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Suplemento sabatino de arte, literatura y sociedad Sテ。ADO 01 DE SEPTIEMBRE DE 2012. Aテ前 III.

Arte contemporテ。neo

en Chiapas o la historia invisible .7

Pテ。g


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Péndulo de Chiapas | Sábado 01.09.2012

Rayuela

pendulodechiapas.com.mx

Programa Nacional

de Lectura en Chiapas: nuevos retos ORNÁN GÓMEZ

ORNÁN GÓMEZ

El Programa Nacional de Lectura en Chiapas, dirigido por la profesora Elizabeth Figueroa Castellanos, inició el ciclo escolar 2012-2013 con la capacitación de 24 docentes que integran el equipo estatal de ese programa, el cual está constituido por 8 coordinadores regionales, y un equipo técnico que opera desde la capital del estado y que se encarga de capacitar a los primeros. Esta vez el PNL reunió a su equipo en las instalaciones del hotel Howard Jonhson, para analizar la estrategia nacional 11+5 donde se plantean técnicas que desde las bibliotecas deben implementarse para formar lectores y escritores y que tiene que promoverse en las escuelas y con los docentes, además de jefes de sectores y supervisores. Según la maestra Elizabeth, priorizar el tema de lectura en las escuelas es clave para el desempeño escolar de los jóvenes. Si un alumno lee bien, entendido en el sentido de comprensión, será un estudiante con un alto nivel intelectual en las distintas disciplinas que trabajan los docentes. Sin embargo, pese a que la lectura es de suma importancia, el estado resulta con bajos niveles de desempeño en la prueba ENLACE, lo cual no significa que en Chiapas no se lea, toda vez que la lectura no debe limitarse a responder preguntas complejas. Es necesario, continúa Elizabeth Figueroa, que el estado insista e invierta en este rubro, además de incentivar a los maestros con talleres y cursos donde se les muestre otras estrategias de lectura que puedan complementar con lo que ellos trabajan en las aulas. Lo que da origen al PNL, especificó la profesora Elizabeth Figueroa, es la necesidad de reforzar los aprendizajes de los jóvenes desde la lectura. Necesitamos que todos trabajemos en equipo, mencionó. Es necesario que todas las autoridades educativas intervengan para que hagamos de Chiapas un estado donde se lea más libros y se vea menos televisión. Según se nota en las normas que rigen este programa, el Programa Nacional de Lectura no es un programa ajeno a temas académicos, halla su justificación pedagógica en el acuerdo 592 donde se establece la articulación básica, además de los planes de estudios. Capacita y acompaña a maestros bibliotecarios del sistema estatal y federal a través de los coordinadores regionales en la entidad. No limita su trabajo a la promoción sólo de libros, sino de acercar a escritores y artistas a los do-

centes y alumnos. Para esta ocasión en que se capacitaron a los coordinadores regionales, se contó con la presencia de Alma Velasco, promotora de lectura en voz alta, cantante y escritora, quien capacitó al equipo del PNL bajo el tema La voz: Universo sonoro, libro de su autoría donde se detalla cada una de las técnicas que un docente cuenta cuento debe seguir para pulir la voz y lograr una lectura electrizante; además Alma Velasco, la tarde del día martes 25 de agosto, presentó su más reciente obra titulada Me llaman la Tequilera acompañada de la poetiza Socorro Trejo Sirvent, novela que detalla la vida de una de las grades voces del género ranchero de México, y que según la autora, es la precursora de este genero: Lucha Villa. Durante este evento el equipo técnico del PNL se encargó de organizar dicha presentación y difundir la presencia de la autora en el estado. Según Elizabeth Figueroa, “el objetivo de impulsar estos eventos es mostrar a la sociedad chiapaneca que la lectura de libros debe acompañarse con asistir a eventos culturales, pues ello es lo que nos permitirá interactuar con los creadores y saber que son personas como nosotros”. Una cosa importante, sostuvo la encargada del PNL, es el hecho de que en las escuelas se esté proponiendo trabajar a partir de las competencias lectoras evaluados en la cartilla, entre las que destacan velocidad, fluidez y comprensión, lo cual es plausible, dijo, pero ello no se debe soslayar la lectura por placer, aquella que se hace por gusto y no porque no las exijan. Para ser lectores, dijo, no se nos debe obligar, más bien mostrarnos el lado divertido de los libros, y es lo que deseamos hacer en las escuelas. Mostrarles a los jóvenes que es posible encontrar en los acervos bajo el sello de libros del Rincón como en la practica de la escritura, un gusto, puntualizó la profesora.

