñas que viven en una de zona del barrio Altos de San Lorenzo. Si bien en la muestra no aparecen casos de bajo peso o desnutrición, el mismo nos permite conocer los diferentes estados nutricionales de la población infantil de la zona. La información sobre el estado nutricional de los niños y niñas de Argentina es muy escasa y mucha de la obtenida se encuentra desactualizada considerando la fecha en la que fueron realizadas las evaluaciones. Respecto de la ciudad de La Plata, no encontramos información nutricional o estadísticas publicadas.
Políticas Públicas de Seguridad Social En el marco de las políticas públicas que el Estado lleva a cabo en relación a la salud y a la situación nutricional de niños y niñas en edad pre-escolar, destacamos tres programas de salud materno-infantil que funcionan articuladamente. Uno de ellos a nivel nacional, otro provincial y por último, otro a nivel local. Sumado a lo anterior existen políticas públicas nacionales 30 como la Asignación Universal por Hijo , Argentina Trabaja y Ellas Hacen, que si bien no están destinadas particularmente a familias con hijos o hijas con bajo peso, generan un aporte económico que incrementan el ingreso mensual. Todas las familias con las que trabajamos cobran el derecho correspondiente por cada hijo.
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29. Ver estudio “Puente de Fierro 2013” en anexo aparte. 30. La Asignación Universal por Hijo es un derecho que le corresponde a los hijos de las personas que están desocupadas o que cuentan con empleos informales, con ingresos iguales o inferiores al Salario Mínimo, Vital y Móvil, monotributistas sociales, trabajadores del servicio doméstico, trabajadores por temporada en el período de reserva del puesto o perciban alguno de los planes sociales como el Argentina Trabaja, Ellas Hacen, Manos a la Obra, entre otros. Fue decretado por el Poder Ejecutivo Nacional y entró en vigencia en el año 2009 (ANSES, 2013).
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Los titulares de las asignaciones tienen cobertura del Programa SUMAR, un programa federal del Ministerio de Salud de la Nación que brinda servicio de salud pública a 10 millones de personas de 0 a 65 años de edad, que no tienen obra social. (Ministerio de Salud de la Nación, 2014). Respecto del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria en Argentina (PNSA) que “fue creado en 2003 en el marco de la Ley 25.724, con el objetivo de posibilitar el acceso de la población en situación de vulnerabilidad social a una alimentación complementaria, suficiente y acorde a las particularidades y costumbres de cada región del país” (Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, 2013). Esta política surge en un contexto de crisis producto de la aplicación de las políticas neoliberales de los años ´90, cuando el 27% de la población tenía ingresos menores a la canasta básica (Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, 2013). A partir del PNSA se buscó el acceso a una alimentación complementaria de las comunidades de todo el país. La misma se enmarca en lo que planteó la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), desde la Cumbre Mundial de la Alimentación (CMA) de 1996, sobre seguridad alimentaria 31. Esto implica que todas las personas tengan, en todo momento, acceso físico, social y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos, a fin de llevar una vida activa y sana. Además una buena selección, correcta elaboración, manipulación y conservación; adecuada distribución dentro del grupo familiar; y un buen aprovechamiento por el organismo (FAO, 2015).
31. El concepto de Seguridad Alimentaria surge en la década del 70, basado en la producción y disponibilidad alimentaria a nivel global y nacional. En los años 80, se añadió la idea del acceso, tanto económico como físico. Y en la década del 90, se llegó al concepto actual que incorpora la inocuidad y las preferencias culturales, y se reafirma la Seguridad Alimentaria como un derecho humano (Ministerio de Educación Gobierno de Guatemala, 2014).
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El PNSA tiene como principal línea de acción la implementación de tarjetas magnéticas a las que el Estado transfiere dinero para la compra de alimentos, de manera que las personas elijan libremente de acuerdo a sus gustos y hábitos. Anteriormente, el Estado nacional proveía a los municipios con cajas de alimentos, pero éstas fueron sustituidas, debido al peso de las mismas, lo que complicaba su traslado y la posibilidad de que cada familia eligiera qué productos consumir. De este modo, se promueve la autonomía en su selección, se fomenta la comida en familia y se favorece el acceso a alimentos frescos. Por otra parte, se realizan transferencias de fondos bajo proyectos, a los estados provinciales, destinados a reforzar la alimentación de niños y niñas en edad escolar y el fortalecimiento a organizaciones sociales que desarrollan actividades en espacios comunitarios y brindan prestaciones alimentarias. Estas acciones son acompañadas por otras líneas, que se basan en actividades de educación alimentaria nutricional y promoción del desarrollo infantil y familiar, tanto para técnicos locales, como referentes comunitarios y familias, desde un enfoque integral que contempla los diversos aspectos que influyen en las elecciones alimentarias. Además, como parte de la misma política pública se impulsa el desarrollo de las organizaciones comunitarias que brindan servicios alimentarios (como comedores) y; se promueve el acceso a una alimentación saludable mediante la autoproducción de alimentos frescos para el consumo personal, familiar y comunitario. A lo anterior se agrega una línea de acción que se basa en la educación alimentaria y nutricional, con el objetivo de convertir los conocimientos en hábitos de alimentación saludable. Por otro lado, el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires también implementa actividades tendientes a mejorar las condiciones de vida de la población, es por ello que se creó en 1994 el Programa Materno Infantil (PMI), con el propósito de disminuir la morbimortalidad y mejorar la cobertura, accesibilidad y calidad de la población. En 1995, acorde a los lineamientos nacionales e internacionales, se ampliaron sus acciones a la población adolescente por ser considerada de trascendencia para el desarrollo social de la provincia (Municipalidad de La Plata, 2014).
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Por último, el PMI articula sus acciones con los Centros de Salud Municipales, con la pretensión de disminuir la morbimortalidad de la población materna e infantil. La línea de trabajo tiene pleno alcance sobre la población conformada por niños de 0 a 6 años y las mujeres embarazadas. Las prácticas públicas pasan por el seguimiento de la evolución del embarazo y el puerperio; la detección y eventual tratamiento de las patologías; la promoción de indicaciones higiénico-dietéticas; el cumplimiento del programa de vacunación; el control de crecimiento y el seguimiento del desarrollo; el cumplimiento del calendario de vacunación según edad y la detección temprana y seguimiento de desnutridos. Además, cuenta con líneas de acción tendientes a la promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación de diferentes patologías (Secretaría de Salud de La Plata, 2014). Es necesario mencionar que las políticas provinciales y municipales no están directamente relacionadas con el estado nutricional de niños con bajo peso, sin embargo contribuyen al estado de salud integral de la comunidad. La ayuda económica llega a las mamás que atienden a sus hijos en el Centro de Salud, a través del Programa Municipal Provam, por medio de una tarjeta de débito con un monto de 200 pesos mensuales por cada uno que se encuentre en riesgo nutricional. La misma le permite realizar compras de alimentos en los dos supermercados del barrio que están habilitados para su uso. Las mamás se relacionan con el programa por medio de Esther y Delia, que son quienes gestionan las altas de las tarjetas y quienes completan las planillas con datos de los controles mensuales. El sistema se modificó a partir del año 2012 ya que en sus inicios se les entregaban cajas con alimentos, que de alguna manera preestablecía las comidas que se podían realizar, no eran considerados los gustos y elecciones de los miembros de las familias, y además era difícil su traslado, desde el centro de salud hacia sus viviendas. Actualmente, aquellos que no poseen Documento Nacional de Identidad y que tengan hijos o hijas con bajo peso, continúan recibiendo las cajas de alimentos, pero simultáneamente Pilar Martín, lleva a cabo los trámites pertinentes para la obtención del DNI.
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La nueva modalidad de la tarjeta es entregada por un período de dos años, pero se puede renovar, realizando el trámite correspondiente, en el caso de que los niños continúen con bajo peso. El programa municipal es discontinuo en su funcionamiento, debido a dificultades presupuestarias y organizativas, por lo que fueron dadas de baja la mayoría de las tarjetas del grupo de madres con el que trabajamos.
Nutrición infantil: Experiencia CONIN A fin de conocer otras organizaciones que abordan la temática de nutrición/desnutrición desde diferentes metodologías, consideramos buscar una experiencia que trabaje en la ciudad de La Plata. Una de las organizaciones más importantes con la que nos contactamos fue la Cooperadora de la Nutrición Infantil (CONIN) que se ubica en el barrio de Los Hornos. CONIN fue fundada en la Ciudad de Mendoza (Argentina) el 4 de septiembre de 1993 por el Dr. Abel Albino y tiene como misión: “quebrar la desnutrición infantil en la Argentina, comenzando por Mendoza y luego extenderse al resto de América Latina”. La organización, siguió el modelo implementado por el Prof. Dr. Fernando Mönckeberg en la 32 República de Chile . Dicha implementación logró en el país vecino alcanzar los índices más bajos de desnutrición en América Latina. CONIN, se organizó desde su inicio, como una fundación sin fines de lucro, bajo registro N°805/94 de la Dirección de Personas Jurídicas de la Provincia de Mendoza y fue inscripta en el “Registro Único de Organizaciones Administradoras” del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Actualmente lleva replicados más de sesenta centros de prevención, distribuidos en el interior del país y otros que se encuentran en formación. La institución entiende que “la desnutrición infantil genera debilidad mental, la única enfermedad que se puede prevenir, la única que se puede revertir, la única causada por el hombre” (CONIN, 2013).
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32. La Corporación para la Nutrición Infantil (CONIN) Fundada en 1975 por el Dr. Fernando Monckeberg Barros, centró sus actividades en la atención, investigación y desarrollo de programas para la recuperación de niños con desnutrición avanzada y logró reducir los índices de desnutrición en Chile de un 16% al 2% y el índice de la mortalidad infantil de un 63 por mil a un 7 por mil (CONIN, 2013).
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La Cooperadora trabaja en la prevención y recuperación de la desnutrición infantil y centra su accionar en tres pilares -docencia, asistencia e investigación-.En cuanto a la docencia, se dirige principalmente a la prevención de la desnutrición, y promueve el desarrollo integral de la familia. Considera, que “el niño depende de terceros para su cuidado, los que generalmente, en situación de pobreza, no tienen los medios, ni la educación necesaria para poder llevar adelante con 33 éxito esa crianza” , por lo que CONIN brinda distintos programas tendientes a la capacitación de la familia, con un doble objetivo: lograr que la mamá satisfaga las necesidades de sus hijos y eleve sus expectativas culturales y sociales. Desde la asistencia, CONIN contiene a las familias a través de diversos programas, donde promueve el ejercicio de esfuerzos mancomunados, de las familias con la institución, sin caer en el “asistencialis34 mo simplista que en definitiva genera más dependencia” . Por último, desde la Investigación científica “aborda la problemática de la pobreza y la desnutrición y se difunden las actividades de la institución, para demostrar y cuantificar el impacto que tienen las estrategias implementadas en la lucha contra el hambre, donde se 35 prioriza la educación y la promoción de la salud” . El caso de CONIN Los Hornos, a través de la asociación civil sin fines de lucro “Nutrir la vida” (Mat. 36.599), trabaja desde agosto de 2010 por la nutrición infantil. La sede se encuentra ubicada en las calles 73 y 152 de este barrio. La organización trabaja en conjunto con los Centros de Salud del barrio que derivan casos de chicos/as con riesgo nutricional. Por otra parte, los profesionales del lugar realizan relevamientos en la zona y de esta manera detectan a aquellas familias que luego son incorporadas al programa.
33. Ver entrevista a referente CONIN Los Hornos en anexo aparte. 34. Ídem. 35. Ídem.
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La metodología de trabajo se centra en la atención pediátrica, nutricional, psicopedagógica y social gratuita y directa con los niños/as en riesgo de desnutrición y sus familias. La ayuda social incluye visitas domiciliarias, entrega de alimentos a las familias anotadas en el programa, ropero comunitario y un enlace interinstitucional en los casos de aquellas problemáticas que no se encuentran abordadas por el mismo. Además, las madres de los niños asisten a talleres de promoción de la salud, iniciación en oficios, alfabetización y cultura general, tales como “habilidades del pensamiento, cocina, planificación de familia, promoción de la salud, manualidades y artes” 36. En palabras de la referente, el espacio se caracteriza porque: “no es abierto a toda la comunidad, esto es un programa que tiene todo el funcionamiento que se extiende por el período de un año, un año y medio, dos, según la necesidad de cada grupo familiar, porque lo que se trabaja es promoción. No se trabaja asistencia. Entonces para poder trabajar en promoción es como un trabajito continuo y sostenido en el tiempo. El abordaje principal que se hace es con las mamás. A los nenes se los se los atiende y se los evalúa en consultorio, pero todo el trabajo de docencia se 37 hace con las madres, que son las que después van a replicar” .
Actualmente hay 25 familias en el programa y alrededor de 45 chicos. Por fuera del mismo, también se trabaja con convenios con otras instituciones de la comunidad, por ejemplo, con los centros de formación profesional, donde hay mamás que están terminando la escuela primaria y secundaria. Luego de conocer esta experiencia, podemos dar cuenta en primer lugar que el abordaje institucional del bajo peso en Altos de San Lorenzo, responde a las características de un centro de atención de la salud comunitaria, por lo que asiste a las familias por medio del control médico. A su vez, las profesionales del lugar, asumen un tipo de contención a las familias donde intentan hablar a las madres sobre la importancia de la nutrición y la alimentación, sin embargo, la misma se ve entorpecida por cuestiones de tiempo y por la falta de recursos humanos y materiales.
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36. Ver entrevista a referente CONIN Los Hornos en anexo aparte. 37. Ídem.
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Desde la perspectiva teórica con la que asumimos nuestro proceso de tesis, consideramos a la metodología CONIN como una referencia en cuanto a estimular la formación en salud de las madres, como un aspecto clave en la promoción de hábitos saludables. Entendido esto como una transformación más profunda que el que brinda la asistencia médica, ya que además de las condiciones biológicas se consideran los factores sociales, de higiene, de hábitat, emocionales, culturales y económicos, que repercuten directamente en los hábitos alimenticios de los actores sociales. No obstante, es necesario mencionar, que las profesionales del Centro de Salud n°8 también entienden a la desnutrición como multifactorial, pero que debido a las características del sistema de salud, y por las complejidades antes mencionadas, está no puede ser abordada en su integralidad.
