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26 de noviembre El crecimiento de la fe Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo [...] por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis. 2 Tesalonicenses 1:3,4. La f e no es est át ica; el crecimient o es la evidencia de la f e aut ént ica. Y los inst rument os del crecimient o de la f e son, básicament e, dos: la comunión diaria con Jesús y el dolor. Dios permit e que pasemos por moment os dif íciles, a f in de hacernos crecer. ¿Cómo sabrás t ú si conf ías de verdad en Dios y en sus promesas, si nunca pasast e por el valle del dolor y de las lágrimas? Es en la hora de la dif icult ad que t e das cuent a de hast a qué punt o t u f e es un sent imient o o un principio. Es en el f uego que el oro se purif ica; es en el dolor del esmeril que el diamant e se pule; y es en las lágrimas y las pruebas que la f e del crist iano crece. La iglesia de Tesalónica f ue un ejemplo: en el dolor de la persecución, la f e de los t esalonicenses creció. El problema con los seres humanos es que no nos gust a el dolor; y es correct o que así sea: a f in de cuent as, Dios no nos creo para suf rir; el dolor apareció, en el escenario humano, después de la ent rada del pecado. Pero, ya que el dolor es inevit able, Dios lo t oma y lo t ransf orma en un inst rument o de crecimient o y de f ormación. El dolor nos ayuda a desarrollar la f e; en el suf rimient o, ejercit amos la conf ianza en las promesas divinas, y el ejercicio es f uent e de desarrollo. Por eso, si hoy t ienes delant e de t i un mot ivo de dolor, y si el primer pensamient o que acude a t u ment e es que Dios no se preocupa por t i, aleja esa idea y empieza a ejercit ar la f e. ¿Qué signif ica est o? Que, aunque no vislumbres solución alguna para el problema que enf rent as, debes creer que ese problema ya est á solucionado. Dios siempre sabe lo que es mejor para t i. Puedes no ent enderlo ahora, pero conf ía: el Señor jamás f alló con las personas que conf iaron en él. " Al que a mí viene, no lo echo f uera" , aseguró ciert a vez. Y no lo hará cont igo. No salgas de casa sin recordar las palabras de Pablo: " Debemos siempre dar gracias a Dios por vosot ros, hermanos, como es digno, por cuant o vuest ra f e va creciendo..., por vuest ra paciencia y f e en t odas vuest ras persecucio nes y t ribulaciones que soport áis"


27 de noviembre Nacidos para vivir Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. Eclesiastés 3:11. Señor, quiero vivir! ¡Por f avor, déjame vivir! La voz de Adolf o, quebrada por el dolor, penet raba, como cuchillo af ilado, en el alma de las personas que lo amaban; nada podían hacer para ayudarlo. Hay ocasiones en que, lit eralment e, t e sient es inút il, incapaz de hacer algo para aliviar el suf rimient o ajeno. De repent e el dolor de t u hermano pasa a ser el t uyo, pero eso no lo alivia. Ent onces, t e desesperas, buscas explicaciones por t odos los lados, y t u única respuest a es el silencio. El versículo de hoy manif iest a que Dios lo hizo t odo hermoso " en su t iem po" . En ot ra part e, el sabio Salomón af irma que hay t iempo para t odo: para vivir y hast a para morir. ¿Puede ser hermoso el t iempo de morir? ¿Para quién? El lament o t rist e y el clamor desesperado de Adolf o t enían sent ido: Dios ha " colocado et ernidad" en el corazón de los seres humanos. No f uimos creados para morir, sino para vivir. Adolf o era un joven de apenas veint e años, con deseos de vivir; el anhelo de et ernidad est aba en su corazón. Pero, desdichadament e, vivimos en un mundo de t rist eza, enf ermedad y m uert e. Y Salomón declara que " el hombre no alcanza a ent ender la obra que Dios ha hecho desde el principio hast a el f in" . En el corazón de Adolf o y de sus amados, se libraba una lucha t errible ent re el " deseo de et ernidad" y el " ent endimient o de la obra de Dios" . Nat uralment e, la muert e no es obra de Dios; pero, desde el moment o que él es Dios, cualquier cosa sucede solo porque él lo permit e. Y ¿por qué Dios permit e la muert e de un joven de veint e años? En est a vida, no alcanzaremos a ent ender ese mist erio. Pero, t enemos la promesa de que hast a el suspiro f inal puede ser hermoso para quienes conf ían en el amor maravilloso de Dios. Adolf o f alleció consumido por el Sida. Su muert e hizo ref lexionar a muchos jóvenes. ¿Quién sabe? Quizás el dolor por el que Adolf o y sus queridos pasaron ¿no sería el inst rument o que Dios usó para rescat ar t ant os ot ros jóvenes que jugaban peligrosament e con la vida? Por eso, hoy, aunque rodeado por circunst ancias dif íciles de ent ender desde el punt o de vist a humano, conf ía en el Señor. Y recuerda que: " t odo lo hizo hermoso en su t iempo; y ha puest o et ernidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a ent ender la obra que ha hecho Dios desde el principio hast a el f in" .