Noé Farrera Morales

CONSEJO EDITORIAL

Noé Juan Farrera Garzón

Misael Palma, César Trujillo, Ornán Gómez, Marcelino Champo, Pascual Yuing, Chary Gumeta, Gely Pacheco, Gamaliel Sánchez Salinas, Juan Carlos Recinos.

DIRECTOR GENERAL PÉNDULO DE CHIAPAS

DIRECTOR EDITORIAL PÉNDULO DE CHIAPAS

Ángel Yuing Sánchez

Paolo Renato López

EDITOR FOTOGRÁFICO

Enrique Ríos Aguilar-Ulyses Nafate DISEÑO EDITORIAL

DIRECTORIO

Javier Ríos Jonapá

PRODUCCIÓN E IMPRESIÓN

COORDINADOR Y EDITOR RAYUELA

LEGALES Rayuela, suplemento de arte, literatura y sociedad del periódico Péndulo de Chiapas, No. 178. Año III, sábado 01 de septiembre de 2012. Impreso en 13 Poniente Norte Núm. 639, colonia Magueyito. Código Postal 29000, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México. Teléfono (961) 61 24529. Se prohíbe la reproducción total o parcial de los contenidos sin el consentimiento expreso de sus autores. La redacción no responde por originales no solicitados. Los contenidos, así como parte de los títulos y subtítulos son responsabilidad exclusiva de quien los firma y no representan necesariamente el punto de vista del periódico Péndulo de Chiapas. Correspondencia: angelyuing@hotmail.com


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Rayuela


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Péndulo de Chiapas | Sábado 01.09.2012

decía mi abuela

Dios te ama,

Rayuela

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D

ORNÁN GÓMEZ

ios te ama, me decía mi abuela y le creí. Sus rezos y sermones crearon en mi mente la idea de que Jesús, una palomita blanca con las alas extendidas, detenía las maldiciones de Satanás mientras nosotros, una bola de pecadores, debíamos rezar día y noche para ayudarlo en su lucha contra Satán, y ahí andaba yo, descalzo y con la barriga hambrienta, reza que reza, canta que canta, pidiendo por los demas, menos por mí, como debe ser un buen cristiano alineado a las filas del bien, decidido a partirme la madre con Belcebú para ganar un pedacito del paraíso, pero el Diablo, astuto el hijo de la chingada, me tendió una trampa, una emboscada como a un animal de monte, me mandó mujeres, y con ellas alcohol y, sin pensar en las consecuencias, me volví un borracho que no se rinde ante las botellas. Todo iba bien hasta que conocí a Eva, un mujerón de casi dos metros de altura como las que existían en el Edén despúes del pecado, con unas nalgas delineaditas y firmes que embellecían un par de piernas fuertes como horcones. Me enamoré al grado de no comer si no estaba ella a mi lado diciéndome cosas lindas, que hasta llegué a pensar que Eva era un regalito de Dios por mi buen comportamiento. En ese entonces yo tenía un empleo que me proporcionaba una lanita para vivir comoda-

mente, pero un buen día Eva me dice que se iba con otro, uno mejor, y por más que le supliqué como un sentenciado a muerte, ella se largó sin ninguna consideración a mi sentimiento, por lo que desde ese momento decidí mandar a la cihingada mis creencias, y volverme un borracho de primera. Sin embargo, las cosas no iban a ser fáciles con respecto a la fe. Una madrugada en que andaba tiembla que tiembla por el pinche frío y el deseo de un trago, conocí a Dios en persona. Seguro que no lo aluciné y puedo jurarlo por mi madrecita santa que me enseñó a no mentir. Las calles estaban vacías y tristes como un atardecer, yo miraba a la pared como un desdichado cuando noté, como si el muro fuera una pantalla de televisión, un chingo de imágenes de niños con la cabeza partida y los sesos de fuera, dientones y sin brazos. Me hice la cruz en el pecho, recé un ave maría y un padre nuestro, pero las apariciones seguían mirándome con ojotes de lechuza desvelada. Dios mío, imploré, ayúdame, corre a estos diablos y te juro que no vuelvo a beber, es más, diosito lindo, me voy a los grupos de alcohólicos anónimos, pero aquellas imágenes que se movían como gusanos en brazas hicieron que el miedo que me retorcía las tripas se me subiera a la cabeza y me desmayara de inmediato. Cuando reaccioné un hilillo de sangre es-