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CAPÍTULO II
Comunicación
Salud Construyendo Salud
Educación
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Comunicación y salud: dos campos en diálogo Para reflexionar acerca de la constitución del campo de la comunicación en salud, creemos necesario dar cuenta de los principales modelos teóricos-metodológicos que desde hace varias décadas han ido acercando estas dos disciplinas- y que reflejan las formas disímiles de pensarse conjuntamente, en un campo que aún consideramos en construcción-. La perspectiva que privilegiaba a la medicina como única disciplina que abordaba las problemáticas de salud, ha sido cuestionada, dando lugar a otras concepciones que tienen en cuenta “el entorno físico-ambiental y la situación socio-económica de los sujetos” (Regis, 2007). Dicha perspectiva, abandona la idea de salud en tanto valor, función y servicio independiente del contexto o la sociedad en la que se desarrolla. Los nuevos enfoques comienzan a tener en cuenta la estructura social, el contexto, la historia, los actores sociales, los valores e imaginarios sobre la salud-enfermedad, más allá de la descripción de síntomas aislados. Este corrimiento epistemológico que empezó a gestarse a 38 partir de los años ‘70 , es complementado por una ampliación conceptual de lo que tradicionalmente se concebía como salud (Regis, 2007). No sólo desde la esfera enfermedad/curación, sino de aspectos más globales como la alimentación, la vivienda, la educación, el nivel socioeconómico, la equidad, etc. Dos supuestos permitieron la realización de este nuevo enfoque de salud, por un lado propiciar aquellos aspectos vinculados a la promoción de estilos de vida saludables y por el otro, reconocer el principio de equidad en la distribución de los servicios y acciones de salud.
38. En la década del ‘70, el movimiento conocido como “el pensamiento social en salud” desarrollado principalmente en México a partir de aportes marxistas, dio origen a una línea de pensamiento que cuestionaba el modelo funcionalista de análisis e intervención en las prácticas y procesos de salud (Regis, 2007).
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La carta de Otawa (1986) para la promoción de la salud constituye una respuesta histórica a las demandas de una nueva concepción de la salud pública en el mundo. Comprendida ahora como un estado adecuado de bienestar físico, mental y social, como la fuente de riqueza de la vida cotidiana y no sólo la ausencia de afecciones o enfermedades, siendo los mismos individuos los que deberán ser capaces de asumir el control de todo lo que determina su estado de salud. Lo que dejó la Conferencia Internacional para la Promoción de la Salud (1986), fue integrar a la comunicación como un factor significativo para la consecución de los objetivos de “salud para todos en el año 2000”. Sin embargo, se la continuó pensando desde la gestión de la comunicación de las políticas públicas en salud que dependen del Estado, desde una línea teórica informacional, instrumental, tradicional, con el objetivo de transmitir informaciones desde un “especialista” a la comunidad, sin tener en consideración sus condicionantes sociales, culturales y psicológicos. Este abordaje de la Comunicación para la Salud, se basó en las premisas de la Comunicación para el Desarrollo, perspectiva que surge en Estados Unidos de Norteamérica y comienza a practicarse en América Latina a partir de los últimos años de la década del ´50, con el propósito de implementar planes, programas y campañas preventivas -en ámbitos como la educación, la agricultura y la salud; propuestas que surgen ligadas a las teorías de la conducta y de la persuasión y que veía en los medios masivos de comunicación, la herramienta más eficaz para el desarrollo social (Cuberli, 2008).
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39. La primera conferencia internacional sobre la Promoción de la Salud reunida en Otawa el día 21 de noviembre de 1986 emite una carta dirigida a la consecución del objetivo “Salud para Todos en el año 2000”.
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En este sentido, la comunicación para la salud ha sido entendida durante mucho tiempo como una herramienta para controlar y manipular las conductas individuales y colectivas. Puede denominarse como una perspectiva instrumental porque, a través de una mirada reduccionista, asocia la comunicación al uso y manejo de técnicas y medios de comunicación. Surgen así enfoques como el Abordaje Pragmático, que se basa en la “transmisión eficaz y eficiente de la información y la comunicación”; el de Generación de Efectos, capaz de “inyectar” valores y actitudes a las personas modificando sus conductas o la de Efectos Limitados que trata sobre la influencia que se construye en las relaciones comunitarias (Cuberli, 2008). En la década de los ´80 y ´90, tuvieron predominancia dos modelos de comunicación para la salud, por un lado el “Marketing Social” ligado a la aplicación de la publicidad y el marketing, a los temas de salud y por el otro el “Activismo Informativo” que consistió en la utilización estratégica de los medios masivos para proponer iniciativas sociales o políticas sanitarias (Regis, 2007). En Argentina, con el advenimiento de la democracia, se comenzaron a producir modos de informarse que rescataban el intercambio de los actores y sus formas de re-significar los mensajes de los medios masivos. Esta perspectiva se denominó “Comunicación Alternativa” y tuvo un amplio desarrollo en el campo de la salud mental. Las prácticas más difundidas de esta etapa fueron los “Talleres de lectura de periódicos dirigidos a pacientes, los Grupos de reflexión sobre la relación médico-paciente, los talleres recreativos con técnicas de comunicación social, etc.” (Regis, 2007). En este sentido, la comunicación era pensada para “dar voz a los sin voz” (pacientes). Se descentró la problemática de los medios, para pasar a los procesos, los actores y los contextos en donde se producía la comunicación.
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En el nuevo siglo, con la masificación de las tecnologías de información y la transnacionalización, se desarrollaron dos líneas de trabajo. Por un lado la “Comunicación Organizacional”, vinculada a la gestión, la identidad y la imagen organizacional, así como también al diagnóstico y planificación de programas de comunicación institucional. Y otra, vinculada a pensar las prácticas de intervención en salud, desde la especificidad de los procesos culturales articulados con las prácticas de los movimientos sociales. Los trabajos más relevantes son en relación a problemáticas de género, sexualidad y maternidad, jóvenes, derechos a la salud, entre otros. En este sentido y a partir de los aportes de Jesús Martín-Barbero (De los medios a las mediaciones, 1987), retomado por Regis, coinciden en “comprender la comunicación como el conjunto de intercambios que constituyen la red discursiva sobre salud-enfermedad, en una sociedad en particular. Esa ‘red’ es tejida por las prácticas productoras de sentido de los diferentes actores sociales” (Regis, 2007). Se instala, en oposición al reduccionismo de pensar la comunicación ligada a los medios masivos, otra mirada, la comunicación relacional, que en materia de salud, la considera como un campo constituido por complejidades, donde confluyen diferentes disciplinas para su abordaje integral. Desde esta perspectiva, a la que adherimos, se tiene en cuenta a los actores y grupos sociales que dan significados subjetivos a sus problemáticas de salud. Se reconoce entonces, la dimensión cultural que explica cómo estos colectivos definen sus problemas de salud, sus necesidades, sus demandas, a través de lógicas diferenciales (Cuberli, 2008). La comunicación relacional, se propone como una perspectiva integral e integradora, que intenta articular desde los saberes y miradas de los diversos actores que participan en el proceso de salud. En este sentido, apuntamos principalmente a conocer los lenguajes, los modos de relacionarse, los vínculos y las mediaciones, tal como las entiende Martín-Barbero, - como ámbitos de transición que se convierten en espacios de resignificación permanente-.
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De esta manera, abordar las problemáticas de salud sin extrañarse de la vida cotidiana de las familias y de la cultura local como ámbito de la representación de los problemas (Díaz & Uranga, 2011). Interactuamos entonces, con los actores del barrio considerados estratégicos respecto de la temática, para construir sentidos colectivos y discursos que refieran a sus necesidades y problemas percibidos, que puedan ser discutidos y resignificados en los espacios y ámbitos que les son propios. De esta manera, la relación entre comunicación y salud sólo puede ser entendida desde una mirada que privilegia los vínculos entre los actores sociales y la cultura que los contiene. Nos posicionamos desde la perspectiva de la comunicación relacional, para lograr los objetivos propuestos ya que ésta, garantiza el autocontrol y ofrece herramientas a las madres y colectivos para desarrollar conocimientos y habilidades que les permitan tomar decisiones autónomas y saludables. De esta forma, facilitar e impulsar cambios en la alimentación y el cuidado de la salud de forma gradual e integrada. Este abordaje, requiere abandonar lo que tradicionalmente se ha venido desarrollando con la exclusiva participación de los profesionales de las ciencias médicas, para incorporar otras disciplinas científicas, como por ejemplo la psicología, la educación física, el trabajo social, entre otras, y legitimar los saberes y conocimientos de la comunidad. En este sentido, consideramos que es necesario construir perspectivas transdisciplinares que integren a los actores sociales desde el origen de los procesos de cambio, en la que los mismos “participen activamente en el reconocimiento de su historia y su presente para proyectar su futuro” (Díaz & Uranga, 2011). Esta concepción de la comunicación, está asociada a prácticas de promoción y educación para la salud que posicionan al comunicador como productor de procesos de reflexión y cambio social, a la vez que habilita el diálogo y la autonomía de los actores sociales.
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Así entendida, la educación para la salud es un proceso de enseñanza-aprendizaje que tiene como objetivo la construcción colectiva de conocimientos para favorecer el cuidado de la salud. Para ello, trabaja sobre el fortalecimiento de las organizaciones sociales y de la participación social, y favorece las capacidades individuales y colectivas. De esta manera, se promueven cambios saludables liderados por los actores. Es importante aclarar que las perspectivas epistemológicas presentadas no han sido superadas a partir del desarrollo del campo, sino que la teoría informacional coexiste con el enfoque relacional. Incluso, en el imaginario de la sociedad en general y de gran parte de la comunidad médica, siguen siendo los encuadres clásicos los que tienen mayor predominancia.
Nuevos diálogos En la actualidad, estudios académicos en relación a la comunicación/salud, adhieren a una perspectiva relacional de la comunicación y a una perspectiva holística de la salud, la cual integra los aspectos bío-psico-físico-social. Por ejemplo, en la tesis de grado titulada “Planificación comunicacional y promoción de la salud” de Ángela Pieroni y Luciana Stafforte (2006), presentada en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, en la que, las autoras llevan adelante una planificación comunicacional para la promoción de la salud desde cuatro ejes centrales: comunicación, educación, salud y planificación. Respecto de la concepción de comunicación las autoras retoman a Martín-Barbero en “De los medios a las medicaciones” (1987) y la entienden como “la relación entre sujetos que supone un proceso de producción de sentidos, sin restringirla a meros instrumentos tecnológicos o a la transmisión de conocimientos o informaciones” (Pieroni & Stafforte, 2006).
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En cuanto a la noción de Salud, hacen hincapié en el modelo social transformador, la Atención Primaria de Salud y las estrategias de 40 salud integral que aparecen en la declaración de Alma Ata . Siguiendo esta perspectiva de abordaje, otra tesis presentada en 2012 en la misma unidad académica, titulada “Diagnóstico y Planificación para la promoción de la salud en la UNLP”, de Virginia Nash y Milagro Núnez-Baras, tuvo como objetivo realizar una planificación comunicacional para promover la salud universitaria desde el deporte. La noción de salud a la que adhieren las autoras es aquella que la entiende en tanto perspectiva integral, que no se limita a la enfermedad en sí misma, sino que refiere a sus prácticas comprometidas con las necesidades y aspiraciones de las personas. Al incorporar el deporte como un factor determinante del estar saludable, se amplía la mirada del concepto de salud por sobre el de ausencia de enfermedad. Dicha tesis retoma a la Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud”, adoptada por la Organización Mundial de la Salud en el año 2004, que tiene como principal objetivo “reducir sustancialmente la mortalidad y la carga de morbilidades mundiales comprometiendo, de esta manera, a los países miembros a implementar acciones que mejoren la dieta y promocionen la actividad física” (OMS, 2004). Este concepto resulta significativo, ya que incorpora la noción de nutrición como aspecto clave para la promoción de la salud, por un lado porque la misma forma parte de la concepción integral del ser humano como un todo bío-psico-físico-social y por el otro, porque la ingesta de alimentos repercute en el organismo y de esta manera también lo hace en la salud. Es decir que la promoción de hábitos saludables alimenticios busca generar conciencia en el consumo responsable de alimentos. Esta breve historización del acercamiento de los campos de Salud y Comunicación permitió conocer los diferentes abordajes que han ido analizando transversalmente a ambas disciplinas a lo largo del tiempo.
40. Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud, reunida en Alma-Ata, URSS, en Septiembre de 1978 declaró a la salud como el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. También la concibió como un derecho humano fundamental y un objetivo social en todo el mundo, la cual exige la intervención de muchos otros sectores sociales y económicos además del de la salud.
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Esto nos ayudó a construir un encuadre teórico-metodológico en concordancia con el avance de las teorías de dichos campos. Y, por otro lado, explicitar el posicionamiento político sobre cómo entendemos a la salud y a la comunicación/educación, a partir de una perspectiva capaz de alcanzar la transformación de la realidad social de las familias.
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Nuestra perspectiva de abordaje La motivación que guía este proceso es lograr el empoderamiento de las madres y su entorno familiar en la toma de decisiones respecto de su salud y la de los niños/as de generar hábitos alimenticios saludables, siempre teniendo presente sus condiciones simbólicas y materiales de vida que se vinculan con aspectos culturales, sociales y económicos que los atraviesan. En tal sentido, abordamos el territorio desde una perspectiva comunicacional que permite comprender las prácticas sociales, a partir del reconocimiento del mundo cultural de los actores, sus intereses, necesidades, conocimientos, relaciones y sentidos que circulan, específicamente respecto de la nutrición/desnutrición. De esta manera consideramos necesario reconocer el universo vocabular y temático (Freire, 2008) de las madres de niños/as con bajo peso. Es decir, partir de la forma que tienen de nombrar el mundo para ubicarnos desde un lugar de igualdad. A su vez, conocer cómo interpretan la relación nutrición/desnutrición las madres y los profesionales que trabajan en el Centro de salud. Este entrecruzamiento de las tramas discursivas es lo que nos permite analizar la temática que atraviesa la tesis. La complejidad del escenario y de la realidad social en la que se encuentra inserto el Centro de Salud y el grupo de madres con las que trabajamos, requiere de la problematización de conceptos teóricos provenientes de las ciencias sociales como de las naturales. Así, desde la comunicación dialogamos con la sociología, la psicología, la medicina y la antropología y con las significaciones de las familias, entendidas como sujetos de conocimiento.
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En tal sentido, para planificar estrategias de comunicación que fortalezcan los hábitos alimenticios saludables, consideramos necesario construir un abordaje teórico – metodológico que integre la comunicación relacional, la educación transformadora y la salud bio-psico-físico-social, para de esta manera, poder analizar integralmente los procesos sociales que se desarrollan en el territorio. El posicionamiento epistemológico desde el entrecruzamiento de los conceptos de Comunicación/Educación/Salud fue lo que guio todo el proceso de tesis, desde una construcción imposible de ser abordada por separado, tal como lo plantea Héctor Schmucler (1984). A lo largo del documento se da cuenta de la necesidad de integrar estos campos para alcanzar un análisis transversal de los mismos y de la realidad social en la que intervenimos.
Comunicación para la salud Con respecto a la noción de comunicación, partimos de un enfoque relacional, entendido como aquel que prioriza a los sujetos, en tanto actores histórico-sociales, sus contextos socioculturales, las relaciones que constituyen, así como también los procesos de construcción de sentidos individuales y colectivos (en este caso vinculados a la relación con la salud). Esta perspectiva nos posibilita reconocer el vínculo que se da en el encuentro directo con las madres de niños/as con bajo peso y con otros actores sociales que trabajan en el centro de salud, lo que viabiliza el reconocimiento de sus concepciones respecto de la nutrición/desnutrición. Esta mirada comunicacional se corresponde con la propuesta “Proyecto de comunicación/cultura” de Héctor Schmucler, entendido como un nuevo espacio teórico que cuestiona el modelo informacional de la comunicación, “una nueva manera de entender y estimular las prácticas sociales, colectivas o individuales” (Schmucler, 1984). Así, la acción comunicativa es comprendida como hecho cultural pero también como un hecho ético y político no instrumental.
