PÁJAROS
¿Un vino, un cuerpo, una elegancia? Un aviso de sol en las frutas maduras, una cálida tarde de abril en
la ternura apenas comenzando,
unos ojos que pasan la oscuridad entre las brasas.
No brilla la niebla. Florece el cielo. Arde la pura rosa. El calidoscopio de tu cuerpo blanco, un cisne, un capullo, algo radiante y alegre, donde el lirio y la orquídea se confabulan en la dulce entrega de la luz del universo. Un beso. Tal vez el río que anuda la mar o la hora del éxtasis en el vergel, donde llegan los que están huyendo. Pájaros.