curría de mi frente. Iba a levantarme cuando vi que me rodeaban hombres altos y vestidos de blanco, mientras otro, a mis espaldas, decía: la hora de la verdad llegó. Giré despacio. El que hablaba era chaparro, barrigón, cabello corto y vestido de negro. Y este güey qué pedos, pensé. No te asustes hijo, continuó el gordo con voz de puto, me presento de esta manera para cambiar la imagen de Cristo en sotanas, huaraches y cabello largo. Me cae de madre que la lengua se me enredó y no pude responder. Mira, siguió hablando el gordito, ellos son mi escolta de confianza. Los de blanco inclinaron la cabeza y en sus ojos vi un destello de malicia. Levántate, el gordo me tendió su mano bofa, y predica el evangelio. Ay güey, qué pedos, me dije. Di que la hora del juicio final está cerca, rodeó mi nuca con su brazo grasoso mientras caminábamos en círculos escoltados por aquellos hombres con mirada de zopilotes hambrientos, ve y predica en los burdeles, en las cantinas, en las calles, en los mercados, en los manicomios y donde puedas. ¡Ay cabrón!, este güey está más loco que una cabra, pensé.


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Péndulo de Chiapas | Sábado 21.09.2012

Rayuela

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Ni cómo decir que era alucine porque, por mi santa madrecita, ni un cañazo ni una chela me había resbalado. Y pa’ que veas que te digo la neta, ya hasta me andaba gustando el gordo. Pero nel, pensé, entre machines ni por más urgido que uno ande. Del gusto pasé al miedo. Ya vez, tanto pinche roba órganos que anda suelto y uno tan desamparado. Pero después me aliviané y me puse al yo por tú. Chale carnal, le dije, ahora resulta que cualquier güey se las da de Dios. Ni madres ese, a mí con milagros o cero credebilidad. Y que el gordo suelta tremenda carcajada que me eriza los vellos de la nuca, y entonces, el muy cabrón, que ya no parecía mampo sino bien machote, hace que sus ojos ardan. Palabra carnal, era fuego. Y que me pongo a rezar, madre virgen, y mis palabras tropezaban unas con otras, haz que este hijo de la chingada se largue o que yo despierte… Santísima protectora, ¡Ya!, grita

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culpa ya me oriné. Hace más de dos mil años que mandé a mi hijo a morir por los hombres. O por pendejo, pensé. Ahora me eres necesario para que las profecías se cumplan. La neta yo no sabía qué pedos. El gordo y sus guaruras no se iban y yo empezaba a sospechar que estaba difunto. Pero la idea de estar tieso no me gustó. Quizá estoy soñando, pensé alegre y me pellizqué, cerré los ojos, los volví a abrir, pero nada, allí seguían. Ni pedos güey, me dije con aceptación, ya estás cadáver. Con la tristeza apretando mi coranzocinto, le pregunté al gordo que decía ser Dios: oye carnal, antes de que sigas con tu choro celestial, dime una cosa, ¿estoy muerto? El cabronzote se me quedó mirando con ojos de hiena hambrienta, luego sonrió malicioso a sus cómplices que soltaron tremendas carcajadas y dijo: el que muere en mí, salvo es, y más risas. Pinche vida ingrata, cuando más

La neta yo no sabía qué pedos. El gordo y sus guaruras no se iban y yo empezaba a sospechar que estaba difunto.

el gordo, ¡Cállate y escucha!, y más tranquilo el pinche neuras, de cierto os digo que todo aquel que tiene oído y oye mi palabra es bienaventura-

do. Bienaventurado mis huevos, por tu pinche

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te necesito te empeñas en largarte, pensé con amargura. Y de pronto, como una estrella fugaz que atravieza el firmamento, una idea apareció en mi cabeza. Dios, le digo desesperado, te propongo un trato. ¿Cuál?, respondió como evaluando mi propuesta. Hago lo que quieras pero déjame vivir un rato más. Y todos, ángeles y Dios, empezaron a carcajearse. ¡Con mucho gusto, hijo!, ¡vivirás!, y las risotadas se hicieron más fuertes. Aquella actitud me hizo desconfiar y que le digo, a mi se me hace que ni tu eres Dios ni yo estoy difunto, y tanto ustedes como yo somos un pinche sueño, y ahora voy a despertar, ¡Adelante!, me grita Dios emputado, ¡despierta!, pero si no lo haces te despierto a madrazos. Empecé a temblar por la forma en que me habló, total que cierro los ojos, los abro, y nada. Ahí seguían mirándome como lobos hambrientos. Y entonces Dios, más mamón, me dice, ¡Te lo dije!, y con la cabeza hizo una señal y en menos de lo que canta un gallo ya tenía encima a los ángeles amorosos dándome en la madre, luego, con las manos por detrás y uno jalándome de los pelos,