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Pensar la comunicación desde la cultura implica reconocerla en el espacio público, en la vida cotidiana de las personas (madres de niños/as con desnutrición), de las instituciones (Centros de Salud) y de los grupos sociales (comedores), ya que es en las prácticas socio-culturales donde se producen significaciones, procesos de interpretación, recepción y producción cultural. Esta forma de entenderla, permite reconocer la trama simbólica propia de los actores abordados, alrededor de sus concepciones de salud, nutrición/desnutrición, enfermedad que tienen puntos de encuentro y de inflexión con aquellas instituidas por la comunidad médica hegemónica. Es decir, que se evidencia una negociación entre actores por el sentido que gira en torno a la salud. Y se hacen explícitas las condiciones sociales de desigualdad en que estos significados son elaborados, reproducidos y utilizados. Posicionarse desde la imposibilidad de un tratamiento por separado entre comunicación/cultura, significa entender a esta última como un principio organizador de la experiencia, mediante el cual los actores sociales ordenan y estructuran sus acciones a partir del lugar que ocupan en las redes sociales y a partir de la trama discursiva en la que ciertos sentidos institucionalizados aparecen operando en la forma de ser y de actuar (Uranga, 2007) de las familias de niños/ as con bajo peso. Ejemplo de esto es la naturalización por parte de las mismas, de que los días jueves es el control del bajo peso con la Dra. Michi en el Centro de Salud. Esta trama discursiva constituye a los actores, individual y colectivamente, a partir del intercambio y negociación de mensajes que han quedado plasmados en un sentido común que transformado en un bien cultural o una norma, es adherido mayoritariamente por el conjunto social y que en muchos casos esto no permite la problematización o el cuestionamiento por parte de las familias. Además, consideramos que la importancia de concebir a la comunicación inscripta dentro de la cultura radica en comprender a la nutrición/desnutrición no solamente como una enfermedad, como lo postula la medicina, sino poder ver en este fenómeno la complejidad de factores y causas que entran en relación, las circunstancias políticas, culturales, económicas y sociales que atraviesan y forjan las identidades de los actores sociales, y sus redes discursivas.
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Delia Michi, afirma: “La desnutrición es una falta de nutrientes adecuados pero también contribuyen una serie de factores. Yo diría que es multicausal. O sea que no sería sólo por falta de alimentos, sería hacinamiento, sería violencia, el medio ambiente. En el fondo el desnutrido es una consecuencia de todo 41 esto” .
Abordar la complejidad presente en el Centro de Salud desde la comunicación relacional, implica incorporar en el análisis las luchas por el poder, la resistencia, las disputas y negociaciones en torno al/ los sentidos dominantes en el campo de la medicina. En este sentido, desde la Organización Mundial de la Salud, se considera a la nutrición como la ingesta de alimentos (suficientes y equilibrados -combinadas con ejercicio físico regular-) en relación con las necesidades dietéticas del organismo, lo que constituye un elemento fundamental de la buena salud. En ambas definiciones (la proporcionada por la médica del Centro de Salud y la de la OMS), se puede ver un contraste en relación a los factores que determinan el estado nutricional de una persona. Por un lado, sólo se concibe el déficit nutritivo y por el otro se incorporan factores sociales como el medio ambiente, la vivienda, las relaciones interpersonales, entre otras, como detallaremos en las sucesivas páginas. Es importante destacar, que las diferencias conceptuales provienen de acuerdo al ámbito en el que se encuentra cada interlocutor, es decir, la médica generalista que trabaja en atención primaria en un barrio particular y el principal organismo mundial de referencia sobre salud. La comunicación relacional, es tomada para articular los saberes y miradas de los diversos actores que participan en el proceso de salud. En este sentido, apuntamos principalmente a conocer los lenguajes, los modos de relacionarse, los vínculos y las mediaciones existentes en el territorio y en la cotidianeidad de las madres -como ámbito de la representación de los problemas de salud-, lo que nos permitirá desarrollar estrategias en pos de una transformación social.
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41. Ver entrevista a Delia Michi y Esther Gutiérrez en anexo aparte.
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La salud desde la comunicación Abordar la salud desde una perspectiva de comunicación relacional y educación transformadora, implica concebirla desde una perspectiva holística que integre lo bio-psico-físico-social, es decir que, no sólo la ausencia de enfermedad hace a un estado de salud, sino que confluyen otros factores simbólicos y materiales como la alimentación, el acceso a la vivienda, al vestido, a un medio ambiente saludable. De esta manera es posible la comprensión de actores situados, atender a la complejidad de los procesos políticos, económicos, ideológicos, culturales y subjetivos que los atraviesa. Posicionarnos desde aquí supone reconocer las causas profundas a la nutrición/desnutrición más allá de las condiciones biológicas, siendo preciso incorporar en el análisis dichos factores que atraviesan a las madres en su cotidianeidad. Durante este proceso fue necesario poner a dialogar sus significaciones y prácticas respecto de la alimentación de sus hijos/as y aquellas que se encuentran legitimadas como “verdaderas”, según los criterios de la medicina tradicional. Esto implica, reconocer los saberes previos y las formas de pensar sobre el cuerpo, la salud y la enfermedad, la alimentación y las maneras de actuar que les son propias y que las constituyen. Lo que se quiere lograr con esto, es poner en tensión dichos sentidos universalizados y contrastarlos con las realidades particulares, las significaciones y las prácticas de salud, de las familias del barrio Altos de San Lorenzo. La médica generalista, y la promotora de salud reconocen la existencia de diferentes posiciones teóricas en relación a la salud y el cuidado personal, entre los médicos de los hospitales y ellas como trabajadoras de un Centro de Salud.
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Michi dice al respecto: “Podemos protegerlos/as desde nuestro punto de vista. Porque una cosa es la Facultad o el Hospital y otra somos nosotros/as acá. Por ahí diferimos en algunas cosas. Nosotros/as porque caminamos y vemos la realidad [del barrio]. En el hospital te dicen, a un bebé tenes que bañarlo todos los días” y Gutiérrez agrega: “A un bebé lo bañan todos los días y a la semana se les muere, porque se enfermó. Porque no tienen piso, no tienen estufa, por ahí no tienen ni la casa bien cerrada, porque la mayoría 42 viven en casillas, por ahí ni si quiera está forrada la casa” .
Esta narración permite ver las diferencias en cuanto a la atención médica del “paciente”. Desde la sala se promueven prácticas de salud más cercanas a la realidad socio-cultural de los actores del barrio, mientras que los profesionales de hospitales se encargan de promover las prácticas “ideales” que proclama la medicina tradicional, por ejemplo las recomendaciones del cuidado de la higiene diaria y el tipo de alimentación “beneficiosa” para la salud.
Hábitos y prácticas alimentarias Partimos de entender a la cultura como el fenómeno que provee una visión de mundo a las personas que la comparten, orientando, de esta forma, sus conocimientos, prácticas y actitudes, en este sentido, la cuestión de la salud y de la enfermedad están contenidas en esta visión del mundo y praxis social. Por esta razón, las mismas deben ser pensadas a partir de los contextos socioculturales específicos en los cuales ocurren. La enfermedad y las preocupaciones de la salud son universales en la vida humana, presentes en todas las sociedades. Cada grupo se organiza colectivamente -a través de medios materiales, pensamiento y elementos culturales- para comprender y desarrollar técnicas en respuesta a las experiencias de la enfermedad. De esta manera, se entiende que cada grupo social, desarrolla conocimientos, sentidos y prácticas particulares en relación a la salud, las cuales son necesarias relevar para entender los significados y sentidos que se configuran a su alrededor.
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42. Ver entrevista a Delia Michi y Esther Gutiérrez en anexo aparte.
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Desde la perspectiva de las ciencias sociales se comprende que en la alimentación, es también la cultura la que define los patrones sociales sobre qué y cuándo comer, así como la relación entre tipos de alimentos que deben ser combinados o no, y, por consiguiente, la experiencia de saciar el hambre está social y biológicamente determinada. Entender al acto de comer como un hecho social, implica que la alimentación además de ser un hecho biológico- todo individuo necesita energía a lo largo de su existencia, y los alimentos son la fuente principal de energía-, al ser una actividad humana se encuentra condicionada por normas, e influida por las culturas, respecto de cómo son producidos, distribuidos y consumidos. Sin embargo, el comer de tal o cual manera no representa un hecho primigenio o desencadenador de relaciones sociales complejas, sino que es consecuencia o reflejo del orden social predominante dentro de una sociedad determinada (Lanngdon & Braune Wiik, 2010). Según la OMS las personas tienen necesidades biológicas y se nutren de proteínas, lípidos, hidratos de carbono y micronutrientes, es decir, que comen nutrientes, no alimentos. “Han olvidado o se ha negado que el hombre piensa su comida de otra manera. Las ciencias sociales destacan que la alimentación no sólo está hecha de nutrientes, sino también de significaciones, no sólo desempeña una función biológica sino también funciones sociales, ya que los ‘organismos’ humanos constituyen representaciones que orientan sus comportamientos, definen su lugar en el mundo social y modifican su conformación biológica” (Ortale, 2003). Definimos a la desnutrición entonces, como un problema de salud pública que se desprende del concepto de malnutrición. Particularmente, en el barrio Altos de San Lorenzo se trabaja con desnutrición 43 leve a moderada de causa primaria.
43. Según la OMS la desnutrición se divide según su grado entre leve, moderada o grave; y a partir de sus causas, en primaria y secundaria.
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Susana Ortale, lo define como una “patología de la pobreza”, que es un indicador sensible y temprano de inadecuadas condiciones de vida lo que repercute, principalmente, en determinado grupo de edad. Es por ello que la desnutrición de causa primaria no es solamente una enfermedad de resolución médica, si no que sin una mirada y abordaje integral, es poco probable que pueda resolverse (Gaete & Arias, 2012). Dentro de los dos primeros años de vida, el destete precoz y la introducción inadecuada de la alimentación artificial en el lactante son los principales factores de riesgo. Mientras que en niños/ as mayores es frecuente encontrar baja densidad de nutrientes, ingesta de jugos y gaseosas, incorporación tardía de carne, sustitución de comidas por infusiones, carencia de frutas y hortalizas, reiterado consumo de pan, pérdida de la cadena de frío, golosinas en exceso, preparaciones monótonas y preparaciones con texturas inapropiadas para la edad. Si bien este tipo de desnutrición es causada por la privación o la ingesta inadecuada de nutrientes, no hay que perder de vista la importancia que tiene la interacción entre lo biológico, lo físico, lo psicológico y las condiciones sociales. Es importante aclarar que la privación de alimentos en los primeros años de vida, no tiene las mismas consecuencias en el desarrollo cognitivo que en los años posteriores. A temprana edad puede causar daños importantes en las capacidades intelectuales de los niños/as.
Atención primaria de la salud La atención primaria de la salud (APS) “representa el primer nivel de contacto de los individuos, la familia y la comunidad con el sistema nacional de salud, llevando lo más cerca posible la atención al lugar donde residen y trabajan las personas. Lo que constituye el primer elemento de un proceso permanente de asistencia sanitaria” (Jodar Solá & Zurro, 2011). La APS puede y debe actuar como puente y enlace entre el sistema sanitario y otros componentes del desarrollo social y económico de la comunidad, en el abordaje de las necesidades y problemáticas de salud.
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En los centros y en especial trabajando con niños y niñas, se tiene la necesidad de alcanzar resultados inmediatos, es decir, trabajar sobre la urgencia y la enfermedad, lo que obstaculiza las miradas de mediano y largo plazo, como lo es la prevención. En muchos casos las estrategias empleadas suelen alcanzar el éxito a corto plazo pero no aportan sostenibilidad ni fortalecimiento de los hábitos saludables en salud. En el caso del Centro nº 8, se suma la gran cantidad de población que asiste a la atención y la consulta tardía de las familias. Estos factores dificultan el trabajo de promoción y prevención de la salud. Como enunciamos en los objetivos, nuestra intención es llevar adelante un proceso de planificación de estrategias de comunicación para el fortalecimiento de los hábitos saludables en relación a la alimentación. Para lograr esto, en primer lugar consideramos necesario generar los sentidos (políticos, sociales y culturales) que den sustento a la estrategia de comunicación y luego forjar los procesos para alcanzar objetivos y metas sostenibles en el tiempo. En este sentido, Daniel Prieto Castillo (2004) dice que la gestión de la comunicación requiere de un enorme esfuerzo pedagógico, que sólo se concreta si existe una voluntad política de dirección a la democratización y la participación. De esta manera, entiende a la pedagogía como “la tarea cotidiana de incorporar a la gestión la dimensión del aprendizaje de otras formas de relacionarse, de actuar, de decidir” (Prieto Castillo, 2004). Se trata de un proceso en el cual se comienza a ceder poder, se democratiza la palabra e involucra a los actores protagonistas, a alcanzar el empoderamiento de las decisiones y prácticas sobre el cuidado de su salud. Es decir que se apunta a procesos que tienden a la autonomía de las familias. Por lo tanto, las estrategias de comunicación que pretendemos gestionar en el Centro de Salud nº8, tienen como criterio respetar los contextos de referencia de las madres y de las familias e incorporarlos activamente como generadores de mensajes y protagonistas de los procesos comunicacionales.
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Entonces, intervenir comunicacionalmente desde el centro de Atención Primaria de la Salud, nos permitió tener un acercamiento a las familias, en la sala de espera, mientras aguardan a ser atendidas. A su vez, el diálogo con los profesionales del lugar, quienes se encuentran familiarizados con el barrio y en una relación de confianza y empatía con la población, nos brindó características demográficas, sociales, culturales y económicas, como también historias de vidas particulares. Sin embargo, entendemos que la puesta en práctica del proceso al interior de un contexto institucional de salud -más allá de que la acción concreta se lleve fuera del consultorio- constituye una situación social compleja, atravesada por un entramado particular de relaciones de poder-saber, así como por la construcción de un discurso sustentado en el marco de la institución Salud (Ministerio de Salud CABA). Los principios que guían la forma de trabajar de los profesionales en el Centro de Salud, es decir, el tipo de lazo que mantienen con las familias, el seguimiento particular y personalizado, el interés por conocer sus realidades y sus preocupaciones por cambiar diferentes aspectos de las mismas, fue lo que nos motivó a querer trabajar desde ese espacio. Al mismo tiempo, fueron ellos quienes nos brindaron un lugar en la sala, entendiendo el proceso como un aporte desde la comunicación/salud a la comunidad. Es en este punto donde cobra relevancia incorporar la perspectiva y el abordaje desde la educación para la salud, ya que nos permite poner en marcha la transformación de una situación actual, -formar para transformar-, en donde el sujeto vaya descubriendo, elaborando, reinventando, haciendo suyo el conocimiento. En este sentido, pretendemos poner énfasis en el proceso en tanto que sea problematizador y crítico, que se base en la participación activa y en la mirada autogestiva. Aquí es donde el entrecruzamiento entre el concepto de educación, vinculado con el de comunicación y el de salud resulta fundamental, ya que partimos de una concepción de “educación problematizadora”, que busca favorecer a la persona en la desmitificación de su realidad tanto física como social.