28 de noviembre Por la Palabra de Dios Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. Romanos 10:17. ¿Cuál es la f unción de la Biblia, en el desarrollo de la f e? Muchas personas relacionan la f e solament e con el sent imient o y las emociones. Sin duda, las emociones f orman part e de la experiencia humana. Pero, la Biblia af irma que el f undament o de nuest ra f e es Jesús. Si est o es verdad, conocer a Jesús se vuelve indispensable en la vida del crist iano; y la única manera de conocerlo es conviviendo con él. Surge, ent onces, ot ra pregunt a: ¿Cómo se convive con Jesús? Aquí ent ran en juego t res element os necesarios: la oración, la t est if icación y el est udio diario de la Biblia. El propio Señor Jesucrist o dijo, en ciert a oport unidad, ref iriéndose a las Escrit uras: " Ellas son las que dan t est imonio de mí" . No puede haber declaración más clara: es mediant e el est udio de la Biblia que llegas a conocer a Jesús, a conf iar en él y a saber que nunca t e f allará. Pero, est e est udio de la Biblia no puede ser algo simplement e t eórico e int elect ual: no puedes ir a la Biblia solo en busca de argument os o conocimient o t eológico, sino en busca de compañerismo con Jesús. Lee la Biblia como si f uese una cart a personal, que Jesús t e escribió. Colócat e en el cent ro de las hist orias que lees. Cuando lees acerca de Daniel, t ú eres Daniel; imagínat e siendo llevado a la cueva de los leones por obedecer a Dios. Cuando lees acerca de María Magdalena, t ú eres esa mujer cansada de pecar, que un día se encont ró con Jesús. Cuando encuent ras, en la Biblia, la hist oria de José, colócat e en su lugar; imagínat e siendo vendido por t us hermanos y siendo llevado a un país ext raño, en f in... Lee la Biblia en primera persona del singular. Cada vez que dice " ellos" o " nosot ros" , colócat e a t i, y aplica los consejos bíblicos a t u experiencia y a las luchas que est ás enf rent ando en ese moment o. Así, conocerás a Jesús y él será el f undament o de t u f e; podrás conf iar en él, porque llegast e a conocerlo por medio del est udio de la Biblia. No t e at revas a vivir sin Jesús: sin él, la vida es una simple sobrevivencia. Él es el f undament o de una vida f eliz, porque es el f undament o de t u f e; y la vida del crist iano es una vida de f e. Y recuerda lo que él declaró: " Así que la f e es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" .