Dios con voz suave, dijo, hijo, tú eres importante para esta misión celestial, y con voz dura sentenció, pero si sigues de pendejo te parto la madre, y su mano se estrelló en mi cara y luego, cuando quise reponerme del chingadazo, una patada en los huevos me acalambró hasta que un ángel intervino, ya Dios, tranquilo, vas a matar a este güey y para encontrar a otro pendejo que quiera salvar al mundo va a estar cabrón. Está bien, contestó Dios resoplando, denle agua pa’ que despierte el puto. Cuando abrí los ojos, Dios me miraba con ojos de cordero. Esto es apenas un adelanto de lo que puede pasarte si no aceptas, dijo. Voy a hacer de cuenta que no pasó nada. Así que empezamos de nuevo, ¿vas a ayudarme a salvar al mundo, hijo? Y yo de pendejo, no conforme con la madriza, que me acuerdo de la madriza que le pegaron a Jesús y que le contesto, ni madres, no le entro a tu negocio. Y Dios, más gandalla, hace una señal y los ángeles, más endiablados, me caen con más madrazos. De saber que esta es la otra cara de Dios no me bautizo por la iglesia, pensé cuando me levantaban de los pelos. ¡Pónganlo derecho!, gritó el gordo. Dios, tu sólo quieres a un güey que se deje madrear, gemí con los dientes flojos y los labios reventados, ¡Cállate y escucha, cabrón! El que oye mi palabra es bienaventurado. Bienaventurado mis huevos, mira cómo me tienes. Tu lo has provocado hijo, recuerda el proverbio,padre que ama a su hijo lo reprende… Pero yo no soy tu hijo güey, ¡Lo eres, y ya cállate! Total que en un instante recibí toda la ira celestial, hasta que otro angel, bondadoso el cabrón, intervino: ya Dios, dejálo, luego venimos para ver si ya lo pensó mejor. El pinche gordo que estaba montado sobre mi y me atizaba de lo lindo pensó unos segundo y dejó de golpearme: Tienes razón Miguel, mañana le hacemos otra visita. Fue lo último que oí porque luego luego empecé a gritar que el mundo estaba a punto de ser exterminado, que era necesario arrepentirse de corazón, que la venida de Dios está cerca, y esas mamadas que escucharon cuando me trajeron a esta casa donde, según ustedes, ni siquiera Dios entra si no es con una identificación de visitante, pero lo que yo pienso carnal, la mera neta, es que este pinche manicomio sólo es un disfraz y lo que ustedes buscan, no se haga pendejos, son organos para vender, pero conmigo no van a poder, me declaro hijo de Dios, y ustedes, putos de batas blancas, nada más me suelten, les juro por los sagrados clavos que atrevezaron la carne del hijo de Dios, y por la santa trinidad que representa mi padre celestial, que si no se arrepienten de sus pecados y aceptan a Dios como su salvador, les parto la madre y les impido el paso al paraiso.


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Péndulo de Chiapas | Sábado 01.09.2012