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Este proceso es siempre grupal y comunitario, ya que consideramos que “nadie se educa solo”, sino a través de la experiencia compartida de la inter-relación con los demás (Kaplún, 1985). De esta manera, ponemos énfasis en el diálogo, en el intercambio y en la interacción tanto con los profesionales del centro de salud, pero principalmente con las madres.
Intervenir en lo social Para alcanzar la construcción colectiva de hábitos alimenticios saludables, partimos de intervenir en la realidad social junto con los actores involucrados, con la finalidad de generar un proceso de cambio en el sentido en el que los actores lo desean. (Uranga, 2012) Ésta intervención se enmarca en un “lugar” delimitado por lo real, lo imaginario y lo simbólico, es decir un territorio, como lo plantea Alberto Carballeda (2008). Desde esta concepción, nos permite circunscribirlo no sólo a partir de la cartografía del barrio Altos de San Lorenzo, sino también, a partir de las simbolizaciones de sus habitantes y las nominaciones que los actores hacen del lugar y sus componentes (Carballeda, 2008). Así entendido, es un ámbito de actuación que se construye, por un lado, subjetivamente por nosotras a lo largo del proceso y, por el otro, como resultado del intercambio entre los diferentes actores presentes en el mismo. Es decir que el territorio se delimita a partir de “tramas simbólicas” expresada por ellos. A su vez, el barrio y sus elementos, las viviendas, las construcciones, el centro de salud, la fisonomía de las calles, los flujos de circulación de las personas, el transporte que utilizan, los comercios presentes en el barrio, entre otros, exhiben su carácter discursivo y se presentan como textos a ser leídos. Hablan acerca de su historia y sus particularidades.
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Partimos, en primer lugar, de conocer “cómo se construye el sentido en la vida cotidiana desde la cimentación de significados hasta la resolución de problemas prácticos” (Carballeda, 2008). En este sentido, fue importante develar cuáles son las significaciones que construyen las madres principalmente, y además, el resto de los actores que se vinculan directamente con la problemática de la nutrición/desnutrición. Como se ve más adelante en el apartado “Representaciones acerca de la alimentación”, existen diferentes concepciones por parte de los profesionales del Centro de Salud por un lado y de las madres de niños/as con bajo peso por el otro, en relación a las causas de la desnutrición. Entendemos que sus significaciones son construcciones histórico-sociales que resultan de la estructuración de la vida cotidiana de las familias y del contexto que las atraviesa, como lo es la falta de recursos materiales y de infraestructura, entre otros. En palabras de Carballeda la vida cotidiana es entendida como “espacio de construcción de sentidos, significaciones y simbolizaciones que pueden ser útiles para explicar las características subjetivas de ese “otro” y en cómo edifica su mundo (…)” (Carballeda, 2008). Es en la recurrencia o la repetición y la situación estructural de la cotidianeidad de las familias, que se puede tender a naturalizar ciertas significaciones, hasta ser percibidas como una “norma de la realidad”. Lo que es posible de ver en el caso de aquellas madres que en su infancia fueron desnutridas y ahora lo son sus hijos/as, y se toma como una situación cotidiana que no se cuestiona. En palabras de la vicedirectora de la Escuela Especial Alfonsina Storni n° 532 “La característica de la escuela es que está inserta en un medio socio-económico muy bajo, con un alto nivel de pobreza y en donde en realidad, esta deficiencia intelectual [de los estudiantes] tiene que ver más con una malnutrición en algunos casos, porque hay muchas familias que han pasado, que han transitado la escuela, tenemos hijos de ex alumnos, o nietos que están actualmente en atención temprana, generaciones que han ido atravesando su etapa escolar en esta escuela.
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Esto en realidad, no tiene que ver con una patología en sí, sino que tiene que ver con cuestiones de necesidades básicas insatisfechas y con estas faltas de buena nutrición, en el primer año de vida y que hace que después 44 esto vaya a interferir a lo largo de todo su desarrollo” .
Nuestra intervención en el territorio intenta develar estas circunstancias, para desnaturalizar los escenarios que construyen la vida cotidiana (Carballeda, 2008) de ese “otro”. De esta manera, abre a la posibilidad de una participación activa en la construcción de conocimiento, donde se involucren de forma emocional y así puedan establecer vínculos junto con actitudes y prácticas, para producir cambios. (Ministerio de Salud CABA)
Planificación de procesos comunicacionales Intervenimos en el territorio a partir de la planificación y la gestión de la comunicación para la salud, entendido este como un método creativo que pretende superar problemas a través de acciones diseñadas y concentradas para alcanzar propósitos de cambio, desde una mirada analítica y desde el deseo de los actores que forman parte del escenario (Iglesias, Pagola, & Uranga, 2012). A partir de la planificación de procesos comunicacionales, elaboramos diferentes estrategias de acercamiento a las madres y gestionamos acciones que partieron de sus necesidades sentidas y del futuro deseado, para, en segunda instancia elaborar líneas de acción tendientes a la transformación social. La planificación y la gestión son entonces, un modo de intervención en las prácticas sociales, que no está exento de las luchas por el poder, ya que requiere la toma de decisiones; y es un espacio de creación de herramientas y elección de caminos para alcanzar los propósitos de transformación.
44. Ver entrevista a Vicedirectora de Escuela Especial “Alfonsina Storni” en anexo aparte.
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No hay un solo y único camino para desarrollar la gestión, hay siempre una multiplicidad de opciones y posibilidades y todas ellas pueden ser válidas. En este caso, la estrategia de comunicación/educación para la salud fue la elegida en función del contexto y de la temática con la que se trabaja.
Construyendo salud Para el abordaje del concepto de salud, tomamos en cuenta los aportes teóricos de la perspectiva Promoción para la Salud 45, donde se pasa de las nociones de la medicina clínica, basada en los principios de las ciencias naturales, hacia un modelo que considera a la salud como una dimensión integradora de todos los aspectos del bienestar humano. Esta última, abarca desde la satisfacción de las demandas básicas hasta el ejercicio de los derechos y la realización de las aspiraciones de los sujetos. En este sentido, comprendemos a la salud ya no como ausencia de enfermedad, sino como un bien social, donde el Estado cumple un rol fundamental como responsable de las medidas y políticas que se aplican (Ghitia , Diez, Jait, & Oliva, 2011) desde una perspectiva que tiene en cuenta “el entorno físico-ambiental y la situación socio-económica de los sujetos” (Regis, 2007). Desde este enfoque se propone entonces abandonar la visión de “clientes consumidores” de servicio de salud y se postula un individuo ciudadano, agente y sujeto de sus propias acciones. Esto quiere decir que se considera a las madres como sujetos de derecho en tanto puedan acceder a los servicios y políticas sanitarias garantizados por el Estado y a su vez, sean ellas quienes adscriban a prácticas saludables de promoción y prevención para la salud. A partir del momento en que se adoptó la Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud, que proporciona a los pueblos los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma, se ha desplegado un movimiento encaminado a promover la salud en los ámbitos comunitario, municipal, provincial y nacional.
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45. Primera Conferencia Internacional sobre la Promoción de la Salud reunida en Ottawa el de 1986.
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Para alcanzar un nivel adecuado de bienestar físico, mental y social, las personas o los grupos de población deben poder identificar y satisfacer sus necesidades básicas y su capacidad de adaptarse a su entorno. Para esto es necesaria la participación activa en la promoción de la salud, la cual abarca políticas de salud, medidas ambientales, acción de la comunidad, servicios de salud y desarrollo de las aptitudes personales y colectivas. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, dada la cantidad de personas que concurren diariamente al Centro de Salud n°8 y a las prácticas sanitarias de la población en general, es muy difícil trabajar desde la prevención y promoción. La educación y la información constituyen la base del conocimiento y las destrezas que habilitan a las personas, las familias y las comunidades, para realizar elecciones positivas en materia de salud. La educación y la comunicación están en el centro de este proceso de fortalecimiento. La promoción de la salud, es un proceso político y social global, para fortalecer las habilidades y capacidades de los actores sociales y está dirigida a transformar las condiciones sociales y ambientales, con el fin de mitigar su impacto en la salud pública. Tiene como fin propiciar espacios saludables, en que los diferentes actores involucrados participen corresponsablemente en la construcción, mantenimiento y mejoramiento de su bienestar. Para alcanzar el cambio social consideramos necesario estimular la formación de coaliciones entre las madres y otros actores para participar en una causa común, alentando al empoderamiento social, las políticas públicas y la abogacía (Laurri, 2005). La participación es entendida así, como una herramienta que refuerza los ideales y prácticas democráticas en el enlace entre la “verdad científica” y la sabiduría popular sobre la condición humana. La comunicación en salud es un componente clave en la política sanitaria. La misma debe orientarse a fortalecer procesos locales que promuevan cambios en los conocimientos, actitudes y prácticas en la población, fortaleciendo la capacidad de individuos y comunidades de incidir efectivamente sobre los determinantes de la salud.
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De esta forma la comunicación va más allá de su utilidad instrumental, para constituirse en un proceso de carácter social que posibilita el reconocimiento, encuentro y diálogo entre los diversos saberes, contribuyendo a consolidar la articulación entre los diferentes sectores sociales, para generar procesos de cambio que mejoren las condiciones de bienestar de la población (Ghitia, Diez, Jait, & Oliva, 2011).
El derecho a la salud Consideramos necesario partir de reconocer que la realidad social está atravesada por desigualdades que se traducen en condiciones diferenciales de vulnerabilidad ante la enfermedad, no siendo características o situaciones estables, sino procesos cambiantes. En términos de derechos, éstos cobran entidad cuando se los conceptualiza en tanto tales, al interior de procesos de aprendizaje colectivo que garantizan el derecho a tener derechos, y la capacidad de participar en su construcción y de demandar su ejercicio efectivo (Ministerio de Salud CABA). Es decir que, trabajar desde esta perspectiva implica involucrar a los procesos de desnaturalización como actividad principal, para que las familias puedan reclamar ante el incumplimiento de los derechos, siendo necesario generar espacios individuales y colectivos de reflexión y de reclamo ante los responsables. Desde la salud, en su relación con la comunicación y con procesos educativos, nos permite reflexionar sobre las formas en que se traducen las diferencias y las desigualdades reales para acceder a recursos y servicios de salud. La garantía del derecho a la salud integral, se sustenta en principios tales como la participación de la población en los niveles de decisión, acción y control, como medio para promover, potenciar y fortalecer las capacidades de la comunidad con respecto a su vida, su desarrollo y el cumplimiento de sus derechos. (Kaufman, Cabral, Di Lorenzo, Lorusso, & Rodríguez, 2003). Incorporar dicho concepto es fundamental a la hora de llevar adelante la estrategia de comunicación/educación en salud, ya que debemos partir de problematizar junto con las madres a la salud como un derecho de toda la sociedad y hacerlas partícipe del proceso de decisiones y transformación.
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Pensar la salud como un bien público y un derecho social, implica comprenderla no sólo como algo que se ofrece desde el saber/poder médico, a lo que la gente accede o no, sino también como la capacidad permanente de los individuos y las comunidades organizadas, para modificar los aspectos y las condiciones que obstaculizan el desarrollo de una vida plena, con mayor bienestar (Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, 2013). Por lo tanto, desde esta concepción la salud no se limita a la asistencia sanitaria, sino que es un derecho humano básico, vinculado con las condiciones de vida de los sujetos. En este sentido, la salud se construye como un compromiso y tema que no remite únicamente a la esfera médica, sino que involucra a toda la sociedad y forma parte de la construcción colectiva de un proyecto de vida digno. Para lograr esto es necesario reconocer el acceso a la información también como un derecho, lo que permite entre otras cosas, que las personas puedan tomar decisiones en relación con su salud y asegurar que la información sobre derechos, servicios y recursos llegue a toda la población, en particular a aquellos sectores sociales más vulnerados. El acceso a la información facilita que los sujetos y las comunidades puedan desarrollar una participación concreta en la fijación de prioridades, la toma de decisiones y la puesta en marcha de estrategias para alcanzar un mayor nivel de salud.
Educación para la transformación Atravesamos y guiamos el proceso de tesis a partir del reconocimiento del “universo vocabular” que, como postula el pedagogo brasileño Paulo Freire, es el “universo temático de los grupo populares, donde expresan su verdadero lenguaje, sus anhelos, sus inquietudes, sus reivindicaciones, sus sueños”. Es decir, a partir de la “significación de su experiencia existencial”, o de la lectura del mundo que realizan los actores, e insertas en lo que el autor llama “codificaciones” que constituyen representaciones de la realidad social.
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En este sentido, nos proponemos recuperar los discursos y sentidos que circulan en las madres, esto es, reconocer sus significaciones por la forma en que ellas ponen en palabras su realidad cotidiana y permiten de esa manera tener una aproximación a sus valores, creencias, ideologías y modos de ver el mundo. También así, a los modos de entender a la salud y a la nutrición. La comunicación adquiere en este caso un rol fundamental como necesario para que la participación se plasme y se organice, se fortalezca y le permita construir a los actores sociales su propio espacio, sus formas solidarias, democráticas y autogestionarias (Kaplún, 1984). Asumimos la posibilidad de crear instancias donde las madres expresen sus propias posiciones y asuman la iniciativa del diálogo tomando la palabra. La opción de partir desde la comunicación participativa, responde, además de equiparar democráticamente las oportunidades de auto-expresarse, sino también a la búsqueda de involucrarse en un proceso dialogal de múltiples interacciones comunicativas como método educativo, facilitando el intercambio y el entre-aprendizaje. En este lugar, retomamos la idea de “reconocimiento” de Pierre Bourdieu que significa conceder cierta igualdad de honor al otro, es decir, implica un postulado de reciprocidad, un involucramiento del y con el otro. Con un Otro que es un actor político, social e histórico y que abre el juego y participa activamente para dar a conocer su experiencia existencial y que es principalmente entendido como un sujeto de conocimiento (Huergo, 2006). El fin del proceso es, entonces, que la participación sea un medio para lograr la autonomía y el autocontrol de las familias en relación a la salud. En este sentido, para que el proceso sea educativo, debe culminar con algún cambio en las prácticas cotidianas (Huergo, 2003) en relación a la nutrición/desnutrición, esto es en los modos de hacer, en los saberes, en las formas de pensar y de posicionarse ante la salud. De esta manera, al ser un barrio multicultural, encontramos diferentes saberes en relación a las prácticas alimenticias, específicamente en relación a modos de cocción, hábitos de consumo y preparaciones típicas de las regiones de las que provienen las familias.