29 de noviembre Que tengas salud Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3 Juan 2. El versículo de hoy muest ra que la vida t iene dif erent es aspect os. No es solo una experiencia espirit ual, ni apenas f ísica o, t al vez, social: es t odo un conjunt o int egrado. Y, para que exist a bienest ar, t odas las áreas de la experiencia humana deben f uncionar bien. Hablemos de la vida f ísica. No podrías vivir sin un cuerpo; por eso, Dios, en la Creación, t e dio un cuerpo y t e hizo un ser f ísico. Siendo Dios t u Creador, sabe cómo debe f uncionar t u cuerpo y cómo debes cuidarlo, a f in de t ener buena salud. Por eso, desde el principio de la Creación se preocupó por la aliment ación del ser humano, le dio órdenes claras de cómo debería aliment arse, si deseaba ser sano y f eliz. En el t iempo de Israel, t ambién se preocupó por aliment ar a sus hijos. Sabía que el cuerpo f ísico necesit aba de aliment ación, de calor, de agua y de sombra, y les proveyó t odo eso de f orma milagrosa. Les dio, t ambién, direc t ivas sanit arias que el pueblo debía seguir, para no ser víct ima de epidemias por f alt a de higiene. Y, en el capít ulo 1 1 de Levít ico, les explicó det alladament e qué t ipo de aliment os podían comer o no, si quisieran t ener salud y vida f ísica abundant e. En el Nuevo Test ament o, Juan dice: " Que t engas salud" . Sin salud, de nada vale que t engas un buen empleo, dinero o amor; un cuerpo enf ermo siempre t e est ará t rayendo dolor, y no t e dejará servir a Dios con alegría. El Señor Jesús, durant e su minist erio en la t ierra, demost ró preocupación por la salud f ísica del ser humano: al ver a la mult it ud hambrient a, la aliment ó; al v er a los enf ermos, los curó; y a sus discípulos les dijo, muchas veces, que era necesario que reposaran, para t ener mejores condiciones de servir. Al realizar muchos milagros de curación en el sábado, Jesús est aba relacionando, t ambién, el sábado con la salvación, con la vida y con la buena salud. Est á probado que el reposo es un remedio en cont ra del est rés, provo cado por la vida agit ada que el hombre de nuest ros días vive. ¿No crees que la preocupación de Dios por t u salud debería ser mot ivo de grat it ud? Aprovecha est e día para evaluar la f orma en que est ás t rat ando a t u cuerpo. ¿Bebes suf icient e agua? ¿Pract icas ejercicios diarios? ¿Te preocupas por t ener una aliment ación saludable? ¿O piensas que la buena salud es f rut o de la casualidad? " Amado, yo deseo que t ú seas prosperado en t odas las cosas, y que t engas salud, así como prospera t u alma" .


30 de noviembre Imposible Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6. El capít ulo 1 1 de la Epíst ola a los Hebreos es la galería de los hombres y las mujeres de f e. Hijos maravillosos, que hicieron f eliz al Padre amado. Para ent ender lo que el aut or quiso decir, es necesario saber lo que signif ica la f e. Exist en muchas def iniciones; la más simple de t odas es conf ianza. Una sola palabra, pero def ine con exact it ud lo que signif ica la f e: t ener f e es conf iar. Cuando dices que t ienes f e, est ás manif est ando que conf ías; cuando af irmas que un día t uvist e f e, pero que ahora ya no la t ienes, est ás queriendo expresar que un día habías conf iado, pero que hoy no conf ías más. Pero, t ú no puedes conf iar en alguien a quien no conoces; y no puedes conocer a alguien con quien no convives. Por lo t ant o, la f e en Dios demanda que lo conozcas; y, para conocerlo, necesit as convivir con Dios. Est o explica el versículo de hoy. El primer pensamient o es que sin f e es imposible agradar a Dios. En el griego, la palabra " imposible" es adunat os, que signif ica, lit eralment e, " que no se puede, desde ningún punt o de vist a" . Con el f in de ent ender el verdadero signif icado de est a palabra, t endrías que colocar la cabeza dent ro de una vasija llena de agua, y mant enerla ahí por dos horas. Bueno, eso es adunat os: un imposible. Quiere decir que, así, la vida no es vida sin f e. Peor que eso: una vida sin f e ent rist ece a Dios; no le agrada. En griego, eucarest eo signif ica que no lo deja f eliz ¿Por qué? Porque la f e es conf ianza; y, cuando el hijo, a quien t ant o ama, no conf ía en él, Dios no puede est ar cont ent o con esa act it ud. Tú no f abricas la f e: las evidencias del amor y del poder de Dios son las que generan conf ianza en t u corazón. Pero, cuando conf ías en t u padre, eres capaz de hacer cualquier cosa o ir a cualquier lugar, seguro de que, si la or den provino del padre, no hay por qué t emer, aunque las circunst ancias sean dif íciles y adversas. Por eso, hoy, camina de la mano de t u Padre amado; conf ía en él, aunque no veas nada. Él t e ama, y jamás t e llevará a un lugar que t e va a dest ruir. Y, no olvides que " sin f e es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan" .


