Guion de radio Producción “La respuesta” Duración 3 minutos Voz narradora 1: La mañana se vestía con la luz del sol, el celeste cielo despejado era el escenario de los pajaritos levantando el vuelo envueltos en la música de sus trinos. En medio del pueblo, las campanas del del pequeño templo gozosas anunciaban la celebración matinal. (Efectos de sonido, pájaros, campanadas, sonidos de naturaleza) Tempranito, de una de las casas grandes salía doña Amelia con Ester, su compañía inseparable. En otro punto del pueblo, de una pequeña casa con el techo averiado sale de la mano de su padre, Paula, una niña de 8 años, con el resplandor de la inocencia y la alegría de los que saben ver lo bonito de la vida aún dentro de las penas. Mientras caminaban para llegar a la misa saludaron a algunas personas que se encontraron en el camino. (Efectos de sonido, pasos, saludos “buenos días”) Doña Amelia y Ester llegaron a la iglesia justo cuando el sacristán abría la puerta, un ratito después llegó Paula, que así se llamaba la niña y su mamá. (Efecto de sonido, puerta) Voz narradora 1: El sacerdote celebró devotamente los misterios de la muerte y resurrección de Jesucristo; al terminar la misa, Doña Amelia se acercó al altar para hacer un ratito de oración, a su par se oía la tierna voz de Paula que encomendaba a su papá que había ido al pueblo vecino a buscar empleo, a su mamá para que no se cansara tanto planchando la ropa ajena, a sus hermanitos para que siempre fueran buenos y así… siguió con una lista que incluía gente necesitada y enferma, doña Amelia enternecida se distrajo escuchando las oraciones de la niña, ésta, después de haber terminado empezó a recitar con devoción el “Padre nuestro” su vocecita infantil y su fe en Dios eran capaces de conmover hasta a las piedras, mucho más el buen corazón de doña Amelia. Voz Paula: "Padre Nuestro, que estás en los Cielos, Santificado sea Tu Nombre, venga a nosotros Tu Reino, hágase Tu Voluntad, así en la tierra como en el Cielo. ‘el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy con mantequilla’ perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quiénes nos ofenden, y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén."
Voz narradora 1: Amelia llena de un sentimiento que mezclaba la ternura y el deseo de saber el porqué de un cambio así al “Padre nuestro” le dijo a la niña cuando se iba: Voz doña Amelia: espera, no pude dejar de oír tu oración y me llamó la atención que hayas dicho: “el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy con mantequilla, ¿por qué dices así? Voz Paula: Señora, una vez que acompañé a mi mamá a hacer una visita probé la mantequilla y sabía muy rica, pero en mi casa no la podemos comprar, es por eso que le pido a Dios que nos mande el pan con mantequilla porque mi mamá dice que Él lo puede todo y siempre nos escucha. Voz narradora 1: Doña Amelia, se quedó impactada con la fe y la esperanza de la niña, quien con una sonrisa sencilla y limpia la despidió amablemente y se fue a la banca donde rezaba su madre, ésta se levantó la tomó de la mano y salieron del templo; en el momento doña Amelia, mandó a Ester que siguiera discretamente a la niña y a su madre para saber dónde vivían. Desde entonces cada semana Ester, enviada por Doña Amelia, llevaba a aquella familia algunas veces pan, otras, huevos y algunas verduras pero lo que nunca faltaba era un trozo de mantequilla. Así es como muchas veces Dios, con su infinito amor, se vale de nosotros para responder a la fe, la esperanza de nuestros semejantes.