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CAPÍTULO III
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Métodos y Técnicas La investigación cualitativa se fundamenta en una perspectiva interpretativa centrada en el entendimiento del significado de las acciones de los actores sociales (Hernández Sampieri, 2006), de esta manera entendemos a la “realidad” definida a través de las interpretaciones que -en este caso las fuentes consultadas- hacen respecto de sus propias realidades y de este modo, convergen con otras “realidades”, es decir, la de los actores, la nuestra y la que se produce mediante la interacción de las mismas. De la investigación se desprende una diversidad de representaciones, percepciones, valoraciones, significaciones, sueños y deseos, que sustentan las prácticas sociales entendidas como “espacios” de producción de sentidos y como situaciones de comunicación, que pueden “leerse” y analizarse con el fin de comprender los escenarios sociales. La misma se enmarca en la perspectiva de la Investigación Acción Participativa (IAP) que incluye la necesidad de pluralizar el conocimiento y de establecer un diálogo entre el saber popular, la práctica y la teoría científica, que se asume como parte de un proceso para transformar la realidad de los actores sociales (Galindo Cáceres, 1998). En el proceso de trabajo de campo analizamos las prácticas sociales desde una mirada comunicacional por lo que consideramos al “otro” como un interlocutor capaz de pronunciarse, de producir determinados sentidos. Es decir, se investiga –y se produce- en conjunto. Aun cuando se incluye información cuantificable, básicamente la obtenida en la primera etapa de trabajo a través de las encuestas, el abordaje metodológico que guió la presente tesis, es en términos cualitativos. Debido a que describimos e interpretamos la vida social y cultural, las significaciones y los sentidos que circulan entre los diferentes actores, en torno a la desnutrición.
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Los instrumentos, elaborados sucesivamente de manera complementaria, son empleados en tres etapas: encuestas, entrevistas semiestructuradas y entrevistas en profundidad. Reducimos progresivamente el tamaño de la población con la que se trabajó, en función de las madres que se presentaron más dispuestas a dialogar con nosotras. Paralelamente elaboramos un mapeo de actores, relaciones y territorio. En todos los instrumentos utilizados, aparecen preguntas similares por ser la forma de obtener información acerca de las prácticas alimentarias, desde el relato de las madres y no a través de la observación directa. En la medida en que se pretendió incorporar, de manera articulada, el estudio de las prácticas y representaciones de todos los actores que intervienen significativamente en la temática de la nutrición/desnutrición infantil, se incluyó a los profesionales del centro de salud, a las directivas de la escuela especial Alfonsina Storni, a referentes del programa Provam, entre otros.
Técnicas de recolección de datos Las técnicas de registro que utilizamos para obtener y relevar información sujeta a los objetivos de la investigación empleadas en el proceso son la observación, la entrevista, la encuesta y el mapeo territorial. Entendemos que la observación es una herramienta para comprender los mapas de significación que guían las acciones de los actores sociales en los diferentes ámbitos en los que están insertos. Es una vía de acceso a las percepciones y valoraciones que los sujetos tienen de sus condiciones materiales de existencia las cuales se ponen en juego en sus prácticas cotidianas (Bruno & Uranga, 2004). Esta técnica nos sirve para dar cuenta del conjunto de significaciones dichas y no dichas, que atraviesan las relaciones de los actores sociales. Es necesario también, poner en juego nuestra percepción y comprender que no podemos abandonar nuestros marcos de referencia, sino que es desde éstos que entendemos y abordamos el referente empírico.
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En este sentido, elegimos la observación participante porque creemos que nuestra presencia en el espacio provoca cambios en los allí presentes. La misma, fue puesta en práctica en el momento en que nos presentamos como estudiantes y nos integramos al grupo, compartimos con los actores la espera a la atención médica y asistimos a reuniones entre los profesionales del Centro de Salud. Esta herramienta nos permite reconocer la cotidianeidad de las madres y de los profesionales de salud en la sala los días jueves, conocer a su vez como se desarrolla la espera, como es la relación con sus hijos, sus pares y los profesionales médicos. Por otro lado, identificar cómo son habitados los espacios, las características del barrio y del centro de salud. Como mencionamos anteriormente, sólo empleamos una 47 técnica propia de la metodología cuantitativa, la encuesta en persona. Sobre el total de la población de madres con la que trabajamos, tomamos una muestra de 20 personas. Una encuesta es un conjunto de preguntas -abiertas y cerradas- con el objetivo de conocer la opinión global que tienen sobre la temática las madres, las características socioculturales y de infraestructura del barrio y de sus viviendas, su nivel de estudios, su ocupación, cómo se compone la dieta que realizan habitualmente, entre otros. Datos que hubieran sido difíciles de obtener con la utilización de otra herramienta. 48 Realizamos una segunda encuesta para profundizar acerca de los consumos y hábitos alimenticios de las familias, por medio de un cuestionario que brinda una serie de alimentos, de los cuales las madres indican la cantidad –mucho, poco o no consumo- que ingieren de los mismos. Los datos obtenidos son complementarios a los proporcionados por las técnicas cualitativas, para así enriquecer el análisis y extraer conclusiones.
46. Ver registros de observación en anexo aparte. 47. Ver resultados de encuesta en anexo aparte. 48. Ídem..
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Por otra parte, realizamos entrevistas semiestructuradas a los actores involucrados directamente en el centro de salud, es decir madres, médicos y promotora de salud. Esta población constituye los actores primarios, con los que se tuvo mayor relación a lo largo del proceso de campo y las estrategias de comunicación/educación. También trabajamos con actores secundarios, aquellos que se relacionan desde la temática nutrición/desnutrición como es el caso de las referentes del CEREN y las nutricionistas del Hospital Sor María Ludovica. También quienes trabajan en diferentes organizaciones/ instituciones del barrio, por ejemplo referentes de comedores o vecinos del barrio y aquellos que realizan intervenciones y trabajos de extensión en espacios relacionados con la salud en Altos de San Lorenzo, por ejemplo las referentes del proyecto de extensión de la UNLP. Este tipo de entrevista nos permitió recolectar información, dar cuenta de los sentimientos, percepciones, impresiones y sentidos que circulan en los actores, además de datos y conocer diferentes formas de abordar la temática desde sus respectivas disciplinas. Los actores secundarios entrevistados, forman parte necesariamente de la investigación, ya que directa o indirectamente mantienen una relación con el referente empírico. El encuentro se organizó en base a un listado de preguntas 50 específicas , sin embargo éste no anula la posibilidad de la re-pregunta o de nuevos interrogantes que surgieron durante el proceso de la entrevista. Incluso aquella información contextual sobre experiencias, anécdotas, historias y otras, enriquecieron el material que se obtiene en la conversación. Los ejes de indagación que guiaron las entrevistas fueron elegidos, en relación a la experiencia con la temática, las diversas metodologías de abordaje, las concepciones sobre la salud, la nutrición y el barrio, las relaciones entre el grupo familiar y los profesionales del Centro de Salud n°8, entre otras. 51 A su vez, resultó necesario realizar entrevistas en profundidad con el fin de conocer la realidad a partir de la experiencia de las madres en su vida cotidiana y particularmente, relevar discursos que contengan sus representaciones y significados en relación a la temática.
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49. Ver entrevistas en anexo aparte. 50. Ver entrevista a madres en anexo aparte. 51. Ídem.
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Esta herramienta la utilizamos principalmente con las madres, una vez que realizamos el primer acercamiento a partir de la encuesta, este tipo de entrevista permitió alcanzar una indagación más profunda y generar una relación más cercana que posibilitó la apertura al diálogo. Los principales ejes de la conversación, fueron tomados en función de conocer los sentidos que circulan en relación a la salud y más específicamente a la nutrición/desnutrición, reconocer las prácticas cotidianas del grupo familiar sobre la prevención para la salud y sobre la salud en general y la situación sociocultural de las familias. 52 Creímos necesario realizar un mapeo de territorio participativo para desnaturalizar representaciones y problematizar sentidos cristalizados en el espacio. Identificar “qué pasa”, qué problemáticas aparecen allí y cuáles son los actores y las relaciones involucradas. Esta herramienta nos permitió enfatizar la “dimensión simbólica que los actores construyen sobre su territorio y que se expresan en los modos en que circulan por él, los obstáculos o barreras que visualizan”, etc. (Algranati, Bruno, & Iotti, 2012). Es decir, resultó de utilidad para indagar en las representaciones de los actores respecto de la temática y las problemáticas de la comunidad y el barrio Altos de San Lorenzo donde se encuentran insertos. Además, una vez concluido el proceso de análisis, fue de gran utilidad contar con un reconocimiento de los actores y vinculaciones que establecen entre ellos, en la etapa de planificación. Para la realización del mapeo tomamos todo el barrio Altos de San Lorenzo, e hicimos hincapié en las instituciones u organizaciones más transitadas por las familias en sus vidas cotidianas, así como también aquellas que trabajan en relación a la niñez, dentro de las que se encuentran, escuelas, comedores, espacios para la recreación y el deporte, dependencias de la Secretaría de Niñez y Adolescencia, entre otras. Por otra parte, mapeamos aquellos sectores del barrio que presentan riesgo para la salud, por ejemplo los basurales a cielo abierto y los asentamientos instalados sobre los mismos.
52. Ver mapeo de territorio en anexo aparte.
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Además, realizamos un mapeo de actores y relaciones para identificar y caracterizar una diversidad de actores sociales existentes en el escenario de intervención y analizar los posicionamientos de los mismos. Los mapeos nos permitieron identificar la incidencia en el tema de cada uno de los actores clave. A su vez, nos permitió clasificarlos de acuerdo al interés y la influencia que tienen en relación con la nutrición/desnutrición en el barrio. También esta herramienta nos permite reconocer aquellos actores estratégicos con los cuales se podrían realizar alianzas y vinculaciones, a través de actividades conjuntas, a la hora de pensar una estrategia de comunicación/educación/salud.
Técnicas de análisis de datos Para llevar adelante el análisis de los datos obtenidos en el trabajo de campo, a partir de la realización de diferentes herramientas, construimos dimensiones analíticas que fueron plasmadas en matri54 ces que nos permitieron profundizar sobre determinados aspectos claves que responden a los objetivos de la investigación. Para la confección de estas matrices tuvimos en cuenta los sentidos recurrentes, los que marcan diferencias y contradicciones y aquellos elementos nuevos que iban apareciendo a lo largo del trabajo de campo y mantuvimos un diálogo constante con los conceptos abordados en el marco teórico.
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53. Ver mapeo de actores, territorio y relaciones en anexo aparte. 54. Ver matrices de análisis en anexo aparte.
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Análisis situacional Diagramamos el análisis a partir de la realización de un mapeo que integró al territorio, a los actores insertos en él y a las relaciones que establecen entre ellos. Los mismos fueron seleccionados de acuerdo a su incidencia en el tema de nutrición/desnutrición y a la proximidad que tienen con las familias en su cotidianeidad y particularmente, con el abordaje del bajo peso. En segunda instancia, recurrimos a las madres como actores protagonistas para conocer en profundidad los sentidos y concepciones alrededor de la temática de salud y su vínculo con el tratamiento de la desnutrición desde el Centro de Salud. También consultamos a los profesionales que trabajan en la disciplina de salud y nutrición. Con la información relevada, elaboramos matrices analíticas que nos permitieron poner en tensión concepciones naturalizadas, prácticas culturales y formas de abordaje de la desnutrición de los diferentes actores, la cual presentamos a continuación. Por otra parte, realizamos un proceso de reconocimiento de aquellas instancias que indirectamente influyen en la calidad de vida de las familias, es decir quienes dirigen políticas macro que los atraviesan, por ejemplo, el Gobierno Nacional, Provincial, Municipal y sus dependencias. Caracterizamos a los actores por su modo de intervención, su interés en el tema, los recursos que destina, las actividades que llevan adelante y el tipo de relación que mantienen entre ellos, las cuales pueden ser de alianza, indiferencia o conflictivas.
Mapeo de actores, relaciones y territorio Las familias de niños y niñas con bajo peso del barrio Altos de San Lorenzo se vinculan con el Centro de Salud n° 8 donde se acercan para las consultas médicas de los niños y de los adultos y además es donde realizan el control mensual del bajo peso. Respecto a los servicios de salud pública a los que acceden, se encuentran en segunda instancia el Hospital San Juan de Dios y el Hospital Sor María Ludovica.
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Dentro de las escuelas a las que asisten los más chicos predominan las ubicadas en el barrio, entre ellas la EPB n°40, la EPB n°62, la EPB n°22 y la Escuela Especial n°532 que se vinculan con el Centro de Salud mediante la realización de charlas informativas sobre diversos temas de salud pública a cargo de la Promotora de Salud, Esther Gutiérrez y de la Trabajadora Social, Pilar Martín. Por otro lado, las escuelas se encargan de contactar a los profesionales del Centro para trabajar en los casos que detectan en bajo peso o con otras problemáticas particulares. Los comedores y las copas de leche son otras organizaciones con las que mantienen relaciones cotidianas las familias. Sin embargo, con las organizaciones sociales y políticas presentes en el barrio, como “Unidos y Organizados”, “CTD”, “Darío Santillán”, entre otras, no mantienen vínculos. Respecto de los espacios recreativos presentes en Altos de San Lorenzo, en general los integrantes de las familias no asisten a sus actividades y aquellas otras que esporádicamente realiza la Universidad Nacional de La Plata o el Centro de Estudios en Nutrición y Desarrollo Infantil, tampoco reciben asistencia masiva ni periódica, esto sucede también en los talleres que brindan los comedores y las organizaciones sociales y políticas. La mesa barrial que funciona en Altos de San Lorenzo nuclea a referentes de la mayoría de las instituciones del barrio, entre ellas, los centros de salud, las escuelas, vecinos y vecinas del barrio, y otras organizaciones sociales, para abordar diferentes problemáticas que surgen en el barrio. Dicha mesa es itinerante, por lo que va rotando el lugar de realización. Por otro lado, lado la mesa técnica se encarga de casos de familias con problemáticas particulares, es por ello que sólo la integran profesionales del ámbito de la salud, psicólogos, trabajadores sociales y referentes de las escuelas. Muchos de ellos también participan de la mesa barrial. Las familias, el Centro de Salud, las escuelas, los comedores y las organizaciones sociales presentes en el territorio, son quienes tienen más conocimiento sobre la realidad social que los rodea debido a su interés y cercanía con la temática. Pero son quienes cuentan con la menor cantidad de recursos e influencia para revertir la situación de nutrición/desnutrición.