1 de diciembre Por encima [...] Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas [...] Éxodo 12:27. ¡Noche oscura en Egipt o! El ángel dest ruct or visit aba las casas; los primogénit os morirían, por causa de la rebeldía de Faraón. En est e mundo, nadie vive para sí. La inf luencia y la responsabilidad que ejercemos t ienen consecuencias; mucho más, en el caso de los líderes. Y Faraón era el líder de aquella nación. Pero, el ángel había recibido la orden de no t ocar a los primogénit os de las casas cuyo dint el est uviese manchado con sangre. Era la sangre del cordero pascual, símbolo de la sangre de Crist o que limpia el pecado de la humanidad. Aquella noche era una noche de f e. ¿Quién podría garant izar que una simple mancha de sangre podría librar a los hijos de Israel, de la muert e? El pueblo solo t enía que creer. Creer signif icaba vivir. El ángel dest ruct or pasaría por encima de las casas donde se había ejercido la f e. El t iempo ha pasado, pero las cosas no han cambiado. La salvación cont inúa siendo un act o de f e. Mult it udes piden pruebas. " ¿Qué puede hacer Jesús en mi caso?" , se pregunt an. " Hay ot ras soluciones a mi alcance, más práct icas, viables y razonables" . Segurament e, sí. Aquella noche en Egipt o t ambién las había. Trancar la puert a, por ejemplo. Forrar los t echos y las paredes de met al, irse al lugar más ocult o, no sé; los seres humanos somos especialist as en buscar solucio nes " práct icas" . Pero cuando el ángel pasase, solo perdonaría las casas cuyo dint el est uviese manchado de sangre. Est a es una f igura del día f inal de la hist oria de est e mundo. Cuando Jesús vuelva a la t ierra para llevar a sus hijos y la dest rucción f inal se aproxime a los hombres, solo serán salvos aquellos cuyo corazón est é manchado con la sangre del Cordero. Hoy es el día de pensar el t ipo de soluciones que est oy buscando. ¿Soy capaz de creer en el evangelio, en su simplicidad y en su pureza? ¿O est oy buscando soluciones sof ist icadas que " convenzan" mi raciocinio acost um brado al mundo de las luces? No comiences t us act ividades hoy, sin t ener la seguridad que la sangre del Cordero ya manchó t u vida, porque solo Jesús " es la víct ima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipt o, cuando hirió a los egipcios, y libró nuest ras casas" .