Rayuela

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Napoleón Luis Luna León

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quí estamos. Nuevamente frente a la computadora. Tratando de identificar lo que representa la personalidad de un ser humano. Si, ya sé. Muchos dirán que no sirve de nada descifrar la personalidad. Que no aporta nada. Que es solo lo que otros ven pero que en esencia, no dice nada de alguien. Es solo la parte pública, dirán algunos. Pero muchas veces he escuchado que la gente dice que alguien no tiene personalidad. O por el contrario, comentan sobre la “mucha personalidad” que posee un tercero. Y por andar siempre en la duda, hoy estoy aquí, analizando de qué trata el concepto. En principio, podemos decir que la personalidad no es más que las características que identifican a un ser humano con respecto a otro. Por tanto, decir que alguien “no tiene personalidad” es comentar algo incorrecto, toda vez que con base en la definición, todos tienes características personales, por tanto, poseen una personalidad. Por ello, se puede mencionar que alguien tiene una personalidad muy fuerte o muy débil. O quizá matizar su personalidad al decir que tiene una personalidad gris para asemejar a lo débil de sus rasgos personales. Pero para mayor ejemplo de lo que representa una personalidad fuerte, nada mejor que remitirnos a la personalidad de un hombre que movió a Europa. Sí, hay que remitirnos a la historia para observar las características de un hombre que unió y desunió. Que dio vida a una Francia que agonizaba en su propia idolatría hacia ese pequeño hombre. Si, pequeño. Así era llamado Napoleón por sus propios soldados y convertido en grande por el resto del mundo a través de la historia. Pésimo estudiante pero amante de las matemáticas. Así era el hijo del prestigiado abogado y de aquella mujer amante de la limpieza, y todo por exigirles a sus ocho hijos bañarse diariamente en una época en donde la norma era una vez al mes. Napoleón Bonaparte era huraño y alejado de los propios franceses, aprovechando sus espacios de soledad para nutrir su alma con la literatura clásica que vino a influir en su espíritu de guerra. Y mientras el italiano Alessandro Volta inventaba la pila eléctrica; mientras el mundo conocía al primer barco a vapor; mientras Pío VII asumía el Papado; mientras surgía la Teoría Atómica de la Mate-

ria; mientras en México se inauguraba el Colegio de Minería; en la línea del tiempo Napoleón Bonaparte protagonizaba la Revolución Francesa hasta llegar al poder. Un poder ganado después del Golpe de Estado planeado por el “pequeño corso”. Porque si bien la organización política de Francia osciló entre una República, un Imperio y una Monarquía Constitucional, todo ello cayó por las manos de Napoleón y con esto, se marcó el final definitivo del absolutismo y dio vida a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país. Hoy no hay libro de estrategias de guerra que no cite a Napoleón. No hay estrategia que no lleve la influencia de aquel pequeño hombre que comandó las fuerzas bélicas francesas. Aquel hombre que mostraba una amenazadora imagen de ser la espada que ejecuta, el gobierno que administra y la ca-

beza que planifica y dirige, tres personas en una misma naturaleza de inigualada eficacia. Con la dureza de una piedra, se destinó únicamente a amar a la mujer que no podía darle un amor único. Josefina Tascher, de origen aristócrata pero de equívoco destino. Una mujer con tantos amores como Napoleón soldados. De ese amor se han escrito mil historias, pero en cada una de ellas, van impresas las desdichas de un hombre que solo atinó amar a una mujer que no amaba. Hoy la historia registra a Napoleón Bonaparte. Y ha sido tanta su influencia en el tema bélico, que la propia Francia elevó a mandato Constitucional el Código Napoleónico, documento en donde se plasma el espíritu jurídico de Napoleón. Nadie conoce aún la manera en la que analizaba sus tropas para derrocar al enemigo. Nadie sabe aún como coordinaba los tiempos en su mente para medir el momento preciso en donde había que ir hacia adelante para dominar nuevos territorios.

Pero lo que sí se sabe es lo que hoy la historia registra. Victorias, triunfos, batallas libradas por Napoleón para alcanzar la libertad. Si, libertad. No importando nada. Todo para estar en condiciones de establecer libertad, esa liberta individual, de trabajo, de conciencia, y de laicismo del Estado, esa libertad que estipula la abolición del régimen feudal, haciendo imposible su resurrección. Esas libertades que Napoleón Bonaparte otorgó al pueblo francés. Su vida ha servido de inspiración para múltiples cintas de cine. Su rostro ha enmarcado innumerables portadas de libros, siendo la más familiar para mí la que utilizó Robert Greene en su libro “Las 33 estrategias de la Guerra” publicado recientemente, en donde Greene parafrasea en el arte bélico a Julio César, Federico el Grande, Winston Churchill y por supuesto, a Napoleón. He pues aquí, un breve escrito sobre un hombre grande. Líneas que se unen a las miles que se han escrito sobre Napoleón. Y que seguro estoy que se seguirán escribiendo. Para muchos la admiración se confunde con la adulación. Este escrito obedece únicamente a citar lo que a mi juicio debe de ser rescatable de una mente que se atrevió a enfrentarse al titán. A levantarse en armas contra un gobierno que tenía aplastada a la sociedad más pobre de Francia. Para que cada quién tome lo que a su juicio considere pertinente. Y estoy seguro que en un mundo como el que vivimos, las estrategias de guerra ya no deberían de ser con las armas sino con las ideas. Retomar el ideal de Napoleón para que nos sirvan de inspiración para armarnos de valor para enfrentarnos con aquellos monstruos del haber, del deber y del saber, esos que tratan de imponer sus ideas sobre una sociedad que ya los ve y los analiza. Para hacerles ver que, al igual que Napoleón que inició como un soldado hasta llegar al golpe de Estado, no por ser el General se les reconoce el mayor de los respetos. Para hacerles ver que la personalidad se construye a cada momento y que solo aquel que esté decidido podrá construir su propio destino.