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Mucha Influencia - Gobierno Nacional - Gobierno Provincial - Ministerio Nacional y Provincial de Salud - Ministerio Nacional de desarrollo social Poco Interés
C
D
- Municipalidad de La Plata - Secretaría de Salud de La Plata
A B
Mucho Interés
- Centro de Salud Nº8 - Delia Michi - Ester Gutierrez - Escuela Nº 532 Alfonsina Storni - Comedores - Mesa Barrial
Poca Influencia
A su vez, estos actores que consideramos estratégicos, no son incorporados por la Municipalidad de La Plata, la Secretaría de Salud ni el Centro de Salud n°8 para trabajar coordinada e integralmente en el abordaje de la temática. En cambio, el Gobierno Nacional, Provincial y Municipal, que cuentan con los recursos económicos y técnicos, están involucrados indirectamente a través de diferentes políticas sociales y económicas, pero creemos que no dirigen acciones suficientes tendientes a revertir la realidad de los vecinos del barrio. Con esto queremos decir que el Estado está presente a través de los diferentes programas mencionados anteriormente; sin embargo, no alcanzan para una transformación estructural –económica, medioambiental, habitacional, de sanidad- de las condiciones de vida de las familias. Lo que nos permite visualizar el mapa, además de la incidencia de los actores en el barrio y particularmente en la temática, es con quiénes se podría generar un trabajo en red de intervención que articule a los actores con mayor influencia y recursos, con los que están insertos en la temática y en la realidad de las familias del barrio de Altos de San Lorenzo.
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Sentidos y prácticas sobre salud Respecto de la concepción que tienen las madres acerca de la salud, consideramos -a partir del trabajo de campo- que la entienden como la ausencia de enfermedad. Mientras que al consultarlas sobre qué significa estar enfermo, en todos los casos se relacionó con las afecciones o síntomas más comunes que padecen sus hijos. Esto es la diarrea, los vómitos y las dificultades respiratorias. Sólo una mamá tiene una concepción de salud más amplia donde incorpora el trabajo digno, la alimentación y el medio ambiente: “eso es lo mejor que podes tener en la vida, estar sano. Tener una buena alimentación, tener un buen trabajo para poder alimentarte bien, para poder alimentar a tu familia y el medioambiente, hace que uno esté bien de 55 salud también. Si el ambiente no está bien, uno tampoco” .
En este sentido, identificamos que la mayoría de las madres consultadas reproducen la concepción de salud que excluye los factores psicosociales y medioambientales. De esta forma, el discurso imperante no es el que se intenta promover desde el centro de salud y desde el tipo de intervención comunitaria que lo caracteriza. No obstante, cabe aclarar que la vorágine de la atención diaria, no permite a los profesionales replicar por completo en sus prácticas, los marcos de referencia sobre la salud integral. Lo que dificulta la puesta en tensión de las concepciones y prácticas arraigadas en las familias del barrio, en torno al derecho a la salud. En relación a sus prácticas de salud, tanto ellas como los profesionales del Centro, afirman que se consulta “tardíamente”, es decir, directamente sobre la enfermedad y que no realizan consultas sobre prevención. Además, la mayoría de ellas asegura no realizar chequeos médicos periódicos, sólo durante el embarazo o en casos particulares que lo requieran. Sin embargo, aseguran que no se auto-medican frente a los síntomas, sino que asisten a los espacios de atención de la salud pública.
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55. Ver entrevista a mamá 5 en anexo aparte.
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Al excluir la prevención como una parte fundamental de la concepción de salud integral, los mismos referentes del Centro de Salud no llevan adelante prácticas de promoción y prevención de la salud y participación en los niveles de decisión, acción y control como medio para promover, potenciar y fortalecer las capacidades de la comunidad con respecto a su vida y la puesta en marcha de estrategias para alcanzar un mayor nivel de salud. Por otro lado, no reclaman ante el incumplimiento de su derecho humano básico ante los responsables, lo que se traduce en la existencia de desigualdades y diferencias reales para acceder al servicio de salud. Además, se debe aclarar que las prácticas socioculturales que tienen las familias en relación a la salud, se encuentran atravesadas por la estructura de un sistema de salud caracterizado por políticas estáticas y rígidas, donde se espera que el paciente se adapte y acuda a la atención, en vez de un modelo basado en la búsqueda y la llegada a toda la sociedad. En palabras de Gustavo Marín: “Es un cambio en el modelo de atención. La lógica de esperar que el paciente venga al sistema y vos estás esperándolo, a una lógica de vos trasladarte al paciente y buscarlo si es que no viene. Es totalmente 56 diferente, y se ve en los resultados” .
Sin embargo, la implementación de diferentes políticas públicas como la Asignación Universal por Hijo -que requieren mantener controles de salud periódicos- amplían el número de consultas a este sistema, pero se continúa con la lógica donde es el paciente quien debe adaptarse a las normas del sistema de salud.
56. Ver entrevista a Gustavo Marín en anexo aparte.
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Causas y consecuencias de la desnutrición Los profesionales del Centro de Salud identifican a la desnutrición como una enfermedad multicausal que tiene que ver por un lado con una cuestión cultural, específicamente relacionado con la práctica de la cocina. Para el discurso médico “son madres que sus madres 57 nunca cocinaron” , y además, se vincula con la falta de nutrientes adecuados, el hacinamiento, las condiciones medioambientales en las que viven las familias (contaminación del agua y del suelo), la violencia, problemas afectivos, otras enfermedades como los parásitos, la infección urinaria, patologías previas al nacer, falta de recursos (económicos y materiales), la elección de algunos alimentos por sobre otros, falta de educación, embarazos no deseados, entre otras. Es decir que el niño/a desnutrido/a es considerado como una consecuencia de todos estos factores biológicos, sociales y culturales propios de los contextos en que se encuentra inserto. Como mencionamos anteriormente, también es llamada “desnutrición de causa primaria” o “patología de la pobreza”, ya que se da en un “mal medio socioeconómico” (Ortale, 2003), es decir, que es un indicador de inadecuadas condiciones de vida. En este sentido, se relaciona con las características socioeconómicas de las familias del barrio. En relación a la elección que hacen las madres sobre diferentes 58 opciones de alimentos, se toma un ejemplo , explicitado por las docentes de la escuela Alfonsina Storni. Por un lado, el puré de papas deshidratadas y por el otro la elaboración del puré a partir de la verdura. Frente a estas opciones las madres eligen el preparado casi listo, lo que implica un ahorro en el tiempo y facilidad en la preparación. De esto se desprende lo que afirman las profesionales del centro de salud acerca de que la desnutrición no se da por falta de alimentos sino, por la elección que se hace de ellos.
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57. Ver entrevista a Delia Michi y Esther Gutiérrez en anexo aparte. 58. Ver entrevista a Escuela Especial “Alfonsina Storni” en anexo aparte.
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Por supuesto, esto no significa que desconozcamos las desiguales condiciones de existencia que condicionan su libertad de elección entre unos alimentos y otros. Lo que intentamos demostrar con este ejemplo, es que el puré de papas realizado con la verdura es más nutritivo y económico que el deshidratado. Los casos que se presentan en el centro de salud de niños y niñas con bajo peso, en su gran mayoría surgen a partir de los seis meses, cuando estos además de la lactancia comienzan a incorporar alimentos (alimentación complementaria). Es decir, que mientras son amamantados adquieren los nutrientes necesarios y están protegidos ante las enfermedades. Mientras que entre los siete meses y el año empiezan a bajar de peso y esto se relaciona con una disminución en las defensas, lo que genera que los niños y niñas se enfermen reiteradamente. Los síntomas o afecciones más comunes son la diarrea y los vómitos lo que a su vez contribuye a la pérdida del peso. Por otro lado, cuando se le pregunta a las madres acerca de las causas de la desnutrición, la mayoría de ellas asegura que no saben a qué se debe, algunas lo pueden relacionar con una “mala alimentación” o con la presencia de “otras enfermedades” como la diarrea y los vómitos que provocan la pérdida de peso. Sin embargo, ninguna de ellas entiende a la desnutrición como una enfermedad. Cabe destacar que desde la Secretaría de Salud y la Municipalidad de La Plata no se visibiliza públicamente la temática, no producen materiales de comunicación para el Centro de Salud y no hay un tratamiento desde los medios de comunicación locales. Tampoco nos fue posible tener acceso a la gestión de estos organismos, debido a las consecuencias políticas que conlleva la presencia de desnutridos en la ciudad. Por ejemplo, en el año 2013 se hicieron públicos algunos casos de desnutrición en Altos de San Lorenzo, a partir de una entrevista de un medio local a una promotora de salud. Como resultado, ella fue desplazada de su trabajo e incorporada en otro, además, desde la Municipalidad le prohibieron volver a hablar sobre los casos de desnutrición presentes en el barrio.
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La ausencia de mensajes desde los organismos antes mencionados, tendientes a informar y educar en relación a la nutrición/desnutrición, no permite a las familias realizar elecciones positivas y preventivas en materia de salud, lo que a su vez, no permite fortalecer sus habilidades en la construcción autónoma, mantenimiento y mejoramiento de su bienestar. Al no concebir a la desnutrición como una enfermedad, las madres aseguran no llevar adelante un tratamiento médico para combatir el bajo peso, ni tampoco dan cuenta de las consecuencias que puede ocasionar a largo plazo en sus hijos. No obstante, asisten al control en el Centro de Salud una vez al mes o cada quince días dependiendo la gravedad de los casos. En este sentido, es importante destacar que el Centro de Salud no cuenta con instancias donde se genere sentido de pertenencia en las madres. Es por ello que podemos afirmar que los vínculos entre estos actores es débil. Tampoco dan cuenta de las consecuencias que conlleva el no tener una buena alimentación durante el primer año de vida, lo que repercute en el desarrollo intelectual. Aspecto que no es exclusivo o imputable a la desnutrición, ya que inciden también la falta de recursos materiales, culturales y el contexto familiar. Por ejemplo, en una misma familia se puede ver que hermanos que no son desnutridos también tienen retrasos importantes en el desarrollo y esto se relaciona con la falta de estímulos. En palabras de la Dra. Michi “un hermanito que neurológicamente tiene el desarrollo normal, pero al estar en ese medio, no logra a tener el estímulo sufi59 ciente y termina en una escuela especial” . Es por esto que afirmamos que la desnutrición no es la única que repercute en el desarrollo intelectual de los niños, si no que la falta de estímulos también contribuye.
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59. Ver entrevista a Delia Michi y Esther Gutiérrez en anexo aparte.
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Se constató en un estudio realizado por el CEREN en el barrio Altos de San Lorenzo en el año 2014, que de 25 chicos evaluados, el 90 por ciento se encontraba en riesgo de padecer un retraso del desarrollo. No obstante, esto no era percibido por las madres y ninguna de ellas realizaba actividades para su promoción, debido a que tienen una concepción donde sus hijos crecen, se desarrollan y aprenden solos. Se puede agregar que, hasta los tres años de edad donde ingresan a una institución educativa, los niños se encuentran exclusivamente al cuidado de las familias, quienes en la mayoría de los casos no poseen saberes acerca del desarrollo y la estimulación intelectual de 61 sus hijos .
Hábitos y consumos alimenticios A partir del análisis de las entrevistas, observaciones y demás herramientas utilizadas se conocieron diferentes percepciones y valoraciones respecto de los hábitos y consumos alimenticios de las familias del barrio, más precisamente en relación a la “cultura de la cocina”. Por un lado, consultamos a las madres y por el otro, a los profesionales que trabajan en Altos de San Lorenzo, que a pesar de no formar parte de los mismos espacios y desde distintas especialidades, comparten una misma concepción acerca de los consumos y hábitos que realizan las familias, lo que no se condice y hasta resultan opuestos a los que describen las madres. Para conocer en profundidad el tipo de alimentación o la elección de los alimentos por parte de las familias, realizamos una breve encuesta que incorpora por un lado distintos tipos de alimentos y por el otro las variables de consumo: “mucho”, “poco” y/o “no lo consumo”. Esta herramienta nos permitió incurrir en las preferencias y elecciones a la hora de la comida y al mismo tiempo sirve como una estrategia frente a la respuesta de “dieta variada”, que se reitera en todos los casos, lo que no profundiza sobre los alimentos que consumen cotidianamente.
60. Ver estudio “Puente de Fierro 2013” en anexo aparte. 61. Ver entrevista a Susana Iorio en anexo aparte.
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Mucho
Poco
No lo consumo
10 8 6 4
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s
Galletita
Quesos
Pan Huevos
Leche
Cocido
Mate
/Mate Té/Café
hos
Tortas /Factu ras
/Bizcoc
mbres
Agua
s/Legu Semilla
as Pastas /Arroz Gaseos as/Jug os
Frutas
Golosin
s Verdura
Pollo
Pescad o
0
Carne
2
Dentro de los alimentos más consumidos se encuentra el pollo, los fideos y el arroz así como mate, leche, pan y huevos además del consumo de agua. Mientras que no consumen semillas, legumbres, cereales ni pescados. Por otro lado, en menor cantidad consumen quesos, infusiones como té, café y mate cocido, tortas, facturas o bizcochos, gaseosas o jugos. Las carnes, frutas y verduras tampoco son consumidas en grandes cantidades debido a su alto costo. Respecto del consumo de galletitas y snacks, el mismo no apareció entre los alimentos habituales, pero de las observaciones en la sala de espera los días jueves, se pudo relevar que es lo que predomina durante esas horas, tanto en las madres como en los niños. Esto también se pudo constatar mediante las entrevistas realizadas a diferentes referentes del barrio.
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Dentro del grupo de las carnes (avícola y vacuna), la elección de compra se orienta a alitas de pollo y milanesas, que como describe Delia Michi, tienen “mucho cuero y poca carne”, esta elección se relaciona con el “bajo precio y la facilidad a la hora de la cocción”. Además, porque en el barrio no hay ofertas de otros comercios como verdulerías, carnicerías, dietéticas, etc. sino que abundan los llamados “kioscos” que se caracterizan por ofrecer una multiplicidad de productos desde limpieza, hasta comestibles y de carnicería. Un dato que agrega Esther Gutiérrez en este mismo sentido, es la creciente apertura de pollajerías en el barrio. De las entrevistas y charlas informales con referentes del barrio, obtuvimos un reclamo acerca del precio de la carne, las verduras y las frutas. Respecto del consumo de agua, si bien saben que el agua corriente está contaminada, no pueden acceder a la compra de agua embotellada por su elevado costo. Por otro lado, se desprende de las encuestas y entrevistas que las madres reconocen a la alimentación como un aspecto importante para la salud. En este sentido, pueden diferenciar aquellos alimentos y las formas de cocción más saludables que otros. Por ejemplo, cuando sus hijos presentan cuadros de diarrea, ellas les cocinan arroz con queso, sustituyen las gaseosas por agua y aumentan dicho consumo para evitar la deshidratación, también sustituyen las comidas fritas por aquellas sin aceite, entre otros. Respecto del consumo de frutas y verduras, el cual se mantiene en términos medios, algunas madres reconocen que deberían consumir mayor cantidad en relación a las propiedades que proporcionan este tipo de alimentos. La encuesta no indagaba acerca de comidas elaboradas, sin embargo fue reiterativo en todos los casos el consumo de guisos y sopas que incluye carne o pollo, fideos o arroz, papa y alguna otra verdura que tengan en sus casas. Las prácticas y hábitos alimenticios desarrollados anteriormente, responden a “estrategias familiares” dentro de la problemática alimentaria, este concepto tomado de Susana Ortale (2007) referencia a los recursos con que cuentan los hogares para su reproducción cotidiana y las acciones posibles- en función de restricciones que impone su condición social- tendientes a satisfacer sus necesidades. Es decir que, el concepto de “estrategia alimentaria familiar”, refiere tanto a las prácticas como a las representaciones acerca de los alimentos, las cuales se manifiestan en elecciones que tendrán lugar dentro de un rango limitado de alternativas disponibles (Bergel Sanchís, 2014).
