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PURA SUERTE

Aunque 1880 suene como el premio gordo del próximo sorteo de lotería del domingo, le informamos de que no lo es. Esta cifra es mucho más importante para la economía regional de los Distritos del Norte. 1880 es el número de personas que están empleadas directa, plena y permanentemente en la Zona Franca de Corozal, también conocida localmente como la Zona. Como uno de los principales centros de empleo del Norte, la Zona Franca de Corozal tiene un gran impacto económico tanto en las zonas urbanas como en las rurales. El poder financiero de los salarios, calculados con el salario mínimo actual, asciende a 21,7 millones al año, y la derrama económica del empleo indirecto generado a través de la Zona Franca de Corozal va mucho más allá. Decir entonces que 1880 es un número de la suerte es quedarse corto y no le hace justicia.

Bajo el mandato del UDP, la Zona Franca de Corozal se había convertido en un páramo estéril, arrasado por buitres voraces. El abandono era evidente en las calles deterioradas y el alumbrado público roto y sin funcionar. El edificio de la agencia gestora estaba en mal estado y era un cascarón vacío, y los inversores se retiraban en tropel. La afluencia de visitantes se había reducido a un goteo y la confianza de los inversores estaba por los suelos, y con razón. La Zona Franca de Corozal estaba en piloto automático y se dejaba caer sin dirección. Durante trece años sólo se pavimentó una calle, seguía sin haber acceso al agua potable y las infraestructuras se desmoronaban. La zona parecía cansada, desgastada y vacía. Entonces llegó Covid, que le asestó un golpe definitivo. La situación con la que se encontró el Gobierno de Belice bajo la nueva administración tras las elecciones de finales de 2020 era realmente desalentadora. Sin embargo, tras una evaluación exhaustiva, la Zona Franca de Corozal, bajo la nueva administración, consiguió, contra todo pronóstico y contra Covid, abrir las puertas de la Zona. Desde entonces no han mirado atrás. Tras la evaluación inicial y la colaboración con las autoridades locales del Ministerio de Sanidad y Bienestar, se establecieron y aplicaron estrictos protocolos Covid que les permitieron operar. En los dos últimos años, la Zona ha cambiado: ahora las zonas públicas están iluminadas, se han digitalizado las tarjetas de los empleados y se ha adquirido una nueva base de datos. Además, se han realizado constantes obras de mantenimiento y en las calles para garantizar que los visitantes tengan una mejor experiencia. Actualmente, está en marcha el proceso de contratación de un proyecto sufragado mediante una subvención de 2 millones de BZD que verá la pavimentación desde el puente viejo hasta la Zona Franca de Corozal y dará lugar a la reapertura de ambos carriles. El proyecto piloto que proporcionará el Internet gratuito a todos los visitantes de la Zona está en marcha. Además, pronto habrá agua potable en la Zona Franca de Corozal como resultado de una asociación con Belize Water Services y el Gobierno de Belice. Con esta ampliación del sistema de abastecimiento de agua, las tuberías llegarán a los hogares rurales situados a lo largo de la carretera Phillip Goldson, desde el entronque de Chan Chen, y darán servicio a los edificios que albergan las instalaciones de la Agencia de Gestión de Fronteras. El agua es un recurso básico y necesario si la Zona Franca de Corozal espera ampliar sus actividades de comerciales a industriales e incluso de ocio.

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El verdadero desarrollo económico que creará nuevos empleos a todos los niveles requiere que se pongan en marcha infraestructuras y servicios básicos para que puedan materializarse las inversiones tanto extranjeras como nacionales. A pesar de las críticas, no se pueden negar las cifras. Los visitantes están volviendo a la Zona Franca de Corozal, impulsados por una agresiva estrategia de marketing. Llegan nuevas inversiones y empresas, y es evidente que la confianza de los inversores ha vuelto con fuerza. Algunos de los habituales detractores, fieles al partido y detractores podrían decir que es simplemente suerte, pero eso no es más que una ilusión. Ralph Waldo Emerson creía más en el trabajo duro que en la suerte. Lo explicaba así: "La gente superficial cree en la suerte y en las circunstancias; la gente fuerte cree en la causa y el efecto".

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