“El hombre no se destaca en la vida sino dominando un carácter o creándose uno” -

Napoleón Bonaparte


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Péndulo de Chiapas | Sábado 01.09.2012

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La Máquina Hamlet “No creo en una historia que tenga pies y cabeza”. Máquinahamlet

Del dolor a la creación Marcelino Champo

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umberto Peñalosa está perdido, errático en los laberintos de una vieja casona donde solo hay vejez, muerte y polvo. Se ha extraviado en los límites de un microcosmos, entre paredes que encierran historias caducas, donde solo los apellidos y la venganza sobreviven a los escarnios del tiempo. Es en ese lugar, donde su nombre ha sido suplantado por el apodo más simple: El mudito. Ahora su voluntad se disfrazó de falsa resignación, sellando puertas y acumulando objetos que denuncian miseria. José Donoso logra en El obsceno pájaro de la noche, una narración por demás compleja, de muchas voces que cambian de tiempo y espacio, ocultando al narrador en distintas personalidades. Una historia que desentraña los misterios de dos familias: Los Peñaloza y los Azcoitía. La primera es una estirpe casi anónima, con rostros a penas reconocibles, colmados de vida rutinaria y exentos del germen de la codicia. La segunda es un linaje mítico, poderoso en su abolengo, donde la suntuosidad ha dictado el rumbo de sus predecesores y descendientes, una familia que, a pesar de su opulencia, se ve flanqueada por leyendas obscuras de superchería y muerte. Humberto Peñaloza irrumpe de manera insospechada e incalculada dentro del universo Azcoitía, su futuro de nobel escritor se ve mezclado con los designios misteriosos de Don Jerónimo de Azcoitía (cabeza de la familia). Ancianas ligadas a la existencia de perras amarrillas, mujeres jóvenes con el vientre convertido en podredumbre, hechizos que transforman a los hombres en seres inservibles, eunucos bajo el mando de las brujas; esto encierra El obsceno pájaro de la noche, una novela que atrapa con la poesía de sus páginas, con el lenguaje que logra momentos de delicia. Donoso se encarga de que el imaginario del lector siga su curso, sin abandonar nunca el hilo de la historia, extrayendo cada detalle que hace de esta obra un libro imprescindible. Boy deambula en los pasillos de tintes grotescos y barrocos, se pasea como bestia en cautiverio, desnudo, con la cara deforme de monstruo bíblico, con el sexo de longitud obscena colgando entre sus piernas. Es amo y señor de una fortaleza diseñada para ocultarlo del mundo pagano, para apartarlo del alcance de los otros, de aquellos mortales que no comparten su imagen. Un paraíso de concreto construido por su padre, el insigne Jerónimo de Azcoitía, para evitar la desilusión de una vida relegada a la burla. Boy, su único hijo, vuelto adefesio, castigo y error. Es en esa criatura donde los Azcoitía y los Peñaloza forjan su relación indisoluble, sentenciada por la calamidad y la alquimia.

Heiner Müller

Donoso escribe ésta obra entre los embates infranqueables de una ulcera, el dolor punzante en sus vísceras lo lleva a fraguar una tregua de creación. A punto de morir, el escritor vislumbra el futuro de su obra, se niega al abrazo de las moiras, y proclama, entre la agonía, el deseo de culminar la novela que ha mantenido en vela a sus pensamientos. Después de ocho años, su proyecto más complejo y ambicioso, ve la luz en algún rincón de España en 1970. El obsceno pájaro de la noche más que un libro es una invitación a las sombras, una puerta por la que el lector decide cruzar bajo su propio riesgo.

Donoso, José, “El Obsceno pájaro de la Noche”, 10ª edición Seix Barral 1992 Barcelona.


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