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Representaciones acerca de la alimentación Los profesionales consultados remarcaron muchas veces que las madres no cocinan y que no tienen “cultura de la cocina”. En relación a la cantidad de comidas diarias, pudieron determinar que las familias no tienen un orden ni una planificación de las mismas, es decir, tienen rutinas alimentarias salteadas. Además, consideran al almuerzo como la más importante del día y esto coincide con el “tupper” que retiran de los comedores del barrio. Durante el día se acostumbra a la ingesta de infusiones, como por ejemplo el mate. Mientras que en la cena se comen las sobras del mediodía o elaboran comidas con los ingredientes que cuentan en el momento. Sin embargo, por otro lado, cuando se les consultó a las madres acerca de los hábitos alimenticios en sus familias, respondieron que en la mayoría de los casos ellas son las encargadas de cocinar en sus casas. En menor medida retiran la comida de los comedores y en promedio realizan dos comidas diarias. El plato que predomina en todos los casos es el guiso. Esta afirmación se contrapone con los dichos de los profesionales que trabajan en el barrio. La pérdida de la “cultura de la cocina”, no puede adjudicarse exclusivamente a las familias de Altos de San Lorenzo ni a las de bajos ingresos, sino que entendemos que son cambios culturales que atraviesan a la sociedad en general y se relaciona con los modos de vida actuales y los cambios en los consumos alimenticios.
MADRES
Madre 1
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CONCEPCIÓN DE SALUD Y NUTRICIÓN
-Salud: ausencia de enfermedad. -Tienen Libreta Sanitaria pero no obra social.
PRÁCTICAS DE ALIMENTACIÓN
PRÁCTICAS EN RELACIÓN A LA ATENCIÓN MÉDICA
-Puede diferenciar distintos tipos de comida, según cómo se encuentre la salud de sus hijos. -Se turna con las hermanas y la cuñada para cocinar.
-Reconoce no seguir un tratamiento para combatir el bajo peso. -No se hace controles médicos ni ginecológicos.
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-No realizan chequeos ni controles preventivos, asisten a la salita o al Hospital sólo cuando están enfermos. -No se reconoce a la desnutrición como una enfermedad. -Asisten al Centro de Salud frente a una enfermedad, pero no toman medidas preventivas o chequeos médicos.
-Sus hijos comen “todo el día” -Cocinan guisos. -Compra la comida en el almacén y comida casera a un vecino (tortilla a la parrilla y pan casero). -Cuando no tienen plata para comprar alimentos, van a pedir al comedor.
-Para la atención médica van al Centro de Salud o a la guardia del Hospital de Niños Sor María Ludovica. -No se automedican ni consumen medicamentos caseros.
-Salud como ausencia de enfermedad. Estar sano es comer bien, comer Madre 2 y conocer todas las verduras. -Tienen Libreta Sanitaria pero no obra social. -Asisten al Centro de Salud frente a una enfermedad, pero no toman medidas preventivas o chequeos médicos. -Reconoce a la higiene como un aspecto clave para estar sano.
-Al medio día cocina ella y a la noche su pareja. -Hacen dos comidas al día: guisos, arroz con queso, polenta con queso. -A veces retira la comida del comedor 17 de octubre. -Compran la comida en el supermercado de 22 y 81 o en almacenes del barrio.
-Reconoce no seguir un tratamiento para combatir el bajo peso. -El único control que realizan sus hijos es el de desnutrición con la Dra. Michi. -Para la atención médica, en primer lugar van al Centro de Salud, pero cuando es algo importante, van al Hospital. -No se hace controles médicos, sólo cuando está embarazada.
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-La escabiosis y las mordeduras de ratas,relacionadas con las condiciones medioambientales son enfermedades comunes en el barrio. -Cree que la desnutrición se da por una mala alimentación. -Salud como ausencia de enfermedad. -Tiene Libreta Madre 3 Sanitaria, pero no Obra social. -No reconoce el asma como una enfermedad, pero sí el broncoespasmo. -Asisten al Centro de Salud frente a una enfermedad, pero no toman medidas preventivas o chequeos médicos. -Salud como ausencia de enfermedad. Madre 4
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-Se combate el bajo peso con una buena alimentación (no consumir alimentos fritos, comer verduras, frutas, etc).
-Uno de sus hijos asiste a Estimulación Temprana en el Agregado de la escuela 532 que se encuentra en el Centro de Salud. -No se automedican ni consumen medicamentos caseros.
-Hacen una sola comida al día, “a veces no comemos mucho porque ni ganas de comer”. -A veces cocina ella o su marido. -Compran la comida en los “kioscos” o en los supermercados.
-No reconoce seguir algún tratamiento para combatir el bajo peso, sólo toma la leche y el hierro que le indica la Dra. Michi. -Acuden al Centro de Salud o al Hospital de Niños Sor María Ludovica. -No se realiza controles médicos. -No se automedican ni consumen medicamentos caseros.
-Sus hijos “comen de todo” guisos, tortillas, sopas, yogurt y cereales.
-Asimilan el “chequeo médico” con el control de bajo peso.
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Madre 5
-Reconoce como enfermedades comunes la fiebre, los vómitos, la diarrea, broncoespasmo y asma. -Tiene Libreta Sanitaria, pero no Obra social. -Asisten al Centro de Salud frente a una enfermedad, pero no toman medidas preventivas o chequeos médicos.
-Hacen 3 o 4 comidas diarias. -Ella se encarga de cocinar, no van al comedor. -Compran la comida en el Kiosco o en el supermercado.
-Reconoce no seguir un tratamiento para combatir el bajo peso, sólo llevar a sus hijos al control con la Dra. Michi y “comer bien, cerales y esas cosas”. -No se realiza chequeos médicos. Postergó una operación por cálculos en la vesícula ya que quedó embarazada. Sólo se controla por el preoperatorio. -Acuden al Centro de Salud o al Hospital de Niños Sor María Ludovica. -No se automedican ni consumen medicamentos caseros.
-Entiende a la salud como la ausencia de enfermedad.
-“Comen de todo, fruta, verduras, todo eso”.
-A su hijo en bajo peso le realiza controles mensuales, a su otro hijo, una vez al año y ella se realiza “cada tanto”.
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-Sus hijos tienen libreta sanitaria, sólo el esposo cuenta con obra social. -Las enfermedades más comunes en su familia son vómitos, diarreas y resfríos. Relaciona a estas enfermedades con la ingesta de comida en mal estado, o con la falta de higiene, si tocaron algo sucio y luego se llevaron la mano a la boca. -Identifica como causa del bajo peso los parásitos.
-Hacen cuatro comidas al día, ella cocina en la semana, y su marido los fines de semana que es cuando no trabaja. - No van al comedor. -A veces compran comida hecha y sino van al supermercado mayorista o al del barrio.
-Cree que debe haber un tratamiento para combatir el bajo peso, pero aún no lo sabe ya que es su primera consulta. -No se automedican, ante la enfermedad van a ver a la Dra. Michi. Los adultos sí se medican con ibuprofeno.
-Salud asociada a la buena alimentación y el medio ambiente. Madre 6 - Relaciona el bajo peso con la mala alimentación y con la falta de cuidados de las madres a sus hijos, por ejemplo cuando no pueden estar en el horario del almuerzo ya que trabajan (como es su caso).
-Hacen dos comidas al día, el almuerzo y la cena. Al medio día, la niñera cocina para sus hijas y ella lleva la comida del comedor a su casa. Por la tarde, manda a sus hijos al comedor a buscar la copa de leche.
-No reconoce hacer ningún tratamiento para combatir el bajo peso, sólo recibir la leche que le da la Dra. Michi e ir a los controles.
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-Las enfermedades más comunes en su familia son la tos, la diarrea, la bronquitis, etc.
En su casa cocina guisos, milanesas, pollo, asado. Consumen muchas verduras y frutas que las compran en el mercado central por bolsas y luego las dividen entre 3 o 4 personas. Ésta es la solución que encontraron para hacer rendir el dinero, ya que comprar verduras por kilo es muy caro. “Hacemos economía para poder llegar al mes”. -Para comprar comida van al supermercado mayorista, al Vea o a Carrefour. -Hace algunos años realizaba pan casero para vender en el barrio.
-Tanto sus hijos como ella se realizan chequeos periódicos (mamografía, Papanicolaou, diabetes, corazón, etc.) -Acuden al Centro de Salud o al Hospital de Niños Sor María Ludovica. -No se automedican ni consumen medicamentos caseros.
Respecto de los modos que tienen las sociedades de vincularse con los alimentos, como se planteó con anterioridad, es necesario tener en cuenta que en la construcción de las representaciones sociales de la alimentación, intervienen otros factores, tales como la cultura alimentaria, las costumbres familiares, las condiciones materiales de existencia, la publicidad, las relaciones de poder, los aspectos subjetivos que se vehiculizan en los alimentos y la experiencia orgánica en relación a los mismos (Contreras Hernández & Gracia Arnaiz, 2005).
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En este sentido, la alimentación constituye un fenómeno complejo en el cual interactúan biología y cultura. Si bien el cuerpo se encuentra sujeto a las exigencias de la naturaleza en términos de ciertos nutrientes que necesita incorporar para asegurar su supervivencia, el ser humano está dotado de pensamiento y razón, y las elecciones que realiza para cubrir esas necesidades se orientan por creencias, conocimientos, representaciones y prácticas aprendidas de su grupo social. Es decir que los modos de vida actuales, los cambios en los patrones alimentarios y de actividad física, que son factores que guardan relación con la transformación demográfica y los cambios socioeconómicos registrados en los países, generan procesos de transición alimentaria. Éste se caracteriza por presentar situaciones de déficits (desnutrición, carencia de vitaminas, nutrientes) y excesos (sobrepeso, obesidad) que conviven en una población y hasta en el seno de una familia. Las familias con la que trabajamos en el barrio presentan 62 “desnutrición intergeneracional” entendida ésta cuando las madres de niños y niñas con bajo peso fueron desnutridas durante su infancia y ahora como consecuencia, presentan sobrepeso o deficiencia en peso y talla. Esto quiere decir, que incluso en una misma persona se puede encontrar un sobrepeso que esconde la carencia de nutrientes, llamado 63 desnutrición oculta . El consumo de alimentos que realizan las familias de Altos de San Lorenzo, está delimitados por los recursos económicos y materiales con los que cuentan a la hora de elaborar las comidas y se caracteri64 za particularmente por la monotonía en la selección de los alimentos . Esto último, generalmente ocurre en familias empobrecidas (Ortale, 2003), debido a su costo y a la facilidad en la forma de su elaboración.
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62. Ver entrevista a Susana Ortale en anexo aparte. 63. Ídem. 64. La monotonía en el consumo de los alimentos se deduce en base a los datos obtenidos en las entrevistas y encuestas realizadas.
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La monotonía se reitera incluso en las comidas que se elaboran en los comedores del barrio, donde predomina la facilidad, la rapidez en la cocción de acuerdo a los recursos materiales con los que cuentan. De esto se deduce que son las mismas opciones alimentarias que producen las familias en sus casas, como por ejemplo, guisos, hamburguesas caseras, arroz, fideos, entre otras. Esto tiene que ver con que si bien algunos comedores reciben ayuda del gobierno municipal y/o 65 provincial , la misma no es suficiente, por lo que los referentes deben costear los gastos con sus propios recursos. Según los profesionales consultados, consideran que la alimentación que prevalece en las familias del barrio, tiene que ver con “saciar el hambre en el momento”, con lo que se encuentra al alcance y que por lo general son galletitas, snacks, infusiones, pan, entre otros, en vez de elaborar comidas o consumir en función de cuáles son los alimentos que aportan nutrientes y beneficios para la salud (proteínas, hidratos de carbono, lácteos). Otra característica que condiciona los hábitos alimenticios, tiene que ver con la pérdida de los saberes culturales de las familias que migraron desde el norte del país o de países limítrofes, donde acostumbraban a consumir alimentos típicos, que no se encuentran en Altos de San Lorenzo o son muy caros, como por ejemplo quinoa, papines entre otros. A pesar de los consumos habituales que realizan las familias, las madres tienen conocimientos acerca de cuáles son los alimentos y las formas de cocción más saludables para ellas y sus hijos. Podemos dar cuenta de esto ante la respuesta de que comen “variado” y “de todo,” las cuales incluyen a los alimentos avalados socialmente como salu66 dables . Pero, una vez que se profundiza en la variedad y en la proporción, vemos que las primeras respuestas tendieron a reproducir lo que se encuentra en el imaginario social en relación a la alimentación saludable, pero en su cotidianeidad no abunda el consumo de los mismos. Por ejemplo con el consumo de agua, o comidas al horno, ellas reconocen que es “más sano” pero no es lo que prevalece en sus dietas.
65. Los comedores locales, deben registrarse en la Municipalidad y reciben una tarjeta de débito con un monto que se destina para la compra de alimentos. Desde el gobierno provincial, les destinan mercadería cada dos o tres meses. 66. Entendemos como “alimentación saludable” a la ingesta de frutas, verduras, semillas, alimentos reducidos en grasas trans y colesterol y grandes cantidades de agua (Ministerio de Salud de la Nación, 2014).
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En relaciรณn al consumo alimentario, pudimos ver que las publicidades influyen en la elecciรณn de unos alimentos por sobre otros. Pero, cabe destacar que, cuando el acceso a los mismos se ve obstaculizado por la falta de recursos econรณmicos, en muchos casos se opta por la elaboraciรณn de productos sustitutos como por ejemplo en el verano, los mรกs chicos hacen juguitos, helados y postrecitos que luego los envuelven en bolsitas de nylon y los venden en el barrio.