2 de diciembre Conocer a Jesús El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. 1 Juan 2:4,5. Alicia parecía un f est ival de colores y de vida; un arco iris deslumbrant e. ¡Siempre era así! Para ella, t odo era colorido. La seda rosada dibujaba la exuberancia de su amor; el blanco lino la hacía melancólica cuando lloraba; y el t erciopelo rojo combinaba con la insensat ez de su alocado corazón. Decía que amaba a Jesús; que el Crist o del evangelio era el gran amor de su vida; que, por él, sería capaz de hacer cualquier cosa. Pero, jugaba con la vida y manipulaba los principios. Argument aba que un Dios de amor no era coherent e con las reglas; que los Mandamient os eran cosa del pasado: los limit aba a una mont aña llena de humo, f uego y sonido de t rompet as. Ella pref ería el Calvario, el mont e del amor, donde Jesús pagó por sus pecados. ¿Para qué preocuparse en obedecer? La " gracia de Crist o" era, para ella, un manant ial de agua f resca, que le permit ía vivir como se le ant ojase. Y así vivió. Hast a el día en que descubrió sus sueños despedazados. Ent onces, la seda rosa ya no t enía at ract ivo, ni el lino blanco; t am poco el t erciopelo rojo. No había más alegría en su vida. El apóst ol Juan ya lo había advert ido, siglos at rás: " El que dice yo le co nozco y no guarda sus mandamient os, es un ment iroso" . La ment ira condice con la oscuridad. Por eso, aquella t arde, que podría haber sido alegre, se volvía t rist e, a pesar del sol inmenso que ardía, como bola de f uego, hundiéndose en el mar. Nunca es t arde para revisar lo que llamas " crist ianismo" . Quien dice co nocer a Jesús, no t oma al Maest ro de la mano y lo lleva por donde quiere. El crist ianismo aut ént ico es sumisión a un Dios que t e conduce hacia la t ierra de la libert ad: liberación del libert inaje y de la t iranía de los deseos humanos. Mira a lo lejos hoy, y pide a Jesús que t e ayude a andar con él. Porque " el que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamient os, el t al es ment iroso, y la verdad no est á en él; pero el que guarda su palabra, en ést e verdaderament e el amor de Dios se ha perf eccionado; por est o sabemos que est amos en él" .


3 de diciembre Mano poderosa Y endureció Jehová el corazón de Faraón rey de Egipto, y él siguió a los hijos de Israel; pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa. Éxodo 14:8. Aunque no le gust aba la medicina, Lucía, obedeciendo a su madre, había int ent ado seguir la carrera. Hubiera hecho lo imposible por conseguir la aprobación del ser que la t rajo al mundo; sin embargo, jamás pudo pasar del segundo año. Y se sent ía un f racaso. Ese sent imient o de derrot a la llevó al camino de las drogas, sin que la madre lo percibiese. Cuando por f in la verdad salió a la luz, ya era demasiado t arde: la pobre joven se encont raba esclavizada. Hay cosas que no t ienen explicación. ¿Por qué, a veces, creemos que huir es la mejor salida para los problemas que enf rent amos? Los vicios son cuevas donde nos escondemos, por miedo de enf rent ar la realidad; cuevas oscuras y prof undas, donde nos at orment an los monst ruos imaginarios que f abrica nuest ra imaginación enf ermiza. Lucía se sent ía así: perseguida por mil demonios; at orment ada por un verdugo implacable; desesperada y con ganas de morir. Parecía el pueblo de Israel, huyendo de las manos impiadosas de Faraón. Mient ras camines por las sendas escabrosas de est e mundo, t e vas a encont rar inf inidad de veces con las f uerzas del m al, que int ent an dest ruir t u vida; circunst ancias adversas, barreras indest ruct ibles, muros gigant escos, imposibles de ser escalados. En esas horas, no t e escondas, no huyas, no busques mulet illas: enf rent a a t us enemigos en el nombre de Jesús. Recuerda que el Señor libró a Israel con mano poderosa, y aunque el enemigo t ambién t iene poder, nada puede hacer ant e el Rey del universo. Hoy puede ser un día de vict oria para t i. No t rat es de ganar la guerra; vence solament e la bat alla de est e día. Los grandes t riunf os son la sumat oria de las pequeñas vict orias. Haz de est e día un día de vict oria. ¿No t ienes f uerzas para luchar? Israel t ampoco las t enía. ¿Qué podría hacer un bat allón de past ores de ovejas y f abricant es de ladrillos f rent e a un ejércit o armado hast a los dient es? Pero, aquel pueblo humilde no est aba allí por su propia volunt ad: Dios lo había libert ado, y el Señor no conoce de derrot as. Por lo t ant o, enf rent a hoy t us leones, t us t orment as y t us f araones recordando que " Faraón rey de Egipt o, siguió a los hijos de Israel; los hijos de Israel habían salido con mano poderosa" .


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