NEUMONIA Viral
Bacteriana Neumonía neumocócica
Los virus respiratorios se transmiten por inhalación de secreciones aerosolizadas infectadas, o por contacto directo de las vías respiratorias altas con las secreciones infectadas. Consecuentemente a la proliferación intracelular de los virus, el epitelio ciliado del árbol traqueobronquial se degenera.
Causa identificable más frecuente de neumonía bacteriana y causa dos terceras partes de las neumonías bacteriémicas extrahospitalarias. Suele ser esporádica, se produce sobre todo en invierno y afecta con más frecuencia a pacientes de edades extremas. Síntomas precedidos por una infección de las vías respiratorias altas. Su comienzo suele ser abrupto, con un único escalofrío Diagnóstico enfermedad febril asociada con dolor torácico, disnea y tos. El diagnóstico de presunción se basa en la historia, la radiografía de tórax, el cultivo y el Gram de las muestras Tratamiento Un 25 por ciento de las cepas S. pneumoniae son resistentes a la penicilina. Los fármacos alternativos con eficacia demostrada incluyen las cefalosporinas, la eritromicina y la clindamicina.
etiología
Virus sincitial respiratorio
36%
Virus de la parainfluenza 1
16%
Virus de la parainfluenza 3
14%
Virus de la influenza B
5%
Virus de la influenza A
5%
Citomegalovirus (CMV)
1%
Neumonía estafilocócica
Síntomas suelen ser parecidos a los de la neumonía neumocócica. Los rasgos diferenciales son escalofríos recidivantes, necrosis tisular con formación de abscesos, neumatoceles y un curso fulminante con postración marcada. El empiema se produce con relativa frecuencia. Diagnóstico analizando el esputo y se establece mediante recuperación de S. aureus en los hemocultivos, el líquido de empiema o los aspirados transtraqueales o transtorácicos. El patrón radiológico más frecuente es una bronconeumonía, con formación de abscesos o derrame pleural siendo poco frecuente la consolidación lobar. Tratamiento La mayoría de las cepas de S. aureus producen penicilinasa y cada vez aumenta más la resistencia a meticilina. El tratamiento recomendado es una penicilina resistente a penicilinasa. La alternativa principal es una cefalosporina, a ser posible cefalotina o cefamandol. La clindamicina es activa contra el 90 por ciento de las cepas.