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Conclusiones • El bajo peso de origen social, está asociado a un ambiente con 67 bajos ingresos familiares , dieta inadecuada -monotonía en la selección de los alimentos, pérdida de la “cultura de la cocina”-, inserción laboral 68 informal, escolarización incompleta, familias numerosas , accesos al sistema de salud primario, alta prevalencia de enfermedades infecto-contagiosas, inadecuadas condiciones de vivienda, materiales y ambientales. • La invisibilidad de la temática por parte de los entes encargados de la salud pública por un lado, y la no identificación de la desnutrición con una enfermedad por parte de las madres, imposibilitan la problematización de las causas y consecuencias del bajo peso y el empoderamiento por parte de las familias en la toma de decisiones y la participación en acciones concretas. Sin embargo, la temática forma parte del universo de preocupaciones de las familias del barrio. • Las madres no tienen prácticas de prevención de la salud, sino que acuden a la consulta una vez que se encuentran enfermas. Esto mismo sucede con sus hijos y el resto de la familia. • Las madres que forman parte de los programas sociales Ellas Hacen y Argentina Trabaja, estuvieron predispuestas al diálogo y presentaron una concepción de la desnutrición desde una perspectiva de salud integral. También expresaron preocupaciones acerca de la vida en el barrio y de sus familias. Mientras que el resto de las madres no presentan una concepción de salud más amplia que la ausencia de enfermedad, tampoco conciben a la desnutrición como tal. Al ser consultadas sobre el barrio, sólo algunas destacaron la presencia de basura o roedores. • Ausencia de trabajo en red por parte de las organizaciones sociales e instituciones del barrio interesadas en la temática. 67. Los ingresos de las familias provienen del salario informal de los hombres, además de la Asignación Universal por Hijo y la tarjeta del programa municipal Provam 68. En promedio las familias tienen dos hijos, sin embargo conviven con otros familiares como suegros, tíos, hermanos, etc.
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• Encontramos políticas estatales de distribución equitativa de la riqueza y de promoción de los derechos humanos (AUH, Provam, SUMAR, PSNA, etc.), no obstante, no existen políticas de urbanización por lo que los vecinos del Altos de San Lorenzo perpetúan sus condiciones inadecuadas de vida (contaminación, transmisión de enfermedades, vivienda digna, ect).
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Líneas de acción • Visibilizar e instalar la temática de desnutrición en el Centro de Salud y en el barrio Altos de San Lorenzo. • Problematizar con las madres de niños/as con bajo peso y los/las profesionales del Centro de Salud n° 8, las causas y consecuencias de la desnutrición para visibilizar la temática y para que las familias puedan asumirse en un rol autónomo y empoderado respecto de la salud. • Lograr el fortalecimiento de hábitos y prácticas de alimentación saludable, de las madres a partir de sus contextos particulares. • Generar espacios de encuentro y organización entre las madres, comedores del barrio, referentes de salud y otras organizaciones barriales interesadas en la temática para lograr un abordaje en red de la desnutrición.
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SEGUNDA PARTE
CAPÍTULO I
CONSULTORIO
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Planificación Estrategia de comunicación/ educación La estrategia pertinente que responde a los objetivos que planteamos con anterioridad, se lleva a cabo a partir de dos etapas consecutivas. La primera se encarga de visibilizar e instalar a la desnutrición como una enfermedad en la sala de espera del centro de salud, para que posteriormente tome relevancia en el barrio. Es necesario partir de allí, para que en una segunda instancia, se pueda problematizar y posteriormente reforzar, junto con las madres los hábitos en torno a una alimentación consciente. Consideramos por otro lado, que el fin último de la tesis es generar la organización de las madres, donde puedan asumirse en un rol activo y empoderarse de la salud como un derecho. Creemos que para alcanzarlo, debemos llevar adelante una serie de instancias previas que direccionen hacia tal fin. Es decir que, no sería posible pensar en una organización sin la voluntad de las madres y bajo la idea de transformar aquella situación que aún no asumen como problemática. Es por ello que anclamos la intervención, no concebida como instrumento de resolución de determinadas situaciones y conflictos, sino como ejercicio reflexivo y de acción con las madres y otros actores claves del territorio. Proponemos entonces, generar intencionadamente procesos formativos y de producción de sentidos nuevos, en forma colectiva. De esta manera, conjugamos lo educacional y lo comunicacional, con el fin de conflictuar la realidad existente, mediadas por la historia y la cultura de las familias. Por ello, hacemos hincapié en la revalorización del saber de las madres y de sus propias expresiones de la cultura. En esta instancia, tiene sentido recuperar la experiencia CONIN, mencionada anteriormente, ya que consideramos importante su intervención dirigida a la prevención de la desnutrición y al desarrollo integral de las familias, esto es, a partir del desarrollo de talleres de promoción de la salud, la iniciación en oficios, el trabajo con manualidades y artísticos.
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Entendemos necesario disparar procesos significativos, en los cuales se fortalezca su autonomía, en tanto posibilite tomar decisiones y realizar acciones en lo que respecta a la salud de sus familias y otros aspectos de la vida cotidiana de las madres. Es por ello que proponemos comenzar el proceso a partir de la instalación de la temática en las familias y en el barrio para continuar con un proceso de reflexión y empoderamiento por parte de las protagonistas. No obstante, es importante aclarar que el mismo necesita de una continuidad de encuentros y trabajo interpersonal que conlleva una profundidad mayor y una prolongación en el tiempo, que debe darse a partir de la articulación entre las madres y otras organizaciones sociales, políticas y educativas del barrio interesadas en la temática. En este sentido, aclaramos que de las líneas de acción mencionadas con anterioridad, la que efectivamente llevaremos a cabo, dado los plazos estipulados para la realización de la tesis y por las características de las madres como interlocutoras, es la que responde a la primera etapa: la visibilización e instalación de la desnutrición como una enfermedad presente en Altos de San Lorenzo.
Visibilización del tema Del trabajo de campo se desprende que las madres no están acostumbradas a participar en encuentros con la modalidad de taller, ya que las mismas son introvertidas y no suelen formar parte de ningún colectivo el cual implique tomar la palabra o poner el cuerpo para la realización de actividades. Por esta razón, entendemos estratégico continuar la intervención de manera progresiva, como venimos trabajando hasta el momento, de forma tal de no “invadirlas”, particularmente por tener en cuenta la complejidad de la temática que abordamos. Intentaremos entonces, visibilizar a la desnutrición como una enfermedad a partir de materiales de comunicación, tales como afiches, que se colocarán en la sala de espera del centro de salud y en los comedores, donde asisten diariamente con sus hijos. También se les entregarán folletos cuando se acercan al Centro de Salud, a la consulta por el bajo peso.
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Es decir, que el principal destinatario de los productos comunicacionales son las madres de niños y niñas con bajo peso, ya que son quienes llevan a sus hijos a las consultas médicas, también las encargadas de su cuidado y de hacer las comidas diarias. Pero también, e Indirectamente, sus familias y los vecinos del barrio que, de igual manera, asisten al centro de salud. De esta manera, estratégicamente pensamos en las madres, pero la intención del producto comunicacional es también involucrar a toda la familia en el cuidado de la salud de los niños. Al tener en cuenta la complejidad antes mencionada y el contexto de las familias, es que proponemos elaborar un material que esté situado a las realidades en las que viven y se desarrollan cotidianamente. Es decir, que no queremos caer en los discursos hegemónicos que postula la medicina tradicional para hablar de nutrición, en la que indican la cantidad y calidad de alimentos a ser consumidos diariamente. Esto responde a que en la mayoría de los casos, las madres no pueden acceder a ellos y a su vez, porque priorizamos la elección que el grupo familiar tiene sobre los alimentos. El contenido de las piezas comunicacionales responde a lo observado en el trabajo de campo. En este sentido, creemos que es importante generar procesos de reflexión, para que las madres puedan desnaturalizar y problematizar “el bajo peso” como una enfermedad que trae consecuencias en sus hijos a largo plazo y que por este motivo, es importante prevenirla a temprana edad. Además, revalorizar al tratamiento que realizan en el centro de salud, ya que al no ser concebida como una enfermedad, las familias no toman en consideración la importancia del mismo.
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Lรกmina Formato A3
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DĂptico- Tapa y contratapa
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DĂptico- Interior
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Por otra parte, pensamos en el diseño de un producto que fuera principalmente visual, donde el contenido que prime sean las imágenes por sobre el texto, para que éste fuera accesible a toda la comunidad de Altos de San Lorenzo, debido a que muchas familias mantienen su lengua de origen por sobre la apropiación del castellano. En este sentido, también utilizamos un lenguaje coloquial, no médico ni técnico, para una mejor comprensión. Creemos que el material comunicacional debe tener un fuerte componente educativo, en tanto permita repensar los hábitos saludables de alimentación y fortalecer la capacidad crítica de las familias para tomar decisiones a la hora de comer. Proponemos que la primera entrega/difusión de los productos comunicacionales, se dé en el marco de una jornada que denominamos “El derecho a la salud”. Serán invitados referentes barriales, las médicas y profesionales del Centro de Salud, maestras de la Escuela n° 532 y n°40, y principalmente las madres que asisten al mismo con sus hijos.
Jornada de “Salud en la mujer” organizada por la Mesa Barrial de Altos de San Lorenzo.
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La jornada se realizará en el Centro de Salud n°8 y la placita lindera al mismo, donde habrá juegos recreativos y didácticos para los niños. Mientras que los adultos participarán de una charla a cargo de la Médica Michi y Esther Guitérrez. Quienes a su vez, serán las encargadas de convocar a las madres en el control, mientras que el resto de los invitados serán notificados por nosotras. El evento tendrá una duración de dos horas aproximadamente, y los recursos necesarios serán una persona encargada del cuidado y entretenimiento de los niños, un juego inflable, alimentos y bebidas para convidar a los invitados y los materiales de comunicación que serán entregados en el momento. De esta manera, lo que se postula es generar un ambiente de diálogo donde se pueda comenzar a pensar al bajo peso como un problema de salud pública y se problematice sobre sus causas y consecuencias a largo plazo. A su vez, propiciar un sentido de pertenencia respecto de este encuentro, para replicarlo en otras instancias, donde puedan participar diferentes actores y se continúe la problematización del bajo peso, y aquellas otras temáticas que surjan de las madres. En relación a esto, dejamos abierta la posibilidad para la creación de nuevos productos comunicacionales que retomen las reflexiones de estos encuentros. El sentido entonces, sobre lo que queremos lograr con la gestión de esta primera línea de acción, es sensibilizar e informar a las madres principalmente y al resto de la comunidad, sobre el bajo peso como una enfermedad. Asimismo, la intención es facilitar el acceso al derecho a la información en torno a la alimentación, la seguridad con soberanía alimentaria y la nutrición en un sentido complejo. De esta manera, entendemos que la jornada motivará nuevos procesos comunicacionales participativos que favorezcan al surgimiento de nuevos y variados productores de contenidos y temáticas.
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Sentidos a instalar a través de los productos comunicacionales Proponemos reflexionar acerca de: • La alimentación como un derecho humano esencial para el desarrollo de la vida. • La importancia de los vínculos interpersonales, desde el acto de amamantar, alimentar, compartir y jugar, rescatando la contención de los niños durante el momento de las comidas. • El encuentro en la mesa familiar, como espacio para el diálogo. • Poder tomar decisiones saludables a la hora de comer de acuerdo al tipo de alimentos y a las edades. • El juego como una práctica que permite contribuir al desarrollo intelectual de los más chicos.
Distribución y circulación
Luego de la jornada donde se presentarán los materiales comunicacionales a la comunidad, proponemos que los afiches sean colocado en la sala de espera del Centro de Salud n°8, en las escuelas que participan de la Mesa Barrial, las cuales mantienen una relación más cercana con el Centro. Además en los comedores a los que concurren las madres, los cuales surgieron durante el trabajo de campo y la realización de los mapeos. También serán expuestos en los Centros de Salud del barrio, tales como el 41 y el 46, para que la temática sea visible para otras familias del barrio.
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El volante será entregado en mano por la médica Delia Michi a las madres que concurran al control por el bajo peso. A su vez, serán entregados casa por casa durante las visitas que realiza Esther Gutiérrez en busca de nuevos casos de bajo peso.
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Reflexiones finales Una vez llegadas a esta instancia del proceso, destacamos la posibilidad de abordar desde nuestro campo de estudios una problemática social tan compleja, como es el bajo peso, debido a la multiplicidad de factores que influyen en sus causas y en su tratamiento. Además, rescatamos la experiencia de haber trabajado transdisciplinariamente con médicos, trabajadores sociales, antropólogos, referentes de organizaciones e instituciones, colectivo de madres, y otros. De este modo, contemplamos las diversas perspectivas para abordar la temática en su integralidad. Respecto de la invisibilidad del bajo peso como enfermedad -problemática de salud pública con más de una década en Altos de San Lorenzo-, las condiciones materiales de vida de las familias y la falta de información sobre las políticas públicas, destinadas a revertir la situación alimentaria, pensamos la intervención de modo que se empiece a discutir, reflexionar y repensar sobre la misma, desde las madres y los profesionales del centro de salud. Conocer experiencias de organización de mujeres en otros barrios de la ciudad de La Plata, en el marco del I Congreso Comunicación Popular desde América Latina y El Caribe (2015) en nuestra casa de estudios, nos permitió dar cuenta de la necesidad de generar espacios donde las madres puedan convertirse en mujeres autónomas, autosuficientes y protagonistas del cambio, a partir de la toma de la palabra, para dar a conocer sus intereses y preocupaciones e instalarlos en su comunidad. De esta manera, organizarse para pelear contra la vulneración de sus derechos y los de sus familias. Dicho propósito, necesita de la concreción de etapas previas, para alcanzarlo. Es decir, consideramos que una de estas fue desnaturalizar y problematizar con los actores, aspectos de la salud para que puedan desencadenar en nuevos sentidos y prácticas, que mejoren la calidad de vida de las familias. Esto significa de alguna manera, haber alcanzado uno de los objetivos propuestos al inicio del proceso. Nuestra meta para continuar trabajando con las madres, se relaciona con movilizar su universo de oportunidades, es decir construir herramientas que les posibiliten transformar su realidad y la de sus familias.
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Nuestro aporte se acota particularmente a una problemática de salud, sin embargo, entendemos que además las familias atraviesan otras situaciones complejas que tienen que ver con la violencia intrafamiliar, violencia de género, problemas habitacionales, contaminación y otros, que necesitan abordarse desde el trabajo en red de las organización sociales del barrio. Como afirma Delia Michi “tenemos que trabajar juntos y seguir los que estamos más en la lucha”.
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C onstruyendo Salud presenta el trabajo de campo realizado en el Centro de Salud n°8 del barrio Altos de San Lorenzo de la ciudad de La Plata, en la que toma relevancia el abordaje del bajo peso infantil, a partir de una práctica donde se conjugan los campos de la comunicación y la salud. Constituye un cuerpo de conversaciones entre comunicadores, profesionales de la salud pública, antropólogos, psicólogos, madres y otros actores interesados y preocupados en la temática de la nutrición de los más chicos. Lo que posibilitó un abordaje integral, que reconoce las dimensiones culturales, políticas, sociales y biológicas presentes en ésta enfermedad. El libro plasma una experiencia de comunicación, sobre un tema específico de salud a partir de conceptualizaciones generales y del diseño estratégico de una propuesta de cambio, que toma a las madres como actores protagonistas. El trabajo intenta no cerrar su investigación en las conclusiones finales, sino que por el contrario, presenta diversos desafíos para continuar repensando la relación entre ambas disciplinas, y, de esta manera, continuar profundizando en la colaboración de la comunicación con la salud pública comunitaria.
Facultad de Periodismo y Comunicación Social