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EDITORIAL en Español SUEÑOS DE JUSTICIA SOCIAL
Las casas son algo más que un lugar donde guarecerse de las tormentas, se convierten en hogares donde las familias encuentran santuario y paz y crían a sus hijos. Esta semana, cincuenta familias han podido acceder a una vivienda en la urbanización Blackberry Ridge, en Burrell Boom, gracias a los esfuerzos del Ministerio de Desarrollo de Infraestructuras y Vivienda. Este logro forma parte del gran plan del Gobierno de Belice y del cumplimiento de los compromisos que adquirió en el Plan Belice. La vivienda es la clave para crear riqueza y salir de la pobreza y la miseria y entrar en la clase media. Un aumento de la clase media significa menos disparidad en la diferencia de ingresos y es el resultado final deseado del programa de justicia social del Partido Unido del Pueblo. No se trata de que los ricos se hagan más ricos y los pobres caigan en la miseria, sino de que los recursos y la riqueza de nuestro país se distribuyan más equitativamente entre sus habitantes y que la mayoría de los beliceños se sitúen en esta categoría y no en los extremos.
La mejora de las condiciones de vivienda, segura, estable y asequible también tiene un impacto positivo y directo en la salud física y mental, la educación y las tasas de mortalidad, especialmente entre los más jóvenes y los ancianos. Una vivienda adecuada puede reducir las enfermedades contagiosas, aumentar la calidad de vida e incluso ayudar a mitigar el cambio climático. Las comunidades de viviendas dignas y planificadas, como Blackberry Ridge Estates, contribuyen a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los relativos a la salud (ODS 3) y a las ciudades sostenibles (ODS 11). La vivienda es, por tanto, un importante punto de entrada para los programas intersectoriales de salud pública y la atención primaria de salud y la prevención. La Organización Mundial de la Salud ha reconocido que la vivienda es un determinante social fundamental de la Salud y está reconocido por las Naciones Unidas como un derecho humano fundamental y no un lujo como muchos beliceños todavía creen. Por lo tanto, la segunda fase de esta urbanización incluirá instalaciones públicas como una comisaría de policía, un centro preescolar, un parque e instalaciones sanitarias, en consonancia tanto con el programa de justicia social del gobierno de Briceño como con los objetivos de la Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas. Es importante señalar también que la última administración del UDP, a diferencia de la actual administración del PUP, no tenía ningún plan para empoderar al pueblo beliceño. Durante trece años, el Ministerio de Vivienda no tuvo ningún plan ni dirección e intentó y fracasó miserablemente en la construcción de viviendas con instalaciones adecuadas. Las pocas casas que presentaron tenían un precio excesivo, estaban mal construidas y carecían de instalaciones sanitarias adecuadas. La mayoría de ellas permanecieron desocupadas durante largos periodos de tiempo. Sin embargo, el primer ministro Briceño y el Gabinete reconocen la importancia de la vivienda y los hogares. Están conscientes de que el sector de la construcción es también un potente catalizador para impulsar la actividad económica nacional, más allá de los beneficios positivos de justicia social que aportan proyectos de vivienda pública subvencionada como éste. El bienestar de los beliceños es responsabilidad del Gobierno de Belice. El Partido Unido del Pueblo se comprometió a volver a sus fundamentos de justicia social para garantizar el establecimiento de políticas y redes de seguridad social que sirvan a los más vulnerables de nuestras comunidades. Aunque Belice aún tiene un largo camino por recorrer antes de hacer realidad el sueño de justicia social del Honorable George Price, podemos estar seguros de que el Honorable John Briceño no sólo nos ha puesto en el buen camino, sino que está dando grandes pasos.
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